Censura y autocensura en la autotraducción: Xente ao
lonxe / Aquella gente…, de Eduardo Blanco Amor
Censorship and Self-censorship in Self-translation:
Xente ao lonxe / Aquella gente…, by Eduardo Blanco
Amor
XOSÉ MANUEL DASILVA
Universidade de Vigo. Departamento de Traducción y Lingüística. Campus Lagoas
Marcosende, s/n. 36310 Vigo. España.
Dirección de correo electrónico: jdasilva@uvigo.es
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3360-6995
Recibido: 19/6/2019. Aceptado: 2/10/2019.
Cómo citar: Dasilva, Xosé Manuel, «Censura y autocensura en la autotraducción: Xente
ao lonxe / Aquella gente…, de Eduardo Blanco Amor», Hermēneus. Revista de
Traducción e Interpretación, 23 (2021): 125-149.
DOI: https://doi.org/10.24197/her.23.2021.125-149
Resumen: En el presente artículo se analiza la relevancia de la censura y la autocensura en el
ámbito de la autotraducción. Ante la imprecisión que se aprecia con frecuencia en lo que
respecta a la aplicación de ambas nociones en esta clase particular de traducción, inicialmente
se realiza una propuesta teórica para que puedan distinguirse con claridad, fijando como criterio
la existencia de un poder imperativo que se manifieste directamente o de forma latente. A
continuación, se ejemplifica tal esquema conceptual con el estudio de caso que depara la novela
Xente ao lonxe, de Eduardo Blanco Amor, escrita en gallego y autotraducida al español con el
título Aquella gente.... En esta obra, el autor padeció los efectos de la censura franquista y, por
temor al rechazo de las autoridades, al mismo tiempo se autocensuró.
Palabras clave: Autotraducción, censura, autocensura, Eduardo Blanco Amor, Xente ao lonxe,
Aquella gente….
Abstract: This article analyzes the relevance of censorship and self-censorship in the field of selftranslation. Given the imprecision that is often seen in relation to the application of both notions
in this particular type of translation, initially a theoretical proposal is made so that they can be
clearly distinguished, establishing as a criterion the existence of an imperative power that is
manifest directly or latently. This conceptual scheme is exemplified below with the case study
provided by the novel Xente ao lonxe, by Eduardo Blanco Amor, written in Galician and selftranslated into Spanish with the title Aquella gente.... In this work, the author suffered the
effects of Francoist censorship and, for fear of rejection by the authorities, he subsequently
censored his own work.
Keywords: Self-translation, censorship, self-censorship, Eduardo Blanco Amor, Xente ao lonxe,
Aquella gente….
Sumario: Introducción; 1. La trayectoria de Eduardo Blanco Amor como autotraductor; 2. Los
avatares de Xente ao lonxe ante la censura franquista; 3. Aquella gente, autotraducción de Xente
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ao lonxe; 4. Aquella gente…, autotraducción censurada y autocensurada; 5. Final; Referencias
bibliográficas.
Summary: Introduction; 1. The trajectory of Eduardo Blanco Amor as a self-translator; 2. The
avatars of Xente ao lonxe before the Francoist censorship; 3. Aquella gente..., self-translation of
Xente ao lonxe; 4. Aquella gente..., censored and self-censored self-translation; 5. Conclusion;
References.
INTRODUCCIÓN
La autotraducción es una actividad que sin duda atrae cada vez
mayor interés dentro de los estudios traductológicos. Sin embargo, un
repaso somero de la bibliografía ya profusa a día de hoy pone al
descubierto la escasez sorprendente de contribuciones centradas en la
relación entre el hecho autotraductor y, en una dimensión amplia, la
censura. Como referencias poco menos que aisladas, hay que mencionar
la aportación de Collinge (1998) sobre la novela Malone meurt (1951),
de Samuel Beckett, vertida por el autor del francés al inglés con bastantes
novedades bajo el título Malone Dies (1956). En otro trabajo, Kruger
(2012) profundizó en la perniciosa influencia del apartheid sudafricano
en las autotraducciones al inglés de un nutrido grupo de escritores en
afrikáans.
Por su parte, Tanqueiro y López López-Gay abordaron las obras
Pequeño Karma (1988), de Carlo Coccioli, y Federico Sánchez se
despide de ustedes (1993), autotraducidas respectivamente del italiano y
el francés al español. Aquí se postulaba la definición de censura en el
entorno autotraductor como una limitación, con independencia de que se
inscriba o no en un marco represivo, «that one imposes on oneself when
the self-translator is translating from one culture into another» (2008: p.
176). Al poco tiempo, una de estas autoras alargaría en buena medida
dicha caracterización planteando la idea de que «la propia autotraducción
puede ser entendida como autocensura creativa, esto es, como práctica
por la que el productor se autodisciplina para no crear un nuevo original»
(López-López Gay, 2008: p. 378).
Prosiguiendo con nuestra breve revisión bibliográfica, hay que
reseñar que Rădulescu (2010) se adentró en varios textos del intelectual
rumano Paul Miclău forjados primero en francés, para esquivar el
régimen comunista, y más tarde trasladados a su lengua nativa. A su vez,
De Balsi se acercó a la producción de autores «translingues», es decir,
que crean preferentemente «dans une langue seconde» (2015: p. 1). Tras
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enunciar una serie de supuestos en los que se tiende a cercenar el
discurso propio, esta autora fijó su atención en escritos autobiográficos
en francés de Jorge Semprún, Nancy Huston y Agota Kristof, donde se
exterioriza lo que antes no habían podido plasmar en sus lenguas
maternas. Finalmente, Vidal Claramonte (2015) se refirió a algunas
autotraducciones inglesas de Rosario Ferré, en las cuales se percibe, en
comparación con los originales en español, una formulación menos
categórica de algunos mensajes de signo político y feminista.
A pesar del reducido número de aproximaciones que se registran, lo
cierto es que está fuera de cualquier debate la importancia de la censura
en el fenómeno autotraductor. Antunes indicó que una de las
motivaciones principales que suelen llevar a traducirse a los autores
radica, no en vano, en la concurrencia de alguna prohibición en la
primera lengua (2013: p. 45). Con todo, se advierte a menudo una
confusión palmaria a la hora de delimitar la censura, por una parte, y la
autocensura, por otra, en el terreno de la autotraducción, probablemente
por la engañosa proximidad que sugiere la presencia del prefijo auto en
dos de los términos. Por esta razón, es pertinente diseñar, a nuestro
juicio, un esquema conceptual que permita distinguir entre censura y
autocensura, por un lado, y sus manifestaciones en la traducción
alógrafa y en la autotraducción, por otro. En cuanto a la frontera en el
interior de esta segunda dicotomía, parece no haber ningún género de
controversia a estas alturas. Ahora bien, resulta oportuno a todas luces
establecer una línea divisoria en lo que concierne a la primera.
