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Characters:
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Language:
Español
Series:
Part 1 of Trilogía: Fantasía de Hielo y Fuego
Stats:
Published:
2021-02-09
Completed:
2021-12-21
Words:
664,726
Chapters:
104/104
Comments:
2
Kudos:
28
Hits:
379

La Salvación de los Protagonistas

Summary:

❝ Los hermanos Yamikumo y Katsuki Gushiken transmigran a una novela bélica de fantasía romántica y trágica escrita por alguien anónimo.

Por si fuera poco se convirtieron en Midoriya Izuku, un personaje secundario que es amigo de la infancia del protagonista, y Bakugō Katsuki, uno de los reyes antagonistas del Imperio que incita a la revolución para centralizar el poder.

Luego de ser lanzados a un mundo desconocido repleto de magia, los chicos deben hacer frente a sus nuevas vidas para evitar todas las desgracias del libro y lo más importante... ¡Sobrevivir al trágico romance de los protagonistas!

Ambos se enfrentarán a una pelea de ingenio a ciegas para anteponerse a lo que ya está escrito, sin saber que su oponente no es el destino o la magia, sino su propio hermano.❞

« Cada acción tiene su consecuencia.»

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: Prólogo

Chapter Text



❝ En este mundo de imaginación,
la fantasía es libre
y se opone violentamente
al sentido común❞

Mark Rothko


«  De esa forma, con su último suspiro el Emperador Todoroki Shōto atravesó el corazón de la persona que más amaba en el mundo, acabando con su vida y sintiendo lágrimas ajenas empapando sus hombros.

No sentí dolor, tampoco resentimiento u odio, jamás podría odiar a la persona con la que juró vivir el resto de su vida, mucho menos cuando fue él mismo quien rompió su promesa primero. Aquel era su único arrepentimiento... haber puesto por encima de la voz de su ser amado las voces de las personas que lo rodeaban.

Siquiera importaba que en ese momento, al estar compartiendo su último abrazo, la espada también hubiera atravesado su propio torso.

Fue capaz de sentir el último suspiro de vida que dio el amor de su vida.

Manteniéndolo cerca de su cuerpo ambos cayeron al suelo con la espada entre ambos dejando un charco de sangre que se unía con los cristales rotos de la sala del trono, ambos cuerpos se mantenían unidos en un eterno dolor sangriento, en medio de un castillo destruido por el de la Unión Terrorista-Revolucionaria liderada por aquel un día fue amado por todos y con decenas de cuerpos sin vida tirados alrededor. El emperador sonriente al ver el rostro pacífico de su único compañero, aliviado de ver al menos una última sonrisa pequeña en sus pálidos labios manchados de sangre. Besó al joven sin vida esperando que la muerte finalmente lo llevará junto a él.

En medio de su ensoñación moribunda escuchó las puertas del enorme salón abrirse de par en par y muchos pasos acercándose, a pesar de encontrarse entre el mundo onírico y la realidad el emperador no abrió los ojos hasta que una voz conocida llegó hasta sus oídos de manera tenue.

Reconoció esa cabellera de rizos cuando miró por un  milisegundo  por el rabillo del ojo.

—Quiero... dormir... junto a él...

Tras decir su última plegaria, Shōto cerró sus ojos perdiendo las fuerzas para seguir abrazando a Denki.

FIN .»


Pasé a la siguiente página, descubriendo que realmente era el final de mi libro y una ola de dolor arrasó con mis sentimientos a flor de piel, para luego sentir que mi corazón se rompía en cientos de pedazos y la tristeza era reemplazada por una inconmensurable frustración. pecado precedente.

¡Ese no puede ser el final! Yo no leí seiscientas páginas y sufrí los últimos dos días para que terminaran de esa forma.

No entiendo. ¡¿Cómo puede ser este un buen final?! Siquiera puedo considerarlo un final.

El Imperio Ávalon fue completamente destruido, el Cuarto Príncipe solo pudo descubrir en los últimos capítulos que el chico que amaba estaba vivo, el Santo Kaminari Denki vivió todos los males de la humanidad, fue abusado, golpeado, maltratado, vendido, discriminado, lo prostituyeron, fue obligado a matar y tuvo dos intentos de asesinatos por culpa de la loca Marquesa Yaoyorozu debido a su envidia son final.

