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CENIZAS DE ROSAS

Summary:

Roberto es guapo, algo salvaje,rudo en en la vida y en la cancha de rugby. Las cosas se tienen que hacer a su manera.También es muy necio y aguerrido. Pocas cosas lo intimidan. Y por eso se robó el corazón de Nando.

Nando es inseguro, torpe, muy sensible y un romántico incurable.Sus sentimientos lo dominan. Roberto no puede recordar en que momento todo eso empezó a ganarse su corazón.

Se enamoran, pero su diferencia de carácter y la idea que cada uno tiene del amor y lo que quieren de la vida amenaza con separarlos.

El sentimiento que los une es mucho más profundo de lo que quieren aceptar. ¿Pero es irrompible?

Notes:

Esta obra toma como inspiración a los personajes de la maravillosa película llamada La Sociedad de La Nieve y mezcla algunos eventos reales con muchos otros enteramente ficticios.

Esta obra que publico está escrita para los lectores que comparten conmigo el amor por este fandom.

Si este tipo de historias no son tu taza de té, por favor no la leas.

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: El Final De Lo Conocido

Chapter Text

Nando siempre había admirado la fortaleza de Roberto.

Quizá no es el más grande y fuerte de sus compañeros de rugby, pero los jugadores de los otros equipos le temen por su mal carácter y su agresividad a la hora de jugar.

Nada intimida a Roberto y para alguien como Nando que es tímido por naturaleza no hay nada más increíble.

Marcelo está convencido de que pueden ganar y por eso quiere que entrenen más que nunca.

- ¿Dónde está Roberto? - pregunta Marcelo molesto.

- No ha llegado todavía - responde Panchito Abal.

Marcelo esta visiblemente molesto.

Escuchan un galope de caballo acercarse.

- ¡Roberto! Otra vez tarde - lo regaña Marcelo - ¿Que voy a hacer contigo?

Roberto los mira a todos desde arriba de Alfil.

- Lo lamento - se disculpa mientras baja del caballo - las prácticas se extendieron. No podía venir antes.

- Te lo voy a dejar pasar , que no se vuelva a repetir¿Está bien? - lo disculpa Marcelo - ve a cambiarte.

Roberto se va a los cambiadores.

Nando sonríe y se va a seguirlo a los cambiadores.

Se esconde detrás de una de las puertas y cuando Roberto pasa caminando le da un golpe suave en la cabeza.

Roberto voltea molesto dispuesto a devolver el golpe.

Nando ríe al ver lo enojado que está Roberto.

- Eres tú, grandísimo tarado- Roberto ríe también.

- ¿Es cierto lo de las prácticas o es otra de tus mentiras? - se sienta en la banca mientras observa a Roberto ponerse el uniforme de rugby.

El cuerpo de su compañero lo hace sentir curiosidad. Morbo incluso.

- Está vez es cierto - responde Roberto poniéndose los zapatos de rugby - ¿Que tanto me miras?

- Lo feo y enano que eres - dice Nando con tono burlón al sentirse descubierto.

- Aprende a mentir mejor, maricón - Roberto ríe divertido y agarra del cabello a Nando y le hace la cabeza hacia atrás.

Los dos rien divertidos con su jueguito brusco.

Nando se suelta del agarre de su compañero y Roberto sonríe afectuoso y termina de vestirse.

- ¡A que hora van a venir ustedes dos? - los llama Marcelo desde la cancha.

- Ya se enojo Marcelo - dice Nando preocupado.

Los dos corren a la cancha jugando y empujandose entre ellos.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Al terminar la práctica ya es bastante tarde y está muy oscuro.

Nando cierra su mochila deportiva y se la cuelga al hombro.

- ¿Quieres que te lleve a tu casa, Nando? - pregunta Roberto terminando de secarse el cabello.

- ¿En el caballo? - Nando lo mira poniéndose las gafas - no lo creo.

- No es un simple caballo - Roberto mira hacia arriba a Nando - se llama Alfil. ¿Vienes o no? Porque no te voy a rogar.

Nando lo piensa un momento y después accede.

Los dos salen a la cancha donde Alfil está comiéndose unos arbustos.

- ¡Ven muchacho! - llama Roberto a su caballo cariñoso como no lo era con ningún ser humano - ¡Ven, vámonos a la casa!

Alfil deja de masticar el arbusto y se va trotando feliz a dónde están los muchachos, obediente como el mejor de los perros.

- Súbete ya,Nando - Roberto sostiene a su caballo de las bridas para que el rubio se suba.

