Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
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comunidades de origen del suroeste de la
República Dominicana
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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de origen del suroeste de la República Dominicana
Efectos de la migración
internacional en las
comunidades de origen
del suroeste de la
República Dominicana
Gonzalo Ramírez de Haro (dir.)
Dolores Brandis
Teresa Cañedo-Argüelles
Teba Castaño
Luis Escolano
Instituto Panamericano de Geografía e Historia
Sección Nacional de República Dominicana
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
5
Sección Nacional
de República Dominicana
IP GH
Consejo Directivo
Bolívar Troncoso Morales
Presidente
Héctor Luis Martínez
Vicepresidente
Comisión de Geografía
Jorge Quezada
Comisión de Historia
Fernando Pérez Memén
Comisión de Cartografía
Ismael Antonio Alvarado
Comisión de Geofísica
Eugenio Leopoldo Rivera
Gonzalo Ramírez de Haro (dir.)
Dolores Brandis, Teresa CañedoArgüelles, Teba Castaño,
Luis Escolano
Efectos de la migración internacional
en las comunidades de origen del
suroeste de la República Dominicana
Investigación auspiciada por la
FUNDACIÓN CAROLINA
Editor
Héctor Luis Martínez
Diseño
Amado Alexis Santana Chalas
Corrección
León Félix Batista
ISBN: ***********
Impresión
Editora Búho
6
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
ÍNDICE
Presentación ............................................................................. 9
Bolívar Troncoso
Introducción ......................................................................... 21
PRIMERA PARTE
El Valle de Neiba
Características del medio físico.............................................. 33
Evolución histórica del valle entre los siglos XVIII y XX ....... 41
Población, condiciones de vida y estructura
de propiedad de la tierra ....................................................... 73
SEGUNDA PARTE
El proceso migratorio hacia España y sus efectos
sobre los niveles de pobreza en el Valle de Neiba
El proceso migratorio hacia España y la llegada de remesas .. 95
Efectos sobre los niveles de pobreza..................................... 119
TERCERA PARTE
Otros efectos en la localidad de Vicente Noble
La formación del núcleo urbano ......................................... 129
Efectos en la vivienda y el paisaje urbano ............................ 145
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
7
Efectos en la actividad económica y el empleo .................... 155
Efectos en la organización familiar ...................................... 163
Efectos sobre la desigualdad y la organización comunal ...... 177
Efectos sobre las identidades ............................................... 189
CUARTA PARTE
Los actores de cambio y el codesarrollo
Reflexiones sobre los actores y el codesarrollo...................... 203
QUINTA PARTE:
Conclusiones y propuestas
Conclusiones y propuestas................................................... 221
Bibliografía.......................................................................... 235
8
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
PRESENTACIÓN
Esta interesante obra sobre los efectos de la migración de
dominicanas, en su mayoría, y dominicanos que han migrado a
España, sobre sus comunidades de origen localizadas en la Hoya
del lago Enriquillo, es el resultado de la investigación realizada
por los expertos españoles Gonzalo Ramírez de Haro, Doctor en
Economía y profesor de Economía del Desarrollo de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, responsable de la investigación;
Dolores Brandis, especialista en Geografía Urbana y profesora de
Geografía en la Universidad Complutense de Madrid; Teresa
Cañedo-Argüelles, Dra. en Historia y profesora Titular de Historia de América en la Universidad de Alcalá de Madrid y Presidenta del Instituto de Estudios Panamericanos (ISDIBER); Teba Castaño, experta en Antropología americana y evaluación de proyectos de cooperación al desarrollo y ecodesarrollo; y Luis A. Escolano G., Doctor en Historia; y financiada por el Centro de Estudios para América Latina y la Cooperación Internacional de la
Fundación Carolina.
La lectura más superficial de esta obra refleja que se trata
de un estudio riguroso, sistemático, de alto valor para la sociedad
dominicana, amparado en un equipo multidisciplinario de profesionales al más alto nivel y con una data envidiable en materia
de investigación y publicación.
Los párrafos anteriores explican, entre otras, las razones
de peso en que se sustenta la Sección Nacional de Dominicana
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
9
del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH),
para la publicación de esta obra gracias al aval de la Fundación
Carolina, entidad que auspició el desarrollo de la investigación
que le dio origen.
La obra, estructurada en cinco partes, analiza en la primera
el contexto geográfico de los migrantes, lo que los autores curiosamente llaman valle de Neiba (es una práctica generalizada en el
país llamar valle a una depresión tectónica por debajo del nivel
del mar, cuando lo correcto es llamarle Hoya de Enriquillo como
en realidad se llama, y como lo demostró Oscar Cucurrullo en su
obra La Hoya de Enriquillo). En la segunda parte se analiza el
proceso migratorio hacia España y sus efectos sobre los niveles de
pobreza en la Hoya de Enriquillo. La tercera incursiona en otros
efectos en la localidad de Vicente Noble. La cuarta plantea los
actores de cambio y el codesarrollo. La quinta y última parte plantea las conclusiones y propuestas.
En la primera parte se hace un amplio análisis de gran cantidad de variables geográficas físicas y humanas de importancia
capital para poder interpretar las causas del proceso migratorio:
1ro.
2do.
3ro.
4to.
10
Analizan las características del medio físico, o sea la
Geomorfología, los suelos, la Geología, la Hidrografía, los
asentamientos humanos y la Geografía Política.
La localización de la Hoya de Enriquillo en el contexto de
la Geografía nacional, los municipios y distritos municipales presentes en la demarcación.
La evolución histórica de la Hoya de Enriquillo entre los
siglos XVIII y XIX, destacando la sublevación de Enriquillo y las cimarronadas o sublevación de negros esclavos en
la zona.
La colonización de la Hoya de Enriquillo durante el siglo
XVIII, analizando dos acontecimientos anteriores al siglo,
las devastaciones de Osorio en los años 1605-06, el desalojo de los hatos en la Hoya y sus consecuencias. DestaEfectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
5to.
6to.
can como se reactivó la zona en el siglo XVIII por la demanda de ganado por parte de la colonia francesa del oeste para la alimentación del contingente de esclavos con el
desarrollo de la economía de plantación; la migración interna y canaria como estimulantes del crecimiento de Neiba; además del ingreso de esclavos que huyen de la explotación intensiva que recibían en la parte francesa de la isla,
buscando mejores condiciones de trabajo en la colonia
española; culminando con el tratado de Basilea de 1795 y
sus consecuencias.
La evolución demográfica y la configuración administrativa de la zona a lo largo del siglo XIX, donde se analiza el
papel de los hatos en el surgimiento de posteriores poblados durante el siglo XVIII y los cambios de nombres como
Alpargatal, hoy Vicente Noble; Hatico, hoy Tamayo; Rincón, hoy Cabral; Las Damas, hoy Duvergé; Cambronal,
hoy Galván; Barbacoas, hoy Villa Jaragua. Otros que aparecieron o se repoblaron fueron Las Lajas, Tierra Nueva,
Jimaní, El Limón, Boca de Cachón, La Descubierta, Los
Ríos, Postrer Río, Angostura, Cristóbal y El Cachón, entre otras. Se destaca el surgimiento de Barahona en la segunda mitad del siglo XIX con la explotación de las salinas, la producción de café y el establecimiento del ingenio
azucarero en la primera mitad del siglo XX, generando
una hegemonía económica, política y poblacional.
Las principales transformaciones socioeconómicas en la
Hoya de Enriquillo a principios del siglo XX, con la explotación minera llevada a cabo gracias a la concesiones
aprobadas por el presidente, general Ignacio María González, durante los años 1873-76, el papel de los inmigrantes cubanos y puertorriqueños con la producción de café,
además de árabes, españoles e italianos y su papel en la
economía de la zona y la región, lográndose avances en la
educación e infraestructuras de Barahona, así como tamGonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
11
bién el comercio haitiano que se inicia a partir del año
1874, antes del contrabando.
7mo. Los avatares en la frontera durante la primera mitad del
siglo XX, aumentando la inmigración haitiana con la ocupación norteamericana de 1914, la incidencia de la industria azucarera que demandaba mano de obra haitiana;
la fundación de pueblos en la zona fronteriza; el intento
de establecer colonias agrícolas en la zona fronteriza; la
masacre haitiana de Trujillo en 1937; la dominicanización
de la frontera como medida geopolítica; así como los asentamientos japoneses, húngaros y españoles en la frontera.
8vo. Población, condiciones de vida y estructura de propiedad
de la tierra: analizaron la evolución de la población de la
Hoya de Enriquillo a partir del censo del 1935 hasta el
del 2002; el cambio en el comportamiento de la población rural y urbana con la migración del campo a la ciudad en la década del 1970; la proliferación en la creación
de nuevos municipios y distritos municipales; la relación
entre baja y mediana densidad de población entre las subregiones del oeste y el este de la Hoya. Plantean los principales indicadores de pobreza, así como también una relación de las actividades económicas.
Esta primera parte de esta extraordinaria obra para nuestro país, con el análisis de ocho temas fundamentales del quehacer de la Geografía, no solamente rescata y valora documentación
dispersa en archivos y obras no accesibles a amplios sectores de la
población dominicana, fundamentales para entender el proceso
evolutivo de la zona, además de la toma de decisiones por parte
de las autoridades, sino que también demuestra la gran importancia de la Geografía y sus ciencias conexas en el análisis espacial.
Además, con este análisis se demuestran las limitantes geográficas de la Hoya, de manera que los factores geográficos se
convierten aquí en un detonante que induce la emigración.
12
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
En la segunda parte los autores analizan el proceso migratorio de habitantes de la Hoya de Enriquillo hacia España y los
efectos sobre los niveles de pobreza, donde se destacan los siguientes
aspectos:
1ro.
2do.
3ro.
El proceso migratorio hacia España y sus efectos sobre los
niveles de pobreza en la Hoya de Enriquillo, destacando
con ilustraciones gráficas el por ciento de hogares que reciben remesas por municipios de Dominicana.
El proceso migratorio hacia España y la llegada de remesas, donde se analizan los municipios y distritos municipales de la Hoya de Enriquillo con mayor porcentajes de
migrantes hacia España, destacándose Vicente Noble en
primer lugar, seguido de Canoa, ambos de la provincia
Barahona, y Tamayo de Baoruco con predominio de residencia en Madrid; le siguen La Descubierta, Postrer
Río y Guayabal de la provincia Independencia, Los Ríos
y Villa Jaragua de Baoruco, donde predominan los residentes en Barcelona.
Otro aspecto importante también es la determinación de
la relación de la migración con el envío de la remesa.
Destaca el estudio que durante la Era de Trujillo la emigración era restringida a una élite, y que con su muerte,
específicamente en el período 1961- 1985, salieron del
país 400,000 dominicanos hacia Estados Unidos.
Demuestran que la emigración de la población de la Hoya
de Enriquillo hacia España se inicia en el decenio de 1980.
Efectos sobre los niveles de pobreza: aquí se plantea que las
remesas redujeron la indigencia en la Hoya de Enriquillo.
La tercera parte es un análisis de los otros efectos en la localidad de Vicente Noble. Esto, por supuesto, debido a la importante
incidencia de la migración de esta comunidad a España y los efectos
de las remesas. Las variables analizadas fueron las siguientes:
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
13
1ro.
La formación del núcleo urbano: plantean que en su proceso evolutivo, la población creció en las décadas de 1950
y 60, en la de 1970 no tuvo crecimiento, en la de los 80 sí
tuvo crecimiento, tomando en cuenta que fue la década
en que se inicia la migración hacia España. Desde 1993
hasta el 2002, el crecimiento fue menor, aunque las estadísticas no demuestran como causa del mismo la migración hacia España. Como muestra del crecimiento físico
presentan dos fotos aéreas del pueblo, la primera del año
1967 y la otra del 2002.
En el análisis de los servicios presentan los siguientes indicadores: los servicios sanitarios demostraron que el 41%
de las viviendas cuentan con inodoros con pozos sépticos y
el 53% con letrinas. El 30% de las calles estaban asfaltadas, en el 20% de los hogares el Ayuntamiento recoge la
basura, el 38% de las viviendas cuenta con servicio de agua
dentro de las mismas, 50% en el patio y el 11% la reciben
del uso público.
El estudio revela que el 54% de las viviendas son de concreto, el 25% de madera y el 14% de tabla de palma.
Un resultado interesante se refiere a la diferencia de tipología de la vivienda, resultando que el 50% de las viviendas que reciben remesas son de concreto, estableciendo la
siguiente relación: a mayor pobreza e indigencia menor
ingreso de remesas.
2do. Efectos en la vivienda y el paisaje urbano: en el estudio se determinó que desde 1993 hasta el 2002 se
dieron los siguientes indicadores: los hogares pobres
pasaron del 80 al 60%, los indigentes del 26 al 18%
en la zona urbana de Vicente Noble, determinándose que a mayor ingresos de las remesas mayor mejoría de la calidad de la vivienda, siendo el mejor ejemplo el barrio de Galíndez. Plantean que esto ha cambiado el paisaje urbano, contándose con viviendas
14
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
3ro.
4to.
5to.
de dos, tres y hasta cuatro niveles, además de contar
con la presencia de estilos arquitectónicos foráneos
con la inclusión de terrazas, miradores, hierros, columnas, etc.
Otros indicadores importantes son el surgimiento de
residenciales, aumento de negocios de venta de alimentos, peluquerías, bebidas, bancas, de préstamos,
cambio de monedas, vestimentas, vehículos, entre
otros, muchos con nombres españoles como centro de
belleza, bar, cafetería, cambio expreso o punto expreso, boutiques, modas, novedades, variedades, supermercado, híper mercado, etc., especialmente en la
parte baja de las viviendas de emigrantes. También
alquiler de viviendas por foráneos, aumento en el consumo de productos no usuales, y negocios demandados por las personas que reciben remesas como ferreterías, electrodomésticos, muebles y de Internet.
Efectos en la actividad económica y el empleo: el estudio
demostró que la emigración a España ha incidido de forma importante sobre las actividades económicas de Vicente
Noble. También que Vicente Noble cuenta con uno de los
más bajos índices de población de 15 años o más que trabaja, posiblemente como consecuencia de la emigración a
España y el envío de remesas.
Efectos sobre la desigualdad y la organización comunal: el
estudio estableció que las remesas están contribuyendo a
ampliar las diferencias sociales, así como también han afectado la organización comunal.
Como consecuencia de este comportamiento y cambio de
actitud los migrantes son llamados de forma despectiva
españoles, haciendo demostraciones de grandeza, generando la creencia en los no migrantes que para progresar
hay que migrar (se da el síndrome migratorio, especialmente en los jóvenes estudiantes).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
15
La emigración ha debilitado las organizaciones de base en
la comunidad, considerándose esto como el mayor factor
negativo para algunos.
6to. Efectos sobre las identidades: los autores analizan aquí los
efectos de la guerra de independencia contra Haití, la
Anexión a España y la intervención norteamericana del
1916-24 (nacionalismo de Américo Lugo) en la identidad cultural monocéntrica y excluyente. También se analiza el radicalismo nacionalista de Trujillo, el cual mantiene incidencia en círculos políticos e intelectuales. Se plantea los efectos de las migraciones, tanto las emigraciones
como las inmigraciones.
Por la trascendencia que tiene para quien escribe, transcribo el fragmento de la entrevista realizada a una mujer
migrante de Vicente Noble sobre la identidad por parte
de los investigadores: “somos una sola raza humana. Pero
si volviera a nacer, quisiera volver a ser mujer, madre, dominicana y negra”
El estudio concluye con relación al tema que la percepción del emigrante dominicano con relación al inmigrante haitiano es diferente, en la Hoya de Enriquillo, a la que
tiene el que no ha emigrado: a mayor migración, mejor
aceptación de su realidad.
7mo. Percepción sobre el ámbito de lo político: plantean los autores que la clase política, en términos culturales, sigue
minimizando a los migrantes excluidos de sus derechos
fundamentales, estableciendo como ejemplos a los haitianos y dominicanos. Plantean, de forma concreta que: “la
clase política sigue defendiendo un monocentrismo cultural y económico excluyente”.
Los resultados de la investigación en esta tercera parte,
correspondiente al municipio de Vicente Noble, en materia de la formación del núcleo urbano, de los efectos en la
vivienda y el paisaje urbano, los efectos en la actividad
16
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
económica y el empleo, en la organización familiar, sobre
las desigualdades y la organización comunal, de las diferencias sociales y organización comunal, de los efectos de
las identidades y las percepciones sobre el ámbito de lo
político constituye un modelo de dimensiones extraordinarias para entender la importancia y trascendencia de los
estudios multidisciplinarios para lograr un entendimiento
objetivo y concreto de la realidad a escala micro, con la
finalidad de gerenciar políticas del gobierno central y local, con miras a lograr un verdadero desarrollo humano y
sostenible del país.
La cuarta parte de este extraordinario trabajo de investigación sobre la emigración a España de pobladores de la Hoya de
Enriquillo plantea los actores de cambio y el codesarrollo, definiendo este último como “un concepto que traspasa los límites de
la cooperación al desarrollo y propone un nuevo enfoque para
solucionar problemas que ni la ayuda ni los gobiernos estatales
han resuelto”. Se plantean los siguientes resultados:
Reflexiones sobre los actores y el codesarrollo:
1ro.
2do.
El Estado: de este analizan las debilidades como el no pago
de servicios como el agua, la luz y el riego; en los cambios
de gobiernos echan los empleados del gobierno perdedor
y los que llegan no manejan la administración; las botellas
generadas por falta de capacidad de los empleados nombrados; las desigualdades entre la clase política y las mayorías marginadas, planteando que “parece ser que el Estado
promueve la inmigración de ilegales para el pago de bajos
jornales y la emigración para recibir las divisas de las remesas”.
La cooperación internacional: de acuerdo con el análisis
de los autores, la ayuda internacional y oficial en la zona
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
17
3ro.
de estudio es baja por su condición de recibir aportes de
las remesas.
Personas emigrantes: el estudio plantea que aunque los
emigrantes no se han convertido en actores políticos, sí
son importantes como agentes de cambio.
La cuarta parte del estudio centra su atención en la realización de una reflexión sobre los actores y el codesarrollo, demostrando las debilidades de la zona de la Hoya de Enriquillo por
parte del Estado, de la cooperación internacional, de las personas
emigrantes y sobre su retorno, plasmando de forma patética una
cruda realidad que solamente un estudio de esta naturaleza, serio,
objetivo, concreto e imparcial es capaz de inducir a las actuales
generaciones a asumir cada quien su rol protagónico para convertir una región marginada en todo el sentido de la palabra en
fuente de desarrollo integral.
La quinta y última parte del estudio sobre los Efectos de la
Migración Internacional en las Comunidades de Origen del Suroeste de la República Dominicana, específicamente en la Hoya de
Enriquillo, plantea las conclusiones y las propuestas del mismo.
Como conclusiones relevantes plantean que:
1ro.
2do.
3ro.
4to.
5to.
18
La Hoya de Enriquillo es una de las zonas más pobres del
país, y no fue sino hasta la década de los años ochenta
cuando empezó a migrar de forma masiva a España.
La migración ha contribuido a la lucha contra la pobreza.
El paisaje urbano de Vicente Noble ha cambiado como
consecuencia de la inversión de los emigrantes a España.
Al parecer los emigrantes no han favorecido el desarrollo
del tejido productivo local.
Cuestionamiento del discurso dominante que acusa a las
mujeres emigrantes de la disolución de la familia tradicional dominicana.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
6to.
El papel de la mujer migrante al cambiar el perfil de los
hombres en la comunidad.
7mo. Las remesas están aumentando las diferencias sociales con
relación a los que no reciben.
Al concluir el análisis de la obra para la presentación, en mi
condición de presidente de la Sección Nacional de Dominicana
del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), planteo el compromiso de esta institución, del equipo humano que la
constituyen en el país, y el mío propio, el compromiso de publicar obras como esta que aportan información valiosa para la gerencia nacional, regional, zonal y local, con la esperanza de que se
convierta en agente que incentive y/o coadyuve al desarrollo humano y sostenible de la nación dominicana.
Bolívar Troncoso Morales
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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20
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
INTRODUCCIÓN*
La migración dominicana hacia España comenzó a adquirir importancia a partir de mediados de los años ochenta. Un aspecto singular de la misma es que estaba protagonizada por mujeres, que dejaban atrás a sus hijos y maridos (en un país en el que
las relaciones de género, basadas en la dominación masculina, atentaban contra la autonomía de las mujeres). Además, una proporción considerable de las personas que viajaban, en las etapas iniciales, no procedía de sectores de ingresos medios o altos de Santo
Domingo o de Santiago, sino de comunidades pobres del suroeste del país, una de las regiones más postergadas de la República.
Dos décadas después de haberse iniciado el proceso, el colectivo dominicano no es ya uno de los que tienen más importancia numérica en España. Pero al ser uno de los primeros en asentarse, hay posibilidad de analizar, con suficiente perspectiva temporal, las repercusiones de dicho proceso en las comunidades de
origen. Esto es particularmente interesante en el caso de la localidad de Vicente Noble, que tuvo una participación destacada en
el origen de esta migración.
Se plantean diferentes preguntas: ¿Qué incidencia han tenido las remesas? ¿Se perciben mejoras en las condiciones de vida
(atribuibles a ellas)? ¿Qué transformaciones han inducido en el
ámbito productivo? ¿Qué cambios ha originado la vinculación
*
Escrita por Gonzalo Ramírez de Haro.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
21
entre dos sociedades geográficamente tan distantes en las relaciones sociales, en las creencias y las identidades? Con carácter más
general, la emigración ¿ha contribuido a sentar las bases de procesos de desarrollo sostenibles en las comunidades de origen? Las
personas que se marcharon a España ¿están haciendo más por
éstas que los proyectos de cooperación convencionales?
Todo esto exige abordar las repercusiones de la emigración en términos de desarrollo, entendido como un proceso que
va mucho más allá de la transformación de las estructuras económicas, al implicar también cambios en la sociedad, la cultura
y la política, en el tipo de relación de las personas con la naturaleza, etc. En definitiva, requiere adoptar una perspectiva interdisciplinar.
Para trabajar sobre estas cuestiones pusimos de nuevo en
funcionamiento un equipo de investigación multidisciplinar que
ya había realizado estudios en América Latina1 integrado en esta
ocasión por cinco investigadores: una geógrafa (Dolores Brandis), un historiador (Luis Escolano), una etnohistoriadora (Teresa
Cañedo-Argüelles), una antropóloga (Teba Castaño) y un economista. Para ir más allá de la mera yuxtaposición de especialidades
(que parten de distintos supuestos y distintas formas de acercamiento a sus respectivos objetos de estudio), se favoreció el establecimiento de emparejamientos múltiples entre los integrantes
del equipo.
Cuatro de nosotros coincidimos en la región de estudio en
diciembre de 2006 y principios de enero de 2007. Durante esa
estancia, tuvimos oportunidad de realizar trabajo de campo y de
1
22
Llevó a cabo el proyecto de investigación multidisciplinar “Marginalidad y globalización: su incidencia en los procesos de integración social en el sur andino (Departamento de Moquegua, Perú)”,
financiado por el Ministerio de Educación y Cultura (con referencia PB97-0249) y la Universidad Complutense de Madrid (PR486/
97-7481). Los principales resultados se publicaron en CañedoArgüelles (coord.), 2004.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
archivo, así como de recopilar información estadística y cartográfica. También hicimos, en los primeros días, un viaje de reconocimiento por el valle de Neiba u hoya de Enriquillo. Se trata de una
zona bastante estudiada, sobre todo en lo relativo a las relaciones
de género. Los trabajos de Gregorio (1998), Sorensen (2004) o
García y Paiewonsky (2006), entre otros, establecen vinculaciones entre las condiciones que afrontan las mujeres y las migraciones. En este informe, hemos hecho hincapié en algunos aspectos
que no se habían abordado en esos estudios. También hemos analizado, con una base cuantitativa amplia (procedente de la información del censo de 2002, desagregada por municipios, secciones e incluso barrios y parajes), algunos fenómenos que habían
sido abordados previamente desde una perspectiva fundamentalmente cualitativa.
Algunos de los resultados obtenidos en el proceso de investigación son:
·
·
·
La magnitud del fenómeno migratorio se muestra, en el
caso de Vicente Noble, en que el 31,3% de los hogares recibía remesas en 2002. El 35,1% de los estudiantes en el único centro de educación secundaria de la localidad tenía a su
madre y/o padre en España en diciembre de 2006.
Llama la atención el hecho de que una proporción considerable de los hogares receptores (una cuarta parte en el
caso de Vicente Noble) no tenga a ningún integrante en
el extranjero. Esto es un indicador de que las personas residentes mantienen relaciones intensas con personas que
no forman parte de la familia “nuclear”, pero que sí pertenecen a la familia extensa.
El paisaje urbano de Vicente Noble se ha visto afectado de
manera clara por la llegada de remesas. La mayoría de los
hogares receptores reemplazan sus casas de madera, tabla
de palma, tejamanil, yagua e incluso concreto por otras de
bloque de cemento (block) o construyen con este material
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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·
·
24
en suelo vacío. El bloque, además de ser fácilmente manejable y más duradero, permite proporcionar más altura a
los edificios.
Además, los diseños arquitectónicos de las casas construidas con remesas son muy diferentes a los que en el pasado
eran habituales en la localidad.
Durante los últimos años se ha incrementado considerablemente el número de negocios existentes en Vicente Noble. Llama la atención el hecho de que los nombres con los que bastantes locales comerciales se anuncian en la fachada coincidan con los habituales en España. Por ejemplo, “supermercado”, “hiper”, “bar”, “cafetería”, “modas” o “boutique”, en lugar de denominaciones habituales del país como “colmado” o “tienda de
ropa”. Han aparecido además establecimientos directamente vinculados a las remesas, como los de cambio
de moneda (en algún caso, en los carteles de la fachada, figura el euro como divisa intercambiada) o los que
se dedican a vender bienes que generalmente sólo están al alcance de algunos emigrantes, como automóviles o solares para construir.
La llegada de remesas ha contribuido de manera muy
clara a la reducción de la pobreza en el ámbito de estudio. A medida que se incrementa la proporción de hogares receptores en los municipios del valle, tiende a ser
mayor la caída del porcentaje de hogares pobres entre
1993 y 2002. En el caso de Vicente Noble, actualmente
apenas llegan niños con problemas de desnutrición al
hospital. Sin embargo, no parece que estos envíos hayan
favorecido el desarrollo del tejido productivo local. Al
contrario, han contribuido a revertir una dinámica de
cierto “desarrollo endógeno” que se vislumbraba en la
comarca en las décadas anteriores al inicio de la emigración. La dinámica de intensificación de la agricultura que
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
·
existía en los años cincuenta y sesenta se interrumpió
posteriormente y dio paso a un proceso de involución
agraria. También se han cerrado algunas plantas de transformación de productos agrícolas.
En cambio, hay una creciente especialización en actividades terciarias, relacionadas directa o indirectamente
con los flujos que llegan. Esta reorientación no está contribuyendo significativamente a la expansión de las capacidades productivas de la población. Más bien parece
que éstas se van perdiendo a medida que emigran personas con iniciativa y muchos lugareños se acostumbran a
vivir de los flujos procedentes del exterior. Esto último
repercute en el ámbito laboral, como muestra el hecho
de que Vicente Noble sea uno de los municipios de la
República Dominicana con un menor porcentaje de
población de 15 o más años que trabaja. De todo esto se
desprende que la llegada masiva de remesas tiende a generar dependencia.
Da la impresión de que en la localidad hay síntomas de
“maldición de los recursos”. Ello no se debe a la afluencia de ingresos derivados de la venta de recursos naturales no renovables, sino más bien a los de la “exportación” de mujeres y hombres a España. Dichos ingresos
(de remesas) no parece que se estén orientando a sentar
las bases de procesos de “desarrollo” sostenibles en el
tiempo.
También hay cambios relacionados con la organización social. Hay indicios de que la emigración, fundamentalmente
femenina, ha contribuido al aumento de la proporción de
hogares encabezados por mujeres. Esto es un indicador de
que se está extendiendo la matrifocalidad (que es una forma
de organización de la familia muy distinta a la nuclear, con
un sustentador principal masculino). Con ella se difunde
una ideología que hace hincapié en la capacidad que tienen
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
25
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26
las mujeres de salir adelante, sin necesidad de depender del
apoyo de los hombres.
Se ha pasado de una sociedad sustentada por varones,
que habitaban en casas de madera, se dedicaban fundamentalmente a la agricultura y mantenían relaciones sociales en un ámbito definido, a otra basada en las aportaciones de mujeres, ocupadas en actividades de servicios,
que promueven la construcción con bloque y viven de
manera transnacional.
Hay una desigualdad considerable en el flujo de remesas porque muchos hogares no reciben envíos y la
cuantía de éstos varía sustancialmente. Además, estos
fondos apenas llegan a los indigentes y se dirigen en
mayor medida a quienes no están en situación de pobreza (51,8% de los perceptores). De todo esto parece desprenderse que las remesas están aumentando,
más que en el pasado, las diferencias económicas y sociales existentes. No sorprende que en este contexto se
hayan desarrollado discursos críticos hacia los llamados “españoles”.
La cohesión de la comunidad también se vio negativamente afectada por la emigración de personas que ejercían un
papel de liderazgo en diversas asociaciones y grupos. Ello
condujo a un debilitamiento del tejido asociativo existente en la localidad.
Estas transformaciones han inducido ciertos cambios
en el ámbito de las identidades. Hay indicios de que,
en el caso de los emigrantes, tienden a volverse translocales, mediante la combinación de elementos de las identidades de origen con otros adquiridos en las sociedades de acogida. La convivencia con personas de diferente cultura favorece también la difusión de visiones
que cuestionan la exaltación de una dominicanidad monocéntrica y excluyente.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
El informe se divide en cinco partes. En la primera se caracteriza la zona objeto de estudio. En la segunda se analiza el
flujo migratorio y su incidencia en la reducción de la pobreza del
valle de Neiba. En la tercera nos circunscribimos a una comunidad concreta con el fin de estudiar con mayor profundidad los
cambios ocurridos en el paisaje urbano, la estructura sectorial y el
empleo, la organización familiar, la desigualdad económica y social, el tejido asociativo y las identidades. Escogimos para este análisis la localidad de Vicente Noble, donde concentramos buena
parte del trabajo de campo realizado, porque muchas de esas transformaciones se muestran allí con mayor intensidad que en otras
partes del valle. En la cuarta adoptamos una perspectiva de carácter más valorativa y realizamos una serie de reflexiones sobre el
codesarrollo y los actores de cambio. Finalmente, en la última, se
resumen los principales resultados alcanzados y se plantean algunas propuestas.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
27
Agradecimientos
La financiación recibida del Centro de Estudios para
América Latina y la Cooperación Internacional de la Fundación Carolina fue indispensable para la realización de la investigación.2 Fue de gran ayuda la orientación de Roberto Cassá,
Ángeles Calzada, Pedro Álvarez, Gina Gallardo y Marcos
Cross. Luis Amaury Ramírez nos acompañó con su sobrino
durante el viaje de reconocimiento por el valle de Neiba, en el
que puso a nuestro servicio su enorme conocimiento del territorio y de sus habitantes. Fueron muchas las personas de la
región que nos recibieron y respondieron con paciencia a nuestras preguntas. En determinadas notas a pie de página figuran
las iniciales de algunas. Damos las gracias, en cualquier caso, a
todas ellas. Agradecemos también el apoyo de las personas que
nos atendieron en la Oficina Nacional de Estadística, la Oficina Nacional de Planificación, el Archivo General de la Nación, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, el Instituto Geográfico Militar, el Instituto Geográfico Universitario, la
Gobernación de Bahoruco y Barahona, la Municipalidad de
Vicente Noble, la oficina de la Secretaría de Estado de Agricultura en dicha localidad, el Liceo San José, el Hospital, etc.
Después de volver de la República Dominicana contamos con
el asesoramiento de Juan Gabriel Rodríguez, Jaime Atienza y
Soledad Vieitez. También queremos agradecer el apoyo de Brito
González, Elena Silvela, Marta Pineda, Cristino Terrero, Mary
Nilson, Ovidio González, Carol Cathelline, Leoncio González, Ana Féliz, Quisqueya Lora, Aquiles Castro, Sandra Castro
2
28
Proporcionó fondos para la realización del proyecto de investigación “Migraciones y codesarrollo en el suroeste de la República
Dominicana” (CeALCI 11/06). Ello permitió cubrir los gastos de
viaje y estancia de cada uno de los integrantes del equipo en dicho
país.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
y Rosalía Calvo. Este listado es forzosamente incompleto. Confiamos en que las personas que no figuran en él no se sientan
ofendidas por ello.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
29
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Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
PRIMERA PARTE
El valle de Neiba
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
31
32
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
CARACTERÍSTICAS DEL MEDIO FÍSICO*
Durante el viaje de reconocimiento que hicimos por el
suroeste de la República Dominicana optamos por acotar el
ámbito geográfico de la investigación al valle de Neiba. Este espacio coincide con el de la cuenca del lago Enriquillo, que está
delimitada por la línea de cumbres de las sierras que la circundan, la de Neiba por el norte y la de Bahoruco por el sur. El
centro de la cuenca es una depresión tectónica que se extiende
desde la bahía de Neiba, al este, hasta la de Puerto Príncipe, al
oeste, ya en territorio haitiano. La base de la cuenca, en origen,
estuvo ocupada por un canal marino que separaba la península
de Barahona y el suroeste de Haití del resto de la isla. Dicho
canal se fue desecando por levantamientos tectónicos, el relleno
de los sedimentos procedentes de los ríos que descienden de
ambas sierras y la evaporación asociada a las altas temperaturas
que registra la región. Del brazo de mar queda actualmente como
testigo el lago Enriquillo y otros menores, “como la laguna de
Rincón, la laguna Limón y el Etang Saumatre en territorio haitiano, este último de agua dulce” (Cassá, 2003: 21). Nos hemos
circunscrito a la parte de la cuenca situada en territorio dominicano, que está ocupada por tres provincias: Independencia,
Bahoruco y Barahona, aunque ésta última tiene algunos municipios fuera del espacio seleccionado.
*
Escritas por Dolores Brandis.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
33
En el siguiente mapa se puede observar la situación del
valle de Neiba en el conjunto del país. Sus demarcaciones figuran con colores rojizos o rosáceos, mientras que las del resto
de la República están dibujadas sobre el fondo de color gris.
La ocupación humana del territorio ha estado condicionada por las características topográficas del mismo. Las sierras de
Neiba y de Bahoruco llegan a alcanzar los 2.000 metros de altitud y su relieve abrupto presenta inclinaciones de hasta el 40%.
Los ríos, que se encajan en estas fuertes pendientes, han tenido
gran poder erosivo, depositando en el fondo de la cuenca los materiales arrastrados, que forman abanicos de aluviones o conos de
deyección en su desembocadura en el lago. Y es precisamente
aquí, en las zonas de menores pendientes y aptas para los cultivos,
donde se localizan los núcleos urbanos más importantes del oeste
y el centro de la cuenca. En concreto, las cabeceras de los municipios o distritos municipales de La Descubierta, Postrer Río, Los
Ríos, Villa Jaragua, Neiba y Galván, en la base de la sierra de
Neiba, y las de Jimaní, Duvergé, Cristóbal, Mella y las Salinas, en
la de Bahoruco.3 En correspondencia con la topografía, estos términos administrativos adoptan una forma alargada y perpendicular a la pendiente de las sierras, desde las cumbres hasta el borde del lago en los más occidentales y hasta el límite de la zona
desecada en los centrales.4
3
4
34
Los distritos municipales son territorios que se han separado
de los de los municipios a los que anteriormente pertenecían.
Surgen generalmente por las presiones ejercidas por los pobladores. Cuando éstas prosperan el estado les concede la parte
del territorio sobre la que ejercían influencia. Una consecuencia del citado procedimiento de creación es que en la parte
oriental, más poblada que el resto de la cuenca, tiene un mayor
número de demarcaciones.
Una excepción es el distrito municipal de Guayabal, cuya cabecera no está situada en la base de la cuenca sino en las primeras
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Después de haber analizado la topografía de la parte occidental y central de la cuenca, vamos a referirnos a la de la
oriental. Ésta se ha rellenado con los aluviones depositados por
el río Yaque del Sur, que nace en la cordillera Central y es, de
todos los ríos dominicanos, el que salva un mayor desnivel a lo
largo de su recorrido. Como consecuencia de ello, ha depositado una gran cantidad de sedimentos antes de desembocar
en la bahía de Neiba, lo que ha contribuido al cierre oriental
de la cuenca.
Las cabeceras de los municipios y de los distritos municipales se localizan en las proximidades del lecho del río. A diferencia de lo que sucede en la otra parte de la cuenca, el territorio de algunos de ellos no se adentra en las sierras. Así ocurre
en los distritos municipales de Uvilla, Canoa, El Peñón, Fundación, El Cachón, Jaquimeyes y Pescadería, algunos de muy
pequeña superficie, que tienen la totalidad de su territorio en
la parte baja de la cuenca. En cambio, los municipios de Tamayo, Vicente Noble, Cabral y Barahona sí tienen también
terrenos montañosos.
Las características de los suelos y el clima dominante en
la región también condicionan la localización y características
de los asentamientos humanos y de las actividades económicas.
El material calizo de la sierra de Neiba y las escasas precipitaciones provocan que haya pocas corrientes fluviales de caudal
permanente y que los cauces sólo lleven agua durante y después de fuertes aguaceros. La mayoría de las aguas discurren
de forma subterránea y brotan en la falda de la sierra en forma
de manantiales, que son aprovechados para el abastecimiento
de la población y para la agricultura.
estribaciones de la sierra de Neiba. El territorio de esta demarcación, que se desgajó del municipio de Postrer Río, está fragmentado en dos partes no contiguas entre sí, al igual que ocurre en este
último y en Tamayo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
35
Figura 1
Localización del valle de Neiba en la República Dominicana
36
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censo Nacional 2002
República Dominicana. CD interactivo, Santo Domingo.
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Figura 2
Municipios y distritos municipales del valle de Neiba*
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Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
*Se ha unificado la superficie del distrito de Guayabal para facilitar la lectura cartográfica.
FUENTE: Elaboración propia a partir del Mapa de la República Dominicana de la Junta
Central Electoral.
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39
En la parte media de la sierra domina el bosque seco
subtropical bastante deforestado y los suelos tienen baja capacidad productiva, por lo que la mayoría de los parajes y secciones de los municipios se localizan cerca de los arroyos. La sierra de Bahoruco, donde las precipitaciones son bastante más
escasas, está menos poblada y sólo aparecen manantiales en el
municipio de Duvergé. Al ser escasos los suelos de producción
agrícola hay un menor número de parajes y secciones.
El fondo de la cuenca aparece ocupado en su parte occidental por el lago Enriquillo y por la zona desecada del mismo. El lago está situado a 44 metros bajo el nivel del mar y
presenta un alto grado de salinidad. Los suelos de las áreas
próximas, por “su reciente origen marino”, son en general de
baja calidad (Cassá, 2003: 21). El desarrollo de la agricultura
también ha estado condicionado históricamente por las bajas
precipitaciones y las altas temperaturas. Marrero Aristy describió “la frontera [sur] de antes del período de Trujillo como
una tierra perdida, con una agricultura moribunda” (Baud:
1999: 202). En ella “el sol quema como una llama, el aire es
seco y cortante, la tierra arisca y la vegetación bravía” (Marrero Aristy, 1943: 25). Hay lugares en los que prácticamente no
llueve. Como consecuencia de ello, los terrenos de la planicie
que no cuentan con agua de riego tienen en su inmensa mayoría un paisaje semidesértico o desértico. La disponibilidad de
infraestructura de regadío resulta por tanto crucial para poder llevar a cabo actividades agrícolas. Afortunadamente, la
parte occidental de la cuenca, que recibió los sedimentos depositados por el río Yaque del Sur, dispone de abundantes canales de riego que permiten combatir la escasez de precipitaciones y cultivar una amplia gama de productos. Todo ello ha
permitido que se asentase más población en esta área y que
haya en ella un mayor número de cabeceras de distritos o
municipios.
