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Experiencias inclusivas

EXPERIENCIAS EXITOSAS DE INTEGRACIÓN EDUCATIVA Tercera y cuarta convocatorias 2 0 0 7 / 2 0 0 8 Secretaría de Educación Pública Alonso Lujambio Irazábal Subsecretaría de Educación Básica José Fernando González Sánchez Dirección General de Desarrollo Curricular Leopoldo F. Rodríguez Gutiérrez Dirección General de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa Juan Martín Martínez Becerra Dirección General de Materiales Educativos María Edith Bernáldez Reyes Dirección General de Educación Indígena Rosalinda Morales Garza Dirección General de Formación Contínua de Maestros en Servicio Leticia Gutiérrez Corona EXPERIENCIAS EXITOSAS DE INTEGRACIÓN EDUCATIVA Tercera y cuarta convocatorias 2007/2008 Experiencias exitosas de integración educativa. Tercera y cuarta convocatorias 2007/2008 fue coordinado por la Dirección General de Desarrollo Curricular de la Subsecretaría de Educación Básica, a través del Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. Coordinación general Noemí García García Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa Gabriela Tamez Hidalgo Revisión técnica y actividades de relexión Marisol García Carbajal Organización de convocatorias Roxana F. Flores Navarro (2007) Tania M. Gallegos Vega (2008) Coordinación editorial Felipe Sierra Beamonte Corrección de estilo Erika Lozano Pérez Diseño y formación Marisol G. Martínez Fernández Las fotografías incluidas en los textos de la convocatoria de 2007 son sólo de carácter ilustrativo y fueron proporcionadas y autorizada su publicación por el Departamento de Educación Especial de Nayarit y el Centro de Habilitación e Integración para Invidentes (CHIPI) IAP. Las imágenes incluidas en los textos de la convocatoria 2008 fueron cedidas por los autores de los trabajos conforme a la base decimosexta de la convocatoria, que autoriza a las instituciones convocantes su utilización, siempre y cuando sea sin ines de lucro y como parte de documentos educativos. Primera edición, 2010 D.R. © Secretaría de Educación Pública, 2010 Argentina 28, Centro, CP 06020, México, DF Hecho en México Material gratuito/Prohibida su venta El presente documento es resultado de la tercera y cuarta convocatorias nacionales del concurso “Experiencias exitosas de integración educativa”, realizadas por la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. En la edición de los textos se respetó en general la redacción de los autores, para conservar el sentido y estilos propios; sólo se hicieron cambios para hacer directa la idea y menos coloquial la redacción. Í N D I C E PrEsENtaCIóN 10 INtroDuCCIóN 12 CoNvoCatorIa 2007 CatEgorÍa “DoCENtEs” Creando condiciones básicas para la integración educativa: experiencia de integración en secundaria Laura Zamora Pérez, Mariela Carnalla Vallejo y Altagracia Margarita Mata Cabrera 15 Camino a la educación sin discriminación Olga Lidia Rodríguez Nieto 23 Jesús, una lección de vida Isabel Salguero Pulido 29 CatEgorÍa “PaDrEs y maDrEs DE famIlIa” la vida es difícil pero bella... ¡si lo sabré yo que soy tu madre! Martha Margarita Torres Salas y María de la Luz T. Novoa Hernández 36 Integración educativa exitosa: un camino que aún no acaba Óscar Tavitas Herrera 44 una familia especial Amada Torres González y Heriberto Benjamín Sanjuanero Martínez 51 CoNvoCatorIa 2008 CatEgorÍa “DoCENtEs” El cielo es el límite Jorge Luis Reyes Sánchez 58 una emoción especial Blanca Elvira Guevara Mercado 67 El reconocimiento a la integración educativa de niños con necesidades educativas especiales Penélope Karina López Sotelo 75 CatEgorÍa “ColECtIvo EsColar” la inclusión educativa es un trabajo de todos Teresa López Cerrillo y Teresa Balderrama 83 luis fernando, un niño que representa un gran reto Angelina Barrios Casimiro y Gabriel García Sotelo 95 la integración educativa se logra a través de una atención interdisciplinaria Sonia Betancourt García, Claudia Angélica Jasso Reyes, José Eduardo González Núñez y Verónica Seferina Vargas Flores 102 CatEgorÍa “PaDrEs y maDrEs DE famIlIa” la guerrera invencible Luisa Dolores Guerrero Cuevas 110 Busco escuela para Nacho Eugenia Carolina Eberstadt Hoppenstedt 118 la historia de miguel Bernarda Sierra Ramírez y familia 125 aNEXos Miembros del jurado calificador 134 Menciones honoríficas. Convocatoria 2007 136 Menciones honoríficas. Convocatoria 2008 138 10 P r E s E N t a C I ó N E n los años recientes en el mundo ha aumentado el reconocimiento de la pluralidad social, la interculturalidad y la diversidad, lo cual también ha abarcado el ámbito educativo. Desde hace varios años, la atención de las personas con discapacidad ha sido una preocupación del gobierno de nuestro país; en este sentido, desde 2002, la Secretaría de Educación Pública asumió el compromiso de promover la igualdad de oportunidades en el acceso, la permanencia, el egreso y el logro educativo de las niñas, niños y jóvenes con necesidades educativas especiales, con prioridad a quienes presentan alguna discapacidad y/o aptitudes sobresalientes, a través del Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. Como parte de las acciones para alcanzar la equidad educativa, el Programa ha promovido el desarrollo de las personas con discapacidad para facilitar su integración plena en todos los ámbitos de la vida nacional, mediante el fortalecimiento de la atención educativa de estos alumnos en el sistema educativo nacional. Si bien cada vez más escuelas de educación inicial y básica abren sus puertas a la diversidad, también se ha enfatizado que la integración se efectúa más allá del salón de clases, en tanto implica la participación decidida de todas las autoridades educativas, fundamentalmente de los responsables de educación especial, inicial y básica en sus diferentes modalidades, así como de los supervisores y directores de las escuelas, los maestros de grupo, el personal de apoyo escolar, de educación especial, las familias y los alumnos. Se busca conformar comunidades educativas comprometidas en el mejoramiento continuo de la calidad y equidad educativas, mediante la promoción de las condiciones 11 necesarias que toda escuela integradora debe garantizar, a través de un proceso de sensibilización hacia la comunidad escolar, el trabajo permanente con el personal directivo, docente y padres de familia, el acompañamiento cercano del personal de educación especial, así como la realización de la evaluación psicopedagógica y la propuesta curricular adaptada a cada uno de los alumnos que lo requieran, con el in de orientar las acciones y brindar una respuesta adecuada a sus necesidades. La integración educativa es de gran beneicio para los alumnos con necesidades educativas especiales, en tanto constituye una valiosa experiencia educativa y social que les permitirá desarrollarse en mejores condiciones, eliminando de manera gradual las diversas barreras ideológicas y físicas que limitan su participación, convivencia y aprendizaje. Asimismo, es una oportunidad para la comunidad escolar de crecer como personas y fortalecerse como equipo de trabajo, generando cambios en la organización de la escuela y en las prácticas del personal docente, lo cual se verá relejado en el aprendizaje de los alumnos y el desempeño de los diferentes agentes educativos y en el reconocimiento de la pluralidad, donde la escuela se convierta en un espacio donde la diversidad y la tolerancia puedan valorarse como una característica de todos los seres humanos. Este título, es un reconocimiento a las prácticas de los docentes e integrantes de las familias, quienes asumen de manera conjunta el compromiso de combatir todas las formas de discriminación. Constituye también el mejor testimonio de que es posible construir un país satisfactoriamente incluyente, igualitario y justo. 12 I N t r o D u C C I ó N L a conformación de una sociedad incluyente, donde todos los hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades de acceder a una vida digna, ha sido considerada para dar sentido y ordenar las acciones de política pública educativa en el México de las próximas décadas. Con base en el artículo tercero constitucional y las atribuciones que le otorga la Ley General de Educación, la Secretaría de Educación Pública propuso, como objetivo fundamental del Programa Sectorial de Educación 2007-2012, “elevar la calidad de la educación para que los estudiantes mejoren su nivel de logro educativo, cuenten con medios para tener acceso a un mayor bienestar y contribuyan al desarrollo nacional”. Una de las estrategias para la consecución de este objetivo en educación básica es el Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa, el cual durante los últimos años constituye una respuesta del gobierno federal a las demandas y propuestas ciudadanas en materia educativa; mismo que establece los medios para consolidar una cultura de integración que contribuya a eliminar las barreras ideológicas y físicas que limitan la aceptación, el proceso de aprendizaje y la participación plena de los alumnos con necesidades educativas especiales asociadas o no con alguna discapacidad. Pretender un cambio conceptual y práctico en relación con estos alumnos hace necesaria la articulación de esfuerzos, no sólo al interior de los servicios de educación especial y las escuelas de todos los niveles, tipos y modalidades de la educación inicial y básica, sino también entre los alumnos y las distintas instituciones y organizaciones públicas y privadas comprometidas en su atención, con el in de consolidar el proceso de integración educativa y social. 13 Dicha vinculación ha sido posible partiendo de bases irmes, de metas compartidas y del consenso respecto a los principales retos establecidos a partir de diversas demandas sociales, para ofrecer una educación con equidad, pertinencia y calidad para mejorar la calidad de vida de todos los estudiantes. Con el in de promover una cultura de respeto a la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad, así como el reconocimiento pleno de la diversidad, la Subsecretaría de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, a partir de 2005 han convocado al certamen nacional “Experiencias exitosas de integración educativa” con los siguientes propósitos: promover el interés de los maestros y maestras hacia el tema de la discriminación; difundir en las escuelas de educación básica el derecho a la no discriminación, la igualdad de oportunidades y el respeto; promover en los docentes de educación básica, padres y madres de familia acciones para fortalecer la integración de los alumnos con discapacidad en las aulas de educación regular, donde los ejes temáticos han sido: No a la discriminación, Lucha contra la exclusión y Fomento a la igualdad de oportunidades en la escuela, en las categorías Docentes, Colectivo escolar y Padres y madres de familia. Luego del tercer y cuarto años consecutivos que el Programa convoca a este certamen nacional, nos congratulamos de la entusiasta respuesta de los participantes, en tanto fueron enviadas un total de 197 experiencias, procedentes de 20 entidades del país en 2007, y 222 experiencias de 22 entidades en 2008. En todos estos textos se percibe la labor de los docentes, de los Equipos de Apoyo de educación especial, la participación de la comunidad y del compromiso de las familias de estos alumnos. El jurado caliicador, después de analizar los trabajos concursantes decidió por unanimidad otorgar, además de los tres primeros lugares especíicos por categoría, menciones honoríicas por nivel educativo, por discapacidad y una mención especial por entidad federativa al Sistema Estatal de Educación Especial del Estado de México por registrar el mayor número de experiencias en ambas convocatorias. El presente documento recopila los tres primeros lugares de las categorías y las menciones honoríicas de ambas convocatorias; asimismo, al inal de cada experiencia se incluye un apartado que invita a relexionar sobre las situaciones expuestas, con la intención de someter a revisión las propias vivencias, las experiencias de trabajo, las decisiones o las actitudes que, en determinados contextos, uno y otros actores han asumido en el reto de eliminar las barreras para el aprendizaje, la participación y la convivencia de todos los alumnos sin ninguna clase de distinción. Finalmente, en los anexos se incluyen las menciones honoríicas y los miembros del jurado caliicador de ambas convocatorias. 14 CONVOCATORIA 2007 15 CatEgorÍa DoCENtEs Creando condiciones básicas para la integración educativa: experiencia de integración en secundaria* Laura Zamora Pérez • Mariela Carnalla Vallejo • Altagracia Margarita Mata Cabrera abemos que la integración de alumnos con discapacidad no sólo les beneicia a ellos. Este testimonio hace referencia a una experiencia de integración de alumnos con discapacidad visual en telesecundaria y los resultados que ha producido hasta hoy en todos los que hemos participado. La intención es compartir lo que aprendimos, lo que estamos haciendo y cómo esta práctica ha enriquecido nuestra tarea. S los promotores de la integración El Centro de Recursos e Información para la Integración Educativa (CRIE) núm. 1, ubicado en el municipio de Jiutepec, Morelos, a partir de 2005 brinda orientación a padres, maestros y comunidad en general en relación con diferentes aspectos de las discapacidades. Especíicamente con maestros de secundaria hemos realizado actividades de información, sensibilización y capacitación. El centro cuenta un recurso * Primer lugar, categoría “Docentes”, 2007. Cuernavaca, Morelos. 16 muy importante, el recurso humano, ya que los asesores apoyan las diferentes áreas. El área de discapacidad visual, entre otras actividades, realiza talleres sobre el sistema Braille y el uso de materiales especíicos para discapacidad visual, además ofrece la impresión de textos en este sistema. A lo largo de estos años, la organización de las tareas del CRIE toma como referente la demanda de los usuarios que en su mayoría no cuentan con servicio de educación especial. Una de las demandas más recurrentes de los padres de personas con discapacidad es que sus hijos ingresen en escuelas regulares. Hasta hace poco el área de discapacidad visual no había tenido ninguna solicitud, debido a que la mayoría de alumnos con discapacidad visual acude al Centro de Atención Múltiple (CAM) y en menor incidencia a escuelas que tienen Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER). A inales de junio y principios de agosto del 2007 se presentó la oportunidad de conocer a Jazmín y Rodrigo, alumnos con discapacidad visual, quienes solicitaron su ingreso a secundaria. la escuela integradora La telesecundaria “Pensamiento crítico” se fundó en 2000, en la colonia Villa Santiago, ubicada en una zona semiurbana al norte del municipio de Cuernavaca, conurbada con Tepoztlán. La escuela está instalada en una casahabitación de dos plantas; los padres de familia cubren el pago de renta en tanto se otorguen las instalaciones de la escuela. Se improvisaron tres aulas y un pequeño patio. El material didáctico es escaso; sin embargo cuentan con seis computadoras. La clase de Educación Física se realiza en la calle o en la cancha de la comunidad. Actualmente son tres grupos, con 19 alumnos en primero, 22 en segundo y 15 en tercero. El personal lo conforman tres maestras incluyendo a la directora que al mismo tiempo es maestra de tercer grado. los alumnos integrados Jazmín tiene 13 años, a la edad de ocho, y como consecuencia de padecer meningitis se le diagnosticó ceguera. Había cursado el primer grado de primaria 17 y sabía escribir, leer y andar en bicicleta. A los 10 años ingresó a la Asociación Centro de Rehabilitación para Ciegos IAP (Acrec), donde recibió instrucción en actividades de la vida diaria, orientación y movilidad, y conocimiento del sistema Braille, además la apoyaron para obtener el certiicado de estudios de educación primaria en sistema abierto por parte del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA). Desarrolló las habilidades básicas necesarias para ingresar a secundaria, por ello a través de esta asociación la familia solicitó la colaboración del CRIE para apoyar su ingreso a la secundaria de su comunidad en Villa Santiago. Rodrigo tiene 12 años, a partir de los siete, como consecuencia de la diabetes detectada desde los dos años se le diagnosticó debilidad visual con pronóstico progresivo de ceguera. Durante sexto grado contó con el apoyo de la USAER y utilizó textos en macrotipos. Concluyó la primaria en sistema regular, y en este servicio se le recomendó acudir a la telesecundaria en Villa Santiago, en parte porque es una de las más cercanas a su domicilio y porque esta modalidad de secundaria cuenta con pocos alumnos y un solo maestro por grado. las familias A pesar de las barreras encontradas desde que se presentó la discapacidad en sus vidas, ambas familias se muestran muy dispuestas a participar en las actividades que propone la escuela. Los hermanos y los papás están aprendiendo y perfeccionando la enseñanza del sistema Braille. Las expectativas de los padres son positivas: “Yo le digo que le eche ganas, que siga estudiando. Otros ciegos son profesionistas, como Araceli y su esposo; ¡qué siga! Lo más que pueda aprender”. Cómo surge Queremos destacar la participación de Acrec, que además de brindar servicio oftálmico promueve el desarrollo de habilidades indispensables 18 para personas ciegas. La vinculación del CRIE con Acrec permitió conocer la necesidad de ingreso a secundaria de Jazmín. A inales del ciclo escolar 2006-2007 se celebró la entrevista con el personal de la escuela para plantear el ingreso de Jazmín. En el mes de febrero los papás de Rodrigo habían solicitado la inscripción en esta escuela. Fue una sorpresa saber que dos alumnos con discapacidad visual ingresaban a primer grado. Nuestras acciones para promover la integración educativa Un primer acuerdo fue realizar un trabajo de apoyo entre la escuela y el CRIE a través de las reuniones de consejo técnico entre maestros. Al principio, la directora mencionaba: “No puedo decir que no a los alumnos especiales, es su derecho; es difícil que vayan a otra escuela más lejos, aunque sé que nos faltan las herramientas y el conocimiento para atenderlos”. La planeación de una estrategia a seguir incluyó la capacitación de los maestros, la realización de la evaluación psicopedagógica y la propuesta curricular adaptada de los alumnos realizada a través de reuniones periódicas con los maestros y padres de familia. El propósito de las reuniones de maestros es conformar una escuela integradora. Iniciamos un proceso de capacitación al que llamamos “Condiciones básicas de integración educativa”: 1. Nos reunimos para retomar el tema de la revaloración de la discapacidad, donde el grupo expresó su desconcierto y sus temores a fallar en la tarea de enseñar, ya que no habían tenido la experiencia de trabajar con alumnos con discapacidad visual. Dominando este temor, la maestra de primer grado aceptó trabajar en vacaciones para acercarse a los conocimientos básicos de la discapacidad visual. En una ocasión comentó que está de acuerdo con un cartel que airma: “Nos unimos por el respeto a la discapacidad ya que cualquiera de nosotros puede adquirir una discapacidad”. 2. Acordamos tener una tercera reunión con el personal de la escuela para dar a conocer los conceptos de la integración educativa y conocimientos básicos de la discapacidad visual. Después de esta reunión la respuesta de los maestros fue acudir al taller de Braille del CRIE. 3. Los siguientes encuentros tanto con los padres como con la maestra tuvieron el objetivo de realizar las evaluaciones psicopedagógicas para proponer las adecuaciones del centro e individuales. Al respecto, destacamos lo siguiente: 19 • El peril de evaluación inicial grupal, que muestra el nivel de competencia curricular tanto grupal como individual, arroja los siguientes datos: 95% se encuentra en proceso de adquisición de las competencias para la comprensión lectora y redacción, aunque presentan inconsistencias en la resolución de problemas matemáticos. • Las habilidades adquiridas por Rodrigo le facilitan su ingreso a secundaria, tiene disposición por aprender, destaca en la expresión oral del resto de sus compañeros, es sociable, escribe en tinta y lee letreros grandes. Sus diicultades están relacionadas con recuperar el signiicado de un texto completo cuando lee en macrotipos, que alcanza a leer con gran problema. Desconoce el uso de herramientas especíicas que le ayuden a compensar su debilidad visual. Es dependiente de su familia para realizar todo tipo de actividades, presenta una salud frágil que requiere de un tratamiento médico continuo, consecuencia de la diabetes y otros padecimientos asociados. Requiere desarrollar destrezas de orientación y movilidad, incrementar la autonomía de las actividades de la vida diaria. Se recomendó iniciarse en el uso de bastón, adquisición del sistema Braille, uso de la computadora y otras herramientas que permitan brindarle mayor autonomía. • Jazmín, conoce el uso de herramientas especíicas, como la máquina Perkins, el uso del ábaco y se conduce con autonomía, ya que ha recibido cursos de orientación y movilidad en actividades de la vida diaria. La diicultad que enfrenta en el salón de clases es acceder a los materiales impresos. Al igual que Rodrigo, requiere mejorar sus conocimientos en el uso de la computadora y los programas especíicos, lo que le facilitaría sustituir el texto por voz para acceder a la información. La primera intervención de la maestra de grupo se centró en: • • • • Mantener el orden de los materiales y mobiliario en el salón de clases. Asignar por turnos a un compañero monitor para apoyar la realización de trabajos. Explicar y describir los esquemas o dibujos. Leer en voz alta las indicaciones para realizar los trabajos en lugar de que los leyeran en silencio los alumnos. • Rodrigo utilizó renglones realzados que sirvieran de guía y con pluma de punto grueso en su escritura. Como medida complementaria asiste al taller de Braille. • Jazmín utiliza regleta y punzón. • Utilización de pintura inlable para realzar contornos de esquemas o dibujos. 20 Una actividad con los alumnos fue recorrer las instalaciones de la escuela para crear un mapa mental del espacio, evitar las zonas de peligro y prevenir accidentes. La maestra se interesó por aprender Braille y animó a las maestras a conformar un círculo de estudios coordinado por el CRIE. La reunión con padres de familia de la escuela tuvo el propósito de favorecer la integración de los alumnos a través de informar sobre las acciones emprendidas en la escuela y la sensibilización hacia un cambio de actitud frente a la discapacidad en beneicio de todo el alumnado. Con los alumnos se ha planteado el desarrollo de valores como la solidaridad y el compañerismo, a través de la información sobre las necesidades especíicas y las pautas de comportamiento y comunicación necesarias para dirigirse a las personas con discapacidad visual mediante la participación de lo que opinan. los siguientes pasos La implementación de las acciones depende en gran medida de la demanda de los usuarios, por ello nos planteamos nuevas acciones que construimos junto con la escuela: • La adaptación de los libros de texto del alumno en audio. Iniciamos una selección de materiales junto con la maestra de grupo para convertir en audio libros y complementar ejercicios en escritura Braille, así como adaptar gráicas impresas para apoyar la enseñanza de las matemáticas. • Rodrigo se entusiasmó con la sugerencia de iniciarse en la utilización del bastón para desplazarse por sí solo. Un programa de orientación y movilidad, así como actividades de la vida diaria son indispensable para él. • Surgió la necesidad de contactar con personas ciegas socialmente reconocidas por su trabajo para que apoyaran el trabajo de sensibilización. • Iniciamos el círculo de estudios del sistema Braille a nivel básico especialmente dirigido a los padres y maestros de esta escuela, al que se sumaron maestros y padres de familia de otras escuelas. • También se creó un taller de Braille para niños en respuesta a las necesidades de Rodrigo y Jazmín, al cual asiste la hermana de Rodrigo y otro alumno con baja visión. • Jazmín cuenta con computadora en su casa, está aprendiendo el uso del teclado para acceder a la información por medio de lectores de pantalla. • Los usuarios que dominan el Braille básico ahora se han interesado en conocer la signografía Braille para trabajar matemáticas y la estenografía. 21 • El manejo de la comprensión lectora y la resolución de problemas por parte del grupo de alumnos es la principal tarea a desarrollar en el aula, mediante las estrategias que se proponen en el programa de secundaria, mismas que se han ido aplicando. Finalmente, concluimos que ninguno de nosotros está preparado para atender a alumnos con discapacidad. Cuando la vemos entre padres, maestros y alumnos bien podemos llorar, pero también ser capaces de buscar y encontrar otras respuestas, darnos cuenta que el aprendizaje no es lineal, que existen otras formas de leer y escribir sin ijar los ojos. Quizá ya lo sabíamos, pero no lo habíamos comprobado. Gracias a Rodrigo y a Jazmín nos precipitamos a recorrer un camino que nos seguirá llevando a conocer otras formas de acceder a la información y, sobre todo, involucrar a más personas. 22 PARA REflEXIONAR El Centro de Recursos e Información para la Integración Educativa (CRIE) es un servicio de orientación que brinda la educación especial en las diferentes regiones del país, dirigidos a profesionales del sistema educativo nacional, a las familias de personas que presentan necesidades educativas especiales con o sin discapacidad y a la comunidad en general. Sus funciones son, entre otras, ofrecer asesoría y capacitación sobre las diferentes opciones y estrategias educativas para la atención de estos alumnos. En el caso de Rodrigo y Jazmín, el CRIE asumió el reto de promover su integración a la educación secundaria, asesorando a sus profesores en el desarrollo de estrategias y apoyos especíicos para atenderlos y proporcionarles una respuesta educativa pertinente mediante las acciones siguientes: • El CRIE convocó a sesiones de capacitación en la escuela, abordando temas relacionados con el respeto a las personas con alguna discapacidad. • Junto con otras instancias externas proporcionó las herramientas para la implementación y seguimiento de estrategias especíicas dirigidas a los alumnos con discapacidad visual. • Brindó apoyo a los maestros de la escuela integradora en la realización de la planeación, la evaluación psicopedagógica y la propuesta curricular adaptada de los alumnos, así como en la implementación de cursos y talleres de sistema Braille. • Favoreció el uso de materiales didácticos y apoyos especíicos para la discapacidad visual, especíicamente en la adaptación, elaboración y diseño de materiales, como gráicas en relieve y ampliación de imágenes, entre otros. RECUERDA… El CRIE permite apoyar el proceso educativo de los alumnos que presentan necesidades educativas especiales y están integrados en las escuelas y aulas regulares del país que no cuentan con apoyo directo de los servicios de educación especial para favorecer la articulación con las escuelas, diversas instancias públicas y privadas, así como otros profesionales con el in de garantizar una respuesta oportuna a las demandas de la comunidad educativa. 23 Camino a la educación sin discriminación* Olga Lidia Rodríguez Nieto N orberto Elizondo Chapa es un alumno de 10 años que cursa actualmente el segundo grado de primaria en la escuela “Luis Elizondo” del centro de Apodaca, Nuevo León. La diferencia entre el resto de sus compañeros es que Norberto nació con síndrome de Down, baja visión, es sordo y presenta problemas neuromotores. A partir de los siete años de edad le realizaron un implante coclear, cuyo resultado fue que sólo era capaz de percibir auditivamente sonidos muy fuertes, además de que constantemente se quita y tira la antena y cable de recepción del implante coclear. Antes de que Norberto ingresara a la escuela regular, la directora del Instituto Down de Apodaca hizo la sugerencia a la maestra de apoyo de la Unidad de Servicios y Apoyo a la Educación Regular (USAER) de un niño que acudía al instituto a recibir terapia, que nunca había estado escolarizado, sin embargo le veía con altas posibilidades de ingresar a una escuela regular, pues sus padres, comprometidos con su desarrollo, pagaban maestros particulares para atenderlo. La directora de dicho instituto le comentó a la maestra de apoyo que sus padres, aun cuando gozan de una solvencia económica media alta, no habían logrado que Norberto ingresara al colegio donde estudian el resto de sus hijos, y aunque buscaron otras opciones en diferentes colegios siempre encontraron los mismos obstáculos. Desesperados por las nulas posibilidades de ingresar a su hijo en un colegio particular, los padres escuchan la sugerencia de la directora del Instituto Down de Apodaca de integrarlo a la escuela primaria mencionada, entusiasmados por la posibilidad de que su hijo fuera aceptado. Posteriormente se realizó el enlace con la maestra de apoyo y la directora de la escuela, iniciando así el proceso de integración. Se efectuaron pláticas y entrevistas con los padres de familia, donde en todo momento se mostraban conscientes de los retos que presenta su hijo, pero deseaban que fuese tratado igual que los demás, mostrándose entusiasmados y con ganas de colaborar con la escuela y el equipo de apoyo. Luego se llevó a cabo el proceso de sensibilización con el personal directivo y docente, donde la maestra de apoyo comentó que llegaría a la escuela Norberto, un alumno con discapacidad. Posterior a este proceso se generó una angustia generalizada en el * Segundo lugar, categoría “Docentes”, 2007. Apodaca, Nuevo León. 24 personal, por la incertidumbre de conocer quién lo atendería, cómo trabajar con él y por la poca apertura y experiencia que la escuela tenía con alumnos con discapacidad. La maestra de apoyo sugirió que fuera la maestra Lupita quien se encargara del alumno, ya que acababa de terminar el ciclo anterior con Emmanuel, un alumno con síndrome de Down, siendo para ella todo un reto y desgaste porque, a diferencia de Norberto, no contaba con el apoyo de la familia. El primer día de clase fue de angustia por parte de la maestra Lupita, al cuestionar constantemente a la maestra de apoyo, ya que con temor le comentaba: “Sé que un niño con síndrome de Down requiere de mucha paciencia, entrega y dedicación, pero Norberto además presenta deiciencia visual, auditiva y motriz; entonces, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo me comunicaré con él?, ¿y si no puedo?, ¿si en lugar de ayudarlo lo perjudico?” La maestra de apoyo la tranquiliza y le comenta que trabajarán constantemente en equipo para desarrollar al máximo las posibilidades de aprendizaje de Norberto. Sus padres nos habían comentado que el niño retaba constantemente y medía fuerzas mostrando comportamientos inadecuados, lo cual corroboramos en el transcurso de la mañana, ya que observamos a Norberto tirar sus lentes, la antena receptora del implante coclear, los útiles escolares; se quitaba los zapatos, se levantaba de su lugar constantemente y tiraba las cosas de sus compañeros por donde pasaba. Otros aspectos importantes que se observaron ese día fue su poco vocabulario, ya que sólo expresaba la palabra “hola”, con un acento muy ronco; su escritura era deiciente, pues no podía sostener ni manipular el lápiz ni ubicaba la posición de su propio cuerpo en el espacio. Sin embargo, algo relevante fue que aceptó lo tomara de la mano para ayudarle en la realización de las actividades marcadas. Otro punto interesante es lo gratiicante que fue para Norberto y los alumnos ese primer encuentro, ya que todos los niños lo aceptaron inmediatamente como un compañero más, demostrándolo al trabajar y jugar con él. El inicio fue sumamente difícil para la maestra de grupo y la maestra de apoyo, pues de manera permanente tenían que estar con Norberto en el salón, ya que no lograba permanecer sentado y mucho menos acatar indicaciones para seguir una actividad. Para esta situación se diseñó una estrategia para establecer límites y reglas dentro del aula. En colaboración con el equipo multidisciplinario se aplicó una serie de actividades, como el manejo permanente de lenguaje oral tocando físicamente el hombro de Norberto para enseñarle que debía permanecer en su banco, seleccionando actividades sencillas, como iluminar, pegar y recortar para desarrollar su atención y permanencia en su lugar, al mismo tiempo que se le reforzaba la coordinación corporal y su ubicación. 