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Quien dice ser

Summary:

Sonic solo quisiera haberse quedado en casa por una vez en su vida. No por nada malo...al menos, nada que que pusiera en peligro su vida.

Práctica de escritura

Notes:

Bueno, en efecto, funciona lo de los anónimos. Ahora que lo he probado, me guardaré el dato para obras futuras de otros shipps sin duda.

Esto es un omegaverse pero es muy sutil. No hay ni celo, ni +18. Dejo la notita antes de todo

(See the end of the work for more notes.)

Work Text:

Sonic estaba ansioso. Bueno, técnicamente casi siempre lo estaba debido a que era la cosa viva más rápida del planeta. Sin embargo, ahora estaba a punto de entrar en pánico.

Para poner un poco de contexto es necesario contar los sucesos de hace unos días. Rouge les solicitó su ayuda para asistir a Shadow en Mistwood Island, una nueva isla alejada de Green Hill que apareció recientemente, caracterizada por la presencia de su densa niebla. A simple vista, eso no sería un problema: Tails tomaría el Tornado, irían a Mistwood para resolver lo que fuera que estuviera pasando y regresarían la noche siguiente.

Bueno, no fue así.

Cuando sobrevolaban la isla, el clima no estuvo a su favor al impactar un rayo en el ala del Tornado, causando que Sonic cayera al vacío mientras Tails trataba de recuperar el control de la nave. Antes de darse cuenta, Sonic se encontraba perdido en las tierras de niebla sin saber a dónde correr y con un estómago que exigía alimentos.

—¿Cuándo piensas levantarte?

El héroe entrecerró los ojos irritado al escuchar esa voz que en otras ocasiones hacía palpitar su corazón a mil, mas ahora estaba a nada de decirle que mejor siguiera su rumbo solo. Shadow sabía cómo meterse debajo de sus púas en situaciones como esta.

Al parecer, el agente estuvo siguiendo la pista de uno de los laboratorios del Doctor Eggman en ese sitio, pero al llegar perdió comunicación con Rouge debido a las interferencias de la niebla. Cuando se encontró con Sonic, formaron una especie de alianza en búsqueda de la salida.

Pensar que llevo cuatro días a su lado y cada vez se vuelve más insoportable —pensó molesto, intentando levantarse del suelo a pesar de sus doloridos huesos, efectos secundarios de tomar supresores sin una buena alimentación.

Siendo sincero, nunca en su vida, ni en las peores derrotas, se había sentido tan mal físicamente como ahora por culpa de eso.

Para empeorar las cosas solo me queda una pastilla de las seis que trae el paquete... —Suspiró frustrado en su cabeza, mirando a Shadow que lucía igual de enfadado que siempre mientras emitía sus feromonas de alfa

Si no fuera porque Sonic tomaba sus supresores de género, estrictamente controlado, hace mucho hubiera vomitado lo poco de su desayuno por culpa del olor del azabache: un aroma agrio y podrido, que alertaba a sus contrincantes de la clara amenaza que representaba.

Decidió aligerar el ambiente tomando una gran bocanada de aire para después dejar que una sonrisa animada adornara su rostro, empezando a continuar su recorrido por la zona boscosa y blanquecina con cuidado de no perder al contrario.

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—Cuando en el futuro me preguntes por qué no quiero formar equipo contigo, quiero que recuerdes este momento —gruñó Shadow desde la pared donde estaba apoyado, ambos en celdas separadas.

El azul sonrió en forma de disculpa, aunque sabía que el antihéroe no podía verle dado que se se encontraba sentado de espaldas a él, apretándose el abdomen con fuerza en un intento de calmar el dolor que se estaba manifestando con fuerza en esa zona.