40
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL VALLE ENTRE LOS SIGLOS
XVIII Y XX*
La región estudiada en el presente trabajo ha sido a lo
largo de su historia escenario de numerosos conflictos entre pueblos, desde la lucha del cacique Enriquillo contra los conquistadores españoles en el siglo XVI, hasta los enfrentamientos que la
República Dominicana y Haití sostuvieron durante gran parte
del XIX. También es un territorio de intercambios de carácter
cultural, económico o étnico, que en muchas ocasiones ha servido como lugar de refugio para los perseguidos de ambos lados
de la frontera, bien por sus actividades delictivas o bien por sus
ideas políticas. Se trata, en fin, de una región fronteriza, con lo
que ello supone de encrucijada de caminos, como el que discurre de forma natural a través de la depresión del lago Enriquillo
entre las dos partes de la isla. Su proximidad al país vecino también proporciona retos y oportunidades para la conformación
de un área con personalidad propia, en general poco estudiada
por la historiografía.
*
Este capítulo ha sido escrito por Luis Escolano. Se apoya en buena
medida en investigación desarrollada en diversos archivos. En concreto, ha estudiado los legajos nº 12, 23, 25 y 32, correspondientes a la Gobernación de Barahona, en el Archivo General de la
Nación (Santo Domingo) y el legajo nº 3524, de Ultramar, del
Archivo Histórico Nacional (Madrid).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
41
Sin duda, la presencia en la región de importantes grupos
de personas llegadas desde fuera de la misma constituye uno de
los elementos que más han contribuido a su desarrollo en todos
los órdenes, tanto en el cultural y social, como en el político y
económico. Aquéllas se unieron a los demás habitantes del valle
de Neiba en el esfuerzo común por configurar un espacio que
con el paso de los años ha ido adquiriendo una conciencia cada
vez mayor de su identidad.
La colonización del Valle de Neiba durante el siglo XVIII
Hasta comienzos del siglo XVII España conservó en su
poder la totalidad de la isla, a pesar del contrabando desarrollado por barcos franceses, holandeses e ingleses en la costa norte y
noroeste de La Española. Sin embargo, entre 1605 y 1606 el
gobernador de Santo Domingo, Antonio Osorio, por disposición del rey Felipe III, mandó destruir las poblaciones de Bayajá, La Yaguana, Puerto Plata y Montecristi para tratar de impedir el comercio clandestino que mantenían sus habitantes con
los buques de otros países, debido a la incapacidad de las autoridades para controlarlo. Esta medida dejó una gran parte del
territorio noroccidental de la colonia totalmente abandonada,
lo que permitió que ésta comenzase a ser ocupada hacia 1620
por bucaneros y filibusteros franceses procedentes de la isla de
la Tortuga. En aquel mismo periodo, y como resultado de medidas similares tomadas por dicho gobernador, también fueron
desalojados los hatos del valle de Neiba, es decir, las pequeñas
haciendas ganaderas que allí existían. Entre ellos, el de Cristóbal de Casas o de la Sal, que dio origen al actual municipio de
Cristóbal, así como los de Antonio Luis, Buenavista, Pedro Estepa, Capitanejo, Estrella, Ojeda, Sabanetas, Pesquería y Otra Banda. Según algunas fuentes, el hato de Capitanejo estaba en el
42
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
mismo lugar del denominado Las Damas, que con el tiempo se
convirtió en municipio con el nombre de Duvergé (Pérez y Pérez, 1990: 12).5
El gobernador Osorio también ordenó la destrucción del
llamado Maniel de Neiba, que existía desde mediados del siglo
XVI en la sierra del mismo nombre, y en el que se habían hecho
fuertes los negros cimarrones de la zona, a quienes las autoridades
coloniales venían intentando someter. Éstas consideraban que piratas y corsarios podrían utilizar a los habitantes de dicho enclave
“para sentar plaza en la isla”. A pesar de las medidas adoptadas,
conocidas en la historiografía dominicana como las devastaciones
de Osorio, o precisamente gracias a ellas, lo cierto es que los franceses consiguieron afianzar su dominación de facto sobre el sector
más occidental de la isla.
Así pues, como consecuencia de la destrucción de dichos
hatos, y debido a los enfrentamientos ocurridos entre colonos
franceses y españoles, por los continuos intentos de los primeros
de ampliar el territorio bajo su control, “el malestar y la miseria”
fueron grandes en toda la región fronteriza. Los últimos años
del siglo XVII trajeron una relativa tranquilidad a la zona, en
virtud de la paz de Nimega, que se concertó en 1678, y del
tratado de Ryswick, firmado el 20 de septiembre de 1697. Hay
quienes interpretan que España renunció a sus derechos sobre
“las tierras que filibusteros y bucaneros habían ocupado paso a
paso” en el oeste de la colonia, de modo que buena parte de la
isla pasó a pertenecer legalmente a Francia. Sin embargo, dado
que “no se estableció demarcación alguna” entre ambos territorios, los colonos de occidente prosiguieron sus intentos de
expansión a costa de unas tierras que, teóricamente al menos,
5
El autor cita la obra de Américo Lugo, Historia de Santo Domino,
pero no indica los datos de la publicación, ni la página de la que
obtiene la referencia.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
43
continuaban estando bajo la soberanía de España (Robert, 1953:
40-44).
En el siglo XVIII se produjo una progresiva reactivación
de la colonia española, a la que no fue ajena la región fronteriza del suroeste dominicano, que se benefició en gran medida
de la creciente demanda de ganado que había en la colonia
francesa de Saint Domingue, en cuyas plantaciones de caña
de azúcar, café y algodón trabajaba un enorme número de esclavos. Las autoridades de Santo Domingo iniciaron una política de repoblación que afectó a todo el territorio de la colonia, para lo que contaron con una inmigración canaria cada
vez más numerosa. La mayoría de las poblaciones que se fundaron o refundaron en este periodo a lo largo de la frontera
no se encuentran en el suroeste, sino más al norte, e incluso en
lo que actualmente es Haití. La creación de Dajabón, Montecristi, San Miguel, San Rafael, Hincha, Las Caobas, Bánica y
San Juan de la Maguana demuestra la existencia de un mayor
interés por las zonas septentrional y central de la línea divisoria. Mientras tanto, en el sector meridional de la frontera la
fundación de pueblos no se debió a la acción oficial, sino más
bien a “la iniciativa particular de hateros, granjeros y agricultores” (ibid: 45). Ello dio lugar al surgimiento de pequeños
núcleos de población y a que se repoblaran los ya mencionados hatos de Las Damas y Cristóbal.
El pueblo más importante de todo el valle durante muchos
años, y el primero que tuvo iglesia y alcanzó la categoría municipal, fue Neiba, cuya fundación se atribuye a Francisco González,
en torno a 1735. Si bien es cierto que este pueblo acogió desde
sus comienzos a una gran parte de los habitantes de los hatos dispersos de aquella zona, contó también con el impulso demográfico que significó la llegada a la isla de un considerable contingente de inmigrantes canarios. De hecho, Neiba fue una de las catorce villas y ciudades fundadas, o pobladas, por canarios en
Santo Domingo desde finales del siglo XVII hasta finales del
44
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
XVIII (Deive, 1991: 116).6 Hacia 1740 esta población era aún
poco más que una ermita con algunas casas a su alrededor. Ese
año hizo su visita pastoral a la misma el arzobispo Álvarez de
Abreu, quien señaló que tenía “80 vecinos de armas”, todos
ellos “mulatos y negros libres y esclavos” (Hernández González, 2006: 256), lo que equivaldría a un número aproximado
de entre 320 (Sevilla Soler, 1980: 35) y 400 habitantes (Gutiérrez Escudero, 1985: 51).
En 1760 el canónigo Vicente Pinazo, en otra visita pastoral
a la por entonces Parroquia de Neiba, indicó que las familias que
vivían en ella eran ciento cuatro, “con un total de 693 personas”,
de las cuales la más distante de la localidad se encontraba a “un
día de camino”. Neiba obtuvo también entonces el rango de villa
y la jurisdicción civil tras segregarse de Azua, ciudad de la que
dependía. Sin duda, lo que consolidó la nueva villa fue el trasvase
de población que tuvo lugar desde dicha ciudad. Entre los recién
llegados a Neiba “se pueden apreciar tanto criollos, como canarios y sus descendientes”, con un predominio muy significativo de
éstos en la segunda mitad del siglo XVIII. A tal inyección cabe
atribuir pues, al menos en parte, el notable incremento demográfico que experimentó Neiba durante el periodo 1740-1760, siempre de acuerdo con los datos aportados por los registros de ambas
visitas (Hernández González, 2006:257-258).7 Algunas de las
familias que se establecieron en el pueblo e impulsaron en mayor
medida el progreso del mismo en sus difíciles comienzos, hasta
conseguir que Neiba tuviese Ayuntamiento, Parroquia y “autoridades de significación”, fueron las de Aybar, Bobadilla, Sosa, Acosta, Perdomo, Reyes, Pérez y Valdez, entre otras (Robert, 1953:
46). Todo ello se hizo sin costo para la Real Hacienda, dado que
6
7
Gutiérrez Escudero proporciona una cifra estimada de 1.276 canarios para toda la colonia, entre 1739 y 1760. (Gutiérrez Escudero, 1985: 53-55).
El autor cita la obra de Peguero, 1975, tomo II: 14.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
45
se trataba de personas que habían emigrado voluntariamente y
por sus propios medios, lo que viene a confirmar la idea de que el
proceso de constitución de este pueblo se debió más a la iniciativa
privada que a la política colonizadora de las autoridades.
Aunque las relaciones entre los colonos de las dos partes de
la isla siguieron siendo muy tensas durante la mayor parte del
siglo, los tratados de 1770, 1773 y 1776 contribuyeron a normalizar la situación. Por medio de este último tratado, que fue ratificado en Aranjuez en 1777, se fijaron de forma definitiva los límites entre ambas colonias. Entre los puntos de demarcación figuraban el camino y la sierra de La Descubierta, así como la sierra
de Neiba (ibid: 47).
A lo largo de todo el siglo XVIII, pese a la alternancia de
periodos de hostilidad con otros de convivencia pacífica, se produjo también una entrada continua de esclavos negros procedentes de la colonia francesa, lo que representó un nuevo trasvase de
población. Esta corriente migratoria, como es lógico, benefició
principalmente a los lugares más próximos a la frontera, ya que
los huidos se establecieron pronto en ellos y contrajeron matrimonio con españoles o sirvieron a “nuevos amos”. Cabe preguntarse si este hecho podría explicar, en cierta medida, el crecimiento demográfico de Bánica, San Juan y Neiba, que eran los puntos
más avanzados hacia el oeste. Si bien la cantidad de estos fugitivos
no debió ser muy elevada, “su presencia pudo cambiar básicamente la composición de más de una ciudad”. En general, el trato dado a los esclavos era “más suave” en la parte española que en
Saint Domingue, lo que sin duda explica el permanente flujo de
esclavos desde la colonia francesa. Esta cuestión tan conflictiva
para ambos gobiernos trató de zanjarse por medio de diversos
tratados, que en algunas ocasiones estipulaban la devolución de
los esclavos, pese a lo cual muchos de ellos también se adquirieron
“a cambio de ganado o fueron ocultados para no reintegrarlos” a
sus propietarios. Por otra parte, dado que la migración ilegal a
Santo Domingo no fue muy cuantiosa ni desde la península ni
46
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
desde los territorios americanos (Gutiérrez Escudero, 1985: 5355), se puede concluir que hacia finales del siglo XVIII los principales elementos de la población de la colonia en general, y del
valle de Neiba en particular, se limitaban a los ya indicados, es
decir, los criollos, los inmigrantes canarios y los esclavos negros, en
su gran mayoría huidos de Saint Domingue.
Tras la cesión de Santo Domingo a Francia, en virtud del
tratado de Basilea, firmado en 1795, una gran parte de la elite
colonial hispano-dominicana comenzó a abandonar la isla, sobre todo a partir de 1801, cuando las tropas negras del oeste
ocuparon la parte oriental de la misma. En efecto, el cambio de
la situación política empujó a un creciente número de personas
de las clases altas a emigrar, en su mayoría con destino a Cuba,
Puerto Rico y Venezuela, debido a que el territorio dominicano
se integraba en una entidad política que aún no estaba claramente definida, pero que en la práctica estaba separada de Francia, lo que provocaba una gran incertidumbre con respecto al
futuro. Aunque ello significó una pérdida muy importante de
población para el conjunto de la antigua colonia española, afectó menos al valle de Neiba que a otras regiones, no sólo de la
frontera sino también del resto de la parte oriental, según se
deduce de los datos correspondientes a 1812. En esta fecha Neiba
tenía ya 2.000 habitantes, con lo que superaba a pueblos cercanos como San Juan de la Maguana y Bánica, que habían sido
tradicionalmente más grandes que aquél. Su evolución demográfica también contrasta con la general de toda la colonia durante el periodo 1740-1812. Si entre ambas fechas se incluyen
los datos relativos a 1772 y 1782-83, tenemos las siguientes cifras: 25.806, 50.000, 60.962 y 62.096 habitantes, respectivamente (Sevilla Soler, 1980: 35).
Llama la atención muy en particular el estancamiento de la
población al final de dicho periodo, como consecuencia de las
numerosas vicisitudes que hubo de atravesar la colonia. Sin embargo, pese a todos los altibajos producidos por las inmigraciones
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
47
y emigraciones que tuvieron lugar a lo largo del siglo XVIII y
primeros años del XIX, el balance final resulta muy positivo para
Neiba. Aunque a comienzos de este último siglo ya no era el único
núcleo urbano de la región, continuaba siendo el más importante
por su población, y también contaba con sus propias autoridades
municipales tras la creación del cabildo, que estaba compuesto en
1783 por seis regidores y un escribano (Hernández González,
2006: 265). Ello sin duda permite hablar de la consolidación de
su autonomía jurisdiccional, así como de un crecimiento demográfico sostenido.
Evolución demográfica y configuración administrativa de la región
a lo largo del siglo XIX
A partir de finales del siglo XVIII, numerosos hatos establecidos en diferentes épocas fueron alcanzando también un cierto
desarrollo, y andando el tiempo dieron lugar a núcleos de mayor
entidad. Éste es el caso de El Rincón, que fue fundado en 1795
por Juan Féliz de Luna, “persona influyente y dueña de cortes” de
madera en aquel lugar. Dicho poblado tuvo su origen en el de La
Ferma, cuya creación se debió a Santos Caraballo, quien era “oriundo de Cataluña y persona muy acomodada”. En 1810 nació en
El Rincón el único presidente natural del valle de Neiba, Buenaventura Báez. Tras ser elevado a puesto cantonal, finalmente se
convirtió en municipio en 1907, con el nombre de Cabral (Robert, 1953: 48).
Por su parte, María del Pulgar y Cristóbal Pérez, hateros
procedentes de San Juan de la Maguana de origen también español, fundaron en 1772 un poblado que se llamó durante algún
tiempo El Cercado de Las Damas y más tarde Las Damas. Como en
muchos otros casos, sus primeros habitantes fueron los parientes y
criados del matrimonio. En 1876 ya tenía alguna importancia por
su comercio y contaba “con una población apreciable”, por lo
48
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
que ese año fue ascendido a puesto cantonal y en 1891 alcanzó la
categoría de municipio, con el nombre de Duvergé (ibid: 55,
109).8
En cuanto a lo que en la actualidad es Vicente Noble,
Robert asegura que el poblado de Alpargatal existía ya en 1772,
según consta en un documento que vio el propio autor. Julio
González y Basilia Féliz, ambos ya nonagenarios, le informaron de que Melchor González fue uno de los fundadores de
aquel pueblo, al radicarse en la parte de Hato Arriba. José
Ignacio Espejo también se estableció allí, dando un gran impulso al lugar “con el fomento de propiedades agrícolas.” Los
hermanos González y Matos hicieron lo mismo, y se asentaron
en la zona del Erizal. Más tarde, Luis González y otros se instalaron en la parte de Hato Abajo o Barbacoa de los Negros.
Finalmente, los hermanos Espejo pasaron desde Alpargatal a
fundar el poblado de Monserrate (ibid:96). Al parecer, tanto
los González como los Espejo, las dos primeras familias que se
asentaron en este enclave, ubicado a orillas del río Yaque del
Sur, procedían de Azua.
Durante mucho tiempo el pueblo se llamó El Hato, y posteriormente pasó a denominarse Alpargatal, con la categoría de
sección, dividida en tres barrios, los de Hato Arriba, Hato Medio
y Hato Abajo. En 1943 aquélla fue elevada a distrito municipal,
al que se dio el nombre de Vicente Noble, y por último éste adquirió la condición de municipio en 1978. El Hatico, denominado Tamayo desde su acceso a la categoría municipal en 1943,
surgió también a la orilla del Yaque, en unas tierras pobladas supuestamente a partir del siglo XVIII. Sus primeros habitantes procedían de diferentes puntos, sobre todo de San Juan de la Maguana, Las Matas de Farfán, Azua, El Cercado y Cambronal, el
8
En la nota número 2 de la página 55 el autor señala que “algunos
historiadores estiman que la erección de Las Damas tuvo lugar en
1809.”
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
49
actual municipio de Galván, así como de Haití (Féliz, 2000: 7273). Algunas de las primeras familias que se instalaron en él fueron las de los Medina, Rodríguez y Brito.
Otros pequeños núcleos de población que aparecieron o se
repoblaron asimismo durante el siglo XVIII son Las Lajas, Tierra
Nueva, Jimaní, El Limón, Boca de Cachón, La Descubierta, Los
Ríos, Postrer Río, Angostura, Cristóbal, El Cachón, Barbacoas,
cuyo nombre actual es Villa Jaragua, y Cambronal. Algunas poblaciones del valle de Neiba con un origen más incierto son Uvilla, El Peñón, Las Salinas, Mella y Fundación.
El caso de Barahona, la verdadera capital de la región en
la actualidad, presenta una serie de dudas en cuanto a la fecha
exacta de su fundación, debido principalmente a lo agitado del
periodo en el que aquélla tuvo lugar. Así, tras su cesión a Francia, la parte oriental de la isla se vio cada vez más envuelta en el
movimiento revolucionario que había estallado en la colonia occidental y que culminó con la proclamación de la independencia de Haití en 1804. Entre 1795 y ese año, las luchas que venían desarrollándose en el oeste afectaron de lleno a Santo Domingo, sobre todo cuando el caudillo negro Toussaint
L´Ouverture invadió en 1801 la antigua parte española. Al parecer, los pueblos costeros de Petit Trou y Barahona se fundaron
por orden de L´Ouverture, dentro de un proceso de “reorganización del sistema de administración municipal,” aunque “la
etapa embrionaria de la erección de Barahona” se remonta a
1795 (López Reyes, s. a.: 42-43). No obstante, según Robert, la
fundación se produjo sin que el mandatario occidental tomase
iniciativa alguna en ello. Este autor sitúa el nacimiento de Barahona hacia 1802, en unos terrenos que fueron “un corte de
caoba o de roble”, propiedad de las familias Corniel, Batista,
Cuello, Peña y Espinosa, entre otras, que habían iniciado allí los
trabajos del corte en torno a 1795. Todos ellos eran vecinos de
poblaciones próximas, como Pesquería, La Otra Banda, Cachón
y Peñón.
50
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Desde esos lugares, y también desde Azua, San Juan de la
Maguana y Las Salinas, llegaron trabajadores “que se instalaron a la
orilla de la playa, donde construyeron ranchos”, de modo que esas
“viviendas rústicas” fueron el origen de Barahona. En 1867 el pueblo no contaba todavía con una escuela y poco después de la elevación de Barahona a la categoría de distrito marítimo, en 1882, aún
eran muy pocas las calles que existían. En 1883 se produjo el nombramiento de los llamados alcaldes de barrio, a quienes se les encomendó el servicio de policía (Robert, 1953: 49-51).
De acuerdo con los datos disponibles puede colegirse que
en sus comienzos el crecimiento de la ciudad fue más bien lento,
pues en 1831 ésta tenía tan sólo un pequeño número de viviendas, “techadas de palmas, guanos y yagua.” En años posteriores
algunas personas, “atraídas por el adelanto que iba adquiriendo la
ciudad,” establecieron en ella casas comerciales, agencias marítimas, industrias de tejas y destilerías, o fomentaron explotaciones
agrícolas. Muchos de los nuevos habitantes que se asentaron en
Barahona eran de origen extranjero (ibid: 51-52). Algunos de
ellos, entre los que había franceses y árabes, llegaron procedentes
de Haití al territorio de la República Dominicana, después de su
separación de aquel país en 1844. El Rincón era entonces “el
pueblo de mayor comercio,” por lo que la mayor parte de ellos se
instaló allí, y muchos se casaron con mujeres del lugar (Ramírez
Suero, 1983: 75-76).
A lo largo de la segunda mitad del siglo Neiba fue entrando
en una progresiva decadencia, mientras que Barahona empezó a
crecer más deprisa, lo que le permitió convertirse al final de dicho
periodo en la población más importante de la región. Así, en 1858
esta ciudad contaba ya con cerca de cincuenta casas, “construidas
de tablas de palma,” en las que vivían entre trescientas y cuatrocientas personas (VV. AA., 2001: vol. 1, 110). El 27 de septiembre de ese mismo año, el puesto militar de Barahona fue elevado
a la categoría municipal y siguió formando parte de la provincia
de Azua (Robert, 1953: 82).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
51
Fernando Arturo de Meriño, elegido presidente de la República en 1880, tuvo que acudir a Neiba para apaciguar al general Pablo Ramírez, que estaba descontento con la situación política y planeaba un levantamiento en aquel lugar. El presidente
pudo lograr su objetivo y, debido a la importancia que habían
alcanzado ya los municipios de Neiba y Barahona, en 1881 el
Gobierno los constituyó como un distrito marítimo, y Barahona
pasó a ser la capital de la nueva demarcación territorial. Algunos
meses después de este cambio, por una resolución adoptada en
1882, “fueron declaradas como rentas del distrito el producto de
patentes y los derechos relacionados con la extracción de ganado”, dado el comercio de este género existente con Haití (ibid:
110-111). Cabe interpretar las medidas adoptadas por el Gobierno como una forma de dar más poder a la elite regional, para
que ésta a su vez apoyase el régimen político vigente. La importancia cada vez mayor del distrito de Barahona se vio ratificada en
1907, cuando éste fue finalmente transformado en provincia.
Principales transformaciones socioeconómicas en el Valle a principios
del siglo XX
La extremada inestabilidad política resultaba muy desfavorable para el desarrollo regional. Pese a ello, durante la administración del general Ignacio González, que gobernó el país
desde 1873 hasta 1876, se dio una serie de concesiones a Marcochel Lambert y David Hatch para la explotación de fosfato de
cal y sal gema en Las Salinas. En septiembre de 1875 el puerto
de Barahona fue abierto al comercio de exportación, motivo
por el cual se creó una subdelegación de Hacienda en dicha
ciudad, medidas que redundaron en beneficio de la economía
regional (Robert, 1953: 108-109). Además, aunque finalmente no se llevó a cabo, en 1882 William Read fue autorizado
por el Gobierno dominicano para construir un ferrocarril en
52
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Barahona (VV. AA., 2001: vol. 1, 111). Cabe resaltar el hecho
de que en todos estos casos se trataba de concesiones otorgadas a
ciudadanos extranjeros.
Cuando Barahona se convirtió en cabecera del nuevo distrito muchas personas comenzaron a acudir a esta población,
que era ya la capital indiscutible del valle de Neiba, unas atraídas por los negocios y otras por los empleos públicos (Ramírez
Suero, 1983: 74). En 1872 se establecieron allí los primeros
cubanos, y veinte años después la colonia cubana de Barahona
fundó “con el beneplácito disimulado” del presidente Heureaux
una junta revolucionaria denominada El Salvador, que “tenía
por finalidad adquirir recursos para cooperar en la (…) liberación de Cuba” (Robert, 1953: 128). Ello permite pensar que
en aquellos momentos existía una importante corriente migratoria de cubanos hacia el valle de Neiba, principalmente con
destino a Barahona. A comienzos del siglo XX se instaló en dicha ciudad un número considerable de inmigrantes llegados de
Puerto Rico y Cuba para trabajar en el cultivo del café. A dichos grupos se sumó a partir de 1905 una nutrida colonia palestina, siria y libanesa, que en su mayor parte ejerció la venta
ambulante al por menor. También fue aumentando la llegada
de inmigrantes europeos, italianos y españoles sobre todo, que
se dedicaron a la agricultura y, en menor medida, al comercio
(López Reyes, s. a.: 98-100).
A.- La educación. Lo que se conoce en Latinoamérica como la
etapa de los gobiernos de orden y progreso, de marcado carácter
positivista, tuvo su máximo apogeo durante las últimas décadas
del siglo XIX. En este contexto se dio un paso muy importante
para el desarrollo de Barahona, que fue la instalación de la Junta
Particular de Estudios, bajo la presidencia del gobernador del distrito, José Dolores Matos. La junta estaba encargada, entre otros
asuntos, de “reglamentar lo concerniente a la Escuela primaria de
varones” de esa ciudad, y en virtud de ello nombró a Nicolás Flack
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
53
profesor de dicha escuela, cuya capacidad era de veinticinco alumnos (AGN, Gobernación de Barahona, leg. nº 23:3-I-1882).
Entre 1889 y 1890 se redujo el número de centros de enseñanza de ocho a seis en todo el distrito (ibid: 28-XII-1889 y 1V-1891). Ello se vio parcialmente compensado con un aumento
de las escuelas públicas en el curso 1901-1902, al que sin embargo no acompañó un incremento de las subvenciones asignadas a
las mismas, por parte de la Junta de Estudios de Barahona. En la
capital del distrito la plantilla había experimentado un aumento
considerable, de modo que existía ya un profesor y un ayudante
del mismo, así como dos profesoras y sus respectivas ayudantes.
En El Cachón había un profesor y una profesora, al igual
que en El Rincón, hoy Cabral. En Fundación sólo se contaba con
un profesor, mientras que Alpargatal, el actual Vicente Noble,
aparece por primera vez entre las poblaciones que tenían escuela
pública, en la que daba clase una profesora. Por su parte, en
Duvergé, nuevo nombre de Las Damas, había también una sola
profesora, y en Neiba un profesor y una profesora. Durante el
año escolar 1901-1902 el total de las subvenciones entregadas
por la Junta de Estudios de Barahona en el valle de Neiba sumaba
72 pesos mensuales, es decir, veintiún pesos menos que los invertidos en 1890, con la circunstancia agravante de que además dicha cantidad debía repartirse entre un número mucho mayor de
profesores y escuelas (ibid, leg. nº 32: s. f.).
La memoria presentada por el gobernador de Barahona al
ministro de Interior y Policía, correspondiente al año 1917, contiene
también algunos datos interesantes acerca del estado de la enseñanza
en el valle de Neiba. Según este informe, por lo menos trescientos
alumnos asistían a cada una de las escuelas para ambos sexos que
había en la capital de la provincia. Cada plantel contaba sólo con tres
maestros, un número “insuficiente para atender a la instrucción de
los educandos a su cargo,” por lo que era necesario “duplicar el número de ayudantes.” Si en la propia ciudad existían tales deficiencias,
en las secciones rurales del municipio de Barahona éstas se acentuaban
54
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
de modo extraordinario. Vásquez señaló que El Peñón, con una población escolar de ciento veinte alumnos, sólo tenía asignada una profesora para ambos sexos y que lo mismo podía decirse de Fundación,
El Cachón y Alpargatal. No obstante, la situación era aún peor en
otras secciones del municipio de Barahona, como Jaquimeyes y Pescadería, “que proporcionarían alumnado suficiente para justificar la
creación de una Escuela” (ibid, leg. nº 25: 23-I-1918).
En un informe presentado por el gobernador al secretario de Interior y Policía se señalaba que si bien un grupo bastante numeroso de alumnos y alumnas acudía diariamente a los
distintos centros de enseñanza, y en muchas poblaciones de la
provincia sus habitantes se ocupaban de la construcción de locales para casa-escuelas, resultaba necesario crear un gran número de Escuelas Rudimentarias Rurales. Así, en el municipio de
Barahona no había escuela de ningún tipo en las secciones de
Canoa, La Hoya, Pescadería, Habanero, Caballero, El Cachón,
El Peñón, Palo Alto, La Guázara, Manuel Díaz, El Fundo, El
Arroyo, Esteban y Bahoruco. En la ciudad, por su parte, hacía
falta una escuela Graduada Urbana Mixta, una comercial y una
correccional. En cuanto al municipio de Neiba, continuaban
sin escuela primaria las secciones rurales de Mena, Jobo, Hatico, Santana, Barranca, Honduras, Cerro del Medio, Monserrate, Estero, Memizo, Los Ríos, Manguito, Boca de Cachón, Los
Roas y Cabeza de Toro. Mientras tanto, en el de Duvergé aún no
tenían centro escolar alguno las secciones de Angostura, Las Baitoas
y Cristóbal. Es decir, la carencia de recursos educativos seguía siendo enorme, muy particularmente en toda el área rural (ibid: leg.
No. 12, 3-II-1920).
B.- La construcción de infraestructuras. Las vías de comunicación
terrestre que conectaban el valle de Neiba con Santo Domingo y
con el resto del país fueron pésimas hasta la construcción de la
carretera de Barahona a Azua, que comenzó en 1927 y cuyos
trabajos se prolongaron varios años.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
55
Durante la ocupación militar estadounidense de la República Dominicana, entre 1916 y 1924, el norteamericano T. W.
Vaughan escribió acerca de la situación de las carreteras regionales. Según este autor, los vehículos podían ir de Barahona hacia el
norte hasta Cabral, y desde allí hacia el oeste por Las Salinas hasta
Neiba y Barbacoas, la actual Villa Jaragua, por el norte del lago
Enriquillo, y hasta Duvergé por el sur (López Reyes, s. a.: 133134).9 Aunque se trataba de simples caminos, éstos al menos
eran transitables por vehículos, mientras que hasta Azua sólo
era posible hacer el trayecto con monturas, motivo por el cual
la mayor parte del transporte de personas y mercancías entre
el valle de Neiba y Santo Domingo se hacía por mar.10 Sin
9
10
56
Estos datos figuran en T. W. Vaughan, Un reconocimiento geológico de la República Dominicana. López Reyes toma la cita de
Pérez y Pérez, 1992: 130, pero no indica fecha ni lugar de publicación, ni tampoco la página de la obra de Vaughan.
Las pésimas vías de comunicación terrestre con Santo Domingo hacían comparativamente más fácil el intercambio con Haití (Lundahl y
Lundius, 2004: 64). Después de diversos avatares, en 1874 se reabrió
oficialmente el comercio con dicho país (ibid). Dado que también
había contrabando, se trataba de “una zona económica tan bien integrada que en la práctica no existía frontera alguna” (ibid: 66). Algunos
observadores dieron testimonio de la intensa relación que los pobladores mantenían con los habitantes del oeste de la isla. Por ejemplo,
Marrero Aristy recorrió la frontera sur por encargo de Trujillo y escribió que antes de iniciarse el régimen de éste (en 1930): “El dominicano de aquella región sostenía escaso comercio con nosotros y en cambio se abastecía totalmente de Haití sin tomar en cuenta nuestras
instituciones y sin someterse a lo dispuesto por nuestra legislación; y
dando absolutamente la espalda a nuestra cultura –que dicho sea de
paso nunca le fue ofrecida- se iba destiñendo cada vez más mientras
absorbía las supersticiones y adoptaba las costumbres del vecino”
(Marrero Aristy, 1943: 25, citado en Baud, 1999: 202). También
señalaba que el “buen ron haitiano [...] se obtenía tan fácilmente
como el agua, porque pasaba todas las noches de contrabando por la
frontera” (Marrero Aristy, 1943: 25; citado en Baud, 1999: 203).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
embargo, el Gobierno militar llevó a cabo una importante política de fomento de las comunicaciones, a la que no fue ajena
la provincia de Barahona, como puso de manifiesto la intensa
actividad desplegada en tal sentido a partir de 1919. Ese año
las autoridades de ocupación nombraron gobernador de la provincia al general Féliz, quien “tan pronto inició sus actuaciones, comenzó a trabajar en la mejora de los caminos públicos”
(Robert, 1953: 172).
En efecto, dos días después de tomar posesión del cargo en
sustitución de Bernardino Vásquez, el nuevo gobernador de Barahona se dirigió al secretario de Obras Públicas de la administración norteamericana en Santo Domingo para solicitarle que la misma atendiera una serie de obras, que eran de suma necesidad. Entre ellas, en primer lugar mencionó la construcción del camino del
Estado Barahona-Azua, única arteria que permitía la comunicación del valle de Neiba “con los demás pueblos de la República,” así
como un puente sobre el río Yaque en el punto denominado Habanero. También estimaba urgente la construcción de una cárcel y
de una carretera que uniese Barahona con Cabral, Duvergé y Neiba, para facilitar el desarrollo en todos los órdenes tanto de estas
poblaciones como de la propia capital de la provincia. Por último,
el general Féliz aludió a la necesidad de reparar los edificios de la
Gobernación y el Telégrafo (AGN, Gobernación de Barahona, leg.
nº 12: 8-II-1919). Además, se emprendió también la mejora de
otros caminos de la región, como por ejemplo el que debía llegar
hasta la frontera con Haití. A este respecto, Féliz instó al Ayuntamiento de Neiba a activar la terminación del camino de Barbacoas
a Los Ríos, pues ya se estaba trabajando en el que iba desde esta
última localidad a La Descubierta (ibid: 25-VII-1919).
C.- Otras transformaciones. En la memoria correspondiente a 1918
dirigida al secretario de Interior, el gobernador de Barahona afirmó que la agricultura se iba desarrollando en la provincia, como lo
demostraba la importante finca de caña de la Barahona Company
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
57
Inc., establecida en la sección de Palo Alto (ibid: 12-II-1919).11
Como consecuencia directa de la instalación del ingenio, la economía de la provincia evolucionó rápidamente, sobre todo a partir de
su primera zafra, que tuvo lugar entre 1921 y 1922, años en los
que también se modernizó el muelle del puerto de Barahona. A
partir de entonces las exportaciones de azúcar, madera, café, ganado, maíz, habichuelas y otros productos experimentaron un crecimiento acelerado. Esta situación de prosperidad cada vez mayor
atrajo también la inmigración extranjera, principalmente de árabes
y haitianos, así como de españoles y de personas de otras nacionalidades, lo que hizo que la población aumentara a un ritmo más veloz. Según el censo de 1920, la provincia de Barahona tenía 48.182
habitantes, de los que 5.431 eran extranjeros, es decir, un 11´3 %
de su población total, y a la ciudad de Barahona le correspondían
3.826 habitantes (López Reyes, s. a.: 125-129).12
11
12
58
En un epígrafe posterior se aborda con más detenimiento el estudio
del ingenio Barahona.
Las otras poblaciones del valle de Neiba que superaban los 1.000
habitantes eran Duvergé, con 1.754, y Cabral, con 1.704. En
cuanto a los diferentes municipios de la región, su población era la
siguiente: Barahona, 12.318, de ellos 2.139 extranjeros; Cabral,
4.652, de los cuales 480 eran de nacionalidad extranjera; Duvergé,
6.121, entre los que había 307 extranjeros; y por último, Neiba,
que era el municipio más poblado, con 20.387 habitantes, de los
que 1.915 eran de origen extranjero. En la provincia de Barahona
figuraban en el censo de 1920, además de 4.492 haitianos, otros
grupos extranjeros de cierta importancia, cuyos orígenes eran muy
variados. Los más numerosos eran los procedentes de Puerto Rico,
281; Estados Unidos, 144; Antillas francesas, 114; Antillas inglesas, los llamados cocolos, 113; España, 74; Siria, 53; Francia, 37;
Antillas holandesas, 34; Italia, 32; Cuba, 16; y Antillas danesas,
12. Estos once grupos suponían en total 910 personas, que sumadas a los residentes haitianos daban un resultado de 5.402
habitantes de origen extranjero. Hasta completar la cifra de 5.431
extranjeros, los veintinueve restantes se repartían de la siguiente
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
En respuesta a una circular del secretario de Interior, el
gobernador de Barahona le confirmó lo difícil que se les hacía a
muchas familias de la provincia “conseguir el sustento diario, en
su mayor parte, por la tirantez desplegada por el comercio detallista en la venta de los artículos de primera necesidad,” que sólo
estaban “al alcance de los más pudientes.” A su juicio, esta crítica
situación podía aliviarse un tanto con el establecimiento del ingenio, dado que éste pondría “al alcance del proletariado, lo más
preciso para su subsistencia” (AGN, Gobernación de Barahona,
leg. nº 12: 9-II-1920).
En realidad, las difíciles condiciones de vida de la mayor
parte de los habitantes de la provincia de Barahona no mejoraron
con la instalación del ingenio, aunque algunos adelantos se produjeron, en cierta medida, gracias al mismo. Por ejemplo, mediante un convenio entre la Barahona Company Inc. y el Ayuntamiento de la capital de la provincia, firmado el 15 de julio de
1922, se inauguró en esa ciudad el servicio de abastecimiento de
agua a través de un acueducto (Robert, 1953: 177-178).
Otra importante mejora vino también de la mano de un
acuerdo entre la compañía del ingenio y el Ayuntamiento de Barahona, por el que en abril de 1929 comenzó a funcionar el alumbrado público, servicio del que carecía esa población desde dieciocho años atrás, cuando fue destruido el alumbrado de faroles a
gas durante uno de los enfrentamientos armados que tuvieron
lugar en ella. Al principio este avance se limitaba a algunas calles
céntricas, pero poco a poco fue extendiéndose por casi toda la
ciudad, y pese a que en sus comienzos el servicio duraba solamente desde las seis de la tarde hasta las doce de la noche, el municipio pagaba por él 440 pesos mensuales (ibid:185).
manera: diez ingleses, cuatro alemanes, cuatro venezolanos, tres
chinos, dos peruanos, y un solo representante de Turquía, Austria,
Noruega, Canadá, Holanda y Panamá (Primer Censo Nacional,
1920: 144-153).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
59
Avatares en la frontera durante la primera mitad del siglo XX
El origen del “movimiento masivo de inmigrantes haitianos” hacia la República Dominicana se remonta a los años de
la ocupación militar estadounidense, “cuando se otorgaron las
primeras autorizaciones para el ingreso de cuotas de cientos y
miles de trabajadores.” Éstos llegaban en su mayoría contratados para trabajar en los ingenios azucareros y en las obras públicas impulsadas por las autoridades norteamericanas, sobre
todo en la construcción de carreteras. De acuerdo con los datos censales de 1920, en el territorio dominicano había 28.258
haitianos, sobre un total de 47.780 extranjeros. Representaban el 59% de éstos y el 3% de la población total, que ascendía a 894.665 habitantes. Además, resulta muy significativo el
hecho de que la mayor parte de los inmigrantes haitianos se
encontraba en las provincias de Monte Cristi (10.972), Azua
(4.545), Barahona (4.492), San Pedro de Macorís (1.983) y
El Seibo (1.737), es decir en el área fronteriza y en las zonas
azucareras. En el caso de Barahona se daban ambas circunstancias o al menos habían empezado a conjugarse a raíz de la
instalación del ingenio. En 1920 las autoridades norteamericanas concedieron permisos de residencia a más de 10.000
braceros haitianos, contratados por los ingenios (Castillo, 1984:
184).
Ese mismo año se otorgaron 22.121 permisos de permanencia a braceros negros y sus familiares, cifra que permite “apreciar la magnitud alcanzada por la fuerza de trabajo extranjera
en la industria azucarera y en la economía” dominicanas. De esa
cantidad correspondían a Barahona 1.269 braceros, con lo que
esta provincia ocupaba el cuarto lugar a nivel nacional, por detrás de San Pedro de Macorís, con 12.866; El Seibo, con 2.837;
y Santo Domingo, con 1.403. Por otra parte, “el peso que ya
empezaba a tener la inmigración haitiana” se hacía sentir especialmente en los ingenios y en las empresas situadas cerca de la
60
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
frontera, como era el caso del ingenio Barahona. Éste había contratado a 570 extranjeros de los que 500 eran haitianos (Castillo, 1978: 52-54).
