La gran apuesta
36.026
Drama. Comedia
Tres años antes de la crisis mundial del 2008 originada por las hipotecas subprime que hundió prácticamente el sistema financiero global, cuatro tipos fuera del sistema fueron los únicos que vislumbraron que todo el mercado hipotecario iba a quebrar. Decidieron entonces hacer algo insólito: apostar contra el mercado de la vivienda a la baja, en contra de cualquier criterio lógico en aquella época... Adaptación del libro “La gran ... [+]
22 de enero de 2016
186 de 239 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se resume en estas pocas palabras que Ryan Gosling, uno de los actores que la protagoniza, ha declarado a raíz del éxito del filme y que valen más que mil otras que yo pueda colocar aquí. Dice así Ryan Gosling refiriéndose a la enjundia esencial o meollo del filme: «Mucha gente escucha la jerga financiera y desconecta racionalmente ante la terminología dizque ”económica“, una terminología creada con la idea de hacer sentir estúpido a quien la escucha y no preguntar nada para que ellos hagan lo que les dé la gana con nuestro dinero».
Esa jerga económica y financiera es la que emplean los banqueros y bancarios, los profesores de la pseudo ciencia llamada economía, los altos funcionarios estatales de Hacienda o del Estado, los periodistas conchabados con todos ellos, etc., y siempre es igual, la emplean para engañar, para tergiversar, para estafar, para dar gato por liebre, para vivir como casta derrochadora a costa de lo que sustraen a las clases medias y gente que le da su confianza. Ya lo dice el refrán: «No es el asesor financiero el que expone el dinero». El dinero quien lo expone es usted y todo quien confía en ellos para que maniobren con sus ahorros.
Pero descuiden, que los policías al servicio de los órdenes estatales y de los mandamases no perseguirán al presidente del Banco de España que diera su visto bueno para que a usted le robaran con la citada jerga, ni perseguirán a los directores de bancos como ocurre actualmente en España, por cobrarle en lugar de pagarle intereses una vez usted les confía sus ahorros o, lo que es más canallesco aún, por domiciliar o tener su sueldo a través del banco, cosa que encima no nos dejan recibir de otro modo que no sea irremediablemente a través de una entidad financiera; no, ellos no persiguen a los grandes ladronazos, ellos prefieren perseguir, como actualmente están haciendo los funcionarios de Hacienda en España, a una simple maestra jubilada por haber dado y cobrado unas clases magistrales una vez pensionada, unas clases extras por las que ganó poco más de mil euros, y por las que la han multado abusadoramente con más de treinta mil euros. Contra los débiles de la clase media es contra los únicos que se atreven (salvo poquísimas y ocasionales excepciones bien dispuestas para hipnotizarnos) ésos que ocupan jefaturas y dicen ser servidores nuestros y de la justicia social.
Para frenar y asfixiar a los pobres mileuristas son la más de valientes los responsables del «Orden y la Civilización», pero verán ustedes como a la presidenta del Banco Santander, entre otros, no la frenan en su insaciable codicia; todo lo contrario, ha sido nombrada asesora por políticos o gobernantes de la «Gran Bretaña y la madre que la parió» precisamente por eso. En consecuencia: ojo con ellos y sus ladronazas tarjetas bancarias, atentos al simple ritmo de 1,2,3, pues le atracan o le quitan su dinero a la vez que le envuelven con una jerga según la cual usted va a salir ganando.
Fej Delvahe
Esa jerga económica y financiera es la que emplean los banqueros y bancarios, los profesores de la pseudo ciencia llamada economía, los altos funcionarios estatales de Hacienda o del Estado, los periodistas conchabados con todos ellos, etc., y siempre es igual, la emplean para engañar, para tergiversar, para estafar, para dar gato por liebre, para vivir como casta derrochadora a costa de lo que sustraen a las clases medias y gente que le da su confianza. Ya lo dice el refrán: «No es el asesor financiero el que expone el dinero». El dinero quien lo expone es usted y todo quien confía en ellos para que maniobren con sus ahorros.
