ISSN 0251-2483
Revista de la Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción"
Revista
ESTUDIOS PARAGUAYOS
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Gaya Makarán
Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia
de la (NO) integración nuestroamericana....................................7
Claudio José
Fuentes Armadans
El concepto "pynandi". Abordaje teórico-histórico
de un mito nacionalista...............................................................41
Bárbara Gómez
Verdad e historia en "La revolución de la independencia
del Paraguay" de Blas Garay.....................................................65
Maximiliano Zuccarino
La ayuda Argentina al Paraguay durante la
Guerra del Chaco.......................................................................87
Georgina Zavattiero
Transformaciones urbanas, segregación social
y déficit habitacional: ¿Una relación sincrónica
en América Latina y Paraguay?................................................117
Javier Numan
Caballero Merlo
Dualidad en la división del trabajo en la
producción en sociología según universidades y las capillas
(Apuntes de investigación)........................................................155
www.respy.org
Vol.
XXXIV
2
Revista Estudios Paraguayos
© Centro de Estudios Antropológicos (CEADUC)
Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
Independencia Nacional y Comuneros
Casilla de Correo #1718 - Asunción - Paraguay
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2016
Vol. XXXIV, Nº 2
Asunción - Paraguay
Diciembre 2016
LISTA DE EVALUADORES DE ESTUDIOS PARAGUAYOS 2013-2018
EVALUADORES
REFERENCIA INSTITUCIONAL
Abente Brun, Diego
Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya, Paraguay
Amarilla, Deisy
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Arditi, Benjamín
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Caballero Mejías, Ester
Universidad Carlos III de Madrid, España
Caballero Merlo, Javier
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Caballeros Campos, Herib
Universidad Nacional de Canindeyú, Paraguay
Cerna Villagra, Sarah
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Céspedes Darmany, Lorena
Universidad Complutense de Madrid, España.
Céspedes Ruffinelli, Roberto
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Demelenne, Dominique
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Filartiga Callizo, Camilo
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Fretes Carreras, Luis
Universidad de Lisboa, Portugal
Fuentes Armadans, Claudio
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Gephart, Malte
Universidad de Hamburgo, Alemania
Gómez Romero, Celeste
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Paraguay
López, Magdalena
Universidad de Buenos Aires, Argentina
Martínez Escobar, Fernando
Universidad de Buenos Aires, Argentina
Ortiz Sandoval, Luis
Instituto de Ciencias Sociales de Paraguay, Paraguay
Peris Castiglioni, Carlos
Universidad Nacional de Asunción, Paraguay
Rehnfeldt, Marilin
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Rivarola Franco, Magdalena
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Paraguay
Saracho, Víctor
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Sarah, Darío
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
Silvero, José Manuel
Universidad Nacional de Asunción, Paraguay
Solís, Juan Mario
Universidad Nacional de San Luis de Potosí, México
Taboada Gómez, Victoria
Universidad Católica "Ntra. Sra. de la Asunción", Paraguay
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Universidad Nacional de Formosa, Argentina
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posicionamiento del CEADUC y de la Universidad Católica.
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ESTUDIOS PARAGUAYOS
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Director:
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Editor:
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Secretaria:
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Isabelle Combès (Instituto Francés de Estudios Andinos, Bolivia)
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Jorge Eremites (Universidad Federal de Grande Dourados, MS, Brasil)
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René Harder Horst (Appalachian State University, EEUU)
Bartomeu Melià (Instituto Superior de Estudios Humanísticos y Filosóicos -ISEHF, Paraguay)
Mario Ramos Reyes (Universidad de Kansas, EEUU)
Marilín Rehnfeldt (Universidad Católica, Paraguay)
Sinforiano Rodríguez (Asociación Indigenista del Paraguay, Paraguay)
Gianpaolo Romanato (Universidad de Padova, Italia)
Rodrigo Villagra (Universidad Católica de Itapúa, Paraguay)
José Zanardini (Centro de Estudios Antropológicos, Paraguay)
Consejo Cientíico
homás Whigham (Universidad de Georgia, EE.UU)
Ignacio Telesca (Universidad Nacional de Formosa, Argentina)
Luis Ortiz Sandoval (Instituto de Ciencias Sociales de Paraguay, Paraguay)
José Manuel Silvero (Universidad Nacional de Asunción, Paraguay)
Magdalena López (Universidad de Buenos Aires, Argentina),
Javier Núman Caballero Merlo (Universidad Católica “Ntra. Sra. de la Asunción”, Paraguay)
Luis Fretes Carreras (Universidad de Lisboa, Portugal)
Sarah Cerna Villagra (Universidad Nacional Autónoma de México, México)
Víctor Saracho (Universidad Católica “Ntra. Sra. de la Asunción”, Paraguay)
Claudio José Fuentes Armadans (Universidad Católica “Ntra. Sra. de la Asunción”, Paraguay)
Victoria Taboada (Universidad Humboldt Berlín, Alemania)
REVISTA ESTUDIOS PARAGUAYOS
Revista de la Universidad Católica Nuestra “Señora de la Asunción”
Departamento de Ciencias Sociales - Centro de Estudios Antropológicos
Vol. XXXIV, Nº 2 - Asunción del Paraguay - Diciembre 2016
Gaya Makarán
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de la (NO) integración nuestroamericana.................7
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y déicit habitacional: ¿Una relación sincrónica
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Caballero Merlo
Dualidad en la división del trabajo en la
producción en sociología según universidades
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Editorial
El conocimiento avanza a ritmo de vértigo. Sus aplicaciones redeinen los
escenarios de la vida y, junto con las tecnologías de la información, transforman diariamente el mundo entero. Lo anterior no es un tema menor, pues no
puede existir desarrollo, innovación y educación sin desplegar la imperiosa actividad primeramente mencionada. En aquella se halla la auténtica producción
de conocimientos, aurora de la libertad y la soberanía.
Una sociedad que pretende modernidad o insertarse en el mundo global no
puede excluir la investigación cientíica y tecnológica de sus programas de desarrollo. La investigación, de hecho, es el parámetro principal de excelencia en
los rankings internacionales. Pero no es poca cosa insertar, sin las tradiciones
adecuadas ni recursos económicos, la cultura de la ciencia.
Decir que estamos o que queremos estar en la sociedad del conocimiento es
un tópico. Todos sabemos que actualmente la principal fuente de riqueza y poder no vive en la materia prima de la agricultura, la ganadería o del subsuelo,
tampoco en la producción industrial, sino en la producción de saberes y, estos,
se originan eicazmente mediante la investigación.
EskoAho, el primer ministro de Finlandia decía que “investigar es invertir
dinero para obtener conocimientos, mientras que innovar es invertir conocimientos para obtener dinero”. La relación entre ambas es perene e inseparable.
Lo dicho nos obliga asegurarnos que nuestros cimientos sean lo suicientemente sólidos. Según el Banco Mundial (2015), Paraguay invierte en investigación el 0,09% del producto interno bruto (PIB), dejándonos clasiicados entre
los países de más baja inversión en el mundo. Para que la educación superior
y la universidad hagan un excelente trabajo, el Estado tiene que acrecentar
mucho más la inversión inanciera.
A pesar de los números existen esfuerzos reales para mejorar la situación
de la investigación en esta nación sudamericana. De hecho, desde el año 2010,
funciona el Consejo Nacional de Ciencias y Tecnología – CONACYT, organismo instalado, consolidado y reconocido por el Poder Ejecutivo y todos los
sectores, como generador, promotor y articulador de la Ciencia, la Tecnología,
la Innovación y la Calidad, cuyo proyecto estrella es el “Programa Nacional
de Incentivo a los Investigadores” (PRONII). Este impulsa la carrera cientíica
en Paraguay con el objetivo de fortalecer y expandir la comunidad cientíica.
Aquí, los cientíicos son divididos por niveles y disciplinas, según su respectiva
producción, recibiendo un incentivo económico para el mejoramiento de su
actividad.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
5
A pesar de los avances, aún queda un largo desierto por atravesar. La Revista Estudios Paraguayos apuesta por lo expresado y, en esta edición, sigue presentando vanguardistas estudios académicos sobre nuestra realidad, aquella
que nos interpela por su profunda desigualdad e injusticia.
6
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
BIBLIB: 0251-2483 (2015), 7-39
PARAGUAY: ¿ISLA RODEADA DE TIERRA?
UNA HISTORIA DE LA (NO) INTEGRACIÓN
NUESTROAMERICANA
PARAGUAY: ISLAND SURROUNDED BY LAND?
A HISTORY OF OUR-AMERICAN (NO) INTEGRATION
Enviado: 01/11/2016
Aceptado: 04/12/2016
Gaya Makaran1
Resumen
En el presente artículo2 nos acercamos a la temática de la integración continental desde una negación explícita de la misma en el caso paraguayo, a partir
del tópico del aislamiento, para descubrir sus matices y precisar las tensiones
entre la tendencia al enclaustramiento y los esfuerzos de superarla, sin sucumbir a la tentación de coniar en el estereotipo. En este recorrido histórico por
los encierros y las aperturas paraguayas se evidenciará el carácter complejo
del proceso que se escapa a las valorizaciones simplistas. Esta no-integración
en términos mucho más amplios que los sugeridos por ciencias políticas, que
condena a la marginalización y al olvido, tiene por lo menos dos dimensiones:
una, la externa, ejercida por el coro de las naciones, y la otra, la auto-asumida
y determinada por una serie de factores históricos. Nos va a ocupar sobre todo
esta última, es decir: la tendencia endógena del Paraguay al aislamiento, vista a
partir de su historia especíica. Al mismo tiempo y por contraste, nos interesarán las aperturas paraguayas y sus esfuerzos por la integración regional, según
la igura proyectada por los mismos paraguayos de ser “el corazón de América”,
que pretende contradecir el tópico de la “isla guaraní”.
1
2
Doctora en Ciencias de Literatura por la Universidad de Varsovia, investigadora asociada del
Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM. Líneas de investigación: movimientos indígenas andinos, las identidades colectivas en Bolivia y Paraguay.
Contacto: makarangaya@gmail.com
Versión extensa del artículo: “¿Isla rodeada de tierra? Una mirada histórica a los encierros y
las aperturas del Paraguay en el contexto nuestroamericano”, publicado en el libro colectivo de
Liliana Weinberg (coord.), 2016; Perspectivas de la integración cultural, IPGH, CIALC, México.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
7
Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
Palabras clave
Paraguay; integración; aislamiento; nacionalismo; isla guaraní; corazón de
América.
Abstract
In the article we approach the theme of continental integration from an explicit negation in the Paraguayan case, from the topic of isolation, to discover
its nuances and tensions between the tendency to enclosure and the eforts to
overcome it, without succumbing to the temptation to trust in the stereotype.
In this historical journey for the Paraguayan closures and openings will be evidenced the complex nature of the process that escapes to the simplistic valuations. his non-integration in terms much broader than those suggested by the
political sciences, which condemns marginalization and oblivion, has at least
two dimensions: one, the external, exercised by the chorus of nations, and the
other, the Self-assumed and determined by a series of historical factors. his is
going to occupy us especially the last one, that is to say: the endogenous tendency of Paraguay to the isolation, seen from its speciic history. At the same
time and by contrast, we will be interested in the Paraguayan openings and
their eforts for regional integration, according to the igure projected by the
Paraguayans themselves to be “the heart of America”, which seeks to contradict
the topic of the “Guarani island.”
Keywords
Paraguay; integration; isolation; nationalism; guaraní island; heart of America.
8
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Gaya Makaran
1. Introducción
“Los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como
quienes van a pelear juntos” dijo José Martí en su clásico ensayo Nuestra América, referente principal de la idea nuestroamericana. La integración continental en todos los aspectos, tanto económicos como culturales, la colaboración
entre países “hermanos” unidos para hacer frente a los enemigos comunes son
las premisas claves del latinoamericanismo actual. En este contexto, la existencia de los rincones latinoamericanos, como Paraguay, que históricamente se
han constituido a espaldas a las dinámicas propias del continente y que constituyen todavía “incógnitas” para el resto de la comunidad internacional, sigue
siendo un reto ante el ideal martiano.
Si un extranjero se acerca voluntariamente, o por casualidad al Paraguay,
éste al principio se vislumbra como una tierra mítica y misteriosa, un país de
maravillas, donde el pasado es el presente y sus habitantes más que seres de
carne y hueso parecen criaturas fantásticas, dotadas de una espiritualidad guaraní única. Al Paraguay lo conocemos a través de los diarios de viaje de varios
europeos que se adentraban en sus espesos bosques con esperanzas de encontrar gigantes y amazonas; por la utopía de los jesuitas; por los relatos de sus
vecinos estupefactos frente a la originalidad de su habla y su régimen socioeconómico en el siglo XIX. Lo llamaron “China de América” por su aislamiento y
su misterio, una ínsula única en el mapa latinoamericano, donde el indio logró
imponer su impronta a toda la sociedad. Este país verdirrojo de “ríos eternos”,
de naturaleza fracturada entre el occidente y el oriente, entre el guaraní y el
castellano, entre lo antiguo y lo moderno, hasta hoy en día sigue siendo la fantasía de los viajeros y la atracción para diversos soñadores en busca de utopías.
Esta no-integración en términos mucho más amplios que los sugeridos por
ciencias políticas, que condena a la marginalización y al olvido, a un no-ser
a pesar de estar y ocupar su trozo de territorio igual marginado, tiene por lo
menos dos dimensiones: una, la externa, ejercida por el coro de las naciones,
y la otra, la auto-asumida y determinada por una serie de factores históricos.
Nos va a ocupar sobre todo esta última, es decir: la tendencia endógena del Paraguay al aislamiento, vista a partir de su historia especíica. Al mismo tiempo
y por contraste, nos interesarán las aperturas paraguayas y sus esfuerzos por
la integración regional, según la igura proyectada por los mismos paraguayos
de ser “el corazón de América”, que pretende contradecir el tópico de la “isla
guaraní”.
Cuando el gran escritor paraguayo, Augusto Roa Bastos, en uno de sus ensayos llamó a su país natal “isla rodeada de tierra”, al referirse al atraso y la
marginalidad de la literatura paraguaya frente a las literaturas latinoamericaEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
9
Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
nas, recuperaba una imagen recurrente y de larga data, un tópico que ha marcado a este país mediterráneo a lo largo de su historia y que con tanto acierto
presentó en su libro La ínsula paraguaya, Eric Courthes3. La isla, metáfora
aplicada tanto por sus vecinos como por los mismos paraguayos, hace referencia no solo a su aislamiento geográico o lo impenetrable de sus bosques
(en la actualidad sustituidos en su mayoría por los cultivos de soya), sino a su
proceso histórico original y relativamente autónomo.
Nos acercamos entonces a la temática de la integración desde una negación explícita de la misma en el caso paraguayo, a partir del tópico del aislamiento, para descubrir sus matices y precisar las tensiones entre la tendencia
al enclaustramiento y los esfuerzos de superarla, sin sucumbir a la tentación
de coniar acríticamente en el estereotipo. En este recorrido histórico por los
encierros y las aperturas paraguayas se evidenciará el carácter complejo del
proceso que se escapa a las valorizaciones simplistas. Veremos, en el caso paraguayo, que la integración no tiene por qué constituir un valor en sí mismo, ni
el aislamiento necesariamente debe ser condenable.
2. De Provincia Gigante a la República de los guaraníes
Los inicios de lo que hoy se conoce como la República del Paraguay, que
para esta investigación ubicamos en la conquista y la colonización de la provincia, sin desconocer la importancia del pasado precolombino, están marcados, paradójicamente, por la centralidad más que la insularidad. Efectivamente, fueron las tierras paraguayas el corazón de la conquista después del fracaso
de la primera ciudad de Buenos Aires4, de allá salían las expediciones ansiosas
de tesoros peruanos, que, aunque no consiguieron sus objetivos, fundaron varias ciudades, entre ellas Santa Cruz de la Sierra en la actual Bolivia, la ciudad
de Corrientes, Santa Fe y Concepción del Bermejo en Argentina, o Ciudad
Real en Brasil, sin hablar de la segunda ciudad de Buenos Aires fundada en
1580 por la expedición de Juan de Garay.
De ahí, la ciudad de Asunción, fundada el 15 de agosto de 1537 con el nombre de la Casa Fuerte de Nuestra Señora de la Asunción por Juan de Salazar5,
3
4
5
10
Eric Courthes, La ínsula paraguaya, Biblioteca Paraguaya de Antropología, Vol. 49, Asunción,
CEADUC, 2005.
Las primeras expediciones españolas a los territorios en cuestión se llevaron en 1524 y 1528
por Alejo García y Sebastián Gaboto respectivamente con el objetivo de llegar al Alto Perú. Las
dos fueron recibidas con flechas por los nativos y fracasaron en su intento. La tercera expedición y la primera relativamente lograda se dio bajo el liderazgo de Pedro de Mendoza, Capitán
General del Río de la Plata a partir de 1534. Dos años después de su nominación, Mendoza
logró fundar el Puerto de Nuestra Señora del Buen Aire. Fue la primera ciudad de Buenos Aires.
El Fuerte militar de Asunción fue elevada al rango de la ciudad con el acta de su fundación
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Gaya Makaran
se convirtió en el centro mismo de la empresa colonizadora y pronto fue bautizada como la “madre de las ciudades”, al convertirse en el punto de partida
de nuevas expediciones colonizadoras. Aquel recuerdo de la centralidad paraguaya es recuperado por el naciente discurso nacionalista difundido por los
intelectuales de la famosa Generación 9006, bajo la imagen del Paraguay como
el “corazón de América”. Como podemos ver en el siguiente fragmento del
poema “Canto Secular” (1911) del poeta novecentista Eloy Fariña Núñez, la
ciudad capital, como madre de las ciudades más importantes de la actual América, es también el centro del poder colonial y de su empresa “civilizadora”:
Asunción, la muy noble y muy ilustre
La ciudad comunera de las Indias,
Madre de la segunda Buenos Aires
Y cuna de la libertad de América
Prolongación americana un tiempo
De las villas forales de Castilla…7
Dos años después de la fundación de Asunción, Domingo Martínez de Irala
se convierte por el voto de los conquistadores en el Gobernador de La Plata8, y la
provincia de Paraguay aianza su importancia en el mapa de dominios coloniales de la Corona, ganándose el nombre de la Provincia Gigante de Indias. De
hecho, si echamos un vistazo a los antiguos planos del continente, nos llama
la atención la extensión y la centralidad de la provincia de Paraguay (Véase
Imagen 1).
6
7
8
del 16 de setiembre de 1541, firmada por el Cabildo instituido por el gobernador Domingo
Martínez de Irala, y recibió el nombre de La Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora de la
Asunción.
Es la Generación 900 o el novecentismo, quien empieza la discusión intelectual acerca de las
cuestiones nacionales, en el contexto de la difícil recuperación de la Posguerra y la cercanía
del centenario de la independencia paraguaya. La Generación 900 incluye a los intelectuales
de diferentes corrientes ideológicas, incluso confrontadas, nacidos generalmente entre 18671880, jóvenes de la Posguerra, que empiezan su mayor producción alrededor del año 1900.
Les une la preocupación por la patria, sin embargo, les divide su postura frente a la historia, el
“carácter” y la identidad de los paraguayos. Los más representativos: Arsenio López Decoud,
Ignacio Pane, Manuel Domínguez, Manuel Gondra, Fulgencio Moreno, Blas Garay, Juan O’Leary,
Alejandro Guanes y Eloy Fariña.
Eloy Fariña Núñez, “Canto Secular”, en Luís María Martínez, El Trino Soterrado. Paraguay: aproximación al itinerario de su poesía social, Tomo I, Asunción, Intento, 1985, consultado en www.
portalguaraní.com
La Cédula Real del 1537 entregaba a los conquistadores de la provincia el derecho a la elección
de sus gobernadores.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
11
Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
Imagen N° 1: Gran Provincia del Paraguay. “L. Amerique Meridionale”
Parte del mapa colonial de Hiaillot del Siglo XVII. Biblioteca Nacional de Santiago de Chile.
Fuente: Archivo de imágenes del diario ABC, en www.abc.com.py
Como sugiere el historiador paraguayo Efraím Cardozo: “La conciencia y
el orgullo de haber sido la Provincia Gigante de Indias y de que el nombre
paraguayo estampara su sello denominador y civilizador sobre las más vastas
tierras del continente sudamericano, fue estímulo para sobrellevar infortunios
para aspirar a grandezas de otro orden, que no fueran meramente materiales
o geográicas”9. En este sentido, el discurso nacionalista paraguayo, al recuperar esta memoria histórica larga, pretende despertar y mantener el orgullo
nacional. Paraguay sería, de esta manera, el precursor de la integración latinoamericana, aunque entendida como la imposición del dominio español con
pretensión de uniicación cultural y socioeconómica de los vastos y diversos
territorios de la América precolombina.
9
12
Efraím Cardozo citado en José Manuel Rodríguez Pardo, La independencia del Paraguay no fue
proclamada el 14 de Mayo de 1811, Asunción, Servilibro, 2011, pp. 87-88.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Gaya Makaran
Con el tiempo, la Provincia Gigante empezó a perder sucesivamente su importancia y su extensión territorial, cediendo su centralidad a la segunda ciudad de Buenos Aires que no tardó en convertirse en la nueva capital, primero
de la provincia, y luego, tras las reformas borbónicas, del Virreinato del Río de
La Plata (1776). La pérdida de la centralidad se debió a diversos factores, entre
ellos el cambio de prioridades políticas y económicas de la Corona española
que, una vez frustrado el sueño de El Dorado y asegurado su poder en el Perú,
perdió el interés por las tierras paraguayas carentes de metales preciosos y sin
salida al mar. Así, la Provincia Gigante se iba reduciendo para convertirse ya
en el siglo XVII10 en una “pequeña nación mediterránea”, como la nombró el
intelectual paraguayo Justo Prieto11, rodeada por el mar de bosques impenetrables.
De esta manera, Paraguay inició en el siglo XVII la historia de su insularidad, al ser el aislamiento geográico-administrativo y poca importancia económica para la Corona, los factores que condicionaron la formación particular
de la sociedad paraguaya al margen de las tendencias continentales. En este
sentido podemos destacar la impregnación del conquistador por el estilo de
vida guaraní (poligamia, actividad agrícola, comida, vestimenta, etc.) a la par
con el mestizaje generalizado ante la escasez de las mujeres europeas. Esta progresiva “guaranización” de las élites coloniales junto con el reconocimiento de
los mestizos como hijos legítimos e igualados en sus derechos a los criollos,
ambos con el título legal de “españoles”, determinó el carácter especíico de la
provincia12. Igual que la predominancia del idioma nativo que pronto se hizo
evidente a tal grado que el castellano era usado solo por una pequeña élite de
los letrados para el contacto con el exterior, mientras el guaraní en su variante
10
11
12
La desmembración de la Provincia, solicitada debido a su enorme y difícil de administrar extensión, inicia en 1617 cuando el Rey Felipe III aprueba la formación de dos gobernaciones: la del
Paraguay y la del Guairá. La ciudad de Asunción fue incluida a esta última, lo que inició el proceso de su marginalización frente a Buenos Aires, capital de la primera. Véase Paola Domingo,
De la “Provincia Gigante de Indias” à la “Tierra en Medio de la Mar”: l’espaceparaguayenauxXVIe
et XVIIesiècles (1534-1617), en e-Spania, 2012. Puesto en línea el 15 enero 2013, consultado el
16 marzo 2016, http://e-spania.revues.org/21861
Justo Prieto Paraguay, La Provincia Gigante de las Indias. Análisis espectral de una pequeña nación mediterránea, Asunción, Archivo del Liberalismo, 1988.
Dado el aislamiento de la provincia, los colonizadores optaron por legalizar las uniones y los
hijos “naturales” con las guaraníes. De esta manera, las primeras generaciones de mestizos fueron reconocidos por sus padres españoles como legítimos: basta recordar el gesto simbólico
del gobernador Domingo Martínez de Irala, llamado por eso “padre de la nación paraguaya”,
quien reconoció sus vástagos de madres indígenas y posteriormente casó a sus hijas mestizas con sus capitanes. De esta manera, los mestizos se convertían oficialmente en españoles y
como tales, tenían los mismos derechos que sus padres: podían heredar encomiendas, ocupar
cargos públicos, etc. Con el tiempo, se hace notar la estratificación socioeconómica de los mestizos. Véase Gaya Makaran, Paraguay: el nacionalismo y sus mitos, México, CIALC-UNAM, 2014.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
13
Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
mestiza (diferente al guaraní indígena) se convirtió en la lengua exclusiva de
uso interno. Según el testimonio del padre José Cardiel de 1758:
“En una y otra ciudad, los más saben castellano, pero en las villas y en
todas las poblaciones de campo, chacras y estancias no se habla ni sabe por
lo común, especialmente entre las mujeres, más que esta lengua corrupta… me fue necesario aprender esta tan adulterada lengua para darme a
entender, porque la propia guaraní no la entendían, y menos el castellano…”13.
El monolingüismo guaraní de la Provincia de Paraguay se mantuvo durante toda la época colonial y siguió sin mayores cambios en la tormentosa
época de luchas independentistas. Por lo cual no sorprende que Manuel Belgrano, uno de los impulsores de la independencia rioplatense, motivado por
una necesidad práctica, dirigiera cartas a las autoridades y al pueblo paraguayo
precisamente en guaraní, considerado éste el único idioma realmente hablado
en la Provincia. Esta “guaranización” lingüística, pero también cultural de la
población paraguaya constituyó, junto con la geografía, un factor importante
que ha determinado su insularidad y su “doble encierro”, según las palabras de
Roa Bastos:
“Al aislamiento geográico se superpone el aislamiento idiomático; al cerco de su mediterraneidad, el doble cerco bilingüe: la coexistencia, desde
hace cuatro siglos, de dos idiomas, el castellano y el guaraní –la lengua
del conquistador y la lengua del conquistado- que sirven paralelamente,
aunque no complementariamente, como instrumentos de comunicación a
toda una colectividad”14.
Pronto esa creciente insularidad de la provincia paraguaya, cuyos habitantes, debido al “doble encierro”, empiezan a formar tempranamente una identidad especíica y diferenciada de las demás provincias del Río de la Plata, se
reforzará con las misiones o reducciones jesuíticas, conocidas también bajo
el nombre de la “República de los guaraníes”15 (1609-1767), que fomentarán
todavía más el estereotipo del encierro y del misterio que empieza a imponerse
sobre la provincia. Las reducciones ocuparon vastos territorios que hoy en día
corresponden al sur de Paraguay, nordeste de Argentina y el sur brasileño, y
13
14
15
14
José Cardiel citado en Bartomeu Melià, La lengua guaraní del Paraguay. Historia, sociedad y
literatura, Madrid, MAPFRE, 1992, p. 59.
Augusto Roa Bastos, “Paraguay, Isla rodeada de tierra, en Para hacer memoria, UNESCO, p. 57,
en www.lacult.unesco.org/docc/oralidad_06_07_56-59-paraguay.pdf (el 5 de marzo de 2016).
Las reducciones ubicadas en el territorio del actual Paraguay fueron San Ignacio Guazú, San
Cosme, Itapúa, Corpus, Candelaria, Santa Ana, Loreto, San Ignacio Mini, Santa María de Fe y
Santiago. Véase Mary Monte de López Moreira, Historia del Paraguay, Asunción, Servilibro,
2012, p. 93.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Gaya Makaran
gozaron de una amplia autonomía que les permitió constituirse como “islas”
autárquicas y difícilmente penetrables, desvinculadas de la vida del resto del
Paraguay colonial. El historiador Efraím Cardozo las describe de la siguiente
manera:
“Poco a poco las Misiones fueron independizándose hasta desaparecer la
facultad que, por las leyes indianas, pertenecía a los gobernadores de designar los curas y los corregidores de las reducciones. Finalmente el derecho a la visita quedó restringido y prácticamente anulado al obtener los
jesuitas un rescripto real que prohibía a personas extrañas seculares de
cualquier estado que fueran, eclesiásticos o religiosos españoles, el acceso
a las Misiones sin licencia del Provincial. […] Cuatro de los pueblos quedaron abiertos a los paraguayos que iban a comerciar y que no podían
permanecer más de tres días. En los otros pueblos no pudo nunca penetrar
nadie. El aislamiento fue de hecho total, porque también se vedó la salida
de los indios. […] Las Misiones constituyeron un mundo herméticamente
cerrado”16.
La empresa jesuita correspondía en el plano político a la necesidad colonial
de paciicación de los pueblos guaraníes rebeldes y su relativa integración a
la vida “cristiana”, aunque en el plano religioso ponía límite a dicha integración, al plantear el aislamiento como medio preservador de rasgos indígenas
considerados útiles para la construcción de una sociedad cristiana nueva y
modélica. En este contexto, cualquier contacto con la sociedad colonial era
considerado por los padres como “contaminador” y destructivo para la presunta inocencia y bondad de los “salvajes”. En la República de los guaraníes,
junto con el control y el ordenamiento carcelario de la vida de los indígenas,
según el minucioso reglamento llamado en guaraní Araporuaguiyeihaba (Del
recto uso del tiempo), se intentaba preservar la pureza de la lengua nativa y
fomentar el comunitarismo e igualitarismo cristiano: “Con este sistema de tierras públicas y privadas, los guaraníes podían compararse a las abejas, todas las
cuales tienen su propia miel, su vivienda y su alimento, pero solo después que
elaboraban el panal común y concurrieran al trabajo colectivo en el campo y
en la colmena”17. El experimento jesuita servirá de referente obligatorio tanto
a los críticos como a los partidarios del encierro paraguayo y su apuesta por
una “sociedad de abejas” volverá de manera recurrente a lo largo de la historia
política del país.
16
17
Efraím Cardozo, Apuntes de historia cultural del Paraguay, Asunción, Biblioteca de Estudios
Paraguayos, vol. XI, 1998, pp. 119 y 120.
José Manuel Peramás, La república de Platón y los Guaraníes, Buenos Aires, 1946, citado en
Mary Monte de López Moreira, op. cit., p. 95.
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
3. Doctor Francia y la ínsula “socialista”
Tras la ocupación napoleónica de España, en el contexto de la crisis generalizada del poder de la Corona en sus colonias, la efervescencia política
llega también a las Provincias del Río de la Plata y tiene como consecuencia
la declaración independentista de la Junta de Buenos Aires el 25 de mayo de
1810. La élite paraguaya se ve forzada a situarse frente a estos acontecimientos
convulsos, al dividirse en tres corrientes políticas: los españolistas, partidarios
de la Corona, los autonomistas en apoyo a la Junta de Buenos Aires y los independentistas contrarios a un simple “cambio de amos” y promotores de un
Paraguay libre. Entre estos últimos se encontraba José Gaspar Rodríguez de
Francia quien en 1814 se convirtió en el Dictador Supremo del Paraguay.
Sus políticas desde el principio se concentraron en el aianzamiento de la
independencia paraguaya frente a España y sobre todo Buenos Aires18 y su
defensa ante las ambiciones integracionistas tanto de Argentina como de Brasil. Tenemos que recordar que la situación geopolítica de la provincia era en
aquel tiempo sumamente desfavorable: el acoso de parte de los vecinos, sobre
todo del ambicioso Buenos Aires; el bloqueo constante de los ríos que impedía el intercambio comercial; la amenaza constante de invasión; la falta del
reconocimiento internacional de la independencia paraguaya; y los rezagos
socio-económicos coloniales. Frente a esta situación geopolítica desfavorable,
el nuevo gobierno optó por una política exterior de neutralidad y no intervención en la región, profundizando al mismo tiempo el encerramiento del país
que, sin embargo, nunca ha sido total gracias al intercambio mercantil con
los comerciantes brasileños por el puerto Itapúa. Tanto las entradas de los extranjeros, como las salidas de los paraguayos eran condicionadas y dependían
de la decisión del Dictador. Este enclaustramiento, que le ganó al Paraguay el
nombre de la “China de América”, aunque en cierta medida provocado por la
política agresiva de Buenos Aires, sirvió al régimen francista para reforzar la
cohesión interna, estimular la economía nacional y minimizar la iniltración
de ideologías liberales potencialmente peligrosas para la dictadura.
Se estableció también el monopolio estatal para los principales productos
y se mantuvo una política económica de intervención y regulación en el contexto de autarquía impuesta por las circunstancias geopolíticas. La autarquía
18
16
Entre sus primeras medidas, todavía como Cónsul, se encuentran la expulsión de un gran número de españolistas, la confiscación de todos los bienes de los extranjeros fallecidos en el país,
la imposición de impuestos especiales sobre los foráneos y la prohibición de los matrimonios
de éstos con las mujeres blancas, promoviendo uniones con las “pardas” e “indias”. Igual, todos
los cargos públicos fueron reservados solo a los paraguayos. Fue un intento tanto de debilitar la
fracción españolista, como también de evitar el crecimiento de una élite considerada extranjera y alejada del pueblo que solía acumular su capital a través de matrimonios por conveniencia.
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paraguaya fue consecuencia de la política de la “soberanía económica” promovida por el Supremo quien la consideraba elemento previo e indispensable
de la soberanía política del país: “Y que cuando la bandera de la República
sea libre de navegar hasta el mar se admitirá el que vengan a comerciar y que
entonces se arreglará el comercio según convenga y del modo que sea útil a los
paraguayos y no solamente como hasta aquí para aprovechamiento y beneicio de los extraños”19. Como dice Oscar Creydt, la autarquía era más bien un
esfuerzo descolonizador e independentista que una simple consecuencia del
aislamiento: “La tarea de la dictadura nacional revolucionaria ha sido la de
crear las bases económicas para la consolidación de la independencia nacional
y para la lucha con la libre vinculación del país con el mercado mundial”20.
No cabe duda de que la necesidad de ser autosuicientes, les permitió a los
paraguayos desarrollar una economía nacional independiente, sobre todo con
base en la industria manufacturera y la agricultura variada, y consolidar de
esta manera un Estado no solo política, sino también económicamente soberano, sin necesidad de intercambios desiguales con las potencias europeas. Estas
circunstancias tuvieron su impacto positivo en la vida de las clases populares
paraguayas que, en contraste con otros países de la región, gozaban de paz y
relativa prosperidad. La siguiente cita de Grandsir releja esta especiicidad del
Paraguay francista:
“…por todo lo que veo aquí, los habitantes del Paraguay gozan, desde hace
22 años, de la paz perfecta, bajo una buena administración. El contraste
es en todo sorprendente con los países que he cruzado hasta ahora: se viaja
por el Paraguay sin armas: las puertas de las casas apenas se cierran… No
se ven mendigos; todo el mundo trabaja”21.
Este encierro, por muchos llamado “socialista”22. de las primeras décadas
de la independencia, por una parte resultó beneicioso para la joven república si tomamos en cuenta su difícil situación geopolítica, y por la otra aisló a
Paraguay de las corrientes ideológicas y culturales que recorrían el continente
y cuyo centro era Buenos Aires. La desconianza frente al poderoso vecino
se convirtió en la desconianza a la integración regional, al proyectar el aislamiento como el mejor garante de la reproducción cultural y física del pueblo
paraguayo.
19
20
21
22
Rodolfo Puiggros, Historia económica del Río de la Plata, s.l., Ediciones Futuro, 1948, p. 113.
Oscar Creydt, Formación histórica de la nación paraguaya, Asunción, Servilibro, 2010, p. 90.
Julio César Chavez, El Supremo Dictador, s.l., Ediciones Difusam, 1942, p. 350.
Véase por ejemplo Oscar Creydt, op. cit. y Roberto Ares Pons, El Paraguay del siglo XIX, un estado socialista, Montevideo, Nuevo Mundo, 1987. No es nuestro objetivo presentar aquí el debate
a favor y en contra de esta controvertida denominación.
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
4. Modernizar la China de América – las aperturas de los López
El 20 de septiembre de 1840, día de muerte del Supremo, Paraguay se encontró literalmente huérfano, en situación, si se nos permite esta metáfora, de
un hijo bien nutrido pero inmaduro, no preparado para valerse por sí mismo
sin la supervisión de su padre sobreprotector. Tras algunos años de inestabilidad política, sublevaciones militares y gobiernos efímeros, en 1844 fue elegido
presidente Carlos Antonio López por el periodo de diez años que se renovó
veces consecutivas hasta su muerte en 1862, cuando el poder pasó a su hijo
Francisco Solano López.
La tarea más urgente para el nuevo gobierno era aianzar legalmente la
independencia del Paraguay, como también buscar su reconocimiento internacional23, establecer oicialmente los símbolos patrios y acuñar la moneda
nacional, asuntos que su predecesor había dejado pendientes. Carlos López
emprendió una serie de acciones que se inscribían en su proyecto de reforzamiento del Estado, de las instituciones y de la economía nacional. Entre ellas
encontramos la reorganización completa de la administración pública con un
mayor presupuesto, la modernización del Ejército y la creación del arsenal y
de la Flota Nacional, el establecimiento de una legislación nacional al abolir
algunas leyes coloniales todavía vigentes, la construcción del primer tramo
del Ferrocarril Nacional, la apertura de las fundiciones de Hierro de Ybycuí, la
instalación de imprentas, el telégrafo, etc.
Sus esfuerzos de modernizar el país, conservando al mismo tiempo su soberanía política y económica, abrieron el Paraguay al extranjero, fomentaron
la producción y el comercio: exportación de productos paraguayos e importación de productos de lujo para una nueva burguesía nacional creciente. Se
irmaron tratados comerciales con Francia, Estados Unidos de América y el
Reino Unido y gracias a la tradicional política de neutralidad y de equilibrio
de fuerzas, se aianzaron las fronteras nacionales y se abrieron los ríos a pesar
de los numerosos conlictos con Argentina y Brasil. Paraguay, de un país autárquico y aislado se iba convirtiendo en una vanguardia latinoamericana en
cuanto al manejo de nuevas tecnologías (telégrafo, ferrocarril, prensa)24 y el
desarrollo económico nacional.
El afán cosmopolita de los López tuvo como consecuencia la “importación”
23
24
18
El reconocimiento de la independencia paraguaya en el ámbito internacional era uno de los
puntos prioritarios de la agenda exterior de Carlos López. Los primeros en reconocerla fueron
Bolivia y Chile (1843), seguidos por Brasil (1844), Argentina (1852) y muy tardíamente España (1880).
Carlos López fue también el fundador de la prensa nacional con la instalación de imprentas y la
edición del primer periódico oficial El Paraguayo Independiente, título de difusión y propaganda gubernamental.
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de varios profesionales europeos: ingenieros, maestros, artistas, con un evidente menosprecio del aporte local. De hecho, Carlos López quería erradicar la
lengua guaraní considerada bárbara por lo cual impulsó la castellanización de
los paraguayos25 a través del sistema escolar gratuito y obligatorio, ampliando
el legado educativo del Dr. Francia por la educación superior. Se crearon más
de trescientas escuelas con la ayuda de los maestros españoles invitados por el
régimen y se asignaron algunas becas de estudios superiores en el extranjero a
in de proveer al país de ingenieros y otros profesionales. Así, la escuela paraguaya dirigida por los europeos se convierte en la persecutora de la lengua y la
cultura vernácula, al obligar a los alumnos a comunicarse exclusivamente en
español bajo la pena de castigos físicos y humillaciones públicas:
“Se prohibía hablar en ella, en horas de clase, el guaraní, y a in de hacer
efectiva dicha prohibición, se habían distribuido a los cuidares o iscales
unos cuantos anillos de bronce que entregaban al primero que pillaban
conversando en guaraní. Éste los traspasaba a otro que hubiera incurrido
en la misma falta y así sucesivamente, durante toda la semana hasta el
sábado en que se pedía la presentación de dichos anillos, y cada uno de sus
poseedores como incurso en el delito, llevaba el castigo de cuatro o cinco
azotes”26.
Vemos aquí un esfuerzo de apertura controlada de esta “China americana”
con el objetivo de modernización, desarrollo industrial y reforzamiento estatal que pretendía dejar atrás la sobriedad excesiva de la autarquía e incorporar
a la república al concierto moderno de las naciones capitalistas. Con la diferencia, por supuesto, de que este capitalismo fuera controlado por el monopolio estatal en contra de la tendencia liberal de la época, liderada desde Buenos
Aires. Igual, merece nuestra atención el hecho de que se vinculara la apertura
hacia lo moderno con la occidentalización y la castellanización forzada de la
población paraguaya, vista la cultura guaraní como un rezago necesariamente
superable. De esta manera, el esfuerzo paraguayo por la integración cultural
con el continente inicia por la negación persecutoria de lo propio, formado a
lo largo de su historia marcada por el aislamiento.
Francisco Solano López, hasta entonces jefe del Ejército paraguayo, joven,
ambicioso y cosmopolita27, decidió continuar la obra de su padre en cuanto a la
25
26
27
En 1848 se oficializa el castellano como la lengua única del Estado y de la enseñanza en todos
sus niveles. Aquel mismo año se “desaparece” por decreto a la población indígena, al dotarla de
la ciudadanía paraguaya y al mismo tiempo, confiscar sus tierras y bienes.
Juan Crisóstomo Centurión citado en Bartomeu Meliá, La lengua guaraní del Paraguay..., op. cit.,
p. 166.
Francisco Solano López fue designado por su padre como ministro plenipotenciario del Paraguay en Europa (1852-1854), donde hizo contactos en los países europeos de Reino Unido,
Francia, Prusia, España y Piamonte-Cerdeña para obtener el reconocimiento de la independenEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
política económica y el desarrollo tecnológico y educativo del país, sin embargo, al mismo tiempo priorizó la redeinición de la política exterior. Fueron sus
ansias de una participación activa de Paraguay en la escena internacional, más
allá de las políticas de neutralidad y la no-intervención de sus predecesores, las
que desencadenaron, entre otros factores, el conlicto bélico más sangriento de
la historia latinoamericana. Este cambio de estrategia del gobierno lopista que
apostó por la participación activa y el reajuste de fuerzas en la región, coincidió con las tendencias revisionistas de sus vecinos en cuanto a los límites paraguayos (terminan los tratados de fronteras irmados por el López padre). Si a
todo esto añadimos todavía los esfuerzos imperialistas británicos de abortar la
soberanía económica de Paraguay, sin duda un “mal ejemplo” para la región,
y el clima ideológico de la época, sobre todo en Argentina (el liberalismo), no
tendremos la menor duda de que el conlicto parecía inevitable. Las potencias
aliadas: Argentina, Brasil e indirectamente Gran Bretaña, estaban buscando
pretexto para terminar de una vez por todas con la “ínsula paraguaya” y su
camino alternativo de desarrollo.
5. Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) y la “integración a
la civilización”
A pesar de las mencionadas aperturas emprendidas por los gobiernos de
los López en pos de la modernización del Paraguay, el país era constantemente
atacado por las élites liberales de Buenos Aires que expresaban sus conminatorias a través de la prensa porteña, al condenar el presunto carácter tiránico de
las políticas lopistas que, según su opinión, mantenían el país en un encierro
claustrofóbico y lo condenaban al atraso y la barbarie. Nos gustaría ver más de
cerca aquella polémica ventilada a través de los principales títulos bonaerenses, sobre todo El Orden, puesto que fue crucial para el ambiente ideológico
que fomentó y justiicó la intervención militar en el Paraguay.
El liberalismo argentino, expresado por el periódico El Orden, unido con
el positivismo evolucionista cuyo máximo representante fue Domingo Faustino Sarmiento, planteaba la existencia de una lucha entre la civilización y la
barbarie, entre lo moderno y lo retrógrado, donde la “civilización” se identiicaba con el capitalismo, la europeización, el incremento comercial, las ciudades porteñas, la aluencia masiva de inmigrantes europeos (el blanqueamiento
social), el desarrollo de vías de transporte y de comunicación y con el liberalismo político y económico, mientras que la “barbarie” eran todas las formas
de vida y de producción precapitalistas, los localismos, el campo, los indígenas
cia del Paraguay, además de abastecer al ejército paraguayo y contratar a los militares italianos
para su profesionalización. Estudió en la Escuela Especial Militar de Saint-Cyr en Francia. Fue
en París donde conoció a su futura esposa, la irlandesa Elisa Alicia Lynch.
20
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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considerados inferiores racialmente, el proteccionismo estatal y el poder dictatorial. Frente a estos planteamientos, el Paraguay era un país bárbaro por haber
rechazado el liberalismo tanto político como económico y por ser “un país de
indios” auto-aislado del mundo moderno.
El autoritarismo de los gobiernos paraguayos ocupa, por supuesto, una
parte importante de las críticas, sin embargo, más que la falta de la libertad
política preocupan el monopolio económico estatal y las disposiciones reguladoras que impiden el libre tránsito por los ríos y diicultan inversiones extranjeras: “Que el Paraguay siga oprimido, o salga cuanto antes de los brazos que
lo sofocan, es cuestión de humanidad y simpatías; pero que la navegación de
los ríos sea libre, es un interés americano, es un gran principio cuyo triunfo
anhelamos…”28. El periódico indica que las libertades políticas de los pueblos
“civilizados”, como el argentino, son la consecuencia natural de las libertades
económicas, y cualquier teoría contraria a estos presupuestos es contraria también al principio civilizador, cuyo portador en el continente pretende ser Buenos Aires:
“La libertad del comercio es la civilización, y la civilización produce la
libertad política. Esto es lo que no conviene a un gobierno que aspira a
perpetuar en su familia el gobierno de su país. […]No concebimos cómo
pueda lorecer un país cuyas fuentes de producción están obstruidas por
el monopolio oicial. […] Cuando las buenas ideas económicas están tan
difundidas entre nosotros, cuando Buenos Aires realiza los principios más
adelantados y más liberales en sus leyes mercantiles…”29.
El tema económico prevalece en estas reprimendas, sin embargo, se vincula
ideológicamente con el discurso civilizador, así se habla del “principio altamente civilizador del comercio libre y de la libertad de los ríos”, para inalmente destacar el carácter paraguayo aislado, carcelario y estancado en la pasividad
propia de la barbarie:
“En buenas palabras, esto no quiere decir más, sino que el gobierno paraguayo no quiere que se navegue en aquellas aguas; ¡no quiere que el
principio altamente civilizador del comercio libre y de la libertad de los
ríos, penetre en aquellas comarcas que mantiene cerradas con dobles cerrojos la libre e independiente república del Paraguay!30. Así vive el país
militarizado, así la tierra inculta, así el trabajo muerto, y justiicado el
monopolio oicial…”31.
28
29
30
31
Periódico El Orden, Buenos Aires, 5 de junio de 1857, en Ricardo Scavone Yegros, Polémicas en
torno al gobierno de Carlos Antonio López en la prensa de Buenos Aires 1857-1858, Asunción,
Tiempo de Historia, 2010, p. 75.
Ibíd, p. 73.
Periódico El Orden, Buenos Aires, 3 de junio de 1857, en Ricardo Scavone Yegros, Polémicas en
torno al gobierno de Carlos Antonio López…, op. cit., p. 69.
Periódico El Orden, Buenos Aires, 5 de junio de 1857, op. cit., p. 74.
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
El aislamiento regresa como característica paraguaya en los escritos de Sarmiento, ideólogo liberal argentino, quien como primero, bastante antes de Roa
Bastos, emplea la metáfora de la isla en el mar de bosques:
“El Paraguay está enclavado como una isla en medio de un mar de bosques
a quinientas lenguas de los puntos accesibles al movimiento del mundo. El
pueblo lo forman en su mayoría los descendientes de razas indígenas, a
quienes no es la obra de un siglo inculcarles la conciencia política, diré
así, que aún no tienen perfecta los pueblos más avanzados; y los descendientes de los españoles, se enorgullecen de su independencia, es decir, de
la soledad y aislamiento que los entrega maniatados a las consecuencias
inevitables de su situación”32.
Como asegura, es este “medio siglo de aislamiento, de reclusión, de tiranía”
que han hecho del Paraguay “una curiosidad en América, como Esparta lo era
entre los griegos”, en el sentido, sin embargo, totalmente negativo. Sarmiento
parece indicar que, además de los factores mencionados, la culpa del “retraso
paraguayo” lo tiene el componente indígena guaraní de su población, que la
hace mansa, inculta y propensa a soportar la tiranía, sin nunca “confesar el
digno sentimiento de la libertad”.
La imagen que se dibuja desde Buenos Aires de aquel Paraguay isleño y
anclado en la barbarie, servirá para justiicar la necesaria acción civilizadora
ejecutada por Argentina, donde la civilización signiicaría la integración a las
dinámicas regionales del “libre mercado”. La apertura de esta “isla rodeada de
bosques” sólo se concibe en términos de una entrega económica y cultural
absoluta a los portadores de la civilización, sin mediación de un tan despreciado monopolio estatal. Así, los diarios porteños nos acercan al verdadero
propósito de los ataques, el económico, como menciona el mismo Sarmiento:
“Las cuestiones económicas son las únicas que pueden interesar a un pueblo
a favor del otro”33. Según Sarmiento, el comercio, este “vínculo que liga a toda
tierra”, es un vehículo de la integración, incluida la cultural. Sobra aclarar que
dicho comercio se concibe de manera unidireccional y desigual en cuanto a
intercambios, donde el Paraguay es visto como mercado para los productos
británicos y argentinos, y no al revés.
La Guerra de la Triple Alianza, llamada desde el Paraguay la Guerra Guasu
(Guerra Grande) y desde Argentina la Guerra del Paraguay, estalló en 1864,
apenas dos años después de la toma del poder por Francisco Solano López, y
terminó con la muerte de éste en el Cerro Corá el 1 de marzo de 187034. Entre
32
33
34
22
Carta de Domingo Sarmiento a Luciano Recalde del 26 de mayo de 1857, en Ricardo Scavone
Yegros, Polémicas en torno al gobierno de Carlos Antonio López…, op. cit., p. 123.
Ibíd., p. 126.
La muerte de Francisco Solano López fue reinterpretada e instrumentalizada política e ideoEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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sus causas directas, que como sabemos nunca son las realmente decisivas, encontramos la intervención del Paraguay en la guerra civil uruguaya en apoyo
del gobierno “blanco” (en referencia al color del partido) y en contra de la
alianza brasileño-colorada. Cuando las tropas brasileñas invadieron Uruguay,
Francisco Solano López también decidió enviar sus ejércitos, sin embargo, Argentina le denegó el tránsito por su territorio. Como respuesta, los soldados
paraguayos ocuparon la ciudad de Corrientes, provocando la reacción militar
de Buenos Aires. A Brasil y Argentina se unió el nuevo gobierno colorado de
Uruguay, pagando de esta manera su deuda con las potencias que le habían
ayudado llegar al poder. La justiicación oicial de la guerra contra el Paraguay
apuntaba en la culpabilidad del mismo Solano López, tirano y verdugo de los
paraguayos a los que los aliados prometían traer la soñada libertad y la democracia.
Las consecuencias de la guerra fueron desastrosas: el genocidio de unas tres
cuartas partes de la población en su mayoría masculina, destrucción del país
y su capacidad productiva, hambre, epidemias, pérdida del territorio, endeudamiento (préstamos, nota bene, de la banca inglesa), ocupación extranjera
después de la guerra y la destrucción del legado político y económico de los
López35. Los nuevos gobiernos impuestos por los vencedores impulsaron una
serie de reformas a favor de la oligarquía paraguaya, hasta entonces exiliada en
Buenos Aires, como la privatización de las tierras estatales, el restablecimiento
del latifundio y la liquidación de monopolios estatales con una apertura a la
inversión extranjera. La industria se había desvanecido, la educación pública
y gratuita desapareció, el ferrocarril y la línea de telégrafos fueron coniscadas
como medio de pago de la deuda de guerra. La misión “civilizadora” de los
aliados dejó un paisaje desolador, pero conforme con los intereses que la habían impulsado.
