SIN LÍMITES
De amores y pesos
Conducido por el comandante Zamudio, veo a Zulema en el fondo de su celda, con los brazos alrededor de sus piernas y la barbilla reclinada en las rodillas. Acude a la reja. Su cabello rizado le llega a la cintura; parece muy joven para su historia desgarrada. Veintitrés años, cuatro en prisión. Sonríe, curiosa. Recita un verso largo y entona El Jibarito con buena voz.
–La quiero entrevistar –le digo.
Sin despegar los labios dice que sí.
–Grabaríamos la entrevista.
–De acuerdo.
La conversación nos fue aproximando. Hablamos horas, varios días. Zulema fue policía, fue asaltante, fue asaltante-policía, fue cocainómana, conoció el apando, tiene un hijo, Brandon, de seis años. Del resistió hasta que pudo un embarazo de seis meses, anhelosa de una segunda criatura. Me pide libros, poemas. Le llevo a Neruda,
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos