El Nuevo Miliario
Boletín sobre Vías romanas, historia de los caminos y otros temas de geografía histórica
Número 8. Junio de 2009 — 12 €
PATROCINA
CALZADAS ROMANAS
EN LAS ALTAS CINCO VILLAS
El Nuevo Miliario
Número 8, junio de 2009
SUMARIO
— Editorial: 100 m.p.: Carpe Diem, Viator . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
— La Semproniana, por Ignacio Cantarell y Manuel Ramal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
— Ocelo Duri, el desencuentro entre historiadores y filólogos, por José Manuel G. Matellán . . . . . . . . . . . . . . 10
— El Camino Real de Granada a Cuenca: ¿un itinerario romano entre la Celtiberia y la Oretania
por La Mancha y el Campo de Montiel? (I), por Ángel Plaza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
— Calzadas romanas en las Altas Cinco Villas, I, por Mariano Zarzuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
— Los caminos de Santiago valencianos, según el Reportorio de Caminos de Pedro Juan Villuga,
por J.A. Cezón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
— Intercatia, por Pedro Alegre Pastor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
— Las dos historias de los puentes, por Leonardo Fernández Troyano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
— Lo que se dice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
— Novedades bibliográficas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
— Convocatorias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
— Boletín de suscripción y normas para la publicación de originales. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
El Nuevo Miliario
Consejo de redacción: Carlos Caballero, Santiago Palomero, Guillermo Sven Reher
Colaboradores de este número: Pedro Alegre, Ignacio Cantarell, José Antonio Cezón, Leonardo
Fernández Troyano, Dimas García Moreno, José Manuel G. Matellán, Jesús Jiménez Guijarro,
Ángeles Magallón Botaya, José Miranda Calvo, Ángel Plaza, Manuel Ramal, Jesús Rodríguez Morales,
Mariano Zarzuelo
Fotos de portada: Pilares del acueducto de Los Bañales, Uncastillo, Zaragoza (foto M. Zarzuelo).
Contraportada: Miliario postal en el Közlekédesi Múzeum (Museo de las Comunicaciones), Budapest
(foto C. Caballero, 2009)
Contacto: Carlos Caballero; c/. María de Guzmán, 49 – 5º C; 28003 MADRID; tel. 627301219.
Guillermo Sven Reher Díez; c/. Jordán, 23 5º Dcha; 28010 MADRID; tel. 658159256
Correo-e: elnuevomiliario@gmail.com
Imprime: Cyan, proyectos y producciones editoriales. c/. Fuencarral, 70, Madrid
Patrocina: Fundación Juanelo Turriano.
Depósito Legal: M-51.322-2005
ISSN: 1885-9534
El Nuevo Miliario no comparte necesariamente las opiniones vertidas por sus colaboradores, que son únicamente responsabilidad de los firmantes de los trabajos.
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El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
EDITORIAL
100 M.P. : Carpe Diem, Viator
100 números (los 91 «extravagantes» de Gonzalo, el número 0
y los otros ocho del «Nuevo», incluido el último que tienen en sus
manos) hacen nada más y nada
menos que 100 millia passum
recorridos. Muchas han sido las
mansiones visitadas por nuestro amigo y fundador Gonzalo
Arias; innumerables las bahías y
puertos transitados por nuestros
fieles lectores; intransitables muchas veces los difíciles vericuetos que han tenido que recorrer
nuestros corresponsales.
Parece que fue «ayer» cuando
nació esta extravagante aventura que comenzó en el año 1963 y
que va camino de los 50 años de
boletines «intermitentes».
Queremos, desde este editorial
en el que la comunidad miliaria
expresa libremente sus opiniones, agradecer a nuestro Maestro Gonzalo Arias, el trabajo realizado y dedicarle este número
100 como mejor homenaje a su
obra.
Los miliarios tenemos, es bien
sabido, mucho tiempo libre entre los momentos de atención al
viajero y por ello, en estas largas
y calurosas noches primaverales, leemos a la luz de la luna llena . Precisamente en
una de ellas, he leído Una noche sin luna de Dai Sijie,
una apasionante aventura en la que se narra la vida
del «Último Emperador» de China Puyi, sobrino de la
malvada Emperatriz Cixi . Debido a problemas personales y a las dificultades políticas que se avecinaban ya insalvables, el Último Emperador se dedicó en
cuerpo y alma a la caligrafía, una verdadera obsesión
a ojos de todos los que lo rodeaban, pero para él una
pasión que le proporcionó los mejores días de su vida.
Imaginemos la rígida y protocolaria vida de «La Ciudad
Prohibida» y a un Emperador que todo lo puede tener,
pero cuyos únicos momentos de verdadera felicidad
eran los que pasaba sentado en su mesa, escribiendo
en papel de cáñamo los kamhis (ideogramas) que la
historia de su milenario país le había transmitido. Se
nº 8, Junio 2009
dice que en la «Ciudad Prohibida» todavía existe el cementerio
de los pinceles de pelo de turón
utilizados por Puyi. Cada uno
dispone de su tumba, una estela y un epitafio redactado por el
propio Emperador, con el nombre del fabricante, las fechas de
su primera y última utilización y
los manuscritos principales que
iluminó.
Así me imagino yo a Gonzalo
Arias, como el Último Emperador, cuando se dedicaba a
preparar una nueva revista,
con la diferencia de que él fue
mucho mas feliz que el viejo
Emperador, porque tenía una
familia numerosa que lo quería
y lo comprendía y lo amó hasta
el último día de su larga y productiva vida.
Cuando Puyi se sentaba, a media tarde, ante una mesa iluminada por una lámpara de tulipa
azul, la vulgaridad de las cosas
terrenales se desvanecía de su
mente y la caligrafía ocupaba su
mente y su alma.
Cada signo no sólo refleja la
personalidad y el temperamento del artista, sino que también
permite entrever su respiración,
su aliento, su alma y tal como nos relata Dai Sijei el
arte mas elevado, entre las artes, superior incluso a
la pintura, procuraba una euforia comparable a la del
melómano apasionado que descubriera o, mejor dicho,
se apropiara de la grabación de una sonata para piano
de Beethoven tocada por el propio autor doscientos
años antes.
Así nos imaginamos nosotros los miliarios a nuestro benefactor, sentado, después de su arduo trabajo como traductor, atendiendo con todo cariño a su
prole, acompañado por Hilde y sacando ratos de la
noche para fabricar la caligrafía menuda de El Miliario
Extravagante, soñando Españas desde la banlieu de
París y sobrándole todavía tiempo para atender a sus
amigos.
El Nuevo Miliario
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En la misma época en la que nacimos los miliarios y
nos grabaron con mensajes para que todos los caminos llevaran a Roma, en China se grabaron también
los primeros textos en piedras de forma cilíndrica o
plana, una técnica que se conservó incluso después
de que desapareciera la impresión xilográfica sobre
papel o seda.
En el periodo Song, durante el reinado de Huizong
(1100-1126) el prestigio del que gozaba el pasado despertó el interés científico por la arqueología y la epigrafía, mucho antes de que el Renacimiento europeo y su
interés por las antigüedades llegara a Europa. Gracias
a la difusión de la impresión se publicaron verdaderas enciclopedias de arqueología y de epigrafía. Las
grandes colecciones de arte privadas e imperiales se
documentaron mediante catálogos, entre los cuales
sobresale el famoso «Catálogo de las pinturas de la
era Xuanje», un encargo del propio emperador Huizong.
Puyi , el «Último Emperador» y su tediosa vida, cambiaron cuando comenzó a copiar la obra de su Emperador favorito, Huizong. Las vidas paralelas de ambos
se unen también en el cautiverio común, en el absoluto
silencio del Gran Norte, a ocho mil kilómetros de la
Ciudad Prohibida que sólo podían visitar en sueños.
El exilio de la España de la Dictadura fortaleció el
ánimo de aquel soñador de otra España democrática, mientras tejía los hilos de sus caminos históricos.
Por eso fue encarcelado en Carabanchel el pacifista
Gonzalo Arias y en recuerdo suyo los miliarios extravagantes sonreímos siempre. Nuestra sonrisa y la de
los 100 números publicados es un canto al viaje y a
la belleza de los caminos, a la paz y es, a la vez, una
denuncia contra la intolerancia, contra la violencia,
contra el exilio y la desmemoria histórica. Aunque los
especuladores intenten borrar las cañadas, las viejas
vías romanas y caminos históricos, los puentes y las
huellas de nuestros antepasados, los pocos miliarios
que quedamos estamos aquí para dar fe, aunque sea
desde los museos, como el que Carlos Caballero fotografió en Hungría y forma parte de este número.
representó la cima de la búsqueda artística individual
y de la purificación personal, obtenida a través de un
largo aprendizaje, de un viaje, que como el de los poetas de haikus, duraba toda la vida. Es, curiosamente la
misma época en que los monjes medievales copiaban
en el scriptorium los saberes antiguos llegados desde
Oriente a través del mundo árabe y traducidos al castellano por los judíos, bajo el auspicio de Reyes Sabios
como Alfonso VI y Alfonso X en Toledo.
Uno de esos personajes atemporales fue Gonzalo
Arias. Heredero de esas viejas tradiciones, realizó
con amor cada miliario y mas monje que soldado fue
el editor, director, redactor-jefe, administrador y mecanógrafo de cada revista, hasta llegar a los 100 m.p que
hoy le dedicamos.
Gloriosa casta esta de poetas, monjes y soñadores
que sólo piden «alimento espiritual» y son humildes
por naturaleza. Miren si no lo que decía Gonzalo AriasPuyi en el nº 17 de julio de 1988, en su segunda época:
«No nos hagamos ilusiones. Mi existencia es precaria,
por más que el simbolismo pétreo de mi nombre y de
mi imagen haga pensar en supervivencias seculares.
Soy sólo un miliario de papel, y una racha de mal viento
puede llevarme con la misma facilidad con que me trajo una ventolera extravagante»...100 m.p, ahí es nada;
pero que nadie se equivoque seguimos siendo un
viento y eso nos gusta, nada prometemos, salvo disfrutar juntos del momento. Por eso celebramos estos
100 m.p con el epitafio, con resonancias de Homero,
que sus amigos Olvido García Valdés, Miguel Casado,
su hija Eva y Manuel Ferro, eligieron para la tumba de
J.M Ullán y que sin duda Gonzalo Arias suscribiría, sin
puntos ni comas:
«Vive en verdad por los adioses anda troncha los lazos
que el abismo te unen urde el borrón y cuenta nueva
diles que no hay mas razón que el azar que no hay
mas patria que el dolor que todo/ que todo es frágil y
la muerte incluso».
Carpe diem, viator.
No tenemos patria porque nuestra Patria es el mundo
o el dolor, que diría J.M Ullán, otro de los nuestros y
estamos aquí o allí en Roma o en China. Los exiliados
de cualquier lugar son nuestros amigos y compañeros
de viaje, sean Emperadores o inmigrantes en patera; también son nuestros compañeros de viaje los
que buscan el conocimiento y la aventura de conocer
otros mundos, en la Tierra o en las galaxias que nos
rodean.
La escritura cursiva se extendió en China al mismo
tiempo que los miliarios nos repartíamos por el Mare
Nostrum y la cursiva corriente, nacida después del
neoconfucionismo en el periodo Song (ss. IX al XIII),
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El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
LA SEMPRONIANA
Ignacio Cantarell y Manuel Ramall
El pueblo de Montmeló, mundialmente conocido por
su circuito de carreras, se asienta desde la antigüedad
sobre una encrucijada de caminos, tan fuertemente
marcada que la propia etimología del topónimo Monte
Moló expresa el significado intrínseco de señal o híto
en el camino, pues Monte molonis es la traducción
literal del latín al catalán Coll de Pedrafita.
Además del testimonio viario existen otros vestigios
que demuestran una ocupación humana de este territorio desde tiempos remotos, gran parte de ellos han
sido recuperados a lo largo de los últimos 50 años por
I. Cantarell, y las últimas campañas arqueológicas,
estos están expuestos para el público general en el
Museo Municipal.
La afición por el pasado y la estima a nuestro pueblo
han originado una especial coincidencia entre el Alcalde y el Médico para suscribir el presente escrito
que sólo pretende arrojar alguna luz sobre una de las
grandes incógnitas de las vías romanas, la desaparecida Semproniana.
El momento elegido tiene su sentido. En primer lugar
la avanzada edad de uno de nosotros (I. Cantarell),
principal impulsor y defensor del paso de la vía romana
por nuestra población desde hace muchas décadas,
en segundo lugar la invitación que el admirado Gonzalo Arias, poco antes de morir, nos brindara de hacer
llegar nuestro trabajo a El Nuevo Miliario, y por último
la reciente declaración por parte del gobierno de la Generalitat de la Declaración de Bien Cultural de Interés
Nacional del yacimiento romano de Can Tacó.
Dando las gracias por adelantado a vuestra revista, sirva
también el presente escrito para rendir un último homenaje a Don Gonzalo Arias y al Miliario Extravagante.
La ruta del los Vasos Apolinares en el Vallés
La depresión del Vallés es un corredor natural que ha
servido a lo largo del tiempo para comunicar territorios
muy distantes. Históricamente ha estado ocupado por
el hombre tanto en su fértil llanura como en sus frondosas y seguras cordilleras perimetrales. Es una zona de
inmejorables condiciones geográficas y se encuentra
en la actualidad surcado de norte a sur por importantes
infraestructuras, sobre las que, sin lugar a dudas, ha
nº 8, Junio 2009
quedado fosilizada la antigua ruta de los Vasos Apolinares, concretamente en el tramo comprendido desde
ADFINES hasta SETERRAS.
En su recorrido por el Vallés incluiría las mansio de
ARRAGONE, SEMPRONIANA y PRETORIO, con un
total de 53 millas que hacen 78, 546 km, o 52 millas que
serían 77, 064 km, una vez sustituida la Semproniana.
Observaciones generales:
1.-Los Vasos de Vicarello reproducen una guía de
larga distancia que estaría basada en tramos de caminos preexistentes, de uso local, los cuales sirvieron
a su vez a otros itinerarios antiguos, (vía hercúlea, vía
domitia, etc.)
2.- La principal función de la ruta era comunicar y facilitar el transporte de personas y mercancías, lo cual
implica o sugiere que su recorrido debía transcurrir
uniendo esencialmente por aquellos territorios más
poblados y ocupados de forma sistemática desde la
antigüedad.
3.- La ruta debía de ser atractiva y segura. Provista
de servicios, agua y alimentos para los viajeros y para
sus animales.
4.-Originariamente, para los Romanos, este camino
debió cumplir una función geoestratégica de primer
orden, conectando por tierra aquellos emplazamientos
militares que habían sido consolidados por mar.
5.- Merece una especial atención el hecho de que
los cuatro Vasos Apolinares reflejen el sentido de la
marcha de Cádiz a Roma, lo que explicaría algunas de
las diferencias con otros itinerarios que bien podrían
referirse a alternativas de la ruta que tendrían correspondencia con la dirección en sentido contrario, es
decir Roma a Cádiz.
6.- Se ha pretendido datar el itinerario de los Vasos y
las estaciones que en él aparecen, en el contexto histórico del yacimiento de las termas de Apolo, sin tener en
cuenta que dicho utensilio, ofrenda o joya, lo que viene
a representar, al modo de una fotografía, es una ruta
preexistente, años, décadas o alguna centuria, anterior
al momento de ser plasmada en el metal.
El Nuevo Miliario
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7.- En la línea de reflexión del apartado anterior, ciudades importantes de fundación posterior como Barcelona
aparecen en las transcripciones de algunos itinerarios
antiguos, posiblemente reinterpretando a su favor ortografías dudosas que en sucesivas copias y mapas
han podido introducirse. Otras se han postulado como
candidatas a mansio aún sin demostrar la veteranía
necesaria ni poseer restos arqueológicos suficientes.
8.- El hallazgo, hace siglo y medio, de los cuatro vasos
de Vicarello, como revelador testimonio, hace que se
cuestionen o decaigan otros documentos que sirvieron
como referente hasta la fecha.
9.- La VIA AUGUSTA intentó sustituir la ruta de los
Vasos Apolinares pero la experiencia demuestra lo
difícil que es, a nivel local, asumir los cambios de denominación de un camino o carretera preexistente, cosa
que resulta más fácil cuando se trata de tramos con
trazado diferente o de nueva construcción.
10.- Respecto al tramo costero desde Blanes-Barcelona hemos de advertir, sin llegar a cuestionarlo, que
resulta incomprensible la ausencia de estas nuevas
ciudades en todos los itinerarios, a excepción de la
interpolación que de Barcelona se ha hecho, con poca
fortuna, en las transcripciones de algunos mapas.
11.- Es fundamental que el recorrido se sustente sobre
corredores naturales de fácil acceso y que las paradas se correspondan con yacimientos arqueológicos
romanos o prerromanos. Por lo que respecta al Vallés
hay que destacar especialmente que las posibles paradas y las distancias que las separan coinciden con el
vadeo de ríos: el Llobregat-Anoya (Adfines), el RipioRiusec (Arragona), el Besós-Congost (Semproniana),
el Mogent (Pretorio), el Tordera (Seterrras). Estos caprichosos ríos mediterráneos se podían vadear a pie o
a caballo pero su crecida repentina impedía por unos
días continuar la marcha. Este era un buen motivo para
hacer un alto en el camino, en ocasiones obligado. En
este sentido cabe destacar como, a lo largo del tiempo,
pueden identificarse fondas y hostales que han prestado idéntico servicio.
Esta apreciación es importante tenerla presente para
el resto de la ruta.
12.- Por último hay que observar, como en la mayoría
de los supuestos, las rutas primitivas han quedado
fosilizadas en calles mayores, vías de ferrocarril, autopistas o trenes de alta velocidad.
Toponimia
El estudio de la toponimia resulta de gran interés y
proporciona una valiosa información para determinar
la vinculación de unos territorios con el posible paso
de las vías romanas antiguas.
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El Nuevo Miliario
Son escasos los restos de calzadas conservadas en
Cataluña pese a hallarnos en la antesala del despliegue
viario que conduce a todos los rincones de la Península Ibérica. No es extraño si analizamos que además
de su veteranía, todos los sucesivos ejes viarios han
aprovechado los mismos corredores. Así, la antigua
Vía Augusta se ha perpetuado, transformándose en las
carreteras y autopistas actuales, eliminando cualquier
vestigio material anterior. En cambio cuando se analiza
la toponimia medieval hay un conjunto de palabras que
nos permiten establecer la continuidad en la utilización
de estos caminos en tiempos post-romanos.
En Montmeló y sus alrededores podemos encontrar
un gran número de ellos: vía pública, calzada, estrada,
camino real de Vich, camino real de Gerona, camino
viejo de Hostalric, el sufijo árabe de massa, Puig de la
Massa, palatio, Hostal de la Grua, Hostal del Común,
Hostal del Racó, coll, passero, fita, molló, pedró, mollet, Nuestra Sra del Camino o Santo Cristo de la Guía,
camino de Santiago y también camí fondo, carretera
de Ausa o carretera antigua de Francia.
Restos arqueológicos
A lo largo de los caminos principales se hallaban hitos
de piedra que señalaban el propio camino y las distancias que separaban un lugar de otro. Algunas de estas
señales ya se encontraban colocadas desde tiempos
prehistóricos.
La Piedra de Llinás es un menhir situado desde la
antigüedad a pie del camino real de Gerona y frente a
la colina de Can Tacó, en la unión del río Congost y del
río Mogent. Tiene una inscultura en forma de 3, reflejado en un especjo, que se relaciona con la inscultura
en forma de 8 de otra piedra existente en Palaus de
Agullana, cerca de la carretera antigua, junto a la población de La Estrada y próxima a la frontera pirenaica.
Fue descubierto por los autores de este escrito, junto
con el Sr. Barberà, presidente de la Societat Catalana
de Arqueología, con motivo de unas obras. Existen
numerosas citas de este monumento.
Pedrafita, es un terminal muy bien documentado en
la edad media (933), situado a pie de la montaña de
Montmeló y sobre la via calciata carolingia. Algunas
actas de límite anteriores al año 1600 la describen
como la «magna lapida vocata petrafita».
Terminus Augustalis, se trata de un monumento
epigráfico encontrado en 1976 durante las obras de
construcción de unas naves industriales en los terrenos situados entre el río Congost y la montaña de
Montmeló. La ubicación de la empresa se correspondería con la identificación aproximada del lugar histórico que ocupaba Pedrafita, por lo que resulta fácil
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Turó d´en Roina. Vista general de la terraza oriental con la
cistena en primer término
intuir que la piedra terminal Augustalis dio origen al
topónimo medieval.
Castellum de Can Tacó, se asoma al camino antiguo
de Gerona desde la cima de la colina más pequeña de
la Montaña de Montmeló en la confluencia de los ríos
Mogent y Congost. Los arqueólogos J. Barberá y A.
Panyella dieron a conocer el yacimiento tras los sondeos efectuados el año 1947. Sus conclusiones son
aún vigentes, definiéndolo como un posible parador o
fortificación ibero-romana del 150 a.C. Las sucesivas
campañas arqueológicas llevadas a cabo desde el año
2003, dirigidas por el Instituto Catalán de Arqueología
Clásica, confirman y redimensionan el yacimiento,
acotando su periodo de vida, entre el año 150 y 70 a.C.,
y definiéndolo como un Castellum de unos 3.000 m2,
de fábrica íntegramente romana y con una clara misión
de control y vigilancia de la ruta. La calidad y gusto
en la decoración de las habitaciones nobles (estucos
del primer estilo pompeyano) alertan sobre el poder e
influencia del itálico que las habitó.
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Vila romana de Can Massot, situada en el núcleo
urbano de Montmeló, a unos 500 metros en línea recta
del yacimiento de Can Tacó, hacia la vertiente derecha
del río Congost y sobre el antiguo camino de Vic o
Carretera de Ausa. Los primeros restos vieron la luz
en 1924, durante las obras de construcción de la casa
que le da nombre, en la calle de Verdaguer núm. 18.
Pese a la espectacularidad y solidez de los restos,
no fue hasta el año 1959 cuando uno de nosotros, I.
Cantarell, tuvo oportunidad de hacer unas pequeñas
catas que confirmaron la existencia e importancia del
yacimiento, confirmando su importancia en otras catas
posteriores. Trabajos arqueológicos recientes han permitido recuperar, paredes y pavimentos, gran cantidad
de material cerámico, resto de columnas, monedas.
En espera de un estudio científico más completo la
datación provisional situaría su vigencia entre el año
150 y el 50 a.C.
Viajeros ilustres, Algunos de los viajeros que han
pasado por nuestras tierras a lo largo de los siglos
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tuvieron la voluntad de anotar en su diario aquello que
iban observando: F. Guicciardini en 1511, A. Navaguero 1524, que a pesar de desembarcar en Palamós, va a
Barcelona por el interior, a través de Maçanet, Hostalric, Sant Celoni... Hernando Colón en el 1529, Gaspar
Barreiros en el 1542, Felipe II en el 1585, Bartomeu
Joly en 1603, y el que más nos interesa para nuestro
territorio el viaje de S. Cavalli y el de Otthobon en el
1567 y su descripción del Vallés. También señalar que
tanto Cavalli como Navagero ya comentaron la existencia de los Trofeos de Pompeyo, cerca del Portús.
Apeo del lugar de Montmeló de 1717, Después de la
guerra de sucesión se levantaron nuevos catastros.
Montmeló aún conserva uno de estos documentos
que describe con detalle los límites de propiedades,
fincas, edificaciones, cultivos.... En él se puede leer
en innumerables ocasiones todas aquellas fincas que
lindaban con alguno de los tres caminos Reales, el de
Barcelona, el de Gerona o el de Vich.
Plano de San Pedro de las Puellas, Montmeló ha
sido propiedad feudal de dicho convento desde el año
945 hasta la desamortización. En su archivo se guardan un gran número de pergaminos que documentan
los pleitos originados por las discrepancias sobre los
confines de los pueblos colindantes. Existe un mapa
del año 1747 donde se grafía perfectamente el recorrido de los caminos reales de Barcelona, Vich y Gerona
que surcaban el municipio. Sobre el camino real de
Gerona existen escrituras de establecimientos como
el Molino de Montmeló o el Manso Dei que limitan con
el camino antiguo de Gerona, (... que ha sido mudado
pero que aún persiste...)
Mapas del Institut Geografic de Catalunya, existe
un extenso catálogo de mapas antiguos. En muchos
de ellos aparece Montmeló en la bifurcación del eje
viario de Barcelona a Vich y de Barcelona de Gerona.
En uno de ellos es donde aparece escrito «la Guía»,
en donde existió el Hostal de la Grua.
Servicios de Postas, bajo el reinado de Felipe V se
inician los primeros intentos para instaurar el Servicio
de Correos. Fue con Carlos III (1759), cuando definitivamente se reconstruyen y se mejoran los caminos
más importantes, como la carretera de Madrid a Barcelona y Francia, figurando el paso por el Mogent y por
la Roca en su recorrido hacia Girona. Se establecen
líneas oficiales de Correos, llamadas «carreras de
postas». El año 1816 se crea la primera Compañía de
Diligencias Generales. En Barcelona sería la Sociedad
Catalana de Diligencias. En el pueblo de Montmeló,
además de oficios ligados con el paso de la carretera
como hostalero, herrero, carretero o arriero; existió
también el oficio de «postillón», y el cargo político de
concejal de carros.
