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16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl E N E L M U N D O D E L A PA L A B R A , L A S I D E A S Y L O S I D E A L E S R E V I S TA L AT I N O A M E R I C A N A D E E N S AY O F U N D A D A E N S A N T I A G O D E C H I L E E N 1 9 9 7 | A Ñ O X X I I I PORTADA | PUBLICAR EN ESTE SITIO | AUTORES | ARCHIVO GENERAL | CONTACTO | HUMOR | ACERCA DE | ESTADISTICAS | HACER UN APORTE ◄ VER EXTRACTOS DE TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS HASTA LA FECHA ► La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. por Francisco Díaz Céspedes Artículo publicado el 16/05/2020 Resumen En el presente artículo, se quiere argumentar que la institucionalización de las ciencias naturales en Chile se inicia a mediados del siglo XIX; y que se consigna en tres grandes etapas: la primera, corresponde a la labor bibliográfica ilustrada; segundo, a la contratación de científicos extranjeros, principalmente Claudio Gay; y tercero, a la creación de instituciones intelectuales y científicas que articulan una línea estudio que remiten a la producción del recurso natural. Todas éstas reproducen la prospectiva de funcionalidad política-económica en vías del crecimiento industrial (1). Vista del pabellón francés en la Exposición Internacional, en la Quinta Normal, Santiago de Chile 1875 Introducción La ciencia en Chile, si bien se remonta al siglo de la Ilustración, principalmente con los aportes del abate Juan Ignacio Molina, trata de exponer un corpus teórico, continuo y definido desde la tercera década del siglo XIX. Puesto que a partir de este periodo, se observa en el país, una serie de actividades científicas en que participan distintos exponentes de la Historia Natural; quienes de sus respectivas ciencias, comparten el propósito de alcanzar un adecuado conocimiento del cuerpo físico de la joven república. Así, en efecto, comienzan a aparecer diversas instituciones que postulan una búsqueda del desarrollo científico empírico y de comunicar los resultados a las autoridades que gobiernan el territorio chileno y, en un mayor grado, a la comunidad científica internacional. De este modo, la institucionalidad que sostuvo el país independiente durante el proceso de consolidación, ante el reinado de la Corona Española, abrió a un Chile que estudiara su propio medio natural. Es por ello, que el presente escrito pretende explicar el actuar científico que realizó Claudio Gay en Chile y de cómo asentó las bases del proceso de institucionalización de la ciencia. Así, el botánico francés, llegó a Chile –Valparaíso- el 4 de diciembre de 1828, y es uno de los primeros taxonomistas que logra sistematizar el universo biótico de la naciente república de Chile, tal cual, como queda de manifiesto en su magna obra: “Historia física y política de Chile”(2) que la realizó, minuciosamente, por un largo tiempo a medida que recorría diversos lugares del país, contratado por el Gobierno del Vice-Presidente José Tomás Ovalle y el Ministro Diego Portales(3), exaltándose con expectación de documentar la historia del país, a través de nuestra flora y fauna, y en menor grado: la agricultura y la mineralogía. Precisamente este análisis del naturalista francés, promueve el origen de una nueva comprensión de la episteme nacional, mediante una metodología critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 1/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl científica que conllevó a un proceso complejo de estructuración. De este modo, aparecen organizaciones intelectuales, influenciadas por los movimientos filosóficos de la ilustración y el romanticismo, y proyectan una visión de sociedad moderna al igual que el viejo continente. Es por ello, que la metodología científica, las agrupaciones de intelectuales y la herencia enciclopedista de los siglos XVII y XVIII incitarán a la creación de instituciones a que trabajen e investiguen la naturaleza local, con el apoyo de científicos extranjeros para dar una mejor plenitud política-científica oriunda. De esta forma, la institucionalización de la ciencia en Chile se ha desarrollado como la sistematización de conocimientos racionales, mediante la prosa de historiadores que se han interesado en entregar una mejor comprensión del Realismo Científico (4) del periodo; principalmente, por medio del enfoque natural en la geografía nacional. Dado que la acción principal, es revalorar la creación intelectual por su innegable impacto científico en el siglo decimonónico. Desarrollo La institucionalización de la ciencia en Chile, es una temática muy compleja de analizar y de estudiar por sus innumerables hitos –correlacionados- que se han ido desarrollado durante los siglos XIX e inicios del siglo XX. Así, la institución de la ciencia nacional, y con ello su episteme, ha alcanzado logros y reconocimientos en la comunidad científica internacional, principalmente, durante la mitad del siglo XIX, ya que la organización de intelectuales y científicos nacionales e internacionales han demarcado las condiciones mínimas para atribuir el concepto de institucionalización de la ciencia, entre ellas se puede apreciar: la existencia de un vasto marco bibliográfico, junto con la ejecución de expediciones científicas de la naturaleza en diferentes localidades del país y la existencia de una continuidad en el proceso de investigación científica en las diversas disciplinas del saber, que más tarde se implantarán como tópicos obligatorios en los diversos centros de estudios que emergerán por una necesidad de ampliar el conocimiento a los ciudadanos más solemnes de la nación. La ejecución de labores propiamente científicas corresponde a la decisión externa de lo que conocemos como la comunidad científica internacional, ya que la institucionalización de la ciencia en Chile se gesta al interior de la cúpula gubernativa del Chile Republicano(5). Por lo que, en las decisiones políticas de contratar intelectuales científicos, extranjeros, fue el primer paso, cuyas tareas imprescindibles permitan estudiar el cuerpo físico del país, más la proyección de las autoridades de gobierno de turno visualizaron el crecimiento industrial y el progreso económico de la nación. De este modo, la continuidad en el proceso de investigación científica nacional corresponde con más propiedad a un factor interno, es decir a la voluntad decidida por los mismos científicos que se comprometieron con esta labor, mediante un contrato de trabajo entre el científico y la nación. Así, las nuevas contrataciones se insertan en los ya iniciados estudios de otros intelectuales que los precedieron, dado a que sus escritos abren posibles frentes para la explicación científica que gira -en aquellos momentos- en torno a la naturaleza. En consecuencia se presentan dos fases propias del marco epistémico del Chile emergente en esta materia, puesto que se establece agrupar en los innumerables contenidos propios de la historia natural, principalmente en la existencia y la aceptación de las particularidades del marco epistémico en torno a las teorías y categorías conceptuales de las corrientes filosóficas del periodo, particularmente, la Ilustración y el Romanticismo. En Chile, este movimiento conllevó a la práctica mediante ciertos modelos explicativos que dieron auge al desarrollo de la historia natural de la nación, como así también el progreso teórico sistematizado relacionado a la formación técnica de los trabajadores, como lo fue el caso de La Sociedad Nacional de Agricultura (1838)(6); la que permitió el desarrollo de las regiones más relevantes del periodo, tales como la ciudad de La Serena, Santiago y Concepción, debido a que los agricultores –en primera instanciacuestionaban ya, la técnica tradicional de producir sus tierras. Así, la aristocracia criolla estaba interesada en invertir tecnología científica para un superávit de la producción agrícola; dado a que la élite al mirar la revolución industrial-agrícola en el viejo continente se interesaron -mayor aún- en las ideas de la Ilustración de la Corona Española (1704-1808), específicamente, en los llamados escritos Jovellanos(7), por Gaspar Melchor de Jovellanos, quien expuso los avances técnicos de la agricultura española, en su gran obra Informe sobre la Ley Agraria (1794), en la que explicaba:“Cualesquiera que sean las fuentes de “riqueza de las naciones,” —agricultura, comercio y navegación, industria o su población—, a todas les otorga en este razonamiento igual dignidad. Todas ellas se relacionan entre sí mediante una red complejísima de acciones y reacciones directas e indirectas. Ello requiere una política de fomento sincrónico de todas las fuentes de riqueza. El descuido de una sola perjudicaría a las demás”(8). Así, sumados los conocimientos de los fisiocráticos de la ilustración, como FrançoisQuesnay, Jacques Claude Marie Vicent de Gournay, André Morellet, Pierre Samuel du critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 2/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl Pont de Neumours y principalmente los postulados librecambista propulsada por Adam Smith, a partir de su célebre obra “La Riquezas de las Naciones” (1776). En sí, parcialmente, todos ellos sostenían que: “(…) el funcionamiento del sistema económico, el