Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Academia.eduAcademia.edu

Proceso de Paz y Constituyente

LA PAZ, EL CICLO ELECTORAL Y LA CONSTITUYENTE SOCIAL EN TRES TIEMPOS Miguel Angel Herrera Zgaib Profesor asociado, exdirector de Ciencia Política y Unijus. Director Grupo Presidencialismo y participación, y Proyecto Seminario Internacional Antonio Gramsci. Colombia. Autor de los libros: Antonio Gramsci y la crisis de hegemonía. La refundación de la ciencia política (2013), y La participación y la representación política en Occidente (2000).Emails: maherreraz@unal.edu.co, maherreraz@hotmail.com Primer tiempo ¿NADIE PERDIÓ? “El congreso es ilegítimo...No busco una constituyente para ser reelegido." Álvaro Uribe Vélez, cabeza del senado por el Centro Democrático. “No hay solo que protestar, sino tomarse el poder para el pueblo.” Aída Avella, candidata a la vicepresidencia por la coalición PDA/UP. Exhortación al momento de inscripción de la candidatura, 14/03/2014 en Bogota. Conocidas las cifras de la elección del domingo 9 de marzo, amargas para unos, agridulces para otros, resulta que ninguno de los partidos líderes participantes, según sus discursos auto-justificatorios, perdió la elección presidencial. La razón última obedece a que Colombia suscribe el ballotage, la segunda vuelta es la vencida. Pero la realidad es otra, indudable, desafiante, bronca. Una vez más, no solo ocurrió la derrota en la generalidad de los casos, sino que se repitió y agravó el triunfo de la abstención. Aquel 9 de marzo ésta llegó al 56 por ciento a nivel nacional. Es la impronta que nos indica que la hegemonía, sobre o con la sociedad civil, es una disputa por zanjar. De su solución hace parte la suerte que experimente la negociación de la paz, que ya sabemos que no concluirá en el corriente año de 2014. Desde los tiempos de San Vicente del Caguán, pasando por Santa fé de Ralito, hasta llegar a La Habana, esta periodización muestra que otras formas de participación política son requeridas y actuantes. Por lo pronto, están a la vista otros arreglos institucionales: la consulta, el referendo y la constituyente para el refrendo de lo que se acuerde en La Habana por los campos políticos rivales, que insisten en el tránsito hacia la paz. La punta de lanza de los grupos subalternos de asiento rural, primordial, con las Farc-Ep como protagonista principal de la guerra social, después de una década, parece interiorizar una dura lección que exige la interpelación al conjunto de la sociedad, la construcción de una voluntad nacional-popular, y no solo el recurso a la acción armada, por exitosa que se muestre a primera vista. En resumen, ya está comprendida la importancia estratégica que se deriva de conseguir el libre despliegue del poder constituyente en el más complejo terreno de la lucha civil. Afirmarlo, en la nueva praxis subalterna implica la acción de una pluralidad multitudinaria que encarnan los diferentes movimientos sociales, y las organizaciones políticas comprometidas con una paz democrática. Tal y como en parte se practicó y plasmó en la Constitución de 1991, que, sin embargo, no logró convertirse en un verdadero pacto de paz. DUGAS, John (1993). La constitución de 1991: ¿Un pacto político viable? Departamento de Ciencia Política. Universidad de los Andes. Bogotá. Después de dicho antecedente, la interlocución ahora incorpora a las víctimas, de parte y parte, como actor político indiscutible; y aunque difuminado, también emerge, aunque con timidez, otro actor en dicho campo subalterno, la población desplazada que las estadísticas calculan en 6 millones de colombianos descoyuntados de la normalidad, desarraigados de la reproducción de sus condiciones de existencia, y puestos en la condición de la nuda sobrevivencia en los cinturones de ignominia de las grandes ciudades colombianas. Entonces, se trata que la paz tantas veces aplazada despeja la incógnita, en el último ciclo electoral de 2014, le de paso y viabilidad a una construcción hegemónica de nuevo tipo, que tiene al bloque subalterno en trance de ser gobierno. Tal objetivo demanda la presencia de una fuerza política plural que ponga en ascuas, al tiempo que desarticule la dominación “legítima (tradicional-carismática)”, MEJÍA QUINTANA, Oscar et al (2008). Estatuto epistemológico de la cultura política. UNIJUS/UNAL. Bogotá, p.67 que se impuso por el terror y las armas durante los dos mandatos de Álvaro Uribe Vélez; que recordó en su acción depredadora, retrogradando, los tiempos anteriores al Frente Nacional rotulados entonces como “La Violencia”. Pero, a la vez, esta subcultura del terror, la que hemos caracterizado en términos de institucionalidad sobreviviente como régimen para-presidencial en un libro ya publicado, HERRERA ZGAIB, Miguel Angel et al (2007). El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción. Universidad Nacional de Colombia/ UNIJUS. Bogotá. choca con la propia dinámica de transformación social y económica de la sociedad civil moderna que revela la presencia activa de los de abajo, dentro y más allá del juego que establecen y entronizan las reglas que consagró la nueva Constitución de 1991. ¿Cuál es la cultura dominante? La cultura dominante en Colombia, que no hegemónica hoy, “fundamenta su legitimación en una dominación legal-racional, donde el derecho es estatuido de un modo racional, con arreglo a fines y no a valores, respondiendo a un universo de reglas abstractas y no personalizadas…” MEJÍA QUINTANA et al. Op. cit., p. 67. A ella se suma, para conceptualizarla, precisa Oscar Mejía Quintana, “el efecto globalizador de la sociedad posmoderna, de parte del mundo postindustrial, y por las políticas neo-liberales de apertura económica…bosquejando un choque tectónico de placas legitimatorias en tensión.” Ibídem, p. 68. Así las cosas, la fuerza política plural que protagoniza la paz democrática, enfrenta la tensión manifiesta con el partido de la guerra, que también se expresó electoralmente en la primera y segunda vuelta presidencial del año 2014, así como a la acción conformista del partido de la U, y su proyecto de una paz próspera en clave neo-liberal. Dicho bloque subalterno tiene que desplegar una estrategia colosal, porque por este camino tiene que recuperar y repotenciar lo acordado y “sepultado” en San Francisco de la Sombra del 5 de octubre de 2001. Ver el texto del Acuerdo de San Francisco de la Sombra “para concretar y consolidar el proceso de paz”, en: BBCMUndo.com, domingo 13 de enero de 2002. Para darle cabida efectiva al mundo urbano y rural, cada uno con sus diversas expresiones políticas y sociales, tal y como las conocemos hoy en día. Para hacerlo realidad se requiere traducir en términos nacional populares, cuando menos, la interlocución práxica entre la ciudad y el campo, en la cual se integra, sin subsumirse, la presencia activa de una pluralidad de actores organizados de la sociedad civil de los de abajo, en torno a sus intereses democráticos manifiestos en el quehacer electoral mismo, aunque intermediados casi sin excepción por la intelectualidad de clase media. Bajo estas condiciones, el fenómeno de la abstención, sumada a la doble realidad de los votos