Recordaba poco de lo ocurrido antes de terminar encerrados. Sabía que Shadow y él encontraron una máquina de niebla que al destruir disipó la presencia de la misma en cierta zona de la isla. Al parecer, la razón por la cual Mistwood Island estaba envuelta en niebla era porque todo el lugar estaba siendo utilizada como base del doctor. Después de eso, fueron emboscados por una horda de robots, más lo demás se sintió borroso al caer inconsciente por la falta de energía, el dolor de cabeza y el malestar general que tenía en ese momento. Recordaba escuchar su nombre salir de la boca del agente con angustia justo cuando todo se volvió negro.

Sea lo que sea que haya pasado después, cuando abrió los ojos se encontraban en esas celdas separadas y con el aura asesina de Shadow dirigida hacia él.

Quería vomitar y las feromonas del erizo ébano no ayudaban.

—¡Bueno, bueno! ¿Pero qué tenemos aquí? Dos ratas en su jaula.— Sonic movió ligeramente la cabeza para ver a Eggman parado delante de su celda con una sonrisa victoriosa en su rostro.

Si no fuera por el dolor agudo que sintió en su abdomen en ese momento, habría podido responder con brillantez. En cambio, soltó un gruñido que sonaba más a un gemido de dolor.

Eggman notó esto y se rió en voz alta.

—¿Quién diría que el gran Sonic The Hedgehog sería vencido por sus pastillas de género? Oh, cierto, ¡yo! JOJOJOJOJO —siguió riéndose en voz alta antes de volver a su neutralidad y lanzarle un paquete a su lado, sorprendiéndole al ver que eran supresores.— Tómalo como obsequio, no saldrán de estas celdas en mucho tiempo y me da que los necesitarás. JOJOJOJO.

Con eso, el genio del mal se fue de la habitación celebrando que era momento de fundar Eggmaland, dejándolos solos.

—¿Qué fue todo eso? —era inevitable que después de ese espectáculo, Shadow hiciera esa pregunta.

El héroe pensó un poco en qué responderle. Es decir, para nadie era una sorpresa que era un Omega; si bien nunca se dejaba dominar por su segundo género, salvo en temporadas de celo, era un dato que salió a la luz en el momento en que Eggman obtuvo sus datos para crear a Metal Sonic años atrás.

Incluso cuando conoció a Shadow, este ya había sido informado del género de Sonic. Afortunadamente, sus supresores de olor y hormonales, más su propia fuerza de voluntad, eran suficientes para que eso no le afectara.

"Eres un Omega, no puedes hacer nada contra mí, Erizo." Un recuerdo de aquel momento vino a su memoria.

"¿Oh, Eggman te dijo? Eso no cambia nada. Este Omega te demostrará quién es el más rápido."

¿Lo bien que se sintió callar la boca a Shadow desde sus primeros encuentros? Los pequeños placeres del Omega que no dejaba que ningún alfa, sea Shadow, Knuckles, Jet o cualquier otro, le llamara débil por ser quien era.

Responde

Sonic jadeó abriendo los ojos con terror. Eso era...

Mis supresores están teniendo efectos secundarios sobre mí por las tomas irregulares. —No podía controlar sus palabras y eso le alarmó. NUNCA la voz de mando de ningún alfa había tenido efecto sobre él si no quería.— No ayuda tenerte liberando feromonas amenazadoras alfa durante cuatro días.

Silencio.

Ahora mismo, quería que la tierra le tragase... Merlina, Shara, algún brujo de los libros que le llamara para desaparecer. En otra oportunidad, su fuerza de voluntad hubiera evitado eso, pero ahora los efectos de su medicación no le ayudaban.

Estiró el brazo para agarrar los supresores que le tiró Eggman. Necesitaba controlar su lado Omega.

Deja eso— El menor abrió los ojos en pánico al ver que su mano no obedecía, dejando los supresores en el piso.

Gimió angustiado.

—¡Deja de aprovecharte! —A pesar de todo el dolor que estaba sintiendo, se volteó y levantó para encarar al alfa.

Todo daba vueltas, pero aún pudo ver en el semblante de Shadow una expresión que nunca había visto en su rostro y que no supo descifrar. Su nariz también notó que las feromonas de este disminuyeron de intensidad en el aire, volviéndolo más fresco.