La muerte del Mariscal López en Cerro Corá signiicó no solo el in de la
guerra, sino sobre todo el in irreversible de una época en la historia paraguaya. Como dijo Roa Bastos, los paraguayos se quedaron con una “gran catástrofe de recuerdos”36. Los tiempos de la Posguerra, marcados por la destrucción,
la desarticulación social y una pobreza desgarradora, tanto material como
institucional, abrían un nuevo capítulo en la vida de los paraguayos escrito
35
36
lógicamente desde diferentes ópticas. Así, según el discurso nacionalista paraguayo, sus presuntas últimas palabras fueron: “Muero por mi patria” (heroísmo), y según los vencedores no
fueron otra cosa que: “Muero con mi patria” (locura del tirano culpable de la muerte de la
nación).
Véase Gustavo Acosta, Posguerra contra la Triple Alianza. Aspectos Políticos e Institucionales
(1870-1904), Asunción, Servilibro, 2013 y Luc Capdevila, Una guerra total: Paraguay, 18641870, Asunción, Buenos Aires, SB, Universidad Católica, 2010.
Augusto Roa Bastos, “La escritura: una metáfora del exilio”, Diario El País, 1 de julio de 1985.
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
por los vencedores. La Guerra Guasu propició también el surgimiento de un
discurso nacionalista bélico fomentado por el régimen lopista y de una identidad colectiva especíica de los tiempos conlictivos, de un nosotros paraguayo
amenazado y posteriormente humillado por las fuerzas enemigas. Se trata de
una identidad de víctima que solo reforzará la tendencia insular del paraguayo, quien justo en el aislamiento y en su cultura “sui generis” va a buscar la
seguridad frente a amenazas externas reales o imaginarias. De ahí que cuando
la apertura y la integración son propuestas en términos desiguales y suponen
una destrucción material y simbólica de lo propio, la sociedad paraguaya elige
retirarse a su “isla” y desde este exilio defender sus fronteras culturales.
6. La isla nacionalista: desde la Generación 900 hasta Alfredo
Stroessner (1954-1989)
Otra de las consecuencias de la derrota paraguaya en la Guerra Guasu fue
el desgarramiento identitario e ideológico de la élite paraguaya, relejado en la
disputa entre dos tendencias: el regeneracionismo y el reconstruccionismo. El
primero, representado por los liberales, pretendía borrar todo el pasado paraguayo al considerarlo bárbaro, premoderno y autoritario, y “regenerar” el país
en una república liberal democrática y de libre mercado. El reconstruccionismo, por su parte, propio de las posturas nacionalistas con el tiempo encarnadas por el Partido Colorado, proponía “reconstruir” el país con base en la
“época dorada” del Dr. Francia y de los López. Estas dos posturas se plasmaron
en los primeros partidos políticos, hegemónicos hasta nuestros días: el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y la Asociación Nacional RepublicanaPartido Colorado (ANR-PC)37.
Es la, anteriormente mencionada, Generación 900 quien inicia la discusión intelectual acerca de las cuestiones nacionales, en el contexto de la difícil
recuperación de la Posguerra y la cercanía del centenario de la independencia
paraguaya. Nacidos en medio de los escombros del viejo país, en hogares destrozados, la mayoría formados en el Colegio Nacional de la Capital (1877) y
en la Universidad Nacional de Asunción (1889), se vieron inluenciados por
diferentes corrientes europeas: desde el positivismo spenceriano, el empirismo, el utilitarismo y el pragmatismo, hasta el espiritualismo y el irracionalismo
nietzscheano. Todos ellos unidos por el anhelo de un renacimiento intelectual
y físico de la patria, unos siguiendo el camino de la “modernización”, según la
escuela argentina y anglosajona, otros buscando las fuerzas ocultas de la “raza”
en su etnicidad y su historia. Fue un primer intento de crear élites intelectuales
37
24
Para profundizar la temática, véase Makaran, Gaya, Paraguay: el nacionalismo y sus mitos, op.
cit.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Gaya Makaran
propias, tomando en cuenta que éstas no existían durante los gobiernos de
Francia, y en la época de los López eran más bien extranjeras.
La corriente liberal y su postura cosmopolita tuvieron como el máximo
representante al pensador, periodista y político, rector de la Universidad Nacional de Asunción, Cecilio Báez. En su famosa polémica con Juan E. O’Leary
que se llevó entre octubre de 1902 y febrero de 1903 en los periódicos El Cívico
y La Patria38, Báez describe la historia del Paraguay anterior a la Guerra como
tiempos de obscurantismo, terror y esclavitud. Advierte de este modo sobre
“los peligros del patrioterismo y la adoración del pasado”, un pasado indigno
de ser adorado. Los paraguayos, por su parte, son, según Báez, un pueblo “cretinizado” e “imbécil” por culpa tanto del aislamiento geográico y del componente guaraní que se niega a desaparecer, como también del despotismo de sus
gobernantes, desde el Dr. Francia y los López hasta el Partido Colorado, puesto
que, según él, son las tiranías las que atontan a los pueblos. Este “país de cretinos” que hablan guaraní y viven en “en medio de bosques impenetrables” (alusión a lo insular) no puede ser otro, según el pensador, que retrasado, subdesarrollado, ignorante, salvaje, etc. En remedio a este diagnóstico pesimista, Báez
propone la cura de la ciencia, del saber y de la ilustración, para que el pueblo
pueda ejercer la libertad y construir una sociedad consciente y democrática:
“…difundir la instrucción pública entre las masas incultas que no hablan
la lengua de la civilización, sino el rudimentario lenguaje de la barbarie.
[…] Por eso mismo el estado intelectual del Paraguay, que habla guaraní
y vive en medio de bosques impenetrables no puede compararse con el de
ningún otro pueblo en la tierra. Estamos muy atrasados todavía”39.
Las palabras citadas relejan muy bien las cercanías ideológicas de Báez, discípulo iel de Spencer y Sarmiento, seguidor del darwinismo social y la lucha
de la civilización contra la barbarie. Aunque no tiene nada de malo promover
la educación del pueblo, vemos que no se trata de una tarea neutral ideológicamente, sino de una cruzada contra el presunto salvajismo paraguayo, encarnado en la cultura mestiza guaraní, en su historia y formas socio-económicas
propias. Hacerse “civilizado” signiica en este caso dejar de ser paraguayo, olvidarse del pasado y de sus raíces, negar lo propio por despreciable, y resignarse
a la “integración” traída con las bayonetas argentinas.
38
39
Véase Liliana Brezzo, “‘Reparar la nación’ discursos históricos y responsabilidades nacionalistas en Paraguay”, en Revista Historia Mexicana, Vol. LX, núm. 1, julio-septiembre 2010, “Los
centenarios en Hispanoamérica: la historia como representación”, México, El Colegio de México, pp. 197-243; y Liliana Brezzo, Polémica sobre la Historia del Paraguay, Asunción, Editorial
Tiempo de Historia, 2011.
Cecilio Báez, en Liliana Brezzo, Polémica sobre la Historia del Paraguay, op. cit., p. 35.
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
La contraparte nacionalista, representada en esta polémica por el joven historiador Juan E. O’Leary, mantenía que todas las características propias del
pueblo paraguayo criticadas por Báez como bárbaras, es decir: sus componentes étnicos, su cultura, su especiicidad económica y política en la región; en
realidad son dignas de ser gloriicadas como signos distintivos y originales,
testigos de un “genio de la raza”. O’Leary rechazó también la interpretación
liberal de la Guerra, indicando que los únicos culpables hubieran sido los vecinos ambiciosos y el Imperio Británico ansioso de conquistas económicas.
Junto con la idealización de los tiempos anteriores al conlicto, planteó el heroísmo del Mariscal Solano López y acusó a los liberales de ser “traidores de la
patria” y de estar más cercanos de Argentina que de su propio país.
Estos planteamientos nacionalistas ganaron un nuevo aliento con la celebración del centenario de la independencia paraguaya que por cuestiones de
orden político (inestabilidad) fue pospuesta hacia 1813. Esta nueva manera
de pensar el país que, al celebrar su aniversario de independencia, necesitaba
recuperar el orgullo y revisar la imagen de sí mismo que le había sido impuesta
por los vencedores, ponía hincapié en la exaltación de lo propio, la consideración de la nación/raza paraguaya como algo especial, único y absolutamente
original. El discurso nacionalista vuelve de esta manera a la “isla paraguaya”,
revalorando el encierro de lo propio y postulando la diferencia y la excepcionalidad como valores en sí y una prueba de la superioridad cultural e incluso
racial de los paraguayos por encima de las demás naciones latinoamericanas.
Como ilustración de esta tendencia, veamos las ideas de Manuel Domínguez quien como vicepresidente de la República (1902-1904) expuso sus ideas
acerca de la “raza paraguaya” en el libro El alma de la raza (1903), donde descubría los orígenes y la “naturaleza” de los paraguayos como mestizos únicos
en su género:“[el mestizo] no era el de otras partes. Aquel mestizo en la cruza se fue haciendo blanco, a su manera […] blanco sui generis en quien hay
mucho de español, bastante de indígena y algo que no se encuentra o no se
ve ni en el uno ni el otro”40. Así, aunque el autor subraya los valores de los
guaraníes “los más inteligentes de su zona”, en realidad intenta disminuir su
contribución en el mestizaje paraguayo, al subrayar la superioridad de la raza
paraguaya frente a sus vecinos gracias precisamente a su “blanquitud” y no su
legado indígena. Domínguez tergiversa los hechos históricos para probar la
predominancia de la sangre blanca de mayor “capital muscular y cerebral” en
el mestizo paraguayo:
“Este pueblo es blanco, casi netamente blanco. Con Azara que tenía un
censo a la vista, pruebo en mi folleto que en el Paraguay había desde el coloniaje cinco blancos por un hombre de color, indio o negro, y en las otras
40
26
Manuel Domínguez, El alma de la raza, Asunción, Servilibro, 2009, p. 17.
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colonias, según Du Graty, había 25 hombres de color por uno blanco. Lo
cual signiica para quien sabe el capital muscular y cerebral superior que
supone el blanco, que la energía étnica del Paraguay era de 5/1, frente a
la debilidad de sus vecinos cuya expresión era de 1/25. […] Azara airma
con sostenida airmación, que el paraguayo era más inteligente que sus vecinos, Azara y Demersay que era de talla superior, Demersay y Du Graty
que era menos sanguinario y más hospitalario que los mismos. ¡Más blancos, más altos, más inteligentes, más hospitalarios y menos sanguinarios
que los otros!”41.
Este paraguayo “más blanco”, “más inteligente”, “de talla superior”, “menos
sanguinario” y “más hospitalario” que todos los latinoamericanos e incluso los
europeos, la “lor de la raza”, decidirá el porvenir de su país, destinado a “alcanzar las cumbres a que sólo llegan las razas muy superiores”, elevándose por
encima de las demás naciones americanas “contaminadas” con la sangre morena: “Paraguay era y es superior a los demás países americanos y en muchos
aspectos, superior a todas las naciones del mundo […] Paraguay es un prodigio en que no pensaron los sociólogos”42.
La ideología nacionalista que más ha penetrado la vida política del país
ha sido sin duda la variante colorada (del Partido Colorado), cuyo máximo
representante fue Juan Natalicio González Paredes (1897-1966), escritor, poeta, pensador y político colorado, esta última actividad lo llevó a desempeñar
diversos cargos gubernamentales hasta el más importante del presidente de la
República entre agosto de 1948 y enero de 1949. Como líder de la corriente fascista del partido: Guion Rojo, apoyó políticamente y legitimó ideológicamente
al régimen de Alfredo Stroesnner (1954-1989), durante el cual fue nombrado
el embajador del Paraguay en México (1957), lugar de su repentina muerte en
1966. La importancia de México, donde vivió desde 1950, de sus intelectuales
(José Vasconcelos) y del ambiente nacionalista de la época, fue decisiva para
su obra en cuanto a las relexiones sobre el mestizaje, la cultura nacional y el
Estado.
El impacto de la cultura mexicana, de su proceso político posrevolucionario y de su pensamiento vasconceliano que proyectaba un nuestroamericanismo de la raza mestiza, nos permite ver más allá del tópico de la “isla” y admitir la existencia de una, a lo mejor unidireccional pero intensa, integración
cultural del Paraguay con el continente. Así, ni las inquietudes paraguayas de
la época ni sus disputas políticas estaban ajenas a las dinámicas latinoamericanas, y Natalicio González es precisamente uno de los pensadores que mejor
41
42
Loc. cit.
Manuel Domínguez, El Paraguay, sus grandezas y sus glorias, Buenos Aires, Editorial Ayacucho,
1946.
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
expresa aquel acercamiento. Paradójicamente, la ideología colorada, al mismo
tiempo que se nutría de las tendencias ilosóicas continentales gracias al cosmopolitismo de su ideólogo, reforzaba la tendencia al ensimismamiento de los
intelectuales paraguayos, concentrados en rastrear el “espíritu de la raza” entre
los vaivenes de su complicada historia, las costumbres de su gente y la belleza
hermética de su lengua. Este esfuerzo, compartido también por otros países
del continente, frecuentemente se convertía en un exagerado costumbrismo
para terminar reforzando la idea del “paraguayo sui generis”, un ser único que
poco o nada tenía en común con los demás latinoamericanos.
La propuesta política de Natalicio González plasmada en sus obras: desde
el Ideario del Partido Nacional Republicano (1933), El Paraguay eterno (1935)
seguido por el Proceso y formación de la cultura paraguaya (1938), El Paraguayo y la lucha por su expresión (1945) y sobre todo El Estado servidor del
hombre libre editado en México en 1960; rechaza tajantemente el Estado liberal
considerado una herramienta de los intereses extranjeros, estático, atomista y
generador de la lucha de clases peligrosa para la unidad nacional, y promueve
la construcción de un “nuevo Estado” y de una “nueva sociedad”, tendencia
bastante generalizada en su época (véase por ejemplo el Estado Novo de Getulio Vargas en Brasil)43, donde la libertad individual tiene que subordinarse
al interés colectivo encarnado en el aparato estatal. De esta manera, el nuevo
Estado, debería ser la “expresión del pueblo”, “una manifestación organizada
de la fuerza popular” y un “poder aglutinante y armonizador que realiza la
unidad nacional mediante la sugestión del pasado y del porvenir o sea de la
proyección del mismo ideal hacia el futuro…”.44. A estos principios se suma
la justicia social cuyo garante debería ser el Estado, lo que implica que éste se
convierta en un actor protagónico de la economía nacional, abandonando el
laisser faire liberal.
González intenta descubrir la “naturaleza” del ser paraguayo, el “carácter de
la raza”, y con eso legitimar su programa político antiliberal. La consecuencia
de sus planteamientos es la búsqueda de lo “auténtico”, autóctono, popular,
propio de los paraguayos, contrastado con lo extranjerizante, artiicial y elitista. Este autoctonismo americano visible en los esfuerzos por revivir y estimular las virtudes guaraníes, recuperar las raíces y conectarse profundamente con
la tierra natal (telurismo) se inscribe en un esfuerzo más amplio de “descubrir”
una cultura nacional supuestamente preexistente a un “Estado exótico” liberal
43
44
28
El programa del Partido Colorado ideado por Natalicio González refleja una profunda influencia de la tendencia nacional-popular (nacionalismo populista) en boga a partir de los años
treinta, como el aprismo peruano, el MNR-ismo boliviano, el PRI-ismo mexicano, el getulismo
brasileño y el peronismo argentino.
Natalicio González, Ideario del Partido Nacional Republicano, citado en José Arce Farina, J. Natalicio González, Colección Protagonistas de la Historia, Asunción, El Lector, s.f., p. 60.
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y sus gobiernos enajenados.
Así que el “nuevo Estado” y la “nueva sociedad” tienen que ser la expresión
genuina de la “raza” y la tierra paraguaya, de una paraguayidad esencialista que
existe más allá de los individuos y de las coyunturas políticas, una identidad
eterna e inmutable, no construida sino revelada:
“Dentro del ámbito de una nación, los individuos se suceden con ritmo
y movimiento de ola, pero subsiste la Idea que esa colectividad pretende corporizar, la Idea de aquello que denomina “paraguayo”, “argentino”,
“mexicano” o lo que sea, Idea que busca revelarse en la magia del mundo,
asumiendo una imagen cada vez más aproximada a la esencia inmutable,
al arquetipo imperecedero”45.
Es este espíritu paraguayo (la Idea) el que determina el porvenir de la nación y los moldes a los que ésta se puede adaptar. ¿Y dónde habita dicho espíritu? La respuesta no es fácil, puesto que se trata de un ente inmaterial, sin
embargo, según el autor, hay que buscarlo en la sangre, la geografía y la historia especíica de un pueblo. La “sangre paraguaya” nos lleva al concepto de la
“raza” que, según el autor, es una raza mestiza, una mezcla perfecta de sangres:
la guaraní y la española. Es Natalicio González quien llega a acuñar una nueva
denominación de los paraguayos como la “raza guaraní”, al subrayar de esta
manera la predominancia del legado indígena que determina su originalidad46.
Igual que Domínguez, también este autor, destaca la naturaleza excepcional
del mestizo paraguayo que lo pone por encima de sus vecinos. Con este objetivo cita a Félix de Azara, naturalista español quien viajó por Paraguay a ines
del siglo XVIII:
“[…] los habitantes del Paraguay tienen más iereza, sagacidad e inteligencia que los criollos… […] me parece tener los mestizos del Paraguay
algunas superioridades sobre los españoles por su talla, la elegancia de sus
formas y aún por la blancura de su piel. […] Observándolos, yo encuentro en general, que son muy astutos, sagaces, activos, de luces claras, de
mayor estatura, de formas más elegantes, y aún más blancos, no sólo que
los criollos o hijos de español y española en América, sino también que
los españoles de Europa, sin que nadie note indicio de que desciendan de
india tanto como de español”47.
45
46
47
Natalicio González, El paraguayo y la lucha por su expresión, Asunción-Santiago-México, Cuadernos Republicanos, 1998, pp. 8-9.
De ahí se derivan otras denominaciones popularizadas por el discurso nacionalista: el país
guaraní, la tierra guaraní (Paraguay), la valentía guaraní (del soldado paraguayo), la belleza
guaraní (de la mujer paraguaya), el león guaraní (equipo nacional de futbol), etc.
Félix Azara, Descripción e historia del Paraguay, cap. XIV, citado en Natalicio González, Proceso
y formación de la cultura paraguaya, Asunción, Guarania, 1948, pp. 215-216.
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
Esta excepcionalidad positiva del mestizo paraguayo, junto con la excepcionalidad de la mujer paraguaya48 destacada por los autores nacionalistas, es
proyectada a toda la nación, al ser el Paraguay la única y a la vez la mejor de
todas las naciones latinoamericanas. Según nuestra opinión, este tipo de planteamientos cuyo objetivo es recompensar las penurias sufridas en el pasado
igual que las carencias del presente, responden a un trastorno social, podríamos llamarlo el “complejo de la de víctima”, que históricamente ha elaborado
la sociedad paraguaya frente a sus vecinos, y que ha marcado su proyección
continental. Además de esta excepcionalidad de los “isleños”, consecuencia de
su identidad victimizada, encontraremos también la igura del “sufrimiento
santiicador”, en este caso en clara referencia a la doctrina cristiana, donde el
hecho de haber sufrido o estar sufriendo tendría que ser visto como un valor
puesto que precisamente “santiica” a la colectividad hasta volverla un referente moral49.
Este nacionalismo ideológico tomó cuerpo político en el periodo posterior a la Guerra del Chaco (1932-1935) contra Bolivia, durante los gobiernos
nacionalistas entre 1936-1947, muchos de ellos militares, sin embargo, será la
larga y estable dictadura del general Alfredo Stroessner Matiauda, la que nos
ocupará en especial. Stroessner subió al poder en el contexto del caos político
y económico provocado tanto por la guerra civil, como por las pugnas internas del mismo Partido Colorado. No sorprende entonces que su promesa de
“Paz y progreso” que se convirtió en el lema oicial del stronismo, junto con
su política de mano dura contra los “liberales”, “comunistas” y otros “traidores
de la patria”, se encontró con el apoyo tanto del Partido Colorado, como de
la administración estadounidense50. Muchos intelectuales, entre ellos Natalicio González, veían a Stroessner como continuador de la obra de los grandes
dictadores paraguayos, que prometía construir un Estado fuerte, próspero, de
justicia social y soberano frente a las presiones extranjeras. En realidad, el Estado stronista se alejó considerablemente del principio de la justicia social, al
representar más bien las tendencias derechistas caracterizadas por la persecución de los sindicatos y de las organizaciones sociales, las políticas agrarias
48
49
50
30
Véase Gaya Makaran, “La imagen de la mujer en el discurso nacionalista paraguayo”, Latinoamérica, Revista de Estudios Latinoamericanos, núm. 57, CIALC, UNAM, 2013/2, pp. 43-75.
El nacionalismo paraguayo no es, por supuesto, el único: basta ver, entre otros, el nacionalismo
judío o el romanticismo polaco con la figura de Polonia como “el mesías de las naciones” plasmada en la poesía de su máximo representante Adam Mickiewicz (1798-1855).
El régimen de Stroessner “visceralmente anticomunista” optimizó las leyes de persecución de
“comunistas” como una herramienta de lucha contra la oposición y el pensamiento libre. Tales
políticas tenían el visto bueno de EE.UU. que se materializaba en los préstamos y ayudas económicas. La alianza paraguayo- estadounidense terminó con la administración del demócrata
Jimmy Carter (1977-1981). Su sucesor republicano Ronald Reagan (1981-1989) no se atrevió
a renovarla abiertamente.
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anti-campesinas, el apoyo a las inversiones extranjeras y las privatizaciones, la
dependencia del préstamo extranjero, etc. La ideología antiliberal sirvió, sin
embargo, para justiicar la violación de derechos políticos y humanos de los
paraguayos, legitimar la dictadura, subordinar al extremo el interés individual
a la máquina estatal, suprimir el pensamiento libre e imponer una visión única
de la nación y su historia.
Una vez asegurada la “paz social”, gracias a la persecución, tortura, encarcelamiento y asesinato de las fuerzas opositoras reales o imaginarias, el gobierno
emprendió el viaje hacia el “progreso”, entendido éste como el desarrollo económico e infraestructural. Hasta entonces el Paraguay era un país de economía
de subsistencia, prácticamente sin industria ni caminos, con un vasto territorio
selvático no penetrado y escasos servicios básicos en las ciudades. Basta decir
que la capital careció del sistema de agua corriente hasta el año 1959. Frente a
eso, Stroessner apostó por las grandes inversiones hidroeléctricas binacionales
(no hay que olvidar que la mayor riqueza natural del Paraguay han sido sus
ríos): la represa y central hidroeléctrica Itaipú con Brasil (funcionando desde
1984) y Yacyretá con Argentina (funcionando desde 1994). La construcción
de ambas a partir de los años setenta fomentó el desarrollo acelerado de sus
respectivos regiones y del país en general, provocó intensas migraciones primero de la población relocalizada de los terrenos en cuestión, y segundo de la
fuerza trabajadora que llegó a construir una de las ciudades más grandes del
Paraguay, la Ciudad del Este, fundada por decreto en 1957 bajo el nombre de
Puerto Presidente Stroessner, en la “triple frontera” entre el Paraguay, Brasil y
Argentina.
Junto con los grandes proyectos hidroeléctricos, el régimen inició la tarea de colonización de las tierras selváticas (la “marcha al Este”) y, por consecuencia, la extensión de la frontera agrícola basada en grandes plantaciones
de algodón y posteriormente soya, muchas de ellas en manos de empresarios
brasileños. Al mismo tiempo se llevó a cabo la reforma agraria que en teoría
cumplía con la promesa del Partido Colorado de repartición de tierras y legitimaba su imagen agrarista cercano al campesinado. En realidad, dada la
corrupción desmesurada de los encargados, las mejores tierras terminaron en
las manos de los militares y políticos cercanos al poder o, en caso de terrenos fronterizos, malvendidas a las empresas agroindustriales brasileñas. Así,
el modelo económico stronista en vez de solucionar los problemas del campo,
solo los fomentó, al aumentar la población sin tierra, la migración paupérrima
a las ciudades, la deforestación, el destierro y el genocidio de varios grupos
indígenas, víctimas de la empresa desarrollista.
Tenemos aquí un complejo entramado entre el enclaustramiento político
de la población paraguaya encerrada en una enorme cárcel en la que el stronisEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
mo convirtió al país, imagen recurrente en la obra de Roa Bastos51, y al mismo
tiempo una apertura modernizadora hacia el capital extranjero, en su mayoría
brasileño, y una extensión de fronteras interiores, al reducir lo “impenetrable”
de sus bosques e incorporar a la “civilización” sus islas internas, entre ellas la
población indígena. Mientras el discurso conservador subrayaba la excepcionalidad de la “raza guaraní”, amante “natural” de autoritarismos y de la moral
cristiana, y pretendía conservar el aislamiento del país ante la amenaza de ideas
subversivas y movimientos contestatarios que en aquel tiempo abundaban en
otras latitudes del continente y del mundo, el régimen promovía una integración regional perversa, basada en la ideología anticomunista y antiinsurgente
de la Guerra Fría. La participación del Paraguay stronista en el famoso Plan
Cóndor, auspiciado por EE.UU., junto con las dictaduras criminales del Cono
Sur (Argentina, Chile, Bolivia, Uruguay y Brasil), es un ejemplo de la integración regional totalmente opuesta a los principios nuestroamericanos. En este
caso, el Paraguay no era la única isla carcelaria que puso cerrojos a la libertad
de sus ciudadanos.
7. A modo de conclusión: construcción de puentes y nuevas islas
Cuando en los años ochenta, el régimen stronista empezó a decaer a causa
de una crisis económica causada tanto por el agotamiento del ímpetu desarrollista de la década anterior y el cese de las ayudas norteamericanas, como
también un declive ideológico debido al cambio de época, dentro de las capas
mismas de la dirigencia militar-colorada surgieron las fuerzas reformadoras,
cuyo objetivo era asegurarse la posición política y económica tras una inevitable democratización. La destitución de Stroessner fue un acto de autodefensa
de sus propias élites quienes empezaron a construir la “democracia” bajo sus
reglas e intereses, sin perder la hegemonía hasta los tiempos actuales con un
breve interludio en los años 2008-201352.
El in de la dictadura prometía una gran apertura de la cárcel paraguaya, su
integración al coro de las naciones libres y democráticas, interconectadas en
el mundo cada vez más globalizado, donde parecía imposible seguir conservando su insularidad. La aldea paraguaya se proyectaba como parte de la aldea
51
52
32
Véase, por ejemplo, la obra maestra del escritor, Yo el Supremo (1974) que, aunque aborda el
tema de la dictadura del Dr. Francia, indirectamente hace referencia a los tiempos contemporáneos de Roa Bastos exiliado del régimen stronista.
En 2008 gana las elecciones Fernando Lugo, candidato de una nueva fuerza, la Alianza Patriótica para el Cambio, apoyado por movimientos y organizaciones populares y de izquierda.
Destituido de su cargo el 22 de junio de 2012. Los sustituye Federico Franco del Partido Liberal
como presidente interino, hasta el 15 de agosto de 2013 cuando vuelve al poder el Partido
Colorado con el presidente Horacio Cartes.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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global y pretendía recuperar las décadas perdidas para ofrecer su cultura y su
especiicidad a ser conocidas y valoradas por los demás países del continente.
Desde las instancias gubernamentales, pero también las organizaciones civiles y privadas, empezaron a lanzarse iniciativas cuyo objetivo era fomentar la
cultura paraguaya, sobre todo la folclórica, y proyectarla internacionalmente,
respondiendo al mensaje multiculturalista de la época.
A estos esfuerzos de construir puentes culturales que permitieran romper
con el aislamiento continental del Paraguay, se han sumado vigorosamente
los planes gubernamentales de integración política y económica regional que
pretendían abrir el país, todavía más que en los tiempos stronistas, a las grandes inversiones extranjeras e insertar la economía paraguaya a las dinámicas
“modernas” del capitalismo global. El neo-liberalismo paraguayo, asumido
por todas las principales fuerzas políticas, ha recuperado la idea de la apertura
entendida como una entrega incondicional a las luctuaciones de mercados.
Como consecuencia de aquel impulso aperturista se ha profundizado en el
Paraguay el modelo primario exportador que exige enormes cantidades de tierras fértiles para los cultivos intensivos de soya, maíz y algodón genéticamente
modiicados o la crianza industrial de ganado. Dicho modelo le asegura al país
momentos de un crecimiento económico muy elevado (hasta 15% en el año
2010), seguidos por las caídas repentinas (3.8% en 2011)53 que son consecuencia de una dependencia extrema de las variaciones de mercados (precios de
materia prima) y de condiciones climáticas (por ejemplo, sequías). Es importante subrayar que en realidad los índices positivos de crecimiento económico
no se traducen en el crecimiento del índice de desarrollo humano, todo lo
contrario. Como podemos leer en la evaluación del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas referente a Paraguay: “Al Comité le preocupa que,
pese al crecimiento económico del Estado en los años recientes, el número de
personas que viven en la extrema pobreza ha ido en aumento”54.
Este modelo de desarrollo, basado en la producción agroindustrial intensiva para la exportación, junto con la explotación de grandes represas binacionales, se caracteriza por sus implicaciones socio-ambientales nefastas y tiene
un enorme impacto negativo en la población rural paraguaya, incluida la indígena, precarizando sus condiciones de vida y inalmente obligándola a emigrar. El campo paraguayo se despuebla y sus habitantes, no deseados en este
nuevo país abierto, “moderno y cosmopolita”, emprenden su peregrinación en
una búsqueda imposible de la “tierra sin mal”55 en las ciudades, como lo obser53
54
55
Datos del Banco Central de Paraguay (BCP).
Informe del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), http://www.
un.org/es/ecosoc/
Tierra sin mal o Yvý Marâeý en guaraní, forma parte de la mitología guaraní. Es una de las refeEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
vó tan acertadamente Barret, al caracterizar el Paraguay como: “una tierra sin
hombres y los hombres sin tierra”56.
Así, el campo paraguayo se convierte en un gran mar de soya que ha sustituido “los bosques eternos” de antes, bajo el dominio de los terratenientes
y empresarios brasileños, donde todavía perviven, contra viento y marea, las
pequeñas islas humanas: los campesinos y los indígenas. Este aislamiento interno de sus propios habitantes, considerados prescindibles, los condena a la
marginación y la desaparición. Con ellos desaparece la cultura genuina del
pueblo paraguayo y está en peligro el legado guaraní, en defensiva ante la cultura brasileña57. No importan mucho los credos políticos y los discursos nacionalistas grandilocuentes si al inal se sigue el proyecto de modernización,
desarrollo y eiciencia aparentes, dirigido hacia el etnocidio y hasta genocidio
de la población rural, sobre todo la indígena. En efecto, aunque la familia guaraní es considerada por el discurso nacionalista como una de las matrices culturales y biológicas del mestizo paraguayo, un elemento clave en la formación
nacional y sobre todo la fuente de la identidad lingüística de los paraguayos,
su situación actual indica en la exclusión económica, social y cultural. De esta
manera, estas “islas indígenas” en el mar de soya son víctimas de acoso brutal
de parte de la sociedad nacional y los proyectos de colonización y desarrollo
que reducen cada día más su hábitat.
“Usen y abusen” dijo en una ocasión el presidente paraguayo Horacio Cartes a los empresarios brasileños, al ofrecerles su patria en la bandeja con objetivo de “incentivar la inversión extranjera” en el país58. Cabe preguntarnos si esta
es precisamente la integración que necesitan los paraguayos. Está más que claro que el actual modelo económico y político posiciona al país en contra de los
principios nuestroamericanos que postulan las relaciones internacionales fraternales y de intercambios equitativos en una clara posición antiimperialista.
56
57
58
34
rencias más importantes del mundo indígena paraguayo que hace alusión a la búsqueda incesante de un lugar óptimo para la vida de las comunidades. Este ethos migratorio de los pueblos
guaraníes está relacionado con el principio teológico de oguata, el caminar expuesto en el mito
de los Gemelos, héroes andantes fundadores de los pueblos tupí y guaraní, el cual promueve el
viaje, el movimiento y la peregrinación como partes intrínsecas del ser humano. Véase Yampey
Girala, Mitos y leyendas guaraníes, Asunción, Editorial Manuel Ortiz Guerrero, 2007.
Rafael Barret, El dolor paraguayo, Asunción, Servilibro, 2006.
Basta mencionar que en territorios fronterizos el portugués es la lengua más hablada y a escala
nacional constituye 3%, más que las lenguas indígenas. Igual destaca el impacto de los medios
de comunicación brasileños, que en algunas zonas del Paraguay son predominantes.
Horacio Cartes, del Partido Colorado, al dirigirse a los empresarios brasileños, les pidió amablemente: “Usen y abusen de Paraguay porque es un momento importante de oportunidades”.
Véase UltimaHora.com, “Cartes a empresarios brasileños: usen y abusen de Paraguay”, en http://
www.ultimahora.com/cartes-empresarios-brasilenos-usen-y-abusen-paraguay-n767800.html (18
de febrero de 2014).
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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A pesar de este escenario sombrío, existen en el Paraguay varios esfuerzos
para que la voz paraguaya propia sea escuchada y al mismo tiempo que las
otras voces latinoamericanas penetren y transformen el tradicional aislamiento del país. Este proceso se lleva a través de la literatura, la Academia y también
el cine59 que en los años recientes se proyectó internacionalmente gracias al
éxito de la película 7 Cajas (2012) dirigida por Juan Carlos Maneglia y Tana
Schémbori, que fue premiada en varios festivales internacionales, pero sobre
todo apreciada por los mismos paraguayos que la convirtieron en la película
más taquillera de la historia. ¿Cómo explicar este éxito que de manera repentina rompió con el aislamiento cultural paraguayo? ¿De qué manera una historia
tan propia que se ambienta en el Mercado 4 de la ciudad de Asunción, un escenario sin duda “exótico” no solo para los extranjeros, sino para muchos paraguayos, contada en jopará, una lengua mixta que une los elementos del guaraní
con el castellano, incomprensible fuera del país, y una producción tan inserta
en la difícil realidad paraguaya, ha podido convertirse en el vehículo hacia lo
nuestroamericano? A lo mejor porque nunca ha pretendido ser “universal” a
costa de abandonar lo local, y al mismo tiempo ha logrado esta universalidad
al contarnos a los latinoamericanos las realidades que todos padecemos: “El
mundo que deja millones de ganancias para unos pocos, y dosis mínima de supervivencia para un montón de explotados y desposeídos carretilleros. […]…
esa maldita escoria mezcla de explotación y maltrato”, según las palabras del
ilósofo paraguayo José Manuel Silvero60.
De ahí, la única manera de construir puentes entre la eterna isla paraguaya
y el resto del continente es tomar conciencia de los retos, los anhelos y, por qué
no, enemigos comunes, partiendo siempre de un profundo reconocimiento
de lo propio. Las palabras, más que centenarias, de José Martí, siguen siendo
actuales para la tarea integracionista:
“Se ponen en pie los pueblos, y se saludan. “¿Cómo somos?” se preguntan;
y unos a otros se van diciendo cómo son. […] Ya no podemos ser el pueblo de hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de lor, restallando
o zumbando, según la acaricie el capricho de la luz, o la tundan y talen
las tempestades; ¡los árboles se han de poner en ila para que no pase el
gigante de las siete leguas! Es la hora del recuento, y de la marcha unida,
y hemos de andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los
Andes”61.
59
60
61
Es un tema que nos resulta imposible abordar en el presente ensayo y que solo mencionamos
como una de las cuestiones a abordar en las próximas investigaciones.
José Manuel Silvero Arévalos, “¿Qué hay en las 7 cajas?”, en blog Filosofía para guarangos,
http://josemanuelsilvero.blogspot.mx/2012/08/que-hay-en-las-7-cajas.html, (el 12 de abril
de 2016).
José Martí, “Nuestra América”, en La Revista Ilustrada de Nueva York, Nueva York, el 10 de enero
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Paraguay: ¿Isla rodeada de tierra? Una historia de la (no) integración nuestroamericana
¿Sabrán los paraguayos encontrar el equilibrio entre sus aperturas y sus
encierros? ¿Están dispuestos sus poderosos vecinos a una integración sin imposiciones ni condicionamientos? Una cosa es cierta, la integración cultural
de la “ínsula paraguaya” a las dinámicas continentales no puede pensarse sin
tener en cuenta sus complejidades socioeconómicas, moldeadas a lo largo de
su difícil y particular historia.
de 1891, y en El Partido Liberal, México, el 30 de enero de 1891.
36
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Ultima Hora
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BIBLIB: 0251-2483 (2015), 41-63
EL CONCEPTO “PYNANDÍ”.
ABORDAJE TEÓRICO-HISTÓRICO
DE UN MITO NACIONALISTA
THE CONCEPT “PYNANDÍ”.
A NATIONALIST MYTH APPROACH
Enviado: 10/06/2016
Aceptado: 11/12/2016
Claudio José Fuentes Armadans1
Resumen
Este trabajo de investigación plantea el estudio del concepto pynandí, el agricultor soldado, que alimentó el imaginario político del Partido Colorado desde
los años 1930´s en adelante, y que fue utilizado durante la Guerra Civil de 1947
y el régimen militar autoritario de Alfredo Stroessner, como parte de su doctrina nacionalista. También estudiaremos los orígenes de este discurso, así como
las contradicciones del mismo. Este trabajo se encuadra desde el abordaje de
la historia conceptual.
Palabras clave
Pynandí; agricultor soldado; Partido Colorado; nacionalismo; historia conceptual.
1
Historiador, docente e investigador. Masterando en Ciencias Sociales, Universidad Nacional de
Asunción. Contacto: cjfataekwondo@yahoo.com.ar
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
Abstract
his work of research raises the study of the Pynandí concept, the soldier farmer, who fed the political imagery of the Colorado Party from the 1930s onwards, and was used during the Civil War of 1947 and the authoritarian military regime of Alfredo Stroessner. As part of his nationalist doctrine. We will
also study the origins of this discourse, as well as the contradictions of it. his
work is framed from the approach of conceptual history.
Keywords
Pynandí; farmer soldier; Colorado Party; nationalism; conceptual history.
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Claudio José Fuentes Armadans
1. Introducción
“El campesino es en todas partes enemigo de todo cambio repentino”.
Respuesta de Karl Marx a Vera Zassulitch (Dognin, 2004: 193).
El objetivo del artículo es comprender la construcción del concepto pynandí en el marco del desarrollo del nacionalismo paraguayo, teniendo en cuenta
las variables teóricas que sustentan la idea de la construcción conservadora del
ideario sobre el campesinado tradicional.
El estudio está comprendido dentro del área denominada “Historia de las
Ideas” o “Historia del Pensamiento” que, en este caso, se traduce en el abordaje
de las ideas históricas y políticas con respecto al concepto pynandí a lo largo de
la vida política de la post-guerra del Chaco, sobre todo centrándose en la Guerra Civil de 1947. Es una investigación historiográica que se entrecruza con
la “Historia Conceptual”. Se adopta una metodología cualitativa descriptiva,
mediante el análisis documental de los diversos discursos históricos y políticos
relacionados con el tema2.
Por lo que sostenemos que el concepto pynandí se estableció como un dispositivo de saber-poder del agricultor soldado como lo auténticamente paraguayo, lo que no es pynandí, es lo antiparaguayo: lo legionario3.
En cuanto a la teoría histórica aplicada, recurrimos a Josep Fontana y sus
conceptos de construcción de un “campesinado tradicional” hechas por los distintos conservadurismos del siglo XX, ante la amenaza de corrientes más progresistas que instigarían la rebelión del campesinado.
Aparte de ver al fenómeno estudiado inserto en el pensamiento de su tiempo, planteamos el estudio del momento político del Partido Colorado, su cambio hacia el nacionalismo doctrinario y la emergencia del pynandí como un
fenómeno populista que fue útil durante la Guerra Civil de 1947, así como
durante el régimen militar autoritario de Alfredo Stroessner.
También estudiamos el abordaje social de la realidad campesina, y como
2
3
También esta investigación utiliza los conceptos de “dispositivo” y “saber-poder” de Michel Foucault.
La Legión Paraguaya era el conjunto de exiliados, pasados, desertores y/o prisioneros paraguayos que han luchado en contra de López y sus fuerzas durante la Guerra Contra la Triple
Alianza. Posterior a la guerra, y sobre todo al surgimiento del discurso lopista devenido como
resultado de la polémica entre Cecilio Báez y Juan E. O´Leary entre 1902 y 1903; se convirtió
el vocablo legionario en el peor insulto político en el Paraguay, definido por la historiadora
Beatriz González de Bosio: “La misma palabra legión y el mote de legionario se convirtieron automáticamente en la descripción más acabada de lo cipayo, lo traidor y lo execrable” (González
de Bosio, 2013: 59).
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
esta no coincide con el mito del pynandí como representación política del
agrarismo del Partido Colorado (1887…), ni en su momento fundacional, ni
durante el stronismo.
2. Abordaje teórico: el campesinado como elemento conservador en las derechas
En este apartado, abordamos la cuestión del campesinado tradicional como
elemento discursivo de las derechas conservadoras a nivel internacional, la
idea es desmontar la concepción de particularidad de la historia paraguaya:
fenómenos similares al del pynandí hay en otras culturas. El historiador catalán Josep Fontana (1999), de la corriente crítica, explica como el fracaso del
capitalismo agrícola de principios del siglo XX, encadenó una serie de medidas
políticas tendientes a evitar las agitaciones sociales, lo que contribuyó a crear
una ideología autoritaria y conservadora respecto al mundo agrícola, que se
superpondría con las ideas de los diversos nacionalismos. Al respecto, Fontana
sostiene:
“Las políticas de protección se verían reforzadas en el siglo XX tanto por
el miedo a la revuelta campesina (que tuvo un papel decisivo en el triunfo
de dos revoluciones: la mexicana y la bolchevique en Rusia), como por un
«fundamentalismo agrario» conservador, que veía en el campesino una
reserva humana esencial para la preservación de la nación o de la «raza»
y que pensaba que la supervivencia del pequeño propietario era la mejor
garantía contra la amenaza del «socialismo» (ésta fue una de las razones
que inspiraron las reformas agrarias de los países del este de Europa, amenazados por el «contagio bolchevique», al término de la primera guerra
mundial)” (Fontana, 1999: 107-108).
Estas políticas de protección de una clase rural pequeño-propietaria serían
la base de las políticas agrarias de corte conservador en países como Inglaterra,
Estados Unidos, Alemania, España y Francia. De estos dos últimos, Fontana recalca: “La protección del campesinado y de sus «valores tradicionales» ha
sido también un elemento fundamental en los planteamientos ideológicos de la
extrema derecha española o francesa” (Fontana, 1999). Esto es importante de
resaltar, ya que justamente el concepto de pynandí tiene mucha relación con la
inluencia del nacionalismo francés.
La investigadora francesa Capucine Boidin (2005), dice al respecto de las
teorías sobre el estudio del populismo y del concepto pynandí como ejemplo
de este abordaje teórico: “Signiicaba que el deseo de vivir con los campesinos
pynandí y de hablar guaraní junto al fuego y el tomar maté, no está muy lejos de
la ideología populista, sea colorada u de otra bandera. No se trata de una tenden44
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Claudio José Fuentes Armadans
cia personal, sino de un movimiento histórico social” (Boidin, 2005)4.
A su vez, Christiane Tarroux-Follin (2000) investigó el concepto de “agricultor soldado” del pynandí paraguayo, comparándolo con el concepto del nacionalismo chauvinista francés del “soldat-laboureur”, el cual sería su sinónimo
francés trabajado por autores como Maurrás y que fue popularizado durante
la Primera Guerra Mundial. Tarroux-Follin atribuye la construcción de este
concepto a Natalicio González, quien lo elaboró en las décadas de 1930 y 1940
como parte de su programa revisionista histórico. Otra investigación vincula
al mito del “soldad-laboureur” al nacionalismno francés ya desde ines del siglo
XIX, siendo utilizado principalmente durante y después de la Primera Guerra
Mundial, y que está vinculado a iguras como Maurice Barres. (E l’académie
d’Amiens, 2004).
Según Christiane Tarroux-Follin (2000) Natalicio González deiniría en su
trabajo de 1938 “Proceso y Formación de la Cultura Paraguaya”, el concepto
del agricultor-soldado pynandí que tiene su origen en la amalgama hispanoguaraní de tiempos coloniales:
“El prototipo del hombre paraguayo no era el noble, ni el caballero, ni el
artesano, sino el agricultor-soldado. Desde un comienzo se practicó en la
colonia el principio, modernamente proclamado en Europa, de la nación
en armas… En el más remoto fondo del pretérito, ya asoma la silueta de
este extraño tipo de agricultor-soldado… Imprimió su isonomía eterna a
la nación… Ya nunca el Paraguay se amoldará a los modelos exóticos…
…vivirá iel al sueño de los guerreros del agro, obediente a un oculto e
inlexible destino” (González, 1988: 240-243).
En la frase de Natalicio González “modernamente proclamado en Europa”
se reconocen implícitamente dos hechos: el primero, que González trata de
asignar originalidad al concepto del agricultor-soldado pynandí, como primeramente surgido en el Paraguay Colonial y de posterior aparición en Europa; y,
en segundo lugar, esta operación de agenciar la memoria del agricultor-solda4
En cuanto al imaginario del pynandí, los “descalzos” de la base política popular, existen otros
imaginarios similares a nivel regional e internacional. Los “descamizados” del imaginario político peronista que representaban a las masas populares argentinas en las décadas de los 1940´s
y 1950´s que apoyaban a Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón; y más lejano aún los
“Sans-culottes” o “sin calzones” que representaban a la masa popular que acompañó la Revolución Francesa en 1789. También en los Estados Unidos, las masas de “farmers” o “granjeros”
blancos, cristianos fundamentalistas y conservadores del sur y del centro-oeste de ese país son
denominados “red necks” o “cuellos rojos”. El historiador americano Arthur Schlesinger Jr. sostenía del político populista Huey Pierce Long (1893-1935) que era “El mesías de los rednecks.”
(Graham, 1997: 410) Curiosamente, Long denunció la injerencia de empresas estadounidenses
en la Guerra del Chaco, por lo que en su homenaje lleva una calle asuncena el nombre de Senador Long.
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
do pynandí como originario, es un reconocimiento implícito de la inspiración
que el soldat-laboureur le sirvió en la construcción del agricultor soldado.
Recordemos que Natalicio González tuvo fuerte inluencia del nacionalismo francés en la construcción de sus ideas, es muy posible que él haya entrado
en contacto con la igura del “soldat-laboureur” en la Francia de entreguerras,
durante su estadía en el cuerpo diplomático paraguayo en París en la década
de los 1920´s, en compañía de su mentor Juan E. O´Leary.
En la obra crítica de Guido Rodríguez Alcalá titulada “Ideología Autoritaria” de 1987, donde desbroza toda la crítica al manejo de la historia paraguaya
con ines políticos autoritarios, sostiene de Juan E. O´Leary y la inluencia del
nacionalismo francés: “…el nacionalismo integral paraguayo…se constituyó en
defensor de la nacionalidad amenazada por los enemigos de adentro y de afuera
–la Triple Alianza y los legionarios–. Como su maestro Maurras5, O´Leary pretende demostrar sus puntos de vista con argumentos historicistas y biologistas…”
(Rodríguez Alcalá, 2007). En cuanto a la inluencia en Natalicio González, y la
similitud del concepto “meteco” de Maurras con el del “legionario” de González, Rodríguez Alcalá destaca la inluencia del pensamiento nacionalista integral francés en dicha construcción:
“No se trata de defender al país en caso de guerra; se trata de defender la
esencia nacional en todo momento y contra los enemigos de adentro y de
afuera. Entre los enemigos de adentro están los metecos, término que Natalicio González tomó de Maurras y que para éste signiica todos aquellos
que, aun siendo franceses, no lo son íntimamente; los metecos tratan de
destruir la nacionalidad complotados con una gigantesca conspiración de
la que hacen parte los judíos, los comunistas, los masones, y cuyo último
responsable es Satán [SIC], el mal absoluto” (Rodríguez Alcalá, 2007: 86).
Los integrantes de esta corriente del nacionalismo integral francés, que
tuvo inluencia en el desarrollo del nacionalismo paraguayo, fueron: Charles
Maurras, Hipólito Taine, Ernest Renan y Maurice Barres. (Rodríguez Alcalá,
2007) La historiadora Milda Rivarola señala esta inluencia en la obra “El Paraguay Eterno” de Natalicio González:
5
46
Raúl Amaral disiente con Rodríguez Alcalá en cuanto a la influencia de Maurras en O´Leary:
“En contrario de presunciones antojadizas debe indicarse que O´Leary no leyó a ninguno de los
reaccionarios franceses, monárquicos y orleanistas en su mayoría, empezando por Maurras, con
quien no mantiene ningún tipo de aproximación… Junto con sus compañeros generacionales estuvo con las grandes “causas del género humano” la defensa del capitán Dreyfus (vituperado por
Maurras)…” (Amaral, 2006: 80) Sin embargo, Rodríguez Alcalá encuentra muchas similitudes
en ideas e incluso estilos de escritura entre Maurras y O´Leary, por lo que difícilmente se podría
negar algún grado de cercanía entre ambos escritores nacionalistas, y más teniendo en cuenta
que O´Leary estuvo en Francia en misiones diplomáticas durante las décadas de 1920 y 1930.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Claudio José Fuentes Armadans
“González cita aquí a sus maestros: Charles Maurras (el antisemita del
nacionalismo integral, fundador de la Acción Francesa), el historiador
Hippolyte Taine (el de la “raza, la tierra y la historia”) y el boulangista
Maurice Barres. …La inluencia de Maurras sobre González fue señalada
primeramente por Efraím Cardozo (“23 de octubre”) y luego por Guido
Rodríguez Alcalá (“Ideología autoritaria”)” (Rivarola, 2006: 248).
Efraín Cardozo (1956) -enemigo político de Natalicio González- sostiene
al respecto de la inluencia nacionalista francesa en la obra de Natalicio González: “…la corriente ideológica creada por los renombrados escritores franceses
Maurice Barrés, Charles Maurras y León Daudet, directores del realismo francés
nucleado en “L´Action Francaise”. Por razones estéticas, Natalicio González encontró más ainidades con Maurras…” (Cardozo, 1956).
El liberalismo tampoco escaparía de esta inluencia francesa, sobre todo
dentro del denominado grupo de intelectuales liberales de la generación de
1940, o cuarentistas. El historiador Ricardo Caballero Aquino (1990) nos habla al respecto en el artículo “Elogio de la tiranía” escrito en el periódico ABC
Color el 4 de marzo de 1990, el nacionalismo integral francés también inluiría
en el intelectual liberal Justo Pastor Benítez, quien también estuvo en Francia
de entreguerras de la década de 1920´s. Caballero Aquino sostiene de Benítez
que “…no fue un historiador sino un poeta tirado a escribir prosa poetizada… El
autoctonismo aprendido del francés Maurras apasiona a Benítez…” (Caballero
Aquino, 1990).
