El artificio
neobarroco
Arte contemporáneo en la Argentina.
Graciela C. Sarti comp.
Ediciones Van Riel
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF)
Van Riel Galería
Juncal 790 PB C1062ABD, Buenos Aires, Argentina
www.galeriavanriel.com.ar
Graciela C. Sarti comp.
EL ARTIFICIO NEOBARROCO
ARTE CONTEMPORANEO EN LA ARGENTINA
Van Riel - UNTREF
© 2022 Ediciones Van Riel
©2022 de los textos de los autores
Todos los derechos reservados. El editor no se hace responsable
por las opiniones de los participantes en el libro.
Sarti, Graciela C.
El artificio neobarroco : arte contemporáneo en la Argentina /
Graciela C. Sarti ; compilación de Graciela C. Sarti ... [et al.] ; ilustrado
por Fabricio Tranchida.- 1a ed ilustrada.- Ciudad Autónoma de Buenos
Aires : Van Riel, 2022.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-99087-2-3
Diseño e ilustración de la portada: Fabro Tranchida
IG @fabrotranchida www.lospicoletos.com/fabrotranchida
Indice
Presentación
Graciela C. Sarti
7
1.Observa el humo. Obras incorpóreas,
documentaciones ficticias
Mercédesz Kutasy
15
2.De ruinas, catástrofes y libros. Lo neobarroco
El artificio
neobarroco
en la obra de Jacques Bedel
Graciela C. Sarti
35
3.Ornamentación y sentimientos: estrategias
neobarrocas para una retórica de las emociones
en la obra de Carolina Antoniadis
Adriana Lauria
67
4. Exceso y teatralidad. Apuntes neobarrocos
sobre el film La artefacta
Jorge Zuzulich - Alejandro Schianchi
103
5. Urdir la trama: lo femenino y lo textil en la
obra de Nora Correas
María Carolina Fontana
119
Los autores
144
Arte contemporáneo en la Argentina
GRACIELA C. SARTI COMP.
Presentación
Graciela C. Sarti
Este libro es otro resultado parcial1 de las investigaciones
que, desde 2016, el Grupo de Estudios en Arte Contemporáneo
Argentino, que conformamos en la Universidad Nacional de Tres
de Febrero, dedica a una categoría de enorme vigencia: la noción
de neobarroco. Tenemos el honor de editarlo bajo el sello Van Riel,
es decir, el de la galería más antigua de Buenos Aires, al filo de su
centenario. Antes de cualquier consideración de contenido, vaya
nuestra gratitud a la galería decana de la ciudad y a su directora,
Gabriela Van Riel, por el entusiasmo y la confianza que depositaran en nuestro trabajo. También, vaya nuestro reconocimiento a
Adriana Lauria, coautora del libro, cuya atenta mirada contribuyó
no poco a pulir su versión definitiva.
Como hemos subrayado en publicaciones anteriores, la categoría
de neobarroco resulta sumamente fructífera a la hora de entender
cantidad de producciones que encarnan diversas formas de las
1 En 2018 publicamos otro volumen, Retóricas neobarrocas / imágenes tecnológicas en el arte argentino contemporáneo, gracias a la generosidad de Ediciones Arte
x Arte de la Fundación Alfonso y Luz Castillo y el apoyo de UNTREF.
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GRACIELA C.SARTI
PRESENTACIÓN
poéticas del exceso. El ornamento, el pliegue, los espejismos, la
trabajo sobre la inmaterialidad ofrece una suerte de espejo invertido
sensualidad, la abundancia, el armado escenográfico, son algunas
de los que le siguen en el volumen: la destrucción del cuerpo de la
de sus características formales; la cita y la apropiación, la parodia,
obra también puede ser leída como exceso.
la proliferación semántica, lo son de su discurso. En cualquiera de
sus registros, el artificio adquiere en lo neobarroco una pregnancia
absoluta; y su recurrencia no es la de un vacío de sentido sino la
de una búsqueda de sentidos nuevos.
El trabajo siguiente, de mi autoría, es “De ruinas, catástrofes y
libros. Lo neobarroco en la obra de Jacques Bedel”. Difícil resulta,
en un párrafo, sintetizar esta aproximación a uno de los artistas
más prolíficos de la escena contemporánea argentina y que ofrece
En este volumen, las investigaciones del Grupo han tenido por
múltiples perspectivas de abordaje, como es Bedel. Tomando para
objeto la obra de cuatro artistas clave de nuestra contemporaneidad,
esta ocasión la presencia de lo neobarroco que habita en gran parte
cuatro perspectivas que abordan distintos aspectos que pueden
de su producción, se recorren en este trabajo tres ejes principales:
vincularse con dos ejes: un pensar desde y por la materia, por un
los vínculos entre barroquismo y ruina en sus libros de la serie El
lado, y la pregunta por diversos modos del acto de representación.
país de plata (1976), en los libros y pinturas de la serie Las ciudades
Precede estos cuatro trabajos uno de autoría de la investigadora
de plata (1976-1994), y en el uso del fuego para sus diversas Hipó-
invitada Mercédesz Kutasy, de la Universidad Eötvös Loránd de
tesis –Hipótesis para el incendio de una iglesia; Hipótesis para el
Budapest. Dicho trabajo, “Observa el humo. Obras incorpóreas,
bombardeo de la basílica de San Pedro (ambas de 1973)-; el uso del
documentaciones ficticias”, permite abrir el juego con una serie de
pliegue y el drapeado, del ropaje vacío en orden a subrayar o bien
profundas consideraciones en torno a la contracara del exceso: la
el escamoteo del cuerpo de las víctimas de la violencia política –La
carencia, la desmaterialización, allí donde la obra contemporánea
sentencia y La vuelta al hogar (ambas de 1973)-, o bien la ausencia
desafía los límites de su corporalidad para proponerle al espectador
de valores en los detentadores del poder –Los dueños del mundo
un abordaje desde su propia imaginación. “Nos aferramos a los
(1994)-, o bien la ira de Dios en las series monumentales Aproxi-
objetos, y más todavía si vinculamos a ellos memorias, narrativas
mación al mal y Aproximación a los sueños (2007-2008): paisajes de
diversas. [...] Pero ¿qué ocurre si el objeto falta, la materia de la
pesadilla, estos últimos, respecto de las catástrofes que ya tocan a
obra es el tiempo y el escenario de la génesis de la obra de arte es el
nuestra puerta. Enlazando estos dos ejes, el tercero hace hincapié
recuerdo o la imaginación?”, se pregunta Kutasy. Y, para responder
en las escenografías de la catástrofe, a través del análisis de los tra-
a esta cuestión, hilvana un recorrido desde Banksy a Borges, de
bajos fotográficos sobre grandes edificios históricos sometidos a la
Cabrera Infante a la presentación del húngaro Gyula Keszthelyi
devastación de inundaciones de proporciones bíblicas. Abordando,
en las salas de CAyC, en Buenos Aires, en 1973: recorrido donde
entonces, tan solo alguna de las vías de entrada a obra tan vasta,
estas cuestiones acerca del tiempo, la memoria y la imaginación,
nos hemos propuesto aquí subrayar el trabajo neobarroco de Bedel
se vuelven eje argumentativo. Reverso, en principio, de las poéticas
sobre la materia, una materia que, con gesto contemporáneo, ya no
del exceso que pueblan gran parte del escenario neobarroco, este
esplende por sí misma sino por las señales de su propia destrucción.
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9
GRACIELA C.SARTI
En el tercer capítulo, ”Ornamentación y sentimientos: estrategias neobarrocas para una retórica de las emociones en la obra de
Carolina Antoniadis”, Adriana Lauria recorre la extensa obra de la
artista desde las lentes convergentes de lo neobarroco y el neo pop.
Subrayando la importancia del dibujo y la pintura en la producción
de Antoniadis, como bases que no impiden la exploración de otras
técnicas y materiales, el capítulo acentúa en su obra la noción de
reciclado, aplicable tanto a las múltiples apropiaciones de la historia
del arte o el diseño como a sus resoluciones formales. Se trata, en
palabras de la autora, de “un énfasis en los medios que evita toda
la parafernalia que obligaba a la pintura al esfuerzo ilusorio de la
mímesis y ensalza el predominio del libre juego con el significante,
es decir con la gramática de las formas”. Esta gramática, que se
desarrolla en imágenes fragmentarias, en juegos de tensiones, en
cambios de escala, aplica a un universo de imágenes tomadas de
la memoria de un tiempo de infancia y juventud, una “arcadia” que
no por serlo elude espacios críticos: “prodigiosas texturas de elaboradas comidas, primorosas vajillas, muebles de variados estilos
PRESENTACION
reelaboración. En términos de Lauria, un palimpsesto que permite
acercar a diversos modos de la existencia.
Alejandro Schianchi y Jorge Zuzulich abordan en “Exceso y
teatralidad. Apuntes neobarrocos sobre el film La artefacta” una
de las obras más emblemáticas de Nicola Costantino, desde las
lentes de las nociones sarduyana de artificio e intertextualidad,
la de teatralidad en Michel Fried, la de gasto improductivo de Bataille. Descubren, en el juego de las citas de la historia del arte y
en las remisiones a cámara y fotógrafo dentro del film, un enlace
entre el artificio neobarroco y la condición “monstruosa” del cine
como “collage divergente”, bajo el suelo común de una teatralidad
contemporánea que surge de la crisis de lo moderno. Vinculando
las nociones de Bataille con la caracterización latinoamericanista
de Bolívar Echeverría, rescatan la noción de gasto –y de consumoimproductivo, ligado a las formas naturales de la vida. Aplican esas
nociones a la lectura de La artefacta, en un registro que borra los
límites entre documental y producto de ficción.
y toda clase de aderezos hogareños, más de una vez atravesados
La joven investigadora María Carolina Fontana presenta, en
por irónicos comentarios acerca de los encasillamientos sociales
“Urdir la trama: lo femenino y lo textil en la obra de Nora Correas”,
considerados desde una perspectiva de género”. El trabajo recorre
la reelaboración de una parte nodal de su tesis de licenciatura.
la extensa serie Tiempos y modos (2018), analizando detallada-
Allí analiza tres obras clave de esta gran artista argentina -Pené-
mente diversas obras –entre otras, Vacío extremado (2004), Aura
lope (1986), El ropaje de la Serie Adiós (1999) y Hasta aquí, ayer y
expandida (2005), Futuro imperfecto (2005), Pretérito imperfecto
ahora (2016)-, bajo las lentes convergentes de lo neobarroco y la
(2006) o Presente imperfecto (2006)-, así como sus trabajos mura-
cuestión de la femenino y su resistencia frente a los mandatos, los
les e instalaciones donde este universo pictórico se interseca con
estereotipos dicotómicos –tales como el de lo doméstico versus
fotografías de las maquetas que la artista realizara para ambientar
lo prostibulario-, y la violencia ejercida para sostenerlos. Lo textil
productos de una fábrica de sillones. En el intenso reciclado de
resulta hilo conductor de una y otra vía de análisis, toda vez que
su trabajo, los recuerdos de la niñez, el textil latinoamericano, las
pliegue y ropaje son centrales de la figuración barroca y de lo
fotografías familiares, son algunos de los materiales de constante
tradicionalmente concebido como propiamente femenino: ropaje
que se teje y pega al cuerpo, que se despliega en volumen y aun
10
11
puede invadir los espacios pasando de ornamento a estructura.
Partiendo de un exhaustivo recorrido por la obra de Correas y de
jugosas entrevistas con la artista, Fontana logra, en el estudio de
estas tres poderosas instalaciones, profundizar en las nociones de
puesta en escena y representación.
Para esta ocasión, el artista visual Fabro Tranchida, que es
también miembro de este grupo de investigación, hace una original
contribución: la imagen de portada, que cita un poema medieval
en cruce entre la iconografía cristiana y una de las imágenes más
emblemáticas del arte contemporáneo argentino, la papa de Victor
Grippo como Santo Grial. Allí propone una relectura original, en
orden a su recurrente trabajo sobre las jóvenes masculinidades,
donde se entrecruzan símbolo y retrato.
Esperamos que este volumen de libre acceso ofrezca nuevos
puntos de vista para una discusión de enorme vigencia y actualidad,
como es la que gira en torno al neobarroquismo del presente. De
mi parte, resulta un estimulante cierre a once años de dirección de
este grupo, en la convicción de que continuará produciendo aportes
sustantivos al debate sobre nuestra contemporaneidad artística.
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CAPÍTULO UNO
Observa el humo.
Obras incorpóreas,
documentaciones
ficticias
Mercédesz Kutasy
El día 6 de octubre de 2018 salió en todas las portadas la noticia
de que uno de los lienzos firmados por Banksy, Girl with Balloon
(Niña con globo), tras ser vendido por un precio récord en la subasta
de Sotheby’s de Londres, había sido destruido pasando por una
trituradora de papel. En la prensa inmediatamente se empezó a
adivinar si los empleados de la casa de subastas estaban al tanto
sobre la existencia de la trituradora, si el artista estaba presente
en la subasta y si era él personalmente quien puso en marcha la
trituradora (la prensa hace mención de una misteriosa figura de
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MERCÉDESZ KUTASY
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
sombrero y gafas de sol peleándose, al inicio del evento, en la
no es el caso, según los vídeos hechos en el lugar ni siquiera pasó
puerta); aun así, a mi modo de ver, las preguntas más interesantes
enteramente por la trituradora: la máquina solo despedazó la parte
que surgen de este hecho son las que indagan acerca del estatus
de abajo del lienzo y la obra, bien fijada, cuelga en tiras estéticas
de la obra del arte. En las primeras noticias la prensa reflexiona
desde la parte inferior del marco. El lienzo entonces se conserva
solo acerca de cuestiones prácticas, por ejemplo, si el ganador de
y guarda la huella del gesto a modo de cita: es muy probable que
la subasta tendrá que pagar los 1,2 millones de euros que costó
su precio (su verdadero precio en el mercado del arte) seguirá
la obra si ésta se destruye entre la caída del mazo de la subasta
aumentando. Creo que la situación sería muy diferente si la obra
y el momento previsto para efectuar el pago. En los artículos que
se hubiera quemado y no se hubiera conservado nada de ella1 .
salieron a la luz algunas horas después, ya se afirma el hecho de
que, cuando la obra sale del marco convertida en tiras de papel,
no se destruye, sino que el gesto se convierte en parte integradora
Nos aferramos a los objetos, y más todavía si vinculamos a
de la misma, y por esa misma razón el lienzo ocupará un papel
ellos memorias, narrativas diversas. El tiempo fija al objeto físico
destacado en la historia del arte. Esta argumentación, traducida
con relativa facilidad, puesto que, con su ayuda, se convierte en
al lenguaje de las subastas, significa que el ganador, de forma
símbolo en el sentido peirceano. Pero ¿qué ocurre si el objeto falta,
paradójica, salió ganando con la destrucción de la obra, pues su
la materia de la obra es el tiempo y el escenario de la génesis de la
precio hasta podría duplicarse.
obra de arte es el recuerdo o la imaginación? De cierta forma las
“It appears we just got Banksy-ed”, pronunció Alex Branczik,
jefe de arte contemporáneo de Sotheby’s (Johnston, 2018), pero al
parecer Banksy no solo minó la subasta –y dentro de ella su propia
pieza– con su gesto destructor, sino al mismo tiempo apuntó a que
uno de los paradigmas más relevantes del arte del siglo XX–XXI
también perdiera vigor. Me refiero al planteamiento clave del arte
conceptual, al giro por el cual la obra de arte –objeto de valor,
tanto económico como estético– se sustituye por la idea, la documentación, a veces por las formas comunitarias del arte. Con este
gesto la práctica del mercado del arte se coloca entre paréntesis. La
obra de Banksy, artista street art, se encuentra igualmente en esta
vertiente y el lienzo que desaparece en la subasta (y que además
representa a una niña soltando un globo) igual podría seguir el hilo
– si el objeto de arte realmente hubiera desaparecido. Sin embargo
16
obras land art también formarían parte de este grupo. Aunque en
su caso sí existe una obra de arte, pero ésta requiere otro tipo de
percepción: por una parte, porque su materia es diferente, y por
otra, porque es demasiado grande. En el caso de las obras hechas
de tiempo la documentación se vuelve crucial porque a través de
su presencia física nos recuerda al evento u objeto que ya no existe
más o simplemente no cabe en la colección de arte. Y ¿qué hacer si
la documentación también se destruye o se vuelve inauténtica? Es
el caso de la poesía aérea de Carlos Wieder en Estrella distante de
Roberto Bolaño y su “modelo”, La vida nueva de Raúl Zurita hecha
en Nueva York, durante su beca Guggenheim. En el caso de Estrella
distante Bolaño crea un narrador ficticio, de doble identidad, quien
1 Un importantísimo antecedente es Zone de Sensibilité Picturale Immatérielle
(1959) de Yves Klein, obra en la que el artista vende “sensibilidad pictórica inmaterial”: el comprador, tras documentar adecuadamente la compra y pagar el precio
observa al artista tirando pan de oro en la Sena, a la vez que la acción se documenta
por un fotógrafo.
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MERCÉDESZ KUTASY
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
evoca un poeta de identidad también doble, cuya obra –la poesía
almacenadas en él son tan objetivas como si fueran hechas de
aérea– no tiene testigo ocular o bien éste no puede ser considerado
una materia física; de todas formas él las trata de esta manera, a
objetivo. Volviendo al terreno del land art: si la obra de Richard Long,
modo de las piezas de un museo interior: “Resolvió reducir cada
titulada A Line Made by Walking es una obra de arte porque existe
una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que
una documentación fotográfica que registra la huella del paseo
definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la
en el césped, ¿seguirá siendo obra de arte si la documentación se
conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que
destruye o si el artista tan solo planea documentar la huella de su
era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún
paseo, pero este testimonio visual nunca se lleva a cabo? ¿Cómo
de clasificar todos los recuerdos de la niñez” (Borges, 1974: 489).
cambia la posición del mismo paseo desde el punto de vista de la
historia del arte en función de la manera de su representación? En
Funes el memorioso Jorge Luis Borges menciona que para su protagonista la misma imagen de la realidad parecía absolutamente
diferente –y lo que es más, ajena– en momentos temporales consecutivos, “le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de
perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto
“¿Qué es el tiempo?”, pregunta San Agustín y su respuesta, creo,
es la de muchos de nosotros: “Si nadie me plantea la cuestión, lo
sé. Si quisiera explicarla a quien la plantea, no lo sé.” (San Agustín,
2010: 72). Para Funes sin embargo el tiempo es una secuencia de
imágenes objetivamente perceptibles entre las que se orienta como
nosotros lo hacemos en el mundo visible y tangible.
(visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos,
Reiteremos entonces la misma pregunta que podría ser la del
lo sorprendían cada vez” (Borges, 1974: 490). ¿Será entonces dife-
narrador de Funes: ¿el mismo fenómeno es diferente en diferen-
rente el mismo sendero, será distinta la consideración de la huella
tes momentos de la realidad?, ¿es diferente si lo documento con
si existe una documentación fotográfica o una nota textual sobre
distintos métodos, en distintos géneros o contextos?
el hecho de que lo recorrí? ¿Será diferente si lo recorro y si observo
la documentación? Y ¿cómo cambia nuestra consideración acerca
del mismo si el texto –el mismo texto– se publica en un catálogo de
arte o si se publica en una antología literaria de cuentos?
En el tomo titulado Exorcismos de esti(l)o (1976) del escritor
cubano Guillermo Cabrera Infante hay un texto que se titula “Página
para ser quemada viva”. El tomo se compone de textos misceláneos, de difícil categorización genérica, caligramas, anagramas,
En el mundo de Funes el tiempo se fragmenta en una secuencia
parodias, por lo que la crítica lo trata menos de lo que merecería,
de imágenes autónomas y él las aprecia simultáneamente, como si
tal vez porque falta el marco contextual uniforme en el que la in-
fuera un álbum de fotos. La diferencia básica entre la percepción
terpretación de los textos sería posible. Efectivamente, los textos
de Funes y la del espectador cotidiano es que Funes contempla el
del tomo reflexionan más acerca de las tendencias conceptuales
tiempo en el espacio, sin embargo para nosotros el hecho de que
de los años sesenta–setenta que sobre la literatura entendida en el
el objeto de nuestro análisis no es tangible ya en sí causa compli-
sentido tradicional de la palabra. A pesar de las expectativas de la
caciones apenas superables. Para Funes el tiempo y las imágenes
crítica en el momento de su publicación, el libro no funciona como
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MERCÉDESZ KUTASY
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
antología de cuentos; me imagino que su resistencia al análisis
La primera instrucción (“Aplique un fósforo o cerilla/o a este
narratológico es en parte la causa de que la crítica lo dejara un
extremo del papel”) ya en sí me aleja de la ficción, puesto que habla
poco de lado en los años posteriores. Los textos, sin embargo, sí
de la presencia física de la hoja. Si observo el libro como objeto, me
tienen un vínculo con las instrucciones de George Brecht, aquellas
pasa lo mismo que lo que le pasa al lector de Laurence Sterne una
de las que habla también David Antin en su estudio titulado The
vez llegado a la hoja negra en Vida y opiniones del caballero Tristram
Stranger at the Door (1987). De los textos brechtianos impresos
Shandy: me veo excluida de la narración contada en las páginas y
en cartulinas individuales a Antin le interesa más la pieza titulada
surge la posibilidad de que el libro no solo narre sino represente a
Dances, Events & Other Poems, más aun, se preocupa por la cuestión
la vez el objeto de su narración. El lector en este punto tendrá que
de la categorización genérica de los textos cortos y misceláneos:
elegir y la decisión que toma no solo influye sus actos futuros, sino
“the title itself – Dances, Events & Other Poems – in its use of the
será una toma de postura tanto personal como estética: si sigue
word ’other’ suggests that these ’dances’ and ’events’ are also
leyendo el texto, se define a sí mismo como lector y al tomo como
’poems’ and raises the question of in what sense these texts might
ficción (o como máximo documento, metatexto); pero si obedece a
be poems while also being dances and events”, escribe Antin para
la instrucción y toma un fósforo, otorgará vida al texto, hará posible
declarar acto seguido que el lector de esta edición-caja pudo haber
que el Logos sea palabra creadora. A la vez, de forma paradójica,
considerado estos textos como miniguiones o instrucciones hechas
las letras con la hoja que les sirve de soporte, se destruyen. Y si la
para performances o piezas de danza (“it seems probable that in
hoja narra y representa el fuego a la vez, la narración y la represen-
the Fluxus box both of these texts would have been regardad as
tación coinciden: como la máquina de coser de Lautréamont con
scenarios or instructions for performances somehow to be realized
el paraguas, la realidad y la ficción se encuentran no en la mesa de
by a performer/dancer”) (2018).
disección, sino en la página 52 del libro de Cabrera Infante. Cuando
“Página para ser quemada viva” de Cabrera Infante tiene instrucciones parecidas a los textos brechtianos: manda a sus lectores a
quemar la hoja en cuestión mientras tienen que ver (¿imaginar?) en
el humo las formas previamente indicadas por el autor (2002:52).
