TRABAJOS DE PREHISTORIA
73, N.º 1, enero-junio 2016, pp. 90-114, ISSN: 0082-5638
doi: 10.3989/tp.2016.12165
Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias)
a través del yacimiento de La Cerera: materias primas,
tecnología y función
Understanding the aboriginal ceramics of Gran Canaria (Canary Islands) through
the archaeological site of La Cerera: raw materials, technology and function
Miguel del Pino Curbeloa,d, Amelia Rodríguez Rodrígueza, Jaume Buxeda i Garrigósb, José
Mangas Viñuela , Peter M. Dayd, Pedro González Quinteroa y Marco A. Moreno Beníteze
C
RESUMEN
Se analizan los materiales cerámicos prehispánicos del
yacimiento de La Cerera en Gran Canaria (siglos VII-XIII
D.C.). Se integra la clasificación morfotécnica y funcional,
y la caracterización instrumental mediante fluorescencia
de rayos X (FRX), difracción de rayos X (DRX), petrografía óptica (PO) y microscopía electrónica de barrido
(MEB) relacionando cada nivel de estudio aplicado. Como
resultado se detectaron diferentes cadenas operativas, conectadas con la función de los vasos y su cronología. Además se observaron importantes cambios diacrónicos en las
características del material. Estos parecen coincidir con
otros identificados en el registro del propio yacimiento y
en otros sitios de la isla. También se discuten los posibles
efectos de la intensificación de la producción sobre la
homogeneidad de las fábricas cerámicas.
ABSTRACT
This paper focuses on the study of the pre-Hispanic
ceramics from the site of La Cerera (Gran Canaria) (7th
century AD – 13th century AD). An integrated approach
combining various levels of analysis has been carried
out, employing morphological, technical and functional
analysis of the pots, as well as their instrumental characterization: X-ray fluorescence (XRF), X-ray diffraction (XRD), optical petrography and scanning electron
microscopy (SEM). As result, different operative chains
have been detected, linked to function and chronology.
Other differences with respect to the characteristics of the
archaeological materials through time were also identified. Those transformations seem to coincide with others
already observed for various elements of the aboriginal
material culture at the site, as well as at other parts of
the island. The effects of the intensification of pottery
production on the homogeneity of the fabrics are also
discussed.
Palabras clave: Islas Canarias; Gran Canaria; Producciones cerámicas prehispánicas; Fluorescencia rayos X;
Difracción rayos X; Microscopía electrónica de barrido;
Petrografía óptica.
Key words: Canary Islands; Gran Canaria; Pre-Hispanic
ceramics; X-ray fluorescence; X-ray diffraction; Scanning
electron microscopy; Optical petrography.
a
Grupo de Investigación Colonización de territorios insulares y continentales entre sociedades precapitalistas - TARHA, Dpto. de
Ciencias Históricas. Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. C/ Pérez del Toro 30. 35003 Las Palmas de Gran Canaria.
Correos e.: mdpcurb@gmail.com; amelia.rodriguez@ulpgc.es; pedro.gonzalez@ulpgc.es
b
Equipo de Investigación Cultura Material i Arqueometria de la Universitat de Barcelona (ARQUB, GRACPE), Facultat de
Geografia i Història. C/ de Montalegre 6. 08001 Barcelona. Correo e.: jbuxeda@ub.edu
c
Grupo de Investigación Geología Aplicada y Regional (GEOGAR). Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Edificio de
Ciencias Básicas. Campus Universitario de Tafira. 35017 Las Palmas de Gran Canaria. Correo e.: jose.mangas@ulpgc.es
d
Dept. of Archaeology. University of Sheffield. Northgate House, West Street. Sheffield S1 4ET. United Kingdom.
Correo e.: m.delpino@sheffield.ac.uk; p.m.day@sheffield.ac.uk
e
Tibicena. Arqueología y Patrimonio. C/ Obispo Rabadán 41. 35003 Las Palmas de Gran Canaria. Correo e.: tibicena@tibicena.com
Recibido 7-VII-2015; aceptado 1-VIII-2015.
Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
1. INTRODUCCIÓN
Gran Canaria fue habitada por pobladores
de origen amazige que, tras su llegada desde
el continente africano, desarrollaron en la isla
la organización social más compleja de todo el
archipiélago (Tejera Gaspar y González Antón
1987; Onrubia Pintado 2003; Velasco Vázquez
y Alberto Barroso 2005). Su fin coincide con la
conquista de la isla por la Corona de Castilla a
finales del siglo XV.
La cronología de la llegada de esta población
es motivo de revisión en la actualidad. Se cuenta con dataciones radiocarbónicas anteriores al
cambio de era para diversas islas del archipiélago
(por ejemplo, Galván Santos et al. 1999; Martín
Rodríguez 2000; Atoche Peña 2013). En cambio
en Gran Canaria las dataciones más antiguas se
han criticado, bien por inconsistencia en las mediciones procedentes de diferentes laboratorios
(Santana Cabrera 2011-2012, Santana Cabrera
et al. 2012), bien por el tipo de material datado
(Pino Curbelo 2014; más adelante en este trabajo). Teniendo esto en cuenta, puede considerarse
que actualmente no se cuenta con fechas fiables
anteriores a los siglos III-IV cal AD (Martín
Rodríguez 2000), y si nos atenemos únicamente
a las dataciones sobre materiales de vida corta
publicadas, no tendríamos referencias claras para
antes del siglo VI cal AD (Tab. 1, BETA-302329).
La alfarería, como el resto de las manufacturas, ha jugado un papel relevante en la definición de las relaciones sociales indígenas de Gran
Canaria, en especial en aspectos como la defensa de niveles de especialización laboral. Así, la
mención a “oficiales” y “maestras” dedicadas a
91
diversas artesanías en las fuentes europeas (Sosa
1963 [1678-1688]; Arias Marín de Cubas 1986
[1687-1694]; Morales Padrón 2008) ha servido
para plantear la existencia de un grupo de mujeres
dedicado a la alfarería, reflejado en la buena factura de las producciones (Navarro Mederos 1999).
Los trabajos sobre la cultura material indígena son muy escasos, y a veces contradictorios, a
pesar de la importancia otorgada a la producción
y distribución de los bienes de consumo en esos
modelos sociales. Esto último ocurre con la cerámica entre quienes sugieren que hubo extensas
redes de distribución (Rosenfeld 1963; González
Antón 1973; Martín de Guzmán 1984) frente a los
partidarios de la elaboración y consumo local
de los vasos (Fabbri y Maldera 1989). Además
la falta de espacios identificados como posibles
alfares obstaculiza el análisis de los patrones de
distribución. Sobre ellos sólo se conocen noticias
antiguas de hallazgos de superficie (Grau-Bassas
1881), y algún espacio excavado recientemente, como el yacimiento de La Cerera (González
Quintero et al. 2009).
Este trabajo se propone abordar el análisis
tecnológico y de proveniencia de las producciones
prehispánicas del citado yacimiento de La Cerera
con los siguientes objetivos: (1) definir grupos tipológicos que puedan estudiarse diacrónicamente;
(2) establecer patrones de selección de materias
primas y recetas de pastas que puedan identificar
si hubo una o más tradiciones cerámicas en la
isla y (3) estudiar los procesos de cambio tecnológico y contextualizarlos con la información
arqueológica disponible. Para ello se analizan los
recipientes de una manera integrada, combinando el estudio arqueológico de los vasos con las
Ref. Muestra
Cal AD
Cal BP
BP radiocarbónica
convencional
Material
Unidad
estratigráfica
Fase de
ocupación
Beta - 317655
993-1154
957-796
980 ± 30 BP
Semilla
2.1
Cerera III
Beta - 302327
770-964
1180-1000
1180 ± 30 BP
Semilla
6.1
Cerera III
Beta - 302328
898-1026
1050-920
1050 ± 30 BP
Semilla
9.0
Cerera III
Beta - 195947
598-767
1352-1183
1370 ± 40 BP
Carbón
12.0
Cerera III
Beta - 302329
590-666
1350-1290
1410 ± 30 BP
Semilla
42.0
Cerera III
Beta - 195948
260-535
1691-1415
1650 ± 40 BP
Carbón
42.0
Cerera III
Tab. 1. Dataciones radiocarbónicas obtenidas del yacimiento de La Cerera. Calibración realizada con el programa
informático OxCal 4.2.
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M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
técnicas de análisis instrumental: caracterización
química (FRX), mineralógica (DRX), petrográfica
(PO) y microestructural (MEB).
1.1. El yacimiento de La Cerera
La cueva de La Cerera (Fig. 1) destaca por
sus peculiaridades en el registro arqueológico de
Gran Canaria. Tiene una de las series cronoestratigráficas más amplias de la isla. Además, el
elevado número de recipientes recuperados y la
presencia de instrumental lítico empleado en alfarería (Rodríguez-Rodríguez 2009) han llevado a
identificar el yacimiento como un taller cerámico
(González Quintero et al. 2009).
La cueva (Fig. 2, superior) se localiza en la
vertiente sur de la montaña de Arucas, a una cota
de 285 m s.n.m., en las proximidades de una casa
prehispánica con depósitos tan alterados que impidieron su estudio. Ambas debieron formar parte
del denominado poblado de Arehucas, uno de los
Fig. 2. Cueva de La Cerera. Superior: vista general de la
entrada y situación de las obras que descubrieron los restos
arqueológicos. Inferior: detalle del hallazgo de cerámica
de cocina sobre una estructura de combustión delimitada
por piedras.
