A lo largo de la vida conocimos periodismo panfletario, habitualmente calumnioso, normalmente adicto a medias verdades, ganado por la intención política disolvente o por obtener “rating”, o ambas cosas a la vez. En la prensa escrita decenas de años atrás destacaba “La escoba”. Parecía inimitable. Con titulares de guerra, de tamaño breve y dramático en la tapa, y un repugnante contenido, ignoraba el más elemental respeto por el honor y la privacidad de las personas. Tuvo continuadores. Hacia fines de la década del 60 del pasado siglo, sumando a los medios de inspiración “izquierdista” declaradamente proselitistas, apareció La República, que abrió camino en lo de transformar a la información en un pantano adecuado para anfibios, reptiles e insectos, entre otras especies.

Traeré a colación una de sus portadas memorables. En el comienzo de la veda electoral en noviembre de 1971, cuando la figura de Wilson Ferreira Aldunate aparecía con proyección preponderante en el Partido Nacional, y creciente en la opinión pública, tituló con letras de escándalo la siguiente falsedad: “A Wilson lo financia la Esso”. En aquel momento la única encuesta existente y publicitada -Gallup- decía que la lucha electoral era entre el Partido Colorado -con el presidente Pacheco Areco a la cabeza- y el Frente Amplio. Ganaron la elección los colorados por diez mil controvertidos votos al -ignorado- Partido Nacional, y el Frente filocomunista obtuvo la magra votación de un 20% del electorado…

Hoy, vivimos un vendaval de noticias tendientes a distorsionar hechos y descalificar a personas. Especialmente a quienes se oponen a la arremetida del conglomerado bolivariano, integrante del Foro de San Pablo y el Grupo de Puebla. Abunda información que rompe al vigente secreto procesal legal, emanada de oficinas fiscales, judiciales o administrativas o que quiebra la mínima reserva de expresiones recabadas por periodistas a ciudadanos merecedoras de esperable reserva.

Es notable cómo ante datos indiscutibles -mejores a 2019- que hacen a la situación razonablemente buena en el campo económico y social del Uruguay en el contexto latinoamericano, se les ignora. Desconociendo que ellos se han alcanzado pese a la acción destructiva de una oposición cerril y hechos de impacto tremendo como lo fueron la pandemia; la caída del peso argentino que castigó severamente a amplios sectores de nuestra producción y servicios con el turismo a la cabeza; a la sequía más grande de la que se tenga memoria que mermó a la producción agrícola y ganadera; y la alteración del mercado internacional por la guerra de Ucrania. Cada uno de estos males bajo un gobierno frentista habrían derivado a un terremoto impositivo y una crisis irreparable, comenzada con el propuesto encierro de la gente cuando el covid ¡Y la importación de la hasta hoy inexistente vacuna Sputnik de Rusia!

En las pasadas elecciones internas de los partidos de concurrencia voluntaria el “voto” más estridente fue el del 64% de la ciudadanía que no votó. El pantanal que mencionamos, sembrador de desesperanza puede ser un motivo, la falta de competencia interna caso del Partido Nacional otro, pero la inexistencia de una rebeldía multitudinaria y conmovedora desmintiendo a la imagen de lo mal que está la población extendidamente difundida por la oposición y el periodismo mayoritario fue la principal.