Si considero este texto como obra literaria –cuento– tal y como la
crítica contemporánea quería verlo, sería poco más que un chiste
mediocre. Si permito, sin embargo, que el artista enfoque su tema
desde el fluxus o el happening –y según Ben Vautier el happening vale
igual si se lleva a cabo o si nunca se realiza (véase Vautier, 1975)–,
entonces presenciaré un gesto parecido al de la autodestrucción
del lienzo de Banksy.
20
esto ocurre, el lector se convierte a la vez en receptor de una ficción
(ya que está leyendo el libro) y en autor de una obra que se está
generando precisamente en el momento de la lectura. Creador y
espectador al mismo tiempo. Es un poco como si pudiéramos entrar
en la mente de Funes: lo que para nosotros es una impresión fugaz,
para Funes es una multitud de imágenes absolutamente precisas;
lo que leemos en el texto e imaginamos de pasada para el tiempo
de la lectura, ahora, si bien para algunos instantes, se convertirá
delante de nuestros ojos en una realidad tangible. Luego, el paso
siguiente: al igual que lo hizo Funes, tenemos que transformar lo
visto (las llamas) en un museo interior. El narrador menciona de
paso las letras (“mientras las verticales romanas arden”), y a partir
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MERCÉDESZ KUTASY
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
de este momento las instrucciones se centran en describir la realidad
caso el “escritor” y el “receptor” es la misma persona, aunque no
imaginada: “Su imaginación le permitirá ver”, dice el narrador, para
es él, sino el hechicero quien lleva a cabo las instrucciones y quien
pasar a enumerar todas aquellas cosas que el lector ha de imaginar.
dirige la historia. El iniciador de la visualización es el gobernador,
Los dos tipos de lectores en este momento vuelven a coincidir. El
él decide lo que desea ver y al final de la magia también es él quien
que lee el texto como ficción, se imaginará por igual las “sombras
admite lo ocurrido (“miró y vio”). Sin embargo el hechicero no solo
chinescas, nubes-en-forma-de-camello (o camellos-en-forma-de-
le muestra al tirano “todas las apariencias del mundo”, el imperio
nube) y quizás arpas o liras” como el otro que ha decidido formar
de lo decible e indecible, sino también su imagen reflejada en el
parte del performance y quemar la hoja de libro. Salvo, por supuesto,
espejo. En el momento en que le arrancan la máscara al descono-
si ese último, al llegar a este fragmento en la lectura ya no puede
cido y en las facciones del condenado Yakub reconoce su propia
seguir leyendo porque la hoja se quemó antes. El narrador hasta
cara, ya sabemos que, al destruirse la imagen del espejo, el tirano
plantea la posibilidad de que el lector no puede imaginar nada
también ha de perecer.
porque su imaginación ha quedado bloqueada por las llamas: en
este punto seguramente se trata de llamas imaginarias, puesto que,
si el lector realmente quemó la hoja, también quemó con ella las
instrucciones (Cabrera Infante, 1976: 52?).
Volviendo al texto de Cabrera Infante: la siguiente instrucción
cuenta que, si el lector no puede apagar el fuego y el libro arde como
una hoguera, podrá ver lo que el Sultán Saladino vio en 33 a.C. al
arder la biblioteca de Alejandría o lo que más tarde vieron los nazis
En otra historia de Borges que –por chiste o por equivocación–
o los chinos, en diferentes ocasiones de quemar libros. Este ya no
define como parte del libro The Lake Regions of Equatorial Africa de
es el método de Funes, el narrador ya no registra los instantes de
Richard Francis Burton y por tanto la califica como traducción o como
la realidad. La situación recuerda más bien otro cuento de Borges,
cita , el ejercicio de visualización costará la vida del gobernador
en el que Daniel Thorpe le regala a Hermann Soergel la memoria
más cruel de Sudán, Yakub el Doliente. El otro protagonista de esta
de Shakespeare3 y el alemán acto seguido empieza a percibir los
historia corta es el hechicero Abderrahmen El Masmudí, El Servidor
recuerdos, las lecturas de Shakespeare: sus propias memorias se
del Misericordioso quién, ayudado de “una pluma de caña, unas
mezclan con las del inglés (Borges, 1989: 393–399). Cuando el lec-
tijeras, una gran hoja de papel veneciano, un cuerno de tinta, un
tor entra en el mundo del texto cabreriano, también tendrá que
brasero, unas semillas de cilantro y una onza de benjuí” le muestra
ver imágenes interiores, intangibles, pero éstas no son suyas sino
al tirano “formas y apariencias aún más maravillosas que las del
le pertencecen al otro: son memorias del Sultán Saladino, de los
Fanusí jiyal (la linterna mágica)”. El método es el mismo que aquel
nazis o chinos que, guiadas por las instrucciones, se convertirán
descrito por Cabrera Infante, con ligeras modificaciones: en este
en nuestras propias.
2 Borges se refiere al libro de Richard Francis Burton al final del cuento “El espejo de
tinta” (Obras completas 1974: 341–343). Sin embargo, tal como lo observa Andrew
Hurley, traductor de los cuentos de Borges al inglés, la historia procede de Manners
and Customs of the Modern Egyptians de Edward William Lane, escrito en 1837 (en
JLB Collected Fictions, 1998: 531).
3 David Antin alude también a la problemática de la traducción/falsificación/ficción
cuando, a propósito de un fragmento de interpretación paradójica, afirma: “which
last comment like most of the footnotes of Schwerner’s scholar translator, calls as
much attention to the comic pathetic plight of the translator as the absurdity of the
text” (1987).
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MERCÉDESZ KUTASY
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
¿Qué ocurre mientras con la página cuya categorización genérica
del lector, y también si rechaza irónicamente la propuesta autorial
determinará nuestra consideración sobre la obra? Por supuesto,
y pasa a otra hoja del libro. Pero si aceptamos que la renuncia de la
podemos leerla como texto literario, pero en este caso es poco
acción es también obra, el museo imaginario crece hasta el infinito,
más que la mezcla de un chiste tipográfico algo flojo y una idea
como la Biblioteca de Babel de Borges, en la que la multitud de
un poco escandalosa. Sin embargo, si reconocemos en ella las
escaleras, galerías y espejos indica la posibilidad de la repetición.
características del fluxus o del happening tal y como lo entiende
Todas las acciones realizadas encierran miles de posibilidades de
Ben Vautier, llegamos a una paradoja lógica que marca también
las que renunciamos y todas ellas son posibilidades válidas. Funes
el resto del volumen. Vautier exige que el happening siga un
ya no tiene que reducir sus memorias a setenta mil imágenes, como
guión previamente escrito, pero en sus detalles requiere improvi-
tampoco tiene que enumerarlas: todo lo que ha visto, pensado o
sación de parte de los participantes, casi nunca profesionales.
imaginado tiene lugar en este museo imaginario.
Si consideramos el texto literario como la “instrucción” del happening, éste cumple con los requisitos de Vautier; a su vez la reacción
del lector –si quema o no la hoja, la manera de quemarla– será la
improvisación propiamente dicha. Sin embargo, si la descripción
misma cae víctima del incendio, desaparece la única documentación
que podría justificar que el happening se realizó. El cuadro de Banksy
no ha desaparecido, quedó tan solo (parcialmente) fragmentado por
la trituradora. La acción se filmó y el cuadro también se conserva,
reconocible. Pero si la única hoja que me obliga que la queme
termina calcinada, ¿qué demuestra que alguna vez ha existido?
A su vez, si no quemo la hoja, faltará la acción propiamente dicha
de la que la hoja es tan solo mera documentación. Es un laberinto
sin salida, mejor dicho, cuya única salida es la posibilidad de la
En 1973 Jorge Glusberg y el historiador del arte húngaro László
Beke organizaron una muestra de artistas húngaros en Buenos Aires,
en la galería del Centro de Arte y Comunicación de la calle Viamonte.
La muestra tal vez nunca se ha realizado, probablemente solo
hayan expuesto la documentación de las obras. La programación
que informa de la futura exposición sí se ha publicado, pero tal vez
funcionó como la lista de las obras no realizadas de Ben Vautier o
como el libro titulado Elképzelés (Imaginación) del historiador del
arte László Beke: en ella la documentación sustituyó esa posibilidad
de la que era reflejo5 . En la carpeta de la exposición aparece una
hoja que recuerda mucho a la hoja anteriormente mencionada de
Guillermo Cabrera Infante.
negación. Ben Vautier dice que, de la misma forma como puedo
El creador se llama Gyula Keszthelyi y no es artista visual,
hacer algo, puedo también no hacerlo . Las obras no realizadas
ni siquie ra te ne mos noción sobre su actividad artística e n la
pasan a formar parte de la producción artística, cualquier idea,
actualidad. Beke le recuerda como universitario de Filología Inglesa
independientemente si se ha llevado a cabo, cuenta. Quemar la
que se relacionó con la neovanguardia húngara ayudándoles en la
hoja, en este sentido, es improvisación, pero también lo es la duda
traducción de algunos textos. Posteriormente él también redactó
4 “Si je donne un spectacle, j’aurais pu aussi ne pas donner de spectacle. Le rideau
s’ouvrira, il aurait pu ne pas s’ouvrir. Je pourrais vous montrer pendant une heure une
allumette. Je pourrais vous emmener dans un théâtre voir jouer «patate» d’Achard.
Je pourrais, bien ou mal, refaire un happening, ne rien faire. Je pourrais tout faire, car
j’en ai la prétention” (Vautier, 1966),
5 El tema lo he desarrollado en un trabajo anterior, con motivo de la exposición y
encuentro Subversive practices en el Kunstverein de Stuttgart (Kutasy, 2009).
4
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MERCÉDESZ KUTASY
un par de textos interesantes, de los que envió tres a la exposición
de Buenos Aires, en inglés y en castellano.
Hold your breath here, otherwise you will swallow the exhibits.
Sostén tu respiración aquí, de otra manera te tragarás la exhibición.
Paint a picture in the air: hight up a cigarette in your room and
watch the smoke.
Pinta un dibujo en el aire: enciende un cigarrillo en tu habitación
y observa el humo.
Fill a box with darkness: open it a sunset then watch it till midnight.
Llena una caja de oscuridad: Ábrela a la caída del sol y obsérvale
hasta la medianoche.
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Gyula Keszthelyi - Gacetilla del CAYC-1974
MERCÉDESZ KUTASY
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
documenta en tres fotografías (“Going, going, gone…”) el hecho
El punto de partida de los dos primeros textos se parece mucho
a lo que acabamos de ver en Cabrera Infante. El que lee el texto,
en este caso también participa del proceso creador, aunque estas
instrucciones son algo más banales y escuetas, además de poéticas
y románticas: la respiración contenida, el humo y la oscuridad
que se escapa de la cajita son como si fuesen fragmentos de los
poemas de Gustavo Adolfo Bécquer que encuentran una morada
temporal en los años setenta. Las tres ideas son de naturaleza
visual: “observa el humo”, observa la oscuridad, dice el creador. A
la vez tanto el tema, como el objeto y la materia de la obra son el
tiempo. La muestra de la que se habla en la primera instrucción
dura mientras el humo del cigarillo o la oscuridad se desvanece y
va disminuyendo con cada respiración. Por supuesto no porque “te
tragarás la exhibición”, pero la lúcida metáfora nos hace ver que el
paso del tiempo es casi tangible. Las tres frases de Gyula Keszthelyi tematizan precisamente lo mismo que la acción de Banksy en
Sotheby’s, solo que en el caso del húngaro el ejemplo queda más
claro. En un principio la obra de Banksy fue interpretada como un
guiño frente a la práctica del mercado de arte, el artista escribió en
Instagram, junto a la foto que muestra la “destrucción” de la obra,
las palabras “Going, going, gone…”. Sin embargo la imagen no se
destruyó. Aparte de que es solo la parte de abajo que fue cortada por
la trituradora, también es sabido que no se trata de una obra única,
hay muchas serigrafías numeradas, idénticas a aquella triturada en
diferentes colecciones de arte; además el artista trabaja con stencil
de soltar y dejar caer una jarra valiosísima, de casi dos mil años, y
ésta se rompe en mil pedazos en el suelo. Ai Weiwei propone sin
embargo que la jarra es una especie de readymade heredada de
mucho tiempo atrás que sirve para poder analizar con su ayuda
nuestras costumbres y prácticas culturales. La jarra, entonces, se
destruye, pero en su lugar no hallamos el vacío, sino la efigie del
artista valiente (y con toda seguridad rico) quien, a modo de los
vanguardistas audaces se atreve romperla y destruirla, por supuesto
con la única finalidad de que nosotros, espectadores, reflexionemos.
En marzo de 2018 tuve la oportunidad de ver una versión más
reciente de esta serie fotográfica en la Fundación Proa de Buenos
Aires que fue realizada con ladrillos de LEGO, en 2016 (Weiwei,
2018). La elección de la materia en este caso es muy evocadora:
cuando hablamos de documentación fotográfica, en la mayoría de
los casos le otorgamos un papel de sustituto para dar crédito a la
existencia de una obra incorpórea que solo existió en el tiempo. Sin
embargo en el momento en que el artista utiliza ladrillos de LEGO
para recrear las fotografías, la documentación inmediatamente se
convierte en un objeto vistoso, a la vez que la reflexión cultural se
ve sustituida por una admiración muy parecida a la que solemos
sentir delante de las pinturas hiperrealistas. Ya apenas veo la obra
destruida, pero ésta probablemente ni siquiera era importante;
en cambio estoy tratando de adivinar si esta cantidad de LEGO de
verdad fue compuesta por él solo y calculo la cantidad de trabajo
que podía haber costado realizar la obra.
que en sí es garantía de la multiplicación. Por supuesto conocemos
Existen, luego, obras incorpóreas que no tematizan la destrucción
casos donde una obra única se destruye de forma irreversible, con
–la transformación de algo en nada– sino al contrario: se generan
fines artísticos. Bastaría pensar en la serie de Ai Weiwei del año 1995,
pero carecen de cuerpo, puedo imaginarlas pero nunca las veré.
titulada Dropping a Han Dynasty Urn. En este conjunto el artista
Pienso en obras como An Oak Tree (1973) de Michael Craig-Martin.
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MERCÉDESZ KUTASY
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
El artista documenta un vaso de agua y junto a la foto aparece el
qué no percibir un vaso de agua como otro vaso de agua totalmente
diálogo con William Furlong: de allí sabremos que el agua es el
ajeno? Y si esto es posible, ¿por qué no percibirlo como roble?
roble hecho y derecho. Es decir, no es el símbolo del roble, sino el
artista transformó la substancia del vaso de agua en la del roble
sin tener que transformar su apariencia física.
El problema de Funes plantea otra cuestión: ¿a partir de cuántos
puntos en común podemos llamar dos fenómenos como idénticos? Todos conocemos la función de la búsqueda de imágenes de
Google: uno copia una imagen y a continuación se van buscando
-- What precisely is the artwork, the glass of water?
-- There is no glass of water anymore.
-- The process of change?
-- There is no process involved in the change.
-- The oak tree?
-- Yes, the oak tree.
-- But the oak tree only exists in the mind.--No, the actual oak tree
is physically present in the form of the glass of water. As the glass
of water is particular, the oak tree is also particular. To conceive
the category »oak tree« or to picture this particular oak tree is not
to understand an appearance that appears to be a glass of water
as an oak tree. Just as it is unperceivable, it is also inconceivable
(Furlong, 2012: 26-27).
imágenes idénticas o las más parecidas posibles. Usando esta
función es bien posible que un perro, debido a sus colores y a la
ubicación de los mismos se parezca a una lámpara o a la imagen de
una isla tropical en el mapa. En lo que se refiere a Funes, sabemos
que percibe la realidad como algo absolutamente nuevo en cada
instante: pero si no reconoce a los dos perros como idénticos en
dos momentos consecutivos, tampoco puede reconocerlos como
perros, puesto que el concepto de “perro” es pura abstracción,
para Funes sin embrago la abstracción no existe, cada imagen es
única e irrepetible. Si es así, los conceptos faltan totalmente del
mundo de Funes, para él “perro” no significa nada. De esta manera
puede denominar cualquier fragmento de la realidad con cualquier
La transformación del vaso de agua en roble es como un ready-
nombre. Marcel Duchamp denominó el urinario como “fuente” y la
made invisible: según afirma el artista, el roble en cuestión nunca
denominación transformó el objeto en obra de arte. Craig-Martin
antes ha existido en otra forma y tampoco tendrá otra forma en el
transforma el vaso de agua en roble y el roble es la obra. ¿Por qué
futuro, solo la del vaso de agua y esta transformación durará hasta
tenemos que verla?
el momento que el artista cambie de opinión. El proceso es análogo
a lo que ocurre en la mente de Funes cuando piensa en los perros
de diferente morfología y por consiguiente de diferente identidad;
la diferencia solo es que el objeto físico y la forma del concepto
que se vincula a él no se parecen. Si dos perros percibidos en dos
momentos consecutivos pueden ser absolutamente independientes
y por tanto absolutamente diferentes en la memoria de Funes, ¿por
Hace un rato he afirmado que los textos cortos de Gyula Keszthelyi hablan de lo mismo que la acción trituradora de Banksy,
solo de forma más precisa. Porque si admitimos que el gesto de
Banksy cuestiona la práctica del comercio de arte –conociendo los
detalles de la acción es difícilmente creíble–, las tres instrucciones
de Keszthelyi directamente aniquilan las formas consagradas del
consumo social del arte, convirtiéndola en algo privado y a su vez
democrático, válido para todos. Contemplar el humo del cigarillo
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MERCÉDESZ KUTASY
o la oscuridad no requiere, ni siquiera permite la existencia de
un público, a su vez la posibilidad de tragar la exposición con un
único aliento apunta a la intimidad y fragilidad de la obra. Y ¿quién
va a comprarla si cualquiera puede poseerla gratis, en cualquier
momento?
El museo de Funes es una colección privada, con un único
usuario. Fuera de él nadie puede ver la inconmesurable cantidad de imágenes acumuladas en su mente. Las instrucciones de
Keszthelyi también invitan a crear una infraestructura artística
1. OBSERVA EL HUMO. OBRAS INCORPÓREAS , DOCUMENTACIONES FICTICIAS
Cabrera Infante, G. (2002). “Página para ser quemada viva” en
Exorcismos de esti(l)o. Madrid: Suma de letras.
Furlong, W. (2012). Speaking of Art. London – New York: Phaidon
Johnston, C. (2018). “Banksy auction stunt leaves art world
in shreds”. En The Guardian. Disponible on-line en:https://www.
theguardian.com/artanddesign/2018/oct/06/banksy-sothebysauction-prank-leaves-art-world-in-shreds-girl-with-balloon (Última
consulta: 03.06. 2021.)
individual, porque si las sigo, me convierto en artista, espectador e
Kutasy, M. (2009). “Traces of the Hungarian Exhibition(s) at the
intérprete tanto de la obra como del contexto artístico. Un museo
CAYC, Buenos Aires, 1973-74”. En Subversive practices en el Kunst-
privado fuera de la práctica del comercio de arte; un museo interior
verein de Stuttgart:
cuyas piezas no se compran, ni se venden. Con la infinidad de sus
posibilidades –incluida la de la renuncia de realizarlas– ofrece una
diversión inagotable. Puede que sea una cárcel, infinita como las
cárceles de Piranesi o como la biblioteca de Babel de Borges, pero
con toda seguridad es una cárcel hecha a la medida de cada uno.
https://www.wkv-stuttgart.de/en/program/2009/exhibitions/
subversive/readertextsaudio/ (Última consulta: 20.08.2021)
San Agustín (2010). Confesiones. Libro XI, capítulo XIV. Trad.
revisada por Alberto Medina González. Madrid: Gredos
Vautier, B. (1975). “Happening et Event”. Textes théoriques, Tracts
Referencias bibliográficas
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https://www.thing.net/~grist/ld/koppany/antin-e.htm
Borges, J. L. (1974). “Funes el memorioso”. Obras completas
1923–1972. Buenos Aires: Emecé, 485–490.
