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CARACTERIZACIÓN ESTRATIGRÁFICA Y SEDIMENTOLÓGICA DEL
VISEENSE SUPERIOR DE SIERRA BOYERA (ÁREA DEL GUADIATO, SO
DE ESPAÑA)
P. Cózar y S. Rodríguez
Departamento de Paleontología, Facultad de Ciencias Geológicas, Universidad Complutense de Madrid, Ciudad
Universitaria s/n., 28040 Madrid (e-mail: Sergrodr@eucmax.sim.ucm.es).
Resumen: En este trabajo se presentan los resultados obtenidos a partir de la investigación realizada
en la sucesión estratigráfica del Viseense superior que aflora en el área de Sierra Boyera, al sureste de
Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba). Se ha cartografiado el área; se han estudiado y muestreado
numerosos aflormient~
y se ha levantado una sección estratigráfica en la zona en donde el
afloramiento de calizas es más continuo (sección de Sierra Boyera). Con ello se ha llevado a cabo la
caracterización del ambiente sedimentario en que se depositaron los materiales carboníferos, las
variaciones existentes dentro de éste, así como la datación precisa de dichos materiales. En Sierra
Boyera, el ambiente deposicional correspondería al de una plataforma dominada por las tormentas
(en la zona interna), con desarrollo de montículos microbianos en condiciones submareales (en la
zona externa). Al noroeste, adyacentes a Sierra Boyera pero sin continuidad estratigráfica con ésta,
afloran potentes masas de brechas calcáreas que corresponderían a depósitos de tipo debris flow
(afloramientos de Antolín 1,3 Y 4). Las asociaciones de foraminíferos presentes, aunque pobres, han
permitido datar los materiales como Viseense superior y se ha podido precisar que el desarrollo de los
montículos microbianos tuvo lugar durante la cronozona 15 de foraminíferos (parte media del Viseense superior).
Palabras clave: Endothyráceos, montículos microbianos, depósitos de tormentas, debris flows,
Viseense superior, Unidad de la Sierra del Castillo, Ossa-Morena.
Abstraet: The results obtained during the geological study of Sierra Boyera, southeast of PeñarroyaPueblonuevo, Córdoba Province, are shown in this paper. The area has been mapped and many outcrops
have been studied and sampled. A stratigraphic section has been described in the area where calcareous
outcrops are more continuous. The Carboniferous deposits of Sierra Boyera were formed in an inner,
storm-dominated marine platform, and in a deeper outer platform where microbial mounds developed.
Thick mas ses of calcareous breccias interpreted as debris flow deposits crop out north-westwards
from the Sierra Boyera Section, but no stratigraphical continuity between both areas is observed. The
foraminiferal'assemblages in these deposits are poor, but enough for dating the rocks. The age of the
sediments embraces most of the late Viséan, but the microbial limes tones of Sierra Boyéra were
mostly developed during the foraminiferal chronozone 15 (middle part of the late Viséan).
Key words: Endothyracean, microbial mounds, storm-deposits, debris flow, late Viséan, Sierra del
Castillo Unit, Ossa-Morena.
P. Cózar y S. Rodriguez (1999): Caracterización estratigráfica y sedimentología del Viseense superior
de Sierra Boyera (Área del Guadiato, so de España). Rev. Soco Geol. Espaiia, 13 (1): 91-104
El objetivo de este trabajo es dar a conocer la estratigrafía y algunos aspectos sedimentológicos de los materiales de edad Viseense que afloran en Sierra Boyera. Ésta
se encuentra al sureste de las localidades de Belmez y Peñarroya-Pueblonuevo, y se extiende por el margen septentrional del embalse de Sierra Boyera (Fig. 1).
Las rocas carboníferas de Sierra Boyera se incluyen
dentro de la Unidad de la Sierra del Castillo, enclavada en
la denominada Área del Guadiato (Cózar y Rodríguez,
1999). Esta unidad está constituida por materiales predominantemente carbonáticos, de edad Viseense superior; al noroeste limita con la Unidad de San AntonioLa Juliana y al suroeste con la Unidad del Fresnedoso y
con materiales precarboníferos.
El Área del Guadiato ha sido incluida habitualmente
en la Zona de Ossa-Morena, aunque según el criterio de
diferenciación de grandes dominios en el Macizo Ibérico
puede ser también situada en la Zona Centroibérica o en el
límite entre ambas (ver Burg et al., 1981; Azor et al.,
1994; Martínez-Poyatos et al., 1998).
Hasta el momento, los únicos trabajos previos existentes en las proximidades de Sierra Boyera, eran las secciones levantadas por Mamet y Martínez (1981) y MorenoGonzález (1999), en la zona de las Caleras Bajas, al noroeste de Sierra Boyera y dentro también de la Unidad de
la Sierra del Castillo.
Los límites de los afloramientos estudiados son difíciles de establecer con precisión, dado que, o están
Rev.Soc.Geol.Espa/ia, 13(1), 2000
P. Cózar y S. Rodríguez
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MATERIALES RECIENTES
CUATERNARIOS
I Rañas, depósitos
y TERCIARIOS
aluviales, coluviales y suelos
CARBONÍFERO DEL ÁREA DEL GUADlATO
CUENCA DE PEÑARROYA-BELMEZ-ESPIEL
Unidad de San Antonio-La Juliana
2.- Unidad de la Sierra del Castillo
1.- Unidad del Fresnedoso
.1
FigUI"a 1.- Localización de la zona de estudio y esquema geológico del sector norte del Área del Guadiato.La zona indicada en el rectángulo
corresponde al área cartografiada en detalle en la figura 2 (modificado de Cózar y Rodríguez, 1999).
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600
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LÍMITE DEL EMBALSE
DE SIERRA BOYERA
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NAMURIENSE INF. ?
VISEENSE
SUPERIOR
Figura 2.- Mapa geológico de Sierra Boyera.
