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Una mirada diferente: Parábolas modernas Silvia Cristina Scholtus Dra. en Teología Email: silviascholtus@gmail.com A Dios le gusta que pensemos en lo maravillosa que es su creación. Porque al hacerlo admiramos su persona y su poder. Cuando mis hijos todavía vivían con nosotros, era parte de nuestra conversación ver cómo algún nuevo avance científico nos hacía mirar maravillados su poder y nos gustaba imaginarnos cómo serían algunas realidades espirituales y vivir en la eternidad. Dios siempre dio detalles de su persona y de la vida eterna a sus profetas. Por ejemplo, la visión que Dios le dio a Juan en Apocalipsis contiene detalles de lo que le prometió a la Iglesia de Laodicea en Ap 3:20 de estar ante el trono de Dios, y el resto del libro comenta cómo será vivir en la Tierra nueva. Jesús, en sus prédicas, decía “el reino de los cielos es semejante a…”. Por lo tanto, a Dios le gusta que contrastemos nuestra realidad mirando por fe la realidad original que él creó y notemos cuánto supera nuestras expectativas. Solo si pensamos en ellas, vamos a anhelarlas. Pablo dijo en Hebreos 11:16, que la historia registra a los héroes y heroínas que miraron por fe la patria celestial mientras caminaban en esta tierra hostil. Así que hoy les propongo que hagamos esa mirada de fe y veamos diferente algunos conceptos bíblicos dirigiendo nuestra mente, como solía hacer Jesús con parábolas llevando a sus audiencias, de lo conocido a lo desconocido, de lo material a lo espiritual. Es decir, usaba un lenguaje acorde con la comprensión del tiempo en el que realizó su ministerio. La propuesta de hoy y hacerlo con parábolas actualizadas. Actualización. Es un término con el que todos estamos familiarizados. Hoy, los avances tecnológicos nos imponen una carrera de actualización. Cada vez hay mayor exigencia por actualizarnos para sumar nuevas tecnologías en el ámbito profesional, de trabajo y de estudio. Los equipos para trabajar en diferentes profesiones o para uso doméstico tienen cada vez más tecnología electrónica y virtual con hardwares como se llama a los componentes de un equipo, y softwares o programas, apps, y más, que nos facilitan comunicarnos con el equipo. Pero sabemos que todo el tiempo, la actualización de los equipos requiere que los programas se actualicen. Esta es una carrera que no parece tener fin. Cada uno tiene hoy, el desafío personal de mantenerse actualizado para utilizar la tecnología virtual, por ejemplo, para aprovechar al máximo el celular, para hacer trámites bancarios. Esto puede ser un verdadero dolor de cabeza para muchos, pero así es nuestra sociedad. Actualización. Les voy a compartir algunos pasajes bíblicos para iniciar esta mirada diferente de actualización. Actualización de algunos conceptos bíblicos de acuerdo a la revelación natural que Dios fue permitiendo que con el correr de los años entendiéramos. Actualización de conceptos sobre la Tecnología virtual celestial Dice Ap 20:12, Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Miremos diferente. ¿Será que Dios usa libros para llevar sus registros? Dijo Jesús en Mt 10:30, “Pues aun vuestros cabellos están todos contados”. ¿De qué manera Dios hace esto? ¿Cuál podría ser la forma de llevar registro en el cielo de acuerdo a lo que conocemos hoy? Vayamos de lo conocido a lo desconocido. 1 Primer ejemplo: Almacenamiento de datos celestial A lo largo del tiempo, Dios fue permitiendo que la humanidad descubriera sus verdades en la naturaleza para contrarrestar los engaños satánicos y que la ayude a lidiar con los problemas que ocasiona el pecado en nuestro mundo. Un ejemplo: los avances científicos de los dos siglos pasados mejoraron en la humanidad la capacidad para curar enfermedades y dar mayor expectativa de vida. Dice Pablo en Ro 1:20, la naturaleza revela también a Dios para que no exista excusa para rechazarlo. Un ejemplo concreto. Durante el s. XIX, los hombres rechazaron a Dios con los estudios publicados por Darwin en 1859. Pero ya en 1842, Dios auxilió en el descubrimiento de