Donoso-Vázquez, T., Rubio Hurtado, M.J. y Vilà Baños, R. (2017). Las ciberagresiones en función del género. Revista
197
de Investigación Educativa, 35(1), 197-214
DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.35.1.249771
Las ciberagresiones en función del género1
Cyberviolence & gender-related indicators
Trinidad Donoso-Vázquez*, María José Rubio Hurtado* y Ruth Vilà Baños**
* Profesora titular Universidad. Universidad Barcelona.
** Profesora agregada interina. Universidad de Barcelona
Resumen
El estudio analiza las experiencias en violencias de género en los entornos virtuales de chicos
y chicas adolescentes e identifica factores asociados con el comportamiento ciberagresor en este
colectivo. Participaron 155 estudiantes de primero y cuarto de ESO escolarizados en Barcelona,
seleccionados mediante un muestreo por conveniencia. Se aplicó el Cuestionario de Violencias
de Género 2.0. En relación a las experiencias, los resultados indican que todos los jóvenes de
la muestra alguna vez han ejercido o han sido víctimas de agresiones, pero, sobre todo, han
observado agresiones en los entornos virtuales. Las experiencias de agresiones se dan sobre todo
en aspectos relacionados con los mitos del amor romántico, y con la homofobia.
En relación a los factores asociados al comportamiento ciberagresor, los resultados señalan
que las agresiones en función del género correlacionan con agresiones de ciberbullying y los
entornos virtuales más utilizados destacan como entornos de tipo más activo.
Palabras clave: ciberacoso; violencias de género; adolescencia; ciberagresores.
Abstract
The two main objectives of this study are: first, to get to know the experiences in adolescents
about gender violence in virtual environments and; two, to identify factors associated with
Correspondencia: Trinidad Donoso-Vázquez. Profesora titular Universidad. Universidad Barcelona. E-mail:
trinydonoso@ub.edu.
1 Se presentan algunos resultados parciales de la investigación “Violencias de género 2.0 – Convocatoria Fundación BBVA de Ayudas a proyectos de Investigación”.
RIE, 2017, 35(1), 197-214
198
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
cyber-attackers’ behaviour within the teenagers collective. 155 students of secondary education
level participated. They were selected by convenience sampling. The following questionnaire
was applied: Questionnaire Violences Gender 2.0. According to their experiences, results
indicate that all adolescents in the sample have exercised aggression at any time, and all
adolescents have been victims of aggression some time, but mainly they have observed
aggression in virtual environments. The attacks are mainly related to the myths of romantic
love, and to homophobia.
About the factors related to cyber-attackers’ behaviour, the results indicate that gender attacks
correlate with aggression in generating cyberviolence. Virtual environments are another factor
associated with ciberaggression, highlighting the active virtual environments, like Skype or asken.
Keywords: cyberbullying; gender violence; adolescence; cyber-attackers.
Introducción
La violencia en espacios virtuales reproduce, mediante nuevos sistemas de producción y mantenimiento, jerarquías establecidas, donde asombrosamente el “cuerpo” no
aparece de forma explícita, pero si el género. La identidad y roles de género predicen
ciertas conductas offline que están tan socializadas y expandidas que se traspasan al
espacio virtual (Estébanez & Vázquez, 2013).
Aunque no de una manera completamente generalizada, pero sí bastante aceptada,
el Cyberbullying se refiere al acoso en línea de los jóvenes y los adolescentes, sin que
se medien necesariamente relaciones íntimas o de naturaleza sexual (Li, 2007). Acoso
cibernético (Cyber Harassment) incluye actos tales como mensajes de acoso, amenazas,
manipulación de la foto, la publicación de información personal, y la suplantación
online. Para Calmaestra (2011) el término que comienza a utilizarse, por considerarse
más amplio, es ciberagresión.
Entre la juventud, la intimidación offline es más frecuente que la ciberagresión
(Defensor del Pueblo - UNICEF, 2006; Ortega, Calmaestra & Mora-Merchán, 2008). En
un estudio realizado en Córdoba (citado en Calmaestra, 2011) la cifra de prevalencia de
cyberbullying es un 15,1%, mientras que el de la intimidación offline es dos veces más
alta (32,7 %). Aunque esta tendencia sigue manteniéndose (García Fernández, Romera,
& Ortega Ruiz, 2015), comienzan a aparecer signos claros de una inversión (Modecki,
Minchin, Harbaugh, Guerra & Runions, 2014).
En cuanto a la proporción de agresiones y victimizaciones, Calmaestra (2011) en
el estudio realizado en Córdoba, encontró que la proporción de niños que participan
como agresores es mayor que la proporción de niñas que participan como víctimas.
Resultados similares se encontraron en la Comunidad Valenciana (Buelga & Pons,
2012), los chicos tienen puntuaciones estadísticamente más altas que las chicas en todas
las conductas de hostigamiento. Las diferencias de género en el estudio de Beckman,
Hagquist y Hellström (2013) eran mínimas, pero las chicas tenían más probabilidades
de ser víctimas cibernéticas cuando se utiliza como punto de corte el acoso online
ocasional.
Sin embargo, otros estudios se hacen eco de la simetría de las agresiones según
el sexo. En un estudio de Alexy, Burgess, Baker y Smoyak (2005), con una muestra
de universitarios y universitarias, los estudiantes tenían más probabilidad estadística
RIE, 2017, 35(1), 197-214
199
Las ciberagresiones en función del género
que las mujeres de ser ciberacosados. Burke, Wallen, Vail-Smith y Knox (2011) obtuvieron resultados similares también en una muestra de universitarios. El 50 % de los
estudiantes encuestados (tanto hombres como mujeres) eran o el iniciador o víctima
de esta conducta. Smith (2006) en una revisión de tres trabajos, encuentra diferencias
estadísticamente significativas en uno de los estudios, las chicas más agredidas online,
mientras que en otros dos estudios no se dan estas diferencias.
A tenor de todos los estudios revisados parece que no son concluyentes los resultados en cuanto a diferencias significativas por sexo en relación a agresiones y victimizaciones (Muñoz-Rivas, Graña Gómez, O’Leary & González Lozano, 2007). A nuestro
entender lo que se debe considerar, dentro de un enfoque de género, son las posibles
consecuencias de las agresiones en hombres y en mujeres (Banyard & Cross, 2008).
Los resultados sobre la prevalencia de la ciberagresión en jóvenes son muy
variables. En la revisión de estudios realizada por Calvete, Orue, Estévez, Villardó
y Padilla, (2010) los datos oscilan de 1,7% a 35,7 %. Estas diferencias podrían explicarse por los instrumentos de medida. Por ejemplo, en algunos de estos estudios
el formato de los ítems es dicotómico, en otros una suma de incidencias y en otros
se establece diferencia entre frecuencia del acoso –severo, medio, ocasional– y en
otros no se establece esta diferencia. Los cuestionarios de medida más utilizados
(Donoso-Vázquez, Rubio, Vilà, Velasco y Aneas, 2014) son de tipo escalar, validados
en diferentes ocasiones y con diferentes muestras. Presentan una estructura factorial y
un índice de consistencia interna normalmente bueno en sus diferentes aplicaciones.