—No sabes qué es lo que te dio el Doctor, sé razonable. —Sonic se sorprendió por el tono sereno que estaba usando su contraparte.— Y en dado caso que fueran supresores, si dices que estás así por tomarlos irregularmente, lo mejor es que te esperes a salir antes de seguir consumiéndolos.

Igual, desde su opinión, esa no era la mejor solución a esto.

—Te recuerdo que soy un OMEGA, Shadow. —Dijo entre dientes, molesto. Para el erizo de ébano era muy fácil decirle qué hacer porque era ajeno a su situación.

El otro alzó una ceja con una pizca de diversión en sus ojos rubíes .— ¿Pensé que ser un Omega no cambiaba nada?

Esas palabras fueron como recibir un disparo directo dado que era la frase que siempre usaba para aquellos que intentaran subestimarlo por su segundo género... Igual que siempre, él era el primero en ser el que más se juzgaba por ser un Omega; ahora Shadow usaba sus palabras contra él de forma cruel.

Respiró hondo, agradecido de que las feromonas de Shadow no le estuvieran afectando como antes. Un segundo de calma que se rompió al caer en cuenta de algo: Las feromonas de Shadow.

¡Se olvidó por completo!

Tengo que tomarme los supresores —pensó para sí, viendo el paquete en el suelo.

Le dio otra vez la espalda al erizo y se sentó. Esperaría que dejara de observarle para tomarse un supresor antes de que perdiera efecto el último en su sistema.

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Pasaron horas en silencio. Su cabeza se sintió mejor, aunque el abdomen seguía doliéndole como el infierno. Aún así, volteó levemente la cabeza para ver cómo Shadow tenía los ojos cerrados, recostado contra la pared, sentado.

Es mi oportunidad —pensó, gateando en silencio hasta los supresores alejados en el suelo. Con mucho cuidado, intentó sacar una pastilla de ese paquete.

Te dije que dejaras eso

Sonic gimió, soltando el paquete y cayendo al suelo en un acto de sumisión.

Maldita seas, Shadow —maldijo mentalmente cuando el olor a feromonas de alfa volvió a inundar sus fosas nasales, mareándolo.

—De verdad que eres terco hasta para esto —gruñó molesto el otro, levantándose de su celda para acercarse a la puerta de esta.—Damelas.— Solicitó, más el erizo azul no se movió ni un poco.— Entrégame esas pastillas, Sonic

—Uhggg —muy a su pesar, obedeció la orden, lanzando el paquete hacia Shadow con rabia.— ¡Te juro que saliendo de aquí te voy a patear la cara, Shadow! ¡Deja de usar la voz de mando!

Eso último lo gritó al mismo tiempo que se levantaba para hacerle frente al contrario, mas al hacerlo sintió su cuerpo irse hacia adelante hasta chocar con la reja, jadeando con sorpresa al notar todo borroso por culpa de las feromonas de Shadow.

—Mhp —bufó el otro sin darle importancia, agarrando el paquete y volviendo a donde estaba antes—. Haré lo que me plazca si con eso evito que cometas una estupidez.

Sonic gruñó enfadado. Odiaba esta situación donde el descontrol de sus supresores le jugaban estos efectos secundarios, y que el idiota de su compañero solo supiera burlarse de él le enfurecía más.

Iba a reclamar cuando pasó justo lo que quería evitar: el supresor dejó de hacer efecto. Lo supo tan rápido como Shadow abrió de repente sus ojos, mirándolo con asombro.

Oh...genial —pensó con fastidio al notar eso, echándose para atrás, lo más lejos posible de él, chocando csu espalda contra la pared de su celda. Aunque intentaba apartar sus feromonas, los ojos rubíes le avisaron que era tarde.

Fueron pocos los minutos de silencio antes de que Shadow frunciera el ceño y tomara la palabra.

—¿Desde cuándo lo sabes? —cuestionó con notable molestia en la voz.

