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Ciudades Sedientas

Agua y Ambientes urbanos en América Latina

S Agua y ambientes urbanos en América Latina A ARCHIV ANTON 105826 Danilo J. Ant6n OTROS TITULOS DE EDITORIAL NORDAN: Gente, plantas y patentes Crucible group Conocimiento sin barreras Seminario internacional Desarrollo a escala humana Manfred A. Max-Neef y otros De la economía ecológica al ecologismo popular loan Martínez 'Aber Historia de la ecología Jean Paul Deléage Miradas urbanas. Visiones barriales Ariel Gravano (Comp.) Impactos de la forestación en Uruguay Varios autores Nuestra verdadera riqueza Eduardo Gudynas Aplicaciones de la energía solar Teresa Santiago El desarrollo de la salud y la salud del desarrollo Luis Weinstein Agricultura, plaguicidas y contaminacion ambiental Pedro de Salterain La biotecnología y el futuro de la agricultura mundial Henk Hobbelink Construyendo el futuro Tratados Alternativos de Río 92 La medicalización de la sociedad I. Portillo, J. P. Barrán, R. Bayce, A. Cheroru, T. de Matt os, A. Labisch, M. Vitiar y otros Cultivando para el futuro Coen Reijntjes, Bertus Haverkort y Ann Water-Bayer Ciudades Sedientas Agua y ambientes urbanos en América Latina r . Miami San Luis Potosí La Habana México Guatemala Managua Santa Caracas Marta San ;ose Tjuito Amazonas Recife Lima La Paz Brasilia Cochabamba Rio de Janeiro Sáo Paulo Santiago Montevideo Buenos Aires Ro Ubicación de las grandes ciudades de América Latina y el Caribe. Aquellas que aquí son tratadas en detalle están en negrita. Danilo J. Antón Ciudades Sedientas Agua y ambientes urbanos en América Latina EDICIONES CUD , HEIN CANADA nordan comunidad nt-t, Coedición del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CID), UNESCO y Editorial NORDAN-Comunidad. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la presentación de los datos que en ella figuran no implican, de parte de la Secretaria de la UNESCO ninguna toma ozle posición respecto al estatuto jurídico de los paises, ciudades, territorios o zonas, o de sus autoridades, ni respecto al trazado de sus fronteras o limites. Las ideas y opiniones expuestas en la presente publicación son las propias de su autor, y no reflejan necesariamente las opiniones de la UNESCO. Titulo original en inglés: Thirsty Oties: Urban Environments and Water Supply in Latin America Titulo en francés: Villes Assoiffées: L'approvisionnement en eau dans les Villes d'Amérique Latine 01995, CIID 0 1996, para esta edición, CID, Editorial NORDAN, UNESCO IDRC, Oficina Central PO Box 8500, Ottawa, Ontario, Canada K1G 3H9 CIID, Oficina Regional para América Latina y el Caribe Casilla de Correos 6379, Montevideo, Uruguay Edición en castellano a cargo de: Editorial NORDAN-Comunidad, Avda. Millán 4113. 12900 Montevideo, Uruguay Tel.: (598-2) 35 56 09, fax: 38 16 40 Traducción de Alvaro González, revisada por el autor Antón, Danilo Ciudades sedientas. Agua y ambientes urbanos en América Latina Ottawa, Ont., CIID, 208 p.: ill Abastecimiento de asua/ recursos hfdricos/ gestión de aguas/ ambientes urbanos/ gestión ambiental/ ciudades/ América Latina/ Caribe/ degradación ambientaV políticas ambientales/ cuencas fluviales/ aguas subterráneas/ aguas superficiales/ hidrologfa/ desarrollo sostenible/ estudios de casos/ referencias. ISBN (NORDAN): 9974-42-040-7 ISBN (UNESCO): 92-3-30 3268-X Una edición de microfichas está disponible Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema recuperable, o trasmitida de ninguna manera o por ningún medio, electrónico, mecánico, fotocopiado o de otro tipo sin autorización previa del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo. Impreso en Uruguay en forma cooperativa en los talleres gráficos de Comunidad del Sur, diciembre de 1996 DL: 303.291/96 Indice Introducción 9 Los ambientes latinoamericanos 19 El ambiente físico Geología y geomorfología de los sitios urbanos 19 21 Degradación ambiental y políticas inadecuadas 41 Principales problemas ambientales que afectan a Anidrica Latina y el Caribe Frenar las tendencias actuales y gestionar el ambiente Políticas ambientales para la región Enfoques en la formulación de políticas 42 44 47 53 El agua y las cuencas hidrológicas 57 Algunos datos sobre el agua a nivel mundial Agua abundante pero inadecuadamente distribuida y de calidad variable Las cuencas hidrológicas Las aguas superficiales' Impacto antrópico sobre las cuencas hidrográficas Las cuencas hidrográficas como unidades de manejo La agricultura de riego: el mayor consumidor de agua Las necesidades urbanas y la agricultura de riego Definiendo las estrategias de gestión de aguas Algunas cuencas representativas de Amdrica Latina 57 Las aguas subterráneas 71 Ventajas del agua subterránea Acuíferos apropiados para su utilización urbana 71 58 58 59 60 61 62 62 63 64 75 Ciudades Sedientas 8 Ciudades que dependen del agua de superficie 93 Región metropolitana de Sdo Paulo2 Montevideo y la región costera del Uruguay Medio ambiente y abastecimiento de agua en la Sabana de Bogotá Santiago de Chile 93 99 106 Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 115 Gran Buenos Aires y La Plata El valle de Cochabamba El acuífero de Lima Santa Marta y la costa del Caribe Colombiano Recife y la zona costera pernambucana San José y el valle central de Costa Rica 115 123 127 133 137 Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 143 111 141 El valle de México El valle de Guatemala La cuenca de Managua La capital actual del país Maya: Mérida de Yucatán 143 Gestión de los recursos hídricos 163 Complejidad del manejo del agua urbana Los problemas ambientales y sus costos Causas de los problemas de abastecimiento de agua en las áreas urbanas 163 166 Desarrollo sostenible de los sistemas hídricos Factores que afectan la demanda de agua Niveles de demanda en las ciudades latinoamericanas Recursos hídricos y uso de aguas servidas Análisis económico Saciando la sed urbana Agua y pobreza Agua, salud y calidad de vida Escasez del agua Las dos caras del problema hídrico: la oferta y la demanda Sustentabilidad y equidad Modelos insostenibles en la región Conclusiones Glosario 151 155 161 173 183 183 185 186 188 191 191 192 192 194 194 195 195 Introducción Una de las principales características de la reciente evolución histórica y geográfica de América Latina y del Caribe ha sido la creciente concentración de sus habitantes en áreas urbanas. Se estima que, durante las últimas décadas, la población urbana de la región ha aumentado a una tasa de más de 3.5% anual (3,6% anual, según Bartone, 1990). Ya por los fines de la década de 1980 había más de 280 ciudades con más de 100.000 habitantes; la población sumada de estas zonas urbanas excedía los 210 millones de personas representando alrededor del 46% de toda la población regional. De estas ciudades, había más de una cuarta parte con más de medio millón de habitantes, o sea 35% del total. En los 13 mayores centros urbanos con más de 3 millones de habitantes se daban las mayores concentraciones (Cuadro Nro. 1). La población de estas megaciudades alcanzaba los 105 millones, o sea el 23% del total de la región. No es fácil suministrar cifras exactas, comparables y actualizadas para las grandes áreas metropolitanas. Con frecuencia las grandes ciudades sobrepasan sus propios límites municipales o provinciales. Ciudades vecinas, antes separadas, pueden gradualmente ser absorbidas por el área urbana principal. De igual modo, es difícil determinar la tasa de crecimiento demográfico para una ciudad en crecimiento, dado que las unidades censales pueden dejar de ser comparables en el transcurso del período intercensal (por ejemplo, si se le incorporan ciudades satélites). En este ensayo se ha procurado superar estas dificultades utilizando fuentes de datos alternativas para el caso de algunas ciudades con datos no comparables'. Las proyecciones de crecimiento de la población tan sólo indican tendencias. En todos los casos se estimó un crecimiento demográfico promedio, basado en el crecimiento registrado 1. En el caso de algunas ciudades tales dificultades son casi imposibles de superar. Por ejemplo, es difícil decidir si Cainpinas, São José dos Campos o Santos pueden ser incluidas o no en el área metropolitana de &l'o Paulo. Esta ciudad brasileña está creciendo a través del valle del Paraíba, a lo largo de la Via Dutra, que comunica Sri° Paulo con Rio de Janeiro. I lay quienes ya pronostican una megaciudad, que posiblemente se llamará S'do-Rio. Una situación similar es la de la Ciudad de México, dada la absorción de algunas importantes ¡Veas urbanas, anteriormente independientes, como ser Toluca, Cuernavaca, Puebla, y Cuatilla. De acuerdo con el último censo, el crecimiento de la Ciudad de México parecía en cierto modo haberse reducido, si se consideraba exclusivamente el Valle de México, pero si se incluyen las ciudades mencionadas, en realidad el crecimiento se ha acelerado. En la presentación del Cuadro adjunto hemos tratado de conciliar los datos estadísticos que con frecuencia no reflejan la realidad con la situación actual. Ciudades Sedientas 10 Cuadro Nro. 1 - Población actual y proyectada de algunas de las mayores ciudades de la región de América Latina y del Caribe (millones de habitantes) Ciudad Población 14,8 15,2 10,0 Lima 5,5 4,0 Bogotá 4,4 Santiago 3,4 Caracas 2,9 Recife 0,7 Guatemala 1,4 Montevideo San José de Costa Rica 0,5 0,6 Managua México Sao Paulo Buenos Aires Año 1979 1991 1980 1985 1985 1990 1989 1991 1981 1985 1989 1979 Fuente 1 2 3 3 3 3 3 2 3 3 3 3 1995 22,8 16,8 12,6 2000 24,0 3,9 3,2 18,5 13,3 7,8 5,6 5,2 4,3 3,5 1,1 1,2 1,6 0,6 0,9 1,7 0,7 1,0 7,1 5,1 4,8 Fuentes: 1. Wilkie et al. (1988); 2. Abril (1993); 3. Europa (1991) durante el último período intercensal y se aplicó esa cifra en forma acumulativa a todo el lapso de la proyección. Dado que, por razones obvias, no era posible utilizar el mismo criterio para todas las ciudades, en algunos casos se realizaron correcciones. Las ciudades mayores son las que han experimentado un crecimiento más acelerado. Las estadísticas demográficas dejan poco margen que permita esperar una reversión radical de las tendencias actuales. Si, como es de esperar, la tasa de crecimiento no se reduce en forma significativa, hacia el afín 2020 habrá más de 500 millones de personas (o sea dos tercios de la población) viviendo en ciudades de más de 100.000 habitantes. La hiperconcentración ha alcanzado niveles alarmantes especialmente en tres megaciudades: Ciudad de México (22,8 millones), Sao Paulo (16,8 millones) y Buenos Aires (12,6 millones). Se puede pronosticar que las ciudades de México y Sao Paulo alcanzarán respectivamente 25 y 22 millones antes del año 2010. Para ese entonces otras zonas urbanas habrán de contar con más de 10 millones de habitantes, incluyendo Rio de Janeiro (12 millones) y Lima (10 millones), en tanto que muchas otras se aproximarán o excederán los 5 millones (Belo Horizonte, Bogotá, Caracas, Guadalajara, Monterrey, Porto Alegre, Recife, Salvador y Santiago de Chile). Tal grado de concentración urbana es mucho mayor que el esperado para las grandes ciudades del mundo desarrollado, cuyo crecimiento es notoriamente menor. Esos niveles de población son incluso superiores a los que se encuentran en las mayores megaciudades de los países más densamente poblados del Tercer Mundo. En la República Popular China, donde reside una población de más de 1.150 millones, no hay ninguna ciudad con más de 18 millones de habitantes. En efecto, Shangai, la mayor ciudad de China, tiene «solamente» 16 millones de habitantes. Sao Paulo y Ciudad de México son más grandes que Shangai, a pesar de que la población de sus respectivos países sea respectivamente 14 y 9 veces menor que la de China. También en la India, cuya población total es del orden de los 900 millones, las dos mayores ciudades, Calcuta (17 millones) y Bombay (16 millones) tienen poblaciones similares o menores que las citadas megalópolis latinoamericanas. El crecimiento incontrolado de las áreas urbanas en América Latina y el Caribe se ha dado simultáneamente con una de las mayores crisis financieras en la historia de la región. En casi todos los paises del continente la deuda externa se ha incremen- Introducción 11 tado a un ritmo aún mayor que la población en las áreas urbanas. El problema se agudizó hacia fines de la década de 1980 en Brasil (cuya deuda externa alcanzaba en ese entonces los U$S 116,9 mil millones), en México (U$S 105,9 mil millones) y Argentina (U$S 56,2 mil millones). También se manifestó el mismo fenómeno en otros países más pequeños. En algunos casos la falta de recursos imposibilitó el pago de los intereses de la deuda durante un período relativamente prolongado. Un ejemplo de ello son los casos de Argentina y Perú en 1988-1989. En otros países, las transferencias netas de recursos como resultado de la repatriación de beneficios y del servicio de la deuda o de su pago, también agotaron los fondos del erario y comprometieron la posibilidad de obtener nuevos créditos. Como resultado de ello, quedó poco dinero disponible para la inversión en infraestructuras, justamente cuando tales inversiones se hacían necesarias para ofrecer servicios a una población urbana en acelerado crecimiento. Uno de los servicios públicos mas afectados por esa carencia de recursos que es el suministro urbano de agua. A lo largo de la Historia las ciudades latinoamericanas habían dependido de sus fuentes de agua más próximas, que, en la mayor parte de los casos, eran cursos de agua, lagos o manantiales de agua dulce cercanos. Gradualmente estos recursos se fueron agotando o degradando y de esa forma las ciudades se vieron forzadas a invertir considerables sumas en la construccite de represas y tuberías para traer agua desde fuentes más alejadas. Desde hace ya bastante tiempo, el crecimiento de las ciudades sobrepasó con creces el de la mayoría de los sistemas de suministro de agua, razón por la cual se hace necesario buscar más y mas fuentes de agua para satisfacer las necesidades crecientes. Sin embargo, no hay fondos disponibles. Se construyen pocos embalses y se instalan escasas tuberías. De hecho la expansión de muchos sistemas de suministro ha cesado casi por completo. Como consecuencia de ello la cantidad de agua disponible por persona es menor y esta situación gradualmente tiende a empeorar con el tiempo. Ademas, los sistemas de distribución (originalmente diseñados para poblaciones mucho menores y para un uso limitado) se están volviendo no sólo inadecuados, sino también obsoletos. Por esa razón, requieren continuas reparaciones justamente en una época en que se dispone cada vez de menos dinero para ejecutarlas. Como consecuen- cia de ello el número de averías está aumentando, incrementándose así el agua «perdida». Las roturas, con sus correspondientes pérdidas de liquido, son comunes y las caídas de presión son cada vez mas frecuentes, multiplicándose el riesgo de contaminación en las líneas de suministro. Ademas, los viejos embalses también se encuentran en decadencia. Su capacidad de almacenamiento disminuye día a día como consecuencia de la acumulación de sedimentos. Asimismo, sus cuencas hidrográficas de recepción están siendo invadidas por nueva población urbana y rural, ye! crecimiento incontrolado de la actividad industrial, así como el vertido de efluentes, están produciendo cambios tanto en el régimen hidrológico como en la calidad del agua. Muchos embalses que servían las áreas urbanas han quedado inutilizados debido al uso inapropriado de sus cuencas altas. Los embalses futuros serán mucho más caros que los viejos. Las cuencas no afectadas por el crecimiento urbano en las cuales deben construirse las nuevas represas generalmente se encuentran alejadas de los usuarios. A veces, grandes caudales deben ser bombeados desde valles ubicados en una posición topográfica más baja, tal como sucede en la ciudad de México. Otras ciudades, como Lima, requerirán la transferencia de agua de cuencas alejadas. Será muy dificil evitar el incremento de costos resultante de las mayores distancias de conducción del agua. Al mismo tiempo se constatan prácticas de consumo claramente derrochadoras. 12 Ciudades Sedientas Las políticas hídricas (por ejemplo, el costo del agua y la tecnología disponible en materia de artefactos hidratilicos) no promueven la conservación del recurso. En muchos casos los costos del agua son mayores precisamente en las áreas urbanas con peor suministro, bajo consumo y bajos ingresos, y menores en los vecindarios pudientes, cuyos hábitos de consumo de agua son más derrochadores. La situación de los sistemas de saneamiento es aún peor. Sólo un 41% de la población urbana de la región está conectada a sistemas cloacales y más de un 90% de las aguas servidas son descargadas en el ambiente sin ningún tipo de tratamiento. Se estima que hacia el año 2000 habrá un número adicional de 141 millones de personas necesitando dichos servicios. No es muy probable que, dada la actual crisis financiera, los países de América Latina y del Caribe puedan obtener al menos una parte significativa de los recursos necesarios para financiar estas infraestructuras tan necesarias. En la mayoría de las ciudades el tratamiento de las aguas residuales es escaso o nulo. Los efluentes urbanos son volcados en la naturaleza sin tratamiento previo, lo que obviamente trae aparejado riesgos para la salud de la población que vive en las proximidades o aguas abajo de los desagües. Las consecuencias de tal situación pueden ser catastróficas. Millones de personas son excluídas de los sistemas de distribución de agua, y muchas comunidades urbanas se ven forzadas a utilizar variados recursos para obtener agua, algunos de los cuales muy imaginativos pero no siempre confiables. Para muchas de ellas el agua escasa que pueden conseguir es además de baja calidad. Como resultado de ello muchos millones de personas están expuestos a riesgos sanitarios que hacen aumentar las tasas de mortalidad. Un ejemplo de ello lo constituyó el brote de cólera que se originó en Perú y se expandió por casi todo el continente a principios de la presente década. A pesar de esta situación tan desesperanzadora, en muchos casos existen los medios disponibles para obtener agua de mayor calidad a costos mucho menores, a través de la utilización más racional de los recursos superficiales existentes, ya sea mediante la explotación de las napas de agua subterráneas ubicadas en las proximidades de las áreas urbanas, o por medio del reciclado de las aguas servidas. En el caso de las aguas subterráneas los volúmenes son generalmente mayores que los de las aguas superficiales accesibles, es un recurso menos vulnerable a la contaminación y a menudo la inversión inicial requerida es tan sólo una fracción de la necesaria para desarrollar recursos de aguas superficiales análogos. En las cercanías de muchas de las mayores ciudades de la región existen grandes volúmenes de agua subterránea, que, en muchos casos, están siendo usados sólo en forma marginal. Sin embargo, algunas ya los utilzan. La más grande de las ciudades latinoamericanas, México, extrae un caudal próximo a los 55 npsegundo equivalente al 80% de su consumo de fuentes subterráneas localizadas bajo el área urbana. El resto del agua que consume la ciudad es de origen superficial y proviene de altitudes menores, del valle del Río Cutzamala. Sin embargo, los costos de obtención de estas aguas son mucho mayores, privándose de la misma a las poblaciones que viven aguas abajo de las tomas. sao Paulo, segunda ciudad del continente por su tamaño, obtiene la mayor parte del agua de fuentes superficiales (43 mVsegundo vienen de 6 embalses localizados en la cuenca superior del Río 'flete o sus afluentes). Sin embargo, casi un tercio de la población urbana y suburbana y gran parte de los establecimientos industriales extraen el agua de acuíferos. Se puede pronosticar que con el tiempo las áreas suburbanas de sao Paulo se volverán cada vez más dependientes de sus acuíferos. El volumen del agua subterránea disponible en SZio Paulo y las cuencas vecinas es relativamente grande, con la ventaja adicional de que su uso requeriría una menor Introducción 13 inversión que la necesaria para expandir el sistema basado en las aguas superficiales. Buenos Aires, capital y ciudad más importante de la Argentina, se encuentra próxima al enorme estuario del Río de la Plata, del que obtiene la mayor parte de su consumo de agua (más de 100 m3 por segundo). No obstante la abundancia de agua dulce próxima, y como resultado de la rápida expansión de la ciudad, gran número de comunidades suburbanas han desarrollado sistemas de suministro basados en el agua subterránea obtenida de un acuífero relativamente cercano a la superficie, que subyace al área urbana. La Plata (600.000 habitantes), capital de la provincia de Buenos Aires, y en la actualidad prácticamente un suburbio de la ciudad de Buenos Aires, satisface 40% de sus requerimientos a través del agua subterránea. A nivel local, este recurso es de mayor calidad que el agua del estuario, dado el alto nivel de contaminación del Río de la Plata en las cercanías de la costa. Es de hacer notar que la ciudad de Buenos Aires descarga sus efluentes sin tratamiento en el estuario del Río de la Plata. Se espera que el uso del agua subterránea en la región Buenos Aires-La Plata continuará creciendo, debido al aumento de los costos de tratamiento y de conducción que resultan del incremento de los niveles de contaminación cerca de la costa. Sin embargo, la existencia de sistemas de saneamiento inadecuados o mal mantenidos están afectando la calidad del agua subterránea en varias áreas suburbanas del "Gran Buenos Aires", comprometiendo el uso actual y futuro de esta fuente alternativa de agua. Otro caso de una ciudad muy dependiente del agua subterránea es el de Lima, capital del Perú. La ciudad obtiene su agua de los ríos Rimac y Chillón, a una tasa de 12 mYsegundo para ser tratada en la planta de La Atarjea cerca del cauce del Rimac. El resto del caudal consumido por la ciudad (aproximadamente 9 m3/segundo) es extraído de un acuífero subterráneo de poca profundidad que, a su vez, es recargado por esos dos ríos. Con el tiempo, y debido a la degradación de las altas cuencas fluviales (sobre todo por las actividades mineras), el uso del agua superficial se ha vuelto dificultoso y caro como resultado de la elevada carga de sedimentos y sustancias contaminantes en suspensión. Durante las últimas décadas el acuífero ha sido sobreexplotado, lo que determinó una intrusión salina generalizada a lo largo de las zonas costeras. Además, el volumen de agua de recarga del reservóreo subterráneo ha disminuído, debido a la reducción de las áreas irrigadas y al aumento de la impermeabilidad de los lechos de los ríos en el área urbana. Para evitar un agravamiento aún mayor de la crisis hídrica se requerirá un manejo cuidadoso de los recursos hídricos existentes. La adecuada regulación de tales recursos deberá incluir a la vez la implementación de procesos de recarga artificial del acuífero con grandes volúmenes de agua superficial, así como la extracción inteligente del agua en forma más dispersa y calculada así como el posible tratamiento de las aguas residuales urbanos para su reuso. A los ejemplos citados pueden agregarse muchos otros tomados de áreas urbanas del continente, que también obtienen la mayor parte o la totalidad del agua de fuentes subterráneas. Este hecho resulta evidente en la región del Caribe, donde el agua superficial es escasa y donde, sustitutivamente existen excelentes acuíferos mayormente lcársticos con excelentes condiciones para el suministro urbano de agua. En La Habana, por ejemplo, la casi totalidad del abastecimiento de agua proviene de fuentes subterráneas. Muchas otras ciudades de la subregión también utilizan agua subterránea en forma generalizada: Kingston y Montego Bay, en Jamaica; San Juan de Puerto Rico; Miami, en Florida que en muchos sentidos puede ser considerada una ciudad latinoamericana; Mérida y Torreón-Gómez Palacios, en México; Port au Prince, en Haití; Nassau, en Bahamas; Bridgetown, en Barbados, y otras. Muchas ciudades localizadas en áreas volcánicas gozan de una ubicación adecua- 14 Ciudades Sedientas da para obtener su abastecimiento de fuentes subterráneas (Cuadro Nro. 2). Ello se observa claramente en el caso de las ciudades situadas en las cercanías de materiales piroclasticos gruesos y formaciones asociadas a derrames volcánicos. Guatemala, Managua, México, Quito y San José de Costa Rica, por ejemplo, cuentan con importantes acuíferos volcánicos que se utilizan como fuentes de suministro. En los casos de Guatemala, Managua, México y San José la mayor parte del agua es obtenida de acuíferos o de manantiales conectados con éstos. Por su parte, 40 % del consumo hídrico de Quito es satisfecho mediante la extracción de agua proveniente de fuentes subterráneas. Un gran número de ciudades, sobretodo ubicadas en zonas andinas y montañosas, dependen total o parcialmente de los acuíferos de los valles aluviales. Entre ellas podemos citar los casos de Cochabamba, en Bolivia; Valencia y Maracay, en Venezuela; y Querétaro y San Luis de Potosí, en México. Existen también situaciones en las que el suministro de agua es aún satisfecho por fuentes superficiales, pero estos recursos están experimentando un agotamiento rápido. En algunos casos, el agua subterránea podría convertirse en una fuente alternativa de expansión de los sistemas de abastecimiento urbano, como sucede en Montevideo, Uruguay, y en Recife y Salvador en Brasil. A menudo, el agua subterránea constituye la única alternativa segura a medida que se va deteriorando la calidad del agua superficial. En los lugares donde los caudales fluviales son abundantes por ejemplo en Asunción, sobre el Río Paraguay y Manaos, en el Amazonas los efectos de la descarga de diferentes tipos de efluentes urbanos pueden ser mínimos y pueden ignorarse. En otros casos, en que los ríos son mas pequeños o las cargas contaminantes son menores, el agua superficial esté sufriendo un proceso de deterioro contínuo, obligando a un tratamiento adicional. Por debajo de un determinado nivel de calidad, los tratamientos de aguas se vuelven muy costosos y, a veces, técnicamente impracticables, de ahí que sea necesario considerar otras opciones. Generalmente las fuentes alternativas de agua superficial se encuentran mucho mas alejadas que las antiguas, requiriéndose decenas o cientos de millones de dólares en infraestructura para hacer las conexiones y transportar el agua a los centros de consumo, tal como sucede en Lima y Ciudad de México. Sin embargo, con frecuencia, en esos mismos lugares pueden existir recursos subterráneos próximos pasibles de ser explotados a costos mucho menores. En algunas áreas, los volúmenes de agua también constituyen un problema. Los recursos hídricos superficiales no suministran los volúmenes necesarios y entonces las fuentes subterráneas se transforman en la mejor alternativa disponible. A menudo, incluso cuando las fuentes de abastecimiento urbano mas importantes son superficiales, la utilización de agua subterránea podría ser la opción más barata y plausible para algunos sectores de la ciudad. Tal es el caso de Bogotá, donde el agua superficial es la mejor fuente de suministro para los barrios de las zonas norte y central, en tanto resulta cara y poco practica para algunos de los suburbios del sur, en rápido crecimiento. Para éstos podría ser mas económico y conveniente utilizar el acuífero subyacente. Esta solución, aún no implementada, está siendo reclamada con insistencia por varios hidrólogos colombianos. En Buenos Aires y Sao Paulo, gran parte de los nuevos vecindarios e industrias extraen agua de pozos, ya sea debido a que la distancia al sistema municipal y su baja densidad poblacional no justifican el gasto que implicaría extender el tendido de líneas de dicho sistema, o bien porque las compañías encargadas del suministro de agua no cuentan con los recursos financieros suficientes como para realizar ese trabajo. Cuando puede obtenerse fácilmente agua potable de fuentes subterráneas, mu- Cuadro Nro. 2 - Fuentes de suministro de agua actuales y potenciales de algunas de las mayores ciudades de la región Fuente actual Ciudad I ll Fuente potencial G S Ciudad de México G S So Paulo ML S G G G L G Buenos Aires Lima Bogotá Santiago Guatemala G S Montevideo M O S G Managua Cochabamba Asunción L G Caracas S La Habana G _ Quito S G S S S S S S I L L A G G - L I M N L Problemas Localizada en mesetas altas Localizada en una vertiente Agua sup. contamin. Intrusión salina, contamin. Agua subt. posiblem. contamin. Material en susp., contamin. Localizac. en la divisoria, falta de agua Contamin., recursos limitados Agua sup. contamin. Recursos limitados Contamin. Agua sup. insufic. Contamin., intrusión salina Contamin. Referencias: I: principal; G: subterránea; II: secundaria; S: superficial; N: nula; ML: muy limitada; L: limitada; M: moderada; A: alta; I: ilimitada; O: sólo de otras cuencas 16 Ciudades Sedientas chas comunidades suburbanas e industriales utilizan ese recurso, incluso en aquellas ciudades donde el agua superficial es abundante, barata y de buena calidad. Por ejemplo, en Asunción del Paraguay muchas fábricas utilizan pozos, a pesar de que el agua municipal del río es de buena calidad y confiable. El número de personas que están sufriendo el problema de la escasez de agua urbana va en aumento, no sólo debido al crecimiento de la población urbana, sino también como consecuencia de las señaladas dificultadas financieras de las compañías encargadas del suministro de agua. Cualquiera sea la causa, existe una tendencia clara: el suministro de agua en América Latina dependerá cada vezmás de las reservas subterráneas. En 1990, aproximadamente el 30% del agua consumida en las ciudades de América Latina y del Caribe provenía de acuíferos próximos a las mismas. Dado el ritmo de crecimiento actual y proyectado de la extracción de agua subterránea, se estima que hacia el alto 2020, cerca del 40% del agua de consumo urbano provendrá de fuentes subterráneas. Para ese entonces, habrán de ser bombeados del subsuelo aproximadamente 850 1W/segundo para satisfacer los requerimientos de la población residente en las grandes ciudades. Esta cifra es tres veces y media mayor que la actual tasa de extracción de agua subterránea (unos 2601W/segundo), considerando sólo las ciudades con más de 100.000 habitantes. Si incluimos los poblados pequeños y las áreas agrícolas, cuya tasa de extracción actual total es de 2.500 a/segundo, es fácil darse cuenta de la importancia que adquirirá la utilización de agua subterránea en el siglo XXI. A pesar de ello, América Latina no está preparada para enfrentar esta situación. En efecto, resulta sorprendente la falta de previsión respecto de este recurso. El número de hidrogeólogos e ingenieros especialistas en agua subterránea de la región es muy escaso. Hay menos de 200 hidrogeólogos titulados en los 30 países de América Latina y del Caribe, la mitad de los cuales trabajan en Brasil. Esa cifra representa un hidrogeólogo cada 3 millones de habitantes o 1 cada 3.000 pozos. Por su parte, el número de ingenieros especialistas en agua subterránea también es reducido. La presencia de especialistas empíricos (como por ejemplo, los rabdomantes) o idóneos permite paliar de algún modo esa situación. Sin embargo, en este último caso, debido a la ausencia de estándares el remedio puede ser peor que la enfermedad, conduciendo a tomas de decisiones inadecuadas o a la dilapidación de recursos humanos y de inversión. En gran medida, la falta de comprensión del alcance de los recursos hídricos subterráneos se debe, precisamente, a la carencia de recursos humanos capacitados para su utilización apropriada. Ello lleva tanto a la sub-explotación como a la sobreexplotación según los casos. A veces se gastan grandes sumas en sistemas de suministro de agua superficial, en tanto existen recursos de aguas subterráneas de buena calidad, utilizables con los medios financieros y técnicos de que disponen las autoridades municipales o locales. En otros casos los acuíferos son sobreexplotados y degradados debido a su uso inapropiado, falta de protección de las áreas de recarga o sobrebombeo. Como consecuencia algunos reservóreos subterráneos se contaminan de manera irreversible o dan lugar a procesos de subsidencia o de intrusión salina. Como hemos señalado, el agua subterránea es menos vulnerable a la degradación que el agua superficial. Sin embargo, este hecho puede convertirse, precisamente, en un arma de doble filo. Existen situaciones en las cuales esta aparente invulnerabilidad puede dar un sentido de falsa seguridad, no tomándose las medidas de protección que se requerirían. Si bien, en lo inmediato, el agua subterránea está relativamente a salvo de la contaminación, con el tiempo puede llegar a contaminarse de tal manera que puede correr el riesgo de volverse completamente inútil. Si no se entiende la dinámica Introducción 17 de las aguas subterráneas se arriesga la propia existencia del recurso. A largo plazo, las aguas subterráneas pueden sufrir daños mayores que el agua superficial, ya que los «desórdenes ambientales» creados resultan más difíciles, caros y muchas veces imposibles de revertir. ¿De que forma se enfrentará la necesidad de entender la naturaleza, dinámica y vulnerabilidad de los sistemas hídricos subterráneos? ¿Cómo se resolverá la contradicción que surge de las necesidades crecientes, la escandalosa degradación ambiental y la falta de recursos humanos y financieros? Este trabajo procura responder a estas preguntas, utilizando para ello la limitada información disponible y un poco de sentido común. Es mi esperanza que la misma arroje luz sobre el futuro difícilmente predecible de las ciudades latinoamericanas en el siglo que se aproxima. Los ambientes latinoamericanos El ambiente físico Las grandes ciudades de América Latina se encuentran en una gran diversidad de ambientes: en regiones áridas de montaña, en el medio de enormes selvas, rodeadas de llanuras de herbazales o de paisajes arbustivos, en el fondo de valles profundos, cubiertas por densos bosques, en desiertos de arena, o bien cerca de estepas frías o glaciares. La diversidad de marcos paisajísticos en que se encuentran las zonas urbanas del continente es realmente impresionante. De la misma forma, los climas de la región son muy variados. Los rangos de precipitación van desde lluvias casi inexistentes a lo largo del desierto costero del Pacífico a zonas de hiperpluviosidad en las laderas orientales de los Andes, de cara a la región amazónica. Las temperaturas extremas y promedios son también muy diferentes en los diversos lugares, de acuerdo a cambios de altura, latitud, orografía y a la localización respecto de los sistemas de circulación atmosféricos y oceánicos. En las zonas de alta montaría próximas al Ecuador, así como en el sur de los Andes, casi a nivel del mar, hay zonas de glaciares activos. En el otro extremo se encuentran regiones con temperaturas permanentemente altas, como es el caso de la cuenca del Amazonas. En las latitudes medias ocupadas por las regiones semidesérticas de las Pampas argentinas, la Patagonia y las mesas del norte de México las variaciones térmicas estacionales son grandes. Mientras tanto, en las ciudades ubicadas en la costa se da un clima marítimo, caracterizado por alta humedad y precipitación y débil variación estacional de temperatura, mientras que en aquellas ubicadas en el interior el clima aparece como marcadamente continental o semicontinental, generalmente más seco con fuertes contrastes térmicos diurnos y estacionales. También se presentan variaciones desde el punto de vista geológico. Existen escudos cristalianos antiguos (los escudos de Brasil y de la Guyana), plataformas y cuencas sedimentarias antiguas (la plataforma de la Patagonia y la cuenca sedimentaria del Paraná), zonas volcánicas (el cinturón volcánico transversal de México), enormes llanuras sedimentarias (la Amazonia, el Gran Chaco, las Pampas y los LLanos) y paisajes profundamente plegados y fracturados (los Andes y las Sierras de México). En el continente existen vastas regiones húmedas (la mayor parte de la cuenca del Amazonas, algunas áreas de los Llanos de Colombia y Venezuela, y la Pampa 20 Ciudades Sedientas húmeda), así como regiones en las que el agua costituye un factor limitante de carácter permanente, tales como el desierto costero de Perú y Chile, la Pampa seca, la Patagonia, el Chaco árido, el Nordeste brasileño y el norte de México). Hay también muchas áreas templadas, en las cuales no se dan grandes déficits ni excesos de agua, pero donde se requiere un adecuado manejo de los recursos hídricos disponibles para evitar que se transformen en una barrera para el desarrollo futuro. Los suelos del continente también presentan una gran variabilidad, pudiéndose encontrar desde condiciones extremas de suelos superficiales o poco desarrollados, rocosos, arenosos o salinos, hasta situaciones de suelos bien desarrollados, profun- Los volcanes Popocatepetl e Ixtacituatl en el cinturón volcánico mexicano. Los ambientes latinoamericanos 21 dos, ferralfticos o feffosialíticos. Existe además un amplio rango de suelos con condiciones intermedias, resultantes de las diversas diferenciaciones de sus horizontes, de su variada permeabilidad, de las diferentes composiciones químicas, contenidos de materia orgánica y niveles de fertilidad. Por su parte la vegetación es tan variada como el clima y los suelos. Existen selvas tropicales húmedas multiestratificadas, grandes extensiones de praderas, extensas savanas herbáceas y boscosas, estepas, zonas de vegetación arbustiva, bosques de coníferas, pantanos con vegetación de ciperdceas, pastizales de alta montaña, tundras periglaciales y varias comunidades vegetales costeras. Es en esta diversidad de condiciones naturales que se han establecido y desarrollado las ciudades de América Latina. Las soluciones urbanas a los muchos desafíos que presentan los paisajes locales han sido tan diversas como los propios ambientes. También ha sido variable el grado de adaptación al ambiente de las diferentes estrategias de planificación urbana. Como consecuencia de ello, algunas ciudades parecen estar bien adaptadas a su medio, en algunos casos debido a la utilización de tecnología heredada de las sociedades indígenas preexistentes. En otros casos, que son desafortunadamente los más, la adaptabilidad ambiental de los sistemas urbanos resulta más discutible, especialmente teniendo en cuenta los profundos cambios sociales y demográficos ocurridos en las últimas décadas. Al mismo tiempo, los recursos hídricos disponibles en los diferentes asentamientos urbanos varían de un lugar a otro y su adaptabilidad a dichas condiciones ha cambiado de manera significativa con el crecimiento de muchas ciudades durante el presente siglo. Los cursos de agua locales, que originalmente proveían de cantidades suficientes de agua de buena calidad a gran número de ciudades pequeñas, ahora resultan insuficientes o están contaminados, determinando que dichas ciudades tengan que buscarse nuevas fuentes. Antes los manantiales y los pozos locales satisfacían por completo las necesidades de la población urbana. Actualmente es frecuente que se encuentren agotados o degradados de modo irremediable. Los problemas derivados de la adaptación de las nuevas megalópolis a sus ambientes muchas veces frágiles son enormes y todo parece indicar que no habrán de desaparecer fácilmente. Geología y geomorfología de los sitios urbanos La geología y geomorfología de América Latina y el Caribe son complejas. En forma somera se pueden sintetizar los grandes rasgos orgográficos del continente en las siguientes unidades geológicas/ geomorfológicas: Una larga cadena montañosa (los Andes, la Cordillera Centroamericana y las Sierras Mexicanas), con mesetas intercaladas o asociadas (el Altiplano boliviano, las Tierras altas del Perú, la meseta Cundi-Boyacense en Colombia y las mesas mexicanas) y zonas volcánicas activas (cinturón volcánico transversal en México, cinturón transversal centroamericano y cinturón volcánico andino). Una gran área llana que atraviesa la parte central del continente (los Llanos colombianos y venezolanos, la llanura amazónica, la llanura del Chaco y la Pampa). Una extensa región de escudos en el este (Escudos Brasileño y Guyánico) con cuencas paleovolcánicas y sedimentarias asociadas. Un complejo arco de islas y relieves continentales relacionados ubicados en el noreste (islas caribeñas, costa del Caribe y de Sudamérica, y terrenos asociados de América del Norte y Central). Una plataforma sedimentaria situada en el extremo meridional de América del Sur (la Patagonia). Valles intramontanos Altiplano boliviano Llanura desértica del Pacífico Océano Pacifico Llanura atlántica Escudo Brasileño La Paz Gran Chaco _.......,~Diss--' Belo Horizonte Cochabamba atIrfw. Rio de Janeiro CuiabS.,"' ,-...... Santa Cruz Océano Atlántico BaurCi y otras formaciones terciarias Cordillera de la Costa Andes Basaltos de Serra Geral Pampas/Gran Chaco Valle Central Océano Pacifico Botucatu y otras formaciones gondwánicas - Sáo Paulo Río Cuarto +1- ++ .0. ++++ +++ ++ Cuenca del Paraná Figura 1. Cortes transversales de América del Sur, que muestran la gran variedad de rasgos topográficos y geológicos. +++ f ++++ 1 Llanura atlántica Océano Atlántico Los ambientes latinoamericanos 23 Las cordilleras occidentales Las cordilleras occidentales presentan prácticamente dimensiones planetarias, extendiéndose desde los 32° Latitud Norte en el norte de México (aunque continúan hacia el norte, a lo largo de la costa oeste de Estados Unidos y Canadá hacia Alaska) hasta los 56° Latitud Sur en el sur de Argentina y Chile. La extensión total de las cordilleras latinoamericanas es superior a los 11.000 km. Esta banda montañosa es ancha en el norte de México y Bolivia, donde se han desarrollado cuencas y mesetas internas, angostándose considerablemente en otras zonas. En las proximidades de los Estados Unidos, las tierras altas escarpadas de México presentan una amplitud cercana a los 800 km. Más hacia el sur se hacen más angostas y en el itsmo de Tehuantepec y al este de Nicaragua, y en Panamá, se estrechan hasta alcanzar unas pocas decenas de kilómetros. Esta característica fue determinante en la elección de la ubicación del Canal interoceánico ubicado en el istmo de Panamá. En Colombia, las cordilleras se dividen en tres cadenas montañosas casi paralelas la Cordillera Occidental, la Central (fuertemente volcánica) y la Oriental y entre ellas se desarrolan profundos valles hidrográficos (valles de los ríos Magdalena y Cauca). Hacia el sur, en Pasto (Colombia) estas cadenas se unen y en Ecuador su anchura es inferior a 200 km. En el sector peruano de los Andes, las cordilleras se ensanchan nuevamente y cerca de la frontera con Bolivia se separan en dos cadenas divergentes, que entre las latitudes de 17° y 20° LS, encierran las tierras altas del Altiplano boliviano, que constituye una gran superficie plana, semiárida, con lagos de agua dulce y salada, como el Titicaca, el Poop6, el Salar de Uyuni, el Salar de Coipasa, etc. Entre los 30° y los 40° LS los Andes se angostan y alcanzan sus máximas alturas, que van de 5.000 m a 7.000 m s.n.m. En esta zona se encuentran las montañas más elevadas del continente, incluyendo el pico más alto de las Américas, el Aconcagua, con 6.959 metros sobre el nivel del mar. . r - r».">_-1 At.,, , r =3. , - <1`qkrr-- '4A IW .2474*'' 514: `t;r.), _. - 4. . - .- ., - - Nieblas costeras (camanchaca) en el litoral limeño. 3 - Ciudades Sedientas 24 Hacia el sur los picos nevados son de menor altura, y en las zonas más australes del continente no superan los 5.000 m. Las áreas montañosas ubicadas en el extremo sur se encuentran sumamente erosionadas por la acción de los glaciares y de la gelifracci6n. Los picos de América Latina raramente exceden los 6.500 my generalmente son más bajos: 2.000 m a 3.000 m en México hasta 5.000 a 6.000 malo largo de la porción cordillerana ubicada en Sudamérica. En el sur, estas tierras altas se ubican entre los 3.000 m y los 4.000 m s.n.m. A lo largo de las cordilleras, los conos volcánicos presentan una altura superiora! promedio de las montañas que los rodean, alcanzando con frecuencia los 5.000 m, como sucede con los volcanes Popocalépell, Iztacfhuall y Orizaba, en México; varios conos volcánicos de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica; el Nevado del Ruiz, en Colombia; los volcanes Chimborazo y Cotopaxi, en Ecuador; el Misti, en Perú; el Tronador, Villarrica y Osomo, en Chile, y el Nevado Illimani en Bolivia, entre otros. Las mesetas de México se ubican en un rango de alturas que oscila entre los 1.500 m, en el norte a mas de 2.000 m en los valles de México, Toluca y Puebla. Por su parte las mesetas angostas de Colombia se encuentran entre los 2.500 m y los 2.800 m s.n.m. La gran meseta peruano-boliviana alcanza alturas superiores a los 4.000 m. Asimismo las regiones montañosas de América Latina presentan un gran número de valles y regiones deprimidas. En algunos casos se trata de valles anchos, de origen tectónico, elevados a gran altura debido a fenómenos de ascenso epirogénico. En muchos otros casos los valles han resultado de la erosión fluvial, en condiciones de fuerte pendiente y de suelos inestables dando lugar a paisajes profundamente fragmentados. Desde el punto de vista geológico, las cordilleras occidentales de América Latina están compuesta por formaciones relativamente jóvenes. La orogénesis y los plegamientos asociados, la fracturaci6n y el metamorfismo no ocurrieron antes del inicio del período Cretkico en la Era Mesozoica. En la mayor parte de los casos estas ... . __,..#1-^4. ,-;-2..T.' To., r ..c1-01M 1.0 '- . _, . . , i,!, ;: Ai.10:0,' n 1.3 .--.... , .,,- . i :.r. .,... 7 ' . 741 , ,." d--` .._..4, _ o.,,., , 'k.4' * a ' , ..-...4S- ..v 1.7. 1..1. , t At141 wt , g....7 - j . :i,Iii ' - - rAii'l .1,,,,,,, '4 '1";.'i t . , 'I . -.. 1.. ,- - .. % "- t'!;40,, - Irl-.5' , ; f, . ^ - Z :- -,t,' "J65:; ' Crgi_tt' ri r. ' ' [ i,, 17.--.---.-"P ---2_ _14, .7-.7-.1: . I t.. . . . o . Unos de los escasos remanentes de los antiguos inmensos bosques de araucarias (pino brasil) en el sur de Brasil. 1, Los ambientes latinoamericanos 25 Valle i aluvial I Zona kárstica Zona volcánica Va le Llanura aluvial aluvial Colinas aluviales Escudo aluvial Zona costera Zona costera 2 Llanura aluvial Figura 2. Características geográficas y geomorfo lógicas de América Latina y el Caribe. tierras continentales emergieron durante el Terciario y, en ciertas ocasiones, aún hoy están siendo sometidas a intensas dinámicas epirogénicas. Las rocas que componen los relieves montañosos heterogéneos del continente también son variadas. Es frecuente que exista un núcleo de rocas cristalinas (generalmente graníticas o metamórficas antiguas) rodeadas o parcialmente recubiertas de un manto de rocas sedimentarias plegadas y fracturadas buzando en dirección opuesta al eje orográfico. Normalmente la columna estratigráfica comienza con calizas marinas (por ejemplo: la Formación Morelos de México; la Formación El Molino de las sierras Ciudades Sedientas 26 de Bolivia; y las calizas del Río de las Vacas, en Guatemala), cubiertas por rocas detrfticas marinas, costeras y sedimentarias continentales de grano fino (de tipo flysch). Tal es el caso de las formaciones Mescala, en el sur de México, y Santa Lucía, en Bolivia. A su vez, estas formaciones están cubiertas de rocas sedimentarias de grano grueso (conglomerados de tipo moldsico y areniscas conglomeradicas, como en el grupo Balsas, al sur de México, y la formación Morochata, en Bolivia). Esta secuencia se encuentra generalmente asciciada a procesos de ocontinentalizaci6no del ambiente sedimentario durante la orogénesis. El complejo de molasas, flysches, areniscas, rocas graníticas y sedimentarias subyacentes ha sido objeto de una severa erosión, por lo que estas rocas pueden encontrarse a variadas alturas en diferentes partes de las cordilleras. En muchos casos las rocas volcánicas han sido expulsadas violentamente o han fluido dando lugar a varios tipos de depósitos volcánicos (Ver Capítulo 3. Principales problemas ambientales que afectan a la región de América Latina y del Caribe). Con frecuencia se trata de espesas acumulaciones de materiales piroclásticos, como sucede en el Valle de México y en el de Guatemala, en la región de Managua y en Quito. En esta zona existen asimismo flujos de lavas y conos volcánicos. Las rocas volcánicas varían desde riolitas y traquitas de tipo ácido a andesitas y basaltos de carácter más básico. Muchas veces, las formaciones volcánicas presentan una permeabilidad superficial relativamente alta y un desarrollo hidrográfico pobre, debido a la obstrucción de las thalwegs en desarrollo por acción de la lava o por la acumulación de cenizas y mantos de material piroclástico variado. Los desbordes de los cauces son limitados y la infiltración es alta, lo que permite el desarrollo de extensos reservóreos subterráneos. Dadas la disponibilidad de agua subterránea y la fertilidad de los materiales de 4 _.(.41 11 - AS, a Valle en las formaciones basálticas mesozoicas de la Chápada dos Guimaraens, en Mato Grosso. as. Los ambientes latinoamericanos , 27 . 11, . Sabana secundaria, planalto riogranclense, Brasil. los suelos formados por materiales vítreos de fácil meteorización lo que determina alta tasa de liberación de nutrientes las regiones volcánicas de América Latina constituyen sitios favorables para la ocupación humana y el desarrollo urbano. Precisamente debido a ello, ya pesar del riesgo sísmico o volcánico, muchas ciudades del continente se encuentran localizadas en zonas volcánicas para aprovechar de las ventajas antes mencionadas En los valles erosionados de las cadenas montañosas, se han acumulado depósitos aluviales recientes. En ciertos casos, se trata de acumulaciones angostas y relativamente poco importantes. Sin embargo, en otros casos los procesos erosivos han dado lugar a cuencas sedimentarias de grandes dimensiones. Generalmente estos valles están rellenos de sedimentos de grano grueso y alta permeabilidad, sobre cuya superficie corren cursos de agua con regularidad variada, dependiendo del ambiente y del tamaño de la propia cuenca. Asimismo, el fondo de los valles pueden ser relativamente llanos, presentando suelos friables, aptos para la agricultura y la construcción urbana. Debido a ello, estos marcos geomorfológicos pueden ser atractivos para el establecimiento de zonas urbanizadas. Es así que Cochabamba en Bolivia, Cali y Medellín en Colombia, al igual que Caracas y Mérida en Venezuela, están localizadas en valles intramontanos de las cadenas montañosas occidentales del continente. La región de los escudos Hacia el este se presenta una extensa zona de escudos cristalinos. En la zona intertropical al sur del Ecuador, existe un escudo masivo conocido bajo el nombre de Escudo Brasileño, que cubre un área de más de 3 millones de km2. El extremo sur del mismo está constituído por un pequeño escudo cristalino la Isla Cristalina UruguayoRiograndense y por algunas otras «islas» cristalinas aún más pequeñas situadas en las Sierras Pampeanas, Córdoba y en Tandil, en territorio argentino. El Escudo Brasileño es una meseta ondulada, con alturas que varían entre 200 y algo más de 1.000m s.n.m. Está fundamentalmente compuesto de rocas precámbricas, Ciudades Sedientas 28 con cuencas sedimentarias más jóvenes asociadas. Las más importantes entre estas últimas son: la cuenca periférica del Paraná en el sudoeste, que en algunos lugares alcanza profundidades de más de 5.000 m; la cuenca sedimentaria de Maranhao en el norte, y la gran cuenca sedimentaria de Bahía, al noreste. Hay además varias cuencas sedimentarias más pequeñas, que en algunos casos tienen una considerable importancia debido a sus altas densidades poblacionales. Tal es el caso de las cuencas de SI) Paulo, del Taubaté y de Alagoas-Sergipe. Todas las cuencas antes mencionadas datan desde el final del Paleozoico hasta las épocas Mioceno y Plioceno del periodo Terciario. La configuración topográfica del escudo es as i mg tric a, presentando una pendiente escarpada hacia el este, con fajas costeras llanas discontinuas y aproximadamente paralelas a la costa. Como consecuencia, existe una gran cantidad de valles aluviales que se dirigen hacia el oeste (hacia el interior), en dirección de las cuencas hidrográficas del Paraná y del Amazonas, donde se acumularon depósitos durante el Terciario inferior y el Cuaternario. Los cauces que se dirigen hacia el este, en la pendiente opuesta, son cortos y de flujo torrencial, presentando depósitos de piedemonte, interdigitados con los sedimentos litorales y marinos de las áreas costeras. Las principales limitantes para el crecimiento urbano en la zona de los escudos son los ecosistemas selváticos, con sus suelos de baja fertilidad, inadecuados para la actividad agrfcola intensiva requerida por el desarrollo urbano armónico. Dado que el territorio de Brasil fue colonizado a lo largo de la costa, las ciudades brasileñas se fueron desarrollando en las llanuras costeras angostas, antes mencionadas, entre el mar y las pendientes orientales del Escudo. Estas ciudades, obtuvieron originalmente su agua sobre todo de los torrentes y manantiales de la escarpa. Debido al crecimiento de algunas ciudades (caso de Rio de Janeiro, Macei6, Recife y Santos), se comenzaron a utilizar los acuíferos costeros o a construir embalses de almacenamiento en las tierras altas vecinas. 1 -.-7. - 11 . ..- -. . --. A- . - 6,1,- a 11, '--.. ' -7,.- -:-.4.. - ,.....,:-. ifi" .... ''' - - . t Ir' ... _:: , , _ h..:.% ,,,,,,, t.- 1 -° a, ,.... 1. ,: .-_ ... .41 Av.. i- -° 7. 4z1... z...*- .- .,:, -I"- .r. e , ....C. ay- .., , . !.. _ ., 'Ale,. ,_ -- ,. .-4,. _ '' nr, -. El valle de Tegucigalpa, en plena zona montañosa centroamericana, Honduras. - a , . Los ambientes latinoamericanos 29 i El océano Atlántico en Maldonado, Uruguay. Algunas ciudades, como Silo Paulo y Curitiba, se establecieron en el interior pero a corta distancia de la costa, prácticamente en la cima de la escarpa. Estas ciudades están en una posición relativamente inadecuada desde el punto de vista de los recursos de agua, teniendo en cuenta su proximidad a las cabeceras de los ríos y el pequeño tamaño de las cuencas superiores. Hoy en día Silo Paulo tiene problemas para satisfacer las necesidades de agua de su población justamente debido a su localización. En lugar de poder resolver este problema mediante uno o dos grandes embalses, la ciudad se vio forzada a construir un complicado sistema de represas y tuberías, para aprovechar la totalidad de las pequeñas cuencas aguas arriba de la ciudad (Kawamura et al., 1989). En el caso de Sao Paulo existe la opción de utilizar la pequeña cuenca sedimentaria Terciaria sobre la que se localiza la ciudad y, de hecho, parte del agua usada en el área metropolitana proviene de dicho acuífero (Ver Capítulo 6). En el interior, las ciudades se han desarrollado en las proximidades de los ríos, como forma de asegurarse un buen suministro de agua o de facilitar el transporte. Ese es el caso de la mayoría de las ciudades de la cuenca amazónica, como Manaos, Santar6m y Belém. En otras áreas, las ciudades crecieron cerca de yacimientos minerales con escasos recursos hídricos disponibles, como sucedió en Belo Horizonte (Minas Gerais). En el noreste de América del Sur se encuentra otro gran escudo de la región latinoamericana: el Escudo Guaydriico. Esta zona, escasamente poblada, presenta una topografía ondulada y está cubierta de una densa selva tropical. Sobre el Escudo Guayllico existen pocas ciudades, la mayoría de las cuales están en su periferia. A lo largo de los llanos costeros, se han desarrollado algunos asentamientos (por ejemplo: Georgetown, Paramaribo y Cayenne capitales administrativas de Guyana, Surinam y Guayana Francesa). Estas ciudades utilizan los ríos próximos principalmente para el transporte y solo secundariamente como fuente de agua, debido a su salinidad elevada en las proximidades de la costa (Sattaur, 1990). Además, en forma complementaria, las ciudades guayanesas costeras utilizan también los acuíferos aluviales situados al pie de las colinas, generalmente interdigitados con varias v. 4i- 4 z "; e- 41: 'NVit < 1:t2..... i --sk . - t',..- _ ,', % ... . A -,S% be ' - ..5 .t'... t... vi, - . 1 ... L /01 i ... .,.t, ttiZti frizz. NI tr. " 424` 5 C ." Los ambientes latinoamericanos 31 formaciones sedimentarias cosieras. En las llanuras aluviales del Orinoco, que se encuentran próximas, en el noroeste, se han desarrollado recientemente algunas ciudades, como Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana, en Venezuela. Estas se encuentran situadas en el límite entre la región guayanense y los Grandes Llanos, y utilizan el abundante caudal del Orinoco para aprovisionamiento de agua y transporte, aunque también se explotan los acuíferos aluviales locales. Las llanuras centrales A lo largo del centro del continente sudamericano, desde los Andes venezolanos hasta la Patagonia se extiende una vasta región de llanuras (Las Pampas, el Chaco, la Amazonia y los Llanos), compuesta fundamentalmente por acumulaciones sedimentarias terciarias y cuaternarias. Estas son el producto de una dinámica geomorfológica subsidente y contienen enormes cuencas sedimentarias, casi continuas, excepto en aquellas zonas donde es posible observar bloques poco subsidentes o estables, como es el caso de la serranía de la Macarena, en Colombia, y de las Sierras Pampeanas, en Argentina. Esta gran fosa o graben está compuesta en realidad de varias subcuencas, que incluyen las cuencas de los llanos norteños, la cuenca del Amazonas y la del Paraná. Esta última drena en parte los terrenos llanos y en parte los relieves elevados del Planalto. Las subcuencas contienen una amplia gama de formaciones sedimentarias, cuya edad oscila desde el Devoniano generalmente situado cerca del piso del graben hasta el Cuaternario. Las formaciones superficiales de la llanura normalmente fueron depositadas desde el Terciario hasta el Cuaternario, estando compuestas de capas relativamente delgadas de sedimentos finos aluviales, eólicos o lacustres o una combinación de éstos cubriendo unidades aluviales más gruesas, que cruzan las llanuras formando cuencas sedimentarias anchas y profundas. Esta sucesión se visualiza claramente en la Pampa argentina y en la zona sur del Gran Chaco, en la cercanía del Río Paraná, donde una llanura aluvial extensa y bien definida se encuentra por debajo de depósitos eólicos y lacustres (formaciones pampeanas y post- pampeanas). Asimismo, se pueden observar secuencias locales similares en los Llanos y en la Amazonia. Tales unidades sedimentarias constituyen generalmente buenos acuíferos, caracterizados por su accesibilidad (se encuentran a una pocas decenas de metros de la superficie), volumen (si bien son relativamente llanos, se extienden a lo largo de áreas amplias) y renovabilidad (relacionada con el tamaño del área de recarga, a pesar de que están cubiertos por acuitardos en la mayor parte de la región llana). Las llanuras están atravesadas por ríos de importante extensión lineal. Los Llanos están bañados por el Río Orinoco y sus muchos afluentes. La región de la Amazonia presenta características similares, ya que los altos niveles de precipitación, su enorme área y su localización aguas abajo de la vertiente oriental de los Andes determinan la existencia de un gran número de cursos hídricos, como el Amazonas, el Marañón, el Negro, el Madeira, el Tapaj6s, etc. conformando el sistema hídrico de mayor volumen del mundo. Por su parte el Chaco y las Pampas están atravesados por el poderoso Río Paraná y sus tributarios (el Paraguay, el Pilcomayo, el Bermejo y el Salado, entre otros) y por el Río Uruguay, que forman juntos el estuario del Río de la Plata. Dada la facilidad de transporte y, en menor medida, de aprovisionamiento de agua que ofrecen, las riberas de estos ríos han resultado propicias para el establecimiento de muchas ciudades: Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar, cerca del Orinoco; Belém, Santarém, Manaos e Iquitos, en el Amazonas; Rosario, Santa Fé, Paraná, Resistencia, Corrientes, Posadas y Foz de Iguazú, a orillas del Paraná; Asunción, sobre el Paraguay; y Buenos Aires-La Plata en la confluencia del Paraná y el Río de 32 Ciudades Sedientas la Plata. La mayoría de estas ciudades obtienen el agua que consumen de estos ríos, aunque cabe señalar que a menudo los acuíferos de fácil accesibilidad son utilizados para abastecimiento general en muchas áreas suburbanas y para fines industriales en todas partes (Menéndez y Aratijo, 1972; Brinckmann, 1983; Fili, 1983). En algunos casos, hay importantes municipalidades urbanas que dependen en grado considerable de sus recursos hídricos subterráneos, tal como sucede con las ciudades de La Plata y Quilmes en Argentina, cuya población conjunta es superior al millón de personas. En las ciudades de la región llana localizadas cerca de un río principal, normalmente los ríos locales no son capaces de suministrar un volumen suficiente de agua, dado que su flujo puede ser irregular, contener demasiado material en suspensión o estar contaminado (Herrero, 1983). En muchos otros casos, las compartías adminis- tradoras del agua están utilizando o planeando utilizar las fuentes subterráneas como alternativa. Tal es el caso de varias ciudades de Argentina (Rio Cuarto, San Nicolás y Junín), y Paraguay (Mariscal Estigarribia). En las proximidades del piedemonte andino, al acercarse a la cordillera a lo largo de los valles intramontanos, la altitud aumenta gradualmente. Estas regiones al pie de la cordillera forman un cinturón de 100 a 200 km de ancho, a lo largo de la margen oriental de los Andes. En ellas existe una interdigitación de formaciones aluviales de granulometría variada, más que nada gruesa. En un mapa geológico estas formaciones se asemejan a abanicos, con el vértice en la salida del valle, extendiéndose hacia las tierras llanas más bajas. En muchos casos los abanicos están enterrados por formaciones más jóvenes (generalmente debido a subsidencia local relativa con relación alas montañas vecinas) y presentan interesantes reservas potenciales con alta capacidad de almacenamiento y conductividad hidráulica. A lo largo de los piedemontes de las montañas al este de los Andes se extiende una cadena de buenos acuíferos, desde Venezuela hasta el sur de Argentina. Muchas Molinos de viento para bombear agua en la pampa, Argentina. Los ambientes latinoanzericanos 33 5 - Lago salado en la pampa seca, Argentina. ciudades han sacado partido de esa situación. Otras urbes han comenzado reciente- mente o están planeando utilizar este recurso subterráneo para satisfacer las crecientes necesidades de agua y compensar la baja calidad de las fuentes de aguas superficiales cercanas. Ejemplos de ciudades que utilizan estos acuíferos son; Villavicencio en Colombia; Santa Cruz, en Bolivia y San Juan y Mendoza, en Argentina. Las sierras orientales de los Andes constituyen también buenas fuentes de agua superficial debido a los numerosos ríos que descienden de las zonas montañosas vecinas, con frecuencia húmedas por su exposición a los alisios. Estas zonas cuentan muchas veces con grandes volúmenes de agua almacenados bajo la forma de nieve, especialmente las ubicadas en latitudes medias. Diversos factores han promocionado el desarrollo de suministros subterráneos de agua en algunas de las áreas urbanas mencionadas precedentemente. Las fuentes de agua superficial, que generalmente tiene un flujo estacional o irregular, se han vuelto menos confiables debido a la deforestación y a la degradación del paisaje en las cuencas superiores. Asimismo varias actividades humanas en las tierras altas de los Andes han tenido desastrosos efectos sobre la calidad del agua de los cursos que fluyen hacia las llanuras. La minería, que es una de las principales actividades en las zonas montañosas, no sólo ha producido una devastación localizada de paisajes, con incremento de las acciones erosivas y de la cantidad de materiales transportados por las corrientes fluviales, sino que también constituye una fuente de sustancias tóxicas tales como mercurio y cianuro, que se encuentran presentes en amplias áreas de explotación de minas de oro con potencial para afectar seriamente la potabilidad del agua superficial. El propio crecimiento de las ciudades, puede a la postre también tornar dificultoso o antieconómico el uso continuado y expansión de los recursos hídricos tradicionales. 