(Calvete et al., 2010; Hinduja & Paching, 2008; Ortega, Calmaestra & Mora-Merchán,
2008; Smith, 2006)
En cuanto a las teorías explicativas del fenómeno, los estudios realizados para la
medición de la prevalencia, incidencia, extensión y características del ciberacoso han
utilizado clasificaciones basadas en tipos de conductas exhibidas en la red o en las
diferentes herramientas online utilizadas para ejercerlo. Una de las clasificaciones más
utilizadas es la de Willard (citado en Calvete et al., 2010) que diferencia y analiza el
maltrato en función de ocho modalidades de respuesta. En la misma línea, Martinez
y Ortigosa (citado en Torres, 2013) confeccionan una lista de 13 tipos de prácticas de
ciberacoso. Calmaestra (2011) recoge una relación de aquellos marcos explicativos que
se han utilizado para interpretar las conductas de acoso, tanto offline como online.
Estas teorías, sean del marco sociocultural, psicológicas o sistémicas, no consiguen
ofrecer una visión específica e integral del acoso en función del género.
En este trabajo se adopta el marco heteronormativo patriarcal para analizar las
agresiones contra las mujeres y contra homosexuales y transexuales, así como contra
personas heterosexuales que se apartan de los cánones establecidos (Arisó & Mérida,
2010; Finn & Atkinson 2009; Southworth, Dawson, Fraser & Tucker, 2005; SpenceDiehl, 2003). El patriarcado ejerce unas imposiciones sobre el género, establece cómo
deben actuar las personas, comportarse y pensar según el género al que pertenecen.
Cualquier cambio en estos patrones de comportamiento acarreará una presión social
para restablecer el sistema normativo establecido. Cuando hablamos de violencia de
género en internet nos referimos a la violencia que se ejerce contra las mujeres, por el
hecho de tener una situación subalterna en el orden social y a la violencia que se ejerce
contra otras personas por apartarse de los cánones establecidos para los géneros en
RIE, 2017, 35(1), 197-214
200
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
el sistema patriarcal. La mayoría de las investigaciones existentes acerca del acoso en
la red no analizan en profundidad la violencia de género que se da en ella. De igual
manera, en las investigaciones sobre violencias de género no se incluye el análisis de las
violencias que se pueden ejercer a través de la red. Existe, por lo general, una cantidad
discreta de estudios destinados a estudiar específicamente la violencia de género en
la red en comparación con la producción científica destinada a estudiar el acoso en
general (Dimond, Fiesler & Bruckman, 2011).
A esto hay que agregar la concepción restringida con que se aborda la violencia de
género en Internet, únicamente desde la óptica de las relaciones afectivas, ya sea por
parte de parejas actuales o por parte de exparejas cuando la relación ha terminado
(Torres, 2013).
Método
Objetivos
El estudio presentado tuvo por objetivo general analizar las violencias de género
2.0 (VG2.0) en una muestra de adolescentes de Educación Secundaria Obligatoria.
De forma más específica, los objetivos planteados fueron:
• Conocer las experiencias de los y las adolescentes en VG2.0 (como ciberagresor/a,
como cibervíctima y como ciberobservador/a).
• Identificar factores asociados con el comportamiento de ciberagresor/a de VG2.0
en el colectivo adolescente.
Instrumento
Se llevó a cabo un estudio por encuesta dirigido a adolescentes de Enseñanza
Secundaria Obligatoria (ESO) de la provincia de Barcelona usando como instrumento
de recogida de datos el cuestionario en modalidad on-line de Violencias de género 2.0
(Donoso-Vázquez, Rubio, Velasco & Vilà, 2014).
El cuestionario examina la percepción que tienen las y los jóvenes sobre la violencia
de género en los entornos virtuales, y recoge su perfil tecnológico y sus experiencias
como agresores, víctimas y observadores de dicha violencia. Estas experiencias se
han medido a través de tres escalas, cada una de las cuales considera y comparte 7
dimensiones relacionadas con la violencia derivada del sistema patriarcal: violencia por
apartarse de la normatividad sexual femenina, violencia por transgredir la heteronormatividad
sexual obligatoria, violencia debida a las imposiciones del canon de belleza heteronormativo,
violencia ligada a estereotipos, violencia sexual, violencia por manifestar posiciones antipatriarcales, violencia asociada a mitos del amor romántico (véase tabla 1). Se incluyen finalmente
algunos datos de caracterización sociodemográfica.
Las tres escalas del cuestionario muestran una fiabilidad alta con relación al índice
de Alpha de Cronbach (tabla 1), superando el 0,8 en todos los casos, lo que indica una
adecuada consistencia interna de sus ítems (Nunnally, 1978).
RIE, 2017, 35(1), 197-214
201
Las ciberagresiones en función del género
La validez de contenido se estableció en base al juicio de personas expertas, las
cuales fueron seleccionadas siguiendo los criterios de Skjong y Wentworht (2000), por
su formación académica, su experiencia y su reconocimiento en la comunidad científica.
Todos los ítems del instrumento obtuvieron al menos un 80% de acuerdo entre las 7
expertas con relación a su adecuación y validez para el objeto de estudio, un porcentaje considerado adecuado para que el ítem pertenezca al instrumento (Voutilainen &
Liukkonen, citado en Hyrkäs, Appelqvist-Schmidlechner, & Oksa, 2003).
La validez de criterio se estableció mediante la escala de Experiencias como agresor,
que correlaciona positivamente (r= 0,638, p=0,00) con la escala de Cyberbullying offending de Hinduja y Patchin (2010). Dicha escala está compuesta por 9 ítems orientados
a conocer la agresión a través de Internet y el móvil obteniendo índices de fiabilidad
buenos también, en torno al 0,8 de Alpha de Cronbach (Hinduja & Patchin, 2008, 2010).
Los ítems de esta escala son:
También se recogieron datos de esta escala en la muestra de participantes del estudio.
Muestra
En el estudio participaron 155 estudiantes de centros públicos de primero y cuarto
de ESO (49,7% y 50,3% respectivamente) escolarizados en Barcelona, seleccionados
mediante un muestreo por conveniencia. Las características relacionadas con el objeto
de estudio que definen la muestra son las siguientes:
Un 51,4% de chicas y un 48,6% de chicos; el 28,39% tiene una relación sentimental
o de pareja y el 43,23% considera que tiene alguna característica de vulnerabilidad
para padecer violencia, como por ejemplo: su físico, su rendimiento académico, origen
cultural, orientación sexual, etc.
