Artículo
LITERATURA Y LINGUÍSTICA N°42, 2020 | ISSN 0716-5811 | ISSN 0717-621X en línea | pp. 247-273
DOI: 10.29344/0717621X.42.2595
Recibido: 30 de julio 2019 · Aceptado: 6 de mayo 2020
“Lo que pasa es que la política se ha puesto
farandulera”: justificaciones atenuantes de
aserciones de opinión en el corpus preseea
de Santiago de Chile*1
“Lo que pasa es que la política se ha puesto farandulera”:
mitigating justifications in opinion assertions in the preseea
corpus from Santiago, Chile
Silvana Guerrero González** , Consuelo Gajardo Moller ***,
Javier González Riffo ****, Antonia Reyes O’Ryan *****
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RESUMEN
En esta investigación se indagó en el comportamiento pragmático-discursivo de las estrategias retóricas que permiten justificar los actos de habla asertivos en el corpus del Proyecto para el
Estudio Sociolingüístico del Español de España y de América de
Santiago de Chile. Se describen tres estrategias que se emplean
para justificar en el español chileno: las justificaciones propiamente tales, las explicaciones y las comparaciones. Se revisa el
funcionamiento pragmático-discursivo de los recursos lingüísticos disponibles para justificar en cada estrategia, esbozando una
formalización de los mismos y, finalmente, se da cuenta de cómo
operan dichas estrategias en relación con las funciones de la atenuación, en cuyo caso se pudo concluir que las estrategias en estudio operan como autoprotección para salvar la imagen propia
y/o como prevención de posibles daños a la imagen del otro.
Palabras clave:
atenuación,
compromiso del
hablante, imagen,
justificaciones.
*1 Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación “La atenuación lingüística
en el español chileno: enfoque pragmalingüístico y sociopragmático” (ANID/Conicyt
Fondecyt Regular 1200003).
**2 Chilena. Doctora en Lingüística. Académica de la Universidad de Chile, Santiago,
Chile. siguerrero@u.uchile.cl
***3 Chilena. Doctora en Lingüística. Académica de la Pontificia Universidad Católica
de Chile, Santiago, Chile. cgajardom@uc.cl
****4 Chileno. Estudiante de Doctorado en Lingüística. Pontificia Universidad Católica
de Chile, Santiago, Chile. jdgonzalez@uc.cl
*****5 Chilena. Estudiante de Licenciatura en Lingüística y Literatura Hispánica Mención
Lingüística. Universidad de Chile, Santiago, Chile. antonia.reyes.o@ug.uchile.cl
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“Lo que pasa es que la política se ha puesto farandulera”: justificaciones | Guerrero González et al
ABSTRACT
This study examined the pragmatic and discursive behavior of
the rhetorical strategies that allow for justifying assertive speech
acts in the Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y de América de Santiago de Chile corpus. Three
strategies used for justifying in Chilean Spanish have described:
justifications as such, explanations, and comparisons. This investigation revised the pragmatic and discursive function of the linguistic resources available for justifying each strategy and offers
a systematization of said resources. Finally, it gives an account
of how these strategies work with the functions of mitigation. In
which case, this research concludes that the strategies under study function as a means for self-protection to safe the speaker’s
face and/or prevent potential threats to the hearer’s face.
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Keywords: face,
justifications,
mitigation,
speaker’s
commitment.
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1. Introducción
La atenuación constituye un recurso retórico-comunicativo, originado
por necesidades de imagen, que tiene como función mitigar o minimizar la intensidad de lo expresado y reducir lo que se calcula por los hablantes como amenazante o como menos exitoso en un determinado
contexto (Briz y Albelda, 2013).
Con este supuesto se han estudiado y caracterizado diversos recursos de atenuación de forma independiente. Un recurso cuya caracterización no ha sido suficientemente tratada es la justificación. A este
respecto, Albelda (2010) precisa que, en los actos asertivos, la estrategia primordial de la atenuación se dirige esencialmente a reducir el
compromiso epistémico del hablante hacia la verdad que está expresando, a suavizar, o bien, relativizar la expresión de los juicios u opiniones del propio hablante, pues calcula que su imagen podría verse afectada. Para ilustrar la manera en que funciona la justificación atenuante
como una estrategia pragmática, presentamos el siguiente ejemplo:
(1) E: o sea / usted es exigente con sus amigos / o sea / si ya tiene
un amigo // I: es que yo creo que he tenido por eso / a lo mejor / he
tenido una o dos amigas que sean de ese estilo / o sea de / a quien
tú recurres / a quien tú le cuentas cosas / pero demás son personas
más / personas igual conocidas con quien tú lo pasas bien y todo
/ claro / pero no de ir así / o sea / de contar cosas de / más allá de
intimidades no /o sea / he sido como [de] pocos / en ese sentido /
amigos amigos (SCHI_M22_055)1.
En el ejemplo citado podemos observar que los atenuantes funcionan de manera solidaria, es decir, no aparece un recurso de atenuación aisladamente, sino que se presentan en cadena. En este caso,
el entrevistador realiza un comentario que podría poner en riesgo la
imagen de la informante (“usted es exigente con sus amigos”), el que
actúa como desencadenante de una justificación, de tal forma que
ella comienza su intervención con “es que”, cuyo empleo está asocia-
Todos los ejemplos son parte del corpus analizado. Se transcriben de manera ortográfica y al final de cada uno se codifica, entre paréntesis, la información relativa al
informante. Para la lectura, debe considerarse que E = entrevistado e I = informante. Solo
se analizan los actos de habla del informante: se usa cursiva y negrita para identificar los
atenuantes aludidos, y solo cursiva para marcar el resto de los atenuantes.
