CS
olección: Ideas en debate
erie: Historia Antigua-Moderna
DJ
irector de serie:
osé Emilio Burucúa
La diferencia que se advierte entre el título de tapa
y el de portadilla no constituye un error de imprenta,
sino que pretende completar el homenaje al volumen
publicado por Diego Catalán en 1955, donde se presenta
la misma variante entre “prosista” y “cronista”.
Esta publicación ha sido posible gracias al aporte
de la Agencia Nacional de Promoción Científica y
Tecnológica, a través del Proyecto PICT 2014-2308.
Diseño gráico general: Gerardo Miño
Edición: Primera. Marzo de 2016
ISBN: 978-84-16467-24-2
Lugar de edición: Buenos Aires, Argentina
Cualquier forma de reproducción, distribución,
comunicación pública o transformación de esta
obra solo puede ser realizada con la autorización
de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
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Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar
o escanear algún fragmento de esta obra.
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Pablo E. Saracino
Lorenzo de Padilla:
un cronista anónimo del siglo XVI
ÍNDICE
Agradecimientos........................................................................
9
Introducción .............................................................................. 11
La obra visible de Padilla ......................................................... 15
Dextro, el apócrifo ..................................................................... 21
Las obras y sus manuscritos .................................................... 27
Padilla en su contexto ............................................................... 33
El juicio y la crítica ................................................................... 37
El manuscrito BNE 1342 .......................................................... 41
Lorenzo de Padilla, autor de BNE 1342 .................................. 47
Puño y letra ............................................................................... 53
Nuestra edición ......................................................................... 59
Bibliografía primaria y secundaria .......................................... 61
Apéndice
Prólogo de la Segunda parte de las Crónicas de España
(BNE 1342, f. Ir-v)..................................................................... 67
Compendio del Libro del reinado de Sancho IV
(BNE 1342, ff. Iiv-IIIr) .............................................................. 68
Libro del reinado de Sancho IV (BNE 1342, ff. 106v-150r) .... 69
Decididamente, una breve rectiicación es inevitable
J. L. Borges
9
Agradecimientos
E
l presente trabajo podría haber encontrado demasiados escollos y habría resultado mucho menos grato sin la ayuda y el
apoyo de las siguientes personas: Carlos Alvar, cuya generosidad
me facilitó la consulta de los fondos de la Real Academia de la
Historia. La Fundación Cilengua y Philobiblon, por otorgarme una
beca que me permitió cursar el Primer Seminario Internacional
Philobiblon (San Millán de la Cogolla). Leonardo Funes, por dirigir
todo el proceso, corregir atentamente el texto y sugerir valiosos
aportes. Charles Faulhaber, por haber sido uno de los primeros
en aceptar, con sincero interés, la hipótesis del presente trabajo.
María Mercedes Rodríguez Temperley, por brindarme bibliografía útil y valiosos consejos. Juan Fuentes y Manuel Abeledo, por
haber contribuido a resolver algunos de los interrogantes surgidos
durante la investigación. Soledad Bohdziewicz, por sus aportes
bibliográicos y lúcidas lecturas. Covadonga Valdaliso, por su
siempre entusiasta colaboración. Esther Sánchez-Medina, por
enviarme generosamente su fundamental trabajo sobre Lorenzo
de Padilla. Darío Molino, por la incondicional asistencia técnica.
Magui López García acompañó cada paso del proceso, corrigió el
manuscrito y me toleró con ininita paciencia.
Una primera versión de este trabajo fue leída en las II Jornadas Internacionales de Historiografía e Historia de la Lengua.
III Annual EDIT Colloquium (Estoria DigiTal), en la Facultad
de Filología de la Universidad de Sevilla (23-25 de noviembre de
2015). Agradezco a Aengus Ward el privilegio de haber podido
compartir estas conclusiones en dicho evento.
