Hermēneus. Revista de Traducción e Interpretación
Núm. 11 - Año 2009
LA BERNAT METGE Y LA TRADUCCIÓN DE CLÁSICOS
GRECOLATINOS AL GALLEGO, VASCO Y ASTURIANO
Ramiro GONZÁLEZ DELGADO
Universidad de Extremadura, Cáceres1
1.- INTRODUCCIÓN
El catalanista conservador Francesc Cambó i Batlle (1876-1947), durante los seis años que
estuvo políticamente inactivo por la dictadura de Primo de Rivera, se refugió en la vida cultural
catalana de la época, a la que dio un gran impulso. Así, con el empeño de mejorarla y de fomentar el
prestigio de su lengua materna, promovió en Barcelona una colección bilingüe bajo el nombre del
humanista Bernat Metge (introductor del estilo renacentista en la literatura catalana quien, después
de la Renaixença, se ve de esta forma homenajeado), iniciativa que será consecuencia de las tesis
ideológicas de un movimiento cultural de gran importancia: el Noucentisme. La Fundació Bernat
Metge (en adelante FBM) para la traducción de clásicos antiguos y modernos al catalán, mantenida
por el mecenazgo de Cambó, emprendió en 1922 su enorme labor (el primer volumen aparecerá en
abril de 1923), del mismo modo que el intelectual había creado la Fundació Bíblica Catalana y que
publicaría (1928-1948) una versión completa en catalán de la Biblia.2 En la actualidad, ambas
Fundaciones forman parte del Institut Cambó, desde que éste se constituyó en 1999.
En este trabajo, después de situar el origen de la colección catalana en su contexto,
proponemos el novedoso análisis de su repercusión en el resto de regiones de España con lengua
propia que ya, desde finales del siglo XIX, contaban con traducciones de textos grecolatinos
formando parte de sus literaturas (González Delgado 2005). Años después, en una situación
diferente a la catalana, estas versiones seguirán combatiendo la diglosia en su empeño por
demostrar que “esa otra lengua” puede ocupar perfectamente los registros cultos que hasta entonces
estaban destinados al castellano. Veremos como, sin lugar a dudas, la aparición y continuidad de la
FBM sirvió de acicate para la traducción de textos grecolatinos a otras lenguas hispánicas.
1 E-mail: rgondel@unex.es. Este trabajo se adscribe al Proyecto MEC HUM2007-60326-60326/FILO “Historiografía
de la literatura grecolatina en España: la Edad de Plata (1868-1936). Enseñanza, traducción, filología, espacio
literario y social” (HLGE) y al Grupo Complutense de Investigación 930136. Quiero agradecer las observaciones
realizadas por mis compañeros de grupo, especialmente a Mª José Barrios, Ana González-Rivas y Francisco García
Jurado.
2 En este trabajo colaboran, entre otros, Josep Millàs i Vallicrosa y Carles Cardó. Sobre la labor traductora de este
último, véase Bacardí (1998). Cardó tradujo para la Bernat Metge la obra filosófica de Séneca.
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2.- ANTECEDENTES Y ORIENTACIÓN DE LA COLECCIÓN
Si en el cincuentenario de la FBM Dolç (1974:443) se lamentaba porque no se había escrito la
historia de la colección, todavía a día de hoy seguimos echándola en falta. 3 Lo cierto es que a
Cambó le apasionaron desde joven los clásicos antiguos y cuando unas acciones le reportaron una
considerable fortuna se lanzó a financiar la empresa cultural y catalanista que le rondaba por la
cabeza.4 Tenía la convicción de que el conocimiento de los autores clásicos podía ser para su pueblo
tan gozoso y provechoso como había sido para él.
En 1922 se publica el anónimo librito de quince páginas Fundació Bernat Metge. Una
collecció catalana dels clàssics grecs i llatins (Barcelona, Editorial catalana) cuyo autor es, con
toda seguridad, Joan Estelrich, primer director de la colección.5 En él se hace una breve
introducción sobre el Renacimiento y Cataluña para pasar después a promulgar la necesidad de los
autores clásicos grecolatinos: si se plantea la creación de una Fundación que, bajo la advocación del
humanista Bernat Metge y bajo el mecenazgo de Cambó, comience a editar y traducir a los grandes
autores clásicos, es para que, fruto de esa influencia clásica, se logre alcanzar una edad de oro en las
letras catalanas.6 Así, se señala la orientación y el plan de la colección que, un año más tarde, verá
su primer fruto en la editorial Alpha: Joaquim Balcells edita y traduce al catalán los tres primeros
libros de De rerum Natura de Lucrecio.7
Sin embargo, no es éste el primer intento catalán de conseguir una colección de textos
grecolatinos. Miralles (2004:75) señala el proyecto de Lluís Segalà i Estalella, fechado el 25 de
3 Pórtulas (2003), que analiza los veinticinco primeros prólogos de la FBM para enfatizar que se trata de un work in
progress, termina afirmando: “una història de la FBM, des de dins i des de Fora, està pràcticament tota per fer”.
