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Andrew Murray: 120 meditaciones para nutrir el espíritu y refrescar el alma
Andrew Murray: 120 meditaciones para nutrir el espíritu y refrescar el alma
Andrew Murray: 120 meditaciones para nutrir el espíritu y refrescar el alma
Libro electrónico157 páginas2 horas

Andrew Murray: 120 meditaciones para nutrir el espíritu y refrescar el alma

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Información de este libro electrónico

Si usted tiene hambre de Dios, este devocional diario será un banquete de satisfacción y riquezas. Contiene una selección de los mejores escritos de Andrew Murray que han venido a ser un tesoro sobre la oración, juntamente con herramientas sencillas que le ayudarán a tener una relación más cerca con Dios.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 sept 2024
ISBN9781646913886
Andrew Murray: 120 meditaciones para nutrir el espíritu y refrescar el alma
Autor

Andrew Murray

Andrew Murray was born in Graaff Reinet, South Africa. He received his initial education at Aberdeen in Scotland, and remained there until he obtained his master's degree in 1845. From there, he went to the University of Utrecht where he studied theology. He was ordained by the Hague Committee of the Dutch Reformed Church on 9 May 1848 and returned to South Africa. Andrew pastored churches in Bloemfontein, Worcester, Cape Town and Wellington, in South Africa. He was a champion of the South African Revival of 1860, and founded the Africa Evangelical Fellowship. He died on 18 January 1917, four months before his eighty-ninth birthday.

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    Andrew Murray - Andrew Murray

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    Andrew Murray: 120 meditaciones para nutrir el espíritu y refrescar el alma

    ©2024 por Editorial Patmos

    Publicado por Editorial Patmos

    Miramar, FL 33027

    Todos los derechos reservados.

    Publicado originalmente en inglés por Cook Communications Ministries, 4050, Lee Vance View, Colorado Springs, CO 80918, con el título The Best ofAndrew Murray © 2008 por Cook Communications Ministries.

    A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas han sido tomadas de la Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL® NVI® © 1999, 2015, 2022 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.

    ® Reservados todos los derechos en todo el mundo.

    Las citas bíblicas indicadas como «rvr1960» han sido tomadas de la Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso.

    Reina-Valera 1960® es una marca registrada de Sociedades Bíblicas Unidas, y se puede usar solamente bajo licencia.

    Traducido por Rogelio Díaz- Díaz.

    Diseño de portada e interior por Adrián Romano.

    ISBN: 978-1-64691-384-8

    e-ISBN:978-1-64691-388-6

    Categoría: Devocional.

    Nota del Editor: Las selecciones de este libro han sido «modernizadas ligeramente» para el lector actual. Las palabras, las frases y las estructuras de las oraciones se han actualizado por claridad y legibilidad; se han combinado títulos de capítulos nuevos y versículos de las Escrituras con extractos del texto de Andrew Murray. Se ha hecho el esfuerzo de preservar la integridad e intención de los escritos originales de Murray. Se incluye preguntas de reflexión al final de cada lectura para ayudar a la exploración personal y discusión de grupo.

    Llamando a los creyentes a una vida cristiana más profunda e íntima

    Andrew Murray (1828-1917) fue uno de los ministros y escritores más venerados de su tiempo. Pasó su vida llamando a los creyentes a una santidad sin concesiones, a una confianza en el Espíritu Santo y a una relación cada vez más profunda con el Padre celestial.

    El segundo de los cuatro hijos de Andrew, padre, y María Murray, se crió en Graaff-Reinet, Sudáfrica, que en ese entonces era considerado el lugar más remoto del mundo. A la edad de diez años fue enviado a Escocia para seguir su educación formal y después estudió tres años de teología en Holanda. Regresó luego a Sudáfrica para ministrar en reuniones de avivamiento, en trabajo misionero social y educativo y como escritor de textos devocionales.