Rev.Soc.GeoI.Espmia, 13(1), 2000
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- Fallas supucstas
-.- ..... Cabalgamientos supucstos
-+-+- Sinclinal
O(Coordenadas UTM)
VISEENSE SUPERIOR DE SIERRA BOYERA, AREA DEL GUADIATO
93
Figura 3.- A. Conglomerados pertenecientes a los Terrígenos de Sierra Boyera en la localidad del Cerro Apolinar; se observan abundantes
restos de troncos arrastrados; la cabeza del martillo mide 17,5 cm. B. Antolín 1, brecha calcárea compuesta por litoc1astos en los que destacan
ramas del coral rugoso Siphonodendron; se pueden ver las ramas del coral totalmente fracturadas y distribuidas al azar (comparar con la
figura 3C); el diámetro de la moneda es 2,5 cm. C. Antolín 1, rudstone de litoclastos con fragmentos de Siphonodendron; la división de la
reglilla es un milímetro. D. AntoIín 4, litocIasto en el que se observan abundantes secciones de Saccamminopsis fusulinaeformis (McCoy); la
división de la reglilla es un milímetro.
cubiertos por las aguas del embalse, o por la presencia
de potentes depósitos terciarios y cuaternarios. Ellímite meridional es resuelto por Apalategui y Roldán (1985)
mediante un cabalgamiento. El límite septentrional es
también mecánico, y pone en contacto los materiales viseenses de Sierra Boyera con materiales de los denominados Terrígenos de Sierra Boyera (Fig. 2), pertenecientes a
la Unidad de San Antonio-La Juliana (Cózar y Rodríguez,
1999). Se trata de conglomerados y areniscas silicic1ásticos y han sido datados mediante restos vegetales (Fig. 3A)
como Namuriense inferior (Wagner et al., 1983).
Los Terrígenos de Sierra Boyera aparecen en otras secciones a techo de los materiales marinos de la Unidad de
San Antonio-La Juliana datados como Serpukhoviense
(Rodríguez et al., 1996; Cózar y Rodríguez, 1999). Consisten en conglomerados y areniscas silicic1ásticas y en
esta zona afloran junto a cuarcitas que presentan algunos
niveles con braquiópodos. Estos han sido determinados
por Martínez-Chacón (com. pers.) como Schubertellidae
indeterminado, Composita sp., Cleiothyridina sp, Anthracothyrina sp., Parallelora? n. sp., Crurithyris? sp., Martinopsis? sp. y Punctospirifer? sp. La asociación no precisa
más que Carbonífero, probablemente Carbonífero inferior. No es posible asegurar, por el momento, si estas cuarcitas están relacionadas con los carbonatos que son objeto
de este estudio o pertenecen a la sucesión de Terrígenos de
Sierra Boyera, ya que los contactos están cubiertos. Sin
embargo, se interpreta que pertenecen a la sucesión de
Terrígenos de Sierra Boyera por su disposición y presencia de materiales semejantes a otros afloramientos de la
Unidad de San Antonio-La Juliana.
Para la caracterización bioestratigráfica, estratigráfica y sedimentológica de Sierra Boyera se han estudiado en detalle una serie de puntos (Antolín 1-4, Fig. 2) Y
se ha levantado una columna en la zona donde la sucesión es más completa y continua.
Las principales litologías representadas en el área
de estudio corresponden a calizas, composicional y texturalmente variadas, y a conglomerados. Los conglomerados predominan en la base de la sucesión y aparecen interestratificados con brechas calcáreas y lutitas,
siendo hacia a techo, cada vez menos frecuentes.
La escala bioestratigráfica de foraminíferos empleada en la datación de los materiales está basada en el
trabajo de Mamet (1974), con las modificaciones regionales que se presentaron en Cózar-Maldonado (1998).
La cronozonas obtenidas corresponden a las Zonas 14 y
15 de Mamet (1974), en el Viseense superior.
Descripción de los afloramientos y estratigrafía
En la figura 2 puede observarse la localización exacta de los afloramientos de Antolín 1, 3, Y4, Y de la sección de Sierra Boyera.
Rev.Soc.Geol.Espaíia, 13(1), 2000
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P. Cózar y S. Rodríguez
Antolín 1
Este afloramiento posee una potencia de unos 15 m
aproximadamente y se localiza en las coordenadas geográficas de 5° 15' 50" 0, Y 38° 17' N. La base está cubierta
por las aguas del embalse, y su techo pasa a niveles lutíticoso Unos 4 m por encima afloran bancos de conglomerados, que por su litofacies (tipos de cantos, colores de alteración, etc.) y son equiparables a los conglomerados incluidos en los Terrígenos de Sierra Boyera. En la base del
afloramiento Antolín 1, aparecen bancos lenticulares de
caliza (facies A), sobre el que se dispone un lito soma de
brechas calcáreas (facies B). En la base y lateralmente
afloran lutitas cuya estratificación queda truncada por la
base erosiva dellitosoma de calizas.
Facies A. Consiste en lentejones de caliza bioclástica, con una continuidad lateral de 1 a 2 m y una potencia de los estratos decimétrica. Lateralmente están cubiertos. La microfacies son wackestone-packstone de
espículas de esponja, de composición silícea. Además,
son muy abundantes los fragmentos de briozoos, crinoides, algas indeterminadas y litoclastos. Otros componentes encontrados son fragmentos de foraminíferos,
moluscos, palaeobereséllidos, trilobites, equinoideos,
braquiópodos, corales rugosos y litoclastos. Existe una
gran variedad en la composición tanto en los litoclastos
como en los bioclastos. Los foraminíferos determinados son Earlandia elegans (Rauser-Chernoussova y
Reitlinger), Pseudolituotuba gravata (Conil y Lys),
Endothyra bowmani Phillips? emend. Brady emend.
China, Endothyra spira (Conil y Lys), y el Microproblematica Saccamminopsis fusulinaeformis (McCoy).
Facies B. Consite en un litosoma irregular de brecha
calcárea. Los litoclastos son angulosos y heterométricos, con un tamaño que habitualmente oscila desde
pebble (2-6,4 mm) hasta cobble (6,4-25,6 mm), pero
llegando a existir algunos de tamaño boulder (>25,6
mm) con diámetros métricos. La brecha es clastosoportada, observándose muy poca micrita entre los litoclastos. En la pasta se observan abundantes litoclastos de
pequeño tamaño, granos de cuarzo, cantos de cuarcita y
de pizarra. La composición de los litoclastos es variada
independientemente de su intervalo modal, pudiendo
agruparse en tres tipos fundamentales:
B.l. Litoclastos bioclásticos y peletoidales (Blatt et
al., 1972), entre los que se reconocen fragmentos de
crinoides, foraminíferos, Koninckopora, algas indeterminadas, ungdarelláceas, moluscos, Radiosphaeroporella, equinoideos, Girvanella, y siringopóridos.
B.2. Litoclastos de Siphonodendron-Renalcis. El
componente más destacable son fragmentos de colonias
del coral rugoso Siphonodendron (Figs. 3B y 3C). Entre los litoclastos son abundantes los fragmentos de braquiópodos y crinoides, con tamaño calcarenítico, micrita y pequeños litoclastos. La estructura original faceloide del coral dejó una serie de huecos entre las
ramas, que están ocupadas en su mayor parte por cianobacterias (Renalcis), encontrándose en la micro facies
Rev.Soc. Geol.España, 13(1), 2000
una asociación Siphonodendron-Renalcis que es totalmente atípica en el registro geológico del Carbonífero.