Irónicamente Charles Maurras, en quien Natalicio González basó sus ideas
e incorpora el concepto “meteco” como sinónimo de traición –al igual que “legionario”– fue condenado en 1945 justamente por su calidad de colaboracionista –traidor– al apoyar el gobierno pro-nazi de Vichy, dirigido por el Mariscal Petain (Rivarola, 2006).
3. Breve contexto político e histórico del nacionalismo colorado
Lo posguerra de 1870 signiicó para el Paraguay la inserción en la economía
liberal, así como nuevas reglas políticas liberales que no siempre se cumplían.
La emergencia del Estado Liberal a partir de la Constitución Nacional de 1870
signiicó adherirse a un proceso de “modernización cultural” donde hubo una
clara tensión entre la modernidad liberal y la tradición nacionalista.
Esta modernidad liberal era el proyecto positivista de la elite asuncena, sustentada en las ideas de Domingo Faustino Sarmiento en “Civilización y Barbarie…” (1845), y que denostaba en contra de las costumbres populares y en
contra del idioma guaraní: la civilización era todo lo europeo, y la barbarie
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
estaba representada por el guaraní.
El guaraní hablante era un “guarango”6, un bárbaro a los ojos de este proyecto de modernidad liberal. Posteriormente a la caída del Partido Colorado del
poder en 1904, fue esta agrupación política la que, a través de sus dirigentes e
intelectuales, pudo captar el descontento popular en contra de la modernidad
liberal, representada por el Partido Liberal (1887…).
En su “Credo Republicano” (1908), Ignacio A. Pane sostuvo que el coloradismo debe “…hacer comprender que no somos bandidos, ni gauchos, ni
analfabetos…” (Cattivelli Taibo, 2011). Se da entonces un proceso gradual de
transformación del coloradismo de un partido ideológicamente liberal, a una
agrupación política doctrinariamente nacionalista: un hombre es fundamental
bisagra de este proceso, Natalicio González.
El cambio doctrinario sería aprobado por la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republicana – Partido Colorado, el 20 de marzo de 1934 –en
pleno conlicto bélico entre Bolivia y Paraguay por el dominio del Chaco–
donde bajo el inlujo de Natalicio González y Bernardino Caballero (h) –comenta José Carlos Rodríguez (2011)– el “Nuevo Ideario Colorado” irrumpiría
con fuerza, destruyendo aún más las convicciones ideológicas liberales, y estableciendo la doctrina nacionalista como dogma del coloradismo:
“A la concepción liberal de la libertad, se opone la idea fecunda del orden
como fundamento del Nuevo Estado… A la idea de la igualdad se opone
el ideal de justicia social que debe estructurar el Nuevo Estado… El Estado
liberal se halla instrumentado a las grandes Empresas y el objeto de su política es el bien exclusivo de la plutocracia. El nuevo Estado debe independizarse del dominio del capital privado… A la sociedad liberal, estática,
atomista, utilitaria, que convierte al pueblo en masa y provoca la creación
de clases antagónicas, oponemos la Nueva Sociedad, dinámica, creadora,
solidaria fundada en la ética social” (Rodríguez, 2011: 20).
El historiador liberal Carlos Pastore (1986) –también adversario político
de González– citó aún más las ideas de Natalicio González: “A la triología de
la Libertad, Igualdad y Fraternidad, oponemos los conceptos de Orden, Justicia
Social y Solidaridad” (Pastore, 1986). Cabe mencionar que el liberalismo hace
el abordaje a la problemática campesina desde una perspectiva reformista, con
la obra socio-histórica de Pastore (1949) “La lucha por la tierra en el Paraguay”.
En 1935, se produjo un hecho doctrinario trascendental, la publicación del
6
48
Sobre el insulto de guarango a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, sostiene Bartomeu
Melià: “El desprecio y la discriminación contra los hablantes de guaraní se hicieron sentir, especialmente, en la educación formal, aplicándoles el peyorativo epíteto de “guarango”. (Melià,
2011: 440).
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Claudio José Fuentes Armadans
libro “El Paraguay Eterno” de Natalicio González, en el cual se fundamentan
y engloban todos los conceptos de paraguayidad y nacionalismo referidos a la
Asociación Nacional Republicana (ANR); y lo foráneo y legionario referido
al Partido Liberal y a la ideología liberal, encarnadas en la igura “judía” de
Eusebio Ayala. Quizás este libro sea el que terminó de expurgar todo rastro del
liberalismo clásico de la doctrina nacionalista colorada.
También Natalicio González sentó las bases para una teoría del estado fuerte frente al estado liberal, cuestión que se estaba concretando a partir de las
intervenciones estatales previas y durante la Guerra del Chaco, y a una mayor
velocidad a partir de la Revolución Febrerista de 1936. González sentenció con
severidad, tanto en contra del liberalismo como de las tendencias liberales de
los sectores colorados que aún están bajo su inlujo ideológico:
“El Paraguay, para salvarse, necesita estrangular el liberalismo, sin piedad, con fría decisión. Así tornará a ser la nación grande y fuerte que
fundó la civilización del Río de la Plata. La doctrina liberal es el veneno
que emponzoña el alma de la patria” (González, 1987: 113).
“Y el gran error histórico del coloradismo paraguayo proviene, no de su
masa, no de sus grandes caudillos como el general Caballero, sino de algunos de sus directores, que se han dejado inicionar de la ideología de los
liberales, y muchas veces se han puesto a discutir con ellos pretendiendo
superarles en liberalismo. Error trágico que explica la impotencia perpetúa en que se debate esa agrupación tan densa y numerosa. Si el coloradismo se obstina en no ser sino lo propio que el liberalismo, llegará a no tener
razón de ser en la democracia paraguaya” (González, 1987: 155).
En un contexto de economía de enclave clásica del liberalismo de principios del siglo XX, que a la vez expulsaba a los campesinos de sus tierras, así
como los empleaba en condiciones inhumanas bajo en régimen de enganche
laboral mensú, no es de extrañar que el discurso nacionalista y populista que
los colorados desde la oposición realizaban, haya gozado de cierta estima en
las clases populares. Allí surge el pynandí, el agricultor soldado, que no solo
salva a la patria durante la Guerra del Chaco –según el discurso nacionalista–
sino que también salva al Paraguay del elemento foráneo, de la anti-patria,
que es representada primeramente por el liberalismo, y posteriormente por el
comunismo.
4. Abordaje histórico: El Pynandí como la patria frente al
Legionario como la traición
El Pynandí es el campesino de pies descalzos que actuó como miliciano
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
en las tropas coloradas, principalmente durante la Guerra Civil de 1947, aunque con actuaciones también posteriores como en el caso de las guerrillas y
otras acciones milicianas de colorados, aunque usando también otros nombres
como el de “macheteros”, como los de la ciudad de San Estanislao (Santaní).
Según Alfredo Boccia, el Pynandí es una: “Referencia al campesino protagonista
de la victoria colorada en la revolución de 1947. El discurso stronista apeló a la
igura del “pynandí” machaconamente como parte de su populismo agrario y
como amenazante recuerdo a los vencidos” (Boccia Paz, 2004).
El ideólogo colorado Víctor Morínigo (1948), compañero político de Natalicio González y uno de los mejores intérpretes de la doctrina natalicista,
deinió histórica y conceptualmente al pynandí:
“Hay un tipo humano que surge en nuestra historia allá en los remotos
días de los orígenes, y cuya acción preponderantemente aparece en todas
las empresas civilizadoras vinculadas con el hombre paraguayo. Ese tipo
humano nace libre; es el hijo de la alianza hispano-guaraní iniciada por
el genio político de Martínez de Irala. No tiene esclavos en su ascendencia,
y por ello, apenas llega al escenario de la vida nacional con el nombre de
“mancebos de la tierra”, se impuso a los conquistadores, con la fuerza de
sus brazos y con la potencia conquistadora de su inteligencia. Tal es el origen remoto del agricultor-guerrero que teje con su heroísmo en el trabajo
y su heroísmo en las batallas esa larga epopeya paraguaya de dolores y
abnegaciones inverosímiles, que ninguna Iliada ha cantado aún. Tal es el
origen del campesinado de pies descalzos, del pynandí de nuestros días,
que ha encontrado el refugio de sus ideales en el Coloradismo…” (Morínigo, 1948: 129-130).
En el pynandí se resume todas las variables del nacionalismo paraguayo
construidas por los distintos protagonistas intelectuales del coloradismo: por
un lado se representa el origen racial paraguayo, temática trabajada por Manuel Domínguez7; también el pynandí es víctima de la opresión de la economía liberal, tema que preocupaba a Ricardo Brugada8 y a Ignacio A. Pane9, los
intelectuales proto-socialistas del coloradismo; el pynandí es cuestionador del
orden económico liberal manchesteriano, como lo era Fulgencio R. Moreno10;
el pynandí era el heredero de los López, sobreviviente heroico de la Guerra
Contra la Triple Alianza, temática que trabajaba Juan E. O´Leary11. Natali7
8
9
10
11
50
“El Alma de la Raza” (1918).
“Los Partidos Políticos. Superioridad del Coloradismo” (1916).
“Credo Republicano” (1908).
“La Cuestión Monetaria del Paraguay” (1902) e “Historia Económica del Paraguay” (1911).
“Historia de la Guerra de la Triple Alianza” (1912), “Nuestra Epopeya” (1919), “El Libro de los
Héroes” (1922), “El Mariscal Solano López” (1925), “Apostolado Patriótico” (1930), “Los Legionarios” (1930).
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Claudio José Fuentes Armadans
cio González fue quien terminó por amalgamar todos estos elementos: Raza,
Tierra y Lengua, en el pynandí como representante del Paraguay Eterno. El
pynandí es la obra magna de construcción sintética del nacionalismo colorado.
Los colorados utilizaron el imaginario del pynandí, mientras también construyeron la identiicación del liberalismo con el concepto “legionario”, tratando de categorizar a lo colorado como el elemento auténticamente paraguayo.
En la editorial del diario Patria del 14 de marzo de 1936, se airma:
“Toda la clase rural, el ejército innumerable de agricultores-soldados, los
hombres de pies desnudos que usan poncho y mascan tabaco, que hablan
guaraní y que hicieron y ganaron la guerra del Chaco, son los que constituyen el cuerpo vivo y animosos del Coloradismo… Por eso, cuando los
epígonos del liberalismo y del legionarismo, creen insultar al Coloradismo
llamándole partido de los empochados, recogemos el mote que pretende
ser injurioso y lo ostentamos altivamente…” (Ferreira Pérez, 1986: 33).
En 1947, tras el fracaso de la Primavera Democrática de 1946, se produjo
el conlicto entre los colorados que apoyaban el régimen del General Higinio
Morínigo; frente a los liberales, febreristas y comunistas que se aliaron para
enfrentar al gobierno. Tras miles de muertos y cientos de miles de exiliados
y desplazados, el conlicto que duró de marzo a agosto de 1947 dividiría a
la sociedad paraguaya durante décadas. Aquí podemos ver como también se
coniguró el concepto pynandí como referencia de lo colorado y paraguayo,
frente a lo legionario que es lo que ha sido vencido, en el discurso colorado
nacionalista12.
El investigador Carlos Gómez Florentín (2013) estudió el discurso colorado durante la Guerra Civil de 1947, sosteniendo al respecto el siguiente análisis “…la deshumanización del enemigo se mantuvo inalterable durante todo el
conlicto, enfatizando siempre la condición foránea del enemigo como la antítesis
fundamental de la nación paraguaya que debía ser expurgada para dar nacimiento al auténtico Paraguay” (Gómez Florentín, 2013).
Y la labor propagandística se realizó bajo fuego de metralla. Por ejemplo, la
emisión del programa radial “Hora Paraguaya para toda América” dirigida por
los entonces ministros: de Hacienda, Natalicio González; y de Interior, Justicia
12
El periódico El Colorado se refiere al autogolpe del 13 de enero de 1947 en los siguientes términos: “El reencuentro del hombre del agro, de los pynandí que aran la tierra y mascan tabaco, con
el soldado, que es el brazo armado de la revolución (…) Fue la osmosis armonizadora, que marcó ayer, bajo los gobiernos patriotas, el punto más alto de nuestro paraguayo destino” (Gómez
Florentín, 2013: 17). Este periódico también actuaría como ente propagandístico del Partido
colorado durante la Guerra Civil de 1947; difundiendo a través de artículos, dibujos y caricaturas la el ideal del pynandí como elemento de la paraguayidad, y que el Partido colorado era el
heredero de dicho legado.
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
y Trabajo, Víctor Morínigo. Este programa radial tuvo su hora de fuego entre
julio y agosto de 1947, en el recrudecido inal de la guerra con el asalto y sitio
de Asunción por parte de los revolucionarios liberales, febreristas y comunistas.
El programa era también una contestación radial a los programas que fueron emitidos desde Montevideo, Uruguay, por los representantes de la oposición como el liberal Carlos Pastore13; y también con representantes del gobierno uruguayo por apoyar a los revolucionarios. Las alocuciones principales
fueron transcriptas posteriormente ese mismo año en el libro “Bajo las Bombas
del Malón”14, y de entre ellas podemos rescatar estos conceptos vertidos en
relación a la identiicación de los contrincantes políticos armados con los legionarios:
“Víctor Morínigo – 29 de julio de 1947: Es por esto que esos hombres, y
tales partidos, buscan tribuna en el extranjero. Ahí, siguiendo el ejemplo
de sus antepasados, que en 1865 empuñaron las armas para combatir la
bandera de la patria, difunden pregón de vilipendios contra esta tierra…”
(González-Morínigo, 1947: 13).
“Natalicio González – 7 de agosto de 1947: ¿Qué ofrecen en cambio, los
supuestos libertadores de hoy, vástagos de aquellos otros libertadores del
65, que vinieron bajo banderas extranjeras y convirtieron en pavesas a
una nación feliz y loreciente?” (González-Morínigo, 1947: 27).
“Natalicio González – 13 de agosto de 1947, en contra de José P. Guggiari:
La voz del gran histrión resonó para hablarnos de libertad, de democracia;
para deplorar que se exigiese la rendición incondicional a los revoltosos;
para pedir al Partido Colorado que aceptase la paz condicionada; y para
aseverar, cínicamente, que la horda legionario-comunista se alzó para pedir libertad electoral” (González-Morínigo, 1947: 65).
También en 1947, aparece publicado el libro del mayor Antonio E. González titulado “La Rebelión de Concepción”, en donde de forma sintética deine lo
colorado como lo nacional –en la misma línea de Natalicio González y de Víctor Morínigo, de retrotraer el elemento pynandí desde la colonia– y lo liberal
como lo foráneo:
13
14
52
El programa radial de Carlos Pastore se denominaba “Hora de la Liberación Paraguaya” y era
emitido desde Montevideo por las radioemisoras “Ariel” y “El Espectador”. Muchas de estas
transmisiones radiales fueron transcriptas posteriormente en 1947 con la publicación titulada
“El Paraguay y la tiranía de Morínigo”.
Malón es el término usado en toda la región de la cuenca del Río de la Plata para describir los
ataques y asaltos indígenas a poblaciones coloniales y también del siglo XIX.
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Claudio José Fuentes Armadans
“El indio guaraní15 convertido económica y políticamente en paraguayo,
aunque no racialmente, pues el paraguayo es ni más ni menos que el indio
guaraní, forma el cimiento profundo del partido colorado o Asociación
Nacional Republicana. Por la otra el conquistador vuelto encomendero,
después comerciante y patrón, porteñista, descontento, ideólogo liberal,
legionario y gobernante de posguerra del 65, forma la raíz profunda del
partido liberal” (González, 1947: 27).
Es así como frente a la igura del pro-hombre liberal intelectual y urbano,
aparece la igura del campesino descalzo colorado del “Paraguay Profundo”,
el pynandí. Por supuesto, así como los legionarios de 1865 vinieron armados
desde la Argentina, la Argentina del Presidente Juan Domingo Perón envió
armas para armar a las milicias coloradas en contra del contraataque revolucionario que se dio en la última etapa de la guerra (Chartrain, 2013); ironías
del discurso nacionalista.
Esta idea es una concepción de origen en el nacionalismo natalicista, y que
prendió con mucha fuerza en el Partido Colorado, sobre todo en tiempos de
Stroessner. En el pynandí se engloba al prototipo del militante colorado anónimo, un imaginario que pone como protagonista al humilde dentro de la sociedad paraguaya, como un actor social de la misma, frente a la modernidad
liberal16.
El 14 de marzo de 1948, se realiza en Asunción una multitudinaria marcha
del Partido Colorado en honor a los pynandí, denominada: “El día del Pynandí. Acto cívico de homenaje al agricultor soldado del Paraguay”, tuvo cerca de
80.000 participantes según las fuentes oiciales, y contó con la participación
activa de miembros del gabinete ministerial, así como del propio Presidente
de la República: el General Higinio Morínigo. Esta demostración de fuerza y
propaganda de la doctrina nacionalista colorada de corte natalicista, fue publicada por la Revista Guarania (1948), junto con un artículo de Víctor Morínigo
titulado: “El Pynandí y el renacimiento paraguayo”, donde Morínigo enuncia el
concepto colorado de lo que signiica ser pynandí, como elemento auténtico
de lo que es el ser paraguayo.
También se relejaría esto en el arte político colorado como poesías, refranes, recitados, caricaturas e incluso polcas. En este último caso, gran popularidad tiene la polca “Pynandí Purajhey” o “Canto del Pynandí” cuyos versos
15
16
Irónicamente, al respecto de este texto comenta críticamente el investigador francés François
Chartrain: “¡Extraño indio ese fundador del Partido Colorado de ojos azules, llamado en ocasiones
“El rubio centauro”!” (Chartrain, 2013: 165)
Según el político e intelectual colorado Horacio Galeano Perrone, otros descalificativos en contra de los pynandí por parte de los liberales eran: salvaje, nativo, violento, bárbaro, feroces, chusma colorada, etc. (Galeano Perrone, 1986: 101)
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
fueron escritos por el folklorista Samuel Aguayo, entre los cuales sostiene la
misma tesis histórica del pynandí como heredero de la tradición colonial y de
los López. El coro de esta música popular entre los republicanos reza así:
Colorado, mi partido
colorado, siempre fui.
Colorados, moriremos,
colorados, pynandí.
(Gini Jara, 2005).
Natalicio González no solo apuntaba a proyectar este ideario del pynandí a
nivel nacional, sino que también intercambiaba con otros intelectuales populistas y revisionistas de América Latina sus ideas: así nació su colaboración con
intelectuales mexicanos, argentinos, colombianos y peruanos entre otros que
se oponían a las ideas liberales y positivistas de su tiempo.
El historiador y abogado peruano Luis Alberto Sánchez (1900-1994) quien
fuera militante de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA)17 y
que estuvo entre 1948 y 1949 asilado en Asunción por breve tiempo, escribió
una publicación de 124 páginas llamada “Reportaje al Paraguay”. Fue impresa
por la Editorial Guarania, propiedad de Natalicio González. El intelectual liberal Justo Pastor Benítez entró en polémica con Sánchez por el concepto de
pynandí, menciona Benítez en su contestación cuanto sigue:
“El sociólogo peruano se ha equivocado asimismo en la valoración del ciudadano paraguayo, cuya expresión social, no es el pinandi o el raído18, sino
el caraí. Hay en esta valoración un profundo sentido ético-tradicional que
Alberto Sánchez, no ha visto en su daltonismo. El caraí puede ser un magistrado, un maestro o un campesino agricultor, o un albañil, carpintero
o sastre; es una categoría respetada y consagrada con el apelativo de Don.
Se dice Don Carlos Antonio López, Don Manuel Gondra, Don Fulgencio
Moreno, Don Antonio o Don José; pero el raído, por encumbrado que sea,
por brillante que fuera su inteligencia no será nunca un caraí, nadie le
dará el tratamiento de Don” (Benítez, 1949: 79).
De esta forma, Benítez trata de menoscabar a la igura del pynandí, con
la cual los colorados se identiicaban con más fuerza aún posteriormente a la
Guerra Civil de 1947. Responde Benítez a lo siguiente escrito por el peruano
Luis Alberto Sánchez:
17
18
54
Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA): Partido político peruano fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre en 1924, siendo un partido de izquierda popular latinoamericana de
carácter nacionalista, anti-liberal y regionalista (Nudelman, 2007: 27).
La revista El Pynandí 47 se hizo eco de esta palabra como sinónimo despectivo del pynandí
en un artículo de Antonio E. González al reproducir que “Rafael Barret le llamó “el raído” con
alguna impropiedad” (El Pynandí 47, 1972: 17).
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“El descamisado, o más bien, el peón descalzo recibe el evocador nombre
de “pynandí”” (Sánchez, 1949: 29).
“Esta nación (NA: por los guaraníes) de tan azaroso destino geográico,
constituyó, como todo núcleo militarista, una poderosa clase dirigente, hegemónica y orgullosa, ajena a lo que podría denominarse la plebe guaraní
o “mboyás”. Los sucesores de los “mboyás” son los “pynandí” de hoy (descalzos)…” (Sánchez, 1949: 29).
Este tipo de respuesta por parte de Justo Pastor Benítez hacia el tema de los
pynandí es el tipo de discurso que da el sentido de pertenencia a la oligarquía
al liberalismo, mientras que el coloradismo se identiicaba con el elemento
popular. Ese concepto se nota en el libro “Concepción 1947” de Oscar Barcena
Echeveste (1948) donde sostuvo que: “Acabamos de asistir a la defunción del
Partido Libero legionario-oligarca…” (DGF, 1957).
5. Stroessner y la herencia Pynandí
El régimen de Alfredo Stroessner (1954-1989) sería el que más provecho
le quitaría al concepto pynandí dentro de su propaganda tanto oicial como
oiciosa. Stroessner cosechaba el esfuerzo intelectual liderado por un Natalicio
González que vivió exiliado en México durante su régimen hasta su muerte.
Un ejemplo de esta propaganda es la Revista “El Pynandi 47”, vocero de la
Agrupación Colorada de Excombatientes del 47.
Esta agrupación tenía como principal objetivo conseguir que sus miembros, veteranos milicianos colorados de la contienda civil de 1947, cobren sus
haberes como veteranos excombatientes al estado paraguayo, al igual que los
excombatientes de la Guerra del Chaco lo hacían. Colaboraban en la edición
de esta revista el Teniente Coronel Narciso M. Campos, el Dr. Bacón Duarte
Prado, el Capitán de Navío Mario López Escobar, el Teniente Coronel Antonio
E. González, el Capitán de Caballería Jorge Solano López, la Lic. Nimia Sosa
de Pereira, José D. Paredes, el Capitán de Fragata Pastor Pineda Rojas, el Dr.
Marcial Valiente y el Dr. Merardo Pino, entre otras personas.
Para obtener sus objetivos políticos y económicos, la revista daba espacio a
Stroessner, así como seguía publicitando el imaginario conceptual del pynandí.
Por ejemplo, en la Convención Colorada del 9 de setiembre de 1972 reprodujo lo dicho por el General Alfredo Stroessner a los convencionales colorados:
“Estamos en plena era de revolución pacíica, en la que todos somos combatientes
y nadie debe ser ni emboscado, ni desertor, ni legionario” (El Pynandí 47, 1972).
En cuanto a lo conceptual, hace referencia a una polémica con el semanario
liberal El Radical N° 241 del 19 de mayo de 1973, surgió la contestación en el
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
diario colorado Patria del 28 de mayo de 1973. El artículo es reproducido por
la revista, y en lo que nos concierne dice cuanto sigue:
“Es un leal soldado (NA: por los pynandí) del ideal nacional con ansias y
afanes de progreso y bienestar, es broncíneo grito de protesta permanente
contra las oligarquías opresoras y nefastas como la del liberalismo antipatria. Su presencia inmortal en la tierra guaraní representa la raza prócer
del Paraguay Eterno y las calumnias tendenciosas y ruines de corte legionario no acallarán nunca la atalaya de su pedestal de gloria” (El Pynandí
47, 1973).
Los pynandí también participaron de la represión de las guerrillas del Movimiento 14 de Mayo y del FULNA, bajo el ideario del discurso nacionalista
colorado, como lo señala el historiador Andrew Nickson (2013).
La prensa al servicio del régimen stronista relejaba esto, como lo expresa el
artículo “Los Milicianos Campesinos” del diario Patria del 24 de julio de 1960:
“Milicianos colorados… que pusieron pecho a las balas mercenarias de la horda
legio-bolchevique… Ellos dirán siempre presente; y como en el 47, volverán a
surgir entre los maizales; del corazón de los montes, de la hondura prieta de los
quebrachales, para ser bastión de acero y fuego contra los traidores legionarios”
(Rivarola, 2012).
6. El Pynandí como mito colorado frente a la realidad social
campesina
La realidad dista mucho del imaginario político, el Partido Colorado fundado por Bernardino Caballero y sus seguidores de la facción caballerista en
el poder desde 1880 a 1904, y desde 1947 hasta 2008, y actualmente desde
2013: no han podido mejorar la situación social y económica del campesinado
paraguayo.
Tampoco lo han podido hacer el Partido Liberal, ni los demás partidos y
movimientos políticos que han detentado el poder entre las dos hegemonías
republicanas, y en el periodo comprendido en los mandatos de Fernando Lugo
y de Federico Franco. El actual gobierno colorado iniciado en 2013, parece
tampoco tener interés, ni discursivo, ni de políticas públicas de cambiar el actual modelo agro-exportador que domina la agricultura en el Paraguay.
El problema radica en el imaginario político del pynandí, del agricultorsoldado, utilizado durante décadas por el Partido Colorado como un arma
populista y conservador frente a otras nucleaciones políticas, pero también
frente a la propia historia que demuestra las contradicciones de los postulados
agraristas.
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El caballerismo ha encabezado la mayor reforma liberal de tierras iscales en el Paraguay. Entre 1883 y 1885 se han vendido la gran mayoría de las
tierras públicas, acrecentando los problemas en el campo, como la expulsión
y migración campesina; aparte de instalarse en el Paraguay la economía de
enclave como paradigma de la explotación humana. Milda Rivarola comenta
los escandalosos números de las empresas latifundistas que se instalaron en el
Paraguay a partir de 1883 y 1885, y que causaron pobreza y expulsión al campesinado paraguayo.
Tabla N° 1: Empresas latifundistas en Paraguay
La Industrial Paraguaya
1886
2.647.727 Hás.
Compañía Domingo Barthe
188?
1.875.00 Hás.
Mate Larangeira
188?
800.000 Hás.
Carlos Casado del Alisal
1890
5.625.000 Hás.
Liebig´s Extract of Meat and Company
1898
562.326 Hás.
Societé La Fonciére
1893
502.500 Hás.
Sociedad Rural Belga-Sudamericana
1896
300.000 Hás.
he Paraguay Land & Cattle Company
188?
1.687.500 Hás.
Catorce millones de hectáreas de los cuarenta millones y medio que constituían todo el territorio nacional, pasaron en esos años a propiedad privada de
unos ocho consorcios europeos, argentinos y brasileños.
Fuente: Rivarola, 2010: 71.
En tiempos de Bernardino Caballero y durante la primera hegemonía colorada (1880-1904), el Partido Colorado no había adoptado aún el discurso
nacionalista de carácter populista y agrarista, esa construcción sería posterior
como lo hemos mostrado en este trabajo. Es más, desde el poder se justiicaron
con un discurso “civilizatorio” estas medidas privatistas, debido a “…la inexistencia de mano de obra y la innata holgazanería del campesino paraguayo…”
(Rivarola, 2010).
Lo que no signiica que cuando el Partido Colorado vuelve al poder en
1947, se hayan aplicado estrictamente las políticas públicas beneiciosas al
campesinado pobre, a los pynandí que proclamaban en la propaganda política.
Al respecto de esto, el investigador Andrew Nickson también se reiere al mito
nacionalista agrarista del stronismo, que en realidad fue funcional a la expansión de la frontera agrícola brasilera en territorio paraguayo:
“López peleó para defender la Nación contra Argentina y Brasil; pero, en
cambio, bajo Stroessner la penetración brasileña en el Paraguay fue extensiva, como resultado del Tratado de Itaipú, lo que favoreció la entrada de
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El concepto “pynandí”. Abordaje Teórico-Histórico de un mito nacionalista
más de 250.000 colonos brasileños en la región fronteriza del este del país.
De todas maneras el régimen fue exitoso en apelar a los profundos sentimientos nacionalistas de la cultura paraguaya para obtener una marcada
ventaja” (Nickson, 2011: 287)19.
El stronismo reprimió cualquier movimiento social campesino que no estuviese adicto a la línea oicialista del coloradismo, tal es el caso de las Ligas Agrarias Cristianas, lo que demuestra que la línea agrarista del discurso
pynandí del stronismo era solo eso, un discurso que no se relejaba en la realidad, como comenta Julio Espínola:
“La escalada de la represión fue brutal. Colegios religiosos intervenidos,
sacerdotes extranjeros expulsados, comunidades campesinas brutalmente
tomadas y destruidas, torturas y asesinatos sistemáticos de los principales
líderes, etc. A consecuencia, la lucha armada fue una alternativa considerada por algunos dirigentes de las LAC, quienes de hecho, pasaron a
activar en la Organización Primero de Marzo (OPM). La reacción del
Gobierno no se hizo esperar. La caída de Jejuí fue una de las más fuertes,
simbólicamente, para la desarticulación del movimiento; lo mismo que la
Pascua Dolorosa de 1976. Las últimas comunidades cayeron en torno al
año 1980, para pasar deinitivamente a la historia” (Espínola, 2014: 73).
“El investigador Ariel Chase publicó en el año 2010 su obra titulada “Discurso Mediático y Jerga Política en el Paraguay de Stroessner y de Hoy”, en
donde el autor –quien utiliza un marco teórico basado en Michel Foucault
entre otros para realizar los análisis discursivos– habla de la “Polarización
amigo-enemigo” y se reiere más especíicamente a los discursos conservadores reproducidos desde tiempos de Stroessner por los medios de comunicación y que tratan de enemigos a los sectores sociales marginados, entre
ellos el campesinado” (Chase, 2010: 23, 29).
19
58
El Informe de la Comisión Verdad y Justicia sobre el régimen autoritario de Alfredo Stroessner
aporta más datos precisos: “La CVJ examinó las adjudicaciones de tierra rural y los títulos de
propiedad respectivos otorgados por los organismos estatales responsables de la reforma agraria, desde 1954 a 1989 y de 1989 al 2003… Del total de estas adjudicaciones, 4.241 lotes correspondientes a 3.336 adjudicatarios, que totalizan 7.851.295 hectáreas, han sido adjudicados con
graves irregularidades a la legislación agraria” (Comisión Verdad y Justicia, 2008: 71, 72).
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7. Conclusión
La sucesión de discursos y hechos históricos analizados por esta investigación dan indicios de cómo se construyó el imaginario y el concepto del pynandí como el agricultor soldado de la mitología nacionalista paraguaya. También
que este concepto no estaba aislado en el mundo, sino que respondía a una
posible inluencia del nacionalismo francés, así como otros nacionalismo y
conservadurismos veían en la igura del tradicionalismo campesino una salvaguarda en contra, tanto de proyectos liberales hegemónicos por aquel entonces, como a proyectos socialistas revolucionarios.
En este proceso de construcción, el pynandí emerge en un contexto de exaltación nacionalista de la Guerra del Chaco, así como de los diferentes gobiernos nacionalistas autoritarios que se fueron sucediendo desde 1936 hasta 1989,
teniendo como momento fundamental la Guerra Civil de 1947: allí el colorado
“pynandí” vencería a los “legionarios” liberales, febreristas y comunistas.
Finalmente, vemos como este dispositivo de saber-poder, este concepto de
pynandí no resulta más que un mito construido por el nacionalismo colorado
y aprovechado por la propaganda stronista; mientras que los campesinos se
empobrecían y eran expulsados de sus tierras, tanto por el avance de la frontera agrícola mecanizada en el este del país de forma muchas veces ilegal, así
como por las represiones a los movimientos sociales campesinos que signiicaron muertes, torturas, encarcelamientos y exilios.
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BIBLIB: 0251-2483 (2015), 65-85
VERDAD E HISTORIA EN “LA REVOLUCIÓN DE LA
INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY”
DE BLAS GARAY
VERDADE E HISTÓRIA EM
“A REVOLUÇÃO E INDEPENDÊNCIA DO PARAGUAI”
DE BLAS GARAY
Enviado: 08/08/2016
Aceptado: 02/12/2016
Bárbara Gómez1
Resumen
El presente artículo analiza el libro “La revolución de la Independencia del Paraguay” de Blas Garay con el objetivo de elaborar la concepción de historia
que estaba por detrás de la producción del joven historiador. Como aborda
solo una de las obras del autor, las airmaciones generales no son concluyentes
sobre la producción total de Garay, sino en una primera etapa de su vida. El
trabajo está dividido en dos partes, la primera aborda a los personajes y protagonistas que participan en la historia de la gesta independentista paraguaya.
Desde este aspecto se explora la idea de objetividad en el proceso de escritura
de la historia. La segunda parte trata sobre las “correcciones” que Garay realiza
a las versiones de la historia del periodo y dichas correcciones dan pie a revisar
la idea de historia, de verdad, al papel del historiador en el proceso de elaboración y reconstrucción de la historia.
1
Labor en Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción” e ICSO- Paraguay. Doctora en
Historia por la Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro, Magister en Epistemología
e Historia de la Ciencia. Licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Misiones. Especialista en historiografía europea del siglo XIX y la influencia de ésta en los historiadores
paraguayos del Paraguay posbélico. Contacto:barbaranataliagomez@gmail.com
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
Palabras clave
Blas Garay; historiografía; Paraguay; verdad; historia.
Resumo
Este artigo analisa o livro “A Revolução da Independência do Paraguai”
Blas Garay, com o objetivo de desenvolver a concepção de história que estava
por trás da produção do jovem historiador. Ao trabalhar apenas com uma das
obras do autor as declarações gerais não são conclusivas sobre o trabalho global de Garay, mas sim da primeira etapa de sua vida.O trabalho está dividido
em duas partes: a primeira trata os personagens e atores envolvidos na história
do movimento de independência paraguaia. A partir deste ponto a ideia de objetividade é explorada no processo de escrever a história. A segunda parte trata
das “correções” que Garay realiza das versões da história do período e essas
correções permitem rever a ideia da história, realmente, o papel do historiador
no processo de desenvolvimento e a reconstrução da história.
Palavras-chave
Blas Garay; historiograia; Paraguai; verdade; historia.
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Bárbara Gómez
1. Introducción
Considerado como uno de los intelectuales más importantes del Paraguay
y pese a su corta vida, 1873-1899, Blas Garay tuvo una extensa y prolíica producción historiográica. Tenía una visión clara de la función que debía cumplir
la historia y de cómo debería escribirse para que tenga validez y veracidad. Escribió seis libros de historia y numerosos artículos en periódicos, y entre otras
cosas airmaba que ya era tiempo de que la historia del Paraguay sea escrita por
paraguayos y en este sentido bregaba para que sus colegas también lo hicieran.
Sostenía que el papel de las fuentes era el elemento respaldatorio clave a la
hora de escribir un relato verdadero de los hechos pasados, especialmente de
los relativos al nacimiento de la nación paraguaya y de cualquier relato histórico en general. En este marco debe ser comprendida su obra “La revolución
de la Independencia del Paraguay” publicada el 18 marzo de 1897 en España.
Garay estaba en Madrid desde inicios de 1896 como secretario de la legación
paraguaya en Londres y París y como encargado de negocios, comisionado
especial, sin carácter diplomático, para buscar documentación probatoria y
realizar un estudio de los documentos relativos a la historia y a los límites territoriales de Paraguay en los archivos de España.
La intelectualidad asuncena nucleada en torno al Instituto Paraguayo no
recibió en buenos términos las airmaciones contundentes presentadas en “La
revolución...” por el joven historiador y esto quedó plasmado en un artículo
titulado “Libros” sin irma en la “Revista del Instituto Paraguayo”, número 7,
correspondiente al mes mayo de 1897 (Telesca, 2013).
Especial interés le merecían a Garay los libros de texto sobre la historia
nacional que se utilizaban en las escuelas. En ese tiempo, en el Colegio Nacional de Asunción al que había asistido Garay, se utilizaba el Compendio de
Geografía e Historia del Paraguay escrito por el napolitano Leopoldo Gómez
de Terán y el colombiano Próspero Pereira Gamba, editado por primera vez
en 1879. En la cruzada de hacer la historia del Paraguay por paraguayos Garay publicó en diciembre de 1896 el Compendio elemental de la Historia del
Paraguay en la imprenta de El Progreso en Madrid, posteriormente realizó
una versión reducida que fue publicada el 28 de mayo de 1897 bajo el título de
Breve Resumen de la Historia del Paraguay, impreso también en Madrid en el
establecimiento tipográico de la viuda e hijos de Tello. Cabe mencionar que la
propuesta didáctica de Garay no tuvo una aceptación generalizada por parte
de las autoridades pertinentes, ni por la intelectualidad paraguaya.
El 26 de agosto de 1897 vio la luz el Prólogo a la traducción del latín de la
Historia de la Provincia del Paraguay de la Compañía de Jesús del jesuita NiEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
colás del Techo de 1673. Posteriormente, el 25 septiembre del mismo año se
publicó el prólogo como un libro independiente, bajo el título de El comunismo de la Misiones de la Compañía de Jesús. Estos dos últimos también fueron
impresos en el establecimiento tipográico de la viuda e hijos de Tello, todos
los libros impresos en este establecimiento pertenecían al sello de la Librería y
Casa Editora Uribe, de Asunción (Telesca, 2013).
Nuevamente en Asunción, Garay publicó en la Revista del Instituto Paraguayo Nº 15, en 1899, “El Primer Consulado”, trabajo que sería la tercera parte
de la gesta independentista, suposición realizada a partir de la airmación del
propio Garay que este texto formaba parte de un trabajo más extenso (Telesca,
2012). La segunda parte era la “Junta Superior Gubernativa” que según Natalicio González había sido su tesis para obtener el título de Doctor en Derecho
de la Universidad Nacional a la que había ingresado en 1893 (González, 1942).
Fue publicada pos-mortem recién en el año 1942 en conjunto con la primera
y tercera parte, bajo el título Tres Ensayos sobre la Historia del Paraguay prologada por González.
Este trabajo que presentamos es una primera aproximación a la obra de
Garay, en tal sentido el análisis está centrado exclusivamente en La revolución
de la Independencia del Paraguay en vistas a que fue la única parte de la trilogía
sobre la gesta independentista que el autor publicó como libro. La producción
historiográica de Garay sobresale de entre la media de sus contemporáneos
por el manejo metodológico que demuestra en el uso de fuentes para producción de sus textos. No es solo el uso sistemático de fuentes, sino, la manera en
cómo las usa lo que llama la atención y provoca interrogantes en torno a su
concepción de historia de modo general y a la función que le asignaba.
Para reconstruir la concepción de historia de un autor no hay un método
especíico adecuado, no obstante se pueden esbozar líneas posibles de análisis
consistentes en: a quiénes consideraba protagonistas de las historia, qué aspectos de la realidad deben ser historiados, cuál es la función del historiador en
el proceso de escritura y reconstrucción de la historia, cómo se construye un
relato objetivo del pasado, entre otros.
Cabe aclarar que querer reconstruir la concepción de historia de un autor
a través de sus obras no debe signiicar la necesidad de encuadrarla en alguna
corriente historiográica de la época -positivismo, historicismo, romanticismo, etc.- por el contrario, se pretende mostrar las diversas aristas que componen su percepción y así poder identiicar lo particular y lo especíico que lo
caliica como uno de los intelectuales más importante del Paraguay. El hecho
de trabajar con una sola obra del autor es también razón para evitar estas categorías, lo que no quiere decir que su propuesta historiográica no contenga
características generales de la historiografía rioplatense del siglo XIX y de la
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Bárbara Gómez
concepción europea de historia del mismo período.
2. Protagonistas y personajes de la historia del Paraguay
2.1. Espíritu de la independencia paraguaya
Garay presenta la historia de la revolución de la independencia de Paraguay
desde la perspectiva del Estado-nación formado y consolidado; esto le permite
identiicar una serie de características en la nación paraguaya que probablemente con otro prisma no se observarían. Así, en el Capítulo II “Resistencia
del Paraguay contra la Junta Provisional”, identiicamos una primera hipótesis
que permea su concepción y su perspectiva de los hechos y vertebra el accionar
del pueblo paraguayo “el espíritu de Independencia de que siempre dio el Paraguay patentes pruebas se sublevó contra toda idea de anexión o sometimiento
al nuevo gobierno implantado en la capital del Virreinato” (Garay, 2011), y
posteriormente veremos que no es solo contra la capital del Virreinato, sino
contra España y contra el reino de Portugal (Garay, 2011, cita 1). A medida que
avanza el relato las “patentes pruebas” del espíritu independentista paraguayo
irán alorando casi naturalmente, aspectos en los que se reconoce el estilo de
escritura del joven historiador (Garay, 2011).
En el capítulo IV “Derrota de Belgrano”, encontramos otra prueba del espíritu independentista paraguayo que, en realidad, se había iniciado con la crisis
de la monarquía española bajo el poderío francés, especíicamente el 13 de
mayo de 1810 con la llegada de las noticias a Montevideo:
“Por eso fue tan fecunda en resultados la acción de Paraguarí: no estaban
todavía extirpadas las profundas raíces que echaron en la conciencia del
pueblo las doctrinas y la revolución de los comuneros; aún recordaba el
Paraguay los gloriosos días de su historia aquellas liberales instituciones,
que le fueron arrebatas en el castigo de la novedad y la audacia de sus
concepciones políticas; el sentimiento de la independencia renacía con los
mayores bríos en el corazón de los patriotas y la victoria de Cerro Porteño
exaltó esas ideas (…)” (Garay, 2011: 61).
Las ideas independentistas habían estado dormidas, pero latentes y renacieron ante las amenazas e invasiones extranjeras. Otra prueba del espíritu independentista paraguayo sale a la luz luego de la retirada de Belgrano, en 1811:
“Mientras de esta manera rechazaba Velasco al enemigo exterior y procuraba ponerse a cubierto de nuevas tentativas suyas, no perdía tampoco de
vista a los que desde el Paraguay intentaban dar en tierra con su poder.
Las ideas revolucionarias, que germinaban entonces casi espontáneamente en la América, tenían terreno más propicio en el Paraguay que ninguna
otra de las colonias españolas” (Garay, 2011: 73).
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
Una vez más el espíritu paraguayo combativo, reticente a la dominaciones
e imposiciones externas e internas se evidenciaba. Cada uno de los hechos que
componen el proceso revolucionario independentista, en la interpretación de
Garay, dan muestras del indómito espíritu paraguayo.
2.2. Héroes nacionales: Francia
Otra idea central que Garay desarrolla desde el inicio del relato es el papel
de Gaspar Rodríguez de Francia y su espíritu independentista absoluto.
“El Congreso general de la provincia, por unánime aclamación de más de
doscientos vocales que asistieron a él, desestimando el parecer del Dr. D.
Gaspar Rodríguez de Francia, que opinaba que la autoridad del gobierno
español en el Paraguay había caducado, adoptó y sancionó las proposiciones del Cabildo y resolvió “que inmediatamente y sin disolverse esta Junta
se proceda al reconocimiento y solemne jura del Supremo Consejo de Regencia Legítimo Representante de Nuestro Soberano el Señor D. Fernando
Séptimo”” (Garay, 2011: 34-35, cursiva agregada).
A medida que el desarrollo de la historia avanza en el tiempo y los sucesos
van revelando a la ansiada revolución, la participación de Francia crece; no
obstante se ha de resaltar la preocupación del historiador de referirse a este
espíritu lo más temprano posible en el relato, especíicamente el 24 de julio de
1810.
Se podría elaborar una hipótesis contrafáctica airmando que si Garay hubiera hecho una introducción a la “La Revolución de la Independencia del Paraguay” hubiese puesto como uno de los objetivos principales reivindicar el
papel de la igura del Dr. Francia en el proceso independentista ante el injusto
lugar al que lo relegaban con precarias argumentaciones:
“No obstante el respeto grande que me merecen todas las opiniones, por
escasa autoridad que tengan, y sin ánimo de ofender la memoria de quien
goza de una gloria inmerecida, he de reivindicar para el Dr. Francia la que
a mi parecer le corresponde por legítimo título; la que sus actos posteriores
pueden haber empañado, mas no destruido; la que deben aplaudir todos
los paraguayos, cualquiera sea el criterio con que juzguen su dictadura”
(Garay, 2011: 101).
Entre las “opiniones con escasa autoridad” que Garay no cita, podemos
nombrar a José Segundo Decoud en su opúsculo “Recuerdos históricos. Homenaje a los próceres de la independencia paraguaya” de 1894 escrito con motivo de la colocación del monumento a los Héroes de la Independencia en la
Plaza Uruguaya entre los que no se incluía a Francia; y a Manuel Domínguez
por su texto “Fin de los autores de nuestra independencia - Francia” parte del
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Bárbara Gómez
folleto conmemorativo por la puesta de la primera piedra del Monumento de
la Plaza Uruguaya (Telesca, 2013).
2.3. Enemigos externos e internos
El proceso de conformación del Estado-nación para consolidarse se realizaba librando batallas contra enemigos internos y externos, entre otras cosas.
Será el general Manuel Belgrano, representante de la causa porteña, quien encarne el papel principal de enemigo externo en esta etapa de conformación del
Estado-nación paraguayo. Su categoría de “enemigo” le es asignada por haber
invadido el territorio paraguayo, pero lo relevante que “descubrió” Garay, con
el uso de y a través de las fuentes, fueron las “verdaderas intenciones” de Belgrano y de la Junta hacia la provincia del Paraguay y su pueblo. A tal efecto
prueba estas verdades con una carta del general fechada el 31 de enero, escrita
desde Santa Rosa que aparece en la “Descripción de la antigua provincia de
Paraguay” y dice:
“Pero esta era una sola faz de las dos de su política: la segunda se revela
en lo que escribe a Buenos Aires, en donde piensa que es de todo punto necesario, “conquistar a los salvajes paraguayos...”, a “ese canalla” a quien se
debe impedir que tenga qué comer para someterla más fácilmente, y acusa
a nuestros oiciales y soldados de un desmedido interés, sólo comparable
con su ignorancia” (Garay, 2011: 66-67).
Los enemigos no eran solo “externos” en el Capítulo III “Expedición de
Belgrano”:
“Acompañaban en efecto a Belgrano algunos paraguayos, en quienes tuvieron más fuerza que las naturales inspiraciones del patriotismo, otros
menos respetables y dignos sentimientos; pero erró (Belgrano) al creer que
todos pensarían y obrarían de semejante vituperable manera, inmolando
sacratísimos deberes en aras de sus pasiones y concupiscencias. El mismo
Belgrano coniesa que en tanto que muchos de sus soldados desertaban
ningún paraguayo abandonó su puesto para engrosar las ilas de los invasores” (Garay, 2011: 49).
Pese a que los que apoyaban la causa porteña eran unos pocos y aislados,
Garay les dedica un espacio y esto debe ser destacado. Presentar personajes
contrarios a la causa no es extraño en sí cuando efectivamente dejaron huellas
y forma parten de los procesos de lucha y consolidación de los Estados-nación.
Lo destacable en el caso de Garay, es cómo esas acciones son interpretadas
y consideradas, teniendo presente que éste habla desde un Estado-nación que
está en proceso de re-coniguración y desde éste presenta los hechos; lo relevante está en la referencia a las disidencias internas que existían en relación al
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
sólido y antiguo “espíritu paraguayo de la Independencia” que Garay construye y demuestra su existencia. Esto fortalece la manera en que aborda la historia
porque le da una perspectiva de objetividad hacia los sucesos que son historiados, pese a que considere a algunos personajes como traidores a la patria y
podría omitir su existencia, los reconoce y les dedica espacio (igualmente no se
puede dejar de manejar como hipótesis que Garay realice una referencia solapada a la actitud de los paraguayos que acompañaron a las fuerzas de la Triple
Alianza durante la guerra, los conocidos como ‘legionarios’).
En el periodo histórico que escribe Garay la idea de objetividad entendida
como la construcción de un relato histórico puro estaba basada en la distancia
-nacional, religiosa, política- que debía tener el historiador en relación al
objeto historiado. Esta concepción suponía que las obras de los extranjeros
sobre Paraguay eran más objetivas que las realizadas por los paraguayos; es
contra estas concepciones que Garay escribe y demuestra que sí le es posible
una producción histórica objetiva.
Algunos de los “enemigos internos” que conformaban la nación paraguaya
eran en realidad “extranjeros” y de cierta forma eso tornaría comprensible su
accionar contra la nación:
“Desgraciadamente, si había quienes acariciaban la idea de constituir al
Paraguay en total independencia de todo ajeno dominio, tampoco faltaban partidarios de la anexión a Buenos Aires, si quiera estos mismos la
propusiesen sobre la base de una estricta y completa igualdad de derechos
de ambas provincias. Hácese notar por la elocuencia y el bello estilo en
que está concebida la extensa comunicación reservada que el 8 de marzo
de 1811 dirigió un europeo despreocupado al gobernador y a los vocales
españoles del Cabildo, refutando uno a uno todos los reparos puestos en
aquella alianza, y exhortando a que fuese llevada a efecto, dejados de lado
intereses transitorios y de poca monta (…)” (Garay, 2011: 77).
Más de cincuenta años antes, en 1824, en las lejanas tierras del reino de
Prusia, Leopold von Ranke airmaba en el prólogo de su primera obra “no cabe
duda de que para el historiador es ley suprema la exposición rigurosa de los
hechos, por muy condicionados y carentes de belleza que éstos sean” (Ranke,
1960). No podemos airmar que Garay recibió inluencias del historiador alemán, sin embargo consideramos pertinente realizar este puente para mostrar
que la producción historiográica de Garay se alineaba con los cánones europeos de producción histórica cientíica vigentes durante el siglo XIX en las
universidades más importante del viejo continente, mucho más que la producción de muchos intelectuales europeos que historiaron a Paraguay durante el
mismo periodo.
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2.4. Otros personajes
La historia escrita por Blas Garay, como muchas del periodo, está protagonizada por grandes hombres que realizan acciones trascendentales y que participan de la construcción del Estado-nación. Algunos con una moral intachable
como es el caso del Dr. D. Gaspar Rodríguez de Francia o el sargento de artilleros Pedro Fernández (Garay, 2011) o el virrey D. Baltazar Hidalgo de Cisneros
y La Torre Ceijas (Garay, 2011). Otros son despreciables como D. José de Espínola y Peña (Garay, 2011), inieles y serviles como Pedro Somellera (Garay,
2011), otros son enemigos como el general argentino Manuel Belgrano. Pero
hay un personaje que adquiere un grado de humanidad por las contradicciones que representa y que realiza durante la gesta independentista despertando
la admiración y el respeto del autor: el gobernador D. Bernardo Velasco:
“Bondadoso, probo, penetrado de grande respeto por los derechos de la
Provincia, siquiera haya sido débil en ocasiones para reprimir los abusos
de sus allegados; estos títulos de Velasco a nuestro respeto, no valen nada
ante la consideración de que dirigió todos sus pasos a disponernos para
resistir las miras absorbentes de Buenos Aires. Acaso puedan sus actos parecer interesados y su mérito disminuir ante un criterio histórico de estoica
impasibilidad; desnaturalizó, no hay duda, la letra de las resoluciones del
Congreso aunque parece obedeció ielmente a su espíritu; pero con entera
sinceridad confesemos también que pesan, y deben y han de pesar siempre
muy poco en nuestro ánimo los ocultos propósitos que le guiaban, si alguno abrigó que no fuera digno de aplauso, al tener en cuenta el hecho, para
nosotros los paraguayos capitalísimo, de que su oposición a la Junta Provisional, en el terreno de la diplomacia en un principio, en los campos de
batalla más tarde echó los primeros cimientos en que había de asentarse el
ediicio de la independencia nacional” (Garay, 2011: 44).