10
PABLO E. SARACINO
Asimismo, agradezco la total disposición del personal de la
Biblioteca Nacional de España, de la Real Academia de la Historia, de la Biblioteca del CSIC, de la Biblioteca de la Facultad de
Derecho (Universidad Complutense de Madrid), de la Biblioteca
del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y de la Biblioteca
Histórica “Marqués de Valdecillas”. También debo manifestar, muy
especialmente, mi gratitud a Rafael de Talavera Quirós, quien ha
rastreado por mí invaluable información relacionada con Lorenzo
de Padilla en el Archivo Histórico Municipal de Antequera.
Por último, expreso mi gratitud al CONICET y al Estado Argentino, cuya política en Ciencia y Técnica posibilitó, desde el año
2003, signiicativos avances para la investigación en nuestro país.
Buenos Aires, 9 de diciembre de 2015
11
Introducción
a historiografía española compuesta a lo largo del siglo XVI se
inscribe en un complejo contexto de producción que la torna
particularmente interesante, ya que toda producción que se pretenda
transmisora de alguna verdad histórica, estará al servicio de una
ideología imperial, que con frecuencia se verá obligada a recurrir,
para su fundamentación, a documentos apócrifos, falsiicaciones
y otras operaciones propias de la icción.
Ya durante el siglo XV la historiografía había conocido la
irrupción de nuevos géneros que daban cuenta de un signiicativo
cambio en los intereses y las necesidades de la época, tales como
las crónicas particulares centradas en la biografía de relevantes
personajes de la nobleza o bien los llamados sumarios, nuevos
vehículos que buscaban volver legibles y al mismo tiempo signiicativos, a través de un drástico proceso de selección, los antiguos
relatos históricos compuestos entre mediados del siglo XIII y
principios del XV. Por su parte, los historiadores del siglo XVI,
quienes trabajan bajo la égida de Carlos V y Felipe II, vuelven
sobre las obras medievales con nuevos objetivos impuestos por un
particular contexto de producción: por un lado, la dinámica de un
método de origen humanista propone una actitud frente al texto
heredado que ya no habrá de limitarse a la mera reproducción de
un saber considerado completo y acabado, sino que éste habrá de
ser contrastado, ampliado y discutido a la luz de nuevas fuentes
que estos autores tendrán a su alcance y de las que harán fructífero uso. De esta manera, el texto medieval, luego del período de
L
12
PABLO E. SARACINO
aparente agotamiento que acusaban los breves y muchas veces
fabulosos sumarios, cobra una vida inusitada, expandiéndose
en nuevas direcciones y reubicándose en el centro de la escena
historiográica gracias a las intervenciones que un nuevo modo
de lectura y de producción le impone. En este sentido, podemos
mencionar diversas vías a través de las cuales la crónica será
releída y reescrita: en primer lugar, cabe señalar la autoridad
que el texto mantiene en tanto tal, volviéndose objeto de ediciones
impresas como la que Florián de Ocampo realizara en 1541 de la
obra alfonsí1. Por otra parte, se presentan casos en los cuales la
fuente se copia con un alto grado de idelidad, aunque sufriendo
las necesarias actualizaciones léxicas y gramaticales del caso, para
luego ser sometida a una extensa intervención en el espacio de la
glosa, donde se aloja toda clase de información nueva2. Existen,
asimismo, casos en los que se produce una completa reelaboración
textual, donde los aportes de las múltiples fuentes alternativas se
incorporan esta vez al cuerpo del texto, dando lugar a una obra
nueva, cuya fuente principal sea acaso la crónica medieval, pero
compartiendo su autoridad con un gran espectro de fuentes de
naturaleza diversa, no siempre pertenecientes al registro escrito.
Este proceso de revisión que sufre el texto cronístico medieval
encuentra su correlato en la enorme relevancia que asumen en la
época los géneros de las Antigüedades de España y de las denominadas pseudohistorias. La situación imperial del reino de España
vuelve necesaria la construcción ideológica de ciertos antecedentes
capaces de ligar el contexto contemporáneo con un pasado en el
cual sea posible ubicar las dinastías españolas y la historia de
su pueblo en pie de igualdad con otros casos europeos (Francia o
Italia). De esta manera, la exhumación arqueológica de todos los
rastros que fuera posible recopilar de inscripciones antiguas en
monumentos de la península encontrará su necesario correlato en
la aparición de textos apócrifos, como el supuesto Chronicom de
Flavio Lucio Dextro, en el cual se establecen todos los oportunos
lazos entre las dinastías vigentes y fabulosos reyes antiguos.