Estos dos organismos asociados, hacen que la bioconstrucción original pudiera ser resistente al oleaje.
B.3. Litoclastos de grainstone de ooides, grapestones
y litoclastos (en cantidades similares) y oncoides superficiales en porcentajes algo inferiores. Otros componentes
accesorios son Koninckopora, palaeobereséllidos, ungdareIláceas, forarniníferos, equinoideos y crinoides. Los ooides encontrados en las muestras más altas de la sucesión
pueden alcanzar tamaños de hasta 2-3 mm.
Las asociaciones de foraminíferos y Microproblematica determinados en estos litoclastos son Earlandia elegans (Rauser-Chernoussova y Reitlinger), Earlandia vulgaris (Rauser-Chernoussova y Reitliger), Forschia sp.,
Vissariotaxis exilis (Vissarionova), Archaediscus ex gr.
koktjubensis Rauser-Chernoussova, Archaediscus ex gr.
moelleri Rauser-Chernoussova, Nodosarchaediscus sp.,
Endothyra sp., Priscella prisca (Rauser-Chernoussova
y Reitlinger) Endothyra obsoleta Rauser-Chernoussova, Endothyra similis Rauser-Chernoussova y Reitlinger, Endothyra bowmani Phillips? emend. Brady
emend. China, Omphalotis circumplicata (Howchin),
Omphalotis minima (Rausr-Chernoussova y Reitlinger)
Endothyranopsis compressa (Rauser-Chernoussova y
Reitlinger) Plectogyranopsis convexa (Rauser-Chernoussova), Plectogyranopsis sp., Pseudo taxis eominima (Rauser-Chernoussova) Tetrataxis sp., Tetrataxis ex
gr. conica Ehrenberg emend. Moeller, Consobrinella
consobrina (Lipina), Koskinobigenerina prisca (Lipina), Palaeotextularia sp., Diplosphaerina inaequalis
(Derville) emend. Conil et al., Saccamminopsis fusulineformis (McCoy) y Gigasbia gigas Strank.
Antolín 3
En la base del afloramiento se observa un lito soma
de brechas calcáreas clastosoportadas con una potencia
total de 10m y una extensión lateral de unos 20 m. Las
brechas están constituidas por litoclastos angulosos
bioclásticos de tamaño pebble-boulder. Los laterales
aparecen cubiertos. A continuación, sobre el lito soma
se reconoce una sucesión margosa de unos 20 m de potencia, bastante continua, en la que se intercalan niveles cenimétricos de caliza margosa muy bioclástica canalizados de escala métrica (1-2 m) compuestos por
brechas calcáreas clastosoportadas, con litoclastos bioelásticos del tamaño pebble-cobble.
Los niveles de caliza margosa están compuestos
fundamentalmente por braquiópodos, abundantes granos de cuarzo, fragmentos de crinoides, foraminíferos,
bívalvos, gasterópodos, y heterocorales. En porcentajes
inferiores aparecen oncoides, Koninckopora, siringopóridos y ostrácodos. Se observa una ligera orientación de
los braquiópodos y fragmentos alargados, pero con una
selección baja.
Los foraminíferos determinados son Pseudoammodiscus volgensis (Rauser-Chernoussova), Lituobella
glomospiroides Rauser-Chernoussova, Archaediscus ex
95
VISEENSE SUPERIOR DE SIERRA BOYERA, AREA DEL GUADIATO
Potencia o; Litología
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acreción de montículos microbianos.
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y depósitos de tonllenta.
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Zona submareal con escaso desalTollo
de montículos microbiallos.
Esporádicas avenidas aluviales,
tempestitas y desalTollo de balTaS
bioc\ásticas
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Zona intenllareal (?) con desan'ollo de
depósitos oolíticos
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Brecha calcárea y
packstone litoclásticos
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Caliza bioclástica
G.l, G.2yH
Caliza microbiana
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Zona submareal con desarrollo de
barras bioclásticas debido a la acción
de las tonllentas y crecimiento de
algún montículo microbiano.
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Asociaciones de
facies minoritarias
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de facies
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Base canalizada
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Estr. planoparalela
Estr. cruzada planar
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Zona submareal, con algunas
tempestita y ban'a bioc\ástica
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50 m
40
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A-B-C-D
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Zona submal'eal con frecuentes
avenidas aluviales
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D-H-G
Zona submal'eal con deSall'oIlo de
balTaS bioclásticas que hacia techo alcanzan
condiciones intenllareales
A-B-C-D
Zona submareal con frecuentes
avenidas aluviales
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A-E-F-D
Zona submareal con tempestitas
10m
Figura 4.- Columna estratlgrafica de SIerra Boyera.
Rev.Soc. Geol.Espaíia, 13(1 J, 2000
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- - - - - - - - - - - - - - - -Earlandia mlgaris (Rauser-Chemoussova)
PselldoammodisCllS priSCllS (Rauser-Chemoussova)-Consobrinella consobrina (Lipina)
Consobrinella lipinae (Conil & Lys)Koskinobigenerina sp.- Lituotllbella glomospiroides Rauser-Chemoussova
Pselldotaxis eominima (Rauser-Chemoussova)-- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -Tetrataxis ex gr. canica Ehrenberg
Tetrataxis ex gr. angllsta ¡ ¡ssarionova _
- -_ - - - - - - - - - - - _- - - - --- Tetrataxis ex gr. minima Lee & Chen
Tetrataxls ex gr. boghlls/11eno & Nakazawa ;;;. Vissariotaxis compressa (Brazhnikova)
Priscella prisca (Rauser-Chemoussova & Reitlinger)
-;f¡0~Rhn
-
Eostaffella parastruvei Rauser-Chemoussova -Archaedisclls ex gr. kok(/llbensis Rauser-Chemoussova
-Archaedisclls ex gr. chernollssovensis Mamet
Archaedisclls ex gr. moelleri Rauser-Chemoussova - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- -- - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - -- - ------ - - - - - - - - - - - - Archaedisclls ex gr. pselldomoelleri Reitlinger
PirletldiscllS sp. _
-Nodosarchaedisclls demanteti (Conil & Lys)
Calcisphaera laevis Williamson - - - - - - - - - - - - - -- - - - Nodosarchaedisclls saleii (Conil & Lys) Calcisphaera pachysphaerica (Pronina)-- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
------- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ----- - - - -- - - - -------- - - - - - - Saccall1l11inopsis fuslllinaeformis (McCoy) _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
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Endothyra bOll'mani Phillips? emend. Brady emend. China-Endothyra splra (Conil & Lys)
Omphalotis minima (Rauser-Chernoussova & Reitlinger)-- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --- - - - -Alikhailovella aff. gracilis (Rauser-Chemoussova)
Endothyranopsis compressa (Rauser-Chemoussova & Reitlinger)- - - - - - - - - - - - -Endothyranopsi s crassa (Brady)
Plectogyranopsis convexa (Rauser-Chemoussova)Alediocris breviscllla (Ganelina)-- - - - - - -Eost;¡f17a~.