Para Garay era más aceptable la dependencia hacia la Corona que hacia
Buenos Aires, probablemente la amenaza del segundo por ser más cercana era
más preocupante. Por otro lado, el período en el que escribe Garay de organización nacional pos bélico permea su lectura de los intereses porteños hacia la
provincia paraguaya. El gobernador Velasco fue clave en el proceso independentista porque “movido de su ambición o de sus buenos deseos, allanara de
este modo el camino de nuestra segregación del resto del antiguo Virreinato”
(Garay, 2011) y este es su aporte más sustantivo en la perspectiva del historiador.
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
2.5. El movimiento del 14 de mayo
Como se ha señalado el prisma del Estado-nación desde el cual reconstruye la historia permitiría explicar ese “cariño” especial que Garay siente por el
papel que Velasco representa para la nación paraguaya, tanto en el inicio del
proceso independentista, como en su cobardía posterior, por una y otra vía
termina propiciando y regando la semilla de la independencia. Garay demuestra así que el proceso de la independencia nacional se gestó desde el corazón
del propio Paraguay y, en este sentido, la nación paraguaya se gesta y se para a
ella misma.
“El pueblo paraguayo no necesitaba que nadie le inculcase los sentimientos de libertad, porque los tenía más profundamente arraigados que ningún otro. La deposición de Cisneros le hizo comprender que había llegado
el momento de conquistarla, y a ellos se dispuso, sin esperar a que viniese
Belgrano a despertarle” (Garay, 2011: 76-77).
La independencia de la nación paraguaya es un modelo, un ejemplo sin
igual:
“Así se llevó a cabo, sin derramar una gota de sangre, sin disparar un tiro,
sin la menor violencia material contra nadie, el movimiento del 14 de
mayo, al cual únicamente es comparable en su trascendencia a la revolución imperecedera de los comuneros, que más de medio siglo antes de la
francesa proclamó avanzadísimos principios que sirven de fundamento a
las modernas democracias, y puso por encima de todas las leyes, de todas
las voluntades y de todos los poderes, la ley, la voluntad y el poder absolutos del común, cuyo relejo y emanación eran los demás” (Garay, 2011: 85).
Es claro ciertamente, que su contraparte en el diálogo es la obra de Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano, la cual cita profusamente en sus notas.
3. Las correcciones de la Historia paraguaya
Lo relevante y novedoso de la propuesta del nobel historiador no fue tanto
el objeto de estudio, sino la forma en cómo “reconstruye” la historia, el “nuevo” relato que elabora y cómo, a partir de este proceder metodológico, derriba
algunos mitos fundantes de la independencia paraguaya e instaura otros. Pero
no siempre su obra fue bien recibida, como se señaló al inicio del trabajo, en
la Revista del Instituto Paraguayo de mayo de 1897, dirigida en ese entonces
por Eusebio Ayala se había publicado una reseña sin irma en la que se le reconocían “sus preciosos acopios de datos en nuestros archivos” que le permitían “arrojar luz sobre tan oscura época”, pero se le objetaba que “aún quedan por
evidenciarse ciertos puntos oscuros, que irán aclarándose mediante el estudio de
los documentos que han quedado de aquellos no lejanos tiempos” (Telesca, 2013).
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En el tercer Capítulo “Expedición de Belgrano”, Garay demuestra que la
intención verdadera del General Belgrano y de la Junta Provisional eran, en
realidad, la de conquistar el Paraguay, argumentos que el autor sostiene con
fuentes documentales como los Manuscritos del Archivo Nacional (cita 7), un
Oicio del 16 de diciembre de 1811 copiado por Mitre en su Historia de Belgrano (cita 8), otro Oicio de la Junta del 24 de enero de 1811 reproducido en
la “Descripción de la antigua Provincia del Paraguay” (cita 9), de esta misma
obra una carta conidencial del 31 de enero al Presidente de la Junta (cita 10).
Y continúa agregando cuatro documentos más del mismo tenor que permiten
desvelar los “verdaderos” intereses porteños.
En el Capítulo siguiente, “Derrota de Belgrano”, hace referencias al famoso
y mal-interpretado “encuentro e intercambio de ideas” entre los militares paraguayos y porteños, que según Garay se realizó cuando se dio la Capitulación
luego de la derrota de Belgrano. Presenta el hecho en estos términos:
“Consultó Cabañas el caso con Velasco, que le autorizó a otorgársele (la
Capitulación), como lo hizo, imponiéndole la cláusula de que al día siguiente se pusiera en marcha; entraron así en relaciones los oiciales paraguayos y argentinos, y éstos aprovecharon la oportunidad para inclinar
el ánimo de aquellos en el sentido de una revolución, que privase de todo
poder al gobernador, semilla que fue a unirse a la que estaba germinando
en el Paraguay” (Garay, 2011: 65).
La “inluencia revolucionaria” de los porteños y particularmente de Belgrano hacia los paraguayos fue una idea sostenida por el argentino Pedro Somellera a la que Garay se dedica a refutar en toda la obra de diversas maneras y
con varias fuentes. La estrategia consistió en demostrar la pre-existencia de las
ideas independentistas y libertarias en el corazón del pensamiento y el espíritu
paraguayo desde las revueltas comuneras, otra opción podría haber sido negar
la existencia del encuentro o el intercambio de ideas, pero el problema aquí era
como demostrar con fuentes que esto no haya existido.
“Atestigua la historia que las ideas revolucionarias tenían ya abierto camino, y constituían materias de desazones para el gobierno, mucho antes
que Belgrano se comunicara con los paraguayos. No se había dado aún
ninguna batalla contra los invasores, cuando ya opinaba y sostenía el Dr.
Francia en la asamblea del 24 de julio de 1810 “que había caducado el
gobierno español”; cuando eran deportados a Borbón algunos patriotas
que deseaban implantar en el Paraguay el mismo sistema porque se regía
Buenos Aires (...)”. (Garay, 2011: 75-76).
De las líneas anteriores se desprende una arista de la concepción de historia
de Garay: “la historia atestigua” como si fuera una entidad autónoma. Ésta es
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
concebida y percibida con carácter independiente, el desarrollo histórico tiene
dinámica propia, tiene autonomía de sus protagonistas y de sus relatores, la
historia se mueve sola y ella es en sí misma. Esta concepción típica del pensamiento histórico europeo del siglo XIX, es lo que comúnmente se identiica
como una de las características de la historia moderna, concepción devenida
de la ilosofía de la historia hegeliana.
La concepción moderna de la historia, estudiada entre otros por Reinhart
Koselleck, se produce durante los siglos XVIII y XIX en Europa, y rompe con
la idea hegemónica de la historia vigente desde la antigüedad que consideraba
a esta como “magistra vitae”. La historia moderna surge y da respuestas a una
sociedad con una concepción de tiempo lineal en que el pasado es construido
desde el horizonte de expectativas que representa el futuro. El tiempo pasa a
estar determinado por la historia y no más por las dinastías, esto es la temporalización de la historia, otra característica moderna. La ilosofía de la historia
como forma de explicar la historia de la humanidad, es otra característica que
se articula con la idea de historia como singular colectivo, “sin un sujeto ni un
objeto coordenados” (Koselleck, 1993).
Desde esta última característica, el historiador brasilero Marcelo Jasmin
habla de la autonomía ontológica en su artículo “As armadilhas da história
universal”:
“La historia existe en sí misma y tiene una dinámica y un movimiento
intrínsecos, pese a la conciencia que los seres humanos tengan de eso, sean
ellos historiadores o no. Se trata de la autonomización ontológica de la
Historia, que se torna una dimensión propia del ser, de modo que no se
puede comprender más aquello que, es sino por el conocimiento del proceso que lo constituye. Es la historia en sí misma y no necesariamente la
historia narrada” (Jasmin, 2011: 398).
Es la historia en sí misma la que atestigua que las ideas revolucionarias paraguayas eran más antiguas que el encuentro con Belgrano, no es Garay el que
inventa estas ideas, lo que él hace como historiador es sacar a la luz las verdades que estaban en la Historia y que personajes como Somellera no lo hicieron.
“No se me oculta que al sostener que fue obra en gran parte de Francia
la revolución del 14 de mayo, lastimo muchas y arraigadas convicciones,
para mal de quienes las profesan no tan bien fundamentadas como tenaces; pero si los hechos históricos hubiesen de amoldarse a las preocupaciones por la ignorancia o por la pasión engendradas, no mereciera la historia el dictado de imparcial dispensadora de la justicia, ni fuera posible
que llevase a cumplido efecto su misión de otorgar el aplauso injustamente
negado o anular el elogio tributado injustamente, y antes fuera sierva de
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las prevenciones de la posteridad, que no guía y maestra suya, y no pudiera encauzar sus juicios cuando se descarriasen” (Garay, 2011: 101).
La labor que está realizando Garay al reivindicar el “verdadero” papel de
Francia y de Belgrano en el proceso independentista, es el de hacer justicia a
través de y con la Historia. Él como historiador es el instrumento que viabiliza
la acción de la “Historia imparcial en tanto dispensadora de justicia” pese a que
muchos de sus contemporáneos no estén de acuerdo. Jasmin explica que una
de las formas en que la autonomía ontológica de la historia se reconoce es en la
concepción de ésta como jueza última de la verdad, al respecto airma:
“En algunas variaciones de este tema, la historia se puede volver, en su
desarrollo inexorable, la jueza última de la verdad o de la validez de todas las proposiciones. Lo justo pasa a ser identiicado con lo que está de
acuerdo con el futuro (…) Como si la capacidad de juzgar, la Corte, no
fuese más responsabilidad del historiador y sí del propio proceso histórico”
(Jasmin, 2011: 398).
En la cita anterior de Garay queda expresada la relación de la historia con
el futuro, la historia es la guía para la posterioridad, es la que indica el camino
correcto, el camino de la verdad aunque en ocasiones el hombre sea preso de la
vanidad y se corra del camino, pero con el transcurso del tiempo esos errores
saldrán a la luz y serán juzgados. Garay escribió su historia desde su horizonte
de expectativas.
Otra de las correcciones a las que Garay dedica un espacio importante en
las citas es a los “verdaderas” cantidades de los miembros de los ejércitos que
se encontraron en las batallas de Paraguarí y Tacuary. Los números se habían
inlado para el ejército paraguayo y achicado para el ejército porteño, quien
había hecho esto había sido también un testigo ocular, un protagonista de los
hechos, el propio Belgrano. Nuevamente Garay desenmascara las mentiras de
un testigo considerado como “autoridad”, como con Somellera. “Rindiendo
parias a su amor propio, Belgrano a la vez de exagerar extraordinariamente el
efectivo del ejército contrario, sisó no poco el suyo para hacer más notable su
heroísmo” (Garay, 2011, cita 51).
De la misma forma que en el ejemplo anterior, Garay desenmascara la mentira con varias fuentes: primero nombra la Memoria Belgrano citada por Mitre
y por la “Descripción de la Antigua Provincia del Paraguay” para mostrar los
números exagerados, se reiere también a Somellera en el “Ensayo Histórico de
Rengger” pero le quita veracidad al deinirlo como “compatriota de Belgrano,
y según confesión propia, culpable de una ignominiosa traición cometida contra Velasco” (Garay, 2011, cita 51). Luego nombra a los que le merecen más
crédito como la Memoria de Velasco y la Memoria del P. Arboleya publicadas
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
también en la “Descripción de la Antigua...”, a Demersay “Histoire physique,
économique et politique du Paraguay”, a Famin “Provinces Unies del Rio de la
Plata: Buenos Aires, Paraguay, Uruguay”, a Rengger et Longchamp “Essai historique sur la...”. Pero de entre de todas estas aclara “y es de advertir que cuanto
dice Velasco merece mucho respeto, porque huye de toda exageración: su palabra es la de una persona honrada exenta de vanidad” (Garay, 2011, cita 51).
Destacamos estas palabras porque pueden ser vistas como una advertencia
de alerta con el cuidado del uso de las memorias de los testigos-protagonistas
de los hechos como fuentes. Éstos suelen ser víctimas de la vanidad y de su
amor propio, lo que repercute negativamente en la versión que dan de lo ocurrido, problema que Velasco no tiene. Por otro lado se observa la estrategia de
selección y crítica de fuentes válidas e inválidas basada en un criterio de orden
personalista como los argumentos que expresa a favor de Velasco como contra
Somellera, esto conduce al interrogante sobre la objetividad de Garay en tanto
historiador en el proceder metodológico que en una mirada inicial sustenta la
validez de su producción historiográica por sobre la de muchos de sus contemporáneos.
En el Capítulo IV es necesario, nuevamente, aclarar algunos detalles y el
mismo Garay expresa:
“No quiero insistir en rectiicar absurdas exageraciones; pero he de reproducir una opinión que, por venir de quien viene, merece entero crédito
cuando no es contraria al Paraguay. Aludo a Washburn, quien dice de la
acción de Paraguarí [En la Revista Paraguaya]: “Esta batalla era importante, como que afectaba el porvenir de Paraguay; pero cuando consideramos la pequeña cantidad de muertos y heridos, parece un cosa muy insigniicante y les hace muy poco favor a los invasores. (...)”” (Garay, 2011:
60, cita 8).
En el Capítulo V “La génesis revolucionaria” se dedica a corregir, también
en las notas a pie de página, “la verdadera jerarquía militar de [D. Fulgencio]
Yegros a quien comúnmente se cree general; pero el grado más alto al que llegó
fue el de Brigadier, con que a la par de Francia, le agració el 12 de octubre de
1813, el Congreso inaugurado el 30 de septiembre al nombrarle cónsul” (Garay, 2011: 70, cita 4). Para mayores referencias el joven historiador sugiere la
consulta de su primera obra el “Compendio elemental de la Historia del Paraguay”, publicado en diciembre de 1896.
A continuación se copia todo el párrafo de la nota al pie en el que esclarece
cuál fue el proceso inferencial que realizó para aseverar el grado militar de
Yegros y de este modo ir derribando mitos e instalar la “verdad” de los hechos:
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“Ya queda dicho que en septiembre de 1810 Yegros era un simple teniente.
Después de Paraguarí le hallamos de capitán, y de teniente coronel en las
actas del Congreso del 17 de Junio de 1811. Lo que falta es saber si este
grado lo obtuvo en una sola vez por los méritos hechos en Tacuary, o si fue
precedido del ascenso a comandante. Lo primero es inverosímil, porque
importaría haber saltado un punto del escalafón, y ni consta que Yegros
se distinguiera particularmente en la última batalla, ni parece creíble que
Velasco, que escatimó las recompensas al extremo de no premiar los servicios del jefe que la dirigió, Cabañas, ni de muchos otros meretísimos
oiciales, se mostrará con Yegros tan injustiicadamente pródigo (por muy
fervoroso realista que fuese), a trueque de suscitar descontentos, más peligrosos entonces que nunca. Estas consideraciones reforzadas por la partida que sigue, tomada del Libro Mayor varias veces citado, constituyen una
casi prueba completa en favor de la segunda hipótesis: Abril 6: Importe de
los víveres que han comprado y remitido al Pueblo de Itapúa para gasto y
consumo de la tropa que se allá en aquel destino al mando del Comandante en Xefe Don Fulgencio Yegros y gente de marina situada en la misma
altura sobre el río Paraná…” (Garay, 2011: 70, cita 4).
En esta larga cita se observa el proceder investigativo de Garay, detallista
y exquisito buscador de inexactitudes que el historiador debe corregirlas. Este
mismo proceder se repite en el Capítulo VII sobre el Presbítero Francisco Javier Bogarín (Garay, 2011, cita 13).
Retomando el ejemplo de Yegros, quien era considerado por los contemporáneos de Garay como un prócer y héroe de la independencia nacional, el
joven historiador insiste en la importancia de historiar la verdad de los hechos
por más antipatrióticos que estos parezcan:
“Muchos creyendo acaso un crimen de lesa patria afear ciertas iguras que
la leyenda ha embellecido como no fue nunca el original, sostienen a pie
juntillas que lo del porteñismo de Yegros es calumniosa invención de algún
escritor modernísimo, que la habría cometido no concibo con qué objeto.
Yo, que tengo de la historia tan alto concepto que antes rompería mi pluma que incurrir deliberadamente en falsedad, deploro no poder pintar a
Yegros tan grande como muchos le quieren, pero me inclino ante la verdad
y la escribo, porque si es malo achacar faltas que no existen, es también
muy malo ocultar las que se conocieron y convertirse en cómplice de inmerecidas apoteosis. Y de que Yegros fue partidario decidido de Buenos Aires,
aunque por fortuna incapaz de hacer prevalecer su Consejo, no me cabe
duda, por las razones que siguen (…)” (Garay, 2011: 86, cita 25).
Se puede interpretar que Garay no sólo crítica a los testigos oculares que
escribieron nublados por la vanidad y el egoísmo desmedido, sino que también
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
hace un llamamiento a los intelectuales posteriores que utilizaron estas fuentes
como autoridad indiscutida y a sus contemporáneos, la historia ya no se puede
escribir de esa forma, “salpicando” el texto con referencias de los protagonistas y de otros contemporáneos, eso no revela un trabajo histórico serio, hacer
historia no es solo usar fuentes, sino también implica preguntarse cuál de los
autores, usados como fuentes, posee información “verdadera” y original. Así,
su llamamiento es sobre el uso de fuentes, previa a una crítica seria, es en estos
términos que la historia Paraguaya debe ser escrita.
En las varias citas realizadas se vislumbra la percepción de verdad histórica
del autor. Esta existe y el historiador debe descubrirla en las fuentes lo que supondría en principio un trabajo muy simple, pero esto no es así, incluso para el
propio Garay. Además de hacer una crítica rigurosa a la veracidad de la propia
fuente, el historiador debe acallar sus percepciones para dejar que éstas hablen,
en palabras del propio Garay:
“Preciso es que la verdad resplandezca por encima de todas las cosas, y no
es el menor sacriicio exigido al historiador éste de hacer tabla rasa de la
nociones adquiridas sobre los personajes y los sucesos en que se ocupe, despojarse de toda idea preconcebida, para que más desembarazadamente
perciba la luz que brota de los documentos y otras fuentes y de una crítica
desapasionada y sana” (Garay, 2011: 101).
La verdad está contenida en las fuentes y es descubierta por el historiador,
por ello una historia verdadera solo puede ser realizada con fuentes. Esta articulación necesaria y determinante entre la verdad y el uso de las fuentes es uno
de los aportes más sustantivos de Garay al quehacer historiográico paraguayo.
Leopold von Ranke también se refería a la necesidad de que el historiador
se atenga a la verdad y escriba a partir de los documentos auténticos, en el
Prólogo de la “Historia de Alemania en la época de la Reforma”, de 1839, comentaba:
“Y así me he decidido a acometer sin más largas vacilaciones, audazmente, la elaboración de esta obra, persuadido de que, con tal de que se investigue con un poco de amplitud los auténticos monumentos, y de que el
investigador proceda en su trabajo animado por un espíritu serio y apegado a la verdad, podrán los descubrimientos posteriores, tal vez precisar
o esclarecer el detalle de la obra realizada, pero sin alterar en los fundamental los puntos de vista en ella expuestos. Pues la verdad solo puede ser
una” (Ranke, 1960: 136).
Emulando al proceder investigativo de Garay demostramos la modernidad de la historiografía del paraguayo, haciendo puentes con Ranke en tanto
representante indiscutido de la historia moderna europea. Se sabe que Garay
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publicó su obra en España, pero suponemos que fue escrita inicialmente en
Asunción, dicha aseveración se basa en las fuentes que utiliza.
4. Relexiones inales
“Creo que pronto llegará el día en que la historia moderna se escriba, tomando como base, no los informes de los historiadores, ni siquiera de los
contemporáneos de los hechos historiados, a menos que relaten lo vivido
por ellos, y mucho menos de los compuestos de segunda o tercera mano,
sino a base de las relaciones de los testigos oculares y de los documentos
más auténticos y directos” (Ranke, 1960: 136).
Es importante esclarecer que hemos hecho una serie de referencias al pensamiento histórico de Ranke en tanto representante de una de las tradiciones
historiográicas modernas que caracterizó el siglo XIX europeo. La concepción
de historia de Ranke es mucho más que el uso de fuentes y la existencia de la
verdad, su idea de historia es una teleología sin telos, al decir de Frederich
Meinecke, en la que la Providencia, las fuerzas espirituales y las ideas directrices de una época comparten el protagonismo de los sucesos históricos con los
estados y con quienes los gobiernan.
Por ello, en esta primera instancia de la investigación, airmar que Garay
es rankeano porque tiene una preocupación especial por el uso de fuentes es
apresurado, no obstante queremos ir trazando un mapa de “inluencias” europeas conjuntamente a un mapa rioplatense tal cual lo señala Sanson Corbo en
su obra Desde Petrópolis. Según el historiador uruguayo, la inluencia vendría
desde Brasil mediada por la obra del argentino Bartolomé Mitre a quien cita
copiosamente.
Sumada a esta concepción metodológica de elaboración de la historia, Garay mira la historia desde el prisma de un Paraguay como Estado-nación de
posguerra que todavía lucha con otros Estados-nación para mantener su independencia y autonomía. Es en esa clave que debe comprenderse que hable
en varias ocasiones de los argentinos y no de las Provincias Unidas del Río de
la Plata, como si en ese periodo la nación argentina ya estuviera formada y no
era más que una sumatoria de provincias unidas que no se concebían como
unidad.
Garay fue un acérrimo defensor del uso de fuentes para la elaboración de
la historia siempre y cuando se haya realizado una crítica seria a las mismas.
Consideraba que el historiador era el vehículo por el que se debían expresar
las fuentes y contar cómo habían sucedido los hechos, en este sentido acallar
las percepciones del historiador en tanto sujeto histórico para que las fuentes
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Verdad e historia en “La revolución de la independencia del Paraguay” de Blas Garay
puedan hablar por sí mismas, era una acción fundamental.
Como hemos referido este ejercicio intelectual no era fácil de lograr ni de
practicar, las necesidades del presente se apoderaban del historiador, la concepción de la función social de la historia y de la sujeción de esta a los intereses
mayores de la patria, eran un común denominador a todos los historiadores
incluso al propio Garay.
Uno de los ejemplos de la diicultad de este ejercicio se evidencia entre lo
que dicen las fuentes que sucedió en el Congreso del 17 de junio de 1811 y lo
que Garay esperaba que dijeran. Las contradicciones entre un relato histórico
concebido desde la perspectiva del Estado-nación consolidado y la dinámica
propia y compleja del proceso de construcción de la independencia de las colonias salían a la luz.
Entonces, por un lado las fuentes aseveran que el 17 de junio de 1811 se
reunió el Congreso y sesionó la Asamblea presidida por los miembros del gobierno: el Dr. Francia y el peninsular pero “amantísimo” de la causa paraguaya
Zeballos; también reieren que estos airmaban que las deliberaciones debían
ser libres y francas “de tal conformidad que todos y cada uno de los que en esta
respetable asamblea deben considerarse en la más plena, perfecta y absoluta
libertad de explicar, declarar y manifestar francamente sus pensamientos, sus
conceptos y sus votos” (Garay, 2011: 94-95). Pero por otro airman que los
miembros del gobierno juraron expresa idelidad al rey cautivo don Fernando
VII. Esto representa una contradicción grave en el relato del espíritu independentista paraguayo y en la primigenia oposición de Francia de depender de
cualquier gobierno que no sea el del propio Paraguay. Explica Garay:
“Pero sea por el inlujo del Vocal Zeballos, español, aunque amantísimo de
la provincia, sea porque Francia no se viera todavía con poder bastante para
declarar abiertamente su patriótico propósito de sustraer al Paraguay de
toda ajena dominación, y tratara de contemporizar, mientras lo adquiría,
con el partido español, que conservaba aún fuerza bastante a colocar en
serios conlictos al nuevo Gobierno, es lo cierto que ambos vocales hacían
profesión expresa de su idelidad al Rey cautivo (...)” (Garay, 2011: 95).
Garay tenía la opción de omitir esta contradicción del relato, pero el deber
de la verdad habló más fuerte, por lo menos en esta ocasión. La historiadora
argentina Liliana Brezzo plantea un interrogante en el marco de la discusión de
Báez y O’Leary que vale la pena aplicarlo también a Garay:
“¿Hasta qué punto debe inluir el amor por la propia nación en el ejercicio
de la historia? ¿Deben los historiadores analizar el hecho histórico partiendo
de unos presupuestos nacionales? ¿Tiene el historiador una especial responsabilidad en la formación y la consolidación de la nación, de una patria, de
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un país?” (Brezzo, 2011: 64).
Se ha airmado que el amor por su nación permeó la producción completa
de la obra de Garay y se ha mostrado cómo analizó los hechos históricos partiendo de presupuestos nacionales. En su caso, todos estos aspectos no afectaron la calidad de su producción, por lo menos no en esta obra. El uso y el
análisis exhaustivo del tipo y la calidad de las fuentes para reconstruir el relato
independentista equilibran la balanza. Sobre el último interrogante propuesto
por Brezzo respondemos airmativamente por el accionar del propio Garay,
éste estaba convencido que la función de la historia era determinante para el
proceso de formación y consolidación del Estado-nación, lo que en su concepción no conllevaría a hacer una historia carente de verdad.
El problema surge cuando aparecen las contradicciones entre el bien mayor
representado por los intereses del Estado-nación, y la necesidad de consolidar
la identidad política de una nación devastada por una guerra fratricida y las
versiones que expresan las fuentes, que como se observó, pueden ser resultado
de la vanidad y el egoísmo. Pese a que en una primera lectura se interprete que
Garay parte de las fuentes para reconstruir la historia de la nación, airmamos
que parte de una concepción de Estado-nación y desde ahí interpreta y lee las
fuentes a partir de las cuales reconstruye la historia de la nación.
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Referencias Bibliográicas
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(coord.) Historia del Paraguay. Asunción: Taurus -Santillana.
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Juan. Polémica sobre la Historia del Paraguay. Asunción: Editorial Tiempo de
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Garay, Blas. 2011 [1897]. La revolución de la independencia. Asunción: El Lector.
González, Natalicio. 1942. “Prologo” en Garay, Blas. Tres Ensayos sobre la Historia del Paraguay. Asunción: Guarania.
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tiempos históricos. Barcelona: Paidos.
Ranke, Leopold von. 1960 [1824]. “Historia de los pueblos latinos y germanos”,
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Sansón Corbo, Tomás. 2015. Despertar en Petrópolis. Andrés Lamas y la inluencia de Brasil en la Historia de los Estados de la Cuenca del Plata en el siglo
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Telesca, Ignacio. 2012. “Blas Garay y el “Prólogo” a del Techo: inventando el
Paraguay” en Telesca I. e Insaurralde, G. s.j. (Eds) Melià... Escritos de Homenaje. Asunción: ISEHF.
Telesca, Ignacio. 2013. “La República de los historiadores del Paraguay posbélico” en Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia, Volumen LIII.
Asunción: Academia Paraguaya de la Historia.
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BIBLIB: 0251-2483 (2015), 87-116
LA AYUDA ARGENTINA AL PARAGUAY
DURANTE LA GUERRA DEL CHACO
THE ARGENTINE AID TO PARAGUAY
DURING THE CHACO WAR
Enviado: 13/06/2016
Aceptado: 20/10/2016
Maximiliano Zuccarino1
Resumen
El presente artículo se propone dar cuenta de la ayuda -moral y materialbrindada por la sociedad y el Gobierno argentinos al Paraguay durante la Guerra del Chaco con Bolivia (1932-1935), a partir de analizar, entre otras cosas, la
correspondencia cursada entre el ministro del Paraguay en Argentina, Vicente
Rivarola, con las autoridades de Asunción y el intercambio epistolar y telegráico entre la Cancillería argentina y sus representantes en la capital paraguaya,
permitiendo concluir que la misma se efectivizó a través de múltiples y diversos canales en procura de satisfacer intereses económicos argentinos -públicos y privados-, como así también atendiendo a consideraciones de índole
geográico-estratégica y político-militar.
1
Licenciado en Relaciones Internacionales y Doctor en Historia egresado de la Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA),
Argentina. Miembro de la Planta Estable del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL), UNCPBA-Comisión de Investigaciones Científicas
de la Provincia de Buenos Aires (CICPBA). Becario posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). El presente artículo es producto de la investigación
resultante del trabajo de Tesis Doctoral “La posición de la Argentina ante la Guerra del Chaco
(1932-1935). Variables internas y externas como condicionantes de la política exterior”, defendida el 18 de marzo de 2016. Contacto: maximilianozuccarino@yahoo.com
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La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
Palabras clave
Guerra del Chaco; política exterior argentina; relación argentino/paraguaya;
década de 1930.
Abstract
his article aims to account for the moral and material support provided by
Argentine society and Government to Paraguay during the Chaco War against
Bolivia (1932-1935), from analyzing, among other things, the correspondence between the Paraguayan minister in Argentina, Vicente Rivarola, with the
authorities of Asuncion and the epistolary and telegraphic exchange between
the Argentine Ministry of Foreign Afairs and their representatives in the Paraguayan capital, leading to conclude that it was put into efect through multiple
and various channels in an attempt to satisfy both public and private Argentine economic interests, as well as geographic-strategic and political-military
issues.
Keywords
Chaco War; argentine foreign policy; argentine/paraguayan relationship;
1930’s.
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Maximiliano Zuccarino
1. Presentación
“Desde mis primeros pasos en el desempeño de la representación diplomática en la Argentina (…) jamás hallé en el gobierno, y sus funcionarios,
desde los más encumbrados hasta los más sencillos, en la prensa, en la
sociedad, en los centros de cultura, en el pueblo, en in, argentinos, sino
pruebas inequívocas y renovadas de la buena disposición para el Paraguay, y no haber escuchado de labios de argentinos sino palabras francas
y sinceras, espontáneas de cordial afecto y simpatía para él. Todo lo cual
llévame a airmar esto que frecuentemente habrá de tener su conirmación en el curso de mis narraciones: la amistad entre la Argentina y el
Paraguay, la hermandad entre las dos patrias y los dos pueblos, son una
realidad viviente, espiritual y sentimental, libre de recelos y prejuicios, y
una necesidad moral y material de recíproca utilidad y conveniencia, que
no podrán destruir, ni siquiera perjudicar, las pocas personas atosigadas
por odios ancestrales y preconceptos infundados que aún pudieran existir
en uno y otro país” (Vicente Rivarola, Enviado Extraordinario y Ministro
Plenipotenciario paraguayo en la Argentina (1932-1936), en Rivarola
Coello, 1982, 49).
“No obstante las melosas palabras que de tarde en tarde suelen gastar conmigo el canciller y el presidente, no he titubeado ni un momento en mi
convicción, la que cada día ha venido airmándose en el reconocimiento
de una voluntad irme y decidida del gobierno argentino de hostilizar a
Bolivia y favorecer al Paraguay. Es no sólo burlesca, sino irritante esta
conducta del canciller que degenera en burla cruel para nuestra patria”
(Julio A. Gutiérrez, Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario
boliviano en la Argentina (1933-1934), en Querejazu Calvo, 1965, 173).
“Mientras el Paraguay gozaba de libertad absoluta para hacer lo que quisiese en territorio argentino, a Bolivia se le cerraba todo camino de entendimiento amistoso. Nuestros representantes parecían huéspedes incómodos en casa de gentes que quieren divertirse en una intimidad licenciosa.
Cuanta reclamación se presentaba, recibía de la Cancillería promesas que
nunca tuvieron cumplimiento” (Coronel Rogelio Ayala Moreira, excombatiente boliviano en el Chaco, 1959, 358).
“Tengo el honor de decirle, que su política con relación a la Guerra del
Chaco es absolutamente equivocada (…) Bolivia ha tenido razón en desconiar desde el primer momento de una política marginal que no brilló
por su ecuanimidad ni por su transparencia. Más que Paraguay y Bolivia,
la equivocada política argentina es la que ha tenido la culpa de la guerra.
Porque nosotros ¡y ningún país más que nosotros! pudimos conjurarla con
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La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
el simple expediente de la cordialidad pareja, sin enojosas prerrogativas
para nadie, ni falsos mirajes, ni prevenciones, ni suspicacias sobre lo porvenir (…) La historia, no lo dude señor Ministro, ha de pedirnos cuenta de
este desacierto” (Carta abierta del escritor y periodista argentino Wenceslao Jaime Molins al Canciller Carlos Saavedra Lamas, s/d, en Ayala
Moreira, 1959, 371).
2. Vicente Rivarola y sus contactos en el Gobierno argentino
Como se desprende de los extractos anteriores, surgidos de la pluma de actores directa o indirectamente vinculados a la Guerra del Chaco que enfrentó
a bolivianos y paraguayos por la posesión del Chaco Boreal, la posición de la
Argentina -pueblo y gobierno- ante el conlicto se caracterizó por un apoyo
apenas encubierto al Paraguay durante los tres años de acciones bélicas (19321935) y buena parte del tiempo que duraron las negociaciones de paz (19351939), lo cual constituyó una política de Estado tendiente a satisfacer intereses
geoestratégicos, militares y político-económicos, tanto del país, como de las
clases dirigentes y económicamente dominantes. No obstante, no son objeto
central de estudio del presente artículo los intereses en juego ni las motivaciones que determinaron ese accionar por parte de la sociedad y el Gobierno
argentinos, sino que el mismo, sin dejar de lado las cuestiones mencionadas, se
centra tanto en la constatación de ese apoyo como en las distintas vías y actores
a través de los cuales éste se materializó.
En este sentido, cabe comenzar señalando que, dentro de quienes ejercían
el poder político en la Argentina, era nítida la diferencia de visiones entre los
que provenían del ámbito militar, como el Presidente -General Agustín P.
Justo- y el Ministro de Guerra Manuel Rodríguez, y aquellos surgidos de la
sociedad civil, como el Canciller Carlos Saavedra Lamas2. Esto no impediría,
sin embargo, que todos ellos coincidieran en la necesidad de evitar una derrota
paraguaya brindándole ayuda; en todo caso, en lo que diferían era en cómo
2
90
Según los relatos del representante paraguayo en Buenos Aires, Vicente Rivarola, durante los
primeros meses de la Guerra del Chaco el Canciller argentino ignoraba que, a través de los ministerios de Guerra y Marina, se estaba proveyendo de material bélico a Paraguay, comprometiendo la neutralidad argentina en el conflicto, la cual era indispensable aparentar para llevar
a buen término las negociaciones pacificadoras que el propio Saavedra Lamas promovía. Ello
motivó enfrentamientos en el seno del gabinete nacional argentino, como el de marzo de 1934,
en el cual Rivarola intervino buscando indisponer al ministro Rodríguez contra el Canciller, a
sabiendas de su influencia sobre el Presidente, “un poco con la esperanza de provocar el retiro
del gabinete del doctor Saavedra Lamas, que yo conceptúo pueda ser beneficioso para nuestras gestiones diplomáticas” (Carta de Vicente Rivarola al Presidente paraguayo Eusebio Ayala,
Buenos Aires, 30/03/1934, en Rivarola Coello, 1982, 235-236). Sin embargo, tras la intervención de Justo, el asunto se zanjó sin ulteriores consecuencias.
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alcanzar ese objetivo y qué vía era la más apropiada para conseguirlo. Esto
se ve refrendado por las palabras del Teniente General Agustín A. Lanusse,
sobrino de Justo y Oicial subalterno del Ejército durante su gobierno, quien
airma que no recuerda que hubieran disidencias respecto al apoyo al Paraguay
en la Guerra del Chaco entre Justo y Saavedra Lamas, sino a lo sumo matices
(Fraga, 1991).
Una prueba de esta concordancia está en las palabras del ministro paraguayo acreditado en Buenos Aires, Vicente Rivarola, quien, en carta a su Presidente, le hacía saber: “La Cancillería argentina es nuestra aliada, la única en
nuestras actividades diplomáticas alrededor de la guerra injusta que nos hace
Bolivia, amén de serlo todo el Gobierno en nuestras otras actividades. Y llegará el momento en que deba saberlo nuestro país entero y de comprometer por
ello nuestra gratitud para siempre” (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala,
Buenos Aires, 02/12/1933, en Rivarola Coello, 1982).
Ahora bien, existen diversos motivos por los cuales, durante mucho tiempo, se ocultó esta ayuda proporcionada, entre los cuales cabe destacar el obligado silencio a que se llamaron, en el momento de los hechos, los principales
actores implicados (Ayala, Rivarola, Justo, Rodríguez, Saavedra Lamas) para
no comprometer la declaración de neutralidad por parte de la Argentina ante
la guerra3; y la posterior actitud de los sectores dirigentes paraguayos probrasileños que -especialmente a partir de la muerte de quien fuera Comandante
en Jefe del Ejército paraguayo y posterior Presidente de la Nación, Mariscal
José F. Estigarribia, y la hegemonía de los gobiernos colorados-, optaron por
silenciar la difusión de las importantes contribuciones argentinas al esfuerzo
bélico paraguayo (Velilla de Arréllaga, 1984).
Entre los actores mencionados, un papel destacado le correspondería al
Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Paraguay en la Argentina, Vicente Rivarola, quien jugó un rol trascendental en la consecución
y efectivización de la ayuda durante la guerra. Apenas iniciada su misión en
Buenos Aires, Rivarola se dedicó a cultivar la amistad de los principales funcionarios del Gobierno argentino, al igual que en las más altas esferas diplomáticas, militares y sociales. Como profesional, estaba vinculado al estudio
jurídico del Dr. Ricardo Aldao, que en Asunción actuaba por medio de la irma Aldao, Rivarola y Del Valle; además, era miembro de la Junta Consultiva
de Abogados Ferroviarios de la República Argentina, en su carácter de representante del Ferrocarril Central del Paraguay; mientras que como periodista
3
Con esa intención, el Presidente paraguayo sostuvo en su mensaje al Congreso de abril de 1935
que “no poseemos ninguna varita mágica; las ayudas exteriores que mentan los adversarios no
han existido ni existen en forma alguna. Económica y militarmente, la guerra es sostenida por
el brazo paraguayo” (Velilla de Arréllaga, 1984, 84).
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91
La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
frecuentó a los directores y redactores de los principales periódicos porteños.
Asimismo, durante la segunda Presidencia de Hipólito Yrigoyen (1928-1930),
había cultivado la amistad del Canciller Horacio Oyhanarte y del Ministro de
Agricultura Juan Fleytas, y tras la llegada del General José F. Uriburu al poder
se relacionaría con su Ministro del Interior, Matías Sánchez Sorondo, a través
de los “almuerzos de los jueves” en el Jockey Club. Finalmente, su situación
no podría ser mejor cuando asumió la Primera Magistratura Agustín P. Justo,
al que ya estaba vinculado por lazos de amistad desde tiempo atrás (Rivarola
Coello, 1982).
De esta manera, y pese a los intentos de ocultamiento, Justo y los demás
miembros de su gabinete apoyarían la causa paraguaya. Según palabras dirigidas por el Ministro de Agricultura Antonio de Tomaso a Rivarola, la opinión
unánime del gobierno era franca y decididamente favorable al Paraguay, sobre
todo la de los ministros militares que eran “más paraguayistas que los mismos paraguayos” (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires,
14/08/1932, en Rivarola Coello, 1982). En cuanto a Justo, al entrevistarse con
Rivarola y manifestarle éste su inquietud por la guerra y las posibilidades de
aprovisionamiento paraguayo, le contestó: “puede estar tranquilo, ministro, su
país no saldrá disminuido de esta lucha.
Ya recibirá mis indicaciones el ministro de Guerra, con quien puede Ud.
conversar”. El cumplimiento de esta promesa y la ayuda efectiva prestada por
su gobierno durante la Guerra del Chaco, llevarían a Rivarola a airmar que
Justo “es el más grande y noble amigo que el Paraguay ha podido tener y tiene
en la Argentina” (Cartas de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires,
30/07/1932 y 01/08/1933, en Rivarola Coello, 1982); mientras que en igual
sentido se manifestaba José F. Estigarribia, quien en carta al Presidente argentino, fechada el 6 de febrero de 1934, le manifestaba: “El Pueblo y el Ejército de
mi patria nunca olvidarán la buena voluntad, con que siempre contó, del Pueblo Argentino y de su ilustre Presidente en esta hora difícil de su historia. Las
ainidades espirituales de nuestros pueblos tuvieron un digno intérprete en la
persona del gran Presidente Argentino” (Carta de José F. Estigarribia a Agustín
P. Justo, Cuartel General, 06/02/1934, en Mayo y García Molina, 1987).
3. El apoyo moral de la prensa y la opinión pública argentinas
Igual posición que la del gobierno era la que predominaba en la mayor
parte de la prensa argentina: La Razón, La Nación, La Prensa, Crítica, Tribuna
Libre y Noticias Gráicas, todos estos periódicos fueron visitados por Rivarola,
quien se aseguró su apoyo a la causa paraguaya y hasta alguno de ellos, como
Crítica, le ofrecieron poner a disposición incondicionalmente sus columnas
92
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para artículos por él escritos (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 30/07/1932, en Rivarola Coello, 1982). Tan ostensible fue esta toma
de partido que la Legación de Bolivia en Buenos Aires denunció que, tras la
reacción boliviana de Toledo a Boquerón “la prensa argentina llegó al paroxismo en nuestra contra. Nuestros esclarecimientos y comunicaciones iban al canasto. Los comentarios y telegramas de Asunción tenían acogida como en su
casa. Para nosotros estaba cerrada toda defensa” (Ayala Moreira, 1959).
En efecto, fue tal y como lo denunciaban las autoridades bolivianas. En
cuanto a La Razón, uno de sus directores, el Dr. Ángel Sojo, puso a disposición
de Rivarola sus páginas para la defensa del Paraguay (Peña Villamil, 1994).
Mientras tanto, el corresponsal enviado por este periódico a la guerra, Manuel
María Oliver, era presentado y encomendado a Estigarribia por el Presidente
paraguayo, quien lo referenció como amigo personal y “buen amigo del Paraguay”, que “ha escrito correspondencias que dicen mucho de su gran espíritu
de justicia y de reconocimiento de la causa de nuestro país (…) y se propone
escribir un libro, que será probablemente el primero acerca de la guerra del
Chaco”4. En dicho libro, en el cual editó sus crónicas de guerra, Oliver airma:
“En mi calidad de argentino, acerqué el corazón de mi patria al corazón paraguayo (…) en una guerra en que le asiste el Derecho y la Justicia (…). Dedico
este libro a los periodistas, políticos, etc., que en Bolivia me han zaherido y me
zahieren con furia desatinada. En mis páginas hallarán un espejo sincero de su
tragedia, que ese país provocó en son de conquista. El espejo no les dirá otra
cosa que su propia culpa al llevar sangre y dolor a una tierra virgen y desierta”
(Oliver, 1935). Evidentemente, las simpatías y el apoyo moral de La Razón
estaban con el Paraguay.
En cuanto a los otros medios de prensa referenciados, del intercambio epistolar de Rivarola con su Presidente se deduce su apoyo incondicional. En el caso
de La Nación, los artículos sobre la Guerra del Chaco corrían por cuenta de
Luis Podestá Costa, asesor jurídico de la Cancillería argentina que, a comienzos de 1935, sería enviado en misión conidencial a Asunción para asesorar al
Gobierno paraguayo, lo que lo convertía, en palabras del citado diplomático,
en un hombre “decididamente bien dispuesto a nuestro favor” (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 01/09/1932, en Rivarola Coello,
1982). Asimismo, uno de los miembros de la redacción de ese periódico, el
publicista y periodista Alberto Gerchunof, le hizo saber a Rivarola que tenía
el convencimiento de que Bolivia había provocado deliberadamente la guerra
mientras Paraguay tendía a una solución jurídica del pleito. “Por esas razones
4
En efecto, Oliver, vestido de uniforme paraguayo, fue el primer relator in situ de la historia del
conflicto. Por su desempeño, Paraguay le otorgó la Cruz de Defensor del Chaco, siendo el único
civil en ostentar tal condecoración militar recibida en plena guerra (Casal de Lizarazu, 2002,
77).
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93
La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
-concluía Gerchunof-, creo yo debemos dar nuestra simpatía y nuestra solidaridad moral a los hombres del Paraguay” (Casal de Lizarazu, 2002).
En consecuencia, el 2 de agosto de 1932, el mencionado periódico publicaba un editorial en el que cuestionaba la conducta boliviana, mientras que, según Rivarola, “La Prensa lo hará de un momento a otro”. En relación a este medio airmaba el ministro paraguayo haber conversado con su director, Alberto
Gainza Paz, quien le había referido que rechazó, sin leerlo, un artículo enviado
por el representante boliviano en Buenos Aires, Daniel Sánchez Bustamante
(Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 02/08/1932, en Rivarola Coello, 1982). Sin embargo, días después aparecería en las páginas de
ese matutino un editorial en que se criticaba la negativa del Paraguay a aceptar
las condiciones de una tregua ofrecida por la Comisión de Neutrales de Washington, a la sazón mediadora ocasional en el conlicto boliviano-paraguayo.
En consecuencia, Rivarola se presentó en las instalaciones del periódico
y dialogó con su redactor jefe Luque, quien le explicó que ese artículo había
sido publicado para desvanecer las dudas bolivianas sobre la parcialidad de
La Prensa en favor del Paraguay (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala,
Buenos Aires, 03/09/1932, en Rivarola Coello, 1982).
Simultáneamente a esta campaña proparaguaya emprendida por los medios de prensa nacionales, el fervor popular, seguramente inluenciado por
aquella, se manifestaba también en ese sentido. En este contexto es que se enmarca la constitución, el 30 de julio de 1932, del Comité Paraguayo de Buenos
Aires, a invitación del ministro Rivarola5, que signiicó el punto de partida de
una gran movilización, especialmente en la Capital Federal, a favor de la causa
nacional paraguaya. Prueba de ello fue un concurrido mitin realizado dos días
después en el teatro Marconi, en el cual hablaron los legisladores socialistas Alfredo Palacios y Enrique Dickmann, quienes condenaron la guerra, incluyendo severos juicios hacia Bolivia. El público presente los ovacionó, adhiriendo
a sus discursos y vivando al Paraguay (Casal de Lizarazu, 2002). Este tipo de
5
94
La actividad de propaganda desplegada por el ministro paraguayo en aquellos días fue febril,
abarcando todas las esferas, como lo prueba un episodio acaecido en el club El Signo, donde el Encargado de Negocios de Bolivia, Eduardo Anze Matienzo, ofreció una comida a fin de
estrechar los vínculos boliviano-argentinos. Para ese entonces, Rivarola ya había apalabrado
a muchos de los invitados para que firmasen una adhesión a la causa paraguaya, por lo que
“muchos de los firmantes de la adhesión fueron comensales del doctor Anze Matienzo”. Se establecía así una pugna por ganar la buena voluntad de la sociedad argentina; para ello eran
necesarios fondos, que eran solicitados por Rivarola a su Presidente: “Necesito que se le asigne
a la Legación alguna suma, por pequeña que sea, para gastos de propaganda (…). Lo menos que
podemos hacer, es tener algunas atenciones con nuestros amigos. (…) La amistad y la simpatía
desinteresadas y todo, hay que cultivarlas” (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos
Aires, 16/11/1932, en Rivarola Coello, 1982, 131).
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manifestaciones llevarían a Rivarola a airmar, en carta a su Presidente, que “es
efectivamente admirable la espontaneidad y entusiasmo con que este pueblo,
al parecer frío e indiferente, se ha solidarizado y se solidariza con la causa paraguaya. (…) Su sociedad sigue con cariño el desarrollo de los acontecimientos, gozando con nuestros triunfos, como si fueran propios, y su clase humilde
siente el orgullo del heroísmo de nuestros soldados (…). Jamás ningún país
habráse visto más huérfano de opinión como Bolivia en la actual contienda
(Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 18/11/1931, en Rivarola Coello, 1982).
En cuanto a las tareas del lamante comité, se destacaron el envío de grandes cantidades de elementos de todo tipo a Asunción, giros de dinero obtenidos gracias a las donaciones de la banca, el comercio y la sociedad porteñas;
y la realización de reuniones culturales en forma de transmisiones radiales y
conferencias ilustrativas sobre los derechos paraguayos sobre el Chaco; esta
actuación le valió al Comité Paraguayo la obtención de la personería jurídica
otorgada por el Gobierno Nacional argentino. En relación a las donaciones y
envíos por parte de este último, cabe señalar la labor del Departamento Nacional de Higiene a cargo del Dr. Enrique Sussini, expresidente de la Cámara
de Diputados, quien ante la solicitud del Ministro de Guerra paraguayo, poco
tiempo después del combate de Boquerón, envió 200 ampollas de suero antitetánico y mil de suero antigangrenoso, suministros que continuaron durante
el transcurso de la contienda. Al término de la misma, el mencionado departamento había provisto al Paraguay por un total de 400 mil pesos, los cuales
fueron aportados por distintos benefactores (Casal de Lizarazu, 2002).
4. La ayuda Argentina a Paraguay en el plano militar en los
meses previos a la Guerra
Pasando a un análisis de la ayuda de índole militar prestada por la Argentina al Paraguay, ésta encontró múltiples y muy diversos canales de efectivización y venía siendo deliberadamente planiicada. Ya en marzo de 1931, el
ministro Rivarola se dirigía al Gobierno argentino solicitando se permitiese el
ingreso, vía río de la Plata-Paraná, de los cañoneros Paraguay y Humaitá, procedentes de Génova con destino Asunción, así como el desembarco en Buenos Aires de los jefes, oiciales y tripulación a bordo; siendo la autorización
inmediatamente concedida (Carta de Vicente Rivarola al Canciller argentino
Ernesto Bosch, Buenos Aires, 30/03/1931; y Carta del Subsecretario de Relaciones Exteriores argentino, Adolfo Bioy, a Vicente Rivarola, Buenos Aires,
31/03/1931, en Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la
República Argentina (AMREC), División de política, Paraguay y otros, 1931).
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95
La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
Cabe señalar que la vigilancia e inspección de todas las piezas que constituían
el armamento de los buques mencionados había estado a cargo del Agregado
Naval argentino en Roma.