4 Josep Maria Sagarra comenta una conversación del año 1918 con el político catalanista: “em digué que ell no havia
deixat mai la freqüència dels grecs i dels llatins; que Plutarc, Livi, Xenofont i Tucídides havien estat des de criatura
els seus autors, i aleshores, com qui fa broma i somrient, em deixà anar aquesta idea: Si jo algun dia fos milionari –
que pel camí que vaig no ho seré mai, perquè aquí on em veieu estic sense un cèntim-, si fos milionari algun cop,
m’agradaria fundar a Catalunya alguna cosa importat de cara als clàssics, perquè em penso que el que fa més falta al
nostre país és precisamente la lectura dels antics”. Tomado de Sierra Labrado (2004:88); también lo apunta Dolç
(1974:444).
5 Un texto no muy diferente de éste, que aparece recogido en Bacardí et al. (1998:81-94), será publicado por Joan
Estelrich con el título “La fundación Bernat Metge” en dos entregas de La Revista: nº 163-164 (1-16 de julio de
1922), pp. 157-161 y nº 165-166 (1-16 de agosto de 1922), pp. 174-177. Las dos partes en que se divide el texto son
claras: por un lado la orientación de la colección (Bacardí et al. 1998:81-88) que incide en el Renacimiento en
Cataluña, la necesidad de los clásicos, la advocación de Bernat Metge, el retorno a las humanidades y la influencia
de las traducciones sobre el perfeccionamiento del lenguaje; y, por otro, el plan de la colección con su alcance,
fisonomía, normas científicas de edición y traducción (idem. 88-94). Estas normas no han sufrido con el tiempo
cambios significativos. J. Estelrich (1926) también dará una proyección internacional a la FBM. Pabón (1969:397)
comenta el acierto en la elección de Estelrich como hombre enérgico, competente y constante para la dirección de la
colección.
6 Se apunta en el librito de presentación de la FBM (Bacardí et al. 1998:85): “Avui, en tots els països de cultura
superior, hi ha un eloqüent retorn a les humanitats. En les nacions capdavanteres és ja axiomàtica la necessitat
present, literària i social, d’una renaixença clàssica [...]. Les edats d’or de les literatures germanes són fruit de la
influència clàssica, que no reberen les nostres lletres”.
7 Pabón (1969:397-398) toma la reseña que, con motivo de la presentación del primer volumen, publica La Veu
(10/IV/1923): “Fundació Bernat Metge. Sopar al Ritz”. Además de anunciar las primeras traducciones, calculaban
publicar diez volúmenes al año e, incluso, si el público respondiera, más. Cambó dirá, a los allí presentes: “Es vieja
mi afición a los clásicos, a los humanistas por excelencia. Su lectura me hizo un bien inmenso; en mi agitada vida,
los clásicos me infundieron serenidad y me confortaron con grandes respiros de optimismo. En estos tiempos de tan
profunda perturbación, singularmente grave en Cataluña, creo firmemente que el conocimiento y la difusión de los
clásicos ha de producir un gran bien”.
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septiembre de 1916, de una colección de autores clásicos.8 Unos años antes, en 1914, había recibido
el encargo del Institut d’Estudis Catalans, fundado por Enric Prat de la Riba en 1907, de dirigir una
colección, la Bibliotheca scriptorum graecorum et romanorum cum ibericis versionibus, de la que
sólo saldrá un volumen que contiene las vidas de Milcíades y Temístocles de Cornelio Nepote con
texto en latín, español, catalán y portugués. 9 Pero no es ésta una idea nueva. El empeño desde
Cataluña de ofrecer traducciones grecolatinas al catalán conlleva que sus promotores se sientan
identificados con otras regiones de la península ibérica con lengua propia. Lluís Segalá Estalella
había dirigido junto a Cosme Parpal Marqués otra colección que comienza su andadura en enero del
año 1910 (con la aparición de un pequeño volumen con poemas de Safo y Erina) y que la revista
escolapia La Academia Calasancia regalaba a sus abonados (aunque también se podía adquirir de
forma independiente); nos referimos a la Biblioteca de Autores Griegos y Latinos (BAGL), que
ofrecía, junto al texto original y la versión literal castellana, traducciones literarias a las diferentes
lenguas ibéricas, especialmente al castellano y catalán, pero también al gallego, portugués, vasco y
asturiano.10 La BAGL, que terminará siendo absorbida por autores de la patrística dada la condición
religiosa de la revista que la patrocinaba, desaparece (probablemente con alguna interrupción
temporal previa) en 1917 y podemos considerarla como la precursora, a través de la Bibliotheca
scriptorum graecorum et romanorum cum ibericis versionibus, de la colección FBM.