(B~:d)
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - --AIediocris mediocris (Vissarionova)
-Hemithuramminajimbriata (H~m;-lidMnet
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VISEENSE SUPERIOR DE SIERRA BOYERA, AREA DEL GUADIATO
gr. moelleri Rauser-Chernoussova, Priscella prisca
(Rauser-Chernoussova y Reitlinger), Globoendothyra
baileyi (Hall), Mediocris mediocris (Vissarionova), y
Koskinobigenerina ¡Hisca (Lipina).
Antolín 4
En este afloramiento se distinguen varios litosomas
compuestos por brechas calcáreas clastosoportadas. Se
observan tres litosomas mayores de tamaño métrico, no
quedando expuesta la relación entre éstos, ya que la
zona está muy cubierta. Los litoc1astos presentan tamaños pebble-cobble; algunos están muy bioturbados y
recristalizados, mientras que otros apenas sí lo están y
son fundamentalmente bioclásticos. En estos últimos se
han reconocido briozoos, bivalvos, gasterópodos, espículas de esponja, y crinoides, siendo muy abundantes
los restos del Microproblematica Saccamminopsis fusulinaefonnis (McCoy) (Fig. 3D).
Sierra Boyera
Se trata del mayor afloramiento de toda la zona, y el
único en donde se ha podido levantar una sección estratigráfica relativamente continua de los materiales aflo-
97
rantes (Fig. 4). La base se localiza en las coordenadas
geográficas de 5° 14' 40" O, y 38° 16' 30" N, Y se encuentra situada en la orilla del embalse. Las capas basales tienen una dirección N1500E, con un buzamiento
35° NE, manteniéndose esta disposición en el resto de
la sucesión. Los foraminíferos determinados en la sección están expresados gráficamente en la figura 5.
A pesar del amplio espectro composicional, característico en los materiales carbonáticos del Carbonífero, se ha podido diferenciar y agrupar un total de diez
facies cuya distribución en la sucesión de Sierra Boyera
puede verse en la figura 4.
Facies A. Bancos tabulares y lenticulares, con potencias que oscilan desde escasos centímetros hasta un
metro, de conglomerados polimícticos con cantos silíceos y carbonáticos, de hasta 10 cm de diámetro máximo y de 1 a 4 cm de media. La fábrica es clastosoportada aunque en algún estrato o zona del mismo puede ser
matrizsoportada. En los bancos lenticulares la extensión lateral varía desde 1 m hasta unos pocos metros.
La base de los estratos es erosiva y en ocasiones canalizada. La matriz es principalmente siliciclástica. Los
cantos silíceos son redondeados mientras que los litoclastos carbonáticos son muy angulosos, con fragmentos bioclásticos incluidos (crinoides y braquiópodos).
Figura 6.- Sierra Boyera. A. Microconglomerado (Facies B) donde se observan dos secuencias granodecrecientes, pasando a litoarenitas (Facies C) hacia el techo de las secuencias; las bases de las secuencias son ligeramente erosivas, la primera más que la segunda; se pueden ver
laminaciones plano paralelas y cruzadas; la segunda secuencia destaca por la presencia de clastos de dos a tres centímetros en su zona basal; la
longitud del martillo es 33 cm. B. Conglomerado en la base (Facies A), pasando a brechas calcáreas (Facies E) con abundantes cantos de
siliciclásticos rendondeados; el banco está formado por una única secuencia, y que hacia techo se encuentran un packstone litoclástico (Facies F); la
base es canalizada y erosiva; comparar con la figura 6C; la longitud del martillo es 33 cm. C. Brecha calcárea (Facies E); la división de la reglilla es
un milímetro. D. Brecha calcárea (Facies E, en la base de la fotografía), pasando a packstone de litoclastos (Facies F), con abundantes granos de
cuarzo y cuarcita; la muestra está recogida en los últimos 10 centímetros del banco de la figura 6B; la división de la reglilla es un milímetro.
Rev. Soco Ceo!. ESfJ(//la, J3(1), 2000
98
P. Cózar y S. Rodríguez
Figura 7.- Sierra Boyera. A. Caliza bioclástica en la que destacan
conchas de braquiópodos, perfectamente alineadas, con laminación
planoparalela (Facies G.I); comparar con la flgura 7B; el diámetro de
la moneda es 2,5 cm. B. Grainslone-packstol1e de Koninckopora (Facies G.1); la división de la reglilla es un milímetro. C. Packstonegrainstone de briozoos (Facies G.2); la división de la reglilla es un milímetro.
Facies B. Estratos tabulares de microconglomerados
polimícticos con matriz carbonática-silícea. Los estratos muestran secuencias granodecrecientes de escala
decimétrica, con laminación plano paralela, cruzada
planar y paralela ondulada (Fig. 6A). Los clastos son
fundamentalmente fragmentos de cuarcitas y granos de
cuarzo, aunque también se encuentran fragmentos de
caliza masiva, bioclástica y encrinítica. Se observan
grandes fragmentos de corales rugosos. El diámetro de
los cantos varía entre 2 y 5 mm, aunque se observan
algunos cantos de tamaño centimétrico (1 a 4 cm) localizados de forma dispersa en la base y zona media de
los estratos. Cuando no aparece la Facies A en la base,
la base de B es erosiva.
Rev.Soc. Geol.España, 13(1), 2000
Facies C. Estratos tabulares de litoarenitas, con potencias que oscilan entre 5 y 20 cm. Presentan secuencias grano decrecientes con laminación plano paralela y
cruzada planar (Fig. 6A). Predominan los granos de
cuarzo, aunque también aparecen frecuentemente litoclastos carbonáticos.
Facies D. Lutitas verdes pizarrosas con clastos dispersos, que presentan intercalaciones milimétricas y
centimétricas de areniscas; a menudo aparecen interes'tratificadas entre microconglomerados, aunque lo normal es que afloren mal.
