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the summer i fell in love

Summary:

Es el último verano de Julián en su pueblo antes de tener que irse a estudiar a la gran ciudad.
Está seguro de que será un verano relativamente normal, hasta casi aburrido como todos los anteriores. Que lo va a pasar junto a sus amigos y a su novio.
Hasta que aparece en su vida la figura de Enzo, el chico que trabaja en el campo de su padre.

¿Qué tanto puede cambiar en un solo verano?

Notes:

- está de mas decir que con esto no busco asumir la sexualidad de nadie no me rompan las pelotis porfa
-nunca escribí absolutamente nada en mi vida, pero literal se me ocurrió esto de la nada y si no lo sacaba de mi sistema me iba a morir
- por eso mismo es que estoy al tanto de que no es lo mejor que van a leer en su vida (si alguien lo lee) pero posta traté de hacerlo lo mejor posible, si hay errores no me digan o lloro
- traté de darle el contexto más argentino posible, si algo no es muy realista sepan disculparme de todas formas la realidad no es diver
- me inspire un poco en mi pueblo pero la gran mayoría lo invente, por eso no nombro a ningún pueblo en particular
- los títulos de los capítulos son nombres de canciones que básicamente son las responsables de que esta fic exista

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: fortnight (feat. Post Malone)

Chapter Text

El sol entra con fuerza por la gran ventana de la habitación, fuerza característica de un sol de los primeros días de diciembre, dándole a Julián en la cara alejándolo así del estado de sueño en el que se encontraba.

Aún si deseara seguir durmiendo, ahora que finalmente había terminado el colegio y podía hacerlo hasta la hora que quisiera, podía escuchar firmemente a su padre haciendo ruido en la cocina, así que finalmente decidió levantarse. De todas formas podría aprovechar el día tan caluroso y meterse a la pileta después de comer algo.

Después de lavarse la cara y cepillarse los dientes en su baño propio, que formaba parte de su habitación, decide cambiarse y ponerse algo simple y fresco como un short deportivo y una remera blanca.

Se dirigió hacia la cocina encontrándose con su papá hablando por teléfono parado cerca del umbral de la puerta que daba hacia el frente.
Como siempre se trataba del campo y de cómo se iban a organizar los horarios ahora que se acercaba el verano. Tema que a Julián nunca le interesó demasiado, ya que él desde chico tuvo en claro que no seguiría los pasos de su padre y anteriormente de su abuelo.
Siempre supo que al terminar el secundario se iría a estudiar a Buenos Aires junto a su amigo Lisandro, su sueño era estudiar para ser veterinario, algo por lo que él se apasionó desde chiquito al vivir en una zona rural llena de varios animales. Su amigo iría para estudiar derecho en la misma universidad.

-Está bien, sí. Perfecto, ya estoy yendo para allá, vayan arrancando ustedes. Nos vemos.- Julián escucha a su padre despedirse mientras él pone su agua a calentar para desayunar con medialunas que su papá seguramente había comprado esa mañana, que reposaban sobre la mesada.

-¿Qué hacés hijo? Buenos días.- Lo saluda mientras se sienta en la isla de mármol para tomar unos últimos mates con él antes de irse.

-Buenos días, pá. Voy a comer algo rapidito así me puedo meter un rato en la pileta antes de juntarme con Lisandro.- Le comenta Julián ignorando la mirada de su padre.

-¿Pero no tenías algo organizado con Ale vos hoy?- el castaño puede sentir la mirada seria de su papá, incluso si está dándole la espalda haciéndose ver ocupado mientras prepara el mate.

-A mí Alexis no me dijo nada, por eso ya organicé con Licha.- Contesta el castaño un poco enojado, todavía dándole la espalda, incluso así podía sentir la mirada de su papá clavada en él.

Era una ocurrencia común que Alexis ignore sus planes y decisiones, directamente arreglando todo de antemano con su padre sin preguntarle a él si realmente está de acuerdo o si desea hacer otra cosa. De todas formas Julián ya estaba acostumbrado a que planeen las cosas entre ellos, Alexis y su papá se llevaban demasiado bien.
Los padres de ambos son íntimos amigos, y fue gracias a la insistencia del padre de Julián que este último finalmente aceptó cuando Alexis le propuso ser su novio.

Al castaño no le parecía feo, pero realmente no sentía que lo conocía lo suficiente como para querer algo tan serio como una relación.
Su papá al enterarse de la propuesta quedó encantado con la noticia, en ese momento le dijo: “Lo conocemos a él y a su papá desde hace años, ya sé que es un chico buenísimo y que viene de una familia bien, sé que no tengo nada por lo que preocuparme. Me imagino que ya es una decisión tomada. Te felicito hijo.”
Recuerda firmemente como su papá lo abrazó y se fue con una sonrisa. La verdad es que Julián estaba convencido con su respuesta y pensaba decir que no, pero fue así que entendió que la decisión ya había sido más o menos tomada por él.

Aún así, es verdad lo que su padre decía, lo conocía a Alexis desde hace mucho y siempre fue de verdad muy bueno con él. Empezar una relación no había sido lo que realmente quería pero estaba agradecido de que este no lo presionara ni le pidiera más.

 

✧•─────✦•✦─────•✧

Después de que su papá se fuera, se dirigió a la pileta situada a unos metros de la puerta perteneciente a la parte de atrás de su casa -la cual poseía un deje de sombra natural gracias a el árbol que se encontraba en una esquina de ella, brindado una calmante brisa a pesar del aire caliente que ya se comenzaba a sentir en el ambiente- para pegarse un chapuzón rápido y así sacarse el calor.

Sale y trata de secarse lo más rápido que puede con una toalla que seguramente su papá le había dejado apoyada en la reposera antes de irse. Debe apurarse debido a que su amigo le había mandado un mensaje diciéndole que en 10 minutos lo iba a pasar a buscar en su camioneta, y que de ahí iban a pasar a buscar a su otro amigo, Paulo.

Los tres se conocían desde chiquitos ya que sus padres eran socios y buenos amigos. El padre de Lisandro era presidente de la Rural del pueblo y el papá de Paulo era dueño de gran cantidad de maquinaria que se solía usar en los campos de la zona.

De todas maneras Julián, consideraba a Lisandro más como su hermano que como su mejor amigo. Todavía podía recordar cómo había sido Licha el que había estado a su lado cuando su madre había fallecido, incluso si Julián era chico y ya habían pasado muchos años. También estuvo a su lado cuando hace dos años su papá le presentó a su nueva novia.

Julián no sabría que hacer sin Lisandro a su lado, por eso la idea de irse a estudiar juntos era algo que ambos siempre habían añorado. Tenían muchas ganas de dejar el pueblo atrás e irse a vivir a la ciudad.

No es que a él no le guste su pueblo, simplemente nunca estuvo muy de acuerdo con la línea invisible cada vez más marcada entre los que tenían dinero y los que no.
En su pueblo, la gente que tenía plata lo tenía en mucha cantidad, y la gente que tenía poco, tenía muy poco.
La dinámica era simple, o eras dueño del campo, o nada más trabajabas ahí. Si le preguntaran a Julián que era lo que más detestaba de su pueblo, era sin dudas eso.

El castaño estaba muy agradecido con que ni Lisandro ni él estuvieran encerrados en la burbuja en que parecían estar consciente o inconscientemente los demás, ignorando a todo aquel que no pertenezca a su clase social. Lamentablemente, era exactamente ahí donde se encontraban las personas con las que Julián más se relacionaba, como Alexis, sus amigos o hasta incluso su padre.

El castaño podría decir con certeza que él se sabía con exactitud el nombre de todo el personal que trabajaba en la casa de Alexis, incluso en la casa del amigo de este último, Alejandro, donde muchas veces Julián terminaba cuando Alexis lo pasaba a buscar, pero que si se lo preguntaban a cualquiera de los dos, ninguno sabría siquiera un solo nombre.

Es cuando se encontraba esperando en la tranquera de su casa que Lisandro llegue cuando ve que algo se mueve en su periferia. Se da vuelta pensando que era Norma, la señora que limpia su casa, que se estaba por ir. Así que se da vuelta con intención de saludarla. Cuando lo ve a él.

Si le preguntaran a Julián si alguna vez se había enamorado, todos esperarían que dijera que sí, que está enamorado de su novio, y que lo ama.

Y la verdad es que no, el castaño nunca estuvo enamorado, pero hay una persona que siempre le gustó, y no es Alexis.

Enzo es hijo de Marta, la que fue cocinera de la familia Álvarez por años, Julián recuerda que él se llevaba súper bien con ella y que en cambio ella lo apreciaba muchísimo. Pero después de tantos años, su cuerpo le estaba pasando factura así que decidió renunciar.
El padre del castaño, que también la apreciaba mucho a Marta, le hizo el grandísimo favor de dejar que Enzo trabaje en su campo, por lo menos hasta que pudieran conseguir otra cosa.
A su papá le gustó tanto la forma dedicada de trabajar de el morocho, que le permitió seguir trabajando para él.

Cuando en ese entonces Marta no podía dejar a su hijo chico al cuidado de nadie, lo llevaba con ella a la casa de los Álvarez. Julián siempre lo miró desde lejos, porque era muy tímido, y no se animaba a hablarle.

Años después, seguía sin poder mirar al morocho sin ponerse nervioso, pero ya había pasado tanto tiempo de eso, que Julián sentía que ya era tarde. Además, el castaño tenía la sensación de que él a Enzo no le caía muy bien, ya que el morocho nunca intentó hablarle tampoco, y al día de hoy simplemente lo ignoraba.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de música a muy alto volumen que cada vez se iba acercando más a él, para Julián no era necesario mirar porque ya sabía perfectamente que se trataba de Lisandro en su camioneta, o bueno, en una de las tantas camionetas de su padre.

Se corre hacia atrás para dejar que su amigo pare y se sube al asiento del acompañante.
-¿Es necesario que vengas con la música así?- le pregunta Julián a su amigo después de saludarlo.
-Ya sabés que sí,- su amigo le dice sonriente. -¿Con qué otra cosa querés que me divierta en este pueblo si no es molestarte a vos?-

-Que gracioso que sos. Y pensar que te voy a tener que aguantar en Buenos Aires también.- Le contesta Julián sonriendo, acostumbrado a esa forma de “discutir” que tiene con su amigo.

-Bueno pero eso va a ser en capital y no en este pueblo donde lo único que tenemos para hacer es vernos las caras entre nosotros.- Le responde Licha un tanto fastidiado arrancando el motor.

-No seas malo,- ríe el castaño. -Después vas a extrañar la tranquilidad.-

-Ya lo veremos.- dice mientras está por pisar el acelerador para arrancar, pero antes de que eso suceda, Julián ve como su amigo mira hacia la dirección donde se encontraba Enzo hace un rato.

-¿Qué tal Enzo, todo bien?- Saluda Lisandro después de bajar la ventanilla del lado de Julián.

-Qué hacés Martínez, acá andamos, con un calor asqueroso.- Le contesta el saludo el morocho, con esa voz que Julián tuvo muy pocas veces el privilegio de escuchar.

-Me imagino. Nos vemos Enzo, ponete una gorra o mojate la cabeza.- Enzo le contesta a su amigo con el pulgar hacia arriba antes de volver por donde había venido antes de que Julián lo viera.

-¿Desde cuándo se saludan ustedes?- exclamó escandalizado Julián una vez que Lisandro había subido el vidrio.

-¿Por qué?,- pregunta con una sonrisa burlona. -¿Estás celoso?-

-¿Qué decís boludo? Nada que ver.- Piensa culpar la subida de calor hacia su cara en la temperatura y no en otra cosa.

-Literalmente lo único que tuve que hacer fue saludarlo un día y ya está. Desde ahí nos saludamos siempre. Tampoco es que me charle mucho porque es medio seco pero por lo menos lo saludo,- le recrimina su amigo. -Vos porque sos un tarado que no te animás.-

-No lo saludo porque es obvio que le caigo mal, ¿Vos viste cómo me ignora?- le contesta Julián, tratando de que su amigo entienda su punto.

-¿Y cómo no le vas a caer mal si nunca le dirigiste la palabra boludón?-, le dice Lisandro mientras maniobra su camioneta sobre las calles de tierra. -Es él el que debe pensar que te cae mal y por eso no te habla. Peor, debe pensar que sos de los chetos que no les interesa quien trabaja para ellos.-

-Vos sabés que yo no soy así.- Le contesta el castaño ahora sintiéndose peor que antes, ¿Y si Enzo de verdad piensa que él es una mala persona?

Julián sabe que le tendría que haber hablado hace siglos, pero en su defensa el morocho siempre le pareció tan lindo que lo intimidaba. Y eso era cuando tenían cerca de 15 años, la situación había empeorado ahora que ambos tenían 18, y Enzo pasó de ser flaquito a que le crecieran mucho más los músculos debido al trabajo en el campo.
Y como si eso no fuera suficiente para la psiquis de Julián, Enzo había decidido llenarse de tatuajes, los cuales siempre fueron una gran debilidad para él.

Había intentado convencer a Alexis de que se haga alguno, pero este simplemente se rió y respondió: “Ni en pedo. Vos sabés que pienso tener un trabajo serio más adelante. No puedo andar haciéndome esas boludeces.”

El castaño se había molestado muchísimo con esa respuesta, porque tenía el claro ejemplo de Enzo, el cual estaba lleno de múltiples tatuajes y aún así se ganó el puesto de trabajo en el campo a base de esfuerzo y mérito propio.
En la opinión de Julián, los tatuajes no dicen nada sobre la calidad de una persona, y mucho menos habla de su habilidad para desempeñarse en cualquier trabajo.
Pero sabía que discutir con Alexis era un caso perdido, así que lo dejó ir.

Lisandro lo saca de sus pensamientos al hablar.

-Yo sé que vos no sos así, pero él no lo sabe. Y yo se que vos realmente lo querés conocer,- le dice su amigo con una sonrisa leve. -Así que prometeme que le vas a hablar. Por lo menos intentar saludarlo.-

Julián mira agradecido a su amigo, él siempre está ahí para darle el consejo que necesita escuchar en el momento adecuado.

-Está bien. Lo prometo.- Le dice el castaño mientras ambos sonríen.

El momento es interrumpido por el sonido del celular de Julián indicando que le estaba entrando una llamada.

Cuando mira la pantalla puede ver que el que lo estaba llamando era Alexis, probablemente porque éste habría arreglado algún plan para hoy con su padre de antemano, y seguro lo había ido a buscar a su casa.

-Escuchame una cosita vos,- le dice Licha en tono amenazante. -Más vale que ese bagre no se aparezca como la otra vez diciendo que se tienen que ir a no se donde carajo, porque yo te juro que lo saco a patadas.-

Julián suelta una carcajada ante el tono por demás serio de su amigo. -No tarado, no le voy a contestar. Igual no le dije a mi papá a dónde íbamos así que no sabe y no le va a poder decir. Hoy nada más me quiero juntar con vos y Pau.-

-Más te vale, sabés que no lo soporto.- Continúa.
Julián no puede hacer otra cosa más que seguir riendo porque siempre le causó mucha gracia el odio que le tiene su amigo a su novio.

Antes de poder decir algo más, se da cuenta que ya llegaron a la casa de Paulo, que es casi incluso mas hermosa que la de Julián, y que este se encontraba esperándolos cerca de la entrada.

✧•─────✦•✦─────•✧

Enzo se seca la transpiración de la cara como puede con su remera, cansado después de varias de trabajo al rayo del sol. De todas formas ya terminó de hacer lo que le quedaba por hoy.

Saluda a su compañero, Lautaro, y agarra sus cosas para así comenzar a dirigirse hacia donde dejó estacionada la moto, cerca de la entrada.
No es que le encante trabajar en el campo, pero se considera muy agradecido con el señor Álvarez por dejarlo trabajar ahí, ya que al haber tenido que dejar el secundario para ayudar a su mamá hace unos años, sabe que probablemente no lo aceptarían en ningún otro lugar.

Aprovechó que sabía que hoy saldría más temprano y arregló con sus amigos para juntarse a tomar algo fresco en el taller cuando todos terminaran de trabajar.
Estaba Cristian, o el Cuti, como le solían decir, para Enzo su amigo más cercano, quien trabajaba en el campo de los Martínez, el cual se encontraba totalmente “enamorado” como solía decirle él, de el hijo más chico de los Martínez, Lisandro.

Y Leandro, quien era el que trabajaba en el taller perteneciente a su padre.

Le avisó a Cristian que estaba por salir y se subió a su moto, se puso el casco, que le había regalado su madre con mucho esfuerzo, y salió por las calles de tierra hacia el taller de su amigo.

Al llegar puede ver que sus amigos lo están esperando sentados en la vereda afuera del taller mientras toman tereré.
Así los tres, después de saludarse, arrancaron a contarse todo lo que les había pasado a cada uno en la semana anterior, donde no pudieron verse debido al trabajo.

Mientras Enzo les contaba a sus amigos como le había ido con el calor de hoy, es interrumpido de repente por Cristian que se encontraba mirando en dirección de una camioneta azul que estaba esperando en el semáforo.

-¿Qué onda lindo? ¿A todos lados me pensás seguir vos? - exclama su amigo.
Cuando Enzo enfoca la mirada para ver a quién le estaba hablando Cristian, se da cuenta que es la camioneta de Lisandro, el cual baja la ventanilla y responde sonriendo: -Ya quisieras vos me parece. -Lo que desata las risas de Cristian y Leandro.

Enzo no se ríe junto a sus amigos porque su cuerpo se congela por segunda vez en el día al ver a el acompañante de Licha, el hijo de su patrón, Julián.

En su cabeza se repite la única palabra en la que puede pensar cada vez que lo ve, “hermoso”.

Es básicamente una de las tantas palabras que podría usar para describir lo que piensa cada vez que tiene la oportunidad de cruzarse al más bajo.
Lleva años intentando dejar de pensar de esa forma en el hijo de su jefe, no solo porque considera que es inapropiado, sino porque está casi seguro que Julián lo detesta.

Lo admiro de lejos durante muchos años mientras él iba a la casa de los Álvarez cuando su mamá trabajaba ahí. Nunca pudo tomar el coraje suficiente para hablarle porque sentía que alguien como Julián no iba a querer tener ningún tipo de conversación con alguien como Enzo.

Después, cuando creció, comenzó a entender que siempre tuvo razón cuando Álvarez tampoco no hizo nunca ni el más mínimo movimiento con la intención de acercarse hacia él.

Aún así, nunca pudo llegar a tomarle ningún tipo de resentimiento, después de todo, Julián ya lo tenía todo y no ganaba nada con la amistad de Enzo.
Además, Enzo sabía que el castaño no era como los demás chetos de su pueblo, porque podía ver con frecuencia como este trataba con respeto y amabilidad a todo el que trabajara en el campo de su padre o en su casa.
Simplemente el morocho asumió que el problema debía ser él.

Hace más o menos un año, cuando llegó Alexis a la vida de Julián, pensó que si veía que el castaño era feliz con él, iba a poder dejar atrás de una vez por todas ese “enamoramiento” que sentía desde chiquito.
Al ver que Alexis solía tratarlo más como un trofeo que mostrar por todos lados y no realmente como Julián lo merecía, su atracción pareció intensificarse, ya que Enzo no podía evitar pensar en todas las cosas que él haría diferente si fuera el novio del castaño.

El hilo de sus pensamientos es interrumpido cuando el semáforo se pone en verde y la camioneta arranca, solo ahí es que se da cuenta que todo este tiempo que estuvieron parados, Julián y él estuvieron mirándose a los ojos sin despegar la vista del otro ni por un segundo.

-Ah bueno, ¿Algo más que te estés olvidando de contarnos Fernández? - le pregunta burlón Leandro mientras Cristian se ríe.

-¿Contarles de qué tarado? No arranquen con la pavada. - Responde el morocho enojado.

-Mirá como se pone a la defensiva enseguida. - Se sigue burlando su amigo Cristian entre risas, mientras Enzo trata de clavarles la peor cara que le sea posible.

-Na fuera de joda, - dice Cristian ahora con un tono más serio. -No aguanto un segundo más que lo mires así cada vez que te lo cruzas. O le hablás o me voy a ver obligado a pegarte una patada en el culo a ver si reaccionás. - lo amenaza.

-¿Vos sos loco? - exclama Enzo escandalizado. -Pero ni en pedo amigo. -

-Dale flaco, no podés ser tan cagón. Todos sabemos que le tenés ganas, y que en secreto te cae bien. - le contesta exasperado su amigo mientras toma el tereré que anteriormente le había cebado Enzo.

-Aparte esa idea de que Julián es un cheto y que te odia te la metiste vos solo en la cabeza. Yo siempre hablo con él cuando va a lo de Licha y es más bueno que el pan. - Lo trata de convencer Cristian.

-¿Che igual no tiene novio? - pregunta extrañado Leandro.
Enzo, ya comenzando a sentirse mal, le iba a responder a su amigo que sí, que Julián tiene novio y que sus amigos deberían dejarse de joder con el tema, de todas formas nunca iba a llegar a ningún lado.

Pero Cristian le gana de antemano, -¿Y a mí qué carajo me importa que tenga novio? Aparte en el grupito del novio son todos unos pavos bárbaros, yo los detesto. Si este negrito le llega a robar el novio al cheto ese yo salgo de caravana. - Exclama con un tono divertido refiriéndose a Enzo.

-¿No ves que sos un boludo?, -le contesta Enzo ofendido entre las risas de su amigo Leandro por lo que había dicho Cristian. -Si estaba pensando en hablarle ahora no le hablo nada. -

-Vos sabés que te estoy jodiendo. - le responde el Cuti. -Yo posta se que Julián es re bueno y también te conozco a vos y se que sos una excelente persona, Julián no te va a sacar cagando, aparte sé que le querés hablar desde hace mucho, no seas pelotudo y animate. -

-Ay, Cuti, amor me vas a hacer llorar. - Responde burlón Enzo haciendo su voz más aguda entre risas, las cuales se contagian hacia su amigo Leandro.

-Uh no ves que no se les puede dar ni un consejo a ustedes. Vayanse a cagar, no me saben apreciar. - exclama Cristian enojado con sus amigos.

Enzo sigue riendo de la expresión de su amigo, pero interiormente se pregunta si quizás, y solo quizás, su amigo pueda llegar a tener un poco de razón, y lo único que tenga que hacer sea simplemente dar el primer paso.

Chapter 2: Moth To A Flame (with The Weeknd)

Notes:

- acá traje el segundo cap, espero esté un poquito mejor escrito que el primero, traté de mejorar lo que pude, de todas formas voy a editar algunas cositas del primero que no me gustaron jsjsjjsjjsj, no voy a cambiar nada que tenga que ver con la historia, solo voy a agregar más detalles
- como referencia para ustedes (porque soy horrible describiendo cosas) esta es mas o menos mi inspiración para la casa de Juli (https://vm.tiktok.com/ZMh8nbukp/)
- no pude lograr poner acá mi moodboard que hice con sangre sudor y lagrimas, pero bueno creo que acá lo pueden ver: https://imgur.com/a/r47SsKe
- ahora si no rompo mas los huevos

Chapter Text

 

Ya habían pasado un par de días desde que Enzo había tenido esa conversación con sus amigos, y si bien le había prometido al Cuti intentar tener una conversación con Julián, toda esa valentía que sintió al llegar a su casa ese día, se había esfumado cuando lo pudo ver al día siguiente leyendo un libro en el juego de jardín que se encontraba en la galería de la casa del castaño. 

 

Al pasar el segundo día, Enzo simplemente entendió que nunca juntaría el coraje suficiente por miedo a que todo este tiempo haya tenido razón y Julián en verdad lo odie.  

 

De todas formas, hoy habían tenido un avance circunstancial, cuando Enzo llegó hoy al campo a trabajar, un poco más tarde que los días anteriores -así se lo había permitido el padre del castaño debido a las altas temperaturas que iban en aumento- otra vez pudo ver a Julián desayunando en los sillones de afuera. 

 

Iba a bajarse de la moto y simplemente irse hacia la zona donde habitualmente cumplen el horario de trabajo con Lautaro, pero cuando se sacó el casco, nuevamente pudo ver como Julián lo estaba observando, así que en un tremendo acto de valentía saludo al castaño moviendo levemente su cabeza hacia abajo. 

 

Se arrepintió inmediatamente cuando Julián abrió sus ojos con la mirada llena de sorpresa, y no le devolvió el saludo.

Así que con los espíritus un poco caídos, se dio la vuelta para comenzar a dirigirse a donde lo esperaba su compañero. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Habían pasado un par de horas de eso, y calor no sólo no disminuía, sino que hasta parecía intensificarse en la sombra donde se encontraban trabajando por el momento. 

 

Enzo ya se encontraba extremadamente cansado, pero por sobre todas las cosas se encontraba sediento. Su compañero casi siempre solía traer con él una botella de agua para ambos, pero cuando le preguntó, este último le dijo que hoy se la había olvidado. 

 

Un poco decepcionado, porque eso significaba que tendría que caminar el largo trecho hasta la casa de los Álvarez para pedir un poco de agua bajo el rayo intenso del sol, comenzó su camino.

 

Como siempre esperaba encontrar a Norma haciendo sus quehaceres en la cocina, y podría pedirle a ella el agua para él y su compañero, ya que esta no era la primera vez que lo hacía. 

 

Cuando llega, mira para adentro desde su lugar en la galería, las puertas -que abarcaban todo el largo de lo que eran el living y el comedor de los Álvarez-  eran de madera oscura, pero se podía observar hacia adentro gracias a que gran parte de ellas también era de vidrio. 

En ese momento se encontraban abiertas, pero el morocho no quería irrumpir en la casa con sus borcegos sucios después de estar trabajando en la tierra.

 

Así que simplemente gritó -¡Norma! Soy Enzo, ¿No me traés un poquito de agua?

 

Pudo ver como alguien bajaba las escaleras -estas tenían un color blanco, con su respectiva baranda de un color marrón oscuro- que provenían del segundo piso de forma apresurada, pero su vista encandilada no le dejaba distinguir con claridad de quién se trataba. 

 

El morocho casi se siente desvanecer cuando se da cuenta que es Julián el que se está dirigiendo hacia él y no Norma, como él esperaba. 

Pensó seriamente en darse la vuelta y salir corriendo, pero eso sería demasiado irrespetuoso, y no quería ser irrespetuoso con el hijo del hombre con quien se encontraba muy agradecido. 

 

Su percepción debía estar engañándolo, porque cuando Julián se acerca incluso todavía más a él, no parece estar molestado con la interrupción, sino más bien nervioso. 

 

-No pudo venir Norma hoy. -le comunica el castaño, tratando y fallando en el intento de mirarlo a los ojos. 

 

-Ah, disculpá -le responde Enzo pensando en mil formas de matar a Lautaro por no haber traído el agua justamente hoy. -No quería molestar, gracias igual. -

 

Cuando Enzo está comenzando a darse vuelta para volver, sintiéndose totalmente rendido -no solo no había podido conseguir agua sino que probablemente lo había molestado a Julián- es cuando este último habla apresuradamente. 

 

-Pero esperá, no te vayas. - dice el castaño con la cara un poco más roja, Enzo asume que por el calor. -Quedate que te sirvo en un vaso para vos, así después le llevas uno a Lauti. -

 

Enzo, aún sin salir de su inicial sorpresa, no sabe si aceptar, porque si hace lo que acaba de decir Julián, él tendría que quedarse acá hasta terminarse su vaso, para después llenar uno para su compañero. Y realmente no sabe si es capaz de soportar estar en la misma presencia de el castaño por tanto tiempo sin decir alguna boludez. 

 

Por eso mismo es que está por decir que no, que realmente no era necesario porque no tenían tanta sed -su compañero probablemente lo mataría por esto último, pero Lautaro no sería capaz de entender la gravedad de su situación- cuando cree percibir en la mirada de Julián algo distinto. 

Enzo no podría decir con exactitud qué es lo que le estaba queriendo transmitir la mirada del castaño, pero podía decir firmemente que no era odio o rencor como él creía que se sentía el más bajo hacia él, así que decidió aceptar. 

 

-Bueno dale, muchas gracias.- le responde Enzo, aún sin saber si estaba tomando la decisión correcta.

 

Parecía que Julián no esperaba que Enzo le dijera que sí, porque se queda unos segundos mirándolo fijamente, hasta que parece procesar la respuesta del morocho.

 

-Dale, ahí te sirvo. - le dice Julián. Parece ser que Enzo no era el único con ganas de salir corriendo, porque Julián sale disparado hacia la cocina 

 

Uno podría creer que la familia Álvarez al tener tanta plata, tendrían una casa súper moderna, llena de cosas brillantes o ostentosas, pero la realidad era que el padre de Julián tenía muy buen gusto y esta casa era la perfecta mezcla entre moderno y clásico, por ejemplo, la cocina, donde se encontraba en este momento el castaño, poseía la modernidad de una isla en el medio de ella -algo con lo que Enzo solo podría soñar- pero sus estantes y sus muebles eran mayormente hechos de una madera oscura, casi del mismo tono de las puertas. 

 

Mientras Enzo espera que Julián le alcance el agua, y trata de pensar en forma desesperada cómo iniciar cualquier tipo de conversación, simplemente para no tener que quedarse en silencio mientras toma, y que no se vuelva muy incómodo, dirige su vista hacia el televisor de gran tamaño que se encuentra a unos metros de él.

