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El monasterio de San Jerónimo de Cotalba (Valencia). Un laboratorio de técnicas de albañilería (ss. XIV-XVI) Arturo Zaragozá Catalán Rafael Marín Sánchez La arquitectura valenciana correspondiente al tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna constituyó un importante campo de experimentación que contribuyó activamente a la renovación de los sistemas constructivos, con un creciente protagonismo de la albañilería. A pesar de la escasez documental, en los últimos años se han podido identificar y datar importantes innovaciones tecnológicas a través del estudio de algunos edificios singulares, que parecen haber servido de «laboratorio» y motor del proceso gracias a la iniciativa de sus promotores y/o del ingenio de los maestros de obra que intervinieron. El antiguo monasterio jerónimo de Cotalba situado en el término de Alfauir, cerca de Gandía, en la provincia de Valencia, es un edificio cuyo interés historiográfico ha sido poco divulgado. El hecho de que, hasta hace pocas fechas, tuviese restringida su visita completa unido a la pérdida de la documentación de archivo y la, hasta ahora, escasa consideración de las obras de albañilería frente a las de cantería, han dificultado durante años su puesta en valor en el contexto tecnológico hispano. No obstante, la abundancia de bóvedas tabicadas de temprana factura; la presencia de arcos formeros y cruceros aplantillados con gruesos tendeles o juntas de mortero; los caracoles y tracerías de yeso estructural y las diferentes fábricas de tapia, además de su excelente conservación y el escrupuloso respeto mostrado por sus propietarios hacia la autenticidad del edificio, le convierten en una pieza clave para comprender la evolución de las técnicas constructivas entre los siglos XIV y XVI. Libro 3 Congreso.indb 1793 Por supuesto, el edificio conserva otros valores históricos, artísticos y patrimoniales. Está situado en un bellísimo entorno; fue sepulcro de los Aragón, duques reales de Gandía; fue tutelado por la familia Borja, que dejó una asombrosa muestra de escultura del arte de 1500 y albergó un importante patrimonio mueble ahora disperso. Pero esta comunicación se ocupará únicamente de algunas propuestas técnicas que aportan datos imprescindibles para comprender el posible origen y evolución de soluciones tan relevantes como las fábricas de gruesos tendeles, los abovedamientos tabicados o el uso de prefabricados de yeso en crucerías y escaleras. EL CONJUNTO MONÁSTICO La orden jerónima surgió a finales del siglo XIV como agrupación, bajo una regla común, de conjuntos de ermitaños que hasta ese momento habían vivido en un entorno próximo pero sin formar una comunidad religiosa. El movimiento eremítico dentro de la península Ibérica tuvo como resultado la aparición de varios focos de ermitaños, documentados a partir de mediados del siglo XIV: El Castañar, Guisando, La Plana de Jávea, San Mateo, la Murta en Alcira, etc. En octubre de 1374 se procedió a la fundación solemne del primer monasterio de la Corona de Aragón, entre Denia y Jávea, en una llanura cercana al mar, San Jerónimo de la Plana, situada bajo el monte Montgó. 28/09/15 13:38 1794 A. Zaragozá y R. Marín Figura 1 Vista aérea del monasterio. Foto Generalitat Valenciana El monasterio de la Plana, fue asaltado en 1386 por piratas berberiscos y sus monjes fueron hechos cautivos. Alfonso de Aragón, duque de Gandía y hermano del obispo de Valencia, Jaime de Aragón, pagó su recate, liberó a los monjes, y les concedió un nuevo solar cerca de Gandía, alejado de la costa. Dos años después, los monjes se asentaron en Cotalba, y tras recibir el permiso episcopal, comenzaron a construir el nuevo monasterio. San Jerónimo de Cotalba fue la casa a la que deben filiación el resto de los monasterios jerónimos de la Corona de Aragón en su etapa fundacional. El Real Monasterio de San Jerónimo de Cotalba fue definitivamente fundado en 1388 por Alfonso de Aragón «el Viejo» (1332-1412), duque de Gandía, conde de Ribagorza y de Denia, marqués de Villena, Condestable de Castilla, hijo del infante Pedro (que se retiró del mundo como franciscano) y nieto del rey Jaime II. El solar estaba