Facies E. Bancos tabulares y lenticulares de brechas
calcáreas, tanto matrizsoportadas (Fig. 6B) como clastosoportadas (Fig. 6C), con potencias desde centimétricas hasta decimétricas. Las bases son erosivas y en ocasiones canalizadas, y presentan secuencias granodecrecien tes con laminación plano paralela a techo. Los
litoclastos son angulosos, con un tamaño pebble-cobble. La composición mayoritaria de los litoclastos es
peletoidal (Fig. 6C), en ocasiones con algunos granos
de cuarzo. El resto de bioclastos y elementos están incluidos en los litoclastos. Además de los peletoides,
aparecen briozoos, Koninckopora, ostrácodos y cianobacterias, en porcentajes muy bajos.
Facies F. Estratos tabulares de calizas litoclásticas.
La potencia de los estratos es centimétrica, desde 10
hasta 20 cm (Fig. 6B). Se observa laminación planoparalela y cruzada planar y secuencias granodecrecientes. Las microfacies son packstones fundamentalmente
de pseudopeloides, aunque también se observan algunos litoclastos de tamaño pebble (Fig. 6D). En porcentajes altos, superiores al 25%, se observan terrígenos,
fundamentalmente granos de cuarzo, aunque también se
encuentran cantos de cuarcitas y areniscas. Los bioclastos más importantes son los braquiópodos (10%), ungdarelláceas (10%) y crinoides (15%). El resto de bioclastos son minoritarios, con porcentajes inferiores o
iguales al 1%, Y entre los que se pueden citar briozoos,
Koninckopora, trilobites, equinoideos, ostrácodos, foraminíferos, Fasciella, algas del tipo de Stacheiina, palaeobereséllidos, y otras algas indeterminadas. También
aparece algún ooide. Los porcentajes de micrita y esparita son muy bajos. La selección de los componentes es
media, aunque se encuentran ordenados en secuencias
granodecrecientes. El grado de fragmentación es muy
alto, y el del empaquetamiento también.
Facies G. Estratos lenticulares de calizas bioclásticas en ocasiones nodulosas, cuyas microfacies son grainstone-packstone. La extensión lateral y potencia de
los estratos es de pocos metros. Se han observado tres
tipos fundamentales en función de su composición:
G.1. Niveles con conchas de braquiópodos (Fig.
7 A), constituidos principalmente por grandes fragmentos de Koninckopora (Fig. 7B). El resto de componentes son minoritarios y corresponden a briozoos, trilobites, moluscos, ungdarelláceas, algas indeterminadas,
crinoides, Fasciella, corales tabulados (siringopóridos)
y bivalvos. Los peloides son fundamentalmente bahamitas. La selección es claramente bimodal, estando la
VISEENSE SUPERIOR DE SIERRA BOYERA, AREA DEL GUADIATO
Figura 8.- Sierra Boyera; A. Wackestolle peletoidal (Facies J), destaca de la microfacies su bioturbación, así como las cavidades de pequeño tamaño. La división de la regliIIa es un milímetro. B. Caliza masiva bioconstruida (Facies J) con cavidades con una disposición preferencial paralela a la estratificación; los rellenos micríticos y de
siliciclásticos de las cavidades son de colores rojizos; el diámetro de la
moneda es 2,5 cm.
fracción gruesa constituida por fragmentos de dasycladáceas y grandes braquiópodos y la fracción fina por la
matriz micrítica con los peloides y el resto de componentes. El grado de empaquetamiento es relativamente
alto. Esto, junto con el gran tamaño de los braquiópodos y dasycladáceas, hace que la microfacies sea prácticamente un rudstone. La orientación de los bioclastos
es muy marcada y define una laminación plano paralela
y cruzada planar. A techo de los bancos es frecuente la
porosidad frenestral con rellenos esparíticos.
G.2. Niveles con briozoos (Fig. 7C). Estos pueden
llegar a constituir el 30% de la roca, y en porcentajes
altos también se reconocen crinoides (20%) y braquiópodos (10%). Los terrígenos son también abundantes,
pudiendo aparecer granos de cuarzo y fragmentos de
areniscas. Se encuentran litoclastos de diversa naturaleza, totalmente micríticos, esparíticos, así como espiculitas. El resto de componentes son pseudopeloides,
Fasciella, equinoideos, ungdarelláceas, ostrácodos, trilobites, foraminíferos, siringopóridos, corales rugosos
y Koninckopora. Muchos de estos elementos aparecen
como cortoides, ya que los procesos de micritización
son muy frecuentes. Los procesos de silicificación son
también bastante comunes. El grado de selección es en
general bajo y los elementos están formando secuencias grano decrecientes poco marcadas. El grado de
fragmentación es moderado y la orientación de los ele-
99
mentos alargados marca una laminación plano paralela
no muy marcada.
G.3. Niveles constituidos fundamentalmente por espículas de esponja silíceas. Estas facies se encuentran
principalmente en las calizas nodulosas. También aparecen en porcentajes altos briozoos y litoclastos de tamaño pebble (15% y 10% respectivamente). El resto de
bioclastos mayoritarios son Fasciella, crinoides, foraminíferos, gasterópodos, trilobites, ostrácodos, equinoideos, ungdarelláceas, corales rugosos, Aphralysia,
además de algunos granos de cuarzo y peloides. La selección es de baja a moderada y el grado de fragmentación medio. Las espículas y el resto de elementos alargados están formando una estratificación cruzada de bajo
ángulo, adaptada a la forma ondulada de los estratos.
Facies H. Estratos tabulares, ocasionalmente lenticulares, con una potencia que varía entre 10 y 20 cm.
Las microfacies son packstone-wackestone bioclásticos
con una gran diversidad de componentes, encontrándose fundamentalmente briozoos, crinoides y espículas de
esponja. Otros elementos comunes son los peloides,
tanto bahamitas como pseudopeloides. También se observan Koninckopora, ungdarelláceas, Fasciella, braquiópodos, foraminíferos y trilobites, así como algún
ooide. Muchos de los elementos están afectados por
procesos de micritización, pudiendo encontrarse casi
totalmente micritizados o tan sólo con el borde externo
micritizado. Tanto la micrita como la esparita son bastante abundantes, y están parcialmente dolomitizadas,
no afectando esta dolomitización a los bioclastos. La
selección es bastante baja y el grado de fragmentación
alto, siendo la densidad de empaquetamiento intermedia. La orientación de las espículas marca una estratificacióncruzada planar, apenas apreciable ya que son los
únicos elementos orientados.