Borges, J. L. (1989). “La memoria de Shakespeare”. Obras comple-
(1960–1974). Milán: Giancarlo Politi Editore, 41–42. Disponible online
en: http://www.ben-vautier.com/50performanceben.pdf (Última
consulta: 20.08.2021)
Weiwei, A. Inoculación. 2 de diciembre de 2017−2 de abril de
2018. Buenos Aires: Fundación Proa. Disponible online en: http://
proa.org/esp/exhibicion-proa-ai-weiwei-2-obras.php (Última consulta: 20.08.2021)
tas 1975–1985. Buenos Aires: Emecé, 393–399.
Borges, J. L. (1998). JLB Collected Fictions. Trad. de Andrew
Hurley. New York: Viking.
32
33
CAPITULO DOS
De ruinas, catástrofes y
libros. Lo neobarroco en
la obra de Jacques Bedel
Graciela C. Sarti
Buenos Aires Skyline, 2013. Impresión digital sobre plástico laminado, 120 x 240 cm
Que prologue este trabajo una imagen, tan solo una de muchas
posibles.
Se trata de una tormentosa visión de Buenos Aires. Trabajando
con negativo fotográfico para la específica “línea de cielo”1 que
los edificios de la ribera norte de la ciudad dibujan, el artista le ha
sobrepuesto nubes amenazantes y, sobre todo, un agua embrave1 Se entiende por skyline el horizonte artificial que trazan los edificios más altos de
una ciudad, otorgándole una silueta característica.
35
GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
cida y espumosa que además, y por contraposición al resto de la
sideración respecto del clima de incertidumbre que generan en el
imagen, tiene una escala mayor y un color más notorio respecto
barroco “el claroscuro, la presencia de nubes, rocas, olas, fuego,
del plano de fondo. Se llegan a percibir las siluetas frágiles de unos
las geografías costeras” (52), así como su acertado señalamiento
veleros que se inclinan zarandeados por lo que los porteños no
respecto de un neobarroco actual que, por el contrario del barroco
dudaríamos en llamar sudestada. Lo fantasmagórico se reafirma,
histórico, “refleja la inarmonía, la ruptura de la homogeneidad, del
no solo por el uso del negativo para el plano de los edificios, sino
logos en tanto que absoluto” (56).
también por el dispositivo de montaje de la obra: despegada de la
pared y a una cierta distancia. Con la luz adecuada, cada elemento
proyecta su sombra sobre el fondo y, al hacerlo, genera un barrido,
una duplicación, un efecto de tercera dimensión que se acentúa
apenas el espectador realiza el menor movimiento: lo sólido de
las arquitecturas más altas de la ciudad se desvanece entre cielo
y río. La técnica empleada para realizar esta obra –técnica que el
artista viene utilizando también en sus series de cielos o Rapsodias,
o de interiores de edificios históricos sometidos a cataclismos de
aguas y nubes-, implica un minucioso trabajo de composición que
puede llegar a incluir entre 30 y 40 layers o capas, y la integración
de fotos tomadas por el autor desde diversos puntos de vista y en
distintos lugares.
Muchos calificativos pueden esgrimirse ante una obra como
ésta. Ensayaré aquí la pertinencia de llamarla neobarroca; trataré
de demostrar que acaso esta categoría suma a la comprensión de
una parte importante de la prolífica obra de Jacques Bedel, sin
pretender con eso abarcarla en su totalidad, como se subrayará.
Me antecede en este intento una parte del estudio que le dedicara
Corine Sacca Abadi (en AA. VV., 2005: 52-58), allí donde propone
leer la obra de Bedel a la luz del Sarduy de los Ensayos generales
sobre el barroco. Bien que de modo acotado -ya que para esta
autora resulta más decisiva y central de su análisis la categoría de
neorromanticismo-, no deja de ser un punto de arranque su con36
En la Presentación de este volumen, ya se comentó que desde
2016 este grupo de investigación viene trabajando en la categoría
de neobarroco como vía de acceso a algunas de las corrientes más
constantes y fecundas del arte contemporáneo2 . En un libro anterior
he desarrollado algunos aspectos de una aproximación teórica a
lo neobarroco, con sus notas de exceso, sobreabundancia y desplazamientos del significante por sobre el significado; su tendencia
a la cita y diálogo con las obras del pasado; sus contaminaciones
neomanieristas. En esa ocasión se subrayó que, en tanto que
tendencia contemporánea, no se trataría de una revisitación de
un tiempo o estilo del pasado, sino de su relectura y apropiación;
también, su sesgo latinoamericanista (2018).
Arquitecto notable, escultor, pintor, fotógrafo, casi no hay lenguaje expresivo que Jacques Bedel no trabaje, ni técnica en la que
no haya indagado3 . Tomando aspectos relativos a algunos de sus
temas y recursos más insistentes –las ruinas y las catástrofes; el
uso de pliegues y drapeados; la evocación de lo infinito–, propongo
alcanzar una mejor compresión de uno de los corpus de obra más
2 Ingente cantidad de bibliografía, desde el ensayo seminal de 1972, de Severo Sarduy (2011), a Gonzalo Celorio (2001), se viene desarrollado sobre esta categoría.
3 Para una panorámica de esta extensa producción, resulta imprescindible visitar su cuidada página (Jacques Bedel, 2017), así como los libros que se han ocupado monográficamente del conjunto de su obra (AA.VV. 2005 y 2008) o específicamente de su producción arquitectónica (Corona Martínez, 2020). Hay una biografía
medianamente extensa y múltiples citas a sus obras en el contexto del Grupo de los
Trece/Grupo CAyC, que integrara a lo largo de veintitrés años, en el dossier que he
dedicado a este grupo, publicado por el Centro Virtual de Arte Argentino (2013).
37
GRACIELA C. SARTI
contundentes de esa contemporaneidad en Argentina. Asomarse
trazos tenues de antiguas arquitecturas en la superficie curva de
a la obra de Jacques Bedel implica tanto un goce como un desafío.
una esfera que es el mundo. Pertenecen a este corpus, por solo
El goce es doble, ya que suma el placer intelectual –ese que se nos
mencionar ejemplos de los más conocidos, los treinta libros de
propuso como espectadores desde el “giro al concepto” setentista:
puesta a prueba de nuestras capacidades de análisis, enigma de
metáforas desarrolladas en nuevos materiales y técnicas–, cuanto
el disfrute del despliegue sensible, de una materia cuidadosamente
trabajada con recursos inventados por el artista para cada obra o
serie específica. El desafío es el de una multiplicidad que no se deja
atrapar en fórmulas únicas. Cada abordaje pudiera constituirse en
un recorte tan sesgado como equivocado. Tan solo la consideración
de su arquitectura, acertadamente calificada de “clasicismo sin
órdenes” (Corona Martínez, 2020: 14-19), podría desanimar la vía
que aquí tomamos.
Este trabajo asume, entonces, una perspectiva de análisis que
es también un riesgo. Declararlo como tal implica tratar de eludirlo:
Libros de la serie El país de plata, 1976
de ninguna manera esta aproximación pretende encerrar obra tan
variada en parámetros rígidos, sino ofrecer más bien una posible
vía de entrada, un camino entre los muchos que allí se pueden
transitar: el que nos lleva a tratar de entender, en la obra de Bedel, la constante presencia de la ruina, de la sombra, de lo móvil y
precario amenazando lo sólido y supuestamente permanente, de
la catástrofe como gran escenario de nuestro tiempo.
Los libros y las ruinas
Uno de los temas persistentes a lo largo de la obra de Bedel es
el de las ruinas: ruinas que se revelan al abrir libros cuidadamente
diseñados y encuadernados; vestigios de ciudades antiguas, apenas
Las ciudades de plata, 1977. Aluminio electrolítico s/ma150 x 150 x 7.5 cm
visibles en relieves que parecen vistas aéreas de paisajes desolados;
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
la serie El país de plata, de 1976; la extensa serie Las ciudades de
dines, sometiéndolos a esquema y a racional estructura, ahora
plata –conjunto iniciado con dos tintas en 1977, al que se le suman
la naturaleza toma su revancha, y en forma de yedra, jaramago
relieves, pinturas y nuevos libros entre 1978 y 79 y nuevos relieves
y lagartos va royendo los edificios del hombre, hasta irlos re-
en el 94–; también las primeras esferas con contrapeso, de 1985/86
duciendo a unos esqueletos asfixiados por el follaje, oprimidos
–Labyrinthos, El dios reencontrado–, entre otros.
por la vegetación triunfante.
La representación de ruinas está, como sabemos, fuertemente
connotada por su recurrencia en el periodo romántico: de las falsas
ruinas presentes en la jardinería inglesa, a las evocadas por caso
Por el contrario, las ruinas barrocas significan no tanto el triunfo
de la naturaleza sobre la obra del hombre, como el triunfo del
tiempo (2010).
en los paisajes de Friedrich o cantadas en la literatura – el ejemplo
En ese sentido, la presencia de la ruina en las artes plásticas y
del cubano José María Heredia, con En el teocalli de Cholula, de
la literatura barrocas estaría vinculada al mismo sentimiento que
1832, sería caso pionero para Latinoamérica–, hay una constante
habita en la vanitas, en esa frondosa alegoría sobre el paso inexo-
aparición de estos escenarios, que son vistos por el siglo XIX como
rable del tiempo triunfando sobre la belleza, la sabiduría, la gloria
adecuado entorno para el desenvolvimiento de sus dramas. Sin
militar y el poder. Pero con un agregado, pues mientras que en las
embargo, es en el barroco donde la ruina aparece en primer lugar
vanitas muchos objetos y personajes aun muestran su esplendor,
y con gran fuerza. Menudearon los paisajes con ruinas tanto en
bien que esplendor amenazado, “en las ruinas barrocas –piedra,
el siglo XVII español como en el holandés o el francés –Claude
flor o mujer¬- no encontramos sino el compacto silencio, la plena
Lorrain, entre los más conocidos–; la poesía barroca se detuvo con
inmovilidad de lo que jamás vivirá de nuevo, de lo que por nada
insistencia en el tema de la ruina. Por solo citar uno de los casos
ha sido sustituido” (Baquero Goyanes, 2010). O, dicho de otro
más conocidos, un fragmento del célebre poema de Quevedo:
modo, habita en la ruina barroca un sentimiento de crisis, esa que
“Buscas en Roma a Roma, ¡oh peregino!/ y en Roma misma a Roma
contrapesó el triunfalismo del siglo XVII con la clara conciencia de
no la hallas: / cadáver son las que ostentó murallas/ y tumba de
la inestabilidad de toda forma de poder y permanencia. Allí donde
sí propio el Aventino”. En palabras de Baquero Goyanes –bien que
la vanitas es anuncio, la ruina es profecía cumplida. Y su marco es
aplicadas a la literatura, pero muy válidas para los propósitos de
la historia.
este trabajo–, una diferencia puede establecerse entre una y otra
manera de entender las ruinas:
40
Las ruinas aparecen en la producción de Bedel ante todo como
libros encuadernados en arpillera, bellos volúmenes que, al abrirse,
(…) creo que un mismo tema, el de las ruinas, tiene sentido
se transforman en relieves. Inauguran una producción que tiene
distinto según se le contemple desde la perspectiva barroca o
en el libro una verdadera constante: difícil encontrar un autor que
desde la romántica. En ésta las ruinas representan el triunfo de
más haya trabajado sobre el tópico, no solo por ser pionero de lo
la naturaleza sobre la obra del hombre. Si éste, en el período
que luego se dio en llamar “libro de artista”, sino porque su produc-
neoclásico, pudo entrar con sus tijeras y sus medidas en los jar-
ción excede muy largamente el centenar de piezas con variados
41
GRACIELA C. SARTI
temas y técnicas. El primero de esos volúmenes, Hipótesis para el
incendio de una iglesia, de 1973, toma un tema planteado para la
misma época en otros soportes y apela a uno de los recursos que
Bedel desarrollará entre el 73 y el 74: el uso del papel quemado.
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
la casa de Federico González debido a una explosión; Hipótesis para
la verificación de daños producidos por un terremoto en el centro
de la ciudad de Buenos Aires e Hipótesis para la desaparición del
Pico Ojos del Salado en Catamarca, así lo revelan 5. Esta muestra,
presentada inicialmente en la Bienal Coltejer de Medellín, inicia un
extenso recorrido internacional que a veces incluye variantes. En la
que constituye una de las colecciones más completas conservadas,
perteneciente a la Universidad de Iowa6 , el envío de Bedel incluye
esta obra fechada en el año 73: la Hipótesis para el bombardeo de
la Basílica de San Pedro.
Hipótesis para el incendio de una iglesia, 1973. Estructura plegable en cartón
lustre quemado. Encuadernación arpillera. 49 x 40 x 4 cm
El año anterior, 1972, se había producido la muestra inicial del
Grupo de los Trece, Hacia un perfil del arte latinoamericano, muestra
colectiva integrada por obras realizadas en copias heliográficas y
bajo un formato unificado. Bedel presenta allí una serie a la que
titula Hipótesis: contraviniendo la racionalidad que el término suele
connotar, aquí implica la relación entre una premisa y un acto de
destrucción o catástrofe4 : los títulos Hipótesis para la destrucción de
4 La RAE registra dos acepciones para el término. La primera, de carácte
más general, implica la mera relación entre una suposición y una consecuencia. La segunda, la relación entre el supuesto y una investigación que
lo confirme o niegue. La hipótesis, como sabemos, está en el arranque de
toda investigación científica.
42
5 El conjunto se completa con un Estudio para la restauración de papel de
dibujo, tal como surge del catálogo presentado en junio de ese año para
la exposición en el Museo Caraffa de Córdoba. En otro lugar he señalado
la evidente confrontación entre la destrucción de grandes construcciones
del hombre o de la naturaleza y la posibilidad de reconstrucción de lo que
de por sí es frágil, el papel, pero que resulta el soporte básico de desarrollo
de cualquier proyecto o idea (2013). Queda pendiente para otro estudio
analizar la faz política de algunas de estas obras. En la Hipótesis para la
verificación de daños producidos por un terremoto en el centro de la ciudad de Buenos Aires, un plano del centro de la ciudad muestra las líneas de
fractura producidas por el supuesto terremoto, enhebrando los principales
edificios del poder local, del Congreso a la Casa de Gobierno o la Curia.
6 Se ha encontrado otra versión de esta muestra, constituida por 143 heliografías, en los depósitos del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile. Se
expuso recientemente allí –noviembre de 2020 a marzo de 2021-, en trabajo
conjunto entre este museo de Santiago de Chile y el MNBA de Buenos Aires.
Este conjunto no contiene la obra que se analiza aquí, y que sí se encuentra
en el de Iowa.
43
GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
es signo de la extrema crueldad que aplicaran los procesos de la
Inquisición. La crítica que el conjunto de estas obras supone, recae
también sobre la iglesia.
Hipótesis para el bombardeo de la Basílica de San Pedro, 1973. Copia heliográfica. Original en Xerox s/calco superpuesto de 120gr. 60 x 85 cm
La iglesia mayor de la cristiandad aparece sometida a un posible
ataque, y el plano sobre el que se registran los hipotéticos daños a
través del rastro del fuego sobre el papel, no es otro que el de Miguel
Ángel. Lo más alto de la cultura e historia occidentales es colocado
en situación de peligro, de una destrucción que eventualmente
puede continuar ante la mirada: si un efecto tiene el papel quemado,
es el de que se espera que la combustión continúe hasta devorarlo
todo. Este recurso aparece reiteradamente en la obra de Bedel en
esos años, tanto en la serie de dibujos Hipótesis para el incendio de
un cubo7 como en la serie Auto de fe. En el primer caso, la fragilidad
del papel quemado encarna lo que por definición sería un cuerpo
sólido, cuya concepción es fruto de la racionalidad; en el segundo,
7 También son Hipótesis otras obras escultóricas de ese periodo: Hipótesis
para una prisión e Hipótesis para la desaparición de una piedra (ambas de
1971); Hipótesis para la destrucción del puente de L´Anglois e Hipótesis para
la destrucción del Puente Avellaneda (de 1972). En cualquiera de sus formas,
se trata de propuestas de destrucción o deconstrucción que implican una
contraposición entre lo sólido y lo blando, o lo opaco y lo traslúcido, entre
lo racional y lo irracional.
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Hipótesis para el incendio de un cubo, 1973. Lápiz y papel quemado sobre
papel. 50 x 70 cm
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
Pero Hipótesis para el incendio de una iglesia se trata de un libro.
Un primer libro/caja que prenuncia muchísimos más, de factura
esmerada, precisa. Al abrirlos descubren una sorpresa en su interior,
algo se devela, se despliega; en este caso, es la maqueta de una
iglesia, realizada en cartón lustre quemado. El objeto tiene varios
planos y en todos ellos el fuego ha dejado su marca gris-negra y
amarronada. Pero aún no es una completa ruina; pronto lo será,
la hipótesis ha de confirmarse. Las ruinas que vendrán tienen su
antesala en estos incendios de papel.
Esas ruinas se inician con la serie El país de plata en 19768. Un
clima ominoso y violento venía apareciendo en otras obras escultóri-
Auto de fe, 1974. Lápiz y papel quemado sobre papel kraft. 220 gr. 183 x 122 cm
cas de esos años –por caso, la serie La peste, de 1975–. Al calor de
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la época, la obra de Bedel se vuelve intensamente política. Ahora
ese clima de destrucción se encierra en libros. En algunos libros
continúa la remisión a la iglesia y al pasado colonial; otros, aluden
al mundo precolombino. Se trata de un periodo en que comienza
este interés de Bedel por el pasado originario de América, interés
que continúa hasta nuestros días –actualmente se encuentra trabajando en la serie Memoria de América en tinieblas–. Hay en esos
años citas a la cultura chimú, entre otras.
8 También en ese año comienza una serie de pinturas bajo el mismo título,
pero en este caso se trata de paisajes con un horizonte bajo, una fuerte
horizontal donde confluyen cielo y agua, en remisión al Río de la Plata. La
técnica de realización incluye metalizaciones: óxidos de hierro, aluminio
electrolítico. Estas pinturas inauguran otra de las obsesiones o vectores
de la producción de Bedel, que es el trabajo con el horizonte: búsqueda
de infinito que ha llevado a postular, con muy buenas razones, la presencia de una estética de lo sublime romántico en su obra. Tal el caso de Ana
Battistozzi (en AA.VV., 2008: 24-51) quien lo vincula con Turner o Blake; o
de la ya citada Corine Sacca Abadi (en AA.VV., 2005: 44-114), quien aborda
extensamente su obra como un “romanticismo de nuestro tiempo”, y bajo
la lente de fecundos núcleos temáticos. Si bien, como se ha señalado, también la considera bajo la luz del neobarroco, la carga mayor de su análisis
está puesta en la categoría de lo sublime romántico (52-58).
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2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
En este periodo Bedel está experimentando con electrólisis
para la realización de sus obras. Géneros mineralizados habían
sido utilizados para los conjuntos La vuelta al hogar y La sentencia
(1973), entre otras piezas. Aquí se aplica la mineralización –hierro
o bronce patinado-, a estos relieves encerrados en los libros/caja
logrando sumar, a la forma de la ruina, el matiz del óxido con sus
connotaciones de paso del tiempo y deterioro del material: el
procedimiento artístico aúna riqueza visual y dato significante.
Estos libros serán parte relevante del envío a la ya mítica XIV Bienal
de San Pablo del año 77, donde el Grupo de los Trece obtuviera el
Gran Premio Itamaraty con una muestra colectiva llamada Signos
en ecosistemas artificiales.
El país de plata, 1976. Metalización con bronce. Patinado. Encuadernación arpillera, 35 x 25 x 10 cm
El país de plata, 1977. Hierro y aluminio s/material sintético. Patinado gris oscuro.
Encuadernación arpillera, 70 x 50 x 20 cm.
Jorge Glusberg, Jacques Bedel y el Gobernador del Estado de San Pablo,
Paulo Egydio Martins, ante la obra de Bedel en la XIV Bienal de San Pablo, 1977.
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
También aparecen las ruinas en el año 77 en un nuevo conjunto
de Bedel: desde éstos iniciales, a lo inconmensurable de las posi-
de libros y en relieves llamados Las ciudades de plata (Imagen 3).
bilidades combinatorias de los más recientes, como se verá en el
La coloración, los materiales y trazos sobre las superficies de los
penúltimo punto de este trabajo.
relieves recuerdan a las pinturas iniciadas el año anterior. Pero la
disposición en el plano implica un punto de vista cenital y desde
una altura considerable. Los libros acercan las ruinas, las ponen
al alcance de la mano, tesoro descubierto al abrir una caja; los
relieves las alejan, descubrimiento a la distancia de lo que apenas
se entrevé en medio del paisaje. Como ha señalado Florence Baranger, “vistas aéreas de ciudades en ruinas cuyos reflejos metálicos
pueden verse o no, de acuerdo a la posición del espectador. Este
simulacro de espejismo se refiere a las fabulosas construcciones de
plata imaginadas por la codicia de los conquistadores de América”
(en AA. VV., 2005: 334) .9
El pliegue barroco en la obra de Bedel
Como es notorio, lo textil tiene amplia presencia en el barroco:
ropajes suntuosos y pesadas cortinas se multiplican en pinturas y
esculturas, y aún se proyectan sobre la arquitectura bajo la forma de
relieves, ya sea en mármol, bronce, madera o yeso. Particularmente
en la escultura, la solidez de los materiales queda trasgredida por el
trabajo del modelado o del cincel, que los transforma en pliegues
delgados y les otorga la superficie texturada del brocado o calada
del encaje. Deleuze ha teorizado sobre las implicancias filosóficas
La ruina no comparte nada […] el edificio de la ruina, es él.
de la presencia del pliegue, y su relación con un modelo textil para
Vos vas a San Pedro, y San Pedro no es San Pedro, es toda la gente
el barroco, modelo que se percibe claramente en la vestimenta:
que hay adentro. La ruina tiene una personalidad propia que no
“Si existe un traje propiamente barroco, ese traje será amplio,
comparte con el edificio habitado. Y una cosa sugestiva, una cosa
ola hinchable, tumultuosa, burbujeante, y, más que traducir los
de serenidad, que me encanta” (Bedel, comunicación personal, 26
pliegues del cuerpo, rodeará a éste con sus pliegues autónomos”
de enero de 2021). En las obras que estamos considerando, el pro-
(155). Bedel prefiere puntualizar el carácter o bien de drapeado, o
cedimiento artístico rescata todo ese encanto de lo que queda tras
bien de retorcimiento de su trabajo con telas mineralizadas (Co-
el paso del tiempo y su carga de destrucción. Solo que mientras en
municación personal, 26 de enero de 2021). Ambos son formas del
los relieves, que evocan un espacio real, es apenas perceptible, en
pliegue: el drapeado subraya su carácter ornamental, disposición de
los libros aparece con todo detalle. Si hay una propuesta respecto
la tela que se dobla rítmicamente sobre un cuerpo; el retorcimiento
de todo lo que puede encerrar y desplegar un libro, está en la obra
aprieta, ahoga el pliegue en la vuelta y revuelta sobre sí mismo.