Tabla 1
Estructura y fiabilidad del Cuestionario de violencias de género 2.0
Dimensiones
Categorías de análisis
Contextualización
Datos sociodemográicos
Percepción de tener características
personales de vulnerabilidad
Peril tecnológico y
percepciones sobre la red
Peril de dominio y uso tecnológico
Percepción de internet como entorno violento
Percepción de impunidad de la red
Experiencias de Violencia
de Género 2.0
Escala de ciberagresión de VG2.0
Escala de cibervíctima de VG2.0
Escala de ciberobservación de VG2.0
Elaboración propia
RIE, 2017, 35(1), 197-214
Categorías de
análisis
0,887 (23 ítems)
0,913 (23 ítems)
0,969 (23 ítems)
202
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
Procedimiento de recogida y análisis de datos
El análisis de los resultados llevó a cabo mediante estadística descriptiva, aplicando
contrastes de medias (t de Student) y pruebas de Chi cuadrado. Se aplicó un análisis
de regresión lineal múltiple para identificar los factores asociados con las conductas
de ciberagresión de VG 2.0 en el colectivo adolescente. También se aplicaron pruebas
de colinealidad para garantizar la condición de no-colinealidad. Todos estos cálculos
se realizaron con el paquete estadístico SPSS, versión 18.
Resultados
A continuación se presentan los resultados siguiendo el orden de las dimensiones
que figuran en la tabla 1.
Perfil tecnológico y percepciones sobre la red
El perfil tecnológico se corresponde con un uso importante de la muestra en general
de WhatsApp, Facebook y YouTube (77%, 61% y 74% respectivamente). Diferenciando
por sexo destaca Instagram en chicas (75%) y Skype en chicos (72%) (p=0,002, y 0,008,
respectivamente). En menor medida usan Ask (23%), Twitter (13%) y Tuenti (3%).
Mayoritariamente consideran que hay más violencia en los espacios online que
offline, especialmente las chicas (86% respecto al 82% de los chicos). También perciben
que existe impunidad en la red (el 73% de las chicas y el 63% de los chicos piensa que
no se castiga a las personas que hacen algo malo en ella) y consideran que alguien
como la policía, algún organismo especializado o la familia debería intervenir en los
casos de violencia 2.0 (lo opina el 80% de las chicas y el 70% de los chicos).
Por último destaca que todos afirman poseer conocimientos relacionados con la
seguridad en los entornos virtuales (sin que existan diferencias por sexo); concretamente saben bloquear a la gente que molesta (93%), saben modificar las condiciones
de privacidad en las redes sociales (89,5%), saben denunciar las fotografías indebidas
(88,2%), y tiene antivirus el 69,3%; en menor medida saben desactivar la geolocalización
del móvil (60,8%) y el 70% no abre correos de desconocidos.
Experiencias de violencias de género 2.0
Escala de ciberagresión
Las ciberagresiones que ejercen con mayor frecuencia las y los participantes hacen
referencia a conductas relacionadas con la violencia asociada a los mitos del amor
romántico (ver tabla 2): el 27% dice que a veces controla la pareja, y el 3% lo hace
muchas veces. El 14% dice que a veces inspecciona el móvil de la pareja, mientras que
el 3% lo hace muchas veces. En segundo lugar, también se ejerce violencia asociada a
las imposiciones de belleza heteronormativas: el 17% dice que a veces frecuenta páginas
de puntuaciones por el físico de chicas y el 14% dice que a veces insulta chicas por
tener un físico poco atractivo (el 3% dice que lo hacen muchas veces).
RIE, 2017, 35(1), 197-214
203
Las ciberagresiones en función del género
Tabla 2
Porcentajes de respuestas obtenidas en las escalas sobre experiencias en VG 2.0 (ciberagresión, cibervíctima
y ciberobservación) en cada una de sus dimensiones
RIE, 2017, 35(1), 197-214
Muchas veces(2)
Violencia por apartarse de la normatividad sexual femenina
Insultar por Internet a una chica
86,5%
13,5%
,0%
91,0%
6,5%
2,6%
38,7%
porque ha tenido diversas parejas
Acosar una chica porque es
provocativa, con el móvil o redes
85,8%
13,5%
,6%
93,5%
5,8%
,6%
51,6%
sociales
Meterse con una chica a través de
96,1%
3,2%
,6%
96,8%
3,2%
,0%
64,5%
Internet porque no se interesa por
los chicos
Insultar en Internet a una chica
por no haber tenido relaciones
96,8%
1,9%
1,3%
96,1%
1,9%
1,9%
61,9%
con chicos
Meterse con un chico por tener un
90,3%
7,7%
1,9%
94,2%
4,5%
1,3%
54,8%
físico poco masculino
Violencia por transgredir la heteronormatividad sexual obligatoria
Difundir en Internet la orientación
96,1%
3,9%
,0%
96,1%
3,2%
,6%
62,6%
sexual de alguien sin su permiso
Suplantar la identidad de alguien
haciéndose pasar por homosexual
91,0%
7,1%
1,9%
95,5%
3,9%
,6%
56,1%
o transexual y ridiculizarlo en
Internet o móvil
Insultar en la red a una
persona por ser o pensar que es
93,5%
5,8%
,6%
96,1%
2,6%
1,3%
62,6%
homosexual o transexual
Violencia debida a las imposiciones del canon de belleza heteronormativo
Insultar a una chica por tener un
83,2%
14,2%
2,6%
83,2%
14,2%
2,6%
46,5%
físico poco atractivo
Crear, participar o consultar una
página web que pone puntuación
81,9%
17,4%
,6%
89,7%
9,0%
1,3%
59,4%
al físico de las chicas
Mostrar la foto de una chica
simplemente como un objeto
93,5%
4,5%
1,9%
95,5%
3,9%
,6%
56,8%
sexual en redes sociales
Violencia basada en estereotipos
Por manifestar opiniones te han
85,8%
12,3%
1,9%
85,2%
12,3%
2,6%
58,7%
dicho “ves a fregar”, o “a la cocina”
Violencia sexual
Amenazar una chica para
96,1%
3,9%
,0%
91,6%
6,5%
1,9%
64,5%
mantener una relación de pareja
A veces(1)
Escala
ciberobservación
Nunca(0)
Muchas veces(2)
A veces(1)
Nunca(0)
Escala
cibervictimización
Muchas veces (2)
A veces (1)
Nunca (0)
Escala
ciberagresión
41,3%
20,0%
33,5%
14,8%
26,5%
9,0%
26,5%
11,6%
31,6%
13,5%
29,7%
7,7%
33,5%
10,3%
23,2%
14,2%
36,1%
17,4%
25,2%
15,5%
31,0%
12,3%
27,1%
14,2%
25,2%
10,3%
204
Llenar el correo de alguien con
contenido sexual
Conseguir fotos de una persona
para hacerle chantaje para
aprovecharse sexualmente de ella
Difundir vídeos / fotos sexis
de una chica en Internet sin su
permiso
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
94,8%
3,9%
1,3%
94,8%
4,5%
,6%
76,8%
17,4%
5,8%
94,8%
3,9%
1,3%
94,2%
3,9%
1,9%
67,1%
25,2%
7,7%
93,5%
5,2%
1,3%
96,8%
3,2%
,0%
56,1%
31,0%
12,9%
Violencia por manifestar posiciones antipatriarcales
Meterse con alguien en Internet
por su ideología feminista
meterse con alguien porque está a
favor del movimiento LGBTI
93,5%
5,2%
1,3%
94,8%
3,2%
1,9%
68,4%
24,5%
7,1%
96,8%
2,6%
,6%
96,1%
,6%
3,2%
63,9%
25,2%
11,0%
Violencia asociada a mitos amor romántico
Controlar la pareja en Facebook,
Twiter...]
