Relaciones Internacionales, núm. 11, junio de 2009
GERI – UAM
Filantropía
corporativa,
vía
blanda
al
consenso
Marc Gavaldà, Jesús carrión
scandizzo*
y
Hernán
Las empresas transnacionales han realizado en los últimos años grandes
esfuerzos en crear una imagen de interés por el bienestar comunitario y
preocupación por los impactos ambientales generados, así como por su
saneamiento. Estas iniciativas en respuesta a los cuestionamientos de las
comunidades locales y movimientos sociales - o anticipándose a ellosresponden a la estrategia de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o
Empresarial (RSE) que comúnmente se las denomina campañas de “lavado
verde” cuando entran a escena con un discurso ambientalista.
Los nuevos enfoques de imagen corporativa sugieren que para que
una empresa transnacional cumpla con éxito su objetivo de ser socialmente
responsable debe cambiar de paradigma. Esto supone, entre otros, pasar
de un enfoque shareholder, donde la única prioridad es reportar el máximo
beneficio posible a los accionistas como propietarios de la empresa, a un
enfoque multistakeholder que abre procesos de diálogo social con sus
grupos de interés con el fin de recoger sus preocupaciones y tenerlas en
cuenta a la hora de definir estrategias y políticas.
Ventana Social
Los grupos de interés están conformados por accionistas, clientes,
trabajadores, proveedores, gobiernos y comunidades locales que ponen sobre
la mesa sus preocupaciones: creación de valor de sus respectivos productos,
lucha contra el cambio climático, seguridad de los empleados, gestión
ética y transparente, diálogo y cooperación con la comunidad, desarrollo
profesional de los empleados, derecho a la sindicalización, disminución de
los impactos ambientales, defensa de los territorios indígenas, protección
de la biodiversidad, mejores productos, mejor atención, seguridad en el
suministro, etc. Estas preocupaciones son consideradas por la empresa que
adaptará su visión y sus estrategias con el objetivo de afrontar los retos
planteados de la mejor manera posible.
Estos grupos de interés pueden dar seguimiento al cumplimiento
de estos compromisos a partir de la ‘Memoria social y ambiental’ que,
de forma voluntaria, hará cada año la empresa y será revisada por una
auditora o consultora de prestigio que la certifica; esto es, confiere validez
a las afirmaciones que fundamentan el informe. A partir de la información
volcada en las memorias, inversores y consumidores pueden decidir
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165
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soberanamente qué productos consumir y dónde colocar sus ahorros. Éste es uno de los
marcos teórico-prácticos en los que se fundamenta la RSC según empresas y gobiernos. En
la práctica, el carácter de estos informes, voluntarios y redactados por la misma empresa,
además de respaldados por entidades consultoras pagadas por la compañía, carecen de
credibilidad científica y se inscriben, aunque intentan aparentar lo contrario, en el campo
de la publicidad como se intenta demostrar a continuación.
1. La RSC como derecho “blando”
La responsabilidad de todo consejo de administración de una empresa es velar por los
intereses de los propietarios o accionistas. Dicha responsabilidad aplicada a la RSC define
como su primer objetivo: las políticas de RSC de cualquier empresa tienen que contribuir a
incrementar la cifra de negocio y el beneficio. Responsabilidad para velar por los intereses
de los accionistas y maximización de beneficio son entonces reglas básicas que emanan de
la economía de mercado y la economía de la empresa.
Si se continúa por la senda de la responsabilidad se puede afirmar que los intereses
de los accionistas sólo tienen un límite: el estricto cumplimiento de la legalidad en los
países en los que operan dichas empresas y la normativa internacional vigente. Siguiendo
esta lógica, la RSC no debe legislarse ya que las empresas cumplen estrictamente con la
legalidad y lo que supone la RSC es un más a más de carácter voluntario. A través de sus
políticas de RSC, las empresas están desarrollando acciones de filantropía corporativa con
las que retornar a la sociedad parte de lo que ella recibe, sin perder de vista, que dichas
acciones van a generar más valor para la empresa y a redundar en una mejora de su
competitividad.
Ventana Social
Centrada la atención sobre el término responsabilidad, es importante revisar su
definición. Según la Real Academia Española, «responsabilidad» es la “capacidad existente
en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho
realizado libremente”. Siguiendo la triple dimensión que tiene la RSC - económica, social y
ambiental – esta definición debe complementarse con la de responsabilidad ambiental; esto
es, la imputabilidad de una valoración positiva o negativa por el impacto ecológico de una
decisión referida, generalmente, al daño causado a otras especies, a la naturaleza en su
conjunto o a las futuras generaciones, por las acciones o las no acciones de otro individuo
o grupo. Y, de la misma forma, la responsabilidad social tiene en cuenta el impacto que una
decisión tiene en la sociedad.