tableau economique, establece que la riqueza circula entre tres grupos sociales, la clase productiva (los agricultores), la clase estéril (los artesanos y comerciantes) y los propietarios (la nobleza, el clero y los funcionarios) (…). Además de proponer que el Estado debe mantener este orden natural mediante tres reglas: el derecho a la propiedad, la libertad económica el laissez faire, laissez passer y la seguridad en el disfrute de esos derechos y libertades” (9). De esta forma, en el caso de Chile, las concepciones vinculadas al desarrollo del agro y de la manufactura, principiaba el postulado de libertad económica y de la liberación de la Corona Española a principios del siglo XIX, de tal modo que los gobernantes de la clase política conservadora en la treintena deciden reorganizar la estructura logística del país, creando obras viales y de sistema de riego en distintas zonas productiva del país. Este fenómeno sociocultural y político que podríamos interpretar, es el pie de inicio de un largo proceso que transcurrirá hasta a mediados del siglo XX y, por lo tanto, coincide con las expediciones científicas realizadas en torno a las ciencias de la vida durante todo el periodo del siglo XIX, más las creaciones de instituciones que ocuparan un rol fundamental en recoger, analizar y ejecutar el conocimiento adquirido por las nuevas especies en estudio; con el fin de fortalecer el comercio y de propagar una formación consistente entre el individuo y su acción laboral. Así, desde esta perspectiva, se cumple la interpretación del historiador mexicano, Gustavo Escobar Valenzuela:“(…) emulando la corriente naturalista y social del pensamiento enciclopédico europeo”(10). En consecuencia, la competencia “naturalista” se materializa en las acciones del pensamiento ilustrado, originadas en el viejo continente, cuya implicancia se arraiga en el trabajo colectivo de los intelectuales-científicos en tierras chilenas, primeramente por la contratación de científicos europeos que evidencian una filosofía sólida en materia de la Ilustración; además de enfatizar la industria como un hito significativo en la producción “reproductiva”; asimismo de fomentar la producción a una mayor escala de la que se acostumbraba, y de investigar ciertas estrategias económicas para sustentar el trabajo de las personas en las regiones del Norte y del Sur del país y, por su puesto, de solucionar problemas laborales mediante una política de seguridad social(11). Este fenómeno entre lo cultural y lo políticocientífico articuló las bases de una Sociedad Agrícola criolla organizada que promovió efusivamente el desarrollo técnico de sus trabajadores; como por ejemplo, conocer las descripciones de las especies para introducirla y reproducirla en la agricultura chilena, tales como: el algodón y la yerbamate, ya que éstas no son propicias para el territorio chileno, principalmente por el clima y la naturaleza física del país. Es así como, la relación entre la formación técnica de los obreros y el conocimiento de las especies conllevan a una actualización de la educación en torno al currículum escolástico, ya que esta acción permite diseñar y enseñar nuevas modalidades de labores del agro y, a su vez, de dignificar a las personas que son parte de estos trabajos, cuya mirada es plasmar una modernidad laboralista en el área de la agricultura nacional. Ahora bien, dado a lo anterior, desde la visión del marco filosófico de Thomas Kuhn, el camino de la institucionalización de la ciencia en Chile puede estar demarcado como un paradigma de trabajo(12) que es aceptado por la comunidad científica del periodo, debido a que las tareas rutinarias están arraigadas a un conjunto de normas, valoraciones, reglas y procedimientos que utiliza un marco teórico que posibilita la elección de problemas y la selección de estrategias y técnicas con las cuales se consigue construir el concepto de institucionalización. Aunque en estricto rigor, los paradigmas siempre vienen vinculados a una revolución científica, e incluso en algunas ocasiones se le atribuye un sentido muy amplio, como una visión general del mundo. Es por ello, que el concepto de institucionalización de la ciencia en Chile puede ser estudiada como un paradigma, no obstante este aspecto general constituye una explicación más acabada, tanto de su historia como de su filosofía, dado que no cuenta con argumentos consistente para fundamentar sobre un estilo de pensamiento que se está introduciendo en el colectivo de los habitantes de una comunidad que está por nacer, como lo es el caso de los intelectuales científicos ilustrados del siglo XIX. Asimismo, Chile a camino de su pronta independencia, en 1813, por algunos valientes patriotas(13) aspiraban a una ideología del “bienestar del pueblo”, mediante la filosofía del progreso material del país y en un desarrollo moral de los ciudadanos. Entre los postulados se encuentran: fomentar la agricultura y la cría del ganado; educar a los jóvenes en los principios de la agricultura; difundir la instrucción entre las mujeres; promover la instrucción pública mediante cartillas y tratados selectos de agricultura, y promover otras actividades económicas; tales como la pesca, la navegación y la mineralogía(14). Sin embargo, el proceso de reconquista no dejó prosperar dicha organización, y más tarde entre 1821 y 1823 se logró primitivamente reformular las primeras fundaciones de sociedades económicas, como por critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 3/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl ejemplo entre 1821 y 1826 la Sociedad Filantrópica de Amantes de la Patria(15). Los intelectuales políticos del periodo comienzan a organizar todo un movimiento ilustrado en tierras locales, un nuevo estilo de pensamiento, que se expresa en 1838 por el fundador José Miguel de la Barra López en compañía de los ilustrados más radicales de la república de Chile, como por ejemplo Andrés Bello López y Manuel de Salas. Posteriormente a mediados del siglo XIX, la entidad filantrópica se refundó producto de la Revolución de 1851 y 1859(16) -entre conservadores y liberales-, pero fue en 1869 en donde obtiene su personalidad jurídica y consolidaría definitivamente su existencia en el territorio nacional, logrando expandirse rápidamente a las zonas del norte y del sur mediante delegados técnicos de la agronomía; con la finalidad de verificar ciertos acontecimientos que permiten la reproducción de especies exportables a Francia, España, Estados Unidos y el Caribe. En este sentido, el epistemólogo Ludwik Fleck atribuiría esta acción epistémica como una constante transformación que origina las bases, con el fin de que los investigadores científicos demuestren un avatar que le es desapercibido a ellos mismos, cuando éstos visualizan retrospectivamente el camino a seguir en su campo de estudio(17), es decir, pues, si las transformaciones son favorables para que exista una indagación científica que encamine una producción, paulatina, en los análisis de las especies, el objetivo ha de perecer un camino recto que lleva directamente a la primera formulación del problema hasta la solución provisional; y más aún, serán intrínsecamente parte del contexto político-científico de los intereses que reproducen y promueven este proceso de institucionalización. Es así como la obra de Claudio Gay sostuvo la base teórica sustancial para la transformación de la investigación científica de la república, tal como se puede apreciar a continuación: “La comisión al cumplir con el deber que le impone el cargo de inspeccionar sobre los trabajos del encargado del viaje científico solo ha visto con complacencia elevarse y los fundamentos de un establecimiento que mediando el interés del gobierno en poco tiempo suministra a sus compatriotas los altos conocimientos en las ciencias naturales; si no que ha observado con placer la exactitud del digno profesor en el desempeño de sus compromisos. No obstante: al examinar con prolijidad los objetos que le han sido, presentados por Don Claudio Gay, ha notado faltas bastante perjudiciales, que no estando de su parte; al gobierno le compete el evitarlas. En el hierbario se ven una gran cantidad de vegetales que estando mal disecados, no solo han perdido sus colores; sino también su forma. Estos han quedado sin clasificaciones, y cuando mas tiene algunos el nombre que se les da en el país, aconteciendo lo mismo en los minerales y las rocas (…)”(18). Dado el contenido de la cita anterior, las nuevas descripciones que realizó el científico galo permitieron a la nación chilena situarse en la comunidad científica nacional e internacional, y dar conocer los distintos referentes de la flora y fauna local, con mayor prolijidad, y un método científico más riguroso, frente al cuidado de las disecaciones, los colores y las clasificaciones de los objetos de estudio. Asimismo, por una parte, los diferentes tomos de la Sección de Botánica, así como también en la disciplina de la Zoología, en que aparecen descritos minuciosamente los especímenes y vernáculos de la región que él mismo capturó, además de sistematizar los cánones taxonómicos del periodo(19). Como por ejemplo, las ilustraciones particulares del Chimchimen, Chingue, Huiña, Viscacha, Guamul, Mutilla Chilensis, Golias