Conocer la contraseña de la pareja
en las redes sociales para bloquear
amistades
Controlar la pareja por
geolocalización
Coger el móvil de la pareja para
ver llamadas e inspeccionar
Obligar a la pareja a quitar fotos
de amigos en FB o dejar de
whatsapear con alguien
70,3%
26,5%
3,2%
82,6%
13,5%
3,9%
47,7%
34,2%
18,1%
91,0%
7,7%
1,3%
87,7%
10,3%
1,9%
51,0%
36,8%
12,3%
93,5%
5,8%
,6%
92,9%
6,5%
,6%
66,5%
25,2%
8,4%
82,6%
14,2%
3,2%
82,6%
14,8%
2,6%
51,6%
36,1%
12,3%
92,3%
6,5%
1,3%
90,3%
7,7%
1,9%
58,1%
29,0%
12,9%
Escala de cibervictimización
Como cibervíctimas, las conductas manifestadas son algo más frecuentes: el 15%
dice que a veces la pareja le inspecciona el móvil (al 3% se lo hacen muchas veces); el
14% dice que está siendo a veces controlado por la pareja en las redes sociales (el 4%
dice que muchas veces); y al 14% le insultan a veces por tener un físico poco atractivo
(al 3% le ha sucedido muchas veces).
Escala de ciberobservación
Finalmente se constata que las conductas en violencia de género 2.0 son mucho
más observadas que protagonizadas e incluso se muestran tendencias diferentes a las
anteriores. El 41% dice haber observado a veces que se insulta a una chica por tener
varias parejas (el 20% ha observado esta conducta muchas veces). El 37% dice haber
visto como algunos conocen las contraseñas de sus parejas para bloquear amistades
(el 12% lo ha visto muchas veces); y el 36% ha observado cómo se inspeccionan móviles de las parejas (12% muchas veces). El 36% también ha observado como a veces se
insultan chicas por tener un físico poco atractivo y el 17% lo ha visto muchas veces. Se
observan algo más las conductas de VG 2.0 entre sus iguales (media de 38 sobre 69), y
en menor medida se considera participar de ellas, como ciberagresores (media de 25
sobre 69) y como cibervíctimas (media de 26 sobre 69), como se aprecia en la tabla 3.
RIE, 2017, 35(1), 197-214
205
Las ciberagresiones en función del género
Contraste de las escalas por sexo
Si contrastamos las puntuaciones de las tres escalas por sexo, observamos que
existen diferencias en algunos aspectos:
• Las chicas observan más todas las conductas de VG 2.0 que los chicos (tabla 5),
siendo estadísticamente significativa esta diferencia, excepto en la dimensión
“transgredir la heteronormatividad sexual obligatoria (los actos de violencia
relacionados con esta dimensión son observados por igual por chicos y chicas).
Esta dimensión identifica las ciberagresiones a homosexuales, lesbianas y transexuales.
• En las dimensiones de la escala de experiencias en ciberagresión (tabla 3) puntúan
más alto los chicos, pero esta diferencia sólo es estadísticamente significativa en
las conductas asociadas a la “transgresión de la heteronormatividad sexual obligatoria”, lo que significa que los chicos tienden a tener más conductas violentas
online contra gais, lesbianas, transexuales, etc.
• En la escala de Experiencias como cibervíctimas (tabla 4), puntúan más alto las
chicas, aunque la diferencia significativa se da en las conductas de violencia
asociadas a mitos del amor romántico, lo que indica que las chicas padecen en
mayor medida que los chicos este tipo de VG 2.0.
Tabla 3
Contraste por sexo en las puntuaciones de la escala ciberagresión en cada una de sus dimensiones
Dimensiones de la escala
Mínima Máxim.
teórica teórica
Chicas
Mean (SD)
Chicos
Mean (SD)
t
(p)
Apartarse de la normatividad
sexual femenina
5
15
5,38 (,64)
5,66 (1,48)
-1,40 (,163)
Transgredir heteronormatividad
sexual obligatoria
3
9
3,11 (,46)
3,34 (,73)
-2,20 (,030)
Imposiciones del canon de
belleza heteronormativo
3
9
3,45 (,84)
3,46 (,94)
-0,80 (,937)
Estereotipos (rol familiar)
1
3
1,21 (,44)
1,13 (,42)
1,04 (,300)
Violencia sexual
4
12
4,15 (,55)
4,40 (1,14)
-1,61 (,111)
Violencia por manifestar
posiciones antipatriarcales
2
6
2,06 (,29)
2,19 (,63)
-1,62 (,107)
Violencia asociada a mitos amor
romántico
5
15
5,97 (1,4)
5,61 (1,54)
1,43 (,153)
TOTAL Escala Ciberagresión
23
69
25,34 (3,33)
25,81 (5,22)
-6,31 (,529)
RIE, 2017, 35(1), 197-214
206
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
Tabla 4
Contraste por sexo en las puntuaciones de la escala cibervictimización en cada una de sus dimensiones
Mínima
teórica
Máxim.
teórica
Chicas
Mean (SD)
Chicos
Mean (SD)
t
(p)
Apartarse de la normatividad
sexual femenina
5
15
5,45 (,1,05)
5,30 (,97)
8,84(,37)
Transgredir
heteronormatividad sexual
obligatoria
3
9
3,08 (,41)
3,25(,89)
-1,44(,15)
Imposiciones del canon de
belleza heteronormativo
3
9
3,48(,55)
3,25(,68)
1,67(,09)
Estereotipos (rol familiar)
1
3
1,25(,47)
1,12(,44)
1,72(,09)
Violencia sexual
4
12
4,31(,87)
4,28(1,03)
,16(,87)
Violencia por manifestar
posiciones antipatriarcales
2
6
2,21(,79)
2,10(,43)
,97(,33)
Violencia asociada a mitos
amor romántico
5
15
6,07(1,94)
5,43(1,38)
2,23(,027)
TOTAL Escala
Cibervictimización
23
69
25,86(5,05)
24,75(4,48)
1,36(,17)
Dimensiones de la escala
Tabla 5
Contraste por sexo en las puntuaciones de la escala ciberobservación en cada una de sus dimensiones
Dimensiones de la escala
Apartarse de la normatividad
sexual femenina
Transgredir
heteronormatividad sexual
obligatoria
Imposiciones del canon de
belleza heteronormativo
Estereotipos (rol familiar)
Violencia sexual
Violencia por manifestar
posiciones antipatriarcales
Violencia asociada a mitos
amor romántico
TOTAL Escala
Ciberobservación
Mínima
teórica
Máxim.