Fig. 1. Localización del yacimiento de La Cerera (LC, isla
de Gran Canarias) y caracterización del entorno geológico
(simplificado, Balcells et al. 1990).
principales asentamientos isleños en los momentos previos a la conquista castellana, según las
fuentes etnohistóricas (Morales Padrón 2008: 515).
Este poblado se ubicaría en uno de los entornos
más favorables para la explotación agraria, base
del modo de producción indígena, gracias a unos
suelos altamente productivos (Sánchez Díaz 1995)
y a su cercanía a la hoy desaparecida laguna de
Arucas (Jiménez Medina et al. 1996).
El yacimiento se excavó en dos campañas,
1995 y 2004, durante las cuales se identificaron
53 unidades estratigráficas (U.E.), diferenciando
rellenos naturales de suelos de origen antrópico. Las unidades se organizaron en tres fases de
ocupación denominadas de mayor a menor antigüedad: Cerera III, Cerera II y Cerera I. Estos
trabajos y los estudios preliminares de materiales
han sido publicados en González Quintero et al.
(2009) (Fig. 3).
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Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
Fig. 3. Perfil NE del Corte 2 del interior de la cueva
de La Cerera. La numeración y las tramas se corresponden con las unidades estratigráficas presentes (76,2 mm
x 107,5 mm)
La serie estratigráfica del yacimiento ha sido
convenientemente datada (Tab.1), si bien las fechas radiocarbónicas obtenidas aconsejan algunas puntualizaciones. Para Cerera III (U.E.42 a
U.E.15) hay un desfase de unos 250 años entre una medición sobre carbón sin determinar
(BETA-195948) y otra sobre una semilla de cebada (Hordeum vulgare), BETA-302329. Como las
muestras proceden de la misma U.E. atribuimos
la diferencia a su respectivo material, considerando la última la más fiable (McFadgen 1982;
Zilhão 2001; Quiros 2009). Según esto la primera ocupación de la cueva se produjo en torno
al siglo VII cal DC, cuando se acondiciona el
espacio construyendo un muro paralelo a las paredes naturales. En su interior se llevaron a cabo
actividades domésticas, organizadas en torno a
unidades de combustión sin grandes preparaciones. Un nivel de derrumbe generalizado (U.E. 28)
marca el final de la fase.
93
En Cerera II (U.E.14/17-U.E.9), hay indicios
de actividad humana por toda la cueva, sin una
estructuración del espacio tan clara como en Cerera III, y con niveles de menor potencia. Aun
así la ocupación es prolongada, como muestra el
continuado uso y mantenimiento de una de las
estructuras de combustión. Estos cambios coinciden con señales de intensificación económica en
el aprovechamiento de recursos vegetales, marinos y líticos. Se vinculan con una mayor presión
sobre el entorno, la ampliación de la extensión de
los cultivos y la explotación de especies leñosas
(Machado Yanes 2009). Estos datos se han interpretado como un cambio en el rol de la cueva
dentro del poblado, posiblemente más marginal
frente a un mayor desarrollo de las estructuras
al aire libre. El final de esta segunda fase de
ocupación queda marcado por un proceso de nivelación (U.E.9) entre los siglos X y XI cal DC
(BETA-302328).
Las nuevas dataciones han afinado la interpretación de la dinámica sedimentaria de la
cueva. La intercalación de derrumbes y suelos
de ocupación parecen ser la causa del desfase entre la datación obtenida para la U.E.9,
considerada el límite superior de Cerera II y
la U.E.6.1 (BETA-302327), interpretada como
parte de Cerera I por el hallazgo de un objeto
de metal, propio de momentos de contacto con
europeos. Es posible que esta discrepancia se
deba a procesos de alteración de la unidad 6.1,
ya advertidos en la zona de la entrada de la
cueva, tal vez relacionados con la nivelación que
precede al inicio de la ocupación de Cerera I y
que pueden haber afectado también al resto de
la unidad. En cambio la U.E.9, sin este tipo de
alteraciones, es el referente más fiable para datar
las transición entre los dos últimos momentos
de ocupación.
Cerera I (U.E.20-U.E.1) tiene una única datación (BETA-317655) que la sitúa entre los siglos
XI y XII cal DC, aunque la ocupación se prolongaría hasta la presencia de europeos en la zona,
no antes del siglo XIII. En sus niveles subsisten
los indicios de intensificación económica, y las
señales de actividades domésticas, destacando la
preparación de alimentos (Fig. 2 inferior). Aun
así la progresiva acumulación de sedimentos en la
cueva había limitado ya sensiblemente el espacio
habitable en esta fase, sugiriendo su posible uso
marginal.
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M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
1.2. Entorno geológico
El entorno geológico de Cerera es eminentemente volcánico, como el resto de la isla. La
cavidad se inserta en el material escoriáceo del
volcán de Arucas (Fig. 1) de composición tefrítico-fonolítica, parte del Ciclo eruptivo Reciente y
cuyas emisiones siguieron la pendiente del cono
hacia el Norte hasta alcanzar la costa (Balcells
et al. 1990; Ancochea et al. 2004). En general
los materiales se caracterizan por su homogeneidad composicional, con las diferencias texturales
típicas entre lavas y piroclastos. A nivel mineralógico estas emisiones destacan por la abundancia
de fenocristales de haüyna, un tectosilicato del
grupo de la sodalita poco frecuente, que las convierten en un caso peculiar en la geología insular.
La litología de los materiales que rodean las
coladas del volcán de Arucas es muy variada. Entre ellos se encuentran las coladas fonolíticas de
Ciclo volcánico Antiguo de la isla, algunas de
ellas ignimbríticas. Al Este del cono se encuentran depósitos miocenos del miembro superior de
la Formación detrítica de Las Palmas, formada
mayoritariamente por fragmentos de composición
basanítica y tefrítica.
En la zona se localizan, además, afloramientos
de basalto olivínico-piroxénico y de brecha volcánica asociados al ciclo Roque Nublo. Esta última está
formada por una matriz microcristalina que incluye
Muestra
(n=46)
CER1
CER2
CER3
CER4
CER5
CER6
CER7
CER8
CER9
CER10
FRX
(n=46)
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
XRD
(n=46)
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
PO
(n=43)
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
fragmentos de basalto, basanita, traquibasalto y
vitrófidos basálticos. Asimismo son abundantes en
el área los materiales correspondientes al ciclo Post
Roque Nublo: rocas de composición basanítica, basáltica y tefrítica, tanto en forma de lavas como de
piroclastos. Se conocen afloramientos puntuales de
materiales de este ciclo en la propia montaña de
Arucas, aunque en general las formaciones correspondientes a este tipo de emisiones se encuentran
fuera de los límites del cono. Por último, también
se hallan en la zona depósitos aluviales recientes,
transportados por el sistema radial de barrancos
característico de la isla.
2. MATERIAL, MÉTODOS Y TÉCNICAS
DE ESTUDIO
La primera fase del estudio cerámico se centró en la observación macroscópica y mesoscópica de los fragmentos, del tratamiento de las
superficies (Balfet et al. 1992), las técnicas
decorativas (Caro 2006), la morfología (Shepard
1980) y de las posibles marcas funcionales, en
especial de actividades de cocina (Skibo 1992).
Se definió el número de recipientes de morfología
determinable que se considerarán en este trabajo
y se llevaron a cabo las primeras observaciones
de las pastas empleando una lupa binocular Nikon
SMZ1000 (8 – 80X).
MEB
(n=8)
x
x
x
-
Fase
III
III
III
I
I
I
I
I
I
I
G.T-F
Ia
Ib
Ia
Ib
IIb
IIb
IIa
Ib
Ib
IIb
G.Q.
D
D
A
C
B
C
B
C
G.P.
R. Félsicas
R. Félsicas
R. Félsicas
R. Félsicas
M. Fino
Tef-fon
R. Máficas
Tef-fon
R. Máficas
Tef-fon
Tab. 2 [1]. La Cerera. Relación de muestras analizadas por medio de técnicas instrumentales, se indica la fase de ocupación del yacimiento el grupo tecno-funcional al que se ha asignado (G.T-F), el grupo químico (G.Q.), y el grupo
petrográfico (G.P.). R. Félsicas: Rocas félsicas; M. Fino: Material máfico de grano fino; Tef-fon: Tefritas-fonolitas con
haüyna; R. Máficas: Rocas máficas, carbonatos y rocas alteradas; R. Alterad.: Rocas alteradas.
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Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
Muestra
(n=46)
CER12
CER13
CER14
CER15
CER16
CER18
CER20
CER22
CER23
CER24
CER25
CER26
CER27
CER28
CER29
CER30
CER31
CER32
CER33
CER34
CER35
CER36
CER37
CER38
CER39
CER40
CER41
CER42
CER43
CER44
CER45
CER46
CER47
CER48
CER49
CER50
FRX
(n=46)
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
XRD
(n=46)
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
PO
(n=43)
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
x
MEB
(n=8)
x
x
x
x
x
-
Fase
I
I
I
III
III
II
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
I
II
II
I
I
I
I
I
I
II
II
II
II
II
G.T-F
Ib
Ib
IIb
IIa
Ib
IIa
IIa
IIa
IIb
IIb
Ib
Ib
Ia
IIb
IIb
IIb
Ia
IIb
Ib
Ia
IIb
IIa
IIb
Ic
Ia
Ib
Ia
IIb
IIb
IIb
IIb
IIb
Ib
Ia
IIb
Ic
G.Q.