Cataluña ha sido considerada la región de España que tiene unos lazos históricos y culturales
más estrechos con Grecia y que podemos remontar a los primeros asentamientos helenos en la
península.11 Además del propicio ambiente intelectual universitario, los autores del Noucentisme
pretendieron elevar la cultura catalana a un nivel europeo y, para ello, buscarán los inevitables
temas y referencias de la literatura clásica (tal y como se aprecia en el librito de presentación de la
FBM) que servirá de guía en la búsqueda de una tradición. Por eso no debe extrañarnos que parta de
Cataluña la idea de una colección de autores clásicos grecolatinos (recordemos el predominio de los
autores griegos en la BAGL). Por otro lado, no debemos confundir la BAGL con su contemporánea
catalana, también dirigida por Segalá Estalella, pero esta vez acompañado de Fernando Crusat Prats,
de título parecido: Colección de Autores Clásicos Griegos y Latinos.12 Esta colección, con un
enfoque más pedagógico que las anteriores, contenía el texto con la traducción castellana
interlineal. Lo que resulta llamativo es la similar denominación de todas estas colecciones.
El título de la Bibliotheca scriptorum graecorum et romanorum cum ibericis versionibus se
relaciona con otras colecciones europeas, como la Bibliotheca Scriptorum Graecorum et
Romanorum Teubneriana (que comienza a aparecer en 1849) o la Scriptorum Classicorum
8 Tal vez se vincularía a esta colección la traducción, hoy perdida, de Pluto de Aristófanes.
9 La referencia de esta obra, publicada sin fecha, es: Cornelii Nepotis Liber de excellentibus ducibus exterarum
gentium. Vol. 1: Praefatio et Miltiadis Themistoclisque vitae / harum versionum sunt auctores: castellanae [et]
catalaunicae Ferdinandus Crusat; lusitanae Antonius M. Alves. Barcinone: Institut de la Llengua Catalana. Sabemos
que en este volumen colaboró un joven Carles Riba.
10 Vid. González Delgado (2006). La mayoría de los autores de la colección son griegos. Este hecho podemos
relacionarlo con el trabajo de Segalá Estalella (1916). No debemos confundir esta colección con su homónima
editada por el Círculo científico y literario de Cádiz entre 1858 y 1859 que contiene, a pesar del título de la
colección, solamente autores latinos con texto original y traducción castellana. Vid. González Delgado (2008).
11 Vid. Segalá Estalella (1916:9-11) que termina afirmando: “... en España la región que más elementos de cultura ha
recibido de Grecia, que más en contacto ha estado con ella por el comercio y por la guerra, y que más se le asemeja
por su carácter mercantil y su ideal autonomista es Cataluña”.
12 En la cubierta de los volúmenes de la BAGL se hacía propaganda de esta colección, también formada por entregas,
que contenía, entre otros, las Vidas de Cornelio Nepote, los cuatro volúmenes de Historia Sagrada de Lhomond, y
los Epodos de Horacio.
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Bibliotheca Oxoniensis (que empezó a editarse en el 1900).13 La diferencia entre ellas es que las
colecciones de Teubner y Oxford únicamente cuentan con aparato crítico y texto original. Sin
embargo, más modernas son las colecciones (ya sin denominación latina) en las que junto al texto
original aparece la traducción, como la Loeb Classical Library (sus primeros volúmenes fueron
editados en 1912) o la Collection Budé (su primer volumen, el Hipias Menor de Platón, aparece en
1920), que consideramos antecedentes europeos de la FBM, como se indica en el propio volumen
de presentación de la colección:
Volem, d’altra banda, que el nostre esforç assoleixi la màxima importància i dignitat científica.