Prontuario de Caminos del Principado de Cataluña, nombra y recoge de forma clara y precisa los
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El Nuevo Miliario
pueblos y hostales, así como las distancias que los
separan. Fue elaborado por el Teniente Coronel de
Infantería de los Reales Ejércitos. Los itinerarios referidos son entre otros el camino real de Barcelona a
Gerona por Montmeló y Llinars. El camino carretero
de Barcelona a Vic y el también camino carretero de
Tarragona a Gerona por Vilafranca, San Cugat y Hostalric, pasando por Montmeló. Todos eran caminos
reales, del rey, pero en este caso, sólo el de Barcelona
a Gerona por Montmeló aparece con este calificativo
de real, lo cual indica una diferencia de rango, categoría o importancia que le concedía el autor del Estudio,
quien era, además, perfecto conocedor de todas las
rutas del principado en cuanto a su categoría de capitán de guías del ejército.
Inventario General de Caminos, consta en el archivo
municipal de Montmeló un inventario de caminos de
fecha 20 de junio de 1848. En él se describe en primer
lugar la carretera antigua de Vich, que empieza en la
plaza Constitucional y termina en una pieza de tierra
inmediata a la fuente del Margen; en segundo lugar la
carretera antigua de Gerona, que empieza en la plaza
Constitucional y termina en una pieza de tierra inmediata a la Piedra de Llinás; y en tercer lugar la carretera
antigua de Barcelona, que empieza igualmente en la
plaza Constitucional y termina en una pieza de tierra
de Joaquín Gali. Todas ellas hacen 18 pies de ancho,
y según recuerda el alcalde, los vecinos de Montmeló
tienen obligación de recomponer el camino desde
tiempo inmemorial para facilitar el paso de los viajeros.
También, en otra ocasión, se lamenta de la construcción de la moderna carretera de Barcelona a Ribas,
por los municipios de Parets y Granollers que margina Montmeló, perjudicando los ingresos municipales
derivados del mesón, la taberna y la carnicería, lo que
ocasiona el no poder atender el pago de los salarios
del maestro de primeras enseñanzas.
La cantidad y evidencia de los datos existentes no impidió que, en el siglo pasado, se situara Semproniana en
Granollers y se imaginara el trazado de la vía romanda
desde esta ciudad directamente a Arrahona (Sabadell).
El mismo autor de la teoría reconocía la dificultad de
este trazado al tener que cruzar numerosos barrancos
y ríos con un continuo de subidas y bajadas dejando el
camino llano por Montmeló. La presentación de esta
idea que tuvo cierta aceptación por el prestigio de su
autor, se hizo en el Centro de Estudios de Granollers,
a principios de los años 60 y fue impugnada el mismo
día, por I. Cantarell. Este hecho lo convirtió, en los
tiempos actuales, en el primer defensor explícito del
paso de la vía romana por Montmeló.
El dilema de la Semproniana
Uno de los Vasos de Vicarello sitúa esta mansio o
parada a nueve millas de Arragone y a veinticuatro de
Seterras, por tanto en pleno corazón vallesano. En los
nº 8, Junio 2009
otros tres Vasos es sustituida por Pretorio, que está a
diecisiete millas de Arragone y a quince de Seterras.
La mansio Semproniana no vuelve a salir referida en
ningún otro documento o mapa. Definitivamente es
remplazada por Ad Praetorium o Praetorio que la sustituye desde una posición más lógica y equidistante en
relación a los tiempos y ritmos de la marcha, aunque
curiosamente la Semproniana se hallaba a medio camino de Ampurias y de Tarraco.
La Semproniana podría corresponderse con un establecimiento político-militar antiguo que sirvió además
para asegurar la ruta antes de generalizar su uso.
Se justificaría así la mayor antigüedad del Vaso I que
utiliza las declinaciones latinas. La desaparición definitiva de la Semproniana nos obliga a pensar que nos
encontramos delante de la amortización de una de las
guarniciones pioneras de la romanización o de una
de las primeras estaciones sobre la vía, seguramente
preexistente al primer amojonamiento hecho por los
Romanos. Curiosamente lleva el nombre del primer
pretor de la Citerior y es sustituida a su vez por Ad
Praetorium.
Muy probablemente la mansio Semproniana desaparece de la ruta por haber perdido su utilidad, esto es
por haber quedado obsoleta o por no responder a las
necesidades del nuevo momento histórico: un nuevo
amojonamiento, la reparación de la vía o la conclusión
de una nueva reorganización territorial romana a la
que hubiera servido; posiblemente la fundación de las
ciudades romanas de Iluro, Baetulo o Barcino.
hay más, una vez sustituida la Semproniana por Ad
Praetorium el trayecto se reduce una milla. Resulta
que un kilómetro y medio es la distancia que se acorta
dicha ruta si el camino que viene de Gerona por la
Roca, pasa al norte de la montaña de Montmeló, por
donde pasaba la vía calciata medieval, sobre el lugar
de pedrafita, junto a la magna lapida vocata perafita,
y a escasos metros de donde se ha encontrado el
terminus Augustalis, Precisamente el mismo lugar por
donde pasa en la actualidad la Autopista, el ferrocarril
o pasará también el AVE.
Pocos candidatos a ser considerados mansio o parada
reúnen tantos signos y evidencias, y pocos han padecido olvido tan mayúsculo como la Semproniana, Can
Tacó y Montmeló.
Montmeló, febrero de 2009
Los autores ante la reproducción de uno de los Vasos de
Vicarello
Personalmente creemos que el «castellum» fue destruido en las luchas entre J. César y Pompeyo —antes
o después de la batalla de «Ilerda», junto con la villa
romana de época republicana de can Massot. No se olvide que toda esta zona era partidaria de Pompeyo. El
problema está en aclarar porque no se reconstruye.
No existe unanimidad a la hora de fijar la localización
actual de la Semproniana: Ganollers, la Roca, Montmeló. Los últimos autores (Mayer y Roda, Panosa,
Palli, G. Arias) la sitúan ya al sudoeste de Granollers,
entre Montmeló y Vilanova del Vallés, en la confluencia
de los ríos Congost y Mogent.
Las últimas campañas arqueológicas del yacimiento
de Can Tacó afianzan su candidatura. Se trata de un
fortín militar con funciones de control de la vía. Está
poco resguardado y tiene detalles arquitectónicos especialmente refinados para su finalidad castrense.
Aunque de sólida fábrica, es de vida efímera y se abandona completamente para nunca más ser utilizado ni
ocupado por otros asentamientos o culturas.
En cuanto a las distancias, éstas se cumplen en relación a San Nicolau de Arrahona (Sabadell), y también
en relación a Seterras, entre Breda y Hostalric. Pero
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El Nuevo Miliario
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OCELO DURI , EL DESENCUENTRO ENTRE
HISTORIADORES Y FILÓLOGOS
José Manuel G. Matellán
Duri
Duri
La mansio del Itinerario de Antonino lleva tiempo sufriendo injustos vapuleos. Mientras la arqueología
sigue retrasando una respuesta concluyente, la etimología puede asumir esa obligación. El presente
artículo pretende hacer valer la excepcional aportación
de varios micro-topónimos zamoranos para zanjar la
cuestión.
1. Uso y abuso de la toponimia:
la penúltima búsqueda de Ocelo Duri
Sorprende que se haya prolongado hasta la primera
década del siglo XXI la paradójica situación que muestra el gremio de los historiadores a la hora de encarar
los topónimos. Por una parte, sienten horror vacui:
necesitan impulsivamente contar con su información,
y recurren de forma habitual a ensayar traducciones,
para reconocer a renglón seguido su ignorancia en
el tema. Esta postura es tan frecuente que el mismo
hecho evidencia la importancia concedida a los topónimos, pero también que el tema filológico se les
viene grande. Cabe hablar más propiamente de una
fascinación por su potencialidad como herramienta
del conocimiento, que de un dominio palpable de tal
herramienta. Este panorama ha sido bien descrito por
Abelardo Moralejo (1977):
Los buscadores de vías y mansiones, que han utilizado además de otras fuentes y recursos la toponimia
hoy viva, partiendo de las semejanzas fonéticas de
los nombres antiguos con los de pueblos o aldeas
actuales situados por donde podrían o debían caer
las estaciones, no han solido hacerlo a mi entender,
salvo excepciones, con el necesario criterio filológicolingüístico, sino sólo de simple vista u oído; aunque no
sin aciertos o atisbos justificados realmente, pero más
bien con errores. Creo, pues, que no se ha sacado aún
todo el partido posible de este criterio para identificar
o confirmar algunos nombres de mansiones y aportar
algún indicio razonable acerca de otros. [Añade en
nota: La investigación acerca de las vías ha sido más
bien labor de arqueólogos y epigrafistas, de geógrafos, de historiadores e investigadores regionales o
locales, aparte de algunos de alcance nacional, que
naturalmente no tenían ni podían casi tener además
una formación filológica-lingüística apropiada] (Moralejo,1977, 234).
10
El Nuevo Miliario
Como resultado, los topónimos son traídos y llevados
de continuo, como razones de peso o como evidencias, a la espera siempre de una confirmación arqueológica. Sólo que a veces la arqueología no llega, o
está francamente perdida. La reflexión que puede
aportar este artículo es simple: en más de una ocasión,
una seria y temprana contribución filológica habría
evitado estancamientos indeseables. Y no es sólo lo
reiterativo del caso; a veces queda implicada la propia
administración con proyectos que pretenden acercar
las vías romanas al público (balizamiento de la vía,
folletos turísticos, etc.) sin que nadie muestre haberse
percatado de unos despropósitos toponímicos que
pueden invalidar tales actuaciones. En definitiva, el
inaprensible campo de los topónimos contiene la paradoja de interesar reiteradamente a la historiografía,
siendo que los miembros del gremio se confiesan ignorantes. Sorprendente situación académica que de por
sí merecería una reflexión, y más por su persistencia.
Un ejemplo paradigmático de lo escurridizo de este
campo queda reflejado en La toponimia de la guerra.
Utilización y utilidad (Ramírez Sádaba, 1999).
En asunto de topónimos cada uno exige un estudio
particularizado; no obstante los ejemplos locales pueden ser extrapolables para los interesados de otras
latitudes, por lo cual nos ceñiremos aquí a uno de los
frentes abiertos en la provincia de Zamora, concretamente a la ubicación de aquel Ocelo Duri del Itinerario
Antonino. El planteamiento de la ubicación de Ocelo
Duri, efectivamente, ha sido materia reiterativa, y recientemente ha vuelto a provocar nuevas, y cuestionables, explicaciones. Concretamente, el arranque
de este artículo está en la lectura sorprendida de un
despropósito filológico: el de pretender encorsetar la
denominación Ocelo Duri en la de Villalazán (Moreno
Gallo, 2006), que atropella las más mínimas reglas
filológicas sin que haya sido cuestionada de inmediato.
Si inaudito lo primero, no lo es menos lo segundo; en
cuanto revelador del panorama general.
Sostiene recientemente Moreno Gallo: «el gran yacimiento del Alba de Villalazán (¿Ocelona > Villaolezona > Villalazán?)» (Moreno, 2006, p. 62). ¿Qué decir
de esta enfebrecida propuesta? (ni siquiera presenta
asteriscos, como si tuviera documentado el proceso).
Admiramos la maestría a pie de obra que I. Moreno
nos ha mostrado en su publicación Vías romanas,
ingeniería y técnica constructiva (2004, 1ª ed.), pero
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la presente proposición toponímica es un desbarro, o
varios encadenados. Ahora bien, mientras cualquier
filólogo la rechazaría de inmediato, en Internet su tesis
corre como la pólvora («Alba de Villalazán < Villa Ocelonem», en el foro Origen de la población de Tiedra,
por ejemplo), al tiempo que los historiadores callan. Lo
hacen no sólo por desentendimiento de lo filológico,
más bien por estar a la espera de lo que el yacimiento
de Alba pueda ir desvelando, y, en definitiva, porque se
lleva décadas dudando de que la ubicación de Ocelo
Duri se corresponda con la actual Zamora: no hay,
constatan, restos significativos en la ciudad. De ahí
que la caja de las hipótesis esté abierta desde hace
tiempo, siendo la de Villalazán la última por conocer.
En propuestas anteriores, Mañanes-Solana (1985)
han situado Ocelo Duri en Almaraz de Duero, M. L.
Albertos (1985) en la zona de Moral de Sayago o de Villalcampo, mientras J. M. Blázquez (1986) identificaba
Zamora con Arbocala. Por otra parte, esta pretensión
de transmutar Ocelo Duri en Villalazán no atañe sólo a
la correcta ubicación de Ocelo Duri. Su resolución conlleva un baile de ubicaciones a tenor de las distancias
enunciadas en el It. Antonino. Por eso, la acomodación
de distancias partiendo de Villalazán vuelve a mover
todo el tablero de la línea del Duero.
Moreno Gallo no se arredra en su propuesta: una vez
ha determinado que la vía principal entre Salmantica
y Ocelo Duri es la que va encaminándose hacia Villalazán, todas las distancias le cuadran desde este
punto: «Siguen correspondiéndose perfectamente las
distancias que desde aquí hay a la gran ciudad romana de Tiedra (Albocela) y luego a la de Montealegre
(Amallobriga) y de aquí a Simancas (Septimancas),
etc.» y un párrafo más adelante recalca: «La ciudad de
Zamora ha sido convertida sin ningún fundamento en
una de las urbes romanas más importantes del Duero,
así como Toro en Albocela, Tiedra en Amallobriga, y
así sucesivamente un encadenamiento de disparates
que obligan a revisar hoy toda la romanización de la
cuenca del Duero» (2006, 63). Efectivamente habrá
que revisar. Pero, por la cuenta que nos trae, esclareciendo los topónimos con la fundamentación filológica
que señalaba Moralejo (1977).
A este respecto debería tenerse en cuenta que, desde
el salto cualitativo de la ciencia filológica a lo largo del
siglo XX (por ejemplo, Menéndez Pidal, 1904), esta
disciplina ha podido zanjar numerosas elucubraciones
de tiempos pretéritos cuando sólo se contaba con la
etimología popular, e incluso del tiempo presente cuando los historiadores confiesan no saber trabajar sino
con una cándida lista de palabras: «la toponimia básica
se encuentra en la obra de Chevalier [Les voies romaines, 1972] aunque en muchos casos no podamos
aplicarla, por lo que nos limitamos a los ya conocidos
de calzada, calzadilla, pontejos, cañada, camino viejo,
hito, Piedrahita, vereda, carril, milla, barca, barco, etc.»
(Bragado, 1990, 390).
nº 8, Junio 2009
Pues bien, es interesante constatar que, en los últimos años, los artículos que han puesto su atención
en la toponimia menor vienen realizando aportaciones sustanciosas. En esa línea se sitúan los párrafos
que siguen para ofrecer datos inequívocos en torno al
Ocelo Duri mencionado por el It. Ant. Efectivamente,
la toponimia menor de la actual Zamora habla de un
importante urbanismo en época romana, de naturaleza
viaria y militar, que cierra el dilema sobre la ubicación
de la mansio Ocelo Duri.
2. Un puente derruido pero con doble anclaje
Loewinsohn (1999), insistiendo en la entrada de la vía
de La Plata por la actual ciudad de Zamora, presta
atención a las ruinas de un viejo puente aguas abajo
del medieval, desestimando las dudas generalizadas
sobre la autoría romana de esta construcción que estuvo en pie hasta 1310. Sorteado ese escollo de la autoría que a otros ha ofuscado, da un paso importante:
es el primer autor que vemos fijarse no en la margen
derecha del río, donde se halla la ciudad, sino en los
barrios de la margen izquierda. Algo intuye Loewinsohn, adentrándose en la pista clave; pero su búsqueda
estaba aún verde. Obsérvese el gráfico con los dos
puentes y el barrio extra pontem.
Loewinsohn, ME, 71 (1999)
Los puentes están bien situados pero no sus barrios
ni sus nombres, y la ocasión se malogra ya que el
topónimo menor que interesa, el del barrio contiguo al
puente derruido, no es el barrio de Cabañales sino el
barrio de San Frontis.
Ni qué decir tiene que no hay ni hubo nunca tal santo.
En el sintagma San Frontis, la partícula San ya fue explicada etimológicamente por Menéndez Pidal: san <
lat. sub (1904, p. 328) y a esa explicación, tan fructífera
en topónimos, ya recurrió Rodríguez Morales en anterior etapa de esta revista (ME 71, 1999). Después viene
el nombre común frontis, en ablativo, que no va a sufrir
más cambio lingüístico que el de transformarse en
El Nuevo Miliario
11
nombre propio, Frontis. Eso sí, perdiendo por completo
su significado. En la construcción latina con ablativo
sendos elementos indican ubicación en el espacio: sub
‘bajo’ o ‘ante’, y frontis ‘el frente’ o ‘la entrada’, acorde a
la expresión frons pontis «la entrada del puente» que
el diccionario latino del burgalés Raimundo De Miguel
(1867) trae a colación citando a Hirtius, lugarteniente
de Cesar y autor del De Bello Hispaniensi.
La presencia de sub matiza la ubicación del barrio: ‘a
la entrada, por bajo, del puente’, es decir, aguas abajo
de la entrada. Esa es la posición del barrio actual considerando que la entrada del puente viene marcada por
la confluencia de dos caminos, el de San Jerónimo y el
del Pastelero, en la cercanía del núcleo urbano de San
Frontis. Situados en ese punto de confluencia caminera se precisa de un corto trayecto hasta alcanzar el
barrio, con lo que se hace evidente su posición aguas
abajo en comparación con la dirección que toman los
otros caminos. En el dibujo de Loewinsohn, la calzada
que ha marcado «a Sayago» es el camino que atraviesa el barrio de San Frontis, la que ha marcado «a
Salamanca» coincide con el camino de San Jerónimo,
y donde ha escrito el número 3 vendría a situarse el
arranque del camino del Pastelero.
Por tanto, el topónimo San Frontis < sub frontis no deja
la menor duda de que en el periodo romano, y a esa
altura del cauce, existió un puente; lo que coincide con
los bien visibles restos en la corriente del Duero. Su
entrada o arranque en la margen izquierda se hallaba
un tanto aguas arriba de este barrio cuya personalidad
está por entero en función de este puente olvidado.
Sobre el mapa de Google Maps se ha resaltado la trayectoria que marcan las ruinas; delimitadas, en la margen izquierda, por el punto de arranque de los caminos
y en la margen derecha, por la zona de las Peñas de
Santa Marta. Evidentemente, si está el topónimo y su
barrio es que estaba el puente. Y si estaba el puente no
cabe desentenderse de la calzada que implica y de la
mansio que ésta última conlleva. Pero aún falta ubicar
con precisión dicha mansio. Luis Cortés (2002), ha sido
el único en fijarse en este barrio cuando opinó que no
se encontraba en la ciudad sino: «tal vez enfrente de
ella, en la orilla izquierda del Duero, sobre el cerro del
Temblajo», es decir en la parte alta del barrio de San
Frontis. Algo intuía, pero también él estaba verde.
Afortunadamente, por si no fuera suficiente con la
presencia del topónimo San Frontis, otro sintagma
gramatical aparece en la micro-toponimia de la orilla contraria. Efectivamente, el puente venía a dar,
por la margen derecha, frente al roquedal sobre el
que se asienta la ciudad actual. Dicho tramo rocoso
se conoce como Peñas de Santa Marta. Constituye,
para sus habitantes actuales, uno de los lugares más
identificadores de la ciudad; pudiera ser que por su
aspecto imponente, pero pudiera haber algo más.
Desde luego, no hay recuerdo de ninguna edificación
religiosa porque tampoco estamos aquí ante ningún
hagiotopónimo.
3. El valor añadido de la tautología toponímica
Para dilucidar el significado del topónimo hemos de
comenzar por la parte final del sintagma, Marta, que
puede explicase con el apoyo de un topónimo mostrado por el cercano municipio de Montamarta, donde se
erige la ermita del Castillo sobre un roquedal que no
debe pasar desapercibido. Entendemos que el carácter militar del segundo elemento del topónimo Montamarta es puesto de manifiesto por varios elementos
convergentes. Acaso ya por una posible interpretación del primer elemento, Monta-, como procedente
de *mun(i)ta ‘construcción fortificada’, equiparable al
campus munitus ‘campamento fortificado’ que originó
Cha-mouny, Chamonix.
Acaso también por una interpretación de este Monta- a
partir del IE *men, *mon ‘monte’, en cuanto que lleva
implícita una relación con la divinidad Marte, explicada
por B. Prósper (2002) en los siguiente términos: «La
identificación de la divinidad romana de la guerra con
la noción de «monte» o un orónimo de este origen se
explica posiblemente a partir de la dimensión agraria
de Marte, que en Hispania también se identificaba
en ocasiones con el numen de ciertos montes: este
es el caso del nombre del monte Teleno», de lo cual
es testimonio el apelativo MARTI TILENO, placa en
Quintana del Marco, o TILLENO, inscripción en Barco
de Valdeorras (Prósper, 2002, 111). En el caso de Montamarta entendemos que el enlace entre significados
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Matellán, mayo, 2009
orográficos y militares viene reforzado por un más
que probable emplazamiento militar en el lugar de la
ermita, dando testimonio de ello una manifestación festiva actual, cuyo ascendente cronológico e ideológico
hemos documentado en época tardoimperial [1].
Este carácter militar de la segunda parte del topónimo
Montamarta se puede extender, con toda seguridad,
al elemento final del sintagma Peñas de Santa Marta. Al hacerlo, van a abrirse las puertas a un enlace
inequívoco de Marta con el topónimo reflejado por
las fuentes como Ocelo Duri (It. Ant. 434, 6 y 439,
10), Ocelodorum (Geogr. Rav. 319, 4), Oceloduri (It.
de Astorga, 3, 5) y Oktodouron (Ptolomeo, Geogr., 2,
6). Topónimo sobre el que B. Prósper sólo se atreve a
decir que «tradicionalmente se identifica con Zamora»
(2002, 109). No será difícil dilucidarlo.
En principio, el topónimo Ocelo supone la fórmula
*okelo, con raíz *ok-, *ak- «elevado, agudo, afilado» +
sufijo *-elo-, posiblemente un diminutivo que dificulta la
consideración de *ok-elo- como celta (Prósper, 2002,
117-118). Ahora bien, la oportuna consideración de dos
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aras DEO MARTI OCELO (procedentes de la antigua
Luguvallium, junto a la muralla de Adriano) avalan un
valor doble, orográfico y militar, por parte del indígena
*okelo, que viene a converger con idéntico valor doble
mostrado por el topónimo Montamarta (*mon, *munita, Marte). Y, como ya se ha dicho, sobre este Marta
(Montamarta) respaldamos la lectura del Marta de la
capital zamorana. En los tres casos contemplados
(Montamarta, Peñas de Santa Marta, Deo Marti Ocelo)
los significados de roca, de fortificación, de teónimo
militar-orográfico convergen.
Item más, si pasamos a considerar el primer elemento
del sintagma, Peñas, se constata que también se incorpora al grupo; sin duda sumando otra redundancia
al topónimo. Este componente inicial podría ser de
cronología romance, es decir posterior; pero tal vez
no, pues la habitual etimología para peña < lat. pinna,
penna ‘pluma, ala, almena’, resulta ya claramente insuficiente. Más coherente será prestar atención a la voz
peneo, < lat. Peneus (< gr. Πηνειóς, río de la Tesalia),
de significativa presencia peninsular, siempre referida
a peñascales. No es necesario buscar mucho; en la
El Nuevo Miliario
13
propia provincia de Zamora cabe considerar el caso de
Pino del Oro, zona aurífera (recientemente se ha encontrado una tabla de bronce conteniendo un pacto de
hospitalidad), caracterizada por profundos peñascales
sobre el Duero (por cierto que el nombre del yacimiento presenta una interesante tautología: El Picón); así
como el caso de Venialbo, en cuyo término la Dehesa
de Peñalba aclara la lectura correcta: < *peneo albo
‘peña + peña’, igualmente tautológica.
Por tanto peñas viene a sumarse a marta y a ocelodurom. Llegados a este punto, es casi obligado aceptar
ya la inclusión de todos los elementos componentes
del topónimo Peñas de Santa Marta. La fórmula podría
expresarse como *Peneus subter Mart(i)am. La continuidad denominativa del topónimo quedaría patente.
Integrados, por lo tanto, todos sus componentes, lo
destacable del sintagma Peñas de Santa Marta es el
hecho de constituir un calco semántico redundante
de la mansio. La forma nativa corresponde a *ocelodurom, perfectamente reconstruida por L. Curchin
(1996) que traduce como ‘promontory+fort’, es decir
peñasco en castizo. Si se compara esta fórmula con
la lectura del It. Ant. como Ocelo Duri (es decir, Ocelo
‘del Duero’) se hace palpable que el autor del itinerario nos ofreció una primera muestra de etimología
popular, a la que fácilmente se sumaron los modernos
ilustrados con el poético ‘Ojito’ ‘del Duero’ (Fernández
Duro, 1882).
En definitiva, el hecho mas notable del topónimo
menor zamorano Peñas de Santa Marta es, por una
parte, el encontrarnos ante una suma de tautologías
toponímicas presentes tanto en éste (con su correlato
Montamarta) como en *Ocelo-durom; y, por otra, que
estas dos series tautológicas establecen entre ellas
una relación de calco semántico.
Con relación al actual Peñas de Santa Marta existe,
que sepamos, al menos un caso repetido, en el municipio coruñés de Culleredo, y otros con elementos compartidos, como Santa Marta de Penaguião, pero habrá
que empezar a observar los numerosos topónimos del
tipo Marta: el cordobés Martos, por ejemplo. Referente
a este topónimo, E.-J. Jacinto (2006) rechaza el nexo
a Marte que, avalado por la mención lapidaria Civitas
Martis, ofrecía el Padre Flórez (España Sagrada, t. XII).