De tal modo, como criterio fundamental, puede proponerse que el
límite entre la censura y la autocensura resida en la existencia de un
control de orden institucional, social, editorial u otro que determine
expresamente la alteración de un texto. Cuando esto ocurre, corresponde
hablar de censura en la traducción alógrafa o en la autotraducción. En
contraposición, se entenderá por autocensura la alteración no obligada
por una fuerza coercitiva directamente, sino de forma latente. En este
caso, el traductor alógrafo y el autotraductor deciden, con carácter
preventivo, las intervenciones que convienen para que la obra traducida
alógrafamente o autotraducida no sea susceptible de repudio.
Nuestro propósito consiste, precisamente, en ilustrar este esquema
conceptual tomando como objeto de estudio la novela Xente ao lonxe
(1972), escrita en gallego por Eduardo Blanco Amor y autotraducida al
español con el título Aquella gente… (1976). Conforme comprobaremos,
el texto primigenio fue víctima de una implacable poda demandada por la
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censura franquista y, asimismo, experimentó cortes introducidos por el
autor debido a un exceso de cautela. Al acometer la autotraducción,
Blanco Amor transferiría tanto los cambios reclamados por los censores
como los incluidos personalmente. En definitiva, el proceso de
transformación de Xente ao lonxe en Aquella gente… constituye un
excelente modelo de censura y paralelamente de autocensura en el campo
de la autotraducción, evidenciándose así la diferencia entre ellas en el
seno de esta modalidad traductora.
1.
LA
TRAYECTORIA
AUTOTRADUCTOR
DE
EDUARDO
BLANCO
AMOR
COMO
Blanco Amor no era un autotraductor novato cuando trasplantó
Xente ao lonxe al español, en los años 70. La primera autotraducción
íntegra de un libro suyo había sido La parranda (Blanco Amor, 1960),
versión española de la novela A esmorga (Blanco Amor, 1959). En la
misma época que Aquella gente…, el escritor puso también en español la
colección de cuentos Os biosbardos (Blanco Amor, 1962b), con el título
Las musarañas (Blanco Amor, 1975). Por cierto, el resultado de La
parranda no le agradaba a Blanco Amor, acaso por tratarse de su primera
incursión autotraductora. A ello se sumó la dificultad de traer al español
la potencia lingüística de la obra gallega, según se desprende de esta
valoración del propio autor: «No quiero pecar de inmodestia, pero es
preciso aclarar que el idioma gallego aplicado en la narrativa sufre una
sacudida a raíz de la aparición de mi novela A esmorga» (Quiñonero,
1971: p. 3).
Inversamente, la cota de calidad alcanzada en Las musarañas sí le
satisfacía a Blanco Amor, sobre todo por haber encontrado entonces una
estrategia traslativa más eficaz. Tenía esta versión de Os biosbardos
incluso por superior al texto de partida, conforme desvelaba en una carta
inédita del 17 de noviembre de 1974 a Manuel Portela Peñas, de la
editorial Seix Barral: «Y Os biosbardos ⸻ahora Las musarañas⸻, me
parece mejor que lo leyesen en castellano. Acabo de terminar su versión
y, por vez primera, me parece que estilísticamente y sin alteración
esencial es mejor que la original». Reiteraba lo mismo en otra misiva al
escritor gallego Xosé Neira Vilas, presumiendo además de que la versión
de Os biosbardos estaba causando sensación entre los lectores en español
(Neira Vilas, 2010: p. 58). Aseguraba que, por bien de los dos idiomas,
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había querido que la autotraducción fuese una tercera obra, aún sin
prescindir de elementos específicos de cada una de las lenguas.
En lo que se refiere al descubrimiento de un patrón para trasponer
sus obras del gallego al español adecuadamente, Blanco Amor expuso
que había dado con él por casualidad justo al traducir Xente ao lonxe. En
una entrevista coetánea, a la pregunta de si traducirse en persona
entrañaba un «suplicio», respondía que más bien representaba «una
agonía, porque trabajas en carne propia, entonces lo que hay que hacer es
no producir» (Ruiz de Ojeda, 1994: p. 120). Blanco Amor ponía el acento
luego en que el mecanismo para afrontar esta complicada tarea lo había
concebido no hacía mucho: «Yo traté de buscar la fórmula, la encontré a
la altura de Xente ao lonxe». Y elucidaba en qué consistía el secreto:
«Leo la frase entera, la pieza gramatical entera, no la oración, y pienso
cómo la hubiera escrito yo en castellano; y eso no lo puede hacer el
traductor, porque está metiéndose en terrenos que no son de él, pero el
autotraductor, sí».
Blanco Amor no solo se tradujo a lo largo de su vida del gallego al
español, sino que lo hizo igualmente en sentido contrario, si bien de
manera ocasional. El único título en la segunda dirección es el conjunto
de piezas teatrales Farsas para títeres, primero escritas en español
(Blanco Amor, 1953, 1962a) y más tarde vertidas al gallego (Blanco
Amor, 1973b). De esta forma, el primer rasgo que cabe identificar en el
trabajo autotraductor de Blanco Amor se asienta en la bidireccionalidad
de sus versiones, ya que se tradujo de modo indistinto entre el gallego y
el español, aunque con un predominio objetivamente abrumador del
segundo en la función de idioma meta (Dasilva, 2013b). Al margen del
género teatral, ninguna de sus ficciones narrativas españolas, como La
catedral y el niño (1948) y Los miedos (1963), o de sus obras poéticas en
esta misma lengua, como Horizonte evadido (1936) y En soledad amena
(1942), pasó nunca a tener expresión gallega.
Un segundo rasgo de la labor autotraductora de Blanco Amor estriba
en que practicó la autotraducción diferida en lugar de la autotraducción
consecutiva o la autotraducción simultánea, con arreglo a la última
tipología trazada al respecto por Grutman (2016: pp. 119-120), quien en
un principio solo discernía entre autotraducción consecutiva y
autotraducción simultánea (Grutman, 1998). Todas las autotraducciones
de Blanco Amor se efectuaron, sin ninguna salvedad, una vez finalizado
el texto primigenio, no a la par que se gestaba el texto primigenio, y tras
un notorio recorrido editorial y una recepción crítica dilatada. Esta última
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circunstancia, primordialmente, es lo que hace aconsejable separar, según
Grutman, la autotraducción diferida de la autotraducción consecutiva.