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do al uso de la primera persona singular “yo” junto con un verbo con
el que se muestra su punto de vista (“creo”), pero dejando la opción
de incluir otros puntos de vista posibles. Así, la informante se autoprotege frente a su interlocutor, en el sentido de que no quiere parecer alguien “exigente” con sus amigos; de hecho, en su construcción
discursiva hace la diferencia entre los amigos comunes y aquellos
que denomina “amigos amigos”, es decir, los amigos de verdad. Con
esto también contribuye a prevenir algún posible conflicto, dado que
el entrevistador podría no estar de acuerdo con lo que ella considera
un amigo verdadero y/o con su forma de ver la amistad (de ahí que la
considere exigente). Se observa, en paralelo, el uso de “a lo mejor”, valoración epistémica que permite expresar lo señalado como una suposición que indica duda, y se incluye el uso de “como” para reducir
la especificidad del contenido proposicional, volviéndolo más vago.
De esta forma, la informante evade cierta responsabilidad respecto
de lo dicho u opinado.
Siguiendo las bases teórico-metodológicas de la pragmalingüística,
en esta investigación se estudiaron las estrategias para justificar los actos
de habla asertivos en el corpus del Proyecto para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y de América (PRESEEA) de Santiago de Chile. Para ello, desarrollamos una propuesta de sistematización de las estrategias que cumplen la función de atenuar justificando en la variedad
chilena del español, revisamos el funcionamiento pragmático-discusivo
de los recursos lingüísticos disponibles para justificar en cada estrategia
y, por último, indagamos en el funcionamiento de las estrategias y los
recursos empleados para justificar según las funciones de la atenuación
respecto de la imagen: autoprotección, prevención y reparación.
Esta investigación se justifica, en primer lugar, por el desequilibrio
que existe en torno a los estudios referidos a la atenuación, ya que los
existentes se instalan, en su mayoría, en la sociolingüística variacionista. En segunda instancia, se proporcionan nuevos detalles acerca de la
construcción de los significados sociales implicados en las secuencias
verbales y se contribuye a la reflexión en torno a cómo los hablantes
construyen y negocian su identidad en la interacción, en especial, porque el fenómeno en estudio también permite revelar los posicionamientos ideológicos y las identidades que son más o menos aceptadas
y consensuadas.
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2. Marco teórico
2.1. La atenuación lingüística
Los estudios acerca de la atenuación (o mitigación2) son múltiples. Albelda (2018c) simplifica las diversas propuestas existentes y sintetiza
en cuatro aspectos las propiedades constitutivas de lo que se ha entendido por atenuación: reduce el impacto de los efectos no deseados en
las imágenes de los interlocutores; reduce la precisión en el significado
proposicional y/o hace vaga la proposición; reduce la fuerza ilocutiva
del acto de habla; y reduce el compromiso del hablante con lo dicho y
las obligaciones de los interlocutores. Por consiguiente, se postula que
se trata de una categoría pragmática (mecanismo estratégico y táctico,
dirigido a la efectividad y eficacia discursivas), de una estrategia (que
atenúa en términos argumentativos, para lograr el acuerdo o la aceptación del otro) y de un mecanismo retórico (para convencer, persuadir y
cuidar las relaciones sociales e interpersonales o evitar su menoscabo)
(Briz y Albelda, 2013).
En el ámbito hispano existen múltiples investigaciones referentes
a la atenuación lingüística (y paralingüística). Por mencionar algunas de las más relevantes, se puede señalar a Molina Martos (2005),
Briz (2002, 2003, 2004, 2006, 2007, 2012), Briz y Estellés (2010), Cestero (2012a, 2012b, 2017), Albelda y Álvarez (2010), Albelda y Cestero
(2011), Cestero y Albelda (2012), Briz y Albelda (2013), Samper (2013,
2017, 2018), Schneider (2013, 2017), Torres y Rodríguez (2016), Albelda y Mihatsch (2017), Albelda (2016, 2018a, 2018b, 2018c), Figueras (2018) y Rodríguez Alfano (2018). Dichos estudios empíricos no
solo han propuesto una definición de lo que se entiende por atenuación, sino que además han desarrollado constructos metodológicos
y analíticos que han permitido llevar a cabo una serie de trabajos de
carácter descriptivo y/o contrastivos del funcionamiento de la atenuación en las distintas variedades del español. Para el caso del español de Chile se cuenta, entre otras, con las investigaciones empíricas
de Puga (1997), cuyo estudio sobre la atenuación desde el punto de
vista pragmático se perfila como pionero en Chile; Montecino (2003,
2004), quien se enfoca en la relación entre cortesía y atenuación, por
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Atenuación, mitigación o hedges (cf. Briz y Albelda, 2013).
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un lado, e intensificación y discurso oral, por el otro; González Riffo y
Guerrero González (2016, 2017, 2018) y González Riffo (2017, 2019),
cuyos esfuerzos han estado centrados en presentar los resultados de
sus análisis sobre la atenuación lingüística y paralingüística en el español de Chile actual. En suma, los estudios citados abordan la atenuación desde dos grandes paradigmas: el de la variación, cuya base
es la sociolingüística, y el de los géneros discursivos, sustentado en
las directrices teórico-metodológicas del análisis del discurso con un
enfoque pragmático.
2.1.1. Funciones de la atenuación, imagen y compromiso del
hablante
Los estudios en lengua española han relacionado la atenuación con
tres funciones básicas: 1) autoprotección (salvaguarda el yo), esto es,
el uso de atenuadores para evitar o reducir el compromiso del hablante con lo dicho o su repercusión y para salvar la imagen propia;
2) prevención (salvaguarda el yo y el tú), en cuyo caso se tiende a
evitar las repercusiones de lo dicho o hecho e imponer la opinión
propia, buscando acuerdo o justificando el desacuerdo; se previenen
posibles daños a la imagen o problemas por invadir el territorio del
otro; y 3) reparación, cuya función es mitigar o reparar una amenaza
al interlocutor (Briz y Albelda, 2013)3. En este sentido, se entiende
imagen como propone Figueras (2018) “la imagen constituye el sentido reclamado por la persona de valoración social favorable del yo en
un contexto relacional” (p. 260); la imagen debe entenderse como un
recurso de carácter identitario vulnerable, que puede amenazarse o
realzarse en cualquier situación social. La imagen opera en la comunicación, pues se trata de un conglomerado de aspectos de identidad
y relacionales. Estos planteamientos tienen su origen en Goffman
(1967).