9 Este juego con la percepción, este recurso de ocultamiento/desvelamiento que depende del movimiento del espectador, aparecerá en obras posteriores en otros formatos: tal el caso de los rollos Apocalipsis, de 1999, o de
la escultura El manantial, del mismo año. Se trata de potentes ejemplos de
relación con textos antiguos y de carácter sagrado, ya sea en cuneiforme
o en griego; si bien su análisis excede los propósitos de este trabajo, dejo
constancia de su existencia como muestra de la coherencia de la obra de
Bedel a lo largo de los años, más allá de la variedad de formas, técnicas y
soportes; también, de la amplitud de sus contenidos.
50
Veamos este pensamiento en obra:
Las primeras operaciones con tela mineralizada datan de 1973
y constituyen sendas instalaciones de potente contenido político.
Se trata de La vuelta al hogar y La sentencia, dos conjuntos de tres
piezas cada uno, que al alinearse parecen componer la secuencia
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
de un fusilamiento. La técnica empleada –invención de Bedel–,
implica la confección de una estructura de alambre para sostén de
cada pieza de tela, y la inmersión de las mismas en una batea, para
realizar la mineralización por electrólisis. Como puede observarse,
en el caso de La vuelta al hogar se han utilizado tres sacones cruzados; para La sentencia, se trata de ropa de trabajo, vestimenta
obrera que incluye los zapatos. El resultado es el de cáscaras vacías
de las que han desaparecido los cuerpos. La ropa se vuelve índice,
testimonio de la violencia ejercida sobre los cuerpos ausentes, en
una operación de traslación metonímica: tres etapas de una caída,
que es la de esos cuerpos que ya no habitan sus vestidos. Si la
vestimenta barroca, más que rodear al cuerpo lo excede como “ola
hinchable”, aquí sencillamente lo suplanta. Y en esa suplantación
La sentencia, 1973. Género mineralizado sobre estructura de hierro. Cada
pieza, 100 x 50 x 50 cm
hay una operación propia, distinta; ya no suplemento autónomo
También se ha trabajado con el diálogo entre el pliegue de tela
sino señalamiento de una falta. Otros autores han trabajado la
y el vacío en otras dos grandes composiciones de esos años: La
violencia política ejercida por fuerzas invisibles, desde afuera;
cabeza de Ramírez y La siesta del general Güemes, ambas de 1974
aquí la violencia invisibiliza los cuerpos y solo deja aquello que
(destruidas). Allí campea el género mineralizado como cortina en-
los envolvía. Inútil subrayar lo profético de estas dos instalaciones
volvente de un vacío que remite a la violencia política de la historia
respecto del devenir político de nuestro país en los años siguientes.
argentina del siglo XIX y, por extensión, a toda forma de violencia
en nuestra historia. Es muy sugerente la contraposición que hay,
en el corpus de obras de Bedel, entre la ruina como resto material
persistente y esta ausencia de los cuerpos.
Pero hay otras formas del vacío, que no son las de los cuerpos
escamoteados, sino un vacío de valores que reclama la sátira.
Durante muchos años la obra de Bedel transita por el paisaje, los
objetos, las arquitecturas, eludiendo la presencia de personajes.
La vuelta al hogar, 1973. Género mineralizado sobre estructura de hierro.
Cada pieza, 100 x 70 x 50 cm
Como acabamos de ver, estos son aludidos, que no mostrados, en
las víctimas de violencia de los conjuntos que se acaban de analizar. En 1994 Bedel inicia la serie Los dueños del mundo, esta vez sí
constituida por bustos de personajes engreídos, satisfechos de sí:
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
bustos que remiten, según sus propias palabras, al recuerdo de
Bernini (Comunicación personal, 26 de enero de 2021). Pero, lo que
en el siglo XVII es acto laudatorio, en la Argentina de los noventa es
crítica ácida, mordaz. El drapeado, de pliegues amplios, envuelve
y sugiere los torsos y sirve de soporte para las cabezas. Los rostros
se presentan hinchados, abotagados en su gesto de suficiencia; el
tratamiento de las superficies desnuda deterioro y corrupción: ni
honradez, ni esfuerzo, ni valores podemos esperar de estos “dueños del mundo”. Los bustos descansan sobre soportes en forma de
breves columnas, al modo clásico romano –hay versiones del año
siguiente, 1995, realizadas en resina tallada y cementada, donde
estas cabezas aparecen sin los géneros, irrumpiendo directamente
desde el fuste de columnas mucho más altas, bajo el título de Dura
Los dueños del mundo, 1994. Aluminio electrolítico. Cada pieza, 80 x 80 x 50
cm aprox.
lex, sed lex–. La confrontación entre las formas heredadas del
Hay también otra forma del pliegue en la obra de Bedel,
clasicismo y del barroco y la expresión de los retratados constituye
de aparición más tardía y con otros mate riale s. Es la que se
una ironía necesaria para enfatizar la vacuidad de las poses del poder.
registra como torsión y plano, realizada con plásticos, en la serie
Esa contraposición adquiere el tono de lo grotesco , entendida
Aproximación al mal; ya no volumen que sostiene falsos valores, sino
esta categoría como aquella que “aparece al romper los límites
rayo que se abate sobre los escenarios de catástrofe que abundan
culturales, comprometiendo y contradiciendo lo que es «conocido»,
en su producción de los últimos años. El pliegue se vuelve sobre sí,
«propio» o «normal» […] estrechamente unida al cuerpo” (Connelly,
se enrosca en furia apretada. Y se transforma en garra –la serie La
2015: 25). El carácter de materia en descomposición de algunas de
garra de Dios es parte de esta secuencia de obras–, que cae gene-
las carnaduras, frente al pliegue definido y ampuloso, refuerza esta
rando un cataclismo; inevitablemente, los paisajes de pesadilla
confrontación entre la pretendida dignidad y la verdad que cubre:
de la serie Aproximación a los sueños, todos de este periodo, se
una fealdad que recala en lo abyecto, aquello que se vincula con “la
visualizan como resultado de ese poder devastador.
10
disolución y el colapso” y que aplica al mundo corporal suscitando
repulsión (ibíd.:292).
10 Lo grotesco ya había aparecido en la obra de Bedel en las series Los
desastres de la guerra (1973) y Los príncipes australes (1982-3).
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2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
Escenografías de la catástrofe/ libros inconmensurables
Si algo define al barroco, y por extensión al neobarroco, es
su carácter teatral, escenográfico: poética del exceso, enfática,
consciente de sus medios y del impacto que genera en la sensibilidad
del espectador. En su vis contemporánea, esa forma del artificio
tanto puede asumir una actitud vacía y alienante, mera rendición
ante la “sociedad del espectáculo”11 como erigirse en compromiso
crítico, en advertencia necesaria de cara a los terribles desafíos que
enfrentamos: asume entonces formas que reflejan la desarmonía,
la ruptura de un saber centrado en sí mismo, y que se hacen cargo
de la tendencia actual al “destronamiento y la discusión” (SarAproximación al mal, 2007. PET 1.5 mm + PVC 0.35mm + PE sepia. 122 X 244 cm
duy, 2011: 35). Gran parte de los trabajos fotográficos que Bedel
viene realizando desde 2013 corresponden a esta categoría. A ella
pertenece la obra con la que iniciamos este recorrido; también, toda
una serie dedicada a uno de sus intereses centrales, la arquitectura.
Se trata de edificios cargados de historia, ya sea la historia del arte
internacional o la vernácula, inmersos en cataclismos. Sant´Agnese
in Agone en Roma, San Giorgio Maggiore de Venecia, o el Palacio
Pizzurno de Buenos Aires aparecen sometidos al embate del cielo
y del agua. Las imágenes son neobarrocas. El tratamiento material,
en cambio, honra uno de los principios básicos del hacer de Bedel:
lograr mucho con poco. Se trata de obras que se guardan como
rollos, y que adquieren toda su dimensión espectacular cuando
se las instala con la iluminación adecuada logrando el efecto de
tridimensión y de sombra sobre la pared del que hablamos al
comienzo de este trabajo. Lo laborioso es la técnica, lo complejo
es la imagen; nunca hay exceso del material, que aquí es liviano
y transparente.
11 En texto ya citado hemos publicado apuntes al respecto (Sarti, 2018). En
breve síntesis, se recordará aquí la temprana y dura crítica de Guy Debord
(1995) así como la categoría de retrosensacionalismo propuesta por Terry
Smith (2011).
Aproximación a los sueños, 2008. Transparencia Fotográfica S/PET, 120 x 180 cm
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2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
De la técnica e mple ada ya se ha hablado más arriba.
Subrayemos el tratamiento fotográfico tomando el ejemplo de Deus
ex machina. Sant’Agnese. Roma (2015). La iglesia elegida es una de
las obras clave de Borromini y del barroco romano, aquí inundada
y a cielo abierto. Los juegos de opuestos que caracterizan la obra
de Bedel están llevados a extremo contraste, al someter el interior
de un edificio emblemático a la intemperie y bajo una tormenta. La
palabra naufragio se presenta en asociación inmediata: naufragio de
la cultura tal como la conocemos y de su herencia histórica, bajo las
condiciones actuales de la existencia. El protagonismo de las olas
y las nubes entra en tensión con el despliegue de la arquitectura.
El artista ha ensamblado distintas perspectivas del interior de la
iglesia –se trata, siempre, de fotografías tomadas por el autor–.
De todos modos, ese espléndido interior queda encerrado por la
catástrofe. Lo que en la heliografía de 1973 quedaba reservado
a un plano bombardeado, con todo el peso de la mediación que
significa ser un plano, aquí es escena culminante, desarrollada.
Deus ex machina. El dios que baja del artilugio mecánico del teatro
no viene a resolver ningún conflicto, sino a manifestar su potencia
destructora,
En la obra actual de Bedel, nuevamente lo neobarroco se interseca con lo neorromántico, bajo las dos formas de sublimidad tal
como fueran postuladas por Kant en la Crítica del Juicio en 1790.
Ese espectáculo abrumador de sus edificios inundados por el mar
es una forma de evocar lo sublime dinámico, aquello que habla
del inmenso poder de la naturaleza en acto. Pero está también
Deus ex machina. Sant’Agnese. Roma.2015. Impresión digital sobre plástico laminado. 120 x 120, cm.
lo sublime matemático, que va en el sentido de la cantidad: es lo
inconmensurable, lo que escapa a toda posibilidad de medición y,
por lo tanto, no puede ser representado, ya que implica contacto
con la infinitud.
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
Pero lo infinito puede ser evocado y ofrecido al sentimiento.
Por definición, lo sublime es el sentimiento ambiguo que surge
en el choque entre aquello que supera a la razón, y por lo tanto
produce dolor, pero al mismo tiempo placer, ya que la razón puede
tomar conciencia de eso que le excede, y elevarse con ello. Y eso
aparece en la obra de Bedel, evocado por otras formas, ligadas a
la fotografía y al libro.
Desde 2004, Bedel viene trabajando en la producción de libros
realizados con fotografías sobre PET12 , de hojas transparentes e
intercambiables. Los primeros corresponden a la serie Radiografía
de la pampa. No se trata solamente de establecer vínculos con el
ensayo de Martínez Estrada, crítico del declive político y cultural
de la Argentina de la década del 30, que los hay, claro está: Bedel
es un autor con múltiples referencias a la literatura, pero sobre
todo a la ciencia y a la historia, dos de los puntos clave de su muy
nutrida y organizada biblioteca personal. Se trata también del inicio
de una práctica que, de modo discreto, busca la relación con lo
Ad infinitum. Medusas, 2015. Impresión digital en 12 hojas de plástico laminado. 30 x 30 cm
inconmensurable. Los libros sobre PET que siguieron, adquirieron
el título general de Ad infinitum. Ya se trate de fotografías de nubes,
de retazos de paisaje de nuestro país con flora característica o de
Bedel sabe bien todo lo que cabe en un libro, no por nada hace
retratos, las posibilidades combinatorias que proponen las hojas
décadas homenajeó con El libro de arena (1984), las posibilidades
intercambiables y las sucesivas transparencias exceden la medida
infinitas que Borges había postulado. En época reciente nos lo
de lo representable. Según cálculo que le realizara un matemático,
recuerda con Thalassa (2018), que debe su nombre a la palabra
en los casos de libros con hojas que solo admiten una posición en
griega para designar el mar. Y un mar es el que se abre en este libro/
el sentido vertical, las posibilidades combinatorias de un volu-
caja al desplegar del vinilo; parece imposible que tanta extensión
men de doce folios llegan a 10¹³. En el caso de hojas cuadradas,
pueda caber en un formato tan pequeño. Nuevamente la tensión,
con imágenes que admiten una rotación sobre su eje, como es el
el juego de opuestos, la sorpresa.
ejemplo de las medusas, la cifra se vuelve sideral: 3,9 x 10²° (Bedel,
comunicación personal, 26 de enero de 2021).
12 El material es un polietileno que permite una singular transparencia.
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
por ser trasgredida, allí donde se le exige ir más allá de sí misma.
Entonces, la piedra se vuelve ingrávida o mórbida, la madera calada
y transparente; la pared, en verdad portante, se ondula o se abre a
perspectivas ilusorias. En la faz neobarroca de la obra de Bedel, en
cambio, la materia resulta más que trasgredida, agredida: muestra
o bien su superficie lacerada o carcomida, o su oquedad, o su ser
fantasmático. La operación enfática propia del barroco queda
desnudada, desarticulada ante todo por el trabajo con el material
y por las técnicas empleadas. Desde la propia manipulación de la
materia, se proclama su caducidad, su inevitable caída, toda vez que
se trata de una materia que históricamente ha encarnado formas
de celebración del poder. Invocando las fuerzas del fuego, del agua
Thalassa, 2018. Carbono electrolítico y aluminio sobre madera con policloruro
y del paso del tiempo, Bedel recuerda aquello que también habitó
de vinilo laminado. 140 x 500 cm
en el barroco occidental del siglo XVII: la profunda convicción de
Conclusión: La materia herida
que, al final, todo poder es pasajero. Pero mientras que en aquel
periodo histórico, al paso destructor del tiempo le sobrevivía “la vida
El universo barroco es el del exceso de la materia y de las for-
de la fama”, aquí lo que sobrevive es un acto intelectual: ese que
mas. En el arte occidental del siglo XVII, la forma se desarrolla en
cabe en las páginas, tal vez infinitas, de una biblioteca, de un libro.
curva y contracurva, en pliegue y elipse, en torsión y arabesco,
construyendo representaciones tan enfáticas como ilusorias. Allí
donde no está, se invoca la suavidad del terciopelo, del armiño y
de la seda, de la carne nacarada. Las formas tienden a salir de los
marcos, los relieves invaden las arquitecturas. Como bien sabemos,
detrás del esplendor está, como un bajo continuo, la latencia de
la muerte.
Pero me interesa aquí enfatizar la cuestión de la materia13 . En
el barroco, la materia esplende dos modos: por sí misma –brillos
del oro, el bronce y el mármol, superficies satinadas del óleo¬– y
13 La cuestión de la materia en el barroco ha sido señalada por Deleuze
desde una perspectiva particular, allí donde opone, desde la lectura de
Leibniz, a los infinitos pliegues del exceso de la materia, el encierro de la
mónada, del alma “sin ventanas” (1998).
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GRACIELA C. SARTI
2. DE RUINAS, CATÁSTROFES Y LIBROS. LO NEOBARROCO EN LA OBRA DE JACQUES BEDEL
Referencias bibliográficas
AA.VV. (2008). Jacques Bedel. Aproximaciones. Buenos Aires: Antoine Raymond. Textos de Ana María Battistozzi, Antoine Raymond,
Renato Rita, Florence Baranger.
AA.VV. (2005). Jacques Bedel. Ficciones. Buenos Aires: Ediciones
Larivière. Textos de Antoine Raymond, Fabio Magalhães, Corinne
Sacca-Abadi, Florence Baranger.
Baquero Goyanes, M. (2010). “Barroco y romanticismo (dos
ensayos)”. Alicante: Biblioteca Virtual Cervantes. Edición digital a
partir de Murcia, Anales de la Universidad de Murcia, núm.4 (194950), pp. 5-20. Disponible en: http://www.cervantesvirtual.com/nd/
ark:/59851/bmcst849 (Última consulta: 22/10/20)
Celorio, G. (2001). Ensayo de contraconquista. México: Tusquets.
Connelly, F. S. (2012). Lo grotesco en el arte y la cultura occidentales. La imagen en juego. Trad. de Amya Bozal. Madrid: La balsa
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Corona Martínez, A. (2020). Jacques Bedel: una cierta arquitectura. Buenos Aires: Inventarium.
Jacques Bedel. (2017) Página web del artista. Disponible online en: http://www.jacquesbedel.com/ (Última consulta: 23/8/21)
Debord, G. (1995). La sociedad del espectáculo. [1° Ed. en francés
1967]. Trad. de Rodrigo Vicuña Navarro. Santiago de Chile: Ediciones Naufragio.
Deleuze, G. (1998). El pliegue. Leibniz y el barroco. Buenos Aires:
Editorial Paidós.
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Torta de bodas femenina, 1992, pintura acrílica sobre tela, 200 x 150 cm
CAPITULO TRES
Ornamentación y sentimientos:
estrategias neobarrocas para una
retórica de las emociones en la
obra de Carolina Antoniadis
Adriana Lauria
Tempranamente Antoniadis reconoció en la pintura un campo
de fuerzas en el que formas y colores se abren paso para interpretar,
de manera eficiente, el farragoso mundo de sensaciones al que,
como animales humanos, estamos lanzados. La artista asumió este
credo y, haciendo uso de algunas de las estrategias que su época le
habilitó, se apropió alternativamente de diversas modalidades de
la historia del arte. Comenzó por la de los modernos, cuya revisión
estaba a la orden del día en el momento en que completaba su etapa
67
3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
ADRIANA LAURIA
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
formativa y, a la vez, iniciaba una temprana carrera realizando su
y las resoluciones formales, como a los contenidos y motivos que
primera exposición individual en 1987.
pasan trasformados de una serie a otra, creando una suerte de bajo
1
El anhelo y la pasión por la práctica del dibujo primero
continuo que hace distinguible su estilo.
–coloreado con pinturas al agua, en el que predomina la línea– y
Mucho se ha hablado acerca de la perfecta adscripción de su
luego de la pintura, que jalonará los más importantes ciclos de su
obra a las condiciones del neobarroco2 que emerge “como clave
pródiga producción, la impulsaron desde el principio. Defendidos
de época contemporánea”, tal como señala Sarti al comentar las
con persistencia y constancia han sido motores de su obra hasta
reconsideraciones teóricas del barroco realizadas por Severo Sarduy
el presente, aun cuando su camino estuviera siempre abierto a la
en 1972 (2018: 12). Antoniadis las asume cuando en 2002 da el nom-
experimentación con otras técnicas como la serigrafía con la es-
bre de Perla irregular a una de sus muchas muestras individuales,
tampó textiles aplicados a sus cuadros, los relieves realizados con
haciendo explícita la etimología del término barroco, encontrando
siliconas o con la misma pintura acrílica –con la que ha realizado la
en ella una denominación poética a la vez que el reconocimiento
mayoría de sus ciclos pictóricos– colocada sobre los soportes con
de una filiación estética.
manga de repostería (ver página 66, 70 y 71), o sus numerosas piezas
cerámicas. También ha estado abierta a la ampliación de formatos
desde el mural a las instalaciones, a la revisión de fuentes con las
que ha elaborado las temáticas de sus series, echando mano a un
extenso archivo de imágenes y objetos de las más diversas procedencias que ha coleccionado desde muy joven, además de hacer
de la reelaboración de recursos ya transitados un campo de nuevos
descubrimientos al rescatar, con atenta mirada, aspectos inexplorados. En este sentido, la artista misma señala que el concepto que
mejor describe su modus operandi es el de reciclado, aplicado tanto
Las estrategias implicadas se hacen evidentes en su producción
cuando, entre otros procedimientos, apela a la imagen fragmentaria y su ampliación en los detalles, a la mezcla de escalas, a las
citas constantes. También cuando acude a los modos de la cultura
de masas y, en el afán de traer del pasado una época idílica –que
la artista encuentra en su infancia y primera juventud, bajo el
amparo amoroso de un entorno familiar sin fisuras–, se apropia
de los elementos de la cultura pop junto a puestas en escena que
teatralizan esas evocaciones.
a los repertorios de la historia del arte, del diseño y la decoración de
El pulso neobarroco también puede medirse en la búsqueda
los que habitualmente se apropia, a los procedimientos materiales
plástica, tanto por la disposición de las formas en la composición
1 A instancias de Luis Felipe Noé, que la animó a dedicarse de lleno a la
pintura a partir de que le enseñara los beneficios de la pintura acrílica, realizó esta exhibición en la Galería Altos de Sarmiento de Buenos Aires. En
ese mismo año participó de varias muestras como miembro del Grupo de
la X, organizado por el artista Enio Iommi para dar visibilidad a un grupo de
jóvenes artistas emergentes entre los que estaban, además de Antoniadis,
Ernesto Ballesteros, María Causa, Gustavo Figueroa, Ana Gallardo, Enrique
Jezik, Jorge Macchi, Gladys Nistor, Juan Paparella, Martín Pels, Andrea Racciatti y Pablo Siquier. Esta generación dio un nuevo semblante a las expresiones del arte argentino contemporáneo, introduciendo inquietudes y estrategias propias de la tardomodernidad.