 

Cuando enfoca la vista, ya que el rayo de sol está justo reflejándose en la tele, puede ver que lo que Julián se encontraba mirando, antes de que comiencen las propagandas, era un partido de River.

 

Pudo sentir su corazón comenzar a latir con emoción, y estaba seguro de que sus ojos se encontraban brillando.

Si Julián era de River, algo que el morocho no sabía con exactitud ya que nunca habían hablado sobre ello -o bueno, nunca habían hablado sobre nada, pero eso no es lo importante- podría quizás haber encontrado el tema de conversación perfecto. Ya que él mismo era fanático del club, y por consecuente, del futbol. 

 

Cuando ve a Julián acercarse, Enzo le pregunta -¿Vos sos de River? - El castaño, quién claramente no esperaba que Enzo le vuelva a hablar, ya que consideraba la mini interacción que tuvieron como lo mejor que le pasó en su vida, lo mira sorprendido. 

Enzo sabe que probablemente, el brillo de sus ojos sea también visible para Julián, pero antes de poder arrepentirse, el castaño le responde. 

 

-Si obvio, no me pierdo un partido ni en pedo. - Y si la respuesta le había encantado, la hermosa sonrisa con la Julián le había contestado le encantaba cien veces más.

Nunca esperó ver esa sonrisa con la que pensaba todos los días de su vida dirigida hacía él.

 

Tendría que acordarse de agradecerle al boludo de Lautaro por olvidarse el agua. 

 

Esto, para la felicidad de ambos, había desatado una charla amigable sobre las opiniones de cada uno en cuanto al presente -o pasado- de River.

Así ambos habían descubierto que coincidían en muchísimas cosas, como por ejemplo quién había sido su jugador favorito, o qué camiseta les gustaba más. 

 

Hasta Enzo casi se había olvidado que en realidad durante ese tiempo se suponía que debía tomarse el agua del vaso para llevarle otro a su compañero. 

 

Tan absortos en la conversación, y en las miradas llenas de algo que todavía no podían descifrar qué se dedicaban uno al otro, que no escucharon como una camioneta gris entraba por la tranquera que se encontraba abierta. 

 

Enzo puede ver como la mirada casi cálida que Julián le dirige cambia rotundamente cuando se da cuenta que Alexis baja de la camioneta y se acerca hacia donde están ellos. 

 

-Hola amor, ¿Qué andas haciendo ahora? - le pregunta Alexis a su novio después de saludarlo con un beso corto. 

Beso que Enzo trató lo mayor posible de que no le cause esa habitual presión en su pecho, que sentía cada vez que tenía que mirar a la pareja, pero fallando terriblemente en el intento. 

 

De más está decir, que Alexis como siempre ignoró su presencia rotundamente, solo saludando a Julián.



-Nada Ale, estaba acá charlando con Enzo un rato. - le responde Julián, ante la mención del morocho, Alexis se voltea a verlo con una mirada que según Enzo, casi rozaba un poco el desprecio. 

 

-Qué bien amor. - dice Alexis en un tono desinteresado.-Agarrá tus cosas así vamos a lo de Alejandro. -

 

El morocho creé que debe ser Julián el que parece estar sintiendo esa opresión ahora, si se guía por la mirada decepcionada, incluso hasta cansada que el castaño le dedica a su novio.

 

-Pero estoy viendo el partido de River. - le contesta Julián.

 

-Si amor pero ya tengo todo arreglado con Garna, ya vas a poder ver el próximo. - le contesta Alexis, con un tono que sugiere que no hay lugar a discusión. 

 

Julián simplemente se da vuelta y agarra su mochila que estaba puesta cerca de la entrada, casi como si ya supiera que Alexis iba a venir en cualquier momento a llevarlo a donde se suponía que tenían que ir ese día. 

 

Pero antes de irse, Julián le dedica una última sonrisa antes de ir hacia donde estaba estacionada la camioneta y le dice -Chau Enzo. Nos vemos. -

 

Para cuando Enzo había querido responder, Alexis ya casi se encontraba arrancando la camioneta, como si quisiera irse rápido por alguna razón en particular.

 

De todas formas, responde bajito para sí mismo. -Nos vemos, Juli.-

Chapter 3: White Ferrari

Notes:

- en este cap empiezo a implementar canciones, ciertas canciones me inspiraron muchísimo para ciertas escenas y me gustaría que ustedes sepan que canción le pondría yo de fondo jajajajajajaj
- obvio no están para nada obligadxs a escucharlas ni en el momento ni después, pero pienso que así la experiencia va a ser mucho más completa bue
- de todas formas si quieren leer escuchando a la joaqui esta perfecto también lo de las canciones es nomás por que yo soy una rompebolas

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Julián puede sentir los tenues rayos de sol entrar por su ventana, así como también la suave brisa de la mañana de verano, ya que la noche anterior había decidido dormir con la ventana abierta.

No alcanza siquiera a abrir sus ojos cuando las escenas sobre lo ocurrido el pasado día viernes inundan rápidamente sus pensamientos.

Habían pasado tres días desde su primera interacción con Enzo, donde no lo había vuelto a ver ya que sábado y domingo el morocho no trabajaba, pero con el pasar de los días este parecía hacerse cada vez más presente en su mente.

Cuando esa mañana vio a Enzo llegar en su moto, Julián pudo recordar de manera casi instantánea lo que le había prometido a su amigo Lisandro anteriormente. El castaño sabía que esta era su chance para simplemente saludarlo agitando su mano y dar por fin el primer paso. Incluso planeaba saludar con una sonrisa, para tratar de hacerle entender al morocho que no tenía ningún problema con él.

Pero pasó algo que él realmente no estaba esperando y que lo tomó desprevenido. Enzo pareció ganarle de antemano, saludándolo con un simple movimiento de cabeza. Lo lógico hubiera sido devolvérselo, pero Julián se encontraba realmente petrificado.

Pudo ver como el morocho le dirigió una mirada indescifrable, y simplemente se fue.

Después de unos minutos donde el castaño se quedó mirando un punto fijo en la nada misma, intentando procesar lo que había sucedido, por fin pareció entender.

Y se había dado cuenta que no le había devuelto el saludo. Comenzó a sentirse fatal al caer en que el más alto probablemente haya pensado que Julián no lo quería saludar, y que había decidido ignorarlo.

Por eso decidió con mucha convicción que si Enzo había dado el primer paso, por más mínimo que fuera, él podría hacer lo mismo. Así que se convenció de que la próxima vez que lo viera, iba a iniciar una conversación.

Obviamente esto sonaba como algo muy simple de hacer en la mente de Julián, hasta que pudo escuchar desde el segundo piso como Enzo la estaba llamando a Norma, que para desgracia -o suerte- de el castaño, ese día había avisado que no iba a poder ir ya que era el cumpleaños de su nieta.

Pensó seriamente en quedarse arriba por un rato más y hacer seriamente como si nunca hubiera escuchado nada. Pero sentía que era algo realmente muy cruel, primero porque hoy ya no le había devuelto el saludo amable al más alto, y segundo porque pudo escuchar claramente que el morocho necesitaba agua. Y si había algo que Julián no iba a permitir, es que Enzo -o cualquiera de los empleados trabajando en su campo- sufrieran el calor intenso que hacía ese día sin nada para refrescarse.

Así que tragándose el nudo de nervios que se había acentuado en su estómago, bajó corriendo antes de que Enzo se fuera.

Esas pocas palabras que habían podido cruzar, habían significado algo inmenso para Juli -que se encontraba con su corazón latiendo como si fuera a salirse de su pecho, y con las manos que trataban de servirle el agua a Enzo un poco temblorosas- ya que era algo que él recuerda que siempre había querido hacer desde chico.

Consideraba que esa interacción bastaría para hacerlo feliz el resto de sus días. No esperaba que Enzo siguiera hablándole, y mucho menos que le pregunte con emoción visible en sus ojos si él era de River.

Todas sus preocupaciones y nervios iniciales se habían desvanecido en el instante en el que él y Enzo comenzaron a hablar de algo en lo que ambos sentían una pasión en común. Las palabras parecían venir solas a su mente. En ese momento Julián sentía que podría estar hablando por horas con el morocho, no sólo porque amaba el sonido de su voz, sino porque la conversación parecía fluir naturalmente.

Lamentablemente, ese momento por el que Julián tanto había estado esperando fue interrumpido con la llegada de su novio, diciéndole que supuestamente había ya arreglado con su amigo lo que iban a hacer por la tarde en la casa de este último.

Incluso si una vez que habían llegado a la casa de Alejandro Julián pasó a ser descaradamente ignorado por Alexis y sus otros amigos que ya se encontraban ahí cuando ellos habían llegado, nada podría sacarle su sonrisa de la cara al recordar cálidamente su interacción con Enzo.

Vuelve a la realidad cuando escucha que alguien golpea levemente la puerta de su habitación.

-¿Si? - Pregunta Juli con la voz todavía un poco adormilada.

-Hijo, soy yo - distingue fácilmente la voz de su padre al otro lado de la puerta. -Yo ya me estoy yendo con Silvina a la casa de los papás de Paulo. - El castaño decide ignorar la mención del nombre de la novia de su papá.

-Era para avisarte que ya podes ir a buscar un par de frutillas si querés. -Dice su padre en un tono divertido, ya que sabe que uno de los pasatiempos favoritos de Julián cuando llega el verano es ir hacia la huerta ubicada a largos metros de donde se encuentra su casa, y agarrar un par de frutillas para él.

-Gracias, pá - contesta Juli agradecido. -Ahora me levanto y voy.-

-Bueno dale, van a estar los chicos de siempre ahí trabajando, pero vos andá igual, ya les dije que te esperen. - le dice su papá.

Julián conocía a los hombres que solían trabajar en la huerta de su papá desde hace varios veranos, todos siempre lo trataban bien cuando llegaba el momento de ir a buscar sus frutillas.

Así que energizado por la buena noticia, se despide de su padre y camina hacia el baño para cepillarse los dientes, una vez ahí, aprovecha a abrir la ventana de su baño ubicada cerca de la ducha. La ventana fue diseñada estratégicamente para que los grandes árboles de la parte de atrás de su casa la tapen y que se imposibilite mirar hacia adentro.

Otra de las cosas favoritas de Julián para hacer en el verano, era disfrutar de la brisa natural que parecía haber en esa zona de campo cuando la temperatura aumentaba, por eso le gustaba mucho más abrir todas las ventanas de su casa, en lugar de que esté todo cerrado por el aire acondicionado.

Una vez que había bajado las escaleras hacia la cocina, se dispuso a calentar el agua para preparar un mate, y agarrar de la mesita del living el libro que había estado leyendo esos días.

Muy cerca de la parte donde se albergaban las frutillas, su padre había instalado un banco de hierro y madera blanca cuando Julián era muy chiquito, el banco no había sido instalado para él, sino que su padre lo había hecho en su momento para su mamá. El castaño puede recordar, aunque sólo levemente, que a su madre le encantaba leer, y además, que le encantaban las frutillas como a él. Hace años su papá le solía decir que había sacado ese gusto por esa fruta particular gracias a ella, hoy en día, no solía escuchar eso tan seguido ya que su padre dejó de nombrar a su madre con el pasar del tiempo.

Aún así, cada que llegaba esta época, Julián no podía evitar recordarla con mucho cariño y un deje de tristeza.

El banco poseía sombra natural ya que estaba ubicado debajo de unos naranjos que también eran obra de su padre.

Metido en sus pensamientos es como se encuentra el castaño al arrancar la larga caminata hacia la zona de la huerta, de todas formas, él no considera el recorrido para nada aburrido, ya que para ir hacia su destino debe cruzar sin dudas su parte favorita.

Donde estaban todos sus animales. No eran específicamente de él, pero a él le gustaba considerarlo de esa forma debido a que esa era la única parte del campo en donde su presencia era recurrente. Idealmente, le gustaba visitar a los diferentes animales todos los días, y trataba de darle la misma cantidad de atención a todos y cada uno, pero sin dudas, había uno en especial que se había ganado su corazón.

Hace más o menos un año, una vaca que Juli solía cuidar frecuentemente debido a que estaba embarazada, tuvo a un ternerito que había tenido ciertas dificultades al nacer.

Cuando su papá le comunicó tristemente que había muchas posibilidades de que el ternero no sobreviviera, Julián ,devastado con la noticia, se predispuso hacer absolutamente todo lo que estuviera a su alcance para que el ternerito, que a pesar de haber nacido hace unas semanas ya ocupaba un lugar en su corazón, sobreviviera.

Es así como por el siguiente par de meses Julián había faltado recurrentemente al colegio, después de muchos intentos de convencer a su papá, todo para quedarse al lado del animalito.

Y podía decir que todo había valido la pena, porque Milagros, como él había tenido el honor de bautizar a la ternera, había sobrevivido, y no solo eso, sino que era ella la que ahora estaba embarazada.

Después de parar en el camino a visitar a Mili, como él la llamaba, podía comenzar a ver finalmente a los hombres que se encontraban en la huerta en ese momento.

Por lo que el castaño puede divisar a la lejanía, están los dos señores mayores que trabajan en esa zona hace años, pero además, puede ver a un chico mucho más joven, que debido la distancia, no puede reconocer.

Cuando logra acercarse y Carlos, uno de los señores más grandes lo saluda amigablemente al verlo, el chico más joven se gira hacia la dirección de Julián con los ojos totalmente abiertos en sorpresa.

Juli está seguro de que en este momento, el mismo debe tener una cara de asombro idéntica a la del otro, porque descubre que el chico que se encontraba trabajando en la huerta hoy, no es nada más ni nada menos que Enzo.

-¿Qué hacen? ¿Todo bien? - saluda Julián a todos una vez que sale de su asombro inicial.

Aunque no puede decir lo mismo de Enzo, que no le devuelve el saludo, pero que se encuentra mirándolo fijamente.

Ignorando la mirada que Julián puede decir con certeza que es la que lo pone más nervioso en este mundo, se sienta finalmente en su banco a la sombra. Decide agarrar las frutillas en otro momento, la presencia del morocho lo pone muy nervioso, y no quiere hacer algo estúpido adelante de él.

Cuando se quiere disponer a leer el libro que trajo consigo -incluso si no sabe si se va a poder concentrar lo suficiente con el más alto cerca de él- Enzo decide hablarle.

-¿Todo bien Juli? - como si eso no fuera suficiente para que Julián sienta que podía desmayarse en ese mismo momento, Enzo dirige hacia él una leve sonrisa.

El castaño decide ignorar la leve sensación de hormigueo que se aloja en su estómago después de ver esa sonrisa, se convence a sí mismo que debe ser el hambre, ya que todavía no había desayunado.

-Todo bien - le responde Juli con una sonrisa mientras espera que su sonrojo no sea demasiado evidente.

Enzo parece quedar satisfecho con la respuesta, porque después de conectar miradas un segundo más, se da vuelta para seguir trabajando.

Pero algo en el pecho de Julián le decía que la interacción no podía quedar ahí, que si no aprovechaba para hablarle al morocho ahora, después no podría encontrar una situación adecuada. Ya que tampoco era muy usual que se vieran todos los días, debido a que la mayoría de las veces en la que Enzo llegaba a trabajar en la mañana, el castaño se encontraba durmiendo, y cuando el morocho se iba por la tarde, Julián solía estar con Licha o con Alexis.

Así que por impulso, le dijo lo primero que se le ocurrió para retener la atención del morocho. -¿Querés un mate? -

Al segundo de haber dicho eso, Julián se dio cuenta de lo estúpido de la pregunta, no creía que después de algunas horas trabajando agachado en a huerta con el sol a sus espaldas, lo que Enzo quisiera justamente fuera un mate con el agua casi hirviendo.

 

[Mystery of Love by Sufjan Stevens]

 

Julián esperaba de todo, como que Enzo declinara la oferta o hasta que le dijera que estaba loco, lo que no esperaba por nada del mundo, es que este aceptara con una sonrisa y se vaya a sentar a su lado en el banco.

-Gracias Juli, ¿Qué andás haciendo por acá? - le pregunta curioso el morocho.

Julián le explica que todos los veranos suele pasar por la huerta por las frutillas, algo que Enzo no sabía, ya que nunca había trabajado en esta zona. Por eso Juli decide preguntarle, -¿Y vos qué hacés por acá hoy? Siempre veo que vas para el otro lado con Lautaro. -

-¿Qué me estuviste mirando? - le responde Enzo con una sonrisa divertida, lo que le da a entender a Julián, que quería morirse en ese mismo momento, que el más alto no lo decía de forma recriminatoria.

El castaño abre la boca un par de veces sin saber qué responder, pero por suerte Enzo se apiada y lo salva de su miseria cuando le responde la pregunta inicial que Juli le había hecho.

-Lo que pasa es que Mamá anduvo enferma estos días y no pudo ir a la casa que va ella siempre a limpiar, - le dice el morocho refiriéndose Marta, -Así que le pedí a tu papá si no tenía algo más que yo pueda hacer por unas horas para tener un poco más de plata. -

Sabe que esto es una ocurrencia muy común en su pueblo, y que las cosas siempre habían funcionado así, pero Julián no puede evitar comparar sus situaciones y ponerse muy triste. Mientras él disfruta de los días con sus amigos o visitando a los animales, Enzo no puede decir lo mismo. Y no solo que está obligado a trabajar para subsistir, sino que su mamá no puede darse el “lujo” de estar enferma, porque esto significa que el morocho tiene que sacrificar incluso más horas de su día trabajando.

Enzo lo vuelve a sacar de sus pensamientos cuando dice, -¿Que estabas leyendo? - Juli no sabe si realmente al morocho le interesa el libro, o si simplemente quería seguir hablando con él, de todas formas se encuentra nuevamente con esa sensación cálida que se comienza a extender cada vez más en su pecho cuando está cerca de Enzo.

Después de contarle un poco más sobre el libro, Julián decide preguntarle, -¿Y a vos te gusta leer? -

Enzo se ríe y contesta, -Na, mi atención solo sirve para el fútbol nomás. - Ambos comparten risas leves, pero Julián puede ver como si el morocho quisiera decirle algo más, por lo que espera pacientemente, tratando de transmitirle al más alto con la mirada que le puede decir lo que sea.

-En realidad, - comienza a decir el morocho en tono dubitativo -Tuve que dejar la escuela hace como dos años, así que yo mucho no sirvo para esas cosas de inteligentes. -

Un dolor se acentuó en el pecho de Julián al escuchar esas palabras dichas con un tono lleno de lo que el castaño podía interpretar como vergüenza, lo que menos quería él en este mundo es que el más alto se sintiera inferior a los demás por haber tenido que abandonar el secundario básicamente por necesidad.

Así que en el afán de tratar de cambiarle la cara a Enzo aunque sea un poco, Juli le dice con una valentía que ni él mismo sabe de dónde salió, -Yo justo lo termine hace menos de un mes, te puedo ayudar a terminarlo si querés, cuando tengas un tiempo libre. -

Enzo parece haber quedado totalmente sorprendido con la propuesta, pero después de un momento le dice, -No Juli, estás loco, mirá si vas a estar gastando el tiempo de tu último verano antes de irte en mí, gracias igual, significa mucho para mí que te hayas ofrecido. - termina de decirle con los ojos un poco brillosos el morocho.

Pero el castaño no podía sacarse de la cabeza tan fácil la mirada llena de inseguridad que Enzo había tenido cuando dijo que las cosas de “inteligentes” no eran para alguien como él. Y no había ninguna posibilidad de que el castaño permitiera que una persona tan buena como Enzo se sintiera así.

-Enserio te digo, porfa dejáme ayudarte, no es ninguna molestia para mí. - le dice Julián al morocho, abriendo un poco de más los ojos y tratando de lograr su mirada más convincente.

Pensó que eso no sería suficiente para hacer que el otro acepte, pero después de unos segundos Enzo le dice, -Está bien, solo si me prometes que si tenés otros planes hagas eso primero. -

Con una sonrisa triunfadora Juli le responde, -Ya sé, para que veas que no pienso tener planeado ninguna otra cosa, nos podemos juntar a estudiar los días que juegue River, así vemos el partido juntos. -

Enzo pone una cara típica de alguien al quien le hubieran ofrecido un millón de pesos, y dice con una sonrisa en un tono que sugería que no lo decía enserio. -Bueno, pero conste que solo acepto porque estoy podrido de ver los partidos por el celu y tu tele es enorme. -

Julián larga una carcajada y le responde, -Mientras que me prometas que para el miércoles que juega River vas a ir a averiguar a tu escuela cómo hacer para volver a arrancar. -

-Te lo prometo. - le dice Enzo suavemente, después de una pausa mientras lo mira a los ojos.

-Che nene, a ver si dejan de hacerse ojitos y me venís a ayudar un poco. - le dice Carlos, sin real malicia en su tono al morocho.

Después de que ambos despegaran la mirada del otro con rapidez con un poco de vergüenza, el morocho se levanta lentamente, como si no quisiera irse, y antes de darse la vuelta hacia donde estaban sus compañeros le dice, con un tono que parecía estar plagado de emoción. -Gracias Juli, por todo. De verdad. Nos vemos el miércoles. -

Y de repente Julián se sintió con la abrumadora necesidad de que ese miércoles llegara lo más rápido posible.

Notes:

- espero que este cap no les haya resultado muy aburrido
- ustedes no lo saben pero Mili es una main character d :

Chapter 4: Kiss Me

Notes:

- increíble lo choto choto que me quedo este cap, pero espero que lo disfruten
- algo importantísimo que me acorde de aclarar 800 años tarde, este mundo lo creé yo, por lo tanto, tomé la decisión ejecutiva de que la homofobia acá no exista ¿por qué? porque quiero y porque puedo ;)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Si Enzo pensaba que su martes iba a ser un día relativamente tranquilo, rápidamente se había dado cuenta que estaba equivocado. 

 

En este momento se encontraba tapándose los oídos debido a que sintió que el grito que había pegado Cristian casi lo deja sordo.

 

-¡Ya me estás contando qué es lo que acaba de pasar! - le dice su amigo escandalizado. 

 

Resulta que, si bien Enzo se solía juntar con su amigo predominantemente en los fines de semana, ya que ninguno de los dos trabajaba, este último había aprovechado esos días para ir a pescar con su padre, por lo tanto el morocho no había podido verlo hasta hoy, y por consecuente, no le había podido contar todo lo que había ocurrido en esos días.  

Después de terminar la jornada del martes, había arreglado con el Cuti que Enzo iría hasta el campo de los Martínez, que no quedaba tan lejos, y que juntos se irían en sus respectivas motos hacia lo de Enzo a tomar unos mates y charlar. 

 

La cuestión era que, los campos quedaban en cierta zona del pueblo, y para ir hacia la otra punta, donde estaban comúnmente ubicadas las casas de los trabajadores, había que cruzar el largo del centro -donde predominaban los diversos negocios, como los supermercados o las cafeterías-. 

 

Es cuando se acercan al semáforo que en ese momento se encontraba en rojo, y tanto el Cuti como él, se paran uno a cada lado de una camioneta gris que también se encontraba esperando que el color cambie a verde, que ambos se dan cuenta que los que estaban dentro de dicha camioneta no eran nada más ni nada menos que Julián y su novio. 

 

Cristian había quedado del lado de Alexis, y como realmente el primero sostenía que el novio del castaño le caía muy mal, no tuvo la mejor idea que hacer retumbar el sonido del caño de escape de su moto, simplemente con el afán de molestar un poco al colorado. 

 

Pero lo que su amigo justo pudo captar con la mirada antes de que el color del semáforo cambiara y la camioneta arranque a toda velocidad, es como Julián lo saludaba amigablemente con una sonrisa a Enzo, y este le devolvía el saludo con la mano, ya que su cara se encontraba tapada por el casco blanco y rojo del morocho. 

 

Sin salir de su asombro, Cristian se quedó parado hasta que vio a Enzo acelerar y seguir hacia donde pensaban ir. No veía la hora de llegar a la casa de este último para taladrarlo con la gran cantidad de preguntas que tenía para hacerle. 

 

-Mira vos ni me hables, - le dice Enzo a su amigo con la cara seria. -¿Para que le hacés ruido con la moto al otro estúpido? Después va a pensar que somos unos negros bárbaros. -

 

-Primero y principal, - le dice su amigo con una sonrisa. -Somos unos negros bárbaros, no te hagas el loco. - con énfasis en la palabra “somos”. 

 

-Segundo, - continúa. -El colorado de todas formas ya piensa que somos unos villeros, y sabemos que Juli no, así que si por lo menos tengo la oportunidad de romperle las pelotas un poco, lo voy a hacer. - 

 

-Igual, - le dice su amigo ahora cambiando su sonrisa por un semblante serio. -Vos no te hagas el estúpido, ya me estás contando desde cuando vos y Julián se saludan así. -

 

Enzo, después de suspirar y entender que simplemente así era la forma de ser de su amigo, le cuenta todos los hechos que habían transcurrido los últimos días con una sonrisa mientras pone el agua para el mate. 

 

Después de que su amigo reaccione exageradamente al escuchar la historia, -levantándose de su lugar en la mesa de madera y yendo hacia donde estaba Enzo terminando de preparar el mate para abrazarlo y levantar un poco sus pies del piso-  y este último lo haya insultado un poco por levantarlo de esa forma, es cuando Cristian le dice en forma de broma.

-Ves gato, yo siempre te tuve fe. Encara Messi, encara Messi. - su amigo no puede evitar reírse de su propio chiste. 

 

-¿No ves que no se te puede contar nada? Es al pedo con vos. - le dice Enzo ofendido. 

 

Por suerte para el morocho, después de que Cristian le haya hecho burla un par de veces más, pudieron seguir hablando de otras cosas por lo que restaba de la tarde. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Ese mismo día lunes, cuando Julián se había ofrecido a ayudarlo con la escuela, Enzo había acordado con el más bajo antes de irse, que el miércoles al terminar la jornada en lugar de irse hasta su casa, el morocho iría directamente a la casa de el castaño. Ya que su horario de trabajo finalizaba treinta minutos antes del comienzo del partido de ese día, e ir hasta la otra punta del pueblo para después volver no tenía mucho sentido. 

 

Y como el martes había pasado casi toda la tarde con su amigo, Enzo usó las horas que tenía antes de entrar a trabajar a las 9 de la mañana ese día miércoles, para ir hasta su viejo colegio para averiguar lo necesario para poder iniciar con sus estudios de nuevo a eso de las 8. 

 

Una vez ahí, le comunicaron que para poder obtener su título del secundario, debía rendir y aprobar todas las materias que le habían quedado pendientes, básicamente las de los últimos dos años. 

Esto desanimó un poco a Enzo ya que sentía que eran muchas materias, y no quería abusar de la amabilidad y el tiempo de Julián. El morocho de todas formas ya sentía que lo había hecho al aceptar, pero cuando vio la mirada suplicante del otro, sintió que no había nada que el castaño pudiera pedirle con esos ojos que Enzo no vaya a aceptar de inmediato. 

 

Así que con todas las materias anotadas en un papelito, fue con su moto hasta la fotocopiadora del pueblo, donde le había dicho la secretaria que lo atendió que ahí estaría lo que necesitaría para arrancar. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Faltaba solo un par de minutos para que llegue el momento de que Enzo tenga que ir hasta la casa de Julián, y sus nervios eran claramente visibles al darse cuenta de que le había preguntado a Lautaro que se suponía que era lo siguiente que tenían que hacer por tercera vez en una misma hora. 

 

Por eso este mismo le pregunta, -¿Qué onda, pasa algo? -

 

Enzo trata de poner su cara más convincente cuando le dice, -No no, no pasa nada. -

 

Aunque claramente su actuación no resultó convincente cuando lo único que hace Lautaro es seguir mirándolo fijo. 

 

-Enserio te digo tarado, ¿Qué me va a pasar? - le contesta Enzo esperando que esta vez Lauti si le crea y deje el tema.

 

Pero resulta obvio que no es así cuando su compañero no solo lo sigue mirando sino que ahora lo hace incluso con una cara más seria. 

 

Hasta que Enzo suspira y se rinde, -Nada, ahora me voy a juntar con Juli nomás. -

 

-¿Ah sí? ¿Y cómo es eso? - le pregunta burlonamente Lautaro con una sonrisa pícara.

 

-No seas boludo, - le dice Enzo en un tono cansino. - No es lo que vos pensás, nos vamos a juntar a estudiar un rato mientras vemos a River juntos, nada más. -

 

Y Enzo espero que su compañero lo deje de joder, o incluso hasta que se burlara un poco más, lo que no esperaba es que este le dijera con la cara llena de confusión, - Pero esperá, ¿Vos no me habías dicho una vez que tenías la ley irrompible de que no mirabas los partidos de River con nadie? -

 

Y si Juli era la única persona por la que él rompería su ley universal, no tenía que enterarse nadie más que su amigo. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Eran las 3 de la tarde y Julián sentía que iba a sufrir un colapso nervioso en cualquier momento. 

 

Desde que se había levantado ese día a las 10:30 de la mañana que no podía hacer otra cosa más que mirar el reloj en su cocina fijamente en el afán de hacer que el tiempo transcurra más rápido. 