En cambio, E.-J. Jacinto atiende al nombre latino de la
ciudad, Tucci, y a las primeras citas de autores árabes:
Tuš (< Tucci) en Al-Razi, y Martuš en Al-Muqaddasi, mientras para el elemento inicial Mar- propone la
raíz íbera *mor- ‘roca’. Y sin embargo, este *mor- se
entiende generalmente con referencia al agua: *mor‘agua estancada’ lee B. Prósper (2002, 131) señalando
ejemplos europeos.
(IE *kel- ‘cubrir’) ‘ensenada, zona cubierta al borde
del lago’ (Prósper, 2002, 203). Sin embargo, lo que
identifica al municipio cacereño, situado ya en posición
dominante sobre la depresión del Tajo, es el tener a
sus espaldas un imponente murallón denominado Sierra de Santa Marina, aunque no falten los manantiales
en el término. La lectura *mor- ‘roca’, ‘fortificación’, se
entendería más coherente. Esta situación vuelve a
suceder en un topónimo zamorano que parece paralelo al teónimo susodicho: Molacillos, aldea lindante
al Valderaduey en cuyo término se halla ubicado el
Teso La Mora, una elevación rocosa a considerar en
sí misma, y más conteniendo unas cisternas romanas
en su parte superior.
La última reflexión atañe a una de las formulaciones de
*Ocelo en composición, justamente en el topónimo Albocela (It. Ant. 434, 7), albokela (Ptolomeo, Geogr. 2, 6),
Arbocala (Livio, Ab urb. Cond. 21. 5), Albeceia (Geogr.
Rav. 312, 20). Comenta Blanca Prósper a propósito de
ALBVCEL/AINCO (de un epígrafe procedente de Viseu): «El primer término es IE *albho- ‘blanco, brillante’,
transmitido por una lengua que no mantiene la oposición IE entre sonoras y sordas aspiradas, al menos en
contacto con sonantes… Ahora bien, si, como opinan
muchos autores, ha existido una base IE o pre-IE *alb-,
*alp- con el significado de ‘monte’ (cf. Los Alpes), entonces se tratará de un compuesto tautológico que se
compadece perfectamente con el origen sugerido para
*okelo-. En cualquier caso, la nómina de montes llamados Alba, Albanus, Alburnus en la Europa occidental es
muy numerosa. En resumen se trata de un compuesto
de *albho-okelo-» (Prósper, 2002, 111).
Y concluye al hablar del topónimo: «Se trata de una
ciudad vaccea, tal vez hoy Toro o Villalazán». Desde
luego que si la decisión está en función de un topónimo
redundante ‘monte+monte’, la opción es clara con sólo
observar ambas localidades desde la orilla del Duero.
No obstante, lo correcto será volver a medir las millas
desde aquel Ocelo Duri del Itinerario, es decir, desde
las Peñas de Santa Marta.
A esa lectura hídrica vuelve Blanca Prósper a propósito de MORICILIO, teónimo hallado en Casas de
Millán, que interpreta como IE *mori- ‘mar, lago’ + *killo
14
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Nota
Referencias
La celebración del Zangarrón presenta un contexto militar inequívoco gracias a su integración en el contexto festivo de las mascaradas invernales, cuya precedencia no son las Saturnalia
de la Roma clásica, como venía a proponer J. Caro Baroja
(1965, El Carnaval, Madrid), sino la celebración tardorromana
de las calendas de enero, como documentó fehacientemente
M. Meslin (1970, La fête des kalendes de janvier dans l’empire
romain, Bruxelles).
ALBERTOS FIRMAT, M.L. (1985): «A propósito de algunas
divinidades lusitanas» [en] Melena, J.L. (ed,), Symbolae
Ludovico Mitxelena Oblatae, Victoria, p. 469-474
En próxima publicación (Mapa hispano de danzas y bailes de tradición oral, tomo II, para CIOFF) se ofrecerán nuevos datos
sobre la celebración del Zangarrón, confirmando la integración
de este personaje en la fiesta de kalendae y de su cronología
tardoantigua, la destacada implicación de la milicia imperial en
el desarrollo festivo de las kalendae, y por lo que respecta a la
etimología, la procedencia oriental de este personaje, en cuanto préstamo persa al griego; anterior por tanto a una evidente
reinterpretación medieval sufrida por dicho personaje a partir
de la lengua árabe; pero que ha sido erróneamente ofrecida
como su ascendencia originaria por F. Corriente (1999, Diccionario de arabismos, Madrid. Voz zaharrón). El caso particular
de Montamarta, con su celebración festiva del Zangarrón,
constituye un testimonio perfectamente contextualizado con
los de otras localidades peninsulares, y en ese conjunto se
dibuja un panorama festivo en el que el componente militar
tardoimperial es patente.
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España, la romanización, Madrid.
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camineros y las vías romanas de la Península», ME, 71, p.
2-8.
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
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EL CAMINO REAL DE GRANADA A CUENCA:
¿UN ITINERARIO ROMANO ENTRE LA CELTIBERIA
Y LA ORETANIA, POR LA MANCHA Y EL CAMPO
DE MONTIEL? (I)
Primera etapa: desde Puebla del Príncipe hasta el límite interprovincial Ciudad Real-Albacete.
Ángel Plaza Simón
1. INTRODUCCIÓN
El Camino Real de Granada a Cuenca —objeto de
este breve estudio— es referido como tal, por primera
vez, en el Repertorio de todos los caminos de España,
compuesto en 1546 por el valenciano Pedro Juan Villuga (Villuga, 1546: sin numeración). En 1576, Alonso
de Meneses en su Repertorio de Caminos —basado
fundamentalmente en Villuga— vuelve a consignarlo
con el mismo nombre e idénticos lugares de paso
(Meneses, 1576: p. 197). Algo más tarde, en 1612,
Ambrosio de Salazar recoge el mismo itinerario, tal
cual, en su Almoneda general de las más curiosas
recopilaciones de los Reynos de España (Salazar,
1612: p. 189). Guías de caminos españolas posteriores, como la de Pedro de Pontón (Pontón, 1727: p.
67), también lo incluyen, si bien, con una salvedad: los
itinerarios Granada-Cuenca y Burgos-Cuenca (que
igualmente refieren Villuga, Meneses y Salazar) ya
se unifican en un trayecto Burgos-Cuenca-Granada
que se mantendrá en siguientes obras (Valladares,
2001). Está unificación tiene un precedente en una
guía francesa de 1662 llamada Le voyage de France,
dressé pour la commodité des françois & estrangers,
donde se describe una ruta […] de Burgos à Cuenca
et de là á Grenade […] (Du Vernier y Varennes, 1662:
pp. 587-589). En dicho trazado se puede identificar
claramente el camino renacentista, con sus mismas
estaciones, aún cuando cambia algo la grafía y se
establece algún lugar de paso intermedio no tenido en
cuenta antes. Como colofón, obras cartográficas algo
más tardías en las que aparecen consignados los caminos, especialmente la de Thomas López en el siglo
XVIII (López de Vargas, 1765 y 1766), permiten ofrecer
un esbozo unitario y global del itinerario renacentista,
aunque con breve referencia a las localidades por las
que discurre. En la figura 1, se resalta el trayecto del
camino sobre el mapa de 1765 obra del Pensionista
de Su Majestad.
Figura 1: El camino
Real de Granada
a Cuenca en la
Cartografía de
Thomas López
(1765). © BNEPID 94572.
Elaboración
gráfica, Ángel
Plaza.
16
El Nuevo Miliario
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Las de Villuga y Meneses no son las únicas menciones
sobre el camino en el siglo XVI. Documentos anteriores y posteriores a dichas obras, cuyo propósito no
era ofrecer un panorama general caminero de España sino la descripción —más o menos minuciosa y
completa— de las localidades españolas, aluden a él
de manera fragmentaria y permiten realizar un ajuste más fino de la imagen genérica que proporcionan
las fuentes camineras y cartográficas. Nos estamos
refiriendo a la Cosmografía de Hernando de Colón,
cuyos datos se recopilaron entre 1517 y 1523 (Colón,
1517-1523: tomo III, p. 65), y las Relaciones Topográficas de Felipe II de 1575 en los pueblos donde están
disponibles. Una cuestión implícita a la Cosmografía
del hijo del descubridor, que pone de manifiesto que
éste era un itinerario de referencia ya en los albores del
siglo XVI, es que el propio Colón o sus informadores,
lo utilizan parcialmente para desplazarse de pueblo
en pueblo con el fin de recopilar datos con los que
elaborar sus descripciones1: de Puebla de Montiel (hoy
del Príncipe) parte para Montiel (Colón, 1517-1523:
tomo II, p. 136), de Montiel para Villahermosa (ob. cit.,
p. 138) y de Villahermosa para Ossa (ob. cit., p. 141).
Sin embargo, en Ossa de Montiel se desplaza hasta
El Bonillo (ob. cit., p. 143), de allí a Munera (ob. cit., pp.
143-144) y de Munera a Villarrobledo (ob. cit., p. 145).
De Villarrobledo pasa a El Provencio (ob. cit., p. 146),
población desde la que se aleja de este itinerario hacia
Las Pedroñeras (ob. cit., pp. 146-147).
Esta multiplicidad de testimonios sobre el camino, durante ese siglo y siguientes, es muy lógica si tenemos
en cuenta que hubo de ser una referencia importante
para las localidades por las que discurría y las cercanas —y no tanto— a ellas, especialmente a partir de
1505, año en que se produjo el traslado a Granada
de la Chancillería creada en Ciudad Real (Rodríguez
Castillo, 1999: p. 37). Sobre ese particular, Madoz
ofrece algunos datos cuando afirma que en la ciudad
manchega […] residió […] desde 1494 hasta 1505 la
Chancillería que se trasladó á Granada […] (Madoz,
1850: p. 438), […] por los inconvenientes que Ciudad
Real ofrecía para residir en ella [….] (Madoz, 1847: p.
469). Por las fechas en que se produjo el traslado, con
la Reconquista definitiva del Reino de Granada aún reciente, se intuyen motivos de mayor peso, estratégico
y político, que el de unos «inconvenientes» abstractos,
puesto que, con criterios exclusivamente geográficos,
parece una mejor elección la primera.
A la Real Chancillería de Granada acudían con sus
pleitos, en grado de apelación, desde los lugares,
pueblos, villas y ciudades de toda la mitad sur de la
Península Ibérica puesto que […] ambas Chancillerías
[Granada y Valladolid], prácticamente gemelas, disponían de una amplísima jurisdicción territorial, separada
teóricamente por el río Tajo. Como escribía el Conde
de Aranda: ‘la Chancillería de Granada comprende
el reino de Murcia, toda La Mancha y Extremadura
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hasta el río Tajo, porque este río, desde su origen a la
raya de Aragón hasta su ingreso en Portugal, forma
el confín de dicha Chancillería con la de Valladolid’.
A medida que nos aproximamos al final del Antiguo
Régimen, menudearon las críticas contra la desmesurada extensión territorial de las Chancillerías, y sobre
todo la de Granada, que obligaba a los habitantes de
la provincia de Cuenca a trasladarse a Sierra Nevada
para seguir un pleito […] (Corona y Armillas, 1983: p.
123). Por su parte, un testimonio de la época —del que
hemos adaptado la grafía— ya lo deja bien claro: […]
hay también en España tres Chancillerías: una en Valladolid, otra en Granada, la tercera en Galicia […] mas
la Chancillería de Valladolid y la de Granada son de
mayor autoridad y de más negociantes, porque tiene
la de Valladolid jurisdicción en los pueblos contenidos
desde la ribera del río Tajo hacia Castilla y la de Granada desde la misma ribera hasta casi toda el Andalucía.
Tiene cada una Chancillería de estas su Presidente y
doce oidores y también tres alcaldes de la justicia, los
cuales conocen y juzgan las causas criminales y en
las civiles conocen en primera instancia […] (Sículo,
1539: Libro IV, 22 v.). No hace falta profundizar más en
el estudio de las Chancillerías para intuir el trasiego de
gentes por este camino a partir del siglo XVI.
Por otro lado, en diferentes investigaciones y con bastante pormenor, ya se ha analizado la trascendencia
literaria del Granada-Cuenca a raíz de la obra de Cervantes, hasta tal punto que casi parece una referencia
obligada hacer mención a El Quijote cuando se habla
de caminos antiguos y de La Mancha. En este trabajo
renunciamos expresamente a tratar de buscar cualquier argumento, vinculación o paralelo del camino en
dicha obra, especialmente a la hora de determinar si
tal o cual aventura del Caballero Andante de la Triste
Figura está ambientada en determinado lugar u otro.
Que el imaginario Caballero del Verde Gabán fuera de
Villarrobledo o de Villanueva de los Infantes es lo de
menos, aunque se pueda encontrar más lógica una
opción que otra. En ese «jardín» preferimos no coger
flores, por más que parezca muy evidente que el autor hubo de apoyarse en el Camino Real de Granada
a Cuenca y recorrerlo en reiteradas ocasiones, en
persona o imaginariamente, para ambientar su obra
(Rodríguez Castillo, 1999: p. 50). Sobre este particular,
remitimos a las personas interesadas a la excelente y
exhaustiva obra de Justiniano Rodríguez Don Quijote
por el Campo de Montiel (como debe ser) (Rodríguez
Castillo, 1999) o al excelente monográfico publicado
por la RSG en conmemoración del cuarto centenario
de la publicación de El Quijote (VV. AA., 2005).
Establecida la relevancia del Camino Real en el siglo
XVI, un excelente conocedor de la historia de los caminos españoles, como Uriol Salcedo, afirma que […]
la red actual de carreteras de nuestro país está basada
fundamentalmente en la que se perfiló durante los
siglos XVI-XVII, la cual, a su vez, tuvo su origen en las
El Nuevo Miliario
17
calzadas romanas […] (Uriol, 1985: p. 553). Aplicada
dicha hipótesis a este trazado, mediante un somero
análisis se pone de manifiesto que el trayecto seguido
por el camino renacentista presenta, en bastantes de
sus tramos, claros indicios de amortizar o ser heredero
de un camino romano o, mejor aún, de unificar varias
vías de comunicación de dicha época. De manera
prudente, y como hipótesis más plausible, estaríamos
hablando de un camino PICAPTAR o camino con posibles indicios cartográficos, populares o toponímicos
de antigüedad romana, según la muy oportuna noción
acuñada por Gonzalo Arias (Arias, 1990: p. 10). Uriol
Salcedo superpone el mapa general de los trazados
de las vías de los Itinerarios Antoninos, sugerido por
Saavedra, con la red de caminos de Villuga y encuentra
coincidencias bastante notables a nivel global (Uriol,
1985: p. 560). Para el ámbito geográfico de este estudio, sitúa en Ossa de Montiel la mansión romana de
Lamini o, dicho de otra manera, este camino de Villuga
formaría parte del trazado entre Mariana y Lamini del
llamado Itinerario Antonino A-29 (vid. Arias, 2004: pp.
560 y ss.). En su momento expondremos nuestra opinión sobre el tramo más conflictivo del Itinerario 29, […]
vía temible […] (Arias, 2004: p. 510) dentro de los estudios españoles de caminería, puesto que parece que
el Real de Granada a Cuenca puede aportar bastante
luz y, ya lo adelantamos, controversia sobre uno de
los retos, no menores, que tiene planteada la arqueología manchega y española: la reducción geográfica
de Laminio. Como se trata de un tema peliagudo y
pretendemos tratarlo con más extensión en futuras
investigaciones, no insistiremos más aquí.
La lógica de un itinerario vertebrador, en época romana, que comunicara la brava Celtiberia y la opulenta
Bética, no sólo es atractiva sino que parece bastante
plausible. Uno de los vestigios que hace pensar en una
vía directa entre el entorno de Montizón y la Celtiberia,
como la que aquí se propugna, es un miliario encontrado en Aldeahermosa (Jaén) que, presuntamente, expresaba la distancia hasta Contrebia (Jiménez Cobo,
1993: p. 140). A la altura de Aldeahermosa, el Camino
Real de Granada a Cuenca utilizaba el mismo trazado
que el de la mal llamada (Sánchez, 2008: pp. 40-41)
Vía Augusta, Vía Heraclea o Hercúlea, Camino de Aníbal, etc. Se sabe que la ruta de los Vasos de Vicarello
no trascurría por la Celtiberia, sino que desde Mariana
se acercaba progresivamente a la costa mediterránea
a través de Villanueva de la Fuente, El Ballestero, Viveros, Lezuza, Chinchilla, Montealegre del Castillo y Caudete, para entrar en el territorio de la actual Comunidad
Autónoma de Valencia. Desde esa región discurría por
Játiva y Sagunto y llegaba hasta Roma, atravesando
las actuales Cataluña, Francia e Italia. Sin embargo,
hay noticias de autores antiguos (Estrabón: libro III, 4,
9) que afirman que hubo un trazado antiguo, o interior,
de esa vía entre Roma y Cádiz que desde Játiva discurría hasta una ciudad celtíbera como Egelasta (Iniesta,
Cuenca) (Ripollés, 1999) y el Campo Espartario (con
18
El Nuevo Miliario
verosimilitud, la zona más llana de La Mancha, entre
La Serranía de Cuenca y el Campo de Montiel), del que
atravesaba una gran porción, hasta unirse antes de
Castulo con la Vía Augusta. A priori, y sobre el papel,
no se puede saber con certeza a qué Contrebia es a
la que se puede referir (si es que lo hacía) el miliario
de Aldeahermosa, puesto que hay noticias históricas
de, al menos, tres poblaciones prerromanas que se
llamaban así: C. Belaisca, C. Cárbica o C. Leucade.
En cualquier caso todas ellas son celtíberas: la primera
estaba en Botorrita, Zaragoza y la tercera en Aguilar
del Río Alhama, La Rioja. Mucho más interesante, para
la zona y camino bajo estudio, es Contrebia Cárbica,
ubicada en Villas Viejas, aldea de Huete, Cuenca,
pero situada entre Saelices y Montalvo, y sólo 7 km.
río arriba de Segóbriga. La hipótesis más fundada
sobre esta importante población celtíbera es que la
posteriormente romana y célebre ciudad de Segóbriga
fuese su heredera (Lorrio et al., 2001: p. 132).
Respecto a esta vía hipotética, se podría pensar en
un importante trasiego comercial interregional entre las prósperas ciudades de Ercávica, Segóbriga
y Valeria —e incluso otras situadas más al norte y
comunicadas con éstas— y las oretanas de Castulo
(Cazlona, Linares), Baesucci (Vilches), Biatia (Baeza),
Tugia (Toya, Peal del Becerro) y, por extensión, todo el
Valle del Guadalquivir, sin olvidar también la conexión
con esta vía de otras zonas como el distrito minero de
Sisapo (entorno de Almadén y La Bienvenida), Oreto
(Zuqueca, Granátula), etc. y otras situadas hacia el
levante mediato de este camino. De hecho, este trasiego norte-sur, y su oportuna conexión viaria, parece
confirmado arqueológicamente en un punto concreto
del trazado que vamos a proponer, precisamente en
la zona peor estudiada por la arqueología manchega
(y diríamos española): el noroeste de la provincia de
Albacete, entre los TTMM de El Bonillo y Villarrobledo.
De esta cuestión daremos cuenta en la próxima entrega de este estudio, aún en preparación, que hemos
dividido en varias partes por motivos metodológicos y
de espacio editorial.
En esta investigación nos centraremos en el tramo
concreto del camino que transcurre por territorio castellano— manchego: Puebla del Príncipe—Montiel—Villahermosa—Ossa de Montiel—Villarrobledo—San
Clemente—Venta de Lomas—Honrubia—Puente
de Talayuelas—Valverde del Júcar—Albaladejo del
Cuende—La Parra de las Vegas—Valdeganga de
Cuenca—Cuenca (Villuga, 1546: sin numeración). Sin
embargo, en este artículo concreto analizaremos la
primera parte, entre Puebla del Príncipe y el límite de
las provincias de Ciudad Real y Albacete. Como nota
general, cuando se hagan referencias a nombres de
parajes y caminos extraídos de los mapas del IGN, nos
referimos a nombres contrastados en todas las ediciones y en cada uno de los Sistemas de Información
Geográfica (SIG) utilizados. Si hubiera alguna con-
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fusión, discrepancia o fuera necesario resaltar algún
dato se citará la edición o el SIG concreto. Se esbozará
con mayor nitidez la parte manchega que transcurre
por el Campo de Montiel y La Mancha Central hasta
Villarrobledo puesto que, de hecho, gran parte de las
vías romanas de la provincia de Cuenca son conocidas
bien desde el siglo XIX (Santa María, 1897; Coello,
1897) y existen excelentes trabajos de síntesis por
parte de autores contemporáneos (Palomero, 1987;
Palomero y Villalba, 2002). Por último, y a modo de
ejemplo, reconstruiremos con algo más de detalle su
recorrido por el término municipal de Villarrobledo,
puesto que pretendemos que este bosquejo sirva de
base para nuevas propuestas y trabajos parciales,
sobre el terreno, que complementen esta iniciativa
en los municipios concretos que atraviesa una de las
muestras más desconocidas del patrimonio histórico
de Castilla-La Mancha: el Camino Real de Granada
a Cuenca.
2. EL CAMINO RENACENTISTA Y LOS INDICIOS
ROMANOS.
Corchado Soriano ya aportó una solución para el paso
de este camino desde el territorio andaluz al manchego al afirmar que […] el Camino Real de Granada a
Cuenca, que describen las guías del siglo XVI, seguía
esta vía de Cádiz a Roma [Vía Augusta, Heraclea o
Camino de Aníbal] durante un corto trayecto, que era el
comprendido entre la unión del camino desde Castellar
de Santisteban a la Nueva Población de Montizón, y las
ventas Nueva o del Villar de Castilla, donde dejaban la
vía para seguir en dirección a la Puebla del Príncipe,
Montiel, Villahermosa y La Osa [sic] […] (Corchado,
1963: p. 22). Esta confluencia con una vía romana
sobradamente caracterizada y por uno de los más importantes pasos naturales de España desde hace milenios, ya sugiere indicios claros para pensar que, éste
del que tratamos, es un itinerario de cierta enjundia. A
la salida de Montizón caminos antiquísimos, veredas,
sendas y vías pecuarias se abren como las varillas de
un abanico en todas direcciones (Rodríguez Castillo,
2002). Cualquier intento de pretender desplazar la
mayoría del tráfico antiguo de gentes y mercancías que
atravesaba Sierra Morena a otros puntos como Despeñaperros, paso que se abrió definitivamente en el siglo
XIX y desplazó a otros pasos de vigencia milenaria,
debe ser rechazado en gran medida (Corchado, 1963:
p. 9). Que existieran vías de comunicación antiguas por
allí es evidente y de ellas se han encontrado vestigios,
pero el punto más importante y transitado en épocas
más antiguas debió ser Montizón (Corchado, 1963).
Sobre este paso, Rodríguez afirma que es […] mucho
menos accidentado que los otros conocidos y usados
hoy, como Despeñaperros o el paso del Calatraveño,
que hoy sigue el AVE, y con una longitud y pendientes
que no llegarían al diez por ciento de las anteriores […]
nº 8, Junio 2009
En épocas de tracción animal […] desempeñó este
paso natural durante muchos años papel primordial en
la historia y comercio de España; siendo Granada la
tercera población de España hasta el siglo XVI y este
puerto paso obligado desde Castilla y Levante a la misma, fue hasta el descubrimiento de América y traslado
del comercio a los puertos atlánticos, el paso más importante de Sierra Morena […] Es con tanta diferencia
el mejor orográficamente, que el primer ferrocarril de
Madrid a Andalucía se trazó por aquí, aunque por motivos políticos se desplazó a Despeñaperros, paso tan
antinatural que, ya en el trazado del AVE, se ha hecho
por otra parte [...] A este puerto se le ha llamado «Saltus Castulonensis» por los romanos por ser el puerto
por el que se accedía a Cástulo, actual Linares, Puerto
de San Esteban, Puerto de Barranco Hondo como
lo cita el Madoz o puerto de Montizón como lo llama
Sancho IV […] (Rodríguez Castillo, 1999: p. 32)
Todo ello da cierta verosimilitud al hecho de que el
miliario de Aldeahermosa, efectivamente, indicara
la distancia hasta una Contrebia celtibera a través
de este camino y no a través de la ruta de los Vasos
de Vicarello que discurría, casi exclusivamente, por
territorio ibero: Oretania, Bastetania, Contestania,
Edetania, etc.
En el mapa adjunto a la obra de Corchado se sitúa
la confluencia de la Vía Augusta y el Real GranadaCuenca hacia el Monte Zahora2 (Corchado, 1963: p.
22). El origen árabe del orónimo es tan claro que apenas necesita explicación y abre las puertas a la consideración de la vigencia del camino aún, o ya al menos,
en época hispanomusulmana. Tampoco es necesario
hacer muchas cábalas sobre el significado del nombre
y sus posibles connotaciones arqueológicas puesto
que, allí mismo (Bocas de Zahora), hay catalogado un
yacimiento dentro del amplio grupo consignado por
Jerez como visigodo—islámico—medieval—cristiano
(Jerez, 2007: p. 320).
