Elmer Restrepo, Doña Orificia. Collage, 2011
“Quizá debamos aprender que lo imperfecto es otra forma de la perfección:
la forma que la perfección asume para poder ser amada.”
Roberto Juarroz
Una aproximación a la producción de sensibilidad
desde las prácticas corporales.
El caso de la danza SAMKYA en Medellín
An approach to the production of sensitivity from bodily practices.
The case of SAMKYA dance in Medellín
Julia Castro Carvajal1
Resumen
Abstract
Se presentan resultados preliminares de una
investigación interesada en comprender la forma como las prácticas corporales contribuyen
a configurar la sensibilidad e inducen formas
de subjetividad en el sujeto contemporáneo.
Específicamente, se explora la danza Samkya2
considerada una técnica corporal extracotidiana,
orientada al autoconocimiento y dirigida solo
a mujeres, en la cual tienen lugar discursos y
disposiciones estético-políticas. Se trata de comprender los modos en que los participantes de
esta práctica corporal han representado y experimentado su sensibilidad, sirviéndose del cuerpo
como intermediario entre el yo y la sociedad.
We present preliminary results of a research
interest in understanding how the practices help
to shape the body and induce sensitivity forms
of subjectivity in the contemporary subject.
Specifically, we explore the dance technique
considered Samkya extracotidiana body, selforiented and directed only at women, which occurs aesthetic discourses and policy provisions.
It’s about understanding the ways in which the
participants of this practice have represented and
experienced body its sensitivity, using the body
as an intermediary between the self and society.
Keywords: sensitivity, subjectivities, bodily
practices.
Palabras clave: sensibilidad, subjetividades,
prácticas corporales.
Recibido: 16-09-2011 / Modificado: 06-01-2012 / Aceptado: 15-01-2012
Es asociado a la investigación “Configuración de la sensibilidad y subjetividades a través de prácticas
somáticas de movimiento en la ciudad de Medellín, 1980-2010”, inscrito en el CODI y vinculado
con la tesis doctoral que actualmente desarrolla la autora en el Doctorado de Ciencias Sociales de la
Universidad de Antioquia.
1
Candidata a Doctora en Ciencias Sociales, Universidad de Antioquia. Docente e investigadora de
la Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Grupos de investigación: Estudios en Educación
Corporal e Historia Social. juliacasmed@gmail.com
2
La danza Samkya se le adjudica a Amaniksha, una maestra de Aura-Soma y Ayurveda, fisioterapeuta
de origen brasileño que ha recopilado y fusionado los movimientos corporales y la esencia de las
danzas. árabe, egipcia e hindú. Ella, además, se ha encargado de difundir ese conocimiento a través
de la Organización Cóndor Blanco, Organización Internacional de desarrollo personal, ubicada al sur
de Chile creada por Suryavan Solar que reúne prácticas y filosofías ancestrales con las técnicas de
crecimiento personal. En Medellín se encuentra una de sus sedes.
Cómo citar este artículo: Castro, J. (2011) Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las técnicas corporales. El caso de la danza SAMKYA en Medellín. En: Revista Educación física y deporte. Vol. 30-2 p.
553-560.
Revista Educación física y deporte, n. 30-2, 553-560, 2011, Funámbulos Editores
Castro, J. Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las prácticas corporales
Introducción
El sentido dado en este artículo3 a la sensibilidad
proviene de la estética, entendiéndose como
“sistema de formas que a priori determinan
lo que se va a experimentar” (Rancière, 2002,
p.17), es decir, que los modos de lo sensible
delimitan lo visible e invisible de los tiempos,
espacios, formas de actividad, lo que se ve, lo
que se puede expresar o sentir, las competencias
e incompetencias frente a lo común. Por lo tanto,
el orden perceptivo tiene implicaciones en la
forma de la experiencia por medio de la cual se
constituye el “yo” respecto a lo colectivo, a la
vez que pone al descubierto la existencia de un
común. A partir de esta idea, las prácticas corporales son prácticas estéticas que al provocar
unas “maneras de hacer”, constituyen formas de
sensibilidad e inducen modos de subjetivación.