Otra prueba de la buena predisposición argentina a cooperar en asuntos
militares con Paraguay en la antesala de la Guerra del Chaco fue la visita, en
“carácter completamente privado”, realizada por Rivarola y el Diputado de ese
país Eduardo Peña, en compañía del entonces ministro argentino en Asunción, Mariano Beascoechea, a la Escuela Naval de Río Santiago, en febrero de
1931, siendo por entonces Director de la misma el Almirante Pedro S. Casal,
futuro Ministro de Marina argentino durante la Guerra del Chaco6 (Carta del
Director de la Escuela Naval de Río Santiago, Capitán de Navío Pedro S. Casal,
al Ministro de Marina Abel Renard, Río Santiago, 26/02/1931, en AMREC,
División de política, Paraguay y otros, 1931). A dicho establecimiento concurrían, desde 1924 y becados por el Gobierno argentino, oiciales de la Marina
paraguaya para perfeccionarse, así como también numerosos jóvenes paraguayos que cursaban en la Escuela de Mecánica -entre ellos el hijo de Peña- y en
otras instituciones de enseñanza militar en la Argentina, a las que ingresarían
principalmente entre 1931 y 1932, según se desprende de las solicitudes y recomendaciones realizadas en esos años desde la Legación argentina en Asunción
a la Cancillería del Plata (Cartas y telegramas varios, en AMREC, División de
política, Paraguay y otros).
Cabe destacar, sin embargo, que este tipo de becas y facilidades otorgadas a
ciudadanos paraguayos no tenían una acogida unánimemente favorable en la
Armada argentina. Prueba de ello es una nota enviada desde el Ministerio de
Marina al Canciller Bosch, con fecha 27 de enero de 1931, en la que se detallaba que “tales franquicias no han sido compensadas por ninguna concesión
especial o consideración expontánea (sic) hacia nuestro país, como lo demuestra, por una parte, el Estado Mayor General al mencionar que se recurre a marinos chilenos para llenar los puestos directivos navales, y por otra, la decisión
con que el Paraguay trata de aumentar su inluencia sobre nuestro territorio
septentrional, especialmente en Formosa. A juicio de este Departamento, talvez (sic) fueran oportunas las circunstancias actuales, en que la necesidad de
limitar los gastos del Estado son bien conocidas en el exterior, para rectiicar
algunos de los errores, a mi juicio muy graves, que se han cometido al respecto, tales como la concesión permanente de diez becas en nuestra Escuela de
Mecánica para ciudadanos paraguayos (…). Conceptúo igualmente oportuno
6
96
Meses más tarde, ya ocupando esa cartera, Casal se entrevistaría en reiteradas ocasiones con
Rivarola. En una de ellas, según informaba el diplomático paraguayo a su Cancillería, aquél le
había asegurado que, en caso de producirse la guerra con Bolivia, el Paraguay contaría con
el apoyo decidido del Gobierno argentino, aunque fuera desde “debajo del poncho” (Carta de
Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 18/04/1932, en Rivarola Coello, 1982, 56).
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Maximiliano Zuccarino
(…) dado que en breve se hará cargo de nuestra representación diplomática en
el Paraguay un nuevo Ministro, se trate por su intermedio de orientar la acción
diplomática allí en forma menos perjudicial para nuestros intereses, pues hasta
ahora la República Argentina ha extremado su generosidad con respecto al
Paraguay sin retribución equivalente conocida, por lo menos de este Ministerio”. La nota continuaba con la sugerencia de instalar un buque de guerra de
estación en Asunción (Carta de Abel Renard a Ernesto Bosch, Buenos Aires,
27/01/1931, en AMREC, División de política, Paraguay y otros, 1931).
Si bien el apoyo de la Argentina al Paraguay durante el transcurso de la
Guerra del Chaco sería incondicional, se advierte aquí ya el germen de algunas disputas que alorarían durante las negociaciones de paz posteriores y que
incidirían en la posición de la Argentina, como la cuestión referida al avance
paraguayo en la frontera norte. Asimismo, la nota evidencia la competencia latente entre la Argentina y Chile7 que, si bien no es objeto prioritario de estudio
en el presente trabajo, era parte de la realidad de las relaciones internacionales
de la época en la región, teniendo, como se ve, al Paraguay como escenario
clave en esa disputa.
Tras haber conferenciado con el Presidente Uriburu, el Canciller Bosch envió una nota de respuesta en la que desestimaba la posibilidad de estacionar
un buque de guerra en Asunción, al tiempo que ordenaba cautela en relación
a la falta de compensación paraguaya a los gestos amistosos de la Armada argentina; en este sentido, si bien la cuestión le sería discretamente planteada al
ministro paraguayo, no se autorizaba amenazar con la eliminación abrupta
de las becas otorgadas a ciudadanos de esa nacionalidad sino más bien, a lo
sumo, disminuir el cupo. La razón de este accionar obedecía a consideraciones
que apuntaban en la dirección de otra de las principales ayudas que prestó la
Argentina al Paraguay a in de que este país pudiese afrontar la guerra en el
Chaco: el envío de una misión militar encargada del asesoramiento de los altos
mandos paraguayos.
7
En este sentido, ya en 1928 el Presidente paraguayo Eligio Ayala dejaba traslucir esta situación
al señalar que “todos los países con los cuales mantenemos relaciones de amistad, en diversas
formas y ocasiones han demostrado una respetuosa deferencia hacia el Paraguay. (…) Pero
sobre todos han destacado excepcionalmente dos países: la Argentina y Chile. Ambos participaron en la celebración de nuestra independencia nacional, en Mayo, en forma extraordinariamente simpática para nosotros”, a través del envío de sendas naves de guerra (Mensaje
al Congreso de la Nación por parte del Presidente del Paraguay, Eligio Ayala, Asunción, 1º de
abril de 1928, en Biblioteca y Archivo Central del Congreso Nacional del Paraguay). Se advierte
de esta manera no solo la voluntad manifiesta de chilenos y argentinos por cimentar los lazos
cordiales y su influencia en el ámbito político y militar del Paraguay, sino también la intención
del Gobierno de este país de agradar y mostrarse complaciente al extremo con ambos países
por igual.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
97
La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
En este sentido, la nota de Bosch decía que “como V.E. no lo ignora la política de penetración amistosa en la República vecina que desarrolla nuestro
Gobierno ha encontrado siempre en su camino la que en igual sentido desarrollan los Gobiernos del Brasil y Chile. Persiguiendo estos propósitos, el Gobierno actual ha obtenido que el del Paraguay solicite el envío de una misión
militar argentina, compuesta de varios Jefes con la misión de tomar a su cargo
la organización de la Escuela Superior de Guerra, del Ejército Paraguayo su dirección, y varias cátedras. (…) Además irá un oicial de aviación en las mismas
condiciones que los que van a la Escuela Superior de Guerra y una comisión
de enseñanza de nuestro sistema de reclutamiento. La presencia de esta misión
(…) signiica el desplazamiento de la inluencia militar chilena en cuyo ejército se han instruido los oiciales paraguayos (…). Es indudable que el Paraguay,
conocedor de esta lucha de inluencia, tratará de sacar de ella el mayor provecho posible, atendiendo exclusivamente a sus intereses, pero también es fuera
de cuestión que el abandono por nuestra parte de las posiciones adquiridas,
traería como consecuencia que el Gobierno entregara la dirección técnica del
ejército a cualquiera de las otras naciones vecinas” (Carta de Ernesto Bosch
a Abel Renard, Buenos Aires, 29/01/1931, en AMREC, División de política,
Paraguay y otros, 1931).
Queda clara, pues, la importancia de la tarea a cargo de esa misión militar,
no ya solo en vistas de preparar al Paraguay de cara a su conlicto bélico con
Bolivia sino también, y no menos importante, a in de mantener la inluencia militar argentina en dicho país en detrimento de Chile y Brasil. Hasta tal
punto esto era así, que el propio ministro argentino en Paraguay airmaba que
“una de las inalidades que se tuvo en vista al enviar la Misión Militar, fue la
de preparar a este ejército dentro de la doctrina militar argentina, a in de que
con el transcurso del tiempo pueda considerársele como una prolongación del
nuestro”. Para ello, y como mejor medio para completar las enseñanzas que
impartía la misión −inalizaba el ministro−, se ha conseguido que el Ejército paraguayo adopte el cuerpo de reglamentos argentinos (Carta del Enviado
Extraordinario y Ministro Plenipotenciario argentino en Paraguay, Mariano
Beascoechea, al Canciller Carlos Saavedra Lamas, Asunción, 27/02/1932, en
AMREC, División de política, Paraguay y otros, 1932).
Como consecuencia de lo apuntado, ese mismo año ´31 fueron designados
el Teniente Coronel Facundo Millan Quiroga, Teniente Carlos Badaró y técnico civil Daniel Grau para la Misión Distrito Militar (la cual debió regresar al
poco tiempo, sin poder llevar a cabo sus propósitos); el Capitán Jorge Souvillé
para la Misión Aviación Militar (a su llegada encontró solamente un avión en
condiciones de volar y todo el material accesorio en mal estado, pero en poco
tiempo logró poner en disponibilidad de ser utilizados un total de once avio98
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Maximiliano Zuccarino
nes); y el Teniente Coronel de Estado Mayor Abraham Schweizer, acompañado
de los mayores de Estado Mayor Roque Lanús y Valentín Campero, quienes
dictaron un curso intensivo de instrucción para jefes y oiciales paraguayos.
Al principio, de acuerdo a lo informado por Beascoechea, se tenía en el Paraguay cierto recelo sobre la misión militar argentina debido a la existencia
de una corriente chilenóila, pero con el correr de los días y la constatación
de los beneicios que su presencia implicaba para el Ejército paraguayo, ésta
obtuvo la consideración unánime del pueblo, gobierno y sectores militares,
“pudiendo asegurarse, sin exageración, que ella constituye uno de los aciertos
diplomáticos de mayor eicacia de la Argentina en Paraguay” (Carta de Mariano Beascoechea a Carlos Saavedra Lamas, Asunción, 27/02/1932, en AMREC,
División de política, Paraguay y otros, 1932).
5. La colaboración estratégico-militar argentina con el esfuerzo
de guerra paraguayo durante el conlicto
Una vez iniciado el conlicto bélico en el Chaco, el Gobierno boliviano solicitó el retiro de la misión militar argentina, el cual fue efectuado8, aunque
Schweizer permaneció en Asunción como Agregado Militar, manteniendo
permanente relación con los jefes militares paraguayos (Peña Villamil, 1994).
En este sentido, fuentes bolivianas aseguran que dicha misión cooperó incluso
en la elaboración de los planes para la defensa del Chaco y que era vox populi por entonces que quien en realidad dirigía las operaciones militares paraguayas era el mencionado jefe argentino9, el cual, después de cada acción
favorable, visitaba el frente de batalla con verdadero interés, tal como sucedió
después del combate de Boquerón (Ayala Moreira, 1959).
De hecho, los bolivianos no tenían dudas de que el plan de guerra paraguayo había sido estudiado y decidido por el Estado Mayor General del Ejército
Argentino. Según decían, el General Ramón Molina, jefe de ese cuerpo y con8
9
Según deja constancia Beascoechea, al partir de regreso a Buenos Aires la misión el día 14 de
agosto el puerto de Asunción se hallaba colmado de paraguayos que se acercaron para testimoniar a los viajeros “no sólo su simpatía sino también la pena con que los veía alejarse”.
Asimismo, el ministro daba cuenta de la benevolencia con la que periódicos como El Liberal
asumían la decisión, destacando muy especialmente en qué medida esa actitud demostraba
la neutralidad y equidistancia con la que Argentina se posicionaba ante el conflicto del Chaco
(Carta de Mariano Beascoechea a Carlos Saavedra Lamas, Asunción, 21/03/1933, en AMREC,
División de política, Paraguay y otros, 1933).
Con el propósito por él admitido de calmar las inquietudes de Bolivia -y también del Brasil- en
relación a esto, Mariano Beascoechea sostuvo en un discurso que fue reproducido en muchos
diarios del continente, entre otras cosas, que “el soldado argentino no propiciará jamás la lucha
entre los hijos de América… va cuando lo llaman sus hermanos, si en la guerra, para cruzar los
Andes, si en la paz, para dictar sus cátedras” (Carta de Mariano Beascoechea a Carlos Saavedra
Lamas, Asunción, 27/02/1932, en AMREC, División de política, Paraguay y otros, 1932).
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La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
siderado uno de los mejores estrategas del continente, dirigía personalmente
las reuniones, cuyas conclusiones y directivas eran presentadas al Ministro de
Guerra Rodríguez para que éste las retransmitiera al Gobierno y comando paraguayos10. En esta línea de acción, el General Vaccarezza, amigo personal del
Presidente Justo, se dedicó a inspeccionar los preparativos en todas las líneas
y Schweizer vigiló la ejecución, mientras cien suboiciales y clases del Ejército
Argentino actuaban en las líneas paraguayas. Asimismo, este último viajaba
frecuentemente de Paraguay a Buenos Aires; el 12 de noviembre de 1932, según informaba La Prensa, “el coronel Schweizer, después de pasar sus vacaciones, regresa a Asunción con tres mayores y dos capitanes profesores”, con los
cuales prepararía oiciales que ayudarían a incrementar los cuadros del Ejército paraguayo, del cual, en reconocimiento a su labor, sería nombrado General
honorario11 (Querejazu Calvo, 1965; Ayala Moreira, 1959; Pignatelli, 2011).
De este modo, con la Guerra del Chaco ya en marcha, la colaboración militar argentina con el Paraguay no solo no cesó sino que, por el contrario, se
incrementó, siendo el Ministerio de Guerra el canal por excelencia para implementarla. A mediados de 1932, Rivarola mantuvo una reunión con Rodríguez
y Saavedra Lamas en razón de un encargo del Ministerio de Relaciones Exteriores de su país (el primero de los múltiples que recibiría durante los tres años
que duró la guerra con Bolivia) de gestionar la adquisición de materiales de
guerra. En la ocasión, el Canciller argentino le contestó que no podía acceder
al pedido de ayuda para no comprometer la neutralidad argentina12.
En consecuencia, Rivarola recurrió al Ministro de Marina, Capitán Casal,
quien al enterarse de lo ocurrido le contestó: “Eso no puede ser. He sido profe10
11
12
100
En esa línea de trabajo conjunto entre Paraguay, Molina y Rodríguez se inscribe la acción de
Rivarola, quien explica cómo se tramaron las maniobras en materia de informaciones: “Pedí al
Coronel Rodríguez, ministro de Guerra, que me presentara al jefe del Estado Mayor, Coronel
Molina, con recomendación de facilitarme algunas noticias que recibiera sobre movimiento
de tropas bolivianas en el Chaco. Con la buena voluntad de todos los momentos, me prometió
no solamente hacerlo así, sino encargarle (...) los partes (...) por duplicado, para pasarme los
que pudieran ser de interés para nosotros” (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos
Aires, 27/08/1932, en Rivarola Coello, 1982, 90).
Schweizer gozaba de gran prestigio en el Paraguay. Según el periodista y político Policarpo Artaza, “gran amigo del Paraguay, su afecto fue ampliamente correspondido en todas las esferas
de la sociedad paraguaya. Además de sus condiciones de gran jefe y de sus dotes de caballero,
tenía otro atractivo invalorable para todo paraguayo: oriundo de Corrientes, hablaba el guaraní. Fue así como el ilustre militar argentino gozaba de las más altas prerrogativas y era conceptuado como uno de los nuestros” (Pignatelli, 2011, 66).
Saavedra Lamas hablaba, en cambio, de contribuir al “armamentismo económico” del Paraguay, el cual, en opinión del Presidente paraguayo Ayala, era ya tiempo de poner en práctica, a
través de negociar, primero, un modus vivendi con la Argentina y, luego, un tratado de comercio
(Carta de Eusebio Ayala a Vicente Rivarola, Asunción, 08/10/1932, en Rivarola Coello, 1982,
104).
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sor de Táctica combinada −naval y terrestre− en la Escuela Superior de Guerra
del Ejército durante dos años (…). Todas mis clases se han desarrollado sobre
la base de la amistad y de la alianza del Paraguay para la Argentina en el caso
de un conlicto para nosotros, y no sería justo, de ninguna manera, que lo que
hemos enseñado en la teoría no se aplique en la práctica cuando, precisamente,
el Paraguay necesita de la amistad y de la alianza nuestra. Yo creo que la Argentina ni siquiera debe hacer secreto de esa amistad (…). Yo hablaré mañana con
el Presidente y el ministro de Guerra; el de Relaciones no ha podido responderle de otra forma, y como Ud. ya ha cumplido con él, este asunto debemos
tratarlo ahora fuera de la Cancillería y entre nosotros”. Cumpliendo con su palabra, Casal dispuso la salida de tres buques de la Armada, con carga completa
de materiales y proyectiles, con destino al Paraguay “para ayudar a nuestros
amigos”. Finalmente, el Ministro de Marina le aseguró a Rivarola que no habría
jefe ni oicial de la Armada ni del Ejército que no simpatizase con Paraguay y
que no estuviese dispuesto a ayudarlo en su conlicto con Bolivia, por lo que la
neutralidad argentina sería “más aparente que real” (Carta de Vicente Rivarola
a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 22/07/1932, en Rivarola Coello, 1982).
Además de estos contactos desplegados, Rivarola contaba con otro punto
a su favor: a través de su esposa, nacida en Buenos Aires, estaba emparentado
con altos oiciales argentinos, como el Coronel Asdrúbal Guiñazú, Jefe del Estado Mayor de la división destacada en Salta. Estos militares manejaban una
serie de datos sobre los movimientos de tropas y material en la retaguardia
boliviana, obtenidos de los servicios de informaciones mediante una potente
estación radiotelegráica militar instalada precisamente en esa provincia del
norte argentino, los cuales le eran facilitados al ministro paraguayo13, constituyendo un complemento al servicio prestado por parte de la misión militar
enviada a Asunción, primero y por Abraham Schweizer, después. Posteriormente, el Servicio Criptográico del Estado Mayor Argentino colaboraría en
la organización del Servicio de Informaciones por medios técnicos del Departamento de Marina paraguaya, que quedó a cargo de la tarea hasta entonces
desempeñada por aquél (Sánchez Bonifato, 1969, 14; Querejazu Calvo, 1965,
169 y Peña Villamil, 1994).
13
Éste admitía haber recibido informes de Guiñazú a través de su suegra, ya desde comienzos
de 1932, en los cuales se le aseguraba que la guerra entre Bolivia y Paraguay “era un hecho”,
impresión que era compartida por el Presidente electo Agustín P. Justo, según confió a Rivarola
en una conversación mantenida cuatro días antes de asumir la primera magistratura. Además,
el ministro paraguayo era constantemente notificado de las actividades y comunicaciones emprendidas por la Cancillería argentina, la cual -decía- “sigue actuando como verdadera aliada
nuestra (…). Los telegramas que dirije (sic) a sus agentes diplomáticos me son comunicados
previamente, igual que sus contestaciones, entregándoseme copias de ellos; todos los cuales
telegrafío inmediatamente a nuestra Cancillería” (Cartas de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala,
Buenos Aires, 19/02/1932 y 07/07/1934, en Rivarola Coello, 1982, 53-54 y 260).
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101
La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
A lo anterior cabe agregar las operaciones de inteligencia realizadas desde
la provincia argentina de Formosa. Primeramente, el General Uriburu, durante
su gobierno, visitó en febrero de 1931 las localidades de Formosa y Las Lomitas. Al poco tiempo envió a esa región una comisión reservada, de la que formó parte el entonces Capitán Juan D. Perón, la cual estudió la zona en detalle
con el objetivo de habilitar allí nuevas fuentes de comunicaciones14, lo cual se
efectivizaría tras el nombramiento del Coronel retirado Félix Toledo, ex agregado militar argentino en Paraguay, como Gobernador de Formosa, ocurrido
días después de iniciadas las hostilidades en el Chaco. Durante su gobierno se
intensiicaron las comunicaciones a través de las radioestaciones de Puerto Irigoyen, ciudad situada frente al fortín boliviano de Linares; fue habilitada la del
Alto de la Sierra −trasladada luego a El Desmonte− e inaugurada la radio de
Laguna Blanca. Estas estaciones captaban y retransmitían informaciones procedentes del frente boliviano para ser provistas al Estado Mayor paraguayo15,
motivo por el cual desde La Paz denunciaban que la designación de Toledo
había sido solicitada por el Gobierno del Paraguay16 (Casal de Lizarazu, 2002).
Detrás de estas operaciones, a modo de coordinador, se hallaba el ya mencionado −y ahora ascendido a Mayor− Juan D. Perón. De hecho, éste, a partir
14
15
16
102
También como resultado de esa misión se obtuvo detallada información acerca de las fuerzas
militares bolivianas en la zona, sus fortines y comunicaciones, la cual fue transmitida a Asunción acompañada de las impresiones de los remitentes, para quienes “del punto de vista de la
sana lógica y de la técnica, sería disparatado para Bolivia hacer la guerra al Paraguay” (Querejazu Calvo, 1965, 169).
El Dr. Daniel Antokoletz, asesor de la Cancillería argentina, le confió en una ocasión al asesor
general de la delegación boliviana en las negociaciones de paz del Chaco en Buenos Aires, Dr.
Mercado Moreira, que “el mayor daño que ustedes han recibido de la Argentina durante el
conflicto del Chaco, está en que los oficiales argentinos provistos de equipos radiotransmisores y receptores, estacionados a lo largo de la frontera boliviana, captaron y descifraron toda
la correspondencia secreta de Bolivia, transmitiéndola directamente al comando paraguayo”.
Se calcula que este país empleaba, en sus comunicaciones secretas, 220 claves, de las cuales
el Ejército argentino había descifrado 189. El temor boliviano ante la utilización de esa información era manifiesto, no solo por el interés del Estado Mayor argentino en el desarrollo de la
guerra, sino también por el “singular desafecto que guarda a nuestro país el coronel Udry, jefe
del servicio secreto de dicha repartición”, según los propios bolivianos informaban en noviembre de 1934 (Ayala Moreira, 1959, 364-365 y Pignatelli, 2011, 111 y 161).
Si bien no hay pruebas que corroboren esa afirmación, de la correspondencia de Rivarola con
Ayala, se desprende que ese país cuanto menos acogió con simpatía la designación de Toledo,
hasta el punto que el primero, al informar de la misma a su Presidente le hacía notar: “Ud.
sabe todo lo amigo nuestro que es, igual que si fuera paraguayo” (Carta de Vicente Rivarola a
Eusebio Ayala, Buenos Aires, 1/10/1932, en Rivarola Coello, 1982, 100). Ayala, por su parte,
afirmaba que durante la gobernación de aquél existía un modus vivendi que permitía ciertas libertades a una y otra parte, como el permiso recíproco para el ingreso de policías en territorios
del país vecino. “Nosotros -decía- hemos recibido un apoyo muy leal y eficaz del gobernador
Toledo” (Carta de Eusebio Ayala a Vicente Rivarola, Asunción, 25/01/1936, en Rivarola Coello,
1982, 348-349).
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de febrero de 1932 y por el lapso de nueve meses se desempeñó como ayudante
de campo del Ministro de Guerra, siendo durante ese periodo, precisamente,
en que se anudaron los compromisos más fuertes entre Buenos Aires y Asunción, incluyendo acciones encubiertas contra el Ejército boliviano (Pignatelli,
2011). En relación a una de ellas, tendiente a impedir que éste se siguiera aprovisionando desde Formosa, Rivarola airmaba que al lamante Gobernador de
esa provincia “le parece perfectamente factible la ejecución de la indicaciones
del Mayor Perón, Secretario del ministro de Guerra”. Airmaba el Ministro paraguayo que “las fuerzas militares (argentinas) que cubren la frontera no diicultarán la operación ni molestarán sino para cubrir las apariencias, a sus ejecutores, según me aseguró el mayor Perón. Todo lo que se debe cuidar, y esto
es lo que no entienden muchos compatriotas nuestros, es exhibir la amistad
argentina, hasta el extremo de comprometerla”17 (Carta de Vicente Rivarola a
Eusebio Ayala, Buenos Aires, 1/10/1932, en Rivarola Coello, 1982).
De lo que se trataba era de montar un incidente en la frontera argentinoboliviana, de tal forma que militares del Paraguay, simulando ser de Bolivia,
atacaran a los argentinos para provocar la entrada de éstos en combate. De ello
parecieran haber estado al tanto el Presidente brasileño y el boliviano, Daniel
Salamanca, quien, en comunicación con un diplomático extranjero, habría
manifestado que “el Gobierno argentino ha concentrado fuerzas en las fronteras bolivianas a in de dar la mano al Paraguay en caso necesario, previo un
incidente que se provocaría (…). El espionaje paraguayo en Bolivia -agregó- es
costeado por la Argentina y ha sido muy eicaz contra nosotros”18 (Pignatelli,
2011).
Las autoridades bolivianas en la Argentina se encargaron asimismo de
17
18
También el Presidente Ayala pensaba así: “Yo estoy ampliamente satisfecho -decía- de la conducta del gobierno argentino y del pueblo argentino con nosotros, y pienso como Ud. que no
debemos hacer ostentación de la buena voluntad ni hacer críticas cuando no obtenemos todo
lo que pedimos” (Carta de Eusebio Ayala a Vicente Rivarola, Asunción, 08/10/1932, en Rivarola Coello, 1982, 104).
También Bolivia realizaba operaciones de espionaje. En una nota de la Marina a la Cancillería
argentinas se informaba de la presencia de un agente boliviano, llegado de España como presunto corresponsal de guerra, que andaba “recorriendo la frontera, en misión secreta, sembrando discordia en contra de nuestro país, para provocar un conflicto con Brasil y enfriar las
relaciones con el Paraguay”. Finalmente, Carlos Angulo y Cavada (el sujeto en cuestión) fue
detenido por la policía salteña el 21 de abril de 1934, secuestrándose toda la documentación
que llevaba en su poder, la cual permitió demostrar que era un agente a sueldo del Gobierno
de Bolivia y que había dictado conferencias y emitido programas radiales injuriantes hacia la
Argentina. En mayo de ese año, y tras motivar un cierto revuelo en los círculos de gobierno
de este país, Cavada fue deportado a La Habana, bajo la promesa de no regresar hasta que las
autoridades argentinas lo consintieran, pero en noviembre de ese año sería visto y arrestado
nuevamente, en Buenos Aires (Cartas y Telegramas varios, en AMREC, División de política, Bolivia y otros, 1934).
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103
La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
denunciar el transporte de material de guerra desde ese país hacia Paraguay.
Una comunicación telegráica del Cónsul boliviano en Formosa denunció, en
septiembre de 1932, que “ayer en vapor ‘Madrid’ pasaron tres aviones para Paraguay. Todos los días se llevan a Asunción tanto de ésta, como de otros puntos, nuevos contingentes” (Ayala Moreira, 1959). Una prueba de la ejecución
efectiva de maniobras de esta índole la constituye la carta remitida por Vicente
Rivarola a Saavedra Lamas el 26 de enero de 1933, solicitando la libre introducción de un avión desarmado a bordo del vapor Ciudad de Corrientes, a in
de ser reparado, a lo cual el Canciller argentino contestó el día siguiente concediendo el permiso solicitado (Carta de Vicente Rivarola a Carlos Saavedra
Lamas, Buenos Aires, 26/01/1933, en AMREC, División de política, Paraguay
y otros, 1933).
En consecuencia, no debe sorprender que el comando boliviano de Muñoz,
en radiograma del 29 de septiembre de 1932, haya dado cuenta que sus tropas
tomaron en campo de combate escudos y bastes de artillería, equipos completos, útiles y otros enseres con el escudo argentino grabado. Esto motivó una
denuncia formal por parte de las autoridades bolivianas, ante la cual el Gobierno argentino indicó que esas armas habían sido vendidas al Paraguay antes del
conlicto. En otra ocasión, al denunciar el ministro boliviano en Buenos Aires
los trabajos del arsenal localizado en esa ciudad en beneicio del Paraguay19,
así como el envío de mecánicos, fusiles, municiones, ametralladoras, etc.; el
Presidente Justo le contestó que efectivamente el arsenal había despachado los
elementos de guerra mencionados, pero que ellos estaban destinados al norte
del país, y que si se tomaba la precaución de borrar los escudos argentinos de
algunos de ellos, se debía al deseo de no tener en las policías provinciales armas pertenecientes al Ejército Nacional20 (Ayala Moreira, 1959).
Simultáneamente a esta contestación, Saavedra Lamas instruía al ministro
argentino en La Paz, Juan G. Valenzuela, para que expresase al Gobierno boliviano su desagrado ante las reiteradas denuncias y lo amenazase con que, de
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20
104
Corroborando esta afirmación, un mayor del Ejército argentino aseveró: “yo era en aquél tiempo, oficial del Arsenal encargado de la Sección Artillería, en tal carácter me tocó despachar
grandes partidas de armamento, municiones y equipo, con destino al Paraguay. Ante la frecuencia y magnitud de estos despachos, un día traté de garantizarme con una orden escrita
de mi jefe, quien me replicó en forma cortante, que cumpliera con las órdenes verbales, que
no cabía hacer observación alguna, porque era orden del Presidente Justo. Así fue, se siguió
despachando el material” (Ayala Moreira, 1959, 357).
Claramente esta era una excusa interpuesta por el Presidente argentino. En comunicación al
Poder Ejecutivo de su país, el ministro paraguayo hacía saber que podría conseguir baterías
de cañones Krupp en Buenos Aires “a condición de que se les borre el escudo argentino en
nuestros arsenales y no salgan para el frente sin la conformidad previa del Coronel Schweizer” (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 12/01/1933, en Rivarola Coello,
1982, 146).
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persistir en esa actitud, la Argentina dictaría el decreto de neutralidad, el cual
se venía demorando para que no se dudara de la imparcialidad argentina, ya
que de hacerse efectivo, diicultaría las operaciones del Ejército del Altiplano.
Asimismo, el Canciller argentino se dirigió al ministro boliviano en Buenos
Aires, Sánchez Bustamante, recordándole la tradición diplomática poco amistosa de Bolivia hacia la Argentina (en referencia al laudo de Figueroa Alcorta
de 1909)21 y llamó su atención sobre la campaña de hostilidad que venía desarrollando la prensa boliviana contra este país y contra su persona (Carta
de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 29/10/1932, en Rivarola
Coello, 1982).
Ahora bien, mientras los aprovisionamientos anteriormente denunciados
se realizaban por ferrocarril, el Cónsul boliviano en Corumbá (Brasil) informaba que, por vía luvial, la Argentina estaba enviando 50 mil fusiles con destino Asunción (Ayala Moreira, 1959). Esto era implícitamente reconocido por
el Presidente paraguayo Ayala en su mensaje al Congreso de abril de 1933, al
airmar que “los transportes desempeñan un papel principal en la defensa. Los
ferrocarriles prestan un servicio eiciente (…). Las empresas de transportes
luviales cooperan activamente” (Telegrama de Mariano Beascoechea a Carlos
Saavedra Lamas, Asunción, 12/04/1933, en AMREC, División de política, Paraguay y otros, 1933).
En lo que respecta a la importancia del ferrocarril, éste no solamente fue
utilizado, como se ha visto, para el traslado de algunas partidas de material de
guerra por territorio argentino hacia el Paraguay, sino que también las líneas
férreas pertenecientes a la empresa taninera con sede en Argentina, Carlos Casado Ltda., sirvieron a los ines del transporte, tanto de armamentos y víveres
como de soldados, hacia el interior del Chaco Boreal22. Asimismo, uno de los
21
22
Por medio del acuerdo “Villazón de Osma” del 30 de diciembre de 1902 se había designado
al Presidente argentino como mediador en la cuestión de límites peruano-boliviana en torno
al territorio de Apolobamba. Tras emitir su laudo el 9 de julio de 1909 el entonces Primer
Mandatario argentino José Figueroa Alcorta, Bolivia lo rechazó, desembocando en la ruptura
de las relaciones diplomáticas entre ese país y la Argentina desde el 20 de julio de 1909 al 9 de
enero de 1911 (Porcelli, 1991, 26). Esto, a su vez, tuvo repercusiones directas en lo que hace al
diferendo limítrofe entre Paraguay y Bolivia en el Chaco Boreal, ya que debido a este incidente
Figueroa Alcorta renunció a actuar como árbitro en la cuestión, tal como estaba estipulado por
el protocolo Soler-Pinilla de 1907, el cual, firmado bajo los auspicios del entonces Canciller
argentino Estanislao Zeballos, reflejaba no solo el papel protagónico que el país del Plata comenzaba a desempeñar en la resolución de la cuestión chaqueña, sino también los intereses del
mismo en favor de la causa paraguaya, ya que dicho protocolo era más favorable al Paraguay
que cualquiera de los tres tratados negociados previamente en forma directa con Bolivia.
Durante la guerra, la mencionada firma hizo llegar a Puerto Casado una nueva locomotora
para facilitar estas operaciones. Desde agosto de 1932 hasta diciembre de 1934 se recorrieron 226.031 km; se transportaron 85.668 toneladas de carga general; se trasladaron 57.994
animales en pie y circularon hacia el frente unos 5.667 oficiales y 105.134 soldados. Los fletes,
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La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
herederos a cargo del manejo de la mencionada irma, José Casado Sastre, a
pedido del Gobierno del Paraguay y bajo garantía de éste, se mostró dispuesto
a adquirir rieles de los Ferrocarriles del Estado argentino a in de facilitar la
penetración ferroviaria paraguaya en el Chaco con ines militares, pero la negociación no pudo prosperar. En consecuencia, no es de extrañar que, hacia
inales de 1932, los abogados de los ferrocarriles argentinos hayan ofrecido
una comida de simpatía y adhesión a la causa paraguaya al ministro Rivarola,
en el Alvear Hotel (Cartas de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, 18/11/1932 y
20/12/1932, en Rivarola Coello, 1982).
En cuanto al transporte luvial de los materiales procedentes de los arsenales de guerra argentinos, un mes antes de las denuncias bolivianas, en agosto
de 1932, se habían ultimado los detalles. Tal como informaba Rivarola a Ayala,
“todo marcha bien en lo que respecta a la adquisición de materiales bélicos.
Estoy en comunicación constante con el señor ministro de Guerra, quien encargó ayer al Coronel Jones, Jefe del Arsenal de Guerra, se pusiera de acuerdo
conmigo sobre la forma de embarque de los mismos. Hemos encontrado con
el Coronel Jones más seguro y práctico el envío por agua. Hoy arreglé con el
señor Dodero (de la empresa Mihanovich) que él tomara a su cargo personal y
directo dicho envío (…) empleando los medios más discretos posibles” (Carta
de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 14/08/1932, en Rivarola
Coello, 1982).
El testimonio brindado por el entonces Oicial subalterno de la Armada
Argentina, Isaac Rojas, es ilustrativo en este sentido: “Había estallado la guerra del Paraguay y Bolivia −rememora el marino−, y yo prestaba servicios en
un buque de río. Un día, nos ordenaron cargar dos millones de balas de fusil
máuser y 60.000 tiros de pistola para trasladarlos por el Río Paraná al Norte.
Cumplimos la orden. Yo era alférez, trabajábamos a destajo para cargar. Había
cajones de munición hasta en los camarotes. En todas partes. Y zarpamos. La
munición se la entregamos a los paraguayos, y eso fue por orden del Presidente
Justo y por el asesoramiento de Saavedra Lamas” (Fraga, 1991).
Otro caso paradigmático de las operaciones realizadas por esta vía lo constituyó el del vapor Lalande. El 21 de junio de 1933 el ministro boliviano en
Argentina, Julio A. Gutiérrez, se dirigió a Saavedra Lamas, haciéndole constar
que el día anterior había llegado al puerto de Buenos Aires, procedente de
incluyendo los pasajes, obligaron al Estado paraguayo a desembolsar a los Casado un total de
31.571.290 pesos paraguayos, constituyendo posiblemente un caso único en la historia militar de movilización contratada. Tan importante fue la utilización de esos ferrocarriles para
sostener el esfuerzo bélico paraguayo que en 1961 el Ministerio de Defensa Nacional confirió
la medalla del mérito a la empresa por la ayuda prestada para nacionalizar definitivamente el
territorio chaqueño (Dalla Corte, 2009, 445 y 456 y Casal de Lizarazu, 2002, 41).
106
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Liverpool, el mencionado buque transportando 250 cajones de cartuchos para
fusil para el Gobierno del Paraguay, los cuales esperaba no fuesen reembarcados a Asunción; a lo cual el Canciller respondió airmativamente. Sin embargo,
en nota posterior, Gutiérrez airmó: “El mismo día me constituí en el dique
(…) y constaté que se transbordaba apresuradamente todo ese material a la
lancha Marabú de la Compañía Mihanovich (…) la que durante el tiempo que
va de conlicto guerrero en el Chaco, ha llevado todos los elementos bélicos
adquiridos por el Paraguay a Asunción (…) (y) se ha prestado a violar la neutralidad y a incurrir en contrabando de guerra” (Ayala Moreira, 1959).
Días antes del afaire Lalande, a ines de mayo de 1933, Gutiérrez hacía
referencia a nuevos vuelos y adquisiciones de aviones argentinos por el Paraguay, denunciando asimismo que “el día 2 de los corrientes, estuvieron en el
Aeródromo de Morón un oicial paraguayo, de uniforme y varios civiles de la
misma nacionalidad (…) (quienes) ensayaron cuatro aviones con propósito de
adquirirlos” (Ayala Moreira, 1959). Este tipo de operaciones continuarían: en
octubre de 1934 Rivarola informaba a su gobierno que el Ministro de Guerra
argentino autorizaba la venta de aviones de fabricación nacional a particulares
por él indicados, con destino al Paraguay; y, a pedido de éste, telegraió al General Basilio Pertiné, en París, expresándole su interés personal y urgente para
la adquisición en esa plaza, por terceros y también destinados a Asunción, de
cinco Potez tipo 50 (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires,
27/10/1934, en Rivarola Coello, 1982).
Por otra parte, la ayuda argentina en el plano militar también se veriicó
a partir de la participación de ciudadanos argentinos a modo de apoyo a las
fuerzas regulares paraguayas. En Asunción funcionaba la Casa Argentina,
lugar en que se reunían tanto argentinos residentes23 como paraguayos que
apreciaban al país, los cuales, a poco de estallar la guerra con Bolivia, se movilizaron para recaudar fondos y acabaron conformando, con voluntarios argentinos −principalmente correntinos y formoseños− el Regimiento de Caballería
Nº 7 General San Martín. Ello se deduce de una nota del 18 de octubre de 1932
enviada por el ministro boliviano en Buenos Aires, en la cual airmaba: “acabo de recibir carta de N.N. radicado en Goya (Corrientes), que de esa ciudad
han partido 30 ciudadanos argentinos como voluntarios a enrolarse en las ilas
paraguayas, habiendo recibido cada uno una suma de dinero antes de partir”.
Si bien al ser efectuada la reclamación correspondiente, Saavedra Lamas aseveró que el Gobierno argentino había prohibido y evitado esa organización,
23
La labor de este grupo fue ciertamente preponderante, también en otros ámbitos. El 11 de
mayo de 1933 se fundó en Asunción la denominada Legión Extranjera, a modo de entidad cooperadora con las autoridades civiles y sanitarias paraguayas, a la cual se afiliaron 2.379 inmigrantes, siendo la colectividad más numerosa la argentina con 448, incluido el Presidente de la
nueva organización (Casal de Lizarazu, 2002, 81).
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La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
el regimiento San Martín participaría más adelante del combate de Corrales.
Mientras tanto, el diario El Orden de Asunción del 9 de noviembre de 1932
informaba que una comisión de damas argentinas había llegado a bordo del
barco Ciudad de Corrientes llevando una bandera de guerra para el regimiento
en formación, al que entregaron también material sanitario y vestuario donado por las instituciones benéicas argentinas que apoyaban a Paraguay24 (Ayala
Moreira, 1959; Casal de Lizarazu, 2002).
Asimismo, otros argentinos prestaron distintas funciones como voluntarios durante el transcurso de la contienda en favor del Paraguay25. A este tipo
de ayuda habría que sumar otra, como la brindada por Nicolás Mihanovich
quien, a través de su Compañía Argentina de Navegación, cedió a la Junta Nacional de Auxilios el hospital lotante Cuyabá, inaugurado el 28 de octubre de
1932 (Casal de Lizarazu, 2002).
Pero la colaboración argentina con Paraguay no terminaba allí: también
se consintió el paso de tropas de ese país por territorio argentino sin oponer
resistencia alguna. De esta situación daba cuenta un parte del Cónsul boliviano en Corumbá, emitido en septiembre de 1932, en el cual se airmaba que
“macheteros Paraguay comandados por Jara salieron de Villa Hayes y pasando
Pilcomayo van por territorio argentino para atacarnos por retaguardia”. Estas
facilidades se complementaban con la atención, por parte de oiciales argentinos y en suelo nacional, de heridos paraguayos, como fue el caso de los sobrevivientes del combate de Tinfunqué (Ayala Moreira, 1959).
Consciente de estas actitudes, el periódico orureño La Patria publicó, en
marzo de 1934, un artículo en que se vertían comentarios injuriosos hacia el
gobierno del General Justo, lo cual no pasó desapercibido ni para los militares,
ni para la Cancillería argentinos. En el recorte periodístico se airmaba, entre
otras cosas, que el cinismo del país del Plata constituía un factor de riesgo para
la estabilidad sudamericana, al cual países como Brasil y Bolivia debían poner
24
25
108
Entre ellas cabe destacarse la Asociación Fraternal Pro Cruz Roja Paraguaya; la Unión de Damas Argentino-Paraguayas, que recaudaba fondos para la Cruz Roja Paraguaya, así como la
Asociación de Damas Pro Cruz Roja Paraguaya de Buenos Aires, institución que envió ingentes
cantidades de mercaderías para su distribución entre la Sanidad Militar y la Cruz Roja Paraguaya (Casal de Lizarazu, 2002, 82-83).
Numerosos médicos sirvieron en el frente de combate, entre ellos los doctores Carlos de Sanctis y Esteban Maradona y los cirujanos Raúl Nicolini y José Arce, quien posteriormente declararía: “fui invitado por el gobierno de Asunción a reorganizar los servicios sanitarios del Ejército.
Con conocimiento del gobierno argentino acepté la misión”. A la lista de voluntarios pueden
sumarse el mecánico Camaño; Gregorio Maciel, conductor de una ambulancia militar; el Capitán Francisco Rodríguez Serpa Veyga, quien sirvió como personal técnico especializado en
comunicaciones para el Ejército paraguayo; las hermanas Rosendi, hijas del gerente del banco
“El Hogar Argentino”, que prestaron servicios como enfermeras; y el aviador Vicente Almandos
Almonacid, entre otros (Casal de Lizarazu, 2002, 68-76 y Rivarola Coello, 1982, 43).
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freno. Y inalizaba: “Precaviendo los acontecimientos futuros, rompamos con
la Argentina. Y rompamos con ella todos los pueblos americanos. Rompamos
porque su imperialismo constituye una epidemia bélica que urge atacarla, hasta reducirla a la impotencia” (Carta del Enviado Extraordinario y Ministro
Plenipotenciario argentino en Bolivia, Juan G. Valenzuela, a Carlos Saavedra
Lamas, La Paz, marzo-abril de 1934, en AMREC, División de política, Bolivia
y otros, 1934).
Sin embargo, estos cuestionamientos no hacían mella en el Gobierno argentino. Hacia marzo de 1935, es decir, a escasos tres meses de la inalización
del conlicto, la ayuda militar argentina continuaba llegando como al principio. En carta del 16 de ese mes, el ministro Rivarola anunciaba a su gobierno
que estaban listas para embarcarse las municiones Schneider solicitadas y que
Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la empresa petrolera estatal argentina,
no encontraba inconveniente en entregar mensualmente los 1.500.000 litros
de nata requeridos y el aceite que fuese necesario (Carta de Vicente Rivarola
a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 16/03/1935, en Rivarola Coello, 1982). En una
de esas partidas de material venidas de Europa se registró uno de los casos
más curiosos y que pusieron a prueba la voluntad de la Argentina de colaborar
con el Paraguay. Con motivo de un embargo de armas impuesto por la Liga de
las Naciones a ese país, fueron detenidos el 15 de marzo de 1935 en Buenos
Aires 320 cajones con 24 granadas cada uno, procedentes de Francia. Ante
esta traba que impedía su reembarco al Paraguay se decidió, contando con la
buena disposición de Luis Dodero, su trasbordo a lanchas de la empresa Mihanovich que los llevarían a Asunción, siempre que se obtuviese la cooperación
de las autoridades aduaneras argentinas. Obtenida la misma, fueron llenados
los cajones con piedras y arena y devueltos al país de origen, pudiéndose así
remitirse las granadas al Paraguay (Rivarola Coello, 1982).
6. El apoyo económico-inanciero del Gobierno Argentino
Además de denunciar este tipo de ayuda a nivel militar, la Legación boliviana en Buenos Aires transcribió a La Paz la carta de un connacional radicado
en la ciudad de Goya, Corrientes, el cual informaba que “está plenamente comprobado que esta provincia presta ostensiblemente su ayuda al Paraguay. Se remite ganado caballar y vacuno en grandes cantidades, maíz, harina, azúcar…”
(Ayala Moreira, 1959). En realidad, esta denuncia emitida por la Legación boliviana, involucraba a tan solo un mínimo porcentaje del aprovisionamiento
que la Argentina facilitaría a Paraguay durante la guerra. Según testimonia el
ministro paraguayo en Buenos Aires, al mantener una entrevista con Agustín P. Justo, le enumeró las diicultades económicas y inancieras por las que
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La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
atravesaba su país de cara a la guerra con Bolivia. En respuesta, el Presidente
argentino lo autorizó a visitarlo en su casa particular las veces que fuese necesario y le prometió “su interés y su ayuda en todo lo que de él dependa”,
asegurándole en el acto un aprovisionamiento de nata y fuel oil para todas
las necesidades del Ejército paraguayo, sin tener que preocuparse de su abono
inmediato, los cuales serían facilitados por YPF al Ministerio de Marina y éste
lo entregaría a Mihanovich para su transporte a Asunción. Asimismo, tras la
mencionada entrevista, Rivarola aseguraba poder conseguir, en similares condiciones, todo el trigo que se pudiera consumir en Paraguay durante la campaña (Carta de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 23/03/1933, en
Rivarola Coello, 1982).
Finalmente, la cooperación argentina en el plano inanciero fue otro factor preponderante en favor del Paraguay durante la contienda. Los primeros
contactos en este sentido los desplegó Rivarola hacia mediados del año ’33 a
través del propio Presidente Justo, quien lo derivó, a in de poder avanzar en
las gestiones, con el Director del Banco Nación, Carlos Acevedo, al cual previamente se había dirigido el Primer Mandatario habiéndole recomendado el
asunto, diciéndole que tenía “interés político y personal” en que se le prestara
al Paraguay toda la ayuda posible. En consecuencia, ante las restricciones que
imponía el estatuto del banco y máxime en la situación de guerra en que se
encontraba Paraguay, pudiendo cualquier operación del ente estatal comprometer la neutralidad argentina, se decidió que apareciesen como beneiciarios
el Banco Hogar Argentino, la Compañía Mihanovich y un molino harinero. En
cuanto al primero de los tres, la operación por un millón de pesos argentinos
se realizó a nombre, como titular del préstamo, del paraguayo residente en
Argentina Juan B. Gaona; mientras que en el caso de Mihanovich se le otorgó
un crédito de 500 mil pesos argentinos para aplicar exclusivamente al cobro
de los letes que en lo sucesivo le debiese el Gobierno paraguayo26. También se
gestionaron créditos por intermedio de la Compañía Americana de Luz y de la
26
110
En abril de 1934 Luis Dodero realizó una reclamación ante el Gobierno argentino por la falta
de pago del Paraguay por sus servicios, y amenazó con cobrarse mediante el dinero correspondiente a una operación en ciernes a cargo del Banco Nación. Tal actitud causó gran revuelo:
Saavedra Lamas cuestionó el modo en que se ponía en riesgo la neutralidad del país e indicó
que desconocía en absoluto que el gobierno facilitaba material bélico a Paraguay, mientras que
Justo, por su parte, se mostró molesto con la compañía y sugirió a Rivarola estudiase la posibilidad de realizar el transporte por otra vía, a lo que el Presidente Ayala respondió: “Es muy
difícil que nos podamos emancipar de Mihanovich, pero si pudiera lo haría” (Carta de Vicente
Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 12/04/1934 y Carta de Eusebio Ayala a Vicente Rivarola, Asunción, 18/04/1934; en Rivarola Coello, 1982, 239-241). Este episodio revela hasta qué
punto la Compañía Argentina de Navegación Mihanovich tenía en sus manos al Gobierno paraguayo, poseyendo gran capacidad de presión e influencia sobre el mismo, e incluso también
sobre el propio Gobierno argentino.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Maximiliano Zuccarino
irma Bunge & Born, pero éste último no pudo prosperar (Cartas de Vicente
Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 01/08/1933, 19/08/1933, 30/09/1933 y
09/03/1934, en Rivarola Coello, 1982).
No conforme con esto, ya promediando el año 1934, Rivarola inició gestiones directas con el Ministro de Hacienda argentino, Federico Pinedo, quien le
manifestó: “nosotros necesitamos y debemos ayudar al Paraguay en la presente
emergencia; a la Argentina le conviene, y necesita que así sea, un Paraguay
vencedor y fuerte en su restauración, a la que también debemos de ayudar;
debemos de proporcionarle armas y municiones y facilidades de dinero, y para
esto no debemos pedirle intermediarios, ni aceptarle garantías, dándole directamente el dinero que necesita”. Acto seguido, el ministro se comprometió a depositar, directamente en Asunción o en Europa y a la orden que le
indicaran, cuatro millones de pesos argentinos. Meses más tarde, otros dos
millones de pesos eran entregados en cien mil libras esterlinas al Paraguay, en
París27 (Cartas de Vicente Rivarola a Eusebio Ayala, Buenos Aires, 11/08/1934
y 15/12/1934, en Rivarola Coello, 1982).
7. Relexiones inales
La colaboración prestada por Argentina al Paraguay durante la Guerra del
Chaco, se ha demostrado, fue provista por diversos canales y consistió en múltiples manifestaciones y acciones, la mayoría de las cuales tuvieron como actor
clave para su consecución y efectivización al Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario paraguayo acreditado en Buenos Aires, Vicente Rivarola.
Entre ellas se destacan la aplicación diferencial de la neutralidad por parte del
Gobierno argentino hacia uno y otro beligerante; el apoyo casi incondicional
de la prensa y la opinión pública argentinas a la causa paraguaya; la provisión
de material bélico, alimentos, combustibles y dinero en efectivo al Gobierno
del Paraguay; el envío de una misión militar a Asunción en los años previos a
la guerra destinada a preparar al Ejército paraguayo e instruirlo siguiendo la
doctrina militar argentina, en detrimento de la inluencia brasileña y chilena;
y el tráico de información por parte del Estado Mayor y los sectores de inteligencia hacia sus pares paraguayos.
Este conjunto de acciones y medidas no se dieron en forma aislada, sino
que, por el contrario, la ayuda a Paraguay constituyó una política de Estado,
tendiente a satisfacer tanto los intereses más generales del Estado Nacional
27
Algunos de los documentos originales que testimonian estas operaciones, así como parte del
intercambio telegráfico y epistolar mantenido por Rivarola con el Ministro de Hacienda paraguayo, Benjamín Banks, pueden ser consultados en la obra de Livieres Guggiari (1983), citada
en la bibliografía al final de este trabajo.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
111
La ayuda Argentina al Paraguay durante la Guerra del Chaco
argentino como aquellos más coyunturales del gobierno de turno, es decir, las
clases política y económicamente dominantes.
