Chapter Text
—¡A-Xu! Solo una vez, ¿sí? Dilo solo una vez y te dejaré en paz —Wen KeXing dijo, abanicándose mientras caminaban en medio de la gente que pasaba por la carretera.
Zhou ZiShu lo dudaba. Su alma gemela siempre iba a encontrar la forma de molestarlo incluso después de la muerte. Aunque… bueno, en el caso de ambos, la muerte nunca iba a ser una opción.
—¿Por qué importa tanto que te diga eso? —Zhou ZiShu sabía la razón, pero preguntó de todos modos para ahorrarse más tiempo, pues él eventualmente le daría a Wen KeXing lo que quería. Siempre lo hacía.
—¡Porque nunca me das cumplidos! ¿Cómo sabré si me encuentras atractivo si no me lo dices?
—Las acciones hablan más que mil palabras, Lao Wen, y te he demostrado un millón de veces que me atraes.
Ambos se detuvieron en medio de la calle ya que Wen KeXing agarró su muñeca de la nada y la jaló para que lo mirara directamente a los ojos. Zhou ZiShu se arrepintió de haber dicho esas palabras en el momento que vio aquella sonrisa engreída en su rostro.
—Tienes razón en eso, A-Xu. Me lo has demostrado… con tus ojos —invadió el espacio personal de Zhou ZiShu (lo que significaba peligro cuando se trataba de él) y susurró en su oreja—, y con tus manos también.
—Ya para, bastardo sin vergüenza —Zhou ZiShu lo empujó un poco—. Te lo diré si me prometes que vas a comportarte. Ya no estamos en nuestra montaña lejos de la gente, así que no podemos tener este tipo de conversaciones en público.
—¡Pero fuiste tú el que empezó a hablar sobre “acciones”!
—No, fuiste tú el que empezó tratando de que te diera un cumplido.
Wen KeXing suspiró. Ellos siempre estaban tan cerca del otro que Zhou ZiShu ya había olvidado cómo se sentía tener a Wen KeXing a un brazo de distancia, pero sinceramente ya no le importaba.
—Está bien, te prometo que me comportaré. Ni siquiera te tocaré en estos tres días. Después de todo, eso no es nada comparado con la eternidad que tenemos por delante. Los días pasarán rápido.
Parecía que Wen KeXing estaba tratando de convencerse más a sí mismo que a Zhou ZiShu, quien obviamente no le creía. Apenas empezaba la tarde y Wen KeXing ya estaba haciendo promesas que ciertamente no cumpliría al acabar el día.
Zhou ZiShu sonrió de tan solo pensar en su Lao Wen no tocándolo por tres días enteros. Eso ciertamente era imposible, y a él definitivamente no le gustaría eso.
—Pues supongo que es hora de decirte lo que quieres escuchar —aclaró su garganta antes de mirar a su alma gemela—. Lao Wen, eres el hombre más guapo del mundo.
Él lo dijo porque Wen KeXing le pidió que lo dijera, pero esas palabras las dijo con la mayor sinceridad posible. Cuando Wen KeXing le sonrió, satisfecho con lo que acababa de escuchar, el corazón de Zhou ZiShu empezó a latir como loco. Miró a su alma gemela, cuya belleza seguía siendo tan deslumbrante desde la primera vez que se conocieron, o tal vez era más deslumbrante aún desde que se convirtieron en inmortales. Zhou ZiShu a veces trataba de recordar cómo Wen KeXing se veía con el cabello negro, pero también amaba demasiado su cabello blanco.
Los ojos de Wen KeXing seguían rebosando de amor y de vida aun después de tantos años. En aquel entonces, ellos eran jóvenes quebrantados que deseaban con desesperación a alguien que pudiera brindarles calidez en sus vidas. Wen KeXing nunca había dejado de mirarlo como si él fuera su todo, y Zhou ZiShu seguía enamorándose más y más de él con el pasar de los días.
Estaba tan perdido en sus pensamientos que le tomó un momento percatarse de que Wen KeXing había dejado de sonreír y ahora estaba haciendo un puchero.
—¿Qué ocurre? ¿No es eso lo que querías escuchar?
—Sí, pero te obligué a decirlo. ¿Cómo sabré si estás siendo sincero conmigo?
—Lao Wen… ¿en serio estás tan inseguro contigo mismo? ¿estás inseguro sobre mis sentimientos por ti?