El siguiente punto de interés es la Ermita de Mariena,
señalada como la Mariana de época hispanorromana
con bastante fundamento gracias al estudio de los
Itinerarios Antoninos y, sobre todo, al de un testimonio
epigráfico como el de los Vasos Apolinares (Carrasco,
1987: pp. 32-33). La de Mariena= Mariana es, en la
zona, una de las raras reducciones geográficas de una
población antigua, conocida por las fuentes clásicas, a
un lugar actual, que logra un consenso casi absoluto
(Carrasco, 1987: p. 33). Desde la mansio de Mariana
en la Vía Augusta (Venta de los Ojuelos), señalada ya
como tal por Sillieres (Sillieres, 1977) y mucho antes
por Martínez de Carnero (Sánchez Sánchez, 2008),
nace un ramal hacia el norte que se une a otro camino
que, como Vereda de Ganados y Camino de Andalucía, bordea por el oeste la ermita (IGN-839: Torre
de Juan Abad). Otro camino directo desde la Ermita
confluye con estos dos, a escasos 700 metros de la
El Nuevo Miliario
19
entrada sur de Puebla del Príncipe, en un punto en
el que hay señalados un abrevadero y una noria en
la edición más antigua del MTN (IGN-839: Torre de
Juan Abad). Los tres caminos, unidos en uno sólo, se
dirigen hasta Puebla del Príncipe, localidad en la que
entran por la Calle de Marllena, como no podía ser de
otra manera.
2. 1. PUEBLA DEL PRÍNCIPE.
Incluido expresamente en Villuga y Meneses, del
pueblo se dice que es [...] muy pasagero y está en el
Camino Real [...] de La Mancha a Granada [...] (Viñas
& Paz, 1971: p. 404), con toda lógica si tenemos en
cuenta que caía, como adelantamos, […] en el distrito
de Granada e allí van los pleitos en grado de apelación e hay desde esta villa a Granada treinta leguas
[…] (Viñas & Paz, 1971: p. 402) y que el […] aceite se
provee de Andalucía […] (Viñas & Paz, 1971: p. 403).
Pero además, en Puebla del Príncipe se encuentran
algunos de los indicios que hacen pensar, con mayor
fuerza, que el trazado genérico del camino renacentista está amortizando un camino o caminos de época
romana, al menos, hasta Villarrobledo. El testimonio
más contundente se encuentra en un documento de
la RAH, prácticamente inédito para la bibliografía caminera de la zona:
[...] Había este [Rafael Martínez de Carnero] fijado
aquellas [mansiones del camino de Castulo a Libisosa] con fundamento al parecer, en despoblados cuyo
nombre actual se acerca en algo a lo antiguo, cuidando
de afianzar su opinión con lo que arrojan las relaciones
que dieron gran parte de los pueblos de España a
Felipe 2º en 1575, con un estudio muy detenido de los
Vasos Apolinares y la excelente planimetría del territorio, levantada de orden de S. M. en el cual el ingeniero
había señalado un pequeño trozo de camino romano
frente a Puebla del Príncipe advirtiendo que, según
los naturales, aquel era parte del camino romano que
iba a Villarrobledo [...] (Comisión de Antigüedades,
1859: p. 2)
Aunque el legajo versaba acerca de un estudio de
Martínez de Carnero sobre la ruta de los Vasos de
Vicarello, de pasada se señala este otro camino romano. La información del breve párrafo es bastante
valiosa pues, por un lado, la visión y caracterización
del camino como romano viene del dictamen de un
ingeniero de caminos del XIX mientras que, por otro, la
información sobre la dirección hacia dónde llevaba viene de los particulares de la zona que, a buen seguro,
llevaban haciendo un uso inmemorial de él y formaba
parte importante de su paisaje vivencial, relacional y
patrimonial. El informe no es más explícito respecto
al punto cardinal exacto (frente a Puebla del Príncipe)
donde se produce el hallazgo del camino romano, pero
con la dirección genérica que manifestaron los poblatos3 (a Villarrobledo) es más que suficiente para tratar
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El Nuevo Miliario
de vincularlo con el trazado renacentista que analizamos. Cuando afirmamos «prácticamente inédito», de
manera implícita nos referimos a un detallado estudio
sobre el trabajo de Martínez de Carnero, publicado en
esta misma revista (Sánchez Sánchez, 2008). Aunque
en él se duda de una hipotética comunicación romana
entre Villarrobledo y Puebla del Príncipe (Sánchez
Sánchez, 2008: pp. 43-44), creemos que, en este trabajo tentativo, ya estamos dando bastantes argumentos para rechazar dicha afirmación.
Respecto al crédito que se puede dar a la autoridad
del juicio emitido por un ingeniero decimonónico, acerca de la fábrica romana de un camino, Isaac Moreno
Gallo —uno de los más valorados y revolucionarios
estudiosos actuales de la caminería romana— es tajante: [...] es en estos momentos del siglo XIX cuando la
prospección directa sobre el terreno, como casi único
instrumento a su alcance, unido a la escasa transformación del territorio en aquella época, dio excelentes
resultados a los mejores investigadores de entonces.
Ingenieros de Caminos como Saavedra y sus discípulos adelantados, como Cipriano Martínez y Enrique
Gadea, nos han dejado descripciones de mucha precisión sobre largos trazados muy bien identificados.
El valor de estas identificaciones se acrecienta más si
consideramos el escaso éxito que hasta hoy han tenido
las que se han realizado. Podemos afirmar claramente
que de los corredores estudiados por Saavedra, Martínez y Gadea, no se ha descubierto ni desmentido
hasta hoy ni un solo metro de los ya descritos por ellos
[...] (Moreno, 2004: pp. 188-189).
Además de los yacimientos de Mairena y Venta de los
Ojuelos, en el TM existen otros de cronología romana
dispersos como Los Villares, Fuente del Lobo o el
Haza de Ontalvo (Jerez, 2007: p. 320). La situación
estratégica de Puebla del Príncipe respecto a todos
ellos (Los Villares está a menos de dos km. del casco urbano), hace suponer que la puebla medieval se
ubicó en el solar de un antiguo establecimiento viario
(mansio, mutatio, taberna o caupona), rural (pagus,
vicus, villa o cannabae), militar (castellum, castrum o
praesidium) o un sencillo nudo caminero dependiente,
con toda lógica, de la población romana de Mariana.
Desde Puebla del Príncipe el camino se dirige a Montiel: […] la puebla de montiel es lugar de cincuenta
vecinos e esta en alto entre unos cerros e es aldea de
montiel e fasta montiel ay dos leguas grandes de tierra
doblada e por entre cerros e por la mano derecha queda syempre un cerro grande e todo este camyno es de
tierras de labranzas […] (Colón, 1517-1523: p. 135). Su
trazado más evidente es el llamado Camino de Puebla
del Príncipe a Montiel y por el trayecto existen algunos
parajes con topónimos bastante llamativos para la
prospección arqueológica: Lonchares, Los Lonchares
de la Parrilla, Charco del Gitano, Los Lanchares, Pun-
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tal de las Ánimas, Torrejones, Romanzal… (IGN-839:
Torre de Juan Abad).
Las lonchas y lanchas son piedras más bien grandes,
naturalmente lisas, planas y de poco grueso, según
la RAE, y los lonchares y lanchares son los lugares
donde abundan (Dic. RAE, entradas lancha1, lanchar
y loncha). La vinculación con las técnicas constructivas
de las vías romanas (Moreno, 2004) es inevitable: esas
lanchas grandes bien podrían formar parte de la estructura interna de la vía (y no de un enlosado externo
como erróneamente se cree) que habría quedado al
descubierto, al perder la vía sus capas superiores de
zahorra, grava y piedras de tamaño más pequeño, con
el uso secular continuado y la falta de reparaciones y
cuidados. Respecto al topónimo gitano/ —a lo solemos
encontrar abundantemente en nuestras investigaciones sobre vías antiguas en La Mancha y, aventuramos,
quizá sea una deformación del latín quintana, u otro
similar que aluda a estas obras de ingeniería, y esté
relacionado con otros como Chitana —antiguo nombre
de Criptana— uno de los cuatro pueblos que dio origen
al actual municipio de Campo de Criptana (Escudero,
2001). De hecho, y como refuerzo de esta hipótesis,
Jerez cataloga un yacimiento romano dentro del TM
de Almedina en el llamado Charco del Gitano (Jerez,
2007: p. 294). Por su parte, el topónimo las ánimas
sugiere la presencia de enterramientos conscientes y
ordenados (necrópolis), que no son infrecuentes junto
a las vías de comunicación, frente a las huesas u ossas
que, más bien, señalarían restos humanos desordenados u amontonados (osarios), quizá procedentes
de batallas. Por último, otro clásico de la investigación
toponímica es torrejones, emparentado con otros términos como castillo, castillejo, castellón, torreón, etc.,
cuyos ejemplos y vinculación con yacimientos son legión en toda La Mancha e indican la presencia de vestigios incipientes de edificaciones. Sobre este último
micro topónimo tampoco es necesario elaborar más
conjeturas puesto que, en ese lugar y dentro del TM
de Santa Cruz de los Cáñamos, existe un yacimiento
romano de cierta importancia y tamaño (Jerez, 2007: p.
323). Tenemos noticia de que allí se han hallado restos
romanos y paleocristianos, estructuras de forma hexagonal con pinturas en las paredes, mármoles, columnas y cerámicas. En el Ayuntamiento de Santa Cruz y
en propiedades particulares se conservan capiteles,
fustes de columnas y diversos objetos de menor tamaño. Se estima que todos estos elementos pudieron
pertenecer a una basílica paleocristiana de los siglos V
o VI (Jerez, 2007: p. 323). Desde ese entorno tampoco
es desdeñable una conexión viaria transversal (mediante divertículos) que siga, genéricamente, el actual
trazado de la carretera CR-633: hacia occidente con
Almedina, importante núcleo de población en época
romana, y hacia oriente, atravesando Los Torrejones,
con Santa Cruz de los Cáñamos, a cuya entrada se
encuentra otro clásico de la prospección toponímica: El
Villar (IGN-839: Torre de Juan Abad). La ruta y el cruce
nº 8, Junio 2009
viario queda confirmado por la Cosmografía: […] party
de la puebla de montiel para montiel que ay dos leguas
muy grandes de tierra barrancosa e algunos llanos e
todo tierras de labranças e a la mano dizquierda queda
el Almedina a media legua del camyno e Santa Cruz de
los cañamos a un quarto de legua a la mano derecha
[…] (Colón, 1517-1523: tomo II, p. 136-137).
Otra observación interesante sobre este camino es
que discurre —durante un buen trecho— paralelo y
muy cercano a la divisoria de términos de Montiel con
Almedina y Santa Cruz, precisamente a la altura del
paraje de Los Torrejones. Desconocemos este dato,
pero quizá el camino y el propio yacimiento fueran
tomados como referencia en el amojonamiento, como
ocurrió en muchos lugares y hemos encontrado en
otras poblaciones de la zona bajo estudio. Por ejemplo,
entre Villarrobledo y Socuéllamos una antiquísima
vereda ganadera —el Camino de la Raya— fue tomada en 1275 y 1294 como frontera entre la Orden
de Santiago y el Alfoz de Alcaraz (Escudero, 2002).
Gran parte de los lugares mencionados como hitos
de la mojonera en esos legajos medievales, como estudió Escudero Buendía, corresponden a otros tantos
yacimientos (Escudero, 2001: pp. 113-114). De igual
manera, la mojonera medieval (1256) del sur del TM de
Villarrobledo4 se corresponde bastante bien con otro
camino romano y sus mansiones, cuestiones ambas
que desarrollaremos en futuros estudios. Un análisis
pormenorizado de las hitaciones de los siglos medios, por parte de investigadores locales, posiblemente
aportaría más luz sobre el uso y vigencia del Camino
Real, en esa época.
2. 2. MONTIEL.
[…] Montiel es lugar de doscientos nueve (sic) vecinos
e esta en llano en un valle al pie de un cerro Redondo
en el qual cerro esta una fortaleza muy fuerte e grande
armada sobre peña e junto con este lugar por cabe la
fortaleza pasa un Rio dicho xavalon e juntase junto con
la fortaleza otro Rio dicho segurilla e en este lugar mataron al Rey Don Pedro su hermano el Rey Don Alonso
(sic) […] (Colón, 1517-1523: tomo II, p. 137). Sin duda, y
como le ocurrió a los recopiladores de la Cosmografía
colombina, un tópico irremediable a la hora de hablar
de esta localidad es referirse al episodio entre Enrique
y Pedro de Trastamara, con la importante participación
de Bertrán du Guesclin. Conocer el itinerario que siguieron todos los personajes hasta confluir en Montiel
el 23 de marzo de 1369 y las rutas que tomaron en
fechas posteriores despejaría dudas sobre la presencia de este camino en la Edad Media. En ese sentido,
también es lógico que en el apartado dedicado a esta
villa se haga referencia, siquiera somera, a la más
que plausible vigencia, tránsito e importancia de este
camino entre el siglo XIII, fecha de la reconquista de la
zona, y el XVI, cuando ya se caracteriza como Real de
Granada a Cuenca. Tanto Puebla del Príncipe, como
El Nuevo Miliario
21
Torres de Montiel y El Pozuelo (hoy Villahermosa),
fueron aldeas de este importante alfoz medieval de
Montiel. El estudio minucioso de las relaciones de
estas pueblas con su metrópoli puede también ayudar
a conocer el uso y presencia del camino.
Respecto a la cronología que hemos marcado, además de que era […] del distrito de la Chancillería de
Granada […] (Viñas & Paz, 1971: p. 341), los informantes […] dixeron que el pueblo más cercano a esta
dicha villa de Montiel hacia poniente es el lugar de
Torres, aldea de esta villa […] el cual dicho lugar está
[a] […] una legua buena […] (Viñas & Paz, 1971: p.
342). El Itinerario que traíamos —Camino de Puebla
del Príncipe a Montiel— bordea por el sur el importante
despoblado medieval de Torres, que fue cabeza de la
Encomienda de Torres y Cañamares y también, a decir
de Hervás, una de las pueblas cristianas más tempranas de la zona tras la Reconquista (Hervás, 1914: p.
430). Después se dirige hacia el pueblo de Montiel,
donde poco antes de llegar al casco urbano se bifurca
en dos: uno de los caminos se dirige al pueblo mientras
que el otro itinerario bordea el Cerro (y Castillo) de
Figura 2: Panorama viario del entorno de Montiel en
1888 comparado con el de 2001. Sobre el mapa actual
se han superpuesto los hipotéticos trazados de las vías
mencionadas. © IGN- Elaboración gráfica, Ángel Plaza.
San Polo por el oeste, y confluye con otro camino que
remonta la orilla izquierda del Jabalón, en un paraje
con un nombre tan significativo para la búsqueda de
caminos antiguos como Las Galianas (IGN-813: Villanueva de los Infantes), es decir, un número plural de
posibles vías romanas. Desde los primeros estudios
sobre la Cañada Real Galiana, el topónimo es un clásico en las investigaciones sobre caminería antigua y
no son pocos los lugares manchegos donde aparece
designando vías pecuarias, caminos, parajes o lugares
concretos. Por su parte, Justiniano Rodríguez resalta
la confluencia de su Camino Real de la Plata por el
Campo de Montiel con el Camino Real Granada-Cuenca en las inmediaciones de Montiel, aunque no sugiere
dónde exactamente (Rodríguez Castillo, 2002). Que
un paraje inmediato a dicha villa se llame así parece
confirmar esa hipótesis: una de las «galianas» que allí
confluye es la vía romana que viene desde San Carlos
del Valle—Alcubillas—Villanueva de los Infantes, pasa
por Montiel y se dirige hacia Villanueva de la Fuente
(Mentesa) y Alcaraz (Rodríguez Castillo, 2002). En
ese sentido, el testimonio de la Cosmografía del hijo
del descubridor no puede ser más esclarecedor: […]
fasta villanueva de alcaraz [hoy de la Fuente] ay dos
leguas grandes de cerros e valles e tierra de labranzas
e este camyno es una calçada de piedra la legua de
medio […] (Colón, 1517-1523: tomo II, p. 137), de hecho es una de las rarísimas ocasiones en las que se
señala algo similar en toda la obra, lo que la convertiría
en una de las primeras calzadas caracterizadas en
la Edad Moderna. Además, en nota marginal se dice
que […] a una legua de este lugar están mojones por
memoria donde yba un moro huyendo de oliveros […]
(Colón, 1517-1523: tomo II, p. 137). No se nos ocurre
una manera más gráfica de insinuar que existían posibles miliarios, cerca de Montiel, en los albores del
siglo XVI (Rodríguez Morales, 2000: p. 21). Como
nota toponímica, justamente a la salida de Montiel y
en dirección a Villanueva de la Fuente, se halla un paraje llamado Piedras de Buelambra junto a otro, al sur
inmediato, llamado Cuesta de Alcaraz y otro nominado
como Los Lanchares, en el cual existe un Molino de
la Quintanilla. Los tramos calzados documentados en
Colón quedarían a la altura aproximada de El Cepao
(IGN-814: Villanueva de la Fuente).
Reconocida una de las «galianas» como parte de la
Calzada de la Plata, ¿será otra el Camino Real de
Granada a Cuenca? Justiniano Rodríguez informa de
que se conservan tramos empedrados de este camino
en Montiel, aunque no explica dónde, y afirma que […]
muy probablemente sea el tan buscado Camino de los
Berones […] (Rodríguez Castillo, 2000). De momento
nos quedaremos con la primera afirmación acerca del
empedrado y, en futuras entregas, analizaremos la
segunda —Camino de los Berones— que es bastante
más controvertida. Mucho más explícito es el mismo
autor en 2002 cuando sugiere que […] El camino [real
de la plata por el Campo de Montiel] cruza la población
22
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
de Villanueva de los Infantes en dirección a Montiel.
Antes de llegar a este núcleo se cruza con el probable
Camino de los Berones, camino de Cuenca a Granada
muy citado en las Relaciones Topográficas de Felipe II.
Este último camino lleva dirección Norte-Sur, llegando
al despoblado de Torres a través de un puente sobre
el río Jabalón, posiblemente romano […] (Rodríguez
Castillo, 2002).
El entorno de Torres es, sin duda, bastante interesante
para confirmar ambos trazados romanos, mediante
la inspección directa del lugar, y para complementar
con los datos arqueológicos que otros autores puedan
tener de primera mano. Sabemos que Rafael Martínez
de Carnero realizó una prospección de aquel lugar en
1859, pues así consta en sendos informes a la RAH
que no hemos podido analizar (Abascal & Cebrián,
2006: p. 340). Nuestra hipótesis es que, mientras que
el trazado romano discurriría al sur de Torres y atravesaría el Jabalón por el puente mencionado por Rodríguez, el camino renacentista lo hacía por Montiel. En
ese sentido, aunque de manera más críptica que en el
caso de Puebla, los montieleños aluden implícitamente
al trazado Granada-Cuenca cuando […] dixeron que el
pueblo está en un Camino Real de Valencia a Sevilla
e de tierra de Alcaraz e reino de Murcia a Campo de
Montiel e Calatrava e reino de Toledo […] (Viñas & Paz,
1971: p. 350). En el fondo están afirmando que Montiel
era un importante nudo de confluencia de caminos que
comunicaban la villa con todos los puntos cardinales.
A Montiel entramos de la mano de Colón y de su mano
salimos: […] e fasta villa hermosa ay una legua llana
salvo un hondo que se atraviesa en medio el camyno
que terna de subida e abaxada un cuarto de legua e
todo este camyno es la mitad primera es labranças e
la postrera de viñas […] (Colón, 1517-1523: tomo II,
p. 137). Entre Montiel y Villahermosa, para el posible
trazado romano, sugerimos un sospechoso Camino
de los Andaluces que —según la edición de 1888 del
MTN— cruza el río por un puente (¿el referido por
Rodríguez?) hoy amortizado por la carretera CM-3127,
vadea un Arroyo de Cañada Carretera, atravesado el
Jabalón, y discurre entre sendos parajes con nombres
como Los Paredones y Villares del Jabalón. Para el
camino renacentista, desde Montiel, la opción más
clara es un Camino de Montiel a Villahermosa (IGN813: Villanueva de los Infantes). En la figura 2 incluimos
también el Camino Real de la Plata que […] discurre
a los pies del renombrado Castillo de la Estrella […]
donde […] Corchado Soriano cita […] la existencia
de tramos empedrados, tramos que recuerdan los
lugareños y hoy han debido desaparecer bajo arreglos
modernos […] (Rodríguez Castillo, 2002). Modificamos
su trazado de entrada a Montiel por un motivo claro:
hacer coincidir el cruce viario exactamente a la altura
del puente, en el lugar más oportuno para economizar
en costosas obras de infraestructura, y en el paraje de
Las Galianas.
nº 8, Junio 2009
2. 3. VILLAHERMOSA.
Los informantes de este pueblo, antiguamente El Pozuelo (Hervás 1914, p. 598), afirman en las Relaciones
que fue aldea hasta que […] Don Enrique, Infante de
Aragón y Maestre de Santiago […] la eximió de la jurisdicción de la Villa de Montiel […] y que […] se hizo villa
a veinte y dos días del mes de setiembre del año de mil
y cuatrocientos y cuarenta y cuatro […] pero el tiempo
que ha que se fundo y quien fuera el fundador no se
tiene noticia y tiénese por cierto que nunca fue de moros […] (Viñas & Paz, 1971: p. 564). Lógicamente, que
en época hispanomusulmana no estuviera poblado no
condiciona la existencia o no de población anterior ni
de una vía de comunicación de antigüedad romana. De
hecho pudo ocurrir que la puebla medieval se estableciera en un nudo de comunicaciones romano, amortizando la existencia de establecimientos viarios, rurales
o militares, como sugerimos para Puebla y como se ha
confirmado en otras poblaciones como Socuéllamos y
Tomelloso (Escudero, 2001) y parece confirmarse en
El Bonillo, Ossa de Montiel y Villarrobledos5, a tenor
de las investigaciones que estamos realizando en la
zona. Refiriéndose a las mansiones y mutationes,
Palomero expresa claramente esa idea afirmando que
[…] muchos de nuestros actuales pueblos y de nuestras ciudades tienen su origen en estos edificios, que
se fueron agrupando, sobre todo, allí donde había un
importante cruce de caminos […] (Palomero y Villalba,
2002: pp. 27-28). Sobre una zona más amplia aún,
Fernández y García lo expresan así: […] Los núcleos
de San Clemente, El Provencio, Las Mesas, Villarrobledo, Socuéllamos, El Bonillo, Sotuélamos, Ossa de
Montiel, son hitos de una trama de localidades en red
tejida con caminos y veredas reales, muy transitados
en la época, evidenciado por la presencia de numerosas ventas, posadas, paradores, ermitas, quinterías
como albergues de viajeros oportunamente utilizados
y bien descritos por Cervantes […] (VV. AA., 2005,
pp. 145-160). En ese sentido, la Villahermosa del XVI
era un pueblo [...] pasagero de Cuenca a Granada y
ansimismo de Valencia a Calatrava [...] (Viñas & Paz,
1971: p. 569).
Respecto al último itinerario mencionado (ValenciaCalatrava), en los mapas del IGN (IGN-814: Villanueva
de la Fuente) y desde Villahermosa sale un camino
(Camino Viejo de Valdepeñas a Alcaraz-Camino de
Alicante) hacia las aldeas de Cañamares y Santa María, muy ligadas a la historia medieval de toda la zona,
donde existe un yacimiento catalogado (Jerez, 2007: p.
330) correspondiente a un establecimiento rural (villa)
y en cuyo trayecto se encuentra rotulando un paraje un
hermosísimo, revelador y caminero Llano de la Plata.
El destino final parece ser Mentesa (Villanueva de la
Fuente). En dirección noroeste, como continuación
de ese posible camino antiguo desde Villahermosa
(Camino de Villahermosa a Carrizosa), en el límite con
Fuenllana encontramos un paraje llamado Castillejos
El Nuevo Miliario
23
Figura 3: Trazado hipotético
del Granada-Cuenca,
tramo Puebla del PríncipeMontiel. © IGN, SIGPACElaboración gráfica, Ángel
Plaza.
y, en torno a La Fuenlabrada, diversos topónimos bastante sospechosos: Fuente del Villar, Jaraba, Molino
del Moro, etc. No conocemos que se hayan producido
hallazgos arqueológicos en tales lugares, si exceptuamos un oscurísimo informe de Cándido Peñafiel, de
1833, en el que afirma que uno de los documentos epigráficos romanos más discutidos y discutibles de toda
Castilla-La Mancha (CIL II, 3228 dedicado al Genio
del Municipio Laminitano) fue encontrado en un lugar
llamado La Fuenlabrada (Peñafiel, 1833) y alguna
noticia dispersa de ese mismo autor (Moya, 2006: pp.
83 y 85). Con todos estos antecedentes no estaría de
más una prospección arqueológica in situ. En suma,
estos datos parecen sugerir que la puebla medieval de
Villahermosa también surgió en otra encrucijada.
Acerca de la presencia de vestigios romanos en el TM
llama la atención, en cierto modo y comparado con
otros adyacentes, lo poco representados que están los
municipios de Montiel y Villahermosa en el catálogo
de Jerez, para esa época en particular, donde constan
sólo los yacimientos de Los Calares y Santa María respectivamente (Jerez, 2007: pp. 314 y 330). Creemos
que la explicación a esa circunstancia, en buena medida, es la falta de trabajos rigurosos y exhaustivos por
parte de investigadores locales. Es imposible que los
asentamientos humanos de épocas antiguas tuvieran
24
El Nuevo Miliario
en cuenta divisiones administrativas que entraron en
vigor milenios más tarde. Sin duda, y a pesar de lo controvertidos, criticados y poco ponderados que son en
ocasiones los trabajos de erudición local, demuestran
que si se siguen unos criterios metodológicos racionales (búsqueda de vías de comunicación, estudio de
cursos fluviales y recursos hídricos, análisis de toponimia sospechosa, documentación y tradiciones locales, detección de parajes con condiciones singulares
para el desarrollo de culturas agrícolas y ganaderas,
etc.) no es difícil el hallazgo de «nuevos» vestigios de
poblamiento antiguo. Un ejemplo clarísimo, fructífero
y muy reciente en la zona lo tenemos en el trabajo de
Escudero (Escudero, 2001), así mismo, nosotros estamos experimentando dicha circunstancia en el TM
de Villarrobledo, del que pretendemos dar cumplida
cuenta en trabajos posteriores, para lo cual nos ha sido
de inestimable y crucial ayuda el trabajo desarrollado
en las localidades vecinas. Posiblemente este estudio
también pueda servir y guiar a los investigadores en
la detección de nuevos yacimientos por el entorno del
camino, facilitando su prospección arqueológica. A la
vez sus análisis, que esperamos con interés, puedan
dar validez, rechazar o ajustar nuestras hipótesis.
