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Los escritos sobre Elmina Paz Gallo (1833-1911)

2020, Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucuman

Este estudio analiza los escritos publicados sobre la vida y obra de Elmina Paz (biografías, memorias, discursos, publicaciones periodísticas, corona fúnebre, circulares de Obispos, tesis de licenciatura, entre otros) indagando en la repercusión que tuvo su vida y su obra en la bisagra de los siglos XIX y XX.

Esta publicación se realiza gracias al valioso aporte de la Conferencia Episcopal de Esatados Unidos Amenta, Sara Graciela Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán / Sara Graciela Amenta ; Ana Cecilia Aguirre ; coordinación general de Sara Graciela Amenta ; Ana Cecilia Aguirre. - 1a ed. - San Miguel de Tucumán : Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino. UNSTA, 2020. 396 p. ; 23 x 16 cm. ISBN 978-987-8421-01-8 1. Historia. I. Aguirre, Ana Cecilia. II. Título. CDD 982.43 Dibujos de Tapa: Félix Alberto Montilla Zavalía Primera edición: diciembre de 2020 Editorial UNSTA Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723 Impreso en Salta Argentina Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911) Apuntes para una biografía Cynthia Folquer1 ¿Es posible escribir una vida? ¿Qué capacidad tiene la biografía de abarcar una vida? Los debates historiográficos respecto al género biográfico comenzaron a ser más indulgentes en los últimos 30 años, ya que se lo había subvalorado debido a la pretensión de objetividad científica en la ciencias sociales durante gran parte del siglo XX, provocando un eclipse de la escritura biográfica entre los cultores de la ciencia histórica (Dosse, 2012: 192). Desde una postura de valoración del género biográfico, Giovanni Levi, afirmaba que la biografía es un lugar ideal para observar el ejercicio de la libertad del sujeto, para subrayar la irreductibilidad de una persona y de sus comportamientos a sistemas normativos generales (Levi, 1989: 139). Por otra parte Bourdieu impugnaba el recurso biográfico argumentando, que lo único que garantiza un análisis científico desde las ciencias sociales, era la reconstrucción del contexto, la superficie social sobre la que actúa una persona, siendo éste el único modo de proceder posible para evitar una “ilusión biográfica” (Bourdieu, 1986). La microhistoria italiana volvió a darle su derecho de ciudadanía a la singularidad y ha sabido posicionar la centralidad del individuo para pensar una época, como bien señala Paula Bruno (2012: 157) y en este sentido, en otros trabajos me he referido al contexto socio-político-económico en que emerge la vida de Elmina Paz Gallo, para comprender y ubicar su figura en la época y circunstancias en que se desarrolló su acción. Estos apuntes para una biografía de Elmina Paz de Gallo (1833-1911) pretenden realizar una aproximación a su vida, analizando los textos ya producidos sobre ella, planteando algunas claves de interpretación del proceso de transformación de su itinerario vital, comprendiendo que el proceso de una vida implica la compleja formación progresiva y no lineal de la identidad. En este recorrido por los escritos sobre su vida, se confirma que no es posible retornar al antiguo dogma de la soberanía ilimitada del sujeto respecto de las normas de su época, pero 1 Instituto de Investigaciones Históricas “Prof. Manuel García Soriano”. UNSTA 256 Historias de Vida sí reconocer como afirma Patrice Gueniffey que “el cambio social es obra de los actores y no resultado de un proceso impersonal” (2003: 87). Todos los autores analizados se detienen en los ámbitos de sociabilidad y las relaciones más significativas que tuvo Elmina Paz, desde la convicción que el grupo y las personas con las que interactuó impregnaron sus decisiones y el perfil que fue tomando su vida. Como afirma François Dosse (2012: 266), las transformaciones que los sujetos experimentan en su vida están impregnadas de los vínculos con los otros. Elmina Paz-Gallo: fuentes para narrar su vida Nicolasa Elmina Paz de Gallo nació en la ciudad de Tucumán (Argentina) el 10 de septiembre de 1833, hija de Manuel Paz y Dorotea Terán. Contrajo matrimonio a la edad de 24 años en 1857, con Napoleón Gallo (1819-1886), hombre de fuerte militancia política, nacido en la provincia de Santiago del Estero, ciudad en la que vivieron durante siete años. Su esposo provenía de una familia de raigambre federal, partidario de Urquiza, por ello entró en conflicto con la facción leal a Rosas de su provincia y tuvo que radicarse en el Paraguay, en donde se dedicó a la explotación agropecuaria. De regreso a la Elmina Paz hacia 1857. Caja: Fotos Elmina Paz. Archivo Hermanas Argentina vivió en Buenos Aires y al retorDominicas de Tucumán (AHDT). nar al norte se vio enfrentado al clan de los Taboada que dominó la política santiagueña durante largos años. Esto lo obligó a emigrar a Tucumán en donde colaboró con sus sobrinos en los emprendimientos azucareros familiares. Napoleón Gallo también participó en expediciones militares y fue integrante de las milicias fieles a la confederación en Tucumán y Salta2. Elmina acompañó a su esposo en las vicisitudes de la inestable vida política de la segunda mitad del siglo XIX, tuvieron que huir varias veces a Salta, acampando a la intemperie junto a su esposo y su hija pequeña. Ella también 2 “Napoleón Gallo”, El Orden, 9 de enero de 1887. Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 257 asumió un compromiso político en las cuotas de participación establecidas para la mujer, al integrar y liderar asociaciones de beneficencia que se constituyeron en verdaderos espacios de sociabilidad política. Fue presidenta de la Sociedad de Beneficencia de Tucumán en dos períodos e integró la Tercera Orden Seglar Dominicana tanto en Santiago del Estero como en Tucumán. Fruto de este matrimonio, nació su hija María Jesús, quien murió a los tres años de edad en 1864. El dolor experimentado y las luchas políticas en Santiago del Estero, fueron los motivos que provocaron la decisión de radicarse en Tucumán. Napoleón Gallo, murió el 1 de junio de 1886, a la edad de 67 años, luego de una larga y penosa enfermedad. Ese mismo año, en los meses de noviembre y diciembre, se desató en Tucumán una epidemia de cólera que diezmó la población y Elmina decidió hacer de su casa un hogar para los huérfanos víctimas más vulnerables del contagio. Esta experiencia marcó su vida y decidió consagrarse a Dios y fundar una congregación religiosa para dar continuidad a esta obra. En este nuevo proyecto emprendido a la edad de 53 años, fue fundamental la mediación de Fr. Ángel María Boisdron -un dominico francés radicado en Tucumán- y un grupo de amigas que se sumaron a esta aventura. Luego de abrir el asilo-escuela en San Miguel de Tucumán, continuó respondiendo a necesidades de otros puntos del país, fundando conventos y escuelas: Colegio Santísimo Rosario en Monteros, Tucumán (1895), Asilo San Vicente de Paul, luego Colegio La Asunción en Santiago del Estero (1898), Asilo-Escuela Sagrado Corazón en Buenos Aires (1902); Colegio Santa Rosa en San Miguel de Tucumán (1902); Asilo- Escuela Sagrada Familia en Santa Fe (1908) y Asilo- Escuela Javier Correa, luego Colegio Santísimo Rosario en Rosario, Santa Fe (1909). Estos breves datos sobre su vida están contenidos en las biografías que fueron escritas a lo largo de la centuria que nos separa de su muerte y que mantuvieron viva la memoria de su fecunda vida. El sermón fúnebre de Fray Ángel María Boisdron (2 de noviembre de 1911) El primer texto que contiene un relato sobre su vida, lo constituye el sermón fúnebre que pronunció Fray Ángel María Boisdron el día de sus exequias3, en donde hace referencia a Elmina Paz como “una santa mujer” que representaba “lo más elevado de nuestras creencias y lo más benéfico de nuestra religión”, una Sor María Dominga del Santísimo Sacramento, en sus exequias, 2º de noviembre de 1911, en Boisdron (1921: 199-200). 3 Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 258 Historias de Vida mujer de “ideales, pensamientos y obras”. Describe su corazón liberado de odio o resentimiento y con una gran capacidad de amor a todos, según el espíritu del evangelio de Jesucristo. Describe el compromiso de Elmina en su dimensión caritativa: “no hay obra de beneficencia en que no tenga parte; pocos son los institutos humanitarios en que no haya prestado sus servicios, como presidenta o con otro oficio por ella preferido, porque era más humilde” (Boisdron, [1911] 1921: 199). Recuerda el gesto de Elmina Paz de entregar su casa para acoger a los niños, la disposición de sus recursos para curarlos y sostenerlos y su entrega personal a este proyecto, no solo con la donación de su dinero. En este sermón fúnebre, Boisdron resalta la fundación de la congregación de Hermanas Dominicas, como otra gran decisión de Elmina Paz, en el deseo de hacer más duradera esta obra comenzada y no duda en hacer alusión a figuras como Santa Teresa de Avila y Santa Juana de Chantal, con quienes frecuentemente se ha comparado a esta mujer tucumana. También expresa el sufrimiento y sacrificio que esta obra le implicó a Elmina, “los reveses de fortuna”, “las horas de martirio”, pero destacando el espíritu de fe que siempre la sostuvo y cómo ella encontraba las energías necesarias en su consagración y en sus prácticas de piedad. También alude a la larga enfermedad que la acosó y que fue como un crisol en donde probó su vida virtuosa. Describe la escena de serenidad y calma de su muerte, rodeada de familiares y religiosas de la congregación y evoca la sensación y la certeza de que “así mueren los santos”. Al final del sermón le dirige una oración pidiendo su intercesión ante Dios para que las religiosas tengan “fervor y perseverancia en su vocación de piedad y caridad” y en este sentido Boisdron, la considera una santa, una mediadora ante Dios, según el rol otorgado por la tradición de la iglesia a quienes son reconocidos en su santidad. La Corona Fúnebre de 1912 La repercusión que su vida tuvo no sólo en Tucumán sino en la República Argentina, quedó plasmada en numerosos artículos de diferentes periódicos del país, que confirman la fama de santidad de Elmina. Estos textos se reunieron en un libro titulado “Corona Fúnebre. Elmina Paz de Gallo (en religión Sor María Dominga del Santísimo Sacramento)”, impresa al año de su muerte en 1912, por iniciativa de su sucesora, Sor María Inés de los Ángeles Olmos. En la introducción, se expresa que “la memoria de Ella” provoca un “profundo recogimiento” en quienes la conocieron y que con esta publicación se pretende que Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 259 “jamás mengüe el sentimiento de su presencia”4. Se afirma también que la Congregación fundada por Elmina Paz de Gallo publica esta Corona Fúnebre para “satisfacer en forma sensible y quizás más estable su intenso cariño y los deseos de las personas que han conseguido por Ella especiales gracias”5. Los textos publicados en la Corona Fúnebre corresponden a diferentes periódicos del país: El Orden, El Heraldo (Tucumán); La Nación, La Razón, El Diario Español, La Semana, El Pueblo, La Mañana (Buenos Aires); Stella (Catamarca) y Verdades y Noticias (Mendoza). Incluye este libro también el sermón fúnebre de Fr. Ángel María Boisdron; textos de Baltazar Olaechea y Alcorta; Ernesto Padilla; Elena P. Aceña; José Fierro; Asilo de Huérfanos de Santiago del Estero; Sociedad de Santa Imelda; alumnas del Colegio Santísimo Rosario de Monteros; Fray Antonio Battista OP y Juan Isella. Además poemas de Fr. Tomás Luque OP y Fr. Jacinto Carrasco y una gran cantidad de telegramas y tarjetas de pésame recibidas tanto en Tucumán como en Buenos Aires. Todos los textos reunidos en este pequeño libro, constituyen un testimonio del impacto benéfico que la vida de Elmina Paz provocó y del sincero reconocimiento en todas las localidades hacia donde se expandió su