Es un sueño húmedo, obra del diseñador Arseny Kostromin, que ha trabajado en VW, Renault, Génesis y ultimamente en el Koenigsegg Gemera
Un diseño limpio y elegante, sin florituras barrocas, especial atención al alerón en 3 partes y el Akrapovic, que bonito queda el culo con un solo escape central redondo y de tamaño contenido
Ya sabes que es por Nuvolari, un mosssstruo Tazio Nuvolari: Nasío pa corré PUBLICADO EL 1 ABRIL, 2019 HABLEMOS DE COCHES Hoy en HablemosDeCoches os vamos a hablar de una de esas figuras que marcan un antes y un después en la historia de un deporte. Hoy os traemos la historia de Tazio Nuvolari. Tazio Nuvolari, un buen currículum Era un 16 de noviembre como otro cualquiera, en 1892. Un día normal en Castel d’Ario, un pequeño pueblecito Italiano. Nadie podía prever que el bebé que nació ese día había nacido para marcar a fuego la historia de la automoción y se convertiría en campeón europeo de motociclismo y automovilismo. Categoría Grand Prix, 350cc, ganador de la Mille Miglia en dos ocasiones, 24 horas de Le Mans… Un monstruo. Y no pudo correr en Formula 1 porque se retiró en 1950, que es el año en que arrancó esta competición, si no también la gana. Tanto era así que le llamaban Il campionissimo, o Il Mantovano Volante entre otras cosas. El propio Enzo Ferrari se refería a él cariñosamente como Nivola. Ojo al mono ignífugo de los pilotos de antes En su juventud el panorama estaba calentito, con la Primera Guerra Mundial (por aquel entonces sólo la llamaban la Gran Guerra, si les llegan a decir que sólo era la primera se cagan). Y claro, el se dedicó a lo suyo: conductor de ambulancias de la Cruz Roja, conductor de camiones, conductor de coches oficiales… Hasta que un día, coge una moto, y revienta todas las competiciones. Nuvolari y Alfa Romeo, amor del bueno Alfa Romeo se encontró con un problema. Uno de sus pilotos más aclamados, Antonio Ascari, falleció, por lo que buscaron un sustituto. Nuvolari estaba con ganas, y probó el Alfa Romeo P2 Gran Premio. Acabó saliéndose del circuito en donde lo probaban, y dándose una hostia de mucho cuidado, porque la conducción de Tazio era tan extrema que dejó los neumáticos a cero. Tazio tuvo lesiones serias por este accidente. 12 días después gana en Monza el GP de las Naciones con su moto. Porque estaba hecho de otra pasta y punto. Nuvolari y Ferrari. No cabe tanta genialidad en una sola foto En 1928 crea una escudería y empieza a dedicarse más a los coches, era la Scuderia Nuvolari. No les iba demasiado bien, de hecho básicamente la financiaba Tazio con lo que ganaba de sus victorias compitiendo en moto. Finalmente, entró en una escudería nueva y que quizá os suene: la Scuderia Ferrari. La victoria imposible Tazio fue ganando relevancia en el país. En aquella época la política estaba muy calentita y el motor era una competición en la que no sólo trababan de ser los más rápidos, sino que unos países demostraban que eran técnicamente mejores que otros. En esta época Nuvolari se hizo muy famoso. Tanto que, Gabrielle d’Annunzio, un político y literato relevante, le regala una tortuga de oro públicamente. “Al hombre más rápido, el animal más lento”. Este era el panorama cuando Nuvolari se desplazó a competir en Nürburgring, Alemania, en 1935. Nuvolari se fue con un viejo Alfa Romeo P3 de 265 hp competir contra lo más florido de la técnica y de los pilotos alemanes. En aquel momento había en pista un Mercedes Benz W25 de 375 hp, y cuatro Auto Union Tipo B de 375 hp también. La diferencia era de más de 100 hp, y encima no corría en casa, sino que se había ido a un país que estaba en su punto más álgido de sentirse superior al resto de Europa. Tazio Nuvolari se alzó con la victoria más épica de toda la historia de la automoción. Jamás ningún piloto hará algo semejante otra vez. Fue tan inesperado que los alemanes ni siquiera tenían el himno italiano, pero Nuvolari, por si acaso, lo había llevado y se lo cedió para que sonase mientras estaba en el podio. Esta es la historia de Tazio Nuvolari, el Italiano que humilló a Alemania justo antes de la Segunda Guerra Mundial. Nacido para correr. No es de extrañar que la primera curva del Jarama se llame Nuvolari en su honor.
Muy chulo. Parece q no lleva suspensiones, porque hay sólo 2 mm de hueco entre neumático y carrocería.