    El primer pastorado de Murray fue en Bloemfontein, un territorio aislado y despoblado de casi 80.000 kilómetros cuadrados y solo 12.000 habitantes, más allá del río Orange. Sus dones fueron pronto reconocidos y apreciados, y en los años siguientes llegó a convertirse en líder de la Iglesia Reformada Holandesa, y pastoreó varias iglesias grandes e influyentes. Como predicador reunió regularmente inmensas multitudes y llevó a muchos a Cristo. Posteriormente fue utilizado por Dios para liderar un avivamiento que recorrió todo Sudáfrica.

    Pero la vida de Murray no estuvo exenta de penalidades. Soportó la adversidad y la aflicción, las cuales refinaron su fe y le permitieron tener un discernimiento más profundo de la naturaleza de Dios. Cuando joven, una prolongada enfermedad lo dejó frágil y débil. Posteriormente, en la cumbre de su ministerio una severa enfermedad lo obligó a dejar el púlpito por dos años.

    Dios utilizó estas dificultades para moldear más la actitud y el corazón de Murray. Como lo recuerda su hija: «Fue después del período de silencio (de enfermedad) cuando Dios se acercó tanto a mi padre y él vio con mayor claridad el significado de una vida de pleno sometimiento y de una fe sencilla. Comenzó a mostrar en todas sus relaciones esa constante ternura y llana benevolencia y un interés sin egoísmo por los demás que caracterizaron su vida a partir de esos días. Además no perdió nada de su fortaleza y determinación».

    Padre de nueve hijos, Murray y su esposa Emma ministraron a una interminable cantidad de personas que iban y venían por su casa. En 1873 ayudó a establecer el Seminario Hugonote, una institución que capacitó a jovencitas para la labor educativa. También prestó sus servicios como el primer presidente de la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ).

    Fue utilizado poderosamente durante su vida para impulsar avivamiento y movimientos del Espíritu Santo. Su legado de fe continúa vigente hoy a través de sus muchos escritos. En efecto, Murray es considerado uno de los escritores cristianos más iluminados, inspiradores y prolíficos de los últimos siglos. Entre los numerosos libros suyos que han sido más leídos están With Christ in the School of Prayer (Con Cristo en la Escuela de la Oración), Absolute Surrender (Entrega Absoluta), Abide in Christ (Permanezca en Cristo), Waiting on God (Esperando en Dios) y The True Vine (La Vid Verdadera).

    Durante su vida la oración de Andrew Murray fue: «Que no pase ni un solo momento de mi vida fuera de la luz, el amor y el gozo de la presencia de Dios, y ningún momento sin estar completamente rendido a Dios como un vaso suyo que pueda llenar plenamente con su Espíritu y su amor». Pocos negarían que sus oraciones fueron respondidas y que su total dedicación y devoción a Dios siguen siendo una inspiración para los cristianos de todo el mundo.

    Elija vivir como Cristo

    1

    «El que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió». 1Juan 2:6

    Cuando Jesús nos redimió con su sangre y nos presentó al Padre en su justicia, no nos dejó a expensas de nuestra vieja naturaleza para que sirviéramos a Dios como mejor pudiéramos. No, en él habitaba la vida eterna, la vida celestial. Y todo el que vive en Jesús recibe esa misma vida eterna en su santo y celestial poder. De modo que nada puede ser más natural que esperar que la persona que vive en él reciba su vida y ande como él anduvo.

    Esta vida poderosa de Dios no obra como una fuerza ciega que nos impulsa a actuar como Cristo de manera ignorante e involuntaria. Por el contrario, caminar como él debe ser el resultado de una elección deliberada que se ha buscado con anhelo y se ha aceptado con una voluntad activa.

    Cuando Jesús nos llama a vivir en él para que recibamos la vida más abundante, nos señala su vida sobre la tierra y nos dice que nos ha dado esa misma vida para que podamos caminar como él caminó. Como él fue debemos ser nosotros.

    Reflexión: ¿Qué significa, específicamente, «caminar como Cristo diariamente»? ¿Cómo puede usted seguir mejor su ejemplo esta semana?