Esta orientación parte además de reconocer que
la corporalidad se configura en el cruce entre la
materialidad individual y la experiencia social,
la referencia subjetiva y la norma colectiva. Las
fuerzas dinámicas, múltiples y contradictorias de
las que emerge la corporalidad, constituyen los
niveles que la conforman. De un lado, el nivel
macro, corresponde a la fuerza de la construcción
histórico-social ejercida a partir de las estructuras
discursivas y prácticas desplegadas a través de
instituciones, organizaciones y políticas que intentan moldearla (Foucault, 1992); de otro lado,
el nivel micro, relacionado con la fuerza de la
agencia que reconoce la corporalidad como base
existencial del sujeto y la cultura, por lo tanto
agente de toda experiencia material y simbólica
(Csordas, 1994).
Por otra parte, se advierte que en la condición
contemporánea el ser humano se reconoce,
se manufactura a sí mismo y se vincula a una
sensibilidad común, en y desde el cuerpo, con
3
la mediación de las tecnologías de la biopolítica, el biopoder y del “yo” (Foucault, 1992).
Por lo tanto, en la aproximación a las prácticas
corporales y sus usos, yace una posibilidad de
su comprensión y transformación (Le Breton,
2002; Andrieu, 2006).
La danza Samkya puede considerarse según
la propuesta de Volli (2001) como una técnica
corporal extracotidiana, de carácter personal
(aunque se realicen a veces en grupo y en espacios públicos), ya que busca una dirección activa
del participante y le interesa primordialmente la
experiencia subjetiva. Según Volli (2001, p.90)
“son técnicas para ver en oposición a las técnicas
para ser vistas”. En este sentido, las técnicas personales son una forma de “tecnologías del yo”,
en la perspectiva asignada por Foucault (1996,
p.16) ya que permite a los sujetos constituirse y
transformarse a sí mismos, desarrollando ciertas
operaciones sobre su cuerpo y su alma, pensamientos y conducta.
En síntesis, lo que interesa al ejercicio investigativo es problematizar las formas de intervención
corporal disponibles en Medellín, entre las cuales
está la danza Samkya, para develar los procesos
de subjetivación que ellas producen y las formas
que se hacen visibles o invisibles, modos de lo
sensible.
Metodología
Se trata de una etnografía enmarcada en el “giro
corporal” de las ciencias sociales, interesado en
ocuparse de la experiencia corporal, vivida y
situada (Csordas, 1994). Para efectos metodológicos se acogen dos de los momentos propuestos
por Citro (2009) para acercarse a las prácticas
corporales como lenguajes estéticos que pueden
inscribirse en lo que ella denomina “géneros
performáticos”3. Se incluye un momento de
Los géneros performáticos son “tipos más o menos estables de actuaciones que pueden deducirse
de los comportamientos individuales y que combinan, en diferentes proporciones, recursos kinésicos,
musicales, discursivos, pero también visuales e incluso gustativos u olfativos, según los casos. Estos
tipos se caracterizan por poseer un conjunto de rasgos estilísticos identificables, una estructuración
más o menos definida y una serie de inscripciones sensorio-emotivas y significaciones prototípicas
asociadas”. Aclara que la categoría de género no se entiende como la existencia de rasgos fijos, ya
que al apropiarlos, los performers los usan y resignifican de diferentes maneras (Citro,2009, p.112).
554
Instituto Universitario de Educación Física Universidad de Antioquia
Castro, J. Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las prácticas corporales
acercamiento-participación y un momento de
distanciamiento-observación. El primero, basado en la fenomenología cultural, busca describir
el estilo y estructura de la práctica corporal, las
inscripciones sensorio-emotivas, las experiencias
estéticas de los practicantes o performers, así
como los sentidos que éstos le otorgan. El segundo momento, ligado a las “hermenéuticas de la
sospecha”, intenta develar las matrices simbólicas
que subyacen a las prácticas corporales. La unidad
de trabajo fueron los performers y facilitadores
de centros privados y públicos que ofrecen estas
prácticas. Las técnicas utilizadas para recolectar
información fueron la observación participante
y la entrevista a profundidad.
rialidad y vinculadas a los estilos de vida. Según
esta autora, el discurso estético contemporáneo
incorpora la influencia del cuerpo en el espíritu y
establece una nueva concepción contemporánea
del bienestar, en la cual las sensaciones producen
vínculos entre las elaboraciones intelectuales y
emocionales.