En otro orden de cosas, aunque siempre en relación con la imagen,
entre los criterios que son empleados para reconocer la atenuación según Albelda (2018b) se hallan, en primer término, el significado difuso
y la reducción de la fuerza ilocutiva y, como consecuencia de ellos, la
Debemos recordar que en la propuesta de Kerbrat-Orecchioni (1992) se habla de
estrategias de autoprotección, prevención y compensación.
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indireccionalidad de los actos de habla atenuados, dado que se desajustan la intención del hablante y la expresión lingüística realizada;
y, en segundo lugar, la función retórica y la función protectora de la
imagen. A este respecto, las actividades de imagen se sintetizan en autoimagen (imagen propia positiva y neutralidad de la imagen del otro),
cortesía (atención a la imagen del otro) y descortesía (ataque a la imagen del otro).
Finalmente, también en relación con el concepto de imagen, emerge la idea del compromiso del hablante. Albelda (2018c) se refiere a la
responsabilidad del hablante hacia lo dicho. Este compromiso puede
entenderse de diferentes formas vinculadas con la atenuación (o con la
intensificación en un sentido gradual):
1) Compromiso basado en el juicio que la fiabilidad de la fuente merece al hablante.
2) Compromiso basado en el acuerdo y conformidad con el contenido
de la evidencia.
3) Compromiso basado en el grado de certeza-probabilidad con el valor de verdad de la evidencia.
4) Compromiso basado en la implicación del hablante-conceptualizador en la construcción del enunciado.
Para efectos de las reflexiones que proponemos en esta investigación, se considerarán las formas (3) y (4) de manera diferenciada –siguiendo a Albelda (2018c)–, puesto que ambas se hallan íntimamente
relacionadas con la intención de justificar lo dicho y, por tanto, se vinculan con la imagen del hablante.
2.2. La justificación atenuante
En su trabajo acerca de la conversación coloquial en español, Briz
(2001) precisa que una forma de atenuar el discurso es por medio del
ofrecimiento de rodeos justificativos. Si bien el autor no caracteriza
mayormente dicho recurso, sí menciona que se puede suavizar la fuerza ilocutiva de las justificaciones por medio de expresiones como “es
que” y “quería”.
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En el estudio coordinado referido a la atenuación con los materiales del PRESEEA4 se propusieron 25 tipos diferentes de recursos lingüísticos y paralingüísticos de atenuación; entre ellos, se ubican las
“justificaciones y excusas”. Al respecto, Albelda y Cestero (2011) precisan que uno de los movimientos comunicativos y cognitivos generales
que pueden llevar a cabo los atenuantes es justificar: “se puede justificar mediante cualquier mecanismo que apoye argumentativamente lo
dicho y, a la vez, suponga una reducción del peso enunciativo del hablante” (p. 28). Entre las formas que adopta esta estrategia atenuante
aparecen las justificaciones y excusas de lo dicho o del decir, el empleo
de una comparación como forma de justificarse y el uso de marcadores
discursivos que presentan consecución lógica.
En un estudio posterior acerca del español de Monterrey, Flores y Ramírez (2015) señalan que existen cuatro subestrategias destinadas a justificar en los actos de habla asertivos: las justificaciones, las explicaciones
o excusas, las comparaciones y los marcadores discursivos que desempeñan la función de conectores lógicos. A nuestro juicio, en la propuesta
citada no queda clara la diferencia entre justificaciones y explicaciones
o excusas, pues sus definiciones se traslapan y, además, se presentan de
manera tautológica. En este sentido, este trabajo intenta contribuir con
una propuesta de sistematización que sea fácilmente replicable.
En otro orden, González Riffo y Guerrero González (2017) proponen el eje de veracidad para hablar de qué tan real es aquello que se
dice en el contexto de las narraciones interaccionales. Las justificaciones se ubicarían en dicho eje y consistirían en intercalar explicaciones
que justifiquen algún evento.
3. Marco metodológico
3.1. El corpus y los informantes
El corpus utilizado en esta investigación corresponde a 18 entrevistas
semidirigidas del corpus del PRESEEA de Santiago de Chile. Tomando
como base la Guía de Estudios de la Atenuación en los corpus PRESEEA,
Documento
completo
disponible
en:
http://preseea.linguas.net/
Metodolog%C3%ADa.aspx. Para ver el detalle del funcionamiento de estos recursos, se
sugiere revisar los trabajos empíricos de Cestero y Albelda (2012) y el de Albelda (2018a).
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se seleccionaron 30 minutos de grabación (minutos 10 al 40) de cada
entrevista, lo que constituye nueve horas de registro de discurso natural.
3.2. Procedimientos analíticos
Para llevar a cabo este estudio utilizamos como unidad de análisis el
atenuante en un contexto interaccional concreto (Briz y Albelda, 2013),
de modo que quedaron incluidos los siguientes tres segmentos analíticos: 1) el miembro del discurso afectado por la atenuación; 2) el
miembro del discurso causante o desencadenante; y 3) la expresión
atenuante concreta. Además, adoptamos la metodología de análisis
propuesta en Cestero y Albelda (2012), Briz y Albelda (2013) y Albelda,
Briz, Cestero, Kotwica y Villalba (2014) para identificar la estrategia de
justificar con función atenuante. Para las subcategorías de la categoría
en estudio, recurrimos a la propuesta de Flores y Ramírez (2015).
Un supuesto fundamental para llevar a cabo este estudio fue que la
atenuación mediante justificaciones en los actos asertivos ocurre cuando está claramente comprometida alguna de las imágenes de los interlocutores. Para el investigador, entonces, debe resultar sencillo identificar
si el mensaje transmitido supone una carga negativa (Albelda, 2010).
Se trató de un análisis inductivo que trabajó con tres pruebas: prueba de la ausencia, prueba de la conmutación y prueba de la solidaridad (Villalba, 2018). En este trabajo, hemos optado por usar estas tres
pruebas de manera complementaria en la tarea de verificar el carácter
atenuante de las expresiones revisadas.