—No, sé que soy muy apuesto —Wen KeXing le sonrió—. Y tú una vez me dijiste que mi rostro era muy sobresaliente, así que sé que te ha atraído mi belleza desde hace mucho tiempo.
—Si lo sabes, ¿por qué me estás obligando a decírtelo?
—Porque es música para mis oídos- ¡Oye! ¡A-Xu! ¿A dónde vas? ¡Espérame!
Wen KeXing lo alcanzó al instante. Ambos estaban tan cerca del otro que parecían uno.
—Prometiste no molestarme ni tocarme —Zhou ZiShu le recordó con una sonrisa—. Ya veremos si podrás cumplir con tu palabra.
—Aunque no lo creas, soy capaz de mantener mis manos quietas. Eres tú el que me preocupa. ¿Podrás sobrevivir tres días sin mis besitos? Son muy adictivos y nadie sabe eso mejor que tú.
Eso era desafortunadamente cierto, pero Zhou ZiShu no tenía la intención de darle a Wen KeXing la satisfacción de afirmárselo en voz alta, aunque probablemente su sonrisa terminó delatándolo. Después de todo, su alma gemela era tan descarada que no podía evitar sonreír.
—Pero… si recuerdo bien, fuiste tú el que hizo la promesa, yo no. Puedo robar uno, dos o tres de esos preciados besos tuyos si así lo deseo —le dijo, deleitándose al ver cómo Wen KeXing pasó de verse sorprendido a curioso al instante. Era tan fácil coquetear con él—. Pero no sé si al final lo haga. Después de todo, soy mucho más paciente que tú, Lao Wen.
—Eres tan cruel —Wen KeXing murmuró.
Ambos se miraron antes de echarse a reír. Estaban tan entretenidos con la conversación que por poco se pasaban la posada donde iban a quedarse las próximas tres noches. Mirando la posada tan familiar para ellos, Wen KeXing sonrió. Era una sonrisa hermosa y pequeña, una sonrisa que solo le mostraba a su alma gemela y al pequeño discípulo que ya era un adulto completo.
—¿Recuerdas cuando nos quedamos aquí con ChengLing una vez? —Wen KeXing vociferó lo que Zhou ZiShu estaba pensando—Ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero el lugar sigue viéndose igual.
—¿Sabes qué es bueno para la nostalgia? Comida y vino. Reservemos una habitación y luego busquemos algo de comer.
Wen KeXing asintió, agradecido con Zhou ZiShu por siempre estar ahí para él. Entraron a la posada y rápidamente encontraron al dueño del lugar. Sin embargo, terminaron decepcionados al saber que todas las habitaciones habían sido reservadas.
—No podemos desperdiciar un día entero buscando otro sitio. Si nos deja una habitación, le pagaremos el doble del precio, pero por favor permítanos quedarnos aquí —Wen KeXing insistió.
Zhou ZiShu entendió su desesperación. No tan solo tenían un tiempo limitado, sino que necesitaban un sitio cómodo, cálido y acomodado donde pudieran descansar y olvidar durante tres días el frío invernal de las montañas.
—Lo siento mucho, pero no puedo hacer nada al respecto —el dueño les dijo—. Esos dos caballeros fueron los que reservaron todas las habitaciones para ellos y sus discípulos. ¿Por qué no intentan hablar con ellos a ver si les dejan una habitación?
Señaló a los dos hombres sentados en el salón principal de la posada. Antes de que Zhou ZiShu pudiera decir algo, Wen KeXing ya estaba caminando hacia ellos para hablarles. No le quedó otra opción más que seguir a su alma gemela.
Mientras se acercaban a la mesa, Zhou ZiShu logró ver mejor a los dos caballeros. Ambos usaban túnicas con colores completamente opuestos: uno estaba vestido completamente de negro con uno que otro accesorio rojo, mientras que el otro estaba usando una túnica completamente blanca con azul muy claro. El primer hombre estaba explicando algo con pura pasión, mientras que el otro parecía escucharlo con toda su atención. Zhou ZiShu juró haber visto una pequeña sonrisa en sus labios, pero era tan imperceptible que probablemente era imaginación suya.