obra. Primer Aniversario de su fallecimiento (1912): Alocución de Fray Ángel María Boisdron6 En el homenaje realizado en el Asilo de Huérfanas de San Miguel de Tucumán, con motivo del primer aniversario de su fallecimiento, el discurso pronunciado por Fray A. M. Boisdron, volvió a acentuar su fama de santidad, afirmando que “la llamamos, la creemos santa” y destacando nuevamente su marcada caridad hacia los más pobres, la entrega de su vida y su fortuna para cuidarlos, atestiguando que “era para ellos como el ángel Rafael en la casa de Tobías” (Boisdron[1912]1921: 202) en clara alusión a la tradición veterotestamentaria, en donde se adjudica a los ángeles un rol protector sobre la vida humana. En el mismo discurso, Boisdron enuncia que “no solo había que venerarla sino sobre todo imitarla”. “In memoriam”, en Corona Fúnebre (1912: 5). “In memoriam”, en Corona Fúnebre (1912: 7). Llama la atención la veneración hacia la figura de Elmina, se refieren a “Ella” con mayúscula y se deja constancia de las gracias divinas conseguidas por su intercesión. Seguramente esta publicación de la Corona Fúnebre tenía ya la intención de recuperar la memoria de su fama de santidad. 6 Se trata de una pequeña publicación de la alocución de Boisdron, Caja: Escritos sobre Elmina Paz-Gallo, Archivo de las Hermanas Dominicas de Tucumán (AHDT). Este discurso también fue publicado en Boisdron ([1912] 1921: 201-203). 4 5 Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 260 Historias de Vida Como todo discurso fúnebre, los textos elaborados sobre Elmina Paz constituyen un verdadero elogio de su vida y obra. En la tradición eclesial la elaboración de necrologías o elogios de difuntos, son memorias del ausente que se transforman luego en biografías de santidad o hagiografías, como bien explica Laia de Ahumada (2011: 41-55). Clotilde Cortés7: La primera biógrafa, 1917 En 1917, se publicó una primera biografía de la autoría de Clotilde Cortés de González, como homenaje a Elmina Paz y para obtener recursos para el asilo con la venta del pequeño libro, así lo expresaba en la dedicatoria: “sea este impreso un medio de aliviar siquiera en parte las duras aflicciones presentes de esta utilísima santa casa generalicia, que con solicitud de verdadera madre cobija amorosamente a numerosísimas huerfanitas” (Cortés, 1917). Por ser la primera biografía, tiene el valor de brindar numerosos detalles de su vida que luego servirán de insumo para las siguientes, indicando aspectos de la niñez de Elmina y la educación recibida en la escuela doméstica de Ercilia del Corro. Narra detalles de su matrimonio con Napoleón Gallo y los destierros y migraciones que vivió debido a las contiendas políticas en las que se vio envuelta por el compromiso político de su esposo en Santiago del Estero. Detalla el dolor por la muerte prematura de su pequeña hija María Jesús a la edad de 3 años y señala como Elmina encarnó el himno a la caridad de la Carta a los Corintios 13, ejercitándose de manera extraordinaria: sencillamente ataviada dentro de su riqueza, casi diariamente abandonaba todas las comodidades que le brindaba su magnífico hogar y para ir a los barrios suburbanos. Llegaba cual ángel de bondad a derramar a manos llenas cuanto es dable imaginar y mucho más que la ayuda material era lo que recibían los pobres, era sobre todo el agradable estímulo por lo bueno, el sabio consejo, la prudente defensa en contra de cualquier falla Sobre Clotilde Cortés de González no encontramos muchas referencias, pero evidentemente conoció muy de cerca a Elmina Paz y también la encontramos como integrante de la Comisión organizadora de las Celebraciones del Centenario de su nacimiento y escribiendo el prólogo del libro conmemorativo de 1933. 7 Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 261 y aún más la suave caricia que los pequeños recibían de la encumbrada dama, que al encontrarse con ellos se sentía tan feliz, contenta y satisfecha como en los más elegantes salones (Cortés, 1917: 9). Resalta la participación de Elmina Paz en la Sociedad de Beneficencia de Tucumán, su colaboración en la instalación de las religiosas del Huerto en la ciudad en 1876, quienes llegaban para asumir el Hospital de las Mercedes (hoy Padilla) y una escuela para mujeres. Cortés aporta detalles de la enfermedad de su marido y su muerte acontecida en 1886 y de cómo al quedar viuda le solicitó al dominico Fr. Ángel M. Boisdron, un reglamento de vida8 como guía de crecimiento espiritual. La biógrafa manifiesta que Elmina le había expresado a su esposo sus deseos de ingresar en la Casa de Jesús, el beaterio que existía en la ciudad, pero que el Sr. Gallo le había declarado su disconformidad agregando que “en su casa podría hacer cuanto deseare” (Cortés, 1917: 11). Cortés se detiene en los hechos de la epidemia y en la decisión de Elmina de transformar su casa en hogar para los huérfanos, luego de discernir junto a Fr. Ángel María Boisdron y al Dr. Ignacio Colombres, quien en ese momento ejercía como Intendente municipal. Este proyecto inició con seis personas que la ayudaron: Raquel Camaño, Fortunata y Rosario Estrada, María Reina, Tomasa Alberti y Lucinda Flores (Cortés, 1917: 13). Indica cómo fue recibiendo ayuda monetaria de varias personas, destacando el apoyo brindado por el Intendente de Buenos Aires, Don Torcuato de Alvear quien le envió la mitad de lo obtenido por la rifa de los anteojos del General San Martín, dinero que le fue otorgado a través de su hermano Benjamín Paz. Esta circunstancia brinda a Clotilde Cortés la oportunidad para comparar la gesta de Elmina con la del Gral. San Martín, quienes con su acción contribuyeron al bien de la patria (Cortés, 1917: 14). Entre los protectores de la obra de Elmina, identifica al Dr. Pedro Ruiz de Huidobro9, quien fue sostén y guía en la administración de la obra y el médico de cuantos sufrían alguna enfermedad en el asilo. 