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Bundesliga: Was ist los? (¿Qué te pasa?)

Jesús Humberto López ESPN

¿Qué le está pasando a la Bundesliga que está viendo caer a varios de sus equipos más emblemáticos a la Segunda División?

Sin temor a equivocarme, la Bundesliga de Alemania es uno de los campeonatos de fútbol más importantes del mundo. El balompié germano se ha caracterizado en los últimos años por presumir un modelo estructural y financiero que es ejemplo no sólo para Europa, sino también para el resto del planeta.

Sin embargo, algo está pasando a nivel de clubes que ese bien hacer de la liga, no se replica en algunos equipos, no sólo en el plano económico sino muy particularmente en el terreno deportivo. ¿Qué le está pasando al fútbol alemán que desde hace algunos años ve con asombro que equipos históricos, de gran calado, con aficiones numerosas y pasionales, están cayendo a las fauces de la Segunda División?

A lo largo de los años, particularmente desde 1974, año en que fue creada la categoría de plata de la Bundesliga, hemos visto ascender y descender clubes de prosapia, de añeja tradición, incluso a campeones que lo fueron en otras épocas. Hasta cierto punto, eso es algo lógico y normal que vemos en casi todos lados. Pero lo que ha sucedido en los últimos 5 años nos ha dejado con la boca abierta.

Empecemos con el que es, quizá, el caso más representativo: el Hamburgo S.V., mejor conocido como el Dinosaurio (por aquello de que es uno de los clubes más antiguos de Alemania). El equipo oriundo del puerto más importante del centro de Europa y seis veces campeón de liga, jugó con fuego desde el 2011 cuando empezó a merodear la zona del descenso, la cual eludió casi por milagro los siguientes años, hasta que el 12 de mayo de 2018, la Diosa Fortuna dejó de sonreírle y por primera vez en su historia, cortó sus 55 temporadas consecutivas en primera división. El campeón de la Recopa de Europa de la 76-77 y de la Copa de Europa 82-83 pagó caro la mala gestión de sus recursos futbolísticos y sobre todo financieros, obligándose a jugar en una categoría que jamás le correspondió, presumiendo por años no haber dejado nunca de pertenecer al máximo circuito. Tres años suman ya los también llamados Rothosen (pantalones rojos) en la Zweiter Bundesliga, y aunque se han quedado muy cerca del retorno, han fallado a la hora buena.

Dos años antes de la caída del Hamburgo, fuimos testigos del desplome del VfB Stuttgart. Die Schwaben (Los Suabos) concluyeron en el lugar 17 de la temporada 2015-2016, descendiendo automáticamente a segunda. Este equipo, que en el 2007 había levantado la Meisterschale con los mexicanos Pável Pardo y Ricardo Osorio, también fue presa de malos manejos financieros que se tradujeron en salarios infladísimos y escasos ingresos por la venta de jugadores, amén de numerosos cambios en la dirección técnica, provocándose una indeseada inestabilidad. Afortunadamente para los rojos, su paso en la división de ascenso fue efímera y regresaron a la Bundesliga 1 al año siguiente. Pero ojo, estamos hablando de un club con tres Bundesligas, tres Copas y una Súper Copa Alemana. Es decir, el Stuttgart tampoco es cualquier hijo de vecino.

Como un común denominador en el fútbol alemán, existen equipos que son considerados como “sube y baja”. Son aquellos que nos tienen acostumbrados a estar un año en primera, uno o dos en segunda y luego reiniciar el ciclo, en una especie de círculo vicioso. Sin demasiada crítica al respecto, pero eso es para lo que les alcanza. Entre estos clubes están el FC Köln, el FC Nürnberg, Fortuna Düsseldorf, Paderborn, FC St. Pauli y hasta el Hannover. Existen otros que lograron la hazaña de ascender y consiguieron mantenerse en la máxima división más allá de uno o dos años, como por ejemplo los que juegan en la capital, el Hertha y el Union Berlín.

Sin embargo, ¿qué ocurrió la temporada pasada para que, de un sólo golpe, el hoyo negro del descenso se tragara a dos equipos verdaderamente históricos, campeones en su momento y acostumbrados a pelear puestos europeos año tras año? Sinceramente, no lo he podido creer. En paquete, el Werder Bremen y el Schalke 04 fueron expulsados de la mesa de los guapos por sus pésimos resultados y la nula reacción que manifestaron para revertir la crisis en la que se vieron inmersos a lo largo de la temporada pasada. En el caso de Die Knappen (Los Mineros) de Gelsenkirchen tuvieron un inicio caótico donde hilvanaron 14 partidos sin ganar (30, sumando la temporada próxima anterior), terminando últimos de la clasificación con ¡sólo 3 triunfos! y 16 puntos en total. Pasaron 30 años en Primera División después de haber ascendido en la campaña 1981-1982. Un desastre.

Y lo que le ocurrió al Werder Bremen es una auténtica catástrofe. Los verdiblancos son uno de los equipos más importantes en la historia de este deporte en Alemania. Fundado en 1899, los hanseáticos presumen cuatro títulos de liga y son los segundos máximos ganadores de la Pokal con seis trofeos. En el plano internacional conquistaron la Recopa de Europa en 1992 y la Copa Intertoto en la 1997-1998. La temporada antepasada jugaron la promoción ante el Heidenheim y gracias al criterio de gol de visitante mantuvieron la categoría, es decir, se salvaron por un pelo. Pero en el pasado curso, teniendo en sus manos la salvación, perdieron en casa en la última jornada ante el Borussia Mönchengladbach para ubicarse en la penúltima posición de la tabla, con la consecuente sentencia condenatoria.

¿Qué le está pasando a la Bundesliga que está viendo caer a varios de sus equipos más emblemáticos a la Segunda División? ¿Acaso el atractivo de la actual campaña no sea el conocer si mantendrá o perderá el FC Bayern München el reinado que ha ejercido en el balompié germano por casi 10 años, sino el adivinar qué otro equipo grande e histórico es engullido por las fauces del descenso? Me parece que este fenómeno, pocas veces visto en las otras grandes ligas europeas, deberá ser analizado por los hombres de pantalón largo de la Deutscher Fussball Liga con el objeto de evitar que más equipos históricos y de prosapia se hundan en la mediocridad, como el FC Kaiserslautern, hoy en la Bundesliga 3.

Y no, no estoy diciendo que deban de “protegerlos” mañosamente dejando de lado a la justicia deportiva, que es la que siempre y en todo momento debe prevalecer. Aquel club que no maneje bien sus finanzas, no cuente con una sólida y confiable estructura organizacional y se empeñe en tomar decisiones erróneas para la conformación anual de su cuerpo técnico y plantilla, tendrá que pagarlo indefectiblemente en el terreno de juego con malos resultados, hasta llegar a la máxima pena: la pérdida de la categoría. Sin embargo, esto que pasa en Alemania es de llamar la atención. Siendo una competencia modelo a nivel mundial, la Bundesliga deberá tomar cartas en el asunto para evitar que su máxima división no pierda el brillo por el cual ha trabajado desde hace varios años. Porque tal parece que al día de hoy, su categoría de plata nos ofrece mayor atractivo y entretenimiento.