El tercer rasgo de Blanco Amor como autotraductor es que puso en
circulación lo que denominamos autotraducciones transparentes, de
acuerdo con nuestra concepción, no autotraducciones opacas (Dasilva,
2011). Esto es, sus versiones en español dejaban constancia a los
destinatarios en español de forma visible en los peritextos ⸻cubierta,
página de créditos, página de los títulos o contracubierta⸻ que se
hallaban delante de la traducción de unos textos engendrados
originariamente en gallego. En lo referente en particular a Aquella
gente…, la transparencia de la autotraducción asoma por añadidura en los
epitextos. En una recensión en la revista Cuadernos para el Diálogo, por
ejemplo, se aludía así al texto de partida: «Blanco Amor se enfrentó
conscientemente a un reto: demostrar que el gallego no es una lengua
menor, sino que, al igual que cualquiera otra, es herramienta útil para las
empresas más elevadas cuando el pueblo que la habla está vivo» (Mesa,
1976: p. 55).
En otra nota crítica, la transparencia emergía al elogiarse la alta
categoría estética del producto autotraducido, destacándose que «la
reconstrucción del gallego hablado (…) constituye una flagrante prueba,
en esta versión castellana hecha por el novelista, de lo preciosa que puede
llegar a ser una traducción cuando conserva el espíritu del lenguaje,
además de los consabidos paralelismos léxicos» (Medina, 1976: p. 23).
En un comentario más, la singularidad transparente de la versión
despuntaba del siguiente modo: «Novela confiada por entero al aroma
cálido de la memoria, Xente ao lonxe, traducida al castellano por el
propio autor, es un hermoso relato autobiográfico (…)» (Mendicutti,
1976: p. 32). En el mismo sentido, una nueva exégesis ponía énfasis en
que «Aquella gente… es la versión castellana de Xente ao lonxe» (Pastor,
1976: p. 26).
Por medio de la autotraducción, Blanco Amor desarrolló ciertamente
una carrera literaria contrastada que le posibilitó ir más allá del
monolingüismo. Creador en gallego o en español, en los inicios de los
años 60 revelaba todavía sobre el cultivo de los dos idiomas en una carta
a la escritora María Victoria Villaverde, con motivo de la salida del libro
de esta Tres tiempos y la esperanza (1962): «Hay un momento en que los
libros me escriben a mí, no yo a ellos. (…) Además eligen su lengua,
unos en gallego (sin que sea posible hacerlos en castellano) y otros en
castellano con la misma viceversa» (Mejía Ruiz, 2017: p. 572). Y
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seguidamente puntualizaba: «Esto forma parte de las infinitas cosas que
los galleguistas, soi disant, no entienden. Creen que, si uno se pone a
hacer un guiso de pescado, lo mismo podría ser de carne o, mejor aún,
que puede transformarse el pescado en carne dentro de la pota» (p. 572).
A pesar de todo, Carlos Casares (1976) resaltaría que es menos
fascinante el estilo de Blanco Amor en español que en gallego, ya que en
el primer caso suele pecar de un barroquismo de tintes retóricos.
2. LOS AVATARES DE XENTE AO LONXE ANTE LA CENSURA FRANQUISTA
La solicitud de permiso oficial para editar Xente ao lonxe se
formalizó en el Ministerio de Información y Turismo, por parte de la
editorial Galaxia, el 20 de abril de 1971. Por los documentos que
componen el expediente administrativo (Exp. 3932-71), custodiado en el
Archivo General de la Administración (Dasilva, 2013a), se tiene
conocimiento de que dos censores escrutaron la obra. El primero no
eludía poner de relieve los méritos de la novela, aunque especificaba que
debían excluirse algunos pasajes, para que esta pudiese imprimirse, por
su «obscenidad», «el lenguaje crudo y malsonante» y «el grafismo
expresivo y conceptual de los bajos medios sociales». Más inflexible, el
segundo censor juzgaba, por el contrario, que no había posibilidad de
aceptar la publicación, anotando hiperbólicamente que en la narración
aparecían «distintas descripciones realmente impublicables en cualquier
país».
Como los dos informes divergían, Xente ao lonxe fue a parar a
manos de un tercer censor, quien se decantó por considerar que la obra
«no era autorizable», aunque apostillando que «fácilmente el autor podría
revisarla para salvar su sustancia sin los actuales caracteres
tendenciosos». Este evaluador, al fundamentar su dictamen, aducía que el
texto contenía «pasajes escabrosos», «palabras soeces», «blasfemias,
burlas y sarcasmos» contra el obispo y otros representantes religiosos,
«párrafos irreverentes y heréticos» y, en fin, «reticentes críticas en
materia social y política». Coincidía con el primer censor, en todo caso,
en que el texto atesoraba «interesantes valores literarios en cuanto al
enriquecimiento del idioma gallego y a la descripción de su carácter y
costumbres».
La denegación de permiso para Xente ao lonxe se notificó a la
editorial Galaxia el 29 de mayo, es decir, poco más de un mes después de
haberse pedido. Una vez conocida la repulsa gubernamental, algunas
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personas del círculo de amistades de Blanco Amor se pusieron en
contacto con el escritor, exhortándolo a que reformulase las páginas más
conflictivas para que el libro no quedase inédito irremisiblemente. Este
no se mostró reacio a atender tales peticiones que procedían de voces
próximas, y se puso así a reelaborar lo que había suscitado la reacción de
la censura. Para ello contaba con la copia del mecanoscrito, revisada por
el primer censor, entregada por el Ministerio de Información y Turismo a
la editorial Galaxia, pero no disponía de la copia utilizada tanto por el
segundo censor como por el tercer censor, la cual había quedado en
manos de las autoridades.
Tras consumarse durante varios meses esta reescritura de Xente ao
lonxe, el 1 de diciembre de 1971 se elevó a consulta ante el Ministerio de
Información y Turismo la nueva versión, que fue sometida al criterio del
tercer censor que la había examinado previamente. En su informe, este
declaraba que algunos fragmentos controvertidos se mantenían, pero aun
así recomendaba conceder la aprobación, si eran corregidos por el autor,
con el argumento de que «la obra está en gallego y su difusión siempre
será escasa» y, por otra parte, «las tensiones políticas» que están
reflejadas en la novela «se presentan como algo de tiempo pasado».