En cuanto a lo primero, esa decidida colaboración con la causa paraguaya
durante los tres años de guerra estuvo orientada por consideraciones que perseguían objetivos estratégicos e inalterables de la política exterior argentina:
a) la oposición a que Bolivia llegase a ser ribereña del río Paraguay, con la
consecuente disminución de la frontera común, atendiendo a una hipótesis de
conlicto con Brasil y a la posibilidad de monopolizar el transporte de la producción del oriente boliviano a través de ferrocarriles por territorio argentino;
b) el tradicional sustento del separatismo de la región boliviana de Santa Cruz
de la Sierra por parte de las autoridades argentinas, orientado en esa dirección y coyunturalmente favorable a un triunfo paraguayo en la guerra, ya que
una eventual secesión implicaría el debilitamiento de Bolivia; c) la existencia
de una teórica alianza militar argentino-paraguaya; y d) la consideración del
Chaco Boreal como históricamente perteneciente al Paraguay desde el fallo
dictado en ese sentido por el Presidente norteamericano Rutherford B. Hayes
tras la Guerra de la Triple Alianza.
En relación a los intereses del Gobierno argentino y de los sectores que
lo sustentaban, también se advierte su inluencia en la posición internacional del país ante el conlicto, traducida en este caso en la protección brindada
a los inversores nacionales instalados en el Chaco paraguayo −destacándose
entre ellos muy especialmente la empresa Carlos Casado Ltda.−, muchos de
los cuales estaban vinculados y hasta emparentados con altos dirigentes de la
administración justista, e incluso con el propio Justo. En este sentido, también
adquiere relevancia la complementariedad de las economías paraguaya, argentina y británica, y el hecho de que las inversiones angloargentinas en el Chaco
Boreal estuviesen principalmente destinadas a la explotación y transporte del
quebracho y el tanino, permitiendo a empresas ferroviarias y navales de ese
origen usufructuar los beneicios del negocio. A su vez, de esa manera se reairmaba la inserción del Paraguay y la Argentina como países exportadores de
materias primas y alimentos respectivamente, en virtud de la utilización del
tanino en la industria ganadera, de la exportación del quebracho hacia Londres y la importación de esa plaza de carbón para el funcionamiento de esos
mismos medios de transporte que se multiplicaban al amparo de ese esquema
económico-comercial.
En virtud de lo expuesto es que debe entenderse e interpretarse la colaboración y el apoyo, moral y material, prestados por el Gobierno, la prensa y, en
deinitiva, la sociedad argentinos al Paraguay durante la Guerra del Chaco y
gran parte de las negociaciones de paz posteriores, el cual fue decididamente
unánime: si bien es cierto que existían matices en cuanto a la forma de imple112
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Maximiliano Zuccarino
mentación de la ayuda proporcionada y a la mayor o menor publicidad de la
misma, ningún sector del Gobierno argentino, sea civil o militar, puso jamás
en duda la conveniencia de un triunfo paraguayo en su disputa con Bolivia, actuándose en consecuencia. A la constatación de ese accionar, entendido como
un aspecto más e integral de la política exterior argentina de los años ’30 del
siglo pasado, es que ha estado orientada la presente investigación, pudiendo
esto ser corroborado a partir de la consulta de diversas y variadas fuentes que
así lo atestiguan.
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en http://www.bacn.gov.py
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Presidencia/2. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.
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AMREC, División de política, Paraguay y otros. Años 1931, 1932 y 1933.
116
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BIBLIB: 0251-2483 (2015), 117-154
TRANSFORMACIONES URBANAS, SEGREGACIÓN
SOCIAL Y DÉFICIT HABITACIONAL:
¿UNA RELACIÓN SINCRÓNICA EN
AMÉRICA LATINA Y PARAGUAY?
URBAN TRANSFORMATIONS, SOCIAL SEGREGATION AND
HABITATIONAL DEFICIT: A SYNCHRONIC RELATIONSHIP
IN LATIN AMERICA AND PARAGUAY?
Enviado: 03/11/2016
Aceptado: 27/12/2016
Georgina Zavattiero1
Resumen
El proceso de crecimiento urbano exponencial ha signiicado avances para
conjugar territorialmente elementos de accesibilidad entre la población y una
gama de servicios básicos. No obstante, las ciudades de la región de América
Latina y el Caribe siguen siendo las más inequitativas a nivel mundial, por lo
que aún se percibe una paradoja de elevada urbanización con alta concentración de pobreza y precarias condiciones de vida. Paraguay experimenta este
inaudito crecimiento de las urbes desde hace dos décadas, en el que la incapacidad del Estado para afrontar una planiicación urbana acorde a sus nuevas
necesidades ha dado lugar a la operación y satisfacción de demandas por vías
del mercado, situación que ha propiciado un crecimiento poblacional inequitativo e ineiciente para el desarrollo económico y humano. Entre una de las
consecuencias de este proceso de crecimiento se circunscriben las precarias
condiciones en las que residen los habitantes, hoy se estima que dos tercios de
las viviendas en Paraguay no poseen condiciones adecuadas de habitabilidad.
1
Maestranda en Ciencias Sociales con énfasis en Desarrollo Social (Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales – FLACSO PARAGUAY). Licenciada en Trabajo Social (Universidad Nacional de
Asunción – Paraguay). Contacto: chochiz4@hotmail.com
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
Palabras clave
Transformaciones urbanas; planiicación urbana; segregación social; déicit
habitacional.
Abstract
he exponential growth of urban population has led to circumstances
allowing the urban population more access to basic services. However, Latin American and Caribbean cities continue to be the most inequitable in the
world. Paradoxically, this urban development contrasts heavily with high poverty concentrations and precarious living conditions. Paraguay has been experiencing this type of growth in the cities for two decades. he government’s
failure to put together an urban development plan that meets these new needs
has allowed the private sector to satisfy these demands. his situation has led
to an inequitable and ineicient population growth for proper economic and
human development. One of the consequences of this growth process is the
precarious housing conditions of many inhabitants. It is estimated that two
thirds of the homes in Paraguay do not meet adequate habitability conditions.
Keywords
Urban transformations; urban planning; social segregation; housing deicit.
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Georgina Zavattiero
1. Introducción
En la actualidad se considera que muchos de los problemas relacionados
con la exclusión y segregación social se vinculan con la vivienda, por lo que
la problemática habitacional se ha tornado un tema acuciante a nivel mundial
desde hace varias décadas. La misma se debate en torno a múltiples elementos
de análisis donde convergen numerosas disciplinas que pretenden dar respuesta, principalmente, a las posibilidades de acceso y adecuación de la vivienda a
los diversos contextos poblacionales.
Si bien los problemas relacionados con el hábitat de los seres humanos
siempre han estado presente, es a partir del siglo XX, con el auge de las sociedades industrializadas, que esta temática ha cobrado mayor intensidad, en
tanto comienza a visibilizarse la imposibilidad de un elevado número de ciudadanos al que no se les garantiza el derecho efectivo de acceder y habitar en
condiciones de viviendas apropiadas para su desarrollo.
El proceso de crecimiento urbano exponencial ha signiicado avances para
conjugar territorialmente elementos conectores y de accesibilidad entre la población y una gama de servicios básicos. No obstante, es indiscutible que el
crecimiento inaudito de la región, y las potencialidades que de él emergen, no
ha redundando en mejoras sustanciales en la calidad de vida de los habitantes.
Las ciudades de la región siguen siendo las más inequitativas a nivel mundial,
por lo que aún se percibe una paradoja de elevada urbanización con alta concentración de pobreza y precarias condiciones de vida, restricciones que resultan insostenibles para alcanzar el desarrollo de la población.
Las deudas rezagadas y desafíos emergentes que permean a la región han
transformado la cuestión residencial en una verdadera emergencia habitacional. La vivienda, tal como se la conoce en la actualidad, se torna un elemento
fundamental y una necesidad básica primordial para que las personas se integren a la sociedad de manera efectiva. Las condiciones de alojamiento, que
inciden en el desarrollo humano, se convirtieron además en un elemento estructural fundamental para comprender la organización social.
Para dar atención a esta problemática, se han esbozado variadas estrategias
de sectores públicos, privados y de organizaciones de base con propuestas que
pudiesen atender las demandas habitacionales, principalmente en contextos
de elevada vulnerabilidad y exclusión social. Pese a los esfuerzos, se estima que
a la fecha más de mil millones de personas en el mundo habitan en condiciones riesgosas, en asentamientos precarios, con bajo acceso a servicios básicos
y amenazados de sufrir desalojos forzosos de sus hogares, por lo que varios
autores airman que el mundo vivencia una emergencia habitacional.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
Paraguay no se encuentra exento a este proceso, pese a que el país ha experimentado un proceso relentecido de urbanización, en comparación a los
demás países de la región, desde hace dos décadas el país se ha pasado de ser
predominantemente rural a aglomerar a la población en las ciudades urbanizadas. Este crecimiento acelerado en las urbes ha desbordado la capacidad
del Estado para atender las problemáticas emergentes de quienes migraban
del campo a la ciudad y que de por si traían las secuelas de la desatención de
necesidadesincrustadas en sus vidas.
Este inaudito crecimiento de las urbes, sumado a la incapacidad del Estado paraafrontar una planiicación urbana acorde a sus nuevas necesidades, ha
dado lugar a la operación y satisfacción de demandas por vías del mercado,
situación que ha propiciado un crecimiento poblacional inequitativo e ineiciente para el desarrollo económico y humano. Entre una de las consecuencias
de este proceso de crecimiento se circunscriben las precarias condiciones de
en las que residen los habitantes, hoy se estima que dos tercios de las viviendas
en Paraguay no poseen condiciones adecuadas de habitabilidad.
2. La apropiación del espacio urbano y sus consecuencias no
esperadas.
América Latina y el Caribe es la región que ha registrado la más rápida
urbanización a nivel mundial. Según estimaciones, el porcentaje de población
urbana se ha duplicado en un periodo de 60 años, pasando del 41% en 1950,
al 80% en 2010, convirtiéndose hoy en la región más urbanizada del planeta.
Actualmente la región atraviesa un periodo de desaceleración del crecimiento
urbano, no obstante, la intensidad en los cambios demográicos experimentados en las últimas cinco décadas condujo a la coniguración de grandes ciudades, muchas de las cuales no se encontraban preparadas para hacer frente a las
nuevas dinámicas demográicas y espaciales.
El análisis del proceso de urbanización a nivel regional es un elemento fundamental y transversal para relexionar sobre la problemática de vivienda. Los
países de Latinoamérica y el Caribe experimentan en sus ciudades grandes
contrastes, en los cuales conviven áreas de gran desarrollo urbano y de extrema pobreza: ONU Hábitat calcula que al 2008 más del 25% de la población
urbana reside en asentamientos irregulares, esto equivale a 117 millones de
personas viviendo en condiciones de concurrentes déicits, como ser de servicios básicos, de infraestructura, equipamientos y de vivienda (Banco Interamericano de Desarrollo, 2011). Si bien los países de la región han elaborado
diversas políticas públicas de vivienda para salvar esta situación, las mismas
no han conseguido responder eicazmente a las problemáticas de los sectores
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Georgina Zavattiero
más pobres, por lo que pobreza y déicit habitacional siguen siendo variables
en constante crecimiento.
En este sentido, aunque en las últimas décadas se intentan abandonar prácticas violentas de erradicación de asentamientos informales y desalojos forzosos, consideradas en décadas pasadas como ejercicio legítimo para ocultar
los matices indeseados del modelo de desarrollo urbano, y en contraposición
se buscan mecanismos de participación ciudadana para generar modelos de
urbanizaciones inclusivos, a la fecha, efectivamente, no se han desarrollado
procesos de crecimiento urbano, social, ambiental y económicamente equilibrados, que mitiguen los desafíos de las deiciencias originarias de la expansión urbana.
Respecto a Paraguay se debe señalar que hasta iniciado los años ’80 era un
territorio predominantemente rural, no obstante, una década después el país
ha comenzado a experimentar una dinámica de expansión y crecimiento urbano sin precedentes, aunque de carácter tardío en comparación a otros países
de la región. Esta dinámica emergente ha traído variadas repercusiones, entre
ellas una marcada propensión a la instalación de asentamientos precarios e
informales. Lo señalado ha permitido exponer una problemática en la que se
evidencian varias aristas que hacen a la convivencia social en un entorno altamente desordenado.
El proceso de ocupación del territorio paraguayo, y su consecuente formación de ciudades, no fue un desarrollo lineal y homogéneo en las diferentes
regiones del país, en vista a que el mismo respondió a algunos acontecimientos
históricos trascendentales que deinieron un modelo económico y una determinada distribución de la población en el espacio geográico.
En ese sentido, posterior a la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), el
país se encontraba sumergido en una profunda ruina económica, por lo que
una estrategia para abastecer de recursos al país, que permitiese encarar la reconstrucción, fue la venta de tierras públicas por parte del Estado paraguayo,
principalmente a capitales inancieros extranjeros. Estos capitales, compuestos
fundamentalmente por varias empresas anglo-argentinas, brasileñas y francesas, derivaron en la privatización de inmensas cantidades de tierras, tanto
de la región Oriental como en la Occidental, como reiere Yamili Yaluf, entre
1884 y 1914 estos capitales, compuestos fundamentalmente por varias empresas anglo-argentinas, brasileñas y francesas, derivaron en la privatización de
inmensas cantidades de tierras, tanto de la región Oriental como en la Occidental, de modo que aproximadamente el 77% de la tierra estaba en manos de
inversores y especuladores extranjeros (Yaluf, 2006).
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
Esta dinámica de apropiación del suelo coniguró el origen de los latifundios y la extracción masiva de capitales hacia el extranjero, los cuales se sostenían especialmente de la explotación extractiva de recursos naturales. Lo
destacable de este modelo económico, de enclaves extractivos para el mercado
internacional, es que no ha generado un asentamiento permanente y estable
por parte de las poblaciones que ocupaban estos territorios, esencialmente por
que generaban escasa inversión local para propiciar el desarrollo de las localidades, desarticulando así la relación entre territorio y habitantes.
Otro suceso relevante al ahondar en la relación de la población con el territorio nacional es el de las corrientes migratorias. A inales del siglo XIX,
Paraguay optó por una política de Estado que impulsase la atracción de la inmigración internacional, respondiendo a la necesidad de modernizar la actividad agropecuaria. De la mano de los agricultores europeos, y con la inalidad
de ocupar territorios de la periferia, se propició un modelo de instalación de
colonias extranjeras situadas sobre las áreas de inluencias de las más importantes vías de comunicación del país. En este sentido, Víctor Imas señala que
“generalmente el Estado favorece la migración, propiciando el avance de la
agricultura capitalista, abandonando a su suerte a las personas dedicadas a la
pequeña agricultura o dirigiendo la movilización poblacional hacia otras zonas territoriales” (Imas, 2013).
Estos acontecimientos coniguraron un esquema de organización territorial, que supuso la necesidad de inversiones en infraestructuras que permitiesen la conexión entre las diferentes porciones territoriales del país.
Por otro lado, la consolidación de este modelo económico, basado en la
agro-exportación de materias primas, otorgó fundamental importancia a los
puertos luviales. En este sentido, al margen de los principales ríos, el Paraguay y el Paraná, tuvo lugar el surgimiento de nuevas ciudades basadas en
una directa dependencia del dinamismo portuario. No es de extrañar que hoy
las ciudades más importantes del país como ser Asunción, Ciudad del Este y
Encarnación, se encuentren a la margen de estos ríos y que a su vez éstas se
conecten con centros poblacionales de los países limítrofes, acentuando las
dinámicas económicas fronterizas. En este marco de análisis, Fabricio Vázquez
destaca que “el río como sistema de transporte, activó las áreas aledañas y sobre todo las áreas urbanas y rurales próximas a los puertos” (Vázquez, 2006).
También dentro del siglo XX, tuvieron lugar otros hitos de gran relevancia para la coniguración de ciudades, basados en la consolidación del transporte ferroviario y, posteriormente, la construcción de las rutas terrestres. La
irrupción de estas dos vías de comunicación, alternadas en diferentes tiempos
históricos, propició una notable vitalidad económica y comercial para los centros urbanos del país y para fortalecer el intercambio de mercancías a nivel
122
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Georgina Zavattiero
regional. En este sentido, Vázquez agrega que “las inversiones en vías de comunicación se multiplicaron en el periodo 1970-1990, pero concentrándose
preferentemente en las zonas económicas más dinámicas y marginando aún
más a las regiones históricamente relegadas” (Vázquez, 2006).
Esta acotación permite destacar elementos fundamentales para comprender la conectividad de las ciudades y el desarrollo, o ausencia de este, en las
diferentes localidades del país. Asimismo, este investigador señala que durante
la década del ‘60 del siglo pasado, se ejecutó “el Plan Triángulo” consistente en
la implantación de infraestructura vial, a través de rutas asfaltadas, que permitiese la unión entre las ciudades de Asunción, Encarnación y Ciudad del
Este, con ramales perpendiculares que sirvieron de medios de expansión de
inluencia y de integración de la periferia (Vázquez, 2006).
Además de lo expuesto, y considerando que el Estado es el encargado de
direccionar las políticas territoriales con el in de administrar y transformar
los recursos disponibles en función a los objetivos sociales y económicos prevalecientes, se resalta que durante todo el siglo XX Paraguay atravesó un periodo de reordenamiento territorial caracterizado por el surgimiento y consolidación de la división política y administrativa de la supericie nacional,
generando categorías geográicas o geo-económicas para conigurar el país en
regiones, departamentos y distritos. Se debe destacar que, pese a las transformaciones y divisiones territoriales que se han dado durante todo el siglo,
Asunción, la capital del país, continúa siendo una localidad de centralización
institucional y poblacional.
El siglo XX, también se encontró atravesado por la construcción de dos
represas hidroeléctricas binacionales entre los años comprendidos entre las
décadas del ’70 y ‘90, Itaipú y Yacyretá, que generaron nuevos patrones de estructuración territorial y distribución poblacional. Respecto a la construcción
de la represa Itaipú, en la zona Este del país, Vázquez airma que “en esta zona
se materializan los proyectos geopolíticos, productivos y sociales del Paraguay,
que cambia de eje y sistema de conexión con el mundo, tanto como del Brasil
que atrae al Paraguay a su órbita de inluencia” (Vázquez, 2006), es importante
enfatizar que esta modernización nacional, de la mano de grandes infraestructuras como las citadas, se da durante el gobierno del Gral. Alfredo Stroessner.
En dicho sentido, José N. Morínigo destaca que, además de los emprendimientos económicos mencionados, durante la década del ’70 se acrecentaron
las inversiones en el sector de la construcción, proceso que alteró de manera
sustancial el mercado de la tierra y la vivienda y que, en convergencia con otros
factores, dinamizaron el proceso de inserción de la tierra y la vivienda urbana
al denominado ciclo de especulación inanciera, de comercio y de acumulación, alterando de manera sustantiva el uso del espacio: “El modelo económico
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
convirtió a la tierra urbana en factor clave de un proceso de especulación sin
precedentes en la sociedad paraguaya. La conformación de un sector empresarial – inversionista, así como la creación de instituciones que facilitaban a los
sectores de ingresos medios y altos, invertir en la compra de tierra y vivienda
urbanas, sentaron las bases de un proceso que alejó las posibilidades de los
sectores para acceder a la tierra y la vivienda urbanas” (Morínigo, 1998).
Además, es importante mencionar que los efectos del periodo de modernización nacional, encarados durante el gobierno de Stroessner, además de
generar una mejora económica temporal y de consolidar la corrupción institucional del país, trajeron aparejados otros efectos sobre el uso del suelo. En
dicho sentido, Mabel Causarano resalta que la construcción de un mega-emprendimiento como la represa de Itaipú, además de impactar negativamente
sobre las condiciones ambientales del lugar, afectó a las poblaciones que se encontraban asentadas sobre las márgenes del río Paraná, provocando innumerables desplazamientos. En palabras de la autora, “las indemnizaciones fueron
insuicientes para la compra de nuevas tierras en el Brasil; por tanto, millares
de agricultores afectados emigraron hacia las zonas fronterizas del lado paraguayo, en donde el costo de las tierras era (y sigue siendo) más barato. Este
proceso dio origen al grupo social conocido como brasiguayo, denominación
que se aplica también a los descendientes de los primeros colonos, ya nacidos
en el Paraguay y, por tanto, ciudadanos paraguayos” (Causarano, 2011).
Estos avances en la consolidación de infraestructura del país, estimularon a
que la zona Este del territorio nacional se constituya en un centro inluyente de
la economía, tanto por el fortalecimiento de la actividad comercial fronteriza,
como por la expansión de la producción de monocultivo. Este último genera
dinámicas territoriales sin precedentes a nivel nacional.
El modelo económico, que se consolida en las últimas décadas del siglo XX,
basado en la agudización de monocultivos, se convierte en el factor principal
de expulsión de personas del campo a la ciudad, es decir, de la migración interna, que aporta de manera signiicativa al crecimiento urbano. La modiicación
en los patrones de tenencia de la tierra y la necesidad de constante expansión
y baja ocupación de mano de obra agrícola que genera esta matriz productiva,
conluyen en impulsar la retracción de la agricultura campesina y la necesidad
de buscar nuevos lugares de residencia para la población sobrante.
Se debe resaltar que, en este contexto, la migración es un mecanismo que
utilizan las personas para enfrentar las condiciones desfavorables de sus zonas
de orígenes bajo la expectativa de encontrar un nuevo lugar de arraigo que le
permita acceder a mejores condiciones de vida.
Como se identiica, los modelos económicos, basados en la lógica de mer124
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Georgina Zavattiero
cado, fueron los motores de formación de los espacios productivos locales y de
la formación de las ciudades. Para la región Oriental del país, la agricultura ha
sido la actividad estratégica tanto en la consolidación de mercados como en
la destrucción de territorios. El avance de empresas extranjeras, que imponen
una producción agrícola masiva con tecnología avanzada, ha sido un elemento
determinante para la contracción de la economía campesina familiar y la reconiguración territorial de muchas ciudades.
El cultivo estrella de este modelo económico de agroexportación y capitalización de empresas extranjera es la soja. En esta línea, Vázquez señala que
“El cultivo de este rubro ordena, a su manera, un territorio donde la mayor
parte de las infraestructuras, bienes y servicios están supeditados a su cultivo,
acopio y comercialización” (Vázquez, 2006). A partir de esta acotación, se debe
resaltar que la producción mecanizada genera una profunda transformación
del territorio rural nacional, considerando que este sistema requiere de escasa
contratación de mano de obra campesina y elevada cantidad de tierras fértiles
para su cultivo, provocándose el aceleramiento de la producción empresarial y
de la migración del campo a la ciudad por parte de la población que se encuentra excluida de este sistema: “la fuerza del mercado y de las nuevas tecnologías
debilitó la economía de los pequeños agricultores, empujándolos a abandonar el campo” (Borda, 2016). Además, se debe mencionar que las ciudades se
tornan funcionales a este sistema de mercado, adaptando la infraestructura
necesaria para que los condicionamientos de producción y comercialización
de este producto se desarrollen con agilidad para la masa empresarial.
En este marco, Ana Rojas señala que “la concentración de la tierra es uno
de los ejes principales que marca la trayectoria de la economía del país y la distribución de los ingresos” (Rojas, 2016). Esta autora agrega que, pese a que en
los últimos años Paraguay ha experimentado un crecimiento económico sostenido, la dependencia de la economía en base al sector primario de producción,
evidencia la segmentación de la población y la concentración de recursos productivos en una escasa porción de la población: menos del 3% de la población
es propietaria del 85% de las tierras cultivables del país (Rojas, 2016).
En este marco de relexión sobre las características de la economía paraguaya y la interrelación entre población y desarrollo territorial, se destaca la
airmación de Bernardo Esquivel que maniiesta que hasta la década de los
’80 el país era inminentemente rural y que en las últimas décadas Paraguay ha
comenzado a experimentar un proceso de creciente aumento poblacional en
zonas urbanas, señalando que el mercado laboral no ha podido absorber eicazmente esta dinámica. Esta coyuntura ha provocado precariedad en las condiciones de trabajo, y de vida, de los nuevos habitantes y ha sido determinante
en la expansión de áreas marginales urbanas y el consecuente incremento de
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
problemas sociales. Además, este autor resalta que “los procesos migratorios
internos tienen otras implicancias en el proceso de desarrollo, pues en ellos
se originan las diicultades para la integración social de los grupos migrantes,
tanto de los que se desplazan hacia el área urbana como de los que van a las
zonas rurales” (Esquivel, 2007).
En perspectiva con este análisis, se evidencia que a partir de la década de
los ’90, con la acentuación de las condiciones de recepción de inmigrantes brasileños y la apertura democrática, se acelera el patrón de modiicación territorial de las décadas pasadas. En este sentido, Yaluf señala que a partir de este
periodo se constata una fuerte concentración de la población en el área metropolitana de Asunción, siendo esta ciudad la que concentra los poderes estatales
(Yaluf, 2006). No obstante, se resalta que estas modiicaciones territoriales no
han sido totalmente pacíicas, por lo que en esta década también comienzan a
acentuarse los conlictos por la tierra entre los campesinos y los propietarios
“brasiguayos” por la dicotomía que genera el modelo de agronegocios. Este
patrón productivo, además de repercutir negativamente en las actividades laborales de los campesinos, genera un grave deterioro ambiental, afectando la
estructura alimentaria y la salud de las familias rurales.
Se debe señalar que el estudio de la metropolización es un campo que
presenta diicultades conceptuales que obstaculizan su precisión a cabalidad.
No obstante, Causarano enfatiza que “la metropolización es el proceso por el
cual una ciudad principal, la metrópolis, y otras colindantes conforman un
continuum urbanizado, que adquiere las características de una urbe extendida” (Causarano, 2006). En esta perspectiva, la autora señala que el territorio
nacional presenta tres grandes sistemas metropolitanos, encabezados por las
ciudades de Asunción, Ciudad del Este y Encarnación, que para el año 2002
emplean al 60% de la población ocupada del país (Causarano, 2006). La Zona
Metropolitana de Asunción, compuesta por 20 municipios, abarca el 16% del
territorio nacional, aglomera al 36% de la población total país y al 57,56% de la
población urbana nacional, denotando una densidad poblacional de 1710,5h./
km2, cifra que supera en 135 veces al promedio nacional (Causarano, 2006).
Esta densiicación poblacional y de la actividad económica, llevan a la autora
a airmar que “el Paraguay es pródigo en asimetrías, disparidades y desequilibrios internos a cada sistema metropolitano, y también entre estos y con el
territorio circundante” (Causarano, 2006).
En continuidad con este análisis, se destaca que la localización de asentamientos urbanos precarios es una constante en estos sistemas metropolitanos.
En este sentido, Borda resalta que “los asentamientos urbanos carecen de acceso adecuado a los servicios y bienes públicos. Las viviendas son precarias y
están expuestas a los riesgos climáticos y a la contaminación ambiental. Algu126
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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nos de sus pobladores viven de los desechos de la ciudad y acceden a trabajos
precarios como “limpiavidrios”, “cuidacoches”, vendedores ambulantes, juegos
callejeros y la mendicidad. Otros se dedican a trabajos de construcción, puestos de ventas de baratijas, jardinería y tareas aines. Y, otros caen en los negocios ilícitos y en la delincuencia” (Borda, 2016).
Con respecto a lo mencionado, es importante destacar que si bien Asunción ya no es el foco principal de atracción de la población migrante, aún se
perciben las secuelas de los tiempos pasados en el que las poblaciones tendían
a ocupar los espacios residuales de la ciudad, conformando así asentamientos
informales costeros e intraurbanos (Flores, 2009).
3. Características de la conlictividad en torno a la vivienda
Se estima que los problemas de vivienda afectan actualmente a más de una
tercera parte de las familias de América Latina y el Caribe que habitan en ciudades, por lo que se puede airmar que disfrutar de servicios básicos de calidad, de la accesibilidad a infraestructura y equipamientos, a la posibilidad de
desarrollarse en un ambiente salubre, confortable y seguro, no verse obligado
a acceder a fuentes de empleos muy lejanas, no sentirse acechado por la inseguridad y la violencia, más que genuinos ideales, deberían ser condiciones naturales de residencia de los seres humanos. Es en este sentido que se desprende
la correlación de abordar vivienda, territorio y entorno como un complejo interrelacionado y no excluyente para medir la calidad de vida.
A este respecto, analizar la urbanización y la problemática de vivienda en
esta región del mundo lleva a exponer conceptos como es la segregación residencial de los habitantes más pobres y las barreras que ésta impone en los procesos de inclusión social, desarrollo económico y superación de la pobreza. En
efecto, se entiende que la segregación residencial es el patrón de coniguración
territorial en el que, por un lado, se da una fuerte concentración de grupos
medios ascendentes y de élites en un espacio territorial, que condensa infraestructuras y servicios de calidad y que, generalmente, se ubica en el centro de
la ciudad y, por el otro lado, soslayados de estos aprovisionamientos, se visibiliza la aglomeración de los estratos más pobres, generalmente en las periferias
urbanas, dando cuenta que las ciudades decaen física y socialmente hacia los
contornos de la misma (Sabatini, 2006).
Este modelo de ciudad, que se desarrolla con fuerza en América Latina, se
identiica con una marcada aglomeración de élites en el centro de las urbes y
de pobreza en las periferias, siendo este un patrón de segregación similar al
experimentado por Europa. No obstante, se debe señalar que en la región latinoamericana se ha ensayado también un modelo anglo-americano de ciudad,
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
caracterizado por la consolidación de suburbios, con un patrón antagónico
al citado anteriormente, en el que las clases más altas ocuparon las periferias
urbanas y las poblaciones más pobres acapararon los centros de las ciudades.
Se ha popularizado que la segregación es un fenómeno que debe ser erradicado, o al menos mitigado, para promover la cohesión social. En ese mismo
sentido, se indican algunas ideas sobre las causas que explican la segregación
en las ciudades: 1. la segregación de las urbes como producto de las propias
desigualdades sociales, 2. la segregación residencial atribuida a la capitalización de la tierra y a la acción de los agentes inmobiliarios para generar lucro a
partir de ésta, y 3. la segregación urbana atribuida a la imitación de patrones
de residencia propio de las élites.
En esta línea, Francisco Sabatini e Isabel Brain argumentan que es un mito
considerar que lo genuinamente relevante para las personas pobres y vulnerables se reduce al hecho de contar con una vivienda, sin interesarse por el lugar
de ubicación de ésta. Poniendo el foco en el estudio de ciudades chilenas, pero
con énfasis en demostrar las características de residencia de los habitantes de
América Latina, estos autores subrayan que la localización es un asunto perentorio para analizar la cuestión residencial de las clases más pobres, entendiendo que son éstas las que experimentan mayores diicultades de inserción
laboral y política (Sabatini y Brain, 2008).
En deinitiva, lo genuinamente visible en las ciudades de América Latina
y el Caribe es la polarización residencial por clases sociales, que contribuye
a la reproducción de la exclusión, degradación y desintegración social. Estas
lamentables características constatan las restricciones del derecho a la ciudad
y del usufructo equitativo de las oportunidades de residir en espacios urbanos.
Los enfoques contemporáneos se alejan de los análisis tradicionales de
los problemas habitacionales, los cuales se concentraban en debatir los atributos de la vivienda para la satisfacción de las necesidades, para ubicarse en
un sendero de interpretación de la inluencia del entorno y la vivienda en la
calidad de vida de los residentes. El fuerte correlato entre ubicación espacial y
problemática de vivienda lleva a analizar algunos factores que han propiciado
este fenómeno social en las ciudades de América Latina y el Caribe. En dicho
sentido, César Patricio Bouillon argumenta que los problemas de vivienda que
afectan actualmente a la región tienen una data de por lo menos 60 años y
comienzan a visibilizarse a partir de la recepción masiva de inmigrantes. Tal
situación se complejiza aún más en ciudades con escasa planiicación para recibir estas oleadas migratorias, por lo que la limitada inversión en infraestructura y equipamientos de las ciudades más urbanizadas tiende a dinamizarse
para atender a un nuevo caudal poblacional (Bouillon, 2012).
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Georgina Zavattiero
Por lo argumentado, en una primera instancia es importante mencionar
la relevancia del reconocimiento formal del derecho a la vivienda, siendo este
plausible de ser demandado por la ciudadanía que se considera en estado de
privación del mismo. En este contexto, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (1948), que parte de la necesidad de
reglamentar garantías básicas e inalienables para todos los seres humanos con
el in de que las personas accedan a un desarrollo integral, es el primer instrumento en considerar el derecho a la vivienda como uno de los derechos fundamentales de los seres humanos para garantizar un nivel de vida adecuado,
salud y bienestar, tanto propio como familiar (artículo 25).
De la declaración de las Naciones Unidas se han inspirado otras series de
reglamentaciones e instrumentos jurídicos a nivel internacional, por lo que los
derechos consagrados en las diferentes herramientas legales también son objeto de análisis y debate por parte de intelectuales que evalúan su correlación
con la realidad práctica, con las ideologías imperantes, y con los intereses que
se esconden cuando estos comienzan a tener mayor relevancia en las agendas
públicas. Por lo mencionado, resulta importante destacar los argumentos que
se arguyen cuando se habla del derecho a la vivienda, y más precisamente a
una vivienda adecuada.
En este sentido, John Gledhill airma que el análisis sobre el derecho a la
vivienda puede ser evaluado a partir de una lectura burguesa en donde el mismo es considerado como sinónimo de propiedad, en tanto es exigible por los
ciudadanos que identiican que sus derechos se ven restringidos o violados. No
obstante, pese a las interpretaciones que puedan realizar los sujetos, según se
deine en las convenciones internacionales, el derecho a la vivienda no implica,
necesariamente, el derecho a ser propietario (Gledhill, 2010).
El énfasis puesto en que el derecho a una vivienda puede ser considerado como el derecho a poseer una vivienda debe ser analizado dentro de un
contexto que abarque la interpretación subjetiva que hacen los individuos. En
general, los habitantes pueden considerar que el hecho de poseer una vivienda
les otorga seguridad y estatus social, por lo que a su vez, los elementos internos
y externos que pueden conluir en la amenaza de su pérdida se vuelven factores cruciales para el entendimiento de lo que signiica “tener una casa”.
Retomando la noción de derechos, se debe mencionar que los contextos
históricos tienen gran incidencia en las coniguraciones institucionales de
cada época, por lo que no se debe considerar el derecho a la vivienda como
una cuestión de deinición estática y de pacíico consenso, ya que su abordaje
se ha visto atravesado por diferentes procesos de reinterpretación en base a las
interconexiones espaciales y sociales que han hecho del concepto de vivienda
un campo de difícil aprehensión. Abandonar la perspectiva de que el derecho a
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
la vivienda no se reduce a una cuestión de techos y paredes no fue un proceso
lineal.
En esta compleja transversalidad de la vivienda con la vida humana, se
debe destacar la preponderancia que ha tenido la estructura residencial y su relación con la familia, en este sentido, airman Carlos Almeida Marques & otros
(2010) “el entorno de la vivienda es el lugar donde se produce las relaciones
más intensas, íntima y fuerte entre personas que comparten su espacio”. Así, en
un hogar, los miembros pueden otorgarle signiicaciones diferentes acorde a
las propias experiencias y/o proyecciones que cada uno asigna a esa estructura
residencial, a las funciones que consideren conveniente, a su entorno y a los
entramados sociales que la atraviesan. A su vez, esto proyecta la construcción
social del espacio y del lugar, por lo que el “habitar” se torna un proceso activo
en función de las prácticas y relaciones sociales.
Ahora bien, entendiendo que los seres humanos son capaces de construir
signiicaciones que conluyen alrededor de los modelos residenciales y la experiencia de habitar, se debe resaltar que los atributos que estos le otorguen a
su relación con la vivienda son constructos propios generados a partir de sus
interacciones como seres sociales en contextos históricos determinados. En
este sentido, el acceso a una vivienda se envuelve en una trama de elementos
que determinan si la misma posee las condiciones de ser adecuada o no para
el desarrollo humano, y es a partir de esta valoración que se han discutido los
diversos factores que tienen incidencia directa en determinar la condición de
la misma.
De este modo, no menos conlictivo que considerar el derecho a la vivienda
como sinónimo de vivienda propia, es considerar los indicadores que determinan que una población disfrute de una vivienda adecuada. Es decir, la determinación de lo que pudiese ser una vivienda adecuada, el sentido y la validez,
a su vez el consenso respecto a ésta, conlleva a la necesidad de deinir cuáles
son los parámetros tenidos en cuenta para acordar qué es propiamente una
vivienda adecuada o digna.
En este sentido conviene señalar que en los más de 60 años que el derecho
a la vivienda se encuentra sólidamente reconocido por la Naciones Unidas, ha
sido objeto de constante reinterpretaciones pudiendo ser abordado a partir de
diversos elementos que lo coniguran, como son: las relaciones sociales, los
parámetros de calidad estructural, la seguridad jurídica del lugar de ocupación, la ubicación espacial, la accesibilidad, entre otros; estos abordajes intentan precisar cuáles son las características esenciales para que una vivienda sea
deinida como digna o adecuada.
Es entonces que al asumir el proceso de habitar se convierte en un elemento
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aglutinador entre las dimensiones sociales y físicos-espaciales se propicia el
debate sobre los elementos considerados indispensables y deinidores para la
calidad de vida de los habitantes. Las controversias surgidas ante el término
de vivienda adecuada pueden ser amplias e interminables, puesto que necesariamente se entrevé un tinte subjetivo e ideológico que lo determina. En esta
misma correlación de ideas que hacen del hecho de habitar una valoración
subjetiva por parte de los habitantes, en dicho sentido Carlos Almeida Marques & otros mencionan que “la vivienda puede entenderse como un mecanismo físico, cuya forma es el resultado de la idea que una sociedad determinada,
tiene sobre las «necesidades básicas», que deben ser adecuadamente representadas en la vivienda, donde su evaluación depende sobre el tipo de respuesta,
deinida culturalmente, donde cada sociedad tiene la intención de satisfacer
las necesidades humanas para respirar, comer, dormir, vivir limpio, amar, procrear y convivir”(Marques & otros, 2010).
Retomando el planteamiento de los atributos que inciden en la formulación de lo que es una vivienda adecuada, las Naciones Unidas airma que la
misma debe estar enmarcada en un contexto más holístico y trascendental que
la mera estructura, es decir, que se integre al derecho de vivir con seguridad
y dignidad. Dando cuenta de la conlictividad de la deinición de “adecuado”,
y su interdependencia a factores sociales, económicos, culturales, climáticos,
entre otros, esta organización considera que los Estados deben consensuar
condiciones básicas de vivienda aplicables en cualquier contexto, a partir de
elementos fundamentales, como aquellos relativos a: la seguridad en la tenencia, considerada en términos de imposibilidad de desalojos forzosos, la destrucción y demolición arbitrarias del hogar, la disponibilidad de servicios e
infraestructuras accesibles a los ciudadanos, la asequibilidad, considerando
que la proporción del ingreso gastado en la vivienda no sea tan alto que perjudique la satisfacción de otras necesidades básicas, la habitabilidad, considerando nociones de seguridad física y de espacio suiciente para sus miembros,
la ubicación, en relación al contexto espacial en el que se encuentre la vivienda
que sea de relativa proximidad a las fuentes básicas de subsistencia y servicios
(como empleo y hospitales) y a su vez distanciamiento de factores de riesgos
(contaminantes o riesgos ambientales) y la adecuación cultural, que de cuenta
del respeto de la expresión de la identidad.
A partir de lo expuesto se evidencia que el problema habitacional no puede
ser reducido a una encrucijada de oferta y demanda, en el que la intervención
estatal se centre meramente en la provisión de recursos a la ciudadanía que es
incapaz de costear los elevados requerimientos que convergen para acceder a
una vivienda. Los parámetros para el acceso a una vivienda hoy se hayan en
constante redeinición, en tanto se piensan en la interdependencia de la misma
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
a partir del acceso a la tierra, a la reivindicación de la identidad cultural, a la
necesidad de acceso a condiciones básicas de servicios y medios de subsistencia, entre otros elementos, en el que el Estado debe permanecer como un
agente regulador.
Al inicio de este siglo, la socióloga argentina Maristella Svampaha ha desarrollado un interesante análisis en un libro que ha denominado Los que ganaron. La vida en los countries y barrios privados, destacando que alrededor de
las ciudades latinoamericanas se observan comunidades enrejadas y barrios
cerrados en una especie de áreas residenciales con accesos restringidos. La
autora enfatiza que, en su país de origen, esta proliferación de urbanizaciones
cerradas emerge a partir de la década de los ’80 y que es una de las expresiones
más emblemáticas de una época caracterizada por la revelación exacerbada de
las privatizaciones y la polarización social. La acentuación de las desigualdades
sociales y la crisis del Estado para garantizar seguridad a sus ciudadanos ha
conllevado a un fenómeno de inseguridad urbana que propicia el encierro de
ciertas clases (Svampa, 2001).
Diversas perspectivas teóricas esbozan hipótesis sobre las causas que conluyen para que una proporción elevada de habitantes resida en condiciones de
vulnerabilidad. Bouillon considera que son tres los factores interrelacionados
que con mayor frecuencia se citan como los principales causantes de los malos
resultados de la región en materia de vivienda: “sus altos precios en relación
con el ingreso familiar, la falta de acceso al crédito hipotecario y los altos precios de la tierra y de la construcción, que son a su vez los factores críticos que
más inluyen en los costos de la vivienda” (Bouillon, 2012). En este sentido, es
importante reconocer que gran parte de los asentamientos precarios y de la informalidad urbana son consecuencia de la falta de suelo y vivienda accesibles
para los habitantes.
Es un vasto análisis el que se puede desarrollar a partir de la comparación
de las características residenciales de los estratos altos y bajos de las sociedades de la región. Como se demarcó, los estratos más pobres padecen las
peores condiciones de accesibilidad y asequibilidad de servicios e infraestructura básica, además de sentimientos constantes de estigmatización y marginación social. Asimismo, es importante hacer énfasis en el punto vulnerabilidad
frente a los condicionamientos naturales, si bien las ciudades se han mostrado
resilientes a los azotes de la naturaleza, es en las clases más pobres donde se
encrudece el impacto de estos eventos, y esto se debe principalmente a que los
mismos residen en contextos territoriales peligrosos, altamente deicitarios y
en viviendas precarias.
Es importante mencionar que, si bien este extracto analítico pone énfasis
en el análisis de las urbes y su correlato con la problemática de vivienda, no se
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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pretende soslayar que la localización geográica es aún más determinante en
los entornos rurales. En ese entorno geográico las limitaciones de accesibilidad a condiciones básicas de vida resultan aún más deicitarias, esto se explica
por la relativa dispersión de asentamiento de la población que propicia que la
instalación de infraestructura básica sea más costosa y hasta inviable en comparación a las ciudades urbanizadas.
En este análisis se debe resaltar que Paraguay remarca las características de
inequidad y exclusión que afectan a toda la región. En este país las condiciones
generales de vida de sus habitantes se expresan en estadísticas que dan cuenta
del relegamiento histórico en la atención pertinente a los derechos humanos
y los servicios básicos que los mismos deben poseer para su pleno desarrollo.
Esta desatención ha conllevado a acentuar las brechas de pobreza, marginación, desigualdad y exclusión social, características naturalizadas y concebidas
como inalienables por gran parte de la población, y que se maniiestan con
especial énfasis en la cuestión habitacional.
Al 2015 la población paraguaya estaba conformada por un total de
6.926.100 personas agrupadas en 1.799.936 hogares que residen en 1.796.443
(EPH 2015); las estimaciones respecto al déicit habitacional se encuentran
representadas por una afectación de 1.100.000 viviendas aproximadamente,
considerando el 87% de este total como una deiciencia cualitativa en las viviendas de residencia, es decir, necesidad de mejoramiento y/o ampliación de
vivienda. El restante 13% representa una deiciencia cuantitativa, entendida
esta como demanda de nuevas viviendas. Es decir, se estima que en la actualidad el 61% de las viviendas en Paraguay no posee condiciones adecuadas de
habitabilidad.
Como características más relevantes de este escenario país, y que inciden
en la problemática habitacional, se pueden mencionar: la masiva expulsión
de personas del campo hacia la ciudad con un escaso ordenamiento y planiicación territorial, un crecimiento desorganizado de los centros urbanos, la
representación poblacional de un grupo etario joven con tendencia al concubinato y/o matrimonio, una tasa de crecimiento poblacional que ronda el 2%
anual, elevados índices de pobreza que por varias décadas afectan entre el 30
y el 40% de la población, acentuada concentración en la tenencia de tierras,
marcadas brechas de desigualdad y exclusión social, un modelo económico
con escasa absorción de mano obra, entre otros. Estos elementos se conjugan
en los ciudadanos que vienen generando una importante presión al Estado en
búsqueda de obtener respuestas a sus necesidades habitacionales y que, hasta
la actualidad, no encuentran herramientas que le permitan habitar fuera de la
precariedad, el hacinamiento y la insalubridad.
El contexto mencionado, sumado a la postergación histórica de las neceEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
sidades habitacionales a nivel país, ha generado una problemática social de
difícil atención y de elevada magnitud.
En Paraguay, los indicadores para estimar el déicit habitacional apelan a
una serie de componentes que conluyen en la evaluación del tipo de deiciencia que impacta en las viviendas. Como se ha manifestado con anterioridad,
a la fecha no existen consensos y criterios comunes en la región que permitan
viabilizar estudios certeros para la estimación del déicit habitacional, por tanto, comprender a cabalidad la naturaleza y envergadura de los problemas de
vivienda, aún es una deuda pendiente. No obstante, en el país la problemática
habitacional es identiicada por dos aristas: por un lado, el déicit cualitativo,
representado por aquellas construcciones que requieren de mejoramiento en
la calidad de los materiales, en la tipología constructiva, en las redes de saneamiento o en la ampliación de la vivienda, que evite el hacinamiento y garantice
privacidad y desenvolvimiento armónico de los integrantes del hogar. Por otro
lado, el déicit cuantitativo estima la cantidad de viviendas nuevas que deben
ser construidas, tanto para reemplazar las viviendas irrecuperables, como para
dar respuesta a los hogares agrupados en una misma vivienda.
En cuanto se intenta analizar la situación habitacional por dominio geográico se logra visibilizar que las condiciones deicitarias tienen una tendencia
a concentrarse en zonas rurales. En dicho sentido, Ortiz (2001) expone un
análisis realizado a partir del Censo de Población y Vivienda de 1992 y las
Encuestas Permanente de Hogares de los años 1995, 1997/98 y 1999, en el
cual identiica, analizando los componentes constructivos y de saneamiento,
que la situación habitacional en esos años muestra una marcada tendencia al
mejoramiento de la calidad de las viviendas, pero resaltando que las viviendas
caliicadas como de mala calidad se concentran en el área rural del país, por lo
que se asume que el acceso equitativo a los servicios citados continúa siendo
un desafío pendiente (Ortiz, 2001).
Por otra parte, como se identiicó anteriormente, la condición de hacinamiento es otro elemento que determina la deiciencia o no de una vivienda
para satisfacer las necesidades de las personas que residen en ella. Este indicador guarda relación con la experiencia de habitar en un espacio físico determinado, entendiendo que la aglomeración de personas en un espacio determinado de la vivienda, como son los dormitorios, tiene una incidencia negativa.
En Paraguay se utiliza una simpliicada fórmula que permite estimar el hacinamiento en los hogares, consistente en dividir la cantidad de personas de hogar
por la cantidad de dormitorios disponibles en la vivienda de residencia, si esta
división arroja un número mayor a 3, se considera que en ese hogar existe hacinamiento. También si en una vivienda reside más de un grupo hogar, es un
indicador de hacinamiento.
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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La simplicidad de la fórmula denota las carencias analíticas para captar el
hacinamiento real que se pueda presentar en los hogares. En dicho sentido,
un análisis exhaustivo debería considerar elementos como la dimensión de
los dormitorios, la distribución de los habitantes y su modo de residir en estos
espacios.
Por otra parte, otro fundamento que no debe soslayarse cuando se evalúa
el déicit habitacional, es la correlación existente entre los ingresos familiares
y la calidad de la vivienda, puesto que, en la mayoría de las oportunidades,
estos ingresos determinan la posibilidad de acceso a mejorar las condiciones
de habitabilidad. De esta manera, Ortiz resalta que acorde a los parámetros de
investigación citados más arriba, los resultados obtenidos en el periodo abordado dan cuenta que “a mayores ingresos per cápita de los hogares paraguayos
corresponden mejores condiciones de habitación” (Ortiz, 2001).
El análisis por parte de los entes públicos no se encuentra ajeno a esta realidad, por lo que desde la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat, en su
formulación del Plan Nacional De Hábitat Y Vivienda – PLANHAVI expresan
que “la debilidad institucional para orientar y regular las dinámicas socioeconómicas conduce a que los actores más poderosos dispongan de mayores márgenes de acción para el logro de sus intereses particulares o sectoriales. Estos
fenómenos generan y reproducen las inequidades sociales, tanto en las zonas
rurales como urbanas” (PLANHAVI, 2013).
En el Informe Nacional de Paraguay, desarrollado para la Conferencia de
las Naciones Unidas - HÁBITAT III, el gobierno expresa que el territorio paraguayo muestra desequilibrios en tanto se evidencia concentración poblacional,
principalmente en áreas metropolitanas y, por otro lado, un marcado despoblamiento en otras áreas del país, como ser el área urbana. Ante este diagnóstico expresa que “este fenómeno de saturación y congestión territorial genera
sobrecostos en el mantenimiento de las infraestructuras y equipamientos y
afecta las condiciones ambientales y la calidad de vida de la población de un
lugar y, en contrapartida, las bajas densidades también generan un círculo vicioso de despoblamiento y deterioro” (Informe Nacional de Paraguay, Tercera
Conferencia de las Naciones Unidas Sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano
Sostenible - HÁBITAT III, 2016). Este documento señala que la aprobación
de una Ley de Ordenamiento territorial es una cuestión impostergable para
el país. En este sentido, conviene señalar que la incapacidad institucional y la
ausencia de mecanismos que viabilicen el ordenamiento territorial del país,
redundó en que el déicit habitacional se inscriba principalmente en el ámbito
de urbanizaciones informales.
Este instrumento además destaca que el crecimiento urbano del país también se vio propiciado por la inversión privada, en la cual se han generado
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
estrategias de venta de lotes para poblaciones de bajos recursos, las cuales se
han caracterizado por la ausencia de servicios básicos que, además de generar
una expansión urbana desordenada, han provocado una serie de problemáticas relacionadas con problemas ambientales, sociales y de infraestructura que
no pueden ser paliadas por los organismos municipales.
En esta línea Vázquez (2013) maniiesta que el factor determinante de los
desajustes urbanos en el país se debe a “la poca eicacia de las escasas políticas
públicas urbanas y territoriales, lo que vuelve invisible la pertinencia del desarrollo territorial como política pública”. En este mismo análisis, el autor señala
que de las 224 ciudades que conforman el país, 3 cuentan con más de 200.000
habitantes, 4 ciudades con más de 100.000 habitantes, tan solo 25 ciudades
entre 10.000 y hasta 100.000 habitantes, y que el restante 86%, 192 ciudades, se
encuentran compuestas por menos de 10.000 habitantes. Resalta además que
de este total, 57 ciudades no alcanzan siquiera una población de 1.000 personas (Vázquez, 2013).