68
o por las vibraciones cromáticas, de tensiones, inestabilidades y
sugestiones de movimiento y, sobre todo, en la proliferación de un
capital ornamental recopilado y transmutado a lo largo de décadas,
2 Quizás quien más pormenorizadamente haya analizado las características del neobarroco en la obra de Antoniadis haya sido Claudia Laudanno
en tres textos críticos que introdujeron sendas muestras: “Barroca anomalía” (2002), “Un nuevo horror al vacío” (2002) y sobre todo “Cuando el vértigo del artificio se interna en el infierno de lo bello” (2003).
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
esparcido hasta el paroxismo sobre cada resquicio de la superficie
pictórica en consumado horror vacui. Incluso, a pesar de que su
trabajo se atiene a la condición bidimensional del cuadro –tributo a
la pintura moderna que mantiene como código primario–, no deja de
ensayar los potenciales desbordes de una espacialidad que parece
siempre controlada, pero que se permite, en medio de zonas de
diseños abstractos, abrir ventanas por las que asoman cotidianas
relieves de pasta pictórica; o dilatar la propia naturaleza del cuadro
en instalaciones que combinan –en una continuidad expansiva–
bastidores, pintura mural, objetos cerámicos, fotografías o piezas
de mobiliario. Asimismo, examina la manera de desafiar las leyes
de la perspectiva clásica –en tanto sistema racional de representar
el espacio– probando escorzos, visiones en abismo, vertiginosas
composiciones diagonales, todo sin apartarse un ápice de una
gramática pictórica que, inexorablemente, aplica el color de manera
plana, aunque juegue siempre con sus propiedades vibratorias y de
dilatación feérica, sobre todo cuando irradian los dorados.
Ella-Él, 1994, pintura acrílica sobre tela, 200 x 150 cm, Colección particular, Buenos Aires
intimidades; o exceder los límites de las superficies adicionando
Ella-Él (Detalle) 1994, pintura acrílica sobre tela, 200 x 150 cm, Colección
particular, Buenos Aires
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Tiempos y modos: el pop como rememoración
La obra de Antoniadis está abarcada por series fecundas que se
desarrollan sobre todo desde mediados de los años 80 y durante
trabajos bajo la denominación de “auras”, quizá porque intentaba
captar esos intuidos fenómenos cuya emanación parte de cada
individuo y parecen relacionarnos.
los 90, en las que es recurrente el impulso autobiográfico que la
llevó a plasmar interiores de habitaciones con los que se identificaba y prendas de vestir deudoras de su primera inclinación
por la moda y la decoración que, desde muy niña su madre supo
inculcarle y que hicieron al desarrollo de su gusto por el cuidado
estético personal y de su entorno3. Este sesgo se transfirió a un gran
número de pinturas, en las que además aparecieron prodigiosas
texturas de elaboradas comidas, primorosas vajillas, muebles de
variados estilos y toda clase de aderezos hogareños, más de una
vez atravesados por irónicos comentarios acerca de los encasillamientos sociales considerados desde una perspectiva de género.
En ciclos sucesivos también aparecieron hitos importantes de la
vida de la artista, donde eventos traumáticos como la enfermedad
y las pérdidas familiares encontraron espacio de expresión, ya sea
como doloroso tránsito o sentida evocación.4
En las pinturas que cruzan hacia el presente siglo, cuyo conjunto hemos llamado Tiempos y modos (2018: 144) por el empleo
en la mayoría de sus títulos de las denominaciones de los tiempos
Vacío extremado, 2004, pintura acrílica y laca sobre tela, 150 x 150 cm,
Colección particular
verbales, la artista vuelve a esas evocaciones como rescate de una
feliz arcadia. Comenzó con dos obras en las que ensayó maneras
En Vacío extremado (2004) las figuras expresan en sus acciones
de representar algo que no es visible pero que, sin embargo, nos
y vestimentas momentos de esparcimiento, como vacaciones, en-
impulsa, como es la energía vital y espiritual. La artista agrupó estos
cuentros festivos o juegos. Están inmersas en una trama multicolor
3 Este interés se vuelve conocimiento experto cuando no solo realiza investigaciones sobre el tema para sus pinturas, sino para sus clases como
docente de las recién creadas carreras de Diseño de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA, siendo Profesora Adjunta de la cátedra
Skific Saltzman de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil desde 1990
a 2001.
4 Sobre estas obras aquí aludidas, ver Lauria, A. (2018: 135-144)
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de franjas curvas que se entrecruzan para formar un diseño que
guarda cierta relación con las cuadrículas deformadas que se emplean para representar la noción de espacio-tiempo. A esa trama en
expansión, reversible en cuanto a su percepción cóncavo-convexa,
la artista superpuso otra de pequeños cuadrados pintados con
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
laca translúcida que tienen la irregularidad que otorga el trazo a
mano alzada, y que da al conjunto el aspecto de un mosaico hecho
con venecitas. De esta forma, modificó por transparencia el valor
de los colores y contribuyó a abigarrar las texturas de superficie
complicando la visión de los personajes –cuerpos lisos, definidos
con siluetas de cabezas y extremidades en planos color piel– y desdibujando los detalles, tal como hace el tiempo con los recuerdos.
vividos. No obstante, su alegría y dinamismo supone la generación
de esos halos de brillante cromatismo que contornean cada figura,
desde la cual se expanden como ondas en el agua. Este recurso será
el que la artista, con algunas variaciones, utilizará como leitmotiv
de este conjunto, presentándose tanto como diseño de fondo o
superpuesto sobre los personajes. Así, en Felicidad utópica (2004)
, aparece independiente de los límites de las figuras, manteniendo
su vibración visual y significativa. Los efectos ópticos juegan como
metáfora de un campo de fuerzas que los seres y las cosas a veces
irradian y en los que se precipitan. Sus diseños y colores evocan
los efectos psicodélicos de los años sesenta y tempranos setenta,
anclaje de época confirmado por peinados y atuendos.
Aura expandida, 2005, pintura acrílica y laca sobre tela, 150 x 150 cm
En Aura expandida (2005) presentó escenas en las que el romance
y el baile son los tópicos de una pretérita y despreocupada juventud.
El artificio de los gestos y las posturas hacen pensar más en una
Felicidad utópica, 2004, pintura acrílica y laca sobre tela, 150 x 150 cm,
Colección particular, Portugal
representación cinematográfica o publicitaria que en momentos
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Pero estos halos concéntricos también pueden asociarse a las
vetas de minerales de la familia de los cuarzos como el ágata, que
requieren para formarse de largos procesos de sedimentación. O
a los anillos del tronco de los árboles que dan testimonio de su
edad. En ambos casos, la referencia al paso del tiempo y sus consecuencias, se torna álgido. La elección de títulos que corresponden a las conjugaciones de verbos, privilegia esta relación. Tanto
en Futuro imperfecto (2005), como en Pretérito imperfecto (2006)
o Presente imperfecto (2006) , se agolpan las imágenes extraídas
del álbum fotográfico familiar, fuente de toda esta serie. La misma
artista aparece retratada de niña y adolescente rodeada del núcleo
afectivo primario de padres, hermano, abuelos y tíos, cuando aún
eran parte de una cotidianeidad inimaginable sin ellos. En esta
evocación, Antoniadis juzgó que estos tiempos de verbo son im-
Futuro imperfecto, 2005, pintura acrílica y laca sobre tela, 200 x 260 cm
perfectos porque así los vuelven las ausencias determinadas por
el ineludible destino humano. Las imágenes rememoran épocas
dichosas, ya que los registros destacan acontecimientos dignos
de atesorar: festejos, juegos, reuniones, vacaciones. La vivacidad
de los colores y el dinamismo de las composiciones acompaña los
sentimientos despertados por el recuerdo de una infancia protegida
y despreocupada que, en mirada retrospectiva, se parece mucho
a la felicidad.
Pretérito imperfecto, 2006, pintura acrílica y laca sobre tela, 200 x 260 cm,
Colección particular
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Presente imperfecto, 2006, pintura acrílica y laca sobre tela, 200 x 260 cm
Proyecto discontinuo, 2005, pintura acrílica y laca sobre tela, 150 x 150 cm
Pero los planes a veces se interrumpen, como parece sugerir
Proyecto discontinuo (2005), o la tristeza puede avanzar, como
células cuyo crecimiento va invadiéndolo todo –como la enfermedad o el simple envejecimiento–, alusión que se entrevé en Modo
melancólico (2011).
Los anillos de crecimiento de los árboles, además de sus años,
pueden dar testimonio de una temporada lluviosa, de una sequía
o de alguna catástrofe como un incendio o una inundación, según
sea su grosor, color o textura. Con los recursos del arte, Antoniadis
crea para este ciclo un sistema equivalente por medio del cual poder
identificarnos y reconocer el compuesto de afectos y recuerdos del
que estamos hechos.
Modo melancólico, 2011, pintura acrílica y laca sobre tela, 100 x 100 cm
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Domus referencial, 2006, vista de la exposición. Pintura mural, jarrones de cerámica esmaltada y pinturas instaladas:
Híbrida y Ambigua, pintura acrílica sobre tela, 2002
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Amplificar las emociones: murales, intervenciones e instalaciones
La primera vez que Antoniadis expandió su hacer pictórico a los
muros fue en 2006, en Domus referencial, exposición antológica que
presentó en el Centro Cultural Recoleta. La muestra recorrió los momentos clave de su producción y, tal vez por ello, tuvo la necesidad
de superar los límites de los cuadros para monumentalizar algunos
personajes y temas preferidos. Muchos de los motivos que saltaron
a las paredes provenían de la serie Tiempos y modos –presentada
en esa ocasión–, en diálogo con obras anteriores como Híbrida y
Ambigua, exóticas figuras femeninas de facciones orientales y atuendos occidentalizados, pintadas sobre barroquizantes y significativos
soportes elípticos [Imagen 11]. En ellas, que han sido elegidas en
más de una ocasión como emblemas de género,5 Laudanno analiza
la complejidad de la naturaleza femenina en la contemporaneidad,
además de la significación de las conformaciones decorativas en
su interacción con los personajes que, en estas obras, exceden por
lejos el mero juego formal:
fondos… pintados en tintas planas, generando una trama caleidoscópica, que avanza vertiginosamente hacia el primer plano,
compitiendo con la magnificencia de la mujer-fetiche. (2006: 23)
En acuerdo con su título, la muestra Domus referencial remitía
al hogar, a ese primer núcleo vital y afectivo constituido por la familia. Presente desde los comienzos de la producción de la artista,
apareció con fuerza en algunas series de los años noventa. Pero en
las últimas obras, aquellas comentadas anteriormente, poseedoras
de la ‘imperfección’ de los tiempos conjugados con ausencias y
vacíos, el tema se volvió excluyente. Las imágenes de los padres,
de la artista niña junto a su mamá y su hermano en un parque de
diversiones, o todos ellos posando junto a su automóvil, fueron
tomadas de pinturas como Test familiar (2005) , Felicidad utópica
(2005) o Proyecto discontinuo (2005), jalonando los muros de las
salas, transformándose por su tamaño en perentorias presencias a
fuerza de evocación. En conjunto conforman una puesta en escena
que se completa en su teatralidad neobarroca, con los grandes y
magníficos jarrones de cerámica esmaltada con brillantes colores
y dorados, que, con escenas y personajes de la misma temática
Híbrida, al igual que su par Ambigua -otra tela ovalada de las
que las pinturas, rodeados de profusa decoración y dispuestos
mismas dimensiones, fechada también en 2002– son el resultado
sobre una mesa, tenían por propósito recrear el amoroso arreglo
de la mezcla sincrética de varios modelos de mujeres: la exótica,
de las casas en las que transcurrió la infancia de la artista, cuyos
la estandarizada, la oriental, la occidental, la moderna, la post-
perfiles estéticos y emocionales calaron tan profundamente en su
moderna, la funcional, la adornada, la niña, la adulta, etcétera.
trabajo pictórico.
Por ello, son más femeninas que lo femenino y no les queda
más escapatoria que camuflarse en un abrazo abigarrado con
los círculos o las elipses multicolores que tapizan sus profusos
5 En 2016 Antoniadis las volvió a utilizar como piezas centrales de Dilemas
de género, otra intervención mural que realizó para la exposición Mitominas. 30 años después, que bajo la curaduría de María Laura Rosa se realizó
en homenaje la primera muestra realizada por Monique Altschul, para dar
visibilidad al arte y las problemáticas de las mujeres, experiencia repetida
en 1988, en todas las ocasiones en el Centro Cultural Recoleta.
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Test familiar, 2005, pintura acrílica y laca sobre tela, 150 x 150, Colección particular,
Panamá
Ampliación de la fotografía del comedor de la casa de la artista en La Lucila y jarrones
esmaltados, instalación en la exposición Pluscuamperfecto, galería Del Infinito, 2006
En los murales efímeros que realizó para Urbanidades (2008)
Esta última operación fue replicada en la exposición individual
–exhibición integrada por artistas franceses y argentinos que bajo
titulada Pluscuamperfecto, que en paralelo se presentó en la galería
la curaduría del crítico francés Philippe Cyroulnik se mostró en el
Del Infinito. Allí jarrones similares se dispusieron delante de una am-
Centro Cultural Borges– reiteró personajes mostrados en 2006. Los
pliación a tamaño natural de una fotografía del primoroso comedor
recreó buscando, en su propio repertorio iconográfico, la pertinen-
del hogar que los Antoniadis instalaron en la localidad bonaerense
cia al tema propuesto que tenía que ver con la vida en la ciudad,
de La Lucila, tras mudarse de Rosario por obligaciones laborales del
sus espacios, su devenir. De nuevo eligió la familia tipo frente a
padre. La muestra funcionó como una suerte de prolongación de
su auto, el grupo de niños disponiéndose a jugar a la pelota y la
la efectuada en el Centro Cultural y, entre ambas, protagonistas y
cabeza recortada de una mujer en primer plano, figuras que por su
narraciones trazaron un itinerario circular que obligaba a recorrerlas
encuadre revelaban su procedencia fotográfica. A estas transcrip-
para ahondar en la atmósfera afectiva que proponían.
ciones agregó, apropiándose del trazo espontáneo de las pintadas
callejeras, una cruz y el esquema de un cochecito de bebé, signos
con los que suelen marcarse determinadas viviendas que, según
códigos delincuenciales, indican la vulnerabilidad de una casa vacía
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
o de una mujer sola con niños. En contraste con la despreocupada
ambientar los productos de una fábrica de sillones, incluidos
actitud de los personajes, la atmósfera de amenaza se completó
en ellas en pequeña escala, y que le habían sido encargadas por
con alambres de púas sobredimensionados, definidos sobre uno
aquella empresa como modelos para participar en una feria de
de los pilares de la sala con trazos negros y un conjunto de siluetas
muebles y decoración. Estas maquetas fueron desde un principio
de aves que, en agitada bandada, evocaban el crescendo violento
un operativo estético que incluyó, a partir del producto dado, de-
del film Los pájaros de Hitchcock. Cada escena estaba separada
cisiones sobre todos los detalles de cada espacio: ornamentación
por guardas cuyos diseños recreaban la señalética citadina, como
de paredes, pisos y techos, elección de alfombras y almohadones,
la realizada con bandas rojas, amarillas y verdes tomadas de las
además de la inclusión, a modo de sello personal, de un cuadro
luces de los semáforos, las franjas diagonales blancas y rojas que
en el que se percibía el estilo Antoniadis, con sus características
circunscriben perímetros vedados, o las negras y amarillas que
figuras femeninas, escenas familiares, tondos, cerámicas esmalta-
determinan áreas de estacionamiento, conjunto de símbolos ur-
das, motivos dorados o complejos interiores. En su elaboración,
banos que conviene conocer, ya sea que signifiquen restricciones
si bien lúdica –la artista ha admitido el gozo que le produjo armar
socialmente consensuadas o secretas alertas.
estos ambientes similares a los de las casas de muñecas– manejó
la tensa y, por momentos, paradojal relación entre obra de arte y
decoración, poniendo sobre el tapete la superflua motivación de
algunos compradores de obras, en el mero hecho de que podrían
“hacer juego” con los muebles o con alguna otra peculiaridad del
lugar de destino. Una zumbona ironía se manifestó en la elección,
dentro del repertorio de su propia producción plástica, de aquellas piezas que mejor hicieran ‘composé’ –un concepto habitual en
el mundo de la moda y el diseño de interiores– con el resto de los
elementos de cada ambiente, integrándolas como si fueran un
componente eventualmente intercambiable y válido tan solo por
su aspecto exterior.
Intervención mural (pintura sintética al agua) para la exposición Urbanidades, Centro
Cultural Borges, Buenos Aires, 2008
Directamente fotografías son las integran la instalación Suites
(2010), un título que alude a un tipo especial de alojamiento hotelero constituido por dos o más habitaciones conectadas entre
sí. Empleó registros de las maquetas que había construido para
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
El término suite también se relaciona con la música, en tanto
composiciones integradas por piezas instrumentales dispares pero
que, sin embargo, tienen un elemento de unidad entre ellas, noción
comparable a la mecánica de estas composiciones visuales en las
que importan el balance y la armonía dentro de la heterogeneidad
de los elementos constitutivos. En la instalación fotográfica culminó
la negociación con lo artístico, haciendo manifiesta la porosidad
entre elementos decorativos y elaboración estética, evidente en
sus obras desde el inicio. Enmarcó cada fotografía con octógonos
de formatos regulares o apaisados, con el propósito de trasladar al plano de las copias la presencia de la profundidad de las
maquetas originales. Con esta puesta realzó su teatralidad, a la vez
que acentuaba para cada pieza su carácter de objeto.
El reciclado de imágenes, motivos y materiales elaborados previamente en ciclos de pinturas sobre tela, es la principal metodología
con la cual la artista expandió su trabajo al espacio arquitectónico,
ya sea para obras temporales o de larga duración, en las que, sin
renegar nunca del plano –principal campo de operaciones de sus
propuestas–, pudo llegar a derramarse en relieves de cerámica,
muebles y objetos empleados sobre todo en las instalaciones. La
transferencia de los temas provenientes de sus cuadros sufrió, en
el transcurso de su traducción al muro, no solo adaptaciones técnicas, como el reemplazo de la pintura acrílica y las lacas por pintura
sintética al agua o impresiones digitales sobre vinilos –como en el
caso de los trabajos ejecutados para la estación Echeverría de la
línea B de subterráneos de Buenos Aires en los que predominan
Suites, 2010, instalación de fotografías tomas directas, medidas variables
las auras de la serie Tiempos y modos–, sino también traducciones
formales y compositivas, además del lógico cambio de escala.
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Mural Estación Echeverría, 2012, Línea B de Subterráneo, Buenos Aires
Molas contendoras, 2013, intervención mural (pintura sintética al agua), Mirador
Miraflores del Canal de Panamá
Textiles como las molas, junto con los aguayos del noroeste
Un ejemplo notorio fue el de Molas contenedoras, pintura que
realizó sobre un muro frente al canal de Panamá durante su participación en la Bienal del 2013 organizada por ese país centroamericano. En ella transformó los coloridos apliques de las molas –blusas
típicas de los pueblos kuna, originarios de Panamá y Colombia– en
multicolores diseños abstractos que ornan la representación de
un contenedor transportado por una barcaza, trasladando a esta
efímera intervención una habitual visión del canal de Panamá
cruzado constantemente por el tráfico naviero. De esta forma logró
hacer una síntesis entre la tradición textil ancestral y la principal
actividad de la nación moderna, trazando un paisaje cultural característico del país de acogida.
argentino, norte de Chile, Bolivia y Perú, así como los coloridos
huipiles de origen maya, fueron temas de un ciclo de grandes
composiciones realizadas entre 2009 y 2014, en las que la artista
recogió junto con las prendas y sus bellos diseños, elaboraciones
y bordados, ceremonias y danzas rituales, a veces mixturadas con
artesanías y actitudes propias de la cultura occidental (Lauria,
2018: 154-156). En estas obras, como en el mural panameño, es
posible distinguir esa identidad mestiza que muchos teóricos
como el filósofo ecuatoriano Bolívar Echeverría, encuentran en el
“ethos barroco” de la modernidad latinoamericana “resistente y
alternativa” (Sarti, 2018: 14). Antoniadis ejerce una “código-fagia”
–una de las definiciones del barroco que determina el mestizaje
cultural característico de la América post-colonial (Espinoza, 2012:
68)–, a partir de los motivos que admira en las realizaciones de
los pueblos originarios, incorporándolos a la enciclopedia de
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creaciones y diseños provenientes de las más diversas regiones
del planeta que, en años de estudios, viajes y coleccionismo, ha
sabido atesorar y reelaborar en sus obras.