ocupado por una antigua alquería musulmana con el mismo nombre. Su situación privilegiada, en una suave loma a 90 metros sobre el nivel del mar, le garantizaba protección frente a las incursiones corsarias al tiempo que permitía una excelente comunicación con las principales ciudades del reino a través del camino real que unía Denia y Gandía con Játiva. Durante cuatro siglos gozó de numerosos privilegios reales. Monarcas como Martín Libro 3 Congreso.indb 1794 Figura 2 Plano de la planta baja del monasterio según Fernando Mut «el Humano», Alfonso «el Magnánimo», Fernando «el Católico» o Felipe II, le concedieron abundantes rentas, señoríos, censos, heredades y prerrogativas y pusieron a su servicio a los más importantes maestros y escultores de su tiempo. Más allá de estas concesiones cabe destacar para la época inicial del monasterio el especial papel que tuvieron los reyes de Aragón en la divulgación por sus estados de algunas novedades constructivas como las bóvedas tabicadas, impulso que pudo ser imitado por sus familiares (Zaragozá 2012; Zaragozá y Pérez de los Ríos 2014b). Las dependencias del monasterio encajan en una planta sensiblemente cuadrada, ordenándose alrededor de un claustro. La cabecera de la iglesia conventual, el atrio porticado de la iglesia y la torre campanario, situada en el ángulo sureste del recinto, representan la única excepción. El acceso se produce actualmente a través de un profundo corredor que atraviesa el pabellón meridional. Este es un volumen de tres plantas muy transformado en el siglo XVIII que sirve como fachada principal del monasterio. El claustro, de dos niveles, es el elemento que vertebra el compacto complejo monástico. En el claustro inferior tres de sus tramos fueron edificados en el periodo inicial mientras que la panda septentrional podría pertenecer a un momento posterior. Su configuración es prácticamente cuadrada. Las pandas de los flancos sur y norte tienen 37 metros de longitud 28/09/15 13:38 El monasterio de San Jerónimo de Cotalba (Valencia) Figura 3 Galería meridional del claustro bajo. Vista general por los 36 metros de sus opuestas. Cuenta con siete tramos por lado cubiertos con bóvedas de crucería simple formadas mediante un curioso aparejo de ladrillo. Los arcos de crucería más antiguos fueron tendidos mediante ladrillos aplantillados con gruesos tendeles de mortero de cal. Arrancan de voladas ménsulas de piedra y convergen en claves también de la misma piedra caliza decoradas de manera alterna con las armas del fundador, la efigie de San Jerónimo y la de San Luis de Anjou (un antepasado del duque Alfonso). Las crucerías de la panda septentrional, más tardías o reconstruidas, carecen de la finura de las iniciales. Fueron realizadas también con ladrillos aplantillados, pero se usaron piezas achaflanadas que contrastan con los perfiles moldurados en doble baquetón de los más antiguos. Este claustro da acceso, entre otras piezas, a la iglesia, a la sala capitular, al refectorio, a la cocina y a las escaleras de acceso a la planta superior. La iglesia está situada en el pabellón sur y cuenta únicamente con accesos laterales: uno desde el exterior, recayente al lado de la epístola, y otro que comunica con el interior monacal a través de un paso existente en el claustro. Su eje principal está orientado, por tanto, de oeste a este. Es de planta rectangular, de proporción 3:1 y cabecera plana (Zaragozá e Ibáñez 2012a). Cuenta con un gran coro elevado que Libro 3 Congreso.indb 1795 1795 apea sobre una llamativa bóveda aristada de ladrillo sobre el nártex y se cubre con una espectacular bóveda tabicada que imita una crucería de nueve claves. La iglesia actual es el resultado de varias remodelaciones. Noticias documentales informan que en 1613 se cubrió el presbiterio con una bóveda vaída. Entre 1683 y 1704 el maestro Francisco Padilla añadió el trasagrario, una pequeña estancia dotada con exuberante decoración barroca cerrada por una media naranja con un gran lucernario. Finalmente, en 1762, fueron suprimidas las cubiertas originales y recrecidos los muros de la nave para facilitar el tendido de una bóveda tabicada de cañón con lunetos, sobre un entablamento clasicista, que