25 Posteriormente se citó a los padres de familia para establecer compromisos de trabajo sobre el manejo de límites y reglas, ya que la maestra del grado se mostró sumamente angustiada por el comportamiento inadecuado del niño. En esa ocasión uniicamos criterios y compromisos para trabajar de forma coordinada y de manera eicaz el manejo de límites y reglas dentro y fuera del aula. La manera de trabajar con Norberto para mejorar su conducta fue aplicar estrategias de límites y reglas, como mostrar una cara seria al hablarle, no utilizar mucho vocabulario, sólo mencionar dos o tres conceptos claros y directos, y hacer contacto físico al darle alguna indicación, y no festejarlo de forma efusiva cuando realizara algo bien, sino solamente con una seña de aprobación. Con el paso de los meses su conducta mejoró, aunque no en su totalidad, lo cual nos ha permitido trabajar con él dentro y fuera del aula; al mismo tiempo la angustia de la maestra ha disminuido considerablemente y este avance nos da la oportunidad de diseñar estrategias en conjunto con el equipo multidisciplinario, ya que en cada ejercicio que implementamos partimos de sus posibilidades y áreas de oportunidad para desarrollar la adquisición de conceptos académicos, reforzando las estrategias de límites y reglas. Después de algunos meses Norberto logró permanecer por más tiempo en su banco, llegar al salón y realizar, de acuerdo con su ritmo, las actividades que efectúa el resto de sus compañeros. Otras estrategias aplicadas para lograr el desarrollo integral de Norberto fueron: • Ensayo. Implica la repetición activa de los contenidos a trabajar, en este caso se manejaron los conceptos de ratón, vaca, perro, gallo, gato, luna, casa, abuelo, abuela, niño, niña, mamá, papá, saltar, caer, llorar, comer, dormir y los números del 1 al 5. En las actividades para el desarrollo de esta estrategia el alumno debía observar, leer, escribir, recortar, pegar, articular, dibujar, imitar, señalar, etcétera. • Aprendizaje. A través del aprendizaje cooperativo se involucró a Norberto en todas las actividades de la escuela, como la participación en asambleas, en la formación de ilas, en computación, deportes y recreo. Dentro del aula se le estimuló a participar en las actividades grupales y de equipos; un ejemplo fue la elaboración de trabajos manuales y actividades sugeridas en los libros para realizarse en equipo. • Tutorías. Se efectuaron a través del apoyo de sus compañeros de clase, implementadas mediante premios, indicándoles a los niños que el que se portara mejor, terminara y cumpliera con sus trabajos tendría la oportunidad de ayudar y trabajar con Norberto como si fuera su maestro. En esta estrategia, la mayoría de los alumnos se mostraron entusiasmados y con ganas de ayudar, cumpliendo además 26 con las actividades marcadas, situación que sirve para reforzar el apoyo de los demás alumnos. En el recreo se implementó también la tutoría entre compañeros de distintos grados escolares, con el in de que el alumno socializara y aprendiera reglas y límites a la hora de jugar y convivir con otros niños. • Evaluación. Con esta estrategia se veriicó el proceso de aprendizaje de Norberto, aplicándose de forma permanente cada actividad al inal del proceso de enseñanza. En este aspecto se realizaron actividades de revisión paso por paso de las tareas a trabajar, teniendo siempre presente su conocimiento previo, utilizando la lexibilidad para trabajar a partir de sus intereses, respetando en todo momento su estilo de aprendizaje, su disposición y participación en la clase. También se evaluó si consiguió o está en proceso de adquirir las competencias propuestas, utilizando registros anecdóticos de cada uno de los profesionales que trabajaron con él; se evaluó la calidad de los resultados para decidir si el proceso de enseñanza emprendido fue el adecuado o se realizan cambios, se hacen pausas, o bien, se modiica la estrategia. Es importante enfatizar que cada una de las estrategias y actividades implementadas con Norberto estuvo acompañada de una planeación, misma que estableció los objetivos y las metas de aprendizaje, tiempos y recursos necesarios para llevar a cabo la tarea. Asimismo, cada una de las tareas se realizó mediante pasos signiicativos, pero sucesivos, respetando su estado de ánimo y disposición para realizar el trabajo y considerando sus conocimientos previos con el in de introducirlo a uno nuevo. Actualmente maneja alrededor de 30 conceptos en su comunicación, relaciona la imagen con la escritura, balbucea la mayoría de estos conceptos y realiza la escritura presilábica de algunos de ellos, partiendo de una imagen, y lo más importante, ha logrado el apoyo de la mayoría y logra escribir sosteniendo por sí mismo el lápiz, aunque todavía le falta consolidar la ubicación espacial. Norberto ya adopta reglas de urbanidad básicas de forma adecuada; entra a la escuela, saluda, ubica su ila y realiza la formación al igual que el resto de sus compañeros. A la hora de entrada, cuando se realiza la activación física trata de realizar los ejercicios al igual que sus compañeros. En el descanso se integra de forma adecuada con los alumnos de la escuela y es capaz de comprar su almuerzo, aunque es dirigido a distancia; come 27 de manera independiente, se limpia la boca, pone la basura en su lugar, acude al baño y guarda sus útiles. También logra permanecer sentado en su banco, no se sale del salón aunque no haya maestra al frente, acepta con agrado al tutor, de forma esporádica se quita los zapatos, ha disminuido en gran medida la conducta de tirar los materiales (antes lo realizaba cada 5 o 10 segundos, en la actualidad aproximadamente cada hora). Al inal del ciclo escolar y con la ayuda de padres de familia, maestros, alumnos y equipo multidisciplinario, Norberto consiguió grandes logros en su proceso de enseñanza y aprendizaje. Otro avance importante fue el cambio de actitud de la maestra de grupo al trabajar con Norberto en este ciclo escolar: “Fue muy gratiicante trabajar con él, porque los logros fueron muy signiicativos, también para el resto del grupo; hubo mucha empatía, el trato fue de iguales y se logró un clima de respeto y tolerancia. En cuanto a lo académico el resultado fue excelente, a tal grado que logramos obtener uno de los resultados más altos a nivel estatal, obteniendo la medalla al Mérito Docente”. Quizás me quedo corta al describir todos los avances que Norberto ha logrado desde que fue integrado a la escuela regular, sin embargo puedo airmar que le gusta mucho su escuela, ya que en algunas ocasiones no se quiere ir, tira la mochila y se aferra a las paredes para que no se lo lleven. Finalmente, no puedo ni debo dejar de lado la importante participación y colaboración de la familia de Norberto, pues gracias a ellos se ha logrado una gran sensibilización por parte de los directivos y del personal de la escuela hacia los niños con necesidades educativas especiales, ya que por propia iniciativa y sin costo alguno buscaron los recursos y canalizaciones para llevar a algunos maestros y equipo multidisciplinario a un congreso sobre síndrome de Down también, se impartió un curso de educación integral y manejo de límites y reglas. El curso estaba previsto para el personal de la escuela, pero la familia apoyó a la USAER extendiéndolo para directivos de la zona XIX de Educación Especial, para directores y maestros regulares que tenían a su cargo alumnos con discapacidad, de las diferentes escuelas donde esta unidad presta sus servicios. Sólo me resta decir que cuando existe un compromiso y una responsabilidad real en el proceso de enseñanza de cualquier alumno, independientemente de su capacidad, formaremos seres humanos con valores, capaces de involucrarse y desarrollarse en esta sociedad tan competitiva que nos ha tocado vivir. Para inalizar, quiero puntualizar que cuando logremos que nuestros alumnos asistan a la escuela a estudiar con gusto y alegría, sólo entonces podremos decir que estamos siendo buenos maestros. 28 PARA REflEXIONAR Brindar una educación que garantice la participación y el logro educativo de los alumnos con discapacidad exige que las escuelas realicen transformaciones sustanciales, propiciando espacios que contemplen la diversidad de alumnos que se incorporan a sus aulas. La fortaleza del caso de Norberto reside en el trabajo colaborativo que se estableció entre los maestros y los integrantes de la familia para brindar una respuesta educativa pertinente, mediante una actitud relexiva, abierta y lexible: • Desde su acceso a la escuela se instituyó una vía de comunicación entre el servicio de educación especial y los maestros de los diferentes grados. • La comunidad educativa desarrolló la capacidad para potenciar al máximo los aprendizajes de Norberto en el ámbito escolar, social y familiar. • Los contenidos y actividades de aprendizaje implementados con Norberto, fortalecieron su participación, dando prioridad a su progreso individual. • Se consideraron sus intereses en las diferentes tareas, y en los contenidos y actividades en las que mostraba menor interés para reforzarlos. • Se estableció un proceso continuo de evaluación de la práctica educativa de los maestros y maestras. Los resultados fueron considerados para reorientar el trabajo. RECUERDA… El factor más importante para que la integración educativa se convierta en una realidad es la participación entusiasta y convencida de la comunidad escolar: maestros de grupo, personal de educación especial, directores, supervisores, autoridades educativas, familias y los mismos alumnos, logrando comunidades y escuelas integradoras, donde se conozca, comparta y se aprenda, educando a las mujeres y hombres del mañana que, comprometidos con la sociedad, promuevan, respeten y deiendan las diferencias como un valor y un derecho. 29 Jesús, una lección de vida* Isabel Salguero Pulido l caso que se presenta tiene como contexto la escuela primaria “Mariano Matamoros”, turno matutino, en Izcalli, municipio de lxtapaluca, Estado de México, un lugar donde la mancha urbana se ha extendido y existe una mezcla de diferentes niveles socioeconómicos y culturales, donde lo mismo asiste el niño que baja de la loma caminando 40 minutos para llegar a la escuela y sus padres se dedican a cuidar animales o sembrar sus tierras, o los niños que son llevados en auto y sus padres son profesionistas, y tienen todas las comodidades que brinda la urbanidad. En mis 23 años de experiencia docente he tenido vivencias y retos con muchos de los alumnos de los que he aprendido; sin embargo, por diversos motivos tengo la necesidad y el deseo de contar esta experiencia porque la considero notable con respecto de muchas otras. Trabajo en una escuela con visión de integración, donde en su gran mayoría el personal docente está abierto al respeto de las diferencias. Jesús es un alumno que actualmente cuenta con 11 años, tiene un hermano mellizo que estudia el primer año de secundaria en una escuela cercana a su casa, y no presenta ninguna discapacidad. Al nacer, aparentemente ninguno de los dos niños tuvo alguna complicación, pero conforme fue avanzando el tiempo su mamá empezó a notar ciertas diferencias en Jesús, siendo diagnosticado con “retraso psicomotor” y posteriormente parálisis cerebral infantil. Al ser rechazado en el preescolar regular, Jesús se incorporó a un Centro de Atención Múltiple (CAM), donde cursaría el primero, segundo y tercer grado de primaria. En el CAM no logró la lectoescritura y no podía desplazarse, lo que le causaba timidez e inseguridad. Su madre comentaba que lo agredían y él no se defendía, ya que “si regresaba el golpe, recibiría más porque no podía correr”. Aún desconocemos con qué criterios el CAM canaliza algunos casos a la escuela regular. Afortunadamente en el de Jesús lo agradecemos, porque fue una lección de vida que permite ver a los involucrados en integración educativa que nada es imposible cuando se trabaja en equipo: padres/docente de grupo/equipo de apoyo de educación especial/alumno/comunidad escolar. E * Tercer lugar, categoría “Docentes”, 2007. Ixtapaluca, Estado de México. 30 La llegada de Jesús fue inesperada; el tiempo de preinscripciones y canalizaciones había concluido y ya había iniciado el ciclo escolar, sin embargo, el equipo de la Unidad de Servicio de Apoyo a Educación Regular (USAER) lo evaluó para conocer las fortalezas y debilidades del menor y estudiar la mejor posibilidad de integrarlo al grado que se adecuara a su edad y sus habilidades. Los resultados eran diferentes a los escritos en su evaluación inal de CAM, parecía la evaluación de otro niño, ya que presentaba resultados muy diferentes en comparación de cómo recibimos a Jesús: conocía algunas letras, escribía su nombre de memoria, presentaba habilidades de un niño de preescolar, sin embargo, sólo se desplazaba arrastrándose. Como es una escuela integradora, casi todos los profesores tenían asignado un niño con discapacidad (intelectual, motora, auditiva), así que la docente de apoyo de la USAER me comentó que me tenía un candidato que presentaba necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad motora; sólo la observé pensando en cómo sería la personita que llegaría a trabajar a mi grupo, ¡jamás me imaginé cómo era Jesús! Unos días después mi candidato y yo nos conocimos. Su rostro es de tez morena, ojos café oscuro, cabello de color castaño oscuro, complexión delgada; su estatura no está de acuerdo con su edad, ya que tiene atroiados los tendones de la parte trasera de sus rodillas y se desplaza en tramos cortos apoyándose en objetos cercanos. Jesús camina con apoyo de alguien más porque no puede solo, ya que utiliza las puntas de los pies y tiene la espalda encorvada; utiliza zapatos ortopédicos, por lo tanto se cansa con facilidad; escribe solamente con la mano izquierda, además no tiene fuerza para llevar a cabo las diferentes actividades de la jornada escolar. El equipo de la USAER estaba angustiado por la situación motora de Jesús, porque su familia es de escasos recursos económicos, y no le ha sido posible adquirir una silla de ruedas, así que se propuso que su mamá lo apoyara en el horario escolar. Sentí mucho temor, pero eso no era lo que esperaban de mí; respiré profundo y me presenté con Jesús y su mamá. Jesús tenía la cabeza hacia abajo, mirando el piso y tal vez hundido en sus pensamientos, dudando quizá si debería estar ahí. Mis sentimientos fueron encontrados, sentí miedo de la responsabilidad que se me presentaba, ternura al ver su rostro serio y tímido, angustia porque Jesús no sabía valerse por sí solo y alegría porque sabía que contaba con mi apoyo y hoy tendría la oportunidad de poner en práctica mis conocimientos, habilidades y capacidades docentes, derivadas de mi formación normalista, pero sobre todo de mi deseo de ayudar y solidarizarme con Jesús. La mamá también compartía algunos de estos sentimientos y temores, porque en algunas ocasiones los niños son crueles, además de que todo era diferente para ambos. 31 Su anterior escuela sólo tenía un grupo por grado y en cada grupo en promedio había ocho alumnos; ahora compartiría clase con 33 compañeros, donde todas las bancas son iguales y trabajan el mismo tema y él lo ejecutaría en la medida de sus posibilidades. La infraestructura de la escuela tiene algunas adecuaciones para niños con diicultades motoras, pero faltan otras más. Quiero platicarles del trabajo que realicé con Jesús, quien ingresó a segundo año. Yo conocía bastante bien al grupo, puesto que había trabajado con ellos en primero. Sólo Jesús era nuevo en el aula, por lo que adaptarse no sería fácil. Los primeros días la mamá de Jesús me auxiliaba a la hora del recreo y los lunes en la ceremonia cívica; desde ese lugar Jesús observaba perfectamente el recorrido de la escolta y las actividades que realizaban los niños (bailes, lectura de poesías, de efemérides, representaciones). También me permití que Jesús fuera al baño con ayuda de sus compañeritos, quienes se turnaban para apoyarlo de acuerdo al orden de la lista de asistencia. De esta manera tres alumnos se turnaban para auxiliarlo y convivir con él a la hora del recreo. Esto fue cambiando conforme pasaron los días, ya que los alumnos se ofrecían voluntariamente para acompañarlo. Yo admiraba el esfuerzo que hacían los niños para guiarlo con mucho cuidado, ya que Jesús pesaba casi lo mismo que ellos. A este respecto, les enseñé cómo debían colocar sus brazos para que Jesús únicamente se apoyara y no tuvieran que cargarlo, así que poco a poco se retiró el apoyo físico de la mamá. Para mí era muy importante este paso, porque ambos tenían que empezar ese proceso de separación, al menos en la escuela, pero no por ello la madre descuidó el trabajo escolar, al contrario, siempre estuvo pendiente. Jesús les inspiraba a mis alumnos una responsabilidad de ayuda mutua, aunque quizás en un principio se mostraron celosos porque le brindaba toda la atención que necesitaba. Me dedicaba individualmente al trabajo de clase, en tiempos donde ellos realizaban trabajo en sus cuadernos y donde no necesitaban de mi supervisión, para que Jesús pudiera lograr la lectura y escritura que aún no había adquirido. A Jesús lo ubiqué cerca del escritorio para poder revisar sus trabajos con mayor facilidad. Inicialmente hacía la letra muy grande en relación con su cuaderno, utilizaba mayúsculas al escribir su nombre y diferentes letras para escribir otras palabras. Para facilitar más su proceso de aprendizaje trabajamos con hojas impresas para el conocimiento de sílabas; algunas veces le dictaba o en ocasiones otro alumno lo apoyaba de esa manera; también fue indispensable el trabajo de ensambles, rompecabezas, seriaciones, clasiicaciones, pinza ina, ejercicios de ubicación espacial, arriba, abajo, adelante, atrás, arriba, debajo de, cerca, lejos, izquierda, derecha y ejercicios de maduración para fomentar una escritura lineal. 32 Se trabajaba el dictado tres veces a la semana; esta actividad también la realizaba su mamá en casa. De igual manera, me apoyé con dibujos, recortes de las sílabas que estábamos trabajando, reforzando todo esto con su libro de apoyo. El proceso de lectoescritura fue un poco lento al inicio, ya que Jesús se cansaba en algunas actividades o le costaba mucho trabajo llevarlas a cabo (recortar, iluminar, pegar), sin embargo, al término del ciclo escolar mi satisfacción fue enorme porque comenzó a escribir. En matemáticas conocía del 1 al 49 oralmente y de manera simbólica hasta el 60 y ubicaba cantidades pequeñas con números aunque no realizaba sumas. En esta asignatura se trabajaron la unidades y decenas con material concreto, se le enseñó la suma y resta empleando material manipulable de manera sencilla, sin conversión, y logró el conteo en cantidad, de manera oral y escrita hasta el número 100. Debido a su discapacidad motora también se veía afectado su lenguaje, arrastraba las palabras, el volumen de su voz era bajo y su tono tímido. Conforme fue avanzando el conocimiento en la lectoescritura se expresaba más, elevando un poco su tono de voz y conversando con sus compañeros. También se desplazaba en el aula apoyándose en las mesas, pasaba al pizarrón a realizar diferentes actividades, como escribir un número o alguna palabra con diicultad ortográica. A Jesús le gusta la música popular y la canta cuando la escucha. En la clase de Educación Física se le ubicaba en un área en donde todos lo observaran. Realizaba ejercicios de acuerdo con sus posibilidades: lanzar la pelota, atraparla, ejercitar las piernas sentado en una silla, en algunos ejercicios se desplazaba saltando con mi apoyo o caminando; en algunos momentos se aceleró el paso con el in de ejercitar un poco más sus piernas. Esto representa un logro, ya que en contraste con el CAM (donde Jesús solía arrastrarse para desplazarse) en la escuela jamás dejé que esto sucediera, porque para ayudarlo en lo que necesitara estábamos mis alumnos y yo. Cierto día, una madre de familia del grupo a mi cargo se ofreció a realizar las gestiones necesarias para obtener la donación de una andadera, para que Jesús pudiera desplazarse por sí mismo. Jesús mueve su cuerpo, aunque sentado en una silla al ritmo de la música, por ello, cuando las maestras de segundo grado organizamos un baile para un festival, al ver la ilusión y entusiasmo con que Jesús bailaba nos embargó una lluvia de sentimientos 33 a quienes estábamos involucrados con su atención; por lo tanto, buscamos la mejor estrategia para que Jesús se incorporara al número que íbamos a realizar; así, cuando organizamos el bailable unidos a otro grupo (que sumaba más de 70 alumnos), al término de la melodía todos los niños formados rodeaban a Jesús, quien giraba el aro alegremente, sólo con la mano izquierda. Al unísono, niños, padres y maestros aplaudieron de manera entusiasta. No es fácil trabajar con las emociones que genera una situación de este tipo, porque en ocasiones uno se pierde y termina sobreprotegiendo a los niños con discapacidad, y esto puede mermar el trabajo con el menor, por ello le exigía a Jesús al igual que al resto del grupo el cumplimiento de su trabajo y material, la entrega de sus tareas y llamaba su atención cuando su conducta lo ameritaba. En dos ocasiones le reprendí con un tono de voz que no le agradó, y se puso a llorar. Interiormente yo estaba consciente de que lo había hecho sentir mal y entonces me venían una serie de remordimientos, pero empezaba a hablar de otro tema y él se tranquilizaba; cuando me acerqué y le expliqué la situación, entendió y se convenció de su error. Admiro mucho la fortaleza de la mamá de Jesús, siempre atenta a las indicaciones que se le dan en relación con su trabajo; pedía la tarea y siempre iba por él. Cuando llegaba un poco tarde Jesús se angustiaba, pero nunca dejé que se quedara solo; cuando esto pasaba, siempre tuvo mi compañía. Reconozco la dedicación de su mamá para estar con su hijo haciendo tareas o trabajando alguna actividad en el salón, siempre iel y dispuesta para el trabajo; jamás escuché un “no puedo maestra”. El Día del Niño llegó y se organizó el festival para los alumnos; estos momentos tan esperados por todos ellos, la alegría, el juego, la comida, el arreglo del salón, los regalos, los dulces, los números artísticos de los profesores, las madres de familia auxiliando el trabajo, en in todo era emocionante, era su día, un día especial para todos los niños y niñas. Todos convivían alegremente. Las madres de familia que apoyaban atendían a los niños para que nada les faltara. En el patio se instaló un juego inlable donde todos los alumnos disfrutaron grandes momentos de entretenimiento. Vi cómo subían, bajaban, brincaban y gozaban. Jesús, sentado, veía cómo sus compañeros se divertían, entonces le pedí a dos madres de familia que me apoyaran para que él también pudiera disfrutar del juego. Lo subimos en dos ocasiones y brincamos. Me comentó que al principio había sentido miedo por el movimiento, pero después se convirtió en una grata experiencia, ya que jamás se había subido a ese juego. Así Jesús tuvo otra experiencia más. 34 Terminó el ciclo escolar, en ese momento la mamá de Jesús ya me había comentado que le realizarían una intervención quirúrgica en el periodo de vacaciones. Fui de visita a su casa y lo vi recostado en su cama, ya le habían quitado el yeso. Platicamos de cómo le había ido en su operación. Estos momentos y muchos más que viví con Jesús son inolvidables, porque siempre estarán en mi recuerdo como una experiencia gratiicante, porque me llené como ser humano, y fue novedosa para mi labor; satisfactoria por los logros alcanzados en mi quehacer educativo y estimulante porque deseo seguir apoyando la integración educativa del niño que lo requiera. Gracias Jesús por darme esta experiencia que me deja uno de los recuerdos más bellos de mi trabajo docente. Seguramente seguirás dejando huella y dando lecciones de amor, lecciones de vida a quien encuentres en tu camino, para enseñarnos a aferrarnos a la vida y disfrutarla como tú lo haces. Sólo me resta decir que cuando existe un compromiso y una responsabilidad real en el proceso de enseñanza de cualquier alumno, independientemente de su condición, formaremos seres humanos con valores, capaces de involucrarse y desarrollarse en esta sociedad tan competitiva que nos ha tocado vivir. 35 PARA REflEXIONAR El proceso de integración de las niñas y niños con discapacidad a la escuela regular ha producido cambios positivos, tanto en la educación de estos alumnos como en la comunidad educativa, al permitir que aprendan juntos, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales. En el caso de Jesús se subraya que la escuela, al ser integradora, está abierta a las diferencias, por lo que no existen requisitos de entrada ni mecanismos de selección ni discriminación de ningún tipo: • Se identiicaron y eliminaron las barreras que pudieron limitar su aprendizaje, participación y convivencia. • Se maximizaron los recursos para apoyar estos tres procesos, a través de la colaboración del personal de la escuela. • Se personalizó la enseñanza, considerando sus pautas generales de desarrollo, respetando su propia manera de aproximarse a las experiencias sociales y educativas. • Con los alumnos se llevaron a cabo actividades dirigidas a promover la comprensión, aceptación y valoración de las diferencias. RECUERDA… Los docentes enfrentan en la actualidad nuevos retos en su práctica diaria: las diferencias étnicas, culturales, religiosas, sociofamiliares y personales entre sus alumnos hacen que los ambientes de aprendizaje sean cada vez más diversos, sin embargo, las actitudes y estilos de enseñanza de los docentes constituyen un factor clave para asegurar el éxito en la integración educativa de los alumnos que presentan necesidades educativas especiales asociadas o no con discapacidad, ya que favorecen los procesos de interacción que se llevan a cabo entre maestros, alumnos y las familias. 36 CatEgorÍa PaDrEs y maDrEs DE famIlIa la vida es difícil pero bella... ¡si lo sabré yo que soy tu madre!* Martha Margarita Torres Salas • María de la Luz T. Novoa Hernández P ensé que iba a ser fácil iniciar con este tema, pero al analizarlo me di cuenta de que debía examinar mis pensamientos de manera más profunda y recordar todo lo vivido con Martha durante 23 años de su vida. A pesar de que me di cuenta que no iba ser fácil describirlos decidí hacerlo con el in de compartir todas las experiencias para lograr su integración, no sólo escolar, sino en la sociedad, y en la etapa laboral en la que nos encontramos actualmente. Considero que este periodo ha sido el más difícil para ambas, porque al trabajar su independencia me doy cuenta que no estaré toda la vida junto a ella; por eso continuamos en la búsqueda de las estrategias adecuadas para lograrlo. Durante esta lucha hemos encontrado obstáculos, pero con el apoyo de los maestros de educación regular y especial los hemos superado. Haré una breve reseña de la vida de mi hija: todo mi embarazo estuve en reposo total hasta los ocho meses, porque tenía amenaza de parto prematuro. Cuando Mar* Primer lugar, categoría “Padres y madres de familia”, 2007. Mazatlán, Sinaloa. 37 tha nació no tuvo un suministro adecuado de oxígeno, por lo que no respiró, no lloró y tenía su cuerpo de color morado. Durante 13 días tuvo cuidados especiales, la alimentaban por su naricita y sus venas, y los médicos me anunciaron que debía proporcionarle cuidados especiales, porque seguramente sufriría secuelas. Desde ese momento empezaron las preguntas: ¿qué tipo de secuelas?, ¿su desarrollo sería normal? No me percaté de ningún cambio, o quizá sí me di cuenta, pero no lo quería aceptar porque deseaba tener una niña, puesto que ya teníamos tres varones. Hasta los ocho meses percibí que su desarrollo no era como el de mis otros hijos: el movimiento de su cuerpo era extraño, cuando la alimentaba casi no succionaba, no sostenía su cabeza, tenía sus piecitos en posición de tijera y no movía sus manos. Desde ese momento toda mi atención se centró en ella, pero trataba de hacerlo también con mis otros hijos y mi esposo. A la edad de un año fue cuando los médicos del Centro de Rehabilitación de Tabasco me dieron la noticia que ya esperaba: Martha tenía parálisis cerebral infantil tipo espástica-atetósica. Según la doctora, la condición de mi hija era severa, sin darme muchas explicaciones; también me dijo que era muy difícil que desarrollara normalmente sus actividades motrices. Al salir del consultorio mis pensamientos no eran muy claros acerca de todo lo que pasaba con Martha, pero desde ese momento, sin pensarlo más, inició su tratamiento. Fue muy intenso. Fui orientada por los terapistas físicos, quienes luchaban para que Martha levantara su cabeza, aunque fuera unos cuantos milímetros en posición bocabajo. Yo continuaba su tratamiento en casa e intentaba hacer todo lo que me indicaban sus terapeutas, pero en ningún momento me detuve a pensar por qué le había pasado eso a ella, o por qué a mí me había tocado una niña como ella; siempre traté a Martha como la niña lista y sensible que es. Cuando mi hija tenía casi dos años nos trasladamos a la ciudad de Mazatlán, Sinaloa, de donde es originario mi esposo. Al siguiente día de nuestra llegada me dispuse a llevar a Martha al Centro de Rehabilitación de esta ciudad. Le pedí al terapeuta me dejara permanecer durante las seis horas de terapia, a cambio de auxiliarlo con el resto de los niños, porque quería aprender a dar terapia para ayudar a mi hija en su rehabilitación. Durante todo este tiempo procuré informarme y documentarme, por lo que asistí a diferentes instituciones, entre ellas asociaciones que trabajan con personas con parálisis cerebral; adquirí libros y solicité documentos sobre esta discapacidad y su tratamiento. En Mazatlán asistí al DIF, a centros de rehabilitación, a servicios de educación especial y asociaciones de padres. Una psicóloga me recomendó leer el libro de Gabriela Brimmer, una joven con parálisis cerebral que toda su vida luchó por la aceptación de los jóvenes con discapacidad. 38 A partir de ahí se convirtió en un ejemplo muy grande para mí y de ahí me nació la inquietud del futuro de Martha: ¿podría estudiar como ella? Entonces fue cuando decidí dejar de ir a todas las instituciones y llevarla a la escuela de educación especial. Creo que esto fue un gran acierto, ya que de ahí para adelante pudimos darnos cuenta que Martha es capaz de realizar las actividades de cualquier niño de su edad, como asistir a la escuela, tener amigas, jugar, ir a iestas, al cine, a la playa; en in, darle la oportunidad de crecer dentro de su medio y adaptarse a él. Esta fue una etapa difícil, porque las personas que la veían me hacían muchas preguntas, la miraban o me compadecían y le decían “pobrecita”, pero ninguna de las dos lo tomábamos en cuenta, al contrario, les sonreíamos, bromeábamos con ellos y lo olvidábamos muy pronto, incluso los niños terminaban jugando con ella. Martha ya tenía cuatro años y aún no estaba inscrita formalmente en la escuela; hasta entonces solamente la llevaba a terapia física, apoyo psicopedagógico, de lenguaje, y continuaba su tratamiento en casa, pero ya tenía la inquietud de meterla a estudiar. Un día, a la entrada del Centro de Rehabilitación el maestro Enrique Martínez, terapeuta de lenguaje del Centro de Atención Múltiple (CAM) 18 y director de una primaria, me preguntó por Martha y me recomendó llevarla a la escuela. No supe qué decirle, pero él muy irme me dijo: “Métala al CAM para que estudie y tenga antecedentes escolares, yo me encargo de lo demás”. Así lo hice, pero me encontré con el primer obstáculo para inscribirla, ya que la directora quería integrarla en un aula de intervención temprana, por lo tanto yo me opuse, porque mi hija ya tenía la edad para ingresar a preescolar, por ello decidí no anotarla. Pasaron algunos meses y nuevamente me encontré con el profesor Enrique, quien me preguntó por Martha; le conté lo que pasó, pero insistió en que lo intentara nuevamente. Me explicó que la escuela no la formaban los maestros sino los alumnos y padres de familia, y me dijo: “Si ustedes no luchan por integrar a los niños nadie lo va a hacer”. Me convenció y nuevamente la llevé a inscribir casi al inal del ciclo escolar. Me llevé una grata sorpresa al saber que la directora había cambiado de opinión y admitió que Martha entrara a un grupo de preescolar. Desde ese momento inició su etapa de escolarización en el CAM. En el aula, Martha sólo escuchaba la clase; por su diicultad de movimientos y espasticidad no podía realizar las mismas actividades que sus demás compañeros de grupo, pero aun así lograba captar todo lo que le enseñaba la maestra. Al siguiente ciclo escolar comenzaron con la terapia de lenguaje, además yo le insistía a la maestra de Comunicación que le dejara tarea para realizarla en casa. Esa fue una de las estrategias importantes para Martha porque aprendió a leer en voz alta. Se lo comenté a la maestra de Comunicación y me recomendó que en casa la apoyara enseñándole el abecedario a Martha. Primero comencé con las vocales, pasamos a los 39 diptongos, posteriormente palabras cortas para avanzar después a oraciones sencillas y deletrearlas, con el in de integrarla a una escuela regular. Llegó el día y la ubicaron en una escuela regular que contaba con apoyo de la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER); ahora el reto era que Martha no controlaba todavía el tronco y no se mantenía sentada, por esto el director de la USAER me dijo que iba a hacer un experimento, y creo fue la segunda estrategia: quedarme en el salón con ella durante todo el horario para cuidarla y apoyarla en el trabajo en clase. Pienso que esto fue un gran acierto porque la maestra de grupo daba su clase y yo trabajaba con Martha, sosteniéndole la mano para que escribiera, porque aún no podía hacerlo por sí misma, pero aprendió a leer, y yo creía que también a escribir, pero tenía dudas porque no lo hacía sola. Al inal del curso le hicieron un examen de lectura y pasó a segundo grado, pero por cambio de domicilio la inscribí en la escuela “Melchor Ocampo”, donde cursó también tercero y cuarto grados de primaria, durante los cuales no recibió apoyo de Educación Especial. En esa escuela se nos presentaron varios obstáculos para que Martha continuara estudiando; en el tercer año la maestra del grupo no aceptaba a Martha, porque (creo yo) me tenía que quedar con ella y trabajar de la misma manera que lo hacía en primero y segundo grados, por lo tanto todo el tiempo la maestra la rechazó, al grado de que a in de año mandó llamar a las maestras de educación especial para exponerles el caso de Martha, y les preguntó: “¿A quién voy a darle la boleta, a Martha o a su mamá?”. Ese momento fue una experiencia muy dolorosa para mí como madre, por la impotencia que sentí al no poder demostrar los conocimientos que mi hija había adquirido; inalmente le dio la boleta de caliicaciones y superamos ese momento; sin embargo, considero que esa experiencia fue la clave para continuar con la búsqueda de una tercera meta, la más importante de todas: que Martha escribiera por sí misma, pero ahora el reto era buscar cómo lo iba a hacer. Volví a leer el libro de Gabriela Brimmer y encontré lo que estaba buscando: redactaba sus escritos con el dedo gordo del pie derecho en una máquina de escribir, y me pregunté si Martha podría escribir de la misma manera que Gaby. Fueron dos años de búsqueda y prácticas para que Martha escribiera. Sabía que lo iba a lograr, 40 porque siempre ha sido una niña dedicada, constante y, como dicen sus maestros, “matada”, porque cuando desea hacer algo lo consigue sin importarle las horas de trabajo. Con el ahorro escolar de un año de la primaria, Martha se compró una máquina de escribir eléctrica; intentó escribir con los pies, con las manos, con todas las partes de su cuerpo y un día, desesperada, lo intentó con la boca, logrando por in escribir por sí misma con el labio superior; para entonces ya había concluido la primaria. Un día me dijo: “Mamá, quiero seguir estudiando”, por lo que nuevamente iniciamos la búsqueda para inscribirla en secundaria. Recorrimos varias escuelas secundarias; siempre pendientes de que contaran con el apoyo de la USAER, siempre de la mano de la maestra María de la Luz, supervisora de la Zona 05 de Educación Especial, y una trabajadora social. Primero seleccionamos tres secundarias cercanas a nuestra casa; en una de ellas el director la rechazó rotundamente, con el pretexto de que iba a ser muy difícil que cursara la secundaria por el ritmo de trabajo y las consecuencias psicológicas que en esta etapa le fueran a afectar a Martha. Sin embargo, en la Secundaria Técnica núm. 77, el director admitió a Martha y ahí cursó este nivel. En la escuela los maestros pensaban que el servicio de Educación Especial la había enviado porque no sabían qué hacer con ella. Por su parte, además ellos no tenían un plan de trabajo para atender alumnos con discapacidad. Sé que para ellos fue todo un reto, porque cada uno trabajó con sus propios recursos. Ahí surge un nuevo reto para Martha: cumplir con las exigencias de los maestros y recibir el mismo trato que sus demás compañeros, por lo tanto, realizaba los mismos trabajos, tareas y exámenes que sus compañeros de clase. El primer examen lo reprobó, porque como lo hizo en su máquina de escribir eléctrica, tecleando con el labio superior, no alcanzó a terminarlo; ahí fue donde me di cuenta que Martha no sabía escribir, leía perfectamente pero por su diicultad de lenguaje escribía como pronunciaba las palabras. En ese momento pensé en algún método para enseñar a Martha a escribir más rápido, y recordé el libro con el que aprendieron a leer mis otros hijos, por tanto nos dimos a la tarea de realizar un trabajo intensivo. Diariamente ponía a Martha a copiar las lecturas del libro; se cansaba mucho, hasta llegaba a vomitar por tanto que escribía, pero lo logramos, Martha aprendió a escribir practicando la escritura, memorizando las palabras nuevas de cada materia y deletreándolas. Diario aprendía a escribir nuevas palabras, hasta el grado de obtener el primer lugar de todos los grupos de tercer año con promedio de 9.8. En su graduación le hicieron una despedida muy bonita y sus maestros le demostraron lo mucho que la querían. El logro más grande fue que abrimos puertas para el ingreso de otros jóvenes con alguna discapacidad. Actualmente entran a la secundaria sin ningún requisito adicional, y no sólo a esa secundaria, sino a todas las escuelas de Mazatlán, Sinaloa. 