La peor parte es que todo eso es solamente la mitad del libro. Nadie fue plenamente feliz, tanto el castillo como el 60% del continente fue destruido por la guerra, los villanos tuvieron su merecido final, pero no fue nada comparado con el dolor de los protagonistas y me dicen que todo este dolor... ¿Solo sirvió para semejante basura de final?

Me niego, imposible, este no puede ser el verdadero final. ¿Y qué es esa aparición final del personaje más secundario de la historia? Apareció dos veces en los primeros capítulos, hay menciones de él a través de cartas y aparece de la nada cuando todo se fue a la mierda.

Cerré con fastidio el libro para mirar cubierta.

El título era muy llamativo “La Caída del Príncipe y la Locura del Santo”. La sinopsis deja en claro que se tocan algunos temas tabú en nuestra sociedad, hay mucha violencia, sangre, incesto, homicidios en masa, violaciones y menciones de magia págana, pero yo no creí que hubiera un libro tan explícito. La autora hizo mucho énfasis en las escenas de violencia y tortura a la que fue sometido el Santo durante su secuestro, también pudo describir perfectamente la locura paulatina del Príncipe y su cambio de personalidad a lo largo de la historia.

Ambos protagonistas tuvieron un excelente desarrollo. El Cuarto Príncipe Todoroki Shōto de Yggdrasil Ávalon pasa de ser un niño tímido y dulce a uno despiadado, indiferente, adicto al juego y las mujeres luego de que pierde a su amante, hasta el punto donde desarrolla un trastorno bipolar e incluso sufre alucinaciones.

Luego estaba el segundo protagonista, el que tiene un desarrollo increíble y el verdadero eje de la historia —en mi opinión —, el hijo del Duque y la Duquesa Kaminari, el joven amo Kaminari Denki del Ducado Baltia que posteriormente se convierte en el Santo del Templo, luego en el Príncipe Heredero, debido a su compromiso con el Cuarto Príncipe y, finalmente luego de muchos eventos traumáticos, recibe el título de Obispo Flor Dorada de Sangre, aunque suena mejor en inglés “Golden Blood Flower Bishop”.

Los dos personajes principales tienen un rotundo cambio a lo largo de la historia y lo que durante los primeros diez capítulos parecía ser una simple historia romántica de un príncipe que conoce a un joven niño de quien se enamora a primera vista, se convirtió en ficción bélica.

Desde los conflictos verbales y silenciosos hasta los sangrientos renglones sobre la Guerra Santa, el secuestro del Santo, el declive emocional del príncipe, la locura de la emperatriz, los ataques terroristas, el golpe de estado al Imperio Ávalon, la manipulación desde las sombras del hermoso ángel Denki para provocar inestabilidad y desacuerdo entre las masas... todo estaba muy bien narrado.

En los primeros capítulos fue interesante leer el encuentro de los dos protagonistas, mucho más cuando Kaminari Denki propone tres retos para los que quieran proponerle matrimonio y, a pesar de que tomó casi un año, Todoroki Shōto pasa los tres retos y ya comprometidos se decide a enamorar al Santo.

Sin embargo, ¡Todo se tenía que ir a la mierda por una de las villanas principales!

La infame y cruel Marquesa Yaoyorozu Momo, la perfecta niña que fue entrenada desde sus tres años para convertirse en la Emperatriz y desde joven le dijeron que ella sería la Princesa Heredera.

Cuanto todo se torció las cosas fueron de mal en peor, al comienzo eran simples bromas como insectos en la comida de Kaminari, hacerlo quedar mal por su nulo conocimiento en política, no invitarlo a participar en reuniones sociales y arruinando su ropa para impedir que asistiera a los bailes, digo que esas cosas son pequeñas porque no se comparan a su enorme locura de contratar a varios hombres para asustar al chico fingiendo que iban a violarlo y terminar incendiando la mitad del palacio, llevándose consigo la “vida” y memoria de Denki.

Técnicamente, aunque ella tuvo un horrible final en la obra y no es ni de cerca la peor, la Marquesa Yaoyorozu es como “la chispa” que arruinó la vida del ángel Kaminari, además de otros personajes de la obra que apoyaban al protagonista.

Me dejé caer de rodillas al suelo abrazando con fuerza el libro.

¡No es justo, no es justo, no es justo! Todo lo que pasaron los protagonistas es tan injusto, sus vidas son tan crueles y tuvieron un destino igual de miserable. Si bien pudieron morir juntos, ambos estaban demasiado dañados tanto física como mentalmente y cargaban con demasiadas muertes sobre sus hombros, en especial Kaminari que fue empujado a convertirse en un villano a pesar de presentarse como un niño ingenuo que vivió encerrado en el Ducado Baltia.

