CIENCIA DEL SUELO
Revista de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo
Volumen 19 Número 2
Diciembre de 2001
Efecto de cationes sobre propiedades hidrofísicas de suelos con diferentes minerales de arcilla (Effect of cations on
hydrophysical soil properties in relation to clay minerals)
RS Martínez, P Zalba, MB Villamil, N Peinemann ................................................................................................. 85
Comportamiento de algunas propiedades del suelo en una sabana del Chaco Semiárido Occidental bajo distintas
frecuencias de fuego (Behavior of some soil properties in a savanna of the ‘Chaco Semiárido Occidental’ under different
fire histories)
CC González, GA Studdert, C Kunst, A Albanesi ................................................................................................... 92
Absorción de nitrógeno por cebada cervecera en dos suelos del sur bonaerense, Argentina (Nitrogen uptake by
malting barley in two soils of southern Bs.As. Province, Argentina)
MA Lazzari, MR Landriscini, MA Cantamutto, AM Miglierina, RA Rosell, FE Möckel, ME Echagüe .............. 101
Respuesta a la fertilización con boro y zinc en sistemas intensivos de producccion de maiz (Response to boron and
zinc fertilization in intensive corn production systems)
RJ Melgar, J Lavandera, M Torres Duggan, YL Ventimiglia ................................................................................ 109
Nitrato en la base del tallo del maiz. I: Cambios durante la estación de crecimiento (Basal stalk nitrate of maize. I:
Changes during growing season)
HE Echeverría, H Sainz Rozas, E Herfurt, SA Uhart ............................................................................................ 115
Nitrato en la base del tallo de maiz. II: Diagnóstico de la nutrición nitrogenada (Basal stalk nitrate of maize. II
Diagnosis of nitrogen nutrition)
HR Sainz Rozas, HE Echeverría, E Herfurth, GA Studdert .................................................................................. 125
Predicción de la productividad primaria de pastizales naturales de la Pampa Deprimida utilizando propiedades
del horizonte A (Prediction of natural grasslands primary production on the basis of A horizon properties in the Flooding
Pampas)
Vázquez P, Costa J L, Monterubbianesi G, Godz P ................................................................................................ 136
Pérdida de nutrientes por erosión hídrica en dos suelos del Caldenal Pampeano (Nutrient losses due to water erosion
in two soils of the Pampa´s Caldenal)
EO Adema, FJ Babinec, N Peinemann ................................................................................................................... 144
NOTAS
Comparación de dos técnicas de cuantificación de infección micorrítica (Comparison of two techniques for determining mycorrhizal infection)
F Covacevich, HE Echeverria, LAN Aguirrezabal .................................................................................................. 155
Nodulación y nutrición nitrogenada en sojas convencionales y resistentes a glifosato inoculadas con Bradyrhizobium
japonicum (Nodulation and nitrogen nutrition in conventional and glyphosate resistant soybean inoculated with
bradyrhizobium japonicum).
FA Montero, KM Filippi, MA Sagardoy .................................................................................................................. 159
ISSN 0326-3169
CIENCIA DEL SUELO
Revista de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo (AACS)
Comité Editor
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suelos. Acepta artículos originales sobre desarrollos y ajustes de metodologías para evaluar propiedades edáficas
físicas, químicas y biológicas, estudios de génesis y clasificación de suelos, de fertilidad y fertilización de
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naturales y artificiales. También son bienvenidos los estudios de contaminación y recuperación de suelos y
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CIENCIA DEL SUELO
Revista de la Asociación Argentina de la Ciencia del Suelo
Volumen 19 Número 2
Diciembre de 2001
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Participaron como consultores en este número:
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(UBA), GA Bollero (Univ. Illinois, EEUU), R Lavado (UBA), H Echeverría (INTA Balcarce), T
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N° 99.728.
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
85
EFECTO DE CATIONES SOBRE PROPIEDADES HIDROFISICAS DE
SUELOS CON DIFERENTES MINERALES DE ARCILLA.
RS MARTINEZ1, P ZALBA2, MB VILLAMIL2 , N PEINEMANN2
1EEA – INTA Valle Inferior del Rio Negro, 8500 Viedma, Argentina. 2Departamento de Agronomía,
Universidad Nacional del Sur, 8000 Bahía Blanca, Argentina. E-mail: npeinema@criba.edu.ar
Recibido 23 de julio de 2001, aceptado 11 de octubre de 2001
EFFECT OF CATIONS ON HYDROPHYSICAL SOIL PROPERTIES IN RELATION TO
CLAY MINERALS.
Soil physical properties depend on the composition of exchangeable cations, the concentration of
electrolytes, and the kind of soluble salts. Laboratory experiments were conducted to study the
variation of soil hydrophysical properties with the use of water solutions of different cationic
composition. It was hypothesized that the deleterious effect of monovalent cations on soil
hydrophysical properties mainly depends on the kind of divalent cations present in the soil solution
and on clay mineralogy. Soil hydraulic conductivity was determined in two soils with illitic and
smectitic clay minerals which were leached with solutions of different cationic composition. In these
soils, cationic exchange experiments were also carried out. Results show relative hydraulic conductivity (K) in the illitic soil to be more negatively affected by Mg treatments. Soil K decreased further
when Ca was replaced by monovalent cations in the smectitic soil. It was concluded that the smectitic
soil exhibited the lowest affinity for Na+ and therefore the hydrophysical soil properties were less
affected in comparison with the illitic soil.
Key words: clay minerals, soil hydraulic conductivity, cation exchange, ion selectivity.
INTRODUCCION
En la Argentina la expansión agrícola
hacia regiones marginales bajo condiciones de
aridez y semiaridez ha sido posible gracias al
desarrollo de distritos de riego en valles
aluviales donde los suelos presentan gran
variabilidad en cuanto a sus propiedades
fisicoquímicas. En décadas recientes el riego
complementario fue incorporado a regiones más
húmedas donde los suelos presentan mayor
homogeneidad pero, en cambio, la calidad de
las aguas subterráneas utilizadas para el riego
presentan muy variada composición química.
Las propiedades físicas de los suelos
dependen de la composición de los cationes
intercambiables, de la concentración
electrolítica y del tipo de sales presentes
(Shainberg et al., 1981), lo cual afecta la
distribución de iones próximos a la superficie
y, por ende, el acomodamiento de las partículas.
Los roles de Na + y Ca 2+ en estos
procesos fueron identificados y definidos hace
ya varias décadas (Kelley 1927), pero
contrariamente contrariamente, los roles
ejercidos por K+ y Mg 2+ fueron motivo de
numerosas controversias.
Mientras sodio y calcio son naturalmente abundantes como componentes de sales solubles y constituyentes de productos de
meteorización en los suelos, en las regiones
donde se desarrollaron los más importantes
estudios de este tipo potasio y magnesio están menos presentes. Debido a ello, con frecuencia, estos últimos cationes han recibido
menos atención en el tratamiento de estos temas.
En la República Argentina existen
extensas áreas de suelos salinos con
abundancia de K+ como de Mg2+ (Cerana 1969,
Scoppa, Di Giacomo 1985).
En los últimos años distintos autores
coinciden en señalar aumentos en el PSI del
suelo y disminuciones en la tasa de infiltración,
como resultado de aplicar riego complementario a suelos pampeanos (Andriulo et al. 1998,
Irurtia, Mon 1998, Peinemann et al. 1998). En
las aguas subterráneas utilizadas para el riego
fueron detectados elevados contenidos de Mg
y K (Alconada, Minghinelli 1998). Este hecho
puede influir sobre la cobertura catiónica de
los suelos sobre los cuales son aplicadas estas
aguas.
86
RS MARTINEZ et al. - Cobertura catiónica y propiedades hidrofísicas
Faedo y Cerana (1980) comprobaron
efectos negativos de K+ sobre la permeabilidad
de un suelo de la provincia de Córdoba.
Comparando el efecto de diferentes sales de
Na y K sobre las propiedades físicas de los
suelos, Zalba et al. (1995), hallaron que las sales
alcalinizantes producen serias alteraciones en
propiedades hidrofísicas en presencia de ambos cationes monovalentes.
La selectividad de distintos minerales
de arcilla por los diferentes cationes, permite
prever la influencia de la composición de la
solución del suelo sobre el complejo de
intercambio, y a su vez, sobre las propiedades
físicas del suelo. Puede hipotetizarse entonces,
que la magnitud del deterioro de las
propiedades físicas de los suelos causado por
los cationes monovalentes depende de los
cationes divalentes acompañantes y de los
minerales de arcilla presentes. Los objetivos
de este estudio fueron:
- a) determinar valores de conductividad
hidráulica en suelos de diferente composición
mineralógica utilizando soluciones con distinta
composición catiónica; y
- b) determinar mediante isotermas de
intercambio catiónico, la selectividad de los
distintos cationes por los coloides
predominantes que ayuden a explicar cambios
de las propiedades hidrofísicas.
MATERIALES Y METODOS
Se tomaron muestras de horizontes
superficiales de suelos representativos de dos
regiones bajo riego de Argentina: a) un Haplustol
Entico del valle del río Dulce en Santiago del Estero,
con material originario de tipo loéssico e illita como
arcilla predominante; b) un Haplacuol Vértico del
valle inferior del río Chubut, con gran predominio
de esmectitas. En la Tabla 1 se presentan algunas
propiedades distintivas de estos dos tipos de suelos.
Para mejorar las condiciones de
precolación del agua se mezclaron los suelos con
arena inerte – previamente lavada con HCl y agua
destilada, hasta hallar reacción negativa a los cloruros.
En ambos casos, una vez realizadas, las respectivas
mezclas presentaron contenidos de arcilla de 200 g
Kg-1 y materia orgánica de 14 g Kg-1 . Se vertieron
200 g de suelo en columnas de acrílico de 7 cm de
diámetro y 10 cm de altura, con una placa cribada en
su parte inferior y un orificio central para la salida
del líquido. Para lograr una mayor uniformidad de
empaquetamiento del suelo en el interior de las
columnas se dejo caer 20 veces cada columna sobre
una superficie de madera desde una altura de 5 cm;
posteriormente se cubrieron los suelos con un papel
de filtro y se humedecieron con agua destilada por
ascenso capilar. La conductividad hidráulica saturada
fue determinada siguiendo la metodología descripta
por Klute (1986). Los tratamientos efectuados
fueron: Na+-Ca2+, K+-Ca2+, Na+-Mg2+ y K+-Mg2 +
con relaciones entre cationes equivalentes a un RAS
= [Na+] / {0,5 ([Ca++] + [Mg++])}1/2, o bien y RAP
= [K+] / {0,5 ([Ca++] + [Mg++])}1/2 = 25.
En la preparación de las soluciones se
utilizaron sales cloruradas de los respectivos
cationes, evitando de este modo posibles
interferencias por efecto de los distintos aniones
(Shanmuganathan, Oades 1983).
Para lograr un rápido equilibrio y una
efectiva saturación de todos los sitios de intercambio
con los respectivos cationes, se percolaron
inicialmente en cada tratamiento un litro de solución
de una concentración de 50 cmol.L-1 y luego se aplicó
Tabla 1. Algunas propiedades de las muestras de suelos estudiadas.
Table 1. Some properties of the studied soil samples.
Suelo
illítico
esmectítico
17
29
Arcilla (< 2µm) (g kg )
250
429
Limo (2-50 µm) (g kg-1)
586
364
8
13
pH en agua (1:2.5)
8.1
8.2
CIC (cmol kg-1)
24.0
46.0
Materia orgánica (g kg-1)
-1
-1
CaCO3 (g kg )
87
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
sucesivamente 500 ml de solución de la misma
relación catiónica pero con una concentración de
sólo 1 cmol.L-1 . Finalmente se hizo percolar 500 ml
de agua destilada para lavar el exceso de sales. Los
tratamientos fueron realizados por triplicado.
Los valores de conductividad hidráulica
(K) fueron calculados en base al tiempo transcurrido
y a las mediciones de los volúmenes percolados
(aproximadamente 100 ml) según:
K= Q. ∂L. A-1 . t -1 . ∂H-1
[1]
donde Q es el volumen de agua que pasa por la
columna de suelo en el tiempo t, A es el área de la
columna, K es la conductividad hidráulica media en
toda la profundidad, ∂L la altura del suelo dentro de
la columna y ∂H la carga hidráulica. El valor de
conductividad hidráulica obtenido con la solución
de 50 cmol.L-1 fue considerado un valor de referencia.
Mientras que el cociente de la conductividad
hidráulica obtenida con otras soluciones (1 cmol L-1
y AD) y este valor de referencia fue considerado
como conductividad hidráulica relativa.
La selectividad de los suelos para los
distintos cationes se determinó sobre muestras
homoiónicas preparadas por saturación de las cargas
1,6
RESULTADOS Y DISCUSION
La conductividad hidráulica relativa
disminuyó más en los suelos saturados con
Mg 2+ (Na + > K + ), siendo este catión
responsable del mayor deterioro físico en
comparación con Ca 2+ (Figura 1). En efecto,
hubo también mayores valores de absorbancia
en los percolados de los tratamientos con Mg,
como consecuencia de una gran dispersión de
coloides (Figura 1). Trabajando con similares
1000
Suelo illítico
Na-Ca
Na-Mg
K-Ca
K-Mg
1,2
Suelo illítico
Na-Ca
Na-Mg
K-Ca
K-Mg
800
600
0,8
400
0,4
200
Absorbancia
Conductividad hidráulica relativa
con CaCl2 , MgCl2 , NaCl o KCl 1 N. Alícuotas de 1
g de estos suelos fueron tratadas con 20 ml de
soluciones de 1, 2.5, 5 y 10 cmol L-1 , luego de 12
horas de equilibrio. En el líquido sobrenadante fueron
determinados los cationes desplazados: Na+, K+ y
Ca 2+ por fotometría de llama y Mg2+ p o r
espectrofotometría de absorción atómica.
En los líquidos percolados la presencia de
sólidos en suspensión fue determinada a través de la
absorbancia de las soluciones a 490 nm, asumiendo
una relación directa entre concentración de sólidos
y valores medidos (Amezkita, Araguez 1995).
0,0
1,6
Suelo esmectítico
Na-Ca
Na-Mg
K-Ca
K-Mg
1,2
0
1000
Suelo esmectítico
Na-Ca
Na-Mg
K-Ca
K-Mg
800
600
0,8
400
0,4
200
0
0,0
0
300
600
900
1200
0
300
600
900
1200
mL percolados
Figura 1. Conductividad hidráulica relativa y absorbancia en los percolados de las columnas de suelo durante la
aplicación de distintas soluciones salinas (1cmol L-1 ) y agua destilada.
Figure 1. Relative hydraulic conductivity and absorbancy of leaching solutions from soil columns after application of saline solutions (1 cmol L-1 ) and distilled water.
88
RS MARTINEZ et al. - Cobertura catiónica y propiedades hidrofísicas
Figura 2. Cationes intercambiables adsorbidos sobre dos tipos de suelos y su desplazamiento por distintas soluciones de equilibrio.
Figure 2. Adsorbed exchangeable cations on two soil and their replacement from different equilibrium solutions.
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
valores de PSI, Emerson y Chi (1977) y Curtin
et al. (1994) también observaron mayor
dispersión de coloides en suelos Na + - Mg2+
que en suelos Na + - Ca 2+. Emerson y Smith
(1970) y más recientemente, Alperovich et al.
(1981) observaron cierta dispersividad en
presencia de Mg 2+ a bajos tenores
electrolíticos y en especial con predominio de
vermiculita e illita.
Levy et al. (1988) también observaron
bajos valores de conductividad hidráulica en
sistemas Na + -Mg2+. Este hecho fue atribuido a
una distinta tasa de disolución mineral
provocada por estos cationes (Alperovich et
al. 1986).
En el caso del suelo illítico, las
muestras saturadas con cationes monovalentes
presentaron menor desplazamiento de los
respectivos cationes adsorbidos. El
desplazamiento de K+ fue mayor cuando lo
causaron Ca 2+ y Mg 2+ que Na + . En la muestra
saturada con Na + , el desplazamiento por K+ ,
Ca2+ y Mg 2+ fue similar (Figura 2 a hasta d). En
el tratamiento saturado con K, ambos cationes
divalentes desplazaron en forma similar cuando
las concentraciones fueron bajas (<0,004 cmol
L-1), mientras que Mg2+ tuvo mayor poder de
reemplazo. En la muestra saturada con Mg2+,
este catión fue fácilmente desplazado por Ca 2+,
mientras que en la muestra saturada con Ca 2+,
el desplazamiento siguió el orden Mg2+ > K+ >
Na + . Se registró adsorción preferencial de Ca 2+
sobre Mg 2+ , hecho atribuible al menor
desplazamiento de Ca 2+ por Mg2+ y al mayor
desplazamiento de Mg2+ por Ca 2+(10 cmol.kg -1
vs. 17 cmol kg -1; Figura 2). Se infiere así que la
illita presenta menor afinidad Mg2+, que éste
fue el catión mas fácilmente desplazado. Se
observó también mayor adsorción de sodio y
potasio en el suelo-Mg que en el suelo-Ca.
Puede entonces concluirse que en el
suelo illítico los tratamientos con Mg 2 +
favorecieron una mayor adsorción de Na + y K+
e, indirectamente, produjeron marcado
deterioro de las propiedades físicas del suelo.
Si bien ambos cationes monovalentes fueron
responsables de mayor dispersión y marcada
disminución de la conductividad hidráulica, no
debe pensarse en un efecto específico de Mg2+.
Rengasamy (1983) encontró diferencias muy
pequeñas entre entre Mg-illita y Ca-illita (0,3
mol.m-3 vs. 0,2 mol m-3, respectivamente) frente
89
a Na-illita (7,2 mol m-3) sobre la concentración
crítica de coagulación de la illita.
En el suelo esmectítico saturado con
cationes divalentes se observó, en ambos
casos, desplazamiento catiónico similar en
orden de magnitud, algo inferior en el caso de
Mg 2+ (Figura 2). Las muestras saturadas con
cationes monovalentes presentaron muy marcada diferenciación: la saturada con Na + presentó un desplazamiento superior al doble del
tratamiento con K+ . El mayor reemplazo
catiónico fue producido por K+ ; siendo éste el
catión menos desplazado por las otras soluciones. Este hecho indica mayor afinidad de
los coloides del suelo esmectítico por el
potasio, según ya fue observado por Dhillon y
Dhillon (1996), en suelos ricos en esmectita.
En el suelo esmectítico, K+ fue
adsorbido en mayor proporción que el Na + , y
reemplazó en menor proporción a Ca 2+ y Mg 2+
que Na + . Se observó un fácil desplazamiento
de Na + por el resto de los cationes, aún en
bajas concentraciones.
De acuerdo con lo observado en los
ensayos de conductividad hidráulica, en los
tratamientos con Ca 2+ hubo una mayor
interacción de los cationes monovalentes y,
en consecuencia, menor adsorción de Ca 2+, lo
cual explica la disminución de la conductividad
hidráulica (Figura 1). Esta observación se
corrobora en la Figura 2 donde se observa que
en el suelo smectítico el Ca 2+ es más fácilmente
desplazado por los cationes monovalentes que
el Mg2+.
Fletcher et al. (1984a) demostraron
que los suelos montmorilloníticos tenían el
siguiente orden de preferencia por los cationes:
Ca2+ > Mg2+ > Na + . Sin embargo Sposito et al.
(1983) observaron que la montmorillonita pura
no muestra preferencia entre estos tres
cationes. Además Fletcher et al. (1984b) no
encontraron efectos sobre el intercambio de
Ca 2+ y M g 2+ dentro de un rango de pH
comprendido entre 5 y 7, y un rango de PSI
entre 0 y 25.
De las isotermas de adsorción
presentadas
puede
inferirse
que,
independientemente del mineral de arcilla
predominante, el poder de desplazamiento fue:
Ca2+ >K+ > Mg2+ > Na + . En general K+ fue mas
fuertemente desplazado por Mg2+ que por Ca 2+;
mientras que Na + fue desplazado con la misma
90
RS MARTINEZ et al. - Cobertura catiónica y propiedades hidrofísicas
intensidad por ambos cationes divalentes.
Tanto en un suelo como en otro la adsorción
de K+ fue mayor que la de Na + . Se observó un
menor poder de retención de cationes sobre la
superficie de adsoción de la illita en
comparación con la smectita.
La mayor disminución de la
conductividad hidráulica relativa en el suelo
con predominio de illita se produjo en los
tratamientos Na + -Mg2+ y K+ -Mg2+. Este hecho
fue confirmado por los mayores valores de
absorbancia en los líquidos percolados. En los
minerales de arcilla de este suelo Mg2+ fue
desplazado con mayor facilidad que Ca 2+ por
los cationes monovalentes, presentando
además la illita gran afinidad por el sodio.
En el suelo con esmectitas se produjo
menor deterioro de las propiedades hidrofísicas
que en aquel en el suelo con predominio de
illita. En el caso de la esmectita los cationes
monovalentes reemplazaron mayores
cantidades de Ca 2+ que de Mg 2+. Posiblemente,
la mayor expansión de los espacios
interlaminares de estas arcillas no constituyen
un obstáculo al libre reemplazo de los cationes
intercambiables entre sí.
Se puede concluir entonces que, en
presencia de elevadas proporciones de
cationes monovalentes, el empleo de aguas con
predominio de Mg2+ afectará en mayor grado
la conductividad hidraúlica de los suelos
illíticos que la de los suelos esmectíticos. Dado
el predominio de illita en los suelos pampeanos
donde se practica riego complementario, así
como la composición mineral de las aguas
subterráneas utilizadas, los resultados del
presente trabajo aportan una posible
explicación al deterioro hidrofísico informado
por diversos autores.
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92
COMPORTAMIENTO DE ALGUNAS PROPIEDADES DEL SUELO EN UNA
SABANA DEL CHACO SEMIARIDO OCCIDENTAL BAJO DISTINTAS
FRECUENCIAS DE FUEGO
CC GONZALEZ1, GA STUDDERT2, C KUNST3, A ALBANESI1
1 Fac. Agronomía y Agroindustrias, Univ. Nac. Sgo del Estero, Belgrano 1912, 4200: Sgo del Estero. Email. celgon@arnet.com.ar, 2Unidad Integrada Fac. Ciencias Agrarias (UNMP) - EEA INTA Balcarce,
3 EEA INTA Sgo del Estero.
Recibido 27 de septiembre de 2001, aceptado 5 de diciembre de 2001
BEHAVIOR OF SOME SOIL PROPERTIES IN A SAVANNA OF THE ‘CHACO SEMIÁRIDO
OCCIDENTAL’ UNDER DIFFERENT FIRE HISTORIES
Soil properties related to carbon and nitrogen dynamics of a savanna of Elionurus muticus (Spreng) O.
Kuntze under three different fire frequencies (‘fire history’) were compared at one point of time. Soil
was described as a Torriorthentic Haplustoll. Fire frequencies were characterized as: high (one fire
every year), medium or normal (one fire every 3-4 years), and low (one fire every 10 years). Total soil
organic carbon (COT) and nitrogen (NOT) contents, particulate organic matter carbon (COP) and
nitrogen (NOP) contents, carbon content of the gross organic matter fraction (COG), as well as soil
nitrate nitrogen content (N-NO3 -), soil respiration and soil microbial biomass nitrogen (NBM) were
assessed at two soil depths, 0-2.5 cm and 2.5-7.5 cm. Gross organic matter carbon was lower under
the high frequency than under the medium and low frequency areas. Total soil organic carbon, NOT,
N-NO3 - and NBM were lower under high frequency fires, than under medium and low frequency fires,
that did not differ between them. Particulate organic carbon and NOP were also lower under the high
frequency, and were more sensitive than COT and NOT to the effects of fire history. There were not
differences in soil respiration among fire histories. These results showed that repeated burns reduce
soil organic matter as well as soil biological activity and may increase soil susceptibility to erosion
processes. However, areas under medium or normal fire frequency maintained organic nitrogen and
carbon pools and showed higher nitrogen availability.
Key Words: savanna fire, chemical properties, microbiological properties
INTRODUCCION
El fuego es un disturbio natural en
los ecosistemas de sabanas de Elionurus
muticus (Spreng) O. Kuntze en la región del
Chaco Semiárido Occidental (Argentina) y es,
a la vez, una herramienta de manejo muy
difundida entre los productores ganaderos
para el control de especies leñosas y para
mejorar la cantidad y la calidad del forraje (Boó
1990, Kunst com. pers.). El efecto del fuego
sobre la dinámica del pastizal depende de la
frecuencia con que se produzcan las quemas.
La exclusión del mismo por períodos
prolongados tiene efectos negativos sobre su
calidad y producción primaria. Se conoce que
en las sabanas de E. muticus, el fuego es un
factor de ocurrencia regular y natural cada 3 ó
4 años que mantiene su productividad (Bravo
et al. 2001). Sin embargo, los productores
producen quemas con una frecuencia anual a
efectos de inducir rebrotes intensos y de alta
calidad forrajera. Dicha frecuencia de quemas
puede generar procesos degradativos del
sistema y hasta favorecer la erosión de los
suelos (Raison 1979).
La quema de la vegetación produce
modificaciones sobre las características
químicas y biológicas del suelo en función de
la intensidad, del tiempo de residencia y de la
frecuencia del fuego (Alexander 1982). La
quema de combustibles finos como sabanas y
pastizales es rápida y completa por lo que los
efectos son evidentes fundamentalmente en
los primeros centímetros de suelo (Rice, García
1994). En general, los mayores efectos de la
quema de pastizales están relacionados con
los cambios postfuego asociados con la
eliminación del mantillo y de los residuos
vegetales, hecho que influye sobre la actividad
biológica del suelo y sobre el reciclado del
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
carbono y la disponibilidad de nutrientes
(Raison 1979).
Aunque las quemas anuales
incrementan la productividad de pastizales y
sabanas en el corto plazo, la aplicación de dicha
frecuencia por largos períodos elimina
repetitivamente la cobertura vegetal y reduce
la reposición de sustrato al suelo provocando
cambios en el balance del carbono y nitrógeno
del sistema, pudiendo llegar a disminuir el
suministro de nutrientes para el pastizal (Raison
1979). Estos efectos deberían ser tenidos en
cuenta principalmente en los ecosistemas
áridos y/o semiáridos, con bajo contenido de
nitrógeno y materia orgánica del suelo (MOS)
y, por lo tanto, con baja capacidad de
amortiguar los efectos del manejo inapropiado.
La MOS es un factor central en la
funcionalidad de los suelos por los múltiples
beneficios que tiene como sustrato para los
microorganismos y sobre la disponibilidad de
nutrientes para los vegetales, la capacidad de
retención hídrica y la estructura del suelo
(Doran, Smith 1987). En suelos de pastizales,
se ha observado que el fuego provoca
incrementos de MOS y de disponibilidad de
nitrógeno en el corto plazo (1-2 años) en las
capas superficiales del suelo (Raison 1979). No
obstante, si bien las quemas anuales
incrementan la productividad de pastizales y
sabanas en el corto plazo, la aplicación de dicha
frecuencia por largos períodos supone impactos
negativos sobre el contenido de MOS debido
a los menores aportes de carbono y nitrógeno
al suelo (Ojima et al. 1990). Si bien aquellos
cambios se producen sobre la MOS, varios
autores sugieren a la fracción particulada de la
materia orgánica (MOP) y al tamaño y actividad
de la biomasa microbiana (BMS), como más
sensibles a los cambios producidos por las
prácticas de manejo (Mc Gill et al. 1986;
Jenkinson, Ladd 1981; Cambardella, Elliot 1992).
Los estudios sobre el tamaño y la
actividad de la BMS en sabanas sometidas a
fuego muestran resultados variables. En el
corto plazo, parecen no existir diferencias
significativas con el control sin fuego, siendo
en algunos casos estimuladas por el incremento
en la temperatura del suelo y en el contenido
de nutrientes luego del fuego (Rice, García
1994). Por lo contrario, quemas anuales
aplicadas durante muchos años reducen la
93
BMS (Ojima et al. 1990).
En la región chaqueña, existe
información acerca de los efectos del fuego
sobre la dinámica de especies herbáceas (Kunst
com.pers.), sobre los daños en especie arbóreas
y arbustivas (Bravo et al. 2001) y sobre la
densidad de algunos grupos de
microorganismos por efecto de una quema
(González et al. 1996). No obstante, es necesario
generar información sobre el efecto de la
frecuencia de quemas de las sabanas de E.
muticus sobre las propiedades del suelo para
contribuir a una prescripción adecuada del
fuego como herramienta de manejo sostenible
de aquel ecosistema.
Por lo dicho, para los suelos de
sabanas de esa región, se plantean como
hipótesis que: i) el incremento de la frecuencia
de quemas de una sabana de E. muticus
provoca la disminución del carbono, del
nitrógeno, de la biomasa microbiana y de la
capacidad de mineralización de nitrógeno del
suelo, ii) el efecto de la quema sobre las
propiedades del suelo, se produce
principalmente en la capa superficial del suelo.
El objetivo de este trabajo fue evaluar el efecto
de distintas historias de fuego de una sabana
de E. muticus del Parque Chaqueño Semiárido
sobre algunas propiedades químicas y
biológicas del suelo vinculadas con el
contenido del carbono y del nitrógeno del
suelo, para proporcionar pautas que
contribuyan a la prescripción del fuego como
herramienta de manejo sostenible en ambientes
semiáridos.
MATERIALES Y METODOS
La experiencia se llevó a cabo en el Campo
Experimental “La María” de la E.E.A. INTA,
Santiago del Estero, Argentina (28º 05' S, 64º 05'
W). El clima es semiárido, con temperatura media
anual de 21 º C y una precipitación media anual de
550 mm, concentrándose la mayor parte en la época
estival. El invierno y comienzo de primavera son
secos, con fuertes vientos desecantes del Norte. Los
suelos del área de estudio se clasifican como
Torriortente Haplustólico (Lorenz com. pers.). Los
perfiles son de escaso desarrollo, con secuencia de
horizontes A-AC-C, de textura franco limosa y pH
ligeramente ácido a neutro en los primeros 10 cm del
suelo. La sabana se presenta como pastizal - arbustal
con predominancia de E. muticus y en menor cantidad
otras gramíneas (Heteropogum contortus,
Schyzachirium tenerum y Botriochloa spp) y algunas
94
CC GONZALEZ et al. - Propiedades del suelo y quema de sabanas
especies leñosas invasoras (Acacias aroma,
Prosopis nigra, Celtis spp y Schinus sp). Por las
características del clima semiárido, los pastizales
presentan un receso invernal bien definido que produce una acumulación del material vegetal muerto
sobre la superficie, siendo la época entre julio y
octubre la propicia para la quema.
Los niveles de “historia de fuego” (variable independiente) se definieron teniendo en cuenta
la frecuencia de quemas a que fue sometida la sabana
en el pasado reciente. Mediante fotointerpretación
de fotos áreas (escala 1:20000), imágenes satelitarias
LANDSAT y recorridas a campo se ubicaron áreas
que hubieran estado sometidas a distintas
frecuencias de fuego dentro del campo experimental: alta frecuencia (un fuego cada año durante los
últimos 10 años); frecuencia media (“natural”, un
fuego cada 3-4 años durante los últimos 10 años,
habiendo sido la última quema al menos 3 años antes); baja frecuencia (sin quema durante los últimos
10 años). De acuerdo con datos locales, la intensidad
de las quemas en estas sabanas habría sido siempre
entre ligera y moderada, estando dentro de los límites
sugeridos para fuegos prescriptos en pastizales
(Kunst com. pers., Bravo et al 2001). En cada una
de esas áreas se definieron tres parcelas de 30 m x 15
m.
En octubre/noviembre de 1998 (antes de
la aplicación de una quema) se realizó un muestreo
de suelo a dos profundidades (0-2,5 y 2,5-7,5 cm).
Cabe aclarar que al momento de muestreo no había
habido precipitaciones significativas por al menos
tres meses (datos no mostrados) y el E. muticus no
había iniciado aún su crecimiento estival. Se raspó la
superficie del suelo para eliminar el mantillo y de
cada parcela se extrajeron 15 submuestras no
disturbadas en tubos de PVC de 6 cm de diámetro y
10 cm de largo sólo en los espacios entre matas de E.
muticus. Luego de dividir las submuetras en trozos
representando las profundidades arriba mencionadas,
los correspondientes a cada una de ellas se mezclaron
para obtener una muestra compuesta de cada
profundidad. Las muestras de suelo fueron pesadas
y tamizadas (2 mm) para separar el material orgánico
grosero (mayormente raíces) que fue lavado y secado
a 60ºC hasta peso constante. El carbono orgánico en
la fracción gruesa (COG) se calculó asumiendo que
el contenido de carbono era de 4,2 g C kg-1 materia
seca (Campbell et al. 1996).