Dicha responsabilidad de las empresas transnacionales se apuntala en el derecho
internacional y, según Teitelbaum, “el reconocimiento de las obligaciones de las personas
privadas en materia de derechos humanos, y de su responsabilidad en el caso de incurrir
en violaciones de éstos, quedó consagrado en el artículo 29 de la Declaración de Derechos
Humanos y se fue afianzando en la doctrina, en la legislación nacional, en numerosos
convenios internacionales, especialmente en materia de protección del medioambiente, y
en la jurisprudencia”1.
1
166
TEILTELBAUM, A. (2007), Al margen de la ley: sociedades transnacionales y derechos humanos, Corporación
colectivo de abogados José Alvear Restrepo, ILSA, Observatorio Social de Empresas Transnacionales, Bogotá,
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Ahora bien, dicha responsabilidad ha sido hasta ahora burlada por las empresas
transnacionales, gracias al statu quo que les ofrece la asimetría legal existente en la
actualidad entre el Derecho Comercial Global o lex mercatoria y los Derechos Humanos.
Dicha asimetría, según expone Juan Hernández2, pone a disposición de las empresas un
completo arsenal jurídico que protege sus intereses económicos a través de tratados de
libre comercio, acuerdos de promoción y protección de inversiones, así como su aparato
judicial privatizado para la resolución de controversias, el Centro Internacional de Arreglo
de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), dependiente del Banco Mundial o el Sistema
de Solución de Diferencias (SSD) de la Orhanización Mundial del Comercio (OMC). Y en
cambio se bloquean iniciativas en instituciones como Naciones Unidas para desarrollar un
cuerpo normativo internacional, para que las empresas transnacionales estén explícitamente
obligadas al respeto de los Derechos Humanos. Y por el contrario, se impulsan disposiciones
de voluntaria adscripción como el Pacto Mundial o los Principios de Ecuador a través de la
Responsabilidad Social Corporativa.
Esta visión alternativa de la responsabilidad de las empresas transnacionales que
llama la atención sobre el respeto a los derechos humanos y el medio ambiente, contradice
y pone en cuestión la visión de la RSC propugnada, de forma hegemónica, por empresas
transnacionales, gobiernos, instituciones internacionales y algunas ONGD’s hasta la reciente
crisis. Asimismo, parece mostrar una distorsión sobre las estrategias y objetivos que la
sociedad civil y las ONGD’s deberían tener respecto a la RSC. ¿Cómo se puede hablar de
la RSC si no se dispone de mecanismos que garanticen la responsabilidad de las empresas
trasnacionales sobre el respeto y protección de los derechos humanos? Es aquí donde la
palabra responsabilidad adquiere toda su fuerza y, por lo tanto, la sanción y restitución de
las poblaciones afectadas deberían ser el resultado para las empresas transnacionales de
operar en cualquier parte del mundo sin respetar los derechos humanos.
Ventana Social
Entonces, ¿es real dicha asimetría? ¿Puede una empresa con una política activa
de RSC estar vulnerando los derechos humanos e impactando en el ambiente? ¿Son
sancionadas las empresas si no respetan las legislaciones nacionales e internacionales?
Para dar respuesta a estas preguntas se propone analizar a continuación el comportamiento
de REPSOL YPF en el mundo y sus políticas de RSC.
2. La memoria de RSC: verdades a medias o medias mentiras
La responsabilidad social corporativa no sólo es una herramienta para evitar transformaciones
en la legislación internacional orientadas a revertir la actual asimetría entre Derecho
Comercial Internacional y Derechos Humanos. Como también se ha comentado, la RSC es
una estrategia de lavado de imagen, de marketing corporativo, con el objetivo de ocultar
tras una cortina de humo las vulneraciones de derechos humanos y ambientales que
empresas como REPSOL YPF cometen en los países en los que está presente y, con especial
virulencia, en países empobrecidos.
p. 192.
2
HERNÁNDEZ, J. (2009), Las empresas transnacionales frente a los derechos humanos. Historia de una
asimetría normativa, HEGOA y OMAL – Paz con Dignidad.
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167
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Esta última afirmación categórica tiene como fundamento el análisis de la Memoria de
Responsabilidad Social Corporativa 2007 de la propia empresa Repsol YPF y las denuncias,
trabajos de campo y diferentes informes provenientes de la sociedad civil de los países
empobrecidos en los que la empresa tiene actividad como Argentina, Bolivia, Ecuador y
otros.
