Alto contraste
Jun 06, 2019
3 minutos
Por: Benjamín Acosta
Después de seis años, deciden que es el momento de presentar un disco doble, cargado de sonoridad diversa y letras directas sobre lo absurdo que agita tanto las aguas de la política como el romance. Eventuales crisis que van del paisaje público al ámbito privado en medio de tonalidades bailables en algunos casos.
A poco más de una década de lo sorpresiva que resultó su primera producción, Vampire Weekend deja como estela aquella marcada influencia africana para continuar explorando y, por primera vez desde su anterior álbum (2013), Koenig se encargó de componer sin las melodías del cofundador Rostam Batmanglij.
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