No tractem de reeditar a Catalunya i traduir sencillamente les edicions forasteres, sinó de fer
una col·lecció nova –al costat de l’alemanya de Teubner, les angleses d’Oxford i de la «Loeb
Classical Library», la francesa de l’Associació «Guillaume Budé». I volem que aquesta
col·lecció nova, típicamente intermitja entre la «Loeb» i la «Budé», sia també original: bella
mostra de la indústria editorial catalana i bella producción de la ciència filològica renaixent a
Catalunya, però sense aquell aparell científic ni aquells monuments d’erudició que no ens és
possible produir encara i que podrien esverar el nostre públic (Bacardí et al. 1998:87).
Si de la Budé francesa se toman prestados los caracteres griegos especiales para los textos y
las ediciones críticas se basaban normalmente en ella, la FBM comparte con la Loeb la inicial
división en dos colecciones: los clásicos griegos y los latinos (la inglesa escoge un color diferente
para la cubierta de sus ediciones: el verde para los textos griegos y el rojo para los latinos). Sin
embargo los propósitos iniciales parecen romperse con el tiempo, pues los autores cristianos
también van a formar parte de la colección así como los tratados técnicos y científicos. 14 En la
actualidad la FBM consta de seis series: Autores cristianos, Filosofía griega y latina, 15 Historia
griega, Historia latina, Literatura griega y Literatura latina.
Es significativo que Segalá, que había dirigido en la época prácticamente todas las
colecciones de edición y traducción de autores clásicos, no va a publicar nada en la FBM.16 La
colección estuvo dirigida por Joan Estelrich desde su creación hasta 1958, por Carles Riba (hasta su
muerte a fines de 1959)17 y después por un consejo directivo integrado por Josep Alsina, Joan Petit
(sucedido por Jaume Berenguer), Miquel Dolç, Josep Vergés y Joan Baptista Solervicens. 18 Fruto de
13 Paralelamente se creó la Oxford Library of Translations que también incluye libros en prosa de autores griegos y
latinos que a veces estaban al margen de los cánones literarios.
14 Ya se comentaba en el escrito de presentación de la obra; vid. Bacardí et al. (1998:88). Aquí se describe también el
tipo y formato del volumen (“text acompanyat d’introducció i comentaris de conjunt i la traducción catalana devant
el text”, p. 88), las normas y condiciones de la adopción del texto y, para nosotros más importante, de la traducción
(“Que les traduccions sien d’una exactitud fidelíssima i es presentin amb to natural i vestimenta artístic. El punt de
vista literari és en nosaltres esencial, per tractar-se de formar, ja íntegramente, el català culte que ha de sortir de la
prova humanística”, p. 89; “Ha estat exigida als nostres traductors la renúncia a fer obra personal. No els demanem
que posin de manifest l’esperit, el talent, l’eloqüència, ni sols el propi sentiment literari. Els hem demanat que
s’oblidin de si mateixos, per a deixar parlar el text antic; més exactamente, per a fer-lo parlar”, p. 91).
15 Carles Cardó con Séneca y Joan Crexells con Platón se comprometieron desde sus comienzos con la FBM para la
traducción de las obras filosóficas antiguas. Vid. Sierra Labrado (2004).
16 Su nombre figura en la nómina de colaboradores y parece que se ocuparía de la obra de Hesíodo. Dolç (1974: 445)
parece olvidarse de él cuando, a propósito del joven Estelrich, comenta: “No había, ciertamente, en aquellos
momentos ninguna persona más idónea y más capacitada para asumir la responsabilidad de director “general” de la
nueva institución”. Dolç (1974:447) incluye a Segalá en la lista de “presuntos colaboradores” iniciales.
17 La colaboración entre Estelrich, en el terreno de las relaciones públicas, y Riba, en el filológico, resultó ser esencial
para el éxito de la colección. Vid. Dolç (1974:445-446). Cambó había pensionado incluso a Riba para que estudiase
en Grecia. Sobre Carles Riba y la FBM, vid. Fiol (1972:78-82).
18 En la actualidad, este consejo directivo, bajo la presidencia de Helena Cambó i Mallol, está formado por Joan
Alberich, Manuel Balasch, Francesc J. Cuartero, Xavier Gómez, Pere Lluís Font, Jaume Medina, Jaume Pòrtulas,
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su época, al igual que las colecciones españolas antes citadas, se pretendía que el clasicismo llegase
a todas las capas sociales y, especialmente, a la emergente clase media. De ahí que se incidiese en el
carácter popular de la colección, sin perjudicar su carácter científico, y se ofreciese al público un
bien de consumo asequible que, en cierta manera, represente un cierto estatus social y que satisfaga
su demanda de lectura (especialmente en lengua catalana). En este sentido, debemos tener presente
que la colección parte de una iniciativa privada y como tal se ha mantenido hasta hoy. Ya desde sus
comienzos se pretendía hacer tiradas de lujo dirigidas a bibliófilos y humanistas, pero también en
rústica (la mayoría) y en piel. Además, en los propósitos iniciales de la FBM se proponían tres tipos
de ediciones: la clásica bilingüe, la edición del texto solo y la edición de la traducción.