teórica
Chicas
Mean (SD)
Chicos
Mean (SD)
t
(p)
5
15
8,54(2,96)
7,27(2,53)
2,67(,008)
3
9
4,62(1,82)
4,33(1,71)
,97(,335)
3
9
5,32(2,03)
4,27(1,62)
3,35(,001)
1
4
3
12
1,75(,77)
6,18(2,29)
1,42(,68)
5,28(2,04)
2,65(,009)
2,43(,016)
2
6
3,04(1,30)
2,63(1,06)
2,05(,042)
5
15
8,94(3,14)
6,91(2,73)
4,04(,000)
23
69
38,39(12,53)
32,10(9,05)
3,12(,002)
RIE, 2017, 35(1), 197-214
207
Las ciberagresiones en función del género
Puntuaciones obtenidas en la Cyberbullying Offending Scale
La Cyberbullying offending scale (Hinduja & Patchin, 2010) consta de 9 items Likert
5 puntos (tabla 6). Los resultados obtenidos denotan que las y los jóvenes no manifiestan participar en gran medida de las conductas de ciberbulling que se plantean en
la escala. En una escala del 1 al 5, las puntuaciones medias de las y los participantes
no llegan al 1.5.
Tabla 6
Descriptivos de la Cyberbullying Offending Scale
Ítems
He acosado a otra persona por internet o móvil
He colgado en internet comentarios crueles o hirientes sobre alguien
He difundido rumores sobre alguien en internet
He amenazado con hacer daño a alguien en internet
He amenazado con hacer daño a alguien en un mensaje de móvil
Me he hecho pasar por alguien y he actuado de forma cruel o hiriente
He colgado una imagen cruel o hiriente de otra persona
He creado una página web cruel o hiriente sobre alguien
He colgado un vídeo cruel o hiriente de alguien
N
Media
DS
155
155
155
155
155
155
155
155
155
1,40
1,41
1,22
1,30
1,23
1,23
1,15
1,07
1,09
,971
,835
,608
,734
,625
,590
,498
,379
,514
Podemos identificar que las conductas que menos han puntuado están relacionadas
con violencia mediante imagen, video o la creación de web. En cambio, obtienen unas
puntuaciones ligeramente superiores las conductas ciberviolentas relacionadas con el
acoso por móvil o internet, y realizar comentarios crueles por internet.
Factores asociados a la ciberagresión en VG 2.0
Los factores asociados con el comportamiento agresor se identificaron a partir de
un análisis descriptivo de las variables de los casos con puntuaciones más altas en la
escala de ciberagresión en VG 20. Y, en un segundo momento, mediante un análisis de
regresión lineal múltiple (con el total de la misma escala como variable dependiente).
Dado que el comportamiento agresor es manifestado en un bajo porcentaje por la
muestra del estudio, se procedió bajo el criterio empírico a seleccionar el percentil 70
de las puntuaciones del alumnado en la Escala de ciberagresión en VG2.0 (es decir
los y las chicas que puntúan más alto en esta escala). El análisis descriptivo se realizó
en base a todas las variables del cuestionario, resultando significativas las siguientes,
que estarían asociadas con el comportamiento agresor (tabla 7): utilizar Twiter y Ask.
fm de forma importante; puntuar más alto en la escala de Cyberbullying offending;
puntuar más alto en todas las dimensiones de la escala de experiencias como agressor;
ser de mayor edad y de cuarto curso; y tener pareja. No aparece significativo el sexo.
RIE, 2017, 35(1), 197-214
He acosado a otra persona por internet o móvil
155
1,40
,971
He
colgado
en
internet
comentarios
crueles
o
hirientes
sobre
155
1,41
,835
He acosado a otra persona por internet o móvil
155
1,40
,971
alguien
He colgado en internet comentarios crueles o hirientes sobre
155
1,41
,835
He
difundido rumores sobre alguien en internet
155
1,22
,608
alguien
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
208He amenazado con hacer daño a alguien
en
internet
155
1,30
,734
He difundido rumores sobre alguien en internet
155
1,22
,608
,734
Usos
Usos
de de
tecnología
tecnología
He amenazado con hacer daño a alguien en internet
155
1,30
n
Variables continuas
Tabla 7Variables asociadas con el
omportamiento
agresor
Variables
asociadas
con el
n
Variables continuas
Descriptivos
de
las
variables
asociadas con la ciberagresión Media
Desvia
p
omportamiento agresor
ción
Media
Desvia
p
Variables continuas
Variables asociadas con el
ción
n
comportamiento
agresor
Media
Twitter
47
Agresor Desviación
(1,65)
,78 p
,031
108
No agressor
,64 ,031
Twitter
47
Agresor
(1,65)
,78
(1,39)
108
No agressor
,64
Ask.fm
47
Agresor (1,91)
,82 ,008
(1,39)
108
No agressor
,76
Ask.fm
47
Agresor
(1,91)
,82 ,008
(1,54)
108
No agressor
,76
Escala Cyberbulling Offending
47
Agresor (1,57)
,67 ,000
(1,54)
108
No agressor
,20
Escala Cyberbulling Offending
47
Agresor
(1,57)
,67 ,000
(1,09)
108
No agressor
,20
Apartarse de la
47
Agresor (6,40)
1,58 ,000
(1,09)
normatividad
108
No agressor
,34 ,000
Apartarse de lasexual
47
Agresor
(6,40)
1,58
femenina
(5,09)
normatividad sexual
108
No agressor
,34
Transgredir
47
Agresor (3,70)
,93 ,000
femenina
(5,09)
heteronormatividad
sexual 108
No agressor
,09
Transgredir
47
Agresor
(3,70)
,93 ,000
obligatoria
(3,00)
heteronormatividad sexual 108
No agressor
,09
Imposiciones
del canon de 47
Agresor (4,17)
1,18 ,000
obligatoria
(3,00)
Imposiciones
del canon de 108
47
Agresor
(4,17)
1,18
belleza
heteronormativo
No agressor
,41 ,000
belleza heteronormativo
108
No agressor
,41
(3,15)
(3,15)
Estereotipos (rol familiar)
47
Agresor (1,48)
,62 ,000
Estereotipos (rol familiar)
47
Agresor
(1,48)
,62 ,000
108
No agressor
,13
108
No agressor
,13
(1,01)
(1,01)
Violencia sexual
47
Agresor (4,80)
1,39 ,000
Violencia sexual
47
Agresor
(4,80)
1,39 ,000
108
No agressor
,000
108
No agressor
,000
(4,00)
(4,00)
Violencia por manifestar 47
Agresor (2,34)
,78 ,000
Violencia antipatriarcales
por manifestar 108
47
Agresor
(2,34)
,78 ,000
posiciones
No agressor
,13
posiciones antipatriarcales
108
No agressor
,13
(2,01)
(2,01)
Violencia asociada a mitos 47
Agresor (7,25)
1,97 ,000
Violencia
asociada a mitos 108
47
Agresor
(7,25)
1,97
amor
romántico
No agressor
,44 ,000
amor romántico
108
No agressor
,44
(5,16)
(5,16)
Edad
47
Agresor (14,82)
1,68 ,017
Edad
47
Agresor
(14,82)
1,68 ,017
108
No agressor
1,70
108
No agressor
1,70
(14,09)
(14,09)
Escala
Escala
Experiencias
Experiencias
como
como
agresor/a
agresor/a
Curso
Curso
Tener pareja
Tener pareja
n
n
47
47
108
108
47
47
108
108
Variables categóricas
Variables
% categóricas
%
20,8% de primero
y 39,7%
20,8%
de primero y 39,7%
de cuarto
de
cuarto
45,5%
que tienen y 24,3%
45,5%
que noque tienen y 24,3%
que no
p
p
,010
,010
,010
,010
RIE, múltiple
2017, 35(1),mediante
197-214
En el análisis de regresión lineal
el método de introducción, se consideró
En
el
análisis
de
regresión
lineal
múltiple
mediante
el la
método
dependiente la conducta ciberagresora (medida mediante
Escalade
deintroducción,
ciberagresiónse
enconsideró
VG2.0). C
dependiente
la
conducta
ciberagresora
(medida
mediante
la
Escala
de
ciberagresión
en
VG2.0).