Mola, 2010, pintura acrílica y laca sobre tela, 165 x 180 cm, Colección
particular, Panamá
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de una cartografía imaginaria en la que todas las eras y todas las
tradiciones se incluyen y se vuelven irreconocibles. (2010: 38)
Si bien el pop, en tanto movimiento artístico y moda, ha sido
relacionado en la obra de Antoniadis con la evocación del pasado
–época de la juventud de sus padres y su propia niñez–, se comprende
que considerado como tendencia se prolonga en las características
de la sociedad de las comunicaciones generalizadas, de estricta
actualidad. Se presiente en sus obras esa confluencia de tradiciones que producen un nuevo compuesto que, en su parecerse a un
sinnúmero de cosas, devela lo inédito.
Así como los textiles americanos fueron acertados para el contexto panameño, las series dedicadas a los temas de la infancia,
tan involucrados con sus evocaciones autobiográficas, se revelaron
adecuadas –junto con la representación de árboles y motivos florales–, para el ciclo de murales y decoración del mobiliario urbano
Mestizaje, 2014, pintura acrílica y laca sobre tela, 150 x 150 cm, Colección particular
Referido a este anclaje latinoamericano y la caracterización de
una cultura de mezclas, son atendibles las reflexiones de Valentín
que concretó en la Plaza Vicente Querido de la localidad bonaerense
de Vicente López en 2013. Estos trabajos junto a los emplazados en
el subterráneo metropolitano son, hasta el momento, las únicas
obras de la artista con permanencia en el espacio público.
Díaz en torno a considerar que el pop y el neobarroco –tan explícitamente presentes en la obra de Antoniadis–, son dos modelos de
imaginación superpuestos en tanto contemporáneos en los que
confluye la lógica de la “simulación”, pero divergentes en cuanto
a sus temporalidades. Serían “maquinarias de lectura” cuyo funcionamiento puede coincidir pero que
…mientras el tiempo de la imaginación pop es el presente, el de
la imaginación neobarroca se define, más bien, tal como señala
Severo Sarduy, en el espacio incierto, anacrónico, de la retombée:
sólo así lo latinoamericano se vuelve sinónimo… de la postulación
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Murales y decoración del mobiliario urbano, 2013, Plaza Vicente Querido, Vicente
López, Provincia de Buenos Aires
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3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Culminando con este recorte de la obra de Antoniadis centrado
Tres años después dio el mismo título a la intervención realizada
en lo que hemos dado en llamar la retórica de las emociones, nos
en la vidriera del Espacio OSDE de Buenos Aires, donde aquella
referiremos a una instalación de neto corte existencial que tiene su
potencialidad de la pintura pareció haberse concretado en la insta-
antecedente en una pintura de 2012 titulada Ocaso. Allí, el planteo
lación, ya que, a los elementos dispuestos en atestados estantes,
compositivo hace hincapié en la inestabilidad lograda por medio
sumó decenas de trozos de porcelana que también regaban el piso,
de la construcción de espacios dispuestos en diagonal. Aparece
otorgándole al conjunto el ruinoso aspecto que el título parecía
una visión desde lo alto y fragmentada de un estante que sostiene
implicar. El juego de superposiciones, propio de la manera de
figurillas de variada procedencia –una bailarina clásica, una japonesa
hacer de la artista, en el que intervienen diversas técnicas, tramas
con su kimono, algunos personajes identificables como chinos,
decorativas, planos de color, texturas de lacas translúcidas, figuras y
una escultura moderna, pequeños animales. El soporte colocado
escenas, fue replicado en esta intervención cubriendo con motivos
en una posición oblicua en extremo pronunciada, hace pensar en
florales los vidrios, de los que quedaron libres solo unos círculos
la irremediable caída en la que las figuras se harían añicos.
a modo de ventanas por los cuales el espectador podía asomarse
al cúmulo de elementos que poblaban el espacio de la obra. Con
esta decisión, que contradijo la función francamente mostrativa del
dispositivo donde la instalación se desarrolló, acicateó la curiosidad
al ofrecer visiones fragmentadas de los demás componentes de
la obra –el mueble-vitrina, los restos de porcelanas, el jarrón, el
biombo–, propiciando en el espectador una lectura participativa
que debía abrirse paso por entre las capas de pintura, de objetos
y de sentidos. La evocación de la madre de la artista, presente
en el biombo pintado por ella [ver página 101] y la referencia a
la fragilidad de la existencia, dramáticamente convocada por las
piezas hechas trizas, otorgan a la instalación un tono melancólico.
Ocaso, 2012, pintura acrílica y laca sobre tela, 200 x 200 cm
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Ocaso (detalle), 2015, instalación en la vidriera de OSDE, Buenos Aires
Ocaso, 2015, instalación en la vidriera de OSDE, Buenos Aires, ploteo sobre vidrio,
jarrón de cerámica intervenido, biombo, restos de vajilla rota.
ADRIANA LAURIA
3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
sino también de una amplia gama de emociones, de recuerdos que
A modo de conclusión
estructuran la visión subjetiva de las microhistorias personales, de
sensaciones que exceden los datos verificados por cada uno de los
En su ensayo El barroco y el neobarroco, Sarduy considera a este
sentidos –si esto pudiera darse en un estado químicamente puro–
par de términos íntimamente dependientes, como procedimiento
para activar las ensoñaciones, la imaginación, la fantasía, y sobre
retórico que desarrolla dos estrategias fundamentales: el artificio
todo la expresión de todo aquello que se agolpa tanto en la mente
y la parodia. La primera se manifestaría a través de mecanismos
como en el espíritu, que pugna por manifestarse, ya sea en el acto
de “sustitución, proliferación y condensación”, en su juego con el
de crear y realizar, o en el de observar e identificarse.
significante (Sarti, 2018: 12).
Parece fácil asociar estas nociones a diversos aspectos de la
producción de Carolina Antoniadis. Pero interesa aquí hacer foco
en una de ellas. Escribía Matisse en 1908: “Desearía alcanzar ese
estado de condensación de las sensaciones en que consiste el
cuadro.” (Hess, 1973). Y es en este principio donde hemos encontrado una relación profunda entre la obra de la artista y la sensual
poética del maestro francés. Esta condensación remite a un énfasis en los medios que evita toda la parafernalia que obligaba a la
Parecen venir en apoyo de lo anteriormente expresado, las
interesantes afirmaciones de Elena Oliveras cuando repara en que
La suspensión de la experiencia del cuerpo –plano, fragmentado y recortado en el espacio bajo la seductora apariencia
del vestido– tiene por efecto neutralizar diferencias entre lo
pictórico y el diseño o la decoración. Así, la irrepetibilidad
–y supuesta “seriedad”– de lo humano y la serialidad –y
fascinación– de lo decorativo se homogeinizan. (2006: 17)
pintura al esfuerzo ilusorio de la mímesis y ensalza el predominio
En algunas ocasiones se ha hablado del talante optimista y
del libre juego con el significante, es decir con la gramática de las
hasta trivial de esta reivindicación de lo decorativo como sistema
formas. Quizás es este punto donde confluyen la condensación de
expresivo. Sin duda es producto de una consideración apresurada,
la que habla Sarduy, la mentada por Matisse y la puesta en obra
anclada en el lugar común de una observación que, precisamente,
por nuestra artista.
no atraviesa la superficie que el mismo sistema visual que estamos
No puede decirse que en los trabajos de Antoniadis predomine lo
decorativo por sobre lo estructural, porque lo decorativo le confiere
su estructura. Y así como Adolf Loos, también en 1908, afirmaba en
Ornamento y delito (1972) que la falta de ornamento era un signo de
fuerza intelectual, Antoniadis –que lo ha parafraseado presentando
su producción bajo la denominación de “Psiquis y ornamento”– da
fe de que su ausencia puede ser síntoma de deshumanización, de
no consentir en que estamos compuestos no solo de razonamientos
100
considerando propone. Un análisis más sutil revela las capas de
sentido que toman cuerpo en la pródiga superposición de materiales, procedimientos técnicos, escenas, personajes, fuentes de
inspiración, citas, motivos, estilos y disciplinas, confluyendo en el
diseño de una amalgama que, en su modalidad de palimpsesto,
nos permite atisbar las trazas previas sobre las que se configuran
las nuevas escrituras de un texto visual que, en su diseminación
plural y simultánea, tiene el espesor y la complejidad de las
101
ADRIANA LAURIA
3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
facetas de la poliédrica existencia, tornándose así en un modelo
de acercamiento sensible a su comprensión.
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102
103
ADRIANA LAURIA
3. ORNAMENTACIÓN Y SENTIMIENTOS: ESTRATEGIAS NEOBARROCAS PARA UNA RETÓRICA DE LAS
EMOCIONES EN LA OBRA DE CAROLINA ANTONIADIS
Ocaso (detalle), 2015, instalación en la vidriera de OSDE, Buenos Aires,
ploteo sobre vidrio, jarrón de cerámica esmaltado, biombo.
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105
CAPÍTULO CUATRO
Exceso y tearalidad.
Apuntes neobarrocos
sobre el film
La artefacta
Jorge Zuzulich
Alejandro Schianchi
I.Imagen de “Nicola Costantino: La artefacta” (2015)
La secuencia que da inicio al film es sugerente: con fondo sonoro
de tormenta, en la primera imagen, Nicola Costantino se maquilla
y, en el fondo del plano, se ve una fotografía de ella misma caracterizada como la robot del film Metrópolis.
La secuencia continúa con un plano secuencia en el que se puede
apreciar dos medias reses, aún en el piso, atadas a cadenas. Ella
camina vestida con un atuendo blanco, cruzado en la delantera,
107
JORGE ZUZULICH - ALEJANDRO SCHIANCHI
el cual, al abrirse por obra y gracia de los movimientos, permite
entrever la piel de su cuerpo. Luego, ingresan dos asistentes que,
al jalar de las cadenas, elevan la carne: así las dos medias reses
quedan en posición simétrica, invocando la forma de una mariposa
que cubre una puerta que, en el fondo, había permanecido abierta
pero mostrando el vacío de una profunda oscuridad. A la vez, el
sonido de la tormenta es atenuado por el ingreso de la música
incidental que, desde aquí sostendrá una fuerte presencia, en
crescendo, hasta el fin de la secuencia.
La toma siguiente permite ver a un fotógrafo preparando su
cámara, a la vez que en el fondo, nuevamente, una fotografía en
donde resuena, formalmente, el estilo barroco (la luz que baña el
cuerpo cenitalmente). Costantino entra en cuadro y se sienta en un
sillón rojo aterciopelado. Se saca los zapatos, se acerca a la cámara
y, junto al fotógrafo, observa a través de la gran cámara fotográfica
a fuelle, la cual tiene una gran presencia. Sus gestos, remiten a lo
fotografiado, tal vez a la composición, quizá a la iluminación. En
definitiva a la otra escena, la que ha quedado fuera de campo. La
toma siguiente se realiza desde el punto de vista de la cámara:
vemos el espacio anunciado previamente, invertido por la propia
lógica de la camera obscura. Las dos reses, simétricas, y Nicola
Imagen de “Nicola Costantino: La artefacta” (2015)
entrando en dicha escena. Se sube a una plataforma (la cual queda
fuera de escena), detrás suyo las reses y, de frente a cámara, deja
caer su atuendo blanco y queda con el torso desnudo. La remisión
es innegable para: El nacimiento de Venus, de Sandro Boticcelli.
Toma final: la imagen invertida de la cámara y, de fondo y fuera
de foco, la escena borrosa que capta el dispositivo fotográfico;
como si este con su duplicidad, pudiera ser el que permite ver de
manera nítida.
108
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JORGE ZUZULICH - ALEJANDRO SCHIANCHI
4. EXCESO Y TEATRALIDAD. APUNTES NEOBARROCOS SOBRE EL FILM LA ARTEFACTA
Artificio, sensualidad, claroscurismo (posibilidad abierta en
ficcional del film, se presenta entonces, una dualidad constitutiva
donde la forma se desencadene de la luz y genera zonas en donde
de lo cinematográfico: la construcción y la naturalidad, la drama-
se pierden los límites entre aquella y el fondo) se articulan en una
tización y el registro.
lógica intertextual:
Jean Luis Comolli afirma que el Cine nació monstruoso, como
Citas que se inscriben precisamente en el ámbito de lo
“un collage divergente de una cabeza de Meliès en un cuerpo de
barroco pues al parodiar deformándolo, vaciándolo, em-
Lumière”. Una característica que ha quedado velada tras la dicotomía
pleándolo inútilmente o con fines tergiversados el código al
Ficción / Documental consolidada como la clasificación más general
que pertenecen, no remiten más que a su propia facticidad
sobre la producción cinematográfica, cuestiones tensionadas por
[…] donde sólo llegan a mostrarse los procedimientos fal-
el film de Cristiani en la medida en que dicha dualidad aparece
samente naturales que empleamos para dar la ilusión de
subsumida en un mismo pliegue.
ellos, para engañar, haciendo aparecer el espacio plano,
bidimensional de la tela, como una ‘ventana’, es decir,
como la abertura hacia una profundidad (Sarduy; 2011: 24).
Tanto la teatralidad, lo artefactual, la evidenciación del artificio, parecen convertirse en signos distintivos de lo neobarroco. El
En tal sentido, La artefacta funciona como médium para vehiculizar algunas reflexiones sobre el modo en que lo barroco pervive
en nuestra contemporaneidad artística.
II.-
sentido que abre esta posibilidad expresiva parece constituir una
Tal vez, la noción de teatralidad haya estado asociada al campo de
espacialidad signada por lo remisivo: una escena se abre dentro
las artes visuales modernas, en su acepción impugnatoria, al menos
de otra, sosteniéndose una en relación con la otra frente a nuestra
desde el siglo XVIII. Ya en las críticas sobre los Salones parisinos que
mirada.
el propio Denis Diderot escribiera para la Correspondencia Literaria,
Allí, paradójicamente, el juego de cajas chinas, a priori parece
delimitar con precisión, pero en realidad difumina los bordes de
lo representado y lo externo a él. Aporéticamente: lo obsceno
entra en escena. Todo ello en una temporalidad que no sabe de
indetenciones, y que en su proliferación permite la emergencia de
la obra como exceso.
de Friedrich Grimm, el término emerge portando un sentido negativo, en la medida en que designa a un modo representativo que se
aleja de la imitación de lo natural para regodearse en lo artificioso.
Desde otra perspectiva, cierta crítica de arte de corte formalista,
a mediados del siglo XX trazó un sentido convergente.
Si la pintura abstracta modernista implicaba una neutralización
Nicola Costantino: La artefacta (2015), film de Natalie Cristiani,
del cuadro en tanto objeto, el minimalismo acentuaba la necesi-
entrecruza obra y biografía de Nicola Costantino. De esta manera, si
dad de evidenciar la objetualidad del mismo, esta última cuestión
dentro del discurso cinematográfico lo biográfico tiene que ver con
se volvió problemática para la definición de lo pictórico en clave
un aspecto documental y la teatralidad se vincula con el carácter
modernista.
110
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JORGE ZUZULICH - ALEJANDRO SCHIANCHI
4. EXCESO Y TEATRALIDAD. APUNTES NEOBARROCOS SOBRE EL FILM LA ARTEFACTA
Para Michael Fried, crítico discípulo de Clement Greenberg, la
De esta manera, y como el propio Sarduy señala: “Lo barroco
presencia que manifiesta la obra modernista parecería no tener
estaba destinado, desde su nacimiento, a la ambigüedad, a la
duración, experimentándose “como una especie de instantanei-
difusión semántica” (Sarduy; 2011: 5). Y es factible que dicha vague-
dad […] como si un instante único e infinitamente breve fuera lo
dad, en su propia dispersión, pueda girar en falso y, en medio de
suficientemente largo como para verlo todo, para experimentar la
su desmesurada profusión, perder a su propio objeto, es decir:
obra en toda su plenitud y profundidad, y resultar convencido por
ella para siempre” (2004: 193).
El espacio barroco es el de la superabundancia y el desperdicio
contrariamente al lenguaje comunicativo, económico, austero,
Contrariamente, el minimalismo implicó la instalación de una
reducido a su funcionalidad –servir de vehículo a una información-,
lógica temporal en la obra, y esta deviene del señalamiento de la
el lenguaje barroco se complace en el suplemento, en la demasía
obra en tanto objeto que delimita una zona de situación para una
y en la pérdida parcial de su objeto (Sarduy; 2011: 32).
experiencia que incluye la totalidad del cuerpo del espectador, en
otras palabras, ese cuerpo es un cuerpo en situación de vívida experiencia estética. Esta teatralidad, tal la denominación que utiliza
Fried con connotaciones negativas, es asumida con la dimensión de
una pérdida irreparable, en tanto esta nueva poética (minimalismo)
derrumba la pureza que había hecho posible la configuración de
un arte estrictamente moderno.
Fried parece erigirse en testigo crítico de una época en donde
emerge este sentido disolutorio para el arte moderno, el cual aparece sustentado en una “incorporación de los objetos, imágenes y
formas de la ‘vida’ en el ámbito del arte. De este modo, es posible
determinar […] aquellos movimientos estéticos que configuran una
lógica de incorporación irrestricta de la vida en el arte” (Fragasso,
2002: 58).
Por asociación, este vacío expresado a partir de la presencia
desbordante de las formas del barroco y del neobarroco, en un
sentido convergente, podría asociarse a la noción de suplemento
que desarrollara Derrida, en tanto aquel: “[…] nombra a la vez lo
que se añade a algo y lo que está en lugar de algo: lo que se añade
a la presencia de algo y lo que está en lugar de esa presencia. Si
toda huella remite a otra(s) huella(s), el suplemento es el signo
que se añade a un vacío, que suple una presencia siempre ausente
[…]” (Morey; 2015: 100)
Pero, a propósito de la proliferación productiva, Bataille provoca
un señalamiento central en relación con el concepto de gasto que
calará profundo en las intervenciones teóricas sobre el barroco y
neobarroco, en especial en Latinoamérica: “Es triste decir que la
humanidad consciente ha seguido siendo menor de edad: se otorga
Entonces, lo contemporáneo emerge de esta crisis moderna,
el derecho a adquirir, a conservar o a consumir racionalmente,
caracterizada por la tensión entre pureza e hibridación, probable-
pero excluye en principio el gasto improductivo” (2008: 112). De
mente en el germen de esta última posibilidad podamos encontrar
esta manera, “[…] se pone el acento en la pérdida, que debe ser la
algo del sentido propio de lo neobarroco.
mayor posible para que la actividad adquiera su verdadero sentido”
(Bataille; 2008: 114)
112
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JORGE ZUZULICH - ALEJANDRO SCHIANCHI
4. EXCESO Y TEATRALIDAD. APUNTES NEOBARROCOS SOBRE EL FILM LA ARTEFACTA
Tal como señala Carlos Espinosa, la definición de barroco
sus marcas, su autoridad de cuerpo extraño en la superficie, pero
latinoamericano propuesta por Bolívar Echeverría se estructura
constituyendo los estratos más profundos del texto receptor,
a partir de tres cuestiones centrales y convergentes. En primer
tiñendo sus redes, modificando con sus texturas, su geología: la
lugar, el barroco es entendido como ethos, es decir, como “[…] un
reminiscencia (2011: 23).
principio de construcción del mundo y de la vida […] una forma
de vivir en y con el capitalismo” (citado en Espinosa; 2012: 66-67).
En segundo lugar, incorporando conceptualizaciones marxistas,
el barroco es propuesto como un espacio en donde se dirime la
tensión entre valor de uso y valor de cambio; entre la lógica de
equivalencia abstracta que subyace al capitalismo, el barroco se
inclinaría por las formas naturales de vida y la instauración de un
consumo improductivo, cuestión que lo acercaría a la noción de
gasto propuesta por Georges Bataille. En tercer y último lugar,
Latinoamérica configura su identidad como mestiza de manera
decidida, fundada en el código-fagia (apropiación de la cultura
occidental y su posterior resemantización). Este despliegue crítico
implica operar en una zona en donde la nueva identidad mestiza
se sabe a sí misma no clausurada.
Este sentido fágico, se expresa además en el despliegue de un
principio intertextual que organiza las producciones artísticas del
neobarroco y que Sarduy conceptualiza de la siguiente manera, en
su ensayo canónico Barroco y neobarroco:
Consideraremos en primer lugar la incorporación de un texto
extranjero al texto, su collage o superposición a la superficie del
mismo, forma elemental del diálogo, sin que por ello ninguno
de sus elementos se modifique, sin que su voz se altere: la cita;
luego trataremos de la forma mediata de incorporación en que el
texto extranjero se funde al primero, indistinguible, sin implantar
114
115
4. EXCESO Y TEATRALIDAD. APUNTES NEOBARROCOS SOBRE EL FILM LA ARTEFACTA
III.Este aspecto de la teatralidad así como el juego permanente de
citas e intertextualidad se encuentra presente a lo largo de todo
el film La Artefacta.
El intrincado sistema de articulación entre el registro y la puesta
en escena, la documentación y la ficcionalización puede verse en
varias escenas del film.
