Rioja Alavesa: la esencia de un vino centenario
Hace tiempo que descubrí Laguardia, capital de la Rioja Alavesa, un pueblo medieval fundado en el siglo X que conserva su trazado y sus murallas. Una verdadera preciosidad. Al acabar el día me gusta pasear sus calles y disfrutar de una copa de vino en sus muchos rincones.
Te trasladan a otra época sus calles empedradas, los edificios históricos, medievales, renacentistas, barrocos y neoclásicos. Pero, si algo me sorprende en todas las visitas que he realizado es ver como cada casa, debajo de ella, tenía su centro de producción de vino.
Laguardia, auténtica cuna histórica del vino
Verás fácilmente en las paredes a ras de suelo rejillas. Su fin era poder ventilar adecuadamente el sótano, o sótanos, porque tienen varios niveles y dónde el vino se producía por decantación.
Laguardia, las lagunas, las viñedos, la sierra, las nubes… #RiojaAlavesa, un lugar para inspirarte. #VisitRiojaAlavesa
📸 by Lorenzo Ugarte pic.twitter.com/45Dwo3G86C
— Rioja Alavesa (@RiojaAlavesa) April 8, 2021
Tal es el nivel de perforaciones que hay debajo de las casas, que cuando empezaron a aparecer los tractores para recoger la uva y llevarlas a cada casa (antes se hacia a espaldas de los jornaleros que la trasladaban andando), prohibieron la entrada en el pueblo por miedo a que se produjera un derrumbe.
Antiguamente ¡había mas de 300 bodegas dentro del pueblo!
Una cata a siete metros bajo tierra
Para ver esta particularidad hay una bodega que se mantiene en activo en una de ellas y que organiza visitas y catas. Es la bodega “El fabulista”. La encontrarás fácilmente.
El pueblo es pequeño. Simplemente, debes reservar una de las horas que tienen para realizar la visita. Es una bonita experiencia que te sumerge en la cultura de un pueblo que ha cultivado la producción del vino desde hace cientos de años.
Cuando entras en ella, vas bajando niveles y, al final del todo, una bodega a 7 metros por debajo de tierra es el lugar donde se realiza la cata. Has vuelto cientos de años atrás, porque todo se mantiene intacto. Con los mismos procedimientos de manera tradicional y artesanal, con el método de maceración carbónica.
Túneles llenos de secretos
El territorio que abarca es pequeño, pero intenso en el cultivo del vino. Desde Laguardia, que se encuentra en alto, es fácil divisarlo por completo. Una extensión de 320 kilómetros cuadrados y 23 núcleos de población. Mires donde mires es una enorme y vasta extensión de viñedos, que en otoño tienen un color que embriaga la vista.
Hay infinidad de bodegas para visitar, y cada una de ellas con su atractivo. Cuando he ido con amigos casi siempre suelo ir a la de Eguren Ugarte. Me encanta el entramado de túneles que tienes por debajo, con una idea muy interesante.
Estos túneles están llenos de celdas, donde puedes comprar vino y te lo guardan en una a tu nombre para que puedas solicitar que te lo envíen cuando quieras. O bien, puedes utilizar alguno de los chocos que tienen en el subsuelo e ir a disfrutar de tus vinos con unos amigos.
¿No es original? Creo que hay más de dos kilómetros de galerías y unas 500 celdas de diferentes tamaños y formatos.
El recorrido es curioso, acabando en una zona más moderna y finalmente una cata, donde puedes elegir diferentes tipos de vino. Pero, yo suelo quedarme además a comer porque en la parte de arriba tienen un asador con un menú degustación, ambiente casero y todo el sabor de la tierra, ¡ah! y elegir tu vino (ahora que has hecho la cata ya puedes elegir el que más te guste).
Un centro temático del vino
Y, por supuesto, no dejes de visitar el museo del vino “Villa Lucía con los 5 sentidos”. Realmente, un centro temático del vino con prestigio internacional. Es una forma de conocer toda la cultura, procesos de producción, herramientas y utensilios… Pero, han dado un paso más allá, introduciendo tecnología digital, incluso una experiencia sensorial en cuatro dimensiones.
Sería injusto no decir que estás al lado de Logroño, y su calle Laurel es otro lugar para perderse o la población del Ciego, con las bodegas del Marqués de Riscal y su maravilloso y singular hotel diseñado por el arquitecto Frank Owen Gehry.
Me encanta esta escapada y con amigos es ideal. El hotel perfecto para estar en el meollo y con una calidad correcta. Villa La Guardia, es la mejor opción sin duda.
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