los cromosomas en las células. Recién 60 años después, en 1910, se entendió que estos cromosomas eran portadores del paquete genético de las especies vivas o ADN. Y comenzó una carrera de exploración científica. En las décadas que siguieron, los estudios avanzaron hasta que llegamos a este siglo, cuando en el año 2003 se logró decodificar el paquete genético humano. Y estos descubrimientos empezaron a desafiar incluso a quienes rechazaron a Dios por los conceptos Darwinianos. La humanidad no tiene excusa. Nuestro ADN grita que Dios tiene una tecnología superior para resguardar datos. Que esta tecnología, al igual que la del hombre, no es producto del azar. Es un diseño inteligente, como lo llaman algunos. No se puede negar la superioridad de esta tecnología biológica y virtual. Por eso, hoy sabemos que es posible para Dios tener contados nuestros cabellos porque el ADN registra todos los detalles de nuestra persona. Cantidad de cabellos, color de ojos, tamaño y forma de nuestro cuerpo, y más. Tratemos de imaginar cuánto espacio se requiere para almacenar esto. Y no es en libros, sino otra forma de registro. Si tenemos en cuenta que el ADN humano ocupa aproximadamente 3.000 millones de caracteres. Esto podría equivaler al espacio virtual de 6.000 millones de bits o 715 megabytes de información en formato de baja resolución, casi el contenido de un CD o de 80 minutos de música. Pero… si deseamos que la imagen del contenido del ADN sea de alta resolución, es decir, no sea borrosa, la cosa cambia. Vamos a necesitar una capacidad casi 180 veces mayor, es decir más de 180 Gigabytes. Y si lo ponemos en formato libro, diríamos que un libro de unos 130.000 caracteres ocupa casi 400 páginas. Así que hablar de 3.000 millones de caracteres equivaldría a más de 23.000 libros de 400 páginas. Y esa es la información de una sola persona. Así que ahora imaginemos el espacio que se requeriría para almacenar en libros la información de millones de personas. Por ejemplo, en una biblioteca con una capacidad para albergar unos 230.000 volúmenes, tendrían la información equivalente a unas 10 personas aproximadamente. Esto es asombroso. Y ¿si vamos más allá? Dios no solo guarda el ADN de todos los seres humanos que vivieron en la historia, incluye probablemente también el de todos los seres vivos del universo, sumados a otros registros de su gobierno. Y eso no es todo, Dios dice que guarda registro de un montón de otras cosas sobre la persona de cada uno de nosotros. Nuestras actitudes, hechos, todo es cuidadosamente registrado. ¿Cómo lo hace? Probablemente lo guarda en formato de imagen o video. Para esto se requeriría una capacidad de almacenamiento indescriptible. Dios podría utilizar no solo tecnología biológica, sino de otros tipos. Los adelantos científicos nos permiten entender que sería posible almacenar muchísimos datos en diferentes formas: en átomos, cristales de piedra, y más. Un pasaje que siempre me llamó la atención fue Lc 19:40, Jesús dijo: “Os digo que si éstos callan, las piedras clamarán”, y también en Lc 3:8 “Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras”. Miremos diferente. Dios podría grabar en piedras el registro de lo que desea. 2 Hoy se exploran la utilización de cristales y rocas para registrar la información por billones de años. Al estilo de lo que se observa en algunas películas de ciencia ficción, en la que los protagonistas recuperan información registrada en cristales o piedras.1 Lo interesante es que Dios, dice Apocalipsis, está rodeado de cristales de piedras en su trono. Puede ser que allí tenga los datos de su universo o como dice la Escritura, “sus libros”. Dios tiene una gran capacidad para resguardar información que dura por siempre. Dios también podría almacenar datos en átomos. Hoy se sabe que reduce el espacio y peso, y brinda mayor seguridad en el almacenamiento. Por ejemplo, en el mismo espacio que hoy se almacena 1 terabyte en un disco rígido se podrían almacenar miles en solo un átomo.2 O podríamos decir que en un átomo cabría la información de varias de bibliotecas