—Buenas tardes, caballeros —Wen KeXing los saludó, interrumpiendo al hombre que estaba hablando—. Me llamo Wen KeXing, y este es Zhou ZiShu. Somos viajeros inmortales de un lugar muy lejano y fuera del alcance de los humanos.
El hombre con túnicas claras los miró atentamente. Él ciertamente debió haber sonreído antes porque ahora estaba mirándolos con una cara muy seria. Era tan serio que Zhou ZiShu ya estaba esperando que sacara su espada para atacarlos.
Por otro lado, el hombre de negro por poco se ahogó con su té cuando escuchó a Wen KeXing usar la palabra “inmortal”.
—¿Fuera del alcance de los humanos? —preguntó, tratando de entender lo que quería decir—¿Vienen de los cielos acaso? ¿Viven en las nubes?
Zhou ZiShu no sabía si el hombre se estaba burlando o si estaba preguntando porque estaba genuinamente curioso.
—Algo así —Wen KeXing dijo, encogiéndose de hombros.
—Necesitamos una habitación —Zhou ZiShu añadió de inmediato antes de que la conversación se tornara más extraña de lo que ya era—. Nos informaron que ustedes reservaron todas las habitaciones de la posada y nos preguntábamos si por favor podrían dejarnos una habitación.
—No creo que sea un problema —el hombre de negro respondió, mirando a su compañero para obtener una confirmación de su parte. El hombre de blanco ni siquiera parpadeó, pero, de alguna manera, el hombre de negro lo entendió y se giró hacia ellos con una sonrisa—No quiero que los discípulos se peleen por eso así que les daré mi habitación. No necesitamos dos habitaciones de todos modos, ¿verdad, Lan Zhan?
Tal vez fue el efecto de la luz que venía de la ventana o algo así, pero Wen KeXing y Zhou ZiShu juraron ver un rubor en las orejas del hombre de blanco. Los dos se quedaron mirando por un momento para corroborar que vieron lo mismo antes de enfocarse nuevamente en los dos caballeros.
—Gracias. Estamos muy agradecidos —Wen KeXing dijo, inclinándose un poco ante ellos en forma de agradecimiento.
—Pueden agradecernos apropiadamente si nos cuentan todo sobre la inmortalidad esa de ustedes. ¿Por qué no hablamos durante la cena? —el hombre de negro se levantó para saludarlos—Soy Wei WuXian, por cierto, y este es Lan WangJi.
—La cena estará en nuestra cuenta —Lan WangJi dijo, levantándose para saludarlos apropiadamente.
Luego de que charlaran un poco y se enteraran de que los dos hombres también habían llegado hoy a la ciudad y que Wei WuXian ni siquiera había tenido la oportunidad de ir al piso de arriba, Zhou ZiShu y Wen KeXing se excusaron, estableciendo que iban a su habitación para descansar.
—Es el destino, A-Xu —Wen KeXing dijo mientras subían las escaleras—. El destino era conocer a esos dos.
Zhou ZiShu no escondió su curiosidad, pues preguntó—: ¿Qué te hace pensar eso?
—Ellos me recuerdan a nosotros. Es obvio que son zhiji y que están enamorados. Confirmaré mis teorías durante la cena.
—¿Cómo puedes estar seguro de que son zhiji y que están enamorados? Solo estuvimos cinco minutos hablando con ellos.
—Y esos cinco minutos fueron suficientes para llegar a esas conclusiones. ¡La química entre ellos es obvia! Hasta el hombre más ciego notaría lo enamorados que están. Ay, A-Xu, a veces eres tan anti-romántico.
En otras circunstancias, Zhou ZiShu le hubiera mostrado a Wen KeXing lo romántico que podría llegar a ser, y estaba seguro de que eso era exactamente lo que Wen KeXing estaba esperando. Sin embargo, como el buen zhiji que era, Zhou ZiShu no planeaba hacérsela difícil a Wen KeXing, quien de por sí no podía tocar a Zhou ZiShu por la promesa que hizo.
Ambos pudieron sobrevivir todo el día sin tocarse, pero Zhou ZiShu sabía que tarde o temprano terminaría dudando hasta de su propio autocontrol.
Les tomó dos horas conocer las historias de cada uno.
—¿Estuviste dieciséis años muerto y luego regresaste en el cuerpo de alguien más? —Wen KeXing sacudió su cabeza, como si no pudiera creer lo que acababa de escuchar—Y yo que pensé que ya había escuchado de todo en mi vida, y aun así aquí estoy, escuchando la cosa más loca de todas.