El carbono orgánico (COT) y el nitrógeno
orgánico (NOT) totales del suelo fueron
determinados por Walkley y Black (Nelson,
Sommers 1982) y según Kjeldahl (Bremner,
Mulvaney 1982), respectivamente. La MOP fue
retenida sobre un tamiz de 54 µm de malla, previa
dispersión en una solución de hexametafosfato de
sodio, según el método descripto por Cambardella
y Elliott (1992), determinándose las concentraciones
de carbono orgánico (COP) y del nitrógeno orgánico
(NOP) particulados por los métodos mencionados
arriba. Para la determinación del contenido de
nitrógeno de nitratos (N-NO3 -) la extracción se hizo
con solución saturada de Ca(OH)2 en agua y se utilizó
un electrodo de ión específico (Mahendrappa 1969).
La respiración edáfica se evaluó mediante la
determinación del desprendimiento del dióxido de
carbono (CO2 ) del suelo en laboratorio como índice
de actividad de la microflora heterótrofa (Anderson
1982). El nitrógeno de la biomasa microbiana (NBM)
se determinó mediante el método de fumigaciónextracción (Brookes et al. 1985). Los resultados
obtenidos se analizaron estadísticamente mediante
análisis de varianza y se utilizó el test de Tukey
para la separación
RESULTADOS Y DISCUSION
El COT fue significativamente menor
en las parcelas con alta frecuencia de fuego
respecto a las parcelas con baja y media
frecuencia de fuego, en ambas capas de suelo
(Figura 1a). Los contenidos de COT en las
parcelas de frecuencias media y baja no se
diferenciaron estadísticamente entre sí para
ninguna de las profundidades. Los contenidos
de NOT respondieron de manera similar a los
de COT en las diferentes frecuencias de quema
(Figura 1b).
Uno de los factores que más afecta el
balance de la materia orgánica del suelo es la
cantidad de sustrato devuelto al sistema
(Stevenson 1986). Las reducciones de COT y
NOT observadas en la frecuencia alta podrían
deberse a la menor reposición de carbono y
nitrógeno al suelo debido a la remoción del
mantillo y cubierta vegetal producida por las
quemas anuales (Ojima et al. 1990) y a una
disminución de la biomasa radical de la
vegetación, también asociada a la alta
frecuencia de fuego (Rice, García 1994). Ojima
et al. (1990) no encontraron diferencias en COT
y NOT entre los valores iniciales y aquéllos 1 ó
2 años después de una sola quema, sugiriendo
que quemas esporádicas o de baja frecuencia
no tendrían efecto sobre los contenidos de COT
y NOT. En el corto plazo, algunos autores
hallaron un aumento del COT del suelo en la
capa superficial debido a los aportes de las
cenizas (Raison 1979).
En todas las frecuencias de fuego, el
COP representó entre 35 y 49 % del COT y el
NOP representó entre 27 y 52 % del NOT. Estos
rangos fueron similares a los obtenidos por
95
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
24
a)
2,5
a
a
20
a
12
b
a)
8
Media
Baja
a
b
-1
NOT (g N kg )
-1
COT (g C kg )
16
a
2,0
a
b
Alta
b)
a
a
1,5
b
1,0
0,5
4
0,0
0
0 - 2,5
2,5 - 7,5
0 - 2,5
2,5 - 7,5
Profundidad (cm)
Figura 1. Carbono (COT) (a) y nitrógeno (NOT) (b) orgánicos totales a dos profundidades del suelo y para tres
frecuencias de quemado de la sabana: alta (anual); media (cada 3 ó 4 años); baja (sin quemar por más de 10
años). Columnas acompañadas por letras distintas para cada profundidad, difieren significativamente (P<0,05).
Las barras verticales indican desvío estándar.
Figure 1. Total organic carbon (COT), a) and total organic nitrogen (NOT), b) at two soil depths after three fire
frequencies. Bars with different letters differ significantly (p<0.05) within each soil depth; error bars show
standard deviation.
Chan (1997) en Pellustertes Típicos y por
Cambardella y Elliot (1992) en un Haplustol
Páquico, de climas semiáridos bajo pastizales
y sometidos a distintos manejos.
Coincidentemente con COT y NOT (Figuras
1a y b), las concentraciones del COP y NOP
(Figuras 2a y b) fueron superiores en la capa
superficial para todas las frecuencias de fuego,
lo que está relacionado con el reciclo de C y N
debido a la acumulación de restos vegetales y
mantillo en la superficie del suelo, mencionado
anteriormente. La frecuencia alta presentó
12
a
a
1,2
-1
COP (g C kg )
b
c
6
4
2
b)
a
1,0
a
c
8
NOP (g N kg-1 )
a)
10
0,8
Alta
Media
Baja
b
b
a
0,6
b ab
0,4
0,2
0
0,0
0 - 2,5
2,5 - 7,5
0 - 2,5
2,5 - 7,5
Profundidad (cm)
Figura 2. Carbono (COP) (a) y nitrógeno (NOP) (b) orgánicos particulados a dos profundidades del suelo y para
tres frecuencias de quemado de la sabana: alta (anual); media (cada 3 ó 4 años); baja (sin quemar por más de
10 años). Columnas acompañadas por letras distintas para cada profundidad, difieren significativamente
(P<0,05). Las barras verticales indican desvío estándar.
Figure 2. a) Particulate organic matter (COP), and b) nitrogen (NOP), at two soil depths after three fire frequencies. Bars with different letters differ significantly (p<0.05) within each soil depth; error bars show standard
deviation.
CC GONZALEZ et al. - Propiedades del suelo y quema de sabanas
significativamente menor contenido de COP
que las frecuencias media y baja a ambas
profundidades, mientras que el contenido de
COP de la frecuencia media difirió (P>0,05) del
de la baja, sólo en la capa subsuperficial (Figura
2a). No obstante, en la capa superficial, los
contenidos de NOP de la frecuencia alta y media fueron significativamente menores que los
de la frecuencia baja (Figura 2b).
En la capa de suelo superficial, el COP
y el COT de la frecuencia alta representaron el
64 y el 68% del COP y COT en la frecuencia
baja, respectivamente, presentándose una
tendencia similar en la capa subsuperficial
(57% y 68%, respectivamente). Esto indica que,
en la capa superficial, el efecto del fuego se
vería reflejado en igual medida en el COT que
en el COP. No obstante, en la capa
subsuperficial el COP fue más sensible que el
COT al efecto de la alta frecuencia de quemas.
Por otro lado, el efecto provocado por las
diferentes frecuencias de fuego se visualizó
en mayor medida en el NOP que en los
contenidos de NOT, ya que en la frecuencia
alta éstos representaron el 47 % y el 78 % del
NOP y NOT en la frecuencia baja,
respectivamente. La misma tendencia se
observó en la capa subsuperficial (58 % y 72%,
respectivamente). Tanto el COP como el NOP
fueron reducidos por quemas anuales
aplicadas durante 10 años, siendo el NOP el
más afectado. Similares resultados fueron
observados cuando se describió el deterioro
producido por el impacto de diversos sistemas
de uso sobre la calidad del suelo (Chan 1997).
El COG de la capa superficial, fue menor en las
parcelas con alta frecuencia (0,93 g C kg -1),
respecto a las frecuencias media y baja de
quemas (1,28 y 1,55 g C kg -1, respectivamente).
Esta disminución del COG con la alta frecuencia
de fuego contribuiría a explicar las reducciones
de COT y COP, ya que la misma representa una
parte de los aportes de carbono a partir de la
vegetación. Además, estas diferencias en COG
por diferentes frecuencias de fuego podrían
influenciar el crecimiento de la biota del suelo,
al ser fuente de energía para los
microorganismos (Seastedt, Ramundo 1990).
El NBM fue marcadamente
influenciado por la frecuencia de fuego, al igual
que la fracción orgánica del suelo (COT, NOT,
COG, COP y NOP) (Figura 3). En la capa super-
ficial, el contenido de NBM fue
significativamente menor (P<0,05) en las
parcelas con alta frecuencia de fuego, mientras
que las parcelas de frecuencia media y baja no
se diferenciaron estadísticamente (P>0,05). Por
otro lado, entre 2,5 y 7,5 cm de profundidad,
estas dos últimas frecuencias difirieron
significativamente entre sí (P<0,05) (Figura 3).
La menor concentración de NBM de la alta
frecuencia podría deberse a la menor cantidad
de sustrato orgánico para el mantenimiento y
crecimiento de poblaciones microbianas del
suelo observada bajo esta situación (Figuras 1
y 2), resultados que confirmarían lo obtenidos
por otros autores (Ojima 1987; Rice, García
1994).
Relacionando los valores de los
tratamientos de alta con el de baja frecuencia
se visualizó una disminución porcentual
diferencial en las concentraciones de NOT, NOP
y NBM por efecto de las quemas (Figura 4).
Las disminuciones de NBM y NOP fueron muy
superiores a los registrados para los contenidos
totales. Estos resultados confirman los
obtenidos por otros autores respecto a la
sensibilidad de las diferentes fracciones
40
a
35
NBM (mg N kg -1)
96
a
Alta
Media
30
a
b
25
20
Baja
c
b
15
10
5
0
0 - 2,5
2,5 - 7,5
Profundidad (cm)
Figura 3. Nitrógeno de la biomasa microbiana (NBM)
a dos profundidades del suelo y para tres frecuencias de quemado de la sabana: alta (anual);
media (cada 3 ó 4 años); baja (sin quemar por
más de 10 años). Columnas acompañadas por
letras distintas para cada profundidad, difieren
significativamente (P<0,05). Las barras verticales indican desvío estándar.
Figure 3. Microbial biomass nitrogen (NBM) at two
soil depths after three fire frequencies. Bars with
different letters differ significantly (p<0.05)
within each soil depth; error bars show standard deviation.
97
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
70
Disminución Reladiva (%)
NOT
NOP
NBM
60
50
40
30
20
10
0
0 - 2,5
2,5 - 7,5
Profundidad (cm)
Figura 4. Disminución de los contenidos de nitrógeno orgánico total (NOT), nitrógeno orgánico en
la fracción particulada (NOP), nitrógeno de la
biomasa microbiana (NBM) en el suelo bajo alta
frecuencia de quemado de la sabana (anual) relativa a los contenidos observados con baja frecuencia de quemado de la sabana (sin quemar
por más de 10 años). Las barras verticales indican desvío estándar.
Figure 4. Relative decrease of total organic nitrogen
(NOT), organic nitrogen in the particulate fraction (NOP), and microbial biomass nitrogen
(NBM) between soils after high- and low-frequency fires. Error bars indicate standard deviation.
orgánicas del suelo ante cambios en el manejo
de los suelos (Mc Gill et al. 1986; Echeverría et
al. 1993; Studdert et al. 1997) e indican que el
efecto provocado por las diferentes historias
de frecuencia de fuego se ve reflejado en los
cambios de las fracciones orgánicas lábiles
(NBM y NOP) en mayor medida que en el de
NOT. Asimismo, tales cambios fueron más
notorios a 0-2,5 cm de profundidad, capa más
expuesta al efecto de las variaciones
ambientales.
Contrariamente a lo esperado, no se
detectaron diferencias (P>0,05) de respiración
edáfica entre frecuencias de fuego en ninguna
de las profundidades evaluadas (Tabla 1). Estos
resultados no se corresponden con las
cantidades de biomasa microbiana (Figura 3) y
de sustrato orgánico (Figuras 1 y 2) discutidos
anteriormente. Se podría suponer que existió
una eficiencia diferencial en el uso de carbono
entre las parcelas con distintas historias de
frecuencia de fuego y un cambio en la población
microbiana (Nakas, Klein 1980).
La relación C/N del suelo de las
parcelas con frecuencia anual estuvo en
promedio por debajo de los valores de las
frecuencias media y baja (Tabla 1), indicando
que a través del fuego continuo, las pérdidas
de COT superaron a las del NOT. Las relaciones
C-CO2/COT de las distintas frecuencias fueron:
alta>media>baja (Tabla 1). Esto implica que,
además de la reducción del aporte de materia
Tabla 1. Respiración edáfica (C-CO2 ), relaciones C-CO2 /carbono orgánico total (COT), relación carbono/nitrógeno (C/N) del suelo obtenidos a dos profundidades del suelo y para tres frecuencias de quemado de la sabana:
alta (anual); media (cada 3 ó 4 años); baja (sin quemar por más de 10 años). Los valores seguidos por la misma
letra para cada profundidad, no difieren significativamente (P>0,05).
Table 1. Soil respiration (CO2 -C), CO2 -C/organic carbon (CO) ratio, and carbon/nitrogen (C/N) ratio of the soil at
two depths after three fire frequencies. Values followed by the same letters are not significantly different at
p>0.05 (intra-column comparisons).
Frecuencia
C-CO 2
De
Fuego
Alta
Media
Baja
0 - 2,5
2,5 -7,5
C-CO 2/COT
Profundidad (cm)
0 - 2,5
C/N
2,5 –7,5
0 - 2,5
2,5 -7,5
--------------------- mg kg-1 -----------------253,5 a 148,2 a
18,87
13,59
252,3 a 122,4 a
13,24
7,65
261,6 a 98,28 a
13,20
6,14
9,33
10,10
10,73
10,68
12,22
11,27
98
CC GONZALEZ et al. - Propiedades del suelo y quema de sabanas
16
a
b
8
Baja
a
a
-
-1
N-NO3 (mg N kg )
Media
a
12
10
Alta
a
14
6
4
2
0
0 - 2,5
2,5 - 7,5
Profundidad (cm)
Figura 5. Contenido de nitrógeno de nitratos del suelo
(N-NO-3 ) obtenido a dos profundidades y para
tres frecuencias de quemado de la sabana: alta
(anual); media (cada 3 ó 4 años); baja (sin quemar por más de 10 años). Columnas acompañadas por letras distintas para cada profundidad,
difieren significativamente (P<0,05). Las barras
verticales indican desvío estándar.
Figure 5. Nitrate concentrations (NO3 -N) at two
soil depths after three fire frequencies. Bars with
different letters differ significantly (p<0.05)
within each soil depth; error bars show standard deviation.
orgánica, quemas aplicadas anualmente a la
sabana por más de 10 años pueden haber
favorecido la mineralización del carbono del
suelo debido a un incremento de sustrato
orgánico facilmente descomponible producido
por la quema (Rice et al. 1986) y un cambio en
la composición de las poblaciones microbianas
(Nakas, Klein 1980). Por lo contrario, las
parcelas con menor frecuencia de fuego
conservaron más carbono orgánico, lo que
podría ser resultado de un mayor aporte de
sustrato orgánico y menor tasa de
mineralización del mismo. Si bien en esta
experiencia no se determinaron ni la tasa de
mineralización de carbono ni la cantidad
presente de los distintos grupos microbianos,
el supuesto anterior parece comprensible dado
que en la determinación de la respiración
edáfica de todos los tratamientos estuvieron
sujetos a iguales condiciones de humedad y
temperatura en laboratorio, siendo la cantidad
y composición del sustrato la única variable
para la microflora heterótrofa que está
respirando in vitro.
Si bien las concentraciones de nitratos
para ambas profundidades del suelo fueron más
bajas con alta frecuencia de fuego, las
diferencias sólo fueron significativas en la capa
superficial (Figura 5). Estos resultados estarían
relacionados con el balance negativo de
nitrógeno en el largo plazo, ya que la menor
concentración de N-NO3- bajo frecuencia anual
coincidió con un menor contenido de NOT
(Figura 1) y de NOP (Figura 2). Ojima (1987)
encontró que la mineralización de nitrógeno se
incrementó inmediatamente después del fuego,
pero disminuyó con quemas frecuentes en el
largo plazo. Por otro lado, los contenidos de
N-NO3- de las parcelas de frecuencia media y
baja no se diferenciaron estadísticamente pero
hubo mayor N-NO 3- en las parcelas de
frecuencia media. Estos resultados indicarían
que el suelo bajo las frecuencias más bajas, al
conservar un mayor pool de nitrógeno, estaría
en condiciones de proveer una mayor cantidad
del nutriente para el E. muticus.
En síntesis, las reducciones de las
fracciones orgánicas en la capa superficial
debido a quemas frecuentes por períodos
prolongados, llevaron a una disminución del
tamaño y actividad de la microflora, una
disminución de la capacidad de mineralización
de nutrientes y en consecuencia a una
disminución de la de suministrar nutrientes para
la sabana. Por otro lado, la frecuencia de
quemas similar o inferior a la considerada natural no afectó el reciclo de carbono y nitrógeno
en el sistema por conservar más su pool
orgánico y, con ello, su capacidad de generar
una mayor disponibilidad de nutrientes en el
suelo. Si bien los contenidos de carbono y
nitrógeno totales fueron modificados por las
historias previas de quema, las fracciones
lábiles de la materia orgánica del suelo
respondieron con mayor sensibilidad, lo que
hace que el seguimiento de la evolución de
sus variaciones se revele como indicador
adecuado de los cambios producidos en la fase
orgánica del suelo. Aunque se observaron
cambios asociados a la historia de quemas en
ambas capas analizadas, aquéllos fueron más
notorios de 0 a 2,5 cm de profundidad del suelo,
por ser la capa más expuesta al efecto de las
variaciones ambientales.
Dada la importancia económica de la
utilización de los pastizales naturales como
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
recurso forrajero en el Chaco Semiárido, la
necesidad de aplicar fuego para aumentar su
producción y calidad de forraje y el efecto
degradativo del uso indiscriminado del mismo,
las evidencias indican que las frecuencias de
fuego aplicadas con sentido agronómico en
esta sabana deberían ser cercanas a la
frecuencia natural. De esta manera, la adecuada
prescripción de la quema contribuiría a
compatibilizar la productividad del pastizal y el
mantenimiento de la calidad del suelo.
AGRADECIMIENTOS
Se agradece la colaboración recibida
de los Ing. Agr. G Lorenz, F Galizzi, L Diaz, S
Roldán, y H Echeverría. Asimismo se agradece
a la Sta. J Barrientos,y a los Sres J Godoy, H
Cáceres por la colaboración en tareas de campo.
Este trabajo fue financiado por el Proyecto de
Investigación “Uso de la tierra y su efecto en
los componentes bióticos de los ecosistemas
del Parque Chaqueño Occidental” de la CICYTUNSE y el “Proyecto Ganadero Bovino Regional”, INTA Regional Noreste.
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
101
ABSORCION DE NITROGENO POR CEBADA CERVECERA EN DOS
SUELOS DEL SUR BONAERENSE, ARGENTINA
MA LAZZARI, MR LANDRISCINI, MA CANTAMUTTO, AM MIGLIERINA, RA ROSELL, FE
MÖCKEL, ME ECHAGÜE
LAHBIS – Dto. de Agronomía – Universidad Nacional del Sur – 8000 Bahía Blanca – Argentina - Email: alazzari@criba.edu.ar
Recibido 1 de marzo de 2001, aceptado 12 de junio de 2001
NITROGEN UPTAKE BY MALTING BARLEY IN TWO SOILS OF SOUTHERN BS.AS.
PROVINCE, ARGENTINA
Two experiments were carried out to determine the effect of nitrogen on nitrogen uptake and
grain nitrogen concentration of barley grown for malting. First, the effects of fertilizer applications at
rates of 0 (0N) and 60 kg N ha-1 (60N) were studied in a pot experiment in a glasshouse using urea
labelled with 15 N applied at sowing to two soils: Bordenave (B, Typic Haplustoll), and Tres Arroyos
(TA, Petrocalcic Argiudoll). Pots were destructively sampled at the fifth leaf, ear emergence, milky
kernel and physiological maturity stages. Distribution of 15 N and 14 N in shoots and roots, and in
spikes at maturity, were measured. Maximum aerial biomass uptake was usually reached by the time
of milky stage, but continued up to maturity in 60N TA. In 60N B there was evidence of losses of
fertilizer and soil nitrogen in shoots, but not in roots, in 60N B between milky and maturity stages.
Urea increased the spike yield in 60N TA, and the grain nitrogen concentration in 60N B. Simultaneusly,
experiments were carried out in the field in both soils, where urea was applied at rates varying from 0
to 90 kg N ha-1 at TA, and from 0 to 75 kg N ha-1 at B. Plants and soils were sampled at the same growth
stages of the pot experiment. Soils samples were analyzed for N-NH4 + and N-NO3 - (0-60 cm). In all
treatments at TA and 75N at B losses of nitrogen from aerial biomass in the last period of growth were
detected. The addition of more than 30 kg N (at TA) or 25 kg N ha-1 (at B) increased the percentage of
grain protein to higher levels than accepted for malting. A high nitrogen-supplying power of the soil
organic reserves was observed.
Key words: Malting barley,15 N-labelled fertilizer, Urea, Typic Haplustoll, Petrocalcic Argiudoll.
INTRODUCCION
El cultivo de cebada cervecera
(Hordeum vulgare L.) se adapta a las
condiciones agroecológicas del sur de la
Provincia de Buenos Aires donde, en los
últimos años, ha vuelto a adquirir importancia
económica como consecuencia de una mayor
demanda, debido a la instalación de nuevas
plantas malteras. El área destinada a este cultivo
sólo se incrementará si se cuenta con la
tecnología adecuada para asegurar altos
rendimientos, buena calidad maltera y bajos
costos de producción, siendo la fertilización
nitrogenada el rubro que más incide sobre él.
El contenido de proteínas del grano es un factor
determinante de la calidad maltera.
Generalmente, no debe sobrepasar el 12%
establecido en el standard de comercialización
(Savio 1998). Esto requiere que las aplicaciones
de fertilizante nitrogenado produzcan un
rendimiento económicamente aceptable y
también satisfagan los requerimientos de
calidad para la industria maltera, pues de no
ser así se produciría un importante quebranto.
Los efectos de la fertilización
nitrogenada sobre el rendimiento y la calidad
de la cebada cervecera se midieron en varios
ambientes de la Provincia de Buenos Aires. En
el Sudoeste Bonaerense, Ron y Loewy (1996)
concluyen que en suelos con altas deficiencias
de nitrógeno y fósforo, el fraccionamiento del
nitrógeno aplicado fue un recurso adecuado.
En cambio, en el norte de la Provincia, en
mejores ambientes, la respuesta a la fertilización
fue variable en rendimiento, con disminución
del peso de los granos y aumento del contenido
proteico (Prystupa et al . 1998). Esto pudo
deberse a que la concentración de nitrógeno
en granos de cebada se eleva cuando se aplica
fertilizante nitrogenado en exceso (Lord,
102
MA LAZZARI et al. - Absorción de nitrógeno por cebada cervecera
Vaughan 1987) ya que sólo ocurren aumentos
significativos de las concentraciones de
nitrógeno en los granos con dosis superiores
a aquellas que porporcionan un incremento del
rendimiento (Gallagher et al. 1987).
Los fertilizantes inorgánicos
presentan, en el perfil de suelo, una dinámica
que está influenciada por la disponibilidad de
agua durante el período de crecimiento del
cultivo, o sea por las condiciones ambientales
y edáficas. En el caso de la cebada cervecera,
se vió que una alta disponibilidad de nitrógeno
en condiciones adversas (sequía) ocasionó
incrementos de las proteínas de los granos
(Booncho et al. 1998).
Por lo expuesto, para fertilizar
racionalmente, es necesario conocer la
absorción y el destino del nitrógeno del
fertilizante durante el desarrollo de la planta.
La técnica isotópica de 15N, junto con la
extracción frecuente de muestras de plantas,
proporciona una información directa sobre el
uso y removilización del nitrógeno del
fertilizante (Carter, Rennie 1987). Los ensayos
en macetas de bajo costo de 15 N permiten
evaluar, bajo iguales condiciones ambientales
y de humedad, diferencias ocasionadas por el
efecto del suelo. Sin embargo, para evaluar la
respuesta de rendimiento y calidad del cultivo
a la aplicación de nitrógeno, es necesario la
conducción de ensayos de campo.
El primer objetivo de esta
investigación fue estudiar, bajo condiciones
controladas, los efectos de la aplicación de
nitrógeno de 15urea sobre la absorción por la
planta, cultivada en suelos de diferentes zonas
cebaderas de la Provincia de Buenos Aires. El
segundo objetivo fue evaluar, en los mismos
suelos, en condiciones de campo, la respuesta
del rendimiento y la calidad del cultivo con
diferentes dosis de nitrógeno.
MATERIALES Y METODOS
Ensayo en invernáculo
La experiencia se realizó bajo longitud del
día normal, entre julio y noviembre de 1998. Las
plantas de cebada cervecera, cultivar Quilmes
Palomar, crecieron en macetas que contuvieron 6 kg
de suelo Haplustol Típico (INTA, Bordenave) o
Argiudol Petrocálcico (Barrow, Tres Arroyos), el
cual fue previamente homogeneizado. Las
propiedades de los suelos se presentan en la Tabla
1. Se adicionó superfosfato triple, a razón de 20 kg
P ha-1 , a todas las macetas. El 9 de agosto de 1998 se
sembró la cebada (6 plantas por maceta).
Seguidamente, se adicionaron 10 mL de solución
acuosa de urea marcada (188 mg N por maceta,
equivalente a 60 kg N ha-1 , con 9,811 % a. e. 15 N) a
la mitad de las macetas de cada suelo.
Posteriormente, se adicionaron 100 mL de agua a
todas las macetas. Las mismas se regaron
frecuentemente hasta la emergencia de las espigas y
luego diariamente hasta la madurez fisiológica de las
plantas.
El diseño experimental fue completamente
aleatorizado con cinco réplicas y consistió de dos
suelos (Bordenave, B y Tres Arroyos, TA), dos
dosis de nitrógeno (0N, sin adición de nitrógeno y
60N, equivalente a 60 kg N ha-1 ), y cuatro momentos
de extracción de muestras: 69 días desde la siembra
(DDS), macollaje (Zadoks: 1.5); 81 DDS, espigazón
(Z: 4.9); 98 DDS, grano lechoso (Z: 7.5) y 116
DDS, madurez fisiológica (Z: 8.9) (Zadoks et
Tabla 1. Principales características de los suelos estudiados (0-20 cm).
Table 1. Selected properties of the soils studied (0-20 cm).
Suelo
pH
PE
CO
NT
N-NO 3
-
N-NH4
+
Textura
Arena Limo
-1
-1
-1
-1
-1
-1
-1
mg kg
kg ha
mg kg
kg ha
Arc.
%
(1:2,5)
mg kg
g kg
g kg
T. Arroyos
5,6
8
20,0
1,62
16
38
13
31
34
36
30
Bordenave
6,6
42
17,2
1,38
18
43
8
20
69
13
18
PE: Fósforo extractable, Bray-Kurtz
CO: Carbono orgánico, combustión seca (LECO)
NT: Nitrógeno total, Kjeldhal
N-NO3- y NH4+: extracción con 2M KCl y destilación.
Textura: hidrómetro
PE: Extractable Phosphorus, Bray-Kurtz
CO: Organic Carbon, dry combustion (LECO)
NT: Total Nitrogen, Kjeldhal
N-NO3- y NH4+: extraction with 2M KCl and destilation.
Texture: hidrometer
103
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
al.,1974). En cada una de ellas se retiraron, al azar,
cinco macetas de cada suelo y tratamiento, se
cosechó la biomasa aérea y se extrajeron manualmente
las raíces, las cuales se lavaron suavemente con agua
destilada. En el último muestreo, la biomasa aérea se
separó en paja y espigas. Las muestras se secaron
(70°C), pesaron, molieron, tamizaron (0,85 mm) y
analizaron para nitrógeno total (macro Kjeldahl y
adaptación, Aigner 1998). La relación 15 N/14 N se
determinó con espectrómetro de emisión JASCO,
modelo N150 (Japón), utilizando previamente el
método de Dumas (Fiedler, Proksch 1975) para la
obtención del gas N2 en el tubo de descarga. De
dicha relación se calculó la proporción de nitrógeno
marcado y no marcado absorbida por el cultivo.
Los datos se evaluaron estadísticamente
por análisis de rango estudentizado Tukey, para la
comparación de las medias. Se usó el test de Student
para la comparación de las medias de a pares.
Ensayo de campo
En los mismos sitios donde se extrajeron
los suelos para la experiencia en invernáculo, se
realizaron los ensayos de campo (TA y B).
Empleando un diseño en bloques completamente
aleatorizados con 4 réplicas, se sembró la cebada
cervecera en forma simultánea con la aplicación, en
líneas, de una dosis de 20 kg P ha-1 (superfosfato
triple). Ambos ensayos se realizaron en campos
experimentales (CHEI BARROW y EEA INTABordenave), la labranza fue conservacionista y con
agricultura continua. El área de las parcelas fue de
14 m2 y la densidad de siembra fue de 280 semillas
viables m-2 . Las dosis de nitrógeno fueron, en TA:
Testigo (0N); 30 kg N (30N), 60 kg N (60N) y 90 kg
N ha-1 (90N). En B: Testigo (0N); 25 kg N (25N), 50
kg N (50N) y 75 kg N ha-1 (75N). En los mismos
estadios mencionados en la experiencia en
invernáculo, se extrajeron muestras de vegetal (2
surcos de 50 cm), las que fueron secadas a 70°C,
pesadas, molidas y tamizadas por 0,85 mm. En ellas
se determinaron la materia seca de la biomasa aérea
total, de las espigas y la respectiva concentración de
nitrógeno (Bremner 1996). En el último estadio se
determinaron, además, el rendimiento de granos y
sus componentes, el porcentaje de proteínas y el
índice de cosecha (IC). Simultáneamente a la
extracción de las muestras de vegetal, se extrajeron
muestras de suelo de todas las parcelas (dos por
TRES ARROYOS 0N
TRES ARROYOS 60N
300
N (mg mac.-1)
300
250
250
200
150
b
bc
c
100
50
200
a
150
a
b
b
a
50
0
0
0
35
69
81
98
116
0
35
BORDENAVE 60N
a
200
b
200
c
100
c
b
98
116
250
bc
150
81
300
-1
250
69
BORDENAVE 0N
300
N (mg mac. )
b
b
100
a
a
a
b
a
a
150
b
b
100
50
50
0
0
35
69
81
DDS
NDDF NDDS
98
116
0
0
35
69
DDS81
NDDS
98
116
Figura 1. Absorción de nitrógeno del fertilizante (NDDF) y del suelo (NDDS) por la biomasa aérea de cebada
cervecera, en diferentes estadios del ciclo, crecida en macetas, con aplicación (60N) y sin aplicación de urea
marcada (0N). DDS: días desde la siembra. Letras diferentes indican diferencias significativas (P<0,05).
Figure 1. Nitrogen uptake from fertilizer (NDDF) and soil (NDDS) of the aerial biomass, over the growing
season, in malting barley grown in pots with (60N) and without (0N) labelled urea application. DDS: days
after seeding. Different letters indicate significantly differences (P<0,05).
104
MA LAZZARI et al. - Absorción de nitrógeno por cebada cervecera
parcela), a las profundidades 0-20, 20-40 y 40-60
cm, las que se analizaron inmediatamente para la
humedad actual y guardaron en refrigerador hasta el
análisis de N-NO3 - y N-NH4 +. Estas formas de
nitrógeno inorgánico fueron extraídas con 2N KCl y
determinadas por destilación con arrastre de vapor,
con MgO y aleación Devarda. (Mulvaney 1996).
Las variables se analizaron por ANVA
simple para cada fecha (combinación de distintas
dosis y momentos de aplicación, P<0,05) y, cuando
se detectaron diferencias, las medias se compararon
con el test de Tukey.
se observó una pérdida significativa de
nitrógeno entre ese momento y madurez
fisiológica, probablemente debido a una
volatilización de amoníaco desde las hojas
senescentes (McTaggart, Smith 1995), más que
a una pérdida de nitrógeno por exudación de
las raíces que no fue detectada (Figura 2).
La absorción inicial de nitrógeno por
la biomasa aérea de las plantas 60N de TA fue
más baja que en 60N de B (P<0,05), y continuó
así hasta el final del ciclo, lo que probablemente
se debió a una menor disponibilidad del agua
del suelo (el punto de marchitez permanente
de TA es mayor que el de B, datos no
mostrados). Otra posible razón podría ser la
inmovilización del nitrógeno del fertilizante, que
se compensó parcialmente con una mayor
absorción de nitrógeno del suelo en el último
período de desarrollo (96-116 DDS), como
puede observarse en la Figura 1. Tampoco se
observaron en ese período pérdidas de
nitrógeno desde la biomasa aérea.