 

Pero ahora que tan solo faltaban dos horas para que el morocho termine de trabajar y vaya hasta su casa, y Julián sentía que moriría de los nervios. 

 

Para que entiendan la gravedad de la situación, el castaño ya se había cambiado tres veces de outfit -insistiendo en que quería buscar la opción más fresca y cómoda posible para estudiar con Enzo, no por ninguna otra cosa- y había comprado tanta cantidad de comida que parecía que planeaba invitar a una multitud. 

 

Una característica de Julián que lo avergonzaba un poco, es que cuando se ponía ansioso por algo, cocinaba como método para canalizar sus nervios. 

Y no sabía cómo, pero su cocina no solo había terminado repleta de diversas facturas y galletitas saladas que había comprado para Enzo, sino que también le había horneado un bizcochuelo con forma de corazón -en su defensa, era el molde que estaba más abajo en la alacena, para agarrar el molde redondo debía estirarse mucho- 

Aunque todavía no tenía en claro si le ofrecería la torta a Enzo, ya que le daba mucha vergüenza. 

 

Para tratar de que la última media hora que quedaba pase un poco más rápido, se sentó en su sillón gris en forma de “L” que estaba situado enfrente del televisor para tratar de ordenar sus apuntes viejos de la escuela. Orgullosamente, Juli podía decir que siempre se había sacado buenas notas, y esperaba sinceramente poder ser de ayuda para el morocho. 

 

Es así como unos minutos más tarde puede empezar a ver la figura del más alto acercarse hacia su casa.

 

Cuando el morocho ya casi estaba en la puerta y Julián se para a recibirlo, es bendecido con la hermosa sonrisa de Enzo.

 

-Hola Juli, ¿Cómo estás? - lo saluda este último.

 

-Hola Enzo, - le responde el saludo el castaño con una sonrisa idéntica a la del otro. -¿Mucho calor hoy? ¿Querés un poquito de agua? -

 

-Dale gracias, no hoy por suerte esta hermoso, ayer me aniquiló el sol. - le responde el más alto antes de entrar. - Permiso. - dice. 

 

-Sisi, pasá tranquilo y sentate, yo voy a preparar un mate para nosotros. - le dice Julián yéndose hasta la cocina para también agarrar un vaso, la cual quedaba detrás del comedor en la otra punta de la planta baja, mirando hacia la parte de atrás de su casa, mientras que Enzo se sentaba en la mesa cerca de la entrada, que tenía al living con el televisor de frente. 

 

Mientras Julián pasa el agua caliente desde la pava al termo, escucha que Enzo le pregunta desde su lugar en tono dubitativo, -Eh, ¿Juli? -

 

-¿Si? - responde este un poco preocupado.

 

-¿Toda esta comida para quién es? - Y si Julián ya no se había muerto de vergüenza, definitivamente rogó que le caiga un rayo del cielo cuando se dio cuenta de que no solo no había escondido la torta, sino que la había dejado arriba de la mesa, donde ahora se encontraba sentado Enzo. 

 

Consideró todas sus opciones, como mentir y decir que la torta era para Alexis, pero una sensación desconocida lo ponía muy incómodo con la idea, por lo que optó por su otra opción, decirle la verdad. 

 

Así que aprovecho que en ese momento no estaba viendo al morocho a la cara para decirle, -Perdón, es que no sabía que te podía llegar a gustar así que intenté tener un poco de todo.- 

 

Para mala suerte de Julián, ya había terminado de preparar el mate, por lo tanto debía enfrentar a Enzo en el comedor. 

 

Cuando llega, este lo mira con los ojos brillantes y le pregunta suavemente, -¿Y la torta? -

 

Juli llena sus pulmones de aire y le responde casi en un susurro, -Yo la hice, - deja salir el aire. -Para vos. - 

 

Enzo se queda en silencio por un momento, lo que preocupa a Julián, hasta que comienza a decir, -Dios, sos lo mejor que me… - pero parece volver en sí, y no termina de decir lo que estaba diciendo, dejando con las ganas al castaño de escuchar lo que pensaba.

 

-Nada, simplemente gracias, hacés muchísimo por mí. No se si lo merezco. - es lo que termina diciendo Enzo en realidad. 

 

La forma en que lo había dicho, había conmovido a Julián, quién había podido sentir la verdadera gratitud del morocho a través de sus palabras, así que responde con una sonrisa que buscaba transmitir la calidez que sentía, -Basta de agradecerme Enzu, ya te dije que lo hago porque quiero. - 

 

La conversación llega a su fin cuando ambos se dan cuenta que el partido ya estaba próximo a arrancar, así que Julián se sienta a la derecha de Enzo, los dos sentados en las sillas en dirección a la tele, y comienzan finalmente con lo que tenían planeado después de compartir una última sonrisa. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Deciden tomarse un descanso cuando llega el entretiempo.

Habían decidido arrancar por matemáticas, que Enzo le había comunicado a Julián era el tema que más se le dificultaba. 

 

Así que aprovecharon este descanso para conocerse un poco más mientras comen un poco de todo lo que había, y que el morocho pueda despejar su cabeza un poco de los números -y letras, para desgracia de Enzo-.

 

-Posta te digo, la gente que me vio jugar dice que soy buenísimo. - Enzo se encontraba contándole a Julián que había arrancado a jugar al fútbol desde muy chiquito, y que era algo que todavía le encantaba hacer tanto como el primer día.

 

A Juli le había causado mucha gracia el tono agrandado con el que le había dicho eso el morocho, así que le dice entre risas. -¿Estás seguro? ¿Cómo sé que no me estás mintiendo? - con el afán de bromear con el más alto. 

 

Hasta que este le responde, -Si no me creés preguntale al Cuti, me vinieron a buscar los de Defensa y Justicia cuando tenía más o menos trece, pero bueno, mi mamá me quiso convencer pero no quise ir para no dejarla sola. - 

 

Julián, realmente sorprendido por la historia que contaba el morocho, le pregunta, -¿Pero no te convenía ir? ¿Y si llegabas a primera? - 

 

-Los que me vinieron a buscar me dijeron que yo tenía muchísimo potencial, pero yo sabía que eso no me aseguraba nada. Y preferí quedarme con mi mamá para ayudarla si ella me necesitaba. - le responde Enzo con una leve sonrisa triste. 

 

Otra vez Julián escuchaba como Enzo había sacrificado sus sueños y metas personales para trabajar en el campo, y realmente dolía mucho, le parecía cada vez más injusto. Se sentía totalmente desahuciado, porque sabía que lo máximo que él podría hacer era ayudarlo con la escuela, pero eso era solo para que Enzo pudiera trabajar de otra cosa si quisiera, no para cumplir su sueño. 

 

El más alto pareció darse cuenta de cómo el humor de Julián se había oscurecido, así que le dijo lo primero que se le ocurrió para tratar de que vuelva esa sonrisa tan hermosa.

 

-Los findes jugamos casi siempre con el Cuti y con los chicos, un torneo que se armó con otros equipos de acá del pueblo. Me encantaría que uno de estos días vengas a verme. Solo si vos querés obvio. - le dice Enzo mientras se lleva la mano hacia su cuello tatuado, ya que le había dado vergüenza proponerle eso al más bajo. 

 

Enzo consideraba que no era un plan muy glamouroso para alguien como Julián. 

 

Pero parecía que a este último le habían ofrecido el mejor plan del mundo. -Obvio que te voy a ir a ver, decime la próxima vez que juegues y voy. - 

 

Y toda la vergüenza que había pasado Enzo parecía valer completamente la pena al ver esa sonrisa que lo tenía cada vez más enamorado volver a la cara de Julián. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

[august by Taylor Swift]



Cerca de finalizar el partido, es cuando a Enzo le sale por primera vez un ejercicio que él estaba haciendo por su cuenta. 

 

El morocho se había comenzado a sentir un poco frustrado consigo mismo, porque Julián era excelente explicando lo que sabía -y lo hacía muy suavemente y con paciencia- pero dos años sin haber visto un sólo número le habían pasado factura, y había un ejercicio en particular que le estaba costando muchísimo. 

 

Cuando ambos se dieron cuenta que Enzo había logrado resolverlo después de varios intentos, debido a la emoción del momento, se pararon de sus asientos y se dieron un gran abrazo. 

 

Aunque ese no era el problema -incluso si Julián sentía que podía morir en paz si eso fuera a suceder en ese momento, porque se sentía demasiado a gusto con sus brazos rodeando levemente el cuello de Enzo, y los de este en cambio, rodeando su cintura-, y tampoco lo era el hecho de que al separarse, sus caras habían quedado bastante juntas, el verdadero problema, era que el castaño pudo notar como Enzo miró levemente sus labios y después, muy lentamente, llevó su mano hacia su mejilla.

 

Juli no sabía porque, pero no podía -y más importante aún, no quería- alejarse. 

 

Así que inspiró un poco de aire lentamente, y pacientemente miró hacia los ojos de Enzo, en donde Julián podía jurar ver estrellas. 

 

Es así como el morocho acaricia suavemente su mejilla con un dedo, y posteriormente se lo muestra, diciéndole casi en un susurro para no romper el momento que habían creado, -Tenías una pestaña.- 

Julián sabe que debería haberle agradecido al morocho por el gesto y que después debería haberse alejado, pero sentía casi como si una fuerza antinatural lo estuviera manteniendo en su lugar. 

 

Lo consolaba el hecho de que esa misma fuerza parecía haberse apoderado también de Enzo. 

 

Aunque esa fuerza pareció ceder al mismo tiempo que ambos pudieron escuchar unos pasos acercarse desde afuera, separándose así instantáneamente. 

 

Había una sola persona que Julián no deseaba ver en ese momento, la misma persona que acaba de pasar el umbral de la puerta, Alexis. 

 

-¿Qué haces Julián? - le dice su novio al castaño. 

 

El cual pudo comprender enseguida que su novio se encontraba enojado como pocas veces lo había visto, porque lo había nombrado por su nombre completo, algo que no solía hacer casi nunca, incluso si Alexis no fuera tan cariñoso. 

 

-¿A qué viniste? - hasta el propio Julián se sorprendió de la forma en la que él mismo le había hablado al colorado, pero realmente se encontraba irritado, y no estaba de humor para ir a ningún lugar al que Alexis se lo quiera llevar en ese momento. 

 

Él se quería quedar en la comodidad de su casa, y en la comodidad de Enzo.

 

-¿Eh? Disculpame, ¿No puedo venir a ver a mi propio novio ahora? ¿Necesito tener alguna razón? - si bien Alexis se encontraba discutiendo con él, no era hacia Julián que la mirada de odio del colorado era dirigida, sino a Enzo, quien también se encontraba mirando fijamente hacia su novio. 

 

Lo que pareció molestar a Julián incluso mucho más, quién soltó una risa sarcástica al decir, -Y contame, Ale, ¿Posta viniste a verme o viniste para llevarme a las rastras a algún lado?

 

Esta pregunta pareció molestarle mucho al colorado, quién intentó acercarse de forma apresurada hacia donde estaba Julián. Algo que no pudo lograr porque Enzo se paró en frente del castaño. 

 

A lo que Alexis ríe y dice, -¿Y que tiene si venía a buscarte para ir a algún lado? De todas formas no te veo haciendo nada importante, - mirando despectivamente al morocho. -Ya le avisé a tu papá que nos íbamos, así que agarra la mochila y vamos que parece que se está por largar a llover. -

 

Así que Julián hizo algo que nunca creyó que sería capaz de hacer cuando se trataba de su novio. 

 

Decirle que no. 

 

-Te agradezco por pensar en mí, pero no quiero ir a lo de tu amigo, prefiero quedarme acá con Enzo. - le dice Julián con una renovada valentía al sentir al morocho delante de él protegiéndolo. 

 

Julián esperó que Alexis se enoje incluso mucho más, pero se ve que este tampoco esperaba por nada del mundo que el castaño le dijera que no. 

 

Así que antes de reír secamente para posteriormente darse la vuelta e irse, este le dice a Julián, -Está bien podes hacer lo que quieras, pero no creo que tu papá apruebe mucho lo que estás haciendo. - 

 

Haciendo referencia a que planeaba contarle al padre de Julián sobre lo ocurrido. 

 

Después de un tenso silencio, Enzo finalmente habla, -Perdón Juli, no quería que tuvieras quilombo, con él o con tu papá. Me voy si querés. - 

 

Una alarma se encendió en la cabeza de Julián ante esas palabras, -No porfa, no le des bola, me tiene cansado, prefería pegarme un tiro que tener que ir a la casa del mononeuronal de Alejandro y tener que aguantar a todos los otros. - 

 

Algo en la forma tan seria en la que Julián lo dijo le causó muchísima gracia a Enzo, que responde después de soltar una carcajada, -Viste, eso te pasa por andar con un bostero. - 

 

La risa es inmediatamente contagiada a Julián, que le contesta al morocho con un repentino falso tono serio, -Debe haber quedado resentido desde que murió en Madrid. -

 

Lo que hace que ambos se miren fijamente por unos segundos antes de estallar en risas de nuevo. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Gracias a Enzo, Juli pudo rápidamente dejar atrás el feo momento que le había hecho pasar su novio. 

 

Pero lamentablemente para ambos, la sesión de estudio había terminado por hoy. 

 

Sintiéndose decepcionado, Julián acompañaba al morocho hacia donde este último tenía estacionada la moto -a unos metros de la puerta de su casa y de la tranquera- debido a que después de mucho insistir, el castaño había logrado que Enzo aceptara llevarse los restos de comida que habían sobrado de hoy. 

 

Cuando llegan hasta donde está la moto y Enzo se sube, Julián le alcanza las bolsas donde el más bajo le había puesto el resto de comida al otro para que se la lleve.

 

-¿Estás seguro Juli? - le pregunta el morocho una vez más.

 

A lo que Julián le responde, -Enzu, ya te dije que sí, ¿Para qué quiero yo semejante cantidad de comida? A mi papá no le gustan casi nada las cosas dulces. - El castaño continúa. -Pero esperá, no le des de probar la torta a tu mamá que me da vergüenza, literal me acuerdo que las que ella hacía eran las más ricas que probé en mi vida. -

 

Enzo se ríe levemente y le dice, -La tuya también estaba riquísima, le podes hacer competencia. Cuando la vayas a visitar le digo que te haga una exclusivamente para vos, ella te ama seguro se va a poner re contenta. -

 

Y Julián no sabía qué suceso quería que llegue primero, si la visita a la casa de Enzo para volver a ver a Marta, si el sábado -cuando habían arreglado que sería su próxima sesión de estudio-, o el día en que pudiera ver a Enzo jugando al fútbol. 

 

De todas formas lo que sí sabía, es que no quería ningún plan que no incluya al morocho que cada vez se hacía de un lugar más grande en su corazón. 

Notes:

- se vienen cositas lindas muchachxs agarrénse de donde puedan
- dejo acá mi tw @yoonminbabes_ no es para que me sigan ni nada, eso no me interesa, es x si alguien tiene una duda o preguntita y prefiere hacerla por ahí
- debería cambiar el tag de fluff por tooth rotting fluff, la cosa me está quedando empalagosa (pero me encanta)

Chapter 5: Cherry

Notes:

- gente, una sola cosa tengo para decir, agarrense de donde puedan, en este cap me hice sonrojar hasta yo misma.
- espero que no les resulte muy empalagante, yo avise que no iba a ver mucho angst (mucho, no nada)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Julián tuvo que alejar un poco el teléfono de su oreja al escuchar a su amigo. 

 

-¿Vos estás en pedo? ¿Cómo vas a juntarte conmigo que me ves todos los días en vez de con tu amorcito con todo lo que te costó? - 

 

El castaño eligió ignorar la forma en la que Lisandro se había referido a Enzo como su “amorcito” y le responde, -Si pero me cosa, hace días que nosotros no nos vemos. -

 

Resulta que Lisandro se había ido de viaje con sus padres, y su amigo le había dicho a Juli que llegaba ese mismo sábado, y que si estaba libre lo iba a pasar a buscar para verse un rato ya que lo había extrañado esos días que no estuvo en el pueblo. 

 

Pero el sábado era el día en el que había arreglado con Enzo que se iban a juntar para estudiar. 

 

Si bien Julián había esperado este sábado ansiosamente, y tenía muchísimas ganas de verlo al morocho, también había extrañado mucho a su amigo, y no sabía si era lo correcto decirle que ese día no podía. 

 

Esto mismo le comunicó a su amigo, que a esta hora de la mañana se encontraba gritándole mediante la llamada.

 

-Si tarado pero nosotros nos vimos antes de que yo me vaya, y nos podemos ver cualquier día una vez que yo esté allá. - Le dice Licha tratándolo de convencer, -Escuchame una cosita, yo te veo dejando pasar esta oportunidad y no te vas a juntar ni con él ni conmigo porque te voy a matar yo primero. - 

 

A Julián siempre le había causado mucha gracia la forma que tenía su amigo de “amenazarlo”, por eso le contesta entre risas leves, -Está bien, está bien, me voy a juntar con Enzo. Te calentás enseguida vos también. - 

 

-Vos me hacés calentar. - le responde su amigo mientras Juli sigue riendo. 

 

El castaño no veía la hora de que llegara la tarde. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Julián estaba preocupado. 

 

Algo muy común en esta época eran las lluvias de verano, intensas y totalmente impredecibles. Y si bien el castaño las disfrutaba y mucho, hoy no era uno de esos días. 

Ya que no sabía si Enzo se iba a querer quedar estudiando con él cuando una lluvia fuerte parecía avecinarse -si los truenos, relámpagos y la sofocante sensación de humedad no eran indicios suficientes-. 

 

De todas formas, todavía quedaba una hora para que el morocho finalice su horario de trabajo y vaya hasta su casa. Así que decidió matar el tiempo y prepararse un té para posteriormente ir hacia los sillones de la galería a disfrutar el olor a lluvia que se había intensificado en el ambiente -otra de las cosas favoritas de Julián para hacer en el verano, tenía muchas, pero por algo era su estación favorita-. 

 

Cuando está en la cocina calentando el agua para hacerse su té preferido, cree escuchar que alguien grita su nombre. Mira por las ventanas que dan hacia la parte de atrás de su casa pero no ve a nadie, así que pensó que se lo había imaginado. Hasta que cree escucharlo de nuevo, esta vez un poco más fuerte. 

 

Parece que el grito proviene de la parte de adelante, así que se acerca hasta allí y puede ver como una figura a la lejanía se acerca corriendo hacia donde está él. 

 

Enzo. 



No sabe por qué, pero inmediatamente comienza a correr también en dirección del morocho, con un sentimiento parecido a la desesperación. 

 

Cuando se encuentran, a varios metros de la entrada de la casa de Julián, y la lluvia parece estar a punto de comenzar, el castaño le pregunta con en un tono lleno de preocupación, -¿Que pasó Enzo? ¿Por qué corrías así? -

 

Al otro le lleva unos momentos recuperar el aliento, como si viniera corriendo desde una distancia aún más larga, pero posteriormente le dice, -Vení conmigo Juli. Ahora. - Y entrelaza sus manos, para comenzar a llevarlo hacia donde él pretendía. 

 

Julián sin dudar comienza a seguir al morocho que ya había arrancado a caminar rápidamente por la dirección en la que había venido corriendo, e incluso si pudiera perderse por horas en la sensación cálida de sus manos entrelazadas, sigue sin saber que lo tenía tan desesperado al más alto, así que vuelve a preguntar, -¿Pero qué pasó? -

 

Y este le responde muy lentamente, -Es Mili. Está por parir. - 

Y eso no sería malo, si a Mili no le faltaran por lo menos cuatro meses más para su fecha. 

 

Así que después del segundo al que a Julián le tomó procesar lo que le había dicho Enzo, ambos empiezan a correr hacia donde se encontraba ella, aún con sus manos entrelazadas, bajo la intensa lluvia que había comenzado en ese momento. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Si bien Julián amaba a los animales y por eso planeaba estudiar para ser veterinario, no significaba que él tuviera los conocimientos suficientes para ayudar a su amado animal, así que una vez que habían llegado, Juli aprovechó bajo el improvisado techo que le habían armado a Milagros junto con su padre para llamar al veterinario de confianza de este último, ya que su papá no se encontraba en casa tampoco, llamó a el mismo doctor que le había sido de gran ayuda en su momento al castaño para salvarla cuando la ternera era bebé. 

 

Este le había comunicado vía llamada que se le iba a imposibilitar por el momento llegar hasta el campo de los Álvarez debido a que las calles de tierra ya se encontraban casi inundadas por la tan intensa lluvia en tan pocos minutos. 

 

Julián comenzó a desesperarse, hasta que el doctor lo tranquilizó diciéndole que era muy común que algunas vacas sufran este tipo de falso parto prematuro, y que seguramente sea una falsa alarma. 

 

Con la ayuda de Enzo, que a cada rato acariciaba suavemente la espalda de Julián de arriba hacia abajo para buscar tranquilizarlo, siguieron las instrucciones del veterinario para poder identificar si esta era simplemente una falsa alarma. 

 

Juli dejó salir el mayor suspiro de alivio cuando pudo confirmar que simplemente se trataba de eso, y que no había nada por lo que preocuparse. Después de agradecerle enormemente al doctor por haberlo ayudado aún estando con otro paciente, corta la llamada. 

 

-Dios Mili, casi me matás de un infarto. - suelta el castaño con una risa nerviosa mientras se agacha para acariciarla. 

 

Enzo se agacha junto a él y dice con una sonrisa, -No seas así, mira la carita que tiene, seguramente quería tu atención nomás. -

 

-¡Pero prefiero que entre caminando por la puerta de mi casa si quiere mi atención a que vuelva a hacer esto! - exclama Julián escandalizado. 

 

-Me parece que está demasiado gorda para ir caminando hasta tu casa, si ya termino muerto yo, imaginate ella. - le dice el morocho seriamente.

 

-¿Le acabas de decir gorda a Mili?, - pregunta Julián fingiendo estar ofendido. -¿Escuchaste lo que te dijo Enzu, Mili? Yo que vos hago algo. - le dice el más bajo al animal en forma de broma.

 

Pero casi como la vaca hubiera podido entender perfectamente lo que le había dicho Julián, se impulsa para adelante de forma repentina con el afán de que Enzo le siga haciendo caricias leves en su cabeza, pero sorprendiendo al morocho en el intento, por lo cual este termina cayendo de espaldas en el barro que se había formado en el suelo gracias a la lluvia. 



[Style by Taylor Swift]



Julián no recuerda la última vez que le había agarrado un ataque de risa de tal magnitud. 

 

Mientras el castaño no parecía poder parar de reír, el morocho le dice sin malicia real en su tono, -Sisi dale vos reíte nomás, encima que te fui a avisar. - 

 

Todavía tratando de contener la risa, Julián le pregunta, -¿Querés que te ayude a levantarte? -

 

A lo que el morocho le contesta sarcásticamente con una sonrisa, -No vos sabés que está divino acá el barro, la estoy pasando re bien con la espalda y culo todo mojados. - 

 

Lo que parece no ayudar en nada a calmar el ataque de risa que estaba sufriendo el castaño.

 

Así que como pudo, le dio la mano al más alto y trató de impulsarlo hacia arriba para que pueda levantarse, hasta que sin querer, uno de sus pies no se clava firmemente en la tierra y Julián terminaba resbalando gracias al barro hacia atrás. 

 

Llevándose a Enzo consigo. 

 

Si le preguntaran a Juli como creía que terminaría su día sábado, podría haber respondido muchas cosas, pero ninguna de ellas hubiera sido de espaldas en el barro con Enzo entre sus piernas, con una mano sosteniéndose a cada lado de su cara para no aplastarlo con su peso. 

 

Y Julián podía jurar que con su pelo pegado a su frente debido a la lluvia, y sintiendo su respiración tan de cerca, Enzo se veía mucho más hermoso. 

 

Este también parecía querer aprovechar la cercanía, porque no dejaba de subir y bajar la mirada repetitivamente entre sus ojos y sus labios. 

 

Julián sentía que de repente se había olvidado de cómo respirar cuando sin querer su vista también baja hacia los labios de Enzo, y ya no los puede despegar de ahí. 

 

Hasta que el morocho sonríe con una de esas sonrisas en las que no parece poder dejar de pensar y le dice, - Álvarez, ¿Acaso vos hiciste todo esto apropósito para tenerme así? -

 

Con la cara roja como un tomate, pero con una gran sonrisa en su cara debido a que le había parecido graciosa la forma en la que había dicho eso el morocho, le responde -Vos sos un desubicado, así que ahora me tenés que llevar a cocochito hasta casa porque me hiciste caer en el barro con mi remera blanca. -

 

-Yo no te hice caer, vos me hiciste caer a mí. Pero bueno dale, vamos mi príncipe, que me estoy cagando de frío. - le dice Enzo con un apodo en forma de cariño.

 

Julián no se levanta, primero porque el apodo lo había sorprendido -y le había encantado, pero eso quedará entre Dios y él- y segundo porque el morocho todavía no había salido de entre sus piernas. 

 

Pero por suerte este parece darse cuenta de lo mismo casi al mismo tiempo, así que con un leve sonrojo sale de donde estaba, dándole la mano a Julián para ayudarlo a levantarse -ahora sí con sus pies firmes-. 

 

Enzo se pone de espaldas y se agacha levemente para que Julián se suba, y una vez que el morocho logra un firme agarre en sus piernas, salen de esa forma entre sonrisas bajo la lluvia hacia la casa del último.

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Una vez que llegan, es un poco tarde para estudiar, ya que tardaron más de lo que creían en volver debido a que la -todavía- intensa lluvia les dificultaba un poco el camino. 

 

Pero Enzo tampoco podía irse a su casa, primero porque Julián nunca lo dejaría salir a la calle bajo la lluvia en moto, y segundo que hasta que no parara, las calles iban a seguir bastante llenas de agua. 

 

Así que Julián le ofreció a Enzo bañarse en su casa debido a que ambos se habían llenado de barro cuando habían caído, y no tenían otra cosa que hacer, porque no podían estudiar embarrados. 

 

Con un poco de vergüenza, el morocho acepta después de que el más bajo le haya asegurado más de diez veces de que no había problema con que use su ducha o con que use la ropa de Julián que este pensaba prestarle -incluso si fuera un talle más chica- porque no quería seguir ensuciando a cada lugar que pisaba. 

 

Así que el más bajo lo guía hasta el segundo piso donde quedaba su habitación con su respectivo baño, y una vez que este entrara, el castaño debatió unos minutos sobre en donde debía esperar al más alto. Ya que si bajaba, probablemente no lo escucharía si este lo llamaba por algo, así que decidió esperarlo afuera de su habitación, en la base de la ventana ubicada en el pasillo -que tenía numerosos almohadones para servir como asiento y así poder mirar hacia afuera-, después de haberse cambiado el pantalón sucio por un short deportivo. 

 

Después de un rato de escuchar levemente el ruido de el agua corriendo, comprueba que hizo bien cuando puede escuchar como Enzo lo llama.

 

El castaño entra a su habitación y se para afuera de la puerta del baño, para preguntarle al morocho, -Si Enzu, ¿Qué pasó? - 

 

La respuesta se hace esperar un poco, pero cuando llega, hace creer a Julián que el destino le estaba jugando una mala pasada, porque Enzo le responde con un tono que sugiere que se lo estaba diciendo con una sonrisa en la cara, -Ya termine pero, - después de una pausa este dice, -Nunca te diste cuenta de darme la ropa antes de que entrara. -

 

Si Julián en este momento pudiera abrir la ventana de su habitación y lanzarse, crean que lo haría, pero no puede dejar al morocho desnudo en el baño, así que tragándose la mayor vergüenza que sintió en su vida, le dice, -Si perdón, ahí te la alcanzo. -

 

El castaño creyó que cuando tocó la puerta levemente con sus nudillos para avisarle al otro que ya tenía la ropa, este último abriría la puerta levemente para sacar su mano y agarrarla. 

 

No que la abriría del todo. 

 

Gracias a Dios -o a quién sea- el morocho tenía puesta una toalla agarrada a sus caderas, y Julián jura que trató, pero no pudo mantener la mirada mucho tiempo en los ojos del otro. 

 

El castaño entendió inmediatamente que hasta ahí había llegado su suerte, porque Enzo pareció darse cuenta de lo mismo, ya que se queda en silencio por unos segundos hasta que se apiada de Juli y lo saca de sus pensamientos, diciéndole con una sonrisa que trata de disimular -Gracias por la ropa, ¿Está todo no? -

 

-Si, - responde este haciendo un gran esfuerzo en no mirar hacia ningún otro lugar que no sean los ojos de Enzo, - Está todo. Te espero abajo. -

 

Y Julián no le dio tiempo al otro a contestar porque cerró la puerta y salió disparado hacia abajo tratando de ignorar una sensación desconocida que se instalaba debajo de su estómago. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧



Después de que haya sido el turno de Julián de bañarse, y este haya aprovechado ese momento para tratar de despejar sus pensamientos sobre lo ocurrido hace un rato, el castaño baja hacia el comedor donde lo estaba esperando Enzo. 

 

Eran alrededor de las 7 de la tarde, y como la lluvia había disminuido pero no parado, ambos decidieron que sería bueno aprovechar la luz natural y la brisa llena de olor a lluvia que se había producido gracias a esta, para sentarse en el juego de jardín -al resguardo de la lluvia gracias al techo de la galería- para estudiar un poco. 

