Willy's Wonderland es un viaje a la serie B bien hecha. Un viaje al videoclub de los 80, donde la cinta más alquilada no tenía por qué ser precisamente el blockbuster de turno, sino que te podías encontrar con joyas que pasaban de puntillas por los cines, o ni siquiera pasaban, pero que acababan convirtiéndose en películas de culto que seguimos recordando y revisionando décadas después.

Nicholas Cage lleva ya unos años metiéndose en proyectos de este tipo, y hay que decir que con bastante acierto. Atrás quedaron sus años dorados en Hollywood que lo acabaron encaminando hacia papeles de héroe de acción y devorándolo posteriormente en el proceso, con cosas infumables como las películas de Ghost Rider, El Aprendiz de Brujo, Next, etc. Solo su aparición como secundario en Kick Ass daba esperanzas de recuperar al Cage que nos había dado tantos buenos momentos en los 90. Pero no. Cage se convirtió en el actor meme, en un paria de la industria que cada vez parecía hundirse más por intentar conseguir un nuevo blockbuster.
Por suerte ha conseguido hacer un reset a su carrera y ha empezado a participar en películas más pequeñas pero con más personalidad, como Mandy, Color Out of Space, Mamá y Papá...
Obviamente Willy´s Wonderland no es Mandy. No es una película para verla y que porque te guste te creas un sibarita cinéfilo. Willy's Wonderland es una gamberrada, pero una gamberrada muy bien hecha que saca más de una carcajada.

Aquí Cage es un personaje que queda atrapado en un pueblucho de la América profunda y al que le proponen pasar una noche de trabajo en un destartalado chiquipark, a cambio de los 1000$ que cuesta la reparación de su coche. Tan sospechosa proposición (sobre todo si te dejan ahí encerrado) no parece importarle a este tipo duro adicto a una especie de bebida energética llamada "Punch", y que no pronuncia una sola palabra en toda la película. Porque aquí Cage es un "fucker" de manual. De los que con una mirada son capaces de hacer que te hagas pis encima. De los que usan cinta americana para tapar sus heridas o para construirse un arma. De los que conducen un deportivo y que, a pesar de ser un hombre maduro, la jovencita de turno se queda encandilada con su presencia. Esto es un hombre, como bien expresa uno de los secundarios en un momento de la película.
Con toques de slasher, la película es claramente una comedia, pese a que parece que hay críticos profesionales que esperaban pasar miedo y la fusilan porque no lo da. Pero bueno, como si Scream y otras películas similares diesen miedo.
Para la ocasión, como némesis de Cage, tenemos a un grupo de muñecos animatrónicos asesinos con evidentes reminiscencias a la saga de videojuegos de terror Five Nights at Freddy's, de la que también están preparando una película y que ya aventuro que va a ser bastante peor que esta. Unos engendros que deben ser aterradores y casi indestructibles para tener a todo el pueblo acojonado, pero a los que Cage va machacando casi a manos desnudas uno a uno.
Cage se erige en el auténtico macho prototípico que se comería a Rambo con patatas, le daría una tunda a John McClane y destrozaría al T-800 con un palo de fregona. El hombre que todos aspiramos a llegar a ser algún día. Tan evidente es la parodia que sorprende que haya quien no lo pille.

Hay que ver Willy's Wonderland y gozarla con sus excesos y sus carencias, porque es una película hecha para divertir. No busca nada más. Así que buscar algo más en ella es tontería.
Tampoco es una película que busque regodearse en lo ridículo de su argumento o que esté mal hecha aposta para aquellos que buscan fagocitar basura mientras se atiborran a cerveza tipo Tornado de Fuego, Sharknado o cualquier otra película de The Asylum y SyFy.

Y vale, puede que no sea tu cumple, pero te lo pasarás genial igualmente.