Volví a abrir el libro para releer las últimas líneas y de nuevo mis ojos se llenaron de lágrimas. Es cierto que me encanta el desarrollo que tuvieron todos, pero es tan lamentable su final que no me siento para nada a gusto, todos los personajes queribles fueron asesinados, desaparecieron u optaron por suicidarse, el único sobreviviente fue uno de los reyes de los Nueve Reinos.

Ese tipo que durante toda la obra camina tras la sombra de Kaminari Denki como su protector junto a su fiel amigo Kirishima Eijirō, nunca aclaran muy bien el motivo por el cual el violento y temible Rey Bakugō Katsuki de Alger Muspelheim decide seguir los planes del protagonista/antagonista.

Parece ser que, como todos los reyes fueron asesinados de manera indirecta o directa durante la Guerra Sagrada por el Cuarto Príncipe o el Santo, fue el único que sobrevivió junto a algunos aliados durante el Golpe de Estado y pudo hacerse cargo de la situación.

La peor parte es que en el proceso pierde a su mejor amigo. El hermoso rato de sol Kirishima Eijirō... tan dulce desde que aparece por primera vez en la obra hasta el final.

—Idiota, ¿Ya es...? —Volteé hacia mi hermano tan pronto como escuché su voz, Kacchan frunció el ceño con asco y sus ojos bajaron hasta el libro que sostenía entre mis manos —Maldita sea —Bufó con fastidio —Estoy cansado de verte llorar por esa mierda, ¡¡Levántate, nerd de mierda!! Te mataré si llegas tarde de nuevo a tus clases.

—Kacchan... no seas malo, estoy sensible.

—¿Quieres que te de un verdadero motivo para estar sensible? —Kacchan alzó su puño en una clara amenaza que me hizo tragarme las lágrimas.

—Ya tengo mis cosas listas —Dije agarrando mi mochila amarilla, antes de salir de mi cuarto agarré el libro y corrí lejos de la patada que estaba por recibir por parte de mi hermano mayor, lo escuché insultarme de nuevo por hacerle perder su tiempo. Me deslicé por la barandilla de las escaleras y con agilidad fui a la cocina para agarrar una mandarina, Kacchan descendió de la misma forma a pesar de tener veintisiete años y ser un adulto —¿Sabes? Este libro me decepcionó mucho.

—No me importa —Dijo mientras tiraba del cuello de mi camisa para obligarme a salir de la cocina.

—Quería que los protagonistas quedaran juntos y fueran felices, pero no de la forma en que lo hicieron. Kaminari recuperó la memoria a último momento, le dijo a Todoroki que quería morir a su lado y ambos...

—¡Te dije que no me importa!

Llegamos hasta el garaje donde había tres autos diferentes.

Kacchan me empujó con brusquedad dentro de su Mercedez-Benz negro para luego tirarme en la cara mi mochila, la cual no tengo idea en que momento me arrebató.

Me quejé por su forma tan bruta de actuar. Mi hermano mayor siempre fue un verdadero desastre, en definitiva no entiendo como papá puede confiar en él para manejar las empresas familiares, siquiera mamá lo entiende y solo le dejan hacer y deshacer como quiera.

Claro que no me quejo en voz alta, gracias al modo de vida tan liberal de mi hermano mayor y que parece tener un monto bancario sin fondo, soy capaz de tener una vida acomodada de clase alta mientras voy a la universidad. Este es mi último año y en la siguiente primavera voy a estar obligado a trabajar en la misma empresa para ayudarle con el negocio familiar.

No es algo malo, las ganancias que obtendría son bastante elevadas e incluso si decido tomarme otro año sabático no habrá problema. Aquel año en libertad fue genial, luego de terminar la preparatoria estuve seis meses en las Bahamas con mis padres y otros cinco con Kacchan en Berlín donde pude conocer muchos monumentos históricos, estoy seguro de que mi hermano mayor va a seguir cuidando de mi como en los últimos cuatro años si decido volver a perder otro año de vida haciendo nada.

A su manera me quiere.

—Inútil, ¿Por qué mierda miras la nada y no usas el maldito cinturón de seguridad?

—Kacchan... quiero volver a viajar —Dije de forma inconsciente mientras hacía caso a su orden.

—En dos meses iremos con la bruja y el viejo a Liverpool.