Flaveola, Pesca Trucha… Y que a su vez, son constituidos – cada lámina- en un orden general por mamíferos, anfibios, reptiles, peces, moluscos, arácnidos e insectos(20). Como también en las ilustraciones de la flora: Tristagmadimorphopetala, Pintoachilensis, Carmelita formosa, Acaenaclosiana, Monttea chilensis, Bulnesia chilensis, Leucocoryne purpurea, Malva belloa, viola portalesia(21), entre otras. Estos resultados no hubiesen sido posibles, si la comisión científica no tuviese el financiamiento correspondiente de lo que necesitó Claudio Gay, tal como se presenta en la siguiente cita: “La comisión procede a estipular con un facultativo de taxidermia en vista de los trabajos que tenga que hacer, y presente al gobierno la contrata y a su aprobación sin la cual no tendra efecto (…) El Ministerio de Relaciones exteriores al encargado de negocios de la República en Francia los instrumentos de que hace necesario (…) en relación a este efecto Don Claudio Gay-TomeseVaron y comuníquese”(22). Justamente estos hechos son los que dieron forma a las ciencias naturales como un cuerpo de relativa autonomía y, a su vez, en el campo de la historia ideológica de la época. Aunque el concepto de naturaleza fue internalizado por la episteme chilena, posterior a la obra de Claudio Gay. Lo que en efecto, el francés logró combinar entre lo que se comprendía por conocimiento local con respecto al conocimiento universal(23). De modo que Claudio Gay plantea un innovador paradigma de trabajo(24) introyectado en el estilo de pensamiento propuesto por Fleck, es decir, mediante las presuposiciones acordes con un estilo sobre las que el colectivo construye su conjunción teórica. Detrás de todo ello, se halla el concepto epistemológico de que el saber no es nunca posible en sí mismo, sino sólo bajo la condición de ciertas presunciones sobre el objeto constituidas a partir del colectivo pensamiento, que designa la unidad social de la comunidad de científicos de un campo critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 4/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl determinado de estudios realizados en un tiempo y espacio en común(25). Comprendiéndose que estos supuestos interrelacionados como un paradigma de trabajo y un estilo de pensamiento se reestructura esencialmente en investigaciones colectivas, lo que le lleva a rechazar de plano la concepción individualista de la investigación científica. Así, desde lo que se conocía de Chile a través de las órdenes religiosas y algunas expediciones europeas a mediados del siglo XVIII se describían una singular y simple flora y fauna de la región. Frente a esto, el estilo de pensamiento científico de Gay lo materializa en tres etapas de su metodología de estudio: 1° Hace una descripción la especie en latín; 2° Le connota y denota un nombre científico para identificarlo; 3° Escribe una explicación descriptiva del singular, junto con su entorno y, a su vez, relata la relación del sujeto de estudio con la comunidad de la zona. Empero, en el caso de las plantas alude al uso medicinal (26) y en el caso de los animales, le otorga propiedades que son atribuidas a lo que narran las creencias de los habitantes(27). Desde este punto de vista, Claudio Gay se encuentra en una coyuntura metódica, por una parte debe clasificar las especies; y por otra, debe reconocer el estado natural de la especie en función a una apropiación (28) que el pueblo chileno ha hecho de su propia naturaleza(29). Así, el francés opta por la validez de ambas. No obstante, la influencia del método científico que utilizaba Europa con respecto a las ciencias naturales, no se distinguen de otras disciplinas, ya que se fundamentan en el progreso técnico, como lo es la física y/o la química por ejemplo. Dicho lo anterior, Claudio Gay respondería al Señor Ministro del Interior que el deseo de estudiar las ciencias naturales es emprender a perfección la misión que le fue otorgada, tal como se expone a continuación: “Deseando llenar con toda perfección posible la comisión de que he sido encargado, queriendo al mismo tiempo elevar un monumento que haga época no solo en las ciencias naturales, sino también la República de Chile y pagar de este modo mi tributo a la ilustración del gobierno que ha protegido y hecho emprender estos trabajos, no temo (…) uno de los años mas preciosos de mi vida para llegar por la vía la más segura a este fin deseado. Testigo del interés que ha tomado el público en general de mis primero y débiles trabajos, y estando persuadido de poder algún día evitar el gusto de las ciencias (…) es mi deber cumplir todos los medios posibles para convertir en verdad esta agradable y seductora presunción (…)”(30). Argumento, que nos permite orientarnos de que el conocimiento actúa como un sendero de alfa a omega, con el objetivo de transformar un determinado ente, debido a que los intelectuales científicos, como Claudio Gay, deciden ir al campo mismo del objeto de estudio, y de materializar y proyectar el devenir del país, participando, también, en la indagación de la agricultura y, que a su vez, de potenciarla a través de una sociedad filantrópica organizada junto a otras naciones de mayor potencia científica y política como, lo es por ejemplo, Francia. Dicho esto, la república de Chile se instaura en el vínculo internacional por medio del ejercicio material del conocimiento en el área de la agronomía, cuyo sector no estaba trabajado en complejidad científica, dado a todo el periodo colonial del país, ya que la extracción brutal de los recursos naturales sólo le era propicia y con autoridad a la Corona Española dominante. En términos generales, esta comunidad de investigadores –intelectuales ilustrados en Chile- postulaban con claridad los objetivos del desarrollo agronómico del país, tanto como un vehículo generador de ganancias, tanto en lo económico y social. Este enfoque como mencionamos anteriormente, corresponde a una mirada fisiocrática, cuya obtención de la riqueza descansa en el seno de una naturaleza “no apropiada”, es decir, que los ilustrados determinan que la fuerza natural emerge y devela una belleza al admirarla, y una fuerza oculta en explotarla, dado a los resultados de la excesiva reproducción de sus recursos. Este postulado filantrópico, permite a Claudio Gay expresar lo siguiente en la Sociedad de Agricultura:“La agricultura es sin contradicción la fuente principal de la riqueza pública, la que crea más grandes valores, y que independiente, en general, de los caprichos de la suerte, no se agota jamás contribuyendo más que toda otra á la ventura de la humanidad (…) vela por nuestras necesidades mas premiosas, nos procura todas esas materias primeras que la industria modifica, combina y transforma para nuestros usos”(31). Así, las bases fundamentales de la Sociedad Chilena de Agricultura y Colonización –evolución progresiva de la Sociedad Filantrópica de Amantes de la Patria– en la década del cuarenta denotan una preocupación latente por el cuerpo físico del territorio chileno, desde Copiapó hasta Chiloé. Entre sus delineamientos se encuentran: estimular los estudios y los métodos prácticos para mejorar el cultivo de la tierra y la cría de ganado; encontrar mecanismos adecuados para la protección de los bosques; establecer una policía rural para velar por la seguridad de campesinos y agricultores; lograr una legislación agrícola; favorecer la inmigración de agrónomos, que introduzcan nuevas técnicas de cultivo en el país; creación de bibliotecas y museos para estimular el desarrollo agrícola y de las ciencias de la tierra; y exposición de nuevas maquinarias agrícolas(32). Todo esto, se plasmó en el desarrollo de la difusión de los trabajos realizados por la Sociedad Nacional de Agricultura, critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 5/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl que no se hizo esperar con la intención de abordar temáticas de interés para los campestres y sus patrones de fundo; de modo que nace “El Agricultor” (1838-1849), publicación que además expresa la ideología de los miembros y reafirma el sentido de pertinencia entre las prácticas europeas con respecto a la producción y cosecha de los diferentes tipos de gramíneas, sugerencias para prevenir el cólera, patologías médicas observadas en el agro, temas referentes a la salubridad pública, técnicas para eliminar el “polvillo negro” del trigo, procedimientos para exterminar roedores y preñeces de las vacas, entre otras(33). Junto con la difusión científica “El Agricultor”, -como antecedente fundamental de las nuevas investigaciones realizadas en torno al agro- en 1841, con fondos del Estado se logra constituir la primera Escuela Elemental de Agronomía Nacional (34), sustentándose primordialmente en las bases teóricas de Claudio Gay, quien diseño un “Jardín de Climatización Modelo” destinado y orientado al cultivo de especies “útiles” productivas. Por lo tanto, este acto contribuye a incrementar considerablemente el estilo de pensamiento en la nación chilena, tal cual como lo expone Fleck: “La tradición, la formación y la costumbre” (…), son los factores que dan origen a una disposición a percibir y actuar conforme a un estilo, es decir, de forma dirigida y restringida”(35). Pensamiento que se va