 

Julián le ofreció algo para tomar antes de comenzar, y Enzo, con vergüenza le preguntó si no podían tomar una chocolatada. Esto al castaño le habría producido semejante cantidad de ternura, ya que el morocho se lo había pedido como un nene chiquito, que aceptó inmediatamente y se puso a preparar una para cada uno. 

 

Después de un largo debate sobre si la chocolatada llevaba azúcar o no -donde no se pudieron poner de acuerdo- , ambos se pusieron a trabajar hoy en un trabajo práctico sobre literatura que le habían mandado a hacer a Enzo. 

 

Pero Julián tenía la sensación de que este último quería preguntarle algo, ya que lo encontró mirándolo a él repetidas veces en vez de hacia la hoja. Así que finalmente el castaño le dice con una sonrisa, -¿Qué me querés preguntar? -

 

-¿Quién dijo que yo te quería preguntar algo? - dice el morocho haciéndose el desentendido, pero no logro mirarlo al más bajo a los ojos cuando lo dijo, así que después de un suspiro finalmente le contesta.

 

-Bueno, pero antes que nada quiero que sepas que seguramente sea una estupidez y que estás en todo tu derecho a decir que no. - le dice Enzo.

 

Julián duda que haya algún plan que le pueda proponer el morocho al que él se vaya a negar, pero de todas formas le dice, -Bueno pero dale, decime. -

 

Enzo suspira una vez más. -Nada, el boludo del Cuti me estuvo taladrando con que le hagamos la gauchada de juntarnos nosotros con él y que lo invites a Licha. - 

 

-Ya sabés que el pesado está enamorado de tu amigo, no me deja de romper las bolas. - sigue diciéndole Enzo, pero con una sonrisa, dando a entender de que no estaba hablando mal de verdad de su amigo.

 

Y si Juli pensara de verdad que Lisandro no tenía ningún interés por el amigo de Enzo, él se hubiera negado -por más que le encante la posibilidad de verlo al morocho afuera de los confines de su campo-, pero la verdad era que él tenía la leve sospecha de que la atracción de Cristian hacia su amigo podía ser bastante recíproca. Así que acepta. 

 

-Le pregunto a Licha, pero estoy casi seguro de que va a decir que sí. - dice Julián, ya soñando con todos los posibles lugares en donde se podrían juntar. 

 

-Gracias a Dios, si me decías que no te iba a mandar a vos a que hables con el otro, a mí no me iba a creer. - dice Enzo para que después ambos compartan risas leves. 

 

-¿A dónde iríamos? - le pregunta  Julián con curiosidad al otro. 

 

-No sé todavía. No pensé que iba a llegar tan lejos, pensé que me ibas a decir que no. - le responde Enzo para la gracia de Julián, que deja salir una carcajada ante esto. 

 

-Pero seguramente el Cuti pase a buscar a Lisandro en moto, - el morocho se toma una pausa para decir, -Y yo te vengo a buscar a vos. -

 

No sabía por qué, pero la idea de ir atrás de la moto de Enzo con este manejando le traía un sonrojo a sus mejillas. 

 

Hasta que Julián recordó algo importantísimo que le tenía que proponer al morocho. 

 

Abriendo sus ojos, le dice -Bueno, pero voy solo con una condición. - 

 

El más alto lo mira curioso y asiente para que Julián siga hablando. 

-Solo voy si vos venís a la fiesta de Año Nuevo conmigo. - 

 

La fiesta de Año Nuevo es una tradición de su pueblo que viene desde hace más de quince años. 

A cada año le toca a una familia distinta -de la clase alta, de más está decir- hacer una fiesta el primero de enero en su campo. Ahí asisten el resto de las familias de esa clase, los hijos aprovechan para socializar y los padres aprovechan para hacer negocios o intercambiar opiniones. Si había un evento en dónde el verdadero ostento de la clase social saliera a relucir, era sin dudas ese. Este año le tocaba a los padres del amigo de Alexis, Alejandro.

 

Y Juli no podía descifrar el por qué, pero sentía que no podría aguantar a toda la gente que él detestaba en esa fiesta sin la presencia del morocho a su lado. 

 

-Ju, gracias. Pero no hay ningún tipo de chance. - le responde el morocho mientras lo mira como si hubiera dicho la locura más grande del mundo. 

 

-¿Por qué no? Yo te estoy invitando. - le responde con ojos tristes Julián.

 

Y eso era verdad, cada uno que asistía tenía el poder de invitar a una persona, no importa quién sea. Pero obviamente no era para nada común invitar a alguien que no pertenezca a la alta clase. 

 

-Juli, yo te quiero mucho, pero no voy a alcanzar a poner un pie ahí que van a llamar a la policía. - le responde Enzo suavemente tratando de que el más bajo entienda su punto. 

 

Y si había algo que Julián detestaba, era que Enzo se sienta inferior o se compare a la gente de su clase, más que nada porque el castaño conocía a esa gente y lo conocía a Enzo, y podía confirmar de antemano que el último era muchísimo mejor persona. 

 

Así que decidió usar su arma secreta. Si eso no funcionaba, el castaño se rendiría oficialmente. 

 

Con una voz mucho más dulce, y haciendo sus ojos más grandes una vez más, le dice al morocho, -Porfa Enzu, yo también te quiero mucho, por eso te necesito ahí. Te juro que te presto ropa y todo. - 

 

Cuando tremendamente decepcionado Julián piensa que ni siquiera eso había funcionado, Enzo sonríe levemente y le dice, -Está bien, pero solo si me prometés que si la arrancamos a pasar mal, nos vamos juntos. - 

 

Y después de que Julián lo bendiga con la sonrisa más grande que había podido tener el privilegio de ver, el morocho piensa que quizás no sea imposible pasarla bien rodeado de tanto cheto, solo si tenía la dulce presencia de su Juli a su lado. 

 

Total, ¿Qué tanto podía pasar en una noche? 

Notes:

- mili mirándolos a estos dos boludos 👁👄👁
- que dicen mis chimichurris, sale ese 2pa2??? (chiste)
- porfa comentenme por acá o tw si les gustó, yo no vivo a base de comida vivo a base de sus comentarios
- perdón por ponerme gede con las canciones de taylor, es que todas son perfectas para el fic

Chapter 6: Lady Killers II

Notes:

- vamos todos a colectivamente fingir que yo dije que enzo no trabajaba los sábados pero que lo de mili paso un sábado ok?
- estoy a años luz de ser una buena escritora y realmente les pido perdón si notan muchas de estas inconsistencias o errores, yo capaz me doy cuenta 3 años tarde, de nuevo perdón

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Julián estaba muy emocionado. 

 

No solo porque hoy sería el día en que finalmente él y Lisandro se juntarían con Enzo y su amigo, sino porque el morocho le había comunicado el día anterior antes de irse a su casa después de trabajar, que hoy jugarían la final del torneo del que él más alto le había comunicado anteriormente. Y que le gustaría mucho tener la presencia de Juli ahí. 

 

Como Cristian también estaba en el equipo de Enzo y por lo tanto ambos jugarían, el castaño decidió invitar a su amigo para juntos ir a ver el partido que se jugaba por la tarde. 

 

Habían decidido que Licha lo pasaría a buscar por su casa para ir hacia la cancha, y al terminar el encuentro, lo dejaría en esta de nuevo para después él ir a la suya, así ambos podrían prepararse para que los chicos después los pasen a buscar en sus respectivas motos a cada uno. 

 

El partido había arrancado hace más o menos media hora, pero al ser la final, se trataba de un partido muy parejo, de esos que se podían destrabar en cualquier momento gracias a una jugada individual. 

 

Y si había alguien en los ojos de Julián que podía ser perfectamente capaz de lograr algo como eso sería Enzo. 

 

El castaño era muy malo jugando al fútbol, lo había intentado desde más chico pero rápidamente había entendido que él no estaba hecho para ese deporte -por ejemplo, se desenvolvía con muchísima más confianza cuando jugaba al tenis, a veces con su padre, o con sus amigos- pero siempre le había encantado mirarlo, y podía identificar casi al instante cuando un jugador era simplemente excepcional. Y ese era el caso de Enzo. 

 

El morocho se sacaba jugadores de encima con inmensa rapidez, había pases que nada más podía identificarlos él solo, hasta incluso había tenido dos chances que ya habían pegado en el palo, y muchas otras que habían pasado cerca. 

Julián se encontraba simplemente hipnotizado. 

 

Hasta que su amigo le dice desde su lugar en las gradas con una cara de asombro, -Bue amigo, no me habías dicho que el amor de tu vida era literalmente Neymar. -

 

-No es que, - contesta Julián sin siquiera percatarse de cómo su amigo lo había llamado a Enzo. -Yo tampoco sabía que jugaba así, es buenísimo. - 

 

Pero sigue diciendo, -Y vos no te podés quejar eh, tu enamorado es un asesino bárbaro, ya hizo volar como a cinco. - termina Julián entre risas.

 

-Vos no entendés, él solo está jugando, en realidad es muy tierno. - le sigue el chiste su amigo con una sonrisa. 

 

Así siguió transcurriendo casi todo el segundo tiempo, tanto Julián como Lisandro ya habían dejado atrás su porte relajado y estaban sentados casi en la punta de las gradas, ya que el otro equipo también había tenido chances muy prometedoras.

 

Julián casi deja de respirar cuando, ya en tiempo complementario, ve que uno del equipo contrario quedaba casi solo frente al arco, con el Cuti persiguiéndolo a tan solo unos centímetros, este último, dejándolo todo en un último esfuerzo, le logra sacar la pelota del pie al delantero, y casi instantáneamente le pasa la pelota a Enzo, que se encontraba un par de metros más adelante del medio de la cancha. 

 

El morocho comienza a correr, primero esquivando a un defensor del otro equipo, y después al otro, preparándose de una vez por todas para patear. 

 

Julián aguanta el aire en sus pulmones por un segundo pero finalmente lo deja salir en un grito de euforia cuando finalmente la pelota entra. 

 

El castaño no sabe en cuando pasó, perdido en la felicidad del momento, pero cuando los compañeros de Enzo lo sueltan después de ir todos a abrazarlo con inmensa alegría, este corre rápidamente hacia donde se encontraba Julián, lo abraza por la cintura, levantándolo levemente por el aire y le dice suavemente.

 

 -Te lo dedico a vos. - 

 

Juli no sabe por qué, pero el detalle logra conmoverlo enormemente, así que con lágrimas en los ojos, después de decirle casi en un susurro, -Estoy muy orgulloso de vos. - reafirma su agarre con los brazos alrededor del cuello del otro en un fuerte abrazo. 

 

Hasta que pueden escuchar claramente la voz de Cristian decir, -Bueno bueno, a ver si los enamorados se sueltan que el partido no terminó todavía. - 

 

Eventualmente ambos se soltaron con cierto grado de dificultad, y así Enzo volvió a jugar el minuto que quedaba de partido.

 

Y ahí fue cuando Julián se dió cuenta que ninguno de los dos había tratado de negar lo que había dicho el Cuti. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

El castaño no sabía con exactitud qué clase de ropa debía ponerse, incluso si conocía el lugar hacia dónde se dirigían. 

 

Su pueblo era un pueblo relativamente chico, por lo cual, no había una inmensidad de cosas para hacer. Entonces era muy común que diversos grupos de amigos de todas las clases se juntaran con sus camionetas, autos o motos en la entrada del pueblo, donde se podía ver la mayor cantidad de movimiento. 

Ese era uno de los únicos -sino el único- lugar del pueblo en donde era normal ver a grupos de ambas clases sociales mezclados, obviamente cada uno por su lado. 

 

Julián ya había ido bastantes veces ahí, a veces con sus amigos o a veces con los amigos de Alexis, pero nunca había ido con Enzo. Y si bien disfrutaba mucho de ir con sus amigos, el prospecto de ir con el morocho lo llenaba de un tipo de emoción -y ansiedad- que nunca había sentido las anteriores veces que había ido. 

 

Después de terminar de cocinar su segunda tanda de galletitas en el día -él realmente debería buscar como canalizar sus emociones de otra forma- a eso de las 12 de la noche, se terminó de vestir y lo espero a Enzo en la puerta de su casa. 

 

Finalmente después de cinco minutos de esperar, este llega en su moto roja y blanca -como el casco- y para a un lado de Julián para que este se suba después de saludarlo. 

 

El castaño nunca se había subido a una moto tan grande, ya toda la gente que lo rodeaba siempre había tenido camionetas, y esto mismo pudo notar Enzo, si la mirada de incertidumbre en la cara de Julián era un indicio. 

 

-Perdón Juli, nunca me di cuenta de preguntarte si tenías algún problema en que vayamos en moto. Soy un boludo. - le dice el morocho con la mirada triste.

 

-Nono Enzu, no tengo problema, pero me da cosita, nunca me subí a ningúna. - le contesta rápidamente Julián. 

 

-No te hagas problema podemos ir despacito si querés. Mira, - le dice suavemente Enzo, - Apoya el pie ahí y subite, agarrate fuerte de mí. - 

 

Julián, aún dubitativo, se logra subir a la moto después de dos intentos fallidos -que al parecer le habían causado mucha gracia al morocho- y cuando finalmente se sienta, no sabe qué hacer con sus manos. 

 

Pero Enzo no lo deja pensar mucho, porque agarra con delicadeza cada una de sus muñecas, y las pasa por adelante de su cintura, haciendo así que Julián se acerque aún más al cuerpo cálido de Enzo, y logrando un firme agarre entrelazando sus manos delante del cuerpo de este último. 

 

-¿Ahí estás cómodo gordi? - le pregunta con cariño el más alto. 

 

Y después de los varios minutos que a Julián le tomó tratar de calmar su corazón para que Enzo no lo sienta en su espalda y se de cuenta lo que ese apodo había causado en él, este último le contesta, -Si Enzu. Vamos. -

 

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Habían acordado encontrarse como a diez cuadras de “la entrada”, como se le llamaba comúnmente a la zona donde se suelen juntar las personas. 

Ya que el campo de Lisandro quedaba de un lado, y el de Julián, del otro. 

 

Una vez que se encuentran, Enzo y Cristian aceleran levemente haciendo sonar la moto como forma de saludo, y Juli y su amigo se sonríen saludándose con la mano. 

 

Es ahí cuando nota que su amigo no va agarrado del cuerpo de Cristian, sino de la parte de atrás de la moto, lo cual le hace pensar en que quizás él también debería soltarse de su firme agarre en la cintura de Enzo. 

 

Así que lo intenta, pero no puede llegar muy lejos porque este suelta la mano que tenía en el freno y vuelve a poner los brazos de Julián en el lugar en dónde estaban. 

 

El castaño agradece que el morocho le esté dando la espalda y no pueda ver como parece sonrojarse cada cinco minutos. 

 

Después del par de segundos que les tomó llegar -ya que ambos habían subido la velocidad un poco- finalmente se sientan en un lugar libre en el pasto. 

 

Cuando llegan, pueden ver que ahí también se encontraba Paulo con su grupo de amigos, a los que Lisandro conocía mucho más que Julián, y se saludan a la distancia con una sonrisa.

 

Así, habían pasado la casi hora en la que se encontraban ahí. Si bien provenían de diferentes clases, todos habían descubierto que se llevaban muy bien entre los cuatro.

 

Julián estaba teniendo una de las mejores noches de su vida, ya que se encontraba riendo junto a su mejor amigo -una de las personas más importantes de su vida- , junto a Cristian, en el que podía ver la posibilidad de convertirse amigos cercanos en el futuro, y finalmente, con la persona que más feliz lo estuvo haciendo este último tiempo, Enzo. 

 

Si bien el castaño la estaba pasando genial, en la entrada no habían tantos árboles como en otras partes, por lo cual la brisa un poco fría le estaba poniendo un poco la piel de gallina.

 

Enzo, quién se encontraba más cerca del más bajo, parece darse cuenta y le susurra, -¿Querés mi campera gordi? -

 

A Julián no sabía que le había dado más vergüenza, si la propuesta o las miradas y sonrisas de sus amigos al escuchar lo que le había dicho Enzo. 

 

-No Enzu, no te hagas problema. - le contesta suavemente Julián.

 

Pero Enzo hizo caso omiso, y se sacó la campera negra que tenía y se la puso por encima de los hombros al castaño, dejando después su brazo ahí, según el morocho “para tratar de pasarle un poco de calor”. 

 

Julián seguía sin poder calmar el rojo de sus mejillas, incluso 20 minutos después, pero se ve obligado a hacerlo cuando una camioneta gris que venía a gran velocidad estaciona bruscamente a un lado de ellos.

 

La camioneta de Alexis.

 

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Enzo sabía que lo que quería el novio del castaño era buscar una reacción en él, porque siendo sinceros, entendía perfectamente que si Alexis aparecía con golpes, para posteriormente culparlo a él ante el padre de Julián, no sería muy difícil saber a quién le creería su patrón. 

 

Una vez que Alexis se baja, y Cristian y Enzo se paran desde donde se encontraban sentados -Lisandro no se encontraba con ellos en ese momento porque había ido hacia donde se encontraba el grupo de Paulo a saludar- el morocho puede escuchar como el colorado le dice,

 

-Rajá ya de al lado de mi novio negro de mierda. - Para posteriormente pegarle un empujón.

 

Enzo sabía lo que tenía que hacer, alejar a Julián de esa situación lo más rápido posible.

 

Una ventaja que los tantos años de amistad habían creado entre Cristian y él, es que podían entenderse perfectamente mediante algunas señas. 

 

Cuando Enzo le señala con la cabeza a Julián, para después señalar la dirección de su propia casa, Cristian entiende rápidamente que el morocho quería que lleve al castaño a la casa del más alto, y así dejar a Enzo y Alexis solos.

 

-Vamos Juli, te llevo a tu casa. - le dice Cristian al más bajo. 

 

Pero no iba a ser tan fácil, ya que Julián dice con desesperación, -Yo no me voy a ir a ningún lado, y Enzo tampoco. Andate Alexis, no te quiero ver ahora. - 

 

Pero eso solo logra hacer enojar más al novio de este, que lo mira a Enzo y dice, -¿Por qué en vez de decírmelo vos no me lo dice tu nuevo amigo? - 

 

Y así Enzo entendió que era ahora o nunca, ya que si Alexis intentaba golpearlo a él -o por el bien del colorado espera que no, intentar algo contra Julián- este se iba a ver obligado a defenderse. Y era prácticamente seguro que se quedaría sin trabajo al día siguiente. 

 

Por lo cual con una última mirada a su amigo, dándole a entender a este lo que tenía que hacer, se sube a la moto al mismo tiempo que su amigo y le dice al castaño, -Andá con el Cuti. Porfa Juli, nos vemos. - 

 

Se pone el casco, y sale acelerando a la mayor velocidad que le sea posible, al mismo tiempo que su amigo lo sigue un par de metros atrás con Julián a sus espaldas.

 

Y tal como sospechó Enzo, la camioneta que al instante empezó a seguirlos, cuando Cristian y el morocho doblaron en sentido contrario, no decidió seguirlo a Julián. 

 

Lo siguió a él. 

 

Y si bien Enzo sabía que tenía las de perder en las calles de tierra, ya que él manejaba una moto pero el otro manejaba una camioneta, espero que su plan funcionara. 

 

Pretendía guiar al colorado hacía las calles que él sabía contenían la mayor cantidad de pozos, debido a que habían quedado deterioradas con la pasada lluvia. 

Porque Alexis se vería obligado a frenar un poco la velocidad para no romper la camioneta, pero él podría esquivarlos fácilmente con su moto.

 

Enzo se encontraba yendo con la luz apagada, solo guiándose de la luz que le proveía la camioneta, para así comenzar a ir en zigzag e intentar perderlo al otro.

 

Sin querer, es él el que nota un pozo muy cerca de él a último momento, esquivándolo por muy poco, pero la moto no soporta el repentino cambio de dirección y se le va un poco hacia la izquierda, logrando mantener su equilibrio casi de milagro. 

 

Esto hace que Alexis logre acercar su camioneta mucho más a él, pero con una última gran acelerada, Enzo dobla a todo lo que da por una calle que sabe que no tiene salida. 

 

Así, cuando el colorado logra darse cuenta de lo mismo e intenta hacer marcha atrás lo más rápido que puede, Enzo lo esquiva y sale sin luz hacia donde sabe queda su casa. 

 

Una vez que logra perder lo a Alexis, comienza a ir rápidamente hasta su casa, dónde lo esperaba Julián.

 

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Estaciona la moto, y con gran alivio, ve que el castaño lo estaba esperando sentado afuera de su casa. 

 

Pero todo el alivio se esfuma cuando ve que su Juli se encontraba llorando. 

 

-¿Qué pasó gordi? ¿Por qué llorás? - le dice preocupado Enzo.

 

-¿Por qué lloro? ¿Cómo por qué lloro? Dios Enzo. ¿Cómo vas a hacer algo así? ¿Cómo vas a doblar por las calles de tierra yendo tan rápido con el otro imbécil siguiéndote? , - sigue diciendo entre lágrimas el más bajo. 

 

-Pensé que te había pasado cualquier cosa. Ya le mandé un mensaje a Alexis, no lo quiero ver nunca más en mi vida. - termina de decir este.

 

-Ya sé gordi. Fui irresponsable, pero no podía dejar que te haga algo, lo que tenía que llevar para otro lado. - le dice Enzo un poco arrepentido.

 

-No me importa eso a mi Enzo. ¿Qué se supone que haga si te pasaba algo? Tenés que empezar a pensar un poco en vos también. - le dice Julián ahora un poco más tranquilo después de ver que el otro se encontraba bien.

 

-Te quiero muchísimo Enzu. Si te pasaba algo me moría. - finaliza el castaño finalmente dejando de llorar. 

 

Y Enzo sabe que debería sentirse mal, pero no puede negar que amó escuchar esa confesión salir de los hermosos labios del castaño, así que lo abraza fuertemente por la cintura con una sonrisa, y esconde la cara en el cuello del más bajo.

 

Después de estar unos minutos así, disfrutando el calor y la cercanía del otro, Enzo se separa y le dice en un tono bajo, -Yo también te quiero mucho mi príncipe. - 

 

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Julián sentía que después de el gran rango de emociones que había experimentado en un solo día, podría acostarse a dormir y hacerlo hasta la semana que viene.

 

Pero antes de eso, se baja de la moto de Enzo, que lo había venido a traer hasta su casa. 

 

Este último también se baja, y con un último abrazo se despiden. 

 

Pero cuando estaba alejándose Enzo lo toma de su muñeca suavemente y lo acerca a su cara nuevamente, dejando un suave beso muy cerca de sus labios.

 

-Ahora sí. Nos vemos Juli. - dice con una sonrisa el morocho para subirse de nuevo a su moto. 

 

-Nos vemos Enzu. Te quiero. - le dice el castaño para tratar de entrar rápidamente a su casa, ya que le había encantado la acción del morocho, pero lo había puesto muy nervioso. 

 

Pero antes de entrar, puede sin querer escuchar como Enzo se dice para sí mismo, 

 

-Dios, no veo la hora de darte uno enserio. - Y finalmente se va. 

 

Y Julián piensa que él tampoco puede esperar para que llegue esa hora. 

 

Notes:

- NO ME MATEN les juro que el beso ya se siente en el aire está a la vuelta de la esquina, pero OJO xq una vez que pase las cosas van a arrancar a pasar un poco más rápido, x eso estoy haciendo lenta esta parte
- yo también quiero que enzo me diga gordi y que me lleve en su moto y que me dedique un gol 😔
- tranquilxs que alexis va a terminar cagado a palos en algún momento, pero no x quién ustedes creen 😜

Chapter 7: Champagne Coast

Notes:

- antes de dejarlxs leer porfa les pido una sola cosa y no los jodo más, ESCUCHEN la canción que esta en el titulo y que uso para la escena, es mi canción fav de toda la vida y la razón más grande de que esta fic exista, la creé únicamente xq quería hacer algo que tuviera esa vibra y espero haberle hecho justicia

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

Ni los pájaros cantando a alto volumen cerca de su ventana, ni el rayo de sol que a estas alturas del año parecía quemar con su gran intensidad, ni el incesante sonido de su celular parecían poder despertar a Julián del sueño pesado en el que se encontraba. 

 

Había pasado casi una semana del día en que se había juntado junto a sus amigos y Enzo, y todos estos días no había podido ver al morocho debido a que durante estos, estuvo muy ocupado con el trabajo en el campo.

 

Pero eso no significa que no hubieran estado hablando. 

 

El día siguiente al que se habían juntado, Enzo se acercó hasta su casa y le avisó que no iban a poder verse hasta el día de la fiesta, y por eso le preguntó al castaño si le gustaría intercambiar números de teléfono para poder seguir en contacto. 

 

De más está decir que Julián aceptó inmediatamente. 

Durante la semana, estuvieron haciendo llamadas por las noches casi todos los días, hablaban, se contaban sobre sus días, reían, y hasta algunas veces escuchaban atentamente la respiración del otro cuando uno se dormía, llevándolos a ellos mismos a un sueño tranquilo. 

También habían hecho un par de videollamadas cuando Enzo tenía un poco de tiempo libre para continuar con sus estudios -y si pasaban más tiempo mirándose uno al otro que estudiando, era cosa de ellos-. 

 

Pero finalmente, el día de la fiesta había llegado. 

 

Todas las familias solían almorzar juntas, para posteriormente comenzar a prepararse para asistir a la fiesta por las horas de la tarde. 

 

Y esto mismo debería estar haciendo Julián, si no se hubiera acostado a dormir tarde el día de ayer por estar hablando con Enzo. 

 

Habían pasado diez minutos desde las 12 de la noche, y el castaño oficialmente se encontraba inaugurando una vez más un año nuevo en la casa de su campo junto a su familia -si se le podía llamar familia al conjunto de su padre, la novia de éste, y un par de tías que no le caían tan bien junto a sus primos-, y Julián, que ya no soportaba un minuto más en esa mesa, recibe un mensaje que leía,

 

Enzu 

 

Feliz año nuevo gordi. 

Avisame si en algún momento te puedo llamar, te quiero. 

 

(Enviado a las 00:09)

 

Y Julián no podía pensar lo suficientemente rápido una excusa para poder irse urgente de esa mesa, y así poder saludar a quién él realmente quería saludar en ese momento. 

 

Hasta que uno de sus primos, quién se encontraba sentado a su derecha, y probablemente haya sido capaz de ver el mensaje, le dice con una sonrisa, -Juli, - y este lo mira con los ojos reflejando un poco de miedo mientras espera que su primo continúe. 

 

-Andá, ni se van a dar cuenta. Si preguntan yo te cubro. - 

 

Y por cosas como estas, Julián consideraba que su primo Phil -hijo de una tía del castaño que se había ido a vivir a Inglaterra hace muchos años, y había tenido a sus hijos ahí- era uno de los pocos primos suyos que le caían bien, probablemente el único. 

 

Después de agradecerle, y subir volando hacia su habitación, llamó rápidamente a Enzo, y ambos se terminaron quedando hablando entre susurros y sonrisas en sus caras hasta altas horas de la madrugada.

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Incluso si Julián hubiera querido quedarse durmiendo 10 horas más, los incesantes golpes de su padre en su puerta no planeaban permitirlo. 

 

-Si, ¿Qué pasó? - pregunta Juli todavía sin terminar de abrir los ojos.

 

-Dale hijo, tenemos que almorzar ahora. Porque yo en un rato me voy con Silvina y a vos después te viene a buscar Ale. - le dice su padre. 

 

Ah sí, Alexis. Resulta que el día siguiente a la noche que le mandó el mensaje al colorado diciendo que no quería verlo nunca más, y que por consecuente no quería más nada con él, cuando tuvo que almorzar con su padre, la comida casi no le pasó de los nervios que estaba sufriendo el castaño. 

Estuvo todo el tiempo sintiendo que el reproche de su padre era inevitable, y que este iba a llegar en cualquier momento. 

Pero entendió que no era así cuando antes de irse, su padre le dijo que le mande saludos a su novio -del cual no había escuchado desde ese día, para suerte de Julián- de parte suya.

 

El castaño no comprendía por qué Alexis no le había contado todo lo que había ocurrido a su padre, y peor aún, fingía que todavía seguían juntos. Pero la verdad es que eso a Julián no podía importarle menos en este día. 

Hoy finalmente había llegado el día de la fiesta tan esperada por él, y no pensaba dejar que Alexis le arruine el buen humor que poseía al pensar en todo lo que podrían hacer una vez allí con Enzo y sus amigos. 

 

Respecto a estos últimos, el morocho le había contado en una de sus llamadas que los padres de Garnacho habían contratado al Cuti para que funcione de mesero en la fiesta -este había aceptado debido a que le prometían una buena paga- así que también podrían verlo ahí. 

 

Y con respecto a Lisandro, cuando Julián había llegado a su casa esa noche, se dio cuenta que no había chequeado su celular al estar tan ensimismado en la presencia de Enzo, y para terror de el castaño, cuando lo prendió, pudo ver que tenía cerca de diez llamadas perdidas de su amigo. 

 

Julián estuvo cerca de treinta minutos tratando de convencer a Licha de que no vaya a buscar al colorado a su casa. Este se encontraba demasiado enojado con lo que había podido presenciar desde su lugar cuando había ido a saludar al grupo de Paulo. 