Resultados
El cuerpo constituido como capital simbólico y
material le permite a las mujeres performers de
esta práctica, hacer del cuerpo un instrumento
por medio del cual pueden adquirir, moldear
o recuperar una identidad; liberar el espíritu,
equilibrar las emociones y restablecer la salud,
tal como se observa en esta otra descripción de
los objetivos de danza Samkya por parte de su
promotora:
Los resultados se organizaron en dos niveles.
El primero, intenta mostrar los dispositivos
discursivos y corporales que estructuran y le
dan sentido a la danza Samkya, mostrando sus
articulaciones con el régimen sensible actual.
El segundo, explora la experiencia encarnada,
es decir, desde los sentidos y las inscripciones
sensorio-emotivas vividas por las performers.
Modos de ser mujer. La inscripción
de la danza Samkya en el régimen
hiperestésico
Samkya es danza, arte, terapia y belleza
para la mujer, Samkya incorpora en ti una
nueva conciencia, integrando tu cuerpo,
mente, corazón y espíritu, recuperando
la energía femenina para responder a los
retos del mundo moderno que exige a la
mujer de hoy que sea muy ejecutiva —guerrera— y a la vez que no pierda su magia
y su belleza.
Ésta es la presentación de danza Samkya que
se encuentra en uno de los folletos de la sede
Cóndor Blanco, principal centro promotor de
esta práctica corporal en Medellín. Aquí se puede
observar la consonancia de esta práctica con
la liberación somática o las “hiperestesias” de
finales del siglo XX en Colombia, descrita por
Pedraza (1996) como parte de las transformaciones de los discursos sobre el cuerpo, anidado en
representaciones cargadas en exceso de senso-
En el lema de presentación de danza Samkya
parece establecerse en el cuerpo la certeza de que
en él, y por medio de la danza, es posible saber
y hacerse una mujer bella, creativa, expresiva
y saludable, certeza que reemplaza lo que en
otros momentos de la modernidad fue el alma
o la razón.
Es una danza terapéutica solo para mujeres, que trabaja como herramienta
para equilibrar el cuerpo, recuperar la
feminidad, belleza, autoestima, fluidez,
sensualidad y magia. Además de liberar la
rigidez física, emocional, mental y espiritual
a través de los movimientos corporales.
La identidad de mujer que se revela en el texto
descrito corresponde con un representación de lo
femenino asignada por la cultura patriarcal, que
lo vincula a lo bello, suave, sensual y misterioso,
a modo de poderes o cualidades propias que es
necesario poseer, y por lo tanto constitutivas de
ser mujer.
La reivindicación de la sensibilidad femenina
que se promueve en la danza Samkya parece
corresponder con el lugar de “otro” asignado
por la cultura patriarcal, lo cual, según Martínez
(2009), ayuda a comprender por qué la mayoría de los elementos que hacen referencia a su
anatomía, a su sexualidad o incluso a su forma
de sentir, acaben siendo vistos en el imaginario
social como procesos misteriosos.
Revista Educación física y deporte, n. 30-2, 553-560, 2011, Funámbulos Editores
555
Castro, J. Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las prácticas corporales
De otra parte, el sentido del automodelado como
una tarea que las mujeres pueden emprender de
forma individual, llevando consigo la exclusiva
responsabilidad de su fracaso o éxito, se observa
en las aplicaciones personales que las performers
buscan obtener con esta práctica, tales como:
mantener o mejorar su feminidad (vinculada
con la sensualidad), activar la creatividad y el
disfrute, incrementar la vida espiritual (relación
armónica consigo mismo y el mundo), autoconocimiento y equilibrio emocional.