En los dos suelos la fertilización
RESULTADOS Y DISCUSION
Ensayo en invernáculo
Sin fertilizante, la absorción de
nitrógeno por la biomasa aérea de las plantas
ocurrió principalmente en la primera parte del
ciclo del cultivo (0-69 DDS) y la máxima
acumulación se alcanzó en el estadio de grano
lechoso (Figura 1). En el suelo B con 60N, la
absorción de nitrógeno (especialmente del
suelo) por las plantas entre espigazón y grano
lechoso fue de gran magnitud. Posteriormente,
TRES ARROYOS 60N
N (mg mac.-1 )
40
30
30
20
10
a
b
a
a
a
a
20
b
ab
a
a
a
b
10
0
0
0
35
69
81
98
116
BORDENAVE 60N
40
N (mg mac.-1 )
TRES ARROYOS 0N
40
a
30
a
0
35
30
b
81
a
20
20
b
10
b
ab
a
81
98
116
98
116
BORDENAVE 0N
40
a
69
b
a
a
10
0
0
0
35
69
DDS
NDDF
NDDS
0
35
69
DDS81
98
116
NDDS
Figura 2. Absorción de nitrógeno del fertilizante (NDDF) y del suelo (NDDS) por las raíces de cebada cervecera,
en diferentes estadios del ciclo, crecida en macetas, con aplicación (60N) y sin aplicación de urea marcada
(0N). DDS: días desde la siembra. Letras diferentes indican diferencias significativas (P<0,05).
Figure 2. Nitrogen uptake from fertilizer (NDDF) and soil (NDDS) of roots, over the malting barley growing
season, grown in pots with (60N) and without (0N) labelled urea application. DDS: days after seeding.
Different letters indicate significantly differences (P<0,05).
105
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
nitrogenada ocasionó un incremento del
nitrógeno absorbido en la biomasa aérea de la
cebada y la absorción de nitrógeno en ambos
fue superior al aportado por la fertilización
(P<0,05). Inicialmente, la tasa de absorción de
nitrógeno por las raíces fue superior a la tasa
de acumulación de nitrógeno por la biomasa
aérea (Figura 2). Se observó un decrecimiento
significativo de nitrógeno en las raíces, en el
estadio de espigazón, en los tratamientos 0N y
60N B, y 60N TA, lo que podría deberse al
transporte de asimilados desde las raíces a los
granos en desarrollo, a la descomposición de
raíces viejas o a una combinación de ambos
procesos. Desde macollaje, se observó una
tendencia de disminución de la absorción de
nitrógeno del fertilizante por las raíces de 60N
TA, lo que tendría relación directa con la
inmovilización mencionada anteriormente y,
quizás, con una posible fijación de NH4+ . En
cambio, en el suelo B las raíces mantuvieron
una tendencia de aumento del contenido de
nitrógeno del fertilizante hasta madurez.
0N
30N
-
-1
N-NO3 (kg ha )
350
60N
90N
300
250
250
200
200
150
150
100
100
50
50
50N
75N
BORDENAVE
0
30
0N
200
-1
25N
350
TRES ARROYOS
0
+
0N
300
0
60
90
30N
120
60N
150
0
30
200
TRES ARROYOS
60
0N
90N
160
N-NH4 , (kg ha )
En madurez fisiológica, el porcentaje
de nitrógeno derivado del fertilizante (%NDDF)
en las espigas, paja y raíces de las plantas de
60N TA fue 46, 40 y 26%, respectivamente. En
las plantas de 60N B fue 38, 43 y 30%,
respectivamente, lo que sugeriría que en este
suelo hubo una menor removilización de
nitrógeno del fertilizante hacia el grano.
Sin la aplicación de nitrógeno, los dos
suelos brindaron rendimientos similares de
espigas, con similares porcentajes de proteínas
en sus granos (12,7%, promedio). La aplicación
de nitrógeno en TA produjo un aumento
significativo del rendimiento de las espigas
(P<0,05). Mientras que en el suelo B, produjo
un aumento significativo de la concentración
de proteínas en sus granos (13,6%).
Por último, la eficiencia de uso del
nitrógeno del fertilizante (% EUN) fue baja en
los dos suelos. En el suelo B la biomasa aérea
recuperó significativamente mayor proporción:
el 48% en la biomasa aérea y el 10% en las
raíces, contra 38 y 2,7% de recuperación que
90
25N
120
50N
150
75N
BORDENAVE
160
120
120
80
80
40
40
0
0
0
30
60
90
DDS
120
150
0
30
60
90
120
150
DDS
Figura 3: Dinámica estacional del nitrógeno mineral de los suelos (0-60 cm) en los estadios de siembra, 5° hoja,
espigazón, grano lechoso y madurez fisiológica de la cebada cervecera. DDS: días desde la siembra.
Figure 3: Dynamic of mineral nitrogen in soils (0-60 cm) at seeding, fifth leaf, ear emergence, milky kernel and
physiological maturity stages of malting barley. DDS: days after seeding.
106
MA LAZZARI et al. - Absorción de nitrógeno por cebada cervecera
brindaron las plantas fertilizadas de TA. Estos
porcentajes fueron superiores a los calculados
por el método de la diferencia (entre el
rendimiento de nitrógeno del tratamiento 60N
y del 0N), a saber: 30 y 3,9% para la biomasa
aérea y raíces de B, respectivamente; 20 y 1%
para la biomasa y raíces de TA, respectivamente.
Estas diferencias se debieron a que la absorción
de nitrógeno del suelo por parte de las plantas
del tratamiento 60N fue menor que las del
tratamiento ON, donde las reservas de
nitrógeno eran superiores al del fertilizante
adicionado.
Ensayo de campo
La disponibilidad de nitrógeno inicial
(Tabla 1 y Figura 3) fue alta en ambos suelos,
con una contribución similar de N-NO3- y de
N-NH4+ , y con contenidos superiores en TA.
En todos los tratamientos del ensayo se
observó una tendencia ascendente en el
contenido de nitrógeno de la biomasa aérea
hasta grano lechoso y de allí, una tendencia
descendente hasta madurez. (Tabla 2). Esta,
pudo deberse a pérdidas desde las hojas
senescentes, a pérdida de hojas secas durante
y después de la extracción de muestras, y a
removilización hacia los granos. El período de
mayor acumulación de nitrógeno se produjo
entre los estadios fenológicos macollaje y
espigazón. Los datos de la cosecha no
mostraron diferencias significativas en la
absorción de nitrógeno entre tratamientos, ya
sea por la parte aérea o por las espigas.
En Bordenave, sólo se observó una
disminución (estadísticamente no analizada)
del ritmo de absorción de nitrógeno entre los
estadios grano lechoso y madurez, en el
tratamiento 75N. En los tratamientos
fertilizados, la mayor acumulación también
ocurrió entre macollaje y espigazón. Tampoco
en la cosecha se observaron diferencias
significativas en la absorción de nitrógeno por
la biomasa aérea o las espigas, entre
tratamientos (Tabla 2).
En ninguno de los dos sitios se
observaron diferencias significativas en el
rendimiento de granos, en el peso de mil granos
ni en el IC por efecto de la fertilización (Tabla
3). Además, B brindó rendimientos superiores
a los respectivos valores de TA, donde el IC
fue más alto. El agregado de más de 30 kg N (en
TA) o 25 kg N ha-1 (en B) aumentó el porcentaje
de las proteínas del grano a niveles superiores
al aceptado para el malteo (P<0,05).
Del análisis de los testigos (0N) surge
que, en macollaje, el nivel de N-NO3- de B bajó
en una cantidad igual a la absorbida por el
cultivo y no se detectó N-NH 4 + ,
coincidentemente con una baja precipitación
ocurrida en este primer período que no habría
favorecido la mineralización de la materia
orgánica del suelo. En TA, habría ocurrido algo
similar, pero las plantas pudieron absorber NNO3- en una cantidad mucho menor a su oferta.
En el período macollaje-espigazón (46-91 DDS),
la lluvia de 50 mm en B favoreció la
mineralización y posterior nitrificación.
También esto ocurrió en TA, pero con tres
veces más de lluvia (170 mm, 59-97 DDS).
En el período espigazón-grano
lechoso (97-118 DDS y 91-113 DDS en TA y B,
respectivamente), una menor precipitación en
TA y una mayor temperatura ambiental no
alteraron los procesos que proporcionan
nitrógeno disponible al suelo. Hubo una
tendencia descendente de la absorción de
nitrógeno por las plantas, con gran cantidad
de las dos formas de nitrógeno remanentes en
el suelo. En el mismo período, en cambio, los
111 mm de lluvia caídos en B, habrían
favorecido una mayor nitrificación del NH4 +
(aumento de N-NO3-), y/o inmovilización por
los microorganismos del suelo (disminución de
N-NH4+ ). En el momento de la cosecha, el suelo
TA quedó con 21% de N-NO3- y 41% de NNH4+ respecto a sus niveles iniciales (0-60 cm).
En cambio, B quedó con 52% de N-NO3- y 71%
de N-NH4+ .
En los tratamientos fertilizados de TA,
la cantidad de N-NH4+ en el estadio de macollaje
reflejó la hidrólisis reciente de la urea, que no
se halló en B (salvo en 75N), posiblemente
porque a los 46 DDS toda la urea fue
inmovilizada y/o nitrificada. Llama la atención
el gran contenido de N-NO3- en 60 y 90N de
TA, en el estadio de macollaje, y su marcado
descenso posterior. No debería descartarse que
la lluvia de 170 mm, en el período macollajeespigazón, hubiera ocasionado una situación
de restringida disponibilidad de O2 que indujera
a una pérdida por desnitrificación, dado que la
disminución de N-NO3- en ese período fue
mucho más grande que la absorción de
nitrógeno por el cultivo. Sin embargo, a pesar
107
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
Tabla 2. Contenido de nitrógeno en tallos-hojas y
espigas de cebada cervecera, en diferentes
estadios del ciclo. (kg ha-1 ) (T + H: tallos-hojas).
Table 2. Nitrogen content in stems-leaves and spikes
of malting barley at different growth stages (kg
ha-1 ). (T+H: stems–leaves).
Tabla 3. Rendimiento de granos, contenido proteico,
peso de 1000 granos e índice de cosecha (IC) de
la cebada cervecera.
Table 3. Grain yield, grain protein, weight 1000
grains and harvest index (IC) of malting barley.
Tratamiento
DDS
Macollaje
T + H.
59
Espigazón
T + H.
97
Espigas
Total
Grano lechoso
T + H.
118
Espigas
Total
Madurez fisiológica
T+H
139
Espigas
Total
Macollaje
T + H.
46
Espigazón
T + H.
91
Espigas
Total
Grano lechoso
T + H.
113
Espigas
Total
Madurez fisiológica
T+H
126
Espigas
Total
TRATAMIENTOS
0N
30N
Tres Arroyos
-1
kg ha
60N
90N
31,6 a
38,0 a
29,7 a
25,5 a
80,6 a
15,8 a
96,4
63,1 a
17,2 a
80,3
65,6 a
13,9 a
79,5
73,4 a
19,2 a
92,6
37,0 a
80,8 a
117,8
30,1 a
88,2 a
118,3
36,0 a
80,9 a
116,9
32,2 a
86,8 a
119,1
16,0a
15,3 a
56,4ab
52,2 a
72,4
67,5
Bordenave
-1
kgha
17,7 a
73,9 ab
81,2
18,1 a
79,2 ab
97,3
34,3 a
35,2 a
40,2 a
36,4 a
52,0 a
19,7 a
71,7
58,3 a
30,7 a
82,9
65,6 a
21,6 a
87,2
79,9 a
29,7 a
109,6
26,3 a
65,1a
91,4
23,3 a
61,3a
84,6
28,3 a
74,7a
103,1
36,3 a
124,4 b
160,7
16,2ab
79,1 a
95,3
14,6 ab
85,5 a
100,1
29,5 b
95,1 a
124,6
19,5 ab
86,8 a
106,4
En cada localidad letras diferentes en la misma fila denotan
diferencia significativa (P<0,05).
que este suelo soportó fluctuaciones
pluviométricas más grandes que B, se observó
una menor variación estacional de los niveles
de las dos formas de nitrógeno disponible.
CONCLUSIONES
Los resultados del ensayo en
invernáculo indican que, bajo condiciones de
buena humedad del suelo durante todo el ciclo
del cultivo e iguales condiciones ambientales,
existiría un sustancial poder de suministro de
nitrógeno de las reservas de los suelos
utilizados en la experiencia, al menos para
producir cebada de calidad para malteo. A su
vez, las plantas responderían en forma diferente
a la absorción y removilización del nitrógeno
del fertilizante. En Tres Arroyos la absorción
de nitrógeno continuó hasta madurez, mientras
que en Bordenave las plantas sufrieron
Rendimiento
kg ha
0N
30N
60N
90N
0N
25N
50N
75N
Proteína
Tres Arroyos
%
-1
3362 a
2768 a
3430 a
3303 a
9,6 a
10,7 ab
12,3 bc
13,7 cd
Bordenave
4062 a
11,0 a
4253 a
11,4 ab
3954 a
13,7 b
3810 a
13,2 ab
Peso
1000
IC
g
38,83 a
34,38 a
36,82 a
35,95 a
0,49
0,41
0,48
0,42
38,0 a
36,5 a
34,6 a
35,4 a
0,31
0,36
0,32
0,31
En cada localidad letras diferentes en la misma columna denotan
diferencia significativa (P<0,05)
pérdidas de nitrógeno en el último período de
desarrollo. Esto tendría relación directa con la
velocidad de la planta para usar el agua
disponible del suelo y con el nitrógeno
disponible que aún permanece en el mismo,
aspectos que estarían íntimamente
relacionados con el turnover mineralizacióninmovilización y su interacción con la textura
del suelo.
También en los ensayos de campo, la
cebada sin fertilizar acumuló una gran cantidad
de nitrógeno, tempranamente en su ciclo de
crecimiento, debido al manejo adecuado del
suelo previo a la siembra, sin diferenciarse de
los tratamientos fertilizados. Esto se debería a
la alta disponibilidad inicial de nitrógeno de
ambos suelos, a pesar de las diferencias
climáticas entre sitios. Consecuentemente, la
eficiencia de uso del nitrógeno del fertilizante
fue, en general, muy baja y la adición de urea
no aumentó significativamente los
rendimientos. La adición de más de 30 kg en
TA ó 25 kg N ha-1 en B, sólo favoreció un
incremento de la concentración de las proteínas
de los granos de cebada.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue financiado con
fondos aportados por la ANPCyT (PICT 97 N°
08-00061), el CONICET (PIP N° 0280/98), y la
UNS (PGIC 24/A 068). Los autores agradecen
la colaboración de T. Loewy (EEA del INTA,
108
MA LAZZARI et al. - Absorción de nitrógeno por cebada cervecera
Bordenave), de R. Bergh (MAGyA del INTA,
Barrow) y de la empresa CARGILL S.A.
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
109
RESPUESTA A LA FERTILIZACION CON BORO Y ZINC EN SISTEMAS
INTENSIVOS DE PRODUCCCION DE MAIZ
RJ MELGAR1, J LAVANDERA2, M TORRES DUGGAN3, L VENTIMIGLIA4
1EEA INTA Pergamino, CC 31, 2700 Pergamino, Argentina, 2EEA INTA Pergamino, 3EEA INTA
Pergamino, 4UEEA 9 de Julio INTA.
Recibido 13 de junio de 2001, aceptado 7 de septiembre de 2001
RESPONSE TO BORON AND ZINC FERTILIZATION IN INTENSIVE CORN PRODUCTION SYSTEMS
Micronutrient fertilization of corn is not a common practice in cropping systems of Argentina.
However, different soil test surveys indicate that boron (B) and zinc (Zn) would be the most frequently deficient micronutrients with probabilities of economic responses as result of applications.
This work was conduced to evaluate the response of corn to B and Zn applications, relating these
responses to its leaf concentration and soil availability. During 1996-2000 fertilization trials were
carried out with B in ten locations and with Zn in fourteen locations of the northern pampean region.
Increasing rates of B (0 to 1.5 kg ha-1 as sodium borate foliar spray at V4-5 stage ) and of Zn (0 to 6
kg ha-1 as oxisulfate in the sowing line) were applied separately, on high potential yielding corn crops.
Results differed among trials since only three of the ten, and five of the fourteen sites where either B
or Zn were applied respectively, showed significant differences among the check and treated plots; a
site proportion that was not related to soil nutrient availability. For the sites with significant responses, the grain increase was 0,78 and 0,74 Mg ha,-1 obtained with 0,5 and 4 kg of B and Zn ha-1
respectively.
Key words: Optimum rates, B and Zn soil availability, Mehlich 3, Pampean Region of Argentina
INTRODUCCION
La fertilización con micronutrientes
no es una práctica muy difundida en la Argentina a diferencia de otros países de alta
producción agrícola unitaria. Esto último se
explicaría en parte por la buena oferta de
micronutrientes del suelo, que generalmente
excede los umbrales de suficiencia. (Sillanpaa
1982). No obstante, el aumento de los
rendimientos como resultado del mayor uso
de fertilizantes e híbridos o variedades de
mayor potencial de rendimiento en la última
década hacen que cada vez sea más frecuente
encontrar respuesta al agregado de estos
elementos menores (Andrade et al. 2000).
El boro (B) y el zinc (Zn) se mencionan
entre los micronutrientes mas a menudo
citados como factibles de producir
disminuciones de rendimientos en situaciones
de deficiencias y, a su vez, relativamente fáciles
de corregir por medio de fertilizaciones
logrando aumentos económicos de
rendimientos. En un relevamiento realizado por
Ratto de Míguez y Fatta (1990) en la zona norte
de la Región Pampeana se determinó que el 30
% y 20 % de las muestras analizadas estuvieron
por debajo del rengo de suficiencia para B y
Zn respectivamente., confirmaron que el B y el
Zn se encuentran entre aquellos mas
frecuentemente limitantes. En el área agrícola
de Entre Ríos, otro relevamiento reciente
realizados sobre muestras de suelos de lotes
de productores indicó que cerca del 70 % y
30% de muestras presentaron valores
deficientes a muy deficientes de B y Zn
respectivamente (Quintero et al. 2000).
El B es uno de los micronutrientes que
provoca deficiencias mas frecuentes en
cultivos como el maíz (Gupta 1979). Asimismo,
el Zn es uno de los mas asociados a la
producción de maíz (Maddoni et al. 1999).
Además de la disponibilidad en el suelo, la
fertilización con dosis altas de fósforo, en especial en bandas, puede inducir una deficiencia
de Zn al cultivo (Gregory, Frink 1995).
En planteos intensivos de producción
de maíz con altos niveles de fertilización con
nitrógeno, fósforo y azufre, y a veces con riego
complementario, los niveles frecuentemente
subóptimos de B y Zn en el suelo, podrían
110
RJ MELGAR et al. - Fertilización de maíz con boro y zinc
eal que resulta entre 77 y 91 mil plantas por hectárea.
La localización del sitio, y algunas características
agronómicas de los cultivos de maíz se presentan en
la Tabla 1.
Los suelos donde se desarrollaron los
ensayos corresponden al Gran Grupo de los
Argiudoles Típicos (SAGyP, INTA 1989). En la
Tabla 1 se muestran los principales parámetros
edáficos de los lotes de producción donde se
instalaron ensayos. Los suelos de cada ensayo fueron
caracterizados por muestras compuestas de la capa
superficial (0-20 cm)‚ en 20 puntos de muestreo
elegidos al azar, tomadas antes de la siembra. El
análisis de laboratorio fue realizado sobre muestras
secas al aire y tamizadas por 2 mm. El Carbono del
suelo fue evaluado por el método de combustión
húmeda (Nelson, Sommers 1982) y el pH por
potenciometría en una suspensión acuosa 1:1. La
determinación de la capacidad de intercambio
catiónico y de B, Zn y P disponibles se efectuó con
el extractante Mehlich 3, en relación 1:20,
determinándose los elementos por espectrometría
de inducción de plasma (ICP), (Jones, Case 1990).
En la tabla 1 se muestran los principales parámetros
edáficos de los lotes de producción donde se
instalaron los ensayos.
limitar la expresión del rendimiento de los
híbridos de maíz de alto potencial, y determinar
aumentos de la producción, por el agregado
de esos micronutrientes. El objetivo del
presente trabajo fue determinar la respuesta
del cultivo de maíz al agregado de B y Zn, en
ambientes de alto potencial de rendimiento de
la región maicera núcleo y relacionar dicha
respuesta con el contenido de nutrientes en la
hoja de la espiga con los niveles de
disponibilidad de B y Zn en el suelo a la siembra.
MATERIALES Y METODOS
El trabajo fue llevado a cabo en catorce
localidades, en campos de productores de la zona
maicera núcleo (noreste la provincia de Buenos Aires
y sur de Santa Fe) durante las campañas 1996-97 y
2000-2001. La respuesta a B se evaluó en diez
ensayos y la de Zn en catorce ensayos. En todos los
lotes y tratamientos se aplicó fósforo a la siembra y
nitrógeno cuando el cultivo de maíz presentaba entre 4 y 6 hojas desarrolladas. El nitrógeno se
incorporó con escardillo.
Los ensayos se instalaron en aquellos lotes
que recibieron un manejo y aplicación de tecnologías
capaces de generar maíces de alto rendimiento. La
siembra se realizó durante el mes de septiembre u
octubre, dependiendo de la localidad, con densidades
de plantación acordes a planteos de alto nivel de
producción, entre 5,5 y 6,5 semillas por metro lin-
Diseño experimental y descripción de los
tratamientos
En todos los ensayos se establecieron
tratamientos de dosis crecientes de B y de Zn o solo
Tabla 1. Principales características agronómicas y manejo de los ensayos y de los suelos (0-20cm).
Table 1. Main agronomic and crop management characteristics of the trials and soil properties.
Sitio
Condiciones de manejo
Siembra
Híbrido
Antecesor
N
Fecha
Fertilización
P
B aplicado
kg.ha
-1
Fecha
Características del suelo
pH
MO
P
B
CIC
–1
cmol kg
Zn
-1
%
mg.kg
Campaña 1996/97
Junín
Gral. Rojo
9 de Julio
Teodelina
Pergamino
18-Oct
30-Oct
16-Sep
03-Oct
03-Oct
Nidera 950
Dekalb 752
Pioneer 3162
TX 3162
Morgan M-4
Maíz
Soja
Girasol
Soja
Maíz
160
160
160
160
160
15
15
15
15
15
20-Nov
10-Dic
14-Nov
21-Nov
11-Nov
14.0
20.1
14.7
16.9
15.9
6.3
6.2
6.3
6.1
6.3
2.5
3.0
2.7
2.8
2.9
65.0
19.0
20.0
31.0
26.0
0.8
0.8
0.8
0.5
0.2
2.1
0.7
1.4
1.4
1.4
Campaña 1997/98
Arequito
Santa Teresa
Pergamino
09-Oct
13-Sep
02-Oct
Dekalb 4F37
Dekalb 752
Nidera 924
Soja
Soja
Girasol
60
60
75
10
5
6
14-Nov
18-Nov
21-Nov
15.0
12.8
14.5
5.8
5.4
6.3
2.1
3.0
2.1
15.0
7.0
32.0
0.1
0.1
0.3
0.7
0.8
2.1
Campaña 1998/99
Santa Teresa
Firmat
11-Sep
15-Oct
Cargill TRI 92
Cargill TRI 92
Soja
Soja
100
100
26
26
9-Nov
22-Nov
13.1
12.7
5.9
6.2
3.1
2.5
5.2
9.8
0.1
0.1
1.3
2.1
Campaña 1999/00
25 de Mayo
30-Sep
Dekalb 757
Soja
46
6
--
12.0
5.8
2.2
4.0
0.1
2.1
Campaña 2000/01
Bragado
Arequito
Pergamino
18-Sep
23-Sep
25-Sep
Dekalb 752
Nidera 924
ACA 929
Soja
Soja
Soja
150
150
150
35
35
35
----
13.7
15.8
14.1
5.6
5.8
6.2
3.0
2.5
3.6
10.0
22.0
21.0
0.1
0.3
0.2
2.1
1.3
1.7
Tabla 2. Rendimientos promedio de los tratamientos y resumen del análisis estadístico de cada ensayo.
Table 2. Average treatment yield and statistics summary of each trial.
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
111
112
RJ MELGAR et al. - Fertilización de maíz con boro y zinc
de Zn, en un diseño de bloques completos al azar.
Excepto en el ensayo del sitio 1, que tuvo tres, todos
los demás tuvieron cuatro repeticiones. Se incluyó,
además, un testigo sin aplicación de micronutrientes
Estos tratamientos fueron aplicados en parcelas que
tenían 7 surcos (4,9 m) de 10 m de largo (49 m2 ).
Excepto en los sitios 9 y 10 donde se aplicaron solo
dos dosis de cada micronutriente (1.0 y 1.5 kg de B
ha-1 y 2 y 4 kg de Zn ha-1 ), en el resto de las
localidades comprendieron tres dosis de B (0.5, 1.0
y 1.5 kg ha-1 ) y tres de Zn (2, 4 y 6 kg ha-1 ). La
fertilización con B se realizó por vía foliar, como
borato sódico pentahidratado (17.4 % de B
Na 2 B 8 O 13 .4H2 O), al comienzo del desarrollo
vegetativo, cuando los cultivos tenían entre 4 y 5
hojas desarrolladas (V-4/5). La aplicación se realizó
con un pulverizador manual con un caudal de 200 l
ha-1 .Las dosis de Zn fueron aplicadas a la siembra
junto a la línea de siembra, como una mezcla física
de fosfato diamónico y oxisulfato de Zn (30 %). En
25 de Mayo (1999-00), el oxisulfato de Zn (40 % )
fue aplicado al voleo e incorporado con el último
disco. En los ensayos 11 a 14 no se incluyeron los
tratamientos de B, pero los tratamientos de Zn
fueron idénticos a los de los ensayos 1 al 8. El
contenido de B y Zn en los tejidos se determinó en
muestras compuestas por tratamiento, de los sitios
1 al 8, al principio de la floración (R-1, emisión de
barbas). Se realizó un muestreo de la hoja opuesta a
la espiga del tratamiento testigo y del nivel medio de
aplicación de B (1 kg ha-1 ) y de Zn (4 kg ha-1 ),
recolectándose 20 hojas de cada repetición. Los
análisis se realizaron por digestión de las muestras
con una mezcla de H2 SO 4 concentrado y H2 O2 ,
determinando los elementos por espectrometría de
inducción de plasma (Jones, Case 1990). Las
determinaciones analíticas de suelos y plantas se
realizaron en Spectrum Analytic Inc. (Ohio,
EE.UU.)
A la madurez fisiológica, se realizó la
cosecha manual del cultivo contando y recolectando
las espigas de un área de 10 m 2 de dos surcos centrales
de cada parcela. Los rendimientos se refirieron en
Mg de grano ha-1 a la humedad comercial (140 g
kg-1 de agua).
Análisis estadístico
Los datos de rendimiento fueron
analizados combinando los sitios experimentales para
cada nutriente y luego individualmente para cada
ensayo. Los resultados fueron analizados mediante
el procedimiento de modelos lineares generales (SAS
Institute, 1999). Las respuestas a B y Zn se
ajustaron al modelo lineal y meseta descrito por
Anderson y Nelson (1987), y las ecuaciones que
describen la respuesta del cultivo fueron
desarrolladas por procedimientos comunes de
regresión.
RESULTADOS Y DISCUSION
Ninguno de los catorce ensayos
presentados en la Tabla 2, sufrió condiciones
climáticas adversas que hubieran afectado
severamente sus rendimientos. En tres de los
diez ensayos se verificaron incrementos de
rendimientos significativos por la aplicación
de B, así como en cinco de los catorce ensayos
en donde se evaluó el agregado de Zn (Tabla
2). El análisis conjunto realizado solo con los
tratamientos donde se aplicó B (F = 4,62; Pr
> F: 0,0047) ó Zn (F =6,22; Pr > F: 0,0006),
muestra que en general, los tratamientos con
micronutrientes aumentaron los rendimientos
respecto a los testigos.
Los incrementos fueron de carácter
lineal hasta el primer nivel de B aplicado, sin
aumentos mas allá de la dosis de 0,5 kg de B
ha . Con este nivel de aplicación, los
rendimientos promedio de maíz aumentaron
0,58 Mg ha . En cambio, la respuesta a la
aplicación de Zn fue lineal en todo el rango de
las dosis evaluadas a razón de 0,109 Mg de
maíz por kg de Zn aplicado.
La relativamente baja proporción de
sitios con respuesta, alrededor de uno cada
tres casos, se refleja en la interacción
significativa entre sitios y tratamientos, que
indica que los micronutrientes no produjeron
el mismo efecto en todos los sitios; (F
=
1,97; Pr > F: 0,0094), (F
= 2,21; Pr > F:
0,0005).
En los sitios con respuestas
significativas a B, el incremento máximo fue de
0,78 Mg ha para la dosis 0,5 kg de B ha . Para
el caso de Zn, la respuesta fue de 1,05 Mg ha
para la dosis de dosis de 4 kg de Zn ha-1. Si
bien se ha publicado que la extracción de B
asimilable con Mehlich 3 es indicadora de la
disponibilidad de este nutriente para los
cultivos y similar a la obtenida con la extracción
con agua caliente (Shuman et al. 1992), la
relación encontrada fue no significativa
(r=-0.25). No obstante, los aumentos de
rendimiento tienden a disminuir al aumentar los
niveles de B en el suelo.
En cuanto al contenido de Zn en el
suelo, se verifica que, salvo tres sitios, todos
poseen niveles de disponibilidad dentro del
rango considerado como suficiente ( > 1 mg
kg -1) para el extractante Mehlich 3 (Soil and
Plant Council 1992). La relación entre los
Boro
Zinc
-1
-1
Sitio x B
Sitio x Zn
-1
-1
-1
113
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
Tabla 3. Concentración de B y Zn en la hoja de la espiga de los tratamientos testigo y con 4 y 1 kg ha-1 de Zn y
B respectivamente. Muestra compuesta de cuatro repeticiones.
Table 3. Ear leaf concentration levels of B and Zn of treatments check and with 4 and 1 kg ha-1 respectively. Each
composite sample is the average of four replications.
SITIO
Junín
G. Rojo 9 de Julio Teodelina Pergamino Arequito S.Teresa Pergamino Media
(Desv.Est)
...............…..........…………………............... mg kg-1 Zn ..............…………...........................................................
Testigo
-1
Zinc (4 kg ha )
24
30
28
33
29
28
40
40
26
25
26.8
28.3
...................……………………................ mg kg -1 B ..............…………………........................... ........
Testigo
7,5
11
13
11
12
8,3
11
15
11.1
-1
Boro (1 kg ha )
7,4
14
15
13
15
7,7
12
14
12.2
aumentos de rendimientos logrados por el
agregado de Zn y los niveles de disponibilidad
de Zn en el suelo fue no significativa
(r=-0.01). Sin embargo, el escaso numero de
ensayos impide realizar conclusiones y sugerir
niveles críticos con valor diagnóstico para
realizar recomendaciones de aplicación tanto
de Zn como de B.
En la Tabla 3 se muestran las
concentraciones foliares de B y Zn en la hoja
espiga. La mayoría de los valores estuvieron
dentro del rango de suficiencia para Zn (25100 mg kg ) y B (5-25 mg kg ), según los valores
publicados por Jones et al. (1991). En promedio,
los valores aumentaron muy levemente, cerca
de un mg kg en aproximadamente la mitad de
los sitios ensayados para cualquiera de los
dos nutrientes considerados.
Las respuestas medias obtenidas con
las mejores dosis de cada nutriente, 0,5 y 4 kg
ha de B y Zn, respectivamente, fueron de 0,58
y 0,66 Mg ha considerando todos las
localidades y de 0,78 y 0,74 Mg ha
considerando solo aquellos sitios con
respuesta estadísticamente significativa.
-1
-1
-1
-1
-1
-1
AGRADECIMIENTOS
Adolfo
Caamaño,
Roberto
Rotondaro, Walter Berdini, Eduardo Lemos,
Héctor Carta y Luis Lavandera, condujeron los
ensayos de campo. La Est. Edith Frutos y
Catalina Améndola asesoraron en los análisis
estadísticos. Productores agropecuarios y personal de la EEA Pergamino facilitaron este
trabajo. Las empresas Bórax Argentina S.A.,
Nutriplant S.A. (Brasil), Agroservicios
Pampeanos S.A., PASA S.A. y Agrosuma
S.R.L. colaboraron con la financiación de este
estudio.