 

Pero finalmente pudo convencerlo, diciéndole que si armaban más revuelo, quizás no iban a poder estar tranquilos en la fiesta, y el castaño, realmente, quería disfrutar mucho esa noche junto a todos. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Habían arreglado anoche con Enzo, que una vez que su padre se fuera, Julián le avisaría al morocho así este podía venir a su casa y comenzar a probarse la ropa que el castaño pensaba prestarle de su papá, y además esperar juntos que llegue el momento de ir.

 

Así que cuando Julián se estaba por meter a bañar, a eso de las 6 de la tarde, puede escuchar levemente el ruido del motor de la moto de Enzo, por lo que baja a recibirlo.

 

-Hola gordi. - lo saluda Enzo con una sonrisa y un beso en el cachete.

 

-Hola Enzu. Me estaba por meter a bañar, pero acompañame a la pieza así vas chusmeando unas opciones de camisas que te traje. - le contesta Julián.

 

Ya que el morocho ya había venido cambiado con unos jeans celestes propios, pero no poseía una camisa “de cheto” según este último. 

 

Juli lo dejó a Enzo observando todas sus opciones -todas eran camisas de colores oscuros, no le pregunten por qué, pero el castaño tenía muchas ganas de ver al más alto vestido con una camisa en esos tonos- y finalmente se metió en la ducha.

 

Unos minutos después, cuando sale cambiado con una simple remera y un short, ya que pensaba cambiarse un poquito más tarde para no arrugar la ropa, pensó que vería al morocho ya con su camisa puesta, o que en su defecto habría bajado hacia la planta baja. 

 

No que lo vería acostado en su cama leyendo distraídamente el libro que había estado leyendo Julián. 

 

Y eso, en cualquier otra ocasión, le hubiera causado mucha ternura, pero Enzo se encontraba acostado en su cama, sin remera. 

 

Y el castaño no pudo evitar recorrer con su mirada todos los músculos cubiertos de tatuajes del otro, al igual que sus manos que sostenían el libro.

 

Su mente fue inconscientemente formando escenarios en donde se imaginaba a sí mismo recorriendo esos abdominales con sus manos. 

Y cuando finalmente volvió en sí ya que el morocho se encontraba sonriendo en su dirección, no solo sentía que sus cachetes se prenderían fuego en cualquier momento, sino que sentía calor en otras zonas de su cuerpo en las que no lo había sentido antes.

 

-Ahí me probé la negra y quedo re contra fachero, me la voy a poner de nuevo así me das tu opinión. - dice Enzo con una sonrisa desde su lugar en la cama, pero como ve que Julián no le contesta, sigue,

 

-A no ser que quieras que me quede así. - Y ahí el castaño pareció despabilarse de su sueño.

 

-Que atrevido que sos, - le contesta igual con una sonrisa Julián. -Dale levantate y dejáme ver como te queda. -

 

Creo que demás está decir que Julián tuvo que tratar con demasiado esfuerzo no seguir perdiéndose en los escenarios de su mente al ver a Enzo con una camisa negra, y los primeros tres botones desprendidos.

 

Después de que ambos terminaran de cambiarse -Julián con unos jeans de casi el mismo color que los del otro, y una camisa blanca-, apagaron las luces de la casa y finalmente salieron hacia la casa de Alejandro donde transcurriría el evento. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Sin duda alguna, era muy posible afirmar que la casa de la familia Garnacho era una de las más lujosas del pueblo, sino era la más lujosa de todas. 

 

Esta contaba con tres pisos, el primero consistía de los diversos garajes, y había que subir una escalera por afuera -con cada escalón iluminado con luces-  para acceder al segundo piso, donde la mayoría de sus paredes eran hechas de vidrio, por lo cual desde afuera se podía fácilmente ver el ostento que manejaban las habitaciones de adentro.

Tanto el segundo como el tercer piso, se encontraban revestidos de una baranda de hierro negra, para apoyarse ahí a charlar y a disfrutar de la brisa natural que brindaba la noche de verano. 

 

Al llegar, ya se podía notar desde lejos que la casa ya se encontraba casi repleta de gente.

 

Cuando Enzo termino de estacionar la moto en uno de los garajes, ambos se bajan y comienzan finalmente a subir las escaleras.

 

Lo primero que busca Julián con la mirada cuando llega, es a su papá, que para este entonces ya debe saber que lo de él con Alexis ya terminó, por que lo segundo que ve es la mirada sería de el colorado, que seguramente había llegado hace rato, dirigida hacia ellos.

 

El castaño se imaginaba que su padre pudo darse cuenta inmediatamente que algo andaba mal cuando vio a Alexis llegar solo, en vez de con Julián. 

 

Pero este último no podía ver a su padre por ningún lado, por lo cual se tranquilizó momentáneamente. 

 

Pero toda esa tranquilidad terminó cuando pudo observar a los amigos de Alexis hablar en susurros claramente sobre Enzo, quién al sentirse juzgado, lleva su mano hasta su nuca en clara señal de nerviosismo. 

 

Algo que Juli no iba a permitir, por lo que agarra suavemente la mano que el morocho tenía en su cuello, para entrelazarla con la suya en un agarre firme, tratando de transmitirle al otro que solo se enfoque en él. 

 

Y este parece entender el mensaje enseguida, porque con una leve sonrisa le dice, -Que se vayan a cagar estos chetos. ¿Vamos a buscar al Cuti? - 

 

A lo que Julián acepta enseguida con una sonrisa que imitaba la suya, y comienzan a recorrer la inmensa habitación en busca de su amigo. 

 

Hasta que lo encuentran, pero no en la situación en la que estos hubieran querido, ya que el castaño puede identificar enseguida al padre de Alejandro hablándole a su amigo en un tono desagradable. 

 

Cuando se acercan, este se retira después de -claramente- solo saludar a Julián. 

 

En el momento en el que Cristian los ve, su mirada seria parece ceder un poco, y le dice, -Fa amigo, se que vinieron a pasarla bien, pero yo que ustedes me iba a la mierda, estos chetos están inaguantables. 

 

-¿Te están tratando muy mal? - le pregunta con la mirada un poco triste Julián. 

 

-No sé si es que yo estoy acostumbrado a los Martínez, pero estos son insoportables. Me están tratando desde que llegué como si fuera un perro. Un poco más y me ponen correa estos hijos de puta. - les dice su amigo claramente enojado.

 

Mientras Enzo y Cristian seguían criticando en susurros a los presentes, que dicho sea de paso, seguían mirándolos mal, es cuando aparece Lisandro de la nada a un lado de Julián.

 

Después de saludar a todos levemente, este dice, -Dios no veo la hora de que esto termine, ya me peleé como con cinco viejas distintas, no sé porqué se creen que son dueñas de todo. - 

 

Lo que desata las risas de los otros tres, ya que al parecer todos la estaban pasando igual de fatal. 

 

Hasta que Julián dice, -Bueno hagamos una cosa, esperamos hasta que llegue la hora de los fuegos artificiales y después nos vamos todos cuando no nos vea nadie. -

 

A lo que inmediatamente todos aceptan sin dudar. 

 

Una vez que que Juli y Enzo habían quedado solos, porque Cristian debía seguir trabajando y a Licha lo había llamado su madre - que saludó a todos amablemente- , el castaño le dice, 

 

-¿Mientras esperamos la hora de los fuegos, me querés acompañar a bailar? - 

 

Y la enorme sonrisa de Enzo ante la propuesta había sido respuesta suficiente. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Después de estar un rato bailando, y riendo de parte de Julián, ya que Enzo sostenía que “no sabía como se suponía que se bailaba esta música de chetos”, ambos deciden ir hacía un costado de la casa y acercarse a la baranda para así tener un poco más de privacidad y tomar un poco de aire -no sin antes terminar de cantar a todo pulmón la parte final de la que él reconocía era la canción Callaita de Bad Bunny, una que a ambos les gustaba mucho-. 

 

Pero antes de llegar, ambos se dan cuenta que faltan pocos minutos para el horario de los fuegos artificiales, cerca de la 1 de la mañana, así que ambos deciden que Enzo primero vaya al baño para no perdérselos después, y que Juli lo espere en la baranda. 

 

No sabe si es la brisa un poco fría, o quizás la sensación de que algo diferente ocurriría esa noche, pero Julián se encontraba con la piel de gallina mientras lo esperaba a Enzo apoyado en esa baranda de hierro, que miraba hacia el vasto campo de la casa de Alejandro. 

 

Su sonrisa se intensifica cuando escucha pasos que se acercan hacia donde él estaba, dándose la vuelta esperando verlo al morocho.

 

Solo que el que se acercaba no era él, era su padre.  

 

-¿Qué haces acá solo hijo? - le pregunta su papá, pero podía sentir en su mirada que este no simplemente venía a preguntar eso solo. 

 

-Nada papá, ¿Por? ¿Y Silvina? - Julián no quería sonar tan serio, pero simplemente no lo había podido evitar, solo quería disfrutar tranquilamente su noche con Enzo. 

 

Su padre ríe levemente y le dice ahora a su lado, -¿Por qué siento que me estás echando? -

 

-No te estoy echando pá. - le dice ahora un poco más tranquilo el castaño.

 

Pero siempre su tranquilidad parece durar poco. 

 

-Ya sé que lo querés ver a Enzo. Y está bien, ya sos grande y podés hacer lo que quieras, pero te sugiero que antes le vayas a pedir perdón a Alexis. - dice su padre ahora totalmente serio para la incredulidad de Julián.

 

-¿Perdón? ¿Y por qué le pediría perdón yo? - le dice este sorprendido, ya que espero muchas cosas de su papá pero no que lo culpara a él -o a Enzo- por lo que había pasado el otro día.

 

-No tengo más ganas de verlo a Alexis papá. Te agradecería que me apoyes a mí en esto. - sigue diciéndole Julián. 

 

-Yo te apoyo, ya te lo dije. Si querés ser amigo de Enzo está perfecto. Pero no sin antes tratar de arreglar las cosas con Ale. No por mí, sino por vos. - finaliza su papá.

 

Ahí estaba el tema. Primero no quería arreglar las cosas con el colorado, ni por su papá ni por nadie. Y segundo, pero no menos importante, ahora finalmente había entendido que no quería ser amigo de Enzo. Quería ser mucho más. 

 

-¿Por mí? ¿Y que se supone que significa eso? Porqué a mi no me importa quién sea Alexis, o quienes sean sus padres, o cuanta plata tenga, pero lamentablemente pá, me parece que a vos sí - le dice el castaño totalmente decepcionado al otro. 

 

-¿Enserio pensás eso de tu propio padre Julián? Me parece que fui toda la vida muy justo con vos como para que pienses así de mí, pero está bien, no vamos a volver a hablar del tema. Confío en que vos vas a saber que hacer al final. - termina de decirle este para finalmente irse hacia dónde estaban los demás. 

 

[Champagne Coast by Blood Orange]

 

Después de un par de minutos, en los que Julián aprovechó para secarse algunas lágrimas que habían salido involuntariamente, puede escuchar como -ahora sí- Enzo se acerca rápidamente hacia él. 

 

-Perdonáme gordi, lo que pasa es que esta casa es como un estadio de fútbol, no sabés lo que me costó encontrar el baño. Le tuve que preguntar a una vieja de mierda que me miró re mal. - 

 

Y ahí estaba Enzo, haciéndolo reír a Juli después de que había prácticamente visto un lado de su padre -quién era el que lo había hecho llorar- que no había visto nunca. 

 

Y comprendió, que no le interesaba lo que piense su papá de él, solo si lo tenía al morocho a su lado. 

Porque él había podido conocer a una persona que en este verano lo había logrado hacer mucho más feliz que cualquier otro pudo haberlo hecho en todas las otras estaciones pasadas de su vida. 

 

El monólogo interno de Julián es interrumpido cuando pueden ver a los que se encontraban trabajando en la casa esa noche, empezar a preparar todo para que comience el espectáculo de los fuegos, algo que también se hacía todos los años. 

 

Y después de unos pocos minutos, estos finalmente empiezan a aparecer en el cielo, iluminándolo de muchos colores.

 

-Por Dios, esto es por lo único que vengo. Son hermosos. - dice Julián mientras mira hacia arriba.

 

-Si. Son muy hermosos. - dice Enzo casi en un susurro.

 

Y es cuando Julián puede ver desde su periferia que Enzo no se encontraba mirando hacia arriba. 

Sino que lo estaba mirando a él. 

 

Al castaño se le corta la respiración cuando siente que Enzo va acercándose cada vez más, hasta que sus caras estuvieran a un par de centímetros de la otra.

Para posteriormente llevar su mano derecha cubierta de tatuajes hacia arriba y posarla a un costado de su cuello suavemente.

Y preguntarle con sus labios casi rozando los suyos, aún en un tono más bajo, -¿Puedo? -

 

Y Juli no tiene que pensar mucho en la respuesta, -Porfa, Enzu. - 

 

Cuando Julián por fin siente esa suave presión en sus labios, se olvida completamente de los fuegos artificiales en el cielo, porque los arranca a sentir en su corazón. 

 

Al principio el beso es tentativo, solo un toque de labios, ya que ambos habían esperado esto por mucho tiempo y no querían apresurarse. 

Hasta que Enzo empieza a mover sus labios levemente sobre los de Julián, que rápidamente le corresponde, empezando así un ritmo que para ellos era simplemente perfecto.

El beso comienza a acelerarse de a poco, y el castaño considera que solo la falta de aire podrían separarlo de los labios de Enzo ahora que finalmente había podido tener el privilegio de probar su sabor. 

 

Y así ambos se separan de a poco, sonriendo en el beso.



-Dios, no sabes las ganas que tenía de hacer eso. - Dice el morocho con una sonrisa, mientras le da leves picos en los labios a Julián. 

 

-Y vos no tenés una idea de las ganas que tenía de que hagas eso. - le contesta este tratando de hablar con una gran sonrisa sin ser interrumpido nuevamente por los besos del otro.

 

-Dios gordi, no me digas eso. No voy a poder parar si no. - le susurra el más alto poniendo las manos en su cintura.

 

A lo que el más bajo también le contesta en un susurro lentamente mientras pone sus brazos alrededor de su cuello, -¿Y quién dijo que quería que pares, Enzu? -

 

El grito de sorpresa del castaño muere en los labios de Enzo, cuando este estampa su boca contra la suya, comenzando así un beso un poco más subido de tono, aunque sin lengua -gracias a Dios, porque sino Julián sí se moriría ahí mismo-, mientras el más alto toma el labio inferior del más bajo repetidamente con los suyos para después soltarlo, ahora bajando las manos a su cadera.

 

Cuando el beso termina, después de un rato en donde es Julián el que la da picos al otro varias veces entre sonrisas, ambos se quedan abrazados de esa forma disfrutando las últimas luces en el cielo. 

 

Hasta que pueden escuchar gritos desde su lugar en el segundo piso.

 

Tratando de localizar el lugar de origen de los gritos, caminan -del lado de afuera de la casa- hasta la parte de atrás de esta. En donde pueden ver nuevamente al padre de Alejandro gritándole a Cristian, mientras este lo mira como si estuviera haciendo un gran esfuerzo para no contestarle. 

 

Así que Enzo, desde arriba le dice a su amigo mientras sonríe, -Che amigo, ¿Nos vamos a la mierda de este lugar lleno de ortivas? - 

 

A lo que el padre de Garnacho lo mira totalmente escandalizado, y cuando parece que este va a responderle a Enzo, Cristian le gana de antemano, -Más vale hermano, que se vayan a la concha de su madre. - para posteriormente sacarse la corbata que tenía puesta, y tirársela al hombre. 

-Nos vimos compañero, tu fiesta es una mierda y tu hijo un pelotudo. - no dejándolo responder porque ya se encontraba yendo hasta donde estaba su moto estacionada.

 

Después de tratar de calmar el ataque de risa que le había provocado la escena, ambos se miran levemente para entrelazar sus manos, y arrancar a correr hasta el primer piso. 

 

Cuando ya están casi llegando al garaje entre los tres, escuchan como alguien les grita desde la baranda del segundo piso, -¡Paren boludos! ¡No me dejen acá! -, y todos arrancan a reír a carcajadas nuevamente cuando ven a Lisandro bajando las escaleras a toda velocidad.

 

Una vez que Julián se sienta en la moto de Enzo -abrazándolo fuertemente- y están por arrancar junto con sus amigos en la otra moto, el castaño mira una última vez hacia arriba, encontrándose con la mirada seria de su papá, y la mirada -extrañamente- pensativa de Alexis. 

 

Cuando Enzo sigue su mirada y ve lo mismo que él estaba mirando, le pregunta suavemente una vez más, -¿Vamos gordi? - 

 

-Si. Vamos mi amor. - le responde sonriendo Julián.

 

Y después de ver los ojos llenos de amor que le dedicaba la mirada del morocho al escuchar el apodo -ya que el casco tapaba su cara pero no sus ojos- , Julián considera que todo valió la pena.

 

Y que ahora no habría nada que pudiera alejarlo del lado de Enzo.

Notes:

- uno de mis mayores miedos al crearles tantas expectativas con el beso es no haber podido cumplirlas, tengo TERROR de que no sea lo que esperaban o que hayan esperado algo más, nunca redacté una escena de beso así que si les parece muy pedorra no me lo digan xq voy hasta la avenida y me paro para que me pisen
- dicho esto porfa comuníquenme si les gusto (si es así), así me quedo mas tranquila, los amo muchísimo a todos los que gastan así sea un mínimo tiempo de su vida en leer lo que hago
- gracias especiales a todos los que comentan, son la razón de que esta fic siga

Chapter 8: SI NO ES CONTIGO

Notes:

- ADVERTENCIA: antes de comenzar a leer tráiganse un balde de agua fría para tirárselo encima a estos dos, en este cap las cosas se arrancan a poner (muy) hot
- JSJSJ todas las canciones de los títulos bien aesthetic y de repente PUM si no es contigo de cris mj (les juro que es el beat)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

A Julián le encantaría poder contestarle el saludo al otro en este momento, si el morocho no se lo estuviera imposibilitando con sus labios.

 

El castaño no había siquiera llegado a salir a recibirlo a Enzo cuando este ya se le había abalanzado encima -algo que al primero le encantaba- para así comenzar a mover los labios sobre los del otro suavemente. 

 

Algo que no pudo continuar ya que el beso fue interrumpido con la sonrisa de Julián.

 

-Yo también te extrañé mucho. - le dice riendo este último al más alto.

 

-Perdón, es que dos días se sintieron como una eternidad. - le contesta con los cachetes un poco rojos Enzo. 

 

Después del día de la fiesta, no habían podido verse por dos días ya que querían dejar pasar un tiempo para disipar el enojo que Julián sospechaba que sentía su padre por cómo había abandonado la fiesta.

Pero este último había nuevamente salido en un viaje a la ciudad por negocios, lo que significaba que estarían solos.

 

El más bajo ríe levemente, -Ya sé amor, yo también lo sentí como una eternidad. - termina de decirle Juli para así darle un último beso corto.

 

-Vamos adentro que ya te hice una torta pero como me sobró mezcla estoy haciendo otra. - le dice el castaño al otro para después agarrar su mano y guiarlo hasta dentro de la casa hacia la cocina. 

 

-Voy a salir rodando si me seguís haciendo tantas tortas. - dice más alto con una sonrisa.

 

-No te hago más entonces. - le contesta Julián, dándose la vuelta con un falso puchero que el morocho termina besando.

 

-Yo no dije eso, sabés que son mis favoritas. - exclama este último.

 

-¿Más que las de tu mamá? - pregunta Julián en chiste mientras lo abraza por el cuello.

 

-Si, obvio. - contesta Enzo con convicción después de poner sus manos en la cintura del castaño.

 

Lo que hace reír fuertemente a este, ya que sabe que el otro estaba mintiendo -realmente la mamá del más alto hacía las mejores tortas que él había podido probar-. 

 

-Por Dios que chamuyero que sos. - le contesta pegándole suavemente con la mano en el pecho.

 

Enzo agarra la mano que estaba en su pecho con la suya y le contesta con una sonrisa de lado, -Por vos nomás. - 

 

Y realmente no sabía cómo iba a hacer para sobrevivir el resto de la tarde junto al morocho y su forma tan espontánea de decirle cosas como esa, que hacían que el corazón de Julián se acelerara en demasía. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Habían decidido mover las cosas de estudio hacia la isla que estaba en el medio de la cocina, y así sentarse en los bancos de madera que esta poseía a un costado.

 

Al morocho ya le faltaban muy pocos temas para reforzar, así que hoy decidieron volver a matemáticas -la materia que más le costaba-.

 

En este momento, ambos se encontraban parados a un lado de esta ya que Julián le había pedido ayuda a Enzo para terminar de hacer la última torta que le quedaba, mientras él desmoldaba la que había salido recientemente del horno.

 

Mientras el morocho se encontraba mirando atentamente su hoja, el castaño podía sentir nuevamente ese calor que pudo sentir ya un par de veces en ciertas ocasiones al ver al más alto. 

 

No sabía si era la leve capa de transpiración que poseía Enzo -debido al calor de horno en un día bastante caluroso de enero-, si era la cara de profunda concentración que tenía al estar resolviendo un ejercicio, o si era culpa de la mirada de Julián que por sí sola se había dirigido hacia los bíceps tatuados del otro, pero Julián no podía seguir negando más la sofocante sensación de calor en su cuerpo, ocasionada sólo por el morocho.

 

-Juli, - le dice tratando de contener una sonrisa, -Si me seguís mirando así me vas a hacer cosas que no quiero. - 

 

Y este no sabía que lo poseyó para sacar la valentía de decir, -¿Estás seguro de que no querés? - 

 

Se encontraban parados casi pegados de lo cerca que estaban, así que Enzo simplemente giró un poco su cara hacia el castaño, y le contestó serio, -Juli, enserio te digo. - 

 

Pero Julián se había cansado de esperar, y se sentía completamente seguro y cómodo en presencia del otro, listo para probar todo lo que éste pudiera ofrecerle. 

 

Así que le contesta, -Yo también te lo estoy diciendo enserio. - tratando de transmitirle con la mirada que verdaderamente se sentía preparado para afrontar todas sus primeras experiencias, sólo si eran con él. 

 

Enzo pasa de estar desde su derecha a estar repentinamente en frente suyo, dejando la espalda de castaño presionada contra la isla, con una mano a cada lado de su cuerpo agarrándose de esta firmemente, tanto que los nudillos de el morocho estaban blancos. 

 

-Pedímelo. - le dice este último mirándolo a los ojos dubitativamente, como si buscara en los ojos de Julián cualquier ápice de duda.

 

Sólo que no existía ninguna. 

 

-Porfa, Enzu. - le contesta el castaño después de dejar salir el aire que estaba inconscientemente reteniendo.

 

Es así como termina con los labios de Enzo presionando fuertemente los suyos, para posteriormente, una vez que Juli se había podido acostumbrar al ritmo que le imponía el morocho, comenzar a aumentar de a poco este mismo. 

 

Incluso si esto a Julián le estaba encantando, quedó hipnotizado cuando pudo sentir la punta de la lengua de Enzo acariciando suavemente su labio inferior. 

Como acto reflejo, el castaño abrió levemente su boca. Y si creía que la sensación de besar al más alto se sentía como el cielo, era porque no sabía lo que se sentiría que sus lenguas se rocen. 

 

Esto pareció incentivar al morocho, que introdujo mucho más su lengua en la boca del otro, creando así un beso mucho más intenso, sacando sonidos involuntarios de Julián amortiguados por los labios de Enzo.

 

Pero todo toma un giro inesperado cuando con su mano derecha, Enzo agarra uno de los muslos del castaño y lo levanta levemente, colocando una de sus piernas en el medio de las de Julián, rozando así una zona del cuerpo del más bajo en donde nadie le había dado placer antes. 

 

Si bien lo había hecho varias veces por sí solo, nunca alguien más le había hecho sentir ese sentimiento, y no necesitaba estar con muchas personas para saber que después de Enzo quedaría arruinado para siempre, porque sabía que nadie más podría hacerlo sentir de esta forma. 

 

La acción había extraído de la boca de Julián un sonido mucho más alto que todos los anteriores. Al sentir a Enzo tensarse, el primero inmediatamente se preocupó, y cuando le iba a preguntar al otro si había hecho algo mal, este lo interrumpe. 

 

-Dios gordi no podés sonar así de lindo, ¿Querés que me muera? - 

 

Esto a Juli le dio un poco de vergüenza, pero no pudo seguir pensando mucho porque Enzo presionó aún con más intensidad su pierna sobre su cuerpo. 

El castaño ya no sabía qué hacer con sus manos, así que para conseguir un poco de estabilidad, debido a que sentía que sus piernas se rendirían en cualquier momento, colocó sus manos en la espalda del otro, tratando de lograr un firme agarre en la remera negra de este.

 

Y si esto no era suficiente para el pobre corazón de el más bajo, el morocho había comenzado a dejar suaves besos en su cuello, lo que provocó incluso un sonido más alto del primero.

 

-Dios, Enzu. - gime un poco más alto el castaño. 

 

Al escuchar esto provenir de la boca de Julián, Enzo cambia de posición y ahora agarra a al otro de ambos muslos, subiéndolo con fuerza hacia arriba para que se siente en la isla y así meterse entre sus piernas, no sin antes tirar todos los apuntes que estaba usando anteriormente al suelo. 

 

A lo que Juli ríe levemente entre los besos que le seguía dando el otro, -No era necesario eso ¿Sabías no? - 

 

-Era muy necesario. - le responde Enzo interrumpiendo el beso con una sonrisa.

 

Este último volvió a besar su cuello mientras lentamente recorría el interior de sus muslos desnudos -ya que estaba usando un short- con sus manos de arriba hacia abajo. 

 

-Por favor gordi, no me voy a poder contener si seguís haciendo esos ruidos para mí. - le dice con la respiración entrecortada Enzo como una advertencia. 

 

Pero realmente Julián piensa que no quiere que el morocho se contenga nunca más, por eso le dice, -No te contengas, mi amor. - 

 

Y Enzo no necesitó escuchar nada más. 

 

Mientras retomó el beso intenso en el que estaban anteriormente, este último fue acercando sus manos hacia la zona del medio de las piernas de Julián, separadas en ese momento para darle lugar al otro, donde claramente podía verse un bulto. 

 

A Juli no le pudo dar vergüenza por mucho tiempo porque Enzo, agarra la cintura de su pantalón deportivo con sus manos y le pregunta mirándolo a los ojos, -¿Puedo? -

 

El castaño no sabe por qué le gusta tanto que el morocho le pregunte si puede avanzar con delicadez para después perder la misma al hacerlo sentir placer.

 

Mordiéndose el labio este responde en un susurro, -Obvio, Enzu. - 

 

Con una sonrisa, este acerca al más bajo hacia él para que se apoye un poco más en la esquina de la isla, y lo despoja de su short para después comenzar a agacharse lentamente entre las piernas de Julián, quién se inclina un poco hacia atrás apoyando ambas manos detrás suyo. 

 

Este último, todavía mordiéndose su labio inferior en anticipación, deja salir gemidos leves de su boca cuando Enzo comienza a besar con besos cortos el interior de sus muslos hasta llegar hacia arriba. 

 

Cuando llega hasta arriba, apoya suavemente su mano en la erección del castaño, y le vuelve a preguntar con el afán de molestarlo un poco, -¿Estás seguro mi amor? -

 

A lo que Julián lo golpea con su talón suavemente y le dice, -Dale Enzu, no seas así. - 

 

Después de una risa leve, este último finalmente mete la mano dentro del boxer del otro logrando un agarre firme en su miembro. 

No necesitó ningún tipo de lubricación porque este ya se encontraba muy mojado por el líquido preseminal, para suerte -o desgracia- de Enzo, que sentía que iba a explotar en cualquier momento sólo de escuchar los sonidos que provenían de Julián. 

 

Así, comienza con un ritmo lento que mantiene por unos minutos, que va aumentando de velocidad al mismo tiempo que los gemidos de Juli se convierten en casi gritos, por lo cual con su mano libre, Enzo tapa la boca del castaño y le dice, -Me encanta escucharte amor, pero alguien más te va a escuchar y si le llegan a buchonear a tu papá me mata. - con una sonrisa, sintiendo que a el más bajo ya no le faltaba mucho. 

 

Esto mismo le comunica Julián, -Dios Enzu, estoy por… - sintiéndose como nunca se había sentido en su vida.

El castaño pensaba que si así se sentía el placer junto a Enzo, nunca más sería capaz de dejarlo ir. 

 

A lo que el más alto se acerca a su oído y le susurra, -Dale gordi, me muero por escucharte acabar para mí. -

 

Sintiendo sus piernas temblar, Juli finalmente se deja ir en la mano de Enzo cuando el orgasmo lo golpea fuertemente, liberando su grito en la mano del morocho, que la había vuelto a poner ahí un segundo atrás sintiendo lo que venía. 

 

Después de unos minutos en los que el castaño trató de controlar su respiración agitada en los brazos del otro, que lo abrazaba fuertemente por la cintura escondiendo su cara en su cuello, finalmente el más bajo agarra con delicadeza la cara del morocho con sus manos, para así darle un último profundo beso, tratando con todas sus fuerzas de transmitir el inmenso cariño que siente que no puede contener más. 