nulos y blancos, junto con la categoría de los no marcados, en sintomático de la presencia potencial de una transición. Los tres hechos que tipifican la verdad de la cultura “cívica” de la representación política entre los colombianos, en el marco pre-establecido de la negociación de paz con las Farc-ep, le fijan el rumbo a la disputa por la hegemonía entre dos proyectos alternativos. En la acción electoral hay dos bloques de poder y contra-poder disputándose la orientación de la sociedad civil, donde la clase media es la primera interpelada por tres proyectos políticos, uno (neo) conservador reaccionario, que configura el partido de la guerra bajo el nombre de Centro Democrático, CD; uno reformista (neo)liberal que configura el partido de la paz sin reformas socio-económicas radicales, con el nombre de Partido de la U, PU, y sus aliados. El tercero es un partido proclive a la reforma radical, que, sin embargo, tiene también dos alas, “la progresista” que se expresó electoralmente en la Alianza Verde, donde predomina el centro de tendencia social-demócrata; y la de izquierda que lidera con manifiesta dificultad el PDA. El partido de la izquierda tiene la problemática no resuelta, de una alianza estratégica con la “resucitada” UP, que pasa, primero, por un acuerdo electoral con miras a la participación en la elección presidencial de 25 de mayo, y en la disputa por la alcaldía de Bogotá, donde se ventila la suerte de la Alcaldía de Bogotá, el núcleo de la insurgencia, de resistencia de autonomía de los grupos y clases subalternas urbanos. La fuerza plural de los subalternos La fuerza potencial de un proyecto nacional popular, inicialmente, relanza a la UP en lo electoral como animador plural de la Marcha Patriótica, de una parte; y de otra, surge la necesaria interlocución con el Congreso de los Pueblos, dándole cabida a uno de sus líderes, el hoy senador Alberto Castilla. Pero dicha fuerza, que existe como movimiento social requiere la concreción de un verdadero partido social Agrario, que sea capaz de quebrarle el espinazo al bloque agrario reaccionario. Más su necesaria confluencia con las fuerzas del PDA, que vive una tensión crucial, lideradas por Jorge E. Robledo, de un lado, y Clara López por el otro, que expresó una relativa armonización de intereses estratégicos, puesta a jugar en el escenario con el acuerdo de una alianza coyutural electoral con la UP, en una fórmula presidencial Clara López/ Aída Avella que casi alcanzó los 2 millones de votantes. Una vez se zanjen las diferencias en la cúpula y en la base con las dos principales expresiones subalternas de la insurgencia armada, las Farc y el Eln, será posible fortalecer la unidad de un naciente bloque social y político que coseche y encauce las simpatías políticas y sociales en el campo de la reforma agraria radical, dinamizando así los consensos básicos de una cultura política antagónica del actual estado de cosas; que traduzcan bien el sentido común y el buen sentido acumulado en la abigarrada experiencia de sus luchas, el proyecto de un bloque histórico alternativo será posible. Para lo cual se requerirá la articulación del partido de la reforma radical, con la organización confluyente de un partido agrario en una tendencia plural, cuya bisagra orgánica está dada por la necesaria presencia de la base campesina, la población pobre desplazada del campo, junto al proletariado agrícola, donde los “raspachines” y los obreros enganchados en los mega-proyectos agro-mineros son fuerzas fundamentales en la constitución de la voluntad nacional-popular alternativa. Tal es el escenario fijado, las condiciones para la disputa de la hegemonía sobre, o con los grupos y clases subalternas, después del fracaso de la iniciativa de la paz en San Vicente del Caguán, que obró como cabeza de puente de la zona de distensión, antes y después del recrudecimiento de la guerra contra la insurgencia subalterna. Enfrentando una derrota estratégica Después de San Vicente, con el cierre de la distención, la reacción desplegó la estrategia contrainsurgente de copamiento de la sociedad civil en sus expresiones regionales, semi-rurales y rurales, que se inició con la ruptura intempestiva de las negociaciones de paz, con el comando compartido del gobierno colombiano y estadounidense, bajo el cobijo del Plan Colombia. Tal fue el propósito ensayado y continuado por el presidente Álvaro Uribe Vélez, líder visible de la alianza terrateniente-capitalista financiera, que ahora se expresa también orgánicamente en le espacio electoral constituyendo una fuerza propia, el Centro Democrático, desprendida y diferenciada del Partido de la U, pretextando y esgrimiendo la traición de Juan Manuel Santos, al programa de la reacción pura y dura. Con aquel patrocinio económico y político se buscó imponer la legitimidad del comando uribista en el bloque dominante a todo costo; a través de los ejercicios proto-fascistas de tierra arrasada y desplazamiento en cabeza de las organizaciones para-militares, que se legalizaron, una vez confederadas precariamente en las Auc. Se implementó el régimen para-presidencial bajo las dos caras del Pacto de Santa fé de Ralito, una encubierta, y otra al descubierto que fue sancionada y constitucionalizada en la Ley de Justicia y Paz. Pero se hundió en el fallido intento de la tercera reelección del presidente Álvaro Uribe Vélez, y su candidato sustituto Andrés Arias. Tal es el contenido de clase, social y político, de la “justicia y paz” impuesta por la primera administración de Álvaro Uribe, en si misma, que se trasuntó en el intento parcialmente exitoso de institucionalizar, juridicizar si no la hegemonía, cuando menos, la legitimidad de un orden marcial bajo el imaginario de la seguridad pseudo-democrática y el proyecto político reaccionario llamado Estado comunitario. Esta fue la traducción casi inmediata de la derrota política infringida a las Farc-ep, toda vez que su dirección había equivocado el momento de la lucha estratégica, en concreto, el modo de conducir, traduciéndola en sus exactos términos una acción político-militar contra-hegemónica. Entonces se trataba de orientar e incorporar activamente a la sociedad civil de abajo que se había dado cita, Expresión acuñada por el sociólogo y teólogo belga François Houtart, quien orienta la actividad investigativa en el Centro de investigación CETRI basado en Bruselas. molecularmente, en la “peregrinación” de San Vicente del Caguán. Es una suerte de precipitado “caosmótico”, La expresión “caósmosis” proviene del discurso de Felix Guattari, en su conversación con Gilles Deleuze. Ellos piensan las realidades de la micropolítica y los micropoderes, en tanto proponen una alternativa práctico discursiva del encuentro entre los discursos de la cultura cívica estadounidense, y las lecturas del biopoder y la bio-política propuestas por Michel Foucault, que develan las relaciones de poder cristalizadas en el enfoque sistémico de la política, tanto en la versión estructural funcional de Talcott Parsons, como en la funcional de Niklas Luhmann, su discípulo tardo-capitalista. que requería una perspectiva y un hacer incluyente sin renunciar a la pluralidad de