A Nando le da miedo subirse al caballo,algo extraño para alguien tan adicto a la adrenalina.

Pero sube al equino porque no quiere que Roberto piense que es un cobarde.

Roberto sube detrás de él y arrea a Alfil agarrando las bridas.

Nando se siente nervioso por sentir a Roberto pegado a su espalda y el calor de su aliento en su oído.

Hace su mejor intento por ignorarlo,pero le resulta un poco difícil hacerlo.

Llegan a la casa de Nando después de platicar todo el camino. Son muy buenos amigos.

Incluso con los pleitos que tienen de vez en cuando.

- ¿No quieres pasar por un vaso de agua? - pregunta Nando fingiendo desinterés, pero lo que quiere es prolongar la visita - puedo darle agua a tu vaca también.

Roberto ríe.

- Está bien, pero no puedo quedarme mucho..¿Deacuerdo?- desmonta a Alfil y lo detiene de las bridas para que Nando pueda bajar.

Dejan entrar al caballo al jardín y Nando llena una cubeta de madera con agua. Alfil comienza a beber inmediatamente.

Entran juntos a la casa.

Nando llama a su familia pero no recibe respuesta.
Entonces ve una notita pegada en el refrigerador.

Reconoce la letra de su madre.

"Nando:

Salimos a visitar a tu tía Mercedes. Te estuvimos esperando. Te dejo cena en la estufa,solo tienes que calentarla. No quiero volver a la casa y ver qué no cenaste nada.

Tu mami "

Roberto sin perder un solo minuto, se burla de Nando por la nota que le dejó su mamá.

- ¡Tienes envidia porque a mí si me quieren en mi casa! - se defiende Nando avergonzado.

- Te dejan notitas como si tuvieras 5 años,te tengo mucha envidia - comenta Roberto con una sonrisita sarcástica.

- ¿Quieres quedarte a cenar Roberto? - pregunta Nando ignorando el comentario burlón.

- Si.Gracias Nando - responde Roberto cuando siente el delicioso aroma a guisado recién calentado - ya no me voy a burlar de ti. Tu mamá cocina muy bien.

Los dos cenan juntos en el cuarto de Nando mientras ven la televisión.

- ¿Todavía es tu novia Selene? - pregunta Roberto mientras escuchan un comercial de bicicletas en la televisión.

- No,ya no estamos juntos - responde Nando - terminamos hace 15 días más o menos.

- ¿Porqué? - Roberto lo mira directo a la cara - ella es muy bonita.

- Si es muy bonita - Nando mira por la ventana,se siente feliz de estar soltero - pero quiero centrar mi atención en otras cosas.¿Todavía es tu novia Mandy?

- Si, todavía - responde el futuro galeno - ella me gusta mucho. Es muy hermosa.

Nando se siente incómodo como siempre que habla sobre novias con Roberto. No sabe porque le molesta tanto que su amigo tenga novia. Es lo más normal del mundo.

Roberto lo mira con sus ojos cafés. Nota la incomodidad de Nando. Se ve inseguro de como actuar.

Se deciden a apagar la televisión y jugar monopoly para aligerar el ambiente que súbitamente se volvió tenso.

El monopoly funciona y los chicos rien y charlan de nuevo.

Roberto va perdiendo contra Nando de un modo que es penoso de ver.

- Tienes que pagar 25 dólares por dejar tu caballito en cualquier territorio de Francia porque ahora es mío - dice Nando con un ligero tono de superioridad - asi esque desembolsa ,Canessa.

- ¡Es un robo! - protesta Roberto - ¿Porque yo no puedo cobrarte lo mismo?

- Porque eres muy malo con los negocios - extiende la mano para recibir el pago de Roberto - págame de una buena vez y deja de ser tan llorón.

-¿Cómo me dijiste? - pregunta Roberto mirándolo como un gato mira a los ratones - ¿Me dijiste llorón?

Nando se da cuenta de su error.

- ¡No, Roberto! - grita Nando cuando el galeno se lanza sobre él y comienza a picar y pellizcar los costados de Nando - ! Roberto, ya!.. ¡Por favor! - Nando ríe y se retuerce bajo las manos de su amigo - ¡Ya no me pagues, pero detente!

- ¿Entonces ya no te debo nada? - Roberto ríe y continúa haciéndole cosquillas a Nando - ¡Estás loco si crees que te voy a pagar!