C
C
C
D
D
D
D
C
C
D
B
C
C
C
C
D
C
C
C
D
D
D
D
C
C
A
C
D
B
C
B
95
G.P.
Tef-fon
Tef-fon
Tef-fon
R. Félsicas
R. Félsicas
R. Félsicas
R. Félsicas
R. Félsicas
Tef-fon
Tef-fon
R. Alterad.
R. Félsicas
R. Máficas
Tef-fon
Tef-fon
Tef-fon
Tef-fon
Tef-fon
R. Félsicas
Tef-fon
Tef-fon
R. Félsicas
Tef-fon
R. Félsicas
R. Félsicas
R. Félsicas
Tef-fon
Tef-fon
M. Fino
Tef-fon
R. Máficas
R. Félsicas
Tef-fon
R. Máficas
Tab. 2 [2]. La Cerera. Relación de muestras analizadas por medio de técnicas instrumentales, se indica la fase de ocupación del yacimiento el grupo tecno-funcional al que se ha asignado (G.T-F), el grupo químico (G.Q.), y el grupo
petrográfico (G.P.). R. Félsicas: Rocas félsicas; M. Fino: Material máfico de grano fino; Tef-fon: Tefritas-fonolitas con
haüyna; R. Máficas: Rocas máficas, carbonatos y rocas alteradas; R. Alterad.: Rocas alteradas.
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M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
Se hizo un muestreo de los grupos tecnológicos y funcionales resultantes para el análisis instrumental, tomando ejemplares que se consideraron representativos. Se prepararon 46 muestras
para su análisis químico y mineralógico mediante
FRX y DRX (Tab. 2).
Para la caracterización por FRX, primero se
retiraron mecánicamente las capas superficiales
de los fragmentos, y posteriormente se molturaron y homogeneizaron en un molino de cartucho
de carburo de tungsteno. Estas muestras fueron
secadas a 105 ºC durante 12 h. Los elementos
mayores y menores se determinaron preparando
perlas (dilución 1/20) de 0,3 g de espécimen en
fusión alcalina con 5,7 g de tetraborato de litio
(Li2B4O7), que fueron fusionadas en un sistema
Perl’X-3 de PANalytical a una temperatura de
1125 ºC. Los elementos traza se determinaron
mediante pastillas, empleando 5 g de espécimen
mezclados con 2 ml de una solución de resina sintética n-butil metacrilato (Elvacite 2044, en 20%
de acetona). La cuantificación se ha efectuado con
un espectrómetro Axios mAX-Advanced PANalytical
con fuente de excitación de Rh utilizando una
recta de calibración configurada con 56 patrones
(Estándares Geológicos Internacionales). Las interferencias han sido tomadas en consideración
y los efectos matriz han sido corregidos usando
el software PANalytical Pro-Trace. Así, se han
determinado los elementos: Fe2O3 (como Fe total),
Al2O3, MnO, P2O5, TiO2, MgO, CaO, Na2O, K2O,
SiO2, Ba, Rb, Mo, Th, Nb, Pb, Zr, Y, Sr, Sn, Ce,
Co, Ga, V, Zn, W, Cu, Ni y Cr. La pérdida al fuego
(PAF) se calculó mediante calcinaciones de 0,3
g de espécimen seco a 950 ºC durante 3 h. Una
detallada descripción de las condiciones analíticas, la precisión y la exactitud ha sido publicada
anteriormente (Hein et al. 2002).
Los resultados del análisis químico fueron
tratados estadísticamente mediante la transformación de las concentraciones elementales en
logaritmos de razones, con transformación clr
(Aitchison 1986, 2005; Buxeda i Garrigós 1999,
2008; Barceló-Vidal et al. 2001). Asimismo, parte
de la subcomposición determinada no fue tenida
en cuenta para este análisis, debido a indeterminaciones e imprecisiones analíticas (Sn y Mo), a
contaminaciones durante la preparación (W y Co)
y posibles alteraciones postdeposicionales (P2O5).
Tampoco se ha incluido en los cálculos la pérdida al fuego. Para el tratamiento estadístico se
empleó el lenguaje y software informático R (R
Core Team 2012).
La composición mineralógica de estos individuos ha sido estudiada mediante DRX utilizando
el polvo sobrante. Se ha usado un difractómetro
de geometría Bragg-Brentano PANalytical X’Pert
PRO MPD Alpha-1 (radio = 240 mm), trabajando con la radiación Kα del Cu (λ= 1.5418
Å) (45 kV - 40 mA) equipado con un detector
X’Celerator con longitud activa de 3.347º. Las
mediciones han sido realizadas de 5 a 80º2θ con
una medida de paso de 0.026º y un tiempo de
conteo de 50 s. Las fases cristalinas presentes en
cada muestra analizada han sido identificadas y
evaluadas con el paquete X´Pert HighScore Plus
de PANalytical que incluye el banco de datos del
International Centre for Diffraction Data-Joint
Committee of Powder Diffraction Standards, 2006
(ICDD-JCPDS).
En los casos posibles también se realizó el análisis petrográfico de las muestras (n=43), mediante
láminas delgadas orientadas en sentido transversal
al modelado. Este consistió en una primera descripción de las fábricas (Whitbread 1989, 1995).
En segundo lugar, una vez determinados los grupos
a partir de los desgrasantes presentes, estos grupos fueron caracterizados empleando el conteo de
puntos (Stoltman 1989). Los desgrasantes fueron
divididos para su cuantificación en las categorías
de fragmento roca máfica y de roca félsica, mineral ferromagnesiano y félsico, vidrio volcánico
y ‘otros’. También se contempló la categoría de
matriz para partículas menores a 0,05 mm y ‘poro’
para los huecos. A la vez que las identificaciones
se registraron otros atributos: eje longitudinal, componentes y textura para los fragmentos de roca;
medición de su eje, señales de alteración y número
de caras para los minerales (Kerr 1959; Castro Dorado 1989; Melgarejo et al. 2003). El instrumental
empleado fue un microscopio Nikon Eclipse 50i
POL (20 - 400X), al que se acopló una platina
automatizada Pelcon para el análisis modal.
Los resultados obtenidos mediante FRX, DRX y
petrografía se contrastaron mediante observaciones
de su microestructura y el grado de sinterización
de la matriz (n=8). La técnica elegida en este caso
fue el microscopio electrónico de barrido (MEB).
Se observaron las fracturas frescas del material,
transversales al sentido del modelado. Las muestras
fueron recubiertas de plata coloidal en sus laterales y con una capa de carbono depositada en una
Trab. Prehist., 73, N.º 1, enero-junio 2016, pp. 90-114, ISSN: 0082-5638
doi: 10.3989/tp.2016.12165
Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
atmósfera de alto vacío. Para las observaciones se
empleó un microscopio Jeol JSM-6510 con voltaje
de aceleración de 20 kV y microanálisis de 100 s.
3. RESULTADOS
3.1. La definición de los grupos morfotécnicos
y funcionales
Durante el estudio se reconstruyeron 88 recipientes. Advertimos que la cantidad de material
recuperado en cada una de las fases del yacimiento difiere en gran medida, aumentando sensiblemente en las dos más recientes. Esto, unido al alto
grado de fragmentación de los materiales (por lo
97
general entre 2 y 4 cm), ha condicionado sus posibilidades de clasificación, afectando al número de
individuos reconocidos y a la diversidad detectada
en cada momento de ocupación.
Los vasos reconstruidos fueron organizados
en diferentes grupos y subgrupos que atendían
a aspectos tecnológicos y funcionales. Dentro de
cada subgrupo, en los casos necesarios, se determinaron también divisiones menores a partir de
la morfología de los recipientes (Figs. 4 y 5a, b).
El Grupo I (n=36) comprende contenedores
con señales de exposición al fuego, asociadas a
su empleo como cerámica de cocina. El acabado
exterior consiste en raspados y pulidos facetados,
que en muchas ocasiones conviven en la superficie
de un mismo vaso. La decoración está casi siempre ausente, si bien se han documentado composiciones sencillas, como almagrados o bandas en
Fig. 4. La Cerera. Ejemplos de recipientes asignados a los diferentes grupos y subgrupos definidos en el texto. Subgrupo
Ia, casquete esférico-elipsoide horizontal (a-b); Subgrupo Ib, tendencia esférica y cuello hiperboloide (c-d); Subgrupo
Ic elipsoide horizontal simple (e), elipsoide horizontal con cuello hiperboloide (f); Subgrupo IIa, esfera (g), elipsoide
horizontal (h); Subgrupo IIb, cónica (i-k), cilíndrica (l), elipsoide vertical (m), esfera (n) e hiperboloide (ñ). Autores:
Yasmina Cáceres y Jorge de Juan.