desarrollando a medida que el científico francés va introduciendo las nociones del Jardín de Climatización Modelo en los diferentes espacios de la Quinta Normal y, a su vez, estructura las bases teóricas de los dichos campos de estudio, según su especie, como por ejemplo: hortalizas, naranjos, arrayanes, entre otras. Conjuntamente, solicita importar semillas del extranjero y de crear colecciones de plantas exóticas que circulan en el extranjero -las cuales aumentan en gran medida-. Así, en este contexto la Sociedad Agrícola también logra importar las primeras maquinarias agrícolas como por ejemplo la Trilladora de Herrarte y la Trilladora Inglesa Portátil (36). De esta forma, la Quinta Normal fue el cimiento riguroso de los análisis teóricos para el progreso del agro nacional, debido a que contaba con lo necesario para realizar las investigaciones de productividad de las plantas “útiles” y de cultivos exóticos en los invernaderos. Esto llevó a que se formaran dos organizaciones en 1876, tal como lo explica el historiador René Le Fevre:“(…) primeramente el Instituto Agrícola representa la enseñanza superior agrícola que se dedica específicamente a los hijos de los propietarios agrícolas, que han de explotar mas tarde sus fundos. También tiene por fin formar agrónomos e ingenieros agrícolas”(37). Es por esto, que esta institución –el Instituto Agrícolaproyecta un fin utilitarista para la producción agrícola a gran escala, incorporando un hospital veterinario en dichas dependencias, para indagar sobre patologías del ganado –zootécnica del Instituto Agrícola(38), que con los años se transformaría en el Instituto Bacteriológico en 1930. Este hito explicaría la vinculación de una institución con otra, como una necesidad del objeto de estudio de una ciencia determinada, y de los problemas generales que presenta al estudiarla(39); empleándose métodos y técnicas, que pueden ser, homologas y relevantes con la intención de comprender los resultados de la investigación realizada. Si bien es cierto, las inversiones para la creación de instituciones agrícolas no eran propias de los científicos y de sus estudiantes, sino mejor dicho del Estado con la finalidad de fomentar la industria nacional, lo que significaría que la inversión era mayor, debido a que la producción agrícola necesitaba de docentes, técnicos y alumnos; cuya consecuencia que trajo consigo la creación de las Escuelas Prácticas de Agricultura en 1881, inspiradas en el modelo francés, cuya, primera, obligación y responsabilidad curricular elaboró Claudio Gay cuando se instauró definitivamente el Museo Nacional de Historia Natural a fines de 1838 y antes de dejar la dirección de la institución en 1841. Así, entre los trabajos y postulados de la Sociedad Agrícola y el Museo de Historia Natural constituyen un hecho significativo para intercambiar ideas y colecciones con las instituciones de Europa, sobre todo con el Museo de Historia Natural de París, en donde Gay se desempeñaba como un colector corresponsal(40). Es por ello, que la relación entre Chile y Francia abre una ventana para que emerja una institución con rasgos de una Academia científica, focalizándose, principalmente, en el intercambio permanente de colecciones científicas naturales. Pasados los años, y teniendo presente dos instituciones que tomaron una categoría científica de la naturaleza, entre 1856 y 1857, la difusión será sustancial para el avance técnico de lo que se está realizando en el país. Por ejemplo, la revista “El Agricultor” será reemplazado por la revista “El mensajero de la Agricultura”, pero ésta tomó una noción más bien política, ya que fue dirigida por Benjamín Vicuña Mackenna. Y desde la mirada de la Sociedad Agrícola irrumpe con la editorial, debido a que el sentido no era ya la investigación científica de las especies y sus aconteceres, sino de su gestión política-administrativa. Así, en 1869, se pública el “Boletín de la Sociedad Nacional de Agricultura” que se caracterizó por su información más actualizada sobre los progresos del agro chileno y del extranjero, cuyas temáticas estaban concernidas al mercado y a la productividad global. critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 6/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl Dicho lo anterior, en consecuencia a las corrientes filosóficas que se originaban en tierras locales era prácticamente el imitar las concepciones del viejo continente, puesto que la materialización de las ideas y de los hechos científicos-en su tarea respectiva- demostraban una eficacia coherente para que éstas sean aceptadas en la comunidad científica internacional, considerándose como sucesos fijos, permanentes, e independientes de la opinión subjetiva de los histriones(41) y, a su vez, contra produciéndose una transitoriedad de las teorías que arguye en cómo se está construyendo la idea de ciencia en Chile. De este modo, dicho fundamento forma parte de una decisión entre el investigador y la comunidad de científicos, aunque esta última desconozca los métodos para establecer una teoría del conocimiento; ya que puede considerarse como una contradicción, cuya procedencia teórica es propia del científico-investigador, lo que resulta sustancial para la creación de una institución científica –como lo es el Museo Nacional de Historia Natural- y logre tomar las características peritas, de igual manera, a las instituciones de mayor realce académico científico, como es el caso de las haciendas europeas en el lineamiento del agro-científico, lo que exponía una producción industrial a gran escala y, por ende, permitía el fomento del progreso de la nación en todos los estamentos sociales y económicos, por medio de la gestión administrativa del gobierno de turno. En el caso de Chile, la noción de progreso se reafirmaba en los intelectuales-políticos ilustrados que visualizaban más intereses propios que colectivos, por medio de la riqueza agrícola hereda de la gestión administrativa de la Corona Española. Desde esta perspectiva, el postulado epistemológico que existe entre “el centro” y “la periferia” como se puede interpretar en el siglo XIX, enfatizan que existe una Movilización de los Mundos (42) que permite mejorar la movilidad y estabilidad para posibilitar el dominio a distancia, es decir, el desarrollo europeo por sobre el crecimiento local; cuyo principio se expresa, tácitamente, entre los vínculos institucionales de Chile y Europa. Así, principalmente, en el área de las ciencias de la vida y, en un mayor apogeo, la agricultura que ingresó con gran efusividad en los estudios técnicos y superiores, cuyas temáticas eran prácticamente científicas dados los análisis de las especies. Por ejemplo, en campo de la agricultura los resultados no se hicieron esperar; de hecho alcanzó a constituirse como una facultad en 1869, siendo muy semejante a las históricas Escuelas de Derecho y Medicina. Este hito, permitió abordar una educación diferente a lo que se conocía –desde la época colonial- y focalizó su atención en la especialización técnica de los inquilinos. Es por ello, que la filosofía de las ciencias, en la interpretación del epistemólogo Bruno Latour, nos explica que el desarrollo de una facultad en un área determinada del conocimiento es:“La dependencia que los hechos y las máquinas tienen de las redes para poder volver de los centros a la periferia, facilita nuestra labor. Nos hubiera resultado imposible analizar leyes “universales” de la ciencia, aplicables de por sí en cualquier lugar. En cambio, es muy fácil estudiar la extensión progresiva del dominio de la aplicación de un laboratorio: siguiendo precisamente los indicios que crea dicha aplicación”(43). Interpretando que dicho principio, aplicado a las décadas del siglo XIX, Chile requiere urgentemente científicos para el desarrollo de las instituciones del país para generar un vínculo que proyecte el porvenir progresista en las diferentes disciplinas de lo que acontece en el viejo continente; y dejar la posición de un agente pasivo que sólo exporta materias primas para el adelanto de las grandes potencias del globo, cuyas especies eran estudiadas en sus laboratorios, y de forjar su extensión a otros campos de estudio para su mayor provecho, como lo es el caso de las textiles en Inglaterra. Chile vislumbra el desarrollo interdisciplinario, el estudio de los hechos locales y la importación de instrumentos y maquinarias para el estudio de la química, botánica, física, mecánica, zootecnia, agronomía, economía e ingeniería, para dar origen a la agroindustria en una primera etapa. De este modo, en el periodo republicano las asesorías del capital humano extranjero –especialistas en sus diversas disciplinas intelectuales- constituyeron una entidad de comunidad científica local, dependiendo quizás en un mayor alcance en los registros y formación académica que entregaban las instituciones a sus ciudadanos. Por ejemplo, la Sociedad Agrícola dota de los últimos adelantos para la docencia en el Instituto de la Quinta Normal, tales como una biblioteca técnica agrícola, una destilería agrícola, un establo para experimentación zootécnica, un laboratorio de patología vegetal, áreas de experimentación agrícola, un observatorio meteorológico, entre otras(44). Así, la inversión económica por parte del