dotase de mayor monumentalidad y luminosidad al templo. La cabecera inicialmente pudo cubrirse con una bóveda de crucería ya que una clave de bóveda con el escudo de los duques reales está reutilizada, a modo de emblema, sobre la entrada. La nave pudo cubrirse con madera como era habitual en la época. El aula capitular recae junto a la iglesia, en el tramo meridional. Está cubierta con una bóveda de crucería simple con nervios aplantillados de ladrillo similares, técnica y cromáticamente, a los tendidos en los tramos iniciales del claustro. Esta estancia se comunica con la planta superior mediante una escalera de caracol con tracerías caladas construida en yeso estructural. Además de las estancias ya señaladas, también se emplazan en este nivel el refectorio antiguo, inmediato al aula capitular; el nuevo refectorio, edificado a finales del siglo XVI o comienzos del XVII en el tramo occidental; la antigua celda prioral, flanqueada por el archivo y la biblioteca, en el extremo norte del claustro oriental; y la antigua cocina y sus dependencias anexas, emplazada desde comienzos del siglo XV en la parte baja de la pequeña torre edificada en el ángulo suroeste. Esta última se cubre con una gran bóveda tabicada de arcos cruzados y lunetos en el perímetro, que asemeja una versión tabicada de la bóveda de la capilla mayor de Santiago de Orihuela. Fue construida en 1574 por el maestro Batiste Abril (Gómez-Ferrer 2003, 147). El claustro superior está todo él resuelto con bóvedas de crucería con cascos tabicados. Se distinguen al menos tres fases de construcción por las diferencias técnicas y morfológicas que acusan tanto los vanos como las crucerías de sus tramos. Sus galerías dan acceso a las celdas individuales de los monjes y 28/09/15 13:38 1796 A. Zaragozá y R. Marín LOS NERVIOS DE LADRILLO APLANTILLADO Y LAS FÁBRICAS CON GRUESOS TENDELES DE MORTERO Figura 4 Bóveda tabicada de la cocina (1574) a los aposentos de los duques de Gandía. Actualmente se accede a este claustro mediante una escalera de dos tramos situada en el corredor meridional. La escalera noble estaba situada en la galería norte. Era de caja, de tres tramos, y desembocaba al inicio de la galería este del claustro superior mediante una espectacular portada formada por dos arcos cortina apeados en una columna entorchada, flanqueados por leones tenantes del escudo de la duquesa (Borja) regente María Enríquez, y decorados con esculturas de excelente factura. Las galerías meridional y oriental son las más antiguas, construidas a finales del siglo XV, como indican sus vanos dobles, cerrados con arcos conopiales, y la materialidad de sus bóvedas. Las del tramo meridional tienen cruceros de ladrillo aplantillado revestidos de yeso que arrancan de ménsulas pétreas decoradas. Los arcos del corredor oriental parten de ménsulas de piedra formadas por ángeles tenantes de las Arma Christi y se cierran con claves del mismo material e intención iconográfica. Todo ello realizado con la mejor escultura de la época. Los tramos septentrional y occidental, seguramente obra del siglo XVIII, presentan ménsulas de gusto clasicista. En este caso los nervios de las bóvedas parecen postizos de yeso, ejecutados con posterioridad a sus cascos tabicados, que fueron reforzados con fajas por el trasdós. Libro 3 Congreso.indb 1796 La vistosa solución de ladrillo aplantillado con gruesos tendeles de mortero de cal empleada en las crucerías del claustro bajo y de la sala capitular representan el antecedente más temprano (ca. 1380-1400) de esta variante técnica en Valencia, donde el uso de nervios aplantillados de ladrillo fue excepcional. Por otra parte el inusitado contraste producido por el rojo y blanco de ladrillos y tendeles de las crucerías carece de paralelismos en la tradición levantina hispana, más allá de los próximos y coetáneos ejemplos de Font d’En Carroç y Palma de Gandía que, sin duda, son dependientes de las experiencias realizadas en el monasterio. Otra fábrica de importancia en Valencia, dependiente de las experiencias de Cotalba por el aparejo radial del ladrillo con arcos apuntados, son las atarazanas del Grao de la mar. Aunque según Araguas (2003, 70) en los reinos de Castilla y Aragón