34 Ciudades Sedientas Las islas del Caribe y de América Central El área del Caribe y del Golfo de México es completamente diferente de la zona anteriormente descripta. Está compuesta de varios cientos de islas de variado tamaño y características geológicas, y de una extensa zona costera llana y baja en la tierra firme adyacente. Las islas pueden tener un núcleo cristalino (Cuba y La Española), o ser predominantemente volcánicas (Martinica), o de tipo sedimentario, calcáreo (Las Bahamas, Barbados y Gran Caimán). Algunas de ellas presentan paisajes complejos, compuestos por varias formaciones geológicas, como sucede en todas las grandes islas: Cuba, La Española, Jamaica, Puerto Rico y Trinidad. En forma general, el agua de las islas se obtiene de dos fuentes: los embalses de las tierras altas (Kingston, Jamaica; Puerto España, Trinidad y Tobago, y San Juan, Puerto Rico) y los acuíferos, generalmente kársticos, de las llanuras costeras (La Habana, Cuba; Bridgetown, Barbados; Nassau y New Providence, Bahamas; Kingston, Jamaica, y la zona a lo largo de la costa norte de Puerto Rico) (Quiñones y Alicca Ortiz, 1985; Gómez-Gómez, 1986; Gonfiantini and Simonot, 1989; González Piedra, 1989a). Las áreas cosieras de la tierra firme en el Mar Caribe y el Golfo de México forman un cinturón relativamente estrecho, que se extiende por varios miles de kilómetros a lo largo de la costa, a través del norte de Sudamérica, América Central (desde Panamá a Honduras), la Península de Yucatán, los llanos costeros del Golfo de México, y a lo largo de las costas de Texas, Mississippi y Louisiana hasta La Florida en los EE.UU. En general, ésta es una región típicamente costera, con depósitos aluviales al pie de sierras y colinas, intercalados con cuencas sedimentarias, que incluyen bloques sedimentarios elevados localmente y varias formaciones marinas y palustres. El agua superficial se limita a ríos relativamente cortos, que descienden de las tierras altas vecinas. En algunos casos, el volumen de agua es considerable (por ejemplo: los ríos Usumacinta, en México, y San Juan, en Nicaragua), pero en otros éste resulta insuficiente para satisfacer los requerimientos de las ciudades locales. Esto es típico de las áreas kársticas, donde el escurrimiento superficial se encuentra t. a Lago Nahuel Huapi, Andes meridionales, Argentina. Los ambientes latinoamericanos 35 Río de llanura durante la estación seca en los llanos colombianos. severamente limitado por las altas tasas de infiltración, como sucede en la Península de Yucatán y la región Nuevo León-Monterrey en México,en Cuba y en La Florida. Las cuatro áreas mencionadas dependen casi exclusivamente del agua subterránea para el suministro municipal. En estos casos el agua es extraída de acuíferos de calizas altamente productivos. Estos acuíferos kársticos suministran casi la totalidad del agua consumida en las ciudades de Mérida, en Yucatán, Miami, en La Florida, y La Habana en Cuba. La Plataforma Patagónica Ubicada en el extremo sur de Sudamérica, la plataforma sedimentaria de la Patagonia no necesita elevados caudales de agua, dada su baja densidad de población. Si bien la región es semi-árida (la precipitación anual es menor a 400 mm), de todos modos recibe una parte importante de la descarga de agua fluvial de la región húmeda adyacente del otro lado de los Andes sobre el Pacífico. Aunque existen acuíferos que contienen importantes volúmenes de agua, éstos no han sido aún intensamente explotados. Ambiente socio-económico La sociedad latinoamericana ha sido el resultado de un complejo proceso de conquista y colonización de una gran cantidad de pueblos indígenas americanos por parte de los poderes políticos europeos. Si bien en muchos aspectos, y desde ciertos puntos de vista, como por ejemplo el potencial militar, las primeras naciones americanas tenían un repertorio tecnológico relativamente poco sofisticado ellas habían logrado una adaptación al medio ambiente local extremadamente bien calibrada y armónica. Sin embargo, muchos elementos tecnológicos importantes generalmente de aplicación militar, eran desconocidos en América: la rueda, el acero, la pólvora, la brújula y el caballo entre otros. Por otra parte, el grueso de las poblaciones indígenas americanas estaban organizadas en unidades políticas pequeñas de unas pocos miles, decenas de miles o como 36 Ciudades Sedientas máximo, unos pocos centenares de miles de personas. Esa era, en particular, la situación de las Islas del Caribe, en toda la fachada oriental de la América del Sur y en gran parte de la América Central. La llegada de los españoles a las islas de Caribe fue traumática. En Santo Domingo (Haití) casi la totalidad de la población indígena aproximadamente un millón de personas fue exterminada en menos de 50 años. Un destino similar tuvo el pueblo indígena de Cuba: tras 40 arios de dominio español, la población se redujo de más de un millón a apenas unos pocos miles de individuos. Según Fray Bartolomé de las Casas (1552) las poblaciones indígenas de Jamaica y Puerto Rico pasaron de varios cientos de miles a unos pocos cientos en algo más de 40 arios. En México, Perú, Cascada sobre basalto en la Chapada dos Guimaraens, Mato Grosso. Los ambientes latinoamericanos 37 Guatemala y otras zonas de la América espafiola, la Conquista tuvo similares efectos genocidas. Las crónicas del siglo XVI son ricas en casos de destrucción de comunidades sin razón alguna, incendios de ciudades, esclavizad& de mujeres y hombres y desamparo de niños en todo el continente. Los otros poderes coloniales europeos se comportaron de modo similar. Cuando encontraban una población pasible de ser esclavizada o explotada, lo hacían decididamente. La colonización portuguesa del Brasil se basó en el trabajo esclavo de los habitantes americanos y sólo más tarde fueron «importados» esclavos de Africa. Cuando los franceses, británicos, holandeses y otros poderes europeos llegaron al Caribe, la mayor parte de su población indígena ya había desaparecido. En algunas zonas del continente las poblaciones indígenas sobrevivieron. No era conveniente, y de hecho era imposible, eliminar los grandes números de habitantes aborígenes de México y Perú, que sumaban varios millones de personas. Si incluimos los actuales territorios de Ecuador y Bolivia, se puede estimar que la región incaica tenía más de 10 millones de habitantes y otro tanto similar ocurría en el actual territorio de México. En estos países, al igual que en Guatemala, Colombia y en algunas otras áreas del Nuevo Mundo, la población original siguió constituyendo una fuerza demográfica de significación. En países carentes de metales preciosos y gemas la llegada de los españoles, portugueses y otros invasores se vio «demorada», pero en casi todos los casos se cometió un genocidio de similar magnitud. Cientos de comunidades, grupos étnicos y culturas fueron eliminadas o reducidas drásticamente. Tan sólo una pequeña fracción de las poblaciones originales sobrevivió hasta el siglo XX. A pesar de la eliminación masiva de las sociedades nativas indicada anteriormente, Latinoamérica sigue siendo, en gran medida, un continente de mezcla de razas, debido al fuerte entrecruzamiento de la población original con los descendientes de los europeos y de los inmigrantes forzados de origen africano. El Imperio Español se desintegró por 1810 y paulatinamente la mayoría de las provincias españolas de la América Hispana se hicieron países independientes, bajo el dominio de Cites criollas de descendientes de españoles o mestizos. Sólo Cuba y Puerto Rico permanecieron bajo el control español hasta 1901. Aunque el Imperio Portugués sobrevivió hasta fines del siglo XX, su principal colonia americana, Brasil se independizó como imperio en 1823. Debido a estas características historicas se generó una demografía heterogénea. En Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México y Perú la población es casi exclusivamente mestiza e indígena. En Brasil, Cuba, República Dominicana, Guyana, Haití, Jamaica y otras islas del Caribe, el componente africano es importante y en algunos casos dominante. Por su parte, Argentina, Uruguay y Venezuela tienen un alto porcentaje de habitantes de descendencia europea. Desde el punto de vista económico los países de América Latina y del Caribe mantuvieron su dependencia de los grandes poderes económicos del mundo por mucho tiempo. En el siglo XIX, sus economías se basaban en la producción de materias primas con destino a los países industrializados de Europa y Norteamérica. Desde fines de ese siglo hasta los albores del siglo XX, la influencia dominante fue la del Reino Unido y, en menor grado, de Francia y Alemania. Mas tarde, los países de la región del Caribe comenzaron a sentir la creciente influencia de los EE.UU., en especial luego de la construcción del Canal de Panamá. A partir de la Segunda Guerra Mundial, esta potencia se convirtió en la fuerza económica y política predominante a nivel continental. Entretanto, el desarrollo industrial de América Latina se vio limitado a las regiones centrales de los países mayores. Probablemente el centro urbano que más 38 Ciudades Sedientas rápido se desarrolló fue Buenos Aires, en Argentina. debido al impulso generado por el flujo de divisas provenientes de las exportaciones de alimentos hacia los países europeos, destrozados por la guerra. Otras áreas urbanas que desarrollaron economías fuertes fueron: SAo Paulo, en Brasil, basada en la exportación de café; la conurbación mexicana del Valle de México; Santiago de Chile, en el Valle Central de Chile; La Habana, en Cuba, cuya prosperidad se basó en la exportación de azúcar y tabaco y Montevideo, en Uruguay, como resultado de los ingresos obtenidos por la exportación de carnes y lanas. A partir de 1950 otras áreas siguieron la misma tendencia de crecimiento. Tal fueron los casos del Valle de Caracas, en Venezuela; de la zona de Lima-Callao en Perú; de Bogotá y Medellín, en Colombia; de Porto Alegre, Curitiba, Salvador, Recife, Belo Horizonte y Brasilia, en Brasil; de Guayaquil, en Ecuador; de Ciudad de Guatemala en Guatemala; de Santo Domingo, en República Dominicana y de San José en Costa Rica. En líneas generales, el continente se ha desarrollado de manera despareja, coexistiendo grandes megaciudades, muy industrializadas (las mayores de las cuales son Ciudad de México, Sao Paulo y Buenos Aires), con un gran número de centros urbanos de tamaño mediano, con poblaciones que varían entre 100.000 y 2 millones de habitantes y funciones comerciales e industriales y un enorme «hinterland» de áreas rurales y pequeños pueblos de variada densidad de población. Los Andes y las áreas montañosas de México y de América Central están pobladas por una gran cantidad de comunidades campesinas, basadas en gran medida -tanto cultural como biológicamente- en las principales civilizaciones agrícolas anteriores a la conquista. Si bien dichas comunidades han perdido parte de su conocimiento ancestral, de todos modos muchas de ellas han sido capaces de preservar un gran nú mero de tecnologías útiles («apropiadas»), que en la actualidad están siendo amenzadas por el avance de la tecnología «moderna» (que no es necesariamente apropiada). - y- Alkek 46. E ".r4C.,1.1. .,At,,4,, Paisaje kárstico en Durango, México. " Los antbientes latinoamericanos 39 7 Zona agrícola de la pampa húmeda, Argentina. Las llanuras de la selva amazónica se encuentran en general escasamente pobladas. En muchas áreas, existen aún núcleos tradicionales de horticultores, cazadores y recolectores constituyendo varios centenares de micro-naciones remanentes de las primeras naciones de las zonas tropicales. Estos grupos están siendo marginalizados en «favelas» y plantaciones o empujados gradualmente hacia los rincones más inaccesibles de la selva. En las últimas décadas se ha acelerado el crecimiento de unos pocos grandes centros urbanos, corno Bel6m, Iquitos, Manaus y S antarém, a lo largo del Amazonas y sus tributarios. Extensos tramos de selva están siendo quemados o talados cada año para dar lugar a actividades agrícolas comerciales (como el arroz y la soya) y la producción animal extensiva. En las sabanas y las praderas la producción agrícola esta enfocada en los cultivos cerealeros (Buenos Aires y Santa Fd en Argentina), oleaginosos principalmente soya (Mato Grosso, Brasil), o ganado (Llanos de Colombia y Venezuela, las Pampas en Argentina, Uruguay y Rio Grande do Sul, Brasil). Las islas del Caribe son aún más heterogéneas que el continente. A raíz de su colonización por parte de varias potencias europeas y de la influencia africana y a su fragmentación territorial, muchos idiomas y estilos culturales se han desarrollado en forma autónoma. Es así que en Cuba y República Dominicana se habla español y Puerto Rico es un país bilingüe (español-inglés). Por su parte Antigua, Barbuda, Grenada, Jamaica, Saint Lucia y Trinidad y Tobago son anglófonas, mientras que en Guadalupe, Haití y Martinicia se habla «creole» y francés. Hay además islas donde el idioma oficial es el holandés, como Aruba, Bonaire y Curaçao. Estos paises, cuya economía se basó originalmente en el creciente cultivo de azúcar y otros productos tropicales, actualmente se están volviendo dependientes del turismo, especialmente proveniente de Norteamérica y Europa y, en menor grado de Venezuela y México. Corno consecuencia de las recientes tendencias hacia la globalización, el continente latinoamericano está experimentando importantes cambios que probablemente afectarán seriamente sus estructuras socio-económicas. Recientemente México se ha integrado al NAFTA, como culminación de un proceso de un influjo continuo de 40 Ciudades Sedientas industrias maquiladoras que cambiaron completamente el rostro del norte mexicano, con la aparición de varias urbes industriales. Con el NAFTA en vigencia, este proceso se ha acelerado y cambiado cualitativamente, aumentando la presión sobre los recursos y los ambientes locales. En Sudamérica se ha desarrollado un nuevo bloque comercial -el MERCOSURincluyendo Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay . El mayor acceso a los mercados que está, provocando dichas aperturas económicas traerá consigo importantes conse- cuencias para algunos de los socios del nuevo acuerdo. Aunque con mayores vacilaciones, los países andinos se están moviendo gradualmente hacia la formalización del Pacto Andino, con similares características, en tanto que los países de América Central ya tienen un acuerdo análogo. La tendencia parece ser hacia un aumento de la industrialización y de la concentración de la población. La emigración rural, que constituyó un fenómeno significativo y contínuo durante el siglo XX, probablemente continuará durante algunos anos más. Los poblados agrícolas tradicionales se están transformando más y más en «pueblos-companfa», dedicados a típicas producciones de cultivos comerciales, tales como cebada, azúcar, bananas, piña, pepinos, brócoli y cítricos. Todos estos procesos están ejerciendo una presión creciente sobre los limitados recursos hídricos del continente. En un principio esta presión se hizo sentir solamente en los pequeños ríos, lagos y acuíferos. Sin embargo, actualmente incluso los ríos más grandes están sufriendo intensos procesos de contaminación y degradación, hasta el punto que tan sólo unos pocos de ellos se encuentran a salvo. Los reservóreos subterráneos están bajo una amenaza similar, reduciéndose así las opciones existentes para satisfacer las crecientes necesidades de la industria y de la población. Degradación ambiental y políticas inadecuadas Antes de la Conquista por las potencias europeas, América Latina y el Caribe estuvieron pobladas por sociedades tradicionales que vivían en una situación de relativo equilibrio con el ambiente que habitaban. Las comunidades agrícolas de los Andes y otras áreas montañosas y tierras altas habían desarrollado sistemas de cultivo basados en cultivos indígenas tales como la papa y el maíz y animales autóctonos, como las llamas y los pavos. Existían sistemas de protección de suelos, diversidad agrícola, rotaciones de cultivos sofisticadas y plantaciones en terrazas. Por esa razón, cuando llegaron los europeos, si bien la densidad de población era relativamente alta, los sistemas agrícolas andinos estaban bien adaptados a la geografía de los lugares habitados permitiendo su manejo sostenible.. Las comunidades horticulturales y extractivas de la selva tropical lluviosa también se habían desarrollado en forma extremadamente sofisticada, explotando la enorme variedad de plantas y animales presentes en el bosque en forma integrada con una visión de largo plazo. Estos pueblos practicaban una horticultura itinerante, cultivando un gran número de especies y variedades con múltiples propósitos en forma sostenible. Otras regiones del continente estaban asimismo habitadas por diferentes tipos de comunidades extractivas y agrícolas (cazadores, pescadores, recolectores y agricultores itinerantes) que habían desarrollado sistemas productivos análogos desde hacía muchos siglos y/o milenios. A pesar de que la densidad de población en estas culturas era relativamente elevada, su impacto sobre el ambiente fue limitado debido al carácter apropiado de sus sistemas de producción. Si bien las mencionadas sociedades "precolombinas" no tenían una política ambiental institucionalizada, habían desarrollado creencias, conductas y conocimientos tradicionales que tendían a proteger el medio ambiente y sus ecosistemas. Entre ellos se cuentan los tabúes de caza y recolección, tos totems, las fuerzas espirituales naturales, y en fin un complejo sistema de creencias y comportamientos basados en un profundo conocimiento empírico del mundo natural circundante. Con la llegada de los europeos, América fue integrada al «sistema global» y se convirtió, desde el principio, en un exportador de minerales y de varios productos agrícolas de interés para las potencias coloniales sin tener prácticamente en cuenta las culturas y necesidades de los pueblos nativos. Los viejos sistemas agrícolas y extractivos apropiados fueron destruídos, al tiempo que en muchas áreas se fue dando una degradación intensa y generalizada. El monocultivo, con ritmos de cosechas excesivas, el sobrepastoreo y la extracción mineral implacable se volvieron la regla. Sus efectos se hicieron sentir rápidamente en los ecosistemas más frágiles, por 42 Ciudades Sedientas ejemplo, en las áreas áridas y de pendientes fuertes. En forma gradual las nuevas formas de explotación se expandieron en la mayor parte del continente. Sin embargo, a pesar de esta invasión, los sistemas tradicionales lograron sobrevivir en muchas áreas aisladas del continente y en el momento actual aún existen muchos rincones donde las comunidades agrícolas o extractivas viven en equilibrio con su ambiente. Las sociedades coloniales y criollas no adoptaron políticas explícitas respecto del ambiente. Más bien tuvieron una actitud permisiva, basada en un sistema semifeudal de propiedad privada y de búsqueda de ganancias inmediatas. Con el crecimiento de la población, la industrialización y la urbanización, los efectos de tal actitud comenzaron a hacerse sentir sobre el ambiente natural. Se verificó una degradación general de la cobertura vegetal, erosión edáfica, aumento de las inundaciones y sequías, contaminación del agua y del aire y la aparición o incremento del número y frecuencia de enfermedades, algunas de las cuales desconocidas en el continente. Debido a ello, actualmente, América Latina se ve enfrentada a una severa crisis ambiental generalizada, con potenciales efectos a nivel planetario. Son muchas las cuestiones que se plantean como consecuencia de esta crisis. Algunas de ellas se dan a nivel global, otras a nivel regional o nacional o aún otras a nivel local. Es claro que existe urgente necesidad de encarar estos problemas. En las siguientes secciones presentaremos una breve descripción de los problemas ambientales más importantes y urgentes. Principales problemas ambientales que afectan a América Latina y el Caribe A nivel global La región latinoamericana es muy vasta abarcando más de 20 millones de km2, que representa un 15% de las tierras emergidas del mundo. En ellas se encuentran más del 50% de todas las selvas húmedas que aún quedan en el planeta y un 20% del volumen total del agua fluvial. Su población ha superado los 400 millones y se espera que aumente al doble en un lapso de 30 años. Dado el tamaño y la población de la región, los procesos regionales que afectan al continente Latinoamericano, suelen tener repercuciones en el resto del mundo. Es el caso de la desaparición progresiva y acelerada de las selvas tropicales húmedas, consideradas fuente importantísima de oxígeno para el planeta y receptáculo que permite la fijación de dióxido de carbono atmosférico, cuyos exesos atmosféricos constituyen un factor central para el desarrollo del efecto invernadero. Las selvas tropicales albergan asimismo una considerable porción del acervo genético existente en el mundo. Muchas de las plantas y animales que viven en estos ambientes pueden o podrían suministrar beneficios a través de varios usos, no siempre predecibles. A través de muchas generaciones, las comunidades tradicionales de las selvas han acumulado un considerable conocimiento empírico acerca de las propiedades útiles de un gran número de vegetales y animales, que actualmente se están perdiendo en forma acelerada. En los últimos años, se ha apreciado que muchas prácticas de manejo de las sociedades tradicionales tienen muchas ventajas comparadas con los enfoques llamados «modernos». Es claro entonces que hay mucho que aprender de estas culturas que ciertamente no tienen nada de «primitivas». Lo que es más importante, dadas sus connotaciones éticas, es la progresiva eliminación física y cultural de estas poblaciones, y la falta de reconocimiento de su derecho a la vida, a practicar sus creencias y cultura y a controlar sus territorios, sin interferencias indeseadas. Degradación ambiental y políticas inadecuadas 43 A nivel regional Algunos procesos de modificación ambiental que se han dado en América Latina tienen implicaciones regionales o transregionales, especialmente aquéllos que afectan los recursos o los ecosistemas. Un claro ejemplo de ello lo constituyen los recursos hídricos compartidos, ya sea para utilizar el agua o para aprovechar los ecosistemas acuáticos (p.ej. mediante la pesca). En algunos casos, las cabeceras de ciertas cuencas hidrográficas se localizan en el territorio de un país, en tanto que los cursos medios e inferiores de los ríos que drenan dichas cuencas están en el territorio de otro país. En esos casos se requiere coordinación de algunas o varias actividades llevadas a cabo en la cuenca. Problemas similares surgen con relación a las costas marinas y a la liberación de emisiones a la atmósfera. Problemas ambientales cuyos efectos se dan a nivel global o que constituyen una expresión regional de cuestiones globales: Cambios climáticos El efecto invernadero, el agujero de la capa de ozono y otras modificaciones del balance de radiación solar La degradación de las aguas oceánicas Pérdidas de biodiversidad Pérdidas de conocimientos tradicionales Desconocimiento de los Derechos Humanos de las sociedades tradicionales Pérdidas irreversibles de recursos naturales de la Tierra. Problemas ambientales con implicaciones regionales: Degradación o sobre-uso de los recursos hídricos en cuencas hidrográficas internacionales Degradación de los recursos atmosféricos con efectos más allá de los límites nacionales, como por ejemplo, la lluvia ácida Degradación de las costas marinas compartidas internacionalmente Pérdidas de recursos biológicos acuáticos en aguas de juridicción internacional Problemas críticos a nivel nacional: Pérdida de recursos biológicos terrestres (flora y fauna) Pérdidas de recursos biológicos acuáticos (oceánicos y lacustres) Erosión de suelos Contaminación de aguas Aumento en la frecuencia de desastres naturales como consecuencia de la acción humana Aumento de los efectos negativos de los desastres naturales, producidos por incremento de la población o localización inadecuada de los centros poblados Efectos nocivos de la inadecuada disposición de los desperdicios o de los sistemas de reciclaje Efectos nocivos producidos por inadecuado manejo de cuencas Degradación de los recursos costeros 44 Ciudades Sedientas A nivel nacional y local A nivel nacional y local, las cuestiones ambientales son de carácter variado, dependiendo del país o la región nacional de que se trate. Hecha esta salvedad, sin embargo, las mismas pueden ser categorizadas de acuerdo con el tipo de recurso que se esté degradando: ya se el agua, el aire, el suelo, el subsuelo, los ecosistemas o los ambientes humanos y sociales. Tendencias futuras Las consecuencias de estos fenómenos negativos son difíciles de predecir con exactitud. De todas maneras, de una forma muy genérica, puede predecirse que, a nivel nacional y regional, continuará operándose un descenso de la calidad y la cantidad disponibles en la mayoría de los recursos naturales. Ello afectará la producción de bienes y la calidad de vida, especialmente en los sectores de la sociedad más vulnerables. En caso de que las tendencias ambientales actuales permanezcan incambiadas, éstas se agregarán a la ya pesada carga de peligrosas modificaciones de origen antrópico que sufre el planeta. Las implicaciones de tales cambios no han sido completamente dilucidadas, pero es dable esperar que tarde o temprano, en caso de continuar, han de poner en peligro no sólo a la región, sino la humanidad entera. Frenar las tendencias actuales y gestionar el ambiente No será fácil detener o incluso desacelerar las tendencias dañinas a que hemos hecho referencia. Durante la primera mitad del siglo XX y hasta principios de la década de 1980, se dio prioridad a las estrategias puramente desarrollistas en desmedro de las preocupaciones ambientales. Se construyeron cientos de represas, autopistas, tuberí;K líneas de alta tensiOn. 1.Thricas y ciudades. se talaron o quemaron bosques para 1.0. Pueblo en la zona "cocalera" de El Chapare, departamento de Cochabamba, Bolivia. Degradación atnbiental y políticas inadecuadas 45 Pozo de petróleo, cerca de Villavicencio en los llanos colombianos. liberar tierras para la producción agrícola, se sustrajeron anualmente enormes cantidades de peces de los mares sin permitir la reposición de los stocks. Las consideraciones ambientales ocuparon un lugar de mínima importancia frente a los gigantescos planes ingenieriles, los cuales, en gran medida, fueron financiados por petrodólares «generosamente» disponibles a fines de la década de 1970. Esto produjo, corno bonificación indeseada, una deuda externa igualmente gigante que desde entonces ha afectado a todos los países de la región sin excepción. Los efectos de estos gastos y emprendimientos fueron de dos tipos. Por un lado, los estándares de vida aumentaron sustancialmente para muchos millones de latinoamericanos. Aumentó el acceso a la electricidad y al agua corriente, se expandieron las comunicaciones terrestres y aéreas, las telecomunicaciones permiten alcanzar hasta los más remotos rincones del continente. La salud sufrió un mejoramiento generalizado, disminuyendo la tasa de mortalidad y aumentando la expectativa de vida, las tasas de alfabetismo aumentaron y se promovió el acceso a bienes antes considerados de lujo, como electrodomésticos, radios y televisores. En este sentido, el balance ha sido positivo. Sin embargo, por otro lado, estos procesos sólo beneficiaron una parte minoritaria de la población regional. Muchos millones de personas quedaron completamente fuera de los beneficios de este «desarrollo», transformándose, en muchos casos, en víctimas del mismo. Al mismo tiempo, dado que el crecimiento demográfi- co y la migración urbana sobrepasaron la expansión de los servicios y de las oportunidades laborales, hoy en día, hay en América Latina muchos más indigentes urbanos que hace 40 arios . Complementariamente, resulta cada vez más evidente que los pobres del medio rural tampoco han experimentado un gran mejoramiento, y en muchos casos su situación de vulnerabilidad se ha agravado. El llamado desarrollo «industrial» del continente ha promovido la disparidad social más que la equidad. Desgraciadamente este período de desarrollo tuvo también sus efectos sobre el ambiente. Ecosistemas enteros fueron borrados de la faz de la tierra o severamente perturbados. Enormes bosques fueron transformados en pastizales artificiales, tal como sucedió con los bosques de Araucaria del sur del Brasil y las selvas tropicales del Mato Grosso. Los primeros fueron casi completamente eliminados durante las 46 Ciudades Sedientas ddcadas de 1960 y 1970, en tanto que el proceso de destrucción de las selvas del Mato Grosso todavía continúa. Gran cantidad de especies, corno la anchoveta de la costa peruana, se han vuelto escasas. A lo largo de estos altos, las comunidades latinoamericanas aumentaron su incesante explotación del ambiente mediante la sobreexplotaci6n forestal, la sobrecaza, el sobrepastoreo, el excesivo uso de tierras para la agricultura, el excesivo riego y bombeo, y la sobrepesca. Esto llevó a una significativa reducción de los recursos y, 14 I S N 111 7 I I 17 As4 - 44. g '11N. .ww ,ffir - - 1(1 , !I - N.N '"41, - - ", - _ Ak. " o _ Escurrimiento urbano en aguas de manantiales de pie de monte en el valle de Caracas, Venezuela. Degradación ambiental y políticas inadecuadas 47 en algunos casos, a su desaparición. Para algunos pueblos nativos, el «desarrollo» fue sinónimo de genocidio: las carreteras trajeron consigo colonos y mineros, las tierras de los nativos se convirtieron en activos de valor, y así, poco a apoco, estos grupos étnicos fueron «reemplazados» por otras poblaciones o restringidos a las tierras más marginales. Con ello se perdieron también sus prácticas de manejo territorial apropiadas conservadoras del medio ambiente. A esta altura es claro que existe necesidad de establecer políticas ambientales menos permisivas y más racionales que las practicadas, no siempre explícitamente, durante las últimas 3 o4 décadas. Algunos países han comenzado a tomar medidas o a aprobar legislación con el fin de revertir esta tendencia. La mayor parte de los países de la región han aprobado amplias leyes ambientales. Tales son los casos de: Colombia (Código Nacional de Recursos Naturales Renovables y de Protección del Medio Ambiente - 18/12/1974), Venezuela (Ley Orgánica del Ambiente - 16/6/ 1976), Ecuador (Ley para la Prevención y Control de la Contaminación Ambiental 21/6/1976), Costa Rica (Decreto sobre Formación del Sistema Nacional de Protección y Mejoramiento del Ambiente - 22/1/1981), Cuba (Ley de Protección del Medio Ambiente y del Uso Racional de los Recursos Naturales - 12/2/1981), Brasil (Lei sobre a Politica Nacional do Meio Ambiente, seus fins e mecanismos e formulaçao e aplicaçao e outras providencias - 2/9/1981). Por su parte, Brasil, México, Uruguay y Venezuela entre otros han creado Ministerios específicamente dedicados al tema ambiental. A su vez ha habido una continua tendencia hacia la cooperación internacional y regional en materia de política ambiental, especialmente en las dos últimas décadas. Algunos ejemplos de acuerdos alcanzados incluyen los siguientes: Tratado para la Cooperación en la Cuenca Amazónica (Brasilia, 1976) Tratado para la Conservación y el Manejo de la Vicuña (Lima, 1979) Tratado para la Conservación de los Recursos Marinos (Camberra, 1980) Tratado para la Protección del Ambiente Marino y de la Zona Costera del Sudeste del Pacífico (Lima, 1981) Acuerdo de Cooperación Regional para la Contaminación por Hidrocarbonos y otras sustancias Tóxicas en el Sudeste del Pacifico (Lima, 1981) Convención sobre Ley del Mar (Naciones Unidas, 1982) Acuerdo para la Protección y el Desarrollo del Ambiente Marino en la Región del Gran Caribe (Cartagena de Indias, 1983) Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono (Viena, 1985) Acuerdo Mundial sobre el Control del Movimiento Transfronterizo de Sustancias Peligrosas (Basilea, 1989). Acuerdos alcanzados durante la reunión global en Río de Janeiro en 1993. Políticas ambientales para la región Políticas ambientales actuales Si bien en muchos países es dificil identificar un conjunto coherente de políticas dirigidas al ambiente, si pueden observarse y evaluarse sus resultados prácticos. En la mayoría de los casos, las políticas son expresadas a través de varios mecanismos que afectan el comportamiento de la población y las empresas, por ejemplo: reglas de asignación de tierras, modalidades impositivas, criterios para asignación de créditos, tipos de multas aplicadas a las transgresiones de disposiciones ambientales, etc. Un típico ejemplo de política bien definida fue (y aún es) la brasileña, que ha promovido la deforestación de la Amazonia ye! Mato Grosso (Biswanger, 1991). Sus principales elementos fueron: 48 uema de pastizales en las praderas uruguayas. Ciudades Sedientas Degradación ambiental y políticas inadecuadas 49 La agricultura está exenta de impuesto a la renta transformándose en un «refugio» impositivo La reglas de asignación de tierras tienden a favorecer la deforestación, ya que reconocen el «direito de posse» (derecho de posesión) siempre que el «posseiro» (ocupante) haya usado efectivamente la tierra durante un período de por lo menos 1 aflo y 1 día, ofreciéndosele los correspondientes títulos sobre la tierra luego de 5 afios. En el área de Grande Carajás, el INCRA (Instituto Nacional de Colonizaçao e Reforma Agrária) utilizaba las siguientes reglas: quien reclame una parcela y esté viviendo en ella tiene preferencia respecto de otros potenciales reclamantes para obtener un título de propiedad de un área hasta 3 veces mayor que la que ya deforestó. De este modo se está promoviendo activamente las prácticas de deforestación, incluso en exceso de lo necesario para la agricultura. Aunque el «Estatuto da Terra» estipula un impuesto progresivo sobre la tierra, el impuesto que se paga actualmente puede reducirse hasta en un 90% si se deforesta el predio. Esto ocurre porque la tierra forestal es considerada como no utilizada y, por lo tanto, paga las tasas máximas. Convertir la selva en tierra agrícola o de pasturas hace que el impuesto sobre la tierra disminuya. De ese modo, de nuevo se está promoviendo la deforestación. Las consecuencias de estas políticas han sido catastróficas para el ambiente. En muchos otros casos, las políticas impositivas y de asignación de tierras aplicadas consciente o inconscientemente provocaron (y provocan) efectos similares. Es obvio que estos mecanismos pueden ser usados de un modo completamente diferente. Los criterios de fijación de impuestos y de asignación de tierras, así como los utilizados para la obtención de créditos, fijación de precios del agua, la electricidad y otros servicios, pueden promover, en lugar de desestimular, actitudes amistosas hacia el ambiente. Son muchas las herramientas utilizables y de efectividad cierta en un enfoque de manejo ambiental apropiado para la región. En este campo, hay un rol relevante que la investigación científica podría jugar. Marco básico necesario Las políticas ambientales son el conjunto de procedimientos y cursos de acción formulados para guiar y determinar las decisiones actuales y futuras referidas al ambiente. La definición de políticas ambientales detalladas requiere un conocimiento exhaustivo del ambiente, que en muchos casos no se encuentra disponible. En tales casos, puede ser necesario llevar a cabo estudios de base o investigaciones en tópicos ambientales específicos. En América Latina y el Caribe el conocimiento ambiental es claramente insuficiente yen aquellos casos en los cuales la información efectivamente existe, con frecuencia no está disponible en forma inmediata. Un segundo elemento clave para un adecuado proceso de formulación de políti- cas es la existencia de un marco institucional apropriado que permita una clara definición de las juridicciones de los diferentes tomadores de decisiones. En otras palabras, un marco que defina quién debe decidir sobre qué cosas y cuándo, tanto a nivel de la definición de las políticas como de la implementación. Dicho marco generalmente evoluciona en forma simultánea con la necesidad de reformular políticas y resulta muy dificultoso cambiarlo a priori. Aún así, cuanto más se avance en el Ama institucional, más fácil será producir un conjunto de políticas ambientales sustentables. Las interrelaciones entre aspectos institucionales y las diferentes políticas aprobadas e implementadas constituyen un campo fértil para la investigación de provecho. En la región latinoamericana, el marco institucional relacionado con los 50 Ciudades Sedientas , A ' k, ... .::.:...4 n. - -' . , P )1( ° ... . 901Y i . . . .-4" c r - a:: , 7>77"; , -»*Vc ,e- Vs .1 - ' ;t4 r',.7rP:V - - .. rAt `;:., .A q). , v. -r f r 11. " 4 4:i Curso de agua contaminado en Kingston, Jamaica. A- .t. Iliji,4 Yr.- . ' '',. il'-, -.. v . it -4 - o S' ' . . .. . , ' Degradación ambiental y políticas inadecuadas 51 temas ambientales, ha avanzado lentamente. Solamente 4 países cuentan con Ministerios del Ambiente. En el resto, las decisiones en este campo son elaboradas por varias oficinas gubernamentales de diferentes ministerios y otras dependencias públicas. Un tercer elemento, íntimamente ligado con el marco institucionl, es el marco legal, vale decir, el conjunto de leyes, decretos, reglamentos municipales, etc., aplicables a los asuntos ambientales. En muchos países de América Latina y del Caribe, estas reglas se encuentran dispersas dentro del sistema legal y no son siempre fáciles de identificar. El campo de la legislación ambiental es complejo y de rápida evolución. Puede resultar de importancia realizar trabajos de investigación en esta área a efectos de lograr la optimización de esfuerzos. Otro elemento básico requerido para la formulación de políticas ambientales es el marco socioeconómico en el cual se toman las decisiones. Debe tenerse en cuenta que éstas afectan a varios sectores sociales y grupos económicos, cuyo aporte puede resultar no sólo deseable sino, en muchos casos, inevitable. Resulta cada vez más evidente que, en la región, el público en general y determinados sectores privados se muestran cada vez más interesados y activos en relación con la problemática ambiental. En este sentido, existen decenas de miles de organizaciones comunitarias, sectoriales y de grupos de interés de las cuales varios cientos son organizaciones no gubernamentales (ONGs) dedicadas en parte o exclusivamente a este tema. Su número está creciendo rápidamente, no solamente en los barrios de las grandes ciudades, sino también en centros urbanos más pequeños, como una respuesta natural de la sociedad a la visión que se tiene de las perspectivas ciertas de catástrofes ambientales. Formulación e implementación de políticas Una vez considerado el marco básico de información necesaria, se está en condiciones de realizar una formulación política. Sin embargo, aún cuando todos los datos y elementos hayan sido identificados, ese solo hecho no garantiza que las políticas a ser implementadas resultan apropiadas. Cualquier información, por precisa que sea, puede ser utilizada como base de datos para varios tipos de estrategias políticas. Por ello, para que el proceso político sea adecuado es necesario que se reúnan ciertas condiciones. Algunas de ellas se refieren a la transparencia y apertura del proceso de formulación de políticas y de toma de decisiones. Como regla general, cuanto más abierto sea el proceso de formulación de políticas, más probable será que dichas políticas respondan al interés público y que su implementación resulte exitosa. Por el contrario, las políticas definidas de un modo arbitrario y autoritario, en contra de la voluntad de la población o sin su conocimiento, si bien puedan parecer correctas desde el punto de vista técnico, están destinadas al fracaso. Por otra parte, es importante asegurarse de que todos aquellos que estén implicados en especial los que defienden los intereses públicos se hallen en condiciones de cumplir sus funciones, tanto desde el punto de vista de su capacidad técnica, como de su comprensión de la situación social que sirve de marco para las políticas y decisiones. Frecuentemente, en América Latina y el Caribe, los procesos de definición de políticas ambientales se aprueban y llevan a cabo siguiendo canales burocráticos, con inadecuada o ninguna participatión del público y de la comunidad. Para corregir estos sistemas deben explorarse nuevos caminos para producir políticas con la participación de los afectados por las acciones a ser emprendidas. El proceso de formulación política debe también incluir una estrategia de implementación, susceptible de ser modificada a la luz de las condiciones reales. Cuando la implementación de políticas ambientales está separada de su formulación, la tarea resultará más difícil y en algunos casos inefectiva. 52 Ciudades Sedientas Cambiar las políticas degradatorias actuales No resulta tarea fácil, modificar las políticas ambientalmente negativas vigentes. En muchos casos, tales políticas están acotadas por un conjunto de actitudes, tradiciones, padrones de comportamiento e interpretaciones particulares de las reglas existentes. Aunque pueda resultar obvio que estas políticas deban ser modificadas, los obstáculos para llevar a la práctica esos cambios pueden ser numerosos: Falta de conciencia La falta de percepción de la necesidad de políticas ambientales más racionales resulta de una inadecuada educación ambiental a nivel de los medios de información y de las instituciones educativas, así como de la inercia imperante. Sin embargo, la situación está cambiando. Esto sucede debido al creciente deterioro de la calidad de vida que ya aparece como evidente para amplios sectores de la población y, en menor medida, a los avances que se aprecian a nivel educativo, no sólo a nivel escolar, sino también por la acción de las ONGs y otras organizaciones comunitarias. Falta de conciencia por parte de los tomadores de decisiones Los tomadores de decisiones son protagonistas claves en la ecuación política ambiental. Son ellos quienes definen las políticas y medidas a ser aplicadas. No obstante, con frecuencia, su respuesta a los problemas ambientales es tardía. Las decisiones del gobierno concernientes a los problemas ambientales (en especial cuando las mismas implican un costo) tienden a aparecer recién cuando se hace sentir la presión de la opinión pública. Estas respuestas pueden implementarse a diferentes niveles, ya sea normativo (nuevas reglas), ejecutivo (acciones preventivas o correctivas, definición de criterios para otorgamiento de créditos, exenciones o reducciones impositivas, etc) o administrativo (controles, multas y aplicación efectiva de las reglas en vigor). Carencia de un adecuado marco legal Los sistemas legales cambian lentamente. La nueva situación ambiental requiere una completa reorganización de los sistemas legales en la mayoría de los países de América Latina y del Caribe. Algunos cambios en ese sentido ya se han dado. Es así que varios de esos países han aprobado leyes ambientales (PNUMA/ORPALC, 1984), se han creado Reservas Naturales y Areas Protegidas en toda la región, se han aprobado o bien se están estudiando leyes de aguas en la mayor parte de los países, y se han introducido requisitos de evaluaciones ambientales previas para ciertos proyectos. Sin embargo, en su mayor parte, el sistema legal se muestra incapaz de responder a las necesidades reales de las sociedades de la región, que se encuentran en un rápido proceso de desarrollo industrial y agroindustrial. Esto resulta especialmente cierto en el caso de las áreas más densamente pobladas y altamente urbanizadas del continente, donde la concentración de población y las actividades industriales han provocado serios deterioros de la mayoría de los componentes ambientales. Por otra parte, en muchas casos las leyes más efectivas para la protecciónola desprotecciónambiental no son las que se encuentran en los "códigos ambientales", sino más bien las que están incorporadas en sistemas de incentivos para la acción, como por ejemplo leyes impositivas y otras similares. Falta de un marco institucional apropiado En algunos países se ha intentado crear una base institucional con juridicción ambiental. Como ya hemos señalado, cuatro de ellos han creado ministerios especí- ficos para el tema ambiental. En otros casos se han constituido consejos Degradación ambiental y políticas inadecuadas 53 Fertimex UNTAS PPODUCTOPAS DE CIDO SULFURICO 1 200.000% CIDO SULFURICO II 660.000% ULFATO DE AMONIO I 200,000% ULFATO DE AMONIO II 200.000% ULFATO DE AMONIO III 200,000% PERFOSFATO SIMPLE 300,000% UM 6,600% L Las industrias químicas pueden ser fuentes de polución. Una industria que arroja efluentes en el río Querétaro. supraministeriales, interministeriales o autónomos. Sin embargo, en la mayoría de los países la apoyatura institucional para la formulación e implementación de políticas ambientales aún resulta limitada. Escaso conocimiento de la naturaleza, características y efectos de los problemas ambientales existentes La información sobre los problemas ambientales incluyendo las políticas que deben aplicarse es escasa y de difícil acceso. Hay que realizar esfuerzos para llenar estos vacíos, sobre todo en lo que se refiere a la obtención y almacenamiento de la información, y su recuperación para propósitos específicos. Escasa cantidad e insuficiente preparación de las profesionales dedicados a los temas ambientales Los sistemas educativos de la región preparan pocos científicos o tomadores de decisiones en el área ambiental. Generalmente se recurre al trabajo de expertos provenientes de otras profesiones como cientistas sociales, ingenieros, biólogos, geólogos y arquitectos que requerirían un reentrenamiento para desempeñar esas tareas, que no siempre está a su disposición. Enfoques en la formulación de políticas La formulación de políticas ambientales va más allá de una simple enumeración de buenas intenciones. Ella es la expresión manifiesta o no de la voluntad de la sociedad y del gobierno, de llevar adelante una serie de acciones específicas en el manejo del ambiente. Dado que el ambiente, en mayor o menor grado, afecta todas las actividades humanas, la formulación de políticas ambientales atraviesa todo el espectro de actividades sociales y gubernamentales. En este sentido, cada modelo de acción que se selecciona contiene algún aspecto ambiental. Aún cuando parezca que no se ha elegido ningún modelo de acción específico, Ciudades Sedientas 54 el mero funcionamiento del sistema social produce efectos de algún tipo, por ello la abstención, constituye de hecho una forma de selección de modelo. Los modelos de políticas ambientales pueden ser: Desarrollista (o «explotacionista»), modelo que prioriza la producción. Un típico ejemplo del punto de vista desarrollista es el expresado por Gilberto Mestrinho, gobernador del estado de Amazonas (Brasil), quien manifestó: «Tan sólo despdes de haber mejorado el nivel (de vida) de los humanos podremos empezar a pensar en la fauna y la flora» (Time, 16 de setiembre de 1991). Conservacionista, que procura armonizar la producción y la conservación del ambiente natural a través de un manejo cuidadoso. Preservacionista, que enfatiza la completa preservación de la naturaleza. Aspectos concernientes a la formulación e implementación de políticas. Principales actores institucionales A nivel internacional: Agencias internacionales para el apoyo financiero y técnico en asuntos nacionales. En aspectos de escala global, las mismas pueden tener poder de decisión. A nivel de los gobiernos: Poder Ejecutivo: decretos, ejecución de leyes, decisiones políticas en diversas áreas, definición de políticas impositivas, de asignación de créditos, ordenamiento teritorial, control, multas, etc. Presidencia Ministerios del Ambiente Otros ministerios (principalmente de: Salud, Agricultura, Recursos Hídricos, pero también Finanzas y Obras Públicas) y Concejos Interministeriales Poder Legislativo: Poder Judicial: Adores sociales (a nivel local,nacional, internacional): Leyes Aplicación de las disposiciones legales Compañías estatales, por ejemplo, las de aguas y electricidad Gobiernos provinciales o departamentales Municipios ONGs Organizaciones comunales y vecinales Sindicatos Asociaciones profesionales Sector privado Degradación ambiental y políticas inadecuadas Aspectos concernientes a la formulación e implementación de políticas. Problemas en la formulación de políticas ambientales - - - - Falta de conciencia a nivel general acerca de la necesidad de políticas ambientales más racionales. Falta de conciencia por parte de los tomadores de decisiones sobre cuáles son los mejores métodos para definir y aplicar políticas adecuadas en este sentido. Carencia de un adecuado marco legal. Falta de un marco institucional apropiado. Escaso conocimiento de la naturaleza, las características y los efectos de los problemas ambientales existentes. Escasa cantidad e insuficiente preparación de las profesionales dedicados a los temas ambientales Problemas y cuellos de botella en la implementación - Políticas no realistas (demasiado ambiciosas, no relacionadas con las condiciones reales). - Dificultad para cambiar el conjunto de reglas que inciden sobre las acciones a nivel ambiental (por ejemplo, leyes sobre impuestos, leyes de responsabilidad ambiental, leyes de ordenamiento territorial, etc.). Cambios parciales pueden resultar inefectivos, en tanto que cambios generales pueden implicar un acuerdo entre varios partidos, lo que es dificilmente alcanzable). - - Medios de implementación insuficientes o inadecuados: insuficiente personal, infraestructura (laboratorios, transporte, etc.), apoyo financiero, etc. Burocracia y corrupción a nivel de la implementación. Falta de apoyo público u oposición por algunos de los grupos afectados. Falta de compromiso por parte del gobierno a determinados niveles. o en algunos ministerios. Areas potenciales para la investigación - Tópicos ambientales claves. Efectos de las políticas ambientales específicas existentes. Métodos de formulación política utilizando toda la batería de mecanismos potencialmente efectivos. - Aspectos institucionales de la formulación e implementación de políti- - cas. - - Aspectos legales de la formulación e implementación de políticas. Impactos de las iniciativas sociales sobre el área ambiental y sobre el papel de dichas organizaciones en la formulación e implementación de políticas. Cuellos de botella en su implementación. 55 El agua y las cuencas hidrológicas Algunos datos sobre el agua a nivel mundial La mayor parte del agua del mundo está almacenada en los océanos (97.39%) y en menor grado en glaciares e inlandsis (2.01%). Una gran proporción de los volúmenes restantes está contenida dentro de formaciones geológicas (0.54%). Solo 0.06% son aguas superficiales. De ellas más de la mitad son saladas, lo cual las hace inapropiadas para la mayor parte de los usos. Por esa razón, el agua dulce utilizable constituye menos de 1/5,000 de la hidr6sfera. Noventa y cinco por ciento de toda el agua dulce está almacenada en lagos. Por tanto, las aguas corrientes (aguas que fluyen en cursos de agua) representan tan solo 0.001% del agua del planeta'. Sin embargo, a pesar de que las aguas corrientes son solo una fracción muy pequeña del agua total, sus volúmenes serían más que suficientes para satisfacer todas las necesidades humanas actuales y predecibles para el futuro cercano. En efecto, cada año, aproximadamente 496,000 km3 de agua cae en forma de precipitaciones. Esto representa 496 x 10/12 m' por año, o sea un millón de metros cúbicos por persona'. Si restringimos nuestros cálculos a las precipitaciones caídas en los continentes (111,000 Km3 por año) y sustraemos la evaporación promedial (aproximadamente 60%) habría aún más de 80,000 m' disponibles cada año para cada individuo.Las necesidades de agua humanas varían de acuerdo a los lugares, pero normalmente no superan un m' por día, lo cual demuestra que la disponibilidad efectiva de agua para las sociedades humanas no se relaciona con la escasez absoluta de los volúmenes, sino con muchos otros factores de los que trataremos en este trabajo. Según Baumgartner y Reidal refer. de Bethemont: «Geografia de la utilizacion de las aguas continentales». 2 Los volúmenes almacenados en el océano son 1,348 M km3 y en los continentes 36 M km3. Las 1 precipitaciones anuales son aproximadamente de 0.5 M km3 por año. Si se distribuyeran homogéneamente equivaldrían a 973 mm. por año. De toda el agua que cae bajo la forma de precipitaciones (496,000 km3 por año) aproximadamente 385,000 km3 cae en los océanos y solo 111,000 km3por año en los continentes (25%). El continente que recibe más agua es Asia (30,700 km3/ año) debido a su tamaño que equivale a 696 mm por año. Aftica recibe un promedio anual de precipitaciones de 696 mm (total: 20,0001=3). América del Norte tiene promedios similares (696 mm por año) para un total de 15,6001cm3. América del Sur con dimensiones inferiores a los continentes anteriormente nombrados recibe 28,0001=3 por año representando un promedio de lluvias anuales de 1,564 mm (el más alto de todos los continentes). Ciudades Sedientas 58 Agua abundante pero inadecuadamente distribuida y de calidad variable A pesar de los enormes volúmenes de agua dulce que circulan todos los años sobre los continentes, suficientes para satisfacer las necesidades de la humanidad por siglos, mucha gente en el mundo y en América Latina no tienen acceso a este líquido vital. Las razones son muchas. En primer lugar, esos grandes volúmenes de agua dulce adecuada para consumo humano solo existen en ciertas áreas relativamente pequeñas con condiciones muy particulares: los cursos inferiores de los ríos, los grandes lagos, los acuíferos de alto rendimiento. En segundo lugar, no siempre el agua dulce disponible tiene la calidad requerida, a veces debido a causas naturales, y más a menudo como consecuencia de su degradación antrópica. En tercer lugar, no todos los reservóreos naturales de agua tienen la misma tasa de renovación. La utilización a largo plazo de cualquier recurso hídrico está limitada por su renovabilidad. Y finalmente, las necesidades sociales de agua, tanto su demanda real corno potencial se concentran en unas pocas áreas densamente pobladas, que no necesariamente coinciden con los sitios de mayor disponibilidad. Resumiendo, los grandes volúmenes de agua dulce de buena calidad y con renovabilidad suficiente para satisfacer las necesidades de las ciudades en forma sostenible no se encuentran con facilidad. Por esa razón el agua se ha transformado, cada vez más, en un factor limitante para el crecimiento demográfico y económico de ciudades y países. Las cuencas hidrológicas Las cuencas hidrológicas están compuesta por el conjunto de ecosistemas terrestres a través de los cuales se mueven las aguas en dirección a un punto de salida. En ese ... _ - Inundación en la llanura del río Desaguadero, en el altiplano boliviano. El agua y las cuencas hidrológicas 59 Estuario del río Demerare en Georgetown, Guyana. sentido, las cuencas hidrológicas incluyen las aguas superficiales y las subterráneas así como el conjunto de sus frecuentes interrelaciones. Debido a esa dependencia mutua, las aguas superficiales y subterráneas deben ser consideradas conjuntamente. Los 3 componentes principales de una cuenca hidrológica típica son: Interfluvios y cauces Redes hidrográficas Sistemas subterráneos Como se señalaba antes, estos elementos están interconectados entre sí. Los interfluvios y los cauces reciben las precipitaciones, parte de las cuales se infiltran hacia los sistemas subterráneos y parte se evapora. El resto fluye a través de los valles formando las corrientes de agua. Una porción del agua subterránea puede retornar a los cauces y, a su vez, parte del agua de los cauces termina recargando los acuíferos subyacentes. El punto de salida de la cuenca, también es el lugar por donde se evactlan los sedimentos, las sales disueltas y las sustancias contaminantes. La porción de agua que se evapora vuelve a caer nuevamente sobre los interfluvios y/o cauces, cerrándose el ciclo. Sin embargo, cabe señalar que el ciclo hidrológico es abierto. Muchas de las cuencas descargan en el mar o en otros cuerpos de agua mayores, las aguas evaporadas son exportadas por los vientos para precipitarse en otras cuencas u océanos. Las aguas superficiales' Las aguas superficiales comprenden un complejo de sistemas de cursos de agua, lagos, humedales y otros cuerpos lóticos y lénticos. Las corrientes superficiales son alimentadas a partir de dos fuentes principales: las precipitaciones directas (sobre los cursos e interfluvios) y los manantiales (descarga subterránea). En los climas áridos los cursos de agua se alimentan sobre todo por el agua de escurrimiento. El agua cae sobre el suelo desnudo sin penetrar en él escurriendo vertiente abajo hacia el thalweg. En las zonas húmedas sucede lo contrario, el agua de lluvia es interceptada por la (1) Puede encontrarse información actualizada sobre la administración de recursos hídricos y sus usos en ECLAC (1990). 60 Ciudades Sedientas vegetación, parte se evapora, parte se infiltra en el suelo y solamente una pequeña fracción se transforma en flujo superficial. En este último caso, los cauces son alimentados principalmente a través del aporte subterráneo. Los lagos y los humedales funcionan de manera similar. En algunos casos, especialmente en climas áridos, el suministro depende del escurrimiento; en las áreas húmedas, la mayor parte del aporte eg subterráneo a través de manantiales. Muchos lagos de regiones áridas contienen niveles elevados de sales solubles, en tanto que en los ambientes húmedos la concentración de materiales disueltos es menor. Los ríos y lagos son las fuentes de suministro de agua que se utilizan con mayor frecuencia para abastecer los grandes centros urbanos de Sudamérica. Generalmente se represan los ríos para crear embalses con el fin de almacenar el agua y regular su flujo. En algunos lugares las aguas utilizadas provienen directamente de lagos y reserv6reos naturales. Entre otras cosas, la vulnerabilidad a la contaminación depende del caudal. Los ríos más grandes son menos vulnerables que los pequeños. El mismo razonamiento cabe para los lagos, si bien su susceptibilidad es generalmente mayor que la de los ríos dado que, en aquellos, el agua se renueva más lentamente. A pesar de su mayor vulnerabilidad a la contaminación lo que las torna riesgosas en áreas densamente pobladas, industriales y mineras las aguas superficiales son relativamente fáciles de descontaminar. Esto es particularmente cierto en los casos de ríos y lagos con altas tasas de renovación. Impacto antr6pico sobre las cuencas hidrográficas El ritmo y tipo de evolución de las cuencas hidrográficas depende de factores climáticos, geológicos y biológicos. Desde los albores de la Historia, las comunidades humanas introdujeron cambios en esta evolución natural, a través de las actividades agrícolas y ganaderas, los incendios y talas de bosques, la explotación minera y la construcción de estructuras artificiales. H - Inundación provocada por flujo inusual de un río semi árido, Torreón-Gómez Palacio, México. El agua y las cuencas hidrológicas 61 Corriente semi árida, provincia de La Pampa, Argentina. Con el crecimiento mundial de la población, en especial luego de la Revolución Industrial, los efectos de los asentamientos humanos sobre las cuencas aumentaron gradualmente en intensidad. La sobrepoblación rural y el desarrollo urbano modificaron la dinámica de la superficie terrestre a la vez que dieron lugar a un incremento de la utilización de los recursos hídricos. El impacto de la acción humana sobre las cuencas hidrográficas se intensificó de modo notable durante la revolución urbana del siglo XX. El desarrollo generalizado de grandes núcleos urbanos, poblados por millones de personas di6 lugar a una concentración creciente del uso del agua. En América Latina y el Caribe las referidas tendencias se aceleraron a partir de la década de 1950, cuando la población se concentró en las principales áreas industriales del continente. Como consecuencia de ello, la demanda de agua para fines domésticos, industriales y agrícolas se fue incrementando aceleradamente. Se construyeron represas, se perforaron pozos y se extrajeron grandes volúmenes de agua de los cuerpos naturales. El agua tomada del ambiente era (y es) devuelta al mismo en un estado de mucho menor calidad, provocando la degradación de reservóreos subterráneos y cauces. Las cuencas hidrográficas como unidades de manejo Con frecuencia las cuencas hidrográficas son tomadas como unidades de gestión a nivel territorial y político. Aunque no necesariamente las cuencas hidrográficas deban ser consideradas las unidades de manejo más adecuadas, en numerosas ocasiones éstas han servido para ese propósito. Las cuencas pueden resultar el mejor criterio para la regionalización de las gestión espacial del territorio en los casos en que el agua constituye un punto crítico en la problemática territorial, por ejemplo, cuando es escasa o cuando por uno u otra razon representa un factor clave, para el consumo, riego, como fuente de energía, como vía de transporte o como barrera para las comunicaciones. Cuanto más Ciudades Sedientas 62 importantes sean los recursos hídricos para las comunidades, más adecuados resultarán los criterios hidrológicos para lograr un adecuado manejo del territorio. La agricultura de riego: el mayor consumidor de agua En la mayor parte de los países, el mayor consumo de agua no es de tipo urbano sino agrícola. El riego agrícola es una actividad de alto consumo de agua, sobre todo porque la irrigación se hace más necesaria en la zonas de mayor evaporación. Los campos de arroz irrigados pueden evaporar hasta 2,000 mm por arlo, lo cual representa unos 20,000 m3 de agua por hectárea. Incluso los cultivos menos exigentes tienen altos requerimientos de agua. En promedio, el gasto anual de una hectárea irrigada es equivalente al consumo promedio de 40 hogares urbanos. Por ese motivo, en general, la agricultura de riego solo es competitiva cuando los productos agrícolas poseen alto valor de mercado o los precios del agua son muy bajos. Normalmente el precio bajo del agua de riego no refleja los costos reales. En algunas zonas irrigadas, el agua se obtiene de embalses u otras obras hidráulicas cuya construcción requirió una gran inversión, pero cuyo costo no fue incorporado en el precio del agua. En esos casos, el bajo precio permite el desarrollo o persistencia de actividades agrícolas basadas en el riego en áreas donde el costo real de la irrigación las haría inviables. En esas situaciones, las actividades agrícolas sobreviven porque son subsidiadas. En muchos casos, el subsidio proviene de los gobiernos, que contraen prdstamos internacionales que son luego reembolsados por toda la sociedad. Son los casos de Mexico, Venezuela y Uruguay donde la mayor parte de las grandes inversiones de riego han sido subsidiadas por el gobierno nacional. Las necesidades urbanas y la agricultura de riego Una de los problemas más acuciantes con relación a las estrategias hídricas, se El río Querétaro en México, altamente contaminado. El agua y las cuencas hidrológicas 63 -t. La irrigación agrícola consume la mayor parte del agua utilizada en el continente. Canal de irrigación en la Comarca Lagunera, norte de México. relaciona con las políticas de asignación de agua y establecimiento de prioridades para el uso urbano y agrícola. Tal como se señaló antes, los agricultores usan mucho más agua que los usuarios urbanos (incluso cuando se consideran las industrias de alto consumo hídrico). Por esa razón, la competitividad de las actividades agrícolas se relaciona íntimamente con el costo del agua. El alto precio del agua excluye al agricultor del mercado. El agua a precios económicos tiene el efecto opuesto. Generalmente, los usuarios urbanos pueden pagar mucho más por cada unidad de volumen de agua. Esto se debe a que, en las ciudades, el costo de traer el agua es compartido por muchos mds individuos y empresas. Los consumidores urbanos, además, gastan mucho menos agua per cdpita que los agricultores que irrigan. Debido a ello, en la competencia entre agricultores y ciudades, éstas últimas llevan la de ganar. En algunos casos, esta diferente competitividad puede terminar con la desaparición de las actividades agrícolas de riego. En otros, el desarrollo de cultivos irrigados sobrevive o se desarrolla como resultado de políticas de agua especulativas (por ejemplo, tornando el agua de pequeños agrícultores o comunidades indígenas para dársela a grandes empresas agrícolas con fines de producción industrial como fue el caso en la transferencia de agua del valle de Owens a los valles bajos en California). Definiendo las estrategias de gestión de aguas Por esa razón, es necesario definir las estrategias de gestión de aguas tomando en cuenta todos los elementos de la ecuación hídrica. Se debe saber cuanta agua está disponible, quien la necesita con más urgencia, que proporción debe corresponderle a cada usuario, quien tiene derecho prioritario, cual es la racionalidad económica, y finalmente, tener en cuenta todos estos elementos en el marco de un modelo de desarrollo sólido en que la calidad de vida y el uso sostenible de los recursos sean los principios básicos de la acción política. Por esa razón, para que el uso de los recursos 64 Ciudades Sedientas hídricos sea resuelto con una perspectiva a largo plazo y apropiada, es necesario que se definan y adopten modelos ambientales y sociales sostenibles y equitativos. Algunas cuencas representativas de América Latina El agua ha sido siempre un elemento central de la historia humana y su utilización ha tenido frecuentemente implicaciones profundas a nivel social, económico y político. Las tomas de decisiones y la formulación de políticas pueden tener fuertes impactos en el futuro de las naciones. Hay muchos ejemplos de cuencas en que la política de aguas ha constituido un elemento clave en la evolución de países y sociedades. Hay otras casos en que el tema hídrico solo ha ocupado un rol secundario. En las próximas páginas haremos una descripción somera de algunos ejemplos representativos de la situación de algunas cuencas hidrográficas de la región latinoamericana. La cuenca amazónica La cuenca amazónica, que es una de las más grandes del mundo (6,157,000 km2) es compartida por siete países (Brasil, Venezuela, Colombia, Guayana, Perú, Ecuador y Bolivia ') La región se caracteriza por lluvias abundantes, que en general superan los 2,000 mm. por año, distribuidas en cuatro períodos pluviográficos (dos lluviosos y dos secos). El caudal de aguas en la boca del valle principal del río Amazonas excede los 150,000 in3 por segundo, que es por lejos el mayor caudal fluvial del mundo. La vegetación está constituida sobre todo por selva húmeda densa incluyendo extensos humedales (casi 600,000 km2). La región amazónica comprende también algunos de los ecosistemas más biodiversos del planeta. Debido a que la cuenca está escasamente poblada (25 millones de personas sobre todo habitantes de las tierras altas y pendientes andinas) con una densidad de tan solo 4 km2 y a la abundancia de las precipitaciones, hay grandes volúmenes de agua disponibles para sus pobladores, por lo que se han planteado pocos problemas contenciosos con relación a su manejo 2 La población actual de la zona de selvas húmedas es muy pequeña, estando concentrada sobre todo a lo largo de los ríos mayores. Las mayores ciudades de la cuenca son Manaus y Belem (Brasil) con aproximadamente 1.5 y 2 millones de habitantes respectivamente. Otras ciudades importantes son Iquitos en Perú y Santdrem en Brasil. Muchas otras ciudades menores están desarrollándose rápidamente en varias zonas de colonización reciente. Los principales roles que juegan los ríos de la cuenca son la pesca y el transporte (aunque últimamente el transporte aéreo ha sustituido en cierta medida al transporte fluvial). Las rutas terrestres son escasas, y en el corazón de la floresta prácticamente inexistentes. Las actividades pesqueras han sido uno de los principales medios de subsistencia tradicionales de los pueblos amazónicos. El riesgo de degradación de los bio-recursos acuáticos puede representar entonces, no solo un riesgo sanitario, sino también la eliminación de una fuente importante de alimentación e ingresos. Además de los centros urbanos, la región está poblada por numerosas micro1 Casi dos tercios de la cuenca están en Brasil (aproximadaente 4 millones de quilómetros cuadrados), 1 millón de km2 en Perú, 825,000 km2 en Bolivia y el resto en Venezuela, Ecuador, Colombia y Guayana. 