singularidades. GUATTARI, Felix (2007). Caosmosis. Editorial Manatial. Buenos Aires Pero no sucedió así, porque se hundió en el marasmo de un diagnóstico estratégico equivocado de parte de la principal fuerza subalterna, las Farc-ep, que omitió el asunto crucial de la guerra de posiciones democrática; pensó que los avances en el escenario de la guerra contra-insurgente consolidarían un efectivo reparto político, como resultado de las conversaciones de paz en San Vicente. Y todo quedó sumido en la oscuridad real de San Francisco de la Sombra. La ambigüedad del voto en blanco “La verdad siento cierta desmoralización…tuvimos el mismo porcentaje de votos nulos que en 2006 y 2010…Eso lo podré saber por allá en cuatro o seis meses, cuando se entreguen credenciales y se puedan mirar los documentos.” Carlos Ariel Sánchez, registrador nacional del estado civil, ET, 11/03/14. Bogotá, p. 5. El voto en blanco también triunfó por segunda vez, en la primera parte del ciclo electoral de 2014. Porque obtuvo la votación requerida para invalidar los resultados de la elección para el parlamento Andino. La primera victoria ocurrió en Piedras (Tolima), en un espacio semi-rural de Colombia, de insignificante incidencia en el rumbo de la política nacional, pero, en cambio, sí indiciario de las grietas que aparecen en la legitimidad del bloque agrario, la cultura parroquial de la subordinación, en el control de las municipalidades semi-rurales. Esta vez el escenario que vota los aspirantes al parlamento Andino fue urbano; y puso en cuestión la fórmula de la representación política. Afectando, sin distingos, a diferentes culturas políticas que compitieron por las curules, cuyos potenciales elegidos tienen una remuneración de $24.054.000 millones de pesos colombianos. En la disputa por superar la barrera del voto en blanco concurrió una población de 10.172.124 ciudadanos. Los primeros lugares en esta votación aparte, del 9 de marzo, los consiguió el partido Conservador con 947.774 votos; seguido por la Alianza Verde, 815.239, ambos con lista abierta; y el tercero fue el PDA, que en lista cerrada obtuvo 721.681 sufragios. Junto con estos resultados, hubo 2.848.990 votos no marcados, 510.439 votos nulos. Los totales fueron, a su vez, votos por lista o partido: 3.189.502, votos en blanco: 3.623.193, y votos no válidos: 6.812.695. La fuente es la información consignada en el diario El Tiempo, ET, 11/03/14. Bogotá, p. 5. Eso sí, se mantuvieron las altas cifras de votos nulos y no marcados que ponen de presente una ineficaz pedagogía para preparar en el acto físico de votar, o la disposición de la gente, consciente, para anular su voto. Pero, igualmente, traduce un acto de rebeldía objetiva frente a las formas de la representación imperantes. Es una hipótesis, la última, de fuerza relativa, porque en los escenarios de la Costa, donde hubo copiosas votaciones, y los índices de analfabetismo y exclusión social son dramáticos no se "desperdician" votos. Ahí están las cifras. Los analistas citan, a manera de ejemplo, los casos de los departamentos de Sucre y Córdoba. Si hay verdad en el decir del portal “la Silla Vacía”, en lo que divulga el joven analista político Ariel Ávila, Colaborador en el libro Y refundaron la patria, escrito a múltiples voces, animado inicialmente por los hallazgo de la politóloga, Claudia López. Investigadora de las elecciones presidenciales de 2002 y 2006, y actual senadora electa por la Alianza Verde. la parapolítica como fenómeno sigue vivita y coleando en todas las listas, menos en las de Alianza Verde y el PDA. Ella tiene arraigo en lo que denominamos el proyecto de la “para-república” que es la avanzada sobre la sociedad civil para el desmonte simultáneo, progresivo del Estado social de derecho desde dentro suplantado por el placebo del Estado comunitario de los propietarios. HERRERA ZGAIB, Miguel Angel et al. El 28 de mayo y el presidencialismo de excepción en Colombia. UNIJUS/UNAL. Bogotá, noviembre de 2007. Tal proyecto no ha sido detenido. Lo indica el hecho, que directa o indirectamente, ahora en alianza con las Bacrim, en lugar de las Auc, cuya dirección fue extraditada a los Estados Unidos, persiste alrededor del 33 por ciento de la presencia de congresistas electos con tales vinculaciones para el nuevo congreso que inicia tareas el 7 de agosto. Todo lo cual permite concluir, refuerza la idea que el régimen para-presidencial no ha sido desmontado, que los Acuerdo de Santa fé de Ralito, en sus dos versiones, siguen operando, y dando frutos políticos, tanto a la reacción como a la centro derecha, que es la coalición de intereses más apta para ganar la reelección de un nuevo presidente, Juan Manuel Santos, repitiendo lo hecho por el bloque dominante, que comandara la reacción política durante los dos periodos presidenciales de Álvaro Uribe Vélez. Una elección sintomática La verdad de los resultados mostró que ninguna de las listas a Congreso obtuvo una mejoría concluyente en las votaciones que habían registrado en la elección pasada en lo referido a resultados de Senado. Pero sí hubo un ganador numérico, el Partido de la U, que sin embargo, perdió congresistas. Lo máximo que obtuvo un partido, el Liberal, fue obtener el mismo número de senadores, 17, cuando hacía oposición a la aplanadora del Uribismo, al cual le hacían oposición. El Centro Democrático, CD, que obtuvo 20 senadores en "el destape", sí mostró el real poderío electoral de Álvaro Uribe Vélez como persona. La lista cerrada que encabezó contabilizaba 2.045.564 votos, escrutado el 98,40 por ciento de las mesas. Pero, luego, con las reclamaciones aumentó en uno su representación senatorial, que la convirtió en la fuerza de “oposición” reaccionaria. Es el contrafuerte de los alcances “pacificadores” de la centro derecha, que con el dúo Juan Manuel Santos/Germán Vargas Lleras lidera el bloque dominante en la coyuntura de la prosperidad económica inducida por la cosecha al debe de la favorable comercialización y exportación de recursos no renovables, petróleo y carbón Esto permite calcular la realidad de las cifras conseguidas en sus dos presidencias, y de qué modo fue posible elegirlo, y con el concurso de qué fuerzas santas y non sanctas, que ahora en parte se alinderan, se reparten en otros partidos, desde Opción Ciudadana hasta el mismísimo CD. En la edición de El Tiempo del 11/03/14 están los nombres de tres elegidos: Ciro A. Ramírez, Marta Cecilia Curi y Teresita García Romero. Sin embargo, en documento privado del CD, elaborado por el equipo del exministro Juan F. Londoño pronosticaba 40 senadores. Entonces, la votación debería alcanzar los 4 millones. En entrevista con Blu Radio, del martes 11/03/14, Uribe despotricó del exministro Martínez Salcedo quien filtró esa "perla documental". Así las cosas, la pifia fue monumental, y se entiende por qué Uribe exclama que el congreso elegido fue ilegítimo, y que se disponen a obrar en consecuencia. El antiguo "mejor socio" de Álvaro Uribe, en el partido de la U, PU, Juan Manuel Santos dio parte de victoria, solo que se trata de una victoria pírrica, porque los 47 senadores obtenidos por la Unidad Nacional, donde se juntan todavía PL, 17, y Cambio Radical, CR, 