Una primera aproximación a la responsabilidad de Repsol YPF pasa por realizar
una minuciosa revisión técnica de los contenidos de la Memoria. Con este objetivo, se
van a utilizar los datos y conclusiones aportadas por el Observatorio de la RSC3. El primer
dato llamativo es el referido a la calidad de la información. La puntuación que se otorga
a la Memoria en cuanto a valoración global es de 1,76 (escala de 0 a 4), situándose en el
estadio de información escasa.
Si se centra la atención en los derechos de los pueblos indígenas, el Observatorio de
la RSC informa que se ha establecido como objetivo contar con una política de relaciones
con comunidades indígenas para el segundo semestre de 2008, no siendo público a
la fecha de este análisis. En este sentido, informa que dicha política estará basada en
estándares como la Norma de Desempeño 7 de la Corporación Financiera Internacional, la
Política Operativa sobre Pueblos Indígenas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), texto internacional
especialmente garantista en cuanto a los derechos de los pueblos indígenas. En la práctica,
las grandes corporaciones siguen vulnerando los estándares mencionados, tal como se ha
recogido en informes públicos sobre las operaciones de Repsol en territorios indígenas a
lo largo de los últimos años por ONG internacionales y españolas4
Ventana Social
En este caso, cabe destacar que, aunque hay que esperar al informe 2008 de RSC
de la empresa, se puede avanzar que Repsol YPF sigue operando en territorios indígenas
en África y América Latina. Se ha documentado el incumplimiento del Convenio 169 de la
OIT, ratificado por el Estado español en 2007, por la desinformación y no consulta a las
poblaciones afectadas por sus actividades. La empresa pretende explotar el Bloque 39
en Perú, área amazónica fronteriza con Ecuador, donde se ha evidenciado la presencia
de pueblos no contactados o en aislamiento voluntario. Las actividades de Repsol YPF
forzarían el desplazamiento o la muerte por contagio de estas poblaciones, constituyendo
un etnocidio.
En cuanto a la responsabilidad de ser transparentes, el propio Observatorio de la
RSC apunta que “se presenta un informe de verificación por tercera parte independiente,
aunque no hay evidencia de que ésta haya recopilado datos e información de stakeholders
o éstos hayan participado en el proceso de verificación. Tampoco incluye la verificación de
los datos cuantitativos correspondientes a los estudios de caso incluidos en el Informe de
3
4
168
VÁZQUEZ, O. (2008), La Responsabilidad Social Corporativa en las memorias anuales de las empresas del
IBEX 35. Análisis del Ejercicio 2007, Observatorio de la RSC. Madrid, ps. 325-43.
Íbidem, p. 333.
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Responsabilidad Corporativa 2007”5.
A su vez, Repsol YPF adjunta un “Informe de Conclusiones” elaborado por un comité
independiente de expertos - a solicitud de la propia empresa - que no parece ser tenido
del todo en cuenta. “Dicho Comité presentó nuevamente un conjunto de 15 preguntas
concretas y recomendaciones, a las que Repsol YPF da respuesta a los largo del informe;
en algunos casos de manera completa, en otras de forma parcial y en algunas más ni
siquiera responde a la pregunta o a la recomendación del comité”6.
Otros aspectos que muestran la irresponsabilidad de Repsol YPF son el hecho de
poseer empresas en países considerados como paraísos fiscales7. Asimismo, su Informe
detalla el sistema de riesgos cubiertos pero sin mención alguna a los riesgos de derechos
humanos, ni identificación como riesgo de las incidencias legales o regulatorias8. En
particular, sobre el riesgo en incidencias legales, en la parte de consumidores no hay
información sobre las multas y sanciones que ha recibido la empresa por parte de los
reguladores españoles y europeos por pactos que limitan la competencia9 (multa de 183
millones de euros por formar parte del cartel del asfalto en octubre de 2007); ni incluye un
listado de impactos reales ambientales por la actividad de la compañía y sus proveedores,
con zonas, hectáreas afectadas, efectos en el medioambiente, la fauna y la flora, así como
la comunidad10.
Si se parte de la base anterior, la RSC queda fuertemente cuestionada. Pero aún se
puede ir más allá en su cuestionamiento si se evalúa el impacto que las múltiples acciones
de filantropía corporativa tienen sobre las poblaciones receptoras. Porque, ¿es filantropía
desinteresada?