Trab. Prehist., 73, N.º 1, enero-junio 2016, pp. 90-114, ISSN: 0082-5638
doi: 10.3989/tp.2016.12165
98
M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
Fig. 5. La Cerera: a Diagrama circular con la proporción
de los individuos de cada fase de ocupación. b Número de individuos asociados a las variantes morfológicas,
subgrupos y grupos definidos en el texto. Casq. Esf.:
casquete esférico; Elip.: elipsoide; Elip. Hor.: elipsoide
horizontal. c Número de individuos asignados al Grupo
I, subgrupo IIa y subgrupo IIb en cada una de las fases.
torno al labio. Se diferenciaron: Subgrupo Ia: casquetes esféricos y elipsoides horizontales, formas
no restringidas; Subgrupo Ib: tendencia esférica
asociada a cuello, generalmente hiperboloide y
Subgrupo Ic: cuerpo elipsoidal horizontal, simple
o asociado a cuello, generalmente hiperboloide.
Componen el Grupo II (n=52) recipientes sin
señales de exposición al fuego y sin raspados
externos. Presentan diversidad en sus acabados,
aunque suelen estar pulidos, distinguibles por su
grado de homogeneidad. La diversidad tecnológica de los recipientes llevó a establecer diferencias
entre: Subgrupo IIa: vasos generalmente abiertos,
identificados con casquetes esféricos y elipsoides
horizontales, con exteriores caracterizados por la
presencia de pulidos facetados. Carecen de motivos decorativos salvo almagrados.
Los recipientes del Subgrupo IIb tienen formas diversas. Los acabados más comunes son
pulidos homogéneos. Sus superficies suelen presentar composiciones decorativas complejas, formadas por motivos geométricos.
Integran el Subgrupo IIc grandes contenedores, con decoración escasa o ausente. La superficie
exterior está pulida y la interior alisada. El grosor
de las paredes supera 1 cm. No se pudieron determinar formas.
Desde el punto de vista tecnológico y funcional se observan algunas diferencias entre las fases, con una mayor proporción de recipientes con
señales de exposición al fuego en los niveles de
Cerera III, aumentando los recipientes decorados
en los momentos más recientes (Fig. 4c).
Algunas variantes morfológicas están presentes en las tres fases, como los casquetes esféricos
y los recipientes de tendencia esférica del Grupo
I (subgrupos Ia y Ib) y del subgrupo IIa. Algunas formas son exclusivas de Cerera II como una
pieza elipsoide horizontal del subgrupo IIa. Además presenta apéndice de sujeción, un elemento
ausente en los recipientes esféricos del subgrupo
(Fig. 4h). Formas de esta fase, como los recipientes cónicos y cilíndricos, continuarán en Cerera
I. En esta última fase aparecen nuevas morfologías. Una corresponde al subgrupo Ic y otras al
subgrupo IIb: un individuo elipsoidal vertical, uno
hiperboloide y un ovoide.
Por último, aunque con cierta incertidumbre
debido a la escasez de datos, podría añadirse a
los ejemplares ya comentados otro procedente de
Cerera II. Es un gran contenedor del subgrupo IIc
caracterizado por el grosor de sus paredes y sin
señales de exposición al fuego. La imposibilidad
de reconstruir su forma dificulta una asignación
Trab. Prehist., 73, N.º 1, enero-junio 2016, pp. 90-114, ISSN: 0082-5638
doi: 10.3989/tp.2016.12165
Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
99
más precisa. El grosor variable de las paredes de
los recipientes elaborados a mano también aconseja ser cautos al respecto, por lo que no ha sido
incluido en los recuentos anteriores.
3.2. Resultados del análisis geoquímico
En primer lugar se llevó a cabo una matriz de
variabilidad composicional con las concentraciones elementales retenidas antes de su transformación en logaritmos de razón (Buxeda i Garrigós
1999). El valor de variabilidad total obtenido ha
de ser considerado alto (vt = 2,53), propio de conjuntos poligénicos (Buxeda i Garrigós y Kilikoglou 2003). En función de estos datos el elemento que arroja una menor variabilidad al conjunto
es el Fe2O3 (vt/τ.i= 0,95), por el contrario las
concentraciones elementales más variables, por
encima de 0,5 en sus valores vt/τ.i, son las de
K2O (vt/τ.i = 0,48), Y (vt/τ.i = 0,47), Na2O (vt/τ.
i= 0,47); y sobre todo las de Cu (vt/τ.i= 0,34),
Sr (vt/τ.i = 0,27), Ni (vt/τ.i = 0,26) y Cr (vt/τ.i=
0,17), con valores vt/τ.i inferiores a 0,4 (Buxeda
i Garrigós 1999).
Fig. 6. Dendrograma elaborado a partir del análisis
clúster de subcomposición definida en el texto. Círculos
negros: individuos de la fase Cerera III. Círculos blancos:
individuos de la fase Cerera II. Sin círculo: individuos de
la fase Cerera I.
Fig. 7. Diagramas de dispersión resultantes de la descomposición en valores singulares de la subcomposición definida
en el texto, con transformación clr con doble centrado. Izquierda: diagrama de dispersión de covarianza. Derecha:
diagrama de dispersión de forma. VE: varianza explicada.
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doi: 10.3989/tp.2016.12165
100
M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
CER46
Na2O (%)
MgO (%)
Al2O3 (%)
SiO2 (%)
P2O5 (%)
K2O (%)
CaO (%)
TiO2 (%)
V (ppm)
Cr (ppm)
MnO (%)
Fe2O3 (%)
Ni (ppm)
Cu (ppm)
Zn (ppm)
Ga (ppm)
Rb (ppm)
Sr (ppm)
Y (ppm)
Zr (ppm)
Nb (ppm)
Ba (ppm)
Ce (ppm)
Pb (ppm)
Th (ppm)
2,17
5,16
15,91
55,58
2,71
2,87
3,45
2,19
177
221
0,15
9,53
152
39
142
25
85
517
26
434
91
836
123
15
15
GQ-A (n=2)
GQ-B (n=5)
m
s
m
s
2,34
3,31
18,38
51,86
0,78
3
3,45
3,72
252
168
0,2
12,54
76
32
146
34
94
964
42
814
178
1136
246
12
22
0,22
0,1
0,15
0,53
0,1
0,01
0,15
0,05
13
2
0
0,24
1
1
7
1
0
16
1
10
2
28
5
2
0
2,84
3,59
17,31
53,21
1,33
3,05
3,86
3,11
212
203
0,19
11,11
84
24
161
28
98
630
74
670
159
1412
285
10
18
0,32
0,21
0,25
0,45
0,52
0,18
0,1
0,13
12
30
0,04
0,44
9
3
31
1
7
28
9
23
5
110
11
2
1
CER30
4,07
1,4
19,08
62,6
0,19
3,34
1,55
1,43
121
64
0,11
5,93
22
6
89
27
110
608
35
519
95
1099
187
17
17
GQ-C (n=19) GQ-D (n=13)
m
s
m
s
3,9
1,44
21,09
56,57
1,47
3,01
3
1,7
141
36
0,11
7,29
18
13
119
33
150
1342
23
620
101
1437
130
14
22
0,63
0,14
0,73
0,79
0,72
0,27
0,27
0,08
8
12
0,02
0,29
4
3
14
2
17
130
3
34
7
127
22
2
1
3,83
0,98
20,78
57,81
2,48
4,13
1,65
1,44
103
19
0,12
6,48
15
8
123
30
116
750
23
499
112
1096
139
13
17
0,43
0,11
0,75
1,47
1,33
0,22
0,36
0,1
15
7
0,02
0,43
3
2
22
2
16
145
5
54
12
140
23
2
1
CER25 CER1 CER2 CER15 CER36
3,41
1,44
19,97
58,87
2,26
3,89
1,98
1,5
92
29
0,12
6,23
12
3
144
30
125
531
49
749
205
1188
221
15
21
4,28
0,82
19,57
60,18
2,5
5,05
0,78
1,11
59
15
0,15
5,31
12
14
149
29
94
239
43
679
181
685
219
15
17
3,97
1,09
18,95
61,73
1,22
4,44
1,48
1,13
77
35
0,11
5,68
22
5
160
26
97
167
52
499
125
585
177
14
15
3,8
0,69
19,47
60
3,42
4,75
0,92
1,19
84
40
0,12
5,45
8
3
107
27
87
213
27
430
115
590
124
15
13
3,76
0,77
18,88
60,9
2,65
4,54
0,99
1,34
92
45
0,15
5,85
12
10
86
25
75
186
20
364
99
592
113
15
12
Tab. 3. Grupos e individuos no agrupados resultantes del análisis químico (en datos normalizados). m: media, s:
desviación estándar.
Las muestras se han agrupado sobre los componentes retenidos para el tratamiento estadístico,
con transformación clr, empleando la distancia
euclidiana al cuadrado y el algoritmo aglomerativo del centroide (Egozcue y Pawlowsky-Glahn
2011). En el dendrograma resultante, la mayor
afinidad composicional se representa con puntos
de fusión a menor altura. En la figura 6 se han
marcado dos zonas, identificadas como 1 y 2.
La zona 1 muestra en sus componentes valores
más elevados de elementos como Fe2O3, MnO,
TiO2, MgO, CaO, V, Ni y Cr. Por el contrario, las muestras localizadas en la zona 2 tienen
concentraciones mayores de Al2O3, Na2O, K2O y
SiO2. En cada zona se han definido dos grupos
químicos, etiquetados como A, B, C, y D (GQ-A,
GQ-B, GQ-C y GQ-D, respectivamente), junto a
otros individuos sin asignación (Fig. 7, Tab. 3).