En uno de sus informes, el gobernador Féliz había denunciado ante el secretario de Interior que los haitianos, en su mayoría campesinos, mantenían ocupados numerosos puntos del territorio dominicano. Entre ellos, aquél mencionó Cabeza de Agua,
Casurdo, Grand Bois, Goma, Le Temps, Mabonyol, La Rosa,
Matasajera, Cañada Biembienes, Soga, Ville la Paz y El Majo. De
hecho, los dominicanos que tenían cultivos en esos lugares incluso eran “obligados a pagar un impuesto al Gobierno Haitiano”
(AGN, Gobernación de Barahona, leg. nº 12: 3-II-1920). Estas
circunstancias permiten comprender el interés del Gobierno dominicano por afianzar su control sobre la zona fronteriza entre
ambos países por medio del establecimiento de colonias agrícolas,
como revela la ley número 77, aprobada a finales de 1924, por la
que se creó una comisión que debía redactar un informe al respecto (Informe, 1925: 3).13
Dicha comisión estaba encargada de realizar los estudios
para determinar los sitios en que debían establecerse las colonias
agrícolas previstas por la ley. El secretario de Agricultura e Inmigración, que era el presidente de la misma, entregó su informe al
presidente de la República en julio de 1925, acompañado de un
13
Se trata del Informe que presenta al Poder Ejecutivo la Comisión
creada por la Ley Núm. 77 para estudiar las tierras de la Frontera
y señalar los sitios en que se han de establecer las Colonias de Inmigrantes. El presidente Vásquez, elegido en 1924, contó con el apoyo de los Estados Unidos y se propuso continuar el programa de
modernización iniciado por las autoridades norteamericanas, para
lo que se crearon los Planes de Fomento y Obras Públicas. Dichos
planes se orientaron de manera primordial hacia el desarrollo de la
agricultura, la educación y las infraestructuras. La política del nuevo gobierno también se dirigió a incentivar la colonización de la
frontera dominico-haitiana por medio de asentamientos de inmigrantes, que deberían situarse a lo largo de la misma.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
61
plan de inmigración y colonización. A modo de preámbulo, la
comisión se refirió al propósito del Gobierno de colonizar las tierras fronterizas, “colocando en ellas grupos de familias inmigradas para ese fin”, lo que había sido acogido con gran entusiasmo
por parte de la población. Ésta era consciente de las ventajas incalculables que reportaría al país el hecho de que se explotaran,
mediante un plan metódico garantizado por el Gobierno dominicano, “porciones importantes de esas tierras fronterizas, despobladas en su mayor parte.”14 Ese propósito estaba motivado por la
necesidad de “contener el avance lento pero incesante” que venían operando los haitianos día a día sobre el territorio dominicano (ibid: 3-5).
El objetivo de colonizar las tierras próximas a Haití envolvía
“la necesidad mil veces señalada de hacer afluir” hacia la República Dominicana una corriente inmigratoria de hombres capaces de adaptarse a las condiciones físicas de esas tierras y de vincularse a ellas con carácter permanente. La comisión recordó que
para lograr ese fin, el Gobierno había ordenado el estudio previo
de las tierras fronterizas que por sus condiciones de feracidad, de
topografía y salubridad fuesen apropiadas para ser colonizadas
14
62
La baja densidad demográfica había venido siendo un grave obstáculo para el desarrollo del país en general, pero sobre todo para el
de la región fronteriza y, en particular, para el de su área más
meridional. Sin embargo, es importante tener en cuenta que desde el siglo XIX se produjo un elevado crecimiento demográfico en
el país. Un informe redactado por Mariano Torrente en 1853 estimó que la población dominicana era de 130.000 habitantes en
1852 (AHN, Ultramar, leg. nº 3524: doc. nº 66). Duplicaba,
por tanto, la de 1812 (62.096). En 1920 había ya 894.665 habitantes (ONE, 2004: 12). Las tasas de crecimiento continuaron
siendo muy elevadas en las décadas siguientes. Como resultado de
ello, el censo de 1935 registró 1.479.417 habitantes, que pasaron
a 2.135.872 en el de 1950 (ibid). Posteriormente la población se
multiplicó por cuatro hasta alcanzar los 8.562.541 en 2002 (ibid).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
por europeos. Al mismo tiempo, el Gobierno había dispuesto la
elaboración de un plan que abordara las condiciones en que debía fomentarse esa inmigración, y que indicara primordialmente
las seguridades que la República Dominicana había de ofrecer a
los individuos que formasen parte de ella (ibid: 6).
En su recorrido, que había comenzado por el norte de la
frontera, los miembros de la comisión llegaron al valle de Neiba. A
lo largo de su trayecto hacia el sur aquéllos trataron siempre de
acercarse a la línea de ocupación haitiana, a pesar de que no había
caminos “para orillarla.” Desde La Descubierta, importante poblado próximo al lago Enriquillo, la comisión se dirigió a Los Pinos de
La Descubierta, lugar situado al noroeste del lago y cerca de la frontera, con el fin de determinar si las condiciones del mismo permitirían su elección para el establecimiento de una colonia. La zona de
Los Pinos está en una altiplanicie a cerca de 200 metros sobre el
nivel del mar, con un terreno “arcilloso y humífero,” en el que “el
cultivo muy extendido de habichuelas y frutos menores” demostraba “sus buenas condiciones y su fácil aprovechamiento para trabajos agrícolas.” Tales circunstancias hicieron que la comisión lo eligiese como lugar apropiado para establecer una colonia, a una distancia de diez kilómetros de Tierra Nueva, población que estaba
unida a La Descubierta y a Neiba por una carretera (ibid:15-16).
Por lo que se refiere al plan de inmigración y colonización
que acompañaba al informe, sus autores juzgaron muy acertada
la disposición de que se escogieran inmigrantes españoles por su
facilidad para adaptarse a las “costumbres de los pueblos hispanoamericanos y por sus condiciones de resistencia y laboriosidad”.
Dichas características los ponían “en la escala inmigratoria, entre
los más deseables” para pueblos como el dominicano, que necesitaban “vigorizarse con la concurrencia de elementos extranjeros”
que se dedicasen al fomento de la agricultura. De hecho, se resaltó que los españoles ofrecían a la República Dominicana la ventaja de una fácil convivencia con los nativos “por infinidad de circunstancias”, entre ellas el idioma y “los cada día renovados nexos
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Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
63
históricos”. Tales factores colocaban a los dominicanos con respecto a España “en un grado de parentesco que facilitaría el propósito” del Gobierno de fomentar una corriente inmigratoria desde
aquel país hacia la República Dominicana, “sin que se originaran
perjuicios causados por divergencias de carácter etnológico”. Los
responsables del plan también veían con buenos ojos la inmigración italiana, ya que era igualmente susceptible de asimilar las costumbres dominicanas y de cooperar en el fomento agrícola e industrial de la República. En estas consideraciones de carácter tanto
cultural como étnico se advierte también un claro precedente de la
política migratoria que desarrolló el trujillismo, siempre con la intención de atraer población blanca o de piel clara, nunca de raza
negra (ibid: 45-46). Pese a todas las medidas previstas en el plan
con objeto de aplicarlo, finalmente éste no se llevó a cabo.
Una de las principales preocupaciones del régimen de Trujillo fue la puesta en marcha de su propia política migratoria, que
“adquirió un nuevo matiz racial” desde los primeros años. En efecto, el 1 de abril de 1932 el Gobierno promulgó una ley de inmigración que imponía el pago de un impuesto de 500 pesos a las
personas negras y asiáticas que quisieran instalarse en la República Dominicana. Además, “sólo los inmigrantes blancos podían
recibir tierras para trabajar en las colonias agrícolas establecidas
por el gobierno,” de modo que “la nueva ley respondía parcialmente a la ideología racista del Estado y especialmente a una actitud negativa hacia los haitianos” (Peguero, 2005: 58-59).
Todas las medidas adoptadas por Trujillo para contener
la penetración haitiana fracasaron, porque si bien se había atajado el problema de la usurpación del territorio por parte del
país vecino y se había resuelto la cuestión limítrofe por medio de
acuerdos, aún quedaba pendiente la problemática migratoria.15 En
15
64
Tras el intento fallido de alcanzar un acuerdo de límites entre los
dos países en 1874, esta cuestión no volvió a abordarse hasta 1929,
cuando se firmó un tratado fronterizo que fijó la línea divisoria de
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
efecto, “los ciudadanos haitianos seguían invadiendo sin control las
tierras” situadas al otro lado de la frontera, en suelo dominicano.16
Este fenómeno se daba en mayor medida en la zona norte de la línea
divisoria, la cual “estaba poblada de haitianos”, quienes imponían allí
su moneda, costumbres, idioma y religión, por lo que fue el principal
escenario donde se llevó a cabo una matanza de grandes dimensiones, en 1937. Este hecho coincidió con una visita de Trujillo a Dajabón, población septentrional situada junto a la frontera, en la que se
desató la masacre de haitianos “al arma blanca” que comenzó el 2 de
octubre, tras un acto político en honor del presidente. Desde allí se
extendió a otros lugares del país, provocando un gran número de
muertes, cuya cifra exacta nunca fue revelada, aunque algunos autores hablan de miles e incluso de “decenas de miles de ciudadanos
haitianos” asesinados. La masacre cometida por el régimen trujillista
en 1937 “constituyó una respuesta rápida y directa” a la continua y
creciente inmigración clandestina (Muñoz, 1995: 147-161).
Después de esta drástica “limpieza” el régimen trujillista
emprendió a conciencia la llamada dominicanización de la frontera, con el objeto de levantar una barrera humana contra la migración haitiana. En palabras de uno de los principales ideólogos
16
forma precisa y detallada. Pese a ello, una vez llegado el momento
de la ejecución de dicho acuerdo comenzaron a surgir una serie de
inconvenientes, por lo que no llegó a entrar en vigor (Muñoz,
1995: 147-154). Durante la presidencia de Trujillo se produjo
una reactivación de las negociaciones con el gobierno haitiano,
que puso término definitivamente al litigio de fronteras existente
entre ambas Repúblicas (Machado Báez, 1955: 201).
En el conjunto de la República Dominicana el número de ciudadanos originarios del país vecino pasó de 28.258 en 1920, a 52.657
según el censo de 1935. En el caso de la provincia de Barahona, la
suma de los inmigrantes haitianos residentes en el municipio del mismo nombre (4.461) y en el de Cabral (1.128), sin tener en cuenta los
de Neiba y Duvergé, superaba con creces los 4.492 registrados en el
censo de 1920 para toda la provincia (Robert, 1953: 253-254).
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65
del trujillismo, Manuel Arturo Peña Batlle (1954: 63), era necesaria una valla social, étnica, económica y religiosa absolutamente
infranqueable, por lo que se trazaron numerosos planes en los
que se planteaba que la región fronteriza sería transformada en
una especie de “escaparate” de la nación. En esa línea, el Gobierno estableció varias colonias agrícolas próximas a la frontera en
un intento de incrementar tanto la población como la producción agrícola de esa región, de modo que hacia 1952 había en
ella diecisiete colonias con un total de 19.276 habitantes.17 El
régimen también construyó puestos militares que contribuyeron
a aumentar la presencia del Estado en aquella área y por lo tanto el
control de Trujillo sobre la misma. La maquinaria propagandística
del Estado alardeaba de sus aparentes logros a través de obras escritas
para hacer hincapié en las deplorables condiciones de vida en la frontera, y en los cambios drásticos que se habían producido tras la puesta
en marcha del programa de dominicanización. Sin embargo, dicho
17
66
En 1942 las colonias agrícolas contaban con 3.368 habitantes,
que tres años más tarde habían aumentado hasta 8.410 personas,
de las que sólo nueve eran extranjeras (Machado Báez, 1955: 262264). En ellas el Gobierno dominicano había construido casas,
escuelas, iglesias y centros sanitarios, y facilitado tierras a sus habitantes. Éstos estaban gobernados por oficiales del Ejército que al
propio tiempo vigilaban la frontera, y dirigidos por sacerdotes y
peritos agrónomos (Lockward y Alonso, 2007: 75). Con el fin de
estimular la producción agrícola, se proporcionó a los colonos “tierras, casas, semillas, sistemas de irrigación, herramientas, maquinarias, facilidades de préstamo bancario y asistencia técnica”. Si
bien el programa de colonización se extendió por todo el territorio
dominicano, “se puso mayor énfasis en el establecimiento de colonias fronterizas”. De hecho, las diecisiete que había en la frontera
en 1952 representaban el 29,3% de la superficie total de las colonias y contaban con 2.746 colonos, lo que suponía el 28,3% de
los agricultores establecidos en el conjunto de las mismas (Peguero, 2005: 63-64. La autora cita en este punto a Box y De la Rive
Box-Lasocki, 1989: 56-57).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
programa fue más un éxito sobre el papel que en la realidad, pues la
región permaneció aislada del resto de la República y con poca influencia sobre la economía del país (Sagás, 2000: 57-58).
No obstante, también cabe advertir algunos avances en
materias tales como la construcción de infraestructuras sanitarias y educativas, y vías de comunicación, al tiempo que desde el
punto de vista administrativo se crearon nuevas provincias y municipios. En marzo de 1943, durante una visita que hizo a la
provincia de Barahona, Trujillo estuvo en Neiba y en diversos
lugares fronterizos, con el fin de estudiar sus necesidades. En
una reunión que mantuvo en dicha ciudad, el presidente prometió a sus habitantes que promovería la conversión de ese extenso territorio en provincia. Así, el día 18 del mismo mes se
promulgó la ley en virtud de la cual los municipios de Neiba,
Duvergé y La Descubierta fueron segregados de la provincia de
Barahona, formando todos ellos junto al nuevo municipio de
Tamayo, antes Hatico, la provincia de Bahoruco, con capital en
Neiba (Robert, 1953: 201).18
18
Por la misma ley, las secciones de Jimaní y Arroyo Blanco, que pertenecían a La Descubierta, y la de El Limón, que correspondía a
Duvergé, constituyeron el distrito municipal de Jimaní, dependiente
de La Descubierta. La población de Barbacoas, rebautizada con el
nombre de José Trujillo Valdez en honor al padre del presidente, la
actual Villa Jaragua, junto a las secciones de Clavellinas, La Madre,
Los Ríos y Las Cañitas, que dependían de Neiba, constituyeron el
distrito municipal de José Trujillo Valdez, de la jurisdicción de Neiba. Por su parte, el nuevo municipio de Tamayo se formó con las
secciones de Hatico, Cabeza de Toro, Guanarate, Vuelta Grande,
Arroyo Seco y Mena, y los bateyes 6, Santa Bárbara y Santa María,
cuya cabecera estaba situada en la villa de Hatico. Por efecto de la
misma ley, las secciones de Alpargatal, Canoa, Quitacoraza, Fondo
Negro y poco después la de Arroyo Grande, todas ellas del municipio de Barahona, se integraron en el distrito municipal de Vicente
Noble, con su cabecera en la villa de Alpargatal. Este nuevo distrito
dependía del municipio de Barahona (Robert, 1953: 201-202).
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67
Como parte de las primeras medidas adoptadas por Trujillo, en mayo de 1943 se dispuso la destrucción de todas las primitivas viviendas del poblado de Jimaní, recién ascendido a distrito
municipal, y la inversión de 125.000 pesos en la construcción de
una serie de obras públicas que guardaran “armonía con la categoría política y la posición geográfica” de dicho pueblo. Éste fue
un paso previo a la creación, el 1 de enero de 1950, de la provincia Independencia, cuya capital pasó a ser Jimaní, que tenía ya un
nuevo trazado de calles, los edificios de la Gobernación y el Ayuntamiento, así como hospitales, mercados, colonias agrícolas, escuelas e incluso hoteles. En menos de siete años, Jimaní había
pasado de ser una simple sección rural a convertirse en capital de
una nueva provincia, pero ésta no fue la única población que se
transformó “de la noche a la mañana con sus nuevas y suntuosas
edificaciones”, pues ocurrió también en otras como La Descubierta. De hecho, se dotó a todas las cabeceras de municipios y
distritos municipales de la frontera de plantas eléctricas, al tiempo que se organizaron nuevos distritos judiciales, agrícolas, escolares, sanitarios, de riego y obras públicas. Entre las carreteras construidas que discurrían total o parcialmente por el valle de Neiba,
cabe mencionar las de El Limón-Puerto Escondido, Jimaní-El Limón, Cabral-Duvergé-Jimaní y Enriquillo-Cabral (Machado Báez,
1955: 227-228).19
19
68
En cuanto a las instituciones educativas, en 1935 se abrieron
nuevas escuelas en El Limón y Jimaní que, como las demás escuelas fronterizas, respondían “a un objetivo eminentemente
patriótico y nacionalista”. En 1955 funcionaban las llamadas
escuelas especiales fronterizas, entre ellas las de Tierra Nueva, El
Limón, La Descubierta y Jimaní, así como un buen número de
escuelas de emergencia en diversas secciones rurales de Duvergé,
Jimaní, La Descubierta y Villa Jaragua. Además, en las principales secciones de cada municipio existían las escuelas primarias
rurales. Se contaba con escuelas de este tipo en Vengan a Ver,
San José, Puerto Escondido, Angostura, Mella y Cristóbal, hasta
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
La dominicanización fronteriza formaba parte del “tinglado
ideológico” trujillista, en su afán de crear conciencia e identidad
nacional. Sin embargo, en contradicción con su propio discurso
nacionalista, a partir de mediados de la década de los cincuenta el
Gobierno procedió a asentar inmigrantes españoles, japoneses y
húngaros en las colonias agrícolas, “con el propósito de mejorar la
raza” y de “prevenir la entrada de haitianos” mediante una barrera
humana. Para ello organizó una red de propaganda que presentaba a la República Dominicana “como un edén para inmigrantes”, y
a Trujillo poco menos que “como un benefactor” de la humanidad.
Según la prensa oficial, el programa de inmigración del Gobierno
ofrecía “facilidades, garantías y tierras feraces a los inmigrantes” que
se acogieran a él (Peguero, 2005: 65, 117, 138).20
En el valle de Neiba se establecieron dos colonias agrícolas:
Plaza Cacique, cerca de Neiba, y La Colonia, en las proximidades
de Duvergé. El principal contingente que se ubicó en ambas colonias fue el japonés. En la colonia japonesa de Plaza Cacique se establecieron 61 personas en 1957, más un número indeterminado
llegado en 1959, y 150 nipones junto a una cantidad también imprecisa, formada por otras cinco familias japonesas, lo hicieron en
20
un total de ocho, en el municipio de Duvergé; en Boca de Cachón, de Jimaní; en Galván, Batey número 3, El Palmar, y otras
seis secciones más de Neiba; y en Bartolomé, Postrer Río, Los
Pinos y Guayabal, de La Descubierta. También hacia 1955 se
habían establecido nuevas escuelas primarias urbanas en Duvergé, Neiba, Cabral y La Descubierta, y escuelas de economía doméstica en Neiba, Jimaní y Duvergé. El comité de ayuda fronteriza del oficialista Partido Dominicano había fundado escuelas
de alfabetización para adultos en Duvergé, Barahona, Neiba, José
Trujillo Valdez, actualmente Villa Jaragua, y La Descubierta, así
como en las secciones de Boca de Cachón, Tierra Nueva y El
Limón, de Jimaní (Machado Báez: 235-239).
La cita corresponde al diario El Caribe, en su edición del 8 de
marzo de 1957, p. 2.
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69
la colonia mixta de Duvergé. En ésta había ya tanto dominicanos
como europeos, entre ellos 483 refugiados húngaros, de los que en
torno a 400 regresaron el mismo año de su llegada, y algunos españoles, muchos de los cuales también fueron repatriados rápidamente.21 Casi todos estos inmigrantes habían abandonado los asentamientos muy pocos años después de establecerse en ellos.
En 2006, sin embargo, aún se encontraba en La Colonia
uno de los aproximadamente 36 españoles que llegaron allí en
mayo de 1957, algunos de ellos procedentes de El Sisal (Azua),
adonde habían sido destinados en primer lugar. Hermindo Fernández Carballo, apodado Comba por ser natural de Santa Comba de Bande (Orense), nos informó personalmente de que a muchos colonos no les habían entregado tierras buenas, por lo que se
limitaron a cobrar el subsidio que concedía el Estado dominicano.22 Se debe tener en cuenta que las tierras de la frontera no eran
21
22
70
Los primeros, en su mayor parte procedentes de zonas urbanas, carecían de experiencia agrícola, por lo que encontraron “el trabajo y el
aislamiento de las colonias agrícolas particularmente desagradables”,
y “unido a su descontento económico, cultural y climático, estaba un
creciente disgusto por la dictadura de Trujillo”. En tales circunstancias, no es de extrañar que a finales de 1957 numerosos húngaros
descontentos se aprovecharan de la promesa del Comité Intergubernamental para Migración Europea, en el sentido de que proveería
transporte de regreso a Austria a cualquier refugiado con razones válidas para volver. Con respecto a los españoles, la mayoría de ellos,
“desencantados, solicitaban el viaje de regreso a que tenían derecho”,
mientras que otros fueron desalojados por las autoridades dominicanas, debido al incumplimiento de sus contratos. Muchos españoles
no eran auténticos agricultores, e incluso “algunos desafiaban la adaptación” a cualquier clase de actividad laboral o “tenían dudosos antecedentes políticos”. No obstante, en general se permitió permanecer
en la República Dominicana a quienes demostraron ser trabajadores
capaces en otros sectores (Gardiner, 1979: 185-219).
Entrevista a Hermindo Fernández Carballo, La Colonia (Duvergé), 14 de diciembre de 2006.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
precisamente muy aptas para la agricultura, debido sobre todo a
la falta de un sistema de irrigación eficiente, lo que reducía la
posibilidad de obtener buenas cosechas incluso en los suelos más
fértiles. Las condiciones eran particularmente malas en el caso de
La Colonia de Duvergé.23 Resulta evidente “la incongruencia de
enviar agricultores a establecerse no en tierras feraces, sino (…)
feroces”, por lo poco apropiadas que resultaban para la actividad
agraria. Ello pone claramente de manifiesto que las “consideraciones raciales y geopolíticas predominaron sobre lo que debió
ser un juicioso plan de colonización”24 (Peguero, 2005: 117, 138).
A pesar de las innumerables dificultades que se vieron obligados a afrontar, todavía hoy algunos de aquellos inmigrantes y/o
sus descendientes continúan viviendo y trabajando en el valle de
Neiba. Por ejemplo, la familia Sasaki, de origen japonés, introdujo en Vicente Noble el cultivo del tomate empleando técnicas agrarias más avanzadas, con el consiguiente beneficio para los campesinos de dicho municipio (Florián de la Paz y otros, s. a.: 45). La
presencia casi testimonial de estos inmigrantes no permite hablar
de una exitosa colonización del valle de Neiba, sino tan sólo de un
intento fallido. No obstante, contribuyeron con su trabajo de
muchos años al desarrollo de la región que los acogió, y se sumaron a los diferentes grupos de inmigrantes llegados a aquella área
a lo largo de los últimos tres siglos. Sin duda, las aportaciones de
todos ellos han ayudado en gran medida a conformar la heterogénea idiosincrasia que existe actualmente en el valle.
23
24
Este asentamiento fue, de entre todos los del país, el que constituyó
“quizás, el peor de los proyectos” colonizadores que se pusieron en
marcha con inmigrantes japoneses. En una publicación del Comité
de la Asociación Dominico-Japonesa (1991: 12), uno de los colonos japoneses llegó a afirmar que el proyecto de colonización en la
República Dominicana había supuesto “el peor desastre de la inmigración japonesa en América Latina” (Peguero, 2005: 141).
Peguero cita en este punto a Horst y Asagiri, 2000: 336.
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71
72
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
POBLACIÓN, CONDICIONES DE VIDA Y ESTRUCTURA
DE PROPIEDAD DE LA TIERRA*
En este capítulo introduciremos otros elementos que permiten contextualizar el análisis posterior sobre la migración y sus efectos. Primero caracterizaremos la evolución demográfica, para referirnos después a las actividades económicas y las condiciones de
vida y, finalmente, estudiar la estructura de propiedad de la tierra.
Población
En 1935 tan sólo había 84.506 habitantes en el valle. Desde
entonces la población se ha multiplicado por tres, hasta alcanzar los
281.872 en el año 2002. Las décadas de mayor crecimiento demográfico fueron la de los cincuenta y sesenta, al igual que en el conjunto del país. En cambio, en los años setenta y noventa se registraron las tasas más bajas, en parte por la emigración.
En el año 2002 el 70% de la población vivía en zonas urbanas, esto es, en las cabeceras de los municipios y de los distritos
municipales, mientras que en 1950 esta misma proporción residía en las zonas rurales25. La inflexión se produjo en la década de
*
25
Escrito por Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis y Luis
Escolano.
Los censos consideran que es urbana la población que vive en las
cabeceras de los municipios y distritos. El número de demarcaciones tiende a aumentar con el tiempo y, por consiguiente, también
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
73
los setenta, momento en el que la emigración desde el campo a las
ciudades provocó pérdidas reales de efectivos en el mundo rural.
El crecimiento de la población urbana, sostenido hasta principios
de los noventa, se redujo ostensiblemente en esta década, como
puede observarse en el gráfico 1. Según el censo de 2002 había
24 municipios (o distritos municipales) en el valle de Neiba: siete
en las provincias de Independencia y Bahoruco y diez en la de
Barahona, mientras que en el censo de 1993 cada una de ellas
tenía seis. En el cuadro 1 se indica la población, superficie y densidad de las demarcaciones que había en ese año.
En los 4.207,7 kilómetros cuadrados del valle habitaban
277.888 personas en 2002. Esto supone una densidad de población relativamente baja, de 66,1 habitantes por kilómetro cuadrado. Sin embargo, hay bastante diferencia entre unas partes
del valle y otras. Es particularmente baja en la provincia de Independencia (25,3); especialmente en Mella (6,2) y en Jimaní (19,3).
Ello se debe a que en esa provincia hay proporcionalmente mayor
extensión de terrenos prácticamente desérticos. En cambio, en la
provincia de Bahoruco la densidad supera el promedio y llega a
ser bastante alta en los municipios (o distritos) de Barahona
(147,7); sobre todo en el de Santa Cruz de Barahona (484,7).
Condiciones de vida
Los niveles de pobreza son elevados, en comparación con
los de otros territorios de la República Dominicana. En 2002 el
66,9% de los hogares del valle estaba en situación de pobreza y el
23% vivía en la indigencia, según la metodología utilizada por la
la cantidad de núcleos poblados “urbanos”. Esto hace que los datos de los censos más recientes no sean en realidad comparables
con los de los anteriores. Si se excluyese este sesgo, el crecimiento
de la población urbana sería menor.
74
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 1
Evolución de la población del valle
de Neiba entre 1950 y 2002
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censos de población (de los
diversos años).
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75
Cuadro 1
Población, superficie y densidad del valle de Neiba
Superficie Densidad
2002
(Km2)1
Municipios o distritos
municipales2
1981
Población
1993 2002
Provincia Independencia
Jimaní
Duvergé
La Descubierta
Mella
Postrer Río
Cristóbal
34482
6406
10359
5627
2422
5595
4073
39541
8160
12645
6241
2602
4706
5187
50833
11414
17320
6939
2470
6792
5898
2006,44
591,23
501,45
206,40
398,28
158,03
151,05
25,3
19,3
34,5
33,6
6,2
43,0
39,0
Provincia Bahoruco
Neiba
Galván
Los Ríos
Tamayo
Uvilla
Villa Jaragua
74383
25873
11426
5186
8054
13993
9851
105206
40785
13995
6389
19080
14777
10180
91480
34562
14356
7831
9895
13399
11437
1282,23
351,91
214,45
148,63
334,28
101,78
131,18
71,3
98,2
66,9
52,7
29,6
131,6
87,2
Provincia Barahona
Santa Cruz de Barahona
Cabral
Las Salinas
Vicente Noble
El Peñón
Fundación
102539
73628
9759
4807
14345
nd
nd
121123 135575
67839 79799
13663 13907
5879
5229
18152 20496
7905
8024
7685
8120
917,98
164,63
149,25
123,30
225,45
203,65
51,70
147,7
484,7
93,2
42,4
90,9
39,4
157,1
TOTAL VALLE DE NEIBA
211404
265870 277888
4206,65
66,1
34348
Otros muni. de prov. Bara.3
Total provincia de Barahona
136887
TOTAL de las 3 PROVINCIAS 245752
43712 43664
164835 179239
309582 321552
821,4
1739,38
5028,05
53,2
103,0
64,0
(1) Los datos de superficie proceden del censo de 1993.
(2) El listado de demarcaciones procede del censo de 1993. En dicho censo Mella, Cristóbal, Galván, Los Ríos, Uvilla,
Las Salinas, El Peñón y Fundación eran distritos municipales. A diferencia del censo de 1981, proporcionaba información desagregada para estos dos últimos distritos. El censo de 2002 ofrece información para un número mayor de
demarcaciones: los distritos municipales de Guayabal (perteneciente a Postrer Río en 1993), El Palmar (Neiba), El
Cachón (Santa Cruz de Barahona), Canoa (Vicente Noble), Jaquimeyes (El Peñón) y Pescadería (Fundación). Para
obtener los datos de 2002 se han sumado las cantidades que el censo ofrece para estos distritos con las de las
demarcaciones a las que pertenecían en 1993. Por ejemplo, los datos de Guayabal con los de Postrer Río.
(3) Según las demarcaciones del censo de 2002 eran los distritos municipales de La Ciénaga y Polo y los municipios
de Enriquillo y Paraíso.
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censos de población y vivienda de 1981, 1993 y 2002, Oficina Nacional
de Estadística, Santo Domingo, 1990, 1996 y 2004.
76
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Oficina Nacional de Planificación, ONAPLAN (2005). En cambio, en el conjunto del país los porcentajes eran: 40,9% y 7,8%,
respectivamente (ibid: 233).26
Sin embargo, en la zona de estudio la pobreza en general se ha
reducido entre 1993 y 2002. La reducción ha sido particularmente
marcada en el caso de los hogares indigentes, que han pasado de un
33% a un 23% del total. En cambio, la proporción de hogares pobres no indigentes se incrementó en un punto porcentual.27
26
27
El área del valle de Neiba abarca una proporción considerable del
territorio de la región Enriquillo y alberga a la mayor parte de su
población. En 1993 esta región era la segunda más pobre del país
después de la de “El Valle” (en la que se encuentra San Juan de la
Maguana). El informe sobre focalización de la pobreza de Oficina
Nacional de Planificación, realizado con datos del censo de 2002,
señala que “en forma similar a lo reportado en estudios previos
(ONAPLAN, 1997), las regiones El Valle y Enriquillo continúan
siendo las que contienen los mayores porcentajes de hogares pobres, con 68,5% y 67,4%, respectivamente.” (ONAPLAN, 2005:
xvii-xviii). Poco después añade: “Los porcentajes de hogares en
‘pobreza extrema’ en las regiones Del Valle (28,4%) y Enriquillo
(24,9%) son los más altos de todas las regiones del país. Obviamente, estas dos regiones deben ser prioritarias de las políticas
gubernamentales destinadas a reducir la pobreza, con lo cual se
contribuiría con la reducción de las desigualdades regionales.” (ibid:
XVIII).
Una proporción alta de los hogares con ingresos inferiores a los de
la “línea de indigencia” no están en condiciones de adquirir una
canasta de alimentos que contenga la cantidad de calorías y proteínas recomendada por los organismos internacionales. Además
no logran satisfacer una cantidad considerable de necesidades
básicas, por lo que su calidad de vida es muy baja (ONAPLAN,
2005: 18). Forman parte del colectivo de pobres tanto esos hogares indigentes como los que tienen ingresos superiores a los de
la línea de indigencia pero inferiores a los de la de pobreza. Estos
últimos presentan una cantidad significativa de necesidades básicas insatisfechas, por lo que su calidad de vida es baja, y no
llegan a cubrir el costo de una “canasta básica de consumo” (ibid).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
77
Muchos de los 63.291 hogares que había en la zona en
2002 carecían de los más indispensables servicios urbanos. Así
ONAPLAN estima que casi el 60% no tiene adecuadamente
cubierta la necesidad de agua potable. Se incluye en ese porcentaje tanto a los hogares rurales que no tienen agua dentro o fuera de
la vivienda como a los urbanos que no la reciben dentro de la misma. Además, hay una proporción considerable, cercana al 30%, de
hogares que todavía cocinan con leña o carbón. Casi una quinta
parte no tienen servicio sanitario ni individual ni colectivo. También se acercan al 20% los que carecen de servicio de recogida de
basuras, así como los que se localizan en zonas de acumulación de
basuras. Como cabría pensar, son los hogares pobres los más afectados por estas carencias de servicios urbanos. Por otro lado, aunque
sólo el 9% carece de energía eléctrica, muchos no disponen de ciertos electrodomésticos. Así, el 53% no tiene nevera, a pesar de que el
clima es caluroso, y un 64% vive sin lavadora.
Para conocer dónde se localiza la pobreza en el valle de Neiba
es imprescindible descender al ámbito municipal y distrital. El
23% de los hogares pobres del valle están situados en el municipio de Santa Cruz de Barahona, donde se encuentra el núcleo
urbano de mayor importancia, hacia el que se ha dirigido buena
parte de la emigración que ha tenido lugar dentro del valle. A
pesar de ello, el porcentaje de hogares pobres (55%) es inferior
al promedio de la cuenca (66%). Otros distritos de la bahía
Neiba, como Fundación y Jaquimeyes, también tienen niveles
similares a los de Barahona. En cambio, en tres cuartas partes de
las demarcaciones la proporción es superior a la media. Sobrepasa el 80% en Tamayo, El Palmar y Cristóbal, así como en otras tres
situadas en la falda de la sierra de Neiba, cerca del lago Enriquillo: Villa Jaragua, Postrer Río y Guayabal.
Finalmente, los hogares no pobres tienen ingresos familiares mayores que los de la línea de la pobreza y pertenecen a los estratos
socioeconómicos “medio” y “alto” (ibid. 19).
78
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 2
Hogares del valle de Neiba,
según su nivel de pobreza, en 1993 y 2002
Pobres
indigentes
Años
1993
2002
nº
%
19.876 33
14.560 23
Pobres no
indigentes
No pobres
Total
nº
%
nº
%
nº
%
25.115 42 14.647 25 59.638 100
27.803 43 21.929 34 64.292 100
FUENTE: Elaboración propia con datos de ONAPLAN (2003 y 2005).
Gráfico 2
Hogares del valle de Neiba con necesidades insatisfechas
de servicios urbanos, según su nivel de pobreza, en 2002
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
79
Actividades económicas
El análisis de la importancia de las diferentes actividades
económicas permite hacernos una idea del escaso nivel de desarrollo de la economía del valle. Así, la participación de las manufacturas es reducida (10%). Además, las ramas de este sector que
ocupan a más personas se caracterizan por tener un escaso contenido tecnológico. La elaboración de alimentos y bebidas da empleo a un 4,2% de los declarantes y la de prendas de vestir al
2,2%.
El peso de los servicios es muy elevado (68,2%). Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en las sociedades terciarizadas
“desarrolladas”, predominan actividades poco intensivas en “capital humano” y tecnología. Así, por ejemplo, hay hipertrofia del
sector de la distribución comercial (17,3%) y muy escasa participación de los servicios a las empresas (1,5%).
Llama la atención el relativamente bajo porcentaje de personas dedicadas a la agricultura y ganadería (14,5%). Tal vez tenga que ver con el hecho de que en el censo se preguntaba por la
actividad de la empresa y ello indujese a no responder a muchos
agricultores que trabajaban por cuenta propia. Sin embargo, no
hay que perder de vista las dificultades existentes en la zona para
la práctica de la agricultura. Ya hemos visto que en algunas áreas
de ésta los suelos son demasiado salinos y que la escasez de precipitaciones provoca que partes extensas del valle no puedan cultivarse (si no disponen de riego). Otro factor que incide en el bajo
número de ocupados en esta actividad es la estructura de propiedad de la tierra.
El ingenio Barahona y la estructura de propiedad de la tierra
Una parte considerable de las tierras irrigadas de la planicie
está en manos de una sola explotación agroindustrial: el ingenio
80
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 3
Porcentaje de hogares pobres e indigentes en los municipios
y distritos del valle de Neiba en 2002
Cuadro 3
Porcentaje de personas ocupadas en distintos sectores,
en el valle de Neiba en 2002
Sectores
Participación
(en porcentaje)
Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca
Minería
Industria manufacturera
Construcción
Servicios
TOTAL
15,1
0,3
10,0
6,4
68,2
100,0
FUENTE: ONE, Censo 2002 República Dominicana (a nivel nacional). CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
81
Barahona, que se creó durante la primera ocupación norteamericana (1916-1924). La construcción del mismo se inició en 1918
por la Barahona Company Inc., de capital estadounidense. Féliz,
el gobernador de Barahona, en la memoria correspondiente a ese
año (dirigida al secretario de Interior), consideraba que dicha
empresa aseguraba un brillante porvenir a la región, porque daría “vida al comercio, así como a la clase trabajadora” que llegase
“en solicitud de jornal” (AGN, Gobernación de Barahona, leg.
nº 12: 12-II-1919). La instalación se acompañó de “un vasto sistema de canalización con aguas del [río] Yaque del Sur” (Cassá,
2003:21).
Sin embargo, López Reyes (s.a.: 125) considera que sus
promotores, los hermanos Hatton, fueron “malhechores” por
los métodos utilizados para obtener las tierras, ya que cercaron
los predios que les interesaban y despojaron a los campesinos
“violentamente de su único medio de producción y vida.” Se
ampararon para ello en la Orden Ejecutiva número 511, sobre
“registro de tierras, deslinde, mensura y partición de terrenos
comuneros” (ibid, 126). El propio Féliz a finales de 1919 aseguró al secretario de Interior que se habían dirigido a la gobernación la mayoría de los habitantes de las secciones de El
Palmar, Hatico, Mena, Jobo, Peñón, Alpargatal y Canoa, en protesta por la medición que en dichos lugares venía practicando el
agrimensor Eduardo Soler, en nombre de Eleuterio Hatton. En
ella se incluían “los predios destinados para crianza”, de acuerdo con la Orden Ejecutiva citada, “así como sus propiedades
agrícolas”, y, dado que en el futuro ello podría ocasionarles serios perjuicios, pedían la ayuda del gobierno para que éste interviniese en el asunto. Según la declaración de los afectados, se les
había pedido cuenta de la cantidad de agua de que disponían a
diario para sus siembras, “haciéndoles ofertas de compra”. También los habían interrogado sobre “algunas versiones contrarias
a la organización de la Barahona Company”, cuyas gestiones en
ese sentido decían que eran apoyadas por el gobierno (AGN,
82
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gobernación de Barahona, leg. nº 12: 5-XI-1919). Sin embargo, las expropiaciones no se detuvieron y en 1924 el ingenio
Barahona disponía ya de 15.800 tareas sembradas de caña,
1.800 de pasto y 301.108 tareas sin sembrar (López Reyes, s. a.:
127). Un año después, con 318.709,6 tareas, era el tercer ingenio más extenso del país después del Central Romana y el Santa
Fe, que tenían 931.729 y 393.993,5 tareas, respectivamente
(ibid).28 En esas tierras se procedió al cultivo de caña, con la utilización para las labores de zafra de fuerza de trabajo fundamentalmente haitiana. La caña se llevaba hasta el ingenio, situado en la
bahía en la que está Barahona, donde se obtenía el azúcar que era
destinado a la exportación (al igual que en la actualidad).
En la década de los años 50 el dictador Trujillo elevó sustancialmente los impuestos que debían pagar las empresas que
regentaban los ingenios, fundamentalmente estadounidenses, y
consiguió que muchas de ellas saliesen del país. En 1957 compró
el Central Barahona y otros ingenios (López Reyes, s.a, 206). Buena parte de éstos llegaron a ser controlados por su familia.29 Tras
su muerte, pasaron al Consejo Estatal del Azúcar (Castillo, 1984).