Estado en las instituciones fomentó la investigación, por lo cual este proceso repercutió sustancialmente en una mirada epistemológica a nivel de país; ya que podría interpretarse, de que la institucionalización de la ciencia alcanzó su mayor apogeo en cientifizar y tecnologizar los trabajos científicos de los intelectuales más reconocidos en el estudio de las ciencias naturales. Además, uno de los principios de la episteme chilensis fue la empírea, ya que permitió relacionar la teoría y la práctica vinculadas al conocimiento por métodos más observables en la naturaleza. De esta manera, se reproduce la materialización en un estilo de pensamiento; dado que este aspecto, evidencia un estatuto específico de la ciencia, es decir, genera una especialización particular de los estudios realizados en el objeto(45). Así, a partir de este proceso comienzan aparecer critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 7/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl otras instituciones como la Escuela de Artes y Oficios (1849), organismo encargado de enseñar las técnicas de instrumentalización de la disciplina. Por ejemplo, en el campo de la agricultura cuando son introducidas las nuevas maquinarias y herramientas se elaboran ciertos manuales de estudio dirigidos a los matriculados. En efecto, la influencia de la Ilustración en la institucionalización de la ciencia en Chile, desde la educación escolástica colonial hasta la educación técnica agrícola, se logra evidenciar a través de la labor bibliográfica que da cuenta del cuerpo físico del país a inicios mediados del siglo XVII en adelante; entre los primeros estudios destacan: Alonso de Ovalle, Histórica relación del Reyno de Chile (1656); Hipólito Ruíz y José Pavón, “Rélation de voyage de la Mer du Sud auxcôtes du Chili et du Péroufaitpendant les années” (1712, 1713 y 1714) y “Floraeperuviance et chilensis orodromus” (1794); Louis Éconches Feuillée, Journal des observation sphysiques, mathématiques et botaniques faites par I’ ordre du Roi sur les cótes orientales de I’ Amérique Méridionale et dans les Indes Occidentales, depuis I’ année 1707 jusques en 1712, e Historie des plantes medicinales quisont les plus en usageauxroyau mes du Pérou et du Chili dans I’ Amérique meridional; en paralelo con el viejo continente, las publicaciones de Carlos Linneo, “Systema Naturale” (1738) y “Philosophia botánica” (1751); y José Ignacio Molina, siglo XVIII)(46), Compendio della storia geografica, naturale et civile del rengo del Chile (1776) y Saggio sulla storia naturale del Chile (1782)(47). Entre los siglos XVII y XVIII, ya existía una preocupación intelectual, necesaria, para estudiar los recursos naturales con los que contaba el Reyno de Chile, junto con la documentación compilada y elaborada por grandes taxonomistas que promovieron connaturalmente los exponentes de flora y fauna. En este sentido, ya a comienzos del siglo XIX, la visita de científicos extranjeros, con una prosa romanticista en su descripción, se destacaron los escritos de Alexander von Humboldt en América meridional, tales como Relation historique du voyage aux régions équinoctiales de Nouveau Continentfait (1799 – 1804), Cósmos (1845-1858) y los Aspectos de la naturaleza en 1849, más su Corpus Scientificum Americanum (1808-1834); y los escritos de Jean Baptiste, Philosophie zoologique(1809), Systéme naturalle des animaux sans vértebres (1815-1822); más los trabajos descriptivos de Dominique LatrilleLoustauneau y las obras de botánica de Antoine Jussieu, La Flora Brasiliaemeridionalis(1833), escrita en colaboración con Auguste de Saint-Hilaire y Cambessedes; y la difusión del naturalista Alcide Dessalines D’ Orbigny con sus escritos Voyage dans I’ Amérique meridionalis (1839-1843)(48) y la obra contingente de Charles Darwin, El Origen de las especies (1859). Igualmente, la bibliografía comprendida entre las obras en el Reyno de Chile más las obras de intelectuales que estudiaron la naturaleza de la América meridional y las taxonomías del Corpus científico del viejo continente, enfatizaron una línea de estudio suficiente para el origen de las ciencias de la vida, acompañas por una difusión de las revistas de Sociedades Científicas en Europa, entre ellas Memoires de la Sociedad Linneana de París, los Comptes Rendus de la Academia de Ciencias de París, o los Philosophical Transactions, de la Royal Society de Londres(49). Por ende, en la medida de cómo se iban complementando los estudios de la naturaleza, y en especial el caso de Chile, nos sirve como referente para determinar: de que el conocimiento local si influía en lo que concierne al conocimiento universal, dadas por el reconocimiento de la comunidad científica internacional –como lo es el caso de París y de Londres-. Puesto que en esta partida, Chile a inicios del siglo XIX ya contaba con un vasto marco bibliográfico y epistemológico; de modo que posibilita la clasificación más certera en los vernáculos del ambiente físico del país. En un segundo paso, la contratación de científicos extranjeros reprodujo una acción detonante en lo que respecta a lo que conocemos como actividad científica en Chile, comenzando por los estudios del naturalista francés Claudio Gay; el médico y naturalista alemán Rodulfo Amandus Philippi(50), del ingeniero en minas polaco Ignacio Domeyko(51), del científico naturalista chileno Carlos Porter Mosso(52), del médico y naturalista alemán Francisco Fonck(53), entre otros. De esta forma, teniendo presente, la facultad enciclopedista y las expediciones in situ en diferentes zonas del país, permitieron estructurar Congresos en diversas disciplinas; y el primero de ello, fue el Congreso Libre de Agricultura realizado en 1875. La organización estuvo a cargo de Rafael Larraín (Presidente) y Rafael Sotomayor (Vicepresidente), quienes dispusieron ciertas comisiones en torno a los ejes temáticos en Seguridad, Economía, Transporte, Irrigación y Fomento, entre otras. En ellas, los presentes dialogaban problemáticas y posibles postulados para fomentar aún más la productividad agrícola. Considerándose dicha actividad como un encuentro entre intelectuales, científicos y técnicos con la finalidad de promover el actuar epistémico de la empírea, además de lo que les vincula como proyección científica y política-económica del país. No obstante, en el marco filosófico de Ian Hacking, la organización de los hombres y los cuestionamientos no deben seguirse de la misma extensión, sino que la actividad científica es parte intrínseca del investigador(54) y, a pesar de ello, son los resultados los que constituyen la verdadera organización científica de los hombres. Postulado que nos refleja, sobre de cómo los mecanismos de adecuación del diálogo, marcan un interés colectivo critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 8/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl que determina una autocrítica para insertarse en los nuevos espacios que reproduce el conocimiento de un estilo de pensamiento diferente, al cual se tenía presente desde el siglo XVII sobre las ciencias de la vida. Y más aún, este filósofo nos expresa que: “Los tiempos han cambiado. La historia de las ciencias naturales se escribe ahora casi siempre como una historia de teorías: Hasta tal punto la filosofía de la ciencia se ha vuelto una filosofía de la teoría que la misma existencia de observaciones o experimentos preteridos ha sido negada. Espero que los capítulos siguientes inicien un movimiento de vuelta a Bacon, en el que le pongamos más atención a la ciencia experimental. La experimentación tiene una vida propia”(55). Cita que nos demuestra, de cómo la acción “utilitarista” construye una historia de teorías hasta tal máxima que la filosofía también la ha imitado, y de mayor acción de cómo se ha orientado a las políticas laborales y educacionales del siglo XIX, con la finalidad de organizar un modelo interdisciplinario que beneficie y asegure los intereses del Estado y de otros inversionistas privados, mediante las creaciones y relaciones de las instituciones. Sumándose, además, intelectuales que desarrollan un capital tecnológico importante a mediados del siglo XIX al incorporar maquinarías a las áreas de trabajo, como lo fue el campo de la agricultura, cuyas consecuencias trajo consigo el disolviendo entre el agricultor y terrateniente; y otro ejemplo de ello, la geografía(56), que contó con la implementación de navíos para los estudios de climatología– desde Atacama hasta Chiloé. En sí, todos estos apartados se vieron reflejados en una difusión científica para las naciones de mayor progreso económico y científico, que están más relacionadas con las ciencias de la gea y con el lenguaje técnico para la elaboración de recursos manufacturados, a partir de la complejidad de los procesos socio-cognitivos entre los científicos y la clase política. Dada esta dualidad, es posible inferir, que la ciencia se origina en un nuevo estilo de pensamiento, tal cual como lo expone Fleck:“(…) la ciencia no es un constructo formal, sino esencialmente, una actividad llevada a cabo por comunidades de investigadores”(57). Es por ello, que el estilo de pensamiento manifestará otras apreciaciones –quizás más radicales- a las que se tenía presente, específicamente, por el aporte