con capacidad para 230.000 libros. En Ap 6:9-10, se registra Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Estos pasajes dicen simbólicamente que bajo el altar que está ante la presencia de Dios se preserva el registro de los fieles que fueron muertos. Este altar en el tabernáculo israelita prefiguraba de qué forma Dios tiene memoria de sus promesas, se lo llamaba “el altar del memorial”.3 Miremos diferente. No conocemos la tecnología divina del altar, pero me gusta imaginar que es el lugar donde Dios registra a sus mártires en forma virtual en millones y millones de Terabytes/Petabit/Exabit/Zeltabit o Yoltabit; o quizás habría que expresarlo en medida de computación cuántica como qubits o qutrits. Pero lo que más interesa de esta mirada diferente es que Dios, dice Jesús en Mt 22:32, es Dios de vivos y no de muertos. Eclesiastés 9:5 dice que cuando una persona muere, su “memoria es puesta en olvido”. La idea es que cada persona que muere es olvidada al momento en que todos los que la conocían mueren. Dios no muere. Él recuerda a sus amigos. Es decir, aquellos que decidieron recorrer su vida en compañía de su presencia. Mientras Dios nos tenga registrados en su memoria virtual, o libro de la vida, para Dios vivimos. Quienes no estén en ese registro, no vivirán.4 Dios es Dios de vivos, no de muertos. Hoy podríamos expresarlo diciendo que Dios sigue viendo en el altar del memorial las imágenes virtuales y los videos que se sacó con sus fieles. Así como nosotros hacemos cotidianamente para preservar recuerdos. Dios desea sacarse fotos con nosotros en cada evento en el que vencemos por su gracia, pero sobre todo registra el maltrato que recibimos para cuando llegue el momento de hacer juicio. Segundo ejemplo: La tecnología de impresión Sigamos mirando diferente. Si admitimos la posibilidad de que Dios guarde nuestros registros en forma virtual, podemos pensar un poco en cómo será la cuestión de la resurrección, o como me gusta llamarla, la “reimpresión”. Lo que vemos hoy en la pantalla virtual de una computadora, podemos imprimirlo en una copia en papel u otro soporte. Y Dios puede ver en forma virtual nuestra persona, y reimprimirnos cuando llegue el momento obteniéndolo de su almacenamiento de datos. Esta figura nos desafía porque no necesitamos pensar en cómo haría Dios para resucitarnos recuperando el polvo de la tierra en que nos convertimos, y que voló llevado por el viento o se disolvió en el mar, o que pasó a integrar otros seres vivos. Véase https://www.theverge.com/2016/2/16/11018018/5d-data-storage-glass; https://www.quora.com/How-can-acrystal-store-information 2 Véase https://www.adslzone.net/2018/09/27/almacenar-datos-atomos/ 3 Lv 2:2. 1 4 Ap 3:5; 13:8; 17:8; 20:12, 15; 21:27. 3 Recordemos que esto es mera explicación con los conocimientos actuales. Probablemente Dios tenga procesos tecnológicos que aún no hemos descubierto. ¿Cómo recupera los datos de nuestra persona? Miremos diferente en base a nuestro conocimiento hoy. Dice la Biblia que la voz de Dios o un sonido que él produce, es el proceso que usa para transformar lo virtual en concreto. Algo con lo que también la ciencia actual nos tiene familiarizados porque podemos hablar a una máquina para darle instrucciones de lo que deseamos que haga. Celulares, transcriptores de voz, equipos de nuestros autos, y mucho más. Por ejemplo, Génesis dice que Dios mandó y existió. Jesús gritó y Lázaro resucitó. Al sonido de la trompeta resucitan los muertos según Pablo en 1 Co 15. Juan describe esta voz en Ap 1:10-11, “oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”. Jesús tiene esa voz y nos reimprimirá al sonido de su voz como hizo con Lázaro. Podríamos decir, imaginando figuradamente la resurrección, que Dios invocaría su memoria virtual con el sonido de su voz para reimprimirnos. Tercer ejemplo: La edición por el Espíritu Y esta cuestión de la reimpresión, tiene condiciones que ya conocemos. Para ser reimpresos para la eternidad, se debe pasar por lo que llamé “la edición del Espíritu”. Miremos diferente. Hoy hacemos