9 no les da la mayoría para obrar libremente en el Congreso. Luego fueron también perdedores. El partido de la reelección tendrá que aliarse, si quiere ganar, al P. Conservador, que eligió 19 senadores, acogiendo en sus filas, entre otros, a los rechazados por otros partidos, y donde la rebeldía de Martha Lucía Ramírez, cosechó derrotas. De los electos a la candidata le contabilizan 4 que respaldan su candidatura independiente a la presidencia de Colombia. La “cocina” de un bloque histórico alternativo “Naturalmente, en la ciencia histórica la eficacia del elemento económico inmediato es considerado como mucho más complejo que el de la artillería pesada en la guerra de maniobra, ya que este elemento era concebido como causante de un triple efecto: 1) abrir una brecha en la defensa enemiga luego de haber llevado a la confusión a los cuadros adversarios…2) organizar con una rapidez fulminante las propias tropas, crear sus cuadros, o al menos ubicar con celeridad fulminante los cuadros existentes…3) crear en forma instantánea la concentración ideológica de la identidad de los fines a alcanzar. Era una forma de férreo determinismo economista…” Antonio Gramsci, en: Lucha política y guerra militar, p.336. GRAMSCI, Antonio (1981). Escritos políticos (1917-1933. Cuadernos de Pasado y Presente 54. México. El bloque alternativo que junta a fuerzas de centro, izquierda y proyectos sociales democráticos, para conseguir carta de ciudadanía tiene que articular el espacio electoral, con una cultura política democrática en “cocimiento”, un renovado cemento de la sociedad. Expresión acuñada por el politólogo noruego Jon Elster para nombrar uno de sus libros, donde trajina con el tópico de la ideología con la perspectiva de la elección racional, yendo más allá, en recuperación de las fuentes del empirismo humeniano, y el crítico de cuño deleuziano. El bloque alternativo tiene que abarcar también en lo electoral a las iniciativas del voto en blanco, y superar la parcialidad y concentración, ya que su mayor fuerza y representación sigue concentrada en Bogotá, donde este superó el 10 por ciento de la votación general. A la vez avanzar en una audaz pedagogía ciudadana, con la demostración práctica de la importancia de elegir gobiernos de izquierda eficaces y participativos. Lo cual no ha ocurrido del todo con los experimentos ya conocidos. Al mismo tiempo el bloque histórico, contra-hegemónico de los subalternos, en su anclaje urbano, le corresponde establecer una interlocución programática con la abstención. Si quiere disputar a futuro, el rumbo de la siguiente presidencia, en cabeza probable del coequipero del presidente Juan Manuel Santos. A éste tendrá que ponerle la posible alianza de centro izquierda, la condición de realizar una asamblea constituyente de contenido social, en la letra y el espíritu del artículo 13, de la Constitución nacional. Como acto preliminar no será nada fácil. Al inicio de la segunda presidencia se presentará el pulso entre los antagonistas que negocian, a su manera, en representación circunstancial del bloque dominante, y el aun precario bloque de los subalternos que sostiene que no participarán de aquel gobierno probable. Pero, la primera prueba indiciaria de los acuerdos que hacen posible el bloque alternativo, constituido por el trabajo, los grupos y clases subalternas de la ciudad y el campo, se dará en la disputa por la hegemonía en el primer espacio urbano, Bogotá gobernado por alianzas de izquierda, bajo la dirección del PDA con otros sectores, de variopinta procedencia política. Este es un lugar ahora en riesgo definitivo de perderse por la errónea e ineficaz alcaldía de Gustavo Petro, que no corrigió la trayectoria de los otros dos alcaldes elegidos por el PDA y las coaliciones establecidas con fuerzas de centro derecha, y la tendencia liberal social que representan Ernesto Samper y Horacio Serpa. La izquierda triunfó en forma “pírrica” en tres oportunidades seguidas, luchando por conseguir la mayoría en las urnas contra la reacción y el reformismo liberal. Ahora se reeditó esta lucha, sin los aliados de antes, por la defensa de la democracia en el proceso de la destitución del alcalde Gustavo Petro; y logró detener la consumación de su muerte política por vía administrativa, y cuestionar los motivos que lo sancionan por gravísimas faltas de carácter disciplinario. Todo lo cual no se resolvió por la ciudadanía que participó en la elección de alcalde de la ciudad capital. Se clausuró la votación de la revocatoria señalada por la Registraduría nacional del estado civil, en principio, para el próximo 6 de abril. Previamente hubo la decisión sobre las tutelas presentadas por la ciudadanía bogotana en defensa del derecho a la participación política, que establece el artículo 40 de la Constitución, y que resolvió negativamente el Consejo de Estado. Luego vino, la decisión del presidente, que desestimó lo dispuesto por la Comisión de la Corte Interamericana de DH, que solicitaba el decreto de medidas cautelares en defensa de la permanencia del Alcalde. Vino la acción que ante el Consejo de Estado se desató a favor de lo dispuesto por el organismo internacional, y se decretaron las medidas cautelares. Resuelto lo anterior, el Alcalde Petro y el presidente acordaron en privado apoyar la aspiración a su reelección. Todo lo cual condujo a que el alcalde siga hasta la terminación de su periodo como alcalde, al tiempo que se destapan escándalos de manejo financiero, distintos al problema de las basuras. Lo cual incluye los cuestionamientos de Carlos Vicente De Roux, concejal de la fuerza progresista que no ha podido privarse de la crítica abierta a tales ejecutorias. El segundo tiempo ENCUESTAS, Y EL IMAGINARIO CONSTITUYENTE SOCIAL "Estamos dispuestos a una paz negociada. En Colombia, las Farc siguen cometiendo actos terroristas. Exigir unas condiciones para que las Farc den señas de querer una negociación...Sí no hay un conflicto armado, es el accionar de un grupo armado que hace terrorismo." O.I. Zuluaga entrevista con RCN, 06/06/14. “La posibilidad de una paz duradera está a la vista de los votantes dan a Juan Manuel Santos, el actual presidente, un segundo mandato…” The Economist. A escasas semanas de la segunda vuelta presidencial confluyeron 4 encuestas que medían las percepciones de los votantes potenciales. La última encuesta de las conocidas, la de Napoleón Franco /Ipsos, establecía para Zuluaga un 49 por ciento de favorabilidad, y 41 por ciento para Santos, al tiempo que registraba que había un 12 por ciento que aún no sabía por quién votar, más una merma en la abstención comparada con lo que fueron los resultados de la primera vuelta. En el otro extremo aparecían los resultados de la encuesta de Publimétrica, Cifras y conceptos de César Caballero. Aquí, a contrario del anterior encuestador, Santos ganaría con 43 por ciento, mientras que Zuluaga llegaba al 38.5; el voto en blanco estaba por el 11.7, con otro 6.3 que no sabe/no responde. Si tal fuera el resultado, la diferencia al final del conteo del 15 de junio, las cifras alcanzarían a unos 630.000 votos a favor de la reelección de Santos. Novedades en la ronda de encuestas