Esta tendencia, observada de la gestión sobre
sí mismo, coincide con el diagnóstico realizado
por Bauman (2003) sobre la contemporaneidad,
la que describe bajo la metáfora de “líquida”, ya
que considera que derretidos los vínculos entre
las elecciones individuales y las acciones colectivas, no hay pautas estables ni predeterminadas,
lo que conduce a procesos radicales de individualización que posibilitan construcciones del
self, de las interacciones, de los espacios y hasta
de la materialidad misma del cuerpo. Al parecer,
el motivo fundamental de esta transformación
antropológica actual se sitúa, “en que solo si
el individuo puede expresar su singularidad,
adquiere sentido su vida” (Le Breton 2002, p.22).
En este escenario, la tarea de ampliar la conciencia corporal y dar a los sentidos un papel
primordial en la construcción del conocimiento
de sí y del mundo, resultan muy útiles. En el caso
de la danza Samkya, la afinación de la percepción
sensorial se convierte en la herramienta principal
para “ver” y proveerse de recursos que permiten
procesos de identificación con la “naturaleza”
de la mujer y activar el autoconocimiento. En
una sesión de clase en la danza Samkya pueden
observarse diferentes formas de uso de los sentidos corporales: exploración de la cinestesia
por medio de la percepción de las posiciones y
movimientos del cuerpo; del olfato, cuando se
utilizan aromas ambientales (inciensos) y esencias que evocan estados emocionales y mentales
para facilitar la conexión con el “yo” interior y
activar los centros energéticos; la audición se
activa a través de la música que mezcla ritmos
orientales para recrear las diferentes energías
femeninas y la pronunciación de mantras; la
visión se estimula con los mismos movimientos
556
y los colores utilizados; el tacto está presente
como medio para contactarse con el otro durante
la clase y con el uso de velos: el gusto está involucrado también en un rito al final de la sesión,
cuando las performers comparten alimentos
(dulces, amargos, ácidos, agridulces, salados),
que han sido escogidos según el efecto deseado
sobre los estados corpóreo-afectivos.
Para Le Breton (2009), cada sociedad diseña
una organización sensorial en la cual el sujeto
escoge las orientaciones que le permiten participar en el flujo de los signos, comunicarse
con los otros y existir en el mundo. En este
sentido las percepciones sensoriales exploradas
durante una sesión de danza Samkya proveen a
las participantes de una sensibilidad que abarca
formas de ver, sentir, gustar, oír, oler y significar,
nutridas de un conjunto de representaciones de
lo femenino que es ofrecido como un prisma de
posibilidades diversas pero siempre enmarcadas
dentro de lo que por “naturaleza” es propio de
la mujer: la suavidad, la constancia, la belleza,
la receptividad, la emotividad, etc.
Las imágenes utilizadas en la narrativa discursiva
y escenográfica de la danza Samkya, así como
las experiencias sensibles provocadas, buscan
establecer concordancias entre la esencia y la
apariencia que traducen juicios estéticos, morales y sociales. Esto se observa en los siguientes
rasgos distintivos de la práctica, anotados en el
diario de campo: La danza incluye gestos de la
mano (mudras) y movimientos de todo el cuerpo.
Los movimientos son suaves y rítmicos a la vez,
se realizan en todos los planos (frontal, lateral,
horizontal y circular), otorgándole una mayor
gama de posibilidades y ritmos a las danzantes.
Los movimientos y gestos están relacionados
con estados emocionales y mentales (alegría,
confianza, honestidad, humildad, iluminación,
firmeza, etcétera) que buscan canalizar la energía universal y personal en beneficio propio. La
cualidad del movimiento es integral, en el sentido
de que busca hacer presente el cuerpo para la persona, sincronizándolo con el estado emocional
y mental. Se evocan sensaciones relacionadas
con la unidad, permeabilidad y fluidez, para lo
cual la facilitadora usa imágenes y metáforas
del agua, fuego, tierra y aire, entre otras, con el
Instituto Universitario de Educación Física Universidad de Antioquia
Castro, J. Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las prácticas corporales
fin de que las performers encuentren el tipo de
sensación que las identifica como parte de su
“naturaleza” y base de la experiencia sensible
que deben contactar y desarrollar.
nos lo planteemos, realizando cualquier
actividad creativa/productiva de su agrado
y siempre están basados en su diseño original; de ahí que se complementen.
