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La vida de JagnaAnimación

Animación. Drama. Romance La historia de una campesina, Jagna, obligada a casarse con un granjero rico y mucho mayor, Boryna, a pesar de que ella está enamorada de su hijo, Antek. Con el tiempo, Jagna se convierte en objeto de la envidia y el odio de los aldeanos, y tiene que luchar para preservar su independencia. Ambientada en la campiña polaca en la cúspide de los siglos XIX y XX, los giros dramáticos de la historia se relacionan con los cambios de estación, ... [+]
Críticas 15
Críticas ordenadas por utilidad
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Naroa Lopetegi Iruña (España)
8
3 de diciembre de 2023
3 de diciembre de 2023
21 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
ARGUMENTO:
Nos situamos en una aldea polaca, siglo y medio atrás en el tiempo. Allí vive Jagna, una belleza en edad casadera, que es objeto de deseo tanto de los jóvenes del pueblo como de los terratenientes viudos… Incluso su madre ve en ella un buen negocio, por los pingües beneficios que ha de deparar su boda.

¿POR QUÉ LA ELEGÍ?
Porque sentí un flechazo cuando vi el trailer. Así de simple. No podía privar a mis ojos de la contemplación de esas preciosas imágenes. Husmeando, vi que la pareja de cineastas que firman esta cinta crearon hace unos años ‘Loving Vincent’, una de esas películas que siempre he querido ver, pero que nunca he visto. Tuve claro que, esta vez, no podía dejar pasar esta película de animación con protagonistas de carne y hueso, y aunque tuve que recorrer más de 150 kilómetros para plantarme en el cine más cercado que la programaba en versión original, cogí el coche sin ningún remordimiento.

DESDE MI PUNTO DE VISTA
Y si hubieran sido 300, también debería haberlos recorrido, so pena de privar a mis pupilas de dos horas de masaje.

Y es que, tal y como recuerdo que me sucedió con ‘El callejón de las almas perdidas’ de Guillermo del Toro o ‘Retrato de una mujer en llamas’ de Celine Sciamma, mi disfrute con ‘En nombre de la tierra’ no provino tanto del aspecto narrativo, preponderante al máximo en el 99% de mis experiencias cinéfilas, sino que me llegó desde lo visual. En este caso, de forma aún más intensa y acusada que en los otros dos precedentes. De hecho, durante el visionado tuve que auto-recordarme varias veces que no podía olvidarme de degustar la continua sucesión de obras de arte pictóricas que desfilaban por la pantalla. Y es que, claro, al cabo de media hora, de una hora, de hora y media… tu cerebro deja de registrarlo todo con el pasmo inicial. Y sentía así cierta culpabilidad por no excitarme más con determinadas composiciones que, a buen seguro, debieron requerir un titánico esfuerzo del equipo de la película.

He de aclarar, no obstante, que no salí del cine sintiendo que había estado en un museo. Tal y como me había parecido en el trailer, también la trama suscitó mi atención, y fue esa conjunción narrativo-visual la que, perfectamente maridada, logró satisfacer las altas expectativas que me había creado. La historia, basada en la novela ‘Los campesinos’ (firmada en 1956 por el nobel W. S. Reymont), arranca en el otoño de esa aldea polaca marcada por los ciclos del trabajo de la tierra. Conocemos entonces a Jagna, y comprendemos rápidamente el entorno en el que le toca vivir, la presión social que recaía sobre una joven casadera como ella. Las tradiciones, costumbres, ritos y disfunciones del mundo rural más profundo son el hilo conductor de la narración, y al subirnos a los zapatos de la protagonista, nos toca enfrentarnos a las dificultades e injusticias que tanto limitaban (quizá emplear el tiempo pasado sea de un optimismo naif) las vidas de las mujeres de esas aldeas recónditas. Al ya reseñado carácter pecuniario de su condición de eventual esposa hay que añadir muchos otros aspectos, siendo los más reflejados en la película los del chismorreo del vecindario y las envidias de otras mujeres del pueblo. Sin que el guión pretenda, en absoluto, beatificar a Jagna, consigue que empaticemos profundamente con ella, sobre todo en sus momentos más peliagudos. Personalmente, ese postrero gesto que protagoniza, cuando desnuda, embarrada y magullada se pone en pie y levanta la cabeza, me pareció un maravilloso ejemplo de empoderamiento.