Los ejemplares que no han podido ser asignados a uno de los grupos anteriores muestran una
composición química heterogénea. Aunque guardan cierta distancia con respecto a los individuos
que lo integran y tienen diferencias químicas muy
significativas, lo cierto es que la mayor parte de
ellos (CER1, CER2, CER15, CER25, CER30 y
CER36) poseen mayor similitud composicional
Trab. Prehist., 73, N.º 1, enero-junio 2016, pp. 90-114, ISSN: 0082-5638
doi: 10.3989/tp.2016.12165
Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
con GQ-C y GQ-D que con respecto a los grupos
de la zona 1 del dendrograma. Un caso aparte
lo representa CER46, cuya composición es más
similar a GQ-A y GQ-B.
Ahondando en ello, las muestras sin asignación, localizadas en el extremo derecho del dendrograma presentan una estructura de sus fusiones muy diferente a la observada en el resto del
conjunto, reflejando una elevada diversidad. En
general estos ejemplares muestran valores normalizados altos de SiO2 y bajos de elementos
como Ba y Sr, con la salvedad de CER25 en este
último caso. En cuanto a CER46, muestra valores
sensiblemente más altos de MgO, SiO2, Cu, Ni y
FRM
FRF
FM
FS
101
Cr que los grupos de la zona 1 del dendrograma,
mientras que por el contrario las concentraciones
de Fe2O3, Al2O3, TiO2, Ba, Rb, Th, Nb, Zr, Y, Sr,
Ce, Ga y V son menores que las de aquellos. Estas
diferencias parecen ser la causa de su distanciamiento del resto de las muestras (Tab. 3).
3.3. Análisis petrográfico de las muestras
Se identificaron tres grupos petrográficos mayoritarios, cuyos componentes se corresponden en
gran medida con GQ-B, GQ-C y GQ-D, junto
V
OTROS
MATRIZ
PORO
n
CER1
0
0,069
0
0,176
0
0
0,723
0,031
159
CER2
0,013
0,203
0,004
0,091
0,004
0
0,63
0,056
232
CER3
0
0,243
0,003
0,063
0,003
0,003
0,606
0,077
300
CER4
0
0,292
0,01
0,082
0
0,031
0,518
0,067
195
CER5
0,099
0,053
0,145
0,061
0,061
0,008
0,527
0,046
131
CER6
0
0,243
0,01
0,034
0
0,003
0,664
0,045
292
CER7
0,193
0,044
0,07
0,044
0,026
0,009
0,5
0,114
114
CER8
0
0,27
0
0,02
0
0
0,65
0,06
277
CER9
0,181
0,032
0,096
0,037
0,074
0,011
0,484
0,085
188
CER10
0
0,181
0,004
0,051
0,031
0
0,693
0,039
254
CER12
0
0,257
0,017
0,056
0
0,003
0,624
0,043
303
CER13
0
0,263
0,006
0,045
0
0,006
0,643
0,039
179
CER14
0
0,116
0,008
0,019
0,008
0,004
0,806
0,039
258
CER15
0
0,202
0,004
0,133
0
0
0,614
0,047
233
CER16
0
0,098
0
0,143
0,008
0,008
0,737
0,008
133
CER18
0
0,178
0
0,078
0,011
0
0,672
0,061
180
CER20
0
0,194
0,005
0,171
0
0,005
0,57
0,056
216
CER22
0,003
0,243
0,003
0,15
0
0
0,483
0,117
300
CER23
0
0,307
0,003
0,02
0,003
0
0,59
0,077
300
CER24
0
0,23
0,008
0,012
0
0,004
0,71
0,036
252
CER25
0,157
0,05
0,003
0,037
0,003
0,02
0,654
0,077
300
CER26
0
0,217
0,007
0,083
0,003
0,007
0,6
0,083
300
CER27
0,114
0,057
0,06
0,018
0,05
0,007
0,602
0,093
281
Tab. 4 [1]. Resultado de análisis modal de lámina delgada, proporciones entre las variables establecidas. Fragmento
de roca máfica (FRM), fragmento de roca félsica (FRF), mineral ferromagnesiano (FM), mineral félsico (FS), vidrio
volcánico (V), otros, matriz, poro y número total de identificaciones por muestra (n).
Trab. Prehist., 73, N.º 1, enero-junio 2016, pp. 90-114, ISSN: 0082-5638
doi: 10.3989/tp.2016.12165
102
M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
FRM
FRF
FM
FS
V
OTROS
MATRIZ
PORO
n
CER28
0
0,25
0,007
0,017
0,003
0
0,67
0,053
300
CER29
0
0,255
0,011
0,011
0
0
0,695
0,028
282
CER30
0
0,177
0,005
0,099
0
0
0,625
0,094
192
CER31
0
0,207
0,003
0,036
0,007
0
0,705
0,043
305
CER32
0
0,297
0,023
0,03
0
0,004
0,617
0,03
266
CER33
0
0,247
0,013
0,09
0
0
0,597
0,053
300
CER34
0
0,283
0,007
0,033
0,003
0,003
0,617
0,053
300
CER35
0
0,199
0,02
0,04
0
0
0,717
0,024
251
CER36
0
0,167
0
0,117
0
0
0,642
0,075
240
CER37
0
0,245
0,013
0,04
0,007
0
0,645
0,05
298
CER39
0
0,324
0,007
0,118
0
0,003
0,457
0,091
287
CER40
0
0,25
0,007
0,13
0,003
0,003
0,517
0,09
300
CER41
0
0,205
0
0,087
0,004
0,004
0,645
0,055
254
CER42
0
0,142
0,005
0,038
0
0
0,776
0,038
183
CER43
0
0,113
0,003
0,027
0,037
0,01
0,773
0,037
300
CER44
0,087
0,033
0,082
0,06
0,033
0
0,623
0,082
183
CER45
0
0,218
0,032
0,048
0
0
0,66
0,043
188
CER47
0
0,197
0,003
0,16
0,007
0,007
0,54
0,087
300
CER49
0
0,22
0,024
0,034
0
0
0,698
0,024
205
CER50
0,221
0,047
0,087
0,043
0,017
0,037
0,441
0,107
299
Tab. 4 [2]. Resultado de análisis modal de lámina delgada, proporciones entre las variables establecidas. Fragmento
de roca máfica (FRM), fragmento de roca félsica (FRF), mineral ferromagnesiano (FM), mineral félsico (FS), vidrio
volcánico (V), otros, matriz, poro y número total de identificaciones por muestra (n).
a uno menor de dos ejemplares (GQ-A) y una
muestra que no pudo asignarse a una de las agrupaciones anteriores (CER25) (Tabs. 4 y 5; Fig. 8).
Sin embargo la correspondencia con los grupos
composicionales no es total, ya que los individuos
sin asignación química han podido relacionarse
con el resto de las muestras petrográficamente.
Los ejemplares correspondientes a GQ-A
han sido incluidos en el grupo Material máfico
de grano fino, que presenta un alto porcentaje
de minerales ferromagnesianos y fragmentos de
basalto olivino-piroxénico (Fig. 9a), aunque muy
raros también se identificaron algunos cristales de
titanita. Además es el subgrupo que cuenta con
un tamaño de grano medio menor.
El grupo Rocas máficas, carbonatos y rocas alteradas comprende los individuos de GQ-B junto a
CER46. De esta última no pudo obtenerse un nú-
mero de puntos significativo para contemplarla en el
análisis modal, aunque las observaciones a lámina
delgada mostraron importantes similitudes con el
resto de los componentes de este grupo. Su componente principal son fragmentos de basalto, con
fenocristales de olivino iddingsitizado, asociados a
mesostasis microcristalina y vítrea de tonos oscuros (Fig. 9b). Aunque en un pequeño porcentaje, se
detectaron fragmentos de roca con signos de alteración, que incluían cristales de zeolita. Asimismo,
este grupo petrográfico presenta una granulometría
media sensiblemente mayor a la del anterior.
Todos los componentes de GQ-C han sido incluidos en el conjunto Tefritas-fonolitas con haüyna, junto a CER30. En él predominan los fragmentos de roca de composición félsica con fenocristales
de haüyna, clinopiroxeno sódico, a menudo zonado, y anfíbol con señales de reabsorción (Fig. 9c).
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Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
103
Fig. 8. Diagrama combinado de barras apiladas y líneas. Las barras representan la proporción de las categorías de
desgrasante aplicadas en el conteo de puntos, sin tener en cuenta los porcentajes de matriz y poro. El porcentaje de estas
dos últimas variables están representadas por las líneas horizontales.
Los individuos correspondientes a GQ-D, así
como otros sin asignación como CER1, 2,15 y 36,
componen el grupo Rocas félsicas. Estos mostraron un alto porcentaje de cristales de anortoclasasanidina y fragmentos de roca de composición félsica, a veces con textura bandeada, en la que esos
mismos minerales aparecen como fenocristales
(Fig. 9d). Como elemento característico presenta
cristales de biotita. Tiene además la granulometría
media mayor de los tres grupos mayoritarios, sólo
superada por CER25.
Por último, CER25 cuenta con fragmentos de
roca alterada como desgrasante principal (Fig.