8 Se conserva en el archivo de las hermanas dominicas este pequeño reglamento que es una orientación para el crecimiento en la vida de oración y de servicio a los demás. Reglamento de vida, en Fascículo Cartas de Boisdron a Elmina Paz, 1886-1900. Caja: Cartas de Boisdron a Elmina Paz Gallo (AHDT). 9 Era un médico, nacido en Tucumán y graduado en la Universidad de Buenos Aires en 1881. Ejerció activamente la profesión toda su vida alternando con intensas actividades políticas. Fue intendente de Tucumán de 1883 a 1886; diputado nacional por Tucumán en dos oportunidades, Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 262 Historias de Vida Además esta biógrafa la compara con Santa Catalina de Siena en su caridad para atender a los enfermos y con San Vicente de Paul por su actitud de acoger a niños abandonados, viviendo el mandamiento del amor según se indica en el evangelio “yo los he amado para que ustedes se amen también entre ustedes mismos. Ninguno siente mayor amor que el que expone su vida por sus amigos” (Juan, 15, 13-14). Un detalle que pasó inadvertido en otras biografías fue la acogida en su casa de un huérfano abandonado, quien le fue entregado por el jefe de policía D. Bernardo Colombres (Cortés, 1917: 11) experiencia que constituyó un pequeño antecedente de la apertura de su casa para acoger a muchos más. La circular de Mons. Agustín Barèrre, Obispo de Tucumán, 1933 En 1933 con motivo del primer centenario de su nacimiento, el Obispo de Tucumán Mons. Agustín Barèrre, escribió una circular para toda la diócesis, exaltando la vida y virtudes de Elmina Paz, testimoniando su fama de santidad e invitando al Pueblo de Dios a reconocerla discípula de Jesús, como laica, esposa, viuda, madre y consagrada10. Afirmando que en su vida fue providencia de los pobres y madre de los huérfanos11. Compara a Elmina Paz con Santa Juana de Chantal, porque ambas fueron madres, esposas, viudas, fundadoras de congregaciones religiosas y comprometidas con los que más sufren12. Asevera que Elmina estuvo marcada por un “sello especial” y que fue “fiel a las menores inspiraciones de la gracia”13, advierte también que “nuestra heroína” conquistó con esfuerzo su fama de santidad. Un pilar fundamental del proyecto de fundación de la Congregación y de la apertura de nuevas casas fue Fr. Ángel María Boisdron, pero luego de 4 años de iniciada la obra, en 1890 se le pidió que asuma nuevas responsabilidades como profesor en la Universidad de Friburgo, Suiza. Este alejamiento inesperado impactó en Elmina Paz y en la obra iniciada, por ello el Obispo afirmó que ella de 1886 a 1890 y de 1906 a 1910. Ocupó también reiteradas bancas en la Cámara de Senadores de la Provincia: en 1885, y luego en 1902-1904,1904-1908,1914- 1916 y 1916-1920. 10 Barrère, Agustín, Obispo de Tucumán, Carta Circular del 10 de septiembre de 1933. La Semana Católica, Boletín Oficial de la Diócesis de Tucumán, año V, Nº 206, 1933: 2115-2122. 11 Barrère, Agustín, Carta Circular…1933: 2120. 12 Barrère, Agustín, Carta Circular…1933: 2116. 13 Barrère, Agustín, Carta Circular…1933: 2117. Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 263 “comprendió que era necesario cimentarla en la más plena confianza en Dios y el más absoluto desprendimiento del corazón”14. Barrère que la conoció expresa que su afabilidad hacía fácil y ameno el trato con ella, pero un recato sobrenatural que envolvía a toda su persona, imponía respeto y atajaba toda palabra que pudiera lastimar la caridad. Después de hablar con ella, uno se sentía mejor, lo hemos probado más de una vez15. Barrère recordaba “El duelo por su muerte fue general ¿no había sido desde niña la providencia de los pobres y más tarde de la madre de los huérfanos?” (1933: 2120). El libro del centenario de su nacimiento. 1933 Con motivo del centenario de su nacimiento se hicieron varios actos de homenaje, en las distintas provincias en donde las hermanas estaban presentes y se publicó un libro como recordatorio de todas las celebraciones. Se hace referencia con fotografías a la obra de teatro sobre su vida, los discursos pronunciados, poesías y textos elaborados en su memoria, que manifiestan un profundo reconocimiento a la vida y obra de Elmina. Estos textos se produjeron en varios puntos del país y la publicación contó con la autorización del Obispado de Tucumán. En la presentación Fray Antonio Battista OP, alude al texto evangélico que se refiere a la predilección de Jesús por los niños: “Dejen que los niños vengan a mi y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” (Mt 19,14) aseverando que “quien parte su pan y ofrece su techo, su cariño y sus cuidados a los niños, ese es el amado de Jesús; con Él ha partido su pan y la sombra de su hogar”16. Este libro contiene todas las publicaciones en la prensa de diferentes provincias del país en donde se rindió homenaje a Elmina (Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires), se detallan los nombres de los integrantes de las comisiones que se constituyeron en cada provincia, los actos de homenaje, la obra de teatro, discursos, poesías, telegramas y cartas recibidas en Barrère, Agustín, Carta Circular…1933: 2118. Barrère, Agustín, Carta Circular…1933: 2120. 16 Fray Antonio Battista OP, “Presentación”, en Libro del Centenario del Nacimiento de Elmina Paz (1933). 