Con la intención de naturalizar y vincular propiedades femeninas con su expresión en la fisonomía,
el arreglo personal, el vestido y la gesticulación,
la danza Samkya provee a las performers, modos
de ser mujer o estilos que ellas pueden elegir ser
pero siempre dentro del marco considerado femenino. En el caso de la danza Samkya, se da de la
siguiente manera, según su facilitadora:
De otro lado, el sentido de bienestar promulgado
a través de esta práctica se caracteriza por no
orientarse a tratar la enfermedad fisiológica
directamente, y en cambio se enfoca a lograr
que las personas identifiquen los aspectos de su
personalidad y de comportamiento personal que
afectan su vida, incluida su salud, con el fin de
modificarlos y de esta forma afectar el bienestar
individual, tal como se observa en la siguiente
descripción de los beneficios de esta práctica:
La fuerza de la mujer sale de su propia
naturaleza que es expresada en el exterior,
por lo tanto se busca que la mujer de forma
integral descubra y se enfoque en su camino principal, ya sea que se identifique con
la mujer tántrica, la chamana, la guerrera,
la amante, la artista, la visionaria, la mágica
o la misteriosa. Siempre existen accesorios
que pueden ayudar a hacerlo físico o recordar las características que hacen diferentes
y fuertes a estas mujeres.
La comprensión de género como proceso social
y social implica para Bourdieu (1988, p.21)
una división de los sexos presente tanto en el
“orden de las cosas” como incorporado en los
“cuerpos y hábitos de los agentes”, a manera de
esquemas de percepciones, apreciación y acción”
(Bourdieu, 1998, p 21). Es así como el aprendizaje de disposiciones corporales resulta ser una
internalización de lo social en los cuerpos, que
a su vez permite interpretar aquellos aspectos de
la simbolización cultural del género en el cuerpo
que son tácitos, al encontrarse dentro del dominio de lo que el arbitrario cultural define como
natural. Ejemplos de esto son las maneras de
moverse, de mirar, de vestir y presentar el cuerpo
ante otros. Lo anterior puede observarse en las
representaciones de lo femenino y masculino que
se traducen en la danza Samkya como naturales.
La mujer naturalmente está diseñada para
nutrir, ser receptiva, dar amor y florecer;
mientras que el hombre está orientado a
resultados, desarrolla su poder personal
para accionar, avanzar, aportar energía y
dar frutos. Ambos géneros están diseñados
para el éxito, en cualquier forma en la que
Samkya es un recurso terapéutico que
permite fluir, liberar el stress y expresar las
emociones de la vida cotidiana, logrando
una mayor eficacia en el tiempo invertido,
posibilitando el crecimiento personal,
espiritual y grupal.
Para Pedraza (2007), estas prácticas se inscriben
en los movimientos “alternativos”, herederos del
vitalismo, el holismo y la ecología, que se abrieron paso desde finales del siglo XIX para contrarrestar los efectos negativos del racionalismo, el
utilitarismo y el individualismo, reivindicando la
experiencia subjetiva como forma posible y útil
de conocimiento. Además, estas prácticas resultan de interés para las personas defraudadas del
modelo biomédico enmarcado en la enfermedad,
al permitir que la persona modifique su condición pasiva para pasar a ser activa, produciendo
y ordenando el conocimiento sobre sí misma y
actuando reflexivamente.