Transcurridos más de cuarenta años, la restauración del texto
auténtico de Xente ao lonxe tuvo lugar todavía no hace mucho, gracias a
la consulta de tres valiosos documentos inéditos (Dasilva, 2014: pp. 343344):
1º) El mecanoscrito de la novela que sirvió de base para las dos copias
remitidas a la censura por la editorial Galaxia. Está depositado en la
Fundación Penzol, en Vigo.
2º) Una primera copia de este mecanoscrito inspeccionada por el segundo
censor y por el tercer censor. Se conserva en el Archivo General de la
Administración, en Alcalá de Henares. No fue entregada nunca a la
editorial Galaxia, por lo que Blanco Amor desconocía las anotaciones
individuales de estos dos censores.
3º) Una segunda copia del mismo mecanoscrito con las observaciones del
primer censor. Devuelta a la editorial Galaxia, Blanco Amor reformó sobre
la misma el texto de Xente ao lonxe. Se encuentra en la actualidad en
manos privadas.
Es relevante hacer hincapié en que la cubierta de este tercer
documento tiene pegado un recorte de papel, firmado por el propio
Blanco Amor el 15 de septiembre de 1971, donde se dejaba claro lo
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siguiente: «Las supresiones y modificaciones que recomienda la Oficina
de Consulta Previa, y las introducidas espontáneamente por el autor en
nuevo examen del original, y que se permite proponer, van indicadas con
sus iniciales en lápiz: E. B. A.». Esto quiere decir, así pues, que el
escritor incluyó en esta versión remodelada de Xente ao lonxe cambios
tanto requeridos por la censura como intercalados por autocensura.
Efectivamente, el cotejo minucioso de los tres documentos antes
enumerados y de la primera edición de Xente ao lonxe acredita que
Blanco Amor hizo estos tipos de cambios por imposición de la censura:
1) Cambios del primer censor en la primera versión.
2) Cambios del tercer censor en la segunda versión reiterando tanto los
suyos propios como los del segundo censor en la primera versión.
Por autocensura, además, el autor decidió otros:
3) Cambios que coinciden casualmente con los del segundo censor y el
tercer censor, los cuales Blanco Amor ignoraba.
4) Cambios no señalados por ningún censor.
En su versión mutilada, Xente ao lonxe saldría de la imprenta a
principios del verano de 1972. Tras la experiencia traumática que había
vivido, Blanco Amor optó por incorporar en la edición un contundente
escrito, con el título «Adevertencia» («Advertencia») (p. 7), donde
denunciaba valientemente las vicisitudes que el libro había sufrido ante la
censura. Afirmaba con ironía que «debido a causas» que se daban por
supuestas, la novela aparecía «non pouco esfolada» ⸻es decir, no poco
desollada⸻ en algunos de sus «matices expresivos» (Blanco Amor,
1972: p. 7).
La segunda edición de Xente ao lonxe se dio al público en 1976, sin
ninguna diferencia textual. Tal pasividad aparente se explica porque a
pesar de la muerte de Franco un año antes la censura seguía en vigor, de
modo que hubo que sujetarse de nuevo al trámite de solicitar autorización
ante el Ministerio de Información y Turismo. Blanco Amor fallecería tres
años después, sin contar nunca con la oportunidad de reponer la versión
genuina.
3. AQUELLA GENTE…, AUTOTRADUCCIÓN DE XENTE AO LONXE
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Quien primero estimuló a Blanco Amor para que trasladase Xente ao
lonxe al español fue tal vez Basilio Losada, profesor de Filologías
Gallega y Portuguesa de la Universitat de Barcelona. En una carta inédita
remitida al escritor el 4 de noviembre de 1972, se mostraba al tanto de los
múltiples obstáculos con los que la novela había tropezado para
publicarse en gallego. Por este motivo estimaba que era conveniente su
inmediata traducción, que conllevaría una mayor difusión para la obra.
Losada avanzaba que Seix Barral podría encargarse de la versión, por lo
que le encarecía a Blanco Amor que le remitiese un ejemplar del texto en
gallego a esta editorial. Hasta se ofrecía a ponerse en contacto con Pere
Gimferrer, director literario de la misma por entonces. Esta primera
tentativa de lanzar Xente ao lonxe en español no debió de cuajar o ni tan
siquiera llegaría a realizarse, porque está documentado que Blanco Amor
se hallaba en negociaciones un año después con el escritor y crítico
literario Baltasar Porcel, quien ejercía influencia en los criterios del
Grupo Planeta, donde desempeñaba el papel de responsable de algunas
colecciones.
En efecto, Porcel le transmitía a Blanco Amor, en una carta inédita
del 19 de octubre de 1973, la aceptación de la obra tras la lectura del
original en gallego, pudiéndose deducir de ello que este había sido
ofertado a tal editorial. Lo expresaba en estos términos: «Lamento
haberle hecho esperar sobre su novela. (…) Ya lo tengo todo dispuesto,
al fin, para publicarla. El informe que me han dado, y que pasaré al señor
Lara, es excelente». En cualquier caso, añadía que quedaba pendiente «el
problema de la traducción», si bien era partidario de que el propio
escritor la hiciese, interesándose por el período que le llevaría este
quehacer: «¿La hará usted, como hablamos? Creo que sería lo mejor.
Confírmemelo, por favor, así como quisiera que me dijera cuánto tiempo
cree que invertirá en ello».
No se puede saber si esta preferencia de Porcel por una
autotraducción, en vez de una traducción alógrafa, respondía a motivos
literarios o al deseo de ahorrar el dinero que comportaba la contratación
de un traductor. Sea como fuese, a consecuencia de la queja de Blanco
Amor a ese respecto, Porcel le aclaraba, en otra carta del 29 de octubre,
que la traducción de Xente ao lonxe se abonaría independientemente, no
como parte de los derechos de autor: «Comprendo perfectamente los
problemas económicos que me planteas. (…) Naturalmente, te
pagaremos la traducción». En esa misma comunicación, Porcel no
ocultaba un cierto recelo con relación a la autotraducción, ya que
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apuntaba que había ojeado la de A esmorga y no le había gustado, más
que nada por su rigidez: «En cuanto a la traducción, miré la de A
esmorga, y me pareció algo acartonada, mucho menos vivaz que el
original gallego. ¿Crees que con Xente ao lonxe podrás lubrificarla más?