- !Noo! Ya no me debes nada - Nando forcejea para escapar de las cosquillas de Roberto - !Ya no me debes nada!

Nando se da cuenta que Roberto ya no se ríe y lo mira fijamente sin quitar las manos de su cuerpo.

El muchacho rubio deja de reír también y cierra los ojos cuando siente que su amigo comienza a acariciarlo y coloca una rodilla entre sus piernas. Nando lo abraza y comienza a acariciarlo también.

La respiración de los muchachos se torna más pesada a medida en que las caricias se vuelven más intensas. Ambos lo están disfrutando y lo notan por la respiración del otro.

Nando siente cuando Roberto acaricia la parte interna de sus piernas, él entiende el mensaje de inmediato y abre sus piernas para dejar que su amigo se acomode entre ellas.

Roberto recarga todo su peso sobre él y Nando lo abraza más fuerte al sentir que Roberto empieza a frotar su sexo duro entre sus ingles simulando penetrarlo.

Nando gime por la estimulación y mueve sus caderas al compás de Roberto que jadea en su oído. Se miran a los ojos moviendo sus caderas al mismo tiempo.

Sus movimientos se vuelven erráticos hasta que Nando ya no puede soportarlo más.

- !Roberto! - gime Nando sin dejar de moverse - ¡Me voy a venir en los pantalones!

Roberto lo mira a los ojos y se detiene.

Desabrocha los pantalones de Nando y acaricia la parte baja de su espalda hasta meter su mano bajo su ropa interior.

-¿Que estás haciendo, Roberto? - pregunta Nando con la respiración agitada y se sobresalta cuando siente uno de los dedos de Roberto en su interior.

- Quédate quieto - ordena su amigo con voz profunda y acalorada mientras lo mira a los ojos y lo hace separar más las piernas sin dejar de mover su dedo índice en su interior.

Poco después añade otro de sus dedos y Nando siente un placer que nunca había sentido, cierra sus ojos y abraza más a Roberto. Es una sensación maravillosa.

De pronto Nando gime fuerte cuando siente que Roberto acaricia algo en su interior que lo hace ver estrellitas.

Roberto lo mira directamente a los ojos mientras comienza a mover hacia adentro y afuera sus dedos en el interior de Nando acariciando ese lugar especial y con su otra mano desabrocha sus propios pantalones y comienza a masturbarse.

Nando abraza a Roberto con todas sus fuerzas mientras gime y acaricia el cuerpo de su amigo y ve a Roberto masturbarse.
Es demasiado para él y se corre con fuerza sobre su camiseta dejando escapar un gemido fuerte y tembloroso.

- ! Carajo! - gime Roberto y Nando lo ve correrse sobre él, manchando su mano y ensuciando también su propia camiseta.

Roberto saca con lentitud sus dedos del interior de Nando que ahora tiene una extraña sensación de vacío.

Se miran a los ojos y Roberto se levanta de la cama.

Nando cierra las piernas y se acuesta de lado en la cama.

Ninguno de los dos sabe que decir ni que hacer.

- Tengo que irme - dice Roberto con confusión en su mirada aún con la respiración agitada.

- Está bien - responde Nando sin saber que más decir tratando de recuperar el aliento.

Roberto lo mira mientras está acomodandose los pantalones y Nando se cubre con la sábana. Tiene en su interior la sensación más extraña del mundo. Se siente muy raro pero decide que esa sensación nueva le gusta mucho.

Roberto vuelve a mirarlo, pero ahora lo mira con timidez.

- Nos vemos mañana - dice casi en un murmullo y acaricia con mucha suavidad el cabello rubio de Nando antes de salir de la habitación.

+++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Durante todo el entrenamiento del día siguiente estuvieron evitando quedarse solos.

Pero el universo parece conspirar contra ellos.

Sin saber como,ahora se encuentran solos en los cambiadores. Se miran el uno al otro.

Su amistad ya no va a volver a ser igual y ambos lo saben.

- Roberto - Nando decide que no pueden estar así toda la vida, evitandose - ¿ Ya no somos amigos?

-¿Crees poder olvidar lo que pasó ayer? - Roberto lo mira con semblante serio.

- Si,ya no importa¿Está bien? -Nando miente. ¿Cómo olvidar algo así?. Pero no quiere perder la amistad de Roberto.

- Entonces está bien. Aún somos amigos - la expresión en el rostro de su amigo se relaja.

Nando sonríe. Siente que se quita un peso de sus hombros.

Comparten miradas y sonrisas, pero no sé tocan.