14 15 Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 264 Historias de Vida adhesión a los festejos y todos contienen referencia a la fecundidad de la vida y misión de Elmina. Entre los discursos pronunciados, las emisiones radiales y las publicaciones en la prensa podemos señalar los de Juan B. Terán; Fr. Jacinto Carrasco OP; Juana Romero de Torres17; Fr. Tomás Luque OP; Gregorio Aráoz Alfaro; Alberto Padilla; Abelardo Gallo; Abraham de la Vega; Pbro. Tomás Carrone; Ernesto Padilla; José Fierro y Fr. Reginaldo de la Cruz Saldaña Retamar OP. Todos reconocen la fama de santidad de Elmina Paz, comparándola con otras fundadoras de congregaciones religiosas de Argentina, como afirma Fr. Jacinto Carrasco: pocas provincias nuestras pueden ostentar en su historia lugareña figuras tan completas, venerables y santas como la de doña Elmina Paz de Gallo. Es cierto que el hogar argentino se destacó aún en desde aquel fondo sombrío del coloniaje y pudo producir una reverenda Madre Antonia de Paz y Figueroa en Santiago (para solo señalar una Santa) y un conjunto de dignisimas matronas en todas las provincias”. Y más adelante expresa que “al lado de la Madre Camila Rolón solo puede y debe ponerse a nuestra Madre Elmina 18. Fr. Tomás Luque, provincial de los dominicos en 1933, también afirma la santidad de vida de Elmina testificando el hecho de poder constatar, salvo juicio más respetable y siempre inspirado de la Iglesia, el advenimiento no lejano de un insigne honor que todavía nos falta: el de una Santa nativa de esta bendita tierra, que sería la V. María Dominga del Santísimo Sacramento Paz Gallo, sobre los altares de la piedad argentina19. En un apartado de libro titulado “Pensamientos dedicados”, se encuentra un texto escrito por Ernesto Padilla que también reconoce la vida santa de Elmina Paz: Maestra de la Escuela Elmina Paz Gallo de San Miguel de Tucumán. “Discurso de Fr. Jacinto Carrasco”, Libro del Centenario del nacimiento de Elmina Paz de Gallo (1933: 64). 19 “Discurso de Fr. Tomás Luque en la fiesta literaria realizada el domingo 10 de septiembre de 1933”, en Libro del Centenario… (1933: 69). 17 18 Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 265 Aprendí a admirarla en el elogio con que la mencionaba mi madre que, de mayor edad, la conoció y trató. A mi vez, fui testigo de su heroica determinación y he seguido los pasos que ha marcado su vida de renunciamiento y de cristiana consagración. Y cuidé de llevar hasta ella a mi hijo para que contara la dicha de conocer una santa20. Vida de Elmina Paz escrita por Tomasa Alberti, 1934 En 1934 la Hna. Tomasa Alberti, fue una persona muy cercana a Elmina desde antes de la fundación de la Congregación, estaba junto a ella en el momento en que Fray Ángel María Boisdron la visitó para pedirle ayuda con motivo de la epidemia. Estuvo junto a Elmina para atender a los primeros huérfanos y luego la acompañó consagrándose a Dios como dominica, escribió la biografía de Elmina Paz con preciosos detalles que recuperan sus gestos y palabras, constituyéndose en testigo fundamental de su vida. Es a partir de este manuscrito que se pueden recuperar diálogos y frases pronunciadas por Elmina por haber estado Tomasa en el momento de ser pronunciadas, por lo que la oralidad está presente en su escritura. En esta narración, brinda detalles de la familia de Elmina, infancia, matrimonio y maternidad, la epidemia de cólera y la transformación vivida por Elmina. Detalla cada fundación y recrea todo el proceso vivido por la nueva congregación. Gracias a Tomasa Alberti tenemos las palabras de los diálogos de Elmina con diferentes personas que permiten recrear con certeza, el proceso vivido para hacer de su casa un hogar de huérfanos, así rememora este diálogo: El R.P. Boisdron, que era entonces Prior del Convento de Santo Domingo, empezó por representar el estado, la situación en que se hallaba la ciudad, aunque ella conocíalo bastante y tenía la amarga aflicción de no poder remediar en algo siquiera, proporcionando a los niños pobres un hogar para intentar salvarlos de la terrible epidemia y le dijo por fin: “Usted Señora no podría hacer algo por estos pobres niños?”... ella calló un instante... momento sublime!... Bástale a Dios, para dar a entender a la noble matrona la grandeza de la obra para la que la destina y que redundaría en su mayor gloria, salvación de su propia alma y en bien de la humanidad. No necesitó más Doña Elmina para responder, velando lo inquebrantable de su resolución con encantadora modestia: “Mi Padre, a 20 Ernesto Padilla, “La Madre Elmina”, en Libro del Centenario… (1933: 89). Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 266 Historias de Vida los niños pobres los ayudaré, no solo con dinero, sino con mi persona. Yo los cuidaré mi casa será la de ellos (Alberti, 1934: 19). Una sucesión de diálogos son recuperados por Tomasa, testigo privilegiado de la vida de Elmina, quien se pone en tarea de buscar ayuda aunque también encuentra oposición a su decisión: Un día fui a la finca a pasar un rato con la Sra. Elmina. Empezamos como siempre a hablar de cosas espirituales, y de pronto me dice: “mi casa será para los niños pobres, pienso en quien me ayudará”. Los niños venían con el contagio, y por otra parte, había personas a las que no parecía bien que ella se tomara esta tarea tan penosa y de tanta responsabilidad y le decían: “tú no estás para estas cosas, tu salud está muy quebrantada; más estás para mantenerte retirada y tranquila en tu casa” (Alberti, 1934: 20). Es Tomasa quien va recuperando las voces de apoyo al proyecto de Elmina, sobre todo de sus colaboradores más cercanos, su hermano Benjamín Paz y su sobrino Ignacio Colombres: Sabiéndolo el Dr. Benjamín Paz, su bueno y querido hermano, le dijo: “si tu ves que puedes hacer esta obra tan grande, yo te ayudaré en todo lo que pueda”, como efectivamente lo hizo. Otro Señor, el Dr. Ignacio Colombres que también era de su familia y médico de profesión, le dijo: “Dios te pide que hagas esta obra tan grande; yo atenderé a los niños, yo te ayudaré, sigue adelante; es un gran bien que vas a hacer a tantos niños desamparados, Dios te ayudará” (Alberti, 1934: 21). También la solidaridad de Tomasa Alberti emerge ante la preocupación de Elmina: “en la atención de los niños quién me ayudará?” a lo que no sabía más que contestarle: “no se aflija Dios proveerá; aquí me tiene para ayudarla en todo lo que pueda, me cambiaré a su casa lo más pronto que me sea posible para ayudarla” (Alberti, 1934: 21). Y es ella la que recupera un significativo gesto de desprendimiento que tuvo Elmina al acomodar su casa para los huérfanos: Viendo yo que hacía sacar todos los muebles, hasta su cama, no pude menos que decirle: “pero señora en que va a dormir? qué está por hacer?” y me contestó con toda naturalidad: “ya lo verá, a una madre que lo está por ser de hijos pobres no le quedan bien estas cosas” (Alberti, 1934: 21). Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 267 El texto de Tomasa Alberti de 1934, tiene entre las fuentes que cita escritos de Fr. Ángel María Boisdron, a veces transcribe párrafos de sus cartas, que se refieren a Elmina o al proceso fundacional de la congregación. José María Feraud García, Sor María Dominga del Santísimo Sacramento Paz de Gallo, 1934 El mismo año en que se dio a conocer el manuscrito de Tomasa Alberti, se publicaba en Salamanca, España, otra biografía de Elmina Paz de la autoría del Pbro. José María Feraud García, operario diocesano nacido en España, quien había residido en nuestra provincia y conocido personalmente a Elmina. Él mismo lo afirma al explicar algún aspecto de su vida declarando: “damos fe de ello, pues en aquellos años, nos cupo la suerte de conocerla y de auscultar los latidos más íntimos de su alma. Justipreciaba como pocos la responsabilidad que sobre ella pesaba como fundadora de un instituto religioso” (Feraud García, 1934: 17). Este autor declara que tuvo como fuentes de su escrito los discursos de Fr. A. M Boisdron, la circular del Obispo Barrère y los escritos inéditos de una de las primeras religiosas de la Congregación21 (Feraud García, 1934: 3). Así podemos observar que la fuente primigenia de estas biografías son los escritos de Boisdron, sus discursos y cartas. Es en ellos en donde se nutren las sucesivas narraciones de la vida de Elmina. Todo el relato de Feraud sigue el recorrido lineal por la vida de Elmina: infancia, adolescencia hasta el matrimonio (24 años), esposa (27 años) y consagrada a Dios (25 años) deteniéndose en el gesto de Elmina de acoger a los huérfanos en su casa y narrando las vicisitudes de la agitada vida política del país que repercutían en el asilo-convento. Observa los momentos de angustia en la vida de Elmina y nos acerca algunas escenas muy gráficas de los inicios del asilo: cundió la angustia dentro del asilo a causa de la epidemia de cólera. Muchos niños habían sido contagiados y murió en 2 horas la primera víctima, una nenita. Fue preciso improvisar un lazareto allí cerca. Fallecieron unos cuantos niños más. Pero Doña Elmina velaba y oraba sin cesar, Se trata del manuscrito de Tomasa Alberti, al que nos hemos referido, ya que en otra parte Feraud expresa “de los apuntes biográficos escritos por la H. María Tomasa Alberti, una de sus fieles compañeras desde antes de la fundación, entresacamos los siguientes testimonios…” (Feraud García, 1934: 20). 21 Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 268 Historias de Vida socorrida por médicos, parientes y amigos, no desesperó un solo instante hasta que al fin logró dominar el flagelo (Feraud García, 1934: 12). María Haydée Herrera: Una biografía teológica, 2011 En 2001, la Hna. María Haydée Herrera, presentó una tesis de teología espiritual en la Universidad de Comillas (Madrid) titulada Elmina Paz, heredera e iniciadora. Una biografía teológica. Este trabajo de investigación sumó nuevas fuentes de archivo al estudio de su vida, la correspondencia de Elmina Paz que se conserva en el Archivo de las Dominicas de Tucumán, fuentes que hasta ese momento permanecían inéditas. Haydée Herrera incluyó nuevas perspectivas de la vida de Elmina, su dimensión más subjetiva, ya que las cartas brindan al investigador aspectos más íntimos. La publicación de esta investigación se realizó con motivo de la celebración del centenario de su muerte en 2011, el libro está estructurado en capítulos, el primero de carácter más histórico, da cuenta del contexto político, social y eclesial de Tucumán y Argentina de fines del siglo XIX y se detiene en el lugar social de la mujer. El segundo capítulo analiza los testimonios de quienes conocieron a Elmina Paz, tematizando los contenidos de las biografías y discursos sobre Elmina Paz, realizando una mirada desde la teología sobre su vida y obra. Como bien afirma Michel de Certeau, “una teología va siempre dentro del discurso hagiográfico” (2006: 265) y se hace evidente en la vida del santo, por ello la autora de esta biografía teológica, recurre al estudio de Michael Schneider (2000), sobre la teología como biografía. En el caso de Elmina Paz la práctica de las virtudes troncales de la vida cristiana, fe, esperanza y caridad, corroboran toda una tradición cristiana, en donde el compromiso con los pobres es un signo del seguimiento de Jesucristo. El tercer capítulo del libro se refiere al itinerario espiritual de Elmina Paz, reconstruye su biografía en el marco de una trama de relaciones, en el contexto epocal que le tocó vivir y en donde aportó su sello personal (Herrera, 2011: 90). Se detiene a observar la experiencia de despojo personal y entrega a los niños más vulnerables. Las palabras de Elmina Paz jalonan este capítulo “No solo con mi dinero, sino con mi vida toda. Yo los cuidaré, mi casa será la de ellos”. Analiza las cartas de Elmina como espacio de decibilidad de su experiencia (Herrera, 2011:117); la vivencia de la oración y la eucaristía y el vínculo con Fray Ángel María Boisdron, su compañero en la empresa de fundación de la congregación religiosa. La autora considera las experiencias de vulnerabilidad e impotencia de Elmina Paz y reconoce el espacio de la casa de Elmina como lugar de inclusión para muchos. (Herrera, 2011:138). Concluye su estudio examinado como las Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 269 huellas de los pasos de Elmina continúan en el presente, inspirando un camino de contemplación y solidaridad, según el estilo de Jesús de Nazareth. Elmina Paz y un grupo de huérfanas, San Miguel de Tucumán, hacia 1895 Rasgos de la escritura hagiográfica Todas estas biografías, asumen un estilo hagiográfico porque se trata de escribir la vida de alguien que se