30
27
16
21
21
22
(7.1)
(6.2)
(2.4)
(3.1)
REFERENCIAS
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plateau-linear-plateau models: Useful in evaluating nutrient responses. Technical Bulletin.
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202 pag.
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
115
NITRATO EN LA BASE DEL TALLO DEL MAIZ: I CAMBIOS DURANTE
LA ESTACION DE CRECIMIENTO
HE ECHEVERRIA, H SAINZ ROZAS, E HERFURT, SA UHART
Unidad integrada Facultad de Ciencias Agrarias (UNMP)-Estación Experimental Agropecuaria Balcarce
(INTA), Balcarce, CC 276, 7620, Buenos Aires, Argentina. Email: hecheverr@inta.gov.ar.
Recibido 7 de agosto de 2000, aceptado 3 de agosto de 2001
BASAL STALK NITRATE OF MAIZE: Ι CHANGES DURING GROWING SEASON.
The stalk nitrate concentration on dry basis (NBS) and in sap (NS) have been suggested as an index of
nitrogen nutrition of maize. Therefore, it is necessary to describe the evolution of NBS and NS during
maize growing season. The evolution of NBS and NS was studied during 1996/97 and 1997/98
growing seasons in a no-tillage system (SD) fertilized with different urea rates (0, 35, 70, 140, 210 and
280 kg nitrogen ha-1 ) at different wheat growing stages (planting and V6) (experiment 1), and under NT
and conventional tillage (LC) with different urea rates applied at V6 (0, 70, 140 and 210 kg nitrogen
ha-1 ) (experiment 2). The NBS was determined at six-leaf (V6), twelve-leaf (V12), grain milky (R3)
and physiologic maturity (R6), while the NS was determined in V6, V12 and R3. In the Experiment 1,
NBS was highest at V12, particularly when nitrogen was applied at planting. The NBS for fertilization
at V6 was lower than the fertilization at planting. In the experiment 2, the evolution of NBS showed
similar behavior but the oscillations were less marked and differences between tillage systems were
not observed. The evolution of NS in the experiments 1 and 2 was the same that NBS in both growing
seasons. In all experiments the NS showed high variations between years. At V6, V12 and R3 stages,
the NBS and NS were positively associated but the slopes of regression models were different.
Therefore, it is necessary to calibrate each methodology separately to determine threshold values
above which N addition does not increase maize grain yield.
Key words: Maize, Nitrogen nutrition, Stalk nitrate concentration.
INTRODUCCION
La metodología de análisis de tejidos
puede ser usada para evaluar los niveles
nutricionales de los cultivos. Para el maíz, los
métodos de análisis de nitrógeno en planta más
comúnmente utilizados consisten en determinar
la concentración de nitrógeno en la hoja
opuesta y debajo de la espiga en floración, y/o
la concentración de nitrógeno en grano
madurez fisiológica. Estas metodologías
permiten diferenciar situaciones de estrés de
nitrógeno de aquellas con un adecuado
suministro (Uhart, Echeverría 2000) pero tienen
la desventaja de no distinguir entre plantas de
maíz creciendo en condiciones cercanas a la
de concentración óptima de aquellas plantas
con exceso de nitrógeno (Binford et al. 1992).
Además, estas metodologías permiten evaluar
la fertilidad pero no permiten corregir la
deficiencia de nitrógeno.
En los primeros estadíos de desarrollo
de los vegetales se produce acumulación de
nitrato en la base de los tallos, y su contenido
puede ser un buen estimador de la
disponibilidad de nitrógeno (Hylton et al. 1965).
Para el cultivo de trigo, Viglezzi et al. (1996) y
Strada e t a l . (2000a) reportaron que la
concentración de nitrato en seudotallos
disminuye durante el ciclo del cultivo cuando
el nitrógeno fue aplicado al momento de la
siembra. Para el cultivo de maíz no se han
reportado los cambios de la concentración de
nitrato en tallo durante la estación de
crecimiento en función de distintas dosis y
momentos de aplicación de nitrógeno. Para
aplicaciones de dicho nutriente al estadío de
seis hojas (V6) (Ritchie, Hanway 1982),
Bigeriego et al. (1979) reportaron una menor
acumulación de nitrato en la base del tallo del
maíz al estadío V14 en comparación con la
fertilización al momento de la siembra. Esto
significa que para una misma dosis de N, la
planta acumula una menor cantidad de nitrato
en la base del tallo para aplicaciones retrasadas
de N, lo que podría afectar la relación entre el
rendimiento del cultivo y la concentración de
nitrato.
La medición de la concentración de
116
HE ECHEVERRIA et al. - Cambios en el contenido de nitrato en maíz
nitrato en el tallo puede realizarse sobre base
seca (NBS) o a través del análisis de la savia
(NS), por extracción directa por presión sobre
el material fresco (Justes et al. 1995). Esta
última, mediante un reflectómetro portátil
permite realizar determinaciones a campo,
mientras que la medición de NBS requiere el
secado y molido de la muestra y la posterior
extracción y cuantificación en el laboratorio.
Este mayor requerimiento de tiempo podría
limitar su uso en determinadas situaciones.
Para el cultivo de trigo, la pendiente
de la relación entre NBS y NS cambia según la
fecha de siembra (Strada et al. 2000b). Dicha
variación fue atribuida, al menos parcialmente,
a diferencias en el contenido de humedad del
suelo (Strada et al. 2000b). Por lo tanto, para el
cultivo de maíz, es factible suponer un
comportamiento similar si se produjeran
cambios en el contenido de humedad del suelo.
No obstante, para dicho cultivo no se ha
reportado aún la relación entre ambos métodos.
Si existiera una única relación entre ambos, no
sería necesario calibrar y definir umbrales
específicos para cada método de determinación
de nitrato.
Los objetivos del presente trabajo
fueron: 1) estudiar la evolución de NBS y de
NS durante la estación de crecimiento del maíz
en función de la dosis de N y del momento de
fertilización y, 2) determinar la relación entre
NBS y NS en los estadíos de seis hojas
desarrolladas (V6), doce hojas desarrolladas
(V12) y grano lechoso (R3).
MATERIALES Y METODOS
Durante las campañas 1996/1997 y
1997/1998 se realizaron dos experimentos en la
Estación Experimental Agropecuaria INTA Balcarce,
Argentina (37º 45’ S, 58º 18’ W, 130 m sobre el nivel
del mar). El experimento 1 fue un monocultivo de
maíz en SD en el cual los tratamientos en 1996/97
fueron una combinación factorial de dosis de
nitrógeno (70 y 210 kg ha-1 ), uso de un inhibidor de
la actividad ureásica nBTPT [N-(n-butil)-triamida
tiofósforica] y momentos de fertilización (siembra
y V6). En 1997/98 los tratamientos fueron una
combinación factorial de dosis de nitrógeno (70, 140,
210 y 280 kg ha-1 ) y momentos de fertilización
(siembra y V6). El diseño fue en bloques
completamente aleatorizados con tres repeticiones.
En ambos años se adicionó un tratamiento control
sin nitrógeno.
El híbrido utilizado en ambas estaciones
de crecimiento fue Dekalb 639. La fecha de siembra
fue el 20 y 23 de octubre en 1996/97 y 1997/98,
respectivamente. La densidad de plantas al momento
de la cosecha fue de 79.000 y 74.300 plantas ha-1 en
1996/97 y 1997/98 respectivamente. El suelo de
este experimento es un complejo formado por un
Argiudol Típico y un Paleudol Petrocálcico de
textura franca con 56 g kg-1 de materia orgánica en
los primeros 20 cm de profundidad.
Se realizó otro ensayo con un diseño experimental en parcelas divididas con tres
repeticiones, en el cual el sistema de labranza (SD y
LC) fue asignado a la parcela principal y la dosis de
nitrógeno (0, 70, 140 y 210 kg ha-1 , aplicados en V6)
a las subparcelas (Experimento 2). El híbrido utilizado
en este experimento fue el Dekalb 639 el cual fue
sembrado el 20 y 23 de Octubre en 1996/97 y 1997/
98, respectivamente. La densidad de siembra fue de
79.000 y 74.300 en 1996/97 y 1997/98,
respectivamente. La fuente de nitrógeno en ambos
experimentos fue urea, la cual fue aplicada al voleo
en superficie. Las parcelas fueron de 42 m 2 (5 surcos
de ancho por 12 m de largo). En ambos experimentos,
el cultivo se condujo sin limitaciones de agua
mediante riego por aspersión. Además, ambos
experimentos fueron conducidos sin limitaciones de
fósforo, para lo cual en todos los años se aplicaron
20 kg P ha-1 como superfosfato triple de calcio, en
bandas abajo y al costado de la semilla. Las labranzas
usadas fueron arado de rejas como labranza primaria,
disco y disco más rastra y rolo como labranzas
secundarias. La labranza primaria fue realizada tres
meses antes de la siembra. En ambos experimentos
se determinó la fenologia del cultivo de acuerdo con
la clave propuesta por Ritchie y Hanway (1982).
En el Experimento 1, la determinación de
NBS y NS fue realizada en V6, V12, R3 y R6,
colectando de cada unidad experimental 10 plantas
cortadas a nivel del suelo. En R6 sólo se determinó
NBS, ya que no fue posible realizar la extracción del
jugo de la base del tallo, debido al grado de
lignificación que presentaban las plantas. En el
Experimento 2, NBS se determinó en V12, R3 y R6
en 1996/97, mientras que en 1997/98 los muestreos
se realizaron en R3 y R6. NS en el Experimento 2
fue determinada en V12 y R3 en 1996/97 y en R3 en
1997/98.
Las muestras fueron tomadas a la mañana
(de 7 a 12 hs) cortando de cada planta un trozo de
tallo de aproximadamente 8 cm a partir de su base.
Estos trozos se dividieron en partes iguales para
llevar a cabo cada uno de los métodos en evaluación
(NS y NBS). Una mitad fue prensada y con el jugo
obtenido se hizo una dilución de 1:20 en agua
destilada, para posteriormente realizar las mediciones
de nitrato de acuerdo a la metodología propuesta
por INRA-ITCF-AGPM-Challenge Agriculture
(1996). Para ello se emplearon bandas reactivas
117
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
Merckoquant, las que fueron sumergidas en la
dilución mencionada por dos segundos, para luego
de un minuto determinar la concentración de nitrato
con un reflectómetro portátil Nitrachek 404. Los
resultados fueron expresados en g l-1 de nitrato
(NO3 -). A la otra mitad de los tallos, se los secó en
estufa a 60º C hasta peso constante para luego
molerlos a un tamaño de partícula de 1 mm.
Posteriormente, se pesaron 0,5 g de material vegetal
y se realizó la extracción del nitrato con 100 mL de
solución extractora (sulfato de potasio al 25%)
mediante agitación durante 30 minutos. Se dejó
decantar la suspensión por 20 minutos y se tomó
una alícuota de 1 ml la cual fue desecada en estufa a
90º C. Una vez finalizada esta operación se agregó
0,5 ml de ácido fenildisulfónico, 14 ml de agua
destilada y finalmente 2 ml de hidróxido de sodio
(desarrollo del color), dejando enfriar para poder
realizar las mediciones con un espectrofotómetro
Beckman DU-65 a 420 nm. Los resultados fueron
expresados en g kg-1 de nitrógeno bajo la forma de
nitrato (N-NO3 -).
Se efectúo el análisis de la varianza
correspondiente al diseño factorial completo y
balanceado (excluyendo al tratamiento testigo), para
NBS y NS mediante el procedimiento GLM incluido
en la rutina del programa Statistical Analysis System (SAS Institute 1985). Las medias de
tratamientos fueron comparadas mediante la mínima
diferencia significativa (MDS) al 1 % de significancia.
En el estadío de V6 se relacionó NBS y NS con la
concentración de N-NO3 - (hasta los 30 cm de
profundidad), humedad del suelo (0 a 20 cm de
profundidad) y con la radiación incidente (promedio
de los 5 días anteriores al muestreo). Las variables
que más explicaron la variación de NBS y NS fueron
seleccionadas por medio del procedimiento Stepwise
del SAS (SAS institute 1985).
RESULTADOS Y DISCUSION
La disponibilidad de agua no limitó el
rendimiento del maíz debido a que las precipitaciones ocurridas más los riegos efectuados
totalizaron 794 y 580 mm para 1996/97 y 1997/
98, respectivamente, valores que superaron la
evapotranspiración del cultivo de maíz determinada para la zona (530 mm) por Andrade y
Gardiol (1995). Sin embargo, en 1997/98 la escasa disponibilidad de agua durante el período de llenado de granos (febrero y marzo).
En la estación de crecimiento 1996/97
en el experimento 1, la presencia de nBTPT no
afectó significativamente NBS o NS en todas
las fechas de muestreo (Tabla 1), y por lo tanto,
los tratamientos con y sin nBTPT fueron
promediados. La adición de N incrementó
Tabla 1. Análisis de la varianza para la concentración de nitratos en base seca y para la concentración de nitratos
en savia en función de la dosis de nitrógeno, presencia de nBTPT para la fertilización al momento de la
siembra o al estadío de seis hojas (experimento 1).
Table 1. Analysis of variance of stalk basal nitrate on dry basis and in the sap as a function of nitrogen rate,
presence of nBTPT and fertilization time (planting and six leaf-stage) (experiment 1).
1996/97
Factor de
tratamiento
N
I
M
N*I
N*M
V6
NBS
NS
-------P > F------0.0029 0 .0500
0.6333 0 .7510
0.1145 0 .1216
-
Estadíos fenológicos
V12
R3
NBS
NS
NBS
NS
-------P > F-------------P > F------0.0 001
0.0001
0.0001
0.0001
0.2 626
0.3440
0.4871
0.1023
0.0 001
0.0001
0.0007
0.0211
0.2 073
0.3083
0.4629
0.2561
0.0 082
0.0385
0.0008
0.0204
R6
NBS
--P > F-0.0341
0.9561
0.1277
0.9839
0.1468
I*M
N*I*M
CV (%)
15.5
16.7
0.7 710
0.5 847
21 .2
0.3751
0.2920
31.6
N
M
N*M
CV (%)
0.0056
26.8
0 .0012
17.6
0.0 001
0.0 001
0.0 099
25 .1
0.0003
0.0102
0.3691
34.1
0.1256
0.1059
47.6
0.1807
0.1784
59.9
0.4765
0.5162
90.0
0.0031
0.5638
0.6227
45.3
0.0001
0.0156
0.0157
24.8
0.0092
0.9933
0.8291
93.1
1997/98
N= dosis de nitrógeno, I= nBTPT, M= momento de fertilización, NBS= concentración de nitrógeno como
nitratos en base seca, NS= concentración de como nitratos en savia. V6, V12, R3 y R6 son los
estadíos fenológicos de seis hojas, 12 hojas, 20 días después de la floración y madurez fisiológica,
respectivamente.
118
HE ECHEVERRIA et al. - Cambios en el contenido de nitrato en maíz
significativamente NBS en todos los estadíos
evaluados, aunque en V12 y R3 en 1996/97 y
en V12 en 1997/98, se observó una interacción
significativa entre la dosis de nitrógeno y el
momento de fertilización (Tabla 1, Figura 1). La
fertilización al momento de la siembra
incrementó significativamente NBS sólo en la
dosis de 210 kg N ha-1 . A pesar de dicha
interacción, en la mayoría de los muestreos,
NBS fue menor cuando el nitrógeno fue
aplicado en V6 respecto de la fertilización al
momento de la siembra (Figura 1). Estos
resultados coinciden con aquellos encontrados
por Bigeriego et al. (1979), quienes informaron
que la concentración de nitrato en la corona de
la planta al estadío de V14 fue menor cuando el
nitrógeno fue aplicado en V6 respecto de la
fertilización al momento de la siembra. Los
resultados de este experimento y aquellos de
Bigeriego et al. (1979) indican que cuando el
nitrógeno es aplicado en el momento previo al
comienzo del máximo crecimiento de la planta
de maíz, el nitrato absorbido podría ser
reducido y traslocado rápidamente a las partes
vegetativas y reproductivas. La baja NBS en
planta observada para la fertilización en V6,
podría ser también debida a que una parte del
nitrógeno del fertilizante fue absorbido en
forma de amonio. Esto podría afectar la
capacidad de este método para evaluar el
estado nitrogenado del cultivo cuando son
usados fertilizantes que generan amonio como
la urea.
En 1996/97, en el experimento de
16
N-NO3 - (g kg-1)
14
12
0-N
70 (S)
70 (V6)
210 (S)
210 (V6)
1996/97
MDS (NxM)= 2,97
MDS (N)= 1,28
10
MDS (NxM)= 3,18
8
6
MDS (N)= 0,72
4
2
0
V6
V12
R3
R6
16
N-NO3- (g kg-1 )
14
1997/98
0-N
70 (S)
70 (V6)
140 (S)
140 (V6)
210 (S)
210 (V6)
280 (S)
MDS (NxM)= 3,57
12
10
MDS (N)= 3,14
8
MDS (N)= 1,44
6
MDS (N)= 1,43
4
2
0
V6
V12
R3
R6
Estadíos fenológicos
Figura 1. Evolución del contenido de nitrato sobre base seca durante la estación de crecimiento en el experimento
1. 0-N = testigo, 70, 140, 210 y 280= kg N ha-1 . (S)= aplicación a la siembra; (V6)= aplicación en seis hojas
desarrolladas. V6= seis hojas desarrolladas, V12= doce hojas desarrolladas, R3= grano lechoso, R6= madurez
fisiológica. MDS (N)= mínima diferencia significativa al 0,01% de probabilidad para comparar dosis de N
(promedios de momentos de fertilización). MDS (NxM)= mínima diferencia significativa al 0,01% de
probabilidad para comparar la interacción entre la dosis de nitrógeno y el momento de fertilización.
Figure 1. Nitrate evolution on dry bases during the growing season at the experiment 1. 0-N= control treatment,
70, 140, 210 and 280= kg N ha-1 . (S)= fertilization at planting; (V6)= fertilization at six-leaf stage. V12= 12leaf stage, R3= early milk, R6= physiological maturity. MDS (N)= least significant difference to 0.01% of
probability for nitrogen rate (average fertilization time). MDS (NxM)= least significant difference to 0.01%
of probability for comparing N rate x fertilization time interaction.
119
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
Tabla 2. Análisis de la varianza para la concentración de nitratos en base seca y para la concentración de nitratos
en savia en función de la dosis de nitrógeno y el sistema de labranza (experimento 2).
Table 2. Analysis of variance of stalk basal nitrate on dry basis and in the sap as a function of nitrogen rate and
tillage system (experiment 2).
Factor de
tratamiento
N
SL
N*SL
CV (%)
N
SL
N*SL
CV (%)
1996/97
Estadíos fenológicos
V12
R3
NBS
NS
NBS
NS
-------P > F-------------P > F------0.0001
0.0004
0.0027
0.0003
0.7890
0.8870
0.0868
0.1623
0.2602
0.4497
0.0117
0.0219
41.1
52.4
39.1
71.1
1997/98
0.0078
0.0001
0.0135
0.2745
0.9950
0.0150
51.4
39.4
R6
NBS
--P > F-0.3307
0.4058
0.3756
90.0
0.0551
0.5512
0.7284
100.1
N= dosis de nitrógeno, SL= sistema de labranza, NBS= concentración de nitrógeno como nitratos
en base seca, NS= concentración de como nitratos en savia.V12, R3 y R6 son los estadíos
fenológicos de 12 hojas, 20 días después de la floración y madurez fisiológica, respectivamente.
9
8
N-NO3- (g kg-1)
7
0-N (SD)
0-N (LC)
70 (SD)
70 (LC)
140 (SD)
140 (LC)
210 (SD)
210 (LC)
1996/97
MDS (N)= 1,55
6
5
4
MDS (NxSL)= 0,90
3
2
1
0
V12
R3
R6
9
8
0-N (SD)
0-N (LC)
70 (SD)
70 (LC)
140 (SD)
140 (LC)
210 (SD)
210 (LC)
1997/98
6
5
-
-1
N-NO3 (g kg )
7
4
MDS (N)= 1,26
MDS (N)= 1,60
3
2
1
0
R3
R6
Estadíos fenológicos
Figura 2. Evolución del contenido de nitrato sobre base seca durante la estación de crecimiento en el experimento
2. 0-N = testigo, 70, 140 y 210= kg N ha-1 . (SD)= siembra directa; (LC)= labranza convencional. V12= doce
hojas desarrolladas, R3= grano lechoso, R6= madurez fisiológica. MDS (N)= mínima diferencia significativa
al 0,01% de probabilidad para comparar dosis de nitrógeno (promedio de los sistemas de labranzas); MDS
(NxSL)= mínima diferencia significativa para comparar medias dentro de la interacción entre la dosis de
nitrógeno y el sistema de labranza.
Figure 2. Nitrate evolution on dry basis during the growing season at the experiment 2. 0-N= control treatment,
70, 140 and 210= kg N ha-1 . (SD)= no-tillage; (LC)= conventional tillage. V12= 12-leaf stage, R3= early milk,
R6= physiological maturity. MDS (N)= least significant difference to 0.01% of probability for nitrogen rate
(average tillage systems). MDS (NxSL)= least significant difference to 0.01% of probability for comparing N
rate x tillage systems interaction.
120
HE ECHEVERRIA et al. - Cambios en el contenido de nitrato en maíz
labranzas (experimento 2), NBS se incrementó
significativamente por la adición de nitrógeno
en V12, mientras que en R3 se observó una
interacción significativa entre la dosis de
nitrógeno y el sistema de labranza (Tabla 2). La
labranza convencional produjo un valor más
alto de NBS sólo en la dosis más alta de
nitrógeno (Figura 2). Sin embargo, en 1997/98
en R3 y R6, NBS solo se incrementó
significativamente por la dosis de nitrógeno
(Tabla 2, Figura 2). Estos resultados indican
que en general hubo poco efecto del sistema
de labranza sobre NBS, aunque en algunos
estadíos se observó un valor más alto de NBS
para LC. Sin embargo, en ambos años el
rendimiento en grano y la acumulación de N
por el cultivo fue mayor en LC que en SD (datos
no mostrados), lo que sugeriría poca
sensibilidad del método para estimar la
respuesta al nitrógeno del cultivo de maíz bajo
distintos sistemas de labranzas.
En el experimento 1 NS fue afectada
significativamente por la dosis de nitrógeno
en V6 y por la interacción entre esta y el momento de fertilización en V12 y en R3 en 1996/
97 y en R3 en 1997/98 (Tabla 1, Figura 3). En
V12 y R3 en 1996/97, NS para la fertilización al
momento de la siembra fue mayor que NS correspondiente a la fertilización en V6, solo en la
dosis más alta de nitrógeno, mientras que en
R3 en 1997/98 el comportamiento fue inverso,
esto es, para la dosis más alta de nitrógeno la
fertilización en V6 produjo un valor más alto de
NS que la fertilización al momento de la siem-
7
6
NO3 - (g l-1 )
5
4
1996/97
0-N
70 (S)
70 (V6)
210 (S)
210 (V6)
MDS (NxM)= 1,11
3
2
MDS (N)= 0,24
MDS (NxM)= 0,51
1
0
V6
V12
R3
7
NO3 - (g l-1)
6
5
4
3
1997/98
0-N
70 (S)
70 (V6)
140 (S)
140 (V6)
210 (S)
210 (V6)
280 (S)
MDS (N)= 0,94
MDS (NxM)= 1,32
MDS (N)= 0,55
2
1
0
V6
V12
R3
Estadíos fenológicos
Figura 3. Evolución del contenido de nitrato en la savia durante la estación de crecimiento en el experimento 1. 0N = testigo, 70, 140, 210 y 280= kg N ha-1 . (S)= aplicación a la siembra; (V6)= aplicación en seis hojas
desarrolladas. V6= seis hojas desarrolladas, V12= doce hojas desarrolladas, R3= grano lechoso. MDS (N)=
mínima diferencia significativa al 0,01% de probabilidad para comparar dosis de N (promedios de momentos
de fertilización). MDS (NxM)= mínima diferencia significativa al 0,01% de probabilidad para comparar la
interacción entre la dosis de nitrógeno y el momento de fertilización.
Figure 3. Nitrate evolution in the sap during the growing season at the experiment 1. 0-N= control treatment, 70,
140, 210 and 280= kg N ha-1 . (S)= fertilization at planting; (V6)= fertilization at six-leaf stage. V12= 12-leaf
stage, R3= early milk. MDS (N)= least significant difference to 0.01% of probability for nitrogen rate
(average fertilization time). MDS (NxM)= least significant difference to 0.01% of probability for comparing
N rate x fertilization time interaction.
121
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
bra (Figura 3). En este caso, NS no se comportó en forma análoga a NBS, mostrando además
una gran variación interanual (Figuras 1 y 3).
En el experimento 2 en 1996/97, NS
fue afectada significativamente por la adición
de nitrógeno en V12 y por la interacción entre
dicha variable y el sistema de labranza en R3,
mostrando la LC el mayor valor de NS solo en
la dosis más elevada de nitrógeno (Tabla 2,
Figura 4). En 1997/98 NS en R3 fue afectada
por la misma interacción, pero el comportamiento fue distinto ya que con la dosis más alta de
nitrógeno la SD mostró un valor más alto que
la LC (Tabla 2, Figura 4). Para una misma dosis
de nitrógeno, NS en R3 fue mayor en 1997/98
que en 1996/97.
En el experimento 1 el máximo
determinado de NBS fue en V12, y correspondió
a la dosis más alta de nitrógeno aplicada al
momento de la siembra. Para la fertilización en
V6 se observó un patrón similar pero las
fluctuaciones fueron menos marcadas (Figura
1). Sin embargo en el mismo experimento, NS
no mostró el mismo patrón de evolución, ya
que en 1996/97 el máximo valor fue determinado
en V12, mientras que en 1997/98 el máximo valor
se observó en R3 (Figura 3). La evolución de
NBS en el Experimento 2 en 1996/97 mostró un
7
6
NO3- (g l-1)
5
4
3
0-N (SD)
0-N (LC)
70 (SD)
70 (LC)
140 (SD)
140 (LC)
210 (SD)
210 (LC)
MDS (N)= 0,65
patrón similar que en el experimento 1.
Estos resultados muestran que en
términos generales NBS en la base del tallo del
maíz disminuye con la edad de la planta, lo que
coincide con lo informado para otras gramíneas
(Viglezzi 1995; Baker, Tucker 1971; Echeverría
1985) y particularmente para maíz (Iversen et
al. 1985a). Las concentraciones determinadas
al comienzo del ciclo del cultivo se ubican
dentro del rango reportado por Iversen et al.
(1985a) y McClenahan y Killorn (1988).
A fin de comprobar el grado de
asociación entre los dos métodos de
determinación de nitrato en la base del tallo, en
la Figura 5 se presentan las relaciones entre
los mismos para diferentes estadíos
fenológicos. En el estadio de V6 ambas
metodologías se relacionaron adecuadamente
(r2= 0,90). Sin embargo, la pendiente en 1996/
97 fue mayor (P<0,05) que la observada en 1997/
98. Si bien la concentración de nitrato en la
base del tallo refleja la disponibilidad de
nitrógeno en el suelo, la misma puede también
ser afectada por factores ambientales como la
humedad del mismo y la radiación incidente
(Iversen et al., 1985b). La humedad del suelo
(HS) promedio de los 5 días previos al muestreo
fue de 26.7 y 22.1 g kg -1 en 1996/97 y 1997/98,
1997/98
MDS (NxSL)= 1,49
1996/97
MDS (NxSL)= 0,34
2
1
0
V12
R3
R3
Estadíos fenológicos
Figura 4. Evolución del contenido de nitrato en la savia durante la estación de crecimiento en el experimento 2. 0N = testigo, 70, 140 y 210= kg N ha-1 . (SD)= siembra directa; (LC)= labranza convencional. V12= doce hojas
desarrolladas, R3= grano lechoso. MDS (N)= mínima diferencia significativa al 0,01% de probabilidad para
comparar dosis de nitrógeno (promedio de los sistemas de labranzas); MDS (NxSL)= mínima diferencia
significativa para comparar medias dentro de la interacción entre la dosis de nitrógeno y el sistema de labranza.
Figure 4. Nitrate evolution in the sap during the growing season at the experiment 2. 0-N= control treatment, 70,
140 and 210= kg N ha-1 . (SD)= no-tillage; (LC)= conventional tillage. V12= 12-leaf stage, R3= early milk.
MDS (N)= least significant difference to 0.01% of probability for nitrogen rate (average tillage systems).
MDS (NxSL)= least significant difference to 0.01% of probability for comparing N rate x tillage systems
interaction
122
HE ECHEVERRIA et al. - Cambios en el contenido de nitrato en maíz
-
-1
NO3 en savia (g l )
7
a)
6
NS (96/97)= 0,15 x NBS
2
r = 0,87
5
NS (97/98)= 0,26 x NBS
2
r = 0,82
4
3
2
1996/97
1
1997/98
0
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
b)
6
NS (96/97)= 0,34 x NBS
2
r = 0,89
-
-1
NO3 en savia (g l )
7
5
NS (97/98)= 0,1905 x NBS
2
r = 0,83
4
3
2
1996/97
1
1997/98
0
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
22
7
c) c
NO3- en savia (g l-1)
6
NS (96/97)= 0,19 x NBS
2
r = 0,83
5
NS (97/98)= 0,86 x NBS
2
r = 0,62
4
3
2
1996/97
1
1997/98
0
0
2
4
6
8
10
-
12
14
16
18
20
22
-1
N-NO3 en base seca (g kg )
Figura 5. Relación entre la concentración de nitratoen savia (NS) y en base seca (NBS) en ambos experimentos en
las estaciones de crecimientos 1996/97 y 1997/98. a)= seis hojas desarrolladas, b)= doce hojas desarrolladas,
c)= grano lechoso .
Figure 5. Relationship between nitrate concentration in the sap and on dry bases in both experiments during
1996/97 and 1997/98 growing seasons. a)= six-leaf stage, b)= 12 leaf stage, c)= early milk.
respectivamente, mientras que la temperatura
media del aire (TM) fue de 19 y 15ºC en 1996/97
y 1997/98, respectivamente. La radiación solar
incidente (RI) promedio de los 5 días previos al
muestreo fue diferente entre años siendo de 29
y 22 MJ m-2 en 1996/97 y 1997/98,
respectivamente. En V6, NBS fue función de la
concentración de N-NO3- en suelo y de la
radiación incidente:
NBS= -0,60 + 198 x N-NO3- + 0,11 x RI; r2= 0,69
Sin embargo, NS fue función de la
concentración de N-NO3- en suelo, RI y de la
HS:
NS= 5,51 + 50,9 x N-NO3- - 36,9 x HS + 0,15 x RI;
r2= 0,66.
Estos resultados sugieren que NS fue
más sensible que NBS a los cambios de
humedad del suelo, lo que podría explicar en
parte las diferentes pendientes observadas
entre años para ambos métodos.
En los estadíos de V12 y R3 y para
ambas estaciones de crecimiento y
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
experimentos, ambos métodos se relacionaron
positivamente pero las pendientes difirieron
entre años (Figura 5). Estas diferencias serían
consecuencia de variaciones en la
disponibilidad de agua en el suelo. En 1996/97
el contenido de humedad del suelo en R3 habría
sido mayor que en 1997/98, debido a la elevada
disponibilidad de agua del mes de enero y
febrero. En estas condiciones, a igual valor de
NBS el aumento en la humedad del suelo
disminuyó NS, lo que se manifestó en una
disminución de la pendiente de la relación entre NS y NBS (Figura 5). A pesar de las elevadas
relaciones obtenidas, estos resultados no
permiten definir una única relación entre estos
métodos de determinación de nitrato, ya que
serían afectados de distinta manera por la
disponibilidad hídrica en el momento del
muestreo.