se utilizaron nervios de ladrillo desde el siglo XIII, en Valencia dicha solución no se encuentra antes de 1400. Es sabido que en tierras aragonesas se adoptaron desde épocas tempranas los nervios cerámicos aplantillados, como en Santa María de Tobed (1356-1385) o en San Félix de Torralba de Figura 5 Detalle de los nervios del claustro bajo 28/09/15 13:38 El monasterio de San Jerónimo de Cotalba (Valencia) Figura 6 Muro de la iglesia de Palma de Gandía Ribota (1367-1410), pero allí los ladrillos están tomados con yeso, la opción más común en aquel reino, mientras que en Cotalba se usó la cal. El uso de fábricas de ladrillo con gruesos tendeles de mortero no se redujo a la construcción de arcos. Muros y pilares siguieron la misma configuración en el monasterio. Esta técnica se divulgó por toda la geografía valenciana siendo frecuente hasta finales del siglo XVII. El origen de esta peculiar disposición técnica puede ponerse en relación con el hecho de que las primeras construcciones de la orden de San Jerónimo se decantaron por la introducción de un lenguaje aljamiado. Así ocurre en los monasterios de Guadalupe en Cáceres, San Isidro del Campo en Santiponce en Sevilla, o Santa Engracia en Zaragoza. Esta predilección suele hacerse derivar del trabajo de los alarifes mudéjares. En el caso de Cotalba es difícil mantenerlo ya que las tradiciones constructivas andalusíes en la zona se reducen a la tapia de tierra o de argamasa sin uso de ladrillos. La documentada presencia de mano de obra musulmana en la obra parece reducirse a la fabricación de argamasa en lo que eran expertos. Acaso pueda encontrarse cierto paralelo entre la obra de Cotalba y la de San Isidoro del Campo, donde se construyen arcos apuntados de ladrillo aplantillado con juntas amplias, colores contrastados y aparejo radial en los arcos apuntados. Libro 3 Congreso.indb 1797 1797 No obstante, el uso combinado de gruesos tendeles de argamasa y la acentuada bicromía sugieren otras vías de llegada distintas a las aljamiadas de tradición andalusí, inexistentes por otra parte en la región. Estas disposiciones acaso procedan de la relectura de fábricas similares en el mundo medieval tardorromano y bizantino. Al respecto no habría que pensar en huellas arqueológicas de la conocida presencia de esta civilización en el sureste peninsular durante la Alta Edad Media. Habría que considerar, mas razonablemente, el indudable ámbito de intercambio que representó el Mediterráneo para una Corona tan dinámica como la Aragonesa, con presencia por aquellas fechas en lugares muy diversos desde el punto de vista cultural y tecnológico. Cabe recordar que durante los años de la fundación del monasterio de Cotalba el rey Pedro el Ceremonioso, de quien el duque Alfonso era primo y consejero, era duque de Atenas. Las fábricas de ladrillo con grandes tendeles eran las comunes en esta época en Atenas y en el Peloponeso. La bicromía en arcos es igualmente frecuente en el mundo oriental y en el italiano. Los aparejos radiales de ladrillo de arcos ultrasemicirculares y apuntados han sido también descritos en el ámbito tardorromano (Marta 1989). Esta posible influencia bizantina en los sistemas constructivos valencianos parece entreverse también en otras propuestas cronológicamente muy próximas que, aunque han sido asociadas a una indeterminada tradición romana, resultan igualmente compatibles con dicha hipótesis. Es el caso de los hormigones de cal mezclados con ladrillos triturados tendidos sobre las plementerías tabicadas de la parroquial de los Santos Juanes de Valencia (1368) para la formación de pendientes de sus cubiertas planas (Estellés 1986), solución que coincide puntualmente con la descripción que ofrece Choisy ([1883] 1997, 10) de los morteros bizantinos para grandes espesores. En este sentido, podría considerarse también como una actitud de relectura o renacimiento técnico de disposiciones constructivas de la antigüedad, el posible origen de la tapia valenciana. Esta es mucho más próxima conceptualmente a una fábrica romana que a una islámica. En este elemento, el paramento exterior actúa como superficie de encofrado y terminación, permite ahorrar ladrillos y, además, el grosor de los