considera santa, “una encarnación humana de lo sagrado que se pretende volver ejemplar para el resto de la humanidad,” como describe Dosse (2012: 275). La escritura hagiográfica tiene por objetivo buscar la edificación del lector y por ello “no se refiere esencialmente a lo que pasó como ocurre con la historia sino a lo que es ejemplar” (de Certeau, 2006: 257-258). Como lo analicé en otro estudio (Folquer, 2008c) todo grupo humano por pequeño, que sea se define y cohesiona por medio de modelos de comportamientos ideales que expresan sus creencias. Estos modelos se construyen a través de narraciones, imágenes y símbolos que les dan sentido y los proveen de significado, otorgándoles capacidad de transformar las prácticas y relaciones hacia adentro y hacia fuera del grupo. En la tradición cristiana, la elaboración de imágenes de santidad a través de relatos de vida como modelos ejemplares a seguir, se remonta a los tiempos primitivos de la iglesia. La vida de un santo se inscribe dentro de un grupo, iglesia o comunidad y representa la conciencia que este tiene de sí mismo, la narración es la cristalización literaria de los preceptos de una conciencia colectiva (de Certeau, 2006: 260). Como bien expresa François Dosse, “el relato de vida tiene el Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 270 Historias de Vida valor de testimonio de una travesía experiencial, la de la relación con Dios del que fue canonizado como santo” (2012: 276) El discurso hagiográfico es un discurso de las virtudes (de Certeau, 2016: 264), en donde los testigos de su vida adquieren un lugar singular, lo que se busca resaltar es que la lógica misma de su existencia estuvo siempre guiada por la preocupación de donar su propia vida a los otros. Historiografía sobre Elmina Paz Gallo Desde el punto de vista historiográfico, los primeros trabajos fueron realizados por Sofía Brizuela y Pablo Hernandez (2000; 2003), a partir de un primer trayecto de investigación para elaborar sus tesis de licenciatura en historia, estos autores son quienes por primera vez acceden como historiadores al archivo de las Hermanas Dominicas de Tucumán, y escudriñan fuentes que permanecían ocultas esperando ser descubiertas. Brizuela y Hernández realizaron un importante aporte al estudio de la vida de Elmina y sus proyectos, desempolvaron cartas, crónicas, memorias y fotografías antiguas. Orientaron su mirada a detectar el protagonismo femenino en Elmina y su primer grupo de compañeras, reconstruyeron el contexto social, político y eclesial en que vivieron, indagaron en la trama de relaciones de Elmina Paz y el grupo fundador. Luego Cynthia Folquer avanzó en esta misma línea de investigación en orden a la escritura de su tesis de doctorado titulada “Viajeras hacia el fondo del alma. Sociabilidad, política y religiosidad en las dominicas de Tucumán, 18861911”, dando un paso más en el estudio de las fuentes referidas a Elmina Paz y el surgimiento de la congregación de Dominicas de Tucumán. En este trabajo se examinó en la figura de Fr. Ángel M. Boisdron, con quien Elmina Paz fue diseñando el proyecto de acogida a los huérfanos, se analizó su autobiografía y correspondencia, buscando reconstruir su itinerario vital. También se profundizó en el primer grupo de religiosas las “heroínas de lo efímero”, buscando descubrir la acción política de este grupo de mujeres, a la vez que su camino místico y sus espacios de sociabilidad22. Fruto de esta investigación se produjeron varios artículos publicados en revistas y libros de historia religiosa, en donde se dan a conocer numerosas fuentes para el conocimiento de Elmina Paz: cartas, memorias, informes, biografías, publicaciones en la prensa y estudios sobre su contexto epocal (Folquer 2007; 2008a; 2008b; 2008c; 2010; 2011; 2012; 2013 y 2017) 22 Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 271 Conclusiones Este recorrido sobre los textos escritos sobre Elmina Paz, busca dar cuenta de la producción realizada a lo largo de una centuria y detectar las coincidencias de miradas a través del tiempo. Se plantea este análisis de los diversos tipos de escritura biográfica como apuntes para una biografía que debe ser escrita, para continuar aproximándonos a esta figura tan interesante de la historia de Tucumán. Este trabajo se enmarca dentro de la nueva corriente de historia política que busca rescatar la singularidad irreductible, la riqueza del recorrido individual y apuesta al retorno del acontecimiento y del sujeto en la investigación histórica. Todos los escritos sobre Elmina Paz centran su mirada en el proceso de transformación experimentado, en el giro que dio su vida. Si utilizamos la imagen del desplazamiento interno, al que se refieren de alguna u otra manera los estudios sobre su vida, podríamos nombrar los siguientes, sin pretender abarcar todos los aspectos: - De mujer de elite a madre de los pobres - De miembro de la sociedad de beneficencia a convertir su casa en hogar de huérfanos - Del duelo por la muerte de su esposo a la disponibilidad - De una espiritualidad devocional a un camino de interioridad. El Viaje al Fondo del Alma - De la ilusión a la conciencia del límite - De la preocupación en la confianza en la providencia. Mirar el recorrido de una vida a partir de sus transformaciones, permite prestar atención a la voluntad, a la elección personal y a la acción deliberada de esta mujer que produjo un cambio social (Guenifeey, 2003: 81). Una vida no solo está determinada por el contexto social y cultural de una época, sino que la acción humana implica fundamentalmente una voluntad deliberada, por ello estas biografías buscan descifrar la irreductible libertad de un derrotero personal, que emerge en los intersticios inherentes a los sistemas generales (Levi, 1986: 149). Como afirma François Dosse (2012: 284), el individuo no está desconectado del tejido social que le pertenece y se encuentra inmerso en el juego complejo de determinaciones múltiples, por ello también