En danza Samkya la concepción del cuerpo
abarca más allá de lo físico-orgánico y no solo
se explica desde los postulados biológicos y
físicos, integra dimensiones afectivas, cognitivas
y energéticas que lo vinculan íntimamente con
la experiencia vivida, convirtiendo al cuerpo
en fuente y testigo de la producción material y
simbólica elaborada en la historia personal. En
el siguiente relato de la facilitadora se observa
lo planteado:
Por lo general las mujeres llegan para relajarse, aprender a manejar el estrés y sus
Revista Educación física y deporte, n. 30-2, 553-560, 2011, Funámbulos Editores
557
Castro, J. Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las prácticas corporales
propias enfermedades de manera distinta y
la experiencia las lleva a otra cosa… mira, lo
que pasa es que nosotros tenemos cuatro
cuerpos básicos: el físico, el emocional, el
mental y el energético; en esos cuatro cuerpos se inserta toda la información. Entonces, a través del movimiento se entra más
fácil a esos cuatro cuerpos, para remover
y sacar la información. Hay terapias para
cada uno de esos cuerpos, está la sicológica, están las terapias emocionales, están
las corporales y están las energéticas. Con
Samkya se entra a través del movimiento a
todos los otros y por eso se hace un trabajo
integral y es más rápido transformar toda
esa información.
Para Andrieu (2008), las preocupaciones por el
cuerpo y los estilos de vida saludables se enmarcan dentro de un individualismo hedonista
exacerbado impulsado por el capitalismo, que
encuentra en el mercado de consumo un nicho
propicio para la regulación, la reparación y el
reciclaje de los cuerpos. En la danza Samkya,
los beneficios otorgados a esta práctica por sus
promotores puede verse como una forma de
autocuidado personal que forma parte de un
estilo de vida donde las practicantes hacen del
autoconocimiento y del bienestar, ingredientes
básicos de su subjetividad y una forma de vida
que encuentra en el mercado lo necesario para
su desarrollo y mantenimiento. En el siguiente
texto tomado de un folleto promocional de danza
Samkya se evidencia la enunciado:
Los beneficios de la Samkya son: estimular
una vida con más feminidad, creatividad,
belleza y elegancia en las mujeres; promover la sensibilidad y la expresión artísticas;
mejorar el manejo de las situaciones de la
vida cotidiana: liberar energías estancadas
en la parte baja del cuerpo (elimina los
bloqueos sexuales y actúa como un método
preventivo de dolencias generadas en los
ovarios y en la región lumbar) ; ejercicio
cardiovascular integral; preparación para el
parto (danzar durante todo el embarazo,
flexibiliza el vientre y las caderas, existe la
posibilidad de tener un parto menos doloroso); liberación del estrés; desbloqueo
de la rigidez física, emocional, mental y
espiritual; equilibrio de los hemisferios
cerebrales; pérdida de peso y tonificación
muscular.
558
En lo descrito hasta ahora se ha intentado mostrar
cómo la práctica de Samkya corresponde con la
forma de sensibilidad contemporánea, que ha
hecho del cuerpo y de la percepción incrementada de sus sensaciones el lugar privilegiado de
su intervención, permitiendo su eficacia en las
aplicaciones sociales y personales evidenciadas.
En el caso de de las mujeres performers, al parecer, los cambios percibidos en las subjetividades
corporeizadas no logran generar desplazamientos
significativos de las formas sensibles asignadas
por la cultura patriarcal predominante. Además,
el lenguaje de riesgo utilizado en esta técnica
coincide con el sentido neohigiénico de la salud
preventiva actual, que posee un comercio propio
donde se materializa la obtención de la salud, la
felicidad y el bienestar a través de la venta de
productos y servicios.
El proceso de constitución subjetiva en
y desde el cuerpo
La exploración del mundo afectivo, el proceso de
toma de conciencia y el esfuerzo somático que se
canalizan a través de Samkya para constituirse en
un ser en el mundo, muestra una faceta particular
de las técnicas personales, que puede entenderse
como un ejercicio estético-político. La tarea de
expandir la conciencia desde el cuerpo requiere
un desplazamiento voluntario para pasar de una
actitud pasiva hacia una activa, en condición de
agente encarnado. En el siguiente texto, donde se
describe el público a quien va dirigido Samkya,
se puede observar:
La puerta de Samkya sigue abierta a todas
aquellas mujeres que estén en la búsqueda
de una misión que concrete su sueño, a
aquellas mujeres que quieran identificar sus
fortalezas y transmutar sus debilidades en
aptitudes. A aquellas mujeres que quieran
elevar su bienestar al máximo, y elevar
también su conciencia.