2 Todo parece indicar, sin embargo, que con el empuje hacia la construcción de embalses e instalación de operaciones mineras se producirán situaciones conflictuales relacionadas con la gestión hídrica. El agua y las cuencas hidrológicas 65 inignsmcl o 1,4 ri 1 El - _ ir.- .1 --.1 I -91 I . 1 _ Ii. El río Paraguay frente a Asunción. naciones indígenas bien adaptadas a la explotación de los ecosistemas forestales '. Estos grupos han venido utilizando los ecosistemas acuáticos en forma tradicional y sostenible desde hace varios miles de años. Sin embargo a pesar de que su destino está íntimamente relacionado con los sistemas acuáticos, las decisiones sobre gestión de la cuenca se toman sistemáticamente sin ninguna consideración de su punto de vista o interés. En el momento actual, la cuenca amazónica está sufriendo un proceso de ocupación desordenada. Las políticas de asignación de tierras en Brasil, han dado la preferencia al oposseiro» (ocupante de hecho), que debe probar su posesión quemando o talando los bosques, sobre los grupos nativos que han gestionado y conservado los ecosistemas locales por muchas generaciones. Por otra parte, en las últimas décadas las políticas oficiales han tendido a promover la ocupación exógena de la región a través de la construcción de represas y carreteras. Brasil, que es el país amazónico más grande, ha definido inequívocamente una estrategia nacional basada en la producción de energía a través de la construcción de represas hidroeléctricas (la mayor parte de las cuales están previstas en sitios amazónicos). Hay planes para construir represas con ese fin en 43 sitios de 13 dos con una capacidad de generación superior a los 70,000 MW 2. Este hidro-desarrollo se concentraría sobre todo en tres sistemas fluviales: el Xingú (32 %), el Tocantins (20%) y el Madeira (15%). Un cierto número de estas obras hidráulicas ya han sido construfdas, en algunos casos con efectos sociales y ambientales desastrosos (por ejemplo, el embalse de Tucurui en el curso bajo del río Tocantins). El autor ha publicado recientemente un libro que trata en profundidad de las naciones indígenas de las tierras tropicales y templadas de América del Sur: .Piriguaztl», editado por Rosebud, Montevideo, 1995. 2 Mougwt, Luc J.A. (1988); Elydroelectric development and involuntary resettlement in Brazilian Amazonia: planning and evaluation; Edinburgh: Cobham Resource Consultants, 106 p. 1 66 Ciudades Sedientas Como resultado de la deforestación, los regímenes hidrológicos están alterándose rápidamente en muchos lugares de la cuenca. Las sequías e inundaciones, que eran desconocidas, están teniendo lugar a lo largo de muchos afluentes y la calidad del agua se está deteriorando visiblemente como resultado de los efluentes residuales urbanos y mineros. La contaminación minera se relaciona con la explotación de placeres de oro y minas por los «garimpeiros». El oro se extrae de la ganga usando mercurio o soluciones de cianuro '. Ambas tecnologías producen impactos negativos sobre el ambiente. El cianuro es altamente venenoso y el mercurio se concentra a través de las cadenas tróficas alcanzando niveles tóxicos en algunos organismos acuáticos que son consumidos por la población ribereña 2. La polución de mercurio es particularmente crítica en las cuencas altas del Madeira, Tapajos y Xingd, y hay indicios de envenenamiento generalizado en las zonas más pobladas. En la comunidad pesquera de Rainha, aguas arriba de Itaituba en el Tapajos, algunos tests en la población mostraron contenidos de mercurio de más de 6 ppm, máximo aceptado por la OMS. Datos parecidos fueron obtenidos en otras comunidades. En la cuenca del río Madeira, se encontraron niveles peligrosos en comunidades consumidoras de pescado de la nación Kayapó. Se piensa que la continuación de las operaciones mineras aumentará aún más los efectos ambientales y sanitarios de la contaminación mercuriana. Como resultado de la deforestación y ocupación indiscriminada, los ecosistemas aparentemente invulnerables del Amazonas están siendo profundamente deteriorados y ello no sólo está afectando sus habitantes, sino también, indirectamente, a toda la población mundial debido a su impacto sobre el clima mundial. No será fácil resolver los muchos problemas que están convulsionando la cuenca amazónica. Se requerirán nuevas políticas. Las reglas de asignación de tierras deberán ser radicalmente modificadas. Los derechos de los pueblos indígenas deberán ser reconocidos y sus sistemas sostenibles de manejo valorados y defendidos. La migración indiscriminada hacia la cuenca debe ser controlada a través de políticas apropiadas. El impacto ambiental y social de los projectos hidráulicos debe ser evaluado estricta e independientemente para asegurar que se detiene la destrucción masiva de los ecosistemas. Y finalmente, un elemento central de cualquier estrategia de este tipo: se deberá tener en cuenta, no solo el interés de las lejanas metrópolis industriales sino también los puntos de vista de la gente que vive y sufre la degradación amazónica, las primeras naciones del país, que han manejado su territorio en forma sostenible por innumerables generaciones. La cuenca del río de la Plata Esta cuenca multinacional, con una superficie de 3.800.000 km2, comprende el Río de la Plata y sus principales tributarios: los ríos Paraná y Uruguay. El caudal medio del Bajo Paraná es de unos 20.000 m3/segundo (14.457 1W/segundo en Rosario; 15.862 a/segundo en Corrientes). El Río Uruguay, más pequeño ,tiene un caudal de aproximadamente 5.000 0/segundo (4.708 m3/segundo en Concordia y Salto). Los principales afluentes del Paraná son: el Paraguay (2.940 mVsegundo en Asunción), el Iguazil (casi 1.000 mVsegundo antes de su confluencia con el Río Chopim), el Río Tieté (600 mVsegundo en Pereira Barreto) y el Paranapanema (915 1W/segundo al 1 En Brasil la técnica de amalgamación con el mercurio es la mis común. 2 El envenenamiento con mercurio se llama enfermedad de Minamata porque afectó los aldeanos de la bahía Minamata en Japón en los años 1950s matando 1,382 personas (ref.: Time, Enero 10, 1994. P. 28.). El agua y las cuencas hidrológicas 67 ; . ,t El río Paraná, cerca de la ciudad de Paraná, Argentina. norte de Londrina). Por su parte, el principal tributario del Río Uruguay es el Río Negro (aproximadamente 700 mYsegundo a 100 km de su confluencia con el Uruguay). La red hidrográfica platense sirve a una población cercana a los 70 millones de habitantes, de los cuales 47 millones corresponden a Brasil, 15 millones a Argentina, 4 millones a Paraguay, 2,5 millones a Uruguay y 1,5 millones a Bolivia. El sistema hidrográfico del Río de la Plata provee: La base del suministro de agua para muchas ciudades (p. ej. Buenos Aires, Silo Paulo, Asunción, Rosario, Santa Fé, Paraná, Posadas, Corrientes, Cuiabd y otras) y para cientos de miles de predios rurales. Agua de riego para cultivos (cana de azúcar, arroz, frutales, etc.) en los 5 países. Energía, a través de un gran número de represas hidroeléctricas, algunas de gran tamaño (como Itaipú, Salto Grande, Yacyreld y Porto Primavera), utilizadas por 4 países. Transporte, en especial a lo largo del sistema fluvial Paraná-Paraguay, que constituye la principal ruta para el comercio del Paraguay y de la Mesopotamia sudamericana. Agua para la industria y la minería. Un medio receptor para la disposición de la mayor parte de los efluentes líquidos y solubles provenientes de ciudades, industrias, predios rurales y minas. Resulta imposible planificar satisfactoriamente con vistas a todos estos usos si no se considera la cuenca hidrográfica en su totalidad. El agua que se evapora en el Pantanal no llega a Asunción; el agua que se bombea del Río Uruguay para los arrozales de Uruguayana no alimenta el lago artificial de la represa de Salto Grande; los desechos contaminados del curso alto del Tieté dan lugar a una disminución generalizada de la calidad del agua curso abajo; la construcción de una represa en el Alto Paraná puede transformarse en un obstáculo para la navegación, pero una ventaja para el transporte terrestre. Es decir que para alcanzar un plan totalizador de comunicaciones, producción agropecuaria, desarrollo urbano y producción de energía, la cuenca debe ser tratada necesariamente como una unidad. Ciudades Sedientas 68 Desafortunadamente, debido a su carácter internacional y complejo la gestión de la cuenca se ha llevado a cabo a través de un conjunto fragmentado de políticas implementadas en forma inconexa por los diversos países, con muy poca (o ninguna consideración) del funcionamiento integral del sistema hidrográfico. El río Alto Paraná se ha modificado completamente como resultado de la deforestación generalizada y la construcción de un gran número de represas tanto en los afluentes como en el valle principal. Los bosques ribereños han sido inundados o talados. Los ecosistemas acuáticos están completamente desnaturalizados y empobrecidos. El modelo de desarrollo que se ha escogido tiende a la destrucción total de los ecosistemas indígenas y su biodiversidad, promoviendo la artificialización total del ambiente. Tal vez debido a su lejanía a los centros urbanos y a la ausencia de grandes pendientes, el río Paraguay escapó en gran medida al proceso de degradación. Si bien los «cerrados» y selvas de la cuenca alta están siendo eliminados a gran velocidad, se conservan aún importantes humedales de alta biodiversidad como el Gran Pantanal, los humedales de Ñeembucú y otros. Recientemente se ha lanzado enérgicamente una iniciativa regional tendiente a construir una ohidrovía» (o gran vía navegable) a lo largo del río Paraguay que alcance la ciudad de Cáceres aguas arriba del Gran Pantanal. Cuando se consideran los efectos producidos por la ocupación generalizada del Alto Paraná y otros ríos del continente (por ejemplo, el Mississipi) hay gran preocupación por el destino del río Paraguay y sus ecosistemas asociados así como por el futuro de las comunidades ribereñas. Este caso es una demostración más de la necesidad de abrir un proceso político informado e integrado para asegurar una gestión apropiada de los sistemas fluviales. En el pasado las decisiones sobre obras y medidas en la cuenca del Plata se tomaron sin conocimiento acabado del tema, frecuentemente en un marco de arbitrariedad y autoritarismo. Esperamos, finalmente, que las decisiones y políticas futuras sobre el sistema hidrográfico platense, involucrando no solo su navegabilidad sino también muchos otros aspectos, se tomen con la participación de todas las partes a ser Costa del río de la Plata, frente a la ciudad de La Plata, Argentina. El agua y las cuencas hidrológicas 69 El río Paraguay, cerca de Asunción en Paraguay. afectadas por las decisiones, especialmente la de aquellas poblaciones tradicionales que por su prolongada y profunda vinculación con el río pueden aportar los elementos de conocimiento más importantes y apropiados. La cuenca del río Magdalena Esta cuenca se encuentra situada enteramente en territorio colombiano, descendiendo desde las tierras altas de los Andes hacia el Caribe por unos 1,500 km, con un caudal superior a los 2.000 m3/segundo en su parte inferior. Como la cuenca del Río de la Plata, la del Magadalena sirve a muchos propósitos y es utilizada en forma genera- lizada. Las ciudades de Bogotá, Cali, Barranquilla y Cartagena extraen agua del sistema. La generación de energía hidroeléctrica es importante, sobre todo en la cuenca alta. La navegación fluvial y la pesca son menos importantes actualmente de lo que eran en el pasado, aunque, mediante una adecuada planificación e implementación, sería posible renovar el potencial aún existente. Además de las funciones mencionadas anteriormente, el Río Magdalena y sus tributarios constituyen las principales vías de disposición de efluentes para los sistemas de alcantarillado de la mayoría de las ciudades colombianas, dando lugar a un proceso de contaminación bastante intenso. La situación más crítica se aprecia en la zona del Río Bogotá, que recibe los efluentes del área metropolitana homónima cuya población supera los 4 millones y que desemboca en el Magdalena cerca de la ciudad de Girardot. Aguas abajo de esta última ciudad, la calidad del agua del río disminuye considerablemente y su uso se vuelve riesgoso para la salud. Al igual que la cuenca del Plata y otras del continente, la cuenca del río Magdalena debería ser también manejada corno una unidad hidrográfica, dado que el agua es el común denominador de la mayoría de las actividades económicas o sociales significativas de la región. La cuenca del Río Balsas El río Balsas es el punto de salida de una compleja cuenca hidrográfica, que incluye importantes porciones de la meseta volcánica y relieves kiirsticos de México central, Ciudades Sedientas 70 con simas profundas y caudalosos ríos subterráneos (como es el caso del complejo sistema de cuevas en la Formación Morelos, incluyendo las famosas cuevas de Cacahuamilpa y de La Estrella) que forman el Río Amacuzac, uno de sus principales afluentes originantes. Las sub-cuencas meridionales del Balsas están compuestas por las áreas montañosas de selva húmeda y subhilmeda de la Sierra Madre del Sur. Las áreas más bajas del curso medio son semiáridas y cálidas, y más cerca de la desembocadura se desarrollan llanuras costeras que terminan abriéndose en abanico en la vecindad de la costa del Océano Pacífico. Debido a su elevada pendiente y presencia de rápidas, el Río Balsas no es navegable y por tanto no se utiliza para el transporte. Al mismo tiempo, tampoco constituye una barrera importante para las comunicaciones terrestres. Como la población ribereña no es muy numerosa, el río es poco utilizado para el abastecimiento urbano de agua, con la excepción de algunos pueblos y ciudades pequeñas. A pesar de que por su pendiente y caudal podría justificar su utilización hidroeléctrica, debido al carácter permeable o fracturado del sustrato geológico (las calizas están atravesadas por sistemas kársticos de circulación subterránea y otro tanto sucede con las formaciones volcánicas de la meseta) el río Balsas no es una fuente importante de energía. Localmente su agua se usa para el riego, pero esta utilización no es muy importante debido a la ausencia de llanuras susceptibles de ser cultivadas en las cercanías del valle (con la excepción de ciertas áreas menores en la porción inferior del curso). De todo lo anterior se concluye que la gestión de esta cuenca no tiene porque basarse en criterios hidrográficos estrictos. Tal vez, en el caso del río Balsas, la forma más adecuada de encarar su manejo sea a través de la consideración de otros tipos de limites y áreas homogéneas (por ejemplo, áreas geológicas, geomorfológicas o políticas, o bien una combinación de varias de ellas) (Carabias et al., 1992). 4Nial Ay!. _ 1741! -w'Ori P1016 1,j10,1,416'11 91. . -A "4'. 14* A ' L-_12. s. ,04. all ° El río Magdalena cerca de Honda, Colombia. Las aguas subterráneas Las aguas subterráneas constituyen una de las principales fuentes hídricas para el consumo humano. Los reservóreos subterráneos contienen un volumen de agua muy superior al disponible como agua dulce superficial. Por otra parte, en general, el agua subterránea no requiere mayor tratamiento antes de su utilización y en muchas ocasiones se la encuentra precisamente en el lugar donde se la necesita, haciendo innecesaria la construcción de infraestructuras de almacenamiento y largas cañerías. Una ventaja adicional reside en que las inversiones de capital pueden ser progresivas, adaptándose, por ende, mucho mejor a las condiciones de los países en desarrollo. En muchas áreas urbanas, las fuentes de agua subterránea pueden ser la solución mas apropiada alas necesidades de la población,debido a que pueden proveer grandes volúmenes de buena calidad a bajo costo. Sin embargo, la conveniencia del agua subterránea para el uso urbano depende no sólo de las necesidades, sino también de muchos otros factores. El elemento limitante principal del suministro subterráneo se relaciona con las características hidrológicas de los acuíferos infra-urbanos. En América Latina y el Caribe dichas características pueden variar mucho según los casos. Ventajas del agua subterránea Los sistemas hidrogeológicos de la región de América Latina y del Caribe son tan variados como su geografía. En efecto, los acuíferos del continente presentan una amplia gama de propiedades hidrogeológicas: desde altamente permeables a relativamente impermeables, porosos o fracturados, conteniendo unos pocos miles o muchos miles de millones de metros cúbicos, con agua dulce o salobre, prístinos o altamente contaminados. Sin embargo, cuando el agua subterránea es considerada como fuente potencial para el uso de las comunidades urbanas y suburbanas con altos requerimientos, el espectro de posibilidades se reduce considerablemente. Generalmente las mayores limitantes para la implementación de proyectos de utilización de fuentes subterráneas de agua para uso urbano son de carácter económico, dados los costos de exploración, perforación, extracción, conducción, tratamiento, almacenamiento y distribución. Al decidir qué tipo de suministro se adoptará, es necesario comparar estos costos con los correspondientes a otras fuentes de agua disponibles. El costo pierde importancia como factor limitante cuando el agua subterránea constituye la única fuente de agua disponible en el lugar. Ciudades Sedientas 72 Las condiciones de carácter geológico y geográfico que favorecen el uso urbano de agua subterránea son: Proximidad al área de consumo. Grandes volúmenes disponibles. Escasa profundidad y baja presión. Elevado rendimiento hídrico. Alta tasa de renovación. Aceptable calidad del agua. Bajo riesgo de efectos indeseables a causa del intenso bombeo Proximidad al área de consumo Uno de los mayores costos del suministro de agua a las ciudades es el asociado con la conducción de la misma desde el lugar de producción al de consumo, en especial cuando el recorrido es ascendente o debe atravesar obstáculos geográficos, como montañas o cañones. En consecuencia, cuanto más próximo se encuentre un acuífero a una ciudad, más atractivo resulta como recurso utilizable. La situación ideal es aquella en que el acuífero subyace al área de consumo, en especial cuando es artesiano, reduciéndose la red de conducción, disminuyéndose o eliminándose los gastos de bombeo y el riesgo de contaminación desde la superficie. Estas condiciones son o fueron relativamente frecuentes en muchas ciudades del mundo. No obstante, cabe señalar que el uso urbano de los acuíferos artesianos puede hacer bajar el nivel de agua por debajo del de la cota del pozo, con lo que la presión natural se pierde, obligando a aplicar bombeo para lograr la extracción. Aún con el agregado de este costo, la conveniencia económica de contar con un reservóreo de agua subterránea ubicado debajo de la ciudad generalmente supera holgadamente otros inconvenientes. Entre las ciudades del mundo que reúnen estas condiciones están México, Buenos Aires-La Plata, Lima y Bangkok. Otras ciudades que se abastecen de acuíferos deben MIME. irim I. p 01111 . - -- `6, ._ Los derrames volcánicos determinan obstrucciones geomorfológicas que dan lugar a la formación de lagos e infiltración hacia los acuíferos (lago Atitlán, Guatemala). Las aguas subterráneas 73 transportar el agua considerables distancias, como sucede en Guadalajara y Monterrey, en México; en La Habana,Cuba y en Jakarta, Indonesia. La distancia entre los pozos, los manantiales o las galerías y el área de consumo constituye siempre un factor fundamental en el cálculo del costo del agua y un punto a considerar en la selección y el desarrollo de los campos de pozos. Grandes volúmenes disponibles Para que su uso resulte conveniente a nivel urbano los acuíferos deben contener un volumen suficiente de agua como para ser utilizada durante un período largo, por ejemplo 10 o más años. Consideremos el caso de los requerimientos de una ciudad hipotética de 100.000 habitantes que consumen agua a una tasa de 500 litros diarios por persona. El consumo total anual de esta ciudad imaginaria superaría los 18 millones de m3. Suponiendo una tasa de recarga anual promedio del orden del 10% del volumen almacenado, se necesitaría por lo menos un volumen de agua almacenada 10 veces superior a dicho consumo para satisfacer los requerimientos (180 millones de m3), sin afectar las reservas existentes. Para contener tal volumen de agua, una formación geológica debería tener un volumen total varias veces mayor. En el caso de que el volumen de la formación geológica sea diez veces mayor que el del agua, siempre en nuestro caso hipotético (o sea unos 1.800 millones de m3) ello implicaría una porosidad efectiva del 10%. Tal volumen de agua es equivalente a lo que contendría, entonces, una formación de 10 m de espesor y 180 km2 de superficie. Consideremos ahora los requerimientos hídricos de una gran metrópolis, como la Ciudad de México, cuya tasa de consumo diario es de alrededor de 7 millones de m3, equivalente a 2.500 millones de m'anuales. El volumen utilizable (sin considerar la variación normal en los parámetros hidráulicos) deberá ser unas 150 veces mayor que el consumo de nuestra ciudad hipotética (para satisfacer sus requerimientos en el mediano y el largo plazo). Ello significa que la Ciudad de Mexico podría ser abastecido por un acuífero de 2.700 km2 de superficie y un espesor promedio de 100 m. Como se verá en el Capítulo 8, el acuífero del Valle de México satisface solo parcialmente estas necesidades. Las cifras precedentes son arbitrarias. Un cálculo real de los volúmenes de agua disponibles no resulta, desgraciadamente, tan sencillo. Sin embargo, los ejemplos citados dan una idea general del tamaño de acuífero necesario para satisfacer las demandas de agua de una gran ciudad. Escasa profundidad y baja presión El agua para el consumo urbano debe ser fácil y/o económicamente accesible. Dado que los costos de la perforación se incrementan considerablemente si los acuíferos se encuentran a más de unos pocos cientos de metros de profundidad, en este caso la profundidad se convierte en un factor principal. Los costos también son altos cuando aumenta la profundidad de los niveles piezométricos (niveles estáticos) y los niveles de bombeo (niveles dinámicos). En este último caso, los costos operacionales pueden verse radicalmente aumentados debido a los costos de bombeo. Con el aumento de la profundidad, hay una tendencia creciente hacia la compactación y consolidación de los sedimentos y un descenso asociado en la capacidad de almacenamiento y en la conductividad hidráulica, lo que deriva en una mayor mineralización del agua. Por esta razón, y debido a los costos crecientes,la mayoría de los acuíferos profundos resultan inadecuados para el suministro de agua urbana. Aún así, éstos pueden contener agua potable de buena calidad y buenos caudales. Un acuífero excelente con estas condiciones es el que está localizado en las 74 Ciudades Sedientas areniscas de Botucatu, en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay'. Su superficie supera ampliamente los 800.000 km2 y su espesor es de varios cientos de metros (Montano y Pessi, 1988; Kinunelman et al., 1989). El Sistema Acuífero Guaraní constituye uno de los mayores reservóreos del mundo con alta permeabilidad y bajo nivel de mineralización del agua. A pesar de su profundidad, que con frecuencia es superior a los 1.000 m, y de la presencia de roca basáltica dura suprayacente, cuya perforación es cara, sus altos niveles piezométricos, que con frecuencia originan condiciones artesianas bajan los costos de extracción. Sin embargo, este acuífero ha sido solo utilizado en forma limitada en áreas cuyo acceso resulta dificultoso y caro. Sólo en los últimos tiempos se han llevado a cabo un cierto número de perforaciones en el mismo. Alto rendimiento hídrico Un elemento clave en la utilización de los acuíferos para el consumo urbano es la obtención de elevados caudales sostenibles en los pozos. El caudal de los pozos limita el número de los mismos así como su utilización real. Por ejemplo, para satisfacer las necesidades de nuestra ciudad hipotética de 100.000 habitantes (consumo anual de 18 millones de m3; consumo diario de aproximadamente 50.000 m3), se necesitarían 200 pozos produciendo 1.750 litros/minuto o bien 1.000 pozos con un caudal de 350 litros/ minuto. Ciudad de México obtiene 55.000 litros/segundo de 5.000 pozos localizados en la ciudad, lo que significa 10 a 12 litros/segundo o 600 a 720 litros/minuto/pozo. La principal propiedad intrínseca que determinad caudal de los pozos es la conductividad hidráulica o permeabilidad del acuífero. las formaciones altamente permeables son las que ofrecen mejores condiciones para la construcción de pozos de alto rendimiento. Alta tasa de renovación Una de las características más importantes de un acuífero, que permite su explotación intensiva a largo plazo, es su renovabilidad. Esta puede ser definida como la capacidad de un acuífero de mantener su volumen de agua a un nivel de extracción dado. La renovabilidad se relaciona con el balance entre los volúmenes de agua recargados y descargados desde y hacia la superficie y con el ingreso y egreso de agua desde y hacia las unidades hidrogeológicas contiguas. En la mayoría de los casos, el elemento clave para la renovabilidad de un acuífero utilizado para el suministro urbano de agua es su volumen de recarga desde la superficie (vale decir desde los cauces, los lagos, la lluvia y los deshielos) la cual depende de la precipitación en el área de recarga o en las cabeceras de cuenca. La tasa de recarga es asimismo función de la permeabilidad y del estado de la superficie del suelo, de las laderas, del desarrollo de la red hidrográfica, de la vegetación, de las estructuras artificiales y de la profundidad de la napa fratica. Algunos acuíferos tienen una alta tasa de renovabilidad debido a los altos niveles de precipitación, a la presencia de áreas de recarga de gran superficie o al drenaje lento o insuficiente, y pueden ser utilizados intensamente sin mayores consecuencias. En otros casos, dicha tasa es limitada, lo que los hace sensibles al sobrebombeo. El determinar la renovabilidad de un acuífero es esencial para evaluar su potencial para uso urbano. Aceptable calidad del agua El agua de los acuíferos a ser utilizados para consumo urbano deben tener una calidad apropiada para el consumo humano. Esto incluye bajos niveles de sólidos disueltos 1 Recientemente bautizado con el nombre de Sistema Acuífero Guaraní, (Reunión Regional de Curitiba, 24 de mayo de 1996). Las aguas subterráneas 75 y de micro-organismos (por debajo de los máximos establecidos por los estándares requeridos) y estar libre de otras impurezas (mezclas de gases orgánicos e inorgánicos, líquidos o sólidos en suspensión), de excesiva radiactividad u otras sustancias peligrosas para la salud. La pobre calidad del agua con frecuencia puede ser mejorada para adecuarla a los estándares exigidos. Sin embargo, los altos costos asociados con el tratamiento de aguas altamente contaminadas pueden tornar su costo prohibitivo. La localización del área de recarga de un acuífero subyacente a un área densa- mente poblada generalmente lo hace vulnerable a la contaminación por causas antrópicas. Ello debe ser tenido en cuenta cuando se utiliza o planea utilizar un acuífero como fuente de agua potable. En ciertos casos, la degradación de la calidad del agua puede estar asociada a la existencia de conexiones hidráulicas con acuíferos de menor calidad o con cuerpos de agua superficiales tales como mares y lagos salados. Un intenso bombeo puede promover la invasión de agua con características inconvenientes proveniente de arriba o abajo o lateralmente. Este fenómeno que en el caso de los acuíferos en contacto con aguas saladas es denominado «intrusión salina», constituye la causa principal de degradación en los acuíferos de las zonas costeras. Bajo riesgo de efectos indeseables a causa del intenso bombeo El intenso bombeo requerido generalmente para el abastecimiento urbano puede producir efectos poco deseables, como por ejemplo subsidencia del suelo o intrusión de agua con características inapropiadas proveniente de recargas inducidas o de flujos subterráneos de baja calidad. A veces no se realiza la evaluación previa de estos u otros problemas similares. Debido a ello, con frecuencia el sobrebombeo da lugar a fenómenos de degradación tanto de los acuíferos, como del suelo urbano por encima de éstos. Las dificultades que resultan del sobrebombeo se relacionan con la desecación o descenso del nivel de agua del acuífero. Los serios problemas de subsidencia que afectan a Bangkok, Ciudad de México, Shangai y Venecia derivan de la consolidación de sedimentos desecados luego de un intenso bombeo, excediendo la renovabilidad de sus acuíferos. Este fenómeno ilustra la dimensión del daño posible cuando las condiciones hidrológicas no resultan adecuadas para las tasas de bombeo y los volúmenes extraídos. Acuíferos apropiados para su utilización urbana Tan sólo unos pocos ambientes hidrogeológicos ofrecen los volúmenes, los rendimientos, la renovabilidad, la accesibilidad y la calidad de agua necesarios para satisfacer los requerimientos del suministro urbano de agua. Es por esta razón que las formaciones hidrogeológicas de interés para los hidrólogos urbanos son mucho menores de lo que aparece en los informes hidrogeológicos corrientes. Los principales acuíferos de alta producción, adecuados para el uso urbano son: Los acuíferos volcánicos Los acuíferos aluviales Los acuíferos carbonatados Los acuíferos contenidos en areniscas y conglomerados Pre-Terciarias Los acuíferos costeros Acuíferos volcánicos Las regiones volcánicas contienen algunos de los acuíferos más productivos que existen. Varias de las mayores ciudades de la región latinoamericana y del Caribe 2. Acuíferos del Piedemonte 4. Acuíferos volcánicos y piroclásticos 5. Acuíferos aluviales de llanura Andino Océano Pacífico 3. Acuíferos intramontanos 3. 6. Acuíferos sedimentarios antiguos 7. Acuíferos aluviales del Escudo y del Planalto 8. Escudo del piedemonte Océano 1. Acuíferos costeros Atlántico 2. Figura 3.- Corte transversal de Sudamérica, mostrando la localización de varios tipos de acuíferos. 1.Lima, Iquique, Mar del Plata, Natal, Salvador, Maceió, Fortaleza. 2.Lima, Villavicencio, San Juan, Mendoza, Maracaibo, Santa Cruz. 3.Cochabamba, Valencia, Maracay, Querétaro, San Luis, Potosí, Santiago. 4.Ciudad de México, Ciudad de Guatemala, Managua, Quito. 5.Buenos Aires, San Nicolás. 6.Riberao Preto. 7.Sao Paulo, Santa Lucía (Montevideo). 8.Georgetown, Mar del Plata, varias ciudades dé la costa brasileña. Las aguas subterráneas 77 obtienen una porción significativa del agua que consumen de estos acuíferos(Fig. 3). Las principales fuentes de agua de Ciudad de México aproximadamente un 80% son los acuíferos contenidos en las complejas formaciones piroclásticas de la cuenca del Valle de México. También la ciudad de Guatemala depende en alto grado alrededor de un 70% de los reservóreos subterráneos presentes en las formaciones terciarias y cuaternarias piroclásticas y de lavas del Valle de Guatemala en las tierras altas volcánicas de ese país. Managua, capital de Nicaragua, extrae toda su agua para consumo urbano de la formación piroclástica Las Sierras. En los últimos dos casos señalados, el agua es extraída directamente por medio de pozos o indirectamente a partir del Lago Asososca, de origen volcánico, aunque últimamente dicho lago está siendo dejado de lado. Quito, capital de Ecuador, se abastece en un 40% del agua de los depósitos coluviales y aluviales de origen piroclástico y las tobas del valle interandino Callejón. Guadalajara, Puebla y Toluca, en México; Quetzaltenango, en Guatemala; Riobamba, en Ecuador; La Paz, en Bolivia y San José de Costa Rica son algunas ciudades que también utilizan en mayor o menor grado acuíferos volcánicos o asociados con formaciones volcánicas. Los complejos volcánicos presentes en América Latina son fundamentalmente de 3 tipos: las regiones basálticas del Mesozoico de la Serra Geral, el arco volcánico de islas de la región del Caribe, y las formaciones volcánicas de las cordilleras. Las áreas basálticas de Sena Geral ubicadas al sur del Brasil, norte del Uruguay y noreste de Argentina están compuestas de rocas volcánicas relativamente compactas, cuyo espesor es de varios cientos de metros, y que contienen solamente escasos volúmenes de agua contenidos en fracturas, areniscas intercaladas, zonas porosas de interfluvio y en el material meteorizado de superficie. Estas zonas acuíferas no sólo son difíciles de encontrar (en especial los 3 primeros tipos), sino que normalmente suministran cantidades limitadas de agua insuficientes para permitir una extracción sostenible a largo plazo (Da Cunha Rebouças y Fraga, 1988). Las áreas volcánicas de las islas del Caribe ocupan un área relativamente reducida por encima del nivel del mar en varias de las más pequeñas islas caribeñas (Domfnica, Martinica, Montserrat y Saint Lucia). Como consecuencia de su pequeño tamaño y de la presencia de acuíferos mejores en las islas, estas formaciones son usadas para el suministro de agua solamente por pequeños pueblos y predios rurales. Las áreas volcánicas de las cadenas montañosas son extremadamente importantes como fuentes de agua, tanto debido a sus altas densidades de población, como a la presencia frecuente de excelentes y abundantes acuíferos. Estas zonas se extienden a lo largo de todo el «arco de fuego» al este del Pacífico, cerca de la costa, desde el sur de Chile, a través de Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, América Central y México. Se continúa luego en el norte, a través de los EE.UU., el oeste de Canadá y Alaska (Bedinger et al., 1989). Las mismas consisten en un amplio conjunto de rocas de variada composición, petrograffa y estructura, incluyendo composiciones ácidas, neutras y básicas magmáticas (a diferencia de los «traps» de Sena Geral que son fundamentalmente básicos). Entre las rocas presentes en los distritos volcánicos de montaña se incluyen riolitas, traquitas, dacitas, andesitas, lavas basálticas, extensas formaciones piroclásticas y depósitos aluviales y lacustres asociados. Desde el punto de vista geológico, estas regiones volcánicas pueden ser sumamente heterogéneas, especialmente debido a la complejidad de la petrogénesis asociada con los procesos volcánicos. Principalmente como función de su contenido en sflice, el magma ascendente puede solidificarse luego de alcanzar la superficie, tal como sucede normalemente con los magmas riolfticos y traquíticos, o bien puede alcanzar la superficie y fluir ladera abajo, mientras se enfría y se endurece. Generalmente la efusión de lava está 78 Ciudades Sedientas acompañada de degasificaci6n, con eyección de diferentes productos magrnAticos a la atmósfera. En el caso de los magmas ácidos, la presión gaseosa a nivel de las rocas solidificadas aumenta y pueden darse explosiones, que provocan una amplia eyección de fragmentos sólidos y materiales fluidos. Los fragmentos pueden ser grandes (bombas o escoria), medianos (lapilli) o cenizas. Estos materiales pueden también ser transportados ladera abajo, embebidos en fluidos calientes, como ser, varios gases a alta temperatura (de los cuales por lejos el más común es el vapor de agua), agua liquida (a menudo proveniente de erupciones y a veces de nieve derretida) y suelos que sufren liquefacción (generalmente compuestos por materiales volcánicos de erupciones anteriores). Las formaciones volcánicas con frecuencia se ven afectadas por la erosión hídrica y son transportadas ladera abajo, donde pueden acumularse depósitos aluviales o lacustres. En las laderas menos expuestas o de menor pendiente, los procesos de meteorizaci6n pueden desarrollarse rápidamente, dando lugar a la formación de arcilla a partir de los vidrios volcánicos y pirocristales, con liberación de ciertos elementos químicos, entre los cuales varios nutrientes que pueden ser aprovechados por las plantas. En los depósitos volcánicos sueltos puede darse una rápida formación de suelo (en un lapso del orden de unos pocos años). En cambio, donde las rocas volcánicas se encuentran más compactas, este proceso se da mucho más lentamente (decenas o centenares de años). La formación de suelo es importante desde un punto de vista hidrológico, por el aumento en la impermeabilidad provocado por la señalada formación de arcillas a partir de los vidrios. Uno de los mayores obstáculos para la recarga de los acuíferos en las zonas volcánicas y para el flujo vertical en general lo constituye precisamente la presencia de paleosoles enterrados, producidos por la meteorizaci6n de los piroclastos y cenizas. .i .1 ' vi, -1 . ,Z... r, , , ., 1\ . A ' rIZ . ' ,-- _ r--.1 .......... ... .4% : 1 l'N' V' '1 N- ' ' a_ Agua contaminada por sedimentos provenientes de la superficie en un acuífero Idrstico, Gómez Palacio, Durango, México. Las aguas subterráneas 79 Las principales formaciones de rocas volcánicas que se encuentran en estas áreas del continente son las siguientes: Aglomerados y brechas Tobas por flujo de cenizas Tobas por caída de cenizas Flujos de lodo y tobas landricas Piroclastos aluviales y tobas retrabajadas Tobas retrabajadas lacustres Lavas Aglomerados y brechas Se forman cerca del pie de los volcanes como consecuencia de aludes locales, del rodamiento de fragmentos rocosos de tamaño grande y mediano (bloques y lapilli) y de la caída de varios tipos de piroclastos en las cercanías del volcán (incluyendo bombas, escorias mezcladas, piedra pómez, bloques, lapilli y cenizas de varios tipos y tamaño de grano). Desde una perspectiva hidrogeológica, los aglomerados y las brechas pueden resultar muy productivos, pero su limitada área reduce su uso como fuentes de agua. Tobas por flujo de cenizas Resultan del flujo de los piroclastos, licuidificados por el agua o los gases volcánicos, que a menudo producen gruesas acumulaciones en valles y depresiones. Los materiales piroclásticos así formados pueden estar compuestos de «lava viva« solidificada, fragmentos de «lava muerta» proveniente de erupciones anteriores, piroclastos de ese mismo origen, o fragmentos de roca de las paredes del sustrato cuando los fluidos volcánicos suben a la superficie. Dichas tobas pueden estar o no soldadas, según su grado de consolidación. Las que no están unidas a menudo contienen volúmenes utilizables de agua, debido a su espesor, área y porosidad efectiva, que puede alcanzar un valor promedio del 35% (Bedinger et al., 1989). Sin embargo sus rendimientos son en cierto modo menores que los de las tobas soldadas, en las cuales la porosidad es secundaria (relacionada con la fractura) y mucho menor (con valores de alrededor de un 3%). La conductividad hidráulica (K) media para las tobas soldadas y fracturadas es de aproximadamente 1 m/día, en tanto que para las no soldadas y friables, K es de 4 x 10-5 m/día (Bedinger et al., 1989). No obstante, los valores medios no siempre revelan el alto potencial hidráulico de estos depósitos, que resultan adecuados para el suministro de agua a nivel urbano. Bedinger et al. (1989) encontraron valores de K del orden de 5 a 5 x 10-5 m/día para el percentil 83,5, con una porosidad efectiva que oscilaba entre el 4% para las tobas soldadas, con pocas fracturas, y el 33% para los no soldados friables. En resumen, las tobas en especial las fracturadas tienen un buen potencial hidrológico, con alto rendimiento. En los casos en que su volumen disponible sea suficiente, los mismos pueden ser usados como fuente para el consumo humano. Tobas por caída de cenizas Las tobas formadas por acción eólica pueden extenderse a lo largo de grandes superficies, acumulándose como una fina sábana sobre la topografía. Generalmente están compuestas de partículas piroclásticas finas, cuyo tamaño de grano decrece con la distancia desde la fuente volcánica. A pesar de su extensa superficie, su potencial como fuente de agua es limitado debido a que raramente exceden los 10 m de espesor. 80 Ciudades Sedientas Flujos de lodo y tobas lahSricas Constituyen fenómenos catastróficos, que pueden ocurrir regularmente en ciertos lugares, originando importantes acumulaciones de sedimentos de escasa variedad por debajo de las laderas volcánicas. Estas formaciones pueden extenderse decenas de kilómetros desde los valles hasta las tierras más bajas a menor altura. Cuando son sujetos a intemperización, los flujos de lodo y las tobas lahlricas producen suelos muy fértiles. Ellos tambien pueden contener abundante agua subterránea, adecuada tanto para el consumo humano, como para el riego, en aquellos casos en que su superficie y espesor resultan suficientes. Es por esa razón que las zonas donde se encuentran estas formaciones están a menudo densamente pobladas, a pesar de que su localización puede representar una amenaza permanente para la población local. Por ejemplo, la ciudad de Armero, ubicada en el centro de Colombia fue sepultada en 1985 por un lahar producido por un repentino deshielo en las laderas del Nevado del Ruiz como resultado de una erupción. Hubo más de 20.000 personas muertas. Varias otras ciudades se encuentran localizadas en zonas de riesgos similares, como sucede con Ibagué, cerca de la propia Armero, con una población de 400.000 habitantes. Piroclastos aluviales y tobas retrabajadas Dado que la superficie de las tobas retrabajadas recientemente se encuentra desprovista de vegetación, éstas quedan expuestas a la erosión, y sus partículas pueden ser transportadas por cauces locales hacia áreas situadas aguas abajo, donde pueden acumularse con espesores variados. Los piroclastos aluviales de esta naturaleza se encuentran a menudo intercalados e interdigitados con otros acuíferos volcánicos. Estas formaciones pueden tener altos valores de conductividad hidráulica y contener acuíferos cuyo uso puede ser posible. Cuando sus volúmenes y tasas de renovación son suficientes estos acuíferos pueden incluso suministrar suficiente agua como para satisfacer las necesidades de las áreas urbanas. Tobas retrabajadas lacustres Los lagos son comunes en las áreas volcánicas debido que los cursos de agua existentes son interrumpidos a menudo por acumulaciones volcánicas sobreimpuestas de diferentes tipos. En la mayoría de las regiones volcánicas pueden encontrarse lagos de diferentes tamaños y estadios de evolución. Su última etapa de desarrollo corres- ponde con la transformación de los mismos en llanuras lacustres. Los sedimentos lacustres son en general más finos que los aluviales. Es por ello que aquellas formaciones tienden a actuar como acuitardos (o casi acuiclusos) más que como acuíferos, de manera que su rendimiento hídrico normalmente es escaso a nulo. Lavas Las lavas son rocas volcánicas primarias, formadas por solidificación del magma en condiciones atmosféricas o cuasi atmosféricas. La consolidación de las rocas volcánicas puede darse en el interior del volcán, como sucede en el caso del magma rico en sñice y de alta viscosidad, o afuera de éste, cuando el magma es pobre en sílice y de menor viscosidad que termina consolidándose bajo la forma de coladas de lava. Los magmas de composición intermedia pueden producir rocas de varios tipos. Los magmas rioliticos, traquíticos y dacfticos generalmente producen erupciones explosivas, en tanto los basálticos y andesfticos originan episodios volcánicos más tranquilos. Las formaciones de rocas de coladas de lava son heterogéneas. Se forma una costra vidriosa de rocas sólidas en las superficies externas de rápido enfriamiento, y Las aguas subterráneas 81 un núcleo más cristalino de materiales que se van enfriando lentamente hacia el cenro y la base de la masa. Bajo la costra sólida a menudo quedan atrapadas burbujas de gas, produciéndose materiales muy porosos que contienen vacuolas y vesículas. En algunos casos estos espacios pueden estar interconectados, dando lugar a una alta porosidad efectiva, que facilita la circulación del agua (por ejemplo, alta conductividad hidráulica). En otros casos, las vacuolas y vesículas permanecen aisladas y entonces la circulación de agua se hace más difícil. La base de la colada incluye normalmente fragmentos de rocas, que crean muchas anfractuosidades y espacios vacíos, lo que produce un material solidificado altamente permeable. Como consecuencia de los procesos señalados, la lava puede desarrollar una red de fracturas abiertas, generalmente interconectadas, permitiendo así el flujo de volúmenes significativos de agua. En resumen, cuando la lava encierra grandes volúmenes de gas, está sujeta a intensos fenómenos de contracción o fluye a través de superficies rocosas sueltas, puede formar unidades hidrológicas de alta productividad. Por el contrario, cuando el contenido gaseoso es bajo tal como sucede en la mayoría de los flujos basálticos las fisuras por contracción son pocas y pequeñas o los fragmentos de rocas alóctonas no son tomados del sustrato, el potencial hidrológico de la roca solidificada puede ser limitado. Tal es el caso del Planalto, meseta volcánica de la Serra Geral en el sudeste de Sudamérica. La porosidad efectiva de los flujos de lava en varias áreas volcánicas de Norteamérica varía de un valor promedio del 15% para las lavas cavernosas y fracturadas al 1% para las densas a moderadamente densas (Bedinger et al., 1989). Los valores promedio de conductividad hidráulica son de 0,5 m/día a 4 x 104 m/día respectivamente. Renovabilidad del agua subterránea Un elemento importante que facilita la explotación del agua subterránea en áreas volcánicas es la alta tasa de reno vabilidad. La misma se debe a la continua «juventud» de los sistemas hidrográficos de dichas zonas. Debido a los constantes cambios, no hay tiempo para que se formen valles fluviales por la frecuente obstrucción de sus cursos como consecuencia de las diferentes acumulaciones volcánicas (por ejemplo, flujos de lavas, lodos y cenizas, aludes y lahares). Los lagos y depresiones que se forman en las regiones volcánicas por las obstrucciones de los valles se transforman con frecuencia en áreas de recarga, «entradas» de aguas para los acuíferos desde la superficie. En muchos acuíferos volcánicos la infiltración puede alcanzar valores superiores a la mitad de la precipitación. Desde este punto de vista, las zonas volcánicas comparten ciertas características de las áreas kársticas: drenaje hidrográfico pobremente desarrollado, presencia de lagos o depresiones «de recarga», y flujos a través de fracturas abiertas, como en el caso de las fracturas asociadas a las lavas y tobas soldadas. Su principal diferencia con las áreas kársticas es el menor papel que juega la disolución entre las fracturas. Acuíferos aluviales Son aquellos acuíferos contenidos en sedimentos de origen aluvial. En esta sección consideraremos sólo las formaciones Cenozoicas menos consolidadas. Las formaciones aluviales más antiguas serán tratadas más adelante, en la sección correspondiente a las areniscas y los conglomerados del Pre-Terciario. Los acuíferos aluviales se encuentran en toda América Latina, desde Punta Arenas en el sur de Chile a Tijuana en el noroeste de México, y desde Trujillo en Peni a Fortaleza en Brasil. Son los acuíferos más abundantes en superficie y en número. Pueden encontrarse acuíferos aluviales a altas altitudes, a veces por encima de los 82 Ciudades Sedientas 4.000 m s.n.m. como sucede en el altiplano de Perú y Bolivia o, por el contrario, varios cientos de metros por debajo del nivel del mar, como ocurre en los márgenes continentales. Estos acuíferos presentan extensiones y características muy variadas. Los hay de unos pocos kilómetros cuadrados y los hay de decenas de miles. La productividad es igualmente variable, en algunos casos el caudal de los pozos puede ser de sólo unos litros por minuto, en tanto que en otros puede alcanzar cientos o incluso miles de litros por minuto. No todos los acuiferos aluviales son capaces de suministrar en forma sostenida los volúmenes de agua de buena calidad requeridos para el uso generalizado a nivel urbano. De hecho, la mayoría de ellos no puede hacerlo. Sin embargo, existe de todas maneras un gran número de formaciones aluviales que efectivamente contienen suficiente agua subterránea renovable como para satisfacer la demanda de muchas ciudades del continente. Algunas zonas urbanas que obtienen parte o toda su agua de acuíferos aluviales son: Buenos Aires-La Plata, Junín, Río Cuarto y San Nicolás en Argentina; Cochabamba y Santa Cruz, en Bolivia; Ica, Lima, Piura y Trujillo en Perú; Santa Marta, Sincelejo y Villavicencio en Formación Morelos, de composición calcárea y edad mesozoica. Puede ser un excelente acuífero. Morelos, en México central. Las aguas subterráneas 83 Colombia; Maracay y Valencia en Venezuela; Aguascalientes, La Paz, Mexicali, Querétaro y San Luis de Potosí en México, y Olinda, Natal y Pelotas en Brasil. Muchas otras ciudades, que obtienen la mayor parte de su agua de fuentes superficia- les, utilizan de todas maneras acuíferos aluviales cercanos para fines industriales como son los casos de Santiago de Chile, Asunción del Paraguay y Montevideo. Además, muchas formaciones acuíferas que no hemos clasificado como aluviales fueron depositadas como resultado de una acción aluvial. Las mismas han sido incluidas en otra sección, respondiendo a características de otro tipo que resultan más significativas para definir sus propiedades y dinámica. Es el caso de muchos sedimentos aluviales de carbonatos, de materiales piroclásticos, de algunos sedimentos aluviales costeros interdigitados con depósitos marinos litorales, así como de muchos conglomerados consolidados Pre-Terciarios y areniscas de origen aluvial. Las formaciones aluviales están compuestas principalmente de sedimentos detríticos de variado tamaño de grano y mineralogía. Sus fracciones granulométricas incluyen gravilla, arena, limo, arcilla y otros tamaños de grano intermedios. En general, cuanto mayor sea la granulometría dominante, mayor es la porosidad del material. Asimismo, en general los sedimientos aluviales bien seleccionados tienen porosidad más alta que los sedimentos mal seleccionados (cuando sus tamaños de grano medios son similares). Solamente los sedimentos más gruesos (desde arena fina a gravilla) pueden contener volúmenes suficientes de agua y presentar una permeabilidad lo suficientemente alta como para originar acuíferos adecuados para el consumo urbano. Los valores de porosidad efectiva y conductividad hidráulica de los sedimientos groseros en los acuíferos aluviales oscilan entre el 12% y el 15% y 1 a 0,7 m/dfa respectivamente (Bedinger et al., 1989). Las formaciones limosas y arcillosas no constituyen por lo general buenos acuíferos, sino que se comportan como acuitardos o acuiclusos, debido a su conductividad hidráulica baja. Las características señaladas no son exclusivas de los sedimentos aluviales, sino de cualquier tipo de sedimentos con similares propiedades granulométricas. Sin embargo, la gran mayoría de los sedimentos detrfticos que contienen acuíferos en América Latina son de origen aluvial. Clasificación de los acuíferos aluviales Los sedimentos detríticos sufren considerables cambios con el tiempo. Cuanto más antiguo es un sedimento, más probable es que haya experimentado consolidación y procesos diagenéticos. Dichos procesos se encuentran a menudo aunque no siempre asociados con la profundidad a la cual el sedimento fue enterrado en algún momento de su historia geológica. A mayor edad del sedimento, mayores son las posibilidades de que sea afectado por procesos secundarios que modifican sus propiedades. Los procesos de consolidación incluyen compactación general, hidrólisis de los minerales ferromagnesianos y feldespdticos, formación de arcillas y otros minerales secundarios, y cementación con sílice, hidróxidos de hierro, óxidos o carbonatos. A mayor profundidad, donde la temperatura y la presión litostática aumentan por encima de ciertos valores, se dan otro tipo de fenómenos de naturaleza más diagenética, como por ejemplo: neoformación de arcillas y micas, anhidrización de sulfatos de calcio, formación de algunos sulfuros (como las piritas), cristalización de grafitos y magnetitas, y hematitización y goethitization de limonitas. Todos estos procesos tienen a producir un descenso en la porosidad, en la conductividad hidráulica y en la capacidad de almacenamiento. A causa del enlentecimiento del flujo y del contacto más prolongado con las superficies de los 84 Ciudades Sedientas minerales, el agua subterránea aumenta sus niveles de mineralización. Por ejemplo, el nivel de sales disueltas totales se incrementa. Las altas temperaturas que se dan a esas grandes profundidades promueven dicha mineralización. Por lo tanto, como regla general, las formaciones detrfticas relativamente recientes contienen acuíferos mejores que las formaciones antiguas del mismo tipo. Sin embargo,en algunos casos la porosidad y el flujo pueden aumentar con la profundidad. A pesar de que las rocas sedimentarias más consolidadas tienen una porosidad intergranular, y por consiguiente, un flujo muy disminuido, la fracturación que a veces ocurre en profundidad puede revertir estas tendencias, haciendo que se comporten en forma similar a los acuíferos fracturados de rocas cristalinas. En esta obra, hemos dividido arbitrariamente las formaciones detríticas aluviales en 3 categorías, de acuerdo con su edad: Aluviones jóvenes, aún asociados con valles o cuencas fluviales actuales. Aluviones más antiguos, que han sufrido cierta consolidación, generalmente de origen terciario, y sólo a veces relacionados con los más importantes rasgos orográficos e hidrográficos actuales. Rocas sedimentarias más antiguas de origen aluvial, generalmente del PreTerciario, sin asociación directa alguna con el relieve existente, y que a menudo han experimentado un grado relativamente alto de consolidación y cierta diagénesis. Otro criterio clave para la clasificación de sedimentos aluviales es su geomorfología general. Los sedimentos aluviales de los piedemontes de los Andes son completamente diferentes de aquellos de los grandes llanos centrales. Los depósitos aluviales de las mesetas onduladas de los escudos son diferentes de los sedimentos intramontanos andinos o de las cuencas de la sierra. Hemos subdividido los sedimentos «modernos» del Plioceno inferior al presente en los cuales el relieve actual es todavía un factor determinante de las características geológicas e hidrogeológicas de la formación, de acuerdo con su localización geomórfica. Las cuencas aluviales de origen terciario están comprendidas en este grupo como un sub-tipo separado de acuífero aluvial. Las rocas sedimentarias pre-terciarias son tratadas en una sección aparte, junto con otras rocas de edad similar, aunque de distinto origen. Las formaciones aluviales que contienen acuíferos aptos para el suministro de agua a nivel urbano son: Cuencas terciarias aluviales y moldsicas Cuencas aluviales intramontanas Aluviones de piedemonte Aluviones de las llanuras Aluviones de los escudos y de la plataforma Aluviones costeros Cuencas terciarias aluviales y molásicas A lo largo del continente latinoamericano hay un gran número de depósitos aluviales antiguos, más o menos consolidados, que contienen acuíferos utilizables. Aguascalientes, en México, y sao Paulo, en Brasil, extraen el agua de este tipo de acuíferos. Estas formaciones son a menudo de gran espesor, superando los 200 o 300 m, y contienen agua con un grado relativamente alto de mineralización, en especial en sus zonas más profundas. Dada su edad, con frecuencia se encuentran cementados con varios tipos de matrices (arcilla, sílice, carbonatos, óxidos e hidróxidos de hierro, sulfatos, etc.), que reducen considerablemente su porosidad real y efectiva y, por lo tanto, su permeabilidad. No obstante, dado el gran volumen de estos depósitos, aún una pequeña Las aguas subterráneas 85 proporción de la formación puede suministrar suficiente agua para el consumo urbano y el riego. Cuencas aluviales intramontanas Son valles aluviales localizados a lo largo de las regiones montañosas. ser Pueden relativamente angostos, con perfiles longitudinales de elevada pendiente, laderas empinadas y llanuras aluviales angostas en sus bases o bien amplios valles con thalwegs de pendiente más suave y laderas laterales moderadamente inclinadas. Los valles estrechos y profundos son generalmente el resultado de una fuerte erosión del lecho del río, diferente a la erosión de las vertientes, que tiende a producir valles más amplios y acumulaciones mas abundantes en la base del valle. Los depósitos aluviales de mayor tamaño se forman en valles fluviales aguas abajo de las cuencas superiores de zonas semiáridas, áridas o periglaciares. Allí las laderas se encuentran desprovistas de vegetación y están, por lo tanto, sujetas a una severa erosión. En las zonas húmedas, los valles son angostos y profundos y los depósitos son de menor importancia. Sin embargo, aun en áreas que actualmente son húmedas, pueden encontrarse grandes depósitos aluviales, que han sido heredados de periodos geológicos mas áridos. Las acumulaciones de aluviones de gran tamaño y amplitud que se encuentran en regiones húmedas o subhúmedas son a menudo de origen tectónico. En los graben del Lago Valencia en la zona centro-norte de Venezuela (Peeters, 1968), en los graben del Cauca en Colombia y en los del valle longitudinal del sur de Santiago de Chile, existen importantes acuíferos aluviales de este tipo. Ejemplos de valles de un tipo intermedio son los del Valle de Cochabamba en Bolivia (Von Bordes, 1988) y el valle del alto Magdalena, cerca de Neiva, en Colombia. Los mismos son relativamente angostos y empinados, si bien aparentemente su origen es tectónico. En cambio, los valles de Querétaro y San Luis de Potosí en México son amplios, de pendientes longitudinales y laterales relativamente suaves. Los acuíferos de los valles intramontanos generalmente suministran agua subte- rránea de buena calidad, aunque en volúmenes no siempre suficientes como para satisfacer las necesidades de las ciudades o del riego. Cochabamba y Cali extraen grandes cantidades de agua, cuyo destino es urbano y para irrigación en el primer caso, y para riego de las plantaciones de calla de azúcar en el segundo. Es frecuente que la disponibilidad de volúmenes significativos de agua superficial haya limitado el desarrollo de los recursos hídricos subterráneos, tal como ha sucedido en Cali y Neiva, en Colombia, casos en los cuales la mayor parte del agua proviene respectivamente de los ríos Cauca y Magdalena. Sin embargo, en otras situaciones la irregularidad del flujo de los ríos (Cochabamba) o la degradación del área superficial (Lago Valencia, cerca de la ciudad homónima, y Maracay, en Venezuela) han determinado que estas ciudades utilicen casi exclusivamente agua subterránea para consumo humano así como, en ocasiones, para el riego. Aluviones de piedemonte Los acuíferos de los aluviones de piedemonte se dan a ambos lados de las cadenas montañosas de los Andes y la Sierra. Pueden encontrarse acuíferos similares a los pies de las áreas montañosas de los Escudos Brasileño y Guaygnico, de las escarpas costeras de dichas regiones y de las mesetas basálticas del sudeste de Sudamérica (por ejemplo, los pies de las escarpas de la Sena do Mar en los estados de Sao Paulo, Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul en Brasil). Las formaciones aluviales que contienen este tipo de acuíferos tienen características similares en toda la región. Generalmente constan de depósitos groseros 86 Ciudades Sedientas (aglomerados o conglomerados, arenas o areniscas gravillosas y distintos tipos de depósitos arenosos, con diferente grado de consolidación y contenido de limo y arcilla). Estas formaciones se originan a partir de abanicos aluviales en el punto de salida de los valles intramontanos, cuando se extienden sobre el nivel de la llanura. A nivel local, la presencia de bloques de rocas menos subsidentes en relación con la llanura o menos elevados en relación con las montañas cerca de los piede montes, a menudo cubiertos por formaciones sedimentarias más antiguas, puede evitar todo tipo de acumulación sedimentaria. En otros casos, las fallas activas e intensos procesos de subsidencia pueden permitir la acumulación de horizontes muy gruesos de depósitos aluviales de piedemonte. El espesor de estas unidades sedimentarias es variable, pero normalmente va creciendo en forma gradual desde las tierras bajas hacia el piedemonte montañoso. El máximo espesor de las formaciones aluviales groseras que son las que generalmente contienen mayores volúmenes utilizables de agua se encuentra a partir de unos pocos y hasta unas decenas de kilómetros del pie de la escarpa, en donde llegan normalmente a varios cientos de metros de espesor. Más lejos, si bien el espesor real de la secuencia sedimentaria en su conjunto aumenta, las formaciones aluviales se vuelven menos espesas y más finas, presentan menor conductividad hidráulica y menor rendimiento de los pozos. Entre las muchas ciudades que obtienen agua de los acuíferos aluviales al pie de las montañas se cuentan Villavicencio, en Colombia, y Santa Cruz, en Bolivia. Aluviones de las llanuras Una importante área del continente sudamericano de hecho una tercera parte está ocupada por vastas llanuras, que se extienden desde los Llanos en el Delta del Orinoco hasta la Pampa deprimida al sur de Buenos Aires. En gran medida las partes más altas de estas cuencas fueron colmadas por depósitos aluviales, lacustres y eólicos trans- portados desde las tierras altas vecinas (los Andes en el oeste y en el norte, los Escudos Brasileño y Guaydnico y el Planalto basáltico en el este) en tiempos geológicos relativamente recientes. Hacia el sur estos depósitos están afectados por el flujo irregular de corrientes de agua provenientes de las laderas de la zona semiárida de los Andes, que atraviesan la Pampa seca, y, por lo tanto, contienen horizontes intercalados de depósitos fluviales alternadamente groseros y finos. A menudo incluyen sedimentos limosos y arcillosos, sales (halita, yeso y anhidrita) y/o lentes de sedimentos lacustres o eólicos. Hacia el norte el clima se hace más húmedo. Por lo tanto los depósitos intercalados incluyen lentes más arenosos y finos y menor cantidad de horizontes de material más grueso, excepto donde se encuentran próximos a las montañas o relacionados con canales de depósitos en los ríos más grandes. Este tipo de sedimentación es variable según los sucesivos ambientes y cambios climáticos a nivel local, y a veces constituyen un registro de la actividad fluvial durante el Cuaternario. En los ríos que atraviesan las cuencas del Planalto y del Escudo por ejemplo, el Río Paraná y sus tributarios pueden encontrarse acumulaciones planas similares. En ellas los depósitos aluviales también se presentan como una sucesión de formaciones arenosas, con frecuentes lentes de elementos más finos y lentes u horizontes cementados por carbonatos o silicificados. Gran número de ciudades argentinas extraen parte del agua de uso municipal de estos acuíferos. Tal es el caso de Junín, San Nicolás y varias municipalidades del área de Gran Buenos Aires-La Plata (La Plata y Quilmes). Asunción del Paraguay y Rosario y otros pequeños centros urbanos de la Argentina obtienen parte del agua que consumen de las «arenas» del Paraná o formaciones correlativas, conocidas en la Las aguas subterráneas 87 región del sur del Paraná como las Arenas Puelches (Fili, 183; Herrero, 1983; Auge et al., 1988). Similares depósitos aluviales, aunque desprovistos de sflice o carbonatos, se dan cerca de las llanuras de inundación del Orinoco, donde se originaron acumulaciones arenosas (principalmente de cuarzo) tanto a partir del transporte de sedimentos por el curso principal, como del suministro lateral de los afluentes que descienden del Escudo Guayánico y de las regiones montañosas del norte y del oeste. Dos de las más grandes ciudades de los Llanos (Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana, en Venezuela) utilizan acuíferos aluviales de este tipo como suplemento al suministro de agua directamente del río (Menéndez y Araújo, 1972). Aluviones de los escudos y de las plataformas Las formaciones aluviales cuaternarias se encuentran en las regiones de escudos, tanto en los valles internos de los mismos como en su periferia, en los puntos de salida de las corrientes aluviales, existentes y antiguas, donde encuentran las tierras llanas interiores o las angostas llanuras costeras. Estos depósitos son variables en espesor, pero son en cierto modo más finos que los depósitos análogos de los valles intramontanos de la región montañosa y serrana y sus laderas bajas. Los mismos se encuentran particularmente bien desarrollados en el nordeste brasileño semiárido, a lo largo de los llanos costeros de ese país, donde a menudo se presentan como depósitos al pie de la escarpa de la Serra do Mar y su extensión hacia el norte, y en los valles fluviales de la isla cristalina uruguayo-riograndense. Estas formaciones, las cuales a menudo están constitufdas por arena o materiales gravillosos cuarzosos o arcósicos, pueden contener volúmenes significativos de agua subterránea y son capaces de ofrecer rendimientos relativamente altos, debido a su porosidad y conductividad hidráulica. Varias ciudades del noreste de Brasil y de los llanos costeros del sur del Atlántico utilizan agua subterránea proveniente de este tipo de acuíferos. En el noreste, el agua subterránea es ampliamente utilizada, debido a la escasez de agua superficial. A lo largo de la costa del sur del continente, hay unos pocos ríos grandes debido a que las divisorias de aguas no se encuentran lo suficientemente alejadas del océano como para permitir un gran desarrollo del sistema fluvial (Geyh etal., 1983). Los ríos costeros del Brasil tienen tendencia a ser cortos, con cuencas pequeñas y flujos promediales más bien escasos, a pesar de los altos niveles locales que alcanza la precipitación. Ello ha promovido el uso del agua subterránea, lo que en ocasiones ha derivado en la intrusión salina o ascenso de agua salada en los acuíferos. Algunos de los mayores valles aluviales de los estados de SAo Paulo y Minas Gerais también extraen agua de acuíferos aluviales, pero en menor medida, ya que pueden acceder a corrientes de agua superficiales de carácter permanente, cuya existencia se debe a la alta precipitación que se registra en la zona. Los acuíferos de los depósitos aluviales de los ríos Guaíba, Maranhao, San Francisco y Tietd, en Brasil, y de los ríos Demerare y Essequibo, en Guyana, son utilizados para el uso urbano. En Uruguay y en el estado de Río Grande do Sul (Brasil) los depósitos aluviales son relativamente angostos. Sin embargo, varias ciudades los utilizan. En Uruguay varias de las ciudades pequeñas de las proximidades del área metropolitana de Montevideo obtienen agua del acuífero arenogravilloso de Raigón, que es Plioceno-Pleistoceno. Se considera que éste acuífero tiene un potencial de uso para la propia ciudad de Montevideo. En el sur de Brasil, Pelotas obtiene agua de la Formación Graxahim, subyacente al San Gonzalo, en tanto Uruguaiana utiliza un acuífero ubicado en los márgenes del Río Uruguay. 