C
independientes se consideraron en el análisis los usos de tecnologías, la competencia
digital
independientes
se
consideraron
en
el
análisis
los
usos
de
tecnologías,
la
competencia
digital
ciberagresores de Hinduja & Patchin (2010), el sexo, la edad, el tener pareja y la percepción de im
209
Las ciberagresiones en función del género
En el análisis de regresión lineal múltiple mediante el método de introducción, se
consideró como variable dependiente la conducta ciberagresora (medida mediante la
Escala de ciberagresión en VG2.0). Como variables independientes se consideraron
en el análisis los usos de tecnologías, la competencia digital, la escala de ciberagresores de Hinduja & Patchin (2010), el sexo, la edad, el tener pareja y la percepción de
impunidad en la red.
Tabla 8
Análisis de regresión lineal múltiple en el comportamiento de ciberagresión en VG2.0
Coeiciente
Beta
estandarizado
Variable dependiente: conducta
ciberagresora
(Constant)
Colinealidad
t
Sig.
13,675
,000
Tolerance
VIF
¿Actualmente tienes pareja?
,101
1,551
,123
,892
1,121
¿Sabes denunciar las fotografías subidas
a la red indebidamente?
-,170
-2,616
,010
,896
1,116
-,086
-1,360
,176
,958
1,043
,086
1,252
,213
,808
1,238
-,190
-2,791
,006
,823
1,216
,156
2,291
,024
,824
1,214
,168
2,578
,011
,893
1,120
,603
9,131
,000
,872
1,147
¿Crees que se castiga a las personas
que hacen cosas malas o ilegales en los
entornos on-line?
Sexo
De la siguiente lista, ¿qué recursos
utilizas con mayor frecuencia? [Youtube]
De la siguiente lista, ¿qué recursos
utilizas con mayor frecuencia? [Skype]
De la siguiente lista, ¿qué recursos
utilizas con mayor frecuencia? [Ask.fm]
Escala Cyberbulling
Los resultados evidencian un modelo de regresión válido con un 48% de predicción
(r2=0.478). Se asumen los supuestos de linealidad, normalidad, independencia, y homocedasticidad. Las pruebas de colinealidad (incluidas en la tabla 8) identifican que no
existe relación lineal exacta entre ninguna de las variables independientes. El modelo
contempla las siguientes variables predictoras de la conducta cibreagresora en VG2.0:
• Puntuar más alto en la escala de ciberagresores (Hinduja & Patchin, 2010). Es la
variable predictora con mayor peso e indica que los jóvenes que puntúan más
alto en la escala de experiencia como agresores también puntúan alto en la escala
de ciberagresores.
• No saber denunciar fotografías indebidas. Es la segunda variable predictora e
indica que los jóvenes que puntúan más alto en la escala de experiencia como
agresores presentan menos competencia en esta categoría.
RIE, 2017, 35(1), 197-214
210
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
• No utilizar Youtube. Es la tercera variable predictora e indica que los jóvenes
que puntúan más alto en la escala de experiencia como agresores utilizan en
menor medida este entorno.
• Usar Ask.fm. Indica que los jóvenes que puntúan más alto en la escala de experiencia como agresores usan de forma importante este entorno.
• Usar Skype. Indica que los jóvenes que puntúan más alto en la escala de experiencia como agresores usan de forma importante este entorno.
Discusión y conclusiones
Discusión
El estudio ha dado respuesta a los dos objetivos planteados. Por un lado ha evidenciado las experiencias de las y los jóvenes con relación a la violencia de género 2.0.
Las puntuaciones indican que todos los jóvenes de la muestra alguna vez han tenido
experiencias de ciberagresión.
En la escala de ciberagresión los chicos puntúan más alto que las chicas, pero las
diferencias no son estadísticamente significativas, excepto en las conductas violentas
hacia gais, lesbianas y transexuales donde los chicos sobresalen. En consonancia
con estos resultados en el reciente estudio de Durán y Martínez-Pecino (2015) sobre
conductas de victimización y ciberacoso a través del teléfono móvil y de Internet en
las relaciones de noviazgo en universitarios, los resultados concluyeron, en contra
de lo esperado, que los chicos informaron de mayores niveles de victimización por
parte de sus parejas que las chicas, a través de los dos medios, en la misma dirección de otros trabajos realizados con jóvenes en otros países (Burke et al., citado en
Durán & Martínez-Pecino, 2015). En lugar de estar eliminándose el nivel de conductas violentas perpetradas por los chicos, (García Fernández et al., 2015) las chicas
se están sumando a este tipo de comportamiento. Sin embargo, las consecuencias
de estos tipos de agresiones son más perjudiciales para las mujeres (Banyard &
Cross, 2008; Borrajo, Gámez-Guadix & Calvete, 2015; Estébanez & Vázquez, 2013;
Torres, 2013), entre otras razones por su posición de vulnerabilidad psicológica en
el entramado relacional y social. Deberían seguirse estudiando el papel del sexo en
las ciberagresiones (Borrajo et al., 2015) y analizar si son reactivas o proactivas y si
las chicas utilizan las agresiones online como mecanismo de defensa o respuestas
a agresiones anteriores.
Las diferencias estadísticas en conductas violentas hacia homosexuales por parte de
los chicos apoya la hipótesis de que el género que encontramos en la red es heteronormativo, en el que mujeres y cualquier persona que se sitúe fuera de los márgenes de lo
“patriarcalmente” aceptable”, se convierte en un colectivo vulnerable de ser agredido
o acosado a través de la red.