9e), junto a cristales de zeolita en ocasiones en
formas arriñonadas a partir de los límites de las
vacuolas de la roca (Fig. 9f). Aunque en menor
porcentaje, también se han identificado en esta
lámina fragmentos de roca y minerales de composición diversa.
Prácticamente todas las muestras presentaron
actividad óptica en su matriz, con oscurecimientos en zonas centrales, asociadas a nervio de
cocción (CER10, 14, 15, 18, 26, 34, 35,38, 43),
o en los márgenes externos (CER1, 3, 6, 13, 31,
39, 41). Las únicas excepciones son parte del grupo Tefritas-fonolitas con haüyna (CER24, 30, 43),
donde se observó una matriz de escasamente
activa a inactiva, con señales de vitrificación
en algunas zonas (Fig. 9g).
Los huecos tienen en general formas alargadas
(micro a mega planares), paralelos u oblicuos a
la orientación de las paredes, en especial en las
zonas más cercanas a la superficie, con algunos
redondeados en las zonas más próximas al núcleo
de la fractura. La mayor diferencia se observa en
los componentes de Material máfico de grano
fino, donde los huecos presentan formas de cavidad y vesícula.
Por otra parte, si bien la mayoría de las inclusiones identificadas son de origen mineral, un
caso particular es CER43 con fragmentos de madera carbonizada, procedentes al menos de dos
tipos de maderas diferentes, de una monocotiledónea y una angiosperma, sin poder determinarse
las especies (Fig. 9h).
3.4. Análisis mineralógico y microestructural
Los resultados de la caracterización química
evidencian que las pastas cerámicas han de ser
consideradas tecnológicamente como poco calcáreas (CaO < 5% - 6 %) (Tab. 3), algo propio
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104
M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
Grupo
petrográfico
Componentes
Color
matriz
(NP)
Actividad
óptica
Empaquetamiento
Granulometría
(mm)
Inclusiones
Material
máfico de
grano fino
Grupo
geoquímico A
Anaranjado
A
Cerrado a
espaciado
simple
Media: 0,18
Mo: 0,08
Mín.: 0,05
Máx.: 2,43
Común: Minerales ferromagnesianos
(augita-diópsido, egirina-salita; olivino total o parcialmente
iddingsitizado; hornblenda-kaersturita; magnetita-espinela). Basalto
olivino-piroxénico Escaso: Plagioclasa sódico-cálcica y feldespato
sódico-potásico. Fonolita
Muy raro: Titanita
Rocas
máficas,
carbonatos
y rocas
alteradas
Grupo químico AmarillentoB
anaranjado
Sin asignación:
CER46.
A
Cerrado a
espaciado
simple
Media: 0,47
Mo: 0,08
Mín.: 0,05
Máx.: 2,65
Frecuente: Basalto olivino-piroxénico
Común: Minerales ferromagnesianos (augita-diópsido, magnetitaespinela, augita-salita; olivino fuertemente
iddingsitizado; kaersturita-hornblenda) Escaso: Fonolita, plagioclasa
y feldespato alcalino
Muy escaso: Rocas alteradas, esparita y micrita primarias
Anaranjado
A-I
Espaciado
simple
Media: 0,49
Mo: 0,08
Mín.: 0,05
Máx.: 2,8
Predominante: Tefritas-fonolitas
(fenocristales sodalita-haüyna) Común: Plagioclasa
Muy escaso: Minerales ferromagnesianos (augita-egirina
frecuentemente zonada, clinoanfíbol cálcico)
Raro: Vidrio volcánico
Grupo
Amarillento
químico D
Sin asignación:
CER1-2,
CER15,
CER36
A
Cerrado a
Media: 0,59
espaciado doble
Mo: 0,1
Mín.: 0,05
Máx.: 3,85
Dominante: Sanidina-anortoclasa Frecuente: Fragmentos de roca
félsica Muy escaso: Vidrio volcánico
Raro: Minerales ferromagnesianos (óxidos de Fe y Ti, clinoanfíbol,
clinopiroxeno sódico) y biotita
Muy raro: Fragmentos roca máfica.
Fenocristales de olivino iddingsitizados. Mesostasis vítrea de color
oscuro
A
Cerrado a
Media: 0,71
espaciado doble. Mo: 0,13
Mín.: 0,05
Máx.: 3
Frecuente: Fragmento de rocas alterada y zeolita
Común: basalto olivínico-piroxénico, fonolita microlítica
Escaso: sanidina-anortoclasa
Raro: olivino, vidrio volcánico, esparita y micrita (llenando huecos)
TefritasGrupo
fonolitas con
químico C
haüyna
Sin asignación:
CER30
Rocas félsicas
Rocas
alteradas
CER25
Amarillento
Tab. 5. Resumen de características de los grupos petrográficos identificados. Abreviaturas: NP nícoles paralelos; A: activo;
I: inactivo; Mo: moda. Las categorías de frecuencia empleadas para las inclusiones se definieron únicamente a partir
de las categorías de desgrasantes del análisis modal, sin contemplar los resultados correspondientes a “matriz y “poro”.
de la geología local, islas oceánicas de origen
volcánico. También se relaciona con ello que el
cuarzo no sea siempre la fase mineral principal
de las fábricas, así como el hecho de que no se
hayan observado minerales o fragmentos de roca
que contengan este mineral en el análisis petrográfico. Ello parece deberse a que su presencia en
las islas se detecta sobre todo en la fracción fina
de los depósitos sedimentarios, asociada a aportes
aéreos procedentes del continente africano (Menéndez et al. 2007). Asimismo, en varias muestras se ha observado un desarrollo pobre de las
reflexiones basales que en ocasiones enmascara
los picos de illita-moscovita en torno a 8.74º2θ.
Este comportamiento se debe a la presencia de
vidrio volcánico y materiales con un grado de
cristalinidad bajo, y no se ha tenido en cuenta en
el análisis tecnológico.
En líneas generales, los datos mineralógicos
coinciden con los resultados anteriores. Los dos
componentes de GQ-A han mostrado una composición mineral muy similar (Fig.10a), con clinopiroxeno y hematites de origen primario, asociados
a la presencia de componentes basálticos y las
altas concentraciones de Fe2O3 de la fábrica. Las
observaciones a MEB (Fig.11a) han permitido
estimar una temperatura de cocción equivalente
(TCE) inferior a 750 ºC, sin señales de sinterización (Buxeda i Garrigós et al. 2003).
En GQ-B (Fig.10b) se observa la presencia de
analcima, mucho más desarrollada en CER50 que
en el resto. Esto coincidiría con las observaciones petrográficas, donde en ocasiones se encontraban rellenando vacuolas de fragmentos de roca
de composición máfica, un proceso común en la
isla (Rodríguez et al. 2012). Ello invita a suponer
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Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
105
Fig. 9. Micrografía de representantes de cada uno de los grupos petrográficos con nícoles paralelos, los componentes
significativos aparecen indicados. a-e Vista general de la pasta. f Detalle de fragmento de roca alterada con cristales
de zeolita. g Detalle de zona de matriz vitrificada. h Detalle de inclusión vegetal carbonizada. Escala gráfica 250 µm.
Etiquetas: blanco con borde negro desgrasante; negro con borde blanco minerales característicos incluidos en fragmento de roca. Abreviaturas para minerales según Whitney y Evans (2010): Amp, anfíbol; Bt, biotita; Cal, calcita; Cpx,
clinopiroxeno; Fsp, feldespato; Hyn, haüyna; Ol, olivino; Opq, opaco; Ttn, titanita; Zeo, zeolita. Para los fragmentos de
roca: Bas, basalto; Fon, fonolita; FRA, fragmento de roca alterada; FRF, fragmento de roca félsica; Tef-fon, tefrita-fonolita.
Publicada en color en la edición electrónica.
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M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
Fig. 10. Difractogramas de muestras representativas de los grupos composicionales y petrográficos detectados. Las
flechas en (d) indican cambios con respecto a (c), que pertenecen a los mismos grupos químico y petrográfico. Anl:
analcima; Cpx: clinopiroxeno; Hem: hematites; Ilt-Ms: illita-moscovita; Kfs: feldespato potásico; Nph: nefelina; Pl:
plagioclasa; Qz; cuarzo (Whitney y Evans 2010) (160 mm x 107,5 mm).
que se trata de minerales presentes originalmente en las materias primas. La mayor intensidad
de los picos de analcima en CER50 explicaría a
su vez las mayores concentraciones de Na2O y
su distanciamiento del resto de componentes de
GQ-B. Las observaciones por MEB muestran un
estadio de no vitrificación que permiten estimar
una TCE inferior a 750 ºC (Fig. 11b).
En GQ-C (Fig. 10c) se han observado algunas
diferencias entre sus componentes. En la mayoría de los individuos se percibe la presencia de
illita-moscovita, pero en CER24 (Fig. 10d) está
ausente. Igualmente el pico de analcima de la
posición 15.769º2θ casi no se aprecia en CER24
y CER43, que presentaban además una escasa
actividad óptica en el análisis petrogáfico. En el
difractograma de CER24 también se ha detectado
un pico sin asignación, posiblemente debido al
grado de molturación de la muestra.