88 Ciudades Sedientas Aluviones costeros Las formaciones aluviales costeras están presentes en todas las áreas litorales de América Latina, desde el noroeste de México (La Paz, Mexicali y Tijuana) a los llanos costeros del Pacífico en Sudamérica (Lima, Trujillo y Valparaíso) y la Pampa surefia (Mar del Plata, próximo a las islas cristalinas de Tandil y La Ventana), y desde el noreste de Brasil y Guyana (Fortaleza, Georgetown, Macei6 y la isla de Säo Luis) a las regiones cosieras del Caribe y del Golfo de México (Santa Marta en Colombia, Maracaibo en Venezuela y Veracruz en México, entre otras). Dichos depósitos aluviales se encuentran a menudo interdigitados con sedimentos de origen litoral, que pueden también resultar buenos acuíferos cuando están formados de materiales de granulometría gruesa (playas, barras y bancos eólicos) frecuentemente de conductividad hidráulica ininterrumpida. Estos complejos reserv6reos subterráneos generalmente son de fácil accesibilidad. Poseen agua en volúmenes abundantes y a poca profundidad. Sin embargo, los acuíferos costeros son susceptibles a la intrusión o ascenso salino en los casos en que la extracción se realiza muy rápidamente. Algunas de las ciudades que han experimentado una salinización de sus pozos son las siguientes: Lima en Perú; Santa Marta en Colombia; Coro en Venezuela; Rio Grande y Natal en Brasil, y Mar del Plata en Argentina. En el caso de Buenos Aires-La Plata el problema de la salinización se debe al contenido de sales de una formación geológica costera y no a la intrusión del agua marina. Conclusión Los acuíferos aluviales son los acuíferos más comunes de América Latina y del Caribe. Sus dimensiones, granulometría y composición petrográfica son muy varia- Arenisca eólica mesozoica de Botucatù contiene uno de los acuíferos más grandes del mundo. Las aguas subterráneas 89 das, al igual que su porosidad y conductividad hidráulica. Sin embargo, promedialmente se trata de unidades hidrológicas muy productivas, con buen potencial de uso para el abastecimiento de agua urbana. Los problemas están asociados mayormente con su carácter superficial, característica que, si bien resulta ventajosa del punto de vista económico, puede llevar a su contaminación y degradación. La utilización de los acuíferos aluviales requiere especial cuidado, pero su potencial como fuente de agua para uso urbano puede ser alto. Acuíferos carbonatados Las rocas carbonatadas o calcáreas son abundantes en todo el mundo. Algunas se encuentran en los fondos marinos y cerca de la costa, a varias profundidades (lodos oceánicos orgánicos, corales, llanuras de marea y playas calcáreas). Otras están en ambientes lacustres, palustres o incluso aluviales. Su origen puede ser ígneo (carbonatitas) o pueden haber estado sujetas a transformaciones metamórficas (mármol). Los acuíferos carbonatados pueden contener material de porosidad primaria alta y porosidad de fractura menos importante (por ejemplo, formaciones de corales y lumaquelas, calcarenitas, tobas carbonatadas y materiales detrfticos sedimentarios mezclados) o alta porosidad secundaria, desarrollada a través de fracturas y disolución química, como sucede con la mayoría de los acuíferos que se dan en las calizas y dolomitas compactas. Las rocas carbonatadas son generalmente dinámicas desde el punto de vista hidrogeológico. Con el tiempo, los procesos diagenéticos tienden a reducir su porosidad primaria, a través de la disolución local y la recristalización de los minerales carbonatados contenidos en las formaciones. Por otro lado, la circulación de agua a través de las fracturas tiende a disolver los minerales de las paredes, «erosionándolas» y formando cursos subterráneos, que gradualmente van aumentando de volumen y caudal. Dado que estos procesos a menudo suceden simultáneamente, algunos acuíferos carbonatados tienen una porosidad primaria relativamente alta, no afectada por procesos diagenéticos, y una porosidad secundaria en desarrollo, en las fracturas. Las formaciones calcáreas pueden contener volúmenes considerables de agua en sus espacios intergranulares y fracturas. La acción hídrica puede aumentar el tamaño de las fracturas y, por lo tanto, facilitar su propia circulación. Estos mecanismos son conocidos como procesos larsticos, por lo que los acuíferos contenidos en tales formaciones se denominan a menudo acuíferos kársticos. Cuando los pozos o los manantiales se conectan con los principales cursos kársticos, estos acuíferos pueden resultar sumamente productivos y muy convenientes como fuentes de agua para el consumo de grandes ciudades y el riego. No obstante, cabe señalar una serie de limitantes para la utilización de este recurso. En primer término, dado que los acuíferos carbonatados a menudo son altamente discontínuos, no todas las perforaciones resultan productivas. Cuando lo son, muchas de ellas pueden agotarse rápidamente si no están en contacto con el sistema principal de fracturas. En segundo lugar, si bien los rendimientos iniciales pueden ser impresionantes, pueden también ser incapaces de sostener la extracción de grandes volúmenes. En muchos casos sus reservóreos contienen menos a veces mucho menos agua que otro tipo de formaciones que presentan menores rendimientos. Por último, otro elemento preocupante es el vinculado con el rápido flujo del agua a través de las fracturas abiertas. Tal movimiento no permite que se produzca la degradación de los contaminantes que puedan introducirse desde la superficie. Aún a pesar de estos problemas, los acuíferos kirsticos siguen siendo uno de las mejores opciones para el abastecimiento urbano. 90 Ciudades Sedientas Acuíferos lársticos de América Latina y el Caribe Si bien las formaciones carbonatadas son muy abundantes en el continente, los acuíferos carbonatados altamente productivos se encuentran concentrados sobre todo en el norte, en el Caribe y en el Golfo de México. Importantes acuíferos de este tipo se localizan en Barbados, Cuba, Jamaica, Puerto Rico y varias islas del archipiélago de Las Bahamas, en las proximidades de las penínsulas de Yucatán y Florida, en el interior de México (Estados de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila) y en las áreas costeras del norte de América del Sur. Bridgetown (Barbados), La Habana (Cuba), Montego Bay (Jamaica), Mérida (México) y Miami (EE.UU.) dependen exclusivamente del agua subterránea obtenida de acuíferos carbonatados. Otras ciudades que dependen en gran medida de este tipo de acuíferos son: Nassau (Bahamas) donde también se utiliza agua desalinizadaKingston (Jamaica) y varias de las mayores ciudades de Puerto Rico, como San Juan, Ponce y Arecibo. Las formaciones carbonatadas de América Latina son heterogéneas por su composición y génesis, de variada porosidad y grado de fractura y consolidación. Igualmente diversas son sus propiedades hidrogeológicas. Algunas de ellas, como los calizas o dolomitas no fracturadas, son muy compactas, de baja porosidad y un volumen casi nulo de agua utilizable. Por el contrario, una cantidad de formaciones carbonatadas de alta porosidad, densamente fracturadas, suministran grandes volúmenes de agua y tienen un excelente potencial de suministro de agua de uso urbano. En las cuencas moldsicas de la Sierra Madre del Sur, en México (por ejemplo, en la cuenca del Río Huacapa, cerca de Chilpacingo, en las laderas bajas de las tierras altas de Jamaica hacia la parte norte de la isla, en el sur de Puerto Rico y a lo largo de la costa de Venezuela, se encuentran acuíferos carbonatados altamente porosos). En cuanto a los acuíferos lcársticos típicos, con flujo de fractura, se les encuentra en el sur de la provincia de La Habana (Cuba), Montego B ay (Jamaica), la península de Yucatán (SE de México), Nuevo León (NE de México) y la formación Morelos, en la zona centro-sur de México. Los acuíferos kársticos son muy vulnerables a la contaminación. Cuando se encuentran localizados en las proximidades de las ciudades incluso, en algunos casos, dentro de las propias áreas urbanas sus reservóreos subterráneos pueden ser fácilmente alcanzados por desechos de origen industrial y doméstico. Por otra parte, la agricultura suele ser más intensiva en las áreas que rodean a las ciudades, con mayor uso de fertilizantes y pesticidas. En tercer lugar, la rápida circulación del agua en el interior del sistema no permite una adecuada infiltración y purificación del agua de recarga. Por esas razones, los acuíferos carbonatados son muy sensibles a las interferencias antrópicas, por lo que se requiere un manejo cuidadoso para su uso en forma contínua. Estos problemas están presentes en todas las regiones kársticas del continente. Es así que los acuíferos urbanos de Kingston, en Jamaica, y Mérida, en México, están contaminados por desechos industriales y domésticos. Se cree que la intensa activi- dad agrícola que se desarrolla en el área de recarga del sur de La Habana está contaminando el acuífero kárstico, que constituye la principal fuente de agua de esa ciudad y de las áreas vecinas. Areniscas y conglomerados Pre-Terciarios Aunque en las grandes cuencas sedimentrias del Pre-Cenozoico en América del Sur se encuentran otras formaciones (por ejemplo: rocas carbonatadas y lavas), los principales reservóreos de agua de estas cuencas están contenidos en las areniscas y conglomerados de origen aluvial, marino costero o eólico. Las aguas subterráneas 91 Las características de las areniscas y los conglomerados más antiguos, que hacen estos acuíferos adecuados para el uso urbano, son: Suficiente espesor, por lo menos varios cientos de metros Suficiente extensión lateral, de varios miles a decenas de miles de km2 Poco afectados por macrofallas y pliegues, que pueden perturbar la continuidad hidráulica Porosidad primaria por lo menos mediana, preferentemente superior al 5%; en algunos casos los flujos de fractura pueden compensar la reducción de la porosidad primaria Conductividad hidráulica no menor a 0,1-1 m/día Alto rendimiento de los pozos, por lo menos 100 litros/minuto (dependiendo de la inversión económica realizada o requerida) Profundidad no mayor a 1,000-2,000 m. Niveles de agua estáticos y dinámicos poco profundos (es deseable una presión suficiente como para que los pozos funcionen bajo condiciones artesianas, pero a menudo se pierde con las altas tasas de extracción) Tasa de renovación elevada, generalmente relacionada con volúmenes de recarga desde la superficie Bajo nivel de mineralización del agua, por ejemplo, concentración de sólidos disueltos totales menor al 0,05%. Las principales cuencas sedimentarias del continente, cuya continuidad hidráulica no ha sido afectada por eventos tectónicos, están localizadas alrededor de las regiones cratónicas y tectónicas de Sudamérica y en las llanuras centrales. Un ejemplo lo constituye la enorme cuenca sedimentaria del Amazonas, compuesta de relleno sedimentario Pre-Cenozoico, cubierto por una secuencia cenozoica de gran tamaño. Hasta el presente, casi no ha tenido perforaciones, debido a su profundidad, la baja densidad de la población de la zona y la abundancia de agua superficial disponible. Otra de las grandes cuencas sedimentarias, la del Paraná., subyace al río homónimo y sus tributarios. Es una cuenca muy profunda, que alcanza los 6.000 a 7.000 m a lo largo de su eje central, bajo el Río Paraná en territorio argentino. Está compuesta por una impresionante secuencia de rocas sedimentarias del Paleozoico al Cenozoico. Contiene gran número de conglomerados y areniscas, que albergan un volumen de agua utilizable a nivel regional y local. Los depósitos devonianos consisten en formaciones más antiguas de arcosas y areniscas gruesas, y una unidad de areniscas más jóvenes. Su uso no resulta práctico debido a su profundidad. Los horizontes permo-trigsicos también contienen formaciones detrfticas groseras en su base. Se trata de conglomerados (tillitas) de origen glaciar (Itararé- San Gregorio) y de areniscas formadas en un ambiente fluvio-glaciar (Río Bonito-Tres Islas). Si bien estas unidades contienen agua, su uso es limitado debido ala profundidad que presentan en vastas extensiones y a la pobre calidad de la misma. La parte superior de la secuencia neo-gondwánica también está compuesta de areniscas (Estrada Nova), que son utilizadas como acuíferos a nivel local en el sur del Brasil y en Uruguay. El relleno superior de la cuenca del Paraná es neo-gondwánico y está compuesto principalmente de areniscas eólicas (paleodesierto de Botucatu-Tacuaremb6) y de una gruesa acumulación de flujos basálticos. Botucatu es una arenisca de porosidad media a alta, pobremente consolidada. Alberga uno de los mayores acuíferos del continente (Sistema Acuífero Guaraní), el cual se extiende desde Mato Grosso hasta Uruguay, con una capacidad de almacenamiento estimada del orden de 10.000 a 20.000 km3. Las aguas del acuífero Guaraní son potables y de buena calidad. El acuífero es capaz de producir altos rendimientos a menudo de 500 litros/minuto y 92 Ciudades Sedientas es artesiano a lo largo de una gran extensión de su superficie. No obstante las señaladas ventajas, este acuífero es utilizado solamente cerca de su afloramiento, dado que la formación se encuentra cubierta, en su mayor parte, por un manto basáltico de varios cientos de metros de espesor (de más de 1.000 m en algunos lugares). El Sistema Acuífero Guaraní es sumamente productivo desde el punto de vista hidrogeológico, pero su perforación resulta difícil y cara (Da Cunha Rebouças e Fraga, 1988; Montan° y Pessi, 1988; Kimmelman et al., 1988). La parte superior de la secuencia de la cuenca del Paraná comprende depósitos relativamente delgados de origen Cretkico tardío o Cenozoico. Algunos de ellos contienen agua subterránea utilizable, por ejemplo la Formación Baunl, en Brasil y las Formaciones Mercedes-Asencio ,en Uruguay. Sin embargo, los acuíferos más utilizados son los sedimentos aluviales del Plioceno-Pleistoceno anteriormente descriptos. Acuíferos costeros Se los define simplemente por su ubicación cercana a la costa. Existen diferentes tipos, según la historia geológica particular de cada área. Muchos de ellos han sido el resultado de las interacciones geológicas de las formaciones marinas continentales y litorales. En algunos casos están compuestos exclusivamente por depósitos de tríticos gruesos marinos o costeros, tal como sucede en las playas y las dunas arenosas, o por variados depósitos arenosos de aguas poco profundas. Otros están compuestos por rocas carbonatadas marinas o litorales. Un número considerable de acuíferos costeros son aluviales, con o sin intercalación de formaciones costeras o marinas. Un número más pequeño son volcánicos, compuestos por rocas sedimentarias detríticas gruesas más antiguas o rocas cristalinas. A pesar de la variedad de características genéticas y sedimentológicas, su localización vecina al mar pone a estos acuíferos en estrecho contacto con el agua subterránea altamente salina que generalmente está contenida en los ambientes geológicos suboceánicos. Por lo tanto los mismos son especialmente sensibles al sobrebombeo. Estas unidades hidrogeológicas están en posiciones topográficas bajas, a menudo por debajo o apenas por encima del nivel del mar, y se dan en las desembocaduras de cuencas fluviales actuales o antiguas, en estrecha asociación con los cauces existentes, en su punto de máximo flujo cerca del océano. Los principales problemas en cuanto a la utilización de estos acuíferos son los vinculados con la salinización de sus aguas. Dada su baja densidad, el agua dulce flota sobre el agua más salada. Sin embargo, la diferencia en densidad es de solamente 2,5% y la capa de agua dulce relativamente delgada, que a menudo está por encima del agua subterránea más salada, puede estar ubicada a muchos metros por debajo del nivel del mar. Cuando se bombea sin precaución el agua dulce , el agua salada tenderá a reemplazarla desde abajo. Este ascenso de agua salada puede no darse durante varios años, pero puede suceder que cuando se perciban sus efectos ya sea demasiado tarde para solucionar el problema. Un gran número de ciudades medianas y grandes del continente latinoamericano y del Caribe están situadas a lo largo de las costas del Atlántico, el Caribe y el Pacífico. De ellas unas 40 dependen del agua subterránea extraída de varios tipos de acuíferos costeros. Entre ellas podemos citar a Mar del Plata, en Argentina, que extrae agua de un acuífero aluvial sobre las costas del Atlántico; Natal y Recife, en Brasil; Santa Marta, en Colombia; La Habana, en Cuba, que obtiene toda el agua que consume de un acuífero kárstico de los llanos costeros del sur; y Lima, en Perú, donde aproximadamente un 40% del agua es extraído de un acuífero costero aluvial. q. Ciudades que dependen del agua de superficie La mayoría de las ciudades latinoamericanas satisfacen sus necesidades de agua a partir de fuentes superficiales, generalmente de ríos. En ellas, generalmente, el agua es obtenida de los cauces en forma directa, ya sea mediante infraestructuras de toma sobre el propio cuerpo de agua que se utiliza como recurso' (Asunción, Buenos Aires y Montevideo) o a tra4s de obras de embalses (Bogotá, Rio de Janeiro, Recife, SAo Paulo). Raramente se utilizan los lagos, aún en el caso de ciudades situadas en sus orillas. Ello se debe a que algunos lagos son salobres caso de los lagos Maracaibo y Managua o bien están contaminados, como sucede con el Lago Amatitlán, cerca de la Ciudad de Guatemala. Managua utilizaba hasta hace poco las aguas del Lago Asososca que es un pequeño lago volcánico, sin una cuenca que lo alimente, actando más bien como un gran pozo natural. En el Capítulo 7 se trata el caso de Cochabamba, en el que el agua de un lago es utilizada conjuntamente con agua subterránea. Región metropolitana de S5o Paulo2 A pesar de contar con un área relativamente pequeña en la escala del territorio de Brasil (248.000 km2, o sea poco más de 3% del territorio) el Estado de sao Paulo contiene una población de 33 millones de personas,que representa un 23% de la población total del país. Su densidad, que es una de las más altas de América Latina, alcanza casi 140 habitantes/km'. Más del 65% de la producción industrial brasileña se encuentra concentrada en el Estado de Sdo Paulo, el cual es además el mayor productor agrícola del Brazil. Sus plantaciones de caña de azúcar, café y cítricos son las mayores del país y están entre las más grandes del mundo. Las existencias ganaderas son de 12 millones de cabezas, constituyendo una de las mayores áreas productoras de leche y derivados. La población es principalmente urbana (más del 80%); 29 de las ciudades del Estado superan los 100.000 habitantes. La mayor ciudad es la capital, Sao Paulo, cuya población había alcanzado los 16 millones y medio de habitantes en 1990 y actualmente (1996) es estimada en unos 18 millones. En los 38 municipios que conforman 1. A veces con pequeños embalses locales para asegurar la profundidad en el sitio de toma (p.ej. Montevideo). 2 La información de esta sección fue obtenida de Gardner (1977), Hermann (1979), DAEE (1988) y Mariani Neto et al. (1988). Ciudades Sedientas 94 la gran área metropolitana paulista vive el 55% de la población del Estado, lo que representa un 15% de la población de todo el Brasil. El área urbana de Sao Paulo por sí sola produce mayor cantidad de bienes industriales que el resto del país en su conjunto. En Sao Paulo se generan más empleos que en ninguna otra ciudad del Brasil. En la actualidad, la metrópolis paulista continúa siendo un foco de atracción para la población proveniente de otras partes del país. Si la actual tendencia continúa, la región del Gran Sao Paulo (incluyendo Campinas, Santos y el Valle del Parafba) habrá de tener cerca de 25 millones de personas en el alto 2000 de los cuales cerca de veinte estarán concentrados en la zona metropolitana propiamente dicha. De continuar las tendencias actuales, para el año 2010,1a población del Gran Sao Paulo será de 30 millones de habitantes. Para ese entonces, los límites nororientales más lejanos de la ciudad ya se habrán encontrado con los de los suburbios suroccidentales más alejados de Rio de Janeiro, formando así una megalópolis de aproximadamente 40 millones de habitantes. Evolución histórica El establecimiento de los portugueses en la región del actual estado de Sao Paulo tuvo lugar en 1532, cuando Martin Alfonso de Souza fundó la ciudad de Sao Vicente, sobre la costa del Océano Atlántico, unos 400 km al sur de la bahía de Rio de Janeiro. En esa región el área costera está constituida por una estrecha llanura al pie de la escarpa de la Serra do Mar, con limitado espacio para la expansión de la agricultura. En 1554 los Jesuitas, que ya habían instalado misiones en la cuenca superior del Tieté, fundaron una población en el interior, cercana a la costa oceánica, en una colina, ubicada entre los ríos Anhangabau y Tamanduatei, ambos afluentes del Tieté (Fig. 4). Esta población fue llamada Sao Paulo de Piratininga o Sao Paulo dos Campos. Con el tiempo se habría de transformar, simplemente, en Sao Paulo. Desde su fundación y durante los siglos XVII y XVIII el crecimiento de Sao Paulo estuvo ligado a su papel como centro del tráfico de esclavos para las plantaciones de cana de azúcar del Noreste y para la exploración de áreas mineras en el interior, en especial en lo que más tarde habría de convertirse el Estado de Minas Gerais. Las expediciones hacia el interior eran llevada a cabo por las «bandeiras», generalmente constituidas por «mamelucos»' al principio bajo la dirección de aventureros portugueses y con el beneplácito de la corona. Los mercados de esclavos estaban localizados en la propia Sao Paulo, en el puerto de Sao Vicente yen los puertos del noreste (p.ej. Sao Salvador do Bahia, Ilheus, Olinda)2. En tiempos posteriores, a principios del siglo XIX, la ciudad adquirió importan- cia debido a la implantación de plantaciones de café, que pasaron a ser durante décadas el principal producto de exportación de la región paulista y de todo el país. Durante el presente siglo, y en especial en las últimas décadas, Sao Paulo se tranform6 en un poderoso centro industrial, productor de bienes tanto para el consumo interno como para la exportación. Entre las principales actividades indus- triales cabe citar la metalurgia, la fabricación de automóviles, y las industrias químicas, mecánicas, textiles y alimenticias. Mamelucos: generalmente se llamaba así a los mestizos de padre portugués y madre india. La mayor parte hablaban la «lingua geral» o «tupí» muy similar al guaraní de Paraguay actual. Recientemente el autor ha publicado un libro describiendo la evolución histórica de la costa atlántica de América Sur con particular referencia al período «bandeirante». Piriguaa, 1995, Ed. Rosebud, Montevideo, Uruguay. Ciudades que dependen del agua de superficie 95 Río Tiete So Paulo Valle de Paraiba Serra do Mar mbalse e Billing . : Santos Llanura costera SSo Vicente Guaruja Oceáno Atlántico Figura 4. Vista aérea de S-jo Paulo y alrededores. Geología e hidrogeología La ciudad de sao Paulo está localizada en el corazón del Planalto Paulistano, un área de 5.000 km2 de relieve ondulado, con alturas que oscilan entre los 715 y los 900 metros s.n.m. La zona está apoyada sobre un sustrato cristalino, que incluye filitas, micaesquistos, gneises, diferentes tipos de migmatitas e intrusiones graníticas aisladas. En el propio emplazamiento de Silo Paulo hay una cuenca sedimentaria de origen tectónico, desarrollada durante las épocas Pliocéno y Pleistoceno de la Era Cenozoica. Los sedimentos de dicha cuenca se extienden unos 1.000 km2 alcanzando un máximo espesor de unos 300 metros. Estos depósitos están compuestos de arcillas, limos, areniscas arcillosas y algunos lentes areno-gravillosos. Las áreas cristalinas del Plantalto Paulistano están sumamente meteorizadas y en algunas zonas presentan mantos de intemperización de 70 a 80 metros de espesor (Fig. 5). Los principales acuíferos de la región de Silo Paulo están contenidos en los lentes de arena gruesa en y la espesa capa de materiales meteorizados de las áreas cristalinas. Los pozos de dicho acuífero generalmente se encuentran ubicados a profundidades entre los 100 y los 200 metros y su rendimiento es de 50 a 1.700 litros de agua por minuto. El ambiente El área posee un clima subtropical húmedo, con una temperatura media anual de 20° C y una variación promedia] que oscila entre los 14° C en invierno (julio) y 26° C en verano (enero). La región de Silo Paulo es una de las más húmedas del Brasil. La precipitación media anual es de 1.500 a 2.000 mm y en las áreas serranas cercanas puede alcanzar los 3.000 mm anuales. La ciudad se encuentra localizada cerca de la divisoria de aguas entre la gran cuenca del Paraná hacia el oeste y las pequeñas cuencas costeras de pendientes empinadas de la escarpa de la Serra de Mar hacia el este. La propia ciudad ha crecido hasta ocupar el valle alto del Río Tieté, al igual que el de su afluente más importante, el Río Pinheiros. El Río Tieté constituye la columna vertebral hidrográfica del Estado de sao Paulo y atraviesa una superficie de 150.000 km', fluyendo hacia el oeste, desde sus nacientes en las tierras altas de la Serra do Mar hasta el Paraná Superior, aproximadamente 250 km al norte de su confluencia con el Río Paranapanema. NO Presidente Prudente Basaltos de la Serra Geral Formación Bauru Serra do Mar Cuenca de Areniscas de Botucatù Sao Paulo Embalse de Sao Paulo Formaciones Eo-gondwSnicas Billings +++ ++ Río Paraná + + 4- Escudo I- 4- .4' + +++ Vetas de diabasa -I- -4- + -4- Atlántico tOcéano ++ f + Santos IihstISSZY + + + + ++ + + Rocas cristalinas meteorizadas Río Tieté Sáo Paulo -I I al el Sabe Escudo Formación Sao Paulo .-Figura 5. Corte transversal de las formaciones geológicas que rodean Sao Paulo. Sedimentos cuaternarios + I al slio.f.1.18r....foial ti Ciudades que dependen del agua de superficie 97 Problemas de abastecimiento y gestión del agua En la época de la fundación de la ciudad el abastecimiento de agua se realizaba a partir de varios cursos y manantiales superficiales y era transportada a las casas y lugares de consumo en carros aguateros, en condiciones sanitarias dudosas. En 1877, cuando la ciudad ya tenía 50.000 habitantes, se creó la compania privada Cantareira de Esgotos con el fin de proveer agua ala ciudad en mejores condiciones sanitarias. Unos años después fue construido el pequeño embalse de la Consolaçao. Luego de diez altos, y ante la insatisfacción generalizada por la gestión de la compañía mencionada, el gobierno asumió sus funciones a través de la oficina de Repartiçao de Agua e Esgotos (RAE). En 1897 el agua del Río Tieté se utilizaba en la localidad de Belenzinho, donde ya mostraba signos de contaminación cuyos efectos hicieron crisis en 1914 cuando estalló una severa epidemia de fiebre tifoidea en los vecindarios pobres de la ciudad. En un principio toda el agua utilizada en Sao Paulo era tomada de los cursos de agua que corren hacia el Río Paraná. Pero en 1920 se construyó el embalse de Billings en la cuenca superior del Pinheiros para aprovechar la pendiente empinada hacia el Océano Atlántico que presenta la Serra do Mar, con el fin de producir energía hidroeléctrica. El sistema de generación incluía una estación de bombeo para extraer agua del curso inferior del río hacia el embalse. En aquel entonces el río Pinheiros no estaba contaminado debido a que la ciudad todavía no se había expandido hacia sus orillas. Actualmente, por el contrario, el río se ha convertido en una cloaca a cielo abierto, que contiene residuos urbanos altamente contaminados y aguas de escorrentía urbanas. Estos líquidos fuertemente poluídos son bombeados hacia el embalse de Billings. En lugar de descartarse el uso de dicho lago artificial para el suministro de agua, el mismo fue dividido en dos secciones: una más extensa recibe las aguas del Pinheiros, en tanto otra menor provee de agua al gran suburbio de Santo Andréque cuenta con más de 1.000.000 de habitantes y a otras barriadas urbanas y suburbanas. Ambas secciones están separadas por un dique de tierra relativamente permeable, que permite el flujo en ambas direcciones. Para evitar que el agua contaminada penetre en la sección utilizada para el consumo se la mantiene a un nivel más bajo. Es posible también que el embalse de Billings reciba agua contaminada de las áreas urbanas ubicadas en su cuenca incluyendo la parte que sirve como fuente de abastecimiento de los barrios antes mencionados. A efectos de prevenir, los riesgos resultantes de utilizar un reserv6reo de agua con estas características se requiere un estricto monitoreo permanente de los niveles y calidades de las aguas. El curso superior del Río Tieté, en las cercanías y aguas abajo de SAo Paulo también se ha transformado en un cuerpo de agua altamente contaminado, virtualmente otra cloaca a cielo abierto. En algunos sitios, se riegan tierras de cultivo de verduras con su agua, para luego ser consumidas en la ciudad de Sao Paulo. Luego de atravesar el área metropolitana, el río continúa a través del Hinterland paulista, donde su agua es utilizada para el abastecimiento de varias poblaciones del interior del Estado. Los intentos para mejorar esta situación han fracasado. Actualmente se requerirían inversiones del orden de varios miles de millones de dólares para limpiar las aguas. Es así que recientemente se ha desarrollado un plan con apoyo de bancos internacionales para descontaminar el río con un costo estimado de 2.500 millones de dólares. De acuerdo a ciertas referencias acerca del avance de este proyecto, parecería que no hay ninguna seguridad de que aún con esa cifra se pueda lograr abatir en forma significativa la situación ambiental del lecho del Tieté y sus afluentes. El abastecimiento de agua de la ciudad de Sao Paulo y municipios vecinos es 98 Ciudades Sedientas satisfecho principalmente a través de una compleja red de embalses ubicados en muchos pequeños tributarios de la cuenca superior del Tieté, incluyendo el embalse de Billings en la cuenca superior del río Pinheiros. El consumo total de agua a nivel municipal en el área del Gran sao Paulo asciende a unos 55-60 mYsegundo. Se estima que en el año 2000 éste habrá de alcanzar 65-70 mVsegundo y en el 2010, 80-85 mY segundo. Estas estimaciones corresponden a las fuentes de agua superficiales no incluyendo el agua proveniente de pozos particulares. Si bien se extrae un cierto volumen de agua para uso municipal de los acuíferos contenidos en la Formación Silo Paulo y del manto meteorizado anteriormente descripto, el mayor uso de agua subterránea corresponde al sector industrial, que se estima consume 20 a 25 mY segundo, que equivale a algo mas de la tercera parte del total. Las 60 industrias de los 38 municipios del área metropolitana paulista producen más de 20 millones de toneladas de desechos por año. De éstos, 388.000 toneladas entran dentro de la categoría de «residuos peligrosos», sin embargo, de ellos, tan sólo 184.000 toneladas reciben algún tipo de tratamiento. El resto es eliminado de manera poco segura o bien almacenado temporariamente en el interior del Estado. A su vez otras zona del estado generan sus propios desperdicios peligrosos, del orden de las 530.000 toneladas anuales, con lo que la problemática ambiental sigue creciendo. Estos desechos no tratados constituyen una de las principales causas de la degradación ambiental de la región, y particularmente de la contaminación del agua, dado que la misma termina infiltrándose en los acuíferos o aportando a los cursos de agua superficiales. Resumen Si bien la ciudad de Slio Paulo se encuentra ubicada en una región de altas precipitaciones, el agua de que puede disponer es limitada, debido a la proximidad con la divisoria de aguas de la Serra do Mar. Los ríos y cuencas de desagüe, son pequeños, y se han construido muchas represas para almacenar el agua requerida por El río Pinheiros, altameni, contaminado, nutre el embalse Billings en Säo Paulo, Brasil. Ciudades que dependen del agua de superficie 99 la población. Se ha levantado un complejo sistema de tuberías, túneles, tanques de almacenamiento y otros dispositivos de conducción y depósito para llevar agua a SRo Paulo desde las pequeñas cuencas y reservóreos próximos. Desgraciadamente los recursos de agua subterránea de SR° Paulo no son abundantes. sao Paulo se encuentra localizada sobre el escudo cristalino del Brasil, que alberga pocas áreas productivas desde el punto de vista hidrogeológico. La cuenca tectónica de Sao Paulo permite cierto nivel de almacenamiento de agua por debajo de la ciudad. Asimismo se dispone de agua en el manto creado por la meteorización de las rocas cristalinas. Sin embargo, estos volúmenes son también limitados. Agregado a lo anterior, la ciudad no ha ejercido un control de la descarga de desperdicios por muchos años. A consecuencia de ello sus ríos están altamente contaminados, algunas cuencas de desagüe se ven amenazadas por la expansión urbana lo que equivale a decir por la contaminación y los embalses de agua no cuentan con protección alguna. A menos que se implemente un cuidadoso manejo de sus recursos hídricos, así como políticas ambientales apropiadas, sao Paulo enfrentará un futuro aún más difícil desde el punto de vista ambiental. Sólo mediante la toma de medidas adecuadas será posible que la ciudad y su población sobrevivan en este ambiente degradado cuyos recursos hidrológicos fueron capaces de satisfacer las necesidades de una ciudad de tamaño pequeño y hasta mediano en otra época, pero que hoy, indudablemente, no poseen las condiciones para sustentar en forma indefinida a una población que ya se aproxima a los 20 millones de habitantes. Montevideo y la región costera del Uruguay Uruguay, con una superficie de aproximadamente 180.000 km2 y una población de 3.3 millones de habitantes, es uno de los paises más pequeños de América del Sur, en tamaño y en población. A ello se agrega el hecho de que la mayor parte de las actividades económicas y población se concentran en un área de no más de 15.000 km2 a lo largo de la costa del Río de la Plata, al sur del país. En esta área se encuentra la capital, Montevideo, en cuya área metropolitana viven más de 1,700,000 habitantes, más de la mitad de la población total de la República. Asimismo en esta zona costera se concentran más de las tres cuartas partes de las actividades industriales y comerciales así como una veintena de pequeñas ciudades (con poblaciones de unos pocos miles de habitantes cada una), la mayor parte de los balnearios y playas, y aproximadamente la mitad de la producción agrícola total (especialmente lechería, frutas, cereales, cría de pollos y cerdos, y en menor grado cría de ganado de carne y ovinos). Dicha concentración, que es particularmente aguda en la propia ciudad de Montevideo, figura entre las más pronunciadas de América Latina. La misma ha sido el resultado de una singular combinación de circunstancias históricas y geográficas. En primer lugar, Montevideo está localizada en un lugar estratégico. La Bahía de Montevideo constituye el mejor puerto natural del estuario del Río de la Plata. Es la puerta de entrada a uno de los mayores sistemas hidrográficos del continente incluyendo tres de los ríos navegables más largos de Sudamérica: el Paraná, el Paraguay y el Uruguay y sus respectivas zonas de influencias. El Puerto de Montevideo es una bahía circular casi cerrada, bien protegida de los vientos marinos y rodeada de colinas cristalinas bajas y onduladas. El terreno está cubierto de un manto discontfnuo de depósitos limosos, principalmente de origen eólico sobre los cuales se han desarrollado suelos profundos y fértiles. Originalmente la bahía era lo suficientemente profunda como para albergar la mayoría de los barcos comerciales de las principales tormentas frecuentes en el estuario. Además su Cuencas urbanas muy contaminadas Cuenca del Santa Lucía . o Pequeñas cuencas costeras . 7. 7.zn . I - Precipitación (900-1.000 mmanuales) Pozos Evaporación (50 m3/segundo) Río San José : . Canelones .41ItZza 11, Evaporación (5 rOsegundo) Represa de Canelón Grande ." Toma de Aguas Corrientes Recarga Las Piedras LeA7.1115145Zqt. Río Santa Lucíat e/pa/ er- 140-60 m3/segundo) ---Ziff;;.(2 L ..-' Descarga de.41743--:.7.4L.' e*-titfOgg»'' . Represa de Paso Severino wn-,Ist% c\e'1/41t. ek ct ,k-447.; ' 50 mVsegundo) añados tri,"1.2, ' Descarga del río (aprox. 50 m3/ segundo) Bahía : , StIV/ de Figura 6. Vista aérea de Montevideo y de la región circundante de Carr X-'1.)%'1?;',*;:-7 i 1.; Acuíferos del , Este (salob.r0"),;:;:,.. . -I. Montevideo Río de la Plata (salinidad 2-20/1.000) Eando tz;.00s- ;*1. 4 subterránea., (aprox Arroyo Toledo . Pocitos Descarga subterránea (aprox.5 m3/segundo) Ciudades que dependen del agua de superficie 101 entrada se encuentra parcialmente bloqueada por una península, que le confería una excelente configuración para propósitos defensivos, considerando la tecnología militar de los siglos XVIII y XIX. A pesar de su excelente localización, la ciudad de Montevideo fue fundada por los españoles recién en 1724, fundamentalmente como base defensiva de la provin- cia oriental del Virreinato del Río de la Plata frente a las incursiones de los portugueses. Pocos años después de su fundación, Montevideo se convirtió en la ciudad española más importante de la región norte del Río de la Plata y oriental del Río Uruguay, compitiendo con Buenos Aires por el dominio del comercio marítimo regional. Sumado a su localización estratégica, la ciudad contaba (y cuenta) con la ventaja de estar rodeada por una cuenca sedimentaria la cuenca del río Santa Lucía cuyos suelos eran más profundos y fértiles que los de la propia Montevideo y por abundante agua dulce, que podía ser obtenida de pequeños cursos y manantiales cercanos a la ciudad y del Río Santa Lucía, ubicado a unos 20 km del casco urbano. El paisaje original del territorio uruguayo estaba constitufdo por praderas, excepto en en la proximidad de los ríos y en las zonas serranas donde se encontraban bosques arbóreos y arbustivos. Los animales herbívoros, como el ñandú, el ciervo, el armadillo, el carpincho o capibara, la nutria sudamericana o coipil, eran numerosos. La población indígena, estaba constituída por integrantes de varias naciones pampas (charrúas, minuanes y otros), changes (probablemente de raíz arawak) y guaraníes o carijós. Eran pescadores, cazadores, recolectores y al occidente, suroeste y este practicaban la agricultura del maíz y otros cultivos (tal vez ciertas variedades de mandioca). Si bien la densidad de población no era muy alta, es probable que la población total ascendiera a varias decenas de miles de personas'. Cuando llegaron los europeos a las praderas del Uruguay introdujeron el ganado, que poco a poco fue desplazando a los animales herbívoros nativos. La colonización ocupó la tierra, empujando a los charrúas y otros grupos nativos en dirección al norte, hacia los límites más alejados de la provincia y hacia las áreas guaraníes en donde se habían establecido numerosas misiones jesuitas y franciscanas. El abastecimiento de agua Originalmente, la ciudad obtenía su agua de ciertos pozos ubicados en la propia península 2, y más tarde de los pozos de La Aguada y de varios cauces pequeños vecinos, como los Arroyos Miguelete, Pantanoso, Malvín, Pocitos y Seco. Con el correr del tiempo los pozos de la Aguada se agotaron o se hicieron insuficientes y el agua de los arroyos cercanos se comenzó a degradar de modo significativo. Hacia fines del siglo XIX, debido al crecimiento urbano y a la creciente degradación de las aguas circundantes, la ciudad se vio obligada a traer su agua desde el Río Santa Lucía (que desemboca a unos 20 quilómetros de la ciudad). Dado que el agua del curso Muchos autores han considerado que la población pre-colonial del país era muy escasa, tal vez de menos de 5,000 personas. El autor de este ensayo sostiene que debido a la alta productividad de los ecosistemas es probable que la población haya sido mucho mas numerosa de lo indicado por los cronistas en los siglos XVII y XVIII. Estas comunidades relativamente pequeñas eran en realidad los sobrevivientes de las grandes mortandades causadas por epidemias, guerras y secuestros por los traficantes de esclavos que tuvieron lugar durante el siglo XVI y principios del siglo XVII. Uno de ellos todavía se conserva (aunque tapado) en la planta baja de la antigua casa del arquitecto de la ciudad Tomas Toribio, en la calle Piedras de la Ciudad Vieja de Montevideo. El Sr. Toribio fue autorizado a construir su casa encima del pozo (a principios del siglo XIX), aunque manteniendo el nivel inferior libre para que el pozo pudiera ser utilizado por los vecinos. Ciudades Sedientas 102 JN Om + 1000_+ + Sedimentos aluviales Escudo y eólicos (Isla Cristalina Uruguayo-riograndense) + + + ++ +++ ++ + + 4+ +4+ + ++ 2000 4 + + +9+ + ++ Río de la Plata Montevideo +++ 4 + + +44++ 4 + + 4. + ++ + cenozoicos + 5edimentos + + + + + + ++ + + + + + + + + + + + + 4+ + Graben tectónico 4 del Santa Lucía Figura 7. Corte transversal de las formaciones geológicas cercanas a Montevideo y a la Cuenca de Santa Lucía (Uruguay). ++4+++++++ inferior del Santa Lucía es con frecuencia salobre, el sistema de toma y la planta de tratamiento fueron construfdos aguas arriba, unos 25 km. al norte de la desembocadura del río y a aproximadamente 40 km de la ciudad. Durante la segunda mitad del siglo pasado la ciudad creció muy rápidamente, pasando de 30.000 habitantes en 1850 a 300.000 hacia fines de siglo. Tal crecimiento fue el resultado de la migración europea, que, en gran medida, determinó la actual composición 6tnica del país. Este aumento prosiguió de manera incesante durante la primera mitad del siglo XX y en los primeros años de la d6cada de 1950, llevando la población montevideana a una cifra superior al millón de habitantes. En ese entonces Montevideo era la quinta ciudad en tamaño de Am6rica Latina. Desde entonces su tasa de crecimiento disminuyó considerablemente y actualmente (1996) se estima que la población del área metropolitana' asciende a poco más de 1.7 millones de habitantes. La degradación ambiental Durante los dos siglos y medio de desarrollo urbano, el ambiente de Montevideo y sus alrededores fue seriamente perturbado. Los cauces de la cuenca de la Bahía (arroyos Pantanoso y Miguelete) se han contaminado con efluentes provenientes de las curtiembres, lavaderos de lanas, mataderos, fábricas de jabones y detergentes, fábricas de productos químicos y desechos derivados de la clasificación informal de residuos domiciliarios. La propia bahía ha recibido un relleno sedimentario de las cuencas agrícolas adyacentes y enormes aportes de contaminantes variados de los cursos de agua afluentes, de las plantas industriales cercanas (p.ej. refinería de ANCAP) y del puerto. Al este de la ciudad, la cuenca de los Arroyos Toledo-Carrasco también fue perturbada. Originalmente el cauce del arroyo Toledo se explayaba a lo largo de una amplia área de pantanos con densa vegetación naturallos Bañados de Carrasco que servia para retener y «descontaminar» las aguas provenientes de las cuencas altas suburbanas. El arroyo Carrasco, emisario natural de los bañados, era un curso de agua 1. El úrea metropolitana de Montevideo fue definida de acuerdo a la frecuencia y estructura del transporte urbano y suburbano en trabajos realizados en el Departamento de Geografía de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República. De acuerdo a ello, se incluyeron dentro del área metropolitana las ciudades de La Paz, Las Piedras, Progreso, Pando, Canelones y Sauce y las poblaciones de Playa Pascual, Rincón de la Bolsa, playas del Este hasta Salinas, Suárez, Toledo y otras. Ciudades que dependen del agua de superficie 103 poco polufdo y no causaba mayores problemas en la zona costera. Sin embargo, durante la década de 1970 estos pantanos fueron desecados modificando esa situación. Como consecuencia de ello, hoy en día los desechos fluyen directamente hacia las playas y el balneario Carrasco que desde hace ya varias décadas es un barrio incorporado al área urbana de Montevideo determinando su degradación casi permanente, con el consiguiente perjuicio económico y social. Durante el siglo XX, Montevideo se extendió rápidamente hacia las llanuras litorales arenosas ubicadas hacia el este. Estos depósitos arenosos costeros de la Formación Chuy contentan un acuífero superficial de agua dulce, que debido a una ocupación poco planificada sufrió una intensa explotación no controlada. Como consecuencia de ello, se desarrolló una intrusión generalizada del agua salobre del Río de la Plata hacia el interior inutilizando muchos pozos. Más tarde dicho proceso resultó exacerbado por la excavación de numerosas canteras de arena o «areneras» en los que se formaron lagos artificiales francos, aumentándose de ese modo la evaporación desde sus superficies y la concentración salina en el acuífero. Hoy en día la totalidad del sector este de la región metropolitana de Montevideo obtiene el agua del sistema central montevideano basado en la vieja usina de tratamiento de Aguas Corrientes sobre el Río Santa Lucía. Para hacer llegar el agua a esta zona oriental se ha requerido tender redes de distribución de más de 50 km de largo. Corno resultado de la evolución señalada, el Gran Montevideo depende casi totalmente del Río Santa Lucía. Si bien algunas industrias, residencias y compañías fabricantes de bebidas sin alcohol y agua mineral utilizan todavía algunos cientos de pozos, se estima que éstos suministran menos del 5% del consumo total de agua. , . : ., ..x. r .. 4,.. '. ,,,,. '- 4,k :. L.- -d Y .1 ;- ile:-o ' Ni ... 4,..-,. .11, ' - , ir. ' ,_...4 '- eS''N.i. f., : ../2!' o,, 41,411- 11-. . , r ..,..' - ; .-. ... . fj, ..*A 1r 11' 1 . . 1 g` ,.,, - .... - ,-..-- t. - f- 1 ' . ..,...... ---....ì*..; 1 ,g o ,,,," zt,' o, . ..,:::::.,«X-21'.1-:%, Ny. gi _',, . `-.1.. 1,..f.7........,,, i,-*.ortto,,... 4 . ......... :.7.., k.. ,,, '% eo.. "IS......n- 12 11* 41.0-1:;; 1S j.. , N....t.,io ' ¡Ay ,11 f .. ,er., - ,_, . 4:-!«..,,i/ifr:"*.,-fis'i 'IV j. f '''''. ' : .. 1,14 '4 ;,,- , , x I' ;44,,_ i 6 , ; . . i .. , il, , ' '1 .......... , ,, ..',, # . il... A' ', : . El acuífero de Raigón (Santa Lucía) es el principal acuífero del sur de Uruguay. ,... .,,,, Ciudades Sedientas 104 La cuenca del río Santa Lucia El río Santa Lucia tiene tamaño mediano, con un caudal promedial del orden de 10.m3/segundo. En principio, con un manejo adecuado, este caudal resultaría suficiente para satisfacer las necesidades efectivas de la región. Sin embargo debido a la irregularidad del caudal (varía de casi nada a varios miles de metros cúbicos por segundo) fue necesario construir estructuras de almacenamiento para asegurar el abastecimiento en el período de estiaje. Cuando la sequía es muy prolongada, el agua salina del Río de la Plata logra subir hasta el sistema de toma creando problemas adicionales. Por otra parte, durante las crecientes excepcionales, hay aportes muy voluminosos de sedimentos que obstruyen los canos de entrada a la planta de tratamiento.. Con el fin de regular el caudal se construyeron dos represas: una en el arroyo Canelón Grande y otra en el Santa Lucía Chico (Paso Severino), ambos afluentes del Santa Lucia. Si bien estas represas ayudan a prevenir algunas inundaciones, no permiten un manejo integrado de la cuenca. Durante las sequías, cuando el consumo de agua aumenta, las demandas de la ciudad exceden el volumen de agua disponible. Durante el verano no hay flujo aguas abajo de Aguas Corrientes. No obstante, aún en esos casos puede existir todavía un pequeño caudal más allá de la confluencia con AMEN...es - , El río Santa Lucía, aguas arriba de la toma de Aguas Corrientes, cerca de Montevideo, Uruguay. Ciudades que dependen del agua de superficie 105 el Río San José, a unos 15 km del Río de la Plata y pocos kilómetros aguas abajo de las tomas. Una solución a este problema de irregularidad podría ser el uso complementario del agua subterránea obtenida de los acuíferos de la Cuenca del Santa Lucía. Ello permitiría satisfacer la demanda de agua durante los picos de verano y atender un crecimiento futuro del consumo. Los acuíferos de la Cuenca de Santa Lucía La cuenca sedimentaria de Santa Lucía coincide aproximadamente con su cuenca hidrográfica, aunque es un poco más pequeña (Fig. 7). Esta cuenca se extiende sobre un graben (fosa) de 2.000 m de profundidad, completamente rellena de sedimentos que datan desde el Cretácico temprano al Cuaternario. Las secuencias del Cretácico Inferior (Formación Migues) tienen un espesor de hasta 1.800 m en la parte más profunda de la cuenca y están compuestas de depósitos detrfticos consolidados, principalemente areniscas, con capas intercaladas de limolitas y argilitas. La Formación Migues está cubierta de areniscas de la Formación Asencio (Cretacico Superior), sobre el que se encuentran los limos y las areniscas moderadamente consolidados de la Formación Fray Bentos (Mioceno). Estas formaciones tienen un espesor conjunto de hasta 150 metros. Por encima de estas unidades geológicas se encuentra la Formación Raigón, aluvial, pobremente consolidada, gravillosa y arenosa, cubierta en forma discontinua por los limos poco variados de la Formación Libertad. Esta última es probablemente de origen eólico y se encuentra relacionada estratigráficamente con el Pampeano de Buenos Aires. Se sabe poco acerca de las características hidrogeológicas de las Formaciones Migues, Fray Bentos y Asencio. Si bien contienen agua, sus acuíferos no han sido investigados ni explotados. Por el contrario, el acuífero Raigón ha sido relativamente bien estudiado e intensamente utilizado a través de varios cientos de pozos agrícolas y varias decenas de pozos municipales a lo largo de sus 1.000 km2 de superficie. El espesor promedio de este acuífero es de 30-50 m, su porosidad efectiva de aproximadamente 15% y el rendimiento de sus pozos de hasta 15.000 litros de agua por minuto. La mayor parte del agua de recarga del acuífero Raigón se infiltra a través de los sedimentos de la Formación Libertad, que parece actuar como un acuitardo. Su descarga ocurre a nivel de los valles fluviales. Se desconoce, sin embargo, si los valles fluviales constituyen zonas de descarga siempre o si también pueden servir como fuentes de recarga cuando los niveles de agua de los ríos son altos. El rendimiento potencial total de este acuífero está estimado en 10-15 m3/ segundo. Volúmenes del orden de 3-5 mYsegundo vienen siendo utilizados para aprovisionar el poblado de Villa Rodríguez y la ciudad de Libertad, así como otras comunidades menores y granjas. Con la actual tasa de renovación existe todavía un considerable potencial para un uso urbano adicional, incluyendo Montevideo. Tal vez podrían ser extraídos entre 2 y 3 m3/segundo o más durante períodos largos para satisfacer el consumo creciente. Otra opción sería la utilización de hasta 5 mYsegundo o más durante períodos cortos, para atender los requerimientos pico del verano. Tales volúmenes de agua podrían ser logrados a partir de varios decenas/ centenares de pozos adecuadamente distribuídos sobre la superficie de la cuenca. El consumo de agua de Montevideo es del orden de 500.000 In3 por día (aproximadamente 5 n3/segundo). Si se utilizara agua de los acuíferos en forma complementaria durante la próxima década y en forma más contínua a lo largo de la década siguiente, podría resolverse el problema del futuro suministro de agua a Montevideo. Sin embargo, en caso de que la ciudad crezca y el consumo de agua 106 Ciudades Sedientas aumente, deberían considerarse también otras alternativas, incluyendo el uso del agua dulce del Río de la Plata en las costas de San José o Colonia. Esta última utilización deberá tener en cuenta las limitaciones impuestas por la contaminación creciente de las aguas costeras del río de la Plata en las cercanías de ciudades e industrias. Medio ambiente y abastecimiento de agua en la Sabana de Bogotá Ubicación e historia Observando el mapa de Comlobia resulta difícil entender la ubicación de la capital del país en el lugar donde se encuentra. Bogotá, que cuenta con casi la quinta parte de la población de Colombia es de difícil acceso por tierra desde cualquier dirección. Los puertos marítimos más cercanos Santa Marta y Buenaventura están a 1.000 y 900 km. respectivamente, separados de la capital por terreno extremadamente quebrado. El puerto fluvial más próximo es Honda, sobre el Río Magdalena, a unos 150 km de la ciudad, en la parte baja de una escarpa empinada y profunda. El Magdalena, en su curso medio y superior, es un río rocoso y de corrientes rápidas, lo que hace que la navegación aguas arriba resulte difícil y lenta. Además Bogotá se encuentra a 2.700 m s.n.m. en uno de los ambientes más fríos del país, con una temperatura media de 13° C, un cielo generalmente nublado y clima húmedo, con escasos períodos templados. Aún a pesar de estos aparentes inconvenientes se prefirió a Bogotá frente a otros sitios más templados y de más fácil acceso, como los puertos de la costa del Caribe o Cali que está ubicada en un valle agradable, tibio y productivo, cerca de la costa Pacífica. Entre las razones por las cuales los primitivos fundadores y los sucesivos líderes políticos del país eligieron Bogotá como capital pueden señalarse las siguientes: La meseta Cundi-Boyacense, donde se encuentra la ciudad, era el centro de la Colombia prehispánica más desarrollada desde el punto de vista tecnológico: el país Chibcha. Cuando los españoles llegaron, la nación Chibcha tenía una población estimada de alrededor de 1 millón de personas, dedicadas a variadas activi- dades agrícolas, mineras y metalúrgicas. Los Chibchas estaban organizados políticamente en varios mini-estados, por lo que resultó fácil para los colonizadores reclutar servidores y trabajadores esclavos de la población local teniendo en cuenta las estructuras socioeconómicas existentes en donde ya existían ciertas relaciones de dominio social. Las tierras altas cundi-boyacenses constituían asimismo una de las principales fuentes de oro y piedras preciosas (esmeraldas) en los territorios americanos recientemente colonizados. La famosa leyenda de El Dorado probablemente se generó a partir de la costumbre de los Chibchas de arrojar oro, como ofrenda religiosa, al crater meteórico del Guatavita, cerca de Bogotá. La «sabana de Bogotá» contenía ricas tierras agrícolas, aptas tanto para los cultivos indígenas (maíz, frijoles, papa) como los introducidos de Europa, como ser el trigo y la cebada, y para la cría de ganado y otros animales de granja. El clima de la sabana era similar al clima fresco de la meseta de Castilla-León, en España. El ambiente de la sabana era más sano que el de otras zonas de la región. Las enfermedades tropicales comunes (o que se hicieron comunes) en las tierras bajas vecinas eran infrecuentes en Bogotá. Todavía hoy se mantiene dicha situación con Ciudades que dependen del agua de superficie 107 algunas enfermedades tropicales que persisten (fiebre amarilla, cólera y malaria entre otras). Antes del descubrimiento de los antibióticos, las epidemias podían acabar con decenas de miles de personas en poco tiempo. De ese modo, el clima fresco de las tierras altas colaboraba para enlentecer la diseminación de enfermedades y reducir sus efectos. Cualquiera haya sido la razón, lo cierto es que el primer grupo de españoles que llegó a la región, en 1538, bajo el liderazgo de Gonzalo Giménez de Quesada, encontraron una próspera sociedad, en la cual varios estados gobernados por reyes compartían las tierras altas verdes de los actuales departamentos colombianos de Cundinamarca y Boyacg. Uno de los gobernantes chibchas más poderosos era el Zipa de Bacatá, cuya residencia se encontraba en la población de Bacatá, cerca del actual centro de Bogotá. Los españoles se establecieron en las proximidades del poblado chibcha, fundando la ciudad de Santa Fé de Bacatá o Bogotá, como fue llamada más tarde. Gradualmente los invasores tomaron el control de la región, y explotaron los recursos minerales y agrícolas utilizando la mano de obra indígena. Sin embargo, por un período de tiempo largo Bogotá siguió siendo solamente una remota ciudad del territorio colonial español en el noroeste de América del Sur. En ese entonces las ciudades portuarias del Caribe, como Cartagena y Santa Marta, eran más importantes tanto en tamaño como en actividad comercial, aunque también más vulnerables al ataque de piratas y de potencias extranjeras. Esto último, puede haber influido para que Bogotá fuera elegida como capital del Virreinato de Nueva Granada cuando se creó esta entidad política española en 1716. En 1819, durante el período bolivariano, Cúcuta se transformó en la capital de la Gran Colombia, pero fue desde Bogotá que Simón Bolívar hizo el primer y último intento de construir una federación latinoamericana. Tras la muerte de Bolívar en Santa Marta, en 1830, y el fracaso del grandioso plan de la Gran Colombia, se form6 la República de la Nueva Granada con Santa Fé de Bogotá como capital la cual adoptó finalmente el nombre de República de Colombia en 1884. Durante el período colonial y bien adentrado el siglo XX Bogotá continuó siendo una ciudad relativamente pequeña y elegantemente planeada, que prosperaba en un área fértil y altamente productiva de la meseta de la cordillera oriental. Hacia fines del siglo XIX su población no excedía las 100.000 personas y recién en 1955 superó el millón de habitantes. Sin embargo, debido a un intenso crecimiento durante las décadas siguientes, en 1995 la población de la ciudad ascendió a 5 millones de habitantes y se estima que para fines del siglo habrá de aproximarse a los 6 millones y para el 2010 a más de 8 millones. El ambiente Bogotá está ubicada en un valle alto de fondo plano, rodeado de montañas, que juntos forman la meseta cundi-boyacense (Fig. 8). Esta meseta es una región llana a serrana, de 300 km de largo, situada a lo largo de las tierras altas de la cordillera oriental de los Andes colombianos, a una altura de 2.500 a 3.700 m s.n.m. Cerca de Bogotá la superficie del valle se ensancha considerablemente hasta alcanzar unos 25 km. Esta zona es comúnmente denominada la Sabana de Bogotá. Es posible que originalmente está zona estuviese cubierta por bosques, pero siglos de agricultura, tanto antes como después de la Conquista, los sustituyeron por cultivos y praderas. En las últimas décadas la ciudad se expandió hasta ocupar casi la mitad del área total de la sabana. Geología e hidrogeología N 4 Meseta undi-boyacense Embalse del Neusa Embalse de Guatavita Sabana de Bogotá (2 700 m.a.d.n.m.) esarrollo e recursos Idricos subterráneos io Sumapac Neiva Río Magdalena Figura 8. Vista aérea los alrededores de Bogotá Ciudades que dependen del agua de superficie 109 Geológicamente, la sabana es un graben terciario relleno, con una unidad inferior de arcillas y pizarras (Formación Villeta), una unidad media de areniscas, de unos 300 m de espesor (Grupo Guadalupe) y una formación arcillosa subyacente (Formación Guaduas) (Saldatriaga Sanin and García Durán, 1979; Rodríguez, 1988a, b). Por encima de estos depósitos se encuentra una secuencia sedimentaria lacustre y aluvial del Cuaternario que comprende arcillas y lentes arenosos intercalados (Formación La Sabana), en cuya parte superior es posible encontrar lentes aluviales delgados más recientes. Las principales formaciones acuíferas de estas secuencias son las unidades superiores del Grupo Guadalupe, en especial las Areniscas de Labor y las Areniscas Tiernas, con un espesor total del orden de los 160 m, y los lentes arenosos de la Formación La Sabana. Generalmente el agua se obtiene de los lentes arenosos superficiales, en tanto que de las areniscas más profundas sólo se extraen volúmenes menores. El Río Bogotá El Río Bogotá es uno de los principales afluentes del Magdalena. Drena una cuenca de aproximadamente 6.000 km2, que suministra la mayor parte del agua consumida por la ciudad de Bogotá y los municipios vecinos y sirve como canal de desagüe para los desperdicios generados por la ciudad. La cuenca superior con una superficie de unos 1.800 km2 y una población algo menor a las 100.000 personas es la principal fuente de agua urbana, que es almacenada en embalses. La altitud de la cuenca alta varía entre 2.590 y 3.700 m s.n.m. y la precipitación anual media es del orden de 850 mm. La cuenca media, de topografía fundamentalmente plana y situada a unos 2.500 m s.n.m., tiene una superficie de 2.470 km2 y una población superior a los 5.000.000 de habitantes. La precipitación anual media es de 900 mm y es en esta zona donde se da el mayor consumo de agua. Finalmente la cuenca inferior se extiende por 1.800 km' y presenta una topografía de fuerte pendiente con una precipitación media de unos 1,200 mm anuales. En esta sección de 35 km de largo, el río desciende unos 2.000m. En el Salto de Tequendama el Río Bogotá cae aproximadamente unos 180 m. constituyendo uno de los saltos de agua más espectaculares del continente. Además de los aportes antes mencionados se agrega a la cuenca un cierto caudal proveniente de las vertientes orientales (Macizo de Chingaza y Embalse de Chuza). Uso del agua Abastecimiento de agua. La población de Bogotá consume alrededor de 200 litros de agua por día y por persona, y se espera que esta cifra aumente a 300 litros para fines del siglo. El consumo total actual es de unos 17 mYsegundo, de los cuales un 85% vale decir 14,5 1W/segundo se vierte al Río Bogotá aguas abajo. Los otras municipalidades de la cuenca utilizan cerca de 1 mYsegundo, lo que implica un consumo total de 18 in3/ segundo para la cuenca en su conjunto. Se estima que esta cantidad habrá de aumentar a 23-251W/segundo en el año 2000, y a 27-32 mYsegundo en el 2010. En la actualidad unas 700.000 personas del área metropolitana y 75.000 de otros municipios carecen de servicios de agua. Aguas residuales. 