El uso de la filantropía como una herramienta útil para facilitar el consenso en el
avance corporativo ha sido documentado recientemente en la Patagonia argentina. Analizar
los pormenores del enfrentamiento entre el pueblo de Esquel y la minera Meridian Gold,
desvela el papel de la Fundación Cruzada Patagónica (FCP) como canalizadora de fondos de las
corporaciones mineras para manipular, a través de programas, las posiciones de los actores en
conflicto. Deshilando la madeja, se descubrió que esta fundación estaba haciendo uso de una
5
Íbidem, p. 340.
6
Íbid.
7
Íbid., p. 53.
8
Íbid., p. 340.
9
Íbid., p. 53.
10
Íbid., p. 335.
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3. Filantropía petrolera
Cuando se aborda y profundiza en las contradicciones de los informes de RSC, afloran
múltiples ejemplos en los que la filantropía corporativa de compañías petroleras como
Repsol YPF es en sí misma impactante por imponer modelos exógenos de desarrollo en las
comunidades donde se quiere generar consenso. Las inversiones sociales son entonces un
instrumento más para prevenir, ocultar o manipular las denuncias contra las empresas.
169
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estrategia similar en el conflicto que enfrenta a las comunidades mapuches con las petroleras.
La FCP es una de las promotoras de las jornadas que se realizan en la Patagonia al
cumplirse cien años del inicio de la llamada “Conquista del Desierto”. Entre homenajes a
la acción militar que consagró el modelo agroexportador, esta fundación sentó sus bases
en la ciudad de Junín de los Andes. Desde allí, desarrolló una intensa labor en el sur
neuquino y extendió su presencia al resto de las provincias patagónicas. Sus iniciativas
de promoción social se financian con recursos públicos y privados. Chevron Argentina,
YPF, TGS, Capsa Capex, Pan American Energy, ESSO Petrolera Argentina y Total realizan
contribuciones desde el sector de los hidrocarburos. Chevron Argentina e YPF son dos de
los tres donantes cuyos aportes anuales superan los cien mil dólares y ambas, junto a TGS,
aparecen entre las “aliadas estratégicas” de la fundación – aunque no aclaran qué alcance
tiene tal sinergia.
Ventana Social
La articulación de la FCP con empresas petroleras la convirtió en actor parte de los
conflictivos generados en la boca del pozo, como sucedió en la comunidad mapuche de
Lonko Puran. Allí, Pioneer Natural Resources propuso la intervención de FCP para inventariar
los impactos de la explotación petrolera y las necesidades de los comuneros. “Nosotros no
aceptamos que sea la Fundación Cruzada Patagónica porque teníamos información de
cómo estaba trabajando y, sobre todo, de los antecedentes de la Fundación que se ganó la
atención de las comunidades en la zona sur y la utilizó para generar divisiones” - explicó
el lonko (dirigente) Velázquez Maliqueo. Por su parte, la autoridad tradicional también
se refirió a la intervención de la FCP en otras comunidades mapuches afectadas por el
Proyecto Mega, donde el conflicto ambiental por la contaminación generada por la actividad
petrolera, trascendió en graves problemas de salud. “En las comunidades mapuches de
Paynemil y Kaxipayiñ, Repsol contrató a la fundación para llevar adelante el trabajo de
relevamiento dentro de la comunidad, y sacar a niños y jóvenes becados para estudiar en
la FCP – el Centro de Educación Integral San Ignacio”11.
4. Escuela: la entrada a la comunidad
En 2001, Repsol YPF suscribió un acuerdo con la FCP para conceder becas de estudio a
alumnos del CEI San Ignacio y “apoyar programas de desarrollo integral de las comunidades
rurales de la zona oeste de la Patagonia, en su mayoría de origen mapuche”. Según el boletín
de la ONG: “las becas permiten cubrir traslados en un radio de 500 km., alimentación,
hogar, equipamiento y capacitación. Las otras áreas de acción están dirigidas a extender el
trabajo de Cruzada Patagónica a un mayor número de comunidades rurales. Eso se logra
mediante el asesoramiento legal y organizativo en comunidades mapuches, la articulación
didáctico-productiva entre nuestra escuela agrotécnica y las escuelas primarias rurales o
la puesta en marcha de pequeños emprendimientos productivos (invernaderos, pasturas,
asesoramiento agrotécnico, apicultura, turismo, etc.)”.
La educación es el centro de la labor social desarrollada por Cruzada Patagónica
y el CEI San Ignacio de Junín de los Andes, fue durante muchos años su piedra angular.
Hoy, ese centro educativo está siendo reconstruido tras el incendio sufrido en agosto de
11
170
Entrevista a Martín Velázquez Maliqueo. Hernán Scandizzo, Buenos Aires, 21 de julio de 2007.
