COPA DAVIS

Copa Davis

Bautista y Alcaraz devuelven a España a su lugar entre los mejores de la Davis con un pleno de victorias

Sus triunfos ante la Francia de Fils y Humbert confirman la clasificación del equipo para la Final a 8 de Málaga en noviembre

Alcaraz, ante Humbert, este viernes.
Alcaraz, ante Humbert, este viernes.Kai FörsterlingEFE
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Una fase de grupos de la Copa Davis suena a trámite para España, el tercer país con más títulos en la historia, pero en realidad no lo es, más bien todo lo contrario. Detrás del destello que provoca Carlos Alcaraz existe un oscuro vacío generacional y el equipo podría pasar muchos años sin luchar por otra Ensaladera. ¿Qué le salva? En primer lugar, el compromiso del propio Alcaraz, ya presente en 2022, el único Top 15 en competición esta semana. En segundo lugar, el aguante de la generación dorada, todavía viva, representada por Roberto Bautista a sus 36 años. Y en tercer lugar, el interés de la afición por la Davis, un valor que le lleva a organizar la Final a 8 desde que existe como formato, antes en Madrid y ahora en Málaga.

Una fase de grupos de la Copa Davis suena a trámite para España y sólo lo puede acabar siendo gracias a la unión de todos esos factores. Este viernes, en un abarrotado Pabellón de La Fonteta de Valencia, el equipo que capitanea David Ferrer confirmó su clasificación matemática para la Final a 8 después de superar a Francia por la vía rápida y sumar su segundo punto de dos posibles.

Si había lugar para la debacle, alguna opción de sufrir una decepción como la del año pasado, esta vez no lo pareció. Después del pleno de triunfos el miércoles ante República Checa, Bautista y Alcaraz mantuvieron su racha ante los galos Arthur Fils y Ugo Humbert con un juego todavía mejor. Porque la Copa Davis apenas reparte puntos y entrega todavía menos dinero en premios, pero siempre ofrece alegría, frescura, ideas. Cuántos tenistas crecieron al levantar una Ensaladera, el último el actual número uno, Jannik Sinner. Bautista y Alcaraz llegaron con dudas en su tenis por una mala gira estadounidense y se marcharon con otro ánimo. Especialmente el primero.

El Alcaraz más Alcaraz

Si Alcaraz llegaba mustio, se va eufórico. Si llegaba exhausto, se va fresco. Si llegaba perdido, se va inspirado. En la primera jornada ante el checo Tomas Machac había mantenido las dudas pese a la victoria, pero este viernes ante Humbert fue el tenista que ha sido siempre. Concentrado y enérgico, apenas ofreció opciones a su rival. En la semana mágica del español en el último Wimbledon, Humbert le había complicado la vida hasta arrebatarle un set, pero esta vez estuvo lejos de hacerlo. De hecho, en el último juego del partido contó con cuatro bolas para celebrar su primer break y Alcaraz las salvó todas antes de cerrar su victoria por 6-3 y 6-3.

El actual número tres del ranking ATP respondió en todo momento a un plan: después de los muchísimos errores no forzados cometidos ante Machac tenía que reducir el 'show' y así rebajaría los problemas. Con un juego menos arriesgado que de costumbre -por ejemplo, no ganó ni un punto en la red-, el español se dedicó a mover a su adversario y a perderle en su juego. Le funcionó. Humbert, zurdo y creativo, no supo cómo atacar a un Alcaraz defensivo y acabó entregando el encuentro y la eliminatoria. No estará Francia en la Final a 8, de hecho no lo ha estado nunca desde que en 2018 cambió la Copa Davis.

"Jugar en casa siempre es especial. Ha sido un partido muy completo. Personalmente esta es una de las competiciones que más ilusión me hace ganar", comentó Alcaraz antes de probablemente cerrar su participación en la fase de grupos. Con poco en juego, ya no disputó el dobles, del que se encargaron Marcel Granollers y Pablo Carreño y el domingo ante Australia quizá también descanse. Tiene por delante, la Laver Cup de la semana próxima y la inminente gira asiática. Y tiene las espaldas cubiertas.

La remontada de Bautista

Como ocurrió ante República Checa, Bautista se reivindicó ante Francia, su figura, su carácter, su estilo. A escasos kilómetros de casa y vitoreado por el público valenciano -"¡Rober, Rober, Rober!"- el ahora 62 del mundo se creció para una de sus mejores victorias en los últimos tiempos, ante Fils, por 2-6, 7-5 y 6-3. "Ha sido uno de los partidos más difíciles de mi carrera. Él estaba bordando el tenis. Yo no tenía nada más que ponerle huevos para seguir ahí. Este partido lo tendré siempre en mi corazón", reconocía después de una remontada eléctrica. Después de reaparecer desde lo más profundo.

Porque Fils estaba inspiradísimo, pegador, volaba a sus 20 años hasta que Bautista le saltó encima. En el segundo set, el francés, que ya se había llevado el primer periodo, sacaba para cerrar el encuentro cuando empezó a temblar. Un mal saque, un errorcito. Era el momento de Bautista. Le rompió el servicio y le rompió el ánimo. A partir de ese momento el español ya sólo podía ganar ante un rival tembloroso, perdido, sentenciado.