41 Martha quiso continuar estudiando, ahora la preparatoria, por lo que nuevamente recurrimos al servicio de Educación Especial, con la maestra María de la Luz, para que nos acompañara a la preparatoria “José Vasconcelos” a conversar con la directora. Fue más fácil la integración de Martha a la preparatoria, quizás porque ya había una mayor sensibilización hacia la aceptación de las personas con discapacidad. En la preparatoria continué acompañándola y quedándome en el grupo para apoyarla en los dictados y con el material que utilizaba, y para transportarla dentro de la escuela, pero como era un nivel más avanzado, en los trabajos, tareas y exámenes era necesario que escribiera más rápido. Durante una plática con la maestra Novoa nos comentó que había visto en la televisión una persona que pintaba con un aditamento que usaba en su cabeza. Por medio de esa idea buscamos a David Werner, un profesional que se desenvuelve en el campo de la promoción de la salud comunitaria, además de apoyar a personas con alguna discapacidad, realizando adaptaciones en sillas de ruedas y otros aditamentos físicos. Le pedí ayuda e inmediatamente entendió la idea y le diseñó uno para que Martha pudiera escribir con la cabeza. También le regalaron a Martha una silla de ruedas con una tabla adaptada para poner su máquina de escribir eléctrica. Mi esposo le perfeccionó ese aditamento, y de esa manera Martha empezó a escribir en una computadora que le compró su papá como regalo de 15 años. Así se cansaba menos, pues trabajaba al mismo ritmo que sus compañeros de grupo, realizaba los mismos exámenes, trabajos y exposiciones a pesar de su diicultad en el lenguaje. Nuevamente Martha tuvo muy buenos resultados, pues concluyó la preparatoria como primer lugar en aprovechamiento, con promedio general de 9.6. Antes, cuando ingresó a la preparatoria, Martha recibió una invitación para asistir a un evento organizado por la visita a Mazatlán del entonces presidente de la República, Ernesto Zedillo. El acto fue realizado en la Secundaria Técnica núm. 77, lugar donde estudió Martha. El presidente la felicitó por su aprovechamiento escolar, y como reconocimiento le asignaron una plaza docente de 10 horas en Educación Especial en la zona 05 a cambio de que realizara un trabajo de acuerdo con sus posibilidades en el área de Difusión y Sensibilización. De igual manera, desde 2003 cuenta con un espacio en diversos periódicos locales para que escriba artículos semanales relacionados con la discapacidad. Hasta el momento ha escrito 214 artículos, el primero de ellos lo tituló “La vida es difícil pero bella”, el cual en particular me gusta mucho. Además le han hecho varios reportajes en todos los periódicos de Mazatlán, pues sus logros han sido muy altos y es un ejemplo para los niños y jóvenes con alguna discapacidad, y en especial para los padres de familia. Al salir de la preparatoria Martha ya estaba deinida vocacionalmente, por lo que decidió estudiar la carrera de Ingeniería en Teleinformática, en el Instituto Tecnológico Superior de Sinaloa (Itesus), con una beca que le proporcionaron por su alto desempeño. 42 Tener la oportunidad de realizar la carrera universitaria que a ella le gusta ha sido un gran logro, pero no fue casual, obedece a una lucha constante, primero de aceptación por parte de nosotros –su familia– y después para que la aceptaran alumnos, padres de familia y maestros, demostrando por todos los medios posibles su capacidad, entrega y dedicación. Logró el reto de cursar y terminar su carrera universitaria, conseguir que la aceptaran y quisieran mucho sus maestros, y titularse con un promedio de 9.5. Martha ante su computadora puede escribir, leer y trabajar por ella misma, y ser independiente porque ya no necesita ayuda. En la actualidad continúa estudiando, esta vez la carrera de Psicología Educativa en un plan semiescolarizado sabatino, porque quiere estar más preparada para poder ayudar a los niños con discapacidad. En la semana acude a su trabajo al CAM 50 de Mazatlán y la mayor parte de su dinero lo invierte en su educación, porque también estudia inglés. lntegrar a Martha era un sueño que algunas veces me parecía imposible de alcanzar, pero ahora sé que podemos conseguir todo lo que nos propongamos. El hecho de que Martha pueda expresar sus ideas escribiendo, que pueda leer, asistir a iestas, ir al cine, ir de compras son sueños que hemos visto cumplidos. No me alcanzaría este espacio para poner todo lo que ella ha escrito en sus artículos, pero un ejemplo de ellos es un párrafo de su primer artículo: Mi vida ha sido difícil porque no hago las cosas igual que tú, no escribo como la mayoría de las personas lo hacen, con la mano. Escribo con una especie de diadema que me pone mi mamá en la cabeza y con ella escribo en una máquina eléctrica o en una computadora, por lo que me tardo un poco más escribiendo, además tengo diicultades en mi lenguaje; pero eso no me ha impedido en ningún momento estudiar, trabajar o divertirme. Me ha sido difícil que me acepten y crean que yo sí aprendo; me ha costado trabajo demostrar que hago las cosas y no que otros me las hacen, pero a pesar de todo quiero luchar, porque la vida es bella: ¿y tú qué opinas, crees que la vida es difícil? En el 2005 Martha fue galardonada con el premio Soriana a la Mujer en la categoría “Mujer en la adversidad”, y con el reconocimiento “Antorcha” del periódico El Debate a la “Universitaria esforzada”. Ha impartido conferencias sobre autoestima a grupos de personas en proceso de desarrollo personal. Han sido muchas lecciones aprendidas por parte de las dos a lo largo de sus 23 años de existencia, y estamos seguras que nos faltan muchas experiencias por vivir. 43 PARA REflEXIONAR Es un hecho que la colaboración entre la escuela y la familia es el paso principal para lograr una integración educativa exitosa, donde actualmente las familias han asumido el liderazgo para movilizar a la comunidad hacia el logro de una educación más justa y equitativa. El descubrimiento de las capacidades y habilidades latentes de Martha por parte de su familia brindó la pauta para dirigir su educación hacia la formulación de un proyecto de vida que le permitió consolidar una formación integral: • Se promovió su desarrollo mediante el reforzamiento de las experiencias de aprendizaje adquiridas en la escuela, transiriéndolas a su hogar, logrando un mejor desenvolvimiento en la comunidad y otros centros de aprendizaje. • Se logró una colaboración eicaz entre los profesionales y la familia, asumiendo desde sus ámbitos de acción la tarea que le corresponde a cada uno. • La familia se involucró en la toma de decisiones que los agentes educativos resolvieron en las diferentes etapas de Martha, y complementaron su aprendizaje en el hogar. • Se generaron relaciones sociales en el contexto más amplio de la comunidad. RECUERDA… A lo largo del proceso educativo, construir relaciones de colaboración entre la comunidad escolar y la familia requiere de una cuidadosa planeación que considere favorecer el intercambio de experiencias con los maestros de grupo y el equipo de Educación Especial. A partir de la seguridad que las familias adquieran, tendrán mayor conianza para trabajar de manera cercana las habilidades, diicultades e intereses de sus hijos, lo cual hará posible que se conviertan en entusiastas colaboradores de la escuela y en una pieza clave en el logro educativo y social del alumno con discapacidad. 44 Integración educativa exitosa: un camino que aún no acaba* Óscar Tavitas Herrera V ivir y narrar nuestra experiencia sobre la integración educativa, especíicamente de personas sordas, ha sido un verdadero reto como familia. Lo más importante al escribir este mensaje fue pensar que nuestra experiencia pueda servir a otras familias que se enfrenten a condiciones similares, y ayuden a formar niños que en el futuro no dependan de nosotros o de una sociedad que poco a poco ha abierto espacios para ellos. El reto en nuestra familia empezó cuando nuestro tercer hijo y primer varón presentó al nacer sufrimiento fetal; a pesar de las desventajas médicas, nos hacía pensar desde entonces que sería para nosotros una experiencia distinta. Sabíamos que era diferente pero nos decíamos que posiblemente no eran los mismos tiempos de maduración que de nuestras primeras hijas; posiblemente por las circunstancias de su nacimiento o por ser varón. El tiempo transcurrió y a los ocho meses de edad se le realizaron los primeros exámenes y el resultado fue muy distinto a lo que nosotros hubiéramos querido escuchar: nuestro hijo tenía una hipoacusia bilateral profunda neurosensorial, su daño era grave, ya que solamente tenía 15% de restos auditivos y, según el médico, posiblemente se asociaba con discapacidad intelectual leve. La noticia fue impactante. Cuando tienes la experiencia de educar niños con potenciales suicientes no sabes cómo reaccionar ante esta disyuntiva, y el dolor y la desilusión te embarga; se rompen muchos de los sueños que puedes tener sobre ese pequeñísimo ser; sentíamos que nos despojaban de todo a lo que teníamos derecho, pero lo más importante era entregarnos a él y vencer todo los obstáculos que se nos presentaran, logrando lo mejor para ese ser humano no importando sus limitaciones, entregándonos a él en cuerpo y alma. Lo primero que hicimos fue acercarnos a un grupo de personas sordas que, por casualidad o coincidencia, se reunían para practicar deporte en uno de nuestros lugares de trabajo, con la única inalidad de saber cómo eran. Fuimos conviviendo poco a pocos con ellos y conocimos cómo lograban superarse personas similares a nuestro hijo. Sabíamos que esto era muy importante, de la misma manera que debía convivir * Segundo lugar, categoría “Padres y madres de familia”, 2007. Monterrey, Nuevo León. 45 con personas oyentes (así nos denomina la comunidad de sordos a las personas que sí escuchamos), él tenía derecho de conocer y relacionarse con personas sordas, porque de ellos aprendería en un ambiente totalmente natural. Óscar Tadeo es el nombre de nuestro hijo (lo mencionamos hasta ahora no porque nos parezca menos importante ni porque los protagonistas de esta experiencia seamos sólo nosotros, sino porque pensamos que si lo hacíamos en primera instancia el relato podría tener mayor semejanza al de otra familia que pudiese estarlo leyendo). Empezó a asistir a una escuela de audición y lenguaje en Monterrey, Nuevo León, donde aprendimos tanto la familia como el bebé cómo se llevaba a cabo el inicio del proceso de enseñanza y aprendizaje de niños sordos. Asistíamos todos los días de 1:30 pm a 6:00 pm, sus dos hermanas mayores y nosotros –sus padres– para observar a través de las ventanas las técnicas para posteriormente en casa imitarlas; que si la maestra ponía la mano de Óscar sobre su garganta para sentir las vibraciones, que si lo ponían frente a un espejo, que si las imágenes apoyaban la comprensión verbal, etc. No existía metodología que no pusiéramos en práctica a diario después de regresar a casa. Sin embargo, sentíamos que no era suiciente, así que nos inscribimos en los cursos por correspondencia que impartían en la escuela para niños ciegos y sordos de Estados Unidos “John Tracy”, la cual nos daba ideas para mejorar el aprendizaje. “El niño sordo aprende a través de sus ojos” decía una de las páginas de los manuales que enviaban hasta nuestra casa. Era importante que cada uno de los objetos que estaban en la casa tuviera su respectivo nombre: silla, sofá, cama, cocina, comida, plato, etc. Esto nos ayudaba a enseñarle conceptos, palabras, y con ello estimular su vocabulario. “Debe de motivarse a sentir sonidos”, agregaban posteriormente, darle la oportunidad de experimentar diferentes sonidos sin que ello representara incomodidad para nosotros. “El niño sordo debe conocer la existencia del sonido, el cual percibe en su piel, esto será muy necesario en su maduración” continuábamos leyendo y aprendiendo. “Por medio de juegos fomentar que tenga movimientos guturales, soplar, hacer bombas con espuma, tenerlo siempre a un lado de nosotros cuando estamos platicando hará que se interese por el lenguaje y aún sin saber lo que nosotros decimos aprenderá a interesarse en la lectura labiofacial” en in, mil recomendaciones que tomábamos en cuenta sin restarle importancia a ninguna por más descabellada que nos pareciera. Nos dimos a la tarea de observar las habilidades de Óscar Tadeo; le gustaban mucho los rompecabezas, acariciar los rostros y por medio de vibraciones hacíamos que repitiera cada una de las palabras en las que se interesaba. Le gustaba mucho correr, aunque por su pérdida auditiva la mayoría de las veces se caía. También descubrimos que practicar un deporte le hacía sentir importante y era 46 una manera de integrarse al resto de los niños; aprendió a ser un ganador, situación que le dio mucha seguridad. Verlo correr parecía que era parte de la libertad que quería demostrar. A los tres años asistió por primera vez a un grupo de educación regular; a la semana de su estancia en ella lo querían dar de baja, ya que no podía hablar y entender órdenes igual que los demás niños, y la disposición de servicio de sus maestras era muy negativa. Cada tarde revisábamos lo que había hecho durante el día y lo repetíamos no solamente dos o tres veces sino 10, siempre para él y para nosotros era un reto llegar al siguiente día, ya que hace 17 años muchos de los padres de los niños que en ese entonces estaban en el preescolar con Óscar Tadeo pensaban que si su hijo se sentaba a su lado iba a contraer su sordera o su impedimento de lenguaje, y eso hacía más difícil su integración. Sabíamos que nuestro hijo podía dar más, por lo que teníamos que hacer algo que lo pudiera ayudar para enfrentar cada uno de los obstáculos que pudieran presentarse, la decisión entonces fue que mi esposa se capacitaría, así que se inscribió a la Normal de Especialización de Saltillo, donde los enfoques teóricos y las metodologías se volvieron más claras para todos. Para continuar con su proceso educativo decidimos que Óscar Tadeo asistiera al mismo colegio al que asistían sus hermanas, creíamos que como familia teníamos que sostener ese lazo de unión y apoyo, de tal forma que sin antes conocer la situación Óscar fue aceptado en la institución y de la misma manera que en el jardín de niños a las dos semanas nos lo querían dar de baja. No era posible, por segunda ocasión se presentaba la misma experiencia; sin embargo, comenzamos nuestra siguiente travesía. Afortunadamente la vida nos regaló un hijo muy tenaz. Observar a sus compañeros realizando actividades y tratar de llevarlas a cabo representaba para Óscar un reto que debía alcanzar, ya que, como él lo mencionaba, no veía las diferencias ni de tamaño ni de forma entre él y el resto del grupo como para perder la oportunidad de ir a estudiar con ellos, además de que justo por esas características de nuestro hijo sus compañeritos sentían empatía con él y lo apoyaban en cuanta actividad se le diicultara. Ellos se convirtieron en los amigos, hasta ahora, inseparables de la vida de Óscar. 47 El hecho de no darnos por vencidos y la insistencia en demostrar que el único camino para la integración está en cada uno de los que intervenimos en ella fue lo que nos permitió seguir en la lucha. Por in logramos que nuestro hijo se integrara a una escuela regular, fuimos pioneros en el estado en conseguirlo y en representar a una minoría de padres que querían lo mismo; sin darnos cuenta nos convertimos no sólo en voz de nuestro hijo, sino de muchas familias que se encontraban en situaciones similares y nos pedían apoyo y consejos para lograrlo ellos también. Todo esto nos ayudó a avanzar y promover una cultura de respeto en nuestro alrededor, y lo más importante, una aceptación a su condición. Organizar en cada una de las escuelas, en cada una de las asociaciones o grupos sociales, pláticas para concientizar de la importancia de la integración y del respeto a la discapacidad. Fomentar que no fueran y ahora no sean rechazados, primero en el seno familiar, luego en las escuelas y en las calles es el compromiso de cada uno de nosotros para poder hacer que la educación en México pueda avanzar. Finalmente, Óscar Tadeo concluyó con mucho éxito sus estudios de educación primaria, y claro, nos enfrentábamos otro de los retos de la vida. Óscar no se conformó con terminar la primaria, quería entrar a la secundaria, pero incluso el colegio donde había asistido a la primaria no lo quería aceptar, su argumento era que ahora se tenía que contar con la disposición no sólo de un maestro, sino de 13 o 14 que debían integrarlo en cada materia. Para entonces Óscar ya había perdido sus restos auditivos y no usaba auxiliares, porque le resultaban inútiles. Teníamos que dedicarle más tiempo a cada una de sus materias para que pudiera entenderlas, no sólo como requisito, sino para poder contestar cada uno de sus exámenes. Algo que recordamos con gran alegría fue que sus compañeros de primaria acudieron con la directora del plantel para que Óscar pudiera seguir asistiendo a la misma escuela y no dejara sus estudios, sumada a una petición escrita irmada además por los padres de familia, lo cual logró modiicar la decisión inicial. Nuevamente se nos presentó otro reto; nuestras hijas ya asistían a la preparatoria y a la facultad, por lo que tenían sus propias responsabilidades, y Óscar Tadeo, como cualquier adolescente, quería hacer las cosas solo y a su manera. Cómo poder explicarle a nuestro hijo el funcionamiento del cuerpo humano, los estados de la República mexicana, los municipios de Nuevo León; era algo difícil para él y también para nosotros, sin embargo, vimos en la Lengua de Señas Mexicana (LSM) una opción para apoyarle en esta fase de su escolarización. Varias de sus maestras se interesaron en aprenderla para apoyarlo en cada una de las materias. También empezamos a crear palabras clave no sólo para que tuviera mayor comprensión sino para que pudiera contestar sus exámenes; también le realizábamos cues- 48 tionamientos a través de carteles que decían: “¿Quién?, ¿cómo es?, ¿dónde pasó?”, mismas que debía asociar para asimilar cada tema; de igual manera recurríamos a nuestra incipiente lengua de señas, junto con un sobre de recortes e ilustraciones, pero además descubrimos la computadora como una herramienta que a la fecha ha sido nuestra mejor aliada. Todos estos recursos asistieron su educación secundaria. El deporte ha sido uno de los mejores logros y aliados de Óscar Tadeo, ya que compitió siempre y logró triunfos asistiendo de los siete a los 12 años a los campeonatos nacionales y panamericanos de atletismo para niños sordos, donde logró obtener siempre los primeros lugares. Ganó el premio al Mejor Deportista Infantil de Nuevo León y estuvo becado por ello. El deporte sin lugar a dudas fue uno más de los recursos de que echamos mano para convertir a Óscar en una persona totalmente funcional en una sociedad que demanda los mismos resultados que del resto, a veces sin tomar en cuenta sus diferencias. Al terminar la secundaria nos informó (como a veces lo hacía, ya sin pedir nuestra “autorización”) que al igual que sus compañeros quería presentar el examen a la preparatoria, y como la mayoría, lo haría en la preparatoria del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), lo que a nosotros nos parecía una opción prácticamente imposible por dos razones: la primera, el examen de admisión, que resultaría muy difícil por el nivel de comprensión lectora, y la segunda, nuestra situación económica. Hicimos una reunión familiar y pensamos que no debíamos desilusionarlo y él mismo comprendería lo complicado que sería obtener el puntaje necesario para ingresar. Su primer examen reairmó nuestra predicción, lo había reprobado, sin embargo Óscar Tadeo no quería darse por vencido así de rápido, después de todo había aprendido que no se obtenía siempre todo a la primera y menos el ingreso a una institución educativa. Sabía que la perseverancia es el único medio para conseguir lo que se desea. Solicitamos a las autoridades de la preparatoria una segunda oportunidad, comprometiéndonos a que asistiría a las asesorías para obtener una mejor caliicación. En esta ocasión se consiguió el apoyo de un amigo de nuestro hijo, otro joven sordo, quien había terminado su carrera como ingeniero civil en la misma institución y alentaba a Óscar para seguir el mismo camino. Los desvelos de los dos jóvenes para dedicarle horas al estudio no se hicieron esperar; la angustia y desesperación en su segundo intento pronto se convirtió en la mejor alegría de nuestras vidas al informarnos que había pasado el examen y podía ingresar a la prepa. Era un nuevo reto, sin embargo ya no vivíamos la época de décadas anteriores; la institución educativa aseguró que el único apoyo que podía brindarle a Óscar era el de un intérprete de LSM. Suiciente para integrarse de lleno a las clases. Durante su estancia en la preparatoria participó en Difusión Cultural ITESM “Danzamimos”, lo invitaron a participar en una planilla estudiantil y al ganar ésta 49 tomó posesión como representante de eventos deportivos de la sociedad de alumnos de la preparatoria “Eugenio Garza”, fungió como promotor y organizador del grupo de servicio social Integra-Tec con clases deportivas y artísticas para jóvenes con discapacidad y participó también en la Expoemprende del ITESM con diseños de aparatos deportivos para personas con discapacidad. Al terminar su preparatoria nos hizo saber que quería continuar estudiando en la misma institución, pero sentía la necesidad de capacitarse y tener una mayor comprensión del español escrito, el cual no podía entender del todo. Se informó que en la Ciudad de México podía cursar un método llamado Logogenia, el cual posibilita la adquisición del español en los niños y jóvenes sordos, el cual ha dado buenos resultados en otros países como Italia, Colombia y Argentina. Estuvo estudiando por seis meses y al regresar ingresó a la carrera de Diseño Industrial para trabajar en la innovación de objetos o aparatos que puedan mejor la situación de las personas con discapacidad. El año pasado fue invitado por la Universidad de Gallaudet en Washington (la única universidad del mundo para sordos) al curso “Formando líderes”; también asistió a los Juegos Panamericanos en la cuidad de Carabobo, Venezuela compitiendo en voleibol y obtuvo para México el tercer lugar. A su regreso decidió integrarse al equipo representativo del ITESM de ese deporte y ganarse la titularidad (como mencionamos en la preparatoria había practicado atletismo). Actualmente, cursa el tercer semestre en Diseño Industrial; todavía no hemos alcanzado las metas que nuestro propio hijo se ha propuesto, pero hemos recorrido 20 años de un camino lleno de enseñanzas. La experiencia más importante para cada miembro de nuestra familia no fue evadir o tratar de disimular la condición de Óscar Tadeo, fue mostrarla con orgullo luchando diariamente por llegar a nuestra meta inal: “una experiencia educativa exitosa”. 50 PARA REflEXIONAR La integración educativa de los alumnos con discapacidad auditiva presenta varios retos para el profesor del aula regular y para el grupo de profesionales que apoyan este proceso; sin embargo, el reconocimiento de las diferencias individuales y el desarrollo de nuevas formas de comunicación y de participación social han permitido otorgar a las personas con discapacidad y a sus familias la posibilidad de determinar el tipo de apoyos que requieren. Esta situación puede observarse en el caso de Óscar Tadeo, ya que muestra cómo la familia transita por varias estrategias con el in de identiicar y solicitar de manera gradual los medios apropiados que faciliten su integración en todos los ámbitos: • En su propuesta educativa se contemplaron sus habilidades, favoreciendo la construcción de estrategias de apoyo para mejorar su participación y aprendizajes. • La familia se mantuvo actualizada, indagando información seria y especíica, que les permitiera acceder a un mayor grado de profundización en el tema. • Todos sus compañeros y profesores estuvieron conscientes de sus diicultades para establecer un intercambio comunicativo, por lo que desarrollaron diversos sistemas especíicos de comunicación cuando Óscar Tadeo requería apoyo. • Se estableció un contacto regular y buenas relaciones entre la familia y los profesores; esto contribuyó a mantener una retroalimentación constante de sus avances y diicultades. RECUERDA… En el trabajo con el alumno con discapacidad auditiva se debe considerar que su integración educativa y social son propósitos que requieren de un trabajo sistemático y constante, asimismo, al deinir los objetivos y estilos de trabajo se deben priorizar y seleccionar las estrategias y apoyos necesarios y de mayor utilidad para potenciar el desarrollo comunicativo y académico del alumno. 51 una familia especial* Amada Torres González • Heriberto Benjamín Sanjuanero Martínez ueremos compartir con ustedes esta historia, que quizá es muy diferente para quienes son ajenos a un niño con discapacidad. Nuestros nombres son Amada Torres y Heriberto Sanjuanero, quienes formamos una familia con dos hijos: Sara de 18 años y Ángel Samuel de diez. Después de ocho años de espera nos informaron que llegaría un hijo más a nuestra familia, que tenía mes y medio de embarazo, pero que mi salud no estaba del todo bien; nos explicaron los médicos, en esos términos a veces raros que en muchas ocasiones no entendemos, que mi presión arterial estaba alterada, que presentaba preclampsia y muy probablemente llegaría hasta la eclampsia, por lo que se determinaba como un embarazo de alto riesgo, así que nos sugirieron suspenderlo, de lo contrario sería un proceso difícil tanto para mí como para el bebé. Como familia platicamos y nos negamos a realizarlo, fuimos con otro médico para buscar una nueva opinión, pero la respuesta fue la misma, aun así nos aferramos a que naciera nuestro hijo, por lo que empezamos a tener los mejores cuidados. A los dos meses tuve un sangrado y me hospitalizaron, el médico me dijo que admiraba el amor con el que yo me aferraba a mi hijo y también las ganas de vivir de mi bebé; esto me dio más ánimos y me motivó a seguir con la ilusión de la espera, a pesar de que fueron varias las ocasiones en que mi salud se vio afectada. Ángel Samuel se adelantó. Dos meses antes de la fecha programada me sentí mal, así que acudí a la cita médica en un hospital público, donde me revisaron y me conirmaron que estaba en labor de parto, pero se negaron a atenderme ya que no contaban con el equipo para enfrentar mi situación, así que me trasladaron en ambulancia hasta un hospital del Distrito Federal. Ya no supe más, hasta después de cuatro días de estar hospitalizada en terapia intensiva. Me dijeron que estuve a punto de morir, que mi situación fue delicada, pero que mi bebé estaba bien. Estábamos felices, nos dieron de alta y no hubo comentarios médicos respecto a Samuel, así que pensamos que todo estaba bien. Conforme transcurrieron los meses notábamos diferencias en el desarrollo de Ángel Samuel, en comparación con los que hace algunos años habíamos observado con nuestra hija Sara; por lo tanto, decidimos acudir al médico, el cual nos dijo que era nor* Tercer lugar, categoría “Padres y madres de familia”, 2007. Ixtapaluca, Estado de México. 52 mal, ya que había sido prematuro y el desarrollo de estos niños es diferente. Asistíamos de manera mensual a las citas y le insistíamos al médico del retraso en el desarrollo de nuestro hijo; el médico nos repetía que el niño era lojo y que no tenía nada. Pasó el tiempo y cuando Ángel Samuel cumplió un año, físicamente parecía un bebé de tres meses y aún no se sostenía para permanecer sentado. Cumplió tres años y lo ayudábamos para que se incorporara porque no tenía fuerza en sus piernas. Cuando nuestro hijo empezó a caminar teníamos que ayudarlo porque presentaba diicultades. Buscamos opiniones médicas, y muchas veces encontramos palabras crueles y actitudes que aumentaban nuestro sufrimiento cuando decían de la manera más fría que nuestro hijo era un “retrasado mental”, que lo lleváramos a casa y lo dejáramos en la cama, porque “ese niño nunca iba a aprender nada”. ¡Vaya apoyo de los especialistas!, qué ajenos son de todos los sentimientos que nos marcan como padres de niños con discapacidad; no pedimos que nos apapachen, pero sí que nos brinden alternativas, información de algún lugar donde nos puedan apoyar para brindarle una mejor calidad de vida a nuestros hijos. Desafortunadamente no se nos brindó esa información, y nosotros sin conocer nada relacionado con la educación especial, y con el deseo de ayudar a nuestro hijo no siempre llegábamos al lugar indicado. Como madre me aferré a mi hijo. Salía a la calle y lo cubría bien; sólo era nuestro hijo y no permitía que alguien lo viera. Ahora puedo decir y reconocer que lo hacía por miedo a la burla o rechazo de las demás personas. Pasó el tiempo y Ángel Samuel ya caminaba y como físicamente no es notoria su discapacidad, lo inscribimos en un preescolar público. Pronto la maestra observó que nuestro hijo presentaba conductas diferentes a los demás niños: se aislaba, se sentaba en un rincón y abrazaba una pelota, lloraba mucho y no se integraba a los juegos con los demás. Nos mandaron llamar y les comentamos su situación; contrario al rechazo que pensamos recibir, la maestra nos remitió al Centro Psicopedagógico de Educación Preescolar (Capep), que estaba cerca del preescolar. Así Samuel se presentaba en las mañanas en su horario normal y en la tarde lo llevábamos al Capep, durante todo el ciclo escolar. También por consejo de la maestra lo llevamos al Centro de Rehabilitación e Integración Social (CRIS) de Chalco para que le realizaran algunos estudios clínicos, ya que no somos una familia de grandes recursos económicos, vivimos al día pero somos muy unidos en las situaciones que enfrentamos. Nos pidieron que fuéramos tres veces por semana al CRIS. Nosotros vivimos en lxtapaluca, pero era tanto nuestro deseo de ayudar a nuestro niño, que mi esposa tenía que tomar tres camiones para llegar al lugar. Juntos buscamos nuevas rutas y como el camino era largo, sólo tomábamos el camión del tramo más pesado y el resto lo realizábamos a pie. En ese lugar le hicieron estudios de todo tipo a Ángel Samuel, detectándole retraso psicomotriz, y como tampoco hablaba bien, nos orientaron para que lo lleváramos al 53 Instituto Nacional de la Comunicación Humana (INCH). Al llegar a ese lugar nuestras esperanzas eran muchas; es un hospital muy grande, con mucho personal. Ahí le realizaron una evaluación más a nuestro hijo, pero nuevamente nos dieron resultados nada alentadores; de la manera más cruel el médico nos dijo que Ángel Samuel tenía retraso mental y que no esperáramos nada de él porque nunca aprendería. Nuevamente recibíamos un golpe más en nuestra búsqueda. Al concluir el preescolar, Samuel ingresó a la primaria, nuevamente sin comentarles su situación. A los pocos días nos llamaron y tuvimos que decir que tenía retraso mental; nos alentó saber que el director también tenía una hija con discapacidad. En esa escuela estuvimos dos años, porque a pesar de que aceptaban y apoyaban a nuestro hijo, esta vez el rechazo lo tuvimos de los padres de familia. En una ocasión en una junta una señora frente a todos me dijo que cómo podía tener un hijo tan tonto, que no debería estar en ese lugar; me sentí muy mal y me puse a llorar. Al término de la reunión la profesora nos pidió quedarnos, tanto a la madre que hizo el comentario como a mí, y le solicitó que si quería decirme algo acerca de Samuel lo hiciera de manera personal. Ante esa situación la señora se apenó por su actitud. Decidimos empezar la búsqueda de otra escuela que tuviera apoyo de alguna Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER). Encontramos una escuela de educación especial cerca de la casa, donde le realizaron una evaluación psicopedagógica a Ángel Samuel y nos mandaron a la supervisión de Educación Especial para ver la posibilidad de ingresarlo en una escuela regular con apoyo de la USAER. Mi esposa se presentó muy temprano por la mañana y no encontró al supervisor, por lo que una maestra le comentó que regresaría muy tarde y mejor volviera después. La verdad sentí mucho temor de perder la oportunidad de hablar con esa autoridad y decidí esperarlo; cuando el supervisor llegó se sorprendió de encontrarme ahí, por lo que me preguntó por qué lo había esperado tanto tiempo. Yo le dije que esperaría el tiempo que fuera necesario, con tal de encontrar un lugar para mi hijo. Finalmente no pudimos inscribirlo ese ciclo escolar en la escuela regular, pero ingresó al CAM “Sor Juana Inés de la Cruz” en el turno matutino, ubicado en Ixtapaluca. Ahí el psicólogo 54 de la escuela nos remitió al psiquiátrico de Santa Catarina para que nuevamente le realizaran evaluaciones a nuestro hijo. Nos explicaron que Ángel Samuel tenía retraso mental, con otro término, ya que su retraso estaba asociado con trastorno por déicit de atención con hiperactividad (TDAH), pero por in nos aclararon que nuestro hijo sí aprendería pero el proceso sería más lento que el de otros niños, ya que con paciencia, proporcionándole los medicamentos que le recetaron, llevándolo a la escuela y siguiendo las indicaciones de todos los especialistas nuestro hijo poco a poco aprendería. Samuel cursó el segundo año en ese CAM. Nuestro hijo mejoró en las actividades de educación física, en sus hábitos de cuidado y en las relaciones con sus compañeros. En relación con las actividades académicas no hubo mucho avance, pero las esperanzas de aprendizaje de nuestro hijo aumentaron. En esa escuela los motivaban mucho en los deportes, por lo que llevaron a nuestro hijo a participar en diferentes actividades. Al término del ciclo escolar la directora de la escuela nos mandó llamar y nos comentó que Ángel Samuel tenía las competencias suicientes para ser canalizado a una escuela regular con apoyo de la USAER. Sentimos mucho temor por la experiencia vivida anteriormente y al principio nos negamos a aceptar la propuesta, pero platicaron con nosotros y nos explicaron los motivos por los cuales ellos habían tomado esa decisión. Llegó el día de presentarnos a la escuela primaria “Mariano Matamoros”, turno matutino, a la que nos habían enviado; al entrar y buscar al personal de la USAER sentimos tristeza, ya que ellos no estaban enterados de la llegada de nuestro hijo. Regresamos a la escuela y nos explicaron que por algunos motivos no habían dado aviso a la escuela sobre el ingreso, así que necesitábamos esperar a que realizaran el trámite. Por in nos presentamos, evaluaron a nuestro hijo y nos entrevistaron, luego nos explicaron que Ángel Samuel no conocía muchas cosas y tenía pocas habilidades, por lo tanto lo ubicaron en primer grado, realizando adecuaciones curriculares para que pudiera entender lo que estaban enseñando. La profesora que le tocó a nuestro hijo es un excelente ser humano; le enseñó la letras, algunos números, los días de la semana, hábitos en el salón y siempre lo integró en todas las actividades escolares. Por sugerencia de la USAER y de la maestra se solicitó que yo, como mamá de Samuel, lo acompañara en el horario escolar para apoyar en los límites y las reglas. El equipo de la USAER nos ayuda con pláticas y trabajo que ellos hacen con nuestro hijo, así como tareas que nos dejan para apoyarlo en casa. Al inal del ciclo escolar la maestra Tere y la USAER nos dieron buenas noticias: Ángel Samuel aún no sabe leer, pero ya conoce y hace muchas cosas que antes no sabía. Otro motivo importante de alegría fue el retiro de medicamento para la hiperactividad y me pidieron que nuevamente lo apoyara en la escuela mientras observan cómo reacciona sin medicamento, y para 55 continuar reforzando el respeto a las reglas convencionales y los límites para establecerlos bien y empezar el proceso de separación en la escuela entre Ángel Samuel y yo. Finalmente, queremos agregar que si todos los especialistas y personas involucradas en situaciones como la nuestra fueran menos crueles y nos orientaran en cuanto a los lugares que apoyan a niños como Ángel Samuel, podríamos ayudarlos desde muy pequeños y los avances serían mayores. Gracias por darnos un espacio para poder compartir nuestras experiencias y dar a conocer algunas de las muchas cosas por las que pasa una familia como la mía, una familia especial. 