ediciones, correcciones, mejoras de lo que estamos preparando ante una pantalla antes de imprimirlo. Como somos seres biológicos, podríamos ilustrarlo con la forma en que se activan o desactivan los genes. Los genes se activan o desactivan no solo en etapas tempranas de desarrollo, sino que existen marcas químicas que se pueden añadir a un gen para encenderlo o apagarlo. Este campo es manejado por la epigenética. Esta ciencia nos dice que hay muchos genes que pueden activarse para producir alteraciones que nos traen enfermedades heredadas. Hoy los médicos nos dan consejos para activar buena conducta genética y desactivar la mala. Por ejemplo, nos aconsejan sobre alimentación y cuidado del cuerpo para evitar que se enciendan algunos genes heredados. Son consejos que Dios ya había dejado por medio de Moisés e incluso también en los escritos de Elena de White. Es interesante que los genes activados pueden ser desregulados, es decir, que si se encendieron se puede cambiar su activación a inactivación. Es como si manejáramos un interruptor de encendido y apagado. Las señales químicas que regulan la actividad de los genes se llaman epigenomas. Afecta no solo lo biológico sino lo conductual. Podemos imaginarnos que es como si cada genoma humano fuera el abecedario y el epigenoma el acento, la mayúscula, la negrita o la cursiva. No cambian el mensaje, pero lo regulan. Cada nueva generación produce esos acentos, énfasis o cambios para la que sigue. Podemos heredar a nuestros hijos patrones conductuales que pueden activarse o no, y afectar la descendencia por varias generaciones. Elena de White las llama “tendencias heredadas y cultivadas”5 como un carácter explosivo, tendencia al alcoholismo, y hasta lo religioso. Este aspecto que ha demostrado la ciencia es asombroso. Miremos diferente. La caída en pecado trajo la muerte. Nos lleva a vivir principios que conducen a la muerte. Podríamos decir que Dios instaló un mecanismo de defensa en el universo. Destruir lo que hace mal. Cuando se quebranta la ley de Dios y hace daño a la realidad original creada en el universo, se activa el mecanismo que hace desaparecer aquello que lo está contaminando. El pecado mata. Hizo que se haya reescrito epigenéticamente por herencia o conducta el énfasis sobre nuestro genoma que altera la fidelidad en la transcripción genética original. Cuando cada uno cumple consciente o inconscientemente la ley de Dios, el proceso de deterioro se desacelera. Pero una cosa es portarse bien y otra ser transformado. Y para estar en la memoria de Dios, hay que permitir esa transformación. 5 Elena G. de White, DTG, 263. 4 Y esto nos cuenta sobre la obra del Espíritu. Cuando aceptamos la transformación, el Espíritu puede ayudarnos y editarnos o trasformarnos para ser mejores. Es probable que lo haga en nuestro epigenoma conductual para que mejore la actividad genética operando cambios que se registran para la reimpresión editada futura y que nos permitirá participar de la realidad original o eternidad. Reparación de la Tecnología celestial Bueno, hemos dado una mirada diferente a algunos textos bíblicos que nos permitieron imaginar la posible tecnología celestial. Ahora llevemos este concepto tecnológico a nuestros cuerpos. Podríamos decir que nuestros cuerpos son máquinas biológicas con una capacidad increíble de ser autónomas, es decir, con libre albedrío.6 Demos una mirada diferente a nuestras máquinas biológicas y veamos de qué manera necesitan que el Espíritu actualice el hardware y el software para volver a disfrutar de la eternidad. Hardware Nuestro hardware tiene una tecnología biológica maravillosa. Es incomparable el poder de Dios. Él dejó instrucciones para que aprendamos a mantenerlo en el mejor funcionamiento posible a pesar de que la caída lo tornó defectuoso por el virus del pecado. Este hardware tiene la capacidad de autorepararse en muchas formas, e incluso de replicarse dando origen a otras máquinas biológicas. Tiene capacidad para almacenar datos en cada célula, y el centro que denominamos cerebro. Todo lo que hacemos: comer, o cualquier otra cosa, puede contribuir o no a mejorar la máquina. Software También tiene la capacidad de llevar el Software, es decir, los programas y las apps de estas maravillas de máquinas que somos. La Escritura registra que debido a la caída, Dios tuvo que implementar cambios en su universo que lo afectaron personalmente para lograr que las máquinas vivientes autónomas y únicas que somos puedan ser reparadas. 