Elmina Paz se comprende al explicar la historia tucumana, la epidemia del cólera y sus espacios de sociabilidad. La obra está íntimamente ligada a una vida, por ello las acciones de Elmina Paz revelan su centro más recóndito ya que su obra la expresó en su dimenLos escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 272 Historias de Vida sión más íntima. Los autores que hemos analizado han buscado comprender sus intenciones y emociones, tratando de descifrar las tramas intrínsecas de lo humano, tarea que como explica Paula Bruno, es inherente a quien pretende convertirse en biógrafo (Bruno, 2016: 271). Existe una dificultad de atrapar la complejidad entera de una vida y el riesgo de pretender construir una biografía lineal y excesivamente coherente (Bruno, 2012:162), en este sentido, rescato del texto de María Haydée Herrera, entre otros, la incorporación de las experiencias de incertidumbre y sufrimiento que señala en el itinerario de Elmina Paz. Las trayectorias individuales experimentan rupturas, discontinuidades, contradicciones, incertidumbres (Gueniffey, 2003: 96), las existencias nunca son lineales y Elmina Paz no fue ajena a experiencias de desolación o desconsuelo. Ella vivió diversas situaciones de vulnerabilidad que provocaron una profunda confianza en quienes podía apoyarse y la apertura a una dimensión de lo sagrado en su vida que ella interpretó como abandono en la providencia divina. Vivió un profundo proceso de desprendimiento y humildad que la fue transformando en una actitud de confianza fundamental para poder continuar la obra que había emprendido. Encontrar el significado de una experiencia singular implica escudriñar el momento en que le tocó vivir y las acciones emprendidas, optando por esta escala de observación, la de las estrategias individuales de su trayectoria biográfica. En este sentido Jacques Revel (2015: 15-16) se refiere a la dimensión del microanálisis y el necesario juego de escalas que debe realizar todo historiador para comprender las lógicas sociales. Los estudios históricos realizados sobre Elmina Paz, aportan este juego de escalas, como una suerte de lente que intenta captar los pequeños detalles de su vida, a la vez que realizan una fotografía de todas las dimensiones del contexto tucumano. Frecuentar las vidas escritas sobre de Elmina Paz, ha sido para mí una profunda experiencia de comprensión de la obra de esta gran mujer tucumana. Como bien explica Dosse (2007:15-18), las largas horas de estudio de la vida de otra persona, obligan a abandonar el propio yo demasiado estrecho y a marchar a la aventura de sumergirse en la vida del otro. Escribir una vida exige cierta desposesión del propio yo para poder transportarse hacia el otro y a la vez abre el santuario del sujeto y lo propone como vía de inspiración para otros en el presente. Una vida como la de Elmina Paz, es sin duda una inspiración para nuestro presente, por eso hay que continuar narrándola. Cynthia Folquer Aportes para la historia de la Arquidiócesis de Tucumán 273 Cronología de Elmina Paz de Gallo 1833 (10 de septiembre) 1834 (18 febrero) Nacimiento en San Miguel de Tucumán. Nombre completo Nicolasa Elmina Paz. Hija de Manuel Paz y Dorotea Terán Bautismo en la Parroquia Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel de Tucumán 1840-1847 Educación primaria en la escuela doméstica de Ersilia del Corro 1857 (9 de febrero) Matrimonio con Manuel Napoleón Gallo. Parroquia Nuestra Señora de la Encarnación, San Miguel de Tucumán 1857-1864 Durante 7 años vive en Santiago del Estero Integra la Orden Seglar Dominicana 1861 (3 de febrero) Nacimiento de su hija María de Jesús Gallo 1864 Fallecimiento de María de Jesús Gallo 1864 Retorna a vivir en Tucumán. Se instala en la casa ubicada en la actual calle 24 de septiembre al 500, con estadías en el Ingenio Luján, propiedad de la familia Gallo 1865 Integra la Orden Seglar Dominicana 1877-1879 Preside la Sociedad de Beneficencia de Tucumán 1886 (1 de junio) Fallecimiento de Napoleón Gallo, San Miguel de Tucumán 1886 (28 de diciembre) Abre su casa para acoger a 48 huérfanos víctimas de la epidemia de Cólera 1887 (17 de junio) Funda la Congregación de Hermanas Dominicas del Santísimo Nombre de Jesús. Ingresa al Postulantado junto a 11 compañeras 1888 (15 enero) Realiza sus primeros votos religiosos 1888 (4 de junio) Afiliación de la Congregación a la Orden Dominicana 1890 Inauguración del nuevo edificio para el Asilo de Huérfanos y Convento y de la Escuela en Avenida Sarmiento 253 1891 (15 de enero) Realiza sus votos perpetuos 1895 (8 de marzo) Fundación del Colegio y Convento Santísimo Rosario en Monteros, Tucumán. 1898 Fundación del Asilo-Escuela y Convento La Asunción de Santiago del Estero 1902 (23 de enero) Fundación del Colegio y Convento Santa Rosa, en San Miguel de Tucumán 1902 Fundación del Asilo-Escuela y Convento Sagrado Corazón en Buenos Aires 1908 Fundación del Asilo-Escuela y Convento Sagrada Familia de Santa Fe Los escritos sobre Elmina Paz de Gallo (1833-1911). Apuntes para una biografía 274 Historias de Vida 1909 Fundación del Asilo-Escuela Javier Correa y del Convento Santísimo Rosario en Rosario, Santa Fe 1910 (7 de septiembre) Aprobación Pontificia de la Congregación 1911 (2 de noviembre) Fallecimiento de Elmina Paz en San Miguel de Tucumán Fuentes inéditas Alberti Tomasa (1934), La Madre María Dominga del Santísimo Sacramento Paz Gallo. Recuerdo del Centenario de nuestra querida madre fundadora. Tucuman. En Caja: Escritos sobre la vida de Elmina Paz (AHDT). Fuentes éditas BOISDRON, Ángel María ([1911] 1921). “Sor María Dominga del Santísimo Sacramento, en sus exequias, 2º de noviembre de 1911”, en A.M. Boisdron, Discursos y Escritos, Buenos Aires: Talleres Gráficos Preusche y Eggeling, pp. 199-200. —— ([1912] 1921). “Rememoración de Sor María Dominga del Santísimo Sacramento, en el primer aniversario de su muerte, noviembre de 1912”, en A. M. 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