Los resultados de ambos experimentos muestran que los valores mas elevados de
NBS se observaron en estadíos vegetativos y
que la misma fue mayor cuando el nitrógeno
fue aplicado al momento de la siembra,
respecto de la fertilización en V6. NS no mostró
un patrón de evolución similar, observándose
además una gran variación interanual para una
misma dosis de nitrógeno. Sí bien ambas
metodologías se relacionaron adecuadamente
en ambas experiencias, no fue posible
establecer una única relación entre las mismas,
y por lo tanto, no es posible transformar los
valores de un método en otro. En
consecuencia, es necesario estudiar cual de
estos métodos se relacionan más
estrechamente con el rendimiento del maíz, a
fin de ser empleado como elemento de
diagnóstico y monitoreo de la disponibilidad
de nitrógeno.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue financiado por los
proyectos PICT-97 08-00000-00089 de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y por el proyecto 15/A107 de la FCAUNMP y por recursos de la EEA INTA de
Balcarce.
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
125
NITRATO EN LA BASE DEL TALLO DE MAIZ. ΙΙ DIAGNOSTICO DE LA
NUTRICION NITROGENADA
HR SAINZ ROZAS, HE ECHEVERRIA, E HERFURTH, GA STUDDERT
Unidad integrada Facultad de Ciencias Agrarias (UNMP)-Estación Experimental Agropecuaria Balcarce
(INTA), Balcarce, CC 276, 7620, Buenos Aires, Argentina. Email: hecheverr@inta.gov.ar.
Recibido 7 de agosto de 2000, aceptado 3 de agosto de 2001
BASAL STALK NITRATE OF MAIZE. ΙΙ DIAGNOSIS OF NITROGEN NUTRITION
In the southeastern of Buenos Aires Province of Argentina exists little information about
the utility of stalk nitrate concentration on dry matter base (NBS) or in sap (NS), as predictors of
maize nitrogen nutrition. The relationships between maize relative yield (RR) and NBS and NS were
evaluated from 1995/96 to 1997/98 on irrigated no-tillage (SD) maize with different urea rates and
fertilization moments (experiment 1), and under SD and conventional tillage (LC) with different urea
rates applied at V6 (experiment 2). In 1997/98, the NBS and NS were also evaluated on rainfed maize
under NT and CT with different preceding crops (pasture and wheat) and urea rates (experiment 3).
In experiments 1 and 3, RR was highly related with NBS (r2 = 0.54 to 0.81) and with NS (r2 = 0.47 to
0.74) at V6 stage. The NBS sufficiency thresholds (US) for RR= 95% or greater, ranged from 4.3 to
10.4 g N-NO3 - kg-1 , whereas those for NS ranged from 1.2 to 2.4 g NO3 - L-1 . In experiments 1 and 2, RR
was adequately related with NBS or NS at V12 and R3. However, the US values were highly variable
among years and fertilization times, especially for NS. At R6, the US of NBS was 0.8 g N-NO3 - kg-1
and did not show variation among years. The NBS and NS before R6 reflected appropriately nitrogen
availability for maize generated by different management practices, but they should be used with
caution to make nitrogen-fertilizer recommendations. However, the NBS at R6 could be used for
characterizing the degree of nitrogen excess.
Key words: Maize, nitrogen availability, stalk nitrate concentration.
INTRODUCCION
La correcta evaluación de la
disponibilidad de nitrógeno para el cultivo de
maíz (Zea mays) es un aspecto importante
dentro de las prácticas de manejo del cultivo,
debido a los elevados requerimientos de dicho
nutriente y a que el uso de dosis de nitrógeno
que excedan los requerimientos del maíz, puede
contribuir a la polución de la napa freática a
través del lavado de nitratos. La concentración
de nitratos en suelo (0 a 30 cm) al estadío de
seis hojas del maíz (V6) (Ritchie, Hanway 1982)
es un adecuado estimador de la disponibilidad
de nitrógeno para el cultivo (Fox et al. 1989;
Sainz Rozas et al. 2000). La metodología de
análisis de tejidos es una alternativa que puede
ser usada para evaluar los niveles nutricionales
de los cultivos. El análisis de tejido tiene las
ventajas de requerir menos esfuerzo para la
obtención de las muestras y de que la planta
puede ser un mejor integrador de los factores
que determinan la disponibilidad de nitrógeno
en el suelo (Binford et al. 1992a). Para el maíz,
los métodos de análisis de nitrógeno en planta
más comúnmente utilizados consisten en
determinar la concentración de nitrógeno en
la hoja opuesta y debajo de la espiga en
floración, y/o la concentración de nitrógeno
en grano en madurez fisiológica. Estas
metodologías permiten diferenciar situaciones
de estrés de nitrógeno de aquéllas con
adecuado suministro (Uhart, Echeverría 2000),
pero tienen la desventaja de no distinguir entre plantas de maíz creciendo en condiciones
cercanas a la concentración óptima de aquellas
plantas con exceso de nitrógeno (Binford e t
al. 1992b). Además, la medición de nitrógeno
en hoja en floración o la medición de nitrógeno
en grano a la madurez permiten evaluar la
fertilización pero no permiten corregir la
deficiencia de nitrógeno.
Iversen et al. (1985a) reportaron una
buena correlación entre el rendimiento del maíz
y la concentración de nitratos en base seca
(NBS) en la base del tallo al estadío de V5-V6.
Sin embargo, en un rango más amplio de
126
HR SAINZ ROZAS et al. - Nitratos en tallo y su nutrición nitrogenada en maíz
condiciones de manejo, sitios y años, NBS en
V5-V6 no fue un buen estimador de
disponibilidad de nitrógeno para el maíz (Fox
et al. 1989). Este comportamiento puede haber
sido debido a que factores ambientales como
la humedad del suelo y la radiación incidente
en los días previos al muestreo afectaron la
concentración de nitrato en el tallo del maíz
(Iversen et al. 1985b).
En un cultivo de maíz bajo siembra
directa (SD) NBS en V6 aumentó con la dosis
de nitrógeno, y para similar disponibilidad de
dicho nutriente en el suelo, NBS no varió
significativamente entre años (Echeverría et al.
2000). Esto indicaría que para un determinado
sitio, la fluctuación interanual de las variables
ambientales que afectan la concentración de
nitrato en la base del tallo no es de gran
magnitud, como para afectar la capacidad de
esta metodología de diagnóstico. Por el
contrario, si bien la concentración de nitratos
en la savia del tallo (NS) en V6 reflejó
adecuadamente la disponibilidad de nitrógeno,
la misma fue más sensible que NBS a los
cambios en el contenido de humedad del suelo,
y para una misma dosis de nitrógeno, NS
mostró mayor variación interanual que NBS
(Echeverría et al. 2000). Por lo tanto, si bien
ambas metodologías reflejaron adecuadamente
la disponibilidad de nitrógeno, es factible
hipotetizar que NS es una metodología menos
precisa que NBS para diagnosticar la necesidad
de fertilización nitrogenada.
Por otra parte, el uso de NBS como
método de diagnóstico ha sido evaluado en
estadíos tempranos del ciclo del cultivo (V4V6) o a la madurez del mismo. Sin embargo, no
sé ha evaluado la capacidad de NBS o de NS
como métodos de diagnóstico en estadíos
vegetativos avanzados (V11-V12) o
reproductivos tempranos (R2-R3). La correcta
evaluación de la condición nitrogenada del
cultivo al estadío de V11 o V12 (15 días antes
de la floración), permitiría corregir deficiencias
de nitrógeno bajo fertirrigación, dado que el
rendimiento del maíz se afecta en mayor medida
cuando la disponibilidad de nitrógeno es
reducida durante el período crítico, esto es, 15
días antes a 15-20 días después de la floración
(Uhart, Andrade 1995). La evaluación de la
condición nitrogenada del cultivo en R3 al igual
que en R6 (madurez fisiológica), permitiría
corregir la fertilización en campañas
subsiguientes si las condiciones ambientales
y de manejo son similares.
La concentración de nitrato en el
tallo disminuyó con la edad de la planta maíz, y
en los estadíos de V12 y R3, fue menor para
aplicaciones retrasadas de nitrógeno (V6) que
para las realizadas a la siembra (Echeverría et
al. 2000). Por lo tanto, es factible esperar que
los umbrales de suficiencia de NBS o de NS,
esto es, los valores por encima de los cuales
no es probable que ocurra respuesta a la
fertilización, disminuyan con la edad de la
planta, y a su vez, sean menores para
aplicaciones de nitrógeno al estadío de V6 que
para aquéllas realizadas al momento de la
siembra.
En el sudeste de la provincia de
Buenos Aires existe poca información acerca
de la utilidad de NBS y de NS como
herramientas de diagnóstico de la
disponibilidad de N para el maíz. Además, para
ambas metodologías, no se han definido
umbrales de suficiencia en función del
momento de fertilización y de la edad de la
planta. El objetivo del presente trabajo fue
estudiar la relación entre el rendimiento relativo
y NBS y NS en los estadíos V6, V12, R3 y
madurez fisiológica (R6).
MATERIALES Y METODOS
Se realizaron tres experimentos en la
Estación Experimental Agropecuaria INTA Balcarce,
Argentina (37º 45’ S; 58º 18’ W; 130 m sobre el
nivel del mar) durante las campañas 1995/96, 1996/
1997 y 1997/1998. El experimento 1 fue un
monocultivo de maíz bajo siembra directa (SD) en el
cual los tratamientos en 1995/96 fueron una
combinación factorial de dosis de nitrógeno (0, 35,
70, 140 y 210 kg ha-1 ), uso de un inhibidor de la
actividad ureásica nBTPT [N-(n-butil)-triamida
tiofósforica] y momentos de fertilización (siembra
y V6). El diseño experimental fue en bloques
completamente aleatorizados con tres repeticiones.
En las estaciones de crecimiento 1996/97 y 1997/98
los tratamientos y el diseño experimental del
experimento 1 fueron descriptos por Echeverría et
al. (2000). En 1995/96 se utilizó el híbrido Dekalb
636, el cual fue sembrado el 17 de octubre y tuvo
una densidad de 73.500 plantas ha-1 al momento de
la cosecha. Los tratamientos y el diseño experimental del experimento 2, como así también las
características del suelo bajo las cuales fueron
realizados ambos experimentos fueron descriptas
127
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
por Echeverría et al. (2000). Si bien el nBTPT no
afectó el rendimiento del maíz (Tabla 1), dichos
tratamientos fueron incluidos con el objetivo de
incrementar la confiabilidad de la metodología al
contar con un mayor número de parcelas.
El experimento 3 fue realizado en 1997/
98 en condiciones de secano con un diseño experimental en parcelas sub-divididas con tres
repeticiones. Las parcelas principales fueron cultivos
antecesores (trigo y pastura), las subparcelas
sistemas de labranza [SD y labranza convencional
(LC)] y las sub-subparcelas distintas dosis de
nitrógeno (0, 60, 120 y 180 kg ha-1 ). Cada unidad
experimental tuvo una superficie de 131 m2 . El suelo
de este experimento es un complejo formado por un
Argiudol Típico y un Paleudol Petrocálcico de
textura franca y el suelo superficial (0-20 cm) tenía
un pH de 6,0 y un contenido de materia orgánica de
66,7 y 51,7 g kg-1 para el antecesor pastura y trigo,
respectivamente. La pastura fue de gramíneas y
leguminosas y estuvo constituida por pasto ovillo
(Dactylis glomerata), raigrás perenne (Lolium
perenne), trébol blanco (Trifolium repens) y trébol
rojo (Trifolium pratense). Las parcelas con trigo como
antecesor estuvieron en agricultura continua desde
1976 compartiendo la rotación con cultivos de papa
(Solanum tuberosum), maíz, girasol (Helianthus
annuus)y soja (Glycine max). Las labranzas usadas
para LC fueron arado de rejas como labranza
primaria, rastra de discos y rastra de discos más
rastra de dientes, como labranzas secundarias. La
labranza primaria se realizó tres meses antes de la
siembra. El cultivo fue sembrado el 23 de octubre y
la densidad final fue de 71.400 plantas ha-1 . En este
experimento se aplicaron 20 kg ha-1 de fósforo como
superfosfato triple de calcio en bandas abajo y al
costado de la semilla. El barbecho químico bajo SD
fue realizado con aplicaciones de glifosato más 2-4,
D.
En el experimento 1 en la estación de
crecimiento 1995/96, y en el experimento 3 en 1997/
98, NBS y NS se determinaron solamente en V6. En
1996/97 y 1997/98 NBS se determinó en V6, V12,
R3 y R6, mientras que NS fue determinada en V6,
V12 y R3. Más detalles acerca de la metodología
seguida para la determinación de NBS y de NS fueron
proporcionados en la primera parte de este trabajo
(Echeverría et al. 2000).
El rendimiento en grano fue determinado
en R6 cosechando en forma manual 14,30 m de los
tres surcos centrales de cada parcela. El rendimiento
fue corregido a un contenido de humedad de 140 g
kg-1 grano. Se efectúo el análisis de la varianza para
el rendimiento en grano mediante el procedimiento
Tabla 1. Rendimiento en grano en madurez fisiológica del maíz irrigado bajo siembra directa para diferentes dosis
de nitrógeno y momentos de fertilización (experimento 1) y uso de nBTPT en las estaciones de crecimiento
1995/96, 1996/97 y 1997/98.
Table 1. Grain yield at physiological maturity of irrigated no-tillage maíze for different nitrogen rates and fertilization moments (experiment 1) and uses of nBTPT for 1995/96, 1996/97, and 1997/98 growing seasons.
Rendimiento en grano
Factor de tratamiento
1995/96
Dosis de nitrógeno (kg ha-1)
0
35
70
140
210
280
MDS (0.01)
Momento de fertilización
S
V6
MDS (0.01)
Inhibidor
Urea + nBTPT
Urea
MDS (0.01)
1996/97
1997/98
-------------------Kg ha -1---------------------7338
6710
6374
8753
10515
9279
7786
13200
9365
13627
10907
11066
11496†
577
537
600
11194
11854
528
10030
10156
537
8878
9934
700
11496
11552
528
10337
9849
537
-
El dato de rendimiento correspondiente a la dosis de 280 en 1997 fue omitido del análisis
de la varianza debido a que solamente estaban aplicados en un momento de fertilización.
MDS= mínima diferencia significativa, S= siembra, V6= seis hojas.
†
128
HR SAINZ ROZAS et al. - Nitratos en tallo y su nutrición nitrogenada en maíz
GLM incluido en la rutina del programa Statistical
Analysis System (SAS Institute, 1985). Las medias
de tratamientos fueron comparadas mediante la
mínima diferencia significativa (MDS) al 5% de
significancia. Dentro de cada sistema de labranza, el
rendimiento relativo (RR) resultó del cociente entre
el rendimiento observado en una determinada parcela
y el rendimiento promedio de la dosis más alta de
nitrógeno. La relación entre el RR y NBS o CNS fue
descripta mediante un modelo lineal-meseta o un
modelo de regresión simple. En el primer caso el
umbral de suficiencia (US) fue el valor
correspondiente al punto de contacto entre la meseta
y la recta definida por la fracción lineal simple del
modelo o el valor correspondiente a un RR del 95%
o superior en el modelo de regresión simple. Cuando
los datos no se ajustaron a los modelos mencionados,
el US fue establecido usando la metodología de Cate
y Nelson (1965).
RESULTADOS Y DISCUSION
La disponibilidad de agua no limitó el
rendimiento del maíz en 1995/96 y 1996/97 debido a que las precipitaciones ocurridas más
los riegos efectuados (780 y 794 mm para 1995/
96 y 1996/97, respectivamente) superaron ampliamente la evapotranspiración del cultivo de
maíz determinada para la zona (530 mm) por
Andrade y Gardiol (1995). Sin embargo, en la
última estación de crecimiento las escasas precipitaciones ocurridas en los meses de febrero
y marzo (49 y 24 mm, respectivamente), podrían haber limitado ligeramente el rendimien-
to en los experimentos 1 y 2 y, en mayor medida, en el experimento 3 el cual fue realizado en
secano. En este último, la disponibilidad de
agua en el suelo (0 a 100 cm de profundidad)
en el mes de febrero fue menor que el 50% del
agua útil (Dominguez et al. 2000). Las condiciones térmicas y de radiación incidente fueron similares entre los distintos años, y por lo
tanto, el bajo rendimiento observado en 1996/
97 en el experimento 1 (año con buena disponibilidad de agua), podría haber sido causado
por el Mal del Río Cuarto, debido a que se observaron algunas plantas (menos del 10%) con
síntomas de la enfermedad.
En el experimento 1 la fertilización
con nitrógeno incrementó significativamente
el rendimiento en grano en las tres estaciones
de crecimiento, mientras que la fertilización en
V6 incrementó el rendimiento en 1995/96 y 1997/
98 (Tabla 1). Por otro lado, el uso de urea más
nBTPT no incrementó el rendimiento respecto
del uso de urea sin inhibidor en 1995/96 y 1996/
97 (Tabla 1). En el experimento 2, el rendimiento
en grano se incrementó significativamente por
la fertilización con nitrógeno en 1996/97 y 1997/
98, y en ambas estaciones de crecimiento, fue
mayor bajo LC que bajo SD (P < 0.10) (Tabla 2).
El mayor rendimiento observado bajo LC fue
debido a una mayor acumulación de nitrógeno
(datos no mostrados).
En el experimento 3 se detectaron
Tabla 2. Rendimiento del cultivo de maíz irrigado en 1996/97 y 1997/98 en función de distintas dosis de nitrógeno
y sistemas de labranza (experimento 2).
Table 2. Grain yield of irrigated maíze in 1996/97 and 1997/98 growing seasons as a function of different nitrogen
rates and tillage systems (experiment 2).
Factor de tratamiento
1996/97
Rendimiento en grano
1997/98
1996/97
1997/98
Dosis de nitrógeno (kg ha-1)
0
70
140
210
MDS (0.01)
Sistema de labranza †
SD
LC
MDS (0.01)
-------------Kg ha-1 ------------7789
6862
10101
9016
11409
10643
12118
11487
456
598
†
9142
11567
880
9018
9986
785
SD= siembra directa, LC= labranza convencional, MDS= mínima diferencia significativa.
129
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
interacciones significativas entre el cultivo
antecesor y el sistema de labranza, el cultivo
antecesor y la dosis de nitrógeno, y entre el
sistema de labranza y la dosis de nitrógeno
(Tabla 3). La SD disminuyó el rendimiento en
mayor medida cuando el cultivo antecesor fue
trigo (Tabla 3), indicando que la mayor
disponibilidad de nitrógeno generada por la
pastura contrarrestó parcialmente el estrés de
dicho nutriente generado por la SD. El
antecesor pastura y la LC produjeron un mayor
rendimiento en grano respecto al antecesor
trigo y a SD, respectivamente, solamente sin el
agregado de nitrógeno (Tabla 3), resultados
que coinciden con aquéllos reportados por
Meisinger et al. (1985).
En los experimentos 1 y 3 se observó
una elevada relación entre el RR y NBS al
estadío de V6 (r2= 0,54 a 0,81) (Figura 1). En el
experimento 1, el US para determinar un RR del
97 y 98% fue de 7,0 y 7,9 g N-NO3- kg -1 en 1995/
96 y 1996/97, respectivamente. Sin embargo,
en 1997/98 el US para un RR del 98%,
determinado desde el modelo de regresión lineal (RR= 46,4 + 4,96 x N-NO3-; r2= 0,64), fue de
10,4 g N-NO3- kg -1. El US necesario para alcanzar
un RR del 100% fue de 4,3 g N-NO3- kg -1 en el
experimento 3. Los US observados en V6 en el
experimento 1 son superiores a los valores
reportados por Rauschkolb et al. (1974),
quienes informaron valores de 4,0 a 6,0 g NNO3- kg -1, y menores que los reportados por
Tabla 3. Rendimiento en grano del maíz para diferentes cultivos antecesores, sistemas de labranzas y dosis de
nitrógeno en la estación de crecimiento 1997/98 (experimento 3).
Table 3. Grain yield of maíze for different preceding crops, tillage systems, and nitrogen rates in 1997/98 growing
season (experiment 3).
Variables independientes
Cultivo antecesor
Sistema de labranza
Siembra directa
Labranza convencional
Siembra directa
Labranza convencional
Pastura
Trigo
†
MDS (0,05)
Cultivo antecesor
Dosis de N
---kg ha-1--0
60
120
180
0
60
120
180
Pastura
Trigo
MDS (0,05) †
Sistema de labranza
Dosis de N
-1
---kg ha --0
60
120
180
0
60
120
180
Siembra directa
Labranza convencional
MDS (0,05) †
†
MDS= mínima diferencia significativa.
Rendimiento en grano
-1
----kg ha ---8020
8110
7730
8460
460
7410
8430
8460
8080
6650
8380
8660
8710
650
6150
8160
8720
8590
7910
8650
8400
8190
650
130
HR SAINZ ROZAS et al. - Nitratos en tallo y su nutrición nitrogenada en maíz
McClenahan y Killorn (1988), Iversen et al.
(1985a) y Fox et al . (1989), quienes han
señalado un rango de US de 9,0 a 17,8 g NNO3- kg -1.
El US de N-NO3- en suelo (hasta los
30 cm de profundidad) al estadío de V6 aumenta
con el rendimiento esperado, y en
consecuencia, con la demanda de nitrógeno
por el cultivo (Fox et al. 1989; Sainz Rozas et
al. 2000). Sin embargo, en el experimento 1 el
US de NBS observado en 1996/97 y 1997/98
fue mayor que en 1995/96 (Figura 1), año en el
cual se observó el mayor rendimiento (Tabla
1). En el mismo sentido, Iversen et al. (1985a)
determinaron US de NBS de 11 y 16 g N-NO3kg -1 para rendimientos de 9500 y 6700 kg ha-1,
respectivamente. Los resultados de este
experimento y aquéllos reportados por Iversen
et al. (1985a) indican que el cambio en el US de
NBS no se asocia con un aumento en el
rendimiento, y en consecuencia, con el
requerimiento de nitrógeno del maíz. Por lo
tanto, si bien NBS refleja adecuadamente la
disponibilidad de nitrógeno, la misma tendría
una limitada capacidad para separar sitios de
probable respuesta a la fertilización, de aquéllos
en los que no es probable una respuesta al
agregado de nitrógeno. Iversen et al. (1985b)
y Fox e t a l . (1989) informaron que las
variaciones de los umbrales para diferentes
años se deben a que la concentración de
nitratos en la base del tallo es sensible a
factores ambientales como la humedad del
suelo y la radiación incidente, coincidiendo con
lo observado por Echeverría et al. (2000).
El RR se asoció linealmente con NBS
en V12 y en ambos años el US para alcanzar un
RR del 95%, determinado desde el modelo de
regresión lineal (RR= 61,6 + 2,6 x N-NO3-; r2=
0,69), fue de 12,4 g N-NO3- kg -1 (Figura 2). Sin
embargo, cuando el nitrógeno fue aplicado en
V6 ninguna relación ajustó adecuadamente los
resultados y mediante la metodología de Cate,
Nelson (1965) se determinó un US de 1,4 g NNO3- kg -1, para ambos años y experimentos en
que se hizo esta determinación (Figura 2).
140
140
1995/96
120
100
100
80
80
60
60
40
RR= 38,8 + 8,36 x N-NO 3- si N-NO3- < 7
RR= 97,3 si N-NO3- > 7
20
RR (%)
1996/97
120
R 2= 0,81
0
40
RR= 50,4 + 5,98 x N-NO3- si N-NO 3- < 7,97
20
RR= 98 si N-NO3- > 7,97
R 2= 0,75
0
140 0
2
4
6
8
10
12 140 0
1997/98
120
100
100
80
80
60
60
40
2
4
20
0
10
12
SDT
LCP
LCT
RR=33,6 + 15,5 x N-NO3- si N-NO3 - < 4,3
RR= 100 si
20
r2= 0,64
8
SDP
40
RR= 46,4 + 4,96 x N-NO 3-
6
1997/98 Experimento 3
120
N-NO3-
> 4,3
R2 = 0,54
0
0
2
4
6
8
10
12
-
0
2
4
6
8
10
12
-1
N-NO3 en base seca (g kg )
Figura 1. Relación entre el rendimiento relativo (RR) y la concentración de N-NO3 - en base seca determinado en
la base del tallos al estadío de seis hojas del maíz en las estaciones de crecimiento de 1995/96, 1996/97 y 1997/
98 en el experimento 1 y en 1997/98 en el experimento 3. SDP= siembra directa sobre pastura, SDT= siembra
directa sobre trigo, LCP= labranza convencional sobre pastura, LCT= labranza convencional sobre trigo.
Figure 1. Relationship between relative yield (RR) and basal stalk NO3 --N concentration on dry matter base
determined at six leaf stage of maize in 1995/96, 1996/97, and 1997/98 growing seasons (experiment 1) and in
1997/98 growing season (experiment 3). SDP= no-tillage after pasture, SDT= no-tillage after wheat, LCP=
conventional tillage after pasture, LCT= conventional tillage after wheat.
131
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
140
V12
120
100
80
60
RR (FS) = 61,6 + 2,6 x N-NO3 -
40
US (V6)= 1,40 g kg
r2 = 0,69
-1
FS
FV6
20
0
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
140
R3
120
100
RR (%)
80
60
US (96/97)= 0,87 g kg -1
40
1996/97
US (97/98)= 2,00 g kg -1
20
1997/98
0
0
2
4
6
8
10
12
8
10
12
14
16
18
14
16
18
140
R6
120
100
80
60
40
US= 0,8 g kg- 1
20
0
0
2
4
6
-
-1
N-NO3 en base seca (g kg )
Figura 2. Relación entre el rendimiento relativo (RR) y la concentración de N-NO3 - en base seca en la base del tallo
en V12, R3 y R6. Los datos corresponden a los experimentos 1 y 2 en las estaciones de crecimiento 1996/97
y 1997/98. El experimento 2 fue fertilizado en V6. FS= fertilización a la siembra, FV6=fertilización en V6,
US= umbral de suficiencia.
Figure 2. Relationship between relative yield (RR) and basal stalk NO3 --N concentration on dry matter base
determined at V12, R3, and R6 stages of maize in 1996/97 and 1997/98 growing seasons (experiments 1 and
2). Maize in experiment 2 was fertilized at V6. FS= fertilization at planting, FV6= fertilization at V6, US=
sufficiency threshold.
En R3, mediante la aplicación de la
metodología de Cate y Nelson (1965), el US
que minimizó el error fue de 0,9 y 2,0 g N-NO3kg -1 en 1996/97 y 1997/98, respectivamente
(Figura 2). Sin embargo, en R6, el US
determinado mediante aquella metodología fue
de 0,8 g N-NO3- kg -1 para ambos experimentos
y años (Figura 2). Este valor se ubica dentro
del rango óptimo de 0,2 a 1,8 g N-NO3- kg - 1
reportado por Binford et al. (1990). Binford et
al. (1990), reportaron un incremento en el
rendimiento del 5% con el aumento de la dosis
de nitrógeno en el rango de NBS de 0,2 a 1,8 g
N-NO3- kg -1. Sin embargo, nuestros resultados
indican que no hay respuesta al agregado de
nitrógeno si NBS son superiores a 0,8 g NNO3- kg -1 (Figura 2). No obstante, a pesar de
esta discrepancia, nuestros resultados y
aquéllos publicados por Binford et al. (1990),
indicarían una escasa o muy baja probabilidad
de respuesta a la fertilización si NBS es superior a 0,8-1,0 g N-NO3- kg -1.
132
HR SAINZ ROZAS et al. - Nitratos en tallo y su nutrición nitrogenada en maíz
140
140
1995/96
120
100
100
80
80
60
RR (%)
1996/97
120
60
40
RR= 52,3 + 29,6 x NO3- si NO3- < 1,54
20
R 2= 0,62
2
RR= 92 si NO3- > 1,2
R2= 0,61
20
0
140 0
RR= 57,5 + 28,4 x NO3- si NO 3 - < 1,2
40
RR= 97,3 si NO3 - > 1,54
0
6 140 0
4
1997/98
120
2
4
Experimento 3
120
100
100
80
80
60
60
40
RR = 34,9 + 24,7 x NO3
r2 = 0,74
20
RR= 9,4 + 68,7 x NO3- si NO 3- < 1,3
40
-
RR= 100 si
20
0
NO3-
> 1,3
R2 = 0,47
6
1997/98
SDP
SDT
LCP
LCT
0
0
2
4
6
0
2
4
6
NO3 en savia (g L )
-
-1
Figura 3. Relación entre el rendimiento relativo (RR) y la concentración de NO3 - en la savia del tallo al estadío de
seis hojas del maíz en las estaciones de crecimiento de 1995/96, 1996/97 y 1997/98 en el experimento 1 y en
1997/98 en el experimento 3. SDP= siembra directa sobre pastura, SDT= siembra directa sobre trigo, LCP=
labranza convencional sobre pastura, LCT= labranza convencional sobre trigo.
Figure 3. Relationship between relative yield (RR) and basal stalk NO3 - concentration in sap at six leaf stage of
maize in 1995/97, 1996/97, and 1997/98 growing seasons (experiments 1) and in 1997/98 growing season
(experiment 3). SDP= no-tillage after pasture, SDT= no-tillage after wheat, LCP= conventional tillage after
pasture, LCT= conventional tillage after wheat.
En los experimentos 1 y 3 el RR se
relacionó adecuadamente con NS en el estadío
V6 (Figura 3). En el experimento 1, los US de
NS fueron de 1,5 y 1,2 g NO3- L-1 en 1995/96 y
1996/97, respectivamente. Sin embargo, en
1997/98 el US necesario para lograr el 95% del
RR, determinado desde el modelo de regresión
lineal (RR= 34,9 + 24,7 x NO3-; r2= 0,74), fue de
2,4 g NO3- L-1 (Figura 3), mostrando por lo tanto,
una variabilidad interanual mayor que los US
de NBS. Más aún, el US determinado en el
experimento 3 fue de 1,3 g NO3- L-1 y es similar
al observado en el experimento 1 en 1996/97, a
pesar de la diferencia observada en el
rendimiento máximo (Tablas 1 y 3). La mayor
variabilidad de los US de NS podría ser debido
a que ésta fue más sensible a los cambios en el
contenido de humedad del suelo que NBS
(Echeverría et al. 2000). Los US determinados
en V6 se encuentran muy por debajo del valor
de 4,5 g NO3 - L-1 reportado por Gonzalez
Montaner y Di Napoli (1997), para híbridos de
similares características que los empleados en
esta experiencia. Los resultados de esta
experiencia y aquéllos reportados en la
bibliografía constituyen una fuerte evidencia
de la reducida confiabilidad de esta
metodología para el diagnóstico de la
disponibilidad de nitrógeno en V6.
En el experimento 1 los US de NS en
V12 y R3 fueron determinados por la
metodología de Cate y Nelson (1965) o mediante
regresión lineal simple dependiendo del año y
del momento de fertilización. En 1996/97 para
el estadío de V12 el US para un 95% del RR,
determinado desde el modelo de regresión lineal (RR= 67,4 + 7,19 x NO3-; r2= 0,77), fue de 3,8
g NO3- L-1 para la fertilización al momento de la
siembra, mientras que para la fertilización en
V6 el US determinado por Cate y Nelson (1965)
fue de 0,7 g NO3- L-1 (Figura 4). Sin embargo, en
1997/98 en el estadío V12 la relación entre el
RR y NS fue descripta por regresión lineal para
ambos momentos de fertilización. Para la
fertilización al momento de la siembra, el US
para el 95% del RR, determinado desde el
133
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
140
140
V12 (1996/97)
120
100
100
80
80
RR (FS) = 67,4 + 7,19 x NO3-
60
60
2
r = 0,77
40
RR (FS) = 54,9 + 7,99 x NO 3 -
40
US (FV6)= 0,75
20
RR (%)
V12 (1997/98)
120
FS
FV6
0
140 0
1
2
3
4
5
6
7
FS
RR (FV6)= 59,6 + 14,6 x NO 3 -
FV6
r2 = 0,72
0
R3 (1996/97)
120
r2 = 0,87
20
140 0
1
2
3
4
5
120
100
6
7
R3 (1997/98)
100
80
80
60
60
RR (FS)= 74,3 + 18,1 x NO 3 r2 = 0,61
40
40
US (FV6)= 0,37
20
FS
FV6
RR= 63,5 + 6,66 x NO 3-
0
FS
FV6
r2 = 0,73
20
0
0
1
2
3
4
5
6
7
0
1
2
3
4
5
6
7
NO3- en savia (g L-1 )
Figura 4. Rendimiento relativo (RR) en función de la concentración de NO3 - en la savia del tallo en el experimento
1 en los estadíos fenológicos de V12 y R3. US= umbral de suficiencia; FS= fertilización al momento de la
siembra; FV6= fertilización en V6.