1. Tuvo que restringir el acceso a visitar este mundo por parte de muchos seres creados no caídos. Nuestro mundo fue puesto en cuarentena. Nuestras máquinas fueron inoculadas en su sistema con el virus pecado que desconfiguró su sistema para vida, y se replicaron defectuosas. Y Dios tuvo que contener la contaminación del virus que se activó en la Tierra. La Biblia nos cuenta que Dios hizo un nuevo programa que llamó Mesías, para eliminar el virus que afectó nuestras máquinas biológicas. 2. Dios mismo se implantó el programa nuevo para salvar a la humanidad y al universo del virus. Decidió implantar en su naturaleza divina, la máquina biológica humana en Cristo, para rehacer y reparar la genética humana. ¡Increíble! 3. Este bioimplante demostró que funciona al venir a la tierra. Dios tenía que probar en su persona cómo funciona el nuevo programa y otras apps para que confiemos en el proceso que diseñó para solucionar el problema del pecado. Veamos como lo dice el lenguaje bíblico en Heb 2:10 “Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos”. Es decir, que Dios perfeccionó el programa nuevo Mesías mediante el proceso “aflicciones”. 6 Esther Megbel, “Xenobots: ahora organizados”, Investigación y Ciencia, 7 abril 2021; acceso 10 noviembre 2021: https://www.investigacionyciencia.es/noticias/xenobots-ahora-autoorganizados-19734; Douglas Blackiston et al., “A cellular platform for the development of synthetic living machines”, Science Robotics, 31 de marzo de 2021: vol. 6, núm. 52, eabf1571. 5 4. Dios anticipó en su Palabra los efectos del nuevo programa en quienes deseen aceptar la invitación de recibir el implante y sus apps en el hardware biológico. Si aceptamos la invitación, el Espíritu instala el programa ya probado en su eficacia en nuestro sistema biológico para que lleguemos a ser compatibles otra vez con el sistema celestial. Denominé a estas actualizaciones que Dios desea hacer, programas corporativos y apps personales. Programas corporativos Los programas Corporativos preparan nuestro sistema para hacerlo compatible con el celestial. A lo largo de la historia, Dios estuvo anticipando los momentos clave de actualización. Voy a dar algunos ejemplos de programas, 1. Programa Mesías. Ya hablamos de cómo Dios preparó este programa. El programa completo lo recibió el pueblo de Israel en el desierto. Y Dios fue anticipando por medio de los profetas, el momento en que lo haría vigente. Fue en ocasión del ministerio terrenal de Cristo. Contiene un montón de actualizaciones sobre la capacidad de Dios para salvar perfectamente. 2. Programa Palabra de Dios. Dios fue enviando su Palabra mediante profetas a lo largo de siglos. Pero esta sufrió alteraciones debido a los virus de la interpretación. Es decir, sufrió alteraciones externas para saber cómo instalarlo. El Programa Mesías actualizó las instrucciones de este Programa Palabra de Dios. En varios pasajes del sermón del monte, registrados en Mt 5,7 Cristo decía “oísteis que fue dicho,… pero yo os digo”. Este programa Palabra de Dios probó ser efectivo en predicciones, pues muestra que Dios anticipó todo lo iba a ocurrir en la historia y ha sido fidedigno en su cumplimiento. 