4. Presentación y discusión de los resultados
En el estudio preliminar de Guerrero (en prensa) destinado a describir
el fenómeno de la atenuación en el corpus del PRESEEA de Santiago de
Chile en las dimensiones lingüística, pragmático-discursiva y social, se
identificaron 304 de 1.731 casos en los que los hablantes utilizaban el
recurso de justificaciones y excusas (Albelda y Cestero, 2011) para atenuar. En este estudio, se tomaron los 304 casos observados y se analizaron cualitativamente en el sentido que se ha indicado más arriba.
De acuerdo con los objetivos propuestos, la presentación de resultados se dividió en tres apartados: el primero presenta, en términos
generales, la propuesta de estrategias utilizadas para justificar en los
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actos de habla asertivos; el segundo está destinado a exponer los resultados –de forma detallada y debidamente ejemplificada– de la revisión
de los recursos lingüísticos disponibles para justificar en cada tipo de
estrategia empleada en el corpus PRESEEA de Santiago de Chile; y, el
tercero da cuenta de su operación en relación con las funciones de la
atenuación (autoprotección, prevención y reparación).
4.1. Estrategias para justificar en actos de habla
asertivos
En el presente estudio entendemos que existen dos tipos de actos asertivos: los de opinión y los de información. En los primeros, la imagen
del hablante está más comprometida, por tanto, se espera mayor actividad atenuadora. En los segundos, el hablante solo describe un estado
de cosas, sin realizar juicios o valoraciones, de modo que debiese haber
menos atenuación (Albelda et al., 2014). En esta investigación trabajamos con aquellos actos asertivos en donde se exprese una opinión, pues
en ellos la imagen del hablante está más comprometida al formularse
juicios y valoraciones y, por tanto, se espera mayor actividad atenuadora. Con esta definición operacional –y a partir de la revisión de la propuesta original de la estrategia de atenuación denominada ‘justificar’ en
Albelda y Cestero (2011) para el habla de Madrid y revisada en Flores
y Ramírez (2015) para el español de Monterrey–, en esta investigación
se han podido definir las siguientes estrategias asociadas con la idea de
justificar los actos de habla asertivos en la variedad chilena del español:
a. Justificaciones: mediante esta estrategia el hablante ofrece razones
que considera convincentes para probar algo. Se trata de razones
que provienen de la propia experiencia del hablante, quien se justifica para apoyar argumentativamente lo dicho y quitarse toda o
parte de su responsabilidad. Dado que corresponde a motivos centrados en el “yo”, en el contexto interaccional concreto será esperable encontrar más comúnmente el uso de “yo”, “a mí”, “me” y otras
personas gramaticales junto con verbos modales como “creer”. Así,
las justificaciones proporcionadas están destinadas fundamentalmente a autoproteger la imagen propia, puesto que concierne a temáticas conflictivas o de respuestas negativas, las que actúan como
desencadenantes del atenuante. Para justificar la aserción se presenta primero la conclusión y luego los argumentos.
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b. Explicaciones: esta estrategia permite que el hablante dé a conocer,
declare o manifieste la causa o motivo de algo, de manera que aclara lo dicho. Se trata de explicaciones destinadas a atenuar juicios u
opiniones respecto de temas controversiales. Con las explicaciones
no solo se autoprotege la imagen propia, sino que además se previene un posible conflicto, dada la naturaleza del desencadenante,
el que puede estar contenido en la pregunta realizada por el entrevistador o en el juicio al que incita la pregunta. A diferencia de las
justificaciones, en las explicaciones los argumentos provienen más
comúnmente del mundo externo (y no se centran en el yo de manera exclusiva) y, por ello, será esperable el empleo de recursos de
expresión de duda como “no sé”, “quizás”, “en realidad” u otros que
colaboren solidariamente en la atenuación. En este caso, se presentan primero los argumentos y luego la conclusión.
c. Comparaciones: la comparación consiste en una estrategia en
la que el hablante ofrece ejemplos de su propia experiencia o del
mundo externo para quitarse toda o parte de la responsabilidad de
lo dicho. En este caso, se fija la atención en dos o más objetos o situaciones para mostrar sus relaciones, diferencias o semejanzas.
La propuesta esbozada puede concretarse en una escala de compromiso del hablante, como muestra el siguiente esquema.
Esquema 1. Relación entre estrategias para justificar, imagen y compromiso del
hablante.
Fuente: Elaboración propia.
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En el esquema precedente queda ilustrado el funcionamiento de
las estrategias descritas para justificar los actos de habla asertivos:
mientras menos responsabilidad o compromiso con lo dicho, se protege más la propia imagen, puesto que el significado proposicional es
menos preciso, y mientras más responsabilidad o compromiso con
lo dicho, el hablante protege menos su propia imagen (atenúa menos el acto asertivo, convirtiéndolo en un asertivo pleno) y expone
el significado proposicional de manera más precisa. En ambos casos
media la cortesía, en tanto principio pragmático y estrategia de las
actividades de imagen que se orienta hacia el equilibrio social (Briz,
2004), ya que el hablante puede ser cortés o neutro con la imagen del
interlocutor. Al emplear recursos lingüísticos que permiten realizar
justificaciones, explicaciones y/o comparaciones se alcanza el grado máximo de ausencia de compromiso con lo dicho, puesto que se
ofrecen razones internas o externas que actúan como recursos que
el hablante evalúa como facilitadores en la tarea de reducir el compromiso epistémico (lo que incrementa la protección de la imagen
propia) hacia la verdad que está expresando, o bien, suavizar su expresión de los juicios u opiniones cuando se trata de temáticas controversiales que suponen una carga negativa.
4.2. Recursos lingüísticos disponibles para justificar en actos
de habla asertivos
De manera concreta, los recursos lingüísticos registrados en el análisis
del corpus son los que se exponen a continuación.
4.2.1. Justificaciones
Como se adelantó, las justificaciones permiten al hablante apoyar argumentativamente lo dicho y quitarse toda o parte de su responsabilidad, y se introducen fundamentalmente a través de recursos lingüísticos como porque, que, lo que pasa es que y es que. El uso de estos
recursos permite que el locutor exponga justificaciones que considera
convincentes respecto de lo dicho. Los ejemplos (2) y (3) ilustran la
construcción discursiva de esta estrategia.