 

-¿Estás bien amor? - le pregunta Enzo una vez que se separan y éste limpia su mano con una servilleta.

 

-Con vos, siempre. - le responde Juli con una gran sonrisa.

 

Hasta que mira hacia abajo y se da cuenta del gran bulto del morocho en sus pantalones.

Y ahora que Julián sabe cómo se siente, muere de ganas de ser él el que pueda hacerlo sentir al otro de esa forma tan placentera, por eso le pregunta, -Enzu, ¿Ahora lo puedo hacer yo? -

 

-Dios amor, no me podes preguntar eso de la nada, me vas a terminar matando un día de estos, - le dice el morocho con los ojos bien abiertos, pero continúa, -Igual no gordi está bien, no lo hice para que después hagas lo mismo, no lo tenés que hacer si no querés. -

 

Y la verdad es que Julián sentía que si no tenía sus manos encima del cuerpo del otro en este mismo momento moriría.

 

El castaño sabía que Enzo no cedería tan fácil, así que recurrió a su ya conocida táctica, poner la mirada a la cual sabía que el más alto no se podría negar, y decir, -Pero porfa mi amor, yo quiero. -

 

No se esperó que este lo agarrara nuevamente de los muslos y lo lleve hasta el sillón de su living, sentándose en este y colocando a Julián arriba suyo. 

 

-Bueno, pero podes decir que no o arrepentirte en cualquier momento ¿Está bien? - le dice por última vez el otro. 

 

Asistiendo de forma apresurada, Julián se sienta un poco más atrás en su posición en las piernas del morocho, y lleva sus manos hasta su cinturón, desabrochándolo lentamente. 

 

Una vez que lo logra, Enzo levanta sus caderas levemente para que el castaño pueda bajar un poco su pantalón junto a su boxer.

Cuando este último finalmente puede observar la gran erección de el morocho, siente que sus cachetes se van a prender fuego, pero lo ignora y prosigue con lo que estaba haciendo rápidamente para que el más alto no piense que se estaba arrepintiendo.

 

Encierra su mano con un poco de incertidumbre alrededor del miembro del otro y comienza a mover la misma lentamente desde la punta hasta la base, pero deja las dudas atrás cuando puede escuchar a Enzo dejar salir leves gemidos graves. 

 

El castaño se da cuenta que si quisiera podría fácilmente volver a sentirse caliente sólo de escuchar los sonidos que provenían del otro.

Después del sonido de su risa, este sin dudas era el nuevo sonido favorito del más bajo que provocar en Enzo.

 

Sigue moviendo su mano tortuosamente lento hasta que el morocho, que había llevado su cabeza hacia atrás, dejando a ver a Julián su cuello tatuado,  le dice, -Dios gordi me estás matando, no voy a durar nada. - 

 

Esto llena a Juli de una nueva valentía y comienza a mover su mano mucho más rápido, haciendo que Enzo gima un poco más fuerte. Para que nadie los escuche, este último lo agarra al castaño de la parte de adelante de su cuello con una mano y lo acerca a su boca para comenzar un intenso beso en dónde sus lenguas se encontraron rápidamente.

 

Después de un par de minutos así, Enzo se separa para susurrarle en la boca a Julián, -Seguí amor, así, que ya estoy por acabar. - 

 

Enloquecido con lo que había escuchado, el más bajo le da un último beso al otro que finalmente llega a su orgasmo temblando por unos segundos debido a la fuerza de este. 

 

Así ambos se quedan besándose lentamente transmitiéndose todo el amor que podían comenzar a sentir en sus venas firmemente por el otro. 

 

Cuando se separan, Enzo lo mira a los ojos con una sonrisa y le dice, -Te quiero muchísimo mi príncipe, ya lo sabés. -

 

Después de que el castaño deje salir un gran suspiro, por que sentía que no podía encontrar la palabra correcta para decirle al otro lo mucho que lo quería, termina diciendo, -Yo también te quiero, muchísimo mi amor. - 

 

Pero la verdad, es que esa palabra se quedaba muy corta para lo que podía comenzar a sospechar Julián que sentía por Enzo. 

Quizás sea momento para reemplazarla por otra más acorde a sus sentimientos. 

Notes:

- nonononono la VERGÜENZA que sentí cuando estaba escribiendo esto, un poco más y me escondo abajo de la mesa
- nombré tantas veces a dios en la escena hot que seguro me voy al infierno quien viene conmigo
- PORFAVOR alguno que me diga si quedó mas o menos bien la escena o me quedó muy mal, de más está decir que nunca escribí algo así hice lo que pude :(
- sé que es un cap muy corto y que la escena parece medio salir de la nada pero en el próximo sigue la trama (capaz se extienda uno más)

Chapter 9: Skyfall

Notes:

- en tw dije que no actualizaba porque rendía un parcial mañana, MENTÍ, ¿por qué? porque plata y miedo nunca tuve
*se termina sacando un 2*

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Sí había otra cosa que Julián sin dudas disfrutaba muchísimo sobre su estación favorita, era el alivio que le producía meterse al agua fría de la pileta en un día de calor -casi- infernal. 

 

El agua se mantenía de esa forma gracias al gran árbol a su lado que le proveía sombra en su mayoría. 

 

En este momento, el castaño se encontraba acostado en una de las reposeras blancas ubicada arriba del piso de piedras que contorneaba el borde de dicha pileta, disfrutando de la corriente de aire contrastando con su piel todavía mojada.

 

Hasta que su paz es interrumpida cuando siente una presencia sentándose en la otra reposera libre a su lado. 

Y esto se debe a que no quería estar en la presencia de su papá, y él era la única persona en la casa en ese momento -según él-, por lo cual supuso que era éste el que se acercó hasta Julián.

 

Sólo que cuando mira hacia su derecha, puede ver que esto no es así. Sino que la que lo mira tentativamente desde su lugar es Silvina. 



[Futile Devices by Sufjan Stevens]



-¿Todo bien Juli?, - le dice esta con una sonrisa. -Te vi acá y pensé en traerte un té frío, me dijo tu papá que te gustan mucho. - 

 

La cuestión es que, Silvina -una mujer rubia objetivamente muy hermosa y con mucha clase- siempre lo había tratado bien en las pocas interacciones que habían podido tener, y las razón de que estas hayan sido pocas era el mismísimo Julián.

 

No es que ella le caiga mal, simplemente no puede evitar serle un poco indiferente. Todo en lo que el castaño puede pensar cuando la observa es en su propia madre, no porque se parezcan físicamente -al contrario- pero cuando la puede ver al lado de su papá, sus sentidos se nublan y en todo lo que se puede enfocar es en ese sentimiento opresor en su pecho. 

 

Después de que Julián tome el tazón con sus manos y le agradezca en voz baja, esta lo saca de sus pensamientos cuando dice, -¿No vino..?¿Cómo se llama el chico con el que estás siempre? -

 

Y Juli realmente trata, pero su sonrisa al pensar en Enzo termina ganándole la batalla, más cuando puede recordar detalle por detalle de lo que habían hecho en el día de ayer. El castaño puede jurar que nunca había logrado sentirse tan cercano a alguien en su vida más que en ese momento con el otro. 

 

Aunque casi deja caer su taza de vidrio al suelo cuando la escucha decir con una leve sonrisa en su cara, -¿Realmente te gusta mucho no? -

 

Julián no sabe qué hacer, claramente decirle la verdad no estaba entre sus opciones, no cuando no podía estar para nada seguro sobre si debía confiar en la mujer, pero si el castaño podría guiarse por la sonrisa (¿cálida?) de la misma, no parecía tener un motivo ulterior.

 

De todas formas, el prolongado silencio fue respuesta suficiente. 

 

Por eso ella le contesta con una risita, -Esta bien Juli, si realmente te gusta mandale para adelante, yo igual no soporto a la madre de Alexis, si podías estar lejos de esa bruja mejor. - 

 

Julián no sabía que lo había sorprendido más, si el inesperado apoyo proveniente de la persona de la que menos lo esperaba, o la mirada de la mujer llena de lo que el castaño podía identificar como complicidad. 

 

Aunque esto le había puesto una sonrisa en su cara, la misma se vio opacada enseguida al acordarse de la conversación que había tenido con su padre en la fiesta. 

 

Por eso, con la cabeza un poco gacha, el castaño mira hacia un punto fijo en el agua de la pileta y le dice casi en un susurro, -Gracias pero…Me parece que a papá no le gusta mucho la idea. - 

 

-Que tu papá crea que está haciendo lo mejor para vos no quiere decir que eso sea verdad Juli. Él puede tener buenísimas intenciones pero si vos de verdad sentís que querés a este chico no lo escuches. - le dice esta con un tono comprensivo, pero sigue, 

-Con lo lindo que es el amor joven, mira si vas a tener que estar escuchando las opiniones de nosotros los más viejos. - tratando de hacer que el castaño pierda el semblante triste.

 

Y extrañamente lo logra, haciendo que Juli la mire a los ojos y suelte una leve risa. 

 

-Además, - le sigue diciendo la mujer, -Acordate que allá en Buenos Aires tenés el departamento que te dejó tu mamá, ni siquiera tenés que pedirle permiso a tu padre si se quieren ver una vez que te hayas ido. - 

 

A decir verdad, Julián no se había puesto a considerar todas esas cuestiones por el momento. 

Al estar tan cómodo y feliz en la presencia de Enzo, se olvidó completamente de que en cerca de un mes debería irse y abandonar el pueblo, pero tampoco se había puesto a pensar en que era cierto lo que Silvina le decía. 

 

Tanto su padre como su madre provenían de familias con mucho dinero, por lo cual, esta última antes de morir le había dejado a su único hijo un departamento en la ciudad de Buenos Aires a su nombre, para que él después pudiese hacer lo que quisiese con el mismo. 

 

No era el departamento en el que vivirían con su amigo Lisandro porque los padres de ambos habían comprado en conjunto uno un poco más grande y más cerca del lugar en dónde finalmente estudiarían. 

 

Pensar en la posibilidad de un futuro -no tan lejano- al lado de Enzo lo llenaba repentinamente de una emoción inexplicable. Sentía que estaba listo para tomar la mano del morocho y ver lo que la vida les depararía, pero juntos. 

 

No podía negar que se sentía inmensamente feliz de recibir el apoyo de alguien más en cuanto a su amor por el otro, pero por sobre todas las cosas se sentía agradecido para con Silvina. 

No solo porque esta no estaba bajo ninguna obligación en apoyarlo ya que no era ni su madre ni alguien cercana a él, sino porque había decidido brindarle contención al castaño e ir en contra de la palabra de su padre en el proceso.

 

Por lo que con los ojos llenos de lágrimas no derramadas, Julián le pregunta a la mujer en un tono bajo, -¿Te puedo abrazar Silvi? -

 

Al parecer esta no se lo esperaba, porque con los ojos reflejando la misma emoción, se para de su lugar y le dice lentamente, -Obvio Juli, siempre. - 

Y es en ese mismo abrazo, tan reconfortante que al parecer el castaño realmente necesitaba, que se da cuenta que es la primera vez que la llama por su sobrenombre.

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Después de esa conversación en las horas del mediodía, Julián se sentía vigorizado, y se moría de ganas de verlo a Enzo y quizás comentarle lo que había podido hablar con Silvina. 

 

Habían arreglado que este vendría por las horas de la tarde, cuando su padre y la mujer se hayan ido, para retomar los ejercicios por donde los habían dejado ayer -debido a la tan calurosa interrupción-, ya que al morocho no le faltaba casi nada para arrancar con los exámenes que tendría en febrero. 

 

Inmediatamente después de que este llegara a su casa, -y estén veinte minutos besándose en la entrada-, Julián finalmente comenzó a prepararlo al morocho con el tema de su primer examen.

Solo que a este último se le cerraban los ojos del sueño, según lo que el más alto le había explicado, se había quedado hasta altas horas de la noche estudiando para biología.

 

Por lo cual Julián, con mucha ternura, le ofrece, -¿No querés irte a acostar un ratito a mi cama? Andá a descansar yo después te llamo. - 

 

-Bueno, pero solo si vos venís conmigo. - le contesta Enzo con una sonrisa, para posteriormente darle un corto beso en los labios.

 

Y la verdad es que Julián no sentía sueño, pero sabía que el morocho no querría ir solo, y podría aprovechar mientras el otro duerme para finalmente terminar “Orgullo y Prejuicio”, el libro que había estado leyendo -le estaba tomando demasiado tiempo al castaño terminarlo, pero en su defensa había encontrado algo mucho más interesante con lo que distraerse estos meses-.

 

Así que le dice, -Bueno dale amor, vamos. - 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

-Se suponía que venías a dormir vos, mentiroso. - le dice Julián al otro cuando finalmente Enzo -quién se encontraba arriba suyo- se despega de sus labios.

 

-Es tu culpa, vos me distraes ¿Quién te mandó a ser tan lindo? - contesta el morocho para resumir con los besos inocentes que se estaban dando. 

 

-Dale Enzu, tenés que dormir un poco así podemos seguir estudiando y no se nos hace tan tarde. - trata de convencerlo Julián, incluso si la gran sonrisa en su cara no le permitía parecer tan convincente al final. 

 

-Bueno está bien, tenés razón. ¿Puedo dormir así como estoy ahora? - 

 

¿Y cómo iba Julián a negarse ante el tono y la mirada ilusionada que poseía Enzo en ese momento?

-Obvio amor, pero dejame agarrar el libro y acomodarme primero.- le responde después de una risita el castaño.

 

Y así habían pasado casi dos horas, en donde Enzo había cambiado de posición y ahora se encontraba a su lado abrazándolo con un brazo sobre su cintura y con su cara en el cuello del más bajo, ya que Juli quería que Enzo se sienta realmente descansado para poder resolver los ejercicios que le quedaban.

 

El castaño se sentía completamente a gusto, sintiendo la respiración del otro en su cuello y el calor que este le brindaba con su abrazo, sentía que podría estar así por muchísimas horas más. Y lo haría, de no ser por las tenues voces que puede sentir en el piso de abajo. 

 

Julián no puede distinguirlas, está seguro que una de ellas pertenece a la de su papá, que hace lo suficiente para alterarlo, pero no puede reconocer las otras dos voces, también de hombre. 

 

Así que un poco asustado, trata de despertar a Enzo rápidamente, -Enzu, despertate. - 

 

Este se despierta debido a la suave sacudida del castaño sobre sus hombros, pero incluso si todavía tiene los ojos un poco cerrados y la mente nublada por el sueño, puede identificar claramente preocupación en el tono de su Juli. 

 

-¿Qué amor? ¿Qué pasa? - le pregunta ahora también un poco asustado el morocho. 

 

Pero Julián no puede responder ya que unos toques en su puerta lo interrumpen. 

 

Y si el castaño no se encontraba lo suficientemente lleno de miedo, lo estaba ahora que se dio cuenta de que no era su papá el que tocaba la puerta, tenía una forma muy distintiva de tocar, y ese no era él. 

 

Al abrir la puerta, Juli hasta se hubiera sentido un poco aliviado al ver a su padre, si este no tuviera a dos policías detrás suyo. 

 

-Papá, ¿Qué pasa? - pregunta el castaño con un hilo de voz. 

 

-Lo siento mucho hijo, pero tenés que dejar pasar a los muchachos. - le dice con (¿pesadez?) su padre, para después agarrarlo de los brazos a Julián y moverlo a la fuerza hacia un costado, ya que este no quería que los policías entren a hacer lo que sea que se suponía venían a hacer.

 

Cuando el castaño mira hacía dónde se encontraba Enzo, este tenía la misma mirada de sorpresa que él, como si él tampoco entendiera nada, hasta que un policía le dice, 

 

-Señor Fernández, lo tenemos que llevar detenido a la comisaría. - 

 

-¿Eh? Raja de acá. ¿Por qué detenido? Yo no hice nada. - le contesta este sin poder creer lo que escuchaba. 

 

Pero los policías hacen caso omiso y agarran entre los dos al morocho, para comenzar a llevarlo escaleras abajo, seguidos automáticamente por Julián y su padre detrás suyo. 

 

-¡No! ¿Por qué se lo llevan? - grita Juli con desesperación y lágrimas en sus ojos, -Papá deciles que Enzo no hizo nada. - 

 

-Perdóname hijo pero no puedo hacer eso, hubo una denuncia anónima contra él, dicen que robo un celular el día de la fiesta en la casa de Alejandro. - 

 

No. No había ningún tipo de posibilidad. Julián había estado todo el tiempo pegado al otro, menos cuando este había ido al baño y se había perdido. 

Y si incluso la parte racional de Julián le decía que la posibilidad y la oportunidad habían existido, su corazón le ganaba fácilmente la batalla a su racionalidad. 

 

Estos dos meses junto a Enzo le ganaban la batalla a la racionalidad, el amor que sentía, lo mucho que amaba su compañía, lo mucho que amaba sus besos, lo mucho que había amado sentir placer junto al otro y como este lo había tratado con tanta delicadeza, le ganaban en un segundo a esa voz en su cabeza. 

 

Julián finalmente había entendido que lo amaba, y no iba a dejar que una denuncia “anónima” se lo sacara de sus brazos tan fácil. 

 

Por eso intenta correr una última vez hacía donde estaba Enzo, ya afuera de su casa y cerca del patrullero siendo llevado a la fuerza por los policías. 

Aunque su padre se lo impide cuando lo agarra una vez más de los brazos y le dice en tono de reproche, -Dejalo Julián, ¿No entendés que es serio lo que pasó? - 

 

Totalmente lleno de ira y derramando más lagrimas que nunca, el castaño le responde a su papá, -¿Tengo cara de que me importa si al estúpido de Alejandro le falta el celular, papá? Dejame ir a hablarle a Enzo. - 

 

Al ver que este no pensaba soltarlo, recurrió a su último recurso, gritarle al morocho desde donde estaba, 

 

-¡Mi amor por favor decíme que hago, decime a quien llamar! - rogando que el otro lo escuche. 

 

Hasta que este se da vuelta por última vez con una sonrisa triste y le dice, -Tranquilo amor, no pasa nada, por favor llamalo al Cuti por mí, te quiero mucho mi príncipe. - y es lo último que pudo decir antes de que uno de los policías le empuje la cabeza obligándolo a entrar al auto. 

 

Julián sentía una profunda tristeza, no sabía quién había sido, pero habían logrado sacarle lo más importante que tenía, a Enzo. 

Pero esa tristeza era rápidamente opacada por la gran sensación de ira que crecía en su pecho. 

 

Sabía lo que tenía que hacer, llamar a Cristian. 

 

Pero el hecho de que la denuncia haya sido “anónima” simplemente no lo dejaba avanzar, lo tenía estancado en su lugar, ya ni siquiera le importaba lo que su padre le estaba diciendo, no podía importarle menos lo que su papá piense en este momento, porque después de unos segundos finalmente lo había entendido, la razón de la anonimidad. 

 

Alexis. 




Notes:

- no saben lo que me dolió escribir esto chicxs casi lloro en vivo, PERO TRANQUILOS no desesperen no todo está perdido, no me gusta mucho hacer sufrir a mis bebés
- no lean la escena con la canción del titulo de fondo como hice yo xq se pegan un tword
- otra cosa, lo del departamento de juli no es que me olvidé y por eso lo nombro recién ahora, es porque yo creo que es en esos detalles en los que se puede ver que aunque juli no quiera, también a veces se encuentra en su burbuja de clase alta, como te vas a olvidar de que sos dueño de un DEPARTAMENTO

Chapter 10: I Bet on Losing Dogs

Notes:

- no iba actualizar hoy xq no llegaba con el tiempo, pero el club atlético river plate acaba de pasar a semis de libertadores así que ACÁ ESTAMOS firmes, perdonen la hora

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

Si no tuviera grabado en sus ojos el destello de luces rojas y azules que había visto hace un rato, Julián creería que todo había sido un mal sueño. 

 

Y por más que no quiera, sabe que fue real. Qué él hace menos de treinta minutos atrás se encontraba en su cama con Enzo plácidamente durmiendo en su pecho, pero que ahora se encontraba totalmente solo, acostado en el sillón de su living en plena oscuridad, iluminado solo por la tenue luz que provenía del segundo piso donde se encontraba su padre armando sus valijas -este se iría en su viaje más largo hasta la fecha, casi un mes a los Estados Unidos.-

 

Sabe que debe intentar con más ímpetu dejar de llorar, para poder finalmente llamarlo al Cuti y que este no se asuste tanto al escucharlo, pero verdaderamente no lo puede evitar.

 

Ahora de forma contraría, el enojo que sentía al ver cómo se llevaban a Enzo había sido vuelto a reemplazar por tristeza, estaba completamente seguro de que el morocho no había hecho lo que decía la denuncia, por lo cual la razón de que dicha denuncia existiera parecía ser únicamente con el fin de separarlos.

 

Algo que Julián no podía parecer terminar de entender, es que se suponía que buscaba lograr Alexis con esto, ya que si buscaba que el castaño volviera con él, estaba completamente loco, no solo no pensaba volver con el colorado incluso si lo obligaran, sino que -una vez que pudiera idear un plan para ayudarlo- no pensaba dejar su lugar al lado de Enzo nunca más. 

 

El problema es que, si bien nunca había sentido una conexión profunda con Alexis, sentía que lo conocía lo suficiente, y este lo conocía a él, por lo cual el colorado sabría a la perfección de antemano que su plan no funcionaría nunca en alguien como Julián. 

 

Al pensar en la palabra plan, su mente pareció volver a la realidad, y el castaño rápidamente fue a buscar su celular que estaba en la mesa para llamar a Cristian. 

 

Trató de controlar su voz temblorosa y el nudo en su garganta que parecía ganarle al tener que contarle al amigo del morocho que a Enzo se lo habían llevado, pero por sobre todo contarle su teoría sobre quién pensaba el más bajo que había sido el responsable, a lo que Cristian le contesta antes de cortar la llamada de forma apresurada, 

-Dios, que hijo de puta, tranquilo Juli, yo me encargo, esperá a que te llame ¿Esta bien?, lo vamos a sacar te lo juro. - 

 

Incluso si lo calmaba un poco el saber que no estaba solo, al pensar nuevamente en Enzo trae consigo una nueva oleada de lágrimas.

Él estaba desesperado por ir a verlo al morocho y que este sepa, donde quiera que lo tengan en ese momento, que contaba con el apoyo de Julián afuera, pero su padre no pensaba dejarlo ir aunque le había rogado prácticamente más de diez veces.

 

Así que lo único que le quedó por hacer, es acostarse en el sillón con lágrimas en los ojos y esperar al borde del ataque de nervios la tan esperada llamada del amigo del otro.

 

✧•─────✦•✦─────•✧



Cristian sabe que es extremadamente imprudente manejar con su moto a tan gran velocidad, podría nombrar fácilmente numerosas infracciones de tránsito que ya había cometido en las últimas diez cuadras, pero él consideraba que sus probabilidades de accidentarse no eran tan importantes ahora como si lo era llegar a su destino.

 

Sabía que tendría una sola chance para ayudar a su mejor amigo de toda la vida, ya que si el plan fallaba, ni Enzo ni él poseían la cantidad de plata necesaria para un buen abogado, y la verdad es que sospechaba que el padre de Julián tampoco sería tan cooperativo, por lo cual el morocho quedaría encerrado por mucho tiempo más si él no hacía algo ahora.

 

Después de ignorar el cartel que decía que se estaba excediendo en la velocidad máxima y a un auto que le había tocado bocina un par de veces, puede ver a la lejanía la casa que él estaba buscando, por lo cual aumenta todavía más esta.

 

Cuando estaciona en la entrada bruscamente, tira su casco al suelo sin importarle donde había caído y comienza a dar fuertes golpes en la puerta esperando que la persona a la que él estaba buscando sea la que abra la puerta, sino se vería obligado a entrar y buscarlo por sus propios medios. 

 

Pero al parecer la suerte hoy se encontraba de su lado, porque quién abre la puerta es la persona que él exactamente venía a buscar, Alexis. 

 

Cuando este finalmente sale de su sorpresa inicial, y parece que va a abrir la boca para hablar, Cristian le gana de antemano y le propicia un muy fuerte golpe de puño cerrado en esta, partiéndole el labio en el proceso.

 

Al poder finalmente estabilizarse, ya que la trompada lo había impulsado hacia atrás, Alexis le dice, -¿Qué te pasa loco de mierda? Rajá de acá porque llamo a la policía. - 

 

Esto parece hacer enojar todavía más a el Cuti, que después de pegarle nuevamente, esta vez en el pómulo, lo agarra del cuello de su remera y lo estampa contra la pared a su lado, -Escuchame hijo de puta, vos lo metiste a Enzo en esto y vos lo vas a sacar si no querés que te mate ¿Estamos? Si tengo que quedar adentro con mi amigo no me importa. - 

 

Al terminar de decir esto, Cristian esperó muchas cosas, pero una de ellas no era que Alexis lo mire como si realmente no tuviera ni la más mínima idea de lo que estaba diciendo. 

Por eso este último le dice -con un poco de sangre corriendo por su mentón, debido a el golpe propiciado por el otro-, -¿De qué hablas flaco? Yo no le hice nada al pelotudo de tu amigo, no sé adentro de dónde habrá quedado, pero bueno, seguro es por algo. -

 

Cristian amaga con golpearlo nuevamente, a lo que el otro cierra sus ojos esperando el golpe, hasta que se arrepiente a último momento, y le dice totalmente incrédulo, -¿No entendés tarado? Acabo de hablar con Juli, el pobre pibe casi ni podía respirar de lo que lloraba. ¿Tan pelotudo podés ser? Date cuenta de que lo estás haciendo mierda con esta pelotudez. -

 

Algo parece cambiar rápidamente en la mirada del colorado, pero aún así este dice con un tono pesado, -Mirá amigo, te juro que yo no le hice nada, ni a tu amigo ni a Juli. -

 

Y no sabe porqué, pero algo que no puede identificar en el tono del otro hace que extrañamente Cristian le crea. 

 

Por eso lo termina soltando lentamente, y se da vuelta para salir de la casa totalmente decepcionado a llamar a Julián, ya que si Alexis no había sido, ahora realmente no sabía qué era lo que podía hacer para ayudar a su amigo. 

 

Antes de que Cristian se suba a la moto, escucha que el colorado le dice en un tono bajo, -¿Dónde lo tienen? - 

 

Con confusión, el Cuti le responde, -En la comisaría. - para que después de esto Alexis cierre la puerta de su casa. 

 

Todavía un poco extrañado por la pregunta, procede a llamar a Julián.

 

Una vez que este atiende, le dice, -Perdón Juli, pero vine a hablar con el pelotudo del colorado y realmente no creo que haya sido él. Me dijo que no tenía ni idea, y no se porqué pero le creo. - pero continúa, -El tema es que si no fue él no tengo ni la menor idea quién puede haber sido. - 

 

A lo que después de un prolongado silencio, en donde el castaño parecía estar reteniendo la respiración, este le responde finalmente, 

 

-Yo sí. Mi papá. - 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

[Family Line by Conan Gray]

 

Siendo sinceros, Julián fue con la opción que más le convenía, que era creer que había sido Alexis, porque verdaderamente ponerse a pensar que su padre hubiera podido hacer algo así para lastimarlo era inconcebible. 

Era simplemente imposible de creer que éste hubiera hecho algo para herir a su propio hijo tan deliberadamente, hasta que se dio cuenta que no. 

 

Si Cristian, la persona que más odiaba al colorado en este mundo creía firmemente que no había sido él, entonces Julián no necesitaba saber más nada, confiaba mucho en el otro. 

 

Pero eso le dejaba con el sabor más amargo que había sentido en su vida, sabía en el fondo de su corazón, que había sido su padre el que había hecho la denuncia anónima con el afán de separarlo de Enzo. 

 

Juli recuerda perfectamente la conversación que habían tenido en la fiesta antes de su tan hermoso primer beso con el morocho, y ahora se daba cuenta que su padre no estaba dándole un consejo, estaba amenazándolo. 

 

Sólo que sabía que su papá nunca se lo admitiría, por eso ideó un plan improvisado para hacer que este le diga de una vez por todas la verdad. 

Mentir.

 

Subió lentamente escalón por escalón hasta la habitación de su padre, quizás inconscientemente sabía lo que le esperaba y no quería llegar. 

 

Por alguna razón, Julián no lloraba, simplemente no sentía nada, se sentía vacío. 

Estaba seguro que una de las personas en las que más confiaba, su propio padre, lo había traicionado, y había jugado con la vida de una persona inocente en el proceso. 

 

Cuando llega, este se encontraba dándole la espalda mirando hacia su closet, sacando las últimas cosas para guardarlas.

 

No lo había escuchado, por lo que con una última bocanada de aire, Julián le pregunta casi en un susurro, -¿Papá? -

 

-¿Si hijo? - le responde éste con una sonrisa, haciendo que el estómago del castaño se revuelva.

 

-¿Por qué me hiciste eso? - ahí estaban las lágrimas de Julián de nuevo en sus ojos. 

 

-¿Hacerte qué Ju? - responde extrañado, pero el castaño pudo ver claramente un cambio en la mirada de su padre. 