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2007 y Chevron es una de las empresas que más aportaciones ha hecho para contribuir
a este fin. El interés de la petrolera por esta obra tiene antecedentes, como el apoyo que
desde 2004 brinda al proyecto “Una escuela, una granja”. Esta iniciativa, presentada en
la exposición Oil & Gas Energía Comahue de Neuquén capital, pretendía llegar en 2007 a
treinta escuelas de Neuquén, Río Negro y Chubut, a las que acuden unos mil estudiantes12.
Según la información disponible en la web de FCP, actualmente quinientos setenta y
dos alumnos de dieciocho escuelas rurales participan en las actividades de articulación
didáctico-productivas.
En el portal de la fundación, en el apartado “Acciones no palabras”, aparece una
cuantificación sobre el alcance de sus intervenciones. Así, afirma que “8.300 es el número
de destinatarios de nuestras acciones, programas o proyectos; 1.200 alumnos han pasado
por nuestra escuela”. Entre los egresados también se cuenta a dirigentes mapuches que
han creada la Confederación Mapuche del Sur (CMS). Esta organización, integrada por
las comunidades de Chiquilihuín, Lafquenche y Cayulef, hizo su presentación en sociedad
en septiembre de 2006, tras escindirse de la Confederación Mapuche del Neuquén. Los
detractores de la CMS la acusan de servir al Movimiento Popular Neuquino, lo cual desmiente
la institución desmiente. Pero, lo que sí resulta innegable, es la cercanía de ésta con la FCP.
La filantropía de la fundación no es neutra. También hace su apuesta en las arenas
políticas del mundo mapuche, una apuesta que no se explicita entre sus objetivos. Y
su accionar responde a un proyecto cuyos resultados favorecen a los intereses de las
corporaciones que la financian.
Ventana Social
5. La forestación como camino para seguir contaminando
Una de las alternativas elegidas por las corporaciones petroleras para limpiar su imagen
contaminadora es la forestación, actividad no sólo efectiva para el lavado verde sino también
redituable en términos comerciales. Los monocultivos de pinos pueden transformarse en
sumideros de carbono - como lo establece el Protocolo de Kyoto - y sus servicios ambientales
cotizarse en bonos verdes. Al menos, esa veta no es desconocida para Repsol YPF, principal
petrolera forestadora del país que planteó el potencial del negocio en el Congreso de
Forestación y Bonos de Carbono, celebrado en Villa La Angostura en 2003. Allí, la compañía
presentó el plan de forestación que lleva a cabo en la provincia de Neuquén.
“Sería una excelente oportunidad para nosotros poder trabajar en ese tipo de
proyectos. Por ahora, el proyecto de forestación que tenemos lo miramos desde el punto
de vista del MDL” - afirmó Luis González, quien era Coordinador de Seguridad, Medio
Ambiente y Calidad para Exploración y Producción en Argentina, Bolivia y Brasil de Repsol
YPF en el momento de la entrevista13.
.
El ingeniero forestal Gustavo Schlosman, titular de Corporación Forestal Neuquina
(Corfone), encargada de las plantaciones, señaló que estas iniciativas petro-forestales
“comenzaron en el año 1998 con la empresa Repsol YPF para la plantación de 5.000 ha., de
12
La Nación, 3 de julio de 2005.
13
Entrevista a Gema García y Luis González. Hernán Scandizzo, Neuquén, 18 de febrero de 2005.
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171
Relaciones Internacionales, núm. 11, junio de 2009
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las cuales ya fueron forestadas las primeras 4.800 [2004]. Durante 1999 se firmó un nuevo
convenio con la empresa San Jorge [Chevron-San Jorge] para la plantación de 5.000 ha.
Un proyecto que se cumplió ya en un 90%. Hoy se está trabajando con la compañía Repsol
YPF en un nuevo convenio por 5.000 ha. más”14.
Más que el potencial económico de las forestaciones, es el potencial mediático el
que se explota en las estrategias de lavado verde, y Repsol YPF sabe hacerlo. En mayo de
2003, la petrolera inauguró el tramo final del primer programa de forestación en Neuquén
que supuso una inversión de cinco millones de dólares, según informó el Río Negro15. Un
año antes, el matutino porteño La Nación también se había ocupado de esta iniciativa
verde en una nota ó que las forestaciones se realizaron en la Patagonia. las bondades del
emprendimiento el periódico recalcó que “además de mejorar el medio ambiente, entre
otros objetivos el proyecto apunta a la regulación de escurrimientos, la incorporación de
nutrientes y materia orgánica al suelo, la recuperación de suelos erosionados, la fijación
de anhídrido carbónico, la generación de empleo en las zonas donde se desarrollan las
plantaciones de pinos y la recuperación de bosques nativos degradados”16.