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Pasó un semana desde aquel "incidente " y los muchachos han intentado continuar su amistad con normalidad.

Nando había esperado que el paso de los días lo calmara y lo hiciera estar menos ansioso cuando está cerca de Roberto, pero no ha sido así.

El recuerdo de esa noche que debía olvidar lo persigue.

Esta de visita en la casa de Roberto siendo su conejillo de indias.

- Bien. El profesor me pidió 5 ejemplos. Tu eres el primero.Ya evalúe tu nivel de hidratación - deja el cuaderno sobre la mesa y se coloca el estetoscopio en el cuello - ahora voy a contar tu pulso por minuto y el estado de tus pulmones.

- ¿No es más fácil hacer eso con una sola persona y después solo cambiarlo un poco? - Nando lo mira incómodo sentado en una de las sillas de la sala.

- ¿Y así como voy a aprender? - lo mira indignado - yo quiero ser un buen médico. Ahora quédate quieto.

Nando suspira resignado y permite que Roberto verifique sus signos vitales,pero la cercanía lo pone nervioso.

Roberto parece notar su pulso acelerado porque lo mira a los ojos por un momento y después anota en su cuaderno.

Sus miradas se unen y ambos permanecen callados.
- Estás saludable aparentemente - Roberto rompe el silencio - Buen trabajo.

- Gracias - responde Nando evitando su mirada.

Quizá estar solos no es tan buena idea después de todo.

Puede ver en la mirada de Roberto que está pensando lo mismo que él.

Roberto se levanta de la silla y pone su mano derecha alrededor del cuello de Nando mirándolo a los ojos.

Nando mira a Roberto hacia arriba detrás de sus gafas cuando la mano de su amigo hace ligera presión en su cuello. La sensación es placentera.

Su respiración se agita y su pulso se acelera.

- ¿Entonces te gusta que te traten mal? - dice Roberto en voz baja apretando un poco más fuerte el cuello de Nando cortándole un poco la respiración.

Nando empieza a sentirse bastante excitado por todo el asunto.

Asiente con la cabeza y Roberto se muerde los labios mirándolo con deseo.

Suelta el cuello de Nando y acomoda su cabello.

Roberto lo agarra del brazo y lo hace caminar. Nando lo sigue en silencio y entran a la habitación de Roberto.
Nando se gira para mirarlo y Roberto lo hace caminar hacia atrás hasta que la parte trasera de sus pantorrillas choca con la cama.

- Mis padres pueden llegar en cualquier momento - dice Roberto desabrochando su cinturón - no quiero ruido. ¿Deacuerdo?

Nando asiente con la cabeza sin atreverse a hacer un solo ruido.

Roberto lo empuja hasta que lo obliga a acostarse sobre el colchón.

Nando se desabrocha los pantalones.

Ya sabe que es lo que quiere cuando Roberto se acuesta encima de él.
Inmediatamente separa las piernas ansioso.

Roberto nota que es lo que quiere Nando y ríe acalorado y se quita la camisa. Nando lo imita y se abrazan.

Comienzan a acariciarse con intensidad. Nando jala a Roberto de los costados para sentirlo entre sus piernas. Se desnudan hasta quedar únicamente vestidos con su ropa interior.

Roberto comienza a moverse dándoles una deliciosa sensación de fricción.

Nando respira fuerte y acaricia a Roberto moviendo sus caderas buscando esa deliciosa fricción.
Cuando Roberto empieza a besar su cuello y sus hombros, la respiración de Nando se agita y gime con suavidad. Acaricia el cabello de su amigo.

Roberto tiene un cuerpo tan firme que se siente maravilloso bajo sus manos.

Roberto manosea la piel suave del trasero de Nando por debajo de su ropa interior. Baja una de sus manos entre las ingles de el chico rubio, su respiración está muy agitada y mete dos de sus dedos en el interior de su amigo.

Nando gime al tener esa sensación tan deseada, abre más las piernas para sentir los dedos de su amigo más adentro.

Sus miradas se unen. Nando puede sentir el aliento caliente de Roberto mezclarse con el suyo.

Sus pieles se humedecen por el sudor. Roberto hunde por completo sus dedos en el interior de Nando y acaricia ese lugar tan sensible en su interior.

Una ola de placer intenso recorre el cuerpo de Nando que empieza a jadear por la intensidad de la sensación, Roberto mueve sus dedos con insistencia en el interior de su compañero de equipo.
Nando acaricia el sexo duro de Roberto y empieza a masturbarlo.