 

-Dejá de mentir papá, me dijeron que fuiste vos el de la denuncia. - le dice Julián esperando que éste niegue todo, y quizás signifique que el castaño se encontraba realmente equivocado y que no había sido su papá. Pero eso no ocurre.

 

-Vos no entendés hijo, lo hice porque te amo y quiero lo mejor para vos. Yo ahora me voy por un mes y no podía dejar que hagas lo que quieras con Enzo todo ese tiempo. Todavía sos muy chico, no sabés lo que te conviene. - Lo peor de lo que le había dicho su padre es que lo había dicho con mucha convicción, y con nada de arrepentimiento. 

 

Había oficialmente perdido todo el respeto que le quedaba por él.

 

Es cuando las lágrimas parecen desbordar por sus ojos de una vez por todas que Julián le dice después de un sollozo, -¿Por qué? Si me amaras ni siquiera hubieras pensado en hacer algo así ¿Cómo pudiste hacerle como eso a Enzo, papá? Él siempre te respetó, ¿Cómo vas a jugar con la vida de alguien así? -

 

-Yo ya te había avisado Julián, te dije que si querías ser amigo de Enzo estaba todo bien, ¿Pero vos realmente pensás que no sé lo que pasa bajo el techo de mi propia casa? Te recuerdo que este lugar está lleno de gente que trabaja para mí, no para vos. - le dice en un tono serio, con una mirada de reproche. 

 

-Está bien, ¿Sabés por qué papá? Porque la gente que trabaja para vos es lo único que te queda, a mí no me tenés más. -  Julián termina de decirle con la intención de comenzar a dirigirse escaleras abajo, estaba harto, no pensaba estar un segundo más de lo debido en la presencia del hombre que solió respetar como su padre, iba a ir a verlo a Enzo, e iba a verlo ahora. 

 

Éste intenta agarrarlo del brazo una vez más a lo que el castaño se suelta, para decirle por última vez antes de irse, -Andá de viaje papá, y andá tranquilo, cuando vuelvas no va a estar Enzo, pero tampoco voy a estar yo. - 

 

Así, Julián se seca las lágrimas y baja para dirigirse hasta una de las camionetas de su padre. Tenía el carnet para manejar pero no lo usaba ya que no lo hacía hace mucho, aún así, se sube a la camioneta color bordo y con las manos temblorosas pone la llave en su lugar para finalmente arrancar el vehículo hasta la comisaría, donde lo estaba esperando el hombre que amaba.

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Si había algo que lo caracterizaba a Enzo era sin dudas que no solía llorar seguido, o más bien no solía llorar nunca. No porque no se sintiera triste, sino porque él demostraba su tristeza de otras maneras.  

No lloró cuando lo llevaron esposado en el patrullero después de ser acusado injustamente, no lloró al ver la mirada perdida que le dedicó Julián cuando vio como se lo llevaban -incluso si realmente quería hacerlo- , pero después de dos horas sentado en esa comisaría es cuando finalmente se quiebra. 

 

La gran razón de sus lágrimas era que no había otra cosa por hacer mientras esperaba a que alguien viniera a interrogarlo que únicamente pensar. Y pensando es que se dio cuenta que probablemente no pudiera volver a verlo a su príncipe en muchísimo tiempo, si es que lo volvía a ver. 

 

Enzo no era tonto, no sabía quién lo había acusado con exactitud, pero podía llegar a la conclusión fácilmente de que había sido alguien que poseía mucho dinero que no quería ver a alguien cómo él cerca de Julián. 

Incluso si él sabía que no había hecho nada, todavía nadie había venido a decirle qué pruebas tenían contra él, o qué era lo que se suponía que había hecho. 

 

De todas formas, Enzo entendía que si realmente quisieran, podrían mantenerlo encerrado por mucho tiempo, estaba seguro que quién lo había acusado sabría que él nunca contaría con la plata suficiente para contratar a alguien que lo defienda, por lo cual, sus chances de volver a ver la hermosa cara de su Juli disminuían a medida que pasaban los minutos.

 

El morocho realmente trató de que su llanto parara, pero al volver a pensar en el castaño sólo lo había empeorado, no se como no se dio cuenta antes, que estaba viviendo una fantasía y que era obvio que ésta en algún momento debía terminar. 

 

Cosas tan buenas como Julián no le podían pasar a alguien cómo él. 

 

Y podría seguir llorando, si un oficial no hubiera abierto la puerta repentinamente. 

 

-Señor Fernández, le vamos a hacer un par de preguntas ¿Estamos? - le dice el hombre que se encontraba enfrente suyo. 

 

Y si había algo que Enzo no iba a hacer, era hablar con la policía, sabía que no se encontraba obligado a hacerlo, y de todas formas nunca le creerían, por eso se queda en silencio. 

 

-Señor Fernández, tanto usted como yo sabemos como va a terminar esto, así que le sugiero que tratemos de agilizar las cosas un poquito. - le vuelve a hablar el policía. 

 

Al no recibir otra cosa del morocho que no sea más silencio, parece que el oficial intenta volver a hablar, pero no lo logra ya que alguien lo interrumpe, volviendo a abrir la puerta.

 

Un hombre que Enzo jamás había visto entra vestido de traje, el cual parecía ser bastante elegante y costar mucho, de esos que el morocho tendría que trabajar por años para poder comprar, y ni así llegaría. 

 

-Fernández, - le dice este hombre, -levántese, usted es un hombre libre. - 

 

Enzo realmente creía que le estaban haciendo un -muy cruel- chiste, por eso se queda sentado donde está.

 

-¿Y usted quién es? - le pregunta el policía.

 

-Soy el abogado de la familia Mac Allister, y fui asignado por el hijo menor de ellos para defenderlo al señor Fernández, de todas formas me encuentro con que no tengo nada de lo que defenderlo porque ustedes no poseen ni una sola prueba en contra de mi cliente, por lo cual no lo pueden retener en contra de su voluntad. - responde el hombre desconocido. 

 

El policía se acerca con un poco de escepticismo y finalmente lo libra a Enzo de las esposas que le apretaban fuertemente las muñecas, y aún así, este no se mueve, e incluso ahora está convencido de que ya se están pasando con el chiste.

 

No pensaba moverse porque verdaderamente pensaba que estaban haciendo todo esto como parte de una forma muy cruel, hasta que puede escuchar afuera del cuarto en el que se encontraba, la voz de la persona que más quería ver en este momento. Julián. 

Comienza a correr hasta dónde se encuentra la voz, y cuando lo ve, no puede evitar derramar un par de lágrimas más, realmente pensó que nunca más sería capaz de ver a la cara al hombre del que se encontraba totalmente enamorado. 

 

Cuando este último lo ve a Enzo, corre hacia él hasta que ambos finalmente se encuentran en un abrazo tan fuerte que sentían que podían quedarse sin aire. 

 

Al separarse después de lo que se sintió como una eternidad, ambos se sonríen y antes de poder decir cualquier cosa, Julián lo agarra de los cachetes y le da un gran beso, tratando de transmitirle al otro lo mal que le había pasado en esas horas en que estuvieron separados. 

 

Cuando finalmente Julián lo suelta, Enzo lo vuelve a acercar suavemente hacia él para darle otro beso, esta vez interrumpido por ambas sonrisas, para decirle, -Dios mi vida, pensé que no te iba a ver nunca más. - 

 

-Yo nunca hubiera dejado que eso pase Enzu. - le responde el castaño sonriendo enormemente para así darse su tercer beso de la noche, pero se separan cuando escuchan a alguien carraspear a su lado. 

 

Si había alguien a quién Enzo no esperaba ver en ese momento era a Alexis, pero rápidamente recuerda que había sido él el que aparentemente lo había ayudado a salir poniéndole al abogado de su familia. 

 

Por eso con un poco de incertidumbre, Enzo lo mira y con una pequeña sonrisa le dice a este, -Gracias, no hubiera podido salir de no ser por vos. - 

 

Alexis lo mira por un momento pero después de unos segundos le dice, -Igual no lo hice por vos, lo hice por Juli. - 

 

Cuando el morocho le iba a responder, el colorado le dice por última vez antes de irse, -Lo hice por que se ve que te quiere enserio, así que lo dejo en tus manos. Cuidalo, no me hagas arrepentirme. - 

 

Enzo, sorprendido, asiente levemente y Julián le dedica un último agradecimiento con una sonrisa. 

 

Después de compartir una leve risita, ambos se vuelven a besar tratando de contener sus sonrisas. 



Notes:

- como pueden ver agregue un cap más pero les juro que no estoy agregándole nada a la historia, simplemente estoy diviendo los caps diferente
- ojalá les guste este capítulo que siento que no me quedó tan bien como esperaba lo que me pone un poco mal, pero bueno los amo mucho a todos díganme que opinan de mi plot-twist d: (ponele)

Chapter 11: West Coast

Notes:

- AVISO: si en el capítulo 8 les dije que se traigan un balde de agua, acá directamente les pido que llamen a los bomberos, la cosa se pone (el triple) de hot
- (enserio les digo están advertidxs)

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

-Por favor decime que me vas a dejar manejar la camioneta. - 

 

Julián ríe fuertemente ante el pedido que el morocho le había hecho con una mirada muy ilusionada. 

 

Pensaba decirle que sí, ya que no había nada que este pudiera pedirle a lo que el castaño pudiera negarse, pero de todas formas le pregunta con una sonrisa, -¿Para qué querés manejar? -

 

-¿Me estás cargando? Mirá lo que es esta nave, salió directamente de mis sueños. - le responde Enzo como si la respuesta fuera obvia. 

 

Juli ríe por última vez y le tira las llaves -las cuales el más alto agarra con una mano- y se da la vuelta para subirse al asiento del acompañante.

 

Pensaban ir a la casa del castaño y quedarse ahí por el tiempo que quisieran, debido a que su padre -en quién Julián no quería pensar en estos momentos- finalmente se había ido de viaje, por lo tanto no habría nadie que los molestara hasta que este vuelva. 

 

Así, comenzaron a dirigirse hacia su destino. El más bajo no pudo evitar entrelazar su mano con una de las de Enzo mientras éste manejaba, después de el intento de su papá por alejarlos, sentía que nunca más sería capaz de soltar al otro por miedo a que quieran volver a sacárselo de su lado. 

 

Pero al parecer el más alto se sentía de la misma manera, porque cuando el castaño quiso soltarse cuando entraron en las calles de tierra para que el otro pueda manejar más cómodo, este afianzó su agarre en su mano. 

 

Cuando finalmente estacionan en la entrada, Julián se ve obligado a soltarlo para bajarse, pero cuando ambos se encontraban dirigiéndose a la casa el castaño vuelve rápidamente a entrelazar con fuerza sus manos, lo que hace reír levemente a Enzo. 

Esto le da un poco de vergüenza, pero el morocho le dice, -Tranquilo amor, yo tampoco te pienso soltar ahora que te tengo de nuevo. - 

 

-Mentí, si te voy a tener que soltar, me tuvieron como dos horas sentado en esa comisaría de mierda así que me estoy re meando. - 

 

Y si había algo que Julián amaba de Enzo era su capacidad tan natural para hacerlo reír fuertemente. 

 

Pero este último le dice con una sonrisa, -A no ser de que quieras venir conmigo. - 

 

-No gracias, estoy bien, te espero arriba. - le sigue el chiste Julián. 

 

Así deja que Enzo vaya al baño de abajo mientras él sube hasta su habitación. 

 

Cuando llega, inmediatamente abre la gran ventana que ocupaba gran parte de la pared para dejar que entre la corriente de aire de esa hermosa noche de verano, y se tira en forma de estrella en su cama, esperándolo al otro con una sonrisa en la cara. 

 

Hasta que suena su celular con la llamada entrante de alguien. Cuando ve quién es la persona que lo está llamando, se tranquiliza inmediatamente al ver que es sólo su amigo Lisandro. 

 

Hasta que cae en que nunca lo llamó para contarle todo lo que había pasado, y que seguramente el Cuti ya le había contado todo -es ahora cuando se da cuenta que el enamoramiento de esos dos le jugó en contra- por lo cual Julián sabe que cuando atienda se le va a venir encima el reproche de su vida. 

 

Después de tratar por más de diez minutos que su amigo deje de gritar, finalmente lo consigue, así que ahora más tranquilo, este le dice, -Todavía no me lo fumo, pero bueno estoy agradecido por lo que hizo por vos, se ganó que ahora lo deje de mirar con cara de culo cada vez que me lo cruce. - hablando sobre Alexis. 

 

Julián coincide entre risas hasta que su amigo le vuelve a hablar, -¿Y a dónde están ahora? - 

 

 -Nada nos vinimos para casa porque por suerte mi papá ya se fue. - le comenta el castaño. 

 

Y Juli sabe que no le va a gustar lo que se viene cuando puede sentir a través de la llamada como su amigo tiene una sonrisa en la cara cuando le dice, -¿Así que están solos? -

 

Con los cachetes un poco colorados sabiendo a lo que se refería Licha, le responde, -Si estamos solos, pero no tiene nada que ver eso, no seas malpensado. - 

 

Riendo, su amigo le dice, -Me parece perfecto señorito, te quiero inocente hasta los treinta ¿Me escuchaste? -

 

Julián no le había contado a su amigo lo que había ocurrido hace unos días porque le había dado un poco de pena, pero esta era su oportunidad, así que con los cachetes mucho más calientes le dice suavemente, -Llegaste un poco tarde me parece. - 

 

Y otra vez el castaño tuvo que alejar el teléfono de su cara al escuchar el grito de Lisandro -ya el décimo en lo que iba de la llamada-. 

 

-¿Ya garcharon y no me contaste nada hijo de puta? Que mal amigo que sos. - 

 

Julián siente que casi se muere al escuchar las palabras de su mejor amigo, por eso le dice escandalizado, -¡Nene! No seas desubicado, no hicimos eso todavía. - 

 

Pero esto parece incluso causarle más gracia al otro, que le responde, -Ah listo, con que “todavía”, está bien ya entendí, te dejo que sigas con lo tuyo.- 

 

Y cuando el castaño iba a responder, Lisandro lo interrumpe para decirle serio antes de cortar, -Más vale que no quedes embarazado porque te mato, ¿Estamos Álvarez? -

 

A Julián no le queda otra que reírse debido a lo ridículo de lo que había dicho el otro. 

 

Pero su risa muere cuando Enzo finalmente entra por la puerta de su pieza, y su mente no puede evitar imaginarse en escenarios como los que había dicho su amigo con el morocho. 

 

-Perdón que tarde una banda, pero literal no comía nada desde hoy a la tarde, así que vi una de tus tortas y me distraje en el camino. - le dice con una sonrisa Enzo, para posteriormente buscar y ponerse un short deportivo de Julián como el que él mismo se había puesto minutos atrás. 

 

Pero el más bajo no había registrado absolutamente nada de lo que le había dicho el otro al seguir ensimismado en los escenarios de su mente, y se ve que tampoco había podido evitar que el calor se traslade a sus cachetes, que ahora se encontraban muy rojos a la simple vista de Enzo. 

 

Por eso éste camina lentamente hacia la cama y una vez allí se sienta con su espalda contra el respaldo de esta, moviendo a Juli que rápidamente entiende lo que el otro quería y se sienta arriba de sus piernas.

 

-¿Por qué tenés los cachetes tan rojos? - le pregunta Enzo con una sonrisa. 

 

Cuando Julián no contesta, en lugar poniendo sus brazos alrededor del cuello del morocho con un poco de vergüenza, este último ensancha su sonrisa todavía más y le dice, -Julián Álvarez, ¿Acaso estabas pensando en cosas indebidas? - 

 

Lo único que puede hacer este con la gran vergüenza que siente en este momento es esconder su cara en el cuello del más alto, puede sentir su pecho vibrar ante la risa del otro lo que empeora su situación. 

 

Hasta que Enzo agarra su cara desde su lugar en su cuello suavemente para mirarlo a lo ojos y decirle sonriendo, -No pasa nada mi amor, yo también pienso en cosas indebidas todo el tiempo cuando estoy con vos. -

 

Julián no sabía qué sensación ganaba en este momento la batalla en su cuerpo, si la curiosidad o el calor, él supone que los dos, porque le pregunta mordiéndose su labio inferior, casi en un susurro al otro, -¿Cómo cuáles? -

 

Parece haberle encantado la pregunta a Enzo, porque se acerca levemente a su oído y le susurra, -No sé, cosas como tenerte gritando abajo mío acá en la cama, o en la cocina, o en la ducha, o en el sillón.. - 

El morocho no puede seguir hablando porque Julián, muerto de vergüenza, lo empuja levemente hacia atrás haciéndolo reír cuando dice, -Ay Enzo, ya está ya entendí. - 

 

Pero la idea de imaginarse en situaciones como las que había descrito el otro lo llena de una abrumadora necesidad. Por lo que después de mirar fijo al morocho por un par de segundos, vuelve a pasar sus brazos por alrededor de su cuello, y lo acerca de esa forma para comenzar un beso que se vuelve intenso rápidamente. 

 

El simple hecho de que sus lenguas se rocen con tanta intensidad lo estaba matando al más bajo, que aprovecha para abrir un poco más las piernas y acomodarse un poco más adelante arriba de Enzo. El castaño termina poniendo una de sus manos sobre el morocho por encima de su remera para apoyarse y estar un poco más cómodo. 

 

Y no sabe de dónde salió esa valentía, pero Julián sintió la necesidad de saber cómo se sentiría la sensación de la piel caliente de Enzo bajo sus dedos, así que decidió meter su mano tentativamente bajo la remera de este y acariciar levemente sus abdominales.

 

Esto despertó algo en Enzo que no pudo evitar recorrer con ambas manos la extensión de la espalda del castaño, bajando por su cintura y terminando en sus glúteos. 

 

Esa sensación, mezclada con la de sentir sus lenguas enredándose cada vez más, hacen que J gima bajito en los labios del otro. 

Lo que lleva a Enzo a pasar de apoyar sus manos en las nalgas del castaño a apretarlas levemente entre sus dedos. 

 

Julián gime mucho más alto rompiendo el beso en el proceso, por lo que el más alto aprovecha para decirle con sus labios rozando los suyos, -Dios, llevo años queriendo hacer eso. - 

 

Esto provoca una risita en Juli que después de unos segundos retoma sus caricias en el cuerpo de Enzo, haciendo que este lo agarre con más fuerza de sus glúteos y lo acerque mucho más a él, mientras se vuelven a besar. 

 

Aunque después de unos minutos de gemidos bajos por parte de Julián debido a todas las sensaciones que lo estaban volviendo loco, esto empeora cuando puede comenzar a sentir algo duro debajo de sus nalgas. 

Y cuando por fin entiende de qué se trataba, pensó que podría prenderse fuego en ese mismísimo momento, no tanto por la pena que esto le provocaba, sino más bien por el calor infernal que comenzó a sentir entre sus piernas. 

 

Su mente se vio nublada por la necesidad de mover un poco sus caderas y perseguir un poco más el placer que sentir a Enzo duro debajo suyo le provocaba. 

 

Por lo cual arranca a mover estas en movimientos tentativos, pero que claramente le habían provocado un enorme placer a ambos, si se podía guiar por el gemido grave de Enzo a la par del suyo un poco más alto, debido a que ahora podía sentir claramente la erección del morocho entre sus nalgas ya que el otro se encontraba con un short de una tela muy finita. 

 

Enzo sigue gimiendo un rato más hasta parece volver en sí y le dice, -Amor si no parás ahora no se si me voy a poder contener. - 

 

Y si Julián no quería que el morocho se contenga en ese entonces mucho menos quiere que lo haga ahora. Se siente totalmente seguro, querido, y cómodo en su presencia, pero por sobre todas las cosas se sentía listo. 

 

Además, no menos importante, realmente quería saber que se sentía tenerlo a Enzo adentro, y poder ser él también la razón del placer del otro. 

 

Por eso, con una mirada llena de cariño pero también de determinación, Julián lo mira al otro a los ojos y le dice con una sonrisa, -Estoy seguro Enzu.- 

 

Y como siempre, se encuentra con la mirada de este reflejando un par de dudas, y adelantándose al morocho, ya que el más bajo ya lo conocía y sabía que le volvería a preguntar si estaba seguro una vez más, Julián decide ahorrarles un poco de tiempo, por lo que le dice, -Porfa Enzu, no me hagas esperar más, te quiero sentir. - 

 

El castaño termina dejando salir un grito cuando Enzo los cambia de posición rápidamente, encontrándose el más bajo ahora con su espalda sobre el colchón y el morocho arriba suyo. 

 

Este último lo mira con una sonrisa y le dice muy cerca de sus labios, -Está bien mi Juli, si querés eso te lo voy a dar. - 

 

Para así comenzar de nuevo a besarlo profundamente, como acto reflejo, mientras sus lenguas se encontraban otra vez, Julián separa levemente sus piernas para darle lugar al otro, quién se acomoda mejor en el medio. 

 

De esta forma, el castaño gime de forma muy alta cuando siente como sin querer sus miembros se rozan. Tratando de perseguir esa nueva sensación, Julián mueve sus caderas, aunque después de una risa leve, Enzo se apiada y comienza a mover sus propias caderas contra él en un ritmo lento, sacando gemidos de ambas bocas.

 

Después de un momento el morocho se separa para comenzar a sacarle la remera que Juli traía puesta. Y una vez que lo logra, el más alto mete la mano en su short mientras comienza a dejar besos húmedos en su cuello. 

 

Los gemidos de el castaño aumentan en demasía cuando la boca de Enzo, que venía recorriendo su cuerpo desde arriba hacia abajo, llega hasta sus pezones al mismo tiempo que arranca a mover lentamente su mano sobre su miembro. 

Julián se consuela con el hecho de que puede gritar todo lo que él quiera -incluso si le daba un poco de vergüenza-, ya que no había nadie más en su casa.

 

Aún en su nube de placer, escucha como Enzo le pregunta en un susurro para no romper con el ambiente que habían creado, -¿Tenés lubricante mi amor? -

 

El castaño siente que si intenta hablar lo único que va a salir es otro gemido, por lo que solo asiente y señala con su cabeza el cajón a su derecha. 

 

Y Enzo realmente no iba a decir nada, pero cuando finalmente encuentra lo que buscaba y ve que éste se encontraba casi por terminarse, no puede evitar preguntarle con una risita, -Álvarez, ¿Qué anduviste haciendo? -

 

Si Julián pensaba que nada lograría bajarlo de su nube de placer, estaba equivocado, porque lo que le había preguntado el otro sin dudas lo había logrado, así que muriéndose de la pena le dice, -Ya sabés. -

 

Pero parece que el morocho encuentra satisfacción en su vergüenza, por lo que se acerca a su oído y le pregunta mientras retoma los movimientos de su mano, -¿Y en quién pensabas? - 

 

Incluso si el más bajo sabía que era lo que quería escuchar Enzo, le contesta con total sinceridad cuando le dice, -En vos, Enzu. Siempre. - 

 

Este luce encantado con la respuesta, porque aumenta la velocidad del movimiento de su mano mientras comienza a frotar su propio miembro contra uno de los muslos de Julián, lo que hace que este último deje salir de su boca un gemido agudo y sienta que podía terminar en la mano del otro en cualquier momento si no paraba, por eso se lo comunica.

-Pará, pará Enzu. Qué estoy por acabar. - 

 

Ante esto el ritmo que el morocho poseía sobre su miembro disminuye un poco, pero aún así le dice, -Dios gordi, no sabés lo que me estoy conteniendo para no cogerte acá nomás. - 

 

Esto, en vez de aminorar las ganas que tenía Julián de sentir a Enzo dentro de él, parece incluso empeorarlas. Le había gustado tanto lo que había escuchado que sin pensar le dice al otro, -No te contengas conmigo amor, hacelo ahora. - 

 

Este ríe levemente y besa los labios del castaño con mucha ternura, para después acariciar su mejilla suavemente con su mano y decirle, -Esta va a ser tu primera vez y quiero que sea tan hermosa como vos te lo merecés mi amor, no te preocupes, ya vamos a tener mucho tiempo de hacerlo de otra forma. - 

 

El hecho de que Enzo le haga sentir tanto pero a la vez lo trate con tanta delicadeza llena de emoción a Julián, que sonríe en grande, tomando la cara del morocho con sus manos para darle un beso plagado del amor que sentía.

 

Aprovechando los besos que se estaban dando, Enzo le saca el short junto al boxer al otro, y lentamente acerca un dedo a su agujero, introduciéndolo con paciencia.  

 

La respiración de Julián se entrecorta, la intromisión siempre le resulta un poco rara al principio, pero junto a los movimientos de la mano de Enzo que habían vuelto sobre su miembro, se acostumbra rápidamente. 

Al escuchar los gemidos del más bajo, el morocho agrega otro, comenzando a mover sus dedos a un muy placentero ritmo para el castaño que a estas alturas se encontraba gritando. 

 

Sintiendo que no aguantaba más después de un par de minutos a ese ritmo, Julián le dice, -Porfa Enzu, entrá ahora. - 

 

¿Y cómo iba a negarse Enzo ante semejante pedido proveniente del hombre tan hermoso del que estaba enamorado que se encontraba debajo suyo?

 

Es ahí cuando Julián se da cuenta que el morocho se encuentra completamente vestido mientras él se encontraba desnudo, e incluso si por alguna razón en la que el castaño no quería pensar ahora, la situación lo calentaba mucho, también tenía muchas ganas de sentir la piel de Enzo contra la suya. 

Por eso agarra la remera del otro con sus manos y trata de sacársela sin éxito, por lo que el más alto ríe y lo ayuda, sacándose la prenda tomando con sus manos la parte de atrás para moverla hacia arriba, y posteriormente su short y el boxer.

 

En otro momento, ver la gran erección del morocho le hubiera dado vergüenza, pero ahora mismo, verlo al otro totalmente desnudo lo tenía hipnotizado, no podía despegar la vista de los numerosos tatuajes que poseía distribuidos por todo su cuerpo. 

 

Julián sale de su trance cuando Enzo lo besa suavemente, comenzando con un beso lento, pero que rápidamente aumenta de intensidad, y el castaño deja salir un sonido en los labios del otro cuando siente la punta del miembro del morocho hacer presión en su agujero. 

 

Este último empuja su miembro lentamente sin meterlo del todo, tratando de que Juli se acostumbre a la sensación. 

Este considera que la intromisión se siente muy diferente a los dedos del más alto, pero mucho más placentera. Y es cuando Enzo finalmente entra del todo que ambos dejan salir un gran gemido en la boca del otro. 

 

Julián siente que ahora que lo había probado, le sería difícil no volverse adicto a la sensación del hombre que amaba dentro suyo. 

 

Esto teniendo en cuenta que Enzo todavía se mantenía en su lugar sin intentar moverse -incluso si lo estaba matando-, ya que quería que el castaño lo disfrute lo más que se pueda. 

 

Al principio, el morocho solo salió un par de centímetros para volver a entrar suavemente, repitiendo esta acción un par de veces, volviendo loco a Julián en el proceso, quién arranca a gemir a un volumen mucho más alto, agradeciendo internamente que las casas de campo se encuentren bastante alejadas una de la otra. 

 

Los gemidos de E no se quedan atrás, amando la sensación de estar dentro del otro, por lo que se acerca a sus labios y le dice, -Dios gordi si así se siente estar adentro tuyo no se como voy a hacer para no querer cogerte todo el día. - 

 

En otra situación, la forma atrevida en la que le había dicho eso el morocho lo hubiera hecho desintegrarse de la vergüenza, pero no sabía si era por el contexto o qué, esto solo había logrado calentarlo diez veces más, por lo que involuntariamente dice entre gemidos, -Dios, sí Enzu. - 

 

Lo que pareció incentivar al otro, que ahora sacó su miembro del todo de su interior, para volver a empujar sus caderas fuertemente hacia adentro. Julián, que no sabía de dónde agarrarse ante tanto placer, pone las manos en su espalda completamente tatuada intentando afianzar su agarre, rasguñándolo inconscientemente. 

 

Así Enzo, finalmente encuentra un ritmo estable que mantiene por un par de minutos, mientras en la habitación solo se puede escuchar el choque de pieles y los sonidos de alto volumen que provenían de los dos. 

 

Se estaban besando intensamente cuando Julián puede comenzar a sentir una conocida presión debajo de su estómago que le dice que está por terminar, por lo que trata de aguantar lo más que le sea posible porque realmente se había enamorado de la sensación de hacer el amor con el hombre que amaba, hasta que Enzo cambia un poco el ángulo de las embestidas tocando un punto dentro suyo que le había proporcionado un enorme placer, haciendo temblar fuertemente a Juli con la fuerza de su orgasmo, que pareció durar horas, terminando así entre medio de los dos cuerpos.

 

Enzo lo besa con mucha dulzura esperando que el castaño baje de la bruma de lujuria en la que lo había dejado su orgasmo, cuando finalmente lo logra, el más bajo le brinda una gran sonrisa al otro que inmediatamente se la devuelve. Aunque esta sonrisa desaparece cuando siente como el morocho -que todavía no había terminado- comienza a salir de adentro suyo. 