Sobre el posible trazado romano que sugerimos desde
el puente sobre el Jabalón y comparando las distintas
nº 8, Junio 2009
Figura 4: Trazado hipotético
del Granada-Cuenca, tramo
Montiel-Villahermosa. © IGN,
SIGPAC-Elaboración gráfica,
Ángel Plaza.
versiones del IGN, parece que ha sido absorbido por la
actual carretera CR-641 hasta el casco urbano de Villahermosa (IGN-814: Villanueva de la Fuente). Para caracterizar el camino renacentista los villahermoseños
vuelven a suministrar interesante información, puesto
que esa villa […] cae en el distrito de la Chancillería
de Granada y los pleitos van en grado de apelación a
la dicha Chancillería […] (Viñas & Paz, 1971: p. 564),
exactamente como todas los pueblos, villas y ciudades situadas a la vera del Camino Real, en sentido
estricto, y todas las situadas al sur del Tajo, en sentido
extenso. Respecto a la distancia, […] hay desde esta
villa a la ciudad de Granada de treinta y cuatro leguas
[…] (Viñas & Paz, 1971: p. 564). No insistiremos más
en el asunto, pues no es de extrañar que una porción
bastante sustancial de poblaciones castellanas, tarde o temprano, tuvieran que acudir con sus pleitos a
la ciudad andaluza y convirtieran éste en un camino
«muy pasagero». Respecto a los indicios romanos del
camino Granada-Cuenca, Rodríguez Castillo vuelve
a suministrar información interesante ya que, nuevamente, afirma que en Villahermosa existen tramos
empedrados (Rodríguez Castillo, 2000).
Desde Villahermosa existen diversas opciones para
llegar a Ossa de Montiel, la siguiente etapa, por carretera y por caminos muy dispares. Por varios motivos
nº 8, Junio 2009
escogemos una en especial: en primer lugar porque se
llama de una manera tan obvia como camino de Villahermosa a Ossa de Montiel pero, sobre todo, porque
aborda el nada desdeñable obstáculo de las Lagunas
de Ruidera por El Ossero, un lugar que parece muy
oportuno para un camino y un establecimiento viario
adjunto en cualquier momento histórico. Junto a dicho
paraje también encontramos un topónimo caminero tan
sugerente como Vado Blanco (IGN-763: Sotuélamos).
Desconocemos si existen restos de infraestructuras
romanas en tal lugar pero, a priori, parece un sitio interesante para la aguada de las caballerías, su eventual
recambio o, incluso, una pequeña estancia; en suma,
para un establecimiento viario. El lugar también parece
estratégico a la hora de articular el poblamiento en época romana de las Lagunas de Ruidera, del que existen
bastantes noticias muy dispersas, menos confusas
y mejor estudiadas desde el lado ciudadrealeño que
desde el albaceteño, a pesar de ocupar dichos humedales mayor parte de esta última provincia. De hecho,
parece perfilarse una interesante red viaria en torno a
las Lagunas de Ruidera con dos importantes rutas de
franqueo: una ya conocida, río abajo y en torno al pueblo de Ruidera y, otra, esta misma que propugnamos.
Otros caminos, transversales a ambos y siguiendo
ambas orillas de las lagunas, comunicarían entre sí
lugares con vestigios de poblamiento antiguo (al menos
El Nuevo Miliario
25
romano) y que hemos reconocido como El Castellón
(en San Pedro), el Cerro del Almorchón, La Mesa del
Almendral, el casco urbano de Ruidera, La Magdalena,
Vado de Piedra, El Sotillo, Huerta de Aguas, etc. Este
eje viario paralelo a las lagunas ha sido confirmado ya
por algunos autores (VV. AA., 2003: p. 40).
Volviendo a nuestro camino, la ruta escogida parece
la descrita por Colón: […] party de Villa hermosa para
la osa que ay cuatro leguas de tierra doblada e de algunos vallezuelos e la legua postrera por entre cerros
e todo este camyno es de montes altos de enzinares e
muchos savinares e a las tres leguas primeras pasan
a guadiana por vado corre a la mano dizquierda e a
la mano dizquierda a un quarto de legua del camyno
queda el castillo de Rochafrida e por la mano derecha
queda el nascymiento de guadiana a un cuarto de
legua del camyno […] (Colón, 1517-1523: tomo II, p.
141). Sin duda casa bien con nuestra propuesta y,
además, ubica esa encrucijada que sugerimos una
vez vadeado el Guadiana. Para llegar a El Ossero,
desde Villahermosa, el camino atraviesa parajes llamados Cruz de los Muertos, Dehesa Cortada, Fuente
Blanca, La Lóbrega, Labrados, Moniate, Las Beatas,
Caralimpia, Loma de Las Beatas, Calar del Morcillo,
Valrepiso y Los Puntales (IGN-813: Villanueva de los
Infantes; IGN-814: Villanueva de la Fuente; IGN-763:
Sotuélamos), algunos de ellos con nombres bien interesantes para la investigación toponímica.
El testimonio más relevante sobre la posible ascendencia romana de esta ruta en la zona es que, nada
menos que en 1254, existía en ese preciso lugar una
«carrera» que fue tomada como referencia en el amojonamiento del Castillo de San Felices (hoy de Rochafrida). Dos autores distintos han trascrito el documento
(AHN ÓOMM Uclés. Carp. 214, doc. Nº 12) y, sobre la
orientación del camino, hay cierta discrepancia puesto
que el trayecto parece ser, para Escudero, entre El
Cepillo (aldea de Alcaraz) y Ruidera (Escudero, 2002:
pp. 74-75), lo que confirmaría una de las rutas paralelas de las Lagunas, por la orilla derecha. Sin embargo,
Ángela Madrid parece sugerir que El Cepillo-Ruidera
es, más bien y como además se puede confirmar hoy
en cualquier mapa, la orientación genérica de la mojonera de San Felices (hoy de Ossa de Montiel) en ese
punto (Madrid, 1989: pp. 361-362), de hecho es sensiblemente paralela a la orilla izquierda, lo que daría verosimilitud a un amojonamiento medieval establecido
sobre vestigios antiguos como referencia.
Si la hipótesis que seguimos es correcta, debemos
pensar que la «carrera» podría estar dispuesta allí,
más bien, en sentido suroeste-noreste como el camino
renacentista de este estudio. Otro dato de peso es que
su continuación hasta Ossa de Montiel, el Camino del
Vado Blanco, entra en esa población albaceteña por
las inmediaciones de un paraje con un nombre tan feliz
y sugerente, para el propósito de este trabajo, como
26
El Nuevo Miliario
el de Carrera de Santiago (IGN-763: Sotuélamos).
Que el Camino del Vado Blanco va a los territorios
«del» Orden de Santiago es evidente, como venimos
contrastando, para cualquiera que conozca la historia
medieval de la zona. Lo de calificar el paraje por el
que discurre con uno de los topónimos alusivos a vías
romanas con más fortuna, como es el término medieval carrera (Dic. Léxico, entrada carrera y similares)
refuerza la hipótesis que estamos elaborando. Si además, aunque de manera oscura, hay un documento del
siglo XIII que afirma que, efectivamente, existía una
carrera por la zona…
El testimonio que podría ser decisivo es, a decir de
José Cornide, que […] desde este sitio [los Camponones, hoy Zampullones] hacia Lezuza se reconocen
vestigios de calzada romana, y que igualmente se descubren hacia el occidente, y son del camino que venía
de Mérida […] (Cornide, 1799: p. 145). Desgraciadamente, la fuente de esta referencia es el Padre Román
de la Higuera, conocido falsario del siglo XVI. No pretendemos revitalizar o dar crédito a las fabulaciones de
tan indeseable personaje, pero en este dato concreto
nos asalta una duda más que razonable: tergiversar
o inventar inscripciones desaparecidas, apoyadas en
bibliografía espuria o en testimonios de autoridades
fallecidas, como hizo Román de la Higuera y han demostrado múltiples autores (Mayans, 1755), es una
cosa; pero es otra, y bien distinta, inventar tramos de
calzada romana a la vista de todos y muy expuestos al
mentís, de una manera tan sencilla como ir y comprobarlo in situ. Quizá deberíamos hacer caso a Pellicer
cuando afirma, sobre Román de la Higuera, que sus
[…] noticias históricas y geográficas no son indignas
de fe quando no las apoya en sus falsos cronicones
[…] (Pellicer, 1798: p. 243).
Antes de abandonar esta localidad y concluir la primera entrega de nuestro trabajo, como nota curiosa
pero fuera de nuestra cronología, diremos que Pío
Baroja siguió —por carretera— y describió el mismo
trayecto que siguieron los carlistas de Gómez por este
camino renacentista (Villarrobledo-Villahermosa), tras
la derrota de Villarrobledo en 1836: […] Gómez, que
llegó al anochecer a Ossa de Montiel, después de la
acción de Villarrobledo pasó revista a sus tropas. Al día
siguiente salieron los carlistas del pueblo, cruzaron por
Villahermosa y fueron a dormir a Infantes […] (Baroja,
1948: p. 244). Sin duda, el trazado que estamos caracterizando tuvo una vigencia y un uso frecuente mucho
más prolongado en el tiempo de lo que aquí vamos a
estudiar y articuló una amplia e importante porción de
la Península Ibérica hasta que, progresivamente, fue
dejado de utilizar. Si estamos en lo cierto, podemos
afirmar que las tropas derrotadas de Gómez —si lo
hicieron por este camino hasta Montiel y de allí a Villanueva— se pudieron desplazar al menos entre El
Ossero e Infantes sin dejar de pisar «suelo romano».
nº 8, Junio 2009
3. RECAPITULACIÓN
A pesar de que se ha efectuado, exclusivamente, una
investigación cartográfica y bibliográfica, es bastante
factible recomponer el trazado del renacentista Camino Real de Granada a Cuenca. Así mismo, los visos
de que fuese heredero de un trazado de época romana son bastante claros en el tramo aquí analizado:
desde la Venta de los Ojuelos hasta El Ossero. A pie
del camino, sus estaciones romanas indudables son:
Venta de los Ojuelos, Mairena, Los Villares (Puebla
del Príncipe), Charco del Gitano y Los Torrejones (Jerez, 2007). Los tramos de empedrado referidos están
en los términos de Puebla del Príncipe (Comisión de
Antigüedades, 1859), Montiel y Villahermosa (Rodríguez Castillo, 2000) y, quizá, el entorno de El Ossero
(Cornide, 1799). Las estaciones romanas posibles
que sugerimos, sin perjuicio del posible poblamiento
antiguo en los núcleos urbanos actuales de los municipios referidos, son: Zahora, las inmediaciones de
Torres de Montiel, Villares del Jabalón, Paredones y
El Ossero, en espera de una investigación de campo
al norte del TM de Villahermosa a la que invitamos a
nuestros lectores. Ya adelantamos, para futuras entregas, que la reconstrucción del camino hasta San
Clemente exigirá no pocas salidas, prospecciones in
situ y trabajo de campo, lo que, sin duda, reforzará aún
más nuestra hipótesis (o nos obligará a reformularla
o rechazarla completamente… ¿por qué no?). Pero,
sobre todo, redundará en beneficio del conocimiento
de la red viaria antigua española en una zona que no
se caracteriza, precisamente, por haber tenido mucho
interés para los investigadores.
Expresado de manera lineal (vid. figuras 3 y 4) y con
una longitud aproximada de unos 40 km, el tramo del
camino quedaría (en letra normal, estaciones romanas
seguras; en negrita, poblaciones del camino renacentista; en cursiva, posibles yacimientos romanos):
Venta de los Ojuelos—Zahora—Mairena—Puebla del
Príncipe (Los Villares)—Charco del Gitano—Los Torrejones—Torres de Montiel—Montiel—Puente sobre
el Jabalón—Villares del Jabalón—Paredones— Villahermosa—El Ossero.
(continuará)
ABREVIATURAS
—AHN: Archivo Histórico Nacional.
—BNE: Biblioteca Nacional de España
—IEA: Instituto de Estudios Albacetenses.
—IEM: Instituto de Estudios Manchegos.
—IGN: Instituto Geográfico Nacional de España.
—ME: Revista Miliario Extravagante.
—MTN: Mapa Topográfico Nacional.
—OOMM: Órdenes Militares
—RAH: Real Academia de la Historia.
—RSG: Real Sociedad Geográfica.
—SIG: Sistema de Información Geográfica.
—TM: Término Municipal.
nº 8, Junio 2009
BIBLIOGRAFÍA
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nº 8, Junio 2009
Sistemas de Información Geográfica (SIG):
GOOGLE MAPS: http://maps.google.es/
VISOR DEL SIGPAC: http://sigpac.mapa.es/fega/visor/
Notas
1. Aunque la mayoría de los lugares mencionados también
están descritos en los otros volúmenes, en el tomo II, la
descripción referida está expresada en forma de itinerario,
indicando los pueblos desde y hasta dónde se desplaza,
así como las poblaciones con las que está comunicado
cada uno.
2. Zahora (Der. del ár. hisp. saḥúr, y este del ár. clás. saḥūr
o suḥūr, colación que se toma en ramadán antes de que
amanezca). 1. f. Man. Comilona o merienda de amigos en
que hay bulla y zambra (Dic. RAE, entrada zahora). Así
también lo recoge José Salustiano Serna como vocablo
característico de La Mancha en su Diccionario Manchego
(Dic. Serna, entrada zahora).
3. Gentilicio de los habitantes de Puebla del Príncipe.
4. Originariamente esta mojonera separó los términos de
Ossa de Montiel y Alcaraz, si bien, desde 1543 y con motivo
de la ampliación del término villarrobletano, es la misma que
hoy separa el TM de esta ciudad y el de Ossa.
5. La población de Villarrobledo, en los legajos cristianos
medievales, es conocida antes incluso por sus caminos
que por su importancia o capacidad de generar documentos
jurídicos propios. Existen vestigios bastante sustanciales de,
al menos, un cruce de vías de muy largo recorrido dentro del
mismo casco urbano cuyo trazado romano extramunicipal
ya se ha investigado en otros estudios. Así mismo, en el
siglo XVI se sabe que estaba surcada por cuatro caminos
reales (de Granada a Cuenca, de Toledo al Reino de Murcia
y Valencia, de Andalucía a Valencia y el Real de Pedro Muñoz). Sin embargo, no son los únicos vestigios que hemos
encontrando de trazados antiguos, posiblemente romanos:
junto a estos estarían una vía paralela al Córcoles (Carril de
las Carretas-Real de Pedro Muñoz) y otra a la Cañada de
Valdelobos (Vereda de Carrión a Moharras—Camino de los
Minayas—Camino del Cuarto del Quiso—Carril del Cartabón—Camino de los Judíos), de las que hemos localizado
varios nudos camineros y mansiones que desarrollaremos
en futuros trabajos. Esta red viaria «principal» se ramifica
con la presencia de algunos divertículos, como el Camino
de los Salvadores del que hemos detectado algunos tramos
regularmente conservados, configurando una compleja y
tupida red caminera bastante alejada de la imagen de Villarrobledo como pueblo sin historia más allá del siglo XIII.
El Nuevo Miliario
29
CALZADAS ROMANAS
EN LAS ALTAS CINCO VILLAS, I1
MARIANO ZARZUELO REVILLA
Este trabajo lo he realizado como aficionado, con
pretensión simplemente informativa, para que los
de casa sepan lo que tienen, valorarlo y conservarlo, descrito a mi modo de saber y entender. Sin
duda mis conclusiones puede variar respecto a un
trabajo más amplio y riguroso, puesto que pueden ser medievales algunas calzadas de las aquí
tomadas como romanas. También es posible que
me haya dejado olvidada alguna, y otros más conocedores del terreno podrán sumar a las aquí descritas. Esperemos que se realice un estudio mas
profundo de esta zona antes que desaparezcan los
pocos restos que aún quedan.
No hay ninguna referencia de las calzadas romanas
en la zona de este estudio, pero sí de sus habitantes,
nombran a la tribu suessetana que habitaba la zona de
Sangüesa y Las Cinco Villas de Aragón, se dice, eran
celtas de origen belga que llegaron a la Península en
el año 600 a. C; de ellos escribe el historiador Tito Livio
(59 a. C. al 17 d. C.):
Livio. XXVIII, 24- En el año 206 a. C. como aliados
de Roma.
Liv. XXXIV, 19-20- 195 a. C. Ayudando a los romanos
en la toma de Iacca (Jaca).
Liv. XXXIX, 42-11- 184 a. C. Los suesetanos se sublevan, Terencio Varrón los vence y toma la capital de la
tribu Corbión. Hay quien la sitúa en Sangüesa la Vieja,
la actual Rocaforte.
Los escritores antiguos nombran ciudades y tribus de
la Península y la Galia, cierta similitud entre sus nombres, (en mi opinión) les hace ver a algunos escritores
modernos dudosos parentescos entre ellos.
1. Este trabajo se publicará en dos partes, la segunda de
las cuales se editará en el número 9 de El Nuevo Miliario
(diciembre de 2009). La primera de las entregas, que centra
el estudio en territorio aragonés, coincide, en esencia, con
lo publicado en el año 2004 en el número 22 de la revista
Suessetania, mientras que la segunda, dedicada a Navarra,
permanece inédita. Agradecemos a Álvaro Capalvo, de
la Institución Fernando el Católico, y a Carlos Pellejero,
del Centro de Estudios de las Cinco Villas, sus buenos
oficios para permitir la edición de este trabajo parcialmente
publicado ya por las instituciones a las que representan.
30
El Nuevo Miliario
Estrabon-IV, c. 176- «A continuación se encuentra la
Céltica transalpina... Algunos la dividen en tres pueblos: aquitanos, belgas y celtas».
Estrabon-IV, c. 196- «Los belgas, son, según dicen,
los más valientes de todos los galos. Divididos en quince pueblos que habitan la región oceánica entre los
ríos Rin y el Liger (el Loira). Entre los propios belgas
los mejores (los más valientes) son, según su fama, los
belóvacos y, después de éstos los suesiones».
Este pueblo habitaba entre los ríos Sena y Mosa. El
parecido del nombre con los suessetanos de la zona
en estudio, les hacen a estos descendientes de los
suesiones.
Euscaldunac, aseguran que viene de la tribu celta
de los Auscii.
César, b.Gall. III, 21, 1-Nos habla de los Sotiatium,
tribu y ciudad del mismo nombre de la Galia y, de ellos
dicen, proviene el nombre de Sos (de Aragón).
El apellido del Rey Católico le viene por haber nacido
en su término el monarca Fernando II de Aragón y V
de Castilla; concedido por Alfonso XII a petición del
Ayuntamiento de Sos.
En este trabajo se evitará hacer referencia de algunos
yacimientos romanos conocidos o por mi descubiertos,
para evitar hacer llegar la calzada a ellos, no habiendo
muestras que lo demuestren, muy fácil de caer en este
error como se ve en trabajos de algunos autores
Se hará referencia cuando venga el caso, a los datos
aportados por los Annales de Navarra, es una recopilación de hechos históricos, escritos por personas que
vivieron en distintas épocas, y algunos fueron testigos
de los hechos; la obra fue escrita sobre el año 1673
según un párrafo de la misma.
«En el pueblo de Araguesca o Adaguesca de la provincia de Huesca, al parecer nacieron las Santyas (santas) Vírgenes Nunilona y Alodia que fueron mártires en
la ciudad de Huesca.
» Y por haberse conservado constantemente así en
Leyre, como en Adaguesca la memoria de ser aquella
la patria de las santyas. Los moradores de ella han
hecho continuas instancias, para obtener del monas-
nº 8, Junio 2009
terio reliquias suyas. Y en fin el año pasado 1672, por
Septiembre las consiguieron. Las colocaron, no en la
iglesia parroquial, sino en la otra, que había sido casa
nativa de las santyas, y con gran veneración las conservan en ella debajo de tres llaves».
Las vías de la zona por regla general son secundarias, es decir, de 3 m de anchura, además de las dos
obligadas hileras longitudinales que delimitan los costados de la calzada, a veces con otra hilera central.
Las transversales suelen ser numerosas, con piedra
de mayor tamaño clavadas en el suelo y al ser el firme
de poco grosor, hay tramos en que de sus restos solo
quedan las hileras, que servían a modo de encofrado,
y rellenado con piedras muy apreta das unas con otras,
dándole solidez. La cal no la empleaban o en tan pequeño porcentaje que no logro distinguir.
Por ser terreno montañoso son muy comunes los muros de contención de las tierras de los lados, y a veces
de gran altura. Cuando van paralelas al curso de un
río aprovecharon las terrazas, que elevadas, salvaban
la vía de las posibles riadas, si el terreno era llano
se hacían terraplenes, juntando material elevando la
calzada.
Cuando se hace un estudio de este tipo, normalmente se describen las vías de la comunidad propia sin
entrar en la de al lado, esto no es posible aquí por ser
frontera entre Aragón y Navarra y no se puede desligar
una zona de la otra, que en muchos momentos de la
historia han sido terrenos comunes, sin fronteras que
las delimiten.
nº 8, Junio 2009
SÁDABA – CASTILISCAR – SOFUENTES – MAMILLAS EN ARAGON
La calzada, venía de Ejea (la antigua Segia ibérica),
discurría por la zona de Sádaba donde se bifurcaba,
un ramal se dirigía hacia Uncastillo, el otro continuaba
en dirección a Sofuentes.
Sádaba En los alrededores de Sádaba se hallan numerosos vestigios romanos, a la salida, a corta distancia de la población en dirección al pueblo de Layana,
siguiendo a la derecha y paralelo al Canal de las Bardenas, poco después por un camino a la derecha lleva
a unas ruinas, se trata de un edificio romano del siglo
IV conocido con el nombre de «La Sinagoga», y a su
lado cimientos romanos.
Volviendo atrás y siguiendo la carretera a Layana, a
medio camino entre estos dos pueblos a la izquierda,
hay un letrero informativo de restos romanos, poco
después de vadeado el río, aparece la fachada que
todavía se mantiene en pié, se trata de un mausoleo
o sepulcro suntuoso romano, datado en el siglo II, la
traducción de sus escritos es más o menos: «Atilia
Festa estando viva, hizo este monumento para si, su
padre Lucio Atilio Festo y para su abuelo Cayo Atilio
Genial de la tribu Quirina», posibles dueños en aquella
época de la cercana villa romana.
El Nuevo Miliario
31
Mausoleo romano
de Los Atilios
Los Bañales
Restos del acueducto
de Los Bañales
32
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Cerca de la población de Layana, se hallan «Los Bañales», yacimiento romano muy importante datado entre
los siglos I y IV, con los restos de un edificio termal
que actualmente están restaurando. Un acueducto
llevaba las aguas hasta las termas, del cual quedan
una treintena de pilares, compuestos por grandes piedras de sillar que van disminuyendo con la altura y sin
argamasa que las una. Estos pilares tienen un rebaje
en la parte superior en el que se ajustaba un canal de
madera, sujeto por unos tirantes que atravesaban el
pilar por un agujero a cerca de un metro de la parte
mas elevada.
Pilares de enormes bloques de piedra sin argamasa
Termas de Los Bañales
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
33
Monolitos
prehistóricos
Dentro del yacimiento está la ermita de los Bañales, del
siglo XVI y XVIII, al lado, en el cerro del Pueyo, hubo un
castro indígena; y no muy lejos, en un pequeño montículo dos monolitos prehistóricos, separados entre
si cinco metros, sus bases miden 1,20 m por 0,70 de
grueso, y alturas de 3,30 m y 3,50, la gente del lugar los
llaman la Rueca y el Huso. En los campos de Sádaba
se han hallado varios miliarios, algunos están en casas
particulares y todavía no estudiados.
34
El Nuevo Miliario
La calzada después de dejar los Bañales continuaba
por el mausoleo de los Atilios, prosiguiendo por Puy
Almanar (asentamiento romano cercano al canal de
las Bardenas), para dirigirse posteriormente a la ermita de San Román, donde hay vestigios de población
romana, continuando la vía hasta Sofuentes, donde sin
duda saldría un ramal en dirección a Castiliscar.
Castiliscar, en su población se ven numerosos restos
romanos, piedras labradas amontonadas en desorden,
trozos de columnas que parecen esperar una nueva
nº 8, Junio 2009
edificación, posiblemente para servir como relleno;
en una orilla de la carretera que cruza el pueblo y al
lado del bar, hay montones de ellas sobre el suelo, y
encima, a dos metros en un rellano. En la siguiente
foto, una piedra de molino; semejantes a esta he visto
en Javier, Aibar, Gallipienzo Nuevo, cuatro en Sos, dos
en Campo Real, y otras dos en Sangüesa, algunas de
gran tamaño y la mayor parte asociadas a yacimientos
romanos.
En un término de esta población llamado Pilato se hallaron dos miliarios, uno de ellos fue llevado al museo
del castillo de Javier, y en sus alrededores otros de los
emperadores: Adriano de los años 117-138, Caracalla
211-217, Valeriano 253-260, Galieno 253-268, Numeriano 283-284 y Carino 283-285.