Así, esta práctica corporal aparece como un
dispositivo de experimentación individual contemporáneo que habilita a las mujeres —cuando
menos subjetivamente— para modelar y gobernar su vida. En el siguiente testimonio se muestra
su eficacia para proveer un sentido de control y
autonomía emocionales.
Instituto Universitario de Educación Física Universidad de Antioquia
Castro, J. Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las prácticas corporales
Yo tenía novio y de pronto, tuve una
desilusión amorosa, entonces para mí fue
muy duro, yo lloraba todos los días en la
Universidad…y bueno… de pronto un
día encontré en el baño de las mujeres
un cartel que decía Sánate con Samkya y
entonces llamé, pregunté y me dijeron que
se trataba justamente de una sanación a
través del movimiento corporal. Fui y realmente sané y descubrí muchos aspectos de
mí misma. Hoy después de diez años soy
otra, ahora soy facilitadora de este proceso
en otras mujeres y ¡Uf! es maravilloso ver
cómo cambia la vida de tantas mujeres,
solo con reconocerse danzando y celebrando su propia naturaleza. Eso lo vale todo.
Esta exploración de sí mismo que estimula la
danza Samkya, es también un mecanismo que
promueve en las performers la capacidad de
reconocerse en el cuerpo y de verse como una
entidad permeable al mundo. Esto recuerda a
Merleau Ponty (1975, p.91), cuando plantea el
cuerpo humano como existencia y condición
de existencia, “es el primer vehículo de apertura perceptiva al mundo que crea además ese
mundo”. Esta conciencia intencional de hacerse
cuerpo se observa en el siguiente relato de una
practicante:
[...] danzando fui comprendiendo que tenía
resistencias para aceptarme, al reflexionar
en el movimiento, o sea, al observar a
qué lado me era más fácil o difícil hacer
los movimientos, al percibir qué ritmos
o formas me eran más agradables o no,
y comprender qué significaba eso, y ser
honesta conmigo, a no negarme mis restricciones, pero también trabajando sobre
ellas para superarlas.
El sujeto-cuerpo no describe meramente la subjetividad de un cuerpo, sino la subjetividad de
un cuerpo que experimenta el pensamiento, la
emoción, el espacio y el movimiento, mediado
por las estructuras sociales que lo constriñen.
Es así como el sentido de la identidad de ese
cuerpo vivido y situado en estructuras patriarcales marca la experiencia de las mujeres en esta
técnica corporal.
Yo mantengo mi adherencia Samkya por la
conexión entre el cuerpo, el pensamiento y
la emoción que se genera al danzar, o sea,
hacer el movimiento es como si desapareciera el danzante, como si no existiera yo
sino una conexión interna con la música,
con el espacio, con las otras bailarinas, y
eso me genera placer, y después de eso yo
soy distinta, más femenina y tranquila, para
mí, eso es lo más fascinante.
Como técnica personal Samkya parece también
servir como una forma de agencia encarnada, de
establecimiento de nuevas empatías y sensibilidades, lo cual permite explorar en las mujeres
facetas distintas a las vividas en su cotidianidad
e incursionar en procesos de autoconstitución
subjetiva, que les facilita el empoderamiento
personal y social, tal como se observa en el
siguiente relato de la instructora:
En nuestras relaciones con los hombres y
en la sociedad, las mujeres tenemos hoy
día muchos retos que enfrentar, ya que la
sociedad nos “educa” para comportarnos
de cierta manera, cuando nuestro ser
interno nos impulsa en otras direcciones
mucho más ambiciosas y elevadas, por eso
tenemos que deshacernos de patrones,
retomar nuestro camino y formarnos integralmente. Realmente lo que se busca con
esto es romper paradigmas y pensamientos limitantes, y nosotros acá en Cóndor
Blanco decimos que está quien quiere no
quien puede, porque hay quién puede y
no está, por eso hemos también apoyado
a corporaciones que trabajan con mujeres
para activar el potencial que ya tienen.