110 Ciudades Sedientas Aguas residuales. Los líquidos contaminados provenientes de la ciudad fluyen sin tratamiento hacia el Río Bogotá, en el extremo inferior de la sabana, unos pocos kilómetros aguas arriba del Salto de Tequendama. En este punto el río contiene principalmente las aguas residuales y de escorrentía de la ciudad y se encuentra altamente contaminado. En la parte inferior del Río Bogotá el agua está constituida casi exclusivamente por líquidos cloacales. El Salto de Tequendama tiene el dudoso honor de ser el salto de aguas residuales más grande del mundo. Riego Dados los niveles relativamente altos de precipitaciones, las granjas en la región de Bogotá requieren poca agua de riego. Este uso no supera los 6 a 7 mVsegundo. Tal vez la mayor demanda en este sentido proviene de los invernaderos de flores de la sabana. Cabe recordar que Colombia es uno de los mayores exportadores de flores del mundo. Energía eléctrica Como consecuencia de las grandes diferencias de altura y de las pendientes existentes, la estrategia de manejo del agua en la región de Bogotá ha sido dominada por las necesidades de generación energética. Aprovechando los saltos naturales de agua o canalizando y entubando el agua proveniente de las altas pendientes se ha construido un complejo sistema de generación hidroeléctrica. Tan solo en la región de Bogotá se generan actualmente cerca de 670 MW. Se espera que con el Proyecto Chingaza se agreguen otros 600 MW adicionales. Resumen La complejidad de la región urbana Bogotana requiere una cuidadosa estrategia de Los cultivos de flores en invernaderos son frecuentes en las tierras altas de Colombia (cerca de Medellín). Ciudades que dependen del agua de superficie 111 suponiéndose que de alguna manera los grandes volúmenes de éstos se encargarían de dispersar y purificar los líquidos contaminados. Hoy sabemos bien que ello no sucede así, y las consecuencias de la contaminación del río Bogotá se sienten muchas decenas de quilómetros aguas abajo, inclusive en el propio río Magdalena. Por otra parte, parece ser que los recursos hídricos de la cuenca del Bogotá son apenas suficientes para satisfacer los requerimientos de agua de la ciudad. Lo que es más, el costo de suministrar agua para algunos vecindarios, localizados al sur y al este del área metropolitana, ha aumentado mucho debido a la utilización de fuentes distantes ubicadas en el norte. Según la opinión de algunos hidrogeólogos colombianos la solución radicaría en realizar perforaciones para extraer agua subterránea en el sur de la cuenca. De acuerdo con Rodríguez (1988a, b), el acuífero Guadalupe, contiene 26.000 millones de metros cúbicos lo que equivale a 30 veces el volumen de agua almacenado en todos los embalses aguas arriba de la ciudad. Sin embargo el agua subterránea sigue sin ser utilizada. En el momento actual no tiene lugar ninguna recarga, dado que el acuífero está saturado y todo parece indicar que tampoco existe descarga hacia los terrenos más bajos que rodean la meseta. El agua obtenida del acuífero podría ser reemplazada por el sobreflujo del Río Bogotá durante los períodos de agua alta, controlando a la vez el riesgo de inundación. Sin embargo, en forma prioritaria e insoslayable también debe ser resuelto el problema de la contaminación del Río Bogotá. El Río Magdalena está comenzando a ser afectado seriamente por los aportes de sus aguas contaminadas. Si bien el caudal del segundo es mucho menor que el del primero (del orden de 25 a 50 veces) durante algunos períodos el Bogotá puede contribuir hasta un 10% del agua del Magdalena en la confluencia de ambos. El nivel de contaminación del Río Bogotá es tan alto que aún ese 10% puede tener graves efectos en la calidad del agua del río de mayor caudal. Considerando que tantas ciudades y personas dependen del Río Magdalena para su abastecimiento en agua potable y para la pesca, ese riesgo para la salud debe ser eliminado. La sabana de Bogotá, en algún tiempo prístina, hoy se ha transformado en una pesadilla. En tanto decenas de miles de personas siguen confluyendo a la ciudad desde todo el país, el ambiente se está deteriorando y pronto habrá de ser demasiado tarde para evitar la total destrucción de los sistemas hidrológicos de la cuenca del Magdalena y de la sabana. Para resolver estos problemas se necesitará realizar inversiones y tomar decisiones tendientes a lograr el tratamiento de las aguas residuales, la construcción de pozos y de una red de distribución integrada. El costo de no encarar estos trabajos puede resultar demasiado alto. Santiago de Chile Ubicación e historia En 1541, aprovechando la caída del gran Tahuantisuyu incaico en manos españolas, el explorador de esa nacionalidad Pedro de Valdivia fundó Santiago del Nuevo Extremo tal era el nombre original de la ciudad en el territorio de la nación Picunche, hasta ese entonces dominada por los Incas, en las faldas de los Andes. Las tierras húmedas y semiáridas de Chile estaban separadas de las colonias del Perú, productoras de plata, por un desierto de 2.000 km de longitud, y de las ciudades del Río de la Plata por la colosal cordillera de los Andes. El acceso terrestre al valle de Santiago era dífícil, y a partir de entonces las principales comunicaciones se habrían 112 Ciudades Sedientas de establecer por la vía marítima, a partir del puerto de Valparaíso, fundado 5 anos antes por el conquistador Juan de Saavedra. El clima del valle de Santiago es a menudo comparado como el del Mediterráneo europeo: veranos templados y secos e inviernos frescos y relativamente húmedos. La temperatura media estival no excede los 20° C (esa es la temperatura media del mes más cálido: enero) y la precipitación anual media varía de 400 a 500 mm. La vegetación nativa está constituida por arbustos, pastos y bosques locales de limitada extensión. Entre los árboles típicos se incluían el peumus y el litre, que todavía se encuentran en el noreste de Manquehue y el este de Peflalolén. La ciudad está ubicada a una altura de 520 m s.n.m., en el valle del Río Mapocho, que es afluente del Río Maipo. La cuenca de este último es relativamente extensa aproximadamente 5.000 km2 y se encuentra aguas arriba del valle central, al sur de la cuenca del Río Aconcagua y al norte de la cuenca del Cachapoal. El Maipo desemboca en el Pacífico cerca de la ciudad de San Antonio, al sur de Valparaíso. Como otros ríos de la zona, los tributarios del Maipo son cortos y fluyen a través de una topografía de marcadas pendientes. Sus volúmenes dependen fundamentalmente de la fusión de las nieves en las alturas de los Andes. Por esa razón los ríos son más caudalosos en verano y mucho más reducidos en invierno. El caudal total del Maipo alcanza los 2.600 millones de metros cúbicos al año, equivalente a 83 m3/segundo. El caudal anual del Mapocho cuya cuenca de drenaje es de 1.000 km2 es del orden de 250 millones de metros cúbicos anuales (casi 8 m3/segundo). Hacia 1700, la ciudad, que había crecido lentamente, llegó a los 10.000 habitantes. Un siglo más tarde ocupaba una superficie de 6 km2 y su población era de 25.000 personas. Abastecimiento de agua Originalmente el suministro de agua de la ciudad dependía de los ríos locales, especialmente del Mapocho y del Zanjón de la Aguada, y en menor medida de una cantidad de pozos que proveían agua a las regiones más alejadas de los ríos. Más importante que el suministro urbano de agua eran las necesidades del riego. El valle central de Chile es un área semiárida. de clima mediterráneo. Si bien en la zona se producen uvas, naranjas, limones, mandarinas y verduras, el agua de lluvia es insuficiente para cubrir las necesidades de esta producción. Ya en la época de los primeros asentamientos el mayor consumidor de agua en la zona era el sector granjero. Con el correr del tiempo el Río Mapocho ha resultado cada vez menos adecuado para satisfacer los requerimientos de agua del valle. El problema de la inadecuada calidad del agua ha agravado la situación. Parte del agua de la cuenca del Maipo contiene un exceso de sólidos disueltos (por ejemplo, cloruros y sulfatos) y sólidos en suspensión. Su alta alcalinidad (pH de 78) la hace inadecuada para el consumo directo. Además el Mapocho está contaminado con los efluentes cargados de cobre y arsénico de las minas situadas aguas arriba. Por otra parte en el curso medio del Mapocho se han detectado niveles excesivo de cobre, cromo, fenoles y detergentes. Los acuíferos locales muestran alta concentración de nitratos provenientes de desperdicios domésticos. En las áreas agrícolas cercanas a la ciudad han sido identificados otros problemas. Allí las aguas servidas son utilizadas para el riego de legumbres, lo que determina un riesgo para la salud. El agua subterránea de la región está contenida en formaciones aluviales cuaternarias y terciarias y su calidad es en general aceptable. Presenta un bajo grado de dureza y de contaminación bacteriana. Sin embargo, en muchos distritos hay carencia de adecuadas plantas de tratamiento de aguas servidas y la calidad del agua Ciudades que dependen del agua de superficie 113 subterránea puede verse amenazada por el desborde de los tanques sépticos. En otras áreas de la ciudad existe un alto riego resultante de las pérdidas de los viejos sistemas de saneamiento. La alta tasa de crecimiento de la ciudad ha agravado estos problemas. En efecto, durante el presente siglo la población de Santiago pasó de 250.000 personas y un área de 25 km2 en 1900, a más de 5 millones sobre más de 500 km2, en 1992. Santiago es actualmente un importante centro industrial, con más de 20.000 establecimientos fabriles, responsables por más del 50% de la producción del país. El consumo de agua promedio per capita de Santiago es de 350-400 litros/día, lo que representa más de 1 millón y medio de metros cúbicos diarios para toda la ciudad (20 nWsegundo). Los pronósticos para el año 2025 indican que las necesidades se elevarán a 43 mVsegundo. La región metropolitana de Santiago tiene forma radial, siguiendo la morfología de los valles de tierras bajas y los ejes de las carreteras más importantes, especialmente a lo largo del sur del valle central. Sin embargo, recientemente la ciudad también se ha extendido hacia el oeste, hasta el punto que se espera que se una con Valparaíso y Viña del Mar en los próximos años, creando una enorme megalópolis que albergará a más de 8 millones de personas. Esta cifra representará la mitad de la población del país en una superficie de poco más de 2.000 km2. Si bien parte de los requerimientos hídricos de esta megaciudad serán satisfechos por el Río Aconcagua que es la principal fuente para Viña del Mar y Valparaíso el aumento significativo de la demanda urbana, más los requerimientos siempre crecientes del riego agrícola, habrá de extender en forma excesiva la utilización de los recursos locales de agua. Riego Las áreas agrícolas son irrigadas por inundación, con baja eficiencia en el uso del agua debido a las pérdidas por infiltración y evaporación. Las estimaciones de la eficiencia del riego oscilan entre un 20% y un 60%, dependiendo de las condiciones locales. El consumo de agua por hectárea se eleva a 20.000 m3 por año y, teniendo en cuenta que el área irrigada total alcanza las 100.000 ha, aquél puede superar los 15.000 millones de metros cúbicos. Es c_le prever que las áreas bajo riego han de disminuir en el futuro próximo, debido a la presión que inevitablemente ejercerá la ciudad compitiendo por los limitados recursos hídricos, y por la tierra, que es todavía más escasa que el agua. Este fenómeno ya ocurrió entre 1956 y 1970, cuando 123 km2de tierra agrícola fueron absorbidos por el crecimiento urbano. Sin embargo, a pesar de esta reducción, la agricultura de regadío todavía determina un importante uso del suelo en las proximidades de Santiago. Resumen La extensa área metropolitana de Santiago está localizada en un ambiente frágil y en muchos sentidos su situación es crítica. Como sucede en muchas otras megaciudades latinoamericanas, las cuencas hidrográficas se están tomando insuficientes para satisfacer las necesidades de la agricultura irrigada y de las actividades urbanas. Como es usual, debido a razones políticas y de otra índole, se está dando priorirdad al uso urbano frente a la agricultura, cuyas actividades vienen disminuyendo gradual- mente debido a la escasez de agua. Por otra parte, los altos costos de la tierra suburbana hacen que la producción agrícola resulte antieconómica. Sin embargo, las ciudades no solamente consumen agua, sino que también tienen un efecto negativo sobre su calidad. Santiago no constituye una excepción y la degradación tanto del agua superficial como subterránea puede ser fácilmente perci- 114 Ciudades Sedientas bida. Algunos de los problemas emergentes pueden ser resueltos mediante inversio- nes adecuadas e inteligentes. Otros podrán resolverse solamente si se detiene el crecimiento urbano. Desde varios puntos de vista el ambiente del Valle Central de Santiago está gravemente amenazado. El aire de la ciudad se ha vuelto irrespirable, debido a la configuración cerrada del valle, alas características meteorológicas y alas emanacio- nes gaseosas generadas por casi un millón de vehículos y miles de fábricas. Los recursos hídricos son escasos y la amenaza de los terremotos está siempre presente. Varios millones de personas se concentran en este ambiente cada vez más hostil, al tiempo que muchos miles de inmigrantes provenientes del resto del país continúan mudándose a la ciudad. Al igual que otros países del continente, Chile debe empezar a transitar el camino de la descentralización demográfica y económica. Los problemas ambientales del área de Santiago se están volviendo inmanejables. Al igual que sucede en otras regiones del Tercer Mundo, el modelo chileno de desarrollo no es sustentable y, tarde o temprano, la sociedad chilena, deberá enfrentar el hecho cada vez más evidente de que las megaciudades no son viables, por lo menos desde el punto de vista de los intereses de los seres humanos que las habitan. Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea Muchas ciudades de América Latina obtienen su agua a la vez de fuentes superficiales y subterráneas. En algunos casos, como por ejemplo Buenos Aires, el agua superficial es usada fundamentalmente en áreas cercanas a los ríos, mientras que el agua subterránea es utilizada en barrios más alejados, donde transportar el agua del río sería caro y poco práctico. En otros casos, como el de San José de Costa Rica, la ciudad dependía originalmente del agua subterránea, pero mediante la construcción de un embalse, una parte significativa de la ciudad comenzó a utilizar agua superficial. Otras ciudades, como Santa Marta, Lima y, en menor medida Recife se encuentran próximas a ríos pequeños, cuyos caudales son insuficientes para satisfacer las necesidades de sus poblaciones y actividades. En todos estos casos se recurre a la apertura de pozos para enfrentar el déficit. Gran Buenos Aires y La Plata Ambiente e historia Buenos Aires fue fundada en 1536 por el explorador español Pedro de Mendoza en las proximidades de la confluencia de los ríos Paraná y Uruguay, sobre la costa sudoeste del estuario del Río de la Plata. La ciudad está localizada en una gran llanura sobre una de las mayores praderas del mundo: las Pampas. La llanura Pampeana se extiende sobre una vasta superficie, de varios cientos de miles de km2. La pendiente regional es menor al 1 por mil, el drenaje es pobre y las tierras fácilmente inundables. Antes de la llegada de los españoles, las Pampas eran el dominio de un gran número de mamíferos herbívoros, como ciervos, capibaras, armadillos de varias especies y ñandúes, y varias aves voladoras que constituían el sustento de una población de cazadores-recolectores y agricultores en las cercanías de los ríos. Los grupos étnicos más importantes entre los aborígenes fueron los pampas (puelches y otros), los guaraníes y los chanks. La nueva colonia fue destruida por una alianza armada de los pueblos indígenas pocos arios después de su fundación. En 1580 fue reconstruida por Juan de Garay, y a partir de ese momento comenzó a crecer transformándose rápidamente en la principal ciudad de los dominios españoles en el extremo sur del continente. Desde un punto de vista puramente ambiental el sitio original de Buenos Aires no podría haber sido mejor elegido (Fig. 9). Disfrutaba de un clima moderado NO SE + I I I Pérdidas por evaporación (Precipitación (900-1.000 mm anuales) Recarga ..__.._ Area costera (agua salada) Llanura pampeana (Pampas) Recarga rea de recarga , . .<_.. Aveilaneda sr. .1,.."`;'...",'" Vg".rs:".1,fri,. *N.A ..74. hilfrivt4,10.r.L.r5. La Plata Salida de Punta Lara Ensenada efluentes industriales scarpa del Querandino Toma de agua Figura 9. Vista aérea de la región que rodea a Buenos Aires-La Plata PCierto Río de la Plata (agua dulce) . Delta del Paraná Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 117 subhúmedo, excelentes tierras agrícolas, fácil acceso marítimo, buenas comunicaciones terrestres y un volumen de agua prácticamente ilimitado. Asimismo la ciudad se encontraba en la desembocadura de una de las vías navegables más importantes del continente. Como consecuencia de todo ello, Buenos Aires se desarrolló rápidamente. El pequeño poblado del siglo XVI se transformó en el siglo XIX en una ciudad de tamaño mediano, y durante el siglo siguiente, en una de las mayores metrópolis del mundo. En 1990 la población del Gran Buenos Aires superaba los 12 millones y, si bien la tasa de crecimiento demográfico en cierto modo ha disminuído, se espera que alcance 14 millones hacia el año 2000, y 16 millones en el 2010. La ciudad es capital de la República Argentina y ahí reside casi el 40% de la población total del país (Pírez, 1991). El área que rodea a Buenos Aires también presenta una alta densidad de población y es sede de una cantidad de actividades de carácter administrativo, agrícola e industrial. Durante el siglo XX la ciudad se convirtió en el centro de una de las mayores zonas productoras de cereales y ganado del mundo. La industrialización está fundamentalmente vinculada a las actividades agropecuarias (por ejemplo: mataderos, curtiembres, textiles, molinos e industrias alimenticias) y a la metalurgia (por ejemplo: fundiciones e industria automotriz). Gran parte de estas actividades se desarrollan fuera de la Capital Federal propiamente dicha, en los municipios aledaños, que aunque pertenecen a la provincia de Buenos Aires están económicamente y socialmente vinculados a la gran conurbación porteña. En 1888 se diseñó y construyó una nueva ciudad para sede del gobierno de la provincia de Buenos Aires en las cercanías de la ciudad de Buenos Aires. La nueva capital provincial, denominada La Plata, experimentó un rápido crecimiento hasta alcanzar actualmente las 600.000 personas. Dada la creciente expansión de sus suburbios urbanos, el extremo noroccidental de La Plata se ha unido prácticamente con los barrios más alejados del sureste de Buenos Aires, formándose una única región macrourbana. .., Vista aérea de Buenos Aires. Pampeano O Sierras de Córdoba + + + 4 + 4 4 + +4 4 4. + + + + + + + + + + + + + + 4 + + + 4 4 + + + Ael + + + + + Buenos Aires Junin Río Cuarto + E Río de la Plata Arenas Puelches + + + 4 + ++ + + + + + 4 Cuenca del Paraná .4-i' + t+ 4 + 4. + + + + 4. + 4 + + e. + + Querandino / p la tense S La Plata Pampeano Punta Lara ehelelliash.11iTs. Arenas Puelches (agua dulce) Formación de Olivos Figura 10. Corte transversal de la llanura aluvial en Buenos Aires-La Plata. Z. + + Entrerriano gua dulce) Río de la Plata (agua dulce) N Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 119 Abastecimiento de agua El extraordinario crecimiento de Buenos Aires ha comenzado a tener efectos negativos sobre el ambiente. Originalmente, el agua para la ciudad venía de pequeños cauces, como El Riachuelo también comocido cómo Río Matanzas y de una serie de pozos poco profundos. Con el tiempo estos recursos hídricos se volvieron insuficientes y contaminados, el Riachuelo se transformó en una verdadera cloaca abierta y los pozos más viejos fueron abandonados. A fines del siglo pasado se desarroll6 un sistema municipal de abastecimiento utilizando el agua proveniente del Río de la Plata. Sin embargo, algunas municipalidades suburbanas, como Quilmes, al este de la Capital Federal y La Plata, continuaron usando agua subterránea obtenida de los acuíferos aluviales subyacentes. La mayor parte del agua subterránea utilizada en Buenos Aires y áreas periféricas se extrae de las Arenas Puelches. Estas constituyen un acuífero aluvial permeable, de 30 a 50m de espesor, que rellena un paleo-valle la antigua llanura aluvial del Paraná, ancha y plana y está cubierto por una formación (Pampeano) semipermeable, eólica limosa, de unos 40 In de espesor (Fig. 10). Desgraciadamente existe una faja angosta de material cuaternario (Querandinense- Platense) a lo largo del Río de la Plata, remanente de transgresiones marinas del Pleistoceno Superior y Holoceno, que contiene agua con alto contenido de sales y se encuentra conectada hidráulicamente a las Arenas Puelches. De hecho, a lo largo de la costa, toda la secuencia cuaternaria incluyendo las Arenas Puelches contiene agua salada. En esa franja costera, el nivel de sólidos disueltos totales en las Arenas Puelches es generalmente mayor que en el Querandino o el Pampeano. No se sabe si el agua salada original del Querandino contamin6 el acuífero Puelches, pero puede suponerse que así sucedió. Por otra parte, es importante señalar que el Río de la Plata a la altura de Buenos Aires contiene exclusivamente agua dulce. Como consecuencia del sobrebombeo, el agua subterránea salina penetró en una gran cantidad de pozos costeros que debieron ser cerrados. La característica inusual ,...a l'i ..4.irc ,... 4---4 4.... ,s , .. Lr.r cgc :, ,.. : '1. -4; - 45 MI- , . t? t o 41 ... ., . 7-7-'''"4'^1. - - . - -4 :,-,-- -o- i. If AIP ' . ,--4- ii:.? r - , . ... ,. ,v o 0, 7.e." r .-_. .e ; ,1 , *. 4 . --4,,:' , ....s, ...A -41"7" ,- _ e -14 , - )rt ;41; i':' i ' Ilr.' --. -:- -, ,_,., . ,, ,:+10 yir _je 11.6. ,-...-,-, v. r _ -+. - ... 4. , - . .-A . ... ^:ce vr.4.40e-t Mortandad de peces, orilla del río de la Plata, La Plata, Argentina. Ciudades Sedientas 120 114, J Canal contaminado por efluentes de una refinería de petróleo en La Plata, Argentina. Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 121 de este fenómeno es que dicha intrusión salina no está relacionada con el estuario vecino, sino, con toda seguridad, con un angosta faja de remanentes salinos resultantes de una transgresión (o ingresión) marina antigua Toda el agua destinada a la Capital Federal, al igual que un considerable volumen del suministro de agua a nivel suburbano, se obtiene de tomas ubicadas en el Río de la Plata. Al principio dichas tomas se encontraban pocos kilómetros aguas arriba del puerto de Buenos Aires, cerca de la costa, pero en 1950 fue construido un sistema de tomas nuevo, cerca de Bernal, aguas abajo de la capital. Cambios en la calidad de agua del Rio de la Plata Los problemas de calidad del agua y de su tratamiento se encuentran vinculados con el uso del Río de la Plata como fuente de agua para el consumo urbano. Este estuario recibe aguas de los ríos Paraná y Uruguay, los que drenan una extensa cuenca de aproximadamente 2 millones de km2. La mayor parte del agua proviene de las tierras altas húmedas del Escudo Brasileño, el Planalto y las regiones subhúmedas del Chaco y Mato Grosso. La composición de las aguas del estuario resulta afectada por las actividades que se desarrollan a lo largo de esta enorme cuenca. Antes de la ocupación generalizada y deforestación de la alta cuenca, el agua del Río de la Plata estaba casi libre de sedimentos. Su caudal era poco variable a lo largo del año, excepto durante breves períodos de inundación de los afluentes irregulares de la porción occidental de la cuenca. Durante la estación lluviosa un considerable volumen de agua fluye hacia el Paraná proveniente del Chaco semiárido y de las faldas áridas de la cordillera andina. Uno de los principales ríos de la zona oeste de la cuenca es el Bermejo, cuyas aguas están muy cargadas de sólidos en suspensión durante los períodos húmedos. Desde la misma margen (derecha) del valle principal Paraná- Paraguay penetran también cantidades menores de sedimentos por otros ríos como por ejemplo los ríos Pilcomayo y Salado. A pesar de que el volumen de agua aportado por estos afluentes occidentales es bajo en términos de caudales absolutos, debido a su concentración en un corto período de tiempo y alta carga resultaban los principales aportes efectivos de sedimentos que recibía el estuario platense. En los tiempos en que las cuencas del Alto Paraná, Paraguay y Uruguay estaban cubiertas por un denso bosque, estos ríos, que fluyen desde las tierras altas del norte y noreste, presentaban caudales relativamente constantes y aguas límpidas. La mayor parte del Plantalto y de las tierras altas del Escudo tenían bosques de Araucaria (pino Brasil), así como otros menos extensos. Mato Grosso estaba cubierto de selva tropical y cerrado y el Chaco por un bosque xerofítico denso. En los últimos años la mayor parte de estos bosques han sido destruidos. De manera sorprendente los bosques de Araucaria del Planalto han desaparecido casi por completo en un lapso de menos de 20 años. Estos árboles fueron explotados para la obtención de madera y las tierras remanentes reclamadas para actividades ganaderas y agrícolas. El bosque sólo sobrevive en parches aislados en los terrenos de mayor pendiente. Por su parte los bosques y cerrados del Mato Grosso han cedido rápidamente lugar a pastizales, cultivos de soya y arrozales de corto período de producción, luego sustituidos por campos ganaderos. También gran parte del territorio del Chaco ha sido extremadamente dañado debido a la extracción prácticamente total del quebracho. A consecuencia de las alteraciones señaladas, los regímenes fluviales han sido radicalmente modificados, por lo que el porcentaje de materiales en suspensión que recibe el Río de la Plata ha aumentado drásticamente. Un segundo problema está dado por el aumento de caudal proveniente de los sistemas cloacales y de alcantarillado que ha alcanzado una cifra próxima a 100 m3/ segundo. Estos efluentes urbanos están fuertemente contaminados. A pesar de ello, 122 Ciudades Sedientas estan siendo descargados hacia el Río de la Plata sin tratamiento alguno. Como tercer punto cabe señalar que, siendo la ciudad de Buenos Aires el principal puerto regional, es sede de una intensa actividad portuaria que contamina las aguas del río en las cercanías de la costa. Se sabe que los bar. cos son importantes fuentes de contaminación, por lo que su presencia tiende a afectar la calidad del agua en el punto de toma. A raíz de los problemas señalados, el tratamiento de potabilizaci6n del agua consumida por Buenos Aires resulta caro y probablemente insuficiente. El riesgo de contaminación sigue aumentando y cada vez más se hace necesaria la implementación de sistemas de tratamiento de aguas residuales para evitar tener que recurrir a otras fuentes de agua más lejanas menos contaminadas. La alternativa del agua subterránea El agua subterránea constituye una fuente alternativa. Actualmente, estos recursos vienen siendo usados intensamente por algunos municipios del Gran Buenos Aires. El área metropolitana consume 85 in3de agua por segundo: 65 mYsegundo se destinan al consumo doméstico y 20 m3/segundo al uso industrial. Del volumen utilizado con fines domésticos, 24 mYsegundo (37%) es extraído de fuentes subterráneas, en tanto el 63% restante proviene del Río de la Plata. Un volumen considerable del agua de uso industrial probablemente un 40% o sea 8 m3/segundo es también agua subterránea. De esa forma, ya se consumen más de 30 In3 de agua subterránea por segundo vr ,tN YA: (4,V. - , A _ , ° , 1 -' 1,4,,,e' 7- r 4. - Arroyo contaminado cerca de La Plata, Argentina. ;-4111-f ' . "1 7 'r re , Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 123 en el área del Gran Buenos Aires. De acuerdo a referencias proporcionadas por M. Auge y otros, esta cifra aparentemente excede el volumen actual de recarga, al menos a nivel local. Hay dudas acerca del efecto protector del acuitardo Pampeano sobre el acuífero Puelche. Hay indicios de que esta formación superficial no sería suficiente para impedir la entrada de sustancias contaminantes en el reservóreo subterráneo. Muchos de los pozos utilizados para el consumo están cerca de áreas industriales, que liberan varios tipos de efluentes peligrosos sin un adecuado control. Además, muchas zonas abastecidas con agua subterránea no cuentan con saneamiento. La contaminación originada a partir de los tanques sépticos domésticos está afectando o puede afectar el suministro de agua de más de 3 millones de personas en el Gran Buenos Aires. Los riesgos sanitarios son intensos, sobretodo luego del estallido de la epidemia de cólera en varias zonas del continente. Estos factores determinan que el uso de agua subterránea en Buenos Aires y su área circundante no sea una propuesta sustentable, a menos que se ejerzan controles ambientales adecuados y se introduzcan prácticas apropiadas de manejo del agua. Buenos Aires está en una posición difícil debido al uso irracional que ha hecho de sus abundantes recursos hídricos. La solución a sus problemas de abastecimiento de agua deberá ser contemplada en el marco de políticas urbanas integradas que tengan en cuenta no solo las necesidades inmediatas sino también la planificación a largo plazo para evitar el desarrollo persistente de actividades agresivas para el ambiente. El valle de Cochabamba Ambiente e historia Cochabamba, con una población de 500,000 habitantes es una de las ciudades mis importantes de Bolivia y «capital» de la región de la Sierra. Está ubicada en las montañas disectadas de la zona localizada entre el Altiplano, al oeste, y los «llanos de Santa Cruz», al este. El Departamento de Cochabamba es uno de los más densamente poblados del país, incluyendo no sólo la ciudad de Cochabamba, sino también otras ciudades y poblados del valle, de las tierras altas vecinas y de los llanos tropicales del Chapare. Las características geográficas de Cochabamba se deben en parte a su altura (2.550 m s.n.m.), que la ubican en una posición intermedia entre La Paz (3.700 m s.n.m. en el centro) y Santa Cruz (415 m s.n.m.). El clima es también intermedio entre los 10°C promedio anual de La Paz y los 27° C de Santa Cruz. La precipitación anual media en la ciudad es de 450 mm, concentrados pricipalmente en los meses de verano (enero y febrero). El clima del valle puede ser clasificado como semiárido, con un déficit hídrico considerable durante el invierno y la primavera. Estas condiciones geográficas determinan el espectro de cultivos practicados de tipo subtropical y templado. Se cultivan frutas, así como diferentes tipos de cereales y verduras y se practica la ganadería lechera. Durante algunos siglos antes de la llegada de los europeos la región de Cochabamba formó parte del poderoso Tahuantisuyu, el Imperio Inca que se extendía por la región andina desde el territorio actual de Ecuador hasta el de Argentina. La capital del Tahuantisuyu era Cuzco en Perú y la totalidad del territorio del Altiplano y de la Sierra en la actual Bolivia formaban parte de sus dominios. El grupo étnico dominante del Imperio Inca eran los Quechuas, quienes gradual- mente extendieron su control cultural sobre la mayor parte del Imperio. Algunas regiones de Bolivia mantuvieron su cultura y lenguaje ancestrales, como por ejemplo 124 Ciudades Sedientas los Aymaras en el Altiplano y en la zona de la Paz. Pero Cochabamba fue «quechuanizada» y hoy en día representa una de las zonas quechua-parlantes más importantes al sur de Cuzco. Los españoles llegaron al Alto Perú (actual Bolivia) a mediados del siglo XVI. La ciudad colonial de Oropeza más tarde rebautizada Cochabamba fue fundada, algunos años más tarde, en 1574 por Sebastián Barba de Padilla. Durante las épocas de dominación española y luego criolla el español se convirtió en el idioma dominante en la ciudad. Sin embargo el quechua se ha mantenido como la lengua principal en las zonas rurales, en las barriadas urbanas más pobres y en el folklore. Es por ello que a Cochabamba se la considera la «capital quechua» de Bolivia. Debido a su clima, productividad agrícola e importancia comercial Cochabamba ha atraído recientemente a un importante contingente de población desplazada de las comunidades mineras de Oruro y Potosí del Altiplano durante la crisis del estaño. Los nuevos inmigrantes son principalmente Aymara, lo que agrega un nuevo elemento a la diversidad cultural de la ciudad. No obstante su crecimiento demográfico, el valle de Cochabamba continúa siendo una región predominantemente agrícola, a la vez que una de las áreas productivas más importantes de Bolivia. Dado que los niveles de precipitaciones son bajos, se requiere compensar el déficit hídrico con riego, lo que supone una carga adicional para los recursos de agua del valle. Los grandes volúmenes de agua requeridos con este fin, al igual que para el consumo de la numerosa población local determinan que el manejo de los recursos hidricos sea uno de los elementos claves en el desarrollo sustentable del valle y de la región urbana. Otro factor a tener en cuenta es la transformación de Cochabamba en uno de los principales centros regionales de procesamiento y venta de cocaína. En las áreas cálidas y húmedas de El Chapare, en Las Chungas y otros lugares aislados de las pendientes bajas de las Sierras crece el arbusto de la coca. Las hojas de la coca han sido usadas tradicionalmente por los pueblos andinos como estimulante y medicina. Este uso tradicional es legal y está ampliamente difundido en el país. En cambio, el procesamiento de hojas de coca para extraer cocaína es una actividad relativamente nueva. Se considera que gran parte de la cocaína producida en Bolivia es procesada en el Valle de Cochabamba utilizando como mano de obra barata a los inmigrantes recientemente llegados del altiplano. Considerando que su procesamiento requiere queroseno, ácido sulfúrico y otras sustancias perjudiciales para el ambiente, existe cierta preocupación no sólo por el impacto social negativo de la producción de la droga, sino también por sus efectos ambientales, en especial sobre los recursos hídricos. Geología y geomorfología El Valle de Cochabamba es estrecho (5-10 km de ancho) aparentemente (por lo menos en parte) de origen tectónico, ubicado sobre un basamento paleozoico y mesozoico (Períodos Ordovicico, Silúrico y Cretácico) (Fig. 11). La formación ordovícica está compuesta por una secuencia inferior de limolitas, argilitas y areniscas (Formación Cuchu-Punata) y una secuencia superior de areniscas cuarcfticas (Formación San Benito). La sección silúrica contiene una formación inferior de cuarcitas y areniscas arcillosas (Formación Cancaniri) cubierta de arcillas (Formación Uncia). También se encuentran rocas mesozoicas sedimentarias del Cretácico subyacentes a las rocas paleozoicas. Se trata principalmente de limolitas y margas en el fondo (Formación El Molino), subyacentes a una secuencia de areniscas calcáreas, margas Ciudades que dependen del agua superficial y subteminea 125 4 000 m 3 500 m Río Rocha 3 000 m Zona de na ntia I Zona de Cochabamba mana lit ia I 2 500 m 2 000 m \ Graben Figura 11. Sección transversal del acuífero de Cochabamba. Nota: Las lechas señalan el flujo del agua subtemínea. y argilitas de tipo flysch (Formación Santa Lucía). Durante el período Paleoceno del Terciario se depositaron los depósitos molásicos de la Formación Morochata, que consisten en conglomerados que cubren un área pequefia. El fondo del valle está relleno con una secuencia de depósitos del Cuaternario, comenzando por depósitos lacustres pleistocénicos (arcillas, arcillas arenosas y limos) en la parte inferior, que evolucionan a sedimentos fluvio-lacustres y fluviales hacia la parte superior. Sobre la parte inferior de las laderas laterales se han acumulado depósitos groseros (aglomerados, gravillas y arenas gruesas) relacionados con los abanicos aluviales de un conjunto de corrientes torrenciales que descienden desde las tierras altas vecinas. Solamente los depósitos fluvio-lacustres, fluviales y de abanico han demostrado poseer un potencial para la extracción de agua. Los rendimientos de los depósitos lacustres inferiores varían entre I .8001/minuto en los bordes de la cuenca y menos de 1001/minuto en el centro. Los sedimentos fluviales y de conos de deyección presentan una permeabilidad mucho mayor, registrando los primeros un rendimiento de 3.600 a 4.800 1/minuto y los segundos, voldmenes adn mayores. Por otra parte la calidad del agua de los acuíferos fluviales y de los conos es buena (Von Bornes, 1988). Hidrología La cuenca de Cochabamba cubre unos 1 . 150 km2. Su principal río es el Rocha, cuyo flujo es bajo durante los períodos secos, pero que puede provocar destructivas inundaciones en los períodos de intensas lluvias. El Río Rocha recibe aguas de la cuenca del Cuchu-Punata, a través del Río Tamborada, cuyo flujo es controlado por la represa de México, que forma el Lago Angostura. 126 Ciudades Sedientas En la cuenca existen varios lagos naturales y artificiales. Los primeros son presumiblemente de origen glaciar y junto a los embalses artificiales, constituyen una de las principales fuentes de suministro de agua para la ciudad. Abastecimiento de agua El agua de Cochabamba es obtenida en parte a partir de fuentes superficiales, mediante acueductos abiertos ubicados en las tierras altas vecinas a los lagos Warawara, Escalerani y Saytokocha, que quedan aproximadamente a unos 4.000 m s.n.m. El resto es extraído de los acuíferos aluviales del valle. Existen varias baterías de pozos operadas bajo la dirección del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado: 14 en Muyurina, 10 en Vinto, 9 en Cona Cona y 3 en El Paso. Existen además muchos pozos de propiedad privada. En los bordes del valle los pozos son freAticos, en tanto que en el centro del mismo éstos son generalmente artesianos. Por lo general, la intensa extracción ha determinado un descenso significativo de los niveles de agua. Por lo tanto muchos pozos han perdido su carácter artesiano y debe recurrirse al bombeo. El consumo de agua de la región urbana es de 0,65-0,75 0/segundo (60.00070.000 m3/segundo). Aproximadamente un 60% proviene de fuentes superficiales y el 40% restante de acuíferos (alrededor de 25.000 m' diarios). Además, un volumen significativo de agua subterránea es utilizado para riego y otras actividades agrícolas. Problemas ambientales En el Valle de Cochabamba la vulnerabilidad de los recursos de aguas superficiales subterráneas se ha incrementado como consecuencia del sobreuso. La apertura de pozos continúa a ritmo sostenido, sin control legal alguno. Como resultado de ello, la sobreexplotaci6n hace bajar los niveles de las napas, aumentando así los costos de bombeo y arriesgándose el desague total de las partes altas de los acuíferos. "-. k110 . _ ..- - L ...-1,, ,z- --... tit ... , '7,-77 k1 .."., '.1. ' %-o s ', I, 1*,,_ . re-S \.: -. 4, .., _ El valle de Cochabamba, Bolivia. - r 4 ,, ,,, 5, ..... - ....... '-' .fiN,. elt- , '' ' htd:41 : lg¡:#P, .r. ' ,..e,--,... t.'"'',_,,....1-; , .31.,,, =',-. m` wip.3- .19 e , , .-7.7, .... I4.. r Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 127 Por otra parte, las áreas de recarga no están protegidas y la disposición de residuos es relativamente irrestricta. Los abanicos aluviales contribuyen significativamente a la recarga y aún no han sido afectados severamente por la ocupación urbana. Sin embargo, a medida que la ciudad se extiende se ven cada vez más amenazados. En la parte central del valle los acuíferos están semiconflnados, por lo que el riesgo de contaminación es menor, aunque, en el caso de que los niveles de agua continúen descendiendo, es posible que las sustancias contaminantes también alcancen los reserv6reos de agua subterránea en esta zona. Aún más amenazadas se encuentran las aguas superficiales. El Río Rocha está severamente contaminado y por esta razón no puede ser utilizado para el abastecimiento de agua de consumo o de riego. Menos amenazados están los lagos, debido a que la densidad de población en sus orinas es baja. Sin embargo, debido a su importancia como fuentes de abastecimiento deberían ser objeto de medidas de protección especiales. Existen otros riesgos ambientales en la ciudad, especialmente aquellos relacionados con el flujo irregular del Río Rocha y los sistemas de control de inundación. A efectos de evitar la destrucción que ocurriría en los períodos de grandes volúmenes de flujo del río, se estableció un esquema de desvío de las aguas. Un lago artificial la Laguna Alalay almacena el exceso de agua durante las inundaciones. El agua es desviada mediante un túnel excavado a través de colinas ubicadas en el centro del valle, cercanas al núcleo urbano. Sin embargo los asentamientos ubicados a orillas del lago han provocado que se transformara en depósito de varios tipos de desperdicios de ese origen. De ese modo la Laguna Alalay se ha convertido en un punto de preocupación ambiental prioritario en el área urbana de Cochabamba. Debido a que Cochabamba sufre periódicamente agudas sequías, el agua superficial no puede ser usada durante esos períodos, aumentando la presión sobre los limitados recursos subterráneos. A pesar de su tamaño mediano, Cochabamba tiene muchos problemas ambientales, que deberán ser resueltos si la ciudad ha de continuar creciendo de manera sostenible. Se requerirán más estudios, inversiones y acciones concretas a efectos de prevenir una mayor degradación del hermoso Valle de Cochabamba. El acuífero de Lima Ambiente e historia Lima, capital del Perú, se encuentra ubicada en un desierto neblinoso costero, sobre el Pacífico a una latitud de 11° S. Este desierto se caracteriza por la presencia casi permanente de una capa de estratocúmulos, que se forma al enfriarse los estratos inferiores de la atmósfera cuando se ponen en contacto con las aguas frías del océano. Ello se debe a que la temperatura del océano a lo largo de la costa de está fuertemente influenciada por la corriente fría de Humboldt o del Perú y por el ascenso de aguas profundas mas frías desde el fondo del océano. Como consecuencia de los fenómenos citados el clima de Lima es más fresco que el de otras ciudades situadas a la misma latitud y altitud en otras partes del mundo. Sus niveles de precipitación figuran asimismo entre los más bajos del continente, siendo del orden de 10 mm anuales. Sin embargo, a pesar de la escasez de lluvias, el aire de la ciudad es relativamente húmedo, debido a las frecuentes nieblas que dan lugar a la acumulación de abundante rocío durante muchos días del año. La ciudad se desarrolló a los pies de los Andes, sobre antiguos abanicos aluviales Ciudades Sedientas 128 del corto y torrencial Río Rimac, que desciende desde las montañas vecinas (Fig. 12). Recientemente los suburbios (lel norte se han extendido sobre los abanicos aluviales de otro río de similares características, ubicado al norte del Rimac: el Río Chillón. La ciudad fue fundada tempranamente por los españoles para cumplir funciones de puerto, en especial para la exportación de metales preciosos provenientes de las partes altas del Perú, por ejemplo Cuzco y Potosí. El puerto propiamente dicho era (es) El Callao, en tanto Lima fue emplazada a una distancia prudencial de 10 km de la costa. Cuando Perú se declaró independiente, a principios del siglo XIX, Lima se convirtió en la capital del país. El crecimiento de la ciudad fue lento hasta 1940, año en que la población todavía era de 300.000 personas. Desde entonces el proceso de crecimiento demográfico se ha acelerado y hoy en día la población del área metropolitana de Lima está cercana a los 7.000.000. Según Oliveira (1991) ella representaba el 28% de la población de todo el Perú y el 45% de su población urbana. A su vez Lima concentra el 69% del producto interno industrial, el 70% de las empresas industriales, el 87% de los ingresos fiscales, el 83% de los depósitos bancarios y el 98% de las inversiones de carácter privado. Abastecimiento de agua Casi toda el agua consumida por Lima y suburbios proviene de 2 lbentes principales (Binnie and Partners, 1987): el Río Rimac, vía tratamiento en la planta de La Atarjea y su sistema de distribución, y los pozos perforados en el acuífero aluvial costero de Lima. En 1986 el consumo total de alma del área metropolitana fue estimado en unos 21 m3/segundo: 11.35 a/segundo proveniente del Rimac y 9.45 mYsegundo de las fuentes subterráneas. En 1990 la demanda había crecido a aproximadamente 25 níV segundo, y lodo parece indicar que seguirá haciendolo a una tasa del 4% anual, hasta alcanzar los 33 113/segundo en el año 2000 y los 45 m3/segundo hacia el 2010. NC)SE PIP nfiltracion de agua subterránea (0,7 m3/segund , Infiltración de agua / 0-A6rt Riego (1,3 m3/segundo) Infiltración en el lecho fluvial (0,4 mi/segundo) , subterránea (1,3 m3/segundo) Infiltración (1,8 mi/segundo) .)lanta de tratamiento de La Atarjea nfiltración en el lech(4%.Thuvial (3,7 1W/segundo) . -,--,.:, ;, .;¡..,.., Cilltlit ,1-", ....! (9,5 n)'/S(g) OZOS ele la ',4=,L-Lima -...:..,...:;-,44.,..0.-.E.,..... ,,:fiw. ,k-'`...,',N4 -sz,!4;7,N O, 34 .. ::::1,1%";.!n-:-...!-,-.1r,!. Perdid a desiile !I sistema hídrico de la ciudad .'44-11141,51:1W Océano Pacífico -`-''Miraflores Pérdidas por descarga de agua subterránea (3,6 m3/segundo) Figura 12. Vista aérea de la región de Lima- El Callao, que muestra la recarga al acuífero subyacente desde diversas fuentes Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 129 Los Andes 5.000 m s.n.m. 4-- Cuenca del Amazonas Cuenca del Río Rimac V Océano Pacífico Sedimentos aluviales v vs, vvvvv v11 V v VV Vv v V v V V V V V v V v V vv V VV V Vv V V V vVvV4 V Vy VVv V vV Sedimentos 'marinos Figura 13. Corte transversal de la cuenca del Río Rimac La red de distribución de la Atarjea sirve a casi el 60% de la población, utilizando agua proveniente del río y 106 (42%) de los 253 pozos en producción. En 1985 se estimaba que aproximadamente el 70% de la población limeña se encontraba conectada en forma legal al sistema municipal principal de suministro de agua. Un 16% obtenía agua a travds de conexiones ilegales al sistema, en tanto el 14% restante debía recurrir a canillas públicas o a tanques de agua. Con el reciente crecimiento es probable que el porcentaje de habitantes no conectados o conectados ilegalmente al sistema principal ya se encuentre próximo al 40%, o sea ¡unas 2.800.000 personas! Los 147 pozos restantes estaban conectados a redes de distribución locales. Las industrias, los comercios y los predios irrigados reciben la mayor parte del agua proveniente de esta fuente. El acuífero El acuífero de Lima ocupa un drea de 390 km2, incluyendo las cuencas aluviales del bajo Rimac y del Chillón, así como depósitos costeros asociados. El agua se encuentra contenida en una formación de granulometrfa gruesa, de arenas y aglomerados, cuyo espesor varía entre O y 500 m según el lugar de que se trate, aunque en realidad se carece de cuantificaciones precisas (Fig. 13). Los 100 ni superiores estdn constitados por arenas relativamente limpias, muy permeables, y gravillas con pocos elementos finos. Desde los 100 m hasta el fondo del acuífero la permeabilidad general de la formación disminuye. Se carece de información fidedigna respecto de la estructura de la formación aluvial por debajo de los 200 m. El sobrebombeo ha hecho que el nivel del agua haya descendido a razón de 1 a 2 ni por año en la mayoría de los pozos. Una cantidad de pozos cercanos a la costa debieron ser clausurados debido a su alta salinidad, en tanto otros ubicados mds hacia el interior dejaron de producir. Para compensar por el descenso de los volumenes disponibles y caudales de pozos tuvieron que perforarse nuevos pozos así como aumentar las tasas de bombeo en varios de los pozos ya existentes. Entre 1969 y 1985 los niveles del agua subterrilnea de la zona costera cayeron por lo menos 10 ni, y en la llanura próxima al pie de la monteña, de 30 a 40 ni (mg. 14). Según Binnie and Partners (1989) los problemas del acuífero de Lima son los siguientes: Los costos de bombeo han aumentado debido al descenso del rendimiento de los pozos; 130 Ciudades Sedientas Los pozos se han secado o se están secando, aún cuando hayan sido perforados hasta el sustrato: Se verifica la salinizackin del agua subterránea cerca de la costa, debido al descenso de los niveles de agua; Las bombas han quedado sobredimensionadas para los actuales rendimientos, su costo de funcionamiento es mayor de lo necesario; Los niveles dinámicos de agua han caído por debajo del límite superior de los filtros de los pozos, produciOndose incrustaciones en los mismos y por lo tanto se ha reducido su rendimiento. La tasa de renovación del acuífero es considerablemente menor que los volúmenes extraídos. La recarga desde la superficie, principal fuente de renovación del agua, proviene de varias orígenes: Los lechos de los ríos, especialmente el Rimac y en menor grado el Chillón; Los pantanos y otras áreas con vegetación natural situados al norte de la ciudad; Figura 14. Descenso del nivel del agua subterránea en el área alrededor de Lima entre 1969 y 1985. Los valores están expresados en metros. Fuente: Binnie and Partners (1987). Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 131 .S0,-.137 ' , - , e-4J7g-r-: - jbmaA .11 4ft --- 7 ar En Lima la escasez de agua es una constante permanente. El riego agrícola en áreas no urbanas de la llanura costera; El riego de jardines en las áreas urbanas; Pérdidas de los sistemas de distribución de agua; Pérdidas del sistema de alcantarillado y cloacal. No existe prácticamente recarga directa a partir de las precipitaciones o del escurrimiento local, debido a las escasas lluvias (10 mm anuales) y a que la precipitación se da como ganias y rocío. Por otra parte hay muy poco escurrimiento desde las laderas que rodean la ciudad, por lo cual es muy escasa la infiltración en los piedemontes y conos de deyección locales. De las fuentes de recarga nombradas más arriba, las 3 primeras son las más importantes. La tasa de recarga desde esas fuentes es del orden de 11 nWsegundo, de los cuales unos 4 mVsegundo provienen del lecho de los ríos; 3 mYsegundo de los predios agrícolas, parques y jardines, y unos 4 m'/segundo de las pérdidas del sistema de distribución de agua (Fig. 12). Si inclufmos el flujo de agua subterránea desde las áreas aluviales ubicadas aguas arriba, el volumen total que ingresaría al acuífero sería de alrededor de 13 m1/2egundo. Varias de estas fuentes de recarga están amenazadas por el crecimiento urbano. Este fenómeno ha llevado al desplazamiento de muchos predios agrícolas bajo riego y parques que rodean (rodeaban) la ciudad. En caso de continuar esta tendencia, la recarga representada por estas fuentes habría de reducirse a la mitad en los próximos 20 años. El crecimiento urbano está incluso comenzando a ocupar la superficie de los cauces de los ríos, donde se da una infiltración significativa. A vía de ejemplo, se observa la construcción de una nueva autopista a lo largo del Río Rimac, que impermabilizará varias decenas de hectáreas de la superficie del valle. El actual balance hidrológico del acuífero es negativo: se extrae o se pierde hacia el mar por descarga subterránea por lo menos 1 mYsegundo más de lo que se repone a partir de las fuentes citadas. A pesar del descenso registrado en los volúmenes de 132 Ciudades Sedientas recarga, la tasa de extracción se ha mantenido. A medida que los niveles del agua bajan y la intrusión salina continúa, los costos de bombeo irán aumentando y muchos de los antiguos pozos se secaran o salinizarán. Como aspecto positivo, cabe señalar que se está ejecutando un proyecto para inyectar artificialmente agua en el acuífero, con el fin de restaurar su balance. Recursos de aguas superficiales El agua superficial satisface el 55% del consumo de agua de Lima y alrededores. El caudal promedio del Río Rimac es de 32,3 mYsegundo en Chosica, aguas arriba de Lima. El del Río Chillón en Larancocha, próximo a la salida hacia la llanura costera es de 7,5 npsegundo. Aproximadamente 10 m3/segundo se pierden en el mar durante las inundaciones del Rimac. En el caso del Chillón tales pérdidas son del orden de 2 mYsegundo. Del agua proveniente del Rimac, unos 12 mYsegundo son utilizados para el consumo urbano y 4 mYsegundo para riego. Aproximadamente 5 mYsegundo se infiltran hacia el acuífero. Casi la totalidad del agua del Río Chillón (4,4 mYsegundo) es consumida por la irrigación. Lima utiliza casi toda el agua disponible en los dos ríos; tal como señalamos anteriormente, tan sólo un volumen relativamente pequeño (12 a/segundo) se pierde durante las crecientes más intensas. Si bien resulta dificultoso utilizar esta agua durante las inundaciones, debido a la gran cantidad de material en suspensión que contiene y a su flujo rápido, sería posible aprovechar por lo menos una parte para complementar el abastecimiento urbano. Un problema creciente es el riesgo de contaminación tanto del agua superficial como subterránea. Las actividades desarrolladas en la cuenca media y alta del Rimac están afectando la calidad del agua del río. Todas las aguas servidas generadas en las comunidades y ciudades localizadas aguas arriba de Lima desaguan en este curso. Por otra parte, los efluentes de la minería y la industria son también vertidos al río. En la propia Lima se agrega la contaminación por residuos sólidos urbanos (por ejemplo, basura) que se deposita en forma incontrolada sobre el propio cauce. Como consecuencia de todo ello, el agua del Rimac está contaminada con metales pesados y otras sustancias tóxicas constituyendo un riesgo potencial para el suministro de agua para Puerto de El Callao cerca de Lima. Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 133 la ciudad. El acuífero también se encuentra en situación de riesgo. Los depósitos aluviales son permeables a lo largo de todo su espesor, por lo cual hay riesgo de que, a través de ellos, los residuos peligrosos puedan encontrar una vía hacia el acuífero. Conclusiones El crecimiento continuo de la ciudad de Lima unido a la falta de recursos financieros para la implementación de medidas de control están llevando a la degradación de la calidad del agua. La ciudad crece a un ritmo acelerado y los recursos hídricos son frágiles y limitados. Si la actual tendencia continúa, Lima tendrá en el alto 2000 una población de más de 10 millones de habitantes que podrán crecer a más de 15 millones en el 2010. Para ese entonces los ríos Rimac y Chillón, así como el acuífero, no darán abasto para satisfacer los requerimientos de carácter doméstico, industrial y ambiental de la región urbana. Resulta difícil encontrar fuentes alternativas de agua en la región limeña. Las mejores opciones se encuentran posiblemente en la cordillera, en especial más allá de la divisoria continental, en las cabeceras de los afluentes del Amazonas. Sin embargo, cabe destacar que cualquier proyecto destinado a traer agua desde sitios tan distantes habrá de resultar extremadamente caro, casi seguramente del orden de varios cientos de millones de dólares. La deuda externa del Perú es alta y sus posibilidades de acceso al crédito a nivel internacional limitadas. Todo hace pensar que los niveles de inversión necesarios para obtener nuevas fuentes de agua no serán fácilmente accesibles en el futuro próximo. Por lo tanto, en lo inmediato, la solución al problema del agua en Lima deberá incluir un mejor manejo y protección de las cuencas del Rimac y del Chillón y del acuífero aluvial, la reutilización de las aguas cloacales por lo menos para riego y fines industriales y un control más eficiente de las pérdidas en los sistemas de distribución de agua. La solución definitiva pasa por reevaluar el potencial de crecimiento de Lima desde el punto de vista ambiental. Debido a que el ambiente costero es frágil, existe un límite muy definnido para el grado de urbanización que puede ser considerada sustentable. Ciertamente ese límite se ha sobrepasado hace mucho tiempo. La llanura costera no es capaz de mantener una población de 7 millones de personas, y mucho menos una de 10 millones, como la que se espera en la década próxima, sin que se produzcan daños irreparables. Santa Marta y la costa del Caribe Colombiano Ambiente e historia Santa Marta, la más antigua ciudad de Colombia, fue fundada en 1525 y se desde su fundación se convirtió en uno de los principales centros coloniales españoles en el Caribe. La ciudad está localizada cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta, un macizo montañoso de gran tamaño cercano a la costa. Varios ríos de corto trayecto descienden de las fuertes pendientes de la Sierra hacia el mar. Santa Marta se encuentra en el desagüe de uno de ellos, el río Manzanares. Desde fines del siglo XVIII la ciudad se desarrolló con más lentitud y gradualmente fue superada por las otras dos metrópolis costeras del Caribe colombiano: Cartagena y Barranquilla. Su papel principal actual es el de centro turístico, aunque continúa siendo el principal mercado para los productos de la Sierra manteniendo un puerto de cierta actividad. El área urbana de Santa Marta tiene una población superior a los 300.000 habitantes, con una tasa de incremento de 2 a 3% anual. La misma está enfrentando 134 Ciudades Sedientas severos problemas de suministro de agua, dado que las fuentes superficiales resultan insuficientes y el agua subterránea se está salinizando. Con el aumento de la demanda y la carencia de fuentes a las que recurrir, estos problemas se han vuelto críticos. Una parte de la población urbana mantiene un nivel de vida aceptable con condiciones de vida estables. No obstante, un 15% de la población lo que significa entre 40.000 y 50.000 personas vive en los llamados barrios de invasiones. Estas comunidades marginales generalmente albergan inmigrantes de origen rural. Si bien no se han registrado problemas de salud importantes, el agua escasea y existe la preocupación de que estallen brotes de enfermedades relacionadas con la escasez de agua (p.ej. cólera). A nivel barrial, los vecinos de Santa Marta están organizados en Juntas de Acción Comunal. Estas organizaciones de base proveen lineas de comunicación para el aporte comunitario a los planes y actividades de las relacionados con el agua y el saneamiento. En el momento actual, un comité con representación de algunas Juntas de Acción Comunal está supervisando la investigación relativa a los problemas del suministro de agua. Dicho comité incluye asimismo la participación de un representante de la Corporación Nacional de Turismo, organismo preocupado por la calidad del agua, dada la importancia de la industria turística en Santa Marta. Abastecimiento de agua Tradicionalmente la ciudad ha dependido de 2 fuentes de agua principales: el agua superficial proveniente del Río Manzanares y el agua subterránea obtenida de los acuíferos aluviales de poca extensión ubicados a lo largo de la costa. La demanda actual de agua de Santa Marta es superior a 1,2 mYsegundo, pero la disponibilidad es de sólo 0,8 mYsegundo. Se espera que dicho déficit se duplique o aún se triplique hacia el 2000. Estudios realizados con el propósito de formular un plan maestro para el sistema de suministro urbano de agua (IFM, 1979) han concluido en que la explotación combinada de las fuentes superficial y subterráneas el Manzanares y los .1.11.10... El torrentoso río Manzanares que suministra parte del agua consumida por la ciudad de Santa Marta, Colombia. d'" Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 135 acuíferos vecinos constituyen la opción más confiable, tanto del punto de vista técnico como económico, para satisfacer las crecientes necesidades de agua. El agua superficial es tratada en la planta de Mamatoco, localizada 3 km aguas arriba de la ciudad. Su área de toma se encuentra en Paso del Mango, unos 3 km aguas arriba de la planta. De acuerdo al caudal, dicha planta procesa volúmenes de entre 160 y 340 litros/segundo. Cuando el río está bajo, el agua se desvía a través de una toma ubicada cerca de la planta, en La Solución. El tratamiento se realiza utilizando técnicas estándar (floculación, filtración y cloración) efectuándose diariamente análisis físicos, químicos y bacteriológicos. Aproximadamente un 45% del agua municipal proviene de 11 pozos, cuyos rendimientos oscilan entre 10 y 601/s. Los principales pozos son: La Cárcel 1 y 2(60 1/s cada uno), La Federación (351/s), Tanaca (351/s), El Estadio (18 l/s), Universidad (171/s), Bavaria (171/s), Santa Catalina (14 1/s), Los Trujillos (101/s) y Bastidas 1 y 2 (10 y 401/s respectivamente). La producción total de los pozos alcanza a 0,33 inV segundo. Durante la estación seca (noviembre a mayo), que coincide con la temporada turística, la demanda de agua se incrementa considerablemente. En ese momento, el agua subterránea contribuye con el 60% del consumo total. La calidad del agua subterránea es buena, excepción hecha de algunas zonas cercanas a la costa en las que puede darse intrusión salina. El acuífero de Santa Marta es costero-aluvial. De él se extrae el agua mediante una serie de pozos municipales y privados, de 50 a 100 m de profundidad. Dada la textura gruesa de sus sedimentos, la capacidad y conductividad del acuífero son altas. Sin embargo, el sobreuso ha provocado que el agua de varios de los acuíferos cercanos a la costa se volviera salobre. Este acuífero está relacionado hidráulicamente con el Río Manzanares, que constituye la principal fuente de recarga de agua. No obstante, dada la pendiente longitudinal del lecho del río y su flujo torrencial, un considerable volumen de agua fluye hacia el mar, en especial durante la estación lluviosa. Probablemente menos de una cuarta parte del flujo total del Manzanares logra penetrar en el acuífero a través del lecho del río y del relleno permeable del Cuaternario. El acuífero de Santa Marta se encuentra bajo un estrés considerable, como consecuencia de la contínua extracción practicada y del limitado volumen disponible de agua de recarga. Estudios realizados por Carlos Molan° de la Universidad de los Andes y César Rodríguez de la Universidad Nacional de Bogotá han demostrado que puede aumentarse el volumen de agua de recarga construyendo estructuras de recarga artificial. Además Metroaguas la compañía encargada del suministro de agua y del saneamiento de la ciudad llevó a cabo un proyecto para traer agua desde el Río Piedras, que se encuentra próximo y cuyo régimen hidrológico es similar al del Manzanares ya que presenta altos volúmenes de flujo durante períodos cortos y considerables pérdidas hacia el mar. Parte del agua en exceso que penetra en el Piedras durante las inundaciones también puede ser almacenada en forma subterránea, mediante recarga artificial de los acuíferos. El suministro de agua así como el saneamiento eran originalmente tareas del gobierno municipal. Hace un tiempo formó una compañía privada para ejecutar estas funciones pero el plan fracasó y el municipio retomó sus funciones. La autoridad municipal y Metroaguas son responsables de la calidad del agua y del control ambiental en la ciudad. Recientemente, con el concurso de ambas instituciones y el apoyo de la Universidad de los Andes y el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá se ha construido una innovativa estructura de recarga artificial que ha tenido ya efectos sensibles aumentando la recarga a partir del lecho y levantando el nivel de la napa subterránea en las zonas circundantes. Ciudades Sedientas 136 s^ Valle de Santa Marta, Colombia. Deficiencias en cantidad y calidad En el cauce superior la contaminación es relativamente escasa. Las principales fuentes de contaminación se encuentran en la propia ciudad, aguas abajo del área de toma de la planta de tratamiento. Parte de la contaminación es provocada por un matadero cercano, aguas arriba de la toma más baja (La Solución), especialmente durante los períodos de bajo caudal. Según Metroaguas la planta de tratamiento reduce el grado de contaminación a niveles aceptables. Las áreas marginales urbanas obtienen agua de canillas públicas o de camiones cisterna. Normalmente estos camiones prestan el servicio diariamente en lugares estratégicos de estas barriadas a una distancia de menos de 500 m de la mayoría de los hogares. Otro 25% de la población, si bien está conectado al sistema, no recibe un suministro regular y también recurre al agua de los camiones cisterna. Los pozos se encuentran conectados al sistema municipal y están permanentemente operativos. Son ellos la principal fuente de agua durante la estación seca. Soluciones al problema del agua La escasez de agua en Santa Marta es sobretodo, pero no exclusivamente, un problema de ingeniería hidrogeológica. La situación podría mejorar significativamente obteniendo nuevas fuentes de abastecimiento. Si se pudiera contar con más agua en el sistema podría aumentar la presión en los caños y permitir así que el agua llegue a los barrios más pobres, ubicados en las áreas más altas de la ciudad. Sin embargo los recursos hídricos deben ser manejados correctamente. Las pérdidas del sistema municipal son altas (hasta del 40%). Metroaguas puede reducir esos niveles de pérdida a través de mejor monitoreo y mantenimiento. No obstante, una reducción significativa de las pérdidas requerirá inversiones importantes, que por el momento están fuera del alcance de la compañía de aguas y de la municipalidad. Reducir la demanda mediante una política de precios podría ser una solución temporaria. De acuerdo con estimaciones de Metroaguas, un aumento del precio en las zonas de mayor consumo no resultaría en una mejora de la situación, dado que de hecho ya existe una reducción forzada del consumo durante períodos prolongados, como consecuencia de que el volumen o la presión del agua resultan insuficientes. Algunos barrios que dependen del agua superficial pueden incluso carecer de la misma durante semanas. Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 137 Podría controlarse el excesivo consumo de agua por parte de las industrias. Los principales establecimientos del área (una fábrica de cerveza, una de bebidas refrescantes y una de productos lácteos) utilizan pozos y dependen sólo parcialmente del sistema municipal de suministro de agua. Incluso sería dificil penalizar a estas industrias, cuyos productos compensan la frecuente falta de agua de abastecimiento municipal en la ciudad. En Santa Marta sólo existe alcantarillado en un sector limitado del área urbana sirviendo aproximadamente a una tercera parte de la población. Todo aumento de en la cantidad de agua utilizada por la ciudad debería ir acompañado de una mejora en los sistemas cloacales y de alcantarillado. Sin embargo, lógicamente, los pobladores de Santa Marta saben que agua sin saneamiento es mejor que nada. Un aumento del consumo podría incrementar la presión sobre el municipio para aumentar la cobertura de saneamiento. Una evaluación primaria indica que el actual déficit de 0,4 mYsegundo puede ser reducido mediante un aumento del bombeo, si pudieran retenerse mayores volúmenes de agua de los ríos Manzanares y Gaires. Estos volumenes de agua adicionales pueden llegar a 1 mYsegundo, lo que permitiría satisfacer las necesidades de la ciudad dprante los próximos 15 a 20 años, dependiendo de su crecimiento demográfico. Además, al agregarse los caudales de la cuenca del Río Piedras parte de los cuales pueden ser almacenados en forma subterránea artificial o semiartificialmente en los acuíferos aluviales permitiría obtener 1-2 mYsegundo adicionales satisfaciendo la demanda por algunos años más. Recife y la zona costera pernambucana Ambiente e historia La ciudad de Recife, capital del Estado brasileño de Pernambuco, fue fundada en el siglo XVI. Está ubicada en una llanura costera inundable, cercana a la confluencia de los Ríos Capibaribe y Beberibe. Una barrera de arrecifes coralinos la protege de la intensa acción de las olas y corrientes. La ciudad fue fundada originalmente como puerto para Olinda, que era la principal ciudad en la colonia portuguesa de Pernambuco. Entre 1561 y 1595 la ciudad fue atacada por piratas franceses e ingleses, pero igualmente permaneció en poder de los portugueses hasta 1630, cuando pasó a manos de los holandeses, que permanecieron en control de la ciudad por un lapso de 24 años. En 1710 sus habitantes se rebelaron contra Olinda en la llamada Guerra de los Mascates y establecieron un municipio autónomo. Con el tiempo, la importancia de la ciudad fue creciendo y finalmente, en 1823, se convirtió en la capital de Pemambuco. Hoy en día Recife constituye el área metropolitana más importante del Nordeste brasileño. Tiene una población próxima a los 2.800.000 personas que, de acuerdo con el censo de 1991, representaba el 40% de la población total del estado. La tasa de crecimiento anual de la ciudad descendió de 2,7% en 1970-1980 a 1,8% en 19801991. Sin embargo, a pesar de esta cierta estabilización demográfica, en términos absolutos la ciudad todavía incrementa su población en 50.000 habitantes por año. El estancamiento del crecimiento urbano de Recife está probablemente relacionado con el descenso en la tasa de nacimientos, que bajó de 51,4 por 1.000 en la década de 1960 a 35,1 por mil en la década de 1970 y finalmente a menos de 30 por mil en la década siguiente. La tasa de fertilidad también bajó en este período. Simultáneamente se dio un aumento en la expectativa de vida: de 43,2 años en los años '60 a 52,2 años en los '70. La población del Gran Recife tiene uno de los menores ingresos per capita de las ciudades costeras del Brasil. De acuerdo con la Fundaçao Istituto Brasileiro de 138 Ciudades Sedientas Geografía e Estadística (FIBGE) en 1988 el 70,2% de la población económicamente activa percibía mensualmente menos de U$S 50. Abastecimiento de agua A lo largo de los últimos 14 años se han realizado esfuerzos para reducir el número de hogares carentes de servicio de agua. Es así que en 1978 el 38% de los hogares carecían de agua potable, en tanto que en 1992 esta cifra disminuyó a 11%. Ello ocurrió a pesar que debido al rápido crecimiento de los asentamientos marginales y su concentración en áreas inaccesibles su conexión a la red principal de suministro de agua se vio notoriamente dificultada (un tercio de las favelas están ubicadas en las colinas y dos tercios en los llanos costeros). Es de hacer notar que entre 1975 y 1990 las ofavelaso de Recife aumentaron en un 50%. Debido a que el aumento de los servicios no fue acompañado por un incremento en el suministro de agua disponible, en varias ocasiones fue necesario imponer severas restricciones. En la actualidad, los usuarios de Recife solo reciben agua algunas horas al dfa. En las barriadas de menores ingresos el nivel de servicios es todavía menos adecuado. Por otra parte, el 72% de los hogares carece de instalaciones sanitarias. La falta de saneamiento en áreas extensas de la ciudad es una de las causas de la degradación de los cursos de agua y de las aguas costeras. El agua contaminada constituye un caldo de cultivo para mosquitos y ratas y una fuente de enfermedades creando un riesgo permanente para la salud de la población. El precio del agua se ha incrementado considerablemente debido a que: un alto porcentaje del volumen (alrededor de un 45%) no es contabilizado, los subsidios al agua fueron eliminados, el costo de descontaminación de las aguas superficiales aumentó y los costos administrativos de la Companhia Pemambucana de Saneamento (COMPESA) son altos. Sin embargo, aún así no alcanza para cubrir los costos de capital necesarios para la expansión del sistema de almacenamiento y tomas. El racionamiento ha hecho que el riesgo de contaminación aumente cuando las tuberías están vacías, forzando a COMPESA a agregar diariamente grandes cantidades de cloro al agua en el momento de llenarse nuevamente las tuberías. El encendido y apagado diarios del sistema provoca asimismo presiones inusuales tanto en la red como en las aguas superficiales próximas. Se estima que la cantidad de agua disponible actualmente es de 9,25 mYsegundo, pero la demanda llega a 14,79 a/segundo. COMPESA prevé una reducción de dicho déficit mediante una disminución de las altas pérdidas que afectan al sistema. Considerando lo elevado de los gastos del mantenimiento y de los nuevos equipos requeridos, este plan no parece ser realista. Las pérdidas del sistema hídrico de Recife son altas, similares a las de otras ciudades brasileñas, del orden de casi la mitad del agua bombeada a sus respectivas redes. Río de Janeiro, por ejemplo, pierde aproximadamente el 50% del agua del sistema, aunque, porcentualmente, gasta más dinero que Recife en repararlo. Sólo un 49% de las conexiones al sistema tienen contadores. El consumo en los hogares no contabilizados es estimado en 10m3 mensuales. Sin embargo, es probable que esta cifra resulte demasiado baja, teniendo en cuenta que hay 4,2 personas por conexión y que el consumo per capita es de 200 litros por día. Probablemente, el volumen de agua utilizado actualmente se acerque a los 25 m'mensuales. Igualmente se considera que hay un alto número de conexiones y derivaciones ilegales no registradas. Resulta cada vez más claro que la solución a los problemas del agua en Recife deben incluir no sólo un aumento en los volúmenes de abastecimiento, sino también un mejor manejo, lo que implica: reducción de pérdidas, de derivaciones y de Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 139 conexiones ilegales, instalación de hidrómetros y políticas para reducir el volumen de despilfarro. Problemas en la utilización del agua superficial Gran parte del agua de Recife es obtenida de un sólo embalse de gran tamaño: la represa de Tapacura. La planta de tratamiento de Presidente Castelo recibe un caudal medio de 2,8 inVseg. Existen otros reservóreos más pequeños, como Botafogo, Monjope, Gurjau y Duas Unhas. En 1994 se estaba construyendo otro en Pirapama. Se supone que el embalse de Pirapama puede suministrar 6,8 m3 de agua por segundo, pero se estima que cuando esté funcionando plenamente el consumo de la ciudad ya habrá superado su capacidad. Dado que las fuentes de agua superficial dependen de las precipitaciones, ellas se toman limitadas y no confiables en épocas de sequía. Las fuentes superficiales alternativas se encuentran a una distancia demasiado grande como para ser rentables desde el punto de vista económico. Algunos de los embalses del sistema de Recife muestran signos de contaminación. La represa de Tapacura está ubicada aguas abajo de una zona azucarera y de una ciudad de 50.000 habitantes Vitória de Santo AntAo cuyas aguas servidas se vierten al río sin tratamiento alguno. En verano el embalse sufre fuertes procesos de la eutroficación dando lugar a un deterioro de la calidad del agua. A fines de 1991 y principios de 19921a epidemia de cólera originada en Perú llegó al Estado de Pernambuco. Debido a las carencias en materia de saneamiento y de seguridad en los sistemas de suministro de agua, la enfermedad se expandió a la mayoría de los municipios del Estado. En 1992 se habían confirmado más de 600 casos de cólera. En 1993 ese número se triplicó. Un gran porcentaje de los casos reportados alrededor de 100 ocurrieron en el área del Gran Recife y de otras municipalidades que comparten sus cuencas hidrográficas. Vitória de Santo Antao, ubicada inmediatamente aguas arriba de la cuenca de Tapacura, figuró en el quinto lugar en el Estado en número de casos de cólera confirmados. Recordemos que esta ciudad no realiza tratamiento de sus efluentes. La mayor concentración de casos de cólera 322 personas se dio en Bezerros, una pequeña localidad a 90 km de Recife. Debido a la falta de agua y al estallido de la epidemia de cólera, durante el primer cuatrimestre de 1992 el número de personas alojadas en los hoteles fue entre un 30 y 40% menor que el promedio. Ello afectó los medios de vida de varios miles de personas ocupadas por la industria turística, incluyendo un gran número de trabajadores informales, que se desempeñan en actividades vinculadas con el turismo. Por otra parte existe un creciente sentimiento a nivel de la población en el sentido de que grandes obras de infraestructura, como las represas, pueden provocar un impacto social y ambiental inaceptable. La construcción de la represa de Pirapama obligó a la migración forzada de 1.170 campesinos. De ellos 836 no recibieron compensación alguna debido a que carecían de títulos de propiedad sobre la tierra que ocupaban. De acuerdo con residentes locales, antes de 1988 el agua del Río Pirapama no era considerada aceptable para el consumo humano, incluso después de su tratamiento. En 1988, en forma por demás dudosa, esta agua fue declarada potable (Datos presentados en un encuentro organizado por la Compaahia Pernambucana de Poluiçao Ambiental e de Adtninistraçao dos Recursos Hídricos, 23/3/1992). Asimismo la represa habrá de disminuir el caudal del río aguas abajo, lo que aumentará la contaminación y promoverá la intrusión salina en la porción inferior del valle del río. Ello perjudicará los ecosistemas fluviales y de manglares. Ciudades Sedientas 140 Explotación del agua subterránea Estimaciones de 1968 ya habían demostrado que el costo de construir y poner en operación sistemas de extracción de agua subterránea para el consumo urbano era considerablemente menor que el costo de las estructuras necesarias para utilizar el agua superficial. Esta evaluación fue ampliamente aceptada y en los años siguientes se perforaron cientos de pozos privados. Actualmente existen más de 1.400 pozos particulares que están siendo utilizados por las industrias, entre ellas compañías fabricantes de bebidas refrescantes, hoteles y establecimientos comerciales. Sin embargo, la falta de intervención por parte del gobierno ha incrementado los riesgos para el acuífero de Beberibe, que es el más importante, a causa de la sobreexplotación y la posible intrusión salina en las zonas más cercanas a la costa. Ciertamente la ausencia de un marco legal adecuado para la utilización del agua subterránea contribuye a incrementar los problemas actuales. Las aguas subterráneas pasaron al dominio público tan sólo a partir de la Constitución de 1988. Desde entonces el gobierno puede, en teoría, autorizar su uso e imponer y poner en vigor reglamentaciones para su utilización. La aplicación real de este derecho constitucio- nal requiere de una ley federal (en 1992 ésta estaba a estudio del Congreso) para transferir poder a la juridiccion individual de cada Estado. La reversión de la contaminación del agua superficial no ha de resultar fácil. Entretanto, varios acuíferos cercanos a la ciudad podrían suministrar agua de buena calidad que, bien manejada, podría satisfacer las crecientes necesidades del área metropolitana de Recife por largo tiempo. Aún en el caso de que la actual tendencia continúe, más de medio millón de habitantes del Gran Recife dependerán del agua subterránea en 1998. Al mismo tiempo el número de personas no conectadas al sistema de suministro municipal podrían llegar también al medio millón. El gobierno federal ha prestado poca atención al agua subterránea. Más bien se ha preferido dar prioridad a los embalses y sistemas basados en el agua superficial. Aún así, en Recife, al igual que en otras áreas densamente pobladas de Brasil, los acuíferos contienen volúmenes mucho mayores de agua probablemente unas 100 veces o más que los sistemas superficiales. Por otra parte, las aguas subterráneas son menos vulnerables a la contaminación y a las pérdidas de los sistemas de distribución (debido a que las distancias de conducción son menores). El agua subterránea requiere menos tratamiento que la superficial e inversiones financieras mucho menores para instalar y hacer operativos los equipos necesarios para las perforaciones. Por debajo de la ciudad de Recife se encuentra un importante acuífero, que contiene agua de buena calidad. El mismo es relativamente delgado justamente bajo la parte central de la ciudad, pero en su parte norte pueden obtenerse volúmenes de agua mucho mayores. En el pasado Recife utilizó esta porción delgada del acuífero, y sobretodo debido a que no se desarrollaron estrategias de manejo, los niveles del agua bajaron sensiblemente y la intrusión salina forzó a la clausura de muchos pozos. Hoy en día sólo 98 pozos permanecen en uso. Los mismos están ubicados en la parte norte de la ciudad y no siempre están funcionando. El principal acuífero de la llanura costera es el acuífero de Beberibe, contenido en areniscas cretkicas. Su espesor llega hasta los 100 m y y se apoya sobre las rocas cristalinas del Escudo brasileño, a lo largo de la costa. En Recife las areniscas del Beberibe están cubiertas por depósitos cuaternarios de arenas y arcillas y hacia el norte por calizas del Cretácico Superior y del Paleoceno (Formaciones Gramame y Maria Farinha). Además de este acuífero productivo, también puede encontrarse agua subterránea en el manto meteorizado del lecho cristalino. Si bien los caudales de los Ciudades que dependen del agua superficial y subterránea 141 pozos perforados en estas formaciones son mucho menores, pueden resultar adecuados para su uso a nivel local, especialmente por parte de las «favelas», ubicadas justamente sobre las colinas de rocas cristalinas. Desde muchos puntos de vista Recife ha superado la capacidad de su ambien- te, en especial debido a inversiones inadecuadas o insuficientes en sus sistemas de suministro de agua y saneamiento. Los problemas de abastecimiento de agua son especialmente críticos en una ciudad que depende en gran medida del turismo. Una de las principales ventajas de Recife es su localización, en un ambiente tropical templado costero, con hermosas playas y una posición estraté- gica sobre la costa nordeste del continente. Para Recife y Pernambuco, la protección del ambiente urbano puede marcar, por lo tanto, la diferencia entre un futuro de prosperidad o de pobreza. San José y el valle central de Costa Rica Ambiente e historia San José, capital de Costa Rica, está situada en un valle de la cadena volcánica de América Central, a una altura de 1.150m s.n.m. Dicho valle contiene varios centros urbanos, incluyendo 3 de las ciudades más importantes del país: Alajuela, Cartago y Heredia. La proximidad entre estas ciudades (Alajuela y Cartago, que se encuentran en posiciones extremas, están a una distancia de tan sólo 40 km), junto al acelerado crecimiento demográfico registrado recientemente en las áreas urbanas de Costa Rica, han determinado el gradual surgimiento de un área metropolitana que tiene a San José como centro (Lungo Ucles y Pérez, 1991). La ciudad más antigua del Valle Central es Cartago, fundada en 1563. Esta fue la principal ciudad y centro político del territorio de Costa Rica hasta el siglo XIX. La ciudad fue destruída varias veces por erupciones volcánicas y terremotos. Lapeor catástrofe fue probablemente la erupción del Iraní, ocurrida en 1723, ocasión en que la ciudad fue completamente demolida. Asimismo Cartago fue severamente afectada por los terremotos de 1841 y 1910. San José fue fundada en 1736 como centro del comercio de tabaco, pero se transformó en el principal centro político recién en 1823, cuando se convirtió en capital del país. Durante el siglo XIX San José fue un poblado relativamente pequeño, dependiente de la producción de café. Hacia fines del siglo su población era de algo más de 25.000 habitantes. El reciente crecimiento de San José, Alajuela, Cartago y Heredia dio lugar a un gran conglomerado urbano, conocido normalmente como la Gran Area Metropolitana. El valle alberga actualmente a 1 millón de personas, de las cuales 600.000 se encuentran en el área metropolitana de San José propiamente dicha, que representan casi el 35% de la población total de Costa Rica. Se espera que para fines de este siglo la población de la región de San José y ciudades vecinas llegue al millón y medio de personas. Abastecimiento de agua Las ciudades del valle están rodeadas por volcanes y otros accidentes geomorfológicos de naturaleza volcánica y tradicionalmente, han obtenido el agua de varios manantia- les que fluyen de las laderas y de pozos perforados o excavados en los acuíferos volcánicos cuaternarios. Las fuentes de agua subterráneas utilizadas actualmente son principalmente lavas fracturadas, correspondientes a las Formaciones Colima (niveles superiores e inferiores) y Barba. Parte del agua es tomada de la represa de El Llano construída en 1960 142 Ciudades Sedientas para la generación eléctrica. El embalse de esta presa abastece fundamentalmente a Cartago y en parte a San José. Sus aguas son tratadas en una planta situada en San Ramón de Tres Ríos. La ciudad de Alajuela, con 50.000 habitantes, es autosuficiente y depende de tres surgentes principales para su abastecimiento hídrico: La Chayotera, Sabana Redonda y Ojo de Agua. Este sistema se encuentra bajo control municipal. Las otras 3 ciudades son servidas por un sistema de gestión a escala nacional el Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados y comparten sus principales fuentes de agua, actuales y futuras, que son el campo de pozos de La Valencia, el sistema de suministro de El Llano y el Proyecto Orosi. Es de hacer notar que más del 90% de la población de la Gran Area Metropolitana tiene acceso al agua. Actualmente el consumo promedio de la región es de 6,8 mVsegundo y se espera que se eleve a 7,85 1W/segundo en el año 2000 y a 10,5 m1/2egundo para el 2015. Se piensa que las futuras necesidades de agua de San José, Heredia y Cartago serán satisfechas por 2 nuevos campos de pozos denominados: del Norte y Potrerillos. En el momento actual el agua subterránea constituye casi el 40% del consumo total, sin incluir los manantiales, que son en realidad descargas subterráneas. Aproximadamente un 50% del suministro de agua no está contabilizado. Probablemente dos terceras partes de este volumen están constituidos por pérdidas a partir de los sistemas de conducción y distribución. San José y sus ciudades satélites están localizadas en un área de alto riesgo sísmico, lo que ha suscitado preocupación en cuanto a la confiabilidad del acueducto que trae agua desde El Llano al valle. Desde este punto de vista las fuentes de aguas subterráneas son más confiables, debido a que sus conexiones con las redes de distribución son múltiples, minimizando el daño potencial que podrían provocar los terremotos, sin comprometer el abastecimiento total. Sin embargo, el proyecto Orosí que utiliza un solo acueducto implicaría un riesgo mucho más concentrado tanto en el tiempo como en el espacio. La contaminación es un problema siempre presente, dado que más del 60% del área metropolitana carece de sistema sanitario. La mayor parte de las residencias tienen tanques sépticos, cuyos frecuentes desbordes pueden alcanzar los acuíferos superiores. Las aguas cloacales son descargadas, sin tratamiento, a través de un caño colector principal al Río Grande de Tárcoles que va hacia el Océano Pacífico. Ultimamente el río está prácticamente «muerto». Para agravar la situación, las companías sanitarias (barométricas) que desagotan los tanques sépticos generalmen- te vierten sus efluentes en el sistema cloacal, lo que aumenta sustancialmente la contaminación de todo el sistema. A pesar del tamaño y población relativamente pequeños del país, Costa Rica está teniendo problemas similares a los que se presentan en otras áreas densamente pobladas del continente. También en el valle central de San José y zonas aledañas, el modelo de desarrollo costarricense resulta insostenible desde el punto de vista del medio ambiente. Parece claro que se hace necesario un serio replanteo del paradigma socio-económico y ambiental vigente para impedir que los sistemas naturales de esa zona de América Central se dañen irreversiblemente. Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas Varias ciudades de América Latina dependen principalmente de las aguas subterráneas, normalmente debido a la escasez de aguas superficiales de buena calidad. La mayor parte de estas ciudades se encuentran en regiones volcánicas (donde los valles fluviales están obstruidos por flujos de lava y materiales volcánicos) como por ejemplo las ciudades de Guatemala, México y Managua, o en regiones de subsuelo calcáreo (con hidrología de tipo kárstico) como son los casos de Mérida y La Habana. El valle de México Ambiente e historia Probablemente existan pocos lugares en el mundo donde el ambiente fisico haya sido transformado tan radicalmente por el desarrollo urbano como en la ciudad de México. El valle de México es una cuenca cerrada de 9.600 km2, en el corazón de un cinturón neovolanico, elevado por fuerzas geológicas a más de 2.200 m s.n.m. (Fig. 15). Desde hace aproximadamente 700.000 afios la obstrucción del drenaje por materiales volcánicos determinó la formación de varios lagos sobre el piso del valle. El área total lacustre era de unos 2.000 km2 y durante los períodos de crecidas los diferentes lagos estaban conectados. Tres de ellos el lago de Texcoco, el lago de Chalco y el lago de Xochimilco estaban constituidos por agua dulce, en tanto los otros tres el lago Texcoco, que es el mayor, con una superficie de 800 km2, el Zumpango y el Ecatepec eran de agua salobre (Fig. 16). El área posee un clima subhúmedo. Tal vez antes de las grandes transformaciones antrópicas, la precipitación anual era mayor que hoy día, pero no se posee información precisa sobre ese punto. En la actualidad, llueven 600 mm en el fondo del valle y 1.200 mm en las montañas de los alrededores. Las temperaturas medias son relativamente bajas para una latitud subtropical, oscilando entre 8 y 15° C según la altitud. En tiempos pre-coloniales los suelos eran profundos, muy fértiles, aptos para el laboreo, y completamente cubierto de bosques densos, en especial en las laderas 1. El material de esta sección fue extraído de Herrera et al. (1982), Castillo Berthier (1983), Granados Velazco (1988), Ortega (1988), Cortes et al. (1989), González Morán y Rodríguez Castillo (1989), Herrera (1989), Ryan (1989), Ward (1990) y Yepes (1990). o E Areas de recarga Ciudad de México Lago seco 'de Texcoco 5000 pozos de bombeo Meseta Mexicana Nevado de Toluca iudad Netzahualaíybtl !Popocatépet1 Iztaccihuatl Toluca Sierra de Chichinautzin Escarpa de Cuernavaca _.Manantia es Cuautfa Cuernavaca Figura 15. Vista aérea de la Ciudad de México y su área circundante Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 145 de las montañas y en las tierras altas. Las llanuras del valle, que en tiempos preagrícolas también estaban cubiertas de bosques, fueron en gran medida transformadas en tierras de laboreo a partir del desarrollo de las primeras culturas agrícolas. En ese momento, un conjunto de manantiales alrededor de los lagos y en el pie de monte suministraban considerables volúmenes de agua de buena calidad. Tales características hicieron del valle un lugar atractivo para los primeros pueblos del continente, los cuales durante varios milenios desarrollaron una economía basada en plantas y animales domesticados localmente (maíz, frijoles, zapallo, tomates, chiles, cacao, pavos, perros escuincles y abejas melíferas). Dado que estas culturas no disponían de bestias de carga domesticadas ni utilizaban la rueda, la mayor parte del comercio dependía de medios de navegación acuáticos en las lagunas. Sucesivamente, varios grupos y naciones habitaron y controlaron el área lacustre durante los siglos anteriores a la llegada de los europeos. La última nación dominante del valle fueron los Aztecas o Mexicas. Este pueblo había llegado en el siglo XIV de la legendaria tierra de Aztlán, probablemente localizada en territorios más áridos hacia el norte. Dado que las orillas de los lagos ya se encontraban ocupadas por otros grupos debieron establecerse en las tierras pantanosas próximas al lago y se procuraron el sustento mediante la pesca y el comercio con las comunidades vecinas. Gradualmente, los Aztecas construyeron una isla sobre los pantanos hacia el sur de la comarca lacustre en medio del Lago de México donde comenzó a desarrollarse un centro urbano que fue denominado Tenochtitlán. Con el tiempo Tenochtitlán se transformó en la ciudad más importante del valle. Mediante alianzas y guerras los Aztecas construyeron un imperio y Tenochtitlán fue creciendo hasta convertirse en una ciudad floreciente, de varios cientos de miles de habitantes comunicada con la tierra firme por un puente. En esa época a partir de Tenochtitlán irradiaba un activo comercio de mercaderías por vía acuática que llegaba a todas las orillas e islas de los lagos. Los Aztecas construyeron diques de tierra para el control de inundaciones y para separar los lagos de agua salobre de los de agua dulce, así como acueductos a través del lago y a lo largo de los diques, para traer el agua dulce de los manantiales.' De Tenochtitlán a Ciudad de México Resulta difícil aquilatar la magnitud del cambio que ocurrió en los pocos siglos que siguieron a la Conquista de México por los españoles iniciada en 1521. Hoy en día la orgullosa Tenochtitlán ha desaparecido y solamente las excavaciones realizadas revelan la existencia de restos arqueológicos dispersos. En su lugar se levanta el área altamente urbanizada del centro de la ciudad de México. El Lago de México también desapareció, siendo reemplazado por varios cientos de km2 de construcciones urbanas. También desaparecieron casi totalmente los lagos Chalco y Xochimilco. De todo el sistema lacustre del sur del valle sólo restan unos pocos canales y lagos pequeños. El resto de la superficie está cubierto de calles y edificios. Los tres lagos ubicados al norte también fueron drenados. El fondo de lo que fue el lago Texcoco es actualmente una vasta llanura, donde crece una vegetación rala, debido a la alta alcalinidad (pH mayor a 10). Un intrincado laberinto de pozos y tuberías bombean la salmuera contenida en los sedimentos lacustres para extraer carbonato y cloruro de sodio. Los manantiales que suministraban agua a las poblaciones ribereñas también han desaparecido. Hoy en día hay unos 5.000 pozos extrayendo más de 50 tr0 de agua por segundo desde una profundidad media de 100 m. Este intenso bombeo tiene como efecto Ciudades Sedientas 146 la disminución gradual del nivel de agua del acuífero a la tasa rápida de 1 m por año. El sobrebombeo y la compactación de los estratos superiores de los sedimentos arcillosos han provocado una subsidencia generalizada. En algunos lugares la superficie ha descendido varios metros, localmente más de seis metros. Teniendo en cuenta que las tasas de subsidencia varían espacialmente, muchas estructuras se han debilitado debido al hundimiento diferencial dando lugar en algunos casos a inclinaciones peligrosas, tal como sucede con la Catedral, la Basílica de Guadalupe y el Palacio de Bellas Artes. Este fenómeno ha sido exacerbado por la frecuente actividad sísmica, cuya muestra más reciente la constituyó el destructivo terremoto de setiembre de 1985. Dado que los bosques que cubrían las laderas de las colinas adyacentes desaparecieron casi completamente, la erosión de suelos se ha generalizado. La mayor parte de las tierras agrícolas del valle se encuentran cubiertas por pavimentos, casas y otras estructuras urbanas. Se han abierto canteras en toda la región con el fin de extraer N Lago de Zumpago Lago de Ecatepec ,.... i ....% Mexico N \ ! I I 1, Tenochtitlán% i \ \ I N \ N \ 1 \ 1 1 i . Lago de N Xochirnilco% .......... 1 N Lago de .1. ..... i N \ % N/' %Lago de Texcoco Lago de % r Chalco --.., N I .N..-------.. i' / . __,/ 'N ....... s. i ._. Sierra de Chichinautzin Escarpa de Ctiernavaca Figura 16. Antiguos lagos del Valle de México \ \ 1 1 ''". ',../ ' ... ......" 1 1 i .1 I t .. -.. I ... i `... ...,,,4 Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 147 a Una nube de polución cubre el valle de México. materiales para la construcción. Algunas de ellas se han convertido en depósitos de basura, donde se arroja parte de los 10 millones de toneladas anuales de residuos sólidos que genera el área. Una parte importante de la basura es emplazada en lo que eran las costas del antiguo lago Texcoco, especialmente en su parte sur. Ciudad Netzahuatcóyotl, ubicada en esa zona de la ciudad, fue construida sobre el fondo del viejo lago y ya tiene una población de 3 millones de personas. Esta nueva área urbana ya se encuentra altamente degradada y en ella las áreas urbanizadas alternan con depósitos de basura no controlados y barrios marginales. El sistema de drenaje del valle, que anteriormente fluía a los lagos, fue canalizado fuera de la cuenca, evacuando las aguas de lluvia junto con las aguas urbanas, mediante un sistema de canales y túneles que conducen los efluentes hacia el Golfo de México. Cerca del Canal Chalco que es el más importante del sistema de drenaje hay una batería de pozos que sirve para abastecer el sistema urbano. El canal antes mencionado transporta tanto las aguas servidas como el exceso de aguas de lluvia. El riesgo de contaminación es alto y sus efectos ya se perciben en algunos casos. En efecto, algunos de estos pozos debieron ser clausurados debido al alto contenido de nitratos en el agua. Con el crecimiento de la ciudad, la atmósfera del valle también ha cambiado. Las emisiones de 4 millones de vehículos y 25.000 establecimientos industriales en un ambiente pobremente oxigenado debido a la altura, determinan un serio riesgo para la salud. El aire urbano es particularmente nocivo en el centro de la ciudad. La población de la ciudad de México excede los 19 millones de personas. Es uno de los mayores centros urbanos del mundo. Cada ario la persistencia de una tasa de natalidad positiva y la migración proveniente de otras partes del país hacen que la población aumente en cerca de medio millón de personas. Se piensa que para el año 2000 la ciudad habrá de tener 25 millones de habitantes, y para el 2010 más de 30 1 00 N Sierra Chichinautzin Valle de Cuernavaca Piroclastos y material aluvial Cuaternario Lacustre Ciudad de México Sierra de Guadalupe 1 ....- V,tillilitlV Adillat I 1 ; \\ \ /\/\ l' Ill / \ r\ liwpr MONIPO- '1111.71a 1..1.8-. V V V V V V V V V v V V V V V V V VY V y V V *\* V v V V V V V sz Volcánico Terciario v V i o o o V I o V V i VV V L, . V y V V V V V $$$$$ V V ...... - - VI V #0 olII * .1111PP. ° Figura 17. Corte transversal del acuífero del valle de México y estructuras geológicas vecinas. Nota: las flechas indican la dirección del flujo subterráneo. ,WI o _r *#.141 il ##I# III011111 *01% IMP. W A 1"4 011w 1 "tfi404 Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 149 millones. Si no se toman las medidas correctivas necesarias, los actuales problemas van a empeorar y el viejo valle puede transformarse en una de las peores pesadillas ambientales del siglo XXI. El acuífero y el abastecimiento urbano de agua La mayor parte del agua consumida por la ciudad es abastecida por un acuífero sedimentario de origen aluvial que subyace gran parte de la región urbana. Parte del agua es traída desde fuera de la cuenca (desde la cuenca del sistema hidrográfico Lerma-Cutzamala), aunque este aporte representa menos de una quinta parte del total. El transporte de agua hacia el valle se está volviendo una operación poco práctica y sumamente cara. Si bien los recursos de la cuenca Lerma-Cutzamala están casi agotados, la utilización de las aguas del río Balsas o su afluente el Amacuzac significaría bombear las aguas ladera arriba a través de una diferencia de altitud de 1.200 a 1.500 m., así como construir largas tuberías, embalses de almacenamiento y otros costosos trabajos de ingeniería. La utilización de aguas alóctonas al valle implicaría un perjuicio insoslayable a las comunidades que actualmente dependen de esos recursos hídricos para su consumo doméstico y para el riego. Geología e hidrogeología del valle El acuífero de México está contenido en varias formaciones geológicas del Terciario y del Cuaternario cuyo espesor va desde unos pocos metros (decenas) a cerca de 2.000 m. Estas unidades comprenden una vasta gama de materiales sedimentarios, incluyendo sedimentos piroclásticos y retrabajados aluvialmente, brechas, conglomerados y aglomerados, varios tipos de formaciones arenosas volcánicas, cenizas volcánicas, lentes lacustres y coladas de lava intercaladas (Fig. 17). Estos depósitos están estrechamente relacionados con la actividad volcánica que tuvo lugar durante la formación del cinturón volcánico trans-mexicano y la epirogénesis sincrónica a esta pe trogénes is. La secuencia se apoya sobre las calizas cretácicas de la Formación Morelos, una unidad kárstica de 1.000 m de espesor, que constituye el «piso» de la secuencia volcánica. La base del paquete sedimentario- volcánico está compuesta de conglomerados y areniscas del grupo Balsas (épocas Eoceno a Oligoceno). Este grupo molásico rellenó los graben que se desarrollaron durante el período orogénico post-laramídico. El mismo comprende hasta 500 m de conglomerados, cubiertos por depósitos más finos poco variados sobre todo arenosos, pero también limosos y arcillosos, de hasta 2.000 m de espesor. Por encima del grupo Balsas hay una compleja secuencia volcánica del Mioceno superior, compuesta de diferentes tipos de piroclastos (tobas, brechas y aglomerados), sedimentos elásticos aluviales intercalados y coladas de lava. Su espesor varía entre 390 y 1.750 m. Sobre las capas del Mioceno se formó una secuencia volcánica de 300 a 800 m de espesor que incluye lavas andesíticas, brechas volcánicas y tobas, cubiertas a su vez por material volcánico andesItico y dacítico del Plioceno Superior, incluyendo lava y piroclastos no consolidados (300-600 m de espesor). Encima de estas rocas extrusivas se encuentran los flujos piroclásticos de la Formación Otomi, con coladas de lava y tobas de caída de cenizas, brechas y lavas andesíticas asociadas. La Formación Otomi está cubierta por una compleja secuencia de unidades volcánicas, que comprenden las Formaciones Las Cruces, Zempoala y Navaja, piroclastos indiferenciados del Plioceno y las Formaciones cuaternarias de Llano Grande, El Pino, T'aloe, Popocatépelc, Chichihuanitsin e Iztaccihuatl. Por último, las depresiones de la meseta en el valle de México están rellenas con una secuencia de acumulaciones aluviales y piroclásticas de 500 m de espesor, 150 Ciudades Sedientas llamada Formación Taranco, sobre la que depositaron sedimentos lacustres durante el Pleistoceno Superior y Holocenos, que en algunas áreas alcanzan hasta los 400 m de profundidad. Resumiendo: el Valle de México se formó como resultado de una continua acumulación volcánica, en la cual los formaciones molásicas detríticas del Terciario superior fueron cubiertas por una prolongada y compleja sucesión de extrusiones volcánicas, incluyendo abundante material piroclástico -en cierta medida retrabajado por acción fluvial- y coladas de lavas intercaladas. Durante las erupciones volcánicas se formaron tobas, brechas, cenizas y lava. Entre estos episodios se depositaron sedimentos aluviales y lacustres. Los acuíferos con mayor potencial hídrico están contenidos en la Formación Tarango y en los materiales aluviales y la secuencia cenozoica de piroclastos fracturados y coladas de lava. Estos acuíferos están a menudo cubiertos por sedimentos lacustres más jóvenes, que confinan el acuífero principal. Toda la secuencia puede alcanzar un espesor de hasta 2.000 m, de los cuales los 1.500 in inferiores se encuentran más consolidados. La baja porosidad efectiva de la porción inferior, que solamente permite un cierto flujo en las fracturas, da lugar a una baja producción potencial en esta parte de la secuencia. Dado que el techo del acuífero se encuentra demasiado cerca de las arcillas lacustres, el continuo bombeo puede producir el desecamiento y la consolidación de las arcillas desencadenando procesos de subsidencia. La porción utilizable del acuífero está comprendida entre los 100 y 500 m por debajo del nivel del suelo. El acuífero del valle de México es recargado en la Sierra Chichinautzin en el sur, en la Sierra Las Cruces en el oeste y en la Sierra Nevada en el este. Se estima que el volumen total de recarga oscila entre el 25 y el 50% de la precipitaciones (25% en Sierra Las Cruces, 35% en Sierra Nevada y 50% en Sierra Chichinautzin). La mitad aproximada de este volumen fluye hacia el Valle de México, en tanto el resto se dirige hacia otras cuencas. Remanentes de los antiguos lagos del valle de México. Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 151 Resulta difícil obtener cifras precisas del volumen de agua que recibe el acuífero del valle cada ano. Sin embargo puede indicarse que el volumen de recarga es por cierto menor a 50 mVsegundo, que es la tasa de extracción (dado que el acuífero se está agotando). Una estimación de 30-40 mYsegundo es seguramente más razonable. De seguir descendiendo el nivel de agua del acuífero se provocará un aumento del flujo desde las sierras debido al aumento del gradiente. Sin embargo, no es probable que este aumento llegue a compensar el déficit, especialmente en caso de que la tasa de extracción aumente. Para poder predecir en forma precisa de qué modo reaccionará el acuífero frente a un bombeo prolongado se necesitará de un modelo adecuado. En los últimos años ha sido posible obtener información precisa acerca de las propiedades geométricas e hidráulicas del acuífero. Investigadores del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México han desarrollado un modelo del acuífero (Herrera et al., 1982) que se presenta como muy promisorio para despejar esas incógnitas. Se espera que la utilización de dicho modelo junto a la información recientemente obtenida finalmente habrán de permitir evaluar fehacientemente los recursos hídricos subterráneos del valle. No obstante, los problemas de México no podrán ser resueltos tan solo con cálculos precisos. Muy por el contrario, éstos solamente permitirán saber con más exactitud algo que ya se sospecha desde hace bastante tiempo: el modelo de desarrollo de la ciudad de México es insostenible a largo plazo. El desarrollo del valle ha alcanzado su límite y la megaciudad cada vez es menos viable. Para revertir el proceso será necesario implementar a nivel nacional un modelo de desarrollo menos concentrado y centralizado, que busque armonizar la ocupación del territorio y el medio ambiente. Sólo un drástico cambio de rumbo habrá de permitir la sobrevivencia del valle más allá de su agonía actual. El valle de Guatemala Ambiente e historia La ciudad de Guatemala, capital de la República del mismo nombre, es por lejos la ciudad n'U importante del país. El sitio urbano de la ciudad se encuentra ubicado en un valle alto de la meseta volcánica de Guatemala, a una altura de 1.800 ni s.n.m. o E Antigua Guatemala Lago AamatitISn Océano Pacifico Figura 18. Vista aérea de las tierras altas de Guatemala S 2 000 m Andesitas y V V Sedimentos aluviales lacustres v, vvvv ,,, v v, v/vvv vl v V I / . y Piroclastos vv v/v v v v vv v 1 000 I_ ..vilv / %%,r t...n C..) V r. Y _V Y0/ . -1...-_ uvY...Y Lago Amatitlán _Y-tr Ciudad de Guatemala / // /i_ / / / 'V %/ / /11/ / / I/ / / // / / i / / / 7/ I / / / /II .."._: ' . , // / // /t/// / / / // Andesitas / / / / /-riolitas_ //4 F--213a, <11 / %.1( V - -00' . 1.I..1 Figura 19. Corte transversal del Valle de Guatemala, mostrando las formaciones geológicas de la región . .... ----- - Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 153 Antes de que los europeos conquistaran el país, las tierras altas de Guatemala ya estaban densamente pobladas por una civilización cuya economía, al igual que la de los pueblos indígenas mexicanos, estaba basada en el cultivo del maíz,los frijoles,e1 zapallo, el chile,los tomates y otros cultivos domesticados localmente. Cuando se produjo la llegada de los españoles, la región que hoy ocupa la ciudad de Guatemala estaba habitada por la nación Cakchikel, del grupo étnico Mayas, cuya capital era Iximche. Tal como sucedió en el caso de México, los españoles establecieron su capital en el mismo sitio de la ciudad ya existente. Iximche (cuyas ruinas son aún hoy visibles) se encontraba unos 100 km al oeste de la actual Ciudad de Guatemala, y a una altura mayor que ésta (aproximadamente a 2.000 m s.n.m.). En 1527, luego de un destructivo terremoto, la ciudad fue trasladada a un emplazamiento ubicado a unos 80 km hacia el este a una altura menor (1.530 m s.n.m.). La nueva ciudad, Santio de los Caballeros, fue establecida en el lugar en donde se encuentra hoy la ciudad de Antigua. El sitio está a los pies de un alto volcán -el Volcán de Agua- cuyo cráter principal contiene un lago. En 1533, al entrar en erupción el volcán, el vaciamiento súbito del lago provocó una inundación y un flujo de lodo que destruyó y enterró amplios sectores de la ciudad. Murieron varios cientos de personas y la mayor parte de los edificios quedaron demolidos. En 1543 la ciudad fue reconstruída en el mismo valle, pero fue nuevamente destruida en 1773, esta vez por un terremoto. Tres años más tarde fue establecida en su sitio actual, con el nombre de Nueva Guatemala de la Asunción. La vieja ciudad fue reconstruida sobre sus antiguas ruinas y hoy en día es Antigua, una ciudad de mediano tamaño, con 50.000 habitantes. La ciudad de Guatemala, que en tiempos de la colonia era capital de la Capitanía General de Guatemala, se transformó en capital de la República de Guatemala cuando ésta se transformó en estado independiente en 1837. A partir de ese momento la ciudad creció lentamente hasta bien entrado el siglo XX. Durante los últimos años, el crecimiento se aceleró pasando de algunas decenas de miles de habitantes a principios de siglo a un millón y medio, que es su población actual. Este proceso dio lugar a muchas presiones ambientales en las áreas de intenso crecimiento urbano. Las tierras altas de Guatemala se encuentran en un área volcánica y sísmica (Fig. 18). En la zona montañosa del sur del país existen veinte conos volcánicos mayores con alturas que oscilan entre 2.000 y 4.220 m. y cientos de conos más pequeños. Las erupciones volcánicas y los movimientos sísmicos son frecuentes. El reciente desarrollo de la Geología y la Geomorfología en el país está íntimamente relacionado con la necesidad de tener en cuenta estos fenómenos para una adecuada gestión territorial. El clima de las tierras altas es subhúmedo a húmedo, con una precipitación anual de 1.000 mm en la pendiente norte, más seca, y de más de 2.000 m en la fachada que mira al sur. En la propia Ciudad de Guatemala las precipitaciones anuales medias oscilan entre 1.300 y 1.500 mm y se concentran en verano (junio a setiembre). La vegetación natural está constituída por bosque caducifolio hasta los 2.200 m de altura y bosque de coníferas por encima de dicha altura. Ya desde tiempos previos a la conquista estas florestas habían sido parcialmente cortadas para dar lugar a cultivos. Dicho proceso continuó en la época colonial, y se aceleró en los últimos años. Hoy en día los bosques de las tierras altas han quedado reducidos a pequeños rodales en las pendientes más fuertes, que no son aptas para la agricultura. Geología y geomorfología del valle La geología del Valle de Guatemala es relativamente compleja (Fig. 19). Sobre una base de calizas y rocas plutónicas cretácicas se produjeron importantes acumulaciones de varias rocas volcánicas y depósitos asociados como consecuencia de una 154 Ciudades Sedientas intensa y prolongada actividad volcánica. El valle es una depresión alargada, de orientación norte-noreste a sur-suroeste. El agua fluye tanto hacia el norte como hacia el sur a partir de una porción de la divisoria de aguas continental que se encuentra más o menos perpendicular al eje principal del valle. Un gran lago el Amatitlán se formó en la parte meridional del valle, como consecuencia de la obstrucción volcánica del flujo. El lago drena hacia el Ocdano Pacífico a trevés de Río Michatoya. Los ríos que se dirigen hacia el norte -el río Las Vacas y sus afluentes, El Zapote y Tzalja drenan la parte norte del valle, más pequeña, en su trayecto hacia el Mar Caribe. La ciudad está rodeada por una serie de conos volcánicos, el mayor de los cuales es el Volcán de Agua, situado unos 20 km al SW, con una altura de 3.000 m s.n.m. Otro es el Pataya, ubicado a casi la misma distancia, hacia el sur, con una altura de algo más de 2.000 in. Estructuralmente, el valle es un graben de gran tamaño con placas tectónicas locales intercaladas. Tanto el área elevada como la deprimida están compuestas por rocas volcánicas, si bien en el Río Las Vacas, al norte del valle, existen calizas más antiguas. La formación más antigua que ha sido identificada en el Valle de Guatemala es una unidad de rocas carbonatadas fracturadas en la cuenca del Río Las Vacas, con un número limitado de afloramientos. Por encima de dicha formación se encuentra una delgada secuencia de coladas de lava y depósitos asociados de edad terciaria. Dichas lavas están muy fracturadas, lo que les otorga una alta porosidad secundaria. Las lavas terciarias están cubiertas por dos secuencias de depósitos fluvio-lacustres y volcánicos de edad cuaternaria: En primer lugar, una secuencia de depósitos fluvio-lacustres, compuesta de materiales volcánicos retrabajados al u vial mente y depositados en los lechos de los ríos y en las llanuras o en los lagos. Su profundidad no excede los 100 m. Los sedimentos aluviales tienen una permeabilidad relativamente alta, pero los dep6stios lacustres pueden actuar como acuitardos o acuiclusos. En segundo lugar, una secuencia de depósitos volcánicos formada por una gran - "Sr al. El valle de Guatemala. Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 155 acumulación de productos piroclásticos, incluyendo tobas depositadas por flujo de cenizas. Estos materiales presentan una amplia gama de niveles de consolidación, desde sueltos a muy consolidados. El espesor máximo de esta unidad es superior a los 200 m. Esta formación es moderada a altamente porosa y contiene un excelente acuífero, de amplia utilización. Abastecimiento de agua La ciudad de Guatemala obtiene el 80% de su consumo de agua de fuentes subterráneas. Este volumen probablemente representa el máximo obtenible a partir de los acuíferos. De los 5 mYsegundo requeridos por la ciudad (volumen que aumenta algo durante los períodos pico), 4 m3/segundo provienen de los 200 pozos distribuidos a lo largo del valle. El metro cúbico restante es tomado de fuentes superficiales, ubicadas fuera del valle. Para traer agua del río a ka ciudad se construyó una tubería, cuya capacidad es de 2,5 mYsegundo, a pesar de que su flujo actual es inferior a la mitad de ese valor. Hay planes para la construcción de una batería de pozos en el acuífero volcánico en Antigua con el fin de aumentar el volumen de agua transportado por el acueducto. Es de hacer notar que la única fuente de agua superficial disponible es la del lago Amatitán, que no se utiliza por estar altamente contaminado. Teniendo en cuenta que la recarga de los acuíferos se da principalmente en áreas urbanas y suburbanas, se requieren estrictos controles para evitar la degradación del agua subterránea. Este tipo de controles son prácticamente inexistentes. Aún así, los tomadores de decisiones tendrán que remediar esta situación, dado que Guatemala no puede permitirse perder este recurso clave a causa de falta de protección o planeamiento inadecuado. La cuenca de Managua Historia y ambiente La ciudad de Managua se encuentra en un amplio valle volcánico de Nicaragua central. Se desarrolló a partir de un pequeño poblado indígena, dedicado a diversas actividades agrícolas y pesqueras, aprovechando la fertilidad de los suelos volcánicos, la abundancia de agua y la proximidad del importante Lago Managua (también llamado Xolotlán). Cuando llegaron los españoles, en 1522, la densidad de población del territorio era moderadamente alta. Los pueblos indígenas que vivían al sur de los lagos los Nicaraos eran de origen mexicano. Cultivaban maíz, frijoles, cacao, chile y tomates y criaban pavos y perros escuincles. En ese entonces Managua era una comunidad próspera de unos 40.000 habitantes, localizada a orillas del Lago Xolotlán. Los españoles se establecieron en la angosta franja de las tierras altas del Pacífico y en las orillas de los grandes lagos Xolotlán y Nicaragua (también llamado lago Cocibolca). Al igual que muchas otras comunidades indígenas del continente, los habitantes de la región de Managua fueron severamente afectados por la Conquista. De las varias decenas de miles de habitantes originales su población cayó a unos pocos miles y habría de llevar más de tres siglos poder volver a los niveles demográficos de la época pre-hispánica. Como consecuencia de la ocupación española se desarrolló un centro urbano relativamente grande al noroeste del Lago Xolotlán: la ciudad de León. León fue destruida por un terremoto en el siglo XVII, forzando a las autoridades a fundar una nueva ciudad en la ribera oeste del lago Nicaragua: Granada. La historia colonial y 156 Ciudades Sedientas luego la historia republicana de Nicaragua estuvieron muy influenciadas por la rivalidad entre la vieja León y la nueva Granada. Como consecuencia de la desintegración de Unión de América Central en 1838 Nicaragua se transformó en estado independiente. Antes de la formación de la nueva república hubo un período de conflictos entre las facciones liberal y conservadora, asentadas en León y Granada respectivamente. En 1852, a raíz de un acuerdo, la pequeña ciudad de Managua fue elegida capital del país. Con el tiempo pasaría a ser la ciudad de mayor tamaño. En 1973 Managua sufrió un terremoto de gran intensidad que casi destruyó la totalidad del área céntrica. A pesar de la abundante asistencia que llegó al país desde todas partes del mundo dicho centro no fue reconstruido. El gobierno sandinista, que alcanzó el poder en 1979, tras una prolongada guerra civil, decidió conservar la zona como «área verde», donde se han construido algunos parques públicos y plazas. Entre 1979 y 1989 el pais estuvo en un estado de guerra casi continuo. Hasta las elecciones de 1989 sufrió un boicot comercial por parte de los EE.UU., que perjudicó en grado sumo la economía nacional. Como consecuencia, la ciudad sufrió mucho: escaseaban los alimentos de primera necesidad, los servicios públicos no podían funcionar de manera adecuada y no habla disponibilidad de capitales para la inversión. La guerra trajo consigo también otros desastres y dio lugar a un intenso flujo de refugiados provenientes de las áreas rurales. En la actualidad la población de Managua ha superado el millón, que equivale a poco menos de la tercera parte del total del país. La ciudad actual ocupa un área de más de 60 km2. El ambiente de Managua Managua está localizada en la ribera sur del Lago Xolotlán, sobre la pendiente que baja desde la Cordillera del Pacífico, que localmente recibe el nombre de Sierra de Managua. Esta cadena montañosa alcanza alturas de hasta 900 m s.n.m., mientras que el lago está a sólo 40 m s.n.m. La depresión se extiende en direccion SE, a través de la llanura del Tipitapa, hacia el lago Nicaragua, que se encuentra 9 m por debajo del Lago Xolotlán (Fig. 20). El agua en exceso de la cuenca de Managua es captada por el Río Tipitapa el cual, conjuntamente con el flujo subterráneo, la conduce hacia el Lago Nicaragua. El caudal que sale de la cuenca del Lago Nicaragua llega al Caribe a través del Río San Juan. Es de hacer notar que las superficies combinadas de los dos lagos es de unos 9,000 km2, de los cuales el Lago Nicaragua tiene 8.000 km2 y el Xolotlán unos 1.000 km2. Varios lagos más pequeños de origen volcánico completan el panorama lacustre del Valle de Nicaragua. Los mayores son los lagos Masaya, Apoyo, Apoyeque y Jiloa. Cerca de Managua existe una serie de lagos de calderas y cratéricos más pequeños, como el Asososca, el Nejapa y el Tiscapa. El clima de Managua es subhúmedo tropical, con temperaturas cálidas todo el año. El promedio mensual más bajo es de 23° C en enero, y el más alto de 31° C en abril. La precipitación anual media es de 1.200 nun y la estación de lluvias se extiende desde mayo a octubre, coincidiendo con la llegada de la convergencia intertropical. La estación seca comienza aproximadamente en noviembre y termina en abril. Las laderas de la región no presentan prácticamente ningún tipo de escurritniento superficial permanente. Solamente pueden observarse flujos esporádicos inmediatamente despues de importantes precipitaciones en los mayores cauces, como por ejemplo el Río Borbollón, que corre cerca del Aeropuerto Las Mercedes. La causa principal de estos caudales limitados radica en la alta permeabilidad de los suelos y de las formaciones superficiales, en la concentración de las lluvias y en el pobre Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 157 desarrollo de la red hidrográfica. Esto último es una característica común en los paisajes volcánicos, debido a las frecuentes acreciones de materiales volcánicos que impiden la estabilización de las redes hidrográficas. Desde el punto de vista geológico, el área está compuesta de varios tipos de rocas y depósitos volcánicos. El borde oeste de la depresión está constituido por una cadena volcánica, que se extiende en dirección NE-SW. La misma incluye conos volcánicos simétricos, cráteres explosivos y calderas. Todas las formaciones geológicas cenozoicas del área de Managua son directa o indirectamente de origen volcánico. La unidad estratigráfica más antigua es una secuencia piroclástica llamada Grupo Las Sierras (Fig. 21). La misma está compuesta principalmente de tobas y brechas masivas aglomerldicos, relativamente uniformes, que afloran en varios lugares dentro y cerca de la ciudad. El espesor de esta unidad es del orden de los 680 my su volumen total de 430 km3. Si bien se desconoce la edad precisa del Grupo Las Sierras, de acuerdo a la información existente parecería que se trata de una unidad de edad Cuaternaria, o por lo menos del Plioceno Superior. Se sabe que los depósitos más jóvenes tienen más de 100.000 años. No se ha confirmado la relación que puede existir entre tales depósitos y los volcanes que rodean la Caldera de Masaya. En la región de Managua, por encima del Grupo Las Sierras, existe una secuencia volcánica, de escaso espesor (10-20 m), llamada Grupo Managua, compuesta por lechos de tobas de deposición aérea, cenizas y lapilli. La fuente de estos depósitos parece estar relacionada con una reciente actividad volcánica en la caldera de Masaya y en la zona de Nejapa-Miraflores. Sobre el Grupo Managua hay una formación de cenizas, escorias de lapilli y lapillis, conocida como Formación Motaspete. La fuente de esta unidad serían las estructuras volcánicas del Cerro Motaspete y la chimenea volcánica encontrada en la Caldera de Asososca. Los depósitos mis jóvenes de la zona son de origen lacustre, estando relacionados con la sedimentación en el fondo de los grandes lagos y las lagunas, de menor superficie, al igual que con material volcánico retrabajado en forma aluvial. Los estratos lacustres son relativamente delgados, no excediendo algunas pocas decenas de metros. Si bien no se conoce con exactitud su espesor, se estima que la profundidad de los sedimentos aluviales volcánicos oscila entre O y 90 m. Hidrogeología Dadas su permeabilidad, extensión y potencia, el Grupo Las Sierras aparece como el más apropiado para la extracción de agua subterránea. En los hechos, la mayor parte del agua utilizada por el área de Managua proviene de este recurso. El acuífero de las Sierras es morfológicamente homogéneo. Probablemente, el mayor volumen de recarga se de en los fondos de las quebradas de la vertiente pacífica, donde la zona saturada se encuentra a 200-300 m de la superficie de las divisorias de aguas de los interfluvios. Aparentemente, el flujo de agua subterránea sigue la topografía de superficie, tanto hacia la vertiente pacífica, donde da lugar a varios cauces en el fondo de los valles más profundos, como hacia el Lago Managua. Parte del flujo subterráneo con dirección al lago es descargado en pequeños cauces, cerca de la llanura de Managua, en ciertos lugares donde la napa freática intersecta la superficie. Una porción de este flujo va a recargar a los lagos de calderas/ cratéricos: Asososca, Tiscapa y Nejapa y el resto fluye hacia el Lago Xolotlán. Desde hace un tiempo la ciudad de Managua utiliza para su consumo directa o indirectamenteel agua del acuífero Las Sierras. Ello incluye el agua extraída del lago Asososca que opera en realidad como un gran pozo natural nutrido por las 00 Mar Caribe SO z Cabezas Ligo T AWsosca =-=. Río San Juan Isla de Ometepe Laguna de Masaya OrAgt Managua ..' 