Las medidas de la lápida sin contar lo enterrado, 170
cm. de altura, 50 cm. de ancho y 26 cm. de grueso,
piedras talladas en la parte superior de la puerta y en
el patio, algunas con inscripciones latinas.
En la población se encuentra una torre medieval reconstruida con piedras de sillería romanas, donde hay
relieves con figuras humanas. Debajo del pueblo una
fuente romana con tres caños, y una de sus piedras
tiene la inscripción T. CAE/ ET.
En el término «Cabezo Ladrero» hay un yacimiento
romano, y una necrópolis cercana muy importante. Al
trabajar las tierras, son sacadas a las orillas piedras
labradas de diferentes formas y tamaños, actualmente
hay dos con inscripción, que se muestran en la foto.
En la iglesia parroquial de Castiliscar, hay un sarcófago
paleocristiano del siglo IV, trabajado con figuras humanas en relieve representando escenas de la Biblia.
De él se cuenta, que fue hallado en la muga entre este
pueblo y Sos del Rey Católico. Como ambos se lo
disputaban, llegaron a un acuerdo salomónico, partirlo
en dos trozos iguales. Un cura, más inteligente, les
dijo que no hicieran tal cosa, que ataran una cuerda
a los extremos y un buey de cada pueblo tiraría en su
dirección, aquel que venciera, sería de su propiedad.
Puede ser cierto o no, actualmente lo tienen como altar
haciendo misa sobre él.
Sofuentes fue muy importante en época romana a
juzgar por los numerosos restos que se conservan de
aquella época, piedras bien labradas formando parte
de las casas, como se ve en la siguiente foto a la entrada del pueblo, donde la puerta de hierro esta sujeta
a una lápida, con la inscripción:
BVCCO IIV
SADANSIS. F
ARSITANVS
H. S. E
BUCCO NV
HIJO DE SEXTO ADANSIS
DE LA CIUDAD DE ARSI
AQUÍ ESTA ENTERRADO
Restos romanos en la torre medieval
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
35
El nombre paterno de la segunda lápida esta resumido,
por lo que es difícil saber con certeza el completo, las
medidas son 1,20 m de alto, 1,53 de ancho y 22 cm. de
grueso, en cuanto a la segunda 40 cm. de altura, 1,27
m de ancho y 44 cm. de grueso, no siendo rectangular
como en el dibujo.
FLAVA
FLAVA
FLAVI F
HIJA DE FLAVA
ANN XX
(murió a los) 20 AÑOS
H. S. E. AQUÍ ESTA ENTERRADA
La concentración parcelaria ha causado la desaparición de los restos de calzada que existían. De la ermita de San Román se dirigía a Sofuentes, y de aquí
continuaba por «La Mora Baja» para poco después
ascender el monte a la derecha, al otro lado se encuentra la ermita de Serún donde se dice, había calzada en
1930 y un miliario de Valeriano de los años 253 a 260.
Me aseguran que todavía continúa allí, pero no lo he
localizado a pesar de haberlo buscado varias veces,
llegaba la calzada hasta la población de Mamillas,
cercano hubo un pequeño asentamiento romano que
no justificaba la vía.
36
El Nuevo Miliario
PROCVLO
PROCULO
ATRI ANN XIII ATERTIO (murió a los) 13 AÑOS
ALTVS
DE LA CIUDAD DE LOS ALTUS
Posteriormente me he enterado por los vecinos de
Sos, que la calzada continuaba por el mismo sitio que
la carretera actual hasta esta misma población.
nº 8, Junio 2009
Guiado por Valentín, un cazador de la zona, poco antes
de llegar al cruce de carreteras Mamillas-Castiliscar,
comprobamos indicios de un camino muy antiguo que
baja en dirección a Sos. Hace años se plantaron pinos
haciendo terrazas como es habitual, destrozando lo
poco que quedaba, haciendo difícil su seguimiento.
Desde Sofuentes saldría otra vía y por la misma Cañada Real se dirigía a la ermita de San Zoilo-Cáseda
y Sos. Este recorrido lo he realizado por etapas, he
comenzado desde la vaguada debajo del puerto de
Cáseda en la curva grande de la carretera que se dirige a San Isidro del Pinar, hasta llegar a la parte llana al
otro lado (más allá no la he seguido, pero la dirección
es la de Sofuentes), desde allí he comenzado a tomar
apuntes, por lo que el recorrido es en orden inverso.
El trayecto de 3 km, es camino viejo a juzgar por el
sílex que he hallado (trozos de talla). Algunas veces el
camino se pierde, teniendo que recurrir al rastro de excrementos de las ovejas para poder seguirlo, pues van
unidas Cañada y vía, el firme ya casi no existe, siendo
la mayor parte del recorrido piedra pequeña suelta.
Hay pequeños trozos de calzada en su recorrido que
atestigua su trazado, en los últimos 500 m, es decir,
al llegar al primer escalón del monte, mientras que el
camino recién arreglado hace una curva ascendiendo
aún mas, la vía se separa prosiguiendo paralela un
gran trozo a la izquierda, donde se distingue con mayor claridad, y los últimos 400 m, el camino y calzada
continúan descendiendo juntas, una vez llegados a la
carretera la vía la acompaña por debajo, ascendiendo
el puerto de Cáseda.
La carretera asciende al puerto cruzando la Cañada
Real y calzada varias veces, desde lo más alto del
puerto hasta la iglesia de San Zoilo hay una distancia
de 2 km. De aquí salía un ramal, que atravesaba el
barranco y por el cementerio se dirigía a Cáseda, este
camino lo han rellenado con piedra pequeña y arena,
entrando en la población por el antiguo almacén de
bombonas de butano.
Desde San Zoilo, el otro ramal con firme de tierra,
se dirige a las casas de Carrés y sin llegar a ellas se
desvía a la derecha, el hueco de la calzada queda a
la izquierda mientras que el camino actual discurre
paralelo unos 300 m, por la derecha, y a 3 o 4 m, de
ella. Esta es la calzada S4 de Sos que describiremos
posteriormente.
CALZADA – S 1 – DE UNCASTILLO A SOS DEL
REY CATOLICO
La vía que desde Uncastillo se dirigía a Sos del Rey
Católico la llamaremos S 1, (S de Sos y 1 de vía 1ª
para distinguirla de las otras) Ésta ha desaparecido
casi toda ella; a kilómetro y medio antes de llegar al
kilómetro 4 que marcaba la carretera vieja (distancia
nº 8, Junio 2009
contada a partir de Sos), después de aparecer bajo
unas tierras de labranza al otro lado del barranco, sigue su recorrido paralelo a él.
No se observan restos del firme, pero si, el encajonado
de la vía, el barranco por un lado y por el otro las alambradas que no hace mucho han colocado acotando el
terreno para la caza. En los últimos cien metros para
llegar al km. 4, aparece la calzada con el firme un poco
deteriorado, (recientemente la he hecho una visita, el
tránsito de transporte de hormigón para sujeción de las
estacas de la valla, han terminado con la calzada, hay
regueros de hormigón y del trozo de unos cien metros,
no queda casi señal).
La vía de 4 m de anchura, haciendo una curva se introduce en el Barranco de Satanués, en la otra orilla
el corte del barranco tiene una altura de 4 m imposible
de salvar, por lo que no tuvieron más remedio que
retroceder de nuevo por el escaso cauce unos 15 m
en dirección a Uncastillo y salir por la parte menos
elevada, la vegetación del fondo no permite ver el firme, notándose su relieve pisando por encima. Pasado
el barranco desaparece la vía, subía una pequeña
cuesta y se dirigía a la carretera y por debajo de ella
en dirección a Sos.
Siguiendo la carretera y a unos 2 km, sale a 3 m por
debajo de ella, desde donde ya se divisa al fondo la
población de Sos, la vía desciende y en la vaguada,
para continuar con la horizontalidad construyeron un
terraplén con pared de contención; la parte del firme
está cubierta de hierba, solo la hilera de piedras del
borde sobresalen como se ve en la foto. Desde aquí
ya no existe el firme de ascenso y una vez arriba de
nuevo por debajo de la carretera, se dirige al puente
romano de Sos.
Puente de un solo arco sobre el barranco de Valmediana de escaso caudal, el firme o paso sobre el puente
tiene 4 m de anchura con curvado central, en parte
enlosado, pretil en ambos lados con piedras de hasta
2m de longitud y alrededor de 50 cm de altura, unos
agujeros en la parte inferior del pretil, desalojan el
agua de lluvia.
Construido con piedra de sillería, en los muros originales no se distingue argamasa alguna entre las piedras
por su perfecto ajuste, mientras que las reparaciones
realizadas en distintas épocas son de mampostería,
unidas con gran cantidad de cal y arena, en algunos
sitios mortero con cemento, que denotan reparaciones
muy recientes, un trozo de muro derrumbado deja al
descubierto el relleno compuesto de piedras y arena.
Debajo del puente a unos cuatro metros aguas abajo
hay una gran roca natural y en ella una escalera labrada, al parecer muy antigua, inacabada, por faltar dos
metros para llegar al cauce del barranco. Este tallado
que ha costado tanto trabajo para dejarlo incompleto,
El Nuevo Miliario
37
Estado actual de las calzadas S-1 en el km 4, donde se
introduce en el barranco de Santunes
Calzadas S-1 en el km 2 con Sos al fondo
no llegaba a entenderlo, cada vez que pasaba por allí
me acordaba de la dichosa escalera, y por más que
intentaba buscar su utilidad, no la encontraba, hasta
que un vecino me lo explicó, antiguamente existió una
fuente al final de la escalera sobre un pequeño terreno,
que las grandes riadas ha ido socavando hasta hacerlo
desaparecer por completo dejando la escalera en el
aire.
38
El Nuevo Miliario
A la salida del puente el firme de la calzada ya no se
distingue, siendo reconocible el encajonado de dos
ramales, el de la izquierda por su deterioro parece ser
una vía mucho más antigua y ya en desuso, mientras
que la otra con recorrido mayor y menor pendiente
asciende hasta la población de Sos del Rey Católico.
nº 8, Junio 2009
Sos sobre un alto cerro
Puente romano de Sos. Son visibles las reparaciones en
distintas épocas
VIA S 2 SOS – PETILLA DE ARAGON (PERTENECE
A NAVARRA)
La vía S2, con longitud de 1 km desde la carretera
saliendo de Sos hasta llegar al «Barranco de las Fuentes», comienza en el costado derecho del cementerio
y desciende según un indicador al convento de Valentuñana, en los primeros 250 m no se ve el firme por
estar totalmente cubierto de escombros modernos.
Después aparecen cuatro hileras de piedra que cortan
la calzada en su anchura, con separación de cinco
nº 8, Junio 2009
metros entre ellas, a los 15 m aparece otra, y en casi
todo el trayecto solo existen las hileras transversales,
separadas 3, 4, y 5 m, tiene 5 m de anchura, y en algunos sitios la rebasan.
Las hileras transversales, al faltar el relleno que tuvieron en su día a veces parecen peldaños de escalera
por su altura de 15 y 20 cm; en las curvas, estas hileras
están en diagonal. En su trayecto, se llega a una gran
roca que tuvieron que tallar para continuar, donde se
estrecha a 3 m, para después volver a su anchura an-
El Nuevo Miliario
39
Puente romano de
Sos del Rey Católico
terior. Un poco mas adelante se ve un trozo de calzada
enlosada de 5 m, de largo por 3 de ancho, las piedras
de la orilla perfectamente rectangulares, 100 m antes
de llegar al barranco la calzada desaparece, volviendo
a aparecer a pocos metros, encarando el paso que
hasta hace pocos años era vado, hoy se salva por
un puente constituido por un gran tubo prefabricado
que conduce las aguas recubierto de hormigón para
pasar sobre él.
No parece que la calzada se dirigiera al convento de
Valentuñana pese a estar a corta distancia. Es del siglo
XVI, y que se sepa, no hay vestigios romanos, sin embargo, el camino que conduce a las ruinas del castillo
de Roita tiene muros de contención característicos
romanos, lo que me indujo a seguirlo.
Después de recorrer unos pocos kilómetros por este
camino, se hallan unas altas paredes de roca natural
a la izquierda y al costado del camino, cerca, justo en
el punto que se pasa por un puente de tubo que salva
una pequeña trinchera y el camino hace una curva a
la izquierda, la calzada aparece y prosigue recta con
una longitud de 1 km, asciende y salva el monte, las
piedras del firme están todas sueltas. Desde aquí ha
desaparecido todo rastro, prosiguiendo el camino se
llega a una alambrada que corta el paso, otra vez aparece el acotado de caza, cerca hay unas casas donde
viven los encargados de la finca, consultados sobre la
calzada, me comentan que continuaba hasta Petilla
de Aragón, y también existía un camino empedrado
que se unía con la carretera de Uncastillo, (Por tanto,
con la vía de Uncastillo-Sos), otro ramal llegaba hasta
Navardun.
CALZADA DE UNION ENTRE LA S 2 Y S 4
Al final de la calzada S 2 antes de dirigirse al «Barranco
de las Fuentes», salía un ramal a la izquierda que se
dirigía a la actual carretera de Navardún, no existía
en época romana ni siquiera camino desde el cruce
de Sangüesa-Sos hasta la salida de esta calzada, al
menos eso parece, pues hay un ramal que sale de una
curva casi arriba de la S 2 y desciende hasta unirse
con la S 4, ésta, tiene un trazado con muy poca pendiente, más que bajar parece que bordea el monte. El
firme esta cubierto por hierba y ramajes, los últimos
70 m, han desaparecido, uniéndose al lado de la nave
agrícola junto al cruce Sangüesa-Sos.
40
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Vía S2 con Sos al
fondo
Roca tallada. Al
fondo el convento de
Valentuñana
CALZADA S3 DE SOS A NAVARDUN-SANGÜESA
Y URRIES
Al final de la calzada S 2 antes de dirigirse al «Barranco
de las Fuentes», salía un ramal a la izquierda que se dirigía a la actual carretera de Navardún, continuando la
carretera y dejando el desvío al Monasterio de Valentu-
nº 8, Junio 2009
ñana. Poco después se atraviesa un puente moderno
que salva dicho barranco, bajo él, se ven restos de otro
mucho mas antiguo, y a unos 50 m aguas abajo y en
el mismo cauce, se halla un molino de piedra romano
del mismo estilo que el de Castiliscar, sus medidas
son 54 cm de alto por 64 cm de diámetro, con cuatro
rebajes.
El Nuevo Miliario
41
Pasado el puente a unos 400 m por la carretera, un
ramal de esta S 3 se desvía a la derecha. Aquí existía
un crucero indicando el cruce de caminos, según los
vecinos de Sos es el que actualmente está en la población frente a la Puerta de la Reina.
En los 120 m primeros no hay vestigios de calzada,
luego 20 m con algunas piedras sobresaliendo, para
continuar otros 40 m sin vestigios de firme, después
sale un camino a la derecha y tras seguirlo 2 km, desaparece en las tierras de labranza.
Prosiguiendo por el de la izquierda, hay restos de la
calzada, 14 m de la hilera longitudinal izquierda, para
atravesar seguidamente la vaguada en terraplén con
paredes de contención en ambos lados en 250 m y tras
un corto trecho en trinchera sube una pequeña cuesta,
un camino sale a la derecha que a 500 m se pierde en
los campos de labranza.
En el cruce hay una piedra clavada en tierra, de 1,75
m de alta y 46 cm. de ancha, con dos pequeñas cruces grabadas sin esmero. A 160 m una veintena de
piedras clavadas en el borde del camino lo delimitan
sobresaliendo del firme unos 50 cm, desde el cruce
a 400 m esta calzada se une a la carretera A-1601
de Sos a Navardún a 100 m del km 31. Mide en total
1.200 m de longitud con 3 de anchura. No he localizado restos de calzada hasta Navardún, que sin duda
llegaba hasta allí, en esta localidad atravesaba la On-
42
El Nuevo Miliario
sella por un vado todavía en uso, hoy de hormigón, el
puente actual es moderno.
A 90 m de comenzado este ramal, siguiendo la S 3
donde existía el crucero antes comentado, delante de
una nave grande a la izquierda se ve muy bien marcado el hueco de la vía, con una longitud de 250 m, hay
pequeños trozos de calzada visibles y muro de contención, después prosigue por debajo de la carretera
actual hasta el mismo cruce de Navardún y Undués de
Lerda, donde abajo aparece de nuevo un gran trozo.
Continuando juntas la vía y la carretera en dirección a
Undués de Lerda, hay tramos en que esta se separa
del antiguo trazado de la vía, siendo visible la trinchera
por donde discurría. Al lado de la carretera se ven antiguas fuentes, sin duda de origen romano; mas adelante, la carretera hace una curva a la izquierda, mientras
la calzada seguía en línea recta, en la separación, un
cartel indicando el camino que conduce a la «Fuente
de la Bóveda», en el que todavía quedan piedras de la
calzada, dejando a la derecha el camino de la fuente,
desciende directamente al río, y por la dirección que
lleva la calzada, cruzaba la Onsella (río Onsella) mediante un puente en el mismo lugar que el actual.
A primeros del año 2002, he vuelto expresamente a
ver al puente; encontrando la carretera cortada, había
sido derribado entero sin dejar ni una sola piedra, en
su lugar están construyendo uno nuevo totalmente de
hormigón.
nº 8, Junio 2009
Una vez pasada la Onsella, un poco mas adelante se
unía a la calzada de Navardún – Sangüesa que discurría perpendicular a la Onsella en todo su recorrido, y
atravesándola continuaba para unirse a corta distancia
con la que venía de Urriés a Sangüesa, siguiendo
hasta esta última población, pasaría por el yacimiento
de Undués de Lerda. No hay ningún rastro de estas
calzadas, salvo en Urriés, pero no hay duda de que
existió.
CALZADA S-4 SOS A CASEDA-SOFUENTES
La calzada S-4 salía de la población de Sos por el llamado portal del Mudo, bajaba por el costado del único
edificio que existe frente a dicho portal y rodeándolo
continuaba descendiendo suavemente (todavía visible
su trazado) unos doscientos cincuenta metros, quedando cortada aquí por la carretera actual que se dirige
a Sangüesa. Atravesada ésta, prosigue descendiendo
entre el monte natural a la derecha y a la izquierda
una verdadera montaña de escombros y basura que
arrojaron allí hace un par de años.
Después de un trecho, casi oculta la calzada por la
basura y sorteando obstáculos, se llega a una enorme roca natural, de 6 m de larga y 1,5 de ancha que
la atraviesa en diagonal que no hizo falta acondicionar. Continuando con el firme constituido de piedras
de pequeño tamaño en su día sobre barro, cubierto
de hierba y al parecer intacto sobresaliendo algunas
piedras, hay trozos de roca natural, algunas hileras
transversales y paredes de sujeción de calzada con
espesores de cincuenta y sesenta centímetros mediante piedras de mampostería unidas con barro, en
algunos sitios enormes piedras hacen de muro de
contención. En los últimos 20 m hasta llegar a unirse
con la carretera, ya no existe el firme, al lado hay una
nave agrícola y a escasos metros de allí el cruce de
carreteras, Navardún a la derecha, Sangüesa al frente
e izquierda a Sos. La longitud de este trayecto es de
aproximadamente 600 m.
Crucero frente al portal de la Reina
Calzada S-3 en el cruce Navardún-Undués-Sos
Frente al cruce y atravesando la carretera hay un camino, que después de unos 100 m se une al «Camino
Viejo de Cáseda», se trata de la continuación de la
calzada S 4, longitud de este trozo de 100 m, está en
muy mal estado y tendiendo a desaparecer, puesto
que el dueño de la tierra colindante la está cubriendo
cada año más al arar el campo.
A partir de aquí el firme se distingue muy poco, pero
frecuentemente alguna piedra sobresale del suelo
confirmando su recorrido. A 2 km. sale un camino por
la derecha, es un ramal de la calzada, que sin firme,
continúa y posteriormente gira a la izquierda donde
la hierba cubre los restos de la vía, poco después comienza a descender buscando el vado del barranco de
Arás, llegando el desnivel de corte en su pared hasta
4 m suele llevar siempre agua, aunque no mucha; la
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
43
distancia desde el cruce de la calzada principal hasta
el vado del barranco es de 260 m.
cuya función se ignora, y detrás ocupando el cerro, los
restos de una población romana.
Pasado el barranco la calzada aparece a los 40 m y
en bastante mal estado. Después de unos 20 m de
recorrido, una roca natural atraviesa el ancho de la
vía, de hasta 70 cm la parte más alta, que se tuvo
que salvar, hoy ha desaparecido el relleno; continúa
unos 100 m para después y durante 150 m no haber
más que piedras de pequeño tamaño y aisladas con
la pared de contención clásica, desapareciendo ya la
vía. Aquí, he seguido un camino muy ancho que lleva
a varios corrales donde es muy abundante la piedra
más o menos trabajada, pero no aparece cerámica romana, un poco más adelante corta el paso a la posible
vía un barranco, con una profundidad de 3 m en una
orilla y 4 en la otra, no hay indicios de que hubiera un
puente, al otro lado del barranco y muy cerca hay un
camino que viene de la carretera de Sangüesa a Sos
entrando por la granja, en este lado y a medio camino,
se ve cerámica romana pero no en cantidad, tampoco
hay vestigio alguno de calzada.
Los antiguos reyes cristianos hacían donaciones a los
monasterios antes y después de las batallas, antes,
para que les fueran propicias, y después, bien para
agradecer la victoria, o para hacerse perdonar los
pecados cometidos causantes de la derrota, no importando que fuera contra infieles o cristianos.
Vuelto atrás donde había dejado el camino de los corrales, y después de examinar el terreno cubierto por
la maleza y muy difícil de ver, hay un ramal en terraplén
bien marcado, notándose su relieve al pisar encima de
la hierba que lo cubre, dirigiéndose a unirse de nuevo
con la calzada dejada al principio. No es normal construir una desviación que tras una gran curva vuelve de
nuevo tras 1 km a la que antes ha dejado. Es posible
que cruzara el barranco descrito anteriormente por
un puente de madera y unirse a la calzada Sos-Filera
-Sangüesa. No existen piedras por los alrededores,
salvo en los corrales, que confirmen un puente de
piedra.
Estamos en época de siembra y los tractores pasan
por este camino con más frecuencia, entonces limpian
las orillas de ramajes que lo estrechan y echan tierra
encima, cuando las lluvias son fuertes el agua suele
dejar de nuevo al descubierto la calzada en muchos
tramos.
En los Annales de Navarra, se nombra una donación
del año 880. «El rey Don Iñigo Ximenez II, dona al
monasterio de Leyre las dos villas Essa y Benasa
y a su abad los lugares de Lerda y Aúnes». (Aúnes
se refiere a Añues y su término).
Desde la Torre de Añues la calzada desaparece, el
camino viejo hasta Cáseda tendría su continuación
al lado de la casa que custodia el paso al despoblado
de Peña.
Al costado de la casa y por abajo, prosigue el camino,
a lo largo de su recorrido aparecen trozos de cerámica
romana en poca cantidad, que demuestra lugar de
tránsito y las tierras de su entorno es posible que se
labraran en aquella época.
El camino para subir al despoblado de Peña y todo su
término es particular, estando cortado por una cadena,
por lo que solo se puede pasar andando, y después de
tres cuartos de hora aparecen sus casas. Está situado
en un alto sobre una pronunciada pendiente rocosa
y en la parte más elevada las ruinas de un castillo, al
parecer de época de la reconquista, desde donde se
divisa una grandísima extensión de terreno, a gran
distancia se ve la iglesia-fortaleza de Uxue.
Calzada S-4. Abajo el cruce Sos-Sangüesa-Navardún
Pasado este primer barranco el firme de la vía ya no se
distingue, salvo algunas piedras que sobresalen entre
tanta tierra acumulada, al llegar al Barranco de Fuente
Aragón, lo cruza por un puente al parecer romano de
un solo arco y sin pretil, los ramajes que lo cubren casi
por completo y la profundidad no permiten analizarlo
mejor.
Cruzado el puente, la vía, tras unos 3 km. se dirigía
hasta la Torre de Añués, torre defensiva cuadrada
y templo adosado en ruinas, con piedras de sillería
muy bien labradas. A su lado hay restos de tumbas
al parecer medievales; a pocos metros hay una base
rectangular maciza de 5 por 8 m y 1,70 de altura, construida con enormes piedras de sillería muy gastadas,
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El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Lugar de fácil defensa con solo dos entradas salvando
el gran desnivel natural tan enriscado, las grandes
lluvias caídas en los últimos años las derrumbaron.
El terraplén que da acceso a la entrada principal debajo de la iglesia que se ve en la foto, ha sido construido
de nuevo, donde yo también he tomado parte activa,
sus cimientos llevan una enorme cantidad de hierro,
piedras y hormigón.
El otro acceso por la parte posterior y debajo del castillo, también se ha derrumbado, hasta allí llega un
camino de piedra al parecer medieval, de esta época
son unas pinturas de la iglesia; tras pasar gateando
por una pequeña oquedad que hay detrás del sagrario,
se accede a un pequeño cuarto, donde se ven en la
pared. El castillo, se tiene como de época de la reconquista y destruido como tantos otros por mandato del
cardenal Cisneros.
Pasaba la vía cerca de las Casas de Carrés, y sin
llegar a ellas se desvía a la izquierda, el hueco de la
calzada queda a la derecha mientras que el camino
actual discurre paralelo unos 300 m antes de desviarse
y a 3 o 4 m de ella. Continuando y tras 2 km, se llega a
la ermita de San Zoilo, su fundación según la tradición
se atribuye al obispo de Pamplona Gulesindo, en el
siglo IX. En su interior hay dibujos de barcos de vela
muy antiguos en las paredes de difícil interpretación
por hallarse tan alejada de la costa.