Por su parte, en un análisis sobre el proceso de urbanización nacional y el
impacto que el mismo ha generado sobre la cultura paraguaya, Morínigo destaca que “La precariedad material de las viviendas, el alto nivel de hacinamiento al que debe agregarse en muchos casos la inestabilidad crónica del asentamiento, la ausencia de servicios organizados y eicaces inciden directamente
en el deterioro ambiental de los barrios pobres, y también en la calidad de vida
de sus pobladores. En este sentido, por sus efectos inmediatos en la salud, la
carencia de un sistema adecuado de distribución de agua potable, pasó como
un régimen permanente de eliminación de residuos, constituyen dos aspectos,
determinados en la degradación ambiental urbana” (Morínigo, 1998).
Es importante mencionar que la Constitución Nacional, en su artículo
100, establece que la vivienda digna es un derecho de todos los habitantes,
asumiendo por parte del Estado el compromiso de establecer las condiciones
necesarias para viabilizar ese derecho, a través de la promoción de planes de
vivienda de interés social. Además, este artículo resalta que los planes de vivienda tendrán especial énfasis en las familias de escasos recursos, para las
cuales dispondrá de sistemas de inanciamientos adecuados a la población. En
este sentido, Morínigo conviene en señalar que “el mecanismo concreto que se
plantea en el artículo 100 es el de los “sistemas de inanciamiento adecuados”,
lo que implica que no necesariamente deben ser organismos ligados al Estado
los que realicen efectivamente la construcción de las viviendas, sino más bien,
en el sentido que se facilite un adecuado acceso a créditos accesibles y de largo
plazo” (Morínigo, 1997). Cabe mencionar que en su análisis el autor resalta
que, 5 años después de la declaración de esta Constitución, las condiciones de
los sectores bajos para acceder a una vivienda se han diicultado, dando cuenta
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Georgina Zavattiero
que las alternativas de inanciamiento se dirigían principalmente a sectores de
la clase media y alta, tanto por los elevados costos de las cuotas como por las
exigentes condiciones impuestas para aprobar un inanciamiento destinado a
vivienda.
En esta dirección de análisis, Juan Fruet y Guzmán Muñoz airman que el
acceso de la vivienda en Paraguay presenta varias diicultades para las diferentes clases, puesto que no solo las clases de bajos recursos son las que tienen
limitaciones para cubrir esta necesidad. En este sentido, exponen que, en el
algunos casos, las familias paraguayas no pueden siquiera cubrir el costo de
una vivienda básica, en otros casos, la informalidad del mercado laboral no les
permite documentar sus ingresos, por más de que estos sean acordes para solicitar un inanciamiento, por otra parte, destacan que en el mercado inanciero
existen ofertas con hipotecas muy costosas o bien directamente escasean las
ofertas de viviendas para la compra (Fruet y Muñoz, 2015). Además de que no
existe un mercado inanciero que se ajuste a las características sociodemográicas y económicas de la población para atender esta necesidad, estos autores
mencionan que, pese a existir una serie de planes de vivienda por parte de diferentes instituciones, los mismos carecen de sostenibilidad en sus programas.
4. Particularidades de la interacción social y pública en la
cuestión habitacional
En un análisis integral sobre problemáticas sociales en temática habitacional, no se debe soslayar el modo en el que opera la intervención estatal sobre
los desafíos emergentes. El posicionamiento mundial sobre una economía de
mercado globalizada, con énfasis en el libre comercio, traspaso de responsabilidades públicas al ámbito privado y la retracción del Estado en materia de políticas públicas, marcan una línea de acción que permea a su abordaje sobre lo
social. En esta perspectiva, las políticas territoriales pueden ser vistas como las
acciones y omisiones que emanan de los Estados y que determinan un modelo
de “distribución y localización de determinados bienes y servicios, sectores y
grupos sociales que tendrán acceso a ellos que, en consecuencia, también podrán satisfacer necesidades habitacionales básicas” (Rodríguez & otros, 2015).
Así, el Estado se vuelve un modelador de las políticas sociales que serán
objetos de intervención de los gobiernos en determinados contextos, y que
buscarán, ante todo, minimizar los conlictos sociales a partir del otorgamiento de garantías ciudadanas que legitimen su accionar como actor protagónico
para el mantenimiento del consenso y la cohesión social.
Por lo expuesto, se considera relevante evaluar el accionar estatal ante la
problemática de vivienda, con el in de visibilizar el modelo de intervención al
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
cual responden las estrategias desarrolladas. Respecto a las políticas de vivienda, Eva Juan resalta que las mismas tienen sus inicios a principios del siglo XX
en Europa Central y del Norte, con medidas directas e indirectas para asegurar
el acceso a una vivienda digna y de calidad a los ciudadanos (Juan, 2012). No
obstante, el hito más importante en esta fase se vislumbró luego de la Segunda
Guerra Mundial donde el rol del Estado fue la provisión de prestaciones públicas para la construcción de una gran cantidad de viviendas.
Desde ese periodo comienza un proceso de intervención intencional por
parte del Estado ante la situación de vulnerabilidad de los habitantes para acceder a una vivienda. En este mismo siglo, la vivienda comienza a asimilarse
a los procesos más integrales de protección social del Estado bienestar, como
uno de los servicios esenciales que forman parte de los elementos que ayudan
a mejorar la capacidad de las personas para salir de la pobreza o prevenir caer
en ella.
Ahora bien, nuevos planteamientos sobre la función del Estado se desprenden a partir de la crisis del Estado de Bienestar y la reinterpretación de
la sociedad y la economía desde la perspectiva neoliberal emergente desde la
década del setenta del siglo XX. La política de vivienda, pese a haber sido uno
de los pilares del Estado de Bienestar en muchos países europeos, no quedó
exenta de sufrir las modiicaciones propias de esta nueva ideología, por lo que
en la actualidad se encuentra siendo objeto de una tendencia del Estado de
retracción en la esfera del mercado y en las inversiones realizadas en materia
de políticas sociales.
Nuestra contemporaneidad se encuentra permeada por una coyuntura de
crisis inancieras y económicas, por el retroceso de la intervención pública y la
ralentización en la implementación de políticas sociales; estas tendencias, en
materia de política de vivienda social, se traducen en menor protección de los
derechos conquistados en décadas pasadas.
Los análisis en materia de vivienda dan cuenta que los elevados costos relacionados a la vivienda (hipoteca o préstamos para la vivienda, pago de intereses para los propietarios y pagos de alquiler para los inquilinos, servicios
públicos y los gastos relacionados con el mantenimiento regular, entre otros)
tienen mayor incidencia en las poblaciones más pobres y vulnerables, ya que a
menudo representan una alta proporción de los ingresos de los hogares, lo que
signiica que la renta disponible podría impedir que algunas personas puedan
satisfacer esta necesidad o afectar otras necesidades básicas: “existe una fuerte
correlación entre ingresos más bajos y peso más alto del coste de la vivienda,
no nos debe extrañar que sea sobre las capas de población con menores ingresos, es decir, sobre aquellas entre las que se ceba la pobreza o el riesgo de
pobreza y de exclusión social, en las que también el coste de la vivienda tenga
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sus efectos más perversos, es decir, que sean las más vulnerables al coste de la
vivienda. Para las personas con ingresos bajos, los costes de la vivienda suponen, como media, la mayor proporción de su renta disponible” (Trilla, 2014).
En una realidad en donde gran parte de la población mundial ha tenido
que encontrar sus propias soluciones a los problemas de vivienda, hoy se busca
consolidar asentamientos humanos habitables, puesto que la idea de los denominados “barriadas chabolistas” (barrios pobres) aparece como inadmisible
en las agendas públicas. Esta es la noción de partida para que en las agendas de
los Estados y los organismos internacionales se plasmen intervenciones tendientes a promocionar el mejoramiento de la calidad de vida de las personas
en base a grandes inversiones locales, con el in de evitar la segregación social.
En esta lógica no se interpela las condiciones de producción de las elevadas
brechas de desigualdad y exclusión social que hoy imperan para millones de
habitantes del mundo en torno a las condiciones de vivienda. En tanto estos
elementos no son cuestionados, se buscan estrategias de integración social y
regularización de vivienda con el in de apostar a mejorar las estructuras barriales, considerando que son estas alternativas de mejoras para el desarrollo
de las sociedades.
En Europa se encuentra en boga la creencia que en los barrios donde existen grandes acumulaciones de viviendas sociales se encuentran mayores déicits de cohesión social y limitaciones para el desarrollo de las personas, por
ende, la intervención estatal se encuentra direccionada por la presunción de
que la diversiicación de la tenencia de la vivienda, y por ende de la composición del tejido social, en una especie de efecto derrame, puede contribuir a
prevenir problemas sociales a escala de barrio y a propiciar el mejoramiento de
la calidad de vida de sus habitantes.
Visto de esta manera, podría decirse que las políticas de vivienda son pensadas como un mecanismo de intervención social que, necesariamente, debe
integrarse con otras políticas en los ámbitos de la salud, la educación, la promoción al empleo, la regeneración urbana o los servicios sociales, proyectándose así como un instrumento facilitador de la cohesión e integración social.
No se plantea la focalización de la intervención como un pantalla para soslayar
que las diicultares reales de los grupos poblacionales menos favorecidos son el
producto de cuestiones estructurales mucho más profundas y complejas.
En un espacie de invisibilidad del Estado como factor de producción de la
informalidad, se ha atravesado el camino de abandono de las políticas de demolición de los asentamientos ilegales para adquirir un posicionamiento más
“humanitario” de incorporar a los pobres a espacios legalmente establecidos,
con intervenciones para reducir las desigualdades, la precariedad económica
y la exclusión social desde una perspectiva territorial, en una lógica de accioEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
nes paciicadoras desde arriba. Los asentamientos, el mercado de la tierra y la
vivienda, marcan hoy la agenda pública en temática de vivienda y derecho a
la ciudad.
Desde los discursos hegemónicos, la consideración de una vivienda y entornos sociales “adecuados”, puede disentir con la realidad práctica de los sectores más vulnerables y de sus estrategias cotidianas de reproducción de vida,
sobre todo en lo concerniente a la maximización de oportunidades económicas y al costeo de las nuevas condiciones de habitabilidad.
Además, congruente con este planteamiento, se debe considerar la elevación de los costos de vida, del valor de la tierra, las viviendas y los alquileres,
que al ser objeto de mejoras sustanciales, ya sea por parte de los gobiernos o
de empresas privadas, tienden a volverse inaccesibles para los habitantes que
cuentan con menores recursos, por tanto, el ideal de formalización puede conducir a la exclusión y desposesión de los residentes más pobres que se ven
obligados a encontrar nuevos asentamientos para instalarse.
Como se planteó en párrafos anteriores, en los debates sobre los problemas
en relación a la vivienda impera una perspectiva orientada preponderantemente hacia el consumo, como elementos que trazan las intervenciones del
Estado, y estos lineamientos planteados no se encuentran ajenos a esa perspectiva. No se debate que el Estado, desde su no-intervención, es un factor determinante de las condiciones de vida estructurales de la población, en tanto que
la conformación de asentamientos urbanos en condiciones de informalidad es
el producto de una toma de posición del Estado.
Además, no se interpela la conexión de los barrios con la sociedad en general más allá de las condiciones de mejoramiento material que puedan darse,
es decir, la estigmatización histórica construida hacia los barrios pobres, que
pese a las inversiones realizadas desde el Estado o desde las propias estrategias
comunitarias, estos asentamientos son vistos por la sociedad en general como
riesgos y amenazas siempre latentes. Por tanto, las condiciones de mejoras materiales no necesariamente implican mejoras en la percepción que se tiene sobre el barrio, por lo que esto suele estar asociado a una sumatoria de elementos
estigmatizantes. La sociedad tiende a estigmatizar las problemáticas sociales
desde la focalización territorial de los residentes añadiendo variadas etiquetas
de culpabilidad a los mismos, sin percibir que es el Estado el que opera por
detrás de todo eso.
En este sentido, América Latina y el Caribe no se encuentran ajenos a experimentar esta retracción del Estado. Es posible generalizar para la región una
airmación evocada por Mercedes Castillo en su análisis sobre los problemas
de vivienda en Colombia, ésta enfatiza que “El Estado ha venido retirándose
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de lo que constituye su misma esencia, en lo que podría deinirse como el tránsito del estado benefactor hacia el estado facilitador, que signiica la renuncia
de sus deberes y su correspondiente traslado a los particulares y el desmonte
de entidades e institutos centralizados, en una descentralización administrativa que viene a otorgar más funciones a los gobernantes locales pero no necesariamente más recursos y que termina en la quiebra de varios municipios y su
posterior renuncia a la autonomía” (Castillo, 2004).
Ahora bien, como se ha manifestado en estas páginas, la agudización de
las políticas neoliberales en esta región del mundo, provocó la acentuación de
las condiciones de precariedad de millones de habitantes que, imposibilitados
de ingresar a la lógica de mercantilización de bienes y servicios, así como de
libre mercado, comenzaron a instrumentar estrategias de sobrevivencia. Las
condiciones de habitabilidad fueron gravemente afectadas por su implicancia
en costos para cubrir esta necesidad.
Las instalaciones de nuevos asentamientos humanos se conquistan a partir
de procesos progresivos de ocupaciones y generación de condiciones básicas
para residir en esos espacios. En esta lógica de construcción de habitabilidad
se enmarca un concepto muy popularizado que resulta pertinente traer a colación: la producción social del hábitat. En esta línea Enrique Ortiz señalará que:
“por producción social del hábitat entendemos todos aquellos procesos generadores de espacios habitables, componentes urbanos y viviendas, que
se realizan bajo el control de autoproductores y otros agentes sociales que
operan sin ines lucrativos. Pueden tener su origen en las propias familias actuando individualmente, en grupos organizados informales, en empresas sociales como las cooperativas y asociaciones de vivienda, o en las
ONG, los gremios profesionales e incluso las instituciones de beneicencia
que atienden emergencias y grupos vulnerables. Las modalidades autogestionarias incluyen desde la autoproducción individual espontánea de
vivienda hasta la colectiva que implica un alto nivel organizativo de los
participantes y, en muchos casos, procesos complejos de producción y gestión de otros componentes del hábitat” (Ortiz Flores, 2002: 11).
La intensa interacción y retroalimentación teórica y práctica de este concepto, sumado a la relexión constante, ha permitido la incorporación de nuevos elementos que contribuyen a relejar de manera más precisa los procesos
de producción social del hábitat. En este marco, Paiva indica que se entiende
por producción del hábitat “todas las estrategias –colectivas o mercantiles–
instrumentadas por los habitantes para acondicionar el sitio donde viven, lo
que incluye las estrategias utilizadas para acceder a los terrenos, las usadas
para ediicar la vivienda y los mecanismos puestos en marcha con el in de
acceder a los servicios mínimos indispensables: agua, luz y gas” (Paiva, 2015).
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
En sintonía con este análisis, se puede airmar que Paraguay, en donde la
característica del crecimiento urbano desorganizado se encuentra determinado por factores que tienen incidencia negativa para el desarrollo de sus habitantes, como ser la segregación social en zonas pauperizadas, el difícil acceso a
la tierra y las marcadas condiciones de carencia de infraestructura de servicios
básicos y vivienda. Este crecimiento urbano, sumado a las condiciones de los
pobladores migrantes del campo que se incorporan a la matriz urbana, y que,
generalmente son de escasos recursos, inciden en que esta población acceda a
condiciones de vida en extrema precariedad.
El énfasis analítico sobre las regiones metropolitanas es primordial para
encausar la problemática habitacional a nivel nacional, en vista a la marcada
densiicación poblacional y la agudización de problemas sociales que la misma presenta. Ante esto, se debe señalar que la complejidad de los fenómenos
que presentan estas regiones se ve acompañada por una fragmentada y desarticulada atención por parte de las entidades públicas y principalmente por
una carencia de planes de desarrollo holísticos para el territorio. En el mismo
sentido, Causarano (2006) señala que en los sistemas metropolitanos del país
“escasean proyectos de desarrollo local, es baja la calidad de la gestión y débil
la articulación intermunicipal y con la gobernación, se suman los conlictos
entre intendentes y juntas municipales, condicionantes que disminuyen la capacidad de gobierno local y los niveles de gobernabilidad”.
En cuanto se pretende analizar la trama urbana y sus problemáticas emergentes, se deben indagar sobre las manifestaciones ciudadanas y los procesos
organizativos que surgen en la sociedad con el in de buscar genuina atención a
esos dilemas. En dicho sentido, en Paraguay el proceso de urbanización signiicó la puesta en marcha de nuevos movimientos sociales y de la conformación
de nuevas organizaciones con el in de reclamar mejores condiciones de vida
y, a su vez de, exponer estrategias que permitan un avance en las condiciones
de habitabilidad. Con respecto a esto, Imas señala que a partir de la década del
’70, a raíz de las transformaciones anteriormente mencionadas, comienzan a
surgir algunas acciones colectivas en Asunción y otras zonas que tienen como
objetivo la ocupación de las tierras urbanas (Imas, 1998).
Respecto a esto, las transformaciones sociales y económicas de la década del
’70 y la consecuente propensión a asentar áreas urbanas, trajo consigo la ocupación de las llamadas “áreas inundables” y la coniguración de asentamientos
espontáneos, en vista a que acceder a espacios formales y de calidad resultaba
un imposible para la capacidad de muchos pobladores que se insertaban a la
capital del país. En esta lógica de encuentro de individuos aglutinados bajo una
carencia compartida, la falta de vivienda, es que surge el movimiento social de
los “Sin Techos”. Este movimiento se encuentra conformado, principalmente,
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por familias campesinas pobres que, al migrar a la ciudad, no han encontrado
acceso a viviendas adecuadas y han debido recurrir a estrategias de residencia
como cuartos de alquiler, moradas en condición de hacinamiento con parientes o a asentarse precariamente en zonas inundables. Algunas precondiciones
estructurales y el contexto de apertura democrática en 1989, conllevó a mejores condiciones y a la consolidación de una estructura organizativa, aunque se
debe reconocer que el movimiento ha sido permeado por etapas de debilidad
y estancamiento. La ocupación de terreno ha sido la estrategia más utilizada
por los “Sin Techo” para el logro de su objetivo, el acceso a la vivienda. En ese
periodo de transición, el gobierno utilizó diferentes mecanismos para afrontar
esta problemática, una de ellas fue la creación de la CONAVI (Consejo Nacional de la Vivienda), donde además este movimiento fue parte de dicho Consejo, por lo que Imas airma que este fue el intento de cooptación del movimiento
por parte del Estado (Imas, 1998).
Por otro lado, los asentamientos precarios surgidos en las zonas inundables de Asunción, propició la organización de los pobladores que, además de
residir en condiciones de extrema precariedad y carentes de viviendas adecuadas, se encontraban afectados por las constantes crecidas del río Paraguay. El
movimiento que emergió de ellos, los “Inundados”, cobra mayor fuerza con la
apertura democrática y converge en evidenciar el problema que, para la época,
afectaba a más de 7.500 familias, por lo que reivindican la alternativa de la
“defensa costera” para mitigar los efectos de las inundaciones. El apoyo de la
Iglesia Católica y de otras organizaciones no gubernamentales, ha colaborado
a que este movimiento pueda presentar planteamientos concretos al gobierno
de turno, aunque sin respuestas concretas a la fecha (Imas, 1998).
En esta perspectiva de estudio, se debe señalar que también las organizaciones no gubernamentales se han hecho eco de los problemas habitacionales
de los ciudadanos, principalmente, a partir de la década del ’80. Estas organizaciones buscaban incorporar la participación activa de la población afectada
con el in de exponer alternativas que palien sus necesidades inmediatas de
vivienda, dirigiendo proyectos para sectores populares, bajo la combinación
de construcción con el sistema de ayuda mutua y promoviendo espacios de
intercambio, debate y difusión sobre la problemática del hábitat popular (Sánchez, 2003).
También, a inales del siglo XX, surgieron en el país las Cooperativas de
Vivienda por Ayuda Mutua (FUCVAM) que, durante los primeros años de
ejecución, dieron como resultado la construcción del primer barrio cooperativo del país “Kuarahy Resê”, en la ciudad de Itá. Las posteriores iniciativas de
cooperativas con este in han propiciado el fortalecimiento y la articulación,
dando lugar a la creación de las Cooperativas de Viviendas por Ayuda Mutua
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
del Paraguay (CCVAMP), que además han sido reconocidas por la Secretaría
Nacional de la Vivienda y el Hábitat (SENAVITAT) como una propuesta válida para la solución de la vivienda social. En un periodo de 8 años, del 2003 al
2011, estas cooperativas han logrado otorgar más de 640 soluciones habitacionales en el país (Vila, 2012).
En estas páginas se ha podido reiterar la vinculación constante que tienen
la tierra, la vivienda y el desarrollo humano. La tierra, es el elemento que condiciona la producción y asentamiento de las personas, por ende, la relación
que genera el desarrollo de ciudades con las dinámicas poblacionales es un
factor determinante para los fenómenos sociales y económicos que se consolidan entorno a estos elementos.
Ahora bien, es importante considerar que el déicit habitacional no constituye un problema que pueda ser modiicado sustancialmente sin una intervención signiicativa de la estructura que genera esta situación alarmante de
déicit a nivel país. En este sentido, la coordinación de políticas públicas debe
ser una premisa desde el Estado para dar atención oportuna a las necesidades
de los ciudadanos. En dicho sentido, respecto a la cuestión habitacional, en el
año 1964 se crea el Instituto Paraguayo de Vivienda y Urbanismo (I.P.V.U.) que
según maniiesta Martha Sánchez (2003) en su tesis de grado, este organismo
se “convirtió simplemente en un intermediario entre los préstamos externos y
los beneiciarios, cuando se terminaban de usar los créditos externos, terminaba también la construcción de las unidades habitacionales”. Posteriormente,
en 1971, por la Ley 325, se crea el Banco Nacional de Ahorro y Préstamo para
la Vivienda (BNV), como una entidad autárquica con personería jurídica y patrimonio propio, con el objetivo de facilitar y promover inanciamientos para
la adquisición, construcción, ampliación y refacción de viviendas, así como
para la compra de terrenos donde construirlas. Posteriormente, con la promulgación de la Ley 118/90, se instituye El Consejo Nacional de la Vivienda
(CONAVI), declarada ésta como una entidad autárquica, con personería jurídica y administración y patrimonio propio que tiene como inalidad “ijar la
política nacional de la vivienda en el marco de las políticas macro-económicas
y el Plan Nacional de Desarrollo que las expresa, tendientes a satisfacer las
demandas de viviendas y de soluciones habitacionales” (Ley 118, 1990, art. 2).
En el año 1988 se ampliaron las funciones del Banco Nacional de Ahorro
y Préstamo para la Vivienda, y en ella se encontraba su facultad de inanciar
viviendas económicas y de interés social. En este sentido, a partir del año 1992
dicha entidad se constituyó como un agente inanciero para El Consejo Nacional de la Vivienda (CONAVI), con la atribución de captar y proveer recursos
inancieros necesarios para dicho objetivo.
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Un hito importante de esta etapa de construcción de programas habitacionales es el ocurrido en el año 1996. En este periodo se promulgó la Ley
815, por la cual se regula el Sistema de Subsidio Habitacional Directo para la
adquisición, construcción, ampliación o mejora de viviendas económicas y de
interés social, estableciendo que “el Subsidio Habitacional Directo constituirá
una ayuda estatal, sin cargo de restitución, que se otorgará por una sola vez a
las personas naturales que sean beneiciarias de los planes del Consejo Nacional de la Vivienda (CONAVI), para posibilitar la adquisición, construcción,
ampliación o mejora de una vivienda económica o de una vivienda de interés
social, destinada a la habitación permanente del beneiciario y su grupo familiar” (Ley 118, 1990, art. 1).
Iniciado el siglo XXI, Paraguay se encontró con la coyuntura de que el endeudamiento absorbido por las familias a través de los diferentes programas
habitacionales no estaba siendo recuperado eicazmente, las tasas de morosidad se elevaron cuantiosamente, lo que se tradujo en la promulgación de dos
nuevas leyes que incorporaron la restructuración de las deudas y las modalidades los inanciamientos que habían contraído los grupos familiares directamente con la CONAVI o con la construcción de programas que esta institución
realizó con cooperativas, sindicatos y asociaciones de empleados. La agudización de las debilidades operativas y la condición económica de las familias
beneiciadas con los programas habitacionales se hacía más visible, por lo que
en el año 2005 se promulga la Ley 2637 por la cual se crea un Sistema de Asistencia Social en el que se contemplan situaciones de excepción para quienes se
encuentren en mora con los pagos comprometidos, estas excepciones incluyen
tolerancia en los retrasos de pago, condonación de intereses moratorios y/o
punitorios y hasta la cancelación total de la deuda en situaciones especíicas.
Consecuentemente a esta periodicidad histórica, se fueron promulgando
otra batería de leyes que permitieron ir modiicando, aunque no de manera
sustancial, algunas modalidades de los programas y de las atribuciones de las
instituciones creadas. Recientemente, en el año 2010, por la Ley 3.909, se crea
la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (SENAVITAT), como reemplazo de la CONAVI y como una entidad descentralizada y autárquica, siendo
ésta la única entidad rectora y responsable de las políticas habitacionales del
país. Según dictamina el artículo 2 de la mencionada Ley, esta institución tiene
como objetivo “la gestión e implementación de la política del sector habitacional y su correspondiente infraestructura de servicios básicos, viales y transporte, que permita el acceso universal a la vivienda digna a través de planes y
programas que favorezcan especialmente a las familias de escasos recursos, en
el marco de las políticas socio económicas del gobierno nacional, con el in de
disminuir el déicit habitacional; para el mejoramiento de la calidad de vida de
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
los habitantes de la República del Paraguay” (Ley 118, 1990, art. 2).
La SENAVITAT, en el Informe Anual de Gestión 2015, expresa su compromiso en impulsar soluciones integrales a la problemática habitacional, que
permita la construcción de ciudades eicientes, sostenibles e inclusivas, apostando por una mirada que trascienda la visión unidimensional de las políticas
habitacionales. Dicha institución cuenta en la actualidad con 11 programas
en ejecución que abarcan los 17 departamentos del país. De este total de programas, 7 se implementan exclusivamente en áreas urbanas, 1 exclusivamente
en área rural, 1 con exclusividad para pueblos originarios. Por otro lado, esta
cartera del Estado tiene un programa que implica la atención a las tres áreas
citadas, urbana, rural y pueblos originarios y un programa abocado a áreas
urbanas y pueblos originarios.
Además, en este informe se destaca que, durante este periodo, hubo un aumento de la inversión presupuestaria del 140% respecto al promedio anual que
se ejecutaba en años anteriores, inversión que signiicó una quintuplicación en
la construcción de viviendas, logrando culminar 10.095 viviendas. Del total
de viviendas construidas, el 18% se concentró en el Departamento Central y
la Capital, siendo estos departamentos los de mayor inversión. Por otra parte,
se destaca que esta perspectiva de trascender una visión unidimensional de la
vivienda, se releja en la concreción de proyectos estratégicos que acompañen
el crecimiento urbano del país.
Para concluir, se debe resaltar que, en vistas a que Paraguay experimenta
un constante crecimiento poblacional, se debe considerar que las demandas
sociales se acrecentarán concomitantemente con este proceso, por lo que, analizar los escenarios de la atención a estos requerimientos, es de esencial importancia. La vivienda constituye una necesidad indispensable durante todo el
ciclo de vida de una persona que, especialmente, se acrecienta en las edades en
que los habitantes conforman familias, es decir, nuevos hogares.
Este panorama poblacional viene acompañado desde hace varias décadas
de un sostenido incremento de los recursos destinados en concepto de gasto
social, con el in de mejorar la calidad de vida de los habitantes, en especial
de aquellos que se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad. No
obstante en este escenario de inversión social, en el que abundan las deiciencias institucionales, las políticas habitacionales del país simulan una especie
de improvisación sustentada en un discurso político que hace ver a la materia
habitacional como de diicultoso abordaje, tanto por su complejidad estructural, como por la supuesta falta de recursos para su atención. De esta manera,
técnicos y políticos esbozan en una retórica interminable sobre la supuesta
inaccesibilidad para atacar los diferentes factores que limitan a la población a
residir en viviendas y entornos adecuados, legitimando una problemática que
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se acrecienta año tras año.
5. Desafíos para una línea de investigación
En deinitiva, se puede airmar que el crecimiento urbano de América Latina y el Caribe se dio como consecuencia de los procesos políticos y socioeconómicos que experimentó la región a partir de mediados del siglo pasado.
Este nuevo panorama de concentración poblacional en las urbes no fue producto de la participación y planiicación intencional, por lo que ha primado
un proceso altamente desorganizado que se adecuó a la funcionalidad y capacidad de los habitantes que se integraban al nuevo entorno social. Este auge
poblacional provocó la expansión urbana con elevada condiciones de vulnerabilidad, segregación y exclusión de los motores de desarrollo de las urbes, propagándose modelos residenciales con condiciones paupérrimas de vida para
una gran proporción de sus ciudadanos. Pese a estas diicultades, las personas
han conigurado nuevas estructuras para paliar sus necesidades habitacionales, mostrando una fuerte cohesión social ante este objetivo desde una lógica
de producción autogestionada del hábitat.
Entonces, a partir de lo analizado en estas líneas y entendiendo que el estudio de la vivienda en sus marcos sociales no puede ser reducido a un análisis
simplista de oferta y demanda, de modo que surgen diferentes interpelaciones
en torno a las expresiones que hacen los individuos para identiicarse con un
modo particular de residir en sociedad, de conigurar relaciones y de expresar
acuerdos, que en muchos casos resultan tácitos, pero que operan con gran
fortaleza sobre las experiencias de habitar. Es así que estas experiencias llevan
a generar interrogantes sobre la manera en la que han incidido los contextos
espaciales y los elementos que convergen en él, en la conformación de los hogares y las características residenciales de sus habitantes en las últimas décadas
de agudización de las políticas neoliberales en el mundo.
En este sentido se debe indagar ¿de qué modo las condiciones y los procesos
objetivos de constitución de las realidades habitacionales coniguran experiencias e interpretaciones intersubjetivas que disputan la signiicación del espacio
urbano, según las posiciones en las que los agentes se sitúan en la sociedad?,
¿qué implicaciones tienen, para los grupos sociales en los espacios urbanos, los
acelerados procesos de urbanización bajo una lógica de desigualdad social y
segregación espacial, según la cual el mercado apuntala la política residencial
urbana y el Estado interviene de manera moderada o incluso deiciente, en la
implementación de un ordenamiento territorial con principios de inclusión,
equidad y calidad?
Es a partir de esta interpelación que se debe profundizar en un estudio inEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
147
Transformaciones urbanas, segregación social y déficit habitacional:
¿Una relación sincrónica en América Latina y Paraguay
terdisciplinario entre la economía, la sociología y la demografía, que permitan
visibilizar los cambios residenciales de los hogares en espacios en donde el
Estado y el mercado generan posibilidades, pero también restricciones para
el ejercicio de derechos económicos, sociales y culturales en tanto y en cuanto
derechos humanos.
148
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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BIBLIB: 0251-2483 (2015), 155-176
DUALIDAD EN LA DIVISIÓN DEL TRABAJO EN LA
PRODUCCIÓN EN SOCIOLOGÍA SEGÚN
UNIVERSIDADES Y LAS CAPILLAS
(APUNTES DE INVESTIGACIÓN)
DUALITY IN THE DIVISION OF LABOR IN
PRODUCTION IN SOCIOLOGY ACCORDING TO
UNIVERSITIES AND THE CHAPELS
(RESEARCH NOTES)
Enviado: 27/07/2016
Aceptado: 10/12/2016
Javier Numan Caballero Merlo1
Resumen
Los resultados que a seguir se comparten, se inscriben dentro de la línea de
investigación que desarrollo sobre “Docencia e Investigación en Historia Sociológica de la Sociología en Paraguay”. La pregunta general problematizadora
de partida que se trató de dar cuenta ha sido acerca de cuáles son las formas
de producción en sociología en Paraguay. Ligada a ésta, si existe alguna correlación cualitativa fuerte entre dichas formas de producción y los espacios
institucionales desde los cuales se produce. También me ha interesado conocer
dentro de cada ámbito de producción y de la producción misma, tanto los números, como los temas y orientaciones. Las conclusiones parciales respecto a
los objetivos deinidos como programa de investigación en abierto señalan que
existen dos modelos de producción históricamente deinidos, el áulico profesionalizante universitario, y el de investigación consultoría por parte de los
1
Sociólogo por la UDELAR (Montevideo – Uruguay). Máster por la UFRGS (Porto Alegre - Brasil) y, candidato a Dr. por el Programa de Doctorado en Ciencias Sociales de la UNAM (Posadas – Argentina). Posgraduado en Derechos Humanos y ciudadanía IDH Costa Rica, y en
Didáctica Universitaria en Brasil y Paraguay. Investigador Categorizado PRONII – CONACYT,
Docente de la Escuela de Posgrado de la UNA. Autor de libros sobre la materia y artículos
en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Contacto: javiernuman18@hotmail.com
Web: http://jnuman.blogspot.com/
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
centros privados o capillas. Los egresos de grado y posgrado muestran números bajos en términos relativos, asimismo en números absolutos. Expresión de
la producción de tesis como resultados objetivables del modo áulico. Por parte
de las capillas, salvo la excepción del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos (CPES), la producción es reciente y por tanto incipiente, con poco apoyo
desde la esfera pública y siempre en riesgo. Con etapas marcantes y luego superpuestas de producción tipo investigación con otras tipo consultoría.
Palabras clave
Sociología; división del trabajo; dualidad; temas; orientaciones.
Abstract
he results that follow are shared within the line of research that develops on
“Teaching and Research in Sociological History of Sociology in Paraguay”. he
general problematizing question that has been tried to account has been about
what are the forms of production in sociology in Paraguay. Linked to this, if
there is any strong qualitative correlation between these forms of production
and the institutional spaces from which it occurs. I have also been interested
in knowing within each area of production and production itself, the numbers,
the topics and orientations. he partial conclusions regarding the objectives
deined as an open-ended research program indicate that there are two historically deined production models, the university vocational training, and
the consulting research by private centers or chapels. Graduates and postgraduate students show low numbers in relative terms, also in absolute numbers.
Expression of the thesis production as objective results in the aulic mode. On
the part of the chapels, except for the exception of the Paraguayan Center for
Sociological Studies (CPES), production is recent and therefore incipient, with
little support from the public sphere and always at risk. With marked stages
and then superimposed of production type research with other type consulting.
Keywords
Sociology; division of job; duality; themes; orientations.
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Javier Numan Caballero Merlo
1. Introducción
En el siguiente papel de trabajo se presentan conclusiones parciales dentro
de un programa de investigación más amplio, parte de un programa doctoral
en ciencias humanas y sociales respecto a las modalidades de producción de
sociología en Paraguay, entre la profesionalización áulica y la investigación.
Estos, ligados a instituciones, en una aparente división del trabajo dual histórica particular al desarrollo de la disciplina en este país.
Asimismo, se abordan como parte del problema los temas más recurrentemente objetos de estudio por parte de la producción sociológica nacional,
así como sus orientaciones teóricas en trazos generales. Por último, también
se sintetizan los datos de investigadores en el área, de acuerdo al PRONII de
CONACYT, que deinen asimismo las instituciones reconocidas como productoras de conocimiento por dicho programa y entidad.
Se suman los números de egresos de grado y posgrado en los únicos programas existentes de licenciatura y posgrado en sociología en el ámbito tanto
asunceno como nacional, como indicadores asimismo parciales de la producción de conocimiento desde las universidades y carreras vinculadas a sociología.
2. Síntesis integrada interpretativa sobre Capillas, la Catedral
y Universidades
Me he propuesto primeramente describir la conexión entre los modelos de
formación, ejercicio, producción de conocimiento en sociología según actividades y productos. Modelos de producción de conocimiento ligados a casos
institucionales que hace emerger una división del trabajo dual, naturalizada de
hecho, entre universidades que enseñan y capillas que investigan.
Se accedió al universo bajo estudio a través de la puerta de entrada institucional a las actividades y productos que denotan una u otra modalidad
asociada de producir conocimiento en sociología. Identiicando, entre las universidades, particularmente la experiencia de la UCA y la UNA, en ese orden
histórico cronológico, respecto a la apertura de carreras de licenciaturas en
sociología. Con menor trayectoria, impacto y tiempos, se registraron asimismo las experiencias de posgrado de la UNA, de la UNE y de FLACSO. Entre
los centros capillitas, la experiencia fundacional del CPES, devenida Catedral,
y con trayectoria histórica y productiva mucho menor, la del CERI, BASE IS,
y el CDE.
Dando como resultado la asociación casi perfecta entre la modalidad aúEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
lica profesionalizante como forma de producción de conocimiento desde las
universidades. Y, por otro lado, el de la modalidad de investigación-consultoría por parte de las capillas, con el CPES como ‘Catedral’ formadora, en gran
parte, tanto de la modalidad de producción de conocimiento, como del estilo
institucional capilla.
A excepción del CPES, no se ha registrado modalidad aúlica académica
signiicativa por parte de las demás capillitas, y aún así la del primero ha sido
marginal e intermitente. Cuestiones de sostenibilidad-inanciamiento, infraestructura, que hacen a las condiciones y cantidad de la demanda, le han
obligado primero a asociarse con FLACSO en los años 70’, luego derivar la
experiencia de enseñanza de grado en la creación de la carrera en la UCA
(1972/86), y por último, ‘confundirse’ desde el año 2008, en el desdoble ‘Sede
FLACSO Paraguay-CPES’, para cursos de posgrado. Compartiendo a modo de
ore-Leviatán, director, autoridades y docentes investigadores/as bajo su égida.
Si bien se solapan una y otra modalidad con el transcurrir del tiempo, y
con posibilidades nuevas de ir incorporando otras experiencias, por contar
con opciones de inanciamiento interno o nuevas demandas, las actividades y
productos se asocian a la división de trabajo institucional destacada. La marca
aúlica a las prácticas de las universidades, y de investigación consultoría en las
capillas.
3. La universidad como modelo de producción áulico
Las actividades, productos relevados y cotejados con las prácticas, como
datos, denotan que la modalidad áulica profesionalizante es la hegemónica
asociada al ámbito institucional universitario. El lugar dado a la investigación
en la universidades es tan poco relevante, que simpliicó la tarea emprendida,
haciendo no aplicable el registro de este tipo de experiencias, y por tanto, de
los temas abordados en sus orientaciones. Concentrando su archivo estrictamente con lo que se pudo extraer e interpretar como productos dentro de la
modalidad aúlica de la carrera, a través de tesis, reglamentos, mallas curriculares, matrículas, egresos, tipos y tiempos de los mismos.
Es muy importante destacar ciertas debilidades que se deducen, tanto de
los currículos, de los planes de estudio y materias de las carreras que ofrecen
las universidades. E insistir por tanto en la necesaria profundización por separado, y en su articulación, entre la Teoría Social General (TSG), la Teoría
Social Latinoamericana (TSL) y la ‘teoría y/o pensamiento social paraguayo’.
Coincido en la percepción y análisis de otros colegas, que los diálogos con la
teoría social latinoamericana son muy débiles, más desde la formación universitaria, así como con la producción de carácter nacional.
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Javier Numan Caballero Merlo
En los cursos universitarios de grado y postgrado es muy poco lo que se lee
y se utiliza posteriormente para producir e investigar respecto a autores nacionales o a los propios productos de las capillas, como ser las Revistas Paraguaya
de Sociología (RPS), ‘Estudios Paraguayos’, y el ‘Suplemento Antropológico’,
entre otras. Aquí, las tres más antiguas y con trayectoria en el medio e internacionalmente. Pero pueden y deben sumarse otras experiencias, que creo se irán
desarrollando, sumando y airmando en el tiempo, dentro de la misma lógica
de interpretación, que para hacer dinero, hay que producir y darle visibilidad,
muestra de las mismas son: la Revista Internacional de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad autónoma de Asunción (UAA), Revista Nuevas
Fronteras de la Universidad Nacional del Este (UNE), Novapolis de Geo Germinal, de la Sociedad Cientíica del Paraguay, del Instituto de Ciencias Sociales
(ICSO), Sociodata, etc. Que de manera conjunta deben potenciarse asimismo
en su registro en la catalogación de ‘Revistas’ por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Lo mismo es válido para las publicaciones con
carácter sistemático, de cada una de las capillas aquí abordadas. No es casual
que salvo la RPS, las demás capillitas no presenten publicaciones regulares indexadas, o que estén en un proceso contemporáneo de registro.
Una universidad profesionalizante bajo la modalidad aúlica, con debilidad
institucional, con cursos de posgrados autosustentables, que dependen de sus
propios ingresos por concepto de matriculación y permanencia, con incipiente
actividad de investigación y publicación de nuevos conocimientos en el área.
En este espacio, la formación más extendida y profunda se da en TSG, aunque señalada también en varias oportunidades como insuiciente, por déicits
de comprensión-aprendizaje de la articulación de la misma con los supuestos
tanto ontoepistémicos, como políticos, que como totalidad explican la orientación y carácter de la intervención, desde una u otra opción paradigmática.
El peso a la TSL es mucho menor todavía, y menos aún, el de compartir los
aportes desde el pensamiento social paraguayo.
En las tesis, tanto de grado como de posgrado, se tiene un indicador objetivo al respecto, lo que se suma al número de materias y horas que se dedican
a la formación en uno u otro caso en la carrera de sociología. Por ello, uno de
los objetivos ha sido corroborar el banco de tesis tanto de la UCA, como de la
UNA y de la UNE, para detectar estos vínculos, y disponer de elementos de
prueba objetivos más allá del discurso.
Abordajes teóricos privilegiados en las tesis que dan cuenta de un mayor
peso de orientaciones desde la TSG, y dentro de la misma, del enfoque positivista, y en mucha menor medida se presentan casos de tesis con orientaciones que utilizan aportes tanto de la TSL, como de la Teoría Social Paraguaya
(TSPy). Asimismo, de acuerdo a la prueba de los bancos de tesis, tanto de
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
grado como de posgrado, que es en la carrera de licenciatura de la UCA, donde mayor cabida se le da a éstas dos últimas, para el desarrollo de sus trabajos
inales de grado.
Entonces, se comprende que la producción desde las universidades, a través
de sus carreras de sociología tanto de grado como en posgrado no presenten
mayores diálogos, y discusiones paralelas con los pares regionales y latinoamericanos de manera sistemática, más allá de compartir objetos o líneas de
investigación, como reconocido por todos los testimonios, sin señalar una sola
vez, coincidencias en los sustentos teóricos y metodológicos.
En relación a los temas abordados, existe una diferencia importante entre
la experiencia de las universidades y capillas, expresa en una gran variedad
temática por parte de las primeras. En aquellas la dispersión es mayor, coherente con no establecer líneas de investigación, tanto a nivel de grado como
de postgrado. Futuramente podrán construirse algunas categorías de análisis
a modo de común denominador a partir de la acumulación de ‘Defensas de
Tesis de Grado y Postgrado’, que permitan abstraer algunas regularidades. Para
el caso de FLACSO, ya es una experiencia un poco distinta, pues primero se
desarrolla desde la ‘Catedral’, y segundo, tiene deinidas ciertas líneas de especialización, lo que necesariamente encuadra las tesis que se presenten.
4. Las capillitas como modelo de producción investigación
consultoría
Respecto a la modalidad de producción de conocimiento por parte de las
capillas, estas responden actualmente, de manera gradual y mayoritariamente,
a la modalidad de consultoría. Esto, abstraído de los productos, así como de
las actividades y del testimonio de los propios implicados, como tomadores de
decisiones o ejecutores dentro de cada caso capilla, considerando para tal deducción, ciertos criterios: quiénes o desde dónde se deciden las agendas; cuáles son institucionalmente las fuentes de inanciamiento fundamentalmente
externo –fundaciones, organismos de cooperación, etc.; con qué exigencia de
ceñirse a ciertos criterios como contrapartida al inanciamiento; desde dónde
se inicia la búsqueda permanente de sostenibilidad a cambio de, la dirección
de la misma o vector es importante; el alcance e impacto de los proyectos–
acotados, fragmentarios, focales; si siempre encuadrados dentro de las pautas
del orden social vigente tipo PNUD; cuál es el ‘margen’ de control y tomas de
decisión sobre el proyecto en sí y su resultado, etc.
La mayoría de los informantes caliicados coincidiendo en su conceptualización e implicancias respecto a las diferencias entre investigación y consultorías, pero no tanto a la hora de deinir con precisión qué es lo que cada uno
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Javier Numan Caballero Merlo
hace desde su respectiva capilla, justamente por querer hacer investigación, y
al tiempo evadir la asunción de la práctica cada día más dependiente de sobrevivencia institucional de la consultoría.
Lo que lleva a asociar la investigación incipiente con la institución universitaria, y la consultoría como el modus vivendi cada vez más arquetípico de
las capillas, con agendas en cuya orientación se detecta el inlujo de las pautas
dictadas desde las fuentes de ‘cooperación externa’, constituyendo una marca
fundamental el cambio temático temporal de las capillitas. De la problemática
campesina estrictu sensu al medio ambiente, agrotóxicos, ligados asimismo al
avance sojero, de los sindicatos a las cuestiones de género, de la dictadura y la
transición a los derechos de las minorías, de la pobreza a las identidades trans.
Se hace necesario destacar y ponderar asimismo, que particularmente el
CPES, como beneicio de su pasado hegemónico como Catedral, y por un largo período de tiempo casi hasta las postrimerías de la dictadura a modo de
espejo, usufructuó un abundante inanciamiento para investigación. Así como
las capillas han sufrido los vaivenes del mercado de cooperación, que las llevó a adaptarse a la modalidad consultoría para sobrevivir. La experiencia actual del CONACYT permite a través de sus convocatorias contemporáneas el
compensar en parte este sesgo del mercado internacional de cooperación, al
permitir presentar algunos proyectos de interés, diseño y ejecución autóctona
con apoyo de fondos públicos. De su sostenibilidad depende el vaivén y combinación del peril de la producción entre investigación y consultoría.
Lo anterior también llevó a problematizar que se hace necesaria una discusión entre los cientistas sociales nacionales, para deinir qué se entendería por
una u otra sub-modalidad dentro de la modalidad de investigación. Y asimismo, qué se puede hacer al respecto, como contrapesos, resistencia y lucha por
la autonomía presupuestaria, limitada, u aparentemente muy difícil de alcanzar. Asimismo, acerca de cuáles serían los límites y consecuencias de producir
bajo esta submodalidad, haciendo necesaria una relexión crítica sobre la propia actividad de producción, que ha adquirido hegemonía signiicativa sobre
las relaciones laborales, de gestión y productivas de las capillas.
Si se venden servicios o productos, y se presentan a licitaciones, la submodalidad de la consultoría manda. Esto no quiere decir, se reconoce y registra
en el de correr de la indagación caso por caso, que las capillas no desarrollen
también investigación, con mayor o menor intermitencia, abundancia y luidez de caja, dependiendo de ciertos contextos socio históricos bien claros. Aún
en estos casos, en la mayoría de las experiencias de los centros, habría que
adentrarse en dicha problematización, hasta qué punto se tiene o no mayores márgenes de autonomía para producir nuevos conocimientos. Aquello que
uno quiere o se deine como necesario, sobre temas de problemas construidos
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
localmente, ligados con la realidad nacional y sus sujetos actores según ciertos
criterios, hasta con otros tiempos y alcances.
5. Temas y orientaciones desde las capillas
La experiencia de las capillas respecto a los temas abordados si bien presentan una variedad importante, dado el cambio de agenda antes destacado
de acuerdo a coyunturas externas de inanciamiento, puede diferenciarse de la
experiencia desde las universidades. La cuestión de la deinición es más simple desde los centros, pero sin perder asimismo la complejidad que el registro
histórico permite. Es decir, cada capilla deine sus áreas de acción así como sus
objetivos, expresados en sus estatutos, a través del testimonio de sus ‘Directores’ o ‘Presidentes’, y avalados ambos discursos, por sus actividades y productos.
Pero, asimismo, sería posible en estudios ulteriores, asociar la producción
de cada caso, en la línea temporal de la cooperación internacional, las fuentes
de inanciamiento, y por tanto, la construcción de la agenda de manera objetiva e históricamente en dicha relación. Tal vez, y aquí se pueden apreciar ya
ciertas coincidencias con cierta consistencia, como pocas capillas especializadas, comparten sin embargo, la disputa tanto por el objeto de estudio, como
los inanciamientos al efecto, dialéctica ineludible. Claro está, de acuerdo a las
relaciones de saber poder, están las más hegemónicas como La Catedral de
otrora, −hoy disputada por el Instituto de Desarrollo (ID) e Institutuo de Ciencias Sociales (ICSO)− y las más capillitas que compiten a su vez, por el resto.
Migraciones y dinámica poblacional, cuestión rural, movimientos sociales,
educación y género, han sido algunas de las temáticas más recurrentes entre
los blancos de las agendas de las capillas, lo cual puede generar una lectura de
los objetivos de los centros inanciadores externos. Y asimismo, como fundamentación contextual histórica temática, inanciera, intereses-agendas, agencias de cooperación, de lo que más arriba denominé hegemonía del modelo de
producción de conocimiento por consultoría.
Por otro lado, de manera necesaria, para el caso de los Centros Académicos
Independientes, ‘CAI’ o capillas, la realidad de la orientación de sus abordajes
es a priori diferente al de las universidades. Pues las capillas se ven obligadas
a conocer las agendas y los principales debates dada su participación en redes,
proyectos y convenios regionales e internacionales de los que forman parte y
dependen para el inanciamiento de ciertas actividades. Como miembros y representantes nacionales ante la CLACSO o FLACSO, deben estar al día acerca
de los temas y los enfoques con los que se abordan. Considerando que tienen
que presentar regularmente papeles de trabajo e informes de investigación o
162
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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consultoría, así como desarrollar presentaciones en sus foros y eventos como
dentro de ALAS, o ISA.
De igual forma, es inevitable ligar con la producción nacional, pues cada
ore capilla, produce consultoría desde un grupo autóctono, siendo por antonomasia, de alguna manera, obligados a darle un peril, cariz o contextualización
local.
Aquí surge otra problematización acerca de la especie de desdoble u aparente esquizofrenia teórica con la que se produce desde las capillas asuncenas.
Algunos/as investigadores/as circulan y tienen acceso a dicha actualización
permanente, pero por un lado, son pocos, importante registrarlo. Asimismo,
parecería existir rezago en el paralelismo de los temas y abordajes aplicados
a los asuntos locales, estando mayormente al margen de su discusión teórica sistemática dentro de determinadas líneas de investigación, como de objetos de estudios concretos. Rezago temporal de abordajes temáticos comunes,
debilidad de teorización más allá de lo operativo instrumental, vinculado al
informe, a lo técnico, al marco lógico, a la rapidez y criterios de evaluación.
Asociados a la imposibilidad desde los condicionamientos del medio, de un
sostenido y sistemático diálogo teórico con los pares regionales y latinoamericanos. La memoria histórica heredada de la isla rodeada de tierra parecería todavía resistirse a construir puentes de comunicación que superen los desfases
asistemáticos, sino de eterno retorno a un cierto aislamiento autocrático de la
producción desde las capillas.