Figure 4. Relative yield (RR) as a function of basal stalk NO3 - concentration in sap determined at V12 and R3
maize stages in experiment 1. FS= fertilization at planting, FV6= fertilization at V6, US= sufficiency threshold.
modelo de regresión lineal (RR= 54,9 + 7,99 x
NO3-; r2= 0,87), fue de 5.0 g NO3- L-1, mientras
que para la fertilización en V6, el US para el
95% del RR, determinado desde el modelo de
regresión lineal (RR= 59,6 + 14,6 x NO3-; r2 =
0,72), fue de 2,4 g NO3- L-1 (Figura 4). En 1996/
97 en R3 se repitió el mismo comportamiento
que en V12 y los US de NS determinados fueron
de 1,1 y 0,4 g NO3- L-1 para la fertilización al
momento de la siembra y al estadío de V6,
respectivamente (Figura 4). Sin embargo, en
1997/98 la relación entre RR y NS para ambos
momentos de fertilización se ajustó mediante
un único modelo de regresión lineal, y el US
para alcanzar el 95% del RR, determinado desde
el modelo de regresión lineal (RR= 63.5 + 6.7 x
NO3-; r2= 0.7), fue de 4,7 g NO3- L-1 (Figura 4),
valor marcadamente superior al observado en
el año anterior.
En 1996/97 en el experimento 2 el US
determinado mediante Cate y Nelson (1965) fue
de 0,5 y 0,28 g NO3- L-1 para los estadíos de V12
y R3, respectivamente (Figura 5). En 1997/98 el
umbral determinado en R3 fue de 0,28 g NO3L-1 (Figura 5). La gran variabilidad entre años y
momentos de fertilización, tanto en los modelos
que relacionan el RR con NS como así también
en los umbrales determinados por los mismos,
sugieren que NS es una metodología poco
confiable para determinar el estado
nitrogenado del cultivo en estadíos avanzados
del desarrollo.
Los resultados expuestos permiten
concluir que NBS en los estadíos de V6, V12 y
R3 reflejó adecuadamente la disponibilidad de
nitrógeno para el maíz. Sin embargo, las
variaciones en los US hacen que dicha
metodología tenga una limitada capacidad de
separar sitios de probable respuesta a la
fertilización. Sin embargo, la determinación de
NBS a la madurez del cultivo es una
metodología más confiable para detectar
situaciones de exceso de nitrógeno, debido a
que no se observaron diferencias entre años
en el US y a que el mismo fue similar a los
valores reportados por otros autores.
En V12, el US de NBS para la
fertilización en V6 fue menor que el observado
para la fertilización al momento de la siembra,
diferencias que no fueron observadas en R3 y
134
HR SAINZ ROZAS et al. - Nitratos en tallo y su nutrición nitrogenada en maíz
140
V12 (1996/97)
120
100
80
60
40
US= 0,51
20
SD
LC
0
140
0
1
2
3
4
5
6
7
R3 (1996/97)
120
RR (%)
100
80
60
40
US= 0,28
SD
20
LC
0
140 0
1
2
3
4
5
6
7
R3 (1997/98)
120
100
80
60
40
US= 0,28
SD
20
LC
0
0
1
2
3
4
5
6
7
NO3- en savia (g L-1)
Figura 5. Rendimiento relativo (RR) en función de la concentración de NO3 - en la savia del tallo en el experimento
2 en los estadíos fenológicos de V12 y R3. US= umbral de suficiencia; SD= siembra directa; LC= labranza
convencional.
Figure 5. Relative yield (RR) as a function of basal stalk NO3 - concentration in sap determined at V12 and R3
maize stages in experiment 2. US= sufficiency threshold, SD= no-tillage, LC= conventional tillage.
R6. Los US de NBS disminuyeron con la edad
de la planta.
La concentración de NS determinada
en los estadíos de V6, V12 y R3 reflejó
adecuadamente la disponibilidad de nitrógeno
para el maíz. Sin embargo, los US de NS fueron
más variables que los de NBS, haciendo que la
determinación de NS en dichos estadíos sea
poco confiable para diagnosticar la necesidad
de fertilización. Al igual que NBS, los US de
NS fueron menores para la fertilización en V6
que para la fertilización al momento de la
siembra, y en general, no mostraron el mismo
patrón de evolución que NBS.
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue financiado por los
proyectos PICT-97 08-00000-00089 de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y por el proyecto 15/A107 de la FCA-
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
UNMP y por recursos de la EEA INTA de
Balcarce.
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136
PREDICCION DE LA PRODUCTIVIDAD PRIMARIA DE PASTIZALES NATURALES DE LA PAMPA DEPRIMIDA UTILIZANDO PROPIEDADES DEL
HORIZONTE A.
P VAZQUEZ, JL COSTA, G MONTERUBBIANESI, P GODZ
Unidad integrada EEA Balcarce, INTA-FCA Balcarce, UNMdP. Ruta 226 km 72.5. E-mail:
pmvazquez@ciudad.com.ar
Recibido 9 de octubre de 2000, aceptado 8 de noviembre de 2001
PREDICTION OF NATURAL GRASSLANDS PRIMARY PRODUCTION ON THE BASIS
OF A HORIZON PROPERTIES IN THE FLOODING PAMPAS.
The objective of this work was to develop predictive models of native grasslands dry matter
productivity (DM) with nitrogen and phosphorus fertilization in sodic soils of the Flooding Pampas
using the properties of A horizon over two growing seasons with contrasting water stress levels (612
mm vs 1046 mm). Total rainfall during the growing season affected the relative weight of A horizon
properties on predicting DM. When P was added (40 kg P ha-1 ) the variables most associated with
DM production were pH and sand. The R2 for the dry and the humid period were 0.88 and 0.91,
respectively. When phosphorus and nitrogen were applied (40 kg P ha-1 and 200 kg N ha-1 ), gravimetric water content at 33 kPa and sand were selected as independent variables in the dry period
(R2 =0.91), and sodium adsorption ratio (RAS) and clay were selected in the humid period (R2 =0.90).
Nitrogen use efficiency was better predicted by the gravimetric water content at 1500 kPa and sand in
the dry period (R2 =0.97) an by sand in the humid period (R2 =0.57).
Key words: Natural Grasslands, Sodic Soils, A Horizon Soil Properties, N, P, water Stress.
INTRODUCCION
El 24% de la superficie de la provincia
de Buenos Aires (7.08 millones de hectáreas)
está ocupada por suelos hidrohalomórficos
(Natracuoles, Natracualfes, etc.) donde al
menos, el 68 % de los mismos (4.75 millones de
hectáreas) se hallan en la Pampa deprimida
(Miaczynski 1995).
El sodio afecta negativamente a la
estructura del suelo, provocando la dispersión
y/o expansión de las partículas de arcilla, con
la consiguiente destrucción de agregados
(Rengasamy, Olsson 1991; Crescimanno et al.
1995). Hay una marcada discrepancia entre los
investigadores sobre los niveles críticos de este
catión para calificar a un suelo como sódico.
En numerosos casos se observaron sus efectos
aún con valores de porcentaje de sodio de
intercambio (PSI) inferiores a 15, particularmente
cuando se está en presencia de soluciones
diluidas (Quirk, Schofield 1955, Sumner 1993).
El establecimiento de un valor crítico de PSI es
arbitrario debido a que las propiedades
exhibidas por el grupo de suelos denominados
sódicos son sólo el resultado de múltiples
interacciones entre contenido de sodio, textura,
conductividad eléctrica, pH y materia orgánica
(Crescimanno et al. 1995, Sumner 1993). Greene
et al. (1978) determinaron la influencia del
tamaño de partículas sobre la dispersividad de
los agregados, considerando para texturas
finas y para texturas gruesas un PSI crítico
superior al 10 y al 20%, respectivamente.
La compleja génesis de los suelos
sódicos de esta área dificultó la identificación
de propiedades edáficas que pudiesen explicar
claramente las diferencias de productividad
halladas entre estos suelos. Sala et al. (1981)
determinó que el 64 % de la biomasa radical de
las comunidades vegetales de la pampa
deprimida se desarrollaría en los primeros 10
cm del suelo. Similares resultados fueron
hallados por Jackson et al. (1996) en pastizales
de clima templado. Sala et al (1981) también
hallaron ausencia de correlación entre la altura
de la napa freática y el estado hídrico de estas
comunidades. Estudios sobre apertura
estomática demostraron que algunas especies
detectan el estado hídrico total del volumen de
suelo explorado por las raíces, el cual se traduce en señales hormonales desde éstas hacia
la parte aérea que controlan la transpiración
137
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
MATERIALES Y METODOS
La experiencia se realizó sobre ensayos
de fertilización nitrogenada y fosfatada conducidos
por el grupo de Suelos Bajos de la EEA INTA
Balcarce desde 1995 en los partidos de Ayacucho,
Balcarce, Dolores y Pila (Figura 1). La precipitación
media anual del área en estudio es de 884 mm (Dato
calculado a partir de la información recopilada por
las OIT de INTA entre los años 1970 y 2000).
La composición botánica de las parcelas
estudiadas está representada principalmente por
comunidades serales o subserales alcalinas (Distichlis
spicata, Distichlis scoparia, Puccinellia glaucescens,
Sporobolus piramidatus, Lolium multiflorum, Lotus tenuis, Plantago myosurus, Eryngium echinatum,
entre otras (Consejo Federal de Inversiones 1980).
Las parcelas ubicadas en Dolores presentaron una
mayor presencia de Stenotaphrum secundatum, con
una menor participación de Distichlis spicata. Las
Provincia de Buenos Aires
Pila
es
lor
Do
(Jones 1980 -citado por Jones, Corlett 1992- y
Passioura 1994). Esto refuerza la idea del
horizonte A como principal sitio de
diagnóstico.
Los horizontes A de los suelos
sódicos descriptos en la Pampa Deprimida
presentan un diámetro geométrico de partícula
(DGP) promedio de 0.022, con un desvío
estándar de 0.01 y un coeficiente de variación
del 35 % (calculado a partir de las bases de
datos del laboratorio de análisis de suelos del
INTA Castelar); valores suficientemente
amplios para considerar a las clases texturales
arcillas, limos finos, limos gruesos y arenas
como elementos vinculados al comportamiento
de estos suelos, y por ende, a su productividad.
Costa y García (1998) detectaron un patrón
espacial de la producción de materia seca
asociado principalmente al pH en un pastizal
natural desarrollado sobre un complejo de
suelos sódicos dominado por la serie Guido
(R2=0.58).
Así, bajo la hipótesis de que la
productividad de los pastizales desarrollados
sobre Natracuoles y Natracualfes de la Pampa
Deprimida está condicionada principalmente
por las fracciones texturales y por el pH del
horizonte A, y que las variables edáficas
condicionantes de la productividad son
dependientes del ambiente, el presente trabajo
tuvo por objetivo identificar las propiedades
edáficas del horizonte A más significativas para
predecir la producción de materia seca de estos
pastizales en dos condiciones de estrés hídrico.
Ayacucho
Balcarce
Figura 1: Ubicación de las parcelas experimentales
Figure 1: Location of the experimental plots.
parcelas ubicadas en la localidad de Pila presentaron
una composición botánica más cercana a las
comunidades serales salínas, siendo las especies más
representativas en ese momento, en orden de
importancia: Distichlis spicata, Lolium multiflorum
(adaptado a condiciones salinas), Salicornia
ambigua y Lotus tenuis. La inclusión de tres suelos
de la serie Castelli responde a las diferencias
encontradas en conductividad eléctrica en años
anteriores, explicables por la ubicación en el relieve
(loma, media loma o bajo), a pesar de que éste
estuviera poco desarrollado.
Se seleccionaron nueve suelos sobre los
cuales se ubicaron dos parcelas de 75 m 2 cada una (5
metros por 15 metros). Estas parcelas recibieron el
agregado de 40 kg P ha-1 (0-40 kg ha-1 ) y 200 kg de N
más 40 kg de P ha -1 (200-40 kg ha -1 ),
respectivamente. La fuente fosfórica utilizada fue
superfosfato triple de calcio y la nitrogenada fue
nitrato de amonio calcáreo, ambas aplicadas
anualmente a la salida del invierno.
Se realizó un único muestreo de suelo al
inicio del ensayo (mayo de 1995), previo a la
aplicación del fertilizante. Se tomaron cuatro
submuestras del horizonte A de cada suelo. La
aleatorización de la extracción de las submuestras
dentro de cada suelo se realizó mediante el diseño de
una grilla de 12 celdas distribuídas entre las dos
parcelas asignadas a cada uno de los suelos. Las
submuestras fueron secadas en estufa a 60ºC ,
molidas y pasadas por tamiz de 2 mm. A cada una
138
P VAZQUEZ et al. - Propiedades del horizonte A y productividad primaria de pastizales
de las muestras se le determinó porcentaje de materia orgánica por el método de Broadbent (1965);
cationes solubles, pH y conductividad eléctrica según
Rhoades (1982). Los cationes intercambiables fueron
determinados por saturación con acetato de amonio
(pH=7) y desplazados con acetato de sodio (Thomas 1982), Na+ y K+ fueron determinados por medio
de fotometría de llama y Ca+2 y Mg+2 por medio de
espectrofotometría de absorción atómica.
La capacidad de intercambio catiónico
(CIC) se determinó según Chapman (1965). La
textura se determinó por el método de la pipeta de
Robinson, separando la muestra en cuatro fracciones
granulométricas: arcillas, limos finos, limos gruesos
y arena (Gee, Bauder 1986). Se calculó el diámetro
geométrico promedio de las partículas (DGP) a partir
de la metodología propuesta por Shirazi y Boersma
(1984). Se midieron los contenidos de humedad
gravimetrica (θ g g-1 ) a 33, 100, 300, 800 y 1500 kPa
en ollas de presión. El contenido de humedad
gravimétrica a cada tensión considerada se determinó
a partir de tres submuestras de 20 g de suelo seco
saturadas. Se definió el cambio textural abrupto
cuando la relación % arcilla del horizonte subyacente
- % arcilla del horizonte A fuere mayor a 1.7 (Soil
Survey Staff 1998).
Los suelos seleccionados, la localidad y
los tratamientos se presentan en la Tabla 1.
La productividad primaria de cada parcela,
expresada como kg de materia seca ha-1 , se determinó
a partir de la sumatoria de los cortes de forraje
realizados durante la estación de crecimiento (desde
octubre hasta abril, aproximadamente) cuando el
forraje alcanzaba los 15 cm de altura, dejando un
remanente de 5 cm en cada caso. Se realizó un único
corte de 17 m2 sobre cada parcela en cada momento
que el forraje estaba en condiciones de ser cosechado.
Cada muestra fue pesada verde en el campo,
extrayendo en cada caso una submuestra para
determinar su humedad dentro de las 24 horas.
Finalizado cada corte, se efectuaron cortes de
limpieza eliminando todo el material remanente fuera
de las parcelas.
La eficiencia en el uso de nitrógeno (EUN)
se estimó como el diferencial de productividad
primaria entre los tratamientos 200-40 kg ha-1 y 040 kg ha-1 de N y P, respectivamente, por kg de N
aplicado. Este resultado se expresó como kg de materia seca kg-1 N aplicado.
Para estudiar el efecto del estrés hídrico
sobre la selección de las variables edáficas mas
estrechamente asociadas a la productividad primaria
de los pastizales naturales desarrollados sobre
Natracuoles y Natracualfes, se seleccionaron dos
ciclos de cortes con diferentes precipitaciones, el
ciclo 1995-96 con precipitaciones muy por debajo
de la media (612 mm ±85) y el ciclo 1997-98 con
precipitaciones cercanas al promedio (1046 mm ±
92). Se incluyeron los milímetros de lluvia
registrados en cada localidad durante cada ciclo de
Tabla 1. Suelos seleccionados y dosis de fertilizante en aplicados.
Table 1. Selected soils and rates of fertilizer application
Localidad
Suborden
Serie
Ayacucho
Natracualf Típico
Juncalito
Natracualf Típico
Chelforó
Natracualf Mólico
El Destino
Natracualf Mólico
El Destino, fase somera
Natracuol Típico
El Carmen
Natracuol Típico
El Carmen, fase somera
Natracuol Típico
Castelli, fase muy salina
Natracuol Típico
Castelli, fase muy salina
Natracuol Típico
Castelli
Balcarce
Dolores
Pila
Dosis de fertilizante
kg ha -1 año-1
P
N
40
200
40
0
40
200
40
0
40
40
40
40
200
0
200
0
40
40
40
40
200
0
200
0
40
40
40
40
40
40
200
0
200
0
200
0
139
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
RESULTADOS Y DISCUSION
La productividad de materia seca
promedio de las parcelas fertilizadas con
fósforo, fósforo más nitrógeno y la EUN del
período más húmedo fueron un 180, 95 y 70 %
superior a lo obtenido durante el ciclo seco,
respectivamente. La condición hídrica más favorable registrada durante el segundo ciclo de
cortes disminuyó la variabilidad en la
producción de materia seca promedio de los
suelos estudiados. Esto fue más notorio
cuando se aplicó el tratamiento completo
(Tabla 2).
Durante el período de déficit hídrico
severo, el pH y el porcentaje de arena fueron
las variables que más explicaron la producción
de materia seca cuando solo se agregó fósforo
(R2=0.88; C.V.%=36.3) (Tabla 3).
El efecto negativo del incremento en
el pH sobre la producción de biomasa de los
pastizales naturales de la cuenca del Salado y
otras comunidades ha sido descripto por Costa
y García (1998). Siendo las principales fuentes
de alcalinidad de estos suelos el Na 2CO3 y el
NaCO 3H, altos valores de alcalinidad se
corresponden con elevados contenidos de
cortes como variable independiente para contemplar
en el análisis de regresión los efectos de las variaciones
locales en la cantidad de lluvia caída sobre la
productividad primaria y EUN. Cabe aclarar que
debido a la pérdida de los datos ocurrida durante el
ciclo de cortes 1995-96 en la localidad de Dolores,
los datos de lluvia de este sitio no fueron incluidos
en el análisis parcial del período con severo estrés
hídrico.
Para identificar a las propiedades edáficas
más significativas se utilizó el procedimiento
STEPWISE (SAS 1999). Como se esperaba que los
ambientes hídrico y nutricional modificaran la
importancia relativa de las propiedades edáficas al
momento de explicar productividad primaria y EUN,
se planteó un análisis individual de cada caso.
Una vez definidos los modelos, se
simplificaron, como máximo, a dos variables
independientes para maximizar el cuadrado medio
del error y para simplificar su interpretación. Para
evitar la incorporación de variables
autocorrelacionadas dentro de un mismo modelo, se
generó una matriz de correlación con todas las
propiedades presentes, descartando del modelo a
una de las variables que posea un r igual o superior
a 0.70 y que su presencia o ausencia no afecte la
performance del modelo. Este valor propuesto es
arbitrario, pues no existe un nivel crítico de r para
determinar autocorrelación (Miyers 1986).
Tabla 2: Producción de materia seca medida en suelos sódicos de los partidos de Ayacucho, Balcarce, Dolores y
Pila, para una situación deficiente y no deficiente de nitrógeno, durante un ciclo de escasas precipitaciones
(1995-96) y otro normal (1997-98).
Table 2: Dry matter production measured in sodic soils of the Ayacucho, Balcarce, Dolores and Pila districts, for
a limiting and no limiting N disponibility, during a limited rainfall period (1995-96) and a normal period
(1997-98).
Localidad
Serie
0-40
1995-96
1997-98
200-40 EUN
0-40
200-40 EUN
kg. materia seca ha-1
Aya cucho
Juncalito
Chelforó
1351
334.25
1778.5
314.5
2.9
-0.1
2070.7
1172.9
7166.3
5249.8
34.0
27.2
Balcarce
El Destino
El Destino,
f/somera
2680.1
825.6
5223.2
4235.2
12.7
17.0
5255.4
2923.4
5788.5
4276.6
2.7
6.8
Dolores
El Carmen
El Carmen, f/somera
---
---
5780.2
4113.8
5651.6
6290.8
-0.6
10.9
Pila
Castelli
Castelli, f/muy salina
Castelli, f/muy salina
916.6
497
201
2573.7
1421.1
1242.7
8.3
4.6
5.2
2286.8
3121.4
2018.0
3630.8
2857.1
3914.7
6.7
-1.3
9.5
972.22
87.20
2398.41
73.02
7.2
82.2
3193.6
48.8
4980.7
28.1
10.6
114.4
Promedio
C.V.%
140
P VAZQUEZ et al. - Propiedades del horizonte A y productividad primaria de pastizales
Tabla 3: Modelos predictivos de productividad primaria con agregado de fósforo, fósforo más nitrógeno y
eficiencia del uso del nitrógeno obtenidos con el procedimiento STEPWISE utilizando las variables del
horizonte A para un año con severo déficit hídrico y otro con precipitación normal.
Table 3: Selection of primary productivity models with the adding of phosphorus, phosphorus plus nitrogen and
nitrogen use efficiency obtained by STEPWISE proceeding, contemplating A horizons properties for a year
with severe hydric stress and other with normal rainfall.
SEVERO DÉFICIT
HÍDRICO
Año
Tratamiento
0-40
Intercepto
pH
% arena
Intercepto
q C.Campo
% arena
Coef. de regresión
8366.2
-1133.5
34.4
-8546.7
20387
97.8
Intercepto
q PMP
% arena
Intercepto
% arena
pH
-4147.78
18731
66.05
12706
104.66
-1774.75
200-40
Intercepto
RAS
% arcilla
4299.5
-114.9
110.01
EUN
Intercepto
% arena
8817.8
-103.2
200-40
EUN
PRECIPITACIÓN
NORMAL
0-40
sodio, catión responsable de la pérdida de
estructura del suelo. También el aumento del
pH disminuye la disponibilidad del fósforo,
pues en un medio alcalino se favorece la
formación de compuestos de baja solubilidad
como la hidroxiapatita y la fluoroapatita (Tisdale
et al. 1993). La diferencia encontrada entre el
R2 hallado por Costa y García (1998) (R2=0.58)
y este trabajo (R2=0.88) responde en primera
instancia a que el modelo seleccionado en este
trabajo incluyó la variable porcentaje de arena.
Eliminando esta variable para comparar de una
forma más equitativa, el R 2 obtenido fue de 0.76.
Esta diferencia podría atribuirse en primera
instancia, a que Costa y García (1998) analizaron
un solo corte del ciclo correspondiente al
período 1991-92, sin la aplicación de fertilizante.
Otro aspecto a considerar es el grado de estrés
hídrico de ese ensayo en particular, al momento
de efectuarse dicho corte.
La asociación positiva observada entre el porcentaje de arena y la producción de
materia seca estaría relacionada con las
propiedades físicas de esta fracción. Su menor
superficie específica, si se la compara con la de
las fracciones arcilla y limos, y la ausencia de
Modelo
Prob >T
0.003
0.006
0.10
0.009
0.003
0.02
2
R
0.88
C.V.(%)
36.3
Prob >F
0.013
0.91
26.1
0.007
0.0016
0.0005
0.0029
0.0004
0.0005
0.0005
0.97
18.6
0.001
0.91
16.3
0.0006
0.003
0.0008
0.02
0.90
9.7
0.0008
0.57
70
0.018
0.006
0.018
carga en su superficie, hacen que el sodio no
pueda interactuar con ellas. De aquí que los
suelos de textura gruesa presenten un menor
deterioro de su estructura y por ende un valor
crítico de PSI superior cuando son comparados
con suelos de texturas más finas, con
contenidos de sodio similares (Greene et al.
1978; Oster et al. 1980).
Cuando el fósforo y el nitrógeno
fueron provistos, el contenido de agua
gravimétrica a capacidad de campo (θ g g -1 33
kPa) y el porcentaje de arena definieron la
productividad primaria (R2=0.91; C.V%= 26.1).
Puede interpretarse que la mayor capacidad de
retención de agua en el suelo aumenta las
probabilidades de superar un momento de
déficit hídrico. Como en el caso anterior, la arena
estaría vinculada al menor deterioro de las
propiedades físicas del suelo en presencia del
catión sodio.
Bajo condiciones de estrés hídrico
severo, el modelo explicativo de la EUN incluyó,
como en el caso anterior, a las variables
contenido de agua gravimétrica residual (θ g
g -1 1500 kPa) y porcentaje de arena (R2=0.97;
C.V.%=18.6). El contenido de agua gravimétrica
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
residual está positivamente asociado a la EUN,
lo cual es convergente con el concepto de
utilización del agua más allá del punto de
marchitez permanente definido para la mayoría
de los cultivos tradicionales. Esto permite
suponer que la fracción de agua retenida por
debajo de los 1500 kPa cumpliría un rol
importante en la supervivencia de estas
comunidades vegetales en momentos de déficit
hídrico.
Para el período con mayores
precipitaciones, se observaron cambios en
algunas de las situaciones estudiadas. Cuando
sólo se agregó fósforo, las variables
seleccionadas coincidieron con las del mismo
tratamiento en el período seco (porcentaje de
arena y pH) cambiando solamente las
pendientes del modelo (R2=0.91; C.V.%=16.3).
Cuando fósforo y nitrógeno fueron
agregados, el porcentaje de arcilla y el RAS
definieron la producción de materia seca
(R2=0.90; C.V.%=9.7). La variable porcentaje de
arcilla reflejaría, en primer grado, un mayor
contenido de humedad del suelo y, en segundo
término, un cambio de textura abrupto entre el
horizonte A y el subyacente (r=-0.88). Con
respecto a este último punto, en la medida en
que el cambio textural es menos abrupto, la
penetración radicular se realizaría bajo
condiciones de menor estrés, siempre que no
se trate de horizontes muy endurecidos
(Hamblin 1985).El RAS resumiría dos efectos
negativos: los propios del sodio y los
atribuibles a salinidad, ya que CE y RAS
presentaron un r=0.92. Desde el punto de vista
de la CE, la producción de materia seca fue
afectada principalmente por el aumento del
potencial osmótico de la solución del suelo en
la zona radical. La disminución del potencial
osmótico tiene un efecto directo, reduciendo
el agua disponible para las plantas. Si éstas
están adaptadas a tolerar salinidad, parte de
sus recursos energéticos son destinados al
ajuste del potencial osmótico de sus raíces,
afectando el crecimiento (Maas, Hoffman 1977).
La asociación positiva de la
producción de materia seca con el contenido
de arcilla indicaría que el RAS representó en
mayor proporción un efecto osmótico (serie
Castelli y sus fases). Se encontró una alta
correlación positiva entre RAS y PSI (r=0.75),
por lo cual altos valores de RAS indicarían un
141
elevado porcentaje de sodio en los sitios de
intercambio. Si el sodio de intercambio hubiese
sido el efecto primario, la arcilla debería haber
estado asociada negativamente con la
productividad de materia seca, ya que a medida
que aumentan las fracciones finas en el suelo,
el valor crítico de sodio disminuye (Greene et
al. 1978).
Para la EUN, el modelo incluyó el
porcentaje de arena (R2=0.57, C.V.%=70), el cual
se asoció negativamente a la EUN, a diferencia
del resto de los casos donde participó. Se
observó la mayor EUN (34 y 27 kg MS kg -1N)
en los pastizales desarrollados sobre suelos
con el menor porcentaje de arena (Juncalito y
Chelforó: 12.9 y 22.9% de arena, respectivamente). Bajo condiciones hídricas más
propicias, las comunidades desarrolladas en
estos suelos respondieron satisfactoriamente
al agregado de N a pesar del elevado contenido
de materia orgánica de estos suelos (Juncalito
y Chelforó: 8.1 y 5.7%, respectivamente). Se
debe considerar que el espesor del horizonte
A de ambos suelos es somero, por lo cual el
elevado porcentaje de materia orgánica
determinado en estos suelos no implicaría un
suministro de nitrógeno suficiente para
observar EUN inferiores a las determinadas. El
elevado valor de EUN y la gran diferencia de
producción determinados sobre estos suelos,
podrían atribuirse a que luego de tres años de
elevada fertilización con nitrógeno la
comunidad vegetal se tornó preponderantemente graminosa y dominada por Lolium
multiflorum. Lo opuesto se observó en las
parcelas fertilizadas sólo con fósforo, donde
las especies latifoliadas fueron más
preponderantes. Este mismo comportamiento
fue observado por Ginzo et al. (1986).
En el extremo opuesto encontramos a
las series El Carmen y El Carmen, fase somera,
las cuales presentaron altos porcentajes de
arena (58 y 34 %, respectivamente). En este
caso el porcentaje de arena representa una
mejor condición física del suelo, ya que esta
propiedad está inversamente relacionada a la
dispersión de agregados por efectos del sodio.
También es coincidente que estos suelos
poseen buenos contenidos de materia orgánica
(5 y 4 %, respectivamente) y sus horizontes A
son profundos (mayor a 19 cm). Todas estas
condiciones son propicias para una buena
142
P VAZQUEZ et al. - Propiedades del horizonte A y productividad primaria de pastizales
mineralización de la materia orgánica y
provisión de N. Esto es claramente visible en
la escasa diferencia observada entre las
producciones obtenidas sobre las parcelas
fertilizadas con fósforo y fósforo más nitrógeno
(Tabla 2). La EUN negativa observada en la
serie El Carmen debería interpretarse como
ausencia de efecto del nitrógeno aplicado y no
como un efecto detrimental de este fertilizante
sobre la productividad de materia seca, ya que
solo se están comparando dos observaciones
y la EUN no es muy negativa como para
sospechar lo contrario.
Hubiese sido esperable que el espesor
del horizonte A fuese seleccionado por el
procedimiento STEPWISE como elemento de
diagnóstico. El hecho de que esto no haya
ocurrido respondería principalmente a que
dentro de los suelos con horizonte A profundo
se encuentran los suelos salinos de la serie
Castelli. Como en el caso anterior, los tres suelos
de la serie Castelli presentaron altos
porcentajes de arena (40% de arena en
promedio, C.V.%=17) y la EUN determinada en
ellos fue baja (Tabla 2). Sin embargo, los valores
de producción primaria con el agregado de
fósforo y fósforo más nitrógeno fueron
inferiores debido a la elevada conductividad
eléctrica que presentaron (superior a 10 dS m1).
Se observó una diferencia muy
marcada en la producción de materia seca
obtenida sobre la serie Juncalito con el
tratamiento 200-40 kg ha-1 de N y P cuando se
compararon los períodos de severo estrés
hídrico y de precipitación normal. Este
comportamiento podría atribuirse a la existencia
de un banco de semillas de Lolium multiflorum
que se expresó en el segundo ciclo de cortes,
cuando el ambiente hídrico fue más favorable.
En la localidad de Balcarce se observaron
mínimas diferencias de producción de materia
seca entre los períodos de severo estrés hídrico
y de precipitación normal cuando el tratamiento
200-40 kg ha-1 de N y P fue aplicado. Esta
localidad registró una lluvia acumulada durante
el ciclo de cortes realizado con severo estrés
hídrico superior al del resto de las localidades,
lo cual explicaría las menores diferencias
existentes entre las producciones de materia
seca obtenidas de ambos períodos de corte
seco y húmedo para el tratamiento 200-40 kg
ha-1 de N y P, respectivamente.
CONCLUSIONES
Las propiedades edáficas del
horizonte A permiten pronosticar
satisfactoriamente la productividad de materia
seca y la eficiencia de uso del nitrógeno de
pastizales naturales desarrollados sobre
diversos suelos sódicos de la Pampa
Deprimida, cuando el nitrógeno y el fósforo no
son limitantes. El ambiente hídrico y el
nutricional alteraron la importancia relativa de
las propiedades de suelo al momento de definir
productividad de materia seca y eficiencia en
el uso del nitrógeno, obteniéndose distintos
modelos para cada combinación ambiente
hídrico-ambiente nutricional. El pH fue
determinante al momento de definir
productividad primaria cuando el P no fue la
principal limitante. El porcentaje de arena fue
seleccionado en casi todos los modelos,
vinculado, probablemente, a su efecto
amortiguador de la dispersión de los agregados
por el sodio. La capacidad de retención de
humedad, expresada como contenido de agua
a 33 kPa y a 1500 kPa, estuvo asociada al ciclo
de severo estrés hídrico. El RAS, amalgamando
el efecto del sodio, la conductividad eléctrica
y el porcentaje de arcilla, sólo intervinieron en
el período húmedo, cuando nitrógeno y fósforo
no fueron limitantes.