La historiografía del período que nos ocupa suele evocarnos sus
nombres más célebres (Florián de Ocampo, Ambrosio de Morales,
1.
Para un panorama de la obra y la bibliogafía ocampianas, ver Jerez (2009: 757-760).
2.
Acaso uno de los casos más interesantes de esta práctica sea el manuscrito de Florián de
Ocampo que se conserva en la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla (59-1-19 y
59-1-18) (Fuentes-Saracino 2015).
LORENZO DE PADILLA: UN CRONISTA ANÓNIMO DEL SIGLO XVI
13
Jerónimo Zurita, Argote de Molina, Juan de Mariana), y oculta,
con mayor o menor justicia, otros cuya obra suele equipararse en
calidad y dimensión a las de quienes sí cuentan con el galardón
de la fama. En esta oportunidad pretendemos llamar la atención
sobre la obra de uno de los cronistas menos resonantes del período,
cuya vasta obra, alejada de los intereses de los especialistas, no ha
contado aún con el merecido estudio e incluso buena parte de la
misma se ha mantenido, como veremos a continuación, completamente desconocida. Nos referimos a Lorenzo de Padilla, Arcediano
de Ronda en la Santa Iglesia de Málaga, nacido en 1485 y fallecido
posiblemente a ines de 1568. Según su testimonio, sirvió en Roma
al papa Pablo III, abandonando su función en 1538 con la inalidad de atender al encargo que personalmente le hiciera Carlos V:
redactar una historia de España desde los inicios hasta su propio
reinado, lo cual nos permite incluir a Padilla entre los cronistas
que “se forman como humanistas en Italia” (Sánchez Alonso 1947:
356). Si bien el Arcediano declara haberse dedicado con esmero
a dicha tarea, el reconocimiento del monarca y de su sucesor no
parecieran haberse hecho efectivos nunca, dando origen, de esta
manera, al vasto cono de sombra que desde mediados del siglo
XVI se extiende sobre el nombre y la obra de Lorenzo de Padilla.
15
La obra visible de Padilla
E
n la Biblioteca Nacional de Madrid, con la signatura R/29851,
se guarda un impreso que parece ser el único testimonio de
la edición, posiblemente encomendada por el propio Lorenzo de
Padilla, de Las chronicas de España, la cual se habría llevado a
cabo en la ciudad de Toledo. El volumen no tiene pie de imprenta,
presenta un índice manuscrito compuesto por Juan Francisco Andrés
Uztarroz3, quien lo habría comprado a la librería de Francisco de
Urrea, cuando ésta “se vendió a trozos públicamente” (SalamanquésSánchez 2010: 2312 y n. 34). En una carta del 24 de agosto de 1655
Vázquez Siruela le reiere a Nicolás Antonio que tanto Urrea como
Uztarroz dejaron huellas en el impreso, “el primero con anotaciones
marginales, y el segundo formando la tabla de materias” (Godoy
3.
Se trata de una tabla manuscrita de temas, en orden alfabético de A a V, copiada en los
folios ii-v de los cinco agregados al comienzo. Al parecer, el impreso original habría
perdido folios, razón por la cual se lo restauró, agregando folios a la encuadernación, con
la finalidad de restituir a mano el texto perdido, tarea que por algún motivo habría quedado
incompleta. Además de los cinco folios mencionados al comienzo, se ha agregado uno al
final (también con inscripciones manuscritas) y otro entre ff. VI y X que se corresponde
con el que se encuentra entre ff. XI y XIIII. Luego del f. LXIX se halla un folio rasgado
del cual se ha perdido la mitad (con buena parte del texto y el número de folio). Entre el
fragmento rasgado y f. LXIX se ha perdido un folio. A continuación de dicho fragmento, se
han agregado dos folios en blanco, luego de los cuales continúa f. LXXVI seguido de otro
folio en blanco. Entre ff. LXXX y LXXXIII se han agregado dos folios en blanco y uno
más entre ff. LXXXIIII y LXXXVI. Al impreso conservado le faltan, entonces, diecisiete
folios y la mitad del posterior a f. LXIX. Sin embargo, los folios agregados son sólo nueve.