Lo narrativo, pues, sirvió de correcto acompañamiento. La película, empero, no me habría dejado un poso especialmente duradero solo desde ese prisma. Si volví del cine con ganas de peroratar sobre ‘En nombre de la tierra’ es por esa belleza visual que, desde el primer hasta el último fotograma, me aturdió. Por momentos, me cortó la respiración. No estamos ante meros dibujos animados, obviamente. Aquí hay actrices y actores reales, localizaciones físicas verdaderas. Pero lo que asoman finalmente a la pantalla son las versiones gráficas de esas realidades, pasadas por el tamiz de la rotoscopia y la pintura al óleo. Hasta 40.000 «cuadros» han sido necesarios para componer esta obra de arte, que responde a tal denominación con todas las de la ley. Y es que quienes vemos la película no debemos fundamentar nuestro reconocimiento al equipo autor por el esfuerzo que han hecho, por el tiempo empleado, por la minuciosidad que con toda seguridad ha caracterizado hasta el más mínimo detalle del metraje… Lo bueno, lo verdaderamente valioso, es que todo ese titánico trabajo tiene el efecto de agasajar al espectador, de crear un producto disfrutable, precioso, bello hasta la extenuación.

Quien cometa la torpeza de ver ‘En nombre de la tiera’ en la tele de casa (no digamos ya en una tablet, o peor aún en un puto teléfono móvil) difícilmente podrá calibrar la magnitud de la obra que está consumiendo. Para el argumentario de quienes defendemos a capa y espada la insondable diferencia que existe entre ver una película en el cine o en casa, esta propuesta polaca es todo un regalo. Pagar solo 8 euros por estas dos horas de desparrame artístico es indecoroso, deberían incluir en el ticket un número de cuenta por si queremos hacer una contribución post-visionado. Prometo que, por mi parte, no tardaré en compensar a los Welchman: corregiré mi dislate de tener pendiente, seis años después, ‘Loving Vincent’.

https://alliayeraquiahora.wordpress.com/2023/12/03/critica-de-cine-en-nombre-de-la-tierra
Miquel Barcelona (España)
9
3 de diciembre de 2023
3 de diciembre de 2023
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película es muy entretenida y no es aburrida como dijo algún crítico profesional. Desde el principio te transporta a un mundo campesino y sus tradiciones del siglo XIX y XX en Polonia a través de la técnica de pintura óleo. Se pintaron ¡40.000 cuadros para esta película! Está basada en los 4 tomos del libro Chłopi („Los Campesinos”) que representan las cuatro estaciones, y no es un cualquier libro, dado que ese mismo libro obtuvo en el año 1924 un premio de Nobel en literatura (escrito por el novelista Władysław Stanisław Reymont).
El hilo principal es la relación de Jana y Boryna y si quisieran centrarse en otros temas descritos en el libro, se necesitarían 3 películas.
La película basa en el libro pero se centra en la figura de Jagna. ¿Ella es la víctima o quizás la ganadora?

La película reencarna los cuadros de la época pintados por los mejores pintores polacos. Podemos observar los “cuadros vivos” de Józef Chełmoński, Ferdynand Ruszczyc, Leon Wyczółkowski, Julian Fałat czy Alfred Wierusz-Kowalski.

Sr. Javier Ocaña escribió “ En nombre de la tierra es una acumulación de cuadros; de cuadros no especialmente buenos”. Y no sé si es por ¿la ignorancia o estupidez?

No podemos olvidar de la fantástica música que representa toda la población eslava con influencias Balcánicas (también son eslavos).

La actuación del Sr. Baka es impecable.
videorecord madrid (España)
8
17 de noviembre de 2023
17 de noviembre de 2023
10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de ver esta película no puede haber ninguna duda de que el cine es el séptimo arte, una maravilla visual que estremece en todos los sentidos. En 2017"Loving Vincent" fue un film de animación asombroso simulando las obras de arte pintadas por Van Gogh. Quizá un guion flojo hacía que la historia no fuera lo buena que se merecía, pero el resultado era asombroso. Los dos directores de esta hermosa película eran el matrimonio polaco DK y Hugh Welchman.

Seis años después nos traen esta nueva película con una rotoscopia pintada al óleo increíble, un logro artístico que te deja con la boca abierta. El guion está basado en la novela "Los campesinos" (que es el título original) de Władysław Reymont, que se publicó a principios del siglo pasado y que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1924. En ella se describía durante las cuatro estaciones del año la vida dura de un pueblo campesino en Polonia durante el siglo XIX.  

Aparte de mostrar muy bien las tradiciones culturales de la época, todo se centra en una joven guapísima llamada Jagna que su padre la vende a un viejo rico para que se case con él, pero ella mantiene en secreto una relación amorosa con su hijo Antek. 