56 PARA REflEXIONAR Para favorecer el proceso educativo del alumno con necesidades educativas especiales en el aula regular es necesario realizar el diagnóstico de dichas necesidades y sus orientaciones pertinentes estableciendo los apoyos que requiere cada estudiante y las acciones que se pueden implementar en el aula. La experiencia con Ángel Samuel da cuenta de los logros que se pueden alcanzar cuando los docentes, el equipo de apoyo y la familia trabajan en conjunto para identiicar las necesidades del alumno y favorecer su integración: • La maestra de grupo, en vinculación con el equipo de Educación Especial, determinó su estilo y ritmo de aprendizaje, sus diicultades para apropiarse de algunos contenidos, y con apoyo de la familia se identiicaron sus intereses. • Se diseñaron estrategias de atención destacando sus capacidades para permitirle superar de manera gradual sus propias habilidades, considerando el proceso de desarrollo por el que atraviesa el alumno. • Se elaboró un programa de trabajo que brindó la oportunidad de acceder al aprendizaje académico y social que pretende la escuela, respondiendo a las necesidades de Ángel Samuel y su familia. RECUERDA… La detección de los alumnos con necesidades educativas especiales es una tarea compartida entre el docente de educación regular y el de especial, involucrando la participación de la familia, no obstante es indispensable que el maestro de grupo se convierta en un observador que pueda identiicar los problemas tanto físicos como emocionales de sus alumnos, considerando sus capacidades y habilidades para el diseño de estrategias que les permitan desarrollarse de mejor manera. 57 CONVOCATORIA 2008 58 CatEgorÍa DoCENtEs El cielo es el límite* Jorge Luis Reyes Sánchez E s una mañana del mes de febrero de 2001, mis alumnos están terminando de iluminar los dibujos del cuento que acababa de narrar. Estoy parado junto a la puerta de mi salón, mientras observo a los colibríes que llegan a beber el líquido dulce que cada mañana coloco en un bebedero especial. Son días de matrícula para los niños que desean cursar el primer grado en el próximo ciclo escolar, por lo que la escuela ha recibido muchas visitas durante la mañana. En ese momento ingresa a la escuela una mujer, lleva a un pequeño de la mano. El niño camina con diicultad y el movimiento de sus brazos es bastante extraño. Sigo sus movimientos con la mirada, pareciera que el tiempo se detuviera para ser testigo de un suceso trascendente para esta escuela. La mujer deja al niño sentado sobre la banqueta y entra con seguridad a la oicina de la dirección. El pequeño mira con atención hacia todas direcciones, con una de sus manos extrae un juego de “tazos” –esas ichas de plástico o metal, en general circulares, con caricaturas–, los acomoda y comienza a golpear uno contra otro. Se divierte y pareciera * Primer lugar, categoría “Docentes”, 2008. Guadalajara, Jalisco. 59 no preocuparle haberse quedado solo, en un lugar que jamás había visto. El movimiento de sus manos me sigue llamando la atención. Les indico a mis alumnos que no se levanten y continúen realizando el trabajo pero, pareciera que dijera lo contrario. Camino en dirección de aquel pequeño tan especial. No imaginaba lo que me iba a encontrar. Su rostro estaba bastante lastimado; su nariz mostraba huellas de haber sido operada, su labio superior no estaba completo y dejaba ver parte de sus dientes, su oreja izquierda no estaba, solo tenía una pequeña protuberancia. Su cabeza un poco más grande de lo normal, presentaba evidencia de hidrocefalia (agua en su cabeza). Mis ojos recorrieron sus cortos brazos (la mitad del tamaño de lo normal), sus manos estaban en posición inversa, cuatro dedos en cada mano, ambas sin el pulgar. Un dedo que, oponiéndose a los demás, convierte a las manos en una de las herramientas más precisas que existen en el universo. Fueron segundos que se convirtieron en una eternidad, mientras sus ojos miraban los míos. Estaba impactado y su voz con diicultades para hablar, me trajeron de nuevo a la realidad. Con sus cuatro dedos cogió un tazo y acercándolo a mí, me dijo: –“¿Uegas?” (¿juegas?). Por un momento dudé en aceptar el tazo, estaba seguro que aquel pequeño me daría una lección que jamás olvidaría, sin embargo cogí el tazo y lo arrojé sobre el montoncito que él había formado. El mundo pareció detenerse mientras los dos jugamos. Un diálogo silencioso entre ambos había comenzado. La magia de aquel momento fue terminada por la voz triste de la mujer que había salido de la dirección, sus ojos estaban llenos de lágrimas que venía secando con la manga del viejo suéter gris que cubría su cuerpo. –¡No molestes al maestro, Dume! ¡Vámonos! –con un gesto de tristeza el niño comenzó a levantar los tazos, los guardó en su bolsa y sonrió de una forma especial, sujetando la mano de su madre. Me puse de pie y le dije a la mujer: “¡No me molesta! ¿Qué le pasa? ¿Por qué está llorando?” El niño miraba a su madre en silencio, mientras ella secaba sus lágrimas, y respirando profundamente me habló con el corazón. –Maestro, vine a matricular a mi niño en esta escuela, pero la directora me dijo que mi hijo debe de estar en una escuela de educación especial. Por ese tiempo yo cursaba la maestría en Educación Especial, por lo que aquel pequeño me parecía que pudiera ser el punto de la investigación para el desarrollo de mi tesis. –¿El niño viene a primer grado? –pregunté con ingenuidad. –¡Sí! –contestó la mujer con mucha esperanza. 60 –Bueno, pues entonces no hay problema, el niño se quedará en mi grupo. Venga a buscarme cuando inicie el ciclo escolar. La mujer enjugó sus lágrimas, y de sus ojos se desprendió una expresión de un profundo agradecimiento, y de nuevo percibí aquel extraño y fascinante diálogo silencioso. En ese momento supe que mi labor como maestro iba a cambiar de una forma que ni yo lo podría imaginar. Sabía también que aquel niño de nombre Dumenypz García Cortés transformaría de forma radical la vida y la dinámica de trabajo de la escuela urbana número 164 “Gabriela Mistral”. Después de ese cuestionamiento personal, ahora debía realizar un diálogo abierto con mi directora. Entré a la dirección y me acerqué cauteloso, pensando en las palabras adecuadas para comunicarle lo que había hecho. –Maestra, ¿usted me quiere mucho?– lo dije con un tono que se me escapó de lo profundo del corazón. –¡Claro Jorge, tú los sabes! ¿Por qué lo preguntas? Respiré profundamente y le dije: –Maestra, ¿se ijó en el niño que se acaba de ir? –¡Sí, Jorge! ¡Y mira que estuvo bien haberle dicho a su mamá que lo llevara a una escuela de educación especial. Imagínate lo que pasaría si lo tuviéramos aquí. –Maestra, si ese niño fuera su hijo, ¿no le gustaría que lo atendiera un maestro como yo? Miré el rostro de la directora, sus cejas se levantaron y su rostro tomó el color de una hoja blanca de papel y comenzó a sacudir levemente su cabeza. –Pero Jorge, ¿qué vas a hacer con ese niño? –¡Yo nada maestra! ¡No sé qué va a hacer él conmigo! Lo que sí sé es que este niño va a transformar totalmente esta escuela. La directora me miró en silencio, tomo mis manos y expresó: –¡Que tengas mucha suerte, Jorge! Salí de la dirección con un profundo sentimiento de satisfacción, sé que me esperaba una misión titánica y no sería nada fácil; por un instante temblé y me arrepentí de lo osado que me había mostrado en la dirección, sin embargo, por mis venas ya corría la nueva sangre, producto de una licenciatura y el principio de una maestría en Educación Especial, misma que estudiaba en la Escuela Normal Superior de Especialidades de Jalisco, así que esperaría lo que viniera, sabía muy dentro de mí que había hecho lo correcto… ¡abrir una puerta de esperanza para aquel niño! 61 El resto del año escolar transcurrió y de pronto olvidé la presencia de aquel pequeño. Disfruté de las vacaciones de verano y con nuevas energías volví a mi centro escolar a inales de agosto de 2001. Esa mañana la directora de la Escuela Urbana 164 ya había formado las tres ilas de los grupos de primero, yo esperaba en la dirección a que se completara mi grupo. Ya era costumbre que la directora se encargara de ubicar a los niños que atendería en cada ciclo en mi grupo, ya que la mayoría de las madres de familia pedían que sus hijos estuvieran en el grupo “B” que tenía bajo mi responsabilidad. Salí y me coloqué al frente de la ila, observando los rostros de quienes formaban mi grupo, en ese momento sentí que me jalaban de la manga de la camisa, al voltear miré el rostro de una mujer que con una gran sonrisa me preguntó: “¡Maestro!, ¿se acuerda de nosotros? La miré por un instante tratando de recordar quién era, y en ese momento detrás de ella apareció el rostro de Dume, ¡que brillaba de alegría! –¡Claro que la recuerdo! dije con algo de nerviosismo al mirar de nuevo al niño. Volví a sentir un extraño temor y no sabía cuál era la causa. Miré a Dume con mayor detenimiento. Su labio había sido reconstruido nuevamente, sus manos mostraban signos de haber sido operadas a la altura de las muñecas. Su rostro estaba inlamado por la reciente cirugía, sus manos vendadas, su cabeza más grande que lo normal y con la falta de una oreja. Los cuatro dedos de cada mano se agitaban nerviosos; en pocas palabras, su aspecto causaba temor en algunos niños. ¡Tal vez era yo quien sentía el miedo más profundo! ¡Me avergoncé al tener esa clase de sentimientos! ¡Yo, el futuro maestro en Educación Especial! Le indiqué a la madre de Dume que lo formara en el primer sitio de la ila; era el más pequeño de todos los niños de mi grupo, el grupo “B”. En ese momento la voz de la directora inundó el patio de la escuela, pedía a todas las madres que se retiraran y dejaran a los niños para iniciar el avance a los salones de clase. Algunos niños comenzaron a llorar al ver que sus madres se alejaban, en especial el niño que estaba justo atrás de Dume. No era un llanto de tristeza, sino un llanto de miedo. En ese momento, Dume me dio la lección más grande que nadie me había enseñado. El niño que se encontraba al lado de Dume no dejaba de llorar. Pensé entonces en acercarme a él, y en ese instante el corto brazo de Dume se postró sobre la espalda del niño que lloraba con angustia, su otro brazo inclinó el rostro del niño hacia el pecho de Dume. El niño prácticamente se dejaba cobijar por los brazos de Dume. Aún no salía 62 de mi asombro, cuando vino la culminación de la clase. De la boca de Dume salieron unas palabras que aún resuenan en mi alma: “¡No ores, aoita iene tu mamá!” (No llores, ahorita viene tu mamá). Los problemas de lenguaje de Dume trascendieron en ese momento y aunado a los sentimientos provocados por el abrazo que prodigara al niño que lloraba, borraron como por arte de magia el llanto y el miedo que el pequeño sentía. Dume me miró de una forma tan especial y su rostro se iluminó con una bella sonrisa, el diálogo silencioso comenzó de nuevo. Aquel pequeño de casi seis años me estaba mostrando la realidad de la “integración educativa”. Sus ojos me mostraban una verdad que hasta ese momento lograba comprenderla, pareciera que en voz alta me dijera: ¡Olvídate de todas tus teorías y de todos los autores que hablan sobre los principios y fundamentos de la integración educativa, esto es lo único que necesito. ¡Acéptame y quiéreme como soy! No necesito tanto, lo único que requiero es que me hagas sentir parte de este grupo y me des las herramientas para aprender todo lo que tú quieras enseñarme, ¡sólo eso maestro, nada más! Me acerqué a Dume y por primera vez toqué su rostro, le sonreí y con el corazón le dije: “¡Gracias por la lección de vida!” Al entrar al grupo se hizo un profundo silencio, los niños fueron ocupando sus lugares; cada quien eligió el suyo. Dume preirió quedarse al centro y en la primera banca. Ese sería su sitio durante todo el ciclo escolar. En ese momento comenzó la primera estrategia. Debía lograr que todos los niños aceptaran a Dume como uno más en el grupo. Inicié presentándolo al frente del grupo y lo subí a una banca, así todos lograban verlo, quité las vendas de sus manos y mostré a los niños aquellos pequeños cuatro dedos en cada mano. Fue un momento decisivo y Dume permitía que yo hiciera todo sin mostrar el menor gesto de miedo o vergüenza. Mostré su labio y su nariz operados, volteé su rostro para que los niños vieran la falta de su oído izquierdo, y lo mismo con su espalda curvada, después llamé a los niños para que tocaran sus dedos, su rostro, su cabeza… lo abrazaran. Yo miraba aquella escena con lágrimas en el corazón. Expliqué a los niños que Dume era un compañero más en el grupo y que iba a realizar el mismo trabajo que 63 cada uno de ellos. Dume necesitaría de ayuda por parte del grupo, sin que signiicara tener lástima por él. Después de esa presentación narré un cuento que sirvió para conocer de las capacidades de Dume. Al terminar el cuento, los niños dibujaron en una hoja blanca a tres de los personajes principales de la historia. Las hojas de papel blanco llegaron hasta cada lugar de los alumnos, Dume realizó con un tremendo esfuerzo el dibujo de los personajes del cuento; observé que el lápiz se le resbalaba entre los dedos, faltaba la presión del dedo pulgar, algo había que hacer en ese momento y la cinta masking vino a resolver de forma primitiva y momentánea el problema. Coloqué el lápiz entre los cuatro dedos de su mano izquierda y comencé a pasar la cinta, una y otra vez, hasta que el lápiz quedó adherido irmemente a su mano. Dume estaba feliz en los primeros momentos de la mañana y mostraba a todos lo que su maestro había hecho por él, incluso salió a recreo con el lápiz pegado a su mano. Esa mañana llevé a Dume a los otros dos grupos, el “A” y el “C”, y realicé la misma estrategia, me reiero a la dinámica de presentación. El impacto fue tremendo, tanto en los alumnos como en los maestros de primer grado. Los niños se sintieron motivados cuando vieron a Dume dibujar con aquel extraño accesorio en su mano; algunos querían que también les pegara un lápiz. Fue algo muy signiicativo y triste también. Durante ese día, Dume permaneció con el lápiz unido a su mano. Al terminar las actividades me di cuenta del tremendo error que había cometido: la piel de Dume se había lastimado por tantas horas expuesta al pegamento. Sentí una profunda tristeza y mucha vergüenza al mismo tiempo. Mientras retiraba la cinta con esmero y mucho cuidado, Dume me miró y me dijo: –Maestro, ¡ya no me pongas cinta, me duele la mano! –lo miré y airmé con seguridad: –¡No Dume!, no volverá a pasar, te lo prometo. Durante el resto del día estuve pensando qué hacer para que Dume lograra sujetar su lápiz y estuviera en posibilidad de realizar las mismas actividades que el resto del grupo. De pronto surgió la inspiración: dos pelotitas de unicel pegadas en el lápiz, dejando un espacio para colocar los dedos índice y medio, fueron lo mejor que pude haber pensado. Se lo mostré a Dume al día siguiente, colocó sus dedos, me miró y sonrió, levantó las cejas y me dijo: “¡Maestro eres mago!”, y regresó a su lugar. Lo miré trabajar con mucha dedicación; aunque las pelotitas de unicel impedían que el lápiz se deslizara entre sus dedos, sus manos trazaban con diicultad las líneas de los primeros ejercicios preparatorios en el cuaderno cuadriculado. Dume estaba satisfecho y yo me sentía como el inventor de la bombilla eléctrica, ¡había traído luz para un pequeño! 64 Inclinado sobre el cuaderno, su lengua de fuera para realizar un movimiento compensatorio, su mano izquierda apretaba con fuerza el lápiz, pero aún así parecía que el graito bailaba sobre la pista de papel blanco. Era todo un portento de magia verlo trazar aquellas simples iguras, que para él representaban una obra titánica. Una mañana de los primeros días del año un niño se acercó a mi escritorio, en una de sus manos llevaban el cuaderno y en otra el lápiz, en su rostro estaba dibujada la expresión del fracaso y la impotencia, coronadas por unas lágrimas que corrían por sus mejillas: “¡No puedo hacer la tarea, maestro!” y lloró con más angustia. El llanto del niño inundó el salón y todos voltearon hacia mí, esperaban ver mi reacción. Un profundo silenció invadió el aula. Solamente destacaban los sollozos del pequeño y entonces dije algo que cambiaría radicalmente la dinámica de trabajo del grupo, y que personalmente siento fue la estrategia más signiicativa que pude haber realizado con Dume. Miré al grupo, miré al niño que aún lloraba y mirando a Dume le dije: “¡Dume, dibújale una muestra a tu compañero!” Dume no lo dudó un solo instante, se puso de pie, llevó al niño a su lugar y plasmó sobre el cuaderno del pequeño el ejercicio que todos estaban realizando. Observé a Dume con una profunda admiración mientras se inclinaba en la banca de su compañero, pero no era el único que lo miraba, ¡todos los estábamos mirando! Al terminar de anotar la muestra del trabajo, Dume vino al frente del grupo y se dirigió a todos… y con un tono de voz que me caló hasta los huesos habló y dijo: “¿A quen le pono ua mueta?” (¿A quién le pongo una muestra?). Un torbellino de emociones inundó todo mi espíritu, al ver que los niños se arremolinaron ante Dume para que les dibujara una muestra, entonces me di cuenta que el maestro Jorge había desaparecido y ahora era solamente un elemento más dentro del grupo, un facilitador del aprendizaje. En adelante no hubo diicultades con los contenidos. Dume era el detonante para activar la seguridad en todos los pequeños, incluso lo llevaba de forma periódica a los otros grupos. Los padres de familia también fueron fuertemente motivados por el avance del pequeño Dume: estaban sorprendidos de que una mujer que planchaba y lavaba ropa en otras casas, y su padre un albañil, fanático de la lectura sobre temas de los pueblos indígenas, estuvieran logrando una inmensa proeza con su hijo. No era un secreto, ¡amaban a Dume!, y personalmente creo que todo lo cura un abrazo y un beso. También sé que el amor es la fuerza más humilde, pero es la más poderosa. 65 La escuela se fue transformando con la presencia de Dume, los recreos eran todo un evento de socialización. Dume se movía entre diferentes grupos de amigos, no sólo de su salón, sino que era invitado en todos los grados. Poco a poco se ganó el cariño y el respeto de todos los maestros, así como la admiración de los padres de familia. El mes de junio de 2002 llegó. Dume había aprendido a leer y escribir, ahora tenía en sus manos una poderosa herramienta: 27 letras que combinadas entre sí dan por resultado todo un universo de ideas y pensamientos. Ahora estaba listo para volar en otros cielos. El día de entrega de los documentos inales fue uno de los momentos más emotivos de toda mi vida. Todos los padres de familia se habían ido, los padres de Dume permanecieron hasta el inal, querían un momento a solas, y así fue, miré en silencio a Dume, lo abracé y como un murmullo le dije: “¡Gracias, Dume!”, coloqué mis manos sobre sus hombros, nos miramos en silencio como en aquella mañana de febrero de 2001 y le dije unas palabras que él seguiría utilizando durante los años de su educación primaria, palabras que Dume luego escribiría ante toda la comunidad escolar, el día de su acto académico de sexto grado. Sobre un pizarrón blanco, Dume trazó unas letras ante el imponente silencio de todos los presentes y el brillo de las lágrimas de sus padres; la mano izquierda de Dume escribió una profecía: “¡El cielo es el límite!” 66 PARA REflEXIONAR La integración educativa se basa en fundamentos y principios que buscan asegurar que todos los niños y las niñas –independientemente de su condición física, intelectual, social, de la región en la que habiten o del grupo étnico al que pertenezcan– tengan oportunidades para acceder a la escuela y participar en procesos educativos que les permitan alcanzar los propósitos fundamentales de la educación, desarrollando todas sus potencialidades como seres humanos. El hecho de que Dume se integrara a la escuela implicó nuevos retos que el maestro y la escuela en su conjunto tuvieron que reconocer: • Los niños y niñas con necesidades educativas especiales no representan más trabajo para el maestro o maestra de grupo, sino un trabajo distinto. • Estos niños y niñas no perjudican el aprendizaje del resto de los alumnos; no son los que aprenden menos, sino los que aprenden de manera diferente. • Desde las diferencias sociofamiliares y personales entre sus alumnos, hasta la planeación escolar para todo el grupo y la adecuación funcional de materiales didácticos. RECUERDA… La integración educativa favorece no sólo a los alumnos con discapacidad, quienes alcanzan un mayor desarrollo y una socialización más completa, sino también al resto del grupo y al conjunto del sistema educativo, ya que exige una mayor competencia profesional de los maestros y el diseño e implantación de proyectos educativos más amplios y diversiicados que consideren las distintas necesidades del resto de los alumnos y alumnas. 67 una emoción especial* Blanca Elvira Guevara Mercado ada ciclo escolar representa un nuevo reto, nuevas expectativas se formulan y nuevos anhelos buscan ser realizados. Soy la maestra Blanca Elvira Guevara Mercado; a lo largo de mis años de servicio muchos retos se han cumplido, sin embargo, hay uno en particular que quiero compartir porque dejó marcada mi memoria y le dio un toque “especial” de satisfacción y orgullo a mi trabajo. En el ciclo escolar 2005-2006 atendí a un grupo de primer grado con 42 pequeños integrantes, todos con sus caritas sonrientes, ávidas de aprender y conocer el mundo, y yo con el afán empeñoso de dar a mis pequeños “lo mejor”. Durante las vacaciones anteriores al curso y después de algunos años de no trabajar con alumnos de corta edad, traté de prepararme lo mejor posible, consulté libros, realicé dibujos, busqué actividades que favorecieran e hicieran atractivo y sobre todo divertido el aprendizaje, todo esto siempre dirigido a un grupo de primer grado de educación primaria. Los primeros días transcurrieron como lo había planeado, el trabajo era ameno y los niños encontraban divertido y sobre todo ¡sorprendente! aprender nuevos conocimientos. Si bien jugar y cantar eran las actividades favoritas de los niños, también lo era empezar a conocer las letras que después despertarían su interés por la lectura. Sin embargo, después de algunos días se presentó un nuevo reto, que por un momento me pareció demasiado difícil para poder cumplirlo. En la escuela urbana 168 “Concepción Alatorre” donde laboro, en el equipo de trabajo estamos comprometidas y buscamos siempre realizar de la mejor manera posible y en un agradable ambiente de trabajo, todas las actividades y los proyectos encaminados a alcanzar lo mejor para las personitas que están a nuestro cargo, además contamos con el valioso apoyo del equipo de la Unidad de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (USAER), que ha propiciado en nosotras el deseo y sobre todo la conciencia de apoyar a los niños con alguna necesidad educativa especial. Hasta ese momento, no había tenido la oportunidad de poner en práctica esos conocimientos. C * Segundo lugar, categoría “Docentes”, 2008. Guadalajara, Jalisco. 68 El gran día llegó. En la escuela se presentó Carlos Alexis, un niño de siete años de edad, un poquitín más alto que la mayoría de mis alumnos. Carlos venía de un colegio donde había reprobado el primer grado, y su mamá buscaba afanosa que alguien le ayudara para que el pequeño saliera adelante. Carlos no sólo era un niño repetidor, presentaba un problema auditivo llamado hipoacusia unilateral profunda en el oído izquierdo y supericial en el derecho, por lo que utilizaba un auxiliar auditivo; esto, como era lógico, había impedido que Carlos desarrollara plenamente sus capacidades para facilitar su proceso para aprender a leer y escribir. Alma, una excelente maestra y encargada del equipo de apoyo, me llamó para presentármelo. Cuando estuve frente a él pude percatarme de que Carlos tenía un poco de miedo, era retraído y poco sociable, con problemas de comunicación y lenguaje, sus grandes ojos se abrieron aún más y su mano tímida se rehusaba a estrechar la mía. Alma me explicó el caso de Carlos, y con ternura busqué tomar su mano y darle la conianza para mirarme; estaba frente al mayor reto hasta ese momento en mi trabajo, nunca había pensado en la posibilidad de enseñar a un niño con discapacidad auditiva. ¿Cómo iba a hacerlo?, ¿qué podía hacer por él? Sin embargo, sin pensarlo y cuando la pregunta surgió: “¿Puedes recibir a Carlos en tu grupo y ayudarlo?” La respuesta inmediata fue: “Sí, claro que sí”. Él era un niño que necesitaba mucho más de mi apoyo y estaba dispuesta a dárselo. No se debe olvidar que la escuela tiene la obligación de proporcionar las bases indispensables que permitan a los alumnos adquirir una serie de conocimientos para comprender la realidad social y natural en la que viven, de manera que se integren como miembros de una sociedad y de una época. A partir de las necesidades que presentaba Carlos, y en conjunto con el equipo de la USAER, nos dimos a la tarea de realizar una planeación escolar que diera respuesta a lo que el niño estaba requiriendo para aprender. El objetivo de esta planeación sería “identiicar primeramente las necesidades básicas de Carlos y, mediante la intervención pedagógica permanente, ajustar los procedimientos, los materiales de trabajo, los contenidos, las evaluaciones, etc., en función de tales necesidades”. Para lograrlo se llevarían a cabo las siguientes estrategias: 1. Una evaluación psicopedagógica y diagnóstica por parte del equipo de la USAER; esto nos ayudaría a conocer mejor el inicio de nuestro camino para así llegar a nuestra meta. 2. Se harían adecuaciones al contexto áulico, es decir, se colocaría al niño al frente y en medio del salón de clases, donde le fuera posible estar en mejor contacto con el pizarrón y conmigo para facilitar la entrada del conocimiento. 69 3. Se realizarían adecuaciones al currículo, en cuanto a su orientación y inalidad, así como la relación con los contenidos y los propósitos de las diferentes áreas. 4. Se realizarían adecuaciones a las evaluaciones que nos brindaran una visión más clara de los avances o retrocesos, y a la vez permitieran la retroalimentación o continuidad del programa. 5. Se formaría un equipo sólido de trabajo con los padres de Carlos para orientarlos y a la vez inducirlos a participar en el seguimiento de los trabajos realizados en clase. 6. Se llevaría un registro de los logros que se obtuvieran para continuar con el seguimiento y así favorecer nuevos avances. 7. Se realizaría una campaña de concientización entre los compañeritos de grado al que Carlos ingresaría y después en la escuela. Hasta ese momento había dentro de mí muchas interrogantes; se me sugirió la lectura de libros relacionados con el tema, que me ayudarían y enriquecerían mi conocimiento; además, consulté internet, lugar donde busqué documentarme, primeramente sobre la discapacidad de Carlos y después sobre algunas estrategias que podría utilizar para ayudarlo en el salón de clases. Una parte muy importante y tal vez la principal fue lograr la integración de Carlos al grupo, es decir, que fuera aceptado como un miembro más y con las mismas oportunidades que sus demás compañeros. Cuando Carlos se presentó por primera vez en el grupo, fue recibido por sus compañeros con asombro, ya que, además de ser más alto que la mayoría, utilizaba su auxiliar auditivo en su oído derecho. Sin embargo, todos querían acercarse y saludarlo. Les expliqué que Carlos escuchaba un poco menos que nosotros y por ello se le diicultaba entender las palabras, pero entre todos lo ayudaríamos, a lo que respondieron en coro que sí. Desde ese momento estuve segura que ellos serían la voz más fuerte que Carlos necesitaba escuchar. Coloqué al niño al lado derecho, cerca del escritorio y del pizarrón, esto me facilitaría la comunicación, porque cuando tuviera que hablar con él debía estar segura que mirara mis labios y así lograría su comprensión. También se colocó a una compañera a su lado, la cual sería su monitora, es decir, ayudaría a Carlos en las indicaciones que no lograra captar. Pero no sólo ella lo ayudaba, la mayoría quería hacerlo. Él empezó a socializar con sus compañeros, a la hora del recreo lo esperaban y lo ayudaban en la compra de algunos de sus alimentos. Carlos pasó de ser un niño tímido a un niño sonriente para todo aquél que estuviera dispuesto a brindarle su apoyo. En el recreo varios niños se reunían con él para jugar. Observé que tenía una gran capacidad visual, por tal motivo utilicé material gráico (dibujos, láminas, letreros, etc.), pues ayudaba a captar su atención y además hacía 70 divertida la clase para todos. Muchos de los dibujos permanecían en las paredes hasta que otras láminas los sustituían; se procuró que las instrucciones se realizaran en forma verbal y de frente a él, asegurándome de preguntarle de nueva cuenta dichas instrucciones para estar convencida de que las había comprendido; si el niño parecía confundido se le explicaba en forma personal. Carlos empezó a responder favorablemente, sus trabajos eran limpios y le gustaba participar en clase; siempre que levantaba la mano se le daba la oportunidad de contestar. Esto me ayudaba para asegurarme que su proceso iba por un buen camino. Cuando se realizaban actividades grupales, daba tiempo extra a Carlos para solucionar las preguntas. Cuando se ponían deberes para la casa, vigilaba que el niño los hubiese escrito correctamente. Fue muy importante y necesario procurar que los trabajos escritos estuvieran seguidos por explicaciones verbales por parte de Carlos, para favorecer y sobre todo enriquecer su vocabulario y comprensión, área en la cual tenía mayores diicultades. Hay que recordar que la escuela no trasmite sólo conocimientos sino que es formadora integral de individuos, por tal motivo el aspecto social es uno de los más importantes para nuestros alumnos y principalmente para Carlos, que necesitaba sentirse parte de un grupo de alumnos, parte de una familia y parte de una sociedad, es decir, parte de un todo. Para lograr su integración completa se generó el trabajo en equipo, en binas y en forma grupal, donde pude observar que Carlos opinaba y participaba de las actividades, sobre todo si éstas generaban puntos buenos para su equipo. Quiero recalcar que me emocioné verdaderamente cuando Carlos levantó su mano al solicitar la participación de algún niño en el festival de la escuela, sin ningún miedo y con una sonrisa en su cara él estaba dispuesto a hacerlo. Creo que ahí comprendí que lo que estaba haciendo tenía un valor incalculable y que mis esfuerzos y deseos de integrar a Carlos al grupo estaban dando frutos. El regalo más grande para una maestra es observar a sus alumnos desarrollarse íntegramente y más aún cuando pareciera que ésta era la tarea más difícil por realizar. La labor de la escuela no estaría completa si de sus proyectos se excluyera la participación activa de los padres de familia. Los padres representan la fuente de seguridad y los modelos a seguir de nuestros pequeños, por ello se formó un equipo 71 de trabajo con los papás de Carlos para brindarles información y sobre todo estrategias para lograr desarrollar habilidades de comunicación en el niño, algo que se le diicultaba primordialmente. Se sugirieron actividades como hacer descripciones de objetos, paisajes, personas, etc., encontrar semejanzas y diferencias, completar oraciones, formar campos semánticos, realizar analogías verbales, distinguir diferentes tipos de textos, cartas, recetas de cocina, cuentos, leyendas, fábulas, etcétera. Estas actividades se realizarían en forma sistemática una vez por semana, y tenían el objetivo que Carlos enriqueciera su vocabulario. Para ello los padres llevarían un registro de los resultados, en el cual también se incluía si el niño utilizaba en los ejercicios palabras nuevas. Observé que Carlos empezaba a desarrollar de manera paulatina, aunque un poco más lento que sus compañeros, el proceso de la lectura y la escritura. Para esta área especíica utilicé el alfabeto móvil grande y visible para todo el grupo, donde los niños formaban palabras nuevas, se usaron dibujos y láminas de las letras del alfabeto que se iban colocando en las paredes del salón conforme los niños las iban conociendo, se simpliicaron contenidos de Español para que el niño tuviera una mejor comprensión, se buscó ampliar su vocabulario con actividades similares a las que realizaba con sus padres en casa, pero ahora a nivel grupal, dentro de los proyectos propios de la escuela se acordó realizar un diccionario personal en el cual se incluían palabras de difícil comprensión para los niños, ilustrándolo y creando enunciados con dichas palabras. Al principio se requirió la ayuda de los padres de familia, pero conforme avanzaban en su proceso de lectoescritura, los propios niños realizarían la actividad. Generalmente ésta se realizaba frente al grupo y en el pizarrón con la participación de todos. Se utilizaron los libros del rincón de lectura y del aula en actividades como observación de dibujos y adivinanza de su contenido: primero se hizo en forma oral y después escrita. Se realizaban descripciones de los dibujos de estos libros. Otro proyecto de la escuela fue realizar un libro personal. Es una actividad que lleva el nombre de Taller de Escritores, donde los niños realizan sus propias producciones escritas, con temas de su interés y relacionados con su vida personal y la historia de su país. Carlos realizó, al igual que todos, su libro personal, donde hablaba sobre sus gustos, sus juguetes favoritos y otros temas de su vida. Es fundamental destacar que los niños aprenden a través de este proyecto lo importante y valioso que es mantener escritos nuestros pensamientos y sentimientos, así como los conocimientos, textos informativos, recetas de cocina, tarjetas postales, cuentos, etc. Además de realizar al inal del ciclo una exposición con los libros de todos los niños de la escuela a la que asisten padres de familia y autoridades educativas de la zona escolar. 