Al observar la evolución de la producción de caña del
ingenio Barahona desde 1960 hasta la actualidad, –según los
datos del Consejo Estatal del Azúcar (CEA), citados en López
Reyes (ibid: 286)– se pone de manifiesto que se incrementó
hasta mediados de los setenta. De 819.372 toneladas molidas
28
29
Estos datos proceden del cuadro 9 del libro de López Reyes (s.a.,
128). A su vez, éstos provienen de Melvin M. KNIGHT, Los americanos en Santo Domingo, p. 141 y de Wilfredo LOZANO, La
dominación imperialista en la República Dominicana, Impresora
Taller, Santo Domingo, 1976, p. 172.
Como consecuencia de la extensión de los predios agrícolas que
tenía Trujillo en la República Dominicana, a finales de la década
de los cincuenta: “se estimaba que entre un cincuenta y un sesenta
por ciento de la mejor tierra era propiedad del dictador.” (Lundahl y Lundius, 2004: 68).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
83
en la zafra de 1960-61 se pasó a 1.005.216 en la de 1973-74
(lógicamente, con diversas oscilaciones durante ese periodo).
A partir de entonces hubo una tremenda caída. En la zafra de
1995-96 se molieron tan sólo 348.695 toneladas. Esto pone de
manifiesto que la efectividad en la actividad agrícola del ingenio
pasó a ser mucho menor. También se redujo (aunque de manera
menos acusada) en la etapa de procesamiento de la caña (para la
obtención de azúcar) en la planta situada en Barahona. La curva
de trazo continuo del gráfico 4 muestra la evolución del cociente
entre la producción de azúcar de 96º (en toneladas) y la producción de caña (también en toneladas). Se observa como cayó ese
cociente a partir de 1975-76. Pasó de 11,65 (en porcentaje) en
esa campaña a un 7,70 por ciento en la de 1995-96. La caída fue
mucho más acusada desde finales de los años 80.
Como consecuencia de la combinación de ambos factores
(la caída de la producción agrícola y la pérdida de efectividad
en el procesamiento) hubo una tremenda caída en la producción de azúcar de 96º. En la zafra de 1976-77 se alcanzó una
cifra (109.840 toneladas) más de cuatro veces superior a la que
se obtendría en 1995-96 (26.837 toneladas). Dos años más tarde, durante la zafra de 1997-98 se llegaron a paralizar las maquinarias del ingenio, lo que constituyó la “mayor expresión de
esta crisis” (López Reyes, s.a.: 282). Algunas de las variables que
explican la trayectoria seguida por el ingenio en las cuatro últimas décadas del siglo XX son la evolución de los precios internacionales del azúcar y los bajos niveles de productividad del
trabajo en el corte de la zafra (Castillo, 1984: 116).30 También
30
84
Castillo (1984: 116) señala que la productividad promedio en las
explotaciones de caña dominicanas era de una tonelada y media
por persona y día, según un estudio del ingeniero Felipe Vicini.
Una misión de técnicos del CEA que visitó en 1972 varios países
productores, observó que los picadores de caña australianos cortaban un promedio de veinte toneladas por jornada, entre otras cosas porque trabajaban organizados en brigadas en lugar de indiviEfectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 4
Toneladas de caña molidas y porcentaje de azúcar de 96º
obtenido en el ingenio Barahona
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
85
hay que tener en cuenta la falta de mantenimiento de las instalaciones y maquinarias, que condujo a un gran deterioro de las
mismas (López Reyes, s.a., 282-3) y la existencia de problemas
de administración relacionados con: el “abuso de los recursos
del ingenio por altos funcionarios y jefes de campos; el clientelismo político expresado en el empleo de ‘botellas’ y la corrupción” (ibid: 284).31
En 1999 el estado lo arrendó por 30 años al Consorcio
Dominico-Franco-Americano, compuesto por el Consorcio Azucarero Central y otras empresas (ibid: 287). En los últimos años
ha habido una cierta recuperación: se produjeron 48.600 toneladas de azúcar de 96º en 2005-06 (Consejo Estatal del Azúcar,
2006: 22).32
21
32
86
dualmente y se había mecanizado el alce de la caña (ibid: 117). Se
llevaron al país tres trabajadores australianos que, en las condiciones de la República Dominicana, obtuvieron en promedio de 10 a
11 toneladas diarias (ibid). Como resultado de la baja productividad en el corte, los costes de la fase agrícola representan un porcentaje muy elevado de los costes totales de la industria azucarera
dominicana (ibid: 116).
En la República Dominicana se denomina “botellas” a las personas que tienen un cargo pero no hacen ninguna actividad (laboral), ya sea porque no quieran trabajar (y se les permita) o porque
no tengan una función asignada. El edificio de oficinas públicas
“Juan Pablo Duarte”, en Santo Domingo, es conocido como “El
Huacal”. Algunos lo atribuyen a que su forma recuerda a la de un
“huacal” (una caja de botellas). Otros indican que es porque hay
allí muchas personas que no hacen nada (“botellas”).
El CEA (2006: 22), en un artículo denominado “Barahona rompe record” considera dicho dato (48.600 toneladas) como “la más
alta producción alcanzada en los últimos 25 años”. Sin embargo,
según el cuadro de López Reyes (s.a.: 286), en 1989-90 se alcanzó una producción mayor (52.105 toneladas), al igual que en todos los años precedentes desde 1960. La cantidad de caña molida
en 2005-06 (508.000 toneladas) coincide prácticamente con la
del año 1990-91 (508.804 toneladas).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Una de las repercusiones de la evolución de la producción
del ingenio es que los salarios pagados a los trabajadores de campo se han mantenido en niveles muy bajos durante un periodo
muy prolongado de tiempo. Además, persisten condiciones de
vida deplorables en los bateyes.33
En el cuadro 4 se presenta información sobre los bateyes
que aparecen en el censo de 2002 (que no están situados en
zona urbana). Muchos de ellos tienen número en lugar de nombre, al igual que en los del ingenio en el que discurre la novela
Over (situado en el este del país). El protagonista, Daniel Comprés, afirma en un pasaje de la misma: “Llevo dos meses en un
batey sin nombre, porque los fundadores de este central, en su
afán de abreviar tiempo y despersonalizar tanto a las gentes, a
los sitios como a las cosas, lo han numerado todo.” (Marrero
Aristy, 1998: 30).
La población que habitaba en esos diecisiete bateyes (de los
que once estaban en distritos municipales de la provincia de Bahoruco) se redujo entre 1993 y 2002. Pasó de 19.108 a 16.841
personas. También disminuyó el porcentaje de hogares en situación de pobreza entre esos dos años (en 3,45 puntos porcentua33
“El vocablo batey fue empleado originalmente en el léxico azucarero para designar el lugar de emplazamiento tanto de las instalaciones productivas del ingenio como de las viviendas y edificaciones destinadas al servicio de la población envuelta en sus actividades.” (Castillo, 1984: 123). Con el surgimiento de grandes explotaciones azucareras fue necesario “localizar más adecuadamente a
la población involucrada en las faenas del campo. De esta forma
aparecieron los bateyes de campo, denominándose al batey principal como batey central.” (ibid). “En la actualidad, muchos de
los bateyes centrales de nuestros ingenios han derivado en auténticas urbanizaciones [...]. En este sentido, cuando se habla de bateyes en el país, se está designando a los bateyes del campo, al
habitat del bracero.” (ibid: 124). En muchos de estos bateyes ha
habido una presencia considerable de población haitiana (que se
elevaba considerablemente en la época de la zafra).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
87
Cuadro 4
Pobreza en los bateyes no urbanos del valle de Neiba
Nombre y
distrito municipal
1993
2002
% dehogares
% dehogares
pobres indigentes pobres indigentes
Batey San Rafael, Galván 97,78 73,33
Batey 1, El Palmar
96,95 70,23
Batey 2, El Palmar
97,08 66,08
Batey Isabela, El Palmar
80,25 34,77
Batey 3, El Palmar
92,05 52,91
Batey 4, El Palmar
96,65 66,53
BateyLaCuchilla, El Palmar 100,00 85,22
Batey 5, El Palmar
94,97 69,23
Batey 6, Uvilla
87,35 39,16
Batey Mena, Uvilla
96,52 67,94
Batey Santana, Uvilla
96,30 75,56
Batey 7, Cristóbal
97,91 74,56
Batey 8, Cristóbal
94,92 65,78
Batey 9, Cristóbal
98,48 79,55
Batey 10, Cristóbal
100,00 100,00
Batey Altagracia, Fun.
99,19 79,84
Batey Algodón, Fun.
97,73 59,09
TOTAL
91,42
57,52
100,00 82,61
95,02 54,45
90,61 30,99
98,38 44,44
78,79 45,92
86,72 27,31
100,00 55,86
86,56 26,36
75,50 16,73
97,92 27,08
91,03 38,54
96,51 48,89
78,33 28,72
86,30 43,15
100,00 100,00
95,34 55,44
96,88 27,08
87,97
37,25
FUENTE: ONAPLAN (2003 y 2005). Elaboración propia.
88
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Dif. en ptos. por.
2002 entre1993
pobres indigentes
2,22
-1,93
-6,47
18,13
-13,26
-9,94
0,00
-8,41
-11,85
1,40
-5,27
-1,40
-16,59
-12,18
0,00
-3,86
-0,85
9,28
-15,78
-35,10
9,68
-6,98
-39,22
-29,36
-42,87
-22,42
-40,86
-37,02
-25,68
-37,05
-36,39
0,00
-24,40
-32,01
-3,45 -20,28
les). Sin embargo, la reducción fue menor que en el conjunto del
valle de Neiba, donde el porcentaje era 12,7 puntos menor en
2002.
Hay que tener en cuenta, además, que los niveles de pobreza en los bateyes son más elevados que en otras áreas de la región.
En 2002 un 87,9% de los hogares que vivían en los mencionados
bateyes estaba en esa situación, según los datos del estudio de focalización de la pobreza de ONAPLAN (2005). Dicho porcentaje era ligeramente superior al del área rural de la provincia de
Bahoruco (87,2%). Estaba más de diez puntos por encima de los
de los hogares rurales de las provincias de Barahona (77,7%) e
Independencia (76,9%) y más de treinta de los del conjunto del
país (55,6%).34 En cualquier caso, la pobreza no es un fenómeno
exclusivo de los bateyes. En bastantes secciones y parajes rurales
había un 100% de hogares pobres.
Buena parte de la superficie de algunos distritos municipales está en manos del ingenio Barahona. Este fenómeno es particularmente notorio en el caso de El Palmar, donde el ingenio tiene la propiedad de la inmensa mayoría de las tierras. En Cristóbal
y Uvilla el porcentaje no es tan abrumador, pero es en cualquier
caso importante. Es comparativamente menor en Galván, Fundación y Jaquimeyes. En éstos probablemente ocupe menos de
una cuarta parte de las tierras.
En cambio, las áreas no controladas por el ingenio (en las
que hay posibilidad de practicar la agricultura) tienen generalmente una estructura de propiedad de la tierra dominada por
pequeñas y medianas explotaciones. Hay por tanto una estructura de propiedad de la tierra dual en el valle de Neiba.
34
Si en lugar de considerar sólo los hogares rurales, se considera el
total de hogares (urbanos y rurales) de esos ámbitos, los porcentajes de pobreza son menores: 75,6% en la provincia de Bahoruco; 63,3% en la de Barahona; 70,2% en la de Independencia y
40,9% en el conjunto de la República Dominicana (ONAPLAN,
2005: 32).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
89
Da la impresión de que ello incide entre otras cosas en la
propensión a emigrar de la isla. Así, en algunos de los distritos
con importante presencia del ingenio la proporción de hogares
con personas que se han marchado al extranjero es comparativamente reducida (4,3% en El Palmar, 4,9% en Cristóbal y 9,5%
en Uvilla). En cambio, es bastante mayor en municipios como
Vicente Noble y Tamayo. En ellos además de predominar las pequeñas y medianas explotaciones, el patrón de cultivo es diferente. No hay apenas caña y, en cambio, hay mucha presencia de
plátano y guineo. En este sentido se puede afirmar que en estos
municipios “plataneros” ha salido más cantidad de población hacia Europa o Estados Unidos que en los “cañeros”.
90
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
SEGUNDA PARTE
El proceso migratorio hacia España
y sus efectos sobre los niveles
de pobreza en el valle de Neiba
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
91
Figura 3
% Hogares que reciben remesas por municipios
92
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Fuente: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, ONAPLAN, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
93
94
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EL PROCESO MIGRATORIO
DE REMESAS*
HACIA ESPAÑA Y LA LLEGADA
En nuestro recorrido por la planicie identificamos dos
áreas en las que hay una alta proporción de personas que han
emigrado a España: la primera es la de los municipios (o distritos municipales) de Vicente Noble y Canoa (situados en la provincia Barahona) y el de Tamayo (en la de Bahoruco). En esta
zona los flujos se han dirigido fundamentalmente a Madrid.
La segunda es la franja de la planicie que está situada entre la
costa norte del lago Enriquillo y la sierra de Neiba, en la que la
migración se ha dirigido mayoritariamente a Barcelona. La integran, de oeste a este, los municipios o distritos de La Descubierta, Postrer Río y Guayabal, pertenecientes a la provincia
Independencia, y los de Los Ríos y Villa Jaragua, situados en la
de Bahoruco.
En la figura 3 se puede observar cómo en el suroeste del
país hay dos demarcaciones que aparecen con color rojo, lo que
indica la existencia de un alto porcentaje de viviendas receptoras
de remesas. Por una parte, el distrito municipal de Guayabal (que
ocupa dos áreas no colindantes entre sí) situado en las proximidades del lago Enriquillo. Por otra, más al este, relativamente cerca
de la bahía en la que está la ciudad de Barahona, el municipio de
Vicente Noble. Cabe señalar que las apreciaciones que hizo un
*
Escrito por Gonzalo Ramírez de Haro.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
95
buen conocedor de la región, que nos acompañó durante el viaje,
sobre los municipios con mayor proporción de población emigrante,35 se corresponden con la información que ofrece el censo
de 2002.
El censo de 2002 preguntó por las personas que habían
residido previamente en el hogar y que en el momento de la
encuesta vivían fuera del país. También si recibían regularmente dinero del extranjero. En el cuadro 5 se indica el porcentaje
de familias que respondieron afirmativamente a cada una de
las preguntas (respecto del total que respondieron positiva o
negativamente), así como los porcentajes de personas que no
contestaron.
Como es lógico, hay una relación estrecha entre una variable y la otra. En general los municipios o distritos con mayor cantidad de hogares emisores de emigrantes internacionales, son los
que tienen una proporción más alta de receptores de divisas.
Esto es claro en el caso de Vicente Noble (26,9% y 27%,
respectivamente). También, en los de Tamayo y Canoa (que tienen porcentajes menores a los de Vicente Noble).
En el otro área de fuerte emigración, ambas variables alcanzan niveles elevados en Guayabal (24,7% y 28,8%), Los Ríos
(20,3% y 20,7%) y La Descubierta (18,8% y 18,4%). El municipio de Villa Jaragua resulta singular, ya que tenía un 23% de hogares con residentes en el extranjero, pero sólo un 10% percibía
remesas. Durante nuestro recorrido por la zona nos comentaron
que había bastantes personas emigrantes que se estaban construyendo casa con dinero de las remesas en la capital del país, en
lugar de en el pueblo. Esto podría ser una de las causas de la
discrepancia, en caso de que efectivamente otorgasen prioridad a
la inversión en vivienda antes que al envío de remesas a parientes.
Otro municipio en el que el porcentaje de hogares con emigrantes
35
96
Conversaciones con Luis Amaury Ramírez, en diferentes lugares
del valle de Neiba, entre el 11 y el 14 de diciembre de 2006.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 5
Hogares con personas en el extranjero
y receptores de remesas en 2002
Municipios o distritos1
% hogares % que % hogares % que Dife.
que recibe
con emigran- no
no entre(E)
tes (E) contesta remesas (R) contesta y(R)
Provincia de Independencia
Jimaní
Duvergé
La Descubierta
Mella
Postrer Río
Cristóbal
9,6
5,3
7,2
18,8
6,0
18,5
4,9
7,4
7,0
7,9
2,5
2,6
8,6
13,4
9,2
3,3
6,1
18,4
11,1
21,1
3,5
7,5
8,2
7,5
1,6
1,8
8,3
14,5
0,4
2,0
1,1
0,4
-5,1
-2,6
1,4
Provincia de Bahoruco
Neiba
Galván
Los Ríos
Tamayo
Uvilla
Villa Jaragua
11,2
6,1
8,6
20,3
14,2
9,5
23,0
5,5
7,1
3,0
4,9
4,2
5,8
5,0
9,2
4,1
8,0
20,7
16,6
10,9
10,0
5,3
6,6
4,2
4,4
3,6
5,5
4,7
1,9
2,0
0,6
-0,5
-2,4
-1,4
13,0
Municipios en Prov. Barahona
Santa Cruz de Barahona
Cabral
Las Salinas
Vicente Noble
El Peñón
Fundación
12,9
11,6
4,0
13,1
24,4
6,2
19,0
7,2
8,7
3,8
2,9
6,3
5,3
4,6
11,4
10,9
4,1
5,9
24,6
7,6
4,1
6,6
7,8
3,6
3,9
5,9
5,1
5,9
1,5
0,7
-0,1
7,2
-0,2
-1,3
14,9
TOTAL VALLE DE NEIBA
11,8
6,7
10,3
6,3
1,4
(1)
El listado de municipios y distritos municipales procede del censo de 1993.
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censo 2002 República Dominicana (a
nivel nacional). CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
97
en el extranjero es muy superior al de perceptores de remesas es
Fundación.
Después de haber identificado las áreas con mayor porcentaje de emigrantes, nos referiremos brevemente a los orígenes de
la migración, para indicar después algunas características de este
proceso.
Hasta los años sesenta del siglo XX, los movimientos migratorios hacia el extranjero fueron protagonizados fundamentalmente por integrantes de las elites. Durante la dictadura trujillista hubo
restricciones a la emigración internacional. Tras la caída del régimen, se eliminaron dichas restricciones y hubo una “salida masiva
de dominicanos,” fundamentalmente hacia Nueva York (Sorensen, 2004: 89).36
A diferencia de lo que ocurrió en otras regiones del país
(como, por ejemplo, el Cibao) la participación del suroeste en
estas corrientes migratorias hacia Estados Unidos fue escasa.
El censo de 1981 (anterior al inicio del proceso migratorio hacia España) proporcionaba información sobre la población de hecho –residentes presentes y no residentes– y también de la de derecho (ONE, 1990: 382). La comparación
entre ambas magnitudes constituye un indicador de la existencia de población emigrante (al extranjero, o a otras partes
del país), dado que ésta figuraría en la población de derecho,
pero no en la de hecho. En las dos áreas del Valle de Neiba con
una alta proporción de personas que han emigrado al extranjero
la situación era muy distinta en 1981:
a) En la franja de la planicie que está situada entre la costa norte del
lago Enriquillo y la sierra de Neiba la diferencia entre la población
36
98
Más de 400.000 dominicanos entraron en Estados Unidos entre
1961 y 1985. A inicios de la década actual se estima que viven
aproximadamente 700.000 dominicanos en Nueva York, fundamentalmente en el Lower East Side de Manhattan y en Washington Heights (Sorensen, 2004: 90).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
de derecho y la de hecho era bastante elevada: la primera magnitud era un 9,18% mayor en Villa Jaragua; 8,45% superior en Los
Ríos; 5,97% en Postrer Río y 5,17% en La Descubierta.37
b) En cambio, en la otra comarca, la de Vicente Noble, Canoa
y Tamayo, la diferencia era muy reducida. Ello lleva a pensar
que en 1981 apenas había población que hubiese migrado
al extranjero.
Sin embargo, es precisamente en esta zona donde se inició
algunos años más tarde un proceso migratorio intenso, no dirigido esta vez hacia Estados Unidos sino hacia España.38
Algunas características del flujo migratorio iniciado en la
década de los ochenta hacia España son:
1.- Fue protagonizado fundamentalmente por mujeres.
Esto se refleja en el censo de 2002, que preguntó cuántas personas (de los hogares que habían declarado tener miembros en el extranjero) vivían fuera del país. De las respuestas
obtenidas en la comarca de Vicente Noble y Tamayo se desprende que (al menos) 3.506 personas vivían en el extranjero. De ellas el
61,9% eran mujeres. En la otra comarca el porcentaje era más
37
38
Además de en esas cuatro demarcaciones contiguas, la población
de derecho también era comparativamente mayor en otras dos
zonas: un 5,84% superior en Jimaní, cerca de la frontera con Haití, y un 6,76% en Galván.
Entre las causas del cambio de destino está el hecho de que aumentó la dificultad de migrar a Estados Unidos, por la aprobación
de la Ley sobre Inmigración y Control de 1986 y el reforzamiento
de las regulaciones en 1990 (Sorensen, 2004: 90). En cambio,
hasta el año 1993 los ciudadanos de la República Dominicana
podían entrar en España sin visado.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
99
Cuadro 6
Diferencia entre la población de derecho y la de hecho
en el valle de Neiba, según el censo de 1981
Población
de hecho
Población Diferencia Diferencia
de derecho
en %
Provincia de Independencia
Jimaní
Duvergé
La Descubierta
Mella
Postrer Río
Cristóbal
34482
6406
10359
5627
2422
5595
4073
35908
6780
10623
5918
2470
5929
4188
1426
374
264
291
48
334
115
4,14
5,84
2,55
5,17
1,98
5,97
2,82
Provincia de Bahoruco
Neiba
Galván
Los Ríos
Tamayo
Uvilla
Villa Jaragua
74383
25873
11426
5186
8054
13993
9851
78042
26978
12198
5624
8131
14356
10755
3659
1105
772
438
77
363
904
4,92
4,27
6,76
8,45
0,96
2,59
9,18
Municipios en Prov. de Barahona 102539
Santa Cruz de Barahona
73628
Cabral
9759
Las Salinas
4807
Vicente Noble
14345
105643
75993
9981
4988
14681
3104
2365
222
181
336
3,03
3,21
2,27
3,77
2,34
TOTAL VALLE DE NEIBA
219593
8189
3,87
211404
Fuente: Oficina Nacional de Estadística, Censo Nacional de Población y Vivienda
1981. Resultados definitivos resto del país, Oficina Nacional de Estadística, Santo
Domingo, 1990.
100
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
elevado. Era particularmente alto en La Descubierta (75,0%),
Los Ríos (73,1%), Guayabal (72,8%) y Postrer Río (71,1%).
En cambio, comparativamente menor en Villa Jaragua
(56,5%).
El protagonismo femenino constituye una diferencia importante respecto de la migración dominicana hacia Estados Unidos, que habitualmente era iniciada por hombres de clase media urbana u originarios del Cibao (Sorensen, 2004: 94). Además, se seguía el patrón “tradicional” de “emigración masculina
seguida de reunificación familiar con las esposas e hijos.” (Sorensen, 2004: 98).
Entre las razones que explican el importante protagonismo
de las mujeres en el proceso migratorio hacia España se señala
con frecuencia el hecho de que tenían más oportunidades de encontrar trabajo, en actividades de servicio doméstico, que los hombres. En este país, desde mediados de los años ochenta, hubo una
mayor incorporación de mujeres al mercado de trabajo. Ello se
vio acompañado de un aumento de la demanda de trabajo doméstico, preferentemente femenino, por parte de ciertos grupos
sociales.
También se ha indicado que en lugares donde hay un
elevado nivel de desempleo masculino, como sucede en muchas comarcas de la región estudiada, puede haber erosión del
papel del varón como proveedor económico. Como resultado
de ello, una cierta proporción de varones se desentiende y
adopta estrategias individualistas o de huida (Juliano, 1999).
Al estar las mujeres “en un sistema que las hace responsables
últimas del mantenimiento de la familia”, se hacen cargo del
sustento de ésta y ello les puede llevar en ocasiones a tomar la
decisión de migrar como estrategia de supervivencia (Ramírez, García y Míguez, 2005: 7).
La migración también puede constituir “una vía de escape a las relaciones insatisfactorias o violentas.” (Sorensen,
2004: 98).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
101
Cuadro 7
Personas del valle de Neiba que vivían
en el extranjero en 2002
Demarcación
%
Personas en el extranjero
Mujeres Hombres
Total de mujeres
Vicente Noble
Canoa
Tamayo
Total comarca
1595
150
425
2170
987
127
222
1336
2582
277
647
3506
61,8
54,2
65,7
61,9
La Descubierta
Postrer Río
Guayabal
Los Ríos
Villa Jaragua
Total comarca
515
175
249
576
1181
2696
172
71
93
212
908
1456
687
246
342
788
2089
4152
75,0
71,1
72,8
73,1
56,5
64,9
5625
10491
4344
7136
9969
17627
56,4
59,5
Resto munic. del valle
Total valle de Neiba
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censo 2002 República Dominicana (a
nivel nacional). CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
102
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 8
Índices de masculinidad en el valle de Neiba*
1981
1993
2002
Provincia Independencia
Jimaní
Duvergé
La Descubierta
Mella
Postrer Río
Cristóbal
105
99
100
109
110
110
110
111
101
107
125
114
122
114
106,8
103,3
104,7
111,3
112,7
107,8
111,7
Provincia Bahoruco
Neiba
Galván
Los Ríos
Tamayo
Uvilla
Villa Jaragua
104
101
110
100
104
109
103
107
105
108
104
111
106
112
105,2
105,3
104,9
107,7
111,4
102,0
102,3
Municipios en prov. Barahona
Santa Cruz de Barahona
Cabral
Las Salinas
Vicente Noble
El Peñón
Fundación
100
102
106
109
nd
nd
99
107
109
116
109
112
102,2
96,2
105,5
107,8
107,3
104,2
106,6
TOTAL VALLE DE NEIBA
103,1
* Los índices de masculinidad de 1981 y 1993 fueron tomados directamente de los
censos. Los de 2002 calculados por nosotros.
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censos de población y vivienda de 1981,
1993 y 2002, Oficina Nacional de Estadística, Santo Domingo, 1990, 1996 y 2004.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
103
Como consecuencia del protagonismo femenino en la migración, se incrementó la tasa de masculinidad en los municipios
de las dos comarcas estudiadas entre 1981 y 1993. En el siguiente periodo intercensal siguió aumentando en algunos municipios
o distritos municipales (como Tamayo o Los Ríos), pero, en cambio, se redujo en otros (Vicente Noble, La Descubierta, Postrer
Río, Villa Jaragua...). Esto posiblemente refleje la tendencia hacia
un mayor equilibrio por sexo que hay actualmente en el colectivo
dominicano residente en España.
2.- Hay menores niveles de reagrupación familiar que en
otros colectivos de población latinoamericana residente en
España.
Como resultado de ello, hay una presencia considerable
de niños que tienen a su madre o su padre (o a ambos) en
España.
Las profesoras y profesores del Liceo de Vicente Noble preguntaron a los alumnos de varios cursos dónde se encontraban
sus padres en diciembre de 2006.
Se pone de manifiesto que el 35,1% de los estudiantes tenía
a su madre, a su padre o a ambos en España (véase el cuadro 9).
3.- Elevado nivel de permanencia de las mujeres emigrantes en
España.
La presidenta de una asociación dominicana en España señalaba que “hemos venido para quedarnos y seguir soñando con
nuestras raíces” (Jiménez, 2004: 133). En el caso de las mujeres
dominicanas que migraron a Estados Unidos también se ha detectado voluntad de permanecer en el lugar de destino.39
39
104
Patricia Pessar, refiriéndose al proceso migratorio dominicano hacia Estados Unidos, señala que allí la mayoría de las mujeres
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Sin embargo, Sorensen (2004: 96) plantea que en las regiones “más marginales” de la República Dominicana (y en particular en el suroeste) se practica una “estrategia de sustento móvil”, al igual que en las islas anglófonas, francófonas y holandesas
del Caribe. Esta estrategia, en cambio, apenas se encontraría en
otras partes del país. Consiste en que las mujeres reciben el apoyo
de sus madres para emigrar.40 Éstas les proporcionan recursos y
acceso a redes de parientes y amigos para facilitar el viaje y su
inserción en la sociedad de destino. Además, quedan al cuidado
de sus hijos. Por su parte, las mujeres emigrantes, tan pronto como
encuentran un empleo, envían remesas al hogar de sus madres,
para “asegurar la subsistencia de sus hijos” y ser percibidas “como
personas merecedoras de confianza a los ojos de los parientes que
no emigran” (Sorensen, 2004: 96). Posteriormente contribuirían a la
reproducción del ciclo migratorio: “Cuando los hijos crezcan, las
40
trabajan, aunque no lo hiciesen en la República Dominicana
antes de migrar, y ello da lugar a la existencia de un mayor equilibrio de roles entre hombres y mujeres. Una consecuencia de
ello es que “la mujer muchas veces no quiere regresar a Santo
Domingo”, porque sabe que “no hay trabajo apropiado para ella
acá” (1988: 47). Desea “echar raíces en Nueva York [...] para no
cambiar el status de ella en la familia y también en la comunidad
dominicana allá.” (ibid: 48). En cambio, los hombres dominicanos desean retornar en mayor medida y surgen muchas veces
problemas entre mujeres y hombres relacionados con la decisión
de regresar (ibid: 47-48).
Hay que tener en cuenta que en algunos casos la decisión de migrar no es individual sino familiar. La familia toma la decisión de
que emigre una o uno de sus integrantes para enderezar la situación económica familiar (Sorensen, 2004: 94). Probablemente,
algunos de los criterios que se toman en cuenta a la hora de elegir
quién va a migrar son la probabilidad de que las diferentes personas “candidatas”, por una parte, logren llevar a cabo con “éxito” el
proyecto migratorio y, por otra, de que envíen remesas una vez
que estén asentadas en el país de destino.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
105
madres emigrantes podrán regresar y asumir el rol de abuelas cuidadoras de los retoños de sus hijos” (ibid).
La llegada de remesas
En 2002 recibían remesas 6.133 hogares del valle; un 9,65%
del total. Sin embargo, la situación variaba mucho entre unas demarcaciones y otras. En algunos municipios o distritos las remesas
llegaban a una cuarta parte de los hogares, como en el caso de
Guayabal y Vicente Noble, seguidos de cerca por Los Ríos. En otros
siete la proporción de perceptores estaba entre el 20% y el 10% y
en los restantes era inferior a este último porcentaje. En términos
absolutos, cerca de la mitad de los hogares receptores se localizan
en dos municipios, Barahona y Vicente Noble, el primero y tercero,
respectivamente, en cuanto a número de habitantes.
Llama la atención que en muchos municipios del valle de
Neiba el porcentaje de hogares que perciben regularmente remesas sea aún mayor que el de hogares con personas en el extranjero. En particular, ocurre esto en Guayabal y Tamayo y, en
menor medida, en Los Ríos y Vicente Noble (véase el cuadro 5).
Esto puede ser un indicador de la existencia de relaciones sociales densas que llevan a remesar más allá de la unidad familiar.
En el caso de la zona urbana de Vicente Noble, 747 hogares declararon recibir regularmente dinero del extranjero. De ellos,
727 indicaron la cantidad que recibían al mes. Casi tres cuartas
partes (74,5%) de los mismos tenía alguna(s) persona(s) que vivía(n)
fuera del país. En cambio, el restante 25,5% no tenía miembros
en el extranjero. Como cabría pensar, este porcentaje era mayor en
el caso de los hogares que recibían cantidades menores (38,1% entre los que percibían menos de 1.000 pesos). Sin embargo, no era
despreciable en los dos intervalos superiores: 16,7% entre los que
recibían de 7.000 a 14.999 pesos y 20% entre los que percibían
15.000 ó más.
106
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 9
Proporción de estudiantes de Vicente Noble
con padres en España
7º curso
% del total
8º curso
% del total
3º bachillerato*
% del total
4º bachillerato
% del total
TOTAL
% del total
Madre en
España
Padre en
España
Los dos
en España
26
13,20
17
12,06
10
16,39
15
18,29
68
14,14
29
14,72
18
12,77
10
16,39
10
12,20
67
13,93
21
10,66
5
3,55
3
4,92
5
6,10
34
7,07
Resto de
alumnos
121
61,42
101
71,63
38
62,30
52
63,41
312
64,86
Total
197
100,00
141
100,00
61
100,00
82
100,00
481
100,00
*En tercero de bachillerato sólo se preguntó a dos de los tres grupos que había.
FUENTE: Preguntas de los profesores del Liceo San José a los estudiantes antes de la realización
de un examen (los días 18-12-06, para 7º y 8º, y 19-12-06, para 3º y 4º).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
107
Figura 4
Porcentaje de hogares que reciben remesas en los municipios
y distritos del valle de Neiba en 20021
108
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Se ha unificado la superficie del distrito de Guayabal, para facilitar la
lectura cartográfica.
Fuente: Elaborado
porDolores
Dolores
Brandis
a partir
deldemapa
de la RepúFUENTE:
Elaborado por
Brandis
a partir
del Mapa
la República
Dominicana
de la Junta Central
Electoral.
blica Dominicana
de la
Junta Central Electoral.
1
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
109
El hecho de que una cuarta parte de los hogares receptores de remesas en el pueblo de Vicente Noble no tuviese personas en el extranjero, según el censo de 2002, puede deberse a la
existencia de envíos a parientes (que figuren como integrantes
de otro hogar), amigos... Por ejemplo, hay mujeres casadas residentes en España que tienen a su marido en Vicente Noble.
Según García y Paiewonsky (2006) han tendido a dejar de enviar remesas a sus maridos para pasar a hacérselas llegar a sus
madres. Cuando éstas no viven con el yerno correspondiente,
no figuran en el mismo hogar que la hija emigrante sino en otro
diferente.
Pero este fenómeno también puede reflejar limitaciones del
censo a la hora de delimitar los hogares. De hecho, no resulta
sencillo definir dónde termina una “unidad” familiar y dónde
empieza la siguiente en una sociedad en la que los grupos domésticos pueden estar formados por varios hogares. Es posible que
algunos de éstos no sean adecuadamente incluidos en la unidad
más amplia a la que pertenecen.41
En lo que respecta a la cuantía de los envíos, el censo de
2002 proporciona información sobre las cantidades recibidas por
los hogares de los diferentes municipios (incluso, de secciones y
parajes) del país. Observamos que la cuantía media de los envíos
es mayor en el área situada entre el lago Enriquillo y la sierra de
Neiba (donde se encuentran los municipios o distritos de Villa
Jaragua, Los Ríos, Postrer Río, Guayabal y La Descubierta) que
en la comarca de Vicente Noble (y Canoa) y Tamayo.
41
110
Safa (2005: 330) señala que a veces ocurre lo contrario. Plantea
que en sociedades como la dominicana hay familias extensas que
proporcionan un apoyo crucial a las madres jóvenes no casadas y
a sus hijos. Éstas forman “subfamilias” que con frecuencia no son
detectadas en los censos y encuestas; “en su lugar estas subfamilias son contadas como parte del hogar más amplio en el que
residen” (ibid).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 10
Hogares con personas en el extranjero, según la cantidad
de remesas recibidas, en la zona urbana de Vicente Noble
en 2002
Cantidad recibida
(pesos dominicanos)
Sí
No
60
170
146
89
22
9
10
10
4
520
11
37
79
35
15
4
4
1
2
1
178
5
0
19
8
1
1
0
0
0
0
29
4
97
268
189
105
27
13
11
12
5
727
20
61,86
68,27
80,66
85,58
84,62
69,23
90,91
83,33
80,00
74,50
68,75
38,14
31,73
19,34
14,42
15,38
30,77
9,09
16,67
20,00
25,50
31,25
100,00 0,00
100,00 7,09
100,00 4,23
100,00 0,95
100,00 3,70
100,00 0,00
100,00 0,00
100,00 0,00
100,00 0,00
100,00 3,99
100,00 20,00
Total hog receptores 531
183
33
747
74,37
25,63
100,00
0 a 999
1.000 a 1.999
2.000 a 2.999
3.000 a 3.999
4.000 a 4.999
5.000 a 5.999
6.000 a 6.999
7.000 a 14.999
15.000 o más
Declaran cantidad
No declaran
No Total % de hogares que contesta %
cont. hogares Sí
No
Total no c.
4,42
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censo 2002 República Dominicana (a
nivel nacional). CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
111
En la primera zona el promedio era de 2.674 pesos dominicanos en 2002, mientras que en la segunda ascendía a 2.127,5
pesos. Si se eliminan los envíos de cantidades comparativamente
más importantes (por ejemplo, los de 15.000 pesos y más), la media
sigue siendo superior en el área cercana al lago (2.122,7 frente a
1.976,7 pesos), pero se acorta la diferencia entre ambas zonas. Es
posible que los emigrantes de la comarca cercana al lago, que se
encuentran mayoritariamente en Cataluña, hayan encontrado allí
mejores condiciones para poder remesar más que los residentes
en Madrid.
Si se dejan de lado los envíos superiores a 15.000 pesos, los
promedios más altos se encuentran en Los Ríos (2.463,7) y en
Villa Jaragua (2.167,2). Los menores en La Descubierta (1.822,6)
y en Canoa (1.783,4), que pertenece ya a la otra comarca. Los
dos municipios (o distritos) con un mayor porcentaje de hogares
receptores tienen un promedio bastante similar: 1.960,3 en Guayabal y 1.982,4 en Vicente Noble.
El gráfico 5 muestra la distribución de las remesas en las dos
comarcas. En el eje de abscisas están clasificados los hogares receptores según el importe recibido en pesos dominicanos, por intervalos (a la izquierda, los de cuantías menores; a la derecha, los de las
más altas). En el eje de ordenadas figuran las cantidades totales recibidas por los hogares pertenecientes a cada uno de los intervalos.
La cantidad total que llegó a cada área es parecida: 3.072.037 pesos a la de Vicente Noble, Canoa y Tamayo; 2.973.466 a la otra.
Sin embargo la distribución es diferente: en la primera son mayores
los importes recibidos en los tres intervalos menores (hasta 2.999
pesos); en cambio, los del último intervalo (envíos de 15.000 y más)
son 2,7 veces superiores en la comarca cercana al lago. Llama la
atención la importancia de estos envíos grandes. Un número reducido de hogares recibe cantidades varias veces mayores que la media. El caso más destacado es el de un hogar de Los Ríos que declaró
haber recibido 400.000 pesos (lo que representa 150 veces más
que la media de los cinco municipios o distritos cercanos al lago).
112
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Envíos como éste influyen de manera notoria en la media aritmética de la demarcación. Si se dejase de lado, pasaría de
3.713,8 a 2463,7 pesos en el caso de Los Ríos. Cabe sospechar que envíos de esta envergadura no se correspondan realmente con transferencias de remesas sino con otro tipo de operaciones.
Se ha señalado que las mujeres de Vicente Noble residentes
en España envían cantidades superiores a las de los emigrantes
asentados en Estados Unidos (García y Paiewonsky, 2006: 50).
Para ver si efectivamente se verifica esto, tiene sentido comparar
el promedio de remesas recibidas en dicho municipio con el de
alguno en que haya un predominio claro de emigración hacia
Estados Unidos. Esto ocurre en varios municipios situados en el
sur de la provincia de Santiago (perteneciente al Cibao), que tienen un alto porcentaje de hogares receptores de remesas (superiores en muchos casos a los de Vicente Noble). Posiblemente, el
más similar a Vicente Noble, en cuanto a población, número de
hogares receptores y otras características, sea Jánico. Pues bien,
con los datos del censo de 2002, el promedio correspondiente a
Jánico era un 26% superior al de Vicente Noble (2.782,1 pesos
frente a 2.208,3). Si se excluyen los envíos de 15.000 pesos y
más, la media también era mayor (en un 22,6%): ascendía a
2.431,2 pesos en Jánico y a tan sólo 1.982,4 en Vicente Noble).