—¡La cuna de The Beatles! —Exclamé con mucha felicidad al recordar nuestras siguientes vacaciones, Kacchan encendió el motor de la camioneta y mientras esperamos a que la compuerta se abriera, me dispuse a mirarlo atentamente, luego miré la portada de mi libro —Te pareces.

—¿Ahora qué demonios te pasa? Si volviste a perder tu teléfono, jódete, vas a tener que volver a trabajar para comprar uno nuevo.

—Me refiero a que te pareces mucho a un personaje de este libro, el Príncipe Heredero Bakugō —Al obtener la mirada de mi hermano mayor, ubiqué el libro delante de mi rostro.

—¿“La Caída del Príncipe y la Locura del Santo”? —Kacchan alzó una ceja con evidente asco mientras que yo asentía fervientemente —Es un nombre basura.

—La historia es interesante.

—Te vi llorar más de cincuenta veces por esa mierda, ¿Por qué lees cosas tan inútiles? —Finalmente salimos del garaje y atravesamos el jardín hasta llegar a la calle —Balbuceas tanto sobre esa porquería que siento que ya conozco todo el contenido del libro, quisiera que uses tanto empeño en las putas clases.

—Pero es aburrido ir a la universidad —Kacchan me dedicó una mirada fulminante y al instante enderecé mi espalda sintiendo temor, para no mirarlo a los ojos comencé a pasar mis dedos por el flequillo que cubría la mitad de mi rostro.

—Ya cortate el cabello, pareces un emo —A pesar de que lo dijo con una sonrisa, al igual que a todos sus insultos, sentí una punzada de pena.

—Kacchan, ¿No quieres leer este libro? —Volví a enseñarle mi libro con añoranza —No es infantil y tampoco es como el resto de mis mangas o novelas, dale una oportunidad.

En realidad me gustaría que lo leyera para tener a alguien con quien charlar.

No era una broma cuando dije que la universidad es aburrida, tampoco tengo amigos con quien compartir mis pensamientos cuando termino algún juego, manga o libro, siquiera cuando estoy en foros de internet soy capaz de seguir una charla online y eso ya me deja predispuesto a resignarme.

Siempre es Kacchan quien me habla, a pesar de que se queja por mi actitud tan retraída es comprensivo conmigo y termina cediendo, aunque jamás lo admite en voz alta.

Tuve muchas malas experiencias durante la secundaria y la preparatoria, no hice muy buenos amigos y tampoco era inteligente a la hora de estar en una relación, todos se acercaban por mi apellido y muchas veces me metía en situaciones y relaciones peligrosas.

El apellido Gushiken era popular.

A diferencia de mi hermano mayor, nunca tuve una personalidad muy fuerte y confiada, por esa razón varias personas sacaron provecho de ello. Desde que terminé la preparatoria no he vuelto a tener algo parecido a una amistad, Kacchan, mis padres y primos son lo más cercano que tengo a una relación amistosa y tampoco me presionan para actuar de manera diferente.

Insistí un rato a mi hermano para que leyera el libro durante su tiempo libre en el trabajo, a pesar de llevarnos seis años tenemos pasatiempos similares y pasamos mucho tiempo juntos porque a él tampoco le gusta tener relaciones con otros. Puedo contar con mi mano las pocas personas que Kacchan considera un verdadero amigo e incluso ha invitado a cenar a nuestra casa.

Cuando obtuve una respuesta afirmativa de su parte, salté con felicidad ganando un regaño por agitar los brazos como loco.

Una vez que que estuve tranquilo decidí elegir alguna canción para ocupar el silencio del ambiente, mientras escuchábamos God's Menu de Stray Kids estuve hablando con mi hermano sobre el final del libro ya que no le importaban los spoilers y tenía interés por saber el motivo de haberme visto llorando a las nueve de la mañana por un ridículo libro, no lo dijo de manera.

Por supuesto que defendí ese “ridículo” libro.

Hablamos un largo rato del tema y ante un momento de silencio, volví a las páginas finales del libro por simple curiosidad, en el proceso descubrí que había dos páginas que estaban demasiado juntas, hasta el punto de parecer una.

Allí me di cuenta de que la historia tenía un extraño epílogo. Leí esos últimos párrafos que parecen dejar servido en bandeja de plata una posible secuela.