Después de los altibajos de "Loving Vincent" se han superado claramente en esta nueva producción que tuvo muchos problemas de financiación durante la pandemia y con un guion más sólido y una animación más trabajada han conseguido una de las mejores películas del año.
Destino Arrakis.com
AngelsRup Bcn-Vigo-Malg-Mad (España)
9
30 de noviembre de 2023
30 de noviembre de 2023
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una maravilla que combina cine y pintura al óleo preciosa !!

"Los campesinos", o El nombre de la tierra, es la historia de una comunidad agraria a finales del siglo XIX, donde una bella joven, de espíritu libre, llamada Jagna, que vive en esa aldea campesina, alejada, en Polonia es desposada, presionada por su madre, por el terrateniente más rico de la aldea y esto desencadena situaciones de celos, envidias, codicia, pasión, conflictos, celebraciones fascinantes, seguidos por caos y tragedia.

La historia se basa en el libro "Los campesinos" escrita por el premio Nobel W.S. Reymont hace 99 años, una obra literaria de obligada lectura en los colegios de Polonia.

La película es de animación, donde cada uno de los fotogramas es una pintura al óleo. Con un total de más de 40.000 (cuarenta mil!) pinturas al óleo, la película fue rodada inicialmente con actores reales, en un estudio, con fondos croma. Cada escena muestra personajes, animales, paisajes, casas, figurantes, etc para lo cual, después de rodarla con personas como personajes principales, luego se pintaban completándolas con todos esos fondos y detalles.

Las obras de arte, porque cada fotograma, cada uno de esos cuadros al óleo, son obras de arte, fueron realizadas por varios estudios artísticos, en Polonia, Serbia y Ucrania, donde un total de más de 140 artistas, trabajaban cada uno en las escenas o personajes encomendados, quedando cada cuadro clasificadosegún el artista que lo pintaba y según cada parte de la película. Cada vez que hay un movimiento de una persona, de un animal, de una hoja o nube del paisaje, había que hacer un cuadro nuevo.

Está película combina fantásticamente el cine, la pintura al óleo y la música, como ya hizo de forma proverbial su tándem de Directores, matrimonio, Hugh y DK Welchman en su anterior maravilla de película, Loving Vincent, sobre Van Gogh.

La música es, acorde al conjunto, una fabulosa banda sonora compuesta por Lukasz Rostowski, en la que hay parte de música tradicional reconstruida con instrumentos del folklore, pero que suena moderna, vistosa, maravillosa, a veces introduciendo coros con mucho tino.

Una maravilla de disfrute visual y auditivo.
Cinemagavia Madrid (España)
8
1 de diciembre de 2023
1 de diciembre de 2023
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
*No heredarás la tierra

A Jagna le ocurre la vida, las acciones de los hombres, las habladurías y el resentimiento de las mujeres, el matrimonio y la muerte, la alegría, el baile, y la violencia, toda ella. Vive en una sociedad fundada en binarismos: propietario o jornalero, ángel del hogar o arpía. Este sino social no solo asfixia sino que obliga a cumplir con objetivos y un rol individual fijados, frente a ello, Jagna destaca como una nota disonante.

En nombre de la tierra sugiere una reflexión amplia sobre la posesión de la tierra, si esta implica arrasar sin miramientos y estrujar la belleza. Así la naturaleza se convierte en un lienzo de metáforas. A través de los fotogramas, las aves migran en otoño para buscar otro hogar y, al llegar el verano, la fruta se pudre al no soportar el calor. Una cigüeña no puede volar al tener un ala rota, y un escarabajo no puede seguir su camino al quedarse atrapado sobre su propio caparazón: animales atrapados en sí mismos.

*Las estaciones del tiempo

De otoño a verano, Jagna va tallando su visión del mundo, modela su percepción y apuntala sus creencias. Pero no está sola durante esos meses, le acompañan pinceladas de movimiento sobre óleo. El viento balancea sus trenzas, todo tipo de pájaros transitan sus escenas y las transforman en organismos vivos.

En contraposición a toda esa pintura que se tambalea en acciones vibrantes, Jagna inmortaliza los accidentes vitales en trozos de papel. Recorta piezas de colores y los inmoviliza contra la pared para detener un baile o capturar el descenso de la nieve. Una artista que, dentro de la propia obra, pretende detener el tiempo, enmarcar momentos y permitir que penetre la plenitud del instante.

*Alza en lodo, siembra en polvo

Jagna trata de adaptarse a un pueblo que tiene valores y objetivos vitales inamovibles, pero una vez que brota la necesidad de vivir a su manera, esta no parará de crecer. Jagna vuelve a la tierra y esculpe la vida, abrazando su metamorfosis continua. Pues la tierra es voluble, devuelve lo que recibe, y sobrevive a la lluvia, la hoz y la sangre.

Escrito por Alba Puerto Martín
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