Este último punto también se subraya en el portal de la corporación, donde se
llega al extremo de afirmar: “se trata de áreas en las que ya existen bosques nativos
que se mantendrán inalterados, asegurando así la coexistencia con las nuevas especies
implantadas y la preservación de la biodiversidad de la región”. En la práctica, este discurso
queda desacreditado por la propia realidad. Las hileras de pino, plantadas ordenadamente,
avanzan sobre las laderas de los cerros y acaban lentamente con los pehuenes (araucarias)
que encuentran a su paso. Éste es un hecho reconocido incluso por el titular de Corfone,
quien aseguró que las “forestaciones de exóticas en lugares de nativas, donde había
araucarias... fue una mala experiencia”17.
Ventana Social
Las comunidades mapuche de travesía tienen sus campos de veranda en la cordillera,
en el departamento de Aluminé, donde se han multiplicado los planes de forestación
desarrollados por Corfone; entre ellos, los de las petroleras Chevron-San Jorge y Repsol
YPF. Desde hace años, los comuneros vienen denunciando esta situación y materializando
recuperaciones territoriales en campos forestados. En abril de 2005, el entonces inal lonko
de la comunidad Wiñoy Folil, Mauricio Raín, planteó la situación en el Primer Congreso
Patagónico de Uso y Tenencia de la Tierra, celebrado en Ingeniero Jacobacci. “Nosotros
tenemos la veranada en Litrán, en Pampa de Lonco Luán. Hemos vuelto a recuperar una
veranada hace dos años atrás [2003], porque nos sacaron hace 15, 16 años más o menos,
a nuestros viejos le metieron en la cabeza que eso iba a ser Parque Nacional y que se
tenían que ir. Habíamos alrededor de 10 familias. Son alrededor de 1500 ha. y nos pusieron
700 mil pinos ponderosa, que ha hecho desastres tanto con la araucaria (pewen), con
las plantas autóctonas como los ñires, los quilantales, los está secando. Las aguadas, las
vertiente, muchas vertientes que había ahí, las está secando. Algunos técnicos que han
172
14
Entrevista a Gustavo Scholsman. Hernán Scandizzo, Neuquén, 25 de febrero de 2005.
15
Río Negro, 31 de mayo de 2003.
16
La Nación, 9 de mayo de 2002.
17
Entrevista a Gustavo Scholsman. Hernán Scandizzo, Neuquén, 25 de febrero de 2005.
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ido a inspeccionar dicen que al estar tan corta la distancia [entre pino y pino], están a 50
cm plantados, y al ser muchos, absorben mucha agua y desvían las corrientes de aguas
subterráneas”18.
6. Sobre los informes ambientales de Repsol YPF
6.1. Información sesgada y dirigida
Existe una enorme brecha entre el discurso y los hechos cuando la compañía petrolera
enuncia sus principios corporativos. Si bien esta compañía ha apostado por ampliar sus
recursos en Responsabilidad Social Corporativa, los impactos de la compañía en el medio
ambiente son todavía de gran magnitud y, en muchos casos, presentan una tendencia
ascendente.
En base a los datos proporcionados por la empresa, se diría que existe, por parte
de ésta, una voluntad por contabilizar e informar de las emisiones que produce y afectan
al planeta y a la sociedad en su conjunto. Para sustentar esta afirmación, Repsol se apoya
en diferentes certificados como la Norma ISO 14064 que detalla las especificaciones y las
herramientas necesarias para la validación y verificación de las emisiones de GEI a nivel
global de compañía y de proyecto. En 2007, se realizaron un total de cuatrocientas setenta
y nueve auditorías internas y quinientas cuarenta y siete externas de medio ambiente y
seguridad. De éstas, ciento treinta y dos han estado asociadas a procesos de certificación.
Este tipo de auditorías generan un impacto positivo en la gestión ambiental de la
empresa. La detección y corrección de las deficiencias en la producción benefician tanto a
la empresa como – adoptando el tono discursivo de los informes de RSC – a la sociedad en
general, porque ésta es perjudicada directa e indirectamente por la mala gestión ambiental
de la empresa.