72 No sólo me interesaba la lectoescritura; las matemáticas en el caso de Carlos también requerían un tratamiento especial. Para ello utilicé diversas estrategias, dibujos con los números para una mayor visualización, utilizamos un ábaco vertical con círculos de colores para el conocimiento de unidades, decenas y centenas. Se simpliicaron los contenidos que resultaban más difíciles para Carlos con el in de lograr una mejor comprensión, se realizaron actividades personales, como comparar colecciones, completar series y reconocer el antecesor y sucesor de un número utilizando material concreto como semillas, ichas de colores, botones, etc., se realizaron comparaciones de iguras geométricas clasiicándolas por alguna característica común, se utilizó el tangram (un original rompecabezas conformado por siete piezas, utilizado en el área de enseñanza de las matemáticas); para la realización de iguras partiendo de la redacción de algún cuento. Se ubicaron objetos en relación con él mismo: arriba, abajo, a la izquierda, a la derecha, adelante, atrás. Utilizamos juegos de mesa que requerían emplear el conteo; solucionamos problemas cotidianos de los niños utilizando etiquetas de sus productos favoritos, como galletas, jugos, chocolates, dulces, etc. Jugamos al mercado o a la tiendita manejando así los números y las monedas. Las adecuaciones que se hicieron al currículo tanto en la materia de Español como de Matemáticas quedaron registradas en el avance semanal que se entregaba a la dirección de la escuela. También se hicieron adecuaciones a las evaluaciones de acuerdo con los avances que Carlos mostraba diario. Estas evaluaciones nos daban la pauta para detenernos o continuar. Además del trabajo, también realizamos actividades como jugar en el patio, representar obras de teatro, cantar acompañando nuestro canto con movimientos. Esta actividad despertaba en Carlos una emoción especial, me parecía que se sentía feliz de formar parte de una voz que se escuchaba en forma melodiosa y armónica y sobre todo muy fuerte, que por momentos lo hacía olvidarse de que tenía un compromiso auditivo. Poco a poco los esfuerzos de todos en conjunto fueron dando resultados: Carlos aprendió a leer y escribir como sus compañeros, aunque lo hizo en un ritmo más lento; aprendió a contar, sumar, restar y conocer las iguras geométricas, sus características y a resolver problemas sencillos. Después de aproximadamente ocho meses de trabajo, nos dimos cuenta que el equipo que habíamos conformado la USAER, escuela, padres de familia y alumno, había logrado los objetivos, aunque lo más importante que se alcanzó fue que Carlos se sintiera un niño de primer grado igual que sus demás compañeros; él nunca se sintió solo y mucho menos diferente. 73 Estoy segura que Carlos disfrutó plenamente su estancia en el salón de clases, se volvió alegre, extrovertido y participativo, hizo muchos amigos que lo trataban igual que a cualquier niño del grupo. En los siguientes grados, mis compañeras maestras también han realizado adecuaciones curriculares acordes a las necesidades de este pequeño. Él sigue avanzando en su educación aunque en forma más lenta que el resto del grupo, pero con paso irme. Ahora Carlos Alexis cursa el cuarto grado y yo atiendo el quinto grado. Cuando Carlos sale de su salón sonriendo como siempre y jugueteando con sus compañeros, lo observo a través de las ventanas de mi salón de clases y siento un orgullo especial, al recordar que fui alguien importante en su vida al colocar las bases de su educación futura, y que gracias a él, como maestra también me siento muy feliz, orgullosa y afortunada de haber podido contribuir a que Carlos se sintiera un niño con las mismas oportunidades que sus demás compañeros. No sé cuál sea el futuro de Carlos, pero estoy segura que es mucho mejor desde el momento en que llegó a nuestra escuela, donde se le brindó el apoyo necesario tanto a él como a sus padres, y nos dio la oportunidad a los maestros de poner en práctica nuestros conocimientos y valores, así como lograr que nuestros alumnos también desarrollaran valores tales como la amistad, la tolerancia, el respeto a la diversidad y muchos más. Después de Carlos he atendido a otros niños que requieren ayuda especial, uno de ellos con aptitudes sobresalientes. Cada uno es diferente, y hacen que mi trabajo tenga un valor incalculable. Nadie dice que el trabajo con ellos ha sido fácil, pero sí les digo que han sido los mejores y más satisfactorios años de trabajo que he realizado a lo largo de mis años de docente, y quiero seguir así hasta el día que la jubilación me alcance. 74 PARA REflEXIONAR La integración educativa es posible en aquellas escuelas abiertas a proporcionar una respuesta a todos los alumnos, independientemente de sus características físicas, personales y familiares; capaces de adecuar sus recursos humanos y materiales, así como las prácticas, con un proyecto educativo que presida y facilite las acciones del aula, con una gestión y organización escolar eicaz que fomente la participación de los distintos sectores de la comunidad educativa y el consenso como base para la toma de decisiones. Que la escuela de Carlos decidiera dar respuesta a las necesidades educativas especiales que presentan ciertos alumnos no fue tarea de uno o dos profesores, sino una meta que la comunidad educativa compartió: • Elaboración conjunta de un documento de planeación de la escuela (proyecto escolar, plan estratégico, plan de mejora), considerando la atención a los estudiantes según sus necesidades y ritmos de aprendizaje. • Ambiente de trabajo colaborativo y vinculación con el servicio de apoyo de educación especial, en este caso la USAER. • Evaluación de la práctica educativa de los docentes. • Acciones dirigidas a lograr una participación y colaboración eicaz de los padres y madres de familia en las tareas educativas de la escuela. RECUERDA… La educación de niños y niñas con necesidades educativas especiales en la escuela regular no debe involucrar solamente a uno de los maestros, ni debe ser el objetivo de un reducido grupo de ellos. Por el contrario, debe plantearse como una tarea conjunta que supone situar la atención a la diversidad como uno de los propósitos centrales y prioritarios de la escuela. 75 El reconocimiento a la integración educativa de niños con necesidades educativas especiales* Penélope Karina López Sotelo E nfrentar retos y desafíos coloca a los individuos no sólo con la necesidad de una base considerable de conocimientos signiicativos, sino también una gran capacidad para aplicarlos convenientemente; además se requiere de una educación que le permita a lo largo de su vida el desarrollo de habilidades, capacidades y actitudes que en conjunto son las competencias. El trabajo desarrollado por competencias en ciclo escolar 2007-2008 fue retador, desaiante, y comprobé que no sólo el alumno debe aprender, sino también los que estamos alrededor de la situación. En el contexto educativo se brinda atención y se potencian las capacidades de todos los alumnos, en este entorno existente de pluralidad en cualquiera de los contextos sociales y por tanto dentro de cualquiera de nuestras aulas. Es ahí en nuestras aulas donde encontramos la pluralidad de alumnos que nos enseña que también los maestros nos debemos preparar para favorecer y lograr el desarrollo de esas capacidades y habilidades con una perspectiva profesional que permitirá desarrollar estrategias con las cuales se pueda brindar la atención necesaria a toda una diversidad, y así cumplir con los planes y programas oiciales. La atención a la pluralidad, y en especíico a la integración de alumnos con necesidades educativas especiales, se plantea en los principios pedagógicos del Programa de educación preescolar 2004, donde se pretende y señala que “los niños y las niñas con discapacidades (intelectuales, sensoriales o motoras) pueden encontrar en la escuela un ambiente de aprendizaje que los ayude a desarrollar las capacidades que poseen”, a partir de la socialización e interacción con sus iguales, en un espacio en el que se brinde seguridad, apoyo, autonomía reconocimiento y aceptación por otros y por él mismo dentro de una sociedad. Al iniciar el ciclo escolar 2007-2008, durante el periodo de inscripción me informaron que se integraba a mi grupo una alumna con discapacidad; al recibir tan grata y desaiante noticia, relexioné acerca de lo que vivimos día a día y qué es lo que requerimos para que la sociedad reconozca la diversidad, la acepte, la tolere y se solidarice con la situación que se presente; si eso se lograra, si los docentes pudiéramos lograrlo en el * Tercer lugar, categoría “Docentes”, 2008. Metepec, Estado de México. 76 aula, entonces sí podríamos hablar y escribir acerca de que hemos creado una humanidad competente para enfrentarse a los retos y desafíos dentro de los contextos sociales, culturales, políticos, económicos y educativos, capaz a su vez de generar cambios, dar respuestas y buscar las estrategias adecuadas para una convivencia armónica dentro de una misma comunidad. Es así como me di ánimo y comencé a investigar, preguntar y observar mi entorno, encontrando que existen formas, estrategias o modelos pedagógicos con los que se logra desarrollar las capacidades de integración y de aprendizaje de todos alumnos; en algunas ocasiones desde un punto de vista teórico, parecerían falacias, utopías que no se alcanzarán, porque no sólo cuentan las buenas intenciones del docente para lograr este propósito. Los docentes y los padres de familia somos un parteaguas dentro de este desarrollo, o bien somos los que generamos la oportunidad o sólo creamos un espacio de buenas intenciones que no sirven de mucho para ninguno de los tres involucrados (familia, docente y alumno). Si el docente no está preparado y ve esta oportunidad de crecimiento y desafío como una carga de trabajo, limita no sólo su campo laboral, sino también la comunicación, la convivencia, la aceptación y la oportunidad de enfrentar este reto como lo que es, una verdadera oportunidad de enseñanza y aprendizaje, aplicación de estrategias y metodologías, es decir, ser un docente que cubra la capacidad de investigación y análisis de la situación. En mi experiencia, a partir de las necesidades y oportunidades generadas con el acercamiento a Marypaz, quien presenta hipoacusia bilateral profunda, fue que le di importancia a los discursos que luego nos presentan en diferentes cursos o lecturas de relexión de la práctica docente cuando nos piden ser investigadores y acercarnos a las lecturas, utilizar internet, analizar y llevar a la práctica las estrategias y teorías que a veces los docentes las consideramos lejanas y ajenas a nuestras realidades. Cuando Marypaz ingresó, en un primer momento observé que en su trato era selectiva y muy huraña; cuando me quería comunicar con ella haciendo uso del lenguaje y enfatizando mis palabras se reía, y si recurría a la comunicación a través de la Lengua de Señas Mexicana (LSM), su cara se ponía roja y se avergonzaba. Lo mismo ocurría con sus compañeros, ya que no a todos les permitía sentarse a su alrededor y cuando se acercaban, se enojaba o los ignoraba. Esas primeras semanas fueron muy complicadas, sin embargo no desistí, seguí observándola; me acerqué 77 para poder ganarme su conianza teniendo pláticas con la madre, quien tenía algunas perspectivas pesimistas, que a lo largo del ciclo escolar logró modiicar y así ayudar a su hija, y a través del trabajo coordinado con la USAER en el nivel preescolar, se realizó un acercamiento grupal utilizando la técnica de expresión de mimo, exagerando el color de los labios, haciendo gestos, moviendo el cuerpo y haciendo que todos participáramos, generando una nueva forma de comunicación. Al inicio del ciclo escolar se realizaron reuniones de sensibilización con los padres de familia, donde algunos de ellos mostraron interés y preguntaban cómo se podían comunicar con ella. Por parte de los alumnos observé que se desarrollaron y favorecieron competencias que aun sin haberlas planeado dentro de las situaciones didácticas se transmitían; un ejemplo fue en el campo de desarrollo personal y social donde se lograron actitudes de respeto, solidaridad, apoyo, tolerancia e interés por ayudar, proteger y generar una convivencia armónica; esta experiencia nos permitió acercarnos y reconocer que todos necesitamos de todos, además que nosotros mismos tenemos diferentes capacidades, lo que provocó que los alumnos se involucraran con mayor entusiasmo y apoyaran a los demás sin importar la discapacidad. También a nivel institución se tuvo interés por conocer nuevas formas de comunicación, de trabajar con actividades que les permitieran conocer y explorar los sentimientos y las necesidades de los otros y ayudar desinteresadamente. Una de las actividades de gran impacto fue la participación de un coro para la apertura del Programa Nacional de Lectura; en éste todo el grupo intervino, cantaron con su voz y utilizaron simultáneamente la LSM. Los alumnos de otros grados se quedaron con muchas preguntas e intrigados del porqué se cantaba de esa manera; conforme iban pasando las semanas, los niños me preguntaban cómo podían hablar con Marypaz y qué debían hacer para que jugara con ellos en el recreo. Al ver esta necesidad no nada más de algunos sino en general maestras, alumnos, intendentes, directivos, etc., el equipo de la USAER preescolar intervino y los días lunes terminando el homenaje a la bandera, les daban a conocer algunas señas para poder comunicarse con su “amiga Marypaz”, porque, he de decirlo, al inal del ciclo escolar se sentían muy orgullosos de jugar con ella y si en un principio ellos trataban de cuidarla e integrarse a Marypaz, fue ella quien terminó cuidando a los demás e integrándose a la mayoría de los grupos para organizar juegos durante el recreo, lo que cambió totalmente la primera observación de una persona huraña a una persona sociable, con grupos de amigos, con sus roles bien determinados y sobre todo, de su primer acercamiento a un jardín de niños donde su estancia no había sido grata, a un segundo jardín de niños donde se sintió y fue totalmente aceptada y valorada. Con la participación que tuvo el grupo en la interpretación del coro, no sólo tuvieron la oportunidad de ser vistos en la institución, ya que en la zona escolar eligieron números 78 artísticos que representaran, motivaran e integraran a toda la comunidad a la lectura; ellos fueron uno de los números que se presentaron ante padres de familia de otras instituciones, directivos de zona, autoridades educativas y, lo más importante, ante una sociedad que estaba reconociendo la importancia de la integración educativa. Un alumno con discapacidad que es integrado a un grupo regular tiene y cuenta con las mismas oportunidades de aprendizaje de sus iguales, generando no sólo la suspicacia (que sería lo menos a lo que deberíamos enfocarnos porque es un alumno que tiene las posibilidades de aprender igual a la de otros sólo que de manera distinta, reconociendo también los tipos de inteligencia existentes) de si lo podrá lograr o no, sino de producir un ambiente de sana competencia, de ser iguales y de ir aprendiendo a partir de situaciones de la cotidianidad; si bien es cierto que muchos de los alumnos que presentan discapacidad no logran terminar una educación básica, también es cierto que estas oportunidades que se les brinda son espacios en los cuales van adquiriendo y generando estándares y modelos a seguir, donde se comprende el sistema de convivencia y trabajo dentro de una sociedad que son básicos para la sobrevivencia del ser humano. En el nivel preescolar se pretende que al centrar el trabajo en competencias [...] la educadora busque, mediante el diseño de situaciones didácticas que impliquen desafíos para los niños y que avancen paulatinamente en sus niveles de logro (que piensen, se expresen por distintos medios, propongan, distingan, expliquen, cuestionen, comparen, trabajen en colaboración, maniiesten actitudes favorables hacia el trabajo y la convivencia, etc.) para aprender más de lo que saben acerca del mundo y para que sean personas cada vez más seguras, autónomas, creativas y participativas.1 Cuando se integra a un alumno se realizan modiicaciones a algunas de las actividades planeadas; en mi caso, la USAER preescolar revisaba la planeación para ayudarme a hacer algunas modiicaciones, lo que me enseñó a ser compartida y poder crear una planeación que otros pudieran comprender; por tanto, se generaron adecuaciones curriculares en las planeaciones de situaciones didácticas; en el aula, las adecuaciones se realizaron con claves Fitzfgerald,2 dejando un espacio para poder pegar las tarjetas de trabajo y que estuvieran visibles, las cuales fueron útiles no sólo para el trabajo con Marypaz, sino que por esta estrategia de trabajo, los alumnos comenzaron a reconocer palabras, letras, acciones, algunos verbos y se les hizo menos complicado el acercamien1 SEP 2 Categorización y análisis, estructuración de reglas gramaticales, utilizando las categorías qué, quién, cuándo y dónde. La clave tiene como apoyo visual símbolos que representan las partes de la oración. (2004), Educación Básica. Programa de Educación Preescolar 2004. p. 22. 79 to a la lectura. Una anécdota en la cual se observa la importancia y el reconocimiento de que todos tenemos las mismas posibilidades de aprendizaje, fue cuando les hacía dictado al resto del grupo, las palabras que yo desconocía cómo se decían con un movimiento se las dictaba haciendo uso de la lectura bucofacial, o por el uso del abecedario de lenguaje de señas, pero sólo lo repasaba con “Paz”; una ocasión noté que nadie escribía aun habiendo dictado la palabra, volteé hacia Marypaz y fue entonces que observé al resto del grupo que esperaba el momento en el que yo le dictara a Paz con señas, donde ellos sorprendentemente escribían la palabra. Esto prueba que la integración representa una ventaja, porque se generan espacios de aprendizaje, de reconocimiento, así como el desarrollo y la potencialización de diversas inteligencias. Otra prueba de ello es su mejor amiga Yenni (y este es un claro ejemplo de que en el espacio educativo se producen aprendizajes para la vida), quien fue una de las primeras en comprender la LSM, a través de las claves Fitzgerald. Comenzó a aprender con interés cada una, durante cada semana; mientras los demás iban aprendiendo poco a poco y trataban de comunicarse, Yenni y Marypaz entablaban diálogos; esta habilidad llamó la atención de docentes y de la mamá de Marypaz, así que le pregunté a la mamá de Yenni qué le parecía y si sabía que su hija era de las primeras en comunicarse con Marypaz, a lo que respondió: Maestra, Yenni nos ha enseñado que no debemos avergonzarnos de lo que somos. Mi esposo tiene una hermana con las mismas características que Marypaz, sólo que mi suegra la llevó una o dos ocasiones a terapia y logró aprender algunas palabras básicas con señas, después la dejó de llevar y eso ya tiene muchos años; así que Yenni ahora tiene la oportunidad de aprender el lenguaje de señas aquí en la escuela, ella por las tardes o llegando de la escuela le enseña a su tía y nos enseña de paso a nosotros, y su tía se ha sentido tomada en cuenta, y todos los días le pregunta qué le enseñaron y junto a Yenni está aprendiendo de nuevo. A decir verdad, esta airmación me llenó de orgullo, porque sin querer y sin saber se había dado la oportunidad hacia una tercera persona que también necesitaba comunicarse, y que a partir del espacio educativo abierto a la diversidad se logró que otra 80 persona desarrollará aprendizajes y se integrara a la comunidad más cercana e importante, su familia. Durante ese ciclo escolar se pudo comprobar, sin haberse propuesto desde un principio, que existe un rompimiento de barreras, que la equidad y la propuesta hacia la diversidad se cumple; el ser una escuela abierta a la integración es una ventaja siempre, y lo puedo airmar porque en el trabajo con el grupo y la comunidad escolar se fue dando todos los días con compromiso, tolerancia y aceptación en el caso de la madre de familia acerca de la condición que presenta su hija. Ambas, madre e hija, se pudieron comunicar de mejor manera al inal del ciclo escolar; se cambiaron esquemas de relación de poder, por el diálogo, la aceptación de reglas, la ayuda; se mejoró su convivencia. En el caso de Marypaz aceptó la presencia de su hermana, que por ser menor un año es Marypaz quien la ayuda a balbucear, a decir palabras señalando los objetos. En conjunto, todas las estrategias y técnicas de apoyo fueron guiadas con el trabajo, la comunicación y el constante apoyo del equipo de la USAER preescolar, a quienes les agradezco su profesionalismo y empeño para lograr los resultados que observamos durante el ciclo escolar 2007-2008, no sólo con Marypaz, sino con toda la comunidad escolar. Al inal del ciclo escolar se logró un primer acercamiento con el equipo de trabajo de la USAER de primaria, donde ahora Marypaz cursa el primer grado. En un principio nos desilusionó su actitud hacia el trabajo realizado en preescolar, pues como muchos, no creyeron el impacto y el desarrollo de las competencias que hasta ese entonces Marypaz ya tenía, ya que siguen creyendo que preescolar es sólo un espacio de juego, canciones y entretenimiento y no un lugar donde la enseñanza es más formal. Al inicio del ciclo escolar, la USAER de preescolar ha continuado con el seguimiento a la atención de Marypaz. Cabe señalar que su proceso de integración a la escuela primaria ha sido difícil para ella, pues ha comentado que esa escuela no le gusta, sus bancas son duras y las paredes no están dibujadas, añadiendo que no hay pasto ni lugar para jugar como antes, pero que iba a tratar de hacer nuevos amigos, lo cual nos habla de una riqueza humana invaluable. Es casi inal de bimestre y Marypaz ha logrado verbalizar y articular más palabras de las que ya sabía, tiene mayor comprensión y en las evaluaciones iniciales fue la que obtuvo los niveles más altos de comprensión, pensamiento matemático, ubicación espacial, entre otros, llenando de orgullo a su mamá, quien por cierto, ¿no lo mencioné?, es profesora de primaria y a quien le debo este trabajo, porque sin ella y Marypaz, no hubiera tenido la oportunidad de escribir este artículo; pues como madre de familia apostó por la educación pública y por el trabajo de un equipo coordinado, una docente llena de dudas y una USAER responsable con su trabajo, sin dejar de lado a Marypaz, quien hizo 81 su parte: aprender, enseñar, jugar, divertirse, gozar, socializar y mejorar, en conjunto, a cada ser humano que creyó en ella. Una propuesta educativa en la que por ley se pretende que todos tengamos las mismas oportunidades, y poder aprovecharlas, es una constante lucha que todos los días se puede hacer, no importa cuántas asociaciones existan a nivel mundial, nacional o local, si no se logra que una sociedad acepte la pluralidad en la que se vive y convive, nunca se va a llegar a nada. Aquí no importan los discursos políticos, es una decisión profesional de capacitación y de transmisión de valores, de enseñanza por igual, no hay que verla como una carga de trabajo porque es más bien una cuestión de actitud hacia la vida. La discapacidad sensorial, motora o intelectual no debe ser una razón para rechazar a las personas con necesidades educativas especiales, o para tener una actitud pobre hacia la vida. Tener una discapacidad no es una barrera, es sólo una situación en la que la opción es generar nuevas oportunidades y demostrar que se pueden obtener logros no sólo a corto plazo, porque las competencias se van desarrollando diario en la vida y aún así, no logramos saber cuántas y cuáles son las que hemos alcanzado a desarrollar y las que falta por trabajar. Marypaz lo demostró y nos enseñó, a mí y a toda una comunidad, a solidarizarnos, ayudarnos, apoyarnos en las buenas y en las malas y a que siempre con una sonrisa y las ganas de seguir por la vida con un abrazo y deseos de vivir, se sigue adelante. Gracias Marypaz 82 PARA REflEXIONAR La educación preescolar constituye el eslabón inicial de la educación básica. En estos primeros años, el alumno concurre a un espacio de socialización y aprendizaje, donde a través del contacto con sus maestros y compañeros aprende a reconocer las diferencias y relacionarse. En el jardín de niños, Marypaz encontró un espacio para aprender y ser reconocida; sin embargo, su paso a la educación primaria ha implicado una serie de retos que la comunidad educativa ha asumido con el in de concretar la articulación entre ambos niveles: • Se realizó un cuidadoso análisis de las condiciones de organización, tanto operativa como académica, de ambos niveles y de las prácticas cotidianas de enseñanza y aprendizaje en las aulas, para incorporar el trabajo de integración educativa de manera más eicaz. • De manera gradual, la educadora, la escuela y los servicios de apoyo de preescolar y primaria brindaron orientación a los padres y a la escuela primaria, con el in de contribuir a la integración de la niña en este nivel educativo. • Desde su ingreso a la primaria se asumió la responsabilidad de que el director, el maestro de grupo, los padres de familia y el personal de educación especial realizaran al inicio del ciclo escolar una evaluación psicopedagógica y el informe de esta evaluación, para que con base en las fortalezas y necesidades identiicadas se elabore una propuesta curricular adaptada, misma que deberá presentar los criterios de aprendizaje determinados conjuntamente. RECUERDA… La educación preescolar es fundamental en los procesos de desarrollo y aprendizaje de los niños pequeños, esto a partir del reconocimiento de las capacidades que poseen desde edades muy tempranas. Por esta razón, además de la importancia de que los alumnos accedan a la educación preescolar y a la escuela primaria, se requiere que ambas ofrezcan a todos los alumnos oportunidades formativas de calidad, independientemente de sus diferencias físicas, socioeconómicas y culturales, asegurando el desarrollo de sus capacidades y competencias, mismas que constituyen la base del aprendizaje permanente. 83 CatEgorÍa ColECtIvo EsColar la inclusión educativa es un trabajo de todos* Teresa López Cerrillo • Teresa Balderrama J orge es un niño ciego de nacimiento, ingresó al jardín de niños a los tres años con siete meses, mostrando diicultades para integrarse al grupo, y dependiendo totalmente de los adultos para sus necesidades de autocuidado, control de esfínteres y desplazamiento; la mamá lo llevaba en brazos. El trabajo se inició colaborativamente entre la educadora y el equipo de apoyo dentro del salón de clases, observando y valorando cuáles eran sus habilidades. Como resultado se desprendieron algunas estrategias de atención, como la implementación de un “prebastón”, adaptando dos carriolas de muñecas, una para utilizar en casa y otra igual para el jardín. A partir de ahí, Jorge no andaría más en brazos, ni de la mano; tenía que llegar caminando con su carriola y entrar solo al preescolar, ya que podía ser guiado por la voz del adulto, utilizando la dirección correspondiente, izquierda o derecha. Posteriormente, se llevó a cabo el control de esfínteres, a través de identiicar el sonido que se emite al orinar; por lo que cada vez que algún niño deseaba ir al baño, * Primer lugar, categoría “Colectivo Escolar”, 2008. Chihuahua, Chihuahua. 84 Jorge lo acompañaba, practicando y promoviendo la higiene al hacer uso del sanitario y lavándose las manos. Como a todos los niños ciegos, se le fue enseñando a través de un juego que inventamos llamado “palabra-acción”, donde al darle una orden se le mostraba el movimiento, mediante el tacto, por ejemplo: “brinca”, la maestra hacía el movimiento de brincar uniendo su cuerpo al de Jorge y posteriormente con un compañerito del mismo tamaño. Aprovechando el interés de los compañeros para ayudarle, se realizó un rol para acompañarlo durante los espacios de convivencia, como trabajo en equipo, tiempo libre o recreo. Otra acción que se implementó fue la manipulación de materiales didácticos diversos, debido a que Jorge sentía temor al tocar algún material, al comer algo o al sentir objetos en su boca. Se inició mostrándole texturas suaves como el algodón, muñecos de peluche y otros materiales con olores agradables y familiares para él; de esta manera se fueron incrementando otras texturas, desde las lisas hasta llegar a las ásperas; objetos blandos, duros, pequeños y grandes, pasando por los olores. El trabajo con la mamá requirió mucha sensibilización, ya que Jorge recibía un mayor apoyo por parte de la abuela y los mismos compañeritos. En el jardín de niños se llevó una plática por parte de la Unidad de Atención a Preescolares con Necesidades Educativas Especiales (UAPNEE, antes CAPEP, en el estado de Chihuahua) con todos los niños para informarles en un primer momento de la llegada de Jorge al jardín y posteriormente para que lo asumieran como un compañerito más. Estas y otras estrategias que se mencionarán más adelante quedaron registradas en su evaluación psicopedagógica y en su expediente personal, el cual está al alcance de la educadora e integrantes del equipo de apoyo para remitirnos a ella en el momento requerido. La educadora trabajaba directamente con Jorge, explicándole mediante el tacto, al tiempo que este ejemplo le era útil para explicar la clase a los demás compañeros. Otra estrategia que la educadora implementó dentro del salón de clases fue las diferentes adecuaciones en los materiales. Se hizo un especial énfasis al fortalecimiento del sistema sensorial, la movilidad, la ubicación espacial y la socialización, por la etapa de desarrollo en la cual se encontraba Jorge. Una de las actividades que resultó exitosa fue la visita a la casa de Jorge por parte de su grupo; se sintió muy motivado, interesado, feliz de tener a sus compañeros en su casa; él les mostraba cada pieza que la compone, y aunque se expresaba en tercera persona, no se intimidaba ni bajó su tono de voz; en ese momento él era lo máximo. También la educadora le otorgaba la palabra de manera directa, cuestionándolo frecuentemente para ubicarlo en la clase, ya que se recostaba en la mesa manifestando aburrimiento. 