lechos se adapta a la composición del núcleo para hacer compatibles las deformaciones de sus estratos. De hecho, en Valencia, no se han localizado vestigios 28/09/15 13:38 1798 A. Zaragozá y R. Marín de esta técnica anteriores a la segunda mitad del siglo XIII (Martella 2014 ). Al margen de estas consideraciones, la disposición de las crucerías del claustro bajo podría haber prefigurado a su vez otra innovación: el uso de dovelas prefabricadas de yeso para la formación de las crucerías con técnicas a medio camino entre la albañilería y la cantería. Esta solución, surgida tal vez en Játiva en los umbrales del siglo XV (Marín 2014, 401), podría justificarse como un intento de agilizar el proceso de ejecución de las nervaduras de albañilería ahorrando ladrillos y mejorando a la vez la calidad de su terminación. Se da por hecho que la formalización de las nervaduras de ladrillo implicaba irremediablemente su aparejo pieza a pieza sobre una cimbra, sin embargo, existen evidencias documentales y arqueológicas que lo refutan (Marín 2014, 402). En ocasiones se usaban moldes vaciados en yeso con ladrillos introducidos en su núcleo, es decir, se fabricaban dovelas de yeso con un alma de ladrillo para ser puestas en obra como si fuesen piezas de cantería. Esta solución ha sido identificada en los cercanos monasterios de Santa Clara (ca. 1415) y en el de Santo Domingo de Játiva (inicios del s. XV) en fechas tempranas y próximas a su antecedente de Cotalba. Durante las sucesivas fases de construcción de estos complejos la variante evolucionó reemplazando los ladrillos por mampuestos en beneficio de las secciones macizas de yeso (Marín 2014, 403). LAS BÓVEDAS TABICADAS Y LA BÓVEDA DE LA TORRE DE LAS CAMPANAS Cabe recordar que Cotalba se encuentra a pocos kilómetros de Játiva, donde se encuentran las bóvedas tabicadas más antiguas conocidas hasta ahora (Zaragozá 2012). A su temprana presencia en el diseño general del monasterio hay que añadir, en este caso, que los plementos tabicados se apearon también en nervios de ladrillo. En este contexto cobra interés la bóveda del cuerpo superior de la torre de las campanas. Situada en la fachada sur, es uno de los elementos más interesantes del monasterio. Debió ser concebida con función defensiva y construida en una sola fase, lo que justificaría la ausencia inicial de huecos en su parte inferior y el almenado superior. Solo el cuerpo de Libro 3 Congreso.indb 1798 Figura 7 Bóveda del cuerpo de campanas de la torre campanas tiene aberturas formadas por potentes vanos rematados con arcos apuntados. Su planta es perlongada, de unos 9x11 metros de lado. La caña fue construida con una fábrica de mampostería encofrada en su tercio central reforzada con amplios encadenados de sillería en los ángulos. El muro del cuerpo de campanas, realizado con la técnica del emplectum, está revestido exterior e interiormente con fábricas de sillería. Todos los sillares de la torre son de similar naturaleza y dimensiones. 28/09/15 13:38 El monasterio de San Jerónimo de Cotalba (Valencia) La bóveda del cuerpo de campanas aparenta una bóveda aristada de ladrillo con un peculiar e infrecuente aparejo en cola de golondrina carente de nervios. No obstante, mirando atentamente se comprueba que fue construida como una bóveda de crucería con nervios pétreos. Los cruceros, que han perdido todas sus dovelas desde los salmeres hasta la clave, tenían forma de baquetón poligonal. Solo se conservan sus arranques, que parten desde una sencilla ménsula con apariencia de terminación redondeada del propio nervio. Los cascos son aparejados de ladrillo a tizón, de pie y medio de espesor, con sus hiladas dispuestas en cola de golondrina. Presentan gruesos tendeles y el mortero, probablemente de cal, prácticamente envuelve los ladrillos por su intradós debido a que fueron ejecutados, como si de una fábrica de tapia se tratase, sobre un encofrado perdido tabicado de dos hojas. De esta cimbra tabicada solo se conservan algunas piezas adheridas en los encuentros con los muros oriental y septentrional, aunque suficientes para identificar su disposición y aparejo. Las dos hojas tabicadas fueron tendidas con la soga del ladrillo orientada según la