Pero descuiden, que los policías al servicio de los órdenes estatales y de los mandamases no perseguirán al presidente del Banco de España que diera su visto bueno para que a usted le robaran con la citada jerga, ni perseguirán a los directores de bancos como ocurre actualmente en España, por cobrarle en lugar de pagarle intereses una vez usted les confía sus ahorros o, lo que es más canallesco aún, por domiciliar o tener su sueldo a través del banco, cosa que encima no nos dejan recibir de otro modo que no sea irremediablemente a través de una entidad financiera; no, ellos no persiguen a los grandes ladronazos, ellos prefieren perseguir, como actualmente están haciendo los funcionarios de Hacienda en España, a una simple maestra jubilada por haber dado y cobrado unas clases magistrales una vez pensionada, unas clases extras por las que ganó poco más de mil euros, y por las que la han multado abusadoramente con más de treinta mil euros. Contra los débiles de la clase media es contra los únicos que se atreven (salvo poquísimas y ocasionales excepciones bien dispuestas para hipnotizarnos) ésos que ocupan jefaturas y dicen ser servidores nuestros y de la justicia social.
Para frenar y asfixiar a los pobres mileuristas son la más de valientes los responsables del «Orden y la Civilización», pero verán ustedes como a la presidenta del Banco Santander, entre otros, no la frenan en su insaciable codicia; todo lo contrario, ha sido nombrada asesora por políticos o gobernantes de la «Gran Bretaña y la madre que la parió» precisamente por eso. En consecuencia: ojo con ellos y sus ladronazas tarjetas bancarias, atentos al simple ritmo de 1,2,3, pues le atracan o le quitan su dinero a la vez que le envuelven con una jerga según la cual usted va a salir ganando.
Fej Delvahe
9 de enero de 2016
169 de 268 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una película densa e intensa. Los diálogos apenas cesan en las más de 2 horas de metraje. La temática es interesante en cuanto de una forma u otra la crisis económica mundial de 2008, ha afectado a casi cualquier persona en los últimos años. El estilo narrativo de Adam McKay es dinámico y divertido, de alguna forma alivia la cantidad de conceptos que no entendemos sobre economía. Pero ni esto sumado al buen hacer del sensacional reparto consiguen compactar una sucesión de acontecimientos en momentos confusos que dejan al espectador con un sabor agridulce. Alguno no podrá terminar de verla.
http://cine100palabras.blogspot.com.es/
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6 de enero de 2016
87 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué duda cabe que la crisis que ha arrasado la economía mundial desde el 2008 ha tenido una mayestática presencia en todos los ámbitos de la sociedad durante los últimos años y, como no podía ser de otra manera, también en el cine. En el 2010 se estrenaba Inside Job, un magnífico documental que denotaba un gran trabajo de investigación al respecto. En él, de forma explícita se recogían causas y causantes, con entrevistas y explicaciones sencillas para el usuario medio de conceptos económicos de los que hasta entonces no teníamos constancia. Ese mismo año John Wells realizaba The Company men, un acercamiento a las consecuencias de las crisis desde el lado humano. En ella el director mostraba la realidad de aquellas personas que vivieron el exceso de posibilidades que ofrecía el adulterado mercado y que, una vez sobrevenida la crisis y perdido su poder adquisitivo, tuvieron que hacer frente a unas nuevas circunstancias. El 2013 nos regaló tres cintas. Margin Call, de J.C. Chandor reflejaba, 24 horas antes de la catástrofe de un poderoso banco de Wall Street, la victoria de la frialdad egocéntrica de los magnates financieros sobre la ética moral y profesional. Marx Reloaded, un documental orquestado por Jason Barker y Alexandra Weltz, que revisaba la crisis bajo los postulados de las ideas marxistas. Para ello contaron con las opiniones, entre otros, del filósofo francés Jacques Rancière, el político, literato y filósofo estadounidense Michael Hardt, el pensador postmarxista italiano Toni Negri y el filósofo esloveno Slavoj Zizek. En tercer lugar, la película para TV Too big to fail, de Curtis Hanson, que versaba sobre la figura de Henry Paulson, antiguo presidente de Goldman Sachs y Secretario del Tesoro en aquel momento, dejando patente los tejemanejes políticos que se gestaron de cara al rescate financiero estadounidense de algunas entidades. Finalmente hablar también de Arbitrage y Le Capital, ambas del 2012. La primera se trata de un film de Nicholas Jarecki que muestra el punto de vista de un magnate fraudulento que quiere vender su compañía a la banca antes de que se conozca su situación económica real. La segunda, del griego Constantin Costa-Gavras, refleja los entramados financieros, donde los tiburones bursátiles no dudan en crear crisis financieras de las que sacar provecho.