El mar no era ajeno en el Reino de Navarra, como se
puede ver en el mapa de entre los años 1580 a 1640. Y
también en los escritos romanos, cuando la tribu de los
Bascones era Navarra, mientras que las tribus de los
Caristos, Vardulos y Autrigones ocupaban aproximadamente los territorios actuales de Álava Guipúzcoa
y Vizcaya.
Annales de Navarra año 1067
«D. Sancho, Rey de Castilla, que mal hallado para la
paz, y reservando para adelante la Guerra contra los
hermanos, por el respeto de su madre Doña Sancha,
parece quiso ensayarse para ella, en la que movió a
su Primo Don Sancho de Pamplona…
» La Guerra fue tan apresurada, y arrebatada, como el
autor, y movedor de ella; que juzgando con la confianza
juvenil, y ardimiento natural, que dexaba ganado quanto corría, puso mas fuerza en penetrar muy adentro,
explayándose como inundación, que en ir ganando las
Plazas mas importantes de la Frontera, que es lo que
suele hacer duraderas las Conquistas. Pero quizá le
engañó la esperanza, de que cogiendo de improviso a
su Primo Don Sancho, y derrotándole a priesa en Campaña, con el espanto de la rota caerían juntas, las que
tentadas una á una havían de alargar mucho la guerra,
y dar tiempo a prevención de grandes Fuerzas…
» El Rey Don Sancho de Pamplona, viéndose acometido de Guerra tan no esperada, y que se le metía tan
dentro, con manifiesto indicio de buscarle, dexando
los Pueblos fuertes de la Rioja, y Bureba con la mejor
prevención, que el tiempo permitía, pasó el Ebro, y se
retiró á Navarra, para juntar todas las Fuerzas de ella,
Torre de Añués . A un costado el yacimiento romano
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
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Despoblado de Peña
y las Provincias de su Corona de la lengua Vascónica,
Alava, Guipúzcoa, y Vizcaya, que todas acudieron con
gran prontitud, y amor, por la fidelidad natural de sus
Moradores.»
Annales de Navarra año 1135
«Las tres Provincias del nombre Vascónico, Guipuzcoa, Vizcaya y Alava, como porciones desde lo más
antiguo de la corona de Pamplona siguieron cons-
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El Nuevo Miliario
tantemente la voz, y derecho de D. Garcia Ramirez, y
permanecieron sin interrupción alguna en su Señorío;
no solo en su Reinado, sino en el de su Hijo D. Sancho
el Sabio, en los quarenta y quatro años que reynó; y en
el de su Nieto Don Sancho el Fuerte hasta la jornada,
que hizo á Africa.»
nº 8, Junio 2009
La roca forma una inmejorable defensa natural
Annales de Navarra año 1331
«El infante Don Alonso Hijo del primogénito de Castilla Don Fernando de la Cerda,… hizo este año en
Sangüesa una carta publica de reconocimiento de
derecho,… «et decimos en verdat, que el derecho de
haver, et heredar la propiedad de las Tierras de Ipuzcoa, et de Alava, et de Rioja, et de toda la otra Tierra,
que ha seydo, et es del Reyno de Navarra es del Rey,
et de la Reyna de Navarra, et de lures sucesores… las
quales fueron de sus Predecesores en la manera, que
eyllos las solian tener de derecho,… si la posesión de
los dichos Reynados de Castieylla Nos ocupada de
fecho non debidamente contra Dios, et razón, según
dicho es, nos fuese delibrada.»
Entrada antes
del derrumbe y
reparado
Una donación a la iglesia hecha ese mismo año, termina: «Reynando el Rey Don Garcia en Pamplona, en
Alava, en Vizcaya, en Ipuzcoa, y en Tudela».
Remontándonos a fechas mucho más antiguas, en
época romana:
Estrabon, III, 10 – «Esta misma región esta cruzada
por la vía que parte de Tarraco y va hasta los vascones
del borde del Océano, a Pompelón y a Oiason, ciudad
alzada sobre el mismo Océano».
Ocupaban los vascones mayor territorio que el actual
de Navarra, con las ciudades de Pompelón (Pamplona) y Oiason (Oyarzun actual),
Plinio el Viejo, N. H. IV, 10 – «partiendo del Pyrenaeus
y siguiendo la ribera del Océano hallamos el vasconum
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
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Navarra 1618. Fuente:
Navarra, Langenes-Bertius,
Amsterdam, 1618. EuskalArkeologia, Etnografia eta
Kondaira Museoa, Bilbao
Saltus, Olarso, las ciudades de los Vardulos, Moroni,
Menosca, Vesperies; y el Portus Amanum donde actualmente está la colonia de Flaviobriga».
Plinio también nos dice que Olarso (Oyarzun) era ciudad vascona.
Plinio el Viejo, N. H. IV, 10 – «Oiarso, ciudad puerto».
Plinio el Viejo, N. H. III, 29 – «La anchura desde Tarraco hasta las playas de Oiarso es de 307 millas».
Ptolomeo, II, 66 – «los vascones y las ciudades de
Iturisa, Pompelón, Bituris, Andelos, Nemanturissa,
Curnonium, Iacca, Graccurris, Calagorina, Ergavica,
Tarrasa, Muscari, Setia, Alavona…»
En esta referencia Ptolomeo nos dice la extensión del
territorio vascón (actual Navarra) de aquella época,
Iacca es la actual Jaca, Setia es Ejea de los Caballeros
en Aragón, hasta cerca de Zaragoza con la ciudad de
Alavona, la actual Alagón, Graccurris y Calagorina son
Alfaro y Calahorra actuales.
Annales de Navarra
«En el territorio de la villa de Caseda se ve otro templo,
dedicado a S. Zoil. De hermosa y magnífica fábrica,
y casa de Hospicio, con muchos escudos de pintura,
menos antiguos que la fábrica de los reyes de Navarra
y Aragón y otros caballeros. Y parece hace allí sus
juntas una Hermandad o Cofradía de los lugares cercanos a ambos reinos instituida, para limpiar aquellos
bosques de las Bardenas de salteadores. Y puede ser
fuese fábrica del obispo Guillesindo con esta misma
ocasión».
48
El Nuevo Miliario
Desde San Zoilo hasta el alto del puerto de Cáseda hay
una distancia de 2 km, donde el camino se alterna con
tramos cubiertos de hierba, tierra, de piedra pequeña
menor que un puño y con 90 m de calzada en trozos,
el mayor de treinta metros al costado de San Zoilo. A
unos 90 m de la ermita, hace diez años al acondicionar
el camino se descubrió una fuente subterránea, de
aspecto muy antiguo. El frente mide dos metros de
anchura y forma de bóveda, con altura de un metro y
profundidad unos dos metros por debajo del camino.
Una vez arriba del puerto, se junta con la carretera y
por debajo y tras descender, se separa dos veces para
unirse a la Cañada Real y dejan la carretera definitivamente en la última curva ya en el llano para ascender
hacia el monte en dirección a Sofuentes, esta vía se
comenta en la calzada de Sofuentes a Sos.
CALZADA DE URRIES A SANGUESA
De Navardún a unos 3 km, en dirección al puerto de
Cuatro Caminos, cruzando un puente sobre el barranco de Higuel a la derecha, se llega a la población de
Urriés. Una vez cruzado el puente hacia la izquierda
bordeando el pueblo y al borde del barranco, se llega a
un puente de piedra de mampostería moderno. Pasado el puente hay una fuente, la rampa de bajada hacia
ella está empedrada totalmente, tiene hilera central y
siete transversales separadas unas de otras por un
metro, algunas de ellas cortan a las centrales; a la
altura de la fuente el firme esta formado con piedras
sin hiladas y todas colocadas en su mayor longitud
en sentido transversal, mientras que el borde o acera
del alto muro de contención que da al barranco, está
constituido por losas. Bajando unas escaleras corridas
nº 8, Junio 2009
en los tres lados se llega al grifo de la fuente, según los
del lugar el empedrado siempre lo han conocido así.
A la salida de la fuente un camino a la derecha se dirige
al cementerio de Urriés. Lo he seguido 2 km, al principio hay pared de contención, y pasado un barranco
en dirección al cementerio, el camino en alta trinchera
continúa por largo trecho, las paredes de los lados
aunque derruidas en su mayor parte y algunas piedras
que salen del suelo de vez en cuando, hacen pensar
de origen romano. Al llegar a un cruce, y ya a la vista
un poco lejana del cementerio, desaparece todo rastro
de piedra para ser camino terrero.
A la izquierda del cruce a la salida de la fuente antes
comentada, se sigue el camino de la izquierda. Éste
con paredes de contención y bastante piedra por el
suelo aparenta ser también de calzada, a unos 120 m
se badea el barranco y a otros 50 m se llega a la carretera general, cruzándola directamente se sale al camino viejo de Urriés a Sangüesa; el camino comienza de
hormigón, para después terrero, apareciendo piedras
de vez en cuando sobresaliendo del camino.
A unos 600 m de la carretera hay una desviación a la
derecha, es el camino viejo de Urriés a Undués de Ler-
nº 8, Junio 2009
Ermita de San Zoilo a un lado de la calzada
da; continuando recto, el camino Viejo de Sangüesa
y a 140 m, existe un trozo de calzada romana de unos
17 m, hoy casi toda cubierta de tierra; hace unos cinco
años la he visto en todo su esplendor, al lado sobre
una roca, los restos de un pequeño castillo llamado
Nidáguila. A partir de aquí y hasta Sangüesa no se ve
rastro alguno de calzada, sin embargo las casas fuer-
El Nuevo Miliario
49
tes medievales que hay en su recorrido parecen vigilar
un camino importante. Antiguamente en Urriés existía
otro puente a unos treinta metros del actual aguas abajo, que una riada lo derribó, no era romano ni tampoco
el actual, si hubo población romana, el paso al pueblo
se hacía por el vado anteriormente dicho. Dentro de
su población actualmente se pueden observar calles
empedradas al estilo romano. En cuanto al camino de
Urriés a Undués de Lerda por el Montico, lo he seguido
unos 2 km., pero la niebla, recién abierta la caza, los
ladridos de los perros y los disparos que se oían cada
vez más cerca, la prudencia me ha obligado a retroceder, es posible que vuelva algún día, aunque lo que
recorrí no tenía aspecto de calzada.
VÍA UNDUÉS DE LERDA-RUESTA
Desde la población de Undués la calzada desciende
hacia el arroyo de «Molinaz» con una longitud de unos
500 m en leve pendiente y firme pobre. Las piedras
que lo forma están directamente sobre el suelo sin
ningún relleno ni mortero que las una, no existen hileras centrales ni transversales. Pocos metros antes de
llegar al vado hay una zanja o pequeño barranco que
la calzada lo cruza mediante tres grandes losas de
piedra, una vez pasado el arroyo sin firme, aparece la
calzada de tres metros de anchura con hilera central
en algunos tramos y transversales un poco elevadas
con inclinación hacia un costado para el desalojo del
agua de lluvia.
A medida que asciende la calzada aumenta la anchura
hasta los cuatro metros. Hay muro de contención a
la parte izquierda con altura de hasta cuatro metros,
en algunos sitios desaparecido, las piedras del firme
unidas estrechamente unas a otras, dando aspecto
de gran solidez. Este tramo de calzada es el mejor
conservado que conozco de esta zona, probablemente
haya tenido arreglos muy recientes. Paralelo a la calzada hay una zanja de 2,5 m de ancho y profundidad
de 1,5 m para desagüe, que bien encajonada entre
paredes de piedra, se prolonga hasta el barranco.
Longitud desde el vado hasta salir del arrollo doscientos metros, con cien metros de calzada en buen estado
en dos partes, otros trozos con restos o desaparecido
totalmente.
En los Annales de Navarra se tiene noticia de Undués
en el año 842. «…vivía allí cerca del monasterio, en un
lugar llamado Casas, y en cuanto podemos entender,
era el que llamamos Casares de Lerda. Entre Xavier, y
Undués, y allí duran las ruinas con el nombre».
El firme desaparece una vez llegados arriba del barranco, continuando un camino de suelo duro y sin
apenas señalizar, ascendiendo el monte en dirección
a Ruesta, por el actual camino de Santiago, lo he seguido 3 km, sin encontrar vestigios de calzada.
50
El Nuevo Miliario
Desde Undués la calzada atravesaba el monte para
llegar a la ermita de Santiago ya en el término de Ruesta. Esta ermita tiene fachada románica de sillería, el
resto de mampostería, y en sus cercanías ruinas de
población muy antigua. Frente a la ermita, después
de atravesar el camino de acceso de los vehículos al
camping, continúa la calzada dirigiéndose al río Riguel,
las hojas de los árboles la cubren y se nota el relieve
de las piedras al pisar, aquí el camino está cubierto
con tierra en parte, por lo que no se puede precisar su
anchura, mas adelante se llega a una fuente con fecha
1766, pero mas parece romana, después hay 20 m con
firme de piedras.
Tras 150 m hay un letrero de madera con la indicación
de Undués Santiago y al lado opuesto Artieda Jaca
GR. 65.3. A una docena de metros hay un hermoso
puente moderno todo el de madera, excepto los pilares
y tajamares de piedra de mampostería con mortero de
cemento. La anchura del puente es de 1,65 m, una vez
pasado el puente al principio sin firme, 70 m continúa
Calzada de Undués de Lerda
con calzada hasta otra fuente muy antigua. A partir
de aquí aparecen algunos trozos en buena conservación, posteriormente damos con un pequeño puente
de mampostería de un solo ojo sin ninguna clase de
mortero, el arco es apuntado o de ojiva que salva un
estrecho barranco, poco después se llega a un letrero
de madera que indica camino al embalse, lo he seguido 1,5 km., siempre paralelo al río Riguel, empedrado
al comienzo pero no es romano.
Volviendo de nuevo al cruce del letrero, la calzada
aparece con 3 m de anchura, con alternancia de trozos
en muy buena conservación, otros mala o sin firme. Ya
en la población de Ruesta, las calles están empedradas, una con hilera central de 70 m de longitud, otra
de unos 50 m sale a la derecha de 3 m de ancho con
hilera central y en muy buen estado de conservación;
se continúa con cerca de 90 m y se reduce la calle a
2 m por dos edificios contiguos que la estrechan.
nº 8, Junio 2009
El pueblo de Ruesta estaba hace unos años totalmente abandonado, hoy se han reconstruido varias casas,
retirado de escombros algunas calles y poco a poco
unos entusiastas están recuperando el pueblo. Las
ruinas del castillo son impresionantes pese a que solo
quedan tres paredes de una torre de planta cuadrada,
con altura de unos 15 m y 1,65 m el grueso de las
paredes.
Vado en el río Aragón cerca de Tiermas (Annales de
Navarra) «En el año 1038 se señala la fecha de boda
del rey Don García VI con Doña Estephanía, hija de
los condes de Barcelona Don Berenguel, y Doña Sancha...
» Partió el rey Don García a Barcelona, con gran acompañamiento de los señores y nobleza. Hizo la jornada
por Tiermes y Ruesta. Y prosiguiendo el río Aragón
arriba, entró en tierras de su hermano Don Ramiro.
Hospedase en Santa Cilia, Priorato de San Juan de la
» Y el rey allí luego en Tiermas les hizo despachar su
célula real, para que sin tardanza alguna se les hiciera
la restitución.»
Las Termas, palabra latina que significa baños de agua
caliente, usadas desde época romana, las ruinas de
sus edificios cubiertas por las aguas del pantano,
emergen a la superficie al final del otoño, después de
pasado el verano por lo general seco y es mayor el
consumo que el aporte de las lluvias. En los días fríos,
los vecinos de la zona acuden a tomar baños, incluso
hay quien se embadurna el cuerpo con el barro de la
zona, la temperatura dicen, es constante de 30º centígrados, lo que nadie regula y existe la duda si en un
momento dado puede subir la temperatura, la cocción
sería segura.
Mana de la tierra mucho caudal, siendo retenido por
unas pequeñas piscinas escalonadas construidas con
Calzada de Undués de Lerda
Peña, a una legua de aquel monasterio, a la orilla del
río Aragón. Y allí bajaron el abad Don Blasco con todos
sus monges, y agasajaron al rey, y le representaron,
que el rey Don Sancho su padre les había quitado un
excusado en Catamesas, ofreciéndoles en otra parte
la satisfacción; la cual con su muerte, no había tenido
efecto: El rey mandando, que se les diese luego, prosiguió su viaje. Y llegando a Barcelona se celebraron
las bodas con gran esplendor...
» Volvió el rey por el mismo camino, acompañado de
su esposa... Al pasar el vado del río Aragón, cerca
de Tiermas, que no debía de haber la puente, que
ahora, le alcanzaron el abad, y monges de San Juan,
significándole que la restitución mandada del escusado de Catamesas no se executaba por embarazos,
que ponía Don Iñigo Sanchez, que por el rey tenía el
señorío y gobierno de Ruesta, a la cual pertenecía
Catamesas.
nº 8, Junio 2009
piedras superpuestas. En su camino hacia el pantano
llega a una depresión del terreno de 1,5 m de altura,
esta pequeña cascada se aprovecha poniéndose debajo, recibiendo un fuerte masaje, se asegura que es
curativo. Lo he probado varias veces y no aseguraré
que lo sea, pero la relajación es total. Estando mucho
tiempo dentro del agua, se nota como una ligereza en
el cuerpo que casi llega al desmayo.
En esta parte del pantano debido al calor de las aguas
se concentran gran número de peces, por lo que siempre suele haber pescadores, algunos poco conocedores del terreno se adentran en sitios peligrosos, bien
por las ruinas inestables o por la altura que pueda
tener el barro.
La vía continuaba hacia Artieda y Mianos, proseguía
por el termino llamado «Del Soldado» en el que, según
los del lugar, hubo una batalla, donde murieron todos
menos un soldado. Aquí, hasta no hace mucho tiempo,
existía camino empedrado. Sin embargo, hay otro ca-
El Nuevo Miliario
51
mino en línea recta que acorta el recorrido considerablemente, se atraviesan dos barrancos con fondo muy
duro por donde discurre el agua con poca profundidad,
está acondicionado el terreno en trinchera y se nota de
uso muy antiguo. Continuando la calzada por cerca de
la población de Martes, posteriormente a Jaca, por la
carretera actual y Camino de Santiago.
El camino de Undués de Lerda que conduce al cementerio, también tiene pequeños trozos de calzada,
y poco antes de llegar a él, desaparece todo rastro.
Seguido este camino ascendiendo al monte, el suelo
es duro y en algunos sitios con roca natural, después
de varios kilómetros de camino muy malo, se llega hasta el alto de Cuatro Caminos, saliendo poco antes el
camino Viejo a Urriés que desciende por muy cerca del
Montico. Hoy más que camino es una senda obstruida
en muchos sitios por la maleza; la he seguido y una
vez abajo, se ha borrado al labrar las tierras. También
lo he recorrido desde Urriés cerca de 2 km, en todo el
trayecto el firme es de tierra.
Por la otra parte de Undués a los Casales de Lerda,
también existe un camino empedrado usado por los
peregrinos que van a Santiago de Compostela. Sale
directamente de la población por la cresta del monte
entre ruinas de casas y corrales antiguos, descendiendo paralelo a la carretera nueva. El firme es de
3 m de ancho construido con la piedra quebradiza del
lugar, por lo que la hace difícil distinguir si era calzada
romana; continuando se junta con la carretera que
une Undués con la muga de Navarra cerca de Javier,
al llegar a la unión con la carretera, se bifurcaba, un
camino llegaba a Lerda, hoy carretera asfaltada hasta
los mismos Casales, continuando con camino terrero
una vez entrados en Navarra.
Annales de Navarra - Año 876 – «El rey Don García
Iñiguez dona al monasterio de Leyre las dos villas de
Lerda y Undués con todos sus términos y un campo
entre Navardun, y Sausito, que era una villeta ya derruida, sus ruinas oy se ven, y junto a ellas un molino,
en que dura el nombre de Sausito, en jurisdicción de
la villa de Sos».
El otro ramal es el camino de Santiago, que continuando unos 4 o 5 km, se llega al asentamiento en un
pequeño cerro llamado indistintamente «Puy de Ull» o
«Cantera Redonda», ya en término de Sangüesa, con
cerámica romana en la falda del cerro y en la cumbre
cimientos de piedra de sillería, aquí confluían las calzadas que venían de Undués de Lerda y de «El Real»,
para proseguir hasta el puente de Sangüesa.
Annales de Navarra – «El rey dona al monasterio de
Leyre en la villa de Undués de Lerda las tierras junto
al río Oncella y en Arbones las viñas».
UNDUÉS-JAVIER-LIÉDENA
También existía otra vía que salía desde el arroyo del
«Molinaz» y continuaba mas o menos paralelo a el
hasta llegar a Javier. Su trayecto ha sido «arreglado»
en todas las épocas, por lo que el firme ha desaparecido totalmente, llegando a los yacimientos romanos
en los términos de «Viñas Viejas» y «El Cuadrón»,
cercanos entre si y por debajo del castillo de Javier, en
su término se ha hallado un miliario de Flavio Valero
Severo que reinó desde el año 306 al 307.
Desde aquí la calzada continuaba en dirección al río
Aragón, vadeándolo, para ascender después a la
Granja de Cortes y ermita de San Juan. Atravesaba
todo el ancho llano, para descender por el cementerio
de Liédena hasta la población, y bordeándola por la
derecha, posiblemente por debajo de las edificaciones
medio en ruinas que al parecer sirvieron de muralla en
época medieval. Entre ellas la antigua ermita de «San
Bartolomé», con el suelo lleno de escombros y sus
pequeñas ventanas son saeteras, seguía por cerca de
la Fuente de Liscar, donde había un trozo de camino
empedrado, y según la tradición allí se libró una batalla
victoriosa contra los moros; de allí la vía proseguía
hacia el puente de la Foz de Lumbier.
Annales de Navarra año 1075 - «…hizo una gran
donación á Leyre, y su Abad D. Garcia un caballero
ilustre, D. Garcia Sanchez, Señor de Domeño, en compañía, y con voluntad de su Muger Doña Urraca. Dona
sus Palacios de Domeño con las haciendas, que les
pertenecen, que, dice, son Arguiroz, Orradre, y Cortes;
y la de Cortes de tal calidad, que sola es oy una muy
principal parte del sustento del Monasterio, á una legua
de él, en frente de Xavier, y con solo el rio Aragón en
medio. Es con clausulas muy apretadas, para que el
Monasterio no pueda jamás enagenarlo. Maldice a sus
Parientes, o Descendientes, que intentaren quitarlo al
Monasterio; y al Abad, y Monges, si vinieren en ello».
VÍA JAVIER-YESA-LIÉDENA
Otra vía saldría de Javier, posiblemente por el mismo
sitio donde transcurre la Cañada Real o de «los Roncaleses», paralela por encima y a pocos metros de la
52
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
El despoblado de Tiermas en el cerro
Pequeñas piscinas escalonadas construidas con piedras
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
53
carretera actual a Yesa, para después pasar el Aragón
por el también llamado puente de «Los Roncaleses»
al lado de la piscifactoría. Hoy está en ruinas; el primer
arco en la orilla de Yesa asentado sobre la roca madre
y fuera del agua sobre unos peñascos naturales unida
su base con bloques de sillería y argamasa, apreciándose abundante cal, tiene siete arcos, tajamar de unos
4 m, 1,5 m adheridos, anchura del firme o paso del
puente 2,15 m, altura del pretil 1 m y anchura 40 cm.
En el firme crecen toda clase de ramajes, incluso un
pino de 2,5 m de altura Hay oquedades en la parte
baja del pretil para desalojar el agua de lluvia, una
piedra del pilar tiene una fecha pintada en negro 1891.
A 30 m a la salida del puente en la orilla de Yesa hay
12 m de empedrado, con las orillas cubiertas por la
vegetación.
Este puente al parecer fue de origen romano, el empedrado de la salida así parece confirmarlo, también
los montañeros me dicen que la Cañada Real que
atraviesa el monte de Leyre tiene vestigios de calzada
romana y era continuación de la salida del puente, los
Ananales de Navarra hablan de él como existente ya
en el año 785 y en aquella época de guerras continuas
contra francos y visigodos en el siglo V, y en el VIII
contra los musulmanes, no era tiempo apropiado de
grandes obras, por lo que debía estar construido antes
de estas invasiones.
Annales de Navarra – Año 785 «Abderramen rey
de Córdoba, habiendo guerreado en Francia, volvió
por el Valle del Roncal robando y arrasando todo a su
paso, saliendo del territorio de la villa de Burgui, le salió
al encuentro el rey D. Fortuño Garcia en un campo
grande aunque cercado de montañas que pertenece
a la villa de Navascués, que en los escritos de ese
tiempo se llamaba campo de Olaft y posteriormente
se pronunciaba Ollati.
» Con los roncaleses a la cabeza, se dio la batalla, en
primer momento los cristianos ganaban la batalla, el
ejército moro se retiró a otra llanura cercana mas grande llamada Campo de Erando, en la parte mas elevada
del Monasterio de Leyre donde al ser mas su número
de hombres tendrían mayor ventaja, pero el rey Fortuño no les dio tiempo para reponer sus escuadrones
en posición de batalla, cargando sobre ellos, que sin
orden se dieron a la fuga por la pendiente abajo del
difícil camino de la Portalada, llamado Cañada Real,
rodeado de árboles y ser la fuga desordenada por sitio
tan estrecho, la matanza fue muy grande, la fuga se
continuó hasta el río Aragón y el puente que llaman
de Gissa, y es el pueblo de Iessa, a media legua mas
abajo del Monasterio y por camino también pendiente y áspero, cerca del castillo de Xavier. Casi a igual
distancia de ambos. En el año 785 se dio la batalla de
Olaft, donde murió el rey de Córdoba Abderramen».