En 1938, con la guerra civil, la colección se verá interrumpida hasta 1946. Sin embargo,
proporcionará desde sus comienzos, incluida la poco propicia época de posguerra, versiones de
muchos autores grecolatinos en una impecable traducción al catalán y con un buen tratamiento de la
materia crítica (salvo contadas y poco afortunadas excepciones). Así, durante más de ochenta años,
ha publicado no sólo la traducción catalana de la obra de autores grecolatinos, sino también la
edición crítica de los textos originales e interesantes introducciones, noticias preliminares y notas
explicativas. Gracias al mecenazgo de Cambó, la FBM se equipara a otras colecciones europeas de
textos grecolatinos. Es, sin duda, uno de los proyectos intelectuales más ambiciosos de la cultura
catalana, producto de la efervescencia cultural iniciada con el Noucentisme, movimiento que se va a
servir de la traducción como uno de los principales vehículos para fijar el modelo de catalán
literario. Así, las traducciones de la FBM han contribuido a fijar, sin lugar a dudas, la norma culta
literaria del catalán, que se hacía apto para expresar el pensamiento de los autores antiguos al
adquirir la precisión y la capacidad como lengua perfectamente elaborada.
La situación en que se encontraban las lenguas regionales, salvando las diferencias entre ellas,
era comparable a la del castellano durante el Renacimiento, cuando éste buscaba imitar la obra de
los grandes autores grecolatinos porque la lengua y las literaturas clásicas, ejemplo de claridad,
belleza y perfección, eran la puerta de entrada a cualquier doctrina y quehacer dignos de estima. Lo
mismo sucederá siglos después con los “renacimientos” de las lenguas regionales de España,
aunque no todas lo lograrán, como veremos, en la misma medida.
3.- REPERCUSIÓN DE LA FMB EN SU PRIMERA ETAPA: 1923-1938
En un trabajo realizado sobre traducciones grecolatinas a lengua asturiana 19 nos llamó la
atención el comentario que en 1925 Enrique García Rendueles dejó en el prólogo de su antología
Los nuevos bablistas. El intelectual asturiano se quejaba porque la Diputación Provincial y el
Centro de Estudios Asturianos no hacían nada por conservar y cuidar el idioma de Asturias. En
dicha queja pone como ejemplo de buen hacer el que se estaba desarrollando en Cataluña:
(...) el ejemplo de la fundación Bernat Metge para incorporar la literatura clásica al vigoroso
resurgir del espíritu catalán, y cuyos trabajos para la edición de la Biblia van muy adelantados
Pere J. Quetglas, Montserrat Ros y Antoni Seva.
19 Nuestro trabajo La lliteratura grecollatina en llingua asturiana. Safo nel Surdimientu obtuvo el primer premio de
Investigación de Literatura Asturiana en el concurso organizado por la Academia de la Llingua Asturiana (año
2007). Se publica en dos partes; vid. González Delgado (2008).
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[...]. La difusión en prosa bable de las Geórgicas [...] y de alguna otra clásica para estudio y
recreo de los espíritus más cultivados, aseguraría la suerte de nuestro dialecto. 20
Así, en su antología incluye todas las traducciones que de textos de la literatura latina se
habían hecho al asturiano, es decir, dos odas de Horacio: la oda a Mecenas (I, 1) y el Beatus ille en
versión de Juan María Acebal y la oda a la Fuente Bandusia (III, 13) de Ricardo García Rendueles.21
No incluye, sin embargo, el mismo epodo traducido por Justo Álvarez Amandi que ya había
aparecido en la BAGL de la Academia Calasancia. Sin embargo, consciente de la importancia que
supone para la lengua asturiana contar con obras modélicas que le den prestigio y que le permitan
salirse de los ámbitos diglósicos y rurales en que se encontraba encerrada, a imitación de lo que se
estaba haciendo en Cataluña pero con menores pretensiones, comenzó a traducir del griego. Por
primera vez la universal y modélica literatura griega entra a formar parte de la periférica literatura
asturiana. De esta forma se traducen al asturiano el Himno homérico a la Luna (XXXII) y los versos
42-105 de Trabajos y días de Hesíodo (sirviéndose, para esta última de la versión de M. Jiménez
Aquino). Pero la influencia de la FBM en la literatura asturiana no sólo queda de manifiesto por el
trabajo de Enrique García Rendueles. A partir de aquí proliferan las traducciones de textos
grecolatinos: en 1926 Francisco Manuel Balbín de Villaverde tradujo la Oda I, 26 de Horacio y
Félix Aramburu Zuloaga los Idilios IX, XIX y XXVIII de Teócrito; en 1927 Fabriciano González
realiza otra versión del idilio XIX de Teócrito; y en 1938 José Villalaín publicó la anacreóntica
XXXV. La siguiente traducción de textos grecolatinos al asturiano tendrá que esperar hasta 1984. Se
percibe de esta manera la importancia que una primera etapa de la FBM (1922-1939) deja en las
letras asturianas.