Me parece un punto importante».
Por otra carta a Blanco Amor, con fecha del 15 de septiembre de
1974, es plausible calcular el lapso que ocupó la autotraducción de Xente
ao lonxe, más o menos entre las últimas semanas del año anterior ⸻el
contrato con Planeta para la edición está firmado el 16 de noviembre de
1973⸻ y los primeros meses siguientes. En ella, Porcel pedía disculpas
por los retrasos que acumulaba la salida de la versión, de los cuales el
autor se había lamentado: «Comprendo tu impaciencia, pero era difícil, y
todavía lo es, decirte algo concreto. Primero nos encontramos, a causa de
la corrección ortográfica del original, con que había que aguardar turno».
Comentaba que la lengua de la autotraducción, con abundantes
galleguismos manejados por el autor de modo consciente, había
provocado que el revisor equivocadamente se hubiese extralimitado:
«Luego, el corrector pensó por su cuenta, deduciendo que estaba muy
mal escrito, que era más gallego que castellano, y comenzó a
enderezarlo. Cuando lo paré, se tuvo que restituir el antiguo original: más
tiempo…».
Para interpretar la desconfianza de Porcel ante el desempeño de
Blanco Amor como autotraductor de A esmorga, es preciso tener en
cuenta que ya el propio escritor se había culpado de la excesiva
literalidad del texto de llegada: «Cuando me puse a la traducción, tardé
tres meses, lo que demuestra la radical dependencia del idioma original»
(Pérez Coterillo, 1977: p. 8). La razón descansa seguramente en la
profunda peculiaridad del idioma desplegado en la versión gallega, como
realzaba Luís Seoane al sostener que A esmorga está escrita «en un
gallego rico, desenfadado, inusitado hasta entonces en la novelística de
Galicia» (Seoane, 1975: p. 17). En aquella carta a Neira Vilas citada
anteriormente, Blanco Amor no podía ser más explícito respecto a las
insuficientes virtudes de La parranda, proclamando que le había salido
en «extremeño» (Neira Vilas, 2010: p. 58).
En una carta inédita remitida por aquellos días desde Barcelona a
Francisco Fernández del Riego, de la editorial Galaxia, que había dado a
la luz Xente ao lonxe, Blanco Amor se refería al esfuerzo enorme que
había supuesto la autotraducción, por fin culminada, como contaba,
después de tres versiones y novecientas carillas «discutidas con Baltasar
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Porcel, que dirige la colección más escogida de Planeta». Confirmaba
que la versión española ⸻titulada provisionalmente Aquella gente,
lejos…⸻ había implicado meses de lucha, como si se hubiese enfrentado
a una «muralla china o velo de Penélope». El autor subrayaba la extrema
meticulosidad de Porcel, quien tenía como obsesión que «la versión al
castellano conservase, en el carácter de idioma recipiente, la plasticidad y
la gracia estilística que hace tan insólita esta novela gallega aun en el
panorama más amplio de la narrativa española».
Pese a todo, el propio José Manuel Lara, propietario de Planeta, se
ponía de contacto inopinadamente con Blanco Amor, a través de una
carta del 5 de marzo de 1975, para anunciarle que, debido a «causas de
fuerza mayor», no le era posible hacerse cargo de la autotraducción
dentro del plazo estipulado en el contrato, por lo que podía «disponer
libremente de los derechos de la obra». En una carta de respuesta del 23
de mayo, el escritor daba rienda suelta a su malestar por este asunto, que
calificaba de «amargo e inmerecido», aunque no sin antes tener ya otro
contrato con Seix Barral, firmado en concreto el 17 de abril. Así se
desahogaba: «Lo que resta de este penoso incidente, el primero de esta
índole en mi ya larga vida profesional, es un agravio y un descrédito,
tosco y gratuito, en el orden moral y profesional». Por otra parte, en una
entrevista de aquellas fechas, Blanco Amor evocaba este incidente como
«una charranada del frecuente chalaneo editorial cuando no es más que
trato de negociantes, y soberbia del dinero» (Costa Clavell, 1975: p. 17).
Después de tantos sinsabores, la autotraducción de Xente ao lonxe se
estampaba bajo el sello de Seix Barral, con el título definitivo Aquella
gente…, por fin en mayo de 1976, es decir, todavía más de un año
después, según reza el colofón. No obstante, su distribución aún se
demoraría un tiempo, a la vista de estas palabras de Blanco Amor en una
entrevista de septiembre de ese año: «Aparece también en Seix Barral
Xente ao lonxe autotraducida con el título Aquella gente…» (Clemente,
1976: p. 7). Aquella gente… estaba incluida en la prestigiosa colección
Biblioteca Breve, donde acababan de salir títulos narrativos de autores
tanto españoles e hispanoamericanos como de otras nacionalidades, entre
ellos Rosa Chacel, Barrio de Maravillas, Juan Goytisolo, Juan sin
Tierra, Jorge Semprún, El largo viaje, Marío Vargas Llosa, Pantaleón y
las visitadoras, Guillermo Cabrera Infante, Vista del amanecer en el
Trópico, Carlos Fuentes, Cambio de piel, Carson McCullers, La balada
del café triste, Doris Lessing, El último verano de Mrs. Brown, y Giorgio
Bassani, El olor del heno.
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Censura y autocensura en la autotraducción
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En los peritextos de Aquella gente…, quedaba patente que la
traducción había sido hecha por el propio Blanco Amor. En la página de
créditos constaba: «Título original: Xente ao lonxe, Editorial Galaxia,
Vigo, 1972. Autotraducción del autor». Y en la contracubierta se recogía:
«Aquella gente… ⸻versión castellana, hecha por el propio autor, de
Xente ao lonxe⸻ es una de las mejores novelas de Eduardo BlancoAmor y posiblemente la más ambiciosa y lograda literariamente». En este
mismo lugar, en lo relativo a la semblanza del autor, se citaban las
autotraducciones de otros de sus títulos en gallego, como La parranda
(1960) y Las musarañas (1975). La misma transparencia en cuanto a la
cualidad de autotraducción de la novela se traslucía en el preámbulo
«Justificación» (pp. 9-17), firmado en febrero de 1976 en Auria, trasunto
literario de Ourense, adaptación del texto introductorio «Prólogo útil»
(pp. 9-24) de la versión gallega, datado en mayo de 1970 en Barcelona.