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144
PERDIDA DE NUTRIENTES POR EROSION HIDRICA EN DOS SUELOS
DEL CALDENAL PAMPEANO
EO ADEMA1, FJ BABINEC 1, N PEINEMANN2
1INTA EEA Anguil, CC 11, 6326 Anguil, E-mail: eadema@anguil.inta.gov.ar. 2Departamento de Agronomía, UNS, 8000 Bahía Blanca.
Recibido 28 de junio de 2001, aceptado 8 de noviembre de 2001
NUTRIEN LOSSES DUE TO WATER EROSION IN TWO SOILS OF THE PAMPA´S
CALDENAL
In the Caldenal region, overgrazing causes important soil losses due to water erosion. The
magnitude of this process is related to soil properties and vegetation cover. The objective of this study
was to evaluate nutrient losses due to water erosion on an Entic Haplustoll and a Typic Ustipsamment.
Treatments were: natural vegetation, clipped vegetation with residue reduction, and bare soil. Evaluations were carried out in March and September using a rainfall simulator (28 mm in 30 min) over 2 m 2
runoff plots. Organic carbon (OC), total nitrogen (N) and available phosphorus (P) were determined
on sediments. Average sediment OC and N content was higher in the Haplustoll (59.5 g.kg-1 and 4.3
g.kg-1 ) than in the Ustipsamment (37.6 g.kg-1 and 2.2 g.kg-1 ). P was lower in the Haplustoll (29.8
mg.kg-1 ) than in the Ustipsamment (40.2 mg.kg-1 ). Losses of N and P were significantly higher in
March than in September. In the bare soil, nutrient losses were higher in the Haplustoll than in the
Ustipsamment, while with vegetation cover, erosion was of lesser importance, and similar for both
soil types. Organic carbon was the soil constituent that suffered the highest losses due to water
erosion.
Key words: Soil erosion, organic carbon, nitrogen, phosphorus, semiarid woodland.
INTRODUCCION
La erosión hídrica es un proceso
degradativo que disminuye la productividad
de los suelos afectados y cuya intensificación,
en regiones semiáridas, puede ser provocada
por un manejo inadecuado de los pastizales.
Cuando la cobertura vegetal es removida
parcial o totalmente, la erosión hídrica aumenta
en relación directa a la intensidad de la
precipitación, y en general, al estado de
degradación del ecosistema (Wilcox 1994).
Distintos estudios demuestran la
importancia de la vegetación como agente
biológico protector del suelo. Las tasas de
escorrentía y erosión disminuyen en relación
inversa a la cobertura, debido a que la
vegetación y el mantillo disipan la energía
cinética de las gotas de lluvia, retardan la
velocidad del escurrimiento y aumentan la
permeabilidad del suelo (Blackburn et al. 1986,
Ruan et al. 2001). La cobertura de la vegetación
varía de acuerdo a su hábito de crecimiento,
estado fenológico y a la intensidad de pastoreo
(Thurow et al. 1988), provocando cambios
estacionales en las pérdidas de sedimentos
(Wood et al. 1986).
La erosión hídrica es un proceso
selectivo de extracción que remueve una mayor
proporción de fracciones finas y nutrientes del
suelo. Los sedimentos erosionados usualmente
contienen mayor proporción de nutrientes que
la capa superficial del suelo original (Sharpley
1985). Esta diferencia se puede expresar como
una tasa de enriquecimiento (TE), definida
como la concentración de nutrientes en los
sedimentos, referida a su concentración en el
suelo original (Barrows, Kilmer 1963) .
La pérdida de nutrientes está
directamente relacionada con la concentración
inicial en el suelo de origen, las lluvias, el
escurrimiento y el contenido de materiales
coloidales en el suelo (Mathan, Kannan 1993).
Debido a que la mayoría de los nutrientes están
adsorbidos sobre los coloides orgánicos e
inorgánicos, la erosión de los sedimentos más
finos provoca una movilización importante de
nutrientes (Sharpley 1985). Sin embargo, la
presencia de una densa vegetación nativa con
buena cobertura de mantillo sobre el suelo, reduce la velocidad del escurrimiento y disminuye
la pérdida de sedimentos (Meyer et al. 1995) y
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
nutrientes (Lee et al. 2001).
La pérdida de MO depende de la
topografía, el manejo y el tipo de suelo. Free
(1956) reportó que el porcentaje de MO en
sedimentos erosionados de un suelo franco
arenoso, fue 30 % mayor a la cantidad presente
en el suelo remanente.
Si bien la pérdida de MO está en
función de la pérdida de suelo, ésta no es una
función lineal, ya que a medida que se incrementa el volumen de sedimentos movilizados,
disminuye el contenido en la masa total. Al
respecto, Massey et al. (1953) observaron que
cuando las pérdidas de suelo fueron altas, el
porcentaje de MO erosionada fue relativamente
menor y viceversa. Barrows y Kilmer (1963)
reportaron una pérdida total de MO de 622
kg.ha-1, con una proporción en los sedimentos
igual al doble que la presente en el suelo inicial.
Las tasas de enriquecimiento de N en
sedimentos son, en general, paralelas a las de
MO (Massey et al. 1953), como consecuencia
de su origen predominantemente orgánico. La
pérdida de N no tiene una relación lineal con la
pérdida de suelo. Soltenberg y White (1953)
graficaron la pérdida de N como una función
de la pérdida de suelo, encontrando que,
cuando la concentración de sólidos en el
escurrimiento estuvo debajo de 0,4 kg.m-3, la
cantidad de N en los sedimentos fue cinco
veces mayor a la del suelo. Con una
concentración de 40 kg.m-3 de sólidos, el
contenido de N en los sedimentos fue solo 30
% superior al del suelo original. La vegetación
cumple un rol importante en el control de la
erosión hídrica, disminuyendo las pérdidas de
N (Williams, Nicks 1993).
Debido a su baja solubilidad, la
concentración de P disuelto en el agua de
escurrimiento normalmente es muy pequeña
(Mathan, Kannan 1993). Massey et al. (1953)
reportaron tasas de enriquecimento de P total
que oscilaron de 1,3 a 3,5; mientras que Burwell
et al. (1975), encontraron una pérdida anual
promedio de P en los sedimentos y en el
escurrimiento, desde 0,35 hasta 1,19 kg.ha-1 ,
dependiendo de la cobertura del suelo.
El Caldenal cubre un amplio territorio
de aproximadamente 5.000.000 ha dentro de la
provincia de La Pampa, donde la ganadería de
cría es la actividad productiva más relevante y
está sustentada casi exclusivamente por
145
pastizales naturales. Es sabido que el
sobrepastoreo de estos pastizales favorece
grandes pérdidas de suelo por erosión (Covas,
Glave 1988), las que se evidencian mediante la
presencia de surcos, cárcavas y vegetación en
pedestal, confirmando que la erosión hídrica
es el proceso degradativo más importante de
estos suelos (INTA et al. 1980). Sin embargo,
son escasos los estudios acerca de este
proceso de degradación, que puede afectar la
productividad futura del ecosistema. El
objetivo del presente trabajo fue evaluar las
pérdidas de nutrientes en dos suelos
representativos del Caldenal pampeano, bajo
diferentes coberturas de vegetación y mantillo,
en dos épocas del año en que las especies del
pastizal presentan distintos estados de
desarrollo vegetativo.
MATERIALES Y METODOS
Los ensayos se llevaron a cabo en dos
sitios del Caldenal próximos a la localidad de Anguil,
La Pampa (63° 59' W, 36° 30' S, 165 m snm),
distantes 15 Km entre sí. La precipitación media
anual de esta localidad para el período 1921-1990
fue de 608 mm con una distribución estacional del
36% en el primer trimestre, 17% en el segundo
trimestre, 12% en el tercer trimestre y 35% en el
cuarto trimestre (Roberto et al. 1994). El paisaje es
suavemente ondulado. El suelo del sitio I fue
clasificado como Haplustol Éntico y el del sitio II
como Ustipsamente Típico. En ambos sitios se
seleccionaron sectores del relieve cuya pendiente
presentó un gradiente uniforme para la instalación
de las parcelas de escurrimiento, a fin de evitar un
efecto significativo de la inclinación del terreno, sobre
las pérdidas de agua y de suelo. El gradiente medio
de la pendiente del terreno en ambos sitios fue de
5,7%.
La vegetación del sitio I presenta la
fisonomía de un bosque caducifolio denso (más de
50% de cobertura) de Prosopis caldenia con una
altura media de 5 a 8 m. Las especies dominantes del
estrato graminoso-herbáceo son: Stipa brachychaeta,
Stipa tenuissima, Piptochaetium napostaense, Stipa
tenuis, Poa ligularis y Baccharis ulicina. El tipo
fisonómico del sitio II es el de un bosque caducifolio
muy abierto (aproximadamente 10%) de Prosopis
caldenia de 4 a 8 m de altura. En el estrato
graminoso-herbáceo predominan las siguientes
especies: Digitaria californica, Panicum
urvilleanum, Centaurea solstitialis, Poa lanuginosa,
Stipa gynerioides y Baccharis ulicina. El uso actual
de la tierra en ambos sitios es la cría extensiva de
ganado vacuno.
En Febrero de 1996 se prepararon las
146
EO ADEMA et al. - Pérdida de nutrientes por erosión hídrica
parcelas de los dos sitios seleccionados para el
estudio, fuera del área de cobertura de los árboles.
El experimento se realizó con 3
tratamientos y 4 repeticiones, dispuestos según un
diseño en bloques aleatorizados completos. Cada
lluvia simulada se realizó simultáneamente sobre los
tres tratamientos. Los tratamientos comparados
fueron: 1) vegetación natural (manteniendo la
cobertura de la vegetación y el mantillo presente en
el lugar), 2) vegetación cortada a 5 cm de altura con
reducción parcial de mantillo, y 3) suelo desnudo.
En cada parcela se midió el porcentaje de
cobertura vegetal y de mantillo por el método de
Camfield en tres transectas de 2 m cada una por
parcela, sobre las cuales se determinaron los
porcentajes de vegetación, residuos y suelo desnudo,
antes de cada lluvia simulada en ambas épocas. La
fitomasa aérea de vegetación fue evaluada mediante
corte a nivel del suelo, en dos áreas de 0,5 m2 cada
una, en la cabecera de cada parcela. Se recolectó el
mantillo dentro de las mismas áreas de corte y el
material fue secado en estufa a 50 ºC y pesado. La
materia seca se expresó en kg.ha-1 .
En los meses de marzo y septiembre de
1996, sobre cada parcela se aplicó una lluvia en
condiciones naturales de humedad del suelo. Luego
las parcelas fueron cubiertas con polietileno, para
prevenir la evapotranspiración y lograr una condición
de humedad uniforme. A las 24 horas, se aplicó una
segunda lluvia de igual duración e intensidad, con la
cual se evaluó el proceso de erosión en condiciones
de humedad del suelo equivalentes a capacidad de
campo. Se utilizó un simulador de lluvia con aspersor
de cono lleno (ángulo de salida de 120°), modelo
460.968.30.CG, fabricado por Lechler GmbH de
Fellbach, Alemania, evaluado por Rostagno y
Garayzar (1995). El aspersor se ubicó a 3,4 m de
altura en posición vertical hacia abajo. La duración
de la lluvia en cada aplicación fue de 30 minutos,
con una intensidad promedio de 56,6 mm.h-1 . Se
utilizaron parcelas de escurrimiento rectangulares
de 2 m de largo por 1 m de ancho, cuya longitud
mayor fue orientada en el sentido de la pendiente.
Los sedimentos transportados por el agua fueron
colectados, se secaron en estufa a 50 ºC, se pesaron
y se determinó su contenido de nutrientes.
La humedad del suelo fue determinada
gravimétricamente en los primeros 5 cm de
profundidad, en el área adyacente a cada parcela de
escurrimiento. Los contenidos promedio de agua a
capacidad de campo fueron 22,2 % en el Haplustol
y 16,7 % en el Ustipsamente.
Tabla 1. Propiedades de los suelos estudiados.
Table 1. Soil properties of the research sites.
Haplustol Éntico
Horizonte
Profundidad (cm)
-1
Carbono orgánico (g kg )
Nitrógeno total (g kg-1)
Relación C/N
-1
Fósforo disp. (mg kg )
pH en pasta
Arcilla (%)
Limo (%)
Arena muy fina (%)
Arena fina (%)
Arena media (%)
Arena gruesa (%)
A
AC
Ck
0-32
13,8
1,2
11,5
8,1
7,1
15,0
27,5
14,8
12,5
28,1
2,1
32-55
8,4
0,7
12,0
0,8
7,7
18,8
28,7
13,5
14,2
21,9
2,9
0-30
8,8
0,8
11,0
33,6
6,5
8,1
9,1
12,6
17,6
46,2
6,4
30-54
4,9
0,5
9,8
5,9
6,9
7,8
12,6
12,9
22,6
37,9
6,2
55-160 (tosca)
4,8
0,5
9,6
0,4
7,9
17,0
31,4
12,0
17,5
18,2
3,9
Ustipsamente Típico
Profundidad (cm)
-1
Carbono orgánico (g Kg )
-1
Nitrógeno total (g Kg )
Relación C/N
-1
Fósforo disp. (mg Kg )
pH en pasta
Arcilla (%)
Limo (%)
Arena muy fina (%)
Arena fina (%)
Arena media (%)
Arena gruesa (%)
54-104
3,2
0,4
8,0
4,1
7,6
6,5
12,9
14,3
15,2
44,3
6,8
104>160
3,2
0,4
8,0
6,9
7,8
6,3
11,2
15,5
21,6
38,3
7,1
147
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
Antes de comenzar los ensayos se
determinó en los suelos de cada parcela a la
profundidad de 0-4 cm, la distribución del tamaño
de los agregados por tamizado en seco (<2, 2-3, 3-4,
4-8 y >8 mm) y el cambio de diámetro medio de los
agregados (CDMA), por el método De Boodt y de
Leehneer. Se determinaron además, los contenidos
de carbono orgánico por el método de Walkley-Black,
nitrógeno total (Kjeldahl) y fósforo disponible
(Bray-Kurtz) a las profundidades de 0 a 2 cm y de
2 a 4 cm. Los sedimentos recogidos de cada parcela
luego de cada lluvia aplicada fueron pesados y fueron
determinados los contenidos de materia orgánica,
nitrógeno total y fósforo disponible.
Las diferencias entre tratamientos y
suelos fueron evaluadas mediante análisis de la
varianza y test de diferencia mínima significativa
protegida (DMS) (SAS Institute 1998) usando un
modelo con suelos y tratamientos como efectos fijos,
y repeticiones (bloques) anidadas dentro de suelos
como efectos aleatorios. Para el analisis combinado
con las dos estaciones (marzo y septiembre) se usó
un esquema de parcela dividida en el tiempo, por ser
sólo dos las medidas (momentos) repetidas.
N varió entre 8 y 11, sin embargo el P disponible
presentó valores ostensiblemente mayores.
En la Tabla 2 se presenta la
distribución de tamaños de agregados en los
suelos de las parcelas. En los primeros 4 cm del
horizonte superficial, el Haplustol presentó
aproximadamente el 72% de agregados con un
diámetro mayor a 2 mm, mientras que el
Ustipsamente tuvo el 54 % de agregados de
más de 2 mm. La fracción de agregados de 2 a 8
mm fue mayor en el Haplustol (22%) que en el
Ustipsamente (17%). El CDMA calculado fue
de 0,94 en el Haplustol y 2,01 en el
Ustipsamente, de manera que los agregados
del Haplustol tuvieron aproximadamente el
doble de estabilidad que los del Ustipsamente.
Bajo condiciones naturales, el
porcentaje de cobertura y la cantidad de materia seca en el Haplustol Éntico fue mayor que
en el Ustipsamente Típico, para ambas épocas
de muestreo. Estas diferencias podrían
atribuirse a las mejores propiedades
fisicoquímicas que en general presentó el
Haplustol, en lo que respecta a capacidad de
retención de agua y disponibilidad de
nutrientes para el pastizal.
En marzo, la cobertura total (sumatoria
de vegetación y mantillo) en el Haplustol
Éntico, fue de 135% para el tratamiento natural
y 66% para el de corte, con un peso seco total
de fitomasa aérea de 15120 kg.ha-1 y 4860 kg.ha1, respectivamente. En el Ustipsamente Típico
la cobertura total fue de 89 % en el tratamiento
natural y 55% en el de corte, con un peso seco
total de 5930 kg.ha -1 y 3480 kg.ha -1 ,
respectivamente. El tratamiento desnudo fue
mantenido sin ningún tipo de cobertura durante las dos épocas de muestreo, por lo tanto,
RESULTADOS
Los perfiles presentaron un desarrollo
de horizontes característico de los suelos de la
región, sin limitaciones de profundidad, con
textura franco arenosa en el Haplustol Éntico y
arenoso franca en el Ustipsamente Típico
(Tabla 1).
El Haplustol presentó un alto
contenido de CO, especialmente en el horizonte
superficial y una relación C/N de 10 a 12. Los
valores de P disponible fueron excesivamente
bajos, probablemente por estar el fosfato ligado
en alta proporción, al calcio presente en el perfil.
El Ustipsamente tuvo valores de CO y N
menores que los del Haplustol y la relación C/
Tabla 2. Distribución de tamaño de los agregados y cambio de diámetro medio de los agregados (CDMA), de los
suelos estudiados.
Table 2. Aggregate size distribution and mean aggregate diameter change (MADC) for the studied soils.
Distribución de tamaño de agregados
<2mm
28,1
4,3
3-4mm
(%)
4,6
Ustipsamente Típico 46,0
3,1
3,9
Haplustol Éntico
2-3mm
4-8mm
CDMA
>8mm
12,9
50,2
0,94
9,5
37,6
2,01
148
EO ADEMA et al. - Pérdida de nutrientes por erosión hídrica
la cobertura y la materia seca fueron iguales a
cero.
En septiembre, la cobertura total sobre
el Haplustol Éntico fue de 126 % y 79 % para
los tratamientos con vegetación natural y de
corte, con contenidos de materia seca de 10860
kg ha-1 y 4290 kg ha-1, respectivamente. La
cobertura total del Ustipsamente Típico fue de
95% en el tratamiento con vegetación natural
y de 78 % en el tratamiento de corte, con 6760
kg ha -1 y 3340 kg ha -1 de materia seca,
respectivamente.
La distinta composición de los suelos
(Tabla 1) determina condiciones de vegetación
diferentes en ambos sitios. Además de las
diferencias fisionómicas descriptas, el pastizal
que se desarrolla sobre el Ustipsamente está
compuesto de especies predominantemente
estivales, mientras que sobre el Haplustol
predominan especies invernales. Esta situación
explica las diferencias estacionales en cantidad
de fitomasa y tipo de cobertura presentes en
cada sitio en las distintas épocas del año.
En el Ustipsamente existió mayor
cobertura de vegetación en septiembre que en
marzo como consecuencia del desarrollo de
individuos de Centaurea solstitialis, cuya
morfología arrosetada produce una importante
cobertura de suelo. Sobre el Haplustol hubo
una importante cantidad de mantillo en marzo,
como consecuencia de la acumulación de material muerto de las especies invernales (Stipa,
Piptochaetium y Poa). Durante el mes de
septiembre la vegetación se encontraba en
pleno desarrollo vegetativo, con un peso seco
y cobertura mayores que el del mantillo.
La pérdida media de sedimentos para
los distintos tratamientos sobre los dos suelos
se presentan en la Tabla 3. Esta fue mayor en el
Haplustol que en el Ustipsamente y en ambos
sitios el promedio de sedimentos perdidos fue
mayor en el tratamiento sin cobertura que en el
tratamiento de corte, y este a su vez mayor que
en el tratamiento con vegetación natural.
Cuando se analizó el efecto de las dos
estaciones del año sobre la pérdida de
sedimentos dentro de un mismo tratamiento,
en el Haplustol no se observaron diferencias
significativas (p = 0,15). En cambio, el
Ustipsamente mostró una interacción
significativa (p = 0,01) entre las estaciones del
año y los tratamientos. Mientras que los
tratamientos con vegetación natural y corte
tuvieron una pérdida de sedimentos similar en
ambas épocas, la pérdida de sedimentos en el
tratamiento desnudo fue 3,3 veces mayor en
septiembre que en marzo.
Si se considera la masa de sedimentos
proveniente del suelo libre de cobertura como
un índice de susceptibilidad a la erosión o
máximo potencial de pérdida de suelo para las
condiciones de ese sitio, se observa que la
cobertura redujo la pérdida de sedimentos
aproximadamente 9 veces en el tratamiento de
corte y 22 veces bajo vegetación natural, en el
Haplustol, mientras que para el Ustipsamente,
la reducción de la pérdida de suelo fue
aproximadamente 2,5 veces en el tratamiento
de corte y 11 veces bajo vegetación natural.
En la Tabla 4 se observan los valores
promedio de CO, N y P en los suelos de los
distintos tratamientos. La mayor cantidad de
Tabla 3. Pérdida de sedimentos después de 30 minutos de precipitación en los dos sitios de estudio.
Table 3. Sediment losses after 30 min of simulated rain at the studied sites.
Tratamiento
desnudo
corte
-1
Kg ha
natural
Haplustol Éntico
Marzo
Septiembre
1129b
1199b
209a
72a
51a
23a
Ustipsamente Típico
Marzo
Septiembre
317b
1203b
168ab
172a
70a
48a
Las medias seguidas por la misma letra no difieren significativamente (p < 0,05). Las
comparaciones se realizaron dentro de cada fila.
149
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
Tabla 4. Contenidos medios de nutrientes presentes en la capa superficial del suelo al inicio de los ensayos en los
diferentes tratamientos.
Table 4. Topsoil mean nutrient contents of the different treatments at the study starting time.
Profundidad
cm
Haplustol Éntico
desnudo
0-2
2-4
CO
g kg -1
N
g kg-1
P
mg kg-1
31,2 ± 4,1
25,5 ± 4,5
2,7 ± 0,2
2,3 ± 0,3
34,1 ± 6,0
27,6 ± 5,1
0-2
2-4
25,8 ± 4,0
17,4 ± 1,9
2,5 ± 0,3
1,9 ± 0,1
33,1 ± 9,2
13,7 ± 2,6
0-2
2-4
Ustipsamente Típico
desnudo
0-2
2-4
23,1 ± 3,7
19,4 ± 1,7
2,6 ± 0,2
1,8 ± 0,2
30,4 ± 8,8
15,6 ± 3,7
17,3 ± 1,9
15,5 ± 5,4
1,1 ± 0,1
0,9 ± 0,2
49,7 ± 6,4
45,2 ± 1,3
corte
0-2
2-4
12,2 ± 2,2
12,8 ± 1,8
0,9 ± 0,1
0,9 ± 0,1
40,8 ± 3,0
38,3 ± 0,6
natural
0-2
2-4
11,3 ± 2,2
10,5 ± 2,3
0,9 ± 0,2
1,0 ± 0,3
38,8 ± 3,0
38,5 ± 5,0
corte
natural
CO se encuentra en las capas superficiales del
suelo por efecto de la acumulación y
descomposición de residuos. Los contenidos
de CO disminuyen en profundidad, en particular en el Haplustol, donde los valores
promediaron 26,7 g kg-1 entre 0 y 2 cm de
profundidad y 20,8 g kg -1 en la capa de 2 a 4 cm
de profundidad, mientras que en el
Ustipsamente las cantidades fueron menores
sin observarse diferencias marcadas en ambas
profundidades (13,6 y 12,9 g Kg -1 ),
respectivamente.
Los diferentes contenidos de CO entre tratamientos fueron debidos a la
variabilidad espacial en la distribución de los
contenidos de materia orgánica en suelo y no
a un efecto de los tratamientos.
Los contenidos de N están
relacionados a los de CO. El Haplustol tuvo
contenidos significativamente mayores
(p<0,05) de CO y N que el Ustipsamente, en las
dos capas analizadas. Comparando las dos
profundidades dentro del mismo sitio, se
observa mayor cantidad de N en la capa superficial del Haplustol que en la capa subyacente,
no existiendo diferencias entre capas en el
Ustipsamente.
Los contenidos de P disponible
fueron significativamente mayores (p<0,05) en
las capas del Ustipsamente respecto a las del
Haplustol. En la capa superficial los contenidos
fueron: 43,1 mg kg -1 en el Ustipsamente y 32,5
mg kg -1 en el Haplustol y en la subsuperficial:
40,7 mg kg -1 y 19,0 mg kg -1, respectivamente.
Como puede observarse en la Tabla
5, las pérdidas de nutrientes por kg de
sedimento mostraron un patrón similar en ambos sitios, alcanzando los mayores valores en
ausencia de cobertura y los menores bajo la
condición natural. Las mayores pérdidas de CO
y de N correspondieron al Haplustol, mientras
que las mayores pérdidas de P se originaron
en el Ustipsamente. Estos resultados son
consistentes con los contenidos iniciales de
los elementos en los respectivos sitios de
estudio (Tabla 4).
En las dos estaciones del año, el
contenido de CO en los sedimentos fue
significativamente mayor (p<0,05) en el
Haplustol que en el Ustipsamente, con valores
promedio de 59,5 g kg -1 y 37,6 g.kg - 1
respectivamente. Dentro del Haplustol, la
concentración de CO fue mayor (p<0,05) en el
tratamiento de suelo desnudo (82 g kg -1) que
bajo pastizal natural (37,7 g kg -1), mientras el
tratamiento de corte tuvo una concentración
intermedia pero sin llegar a diferir, al mismo nivel
de significación, con el tratamiento natural. En
el Ustipsamente se determinó un contenido de
CO diferente en las dos épocas del año. En
150
EO ADEMA et al. - Pérdida de nutrientes por erosión hídrica
Tabla 5. Contenidos medios y error estándar de los principales nutrientes presentes en los sedimentos movilizados
de las parcelas experimentales.
Table 5. Mean and standard errors of the main nutrient contents present in movilized sediment fractions.
CO
-1
g kg
Haplustol Éntico
marzo
desnudo
88,5 ± 12,6
corte
64,5 ± 8,7
natural
47,0 ± 2,9
septiembre
desnudo
75,4 ± 13,7
corte
53,1 ± 6,8
natural
28,4 ± 2,9
Ustipsamente Típico
marzo
desnudo
54,5 ± 5,3
corte
43,4 ± 7,8
natural
23,7 ± 2,4
septiembre
desnudo
37,8 ± 8,4
corte
32,5 ± 4,8
natural
33,5 ± 5,7
marzo, el contenido de CO en los sedimentos
fue significativamente mayor (p<0,05) en el
tratamiento desnudo (54,5 g kg -1) que en el
tratamiento natural (23,7 g kg -1), con contenidos
intermedios en el tratamiento de corte. Sin embargo, en septiembre no hubo diferencias
significativas entre los distintos tratamientos
La concentración de N en los
sedimentos fue mayor (p<0,05) en el Haplustol
que en el Ustipsamente, con valores de 4,3 g
kg -1 y 2,2 g kg -1 respectivamente. La
concentración de este elemento fue
significativamente mayor en marzo que en
septiembre, donde las pérdidas promediaron
3,6 g kg -1 y 2,9 g kg -1. Por otra parte, la diferencia
entre las dos estaciones del año fue más
manifiesta en el tratamiento de suelo desnudo,
probablemente por haber sufrido la mayor
pérdida de N en verano, sin el aporte de
residuos orgánicos al suelo que la
compensaran.
Dentro del Haplustol, el tratamiento
desnudo tuvo mayor concentración de N en
los sedimentos (6,7 g kg -1) respecto de los
tratamientos de corte (3,5 g kg -1) y natural (2,9
g kg -1), los cuales no mostraron diferencias
significativas entre sí.
La concentración de P disponible en
los sedimentos promedió 29,8 mg kg -1 en el
Haplustol y 40,2 mg kg -1 en el Ustipsamente.
N
-1
g kg
P
-1
mg kg
7,8 ± 1,0
3,7 ± 0,4
3,1 ± 0,3
48,7 ± 2,0
32,5 ± 3,4
21,3 ± 4,8
5,5 ± 0,7
3,3 ± 0,4
2,6 ± 0,3
39,7 ± 4,0
17,9 ± 3,6
19,1 ± 7,2
3,0 ± 0,2
2,4 ± 0,4
1,7 ± 0,2
56,1 ± 2,4
49,2 ± 3,9
31,1 ± 5,8
1,7 ± 0,2
2,4 ± 0,5
2,0 ± 0,3
44,7 ± 4,4
34,8 ± 6,3
25,6 ± 6,6
La estación del año tuvo un efecto significativo
(p<0,05), siendo mayor la presencia de este
nutriente en los sedimentos de verano que en
los de invierno. Dentro del Haplustol, esta
concentración fue mayor (p<0.05) en el
tratamiento de suelo desnudo, con un valor
promedio de 44,2 mg kg -1 , que en los
tratamientos de corte y natural, los que
presentaron un comportamiento similar, con
valores de 25,4 mg kg -1 y 19,8 mg kg - 1
respectivamente. Con respecto al
Ustipsamente se puede generalizar que la
concentración de P disponible en los
sedimentos, fue mayor en el tratamiento
desnudo con 50,4 mg kg -1, seguida por el
tratamiento de corte con 42 mg kg -1 y el pastizal
natural con 28,3 mg kg -1.
El CO tuvo una tasa de
enriquecimiento (TE) promedio de 2,2 en el
Haplustol y 2,8 en el Ustipsamente, es decir
que la concentración de este nutriente en los
sedimentos fue mayor que en la capa de 0 a 2
cm de profundidad de los dos suelos de origen.
En cuanto al N, los resultados mostraron la
misma tendencia que el CO, con una TE de 1,7
en el Haplustol y 2,3 en el Ustipsamente (Tabla
6). Contrariamente, el P disponible no
incrementó su contenido en sedimentos
respecto al suelo de origen, con una TE
promedio de 0,9 para el Haplustol y 0,95 para el
151
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
Tabla 6. Tasas de enriquecimiento de CO, N y P en los sedimentos.
Table 6. Sedimental enrichment rates of OC, N and P.
Haplustol Éntico
marzo
desnudo
2,8
corte
2,5
natural
2,0
septiembre
desnudo
2,4
corte
2,1
natural
1,2
Ustipsamente Típico
marzo
desnudo
3,2
corte
3,6
natural
2,1
septiembre
desnudo
2,2
corte
2,7
natural
3,0
CO
Ustipsamente.
Las TE fueron mayores en el
Ustipsamente que en el Haplustol para CO y
N, mientras que el P se comportó de manera
similar en ambos suelos.
DISCUSION
La erosión hídrica se produce como
consecuencia de los procesos de impacto de
las gotas de lluvia sobre las partículas del suelo
y de la abrasión que ejerce el escurrimiento
sobre la superficie (Nearing et al. 1991). La
vegetación y el mantillo actuan como agentes
protectores del suelo atenuando la movilización
y el transporte de las partículas (Castillo 1997,
Meyer et al. 1995), además de actuar como
diques naturales de retención de elementos
desprendidos que fueron redepositados en el
lugar. Por las dimensiones de las parcelas es
dable esperar un mayor volumen de sedimentos
desprendidos por salpicadura, debido a que el
escurrimiento no alcanza a cobrar suficiente
velocidad y en consecuencia su capacidad
erosiva es limitada.
Las diferencias en las pérdidas de
sedimentos pueden ser grandes de una
estación a otra como de un año a otro (Wood
et al .1986). El notable incremento de
sedimentos perdidos desde el Ustipsamente
sin cobertura, en septiembre, podría deberse a
N
P
2,9
1,5
1,2
1,4
1,0
0,7
2,0
1,3
1,0
1,2
0,5
0,6
2,7
2,7
1,9
1,1
1,2
0,8
1,5
2,7
2,2
0,9
0,9
0,7
la rápida degradación fisicoquímica sufrida en
la estación cálida anterior. La pobre estabilidad
estructural, probablemente relacionada con el
escaso contenido de arcilla (Fox, Le Bissonnais
1998) y la gran cantidad de carbono orgánico
perdido (tres veces mayor que la cantidad
presente en la capa superficial del suelo),
podrían haber provocado una mayor
desagregación (Buschiazzo et al. 1995) y en
consecuencia una mayor pérdida de
sedimentos.
Muchos de los nutrientes arrastrados
por el agua como resultado de la erosión son
aportados principalmente desde las tierras altas
de las cuencas. A medida que las partículas
desprendidas se mueven corriente abajo sufren
una segregación selectiva y los nutrientes
están sujetos a procesos de adsorción y
desorción. Durante el transporte puede
producirse un enriquecimiento de arcillas y
nutrientes. Entre otros autores, Sharpley (1985),
Sharpley, Moyer (2000), Stoltenberg, White
(1953) y Watson et al. (2000), han reportado
enriquecimiento de CO, N y P en sedimentos
movilizados por erosión hídrica.