—Lo dice el hombre que solía ser el líder de fantasmas, que fingió su muerte, que luego por poco muere de verdad y que ahora es un inmortal—Wei WuXian dijo.
—Es difícil asimilar toda esta información estando sobrio —Zhou ZiShu concluyó, levantándose de su asiento para comprar más licor.
—A él no le gusta hablar sobre cómo nos convertimos en inmortales —Wen KeXing admitió, mirando a su alma gemela hasta que esta desapareció de su vista.
—Él pensó que habías muerto por él —Lan WangJi dijo con una voz tan suave que Wei WuXian tuvo que girarse para mirarlo—. Esos minutos que estuviste casi muerto debieron haber sido los peores minutos de su vida.
Wen KeXing se quedó callado al escuchar esas palabras que guardaban tanta verdad, pero Wei WuXian estaba demasiado ocupado viendo si había alguna emoción visible en el rostro de Lan WangJi. Se quedó mirando a Lan WangJi, preguntándose una vez más cómo diablos pudo sobrevivir dieciséis años sin su zhiji. Su situación fue mucho peor que la de Zhou ZiShu, pues, aunque este perdió a su alma gemela en dos ocasiones, Wen KeXing regresó a él lo más pronto posible, mientras que Lan WangJi tuvo que vivir muchos años sin su otra mitad.
Lan WangJi nunca quiso hablar mucho sobre eso, así que Wei WuXian solo podía imaginarse lo difícil que debió haber sido. Lan WangJi también se había culpado por lo que le pasó, así que esos dieciséis años no debieron haber sido nada de fácil para él. Wei WuXian sabía que, si hubiera sido él el que hubiera perdido a Lan WangJi, no hubiera sido capaz de soportarlo. Él hubiera acabado con su propia vida, así como Zhou ZiShu por poco acababa con la suya cuando creyó que Wen KeXing había muerto.
Zhou ZiShu llegó, notando que todos estaban callados, pero no dijo nada al respecto, sino que puso la jarra de licor en medio de la mesa para que todos tomaran, incluyendo a Lan WangJi.
—Oh, no, no, Lan Zhan no toma —Wei WuXian habló demasiado alto y rápido antes de tomar la taza de Lan WangJi y tomárselo todo de una.
—¿Por qué te privas de este placer? —Zhou ZiShu le preguntó a Lan WangJi.
Wen KeXing también lo miró con curiosidad.
—No es bueno para mí —Lan WangJi respondió tan seriamente que Wei WuXian no pudo evitar reírse.
—Su tolerancia al alcohol es tan poquita que podría dormirse en la primera copa —añadió—, y luego cuando se despierta se pone impredecible.
—Interesante —Wen KeXing comentó mientras tomaba un sorbo de su vino.
Wei WuXian no lo conocía bien, pero estas pocas horas sirvieron para saber que Wen KeXing era una persona traviesa. Por alguna razón, Wen KeXing le recordaba a él mismo, lo que significaba que ambos podrían terminar siendo amigos o enemigos. Wei WuXian aún no sabía si le caía bien o mal.
—Volviendo a la historia de ustedes —Wei WuXian empezó a decir—, dijeron que solo pueden salir de la montaña una vez al año, ¿correcto?
—Eso es correcto —Zhou ZiShu asintió—. Cuando recién nos convertimos en inmortales, empezamos a poner a prueba nuestras limitaciones y descubrimos que solo podíamos estar tres días fuera de la montaña.
—¿Qué pasaría después de los tres días? —Lan WangJi preguntó.
—Empezaríamos a sentir un dolor horrible —Wen KeXing explicó—. Una vez lo intentamos y por poco no llegamos a las montañas por el dolor tan malo que sentimos. Nuestra teoría es que, cuando nos vamos de las montañas, perdemos nuestra inmortalidad y el dolor que infligimos en nuestros cuerpos previo a la inmortalidad se manifiesta de inmediato al punto de casi matarnos.
—Así que es posible que mueran —Wei WuXian dijo.
—Si nos quedamos mucho tiempo lejos, sí —Zhou ZiShu le acercó a Wen KeXing el tazón de uvas al notar que este estaba tratando de coger una—. Aún no estamos listos para morir, así que siempre nos aseguramos de regresar a casa a tiempo.