En realidad, hay que tener en cuenta que este tipo de comparación depende mucho de la cotización del dólar con respecto al
euro. Dada la fuerte caída de la divisa norteamericana en los
años posteriores al 2002, es posible que en el momento en que
García y Paiewonsky realizaron su trabajo de campo las tornas
hubiesen cambiado (de manera que las cantidades recibidas en
pesos en Vicente Noble pasasen a ser similares o incluso algo superiores a las de Jánico).
Otro rasgo a destacar es la continuidad en el tiempo de
los envíos. Hay muchas personas que llevan muchos años viviendo en España y siguen sin faltar a la cita mensual con una agenGonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
113
Gráfico 5
Distribución de las remesas en dos comarcas
del valle de Neiba en 2002
FUENTE: Oficina Nacional de Estadística, Censo 2002 República Dominicana (a nivel nacional). CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
114
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
cia remesadora o una entidad bancaria. Según García y Paiewonsky (2006: 79) las personas que llevan más tiempo en España
envían cantidades mayores. Muchas “han pasado de trabajar
como internas a trabajar como externas por horas, lo que supone mayores gastos para ellas, puesto que tienen que pagar alquiler y gastos de manutención” (ibid). Sin embargo, estas autoras
argumentan que esto no se traduciría en envíos menores, porque al tener una situación jurídica más estable podrían trabajar
en mejores condiciones y percibir remuneraciones más altas
(ibid).
Esto parece sugerir la existencia de una dinámica de envío diferente a la de otros colectivos. Estaría relacionada con la
existencia de menores niveles de reagrupación familiar en el
caso de las dominicanas y dominicanos. En otros procesos migratorios, la frecuencia de envíos y cantidades enviadas tiende
a reducirse a medida que aumenta el tiempo de residencia (en
buena medida, porque los procesos de reunificación familiar
llevan a que se incremente la cantidad de parientes en el país
de “destino”).
También hay que tener en cuenta que hay una obligación
social de mandar dinero, como resultado de la compulsión social
ejercida por familiares y otras personas de la comunidad de origen. Algunas mujeres emigrantes se quejan de las presiones que
reciben para el envío de remesas. Es ilustrativo en este sentido el
siguiente testimonio de una persona de Vicente Noble residente
en España:
Nunca te preguntan: ¿Y qué tal te va? Siempre te dicen: ¡Mándame tanto! Ah, me puedes mandar mil pesos que me voy a comprar esto. Nunca te dicen que necesitan algo sino, directamente,
mándame tanto. Como quien tiene un banco (…). Y no puedes
decir que no, porque si no tú eres mala, eres tacaña. Pero es que si
te dejas llevar de ellos no te va a dar ni un duro. Porque son
demasiados allí, primos y hermanos y tíos… (testimonio de Sonia, citado en García y Paiewonsky, 2006: 46).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
115
El hecho de que el envío de remesas sea una actividad institucionalizada contribuye a explicar que una proporción muy alta
de las personas dominicanas residentes en España envíe regularmente dinero a sus lugares de origen.
En cuanto al uso de las remesas, Alejandro Canales (2005)
afirma que constituyen un salario para los hogares receptores y
“como tal, no cabe esperar más potencial productivo que el que se
espera del resto de los salarios. En tanto salario, las remesas se
emplean fundamentalmente para cubrir necesidades básicas”
(García y Paiewonsky, 2006: 54).42
Las remesas se destinan en buena medida a la adquisición
de alimentos, pero también a la cobertura de otras necesidades,
entre ellas los gastos relacionados con la educación de los hijos.
Los familiares residentes en Vicente Noble también acostumbran
a pedir remesas, a veces adicionales a las que se envían regularmente, en caso de enfermedad de algún integrante de la familia.
Al proporcionar cobertura en caso de enfermedad y con frecuencia también en otras situaciones (desempleo, etc.) “las remesas están cumpliendo las funciones de protección social que el Estado
no ofrece” (García y Paiewonsky, 2006: 54).
También hay que señalar que no todo el importe de las remesas es destinado a la cobertura de “necesidades básicas.” Varios
testimonios aluden a este fenómeno. Por ejemplo, Sorensen
(2004; 103) recoge el comentario de un chico del Liceo que en
1998 afirmaba: “El dinero que la gente gana afuera no se invierte productivamente en Vicente Noble. Se invierte en cosas
lujosas, en coches, ni un peso se utiliza en mejorar el desarrollo
42
116
En el caso de las personas que migran dejando atrás a sus hijos, se
podría considerar que las remesas cumplen, de manera más o menos explícita, la función de remunerar los servicios de cuidado que
prestan madres, hermanas... y la de proporcionar una “pensión de
alimentos” para los hijos (que no se circunscribe a las necesidades
alimenticias).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
social de Vicente Noble.” Durante nuestra estancia tuvimos oportunidad de observar diversas manifestaciones de ostentación. Por
ejemplo, algunas de las personas que regresaron de España para
pasar la navidad recorrían la población en yipetas.43 Los vehículos que tenían más salida en el concesionario local eran precisamente las yipetas. Alrededor de media docena de ellas tenían grandes altavoces en la parte de atrás. Sus poseedores conducían por
las calles con la música a mucho volumen como manera de exhibir su pujanza económica.
A continuación analizamos algunos efectos de las remesas,
relacionados con la reducción de la pobreza, la construcción de
viviendas, el desincentivo a la realización de ciertas actividades
económicas, la organización familiar, la aparición de nuevas diferencias sociales, etc. En el primer caso nos referiremos al conjunto
del valle de Neiba, en los demás nos circunscribiremos a la localidad de Vicente Noble.
43
Vehículos todo terreno. El término es una adaptación de Jeep.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
117
118
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EFECTOS SOBRE LOS NIVELES DE POBREZA*
Comenzaremos por analizar cuál es el grado de pobreza de
los hogares receptores, para después pasar a analizar la incidencia
de las remesas en la reducción de la pobreza que ha tenido lugar
entre 1993 y 2002.
Al analizar el nivel de pobreza de los hogares receptores de
remesas llaman la atención dos cosas. Por una parte, más de la
mitad no están en dicha situación (aunque el 40,5% son pobres
no indigentes y el 7,5% indigentes). En cambio, dos tercios de
todos los hogares del valle se ven afectados por ella. Por otra parte,
son pocos los indigentes que reciben dinero del extranjero. Aunque son casi la cuarta parte del total de hogares, tan sólo el 3%
obtiene ingresos por esa vía. En el colectivo de pobres no indigentes (al que pertenece el 44% de los hogares) el porcentaje asciende a 9%, cifra próxima al promedio del conjunto de los hogares
(9,65%). En el tercio restante de hogares no pobres, el porcentaje de receptores (15%) está bastante por encima de la media; es
cinco veces mayor que el correspondiente a los indigentes. Se desprende de esto que la probabilidad de percibir remesas aumenta
a medida que los hogares se alejan de la indigencia y la pobreza.
Esto puede deberse a dos causas. Una es que las personas
emigrantes procediesen en mayor medida de familias comparativamente mejor situadas económicamente. Es probable que
*
Capítulo escrito por Gonzalo Ramírez de Haro y Dolores Brandis.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
119
Gráfico 6
Relación entre el nivel de pobreza y la recepción (o no)
de remesas en los hogares del valle de Neiba en 2002
FUENTE: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, ONAPLAN, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
120
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
éstas tuviesen mayor facilidad para financiar los gastos relacionados con el viaje. 44 Sin embargo, en los trabajos sobre
este proceso migratorio se indica que también se marcharon
personas de hogares muy pobres. Una segunda razón es que
la llegada de remesas haya permitido salir de la pobreza a los
hogares receptores. Gracias a éstas, familias que eran pobres
han dejado de serlo y, del mismo modo, hogares indigentes
han superado el umbral de la pobreza extrema, para pasar a
formar parte del grupo de pobres no indigentes. Desgraciadamente no disponemos de información (comparable con la
de 2002) sobre el nivel de pobreza de las familias que enviaron personas al extranjero en los inicios del proceso migratorio, por lo que no podemos analizar la evolución de la pobreza en dichos hogares. Por ello tampoco estamos en condiciones de estimar la importancia relativa de cada uno de los dos
fenómenos mencionados, aunque sí parece razonable pensar
que ambos se han dado.
En cualquier caso, hay indicios claros de que las remesas
constituyen un factor crucial de superación de la pobreza. En el
cuadro 11 se presentan datos, procedentes de los estudios de focalización de la pobreza de ONAPLAN (2003 y 2005), sobre la
evolución de la pobreza y la indigencia por municipios de la
región. Se pone de manifiesto que el municipio con un mayor
44
Herranz (1997: 95) señala: “En principio pueden emigrar quienes tienen algún familiar con alguna propiedad o quienes se arriesgan a pedir préstamos a un elevadísimo interés, pero en cuanto se
forma la cadena migratoria que une esta región con Madrid se
generan mecanismos estratégicos para costear el viaje de otras
mujeres: las mujeres trabajadoras ya en España pagan el viaje a
otras mujeres y éstas les devolverán el préstamo en Madrid, con su
trabajo. De tal forma que, en la actualidad, el factor determinante
para emigrar no es ya la situación económica de la familia sino más
bien el número de miembros femeninos en ella fuera de la República Dominicana”.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
121
porcentaje de hogares que reciben regularmente dinero del extranjero (Vicente Noble) fue el que experimentó una mayor reducción
de la pobreza entre 1993 y 2002 (20,4 puntos porcentuales).45
También estuvo entre los cuatro que tuvieron mejores resultados
en cuanto a reducción de la indigencia. Durante el trabajo de
campo en esta localidad tuvimos oportunidad de percibir algunas muestras de ello. Por ejemplo, un médico que trabaja en el
hospital de Vicente Noble nos comentó que apenas llegan niños
desnutridos al hospital. Si va alguno, es haitiano. En cambio, cuando llegó a Vicente Noble dieciocho años antes había muchos niños desnutridos.46
Otros municipios con un alto porcentaje de personas receptoras de remesas también han estado entre aquellos en los que
se experimentaron mayores caídas de la pobreza: Tamayo (18,6
puntos), Los Ríos (18,3) y La Descubierta (16,3).
En el gráfico 8 aparecen los municipios (y distritos) ordenados según el porcentaje de hogares receptores de remesas en
2002. A medida que desplazamos la mirada de izquierda a derecha, vemos que tiende a ser mayor la reducción de la pobreza en
puntos porcentuales entre 1993 y 2002.
Sin embargo, hay algunas excepciones. Por una parte,
algunos municipios con buenos resultados en cuanto a reducción de pobreza tenían un pequeño porcentaje de hogares receptores de divisas en 2002. El caso más claro en este sentido
45
46
122
Si en lugar de considerar las demarcaciones existentes en el censo
de 1993 (a efectos de poder comparar los niveles de pobreza en
1993 y 2002), utilizásemos las del censo de 2002 nos encontraríamos con que el distrito de Guayabal (que en el censo de 1993
estaba incluido en Postrer Río) tiene un porcentaje mayor de hogares que reciben regularmente remesas (28,8%) que Vicente
Noble. En este municipio (sin considerar el distrito de Canoa)
ascendía a 27%.
Conversación mantenida en el trayecto de Vicente Noble a Barahona el 18 de diciembre de 2006.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 7
Hogares que reciben remesas en los municipios y distritos
del valle de Neiba, según su nivel de pobreza, en 2002
FUENTE: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, ONAPLAN, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
123
es el de Fundación.47 También hay que tener en cuenta otros
como los de Mella o El Peñón. Claramente hay otras variables
que inciden en la reducción de los niveles de pobreza. Por otra
parte, sorprende que el segundo municipio con un porcentaje
más alto de hogares receptores de remesas (Postrer Río) haya tenido resultados peores que los del promedio del valle en cuanto a
disminución de la pobreza.
47
124
Más arriba señalamos que había una proporción considerable de
hogares de Fundación con miembros fuera del país. Sin embargo,
el porcentaje de hogares receptores de remesas es comparativamente más bajo. En caso de que hubiesen emigrado fundamentalmente personas pobres, los niveles de pobreza podrían haber caído algo por este motivo.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 11
Evolución de la pobreza en el valle de Neiba
1993-2002
Diferenciaen
puntosporce. % dehog.
2002
1993
% dehogares entre2002y1993 quereci.
% dehogares
pobres indigentes pobres indigentes pobres indigentes remesas
Demarcaciones1
Provincia Independencia
Jimaní
Duvergé
LaDescubierta
Mella
PostrerRío
Cristóbal
81,9
76,3
71,8
87,4
83,6
93,8
95,7
36,6
30,7
20,5
37,1
28,8
59,0
65,1
70,2
70,2
58,6
71,1
65,6
85,6
84,3
23,9
19,2
15,5
24,6
19,6
44,5
34,2
-11,7
-6,1
-13,2
-16,3
-18,1
-8,3
-11,4
-12,7
-11,4
-5,0
-12,5
-9,2
-14,5
-30,9
9,2
3,3
6,1
18,4
11,1
21,1
3,5
Provincia Bahoruco
Neiba
Galván
LosRíos
Tamayo
Uvilla
VillaJaragua
86,6
81,8
92,9
95,7
83,2
91,1
89,8
45,0
40,9
56,3
55,6
35,2
47,4
52,7
75,6
75,2
80,3
77,3
64,7
73,4
82,5
31,6
36,3
30,6
35,1
22,6
15,5
44,9
-11,0
-6,6
-12,6
-18,3
-18,6
-17,7
-7,3
-13,3
-4,7
-25,7
-20,5
-12,7
-31,9
-7,8
9,2
4,1
8,0
20,7
16,6
10,9
10,0
Municipios prov. Barahona
SantaCruzdeBarahona
Cabral
LasSalinas
VicenteNoble
ElPeñón
Fundación
72,9
64,9
82,5
84,2
85,5
78,8
80,6
26,2
20,1
33,4
37,1
38,8
26,6
27,8
60,0
54,8
73,5
77,2
65,1
62,1
61,0
16,9
14,6
29,8
26,1
17,2
11,2
15,8
-12,9
-10,2
-9,0
-7,0
-20,4
-16,6
-19,5
-9,3
-5,5
-3,6
-11,0
-21,6
-15,4
-12,0
11,4
10,9
4,1
5,9
24,6
7,6
4,1
TOTAL VALLE DE NEIBA 79,7
35,2
66,9
23,0 -12,7
-12,2
10,3
El listado de municipios y distritos municipales procede del censo de 1993.
FUENTE: Elaboración propia con datos de ONAPLAN (2003 y2005) yONE, Censo
2002 República Dominicana (a nivel nacional). CD interactivo, Santo Domingo.
1
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
125
Gráfico 8
Recepción de remesas en 2002 y reducción de la pobreza
entre 1993 y 2002 en municipios del valle de Neiba
FUENTE: ONAPLAN (2003 y 2005) y ONE, Censo 2002 República
Dominicana (a nivel nacional). CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
126
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
TERCERA PARTE
Otros efectos en la
localidad de Vicente Noble
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
127
Figura 5
Barrios de Vicente Noble en 2002
Fuente: Elaboración propia a partir del plano de Vicente Noble, realizado por la Oficina Nacional de Estadística, que sirvió de base para la
aplicación del censo del 2002.
128
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
LA FORMACIÓN DEL NÚCLEO URBANO*
Evolución de la población
Vicente Noble en 1950 era un distrito municipal de 5.509
habitantes que en su mayoría vivían en la zona rural. La población que residía en el núcleo urbano se reducía a 1.983 habitantes que ocupaban 414 viviendas, construidas en su mayoría
con tejamanil y, en menor medida, con madera. Durante las
décadas de los cincuenta y sesenta la población del distrito experimenta un crecimiento importante y, en ambas, superior al
del conjunto del valle de Neiba. Se concentra especialmente en
el núcleo urbano, que multiplica sus efectivos por cuatro en veinte años, mientras que el camposólo lo hace por 1,6.
Al igual que acontece en el conjunto del valle, durante los
años setenta el crecimiento de la población del distrito de Vicente
Noble se ralentiza, pero se recupera durante la década siguiente. En
cambio, entre 1993 y 2002 aumenta bastante menos, sobre todo en
el núcleo urbano. En cualquier caso, su población se ha incrementado ligeramente. Esto no permite sustentar la percepción existente
*
Capítulo escrito por Dolores Brandis. Nos vamos a concentrar en
una comunidad concreta para estudiar más a fondo las repercusiones de la emigración. Nos centraremos en Vicente Noble, por ser
la localidad del valle de Neiba donde más claramente se manifiestan los cambios. Estudiaremos los efectos en el paisaje urbano, la
actividad económica, la organización familiar, la desigualdad y el
tejido asociativo, y las identidades. Antes de ello, para contextualizar el análisis posterior, nos referiremos a la evolución demográfica de la localidad y al proceso de formación de sus barrios.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
129
en la localidad sobre la magnitud de la emigración a España. La
afirmación de que “más de la mitad del pueblo se ha ido para
allá”48 no parece compatible con los datos censales.
Formación de los barrios de Vicente Noble
A continuación explicaremos el proceso de formación de
los barrios de Vicente Noble, para presentar más adelante una
tipología de éstos.49
Los primeros asentamientos de población conocidos tuvieron lugar en tres hatos. Uno localizado a orillas del río Yaque del
Sur, otro más alejado de su lecho y un tercero en una posición
más elevada que evitase las crecidas del río. Este último fue el que
prosperó posteriormente, primero como sección de El Alpargatal
y después, cuando alcanzó suficiente población en 1943, como
distrito municipal de Vicente Noble. El núcleo más antiguo (Pueblo Arriba y Los Mosquitos) se expandió hacia el sur (Centro Hermoso y Centro del Pueblo), siguiendo la trayectoria del camino
que lo comunicaba con Barahona. En el último de los barrios
mencionados, el que hoy se denomina Centro del Pueblo, se construyó en los años cuarenta el Ayuntamiento, la Iglesia y el Parque
Central y en sus alrededores, sobre todo hacia el sur, se levantaron algunas casas (Placer Bonito, Las Auyamas y Batey Paja). En
estas áreas la ocupación del territorio era muy poco densa. En
1950 el pueblo tenía 413 casas, construidas en su mayoría con
tejamanil (esto es, con palos trenzados cubiertos por lazo o barro)
48
49
130
Conversación con D.C., Vicente Noble, 23-12-06.
La reconstrucción del proceso se ha realizado a través de los análisis de las fotografías aéreas de 1967 y 1983 (de escala 1:20.000 y
1:40.000, respectivamente) del Instituto Geográfico Universitario, de los mapas topográficos (1:50.000 y 1: 250.000) del mismo Instituto, de la imagen de satélite del Instituto Nacional de
Recursos Hidráulicos y del trabajo de campo efectuado en diciembre de 2006.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 12
Evolución y crecimiento anual de la población urbana,
rural y total del municipio de Vicente Noble (1950-2002)*
Añ os
Po bla ción urbana
Habitan tes
P oblació n rural
Crecim ient o
Ha bita ntes
anua l (%)
Ha bitante s
anua l (%)
Cre cimiento
a nual (%)
1 950
1.98 3
-
3 .526
-
5.5 09
-
1 960
4.88 0
9,4 2
3 .170
-1, 06
8.0 50
3,87
1 970
7.70 8
4,6 8
5 .589
5, 83
13. 297
5,15
1 981
8.90 4
1,3 2
5 .441
-0, 24
14. 345
0,69
1 0.50 0
1 0.84 8
1,3 8
0,3 6
7 .652
9 .648
2, 88
2, 61
18. 152
20. 496
1,98
1,36
1 993
2002 (1 )
*
P oblació n tota l
Crecim ien to
Para el año 2002 se han sumado los datos correspondientes al
municipio de Vicente Noble y al distrito municipal de Canoa,
con el fin de que sean comparables con los de años anteriores. La
población urbana incluye únicamente a la de la localidad de Vicente Noble.
Fuente: Oficina Nacional de Estadística, Censos de población (de
los diversos años).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
131
y las restantes con madera y tabla de palma (confeccionadas con
el tronco de diferentes variedades de palma). Sus habitantes se
abastecían de agua directamente en el río y tenían letrinas instaladas en las traseras de sus viviendas. Aunque el tendido eléctrico ya
había llegado, todavía casi todas las viviendas utilizaban el querocemo (gas de petróleo) para alumbrarse.
El fuerte crecimiento demográfico de la villa durante la
década siguiente hizo que se duplicase el número de casas, hasta
alcanzar casi el millar en 1960. Se ocuparon los espacios vacíos
que habían ido quedando, mediante la construcción de casas de
concreto50 junto a los caminos que pronto se convertirían en calles, y otras de materiales precarios en los conucos que rodean la
localidad. También se fue rellenando el interior de las manzanas,
a las que se accede a través de callejones. Y antes de que acabase la
década de los sesenta se inició la ocupación de un terreno (La
Cuarenta) separado del núcleo por un arroyo tributario del Yaque. Allí se levantaron casas de materiales muy precarios, distribuidas sin ningún orden en las cercanías del camino que se dirige
hacia el noreste para enlazar con la carretera de Azua a Barahona.
La localidad pasó a la categoría de municipio el 12 de
agosto de 1978. En el censo de 1981 se registraron 1.795 viviendas urbanas. El crecimiento durante los años ochenta se dirigió hacia el camino del noreste. Se levantó primero un grupo
de viviendas de promoción pública, construidas con bloques de
cemento sin pilares y un hospital (en Barrio Viejo). Pronto ambos fueron rodeados de casas de tabla de palma, de madera y,
algunas, de concreto en suelo ya sin ordenar. Después, más lejos
y por iniciativa igualmente pública, se construyó otro grupo de
casas, con el mismo tipo de material aunque, en este caso, en
lotes de menor tamaño (en Barrio Nuevo). A finales de la década, se asfaltó el camino del noreste y se corrigió su trazado para
50
132
El concreto armado es un agregado de cal, arena, piedra y agua que
fue reemplazando a la madera por su fácil confección y economía.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
evitar los desniveles y las sinuosidades que presentaba, sobre todo,
en el último tramo.
Entre los nuevos barrios surgidos al este y la parte antigua de
la localidad existía en los años ochenta un amplio espacio dedicado
a la agricultura, por el que discurrían esporádicamente las aguas de
algunos brazos del arroyo del Yaque. Entre los campos cultivados
hay casas precarias de tabla de palma a las que se accede por múltiples caminos. También aparecieron otras de madera en las proximidades del pueblo y en los bordes de un camino que atraviesa este
sector (en el que se ubica Barrio Galíndez y La Puerca).
En la actualidad la población no cuenta con algunos de los
más elementales servicios públicos urbanos. No hay alcantarillado
sanitario, por lo que los hogares han de solucionar el problema de
la eliminación de excrementos de forma privada. Un 41% por
medio de inodoros con fosas sépticas y el 53% con letrinas. Tampoco la cobertura de vías asfaltadas llega a todas las casas. Se accede al 30% a través de calles y caminos sin asfaltar y ello contribuye
a explicar que el ayuntamiento deje sin recoger la basura del 20%
de los hogares. En cambio, el servicio de energía por tendido eléctrico sí llega a la totalidad de la población y el suministro de agua
por acueducto (tubería) a casi toda. Sin embargo sólo el 38% la
ha introducido en el interior de la vivienda. El 50% la obtiene de
una llave instalada en el patio de la casa y el 11% restante de una
fuente pública.
Presentaremos más adelante una tipología de barrios que se
basa, entre otras variables, en los materiales de las casas. Antes de
ello, nos referiremos de manera breve a los componentes de éstas.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
133
Figura 6
Fotografía aérea de Vicente Noble en 1967
Fuente: Foto aérea del Instituto Geográfico Universitario, Universidad
Autónoma de Santo Domingo.
134
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Figura 7
Fotografía de satélite de Vicente Noble en 2002
Fuente: Imagen de satélite del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Santo Domingo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
135
Materiales de las casas
De las 2.522 casas que hay en Vicente Noble en 2002, el
54% tienen paredes de bloque de cemento o concreto, un tercio
de madera y el 14% restante en su mayoría de tabla de palma,
aunque todavía quedan casas de tejamanil y de yagua. Estimamos
que las levantadas con bloque de cemento no superan el 18%, lo
que equivale aproximadamente a un tercio de las construidas con
bloque y concreto.51
Los materiales del techo de casi todas las casas son el zinc y
el concreto, aunque este último, debido a su peso, sólo se introduce en las que tienen las paredes de este mismo material o de bloque. El zinc se coloca en casi todas las casas de madera y también
en las de tabla de palma, aunque no está presente en las más precarias, levantadas con tejamanil o yagua (que proviene del tronco
de la palma real). En ambos casos se cubren con techumbre de
yagua o de cana (hojas de palma).
En algunos barrios predominan las casas de concreto y bloque. La mayor presencia de uno u otro material marca diferencias
importantes entre ellos. En otros persisten en mayor medida casas
construidas con materiales “tradicionales”. Hay contrastes en función de si son más abundantes las de madera o las de palma y
tejamanil.
51
136
El censo de 2002 recoge conjuntamente el concreto y el bloque de
cemento como material de las paredes de las casas y así lo hemos
hecho constar nosotros en los gráficos y cartografías elaboradas.
Sin embargo, a partir del establecimiento de conexiones con los
materiales de los techos y, sobre todo, de las observaciones realizadas en el trabajo de campo hemos llegado a obtener aproximaciones más precisas sobre la utilización de cada uno de estos materiales en la construcción de las casas.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Casas de materiales tradicionales precarios. Actualmente perviven las instaladas en el interior de las manzanas
Casas de madera de varias puertas y sin porche
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
137
Casa de madera con porche, junto a otras de bloque de cemento
Las casas de concreto presentan generalmente morfologías muy
funcionales
138
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Casas de promoción pública construidas con bloques y sin pilares
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
139
Tipología de barrios
Vamos a establecer una tipología de barrios a partir de tres
variables. La primera es el material de construcción de las casas.
Se trata del elemento que tiene mayor impronta visual y que, por
lo tanto, define mejor la imagen que presentan los distintos espacios de Vicente Noble. La segunda es si el porcentaje de hogares
pobres está por encima o por debajo del promedio de la zona
urbana de Vicente Noble y la tercera si supera o no la media de
receptores de remesas.
El tipo A está formado por los barrios con predominio de
casas de bloque o de concreto, con menos del 60% de hogares
pobres y por encima del promedio de receptores de remesas. Pertenecen a este grupo Los Mosquitos, Pueblo Arriba y Centro
Hermoso. Se trata de los espacios de ocupación más antigua. En
ellos se empleó el concreto como material de construcción, tanto
para renovar las casas más deterioradas de materiales tradicionales, como para construir en los espacios vacíos, que todavía eran
abundantes en los años sesenta y progresivamente se fueron rellenando. La mitad de las casas que reciben remesas son de bloque
de cemento. Dicha proporción coincide con la de hogares receptores que no se consideran pobres. Aunque la pervivencia de casas de madera no es desdeñable, los hogares pobres no sobrepasan la media de la localidad y sólo una minoría son indigentes. La
mitad de las casas disfrutan de algunos equipamientos domésticos, como nevera y lavadora.
En el tipo B también predominan las casas de bloque o de
concreto y más de 30% de los hogares que reciben remesas. Pero,
a diferencia del anterior, el porcentaje de pobres es superior al
60%. Barrio Galíndez y La Puerca ocupan espacios que hasta hace
poco tiempo estaban dedicados eminentemente a la actividad agraria y en donde se fueron instalando casas precarias en suelo ganado a los cultivos y otras de concreto en los bordes más cercanos al
centro de la localidad. Por ello, son muchas las casas a las que se
140
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Cuadro 13
Tipos de barrios de Vicente Noble
Tipos
A
B
C
D
E
% de hogares pobres
% de hogares receptores
de remesas
Más del 60%
Más del 60%
Desigual
Menos del 60%
Menos del 60%
Menos del 30%
Más del 30%
Menos del 30%
Más del 30%
Menos del 30%
Fuente: Elaboración propia.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
141
accede todavía por caminos sin asfaltar: la mitad de las existentes
en el Barrio Galíndez y el 80% de las de La Puerca. Además, la
mayoría sólo dispone de letrinas.
En concordancia con estos elementos, los niveles de pobreza son de los más altos de la localidad, a pesar de que un
tercio de los hogares recibe remesas (40% en el caso de Barrio
Galíndez, que tiene el porcentaje más alto de Vicente Noble).
Entre los hogares receptores hay muchos que, a pesar de tener
casas nuevas, no han logrado salir del umbral de la pobreza.
Tal vez se encuentren en las primeras fases del proceso de superación de ésta.
El tipo C está formado por barrios en los que la casa de
bloque es mayoritaria y menos del 30% de los hogares recibe remesas. Tanto en Barrio Viejo como en Barrio Nuevo se levantaron
conjuntos de vivienda pública. Sin embargo, hay diferencias entre ambos. En el primero es muy alta la proporción de hogares
pobres e, incluso, indigentes, ya que persisten todavía muchas de
las casas precarias que se levantaron frente al barrio de La Cuarenta y al sur del conjunto público. En cambio, Barrio Nuevo
presenta la menor proporción de pobres de la localidad, porque
las viviendas de promoción publica se han mantenido en solitario
hasta tiempos muy recientes y ahora empiezan a aparecer nuevas
casas de bloque en los “residenciales.” Las diferencias mencionadas se manifiestan en que el agua llega al interior de apenas la
cuarta parte de las casas de Barrio Viejo, mientras que en Barrio
Viejo se adentra en más de la mitad. A su vez, las que disfrutan de
inodoro representan la cuarta parte en el primero y el 85% en el
segundo. En ambos barrios, las remesas se dirigen fundamentalmente a las casas nuevas de bloque. Éstas en el Barrio Viejo se
localizan en el entorno del hospital, donde todavía hay espacios
vacíos, mientras que en el Barrio Nuevo están levantadas en los
“residenciales” que empiezan a rodear el conjunto público.
El tipo D lo forman los barrios en los que las casas construidas con materiales tradicionales son mayoría, donde más del 30%
142
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Figura 8
Tipología de barrios de Vicente Noble en 2002
Fuente: Elaboración propia a partir del plano de Vicente Noble, realizado por la Oficina Nacional de Estadística, que sirvió de base para la
aplicación del censo de 2002.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
143
de los hogares se benefician de las remesas y los hogares pobres no
superan el 60%. Son, en concreto, Centro del Pueblo, Placer Bonito y Las Auyamas, que se encuentran en el centro y el sur de
Vicente Noble. El primero de los tres constituye el centro de la
localidad, lo que da lugar a algunas diferencias. Es el que tiene
menor proporción de hogares pobres (sólo el 37%) y en donde se
ha introducido el agua y el inodoro en mayor medida dentro de
la vivienda. En cambio, en los otros dos hay bastantes casas precarias a las que se accede por callejones sin asfaltar y muchas no
tienen los servicios de agua y saneamiento incorporados a la vivienda. En los tres barrios las remesas llegan fundamentalmente a
las casas de bloque (aunque en el Centro del Pueblo también se
dirigen en buena medida a las de madera) y el 70% de los hogares receptores han superado el umbral de la pobreza.
Finalmente, el tipo E está formado por Batey Paja y La Cuarenta, dos barrios en los que también predominan las casas construidas con materiales tradicionales, pero donde los hogares pobres sobrepasan el 60% y los receptores de remesas no llegan al
30%. En estos barrios hay bastante casas de tabla de palma. En La
Cuarenta éstas superan a las construidas con madera. Este barrio
es el que tiene menor porcentaje de receptores de remesas (17%).
De éstos la gran mayoría no ha superado el umbral de la pobreza.
Hay relación entre la reducida entrada de remesas y la altísima
proporción de hogares pobres (un 86%), muchos de los cuales
están en la indigencia. Aunque en el barrio de Batey Paja no se
alcanzan esos extremos y la distribución de las casas según su material de construcción se asemeja a la de los barrios de su entorno,
la proporción de hogares pobres dobla la de aquellos. Como resultado de ello, hay comparativamente más casas a las que se accede por callejones, que emplean todavía carbón como combustible, que no tienen incorporada el agua en su interior y que cuentan con letrinas como servicio sanitario. Además, disponen de
menos equipamientos dentro del hogar.
144
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EFECTOS EN LA VIVIENDA Y EL PAISAJE URBANO*
Entre 1993 y 2002 se ha reducido sustancialmente la proporción de hogares pobres (del 80% al 60%) e indigentes (del
26% al 18%) en la zona urbana de Vicente Noble. Al igual que
en otras partes del valle de Neiba, la entrada de remesas en los
últimos años ha jugado un papel importante en dicha caída. Entre los hogares receptores de dinero procedente del extranjero
(alrededor del 30% del total) la incidencia de la pobreza en 2002
era de 48%, considerablemente menor que en el conjunto de
hogares.
La llegada de remesas a partir de mediados de los ochenta está contribuyendo también a que Vicente Noble adquiera
una nueva imagen. Uno de sus principales efectos, el más visible, es la construcción de nuevas casas de bloques de cemento.
Los hogares receptores de remesas, una vez cubiertas las necesidades básicas más urgentes, pronto destinan fondos a la renovación de la vivienda o la construcción en suelo vacío. En la
mayoría de los casos se sustituye la antigua casa de tabla de
palma, madera e, incluso, concreto, por otra de material más
“noble” y duradero, como es el bloque. Según el censo de 2002
el 65% de las casas correspondientes a familias receptoras de
remesas están construidas con bloque de cemento o de concreto,
*
Capítulo escrito por Dolores Brandis.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
145
el 28% son de madera y sólo el 7% tienen paredes de tabla de
palma o tejamanil.
Si comparamos los dos siguientes gráficos podremos observar claramente la relación existente entre la recepción de remesas
y los materiales de construcción de las paredes. En el segundo,
referido únicamente a los perceptores, la composición de las columnas es muy diferente a la del primero (relativo al conjunto de
pobladores). La cantidad de casas de bloque y concreto (representada en la parte azul de las columnas) es proporcionalmente
mucho mayor en el segundo.
El bloque de cemento, además de ser fácilmente manejable y proporcionar a la casa mayor resistencia, permite levantar varias plantas, lo que provoca cambios en el paisaje
residencial tradicional, caracterizado por la casa de una planta. Bastantes de las de bloque tienen dos y se empiezan a ver
edificios de tres y cuatro. De acuerdo con el trabajo de campo efectuado, el 9% de las casas tenía más de una planta en el
primer día de enero de 2007. En cambio, éstas representan
tan sólo el 3% de las que figuran en el plano de la Oficina
Nacional de Estadística, utilizado para la elaboración del censo
de 2002.52 Se observa, por tanto, un considerable aumento
de su participación durante los últimos años.
A esto se añade la circunstancia de que en las nuevas construcciones se incorporan diseños arquitectónicos que poco tienen
que ver con los habituales, pues son réplicas de los que actualmente se están haciendo en países con culturas muy diferentes.
Parece que muchas proceden de un mismo catálogo. Aparecen elementos nuevos como las terrazas o miradores, propios
de tipos arquitectónicos foráneos, y se decoran las fachadas con
52
146
La Oficina Nacional de Estadística nos facilitó un plano a gran
escala que sirvió para la elaboración del censo de 2002. En él se
localizaban las casas de Vicente Noble y se especificaban las que
tenían más de una planta. También incorporaba los negocios existentes en la localidad.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 9
Materiales de las casas de los barrios
de Vicente Noble en 2002
NOTA: Los barrios, por orden alfabético son: Barrio Galíndez (BG), Barrio
Nuevo (BN), Batey Paja (BP), Barrio Viejo (BV), Centro Hermoso (CH),
Centro del Pueblo (CP), Las Auyamas (LA), La Cuarenta (LC), Los Mosquitos (LC), La Puerca (LP), Pueblo Arriba (PA) y Placer Bonito (PB).
FUENTE: ONE, Censo 2002 República Dominicana (a nivel nacional).
CD interactivo, Santo Domingo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
147
balaustradas y columnas de yeso, o con rejas de hierro. Todo ello
da un aspecto ostentoso a las casas construidas en los últimos
tiempos, que contrasta con los síntomas de deterioro, o incluso
de ruina en algunos casos, de las más antiguas, de arquitectura
tradicional.
En diciembre de 2006 observamos que se seguían levantando nuevas casas en Vicente Noble. Había bastantes en proceso de construcción y muchas estaban recién terminadas. Pero
la entrada de remesas está provocando otros cambios que van
más allá de la renovación de las antiguas casas. Entre ellos, la
aparición de espacios denominados “residenciales” en antiguos
campos de cultivo. Una vez vaciados, se han trazado caminos
por ellos que permiten acceder a los lotes. Éstos empiezan a verse ocupados por casas.
Si la relación entre la construcción de nuevas casas y la
entrada de remesas es evidente, la apertura de nuevos negocios en Vicente Noble, más allá de la correspondencia que exista
con el crecimiento demográfico experimentado por la localidad en los últimos años, está también directa o indirectamente
vinculada a ellas. La comparación de los negocios que recoge
el plano de la Oficina Nacional de Estadística utilizado para el
censo de 2002 y los observados en el trabajo de campo de
2006 evidencia el aumento experimentado por los locales. Los
110 que aparecen en el plano de la ONE se han multiplicado
en los últimos años, como mínimo, por 2,4 veces. La instalación de negocios en los bajos de las nuevas casas construidas
por los emigrantes habla por sí sola de su relación con la entrada de remesas, confirmada por los propios comerciantes. Pero
también hay locales regentados por personas que no son originarias de Vicente Noble. Se han instalado allí debido a la mejora experimentada en la capacidad adquisitiva de los hogares
receptores de remesas, que ha disparado la demanda de ciertos productos, incluso de algunos que antes no eran usuales en
el pueblo.
148
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 10
Materiales de las casas que reciben remesas
en los barrios de Vicente Noble
FUENTE: ONE, Censo 2002 República Dominicana (a nivel nacional).
CD interactivo, Santo Domingo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
149
Casa de bloques de cemento con la planta baja destinada a comercio
Casa de bloques de cemento con garaje
150
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Casa de bloques de cemento de tres plantas con comercio junto
a otra de madera. Hay marcados contrastes en el paisaje urbano.
El hotel de tres plantas es la construcción nueva de mayor volumen
que hay en la localidad. A su derecha, una casa de concreto.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
151
Aunque no es posible conocer con exactitud la cantidad y el
tipo de negocios que han aparecido en los últimos años, las características de los existentes a finales de 2006 pueden ilustrar sobre
algunos de los cambios presumiblemente más relacionados con la
recepción de remesas. Predominan los locales de venta de productos alimenticios, que suponen el 31% de los negocios. Algunas familias con personas en el extranjero han abierto establecimientos
de este tipo en los bajos de la nueva casa. En algunos casos se anuncian en la fachada con términos como “Supermercado” o “Hiper”,
que están reemplazando la denominación clásica de “Colmado”,
que predomina en las construcciones más tradicionales.
Les siguen en importancia las peluquerías, los establecimientos de bebidas y los de banca y préstamos.53 Cada uno de ellos
tiene una participación nada despreciable (del 11%). También se
jalonan con nombres como “Centro de belleza”, “Bar” y “Cafetería” que tienen mucho que ver con las denominaciones españolas
de este tipo de locales. Aunque no hay ninguna representación
de los bancos que operan a nivel nacional, la existencia de rótulos
como “Cambio Expres” o “Punto Expreso” en alguna fachada
viene a indicar que hay movimiento de dinero procedente del
exterior. En los carteles de alguno de esos locales figura, en lugar
destacado, el euro como divisa intercambiada.
Las tiendas de venta de ropa, al igual que las vinculadas con
el mundo del motor, alcanzan el 8%. En las fachadas de muchas
de las primeras se lee “Boutique” “Modas”, “Novedades” o “Variedades”, en vez de “Tienda de ropa” que era el término habitual. La existencia de más de un comercio de venta de coches y
motos, así como de abundantes locales relacionados con su mantenimiento, está relacionada con la presencia visible (y sonora) de
estos vehículos en la localidad. Dado que la adquisición de “yipetas”
requiere una capacidad económica muy superior a la mayor parte
53
152
Muchos de los locales de “Banca”, más que entidades financieras,
son casas de lotería.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
de los hogares, es clara su vinculación con la entrada de remesas.