Sonic le miró un poco para luego suspirar resignado, ocultando su rostro entre las piernas, dejando que su mente ordenará las ideas y sus emociones aceptaran que ese día finalmente llegó.

—Desde que nos conocimos. Nunca has ocultado tus feromonas —murmuró más para sí mismo, pero Shadow lo escuchó perfecto.

—¿Y nunca pensaste decírmelo? —escuchó el gruñido de irritación.

Sonrió de lado, levantando los hombros sin importancia para verle de nuevo.— No pensé que te interesaría saberlo.

—....— Hubo un breve silencio que, sin querer, le dio la razón en esa discusión; no obstante, el otro se hizo hablar con un tono tenso.— Eres mi mate, Sonic.

—Y sé que no soy de tu agrado, Shadow —respondió con desgana, moviendo la mano con desdén —. Decirte que somos compañeros destinados no cambiaría nada.

Bueno, no cambiara nada para Shadow que no le correspondería en esto, claro. Para Sonic.. bueno dolía como el infierno ser el único que lo supo en todos estos años.

Porque las feromonas de Shadow eran las únicas que, si no tenía suficiente cuidado, podían afectarle más que ninguna otra.

Porque ocultar su olor era la única forma de hacer que el otro no lo odiara más de lo que ya lo hacía.

Porque era más fácil aligerar sus celos con la falsa fantasía, que afrontar la realidad

Porque no quería salir lastimado por culpa de su segundo género.

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No volvieron a hablar en horas, salvo Sonic pidiéndole los supresores y Shadow diciéndole que se callara.

El héroe no supo qué pensar de esa situación. Sin saber si al salir de aquí las cosas seguirían siendo como siempre o su rival se alejaría más de él. Odiaba esa idea, no quería ser rechazado por Shadow, por algo no le contó nada en los cinco años que llevan conociéndose.

Eran amigos dentro de todo, competían y luchaban juntos. Que Shadow se apartara más...

Sus pensamientos no pudieron continuar su curso trágico, puesto que el sonido de una explosión y de las alarmas avisaron la llegada del equipo de rescate.

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—Uff, Sonic, apestas a Omega —le sonrió Knuckles, acercándose para apretarlo del cuello en una llave de lucha amigable.

El menor sonrió un tanto incómodo. Al menos se alegraba de que su molesto dolor de abdomen no afectara su capacidad de pelear momentos antes, sin ser un estorbo como otros podrían pensar en esta situación.

Tails se acercó para contarle sobre todo lo ocurrido en el tiempo en que estaba desaparecido, aprovechando para buscar a Shadow con los ojos, encontrándolo a lo lejos hablando con Rouge.

Sus miradas se cruzaron, provocando que las esmeraldas se apartaran bruscamente para ver a Tails, que lucía confundido por su postura tensa.

Nuevamente sonrió, tratando de quitarle importancia, aunque aún sentía esos rubíes clavados en su nuca.

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Sonic resopló, sin ganas de contestar el timbre que no paraba de sonar.

—¡Voooooy! —gritó molesto, acercándose a la puerta del hogar.— ¡Knuckles, si eres tú de nuevo te juro que-!

Pero el grito se detuvo en el momento en que abrió la puerta y se encontró con la imagen del erizo de vetas rojas con la ceja alzada.

—Shadow —logró decir, pestañeando aturdido—. Qué sorpresa.

Había pasado una semana desde lo ocurrido en la base de Eggman. Ninguno de los dos contactó al otro después de eso, y pensó que sería lo mejor por un par de meses: darle el espacio a Shadow el tiempo necesario hasta que todo volviera a la normalidad.

—Veo que sigues liberando tus feromonas —comentó el mayor, provocándole un sonrojo involuntario en su mejillas melocotón.

—Ahh... sí, el médico me dijo que debía esperar un mes para volver a tomar mis supresores con regularidad sin que me hagan daño. Así que bueno...

Silencio.