En el epílogo descubrí que el personaje secundario, Izuku Midoriya, que llegó al final de todo el desastre y había estado de viaje con sus padres alrededor del continente desde el capítulo cinco, cumplió con el último pedido de su viejo amigo el Emperador Todoroki Shōto y le dió una sepultura digna junto a Kaminari Denki en el cementerio de la familia imperial como verdadera familia del último emperador de la Dinastía Ávalon, sin embargo, al terminar con el procedimiento religioso del entierro la Princesa Clutterbuck Bakugō Ochako de Svartalfaheim realizó un ritual prohibido que provocó una “fuerte niebla de oscuridad con sabor a sangre” que encerró por completo el continente Yggdrasil.

Luego de aquel hechizo págano, la esposa del nuevo Regente, el Rey Bakugō Katsuki de Muspelheim, se incendió a sí misma frente a la mirada atónita de su esposo y dos hijos. Dejando como testigo de su pecado la ausencia del sol, un cielo rojo sangre y el nacimiento de un niño maldito.

Para evitar una nueva catástrofe, Midoriya Izuku al instante hizo el mismo hechizo, salvo que con un poder más cristiano que trajo al mundo a un niño bendito.

No se dice dónde nacieron o qué fue de ellos, solo hay una oración vaga sobre dos niños condenados por el destino que vagan solos en el mundo. Uno era puro como la luz blanca de la luna, una belleza plateada, y el otro pasional como la luz del sol, un poder de oro dorado.

En otras palabras, están dando a entender que ellos son descendientes o las reencarnaciones de los amantes destinados a la desgracia y su camino está destinado a cruzarse con los hijos de aquellos que conocían a sus padres. Como el hijo de la Emperatriz Yaoyorozu, la hija que fue producto de una de las muchas violaciones de Kaminari, los gemelos del caballero Iida, los tres hijos del Caballero de la Luna que perdió a su pareja en la guerra, los hermanos Bakugō, la hija de Kirishima y los mellizos de Ashido Mina, la Doncella-Valquiria que murió siendo acusada de traición tan pronto como dio a luz e inició la Guerra Sagrada.

Volví a cerrar el libro sintiendo algo pesado en mi corazón.

¡¿Incluso los descendientes de mis hermosos personajes van a sufrir?! Definitivamente no es justo, ¿Quién fue la maldita persona que les dio un futuro tan desdichado? Hasta trajo a la vida a dos niños inocentes que van a verse obligados a enfrentar cosas horribles en un continente que está prácticamente destruido.

Le hice saber a Kacchan mis horribles pensamientos sobre la autora del libro, quien usaba un seudónimo para que no la rastreen y sé que es una mujer porque lo confiesa en la contraportada del libro.

—Yamikumo —Kacchan interrumpió la charla para cambiar de tema —No llegues tarde hoy, tenemos la tediosa cena con la familia de Yuu esta noche.

—Hug —Hice una mueca de forma inconsciente y mi hermano sonrió de lado, me agrada Yuu, no hablamos tanto a pesar de que nos conocemos desde la adolescencia, pero ella era un poco... más violenta que Kacchan y decirlo es quedarse corto —No quiero ir.

—La última vez faltaste porque estabas “enfermo”, ni se te ocurra volver a escapar o voy a quemar tus estúpidos mangas de Shuumatsu No Valkyrie.

—¿A qué hora piensas que es prudente llegar? —Pregunté con una sonrisa inocente.

—Otaku, nerd de mierda.

—Vamos, no es... ¡Kacchan, cuid-!

No pude decir nada luego de sentir un fuerte golpe que sacudió mi persona de pies a cabeza, hasta el punto en que mi cuerpo dio un par de vueltas junto al vehículo y luego sentí un estruendo que prácticamente me dejó sordo.

Enfocar la mirada fue extraño. Todos los sonidos eran lejanos y lentos, nada era normal a mi alrededor.

Había mucha oscuridad de repente, no entiendo el motivo... hace un momento era de mañana y mi hermano me estaba llevando a la universidad. Ya tengo demasiadas faltas, no puedo llegar tarde.

Tras intentarlo muchas veces fui capaz de enfocar la mirada en lo que me rodeaba, todo seguía siendo muy oscuro y el olor nauseabundo de la gasolina, el metal y el humo inundaba mis fosas nasales, pero había algo más en medio de todo eso. El olor de la sangre, los libros lo describen como algo simple y sin muchos detalles, pero ahora que puedo sentir ese fuerte aroma siento que incluso soy capaz de saborear el hierro.