La filigrana de todos los agregados es visiblemente distinta de la que presentan los folios
impresos. Las apreciaciones de nuestra descripción coinciden con la que presenta Godoy
Alcántara (1868: 22-23).
16
PABLO E. SARACINO
Alcántara 1868: 22). Ya en aquel entonces el contenido del volumen
no se condice completamente con lo que anuncian los compendios
manuscritos de los primeros folios. Éstos dan cuenta de una obra
dividida en cinco libros, de los cuales se reseñan cuatro, al tiempo
que se anuncia que el quinto será resumido “al principio dél”. Sin
embargo, el impreso sólo transmite los tres primeros libros, hasta
tiempos del rey godo Recesvinto, y no podemos saber con seguridad
si los dos libros inales se han perdido o si, en cambio, nunca han
sido impresos4. Con respecto a la fecha, una anotación de Urrea
propone “por los años 1570”5.
Este ejemplar es el único vestigio conocido del paso por la
imprenta de la vasta obra historiográica que Carlos V encomendara al cronista en 1538, en la ciudad de Toledo, y que éste, treinta
años más tarde (ya bajo el reinado de Felipe II), declara haber
completado en el prólogo de su Primera parte de las Crónicas de
España (BNE 5571, f. 1r-v), en el de su Coronica del orixen y de los
estados que preçedieron los Enperadores oçidentales (BNE 7086, f.
3v) y al inal de la Particular crónica del catholico y sobreyllustre
rei don Phelippe primero desde nombre (Esc. X-II-11, f. 184r). En
los tres casos la aclaración tiende a reclamar un postergado salario:
Suplico a vuestra inuictissima magestad tenga memoria como son /
pasados diez y seis años que pase de italia en las vistas de niça / que
vuestra magestad hizo con el papa paulo terçero y dexé su serviçio y
forme el de vuestra magestad y tengo colegidas y pues/tas en verdadera
historia todas las chronicas de españa has/ta los tiempos de vuestra
magestad, y no se me ha dado nin/guna ayuda de costa ni salario”
(Esc. X-II-11, f. 184r).
La otra edición contemporánea de Padilla que se conoce es la
realizada en 1538 de su Catálogo de los Santos de España6. Una
4.
La presencia en el último folio (CIv) de un reclamo “fon”, nos sugiere que el impreso
originalmente continuaba o bien pretendía hacerlo.
5.
Glosa en margen derecho de BNE R/29851, f. Ir. Por su parte, Andrés de Uztarroz propone
“el año de 1569 según se colige de la dedicatoria al Rey Don Felipe” (1680: 127b) y
Morel-Fatio recoge ese dato (1913: 98). Recientemente, Gozalbes Cravioto afirma que
“se publicó hacia 1550” (2000: 42 y Salamanqués-Sánchez 2010: 2312, n. 35). El dato
resulta contradictorio, ya que el texto está dedicado a Felipe II, quien comienza a reinar en
1556. La incógnita podría saldarse si pudiéramos postular una simple errata, sin embargo,
en una publicación posterior el autor insiste en sostener esta improbable fecha (2010: 16,
n. 22).
6.