La rápida pérdida de materia orgánica
que se produce en suelos sin vegetación y sus
consecuencias sobre las propiedades físicas,
fue considerada por Albaladejo et al. (1998)
como el principal factor de degradación de suelo
152
EO ADEMA et al. - Pérdida de nutrientes por erosión hídrica
en ambientes semiáridos, sin encontrar
síntomas de recuperación natural, dos años
después de haberse provocado el disturbio.
Este hecho confirma que la actividad del
hombre o los cambios climáticos que implican
una reducción de la cobertura, pueden
provocar un importante proceso de
desertificación en estos ambientes.
La declinación de los contenidos de
materia orgánica en un suelo sin cobertura
puede atribuirse a varios factores, entre los que
pueden citarse la falta de residuos que retornan
al suelo debido a la ausencia de vegetación
(Parton et al . 1987), el incremento de la
temperatura del suelo que provoca una mayor
mineralización (Scott et al. 1994), y la pérdida
ocurrida por erosión (Wan, El-Swaify 1998). En
nuestro estudio, la concentración promedio de
CO presente en los sedimentos, se duplicó en
el Haplustol (2,2) hasta casi triplicarse en el
Ustipsamente (2,8), respecto de la cantidad
presente en la capa superficial de los
respectivos suelos a partir de los cuales fueron
movilizados. En ambos sitios existió una
relación inversa entre la pérdida de estos
constituyentes y la cobertura del suelo,
manifestándose una vez más, la importancia
que tiene el manejo del pastizal para la
sustentabilidad productiva de estos sistemas
ganaderos. Albaladejo et al. (1998) concluyen
que los procesos de degradación del suelo
luego de eliminar la vegetación en zonas
semiáridas, se manifiestan a través de la
disminución del contenido de CO y de la
estabilidad estructural. Los suelos del Caldenal
presentan una alta susceptibilidad a
erosionarse y en estos casos la pérdida de CO
es muy importante. El enriquecimiento de CO
en los sedimentos fue el triple para el
Ustipsamente y el doble para el Haplustol,
respecto del contenido inicial de ambos sitios,
por lo tanto si persistiera la falta de cobertura,
la erosión provocaría una degradación más
rápida del Ustipsamente que en el Haplustol
debido a esta mayor movilización de la materia
orgánica.
La erosión hídrica provoca
importantes pérdidas de MO acompañadas por
N y P (Barrows, Kilmer 1963). Nuestro estudio
mostró concentraciones importantes de CO y
N en los sedimentos, mientras que los
contenidos de P en sedimentos fueron similares
a los contenidos iniciales de los respectivos
suelos. Esta situación podría ser explicada por
distintas vías. Si bien los contenidos de MO
en los 2 cm superficiales del suelo fueron
menores en el Ustipsamente que en el
Haplustol, la pobre estructura que naturalmente
posee el primero podría ser la causa de la mayor
movilización de la MO del suelo, por impacto
de las gotas de lluvia, provocando de esta
manera un mayor enriquecimiento de CO y N
en estos sedimentos (Avnimelech, McHenry
1984). Por otra parte, la mayor cantidad de
sedimentos provenientes del Haplustol puede
explicar, parcialmente, la menor TE de CO y N
debido a la relación inversa que existe entre el
contenido de materia orgánica dentro de los
sedimentos y el volumen de sedimentos
perdidos (Massey et al. 1953). Al respecto,
Avnimelech y McHenry (1984) reportaron TE
de CO y N en sedimentos provenientes de 41
suelos de Estados Unidos, corroborando que
estas siguieron una función inversa al
contenido inicial en los suelos de origen, las
cuales se ajustaron a un modelo exponencial
negativo, lo cual significa que los suelos más
pobres en CO y N tienen mayor
enriquecimiento en sus sedimentos y
viceversa. Este hallazgo puede explicar las
mayores TE observadas en los tratamientos
del Ustipsamente, inicialmente más pobre en
estos elementos.
CONCLUSIONES
Bajo las condiciones en que se realizó
este estudio, puede concluirse que:
En ausencia de cobertura, las
precipitaciones de alta intensidad provocan
mayor erosión en los Haplustoles que en los
Ustipsamentes. Sin embargo, este proceso
disminuye considerablemente y llega a ser similar en ambos suelos, cuando se mantiene
intacta la cobertura natural.
La eliminación total de vegetación y
residuos posiblemente provocó, durante el
tiempo que duró el estudio, una degradación
más rápida del horizonte superficial en el
Ustipsamente Típico que en el Haplustol
Éntico, como consecuencia de su débil
estructuración, su textura gruesa y el escaso
contenido de coloides orgánicos. Esta
situación incrementó notablemente la pérdida
de sedimentos en el Ustipsamente, durante la
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
segunda época de evaluación.
La pérdida de nutrientes está
inversamente relacionada al porcentaje de
cobertura del suelo, en ambos sitios, con un
fuerte incremento en el caso de suelos
desnudos. El CO fue el principal constituyente
afectado por erosión hídrica en ambos suelos,
hecho de fundamental importancia por su difícil
recuperación. La pérdida total fue mayor en el
Haplustol, aunque con relación al contenido
inicial de ambos suelos, la mayor pérdida
relativa la sufrió el Ustipsamente.
AGRADECIMIENTOS
Al Dr. Daniel E. Buschiazzo por las
valiosas sugerencias aportadas para la
redacción del trabajo y al Dr. Nestor Juan por
la corrección del manuscrito. Este trabajo fue
financiado por la Facultad de Cs. Exactas y
Naturales de la UNLPam y la EEA Anguil del
INTA.
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
155
COMPARACION DE DOS TECNICAS DE CUANTIFICACION DE
INFECCION MICORRITICA
F COVACEVICH, HE ECHEVERRIA, LAN AGUIRREZABAL
UI EEA INTA-FCA, Balcarce. CC 276, 7620 Balcarce - Argentina.
E-mail: hecheverr@balcarce.inta.gov.ar
Recibido 12 de junio de 2001, aceptado 7 de noviembre de 2001
COMPARISON OF TWO TECHNIQUES FOR DETERMINING MYCORRHIZAL INFECTION
Our aims were to compare the techniques for determining root mycorrhizal infection proposed by Giovanetti-Mosse and by Trouvelot et al. Data were extracted from a glasshouse experiment where wheat plants were grown in pots filled with a Petrocalcic Paleudoll soil. Treatments were
nitrogen and phosphorus fertilization levels and three sampling depths. Mycorrhization (M) estimated by both methods ranged from 0 to about 68 %. Arbuscules (A) estimated by both methods
ranged from 0 to about 61 %. There were found positive (up to r 2 = 0,77) relationships between M and
A. Similarly, there were found positive (up to r2 = 0,76) relationships when M or A estimated by the
two methods were correlated. Mycorrhization estimated by the Giovanetti-Mosse method showed
M% values lightly highest from the estimated by Trouvelot et al. (M Trouvelot(%)= 0,98 M Giovanetti (%) –
4,1; r2 = 0,81). Arbuscules showed a similar trend (ATrouvelot(%)= 0,82 A Giovanetti (%) – 4,2 r2 = 0,76).
Key words: Mycorrhizal Colonization, Arbuscules Content, Giovanetti-Mosse method, Trouvelot
et al. method.
INTRODUCCION
La formación de micorrizas
arbusculares (MA) en las raíces de las plantas
incrementa la absorción de P por las plantas y
consecuentemente su crecimiento (Pfleger,
Linderman 1996).
Varias técnicas son empleadas para
estimar la micorrización, algunas estiman la
biomasa fúngica determinando el contenido de
quitina. Sin embargo, la utilidad de estas
determinaciones químicas se limita a
condiciones experimentales controladas y
suelos esterilizados (Bethlenfalvay et al. 1981).
Las técnicas mas utilizadas se basan en la
observación microscópica de las raíces y la
estimación del cortex primario que es ocupado
por las estructuras MA fúngicas. La estimación
del porcentaje de colonización micorrítica por
el método de la cuadrícula (Giovanetti, Mosse
1980) es muy utilizado para estimar el grado de
micorrización y arbúsculos en un sistema radical (Schweiger, Jakobsen 1999; Covacevich et
al. 1995). Dicho método presenta además, la
ventaja de proporcionar una estimación del
largo total de raíz que es micorrizado, ajustando
las condiciones de observación al método de
la cuadrícula propuesto por Tennant (1975),
que cuantifica la longitud radical en una
muestra. En tal sentido, cuando condiciones
tales como la fertilización pueden afectar tanto
el grado de micorrización como el desarrollo
radical, es de interés conocer la cantidad total
de raíces micorrizadas. Sin embargo, Mc
Gonigle et al. (1990) han manifestado que el
método de las interceptas presenta dos
limitaciones: por una parte dicha técnica es
subjetiva, dado que los arbúsculos no son
fácilmente reconocibles microscópicamente a
aumentos menores que 200x, y, por otra, que la
intensidad de colonización en el cortex radical
del segmento observado no es estimado. Al
respecto, otra metodología que considera la
densidad de colonización y la riqueza de
arbúsculos en el cortex radical es empleada por
su mayor rapidez (Trouvelot et al. 1986).
El objetivo ha sido comparar las técnicas de cuantificación de la infección
micorrítica arbuscular propuestos por
Giovanetti y Mosse y por Trouvelot et al., y
determinar el grado de asociación entre las estimaciones logradas por ambas técnicas.
MATERIALES Y METODOS
La experiencia se realizó en invernáculo
(EEA INTA, Balcarce). Tubos de PVC de 30 cm de
profundidad por 10 cm de diámetro fueron llenados
156
F COVACEVICH et al. - Comparación de técnicas de cuantificación micorrítica
simulando el perfil con un Paleudol Petrocálcico,
con pH 5,7; materia orgánica 6,2%, 6,5 mg P Bray
kg-1 y 15 mg N-NO3 - kg -1 en el horizonte A y pH
5,9, materia orgánica 3,7%, y 4 mg P Bray kg-1 en el
B1 . Se sembraron tres semillas de trigo (ProINTA
FEDERAL) por tubo el 29 de agosto de 1996. El
suelo fue mantenido a no menos del 65% de su capacidad de retención hídrica. Con el objeto de obtener un amplio rango de micorrización los tratamientos resultaron de la combinación factorial de: niveles de nitrogeno (0 y 0,33 g N tubo-1 ), niveles de
fósforo (0, 0,05 y 0,10 g P tubo-1 ) y profundidad de
muestreo (0-10, 10-20 y 20-30 cm) con cuatro repeticiones. La fertilización se realizó a la siembra
con urea y superfosfato triple de calcio en solución
acuosa.
A los 35 días después de la siembra, cuando las plantas estaban en espiguilla terminal (código
decimal 15, Zadoks et al. 1974), se cortó el material
vegetal aéreo y los tubos fueron vaciados. El suelo
con todo el material radical fue fraccionado a los 010; 10-20 y 20-30 cm. Cada fracción fue tamizada
(0,2 cm), lavada con agua y las raíces recuperadas.
Estas fueron secadas al aire (20 °C, 72 hs), divididas
en dos submuestras de peso equivalente y teñidas
(Phillips, Hayman 1970). En una submuestra se
estimó el grado de micorrización y de arbúsculos
por el método de la cuadrícula de Giovanetti y Mosse
(1980). Para ello, las raíces fueron cortadas en segmentos de 1 cm, se distribuyeron al azar sobre una
grilla de 1 cm x 1 cm. Se registró la presencia de
estructuras MA en las intersecciones horizontales
y verticales entre raíces y líneas mediante observación microscópica (45x). El número de intersecciones cuantificadas en cada muestra se mantuvo dentro del rango 112-395, con un promedio de 193 raíces/muestra.
Se calculó la frecuencia de infección
micorrítica, M Giovanetti(%)=N° SI x 100 / N° SO,
donde SI corresponde al número de segmentos infectados (hifas+arbúsculos+vesículas) y SO al número de segmentos observados (hifas + arbúsculos
+ vesículas + sin infección).
La frecuencia de aparición de arbúsculos,
fue calculada como: AGiovanetti (%) = N° SA x 100 /
N° SO, donde SA corresponde al número de segmentos con arbúsculos.
En la submuestra restante, se realizó la
cuantificación de la micorrización por la técnica de
Trouvelot et al. (1986). Para ello, se cortaron 30
segmentos de 1 cm de las raíces teñidas, se montaron paralelamente en portaobjetos y se realizó la
observación microscópica (45 x). Cada segmento
fue categorizado entre las clases 0 (0% infección)
hasta 5 (>95% infección). Simultáneamente, la proporción de arbúsculos en cada porción infectada fue
categorizada entre Ao (0% arbúsculos) hasta A3
(100% arbúsculos).
Se calculó la intensidad de micorrización
como: M Trouvelot (%) = (n1+5 n2+30 n3+70 n4+95
n5) / N, donde M Trouvelot (%) es simétrica en el rango
5-95 %, N es el número de fragmentos observados,
y n1 .... n5 representan el número de fragmentos
categorizados como 1 .... 5, respectivamente.
El contenido relativo de arbúsculos del
sistema radical A Trouvelot (%) fue calculado como:
ATrouvelot (%) = a . mA / 100 con a (%) = (10 mA1+
50 mA2 +100 mA3) / 100 con mA = (n1A + 5 n2A
+ 30 n3A + 70 n4A+ 95 n5A) donde A es, n1A....
n5A, corresponden al número de fragmentos con
arbúsculos pertenecientes a las categorías 1 .... 5,
respectivamente. Las variables cuantificadas fueron
sometidas a análisis de correlación y regresión (SAS
1988).
RESULTADOS Y DISCUSION
Los tratamientos evaluados permitieron obtener un rango de M Giovanetti que se mantuvo entre 1-68 %, y entre 0-67 % para la
M Trouvelot.. Para el A Giovanetti el rango fue 0-61 % y
para el A Trouvelot 0-58 %. Los rangos de
micorrización son coincidentes con los reportados por Schweiger y Jakobsen (1999) en plantas de trigo. La MGiovanetti (24 %) superó al
A Giovanetti (17 %). Un comportamiento similar se
encontró para MTrouvelot (19 %) que superó al
A Trouvelot (10 %). Esta situación es esperable si
se considera que el parámetro M incluye la
cuantificación de arbúsculos. Dado que en los
arbúsculos se realiza el intercambio de
nutrientes (Pfleger, Linderman 1996), ambos
parámetros (A y M) deben ser considerados
en los casos en que se evalúan los efectos
provocados como resultado de la formación
de micorrizas.
La M y el A correlacionaron positiva
y significativamente, tanto cuando fueron
estimados por la técnica de Giovanetti y Mosse
(r2 0.96 P ≤ 0.0001) o por la de Trouvelot et al.
(r2 0.87 P ≤ 0.0001). De manera similar, cuando
la M o el A estimados por las dos técnicas
fueron correlacionados, se relacionaron
positiva y significativamente (Figura 1). Tanto
la M Giovanetti como el A Giovanetti mostraron valores
superiores (P=0.01) en cuatro unidades en
relación a la M Trouvelot y A Trouvelot ,
respectivamente. Las pendientes de la relación
obtenida para la estimación de la M no difirió
d e u n o (P=0.67), mientras que para la
estimación del A si (P=0.001). Por lo
mencionado, podría asumirse una
sobreestimación en la estimación por la técnica
157
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
80
M Trouvelot (%)= 0.98 MGiovanetti (%)- 4.1
2
MTrouvelot (%)
70
r = 0.81
60
50
40
30
20
10
0
0
10
20
30
40
50
60
70
80
MGiovanetti (%)
ATrouvelot (%)
70
60
ATrouvelot (%)= 0.82 A Giovanetti (%)- 4.2
50
r = 0.76
2
40
30
20
10
0
0
10
20
30
40
50
60
70
AGiovanetti (%)
Figura 1. Relación entre la intensidad de micorrización (a) y contenido de arbúsculos (b) cuantificados por el
método de Trouvelot y colaboradores (MTrouvelot y ATrouvelot, respectivamente), con el porcentaje de
micorrización (a) y de arbúsculos (b) cuantificados por el método de Giovanetti y Mosse (MGiovanetti y
AGiovanetti, respectivamente).
Figure 1. Relationship between mycorrhizal intensity (a) and arbuscules content (b) estimated by Trouvelot et al.
method (MTrouvelot y ATrouvelot, respectively), and the percentage of mycorrhizal infection (a) and the
arbuscules content (b) estimated by Giovanetti-Mosse method (MGiovanetti y AGiovanetti, respectively).
de Giovanetti y Mosse en relación a la de
Trouvelot et al., fundamentalmente para el
contenido de arbúsculos.
Los resultados obtenidos muestran
una concordancia general entre las dos técnicas evaluadas para estimar tanto la M como el
A. Mediante la técnica de Giovanetti y Mosse
es posible realizar conjuntamente la
cuantificación de la M, el A y la determinación
del largo de raíz micorrizado. El tiempo empleado en la preparación del material a observar
microscópicamente por la técnica de la cuadrícula, excede en al menos cinco veces al em-
pleado para la confección de los preparados a
observar para realizar la estimación por el método de Trouvelot et al. Para el tiempo empleado en la observación microscópica de las muestras, se mantiene la misma diferencia entre las
dos técnicas para la preparación del material.
Las relaciones halladas entre las técnicas de Giovanetti y Mosse y de Trouvelot et
al. podrían permitir la transformación de estimaciones de la micorrización y el contenido de
arbúsculos realizadas por una técnica, hacia la
otra.
158
F COVACEVICH et al. - Comparación de técnicas de cuantificación micorrítica
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo fue financiado con
fondos del Proyecto 15-A107 de la FCA-UNMP.
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
159
NODULACION Y NUTRICION NITROGENADA EN SOJAS CONVENCIONALES Y RESISTENTES A GLIFOSATO INOCULADAS CON Bradyrhizobium
japonicum
FA MONTERO, KM FILIPPI, MA SAGARDOY
Departamento de Agronomía, Universidad Nacional del Sur, 8000 Bahía Blanca, Argentina
Recibido 21 de septiembre de 2001, aceptado 5 de diciembre de 2001
NODULATION AND NITROGEN NUTRITION IN CONVENTIONAL AND GLYPHOSATE
RESISTANT SOYBEAN INOCULATED WITH Bradyrhizobium japonicum
Numerous glyphosate resistant soybean (Glycine max L. Merrill) cultivars are cropped in Argentina, though sufficient information about the symbiosis capacity of B. japonicum with each cultivar is
lacking. Therefore, our objective was to evaluate different parameters of nodulation and nitrogen
nutrition in four conventional and fifteen glyphosate resistant soybean cultivars originated from seeds
inoculated with liquid inoculant containing B. japonicum E109. The assay was conducted in a growth
chamber under controlled conditions (22-25 ºC, 16 h of light, 8 h of dark, soil at field capacity). The
soil used was B. japonicum free. After six weeks (V3 soybean growing stage) different parameters
related to nodulation were measured. When all cultivars were tested together significant differences
were found in nodule number per plant, nodule dry mass per plant, shoot and root dry mass per plant,
dry mass per nodule, and total nitrogen concentration and content. The number of nodule per plant
was similar in glyphosate resistant and conventional soybean cultivars. However, the nodule dry
mass per plant, shoot and root dry mass per plant, dry mass per nodule, and total nitrogen concentration
and content was 4.8 to 14.2 % higher in conventional than in glyphosate resistant cultivars. Considering
all resistant and non resistant cultivars together, significant relationships between nodule dry mass
and shoot accumulated total nitrogen, between nodule dry mass and shoot dry mass, and between
shoot dry mass and shoot accumulated total nitrogen were determined. Under the conditions of this
assay the compatibility between B. japonicum E109 and each conventional or glyphosate resistant
soybean cultivar was different because a width range of nodulation and nitrogen nutrition were
observed.
Key words: liquid inoculant, nodulation, glyphosate resistant soybean, symbiosis.
INTRODUCCION
La producción de granos de soja
(Glycine max L. Merrill) depende de un adecuado suplemento de nitrógeno y para ello es
esencial que se practique una inoculación
infectiva y efectiva con su microsimbionte específico. La inoculación de soja con B.
japonicum, en suelos donde se la cultivó por
primera vez como los del sudeste bonaerense,
incrementó la producción de semillas de esa
leguminosa (Ham et al. 1971). Sin embargo, es
más difícil el aumento de la producción de semilla de soja por la inoculación cuando existen
en el suelo cepas naturalizadas de B. japonicum
(Streeter 1994). En Iowa, USA, se demostró que
el recobre de cepas de B. japonicum en nódulos
de soja estaba influenciado por la cantidad de
inoculante aplicado, por el tipo de cepa utilizada en el inoculante y por la población de
rizobios del suelo (Weaver, Frederick 1974).
Los inoculantes comerciales disponibles pueden variar en su número y en la efectividad de los rizobios que los componen y en
ciertos casos, transportar organismos contaminantes capaces de inhibir a los
microsimbiontes que forman parte de esos
inoculantes (Olsen et al. 1996). El objetivo de
este trabajo fue evaluar la respuesta a la inoculación con B. japonicum en cultivares de soja,
convencionales y resistentes a glifosato.
MATERIALES Y METODOS
Se utilizaron quince variedades de soja (A
3901 RG, A 4423 RG, A 4456 RG, A 4657 RG, A
5409 RG, A 5435 RG, A 5634 RG, A 5818 RG, A
5901 RG, A 6401 RG, A 6445 RG, A 8000 RG, A
9000 RG, XP 4404 RG, XP 7636 RG) resistentes a
glifosato (RG) y cuatro variedades (A 4422, A 4656,
A 5409, A 7986) no resistentes a glifosato (NRG).
160
FA MONTERO et al. - Nodulación y nutrición nitrogenada en soja
Para cada cultivar se inocularon 100 g de semillas
con 0,1 mL de un biofertilizante líquido comercial,
libre de contaminantes bacterianos, mezclado con
0,3 mL de agua destilada estéril. El biofertilizante
era portador de 7,8 x 109 ufc de B. japonicum E109
mL-1 , valor determinado mediante el método de la
dilución última en series de orden décuple, y utilizando el medio agar manitol extracto de levadura
(Vincent 1970).
Luego de inoculadas se sembraron dos semillas por maceta de plástico (18 cm de diámetro
por 17 cm de altura) conteniendo suelo no estéril
recogido del horizonte A de un Ustipsamment (textura= franco arenoso, C orgánico= 13,7 g kg-1 ; N
total=1,43 g kg -1 ; N-NO 3 -= 7,5 mg kg-1 ; P
extractable=15,2 mg kg-1 ; pH 7,3; arena= 720 g kg-1
y limo 190 g kg-1 ) libre de B. japonicum. A los siete
días se ajustaron las plantas a una por maceta, por
lo tanto se trabajó hasta el final del ensayo con una
planta por unidad experimental. Todos los estudios
se realizaron por cuadruplicado. Con el objeto de
verificar que el suelo estaba libre de bradyrizobios y
que no existió contaminación con B. japonicum durante el desarrollo del estudio, se utilizó un control
sembrado con semillas de soja no inoculadas. Las
plantas desarrollaron en cámara de crecimiento, a
22-25 0 C, con 16 h de luz (originada de 15 tubos
TLT de luz día, con una potencia de 150 W cada
uno) y 8 h de oscuridad. El riego se realizó diariamente con agua destilada estéril, utilizando un pulverizador durante los primeros diez días y el resto
de los días agregando 25 mL de agua destilada estéril
por maceta.
Seis semanas después de la siembra, en el
estadío V3 (Fehr et al. 1971), fueron procesadas las
plantas con el objeto de estudiar los parámetros
siguientes: número y masa seca de nódulos, masa
seca aérea y radical y concentración de nitrógeno
total en la parte aérea de las plantas de soja. La masa
seca se determinó después de secar el material a 55
ºC durante cinco días. Para analizar el contenido de
nitrógeno total fue empleado el método semimicro
Kjeldalh (Bremner 1996).
Se utilizó un diseño completamente aleatorio y balanceado. Los datos se analizaron mediante
un Anova simple para cada variable de los 19
cultivares. Las medias se compararon mediante LSD
(a dos colas). Con el objeto de comparar el grupo de
variedades NRG con el grupo RG, para cada característica medida, se realizaron comparaciones de los
valores medios utilizando contrastes a priori mediante la prueba F, lo cual permitió determinar o no
la existencia de diferencias significativas entre los
promedios de cada grupo (Steel, Torrie 1997). Los
análisis estadísticos se realizaron usando, en los casos en que fuera necesario, las transformaciones
adecuadas de los datos para homogeneizar varianzas
según Box y Cox (1964).
RESULTADOS Y DISCUSION
El número medio de nódulos por planta
osciló entre 47,7 (A 4657 RG) y 17,5 (A 8000
RG) lo que demuestra que existió una alta variación entre cultivares (cociente= 2,7). Simultáneamente, las plantas procedentes de semillas no inoculadas (control) no presentaron
nodulación. La masa seca nodular por planta
varió entre 62,2 (A 5409) y 27,7 (A 8000 RG) mg
(cociente= 1,87) y la masa seca por nódulo
mostró un rango de 2,36 (A 5409) a 0,89 (A
4456 RG) mg (cociente= 2,65). Las masas secas
aéreas y radicales por planta, presentaron valores entre 1,36 y 0,74 g (cociente= 1,84) y entre 0,65 y 0,35 g (cociente= 1,86), respectivamente. El tenor de nitrógeno total en la parte
aérea osciló entre 2,03 (A 7986) y 1,43 (XP 4404
RG) % (cociente= 1,42) y entre 25,0 (A 5409) y
14,2 (A 8000 RG) mg por planta (cociente= 1,76).
La utilización de un inoculante líquido en semillas de soja promovió la nodulación de las
variedades estudiadas; sin embargo, existieron variaciones de la respuesta a la inoculación entre distintos cultivares de soja y una
misma cepa de B. japonicum, resultados que
coincidieron con lo observado por Israel
(1981). Los valores de nitrógeno acumulado
(concentración y cantidad absoluta) en la parte aérea de las plantas fueron significativamente diferentes entre los cultivares. Esos datos indican que, de acuerdo a lo observado
por Zeiher et al. (1982), existieron formas fisiológicas diferentes para acumular y distribuir
nitrógeno entre las variedades de soja inoculadas.
Mediante el análisis de contrastes fueron detectados valores promedios
significativamente superiores, expresados
como porcentajes, en el grupo de sojas NRG
respecto al de sojas RG de los siguientes
parámetros: 1) masa seca de nódulos por planta (8,4 %), 2) masa seca por nódulo (10,2 %), 3)
masa seca aérea por planta (8,3 %), 4) masa
seca radical por planta (13,2 %), 5) concentración de nitrógeno total en parte aérea (4,8 %) y
6) nitrógeno total absoluto de parte aérea por
planta (14,2 %). Considerando todos los
cultivares, se calcularon regresiones lineales,
observándose que: 1) por cada incremento de
1 mg de masa seca nodular por planta aumentó
0,225 mg la cantidad de nitrógeno total en la
parte aérea, y 12 mg la masa seca aérea por
mg N total parte aérea
-1
planta
Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
35
30
25
20
15
10
5
y = 0,2251x + 9,4133
2
R = 0,57***
10
30
50
70
90
-1
g masa seca aérea
-1
planta
mg masa seca nódulos planta
1,8
1,6
1,4
1,2
1
0,8
0,6
0,4
y = 0,0121x + 0,5442
2
R = 0,55***
10
30
50
70
mg N total parte aérea
-1
planta
mg masa seca nódulos planta
35 y = 15,226x + 3,0233
2
30
R = 0,69***
25
20
15
10
5
0,25
0,75
90
-1
1,25
g masa seca parte aérea planta
1,75
-1
Figura 1. Relación entre la masa seca nodular y el
nitrógeno total acumulado de la parte aérea (a),
entre la masa seca nodular y la masa seca de la
parte aérea (b), y entre la masa seca de la parte
aérea y el nitrógeno total acumulado de la parte
aérea (c) en 19 cultivares de soja inoculados con
un inoculante líquido (B. japonicum E109) (N=
76).
Figure 1. Relationship between nodule dry mass
and shoot accumulated total nitrogen (a), between nodule dry mass and shoot dry mass (b),
and between shoot dry mass and shoot accumulated total nitrogen (c) from 19 soybean cultivars inoculated with a liquid inoculant (B.
japonicum E109) (N= 76).
planta de soja, y 2) en la parte aérea de las
plantas, por cada g adicional de masa seca se
acumularon 15,2 mg de nitrógeno total (Figura
1). En consecuencia, se comprobó que la cantidad acumulada de nitrógeno total por planta
estaba significativamente relacionada con la
masa seca de los nódulos y con la masa seca
de la parte aérea de las plantas de soja (R2=
0,57*** y R2= 0,69***, respectivamente). Estos resultados confirman datos de experimen-
161
tos tempranos realizados por Döbereiner (1966)
en Brasil. Además, se observó una relación altamente significativa entre las masas secas de
los nódulos y de la parte aérea de las plantas
(R2= 0,55***).
En conclusión, la inoculación de semillas de soja de los grupos NRG y RG, con un
inoculante líquido formulado con B. japonicum
E109 en un suelo libre de bradyrhizobios, indicó la existencia de distintos niveles de compatibilidad entre la cepa comercial y los cultivares
de soja ensayados, provocando diferencias
significativas en la nodulación (número y masa
seca de nódulos) y la nutrición nitrogenada
(masas secas aérea y radical, y contenido de
nitrógeno en parte aérea) de las plantas. Simultáneamente, el número de nódulos por planta
fue similar en los cultivares convencionales y
resistentes a glifosato. Sin embargo, las masas
secas nodular, aérea y radical por planta, la masa
seca por nódulo, y la concentración y contenido de nitrógeno fueron 4,8 a 14,2 % mayores
en los cultivares NRG respecto a los RG.
AGRADECIMIENTOS
Proyecto financiado parcialmente a través del PIP 0909/98 (CONICET). Los autores
agradecen a las empresas Rizobacter Argentina S.A (Pergamino) y a Nidera Semillas (Venado Tuerto) que facilitaron el inoculante liquido
y las variedades de semillas de soja para realizar este estudio.
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
163
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Resultados y Discusión: se expondrán con
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164
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Ciencia del Suelo 19 (2) 2001
serán de tamaño apropiado, para que luego de
reducidas tengan 2 mm de alto. No se aceptarán gráficos de computadora, salvo que posean excelente calidad y definición (impresión
laser). Las fotografías en blanco y negro o color
sólo se aceptarán si poseen buen contraste e
intensidad. Serán rechazadas reproducciones
de fotografías. La publicación de Figuras a
color deberá acordarse previamente con el
Comité Editor.
165
Leyenda de Tablas y Figuras en inglés: deberán adjuntarse, además de las correspondientes en castellano.
indicadas en el texto deben numerarse en serie, colocándose un número entre paréntesis
en el lado derecho. Para una fracción simple
usar una barra, ej. x/y. Se recomienda el uso
de potencias fraccionarias en lugar de raíces
cuadradas. En las fórmulas químicas la carga
de los iones debe indicarse así: Ca 2+. El número isotópico debe indicarse como
superíndice a la izquierda del símbolo químico, ej. 15N. Las siglas y abreviaturas técnicas
se indicarán con letras mayúsculas sin puntos
entre las mismas. Los nombres de las técnicas analíticas y de los elementos se presentarán en minúscula.
Símbolos y unidades: se adoptará el Sistema
Internacional de Unidades. Los denominadores de las unidades se presentarán afectados
por potencias negativas, ej. materia orgánica:
g kg -1 suelo. Se adoptará para clasificar suelos Soil Taxonomy (USDA). Los nombres
científicos deberán indicarse en cursiva o subrayados. Dar el significado de todos los símbolos inmediatamente debajo de la ecuación
en la cual se utilizaron por primera vez. Sólo
aquellas ecuaciones que están explícitamente
Aceptación de artículos: una vez que un
manuscrito sea considerado aceptable los autores deberán presentar la versión final corregida en un diskette de alta densidad, en Word
para Windows, o en su formato rtf. Cuando la
calidad de las figuras remitidas a la revista no
sea adecuada para su reproducción se deberá
afrontar el costo de rehacerlas en la imprenta.
La versión electrónica del trabajo deberá incluir las tablas y figuras cuando éstas hayan
sido confeccionadas de esa manera.