REVISTA DE EDUCACIÓN TARTESSOS
BUENAS PRÁCTICAS
Como todos y cada uno de los alumnos que ha tenido el Profe Pepe saben perfectamente que el peor profesor del mundo dibujando soy yo, hablé con Álvaro y con su familia para configurar un taller en clase mediante el cual nos contara su experiencia en aquella Master Class, nos explicase un poco acerca del cine Anime y de sus característicos dibujos Manga muy atractivo además para el alumnado de esas edades-, ¡y de paso nos enseñase a dibujar un poco! Y dicho y hecho. Álvaro se “curró” un taller como pocos se han visto. Trajo una presentación totalmente descriptiva y visual, narró su experiencia, sus nervios, sus seguridades, y los puso al nivel y al alcance de todo su grupo de iguales. Que era lo que yo perseguía. Nos repartió a cada uno una ficha-guía, con su correspondiente cuadrícula y un dibujo clásico de Goku repetido en varias secuencias, paso por paso. Fuimos acompañándole, lápiz en mano, para ir elaborando poco a poco aquella ilustración, intentando poner en práctica las nociones básicas que nos acababa de explicar, así como los truquillos que él nos iba mostrando en directo en la pizarra. Salió fenomenal, nos divertimos una barbaridad y aprendimos -yo el primero- muchísimo. Álvaro tuvo que lidiar con la paciencia, afrontar diferentes ritmos de aprendizaje, dar ánimos a aquellos que se frustraban, aconsejar a los que se perdían, y felicitar a los que iban consiguiendo que su cuadrícula se fuese pareciendo cada vez más al simpático personaje de las “ondas vitales”. No sé cuántos ámbitos de la inteligencia emocional se pudieron trabajar al mismo tiempo en aquel taller, señoras y señores, pero les aseguro que fue un éxito rotundo. Para mí, para Álvaro, y para sus compañeros. Como con el resto de talleres del programa, salimos todos ganando. Los alumnos por sentirse protagonistas, docentes, modelos por un día. Y el maestro, que suscribe, por poder observar, aprender y hasta evaluar una cantidad de cosas que las situaciones tradicionales Nº 35
mayo-junio 2021
del día a día en el aula no son capaces de ofrecerte. VOZ Y VOTO Y así, alternando unos y otros, como si fuese la programación de una cadena de la tele, se nos pasó el curso volando, de jueves a jueves, imaginando la mar de nerviosos con qué nos sorprendería el siguiente la próxima vez. Expectación, expresión, reconocimiento del esfuerzo, refuerzo positivo, valoración, empatía, admiración, entusiasmo, motivación, superación, y un largo etcétera de valores, cualidades, actitudes y competencias varias podrían completar una tabla de todo lo bueno que conseguimos trabajar con el programa. Siempre de manera natural, dando voz y voto al alumnado. Esto es la Escuela Democrática, ¿saben? No hace falta pensar en los extremos de una educación a la carta como si de un bufé libre se tratase para cada niño/a. Ni, por favor, conformarse con reproducir plenos del Ayuntamiento en clase para la parafernalia de elegir al delegado o delegada y sanseacabó. Escuchar sus inquietudes, sus gustos, sus aspiraciones. Darles respaldo logístico dentro de las posibilidades personales y del centro, confianza y un espacio físico y temporal en el que poder desarrollar sus ideas y sueños, es la clave. Lo demás viene solo, se lo aseguro. Así que ya saben ustedes, compañeros docentes que me estén leyendo. Ya tienen el público, veintitantos; el cole está plagado de dóndes, y el horario, de cuándos. Denles rienda suelta a sus pequeños artistas, científicos, investigadores, informáticos, o lo que sea que sueñen ser detrás de sus pupitres. Sáquenlos al centro de la clase. Es más, ¡salgan de la clase! Y siéntense a escuchar, a ver, a aprender y, sobre todo, a disfrutar. Y no olviden nunca una cosa: en un aula no hay veinticuatro cabezas aprendiendo cómo gira un mundo, hay veinticuatro mundos diferentes girando al mismo tiempo.
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