3. Programa Dones. Dios fue dando este programa a sus fieles para que conformen un pueblo y rindan un mejor servicio corporativo en cada época. Dice Pablo en Efesios 4 que los dones son para servir. Cuando el Espíritu de Dios instala este programa Dones, la máquina receptora tiene la capacidad de ejercer una habilidad que no tenía. Por ejemplo, don de lenguas, de sanidad, de discernimiento, etc. Apps personales Hablemos ahora de dos apps personales que encontré. Las apps son programas o conjunto de programas informáticos que realizan un trabajo específico, diseñados para el beneficio del usuario final. Veamos algunas apps bíblicas, 1. App Regeneración-Renovación. La terminología bíblica que tiene que ver con esta app es “nacer de nuevo” por el Espíritu como le dijo Jesús a Nicodemo en Jn 3; involucra el concepto de “arrepentimiento” o aceptar el proceso de actualización y transformación como dijo Jesús en Mt 9:13 al expresar que vino a buscar a quienes deseaban cambiar; también Pablo menciona que se denomina “renovación del entendimiento” en Ro 12:2 y nos insta a recibir esta regeneración del Espíritu en Tito 3:5. ¿Qué haría esta app? Pues al aceptar que el Espíritu la instale estamos habilitando a Dios para que ejecute programas que nos transformen, tan importantes, que incluso puede que afecten nuestros genes, como ya vimos. Estos cambios quedan registrados de tal forma que Dios sabe cuáles empezó a hacer en nosotros y cuáles quedan pendientes. El Espíritu es quien se encarga de ejecutar esta actualización que dura toda la vida hasta que se produzca la resurrección o reimpresión al final del conflicto. 2. App Fe. Esta App Fe, es interesante. Desarrolla varias capacidades. Voy a darles algunos ejemplos porque no tenemos mucho tiempo. a. Esta app desarrolla la capacidad visual. Permite ver lo que quienes no tienen la app, no pueden. Solo aquellos que aceptan incorporar esta app podrían entender las realidades invisibles. Dijo Pablo en Heb 11 que “la fe es la certeza de lo que espera, la convicción 7 Mt 5:21-22, 27-28, 38-39, 43-44. 6 de lo que no se ve”. Por lo tanto, los que tienen esta app podrían ver lo que no se ve a simple vista. Podríamos compararlo con el espectro visible de la luz. Hoy sabemos, por los descubrimientos científicos, que nuestra vista solo puede detectar determinado rango del espectro de la luz. Hay unos que vemos y otros que no. El que no los veamos no quiere decir que no existan. Aquellos que sufren de daltonismo no ven algunos colores, pero eso no quiere decir que no existan. Lo mismo ocurriría en el aspecto de la visión espiritual. Los que tienen esta App Fe podrían percibir lo que no verían quienes no tienen instalada esta app. Incluso Pablo agregó en Ef 6:12 que “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra… huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Y para poder luchar contra estos enemigos, necesitamos la capacidad visual que nos aporta la App Fe. b. Una segunda ventaja de tener esta app instalada sería que interactúa apropiadamente con los programas corporativos Mesías, Palabra de Dios y Dones para producir lo que la Escritura denomina “crecimiento en la fe”. Cada individuo mejora su entendimiento de la Palabra, el uso de los dones y más. Conclusión Espero que esta mirada diferente sumando aspectos de la Revelación Natural con algunas parábolas como hacía Jesús, nos permita imaginar diferente algunas realidades espirituales. Por supuesto, todo lo que Dios hará, superará nuestra imaginación. Hablando figuradamente, los invito a mantener actualizado nuestro hardware con los programas Mesías, Palabra de Dios y Dones; y las apps Renovación-Regeneración y Fe. Recordemos la importancia de presionar el botón “aceptar”, para que el Espíritu se encargue de la “instalación” en nuestro “sistema biológico”. Pronto habrá una limpieza de los registros celestiales, para borrar el registro que Dios tiene sobre aquellos que no quisieron actualizarse. Depurará sus bases de datos. Solo quedará aquello que considere necesario para que en el futuro no exista de nuevo el virus que dañe su creación. Dios nos ama. Incorporó a su sistema biológico, el nuestro. Guarda registros de todo lo que hizo con nosotros. Le gusta hablar de nosotros a otros, como hablo de Job. Dios se saca fotos y videos para tenernos en el recuerdo. Somos parte de su memoria que dura eternamente si aceptamos que nos trasforme por su Espíritu para participar de la realidad original que creó. Recordemos, el pecado mata pero Dios nos regenera por su Espíritu a semejanza de Cristo. 7