—¿Llamas ese sitio “casa”? Parece más una prisión que una casa. Debe de hacer un frío horrible allá arriba y por encima de eso, está muy lejos de la civilización.
—Las personas pueden visitarnos. Cada año tenemos discípulos nuevos a quienes les compartimos nuestras habilidades y conocimiento. También nos mantienen al tanto de lo que está pasando en el mundo e incluso nos traen todo lo que queremos. Técnicamente ya no necesitamos comida para sobrevivir, pero nunca le decimos que “no” al buen vino.
Wen KeXing estaba asintiendo a todo lo que Zhou ZiShu decía, y cuando su alma gemela terminó de hablar, añadió—Además, nos tenemos el uno al otro y eso es suficiente para nosotros.
Ambos sonreían mientras se miraban, y las sonrisas eran tan brillantes que Wei WuXian no pudo evitar sonreír también. Giró su cabeza para mirar a Lan WangJi, y jadeó cuando se dio cuenta de que su zhiji ya lo estaba mirando con una pequeña sonrisa en sus labios.
Wei WuXian no pudo evitar pensar en el primer beso que se dieron.
—Wei Ying.
Él siempre reconocería esa voz donde sea aun cuando olvidara todo lo demás. Esa voz era lo único que podía hacer que su corazón dejara de latir, que el mundo dejara de dar vueltas y que dejara de tocar su flauta. Se dio la vuelta.
Todo estaba en silencio, y hasta el viento estaba tranquilo. Parecía que toda la naturaleza esperaba con anticipación lo que estaba a punto de suceder. Al principio, Wei WuXian pensó que lo que había escuchado había sido su imaginación. Aún no estaba listo para dejar ir a Lan WangJi, y tal vez era por eso que estaba imaginándose actualmente a Lan WangJi parado a unos pies de distancia suya.
Pero él se veía demasiado real. Sus túnicas claras se veían reales. Su larga cabellera negra se veía real. Aquella pequeña sonrisa se veía real, la sonrisa que Wei WuXian no veía muy a menudo pero que atesoraba más que cualquier otra cosa, la sonrisa que quería ver cuando se sintiera triste, la sonrisa que amaría memorizar para tenerla gravada en su memoria para siempre.
La sonrisa del único hombre que realmente importaba.
Fue en este momento, que Wei WuXian entendió cuatro cosas:
Primero: Amaba a su Lan Zhan como nunca había amado a otra persona.
Segundo: No estaba imaginándose cosas. Lan WangJi realmente estaba parado ahí, viéndose tan bello como siempre.
Tercero: Lan WangJi tampoco estaba listo para dejarlo ir.
¿Por qué deberían estar listos para eso, cuando simplemente podían estar juntos? No tenía sentido que se separaran, y esa fue la cuarta cosa que Wei WuXian entendió al ver la brillante sonrisa de su alma gemela, las lágrimas brotando de sus ojos y su expresión tan llena de alivio.
No se dio cuenta de quién tomó el primer paso. Lo único que sabía era que estaba corriendo tan rápido como pudo hasta que finalmente se encontró a Lan WangJi a mitad de camino. Tampoco se dio cuenta de quién inició el tan esperado beso entre ambos.
Lan WangJi acunó las mejillas de Wei WuXian antes de que sus labios se tocaran. Si el mundo dejaba de existir mañana, a Wei WuXian no le importaría, pues actualmente tenía el hoy y el ahora, con la satisfactoria sensación del cuerpo de Lan WangJi contra el suyo y con el dulce sabor de los labios de Lan WangJi en los suyos.
Los años de tanto deseo, añoranza, anhelo y angustia terminaron acumulándose en este beso tan apasionado que podría llevarlo al colapso si no fuera por el hecho de que Lan WangJi lo estaba sosteniendo. Wei WuXian colocó sus brazos alrededor de la cintura de Lan WangJi y abrió más su boca, permitiendo que las lenguas exploraran más y más. Estaba listo para perderse en este beso al punto de que no hubiera salvación para él.
¿Cómo pudo haber vivido tanto tiempo sin la abrumadora y vertiginosa sensación de los labios de Lan WangJi contra los suyos?