de comunidades de investigadores que, incluso, dimensionan innovadoras infraestructuras para emplear las metodologías de estudio, como lo fue el caso de la Quinta Normal –arquitectura romanticista, promovido por el estilo de Eiffel- que actuó como centro de investigación. Así, estos acontecimientos expresaron una indudable filantropía en la búsqueda del conocimiento científico, puesto que se estableció un progreso material para la república de Chile. En consecuencia, al constructo formal de la época, la incorporación de ilustres científicos europeos, particularmente entre los años 1828 y 1890, se contextualizó una idea de ciencia en Chile, lo que fundamentaría una revolución de paradigma de trabajo científico o un estilo de pensamiento instaurado bajo ciertas temáticas de metodología en el cómo hacer ciencia en nuestra localidad; por lo que, en especial, el modelo explicativo de descripción de las especies y objetos de estudios se ve influenciado, ratificado y asentado en la creación de instituciones dedicadas a la educación intelectual y difusión científica del país, tales como el Museo Nacional de Historia Natural (1830), la Escuela Normal de preceptores (1833), la Escuela de Medicina y de Farmacia (1833) y la de Obstretricia (1834), la Sociedad Nacional de Agricultura (1838), la Compañía de Vapores (Pacific Steams Navigation Company) (1840), la Universidad de Chile (1842)(58), la Escuela de Artes y Oficios (1849), la Sociedad de Ferrocarriles de SantiagoValparaíso (1851), la creación de la Oficina Hidrográfica de la Armada (1874), la Exposición Universal de Chile (1875), el Congreso Libre de Agricultura (1875), el Congreso Médico Chileno (1889), el Congreso Nacional Pedagógico (1889), la aparición de la Revista de Historia Natural de Valparaíso (1897), entre otras; además, en estos años, se principia, paulatinamente, a participar la mujer en la vida científica universitaria, como lo fue el caso de Eloísa Díaz en el área de la medicina(1887), Dorila González egresada del Instituto Pedagógico (1895) y María Griselda Hinojosa en farmacéutica (1899); también, las inauguraciones de puentes y caminos como el viaducto del Malleco (1890)(59). Por lo general, al finalizar la época, Chile manifestaba notoriamente las ideas positivistas que difundían José Victorino Lastarria, Valentín Letelier y los hermanos Juan Enrique Laguirre y Luis Laguirre, quienes inspirados por las concepciones filosóficas de Augusto Comte, Emile Littré y John Stuart Mill dieron una visión más global con respecto a las ideas de ciencia, política, tecnología, género, entre otras. Organización que promueve la creación de la Sociedad Literaria (1842) de los cuales algunos de ellos eran discípulos de Andrés Bello López, y dejan de manifiesto en sus discursos que la enciclopedia bibliográfica situada en Chile, desde el movimiento por la acción republicana, es el estudio de los clásicos españoles sumado al de los modernos autores románticos franceses(60), que deberían contribuir al ejercicio de un ideal moral que permita la divulgación de la virtud del progreso nacional. critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 9/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl Las instituciones junto con su capital intelectual ilustrado y romanticista construyen la idea de ciencia en Chile, más la difusión política-científica que fue un instrumento sustancial para constituir la identidad académica en cada una de sus disciplinas, principalmente, en lo que respecta a las colectividades de especialistas en la participación de congresos científicos a inicios del siglo XX, como por ejemplo: Primer Congreso Científico Panamericano (1908-1909, Santiago) y el Congreso Madero (1913, Temuco) (61), con el objetivo de que los exponentes dialoguen el desarrollo político de la industria y su rol científico en la producción local; describiéndose sus aconteceres en los periódicos, como lo fue, específicamente, El Mercurio de Valparaíso. Este último, cumplió una función primordial en el desarrollo de la difusión de la ciencia y tecnología, cuyas redacciones estarían vinculadas a la medicina, astronomía, fenómenos físicos y conocimientos de la gea, flora y fauna, mineralogía, agricultura, inventos, descubrimientos, avances científicos(62), entre otras disciplinas de estudio. Así, este medio periodístico influye claramente en la intelectualidad del Chile decimonónico, al ir entregando sistemáticamente registros e informaciones culturales, políticas, científicas y comerciales. De esta forma, la razón epistemológica responde constructivamente a ser parte de la transitoriedad científica institucionalizada. A modo de conclusión En síntesis, la institucionalización de la ciencia en Chile es un proceso complejo que evidencia una transitoriedad remitida a tres etapas correlacionadas: la primera, corresponde a la labor bibliográfica ilustrada que da cuenta del cuerpo físico de América meridional y de Chile entre los siglos XVII y XVIII, y que consigna a investigaciones y exploraciones que exponen la primacía de la metodología y de las teorías científicas aplicas y reconocidas en la comunidad científica internacional, entre alguno de los autores se encuentran: Juan Ignacio de Molina, Alonso de Ovalle, Hipólito Ruíz y José Pavón, Carlos Linneo, Alexander von Humboldt, Auguste de Saint-Hilaire y Cambessédes, entre otros. De este modo, la bibliografía comprendida logro describir la naturaleza a través de metodologías derivadas del viejo continente, enfatizando una línea de análisis suficiente para determinar el origen de las ciencias de la vida. En una segunda etapa, la contratación de científicos extranjeros – principalmente europeos- quienes propician una acción activa mediante sus expediciones científicas en el territorio chileno, y que constituyen el contenido gnoseológico desde el cual produce la apropiación de la naturaleza del país y, a su vez, de cómo se presenta la misma a los nuevos hitos “evolutivos” caracterizados por un mayor equilibrio de las estructuras explicativas del discurso científico; entre uno de ellos, la obra de Claudio Gay fue fundamental para establecer una metodología de investigación científica con una episteme empírica de observación in situ en las diferentes zonas de estudio, además de su relación política- científica con el gobierno local y como colector corresponsal del Museo de Historia Natural de París; potencializando las relaciones internacionales y respaldando a las dos primeras instituciones, La Sociedad Agrícola y el Museo Nacional de Historia natural, llevándolas al grado de una Academia Científica. Y por último, la creación de instituciones intelectuales y científicas que articulan una línea estudio y de producción del recurso natural con prospectivas de funcionalidad política-económica en vías del crecimiento industrial, además de ser difundidas en medios periodísticos, como El Agricultor, El Mercurio de Valparaíso y otros, sintetizaron la idea de política y ciencia nacional, cuya perspectiva epistemológica forja los hechos que se desplazan desde un asentamiento en los fenómenos considerados como complejos hasta una presentación más explicativa de los aportes cognitivos de los doctos y de las visiones institucionales que constituyen el pensamiento nacional. De esta forma, Chile asentó las bases de una identidad científica, promoviendo la institucionalidad como el eje fundamental del desarrollo político-científico en lo que refiere a la idea de ciencia en Chile. Posteriormente, ya en los inicios del siglo XX, las temáticas de estudios darán origen a lo que se conoce como el Positivismo en Chile, en donde las organizaciones intelectuales trataran en mayor profundidad el crecimiento industrial, por medio de las amplias investigaciones de las ciencias naturales, obteniendo resultados eficientes en la explotación y producción de los recursos naturales, y de cómo estos serán la columna que gestione y administre el capital político en la economía nacional e internacional. Bibliografía Arancibia, L., Yavar, M. y otros. “La agronomía en la agricultura chilena” Santiago de Chile. Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile. 1989. Bahamonde, N. Dr. Carlos E. Porter (1867-1942) Fundador de la Revista Chilena de Historia Natural (1897). Publicado en el volumen 56:7-9 (1983) de la Revista Chilena de Historia Natural. 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El artículo fue presentado en una ponencia en las XXIV Jornadas Jóvenes Investigadores-AUGM, 24-26 de octubre de 2016 San Pedro / SP – BRASIL, por medio de intercambio universitario de la Universidad de Santiago de Chile. A su vez el artículo puede ser descargado en academia.edu o solicitándolo al autor en investigacionespeipmail.com. La imagen corresponde a la Vista exterior del pabellón francés en la Exposición Internacional en Quinta Normal de Santiago de Chile (Recuperada en http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-67805.html). 