No obstante, la liberación del cuerpo y la soberanía promovida en estas prácticas puede hacerse
ilusoria, al estar el cuerpo y especialmente el
cuerpo femenino, en el núcleo de la influencia
de los sistemas económicos y productivos, así
como por el sentido exacerbado de estetización
de la vida, predominante en la contemporaneidad
(Le Pogam, 1997). De hecho, junto al objetivo
de promover una nueva mujer que influencie
positivamente la sociedad se busca que ellas
se identifiquen con el “estilo de vida Samkya”.
Conclusión
A través de la danza Samkya como género
performático, la sensibilidad se configura como
Revista Educación física y deporte, n. 30-2, 553-560, 2011, Funámbulos Editores
559
Castro, J. Una aproximación a la producción de sensibilidad desde las prácticas corporales
una manera de ser que se nutre de un conjunto
de representaciones jerarquizadas y de apreciaciones diferenciadas sobre sí mismo, el otro y el
mundo. El horizonte múltiple y contradictorio
observado en esta práctica permitió vislumbrar
los procesos y procedimientos por los cuales
esta práctica corporal participa en la configuración de un régimen hiperestésico y le permiten
a quienes la experimentan, constituirse modos
de subjetividad antagónicos. Por una parte,
subjetividades para adecuarse mejor a los signos
sociales hegemónicos y por otra parte, modos
estéticos de existencia capaces de resistirse a las
formas dominantes.
Referencias
1.
Bourdieu, P. (1998). La distinción. Criterios y
bases sociales del gusto. Madrid:Taurus.
2.
Andrieu, B. (2006). Cultes du corps. Revue
Corps, 2, 9-18
3.
Bauman, Z. (2003). Modernidad líquida.
México: Fondo de Cultura Económica.
4.
Bourdieu, P. (1998). La distinción. Criterios y
bases sociales del gusto. Madrid:Taurus.
5.
Citro, S. (2009). Cuerpos significantes. Travesías de una etnografía dialéctica. Buenos Aires:
Editorial Biblios-Culturalia.
6.
Csordas, T. (1994). Embodiment and experience. London: Cambridge University Press.
560
7.
Foucault, M. (1992). Microfísica del poder:
Barcelona: La Piqueta.
8.
Foucault, M. (1996). Tecnologías del yo. Buenos Aires: Paidós
9.
Le Breton, D. (2002): Antropología del cuerpo
y Modernidad. Buenos Aires: Nueva Visión.
10. Le Pogam, Y. (1997). Corporéisme et individualisme hédoniste. Corps et Culture. Plaisirs
du corps, plaisirs du sport. Recuperado el 10
de Junio de 2011 de http://corpsetculture.
revues.org/document388.html.
11. Martínez, M. (2009). Nuevas fuentes de subjetivación: hacia una teoría política del cuerpo.
Isegoría. Revista de Filosofía Moral y Política,
40, 259-272.
12. Merleau-Ponty, M. (1975). Fenomenología de
la percepción. Madrid: Península.
13. Pedraza, Z. (1996). En cuerpo y alma. Visiones del progreso y de la felicidad. Bogotá:
Universidad de los Andes, Departamento de
Antropología.
14. Pedraza, Z. (2007): Saber emocional y estética
de sí mismo: la perspectiva de la medicina
floral. Anthropologica, 25, 5-30.
15. Rancière, J. (2002). La división de la sensible.
Estética y política. Salamanca: Centro de Arte
de Salamanca.
16. Volli, U. (2001). Técnicas del cuerpo. En Islas,
H. (comp). De la historia del cuerpo y del
cuerpo a la danza. México: Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes, 76-102.
Instituto Universitario de Educación Física Universidad de Antioquia