En la Biblioteca Nacional de España se conservan tres ejemplares (R/877, R/2098 y
R/8004). Si bien Mañaricua (1971: 10, n. 5) señala la existencia de un ejemplar manuscrito
LORENZO DE PADILLA: UN CRONISTA ANÓNIMO DEL SIGLO XVI
17
edición parcial de su Crónica de Felipe I, a mediados del siglo
XIX (Salvá y Sainz de Baranda, 1846) y la poco difundida, aunque excelente, edición de Mañaricua de las Crónicas de la Casa
de Viscaya (1971) completan el discontinuo paso de Lorenzo de
Padilla por la imprenta7. El resto es silencio, o bien pertenece al
restringido ámbito de la cultura manuscrita, en volúmenes que
pueden ser fechados entre inales del siglo XVI y mediados del
XIX. A simple vista, resulta por demás notoria la abismal distancia
que se advierte entre la escasa consideración que la historiografía
y los estudios literarios han observado por Padilla y la atención
que han merecido otros cronistas del período, como ser el mismo
Florián de Ocampo, a tal punto que algunos estudios sobre la
cronística en tiempos de Carlos V ni siquiera lo mencionan (Cirot
1905; Kagan 2000; Cano Fernández 2008; 52-81) o bien airman,
contra toda evidencia documental, que “no escribió ninguna obra”
(Cadenas y Vicent 1989: 251)8. La identiicación de Padilla entre
los cronistas de Carlos V ha sido problemática. Ticknor menciona
a Ocampo, Garibay, Guevara y Sepúlveda, aunque aclara que
Dormen incluye a Padilla “en el número de los cronistas de Carlos
V”. Por lo cual, concluye: “en efecto no es fácil determinar cuántos
y cuáles disfrutaron por aquel tiempo de tan honrosos títulos”
(Ticknor 1851: 113, n. 8 y Rodríguez Marín 1888: f. 11v). Por su
parte, Morel-Fatio sí lo considera (1913: 20, 97-100), aunque no
parece tener una buena opinión sobre su trabajo: “S`il n`a pas
écrit l`histoire de l`empereur, comme on peut le croire, nous n`y
perdons pas grand chose” (1913: 100)9.
de esta obra en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial con la signatura
h-IV-25-2 (ff. 224r-243v), la misma se trata, en realidad, de un resumen de pocos folios
y en formato pequeño (139 x 100 mm) del contenido de la obra.
7.
A esta lista acaso habría que agregar la edición de “las más notables” Anotaciones a las
Leyes de España, que publica Bonet Ramón (1930: 247-386; 1932: 339-368 y 413-447),
así como el “Índice de las cosas más notables…” (1930: 387-403; 1933: 118-129).
8.
En la tesis de Gomez Martos se afirma que Padilla “se autodenominaba cronista real”
(2012: 21).
9.
Para una contextualización general sobre la historiografía española del período resultan muy
útiles los trabajos clásicos de Cirot (1905), Sánchez Alonso (1947: 355-465) o Fernández
Álvarez (1955), así como los artículos de cronística recopilados en Jauralde Pou (2009),
el capítulo de Sánchez Marcos de la Historia de la historiografía española (2003: 123188), el planteo de Kagan (2002), entre otros. La tesis de Gómez Martos sobre Mariana
presenta un resumen del contexto muy bien documentado (2012: 19-27). Asimismo, valiosa
información sobre el contexto de Ocampo brinda el trabajo de Bustos Guadaño (2000).
18
PABLO E. SARACINO
Es menester reconocer, sin embargo, que han existido a lo largo
de los siglos intentos de ubicar a Padilla, si no en el centro de la
escena, al menos en un sitio menos marginal. El primero y acaso el
más signiicativo de estos proyectos fue el que llevó adelante José
de Pellicer, al editar en 1669 el primer libro de la Primera parte
de las Crónicas de España10. Los términos en los cuales Pellicer
exalta la obra de Padilla son tan contundentes como lapidaria su
condena del texto de Ocampo, a quien acusa de haber usurpado
la información que el Arcediano aporta en su obra para redactar
la suya propia, sin haber enriquecido el trabajo de Padilla más
allá de una supericial ampliicación retórica11. La versión de los
hechos, tal como la presenta, es simple y no contiene atenuantes
que pudieran redimir, o al menos justiicar, al célebre cronista:
Pasó su Original a Poder de Flo-/riam Decampo, que le Sucedió en el
Ofi-/cio, i en el Cuidado de Escriuir la Histo/ria: mas no Publicó la
de su Antecessor, / como era Estilo; sino que Callando sus / Escritos,
i Nombre, se Valiò de aquel / Trabajo tan Inaccesible como Docto, i /
Deste Primer Libro Suyo, que Sacamos à / Luz, Compuso los Quatro de
su Croni-/ca General, Començando, i Feneciendo / al Compas mismo:
i Procurando Dilatar / lo que Padilla estudió en çeñir.