En Galicia sucede algo parecido. Avelino Gómez Ledo, conocedor de la labor que se estaba
desarrollando en Cataluña, es el gran impulsor de la traducción de textos clásicos al gallego. 22 El
gallego contaba hasta la época con más traducciones de textos grecolatinos que el asturiano, pero
con menos que el catalán.
4.- REPERCUSIÓN DE LA FMB DESPUÉS DE LA GUERRA
El comienzo de la guerra dificulta el trabajo de la FBM, especialmente por la actitud
prorrepublicana de la mayor parte de los intelectuales catalanes que colaboraban en el proyecto
(Riquer 1997:89-90). En 1936 sólo verán la luz dos volúmenes y en los dos años siguientes uno por
año. Vendrá luego un silencio de tres años y Riba publicará un volumen aislado y sin firmar en 1942
(la novena parte de las Vidas paralelas de Plutarco). Habrá de nuevo otro silencio de tres años y es a
partir de 1946 cuando podemos hablar de la siguiente etapa de la FBM, que comienza poco a poco
20 García Rendueles (1925: XVI). La referencia a la obra virgiliana viene motivada porque el Ministro de Instrucción
pública de la República Argentina había ordenado imprimir por cuenta del Estado y repartir entre los labradores las
Geórgicas de Virgilio.
21 García Rendueles (1925:71-73 y 245). Parece que la última traducción la pudo conocer en manuscrito ya que, hasta
donde nosotros sabemos (pudo haberse publicado en prensa periódica), permaneció inédita (Ricardo murió en 1913).
Sobre estas traducciones, vid. González Delgado (2004).
22 En 1930 publica la traducción de las siete primeras églogas de Virgilio, en 1931 la invocación del De rerum natura
de Lucrecio; en 1932 la elegía I, 3 de Tristia de Ovidio; en 1933 la invocación del libro primero de Geórgicas de
Virgilio. Su labor traductora continúa durante toda su vida y es especialmente significativa durante la dictadura
franquista. También J. Porto González y A. Alves publicaron en 1936 fragmentos de Virgilio y Ovidio traducidos al
gallego. Vid. Amado Rodríguez (2007).
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dejando la clandestinidad y retomando la actividad interrumpida por la Guerra Civil (la victoria de
los aliados en la II Guerra Mundial “suavizó” la política del régimen). Su reinicio fue difícil, 23 con
una inexistente difusión pública, pero probablemente sea a partir del año 1951, con los cien
volúmenes de la colección, cuando otros hombres de letras regionales, en este caso de Galicia y
Vascongadas, prestan atención al proyecto catalán y se ponen a traducir importantes textos de las
literaturas clásicas. Surgen así en las literaturas regionales de dichos territorios importantes
iniciativas que se plasmarán en la publicación de obras grecolatinas en lengua gallega y vasca. De
nuevo tenemos que partir de iniciativas personales. En gallego, 24 el trabajo realizado por Aquilino
Iglesia Alvariño es, en este sentido, muy importante. Así, al margen de colaboraciones en prensa, 25
este autor tradujo al gallego Carmina de Horacio (1951) y Aulularia de Plauto (1960). Pero también
destacan en esta época las antologías a cargo de Ramón Cabanillas, Versos de alleas terras e de
tempos idos. Paráfrasis galegas (1955) y Avelino Gómez Ledo, Escolma de poetas líricos gregos e
latinos voltos en linguaxe galego (1973). Este último, que ya había desarrollado una importante
labor traductora antes de la Guerra, tradujo también Geórgicas de Virgilio (1964) y siete libros de
Eneida (inéditos en la actualidad).
El vasco cuenta en plena dictadura con la traducción de los principales poetas épicos: Ilíada
(Iliasena) de Homero por Gaizka Barandiaran Balanzategi (1956) y Eneida (Enearena) de Virgilio
por Santiago Onaindia Baseta (1966) –que ya había traducido algunas odas de Horacio–.