85 Contamos con el apoyo y asesoría del Centro de Estudios para Invidentes, A.C. (CEIAC) donde la maestra Martha, quien también es ciega, estuvo trabajando de la mano con la educadora y el equipo de apoyo, dando sugerencias y seguimiento a las mismas. Jorge acudía a este centro los miércoles una hora por la tarde para recibir apoyo alterno; existía buena relación entre el jardín de niños y el centro. Durante este ciclo escolar se logró todo lo programado: • • • • • • • • • • • • • • • Control de esfínteres. Desplazamiento y uso de carriola. Seguridad y conianza por parte de la mamá. Manipulación de diferentes materiales. Modiicación de la metodología y los materiales. Mayor tolerancia al ruido, ya que no soportaba los sonidos fuertes que hacían sus compañeros. Autosuiciencia para ir al baño. Planeación conjunta de la educadora y la maestra de apoyo en la implementación de estrategias y seguimiento de las mismas. Acompañamiento y seguimiento por parte del CEIAC. Aceptación como un niño más por parte de toda la comunidad educativa. Sensibilización por parte del personal docente y padres de familia. El temor que había en el personal docente desapareció conforme trabajaban con Jorge. Los padres de familia aprendieron una nueva cultura: convivir con una persona con discapacidad. Sobre todo, la educadora comprendió que existe diversidad en su aula, ya que no nada más Jorge es diferente, hay otros niños con características distintas, en sí todos son diferentes, y es necesario pensar en cada momento de la jornada laboral en todos y cada uno de ellos, tanto en sus planeaciones como en sus intervenciones. Fue un ciclo escolar con excelentes resultados. Jorge dejó el jardín de niños el ciclo escolar siguiente; es decir, su segundo grado lo realizó en una comunidad rural, donde fue atendido por un instructor comunitario del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe), ya que así fueron las necesidades de los padres de familia, debido a su trabajo. Al regresar a su tercer grado (2007-2008) imaginamos que había retrocedido, y era necesario empezar de nuevo, sin embargo, la sorpresa fue muy grande. Jorge regresó muy diferente, ya había cambiado en todos los sentidos, por lo tanto, las necesidades 86 eran diferentes. Su nueva educadora tenía temor para atenderlo, pues pensaba que no iba a poder hacer nada por él, se sentía incapaz, pero hubo alguien que le dijo: “No estás sola, recuerda que Jorge no es sólo tuyo, todos colaboraremos en su atención”, así comenzamos. En su segunda evaluación psicopedagógica encontramos que las necesidades de aprendizaje de Jorge eran: concepto de número, color, de formas geométricas, delimitación del espacio, de tiempo, coordinación, su lenguaje era de tono bajo, su participación era dirigida con apoyos previstos por la educadora y el equipo de apoyo, así como también algunos aspectos de la naturaleza, como sonidos y sensaciones reales de olor, forma, tamaño y dimensión; estimular su interés de manera individual, desplazamiento, manipulación de objetos de todo tipo, realce a sus trabajos, texturas diferentes, punto de referencia y manejo de distintos iconos. Jorge manifestó aceptación, diversos grados de conocimiento, apertura, motivación, sin embargo, era necesario llevar un seguimiento a largo plazo. Dentro del área intelectual, la atención era por periodos cortos, en relación con las actividades grupales, siendo más extensa cuando se le atendía de manera individual. En el desarrollo motor, caminaba con libertad y seguridad dentro y fuera del salón; aun cuando el jardín tenía muchos desniveles, su orientación era muy buena. En el área comunicativo lingüística su comunicación era espontánea, relexionaba de manera individual, escuchaba con atención y hablaba correctamente. Se realizaron ejercicios para favorecer la lectoescritura, haciendo uso de estrategias para ciegos. En el área de inserción social, interactuaba con los niños que se le acercaban, aceptando la ayuda de los demás, era extrovertido, le gustaba ser el centro de atención, principalmente de los adultos, aceptaba el contacto físico, realizaba algunas actividades relacionadas con su persona; en general, le agradaba asistir a la escuela. La mamá de Jorge comentaba que en casa era autónomo, no requería apoyo, era totalmente libre. Al cursar tercer grado se le estimuló la capacidad intelectual, de acuerdo con su ritmo, empleando materiales de apoyo y respetando las reglas de convivencia; en el lenguaje escrito reconocía algunos iconos relacionados con el color y la forma de algunas grafías, y utilizaba el conteo sin secuencia. Después de esta evaluación se aplicaron las estrategias de apoyo especíico que requirió dentro del aula; las estrategias de trabajo realizadas por la educadora, y que utilizó para todo el grupo fueron: centros de interés, proyectos y 87 talleres, tomando en cuenta a Jorge en sus planeaciones, adecuando las actividades de acuerdo con sus capacidades y diicultades, esto pensado en que la educación preescolar es el periodo en que los niños tienen mayores oportunidades para desarrollar sus capacidades. La educadora lo apoyó animándolo para que hablara, relexionara, memorizara, adecuándole los materiales y preparándose profesionalmente, llevando un seguimiento en sus observaciones, avances o retrocesos, a lo que Jorge respondía con baja tolerancia al esfuerzo mental. Como a Jorge le gustaba desplazarse sin bastón y platicar con adultos, durante el tiempo libre la educadora lo apoyaba poniendo en práctica sus habilidades de tacto y descripción, siendo estos momentos cuando se le podía brindar más atención. A Jorge se le diicultaba recordar características de objetos, texturas y memorizar caracteres de la escritura. Durante las actividades de educación física y música él respondía con disponibilidad, agrado e interés, los maestros lo apoyaban trabajando mano sobre mano o pidiéndole verbalmente que realizara las actividades ya conocidas o poniéndole el ejemplo. Jorge interactuaba con sus compañeros de una manera dependiente. La educadora requería que la maestra de apoyo demandara exigencia y calidad a Jorge; que sus desplazamientos los realizara con ayuda moderada. Las siguientes estrategias se utilizaron de manera permanente durante el ciclo escolar 2007-2008 para apoyar la práctica educativa en sus diferentes campos formativos: • El mobiliario del salón de clases no se movió de lugar. • Se ubicó al niño en un sólo lugar del aula para sentarse y trabajar en pareja o equipo. • Se le asignó un lugar para guardar pertenencias personales, como el bastón, lonchera, ropa, objetos personales, materiales con adecuación, entre otros. • Se le corrigió la postura al sentarse. • Se le capacitó para la protección alta y baja al desplazarse por las diferentes áreas. • Se elaboró material de apoyo acorde a su discapacidad. • Se le asignó un lugar donde, acompañado con amigos de su agrado, le pudieran apoyar guiándolo oralmente. • Educadora y maestra de apoyo trabajaron mano sobre mano para iniciarlo en el trabajo de actividades diversas dentro y fuera del aula. • Se elaboraron iconos para diferenciar los colores de las crayolas y de los colores de madera. • Se crearon indicaciones sencillas y claras para lo que debía realizar. • Se le instó a realizar una repetición constante en voz alta al contar y llevar relación número-objeto. 88 • Realizó diferentes ejercicios de fuerza para reforzar tono muscular. • Se le proporcionaron diferentes relieves y texturas para desarrollar el tacto de mano y yema de dedos. • Se marcó el contorno con diferentes texturas en los dibujos y gráicos. • Realizó tareas en casa para adquirir aprendizajes formales de números y letras del nombre propio. • Se le indicó y reforzó constantemente sobre el uso del bastón. • Se le quitaba el bastón durante las actividades de música y educación física para que reforzara la agudeza auditiva y el desplazamiento con mayor libertad en áreas grandes que no le implicaran riesgo. • Reforzó su lateralidad. • Se evitó tomarlo de la mano para ayudar a que reforzara su autonomía. • Se le proporcionaron cuestionamientos cortos y precisos para que describiera objetos. • Se le trató al igual que el resto del grupo, sin privilegios. • Se usó el tono de voz irme para hacerle saber que incurrió en conductas no deseadas. • Trabajo de sensaciones: en la espalda, con el dedo se le repasaron iguras de letras, números y iguras geométricas para que las interpretara. • Rastreo con toda la mano de los diferentes materiales gráicos; posteriormente rastreo con la yema de dedos. • Contó pasos para medir distancias en áreas grandes de la escuela o para llegar a su aula. • Utilizaba la mano izquierda para ubicar el trabajo gráico y la derecha para rastreo de textura. • Manipuló diferentes texturas en masas para adquirir tono muscular de manos. • Se le enseñó el sonido de las letras en el nombre propio. • Manipuló diferentes objetos o iguras en las áreas de trabajo del aula con la inalidad de ensamblar, clasiicar, guardar. • Se le presentaron experiencias reales con sabores y olores diferentes. • Se le proporcionaron materiales para imitar situaciones reales: cerrar-abrir cierres de su vestuario; abrochar-desabrochar botones y cintas; pegar-despegar con cinta velcro y pegamento en barra. • Se elaboró un cuaderno de apoyo con relieves y texturas para reforzar en casa lo que se trabajaba en el aula. • El libro de actividades de preescolar tuvo adecuaciones con texturas para el reconocimiento de las diferentes actividades. • A algunos muñecos se les colocó detalles diversos para representar personajes de la historia, cuentos y animales. 89 • Se realizaron sugerencias a los diferentes maestros para apoyar el proceso educativo. • La mamá siempre estuvo apoyada por la psicóloga y maestra de apoyo para motivarla y llevar el seguimiento de la atención de Jorge. Una frase guió nuestro trabajo: “Será necesario que las actividades, adecuaciones, materiales y apoyos que se requieran se trabajen, de manera conjunta en lo posible, con el personal y la madre del niño. El niño realizará, a diferencia del resto del grupo, las actividades con más lentitud por su propia discapacidad”. Por parte de la especialista del CEIAC se sugirieron las siguientes estrategias: • • • • • • • • • • • Utilizar la mano izquierda para ubicar el trabajo que va a realizar. Para recortar, emplear la técnica mano sobre mano. Para darle fuerza en sus manos, manipular plastilina, masa o engrudo. Enseñar las letras por sonido. Cuando baje la cabeza, indicarle que la levante. Manipular diferentes objetos, con diferentes texturas. Utilizar las dos manos. Recordarle constantemente cómo debe utilizar el bastón. Corregir su postura constantemente. Ofrecerle dibujos pequeños bordeados con silicón para que los pinte. Solicitarle a la mamá tareas constantes y comprometerla. Estas estrategias se fueron modiicando durante el ciclo escolar de acuerdo con el avance de Jorge. Sus crayolas y colores tenían objetos para diferenciarlos, por ejemplo, la crayola rosa tenía una carita de niña con cabello largo, la azul era una nube, el café unos palitos secos, el amarillo un sol, el rojo una manzana, el morado unas uvas, el anaranjado una bolita que representaba una naranja; cuando la educadora solicitaba cualquier color al grupo, Jorge respondía al igual que los demás niños. De esta manera Jorge aprendió los colores. En la hora del recreo Jorge caminaba por todo el espacio, acompañado de un compañero de su grupo; el terreno del jardín tiene muchos desniveles, situación que sirvió para darle seguridad. Durante este ciclo escolar inició el uso del bastón, por lo que fue nece- 90 sario enseñarle a utilizarlo de manera adecuada, ya que no lo sabía manejar. Todo este trabajo se realizó de manera colaborativa con el equipo de apoyo, la educadora y la maestra del CEIAC. Estas estrategias se implementaron de manera general; mensualmente se hacía la planeación conjunta de acuerdo con las competencias que la educadora quería trabajar. Al concluir el ciclo escolar, se le realizó a Jorge una evaluación inal por campo formativo. A continuación se presentan los aspectos más relevantes: Desarrollo personal y social • Logró participar más abiertamente y con espontaneidad durante las asambleas, respetando turnos. • Realizó las actividades con entusiasmo, está abierto a experiencias novedosas, ya sea en el trabajo gráico o en las actividades fuera del aula. • Buscaba la compañía de dos de sus mejores amigas para realizar actividades libres o para ser apoyado en los desplazamientos. • Realizaba las actividades con captación de instrucciones grupales; en lo posible, consolidó la higiene personal asistiendo solo al baño. • En cuanto al uso adecuado del bastón, se desplaza lentamente procurando no agredir o topar. • Solicita ayuda de manera verbal en las ocasiones que necesita algún material especíico que no logra encontrar en el aula. • El tono de voz es más alto. lenguaje y comunicación • Usa adecuadamente el punto de referencia, rastreando con toda la mano para ubicarse en diferentes planos gráicos. • El interés por saber el contenido de un libro lo realiza con preguntas: “¿tiene dibujos?, ¿cómo es?, ¿grande, pequeño, gordo, laquito?”. • Rastrea fácilmente las letras de su nombre usando las yemas de los dedos; describe oralmente cómo se hace la letra y luego indica verbalmente qué letra es. • Ubica fácilmente las manos para encontrar por medio del rastreo el inicio de alguna palabra texturizada. 91 • Al llegar a un lugar, pregunta “¿quién eres?”; reconoce a las personas por su timbre de voz y establece una comunicación inmediata. • Utiliza la ubicación de los dedos de la mano para decir por nombre que día es. Pensamiento matemático • Reconoce los números menores a cinco guiándose por la textura que tienen. Sabe contar. • Realiza muy bien la memorización para contar en relaciones uno a uno, después cuenta consecutivamente. • Los trabajos extras para realizar en casa, en cuanto a conteo, reconocimiento de iguras geométricas aplicadas en dibujos gráicos, fueron revisados de forma individual o que el niño apoyara lo que aprendió compartiéndolo también con el grupo. Exploración y conocimiento del mundo • Desarrolló más el instinto natural para tratar de descubrir qué sonido puede ser cuando escucha algo que le llama la atención; qué huele en el ambiente y las diferentes sensaciones al tocar objetos de la naturaleza. • Tiene bien establecidos los horarios para dormir o levantarse por las mañanas, se guía por acontecimientos de la vida cotidiana (por ejemplo, término de su programa favorito en televisión; llegada del trabajo del padrastro). • Es espontáneo al narrar acontecimientos de la familia, actividades realizadas en in de semana, sucesos del día presente y del mañana. • Recuerda detalles de personajes históricos cuando se le pide o él sólo recuerda por que le agrada el detalle (pistola de Pancho Villa). • La compostura y posición durante los actos cívicos es notorio, comprende el porqué del respeto hacia los símbolos patrios; en cierta ocasión participó en la escolta escolar con gran dominio, denotando el uso correcto del bastón. • Se integra fácilmente a todo grupo o equipo de trabajo. • Requiere de poco apoyo de mano sobre mano por parte del adulto para realizar actividades de aprendizajes concretos. 92 Exploración y apreciación artística • Expresa movimientos corporales al escuchar ritmos conocidos o música, con todo el cuerpo, en ocasiones balanceando la cabeza o brazos. • Manipula las diferentes texturas de masas con presión para diseñar iguras de letras, números, animales y relleno de diferentes espacios delimitados. • Buena precisión al usar el olfato para reconocer aromas, olores de la naturaleza y perfumes que pueden ser reconocidos al ser percibidos desde cierta distancia. • Las actuaciones que representa de algún personaje, ya sea en dramatizaciones o juegos libres, son espontáneas y de gran agrado. Desarrollo físico y salud • Los ejercicios realizados han disminuido su bajo tono muscular, ya que no se cae fácilmente. apoyos y orientaciones a la madre de familia • La educadora y maestra de apoyo le brindaron orientación para la elaboración de material didáctico requerido para las actividades escolares. • Se solicitaba su asistencia a los diferentes talleres realizados por la unidad de apoyo del jardín. • Se le orientó por medio de reuniones con maestra de apoyo, educadora y psicóloga para establecer horarios con vivencias cotidianas del niño, para acostarlo a dormir al inalizar el día. • Orientación por parte de la educadora para la realización de tareas en casa que favorecieran el aprendizaje intelectual o motriz. • Entrevistas personales para intercambiar observaciones de mejoras o retroceso del niño. • Comunicación participativa con la maestra especialista del CEIAC. • Colaboración activa durante las evaluaciones interdisciplinarias donde intervienen todos los maestros de UAPNEE y la educadora. 93 apoyos recibidos en la práctica docente por parte del personal de uaPNEE y CEIaC • Pláticas y talleres especiales sobre discapacidad visual dirigidos a la familia de Jorge. • Planeaciones conjuntas entre la educadora y la maestra de apoyo. • Frecuentes orientaciones a través de entrevistas personales con maestros especialistas para realizar estrategias que ayudaran a favorecer sus capacidades. • Registro de observaciones en expediente. • Seguimiento de estrategias implementadas Terminamos el ciclo escolar satisfactoriamente, logramos en Jorge nuestra meta: hacer de él un niño independiente, preparado y con muy buenas bases para la educación primaria. Cabe mencionar que durante la ceremonia de clausura Jorge recitó una poesía titulada “Adelante”; el mensaje y su manera de expresarla provocó las lágrimas de algunos padres y autoridades, quienes lo felicitaron extensamente. Llegó a su nueva escuela, donde lo recibieron con los brazos abiertos. Encontró una maestra muy comprometida, interesada en conocer el proceso que llevó Jorge en el preescolar. Representantes de la UAPNEE, la USAER y la escuela primaria regular nos reunimos con el in de informar sobre el trabajo realizado durante su estancia en el jardín de niños, así como también sus maravillosos avances. Actualmente Jorge está en la primaria regular con apoyo, y ya está leyendo mucho mejor que sus compañeros regulares, él ya quiere tener su máquina Perkins, pide ser independiente. Deseamos que esta experiencia sea dada a conocer en todos los centros educativos y en todos los niveles para demostrar que sí se puede, sólo se necesita un corazón grande y abierto para todos los niños que nos necesitan. Adelante compañeros, deseamos que nuestra experiencia sea de utilidad para aquellos profesores que reciben niños como Jorge: con muchas ganas de aprender. 94 PARA REflEXIONAR La enseñanza en educación preescolar demanda estrategias diversiicadas, por lo que no podemos hablar de una metodología única o un modelo eicaz para todos los alumnos que cursan este nivel y presentan necesidades educativas especiales; para quienes deberá ajustarse la didáctica educativa conforme a los avances y diicultades de los alumnos, con el in de que todos puedan construir aprendizajes signiicativos. En el caso de Jorge se implementaron un sinnúmero de estrategias que, por ser evaluadas de manera permanente, ayudaron a tomar decisiones adecuadas respecto a la respuesta que se le ofrecería: • En la planeación escolar se incluyeron situaciones didácticas pensando en las competencias de cada uno de los alumnos, para introducir aspectos de distintos campos formativos. • La evaluación adquirió un valor pedagógico en función del servicio que presta para la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por consiguiente, la función de la evaluación radicó en incrementar la calidad y el enriquecimiento de estos procesos, sometiéndolos a una constante revisión. • La evaluación no se utilizó únicamente como un producto inal, también se tomó en cuenta el proceso que conduce a éste; es decir, se consideró el punto de partida, el procedimiento y el punto de llegada en relación con los propósitos. RECUERDA… La evaluación bien planiicada y conducida puede transformarse en una ayuda efectiva para mejorar la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje, donde una de sus funciones principales es identiicar los logros en el aprendizaje de los alumnos y señalar en qué medida se han logrado cubrir las expectativas que nos hemos formado. En este sentido, la evaluación es un elemento integrante e integrador del proceso educativo, ya que constituye un medio indispensable como herramienta para la planiicación de actividades en el aula que orienta los procesos de aprendizaje. 95 luis fernando, un niño que representa un gran reto* Angelina Barrios Casimiro • Gabriel García Sotelo U no no tiene idea de lo que pasará en un día, mucho menos en un ciclo escolar; quiero compartir con ustedes la siguiente experiencia. El pasado periodo de inscripciones se registró un niño llamado Luis Fernando. El primer contacto fue con su madre la señora Trinidad, quien de momento preguntó si podría inscribir a su hijo pues venía de otra escuela en la cual no fue aceptado porque, según la maestra, el niño era inquieto y no estaba capacitado para aprender. Luis Fernando vive aproximadamente a dos kilómetros de la escuela primaria “Emiliano Zapata”, de la comunidad de La Purísima Concepción Mayorazgo. Él transita diariamente en dirección noroeste por una senda polvosa; este camino conduce a su casa, una pequeña construcción de adobe establecida cerca de una presa y un campo de futbol; lugar donde tarde a tarde se reúnen todos los niños del poblado. La familia de Luis está conformada por su padre, el señor Juan, y su madre, la señora Trinidad, sus hermanos Juan Enrique, Yesenia y Pamela. Igual que todos, se reunían en las tardes para participar en los juegos que se organizaban por los mismos niños. A Luis se le discriminaba, pues al presentar discapacidad intelectual se mostraba lento en sus movimientos y con frecuencia se tropezaba al correr; como estas características no eran buenas para hacer ganar al equipo, lo dejaban fuera, ningún niño lo aceptaba. Al llegar a la escuela su situación no cambió mucho, pues su condición de pobreza, sus rasgos mazahuas y su discapacidad lo mantenían siempre fuera de toda actividad escolar. Todo inició desde que su madre lo inscribió para que ingresara al preescolar a los cuatro años, en la escuela “Vicente Guerrero”, ubicada en su comunidad. En este nivel se evidenciaron sus diicultades, pues no identiicaba las vocales, no coloreaba, no recortaba ni pegaba, incluso le costaba trabajo sostener el lápiz para escribir. Por las características físicas y el deiciente aprovechamiento escolar Luis desafía constantemente agresiones físicas, verbales, emocionales e incluso raciales; recuerdo que su propia madre se refería a él como “es un burro no aprende nada, no sirve para nada”; los niños de su grupo lo ignoraban para las actividades escolares y la conviven* Segundo lugar, categoría “Colectivo Escolar”, 2008. Jocotitlán, Estado de México. 96 cia; poco a poco la situación se fue haciendo más y más difícil para todos, especialmente para el menor. En una ocasión, platicando con los compañeros de trabajo solicitamos la intervención de la USAER para que nos asesoraran; junto con el grupo de especialistas, se determinó que Luis Fernando tiene una discapacidad intelectual severa, producto de una hipoxia neonatal, por ello me hicieron ver que no podría alcanzar el mismo nivel de rendimiento y aprovechamiento que los demás alumnos de su grupo, y que su proceso de aprendizaje sería diferente. Se emprendieron los trabajos para modiicar su enseñanza, y gradualmente se hicieron visibles los primeros avances, desde mantenerlo un poco más atento en clase, hasta el pedir permiso para salir o entrar al salón de clases. Sin embargo, constantemente veía que por más que Luis Fernando se acercaba a los demás era rechazado, no lo aceptaban en sus juegos, pues con frecuencia se caía al tropezar por sus movimientos torpes al correr; escuchaba cómo se referían a él como “el chango”; “el loco”; “el mocoso” (por su constante lujo nasal), eso me empezó a causar dolor y me pregunté, ¿qué culpa tiene un niño de soportar la intolerancia de los demás por sus marcadas diferencias? Llamé una ocasión a la madre de Luis Fernando para sostener una plática larga y llena de verdades, pues en casa también se le discriminaba; no lo llevaban a la calle por vergüenza, los hermanos no jugaban con él, porque se desesperaban por su notoria lentitud. En verdad no sabía por dónde empezar. Pedí a la directora de la escuela una opinión y nadie me podía decir qué hacer y cómo, hasta que en una reunión de consejo técnico expuse mi problema y el equipo de Educación Especial me motivó a proponer actividades de sensibilización con la comunidad escolar, con la familia y con toda persona que tuviera contacto con Luis Fernando. El trabajo inició con una investigación minuciosa desde su paso por el preescolar, donde algunas personas reirieron que la maestra del preescolar de vez en cuando lo golpeaba por salir del salón, incluso me dijeron que con frecuencia lo amarraban a su silla para evitar que se parara, pues ello distraía al grupo. Luego de recabar datos, cité nuevamente a la madre de Luis, pues algunas cosas no me convencían del todo; me enteré que el menor fue inscrito en otra primaria donde cursó el primer año y lógicamente reprobó, pero eso no es lo interesante, lo verdaderamente sustancial fue saber la cantidad de vejaciones, malos tratos, insultos y discriminación que el niño sufrió; al igual que en el preescolar, lo amarraban para evitar que se saliera del salón o deambulara en éste, lo corrían con frecuencia para no tener la responsabilidad en la escuela, e incluso la forma más común para mantenerlo entretenido era lavando los sanitarios, esa era toda su jornada de trabajo escolar. Por estas razones la madre nos ocultó que el niño ya tenía un antecedente escolar muy lastimoso. 97 En casa me la pasaba pensando en este alumno y me preguntaba con frecuencia ¿dónde o de qué manera tocaré el corazón de todos para que dejen en paz al pobre Luis? Mi abuela, que es muy sabia, me hizo ver que desde el momento en que yo empecé a decirle “pobre Luis” lo estaba discriminando y me dijo: “No es difícil que la gente lo acepte, primero acéptalo tú y luego habla con todos, pero no les hables a las personas, háblale a sus corazones con tus ejemplos, acciones y demuestra que todos somos iguales”. Esas palabras penetraron mis oídos, mi cerebro y llegaron hasta mi corazón; inicié lo que llamo “la metamorfosis de Luis”, un niño que a partir de hoy es un reto para mí. La primera acción fue enseñarle a colocarse los zapatos de forma correcta, pues siempre los portaba al revés; lo enseñé a peinarse, pues creí que no se peinaba porque el tiempo no le alcanzaba para desayunar y caminar los dos kilómetros que existen de distancia entre la escuela y su casa, o que su madre era tan distraída que no notaba que su hijo salía sin pasar un peine por su cabeza. El siguiente paso fue que Luis aprendiera a mantener limpia su nariz, así que el uso frecuente del pañuelo se convirtió en mi obsesión. Poco a poco se notaban los cambios en Luis, un día me propuse mandarlo a la dirección escolar a traerme un gis, demoró un poco, pero logré que se valiera por sí mismo y resolviera un problema que podía ser el inicio de su independencia; fue en ese momento cuando me pregunté: ¿no uno de los propósitos de la escuela es que los alumnos sean capaces de resolver los problemas que la vida les plantee? Me sentí tan ignorante, ya que a pesar de dedicarme a la docencia acababa de descubrir para qué asisten los niños a la escuela. Tomé como pretexto mandar a Luis por favores sencillos con otros compañeros de trabajo, siempre buscaba la forma de mandarlo por un libro, una engrapadora, una escoba, etc.; un día el sol brilló para mí, pues la maestra de cuarto notó una gran transformación en él, ya que no tenía los zapatos puestos al revés, vestía apropiadamente, su nariz estaba completamente limpia y pedía las cosas por favor y al recibirlas daba las gracias; el nuevo reto era que sus compañeros de grupo lo aceptaran como uno más de ellos. Eso lo logré al hacer que Luis se sentara en un solo lugar, pues una característica común en él era llegar al salón de clases y adueñarse de cualquier lugar desplazando a sus compañeros de sus pupitres; al inal del día, ese comportamiento conlictuaba a Luis porque al querer recoger sus cosas, todas estaban regadas por el salón y peleaba al creer que algunos de sus compañeros las tomaban y no se las querían dar, así que puse manos a la obra y se logró, no fue fácil pero con este nuevo cambio de conducta evité discusiones inútiles; éste era uno de mis primeros frutos. La madre de Luis también notó los cambios, y en una conversación le pedí su apoyo de forma incondicional, le hice ver que probablemente muchos no nos harían 98 caso, pero que peor era no intentar nada. Mi trabajo inició recopilando fotos, videos y relexiones tanto escritas como visuales y organicé una plática para sensibilizar a los alumnos y maestros de todos los grupos, trascendiendo hasta los padres de toda la comunidad. La primera plática la realicé con mis alumnos y noté cómo más de dos dejaron que sus sentimientos aloraran y se dibujaron algunas lágrimas de varios de los niños; así lo hice por varias ocasiones en otros grupos y llegué a comprender que la discriminación que Luis vivía era producto de la ignorancia, por no conocer las características de un niño con discapacidad intelectual; que sólo se requiere un poco de paciencia, pues su ritmo para aprender es marcadamente diferente al de todos los demás. Luis sí aprende, pero lo hace más lento y con el apoyo de todos, pues su realidad es completamente diferente en relación con la nuestra, no es mejor ni peor. El comportamiento de Luis no obedece a nada malo, no es por ofender, lo hace porque en él no existe maldad, no existen diferencias, no existen clases sociales ni condiciones económicas, sólo una realidad: todo es un juego donde ni se gana ni se pierde, solamente se juega por placer; así lo comprendí porque jamás se quejó de los malos tratos en sus otras escuelas o de convertirse en el niño lava baños sin ninguna remuneración por su trabajo, porque él solamente estaba jugando y ese juego lo hacía sentirse útil. Luego de dimensionar esta cruda realidad salieron sobrando algunos videos y relexiones de los que en algún momento me apoyé para sensibilizar a la gente; la propia historia de Luis ablandaba cualquier corazón por duro que fuera éste. En una nueva plática con su mamá, le pedí que compartiera todo lo que yo sabía con mis compañeros maestros, en una reunión de consejo técnico; ella aceptó y la sorpresa fue mayúscula al llegar la fecha para que la invitada diera a conocer su experiencia y cambiara el concepto que tenían mis compañeros y me ayudaran a sensibilizar a sus alumnos y todos aprendiéramos a respetar la diversidad y las características de cada persona. La señora Trini, como cariñosamente le llamaba, se presentó con su esposo, el señor Juan, ambos hablaron como verdaderos ponentes, y a través de sencillas palabras no sólo nos dieron a conocer una realidad de discriminación, sino dieron una lección de vida; mis compañeros maestros lloraron pero a partir de esa fecha el concepto que 99 tenían de Luis motivó un gran cambio en toda la comunidad escolar porque se dio inicio a una serie de pláticas con los alumnos de toda la escuela sobre el respeto a la diversidad, se realizaron carteles, obras de teatro, lecturas guiadas sobre la igualdad y el respeto a los demás; incluso los maestros de Educación Especial en conjunto con toda la comunidad escolar organizaron la “Feria de la diversidad”, donde invitaron a un personaje que es ciego, pero virtuoso en la música, quien tocó la guitarra, el piano y cantó con tal maestría que inspiró no sólo a los niños sino también a los padres que asistieron al evento. Fue una mañana inolvidable, de trabajo exitoso, llena de experiencias académicas y sobre todo humanas, colmadas de sentimiento y sensibilidad. El cambio fue notorio, pues en días posteriores al evento noté que algunos niños se acercaban más a Luis, convivían y compartían todos juntos sus almuerzos. No me acerqué mucho porque pensaba que mi presencia los incomodaría y podría interferir en una nueva amistad que se estaba estableciendo entre los niños y mi alumno Luis. Un día observé que un amigo de Luis ya no compartía con él, le pregunté su decisión y él inocentemente me dijo que sus padres se lo habían prohibido, porque comentaban que Luis estaba loco. Me desmoralicé, pues entendí que el trabajo aún no estaba terminado, y luego de pensar cómo atacar ese problema solicité permiso a la directora escolar para quedarme por espacio de una hora durante un mes para implementar un taller con los padres llamado “Escuela para padres”. En este espacio se abordaron diferentes temas, como respetar el trabajo de los niños, sus esfuerzos por realizar sus tareas y trabajos extraclase y el respeto a las decisiones de sus hijos, aun cuando éstas no les parecieran correctas; en realidad con este taller quise que los padres se percataran de los errores y las faltas de respeto en las que incurren por la falta de conocimiento de la diversidad. El tiempo siguió su curso, y cerca de los festejos del Día de la Madre se me ocurrió pedirle a Luis su participación en el programa que se ofrecería a las madres de los alumnos del plantel; Luis participó exitosamente en el bailable el “Jarabe tapatío”, pues lo ejecutó con gusto y gracia; sin embargo, lo verdaderamente interesante llegaría después, preparó una poesía que recitó frente a todos los asistentes; sus palabras entrecortadas pero llenas de verdad fueron escuchadas y aplaudidas por todos y al inal dijo una frase que marcó el corazón de los presentes: “Gracias porque me dejaron ser más feliz que en la otra escuela y me quieren mis amigos”. Con esta frase se selló un logro, Luis no estaba en la escuela por lástima, estaba ejerciendo un derecho, coronado por sus esfuerzos y su trabajo. Creo que luego de verlo integrado junto a todos los niños, participando como ellos y esforzándose día a día para salir adelante en su educación primaria, la discriminación hacia él se ha disminuido pausadamente y es respetado por los demás. 100 Esta experiencia sólo trata de dar a conocer un caso entre mil que siguen en el anonimato y que por falta de sensibilidad se continúa lastimando a inocentes por creer que en el mundo nadie es malo y todo puede suceder gracias a la simple magia de vivir, ser feliz y no ofender a nadie, esperando de esa gente sólo un poco de amor, comprensión y aceptación por las características de cada persona. 101 PARA REflEXIONAR Cuando una escuela está abierta a la integración educativa, implica que toda la comunidad aprende de manera conjunta, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales; se trata de lograr una escuela cuya estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica den respuesta a todos y cada uno de los niños, niñas y jóvenes que acuden a ésta. En el caso de Luis Fernando, la maestra y el servicio de apoyo implementaron un sinnúmero de estrategias dirigidas a la creación de una cultura inclusiva, produciendo cambios en las prácticas educativas, que se transmitieron a todos los miembros de la comunidad escolar: • Se creó una comunidad escolar agradable, colaboradora y estimulante, en la que cada uno es valorado por sus capacidades. • Se fomentó el desarrollo de valores inclusivos, compartidos por todo el personal de la escuela, los estudiantes y las familias. • Se recurrió a la visión y experiencia que tiene la familia, convirtiéndose en un recurso eicaz para analizar los puntos débiles, retroalimentando a los maestros y especialistas sobre la efectividad de la práctica y compartir ampliamente las diicultades experimentadas. RECUERDA… Se reconoce que muchas de las principales barreras para el aprendizaje la participación y convivencia de los alumnos también pueden encontrarse en entornos sociales donde las condiciones económicas, de seguridad y salud son adversas, produciendo una serie de situaciones sobre las que el personal de la escuela tiene poco o ningún control. Sin embargo, se debe poner énfasis sobre aquello que la institución escolar puede hacer para superar dichas barreras, generando información orientada a la concientización de toda la comunidad educativa, que favorezca el desarrollo de propuestas organizativas y curriculares que promuevan ambientes que valoren las diferencias y minimicen la situación de exclusión de otros grupos en situación de vulnerabilidad. 102 la integración educativa se logra a través de una atención interdisciplinaria* Sonia Betancourt García • Claudia Angélica Jasso Reyes José Eduardo González Núñez • Verónica Seferina Vargas Flores R ecordemos que la Educación Especial es una modalidad de la educación básica que brinda diferentes respuestas educativas a la población que presenta necesidades educativas especiales asociadas o no con alguna discapacidad. Con el in de apoyar de mejor manera el proceso de integración educativa de estos alumnos en las escuelas de educación regular de los diferentes niveles y modalidades, se cuenta con la Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER). El equipo de trabajo de la USAER tiene la misión de contribuir con eicacia en el proceso educativo como parte del desarrollo integral de los educandos con necesidades educativas especiales, a través de un trato humanista, digno y de respeto entre directivos, docentes de grupo regular y padres de familia; asimismo, seguir la ilosofía política de nuestra constitución, leyes y reglamentos que de ella emanan; sin olvidar nuestra actualización y capacitación permanente para brindar un servicio de calidad. Los docentes nos enfrentamos diariamente con nuevos retos por alcanzar y superar. Por primera vez compartiremos nuestras experiencias y anécdotas que se presentaron a lo largo del ciclo escolar 2007-2008. En agosto de 2007, al inicio del ciclo escolar, llegó a preescolar Christopher, un niño de cuatro años ocho meses, quien fue canalizado a esta institución por el Centro de Atención Múltiple de Valle de Bravo, la cual cuenta con el servicio de la USAER. Christopher es alto, mide 1.10 cm y pesa 21 kg; tiene tez clara, cabello castaño y lacio, ojos grandes, y es aseado; sus estados de ánimo son volubles, sus movimientos motrices en general son torpes, babea constantemente y aún no controla esfínteres. En el 2005 fue diagnosticado clínicamente con encefalopatía hipóxica intrauterina, epilepsia secundaria y retraso psicomotor secundario en el área visual, auditiva, motora y de lenguaje, presentando como resultado una discapacidad intelectual severa de tipo dependiente, por lo cual requiere cuidados y atenciones especiales por parte de su familia. * Tercer lugar, categoría “Colectivo Escolar”, 2008. Valle de Bravo, Estado de México. 