Hagase el Cotejo de vna Escritura, i / Otra, i se hallará, que assi en lo
Geogra-//phico, como en lo Cronologico, i en lo / Historial, de vna
Historia Breue, se For-/mó vna Larga, i sin Mejorarla de Estilo, que en
Esto no llegó a Igualarle (1669: 4v-5r).
El juicio de Pellicer no sólo atribuye a Ocampo deshonestidad
intelectual, plagio, ocultamiento de fuentes, sino que también ataca
su estilo, el cual, al prolongar la relación de la Historia, se nos
presenta como potencialmente viciado de falsedad. En el extremo
opuesto, Padilla “con Mayor Elegancia” se habría encargado de
abrir “el primero la senda al método de la Historia, en español”.
Según Pellicer, la veracidad de la información que brinda el texto
de Padilla se apoya, a diferencia de los soismas de Ocampo, en un
método pionero basado en la investigación personal de un vastísimo
repertorio de material arqueológico:
10. En la Biblioteca Nacional de España se conservan dos ejemplares de esta edición: R/8383
y 7/15821. A este último ejemplar le faltan los folios 1, 24 y 25 (Faulhaber, BETA manid
5619). Por su parte, la RAH conserva un ejemplar de esta edición con la signatura 3/7635.
11. Ya nos hemos referido anteriormente a una posible relación entre las obras de ambos
cronistas (Saracino 2015).
LORENZO DE PADILLA: UN CRONISTA ANÓNIMO DEL SIGLO XVI
19
Porque Nadie Negara ser Padilla, el / que Allanò, antes de Todos, la
Inculta / Selua de la Geographia de España […]. Demás des-/to, Enseñó
a haçer Españolas las Histo-/rias Romanas, i Griegas. Peregrinó por /
España para Recoger Monumentos An/tiguos, Piedras, Inscripciones,
i Letre-/ros, haçiendo en todo el Iuiçio Doctis-//simo, que Manifiesta
este Libro (1669: f. 5v-6r)12.
La versión de los hechos que presenta Pellicer parece haber tenido
cierto éxito en determinados círculos. En la copia del Nobiliario
que realiza Juan Baños de Velasco (BNE 3331, f. IIr) se advierten ecos de los “Motivos” de la edición de 1669, sin que podamos
establecer, por contemporáneos, en qué dirección se ha producido
la inluencia, si es que la hay: “[Padilla] compuso otra [obra] que
fue la / historia general de españa de quien Florian de / Ocampo
tomó los cinco libros que corren con su nom/bre”13. Sin embargo,
es preciso relativizar este juicio: apenas un año más tarde Ibáñez
de Segovia y Peralta ya redacta una justa defensa de Ocampo:
Confiesso me lastima ver ofendida con tanta / ligereça la opinion de
Florian de Ocampo, venerada / con estimacion siempre de propios, y
estraños, y que / pueda mas vna conjetura incierta, que el credito con/
tinuado, y dignamente merecido de Varon tan gran-/de, no solo para
publicarle plagiario, ignominoso de-/lito en todas edades, sino para
passar tambien a conde-/narle por ofensor publico” (1671: 225)14.
12. Una selección de los elementos fundamentales de los “Motivos de esta edición” de Pellicer
son transcriptos por Gallardo (1888: n. 3318) y por Bonet Ramón (1931: 137).
13. Esta nota ya fue señalada por Salamanqués y Sánchez (2010: 2310, n. 24). En términos muy
similares se expresa esta idea en el Nobiliario transmitido en BNE 2787 (f. 1r), fechado
en 1759.