Uno bastante incómodo y largo, de hecho.

Que el agente no parara de verlo de arriba abajo como si estuviera analizando una ecuación matemática no ayudaba a calmar su angustia interna.

—¿Shadow, qué te trae por aquí? —cuestionó, queriendo que este momento se acabara ya. Las feromonas alfa del azabache le estaban empezando a llegar hasta el paladar de lo cautivadoras que eran, y eso le generaba malestar al recordar que no eran nada, y probablemente nunca lo serían.

Finalmente, los rubíes se posaron en sus ojos, en un enfrentamiento de rubíes y esmeraldas.

—¿Cuándo es tu siguiente celo? —preguntó de repente, provocando confusión en el menor.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué quieres saber eso?! —exclamó un tanto avergonzado, señalándolo con el dedo acusatorio.— ¡Yo no te pregunto los tuyos!

Shadow, que hasta el momento tenía los brazos entrecruzados, aflojó la postura para verlo con suave irritación.

—Lo tendré en tres meses, me vino el mes pasado —reveló, logrando que las esmeraldas se abrieran en sorpresa.— Te pregunto para poder pasarlo juntos, erizo.

¿Qué? ¿Escuchó bien? ¿Pasar el celo juntos?

Pasar... el celo... juntos.

El celo.

Si las mejillas melocotón se sonrojaron antes, ahora eran de color tomate de lo rojas que estaban.

—¿Quieres pasar el celo juntos? Pero tú-

El agente no estuvo dispuesto a escuchar su objeción.— No me desagradas, como dijiste —interrumpió, entrecerrando los ojos.— Ciertamente, eres molesto en el noventa por ciento de las veces, y trabajar contigo es un fastidio debido a tus imprudencias, pero no me desagradas tanto como crees.

Eso sin duda fue toda una revelación que aceleró el palpitar del corazón del joven héroe. Shadow estaba tratando de ser amable con él, a su modo, y eso se sentía... Bien, extremadamente bien.

—... Respeto tu lado Omega y te veo como un igual, eso lo sabes —continuó el oji rubí, con un suspiro cansado, frotándose la sien.— Sin duda eres un Omega que merece lo mejor, a diferencia de mi que no soy el mejor alfa al cual apostar considerando mi genética —explicó con cierto veneno en su tono volviendo a su postura tranquila, mirándolo con esos ojos penetrantes.— Pero si somos compañeros destinados, Sonic, no hay mucho que podamos hacer.

Y tenía razón. El rechazo de tu pareja destinada podía causar daños físicos y mentales involuntarios a la parte afectada; misma razón por la que nunca se le declaró a Shadow, porque un rechazo inminente de él sería tener que someterse al 'rechazo del alfa'.

Pero lo que le estaba sugiriendo el otro ahora...

—¿Estás diciendo que no te me propusiste como alfa solo porque pensaste que te rechazaría por tus genes alienígenas? —cuestionó con diversión, ampliando su sonrisa al escuchar al otro gruñir molesto, confirmando sus sospechas.

Vaya, quién lo diría. Incluso sin oler sus feromonas por los supresores, Shadow lo consideraba un buen Omega.

—El próximo mes —reveló con suavidad, permitiendo que el agente dejara su postura defensiva para verlo con atención.— Mi celo es el próximo mes, el 25.

Ver cómo los labios durazno se alzaron un poco antes su respuesta detuvo el pobre corazón del cobalto.

—Bien —asintió el mayor, acercándose hasta él para ponerle una mano en el hombro.

Sonic no supo qué estaba haciendo hasta que aquellas feromonas alfa inundaron sus sentidos nuevamente, marcándolo. Shadow estaba colocando una marca de alfa al Omega que estaba cortejando.

Inesperado, pero absolutamente embriagador.

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Fin

 

Notes:

No es un escrito que interese mucho, lo sé, pero como le gustó a mi amiga dije: venga, lo subo. Ya habrá quien guste de esto jajajaja

Espero haya gustado(?

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