103 De acuerdo con este diagnóstico, nosotros, docentes de la USAER, en conjunto con los docentes regulares y la madre del alumno, nos propusimos lograr una adecuada integración educativa y social, que diera como resultado la aceptación, apoyo y respeto por la comunidad institucional y social para que Christopher lograra un desarrollo integral, de acuerdo con sus capacidades físicas y psíquicas. El apoyo brindado por las autoridades inmediatas superiores, directivos, docentes regulares y de apoyo, padres de familia y alumnos, resultó benéico para la aceptación y permanencia de Christopher dentro de la institución educativa en el nivel preescolar, logrando así la integración de éste en todas las actividades escolares; también se observaron los avances y progresos que desarrollaba de acuerdo con los propósitos que planteamos al inicio del ciclo escolar, basándonos en los campos formativos y competencias que el Programa de educación preescolar 2004 establece. A continuación se describe de manera general el plan de trabajo que se siguió con Christopher. La USAER observó que a Christopher se le debía apoyar en el desarrollo de habilidades adaptativas: académicas funcionales, de autocuidado y de comunicación para lograr mayor autonomía, así como ampliar su vocabulario y desarrollar actividades cognitivas, principalmente para favorecer su atención. Se desarrollaron diferentes habilidades en Christopher, como la corporal kinestésica, porque lograba aprender mejor a través de las actividades manuales, haciendo, tocando, moviendo e interactuando con el ambiente; y la auditiva musical, ya que con música clásica o de relajación lograba concentrarse por tiempos más prolongados, y con material auditivo lograba emitir imitaciones. Las habilidades que Christopher logró desarrollar son las siguientes: • • • • • • • • Comunicarse a través de gestos y movimiento corporal. Tomar los utensilios para llevar la comida a la boca. Permanecer aseado y control de esfínteres en proceso. Seguir indicaciones sencillas. Integrarse en las actividades lúdicas, con apoyo individual. Con apoyo, hace uso de calles y banquetas; es tranquilo. Identiicar a su mamá, familia y maestras. Sacar, meter, arrojar y recoger pelotas de un cesto; muestra preferencias por materiales de trabajo. • Algunas veces responde con miradas al escuchar su nombre; logra comprender cuando la puerta está abierta o cerrada. • Contó con el apoyo necesario e incondicional de la madre y su familia. 104 • Recibió apoyo por parte del DIF, atención en CAM y la USAER. • Recibió atención médica en el hospital de Comunicación Humana, medicina de rehabilitación en la Ciudad de México. • La escuela regular a la que acudía contaba con todos los servicios básicos y de apoyo para que Christopher lograra una formación integral. De acuerdo con las habilidades que adquirió, sugerimos que se trabajara con Christopher por campos formativos, dentro del aula de apoyo y regular, algunas actividades de motricidad gruesa, como equilibrio, fuerza, coordinación, etc.; también ejercicios básicos de lenguaje; así como actividades que favorecieran su atención y comprensión. Para ello se llevaron a cabo estrategias como el apoyo individualizado y sobre todo el manejo de música (clásica, relajación, rondas, imitaciones, etc.). Es importante mencionar que fue necesario seguir informando y sensibilizando a la comunidad escolar para lograr nuestro propósito: la integración educativa. A inal del ciclo escolar logró desarrollar las siguientes competencias: Desarrollo personal y social • Expresa sus sentimientos hacia las personas adultas y compañeros, por medio de gestos y caricias. • Muestra curiosidad e interés por aprender explorando. • Expresa satisfacción al darse cuenta de sus logros cuando realiza una actividad. • Evita agredir físicamente a sus compañeros y otras personas. • Con apoyo individualizado logra integrarse a las actividades propuestas. lenguaje y comunicación • Expresa por medio de gestos y ademanes sus alegrías, tristezas, temores y asombros. • Maniiesta sus preferencias por juegos y juguetes. • Utiliza el saludo y la despedida para marcar el inicio y inal de una mañana de trabajo. • Repite sonidos que emiten otros (ten, ven, y sonidos de los gallos y vacas). • Repite la misma sílaba dos o tres veces. • Aumentó su vocabulario con palabras como: agua, no, Chris, papá, ma, no, ahí, etcétera. 105 Exploración y conocimiento del medio Explora dentro de un campo limitado. Diferencia texturas por medio del tacto, expresando gusto o desagrado. Expresa necesidad de ir al baño y tomar agua. Reconoce y utiliza algunos de los objetos que se emplean en la vida diaria (come por sí sólo, intenta quitarse el suéter). • Reconoce que pertenece a distintos grupos sociales (familia, escuela y compañeros). • Identiica instituciones como su escuela, el CAM y el servicio médico. • • • • Expresión y apreciación artística • Con apoyo personal expresa por medio del cuerpo diferentes situaciones musicales. • Escucha y participa en juegos y rondas, siguiendo el ritmo de las canciones, utilizando las palmas, los pies, instrumentos musicales y material didáctico diverso. • Manipula y explora distintos materiales plásticos (barro, pintura, arena, semillas). Desarrollo físico y salud • Participa en juegos, desplazándose en diferentes direcciones, trepando, rodando o deslizándose (izquierda/derecha, arriba/abajo, dentro/fuera, adelante/atrás), realizándolos con apoyo individualizado. • Muestra control y equilibrio al explorar en espacios como columpios y vigas de equilibrio (sube y baja). • Desliza sobre el piso un carro u objetos pesados. • Percibe cambios que presenta su cuerpo a través de sensaciones después de estar en activación física, y reconoce la importancia del reposo físico. • Explora y manipula de manera libre distintos instrumentos, herramientas de trabajo y sabe el uso que se les pueden dar. • Con apoyo aplica medidas de higiene personal, como lavarse las manos y dientes. 106 Pensamiento matemático • Identiica al explorar por percepción la cantidad de elementos en colecciones pequeñas (los puntos de un dado). • Construye sistemas de referencia en relación con la ubicación espacial. • Coloca materiales dentro de una cubeta, estableciendo relaciones de la ubicación e interioridad: dentro y fuera, abierto y cerrado. • Ejecuta diversos desplazamientos siguiendo instrucciones, con apoyos individualizados. Christopher inspiró en nosotros alegrías, miedos, impotencia, retos, logros y, sobre todo, compromisos; es así como nosotros podemos expresar lo que realmente vivimos y aprendimos. Cuando Christopher llegó a la escuela por primera vez, sentimos emoción y alegría al saber que iba a ser atendido por nosotros; pero al mismo tiempo, existieron sentimientos encontrados, confusiones, angustias, porque al tenerlo frente a nosotros no sabíamos cómo teníamos que atenderlo y tratarlo. Los nervios y el miedo nos acompañaron los primeros días de su asistencia, pues lloraba mucho durante la jornada escolar por la separación de su madre; además, fue una gran responsabilidad porque Christopher requería atención constante, mejor dicho, dependía de nosotros en esos momentos. Era una sensación angustiosa el que le pudiera pasar algo, ya que sus movimientos eran muy torpes y dependía del apoyo y vigilancia permanente. Con frecuencia nos preguntábamos ¿cómo lo atendemos?, ¿qué necesitamos para atenderlo?, ¿cómo lograría comprendernos y aceptarnos? Estas y muchas más fueron nuestras inquietudes, que con el paso del tiempo lográbamos superar. La respuesta fue investigar, leer, solicitar apoyo con otros docentes de Educación Especial y autoridades superiores, pero sobre todo, basarnos en la observación para descubrir sus necesidades, su estilo y motivación de aprendizaje, para así lograr con Christopher una respuesta adecuada a sus necesidades. Con el paso del tiempo nos sentimos contentos, satisfechos y mejores como personas y profesionales. 107 Lo más hermoso de haber atendido a un niño con discapacidad intelectual fue admirar su inteligencia, pues es capaz de aprender y de enseñarnos a aprender. Christopher signiicó un gran reto para nosotros, ya que no podíamos quedarnos con los brazos cruzados, y fue maravilloso lograr integrarlo a la comunidad escolar y a la comunidad social, recibiendo como respuesta la aceptación de todos. Yo, como mamá de Christopher, sentí una gran alegría al saber que mi hijo conviviría con otros niños de su edad, pero a la vez tuve miedo por la reacción de mi hijo al encontrarse con tantos niños; me preocupaba que no le prestaran la atención que él necesitaba. Como cualquier madre, deseaba que mi hijo se hiciera poco a poco más independiente, porque él estaba muy apegado a mí, lloraba mucho cuando lo dejaba en el preescolar o en otro lugar, ya que siempre tenía que estar junto a él. Las debilidades que se presentaron en el ciclo escolar fueron la inseguridad y el miedo, que poco después logramos superar, lo que favoreció la integración y adaptación en la institución. También existieron fortalezas que nos apoyaron a lograr esta integración educativa, como son: • • • • • • • • Aceptación por la comunidad escolar y la localidad. Apoyo por parte de autoridades educativas. Apoyo incondicional por parte de la madre. Pláticas de información y sensibilización. Apoyo del DIF, de Valle de Bravo. Comunicación y trabajo interdisciplinario. Información y actualización docente. Disposición total. La aceptación de Christopher fue impresionante, inició con nosotros los docentes y continuó con los alumnos y padres de familia; con Christopher logramos aprender cómo atender a niños con discapacidad, cómo lograr su integración y, sobre todo, cómo verlos igual que a todos los demás; porque independientemente de que requieren atenciones y apoyos especiales, eso no lo hace diferente a los demás. En mi opinión, como madre, aceptaron a mi hijo de una forma que no esperaba, principalmente los niños, aunque algunas veces ellos hacían preguntas acerca de la condición de Christopher, como, ¿por qué no camina bien?, ¿por qué está así?, ¿por 108 qué llora?; les daba curiosidad, pero lentamente lograban comprender su situación, y sin importar los motivos, ellos lo apoyaban en lo que podían, como llevarlo a los juegos, caminar con él, tomarle la mano para realizar alguna actividad manual, en in, no lo dejaban solo, porque comprendían que requería ser vigilando para evitar algún accidente. No quiero dejar pasar esta oportunidad, como madre les recomiendo a todas las madres que se encuentran en la misma situación de tener un hijo con discapacidad, no duden en integrarlo en una escuela regular, ya que los maestros del grupo, junto con el servicio de Educación Especial, les pueden brindar el apoyo apropiado a los niños que así lo requieran. Para lograr atender a Christopher, lo más importante fue ofrecerle el tiempo y la paciencia que requería para llevar a cabo las actividades que nos proponíamos cumplir con él. Comprendimos que es necesario llevar a cabo un trabajo realmente interdisciplinario, en donde todos participemos y logremos la integración educativa, brindando oportunidades de vida a todos los niños que presentan necesidades educativas especiales, asociadas o no con discapacidad. Fue una experiencia maravillosa haber conocido a Christopher; nos dejó muchas alegrías y satisfacciones que hoy podemos compartir. Es importante mencionar que los niños con discapacidad no aprenden de la misma manera que los demás, ni con las mismas estrategias ni metodologías, ya que todos somos diferentes y presentamos habilidades y capacidades distintas, por lo que cada aprendizaje es distinto. Recordemos que todos los seres humanos con o sin discapacidad somos capaces de aprender, unos más rápido que otros, pero todos somos parte de una sociedad que nos debe aceptar tal y como somos, sin impedir nuestra superación como personas. 109 PARA REflEXIONAR Es muy común que en los primeros años de vida del niño con discapacidad las evaluaciones sean responsabilidad de profesionales de la salud, como neurólogos, pediatras, psicólogos y especialistas en diversas áreas, donde su atención estará centrada en determinar los desafíos médicos, el grado de discapacidad y sus niveles de desarrollo. Sin embargo, estas evaluaciones tienen profundas implicaciones educativas que involucran tanto intervenciones médicas como pedagógicas. Desde una perspectiva educativa, el proceso de integración de Christopher se realizó de manera oportuna, ya que las evaluaciones estuvieron directamente ligadas a la acción por parte de maestros y otros profesionales, lo que le permitió consolidar su aprendizaje de forma más efectiva: • Se realizó una observación de la conducta de Christopher en situaciones de aprendizaje. • Los maestros trabajaron con otros profesionales y equipos multidisciplinarios de manera conjunta, con el propósito de emplear sus evaluaciones con ines educativos. • El proceso de evaluación, más que un evento aislado, se realizó de manera continua, incluyendo el trabajo sistemático entre especialistas, maestros, padres y al mismo Christopher. RECUERDA… Para que la evaluación proporcione los insumos necesarios para orientar la práctica educativa debe existir un intercambio efectivo de información entre profesionales de la salud y de la educación. Ello permitirá planiicar acciones conjuntas, donde, por una parte, los maestros adquirieran algunas competencias especializadas y, por otra, informen a los especialistas de los elementos a considerar para mejorar sus propias evaluaciones. 110 CatEgorÍa PaDrEs y maDrEs DE famIlIa la guerrera invencible* Luisa Dolores Guerrero Cuevas i hija Viviana nació el 7 de octubre de 1993. A los ocho meses de gestación se le detectó hidrocefalia, es decir, acumulamiento de líquido cefalorraquídeo dentro de la cavidad craneana (líquido a presión en el cerebro); por lo que dos semanas después nació a través de cesárea y fue hasta ese momento que los médicos le detectaron mielomeningocele, un defecto de la columna vertebral que se presenta en el cierre del tubo neural durante el primer mes de gestación. Mi hija nació con un peso de 2.6 kg, con movimiento en sus piernas, por lo que el neurocirujano decidió no operar el mielomeningocele y dejarlo cerrar por sí solo con los cuidados que requería, hasta que cicatrizó. Dos meses después de su nacimiento se le practicó la cirugía para corregir la hidrocefalia, colocando la válvula en su cabeza del lado derecho, sin ningún problema. A partir de entonces la atendieron en el Centro de Rehabilitación y Educación Especial (DIF/CREE), donde el médico en rehabilitación le realizó una valoración, canalizándola a terapia física, y para nosotros, sus padres, apoyo psicológico. M * Primer lugar, categoría “Padres y madres de familia”, 2008. Hermosillo, Sonora. 111 Básicamente el tratamiento de niños con esta condición consiste en ayudarlos a alcanzar un nivel de desarrollo adecuado a su lesión física, isiológica y mental, por lo que es necesario realizar la rehabilitación ortopédica, con la que se intenta conseguir estabilidad y movilidad, así como un desarrollo mental y social. En el caso de mi hija fue necesario contar con la atención de un equipo de especialistas que siempre han estado atentos a su desarrollo, como su pediatra, urólogo, médico de rehabilitación, neurocirujano y ortopedista. Con la ayuda de las terapias físicas, Viviana logró avances notables: a los seis meses controló su tronco, a los ocho meses gateó y a los tres años con ayuda de un aparato ortopédico y una andadera pudo caminar, actividad que realizaba solamente en nuestra casa, por el temor que sentía en otros lugares de caer. Actualmente se desplaza en una silla de ruedas. Desde los seis meses ingresó al Centro de Atención Múltiple (CAM) para recibir estimulación temprana, obteniendo muy buenos resultados. Viviana habló antes de cumplir un año, aunque tiene problemas de pronunciación con la letra r. Todas las actividades que realizaba en cada terapia de estimulación se reforzaban en casa; para estimular su tacto, Viviana tocaba objetos de diferente textura; para estimular su oído se le presentaban ruidos de diferentes objetos, y para estimular su lenguaje le pedía que nombrara a las cosas por su nombre. Todo parecía ir bien, sin embargo, en una ocasión, a la edad de un año y ocho meses tuvo severas convulsiones; fue hospitalizada de emergencia ocho días, nos informaron que se le tapó la válvula, por lo que se le reemplazó. Reaccionó favorablemente, sin embargo, tuvo retrocesos considerables en su motricidad gruesa y ina, perdió movimiento de la cintura hacia sus extremidades inferiores y del brazo derecho, por tanto empezó a utilizar más la mano izquierda, convirtiéndose en zurda, y desarrolló estrabismo, es decir, su ojo se desvió. Toda su rehabilitación se perdió, se comenzó de cero en sus terapias de rehabilitación, estimulación auditiva y de lenguaje, así como terapias visuales para que el ojo volviera a su posición normal; estas terapias las realizamos en casa. A los cuatro años con 10 meses ingresó al preescolar “Carmelita Esquer”. En los dos años que estuvo ahí, las maestras trabajaron para integrarla con sus compañeros a través de las siguientes estrategias: • Las maestras tenían pláticas con los niños sobre la discapacidad de Viviana; les pedían que la trataran como a todos los demás y que la invitaran a participar en sus juegos en el recreo. • En los juegos, hacían participar a Viviana con los otros niños, exigiéndole a mi hija lo mismo que a los demás; la hacían trabajar en grupos de tres o cuatro niños y los mismos niños le ayudaban en actividades que le resultaran difíciles. 112 • En festivales como el de primavera, adaptaban los bailables a las características individuales de Viviana, haciéndola participar en todas las actividades sociales, como desiles y pastorelas. A la edad de seis años con 10 meses ingresó a primero de primaria. La escuela no contaba con las condiciones físicas apropiadas, como rampas, para que Viviana se desplazara adecuadamente. Además, presentó diicultad para adquirir la lectoescritura, ya que tenía trazos muy tenues e irregulares y con diicultad para mantener la escritura sobre el renglón, por lo que empezó a escribir de derecha a izquierda con efecto de espejo; no podía utilizar las tijeras, no tenía control para colorear, pues se salía de los límites del dibujo, confundía palabras de apariencia semejante (la d por la b), no asociaba la cantidad con el número, confundía los signos de la suma y resta, omitía palabras al copiar del pizarrón, señalaba la palabra con el dedo índice cuando leía, no se ubicaba espacialmente, confundía derecha e izquierda y no identiicaba algunas partes de su cuerpo. Desde que Viviana estaba en preescolar trabajé en casa las actividades señaladas por las maestras de grupo; en primaria continué reforzando los contenidos vistos en el aula con actividades similares, tanto en español como en matemáticas, y algunas habilidades motrices y perceptuales. • Para su coordinación visomotora se trabajó con ejercicios de coordinación ojomano; se le pidió recortar, unir puntos para formar iguras, reforzar los músculos de la mano para el uso de tijeras o lápiz, acomodar pinzas para tender ropa en el ilo de una caja de zapatos, pegar iguras, colorear dibujos, abrir y cerrar cierres, abotonar camisas, ensartar cuentas. • Para trabajar su atención y que adquiriera comportamientos organizados se le solicitó que observara su entorno; posteriormente, se le preguntó qué había y que localizara ciertos objetos. • Se ponían objetos de varios tipos y se le pedía a Viviana que los clasiicara por su color, igura, tamaño; de igual manera se desarrollaron actividades con papel para que encontrara iguras del mismo tamaño o del mismo color, y reforzar la constancia de formas. Con el trabajo realizado en casa y en el aula Viviana logró adquirir la lectoescritura, terminando el primer grado escolar con un nivel silábico-alfabético. Por razones laborales, tuve que cambiar de escuela a Viviana, donde cursó del segundo al quinto grado; desde el 113 principio, la Sociedad de Padres de Familia acondicionó dos rampas para que la niña se moviera de su salón al patio y a la cooperativa, y siempre le asignaron el mismo salón en la planta baja; los maestros nunca le dieron trato especial, la integraron al grupo y la hacían participar en exposiciones de temas en el salón. Los lunes que tocaba la ceremonia a su grupo ella decía el juramento a la bandera. Por motivos de trabajo nuevamente decidimos cambiarla de escuela, cerca de mi casa. Se habló con la directora de la escuela y la maestra de Educación Especial de la USAER, respecto a la situación de Viviana y se integró a sexto grado, grupo “B”, donde impartía las clases una maestra con el in de que la niña tuviera más conianza y se adaptara más rápido, pues era el interés prioritario, de acuerdo con la información proporcionada por la USAER de la escuela anterior, en donde se comunicaba que la niña tenía diicultad para relacionarse con niños de su edad, y se daban recomendaciones para la atención educativa de Viviana: Usa lentes, siendo el diagnóstico de hipermetropía por diicultad en la acomodación de lejos y cerca, presenta nistagmus (movimiento involuntario de los ojos) más marcado al ver hacia el lado derecho y muy leve al lado izquierdo, por lo que se recomienda para su trabajo sentarla de tal forma que siempre vea de frente. En la primera semana de clases del ciclo escolar 2005-2006 las directoras de la escuela y de la USAER enviaron oicios a la Secretaría de Educación y Cultura del estado, solicitando se acondicionaran rampas en el ediicio escolar, lo cual se logró en marzo. Desde el inicio del ciclo escolar trabajaron coordinadamente el equipo de Educación Especial, la psicóloga, las maestras de comunicación y de apoyo con la maestra de grupo regular con el in de atender debidamente a Viviana. Cuando trabajé con Viviana en casa le hice un multiplicador pequeño con el in de que realizara las operaciones matemáticas básicas, sin necesidad de usar calculado- 114 ra; poco a poco ha ido memorizando las tablas de multiplicar. Diario le preguntaba a la maestra de grupo sobre las actividades que habían realizado en el día, ya en casa supervisaba el trabajo de Viviana, y cuando no lo terminaba en el aula lo completábamos en casa y la maestra se lo revisaba al otro día en el salón de clases. En la primera semana de diciembre se realizó en el estado la “Semana de la discapacidad”. Se invitó al equipo de la USAER para que asistiera a un programa matutino de la televisión local para platicar sobre el caso de un niño con discapacidad que fue atendido con éxito e integrado en una escuela regular, por lo que se expuso el caso de Viviana. En enero se convocó a los niños de sexto “B” para que investigaran sobre la discapacidad y prepararan un tema para exponerlo a todos los alumnos de la escuela; la inalidad de esta actividad fue integrar a Viviana con toda la escuela. Al concluir sus trabajos, los mismos alumnos del grupo seleccionaron los que consideraron mejores y con éstos se preparó un documental. Al inalizar esta actividad cada niño expuso su sentir y la experiencia que había tenido, externando diferentes y emotivos sentimientos. Se difundió el video en cada grupo y los niños del equipo ganador se organizaron para realizar una actividad en la que escribieron mensajes, que se pegaron en una paleta en forma de corazón, para invitar a los niños a tener amigos con alguna discapacidad; los niños expositores se pegaron un corazón grande con el dibujo de una discapacidad y el mensaje “yo acepto a todos por igual, ¿y tú?” A partir de la difusión del video mi hija comentó que tenía más amiguitos que la buscaban en la hora del recreo. En varias ocasiones la maestra hizo participar a Viviana para que realizara el juramento a la bandera en la ceremonia de los lunes. La maestra de grupo siempre integró a Viviana en equipos de trabajo para que investigara temas para exponer; mientras que la maestra de apoyo siempre le dio preferencia de atención, con sugerencias de adaptación al currículo, sobre todo en matemáticas, que es donde presenta mayor diicultad. En periodos de exámenes bimestrales le daba atención individual con el in de aclarar dudas de algún contenido de acuerdo con la sugerencia de la maestra. En marzo se notó la integración de la niña; a partir de la instalación de las rampas, ella se desplazaba para todas partes y convivía en el recreo con sus compañeras de su grupo y de otros grupos de la escuela. En los preparativos de in de cursos, en particular del vals, se le pidió al maestro de Danza adaptara el baile a las capacidades de Viviana, y así se hizo. Terminó la primaria en junio de 2006. 115 En agosto del mismo año ingresó a la escuela secundaria técnica; afortunadamente la escuela estaba acondicionada con rampas y disponía del apoyo de la USAER para niños con necesidades educativas especiales asociadas con discapacidad auditiva, motora y autismo, además de ser elegida como escuela innovadora por Bill Gates, empresario y ilántropo estadunidense. El primer año fue un tanto difícil para mi hija, ya que los maestros estaban en el proceso de capacitación para atender a niños con necesidades educativas especiales, además del descontrol de cursar más materias y tomar las clases en diferentes salones. En este periodo el trabajo realizado por el maestro de apoyo fue muy importante, ya que brindó sugerencias de cómo trabajar en el aula con Viviana, y la ubicación física que debía considerarse dentro de la misma. Asimismo, la psicóloga dio sugerencias para el trabajo en casa, además de realizar pláticas con los alumnos de la escuela para lograr que Viviana se integrara. Favorablemente los compañeros de grupo aceptaron muy bien a Viviana, inclusive ellos mismos se ofrecieron para trasladarla de un lugar a otro, en particular había un niño que siempre la esperaba para llevarla a la otra clase; a estos niños se les ha denominado tutores, y la dirección de la escuela les da un reconocimiento por su labor. A inales del ciclo escolar 2007-2008 la dirección de la escuela incluyó a mi hija para que formara parte de la nueva escolta que recibió la bandera para el siguiente ciclo escolar. Asimismo, los maestros de las diferentes materias tomaron opinión del maestro de apoyo para realizar adecuaciones al currículo, con el propósito de que Viviana participara en exposiciones, investigaciones, etcétera. Viviana se encuentra integrada a la dinámica escolar, es más independiente y socializa de manera efectiva con sus compañeros de los diferentes niveles escolares. Su nivel académico es satisfactorio en primer año su promedio general fue de 9.3, en segundo año fue de 9.8. Nosotros como padres tratamos de que Viviana se integre socialmente en los diferentes eventos; procuramos que los domingos conviva con nosotros, y acudimos a diferentes centros recreativos de la localidad. El 10 de octubre mi hija cumplió sus 15 años, y nos pidió que le hiciéramos una iesta, donde bailó el vals con su papá y sus chambelanes. Como padres siempre hemos estado atentos a las necesidades de Viviana, porque deseamos lo mejor para ella; han 116 sido años de mucho trabajo y esfuerzo por parte de todos. En este trayecto hemos tenido sin sabores pero hemos recibido más satisfacciones, por eso no nos rendimos y seguimos en la batalla diaria. Mi hija es para mí lo más importante y su bienestar es mi felicidad. Cuando ella nació no le daban muchos días de vida, en realidad no sé cuánto tiempo viva, pero estoy tranquila y satisfecha porque veo que es feliz, disfruta día a día lo que la vida le brinda, y haré hasta lo imposible porque lo siga siendo. 117 PARA REflEXIONAR Cuando el alumno comienza a asistir a la escuela, generalmente sus familias sólo son receptoras de los servicios que los maestros y especialistas les proporcionan. Lo cierto es que con frecuencia, cuando existe un trabajo paralelo entre la institución educativa y el hogar, los alumnos pueden encontrar diversos apoyos que se traducen en mayores oportunidades de aprendizaje. En el proceso de escolarización de Viviana, su familia participó activamente, asumiendo un papel central al trabajar de manera vinculada con los maestros, al apoyar el desarrollo de su hija y facilitarle el acceso a los requerimientos de cada nivel educativo: • La comunidad escolar ofreció a la familia una variedad de oportunidades para involucrarse con Viviana en la escuela (desde apoyar en actividades precisas para su desarrollo hasta colaborar en el aula). • Se desarrolló una buena comunicación entre los docentes, la comunidad escolar y la familia, con el in de compartir información importante sobre las estrategias pedagógicas utilizadas con Viviana. • Se promovió su desarrollo mediante el reforzamiento de las experiencias de aprendizaje realizadas en la escuela, trasladándolas al entorno natural de su hogar. RECUERDA… La educación no sólo es un tema de los profesionales. Una vez que los padres reconocen y comprenden la discapacidad de sus hijos, informan y orientan desde su propia experiencia a los maestros sobre cómo atender sus necesidades educativas especiales, realizando aportaciones pedagógicas muy interesantes que enriquecen esta intervención. Por tanto, la participación de las familias en la comunidad educativa es fundamental para asegurar una educación de calidad para todos. 118 Busco escuela para Nacho* Eugenia Carolina Eberstadt Hoppenstedt l “¿por qué a mí?” y “¿por qué mi hijo?”, son cuestionamientos para los que no tengo respuesta, y no puedo ni debo sentarme a buscar una, o ilosofar al respecto, mi hijo necesita ayuda, amor incondicional y lucha diaria, por eso salí a buscar una escuela para Nacho. Mi hijo amado fue prematuro; bueno, mis hijos amados fueron sietemesinos, en este embarazo tuve un par de bebés, y como una promesa religiosa, llevan los nombres de José y María: José Ignacio e Isabela María. Nacieron chiquitos, Nachito sólo pesaba 1.65 y su hermanita 1.68 kilogramos, estuvieron en incubadora 26 días hasta que llegaron a los dos kilos. Eran nuestros primeros hijos después de casi seis años de espera y sólo quien los ha deseado tanto sabe la alegría que es tenerlos, abrazarlos, arrullarlos y amarlos. Todavía hoy, 13 años después, todas las noches me doy vueltecitas para verlos dormir y me maravillo de tenerlos y agradezco a la vida. Nacho no nació autista, se volvió autista. Hay dos tipos de autismo, el de nacimiento y el regresivo, este último surge por alguna razón posterior y se da entre los 18 meses y los tres años de vida. Ese fue el caso de mi hijo, que se desarrolló normalmente hasta el año y medio, posteriormente empezó a cambiar, quedó encerrado en un mundo silencioso y solitario. Su mirada fue lo primero que cambió, se perdió, su sonrisa desapareció y sus risas se espaciaron hasta llegar al silencio total. Nacho dejó de voltear cuando le hablábamos, de interactuar o jugar con su hermanita o con nosotros, tenía fascinación por la película de Aladdín y podía verla una y otra vez sin cansarse, sin embargo, no lográbamos que ijara su atención en algo que no fuera la película, empezó a dormir muy poco y sin importar qué tan abajo pusiéramos el colchón de su cunita, lograba salirse, era impresionante su lexibilidad, fuerza y convicción para subirse por los barrotes y saltar, tuvimos que tapar su cuna con gaza y poner su colchón al ras del suelo y aún así, lograba salirse y corretear feliz por toda la casa a partir de las dos de la mañana; él prendía todas las luces y yo corría tras él apagándolas, esperando que su hermanita y papá no se despertaran. En esos momentos volvía a ser feliz, tenía a su mamá para él solito y su casa para correr todo lo que quisiera, el sueño le regresaba por cansancio como a las seis de la E * Segundo lugar, categoría “Padres y madres de familia”, 2008. México, Distrito Federal. 119 mañana, cuando yo tendría que pararme para ir a trabajar. Era excesivamente atrevido, caminaba tranquilamente por la orilla de las ventanas sin caerse, no conocía el miedo y no comprendía la causa y el efecto, por ejemplo, podía tomar un vaso con agua o leche y voltearlo y hacer lo mismo 10 o mil veces, sin que nuestros “no” rotundos lo detuvieran. En su mundo no había reglas, tomaba y comía lo que quería, hacía lo que quería, dormía cuando quería, casi siempre en brazos y durante el día o la noche. Inquieto era una palabra sencilla para describir lo activo de mi chiquito y por más que yo pensara que mi hijo era hiperactivo, al grado de no poder tenerlo sin tomarle la mano en un lugar fuera de casa, mi esposo y pediatra me sacaron de esa “realidad” e iniciamos una odisea en la búsqueda de una respuesta a su comportamiento. Primero fueron los estudios de audición para ver si escuchaba bien, el resultado fue: “inmadurez neurológica”; siguieron estudios que diagnosticaron: “déicit de atención”, y posteriormente los psicológicos concluyeron “sobreprotección materna”, o sea que, además de todo, era mi culpa. Sin embargo, después de realizar todo lo que los médicos y terapeutas nos indicaban, mi hijo no mejoraba, todo lo contrario, empeoraba. ¿Qué hacer? Seguir buscando quién nos ayudara a curar a mi hijo, así recorrimos médicos y hospitales con los estudios bajo el brazo, con esperanza, miedo y un enorme dolor. Finalmente, antes de cumplir tres años nos fue diagnosticado el autismo en Nachito, y entonces el silencio y el dolor tomaron otra magnitud en nuestras vidas. Lo comentamos con la escuela a la que acudían mis hijos en maternal y tuvimos que sacarlo, ya que no nos permitían que estuviera ahí, “pero le devolvemos la inscripción o la abonamos a la colegiatura de su hija, no se preocupe señora”, lo cierto es que tenían prisa para que mi hijo saliera de su escuela, ya que interrumpía a los demás chiquitos. Autismo, explicado por una mamá que no tiene conocimientos técnicos en la materia, es un problema cerebral que genera una alteración en todo el sistema sensorial y de comunicación. Mi hijo escucha diferente, oye más que cualquiera de nosotros porque su oído es más sensible a cualquier ruido, hay algunos ruidos que desde pequeño le molestan mucho, como la sierra del carnicero. Siente diferente, también su piel es extremadamente sensible a texturas y por eso usamos principalmente ibras de algodón. De la misma manera pasa con los olores y sabores. No existen dos casos iguales, cada pequeño con autismo tiene características propias y particulares. Desafortunadamente, en México no existen cifras actualizadas a este respecto, pero en Estado Unidos, el autismo es el segundo síndrome de mayor crecimiento después del sida, siendo California y Nueva York los estados con más casos reportados. El 80% de los casos de autismo recaen en varones. En California uno de cada 115 niños es diagnosticado diariamente con autismo, pero han existido días en los que ese promedio baja a uno de cada 98. 