Blanco Amor hacía referencia diáfanamente a la distinta naturaleza
de este preliminar de Aquella gente…, en comparación con el que había
puesto en Xente ao lonxe: «Van aquí, pues, unas pocas abreviaturas de
aquel abusivo documento, destinadas al lector que se dispone a roer esta
versión, ante quien me siento obligado a ser menos confianzudo que con
mis gallegos, raza sufriente e irónica, y por tanto condenada a tener
paciencia» (Blanco Amor, 1976: pp. 9-10). Más adelante, insistía en las
numerosas variaciones que sin esfuerzo se podían detectar: «El Prólogo
útil de la edición original, con sus cuarenta páginas, aún daría para
muchos más saqueos, paráfrasis y abreviaturas. Fue escrito hacia dentro,
para gallegos, y su abundancia era indispensable. El lector de la versión
se hallará suficientemente abastecido con los datos que aquí van (…)»
(Blanco Amor, 1976: p. 14).
En otro orden de cosas, Blanco Amor confesaba en esta
«Justificación» las «deformaciones y licencias» en que había incurrido al
transportar la novela del gallego al español. Reconocía que, por lo
común, esto sucede «con todas las traducciones cuando no se trata de
obras de contenido mostrenco, de estilo convencional o de nada entre dos
páginas» (Blanco Amor, 1976: p. 14). Pero agregaba que, en este caso,
«lo normal se convierte en pavoroso cuando, como ahora, el traductor es
el autor» (Blanco Amor, 1976: pp. 14-15). Por ende, se hacía eco de sus
«invenciones» sin pedir perdón por ellas a los lectores, aunque sí les
rogaba que se compadeciesen «por el suplicio que supone la
autotraducción sin que uno pueda consentirse, en lo posible, la
autotraición» (Blanco Amor, 1976: p. 15). Esto es, el autor admitía que al
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verter la novela en calidad de autotraductor había prevalecido la faceta de
autor sobre la de traductor, apostando de tal manera no pocas veces por la
libertad.
Verdaderamente, un análisis contrastivo de Xente ao lonxe y Aquella
gente… conduce a constatar diferencias abundantes en forma de
permutaciones, supresiones y, en número superior, adiciones. Se ha
alegado con acierto que hay una sustancial dosis de recreación en el texto
autotraducido, hasta el punto de catalogarse como la «reescritura de una
novela que puede considerarse también perteneciente a la literatura
castellana» (Pérez García, 1995: p. 148), remarcándose la biliterariedad
de Blanco Amor. Desde una óptica de conjunto, sus autotraducciones han
llegado a ser tildadas, en consonancia con esto, de «auténticas
recreaciones que alteran buena parte del material original y se convierten
así en testimonios de la literatura castellana» (Martínez Olmo y Pérez
García, 1999: p. 353).
El componente recreador que es ostensible en Aquella gente… se
extiende a modificaciones que, en nuestra opinión, habría que clasificar
como de carácter lúdico, pues resultan intrascendentes y denotan una
actuación netamente arbitraria del autor. Repárese en los siguientes
ejemplos, destacados en cursiva:
O cuio Potras herdara do seu pai un tenderete de estampas e rosarios no
paredón (…) (Blanco Amor, 2014: p. 59)
El Subela heredera de su madre un tenderete de estampas y rosarios en el
paredón (…) (Blanco Amor, 1976: p. 50)
(…) que adeprendía francés aos fillos dos maragatos (Blanco Amor, 2014:
p. 61)
(…) que le aprendiera francés a las hijas de los tenderos maragatos (Blanco
Amor, 1976: p. 53)
E un día as rapazas da Juventud, que eran unha ducia, foron cos rapaces
(…) (Blanco Amor, 2014: p. 121)
Y un día las rapazas de la Juventud, que eran seis, se fueron con los socios
de su edad o algo más (…) (Blanco Amor, 1976: p. 119)
… que si non lles dou ben adeprendidos de coro, pra atrás e pra diante, o
Papuxas esmágame con outra chaqueta, que ás cinco pódeme botar (Blanco
Amor, 2014: p. 127)
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… y que si no me los llevo aprendidos de coro el Papujo me revienta con
otra falta, y a las diez me puede echar (Blanco Amor, 1976: pp. 126-127)
Debe consignarse que Blanco Amor, curiosamente, no decidió
integrar todos los desvíos textuales de la versión española en el texto
primigenio en gallego, completando la operación que denominamos
retroautotraducción del texto autotraducido, según la cual un autor
efectúa una nueva versión del texto en la primera lengua partiendo del
texto autotraducido a la segunda lengua (Dasilva, 2018: pp. 28-29).
Como ya hemos dicho, de Xente ao lonxe salió una segunda edición en
1976, cuando la autotraducción ya había sido hecha, donde se transcribe
sin la más pequeña variación la primera edición. Blanco Amor moriría en
1979, antes de que se brindase a los lectores la tercera edición en 1983.
En su momento, Aquella gente… fue recibida entre una parte de la
crítica favorablemente. Sirva como exponente este testimonio extraído de
una recensión en la histórica revista Triunfo: «Aquella gente es la
autotraducción de Xente ao lonxe, de Eduardo Blanco Amor. Una terrible
novela pensada en gallego, contando Galicia y vuelta a ese castellano
imparable, inseparable ya de la tradición literaria de esas tierras
especiales que fundó un día don Ramón del Valle-Inclán» (Pereda, 1976:
p. 77). Sin embargo, la novela no logró la justa bienvenida que le
correspondía especialmente por su prominente lugar en las letras
gallegas. Para Ruiz Silva (1999: p. 122), quien aseveraba que era la «más
importante novela de toda la literatura gallega», la versión autotraducida
«tuvo una acogida de bastante indiferencia en el panorama literario
español, muy alejada de sus verdaderos merecimientos».
4.
AQUELLA GENTE…,
AUTOCENSURADA
AUTOTRADUCCIÓN
CENSURADA
Y
Cuando transfiguró Xente ao lonxe en Aquella gente…, Blanco Amor
no tuvo otro remedio que traspasar al texto español los cambios
insertados por censura y autocensura en el texto primigenio en gallego.
No era la primera vez que se veía empujado a hacer una cosa así, ya que
unos pocos años antes había tenido que reproducir en la primera edición
de La parranda publicada en territorio español (Blanco Amor, 1973a) las
mismas amputaciones que acababa de introducir, coaccionado por el
régimen franquista, en la primera edición también española de A esmorga
(Blanco Amor, 1970). Aunque no totalizan un número grande, esas
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mudanzas afectaban esencialmente a la interpretación cabal del desenlace
de la obra (Dasilva, 2015a, 2015b).