En la escala de cibervictimización puntúan más alto chicas que chicos, pero las
diferencias estadísticas solo se dan en la dimensión mitos del amor romántico, donde
las chicas padecen más las ciberagresiones asociadas a esta dimensión. Las creencias
del amor romántico que asigna a las mujeres un lugar en las relaciones afectivas y los
mecanismos legitimados por el patriarcado en la relación amorosa como el control,
RIE, 2017, 35(1), 197-214
211
Las ciberagresiones en función del género
la posesión y los celos, (Esteban & Távora, 2008; Esteban, 2011; Ferrer & Bosch, 2013)
están en la base de este tipo de conductas abusivas. Conductas además ampliamente
normalizadas en la juventud (Borrajo et al., 2015). Este tipo de violencia aparece en un
período de inestabilidad personal, en que las jóvenes se encuentran en un proceso de
construcción identitaria. Los episodios violentos que sufren las chicas pueden afectar
de manera traumática la formación psíquica, cognitiva y relacional de la persona, en
un período de alta vulnerabilidad, en el que las relaciones amorosas constituyen un
elemento central para su desarrollo social y afectivo (Vézina, 2012).
La escala de ciberobservación es la que obtiene la puntuación más alta. Es incongruente que hayan sido más observadores que agresores o víctimas, probablemente
cuesta reconocerse como persona víctima o como agresora, en cambio es más fácil
reconocerse como observador. En la investigación de Garmendia, Garitaonandia,
Martínez y Casado (2011), el porcentaje de jóvenes que habían sido víctimas de acoso
siempre estaba por encima de los que los habían acosado.
Hay diferencias significativas en la escala de ciberobservación entre chicos y chicas.
Posiblemente las chicas tienen más sensibilidad y conciencia a las violencias de género.
Con relación al segundo objetivo de la investigación, se han encontrado unos factores asociados al comportamiento ciberagresor, para cuya discusión nos centraremos
en el uso de los entornos tecnológicos y en la correlación alta que obtiene el perfil de
agresor en la escala de ciberagresores de Hinduja y Patchin, (2010).
Los entornos nos hacen cuestionarnos sobre la utilización de entornos activos como
ask y Skype, los más utilizados, y un entorno pasivo como youtube, el menos utilizado.
Ask es la red social que seduce a los jóvenes porque permite hacer preguntas de
forma anónima, ahí es donde reside la clave de su éxito. Skype por su parte es un
entorno de conversación, tanto con gente conocida como desconocida que también
permite la obtención de datos privados. A menudo se utiliza como entorno secundario
una vez se ha contactado primero por otros medios y es muy usado en los juegos online. No es de extrañar que las características de estos entornos sean más valoradas por
las persones agresoras, pues les permiten dar más rienda suelta a sus actos.
El otro factor a considerar dentro del perfil de ciberagresión es la correlación con
las puntuaciones obtenidas en la escala de ciberagresores de Hinduja y Patchin, (2010).
Las agresiones en función del género correlacionan con agresiones de ciberbullyng en
general. Las actitudes agresoras marcan una pauta que es generalizable a cualquier
conducta.
Conclusiones
Esta investigación pone a disposición de la comunidad académica un instrumento
para analizar las agresiones que se producen en espacios virtuales motivadas por
discriminaciones en función del género. A nivel internacional no hemos encontrado
otro instrumento de estas características. Los estudios que contemplan la dimensión
género suelen ser cualitativos y estar centrados en agresiones producidas por parejas
o exparejas. No hay constancia de ningún instrumento que vaya más allá de las ciberagresiones en relaciones afectivas-sexuales. Los índices de fiabilidad son altos y se ha
podido establecer la validez ligada al criterio.
RIE, 2017, 35(1), 197-214
212
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
Este trabajo ofrece además una clasificación de conductas exhibidas en la red para
estudiar el fenómeno de las agresiones en función del género. Se toma como marco
explicativo de la clasificación y las conductas el sistema patriarcal. Un sistema que normativiza las conductas y los roles y castiga a quienes se apartan de esta normatividad.
Los resultados marcan la tendencia, ya apuntada, del fenómeno de la ciberagresión, cada vez con índices más altos y que debe preocupar a responsables políticos y
educativos.
El debate de la asimetría o simetría entre chicos y chicas en relación a la violencia
continúa, pero queremos remarcar la deportación de las chicas al comportamiento
masculino como una tendencia peligrosa y que plantea grandes interrogantes a la
acción educativa.
Queremos remarcar la importancia de programas preventivos sobre las relaciones
amorosas. Las creencias distorsionadas que tienen la juventud sobre el amor justifican
conductas abusivas de control, dominio y ejercicio de la violencia especialmente hacia
las chicas por parte de los chicos. Algo que ha quedado demostrado en nuestra muestra.
Finalmente apuntamos la limitación del trabajo con relación a la muestra que deberá
ampliarse en futuros estudios. Los resultados deben interpretarse, por tanto, en clave
de significatividad y no de generalización.
Igualmente deberá ampliarse el ámbito geográfico de la muestra y la edad estudiada. En cuando a la franja de edad estudiada, sería interesante ver cómo funciona
el instrumento con otras edades por encima o por debajo del rango que se presenta.
Referencias
Alexy, E.M., Burgess, A. W., Baker, T., & Smoyak, S. A. (2005). Perceptions of Cyberstalking Among College Students. Brief Treatment and Crisis Intervention, 5(3), 279- 289.
doi: 10.1093/brief treatment/mhi020.
Arisó, O. & Mérida, R. (2010). Los géneros de la violencia Una reflexión queer sobre la violencia de género. Barcelona: Egales.
Banyard, V. L., & Cross, C. (2008). Consequences of teen dating violence understanding
intervening variables in ecological context. Violence Against Women, 14(9), 998-1013.
Barlett, C., & Coyne, S. M. (2014). A meta-analysis of sex differences in cyber-bullying
behavior: The moderating role of age. Aggressive Behavior, 40(5), 474-488.
Beckman, L., Hagquist, C., & Hellström, L. (2013). Discrepant gender patterns for
cyberbullying and traditional bullying. An analysis of Swedish adolescent data.
Computers in Human Behavior, 29(5), 1896–1903. doi:10.1016/j.chb.2013.03.010.
Borrajo, E., Gámez-Guadix, M., & Calvete, E. (2015). Justification beliefs of violence,
myths about love and cyber dating abuse. Psicothema, 27(4), 327-333. doi: 10.7334/
psicothema2015.59.
Buelga, S., & Pons, J. (2012) Agresiones entre Adolescentes a través del Teléfono Móvil
y de Internet. Psychosocial Intervention, 21(1), 91-101.
Burke, S.C., Wallen, M., Vail-Smith, K., & Knox, D. (2011). Using technology to control
intimate partners: An exploratory study of college undergraduates. Computers in
Human Behavior, 27(3), 1162–1167. doi: 10.1016/j.chb.2010.12.010.