Cuando se separaron, Wei WuXian estaba listo para quejarse, pero Lan WangJi simplemente acunó su cabeza para abrazarlo. Se sentía tan cómodo que Wei WuXian por poco se derretía en los brazos de Lan WangJi. Wei WuXian le devolvió el abrazo con el mismo fervor mientras apoyaba su mentón en el hombro de Lan WangJi. Wei WuXian deseaba ver el rostro ruborizado de su alma gemela.
Estaba agradecido de tenerlo tan cerca de él.
—Lan Zhan —susurró con voz ronca.
Todo se sentía como un sueño del cual nunca quería despertarse.
—Wei Ying —Lan WangJi respondió tan de inmediato que Wei WuXian casi no lo escuchaba.
Se quedaron ahí parados por un tiempo, abrazándose en silencio. No tenían que decirse nada más, pues ese beso y la forma en la que llamaron sus nombres tan amorosamente fue confesión suficientemente para ambos.
Sabían que nunca más se apartarían del otro.
Wei WuXian parpadeó varias veces, tratando de no pensar más en eso. Este no era el tiempo ni mucho menos el lugar para estar pensando en el beso que Lan WangJi y él se dieron. Habían pasado varios meses desde el primer beso, y ciertamente ya se habían besado muchas veces desde entonces. Aun así, Wei WuXian no podía evitar sonrojarse ni tampoco podía evitar que su corazón dejara de latir al pensar en ese hermoso recuerdo.
No había cambiado muchas cosas entre ellos. Ahora se besaban y se tomaban de las manos de vez en cuando, pero Lan WangJi se mantenía muy discreto expresando su atracción hacia Wei WuXian. Siempre era Wei WuXian el que iniciaba todo el contacto físico y aunque a veces deseaba que Lan WangJi lo sorprendiera con un beso, sabía que no era muy probable que pasara y hasta estaba agradecido por eso, pues sabía que no iba a sobrevivir si Lan WangJi se ponía tan pasional con él. Todavía estaba acostumbrándose a esta nueva intimidad entre ellos después de todo.
—¿En qué estás pensando? —Wen KeXing le preguntó, mirándolo con suspicacia.
Ya era tiempo de volver en sí.
Wei WuXian empezó a reírse—¡En conejos! —dijo lo primero que se le vino a la mente—¿Les gustan los conejos?
No tenía que mirar a su alma gemela para saber que Lan WangJi estaba curioso por conocer las respuestas de sus nuevos amigos.
—… ¿sí? —Wen KeXing estaba un poco desconcertado por la pregunta—Saben muy bien. A-Xu, ¿recuerdas que esa fue nuestra comida cuando finalmente me mostraste tu verdadera apariencia? Me costó cazarlos para los dos.
Sintiendo un gran pesar, Wei WuXian extendió su mano para acariciar el hombro de su zhiji. El rostro horrorizado de Lan WangJi era suficiente para saber cómo se sentía.
Ya era de noche, pero Wei WuXian y Zhou ZiShu estaban sentados en una de las bancas de afuera, inmersos en la conversación.
Lan WangJi se había ido para verificar cómo estaban los discípulos que estuvieron todo el día en la ciudad y que apenas acababan de llegar una hora atrás. Sobre Wen KeXing… bueno, Wei WuXian estaba tan borracho que no recordaba lo que había sucedido con ese hombre. Al menos recordaba su existencia, pero eso era porque Zhou ZiShu no paraba de hablar de él.
—¡Él lucha con un abanico! —Zhou ZiShu se rio—¿No es lo más ridículo que has escuchado? Él es tan ridículo.
—Quisiera ver eso —Wei WuXian dijo, tomando su copa de vino hasta el fondo.
—Lao Wen es un gran artista marcial. Él lucha con una gracia que es imposible dejar de mirarlo. Es fascinante.
—¿Podría rivalizar a mi Lan Zhan? No lo creo —dijo Wei WuXian, sintiendo unas ganas inmensas de alabar a su zhiji—. Él es el mejor en todo lo que hace. Es más, estoy seguro de que también sería capaz de luchar con un abanico en mano. Dale uno.
—No tengo un abanico, y Lan WangJi ni siquiera está aquí. ¿No es este el mejor vino que has tomado?
Zhou ZiShu empezó a abrazar la jarra de licor. Él era muy raro, o tal vez Wei WuXian era el raro. Sinceramente no importaba. Los dos eran unos raritos.