Resulta factible verificar, en efecto, que los cuatro tipos de cambios
expuestos con anterioridad que Blanco Amor había interpolado por
razones políticas, religiosas y sexuales en la versión mutilada de Xente ao
lonxe se transvasaron, de modo estrictamente fiel, a Aquella gente…
Inicialmente, en cuanto a los cambios del primer censor en la primera
versión, véase este ejemplo, donde las partes eliminadas por censura
están en cursiva:
PRIMERA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (AUTÉNTICA)
⸻Pois non o saben, ¡probes! Pois mira…
Daquela sacouna inteira e apuntando pra o Paquito coela, grosa e
refucida, que noxo, dixo: «Si foras femia furábate con ista parafusa e aos
nove meses sacabas un fillo. Os fillos fanse con isto». O sangue véuseme á
cara, mais o Paquito, sempre máis espilido, díxolle que lle dese a volta e se
sentase nela, e o Miguel gardouna, que lle custou traballo e tívose que
erguer pra botala pra enriba (Blanco Amor, 2014: pp. 105-106).
SEGUNDA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (CENSURADA)
⸻Pois non o saben, ¡probes! Pois mira… Si foras femia furábate con ista
parafusa e aos nove meses sacabas un fillo. Os fillos fanse con isto. O
sangue véuseme á cara, mais o Paquito, sempre máis espilido, díxolle que
lle dese a volta e se sentase nela, e o Miguel gardouna (Blanco Amor,
2011: pp. 105-106).
AUTOTRADUCCIÓN AQUELLA GENTE…
⸻Pues no lo saben, pobriños… Pues mira, se hacen con esto. Y si fueras
niña te pinchaba con esta parafusa, ¿la ves bien?, y a los nueve meses me
hacías padre.
Me vino la sangre a la cara, pero el Paquito de la Vendona, siempre más
dispuesto y sobre sí, fue y le dijo que le diese la vuelta y se sentase en ella,
con lo cual el Miguel la guardó (Blanco Amor, 1976: p. 102).
Otra muestra bien significativa del mismo tipo, donde se prescinde
de un extenso fragmento por su audacia ideológica, ya que en él se relata
un episodio de violencia protagonizado por la Guardia Civil, es la
siguiente:
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PRIMERA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (AUTÉNTICA)
Sin máis toques de cornetín, os cabalos galloparon por enriba da xente;
logo recuaron, sempre co tenientiño a carón; botaron pé a terra e fixeron
dúas descargas seguidas, cerradas, a queimarroupa.
Cando o xentío se esparexeu quedaron nas lousas nove mortos e trinta
feridos.
Entre os mortos estaba unha muller moza, preñada xa pra parir, e asegún
despois se soupo, o home entoleceu.
Na face dun santo de pedra da Orden Bieita, na fachada apareceron
escochados uns miolos.
En todo o adral o sangue ía escoando polas rendixelas das lousas.
Os mortos quedaron alí até que chegou o xuez o día seguinte.
As campás de toda a parroquia e doutras que dende alí non se ouvían,
tocaron a morte dous días coas súas noites, até que os enterraron.
Os xendarmes entraron ao solpor na cidade, co tenientiño ao frente, sin
unha ferida, sin un croque de pedra, sin un arrabuñazo, cos uniformes ben
cepillados, cos amarelos do correaxe como acabados de pintar, e fóronse
á casa cuartel da Praza de San Cosme a cear quente e a dormir coas súas
mulleres. O deber ten isas mágoas, que se lle vai facer… (Blanco Amor,
2014: p. 255).
SEGUNDA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (CENSURADA)
Sin máis toques de cornetín, os cabalos galloparon por enriba da xente;
logo recuaron, sempre co tenientiño a carón; botaron pé a terra e fixeron
dúas descargas… (Blanco Amor, 2011: p. 255).
AUTOTRADUCCIÓN AQUELLA GENTE…
Sin más toques de cornetín, los caballos galoparon por encima de la gente;
luego recularon, echaron pie a tierra y, siempre con el tenientillo al frente,
hicieron dos descargas cerradas, casi a quemarropa (Blanco Amor, 1976: p.
265).
En segundo lugar, con respecto a los cambios del tercer censor en la
segunda versión reiterando los suyos y los del segundo censor en la
primera versión, obsérvese este fragmento:
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Xosé Manuel Dasilva
A miña muller ponse un irrigador de auga fría despois de ocupármonos.
Recomendoullo o Barada vai pra dez anos, e quedamos en dous fillos.
Sábeno moitas, pro, naturalmente, é millor quedarse ao quente na cama,
raio de porcas, sin erguérense nin pra se lavar, que eisí anda iste país, que
todo ten que saír do miragre. Cun litro de auga fría e un irrigador posto
ben alto, aforraríamos a mitade dos patriotas que lle saen a iste país por
orde da providencia (Blanco Amor, 2014: p. 103).
SEGUNDA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (CENSURADA)
A miña muller ponse un irrigador de auga fría despois de ocupármonos.
Recomendoullo o Barada vai para dez anos, e quedamos en dous fillos.
Sábeno moitas, pro, naturalmente, é millor quedarse ao quente na cama,
raio de porcas, sin erguérense nin pra se lavar, que eisí anda iste país, que
todo ten que saír do miragre… (Blanco Amor, 2011: p. 103).
AUTOTRADUCCIÓN AQUELLA GENTE…
Pues mi mujer se pone un irrigador de un litro de agua fría después de
ocuparnos. Se lo recomendó Barada va para diez años, y nos quedamos en
dos hijos. Muchas lo saben y no lo hacen; claro, es mejor quedarse en la
cama caliente, tías cerdas, con el pebre en conserva, y sin siquiera lavarse,
que así anda este país que todo tiene que salir del milagro (Blanco Amor,
1976: p. 99).
Ahora ya no por censura sino por autocensura, en tercer lugar, en lo
que atañe a los cambios que coinciden por azar con los del segundo
censor y el tercer censor, todos ellos desconocidos por Blanco Amor,
atiéndase a esta escena:
PRIMERA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (AUTÉNTICA)
⸻¿Non te pos cachondo…? ¿Que che pasa?
Soltouma, e acendeu unha bombilla con tulipa que estaba amarrada a un
adorno da cabeceira. O espello recolleunos doutro modo, coa cor de cada
un: a muller macia, verdosa; o meu corpo san, certeiro, amigo de si mesmo.