4. ; Recarga Figura 20. Vista aérea del Valle de Managua Granada ' . m=1=3. Masaya Lago Nicaragua NE Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 159 aguas del acuífero. A medida que la ciudad creció, sus requerimientos empezaron a superar la recarga. De 1914 a 1975 las tasas de extracción fueron creciendo, hasta alcanzar algo más de 80.000 m3/día. Ello provocó que el nivel del lago Asososca (que es una de las fuentes principales de aprovisionamiento) que era de 40,57 m s.n.m. en 1960, cayera a 35,38 m en 1975. Desde entonces las tasas de bombeo se han reducido a 50.000-75.000 m3/día o menos, llevando el el nivel del lago a una cota aproximada de 36 m s.n.m. Más recientemente el bombeo de este lago se ha interrumpido. El campo de pozos «Carlos Fonseca Amador» está ubicado en la zona de mayor conductividad del acuífero (cerca de Sabana Grande y del Aeropuerto Internacional A.C. Sandino). En 1992, la producción de los doce pozos principales promediaba unos 50.000-60.000 m3 diarios. Al año siguiente fueron perforados otros 2 pozos. El volumen de agua bombeado mediante pozos con destino al área de Managua es hoy en día algo mayor que la cantidad que era extraída del lago Asososca. El volumen total de agua suministrada a la ciudad por el Instituto Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados era de. 165.000 m3/día en Julio de 1988. En 1994, ese volumen incrementado era aún insuficiente para satisfacer la demanda de la región de Managua que actualmente supera los 200.000 m3/día y que sigue aumentando rápidamente. Debido a esta escasez la interrupción en los servicios de suministro de agua puede durar hasta 15 o 20 horas por día. En ocasiones ciertos barrios no reciben agua por un lapso de varios días. Nuevas alternativas de abastecimiento Las fuentes potenciales de agua para la ciudad son: el Lago Xolotlán o Managua, el Lago Nicaragua, nuevos pozos en el acuífero Las Sierras y las lagunas (lagos cratéricos). Lago XolotlAn o Managua. El Río Tipitapa es el emisario del excedente hídrico del lago Xolotlán, que es ligeramente salobre, hacia el lago Nicaragua. Sin embargo, durante los últimos años el lago Xolotlán se ha transformado en una cuenca prácticamente cerrada y su concentración salina ha aumentado debido a la evaporación. La intensa actividad agrícola, que comprende el uso de pesticidas, y la contínua desviación de aguas servidas desde Managua hacia el lago, ha afectado la calidad de su agua hasta tal punto que se ha hecho insegura como agua potable o para baños. El vertido de toxafeno un pesticida relacionado con el DDT y otros residuos industriales, como por ejemplo el mercurio realizado por la planta de la compañía química Pennwalt and Hercules durante la década de 1970, fue especialmente dañino para el lago Xolotlán. De acuerdo con un estudio ambiental realizado por Naciones Unidas el agua del lago contiene 60 toneladas de mercurio. Según otro estudio, el 17% de las muertes acaecidas en Managua están vinculadas con envenenamiento por mercurio y con la contaminación del lago. Lago Nicaragua. El Lago Nicaragua contiene agua dulce de buena calidad, con focos restringidos de contaminación en Granada y otros poblados más pequeños. El balance aportesevaporación es positivo. El caudal promedio del Río San Juan, que evacúa las aguas del lago hacia el Caribe, es elevado. A largo plazo, es probable que el lago Nicaragua represente la mejor opción de suministro de agua, no sólo para Managua, sino también para otros centros poblados, Ciudades Sedientas 160 así como para el riego. Sin embargo, dada su distancia a la ciudad (40 km) y su baja altitud, la extracción de agua desde el lago Nicaragua podría resultar inviable debido a las limitantes económicas que padece el país. Nuevos pozos en el acuífero Las Sierras. Si bien el volumen de agua que de las Sierras se puede obtener puede ser algo limitado, este acuífero constituye una buena alternativa para aumentar el abastecimiento de la región urbana de Managua y alrededores. La conductividad del acuífero es alta y su uniformidad simplifica la localización de los pozos. Es necesario, no obstante, asegurarse de que la extracción no altere en el largo plazo el balance del acuífero. Para este balance, es importante tener en cuenta el agua extraída de los lagos de calderas/cratéricos, puesto que desde el punto de vista hidrogeológico estos cuerpos de agua actúan como pozos abiertos. Las lagunas o lagos de calderas/cratéricos. Las lagunas del área son, de hecho, «afloramientos de agua subterránea». Por esa razón, a largo plazo, su uso puede presentar las mismas limitaciones que afectan la utilización de los campos de pozos. Estos cuerpos de agua necesitan también de una protección especial debido a su potencial exposición a las fuentes de contaminación. De las 8 mayores lagunas que se encuentran cerca de Managua, la de Asososca es la única que ha sido utilizada regularmente como fuente de agua para la ciudad. Existen otras 3 situadas en el área metropolitana de Managua o sus cercanías: Acahualinca, Nejapa y Tiscapa. Las 2 primeras son inadecuadas como fuente de agua, debido a sus pobres volúmenes e inadecuada calidad del agua. Solamente el Lago Tiscapa, que es similar al Asososca, podría ser adecuado. Tiene además la ventaja de estar ubicado en el centro de la ciudad, lo que a su vez es una desventaja debido a su mayor vulnerabilidad a la contaminación. Las lagunas del norte- Apoyeque y Jilog- localizadas en la península de Chiltepe, en las proximidades del Lago Xolotán, no son adecuadas desde el punto de vista químico para el suministro de agua a nivel urbano. Las otras dos Apoyo y Masaya están ubicadas al este de Managua, en las afueras de la ciudad pero lo suficientemente cercanas como para resultar accesibles. El agua del Lago Apoyo es de calidad pobre, pero la del Masaya es aceptable y su volumen es 8 veces mayor que el del Asososca. Sin embargo, la tasa de renovación de agua en dicho lago es baja y las comunidades emplazadas en sus cercanías ya están consumiendo considerables volúmenes. Un inconveniente más radica en el costo del transporte del agua desde este lago hasta Managua por lo que su aprovechamiento probablemente resulte inviable desde el punto de vista económico. Conclusiones El ambiente alrededor de Managua y alrededores ha sido degradado como resultado del pobre manejo de sus abundantes recursos hídricos. Para corregir los problemas que se han acumulado tras anos de degradación ambiental y de gestión inadecuada se requerirá un esfuerzo y una inversión considerables, no disponibles actualmente en la difícil situación económica y política del país. Si bien se están dando los primeros pasos hacia la comprensión y solución de los problemas, se requerirá mucho trabajo y ayuda internacional para que la cuenca de Managua vuelva a ser el ambiente armonioso que fue en el pasado. Ciudades que utilizan sobre todo aguas subterráneas 161 La capital actual del país Maya: Mérida de Yucatán La ciudad de Mérida, con sus 700.000 habitantes, es el mayor centro urbano de la península de Yucatán, en México. Está ubicada en un ambiente frágil constituido por las rampas suavemente inclinadas de la plataforma sedimentaria de calizas del noroeste de Yucatán. Mérida fue fundada por los conquistadores españoles en 1542, sobre el sitio de la ciudad maya de T'ho. En la época colonial se transformó en la principal ciudad de Yucatán y luego en la capital del estado. Geología La ciudad se encuentra ubicada sobre una meseta baja de calizas. Los afloramientos sedimentarios más antiguos están constituido por un complejo de calizas del Paleoceno, cubiertas por rocas eocénicas carbonatadas microcristalinas de color blanco eocénica pertenecientes a la Formación Chichén-Itzá. La época miocénica está representada por la Formación Bacalar, de calizas margosas blancas, sobre la que se encuentran las formaciones carbonatadas pleistocénicas Carrillo Puerto y Estero Franco. Por encima de éstas últimas hay calizas menos puras. Estas se vuelven gradualmente más arcillosas y de colores amarillentos y rojizos, formando suelos lateríticos. Los niveles superiores, más jóvenes, están constituidos de calizas blancas duras, cubiertas de depósitos cuaternarios, más frecuentes en el norte y el oeste de la península. La Península de Yucatán fue afectada por la actividad tectónica del NE-SW, que provocó las fallas asociadas con el Río Hondo, el Lago Bacalar, la Bahía Chetumal y los alineamientos de Ascensión y la divisoria topográfica de la Sierrita de Ticul, de dirección NW-SE. Geomorfología La península forma parte de las llanuras cosieras del Golfo de México, con alturas promediales inferiores a los 30 in s.n.m. La Sierrita de Ticul, que es el punto más elevado de la península (275 ni), tiene una geomorfología típicamente kárstica, prácticamente sin red hidrográfica superficial. La mayor parte del agua de lluvia se filtra hacia los sistemas subterráneos, a través de fosas y cenotes. Clima El clima de Mérida es tropical subhúmedo, con una temperatura media de 26,5° C y una precipitación anual de aproximadamente 1.050 mm. La evapotrasnpiración SO Océano Pacífico . .. .. NE . ea, ... S ... Grupo Las Sierras AFlujo subterráneo .. 0 ' .... ........ . :7 ..--." Laguna Asosoca 1 Managua Lato de Managua Sedimentos lacustres cuaternarios Figura 21. Corte transversal de las estructuras geológicas cerca de Managua 162 Ciudades Sedientas potencial es de 2.000 mm. En el resto del territorio de la península el nivel de precipitación anual varía entre un mínimo de 500 mm, cerca de la costa noroeste, y más de 1.300 mm en el noreste. Hidrogeologra Las formaciones calizas de Yucatán contienen un enorme reserv6reo subterráneo, que en la parte norte de la península (62.240 km2) recibe el extraordinario volumen de 9.350 millones de Wde agua al afio (Lesser Illades, 1976). Se trata de un acuífero kárstico típico, con el agua contenida en una red de fracturas abiertas, desarrolladas a través de la disolución de minerales carbonatados, como calcita, aragonita y dolomita. El agua subterránea se encuentra a una profundidad que varía entre los 100 m al sur y menos de 10 m al norte. El espesor máximo del acuífero no supera los 160 my su valor promedio es mucho menor. El débil gradiente de la napa freática -de unos 4 m desde el medio de la península al mar- es seguramente resultado de la alta conductividad del acuífero. Problemas ambientales de Mérida Mérida depende totalmente del agua subterránea y los acuíferos kársticos, de donde obtiene su abastecimiento, son extraordinariamente sensibles a la contaminación. El agua puede moverse rápidamente a través de las fracturas abiertas aumentando la vulnerabilidad a los episodios de polución superficiales. Las aguas subterráneas contaminadas son muy difíciles de mejorar en forma significativa, Cuando hay contaminación en las áreas de recarga que se encuentran aguas arriba de los pozos de bombeo, éstas pueden transformarse en un riesgo para la salud de la población. Por otra parte, el sobrebombeo induce la intrusión de agua salada proveniente del mar contiguo determinando la necesaria clausura de los pozos. Esta situación lleva a una reducción gradual del volumen de agua disponible y toma inutilizable parte del sistema de distribución, conducción y almacenamiento. Por otra parte, para agravar la situación, la ciudad ha venido virtiendo parte de sus aguas servidas al acuífero acelerando su degradación. Como consecuencia de estas prácticas nocivas los recursos de agua disponibles en la región de Mérida se han deteriorado. Para que la ciudad pueda seguirse desarrollando de una manera sustentable, será necesario modificar los métodos de gestión del agua, teniendo en cuenta la especial vulnerabilidad de los acuíferos kársticos. Gestión de los recursos hídricos Complejidad del manejo del agua urbana Desde el momento en que las precipitaciones tocan el suelo, comienzan a operar varios factores que afectan su uso futuro como fuente de agua para el consumo social. Si no existe intervención humana, el agua puede infiltrarse, escurrir sobre la super- ficie o evaporarse, de acuerdo con las características del medio natural. En los bosques la mayor parte del agua o se infiltra en el suelo recargando los acuíferos o es absorbida por la vegetación, que más tarde la devuelve a la atmósfera mediante la transpiración. En dichos ambientes, el escurrimiento superficial sobre las laderas es escaso y el agua infiltrada sólo reaparece en la superficie con un cierto retardo en los cursos de agua como resultado de la descarga de las napas. En áreas esteparias o desérticas, donde hay una menor cobertura vegetal capaz de retener el agua, el escurrimiento predomina. En las llanuras inundables de las regiones áridas los volúmenes de agua que llegan a los acuíferos puede ser importantes. En dichos ambientes, particularmente en las cuencas endorreicas, la mayor parte del agua se evade del ciclo terrestre a través de la evaporación. En los pastizales subhúmedos el ciclo hidrológico presenta un comportamiento intermedio entre la dinámica árida y la dinámica húmeda. Cuando la superficie del suelo es alterada por la acción antrópica, la dinámica hidrológica natural resulta afectada. En los lugares en que se sustituyen los bosques por cultivos, la escorrentía tiende a incrementarse de manera significativa. Si se desarrolla un bosque en áreas que previamente tenían sus suelos desnudos se opera el proceso contrario. La agricultura provoca importantes efectos sobre el balance hídrico. De acuerdo a las prácticas agrícolas habituales, los cultivos se instalan previa eliminación de la vegetación existente, como forma de eliminar la competencia para los futuros cultivos. Mientras el cultivo no emerja, la tierra se encuentra desnuda, circunstancia que afectará drásticamente el destino del agua que caiga sobre el suelo. Una vez que el cultivo ha crecido, el comportamiento hidrológico del área cambia nuevamente. Durante la estación de crecimiento los cultivos pasan por diversos estadios de desarrollo que determinan diferentes grados de cobertura del suelo. En la mayoría de los paisajes agrícolas el balance hidrológico está fuertemente controlado por las características de las actividades antrópicas relacionadas con los cultivos. La urbanización afecta la dinámica hídrica de manera aún más drástica. En primer término, una considerable porción del suelo está cubierta por superficies relativamen- Efectos ecológicos negativos Precipitación Precipitación Pendientes estables Pendientes inestables 4*--- Viento dominante Escorrentía Cultivos (erosión edáfica) V /Reservóreo "No. Presa .rat I . Evaporación ,_. ..,.. -4 Flujo principal de agua subterránea Lluvia ácida Sedimentación en el embalse Agua Océano li'de de agua Evaporación contaminada e. Riesgo de inundación Efluentes de 1 Cultivos 44Judad origen urbano iudad irrigados ( Infiltración Flujo regional de Acuíferos Pozos agua subterránea Contaminación del agua subterránea Figura 22. Acciones humanas que modifican el ciclo hidrológico Napa freática Polos ¡- Intrusión salina Recarga Sobreexplotación del agua subterránea Gestión de los recursos hídricos 165 te impermeables de varios tipos de materiales y pavimentos. En esos casos, la infiltración y la evaporación son casi nulas y la mayor parte del agua caída se pierde como escorrentfa. En segundo lugar, parte de la tierra es excavada, removida o recubierta con materiales de relleno traídos de otros lugares. Todo ello produce significativos cambios a nivel hidrológico. Finalmente, las estructuras urbanas que se entierran, apoyan o cubren el suelo también afectan notoriamente la dinámica del agua. A veces estas estructuras pueden recoger agua -como sucede con los techos o en otros casos, obstruir su flujo, tanto superficial como subterráneo. Por otra parte, la gestión urbana, suele incluir esquemas de gestión hídrica de intervención máxima. El agua de lluvia que llega al pavimento y a los suelos es recolectada en atarjeas, canales y cañerías y sacada fuera de la ciudad por medio de una red de conducción para evitar derrames e inundaciones. Las ciudades también tienen que «importar» agua para satisfacer las necesidades de sus respectivas poblaciones. El agua es traída desde cauces, lagos o pozos cercanos, luego se la trata, almacena y conduce a las zonas de consumo para ser utilizada con varios fines y finalmente eliminada como aguas servidas. Dicha eliminación se realiza por medio de otros sistemas de conducción. En casi todos los casos el agua es devuelta, con o sin tratamiento, al sistema hidrológico «natural« en un estado muy diferente a aquél en que originalmente fue extraída. Tales procesos implican cambios ambientales radicales en las zonas urbanas. Los ríos son canalizados o entubados, sus volúmenes y regímenes de flujo son substancialemente modificados, y sus aguas son cargadas con sustancias producidas artificialmente y naturales «relocalizadas». También se modifican los niveles de agua subterránea y flujo subterráneo. En algunas ciudades estos niveles tienden a descender debido a sobrebombeo o descargas inducidas, en otras pueden subir debido al aumento de la infiltración (por riego o pérdidas de los sistemas) u obstrucciones al flujo (subterráneo o superficial). Estos cambios en el sistema hídrico natural pueden darse: en el sitio de extracción (por ejemplo: disminución del volumen del río o descenso del nivel de agua por acción de los pozos); durante su conducción y almacenamiento (por ejemplo: pérdidas desde los caños, tanques, canales cloacas y alcantarillas); o en la parte de disposición final del sistema (descargas de cloacas y alcantarillado). Estos procesos se encuentran estrechamente interconectados, por lo que, los sistemas naturales y antrópicos deben ser considerados como una Ola unidad (Fig. 22). Los bosques controlan el flujo de agua que desciende desde las cabeceras hasta los embalses que proveen el agua a plantas de tratamiento, hogares, industrias y zonas de regadío. La destrucción de los bosques modifica los balances de los embalses y cambios de los regímenes hídricos aguas abajo, particularmente en los casos en que se desvían volúmenes significativos a otras cuencas. Si se bombea agua de un acuífero, se modifican los volúmenes de carga y descarga desde y hacia los cauces con los que dichos acuíferos tengan conexión hidráulica. Asimismo, si se utiliza el agua superficial en un punto dado, el agua subterránea conectada con ella también sufrirá modificaciones. La eliminación de la vegetación en las cuencas altas suele afectar tanto el agua superficial como subterránea de las zonas más bajas de las mismas cuencas. Todos los elementos del sistema hidrológico se encuentran íntimamente relacionados, de manera que los efectos de cualquier tipo de acción pueden resultar mucho más complejos de lo que aparentan a primera vista. Por lo tanto es importante definir de antemano quién tiene el derecho y la autoridad para hacer modificaciones que produzcan cambios capaces de afectar a otras personas que habitan la misma región hidrológica. 166 Ciudades Sedientas Los problemas ambientales y sus costos Las mayores ciudades de América Latina y del Caribe están sufriendo serios problemas ambientales, tanto a nivel regional, como municipal y local. Los problemas son diversos y complejos, afectando no solamente al agua, sino también al suelo y al aire. El aire contaminado da lugar a cambios en la intensidad y longitud de onda de la radiación solar recibida a nivel del suelo, así como a modificaciones en el régimen, volumen y calidad de las precipitaciones. También los suelos y el agua sufren importantes cambios. Cuando el suelo es modificado (como resultado de excavaciones, disposición de escombros o rellenos, construcciones, laboreo agrícola, deforestación, etc), el sistema hídrico resulta afectado. Las variaciones de albedo, de evapotranspiración o de polvo generado producen cambios a nivel del aire urbano. Cuando la calidad del agua se deteriora también el aire es afectado debido (entre otras cosas) a la disminución o aumento de la evaporación y a cambios en el balance de las radiaciones. A su vez, el suelo es modificado como resultado del aumento de la erosión y de la sedimentación, de las inundaciones o sequías en ríos o lagos, de la salinización y ascenso de las napas freáticas superficiales y otros procesos análogos. En las páginas siguientes se describirán los principales problemas ambientales provocados por el desarrollo urbano con potencial de afectar los recursos hídricos (Stoker and Seager, 1980). Efectos del desarrollo urbano sobre los recursos hídricos Cambios en los caudales fluviales Con frecuencia, la acción antrópica en las áreas urbanas provoca una disminución del volumen de agua en los cursos de agua adyacentes. Las principales actividades con efectos en los caudales fluviales son las siguientes: Cambios en el uso de la tierra en las cuencas Extracción de agua de los cursos naturales para irrigación (con el consiguiente aumento de la evaporación, infiltración y diversión para otras cuencas, o a un punto aguas abajo de la misma cuenca) Extracción de agua de los cursos naturales para consumo urbano Extracción de agua de los cursos naturales para recarga de acuíferos (voluntaria o involuntariamente) Construcción de represas (con el consiguiente aumento de la evaporación y/o infiltración). Cambios en los regímenes hidrológicos de los cursos de agua Los ciclos naturales de los cursos de agua pueden verse alterados por cambios en el uso del suelo (por ejemplo, deforestación y cultivos), por extracción de agua, construcción de represas y cambios en las relaciones de recarga-descarga entre acuíferos y sistemas hídricos de superficie. Cambios en la cantidad de sedimentos en suspensión Los aumentos en la concentración de sedimentos de una corriente de agua son a menudo el resultado de un aumento de la erosión en el territorio de la cuenca. Generalmente esto da lugar a incrementos de la sedimentación aguas abajo, sobre las llanuras de inundación y en los embalses. Gestión de los recursos hídricos 167 Sedimentación y relleno de los embalses Estos procesos son generalmente consecuencia de la evolución normal de los ríos. Las llanuras de inundación son áreas naturales de sedimentación, al igual que los embalses. Sin embargo, la degradación antrópica de las cuencas frecuentemente provoca aumentos en las tasas de sedimentación y puede conducir a una rápida cohnatación de los embalses y a la consiguiente disminución de su capacidad de almacenamiento. El período operativo útil de algunos embalses se ha reducido hasta en un orden de magnitud debido al inadecuado manejo de las cuencas que los alimentan. Contaminación de las aguas superficiales La contaminación ocurre cuando las aguas servidas y otros efluentes urbanos son vertidos a los cauces de agua y a los lagos. Las principales fuentes de contaminación son las siguientes: Efluentes cloacales domésticos y municipales Efluentes industriales Etluentes y drenajes de campos agrícolas Efluentes y drenajes de canteras y minas Lavado de fertilizantes y pesticidas Lluvia ácida Entre los contaminantes más importantes encontrados en el agua se incluyen los siguientes: Detergentes (por ejemplo: jabones, polvos para el lavado y solventes) Pesticidas (por ejemplo; hidrocarbonos clorados, ácidos clorofenoxólicos, organofosfatados y carbamatos) Petróleo y derivados Metales tóxicos (por ejemplo: plomo y mercurio) Fertilizantes y otros nutrientes vegetales, tanto provenientes de aguas servidas de origen doméstico y agrícola, como de compuestos utilizados en la agricultura. Compuestos que reducen el oxígeno disuelto del agua (por ejemplo: desechos y efluentes de fábricas de alimentos enlatados, de plantas de procesamiento de carne, de mataderos, de lavaderos de lanas, de curtiembres, de fábricas de pulpa y papel, así como desechos generados por animales domésticos y aguas servidas de origen doméstico o agrícola) Agentes patógenos, como ser varios microorganismos responsables de infecciones del tracto intestinal (fiebre tifoidea, disentería, cólera, etc) y de la hepatitis Sustancias radiactivas resultantes de la disposición de sustancias residuales generadas por la explotación de minas de uranio y otros minerales radiactivos, o material radiactivo de plantas nucleares, o industrias, hospitales e institutos de investigación que utilicen energía atómica. Con frecuencia las aguas servidas contaminadas son utilizadas para el riego. Por ejemplo, desde principios de siglo aproximadamente 90.000 hd de tierra agrícola en el Valle de Tula han sido irrigados con aguas servidas provenientes de Ciudad de México. En Lima, 2.000 hd de cultivo de verduras eran irrigadas con aguas servidas de origen urbano. En SI) Paulo las aguas contaminadas del Río Tiete son utilizadas para regar las verduras plantadas aguas abajo del núcleo urbano. Por último, en Santiago, un área de 62.000 há de producción de verduras es irrigada con el agua de los 3 cursos localizados aguas abajo del punto de salida del sistema de saneamiento de la ciudad. A pesar de que los riesgos para la salud no son de ninguna manera despreciables, Ciudades Sedientas 168 existe un potencial efectivo de reutilización de las aguas servidas urbanas, siempre y cuando se implementen adecuados procedimientos para su tratamiento. Recientemente la Organización Mundial de la Salud publicó una serie de guías para el uso de aguas servidas en la agricultura. Se espera que en un futuro pueda incrementarse el uso controlado y seguro del agua proveniente de los sistemas de saneamiento y drenaje urbanos. Contaminación del agua subterránea Los efluentes urbanos y el agua que percolan a través de la basura puede encontrar vías de acceso a los acuíferos. Las fuentes de contaminación, y los principales contaminantes son los mismos que han sido citados más arriba como contaminantes del agua superficial. Dado que el tenor de oxigeno en los ambientes acuíferos es bajo, los líquidos contaminados no sufren procesos de oxidación análogos a los de la superficie. Por otra parte, la mayor parte de las formaciones geológicas tienen la propiedad de actuar como filtros de muchos de los contaminantes que contiene el agua que fluye en su interior. Los agentes patógenos, por ejemplo, son rápidamente eliminados. Sin embargo, la capacidad de filtración de las formaciones geológicas varía considerablemente: algunas -corno las areniscas limosas- son sumamente efectivas, otras como los acuíferos kársticos, permiten el pasaje rápido de las sustancias contaminantes sin retenerlas en su camino. 4 El río Querétaro, altamente contaminado, cerca de la ciudad de Querétaro, en México. Gestión de los recursos hídricos 169 Descenso excesivo de los niveles piezométricos de las napas Cuando la tasa de extracción de aguas de un acuífero más su descarga superficial y flujo subterráneo a otros acuíferos contiguos, exceden la tasa de recarga desde la superficie y el influjo subterráneo desde otros acuíferos, los niveles del agua del mismo descienden. En algunos casos extremos, como por ejemplo, en las excavaciones de túneles y canteras -los acuíferos pueden terminar completamente agotados. Inundaciones Las inundaciones son provocadas por un elevado escurrimiento superficial o por una elevación de la napa fredtica a niveles cercanos o superiores al de la superficie del suelo. La elevación del nivel de agua subterránea puede estar relacionada con una obstrucción artificial de la vía de descarga -subterránea o superficial- o a un aumento en la recarga. Resumen En América Latina y del Caribe se observan todos los problemas ambientales citados precedentemente. En muchas ciudades del continente el abastecimiento de agua ha disminuido debido a descenso de los caudales o a cambios de los regímenes hídricos. En la actualidad, en la mayor parte de la región peri-amazónica los niveles fluviales descienden considerablemente durante la estación seca (cosa que no ocurría hace algún tiempo). Al mismo tiempo, durante el período húmedo se producen inundacio- nes inéditas. El río Cuiabá en Mato Grosso, Brasil, ya no provee los caudales necesarios como para satisfacer completamente los requerimientos de la ciudad de Cuiabá durante el período de seca. Similares problemas se dan en muchas ciudades del Escudo Brasileño, al igual que en México. La carga de sedimentos en suspensión en las aguas fluviales está generando problemas a nivel de las tomas en gran número de ciudades latinoamericanas. Algunos casos extremos pueden encontrarse en varias ciudades de las montañas de Colombia, como Ibagué, ubicada en el piedemonte de la Cordillera Central y Popayán, en el sur. Lo mismo sucede con otras ciudades que dependen de ríos de carácter torrencial para su abastecimiento de agua y para la generación de energía hidroeléctrica. El cauce de estos ríos se está llenando de sedimentos a gran ritmo, como sucede con el embalse del Río Papagayo aguas arriba de Acapulco, en México. La contaminación hídrica está ampliamente extendida en la región. No existe prácticamente ningún curso de agua, lago o acuífero intocado por la contaminación de origen antrópico. Las ciudades más grandes son las que presentan los mayores problemas. Todos los ríos que se originan o atraviesan las grandes ciudades están altamente contaminados: el Riachuelo, en Buenos Aires; el Tiete y el Pinheiros, en Sao Paulo; el Mapocho, en Santiago; el Bogotá, en la ciudad del mismo nombre; el Almendares, en La Habana; los arroyos Pantanoso y Miguelete, en Montevideo, y el Guaire, en Caracas. La totalidad de las sustancias contaminantes citadas precedentemente se encuentran, en mayor o menor concentración, en estos cursos de agua urbanos, con la excepción probable de los residuos radiactivos, que son menos comunes en las ciudades de América Latina. De alguna manera, los reservóreos subterráneos están mejor protegidos contra la contaminación. A pesar de ello, existen indicios de que los acuíferos de Buenos Aires, Sao Paulo y Ciudad de México, entre otros, están comenzando a sufrir las consecuencias del vertido y disposición no controlada de efluentes y residuos. En muchas ciudades donde se practica un bombeo intensivo se está produciendo un descenso excesivo de las napas. Tal es el caso, por ejemplo, de algunos suburbios 170 Ciudades Sedientas de Buenos Aires, Ciudad de México y Lima. En algunos casos el sobrebombeo ha provocado intrusión salina, como ser en Mar del Plata (Argentina), Nassau (Bahamas), Santa Marta, La Habana, Lima y Coro y Maracaibo (Venezuela). Las inundaciones se han tornado frecuentes en ciudades ubicadas aguas abajo de áreas deforestadas. Las ciudades de Montería y Sincelejo, en el norte de Colombia, están siendo afectadas por las inundaciones del Río Sind. La propia Lima sufre periódicamente las destructivas inundaciones del Río Rimac. Los costos económicos y sociales de estos problemas ambientales son enormes y de difícil evaluación. Si bien estos desastres afectan a la población en su conjunto, no hay ninguna duda que los sectores más vulnerables a los mismos son las comunidades urbanas pobres. Estas carecen de recursos para adquirir agua embotellada, perforar sus propios pozos, instalar una bomba con su propio generador o establecer sus propios sistemas de tratamiento o filtros. Tampoco disponen de los medios para mudarse hacia los suburbios más alejados fuera de los barrios superpoblados e insalubres de la ciudad. Los pobres urbanos raramente cuentan con otras opciones aparte de vivir en llanuras inundables, en laderas inestables o en las cercanías de basurales. Obtienen el agua de aguateros, camiones cisterna y canillas públicas, o de un sistema municipal que resulta mucho menos confiable para ellos que para otros sectores de la población. En los casos en que el agua está contaminada, ellos son los primeros en enfermarse. A su vez, tienen menos acceso a los servicios médicos o al dinero necesario para pagarlos. Paradójicamente, y a pesar de lo inadecuado del servicio, los pobres de las ciudades se ven obligados a pagar por cada litro del agua insuficiente y de baja calidad que reciben, más dinero que los sectores más pudientes. Deterioro de los sistemas de abastecimiento de agua Los sistemas municipales de abastecimiento de agua en las ciudades del continente se están volviendo aceleradamente obsoletos e ineficientes. Las tuberías que traen agua a las ciudad son viejas, se están rompiendo y tienen pérdidas. Recientemente la ciudad de Bogotá se vio privada de agua durante 48 horas 2 veces en el lapso de 6 meses, mientras se reparaba una vieja tubería, que trae el agua a la ciudad desde los embalses ubicados al norte de la misma. Esos incidentes se repiten con creciente frecuencia en otras ciudades del continente. Los caños de distribución también tienen pérdidas, aunque a veces resulta difícil calcularlas, diferenciándolas de las extracciones «ilegales«. En Lima tuvimos la oportunidad de observar muchos árboles del ornato en excelente estado de salud a pesar de la falta de riego, en áreas donde la napa se encontraba varias decenas de metros por debajo del nivel del suelo, fuera del alcance de las raíces y donde las lluvias no exceden los 10 mm. anuales. Aparentemente la razón para esta supervivencia son las pérdidas de los sistemas de distribución y cloacal de la ciudad. En el caso de Lima se estima que tales pérdidas llegan a constituir un 300 40% del ingreso de agua al sistema. Las pérdidas en las tuberías, el aumento del consumo (en parte debido al escaso control que existe sobre la demanda y en parte por el crecimiento demográfico) y el influjo de agua insuficiente llevan a descensos en la presión de las tuberías determinando, en algunos casos, la interrupción del servicio. Cuando ello sucede, la presión local a nivel de ciertas tuberías puede volverse negativa. Ello puede determinar un fenómeno de succión desde afuera hacia adentro de los canos ingresando aguas contaminadas a los sistemas, provenientes de la zona del suelo donde se encuentran insertas. Ello introduce una nueva y peligrosa fuente de contaminación en las redes. Otro factor que afecta la eficiencia de los sistemas de distribución es la obturación Gestión de los recursos hídricos 171 de los canos por deposición de varias sustancias, como carbonatos e hidróxidos u organismos acuáticos. Por ejemplo, en los canales y tubos que van a la planta de tratamiento de Aguas Corrientes, en las cercanías de Montevideo, han crecido grandes esponjas, que aparentemente se alimentan de los nutrientes presentes en el agua que entra. Estas deficiencias del sistema de distribución de agua aunadas a los problemas ambientales mencionados en la primera parte del Capítulo, hacen que, en muchas ciudades latinoamericanas, aumenten los riesgos de la vida en los barrios más pobres. La gente que habita en ellos respira aire contaminado, bebe agua contaminada, se alimenta con productos poco seguros y vive entre la basura. Dichas comunidades están sujetas a terremotos, a catastróficos flujos de lodo o inundaciones desde su niñez. Tienen acceso limitado acceso a los servicios de salud y la educación, carecen de dinero y de trabajo. Su situación es crítica. Un indicador central para medir la calidad de vida, la productividad y la sustentabilidad de las sociedades es su disponibilidad de agua potable. La misma depende a la vez del adecuado manejo de los recursos existentes en los sistemas naturales y de la eficiencia de los sistemas hídricos artificiales que utilizan dichos recursos. Sin embargo, con frecuencia ambos sistemas (naturales y artificiales) son inapropiadamente manejados. Inevitablemente, el uso del agua por parte de las sociedades interfiere con los sistemas hídricos naturales. Si se desea minimizar los efectos indeseados, los recursos y sistemas deben ser considerados y gestionados de un modo integrado. En la mayoría de los casos, especialmente en los países subdesarrollados, el consumo de agua se realiza sin ninguna consideración de los sistemas naturales. Como consecuencia de ellos los efectos de dicho uso pueden ser inesperados y/o perjudiciales. Por esa razón una de las prioridades principales para la utilización del agua es la definición de un método de manejo integrado de los recursos hídricos. El enfoque debe abarcar los diferentes estadios concernientes a la obtención del agua, identifi- cación de los recursos hídricos existentes, evaluación de su volumen, calidad, renovabilidad e impacto ambiental de su uso, extracción, almacenamiento, tratamien- to, distribución, consumo, tratamiento y aprovechamiento de aguas residuales, y disposición de efluentes (Cuadro Nro. 3). Una de las metas de esta metodología debe ser el desarrollo, aplicación y adopción de técnicas apropiadas, ambientalmente amigables, para el uso sostenido de dichos recursos. A ello hay que agregar el desarrollo de un sistema legal que permita la instrumentación de los métodos antes mencionados, pues no puede llevarse adelante un manejo integrado de los recursos hídricos en forma efectiva, sin un adecuado marco legal e institucional, que sirva de apoyo a las políticas, decisiones y acciones que sea necesario implementar. Otro factor problemático es la inequidad en el acceso al agua. Un alto porcentaje de personas que viven en los países menos desarollados no tienen acceso al agua de buena calidad en cantidades suficientes. Las razones de esta situación son variadas: falta de recursos hídricos utilizables, inversiones insuficientes, planes o políticas inadecuadas o inequitativas, actitudes inadecuadas en lo que respecta al consumo y comportamientos ambientalmente inapropiados. Algunas veces estos problemas pueden ser superados, pero en otros casos su solución resulta difícil de abordar. De todos modos, es bueno recordar que las posibilidades y eficacia de cualquier solución aumentan si se enfoca los problemas de abajo a arriba, vale decir a través de la intervención participativa de las comunidades involucradas. Nadie está tan interesado en terminar con esas dificultades, como las propias comunidades que las están padeciendo. Por lo tanto, otra de las prioridades importantes de cualquier estrategia de manejo Ciudades Sedientas 172 Cuadro Nro. 3 - Cuestiones relacionadas con el uso urbano del agua Asunto Componente del sistema Fuentes naturales (agua superficial, agua subterránea, agua de mar, niebla, lluvia) Identificación y evaluación de los recursos hídricos Renovabilidad (potencial para el uso sustentable) Impacto ambiental potencial y real de sacar agua de los sistemas naturales Tomas (tomas de agua superficiales, pozos y otros sistemas de recolección de agua) Tipos de tomas según requerimientos y costos Impacto ambiental de las tomas Almacenamiento en ambientes naturales (embalses y recarga artificial de acuíferos) Volumen necesario para satisfacer necesidades en de escasez pacto ambiental de los sistemas o las estructuras de Lperíodos almacenamiento Tratamiento Tipo de tratamiento, costo versus calidad del agua Aspectos sanitarios Almacenamiento del agua Volumen necesario para satisfacer necesidades en períodos de escasez y los niveles de consumo (principalmente asuntos ingenien les y económicos) tratada Sistemas de distribución Equidad social en la elección de áreas a ser servidas (y la calidad del servicio) Grado de centralización del sistema Conexión de los usuarios (categorías doméstica e industrial) Medición del consumo Diferenciación del agua para varios usos Consumo Tecnologías disponibles a nivel doméstico Políticas de precios del agua (categorías doméstica e industrial) Actitudes respecto al consumo de agua Efluentes (categorías Tipos de efluentes como consecuencia de las actitudes respecto del consumo de agua Tipos de efluentes resultantes de los procesos industriales doméstica e industrial) Tratamiento de aguas servidas Tipo de tratamiento (aspectos técnicos) Costo Aspectos sanitarios Reuso de aguas residuales Sistemas de tratamiento seguros Sistemas duales Riego a nivel urbano y periurbano Disposición de aguas servidas en los sistemas naturales El sistema en su conjunto Protección de los cuerpos de agua superficial Protección de los acuíferos Elementos del sistema Manejo de sistemas naturales para el suministro de agua y para riego Políticas para el agua Manejo de los sistemas hídricos Aspectos relacionados con la demanda de agua Sustentabilidad social, económica y ambiental Mantenimiento de los sistemas Administración (pública versus privada; centralizada versus dispersa) Gestión de los recursos hídricos 173 integrado es el desarrollo de canales de participación e instrumentos para la acción a nivel comunitario. Ello implica cambios hacia sistemas más descentralizados, preferentemente de naturaleza modular. Es bueno recordar que la descentralización no necesariamente significa falta de coordinación, sino que, por el contrario, puede incluir mecanismos que aseguren una máxima coordinación, aún más que en los sistemas centralizados (que después de todo, son «dirigidos« pero no realmente «coordinados«). Otro elemento que afecta el efectivo funcionamiento y sustentabilidad de los sistemas hídricos es la adecuada evaluación del costo del agua. En muchos países subdesarrollados, las compañías administradoras del agua sólo incorporan sus costos operativos. Sin embargo, el costo del agua incluye realmente muchos otros componentes, los cuales deben ser considerados en el desarrollo y la implementación de planes realistas. Entre los costos que a menudo son pasados por alto se pueden citar los siguientes: Mantenimiento de los sistemas Reemplazo de sus componentes gastados, averiados u obsoletos Inversiones anteriores (generalmente, reembolso de préstamos) Inversiones futuras Costos ambientales (debido a la extracción del agua de los geosistemas y ecosistemas y a la disposición de las aguas usadas en los mismos) Costos en la salud debidos a servicios no adecuados Costos sociales por servicios inapropiados Pérdidas de productividad Causas de los problemas de abastecimiento de agua en las áreas urbanas Durante las últimas décadas el suministro de agua en las ciudades de América latina se ha vuelto gradualmente más difícil y oneroso. Las razones de ello son numerosas: falta de profesionales con entrenamiento adecuado, influencia política en las decisiones de carácter técnico, burocratizaci6n de las instituciones responsables de la gestión y abastecimiento del agua, corrupción en los sistemas administrativo y político, etc (Biswas and Kindler, 1989). Estos y otros factores coadyuvantes serán tratados en las próximas secciones. Falta de recursos financieros La falta de recursos financieros constituye una de las raíces de los problemas ambientales, sanitarios y sociales que han afectado a las ciudades latinoamericanas durante las últimas décadas. Antes de 1982, si bien dichos recursos eran escasos, habían abundantes créditos proporcionados por bancos multilaterales, agencias de desarrollo e incluso instituciones financieras privadas. Sin embargo, cuando afloró la crisis de la deuda externa, la situación se deterioró considerablemente. En la década de 1970 cuando el dinero y el crédito se encontraban fácilmente disponibles muchos países de América Latina estaban gobernados por regímenes militares. Estos gobiernos no tuvieron en cuenta los procesos legales y constitucionales vigentes, ilegalizaron o debilitaron a los partidos políticos y eliminaron las elecciones o, cuando las permitieron, hicieron de ellas una farsa. Desde los años '50 y hasta la década de los '80 Argentina fue gobernada durante varios períodos por gobiernos militares o dictatoriales. En 1975 una Junta militar tomó el poder y lo mantuvo hasta 1983. Durante ese lapso el país fue gobernado de un modo particularmente autoritario. Fue entonces que contrajo su deuda externa. 174 Ciudades Sedientas En Brasil los militares se hicieron del poder en 1964. Permanecieron en él durante el período del mal denominado «milagro brasileño», en el cual el país experimentó uno de los más prolongados - y salvajes - períodos de «crecimiento» económico de su Historia. A principios de la década de 1980, cuando la situación económica empeoró, los militares abandonaron el poder, especialmente porque el aumento del resentimiento a nivel popular y la debilidad de la economía habían hecho del control del país una tarea riesgosa y menos provechosa. También en el caso de Brasil, el grueso de la deuda externa fue contraído durante ese período. En Chile yen Uruguay los golpes de estado se dieron con apoyo externo, en forma casi simultánea en el año 1973, tras casi un siglo de regímenes constitucionales democráticos prácticamente ininterrumpidos en ambos países. Las dictaduras militares, que duraron hasta fines y principios de la década de 1980 respectivamente, fueron responsables de la mayor parte de la deuda externa de Chile y Uruguay. Otros países fueron también afectados por esta infección política, como ser Bolivia, Paraguay (que padeció dictaduras militares durante la mayor parte de su Historia) y Perú (cuyos gobiernos militares tuvieron una orientación más nacionalista) También estos países generaron una abultada deuda externa durante la década de 1970. En México, si bien por un largo período no ha habido gobiernos militares, las prácticas monopólicas del Partido Revolucionario Institucional impidieron todo tipo de control. En Venezuela el principal problema fue la corrupción generalizada de la élite política durante los años de «dinero fácil» a raíz de los altos precios del petróleo. La disponibilidad de enormes sumas de dinero en los mercados financieros, así como la corrupción y falta de controles en la mayor parte de los gobiernos de América Latina, contribuyeron a la «parranda de pedir prestado», fomentada por los bancos. En el lapso de unos pocos años Brasil incrementó su deuda externa de menos de U$S 10 mil millones a más de U$S 100 mil millones. México logró conseguir préstamos por U$S 100 mil millones a pesar de que sus ingresos por el petróleo aumentaban hasta en 10 veces (!). Argentina pidió prestado más de U$S 40 mil millones. Venezuela, que gozaba de excelente crédito, debido a sus reservas de petróleo, obtuvo U$S 30 mil millones. Por su parte, Chile, Colombia y Perú consiguieron casi U$S 15 mil millones cada uno. Aun los países más pequeños, como Uruguay y Costa Rica, contrajeron deudas considerables, del orden de U$S 5 mil millones y U$S 4 mil millones respectivamente. El dinero obtenido en préstamo fue «invertido» de formas extrañas. Parte del mismo nunca abandonó los cofres de los bancos; otra parte fue transferido a cuentas secretas y no tan secretas pertenecientes a ciertos líderes políticos locales y sus subalternos o representantes. Probablemente el monto mayor fue usado para la compra de armas para los militares y de bienes de lujo innecesarios. Una porción significativa tuvo como objetivo mantener por unas pocas semanas la cotización de las monedas locales en decadencia. Finalmente una fracción fue invertida en infraestructura y una cantidad aún más pequeña se dedicó a la preparación de profesionales. Desafortunadamente, incluso muchas de las inversiones reales resultaron contraproducentes. Gran parte de los proyectos mastodónticos por ellas financiadas resultaron perjudiciales para el ambiente y las comunidades locales. Para la construcción de la autopista transamazónica, por ejemplo, se abrieron vasta superficies de selva virgen. Los efectos de algunas de estas «inversiones» fueron sufridos directa o indirectamente por todo el Planeta. En los peores casos, tales proyectos terminaron en verdaderos genocidios. Eso sucedió, por ejemplo, con una serie de las así llamadas «iniciativas para el desarrollo« que determinaron la eliminación de naciones indíge- Gestión de los recursos hídricos 175 nas y culturas enteras. De las inversiones productivas, unos pocos cientos de millones de dólares fueron utilizados para modernizar los sistemas de abastecimiento de agua en algunas ciudades. Se establecieron plantas de tratamiento, se repararon estructuras de almacenamiento, se instalaron sistemas de distribución de agua y de alcantarillado, y se construyeron embalses, tanques y líneas de conducción hacia los centros urbanos. Sin embargo, estas inversiones colaboraron a mejorar la situación tan sólo en forma parcial. Las nuevas inversiones cesaron casi por completo en los primeros altos de la década de 1980 pero las ciudades siguieron creciendo y los sistemas instalados comenzaron a deteriorarse. Durante los últimos dios de dicha década había poco dinero disponible para el desarrollo de recursos hídricos o de sistemas de suministro de agua y saneamiento en áreas urbanas. Esta situación no mejoró significativamente durante la década de los '90. Las principales consecuencias de la falta de recursos financieros fueron y son: Inadecuadas inversiones para el mantenimiento de las redes Inadecuadas inversiones en el tratamiento del agua potable Inadecuadas inversiones para el tratamiento de las aguas residuales Menores inversiones para el reemplazo de los sistemas obsoletos Escasa expansión de las redes Inexistencia de fondos para la construcción de nuevos embalses ante el envejecimiento de los antiguos por sedimentación, etc. Aumento del costo de los servicios de agua para los usuarios, debido a la eliminación de los subsidios y a otras razones En resumen: existe menor disponibilidad de agua, de calidad inferior y costo mayor. Ajustes estructurales y requerimientos de auto-financiación Como resultado del aumento de la deuda, los gobiernos latinoamericanos se vieron forzados a negociar acuerdos con las bancos multilaterales y privados, a efectos de posponer y refinanciar el pago de los préstamos. Con el fin de hacer posible dichas «refinanciaciones» el Fondo Monetario Internacional (FMI) principal entidad fmanciadora que coordina dichos acuerdos ha promovido tradicionalmente ajustes estructurales. Los mismos procuran asegurar que los gobiernos pueden cumplir con las obligaciones de pagos en divisas fuertes para satisfacer la demanda de la deuda externa, así como para la repatriación de beneficios por las compallías extranjeras, pagos de regalías y otras transferencias. Las condiciones impuestas por el FMI para la refmanciación generalmente incluyen «fuertes recomendaciones» en el sentido de una drástica disminución del déficit fiscal, así como el desarrollo de balances comerciales fuertemente positivos. La receta del FMI para reducir el déficit fiscal incluye la reducción del tamaño de los servicios públicos, el autofinanciamiento de dichos servicios, la eliminación de subsidios y el aumento de tasas y precios. Las ganancias en el balance comercial se obtienen a través del aumento de las exportaciones y del descenso de las importaciones. Una forma que se promovió en la década de los '70 y '80 para obtener este objetivo fue devaluar la moneda nacional, lo que redujo automáticamente el salario de los trabajadores y otros costos de producción, haciendo que los productos fueran más competitivos en los mercados internacionales. Las exportaciones fueron aumentadas ya sea a través del incremento de la producción de determinados bienes, o bien, más comúnmente, por un descenso en el consumo, por ejemplo, disminuyendo el poder de compra de la población. Una disminución de los salarios implica también necesariamente una disminución de las Ciudades Sedientas 176 importaciones, dado que la población ya no se encuentra en condiciones de adquirir tales bienes. Resulta evidente entonces que el costo de obtener divisas para afrontar las obligaciones de la deuda es soportado por la población en su conjunto, en especial por quienes tienen un ingreso fijo. En los últimos años, se produjo un cambio de estrategia que tendió a fortalecer las monedas locales (estableciendo paridades más o menos estables con el dólar americano) y que dio lugar a aumentos de las importaciones y disminución o estabilización del ritmo exportador. Dichas estrategias parecen enmarcarse en el proceso integrador de mercados que se ha observado en los últimos años luego de la aprobación del NAFTA, del MERCOSUR y de los acuerdos del GATT. Las instituciones responsables por en el manejo y suministro de agua y el saneamiento fueron fuertemente afectadas por los ajustes estructurales antes mencionados. En primer término, sus gastos se vieron considerablemente reducidos. Ello significó, entre otras medidas, la necesidad de dar de baja personal o de reducir los salarios; descenso de los gastos operacionales, incluido el mantenimiento; postergación o cancelación de nuevos proyectos -por ejemplo, el reemplazo ola expansión de viejos sistemas o la construcción de nuevos- y restricciones para las adquisiciones de repuestos necesarios. En segundo lugar, la necesidad de autofinanciamiento y la eliminación de subsidios forzó al incremento de tarifas. Como consecuencia, el precio de los servicios ha aumentado considerablemente en relación con los ingresos efectivos de la población. Tales incrementos se aplicaron (aplican) tanto al consumo de agua como a la conexión del servicio a nuevos usuarios. En muchas ciudades, los sectores más pobres de la población no se encuentran en condiciones de pagar estos precios más altos. Como consecuencia, muchos hogares de América Latina no tienen acceso al agua municipal pues no pueden pagar el costo de la conexión o su servicio ha sido eliminado por deudas. Tales políticas han llevado a una mayor diferenciación de los servicios según el estatus económico de los usuarios. Por último, la necesidad de reducir las importaciones ha tomado difícil la adquisición de nuevas maquinarias, repuestos, combustible y lubricantes requeridos para el normal funcionamiento de los sistemas. El resultado de los ajustes estructurales fue el aumento del costo de los servicios de agua para la población (medido en las horas de trabajo requeridas para pagarlos) y un descenso en la calidad del servicio (tanto desde el punto de vista administrativo como técnico). Crecimiento demográfico Durante la mayor parte del siglo XX el crecimiento poblacional del continente ha sido alto. Ello se debe en parte al descenso en las tasas de mortalidad, logrado gracias a los avances de la ciencia médica que han permitido que algunas enfermedades infecciosas, como la tuberculosis y el tifus, sean controladas actualmente por medio de vacunas y antibióticos. A la vez, por mucho tiempo, la tasa de natalidad se mantuvo alta y sólo recientemente se ha apreciado una tendencia a la estabilización demográfica. En los países de la región la tasa de nacimientos no es uniforme. Si bien las tasas se mantienen altas en las zonas rurales, en las últimas décadas se ha observado un descenso significativo en las áreas urbanas. Ello se debe en cierta forma al rol social que cumplen los hijos en la familia urbana: más hijos no significan más producción (como en las zonas rurales) sino mayores responsabilidades y gastos, difíciles de afrontar en el entorno urbano. La disponibilidad de métodos anticonceptivos y de información y la posibilidad del aborto también han tenido una influencia notoria Gestión de los recursos hídricos 177 sobre la evolución de esta tasa. Por el contrario, en las áreas rurales, donde los hijos contribuyen desde temprana edad a la manutención de la familia, la tasa de natalidad no ha descendido de la misma forma. La consideración conjunta de los valores en áreas urbanas y rurales ha permitido que los paises del continente hayan seguido creciendo durante las últimas décadas. Paradójicamente, mientras que el crecimiento reproductivo era mucho mayor en las áreas rurales, el crecimiento poblacional real fue mayor en las áreas urbanas. Tal situación se debió al éxodo rural hacia las ciudades, que ha tenido lugar sobre todo a lo largo del siglo XX. Las ciudades latinoamericanas han crecido en forma acelerada, fundamentalmente debido a ese tipo de migración, proceso que aún continúa en la mayoría de los países de la región, aunque con diferente velocidad. En Argentina, Chile y Uruguay este proceso ha sido menos significativo. En cambio, en Brasil, Colombia y México, se mantiene a un ritmo más intenso. En casi todos los países, durante los últimos 20 años, las tasas de natalidad han comenzado a descender gradualmente, incluso a nivel de la población rural. Ultimamente hay indicios de que el crecimiento urbano también está siguiendo esa tendencia. Aún así, los números crudos de población de las ciudades de América Latina son todavía de magnitud. En el año 2000, dos ciudades de la región tendrán cerca de 25 millones de habitantes; 10 albergarán más de 5 millones; cerca de 50, mis de 1 millón, y 350, alrededor de 100.000 o más. El crecimiento anual de algunas ciudades es apabullante. Ciudad de México y SAo Paulo incrementan su población en varios cientos de miles de habitantes anualmente. Guadalajara, Monterrey, Recife y Rio de Janeiro, lo hacen en 50.000- 100.000. Dado que estos nuevos residentes requieren toda la gama de servicios urbanos, se necesitan inversiones adicionales para suministrarlos. Como en el caso de otros servicios urbanos, las necesidades de agua también aumentan con el crecimiento de la población. Sin embargo, con frecuencia, los volúmenes «nuevos» requeridos no están inmediatamente disponibles. Y aún cuando lo estén, es necesario construir nuevas redes de distribución para traer el agua a los nuevos barrios. En ambas situaciones los recursos financieros son y continuarán siéndolo por bastante tiempo insuficientes. Falta de protección de los recursos hídricos En las mayores ciudades del continente existe escaso control sobre la disposición de residuos. Es frecuente encontrar fuentes de contaminación aguas arriba del área de toma de las aguas de superficie o en las zonas de recarga de los acuíferos utilizados para el suministro de agua. La situación de Buenos Aires es un típico ejemplo de lo anterior. La ciudad extrae agua del Río de la Plata justamente aguas abajo de la salida de un curso de agua que arrastra efluentes urbanos no tratados. En Ciudad de México las pérdidas del colector principal pueden filtrarse hacia el acuífero y los pozos que suministran agua a la ciudad. También en Lima, Ciudad de Guatemala y Cochabamba, entre otras, las áreas de recarga de sus acuíferos están desprotegidas. En Sdo Paulo, los sitios de disposición de residuos están próximos a uno de los principales ríos de la cuenca local: el Pinheiros, cuyas aguas son bombeadas hacia el reservóreo de Billings, de donde se extrae el agua para la población de Santo André (que tiene más de un millón de habitantes). A efectos de proteger la fuente de agua se construyó un dique de tierra, que separa el agua contaminada de la limpia. Además del riesgo de filtración de agua a través del dique, la existencia de otras fuentes de contaminación en la cuenca de recepción del embalse pueden estár perjudicando la calidad del agua que se utiliza para el consumo. Los sistemas hidrológicos de las cuencas de recepción y áreas de recarga pueden 178 Ciudades Sedientas ser afectados por actividades no-controladas vinculadas con la agricultura, la industria y el crecimiento urbano. La eliminación de los bosques aumenta la escorrentía y la erosión de suelos, lo que a su vez provoca sedimentación en los embalses. El incremento en la cantidad de materiales suspendidos puede asimismo aumentar el costo del tratamiento del agua, a la vez que provocar cambios en el régimen hidrológico de los ríos. En las áreas urbanas y sus cercanías se generan gran cantidad de residuos urbanos, agrícolas e industriales, fertilizantes y pesticidas. Es necesario proteger los sistemas hídricos urbanos de esos contaminantes potenciales. La contaminación de embalses y cauces sin protección puede provocar su eutroficación a consecuencia del agotamiento del oxígeno disuelto con un gran desarrollo de algas y cambios fundamentales en los ecosistemas, que incluyen la muerte de muchos organismos acuáticos. Sin embargo, los efectos tóxicos pueden ser sentidos por los seres humanos antes de que se alcancen tales extremos. Si bien el moni toreo de la calidad del agua para consumo a nivel urbano necesita de cuidadosos y sofisticados controles y análisis, en las ciudades latinoamericanas se practica solamente un monitoreo de rutina, que a menudo resulta insuficiente. Conocimiento inadecuado de los recursos existentes Para tomar decisiones de largo plazo sobre gestión y abastecimiento urbano de agua, debe disponerse de información precisa sobre varias condiciones y parámetros: Tipos de recursos hídricos locales: reales y potenciales Volúmenes disponibles Renovabilidad presente y futura de los recursos Vulnerabilidad de los recursos a la degradación Medidas requeridas para el desarrollo, el manejo y la protección de los recursos. La obtención de esta información requiere de la participación de profesionales calificados y de recursos financieros adecuados que permitan llevar adelante los estudios necesarios. En la mayoría de las ciudades latinoamericanas no se dispone de información completa, incluso sobre los recursos hídricos que se están utilizando en la actualidad. Ello se debe, en cierta medida, a carencias en materia de recursos humanos (p.ej. pocos científicos entrenados en los temas), falta de fondos e incomprensión de parte de las propias autoridades encargadas del manejo del recurso. Unas pocas ciudades han conseguido información respeto de la hidrología de algunas o la totalidad de las cuencas hidrográficas que son o podrían ser de utilidad para el suministro de agua. Los estudios referentes a contaminación de aguas son más escasos. Las investigaciones sobre los acuíferos son sumamente infrecuentes. En muchos casos se desconoce o se ha evaluado sólo parcialmente la geometría del acuífero, y en la mayoría de las situaciones los balances hídricos subterráneos son el producto de estimaciones muy imprecisas o son completamente desconocidos. Todo ello hace que resulte difícil tomar decisiones adecuadas concernientes a su uso. Los ejemplos hipotéticos que describiremos a continuación, (que en realidad no son completamente hipotéticos), son ilustrativos de los costosos errores en que puede caerse, cuando el conocimiento técnico es insuficiente o cuando las decisiones ignoran aspectos críticos de la información disponible. Primer ejemplo hipotético: se construye un nuevo embalse a un costo 5 veces mayor que lo que saldría una batería de 20 pozos, que podrían suministrar igual volumen de agua de mejor calidad, reduciendo los gastos de tratamiento y distribución. Segundo ejemplo hipotético: se establecen nuevos pozos en la porción costera de un acuífero que deben ser clausurados a breve plazo debido a la intrusión salina. Tercer ejemplo hipotético: se perforan nuevos pozos cerca de un canal de salida Gestión de los recursos hídricos 179 del sistema cloacal. Los pozos deben ser clausurados cuando se confirma que existe filtración desde estas fuentes. Cuarto ejemplo hipotético: se construye un embalse superficial en una formación permeable -por ejemplo, de calizas, conglomerados o roca sólida fracturada- pero el agua se escapa del mismo, tomándolo inútil para el almacenamiento, que era su fin inicial. Se podrían listar muchísimos más ejemplos de errores garrafales cometidos en proyectos de gestión de recursos hídricos. Estos errores costaron miles de millones de dólares, causando grandes daños a las poblaciones y arcas del estado y municipales. La mayor parte hubieran podido ser evitados con un estudio previo integrado e Interdisciplinario. Manejo inadecuado de los recursos hídricos Una de las consecuencias del escaso conocimiento que se tiene de los recursos hídricos disponibles y de las carencias en materia de personal técnico calificado son las prácticas de manejo inadecuadas. Los sistemas son pobremente diseñados a veces con el fin de ahorrar dinero, pero resultando frecuentemente en el efecto contrario. En muchos casos no existe coordinación entre las personas responsables de tomar decisiones críticas (por ejemplo: la apertura o clausura de las compuertas de un embalse y la determinación de las tasas de bombeo en los pozos) y los técnicos expertos, que disponen de la información sobre inminentes inundaciones, fuentes de contaminación, etc., lo cual permitiría que se tomaran decisiones sensatas rápidamente. En otros casos, se toman decisiones de corto y mediano alcance, careciéndose de la suficiente información previa. Por ejemplo, se aumenta o suspende el bombeo en un pozo determinado, sin considerar los efectos de esa decisión sobre los pozos vecinos y la recarga y descarga proveniente de los cauces próximos. Las decisiones de manejo requieren de un análisis totalizador, que tenga en cuenta el conjunto de los aspectos que conforman cada situación en particular. Frecuentemente esto no se hace. Las consecuencias de inadecuadas decisiones concernientes al manejo afectan tanto la cantidad como la calidad del agua, así como el costo de las operaciones. Prácticas dispendiosas En la mayoría de los países de América Latina y del Caribe -y en especial en los sectores sociales que disponen de un fácil acceso al agua- las prácticas de consumo son altamente despilfarradoras. En esos sectores y ciudades, no existe conciencia del valor del agua, la tecnología para su almacenamiento es inadecuada y las políticas de precios no promueven la conservación. Un ejemplo típico de ello es la ciudad de Buenos Aires, donde la falta de tomaconsumos representa una de las causas principales de sus altísimos niveles de consumo per capita. lneficiencia, polítiquería y burocratización en la gestión del agua Manejar los recursos hídricos de una región urbana y suministrar agua a su población constituyen tareas difíciles, que requieren una compleja organización y coomprometen la actividad de muchas personas. Para llevar a cabo las tareas correspondientes, se requiere personal técnico especializado proveniente de diferentes profesiones, así como de trabajadores administrativos y manuales. También se necesita gente para manejar los embalses, los pozos y las plantas de tratamiento en los puntos de toma. A su vez, en la sección distribución del sistema se necesita personal adecuado para ocuparse de los complejos sistemas de almacena- Ciudades Sedientas 180 miento y bombeo, de las redes de distribución, de la instalación de nuevas líneas, del mantenimiento de las existentes y de las conexiones de los usuarios. La mayoría de las compañías administradoras del agua se ocupan también del saneamiento y son responsables por el mantenimiento y manejo de los sistemas de saneamiento y alcantarillado. Debido a la gran cantidad de consumidores y al carácter «cautivo» de este mercado, estas compañías tienen un importante potencial económico y financiero. En muchos casos sus posiciones de empresas recaudadoras las hacen más sólidas, económicamente, que otras instituciones públicas. Como consecuencia, cuando estas compañías son públicas, es frecuente que los gobiernos a menudo desvíen sus fondos a otro tipo de proyectos, no necesariamente relacionados con el agua. Por todas partes en América Latina y del Caribe las empresas públicas de agua y saneamiento han sido utilizadas como fuente de empleo para los partidarios de los políticos de turno. La mayor parte del personal contratado en ese marco «político« pertenece al sector administrativo y en mucho menor grado al sector técnico. Como resultado de ello, en muchos casos se ha visto aumentar el número de empleados administrativos en forma desproporcionada. La «pobreza» financiera de muchas compañías de agua y saneamiento frecuentemente está relacionada con este desbalance presupuestal. Cuando ingresa una persona a la institución por favores políticos, generalmente se crean nuevos trámites o papeleos, para justificar la nueva ocupación. Una vez que se ha instrumentado un nuevo tramite o nuevos pasos en un trámite el empleado puede verse tentado a exagerar su importancia, como forma de proteger su puesto de trabajo, haciendo que el trámite se complique o agregándole nuevos pasos, que a su vez podrían requerir que se contrate a más empleados, los que actuarían de la misma forma, y así sucesivamente. Una vez que se ha creado este fuerte lobby burocrático, que dispone de tiempo libre, se alimenta a sí mismo con los recursos financieros disponibles. Ello reduce la cantidad de fondos que podrían ser destinados a propósitos de carácter técnico. El crecimiento de los departamentos administrativos a menudo corre paralelo con el achicamiento de los sectores técnicos. La escasez de fondos disponibles para estos últimos redunda en una disminución de los salarios de los profesionales, a tal punto que a veces los más experimentados prefieren dejar la compañía, en busca de oportunidades de empleo más remunerativas. Los gerentes ingresados por razones políticas raramente tienen la formación y experiencia profesionales necesarias para tomar decisiones adecuadas en su complejo terreno de acción. Muchas de las decisiones cruciales son resueltas sin disponer de conocimientos e información insuficientes o con datos inapropiados. Como consecuencia, muchas veces, las decisiones estratégicas pueden resultar erradas y costosas (Yepes, 1990). Es de hacer notar que muchas de estas prácticas continúan aún en los casos en que las compañías de agua son privatizadas. Corrupción La corrupción que se observa en las compañías encargadas de la administración del agua no difiere sustancialmente de la que existe en otras instituciones públicas. Sin embargo, estas compañías pueden ofrecer mejores «oportunidades« para prácticas ilegales, dado que perciben grandes cantidades de dinero y adquieren materiales caros. El robo de materiales y el cobro de «comisiones» a los suministradores de materiales son dos de las formas más frecuentes para aprovecharse de las posiciones ostentadas en las compañías estatales de administración del agua. Además, los largos y aburridos trámites administrativos requeridos para la conexión y el mantenimiento Gestión de los recursos hídricos 181 del servicio de agua pueden promover la adopción de la coima o «mordida» como forma de acelerarlos. En las compañías privatizadas, la «corrupción» puede adquirir otras formas. Por ejemplo, a través de costos inflados y lucros excesivos que confluyen en precios más altos por unidad de consumo. Dado el poder económico de estas empresas, hay aquí fértil campo para que los controles «políticos« también sean vulnerables a comisiones u otras formas de compensación económica «bajo la mesa» para autorizar aumentos de precios del agua de consumo. Escasez de profesionales capacitados Como ya se ha mencionado, muchos profesionales experimentados prefieren dejar las compañías de agua y saneamiento por puestos en los que se les ofrece mejores salarios y oportunidades profesionales. Ello contribuye al problema básico de falta de know how en las empresas responsables por el abastecimiento de agua y saneamiento en la región. En muchos países de América Latina y del Caribe, el número de estudiantes de artes y letras es de 10 a 50 veces mayor que el de aquellos dedicados a disciplinas más directamente vinculadas con la producción, como por ejemplo, ingeniería o agrono- mía. Ello se refleja en una escasez de profesionales en algunas áreas claves para satisfacer necesidades reales y potenciales. Otro problema lo constituye la falta de entrenamiento adecuado en ciertas materias técnicas especializadas, frecuentemente observado en muchas universidades latinoamericanas. Ello puede deberse a los bajos salarios y los insuficientes incentivos que tienen los profesores para permanecer en sus universidades. La calidad de la formación profesional se encuentra afectada también por la escasez de equipos, la falta de literatura técnica actualizada y la obsolescencia de curricula y programas. El campo de la tecnología hidráulica se ve especialmente afectado por estos problemas. De las universidades de la región sólo egresa un número reducido de ingenieros especializados en ingeniería sanitaria o hidráulica. Probablemente un número de apenas unos pocos cientos de profesionales por año, provenientes de más de 500 instituciones de educación superior, deben atender las necesidades de 600 millones de personas. La mayoría de los profesionales que se ocupan de los recursos hídricos se han formado en otras áreas temáticas, y han sido empujados hacia esta actividad debido a las crecientes necesidades de las sociedades en las que viven y trabajan. A pesar de la falta de entrenamiento formal, hay muchos profesionales experimentados y con conocimientos, que están haciendo un buen trabajo en sus respectivas áreas de especialización. Sin embargo, algunos de ellos han optado por abandonar las compañías públicas de agua y pasar a trabajar en el sector privado. Otros han emigrado en busca de mejores salarios y oportunidades profesionales. Esta pérdida de personal especializado también ha provocado un impacto negativo sobre el futuro del manejo del agua en los ambientes urbanos de América Latina. Desarrollo sostenible de los sistemas hídricos Factores que afectan la demanda de agua El propósito de todo sistema de suministro de agua es satisfacer las necesidades de las comunidades. La idoneidad de un recurso hídrico para satisfacer la demanda depende de los requerimientos específicos de las sociedades que los utilizan. La cantidad de agua consumida a nivel de una comunidad determinada depende de muchos factores. Entre los externos se incluye el clima: se necesita más agua en climas áridos que fríos. Algunos factores pueden ser culturales, como por ejemplo, la restricción del uso del agua en los países musulmanes durante el Ramadan, o bien de conducta, como por ejemplo, las prácticas de lavado. Estos patrones no están desvinculados de la disponibilidad de agua, pero no reflejan necesariamente el nivel real o potencial de suministro. Por ejemplo, a pesar de que el calor del verano determina un incremento de la demanda, en los hechos los requerimientos pueden bajar cuando la mayoría de la población se va de vacaciones en ese período. Esta situación se da con frecuencia en fines de semana calurosos de verano en las ciudades: la menor cantidad de personas que permanecen allí compensa el incremento del consumo per capita. La demanda de agua 'depende asimismo de su disponibilidad. La gente se adapta al volumen disponible y, si bien existe cierta inercia relacionada con la modificiación de los hábitos, puede decirse que a igualdad de otros factores cuanto mayores volúmenes sean suministrados, mayor será el nivel de consumo (aunque dicha relación no es aritmética). Esta es probablemente una de las razones por las cuales la tasa de consumo es tan elevada en Buenos Aires, ciudad ubicada en las adyacencias del Río de la Plata que es una abundantisima fuente de agua dulce. La falta de aparatos tomaconsumos es otra razón explicativa del excesivo consumo por persona. El factor individual más importante que afecta la demanda de agua es la infraestructura existente para su suministro, o sea los sistemas de conducción, tratamiento, almacenamiento y distribución. Un elemento clave a considerar es la relación entre las conexiones al servicio y el número total de hogares. Los hogares sin conexión, generalmente, pero no necesariamente, consumen mucho menos agua. Por razones complementarias, el consumo por persona aumenta a medida que se incrementa la cantidad de conexiones. En América Latina y el Caribe el número de conexiones está rezagado respecto del número de nuevos hogares, especialmente en aquellas ciudades de mayor crecimiento demográfico de los países más pobres (Lima, Managua y Port-au-Prince). 184 Ciudades Sedientas Las pérdidas de agua desde los sistemas de distribución inflan artificialmente las cifras del consumo. Si bien dichas pérdidas se registran en todos los sistemas, normalmente del orden de 15% al 20% del influjo total, en aquellas redes obsoletas, dicha proporción puede alcanzar el 30-40% o aún más. Por ejemplo, en Lima y Recife las mismas han sido estimadas en un 50% Tal como se discutió en el Capítulo 9, este problema es particularmente crítico en esta época de restricciones presupuestales. Es dificil encontrar alguna ciudad grande del continente que haya resuelto este problema. En algunas de ellas, el agua perdida no se recupera, en otras llega a los acuíferos y puede ser indirectamente «reutilizada», aunque con cierto costo (el costo de bombeo, conducción, etc), como sucede en Lima. Las políticas implementadas por las autoridades pueden también ser utilizadas para regular el uso del agua. Aquellas relacionadas con los registros del consumo y los precios son probablemente las que más afectan la demanda. En ese sentido, las compañías de agua deberían formularse algunas preguntas importantes: ¿Existe un adecuado control (registro) del agua consumida? ¿Las políticas de precio son equitativas para todos los usuarios? ¿Qué políticas se orientan hacia los diferentes usos (doméstico, industrial, agrícola, etc.)? ¿El precio hace diferencias de acuerdo a los distintos niveles de consumo? ¿Existen precios diferentes para períodos pico? ¿Qué política se aplica para el consumo no esencial de agua, como ser llenado de piscinas y riego de jardines? Por último, la eficiencia de las tecnologías del agua utilizadas puede afectar su demanda. Los instrumentos y accesorios diseñados para el suministro de agua constituyen un factor a considerar. En gran medida «es la tecnología de uso del agua y no el comportamiento del consumidor la que determina la cantidad de agua utilizada» (Brooks y Peters, 1988). En América Latina la mayoría de los artefactos usados con este fin son copias de modelos utilizados en paises desarrollados. A menudo las regulaciones y los controles de la eficiencia de estos instrumentos son inexistentes o inadecuados (recientemente se han introducido nuevas políticas en algunos países, por ejemplo en México, donde se están promocionando las cisternas sanitarias de 7 litros en lugar de las de 20 litros). Por importante que sea reducir el consumo innecesario o dispendioso del agua, poco se hace en ese sentido. Si bien el agua puede resultar cara para las personas de menor nivel de ingresos, cuando consideramos las inversiones de capital, el mantenimiento y otros gastos, el precio que pagan los consumidores está todavía por debajo del costo real. Los residentes urbanos adinerados dan por descontado su «derecho» a utilizar grandes volúmenes de agua, a bajo costo, aún cuando la dilapidación del agua pueda redundar en un inadecuado suministro de la misma a los usuarios menos pudientes. En Lima, por ejemplo, el sistema municipal de La Atarjea alimenta a lagos de esparcimiento para unas pocas residencias, en tanto más de 300.000 hogares carecen de servicio de agua. Sin embargo la dilapidación no es una práctica exclusiva de las clases altas urbanas, sino que, dadas las condiciones, puede ocurrir en todo el espectro social, incluidas los clases populares. Desde un punto de vista integral, es muy difícil valorar el recurso agua como un mero parámetro económico. Aún más difícil es medir económicamente el costo ambiental de su extracción o contaminación. Sin embargo, desde el momento en que se incorpora en los sistemas de abastecimiento, se puede estimar el costo económico operacional de hacer llegar el agua a los hogares. Ese costo operacional es muchas veces soslayado, tanto por los tomadores de decisiones como por los consumidores, lo cual dificulta la auto-financiación de los sistemas, mantenimientos y nuevas Desarrollo sostenible de los sistemas hídricos 185 inversiones. Sólo a partir de la toma de conciencia respecto de lo anterior será posible armonizar los niveles de demanda con las necesidades reales y razonables de la población. Niveles de demanda en las ciudades latinoamericanas Los niveles de consumo en las ciudades de América Latina varían desde algo más de 100 litros/día/persona a más de 500 1/día/persona (Cuadro Nro. 4). Estas cifras expresan el consumo total dividido por el número de habitantes. Sin embargo, en muchos casos se ha incluido el uso industrial y agrícola, que es satisfecho por el servicio municipal o local pero no siempre registrado como tal. En algunos casos, no se incluyen los considerables volúmenes de agua obtenidos de pozos domésticos, cuya inclusión haría aumentar las cifras antes mencionadas. Aún así actitudes la demanda de agua no puede ser medida exclusivamente por el nivel de consumo. El consumo siempre está por debajo de la demanda potencial debido a interrupciones en el servicio, conexiones insuficientes, baja presión del agua, etc. Por otra parte, cuando se aplican medidas de conservación, la utilización puede disminuir significativamente reduciendo los niveles de consumo. Entre los métodos a utilizar para producir este descenso se mencionan: Cuadro Nro. 4 - Consumo de agua municipal y generación de aguas servidas en áreas metropolitanas de América Latina y del Caribe Area urbana Buenos Aires La Habana Maracaibo Córdoba Guayaquil San José Monterrey Ciudad de México Lima-El Callao Curitiba Medellín Guadalajara Bogotá Santiago Caracas Montevideo Quito So Paulo Salvador Belo Horizonte Cali La Paz Rio de Janeiro Asunción Barranquilla Consumo de agua Aguas servidas generadas (1/día/persona) (1/día/persona) 630 500 475 435 429 423 404 360-572 359 345 340 314 304 300-555 300-388 289 286-301 270-293 266 96 16 261 4 4 237 177 188-684 160-350 148 3 4 4 3 7 54 16 5 6 8 10 14 11 6 2 22 3 1 34 1 1 186 Ciudades Sedientas Reducción de las pérdidas para eliminar el falso consumo (a menudo un 20 o 30%) Adopción de tecnologías de ahorro del agua, como cisternas sanitarias más pequeñas y duchas de menor volumen Cambio en los padrones de consumo de agua, por ejemplo, mediante adecuadas políticas de precios o cambios voluntarios del estilo de vida, dirigidos a terminar con las prácticas derrochadoras o a disminuir el consumo durante los períodos pico (los sistemas están sobredimensionados para afrontar la carga de los períodos pico, que son poco frecuentes pero críticos). En muchos países de América Latina y del Caribe, los niveles de consumo reales podrían reducirse hasta en más de un 50%, tan sólo mediante mantenimiento adecuado, políticas apropiadas y mayor conciencia por parte del gran público. La conservación por sí sola podría probablemente, compensar los actuales y futuros déficits, por lo menos por un lapso de algunos años. Sin embargo, los esfuerzos de conservación del agua no habrán de traer más agua a los sistemas. Por lo tanto existe la necesidad de proteger las actuales fuentes de agua y encontrar otras nuevas, naturales y artificiales, como por ejemplo el reciclaje de aguas servidas. Recursos hídricos y uso de aguas servidas Los sistemas hídricos incluyen los influjos al sistema (por ejemplo, recursos naturales y aguas servidas a reciclar), los sistemas propiamente dichos y los egresos o productos resultantes, directa e indirectamente, del funcionamiento de los sistemas (por ejemplo, agua para la recreación, para el uso doméstico, para uso industrial, para riego y para producción de energía eléctrica) (Sewell and Bower, 1968). r b - - \ - Los niños participan en la tarea de ir a buscar agua para ios hogares (Lima). Desarrollo sostenible de los sistemas hídricos 187 Influjos al sistema (Inputs) Si bien en esta obra se ha tratado extensamente el tema de los ingresos (fuentes naturales de agua), se ha mencionado tan solo brevemente el potencial de las aguas servidas como recurso. Su importancia no puede ser subestimada, tal como se ha demostrado en algunos países del Oriente Medio, como Israel y Jordania. En América Latina y el Caribe el agua usada es considerada mas un problema que un recurso. Generalmente es desechada sin recibir ningún tratamiento o con un tratamiento mínimo. Como consecuencia de ello, los cursos y los cuerpos de agua cercanos a las ciudades están altamente contaminados. Normalmente se utiliza parte de las aguas servidas para el riego, como por ejemplo, en México y Perú. El Rio Tiete, próximo a sao Paulo, y el Mapocho, en Santiago contienen una considerable cantidad de desechos/ contaminantes y también son usados el riego y para actividades industriales. En la mayoría de los países, el agua utilizada para irrigar cultivos o satisfacer las necesidades de la industrias es mayor, a veces en un orden de magnitud, a la usada a nivel doméstico. Si bien algunos tipos de riego requieren de agua de alta calidad los estándares de calidad son menos estrictos que los aplicados al agua potable o a otros usos domésticos. Los estándares de calidad del agua industrial pueden variar sustancialmente. Algunos procesos requieren agua pura o con características específicas. En otros casos, el agua de uso industrial puede ser relativamente impura o incluso contaminada, sin que ello afecte su uso, como por ejemplo el agua utilizada para refrigeración de las máquinas. Algunos de estos requerimientos pueden ser satisfechos mediante la reutilización de aguas servidas. Mediante efectivos tratamientos, estas aguas pueden ser transformadas en aguas de calidad adecuada. Los costos de construcción y funcionamiento de las plantas de tratamiento para reaprovechamiento de los efluentes urbanos son mayores que los de las plantas de tratamiento de aguas superficiales comunes. Sin embargo, dichos costos adicionales son a menudo menores que los costos en los que se incurriría al desarollar nuevas fuentes de agua. Ello se debe a que las plantas de reciclado de agua usada tienen varias características que las diferencian de las usinas de tratamiento comunes a saber : Su localización está más influenciada por el «mercado» de agua reaprovechada. La disposición del sedimento puede realizarse en algún otro lugar o incluso éste puede ser devuelto al sistema cloacal. Los volúmenes tratados pueden acompasarse con las necesidades, de modo que, por ejemplo, no es necesario que toda el agua sea tratada. El producto es vendido, por lo que debe ser confiable en términos de cantidad y calidad.(Okum, 1990) En los EE.UU., desde principios de siglo, hay operando varios sistemas de reciclado del agua. Un ejemplo lo constituye la planta del Río Back de Baltimore (1942) y la de Grand Canyon Village, en Arizona (1926), que cuenta con un sistema dual para la salida de agua potable y no potable. En el Irvine Ranch Water District, se estimó que el costo del agua reaprovechada era equivalente a las dos terceras partes del costo del agua proveniente del sistema corriente. El reaprovechamiento de las aguas servidas también ha comenzado a ser implementado en Israel, Singapur, los países productores de petróleo de Medio Oriente y algunas islas del Caribe. Otros ejemplos de ello pueden encontrarse en el área de Beijing-Tianjin en China que comenzó con esta práctica en 1988, y en el norte de Africa. Asimismo en Sao Paulo se están realizando estudios con vistas ala posibilidad de reutilizar el agua proveniente de una planta de tratamiento secundario para la industria. A medida que aumente la escasez de agua en las ciudades, el agua reciclada habrá 188 Ciudades Sedientas de ir ganando paulatinamente importancia como fuente de agua no potable. Los sistemas duales constituyen una herramienta potencial para un mejor uso de este tipo de recursos hídricos en los países con alto riesgo de uso inadecuado. En todo caso, los paises de América Latina y del Caribe no pueden darse el lujo de ignorar esta posiblidad, que representa en muchos casos la mejor opción para satisfacer sus cruciales necesidades de mayores volúmenes de agua. Los sistemas hídricos Los sistemas hídricos están diseñados para obtener agua de una fuente natural o artificial y suministrarla a diferentes tipos de usuarios. Generalmente el macrosistema hídrico comprende: Un sistema regulatorio en la fuente, por ejemplo, un sistema de represas para el almacenamiento, con o sin compuertas para la regulación de caudales; Un sistema de tomas, por ejemplo: represas de tomas, bombas, canales y varias piletas de sedimentación, el cual también puede incluir un sistema de conducción que lleva el agua a la planta de tratamiento. Un sistema de tratamiento, por ejemplo: tratamiento de filtrado, sedimentación y químico en piletas, canales y bombas. Un sistema de conducción desde la planta de tratamiento a las áreas de consumo. Varias estructuras de almacenamiento, casi siempre próximas a los lugares de consumo, aunque también en localizaciones intermedias. Un sistema de distribución, por ejemplo: una red de tubos y canales, bombas, estructuras de almacenamiento asociadas y conexiones con los usuarios. Dada la complejidad del manejo del agua en áreas urbanas, los sistemas hídricos requieren de un complejo apoyo material, técnico, económico, administrativo y legal para posibilitar su operatividad cotidiana. Además necesitan de un continuo monitoreo y mantenimiento, así como de importantes inversiones para reemplazar los elementos obsoletos y para su expansión. En América Latina y el Caribe este apoyo es brindado por una o más empresas públicas, aunque en varias situaciones el servicio está a cargo de compañias privadas. Egresos o productos de los sistemas (outputs) El principal producto del sistema debería ser agua en condiciones compatibles con el uso al que está destinada: agua potable para el uso humano, agua con variables niveles de pureza (dependiendo de las necesidades) para las industrias y agua libre de contaminación para el riego y usos recreativos. No obstante, no siempre es éste el caso en América Latina y el Caribe. A menudo, la potabilidad del agua de uso humano resulta dudosa, debido a la contaminación de las fuentes y al tratamiento inadecuado. En muchas situacones el monitoreo de calidad no es confiable. En ciertas ciudades la concentración de metales pesados y el contenido de sustancias orgánicas tóxicas en el agua no son controlados adecuadamente. Análisis económico Uno de los problemas claves para la evaluación de cualquier método o esquema que se proponga para el suministro urbano del agua es la relación existente entre los resultados y los costos estimados. Existe la noción de que el calculo de costos debería ser un ejercicio relativamente simple y directo si simplemente se dispusiera de la necesaria información técnica. Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. En toda evaluación existen un cierto número de considerandos que no son traducibles en 189 Desarrollo sostenible de los sistemas hídricos , ° i LTanque de almacenamiento urbano en Santa Marta, Colombia. términos estrictamente económicos. Por esa razón, es necesario aceptar que finalmente toda decisión sobre estrategias de gestión del agua terminará siendo una decisión política y de allí la importancia del desarrollo de procesos participativos y democráticos en dichas tomas de decisiones. Lo anterior no quiere decir que las consideraciones estrictamente técnicas y económicas deban o puedan estar ausentes del proceso de decisión. Muy por el contrario, en todos los casos ellas deben servir como apoyatura de base para definir cualquier estrategia que se elija. Para que las decisiones políticas estén basadas en elementos apropiados, es fundamental que todos los elementos técnicos relevantes sean investigados y conocidos. Uno de los pasos primarios para dicho conocimiento son las investigaciones hidrológicas e hidrogeológicas que permiten definir los recursos existentes (cantidad y calidad), su renovabilidad, su vulnerabilidad ecológica, geológica y química y otros parámetros relevantes. Deben considerarse asimismo otros importantes factores para evaluar adecuadamente las varias opciones posibles. En ese sentido es fundamental definir la capacidad de los gobiernos y comunidades para afrontar los gastos de construcción, operación y mantenimiento de los sistemas as( como la caracterización de los aspectos sociales, legales y administrativos que puedan afectar el funcionamiento óptimo de los sistemas. La información requerida para lograr una evaluación adecuada incluye datos sobre lo siguiente: La situación actual en la ciudad, por ejemplo: consumo y población actuales; análisis detallado de los usuarios domésticos, industriales, comerciales e institucionales; número de conexiones y canillas públicas, usuarios a quienes no llega el suministro; existencia de jardines y piscinas; frecuencia y duración de las interrupciones de servicio, presión en las cañerías, pérdidas y roturas. El ambiente y la geografía, por ejemplo: el clima, la superficie cubierta por el servicio de agua, la topografía y la sismicidad. El costo de exploración, identificación y caracterización de la fuente de agua (aquí 190 Ciudades Sedientas se incluyen mayormente los costos de investigación). El costo de la recarga inducida o artificial de los acuíferos. El costo de las estructuras de extracción del agua. El costo de las estructuras de conducción. El costo de las estructuras de almacenamiento. El costo de las redes de distribución, incluyendo los dispositivos toma consumos. El costo operativo y de mantenimiento de instalaciones y equipamiento. El costo de la pérdidas de recursos hídricos a nivel de la fuente (para otros propósitos u otras comunidades). El costo de las pesquerías afectadas (en caso de que existan). El costo ambiental. Otros efectos ambientales (positivos y negativos; de corto y largo plazo). Los efectos sobre creación y eliminación de puestos de trabajo. Otros efectos sociales, tanto positivos como negativos. La disponibilidad y el costo del crédito o de la financiación. La capacidad de las comunidades o los gobiernos para afrontar dichos costos. La factibilidad técnica del proyecto. La disponibilidad de personal calificado para realizar el trabajo y hacer funcionar las instalaciones. El marco administrativo y político con el que será manejado el proyecto durante las fases de construción y operación. Las demandas futuras, de acuerdo el crecimiento futuro estimado de la población y la capacidad del sistema para expandirse. La facilidad de acceso al agua por parte de los diferentes estratos socioeconómicos, en los volúmenes necesarios y con la presión requerida. Paralelamente al análisis de costos puede realizarse un análisis cualitativo de los beneficios. Debe medirse la conveniencia, la confiabilidad, la accesibilidad, las ventajas para la salud y el aumento de la productividad social (por la reducción del tiempo necesario para obtener el agua). La lista precedente se refiere a proyectos específicos, diseñados para solucionar problemas bien definidos o atender necesidades enfocadas una vez que se han encarado los principales aspectos de la investigación. En proyectos con elementos desconocidos, se requiere llevar a cabo tareas de investigación científica para poder realizar una evaluación completa los factores antes mencionados. Sin embargo, una vez que los estudios hayan sido realizados, y para implementar con éxito los resultados de la investigación, estos factores deben ser tenidos en cuenta. Las evaluaciones de carácter económico, si bien no son el único instrumento utilizable para la toma de decisiones, son un buen punto de partida para poderlas comparar en forma primaria. En ese sentido, corresponde señalar que la evaluación económica de proyectos vinculados con el agua debe ser realizada en un contexto integral. En la medida de lo posible, deberá incluirse en el «debe» el costo transferido alas futuras generaciones si el ambiente es dañado, así como los aspectos éticos de la distribución del recurso entre los diferentes grupos, sectores y clases sociales (en muchos casos estos costos no son cuantificables, sin embargo ellos deben ser claramente explicitados por lo menos cualitativamente). En ECLAC (1991) puede encontrarse información actualizada sobre la administración de recursos hídricos en América Latina y el Caribe, relevantes a los conceptos aquí expresados. Saciando la sed urbana Agua y pobreza Normalmente la escasez de agua y la pobreza están íntimamente relacionadas. Cuando la naturaleza no ofrece fácil acceso al agua, las comunidades no prosperan y su desarrollo se ve limitado. Por el contrario, cuando las sociedades tienen acceso al agua en forma abundante y segura, tienen la posibilidad de gastar sus recursos financieros y energía para satisfacer otras necesidades. En muchas ciudades de América Latina el acceso al agua no es un problema resuelto. Para mucha gente, la obtención del agua requiere esfuerzos o gastos ingentes que afectan seriamente su calidad de vida en todos los órdenes. Ello sucede, en gran medida, porque las compañías administradoras de aguas del continente raramente dan prioridad a los pobres en sus estrategias de gestión. Las «favelas», «villas miseria» o ocantegriles» urbanos generalmente están localizados en áreas marginales, frecuentemente en zonas que presentan problemas técnicos para el tendido de las redes. En muchos casos (como en Lima o en Rio de Janeiro) estos barrios se encuentran en zonas elevadas, de gran pendiente, a una altura superior que la de los tanques de almacenamiento o embalses. El agua debe ser bombeada hacia arriba para acceder a dichos sitios, con lo que se generan costos adicionales. Otro sitio donde normalmente se ubican los sectores sociales más pobres de las ciudades son las llanuras inundables. En ellas la instalación de sistemas de drenaje y cañerías también resulta difícil y cara. Sin embargo, la falta de servicios en las zonas más pobres no se debe a meros problemas técnicos. Hay, en muchos casos, una política deliberada que desvía sistemáticamente los escasos recursos para inversiones de las compañías de agua hacia los barrios residenciales más pudientes y con más influencia a nivel político. Como consecuencia de lo anterior, hay hoy más de 40.000.000 de habitantes de las ciudades de la región latinoamericana, normalmente residentes de las áreas urbanas más pobres, que carecen del vital elemento. A su vez, se puede comprobar que incluso los problemas vinculados con la escasez de agua en los barrios más acomodados de las ciudades pueden también afectar indirectamente a los pobres urbanos. Tal es el caso de Santa Marta y Recife, donde los cortes de agua en los hoteles han afectado la industria turística. Miles de personas que dependen del turismo para su sustento entre ellos muchos trabajadores pertenecientes a los sectores más pobres de la población se ven seriamente afectados por dicha situación en sus ingresos y empleos. 192 Ciudades Sedientas Agua, salud y calidad de vida Ya sea por la falta de servicio o de conexiones o por la pérdida de presión de las redes, cuando el agua falta, quienes primero sufren estos efectos son los pobres urbanos. Las condiciones inadecuadas de higiene, muy a menudo relacionada con hábitos inapropiados, acentúan los problemas de las personas que habitan los zonas urbanas humildes. Además de la escasez, se agrega una utilización poco eficiente del recurso dando lugar a que los habitantes de las barriadas pobres se encuentren indefensos frente a muchas enfermedades infecciosas de transmisión hídrica (como el cólera y la hepatitis). Ello da lugar a una sobrecarga a los sistemas de salud públicos, que no solamente están desfinanciados y sobreextendidos, sino que además deben hacer frente a una demanda mucho mayor en los barrios más carenciados. La reciente epidemia de cólera, que se inició en Perú y se extendió luego a la mayoría de los países de America Latina encontró un terreno abonado para su avance en las zonas urbanas pobrres del continente. Perú informó de 200.000 casos de cólera (muchos de los cuales en la ciudad de Lima y alrededores) y varios de los países vecinos vivieron (y aún viven) una situación similar. El cólera se ha extendido en la región amazónica, y aparecieron brotes tanto en el norte del continente (México) como en el sur (Argentina). Las únicas ciudades que no fueron alcanzadas por la epidemia son aquellas que cuentan con la mayor cobertura de saneamiento y servicio de agua potable, como es el caso de Montevideo. La posibilidad de combatir exitosamente una enfermedad agresiva con las características del cólera, así como otras originadas en el agua, como por ejemplo, la amebiosis, la diarrea, el tifus y la hepatitis, está estrechamente relacionada con la situación de los sistemas hídricos y de saneamiento en las ciudades. El agua no constituye solamente una defensa contra las enfermedades, sino que es también un elemento básico para la calidad de vida. En las comunidades que no están servidas por sistemas municipales, deben realizarse ingentes esfuerzos para llevar agua a los hogares. Para muchas familias, en particular para mujeres y niños, víctimas principales de esta situación, puede ser necesario cargar grandes recipientes con agua desde las canillas públicas, camiones cisterna, pozos o cursos de agua, caminando los recorridos varias veces por día. En muchos casos hay que esperar turno haciendo colas y utilizar combustibles caros y difíciles de obtener para hervir y potabilizar el agua. Varios miembros de la familia dedican varias horas del día a esta tarea cotidiana. Los niños pierden clases en la escuela, mujeres y hombres no pueden cuidar de sus hijos adecuadamente y los trabajadores muchas veces llegan tarde a sus obligaciones debido a las dificultades y trabajo necesario para procurarse el agua. Disponer de agua potable a domicilio representa un significativo avance hacia una vida mejor. Escasez del agua En este mundo cada vez más urbanizado, los problemas del agua no siempre se deben a la escasez de agua a nivel regional. Las grandes ciudades consumen volúmenes relativamente grandes. Ciudad de México, sao Paulo y Buenos Aires las 3 mayores ciudades de la región de América Latina y del Caribe consumen entre 60 y 120 m3/ segundo cada una, lo que representa un volumen muy pequeño si se le compara con los recursos totales de la región. Aún considerando el crecimiento esperado para la próxima década, dicho volumen no habrá de exceder los 150 m3/segundo en ninguna de estas ciudades. Sin embargo, el caudal de los ríos más grandes de América Latina es cientos a miles de veces mayor que dichos consumos omega-urbanos». El caudal del río Amazonas en su desembocadura es de aproximadamente 150.000 m3/ Saciando la sed urbana 193 2 .--,, : .;::.Att. ,-.... 1 irAf' FI% 1 ..7.--..._, .. . r .... It la 111.1 .-71.'a i,,. .* .6. b.: r - La escasez de agua en los barrios pobres urbanos es una preocupación constante de la población (Lima). segundo, lo que equivale a 1.500 veces el consumo de la mayor ciudad del continente. Por su parte, el Paraná aporta 20.000 mi/segundo al Río de la Plata, en tanto el caudal de muchos otros ríos como el Magdalena, el Orinoco, el San Francisco, el Uruguay y el Usumacinta, es superior a 1.000 m3/segundo en sus respectivas desembocaduras. Como se explicó en mayor detalle en el capítulo 4, esta aparente abundancia no refleja, sin embargo, la situación real. Una gran porción de la superficie de la cuenca de estos ríos se encuentra en áreas de alta pluviosidad. Muchos otros ríos contienen volúmenes de agua mucho menores. Por otra parte, las cifras mencionadas corresponden a los caudales en la desembocadura, mientras que en los tramos superiores y en sus afluentes el caudal es generalmente mucho menor, proporcional al tamaflo de la cuenca aguas arriba y a los niveles locales de precipitación. En tercer lugar, existen pocas ciudades localizadas en la desembocadura o en los tramos inferiores de los grandes ríos o de sus tributarios, donde el caudal es máximo. Algunas zonas urbanas, como sao Paulo, Brasilia, Ciudad de Guatemala y Bogotá, se encuentran cercanas a las divisorias de aguas. Allí los caudales son limitados e insuficientes para satisfacer las crecientes necesidades de sus respectivas poblaciones metropolitanas. El agua subterránea es abundante, con volúmenes varias veces superiores a los de las aguas superficiales, posiblemente dos o tres órdenes de magnitud. Sin embargo, el aspecto crítico no es el volumen, sino la renovabilidad. Cuando los acuíferos son explotados más allá de su capacidad de renovaci6n, los niveles piezométricos descienden, los costos de bombeo aumentan y, tarde o temprano, el recurso se agota. Si tenemos en cuenta, tan solo los volúmenes renovables de los acuíferos, el agua disponible a partir de los mismos es aproximadamente del mismo orden de magnitud que los recursos superficiales. Además, hay que hacer notar que la disponibilidad de agua subterránea no coincide con la localización de las ciudades. En efecto, existen enormes acuíferos en áreas escasamente pobladas y, al revés, abundantes recursos Ciudades Sedientas 194 superficiales coincidiendo con grandes áreas urbanas pero con escasa agua subterránea en las cercanías. Las dos caras del problema hídrico: la oferta y la demanda Los problemas del agua tienen dos caras: la oferta y la demanda. Muchos de los problemas relacionadas con la oferta de agua en las ciudades de América Latina y del Caribe podrían resolverse, o serían menos agudos, si se implementaran políticas y estrategias más sustentables. El consumo real necesario de hogares, empresas 6 instituciones es (o debería ser) mucho menor que el consumo del sistema. A todos los niveles de los sistemas hídricos existe despilfarro: pérdidas de las cañerías, actitudes dispendiosas promovidas por la falta de tomas de consumo a nivel de los usuarios o por inadecuadas políticas de precio, artefactos inapropiados, etc. Para mejorar la situación deben atacarse, por lo tanto, los principales aspectos del problema: aumentando la oferta y reduciendo la demanda. En ambos temas se requieren mejores estrategias de manejo. Sustentabilidad y equidad Las estrategias de manejo deben ponderar las inversiones requeridas contra los retornos, en un contexto de sustentabilidad y equidad. Para cada una de las grandes áreas metropolitanas del continente existen varias opciones sustentables y equitativas posibles de suministro de agua. Solo una vez que se han asegurado estos factores, es que se podrán utilizar sensatamente los criterios económicos para evaluar las diversas alternativas posibles. En primer lugar, los sistemas hídricos urbanos no deben afectar la viabilidad futura de los recursos hídricos que se utilizan para alimentarlos. Esta viabilidad se ha visto afectada en muchos lugares donde el sobreuso ha determinado una caída del e ':,.! 7 ,..."'" ,á - - - - e A r - ;,.. 1f '',11'," .. I i 11, . ;, , ,.; , ..,..., .....' --,a,,, ... '..-..- ';1.1,,,........¡; A' . - I. AA .. A [I I IA'A ?si . *el . ,. ."'....1.5::, ...1 : I ..71.-46,-, _ 1 ,,,..... . *.... ..... .. ...A... . .- c2,-1.....-1.--z - -2--: ''t41 L, , A. I IX ; ------,... ". -.Y" ° 1 ..,i.'4ii, 4,.' ,' A L MI .. ' ....,.... ' N , b i,-. ' , ' ',1,,,V114-Lik4:Z, _......- 4.t.t;t-,,_92..t.f i 'C. ,:f"-..7;' .,. 2 ..** ' ....!..; t: ,-....1 ...,.,: ...7...:(14:74...;?...9* '-'e'- .:-., k,:i-**4' ' -.-.....4., ,..-.'".....1.- : , .4 ' IE' ' Gestión inapropiada del agua: un caudal importante se pierde constantemente en este pozo artesiano abierto en Cochabamba, Bolivia. .. 1 ' .... . --'''''' '' Saciando la sed urbana 195 nivel de agua, su salinización y/o su contaminación. En segundo término, debe tenerse presente que la sustentabilidad implica la protección de otros recursos naturales de la región, como por ejemplo, los ecosistemas fluviales y lacustres. En tercer lugar, ademas de su viabilidad geo-ecológica, los sistemas hídricos deben ser socialmente sustentables. El establecimiento de cualquier sistema hídrico tiene implicaciones socio-económicas, no sólo desde la perspectiva de la satisfacción equitativa de las necesidades de la población, sino también desde otros puntos de vista. Los servicios de agua generan empleos, pueden promover ciertos tipos de industrias y pueden ser utilizados eficazmente como un elemento para promover o apoyar el planeamiento urbano. Por ejemplo, la disponibilidad de agua habrá de estimular el desarrollo de algunos barrios en detrimento de otros. Modelos insostenibles en la región Las soluciones descriptas en párrafos anteriores representan tan sólo un aspecto del problema, que ni siquiera es el más importante. En realidad, la principal causa de la falta de sustentabilidad de los sistemas hídricos tiene que ver menos con las políticas y estrategias del agua, que con los modelos de desarrollo que han prevalecido y prevalecen en América Latina y el Caribe. Si se considera sus tamaños y tasas de crecimiento, resulta claro que las megaciudades de América Latina no son modelos sostenibles a largo plazo. No podemos evitar preguntarnos qué ocurrirá en el futuro con la ciudad de México, y sus 20 millones de habitantes. El agua se está haciendo insuficiente. Se gastan enormes cantidades de dinero y energía para traer al valle volúmenes de agua cada vez mayores, mediante el bombeo de millones de m3 por día, mientras que la ciudad y sus áreas urbanas circundantes continúan creciendo. El modelo de desarrollo aplicado en México debe revisarse, debe detenerse ese crecimiento megalowaniaco y descentralizarse la economía y la administración del país. Si se toman estas medidas de manera inteligente, existen grandes posibilidades de que el problema del agua desaparezca por sí mismo, o por lo menos se reduzca significativamente. También el modelo de desarrollo de Brasil es claramente insostenible. Desde el punto de vista hidrológico, Sao Paulo se encuentra en un sitio inadecuado y no se puede esperar que las condiciones del sitio cambien debido al crecimiento urbano. La única solución a muchos de los problemas de la ciudad incluido el del suministro de agua depende de la adopción de un nuevo modelo de relocalización de las actividades comerciales e industriales, poniendo énfasis en el control local y la descentrali- zación. Los mismos argumentos son de recibo para casi todas las otras grandes ciudades de América Latina. Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Lima, Montevideo, San José y Santiago presentan problemas similares, aunque en diferentes grados de magnitud (Olivera, 1991; Pfrez, 1991; Santana, 1991). Conclusiones Los problemas ambientales y de abastecimiento de agua de las grandes ciudades de América Latina y el Caribe resultan de un complejo de circunstancias, que incluyen no sólo la disponibilidad de recursos hídricos y las características y vulnerabilidad del ambiente, sino también aspectos demográficos, legales, administrativos, políticos y de comportamiento social. Si bien puede parecer que estos problemas se han resuelto una vez que se dispone de agua suficiente, no es así. En términos de proveer un suministro sostenible de agua a una ciudad, el primer elemento a considerar es la disponibilidad de agua superficial segura, ubicada preferentemente a la misma o mayor altura que la propia ciudad. Si las fuentes se 196 Ciudades Sedientas encuentran por debajo de la cota de la ciudad como es el caso de Ciudad de México los costos pueden aumentar de manera significativa. Traer el agua desde niveles altitudinales mayores es menos oneroso, pero allí el factor limitante puede ser la distancia (como es el caso de las alternativas previstas para abastecer de agua a la ciudad de Lima). De ese modo el costo de traer agua desde fuentes remotas, aún hacia zonas situadas a baja altitud, puede resultar prohibitivo. Cuando se dispone de un río grande con caudales regulares en las cercanías de la ciudad, sólo se requieren estructuras de toma, tratamiento adecuado, sistemas de almacenamiento y redes de distribución y de saneamiento asociadas. Pero si el caudal de los cauces o ríos adyacentes es irregular, pueden necesitarse represas o reservóreos aguas arriba con el fin de estabilizar el flujo y almacenare! agua para los períodos de seca. Tales estructuras encarecen el costo del agua. La calidad del agua también es variable. Puede tener un alto contenido de sedimentos en suspensión (arcillas, limos y arena), materia orgánica u organismos, o varios tipos de contaminantes. El costo del tratamiento de esa agua, para hacerla potable, puede ser alto. Asimismo debe considerarse la tasa de crecimiento de las ciudades. Las ciudades de rápido crecimiento pronto superan la capacidad de sus fuentes de agua originales. En esos casos es necesario construir embalses de mayor volumen, localizados más lejos, y de sistemas de conducción más prolongados y complejos, lo cual multiplica los costos. Como ya se ha mencionado, el aumento de la población urbana está asociado generalmente con un aumento de la contaminación de las fuentes de agua y, en consecuencia, con la necesidad de un tratamiento más intensivo y costoso. La demanda constituye una de las variables claves en todo esquema de suministro de agua. Una reducción de la demanda puede ofrecer una solución a largo y mediano plazo a muchos problemas de escasez de agua y a la vez colaborar a definir estrategias de mayor alcance para las zonas urbanas de la región. La demanda puede regularse, por ejemplo, mediante adecuadas políticas de precios y el uso de dispositivos para el ahorro del agua. Si se logra reducir significativamente el derroche de agua, podrá disminuirse sustancialmente la necesidad de nuevos recursos hídricos, y en consecuencia, de nuevas inversiones. Comparación de costos de los recursos superficiales y subterráneos Las alternativas planteadas por la utilización de recursos hídricos superficiales o subterráneos requieren diferentes enfoques, tanto desde el punto de vista económico como sistemático. La comparación de costos de ambas opciones puede arrojar luz sobre qué estrategias pueden ser más convenientes para determinadas condiciones de las regiones urbanas consideradas. En general, los costos del abastecimiento de agua son de dos tipos principales: a) inversión inicial o costos de capital y b) costos de operación y mantenimiento. Sin embargo, además de éstos, las compañías del agua tienen otros costos, sólo indirectamente relacionados con la construcción y el funcionamiento. Se trata de costos administrativos variados, que incluyen salarios y beneficios, intereses sobre los préstamos, costos de arrendamiento de la tierra y de edificios no relacionados directamente con el suministro de agua y el saneamiento, impuestos, así como también transferencias de fondos a otros organismos estatales. Los gastos de operación y mantenimiento son permanentes y, si bien son relativamente bajos en el corto plazo, si se los considera a largo plazo pueden ascender a sumas considerables. En la mayor parte de los sistemas de abastecimiento y saneamiento urbanos los costos operacionales se cargan normalmente a los consu- Saciando la sed urbana 197 El río Rimac, cerca de Lima. midores y generalmente son recuperados mediante tasas al agua o impuestos. Se les calcula en moneda nacional y, por lo tanto, son (o deberían ser) generalmente accesibles a los presupuestos de las compañías de agua de la región. A diferencia de los gastos anteriores, el capital requerido para inversiones puede ser considerable, a veces alcanzando magnitudes de decenas o cientos de millones de dólares. Los costos de inversión son generalmente muy elevados en los sistemas que utilizan el agua superficial (debido al alto costo de construcción de represas, expropiación de tierras para embalses, construcción de sistemas de toma, tendido de lineas de bombeo, construcción de plantas de tratamiento y erección de tanques de depósito). Una parte sustancial de estas inversiones en infraestructura puede requerir el uso de «monedas duras», que no siempre son fácilmente disponibles en la región. En general, las inversiones para el desarrollo de fuentes de agua superficiales requieren créditos o garantías externas. Frente a estas dificultades, en muchos casos, el agua subterránea aparece como una alternativa posible. Normalmente, las perforaciones de pozos para extraer agua subterránea requieren inversiones iniciales mucho menores y pueden ser planeadas con un enfoque modular. Cuando el acuífero se encuentra próximo a la ciudad, se ahorran las inversiones en acueductos y líneas de bombeo y el costo del suministro se hace aún más accesible. Sin embargo, los proyectos de utilización de acuíferos tienen sus propias complejidades, por lo que se hacen necesarios estudios especiales y cuidadosos para asegurar que la alternativa elegida es la más adecuada. La evaluación de viabilidad de un proyecto de suministro de agua subterránea requiere de la consideración de varios costos iniciales: estudios de exploración, perforaciones, construcción de pozos, bombas y tratamiento del agua. Sin embargo, por regla general, dichos costos son mucho menores que los requeridos para grandes proyectos de aprovechamiento del agua superficial. No hay que construir grandes obras de infraestructura, tales como represas, piletas de sedimentación, complejas plantas de tratamiento y voluminosos tanques de almacenamiento. Como consecuen- 198 Ciudades Sedientas cia, muchas veces, los proyectos de utilización de agua subterránea pueden ser llevados a cabo sin necesidad de recurrir a préstamos o a subsidios. Por ejemplo, las compañías del agua o los institutos geológicos a menudo disponen de maquinaria y cuadrillas de perforaciones, que pueden ser utilizadas a un costo relativamente bajo y que se paga en moneda nacional. Dado que el agua subterránea necesita menos tratamiento que la superficial, que el almacenamiento y la red de distribución se encuentra bajo tierra (disponible naturalmente para su utilización), los costos se reducen aún más. Evaluación de los recursos hídrico y opciones de desarrollo Tanto la evaluación de los recursos de aguas subterráneas como los de agua superficial, requieren una comprensión exhaustiva de los sistemas naturales y artificiales existentes en la región urbana y alrededores. Ello implica disponer de una red de estaciones de observación y de pozos, de mapas temáticos precisos y actualizados, de un cuidadoso cálculo del balance hídrico, y de un equipo de investigación capaz, bien entrenado y experimentado, que se encargue de realizar la recolección, el procesamiento y la interpretación de información. Asimismo debe realizarse una evaluación bien documentada de la factibilidad en el largo plazo de los proyectos relacionados con el agua. La misma debería incluir no sólo los elementos de carácter técnico y económico, sino también aspectos ambientales, sociales, políticos y administrativos. Algunas de las preguntas que deberían formularse para definir las opciones son: ¿El proyecto es viable desde el punto de vista técnico? ¿Cuál será su costo? ¿Quién(es) lo pagará(n)? ¿Cómo será financiado? ¿Cuál será su impacto ambiental en el corto y largo plazo? ¿Quién(es) habrá(n) de construir, operar, mantener y administrar los sistemas propuestos? ¿Qué efecto tendrá el proyecto sobre las comunidades que viven próximas a los embalses, estructuras y plantas? ¿Quién(es) se beneficiará(n) más directamente con este proyecto? ¿Se crearán nuevos puestos de trabajo o desaparecerán los existentes? ¿Quién(es) habrá(n) de recibir el agua que se suministre como resultado del proyecto? ¿El agua obtenida será utilizada a nivel de los barrios más pudientes o alcanzará también a los sectores pobres de la ciudad? ¿Cómo afectará el proyecto a los sistemas legal, administrativo y político y, a su vez, como será afectado por éstos? En la actualidad, las ciudades de la región latinoamericana y del Caribe dependen de variadas combinaciones de aguas superficiales y subterráneas para su abastecimiento. Muchas ciudades que se basan principalmente en el agua superficial, utilizan agua subterránea para las industrias y comunidades localizadas lejos de las fuentes de toma. Otras dependen casi exclusivamente del agua subterránea, pero podrían comenzar a utilizar el agua superficial. Finalmente hay otras que tienen opciones muy limitadas. Las soluciones a la cuestión del suministro de agua son tan variadas como las propias ciudades y dependen de las condiciones locales específicas. Para llegar a decisiones en cada caso es necesario llevar a cabo estudios minuciosos y completos con adecuada participación de todas las partes involucradas (técnicas y sociales). Es particularmente importante que los esfuerzos de investigación se lleven adelante con la participación de la población de los barrios y comunidades, dado que Saciando la sed urbana 199 es a ese nivel que se dispone de información de primera mano sobre las condiciones de campo. Su aporte resulta fundamental, no sólo en lo que respecta a la definición de los temas de investigación, sino también durante las etapas de planeamiento e implementación. Se ha demostrado además hasta el cansancio que la participación de la comunidad siempre aumenta las posibilidades de éxito de los proyectos hídricos. Situación actual y potencial futuro Los recursos hídricos limitados, los recortes financieros y el incremento demográfico sostenido de la región de América Latina y el Caribe son condiciones de base que no han de desaparecer ni repentina ni mágicamente. En muchas ciudades las mejoras a los sistemas no se realizarán por un tiempo, y algunos sectores de la población sufrirán o continuarán sufriendo la escasez de agua. Más del 15% de los habitantes de la región, o sea 30 millones de personas, no tienen acceso al agua en sus hogares, al tiempo que otros 40 a 50 millones están utilizando agua de calidad dudosa. Aproximadamente un 60% sufre de cortes frecuentes en el servicio y a veces depende de sistemas que solamente están en funcionamiento unas pocas horas diarias. Al mismo tiempo, los ajustes estructurales están haciendo subir los precios del agua y de las conexiones, con lo que el servicio se torna menos accesible para las comunidades pobres. Por el contrario, debido a políticas inadecuadas de precios y prácticas derrochadoras, en las áreas de mayor poderío económico el consumo de agua potable sigue siendo desmesuradamente alto. A pesar de ello, cuando hay que optar entre varios barrios que necesitan nuevas conexiones o mejor servicio, son los más influyentes políticamente o acomodados económicamente quienes llevan la de ganar. Las ciudades sedientas El abastecimiento de agua es una cuestión social. A lo largo de su historia, la región de América Latina y del Caribe se ha caracterizado por sus injusticias sociales. La actual escasez de agua es fundamentalmente eso: una injusticia social. Ella afecta sobretodo a aquellos que disponen de menos recursos para buscar soluciones alternativas. La escasez de agua perjudica precisamente a la gente que vive una existencia precaria en lugares ambientalmente riesgosos, con bajos ingresos y familias grandes. La sed de agua es sobre todo la sed de los pobres. Las ciudades del continente están sedientas. Pero no solamente sedientas de agua. Están también sedientas de justicia, de la justicia social que será necesaria para que las aguas abundantes y seguras generadas por los sistemas lleguen a todos y no solamente a alguna gente que a menudo se dedica a dilapidar los caudales en usos innecesarios y abusivos. Ese nuevo modelo de sociedad que imaginamos para el futuro, debe basarse en compartir los recursos naturales entre todos en un marco de sostenibilidad ambiental y de respeto. El agua es, sin lugar a dudas, el más importante de los recursos naturales. Las políticas del agua, por lo tanto, serán centrales en cualquier estrategia de desarrollo que se diseñe. Tal vez el primer paso que deberá darse hacia ese porvenir que soñamos será el de saciar la sed de agua que, aunque parezca mentira, tanto aflige todavía hoy a mucha gente en nuestro continente. Glosario A Acuicluso: Formación o estrato geológico de muy baja permeabilidad, que obstruye el pasaje de agua subterránea. Acuitardo: Formación o estrato geológico de baja permeabilidad, que enlentece el pasaje de agua subterránea. Aglomerado: sedimento (no consolidado) formado por partículas rocosas de más de 20 mm de diámetro. Albedo: Porcentaje de la radiación solar reflejada por un cuerpo opaco. Albita: Ver Feldespatos. Altiplano: Meseta, superficie llana u ondulada ubicada a elevada altitud. Aluvial: Proceso, material o paisaje relativo a corrientes de agua o ríos. Andesita: Roca volcánica formada principalmente por feldespato oligoclásico (térmi- no intermedio de las series isomórficas de feldespatos plagioclásicos) y que incluye con frecuencia piroxenos y magnetita (generalmente sin o con muy poco cuarzo). Anfractuosidad: Irregularidad en la superficie de una roca, recorrido intrincado. Anortita: Ver Feldespatos. Arcillas esmectiticas: Arcillas expansivas. Ver también Ferrosialítico. Argilización: Proceso de transformación de minerales y rocas no arcillosas en arcillosas (por ejemplo: feldespatos en arcillas esmectfticas). Artesianismo: Condición de presión de un acuífero, que permite el libre flujo de agua por encima del nivel de la superficie del suelo. Basalto: Roca volcánica constituída principalmente por feldespato labrador (feldespato plagioclásico rico en calcio) y que con frecuencia incluye piroxenos y magnetita (generalmente sin o con muy poco cuarzo). Bomba: Bloque redondeado de lava arrojado de un cráter volcánico durante una erupción. Brecha: Roca volcánica o sedimentaria, conformada por grandes trozos angulares en una matriz de textura fina. 202 Ciudades Sedientas Caolinita: Arcilla no expansiva. Ver también Ferralítico. Conductividad hidráulica (K): Capacidad de los materiales geológicos para permitir el pasaje de agua. Conglomerado: Roca sedimentaria (consolidada) constituida principalmente por fragmentos de rocas de más de 20 a 30 mm de diámetro (gravillas y cantos rodados). Cratónico: Tectónicamente estable. Cuenca hidrológica: Area bailada por un río y sus afluentes. Dacita: Roca volcánica compuesta de feldespato oligoclásico y otros minerales asociados; equivalente volcánico de la granodiorita. Diagenético: Cambios en la composición mineral y la textura que se dan en los sedimentos, principalmente como resultado de las condiciones creadas por el enterramiento bajo nuevos estratos de sedimentos o recientes flujos de lava (tales como aumento de la presión y la temperatura). Divisoria de aguas: Zona límite entre sistemas hídricos; cabecera. Dolomita: Mineral carbonatado de calcio y magnesio; también la roca compuesta principalemente por dicho mineral (a veces llamada dololita). E Epirogénico (fenómeno): Cambios de gran escala a nivel de la corteza terrestre, debidos a los cuales las superficies de los continentes se elevan o descienden con escasa fracturación o plegamientos. Erupcion freática: Erupción de vapor o agua caliente, o una combinación de ambas. Escoria: Lava muy vesicular formada como consecuencia de una erupción en presencia de gases. Esquistos: Rocas metamórficas de grado bajo a medio, compuestas de materiales tipo mica (principalmente muscovita y biotita, pero también sericita, illita y clorita). El término "esquistos" incluye filitas, micaesquistos y varios otros tipos de rocas metamórficas. Estepa: Ecosistemas semiáridos, caracterizados por su baja densidad de vegetación, constituida generalmente por comunidades de pastos y arbustos. Feldespatos: Grupo de minerales de sflice o aluminio, con estructura cristalina tridimensional (tectosilicatos). Los grupos principales son: las plagioclasas (el término rico en calcio es la anortita; el rico en sodio es la albita; los intermedios son el labrador y la oligoclasa) y las ortoclasas (feldespatos potásicos). Ferralítico: Suelo rico en hierro y aluminio, debido al lavado de otros cationes como consecuencia de un largo perfodo de condiciones climáticas húmedas. Los suelos ferralfficos están compuestos de minerales de aluminio y hierro, como la gibsita (hidróxido de aluminio) y la goetita (hidróxido de hierro). También puede haber caolinita. Ferrosialftico: Suelo rico en hierro y aluminio, pero que todavía conserva un importante contenido de sflice. Los suelos ferrosialíticos están formados principalmente por arcillas esmectfticas (como la montmorillonita). Glosario 203 Filtro de pozo: Tubo perforado utilizado para permitir el flujo de agua hacia un pozo. Flysch: Roca sedimentaria fina, detrítica (limosa, arcillosa, a veces arenosa), formada durante estadios medios de la orogénesis en aguas costeras superficiales o en llanos continentales. Gelifracción: Proceso de fracturación de fragmentos de roca por acción del hielo. Gibsita: Ver Ferralítico. Gneises: Rocas metamórficas formadas por minerales de tipo granítico (esencialmente feldespatos y generalmente cuarzo, micas y anfibolitas asociados, entre otros). Los gneises se forman en ambientes geológicos metamórficos medios o profundos, como consecuencia del metamorfismo de sedimentos arcillosos o de rocas graníticas. Goetita: Ver Ferralítico. Graben: Sección deprimida de la corteza terrestre, limitada por fallas generalmente de forma alargada. Intrusión salina: Ingreso de agua salada a un acuífero de agua dulce. Kárstico: Procesos o rasgos geológicos y geomorfológicos relacionados con la disolución de minerales carbonatados por el agua en ambientes calcáreos (entre los principales procesos se incluyen el aumento de las fracturas y la formación de cuevas). Labrador: Ver Basalto. Lacustre: Condición relacionada con procesos o características que se dan en lagos o áreas circundantes bajo la influencia de dichos cuerpos de agua. Lahar: Flujo de lodo, cenizas y agua en las laderas de un volcán. Lapilli: Pequeño fragmento de roca expulsado por un volcán. Lava: Ver Magma. Léntico: Relativo al agua estancada. Llanos: Llanuras; generalmente utilizado para las llanuras de sabana de Colombia y Venezuela. Macizo: Masa montañosa principal. Magma: Material derretido subterráneo, que se encuentra principalmente en las regiones volcánicas (cuando es derramado o expulsado a la superficie previo a su solidificación se llama lava). Micaesquistos: Ver Esquistos. Migmatitas: Rocas metamórficas formadas por la inyección generalizada de calcio y feldespatos bajo forma de pequeños diques y constituida como resultado de un 204 Ciudades Sedientas derretimiento parcial y diferencial y de la removilización local de materiales derretidos. Molasa: Rocas sedimentarias de grano grueso (principalmente conglomerados) formadas en ambientes continentales subaéros, durante las dltimas etapas de la orogénesis. Montmorillonita: Ver Ferrosialftico. o Oligoclasa: Ver Feldespatos. Orogénesis: Procesos de formación de las montadas. Orografía: Relativo al relieve. Ortoclasas: Ver Feldespatos. Palustres (Formaciones): Formaciones de humedales. Pampas: Tierra de praderas de Argentina, Uruguay y el sur de Brasil. Pilar tectónico: Sección elevada de la corteza terreste, limitada por fallas. Piroclástico: Término genérico utilizado para designar rocas volcánicas formadas como resultado de la acumulación y consolidación de fragmentos volcánicos, cenizas o polvo, debido a la gravedad, eyección de gas, viento, transporte por agua, etcétera. Plagioclasa: Ver Feldespato. Riolita: Roca volcánica rica en sílice (generalmente formada por feldespato ortoclásico y cálcico). S Sienita: Ver Traquita. Tectonismo, tectónico: Procesos internos que moldean las distintas características de la corteza terrestre. Thalweg: Línea que sigue un curso de agua en el fondo de un valle. Tillita: Conglomerado glaciar. Toba: Roca volcánica formada como resultado de la consolidación de cenizas y polvos volcánicos. Traquita: Roca volcánica constituida de feldespatos potásicos, con eventual presencia de otros minerales, como feldespatos plagioclásicos y cuarzo (su homólogo ígneo es la sienita). Zonas hiperpluviales: Zonas de precipitación muy intensa (por ejemplo, mayor de 3.000 mm anuales). EL AUTOR Danilo J. Antón es un geógrafo uruguayo y canadiense con más de 25 arios de experiencia en el campo ambiental. Ha manejado proyectos de investigación en más de 30 países. Ha trabajado en problemas de desertificación en Africa sub-sahariana y Arabia, problemas ambientales de las megalópolis del Tercer Mundo y desarrollo de fuentes de aguas no tradicionales, tales como hielo, nieve y nieblas costeras en Pakistán y Chile. Más recientemente se ha dedicado a la investigación de los sistemas de gestión ambiental tradicionales de los pueblos indígenas de América habiendo publicado varios libros sobre ese tema. CIUDADES SEDIENTAS Agua y ambientes urbanos en América Latina Durante las últimas décadas y hasta la época actual, las ciudades de América Latina han crecido acelerada y desordenadamente. La explotación descontrolada de los recursos naturales ha tenido efectos negativos tanto en los ambientes locales como en la calidad de vida de la gente. Millones de personas se incorporan anualmente al contingente poblacional agregando nuevas presiones sobre los servicios urbanos. El agua es uno de los recursos más profundamente afectados por este proceso. Las aguas naturales se contaminan, el abastecimiento es, insuficiente y desigual y las inversiones requeridas aumentan día a día, fuera del alcance de las posibilidades financieras de los gobiernos. Para resolver estos problemas será necesario desarrollar nuevos modelos mucho más imaginativos, equitativos y sostenibles. Sólo en ese momento se logrará saciar la creciente sed de agua de los pueblos urbanos del continente. CIID CANADA EDICIONES HENO 11, nordan comunidad ISBN (NORDAN): 9974-42-040-7 ISBN (UNESCO): 92-3-30 3268-X