(2) E: ya / oye y / de acuerdo a tu experiencia de vida / eeh / tú
¿cómo opinas que tratan / que se trata a los / a los viejitos ahora? //
I: ¡como las huevas po! / yo pienso que tratan / por el mi <sic>/ por
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ejemplo // E: porque antes los respetaban más ¿cierto? // I: claro /
al menos yo / yo no estoy de acuerdo de las familias esas que van a
a dejar a las abuelitas a los / o a los abuelos a los hogares de ancianos / porque ellos lo dieron todo por uno / yo / al menos yo con tu
mamá / con mi mami yo no lo haría / si yo viera que mi mamá está
así mal yo me la traería / yo la cuidaría hasta el último día de su vida
/ pero yo no lo haría / eeh / me carga esa huevada / no comparto
esa idea de que vayan a tirar a los ancianos / porque ellos lo dieron
todo por uno (SCHI_M21_019).
(3) E: y ¿tú crees que las personas que van al gimnasio van solo a
mejorar su estado físico / o van a conocer gente igual? // I: mira
/ más que nada yo iba a mejorar el estado físico / conocí gente /
que yo soy bien amistoso / entonces me gusta conocer harta gente
/ pero aparte de eso por la salud de uno también (SCHI_H12_037).
En el caso (2), la informante está argumentando acerca de las razones de por qué no está de acuerdo con el trato que reciben las personas
de la tercera edad. El desencadenante es la postura que explicita el entrevistador al comparar lo que ocurría antes con lo que sucede ahora
(“porque antes los respetaban más ¿cierto?”). Puesto que la informante tiene una opinión negativa acerca de la sociedad chilena actual, justifica con su propia experiencia el hecho de que no incurriría en un
acto como dejar a su madre en un hogar de ancianos; se complementa
la justificación con el empleo de “al menos” y con el salto permanente
de la primera persona “yo”5 explícita al impersonal “uno”, que tiende a
generalizar aquello que se dice y que, por tanto, le quita responsabilidad sobre lo dicho.
En (3) se genera una situación similar: la pregunta directa desencadena el uso de los atenuantes, puesto que ya carga con un juicio o
con contenido enjuiciable. Para no imponerse, el hablante justifica
su asistencia al gimnasio por asuntos físicos y de salud, y presenta como algo secundario el hecho de que, por ser amistoso, podía
conocer gente. En este caso, el uso de la partícula concesiva “pero”
González Riffo y Guerrero González (2017) señalan que el uso explícito de yo se
relaciona con posicionarse en el discurso e implica hacerse presente en el propio discurso. Para estos autores, el acto se posicionarse se ubica en lo que denominan el eje
de certeza (38).
5
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permite introducir una contraexpectativa que anula la proposición
anterior y avala el argumento a favor de la salud. En este ejemplo
también se observa que el informante se posiciona con la expresión
del sujeto explícito (“yo”) y termina con el impersonal “uno”. Su justificación es todavía más evidente cuando se incluye el uso de “que”
en conjunto con el introductor “mira”, que funciona como marcador
discursivo con función atenuante y un recurso de modificación morfológica externa “más que nada”, que agudiza el foco de lo que declara el hablante. En ambos casos, como vemos, los atenuantes funcionan de manera solidaria, es decir, no es solo el empleo de “porque”
y “que” lo que valida la justificación, sino que también el contexto
interaccional concreto.
En un segundo orden de cosas relacionadas con las justificaciones, resulta muy interesante que se generen casos donde se presenta
la combinación porque + marcador discursivo, como queda ejemplificado en (4).
(4) E: em ya / y tus papás ¿cómo suelen divertirse? // I: mis papás
// mi papá es súper fiestero / a mi papá le gusta salir / él sale de
repente / él sale por ahí con la familia / con los hermanos sale ¿cachái? // mi mamá no // mi mamá su máxima diversión / lo que más
le encanta a ella es estar durmiendo todo el día // porque igual /
como ella sufre más por las enfermedades del cuerpo / y hace todas
las cosas en la casa entonces anda siempre cansada // no es que ella
pase durmiendo sino que lo que ella quiere es dormir más ¿cachái?
(SCHI_M12_043).
En (4), el desencadenante es el juicio de la informante (“lo que
más le encanta a ella es estar durmiendo todo el día”), quien realiza una comparación: puesto que su padre sale con frecuencia, debe
justificar la actitud de su madre. Para esto, en lugar de usar solo “porque”, agrega el marcador discursivo “igual”, lo que le permite atenuar
su juicio previo. Al eliminar la partícula “igual”, la fuerza ilocutiva del
acto de habla se incrementa automáticamente. En este ejemplo es interesante que la informante, al usar el atenuante, no se autoprotege,
sino que protege la imagen de su madre: ya ha señalado que a ella “le
encanta dormir todo el día”, lo que puede interpretarse como algo negativo de su personalidad; por ello justifica su actuar como un efecto
de su enfermedad.
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Un tercer aspecto interesante para el caso de las justificaciones es
que también se pueden realizar mediante la negación, como se aprecia
en el ejemplo que sigue:
(5) E: ya / oye / en tu experiencia personal / ¿encuentras que el
clima en Santiago ha cambiado? / que el / el tiempo no sé / que
llueve más / ponle / que hace más calor / menos frío / no sé // I:
/ no creo / o sea sí cambia el ti / el clima / porque puta / de / no
es porque / el cambio /el calentamiento global ni nada / toda / de
todo eso / pero el clima va cambiando / de / de / de los dinosaurios huevón que era más caliente hasta el día / eh va cambiando
la época del hielo / la era del hielo / todo eso / pero yo creo que
cuando éramos chicos nosotros / estábamos a pata pelada y / con
el short y la polera / cachái / pero ahora estamos con las chalas y
con pantalón y la polera corta / y / somos nosotros los que estamos viejos (SCHI_H11_001).