2. “Los 30 tomos de su monumental obra corresponden a los siguientes: los ocho primeiros tratan de la Historia Política (1844-1854); otros dos contienen documentos históricos reunidos en diversos archivos nacionales y extranjeros (1870-1871); ocho tomos son sobre Botánica (1845-1852); ocho tomos de Zoología (1847-1854); dos tomos constituyen un atlas com grabados de las espécies naturales, mapas de diversas regiones, paisajes, tipos humanos y costumbres chilenas (1844-1855); y, finalmente, dos tomos detallan um estudio sobre el estado de la agricultura chilena (1862-1865).”En Yañez, J. y Araya, I. “Claudio Gay: historia y legado para chile” Museo Nacional de Historia Natural, Casilla 787, Santiago, Chile. 2005. P. 1. 3. Cf. Prólogo de Luis Capurro S. Director del Museo Nacional de Historia Natural… p. 9. En Berrios, M. y Saldivia, Z. “Claudio Gay y La Ciencia en Chile” Ediciones Bravo y Allende. Chile. 1995. 4. Comprenderemos por Realismo Científico, mediante dos tesis: “La primera, Del Realismo de los Entes Teóricos, sostendría que los entes teóricos son reales en el mismo sentido en que lo son los entes (individuos, propiedades y relaciones) observables. Mientras que la segunda, del Realismo de los Observables, sostendría que los observables existen independientemente del sujeto cognoscente.” in Carnap C. “La Filosofía de la Ciencia en el Siglo XX” S/Editorial. 2007. P. 208. In http://josemramon.com.ar/wpcontent/uploads/Carman-Filosofia-de-La-Ciencia-Sxx1.pdf En este caso postularemos la segunda, ya que la descripción que realiza Claudio Gay se critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 12/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl sitúan de una forma independiente de los científicos al momento de observar a las especies frente a su propia naturaleza. 5. Cf. La Institucionalización de la ciencia en Chile. Por Zenobio Saldivia Maldonado en “Inter-American Review of Bibliography” Vol. XLIX. No.1-2. Washington, D.C. 20006. U.S.A. 1999. pp. 141-155. 6. En 1838, por José Miguel de la Barra (1799-1851), Andrés Bello, Manuel de Salas, José Santiago Aldunate (1796-1864), Pedro Palazuelos Astaburuaga (1800-1851), Rafael Larraín Moxó (1813-1892), José Gabriel Palma Villanueva (1791-1869), entre otros constituyeron las bases de La Sociedad Chilena de Agricultura y Colonización, tales como fomentar la agricultura y la cría del ganado, educar a los jóvenes en los principios de la agricultura, difundir la instrucción entre las mujeres, promover la instrucción pública mediante cartillas y tratados selectos de agricultura y promover otras actividades económicas; como la pesca, la navegación y la mineralogía. Cf. Salinas, M. El laicado católico de la Sociedad Chilena de Agricultura y Beneficencia (18381849). Anales de la Facultad de Teología. Vol. XXIX. Santiago de Chile: Universidad Católica de Chile. 1980. p. 100. 7. Gaspar Melchor de Jovellanos, era un intelectual, escritor, jurista y político ilustrado. Entre sus obras más selectas: Introducción a un discurso sobre el estudio de la Economía civil (1776); Elogio fúnebre del marqués de los Llanos de Alguazas, Leído en la Sociedad Económica Matritense el 5 de agosto de (1780); Discurso pronunciado la Sociedad de Amigos del País de Asturias, sobre la necesidad de cultivar en el Principado el estudio de las ciencias naturales. Oviedo, 6 de mayo de 1782; Elogio de Carlos III. Leído en Real Sociedad Económica de Madrid el 8 de noviembre de 1788; Traducción del Voyage Dans L’egypte Pour Découvrir les sources du Nil, de James Bruce (1795); Tratado de botánica mallorquina o Flora medicinal de Valldemos (1801); Instrucción dada a un joven teólogo al salir de la Universidad, sobre el método que debía observar para perfeccionarse en el estudio de esta ciencia. Castillo de Bellver(1805); Origen e introducción de la agricultura en Asturias. Castillo de Bellver (1804); Regreso del destierro. Mallorca, 5 de abril, 23 de junio de 1808¸ Memoria en defensa de la Junta Central. Santa Cruz de Ribadulla, 2 de mayo de 1811; entre otras. Cabe destacar que este autor, enfatizó sus escritos en obras literarias, Memorias, Pedagogía, Economía, Temas Asturianos, Arte, Derecho, Traducciones, Botánica y Política. Cf. Galino, A. “Gaspar Melchor de Jovellanos” Revista trimestral de Educación Comparada. París. UNESCO. Volumen XXIII. N° 3-4. 1993. Pág. 808-821. 8. G. M. de Jovellanos, Elogio de Carlos III, en: Obras publicadas e inéditas, Vol. 87, págs. 7 y ss., Miguel Artola. Madrid. Biblioteca de Autores Españoles. 1956. 9. Laguna, M. Pensamiento Económico y Social. Publicado en la Web el día miércoles 9 de marzo de 2011. Véase en http://pensamientoeconmicoysocial.blogspot.cl/2011/03/la-fisiocracia-yfrancois-quesnay.htmlP.1. 10. Escobar, G. La ilustración en la filosofía latinoamericana. México D.F. Ediciones Trillas. 1980. p. 42. 11. En este sentido, las autoridades políticas -a inicios del siglo XX- discutieron efusivamente, las nuevas políticas laborales que desempeñarían sus trabajadores, principalmente por el 1° gobierno del presidente Arturo Alessandri Palma (1868-1950). 12. Cf. Kuhn, T. “La Estructura de las revoluciones científicas” Ediciones Fondo de Cultura Económica. México D. F. 1982. p. 51. 13. Cf. Gay, C. Agricultura chilena (Edición facsimilar de la Historia física y política de Chile. Introducción y estudios de Sergio Villalobos R.). Icira. Santiago de Chile. 1973. p. 124. 14. Ibídem. P. 124. 15. “De una mocion del señor Araos, para que se decrete la fundacion de una sociedad filantrópica de amantes de la Patria. (V. sesion del 12 bis de Marzo de 1821.) Véase en sesión de 31 de enero de 1825 Congreso nacional sesion 46, en 31 de enero de 1825presidencia de don Francisco Ramon de Vicuña. En Página: Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile – Tomo X (1824-1825). Djvu/354. 16. Cf. Millar, W. “Historia Ilustrada de Chile” Ediciones Zig-Zag. Santiago de Chile. 1998. Pp. 251-255. 17. Cf. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico” Alianza Editorial. Madrid. 1986. p. 25. 18. Carta de J. Vicente Bustillos Comisión científica. Archivo Nacional. Ministerio del Interior. Índices de las oficinas y autoridades. Volumen 315. Santiago Julio 16, 1831. P.444. 19. Cf. Saldivia, Z. “La Ciencia en el Chile Decimonónico” Ediciones Universidad Tecnológica Metropolitana. Santiago de Chile. 2005. P. 83. 20. Cf. Gay, C. “Atlas de la Historia física y política de Chile” Tomo II. París en la Imprenta de E. THUNOT Y C. IDOCCLIV. Pp. III-XIV. 21. Cf. Lazo, W. “Viajeros y Botánicos en Chile. Durante los siglos XVIII y XIX” Editorial Universitaria. Chile. 2011. Pp. 233-273. 22. Carta de Errázuriz y Portales: Comisión científica. Archivo Nacional. Ministerio del Interior. Índices de las oficinas y autoridades. Volumen 315. Santiago Julio 21 de 1831. P.445. 23. Cf. Un ejemplo claro de ello, fue lo acontecido entre Francisco José de Caldas (1768-1816) y Alexander Von Humboldt (1769-1859) en Colombia. Extractos de sus Diarios: Capítulo Viaje Al Cerro de Guadalupe Cerca de Santafé de Bogotá. Edición Flota Mercante Gran Colombia. Bogotá. 1982. p. 69.: De hecho, el científico alemán visitó la montaña Guadalupe y evaluó el trabajo de Caldas, y quedó impresionado con la precisión del joven criollo. Caldas continuó midiendo las alturas de las montañas y con el tiempo llegó a la conclusión de que existe relación entre la ubicación de las plantas y la altitud del terreno. Ésta es una idea similar a la de Humboldt, quien publicara en critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 13/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl Europa, al finalizar sus viajes por América, la Geografía de las plantas. Véase en Díaz, F. “Francisco José de Caldas y Tenorio: Un criollo Científico e Ilustrado” in Revista Thelos Número 9. UTEM. Santiago de Chile. Diciembre de 2014 ISSN 0718-3259. P. 66. 24. Óp. Cit. Cf. Kuhn, T. “La Estructura de las revoluciones científicas”…P. 51. Utilizaremos el concepto de paradigma de trabajo (Para orientarnos y darle cabida epistemológica del siglo venidero, de cómo entender la historia de la ciencia). 25. Óp. Cit. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico”… Pp. 2324. 26. Cf. Gay, C. “La flora chilena” en “Historia física y política de Chile” Tomo II. París. Imp. F. y Thunot. 1847. P. 272. 27. Cf. Salas, M. “Escritos de Don Manuel de Salas y documentos relativos a él y su familia” Tomo I. Imp. Cervantes. Santiago. 1910. P. 13. 28. Utilizaremos el concepto de apropiación (Para orientarnos y darle cabida epistemológico del siglo venidero, de cómo entender la historia de la ciencia) en las palabras de Mauricio Nieto Olarte en su libro “REMEDIOS PARA EL IMPERIO. Historia natural y la apropiación del nuevo mundo” En dicho texto, el autor interpreta, en este caso, apropiación de la naturaleza como: “un concepto clave… en que las habilidades de los naturalistas europeos para clasificar la naturaleza dándole nombres a plantas y animales y sus técnicas de representación son instrumentos de apropiación. Quién por primera vez reconoce un lugar, una planta o una medicina proclama su derecho de posesión. Para poder identificar el conocimiento con un proceso de apropiación es importante, en primer lugar, recordar que la historia natural no es una empresa de individuos aislados, es una práctica que requiere de una red de cooperación para hacer posible la movilización, clasificación, codificación, exhibición e inclusive la venta de los objetos de estudio.” In Ediciones Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Bogotá, Colombia. 