Un jubilado | Montevideo
@|A mi hija se le ocurrió abrir un negocio en Montevideo. Hace dos años que lucha como “patrón”, en un terreno que no tenía experiencia; sí muchos años como dependiente.

Los comerciantes de este país debemos lidiar con la inseguridad, la competencia informal, el vandalismo, etc.

Les cuento el caso de mi hija. Tomó tres empleadas cuyas historias han sido de terror.

Pero vamos al presente. De las tres que habrían logrado cierta estabilidad, una no concurre a trabajar porque está certificada por el médico, cuyo diagnóstico es trastorno de ansiedad no especificado, desde febrero de este año. De las tres quedaban dos, pero una de ellas, en estos días, también envió un certificado, y en su inocencia dijo que lo consiguió por teléfono.

Actualmente trabaja solo con una empleada. ¡Así es imposible salir adelante! Una persona invierte, arriesga, da trabajo y debe afrontar estos problemas. ¡Así estamos!

¡Uruguay nomá!