El motoconcho (transporte remunerado de viajeros en motocicleta) permite obtener ingresos a bastantes personas. Entre ellas,
algunos jóvenes procedentes de familias receptores de remesas que
no encuentran trabajo en otras actividades. Una investigadora que
ha seguido las transformaciones de Vicente Noble desde finales
de los ochenta nos comentó que la potencia y juventud del parque de motocicletas es mayor allí que en muchos otros lugares de
la República Dominicana.54
Tanto los locales que suministran materiales de construcción como los de venta de muebles y electrodomésticos representan el 3% del total. Unos y otros están relacionados con la construcción y la necesidad de equipar las nuevas casas. Con una frecuencia menor se ven otros negocios que también pueden estar
directamente relacionados con la migración. Entre ellos, los locales de internet que, entre otras cosas, permiten comunicarse con
los residentes en el extranjero, y los dedicados a la actividad inmobiliaria, que venden solares fundamentalmente a emigrantes.
54
Conversación con Gina Gallardo, Santo Domingo, 6-12-06.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
153
154
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EFECTOS EN LA ACTIVIDAD ECONÓMICA Y EL EMPLEO*
La llegada de remesas ha incidido de forma importante sobre las actividades económicas que se realizan en Vicente Noble.
Empezaremos por referirnos a la agricultura.
Diversos indicadores muestran que en el municipio de Vicente Noble hubo un apreciable crecimiento agrícola antes del
inicio del proceso migratorio.
Se pone de manifiesto que se incrementó mucho el área
cultivada entre 1950 y 1971 (fundamentalmente en los años sesenta); pasó de 20.571 tareas, sin considerar pastos cultivados ni
superficie en descanso, a 35.866 tareas.
También hay que destacar el aumento del porcentaje de
tierra cultivada con productos de duración inferior a un año. Los
cultivos temporales pasaron de representar el 15,8% del área total cultivada (con cultivos temporales y permanentes) en 1950 al
41,4% en 1971.
En cambio, en la actualidad una proporción abrumadora
de la superficie agrícola de Vicente Noble (sin considerar la de
Canoa, Fondo Negro ni Quita Coraza) está cultivada con cultivos
permanentes; mayoritariamente con plátano y guineo.
Entre las causas de la reducción de la superficie sembrada
con productos temporales se menciona la extensión de la plaga de
*
Capítulo escrito por Gonzalo Ramírez de Haro.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
155
Cuadro 14
Evolución del uso de la tierra en Vicente Noble entre
1950 y 1971
1.- Cultivos temporales
2.- Cultivos permanentes
Total temporales y permanentes
3.- En descanso
4.- Pastos naturales y cultivados
Total parcial (1 + 2 + 3 + 4)
5.- Montes y bosques
6.- Otros terrenos cultivables
7.- Superficie improductiva
TOTAL
En tareas
1950 1960 1971
En porcentaje
1950 1960 1971
3245
17326
20571
1302
2339
24212
2195
808
696
27911
15,8 26,8 41,4
84,2 73,2 58,6
100,0 100,0 100,0
4964
13558
18522
13839
2470
34831
5743
0
nd
40574
14856
21010
35866
5812
910*
42588
nd
nd
nd
nd
En el censo de 1971 sólo se proporciona información sobre los pastos cultivados.
Fuente: Oficina Nacional de Estadística, Censos agropecuarios de 1950, 1960 y 1971.
*
156
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
mosquita blanca, que afectó, entre otros, al cultivo del tomate.55
Éste había sido introducido unas décadas antes por un agricultor
japonés que se asentó en Vicente Noble. Al necesitar más cuidados que el cultivo de plátano, su extensión supuso un aumento de
la demanda de trabajo agrícola. Los propietarios agrícolas contrataban a bastantes “echadías” (jornaleros rurales). Una agricultora
comentaba que: “aquí no había necesidad de migrar”.56
Es posible que la reducción de la superficie sembrada con
cultivos temporales condujese a un aumento de los problemas de
desempleo de la comarca y que, en ese contexto, las mujeres o
hijas de jornaleros agrícolas desocupados se animasen a migrar al
extranjero.
Pero parece que la relación entre el cambio en el patrón
de cultivo y la migración no es unidireccional. La migración
también ha contribuido al cambio de cultivos. Por una parte,
hogares de los propietarios agrícolas también han pasado a recibir remesas. Es posible que ello les animase a reducir las “fatigas del trabajo” –en expresión de Chayanov (1974)– y a buscar formas de disminuir la intensidad de trabajo en la agricultura. La siembra de plátanos constituye una vía muy apropiada para lograr esto, dado que –tras la etapa de la preparación
del terreno y la plantación– los árboles dan fruto durante
aproximadamente cinco años con requerimientos de trabajo
muy bajos. Además, hay posibilidad de realizar múltiples cortes a lo largo del año, lo que reduce la estacionalidad de la
agricultura.
Por otra parte, la jornaleros que pasaron a recibir remesas
posiblemente estuviesen menos dispuestos a “fajarse” (trabajar
55
56
Con el fin de controlar la plaga de la mosquita blanca, la Secretaría
de Estado de Agricultura prohibió entre 1994 y 1996 el cultivo de
algodón en Enriquillo, municipio de la Provincia de Barahona que
está al sur del espacio regional estudiado (López Reyes, s.a.: 305).
Conversación con Victoria Cena, Vicente Noble, 22-12-06.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
157
duro) en el campo por un salario reducido. Un propietario agrícola señalaba que la migración se vio acompañada de la sustitución de jornaleros dominicanos por haitianos.57 Cabría añadir
que la desconfianza que muchos agricultores sentían hacia los
haitianos pudo llevarles a aumentar la superficie destinada a cultivos permanentes con menores requerimientos de trabajo. De
esa manera, pasaban a tener menos relación con los trabajadores del país vecino.
Se desprende de esto que las remesas, a través de diferentes
vías, han contribuido al tránsito hacia un tipo de agricultura menos intensiva y con menor capacidad de absorber fuerza de trabajo. Hay ciertos indicios de “involución agrícola”.
Lemonier Delafosse narra en su Segunda campaña de Santo
Domingo que en una conversación con un dominicano, al que el
oficial francés increpaba por haber abandonado la agricultura,
éste le respondió: “¡Ah, señor, la crianza aleja la labranza!” (citado
en Castillo, 1984: 209-210). Es posible que este dicho siga siendo pertinente en nuestros días en Vicente Noble. Sin embargo,
no es la crianza de ganado lo que aleja de la labranza, sino otro
tipo de crianza. Por una parte, muchas de las personas de la localidad que emigraron a España trabajan en casa de familia, según
la expresión más utilizada en la localidad, y con frecuencia tienen
que hacerse cargo del cuidado de niños y ancianos. Por otra, hay
personas en Vicente Noble dedicadas a cuidar a hijos y otros parientes cercanos de muchas personas que han salido de la zona.
Serían, por tanto, las exigencias de esa especialización internacional en actividades de cuidado las que habrían alejado a bastantes
personas del cultivo.
57
158
Conversación con B. G., Vicente Noble, 29-12-06.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Empleo
Vicente Noble es uno de los municipios de la República
Dominicana con un menor porcentaje de población de 15 y más
años que trabaja. Esto se puede deber a una baja tasa de actividad
y/o a una reducida tasa de ocupación.58
Si fuese por la existencia de una baja tasa de ocupación (o
lo que es lo mismo de una alta tasa de desempleo) habría motivos para pensar que el reducido porcentaje de población de 15
años y más ocupada constituye un factor de expulsión, una causa de emigración.
Si se debiese más bien a una baja tasa de actividad, habría
que estudiar, a su vez:
a)
b)
58
si ésta es resultado de la existencia de una elevada proporción de personas muy jóvenes y de
edades avanzadas (como consecuencia de la
emigración de personas en franjas de edad intermedias) y/o
si tiene que ver más bien con el escaso esfuerzo de
búsqueda de empleo por parte de la población local no ocupada. En este último caso (sobre todo si
el fenómeno fuese particularmente notorio en el
caso de personas pertenecientes a hogares receptores de remesas) cabría pensar que los envíos procedentes del extranjero permiten vivir sin necesidad
Hay que tener en cuenta que el cociente entre población ocupada
y población de 15 y más se puede expresar de la siguiente manera:
P. Ocupada
P. Activa
P. Ocupada
——————— = ——————— x ———————
P. 15 y más
P. 15 y más
P. Activa
Dado que el primer componente del lado derecho de la igualdad es la
tasa de actividad y el segundo la de ocupación, el porcentaje de población de 15 y más que trabaja equivale al producto de ambas tasas.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
159
de trabajar a un sector de pobladores. El bajo porcentaje de población de 15 y más ocupada sería
en buena medida una consecuencia de la migración (en concreto, de las remesas), más que una
causa de la misma.
Según los datos del censo de 2002, en la zona urbana de
Vicente Noble la tasa de desempleo es elevada, pero no dramáticamente alta. En cambio, la tasa de actividad es impresionantemente baja.
El análisis de las repercusiones de las remesas en Vicente
Noble muestra la existencia de múltiples efectos de diferente
signo. Es indudable que han permitido una mejora de las condiciones materiales de existencia de una buena parte de los pobladores. Sin embargo, no parece que hayan favorecido el desarrollo del tejido productivo local. Al contrario, da la impresión
de que han contribuido a “revertir” una dinámica de cierto “desarrollo endógeno” que se vislumbraba en la comarca en las décadas anteriores al inicio del proceso migratorio. Dicha dinámica estaba relacionada con la intensificación de la agricultura, la
creación de plantas dedicadas a la transformación de productos
agrícolas obtenidos en la zona –trapiches, fábrica para la elaboración de harina de plátano,...– etc.
En los últimos decenios, en cambio, hay muestras de involución agrícola (como indicamos antes), se han cerrado las
plantas de transformación,... Hay una creciente especialización
del municipio en la recepción de remesas y en actividades relacionadas directa o indirectamente con los flujos que llegan: construcción de viviendas, realización de actividades comerciales
orientadas a captar la demanda de las personas receptoras,... Esto
ha contribuido a la generación de algunos puestos de trabajo.
Sin embargo, es dudoso que esta reorientación contribuya significativamente a la expansión de las capacidades productivas
de la población.
160
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Da la impresión de que en Vicente Noble hay síntomas de
“maldición de los recursos”.59 Ello no se debe a la afluencia de
ingresos derivados de la venta de recursos naturales no renovables, sino más bien a los de la “exportación” de mujeres y hombres
a España. Dichos ingresos (de remesas) no parece que se estén
orientando a sentar las bases de procesos de “desarrollo” sostenido. Además, la economía local depende mucho de un recurso
que posiblemente sea más “agotable” de lo que habitualmente se
piensa. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que los hijos de los
emigrantes (criados en el extranjero) tienden a remesar comparativamente menos.
59
Se ha observado este fenómeno en el caso de países ricos en recursos
naturales que, sin embargo, tienen niveles de desarrollo relativo bajos (o medios). Los ingresos derivados de la exportación de esas riquezas se destinan a incrementar los niveles de consumo, más que a
promover la inversión. Los grupos sociales favorecidos, con frecuencia, se acostumbran a la percepción de rentas y adoptan estilos de
consumo suntuarios. Como resultado de todo ello, no se sientan las
bases para un desarrollo sostenido a medio y largo plazo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
161
162
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EFECTOS EN LA ORGANIZACIÓN FAMILIAR*
Durante nuestra estancia en el valle de Neiba mucha gente nos dijo que la migración (protagonizada fundamentalmente
por las mujeres) había provocado la desestructuración de las unidades familiares afectadas y había generado diversas deficiencias en el desarrollo de la personalidad de los hijos que quedaban atrás. Se indicaba, además, que éstos tendían a descuidar
los estudios y meterse en mayor medida en el mundo de las drogas. Este tipo de discurso, que está también presente en una
tesis elaborada por dos psicólogas (Cuevas y Batista, 2005), aparece de forma clara en las siguientes palabras de una persona de
Vicente Noble (entrevistada por Teba Castaño).
Uno no ve tanto lo positivo, lo positivo lo gozan ellos nada más,
los que se han ido, ellos ven su..., ellos gozan su lado positivo,
pero no ven lo negativo, no ven lo negativo, lo negativo lo vemos nosotros los que estamos sentados aquí. (...) Nosotras siempre hablamos de eso, de las casas vacías, de los niños que dejan
aquí, que son niños que, necesitan una educación, que necesitan un seguimiento, que necesitan un cariño, sobre todo, un
cariño maternal y paternal que no lo tienen, y entonces lo que
hacen es que le mandan mucho dinero y con eso lo contentan,
y le prometen que se lo van a llevar, con eso también. Entonces
el tiempo que están aquí esos niños es metidos en drogas, no
quieren estudiar tampoco porque ya se van, a pesar de que,
*
Escrito por Gonzalo Ramírez de Haro.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
163
como te digo, tienen todo el dinero y tienen toda la posibilidad de los mejores estudios, de los mejores colegios, de los
mejores libros, de las mejores cosas, de las mejores ropas porque se la mandan, no estudian, no quieren estudiar, y lo que
hacen es meterse a beber mucho... por aquí, a fumar mucho,
y a andar en grupitos, que le compran pasolas, motores, se
mueven de pueblo en pueblo. 60
Aunque no queremos desconocer la posible importancia
de dichos fenómenos, sí creemos necesario resaltar un factor
fundamental que permite matizar la visión anterior: el hecho
de que en Vicente Noble está muy extendida la matrifocalidad. Esto es, un modelo de familia muy distinto al que es más
habitual en sociedades como la española, donde predominan
las familias nucleares, patrilineales (la filiación se traza por vía
paterna) y con un patrón de residencia patrilocal (las nuevas
parejas tienden a establecerse en el lugar en el que vive la familia del varón).
Tiene sentido detenerse en este punto para explicar en qué
consiste la matrifocalidad, cuál es su origen histórico y qué repercusiones tiene. Para ello nos basaremos sobre todo en un texto
reciente de una antropóloga que lleva décadas trabajando en el
ámbito caribeño sobre este tipo de familia (Safa, 2005).
La matrifocalidad constituye una “forma alternativa de estructura familiar” en la que:
“los lazos son más fuertes con los parientes consanguíneos, especialmente entre una mujer, sus hijos y su parentela femenina.
Las mujeres mayores en el Caribe, más habitualmente que los
hombres, con frecuencia encabezan hogares extensos de tres generaciones” (Safa, 2005: 318).61
60
61
164
Entrevista a M.P., Vicente Noble, enero de 2007.
Las frases del artículo de Safa citadas en este epígrafe han sido
traducidas por el autor del mismo.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Una mujer perteneciente a una de esas unidades “puede tener hijos de diferentes hombres, cada uno de los cuales puede proporcionar algún apoyo” (ibid). A diferencia de lo que ocurre en los
hogares nucleares no depende “exclusivamente de un único proveedor de sustento masculino” (ibid). “Las sociedades matrifocales
se caracterizan por una alta actividad económica femenina (que
conduce a la autonomía femenina), una baja tasa de matrimonio
legal y altas tasas de ilegitimidad y por hogares encabezados por
mujeres.” (ibid: 315).62
Un indicador de la importancia de la matrifocalidad en
Vicente Noble es el hecho de que hay un alto porcentaje de hogares encabezados por mujeres en 2002 (41,3%). Es superior al
promedio de la República Dominicana (35,3%) y al del Distrito
Nacional (38,7%), que a su vez es mayor que el de las demás regiones. Es el sexto municipio del país con una proporción más
elevada y el segundo del valle de Neiba, después de Las Salinas
(54,6%). Dentro del término de Vicente Noble, es menor en el
62
Algunos autores advierten de que la jefatura de hogar femenina
no debe ser confundida con la matrifocalidad. Sin embargo, Safa
(2005: 315) plantea que el porcentaje de dichos hogares “proporciona un indicador estadístico adecuado del grado de matrifocalidad en una sociedad”. En cualquier caso, conviene no perder de vista que el concepto de “jefatura del hogar” está hoy día
en entredicho. Entre otras cosas porque cada vez hay más familias nucleares en las que las aportaciones de los integrantes de la
pareja son similares. También hay que tener en cuenta que cuando se pregunta quién es el jefe de un hogar concreto la respuesta
puede no reflejar la realidad existente. Así, por ejemplo, Safa
realizó una encuesta en 1981 a dominicanas que trabajaban en
el procesamiento de productos para la exportación y se encontró
con que “un 80% de las mujeres casadas o que vivían en uniones
de hecho dijeron que su marido era el cabeza del hogar” (Safa,
2005: 329). Por la ideología de género existente respondían así
incluso cuando los hombres no eran “los principales proveedores” (ibid).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
165
ámbito urbano (38,2%) que en el rural (47% en Fondo Negro y
47,8% en Quita Coraza). En cualquier caso, en la mitad de los
barrios supera el 40%.63
El origen de este tipo de familia con frecuencia se vincula a la
esclavitud y a la herencia africana (Herskovits, 1958). Robertson
(1996) plantea que “la esclavitud debilitó enormemente el vínculo
conyugal, al desincentivar o en algunos casos prohibir el matrimonio entre esclavos, que con frecuencia eran vendidos separadamente, aunque la unidad madre-hijo usualmente se dejaba intacta” (Safa,
2005: 319). Esto hizo que la población afrocaribeña diese prioridad a los lazos consanguíneos sobre los conyugales (ibid: 322). Sin
embargo, es posible que los orígenes remotos de la matrifocalidad
no estén relacionados únicamente con la llegada de población africana. Hay que tener en cuenta también que en la colonización y
repoblación de ciertos lugares del suroeste dominicano los canarios
jugaron un papel crucial y que en sus islas de origen había matrifocalidad.64 En cualquier caso, se trata de un “patrón temprano de
organización familiar que se encuentra entre la población subordinada” del Caribe y de otras partes de América Latina en la época
colonial (Safa, 2005: 317).65
63
64
65
166
Estos datos proceden del censo de 2002. Los hemos obtenido del
CD interactivo de ONAPLAN de 2005.
Hay que tener en cuenta que se trató de una “emigración planificada por la Corona y de carácter eminentemente familiar” (Castellano, 1995: 98), muy distinta a la que se dirigió hacia México, Venezuela y Cuba a partir de mediados del XVIII, “caracterizada no por
un traslado familiar sino individual, compuesta básicamente por la
población masculina y joven, motivada por la crisis del vino” (Castellano y Macías, 1993: 90). Se resalta la importancia de la matrifocalidad en Cefe, “La sociedad canaria”, en http://www.jubilatas.com/
canal/ver.php3?id=1335&articulo_id=10279&desde=60, consultado el 15-6-07.
Sin embargo, es posible que hubiese matrilinealidad en el Caribe antes
de la época colonial. Culín observó en 1902 que pervivían formas de
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Otra causa de matrifocalidad está en el “sistema de matrimonio dual” que existía durante la época colonial en sociedades fuertemente estratificadas (ibid: 316). Dicho sistema consistía en que se
casaban legalmente las personas de igual clase y raza, mientras que
entre desiguales predominaba el concubinato o la unión de hecho
(Smith, 1996, citado en Safa, 2005: 317).
La escasez de mujeres blancas con frecuencia contribuyó a que se
estableciesen relaciones entre un hombre de piel más clara y mayor estatus y una mujer de color de bajo estatus, cuya posición y
descendencia estaba subordinada legal y socialmente a la de su
esposa legal. Esclavas negras y mujeres indígenas a veces salían
favorecidas de esas relaciones, al negociar la libertad tanto para
ellas como para sus hijos así como una posición económica más
segura. (Safa, 2005: 317).
Sin embargo, con el tiempo las uniones de hecho pasaron
a establecerse entre personas pertenecientes a un mismo estrato
y llegaron a considerarse “un fenómeno típico de la clase baja”
(ibid: 322-323). Así, “las uniones de hecho se encuentran ahora predominantemente entre personas de igual estatus más que
en las uniones inter-clase e inter-raza habituales en la época colonial” (ibid: 322). Más recientemente, la matrifocalidad se ha
visto favorecida por otros factores:
a)
La pobreza, los bajos salarios y el desempleo masivo erosionaron el papel de los hombres como proveedores económicos
herencia por vía materna en algunos poblados de Cuba (Lourdes D.
Domínguez, “La mujer aborigen del siglo XVI en el Caribe (II)”, en
ht t p: //www. c ari benet . i nf o/pensare_ 0 5 _ domi nguez
_mujer_aborigen2.asp?l=, consultado el 15-6-07). Entre los wayúu,
un grupo indígena de la región de la Guajira (que abarca territorios
situados en Colombia y en Venezuela), hay familias extensas integradas
por varias “unidades domésticas emparentadas por línea materna, dentro de las cuales el tío materno más viejo y la abuela desempeñan el
papel preponderante” (Amarís y Cepeda, 2005: 135).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
167
b)
c)
66
168
(ibid: 322). Además, ciertos cambios en el peso de los diferentes sectores productivos han incrementado las oportunidades de empleo de las mujeres. Así, en las últimas
décadas del siglo XX se redujo considerablemente la dependencia de la economía dominicana respecto de la producción azucarera de exportación (que da empleo sobre
todo a varones), al tiempo que aumentó la importancia
del turismo y de las actividades de procesamiento en las
zonas francas (ibid: 323). Estos cambios han contribuido
al crecimiento del empleo femenino (ibid: 329), lo que a
su vez ha permitido una mayor autonomía personal de las
mujeres. Como resultado de todo ello, ha subido la proporción de hogares encabezados por mujeres (ibid: 332).
Los cambios en la legislación relativa al divorcio han permitido que las mujeres dominicanas tengan más posibilidad de desvincularse de relaciones no satisfactorias (ibid:
323). En la República Dominicana hay una alta tasa de
divorcio (ibid: 330). Con frecuencia, después de la ruptura las mujeres prefieren no volver a casarse, lo que favorece el aumento de los hogares con jefatura femenina.
La emigración. En algunas islas del Caribe aumentó el número de hogares encabezados por mujeres como resultado
de una fuerte emigración masculina. Ocurrió por ejemplo
en Barbados, por la salida de trabajadores para la construcción del canal de Panamá en 1921 (Safa, 2005: 320). Parece
lógico que la migración duradera de los hombres favorezca la
constitución de hogares matrifocales en las comunidades de
origen.66 Sin embargo, en el caso de Vicente Noble la migración no ha sido protagonizada fundamentalmente por varones sino por mujeres. Cabe preguntarse si un flujo como éste
Harris (1987: 294) señala que el origen de la matrilocalidad está
relacionado con las ausencias de los hombres de la aldea para participar en “expediciones a larga distancia que pueden durar varios
meses”, vinculadas a la guerra, la caza o el comercio.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
ha podido contribuir al aumento de la matrifocalidad. A título de hipótesis, nos atrevemos a responder de forma afirmativa (porque, como veremos más adelante, las emigrantes
han pasado a ser sustentadoras económicas y tienden a remesar en mayor medida a madres y hermanas).
Después de haber señalado algunas de las causas de la elevada proporción de hogares matrifocales existente en la República Dominicana (y, más en particular, en Vicente Noble), tiene
sentido hacer algunas consideraciones sobre este fenómeno.
En primer lugar, nos referiremos a algunas de las críticas
más rotundas contra esta forma de organización doméstica. Desde el modelo de familia nuclear y patrilineal predominante en
el mundo occidental se ha tendido a satanizar la matrifocalidad.
Ésta se considera aberrante o patológica (Harris, 1987: 268).
Se asocia con la desorganización en el ámbito familiar y, en ocasiones, con uniones de hecho de carácter inestable, en las que
hay promiscuidad sexual (Safa, 2005: 316, 322 y 332).67 En esa
línea, se ha escrito mucho sobre los efectos negativos, derivados
de la falta de la figura paterna, en la crianza de los hijos.68 Diversos estudios plantean que los hijos de los hogares monoparentales tendrían peores resultados escolares y más dificultades para
el desarrollo de su personalidad.69 Cabría pensar que la carencia
afectiva sería aún mayor cuando la mujer migra y deja a sus
67
68
69
Conviene no perder de vista que “el orden hegemónico patriarcal sigue viendo el matrimonio y la familia nuclear, centrada en el lazo
conyugal, como la única estructura familiar viable” (Safa, 2005: 316).
Por ejemplo, Moynihan, autor de un informe de mediados de los
sesenta sobre las familias negras estadounidenses, resalta que: “Los
varones adultos entran y salen de estas unidades domésticas, con
lo que los jóvenes negros crecen sin la ayuda e inspiración de una
figura masculina estable que tenga un empleo fijo y proporciones
bienestar y seguridad a su esposa e hijos.” (Harris, 1987: 402).
Portes (2000: 52-53) resume los resultados de algunos de esos estudios.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
169
hijos a cargo de su madre (la abuela de éstos) o de alguna hermana (tía de los niños).
La perspectiva de que los hijos se críen con una persona
distinta a la madre biológica es considerada aberrante en una
sociedad como la nuestra. Sin embargo, este fenómeno es relativamente frecuente en el mundo caribeño. Personas distintas
a la madre y el padre biológicos pueden convertirse en figuras
cruciales en la medida en que asuman las labores de crianza.70
Da la impresión de que lo fundamental es que estas personas
en la práctica proporcionen atención y cariño a los niños, aunque no necesariamente tengan un vínculo genético con éstos.
En definitiva, tiene sentido distanciarse de las visiones que
asocian la matrifocalidad con el caos y la quiebra de la institución familiar, cuando en realidad se trata tan sólo de una forma
distinta de organizar la familia. En esta línea Harris (1987: 269)
plantea que “no hay nada que pruebe que tales unidades domésticas sean inherentemente más patológicas, inestables o contrarias a la ‘naturaleza humana’ que la familia nuclear.”
En segundo lugar, interesa considerar la relación de la matrifocalidad con la pobreza. El Subsecretario de Trabajo de Estados Unidos planteaba a mediados de los sesenta en un informe
(Moynihan, 1965) que era la “principal causa de la pobreza entre los negros” de ese país (Harris, 1987: 402).
Sin embargo, para Harris la matrifocalidad no es tanto
una causa de pobreza como una “respuesta adaptativa” a la
misma (ibid: 402).71 Este autor señala una serie de condicio70
71
170
Comunicación personal del Dr. Manuel Lobato Vico (Madrid, 71-07). Este buen conocedor del mundo caribeño considera que la
crianza de los hijos constituye un elemento clave en torno al que
se configura la familia. Allí es frecuente que varias personas, distintas de los padres o abuelos biológicos, ejerzan el papel de figuras parentales a lo largo de la vida del niño.
En la República Dominicana, durante la crisis de los años ochenta
(en la que se incrementó la pobreza), aumentó la proporción de
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
nes que favorecerían la difusión de esta forma de organización
doméstica:
1
2
3
4
ni los hombres ni las mujeres tienen acceso a los recursos estratégicos;
es decir, no poseen ninguna propiedad importante;
hay trabajos asalariados asequibles a ambos;
las mujeres ganan tanto o más que los varones, y
los salarios de éstos no alcanzan para mantener una esposa e hijos
dependientes. (Harris, 1987: 403).
En el caso de Vicente Noble, en el contexto de elevada pobreza y falta de empleo de los años ochenta y primeros noventa,
muchas unidades domésticas optaron por desplazar a determinadas integrantes de las mismas al extranjero, como estrategia de supervivencia.72 Una vez asentadas en España, pasaron a darse en mayor medida las condiciones señaladas por Harris para la extensión
de la matrifocalidad. Así, las mujeres, gracias a la migración, tenían
posibilidad de acceder al trabajo asalariado y de obtener salarios
72
hogares encabezados por mujeres, que pasó de 21,7% en 1981 a
29,1% en 1991 (Safa, 2005: 329). En realidad, durante la década siguiente, en la que las condiciones económicas pasaron a ser
sustancialmente mejores, el porcentaje siguió creciendo. Así, había un 35,3% de hogares con jefatura femenina en 2002 (según
los datos, procedentes del censo de dicho año, que aparecen en el
CD interactivo de ONAPLAN de 2005).
Sorensen (2004: 94-97) describe varias experiencias migratorias
de mujeres del suroeste que se iniciaron como resultado de una
deliberación familiar (en la que participaban todos sus integrantes). Ello muestra que en ocasiones la decisión de migrar no se
toma de forma individual. Tampoco lo fue en el caso de muchas
mujeres que formaban parte de familias no matrifocales. Gregorio
(1998: 117) señala que muchos hombres vieron con buenos ojos
la emigración de sus esposas como una manera de obtener ingresos económicos. Algunas mujeres emigrantes le dijeron “que fueron sus esposos los que las convencieron para que emigrasen” (ibid).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
171
muy superiores a los de los varones no emigrantes. Además, para
éstos era difícil acceder a algún puesto de trabajo estable en la zona
y, en caso de conseguirlo, recibían por lo general un salario bajo.
Por ello, afrontaban muchos problemas para cumplir adecuadamente la función de dar sustento económico al hogar. Parece que
esas circunstancias resultaron favorables para que algunas mujeres
emigrantes pasasen a liderar unidades matrifocales trasnacionales.
Además, con el tiempo las remesas fueron llegando en mayor
medida a las madres y hermanas, en lugar de a los maridos (García y
Paiewonsky, 2006: 53). Las mujeres receptoras pasaban de esa manera
a depender menos de los varones. Posiblemente, esa mayor autonomía
les otorgase más grados de libertad para organizar sus hogares de acuerdo con las pautas de la matrifocalidad. De esta forma, las emigrantes
pasaban a convertirse en puntas de lanza de un proyecto emancipador.
A través de sus envíos de dinero y otros bienes, juegan un papel crucial
en el sostenimiento de familias extensas matrifocales en la comunidad
de origen. Aunque no disponemos de información sobre el porcentaje
de hogares encabezados por mujeres antes del inicio del proceso migratorio, parece probable que dicha proporción se haya incrementado
durante las dos últimas décadas (hasta alcanzar un nivel muy alto en el
censo de 2002, como se señaló anteriormente).
En cambio, sí podemos estudiar con más detenimiento las
posibles conexiones entre esa y otras variables en dicho año. En el
siguiente gráfico aparecen los barrios de Vicente Noble, ordenados
según el porcentaje de hogares encabezados por mujeres. A medida que desplazamos la mirada hacia la parte derecha observamos
que aumenta, en general, el porcentaje de receptores de remesas
(representado en las columnas). Esto pone de manifiesto que existe
relación entre ambas variables.
En el gráfico 12 figura la proporción de hogares pobres de
cada uno de los barrios, además de los porcentajes considerados
anteriormente. Hay líneas que unen los puntos correspondientes a
los diferentes barrios. Se puede observar que a medida que aumenta la participación de los hogares encabezados por mujeres (ligada a
172
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
la recepción de remesas), la pobreza tiende a ser menor, a pesar de
que encontramos diversas excepciones (la más llamativa es la del
Barrio Nuevo). En cualquier caso, el gráfico posiblemente proporcione cierto apoyo a la argumentación presentada anteriormente:
Las remesas contribuyen al aumento de las familias extensas
matrifocales y, a su vez, los envíos realizados por las personas residentes en el extranjero son cruciales para sustentar dichos hogares. Parece que la estrategia de favorecer la emigración de ciertos integrantes
de la unidad doméstica, acompañada de una forma de organización
familiar basada en los vínculos entre mujeres, ha sido eficaz no sólo
para sobrevivir sino también para superar la pobreza.73
Un tercer punto a considerar, ya apuntado anteriormente, es el hecho de que la matrifocalidad constituye una vía para
escapar de un sistema de relaciones de género, dominado por
actitudes fuertemente machistas, en el que son frecuentes los
abandonos así como las situaciones de explotación por parte de
los varones (Safa, 2005: 334).74 En cambio, la ideología de gé73
74
La proporción de hogares encabezados por mujeres en la zona urbana
de Vicente Noble es mayor entre los indigentes (46,5%) que entre
los pobres (40,3%) y en éstos supera a su vez a la de los “no pobres”
(32,5%). Esta relación también se observa en otras partes del país
(por ejemplo, en el Distrito Nacional). Es posible que la llegada de
remesas a la localidad esté revirtiendo esa conexión entre matrifocalidad y pobreza. Cuando en Vicente Noble se desciende al nivel de los
barrios se observa que en aquellos en los que ésta afecta a una menor
proporción de familias, hay mayor porcentaje de hogares encabezados
por mujeres. Duarte y Tejada (1995) señalan que estos hogares en la
República Dominicana reciben transferencias realizadas por otros integrantes de la familia (entre las que se incluyen las remesas). Ello
permitiría compensar en parte el hecho de que las mujeres tienen
salarios más bajos que los hombres y una tasa de desempleo mucho
mayor. Como resultado de ello, el nivel de ingreso familiar sería casi
igual al de los hogares encabezados por varones (Safa, 2005: 330).
Es ilustrativa en este sentido la descripción de las relaciones de género
en zonas rurales del suroeste que realiza Carmen Gregorio (1998).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
173
Gráfico 11
Porcentajes de hogares receptores de remesas y con jefatura
femenina, por barrios de Vicente Noble, en 2002
NOTA: Los barrios, por orden alfabético son: Barrio Galíndez (BG),
Barrio Nuevo (BN), Batey Paja (BP), Barrio Viejo (BV), Centro Hermoso (CH), Centro del Pueblo (CP), Las Auyamas (LA), La Cuarenta
(LC), Los Mosquitos (LC), La Puerca (LP), Pueblo Arriba (PA) y Placer
Bonito (PB). “Tot” se refiere al conjunto de todos ellos; esto es, a la zona
urbana de Vicente Noble.
FUENTE: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
174
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 12
Porcentajes de hogares pobres, receptores de remesas y con
jefatura femenina, por barrios de Vicente Noble, en 2002
FUENTE: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
175
nero que acompaña a la matrifocalidad hace hincapié en la capacidad que tienen las mujeres de salir adelante, “en cooperación con su parentela femenina”, sin necesidad de depender del
apoyo de los hombres (Safa, 2005: 333). Además, los lazos consanguíneos se ven como duraderos “en comparación con la naturaleza frecuentemente transitoria del vínculo conyugal” (ibid).
Dicha ideología “difiere sustancialmente del énfasis de la clase
media en el vínculo conyugal y en el sustentador masculino”
(Safa, 2005: 333).
En cuarto lugar, esa ideología favorece un aumento de la
actividad laboral femenina, así como una mayor iniciativa en el
ámbito económico. Como se ha señalado en un apartado anterior
de este informe, algunas mujeres emigrantes han estimulado que
sus familiares abran colmados, tiendas de ropa, peluquerías y otros
establecimientos. Se trata de actividades de servicios diferentes a
aquellas que los varones acostumbraban a realizar. El hecho de
que las mujeres pasen a tener un papel más importante como
actrices económicas y se conviertan también en agentes de cambio social (a través de la difusión de valores diferentes relacionados con la fecundidad o la organización de la familia, etc.) constituye un aspecto crucial del “desarrollo”, desde la perspectiva de
teóricos tan influyentes como Amartya Sen (1999: 203).
176
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EFECTOS
SOBRE LA DESIGUALDAD Y LA ORGANIZACIÓN
COMUNAL*
En este capítulo estudiaremos primero en qué medida la
emigración genera desigualdad económica en Vicente Noble, para
analizar después las diferencias sociales y los cambios en la organización de la comunidad.
Incidencia sobre la distribución de la renta
El impacto de las remesas sobre la distribución de la renta
depende, al menos, de tres variables:
a)
b)
El porcentaje de hogares receptores. Cuanto menor sea,
la tendencia de las remesas a generar desigualdad entre
perceptores y no perceptores será mayor (si no se consideran otras variables).
La distribución de las remesas entre los hogares perceptores.
Prácticamente la mitad (en concreto, el 49,8%) de los hogares receptores de remesas situados en la zona urbana de Vicente Noble recibía al menos 2.000 pesos. Esta cifra era bastante
próxima al importe de la remesa promedio que llegaba a la localidad (1992,6 pesos, si se excluyen los 5 hogares que recibían 15.000
o más). Sin embargo, había diferencias considerables entre unos
*
Capítulo escrito por Gonzalo Ramírez de Haro y Teba Castaño.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
177
Gráfico 13
Hogares receptores de remesas, según la cuantía de éstas,
en diferentes barrios de Vicente Noble en 2002
NOTA: Los barrios, por orden alfabético son: Barrio Galíndez (BG), Barrio
Nuevo (BN), Batey Paja (BP), Barrio Viejo (BV), Centro Hermoso (CH),
Centro del Pueblo (CP), Las Auyamas (LA), La Cuarenta (LC), Los Mosquitos (LC), La Puerca (LP), Pueblo Arriba (PA) y Placer Bonito (PB).
FUENTE: ONE, Censo 2002 República Dominicana (a nivel nacional).
CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
178
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 14
Cuantía de las remesas y pobreza en diferentes
barrios de Vicente Noble en 2002
NOTA: Los barrios, por orden alfabético son: Barrio Galíndez (BG), Barrio
Nuevo (BN), Batey Paja (BP), Barrio Viejo (BV), Centro Hermoso (CH),
Centro del Pueblo (CP), Las Auyamas (LA), La Cuarenta (LC), Los Mosquitos (LC), La Puerca (LP), Pueblo Arriba (PA) y Placer Bonito (PB). “Tot” se
refiere al conjunto de todos ellos; esto es, a la zona urbana de Vicente Noble.
FUENTE: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
179
barrios y otros en cuanto a la proporción de hogares que recibían
más de esa cantidad. Oscilaba entre el 37,9% en Los Mosquitos
y el 64,3% en Barrio Nuevo. Con la excepción del primero de los
barrios citados, se observa una cierta relación inversa entre el porcentaje de hogares que recibía 2.000 pesos dominicanos o más y
el de los que estaban en situación de pobreza. Así, el barrio de La
Cuarenta, que tiene manifestaciones claras de “marginalidad” y
los mayores niveles de pobreza, es el segundo con una menor proporción de hogares que recibe 2.000 o más pesos. En el otro extremo, el barrio en que esta proporción es más elevada (Barrio
Nuevo) tiene los menores niveles de pobreza.
Combinando las dos variables mencionadas hasta el momento hay posibilidad de calcular la desigualdad en el flujo de
remesas que llega a la localidad. En el gráfico 15 se presenta la
curva de Lorenz resultante para la zona urbana de Vicente
Noble. El índice de Gini correspondiente es muy elevado: 0,81.
Se puede percibir en el gráfico que el porcentaje de hogares
no receptores influyó más en el nivel de desigualdad que la
distribución entre los hogares receptores. De hecho, la primera variable da cuenta del 85,6% de la desigualdad (medida
por el índice de Gini), mientras que la segunda es responsable
del 14,4% restante.
En cualquier caso, para considerar la incidencia de las remesas en la desigualdad es necesario tener en cuenta una tercera
variable:
c)
El nivel de ingresos de los hogares receptores en comparación con el de los que no tienen esa fuente de ingreso. Si
los hogares más “pobres” son los que reciben comparativamente más, los flujos tendrán un efecto redistributivo.
Sin embargo, en la zona urbana de Vicente Noble estos fondos
apenas llegan a los indigentes y se dirigen en mayor medida a quienes
no están en situación de pobreza (51,8% de los perceptores).
180
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Gráfico 15
Curva de Lorenz referida a la llegada de remesas
a la zona urbana de Vicente Noble en 2002
FUENTE: ONE, Censo 2002 República Dominicana (a nivel nacional).