Adicionalmente, la firma de Caballero estableció que un 46 por ciento de los posibles votantes no se reconocen de ningún partido. Para esta franja poblacional, el 40 por ciento votaría por Santos, mientras que el 30 por ciento lo haría por Zuluaga; junto a otros dos resultados relevantes, un 19 por ciento por el voto en blanco, y un 13 por ciento NS/NR. Además, vista otras dos encuestas, la de Datexco y Gallup, la primera encontraba a Santos triunfando con el 41.9, mientras el segundo, Zuluaga obtendría el 37.7. A su turno, Gallup marcaba que Zuluaga conseguiría el 48.5 de los votos, y el aspirante a reelegirse 47,7, esto era una diferencia de 0.8, entre uno y otro. En materia de voto en blanco, Datexco midió la existencia de 13.8 por ciento de voto en blanco. Gallup, particularmente, establecía, que entonces lo que más le preocupaba a los votantes potenciales era el desempleo, en contraste evidente con la buena marcha de la economía, su crecimiento económico con empleo en ayunas. El segundo punto que reclamaban era una mejora sustancial en la salud, que marcaba el 12.7 por ciento de los encuestados. El debate televisado en Caracol Por fin, el público televidente la oportunidad de ver a los dos candidatos, cara a cara, debatiendo sus diferencias, y contrastando los argumentos de uno y otro. No queda claro quién ganó este encuentro. Eso no ocurrió en la competencia previa a las dos presidencias de Álvaro Uribe Vélez. No hay duda que la teleaudiencia fue ganadora, en la medida en que pudo sopesar el conocimiento, la claridad de principios, y la capacidad de responder a los comentarios adversos del contrincante. Al tiempo que disponer a muchos escépticos a ensayarse luego en el acto de votar el siguiente 15 de junio de 2014. Entonces los periodistas de Caracol, con Darío Arismendi a la cabeza, dieron como ganador a Santos, argüían, en la medida en que pudo controvertir lo que Zuluaga exhibía como datos en contra del gobierno actual y sus realizaciones. Los dos, quienes se desempeñaron como ministros de hacienda en gobiernos diferentes. Ambos intentaron mostrar las fallas en la gestión económica de su antagonista electoral, pero hermanos ambos en la defensa del capital. Santos señaló que el mejor minhacienda de América Latina, según Zuluaga se autoproclamaba, le dejó una deuda de 19 billones. Zuluaga ripostó, recordándole que Santos había sido parte de ese mismo gobierno, el de Uribe Vélez. Pero, a la vez, Zuluaga señaló al presidente Santos que los índices de desigualdad, en su primer gobierno, no habían caído como lo prometía sino aumentado; y, más aún, los procesos de crecimiento económico eran inferiores proporcionalmente a los obtenidos en los gobiernos de Uribe. ¿Qué nos falta? Queda todavía la oportunidad de escuchar a los candidatos en otros programas televisivos, donde, no hay duda, tendrán que ser más claros, uno, en relación a si hay o no conflicto armado, o guerra, en Colombia. A lo cual, Zuluaga hasta ahora, ha anticipado un poco a regañadientes, insistiendo que en Colombia no hay guerra, - que es la divisa del uribismo, y del agrupamiento que comandan, el Centro Democrático -, sino acción terrorista de parte de las Farc. Santos, igualmente, tendría que precisar, en efecto, si a la economía le va a bien, y, en limpio, a quiénes ha beneficiado ese crecimiento; particularmente, qué pasa con el desempleo, la precariedad del que existe, y, sobre todo, la condición ruinosa del campesinado pobre y medio, que le hizo el paro nacional en el año 2013, aunque él no negara en su alocución al país. A la luz de las encuestas, Bogotá se conviertía en punto focal para resolver el ganador de la próxima elección; y la enconada disputa para persuadir a los abstencionistas y el voto en blanco les quitaba desde ya el sueño a las dos campañas que resolverán el ballotage. La penúltima hora de la centro izquierda Al tiempo del desenlace presidencial se seguía a la espera de si la izquierda, un bloque de Centro-izquierda, establecerá por anticipado condiciones programáticas a la campaña de Santos, en particular, la cuestión social que toca dos asuntos nodales: empleo y salud. Pero, en los hechos, lo protuberante son las divisiones y rencillas internas, y un mutis por el foro en lo externo. La demanda de igualdad social, la abolición de los privilegios se convierte en carga de profundidad para hundir el barco del partido de la guerra, y el triángulo de las Bermudas para el aspirante Santos, luego del debate televisivo con su oponente, que le recordó en público que no había logrado disminuir la desigualdad social y económica. Por lo pronto, la izquierda que se manifiesta en el PDA, la UP, Marcha Patriótica, Alianza Verde, Progresistas, sus liderazgos visibles, no han sido capaces de estructurar esa propuesta que le de contenido cierto y claro a la fórmula del Frente Amplio, que agitan ya algunos, UP/Partido Comunista, que cambiaría el rumbo expedito del Acuerdo de Unidad Nacional con que Santos gobernó sin sobresaltos en el primer periodo, asumiendo la bandera de una paz con condiciones. Tal será la carta de triunfo de la propuesta de Santos jugada por una paz frágil, pero, paz al fin, en la suerte de la segunda vuelta. Para lo cual, el ejecutivo y el partido de la U, anticiparon una ley tramitada en el Congreso que lo dota de herramientas para hacer un referendo que refrendará lo que se pudiera acordar en La Habana. ¿Y qué de la Constituyente Social? Se trata entonces de dotar a la paz, desde la orilla de la izquierda democrática, al bloque en embrión, de amarras firmes en la reforma tanto social como política. Dotar desde ya, en el desenlace de la elección presidencial de una perspectiva de refrendo realmente democrática para evitar posteriores atascamientos, los cuales ya se vislumbran. Todo lo cual se compendia en otro tipo de imaginario que no es más ya, ni la seguridad, ni la prosperidad, sino la Constituyente Social. Este imaginario muestra y prueba a la izquierda colombiana compartiendo con la centro derecha una verdadera reforma, pero con el papel activo, autónomo de los grupos y clases subalternas que descubra una efectiva vocación de poder civil; y no un ejercicio a la cola, o chupando rueda al candidato de la centro derecha. Lo que supone, claro está, reconocerle también sin vergüenza estatus político a la izquierda insurrecta por medio siglo, en defensa y resistencia con los de abajo ubicados en el campo, y en los bordes “inmiserados” de las grandes ciudades. Hablamos, por supuesto, de los subalternos de la ciudad y el campo, con sus expresiones organizativas y sus formas de lucha histórica en proceso de transición, abierta por el cuarto intento de negociar la paz con las Farc-ep, mientras se aclimata también la propuesta diferente del Eln, que el presidente Santos aún no trata en público de modo suficiente Solo queda algo más de una semana para que se movilicen los abstencionistas de casi siempre, así como el voto en blanco que todavía es superior en los registros al 10 por ciento, cuando menos así lo revelan dos encuestas, la de Datexco, y Cifras y Conceptos. Sin dudarlo, la ciudadanía activa, alinderada en la sociedad civil de arriba y de abajo está interpelada de modo directo, como no ocurría desde la campaña de 1945, cuando irrumpió una tercera fuerza malograda por el magnicidio de Jorge E. Gaitán. ¿Será que la tercería de la izquierda es capaz de recuperar y potenciar sus banderas articulando libertad e igualdad social? Ya lo veremos el 15 de junio de 2014. Sacándose los cueros delante de la tele-audiencia "Si (Zuluaga) no reconoce que no hay un conflicto armado, entonces ese conflicto no se puede solucionar." Santos, presidente candidato. "Ud defendió lo que fue la ley de Justicia y Paz y defendió lo que significó la desmovilización y la reinserción de paramilitares y guerrilleros. Ahora no le puede decir nada contrario al país." Zuluaga, candidato presidente.  