Facies l. Bancos tabulares bien. estratificados de caliza oolítica, con una potencia de 20 a 30 cm: Se observa una continuidad lateral superior a los 10 m (recubiertos lateralmente). Las microfacies son packstones
oolíticos. Los ooides constituyen un 60% de la microfacies, con un tamaño medio entre 0,6 y 0,9 mm. El resto de componentes corresponden a granos de cuarzo de
escasa madurez, fragmentos de areniscas, y algunos crinoides. Destaca el tamaño de los clastos de areniscas,
que llegan a ser de 1,2-1,4 mm de diámetro. La matriz
es fundamentalmente micrítica. Los núcleos de los ooides se encuentran formados por fragmentos de pizarras,
areniscas de grano grueso a fino, cuarcitas, algunos crinoides, palaeobereséllidos, y foraminíferos. Los ooides
están bastante recristalizados, pero se observa que la
textura original era radial en la mayoría, aunque en
otros era tangencial. Los ooides radiales son superficiales, mientras que los tangenciales presentan de 4 a 6
bandas. Los ooides no son demasiado esféricos. La selección es bastante buena.
Facies J. Litosomas dómicos de caliza masiva con
cavidades, que gradualmente adquieren aspecto brechoideo hacia el techo. Los lito somas tienen una potencia de 1-5 m. Las cavidades pueden ser centimétricas (>
Rev.Soc.GeoI.Espaiia, 13(1), 2000
P. Cózar y S. Rodríguez
100
F.I
F.D~:i·¡
~ i¡! ¡I¡Itl! ItltltltltW rrr
F. Secuencia de llanuras
mareales oolíticas
C. Avenida aluvial en la zona
de montículos microbianos
F
A. Secuencia de una
tempestita
/ L-/
F.G3~
F.G2~r
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F.D ~:iÜÚ?b.
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D. Barras bioc1ásticas inactivas
en zona submareal
B. Secuencia de relleno de
canal en avenidas aluviales
~: ~
E. Secuencias de barras
bioc1ásticas que alcanzan
condiciones intemmreales a techo
G. Secuencia de acreción
de un montículo microbiano
_
Estr. Planoparalela
rrr Estr. cmzada planar
~
Estr. cnlZada de surco
7.-f Base canalizada
~ Secuencia positiva
Cavidades y porosidad
Figura 9.- Principales secuencias obtenidas a partir de las asociaciones de facies; sin escala.
5 cm), tipo estromatactoidea de base plana y techo interdigitado, o pequeñas fenestras « 3 cm, Fig. 8), Y
pueden aparecer tapizadas por cementos radiaxiales
(Bathurst, 1959) y rellenas con sedimento interno siliciclástico en relación geopetal, de colores rojizos, característicos en el campo. Las microfacies corresponden
a mudstone-wackestone peletoidales (Fig. 8A). El contenido bioclástico observable es bajo, siendo los crinoides
los más abundantes con un 5%, seguidos por los braquiópodos, Koninckopora, briozoos, Girvanella, ostrácodos,
gasterópodos, foraminíferos, moluscos recristalizados,
heterocorales, corales rugosos y Fasciella. Existe un pequeño porcentaje de bahamitas y lumps. La selección de
los clastos es prácticamente nula y el grado de fragmentación es bajo, apareciendo la fábrica bioturbada.
En la sucesión de Sierra Boyera se han observado
diferentes asociaciones de facies representadas en diferentes partes de la sección (Fig. 4). En los primeros 8 m
de la sucesión, predominan las asociaciones de facies
tipo A-E-F-D, E-F-D, E-D, de las que se obtiene una
secuencia ideal A-E-F-D (Fig. 9A).
Los siguientes 50 m están representados por las asociaciones de facies A-B-C-D, C-D, B-D, A-D, A-C-D, de
las que se obtiene una secuencia ideal A-B-C-D (Fig. 9B).
Desde la zona media de la columna hasta el techo se
dan preferentemente las asociaciones de facies J-D
(Fig. 9G).
El resto de asociaciones de facies son casos puntuales a lo largo de la columna, encontrándose a unos 33
m, a 62 m y a 149 m de la base la asociación de facies
D-H-G (Fig. 9D Y 9E).
Rev.Soc. Geol.Espaíia, 13(1), 2000
De forma aislada, y sin relación alguna con las anteriores se observa la asociación de D-I (Fig. 9F), localizada a 138 m desde la base.
Interpretación sedimento lógica
El afloramiento de Antolín 1 corresponde a un depósito de tipo debris flow, en el que encontramos bloques angulosos de caliza de ambientes sedimentarios muy agitados (caliza oolítica), bioconstruidos (caliza de Siphonodendron) y ambientes poco agitados (caliza de espículas
de esponja). El empaquetamiento tan denso que se observa entre los bloques de caliza y pequeños litoclastos es
similar a los depósitos de debrisflow descritos por Herbig
(1984), Cook YMulling (1983) o los expuestos por Enos y
Moore (1983) con litoclastos procedentes de la destrucción de arrecifes. El tipo de flujo fue bastante denso, dejando un depósito básicamente c1astosoportado (Nardin et
al., 1979; Lowe, 1982). Esta interpretación es válida
igualmente para los depósitos observados en los afloramientos Antolín 3 y 4.
En este último afloramiento, a diferencia de los anteriores, están expuestos los materiales blandos entre
los que aparecen interestratificados los depósitos de
debris flow. Los niveles de concentración de bioclastos
intercalados en las margas son depósitos resedimentados por flujos densos. En su conjunto, este tipo de depósitos denota la existencia de un cierta pendiente deposicional.
En la sección de Sierra Boyera se ha definido una
serie de asociaciones de facies que sintetizan las rela-
VISEENSE SUPERIOR DE SIERRA BOYERA, AREA DEL GUADIATO
ciones entre las facies observadas. Un dato diferenciable en relación con los afloramientos anteriores es que
el escaso material blando que aflora son lutitas, sin que
se hayan podido localizar margas.
Las asociaciones de facies A-B-C-D representan
episodios de descargas clásticas (cantos de cuarcitas
redondeadas) procedentes del continente, reflejando
avenidas aluviales, con las típicas bases canalizadas,
secuencias elementales granodecrecientes, y estructuras tractivas en los términos más finos (Fig. 9B). Todo
ello indica que las avenidas aluviales corresponden a
corrientes de turbidez con baja viscosidad y alta densidad (Lowe, 1982). En ocasiones, estos depósitos no tienen la base canalizada, lo que indica que su depósito
fue en manto. La cantidad de carbonatos de la plataforma que fueron erosionados y añadidos al depósito de la
avenida es relativamente baja.