 

Julián, de forma desesperada retiene a Enzo en su lugar rodeándolo con sus piernas y le dice, -No amor, ¿Qué haces? -

 

A lo que este le responde, -Está bien mi amor, yo quería que te sientas bien vos, no es necesario que sigas, yo me arreglo. - 

 

Pero Julián realmente quería ser el que lo haga al morocho sentirse igual de bien que él, por lo cual dice tratando de convencerlo, -Nono Enzu, seguí, quiero que vos acabes también. - 

 

El castaño sabe que funcionó cuando puede ver ante él las pupilas de Enzo dilatarse, antes de que este arranque un profundo beso. 

Y tal como Julián lo había pedido, el morocho retoma sus movimientos, abrumando al primero con la extraña pero placentera sensación de sobreestimulación. 

 

Esta nueva sensación es tan fuerte, que hace que el más bajo continúe gimiendo fuertemente. Hasta que después de unos segundos, Enzo le dice, -Dios gordi ya estoy por acabar. -

 

La idea de sentir al morocho terminar adentro suyo hacía que Julián sienta que podría acabar de nuevo si quisiera, por eso le dice en un susurro, -Dale amor, adentro. -

Para finalmente sentir el cuerpo del otro tensarse y con un último largo gemido, este termine llenando el interior de el castaño con espeso líquido.

Este sentimiento lo llena a Julián de un repentino gran placer, tal que termina llevándolo a su segundo orgasmo de la noche, incluso más intenso que el anterior. 

 

Así, Enzo termina desplomándose sobre su cuerpo transpirado debido al calor del ambiente de verano mientras Juli todavía trata de recuperarse de los espasmos que la fuerza de su nuevo orgasmo le había provocado. 

 

Después de unos minutos tratando de controlar sus respiraciones agitadas, el más alto pasa sus brazos por debajo de su cuerpo abrazándolo fuertemente por la cintura, escondiendo su cara en el cuello del más bajo mientras deja cortos besos en este.

 

Cuando Julián se recupera, rodea al otro con sus brazos devolviéndole el abrazo con una sonrisa, y puede escuchar como Enzo le dice desde su lugar en su cuello,

-Dios sos el amor de mi vida. - 

 

Y al castaño se le llenan los ojos de lágrimas, ya que se sentía realmente abrumado de amor.

Por como Enzo lo había hecho sentir, por como lo había cuidado y tratado con delicadeza durante todo el proceso, por lo devastado que se había sentido cuando los habían separado, por lo mucho que sentía que lo amaba, que simplemente decirle un “te quiero” le resultaba absurdo. 

 

Por eso, con un hilo de voz debido a la intensidad de sus sentimientos, Julián lo agarra al morocho suavemente de sus mejillas para mirarlo a los ojos y decirle -Enzo... -

 

Este, con un poco de miedo ya que pudo percibir lágrimas en los ojos del otro, asiente levemente para que el otro continúe.

 

-Te amo. - 

 

Cuando finalmente Julián termina de decir lo que sentía, se preocupa un poco al ver que no sólo Enzo no le contestaba, sino que en sus ojos también se podía empezar a divisar la presencia de lágrimas no derramadas. Hasta que el morocho, con una de las sonrisas más deslumbrantes que había tenido el privilegio de ver, le responde, 

 

-Yo también te amo, más de lo que te podés imaginar mi príncipe. -

 

Así, Juli le regala una sonrisa igual o incluso más grande que la que él tenía, antes de acercar su cara hacia él para comenzar con un hermoso beso en dónde intentaron transmitir todo lo que sentían.

 

Definitivamente Julián tenía mucho que agradecerle a este último verano. 




Notes:

- mi mamá un dia de estos agarrado mi compu y entrando a mis docs: 👁👄👁
- paso mucha vergüenza cuando escribo estas escenas pero me divierto mucho JSJSJSJ seguramente en el futuro (cercano) vuelva con un par de one-shots (si consideran que este está bien escrito)
- IMPORTANTE: consideran que me fui a la mierda con lo explícito? lo digo en el sentido de que la historia es muy dulce y capaz la escena hot choca un poco con el resto, si es así la puedo editar si quieren que sea menos explícita

Chapter 12: Ribs

Notes:

- bueno, que decirles, acá esta gente linda, el último cap
- se que deben pensar que soy una exagerada, pero cuando yo recién la publicaba pensé que no la iba a leer nadie y que la iba a terminar abandonando por eso mismo, pero acá estoy publicando el último capítulo rodeada del amor de un montón de gente que se ve que realmente le gusto lo que hice, así que nada los amo a todos me hicieron muy feliz, disfruten

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

Julián estaba seguro de que estas semanas habían sido mejor que lo que el resto de su año había sido. 

 

Después de ese día en donde habían estado juntos por primera vez y se habían confesado su amor -el cual el castaño recordaba con mucha felicidad- las tres semanas que faltaban para la fecha de su partida hacia la ciudad habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. 

 

No sabía si era por lo feliz que se había encontrado, ensimismado en su burbuja de cariño (y calor) alrededor de Enzo, pero tan solo faltaban tres días para que Julián finalmente partiera con su mejor amigo hacia Buenos Aires, donde vivirían a partir de ahora. 

 

Aunque se ve obligado a salir de su burbuja cuando ese mismo día, Lisandro había ido hasta su casa para ayudarlo a preparar todo lo que el castaño debería llevarse, y chequear que no se estuviera olvidando nada importante. 

Enzo se encontraba con él en ese momento, ambos se estaban acostados en su cama, el morocho leyendo el último de sus apuntes, ya que tan solo le faltaba dar dos exámenes para la obtención de su título, mientras Juli leía el nuevo libro que había comenzado. 

 

Pero cuando Enzo pareció entender que era lo que había venido a hacer Licha, se excusó rápidamente con que tenía algo importante que hacer con su mamá, yéndose sólo dándole un pico de forma apresurada a el castaño.

 

Y Julián no hubiera pensado más de lo necesario en lo que había ocurrido -a pesar de que le había resultado muy raro que Enzo se haya ido sin saludarlo con un beso más largo o sin decirle “te amo”- si al día siguiente el morocho directamente no se hubiera ausentado para trabajar. 

 

Habían decidido que el más alto siga trabajando en el campo hasta que vuelva su padre, ya que no era este último el que se encargaba de pagarle a sus empleados, sino alguien más, por lo cual Enzo seguiría trabajando para seguir ganando dinero hasta que vuelva su papá y el más alto renuncie para buscar otra cosa. 

 

Julián, ya realmente preocupado, trató de llamarlo varias veces, aunque no obtuvo respuesta. 

Podría haber decidido ir a buscarlo a su casa, pero al final nunca había ido a visitar a Marta, e ir ahora sin haberla visto por un tiempo a buscar al otro le daba un poco de pena. 

 

El castaño trató de convencerse a sí mismo de que no había pasado nada malo, hasta que finalmente después de sentirse extremadamente triste porque sólo le quedaban dos días en el pueblo y no lo había visto al más alto, había llegado el fatídico día en el que tenían que irse. 

Y Enzo todavía no le contestaba las llamadas. 

 

Ya sin esperanzas, caminó hasta la zona donde el morocho solía trabajar con Lautaro, esperando aunque sea encontrarlos a los dos ahí y poder ser capaz de despedirse, incluso si le dolía mucho que el otro no lo quisiera ver o que no lo haya buscado. 

 

Pero tal como él temía, Lautaro se encontraba trabajando sólo. Tratando con todas sus fuerzas no llorar, se acerca hasta el chico y sin saludarlo le pregunta, -Lauti, ¿Sabés dónde está Enzo? -

 

El compañero de este último, lo mira extrañado y le dice, -Pero cómo, ¿No te dijo nada? -

 

Se ve que la cara de confusión -y tristeza- eran obvias para Lautaro, que con una mirada que reflejaba la pena que sentía, este vuelve a hablar, -Me dijo ayer que renunciaba, que a partir de hoy no venía más. - 

 

Trata y por muy poco, logra no quebrarse enfrente del compañero del hombre que más amaba en el mundo, que aunque resulte inexplicable para Julián, parece no querer verlo más. 

 

Totalmente abatido, asiente levemente a lo que había dicho el otro y comienza a darse la vuelta para dirigirse nuevamente hacia dónde lo esperaban todas las cosas para irse, pero dónde no lo esperaba Enzo, cómo él creía iba a suceder hace tan solo tres días atrás. 

 

Hasta que Lautaro lo interrumpe, -Pará igual, también me dejó una carta para vos, me dijo que no la abra porque sino me cortaba las pelotas. - 

 

Lo que le había dicho el más alto a su compañero era tan pero tan característico de alguien como Enzo, que en lugar de hacerlo reír, como lo hubiera hecho en otro contexto, esto solo lo entristeció diez veces más. 

 

Pero después de agradecerle, toma la carta con las manos temblorosas, y comienza a dirigirse lentamente hacia el banco de su madre para leerla allí, cerca de las frutillas. En dónde habían tenido su primera gran conversación con el morocho. 

 

Se dio cuenta que si Enzo realmente no pensaba despedirlo, debería irse cuanto antes, ya que la esencia y los recuerdos que la figura del más alto traían consigo se encontraban impregnados a lo largo de todo el lugar. 

 

Con las manos temblando ahora mucho más, finalmente abre la carta, y no puede evitar derramar las primeras lágrimas pero aún así sonreír tristemente cuando ve que la carta se encontraba dirigida para “Mi prínsipe”, al otro realmente le costaba la ortografía, pero esos detalles solo hacían que la carta se sintiera incluso más Enzo. 

Después de dejar salir el aire de sus pulmones, empieza a leer, 

 

Para mi prínsipe:

 

Se que debes pensar que en realidad no te amo y por eso no te fui a despedir, pero quiero que sepas mi amor que es todo lo contrario. 

 

Te amo tanto que entendí que te mereses lo mejor que te pueda ofrecer esta vida, y la verdad es mi amor que yo no te lo puedo dar.

 

Te mereses tener a alguien que te pueda ir a ver re seguido, que cuando valla para alla te saque a comer, que te regale cosas hermosas, que progrece junto a vos en todo. 

Vos te vas a buenos aires para estudiar y salir adelante, y yo siempre voy a estar aca trabajando y llenadome las manos de tierra.

 

Eso no es algo que se meresca para su futuro la persona mas linda y buena que tuve el privilegio de conocer en mi vida. 

 

Que me ames fue un privilegio. 

 

Yo nunca voy a tener la plata suficiente para ir a verte mi vida, y yo jamas te obligaria a que tengas que venir a verme y tener que verlo a la cara a tu papa sabiendo que te hase mal.

 

Te amo, te amo tanto que soy capaz de haserme a un lado para que vos alla encuentres a alguien que si te meresca y te pueda dar todo lo que yo no puedo. 

 

Te mereses lo mejor del mundo amor de mi vida, pero lo mejor nunca fui yo. 

 

Chau mi prinsipe, ojalá algun dia tenga la suerte de volverte a ver.

Te amo. 



Después de casi veinte minutos en dónde lo único que pudo hacer Julián fue tratar de controlar su respiración, ya que el llanto le estaba dificultando respirar, finalmente recibe la llamada de Lisandro avisándole que ya lo estaban por pasar a buscar, así que con una última mirada hacia el campo de frutillas, se levanta del banco y emprende camino hacia su casa. 

 

Sintiendo que había dejado el alma y el corazón en ese banco al leer la carta, y que ahora se había quedado sin nada.

 

 

✧•─────✦•✦─────•✧



Enzo realmente no pensaba ver a nadie en este momento, incluso si quién sea que se encontrara golpeando la ventana de su pieza -la cual daba a la calle-, resultaba ser una persona muy insistente. 

 

Como respuesta ante los golpes de quién lo estaba llamando, el morocho simplemente se escondió más abajo en sus sábanas, buscando que la habitación oscura quizá le brinde un poco de consuelo a su tan lastimado corazón. 

 

-Escuchame pendejo de mierda, o me abrís la ventana o te la bajo a patadas. - 

 

Obvio, quién más que su mejor amigo podría estar golpeando su ventana de esa forma. 

 

Pero ya se encontraba realmente herido, y no creía que los reproches de su amigo sean la solución ante su tristeza. 

Por eso le grita desde su lugar, -Andate Cuti, no quiero ver a nadie ahora. - 

 

-¿Tengo cara de que me importa a mí que no me quieras ver pedazo de estúpido? ¿Qué le hiciste a Julián? Abríme ya. - le dice su amigo incluso más enojado.

 

Y al escuchar el nombre de su Juli se le vuelve a cerrar el corazón, por lo que llega a la conclusión de que quizás hablar del tema con su mejor amigo lo pueda ayudar un poco a alivianar la horrible sensación en su pecho, aunque lo ve muy difícil. 

 

Por eso se levanta lentamente de la cama, y arrastra sus pies hacia la ventana para abrirla y que Cristian pase por ahí -ya que esta estaba a una baja altura-.

 

-Dios, mirá como estás, ¿Por qué hiciste semejante estupidez Enzo? Lo estás matando al pibe y te estás matando a vos también. - le dice su amigo mirándolo con pesadez. 

 

La verdad, es que Enzo había estado pensando desde que le dejó esa carta a Lautaro si había hecho lo correcto o no. 

Escribir las palabras en ella había sido una de las cosas más difíciles que el morocho tuvo que hacer en su vida. Su tarea se vio interrumpida varias veces, ya que las lágrimas le nublaban la visión y le imposibilitaban seguir escribiendo. 



Pero cuando lo pensaba, él realmente no veía una solución factible a futuro. No contaba con el dinero suficiente para ir a visitarlo, y tal como había dicho en la carta, sabía lo que a Julián le había dolido la traición de su padre, y nunca haría que el castaño se vea obligado a verlo a la cara solo por el hecho de venir a verlo a él al pueblo. 

Hasta que se da cuenta de algo.

 

-¿Y vos cómo sabés lo que pasó? - le pregunta extrañado a Cristian.

 

-Licha me llamó para contarme, se dio cuenta enseguida cuando llegó a buscarlo a Juli que algo había pasado porque parecía que estaba destruido. ¿No entendés boludo? Le estás haciendo lo mismo que le hizo el padre, no lo estás dejando decidir por el mismo que hacer con su vida. Te manejaste sin preguntarle primero como si fuera un nene chiquito. -

 

Y Dios, Enzo no sabe porque tuvo que venir su amigo a decirle esto, era él mismo el que se tendría que haber dado cuenta de la estupidez que estaba haciendo y de lo mucho que lo estaba lastimando al otro. 

 

Todavía creía firmemente que Julián se merecía algo mucho mejor que él, pero dejaría que el castaño lo decida por su cuenta. 

 

Por eso corre a agarrar su casco, y cuando ya había pasado una pierna por sobre el marco de la ventana, su amigo le pregunta, -¿Qué se supone que estás haciendo? -

 

A lo que Enzo le contesta con una sonrisa, 

 

-Estoy yendo a recuperar al amor de mi vida. - 

 

 

✧•─────✦•✦─────•✧



[Fine Line by Harry Styles]



Ni siquiera el saber que estaba dejando el pueblo en el que había vivido toda su vida atrás lograba conmoverlo a Julián. Tampoco había llorado cuando se estaba despidiendo de su animalito tan preciado, Mili. 

El castaño simplemente ya no le quedaban más lágrimas que derramar. 

 

Se encontraba mirando hacia afuera, esperando que el paisaje lo distrajera un poco de sus pensamientos. Todavía no se encontraban en viaje, pero se encontraban en el último tramo de su pueblo antes de tomar la ruta que los llevaría a Buenos Aires. 

 

Puede escuchar como su amigo Lisandro, que venía a un lado de él en los asientos de atrás en la camioneta, manejada por un empleado del padre de éste que había sido encargado con llevarlos a la ciudad, le dice, -Juli, mirame. - 

 

Pero este sentía que no tenía fuerzas siquiera para dar vuelta su cabeza y mirar a su mejor amigo, por lo que éste le repite, -Juli, porfa mirame. -

 

Cuando finalmente lo hace, Licha le sonríe con compasión y le dice, -Vos tranquilo, ¿Está bien? Ya hablé con el Cuti, en cualquier momento Enzo se va a dar cuenta de que no es necesario que se separen, sabemos que te ama y que lo hizo con buenas intenciones. Ya va a volver, vas a ver. - 

 

Y Julián sabía que Enzo no había mentido cuando dijo que lo amaba, o eso quería creer, pero tampoco quería ilusionarse y esperar que un día el morocho vuelva a sus brazos. Iba a ser mejor para él que trate desde ahora ignorar con toda su fuerza el amor que sentía por el otro, incluso si sabía que nunca lo lograría. 

 

Julián ya sentía que le pertenecía completamente a Enzo, por lo que lo que éste había dicho sobre “encontrar a alguien más” le parecía ridículo. Él nunca amaría a alguien más de la forma que lo amaba a el morocho. Era un caso perdido. 

 

Pero de todas formas apreciaba el intento de su amigo de levantarle los ánimos, por lo que finge una sonrisa y asiente levemente ante lo que éste le había dicho. 

 

Sólo que cuando se iba a dar vuelta otra vez para mirar hacia afuera, ve que algo en la mirada de Lisandro cambia. 

El semblante compasivo de su mejor amigo es reemplazado por una gran sonrisa, y es ahí cuando este le dice, -¿Viste? Te lo dije, Juli. - 

 

Sin entender nada, Julián sigue la mirada de Lisandro que apuntaba hacia su ventanilla, y cuando finalmente se da vuelta, deja inmediatamente de respirar por lo que ve. 

 

Porque del otro lado de esa ventanilla, no se encontraba nada más ni nada menos que Enzo, yendo a gran velocidad a la par de la camioneta pero en su moto. 

Cuando conectan miradas, Julián puede ver claramente a través de sus ojos que el morocho estaba sonriéndole, incluso si este estaba usando su casco. 

 

El castaño no le devuelve la sonrisa porque se encuentra totalmente sorprendido, él realmente creía que nunca más sería capaz de verlo al otro, y tenerlo ahora enfrente lo había paralizado. 

 

Enzo le hace una seña con su cabeza a Licha, tratándole de indicar que quería que la camioneta pare, por lo que este último rápidamente le dice al hombre que manejaba, -Héctor, pará por favor. - 

 

Extrañado, el hombre le responde, -Perdone señor Lisandro pero no puedo hacer eso, su papá me dijo que trate de llegar lo más temprano que pueda a Buenos Aires, ya los están esperando ahí. - 

 

-Héctor, pará ahora porque hago que te echen. - 

 

Y el señor realmente se había sentido intimidado, por lo que de forma apresurada para su camioneta a un costado de la ruta. 

 

Una vez que tanto ellos como la moto -que estaciona atrás- frenan, Julián siente que podría vomitar de los nervios, por lo que con las manos temblando nuevamente, abre la puerta del vehículo y se dirige hacia dónde lo esperaba el morocho. 

 

Cuando ya se encuentra enfrente de él, Enzo finalmente se saca el casco y le dice, -Porfa Juli, dejame hablar a mí primero, después yo voy a respetar cualquier decisión que tomes. - 

 

Julián, sintiéndose a punto de comenzar nuevamente a llorar, simplemente asiente.

 

-Julián, mí Juli, todavía sostengo todo lo que te dije en la carta, pero me vas a tener que disculpar porque me voy a convertir en el hombre más egoísta del mundo. Se que te mereces a alguien mejor y se que si quisieras lo podrías conseguir en esa ciudad tan grande, pero lamentablemente para vos, te enamoraste de un negrito de campo, y ahora este negrito nunca más te va a poder dejar ir. 

Voy a estar al lado tuyo amándote con locura hasta que vos decidas echarme. No estoy seguro de que nos depare el futuro para una pareja como nosotros, pero voy a luchar todo lo que sea necesario para que si elegís quedarte conmigo, nunca te arrepientas de tu decisión. 

Me di cuenta tarde, pero sé que quiero absolutamente todo con vos, incluso si no me lo merezco, quiero que nos casemos y quiero que tengamos muchos hijos, pero antes de eso y antes de que te vayas, tengo algo que preguntarte. 

Julián Álvarez, ¿Me darías el honor de ser tu novio? - termina de decirle Enzo con la mirada reflejando incertidumbre, pero con una sonrisa que reflejaba que estaba siendo totalmente sincero con sus palabras. 

 

Si Julián realmente lo intenta, puede escuchar el gran grito que dejó salir Lisandro desde su lugar dentro de la camioneta, pero sus sentimientos ganan rápidamente el lugar en su mente. 

 

El castaño no sabe si comienza a llorar por el tornado de emociones alrededor de su corazón, por el alivio de saber que Enzo lo sigue amando como él también lo ama al otro, o porque lo que había escuchado lo había hecho el hombre más feliz del mundo. 

 

Pero sin pensarlo mucho, corre la distancia que lo separaba del amor de su vida y salta sobre el otro, que debido a la sorpresa es un poco impulsado hacia atrás pero que finalmente logra un firme agarre sobre su cuerpo en el aire. 

 

Así, con una sonrisa que alumbraba la vida de Enzo con igual intensidad que un sol de verano, Julián acaricia con delicadeza las mejillas del morocho desde su lugar, y le dice, -Es lo que más quiero en el mundo Enzu - para posteriormente compartir su amor en un beso. 

 

Y si Juli todavía podía escuchar los gritos de Licha hablando por llamada con Cristian contándole todo en el fondo, había elegido ignorarlo, prefiriendo seguir perdido en la sensación de los labios de Enzo contra los suyos. 

 

 

✧•─────✦•✦─────•✧



El tema es el siguiente, cuando Enzo le había dicho a Julián que no pensaba soltarlo, estaba hablando muy enserio, porque desde que Lisandro había obligado al hombre que trabajaba para sus padres a volver por donde habían venido, todavía no se habían despegado ni un segundo del otro. 

 

Pero incluso si habían logrado ganar un poco más de tiempo, Julián y su mejor amigo realmente tenían que irse hoy si querían llegar con tiempo a preparar todo antes de comenzar con su nuevo ciclo lectivo. 

 

La cuestión es, que pensar en separarse nuevamente de su novio ahora que lo tenía -si, su novio- llenaba a Julián de exasperación, por eso creía firmemente que la idea que le propuso al morocho no era tan loca. 

 

-Dale mi amor, ¿Por qué no? - le dice con un puchero a Enzo.

 

-Porque no gordi, ¿Qué hago si al fin no me dejan por la edad o no puedo conseguir nada? -

 

Resulta que a Julián se le había ocurrido la maravillosa idea -para él enserio era una muy buena idea- de que Enzo se vaya a vivir con él a Buenos Aires.

No vivirían junto a Lisandro, sino que el castaño se quedaría junto a su amigo como lo habían planeado al principio, pero le daría las llaves del departamento que le había dejado su mamá a el morocho para que se quede ahí. 

 

Obviamente sabía que Enzo jamás aceptaría quedarse ahí gratis, entonces ideó el plan de sugerirle al más alto volver a ir a probarse a Defensa y Justicia. Estaba seguro de que con lo bien que jugaba no tendrían problema con que el morocho ya no sea un juvenil, aunque con tan solo 18 años podría serlo. Y si eso no funcionaba, este último podía buscar cualquier trabajo ahora que sólo le faltaba sacar una materia para obtener su título del secundario. 

 

-Porfa Enzu, sé que te van aceptar, y si no se puede podés conseguir el trabajo que quieras, yo te ayudo a armar el currículum. - le insiste Julián todavía manteniendo su puchero. 

 

Y Enzo realmente quería negarse, porque sabía que lo que el castaño le decía iba a ser casi imposible de lograr, pero él tampoco siente que puede dejarlo ir ahora que oficialmente eran pareja.

Total, si no funcionaba por lo menos podría decir que lo había intentado. 

 

-Pero amor, te vas en una hora y media y ni siquiera tengo nada preparado, ni le avisé a mi vieja. - prosigue el morocho, aunque por el tono en que lo había dicho, Julián sabía que ya había ganado la batalla. 

 

Por eso le dice con una sonrisa, -No es problema eso, ya las estás llamando a Marta, decíle que te espere en casa que ya vamos, yo llamo a Licha para que nos gane un poco más de tiempo. -

 

Y la verdad, es que Enzo no podía negar que realmente estaba muy enamorado de su novio y sus locuras. 

 

✧•─────✦•✦─────•✧

 

Julián no supo que tanto había extrañado a Marta hasta que se encontró abrazándola fuertemente.

 

No sabía porque, si era su forma de abrazar, o el sentimiento de confort que transmitía, pero en el minuto en el que se encontró entre los brazos de la mujer, el castaño no pudo evitar emocionarse. 

 

Se ve que ésta se sentía de la misma forma, porque todavía sin romper el abrazo le dice, -Dios eras tan chiquito y mirá lo grande que estás. No sabés lo que extrañé verte corazón. - 

 

Julián deja salir una risita, y cuando le iba a responder a la mujer, es interrumpido por su novio, que le dice en forma de broma con un tono serio.

 

-Bueno bueno, ya está mamá, soltalo que es mío. - 

 

Finalmente ésta se separa del abrazo para mirarlo de forma seria a su hijo y decirle, -¿Cómo qué tuyo? -

 

Enzo, sintiendo que la había cagado, le responde bajito, -Si má, mío, Juli es mi novio. - 

 

Julián esperó muchas cosas, pero no que la mujer golpee levemente al morocho en la cabeza y le diga pareciendo ofendida, -¿Vos me estás cargando Enzo? Con lo que sabés que lo quiero a Juli, te ponés de novio con él y no sólo me lo venís a contar el día que te estás yendo si no que en todo este tiempo no me lo trajiste a que me visite ni una sola vez. Pendejo insolente, yo no te críe así. - 

 

Esto parece darle mucha vergüenza a Enzo, que con los cachetes colorados agarra a Julián de la mano para llevarlo rápidamente a su pieza para así comenzar a armar el bolso con sus cosas, no sin antes tener que aguantar el ataque de risa que la situación le había provocado al castaño. 

 

Después tratar de guardar todo lo más rápido posible, porque realmente tenían que irse ahora, mientras a Enzo casi le agarra un ataque de estrés, argumentando que no podría llevar su ropa porque si se ponía esa ropa de pueblerino los “porteños lo iban a mirar mal”, y Juli ría fuertemente diciéndole que no iba a ser así, finalmente llega el momento de despedirse de Marta. 

 

Incluso si sabía que no iba a pasar tanto tiempo para verla de nuevo, el morocho no puede evitar derramar un par de lágrimas, ya que toda su vida había estado pegado a su madre, y no tenerla le sería difícil. Lo consolaba el hecho de que lo tendría a Julián, y que le había prometido varias veces empezar a pasarle plata en cuanto consiguiera un trabajo, a pesar de que ésta se hubiera negado todas y cada una de esas veces. 

 

Así, después de estar cerca de veinte minutos abrazándose entre todos, parten hacia dónde los esperaba Lisandro junto a Cristian, ya que Licha había decidido que sería una fenomenal idea invitarlo al Cuti para que se quede un par de días con ellos allá, considerado que Enzo también iba, y tanto el morocho como Juli no podían estar más de acuerdo.

 

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[Where´d All the Time Go? by Dr. Dog] 



Le causa mucha gracia a Julián como un par de horas habían hecho que el contexto de ir sentado en la parte de atrás de la camioneta de Lisandro se sienta tan diferente. 

 

Bueno, en realidad, sí era bastante diferente. 

 

Ya no se encontraba sólo con su amigo, sintiéndose inmensamente triste, ahora tenía a su mejor amigo a su derecha, con su brazo entrelazado con el suyo mientras éste discutía con Cristian, quién se encontraba delante de él en el asiento del acompañante, explicándole a este último que la seguridad de su departamento no iba a pensar que el Cuti estaba entrando a robar.

 

Pero no menos importante, ahora lo tenía a Enzo, el hombre que amaba, a su izquierda, con sus manos fuertemente entrelazadas. 

Y cuando el morocho se da vuelta para mirarlo, y sonriendo le susurra a Juli un “te amo”, es que este finalmente piensa que absolutamente todo valió la pena. 

Tenía todo lo que alguna vez hubiera querido, a sus mejores amigos y al amor de su vida a su lado. 


Si Julián pudiera, reviviría el verano en el que se enamoró de Enzo, una y mil veces más.

 

 

 

 

FIN. 

Notes:

- no niego ni afirmo que estoy llorando, los voy a extrañar mucho :(, a mis bebés y a ustedes
- pero tranquilos, voy a volver más pronto de lo que creen con otras cositas :))))))
- gracias a todos pero especialmente a la gente que me comentó, son la razón de que haya seguido con la fic
- AVÍSENME si quieren que les haga un mini epílogo o prefieren que termine así, de todas formas considero que quedó bien cerrada la historia, como prefieran

Notes:

- desde ya pido perdón si hay algún HORROR de ortografía, hice esto solamente a base de mis conocimientos literarios que son nulos
- también estoy al tanto de que seguro hay un problemita con la repetición de palabras pero voy a tratar de mejorar todo lo que me sea posible.
- TAMBIEN pido perdón por hacer que mcallister sea un pelotudo de antemano pero no me pueden negar que tiene vibras de cheto de campo, literalmente es de LA PAMPA, nada más que decir señor juez
- estoy re triste xq habia hecho un moodboard re lindo para que entiendan las vibras que quiero transmitir y no se pueden subir fotos a ao3 :(
- bueno me dejo de romper los huevos, la fic ya esta literalmente toda planeada, así que si nadie la lee la seguiré por hobby jjsjjsjsjsjsjj