Morena
Feb 10, 2020
3 minutos
A Sergio Aguayo, con mi solidaridad
Desde su resurrección, alrededor del siglo XVIII, no se ha inventado una democracia que funcione sin partidos políticos. Aunque se han ganado a pulso su desprestigio, especialmente en los últimos cuarenta o cincuenta años, no podemos darnos el lujo de soslayarlos. Son, si se quiere, un mal necesario. Tan necesario que en buena medida la fortaleza de un régimen democrático se mide por la solidez de sus partidos.
Bajo este criterio la democracia mexicana resulta asaz endeble. Nuestros partidos políticos están en malas condiciones, unos por inmadurez, otros
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