Pero igualmente, tanto para los centros como para las universidades, hay
que insistir en invertir epistemológicamente en el reforzamiento teórico de
los cursos de formación, en contra del vaciamiento tecnicista, operativo instrumental, profesionalizante en la simpliicación de un coleccionista de datos.
Curso, que desde la educación superior, las universidades comienzan a diseñar
en sus reformas curriculares. Así como en la inmediatez de la formación más
práctica desde las capillas, más enfocadas a la modalidad del marco lógico, elaboración de proyectos, redacción de informes técnicos, bajo la invocada ‘objetividad de la consultoría’, y la igura ‘neutral’ del consultor. En uno u otro caso,
hay que luchar, luchas de saber poder al in, contra el vaciamiento epistémico y
teórico de la producción sociológica, contra una cultura cientíica-académica
cada vez más naturalizadora del universalismo positivista de la descripción,
del método cientíico único, del dato y la reproducción.
6. Modalidades y dualidad en transición
Dados los resultados presentados, se puede deducir una tendencia, que aunque débil y lenta, va a favor del desarrollo y complementación de la modalidad
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
aúlica con la de investigación-consultoría en el ámbito académico universitario. Esto, por un lado, según ciertos incentivos y requisitos tanto nacionales
como internacionales para el acceso a fondos, visibilidad y rankings. Por otro,
dado su porte institucional, con mayores recursos, que incluyen infraestructura, disponibilidad de recursos humanos, acceso a fondos, etc., a partir de una
demanda cautiva áulica profesionalizante que de forma indirecta da mayores
chances, al menos de sobrevivencia y permanencia institucional. Asimismo,
con la obligada equiparación de las universidades al ‘Mercosur’, que demanda ciertos requisitos para la acreditación cruzada de carreras de grado. Como
el criterio de progresiva contratación e incorporación institucional de docentes investigadores medio-tiempo y/o completo, el desarrollo de investigación
como forma de producción de nuevos conocimientos, así como de práctica
integrada en la formación del alumnado, como la publicación e intercambio
de trabajos académicos cada vez más colaborativos y en redes.
Como otro componente nacional-local, si bien independiente y autónomo
ligado al proceso internacional anteriormente destacado, se debe considerar la
nueva experiencia del inlujo a la misma por parte del CONACYT. Particularmente a través de sus programas PRONII y PROCIENCIA, presentados como
caso contralor y su experiencia particular.
La búsqueda de recursos por parte de las universidades, así como de competir y captar demanda interna dependen en parte de su prestigio, visibilidad,
y ‘ranking’ entre las mismas, lo cual va ligado a la producción de investigación,
publicaciones, números crecientes de docentes investigadores, además con
posgrados, etc.
Lo mismo puede asociarse con el interés de los docentes vinculados a dichas instituciones, sean públicas o privadas, que necesitan como requisito invocar un vínculo institucional objetivo en el cual estar insertos y del cual sean
dependientes, para poder acceder de esa forma a los fondos, incentivos, becas,
llamados y convocatorias diversas abiertas desde dichos programas. Lo cual
redunda, en los casos que se efectiviza, en la posibilidad del desarrollo de la
carrera de investigador para los que hasta el momento solo se habían podido
desempeñar básicamente como docentes universitarios, de educación secundaria, o de institutos docentes. Como contraparte, pasan a ser considerados
docentes investigadores en sus respectivas instituciones de entrada a alguno de
los programas como forma de asociación particular.
El resultado general, sin embargo, es la expansión de las posibilidades de
producción y objetivación del conocimiento, respecto a todo el período anterior, corte que de por sí constituye una marca histórica respecto al mejoramiento de las condiciones de producción en el área de las ciencias sociales, con
fondos públicos. Podrá evaluarse, en el futuro próximo, el impacto de dichos
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programas, estímulo, especialización y competitividad, en la expansión, diversiicación cantidad y calidad de la producción en ciencias sociales, y en particular en Sociología. O llevada a cabo por sociólogos/as profesionales, plasmada en publicaciones, circulación y participación en proyectos de investigación,
actividades de mentorazgo y de gestión en espacios institucionales en el área.
Todas las actividades y productos coincidentes con los criterios de evaluación
y exigencias por parte de los propios programas de CONACYT, lo cual es objetivamente productivo y desarrollador del área.
7. Investigadores e instituciones por el programa PRONII
La selección del PRONII del CONACYT, a manera de caso, se gestó en el
devenir del propio estudio, como base de datos disponible a manera de contralor de varios de los objetivos propuestos en el proyecto. Particularmente en lo
que respecta a la investigación, como una de las modalidades de producción
en sociología, que se pretendió registrar como indicador, para cada archivo,
del desarrollo de la sociología paraguaya. Y ha sido sustancialmente útil por
su objetividad respecto a cantidades de investigadores, categorías, por áreas y
subáreas, publicaciones indexadas, tanto de manera individual como por organismos públicos y privados académicos universitarios, así como privados
no universitarios. Lo que permitió depurar y entrecruzar datos y casos, bajo
el iltro tamiz de los requisitos para la categorización como investigadores del
programa, así como de manera institucional, llegando a un exiguo peso cuantitativo tanto individual, como de las capillas-centros.
Base de datos, que desde un comienzo sirvió, además, como criterio, por las
mismas razones, de selección de estas y no de otras capillas.
Considerando los criterios del programa, muestran números cuya signiicación llevan a escribir que ‘casi hablan por sí mismos’, con tan solo ocho
sociólogos/as ‘categorizados’ como ‘Investigadores PRONII 2011’. Asimismo,
que entre las instituciones, ninguna universitaria incluida como productora
de conocimiento en el área, y entre las privadas, solo las pocas capillas que en
este estudio constituyeron el acceso a los productos y actividades de una de las
modalidades de la dualidad productiva asociada entre centros e investigación
consultoría.
Esto pondera la interpretación al interior de cada caso capilla, así como de
cada caso universidad, la debilidad de la investigación y de las instituciones,
unas y otras, que continúa dictando la supremacía aúlica-profesionalizante
como forma de producción de desarrollo de la sociología nacional.
Ahora se puede tener una mejor perspectiva y panorama acerca de la proEstudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
ducción nacional desde la práctica de la sociología. Pocas instituciones la enseñan, en grado y postgrado, los números son bajos y los egresados con títulos
menos aún. Los espacios de producción, más allá de lo áulico, de la investigación académica o tipo consultoría, están limitados a pocas capillas con limitados recursos, y asimismo desde las universidades, en su promoción de la
investigación, prácticamente insigniicante, en particular la sociológica.
El acceso, permanencia y promoción al programa son, por lo antes dicho
limitados, tanto en número, cuanto en las posibilidades reales de poder cumplir con sus requisitos para el sub área de ciencias sociales, al margen de la
consideración de las condicionantes del contexto. Lo que de forma conjunta
se conjuga, en que por un lado, son pocos los que se forman y dedican profesionalmente a la sociología, y dentro de este listado-grupo reducido, menos
los que se dedican a la producción más allá del modelo aúlico o de dar clases.
De los que quedan, investigan y publican, a su vez, son pocos los que lo hacen
de manera sistemática, pudiendo afrontar los criterios de ‘alto impacto’, léase
libros originales y artículos en revistas indexadas de prestigio, principalmente
internacionales.
Recordando que la realización de estudios doctorales fuera del país es
expresión y muestra de los condicionamientos de este contexto, que al mismo tiempo que exige titulaciones sucesivas y máximas, con lo cual se está de
acuerdo, paradojalmente sin abrir u ofrecer un programa siquiera de ‘Doctorado’ en el área. Asimismo, desconsiderando la realidad del multi empleo e institucional, la simultaneidad de presentar artículos indexados, circular regional
e internacionalmente, llevar adelante mentorazgo, aulas y seminarios, talleres
y conferencias. Las condiciones de producción y la certiicación académica
exigida, deberían ir de la mano y no constituirse en una contradicción pragmática.
8. Entrada por Investigadores: los números
Por la categoría de ‘Investigadores’, se ha entrado por el ‘Área - Ciencias
Sociales y Humanísticas’, en principio única discriminación entre ‘Ciencias Sociales’ por un lado, y ‘Humanísticas’ por otro. Como intento de ainar más la
asociación de los datos disponibles con las categorías de interés de acuerdo a
los objetivos deinidos, se entró en el link2 ‘Áreas de las Ciencias’, y de la ‘Lista
de Postulados al Área de Humanidades’, así como a la de ‘Ciencias Sociales’.
Analizando uno por uno los ‘CVPy’3 cargados, realizándose la contrastación
2
3
166
Sitio web institucional: http://cv.conacyt.gov.py/postulados_pronii_areas.php?area=5
El ‘Currículum Vitae on line de Paraguay’ (CVPy) es un software para el ingreso del ‘Currículum
Vitae’ de investigadores, que es administrado por el CONACYT, y constituye un instrumento de
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por ‘Área y Titulación’ registrada, y por tanto, veriicándose la cantidad en números absolutos de postulados, así como la carrera real de la que provienen.
Cuadro Nº 1: Cantidad de investigadores categorizados por el PRONII,
según área del conocimiento, año 2011.
Investigadores categorizados por el PRONII
Investigadores categorizados por disciplina cientíica
Cantidad
%
1. Humanidades
9
3,78
2. Ingeniería y Tecnología
28
11,76
3. Ciencias Sociales
29
12,18
4. Ciencias Agrarias
32
13,45
5. Ciencias Naturales
60
25,21
6. Ciencias Médicas
80
33,61
7. TOTAL
238
100
Fuente: CONACYT, 2013, p. 50.
Considerando el ‘Área de Ciencias Sociales’, y dentro de la misma los que
tienen formación en ‘Sociología’ estrictu sensu, se llega a 29 categorizados, 8
con formación en sociología. Ocho Sociólogos ‘Categorizados’ como ‘Investigadores PRONII 2011’ en todo el país, y por primera vez. El número absoluto
al año de referencia se hace signiicativo.
La debilidad institucional respecto a la investigación y sus productos se
coteja con pocos sociólogos y actividad estrictu sensu, así mismo instituciones
universitarias que se dediquen a la investigación. En el caso de las capillas, la
situación es diferente, puesto que los centros surgen justamente en un contexto
donde no había posibilidades de investigar, realizar consultoría o difundir conocimiento, por lo que todos sus recursos humanos de una u otra forma se ven
implicados en procesos de producción de conocimiento, fundamentalmente
no aúlico u académico.
Asimismo, considerando la “Inversión en I+D, según disciplina cientíica”,
como igura en el cuadro abajo, dentro de las ‘Ciencias Sociales’ que ocupan
el 5º lugar de 6, con un magro 6%, que comprendería lo que a su vez se estaría
invirtiendo particularmente en ‘Sociología’, aún menor.
todo el ‘Sistema Nacional de Investigadores’ del Paraguay. (CONACYT, sitio web institucional:
http://cv.conacyt.gov.py/user).
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
Cuadro Nº 2: Inversión en I+D, según disciplina cientíica.
Millones
de Gs.
%
1. Ciencias Exactas y Naturales
5.566,08
5,80
2. Ingeniería y Tecnología
7.561,07
7,88
3. Ciencias Médicas
11.922,51
12,43
4. Ciencias Agrarias
63.349.56
66,03
5. Ciencias Sociales
5.760,57
6,00
6. Humanidades
Inversiones en I+D por Campo o Disciplina Cientíica
1.354,30
1,41
7. Sin asignar
433,61
0,45
TOTAL
95.947,69
100
Fuente: CONACYT, 2013, p. 39.
Cantidad de investigadores con formación estrictu sensu en sociología,
números absolutos y relativos de categorizados por ‘Nivel’, calidad de la titulación, cantidad y calidad de las publicaciones contrastan, en una conjugación
expresiva, la incipiente y en desarrollo gradual, de la sociología como actividad
cientíica, y la del/la sociólogo/a como investigador/a.
“Esto no se contradice con el hecho de que en los años recientes se hayan
dado algunos pasos signiicativos en la institucionalización de la ciencia
en Paraguay, con la dotación histórica e inusitada de fondos para la investigación a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) desde el gobierno constitucional de 2008–2012 y el que le sucede, el de 2013–2018. Ahora bien, esta entidad y el proceso referido se
inscriben también en la lógica socioeconómica esbozada más arriba4, lo
que repercute en la inanciación de los proyectos de investigación según
las disciplinas cientíicas así como en la distribución de los investigadores categorizados en el Programa Nacional de Incentivo a la Investigación
(PRONII), donde las ciencias “duras” (ciencias exactas, naturales, ciencias
4
168
Hacen referencia a que la política científica está ligada con intereses objetivos sectoriales, que
se refleja en que: “Cada vez más el interés de las inversiones privadas en la educación superior
apunta a la apertura y potenciación de universidades que ponen el acento de la formación en
las disciplinas y programas relacionados con la lógica empresarial, los agronegocios (como
ejemplo y respuesta al proceso actual de impulso sojero) y el comercio internacional para responder a la predominancia de la importación de productos manufacturados en consonancia
con la exportación de commodities agrícolas… Es por ello que la producción de conocimiento
en ciencias sociales carece tanto de apoyo institucional y financiero: innecesaria en la inserción
económica externa del país, se vuelve el campo de un sector minoritario de la población que
recurre a ella más como una apuesta vocacional que como una proyección profesional.” (Ortíz
y Galeano, 2015, p. 8).
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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agrarias y de la salud) cobraron mucho más peso que las sociales”. (Ortiz
& Galeano, 2015, p. 8).
9. Cuadro de situación sintético por instituciones y grados de
egresos con títulos
A los tan solo ocho casos de sociólogos/as categorizados como investigadores/as por el PRONII de CONACYT al año 2011, para completar el panorama
del desarrollo de la disciplina según los egresos con títulos de grado y posgrado, se tiene que, considerando todas las experiencias juntas de las universidades, capillas, FLACSO y CLACSO, al interior como experiencia nacional-local
de oferta formación de recursos humanos, como medida de resumen, hasta el
año 2014 y en algunos casos hasta inclusive el año 2015, los resultados a seguir:
a) Por CLACSO, al no existir programa, no existe ningún egreso.
b) Por la UNE, 5 nuevos/as ‘Magíster en Sociología’, en 19 matriculados
(26%), y 14 Especialistas (74%).
c) En la UNA Post, cero (0) (0%) de egreso con título de ‘Magíster en
Sociología’ sobre 87 matriculados acumulados en los diversos cohortes
(desde el año 2008 al 2015) y 14 especialistas, con mayoría con el ciclo
básico de capacitación (52) que reairma el peso de lo aúlico-teórico, en
desmedro del desarrollo de la investigación, más no sea, al momento de
cerrar el proceso con la elaboración de la tesis.
d) Por la UCA, –34 egresos sobre 636 ingresantes licenciados en sociología de la generación ’92 (5%) en 22 años, más 17 egresos de la generación ’72 sobre 385 ingresantes (4,7%), en otros 17 años (en 40 años,
con un total de 51 egresos sobre 1021 matriculados (5,1%), con tesis
en sociología o ciencias sociales). En la UNA, – 25 egresos, sobre 235
ingresantes, según los registros de la institución (10,6%), como licenciados en ciencias sociales con o sin mención (generalista indeinido
antes de la reforma curricular respectiva) en sociología (a partir de la
reforma en sociología o ciencia política).
e) Por el CPES, asociado a FLACSO-Paraguay, 1 egreso con defensa exitosa de tesis en posgrado (1,5%), sobre 67 ingresantes como total, tomando al programa de maestría considerando ambos énfasis; y/o, 0 caso
(0%) en la maestría con ‘Énfasis en Sociología y Política de la Educación’ (SPE), con 30 ingresantes desde el año 2008; y/o, en ‘Desarrollo
Social’ (DS), el único egreso (1) antes citado, sobre 37 ingresantes en
este énfasis (1,9% si se toma como base solo los 54 ingresantes a DS),
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
169
Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
desde el mismo año. Haciendo un total de 67 estudiantes sin registro
institucional de egreso alguno con tesis, y cotejado de forma paralela
un único caso ya explicado en el capítulo correspondiente, y referenciado aquí como correspondiente a un 1,5%, o a un 1,9%, dependiendo
tan solo si se toma como base a la maestría en su conjunto, o solo a su
énfasis de salida.
Entonces, una síntesis panorámica de conjunto, permite acumular las experiencias de graduación y pos graduación en las diversas instituciones y programas. Para el período considerado de hecho, demarcado por la experiencia
(1972-2015), para los cursos de graduación en sociología, considerando los
dos cohortes de la UCA, así como el de la ‘Escuela’ de la UNA, acumulando un
total de formación interna de 76 egresados autóctonos con título en sociología,
sobre 1.256 matriculados acumulados, o un 6.05% de inalización. Mientras,
la experiencia de posgrados se destaca, porque considerando el total de matriculados de todos los cursos en sociología u aines (203), han presentado y
defendido con éxito su tesis en sociología, dentro de los períodos temporales
referenciados, solo (5) de ellos/as, o lo que es lo mismo, en términos relativos,
un (2.46%).
Considerando tanto los números absolutos como los relativos, respecto a
los egresos con tesis de grado y posgrado en sociología en las diversas instituciones abordadas, los mismos se hacen muy elocuentes como indicador
objetivo del desarrollo de la sociología en el país, académica, institucional e
históricamente hasta el presente. Que representan las diicultades formativas
y las condiciones sociales en las que se produce la misma. Entre la deserción y
el egreso con título de grado en tan sólo alrededor de un 10% sobre el total, tal
como mostrado para los casos de la UNA y UCA. Igualmente bajos en posgrado, si se quiere con números más signiicativos todavía, dada una población de
cursantes mucho menor, haciéndolo además en la mayoría de los casos pero
con certiicaciones intermedias que exigen estrictamente estrategias áulicas
como asistencia y aprobar materias, marcadamente de ‘salida’ laboral, con aumentos salariales o requisitos de permanencia en sus respectivas instituciones
de procedencia. Que también garantizan que tanto en número como en formación la sociología constituya por largo tiempo un baluarte de una elite.
Por otro lado, merecen destaque entre las experiencias universitarias de
grado y posgrado, primero la de la UCA, por ser la primera carrera del país,
con dos períodos, uno dentro del propio orden dictatorial, y asimismo que ha
conseguido permanecer y mantenerse hasta el presente, a partir de la segunda
apertura ya en la transición. Siendo además, la que más aporta egresos con
tesis, y con una formación más sistemática y diversa en sus enfoques, combinando actividades puntuales de publicación e investigación.
170
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Mientras, la experiencia de la UNE y su ‘Escuela de Posgrado’, se destaca porque, a pesar de ser novel, consiguió en pocos años posicionarse como
un oasis para las ciencias sociales, expresado en los únicos 5 egresados con
‘Maestría en Sociología’ estrictu sensu hasta el presente en la historia del país.
Más todavía, si el logro se compara con los de las otras prestigiosas escuelas de posgrado, como el de la UNA y FLACSO. Asimismo, su proyecto de
desarrollo, ahora en rearticulación, conjuga potencialmente la docencia con
investigación, una revista propia con proyección regional, y su funcionalidad
como unidad académica autónoma en la generación de recursos propios, por
ejemplo, a través de la presentación a las diversas convocatorias llevadas a cabo
desde CONACYT.
10. Síntesis de algunas abstracciones y generalizaciones más
allá de lo textual
Teniendo que darle un cierre al papel de trabajo, si bien se ha logrado dar
cuenta de los objetivos trazados, son asimismo varias las interrogantes que se
han generado abriendo como previsible nuevos problemas, que interpelan y en
cierta medida obligan provocativa y estimulantemente a ser más sistemático,
y precisar más ciertas cuestiones, en pro del desarrollo de la propia sociología,
como espacio de producción de conocimiento.
Así, de lo investigado concreto real, desde la experiencia, emergen algunas
cuestiones centrales que interesa compartir para su discusión:
a) ¿Se puede conceptualizar teórica y operativamente con total precisión y delimitación el oicio del/la sociólogo/a, qué signiica o es ser
sociólogo/a?
O bien es solo un nominalismo, que contradice la cultura académica
y la búsqueda de división del trabajo y consiguiente especialización.
O, más allá de ciertos énfasis, todos los que se dedican a las ciencias
sociales, de alguna manera, producirían sociología. De ser así, los títulos y nombres pasan a un notable segundo plano y se deiniría más la
especiicidad por lo que éstos/as producen. Lo que lleva a la segunda
cuestión.
b) Asimismo: ¿se puede deinir objetivamente, y sus criterios, la identidad
y distinción de la producción sociológica, de la que no lo es? Y, ¿cómo
hacerlo?
Esto es, qué es lo que hace a un nuevo conocimiento sociológico, cuando la diversidad de temas, enfoques y fuentes, parecería hacer caer
dentro de la misma bolsa, cualquier producción sobre la problemática
‘social’.
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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Dualidad en la división del trabajo en la producción en sociología según universidades y las capillas
(apuntes de investigación)
Cómo darle identidad a la disciplina, y ser precisos a la hora de reconocer o situar un tipo de producción de otras. Reconociendo la inter
y transdisciplinariedad, pero entonces, redeinir, ora una perspectiva
ora otra. O todo es sociológico, de alguna manera, o su aporte y área de
concentración especíica.
Lo que se puede concluir parcialmente, dejando para sistematizaciones
ulteriores, es la paradoja que optando por el criterio duro, que sociología es solamente lo que hacen los/as sociólogos/as, pero, volvemos al
problema de origen, ¿cualquier cosa que hagan los sociólogos es entonces sociología?
Es más, esta cuestión nos remite que de ser el caso, entonces tomando esto como criterios de demarcación del desarrollo de la disciplina
en el país, así como de sus modalidades e institucionalización, sólo se
podría considerar a partir de la formación de grado estrictu sensu de
sociólogos en el país, o de postgrado como la experiencia del CPES. De
ser así, recordamos que por el caso UCA (1971/72 al 84; y del 92 a la
actualidad), su experiencia registrada es que los primeros diez egresados/as con defensa de tesis se sitúan entre el año 1978 y 1988. Para el
caso del CPES (1964/71) y su programa de posgrado ‘Curso Avanzado
Latinoamericano en Sociología Rural’ CLACSO-CPES (1974-1982).
Y posteriormente, con la salida de algunos de sus primeros colaboradores y otros, que realizarán más tardíamente todavía formación en
postgrados en ciencias sociales en el extranjero, a través del vínculo
CPES-FLACSO Chile, como Ramón Fogel (1972/1973), Luis Galeano (1972/1973), Juan María Carrón (1970/1971), Guillermo Heisecke
(1969), Melquíades Alonso (1970/1971) y Tomas Palau (1970/1971).
Si se toman estas referencias, entonces solo habría sociología a partir
de la producción aúlica, de investigación o consultoría y demás actividades conexas, a partir de la segunda mitad de la década de los ’70.
Si consideramos el número exiguo de profesionales, se entiende por
un lado el intento de entronamiento de cada uno en su propia Capilla. Por otro lado, que la modalidad desde las universidades continuase
fundamentalmente áulica, sin contar con recursos humanos formados
para desarrollar otra actividad sistemática. Esto, aunado a las condiciones de trabajo universitarias, reforzó la justiicación de la división del
trabajo entre capillas y universidades. Hoy en día, dicha relación se ha
modiicado y por tanto, objetivamente, es razonable esperar que unas
y otras redeinan sus posiciones, así como sus lugares de poder. Los
cambios contextuales ligados a la consolidación democrática, a la modernización económica, el crecimiento de la demanda social, así como
172
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Javier Numan Caballero Merlo
educativa, le dan mayores oportunidades de desarrollo a las universidades, y de necesaria mayor especialización y competencia entre las
capillas, que igualmente dependerán objetivamente de participar cada
vez más asociadas en redes, inclusive para programas y proyectos con
las propias o dentro de las universidades.
c) ¿En qué reside, cuáles sus criterios, la diferencia entre la investigación
estrictu sensu, académica y la consultoría?
Qué criterios, y por qué, se pueden poner en discusión, de manera objetiva, práctica, concreto real, para más acá de las suspicacias, hacer
reconocible, identiicable y medible un estilo de producción del otro. Y
no por mera distinción, una vez más de nomenclatura para el registro,
sino por las implicancias que devienen de las condiciones objetivas de
producción desde una u otra modalidad.
Parecería inalmente asociarse lo académico con lo universitario, y lo
que se hace en las capillas, con el estilo ‘ONG’.
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173
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CONACYT. 2013. Estadísticas e Indicadores de Ciencia y Tecnología de Paraguay – 2012. Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) – Paraguay. Asunción: CONACYT.
Cubilla, Aníbal. 2011. La universidad de investigación. (I). ABC Color. Recuperado de http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/cultural/
la-universidad-de-investigacion--i-242536.html
Cubilla, Aníbal. 2011. La universidad ideal para el Paraguay del siglo XXI: por
qué la universidad de investigación. (II). ABC Color. Recuperado de http://
www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/cultural/ii-la-universidadideal-para-el-paraguay-del-siglo.XXI-por-que-la-universidad-de-investigacion-248798.html
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
175
Filártiga Callizo, Camilo. 2012. Rol de la universidad en la formulación y evaluación de políticas públicas, en Estudio de Políticas Públicas, (pp. 52-59).
Centro de Políticas Públicas. Asunción: Universidad Católica Nuestra Señora
de la Asunción. Año II, Primer Semestre/2012.
Ortiz, Luis & Galeano, José. 2015. Rezago epistémico y (auto) exclusión académica: Las ciencias sociales paraguayas en el concierto internacional. Debates:
Exclusiones. LASAFORUM winter 2015: volume xlvi: issue 1. Recuperado de
http://icso.org.py/publicaciones/rezago-epistemico-y-autoexclusion-academica-las-ciencias-sociales-paraguayas-en-el-concierto-internacional/. Consultado el 23 de febrero de 2015.
UNA - Consejo Superior Universitario. 2007. Resolución Nº 468-00-2007,
Acta Nº. 21 (A.S. Nº 21/06/11/2007). Documento en pdf. Asunción: UNA.
UNA - Consejo Superior Universitario. 2008. Resolución Nº 021-00-2008,
Acta Nº 2 (A.S. Nº 2/31/01/2008). Por la cual se homologa el proyecto académico de la Maestría en Sociología y Ciencia Política, presentado por la Dirección General de Postgrado. Documento en pdf. Asunción: UNA.
176
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
CEADUC - Centro de Estudios Antropológicos
Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”
Independencia Nacional y Comuneros
Casilla 1718 - Tel./Fax: 595-21-44 10 44 - Int.: 252
web: www.ceaduc.uca.edu.py - e-mail: ceaduc@gmail.com
Asunción - Paraguay
BIBLIOTECA PARAGUAYA DE ANTROPOLOGÍA
1.
Diccionario Nivaclé - Castellano, por José Seelwische, O.M.I.
2.
La comprensión del Ñe’ẽnga, por Clara Ruiz Ovelar
3.
La Construcción Guaraní de la Realidad, por Alfredo Vara
4.
Arqueología: Métodos y Técnicas en Supericies Amplias, por Luciana Pallestrini José Antonio Perasso
5.
El Guaraní Conquistado y Reducido, por Bartomeu Melià
6.
El Derecho Consuetudinario Indígena, por Miguel Chase-Sardi
7.
Indios Guaraníes y Chamanes Franciscanos, por Luís Nécker
8.
Raíz y Destino del Guaraní, por Marcos Morínigo
9.
Memorias, por León Cadogan
10. Diccionario Nivaclé-Castellano/Castellano-Nivaclé. Ed. completa, por
José Seelwische, O.M.I.
11. Chamanismo y Religión entre los Ava-Katu-Ete, por Miguel A. Bartolomé
12. Ñane Ñe’ẽ Guaraníme, por Lino Trinidad Sanabria
13. El Guaraní Experiencia Religiosa, por Bartomeu Melià
14. El Precio de la Sangre, por Miguel Chase-Sardi
15. La Contabilidad en las Reducciones Guaraníes, por Teresa Blumers
16. Ayvu Rapyta, por León Cadogan
17. Diccionario Mbya Guaraní - Castellano, por León Cadogan
18. Los caminos que conducen a Jesús - Nava Noyishai. Nava Tajuiya pa Jesús,
por José Seelwische
19. Un Pueblo Desconocido en Tierra Desconocida, por W. B. Grubb
20. Revista Ñemitỹ - Tomo I
21. Testimonio Indígena, por Margarita Durán - José Luís Salas
22. Ecos de la Selva, por José Zanardini
23. Taruma Poty, por Lino Trinidad Sanabria
24. San José de Caazapá, por Margarita Durán Estragó
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
177
25. Kurusu Ñe’ẽngatu, por Graciela Chamorro
26. San Lorenzo de Campo Grande, Memoria Histórica, por Margarita Durán
27. Moya ‘ansaeclha’ Nengelpayvaam Nengeltomba Enlhet, por Hannes Kalisch y Ernesto
Unruh
28. Aspectos Fundamentales de la Cultura Guaraní, por Egon Schaden
29. Realidad Social del Paraguay, por Javier Numan Caballero - Roberto L. Céspedes R.
30. Textos Míticos de los Indígenas del Paraguay, por Miguel Chase-Sardi y José Zanardini
31. Mirando de Frente, por José Zanardini
32. Etnicidad, Tierra y Poder, por Wayne Robins
33. Ya’alva Pangcalhva. Biografías Enlhet, por Ernesto Unruh y Hannes Kalisch
34. El Encuentro de la Gente y los Insensatos, por Miguel A. Bartolomé
35. La Misión del Pilcomayo, por Margarita Durán Estragó
36. El Cesto y el Arco, por Carlos Mordo
37. Antropología y Filosofía de la Educación, por Roger Texier
38. Ya’alva Pangcalhva II. Biografías Enlhet, por Ernesto Unruh y Hannes Kalisch
39. Los Indígenas del Paraguay, por José Zanardini y Walter Biedermann
40. Relatos Bilingües Ayoreos, por Deisy Amarilla Stanley
41. Rocío Tropical, por José Zanardini
42. Guardianes de la Selva, por Richard Reed
43. Enenlhet Apaivoma - Gramática Toba, por Ernesto Unruh, Hannes Kalisch y Manolo
Romero
44. Cultura del Pueblo Ayoreo, por José Zanardini
45. Palavai Nuu! - Etnografía Nivaclé, por Miguel Chase-Sardi
46. Sakoiahan - Relatos Toba, por Manolo Romero, Hannes Kalisch y Ernesto Unruh
47. Antropología Cultural Aplicada a las Ciencias de la Salud, por Sinforiano Rodríguez
48. Plantas Medicinales del Paraguay, por Ricardo Moreno Azorero
49. La Ínsula Paraguaya, por Eric Courthès
50. Moñe’ẽrã Guaraníme, por Lino Trinidad Sanabria
51. Tomarâho. La Resistencia Anticipada. Tomo I, por Guillermo Sequera
52. Lumnanas (gente del monte) los Manjui, por Andrea Chamorro
53. Vana pankek tata, por Ernesto Unruh, Hannes Kalisch y Manolo Romero
54. Angaité - Koahlvok - Las voces de un pueblo, por Mariana Franco y Gladys Imaz
55. Pueblo Angaité - Memoria Histórica, por Juan Pablo Amarilla
56. La etnia Manjui - Lumnanas del Chaco, por Víctor Bareiro
57. Máscaras y Espíritus, por Ilona Zindler
58. Tomarâho. La Resistencia Anticipada. Tomo II, por Guillermo Sequera
178
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
59. Halhema Teves, por Hannes Kalisch
60. La Sabiduría de la Selva, por José Zanardini y Deisy Amarilla
61. El Origen de la Pintura, por Edgardo Jorge Cordeu
62. Agtemágháta Apqueh Hleanma - Pueblo Sanapaná, por Deisy Amarilla
63. Pai-Tavyterã, por Bartomeu Melià, Georg Grünberg y Friedl Grünberg
64. he roles of Medicinal Plants, por Norman Breuer Moreno
65. Cadogan, desde Abergavenny hasta Australia y más allá (1829-2005) Tomo I, por
Jimmy Cadogan
66. Cadogan, desde Abergavenny hasta Australia y más allá (1829-2005) Tomo II, por
Jimmy Cadogan
67. Cadogan, desde Abergavenny hasta Australia y más allá (1829-2005) Tomo III, por
Jimmy Cadogan
68. En las calles de Ciudad del Este, por Fernando Rabossi
69. Yxyr Poruwo Ahwóso Jewo 1000 - Conjugación de 1000 verbos en ocho tiempos verbaculares, por Guillermo Sequera
70. Antropología Cultural aplicada a las Ciencias de la Salud - 2ª Edic., por Sinforiano
Rodríguez
71. Antropología Paraguaya, por Izabel Malinowski
72. Parientes de la Selva. Los Guaraníes Mbyá de la Argentina, por Miguel A. Bartolomé
73. Ishiro ôreyuwo poruwo. Sabiduría de los Ishir del Chaco, por Andrés Ozuna
74. Pasado, presente y futuro de la lengua guaraní, por Bartomeu Melià, sj
75. Diversidad, Interculturalidad y Educación en Brasil y en Paraguay: Problemas, experiencias y realidades, por José Maria Rodrigues (org.)
76. he two Shamans and the owner of the cattle:Alterity, storytelling and shamanism
amongst the Angaité of the Paraguayan Chaco, por Rodrigo Villagra Carron
77. Educación, lenguas y culturas en el Mercosur: Pluralidad cultural e inclusión social en
Brasil y en Paraguay, por José Maria Rodrigues (org.)
78. Diccionario Mbya-Guaraní Castellano 3ª Edición actualizada, por León Cadogan
79. Lo que ellos dijeron. Sabiduría del Pueblo Sanapaná, por Deisy Amarilla y Civito
Monte Duarte
80. La captura del Ayoreo José Iquebi, por Deisy Amarilla y José Iquebi Posoraja
81. Cómo inluye el Opy en la construcción de la identidad Mbya,
por Isaac Díaz-Ambrona Moreno
82. La lengua materna como facilitadora de la producción escrita en la segunda lengua, por
Teresa D. González Ramos de Benítez
83. Bilingüismo y educación bilingüe: Un análisis sociolingüístico de contacto guaranícastellano en el Paraguay, por María Eva Mansfeld de Agüero, Carlos M. Lugo B.,
Karina E. Agüero M. y Shaw Nicholas Gynan
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
179
84. Investigación cualitativa interpretativa. Una caja de herramientas, por Friedhelm
Guttandin
85. Ciudadanía Democrática y Multilingüismo: La construcción de la identidad lingüística
y cultural del Mercosur, por José Maria Rodrigues (org.)
86. Descubrimiento del castellano paraguayo a través del guaraní. Una historia de los enfoques lingüísticos, por Hedy Penner, Soledad Acosta y Malvina Segovia
87. Culturas Indígenas, por José Zanardini (comp.)
88. Franciscanos Vascos en Paraguay. Un estudio antropológico, por Jone Luna
89. Intervenciones del gobierno con pueblos indígenas entre 1989 y 2013, por Lorenza
Benítez V. y Delia E. Castillo L.
90. Marcos Nujach’e Moreno: Côque yimônlhajayash - Testimonio de mi vida y de mis
pensamientos, por Marcos Moreno y Verena Regehr
91. Un relato de la globalización desde el Chaco (entre otros lugares), por Mario Blaser
92. Sociedad y cultura en tiempos de desigualdad. Instituciones, contradicciones, legitimación, por Luis Ortiz Sandoval (coord.)
93. Políticas lingüísticas para la integración educativa y cultural en el Mercosur: Legislación, Planiicación Idiomática y Glotopolítica, por José Maria Rodrigues (org.)
94. Diccionario Nivaclé-Castellano- 3ª Edición, por José Seelwische, O.M.I.
95. Los Caduveos. Diario de viaje, por Guido Boggiani
96. Reciprocidad y Economía en la pre historia e historia colonial del Paraguay. Una mirada a nuestras raíces a la luz de los valores de la Economía de Comunión, por Diana
Durán
97. Sabiduría en la diversidad, por José Zanardini
98. Meike makha valayo. No habían paraguayos, por Rodrigo Villagra Carron
99. Ayvu Rapyta. Textos míticos de los Mbyá-Guaraní del Guairá - 4a Edición, por León
Cadogan preparada por Bartomeu Melià y Antonio Caballos.
100. Edición Especial 50 años - Suplemento Antropológico, por José Zanardini (Coord.)
101. Voces de la Selva, por Deisy Amarilla y José Zanardini
102. Las Mujeres Ayoreas: De la Selva a la ciudad, por Deisy Amarilla
103. Inlectional morphology in the Zamucoan languages, por Luca Ciucci
104. Feria de lenguas en el Paraguay - Toiko ñe’ênguéra Paraguáipe,
por PÑS-SPL y CEADUC
105. Familias paraguayas: Trabajo en la calle y conlictividad, por Cristina Bosselli C.,
Gloria Medina y Mariela Centurión
180
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
BIBLIOTECA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS
1.
La Constitución Paraguaya Concordada, por Justo J. Prieto
2.
Transporte Eléctrico en el Paraguay. Su conveniencia, por Ricardo Canese
3.
Iglesia y Estado en el Paraguay durante el gobierno de Carlos Antonio López, por
Carlos Heyn Shupp, sdb
4.
La cultura paraguaya y el libro, por Joseina Plá
5.
Cien capítulos de Economía Paraguaya, por C. Fletschner
6.
Tratados y Actos Internacionales de la República del Paraguay - Tomo I,
por E. Bordenave - L. Rachid R.
7.
Itaipú y la cuestión energética en el Paraguay, por Ricardo Canese
8.
La ciencia en Aristóteles, por Juan Enrique Bolzán
9.
Tratados y Actos Internacionales de la República del Paraguay - Tomo II,
por E. Bordenave - L. Rachid R.
10. Temas Cervantinos y otros ensayos, por Mariano Morínigo
11. Apuntes de Historia Cultural de Paraguay, por Efraím Cardozo
12. 28 Entrevistas para este Tiempo, por Pepa Kostianovsky
13. Los cepos modernos de la dependencia, por Agustín Oscar Flecha
14. Tratados y Actos Internacionales de la República del Paraguay - Tomo III,
por E. Bordenave - L. Rachid R.
15. Tratados y Actos Internacionales de la República del Paraguay - Tomo IV,
por E. Bordenave - L. Rachid R.
16. Radio Cháritas. Medio siglo de historia, por Margarita Durán Estragó
17. Evangelización de la cultura y santuarios, por Claudio Giménez
18. La teoría Aristotélica de la vida y del calor vital, por Ángel J. Cappelletti
19. Presencia Franciscana en el Paraguay (1538-1824) - Tomo I,
por Margarita Durán Estragó
20. Diálogo nacional. Urgencia de nuestro tiempo, por Margarita Durán Estragó
21. En la lucha por el derecho, por Vicente Zayas
22. Templos de Asunción, por Margarita Durán Estragó
23. Tratados y Actos Internacionales de la República del Paraguay - Tomo V,
por E. Bordenave - L. Rachid R.
24. Presencia Franciscana en el Paraguay - Tomo II, por Margarita Durán Estragó
25. Ciudadano y Soldado. Comentarios a la correspondencia de Justo Prieto con Arturo
Bray, por Justo J. Prieto
26. El pensamiento y la acción pedagógica de Ramón I. Cardozo, por Justina Álvarez C.
27. Hispanoamérica en la Narrativa, por Mariano Morínigo
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
181
28. La muralla robada, por Joseina Plá
29. Manual para didáctica universitaria, por Heinz Neuser
30. Monseñor Ramón Bogarín Argaña - Testimonios, por Emilio Fracchia y otros
31. Cartas y Decretos del Dictador Francia - Tomo I, por Alfredo Viola
32. Viaje a Destiempo, por Renée Ferrer de Arréllaga
33. Responsabilidad profesional de los médicos, por José Raúl Torres Kirmser
34. De nuestras lenguas y otros discursos, por Rubén Bareiro Saguier
35. El papel político de los militares en el Paraguay 1870-1990, por Gustavo Gatti
36. Tratados y Actos Internacionales de la República del Paraguay - Tomo VI,
por E. Bordenave - L. Rachid R.
37. Cartas y Decretos del Dictador Francia - Tomo II, por Alfredo Viola
38. Educación y desarrollo rural en el Paraguay, por María M. Rivarola
39. Cartas y Decretos del Dictador Francia - Tomo III, por Alfredo Viola
40. Nuestro Mundo entre la Tierra y el Cielo, por Salvador Villagra Maiodo
41. Mancuello y la Perdiz, por Carlos Villagra Marsal
42. Padre aquí estoy, por San Miguel Garicoits
43. A la búsqueda de un mercado común. MERCOSUR, por Gladys Benegas
44. Finanzas y Derecho Financiero - Tomo I, por Manuel Peña Villamil
45. El evangelio por los caminos del hombre, por Emilio Grasso
46. San Cosme y San Damián. Testimonio vivo del pasado jesuítico, por Blanca Amaral y
Margarita Durán E.
47. Cien años de Doctrina Social de la Iglesia, por Ciro Martínez y Fermín Castellano
48. La América Latina Paradojal, por Alejandro Vial
49. Auge y crisis de un modelo económico: El caso paraguayo, por Dionisio Borda
50. Los Presidentes del Paraguay (1844-1954), por Raúl Amaral
51. Derecho Tributario - Tomo II, por Manuel Peña Villamil
52. Historia de la Educación en el Paraguay 1812-1932, por Juan Speratti
53. Al amanecer del Tercel Milenio, por Emilio Grasso
54. La Estancia Jesuítica de Paraguarí, por Margarita Durán Estragó
55. La Presencia Japonesa en el Paraguay, por Emi Kasamatsu
56. Derecho Administrativo - Tomo III, por Manuel Peña Villamil
57. El libro de Job, por César Alonso de las Heras
58. Filosofía y Pensamiento Democrático, por Mario Ramón Reyes
59. Cuentos de la Guerra y de la Paz, por José Santiago Villarejo
60. Cartas y Decretos del Dictador Francia. Tomo IV, por Alfredo Viola
61. Japón: mi mundo oriental, por Yolanda Gómez González
182
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
62. San Francisco de Yuty. Origen y Desarrollo, por Mirta Caballero de Tessada
63. Villa Lombardía. Utopía hecha realidad, por Eduardo Ramírez Bordón
64. Ética y Filosofía. Ensayos dispersos, por Mario Ramos Reyes
65. Cultura de la Paz, por Edmundo Valenzuela, sdb
66. La Historia: Interpretación, Narración y Escritura en Paul Ricoeur, por Nilo Zárate
67. Lo transtextual en Roa Bastos, por Eric Courthès
68. Estado y Frontera en el Paraguay. Concepción durante el gobierno del Dr. Francia,
por Nidia R. Areces
69. La Integración Nacional del Paraguay (1780-1850), por Ricardo Pavetti
70. Un Siglo de Expansión Colonizadora. Núcleo poblacional establecido en torno a la
Villa Real de la Concepción. Origen y desarrollo socio-económico - 2ª Edición, por
Renée Ferrer
71. Valores Tradicionales y Emergentes en la Universidad, por Ilde Silvero
72. La Experiencia Teologal del Hombre según Xavier Zubiri, por Teresa del Pilar Ríos
73. 25 poetas, músicos, compositores y cantores populares del Paraguay, por Ramón
Giménez
74. Paraguay el camino hacia el Oeste, por Julia Velilla Laconich
75. Lo que el río se llevó. Estado y Comercio en Paraguay y Corrientes, 1776-1870, por
homas Whigham
76. Tras los Expulsos. Cambios demográicos y territoriales en el Paraguay después de la
expulsión de los jesuitas, por Ignacio Telesca
77. La República como tarea ética, por Mario Ramos Reyes
78. Realidad Social del Paraguay II, por Javier Numan Caballero M.
79. Villa Encarnación. Campamento de la Independencia 1843-1906, por Margarita
Durán Estragó
80. El espacio jesuítico-guaraní. La formación de una región cultural, por Norberto
Levinton
81. Dominación colonial y trabajo indígena, por María Laura Salinas
82. Una guerra total. Paraguay, 1864-1870: Ensayo de historia del tiempo presente, por
Luc Capdevila
83. El sentido de la vida y la trascendencia en Viktor Frankl, por Teresa del Pilar Ríos
84. Escritos del Padre Fidel Maíz - II. Virgen de los Milagros, Sermones Religiosos y
Discursos Patrióticos, por Carlos Heyn Schupp, sdb
85. Enseñanzas del Bicentenario ante los desafíos globales de hoy: Repensando el cambio
para nuestra América, por Beatriz González de Bosio y José Zanardini (comp.)
86. La Independencia del Paraguay y el Imperio del Brasil, por R. Antonio Ramos
87. Sociología aplicada a la realidad social del Paraguay - 2da. Edición revisada, por
Javier Numan Caballero
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
183
88. La Independencia y sus Protagonistas: Aporte de Benjamín Velilla a la Historia del
Paraguay, por Margarita Velilla (comp.)
89. El régimen de Stroessner y la resistencia indígena, por René D. Harder Horst
90. Machado de Assis: Cuentos para muchas voces, por Luís Eduardo Wexell Machado y
Maria Rosa Duarte de Oliveira (org.)
91. Escritos del Padre Fidel Maíz - III, Otros escritos y artículos del libro. Desagrabio
1916, Biografía y juicio del P. Maiz, por Carlos Heyn Schupp, sdb
92. La Instrucción Pública en la Época Colonial, por Olinda Massare de Kostianovsky
93. Calidad de la información periodística. Responsabilidad social de la prensa, por
Roque Acosta Ortíz
94. Jesuitas, Guaraníes y Emigrantes en las Reducciones del Paraguay, por Gianpaolo
Romanato
95. Glosario de Paraguayismos en Hijo de Hombre de Augusto Roa Bastos, por Isabel
Baca de Espínola y Ebelio Espínola Benítez
96. Radio Cáritas - Universidad Católica. Itinerario de los últimos 25 años, desde la visión de sus protagonistas (1986 – 2011), por Roque Acosta Ortíz y Mariano Mercado
97. La formación docente desde la perspectiva inclusiva. El caso concreto del Paraguay,
por Luiz Albérico Barbosa Falcão
98. Historia, doctrina y principios cooperativos en los editoriales del Dr. Enzo Di Tore
Chartrán, por José F. Samudio Falcón (comp.)
99. Educación y desigualdad. Las clases desfavorecidas frente al sistema educativo paraguayo, por Luis Ortiz Sandoval
100. Qué Onda. La radio en Paraguay en la post dictadura, por Rogelia E. Zarza Sanabria
101. La Iglesia y los partidos en la vida política del Paraguay desde la Independencia, por
François Chartrain
102. Cartas Anuas de la provincia jesuítica del Paraguay. 1663-1666. 1667-1668. 16691672. 1672-1675, por María Laura Salinas (int.) y Julio Folkenand (col.)
103. Los que se fueron, Mario Ramos-Reyes
104. Cartas Anuas de la Provincia Jesuítica del Paraguay. 1681-1692. 1689-1692. 16891700, por María Laura Salinas (int.) y Julio Folkenand (col.)
105. Platero y yo - Platero ha che. Edic. bilingüe, por Juan Ramón Jiménez y Lino Trinidad
Sanabria
106. El rol de la FF.AA. en la sociedad democrática. Historia, opiniones de expertos,
relexiones personales, por Silvio Torres Chávez.
107. El profesor de Matemáticas de Solano López. Iglesia-Estado-Educación (1843-1846),
por Jorge García Riart
108. Alteraciones Auditivas, Nivel del Lenguaje en Niños y Adolecentes Concurrentes al
Hospital Barrio Obrero y el Colegio de La Providencia, por Margarita Brizuela de
Cabral, Elvira Villagra de Cerna, Gissel J. Benítez e Investigadores juniores
184
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
109. Soldados de papel. La propaganda en la prensa paraguaya durante la guerra de la
Triple Alianza (1864-1870), por María Lucrecia Johansson
110. La instrucción pública en el Paraguay. Período 1900-1940. Vol. I, por Juan Bautista
Rivarola Paoli
111. ¿Cómo hablan los paraguayos con dos lenguas? Gramática del jopara, por Guido
Kallfell
112. Cartas Anuas de la Provincia Jesuítica del Py (1714-1720. 1720-1730. 1730-1735.
1735-1743. 1750-1756. 1756-1762, por María Laura Salinas (introd.) y Julio Kolkenand (colab.)
113. Desigualdad y clases sociales. Estudios sobre la estructura social paraguaya, por Luis
Ortiz Sandoval (Coord.)
114. Historia, pensamiento y cultura, por Seny Hernández Ledezma y Mario RamosReyes
115. La cultura en el aula. Material de apoyo didáctico para docentes- 2da. Edición, por
Beatriz González de Bosio
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
185
CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS DE LA
UNIVERSIDAD CATÓLICA “NUESTRA SEÑORA DE LA
ASUNCIÓN”(CEADUC)
NORMATIVAS GENERALES PARA PUBLICAR EN LA REVISTA
ESTUDIOS PARAGUAYOS
La Revista ESTUDIOS PARAGUAYOS es una publicación cientíica, relacionada a las temáticas de carácter ilosóico, sociológico, histórico, pedagógico, político y otros aines, dirigida principalmente a investigadores, docentes y
estudiantes de ciencias sociales.
Los artículos que serán publicados en ESTUDIOS PARAGUAYOS, deberán reunir los siguientes requisitos:
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enviados simultáneamente para su evaluación, y/o publicación, en otras
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los autor/es, omitiendo la identiicación como ailiación institucional.
Tampoco será mencionado referencia alguna que le permitirá al evaluador
inferir indirectamente la autoría del trabajo. Las informaciones autorales
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3. En la evaluación se usa el método doble ciego. Se caliicarán de Excelente,
bueno, regular o deiciente los siguientes aspectos: relevancia del tema,
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4. El plazo para responder varía conforme a la complejidad de las evaluaciones y de las eventuales modiicaciones sugeridas y realizadas. Los datos de
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publicado.
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187
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de su elaboración, y debidamente citados y numerados. La letra de los cuadros y gráicos debe ser Times New Roman, tamaño 10, los gráicos deben
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Las imágenes, en JPG, preferentemente en blanco y negro.
La Bibliografía deberá ir al inal, conteniendo solo las obras citadas, de la
siguiente manera:
Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
Libros: Sartori, Giovanni. 1995. Ingeniería constitucional comparada. Una
investigación de estructuras, incentivos y resultados, México, Fondo de
Cultura Económica.
Capítulo en libro: Kirchheimer, Otto. 1990. “he catch-allparty”, en Peter Mair (ed.), hewesteuropeanpartysystem, Oxford, Oxford University
Press, pp. 50-60.
Artículo de revistas: O’Donnell, Guillermo. 1994. “Delegativedemocracy”,
Journal of Democracia, Vol. 5, No. 1, pp. 55-69.
Hemerografía: Lozano, Pilar. 2011. “Colombia lanza un plan de combate
a cuatro años contra la guerrilla y los paramilitares”, El País, 25 de mayo,
p. 20.
Internet: Fundación Seguridad y Democracia. 2008. Sudamérica: ¿carrera
armamentista o renovación militar?, en
<http://www.seguridadydemocracia.org/articulos213>
(Consultado el 15 de mayo de 2008)
7. EL trabajo deberá ser enviado a ceaduc@gmail.com o epedicion@gmail.com
o al sistema OJS en www.respy.o
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por tanto su posterior reproducción o trascripción, con la debida citación
de la fuente.
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Estudios Paraguayos - Vol. XXXIV, Nº 2 - Diciembre 2016
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