CD interactivo, Santo Domingo. Elaboración propia.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
181
Gráfico 16
Relación entre el nivel de pobreza y la recepción (o no)
de remesas en los hogares de la zona urbana
de Vicente Noble en 2002
FUENTE: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, ONAPLAN, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
182
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Además hay que tener en cuenta dos elementos adicionales:
1.-
2.-
La proporción de hogares receptores de remesas tiende a
ser menor, con algunas excepciones, en los barrios pobres
que en los ricos. Así, en La Cuarenta sólo llegan al 18,4%
de los hogares, mientras que en el Centro del Pueblo el
porcentaje se eleva hasta el 33,9% (por encima del promedio de la zona urbana de Vicente Noble, que es
31,3%). Hay, sin embargo, tres excepciones: por una
parte, el segundo y el tercer barrio con mayor proporción de hogares pobres, tienen porcentajes altos de receptores de remesas (36,1% en La Puerca y 43,2% en
Barrio Galíndez, respectivamente); por otra, el barrio
con menores niveles de pobreza (Barrio Nuevo) tiene
un proporción de perceptores (20,9%) muy inferior al
promedio. Sin embargo, también se observa que en los
barrios pobres las remesas llegan en mayor medida a
hogares pobres. Así, por ejemplo, el 73,7% de los hogares receptores de La Cuarenta estaban en situación
de pobreza, mientras que en Barrio Nuevo ésta sólo afectaba al 13,8% (y en el Centro del Pueblo, el segundo
barrio menos pobre, al 30,7%). El gráfico 17 muestra
la existencia de una relación clara entre el nivel de pobreza del barrio y el porcentaje de hogares receptores pobres
(en todos los casos, unos puntos inferior).
Además, como ya se ha indicado, los barrios más pobres
suelen recibir una mayor proporción de envíos de una
cuantía comparativamente menor (con algunas excepciones de nuevo).
Del análisis anterior se desprende que hay una desigualdad
considerable en el flujo de remesas porque muchos hogares no
reciben envíos y la cuantía de éstos varía sustancialmente. Además, estos flujos apenas llegan a los indigentes y se dirigen en mayor
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
183
Gráfico 17
Porcentaje de hogares receptores de remesas en situación
de pobreza, por barrios de Vicente Noble, en 2002
FUENTE: ONAPLAN, Focalización de la pobreza en la República Dominicana 2005, Santo Domingo, 2005, CD interactivo.
184
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
medida a quienes no están en situación de pobreza (51,8%). Como
resultado de todo esto hay razones para pensar que, en este momento, las remesas no están contribuyendo a mejorar la distribución de la renta, sino que posiblemente estén aumentando (más
que en el pasado) las diferencias económicas y sociales existentes.
Diferencias sociales y organización comunal
En Vicente Noble, al igual que en otros lugares de América
Latina (Kleinubing, 2004: 149), las diferencias de estatus antes
de la migración internacional estaban relacionadas en buena medida con el grado de acceso a la propiedad de la tierra. En el
contexto actual han surgido nuevos elementos de diferenciación
social directamente relacionados con la migración (ibid). Uno de
ellos es disponer de una casa de bloque de cemento (block), que
tenga diseños distintos a los que se utilizaban en la localidad hasta
hace unas décadas, además de materiales más costosos. Para la
inmensa mayoría de las familias que no reciben remesas resulta
muy difícil (por no decir prácticamente imposible) conseguir una
vivienda de esas características o adquirir ciertos bienes de consumo (yipetas, etc.). Ello genera entre sus integrantes una sensación
de “privación social relativa” (Kleinubing, 2004: 150).
En este contexto de aumento de la desigualdad entre los hogares que reciben remesas y los que no, algunos cuestionan la actitud
dependiente de los primeros:
Se llega a esperar que llegue el dinero y ni siquiera hacen el esfuerzo
de buscar qué hacer, por ejemplo, yo puedo vivir de las remesas, yo
puedo sentarme en la casa y esperar a que mi hermana me mande,
mi cuñao me mande, mi otra hermana, mi hermano de Puerto Rico,
pero eso no es, eso no es así”.
También ha surgido un discurso crítico hacia quienes envían las remesas. Se atribuye a los llamados “españoles” un cierto
talante arrogante y un afán de ostentación. Por ejemplo, una
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
185
persona de la localidad comenta que: “Se compran las yipetas para
lujear”.72 Se cuestiona, además, su despreocupación por los asuntos internos de la comunidad:
Se construyen su casa, se hacen una verja bien alta, se meten
con su yipeta con sus vidrios ahumados, entran para su casa y
ni el del frente lo miran, ni un pan nada le dan a un niño, ni a
un anciano ni a una gente, no le dan nada (...) Así viven su vida
hasta que llega el día de volverse a ir. No se preocupan por
decir, por acordarse de alguna familia que lo necesite. Tampoco
de enrolarse en algún grupo a ver qué falta, como está el desarrollo del pueblo, cómo está esto, nada, nada, ni en la política,
no se meten en nada, ni siquiera van votar, el día que hay que
votar que muchos están aquí, españoles, de esos que..., nosotros
le llamamos españoles, ni siquiera van a votar por una persona
para ver que el pueblo tenga una buena persona que lo dirija.
Ya no votan, no votan ninguno, ya ellos son españoles y ya no
tienen que votar aquí”.75
Las demostraciones de pujanza adquisitiva que hacen los
emigrantes durante sus visitas ocasionales a Vicente Noble con
frecuencia impresionan a los lugareños. Éstos tienden a comparar, en términos fundamentalmente económicos, su trayectoria
personal con la que podrían tener (o habrían podido lograr) si
migrasen (o hubiesen emigrado) al extranjero. Como resultado
de ello, se extiende la creencia, entre los no emigrantes, de que
marcharse fuera del país es la mejor manera de aumentar sus ingresos y mejorar su posición social (Kleinubing, 2004: 150).
Así, la mayoría de los niños que estudian secundaria en Vicente Noble se plantean migrar al extranjero. Ninna Sorensen organizó
en 1998 un grupo de discusión con diez adolescentes que estudiaban en el Liceo y quedó impresionada por el hecho de que sólo uno
de ellos imaginaba que permanecería en la República Dominicana
después de titularse. El resto tenía la expectativa de “irse a otro sitio”,
bien porque fuesen reclamados por sus padres o bien por propia
75
186
Entrevista de Teba Castaño a M.P., Vicente Noble, enero de 2007.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
iniciativa (Sorensen, 2004: 104-105). “Su sentido de lo que significa
desarrollarse comporta irse a otra parte.” (ibid: 104).
Por tanto, al igual que en otras zonas con altos niveles de
migración, hay un “ambiente sociocultural de valoración del proceso [migratorio]”, al que Kleinubing denomina “síndrome migratorio” (2004: 150).
Otro efecto de la salida de personas hacia el extranjero ha
sido el debilitamiento del tejido asociativo existente en la localidad. Existe la percepción de que el número de organizaciones es
cada vez menor. “La gente se va y se desintegran los grupos”.76
Además, ha decaído el nivel de actividad de algunos de
los que persisten, como el club de madres. En los años setenta
inauguró un centro de atención a niños y personas dependientes, gestionado por una congregación religiosa, e impulsó otras
acciones (relacionadas con la formación, la mejora de las viviendas,...).77 Sin embargo, posteriormente se redujo el dinamismo de esta agrupación. La principal causa de ello, en opinión de varias directivas, fue el proceso migratorio, que dio
lugar, entre otras cosas, a una disminución considerable del
número de integrantes.
El objetivo del club de madres era que las hijas fueran tomando
el lugar de las madres, pero no fue así, las hijas se fueron. (...).
Entonces qué pasó, cuando comenzó que se abrió esa puerta, esa
de, de, de ese camino, para ellas emigrar, hicieron toditas así
76
77
Entrevista de Teba Castaño a M.P., Vicente Noble, enero de 2007.
Además, mujeres procedentes del club de madres constituyeron
un grupo, vinculado al Movimiento para la Promoción de la Mujer del Sur (PROMUS), que llevó a cabo un programa maternoinfantil para enfrentar el acuciante problema de desnutrición que
existía en el municipio. Formaron a cuatro promotoras de nutrición que se dispersaban por los distintos sectores y atendían a la
población. Cada una de ellas se hizo cargo de un grupo de mujeres
con el que se reunía cada semana.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
187
(buff), de 20 a 35 años que así se fueron. Entonces el club de
madres, ¿va a ser de vejez? Ni de niños, es decir, eh... las que se
han quedado son pero muy pocas.78
Además, entre quienes optaron por marcharse al extranjero había personas decisivas, con capacidad de liderar los procesos asociativos o de dirigir movimientos sociales.79 Para muchos autores esta pérdida de energía y talento constituye uno de
los mayores impactos negativos de la diáspora sobre las comunidades de origen.
78
79
188
Entrevista de Teba Castaño a D.C. Vicente Noble, enero de 2007.
“Aunque yo era una de las jóvenes luchadoras del pueblo tuve que
salir. (...) Aquí yo ya no podía estudiar ni nada. (...) Uno veía que
no tenía salida” (entrevista de Teba Castaño a M.P., Vicente Noble, enero de 2007).
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
EFECTOS SOBRE LAS IDENTIDADES*
Después de varias décadas de posicionamientos ultranacionalistas auspiciados por Trujillo y luego por Balaguer,80 el concepto de ser dominicano ha entrado en una nueva arena de debate al
hilo de los cambios que se están produciendo en la sociedad y a
resultas de las aportaciones que la opinión pública está haciendo
al discurso identitario. Aquellos predicamentos no han desaparecido pero la propia dinámica de la sociedad con una creciente
proporción de migrantes,81 está activando el contacto con diferentes realidades y percepciones y apuesta por una nación más
dialogante y abierta, más consciente y tolerante con su diversidad. Se impone así el derribo de los prejuicios con que todavía se
defiende la exclusión o la marginalidad de quienes no son dominicanos de pura cepa.
El llamado “sur profundo”, y el valle de Neiba en particular, tiene una posición fronteriza con Haití y es uno de los principales núcleos emisores de la diáspora dominicana. Esta región
*
80
81
Este capítulo ha sido escrito por Teresa Cañedo-Argüelles. Es una
versión abreviada del texto “La emoción de ser dominicano... con
una identidad sin fracturas” que presentó en el XI Congreso Dominicano de Historia, que se celebró en Santo Domingo, los días
19, 20 y 21 de octubre de 2007.
Esta cuestión fue ya tratada en Cañedo-Argüelles (2006).
Inmigrantes, sobre todo haitianos y emigrantes dominicanos, sobre todo a Estados Unidos y a España.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
189
constituye un escenario propicio para el desarrollo de las relaciones interculturales y para la reformulación de una dominicanidad sin fracturas.
Antes de analizar las transformaciones que se están experimentando en las identidades, mostraremos algunas opiniones de
personas del valle de Neiba acerca de lo que ellas consideran que
es su identidad:
Nosotros nos sentimos orgullosos de ser dominicanos. Un dominicano es una persona orgullosa de su país. Es un país lindo, bello, hermoso. Y las personas te acogen, te dan ayuda,
siempre tienes a un vecino que te tiende la mano cuando la
necesita. La hospitalidad, la solidaridad. Eso es ser dominicano. Es algo lindo ser dominicano. Cuando yo vivía en España
soñaba con Santo Domingo. Me soñaba con esta calle, tomando una cerveza con mis amigas, bailando merengue. Aquí
en la fiesta se divierte todo el mundo. Los dominicanos somos
como muy ricos, muy saboreados, muy chéveres. 82 El dominicano es una persona amable, acogedora, hospitalaria. El
dominicano es la persona que tiene el corazón más grande del
mundo. Si una persona que llega le brinda a un dominicano
una sonrisa, el dominicano hasta le abre su casa para que viva
y le da oportunidad al que llega sin condiciones. Sí, aquí tenemos todo tipo de nacionalidades con sus identidades pero
¿qué es lo que nos identifica a nosotros? ¡El merengue! Porque
eso es autóctono, nacido aquí.83
La gente no se va de aquí por gusto. Aquí están sus raíces. Cada
vez que vengo le hago un arreglo a mi casa porque al final quiero
volver. Aquello de España no es vida. Sólo trabajo. La vida está
aquí. 84
Todas estas reflexiones son profundamente reales, definen muy
bien el carácter alegre y hospitalario de los dominicanos, su orgullo
82
83
84
190
Entrevista a M.P.G., F.N., M. y otros, Vicente Noble, junio de 2007.
Entrevista a R.A,R., C.M. y otros, Neiba, junio de 2007.
Entrevista a M.V., Vicente Noble, junio de 2007.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
de ser dominicanos y el apego a sus raíces y a la naturaleza hermosa
que les rodea. Su sentimiento patriótico, su coraje para enfrentar los
infortunios y la pobreza. Pero en República Dominicana, un país
pluricultural y pluriétnico donde los haya, estos elementos constituyen sólo una parte de su esencia identitaria. La identidad es mucho
más que eso, hay otra parte –a la que nos referiremos más adelante–
que está siendo construida por los ciudadanos de acuerdo con los
principios de su pluricentrismo cultural, que son fruto, en buena
medida, de los procesos migratorios que se están desarrollando en
todo el país.
Identidad pluricéntrica
Antes de estudiar los efectos de la migración en la redefinición de la identidad tiene sentido explicar cómo las sociedades
llegan a ser pluricéntricas. En su inicio, la identidad cultural implica la presencia de otras culturas que pueden estar fuera o dentro de los límites nacionales y ante las cuales el grupo, como único
centro cultural reconocido, se posiciona tomando conciencia de
su manera de ser peculiar y distinta a los demás. Empieza siendo
una identidad cultural monocéntrica, pero el trasiego demográfico asociado a las invasiones o a los movimientos migratorios, provoca nuevos roces y contactos culturales. Estas circunstancias generan distintos tipos de reacción. En el caso de las invasiones (sean
militares o derivadas de migraciones no deseadas) el grupo invadido tiende a separarse y a diferenciarse del invasor afianzando
una identidad cultural excluyente y basada en contra-referentes.
Por el contrario, si los contactos se han derivado de migraciones
admitidas, la identidad se irá abriendo, será incluyente y los centros identitarios se multiplicarán.
En el caso dominicano la historia viene marcada por la rivalidad frente a los haitianos, y en menor medida frente a los españoles
y los norteamericanos. Todos ellos, especialmente los haitianos, han
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
191
actuado como contra-referentes identitarios de la dominicanidad,
de tal modo que los episodios de defensa del territorio ante la
invasión o intrusión de esos tres pueblos se han erigido en hitos
patrióticos. Cabe destacar entre ellos la Independencia frente a
Haití (1844), la Restauración frente a España (1865), la Revolución Unionista frente a los propósitos anexionistas a Estados Unidos (1873) y el movimiento nacionalista de Américo Lugo frente
a la primera ocupación militar de los norteamericanos (19161924). Estas circunstancias han generado actitudes de rechazo
tendentes a diferenciar la cultura propia de la de los otros y han
propiciado el afianzamiento de una identidad cultural monocéntrica y excluyente que tiene su paradigma en la rivalidad con Haití.
Fruto de ella fue el radicalismo nacionalista, propiciado por Trujillo y el cual todavía mantiene su predicamento en determinados círculos intelectuales y políticos del país.
Pero los contactos pueden producirse también en condiciones pacíficas, como en el caso de las migraciones consentidas. Este
tipo de situaciones son mucho más proclives al diálogo y al intercambio de préstamos culturales y por ello tienden a desdibujar los
perfiles de la identidad autóctona, monocéntrica, es decir, del centro identitario original de la nación. O bien pueden hacer que otras
formas culturales se sumen a este centro original multiplicando los
centros y enriqueciendo la identidad nacional. Es lo que actualmente está empezando a suceder con la diáspora dominicana. Los
contactos y diálogos derivados de los movimientos migratorios
tienen siempre importantes repercusiones culturales y generan nuevas formas de configurar y conceptuar las identidades
nacionales. 85 Aunque la emigración presenta connotaciones
85
192
La UNESCO se ha hecho eco de estas novedades conceptuales
que pueden resumirse en estos diez puntos sobre los que fundamenta sus criterios de valoración cultural: 1. Ninguna cultura
está cerrada sino influenciada por otras culturas y viceversa. 2.
Ninguna cultura es inmutable ni estática. 3. Ninguna cultura es
rígida sino elástica. 4. Ninguna cultura es monolítica sino porosa.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
económicas muy visibles y cuantificables, también afecta a los cambios culturales e identitarios que se producen en el país, ya que
está coadyuvando a la ampliación del concepto de dominicanidad. Los emigrantes cuando se instalan en su residencia de destino, se ven obligados a convivir con gentes de distinta cultura de
quienes reciben préstamos que a su vez transmiten a su entorno
de origen. De este modo contribuyen a la construcción de la nueva dominicanidad, aquella que admite la presencia, no de distintas culturas, sino de distintas identidades dentro de una misma
nación. Ello supone la aceptación de centralidades periféricas formadas por grupos de distintas procedencias con sus rasgos culturales propios es decir, su folklore, sus referentes históricos y heroicos, sus creencias e incluso su lengua, con los cuales sus componentes se identifican ante los otros, sin que por eso tenga ninguno
de ellos que renunciar a ser dominicano en pie de igualdad con
los demás. Serán hispanodominicanos, afro-dominicanos, haitiano-dominicanos, italo-dominicanos, etc...
Ninguna de estas centralidades es estable. Son, por el
contrario, dinámicas y mutantes en su tamaño y en su cualidad. De hecho, la cultura africana está actualmente ganando
espacios de centralidad a raíz de los reconocimientos que han
recibido de la UNESCO algunas de sus expresiones representativas como los cocolos, la cofradía de los congos de Matalosindios y la Ruta de la Esclavitud. En el siguiente testimonio
5. Todas las culturas suscitan cambios y ellas mismas también
cambian. 6. Las culturas intolerantes, excluyentes, explotadoras,
crueles y represivas, no son merecedoras de reconocimiento. 7.
Hay que celebrar las diferencias culturales, intentar aprender de
ellas y no considerarlas extrañas. 8. La diversidad y pluralidad de
las culturas implican beneficios comparables a los de la diversidad biológica. 9. Hay que celebrar la diversidad, pero conservando normas absolutas para poder juzgar lo que es justo. 10. Los
modelos de desarrollo deben prestar atención a las complejidades étnicas y culturales.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
193
de una mujer emigrante de Vicente Noble se reivindica la negritud como elemento de identidad.
Ser dominicano implica partir de una base común, pero no significa que tengamos que ser iguales. Otra gente tienen otros padres
de su patria, otra forma de vestirse o de hablar, otra forma de querer cómo sean las cosas. No tengo nada en contra de los blancos o
de los negros ¿Acaso no tenemos todos la sangre roja? La persona
tiene que ser persona en cualquier parte del mundo y sea cual sea
su nacionalidad. Somos una sola raza humana. Pero si volviera a
nacer, quisiera volver a ser mujer, madre, dominicana y negra.86
Una dominicana residente en Nueva York recuerda
“que todos los que vivimos en el Caribe cargamos el negro detrás
de la oreja”.87
Percepciones sobre los haitianos
La emigración también ha contribuido a un cambio de percepciones sobre los haitianos. Éstos durante mucho tiempo han
sido estigmatizados por razones políticas, culturales, jurídicas o
económicas. La invasión militar del pasado y la actual “invasión
pacífica”, así como sus condiciones de ilegalidad y la pobreza, han
sido utilizados por ciertos sectores para fomentar la animadversión contra este colectivo.
Sin embargo, en el sur son muchas las personas que desmarcan de esa visión. Se trata de una de las regiones del país donde históricamente la población tuvo más relación con los haitianos y donde actualmente vive un mayor número de familias do86
87
194
Entrevista a M.V., Vicente Noble, junio de 2007.
Comentario de Juju, New York, al articulo de Roberto Lebrón
“Política y justicia ¿Y que es lo que quieren?”, en: El Nuevo Diario
digital, 23 de abril, 2007.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
minicanas ligadas a la emigración.88 Allí la visión del haitiano es
muy diferente, pues quienes emigran a otros países son más capaces de entender a los que llegan a la República Dominicana para
hacer tareas similares a las que ellos realizan en el extranjero.
Cuando uno emigra lo que está buscando son posibilidades de vida.
Si los haitianos encuentran aquí esas posibilidades hay que admitirles y apoyarles. Ellos vienen a hacer los trabajos que a nosotros no
nos enorgullece hacer. Ellos trabajan en nuestra casa, en nuestra
caña, en los conucos, en la construcción. ¿Acaso no estamos muchos
de nosotros en España o en Nueva York haciendo lo mismo?89 Aquí
en Vicente Noble sabemos lo que es una emigración y nos comparamos con ellos. Lo mismo que nosotros hemos tenido que emigrar a
España, ellos tienen derecho a venir aquí a trabajar.90
Estas y las reflexiones que se añaden luego sobre el concepto
de ser dominicano, están ya imbuidas de pluralidad y de respeto
hacia la otredad haitiana, y que suponen una clara voluntad de
restañar las fracturas que debilitan a la nación, aunque no siempre
se expresen de manera generalizada:
En la República Dominicana hay gente de distintos países, chinos, italianos, españoles. Ellos ya son dominicanos porque ya su
vida está plantada aquí. Esas son identidades que vienen llegando. Esas nos van transformando.91 La dominicanidad es nuestro
lenguaje. Diferente al español. También nuestra forma de conversar. De ser y de actuar.
88
89
90
91
Según el censo de 2002 los haitianos constituían el colectivo extranjero más numeroso del valle de Neiba. Sin embargo, había tan
sólo 2.302 personas del país vecino (861 en la provincia de Independencia, 630 en la de Bahoruco y 811 en los municipios de la
provincia de Barahona), lo que representaba tan sólo un 0,8% de
la población. Es posible que la población haitiana esté subrepresentada.
Entrevista a M.V., Vicente Noble, junio de 2007.
Entrevista a M.P.G., F.N., M y otros, Vicente Noble, junio de 2007.
Entrevista a C.T.G., Vicente Noble, junio de 2007.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
195
Otra gente que obtenga la nacionalidad dominicana puede ser
dominicana también. Porque esas cosas son adquiribles.93 Contra los haitianos no podemos tener prejuicios porque el dominicano es una mezcla de españoles, africanos, también hay chinos y
libaneses, todos ya ligados.93
Los haitianos viven aquí tranquilos. Vienen a trabajar en la agricultura y en la albañilería y a sobrevivir. Hasta el síndico del
pueblo les está dando trabajo y ya nos hemos acostumbrado a
verlos como hermanos. Con ellos lo que más hay aquí es unión.94
En línea con los testimonios anteriores, algunas de las personas entrevistadas se muestran a favor de olvidar ciertos episodios del pasado:
Los haitianos de ahora no tienen la culpa de lo que hicieron sus antepasados. Nosotros no somos rencorosos. Además existen relaciones comerciales entre los dos países.
Desde aquí se va a Haití a negociar, a comprar. Son comerciantes los que van. Nosotros hacemos frontera con ellos. Se cruza
a pié. Aquí no hay racismo porque de alguna manera estamos
ligados a ellos. Desde antes de la liberación ya hubo liga de familias y esta mezcla la tenemos en la sangre. Aquí los haitianos trabajan, comen, alquilan casas. Un ejemplo de ello es que en el censo
no figuraba ningún haitiano en el barrio de La Cuarenta de Vicente Noble en el que viven personas del país vecino. En cualquier caso, su presencia en el valle es mucho menor que en otras
partes del país.
Aquí estamos acostumbrados a los haitianos porque llevan mucho tiempo entre nosotros. Si usted se va al campo verá que ya el
dominicano y el haitiano comen juntos.
En mi casa comen de lo que yo como. Puede haber diferencias
por ejemplo si el haitiano no es cristiano ni educado. Pero no es
92
93
94
196
Entrevista a R.A.R., C.M. y otros, Neiba, junio de 2007.
Entrevista a M.P.G., F.N., M., y otros, Vicente Noble, junio de 2007.
Ibidem.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
por raza. Hay muchos haitianos que son muy buenos, son servidores, amables y mansos. Si se quiere armonizar la relación con
los haitianos hay que suprimir la historia. Olvidarse de la historia. Tanto aquí como allí.95
Algunos emigrantes también cuestionan la actitud de las autoridades dominicanas hacia los haitianos: “Los haitianos que han
nacido aquí son dominicanos.Son ante todo ‘personas’ y no comprendo la estrechez que han tenido en esto nuestros gobiernos”.96
Percepciones sobre el ámbito de lo político
En términos culturales la “clase política” sigue defendiendo
un monocentrismo cultural y económico excluyente, que deja al
margen a los grupos subalternos, asociados fundamentalmente a
la pobreza, a la haitianidad y a la negrura. Es decir, a quienes el
Estado acoge en condiciones miserables y a aquellos otros a los
que expulsa por no ofrecerles oportunidades para vivir dignamente
dentro del país. Unos y otros –inmigrantes haitianos y emigrantes
dominicanos– sienten que no se han respetado sus derechos básicos como ciudadanos.97
A diario miles de dominicanos diseminados por el mundo se fajan
en la construcción y en la agricultura. La razón es clara, la falta de
una política que proteja al trabajador, que le asegure un salario justo
que le permita vivir dignamente, la falta de protección a la salud de
los trabajadores, la falta de un sistema de pensión que le asegure su
vejez, comentaba un emigrante en un foro de prensa digital.98
95
96
97
98
Entrevista a M. P.G., F.N. y M. y otros, Vicente Noble, junio de
2007 y entrevista a J. F. y M.R.P. Barahona, junio de 2007.
Entrevista a M.V., Vicente Noble, junio de 2007.
Dejamos aquí a un lado el asunto de la ilegalidad, el activismo en pro
de los indocumentados y la injerencia de organizaciones internacionales en demanda del cumplimiento de los derechos humanos.
Comentario de Gracia Reyes, Toronto, Canadá, sobre la nota de
prensa de Johnny Ventura: “Vengo con un pique, vengo del batey”, en: Diario Libre Online, 18 de Abril, 2007.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
197
Existe la percepción entre buena parte de la población dominicana de que el Estado no proporciona a sus ciudadanos servicios
básicos fundamentales como educación, sanidad y salarios justos.99
Ello ha provocado una sensación de fractura con respecto a la “clase
política”, que es vista como corrupta y explotadora, percepción que
encuentra eco por doquier y que se manifiesta casi a diario en comentarios de prensa100 o en la calle. Algunos emigrantes son conscientes
de que el énfasis anti-haitiano de muchos integrantes de las élites políticas constituye una forma de desviar la atención respecto de otras
fracturas existentes en la sociedad. Entre ellas, la que separa a dichas
élites de la mayoría ciudadana. Así lo expresa este emigrante:
Yo, como dominicano, he recibido más daño de la clase pudiente
dominicana que de los haitianos que residen en nuestro país. Las
elites dominicanas se han robado nuestros recursos, nos han hecho salir al extranjero por las pocas oportunidades que nos ofrecen en nuestro país y han sumido a más de la mitad de la población en la pobreza extrema.101
99
100
101
198
Algunas personas entrevistadas en el valle de Neiba consideran que
“el problema básico es la falta de educación” y denuncian que “todavía hay niños en las escuelas sentándose sobre piedras o recibiendo
docencia debajo de una mata de javilla”. Piensan que “así es más
fácil manipular al pueblo” (entrevista a R.A.R., Neiba, junio de
2007). Para los pobres la educación no es eficiente ni equitativa.
Aun quienes consiguen el privilegio de llegar a la secundaria, se
encuentran con un tipo de formación que restringe sus posibilidades de acceder al mercado laboral cualificado, de manera que quedan confinados, con suerte, a trabajos de habilidades básicas.
“El presupuesto nacional para la educación y la salud, entre otros
servicios fundamentales (vivienda por ejemplo) de un sistema verdaderamente democrático, está lejos de cumplirse.” Comentario
de Joaquín Castillo, Estados Unidos, a la nota de prensa de Radhamés Batista sobre la politización del tema de Sonia Pierre, en El
Nuevo Diario digital, 12 de Abril, 2007.
Comentario de Orbi, New York, a las declaraciones de Jean Bertin
contra Sonia Pierre, bajo el rótulo: “Dirigente haitiano en contra
de Sonia Pierre”, en: Diario Libre on line, 16 de Abril, 2007.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Algunos residentes en el extranjero también se distancian
respecto de las principales agrupaciones políticas existentes en la
República Dominicana y de las formas institucionalizadas que éstas tienen de hacer política.
La gente de los pueblos salva a los pueblos. Y esa gente somos
nosotros. A mí no me sirve pasar la vida diciendo que República
Dominicana está mal, que esta vaina está cada vez peor. Si somos
buenos dominicanos debemos ser nosotros los que resolvamos,
dentro o fuera del país. Pero individualmente. Porque aquí no
hay un colectivo en el que apoyarse. No existe la idea de colectividad ni a nivel de gobierno. Los gobiernos no piensan en la
colectividad social. Cada gobierno pone a los suyos a trabajar,
favorece a los suyos y los demás siguen siendo lo mismo de pobres que siempre”.102
102
M.V. lleva cinco años en España, en Alcorcón. De esta emigrante
partió la iniciativa de fundar en Vicente Noble un centro destinado a proporcionar a las mujeres formación para obtener el grado
de bachiller y aprender algunas técnicas artesanales. Fue a raíz del
asesinato de Lucrecia Pérez en Aravaca (Madrid), por eso el centro
lleva su nombre. Para iniciarlo contó con la ayuda de la Junta de
Castilla-La Mancha y del Ayuntamiento de Madrid pero en la
República Dominicana no encontró ningún apoyo institucional
para darle continuidad, así su funcionamiento ha entrado en declive. Ha sido coordinadora del Centro de Mujeres “Lucrecia Pérez” en Vicente Noble. Entrevista de junio de 2007.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
199
200
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
CUARTA PARTE
Los actores de cambio
y el codesarrollo
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
201
202
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
REFLEXIONES SOBRE LOS ACTORES Y EL CODESARROLLO*
En esta parte del informe adoptaremos una perspectiva de
carácter más valorativa que en las tres anteriores. Haremos diferentes reflexiones sobre las potencialidades de diferentes actores
de desarrollo a partir de observaciones sobre el terreno, intuiciones y creencias. Pasaremos de la descripción y el análisis detallado
de lo que ocurre en una zona concreta al ámbito más arriesgado
de la formulación de propuestas. Algunas de ellas están formuladas con un cierto nivel de generalidad y tal vez puedan ser útiles
para áreas geográficas distintas a la estudiada.
Nuestras consideraciones se centrarán sobre todo en el codesarrollo, entendido como un concepto que traspasa los límites
de la cooperación al desarrollo y propone un nuevo enfoque
para solucionar problemas que ni la ayuda ni los gobiernos estatales han resuelto.103 Entre los parámetros del codesarrollo, con*
103
Escritas por Teba Castaño, Gonzálo Ramírez de Haro y Teresa
Cañedo-Argüelles.
Este concepto, desarrollado en los últimos años de la década de los
noventa, cuestiona la inequidad y asimetría existente en las políticas migratorias de los países “desarrollados” y obliga a transformar
los roles, a reposicionar estrategias, a replantear protagonismos.
Desde este planteamiento, los países ricos y todos sus actores, tienen que estar preparados para ceder espacios, para trabajar conjuntamente aquí y allí, para gestionar políticas migratorias y acciones de desarrollo de manera complementaria e imbricada.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
203
templado desde la teoría trasnacional,104 figura la ampliación de
los actores que han de protagonizar los procesos de transformación. Habrá de formarse una red más extensa, en la que nuevos
actores tengan un papel principal, sin excluir a otros agentes,
habitualmente presentes, como el estado o la cooperación internacional. Nos referiremos primero a éstos para pasar después a
los emigrantes, que deberían ser protagonistas (según la perspectiva mencionada).
El Estado
Desde mediados de la década pasada se ha renovado la insistencia de algunos teóricos del desarrollo en la capacidad del
estado de impulsar el cambio económico y social, en parte por la
constatación del importante papel que han cumplido los llamados “estados desarrollistas” en las transformaciones de algunos países
del este de Asia.105 Sin embargo, en el caso dominicano hay una
104
105
204
Dentro de la teoría trasnacional el codesarrollo tiene unos rasgos
característicos, según lo expuesto en el libro de Carlos Giménez y
otros (2005). Estos rasgos definitorios serían: a) su objetivo es el
desarrollo translocal y su móvil el beneficio mutuo; b) sus actividades y resultados tendrán lugar allí y aquí; c) los procesos de codesarrollo serán protagonizados por una red ampliada de actores y d) la
relación entre los actores se caracterizará por la bidireccionalidad y
horizontalidad. Por último, el modelo de migración y desarrollo
que promueven es la ciudadanía transnacional.
Los “pioneros” de la economía del desarrollo consideraron, a mediados del siglo XX, que el estado constituía un actor clave para
impulsar la industrialización y la modernización. Posteriormente,
fue emergiendo gradualmente un paradigma radicalmente distinto, que se plasmó en toda una serie de propuestas de eliminación
de regulaciones (que restringían posibilidades de acción en los
mercados), reducción del gasto público, privatización de empresas, activos y servicios públicos,... Estos recetarios neoliberales estuvieron muy en boga durante los años ochenta y noventa. Sin
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
gran brecha entre lo que el sector público podría hacer y lo que
efectivamente hace. Durante nuestras estancias en la zona de estudio hemos encontrado diversos síntomas de debilidad estatal.
Así, por ejemplo, las personas físicas que realizan actividades empresariales prácticamente no pagan los impuestos estipulados por
ley; la recaudación procede fundamentalmente de impuestos indirectos; los gobiernos municipales se financian fundamentalmente
con transferencias procedentes de la administración central y apenas obtienen ingresos de la tributación a los residentes; organismos públicos como el INDRHI, encargado entre otras cosas de
cobrar los derechos por el uso del agua de riego, tienen dificultades para realizar esta tarea, de manera que bastantes agricultores
acumulan deudas considerables con él; las empresas públicas que
proporcionan suministro eléctrico también tienen dificultades para
percibir el importe de sus facturas,...
Son muchas las causas de debilidad del estado. Aquí nos
limitaremos a hacer consideraciones breves sobre tan sólo dos
de ellas. Una tiene que ver con el tipo de cultura política existente en el país. Cuando, después de unas elecciones, entra un nuevo partido a gobernar en una determinada demarcación es bastante habitual que las nuevas autoridades echen a los trabajadores públicos vinculados al partido derrotado.106 En ocasiones,
106
embargo, en los últimos tiempos diversos autores, conscientes de
los decepcionantes resultados alcanzados en muchos de los países
que habían seguido fielmente la ortodoxia, han vuelto a destacar la
importancia del estado para solucionar “fallos del mercado” y para
realizar otras labores favorables al desarrollo. Este tipo de planteamientos están presentes, por ejemplo, en los trabajos de Pipitone
(1996), Stiglitz (1998) o Calvert (2005).
Esta intención estaba implícita en un lema electoral que podía
leerse en algunos muros de Vicente Noble: “E’ pa’ fuera que van”.
Un ciudadano de dicha localidad hacía referencia a la importancia
de las conexiones con los partidos políticos para encontrar un puesto de trabajo: “los empleos están aquí como muela de gallina, que
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
205
los recién llegados no encuentran apenas documentación sobre
lo que la entidad había realizado en el pasado. A esta pérdida de
memoria escrita, se le añade la de conocimiento tácito (crucial
para el funcionamiento de la organización) asociada a la salida
de ciertas personas. Como resultado de ello, muchas entidades
prácticamente tienen que volver a sentar sus fundamentos, casi
desde la base, cada vez que desembarcan en ellas los partidarios
de una nueva agrupación elegida. Con el agravante añadido de
que frecuentemente hay mucha distancia entre el perfil de estas
personas y las capacidades requeridas para los puestos a desempeñar, lo que da lugar a la existencia de una considerable cantidad de “botellas” (personas que no hacen prácticamente nada)
en las oficinas públicas.
Una segunda causa se encuentra en la fractura existente
entre buena parte de la clase política y grandes sectores de la
ciudadanía, relacionada a su vez con la desigualdad económica
que aqueja al país. Al igual que en otras sociedades latinoamericanas existe una gran brecha distributiva que provoca, entre otras
cosas, que los principales grupos (e incluso, en ocasiones, familias) económicos tengan suficiente poder como para hacer valer
sus intereses en el proceso de toma de decisiones públicas, en
detrimento de los de los sectores populares.107 Como consecuencia
107
206
no se jalan por ninguna parte. La solución es enrolarse en el gobierno de turno porque el desempleo y el subempleo causan mucho disgusto” (entrevista a C.T.G. realizada por Teresa CañedoArgüelles, Vicente Noble, junio de 2007).
La brecha distributiva también favorece la existencia de prácticas
de corrupción (Karl, 2003). Así, por ejemplo, el Presidente de la
Junta Central Electoral reconocía que “el uso del dinero en el sistema electoral para conquistar la voluntad ciudadana es un desquiciamiento irracional y un delirio colectivo que afecta a toda la
sociedad. Un Diputado tiene que buscar diez millones de RD$
para hacer proselitismo. En los años no electorales se está sacando
el 4% de lo recaudado en el país [para fines electorales] y en un
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
de ello, las prestaciones sociales ofrecidas por el estado dominicano son reducidas y, desde un punto de vista geográfico, la
inversión y el gasto público se concentran en ciertas áreas del
país, en particular en la capital.108 Las élites políticas han intentado contrarrestar el descontento popular asociado a un sistema
político de plutocracia excluyente a través de diferentes mecanismos. Uno de ellos ha sido la difusión de discursos de afirmación del sentimiento nacional por contraposición a “otros” colectivos y en particular al haitiano.
En lo relativo a los movimientos migratorios, pareciera que
la política estatal se basara en las siguientes premisas:
·
·
·
·
108
109
Consentir la inmigración haitiana y la existencia de una proporción elevada de “indocumentados”, lo que favorece el mantenimiento de salarios bajos, en beneficio de los empleadores.109
Favorecer la emigración internacional de aquellos dominicanos que se resisten a perpetuarse dentro del país en
condiciones de pobreza y desatención.
Recibir a cambio las divisas, principalmente dólares y
euros, enviadas por los emigrantes, que contribuyen a
mejorar el saldo de la balanza por cuenta corriente.
Aceptar la ayuda de la solidaridad internacional para paliar las deficiencias sociales existentes en el país.
año electoral (incluyendo las Primarias) se sacan 600 millones de
RD$.” (Rosa Alcántara, “Castaños llama ‘delirio’ nivel gastos campaña”, en Hoy Digital, 23-4-07).
Es alentador, sin embargo, que se haya puesto en marcha un programa de seguridad social en el “sur profundo” dominicano y que
el gobierno haya repartido, entre las familias más pobres del país,
“tarjetas solidarias” que permiten adquirir alimentos en los colmados por un importe de 550 pesos al mes.
También ha incurrido en prácticas hacia los haitianos que han
sido denunciadas por vulnerar los tratados internacionales de derechos humanos que prohíben la discriminación.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
207
Si las reflexiones anteriores son correctas, resultaría imprescindible que cambiasen las formas de intervención del estado, así
como los estilos de hacer política, de manera que éste pudiese convertirse en un actor de cambio más activo y eficaz, al tiempo que se
redujese la fractura que lo separa de sectores amplios de la ciudadanía. De esa manera, podría estar más en línea con las expectativas
que algunos teóricos del desarrollo tienen sobre su labor.
La cooperación internacional
Durante nuestra estancia en la República Dominicana tuvimos oportunidad de conversar con distintos representantes de
la cooperación.110 De acuerdo a sus testimonios, ésta no está exenta en el país de los problemas que en general la aquejan.111 Por
otro lado, hay que señalar que en las últimas décadas los flujos de
110
111
208
Durante el trabajo de campo en la República Dominicana entrevistamos a varios representantes de entidades locales como el Movimiento para la Promoción de la Mujer del Sur, Habitat, Fundesur, Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, así como a personal de diversas agencias de Naciones Unidas (Instraw y PNUD)
y de la Agencia Española de Cooperación Internacional, que ejecuta en Barahona el Programa Araucaria.
José Antonio Alonso (2005) señala cinco “principales problemas del
actual sistema de ayuda” (Rodríguez-Carmona, 2007: 8): 1.- “La
inestabilidad de los flujos de ayuda, que se deriva del principio de
discrecionalidad del donante, afecta a las políticas de desarrollo (y
también a la eficacia de la ayuda) de los países receptores” (Rodríguez Carmona, 2007: 8). 2.- “El efecto principal-agente, derivado
del problema de información asimétrica que aflige al donante (incapaz de controlar el uso final de los recursos en destino) desvirtúa los
esfuerzos por condicionar la ayuda, al mismo tiempo que dificulta
también los procesos de “apropiación” por parte de los receptores.”