Roberto gime y jadea.

Se miran a los ojos.Nunca había visto esa expresión en la cara de Roberto.

Es muy difícil cumplir la orden de su amigo que le pidió silencio.

- ¡Roberto! - habla Nando entre jadeos de placer - ¡cogeme porfavor!

Roberto comienza a acariciar ese lugar tan cálido en el interior de Nando con más insistencia. Las piernas de Nando tiemblan, su piel se estremece.

No está seguro de si le duele porque empieza a gemir de manera escandalosa, casi gritando. No puede controlarse.

Enmedio de su desesperación intenta besar a Roberto, pero él hace su cara hacia atrás poniéndose fuera de su alcance.

Se corre con fuerza entre ellos gimiendo desesperadamente.

Roberto se corre entre las piernas de Nando mordiéndose los labios y deja caer su peso sobre el cuerpo de Nando. Saca cuidadosamente sus dedos del interior de Nando y se abrazan.

Se miran a los ojos en silencio.

Cuando recupera el aliento lo suficiente, Roberto se levanta de la cama y termina de desvestirse.

- Voy a usar la regadera - limpia sus manos con su ropa interior - ¿Vienes?

- No me puedo levantar ahora - responde Nando y el sueño empieza a vencerlo. Se siente demasiado bien.

-¿Te vas a dormir así? - pregunta Roberto mirándolo juicioso - mis padres van a llegar y me van a preguntar porque te estás bañando en la casa. Y no quiero eso¿De acuerdo?

Nando refunfuña y se levanta de la cama.

Aún quiere abrazar a Roberto, pero se detiene.

Usan la regadera juntos tratando de platicar fingiendo que no compartieron un momento apasionado juntos.

Vuelven a entrar al cuarto de Roberto y cuando están terminando de vestirse Nando ve un muñeco de peluche que no había estado allí la semana anterior.

Es un muñeco Piolín abrazando un corazón.

- ¿Y eso? - pregunta Nando señalando al pájaro de peluche amarillo.

- Me lo regaló mi novia ayer - responde Roberto abriendo las cortinas.

Nando lo recuerda todo.

Roberto tiene novia y Nando siente un ataque muy fuerte de celos.

- ¿Cómo está ella? - pregunta de manera poco amable.
Roberto lo mira molesto.

- Ella está bien - responde Roberto de mal humor - ¿Y que con ella?

- ¿Ya no te puedo preguntar cómo está tu Mandy? - pregunta Nando molesto y sarcástico.

Puede que Roberto no sea tan alto como Nando,pero a él nadie lo intimida. Nando da un par de pasos hacia atrás.

- !No puedes hablar así de ella! - amenaza molesto - ¿Me escuchaste?

- Lo único que escuché es que eres un idiota - Nando se siente herido - yo no tengo nada que hacer aquí.

- Efectivamente - dice Roberto sintiéndose herido también - no tienes nada que hacer aquí.

Nando recoje su mochila del suelo y mira a Roberto enojado, le arroja el Piolín directo al estómago y sale de la habitación.

Roberto no lo sigue y Nando sale de la casa a esperar un taxi.

Se siente celoso y quiere arrepentirse del maravilloso momento que tuvieron juntos.Pero no puede. No es ningún maricón.

Ya no quiere hablar con Roberto. Lo que pasó entre ellos no esta bien. No es que tenga sentimientos por Roberto. Solo está muy confundido. No es ningún maricón.

No puede entender porque le importa tanto lo que diga Roberto. ¿Y que le importa lo que haga Roberto con su maldita vida?¿O lo que piense de él?

Roberto. Roberto. Roberto.

Es lo único en lo que puede pensar.
Y pensar en él le duele.

"¿Que diablos es esto que siento?"

Lo peor de todo es que ahora tiene que verlo todos los días por las prácticas de rugby.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Roberto está sentado en la cama en su habitación. Está pensando en Nando y en como lo hizo estremecerse.

Nando es su mejor amigo.

No puede recordar el momento en el que empezó a notar que la torpeza y timidez lo hacían alguien tan lindo.

No puede creer que cedió a comportarse de esa manera tan vergonzosa por segunda vez.

Él no es ningún maricón, pero a Nando le encanta provocarlo.

Él no inició nada de eso. Pero es algo en lo que no puede dejar de pensar.

Quiere salir a buscarlo.

Se siente tan abrumado por todo.

Quizá con Mandy pueda olvidarse de él. Volver a ser normal.