Con todas estas premisas parecía complicado dar una vuelta de tuerca más a la cuestión. Pues bien, Adam Mackay, con el libro homónimo de Michael Lewis bajo el brazo y cargado con un buen puñado de ironía y sarcasmo, hizo su apuesta personal, su “Gran Apuesta”. La película no sólo recoge inteligentemente los aspectos más esenciales de sus predecesoras, sino que es capaz de utilizar un nuevo enfoque para ello: el de aquellos que previeron el colapso financiero y supieron sacar tajada de ello. Gran elenco para una gran película, sin lugar a dudas.
Si te ha gustado esta crítica y tu cine de referencia es aquel que se aleja de las grandes pantallas, no dudes en visitarnos en www.hoyhevistocine.blogspot.com.es y compartir tus comentarios y recomendaciones.
Con todas estas premisas parecía complicado dar una vuelta de tuerca más a la cuestión. Pues bien, Adam Mackay, con el libro homónimo de Michael Lewis bajo el brazo y cargado con un buen puñado de ironía y sarcasmo, hizo su apuesta personal, su “Gran Apuesta”. La película no sólo recoge inteligentemente los aspectos más esenciales de sus predecesoras, sino que es capaz de utilizar un nuevo enfoque para ello: el de aquellos que previeron el colapso financiero y supieron sacar tajada de ello. Gran elenco para una gran película, sin lugar a dudas.
Si te ha gustado esta crítica y tu cine de referencia es aquel que se aleja de las grandes pantallas, no dudes en visitarnos en www.hoyhevistocine.blogspot.com.es y compartir tus comentarios y recomendaciones.
16 de enero de 2016
81 de 130 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es que La gran apuesta esté mal, ni mucho menos. Está bien dirigida, bien interpretada y bien escrita, pero resulta casi incomprensible del todo para aquellos que no anden muy puestos en alta economía. Demasiados datos, un lenguaje demasiado técnico, pocas explicaciones para los no iniciados. Sin duda a muchos les va a costar terminarla debido a esa circunstancia.
Muy sorprendente su inclusión en toda clase de ceremonias de premios debido a su pesadez. Christian Bale y Steve Carell, sobre todo, están fantásticos, pero lo dicho: es demasiado compleja y demasiado prolija para el gran público, y encima no termina de resultar entretenida o ágil en su narración.
Lo mejor: El reparto
Lo peor: Casi imposible enterarse de algo si no se sabe mucho de economía
Muy sorprendente su inclusión en toda clase de ceremonias de premios debido a su pesadez. Christian Bale y Steve Carell, sobre todo, están fantásticos, pero lo dicho: es demasiado compleja y demasiado prolija para el gran público, y encima no termina de resultar entretenida o ágil en su narración.
Lo mejor: El reparto
Lo peor: Casi imposible enterarse de algo si no se sabe mucho de economía
14 de enero de 2016
38 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejaré de lado todos los diálogos y situaciones que dejé pasar por estar mirando el ojo de Christian Bale y comentaré en breve las sensaciones que me dejaron esta película. No soy un experto en economía y los conceptos que fueron explicados sinceramente se han ido de mi cabeza como la espuma de las olas. Pero para tratar un tema que al inicio no era de mi interés, la película nos presenta lo monstruosa que es una ideología como el Capitalismo y el culto religioso al dinero: un sistema fallido que ve a las personas como cifras. El final es duro, realista, donde las ambiciones de los personajes se detienen al conocer la tragedia que se avecina y los verdugos quedarán impunes. Un sistema de la culpa que apunta con el dedo a quienes consideran responsables, sólo por el simple hecho de necesitarlos para justificar su silencio y su papel: pobres, inmigrantes, maestros. Y todo esto sucede bajo nuestras propias narices.
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