directriz del cañón apuntado. En ambas, las juntas equidistan medio pie, si bien, evidenciándose un leve cruce de las hiladas para evitar la superposición de los tendeles de ambas hojas. No parece que la bóveda tabicada fuese revocada por su intradós. El uso de tabicados como encofrado perdido de una bóveda a rosca ya fue identificado en la cripta de la sala capitular (1329-1336) del antiguo convento de Santo Domingo de Játiva (Zaragozá 2012, 17) y, posteriormente, se ha tenido noticia de otras análogas. La solución, por tanto, ofrece pistas sobre uno de los posibles orígenes de las bóvedas tabicadas. Cabe recordar el paralelismo funcional entre estas soluciones tempranas y los antecedentes imperiales romanos descritos por Choisy. Aunque en Valencia, a diferencia de aquellos, los tabicados usados como cimbras son auto sustentantes, en ambos casos soportan el tendido de un potente trasdosado. En el episodio valenciano, en este caso, es una bóveda aparejada de ladrillo, en otros, un relleno de argamasa aligerada a la manera romana. LAS BÓVEDAS ARISTADAS DE ALBAÑILERÍA Llamamos bóvedas aristadas a aquellas que se ordenan a partir de unas aristas que han sustituido el lu- Libro 3 Congreso.indb 1799 1799 Figura 8 Bóveda aristada tendida sobre una escalera del claustro alto gar y la función de los arcos cruceros de las bóvedas de crucería. Como éstas pueden ser simples o con terceletes. Se distinguen de las bóvedas de crucería en que carecen de nervios y hacen lo propio con las bóvedas de arista clásicas en que no están formadas por el cruce perpendicular de dos bóvedas de cañón de igual flecha. En las bóvedas aristadas los plementos son superficies de doble curvatura, similares a los existentes en las bóvedas de crucería góticas. El monasterio de Cotalba cuenta con la mayor colección conocida de bóvedas aristadas de albañilería del cuatrocientos y del quinientos valenciano. Estas bóvedas adoptan muy diversas configuraciones. Las que sostienen y cierran el coro bajo combinan la arista simple con la de cinco claves o centros. Otras situadas en la planta superior utilizan también la bóveda de cinco centros pero sin centro polar, o combina las aristadas con lunetos. Especialmente curiosos es el pasillo formado por una sucesión de bóvedas aristadas de planta cuadrada. Dato de interés es la presencia documentada de Francesc Martí Biulaigua, el más famoso maestro en albañilería del cuatrocientos valenciano, quien, con su hijo Galcerà, carpintero y albañil, percibió 25 libras el 13 de septiembre de 1479 (Gómez-Ferrer et al. 2009, 113). Asimismo, el monasterio posee una decena de portadas de yeso vertido en tapia y tallado con gubia de 28/09/15 13:38 1800 A. Zaragozá y R. Marín claustro. El elemento, realizado con técnicas mixtas de cantería y albañilería, está rematado por dos arquerías mixtilíneas concurrentes en un parteluz. Estas arrancan de unas ménsulas pétreas decoradas con ángeles y se encuentran sobre una columna torsa de piedra. La irregular factura de sus molduras apunta hacia la elaboración con terrajas y la convivencia de dos materiales asociados a dos oficios bien diferenciados —cantería y albañilería— sugiere la natural convivencia de ambos bajo el indiscutible mandato de los canteros, como ha quedado patente en otras obras suntuarias del antiguo reino de Valencia abordadas en el tránsito hacia el siglo XVI. LOS CARACOLES DE YESO Figura 9 Bóvedas aristadas. Corredor de acceso a las celdas del tercer nivel creciente grado de complejidad e interés. Sin duda, la más importante es el ejemplar, flanqueado con dos leones, situado en el ángulo suroriental del sobre- Figura 10 Portada mixta de yeso y piedra. Ángulo suroriental del sobreclaustro Libro 3 Congreso.indb 1800 Ya se ha citado anteriormente la novedosa presencia en tierras valencianas de la escalera de caja que accedía a la galería de las Arma Christi. Otras dos escaleras de excepcional interés en el monasterio son los dos caracoles de ojo abierto fabricados con yeso que se localizan en la sala capitular y en las dependencias de la torre sudoeste. Esta última es un caracol de ojo abierto de unos siete palmos valencianos de diámetro (palmo de 22,65 cm) que comunica diferentes