120 ¿Cómo vivimos con el autismo de mi hijo? Mentiría si dijera que no duele, duele todos los días, sólo que algunos menos que otros, es lo primero que llega a tu mente cuando te despiertas y lo último por lo que pides cuando te acuestas. Además del dolor hay un gozo enorme ante cualquier logro, la alegría de los buenos momentos también dura mucho, los recuerdas, los saboreas, los valoras y atesoras. Me he dado cuenta que estos chiquitos tienen como parte de sus características el impulsarnos a sacar lo mejor que tenemos como familia, pero también de los demás, empezando por una sonrisa, logrando romper esquemas y paradigmas. Siempre faltan horas de terapia que quisiéramos darle, o terapias nuevas que quisiéramos probar; su alimentación es también muy particular, ya que hemos retirado los azúcares, el trigo y los lácteos, porque sentimos que lo alteran. La atención del autismo es muy cara, requiere cuidados especiales y especializados. Tengo la necesidad de supervisar lo que hace Nacho 24 horas al día, por temor a dónde está o qué destrozo está ideando. Hoy, mi hijo es un joven feliz, fuerte, temperamental como cualquier adolescente, cariñoso, tiene una decisión férrea y unas ganas enormes de complacernos, por ello hace un esfuerzo increíble por tratar de realizar aquello que le pedimos, aunque no entienda para qué o por qué. ¿Por qué somos tan complicados? Me dicen sus ojitos, pudiendo ser el mundo mucho más sencillo, mucho más amable, ¡verdad que sí! Cuando mi hijo llegó al centro educativo Domus, una organización de la sociedad civil dedicada a promover la integración de las personas con autismo, lo evaluaron y nos ofrecieron la posibilidad de incorporarlo a una escuela regular; para nosotros era algo impensable, ya que veníamos de una escuela especial enfocada a la atención de alumnos autistas donde asistía cuatro horas diarias, y donde había pasado años haciendo masitas y trabajando texturas en todas sus modalidades, desde utilizar talco hasta alubias, pero sólo lo mantenían como autista y nos convencieron que era el futuro que tendría mi hijo. Cuando supimos que Nacho podría estar con niños “normales” fue un sueño, lloramos de felicidad. Podría incorporarse a tercero año de primaria, ya que ese grado le correspondía por su edad cronológica. ¿Cómo, si no habla casi nada, ni escribe ni lee? Eso no importaba, nos dijeron que el aprendizaje venía después; por el momento, lo que necesitábamos era una escuela en la que lo aceptaran, porque todos los niños tienen derecho a estar en una escuela regular. Suena maravilloso, ¿verdad? ¡Lo es! Así llegamos a la hermosa y maravillosa comunidad de la escuela regular. Cuando tuve la primera entrevista con las directoras y maestras de tercer grado les expliqué la situación de mi hijo, sobre todo que requería estar acompañado en todo momento de una maestra de apoyo, que si había cualquier incon- 121 veniente nos retiraríamos de la escuela; pedí, pedí y suplique: “Por favor, denle una oportunidad a mi hijo, busco una escuela para Nacho”. Posteriormente, la maestra Verónica, a cuyo salón llegamos, me comentó que estaba renuente a que mi hijo entrara con ella, porque nunca había tenido contacto con un niño con las características de mi hijo en su salón, por lo que temía que desestabilizara al grupo. Al inal del año escolar, la misma maestra me comentaba con una enorme sonrisa lo felices que estaban todos con mi hijo. No podíamos dejar de sonreír al comprar el uniforme, los útiles y todo aquello que se requería, ya que Nacho tendría que cumplir como todos los chicos con el material, la disciplina y los horarios; Nacho fue un alumno regular todos los días. Desde el primer día que mi hijo fue a la escuela estuvo feliz, sus risas nunca dejaron de aparecer en la escuela y en la vida diaria. Aprendió sí, y no me reiero solamente a materias académicas, se le permitió ser niño y actuar como uno más, algo que nunca había tenido la oportunidad de sentir. Su condición no lo limitó para hacer amigos o jugar con ellos, inalmente era uno más en un salón de clases, donde con poco vocabulario y mucho corazón se daba a entender. Con enorme alegría me comentaba la directora: “Cuando llegó Nachito me daba mucho miedo que le fueran a hacer algo durante el recreo, hasta que me di cuenta que todos sus compañeritos lo cercaban para cuidarlo; lo asombroso es que conforme pasó el tiempo ya no fue necesario que le hicieran “bolita” porque era uno más, corriendo a donde corrían todos e intentando realizar aquello que hacían sus compañeros”. Le dieron la oportunidad a mi hijo de ser un niño normal y ¡lo fue! Logró comunicarse con sus compañeritos e inició una hermandad con sus amiguitos y todos los de la escuela, que no puedo describir sin lágrimas en los ojos. Niños, niñas, maestras, padres de familia y personal de intendencia saludaban a Nacho, era el más feliz, aceptado sin diferencias, respetado como ser humano, ¿acaso puede haber algo mejor para cualquier persona? Nacho con la maestra Lucía aprendió lenguaje, letras, palabras, números, formas, iguras, que si bien no correspondían con el grado en el que estaba, no lo detenían para participar en los proyectos de sus demás compañeritos, les ayudaba a pintar sus carteles, señalar el país del que trataban; pasaba al pizarrón y presentaba sus logros, mismos que sus compañeros reconocieron y apoyaron. La maestra Verónica me comentó que a Nacho le gustaba tomar los cuadernos de sus compañeros para verlos; un día fue por el de una compañerita muy escrupulosa con su material, y cuando se dieron cuenta mi hijo ya había escrito con letras grandes su nombre encima de lo que había apuntado su compañerita; la maestra se preocupó muchísimo y cuando llegó la chiquita volteó, vio su cuaderno y le dijo a la maestra con 122 una sonrisa en los labios: “Nachito me puso un autógrafo en mi cuaderno”. A partir de esa fecha todos los compañeritos de su salón querían un “autógrafo” de Nachito en sus cuadernos. Muchas veces estos chiquitos fueron distraídos con los ruidos “raros” que hacía mi hijo en el salón, o sus risas (inevitablemente era feliz y lo demostraba) y permitieron pacientemente que pasara al pizarrón a presentar sus avances que eran ya conocidos para todos ellos de años atrás, no fue fácil para ellos. ¡Gracias queridos niños! Nacho estaba apasionado de la escuela y de sus compañeros, a tal grado que se despertaba por las noches y se ponía el uniforme para estar listo temprano e irse. El problema fue los sábados y domingos, que amanecía con el uniforme de deportes y no era día de escuela; asimismo, con las vacaciones de verano, Semana Santa, Navidad y tantas otras, tanto tuvimos que esconder los uniformes, porque era mucho su sufrimiento al enterarse que no le tocaba ir a la escuela. La comunidad de la escuela nos ofreció tres años maravillosos, llenos de alegrías y trabajo compartido. Y como la bondad y la alegría son contagiosas, esa misma alegría que nos regalaron los niños también la recibieron de Nachito, quien de todo corazón les demostró con todos sus besos y abrazos que las diferencias no nos separan, nos complementan. Nosotros también nos beneiciamos mucho de la escuela, nos salpicaban de esperanza y felicidad cada vez que alguna maestra o padre de familia nos contaba cómo Nacho había tenido un efecto positivo en sus hogares y cómo los había enriquecido conocerlo. Así, llegamos al inal de primaria, a la graduación, con las lágrimas que acompañan las despedidas. Pero como la búsqueda y la lucha deben continuar todos los días, salí nuevamente a hallar una escuela para Nacho; sí, una secundaria que nos permitiera incorporarnos. Encontramos una secundaria pública que autorizaría a Nacho acudir algunos días, pero yo quiero más para mi hijo, deseo que se incorpore a una escuela de manera regular y esté cercana de casa. Apunté los nombres de las escuelas próximas; posteriormente, llamé por teléfono y pregunté. Como no fue suiciente, también busqué en el directorio telefónico. ¿Cuántas llamadas hice? Preiero no recordarlas, lo importante es que encontramos una secundaria particular que nos abrió sus puertas, nos escucharon y nos aceptaron. 123 Nacho lleva dos semanas acudiendo a la secundaria y nuevamente quiere ponerse su uniforme los sábados y domingos aun cuando ya sabe que esos días no hay escuela, pero nuevamente su alegría de ir a la escuela es enorme. Todos los maestros y el personal ya lo reconocen y lo saludan amablemente; sus compañeros de salón preguntan: ¿puede hacer de todo?, ¿puede correr?, ¿me entiende o sólo habla con su maestra de apoyo?, ¿qué le gusta? Nacho puede intentar hacer todo lo que realiza un chico de 13 años, seguramente algunas actividades le saldrán mejores que otras. La maestra Lupita con enorme paciencia va incorporando las actividades de Nacho a las de los otros estudiantes de primero de secundaria, de manera paulatina nos vamos integrando totalmente. Es posible que en este México tan caótico, los alumnos que presentan condiciones especiales nos permitan conocer los beneicios de la integración educativa; nos hagan comprender que no contaminan o contagian a sus compañeros de algún mal o enfermedad, tampoco los retrasan en su diario desempeño, más bien les brindan cariño, amistad y alegría; nos recuerdan que amarnos los unos a los otros sigue siendo la mejor opción, que nos da y reparte felicidad. ¿Acaso no es eso lo que todos queremos en esta vida, ser felices? A todos ellos gracias por iniciar una nueva generación de mexicanos, más solidaria y abierta. 124 PARA REflEXIONAR Existen alumnos que tienen otras formas de mirar y aprehender el mundo que presentan conductas complejas de predecir o entender, como es el caso de las niñas o niños con Trastornos del Espectro Autista, ya que muestran alteraciones en las relaciones interpersonales, en la comunicación y en los vínculos afectivos. Cuando Nacho se integró a la escuela regular fue imprescindible conocer la manera en que se comunica, sus intereses y su modo de vivir, para de esta forma favorecer no sólo su aprendizaje sino su socialización: • Ha alcanzado grandes avances debido a la atención oportuna, al apoyo decidido de sus padres, de las instituciones especializadas y de la escuela. • Siempre se le ha tratado de acuerdo con su desarrollo evolutivo (niñez, adolescencia) fomentando de manera positiva sus competencias de relación y comunicación. • Se han establecido relaciones entre iguales que le brindan la oportunidad de adquirir habilidades sociales y comunicativas a través de contextos educativos más naturales para el aprendizaje. RECUERDA… La integración de un niño o una niña con Trastorno del Espectro Autista en una escuela regular es un verdadero reto para el menor, su familia y los maestros. Es una labor que requiere el diseño de ambientes estructurados con una adecuada planeación, actitud positiva, creatividad y lexibilidad de parte de todos. El mayor beneicio que conlleva es favorecer su desarrollo cognitivo, toda vez que posibilita la transformación de experiencias interpersonales, donde los intercambios suceden de manera dinámica y espontánea. 125 la historia de miguel* Bernarda Sierra Ramírez y familia omos una familia que vive en Ixtapaluca, Estado de México, y queremos compartir lo que hasta hoy hemos vivido juntos respecto a una situación de integración educativa. Nuestra familia está conformada por papá, que es albañil, mamá, que ahora está trabajando, Liz, la hermana mayor de 19 años, que tiene dos hijos, Aníbal de 17 años, que dejó la escuela cuando iniciaba su segundo año de preparatoria pero pronto la retomará, Beto, el menor de tres años y Miguel, que tiene 10 años y actualmente cursa el quinto año en una escuela primaria regular. En la escuela nos invitaron a participar en este concurso nacional, al principio fue difícil aceptar esta invitación, porque mis padres escriben poco y Liz ya tiene una familia, además no vive tan cerca para que nos pudiéramos reunir; mi hermano Aníbal me apoya en la escuela y se va a las 11 porque está trabajando en las tardes, así que no era fácil redactar nuestra historia. La maestra Maricela nos propuso que cada integrante de la familia escribiera cómo había vivido la integración de Miguel a una escuela regular. Todos hicieron la tarea, pero mamá no quiso escribir, preirió ir con la maestra y contar lo que ha vivido: S Cuando me embaracé de Miguel estaba contenta, lo deseaba y esperaba con mucho gusto. Al cumplir tres meses de embarazo, tenía dolor de cintura y estaba sangrando, fui al doctor y me dio medicamentos y me indicó reposo. Con Miguel tenía un presentimiento, sentía cierto temor de que naciera sordo, pues tengo dos hermanas con esta condición. Por in llegaron los nueve meses y nació Miguel. Los médicos me dijeron que estaba bien. A todos mis hijos les ponía música y él no fue la excepción, además jugábamos, le aplaudía y se sonreía; sin embargo, persistía mi temor de que tuviera algo. Con la música veía raro a Miguel, me ponía atrás de él y no volteaba, cuando se me caía un objeto, tampoco se asustaba. Justiicaba que no tuviera reacción al sonido diciéndome que aún estaba pequeño. * Tercer lugar, categoría “Padres y madres de familia”, 2006. Ixtapaluca, Estado de México. 126 Al año continuaba con esa justiicación, pero decidí llevarlo al centro de salud; le comenté a la doctora que él estaba sanito, aunque no respondía cuando había sonidos. Ella comentó que no tenía aparatos para revisar a Miguel y pidió que fuera después para darme algunas direcciones donde podrían diagnosticarlo. Acudí al lugar que me indicó pero no pudieron proporcionarme información. Afortunadamente un paciente que escuchó mi conversación me facilitó una dirección en los Reyes, La Paz, era una clínica particular que trabajaba con niños pequeños. Cuando me presenté en ese lugar me asustó darme cuenta de los elevados costos de las consultas y estudios, así que le llamé a mi esposo, quien estaba trabajando en Estados Unidos, y me dijo que no importaba, que debíamos atenderlo. Me mandaron a hacerle unos estudios y me dieron algunas indicaciones de cómo tenía que llevar a mi hijo; cuando me entregaron los resultados se los llevé al médico y solicitó hacer otros estudios para dar un diagnóstico seguro. Con los segundos resultados el médico dijo que Miguel era hipoacúsico bilateral y nunca escucharía ni hablaría. Me dolió mucho y lloré. Desde ese momento escondía a mi hijo porque creía que las personas lo iban a mirar raro. No quedé conforme con el diagnóstico, así que llevé a Miguel al hospital de Chalco; en ese lugar me canalizaron al Instituto Nacional de Comunicación Humana (INCH), al sur de la Ciudad de México. No fue fácil encontrar el lugar pero llegué. Volvieron a realizar los estudios, me pasaron a Trabajo Social y me cobraron poco por atenderlo. Al darme los resultados, el doctor estaba acompañado por un psicólogo. Me comentaron que mi hijo era sordo (hipoacusia bilateral profunda), y me puse a llorar; el psicólogo me habló fuerte y fue duro, pero se lo agradezco, me dijo que a veces estos niños son más inteligentes y en lo que yo tenía que pensar era en sacarlo adelante y luchar por él, que Miguel debía utilizar unos aparatos para ayudarlo a escuchar algunas cosas, que no me desesperara porque las donaciones de esos aparatos tardaban entre tres y cuatro años. Me hizo relexionar y me motivó. A los 15 días empezó las terapias y a la par solicitamos la donación de los auxiliares auditivos; los costos de esos aparatos en aquel entonces tenían un valor aproximado de 15 mil pesos y no nos era posible comprarlos. Aunque me decían que esas donaciones tardaban varios años, no perdía las esperanzas de que se los dieran pronto. Miguel tuvo mucha suerte, pues a los cuatro meses de su ingreso le dieron sus auxiliares. Fue así que desde los dos años Miguel los utilizó. Pensé que al utilizarlos, el avance de mi hijo sería rápido con los auxiliares pero no; me costaba mucho trabajo ponérselos, se los quitaba, lloraba, los escondía, pero yo sabía que era importante que se los pusiera. Además, en las terapias no veía avances, 127 ya que sólo le daban media hora y los gastos para trasladarnos eran muy grandes. Cuando Miguel cumplió tres años mi esposo regresó de Estados Unidos, y como aquí no era fácil encontrar trabajo, ya no pude llevar a Miguel a las terapias. Soy Rolando, el padre de Miguel. Cuando mi hijo tenía dos meses de nacido me fui de “mojado” a Estados Unidos para darle a mi familia una vida mejor, porque como no tuve la oportunidad de estudiar, tampoco tuve un trabajo ijo. Cuando le hablaba por teléfono a mi esposa, le preguntaba por mis hijos y si ya hablaba Miguel, me decía que no, que nada, y así pasaron dos años; creo que no me quería decir la verdad para no hacerme sentir mal, hasta que un domingo me dio la noticia de que mi hijo era sordo. Ese día fue uno de los más tristes de mi vida, no sabía qué hacer, no lo podía aceptar, le reclamé a la vida, ¿por qué me castigaba de esa manera?, por qué me había tocado esa suerte, si yo pensaba que había hecho las cosas bien. Desde entonces la vida me cambió, trabajé más duro para sacar adelante a mis hijos, y Miguel nos necesita más. Han pasado los años y he aprendido a aceptar a mi hijo tal como es. Mi hijo es igual que nosotros o tal vez más inteligente; cada día me sorprende, pues realiza muchas actividades que no creía que iba a poder hacer. Ahora me siento muy orgulloso de él porque gracias al apoyo de las personas que trabajan en diferentes lugares con personas como Miguel, que se comprometen y han tenido la paciencia para que juntos lo saquemos adelante, puede llevar una vida como la de cualquier persona. No me da vergüenza andar con él por las calles o por donde sea, porque antes de ser mi hijo es un ser humano y como tal le debemos respeto. A veces, como padres, cuando tenemos un hijo diferente o especial en lugar de apoyarlo lo escondemos, pero gracias a Miguel nuestra familia se ha fortalecido. Soy Liz, la hermana mayor de Miguel Ángel. Actualmente tengo 19 años y dos hijos. Recuerdo que a los nueve años mi papá y mi mamá esperaban a Miguel. Al nacer estábamos muy contentos, no me di cuenta de su discapacidad porque parecía un niño “normal” que lloraba y reía. Al año, cuando se enfermaba o le daba iebre muy fuerte, mi mamá lo tenía que llevar al hospital, hasta que nos dio la noticia de que mi hermanito tenía sordera profunda como mis tías (hermanas de mi mamá). Comprendimos que mi hermano debía acudir a terapias, escuelas especiales, y sobre todo que su familia debía darle apoyo y amor. Yo lo acepté como era, nunca me avergoncé de él, además era mi consentido. Siempre acompañé a mi mamá a las terapias, conocí a muchas maestras y aprendí a valorar a los niños y personas con discapacidad. 128 Pasamos por momentos difíciles; como era muy inquieto e hiperactivo, en una ocasión al jugar lo mordió un perro en el brazo, ya se imaginarán, era pequeño y lo tuvieron que llevar al hospital pues la herida había sido muy grave. Me puse triste al pensar que mi hermano iba a perder su brazo. También hemos vivido momentos hermosos, como cuando íbamos al zoológico y cuando organizamos iestas. Ahora voy a expresar lo que pienso: es triste saber que tienes un hermano que no te puede escuchar y entender con facilidad. Lo comprendo porque también estoy perdiendo mi oído y es horrible que no puedas entender bien las cosas y no puedas oír el más lejano ruido. Además, me duele porque él sabe su problema y nos dice con señas que al crecer va a escuchar; sin embargo, es imposible porque su sordera es profunda y lo único que le ayuda un poco son los aparatos auditivos, aunque a veces no se los quiera poner. Gracias a Dios ha tenido ayuda de muchas personas, ha avanzado mucho, ya sabe leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y pronuncia poco más de cien palabras, las escribe y las identiica bien. Miguel es un niño bastante amigable, busca con quién jugar con el balón y las canicas. A veces es triste y molesto que algunos niños no quieran jugar con él, pero él no nos dice nada, duele verlo solo. Mi hermano también es enojón y estricto con sus cosas. Él siempre ha contado con mi apoyo, lo he ayudado a hablar y hacer sus tareas de la escuela. Algunas veces lo llevo a las terapias y a sus citas con el equipo de la USAER. Antes podía estar con él en su salón de clases dos veces a la semana, de 8 a 10 de la mañana, apoyándolo en los temas nuevos; ahora que ya tengo familia procuro apoyarlo en sus actividades escolares en casa. Yo soy su hermano Aníbal. Cuando Miguel nació en septiembre de 1998 estaba contento porque ya tenía un hermanito más; aparte era hombre, así que pensé que cuando creciera ya no me iba a sentir solo porque jugaríamos juntos. Cuando mi hermano tenía dos años mi mamá nos dijo que era sordo, me sentí muy triste y me puse a llorar. Al paso de los años y con el esfuerzo de mi mamá lograron una donación de aparatos; pensé que mi hermano iba a poder hablar y escuchar como nosotros, pero me equivoqué, aunque no del todo, ¡él sí iba a aprender!, sólo que teníamos que ayudarlo toda su familia, maestros y terapeutas. 129 Por ahora yo no estudio, lo ayudo a hacer sus tareas, asisto a sus clases para apoyarlo y lo seguiré haciendo. Mi hermano para mí es un ser muy querido y especial, él es mi apoyo para regresar a la escuela y estudiar ingeniería, para después apoyarlo en lo que él decida ser. Después de que mi esposo regresó de Estados Unidos y encontró trabajo, regresé a las terapias en el INCH, pero al llegar la sorpresa fue que ya no estaba en el lugar que conocía. Mi esposo buscó la nueva dirección, y cuando me presenté me regañaron porque ya no asistí y me dijeron que si volvía a faltar a las terapias lo iban a dar de baja. Los costos de las terapias se incrementaron y también el camino era más largo. Lo que me gustó mucho es que le daban más tiempo de terapia, aquí era de una hora, y eso me motivaba. El terapeuta me dijo que tenía que llevarlo a la escuela, y como yo no sabía dónde, él me dio varias direcciones cercanas a mi domicilio. Fui al Centro de Atención Múltiple (CAM) que estaba en La Magdalena, Los Reyes, era el más cercano, pero la directora me dijo que no había cupo, que ya tenían muchos niños. A mí me interesaba que Miguel asistiera a la escuela, así que insistí y fui varias veces, no sé si ya tenía harta a la directora, pero inalmente aceptó inscribirlo y Miguel entró por el mes de febrero. Yo seguía pensando que mi hijo tenía mucha suerte. Terminó el ciclo y empezó allí mismo el último año de preescolar con la misma maestra; también le daban clases de lenguaje. Yo me quedaba todo el horario afuera de la escuela porque eran muchos gastos de transporte. Así conocí a varias mamás que también esperaban afuera. La maestra de grupo estaba muy contenta con Miguel, ya que la apoyaba mucho con otros niños que tenían severas diicultades para hacer las cosas. Una ocasión la maestra le hizo un reconocimiento en una junta porque mi hijo ayudaba a caminar a una niña que presentaba muchos problemas para hacerlo, me sentí muy orgullosa. La maestra de lenguaje me comentó que Miguel era muy inteligente y podía aprender mucho en otras escuelas, por lo que me sugirió buscar escuelas regulares para que ingresara a la primaria con apoyo de la USAER. Yo no estaba muy de acuerdo, sentía que se burlarían de él, me daba miedo que no pudiera hacer las actividades de la escuela, pero las maestras me insistían que era un niño inteligente y lo mejor para él sería una escuela regular. Empecé a buscar, pero en ninguna me lo aceptaban. Al explicarles la situación de mi hijo decían que no tenían personal para atender niños así. Por in encontré una escuela con USAER, pero la directora no me quiso recibir y sólo hablé con su secretaria, quien me dijo que no tenían lugar y me mandó a otra escuela 130 también con servicio de la USAER, que es a la que actualmente asiste. Llegué y la directora me comentó que no podían recibirlo porque tampoco tenían cupo, que eran pocas las escuelas con ese servicio y la demanda era alta, por lo que los grupos se saturaban rápido. Estaba triste y le comenté a las maestras que no había podido encontrar escuela, entonces me sugirieron que me dirigiera a las autoridades más altas y me dieron la dirección de la Supervisión de primarias. Sus oicinas se ubicaban en la misma escuela que visité al último. Quería hablar con su superior, aun con la pena de que pensaran que me salté su autoridad y además me habían dicho que no tenían cupo. Expliqué el caso a un profesor que no sé qué puesto tenía, el cual me pidió volviera más tarde porque la supervisora aún no llegaba, me salí de la escuela y estuve afuera hasta que pasó el tiempo; regresé y no había llegado, me pidieron que mejor regresara otro día. Después de varios días a Miguel y a mí nos recibió otro maestro, y me dijo: “Usted es la señora que tiene varios días viniendo, en que podemos servirle”, y le expliqué nuestra situación. Todo ese tiempo lo llevé a terapias al Centro de Rehabilitación Infantil Teletón de Chalco, porque me quedaba muy lejos el INCH, que estaba más al sur de la Ciudad de México. Pregunté por la terapeuta Luz María, quien había trabajado con ellos, y me ayudó. Yo estaba contenta porque Miguel ya empezaba a balbucear, le enseñaban a colorear y aplaudir. Para poder apoyar a Miguel tuve que prestarles menos atención a mis otros hijos; no era fácil porque ellos tenían que irse solos a la escuela y calentarse su desayuno. Me preguntaban por qué estaba más tiempo con Miguel y yo les explicaba que él me necesitaba más. Trataba de no faltar a las juntas de sus escuelas y asistir a los festivales, pero también me sentía triste porque no podía estar más tiempo con mis hijos, ellos entendieron y me apoyaron. El maestro Ulises entró a la oicina de la supervisora para platicar, después me llamaron y ella comentó que mi hijo se incorporaría a esta escuela. Al siguiente día entramos con la directora, y la subdirectora me llevó a un salón donde estaban reunidos los maestros de la USAER con su supervisor para hablar conmigo. Cuando llegamos se presentó el supervisor de Educación Especial, saludó a Miguel y le preguntó cómo se llamaba. Me sentí muy contenta porque en sus terapias le estaban enseñando a decir su nombre, así que lo dijo no muy claro, pero habló, el maestro expresó que se quedaría en esa escuela. Le tocó un maestro muy bueno, se llama Jaime, era paciente y le enseñó mucho; tuvo ciertos problemas con algunos papás por trabajar con Miguel, pues declararon que descuidaría a sus hijos, pero el maestro les explicó que en la escuela siempre había niños con alguna discapacidad y no era una razón para descuidar 131 al resto del grupo. Al principio Miguel lloraba porque me extrañaba, pero poco a poco lo superó. También trabajamos con la USAER. Todos los lunes observaba cómo trabajaba la maestra de lenguaje, además anotaba qué actividades tenía que hacer en casa y cómo. Los miércoles acudía con la maestra de aprendizaje para reforzar las actividades de español y matemáticas. Nunca tuve quejas de mi hijo respecto a su conducta; es un niño bueno y listo. Este año ya no estoy tanto tiempo con mi hijo como quisiera, porque tuve que trabajar para apoyar a mi esposo con los gastos, sin embargo trato de cumplir lo que me dicen en la escuela. Liz tampoco puede asistir porque sus niños son pequeños; ahora es Aníbal quien apoya a Miguel en el salón de clases. Las maestras de la USAER me dicen que siga trabajando con él en casa para que no se vaya a atrasar en las actividades, porque el próximo año iniciarán con la Lengua de Señas Mexicana, y todo lo que aprenda en señas lo tendrá que hablar para continuar con su proceso de oralización. Nos sentimos orgullosos de Miguel; no ha sido fácil el camino, ahora estudia quinto año, habla muchas palabras, las escribe y las identiica. Le pedimos a la vida fuerza para seguirlo apoyando hasta donde él quiera. Ojalá sea un profesionista. Cuando nos dijeron que escribiéramos la historia de Miguel primero nos resistimos, porque implicaba recordar situaciones dolorosas, pero la maestra nos explicó que era importante escribir lo que hemos vivido, pues con esta experiencia muchas personas que no tienen relación con la discapacidad sabrían que las personas con alguna pueden llevar una vida como cualquiera de nosotros, y también podríamos hacer que las personas que la lean cambien el nombre de “sordomudo” sólo por sordo, porque aunque no escuchen, algunos de ellos pueden hablar. Además nuestra historia también podría ayudar a padres que tienen hijos como Miguel y piensan que es imposible, pues sabrían que con constancia, trabajo y profesionales comprometidos que nos guían es posible lograr muchas cosas que los demás creen imposibles. Eso es todo lo que podemos decir de nuestro hijo Miguel, sus padres Rolando Rivera Marín y Bernarda Sierra Hernández. Sus hermanos Lizeth Rivera Sierra y Aníbal Rivera Sierra. 132 PARA REflEXIONAR Cuando se aborda el caso de un alumno o alumna con necesidades educativas especiales es importante conocer qué factores del entorno social y familiar favorecerán su desarrollo y aprendizaje, asimismo cuáles pueden ser optimizados para que contribuyan a un mismo in. La fortaleza del caso de Miguel radica en la colaboración de la familia con la institución especializada y con la escuela: • La familia pugnó por eliminar las barreras para acceder a la escuela, ejerciendo el derecho a la educación. • La escuela le brindó apoyo afectivo estimulando continuamente el desarrollo de Miguel, reforzando sus logros, aportándole seguridad y estabilidad emocional. • Se demostró un alto grado de compromiso familiar al dedicar el tiempo requerido para apoyar y estimular a Miguel, así como en la coordinación y colaboración con los especialistas y con la escuela. • Se orientó a la familia sobre las ayudas económicas que ofrecen algunos servicios públicos de salud para la adquisición de recursos especíicos, en este caso auxiliares auditivos. RECUERDA… En el momento en que el niño o niña con discapacidad comienza su etapa escolar, términos como compromiso, cooperación, consenso y comunicación matizan de forma clara la relación entre las familias, los profesionales y la escuela, factor de especial importancia en el logro educativo de estos alumnos. Por ello, es importante que la familia conozca las necesidades de atención que requiere el alumno; mientras que los docentes y los profesionales deben conocer la situación social, económica y cultural que vive la familia, con el in de crear estrategias especíicas de atención. 133 ANEXOS 134 mIEmBros DEl JuraDo CalIfICaDor CoNvoCatorIa 2007 POR lA SECRETARíA DE EDUCACIÓN PúblICA Gilda de León Guzmán, Dirección de Innovación Educativa de la Dirección General de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa. Francisco Javier Teutli Guillén, Coordinación en 2007 del Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. Alejandra Calatayud Morán, Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. Mariana García Portillo, Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. POR lAS ORGANIzACIONES DE lA SOCIEDAD CIVIl Abigail Hernández Mejía, Confederación Mexicana de Organizaciones en Favor de la Persona con Discapacidad Intelectual. María del Carmen Escandón Minutti, Consultora independiente en Inclusión Educativa. 135 Alma Adriana Carmona Enríquez, Instituto Mexicano para la Excelencia Educativa, A.C. Alicia Angélica López Campos, Colegio de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. CoNvoCatorIa 2008 POR lA SECRETARíA DE EDUCACIÓN PúblICA Noemí García García, Dirección Adjunta para la Articulación Curricular de la Educación Básica de la Dirección General de Desarrollo Curricular. Patricia Sánchez Regalado, Dirección de Educación Especial en el Distrito Federal. Gabriela Tamez Hidalgo, coordinadora Nacional del Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. Marisol García Carbajal, Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. Tania M. Gallegos Vega, Programa de Fortalecimiento de la Educación Especial y de la Integración Educativa. POR El CONSEjO NACIONAl PARA PREVENIR lA DISCRImINACIÓN María de la Paz Valenzuela Gómez Gallardo, Dirección General Adjunta de Vinculación, Programas Educativos y Divulgación. POR lAS ORGANIzACIONES DE lA SOCIEDAD CIVIl Leticia Valdespino Echauri, Integración Down, I.A.P. Mercedes Obregón Rodríguez, Instituto para Problemas de Lenguaje, I.A.P. Alma Adriana Carmona Enríquez, Instituto Mexicano para la Excelencia Educativa, A.C. Jessica Herrera Gutiérrez, Asociación Mexicana Anne Sullivan, I.A.P. 136 mENCIoNEs hoNorÍfICas CoNvoCatorIa 2007 POR Nivel educativo NIVEl EDUCATIVO Autor Nombre de la experiencia Entidad Preescolar Beatriz Sandoval Almazán Integración educativa: un trabajo en comunidad Primaria Norma Anaya de Anda, Zenaido Flavio Sánchez Martínez, Romana Escobar Rosales, María del Carmen Juárez Jiménez, Patricia Baeza Cárdenas, Norma Lucía Saavedra Romero, Dolores Hernández Pineda, Lilia Duarte Riverón Una escuela para todos Secundaria Gloria Margarita Rodríguez Barbosa Igualdad de oportunidades: proyecto de vida para todos Martha Elena Lanestosa Martínez La integración de jóvenes con necesidades educativas Villahermosa, especiales con y sin Tabasco discapacidad en el Colegio de Bachilleres de Tabasco Bachillerato Metepec, Estado de México Distrito Federal Guadalupe, Nuevo León 137 POR Discapacidad DISCAPACIDAD Autor Nombre de la experiencia Entidad Maricela Hernández Marín El loco Soyaniquilpan, Estado de México Discapacidad auditiva Amelia Yólotl Navarro Mastache Integración escolar de un niño sordo a los niveles educativos de preescolar y primaria Distrito Federal Discapacidad motriz Juan Hugo Rafaela Marín y Andrés Osorio Luna Esmeralda en Educa- Estado ción Física de México Discapacidad visual Belén Mercado Nava Rompiendo barreras Estado de México Discapacidad múltiple Lourdes Margarita y Arámbula Godoy Tropiezos para la integración Tepic, Nayarit Carmen Herrera Rueda Mi alumno con Asperger crece como ser humano igual que yo Estado de México Guadalupe Cerda Ibargüengoitia Ven aquí, mira desde aquí… Diferencia de talentos Tehuacán, Puebla Discapacidad intelectual Autismo 138 CoNvoCatorIa 2008 mENCIONES Categorías hONORífICAS Autor Nombre de la experiencia Entidad Colectivo escolar Inés Rocío Zurita Maldonado Consolidando el reto de la integración educativa en un preescolar regular Coatepec, Veracruz Maestros Idalia Garza Martínez Un brillo para Lucero Monterrey, Nuevo León Padres de familia Teresita de Jesús Téllez González Mi camino al lado del autismo Mazatlán, Sinaloa CoNvoCatorIas 2007 y 2008 mENCIóN EsPECIal Por su alta PartICIPaCIóN Sistema Estatal de Educación Especial del Estado de México