La negación permite que la secuencia discursiva completa actúe
como una construcción concesiva: se emplea “no es porque… pero…”.
Otra forma de justificar lo dicho es la que se lleva a cabo a través del
empleo de recursos como lo que pasa (es que):
(6) E: ¿y han entrado alguna vez a robar a la casa? // I: sí / yo estaba
trabajando […] claro que estuvieron ahí / que gracias a la / a la vecina de al frente fue porque cuanto se llama / es que después parece
que llegaron fueron los carabineros / estuvieron revisando y ellos
estaban tapados atrás / lo que pasa es que nunca hubo un cierre
atrás / solamente eran maderas que estaban así en / así en la parte
de ¿cuánto se llama? de de cerrar los / los sitios / nada más que eso
/ entonces por ahí se podrían haber fondeado // y ahí estaban también yo creo (SCHI_H22_049).
En casos como el citado, el hablante justifica su opinión en torno a
los asaltos. El informante emplea su propia experiencia para comparar
dos barrios santiaguinos, junto con la inclusión de datos que señala
que provienen de fuentes externas. Los atenuantes aquí funcionan de
la misma forma que porque, explicados anteriormente.
El empleo de causativos constituye otra forma de justificar los actos
de habla asertivos. En este caso, se exige que los hablantes estén muy
conscientes del discurso que están profiriendo, puesto que la conexión
261
“Lo que pasa es que la política se ha puesto farandulera”: justificaciones | Guerrero González et al
entre la conclusión lógica y el segmento discursivo desencadenante
del empleo del causativo atenuante, debe contribuir a facilitar la inferencia del interlocutor. En el corpus del español chileno se ha registrado el uso de ya que:
(7) I: bueno durante la Navidad / se prepara un asadito / con papitas mayo / y una ensalada // E: y para usted / ¿cómo sería una celebración / ideal / de la Navidad? // I: bueno / una celebración ideal
/ sería con harta paz / y / estar con mis seres queridos // E: ¿y qué
prefiere / el dieciocho / la Navidad / o le da lo mismo? // I: a mí me
da lo mismo / las fiestas / no / no soy muy adicta a las fiestas / pero
la Navidad por los niños / que ya que creen en / el viejito pascuero
todavía (SCHI_M31_031).
Finalmente, se observa el empleo de algunas locuciones adverbiales que, en conjunto con otros atenuantes (por ejemplo “porque” y “por
eso”), justifican la aserción. Se trata de expresiones como de repente y a
lo mejor, que en el español chileno tienen, entre otras funciones, la de
atenuar el acto de justificar, al ser valoraciones epistémicas débiles del
contenido proposicional. Los ejemplos que siguen refuerzan la idea de
que los atenuantes que justifican disminuyen la fuerza argumentativa
del acto de habla en el que se insertan.
(8) E: ya / a ¿y dejan a todos los maridos en las casas y se juntan las
mujeres no más? // I: sí // sí / una vez fuimos a un pub también //
no / pero la pasamos bien / súper entretenido / o sea / es agradable
sí juntarse /porque de repente ha pasado que no nos juntamos un
mes /y de repente / oye ¿qué pasa que no nos juntamos? (SCHI_
M22_055).
(9) I: es que yo creo que he tenido por eso / a lo mejor / he tenido
una o dos amigas que sean de ese estilo / o sea de / a quien tú recurres / a quien tú le cuentas cosas / pero demás son personas más /
personas igual conocidas con quien tú lo pasas bien y todo / claro /
pero no de ir así o sea de contar cosas de / más allá de intimidades
no (SCHI_M22_055)
En (8) y (9) el sentido de “de repente” y “a lo mejor” expresa una
duda que posibilita la justificación. En (8), de hecho, podría eliminarse “porque”, dado que es de repente la partícula que le permite al informante no imponer su opinión o atenuar su compromiso, disminu262
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yendo la fuerza argumentativa de lo expresado (Briz, Pons y Portolés,
2008). Además, su empleo debilita el argumento, porque implica una
baja factibilidad del contenido proposicional del enunciado (Rojas,
2008). En (9) “a lo mejor” se presenta como una suposición que expresa la duda ante lo señalado; de esa manera la informante evade cierta responsabilidad sobre lo dicho (Briz et al., 2008). También en este
ejemplo podría eliminarse “es que” y el contenido de lo dicho queda
igualmente justificado. En ambos casos x modalizador permite expresar duda.
4.2.2. Explicaciones
Las explicaciones permiten que el hablante dé a conocer o manifieste la causa o motivo de algo. Lo que se busca es explicar para atenuar
juicios u opiniones respecto de temas controversiales. En este caso, se
exponen las explicaciones y estas derivan en un juicio final emanado
de ellas. Se llevan a cabo a través de por eso (que), como muestran los
ejemplos que siguen.
(10) E: ya ¿cuál crees que es la razón por la cual los jóvenes de hoy
optan por no casarse / y forman familias tardíamente? // I: yo creo
que también / de nuevo es por una como una costumbre local //
eeh o quizás / no sé yo creo que es producto de tantos hogares desarmados que / que al final la mayoría de las personas no invierten
el tiempo quizás o los costos en en casarse y prefieren estar en algo
más informal / la sociedad está apuntando a a un comportamiento
mucho más individualista / sobre todo en la tecnología es a veces
tiende a aislar a las personas quizás más que comunicarlas o sea el
contacto humano se está reduciendo drásticamente / ahora todas
las comunicaciones son por computador por correo electrónico /
claro o sea si un teléfono era impersonal ahora hablar por Messenger o servicio de mensajería cualquiera es es peor todavía / entonces las personas están tendiendo a ese individualismo a a vivir solo
a a tener lazos quizás más informales / por eso yo creo que / en realidad pocas personas se interesan en formar una familia / más sobre
todo la gente joven que no sé po (SCHI_H13_073).