Durante los pocos segundos que estuve consciente pude ver de forma borrosa la figura de mi hermano mayor, aquella imagen me hizo despertar casi en su totalidad y lo que vi me dejó completamente sin aire o tal vez se trataba de la vida que se escapaba de mi. cuerpo, no estaba seguro.

La cabeza de Kacchan dio de lleno contra el volante de la camioneta, los cristales del auto se insertaron en gran parte de su piel, de su cabeza caía un enorme charco de sangre y sus ojos se hallaban semiabiertos, por el leve movimiento de su cuerpo. Pude saber que seguía con vida. Hice un esfuerzo sobrehumano para intentar moverme un poco, al menos un centímetro, sólo un milímetro y fue en vano.

Me di cuenta de que mi brazo no solo estaba roto, sino que se encontraba atrapado entre algunos escombros del vehículo, la sangre que creía saborear por el olor en realidad se deslizaba desde mi cabeza hasta mis labios, no sentía las piernas, de seguro había algo sobre ellas y ninguna parte de mi cuerpo se movía.

Intenté hablar, abrí un poco la boca y solo pudo salir un chillido seguido de un ligero dolor punzante en mi garganta.

Esto duele, duele mucho, ¿Por qué morir es tan doloroso?

Cuando estaba rindiéndome ante la vida fui capaz de ver por el rabillo de mi ojo a Kacchan tratando de estirar su mano para alcanzarme. Por mucho que quise corresponder a su esfuerzo era completamente inútil, hasta respirar se sentía doloroso.

Percibí apenas una caricia en la punta de mis dedos y pude ver el momento exacto en que mi hermano no solo dejó de moverse, sino que también de respirar y el brillo malicioso que siempre veía en sus ojos debido a las bromas que me hacía. . Solo me quedaba el tacto apenas perceptible del cuerpo sin vida de mi hermano mayor.

Desconozco si estaba llorando o no, solo pude prestarle atención al torrente que seguía saliendo de la camioneta. No era la sangre de Kacchan, sino la gasolina que se perdía y con eso era capaz de conocer el inevitable final.

No pude evitar perder la conciencia e incluso de esa forma fui capaz de escuchar un sonido fuerte que se llevó mi vida en solo dos minutos.

El estruendo del sonido no llegó de manera dolorosa, apenas pude escucharlo antes de exhalar mi último suspiro de vida y como si morir de aquella manera, viendo a tu hermano irse frente a tus propios ojos, no fuera suficiente, en el momento que fui rodeado. por la completa oscuridad vi una pequeña luz entre mis dedos.

Se trataba de apenas un destello de luminosidad.

Ignoraba por completo el sitio donde me encontraba, solo sabía que estaba en posición fetal con esa luz en mis manos y mi espalda se hallaba en contacto con la de alguien más.

La luz fue perdiendo intensidad hasta permitirme ver lo que escondía, se trataba de una pequeña flor de seis pétalos rodeada por la misma cantidad de hojas verdes que parecían cubrirla de la oscuridad y en el centro la misma luz de antes seguía brillando. Es una flor muy bonita... me gustaría saber su nombre, aunque de nada puede servir porque yo... yo... ¿Por qué no me sirve?

En medio del silencio y la oscuridad pude escuchar a alguien llorar, pero no levanté la mirada, mi cuerpo simplemente no respondía.

Fue entonces que una suave voz cargada de pesar, dolor y arrepentimiento se abrió paso entre toda la penumbra, era una voz que provenía de la bonita flor entre mis dedos y que resonó en mis oídos como un cántico dulce, a pesar de la tristeza que la pintaba.

«—Cada acción tiene su consecuencia

Abrí los ojos.

Tan pronto como la luz del sol golpeó mi rostro con fiereza, me levanté como si fuera un robot sintiendo... muchas cosas, desde desconcierto hasta un terror inigualable.

Podía escuchar algunas voces provenientes del exterior del pasillo que iban y venían, salté fuera de la cama y debido a la rudeza de mis acciones terminé cayendo de bruces al suelo golpeando mi rostro en el proceso. Mis piernas se hallaban completamente dormidas e incluso mis brazos eran débiles.

Regulé mi respiración antes de tener un ataque de pánico como en mi infancia y una vez que me sentí tranquilo, hice un gran esfuerzo para levantarme e ir de manera tambaleante hasta la pequeña ventana del cuarto y mirar el exterior.

—No jodas —Dije para mí mismo sin ser capaz de creer lo que estaba viendo —Dónde estoy?