Oscar y Juan Manuel ayer se atrevieron a cruzar fuegos en un duelo casi "mortal", por segunda vez, tratando cada uno de hacer el penúltimo "strip tease" político, para despojarse de lo que los incomoda, y en la medida de lo posible de guardar silencio ante lo inconfesable que los perturba en su aspiración. Oscar haciendo parte del partido de la guerra, que lidera Álvaro Uribe Vélez, pero, luego de la alianza con Martha Lucía Ramírez, quien puede aportarle, en el mejor de los casos, la mitad de su votación, tuvo que hablar de paz, más exactamente, "una propuesta de paz basada en la justicia y sin impunidad". Santos, ante el viraje intempestivo de su oponente, señaló con firmeza y conocimiento de causa que la de Uribe: "Fue una paz en la que perdonaron a los victimarios, y cuando comenzaron a decir la verdad los extraditaron por miedo a que dijeran la verdad." Es la economía, estúpido!!! En materia de economía, el segundo round fue bien disputado. Porque cada uno porfía ante lo opinión de ser muy competentes, porque ambos ostentan títulos universitarios de economistas. Zuluaga dijo, que Uribe recibió en 2002, la caja del estado, luego que Santos dejó el ministerio de hacienda sin "recursos ni para pagar salarios". A su turno, Juan Manuel envió gancho a la prominente mandíbula de Oscar, "Recibimos una economía...con un déficit de $19 billones y nos tocó taparlos...la tasa de desempleo más alta en 10 años y nos ha tocado disminuirla por 45 meses". Zuluaga hizo una finta ad hominem, espetándole con una ira contenida en su rostro de piedra, si yo era tan inificiente, "¿para qué me ofreció que fuera su ministro y que participara de su gobierno? ¿Dónde está su coherencia?" Santos le devolvió un directo a la cara: "Les entregó a los Nule las interventorías en 23 proyectos. La cultura Nule fue la que encontré, y por eso me defraudé." Y con cierta sonrisa pícara se preparó para el siguiente asalto televisado. Enseguida, en materia agraria, Zuluaga fue incisivo; recordándole que la política no son solo cifras pronto Santos entró en clinch con su iracundo contrincante. Pero Zuluaga arremetió de nuevo; le sacó el aire al candidato presidente por momentos, recordándole que en casi todos los municipios cafeteros lo dobló en la votación durante la primera vuelta. Y, con un “bailecito a la Casius Clay”, le despachó un directo, recordándole cómo los agricultores de Boyacá y Nariño están también con Oscar Iván, y no con Santos. ¿Por qué será?, es la pregunta que queda en el caldeado ambiente dentro y fuera del set televisivo. Las fuerzas del orden, ¿con quién están? "No se venga a lavar las manos ahora. Usted, como ministro de Defensa, se halagaba de defender la política de seguridad ciudadana..." Oscar.Iván Zuluaga. "Ud. era senador de la República, y cuando aparecieron los paramilitares en el Senado, ¿usted dónde estaba?, ¿qué se hizo?." Juan Manuel Santos. Santos en este asalto se ufana, que él es uno de los pocos presidentes que prestó el servicio militar. Él anunció que si es reelecto procederá a abolirlo como obligatorio; en cambio pondrá el servicio social obligatorio para los jóvenes de todas las clases sociales. Zuluaga le despachó un gancho al hígado del presidente, asegurándole que la tropa, los soldados que hacen la guerra "hoy se sienten desmotivados porque con gran esfuerzo capturan a un cabecilla, luego es condenado, y lo privan de la libertad y,...mañana es enviado sin ninguna reserva a esos diálogos." En suma, Santos está afectando la efectividad de la fuerza pública, con su proceder ante la guerrilla de las Farc-ep, y la negociación de la paz en medio de las hostilidades. Santos retrocedió, para ripostar en seguida. Recordó que él, siendo ministro de defensa, produjo las mayores y más importantes bajas guerrilleras, entre las que se cuentan Raúl Reyes, el Mono Jojoy; y de Alfonso Cano después, cuando ya estaban en los trámites previos al inicio de las cuartas negociaciones de paz. Él mismo se responsabilizó de haber ordenado la suerte final del guerrillero comprometido con la paz negociada, quien murió en este intento. Antes de otro encuentro "Yo no quiero regueros de sangre, yo quiero ríos de sangre". Expresión del general Mario Montoya, que le atribuye el Coronel González del Río, en Noticias RCN. "Eso es delinquir...Ud no puede salirse por la tangente en el caso del hacker". J. M. Santos. El miércoles de la semana crucial estaba programado un tercer combate, que por la beligerancia mostrada en el segundo será esta "pelea" de riesgos mayores. Podría ser, la pelea del siglo, porque se define la posible transición hacia la paz, o una nueva interrupción, dictada por la intransigencia guerrera del Centro Democrático, que aún piensa que las Farc-ep estaban al borde de la liquidación política y militar, y que la “traición” de Santos les dio un segundo aire. Podría haber knoc out en cualquiera de las esquinas enfrentadas, que dividen la iniciativa del bloque en el poder. En una, Zuluaga hace sogas y recibe consejos de Uribe. Es el retador, y ya ganó la mitad del combate, en la primera vuelta; mientras que en la otra, el “incumbente”. Se confía a tres expresidentes, tiene tres managers para la pelea estelar: un conservador moderado, Belisario, César Gaviria, haciendo camino para el andar de su hijo, y Ernesto Samper Pizano, el liberalismo social inescrupuloso, pero guardián de la paz y el acuerdo humanitario, heredados de su mentor, el difunto Alfonso López Michelsem. En el segundo combate, Oscar ganó en agresividad, pero no se atrevió a llamar a Juan Manuel traidor, al haber convertido los huevitos del dinosaurio Uribe una tortilla de paz, en el medio mismo del cuadrilátero nacional. Aunque, uno y otro omiten que el cocinero mayor tiene su puesto de observación fuera del país.  Es el presidente Obama, quien autorizó la viabilidad de la candidatura de Santos. Respondía con calculada reticencia al asunto de las ejecuciones extrajudiciales. Las que ahora destapó, "sin pelos en la lengua", el coronel González del Río, así como el grado de corrupción política utilizada para conseguir la reelección presidencial en causa propia del expresidente Uribe Vélez. González del Río, para obtener el principio de oportunidad en su condena, dio. Igualmente, cuenta del tráfico de muertes anunciadas en los "falsos positivos". Como “telonero”, antes de la tercera pelea mediática pactada, señaló con frialdad castrense que de 1000 bajas, un 20 por ciento eran ciudadanos inocentes o desmovilizados; y, además, los clasificó en dos de tres modalidades:  Reclutamiento de guerrilleros y paramilitares desmovilizados, y trabajo a jóvenes que trasladados eran asesinados y presentados como combatientes.  