Pero estas iniciativas personales pueden ser ajenas a lo que se estaba realizando en Cataluña.
Por ejemplo Jokin Zaitegi publica en 1946 en México (en España sería imposible) cuatro tragedias
de Sófocles: Sopokelen antzerkiak (contiene Antígona, Electra, Edipo Rey y Edipo en Colono). Este
autor tradujo en Guatemala Medea de Eurípides, pero será a partir de 1975 cuando ya va a publicar
en nuestro país la traducción de la obra platónica al vasco. Sin embargo, la idea de traducir a los
clásicos pudo estar presente en los traductores desde hacía años, en tiempos de la República (y, por
tanto, vinculada a esa primera etapa de la FBM). Así sabemos que Gaizka Barandiaran comenzó a
traducir el poema homérico con tan sólo 20 años, en 1936, y fue amigo personal de Zaitegi. Cuando
se propuso publicar el libro en vasco se encontró con problemas (denegación de ayudas), pero tuvo
la brillante idea de pedir a su antiguo alumno Rafael Moneo que ilustrara el libro, publicándose así
en 1956.26
23 Dolç (1974:449) comenta las “anécdotas” de hacer una FBM en castellano y que el régimen reprochaba a Cambó su
catalanismo cultural exclusivista. Incluso el proyecto del Duque de Alba, de acuerdo con Cambó, para hacer una
colección de clásicos traducidos desde Madrid. Las manipulaciones de Estelrich hacen que la FBM se reanude en
1946 con dos volúmenes y un año más tarde, con la muerte de Cambó en Buenos Aires, el mecenazgo se asegura
con su hija, Helena Cambó de Guardans. Entre 1941 y 1946 la censura no concedió a la editorial Alpha ningún
permiso de publicación a las propuestas presentadas (salvo el tomo de Vides paral·leles de Plutarco en 1942). Vid.
sobre el periodo de clandestinidad y la lenta reaparición de las publicaciones en catalán en la década de los cuarenta,
en concreto la FBM, Gallofré (1991:87-110, 127-154) y Samsó (1995:381-386); las complejas relaciones de Cambó
con el franquismo han sido analizadas por Riquer (1997:198-200).
24 Vid. Alonso Montero (1968) o los trabajos más recientes de Amado Rodríguez (2001:103-125; 2007).
25 Iglesia Alvariño publica en revistas literarias retazos de Ilíada (1948), de Venancio Fortunato (1954), el Pervigilium
veneris (1960) o el Idilio II de Teócrito (1961). También Isidoro Millán traduce la Oda I, 7 de Horacio (1960) y
Manuel Vidán Torreira, el mito platónico de la caverna (1965).
26 En el prólogo a la obra se percibe la importancia de esta traducción: “Hoy el euskera se viste con un nuevo ornato,
¡y qué bien le sienta! El euskera es tan antiguo y respetable como el griego. Y siendo ambos tan antiguos a menudo
se muestran con la misma intención y el mismo deseo”. Sin embargo, como sucede con estas primeras traducciones
de clásicos a lenguas regionales (para el caso del asturiano, vid. González Delgado 2007), sufrirá duras críticas.
Mitxelena decía que “el gallo ha cantado demasiado pronto” y que si alguien quiere traducir la Ilíada encontrará
ayuda en el estupendo trabajo de Barandiaran, pero que la obra aún estaba por traducir. Por contra, el propio
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Es curioso señalar cómo los escritores y las culturas regionales vivieron durante la dictadura
franquista en una situación de clandestinidad y, sin embargo, en plena dictadura, se producen
algunas de las traducciones de textos grecolatinos más importantes del s. XX a lengua catalana,
gallega y vasca (no así al asturiano que, en este sentido, se vio apartado y anclado en este proceso
de renovación literaria y tendrá que esperar hasta su Surdimientu, especialmente en la década de los
ochenta del s. XX).
Una de las razones por las que la colección catalana siguió editándose durante la dictadura
podemos verla en el apoyo de su fundador al régimen. Cambó, después de haber estudiado Derecho
y Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, fue el líder de la Lliga Regionalista de
Catalunya y ministro en los dos gobiernos del conservador Antonio Maura (primero de Fomento y
luego de Finanzas). En 1931 no consiguió el acta de diputado en las elecciones que dieron lugar a la
Segunda República y se marchó al extranjero. Lo logrará en 1933, pero no en 1936. Al estallar la
Guerra Civil se encontraba fuera de España y, aunque pensó que se trataba de una lucha de clases,
su temor al establecimiento de una República de izquierdas le llevó a financiar al bando nacional
con cuantiosas aportaciones; pero a partir de 1939 adoptó, desengañado con el régimen, una actitud
de distanciamiento y de silencio (Riquer 1997). Que la colección de textos grecolatinos de la FBM
continuara publicándose durante los años de la dictadura, 27 quizá favoreció que el resto de
traducciones a otras lenguas regionales pudiera seguir también su curso.