14. No ha sido la de Segovia y Peralta la única voz que se ha alzado en defensa de Ocampo. Por
dar sólo un ejemplo, citamos las palabras de Rezabal y Ugarte: “Pellicer […] y el P. Gabriel
de Henao […] acusan á Ocampo de plagiario, por averse aprovechado de los manuscritos,
que dexó D. Lorenzo de Padilla, Cronista de Carlos V, á quien sucedió en este empleo;
pero, siendo este cargo vago, y no manifestándose los fundamentos, que pudieran hacerle
probable, nos excusamos de vindicar la memoria de este varón benemérito de un crimen,
que lo hacen inverosimil su profunda erudicion, y el alto concepto, que merecieron sus
trabajos literarios á las cortes, y á los sabios, que florecieron en su tiempo” (1805: 236).
67
Apéndice
Prólogo de la Segunda parte de las Crónicas de España
(BNE 1342, f. Ir-v)
[f. Ir] [^2Don Alfonso deçimo. / Don Sancho su hijo. / don fernando.
4º. / don Alfonso. xj.]} [FLA ???] C.M.}1
Por lo escripto en los cinco libros ques la primera Parte de las /
coronicas despaña que tratan de lo pasado en ella espacio de /
iiiMdlii años tendra Vuestra magestad entera notiçia del estado
y / ser que a tenido su españa. Los cinco rrestantes que faltan /
para cumplimjento de la primera decada ques la segun/da parte
de las coronicas despaña. Como se halla mas entera / notiçia de las
cossas en ella pasadas tratara solamente / 2de lo pasado en espaçio
de (^?cvij) [^?cvii] años los quales reynaron / en la mayor parte
despaña los rreyes don alfonso deçimo des/3te nonbre llamado el
sauio y don sancho su hijo y don fer/nando quarto deste nonbre su
nieto y don alfonso onzeno des/te nonbre su visnieto vera vuestra
magestad en ella nueuo mun/do de lo pasado hasta alli en españa
lo qual caussaron / las nueuas costunbres que se yntruduxeron en
castilla que / la verdad fueron nescesarias porque hasta los tien/
pos de don fernando terçero fueron otros mundos que despues /
que rreyno su hijo don alfonso mediante ocuparse en conquistar
/ y acabar dechar despaña a los moros y como rreyno don alfonso
/ dexandole su padre espelidos cassi despaña los moros / procuro
de poner sus rreynos en poliçia de rrepublica y / justiçia de donde
çuçedieron los aluorotos que vuestra magestad / vera por este
principio o sesto libro y por el setimo y ota/vo hasta tanto quel
1.
FLA[*bio] C[*aesari] M[*onarchae] puede proponerse como una posible reconstrucción
conjetural de la inscripción.
2.
{GL.[^3xcvii]}
3.
{GL.[^2Reyes]}
68
PABLO E. SARACINO
esforçado rrey don alfonso onzeno aca/vo de asosegar sus rreynos
como tubo hedad y sus / suditos obedeçieron sus leyes y mandatos que horde/no para que fuesen jusgados p[^o]liticamente / 4los
autores prinçipales a quien seguiremos sera la / segunda parte
que llaman de las coronicas de españa [f. Iv] Que mando colegir el
mismo Rey don alfonso onzeno en que / se yncluyen la coronica de
los hechos pasados en los tienpos / quel rreyno y los de su padre
don fernando y a(^h)[^g]uelo don / sancho y uis aguelo don alfonso
el sauio y como demas de l[o] / pasado en sus tienpos y de los de
su padre se siruio de / Relaçion que fueron del rreynado de don
sancho y de don / alfonso el sauio su padre. Vbo çiertamente descuydo en los cole/gir en manera que quedaron harto oscuras las
cossas pa/sadas en los tienpos que rreynaron don alfonso el sauio
y don / sancho su hijo y sacarlas en la luz y rrelaçion verdadera /
que aqui van prometo a vuestra magestad como cristiano / que me
a costado trastornar hartas escripturas y asi digo / quel primero
libro de la presente ques sesto en horden / tratara de lo passado
