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¿Qué es el halving de bitcoin que viene y por qué puede hacer subir todavía más su precio?

El propósito que hay detrás del halving es limitar la oferta de nuevos bitcoins que entran en circulación para que el valor de estos pueda aumentar con el tiempo.

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Bitcoin: la referencia cripto
Bitcoin: la referencia cripto
Foto: Canva

Por: BBVA Asset Management
El próximo halving de bitcoin está previsto para abril de 2024, momento en el que la recompensa por minar un bloque nuevo de la red disminuirá a la mitad. Este evento reducirá la tasa a la que se crean nuevas criptomonedas y, por tanto, su inflación, limitando así el suministro total de bitcoins a 21 millones.

La criptomoneda reina del mercado empieza el año con buen pie. Desde enero de 2023 el precio ha pasado de unos US$ 16.500 dólares a unos US$ 52.000, según los datos de CoinMarketCap de los últimos días. En los próximos meses, bitcoin podría vivir nuevos cambios de precio, ya que para abril de 2024 se espera que se produzca un nuevo halving, el proceso por el que se reduce a la mitad el número de nuevos bitcoins que se entrega a los mineros que hayan incorporado nuevos bloques válidos a la cadena.

El propósito detrás de estos halvings es limitar la oferta de nuevos bitcoins que entran en circulación, lo que contribuye a la escasez y al modelo deflacionario de bitcoin. Al limitar la oferta, se espera que, si la demanda continúa o aumenta, el valor de bitcoin también pueda aumentar con el tiempo. Esto es parte del diseño económico y monetario de bitcoin, que busca emular algunas de las propiedades del oro, como la escasez y la resistencia a la inflación.

¿Cómo funciona?

El halving es un evento programado que ocurre aproximadamente cada cuatro años, o cada 210.000 bloques minados, en la red Bitcoin. Este evento reduce a la mitad la recompensa que reciben los mineros por validar y agregar nuevos bloques a la cadena, lo que afecta la tasa de emisión de nuevas criptodivisas hasta que la red haya producido el total programado.

La recompensa por minar un bloque comenzó en 50 bitcoins en 2009. Con el primer halving en 2012 se redujo a 25 bitcoins. En el segundo halving, en 2016, la recompensa disminuyó a 12,5 por bloque, y en el tercero, en mayo de 2020, bajó a 6,25. Estos procesos forman parte del algoritmo de minería de bitcoin. Esta es la forma de limitar el suministro máximo de bitcoins en 21 millones, alineándose con sus principios deflacionistas. Por eso el próximo halving será relevante, al implicar una nueva reducción en la oferta: cuando se produzca, los mineros recibirán 3,125 bitcoin por bloque minado.

Habrá decenas de operaciones de halving más, hasta que los 21 millones sean emitidos, algo que sucederá alrededor del año 2140, de acuerdo con el protocolo de Bitcoin. A enero de 2024 hay en circulación más de 19,59 millones de bitcoins, el 92% de la emisión total, según los datos de Messari.io.

El halving está intrínsecamente vinculado al consenso de la red, y aquí es donde entran en juego conceptos como la prueba de trabajo y la prueba de participación.

La tecnología de la cadena de bloques permite realizar un registro único de información, haciendo posible la transferencia de datos sin intermediarios, lo que aporta seguridad y transparencia. Los mecanismos de consenso son los protocolos o algoritmos que utilizan las redes descentralizadas para lograr un acuerdo sobre el estado de la red y la validez de las transacciones.

Existen varios mecanismos de consenso y cada uno tiene sus propias características y ventajas. Sus enfoques, aunque diferentes en implementación, comparten el objetivo común de mantener la confiabilidad y la descentralización en el corazón de la red de la cadena de bloques.

En la prueba de trabajo (PoW), “los usuarios de la red compiten entre sí, resolviendo un problema computacional complejo”, explica Andrés Fondevila, manager de Activos Digitales en BBVA Asset Management. “Los primeros de ellos en minar un bloque reciben una recompensa, que consiste en obtener nuevos bitcoins ‘minados’”, aseguró. Este proceso requiere una gran cantidad de energía y potencia de cómputo.

A diferencia de PoW, la prueba de participación (PoS) no depende de la resolución de problemas matemáticos complicados, sino que se basa en la posesión de monedas. En un sistema PoS, los participantes con una cantidad significativa de la criptomoneda tienen más probabilidades de ser seleccionados para validar bloques y recibir recompensas. Esto hace que sea un sistema más ágil y escalable, y con menor impacto energético.

Si bien Bitcoin utiliza PoW como algoritmo de consenso, otras blockchain han adoptado o están considerando la prueba de participación como su mecanismo de consenso principal, como ya ha hecho Ethereum. Sus características por reducir los costes de computación y disminuir el consumo de energía le valieron el reconocimiento de MIT Technology Review como una de las tecnologías emergentes de 2022.

Ambos enfoques tienen ventajas y desventajas, y la elección entre ellos a menudo se reduce a consideraciones sobre descentralización, seguridad y eficiencia energética.

La seguridad de la red.

El halving es una parte fundamental de la dinámica económica de bitcoin, diseñado para controlar su oferta y ser un bien escaso. Su relación con la prueba de trabajo destaca la importancia de la seguridad y la competencia en la minería, mientras que la prueba de participación ofrece una alternativa más eficiente y sostenible.

También se espera que este proceso tenga un efecto positivo en la seguridad de la red. Según el Observatorio Blockchain, a medida que la recompensa para los mineros disminuye, solo los más eficientes y con costos de electricidad más bajos seguirán minando. Por lo que todo el proceso, además de controlar la oferta de bitcoin, debería derivar en una red más segura y resistente.

Como contrapartida, el hecho de que la práctica del halving reduzca la recompensa obtenida por minar hace que el minado sea menos atractivo. Esto puede hacer que se reduzca el número de participantes en esa red, lo que también reduce su descentralización. “Sin embargo, esta reducción se ajusta con el tiempo, ya que un menor número de participantes vuelve a hacer atractiva la recompensa, lo que acaba atrayendo nuevos mineros”, apunta Andrés Fondevila.

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