Estas "honrosas" bajas eran pagadas, con 4 o 5 millones más descanso de fin de semana, con lo cual se enjugaban eventuales remordimientos de conciencia de los ejecutores materiales de tales asesinatos estimulados por una resolución ministerial. Este espeluznante asunto, revelaba la mayor podredumbre humana en el drama de la justicia colombiana, su bancarrota. Más notorio e insultante, porque no ha llegado a sancionar a los máximos responsables, las cabezas de la rama ejecutiva del poder público, de las que nada se dijo por ella; y lo cual afecta a los líderes de ambos bandos, tanto a Uribe Vélez como a Santos Calderón.  El miércoles previo a la segunda vuelta eletoral, las víctimas se anuncia que serán incorporadas como partes en la mesa de La Habana. Ellas son junto a los desplazados, el más protuberante indicador de la contra-cara horrenda de la "seguridad democrática". La licencia para matar que se hizo por vía administrativa, estableciendo, sin empacho, el ejercicio impune del estado de excepción permanente, es la clave de bóveda de semejante bestialidad. Lo denunciado por este militar, en trato con la Fiscalía de Montealegre, alinderado en lo político con la campaña presidencial de Santos, nos hizo retrogradar a los tiempos de La Violencia, inventariada e historiada en dos tomos de prohibida venta en la década de los años 60, del siglo pasado, los cuales han vuelto a circular, en parte como homenaje a la vida y la obra de Orlando Fals Borda. Esta etapa pre-electoral, en términos de cultura política, que incorporó desde la campaña Uribe Vélez, “el todo vale”, con la presencia del asesor venezolano J.J. Rendón, se completó con el comercial de la “señora de las naranjas”, quien dice que las chuzadas deben ser legales. A esta vuelta por la puerta del frente a la doctrina "Ñungo", que todos somos culpables, mientras no probemos lo contrario, se contrapuso la retahíla de la “Mechas” a favor del candidato presidente. Fue tendencia en las redes sociales, ganando en la contienda mediática “populachera”, en el mismo terreno de los cultores del “estado de opinión”.  Las cuentas claras. "Democracia es permitir que gane el que uno no quiere." El caricaturista Osuna. “Para mí quedó muy claro que los símbolos del Polo no se podían usar bajo ninguna situación…No nos deja opción que salir a un debate. Se ha debido ser cuidadoso.” J.E. Robledo, senador del PDA. Las cuentas parecen claras, después del triunfo del presidente Juan Manuel Santos, y su contrincante Oscar Iván Zuluaga, más no así sus coequiperos del Centro Democrático, quienes hablan de un triunfo fraudulento, con el más que generoso concurso de la mermelada clientelista, de la que Uribe Vélez mismo fuera un habilidoso cultor, de lo cual queda huella, en los juicios a tres de sus más eminentes colaboradores; y condenas a un “jurgo” de congresistas alojados en los penales de Colombia. Pero el chocolate para las multitudes está escaso, porque el crecimiento llena el estómago de unos pocos, la oligarquía bogotana, con Luis Carlos Sarmiento Angulo a la cabeza. Este es un hijo de la desvencijada Ciudad Blanca, un ejemplo de que la movilidad social sí existe, pero “graniadita”. Con él estuvo la oligarquía turbo-antioqueña, donde se juntan terratenientes y capitalistas financieros, que en una buena parte cerró filas con el apoyo financiero, -que cobrarán con creces-, a la reelección de Santos. Tal y como antes lo hicieron con Álvaro Uribe Vélez. Todos fueron bien recompensados, como lo registran los balances de sus conglomerados, y las exenciones tributarias que les fueron y les serán concedidas con seguridad.. Sobre el particular, un oligarca que escribe una columna editorial para El Tiempo, Mauricio Pombo, hizo un diciente inventario, pero cambió el rumbo. En cambio, decidió pasarle revista a la procedencia geográfica de los expresidentes de Colombia, indicando su lugar de nacimiento a partir de Rafael Reyes. Fueron 3 boyacenses, 2 caucanos, 1 vallecaucano, 6 antioqueños (un repitente), 1 risaraldense, 1 norte-santandereano, y cuatro del Gran Tolima. En resumen, y no sin mentir, señala que no existe la oligarquía bogotana, pero, sí "una inútil y revenida aristocracia distrital".  Pero, siguen retumbando después de 66 años, la condena de Jorge E. Gaitán, quien no consiguió ser electo, contando con el favor y el fervor popular. Él recordó la diferencia entre pueblo y oligarquías, entre país nacional y país político, y halló la muerte por anticipado. La izquierda y la multitud inclinaron la balanza el 15 de junio, a favor de un segundo mandato de un oligarca ilustrado, y cultor trasnochado de la tercera vía, Juan Manuel Santos, forjado en la dinastía del periódico El Tiempo, y con el aval de los Estados Unidos. Una empresa y una preferencia cultivada por su tío-abuelo, Eduardo Santos, un hijo de la generación del Centenario. El bloque precario de la izquierda y la democracia de raigambre liberal, espera con calculado optimismo que este triunfo sea y gravite en función de una paz democrática. Lo cual supone la abolición de privilegios ancestrales y coloniales juntos, pero, estas brumas se vienen despejando de un modo diferente. A lo cual, las Farc-ep, quienes están en los preliminares de otro punto de la agenda, el asunto de las víctimas y la verdad del conflicto, recuerdan sus desacuerdos, y el rechazo al anuncio de exclusión para su dirigencia político militar de la nueva apertura política que tendrá que resultar del desenlace de la paz en el desarrollo de la etapa del posconflicto. Unos y otros hacen cábalas, al tiempo que ocultan las cartas principales para el momento decisivo, cuyo episodio inicial se resolvió con la derrota al candidato de la guerra, Oscar Iván Zuluaga, que ha vuelto a ceder su protagonismo elector, al expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien será la cabeza del senado por el Centro Democrático. Tercer tiempo ENTRE PARÍS Y LA HABANA. EL ENTORNO Y EL DINTORNO DE LA PAZ COLOMBIANA. Por estos días de triunfos futboleros a medias; cuando los jugadores colombianos se desparraman por el mundo, la paz anda, se vaticina, de capa caída. Pareciera que las tribunas de la política se vaciaran de la presencia de colombianos comprometidos con la solución a la guerra que contabiliza 60 años de víctimas y victimarios sin solución de continuidad. Toda vez que la mayor tensión ya se resolvió con el triunfo político de Juan Manuel Santos en las urnas. El porqué de este pronóstico se debe a que los grupos guerrilleros que son expresión armada de los subalternos en el campo y la ciudad, responden al asedio de los bombardeos que llueven sobre sus campamentos y vías de movilidad en los escenarios de su influencia tanto política, como militar y económica. Claro, esto guerrilleros no tienen, a ciencia cierta, una aviación para protagonizar combates en los cielos patrios, que hagan palidecer a la leyenda del "barón rojo", ni tampoco los misiles buk, que sí tienen los separatistas ucranianos que le hacen la vida "imposible" al nuevo gobierno. Este, por supuesto, cuestiona la soberanía extendida de Rusia, y la expansión que el gobierno de Putin proclama y practica de modo abierto y encubierto. Colombia y Palestina, ¿gemelas en la guerra contra los subalternos? En otro lugar, en simultánea, y con coincidencia en el tiempo pasado, puesto que los palestinos resisten desde 1947, con los medios que aún quedan a su alcance la dominación israelí, esto es, a la agresión de un estado confesional, que invade y sojuzga a cisjordanos y gazatíes en la total impunidad.  