(11) I: sí // porque el alcalde que es el señor X que fue reelegido otra
vez como la quinta vez que es reelegido / se nota que trabaja bien
porque está todo limpio / las calles limpiecitas // parques bonitos
263
“Lo que pasa es que la política se ha puesto farandulera”: justificaciones | Guerrero González et al
con fuente los semáforos donde corresponden // no hay hoyos en
la calle // se nota que el hombre trabaja / se preocupa / por eso que
fue reelegido como por cuarta quinta vez (SCHI_H33_097).
En los ejemplos (10) y (11) se pueden apreciar desencadenantes
correspondientes a juicios acerca de temas altamente debatibles –el
matrimonio joven y la política–. En ambos casos, los hablantes tienden a incluir argumentos antes de llegar a una conclusión: presentan
argumentos x1, x2, xn “por eso (que)” y. En estos casos, además, los
contextos interaccionales concretos presentan el uso de varios atenuantes que operan de manera solidaria y, por último, en los ejemplos, luego de “por eso” se introduce el efecto o consecuencia. La
suma de argumentos permite justificar lo que los hablantes dicen; son
por tanto la causa de lo dicho y no solo permiten atenuar opiniones,
sino que dan la posibilidad de reducir el compromiso del hablante hacia lo dicho.
4.2.3. Comparaciones
Las comparaciones que permiten justificar lo dicho se instancian a través de la utilización de es como (que).
(12) I: la playa / no / mira / aparte que me baño poco / me gusta ir a
tomar sol nomás / pero para el campo es otra cosa / es / no hay tanta bulla // es más natural y nunca tampoco había ido tantas veces
al campo // ahora voy más cuando el X está un poco más grande /
ahí me me he entretenido porque hay cosas más novedosas que en
la playa / en la playa es ya es es como que estar aquí en Santiago / y
ves peleas / la gente en general / es penca también la playa / pero
para ir a distraerse un poco es bueno (SCHI_H22_049).
(13) E: ¿cuál es la diferencia entonces usted cree que / hay entre los
amigos que se tienen de adulto // a los que se tienen cuando uno es
chico cuando es niño? // I: ¡ahh! que / es que mire es que cuando es
chico uno / lleva otra otra ilusión es distinto / es como una ilusión
es como un es como quien dice una amiguita / yo la conozco con mi
amiguita / juego con mi amiguita / esto chiquitita de colegio es eso
es ese es una amistad / y adultos es distinto (SCHI_M32_067).
En el ejemplo (12) el hablante compara la playa con el campo, equiparando a la primera con la vida en la ciudad y en (13) en tanto se están
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comparando diferentes etapas vitales. En ambos casos se emplea “es
como (que)” para atenuar y no imponer la opinión propia: se autoprotege la imagen propia al poner casos concretos que permiten comparar para justificar la opinión y también para volver la proposición más
vaga; se previene así un posible conflicto, puesto que se trata de temas
debatibles.
La síntesis del funcionamiento de los recursos disponibles para atenuar en las aserciones es la siguiente:
a. Justificaciones: conclusión y (negación) porque / que / lo que pasa
es (que) / es que / ya que (+ marcador discursivo) x1, x2, xn argumentos.
b. Explicaciones: argumentos x1, x2, xn por eso (que) conclusión y.
c. Comparaciones: x = y.
4.3. Funciones de las estrategias para justificar en actos de
habla asertivos
Las funciones que cumplen las estrategias descritas en los apartados
anteriores y explicadas en detalle en el contexto de los actos de habla
asertivos en el corpus PRESEEA de Santiago de Chile, dicen relación
con el empleo de formas de lenguaje difuso, con la reducción de la
fuerza ilocutiva de los actos de habla atenuados y con su indireccionalidad. Justificar se constituye en un tipo de estrategia retórica que
se genera cuando los hablantes calculan que su propia imagen o la de
otro podría(n) verse afectada(s) por lo dicho. Consideremos el ejemplo
(1), citado nuevamente aquí como (14), pero con más contexto:
(14) E: ¿qué es para usted tener un buen amigo? / ¿qué considera
usted? // I: tener una buena amiga / tener un buen amigo / a ver /
alguien en que tú puedas así como no sé po poder confiar / contarle
cosas / pasarlo bien / entretenerse / disfrutar de cosas así / no sé po
/ tanto las cosas alegres como las cosas malas / tener alguien que
/ no sé po / que tú sientas que tú puedes contar con esa persona /
y para eso son como muy pocas las personas // E: o sea / usted es
exigente con sus amigos / o sea / si ya tiene un amigo // I: es que
yo creo que he tenido por eso / a lo mejor / he tenido una o dos
amigas que sean de ese estilo / o sea de / a quien tú recurres / a
quien tú le cuentas cosas / pero demás son personas más / perso265
“Lo que pasa es que la política se ha puesto farandulera”: justificaciones | Guerrero González et al
nas igual conocidas con quien tú lo pasas bien y todo / claro / pero
no de ir así / o sea / de contar cosas de / más allá de intimidades no
/o sea / he sido como [de] pocos / en ese sentido / amigos amigos
(SCHI_M22_055).
La intención detrás de la aseveración del entrevistador –“usted es
exigente con sus amigos”– es que la informante construya un discurso que le permita justificar la diferencia que ha planteado antes entre
lo que considera un amigo común y lo que valora como un verdadero
amigo. En este sentido, se produce la indireccionalidad discursiva, ya
que hay un desajuste entre la intención comunicativa de la informante
y las expresiones lingüísticas empleadas: ella tiene clara la diferencia,
pues ha iniciado su discurso con el atenuante “a ver” y utiliza permanentemente “tú” no con la intención de aludir a su interlocutor, sino
que se trata de un uso generalizador. La informante justifica la diferencia expuesta para autoprotegerse y no ser considerada una amiga
“exigente” mediante el uso de recursos lingüísticos como “es que” y “a
lo mejor”. Una situación similar se registra en (15):
(15) E: ya / en su opinión ¿cómo se explica / el desinterés de los jóvenes por la política? // I: lo que pasa es que la política se ha puesto
farandulera también / así que yo creo también que por ahí puede
ir un poco / y y a los políticos son los que menos le creen y uno lo
puede ver / los políticos pasan todo el día en Santiago y no están
nunca en su lugar de trabajo / así que creo que son contados / así
que los jóvenes e incluso yo no estoy inscrito en los registros electorales (SCHI_H21_013).