    No limite a Dios

    2

    «Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros, ¡a él sea la gloria en la iglesia…». Efesios 3:20–21

    Dios puede hacer por nosotros muchísimo más de lo que podemos pedir o imaginar, y aún así estamos en peligro de limitarlo cuando confinamos en nuestros propios pensamientos.

    La gente tiende a ponerle límites al poder de Dios. Cuando Moisés prometió carne en el desierto, dudaron: «¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto? Cuando golpeó la roca, el agua brotó en torrentes; pero, ¿podrá también darnos de comer? ¿Podrá proveerle carne a su pueblo?» (Salmo 78:19-20). No tenían duda de que Dios podía proveer manantiales en el desierto, porque ya lo había hecho. Pero ante la idea de que Dios hiciera algo nuevo, lo limitaron. Sus expectativas no podían elevarse por encima de sus experiencias pasadas o de lo que concebían como posible.

    De igual manera quizá nosotros, por nuestras concepciones de lo posibles, estemos limitando a Dios en cuanto a lo que ha prometido o es capaz de hacer. Tengamos cuidado de no limitar al Santo de Israel en nuestras oraciones. Confiemos en que las promesas de Dios tienen un significado divino más amplio e infinitamente superior al que nosotros les otorgamos. El cumplimiento de ellas puede ser con un poder y una abundancia muy por encima de la idea o la concepción más grande que de ellas tengamos.

    Reflexión: ¿Limita usted a Dios en sus ideas terrenales? ¿Como puede «ensanchar» sus pensamientos en lo que Dios puede hacer?

    Dios mira el corazón

    3

    «Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero». Hebreos 10:22

    En la naturaleza del ser humano el corazón es el poder central. Tal como es el corazón, así es la persona. El deseo y la capacidad de elección, el amor y el odio del corazón prueban lo que ya es ese hombre o mujer y determinan lo que llegará a ser.

    Así como juzgamos la personalidad física por su apariencia exterior, así el corazón nos da la medida del carácter real del ser interior. El ser humano escondido que hay en el corazón es el que Dios mira.

    La verdadera religión es asunto del corazón, es la vida interior. Solamente cuando el corazón enfoca sus deseos en Dios, le expresa su amor y se deleita solo en él, puede un individuo acercarse a Dios. El corazón del ser humano fue expresamente diseñado, creado y dotado con todos los poderes para que pudiera recibir y disfrutar a Dios y su amor. Una persona no puede tener más religión, santidad, amor y salvación que los que tiene en su corazón.

    El corazón sincero alberga verdadera consagración, el espíritu que anhela vivir totalmente para Dios, que gustosamente renuncia a todas las demás cosas a fin de vivir totalmente para él. Y sobre todo, el corazón sincero se entrega a sí mismo como la clave o el secreto de su vida interior.

    Reflexión: ¿Es su corazón sincero y está totalmente rendido a Dios? Si no es así, ¿qué le está impidiendo rendirlo totalmente a él?

    Dios posee los primeros derechos sobre nuestro tiempo

    4

    «¿Así que no han podido velar conmigo una hora?». Mateo 26:40, rvr1960

    ¿Cómo es que algunos cristianos no pueden pasar un cuarto o media hora a solas con Dios y su Palabra? Nos es fácil encontrar suficiente tiempo cuando tenemos que atender una importante reunión o algo que consideramos ventajoso o placentero.

    Nuestro gran Dios, por su maravilloso amor, anhela que pasemos tiempo con él para poder comunicarnos su poder y su gracia. Aún los mismos siervos de Dios, quienes deberían considerar como su privilegio especial pasar mucho tiempo con él en oración, están tan ocupados con su propio trabajo que encuentran poco tiempo para lo que es de total importancia: esperar en Dios para recibir poder de lo alto.

    Querido hijo o hija de Dios: nunca digamos «no tengo tiempo para Dios». Dejemos que el Espíritu Santo nos enseñe que el tiempo más importante de todo el día y el que nos produce el mayor beneficio es el tiempo que pasamos a solas con Dios. La comunión con Dios a través de su Palabra y de la oración es tan indispensable para nosotros como el pan que comemos y el aire que

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