Pero, hoy, son estos, las víctimas al descubierto de este cruel e inaceptable holocausto, ante el cual, la reunión de París, con similitudes con la de La Habana, no consiguió cuajar una solución de paz definitiva. Aquí, el premier Netanyahu, acusa a Hamás de haber roto la última tregua, y a un palestino militante, de haber acabado con la vida de varios soldados, y a una brigada de haberse apoderado con vida de un teniente del ejército israelí. Son motivos dolorosos, pero baladíes ante el rosario de víctimas, la inmensa mayoría civiles palestinos, en el campo de concentración en que se convirtió Gaza hace ya siete años, por decisión de Israel con el apoyo de su principal aliado, el gobierno estadounidense en cabeza del demócrata Barack Obama.  Este gobierno israelí de ultra-derecha, y confesional, ha respondido con racimos de bombas, y cohetes lanzados por sus tanques apostados en territorio fronterizo de Palestina. Ocasionando como retaliación más de 100 muertos, que incluyen como en otras incursiones las muertes de población civil, y en particular a mujeres y niños. Los terceros comparsa son decisorios en el juego de la guerra " (La Cia)... Estaban trabajando bajo una enorme presión y son patriotas de verdad." Obama, en la sala de prensa de la Casa Blanca, 1/8/2014. Las vocerías occidentales del orden existente, con el silencio reverente de Rusia y China, señalan de contera, y descarado cinismo, jugados en el ajedrez global de las "guerras asimétricas preventivas", dizque justas, que los "culpables" de estas muertes son quienes resisten, tanto en Palestina como en Colombia. Y porfían con su aserto. Las víctimas del poder desigual en armamentos y aliados son los responsables, insisten, y en París como en La Habana, argumentan para no darle solución y viabilidad a una paz que no llega desde 1947, tanto para Colombia como para Palestina. De la condición actual de la condición de esta guerra, se hace eco, de modo descarado y cínico, Barack Obama. Él repite la cantinela que Israel tiene derecho a defenderse del terrorismo, al tiempo que apoya los anuncios de persecución por narcotráfico y otras causas a la plana mayor de la guerrilla en negociaciones con el gobierno de Colombia.  Peor aún, si registramos lo que hace y dice el "bueno" de Obama, precaviendo acusaciones y causas internacionales por crímenes de lesa humanidad, cometidos por los agentes de su propio gobierno, en su quehacer, el del gobierno estadounidense, en su carácter de policía imperial. Esto es válido afirmarlo, luego de conocer el informe del Senado estadounidense, en que se reconoce que hubo torturas administradas y practicadas por la CIA, durante los años 2001 al 2009, sobre iraquíes, y los sospechosos de involucramiento en los actos del 9/11.  Por lo hecho le cabe responsabilidad al gobierno de EUA, no a sus actores materiales y los determinadores de tales prácticas. Los perpetradores de tales torturas no pueden ser castigados, porque obraron en defensa de la patria en peligro, luego hay según la doctrina Obama que garantizarles la impunidad. Principio del formulario Final del formulario Cambiando la receta internacional de Colombia. Mientras, el gobierno de Colombia, que en 1947/48, siendo el delegado Alfonso López Pumarejo ante la ONU, rechazó la unilateral creación "a huevo" y "terror" del estado de Israel en Palestina; en cambio, con el presidente hoy reelecto, que se posesionará el 7 de agosto, con la presencia provisional de Colombia en el Consejo de Seguridad, votó en contra, y tornó imposible que Palestina se convirtiera en un nuevo estado.  Esta presidencia antes de reelegirse, borró con el codo lo que antes se había escrito con la mano. Y lo ratifica manteniendo a la canciller que agenció tal política internacional reaccionaria; del mismo modo que antes el gobierno de Colombia hizo causa común con la agresión anglo-estadounidense a las fuerzas argentinas en las Islas Malvinas. Manchando lo hecho en relación con el apoyo efectivo a la paz en Centroamérica, y aceptando una renovación de la doctrina Monroe por los Estados Unidos, con incorporación de su socio histórico, Gran Bretaña. Prueba de verdad El presidente que se posesionará el próximo 7 de agosto por un nuevo periodo, viene alegando y amenazando que puede terminar las negociaciones de paz con las Farc-Ep, y convertirse en un "faltón" por cuarta vez, para apoyar a la reacción política, y la cadena de asesinatos que ha perpetrado o contribuido a perpetrar. Tal impunidad fue la que la mayoría del senado, con la presencia activa del partido del presidente, selló impidiendo con "leguleyadas" sin fundamento jurídico serio el debate promovido por el senador Iván Cepeda, vocero de la oposición real, y no de la "nueva oposición" que se hermana en el senado en cobijar a la para-política y sus liderazgos abiertos y encubiertos. Colombia hace rato que está madura para la paz. Los que no lo están desde el comienzo son los "gobernantes" que constituyen el país político. JuanMa ganó la elección con la divisa de la paz, de lo contrario habría perdido con los señorones de la guerra, la bien avenida pareja, Zuluaga/Uribe.  Será que este 7 de agosto, el dúo se hace trío para mayor desgracia de este remedo de república, donde la sentencia de MIguel Antonio Caro se sigue cumpliendo al pie de la letra, sin ningún "error de ortografía, y si, en cambio, con innumerables horrores, como los viene registrando el trabajo del profesor Gonzalo Sánchez y su equipo de probados y noveles investigadores en el llamado Centro de Memoria Histórica. En París y La Habana tendrán que unirse nuevas voces al coro de la paz, y en el mundo también, para que estas no se apaguen o desgañiten en medio de los atronadores bombardeos asesinos. Es urgente hacerles la segunda la voz de las multitudes movilizadas, sin el apoyo de Juan Manuel Serrat; pero, sí de quienes demandan democracia en lugar de "guerras justas" que ahogan en sangre todas las primaveras, mientras se absuelve de antemano a los responsables. Esto quizá reconduzca a su cauce las amenazas de rompimiento por parte del presidente reelecto, y la respuesta de Timochenko e Iván Márquez, recordando que las negociaciones de paz no se adelantan con una fuerza derrotada y sometida. En el escenario de La Habana y como en Palestina, se perfila la opción de la paz, donde los subalternos, en su particularidad, son actores de primera fila, talvez por la primera vez. En procura de lo que serán ejercicios de paz asimétrica que exigen combatir con consecuencia la desigualdad social y económica que se reproducen desde 1947 hasta hoy.