La asociación de facies con una secuencia ideal
es A-E-F-D se ha interpretado como tempestitas (Fig.
9A). El primer hecho que destaca es que sus términos
están compuestos fundamentalmente por litoclastos
carbonáticos angulosos de diverso tamaño. Las bases
son erosivas, pero en ningún caso se han llegado a observar bancos netamente canalizados. La destrucción de
los carbonatos de la plataforma y redistribución del
material deja toda una serie de estructuras por decrecimiento de la energía que están agrupadas en los términos de Nelson (1982). Los términos más finos no están
presentes en estas secuencias, y no se observan ripples,
apareciendo únicamente laminación plano paralela hacia techo de los estratos.
Secuencias semejantes a éstas han sido descritas
por Howard y Reineck (1972), Kreisa (1981) y Aigner
(1985). A diferencia de éstos, una estructura que no
aparece es la estratificación cruzada hummocky. Se interpreta esta ausencia en razón de los escasos depósitos
de materiales finos en los que se ha observado esta estructura en otros afloramientos de la cuenca.
En las asociaciones de facies D-H-G predominan los carbonatos bioclásticos, con una alta diversidad
y abundancia de bioclastos. Las diferentes asociaciones
de restos fósiles se pueden ordenar batimétricamente.
Los niveles donde son comunes las dasycladáceas y
prodúctidos son los que denotan los ambientes más someros, ya que las praderas de dasycladáceas actuales se
han encontrado a una profundidad de hasta 30 m, pero
son mucho más comunes a unos 5 m de profundidad
(Wray, 1977; Gallagher, 1998). Por el contrario, los niveles con abundantes fenestéllidos (briozoos) y
espículas silíceas de esponja son clásicamente atribuidos a ambientes más profundos. En concreto, Horbury
y Adams (1996) sitúan facies semejantes, en intervalos
de al menos 20 m de profundidad.
En muchos niveles de la sección, las concentraciones de estos bioclastos quedan reflejadas en la abundancia de facies packstones, en las que también se observan laminaciones plano paralela y cruzada planar,
que se interpretan como la acumulación producida por
tormentas (Figs. 9D y 9E), o en fase inicial de forma-
101
ción de una barra calcarenítica (Harris, 1979). La secuencia más completa está representada en los niveles
de Koninckopora, que llegan a reflejar secuencias de
somerización a techo.
La asociación de facies J-D representa la proliferación y expansión de comunidades bentónicas microbianas. En la sección se puede clasificar como desarrollo extensivo de montículos microbianos (Gutteridge,
1995), caracterizado por el desarrollo de pequeños
montículos (escala métrica) creciendo de forma aislada
entre ellos y extendiéndose en la lateral. Los montículos microbianos son fácilmente caracterizables por su
geometría dómica, textura micropeloidal, presencia de
cavidades y cementos radiaxiales. La diversidad de
componentes existentes, entre los que destacan las cianobacterias y dasycladáceas, los sitúa en la zona fótica
y los hace comparables a la Fase D de Lees y Miller
(1985). A menudo, interestratificados entre los montículos, aparecen depósitos de la asociación tipo A-E
(Fig. 9C), que representarían descargas clásticas que
truncan y erosionan el crecimiento de los montículos,
reanudándose de nuevo el crecimiento sobre los depósitos de conglomerados y brechas. Moreno-González
(1999) interpreta este tipo de depósitos como avenidas
aluviales, en la zona de desarrollo de los montículos.
También es común en esta facies J la formación de brechas a techo de los montículos. Este mismo autor planteó varias hipótesis para explicar la brechificación:
aproximación al nivel de base del oleaje, tormentas y
exposiciones subaéreas. Se podrían plantear otras más:
acción de las mareas, erosión provocada por las avenidas aluviales, diagenéticas (por compactación diferencial), etc. Ninguna de éstas en sí misma explica todas
las características observadas en las brechas, y debe tratarse de la interacción de varias a la vez.
La asociación de facies D-1 se caracteriza por la
gran cantidad de ooides existentes en la facies 1. Se pueden destacar dos hechos en los niveles correspondientes a esta facies: en primer lugar, que el 95% de los núcleos está constituido por granos de cuarzo con un bajo
grado de madurez; y, en segundo lugar, que las fábricas
radiales son mucho más abundantes que las tangenciales. Que los núcleos sean casi exclusivamente granos de
cuarzo indica un área fuente de siliciclásticos próxima.
Se ha interpretado que las fábricas radiales son mayoritarias en ambientes donde la energía no fue constante,
existiendo periodos de baja energía que favorecieron el
crecimiento radial de los cristales (Loreau y Purser,
1973). Por el contrario, Heller et al. (1980) interpretaron el paso de los ooides tangenciales a radiales por su
comportamiento hidrodinámico en relación a su tamaño, de forma que los ooides menores de 0,6 mm son
tangenciales, y los mayores son radiales. En estos niveles no se ha identificado que esta diferencia esté relacionada con ningún diámetro crítico.
Los bancos se depositaron en condiciones intennareales, y cabría interpretarlos como barras oolíticas en una
zona submareal o como depósitos de llanura intermareal.
Por la proximidad a un área fuente de siliciclásticos, así
Rev.Soc.GeoI.Espaíia, 13(1),2000
102
P. Cózar y S. Rodríguez
como la alternancia con periodos de baja energía se considera como más probable la segunda opción.
La mayor parte de las facies que se han encontrado en la sección de Sierra Boyera se desarrollaron en
zonas submareales de la plataforma interna, aunque
aparecen de forma esporádica facies intermareales (Facies 1) y exposiciones subaéreas (Facies G.l). El crecimiento, proliferación y acreción de los montículos aumenta hacia el techo de la sucesión, 10 que se interpreta
como una profundización (Moreno-González, 1999). Si
se tiene en cuenta que en la sección de Sierra Boyera
han sido reconocidas las Zonas 14 (7) Y 15 de foraminíferos, esta transgresión representaría los únicos restos
registrados en la zona del ciclo glacioeustático de tercer orden D5b de Ramsbottom (1973).