(ibid). 3.- “El problema de la fungibilidad que plantea la recepción
de ayuda en un ámbito determinado surge cuando se liberan los
recursos domésticos que estaban programados para desvirtuarlos a
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
ayuda dirigidos al país han perdido importancia en comparación
con la llegada de remesas. En 2004 éstas eran 26 veces superiores
a la entrada neta de ayuda oficial al desarrollo.112
En el caso de Vicente Noble las intervenciones de manera
continuada son muy escasas. Se ha detectado la participación de
algunas personas en programas de construcción de viviendas, así
como en proyectos de apoyo a las iniciativas locales a través de
microcréditos. Aunque existen diversas organizaciones de apadrinamiento en la zona, usualmente no incorporan en sus programas a niños con padres emigrados, ya que presuponen que los
ingresos familiares son superiores, por la llegada de remesas, a los
de las otras familias. Por otro lado, hace unos años el club de madres de Vicente Noble canalizaba ciertas ayudas de entidades asociadas a la iglesia. Sin embargo, en la actualidad estas ayudas han
desaparecido y el club se mantiene con fondos propios provenientes de algunas actividades económicas que se llevan a cabo.
La escasa presencia de ayuda internacional para el desarrollo es posiblemente más perceptible en las áreas del territo-
112
fines muy distintos de los que se asignaron formalmente a la ayuda.” (ibid). 4.- “La incoherencia de las políticas públicas de los donantes –por ejemplo, comerciales (subvención de mercados agrícolas internos) o financieras (deuda externa)- con los propósitos que
persigue la ayuda contribuye a disipar su impacto.” (ibid). 5.- “El
problema de la absorción, esto es, la capacidad limitada para gestionar proyectos por parte de los países pobres” (ibid: 9).
Por un lado, la entrada neta de remesas familiares en la República
Dominicana en 2004 fue de 2.230,2 millones de dólares. Además, las remesas sociales ascendieron a 171,9 millones (Oficina
Nacional de Estadística, 2006: 108). Por otro, el informe sobre la
ayuda del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, correspondiente a 2006, plantea que la entrada neta de ayuda oficial al
desarrollo en 2004 fue de 85 millones de dólares (tabla 25). Las
remesas familiares en dicho año eran 26,2 veces superiores a dicha
cifra. Dos años antes, 13,5 veces. Hay que tener en cuenta que la
ayuda pasó de 145 millones en 2002 a 85 en 2004.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
209
rio dominicano que cuentan con una proporción considerable de población emigrante, como la del valle de Neiba. Tanto
el estado como las organizaciones de cooperación otorgan comparativamente menos prioridad a la actuación en estas zonas.
Pareciera como si considerasen que las remesas pueden paliar
las carencias existentes en ellas y delegasen tácitamente sus funciones en los emigrantes. Sin embargo, los envíos de éstos se
orientan fundamentalmente a cubrir las necesidades de los
integrantes de la familia extensa y a dotarse de bienes privados
para ellos mismos (por ejemplo, viviendas para el futuro). Es
difícil que con esos fondos se lleven a cabo una serie de tareas
relacionadas con la provisión de bienes públicos (por ejemplo,
ciertas infraestructuras, equipamientos urbanos, etc.), que son
importantes no sólo para mejorar las condiciones de existencia
sino también para facilitar la realización de actividades económicas. Como además el estado y la cooperación internacional
invierten poco en estas áreas, suelen quedar infradotadas de
bienes públicos. Una consecuencia de ello es que el territorio
va perdiendo capacidades productivas, así como posibilidades
de inserción más ventajosa en la economía de la isla.113 Se refuerza así la tendencia al debilitamiento del tejido productivo
autónomo y a la pérdida de “potencial de desarrollo endógeno” (Alburquerque, 2002: 59), provocada por la emigración
de personas con iniciativa y la difusión de ideologías (entre
113
210
Alburquerque (2002: 59) señala que “las estrategias de desarrollo
económico local conciben el territorio como agente de transformación social y no únicamente como espacio funcional. El territorio socialmente organizado y sus rasgos sociales, culturales e históricos propios, son aspectos muy importantes desde esta perspectiva del desarrollo local. Igualmente, la sociedad local no se adapta
de forma pasiva a los grandes procesos y transformaciones existentes, sino que despliega iniciativas propias, a partir de sus particularidades territoriales en los diferentes niveles, económico, político, social y cultural.”
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
quienes permanecen en la zona) que legitiman la dependencia
respecto de los fondos procedentes del extranjero.
Para contrarrestar esta tendencia es crucial que el estado
invierta en la provisión de bienes públicos y realice otras funciones que permitan mejorar la articulación del aparato productivo local. En este punto los emigrantes pueden jugar un
papel importante, a través de la presión al sector público para
que no descuide sus tareas. Tal vez, tendría sentido que empezasen por plantear sus reivindicaciones a los gobiernos locales
para dirigirse posteriormente a otras instancias del estado. Todo
esto exige que los residentes en el extranjero se constituyan en
actores políticos.
Sin embargo, sería ingenuo confiar en que el sector público o la cooperación internacional por sí solos promuevan la
transformación de estas zonas con alta proporción de emigrantes internacionales. Éstos tienen motivos para involucrarse en la
mejora de las condiciones de existencia de sus comunidades. Tal
vez puedan inspirarse en diversas experiencias interesantes de
desarrollo “desde abajo” en las que los actores locales han jugado un papel fundamental.
Generalmente, este tipo de desarrollo económico de carácter local o regional (subnacional), basado en una utilización de recursos endógenos y generalmente conducido por empresas pequeñas, ha ido surgiendo sin demasiado (o ningún) respaldo político-administrativo desde las instancias centrales de la Administración Pública. El surgimiento de dichas iniciativas de desarrollo económico local ha dependido esencialmente de los agentes
territoriales, mediante la concertación de esfuerzos diversos. (Alburquerque, 2002: 57).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
211
Personas emigrantes
Aunque los emigrantes de la zona estudiada no se han convertido aún en actores políticos, son importantes agentes de cambio. En el ámbito económico, con sus envíos de remesas, han jugado un papel fundamental en la reducción de la pobreza, el aumento del consumo y la inversión privada, el incremento de la
participación de los servicios en la estructura sectorial, etc. Las
mujeres que han protagonizado el proceso migratorio también
son importantes impulsoras de transformaciones en la sociedad.
Tienen una tasa de actividad muy superior a la de quienes optaron por quedarse y actitudes diferentes hacia el trabajo, contribuyen al sostenimiento de hogares extensos matrifocales y a la difusión de la ideología de género correspondiente,... También son
agentes de cambio en lo relativo a la redefinición del componente
nacional de la identidad, al extender una visión que cuestiona la
exaltación de una dominicanidad monocéntrica y es más respetuosa con otros colectivos.
A pesar de su contribución a las tranformaciones señaladas,
desde la perspectiva del codesarrollo relacionada con la teoría transnacional (Giménez et al., 2005) los emigrantes no serían todavía
auténticos agentes de desarrollo. Para lograr esto, deberían formar
parte de una red ampliada de actores, formales e informales, públicos y privados, que actuase transnacional, nacional y localmente. Sin embargo, no se dan algunos requisitos básicos para la formación de dicha red. En la tercera parte de este informe se señalaron varias circunstancias adversas. En primer lugar, el colectivo
emigrante es moralmente cuestionado en la comunidad de origen. Se acusa con frecuencia a las mujeres de haber desestructurado la familia e incluso de abandonar a sus hijos. A los residentes
en el extranjero también se les atribuye un cierto talante arrogante y despreocupación por los problemas sociales, políticos y económicos de la comunidad. Todo esto dificulta que puedan asumir
un papel protagónico. En segundo lugar, la debilidad del tejido
212
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
asociativo local, derivada en parte con la salida al extranjero de
ciertos líderes, representa un obstáculo a la puesta en funcionamiento de acciones de codesarrollo.
Antes de aplicar iniciativas de este tipo sería conveniente asentar el proceso sobre bases sólidas y trabajar para que se
cumplan una serie de requisitos. De entrada, tiene sentido favorecer la revitalización del tejido asociativo y organizacional
de Vicente Noble. Es posible que alguna organización ya existente, con experiencia y voluntad de contribuir al desarrollo
de la comunidad, se comprometa a desempeñar dicha labor.
En caso de que no fuese así, tal vez podría realizarla una asociación de “retornados”. Aunque son pocos, pueden cumplir
un papel interesente de intermediación entre los emigrantes
que residen en España y el resto de pobladores de la localidad.
Si se crease una asociación de retornados, en el contexto actual, debería dar cabida a personas que no se marcharon. Ello
podría diluir las tensiones entre éstos y los que se fueron.
El codesarrollo supone la necesidad de que el colectivo
emigrante se organice tanto en la sociedad de origen como en la de
destino. Sería recomendable que las personas residentes en España
que quisiesen participar en este tipo de iniciativas se agrupasen por
lugares de procedencia.114 En cualquier caso, estas asociaciones se
114
Las asociaciones de emigrantes dominicanos que existen actualmente
en España tienen pocos motivos para enviar remesas colectivas a localidades concretas del suroeste, ya que actualmente la mayoría procede
de Santo Domingo u otros lugares del país. Sería más razonable que
los emigrantes se agrupasen por lugares de origen, de manera que, por
ejemplo, fuesen los residentes de la zona de Vicente Noble en España
los que enviasen remesas colectivas o hiciesen algún otro tipo de actividad a favor de los pobladores que se quedaron en la República Dominicana. En Madrid existe una asociación denominada “Asociación
de Fraternidad y Progreso para Vicente Noble”, que no era conocida
por las personas a las que entrevistamos allí. Desgraciadamente, aún
no hemos podido contactar con sus integrantes.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
213
podrían formar más fácilmente si se tendiesen lazos hacia ellas desde las organizaciones de la comunidad de origen. Posiblemente
tenga sentido contactar con personas que actuaron como líderes
allí antes de migrar y que al llegar a España (o a algún otro país de
“destino”) dejaron de actuar como tales. Se trataría de estimular
el despliegue de la capacidad de liderazgo que está latente en esas
personas.115
Estas asociaciones de emigrantes han de cumplir un papel
principal, tanto allí como aquí, en la red articulada de actores que
gestionan los procesos de codesarrollo. Algunas de las tareas que
podrían acometer son:
1.-
2.3.115
117
214
Organización y cogestión de los flujos migratorios (información y seguimiento del proceso). Esto implica, entre otras cosas, facilitar el asentamiento de los recién llegados y favorecer
la inserción laboral de éstos y otros integrantes del colectivo.
Identificación y ejecución de proyectos de codesarrollo.116
Canalización de remesas sociales.
En el caso del proceso migratorio ecuatoriano también se constata
que algunos líderes comunitarios, después de migrar y asentarse
en España, dejaron de ejercer como dirigentes (comunicación personal de Jaime Atienza, Madrid, 27-6-07).
Es importante en este punto que los emigrantes tengan prioridad en las convocatorias públicas (y privadas) para actividades
de codesarrollo. Ello exige superar la situación actual en la que
organizaciones no gubernamentales y otras entidades españolas presentan la mayor parte de los proyectos y reciben casi
todos los fondos disponibles. Los emigrantes tienen dificultades para competir por éstos porque han de dar prioridad a la
resolución de sus “necesidades económicas perentorias”, disponen a veces de menor “capital humano y social” (Escrivá y Ribas, 2004: 45) y tienen menor capacidad de cumplimentar y
formular proyectos de acuerdo a la metodología requerida en
las convocatorias al uso, además de no cumplir con otros requisitos burocráticos. También hay que mencionar que actualmente
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
4.5.6.-
Incidencia política, lo que exige introducirse en los canales de toma de decisiones públicas.
Concienciación en la sociedad de origen y en la de destino.
Mediación intercultural, que entre otras cosas supone la
realización de actividades de sensibilización de la sociedad española.
En lo relativo al cuarto punto, un ámbito prioritario es el
de la gestión e intervención municipal. Además de lo señalado
más arriba sobre la necesidad de presionar para que las administraciones locales no descuiden sus tareas, podrían contribuir a la
transformación de la cultura de no pagar impuestos existente en
la zona. Tal vez podrían concienciar, desde la práctica, a sus conciudadanos sobre la necesidad de que el ayuntamiento recaude
impuestos. Éste tal vez podría empezar por establecer un gravamen moderado sobre las viviendas de nueva construcción (que
mayoritariamente han sido financiadas con las remesas enviadas
por los emigrantes). Si el gobierno municipal, por esa vía, contase
con mayores ingresos podría destinarlos a acometer tareas básicas,
como por ejemplo la construcción de infraestructura de saneamiento en toda la localidad. Las asociaciones de emigrantes, una
vez asegurada la participación del ayuntamiento, podrían proporcionar remesas colectivas.117 La actuación por esta vía, además
117
en España, habiendo transcurrido tan sólo tres años desde la
puesta en marcha de convocatorias específicas, los beneficiarios
de las mismas, en lugar de poner en práctica programas de codesarrollo (tal como son entendidos por la teoría transnacional), formulan y ejecutan proyectos convencionales de cooperación para el desarrollo o de atención a inmigrantes (o híbridos entre unos y otros).
Dichas remesas, además de orientarse a proporcionar ciertos bienes públicos (infraestructuras de saneamiento,...), podrían dirigirse también a otros fines. Por ejemplo, apoyar la realización de ciertas actividades productivas o la mejora de la situación de vivienda en
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
215
de contribuir a la mejora de las condiciones de existencia de los
lugareños, podría ayudar a que cambiase gradualmente la imagen que éstos tienen de los emigrantes, de manera que pasasen a
reconocerlos como agentes de desarrollo.
Migración de retorno
En el ámbito del codesarrollo también genera esperanzas la
migración de retorno. Dado que las experiencias en el extranjero
favorecen generalmente un cambio de actitudes hacia el trabajo y
el ahorro y contribuyen a que las personas emigrantes adquieran
mayor “mentalidad de logro” (Báez, 2003: 94), el regreso de éstas
a sus lugares de origen puede constituir una fuente de transformación social y económica. Sin embargo, la magnitud del retorno es reducida. Además, no todos los que regresan son “innovadores”, según la tipología de Cerase.118 Hay, por ejemplo, personas
118
216
ciertas áreas, etc. Para realizar tareas de este tipo tal vez tendría
sentido constituir algún fondo rotatorio.
Cerase distingue cuatro tipos de retornados: 1.- Retornados por fracaso (return of failure). Personas que no pudieron integrarse en las sociedades de acogida (o tuvieron dificultad para adaptarse a ella), “por los
prejuicios y estereotipos que encontraron fuera” (Cassarino, 2004:
257-258). 2.- Retornados conservadores (return of conservatism).
Personas que “antes de emigrar habían planeado regresar a casa con
dinero suficiente como para comprar tierra y poder así “liberarse de la
odiosa sujeción a los terratenientes” (Cassarino, 2004: 258; cita a
Cerase, 1974: 254). Estos retornados “sólo tienden a satisfacer sus
necesidades personales así como las de sus parientes”; “no aspiran a
cambiar el contexto social que dejaron atrás al migrar; más bien ayudan a preservarlo” (Cassarino, 2004: 258). 3.- Retornados por jubilación (return of retirement). Se trata de “migrantes retirados que deciden regresar a su país de origen y adquirir una porción de tierra y una
casa en el lugar en el que quieren pasar su vejez” (ibid: 258). 4.Retornados innovadores (return of innovation). Personas “preparadas
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
que vuelven a Vicente Noble por enfermedad, están allí un tiempo hasta que se curan y después regresan a España. También encontramos “retornados por jubilación” y “por fracaso”. La mayoría de estos últimos no habrían estado suficiente tiempo en España como para adquirir una experiencia que les resultase útil.119
Sin embargo, tuvimos oportunidad de identificar al menos cinco
casos de personas retornadas que habían abierto establecimientos
(fundamentalmente colmados) en Vicente Noble. También hay
que destacar el hecho de que el síndico elegido en 2006 había
regresado de Estados Unidos y contaba en su equipo con una
persona que había residido durante algunos años en España. En
cualquier caso, la migración de retorno no tiene, de momento,
una incidencia significativa en la economía local.
Con frecuencia los proyectos e iniciativas de codesarrollo
“tienen la intención añadida de frenar la emigración al exterior y
119
para usar todos los medios y nuevas habilidades que han adquirido
durante sus experiencias migratorias” (Cerase, 1974: 251, citado en
Cassarino, 2004: 258) para conseguir sus objetivos en el país de origen. Estos “retornados se ven a sí mismos como innovadores porque
creen que las habilidades adquiridas fuera y sus ahorros les han convertido en portadores de cambio” (Cassarino, 2004: 258).
Russel King (1986: 19) señala al respecto: “Si [la duración de la
estancia en el extranjero] es muy corta, digamos que de menos de
un año o dos, el migrante habrá obtenido muy poca experiencia
como para promover la modernización de vuelta a casa. Si el periodo de ausencia es muy largo, los retornados pueden estar tan alienados de su sociedad de origen, o pueden ser tan viejos, que de
nuevo ejerzan una influencia pequeña. En algún sitio entre medias se podría encontrar una duración óptima de la ausencia, de
manera que ésta sea suficientemente larga como para haber influido al migrante y haberle permitido absorber ciertas experiencias y
valores y, sin embargo, suficientemente corta como para que tenga
tiempo y energía para utilizar sus habilidades y actitudes recientemente adquiridas en el retorno.” La cita procede de Cassarino,
2004: 259 y ha sido traducida por Gonzalo Ramírez de Haro.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
217
promover el retorno” (Escrivá y Ribas, 2004: 45). Sin embargo,
para lograr que éste sea sostenible es importante que se den ciertas condiciones. Entre ellas, que la decisión de volver se haya tomado de forma voluntaria o que los retornados puedan alcanzar
ciertos niveles de vida en el país de origen, porque tengan
oportunidades para realizar actividades económicas –por cuenta
ajena o propia–, puedan acceder a ciertos servicios básicos, etc.
(Gent y Black, 2005: 2-4). En el caso dominicano la escasez de
puestos de trabajo, los bajos salarios y la existencia de diversas trabas para la realización de actividades empresariales dificultan la
consecución de condiciones de vida aceptables.120 Esto tal vez explique que un porcentaje muy reducido de las dominicanas residentes en España retornen y que, además, la gran mayoría de las
que toman esa decisión acabe volviendo al cabo de pocos meses.121 Hay, por tanto, un elevado “retorno del retorno”. Es razonable pensar que si no cambian las circunstancias anteriores, que
atentan contra la sostenibilidad del regreso, continúen siendo muy
pocas las personas “innovadoras” que apuesten por la vuelta.
Tal vez tenga sentido cambiar de perspectiva y favorecer
la aplicación de políticas de gestión de la diáspora orientadas a
que los emigrantes residentes en el extranjero puedan transmitir sus conocimientos y experiencias y se involucren con ciertas
iniciativas que se pongan en marcha en el país de origen, sin que
ello implique un retorno permanente. Por ejemplo, la participación en cursos de formación, la constitución de redes, etc. Quizá habría posibilidad de aprovechar sus viajes ocasionales a la
República Dominicana y de concentrar dichas actividades en
los periodos de mayor afluencia (por ejemplo, durante los meses
de diciembre y enero).
120
121
218
Una de las trabas señaladas con frecuencia por quienes pretenden
montar negocios son los apagones continuos.
Conversación con Pedro Álvarez en la sede de VOMADE en Madrid, 20-11-06.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
QUINTA PARTE:
Conclusiones y propuestas
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
219
220
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
CONCLUSIONES Y PROPUESTAS*
Empezaremos por señalar algunas de las conclusiones de la
investigación, para plantear después algunas propuestas.
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·
·
*
El valle de Neiba es una de las regiones más pobres del país.
Sin embargo, hasta la década de los ochenta apenas había participado en los procesos migratorios que se habían dado en el
país, dirigidos fundamentalmente hacia Estados Unidos.
Sin embargo, a partir de mediados de los años ochenta se
inició un proceso de emigración masiva, dirigido fundamentalmente hacia España. Diversos indicadores nos muestran
la magnitud del fenómeno migratorio. En el caso del núcleo
urbano de Vicente Noble, el 31,3% de los hogares recibía
remesas en 2002. El 35,1% de los estudiantes en el único
centro de educación secundaria de la localidad tenía a su
madre y/o padre en España en diciembre de 2006.
Llama la atención el hecho de que una proporción considerable de los hogares receptores (una cuarta parte en el caso
de Vicente Noble) no tiene a ningún integrante en el extranjero. Esto es un indicador de que las personas residentes mantienen relaciones intensas con personas que no forman parte
de la familia “nuclear”, pero que sí pertenecen a la familia
extensa.
Escritas por Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis y Teba
Castaño.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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·
Apenas hay remesas colectivas, a diferencia de lo que ocurre en otras áreas de la República Dominicana que expulsaron población hacia Estados Unidos. Sí detectamos, en
cambio, la existencia de este tipo de envíos en el distrito
municipal de Los Ríos, situado en las proximidades del lago
Enriquillo, en el que la emigración se ha dirigido fundamentalmente a Barcelona.
La probabilidad de recibir remesas en el valle aumenta con
el nivel de vida de los hogares. En el caso de los “no pobres”
es cinco veces mayor que en el de los “indigentes”.
Como es difícil analizar todos los efectos de la emigración
en la comunidad de origen, hemos seleccionado algunos que
nos parecen particularmente significativos. Empezaremos por
señalar los referidos a la pobreza, para pasar después a los relacionados con los cambios en el paisaje urbano, las transformaciones en las actividades económicas, en la organización social y
en las identidades.
·
·
-
222
La llegada de remesas ha contribuido de manera muy clara a la reducción de la pobreza en el ámbito de estudio. A
medida que se incrementa la proporción de hogares receptores en los municipios del valle, tiende a ser mayor la
caída del porcentaje de hogares pobres entre 1993 y 2002.
También hemos observado que algunas organizaciones de
cooperación dejan de proporcionar apoyo a las familias
que pasan a recibir dinero del extranjero.
El paisaje urbano de Vicente Noble se ha visto afectado de
manera clara por la llegada de remesas.
La mayoría de los hogares receptores reemplazan sus casas
de madera, tabla de palma, tejamanil, yagua e incluso concreto por otras de bloque de cemento (block) o construyen con este material en suelo vacío. En el año 2002 el
64% de los perceptores vivía en casas de bloque o concreto,
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
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mientras que el porcentaje correspondiente a los que no
recibían era de 49,4%.
El bloque, además de ser fácilmente manejable y más duradero, permite proporcionar más altura a las casas. Como
resultado de ello, bastantes de las viviendas construidas en
las dos últimas décadas tienen dos plantas, más o menos
suntuosas, y han aparecido incluso unos pocos edificios de
tres o cuatro. Esto modifica el paisaje residencial “tradicional”, caracterizado por casas de una planta.
Los diseños arquitectónicos de las casas construidas con
remesas son muy diferentes a los que en el pasado eran
habituales en la localidad. Además, las fachadas incorporan elementos nuevos como terrazas o miradores y con
frecuencia están decoradas con balaustradas, columnas de
yeso o rejas de hierro repujadas. Estas formas y materiales
tienden a darles un aspecto ostentoso. Ello permite distinguirlas nítidamente de las de la inmensa mayoría de las
familias menos relacionadas con el proceso migratorio.
Muchas de éstas viven en casas antiguas que presentan síntomas de deterioro y, en algunos casos, de ruina.
Están apareciendo “residenciales” en antiguos campos cultivados. En ellos hay parcelas destinadas a la construcción,
en las que empiezan a verse casas de bloque, y caminos
que permiten acceder a los diferentes lotes. Están localizados fundamentalmente en el barrio que tiene un menor
porcentaje de hogares pobres.
Durante los últimos años se ha incrementado considerablemente el número de negocios existentes en Vicente
Noble. Llama la atención el hecho de que los nombres
con los que bastantes locales se anuncian en la fachada
coincidan con los habituales en España. Por ejemplo, “supermercado”, “hiper”, “bar”, “cafetería”, “modas” o
“boutique”, en lugar de denominaciones habituales del
país como “colmado” o “tienda de ropa”. Han aparecido
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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224
además establecimientos directamente vinculados a las remesas, como los de cambio de moneda (en algún caso, en
los carteles de la fachada, figura el euro como divisa intercambiada) o los que se dedican a vender bienes que generalmente sólo están al alcance de algunos emigrantes, como
automóviles (en particular, yipetas) o solares en los “residenciales”.
El análisis de las repercusiones de las remesas en Vicente
Noble muestra la existencia de múltiples efectos de diferente signo. Es indudable que las remesas han permitido
una mejora de las condiciones materiales de existencia
de una buena parte de los pobladores, como muestra,
por ejemplo, el hecho de que ahora apenas llegan niños
con problemas de desnutrición al hospital. Sin embargo, no parece que hayan favorecido el desarrollo del tejido productivo local. Al contrario, han contribuido a revertir una dinámica de cierto “desarrollo endógeno” que
se vislumbraba en la comarca en las décadas anteriores al
inicio del proceso migratorio. Así, entre 1950 y 1970 se
incrementó el porcentaje de tierras dedicadas a cultivos
transitorios y ello contribuyó a la intensificación de la
agricultura. Sin embargo, en las últimas décadas hubo
un cambio de tendencia y volvió a ser abrumador el predominio del plátano y guineo. Se trata de cultivos que
permiten obtener múltiples cortes a lo largo del año y
requieren poca mano de obra, en comparación con otros.
De esta forma se han reducido las “fatigas del trabajo”
de los agricultores locales, gracias a las remesas. También
se han cerrado algunas plantas de transformación de productos agrícolas.
En cambio, hay una creciente especialización en actividades relacionadas directa o indirectamente con los flujos que llegan. La construcción tiene una importancia
algo mayor que en el resto del valle. Se han abierto muEfectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
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chos establecimientos comerciales, con el propósito de
captar la demanda de las personas receptoras, de los
emigrantes que vuelven en vacaciones, etc. Todo ello ha
contribuido a generar algunos empleos, pero es dudoso
que esta reorientación contribuya significativamente a la
expansión de las capacidades productivas de la población. Más bien parece que éstas se van perdiendo a medida que emigran personas con iniciativa y muchos lugareños se acostumbran a vivir de los flujos procedentes
del exterior. Esto último repercute en el ámbito laboral,
como muestra el hecho de que Vicente Noble sea uno de
los municipios de la República Dominicana con un menor porcentaje de población de 15 o más años que trabaja. De todo esto se desprende que la llegada masiva de
remesas, al igual que la de ciertos flujos de cooperación
internacional, tiende a generar dependencia. Da la impresión de que en la localidad hay síntomas de “maldición de los recursos”.
Ello no se debe a la afluencia de ingresos derivados de
la venta de recursos naturales no renovables, sino más
bien a los de la “exportación” de mujeres y hombres a
España. Dichos ingresos (de remesas) no parece que se
estén orientando a sentar las bases de procesos de “desarrollo” sostenibles en el tiempo. Además, la economía
local depende mucho de un recurso que posiblemente
sea más “agotable” de lo que habitualmente se piensa.
Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que los hijos de
los emigrantes (criados en el extranjero) tienden a remesar comparativamente menos.
De esta forma, la visión que ofrece este informe es bastante menos halagüeña que la de muchos estudios realizados
desde la perspectiva del codesarrollo.
También hay cambios relacionados con la organización social. Hay indicios de que la emigración, fundamentalmente
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femenina, ha contribuido al aumento de la proporción de
hogares encabezados por mujeres. Se observa que ésta en
general tiende a ser mayor en aquellos barrios de Vicente
Noble con un mayor porcentaje de hogares receptores de
remesas (en los que, a su vez, es generalmente menor la extensión de la pobreza). Los envíos realizados desde España
juegan un papel fundamental para el sostenimiento de familias extensas matrifocales. Estas instituciones domésticas
con frecuencia han sido asociadas a la ruptura de la familia
(nuclear al estilo occidental) y percibidas como aberrantes
o caóticas, pero en realidad constituyen tan sólo una forma
distinta de organizar la unidad familiar. Con ella se difunde
una ideología que hace hincapié en la capacidad que tienen
las mujeres de salir adelante, “en cooperación con su parentela femenina”, sin necesidad de depender del apoyo de los
hombres (Safa, 2005: 333). Dicha ideología favorece un
aumento de la actividad laboral femenina, así como la creación de establecimientos vinculados a actividades de servicios. De esta forma, bastantes mujeres, tanto residentes en
España como (en algunos casos) en la comunidad de origen, se han convertido en actrices económicas importantes,
además de estar contribuyendo al cambio social.
Se ha pasado de una sociedad sustentada por varones, que
habitaban en casas de madera, se dedicaban fundamentalmente a la agricultura y mantenían relaciones sociales en
un ámbito definido, a otra basada en las aportaciones de
mujeres, ocupadas en actividades de servicios, que promueven la construcción con bloque y viven de manera transnacional. Muchos de estos cambios atentan contra la posición
que tradicionalmente tenían los hombres y exigen la redefinición de su papel en la sociedad.
Hay una desigualdad considerable en el flujo de remesas
porque muchos hogares no reciben envíos y la cuantía de
éstos varía sustancialmente. Además, estos fondos apenas
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
·
llegan a los indigentes y se dirigen en mayor medida a
quienes no están en situación de pobreza (51,8% de los
perceptores). De todo esto parece desprenderse que en
este momento las remesas no están contribuyendo a mejorar la distribución de la renta, sino que posiblemente estén aumentando (más que en el pasado) las diferencias
sociales existentes.
La posesión de ciertos bienes que están fuera del alcance
de la inmensa mayoría de las familias no receptoras (como
una vivienda hecha con bloque de cemento o una yipeta)
se han convertido en un elemento que confiere estatus y
favorece la diferenciación social. No sorprende que en este
contexto se hayan desarrollado discursos críticos hacia los
llamados “españoles”.
La cohesión de la comunidad también se vio negativamente
afectada por la emigración de personas que ejercían un papel
de liderazgo en diversas asociaciones y grupos. Ello condujo a
un debilitamiento del tejido asociativo existente en la localidad.
Estas transformaciones han inducido ciertos cambios en
el ámbito de las identidades. Hay indicios de que actualmente la pertenencia a un estado nación (que tiende a
afirmarse por oposición a otros) juega un papel comparativamente menos importante (que en el pasado) en la construcción de las identidades. En el caso de los emigrantes,
éstas tienden a volverse translocales, mediante la combinación de elementos de las identidades de origen con otros
adquiridos en las sociedades de acogida. La convivencia
con personas de diferente cultura favorece también la difusión de visiones que cuestionan la exaltación de una dominicanidad monocéntrica y excluyente. En línea con ello,
algunos de los que residen o han residido en el extranjero
se desmarcan de las actitudes de recelo y hostilidad hacia
los haitianos, emigrantes como ellos, y cuestionan el trato
de las autoridades dominicanas hacia éstos.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
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A partir del trabajo realizado, nos parece oportuno plantear propuestas en tres ámbitos: codesarrollo, planificación urbana y actividades económicas.
A.- Codesarrollo
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Antes de señalar sugerencias más específicas conviene recordar que para lograr una mayor efectividad de las iniciativas de codesarrollo (y de cooperación) es fundamental que
los actores foráneos conozcan mejor las formas de organización social y los códigos culturales existentes en el suroeste,
muy distintos a los nuestros. Por ejemplo, comprender cómo
funcionan los hogares matrifocales permite matizar el discurso dominante que culpabiliza a las mujeres emigrantes
de la disolución de la familia tradicional dominicana, y percibir la importancia de éstas como actrices de cambio. En
caso que se opte por intervenir en lugares como Vicente
Noble, tiene sentido diseñar iniciativas que, cuanto menos,
no atenten contra estas formas de organización (que han
demostrado ser eficaces para afrontar la pobreza y, muchas
veces, superarla). Si se concede el protagonismo de forma efectiva a los actores locales es importante ofrecerles la oportunidad de plantear y ejecutar acciones que se apoyen en esas
instituciones sociales y códigos culturales.
Dado que en Vicente Noble no se dan una serie de requisitos ideales para la aplicación de iniciativas de codesarrollo (de acuerdo con la teoría transnacional), antes de realizar acciones de este tipo tendría sentido trabajar para que
se cumplan algunas de esas condiciones. De entrada, convendría favorecer la revitalización del tejido asociativo. En
caso de que ninguna organización local ya existente quisiese y pudiese hacer dicha labor, tal vez se podría promover
la creación de una asociación de “retornados” (que diese
cabida también a no emigrantes) para que la llevase a cabo.
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
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Ayudar a que los integrantes de la comunidad de origen
contacten con personas que actuaron como líderes en ella
antes de migrar y que al llegar a España (o a algún otro
país de “destino”) dejaron de actuar como tales. Se trataría
de estimular el despliegue de las capacidades de liderazgo
que están latentes en esas personas.
Favorecer la organización del colectivo emigrante tanto
en la sociedad de origen como en la de destino. En esta
última sería recomendable que las personas interesadas se
agrupasen por lugares de procedencia. Las asociaciones de
emigrantes podrían acometer una serie de tareas fundamentales: organizar y cogestionar los flujos migratorios,
identificar y ejecutar proyectos de codesarrollo –ocupando
un papel destacado en la red articulada de actores que deben gestionarlos–, canalizar remesas sociales hacia las comunidades de origen, concienciar en la sociedad de origen y en la de destino, ejercer una labor de mediación
intercultural, etc.
Apoyar la migración de retorno sólo en el caso de que se
cumplan una serie de condiciones para que el regreso sea
sostenible, como la voluntariedad de la decisión, la madurez del proyecto o la posibilidad de alcanzar ciertos niveles
de vida en la comunidad de origen. En el contexto actual
esta última circunstancia raramente se da, por lo que hay
un elevado “retorno del retorno”. Por ello, tiene sentido
cambiar de perspectiva y favorecer la aplicación de políticas de gestión de la diáspora orientadas a que los emigrantes residentes en el extranjero puedan transmitir sus conocimientos y experiencias y se involucren con ciertas iniciativas que se pongan en marcha en el país de origen, sin
que ello implique un regreso permanente. Quizá habría posibilidad de aprovechar sus viajes ocasionales a la República
Dominicana y concentrar actividades en los periodos de
mayor afluencia.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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Los emigrantes (y retornados) de Vicente Noble son actores de cambio en el ámbito económico, social e identitario. Sin embargo, en el plano político no tienen actualmente el papel que les debería corresponder (dada su importancia en los otros ámbitos). Es importante que se constituyan en actores políticos para, entre otras cosas, presionar a las administraciones del estado con el fin de que no
descuiden una serie de tareas, como la provisión de bienes
públicos. Tal vez podrían apoyar sus reivindicaciones con
ejemplos de experiencias de otros países. Por ejemplo, la
del gobierno mexicano de destinar, por cada divisa que
llega en concepto de remesas, tres (una de cada uno de los
niveles de la administración –federal, estatal y local–) a las
comunidades de origen.
Una nueva cultura política pasa por exigir, pero también
por dar. En cuanto a esto último los emigrantes y retornados podrían concienciar a sus conciudadanos de la necesidad de que el ayuntamiento recaude impuestos. Éste tal
vez podría empezar por establecer un gravamen moderado sobre las viviendas de nueva construcción (que mayoritariamente han sido financiadas con las remesas enviadas
por los emigrantes). Si el gobierno municipal, por esa vía,
contase con mayores ingresos podría destinarlos a acometer tareas básicas, como por ejemplo la construcción de
infraestructura de saneamiento en toda la localidad.
Las asociaciones de emigrantes, una vez asegurada la participación del ayuntamiento, podrían apoyar la realización
de esas acciones a través del envío de remesas colectivas.
B.- Planificación urbana
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230
Actualmente en Vicente Noble hay un patrón de crecimiento urbano de carácter “caminero” (a lo largo de las carreteras, sobre todo de la que va hacia el cruce con la de Azua a
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
Barahona). Como resultado de ello, la localidad vista desde
el aire tiene forma de estrella de tres puntas. Tendría sentido quizá urbanizar entre éstas, en lugar de seguir haciéndolo a lo largo de los caminos. Con ello se facilitaría la provisión de infraestructura, se reduciría la distancia de los desplazamientos,... Lo idóneo sería elaborar un plan general
de ordenación urbana, pero ello posiblemente sea poco viable en el contexto actual, ya que la administración debería
sufragar una serie de obras previas costosas, como construir
las viales de conexión entre las partes, infraestructura de
saneamiento para toda la localidad, acometidas de agua para
todas las actuaciones, etc. A falta de una planificación rigurosa de ese tipo, la municipalidad podría exigir un proyecto
de ordenación mínima a cada actuación particular que obligase a preparar el suelo, trazar calles de acceso, e introducir
el agua en los lotes o parcelas. Esto conviene al ayuntamiento, porque facilita la realización posterior de obras (asfaltado de calles, electrificación,...) o prestación de servicios (recogida de basura,...).122
122
Esa ordenación mínima se está haciendo en algunas actuaciones,
como en los residenciales que hay en el entorno del Barrio Nuevo
y el Barrio Viejo. En estos casos, antes de la construcción, se ha
allanado el terreno, se han trazado calles o caminos regulares y se
han establecido lotes en las manzanas. Tal vez todo ello se esté
logrando a través de iniciativas espontáneas, ya que es la forma
más “racional” que tienen los particulares de poner en venta sus
terrenos. Sin embargo, en antiguos conucos del Barrio Galíndez se
están quitando los plátanos y se está construyendo directamente
(tal y como se ha venido haciendo anteriormente en este barrio),
sin haber realizado previamente ninguna preparación del suelo, ni
trazado de caminos de acceso ni calles. Las casas no están alineadas
y ello dificulta la realización futura de obras.
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
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C.- Actividades económicas
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Dado que hay síntomas de “maldición de los recursos” en
Vicente Noble, tiene sentido poner en práctica medidas
para combatirla cuando todavía llegan, con admirable regularidad, los flujos de remesas, asociadas a la “exportación” de fuerza de trabajo. Es fundamental sensibilizar a
la población receptora de remesas sobre su elevada dependencia de la llegada de estos flujos. También tiene sentido favorecer el fortalecimiento del tejido productivo.
Como consecuencia del proceso de involución agraria de
las últimas décadas existe un amplio margen para mejorar
las condiciones de este sector. Los ingenieros de la Secretaría de Estado de Agricultura se muestran a favor de introducir formas de producción más intensivas, lo que supone
reducir el peso de las plantaciones de plátano y guineo y
potenciar los cultivos no permanentes. Ello posiblemente
permita generar más puestos de trabajo, pero es discutible
que la población local (no haitiana) esté dispuesta a trabajar en esas tareas. Otra posible vía es la de potenciar el tipo
de agricultura platanera existente actualmente. Tal vez se
podría aprovechar la circunstancia de que actualmente se
cultiva con una cantidad reducida de insumos químicos
para intentar introducir la producción local en las redes
de comercialización de productos orgánicos. Esto requeriría una reestructuración de la agricultura local para pasar
a cultivar con menor cantidad de fertilizantes o pesticidas
(mediante la utilización de métodos orgánicos de control
de plagas, etc.).
También tiene sentido promover la realización de actividades de servicios más intensivas en capital físico y humano (así como iniciativas de transformación industrial a
pequeña escala). Algunas mujeres que sustentan familias
extensas matrifocales desde España están apoyando la
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
apertura de establecimientos relacionados con el sector
terciario (colmados, peluquerías...). Tal vez se podría reorientar esa energía hacia actividades que requieren mayor conocimiento y tecnología (como las relacionadas con
las comunicaciones internacionales, las tecnologías de la
información, etc.).
Gonzalo Ramírez de Haro, Dolores Brandis,
Teresa Cañedo-Argüelles, Teba Castaño, Luis Escolano
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234
Efectos de la migración internacional en las comunidades
de origen del suroeste de la República Dominicana
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Esta edición de Efectos de la migración internacional en las comunidades de origen del suroeste de la
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ejemplares, se terminó de imprimir en el mes de abril
de 2009 en los talleres gráficos de Editora Búho,
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