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Política y elecciones Estados Unidos

No, Kamala Harris no es la nueva Obama

Las esperanzas en Kamala Harris han revivido el optimismo de las campañas de Barack Obama. Sin embargo, la candidata demócrata se parece poco al expresidente, y más bien podría aprender de sus errores. La primera prueba será el debate de esta noche contra Donald Trump.
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Fuente: Gage Skidmore (Flickr)

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“La esperanza está de vuelta”. Más que apoyar a Kamala Harris, Barack y Michelle Obama la señalaron como heredera política en la pasada Convención Nacional Demócrata. La frase resultó bien escogida: en pocas semanas, Harris ha conseguido hacerle frente a Donald Trump en las encuestas para llegar a la presidencia de Estados Unidos. Después de la caída de la popularidad de Joe Biden, su desastroso primer debate contra Trump y la tensión por su insistencia en seguir en la carrera, la llegada Harris ha devuelto el optimismo a las filas demócratas.
Este optimismo y el perfil de la candidata, moderada y de ascendencia india y jamaicana, ha recordado a la ilusionante campaña de Obama en 2008. De hecho, en su equipo hay estrategas del expresidente. Sin embargo, pese a la buena sintonía, Kamala Harris no es la nueva Obama. Carece de su carisma, ya viene marcada por una vicepresidencia impopular y el contexto es muy distinto al de 2008. El rival tampoco es el mismo: el Partido Republicano de John McCain está a años luz de la radicalidad de la fórmula Trump-Vance. Por muy positivo que sea el apoyo de los Obama, Harris no encontrará su éxito en ellos.
Una campaña difícil de igualar
La campaña de Obama para las presidenciales de 2008 fue memorable. Con su icónico “Yes, we can”, el expresidente marcaba una promesa de prosperidad que infundió optimismo a una nación cansada del belicismo y mala prensa de la Administración de George W. Bush. Desde el principio se presentó como el líder carismático que Estados Unidos necesitaba. Era una versión mejorada del Bill Clinton anterior al escándalo por su infidelidad con Monica Lewinsky: joven, divertido y comprometido con mejorar el país. Pero Obama añadía algo más: podía ser primer presidente negro de la historia de Estados Unidos. Para un país que hasta 1964 seguía segregando a la población negra, esa elección ya era un logro en sí mismo.
No obstante, la campaña de Obama iba más allá del carisma. El expresidente apostaba por políticas mu...

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