Ventana Social
Sin embargo, destacamos la estrategia de doble rasero aplicada por la compañía en
cuanto al control y verificación de los impactos ambientales. Se auditan con prioridad las
infraestructuras de la compañía en Europa y allá donde las emisiones o vertidos puedan
molestar más al consumidor. En cambio, las actividades de Repsol YPF en alejadas zonas
rurales son débilmente controladas porque los impactos afectan a población con bajo
poder adquisitivo y, sobre todo, con escaso acceso a los medios de comunicación. De esta
manera se explica que años después de denuncias documentadas, sigan los vertidos de
hidrocarburos y aguas de formación en los pozos de Repsol YPF en la Amazonía.
6.2. Una visión de poca distancia focal
En sus informes de medio ambiente, Repsol reconoce que las emisiones directas de gases de
efecto invernadero en 2007 supusieron 27,403 millones de toneladas de CO2 equivalente; lo
que significa que, contraviniendo el Protocolo de Kyoto, las emisiones se han incrementado
en un 2,2%. El aumento se ha concentrado en las actividades de upstream - perforación y
producción - principalmente en el área de Mendoza (Argentina) por seguir practicando el
18
Entrevista a Mauricio Rain. Hernán Scandizzo, Ing. Jacobacci, 9 de abril de 2005. Se ha mantenido la
expresión intacta del emisor.
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173
Relaciones Internacionales, núm. 11, junio de 2009
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venteo en algunos yacimientos. También han aumentado las emisiones en el Bloque 16,
en el corazón de la Amazonía ecuatoriana debido a la apertura de nuevos pozos y el cambio
de tipo de combustibles empleados. Además, aunque en menor medida, la actividad de
downstream – transporte y refino – también ha aumentado en las refinerías de La Plata
(Argentina) y Sines (Portugal).
Si nos atenemos a la información sobre las emisiones proporcionada por la propia
empresa, las emisiones de gases de efecto invernadero siguen en aumento. En 2007,
Repsol arrojó en la atmósfera 27,4 millones de toneladas de CO2 equivalente y 276 mil
toneladas de otros contaminantes, entre ellos SO2 – responsable de generar lluvia ácida –
y los cancerígenos Compuestos Orgánicos Volátiles. El consumo total de energía también
ha seguido en aumento (ver tabla 1).
Tabla 1. Contaminación en la atmósfera y consumo de energía por Repsol YPF
Gases de efecto
invernadero
Emisiones CO2 (Mt)
Emisiones CH4 (Mt)
CO2 equivalente (Mt)
Otras emisiones al aire
Emisiones totales (Kt)
Emisiones SO2 (Kt)
Emisiones COVNMs (Kt)
Consumo total de energía
(MGJ)
2006
2007
23,661
0,135
26,49
24,296
0,148
27,403
264,44
101,57
39,04
324,49
275,91
102,00
42,38
345,93
Fuente: Repsol-YPF [2008]
Ventana Social
En cuanto a la contaminación hídrica, la compañía sostiene un patrón de
contaminación creciente, arrojando voluntariamente 59 millones de toneladas de agua sin
tratamiento en 2007, y 116 toneladas de hidrocarburos. Los derrames involuntarios se han
reducido ligeramente en la última gestión y sólo ha habido 1.228 derrames reconocidos
por la empresa (ver tabla 2).
Tabla 2. Contaminación del agua por Repsol YPF
Agua vertida (Mt)
Hidrocarburos vertidos (t)
Residuos peligrosos y tierras
empetroladas
(Kt)
Residuos no peligrosos (Kt)
Hidrocarburos derramados (t)
Número de derrames
2006
52,11
108
496,13
2007
58,97
116
498,24
198,04
1.490
1.604
202,83
919
1.228
Fuente: Repsol YPF [2008]
En sus informes, la compañía sólo informa de las emisiones directas con criterio
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productivo; esto es, sólo en el interior de sus instalaciones. Por una parte, es lógico que
una compañía haga sus esfuerzos para verificar correctamente las emisiones directas
que produce. Al acotar el alcance del estudio, los resultados pueden acercarse más a la
realidad. Sin embargo, obviar – y por tanto ocultar – las emisiones y vertidos producidos
por otras empresas, muchas de ellas subsidiarias, durante la producción, transporte y
comercialización de sus productos puede connotar una intencionalidad sospechosa. Algunos
ejemplos. En diciembre de 2007, apareció una mancha de crudo que manchó 8 km. de
costa en Caleta Córdoba (Patagonia argentina), procedente de algún barco que faenaba en
la Terminal Marítima Petrolera (TERMAP), de la cual Repsol es accionaria. El petróleo vertido
vendría de alguno de los numerosos pozos que tiene la compañía en esa región. Otro caso,
el del derrame de 29.000 barriles de crudo reconstituido en el río Desaguadero (Bolivia)
en diciembre de 1999, contaminó los pastos de más de cien comunidades campesinas del
altiplano. El oleoducto, propiedad de Enron y Shell, transportaba combustible de Andina
S.A., empresa privatizada por Repsol YPF.
7. A modo de conclusión
Por todo lo presentado, la Responsabilidad Social Corporativa contribuye a la maximización
de la cuenta de resultados de las empresas. Esta estrategia es rentable mientras
suponga un menor coste desarrollar políticas de filantropía y acción social que asumir las
responsabilidades derivadas de las violaciones de derechos humanos e impactos negativos
sobre el medio ambiente, bajo la forma de sanciones y restituciones, y eludir las inversiones
necesarias para que no se vuelvan a producir.
Una clara muestra es el caso de estudio presentado con Repsol YPF. Como se ha
podido constatar, con la financiación de la Fundación Cruzada Patagónica, dicha compañía
utiliza viejos métodos de penetración colonial a través de la subvención de la educación en
comunidades indígenas en la Patagonia Argentina para acabar con los conflictos que tiene
a boca de pozo. Uno de los efectos que se derivan de esto es la introducción de modelos
exógenos de desarrollo, con los impactos que ello supone. A su vez, publicita iniciativas
como la de la escuela, citada en sus informes de RSC que, en realidad, van dirigidos a
los consumidores cautivos a miles de kilómetros de los lugares donde se producen los
impactos, círculos empresariales y políticos. Esto dota a la compañía de un valor de marca
muy superior al que debería tener si se diese en ellos visibilidad a los efectos que la
empresa provoca y las exigencias de reparación que éstos requieren.
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Ahora bien, para garantizar la rentabilidad de esta estrategia, no se debe menospreciar
el papel que está jugando el discurso voluntarista de la RSC, que está desplazando el
urgente rediseño del actual marco jurídico internacional, para romper con la asimetría legal
existente, que garantiza y protege las actividades empresariales pero deja desprotegidos
los derechos humanos. La RSC entonces, se convierte en una vía blanda de derecho, no
obligatoria y no exigible, que desvía el debate en foros locales, estatales e internacionales
sobre la obligatoriedad del respeto de los Derechos Humanos por parte de las empresas y
la exigibilidad y las medidas de coerción para garantizar su cumplimiento por parte de los
estados y organismos internacionales.
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Para concluir, advertir que se hace imprescindible la creación de mecanismos de
control sobre las transnacionales a nivel estatal y supraestatal. Para ello, es necesario poner
límites a la concentración de poder económico y político en manos de las transnacionales.
Por el contrario, habrá que garantizar el derecho a una vida digna y un medio ambiente
sano para las generaciones presentes y futuras.
*Marc GAVALDÀ es licenciado en Ciencias Ambientales e investigador en petróleo en
América Latina. Es autor de La Recolonización (Editorial Icaria), Viaje a Repsolandia
(Tutuma Edicions) y coautor, junto a Jesús Carrión, de REPSOL-YPF: Un discurso socialmente
irresponsable (Àgora Nord-Sud/Observatorio de la Deuda en la Globalización).
*Jesús CARRIÓN es licenciado en Ciencias Económicas y especializado en Administración
de Empresas. Es investigador sobre el impactos de las empresas transnacionales en países
empobrecidos y RSC en el Observatorio de la Deuda en la Globalización.
*Hernán SCANDIZZO es miembro del Observatorio Petrolero Sur y del colectivo
Pueblos Originarios de Indymedia Argentina. Coautor de «Patagonia Petrolera, el desierto
permanente», OPS-Ecopiuke, Argentina, 2008. Y es también coautor, junto a Marc Gavaldà,
del libro La Patagonia petrolera, el desierto permanente (Observatorio Petrolero Sur).
Bibliografía:
Ventana Social
HERNÁNDEZ, J. (2009), Las empresas transnacionales frente a los derechos humanos: Historia de
una asimetría normativa, Hegoa y OMAL – Paz con Dignidad.
TEILTELBAUM, A. (2007), Al margen de la ley: Sociedades transnacionales y Derechos Humanos.
Corporación Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”, ILSA, Observatorio Social de
Empresas Transnacionales, Megaproyectos y Derechos Humanos, Bogotá.
REPSOL-YPF (2008), Memoria de Responsabilidad Social Corporativa. www.repsol-ypf.com
VÁZQUEZ, O. (2008), La Responsabilidad Social Corporativa en las memorias anuales de las empresas
del Ibex 35. Análisis del Ejercicio 2007. Observatorio de la RSC. Madrid.
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