en españa espaçio de treynta y tres / años que rreyno don alfonso
el sauio que fueron desde los Mcclij / años de xpo hasta los lxxxiiij
que murio este catolico rrey / don alfonso el qual al prinçipio de su
rreynado conquisto a los / moros el rreyno de gibraltar o comarcas
de xeres de la fron/tera y despues el rreyno del a(^r)[^l]garue [...]5
Compendio del Libro del reinado de Sancho IV
(BNE 1342, f. IIv-IIIr)
6
el segundo libro de (^h)esta parte ques setimo en horden
/ trata de lo pasado en españa espaçio de diez años desde / los
IVCCLXXXIIII de xpo hasta los noventa y quatro que rrey/no en
la mayor parte despaña don sancho hijo de don alfonso / y como
començo avenjusaf rrey de marruecos le çerco a xere[z] / yendo a le
dar vatalla no le oso aguardar. tanbien ilipo / rrey de francia hijo
de san luis pretendio pasar en españa / contra el rrey don pedro
de aragon hijo del rrey don jaymes / porque se auia apoderado
de la ysla de çeçilia y le costo / la vida a el y al rrey don pedro de
aragon y auenjusaf rrey / de marruecos procuro paz con el rrey don
[f. IIv]
4.
{GL. [^2autores quel / sigue]}
5.
El texto completo del prólogo fue transcripto por Rosende (2011: 307-311).
6.
{GL.[^2 2.lib. / Rey don Sancho / el brabo]}
LORENZO DE PADILLA: UN CRONISTA ANÓNIMO DEL SIGLO XVI
69
sancho y hizo / guerra al rrey de granada que lo metio en españa
y le ga/no a rronda y sus comarcas hasta çerca de malaga7 y con/
quistara lo demas si no muriera y le sucedio su hijo auen/jacob
a quien el rrey don sancho gano a tarifa y antes desto / mato en
alfaro al conde don lope señor de Viscaya y el / rrey don alfonso de
aragon hijo de don pedro faboreçio a don alfonso / de la cerda(^d)
hijo mayor del ynfante don fernando con/tra su tio don sancho y
sobrello vinieron a las armas / don sancho rrey de castilla y don
alfonso rrey de aragon y es/tubieron para se dar batalla y naçieron
muchos mo/vimientos y vinieron a tener paz don jayme rrey / de
aragon segundo deste nonbre que suçedio don alfonso / y el rrey
don sancho de Castilla y ganada tarifa [f. IIIr] adereçandose el rrey
don sancho para cercar aljezira ado/leçio denfermedad que murio
y fue sepultado en la / Santa yglesia de toledo
Libro del reinado de Sancho IV (BNE 1342,
f. 106v-150r)
[f. 106v] COMiença
El setimo libro8
CAPitulo primero Como Reyno don sancho en castilla
estando el ynfante en la ciudad de avila por el mes de abril deste
/ año ya dicho que se contaron Mcclxxxiiii años de xpo siendo auisado / de la muerte del Rey don alfonso su padre celebra[n]dole
muy sole[mnes] [f. 107r] Osequias en la ciudad de auila acabada la
misa se vistio de / ynsinias Reales y salio caualgando por la ciudad
acompañado / de los Ricos honbres y perlados quen su corte estauan
y delante / su pendon dos reyes darmas apellidando Castilla y
leon / por el Rey don sancho y bueltos a su palacio Real le besa/
ron la mano y rreçiuieron por su rrey y señor natural los gran/des
y perlados que alli estauan y a lo qual vinieron des/pues la mayor
parte de los demas de sus reynos y procuradores / dellos y de sus
pueblos y juraron por su princesa y çucesora / a la ynfanta doña
ysabel su hija quera de hedad de poco mas / de vn año en defeto
de no tener hijo varon fueste principe / quarto deste nombre de
los que an Reynado en castilla el prime/ro fue don sancho llamado
7.
Referencia a la zona de influencia de Lorenzo de Padilla.
8.
Comienza la relación de los hechos del reinado de Sancho IV en las líneas finales del folio,
a continuación de los de Alfonso X.