Supervivientes de los Andes

La primera visión cinematográfica de la famosa historia del avión que cayó en los Andes, sin demasiado cuidado por los detalles o realismo y si por epatar al espectador ávido de pan y circo Rene Cardona Jr. dirige esta dramatización de los hechos acaecidos tras la caída del avión en la cordillera de los Andes tratando de aprovechar al máximo la resonancia de ese hecho ocurrido en 1972. Sin entrar a juzgar la impresionante historia de la que partía, con una puesta en escena más que espartana y un cierto gusto por el gore blando el film se queda a medias en sus intenciones y nos deja con un regusto que una película de Hollywood (Viven) y un documental (Stranded) intentarían corregir años después, con más éxito el segundo que la primera.

Esta película utiliza sin ningún pudor una experiencia llena de valor humano y de heroísmo, para hacer dinero deteniéndose en el tema de la antropofagía. Largas escenas de un personaje cortando restos humanos con la habilidad de un carnicero experimentado son la muestra de lo que se propone el director: Impresionar, dar asco.
El rigor histórico es mínimo. Las actuaciones son mediocres. El casting es muy malo.
La historia recordará esta película, hay que decirlo, por ser la primera que abordó el tema.

Contando con un presupuesto seguramente limitado, René Cardona hizo su mejor esfuerzo para representar un drama que no era nada fácil, tanto por la ambientación que requería toneladas de "nieve" en un estudio o millones de pesos en una locación real y entre una y otra se aventuró a filmar un drama de la vida real conocido a nivel mundial y basado en un best seller. Muy delicado tratar adecuadamente el tema de la antropofagia que NO canibalismo y lo logró sin adentrarse demasiado en las cuestiones éticas o religiosas, sin ir más allá de lo expresado por los supervivientes en la vida real. ¿Se podía haber hecho mejor? Seguramente sí pero hacían falta muchos millones más.

SUPERVIVIENTES DE LOS ANDES (1976)
Dir. René Cardona
Con Hugo Stiglitz, Norma Lazareno, Luz María Aguilar, Fernando Larrañaga, Lorenzo de Rodas, Pablo Ferrel, Leonardo Daniel, Sara Guasch, Ernesto Gallardo, Gloria Chávez, José Elías Moreno Jr., Miguel Ángel Ferriz, Carlos Cámara, Ernesto Parra, Sebastián Ligarde, Wilson Ovelar Fournier y Eugenio Villar Borja

7/10
Basado en el libro homónimo de Clay Blair Jr., está fue la primera película sobre este hecho real de 1972 que, tras ver La Sociedad De La Nieve, me dió ganas de hacer un rewatch de las dos películas anteriores.

Y sigo manteniendo mi postura de que está película de 1976 me gusta…

Obviamente se nota las limitaciones en tema de presupuesto (cuando estamos en un estudio o en un lugar real), en eso claramente las dos que siguieron la superaron en ese sentido y que no tiene grandes actuaciones (y eso que tiene nombres reconocibles), hasta tal punto que no sabes cuál es cuál e incluso falta de química y compañerismo, y que caen en escenas gratuitas.

Me interesó el guión de René Cardona que muestra el otro lado, aunque sea brevemente, los intentos de las búsquedas o la preocupación de los padres…

Pero el hecho real de por sí es muy interesante que nunca pierde el interés… y aunque no viví esa época del estreno (que de por sí fue muy criticada pero muy exitosa, que hasta se vendió en Estados Unidos… con una edición muy diferente a la que se vió), fue la primera que ví sobre este caso real.

No me parece tan mala como la pintan, sinceramente.

América del sur, años 70. Un avión, en el que viaja un equipo uruguayo de rugby, sufre un fallo en pleno vuelo sobre las nevadas montañas de los Andes y tiene que aterrizar de forma forzosa y violenta. Tras la muerte de la mayoría de los pasajeros y en mitad de la nada, los supervivientes sufren el terror de la soledad y el frío.

300/27(26/10/24) Decepcionante film mexicano sensacionalista, que llega a parecer una ‘suecada’ por la precariedad de medios que transmite. Relata la los hechos bien conocidos por varios libros, documentales, y tres películas con esta. La épica historia del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya con 45 pasajeros, en su mayoría un equipo de rugby y sus familias, que se estrelló en los Andes de camino a un partido en Chile, debido a varios errores, un equipo de rescate no pudo encontrar el lugar del accidente y los sobrevivientes quedaron atrapados en las montañas durante 72 días. Fue el primer largometraje referente al suceso y se rodó en México, con guion basado en el libro homónimo de Clay Blair Jr., con todos los nombres de los supervivientes fueron cambiados en la película, lo cual anula y mucha capacidad de conexión.

Dirige y adapta René Cardona buscando atraer al público con una historia aún candente en la cultura popular del momento, tirando sobre todo del amarillismo por la forma grotesca en que tratan el tema de la antropofagia de modo explícito, sin ningún respeto, sin el tratamiento místico que requiere el tema, sin transmitir la intensidad que nos estremezca, surge el tema sin imaginación alguna, de modo, mecánico (puaj!). Vemos de forma nauseabunda en primer plano como se raja la carne de la espalda de un enterrado en la nieve, sacándole lonchas de modo grimante hasta llegar a los huesos, y vemos, por si fuera poco, vemos como colocan las rebanadas a secar sobre el fuselaje, para luego asistir a como los náufragos pasan a recoger de modo frio las rodajas para comer sin que sintamos sensación alguna. Más adelante veremos la carne desollada y hasta un par de cuerpos a medio comer.

Y este tema central nuclear es sexteado por una ambientación pobre no! No lo siguiente! Con una escenificación el accidente que ya es premonitoria de lo que viene, con una maqueta ridícula, con esa risible nieve que se nota confeti blanco, con el marco del fuselaje con los náufragos que brilla de modo chusco es un estudio, nunca se ven planos panorámicos, nunca se ve el cielo con los varados, con esa bazofia de recreación de la avalancha, lo cual resta cualquier capacidad de inmersión, como lo anula la labor de proyección del sufrimiento de los roles, nunca se sienten personajes de carne y hueso padeciendo los rigores del entorno, todo es por imperativo del guion, y así que cuando surge la idea de la antropofagia se llega a sentir algo forzada. Añaden en paralelo a la odisea de estos supervivientes a los intentos en vano de algunos padres por encontrar a sus desaparecidos vástagos, aportando esto entre la nada y el zero, acompañado de actuaciones entre pobres y inocuas, puro relleno. Ello en una estructura narrativa plana, cuasi documental, con tramos extensos en que los personajes no hablan, pero lo que es peor, ninguno de ellos tiene entidad para que empaticemos con ellos, meros clichés sin alma, nos da igual si viven, mueren o se van de vacaciones a Acapulco. Y es que no hay un centro dramático, todo es tan coral como inane. Por si fuera poco, se suman unos diálogos sin sustancia alguna. Y llegados a su tramo final, la aventura de 9 días se resume de modo elíptico torpe.