Sentín a vaga de calor que me viña por embaixo da pel. O membro
esquecido comenzou a revivecer, branco, tépedo, voltando ao longo da súa
proporción, sortindo da súa moleza caída a par do muslo; afirmándose,
coasi a choutos, naquel seu feitío rexo e natural que me atormentaba días
inteiros sin saber que facer con il, sin saber pra onde poñelo sin que se me
notase.
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Censura y autocensura en la autotraducción
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Subinme á muller como a un cabalo quedo, sin ilusión, sin espetativa, sin
xiquera medo. Ogallá se dormira.
⸻Cóllema ti.
Aquela muller desconecida, ausente, estoxada de si, dalgún xeito debeu
sentir a apelación inxel e anovada daquil sangue que a chamaba dende
algún lugar coasi esquecido do seu corpo (Blanco Amor, 2014: p. 316).
SEGUNDA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (CENSURADA)
⸻¿Non te pos…? ¿Que che pasa?
Soltouma, e acendeu unha bombilla con tulipa que estaba amarrada a un
adorno da cabeceira. O espello recolleunos doutro modo, coa cor de cada
un: a muller macia, verdosa; o meu corpo san, certeiro, amigo de si mesmo.
Sentín unha vaga de calor que me viña por embaixo da pel. Aquela
esquecida parte de min, caída á par do muslo, comenzou a revivecer pouco
a pouco…
Subinme á muller como a un cabalo quedo, sin ilusión, sin espetativa, sin
xiquera medo. Ogallá se dormira.
Aquela muller desconecida, ausente, estoxada de si, dalgún xeito debeu
sentir a apelación inxel e anovada do sangue que a chamaba dende algún
lugar coasi esquecido do seu corpo (Blanco Amor, 2011: p. 316).
AUTOTRADUCCIÓN AQUELLA GENTE…
⸻Chico, no acabas de ponerte…
Me la soltó y encendió una bombilla con tulipa que estaba amarrada a un
adorno de la cabecera. El espejo recogió nuestros cuerpos de otro modo,
con la condición de cada uno: el de la mujer, blancuzco, tenue, con partes
agrisadas; el mío, sano, seguro, amigo de sí mismo; creo que me gustó
verlo así, como desde fuera, sintiéndome «otro» en su posibilidad, en su
disponibilidad.
Sentí una oleada de calor de afuera adentro como si la alcoba se hubiese
templado de repente. Aquella parte involuntaria de mí, caída hacia el
muslo, revivía poco a poco tomando conciencia, como una voluntad aparte.
Me subí a la mujer como a un caballo quieto, sin ilusión ni expectativa, sin
siquiera miedo. Ojalá se durmiera…
(Aquella desconocida, ausente, tal vez asqueada de sí misma, debió de
sentir la nueva apelación de una parte, olvidada ya, de su cuerpo) (Blanco
Amor, 1976: pp. 343-344).
También por autocensura, en cuarto y último lugar, en lo que hace a
los cambios no señalados por ningún censor, este es un ejemplo:
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PRIMERA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (AUTÉNTICA)
⸻¡Olla, con que sae iste…! ¿Quen folla pensando na paternidade? (Blanco
Amor, 2014: p. 102).
SEGUNDA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (CENSURADA)
⸻¡Olla, conque sae iste…! ¿Quen usa de elas pensando na paternidade?
(Blanco Amor, 2011: p. 102)
AUTOTRADUCCIÓN AQUELLA GENTE…
⸻Mira con qué sale éste… ¿Quién se casa pensando en la prole? (Blanco
Amor, 1976: p. 98).
Una prueba más del mismo tipo es la siguiente:
PRIMERA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (AUTÉNTICA)
Anque cando fun medrando gostábame máis que todas a Xulia Cordeiro,
que cando quedábamos sós ⸻xa andaría eu nos once⸻, facíame
apreixarlle as nádegas até facela xemer (Blanco Amor, 2014: p. 123).
SEGUNDA VERSIÓN DE XENTE AO LONXE (CENSURADA)
Anque cando fun medrando gostábame máis que todas a Xulia Cordeiro,
que cando quedábamos sós ⸻xa andaría eu nos once⸻, facíame
apreixarlle as carnes até facela xemer. (Blanco Amor, 2011: p. 123)
AUTOTRADUCCIÓN AQUELLA GENTE…
… aunque, cuando fueron creciendo, la que más me gustaba de todas era la
Julia Cardero, que cuando quedábamos solos, yo ya andaría en los diez
bien cumplidos, me hacía apretarle las carnes hasta hacerla quejarse
(Blanco Amor, 1976: pp. 122-123).
5. FINAL
Como hemos analizado, Blanco Amor censuró y autocensuró su
novela en gallego Xente ao lonxe, en el primer caso porque se vio
forzado a hacerlo respondiendo a exigencias concretas del Ministerio de
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Censura y autocensura en la autotraducción
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Información y Turismo y en el segundo caso según su propio punto de
vista, sin que nadie se lo pidiese manifiestamente, ante la inquietud que
le generaba la amenaza de los censores. He aquí el criterio fundamental,
a nuestro entender, que distingue los conceptos de censura y autocensura.
Posteriormente, Blanco Amor censuró y autocensuró la autotraducción al
español Aquella gente… de modo análogo a como lo había hecho en la
obra original.
Una disparidad capital entre Xente ao lonxe y Aquella gente… es que
la novela ha podido ser restaurada con fidelidad, merced a la localización
del mecanoscrito en el que figuraban fehacientemente los cambios
perpetrados por el escritor tanto por censura como por autocensura.
Resulta complejo rehabilitar, al revés, el texto legítimo de la
autotraducción, pues Blanco Amor partió para hacerla de la versión en
gallego ya censurada y autocensurada. Una solución hipotética para esta
contrariedad podría ser traducir alógrafamente solo los trozos restaurados
en gallego, de manera que Aquella gente… se convertiría en una
autotraducción y una traducción alógrafa simultáneamente.
Antes de concluir, nos gustaría esbozar una reflexión de alcance
general acerca de la censura y la autocensura en el ámbito de la
autotraducción. Y es que la censura como tal equipara al traductor
alógrafo y al autotraductor, situándolos a un nivel similar, al depender
ambos de las directrices provenientes de una instancia superior que deben
acatar. Sin embargo, el autotraductor detenta una capacidad
absolutamente discrecional para limitarse a sí mismo, a diferencia del
traductor alógrafo, por ser el propietario intelectual de aquello que
traduce.
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