—¡Ah! —exclamó Wei WuXian—Me gusta mucho el cabello de Wen KeXing. Es blanco.
—Sí, me di cuenta. Su cabello solía ser negro. Él siempre ha sido una belleza.
—¿Más bello que mi Lan Zhan? No lo creo.
De la nada sintió algo en su hombro y entonces se dio cuenta de que Zhou ZiShu le había dado un golpecito.
—No estamos compitiendo por quién es mejor. Hablando de ellos, ¿dónde están?
—Ni idea. ¿Verdad que se siente raro no tenerlos cerca? —dijo Wei WuXian.
Zhou ZiShu asintió y se quedó en silencio por un momento mientras se tomaba lo que quedaba del vino. Era la primera vez que Wei WuXian conocía a alguien que pudiera aguantar el alcohol tan bien como él, pero también tenía que admitir que ambos se exageraron y bebieron más de la cuenta.
—Sí. Lao Wen me ha estado siguiendo desde que nos conocimos. Al principio pensaba que era un lunático y quería que me dejara en paz, pero ahora, cuando se va aunque sea por un minuto, siento como si estuviera perdiendo una gran parte de mí.
—Entiendo el sentimiento. Hace varios meses, Lan Zhan y yo intentamos seguir por caminos separados, pero no funcionó. Estamos destinados a estar juntos.
—Ustedes dos son muy diferentes. Él es tan tranquilo y elegante, y tú eres… tú.
Wei WuXian sonrió en respuesta. Él no lo dijo como si fuera una ofensa, más bien como si estuviera estipulando un hecho, y Wei WuXian tenía que admitir que Zhou ZiShu tenía razón.
—Supongo que él es la persona que brinda paz en esta vida que, para mí, ha estado llena de tragedias y opiniones falsas en mi contra. Él es la única persona que puede calmarme y yo en parte soy la única persona que lo ayuda a sentirse libre, sin reglas y sin expectativas. Cuando él está conmigo puede ser quien quiera que sea. Lo hago sonreír y eso para mí es mi mayor logro.
Zhou ZiShu sonrió, y cuando estaba a punto de abrir su boca para hablar, su alma gemela llegó de la nada.
—¡A-Xu! —Wen KeXing corrió hacia ello—¡Wei WuXian!
—Lao Wen —Zhou ZiShu se levantó, pero lo hizo tan rápido que se mareó y se tambaleó.
Wei WuXian empezó a reírse al verlo tan borracho. Wen KeXing reaccionó y lo agarró por la cintura, pero a último momento cambió de opinión y tomó dos pasos hacia atrás.
—Maldita promesa —Wen KeXing murmuró para sí antes de mirar a los otros dos—. ¿Cuánto bebieron ustedes dos?
—Podemos contar —Wei WuXian empezó a recoger las jarras del piso, pero el movimiento fue tan repentino que tuvo que sentarse de nuevo. Zhou ZiShu se sentó con él.
—Así que soy el único sobrio aquí, genial. ¿Qué mal hice yo? Esto es mucha responsabilidad para mí, A-Xu, sabes que no puedo manejarlo.
—No causaremos problemas, somos chicos buenos —Wei WuXian puso su brazo alrededor de los hombros de Zhou ZiShu. Si las miradas mataran, Wei WuXian estaba seguro de que terminaría muerto por la expresión asesina de Wen KeXing—. Y si terminamos causando problemas, Lan Zhan te ayudará con todo. ¿Lo has visto?
La irritación y los celos que se veían en la cara de Wen KeXing hace un momento cambiaron de la nada. Ahora se veía un poco incierto y hasta arrepentido.
Wei WuXian tenía un mal presentimiento, así que soltó a Zhou ZiShu y se enderezó del asiento de inmediato.
—Sobre eso… —Wen KeXing evitó mirarlo.
Zhou ZiShu lo miró con recelo, sabiendo muy bien cómo era su alma gemela—Lao Wen, ¿qué le hiciste a Lan WangJi?
Wei WuXian se puso sobrio al instante cuando Wen KeXing reveló la verdad.
—Yo… intercambié su té por alcohol y… —empezó a titubear.
—¿Y? —Wei WuXian se levantó y agarró a Wen KeXing por los hombros para sacudirlo—¡¿Y qué más?!
—…Terminé perdiendo a Lan WangJi de vista. No sé dónde está.