RIE, 2017, 35(1), 197-214
213
Las ciberagresiones en función del género
Calmaestra, J. (2011). Cyberbullying: prevalencia y características de un nuevo tipo de
bullying indirecto. (Tesis doctoral). Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Córdoba, Córdoba.
Calvete, E., Orue, I., Estévez, A., Villardón, L., & Padilla, P. (2010). Cyberbullying in
adolescents: Modalities and aggressors profile. Computers in Human Behavior, 26,
1128–1135. doi:10.1016/j.chb.2010.03.017.
Defensor Del Pueblo-UNICEF (2006). Violencia escolar: el maltrato entre iguales en la
educación secundaria obligatoria 1999-2006. Madrid: Publicaciones de la Oficina del
Defensor del Pueblo.
Dimond, J. P., Fiesler, C., & Bruckman, A. S. (2011). Domestic violence and information
communication technologies. Interacting with Computers, 23(5), 413-421.
Donoso-Vázquez, T., Rubio, M.J., Velasco, A., & Vilà, R. (2014). Cuestionario de violencias
de género 2.0. Recuperado de http://hdl.handle.net/2445/53384.
Donoso-Vázquez, T., Rubio, M.J., Vilà, R., Velasco, A., & Aneas, A. (2014). La medición
del acoso en Internet. Comunicación presentada en II Congreso Internacional de
Ciencias de la Educación y del Desarrollo. Granada, España.
Durán, M. & Martínez-Pecino, R. (2015). Ciberacoso mediante teléfono móvil e Internet
en las relaciones de noviazgo entre jóvenes. Comunicar, XXII, 44, 159-167.
Esteban, M.L., & Távora; A. (2008). El amor romántico y la subordinación social de las
mujeres: revisiones y propuestas. Anuario de psicología, 39(1), 59-73.
Esteban, M.L. (2011). Crítica del Pensamiento Amoroso. Barcelona: Bellaterra.
Estébanez, I., & Vázquez, N. (2013). La desigualdad de género y el sexismo en las redes
sociales. Bilbao: Observatorio vasco de la Juventud.
Ferrer, V., & Bosch, E. (2013). Del amor romántico a la violencia de género. Para una
coeducación emocional en la agenda educativa. Profesorado. Revista de curriculum y
formación del profesorado, 17(1), 105-122.
Finn, J., & Atkinson, T. (2009). Promoting the safe and strategic use of technology for
victims of intimate partner violence: Evaluation of the Technology Safety Project.
Journal of Family Violence, 24(1), 53-59. doi: 10.1007/s10896-008-9207-2
García Fernández, C.M, Romera, E.M., & Ortega Ruiz, R. (2015). Explicative factors
of face-to-face harassment and cyberbullying in a sample of primary students.
Psicothema, 27(4), 347-353. doi: 10.7334/psicothema2015.35
Garmendia, M., Garitaonandia, C., Martínez, G., & Casado, M.A. (2011). EU Kids Online
II: Mejorando el conocimiento sobre el uso y la seguridad en Internet de los menores en
Europa. Recuperado de www.ehu.es/eukidsonline
Hinduja S., & Patchin J.W. (2008). Cyberbullying: an exploratory analysis of factors related to offending and victimization, Deviant Behavior, 29(2), 129-156.
doi:10.1080/01639620701457816.
Hinduja S., & Patchin J.W. (2010). Bullying, Cyberbullying, and Suicide. Archives of
Suicide Research, 14(3), 206-221.
Hyrkäs, K., Appelqvist-Schmidlechner, K., & Oksa, L. (2003). Validating an instrument
for clinical supervision using an expert panel. International Journal of nursing studies,
40(6), 619 -625.
Li, Q. (2007). New bottle but old wine: a research of cyberbullying in schools. Computers
in Human Behavior, 23(4), 1777–1791. doi:10.1016/j.chb. 2005.10.005.
RIE, 2017, 35(1), 197-214
214
Trinidad Donoso-Vázquez, María José Rubio Hurtado y Ruth Vilà Baños
Modecki, K. L., Minchin, J., Harbaugh, A. G., Guerra, N. G., & Runions, K. C. (2014).
Bullying prevalence across contexts: a meta-analysis measuring cyber and traditional
bullying. Journal of Adolescent Health, 55(5), 602-611.
Mora-Merchán, J. A., Ortega, R., Justicia, F., & Benítez, J. L. (2001). Violencia entre iguales
en escuelas andaluzas. Un estudio exploratorio utilizando el cuestionario general europeo
TMR. Revista de Educación, 325, 323-338.
Muñoz-Rivas, M. J., Graña Gómez, J. L., O’Leary, K. D., & González Lozano, P. (2007).
Aggression in adolescent dating relationships: prevalence, justification, and health
consequences. Journal of Adolescent Health, 40(4), 298-304.
Nunnally, J. C. (1978). Psychometric Theory. New York: McGraw-Hill.
Ortega, R., Calmaestra, J., & Mora-Merchán, J. A. (2008). Cyberbullying. International
Journal of Psychology and Psychological Therapy, 8(2), 183-192.
Skjong, R., & Wentworth, B. (2000). Expert Judgement and risk perception. Recuperado
de http://research.dnv.com/skj/Papers/SkjWen.pdf.
Smith, P.K. (2006). Ciberacoso: naturaleza y extensión de un nuevo tipo de acoso dentro y
fuera de la escuela. Recuperado de: http://www.observatorioperu.com/lecturas/ciberacoso_pSmith.pdf.
Southworth, C., Dawson, S., Fraser, C., & Tucker, S. (2005). A high-tech twist on abuse:
Technology, intimate partners talking, and advocacy. Violence Against Women.
Online. Recuperado de: http://nnedv.org/downloads/SafetyNet/NNEDV_HighTechTwist_PaperAndApxA_English08.pdf
Spence-Diehl, E. (2003). Stalking and technology: The double-edged sword. Journal of
Technology and Human Services, 22(1), 5-18. doi: org/10.1300/J017v22n01_02
Torres, C. (2013). El ciberacoso como forma de ejercer la violencia de género en la juventud: un
riesgo en la sociedad de la información y del conocimiento. Madrid: Ministerio de sanid,
servicios sociales e igualdad. Recuperado de: https://www.poder-judicial.go.cr/
observatoriodegenero/wp-content/uploads/2016/06/Ciberacoso-como-violencia-degenero.pdf.
Vézina, J. (2012). La violence subie dans les relations amoureuses des filles à l’adolescence et
au début de l’âge adulte: style de vie à risque et contextes associés. Thèse presenté com a
exigence partielle du doctoral en psychologie. (Tesis doctotal, Université de Québec
à Montréal). Recuperado de http://www.archipel.uqam.ca/4603/
Fecha de recepción: 6 de febrero de 2016
Fecha de revisión: 6 de febrero de 2016
Fecha de aceptación: 18 de octubre de 2016
RIE, 2017, 35(1), 197-214