Para contrastar estas diferencias se llevaron a
cabo observaciones mediante MEB. En ellas CER12
y 31 mostraron un estado de no vitrificación, como
en el resto de los casos (Fig. 11c). En cambio en
CER24 su microestructura variaba, de no vitrificada
en zonas cercanas a su superficie externa, a zonas
de vitrificación continuada con una alta concentración de pequeñas burbujas, típicamente inferiores
a 5 µm (Fig. 12), una microestructura característica
de cocciones rápidas a alta temperatura (Maniatis y
Tite 1975; Buxeda i Garrigós et al. 2003).
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Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
107
Fig. 11. Microfotografías de MEB a 2000X. La escala
gráfica representa 10 µm. a Individuo CER5 del GQA. b Individuo CER7 del GQ-B. c Individuo CER12 del
GQ- C. d Individuo CER40 del GQ-D.
Esta variabilidad presentada por un mismo
individuo explicaría la diversidad de patrones en
la intensidad de los picos de illita-moscovita y
analcima, que podría depender de cómo estén representadas en la muestra analizada las zonas más
o menos alteradas por el efecto del fuego, al ser
homogeneizadas para el análisis. En este sentido,
la desaparición rápida de los picos de analcima se
debe a su descomposición a temperaturas relativamente bajas (Madrid i Fernández 2005), siendo
por tanto parte de las materias primas empleadas,
tal vez como producto de alteración de las tefritasfonolitas (Balcells et al. 1990: 72).
En relación a las observaciones de GQ-C, en
CER30 los picos asociados a feldespato potásico (anortoclasa) son de mayor intensidad. Esta
muestra presenta además picos de clinopiroxeno
peor definidos que los componentes del GQ-C,
lo que relacionaría con su menor contenido en
elementos como Fe2O3 y mayores concentraciones de Al2O3.
Los componentes de GQ-D carecen de diferencias en su mineralogía (Fig.10e), con una
microestructura característica del estadio de no
vitrificación (Fig. 11d).
La muestra CER25 (Fig. 10f) cuenta con un
pico principal de analcima claramente definido,
y señales menos intensas pero igualmente apreciables de clinopiroxeno. Teniendo en cuenta las
observaciones petrográficas, como ocurre en los
otros casos, parece tratarse de minerales presen-
Fig.12. Micrografías de MEB a 2000X del individuo
CER24. La escala gráfica representa 10 µm. a Resto de
la matriz exhibiendo una alta concentración de pequeñas
burbujas. b Exterior con un estado de sinterización de
no vitrificación .
tes originalmente en las materias primas, por lo
que concluimos que se trata igualmente de una
cocción a baja temperatura.
Las muestras sin asignación química fueron
relacionadas petrográficamente con el grupo de
Rocas félsicas. El análisis mineralógico arroja
patrones similares a GQ-D, siendo el más diferente CER1, con picos más intensos de feldespato
potásico, lo que puede relacionarse con los mayores porcentajes de mineral félsico del conteo de
puntos. En el resto de los casos, la comparación
con las muestras de GQ-D señala picos menos
intensos y peor definidos de plagioclasa, lo que
podría explicar las diferencias composicionales
determinadas.
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M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
3.5. La relación entre los datos arqueométricos
y morfotécnicos
Se pueden definir cinco fábricas cerámicas en
el yacimiento, combinando las denominaciones de
los grupos químicos y petrográficos: A-Material
máfico de grano fino; B-Rocas máficas, carbonatos
y rocas alteradas; C-Tefritas-fonolitas con haüyna;
D-Rocas félsicas y CER25-Rocas alteradas.
Estas fábricas muestran una relación muy diferente con los grupos morfotécnicos y funcionales, que parece conectada con la granulometría
de sus desgrasantes (Tab. 5). La fábrica con una
granulometría media menor (A-Material máfico
de grano fino) sólo está formada por individuos
del subgrupo IIb; por el contrario, aquellas con
los valores granulométricos medios más elevados están formadas por individuos del Grupo I y
subgrupo IIa, pero nunca por los del IIb (D-Rocas
félsicas y CER25-Rocas alteradas). Algo similar
ocurre con la fábrica B-Rocas máficas, carbonatos y rocas alteradas, donde los representantes
del subgrupo IIb están ausentes. La relación más
compleja la muestra la fábrica C-Tefritas-fonolitas
con haüyna, que en la fase Cerera II se encuentra únicamente relacionada con el subgrupo IIb,
mientras en Cerera I aparece igualmente en las
pastas del Grupo I y del subgrupo IIb.
La relación general entre las fábricas y grupos
morfotécnicos y funcionales parece estar conectada asimismo con las proporciones medias de los
grupos petrográficos de desgrasantes (entendidas
como las diferentes categorías de líticos, minerales y vidrio volcánico), matriz y porosidad (Tab.
4). Para analizar esta conexión se llevó a cabo el
tratamiento estadístico de los datos procedentes del
análisis modal de las láminas delgadas. Cabe destacar que estos también son datos composicionales,
al igual que los de la composición química. En este
caso, es claro que el principal problema existente es
la aparición de ceros de redondeo (Martín-Fernández et al. 2011). Para solucionar este problema, se
ha utilizado la técnica de imputación de reemplazamiento multiplicativo substituyendo estos ceros
por un valor que sea el de 2/3 del valor mínimo
determinado en dicha columna con ceros (van den
Boogaart y Tolosana-Delgado 2013). Cabe destacar
que, habitualmente, los datos de matriz, porosidad
e inclusiones se trabajan amalgamando, o sumando, las diversas variables que se han definido para
las inclusiones, algo que produce problemas en la
geometría del simplex que siguen los datos composicionales. La alternativa para poder agrupar diversas partes, reduciendo la dimensionalidad de modo
compatible con esta geometría es el uso de una
partición secuencial binaria de los componentes
originales para proporcionar unas bases ortonormales (Egozcue y Pawlowsky-Glahn 2005, 2011;
van den Boogaart y Tolosana- Delgado 2013),
siendo un caso especial de las transformaciones
isométricas de logaritmos de razón (ILR), cuyas
coordenadas se establecen a partir del cálculo de
balanzas (Egozcue et al. 2003).
El dendrograma CoDa (Fig. 13) resume la información existente en las balanzas calculadas. La
variabilidad total (vt) en los datos de la tabla 4,
una vez imputados los ceros, es de 5,76, que es,
evidentemente, el valor de la traza de la matriz de
covarianzas de las nuevas balanzas. En el dendrograma CoDa la varianza asociada con cada balanza
se ilustra por su trazo vertical. Es fácil observar
cómo este trazo es mayor en las balanzas que oponen las inclusiones cristalinas félsicas y máficas
(con una varianza de 2,75, que es el 47,68 % de
la vt) y el vidrio volcánico y las inclusiones cristalinas (con una varianza de 0,76, el 13,16 % de la
vt), mientras que es menor en el resto, mostrando
su relación con los grupos petrográficos. El trazo
horizontal de las uniones representa gráficamente
los valores de estas coordenadas, en el intervalo -4
a +4. Los diagramas de caja y bigotes señalan la
distribución de dichos valores. De esta manera, se
puede apreciar cómo los valores de matriz influyen
de manera negativa en los valores de esta primera
balanza. En cualquier caso, la mayor dispersión se
observa en la balanza que opone las inclusiones
félsicas con las máficas. Así, como cabía esperar,
una mayor dispersión en los valores de una balanza
corresponde a una mayor varianza.
Utilizando las coordenadas de estas balanzas,
cuyas bases son ya ortonormales, se puede observar el diagrama de dispersión de las coordenadas
de la balanza de Matriz vs No Matriz, en abscisas,
y Poros vs Inclusiones, en ordenadas (Fig. 14).
De acuerdo con estos valores C-Tefritas-fonolitas
con haüyna, aunque presentan cierta variabilidad,
tienen en general una proporción menor de porosidad que el resto frente a los valores de matriz.
Al contrario que en la anterior, en la fábrica DRocas Félsicas los valores son mayores en abscisas
y menores en ordenadas. Finalmente, las fábricas
B-Rocas Máficas y A-Material Fino presentan
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Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
109
del individuo CER16, que le confiere una posición
completamente diferenciada al resto de individuos.
El resultado parece señalar, pues, la búsqueda
de ciertas características de las pastas cerámicas,
relacionadas con el tamaño de los desgrasantes y
su grado de porosidad, muy vinculadas además a
la función final de los recipientes, y con una selección similar que parece ser independiente de la
composición de las materias primas empleadas.
4. DISCUSIÓN
Fig. 13. Dendrograma CoDa de las balanzas establecidas
sobre los datos petrográficos.
Fig. 14. Diagrama de dispersión de la balanza Matriz
vs No Matriz en abscisas y Poros vs Inclusiones en ordenadas.
los mayores valores en abscisas, pero también en
ordenadas, mientras el individuo CER25 (de la
fábrica de Rocas Alteradas) ocupa una posición
intermedia. Cabe destacar la ubicación particular
El estudio de las producciones cerámicas
recuperadas en el yacimiento de La Cerera ha
mostrado la existencia de patrones morfológicos
y tecnológicos consistentes y que parecen ser el
resultado de estrategias productivas bien definidas.
La principal oposición se ha encontrado entre los
recipientes del Grupo I y subgrupo IIa con respecto
al subgrupo IIb. Estas diferencias son visibles en
el tratamiento de las superficies, en los patrones
decorativos y en la variabilidad morfológica de sus
componentes, y además parecen ser el resultado
de estrategias de selección de materias primas y
preparación de pastas muy diferentes.