Una situación muy simple como la visita de Nicola Costantino
a la casa de su padre se presenta con un tono ficcional. Nicola no
mira a cámara y tampoco la voz de ella ilustra lo que vemos como
lo haría un documental tradicional. La voz en off cuenta anécdotas
de la relación con su padre. De alguna manera, como decía André
Bazin en relación a Cartas desde Siberia (1957) de Chris Marker, el
montaje se propone del oído al ojo. Es decir, que la banda sonora
es el elemento primordial “y es desde ella donde la mente debe
saltar hacia la imagen”. Pero no es una relación directa. Excepto en
dos momentos donde se hace mención a lo que vemos (la sala de
espera del consultorio de su padre, y el fascículo de Berni de una
Imagen de “Nicola Costantino: La artefacta” (2015)
colección de Arte) la voz parece discurrir en reflexiones y recuerdos
que no tienen que ver directamente con lo que se observa en las
imágenes.
Si la escena posee un tono ficcional desde el comienzo a través
del montaje y la puesta en escena curiosamente al final de la misma
se muestra una textura que remite a un registro documental de
un formato fílmico amateur tipo Super 8. Sin embargo, el uso del
montaje, la situación y el tipo de relación entre Nicola y la cámara
116
117
JORGE ZUZULICH - ALEJANDRO SCHIANCHI
4. EXCESO Y TEATRALIDAD. APUNTES NEOBARROCOS SOBRE EL FILM LA ARTEFACTA
sigue siendo distante y artificial, planteado básicamente como una
Un procedimiento similar al que mencionamos como reminiscencia
escena de ficción .
según Sarduy. Y que dentro del ámbito del lenguaje audiovisual
1
Aunque no podríamos considerar al film estrictamente como
Luis Miranda lo define de la siguiente manera:
Cine-Ensayo, comparte muchas de sus características, tal como
Al re-montar las imágenes para deslizar un nuevo sentido
señala Christa Bluminger:
inesperado (latente, hipotético, subjetivo o del tipo que
sea), borro las comillas de la “cita”: estoy reescribiendo
[…] se rebelan contra la desviación de las imágenes documentales
la imagen. Aparece otro texto […] (Miranda: 2007: 154)
hacia lo pintoresco o lo espectacular y dudan de la univocidad
de la fotografía. Incluyen al espectador en el discurso fílmico
4. Imagen de “Nicola Costantino: La artefacta” (2015)
al posibilitar gracias a un montaje “de oído a ojo” (Bazin) una
relación recíproca de complemento y puesta en cuestión entre la
banda-imagen y la banda-sonora, entre el texto icónico y literario.
A través de confrontaciones dinámicas y una progresión sinuosa
se impide al espectador efectuar una soldadura inconsciente
entre la imagen y el sonido (2007: 53).
La ambigüedad en el carácter del material audiovisual que se
presenta en el film es todavía mayor en la escena de “La Doble”.
IV.El rol del fragmento por sobre la totalidad, el exceso, lo artificial
a través de la teatralidad, las formas complejas de citas dentro de
citas, o escenas dentro de escenas son una manera de reconocer
elementos de lo que podemos denominar “neobarroco”.
El film La Artefacta sobre la obra de Nicola Costantino, que ya
Durante la misma vemos de manera intercalada el detrás de
de por sí posee una línea de producción artística en torno a la cita,
escena de la obra videográfica Trailer (2010) que utilizaba el objeto
la parodia, la ficcionalización de lo documental, suma un nuevo
escultórico idéntico a Nicola Costantino en diversas escenas de
pliegue en su red intra e intertextual articulando de manera poco
estilo policial negro, con fragmentos del resultado final incluido
convencional lo biográfico como registro directo y verdadero de
en la obra de video.
lo ocurrido con la puesta en escena teatral y artificial de su propia
La obra no se presenta como una cita textual, no vemos el
vida y producción artística.
video en su totalidad insertado en el film, sino más bien “tejido”
En cierto sentido, el film abre la emergencia de una zona en
entre el discurso que construye el relato de la voz en off. Podríamos
donde la identidad se encuentra teatralizada y, en tal sentido,
decir que simultáneamente vemos la obra Trailer, su backstage, y
multiplicada a la vez que dispersada. Como señalara Foucault en
conocemos la propuesta de la obra narrada por la propia artista.
relación a Las Meninas:
1 Excepto por el plano final de esta escena donde hay un plano de ella mirando a
cámara, pero totalmente aislado del resto del material.
118
[…] en esta dispersión que aquélla recoge y despliega en conjunto, se señala imperiosamente, por doquier, un vacío esencial:
119
JORGE ZUZULICH - ALEJANDRO SCHIANCHI
4. EXCESO Y TEATRALIDAD. APUNTES NEOBARROCOS SOBRE EL FILM LA ARTEFACTA
la desaparición necesaria de lo que la fundamenta -de aquel a
Fragasso, L. (2002). “Mario Merz o la dimensión crítica de la neo-
quien se asemeja y de aquel a cuyos ojos no es sino semejanza.
vanguardia”. En VV.AA. Mario Merz: Obras históricas-Instalaciones.
Este sujeto mismo -que es el mismo- ha sido suprimido. Y libre al
Buenos Aires: Fundación Proa.
fin de esta relación que la encadenaba, la representación puede
darse como pura representación (2005: 25).
Mediante la pérdida parcial de su objeto, como indica Sarduy
en torno al neobarroco, el film propone una manera de hacer
visible su naturaleza. Así como dice Nicola Costantino en el film:
“la actuación es una herramienta para captar la esencia”.
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120
121
CAPITULO CINCO
Urdir la trama:
lo femenino y lo textil
en la obra de
Nora Correas
María Carolina Fontana
Como mujer y como sudamericana estoy instalada
en un mundo incierto, lleno de preguntas y pocas
respuestas, vivo una vida concreta con infinidad de
pequeñas realidades que voy enhebrando paciente
y obsesivamente (Nora Correas, 1999)
Introducción
La presente investigación propone varios recorridos en torno a
la obra de Nora Correas, teniendo como elementos protagónicos
el vestido y la utilización de lo textil. Se tomarán como posibles
ejes de lectura de las obras la pervivencia de lo neobarroco en la
contemporaneidad de las artes, así como el discurso de género en
123
MARÍA CAROLINA FONTANA
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
la obra de esta artista. Las obras seleccionadas de la producción de
los movimientos y organizaciones feministas en el país, la crisis
Nora Correas son Penélope (1986), El ropaje de la Serie Adiós (1999)
del SIDA y el cuestionamiento de su demonización (Sarti, 2018).
y Hasta aquí, ayer y ahora (2016).
Estas propuestas neobarrocas se pueden analizar desde dos
La apelación a una categoría “del pasado” se sustenta en esta
dimensiones: las asociadas al discurso y a la semántica por un
premisa: el anacronismo propio de las imágenes permite que su
lado, y, por otro lado, la elección y el modo de presentación de los
interpretación y significado se sigan transformando en cada nueva
materiales elegidos en las obras. Algunas de las estrategias que
revisión, valiéndose de herramientas teóricas contemporáneas.
utilizan estas obras son: la cita, la apropiación, el simulacro, la
Estas premisas son fruto de los estudios que fueron realizados por
proliferación de significantes, el exceso, la seducción, el artificio
varios teóricos e investigadores a partir de la década del 70, y que
y la ambigüedad.
tienen como objeto lo neobarroco en la cultura contemporánea.
Este tema actualmente se encuentra en plena conformación y
expansión;, especialmente cuando se trata de las artes visuales.
Lo neobarroco se podría explicar como un síntoma o una marca
propia de la contemporaneidad. Como bien expone Sarti (2018),
se manifiesta en los procesos culturales de las últimas décadas,
mediante la utilización de distintas estrategias y poéticas como:
A partir de esta perspectiva, surgen dos modos de explorar las
obras de Nora Correas: analizar sus distintas estrategias de producción (la propensión a la teatralidad y la puesta en escena, la mezcla
de materiales, soportes y técnicas) y las experiencias corporales (las
nuevas formas visuales de “disidencias sexuales” y la desobediencia
a los estereotipos de rol de la mujer claves que aplican a esta obra
a partir del cruce entre su utilización de lo textil, la apropiación
Las prácticas del exceso, del kitsch, las transgresiones a los cá-
escenográfica del espacio, la cita del cuerpo femenino. Otro aspecto
nones de género, la mezcla de materiales, soportes y técnicas, la
a destacar es que estas obras involucran problemáticas de lo local
propensión general a la teatralización y el artificio son algunas de
y del contexto actual. Se reflejan procesos culturales relativos a
las notas de un escenario neobarroco que, no solo remite, sino
la conformación y la vigencia de la identidad latinoamericana y a
que parece reactualizarse constantemente (10).
cambios socioculturales, como la emergencia de los movimientos
Podría pensarse como una posible lectura la apropiación de
los imaginarios de la Contrarreforma ligado al discurso de la experiencia y la sublevación de los cuerpos frente a los sistemas
de control y disciplinamiento. Se manifiesta a partir de nuevas
imágenes corporales que provienen de la escena contracultural
feministas y el surgimiento de espacios de la contracultura porteña
como resultado de la efervescencia democrática, que traen consigo
nuevas imágenes corporales y nuevos temas para problematizar.
Todos estos aspectos se presentan en las producciones y en las
muestras que analizaremos.
en la efervescencia democrática; ligadas a la reivindicación de
otras sexualidades (“disidencias sexuales”), las repercusiones de
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125
MARÍA CAROLINA FONTANA
Urdir: del plano al volumen
Nora Correas nace en 1942, en la provincia de Mendoza. Comienza
su formación artística desde muy pequeña, su padre fue Ministro
de Cultura y era director de la Escuela de Bellas Artes de Cuyo. Al
terminar su formación, obtuvo una beca que le permitió mudarse
a Buenos Aires y posteriormente, estudiar pintura con Juan Batlle
Planas. En 1970, realiza un viaje por tres años a Brasil, en donde
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
preparación de la materia prima, la confección y a posteriori, el
consumo de la moda. En toda la producción de esta artista, lo
textil tiene un gran protagonismo y su aparición es presentada en
variados formatos desde el tapiz, el plano, hasta los volúmenes
como las esculturas y la instalación. El tejido se apropia e invade
la totalidad del espacio, formando un todo y presentándose como
elemento metonímico del cuerpo.
conoce y empieza a trabajar con una reconocida tapicista brasileña,
En esta misma línea, el tejido y las vestimentas apelan a la
Madeleine Colaço, y a su vez dirige un taller de tapicerías. En ese
identificación en las personas con su infancia, los recuerdos, el
momento se produce su primer acercamiento a las fibras. Las
pasado, la vida, el paso del tiempo, la muerte, los vínculos, la familia,
texturas comienzan a generar una fascinación en ella y la orientan
los mandatos heredados, las experiencias de vida, las vivencias y a
hacia un arte vinculado a lo textil. En sus viajes por Latinoamérica
su vez, son un modo de reconstruir esas vivencias y resignificarlas.
comienza a trabajar con una gran variedad de colores y se interesa
en el tejido indígena.
La vestimenta comunica y responde a los códigos morales,
sociales y estéticos de una época. El vestido funciona como una
Luego de su retorno, comienza a utilizar una paleta más reducida
capa adherida al cuerpo, al que dota de sentidos y significados
de colores ocres, tierras, rojo y negro. Su búsqueda artística con
culturales. Pensar en el vestido como un elemento metafórico
las fibras deriva en el volumen, las esculturas blandas en las que
de la mujer o que podría significar femineidad, es evidenciar la
incorpora nuevos materiales, como madera y objetos.
diferencia sexual en los códigos de vestimenta aprehendida y
Posteriormente, comienza expandirse en el espacio y a realizar
instalaciones. En toda su producción, va recabando y encontrándose
con nuevos materiales como el vidrio, el hierro, la resina, el acrílico.
Junto a estas innovaciones materiales, en todo su recorrido, la
artista establece un compromiso sociopolítico y aborda distintas
temáticas en relación a problemáticas sociales e históricas.
Tejer
Las mujeres desde la antigüedad fueron asociadas a lo textil.
naturalizada en nuestra sociedad. El vestido se presenta como la
protección, evocando a la infancia, lo moral y la religión; y a su vez,
funciona como representación de una casa, un espacio habitable
que brinda protección, seguridad, resguardo. Sin embargo, opera
también como una suerte de segunda piel e incluso puede ser
dispositivo de opresión, que moldea y normativiza los cuerpos de
las mujeres. El vestido en estas obras es una vestimenta genérica,
que tanto genera un alto grado de identificación como representa
a un ideal de mujer y de belleza femenina.
La acción de tejer se entendía como una actividad propiamente
femenina. Como también lo asociado a la vestimenta, desde la
126
127
MARÍA CAROLINA FONTANA
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
termina de replegarse y de desplegarse que realiza una constante
acción de replegar y desplegar infinitamente. Los dos niveles se conectan a partir de la curvatura variable de la materia (los repliegues
infinitos) y de su propia inflexión (su capacidad de plegarse que
permite los posteriores repliegues). Estos se convierten en puntos
de inflexiones y en puntos de perspectiva (Deleuze, 1998: 25).
Penélope, Muestra colectiva Mitominas, 1986. Archivo Nora Correas.
En lo barroco, lo textil abarca gran parte de la escena, y se desta-
Proceso y armado para el montaje de la instalación Penélope (1986), Muestra
colectiva Mitominas, CCCBA. Archivo Nora Correas.
can la ornamentación de los brocados y el juego de los pliegues (no
sólo como elemento físico, sino también estructural). Lo anterior
puede relacionarse directamente con la postura de Deleuze (1998)
que indaga en las estructuras internas y las operaciones dialécticas
de las obras barrocas. Al respecto, se plantea que el acto del barroco
es el de replegar. El pliegue que va al infinito, desde un principio,
se diferencia y se desdobla en dos niveles de pliegues. En un piso
o nivel, se encuentran los repliegues de la materia y en el otro, los
pliegues en el alma. El piso de los repliegues de la materia es como
el mundo de lo compuesto que va hacia el infinito. La materia nunca
128
Destejer
Penélope
A partir de la década de los 60 y 70, se produjeron años de
revoluciones y cambios. En el plano de lo político, emergieron las
juventudes radicalizadas y se incrementó el compromiso social de
los colectivos de artistas, así como también se dio la emergencia
del Movimiento de mujeres (que algunas autoras denominan “la
segunda ola del feminismo”). Este contexto posibilitó el desarrollo
129
MARÍA CAROLINA FONTANA
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
de nuevas agrupaciones feministas que politizaron temas que tenían
posibilidad de vivir la noche y la apertura de nuevos espacios de
que ver con el orden de lo privado, ese que describía el lema de que
producción y exhibición, favoreció las asociaciones espontáneas
“Lo personal es político”. Como bien explica Trebisacce:
entre artistas y sus variados lenguajes y acelerar el aumento
Emergieron en un tiempo excitado de revoluciones en el campo
político, donde se destacaron las experiencias radicales de las
nuevas izquierdas, y de rebeldías en el campo sociocultural,
atravesado por aires de transformación que discutían los mandatos tradicionales en el amor, el sexo y los roles de género. Las
feministas de esta década se constituyeron como tales politizando
los límites del proceso de modernización sociocultural, que, por
otra parte, tenía a las mujeres -y su sexualidad- como principales
protagonistas (2019: 13)
Otro hecho social de gran importancia que enmarca la época
fueron las denuncias de las violaciones de los derechos humanos
y el fortalecimiento de los movimientos de derechos humanos,
que junto a las Madres de Plaza de Mayo y familiares, ya venían
haciendo estas denuncias desde la dictadura militar. Muchas de
las artistas se sumaron a intervenciones y propuestas artísticas
vinculadas a estas organizaciones y se apropiaron de estas luchas.
La década de los 80 fue un período de logros y de adquisición
de derechos para las mujeres y también florecieron muchos espacios políticos, sociales y culturales. En 1983 se produce el retorno
a la democracia, que reactivó el funcionamiento de espacios culturales y fomentó la creación de algunos nuevos; es un escenario
de reconstrucción de los lazos sociales y de recuperación de la
participación ciudadana en esos centros culturales y artísticos.
Tras los peores años de represión, un clima de distensión había
comenzado a aflorar en la ciudad hacia 1981 y más aún cuando
el régimen militar se precipitó luego de la guerra de Malvinas. La
130
de actividades creativas que desplegaban una imaginación
desembarazada y desinhibida. Paralelo al circuito más institucionalizado del arte, que procuraba inscribir las prácticas locales
en las coordenadas de las poéticas internacionales, surgió otro
inmerso en la cultura underground. Se abrieron lugares, en su
mayoría autogestionados por artistas –no sólo artistas plásticos
sino muchos de ellos vinculados al teatro, a la literatura y a la
música- que funcionaron como usinas de creación durante la
salida de la dictadura e hicieron estallar un circuito en múltiples
unidades de experimentación y exposición. (Usubiaga, 2012: 139)
La efervescencia democrática permitió el desarrollo de estos
espacios contraculturales y nuevos modos de habitar en la escena
cultural. La ironía, la provocación y la parodia eran algunas de las
estrategias utilizadas para construir una reflexión crítica sobre los
temas tratados. Estas tácticas y estrategias pueden pensarse como
rasgos distintivos de la pervivencia de lo neobarroco en las obras
de arte contemporáneas.
Muchas artistas reflexionaban sobre las problemáticas de género y sobre discusiones que planteaba el feminismo, a través
de distintos formatos artísticos, como por ejemplo, la muestra
colectiva Mitominas.
Mitominas fue un proyecto gestado y coordinado por Monique
Altschul, en el que se proponía llevar a cabo un encuentro entre
artistas feministas y no feministas de distintas disciplinas artísticas
y en su gran mayoría fue integrado por mujeres. Se realizaron tres
muestras, la primera en la década de los 80 y las dos siguientes en
131
MARÍA CAROLINA FONTANA
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
los 90. Participaron, entre otros, Narcisa Hirsch, Liliana Maresca,
salas maternales de hospitales (delantales, pañales de tela, sábanas,
Angélica Gorodisher, Daniela Gutiérrez, Diana Raznovich, Pilar
ropas de bebé), ropa interior femenina. El conjunto se presentaba
Larghi, Silvia Estrin, Nora Correas, Liliana Mizrahi, Marcelo Pombo
como una urdimbre unida y tejida con medias de nylon blancas.
y Alicia D´Amico (que realizó el registro de todo lo que sucedía
Dentro de esas prendas, se encontraba el vestido de casamiento de
en la programación). La primera edición fue realizada en 1986 en
la propia artista, que años después lo reutilizará para la obra Hasta
el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (CCCBA), hoy Centro
aquí, ayer y ahora (2016) y también pañuelos que pertenecían a las
Cultural Recoleta, y fue la única muestra en la que participó Nora
Madres de Plaza de Mayo, que enlazaban a las otras prendas. La
Correas. El proyecto tuvo como objetivo generar el intercambio, el
ventana de la sala se encontraba cubierta para no permitirle al es-
diálogo, y ser un espacio de reflexión sobre las problemáticas de
pectador tener un contacto con el exterior, y que, al apenas ingresar,
género. El tema principal de las muestras tuvo como eje central el
se encontrara con un escenario imaginario creado por la artista.
mito. En ellas, los artistas presentaron obras en variados formatos
y con una multiplicidad de lenguajes como las artes escénicas, la
instalación, las artes plásticas y literarias (Rosa, 2014). A propósito,
las artistas escribieron un manifiesto que describía el motivo de
su elección del tema de estas muestras mediante una reflexión
crítica sobre el mito:
Cada uno de los elementos y materiales que integra a sus obras
conforman un discurso y a su vez, significan por sí mismos, individualmente. Nora Correas subraya: “Todos los materiales los uso
como símbolos…todas las cosas hablan de alguna manera” (Correas,
2017). Esta idea es esencial para pensar los objetos que elige para
estas obras y cuál es el sentido y aporte de cada uno de ellos en la
El mito es todo lo que congela. ¿Congela qué? Creencias, actitudes
totalidad. Los materiales que usa no son neutros, es decir, tienen
y sobre todo conductas. Entonces: hay que ser fiel como Penélope,
un valor biográfico e histórico. Los objetos tienen su razón de ser
pecadora como Eva, madre ejemplar como Andrómaca, enamo-
en relación con la referencia. Todos ellos a partir de su significado
rada (silenciosa) hasta la muerte como Eco, santa como María,
(desde su función, pertenencia, portador) son codificados por el
arrepentida como Magdalena, diabólica como Lilith, imprudente
receptor de la obra y pensados como signos de distintos discursos,
como Pandora, y así hasta el infinito, siempre. Pero el mito “no
remitiendo a una operación retórica.
existe ni persiste si no es por la palabra”. Y sin embargo, ah, sin
embargo la palabra sirve para descongelar... (Rosa, 2014: 79).
En esta muestra, Nora Correas crea la primera instalación en la
que trabajó con el conocido mito griego de Penélope. Se trata de
una instalación sobre una sala completamente ocupada por un
tejido enorme, compuesto por prendas asociadas socialmente a
las mujeres y de color blanco: vestidos de novia, de bautismo y de
comunión, prendas del ajuar de la novia, telas que provenían de
132
133
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
Tomando como punto de partida la frase de Simone de Beauvoir
“No se nace mujer: llega una a serlo”, esta obra trabaja sobre las
representaciones de las mujeres y el deber ser. El color que elige
para las prendas es el blanco, asociado culturalmente a la pureza,
a la virginidad y la inocencia. La obra discute con los modelos
tradicionales de familia a los que las mujeres seguían sujetas como
único destino, como lo que socialmente se esperaba de ellas: el matrimonio y por consiguiente, la maternidad. El amontonamiento de
telas enlazadas simbolizaba el trabajo de años de miles de mujeres
como una genealogía de las novias.
