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Rev era un príncipe un tanto rebelde, que odiaba el cómo era su padre. El como gobernaba y el como se comportaba como figura paterna.
Por lo que siempre se negaba a seguir sus reglas, y se sentía con una fuerte atracción por saber cómo estaba la gente en su reino.
Su padre era avaricioso y nunca se preocupaba por su gente.
Pero un día había escuchado algo interesante.
Un comerciante del pueblo había ido a decirle al rey que tenía que ayudar al orfanato, ya que había un coyote joven; huérfano, de 14 años que robaban en el mercado para alimentar a los otros huérfanos.
En el mercado los comerciantes querían que se atrapara al coyote y se le castigara con severidad, pero el comerciante que había ido a buscar al rey se preocupaba por los niños, y porque nadie veía por ellos; más allá de las cuidadoras que ya no sabían de dónde sacar recursos. Así que pensó en pedirle ayuda a la corona.
Ayuda que claramente Ralph negó; alegando que lo que podía hacer era mandar guardias a ir tras del ladrón y no más; claro que para Ralph era mejor deshacerse del “problema” en lugar de “desperdiciar” dinero en niños que nadie quería. Haciendo que el comerciante se retractara de su petición, lo último que quería era dañar a un adolescente que cuidaba de los niños.
Rev pensó que era horrible que hubiera niños sufriendo en su reino y que su padre se negara a darles ayuda; así que tomó algunas joyas suyas, y salió del castillo pensando que podría encontrar al coyote y ayudarle.
Rev se paseaba por el mercado cuando escuchó un alboroto, los comerciantes se llamaban entre ellos para tratar de atrapar al chico, que al parecer había robado cosas de la botica.
Rev vio al chico correr, tenía que ser él no había muchos coyotes en su reino que él supiera, y uno ladrón…
Rev vio la ruta de escape del coyote, y trató de alcanzarlo.
Al final la condición física del coyote y del correcaminos era prácticamente igual por lo que lo alcanzó casi sin problemas, porque el coyote, no solo era veloz, también escalaba paredes y brincaba metros, claramente conociendo perfectamente el lugar y las formas de escapar.
Rev llegó a una parte del bosque y perdió completamente el rastro del coyote.
Siguió caminando y de repente el coyote se dejó caer de un árbol, cayendo de pie atrás de Rev. Tomó sus muñecas y lo inmovilizó “¿Por qué me seguiste?” preguntó el coyote.
“Tranquilo, quiero ayudarte, a ti a los niños. Soy el príncipe” Dijo Rev.
“¿Qué?” Preguntó Tech con completa confusión y luego soltó al correcaminos.
“Soy el príncipe mayor, uno de los comerciantes dijo que el orfanato tenía problemas pidió ayuda a la corona en tu nombre, pero… Mi padre se negó” Dijo Rev con tristeza para luego continuar “Pero yo te ayudaré. Toma” Decía el correcaminos mientras le extendía una bolsa al coyote.
Tech la tomó e inmediatamente lo supo “¿Joyas?”
“Compra las cosas… No las robes… O dime lo que necesitas, yo… Haré lo que sea por ayudarles”
“Tome sus joyas, nadie me las recibirá… Todos saben que soy un ladrón…”
Rev tomó las joyas con una cara triste, y luego dijo “¿Te puedo ayudar en otra cosa?”
“Sí…” Tech llevó a Rev al orfanato y todos los chicos tosían, tenían fiebre y escalofríos.
“¿Qué tienen?”
“Una especie de influenza, eso creo, espero que se curen con pura fuerza corporal, pero necesitan cosas para aliviar el dolor, y ayudarles a respirar, pero… Las medicinas son caras, yo busqué hiervas en el bosque, pero es la temporada… Ya todo lo recogió el boticario”
“¿Sabes cómo hacer las medicinas?” Preguntó Rev con verdadero asombro, Tech era un chico, se veía de su edad ¿Cómo podía tener conocimiento medico?
“Sí… ¿Me ayudaría a hacerlas alteza?”
“Claro… Y Rev, dime Rev”
Rev ayudó a el coyote durante una semana y todos los niños mejoraron. Y el correcaminos realmente fue feliz. Además, terminó completamente asombrado de conocer a un chico tan brillante y gentil como lo era el coyote.