Las características de los vasos del Grupo I y
subgrupo IIa son las que se atribuyen a recipientes
empleados en la preparación de alimentos, con o
sin exposición al fuego (Henrickson y McDonald
1983). Algunos de sus atributos, como la menor
diversidad morfológica, la ausencia de motivos decorativos y el tipo de acabados, han sido identificados en diferentes contextos como elementos clave
en el diseño de recipientes destinados al procesado
y cocción de alimentos (Schiffer 1990; González
Ruibal 2005; Nodarou 2011). Lo contrario ocurre
con los recipientes decorados del subgrupo IIb,
cuyas características apuntan a una relevancia más
acusada de su función social, haciéndolos más sensibles a los cambios estilísticos (Gosselain 1992b).
Esta división entre el Grupo I-subgrupo IIa y
el subgrupo IIb se asocia también a otros aspectos de las cadenas operativas. Destaca el empleo
de pastas con una granulometría mayor para el
Grupo I y subgrupo IIa, una elección que parece
mantenerse a lo largo de toda la ocupación. Esta
elección no parece casual, pues es conocida la
influencia de la proporción y tamaño de los desgrasantes en el desarrollo de la macroporosidad
Trab. Prehist., 73, N.º 1, enero-junio 2016, pp. 90-114, ISSN: 0082-5638
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110
M. del Pino Curbelo, A. Rodríguez Rodríguez, J. Buxeda i Garrigós, J. Mangas Viñuela, P. M. Day, P. González Quintero y M. A. Moreno Benítez
en las fábricas cerámicas, y su efecto sobre la
capacidad de los vasos para afrontar los episodios
de estrés térmico y mecánico (Kilikoglou et al.
1998; Vekinis y Kilikoglou 1998; Hein et al. 2008;
Müller et al. 2015), a los que serían sometidos los
recipientes de cocina de manera cotidiana.
Asimismo, es de destacar el mantenimiento
de tradiciones cerámicas durante largos periodos
de tiempo en el yacimiento, si bien estas sufren
cambios. Esto se percibe en una importante diferencia en la homogeneidad composicional de
los ejemplares de la fábrica D-Rocas félsicas, que
podría indicar diferencias en las estrategias de captación de recursos o de preparación de pastas, al
aumentar la homogeneidad de manera paralela al
número de recipientes recuperados (Blackman et al.
1993). En segundo lugar, el empleo de la fábrica
C-Tefritas-fonolitas con haüyna en prácticamente
todos los grupos funcionales identificados en Cerera I podría estar indicando el desarrollo de nuevas
pautas culturales diferentes a las fases anteriores.
Esto nos recuerda que la selección de las materias
empleadas en cada tipo de recipiente debió seguir en tiempos aborígenes unas normas sociales
que en ningún caso fueron estrictamente técnicas
(Lemonnier 1993; Gosselain 1998). Entre los condicionantes que pudieron influir en esta variación
durante la última fase de ocupación podrían estar
también los cambios introducidos por la presencia
de europeos en la isla, con los que el poblado de
Arehucas mantuvo una relación antagónica.
Menos diferencias se han hallado en aspectos
tecnológicos como las temperaturas de cocción,
donde la irregularidad en el grado de sinterización
de algunas muestras puede explicarse mediante
el empleo de estructuras sencillas asociadas a
cocciones rápidas y con un escaso control sobre las temperaturas máximas (Gosselain 1992a;
Livingstone Smith 2001; Buxeda i Garrigós et al.
2003). De igual manera, la aparición de desgrasantes vegetales en un caso (CER43) es anecdótica
y puede deberse a un episodio accidental. Por
otra parte, la preponderancia de poros alargados
siguiendo la orientación de las paredes indicaría
el ejercicio de presión con el fin de regularizar
y adelgazar las paredes de los vasos (Lindahl y
Pikirayi 2010), lo que podría relacionarse con los
útiles líticos identificados en el recinto (Rodríguez-Rodríguez 2009).
A falta de estudios más detallados, la comparación de las fábricas con la cartografía geo-
lógica de la zona permite considerar las materias
primas empleadas como locales, ya que existen
afloramientos rocosos similares como mucho a 1
– 2 km del yacimiento, incluyendo los ejemplares
de rocas con alteración zeolítica (Balcells et al.
1990). Esta cercanía de los recursos no significa
necesariamente que la propia cueva sirviera como
taller. La presencia de útiles de alfarería en el
recinto durante los tres periodos de ocupación
sí puede estar indicándonos sin embargo cierta
relación con la actividad alfarera. Aun así, no se
han hallado estructuras que se puedan asociar a la
producción cerámica, así como tampoco materiales sin procesar o a medio procesar que den pistas
certeras sobre el desarrollo de esta actividad en
ella. Por el contrario, el alto nivel de variabilidad
composicional obtenido en el análisis de las fábricas apunta a la existencia de más de un posible
origen, y la distinta representación de las fábricas
detectadas en este estudio podría estar indicando
varios grados de interacción entre la cueva y los
orígenes de cada una de ellas.
A pesar de la dimensión local de sus producciones, los cambios en La Cerera no son un comportamiento aislado, procesos similares como el
aumento de las piezas decoradas se han registrado
en otras zonas (Navarro Mederos 1990). Sin embargo los datos para contextualizar y dar una explicación histórica a los resultados de este trabajo
son escasos. Así, los procesos de intensificación
en la producción de alimentos y el aumento de
la presión demográfica apreciados en La Cerera se
repiten en fechas similares en otros yacimientos
de la isla (Morales Mateos 2010; Santana Cabrera et al. 2012). Ello parece coincidir además
con otros signos de diferenciación social, como
la construcción de estructuras tumulares en los
espacios sepulcrales (Martín de Guzmán et al.
1992; Alberto Barroso y Velasco Vázquez 2008;
Santana Cabrera et al. 2012), y la constatación
de un acceso diferencial a determinados alimentos
(Delgado-Darias et al. 2006).
A tenor de su comparación con estos otros
datos, creemos que posiblemente los cambios en
La Cerera reflejen otros más profundos en las
estructuras económicas y sociales aborígenes. En
este sentido, es conocido el importante papel otorgado al consumo de alimentos en la justificación
de las diferencias sociales en el seno de la comunidad indígena (Onrubia Pintado 2003; Velasco
Vázquez y Alberto Barroso 2005). Ese consumo
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Las cerámicas aborígenes de Gran Canaria (Islas Canarias) a través del yacimiento de La Cerera…
parece estar claramente reglado en los actos públicos de comensalía, que tendrían lugar en unos
espacios destinados al efecto, y para los que por
el momento sólo contamos con fechas tardías, a
partir del siglo XIII (Ascanio Padrón et al. 2004).
Es posible que los cambios en la estructura de la
producción, observados en La Cerera a través de
aspectos como la homogeneidad de las fábricas y
el volumen de materiales estén influenciados por
la consolidación de esas relaciones asimétricas.
Al mismo tiempo cabría preguntarse cómo esa
relevancia social otorgada al consumo de alimentos contribuiría al aumento de la importancia de
los recipientes del subgrupo IIb en los momentos
más recientes, y sobre todo de aquellas variedades morfológicas bajas de bordes amplios, como
hipérbolas o cilindros, cuyo uso parece exceder
del consumo individual de alimentos.
5. CONCLUSIONES
Dentro de las producciones cerámicas de los
antiguos canarios se han detectado grupos claramente individualizables. Sin embargo, es necesario considerar que los resultados obtenidos en
La Cerera trascienden de la caracterización de los
propios recipientes. Los cambios morfológicos y
tecnológicos observados nos indican los tiempos
en los que se produjeron las grandes transformaciones políticas y sociales en la isla antes y
durante la presencia europea, y cómo aquellos
pudieron verse reflejados en la organización de
los procesos productivos y las relaciones sociales
establecidas.
Aun así, la contextualización de estos datos
supone una empresa complicada en la actualidad,
debido a la falta de otros trabajos con los que
llevar a cabo una comparación. En líneas generales los cambios definidos son sincrónicos a los
observados en otras partes del registro material,
aunque también coinciden con episodios de destrucción y abandono de poblados cercanos que en
la actualidad no podemos explicar. Es de esperar
que la continuación en el análisis de los procesos productivos pueda dar más información sobre
los cambios políticos y las relaciones espaciales
establecidas entre los asentamientos de la isla, y
que ello permita en el futuro dar luz sobre estos
procesos de interacción.
111
AGRADECIMIENTOS
Miguel del Pino disfrutó de una ayuda predoctoral de la Agencia Canaria de Investigación,
Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI), cofinanciada en un 85% con fondos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
La investigación se inserta en los proyectos “Las
relaciones sociales de producción en la isla de
Gran Canaria en época preeuropea y colonial. Dos
procesos de colonización y un mismo territorio”
(HAR2013-41934-P) e “Impacto tecnológico en
el Nuevo Mundo colonial. Cambio cultural en arqueología y arqueometría cerámica” (HAR201233784) del Ministerio de Economía y Competitividad, Gobierno de España.
Xavier Clop y Carmen Machado colaboraron
en la identificación de las inclusiones carbonizadas. Agradecemos también su cooperación al
personal de El Museo Canario. El análisis de las
muestras de FRX, DRX y MEB se llevó a cabo
en los Centres Científics i Tecnològics de la Universitat de Barcelona.
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