Penélope es la mujer que espera, es fiel y pasiva. Su actitud
en el mito es siempre pasiva, obtiene un papel secundario en el
relato, mientras las acciones transformadoras de la historia son
ejecutadas por uno de los íconos de héroes masculinos, Ulises. La
representación de la mujer está ligada al modelo familiar patriarcal,
en que prevalecen los valores de la castidad, la sumisión al varón,
la moral y la fidelidad (Fraga Iribarne, 1998, 14). Correas cuenta en
una entrevista el gran impacto que le generó haber leído a muchas
pensadoras e intelectuales feministas, en especial a Simone de
Beauvoir y sobre todo su ensayo El segundo sexo. Beauvoir describe
el rol socialmente propuesto a la mujer casada:
La vocación del varón es la acción; necesita producir, combatir,
crear, progresar, superarse hacia la totalidad del universo y lo
infinito del porvenir; pero el matrimonio tradicional no invita a
la mujer a trascenderse con él, sino que la confina en la inmanencia (2016: 405).
La obra narra la actividad doméstica de la mujer, representada
en el volumen y la acumulación (como la reiteración inagotable de
135
Nora Correas sentada junto a la instalación Penélope en el CCCBA, 1986. Archivo Nora Correas.
MARÍA CAROLINA FONTANA
lo mismo) y opera como una representación de la cotidianeidad y
de las actividades que socialmente se establecieron y naturalizaron
como propiamente femeninas. Correas las describe así: “En la tarea
cotidiana doméstica no hay posibilidad de crecimiento, es una
actividad que se repite y se repite todos los días” (2017)
Las prendas vacías remiten a una presencia-ausencia de estas
mujeres y son testimonio de sus historias de vida. Construyen un
todo, en el que cada mujer, como un nodo, se interconecta con
otras, a partir de distintos ejes. La artista y el personaje del mito
recrean un mundo imaginario para sobrevivir a la opresión del
mundo patriarcal. En este sentido, Simone de Beauvoir, plantea las
estrategias cotidianas de supervivencia que la mujer debe esgrimir:
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
Escenificar / Resignificar
El ropaje
La obra El ropaje (1999) forma parte de la instalación Adiós
que incluye 42 cajas de extinguidores de incendio antiguos, que
fueron reciclados y pintados de color rojo. Estos espacios funcionan como pequeños escenarios en los que Correas representa
distintas escenas y los divide en series temáticas: Recuerdos de
la infancia, Más allá aún, sombras- muerte, Es y algunas veces no
parece y Pasado- Pasado- ¿Pasado? La obra El ropaje pertenece a
la Serie I, Recuerdos de la infancia, y consiste en un vestido compuesto por varias estampitas que se utilizaron para la misa del
fallecimiento de su abuela, la celebración del nacimiento de su
La mujer está encerrada en la comunidad conyugal: para
madre y el bautismo de su hermano. Un rosario desarmado une
ella se trata de transformar esa prisión en su reino. Su
los distintos fragmentos del vestido, funciona como ornamento del
actitud con respecto al hogar está determinada por esa
mismo y marco de las estampitas. Los temas de esta obra rondan
misma dialéctica que define generalmente su condición:
en el binomio nacimiento- muerte, la celebración, los miedos y la
toma al hacerse presa, se libera al abdicar; renunciando al
religión. A partir de la muerte de una integrante de su familia, Nora
mundo, quiere conquistar un mundo (2016: 40).
Correas se reencuentra con los recuerdos y algunos de los objetos
El tejido funciona como una analogía del tejido social, que se
crea mediante las manos de las mujeres. Las Madres y Abuelas de
Plaza de Mayo forman parte de esta urdimbre como exponentes
que les pertenecían a tres generaciones de mujeres de su familia, y
que habían permanecido guardados por muchos años. A propósito,
la artista cuenta sobre esa pérdida:
de la resistencia, la lucha y la contribución en el proceso de recon-
El pasado se transformó en algo plano, en donde los años cobraron
strucción de este tejido social.
el mismo poder del presente. Las voces diluidas por el tiempo se
encarnaron en seres fuertes y jóvenes. Una nota, un rastro, bastó
para que viejas abuelas, tías y madre, hablaran con voz nueva,
para que se les volviera tersa la piel y elástico su paso. El pasado
está amasado con el presente, presente que pasará tan rápido
como pasa todo y quizás, entonces, alguien nos inventara para
comprenderse, a sí mismo (1999: 70).
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MARÍA CAROLINA FONTANA
Esta obra evidencia una reconstrucción de la vida de las mujeres de su familia y la relación que tuvieron con la religión por
generaciones y a su vez, es un reflejo de sí misma. Es una obra de
carácter testimonial y biográfico. La operación de la artista es la
acción de desarmar para rearmar, armar para desarmar y a su vez,
El ropaje (1999). Archivo Nora Correas
reconstruir para resignificar.
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MARÍA CAROLINA FONTANA
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
activa de Monique Atschul y de algunas integrantes de Mitominas.
Hasta aquí, ayer y ahora
En esta muestra participan muchas artistas que formaban parte de
las tres ediciones de Mitominas junto a otras artistas que no habían
El creciente feminismo militante y el activismo artístico forman
participado anteriormente. La obra que realiza Nora Correas es una
parte de la historia reciente por variadas razones que provienen del
instalación que se llama Hasta aquí, ayer y ahora y que es producida
campo social, cultural y político. En las últimas décadas hubo un
especialmente para esta muestra. La puesta en escena tiene como
incremento de las investigaciones y el desarrollo de las instituciones
protagonistas dos vestidos: cada uno sostenido por un maniquí
que trabajan sobre estudios de género. La recuperación histórica de
de color blanco y negro. El vestido blanco es nuevamente el del
las mujeres mediante la teoría crítica e historia del arte son algunos
casamiento de la artista, junto a una reproducción idéntica pero
de los avances que enmarcan a este periodo en materia de cono-
de color negro, ubicada en contraposición del mismo. La cola de
cimiento e investigación. Desde 2015, los movimientos feministas
ambos vestidos tiene pegados unos papeles similares a folletos que
alcanzaron una gran visibilidad pública, desde la consigna de Ni
continúan hacia el piso y hacia las paredes laterales. Del lado del
una Menos se expuso la cantidad alarmante de casos de femicidios
vestido blanco, los papeles tienen impresos retratos de mujeres que
y la trata de mujeres. Se puso en evidencia la violencia machista
son importantes en la historia cultural-social de muchos países del
ejercida en los cuerpos de las mujeres y también otras luchas que
mundo. Del lado negro, hay folletos que la artista encontró pegados
el feminismo venía dando desde décadas anteriores, como el caso
en la vía pública, de avisos de trabajadoras sexuales.
de la propuesta de la despenalización del aborto voluntario. Este
movimiento alcanzó una gran adhesión y participación en movilizaciones que involucraron a distintos actores sociales que provenían
de movimientos sociales, espacios y organizaciones educativas,
sociales y una gran parte de la ciudadanía. Muchas de las artistas
e investigadoras actualmente participan de organizaciones, colectivos, proyectos e intervenciones que trabajan las problemáticas
de género y del feminismo, como las múltiples propuestas que
sucedieron en las Marchas del 8 de marzo y por la despenalización
del aborto. Este escenario de luchas y reivindicaciones es marco
para las propuestas artísticas de Correas.
En el piso, entre ambos vestidos se encuentran varias manzanas y serpientes, que remiten al mito de Adán y Eva. Aquí hay una
mirada personal respecto del mito, en el cual las serpientes y las
manzanas representan el origen de la vida, el poder, la espiritualidad
y que descarta toda visión negativa de ambos elementos: “Fueron
el comienzo de todo. La serpiente es la representación de la sabiduría, la inteligencia, y es sagrada en muchas civilizaciones. Es un
animal reverenciado y desde la religión católica se lo transformó
en un emisario siniestro” (Correas, 2017). En la pared frontal, se
encuentra un texto firmado F.G.L1 , escrito sobre el muro con la
forma de un rostro femenino: “La prostitución ¿es un trabajo?”, que
Al cumplir el aniversario número 30 de la primera muestra de
Mitominas I, se realiza una reconstrucción de la trilogía curada, por
la historiadora María Laura Rosa e impulsada con la participación
140
1 Fernanda Gil Lozano es una historiadora feminista, ex diputada nacional
de la Coalición cívica (CC) actualmente es legisladora del PARLASUR y directora ejecutiva de CIPDH / UNESCO.
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MARÍA CAROLINA FONTANA
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
también se encuentra en un pilón de copias en el ingreso a la sala
para que el visitante pueda leerlo y llevárselo.
2
A diferencia de Penélope, el vestido propone una dicotomía de
significados como la viudez/ el casamiento, la luz /la ausencia, el
pecado/la castidad y la vida/la muerte, mediante dos colores que
generan un gran impacto y tienen significados muy opuestos. El
color negro nos remite al peligro, la muerte, el maltrato, la ausencia,
el luto, la viudez y la desaparición.
Esta obra presenta un gran carácter teatral la artista crea una
puesta en escena donde los dos personajes principales permanecen enfrentados y plantean un conflicto entre sí. La obra se divide
entre dos modos de ver y de interpretar lo femenino. Por un lado,
la intención de la artista de “personalizar” el pasado y por otro lado
visibilizar los roles y las representaciones sociales de las mujeres
y de la religión católica. De este modo a través de los distintos
elementos la artista enuncia mediante la metonimia a aquello
que no estaba presente. La denuncia de lo ausente se refleja en el
anonimato de las mujeres de los folletos, las mujeres ausentes y no
visibilizadas, lo oculto y silenciado en la sociedad. La memoria de
la mujer ausente se encuentra presente en la representación (las
mujeres que reivindica como las artistas y referentes del pasado,
las mujeres que faltan por la trata y la violencia de género) y a su
vez, dialoga con la mujer del presente. Otro concepto central es
la fantasmagoría de la ausencia que está ligada a la desposesión
mediante los vestidos. En este caso los vestidos tienen un gran valor
biográfico, histórico y social lo cual podría establecer relaciones
con las representaciones de las mujeres y sus roles asignados
socialmente. Estos vestidos están despojados de las mujeres que
los llevaban consigo lo cual expone una acción de renuncia a estas
imposiciones, a los mandatos sociales y familiares, al ponerlos
como foco principal de la escena también los pone en tela de juicio.
Hasta aquí, ayer y ahora, Mitominas 30 años, 2016. Archivo Nora Correas.
2 Actualmente la cuestión de la prostitución genera una gran controversia dentro de los movimientos feministas en los que se debate desde dos
posturas contrapuestas que son el abolicionismo y el regulacionismo. La
artista plantea una postura abolicionista sobre la prostitución. El texto que
seleccionó define a la prostitución como “una violación de los derechos
humanos, explotación sexual, institución fundamental en la construcción
de la sexualidad basada en el dominio masculino y la sumisión femenina”.
142
Bolívar Echeverría reflexiona sobre la decoración de las obras
barrocas como una decoración absoluta, es decir, que se emancipa
de su núcleo central o centro de la obra, aunque debe estar a su
servicio, pero al mismo tiempo, no deja de ser sólo una decoración (Echeverría, 2011,45). La decoración no anula ni descalifica
el núcleo central, sino que lo trasciende y lo supera. La acción de
decorar consiste en transformar lo esencial para que aparezca de
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MARÍA CAROLINA FONTANA
5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
mejor manera en la contemplación. Cada decoración y su puesta
en escena se afirman y desarrollan su propia ley, su autonomía,
en el interior de la ley central de la obra de arte (Echeverría, 2008,
Consideraciones finales
7). Lo barroco es una puesta en escena absoluta, funciona como
En su conjunto las obras de Nora Correas tienen como elementos
si se hubiese emancipado de toda finalidad teatral (la imitación
centrales el tejido y las prendas femeninas, ambas funcionan como
del mundo) para crear un mundo propio y autónomo. Dicho de
representaciones e imaginarios que se han construido cultural y
otra manera, en la puesta de escena, la acción de representar,
socialmente sobre las mujeres. Las texturas y lo textil son elementos
es decir, de convertir al mundo real en un mundo representado,
constitutivos de todas sus obras, que se incorporan tanto a lo plano
se desarrolla por medio de una necesidad propia, una ley formal
como a los grandes volúmenes.
autónoma, que necesita alterar y transformar la representación
de la vida cotidiana convirtiéndola en una versión diferente de sí
misma (Echeverría, 2008, 8). En Hasta aquí ayer y ahora y El ropaje
se enfatiza lo teatral, la escenificación absoluta, la que convierte al
mundo real en un mundo representado. La obra sería el resultado
de su propio acto de representación.
En estas obras se producen de manera continua la acción de
pliegue y repliegue tanto en lo material como en la construcción del
sentido. A su vez, en todas las obras utiliza diferentes materialidades
en distintos soportes como también la incorporación de elementos
que tienen un gran valor biográfico, emocional e histórico para la
artista. Cada elemento se destaca por su decoración, el énfasis en
la belleza de cada pieza y en la puesta en escena de los elementos
en el espacio.
Otro aspecto destacable es la marca de época que subyace en
la construcción del discurso en cada una de las obras, determinada
por el contexto social y político que tiene como foco la efervescencia
democrática, las producciones artísticas de la escena cultural porteña
del underground y las luchas del feminismo. En su discurso aparecen
como temas centrales, como se ha comentado: la problemáticas
de género, particularmente la crítica a los roles asignados socialmente a las mujeres, lo doméstico y la prostitución, y por otro lado,
hechos sociales como las acciones y las represiones ejercidas por
los distintos poderes en nuestra sociedad. La incidencia del poder
en la sociedad es presentada como una puesta en escena, en la
Hasta aquí, ayer y ahora, Mitominas 30 años, 2016. Archivo Nora Correas.
cual estos elementos y las representaciones sociales son extraídos
del mundo real para convertirse en una escenificación absoluta.
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5. URDIR LA TRAMA: LO FEMENINO Y LO TEXTIL EN LA OBRA DE NORA CORREAS
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Nora Correas, 13 de septiembre de 2016 y 21 de septiembre de
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Editorial Siglo veintiuno.
Rosa, M. L. (2014). Legados de libertad. El arte feminista en la
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Los autores
Mercédesz Kutasy
Universidad Eötvös Loránd (ELTE). Budapest, Hungría.
Filóloga e historiadora del arte, doctora en Filología Hispánica.
María Carolina Fontana
Profesora de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest (Hungría)
y en 2021 profesora de Teoría de la literatura y del arte I del Grado
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Departa-
Oficial de Estudios Hispánicos de la Fundación Comillas (España).
mento de Arte y Cultura. Estudios en Arte Contemporáneo Argentino.
Traductora de Guillermo Cabrera Infante, Roberto Bolaño, José
Sáenz Peña, Argentina.
Ortega y Gasset, Javier Marías, entre otros. Curadora de exposi-
Licenciada en Gestión del Arte y la Cultura (Universidad Nacional
de Tres de Febrero).
Es artista visual, egresada de la carrera de Caracterización del
Instituto Superior de Arte del Teatro Colón.
ciones contemporáneas.
Autora de Interrogando imágenes. Lo visual y lo verbal en la narrativa breve de Virgilio Piñera y Guillermo Cabrera Infante (Murcia,
EditUm Signos, 2016) y de Párduc márványlapon (Pantera sobre
losa de mármol. Indagaciones en los límites de la literatura y el arte
En los años 2016 y 2017 ha obtenido la beca de Estímulo a las
de América Latina. Budapest, Jelenkor, 2019), por el que obtuvo el
Vocaciones Científicas que brinda el Consejo Interuniversitario
premio Erdődy Edit del Instituto de Literatura de la Academia de
Nacional (CIN) con el proyecto Poder y belleza. Lo femenino y lo
Ciencias de Hungría.
textil en las obras de Nora Correas.
En 2017 se incorpora como estudiante al equipo de investigación dirigido por la Dra. Graciela C. Sarti (Universidad Nacional
de Tres de Febrero): Imágenes neobarrocas en el arte y la cultura
argentina contemporánea. Aún continúa en curso como Neobarrocosneomanierismos: derivas de una imagen contemporánea en nuestro
país en el período de 2018- 2021 con el trabajo Poder y belleza. Lo
femenino y lo textil en las obras de Nora Correas.
Adriana Lauria
Universidad de Buenos Aires (UBA). Facultad de Filosofía y
Letras. Argentina.
Profesora e investigadora de Historia de las Artes Visuales Argentinas (S. XX y XXI) de la UBA e investigadora invitada de la UNTREF.
Miembro de la Asociación Argentina e Internacional de Críticos de
Arte. Autora de artículos y libros de la especialidad como Norberto
148
149
Gómez (2011); Aire alrededor de los objetos. Marcela Cabutti (2016);
Seminarios de Posgrado en la Universidad de Cuenca, Ecuador, y
Domus ornamental. Carolina Antoniadis y de Yente (2018).
en la Universidad Eötvös Loránd de Budapest.
Fue investigadora y curadora del Museo de Arte Moderno de
Autora, entre otras publicaciones, de Autómata. El mito de la
Buenos Aires (MAMBA) y fundadora y editora del Centro Virtual
vida artificial en la Literatura y el Cine, Buenos Aires, Ediciones de
de Arte Argentino (www.cvaa.com.ar). Integró el Consejo de Pro-
la Facultad de Filosofía y Letras, 2012 y del dossier on-line Grupo
gramación del Centro Cultural Recoleta. Desde 2016 participa del
CAyC, Centro Virtual de Arte Argentino, Ministerio de Cultura del
Comité curatorial del Cultural San Martín. En 2017 disertó sobre
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, 2013. Compiladora de
Arte argentino invitada por la Universidad de Islas Baleares.
Artistas y viajeros. Recorridos, migraciones y exilios en la cultura
Crítica de arte y curadora, realizó numerosas exposiciones
para galerías de arte e instituciones como el MAMBA, Museo
Castagnino+Macro (Rosario), Malba, Museo Franklin Rawson (San
argentina del siglo XX, 2015 y de Retóricas neobarrocas/imágenes
tecnológicas, 2018, ambos en Buenos Aires, Ediciones arte x arte
/UNTREF.
Juan), Parque de la Memoria, Fundación Federico J. Klemm, Centro
Ha publicado trabajos sobre problemas del imaginario y rela-
Cultural Recoleta, Paris Photo y ARCO Madrid. Fue curadora de los
ciones entre la literatura, las artes visuales, el cine y el espectáculo
Premios Itaú de Artes Visuales de 2018, 2019 y 2020, cuya exhibición
teatral, en libros, revistas especializadas y actas de congresos,
virtual se presenta desde 2021 en Google Arts & Culture, https://
tanto en el país como en el exterior (entre otras, universidades de
artsandculture.google.com/partner/fundacion-itau-argentina.
Valparaíso, Oviedo, Salamanca, Perpignan, Budapest).
Graciela C. Sarti
Alejandro Schianchi
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Departa-
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Departa-
mento de Arte y Cultura. Estudios en Arte Contemporáneo Argentino.
mento de Arte y Cultura. Estudios en Arte Contemporáneo Argentino.
Sáenz Peña, Argentina.
Sáenz Peña, Argentina.
Doctora en Historia y Teoría de las Artes, Facultad de Filosofía
y Letras, UBA.
Ha sido profesora Titular Regular de Historia del Arte y la Cultura
III (Arte y cultura argentinos) (UNTREF) y directora de proyectos de
investigación en esta universidad entre 2010 y 2021. Ha sido Profesora Regular en la Facultad de Filosofía y Letras – UBA. Ha dictado
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Magister en Tecnología y Estética de las Artes Electrónicas, Licenciado en Cinematografía y Técnico Electrónico en Computadoras.
Director de la Maestría en Curaduría de Arte Contemporáneo (USAL).
Su producción académica se presentó en MIT (EEUU) e ISEA (InterSociety for the Electronic Arts), entre otros. Realizó publicaciones en
Leonardo Electronic Almanac (EEUU), IEEE Computer Society (EEUU),
Artnodes (España), Interartive (España), Virtual Worlds (Francia) y
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TEMAS de la Academia Nacional de Bellas Artes (Argentina), entre
otros. Es autor de los libros El error en los aparatos audiovisuales como
posibilidad estética y Arte virtual locativo: Transgresión del espacio
con dispositivos móviles. Sus obras de arte electrónico y conceptual
se exhibieron en diversas muestras nacionales e internacionales.
Jorge Zuzulich
Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Departamento de Arte y Cultura. Estudios en Arte Contemporáneo Argentino.
Sáenz Peña, Argentina.
Magíster en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano
(IDAES-UNSAM). Doctorando en Arte Contemporáneo por la Universidad Nacional de La Plata. Es investigador y docente universitario
de grado y posgrado (UNTREF, UNA y USAL). Ha sido Director de
la Licenciatura en Gestión e Historia del Arte (USAL) y Secretario
de Extensión Universitaria de la UNA. Actualmente es Director de
Proyectos Institucionales de Arte x Arte. Ha curado numerosas
muestras en Argentina y el exterior. Miembro de la Asociación Argentina de Críticos de Arte. Ha ejercido la crítica especializada en
arte y tecnología. Es coordinador Editorial de Ediciones Arte x Arte.
Dirige la colección Pensamientos Inactuales (Ediciones Arte x Arte).
Publicó los libros Intersecciones: tecnología, naturaleza, subjetividad
(2009), Performance. La violencia del gesto (2012) y La certeza del
error (2015) y La imagen que desborda (2016) ha compilado Del
pensamiento continuo. Apuntes de/sobre Norberto Griffa (2014), 5.5
Videoperformance (2014), Curaduría y arte. Perspectivas actuales
(2014), Curaduría. Una Aproximación genealógica (2018) y La vida
frágil (variaciones sobre lo íntimo) (2019); además de participar con
sus artículos en numerosos volúmenes de compilaciones.
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