En este caso el informante comienza atenuando mediante una explicación. Su postura ante el escenario político del país es negativa,
por lo tanto, frente a una pregunta concreta, su enunciado reactivo se
inicia con el atenuante “lo que pasa es que”. Se incluye otra forma de
justificar su postura correspondiente al consecutivo “así que”. Sumado
a esto, se halla el uso de otros atenuantes: “yo creo”, donde se explicita
la persona del hablante –1ra persona del singular “yo”–, y con ello se
acota la opinión a la persona que habla, pero seguida de un verbo modal que expresa duda o incertidumbre –“creer”–. Esta estrategia retórica aparece modificada hacia el final de la intervención, donde se elide
la persona para señalar solo “creo que”. En ambos casos, el hablante
expresa cierta inseguridad respecto de lo dicho, lo que además se com266
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plementa con la inclusión de “por ahí puede ir un poco”. El uso de “un
poco” actúa como un minimizador que modifica el sentido del enunciado en su totalidad. Por último, el informante incluye en su respuesta
elementos que le permiten desfocalizar: se impersonaliza el sujeto del
acto de habla con “uno” en lugar de “yo”. Se trata de una intervención
donde se produce una evolución en términos de posicionamiento, ya
que el hablante va del lenguaje menos difuso al más difuso, con lo que
consigue una reducción de la fuerza ilocutiva del acto de habla. En
consecuencia, no solo se autoprotege, sino que también previene un
posible daño al interlocutor.
Con los ejemplos anteriores, queda demostrado que el acto de justificar, independientemente de la estrategia empleada y los recursos
lingüísticos desplegados, se relaciona con dos de las tres funciones de
la atenuación: autoprotección y prevención, como se ilustra en el Esquema 2.
Esquema 2. Relación entre la acción de justificar y las funciones de la atenuación.
Fuente: Elaboración propia.
En el esquema precedente se hace explícita la doble función de la
acción de justificar: por un lado, se trata de una estrategia retórica que
minimiza el compromiso del hablante al presentar un contenido proposicional menos preciso, configurándose como una forma de autoimagen
y, por otro, consiste en un recurso de cortesía del hablante y de su interlocutor, donde se toman los resguardos para evitar las repercusiones de
lo dicho e imponer la opinión propia. Así, se previenen posibles daños a
la imagen o problemas por invadir el territorio del otro. Se configura así
267
“Lo que pasa es que la política se ha puesto farandulera”: justificaciones | Guerrero González et al
una identidad donde se intenta mantener la relación en la interacción
social y el yo se posiciona desde una doble vertiente: un yo independiente, donde el individuo comporta un repertorio de sentimientos, emociones y motivaciones, y un yo interdependiente, donde se refuerza la
conectividad relacional (Figueras, 2018). Puesto que las aserciones son
situaciones conflictivas, el yo sería el factor más influyente en el manejo
de este tipo de interacción y el estilo discursivo para manejar el conflicto interpersonal correspondería a “integrar”, entendido como un estilo
que implica alta preocupación por el yo y por el otro (Figueras, 2018, p.
263). Por siguiente, la imagen se entiende como un recurso identitario
vulnerable, dinámico y flexible, que puede amenazarse o realzarse en la
situación comunicativa. En este sentido, la justificación de la aserción,
sea mediante justificaciones propiamente tales, explicaciones o comparaciones, es un fenómeno que revela ciertos posicionamientos ideológicos, en el sentido de que relativiza la expresión de juicios u opiniones no
solo para no invadir el territorio del otro, sino también para no atacar su
imagen y para cuidar la propia cuando se manifiesta desacuerdo respecto de un desencadenante controversial. Se configura así una identidad
solidaria y empática en la medida en que, aun cuando se tiene certeza de
lo dicho, se elabora una práctica discursiva que manifiesta la reducción
del compromiso epistémico.
5. Conclusiones
Los hallazgos de esta investigación se sintetizan de la siguiente manera:
En primer lugar, la atenuación de las aserciones efectuada mediante la acción de justificar se configura como una categoría pragmática,
una estrategia y de un mecanismo retórico destinado a cuidar las relaciones sociales e interpersonales o evitar su menoscabo. Su funcionamiento reveló la existencia de tres estrategias que permiten justificar
en el español chileno: las justificaciones propiamente tales, las explicaciones y las comparaciones.
En segundo término, cada una de las estrategias se configura según
el uso de ciertos recursos lingüísticos, los cuales no operan de manera
aislada, sino que se despliegan de forma solidaria en el acto de habla o,
en otras palabras, suele haber presencia de más mecanismos atenuantes en el segmento que se está analizando. En este sentido, el acto de
justificar –como cualquier acto de habla que implique la presencia de
268
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atenuantes– debe estudiarse en el contexto de la práctica discursiva en
donde se genera.
En tercer lugar, esta investigación permitió concluir que las formas
de justificar las aserciones se vinculan con dos de las tres funciones
que se han descrito para la atenuación: con la autoprotección para
salvar la imagen propia y/o con la prevención de posibles daños a la
imagen o problemas por invadir el territorio del otro. Así, la identidad
del hablante se construye interactivamente. En particular, los actos de
habla asertivos pueden ser escenarios conflictivos, de manera que la
forma de manejar el conflicto interpersonal exigiría una alta preocupación por el yo y por el otro. Esto conlleva, a su vez, que la imagen
se configure como un recurso de identidad que puede cambiar en el
transcurso de la interacción.
Una investigación como la presentada contribuye indudablemente
a los estudios pragmalingüísticos del español y, entre sus proyecciones, se halla por ejemplo la asociación de las estrategias para justificar
con las variables sociales. Asimismo, este trabajo permitirá desarrollar
investigaciones contrastivas con otras variedades del español, puesto
que ya existe una propuesta para el habla de Monterrey (Flores y Ramírez 2015), a la que se suma esta, que describe el español chileno.
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LITERATURA Y LINGUÍSTICA N° 42, 2020 |
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