Sin lugar a dudas, el prestigio que hoy tiene la colección catalana ha sido posible gracias al
entusiasmo y al esmerado trabajo de latinistas y helenistas que, desde su creación, se han esforzado
por propagar la obra y los valores de nuestra cultura clásica. Una diferencia importante con respecto
a las traducciones a otras lenguas es que desde la misma colección se intentaba formar a los
traductores. Así, sabemos que Carles Riba y Joaquim Balcells organizaron cursos y formaron una
escuela de traductores. Durante mucho tiempo en la FBM han participado varias generaciones de
helenistas y latinistas que han contribuido a la fijación del catalán literario, especialmente en sus
primeros tiempos. De esta forma, la colección no sólo ha fijado el catalán literario y ha conseguido
que autores grecolatinos clásicos y modélicos entren a formar parte de la cultura catalana, sino que
también ha creado en Cataluña generaciones de humanistas.
En 1951 el primer tomo de las tragedias de Sófocles traducidas por Carles Riba forma el
número 100 de la colección,28 en 1974 habían aparecido 190 volúmenes y en diciembre de 2005 se
presentó el 350 con una publicación simbólica: los cuatro primeros cantos de la Ilíada.29 Suele
llevar un ritmo de seis volúmenes anuales.
En la actualidad, las cosas no han cambiado mucho. La FBM sigue con su enorme e
importante tarea (recompensada con el II Premio de la Sociedad Española de Estudios Clásicos por
traductor (“Por fin salía el primer hijo de mi mente, Iliasena, tanto Homero como el euskera lo merecían”) y Orixe
alaban la obra. Además, gracias a esta traducción, fue nombrado miembro correspondiente de la Academia de la
Lengua Vasca. Vid. Velez de Mendizabal Azkarraga (2007), que hace la semblanza de la vida de Barandiaran (19162006).
27 Gallofré (1991) explica el ambicioso plan de Cambó y Estelrich para recuperar las empresas culturales y las
publicaciones catalanas de antes de la guerra (FBM, la editorial Alpha, la Biblia o la Monumenta Cataloniae),
aunque pronto se darán cuenta de que las nuevas autoridades no estaban dispuestas a ceder en la cuestión de la
autorización del uso público de la lengua catalana. En 1941 se autoriza la publicación en catalán de un volumen de
la Biblia de la Fundació Cambó.
28 Por este motivo aparece una reseña de los últimos números de la FBM a cargo de Vergés (1953).
29 El acto ha sido reseñado por Pòrtulas (2007).
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la defensa y difusión de la lengua y cultura grecolatinas), pero ninguna otra literatura regional
cuenta con una colección de semejantes características. En ellas las revistas literarias siguen siendo
un vehículo importante de difusión. Las traducciones de textos clásicos al gallego suelen aparecer
en las editoriales Galaxia (desde 1988 con la colección “Clásicos en galego” en colaboración con la
Xunta de Galicia) y Xuntanza (con una colección de traducciones al gallego de las obras maestras
de la literatura –los autores grecolatinos editados se han publicado en los años 1999 y 2001). En
lengua asturiana, la Academia de la Llingua es el principal vehículo de difusión de estos textos y a
finales de 2007 la editorial Trabe publica los doce primeros cantos de la Odisea, en edición
bilingüe, con traducción rítmica de Xosé Gago (que ya había traducido en 1985 Poemes y
fragmentos de Safo).
El prestigio internacional que tiene la FBM y su trayectoria histórica no tiene punto de
comparación con la traducción de clásicos grecolatinos al gallego, vasco y asturiano. Tal vez aquí
debemos apuntar como excusa la proyección y el número de hablantes de lengua catalana, pero
también, en palabras de Segalá, ese “renacimiento helénico” que vivió Cataluña a finales del siglo
XIX y principios del XX que dará origen a tan importante colección y a los vínculos apuntados por
el helenista entre los dos territorios (que, en principio, comparten un mar ajeno a las otras regiones
del norte peninsular).
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Artículo recibido: enero de 2008
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