estancias secundarias del monasterio próximas a la iglesia. Figura 11 Caracol de la torre suroeste 28/09/15 13:38 El monasterio de San Jerónimo de Cotalba (Valencia) 1801 Arranca desde una crujía anexa al vestíbulo o corredor de acceso y desemboca en la segunda planta del pabellón sur. El elemento se conserva en un buen estado relativo, pero las pérdidas de sección sufridas por los peldaños próximos a su desembarco, las grietas que los circundan y la información adicional proporcionada por una cámara termográfica permiten establecer una hipótesis sobre su proceso de ejecución que parece resultar igualmente válida para su análoga de la sala capitular. Como desvela la figura doce, la escalera fue realizada con procedimientos mixtos, a medio camino entre la cantería y la albañilería, evidenciando la colaboración de ambos oficios. Para un óptimo control formal del intradós de la superficie helicoidal que define su desarrollo se recurrió a las estrategias de cantería. En lugar de dovelas al uso, se emplearon unas placas ligeras, prefabricadas de yeso, con forma de «L» y grosores mínimos de apenas dos centímetros, que garantizaban la precisa definición de la superficie del intradós y del frente lateral que formaliza el «ojo abierto» del caracol. Algunas juntas entre las piezas, orientadas en la dirección radial según la costumbre, se han abierto con el tiempo y otras han podido ser localizadas con ayuda de la cámara térmica, que las detecta por la leve diferencia de temperatura de sus materiales. Dichas placas debieron ser fabricadas mediante vaciados, un procedimiento propio de la albañilería. Para la preparación del molde quizás pudo recurrirse a la talla previa de un sillar de cantería que actuase de contramolde. Una vez montadas las piezas en obra, se definieron los peldaños mediante cinco hiladas de ladrillo dispuestos a tizón y cogidos con yeso por el trasdós de las placas. En la escalera de la sala capitular, muy bien conservada, solo es posible intuir la presencia de estas Figura 12 Caracol de la torre suroeste. Detalle de ejecución Figura 13 Caracol de la sala capitular. Foto Carlos Martínez (2015) Libro 3 Congreso.indb 1801 28/09/15 13:38 1802 A. Zaragozá y R. Marín juntas con el apoyo de la cámara térmica. En su intradós, decorado con claraboyas talladas in situ una vez concluido el montaje, apenas se aprecian grietas significativas, más allá de algunos indicios, a distancias constantes, en los planos que configuran el «ojo abierto». De cualquier forma, las evidencias citadas solo permiten intuir el proceso constructivo de la superficie reglada que soporta los peldaños, pero se mantienen las dudas sobre la naturaleza de la tracería calada de yeso del antepecho. Las dimensiones del elemento invitan a pensar en la existencia de posibles refuerzos de madera enmarcando la tracería, tanto en el sentido longitudinal como en el transversal. La columnilla que flanquea el acceso por la parte interior, algo más gruesa que el resto, podría contar con un montante lígneo en su interior que a su vez serviría de apoyo a dos hipotéticos travesaños de madera encargados de contrarrestar el empuje de la bóveda helicoidal. Análogamente, en el frente recayente al claustro, podrían existir otros travesaños de refuerzo coincidentes con el plano de asiento de la zanca y del pasamanos. En cualquier caso, las grietas existentes en los paños calados enmarcados por esta hipotética estructura en telar, dejan claro que las superficies intermedias, presumiblemente encajadas en el armazón de madera, son macizas de yeso, probablemente vertido in situ y tallado con posterioridad. Las dudas sobre algunos de estos aspectos tardarán en ser despejadas. Los datos que ofrece la tecnología actual, mediante ensayos no destructivos, no permiten ir mucho más allá. LISTA DE REFERENCIAS Araguas, Philippe. 2003. Brique et architecture dans l Espagne Mediévale (XII-XV siècle). Madrid: Casa de Velázquez. Catalá Gorgues, Miguel Ángel. 2015. Monasterios valencianos. En prensa. Choisy, Auguste [1883] 1997. El arte de construir en Bizancio. Editado por S. Huerta y J. Girón. Madrid: Instituto Juan de Herrera, CEHOPU. 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