La Unidad de la Sierra del Castillo es una unidad
estructural en la que los bloques procedentes de diferentes ambientes de sedimentación pueden llegar a aflorar juntos. En el área estudiada no existe ninguna relación sedimentaria directa entre las facies de plataforma
interna en condiciones submareales reconocidas en la
sección de Sierra Boyera, y los depósitos relacionados
con flujos gravitatorios en la zona de Antolín. El afloramiento de la zona de Antolín no es lo suficientemente
bueno como para definir si se trata de un talud sensu
stricto, o una ligera ruptura de la pendiente en zonas
distales de la plataforma. El contacto actual entre los
afloramientos de Antolín y Sierra Boyera se ha interpretado como una falla, ya que están muy próximos y
no se observa continuidad de las capas, por lo que no se
puede precisar cual era el tipo de relación paleogeográfica que existía entre ambas áreas.
Bioestratigrafía
En algunos niveles de Antolín 1 los únicos taxones
típicos de la Zona 15 que se han encontrado corresponden a grandes acumulaciones de Saccamminopsis o presencia de Palaeotextularia. A pesar de esta escasez de
formas típicas, provisionalmente asignamos todo el
conjunto a la Zona 15. Igualmente, en Antolín 4, la
abundancia de Saccanuninopsis corresponde a la Zona
15. No se debe olvidar que estas dataciones están basadas en los foraminíferos encontrados en los litoc1astos,
por lo que, en sí, dichas cronozonas corresponden al
momento en el que los carbonatos fueron producidos,
y no al momento en el que tuvo lugar el depósito de tipo
debris flow, y que al menos, debe ser también de la
Zona 15 como mínimo.
En Antolín 3, la asociación solamente indica una
Zona 14, pero se considera que no es muy representativa, ya que si se considera la zona de Antolín 1 como
una zona con deslizamientos, la edad de éstos tuvo que
ser la misma, aunque en los litoc1astos los foraminíferos que se encuentran pertenezcan a zonas diferentes.
Por tanto, al afloramiento de Antolín 3 también se le
puede asignar al menos una Zona 15.
En el corte de Sierra Boyera (Fig. 5), al igual que en
otras secciones del Guadiato, la presencia de foraminíRev.Soc. Geol.Espaíia, 13(1), 2000
feros es bastante escasa, y por tanto las determinaciones no siempre están basadas en un número de cortes de
foraminíferos adecuado. En la primera muestra seleccionada, un corte lateral no bien orientado de Vissariotaxis compressa (Brazhnikova) justificaría la datación
de la muestra como de la Zona 15, aunque, debido a la
mala calidad del corte, no se puede asegurar. En los niveles 13a y 17 aparecen los primeros ejemplares de
Endothyranopsis crassa Brady. Además, la presencia de
Saccanuninopsis fusulinaeformis (McCoy) no comienza a ser abundante hasta el nivel 27. Se van a considerar
válida la datación de la Zona 15 a partir de las determinaciones de Endothyranopsis crassa (Brady); por tanto, casi
toda la sección estaría comprendida en la Zona 15.
Un hecho que se ha considerado para contrastar estas dataciones es la semejanza de los ambientes de sedimentación, y por tanto de la sucesión, con los afloramientos de La Casa de las Caleras (Moreno-González
1999). En esta localidad, el desarrollo de montículos
microbianos se produce fundamentalmente a partir de
la Zona 15, mientras que en la Zona 14 de este afloramiento, se identifica una llanura mareal muy extendida,
que no aparece en Sierra Boyera
Conclusiones
En este trabajo se ha descrito la sucesión estratigráfica del área de Sierra Boyera, cuya importancia radica
en que junto a los afloramientos de la Sierra del Castillo (Cózar-Maldonado, 1996) presentan un amplio espectro de ambientes sedimentarios que caracterizan a la
unidad estructural del mismo nombre y propuesta por
Cózar yRodríguez (1999). Estos afloramientos estarían
representados por facies de la plataforma interna, de
origen carbonatado y fundamentalmente dominada por
las tormentas. Hay algunos afloramientos que representan ambientes dominados por flujos gravitatorios en la
zona de Antolín, aunque este tipo de depósitos es más
común en los sedimentos de la Unidad del Fresnedoso.
Las facies encontradas en la zona de Antolín son fundamentalmente brechas calcáreas producto de flujos de
tipo debris flow y depósitos margosos y lutíticos circundantes. Entre las facies identificadas en la sección de Sierra Boyera, unas han sido interpretadas como avenidas
aluviales (asociación de facies A-B-C-D), otras como tempestitas (asociación de facies A-E-F-D), otras como sedimentos de la zona intermareal (asociación de facies D-I) y
submareal (asociación de facies D-H-G), y por último,
otras debidas al desarrollo extensivo de montículos microbianos (asociación de facies J-D).
Otro resultado importante es la precisión en las
dataciones. Las que existían en la zona eran vagas, muy
amplias, y en ocasiones incorrectas, lo que complicaba
bastante la comprensión de la estructura del área. Se ha
concretado que los afloramientos estudiados cOITesponden en su amplia mayoría a la Zona 15 de foraminíferos.
Enla zona de Antolín, dos afloramientos han sido datados
como Zona 15 y el restante como Zona 14. Estas
dataciones están basadas en los foraminíferos obtenidos
VISEENSE SUPERIOR DE SIERRA BOYERA, AREA DEL GUADIATO
de los litoclastos de las brechas calcáreas, por lo que se
interpreta que el proceso de debris flow tuvo que producirse al menos en una edad correspondiente a la Zona 15.
En la sección de Sierra Boyera las dataciones de la base
son imprecisas, pudiendo corresponder a una Zona 14. A
partir de los sedimentos datados como Zona 15, se produce el desarrollo extensivo de montículos microbianos, al
igual que en el área de La Casa de las Caleras. Esto ha
permitido el reconocimiento del ciclo glacioeustático de
tercer orden que puede quedar plasmado a lo largo de la
sucesión estratigráfica. En concreto, la sección de Sierra
Boyera se puede correlacionar con el evento transgresivo
del ciclo D5b de Ramsbottom (1973).
Este trabajo se ha realizado en el ámbito de los proyectos
subvencionados PB91-0083 y PB96-0842. Nuestro agradecimiento a nuestra compañera A. Calvo, con la que realizamos la
cartografía de la zona. Un reconocimiento aparte se merece la
Dra. Martínez-Chacón, que amablemente accedió a realizar las
determinaciones que le fueron posibles sobre el escaso material
de braquiópodos que conseguimos muestrear. La revisión del
manuscrito por M. Rodríguez-Martínez, dos anónimos revisores y el editor ha mejorado notablemente el mismo.
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Manuscrito recibido el 17 de julio de 1999
Aceptado ellllanuscrifo revisado ellO de abril de 2000