2000. Pp. 13-14. Cf. In Henk, W. “Overseas history” in Peter Burke “New Perspectives on historical writing” Cambridge: Polity Press. 1991. Y Arboleda, C. “Sobre una traducción inédita de los Principia al castellano hecha por Mutis en la Nueva Granada circa 1770”Quipu 4. 1987. Pp. 291-313. 29. Cuyo contexto historiográfico tratan una evocación nublada, y tiende a escudriñar las perspectivas más vulnerables de la sociedad que se definen a sí misma por la exclusión de la naturaleza “nacional”. En una forma peyorativa sus relatos se defienden a sí mismas, como la de un pueblo fantasma, y que se expone en la práctica de una naturalidad consuetudinaria. Entre los textos que manifiestan esta mirada interpretativa, encontramos: “Cautiverio feliz y razón individual de las guerras dilatadas del Reino de Chile” de Álvaro Jara; “La historia desde abajo y desde dentro” de Gabriel Salazar; “Chile: El Centenario y 100 Años Después” de Cesar Cerda Albarracín, entre otros. 30. Carta de Claudio Gay al Ministro del Interior Diego Portales. Archivo Nacional. Ministerio del Interior. Índices de las oficinas y autoridades. Volumen 315. Santiago Agosto 19, 1831. P.446. 31. Gay, C. Historia física y política de Chile(Sección Agricultura). París. Imprenta E. Thunot y Cia. 1862. Tomo I. p. 1. 32. Cf. Saldivia, Z. La sociedad nacional de agricultura en el siglo xix chileno: su rol social y su aporte al desarrollo científico-tecnológico. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales Universidad de Barcelona ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98 Vol. V, nº 100, 1 de noviembre de 2001. p. 4. 33. Ibídem. p. 4. 34. Cf. Arancibia, L., Yavar, M. y otros. “La agronomía en la agricultura chilena” Santiago de Chile. Colegio de Ingenieros Agrónomos de Chile. 1989. P. 103. 35. Óp. Cit. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico”…p. 31. 36. Óp. Cit. Gay, C. Agricultura chilena…. p. 222. En el caso de la Trilladora Inglesa Portátil, se adecuaba más a la topografía de Chile. 37. Cf. Le Fevre, R. Breve reseña sobre la Quinta Normal de Agricultura. Santiago de Chile: Imprenta Moderna. 1901. p. 7. 38. Cf. Ibídem. p. 36. 39. Cf. Briones, G. “Epistemología de la Investigación” Módulo I. Curso Educación a distancia: Métodos y Técnicas Avanzadas de Investigación Aplicadas a la Educación y a las Cs. Sociales. Santiago. 1989. 40. Cf. Barros Arana, D. Don Claudio Gay: su vida y sus obras. Estudios históricosbibliográficos. Tomo 41. Publicado por Imprenta Cervantes, 1909-1911. P. 365. 42. Óp. Cit. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico”…p. 43. 43. Cf. Latour, B. “Ciencia en acción. Cómo seguir a los científicos e ingenieros a través de la sociedad” Universidad de Barcelona. Traducción Eduardo Albar, Roberto Méndez y Estela Ponisio. 1992. P. 213. 44. Ibídem. P. 237. 45. Óp. Cit. Cf. Le Fevre, R. Breve reseña sobre la Quinta Normal de Agricultura.P.8. 46. Cf. Crombie, A. “Estilos de pensamiento científico a comienzos de la Europa Moderna” Seminari D´ Estudis Sobre La Ciencia. Traducción Josep Lluis Barona. Guada Litografía. S.L. p. 32. 47. Además, véase las obras de Juan Ignacio Molina: Analogias menos observadas de los tres reinos de la Naturaleza (1815), Sobre la propagación del género humano en las diversas partes de la tierra (1818), entre otras. 48. Cf. Óp. Cit. “Inter-American Review of Bibliography”… pp. 142-143. 49. Óp. Cit. Cf. Saldivia, Z. “La Visión de la Naturaleza en Tres Científicos del Siglo XIX en Chile: Gay, Domeyko y Philippi” Universidad de Santiago de Chile. 2003. Pp. 22-51. 50. Cf. Ibídem. p. 143. critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 14/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl 51. Rodulfo Amandus Philippi llega a Chile en 1851, complementa la taxonomía de apropiación cognoscitiva de lo viviente. Entre sus obras destacan: Viaje al Desierto de Atacama (1860), Plantas nuevas chilenas (1893-1894), Los Fósiles secundarios de Chile (1899), Los Fósiles Terciarios y Cuaternarios de Chile (1887) y Elementos de Historia natural (1885). Entre otros aportes, están consignados en los Anales de la Universidad de Chile (1855-1901). Y es considerado uno de los grandes críticos de la Obra de Claudio Gay, como se señala en la siguiente cita: “(…) mis estudios sobre los zorros chilenos me han hecho ver que existen en la República más especies que las descritas en la obra de Gay” Véase en Philippi, R. “Nueva especie chilena de zorras” Anales de la Universidad de Chile. Tomo CVIII. Vol. I. Santiago. 1901. P. 167. 52. Ignacio Domeyko como ingeniero, contribuyó al desarrollo de la minería, no sólo por explotar nuevos yacimientos, sino porque también realiza los primeros planos de minas subterráneas, que permitirán una mayor operatividad y mejor seguridad en las labores de extracción de minerales. En un período, en que la minería seguía el ritmo de la época colonial, es decir, sin ninguna innovación científica y tecnológica. Por lo tanto, la aplicación de los nuevos conocimientos del sabio polaco, aborda a quebrar el viejo paradigma de la extracción de minerales y dan paso a técnicas y procedimientos más abierto a las necesidades de un país creciente en la industria minera. Es de explicarse que desde Domeyko, la mineralogía se científica, y pasa a contar con un acopio bibliográfico actualizado tanto de los conocimientos sobre técnicas, en cuanto de la realidad del cuerpo físico y mineralógico de las distintas regiones del país. Entre sus libros más célebres están: Ensayes de minerales tanto por la vía seca como por la vía húmeda (1844), Elementos de Mineralogía (1845), Araucanía y sus habitantes (1845). Véase en Díaz, F. Ignacio Domeyko y su visión de ciencia en Chile. En Revista Latinoamericana de Ensayo Fundada en Santiago de Chile en 1997. Critica.cl 53. Carlos Porter Mosso fue fundador de la Revista Chilena de Historia Natural en 1923 y Director del Museo de Historia Natural de Valparaíso entre 1897 y 1910. Posteriormente, al volver de su trabajo en el extranjero, Carlos Porter no retornó a Valparaíso, sino que se afincó en Santiago, dado que se integró a la planta de funcionarios del Museo Nacional de Historia Natural, aquí se desempeñó en las secciones de Zoología de invertebrados, de la cual fue Jefe entre 1912 y 1923, y también fue Jefe de la Sección de Entomología entre los años 1924 y 1927. Véase en Bahamonde, N. Dr. Carlos E. Porter (1867-1942) Fundador de la Revista Chilena de Historia Natural (1897). Publicado en el volumen 56:7-9 (1983) de la Revista Chilena de Historia Natural. Chile. 53. Francisco Adolfo Fonck fue un médico, explorador y político alemán radicado en Chile, a partir de 1854, recorrió el sur del país con la ayuda del ingeniero Fernando Hess, realizando estudios biológicos referentes a la misión Nahuel Huapi establecida por el jesuita Nicolás Mascardi (1624-1673). En Cf. Informe de los señores Francisco Fonck i Fernando Hess sobre la expedición y misión Nahuel Huapi. Puerto Montt, marzo 10 de 1856. Anales de la Universidad de Chile. 54. Cf. Hacking, I. “Representar e Intervenir” en López, Beltrán C. El cismático desconocido. http://www.jornada.unam.UNAM. 1997. La Jornada Semanal, 6 de agosto de 2000. P.1. 55. Ibídem. P.1. 56. Cf. Gonzales, I. Primeros levantamientos cartográficos generales de Chile con base científica: los mapas de Claudio Gay y Amado Pissis. Proyecto Fondecyt Nº 1051016. “Ciencia y nacionalidad, la obra científica de Claudio Gay en la formación de la nación chilena”. Artículo recibido el 13 de abril de 2007 y aceptado el 9 de septiembre de 2007. Pp. 22-30. 57. Óp. Cit. Fleck, L. “La génesis y el desarrollo de un hecho científico” Alianza Editorial. Madrid. 1986. P. 10. 58. La fundación de la Universidad de Chile en 1842, se define a sí misma como garante de la cultura clásica, humanista y secular. Esta es sin duda la impronta de su primer rector, Andrés Bello, para quien el saber es una cuestión social, íntimamente ligada al progreso material y cultural de una nación. Como decía el sabio venezolano: «Todas las verdades se tocan —en el área del conocimiento—, se llaman unas a otras, se eslabonan, se empujan». Bello asociaba la universidad con las necesidades nacionales: «Todas las sendas en que se propone dirigir las investigaciones de sus miembros, el estudio de sus alumnos, convergen en un centro: la patria». Véase en http://www.uchile.cl/portal/presentacion/historia. Cita textual de Serrano, Sol «Universidad y nación«, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1993. 59. Cf. Precht, E. y Saldivia, Z. “Guillermo Bañados Honorato: un cientista social aconcagüino” Bravo y Allende Editores. Ilustre Municipalidad de Santa María. Chile. 2016. Pp. 77-79. 60. Cf. Becerra, S. &Saldivia, Z. “El Mercurio de Valparaíso su Rol de Difusión de la Ciencia y Tecnología en el Chile Decimonónico” Bravo y Allende Editores. Chile. 2010. p. 17. 61. Cf. Ibídem. P.83. 62. Cf. Ibídem. p. 17. Twittear Like Sign Up to see what your friends like. Comentar critica.cl/historia-de-la-ciencia/la-institucionalizacion-de-las-ciencias-naturales-en-el-chile-decimononico 15/16 16/5/2020 La Institucionalización de las Ciencias Naturales en el Chile Decimonónico. – Critica.cl Nombre Requerido. Email Requerido. 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