54
El Nuevo Miliario
CALZADA - S 5 - SOS SANGÜESA
Esta calzada la seguiremos desde el cruce de carreteras Sos-Navardún-Sangüesa, frente al cruce, un
ramal sale en dirección a Cáseda por el camino Viejo
la S 4 ya descrita, otro ramal la S 5 continuaba por
la carretera de Sangüesa, y tras poco mas de 2 km.
Subía la cuesta de la granja a la izquierda, al lado de
ella pasa el camino posible ramal que se uniría a la S 4
en el rodeo que hace esta vía; poco mas adelante la S
5 se separaba de la carretera pasando por el costado
de las edificaciones que se encuentran a la derecha,
para después irse acercando cada vez más al canal de
las Bardenas, y enfrente de unas casas de labranza a
poco mas de 1km.. El camino actual salva el canal por
el mismo lugar por donde pasaría la calzada, llegando
la vía al yacimiento romano y medieval de Filleras o
Corral del Boticario, continuando por el camino actual, antigua calzada, para poco después descender
en dirección a la Onsella (río Onsella), que discurre
por debajo del asentamiento, cruzándolo mediante
un puente romano. Hoy solo quedan los restos de un
estribo en la parte de Aragón, puesto que este río hace
de muga o frontera con Navarra.
Pasado el Onsella se une al camino viejo de Sangüesa
-Navardún que discurre siempre paralelo al río, sino
empedrado, si camino terrero, y siguiendo en dirección
a Sangüesa a poco mas de 2 km, giraría un ramal a la
derecha y bordeando «El Real« (despoblado medieval), se dirigiría al cercano despoblado de «Puy de Undués de Lerda» (yacimiento romano y medieval), allí se
juntaba con las que venían de Urriés y Undués, poco
después se unían con la carretera actual de Javier para
proseguir hasta Sangüesa. En todo el trayecto de la vía
S 5 no se ve signo alguno de calzada, sin embargo no
hay ninguna duda que discurría por aquí. Por debajo de
«El Real« se separaría otro ramal girando a la izquierda, y paralelo al Onsella en dirección a Vadoluengo,
palabra compuesta de vado (paso) y luengo (largo),
antiguamente era aquí vadeable el río Aragón.
Los Annales de Navarra año 1034- «Dióse a don Ramiro toda la tierra, que como desde el pueblo de Matidero junto al nacimiento del río Alcanadre, dos leguas
al Septentrión de la villa de Ainsa, hasta el encuentro
del río Aragón, por la parte, que llaman Vadoluengo,
poco mas debajo de Sangüesa, dicho así de un vado
continuado algún trecho, que hace el río Aragón, corriendo por suelo peñascoso, que admite esguazo, por
ir somero, y con poca profundidad».
Año 1135- «Reinando Don Garcia Ramirez en Pamplona, Don Ramiro en Aragón, y Don Alonso en Castilla. Con la entrada tan fácil, y como por su casa, del
Rey Don Alonso de Castilla en Zaragoza, y Plazas de
las nuevas Conquistas, se reconoció el grave daño de
la división de los Reynos… era preciso unir en alguna
forma sus Fuerzas, los Reynos, (Aragón y Navarra)
nº 8, Junio 2009
para hacer frente de oposición á tan poderoso vecino,
que havia de lograr la discordia, y apoderarse de todo,
como havia comenzado con cada uno enseñorearse
de todos. Que unidos en todo el Reynado pasado havian mostrado ser incontrastables, y no solo repelido
la fuerza con estrago, sino introduciéndola felizmente
para escarmiento. Dicen, se señalaron para ello de
cada Reyno tres Señores de mucha autoridad… y
que se señaló para la conferencia el confín de ambos Reynos, que señaló el Rey Don Sancho el Mayor,
Vadoluengo, que es un trecho, que por correr el río
Aragón sobre suelo peñascoso, sufre pasarse á vado
debaxo de la Nueva Sanguesa».
Después del vado lo más probable es que proseguiría en dirección al asentamiento de «los Cascajos».
Subía la cuesta donde hay una fuente posiblemente
de origen romano, para llegar arriba de una terraza
del Aragón, este yacimiento tiene forma rectangular,
aprovecharon las altas pendientes que lo rodean por
tres sitios y la cuarta mas vulnerable que da a una gran
llanura, defendida con un foso actualmente cubierto de
cascajo y usado como viña.
Se distinguen restos de la vía hasta la entrada a un
costado del foso, de lo que parece ser un campamento
de invierno por los cimientos de muralla de piedra en
todo su perímetro (los campamentos de verano no se
construían de piedra). Dentro de este campo se ven algunos trozos de cerámica romana basta, hay cantidad
de cerámica basta y roja brillante a un costado de la
entrada, posiblemente de las tabernas y otros negocios que prosperaban cercanos a los campamentos
romanos. En cuanto a la calzada, no hay vestigios de
continuidad, pero la dureza del terreno haría posible su
paso sin empedrar hasta Cáseda. Actualmente hay un
camino que desde este yacimiento se dirige al cercano
de «Matamoros» en terreno de Aibar, pero no se hallan
restos de calzada.
nº 8, Junio 2009
Molinos romanos en Filleras y restos de puente romano
sobre el río Onsella
Puente de Yesa sobre el río Aragón
El Nuevo Miliario
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LOS CAMINOS DE SANTIAGO VALENCIANOS
Según el Reportorio de Caminos de Pedro Juan Villuga
José Antonio Cezón Alonso
Esta obra, impresa en 1546, incluye un conjunto de
itinerarios, en total 139, que tienen como origen 66
ciudades o lugares peninsulares y como destino 73.
Para este estudio se ha utilizado la edición preparada
por don Isidoro Montiel en 1951, dentro de la colección «Reimpresiones bibliográficas». Ha sido de gran
utilidad la edición actualizada por don Gonzalo Arias
y publicada como Anexo 2 de la publicación periódica
«El Miliario Extravagante» en el año 2002.
En dicho Reportorio podríamos establecer un «ranking» en función del número de itinerarios que se originan en cada uno de esos lugares o ciudades, así
como otro de destinos, pero dicho análisis no es objeto
de este trabajo.
En el caso del Reino de Valencia, diremos que 11, de
los 139 itinerarios, tienen como origen la ciudad del
Turia y solo 3 la de Alicante y en el mismo reino, el
monasterio de Valcristo es también origen de uno, el
nº 10.
En cuanto a destinos, ocho lo tienen en Valencia y solo
dos en Alicante, aquí conviene tener en cuenta que
Valencia durante el siglo XVI era la ciudad con mayor
población de España. En el caso del Monasterio de
Valcristo, uno era también el itinerario que finalizaba
en él, el nº 9.
Ciudad
Toledo, capital del reino de Castilla
Valencia, capital del reino de su nombre
Zaragoza, capital del reino de Aragón
Burgos, capital de Castilla
Sevilla, centro del comercio de Indias
Salamanca, centro universitario
Valladolid
Lisboa, capital del reino de Portugal
56
El Nuevo Miliario
En el prólogo atribuido a Pedro Juan de Villuga se
ofrece este itinerario como guía para viajar entre los diversos lugares de la península y para tener a la Iglesia
contenta, incluye entre esos lugares «las seys casas
angelicales de Nuestra Señora», a saber: Montserrat,
El Pilar, Toledo, Guadalupe, Peña de Francia y Burgos.
Sin embargo, solo uno de los caminos tiene como
destino Montserrat, siete Zaragoza, ocho Toledo, dos
Guadalupe, uno la Peña de Francia y seis Burgos, esto
indica que los destinos preferentes no eran las «casas
angelicales» sino las principales ciudades peninsulares (ver tabla datos inferior).
De los restantes destinos, pocos alcanzan los tres
itinerarios, Barcelona, Madrid y Zamora, siendo más
frecuentes 2 y 1. De ellos destaca Barcelona, que por
población ocupaba el quinto lugar (2), Madrid, que aun
no era capital de España, ocupaba el 33º y Zamora
el 31º.
Santiago, motivo de este trabajo, parece conservar su
importancia en el plano espiritual, que no en el demográfico, ni en el político ni en el comercial. Precisamente los tres itinerarios que finalizaban en dicho lugar de
peregrinación tenían origen en Valencia y Alicante.
Número de orden en población (1)
8 itinerarios
6º
8
«
1º
7
«
7º
6
«
19º
5
«
2º
4
«
16º
4
«
3º
4
«
-
nº 8, Junio 2009
Mapa 1. Acompaña a la edición consultada y podría considerarse
de la época, sin embargo se aprecian diferencias respecto al
texto. Se han destacado los dos itinerarios estudiados.
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
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Mapa 2. Detalle del trazado de ambos itinerarios en las
proximidades de la ciudad de Madrid.
El tercer itinerario listado se puede clasificar como
complementario y arranca de Finisterre, lugar al que
según se dice, también debían llegar los peregrinos
durante la Edad Media, lo curioso es que según el
Reportorio, Finisterre es destino desde La Coruña y
origen para ir a Santiago (its. 24 y 25 respectivamente)
o sea, al revés de lo que parece propio de esta peregrinación. Curioso nos puede parecer ahora que ninguno
de los dos itinerarios estudiados se aproximaran a
menos de 80 km de Madrid (Mapa 2).
En cuanto a las casas angelicales, cada uno de los dos
itinerarios estudiados visita una, el de Valencia visita a
la Virgen Blanca en Burgos y el de Alicante a la Virgen
del Sagrario en Toledo.
La difícil comunicación entre Valencia y Alicante es
fruto de la orografía; entre las provincias de Alicante y
Valencia irrumpe el extremo oriental de las cordilleras
béticas, cuyas sierras de Alcoy, Mariola y Aitana (2)
dificultan la relación directa entre ambas capitales.
Burgos, importante centro del comercio textil, a través de Cuenca, el alicantino se orienta hacia Toledo,
entonces la capital de los reinos, a través de Albacete
y desde Toledo se dirige a Medina del Campo, importante centro comercial y financiero de la época y 9ª
ciudad en población, con más de 20.000 habitantes,
solo entonces toma el camino directo hacia Santiago,
tan directo que marcha directamente hacia Astorga,
dejando a un lado o incluso evitando ciudades como
Ávila y Valladolid, pese a ser esta última la tercera
ciudad del reino, así es de suponer que recuperarían,
respecto a los valencianos, el tiempo perdido a su paso
por Toledo, también supongo que su visita a Medina
no sería desinteresada.
Curioso resulta, en nuestros días, el cambio en la relación de distancias entre ambos itinerarios:
Valencia-Santiago . . . en 1546 . . . . . . . . 188 leguas
. . . . . . . . . . . . . . . . . . en la actualidad . . 970 km
Alicante-Santiago . . . en 1546 . . . . . . . . 178
. . . . . . . . . . . . . . . . . . en la actualidad . . 1.040 km
En consecuencia los itinerarios a Santiago eran distintos para ambas capitales como se aprecia en el mapa
1, sin embargo en el mismo mapa también se observa
que los objetivos secundarios de ambos itinerarios
son distintos, mientras el valenciano se orienta hacia
58
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
ITINERARIO 67. DE VALENCIA A SANTIAGO.
Veamos con más detalle el desarrollo de ambos itinerarios comenzando por el valenciano. Para ello propongo dividirlo en varios tramos:
Primer tramo
Valencia a Cuenca . . 34 leguas
Segundo tramo Cuenca a Atienza . . . 27,5 leguas
Tercer tramo
Atienza a Burgos. . . . 28 leguas
Cuarto tramo
Burgos a Astorga . . . 40 leguas
Quinto tramo
Astorga a Santiago . . 57 leguas
El recorrido hasta Astorga era de 131 leguas y el total
hasta Santiago de 188 leguas.
El 4º tramo se ha configurado por ser Astorga el lugar en que confluían ambos itinerarios, valenciano y
alicantino y permitir así la comparación entre ambos;
el 5º tramo queda fuera del objeto de este estudio por
ser común a ambos y quedar incluido en el Camino de
Santiago o Camino Francés, ampliamente estudiado
por numerosos autores.
Primer tramo, Valencia a Cuenca
En su inicio coincide prácticamente con la actual N III:
a Quart 1 legua, a Chiva 4, a Siete Aguas 2, a Requena
3, a Utiel 2, a Caudete (de las Fuentes) 1, a la Venta
Nueva 2, (que reducimos a Villargordo del Cabriel, a
14 km de Caudete, IG 693). La comparación con las
distancias reales muestra la dispersión de medidas
para la legua típica de toda la obra, así a la legua de
6 km de Quart de Poblet, se opone la de 4,5 km entre
esta población y Chiva; las 2 leguas a Siete Aguas
muestran una evidente errata de imprenta, pues para
cubrir los 23 km existentes sería necesario añadir al
menos otra legua, con lo cual el valor sería aun superior a 7 km.
Sin embargo es curioso advertir que sumando la distancia total desde Valencia a Villargordo, obtenemos
15 leguas, como la distancia real es de 94 km, obtenemos un valor medio de la legua de poco más de 6
km. ¡Sorprendente!
Desde Villargordo, separándose hacia el norte de la
citada N III, sigue el itinerario una legua más hasta el
Puente de Pajazo, sobre el río Cabriel, que ha sido
objeto de una reciente prospección (3); este puente
se encuentra hoy día bajo las aguas del embalse de
Contreras y puede situarse aproximadamente a 2 km
al norte del Rabo de la Sartén. El itinerario seguiría
durante 2 leguas hasta la población de La Pesquera
por un terreno bastante accidentado, al Campillo de
Altobuey 3, aquí se separaban otros itinerarios, el 16,
hacia Guadalupe y el 56, hacia Madrid; seguimos a
Almodóvar del Pinar 2 leguas, al Villar del Saz de Arcas
6, a Arcas 1 y a Cuenca 2. Probablemente se habrían
hecho, hasta aquí, tres o cuatro jornadas.
Mapa 3. Valencia – Cuenca. Mapa base: mapa Oficial de
Carreteras, edic. 2004. © Ministerio de Fomento
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El Nuevo Miliario
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Segundo tramo, Cuenca a Atienza
Este es un camino creado durante la repoblación que
era conocido como Camino de Cuenca a Burgos y
anteriormente como Camino del Campichuelo (4) A
Nohales media legua, a Chillarón (de Cuenca) otra media a «Nueua», que reducimos a Noheda, que según
Madoz (5) también era llamado Nueda, hoja IG 586, el
itinerario sigue una media legua a la Venta de Sacidón
(Çacidón), que identificamos con el despoblado actual
de Sacedoncillo y a continuación una legua al Villar de
Domingo García.
Las dos leguas cortas que cubren los 8 km escasos
hasta Torralba, se recorrerían por un camino a levante
de la carretera actual y desde esta población se seguiría el curso del río de Albalate hasta esta localidad para
seguir por el citado Camino del Campichuelo, cruzando el río Escabas a la vista de Priego por el Puente de
la Liendre (ver fotografía); el Reportorio da 3 leguas de
Torralba a Priego, que parecen pocas para 23 km. Se
puede estar de acuerdo o no con el valor de la legua,
pero a igual distancia real debería corresponder igual
número de ellas.
Y lo anterior se repite para llegar a Vindel por Alcantud;
el TN50 y el Mapa de Carreteras (6) cuentan otros 23
km, que también cubren otras 3 leguas. Podrían existir
itinerarios alternativos, pero no creo que ahorrasen
gran cosa. No existe actualmente carretera desde
Vindel a Morillejo, cabeza sur del gran puente de Carrascosa o de Murel sobre el río Tajo, actualmente
en ruinas reducidas a un estribo y un par de pilares
(ver fotografía), probablemente medieval, o según
algunos autores, romano altoimperial (7) ¡como no!
La discusión esta abierta (8) aunque existen trabajos
monográficos (9). La distancia dada, 2,5 leguas, no
esta acorde con los anteriores tramos, pues tiene que
cubrir los 29 km medidos. Lo curioso es que el puente
estuvo en uso, sirviendo a un camino de herradura,
hasta el siglo XIX (10).
Puente de la Liendre
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El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Pasado el Tajo se entra en la provincia de Guadalajara;
a partir de Carrascosa de Tajo el camino esta estudiado (11) y parece existir gran discrepancia en las leguas
dadas y las distancias reales. Desde Carrascosa a
Sotoca hay 8 km para ¡¡media legua!! Por el contrario
Sotoca dista de Cifuentes solo 9 km, para 2 leguas.
Más encajado parece el recorrido hasta Las Inviernas, 11 km para 2 leguas. Distancia equivalente para
llegar a Mandayona, 12 km para 2 leguas, pasando
por Mirabueno.
Tampoco existe carretera para la legua que lleva a
Baides, pero el camino por el Majasalto mide aproximadamente 6 km.
De Baides a Huérmeces del Cerro hay carretera por
Viana de Jadraque de solo 7 km, por lo que parece
sobrar una de las 2 leguas dadas. Por último, el camino de Atienza esta rotulado en la IG 461, ed. 1964,
rodeando por el oeste Santiuste.
Parece oportuno señalar que la ruta desde Gormaz
hasta el valle del Henares, pasando por Atienza,
Huérmeces y Baides, es conocida como Camino de
Fernando I en recuerdo de las aceifas de este rey castellano contra los reinos taifas de Zaragoza y Toledo
(12). Otro valle paralelo, el del río Cañamares condujo
en 921 al rey de León Ordoño II en otra aceifa (13) con
los mismos lugares de base y objetivo.
Puente de Murel
Tercer tramo, Atienza a Burgos
El camino de Atienza a San Esteban de Gormaz es
clásico para los estudiosos de la Edad Media, por su
carácter de ruta de invasión durante la Edad Media;
llega a Miedes y a Retortillo tras recorrer una legua
en cada caso, incluyendo en el segundo un puerto y
encaja en los 5 y 6 km actuales respectivamente, la
siguiente estación es Fresno (Frecio), a 3 leguas, que
siguiendo por Tarancueña, Caracena (tramo sin revestir) y Carrascosa de Abajo serían unos 20 km.
La siguiente legua llevaría a Ínes, no hay carretera,
pero el relieve es suave, (IG 405), siguiendo por Peña
Rodada y Valdínes; una legua «larga» para 7 u 8 km.
Dos leguas a San Esteban de Gormaz o hasta su
puente sobre el Duero, que bien equivalen a 10 km,
a continuación el tramo hasta Huerta del Rey parece
adaptar sus 6 leguas a los 36 o 40 km del recorrido
Matanza- Hinojar- Quintanarraya, con un tramo sin revestir antes de Hinojar. Se ha hecho un estudio parcial
de este tramo (14).
Desde Huerta había que recorrer 3 leguas para llegar
al monasterio de Santo Domingo de Silos, que serían
Mapa 4: Cuenca - Burgos
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21 km por Espinosa y Hortezuelos y si hacemos Cauarinos > Covarrubias obtendríamos la misma distancia
anterior en leguas y en km.
La última estación antes de llegar a Burgos estaba a 4
leguas, la Venta de los Olmos, que hoy día podríamos
reducir a Olmosalbos, a unos 25 km de Covarrubias,
que se corresponderían con las 4 leguas listadas, además por la misma carretera N234, viniendo de Cuevas
de San Clemente, pero un km antes, leemos «Venta de
la Petra», ambos lugares dentro del término municipal
de Revillarruz. Faltan 12 km para llegar a Burgos, así
que nos sobra una de las 3 leguas indicadas.
Cuarto tramo, Burgos Astorga
Nos encontramos ya en el famoso Camino de Santiago, que se caracteriza por tener las estaciones muy
próximas, de las 30 enumeradas, incluyendo Astorga,
una es de 3, otra de 2,5 leguas, 7 de 2 y 17 de una,
también incluye 3 de media legua, así que me limitaré
a comparar el itinerario dado en el Reportorio con una
Guía del Peregrino (15).
Mapa 5: Burgos - Astorga
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A Tardajos - - - - - - - - - - - - - - - - (no hay carretera)
A Rabé de las Calzadas - - - - - - A Hornillos del Camino - - - - - - - A Hontanas - - - - - - - - - - - - - - - (no hay carretera)
A Castrogeriz - - - - - - - - - - - - - - Al puente del río Pisuerga - - - - - (más de la mitad sin carretera)
A Frómista - - - - - - - - - - - - - - - - (pasando por Itero de la Vega)
A Villarmentero de Campos- - - - A Carrión de los Condes - - - - - - A Calzadilla de la Cueza - - - - - - A Santa María de las Tiendas - - A Ledigos- - - - - - - - - - - - - - - - - A Moratinos - - - - - - - - - - - - - - - A S. Nicolás del Real Camino - - A Sahagún - - - - - - - - - - - - - - - - A Bercianos del R. Camino - - - - Al Burgo Ranero- - - - - - - - - - - - A Reliegos - - - - - - - - - - - - - - - - A Mansilla de las Mulas- - - - - - - (puente sobre el río Esla)
A Villarente - - - - - - - - - - - - - - - (puente sobre el río Porma)
A León - - - - - - - - - - - - - - - - - - - A Trobajo - - - - - - - - - - - - - - - - - A La Virgen del Camino- - - - - - - A Valverde - - - - - - - - - - - - - - - - A San Miguel del Camino - - - - - A Villadangos - - - - - - - - - - - - - - A Hospital de Órbigo- - - - - - - - - (es el puente del Paso Honroso)
A Estébanez de la Calzada - - - - A Justo de la Vega - - - - - - - - - - Astorga - - - - - - - - - - - - - - - - - - (Final del tramo)
2 leguas - - - - - - 11 km
1 legua- - - - - - 1.5 km
1 legua- - - - - - - - 8 km
1 legua- - - - - - - 11 km
1 legua- - - - - - - - 9 km
2 leguas - - - - - - 11 km
2 leguas - - - - - - 15 km
2 leguas - - - - - - - 9 km
2 leguas - - - - - - 10 km
2 leguas - - - - - - 17 km
1 legua- - - - - - - - 2 km
1 legua- - - - - - - - 6 km
2,5 leguas - - - 5,5 km
0,5 legua 2,5 km
1 legua- - - - - - 6,5 km
2 leguas - - - - - - 10 km
1 legua- - - - - - -7,5 km
1 legua- - - - - - - 13 km
1 legua- - - - - - - - 6 km
1 legua- - - - - - - - 6 km
3 leguas - - - - - - 10 km
0,5 legua - - - - - - 2 km
0,5 legua - - - - - - 3 km
1 legua- - - - - - - - 3 km
1 legua- - - - - - - - 2 km
1 legua- - - - - - - - 7 km
2 leguas - - - - - - 12 km
1 legua- - - - - - 5,5 km
1 legua- - - - - - 6,5 km
1 legua- - - - - - 3,5 km
Fin de parte del itinerario nº 67 de Villuga desde Valencia a Astorga (Santiago)
ITINERARIO Nº 50. DE ALICANTE A SANTIAGO
He dividido el itinerario alicantino de una forma similar
al valenciano:
Primer tramo: Alicante-Albacete que eran
Segundo tramo: Albacete-Toledo
Tercer tramo: Toledo-Medina del Campo
Cuarto tramo: Medina del Campo-Astorga
Quinto tramo: Astorga-Santiago
26 leguas
35,5 leguas
35,5 leguas
25 leguas
56 leguas
Como ya dijimos arriba, el quinto tramo no se incluye
en este estudio, así la distancia total a Santiago era de
178 leguas y hasta Astorga 122 leguas. La variación
en la medida del quinto tramo esta en el texto original,
aunque suponemos sea un error de imprenta. A la vista
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de los datos, el camino era nueve o diez leguas más
corto desde Alicante que desde Valencia.
Primer tramo, Alicante a Albacete
A 4 leguas de Alicante se llegaría a las proximidades
de Monforte del Cid, probablemente pasando por San
Vicente del Raspeig, Verdegas, apeadero del ferrocarril y Venta de Agost y Pozoblanco (IG 871), este
camino sigue el trazado del ferrocarril y evita el paso
por las sierras de Fontcalent y de las Águilas, aunque
alarga la distancia casi una legua con respecto al actual trazado de la N330.
Desde aquí, reduciendo el topónimo «Aldea» a Elda,
seguiría el viajero hasta Villena, como decía arriba, la
aproximación a Monforte sería la necesaria para evitar
la Serreta Larga y el sistema montañoso de la Sierra
del Cid y para ello sería preciso aprovechar el corredor
formado por el río Vinalopó a la altura de la actual estación ferroviaria de Novelda-Aspe; quizás descansaría
en el Ventorrillo de Blanca; este camino tiene unos 12
km, aproximadamente las 2 leguas indicadas.
Villena, tras un recorrido de 9 leguas, probablemente
sería un buen lugar de parada, si el viajero lo hacía en
vehículo o sobre cabalgadura, en cambio la siguiente
jornada sería más rápida, hasta Yecla, como demuestra la distancia recorrida, 4 leguas; sin embargo tengo
mis dudas con respecto al paso por Villena, ya que
supone un rodeo con respecto a otros caminos que
también evitan la Sierra de Salinas, por ejemplo el camino que una vez rebasado Sax, sigue por el Prado del
Lancero hasta el Puerto de la Harina y llega a Yecla por
una carretera actualmente abandonada hasta llegar a
la estación depuradora.
Desde Yecla el viajero seguiría a la Venta de Juan Gil,
que no he conseguido reducir, aunque Villuga nos
indica que se encuentra en mitad de las 4 leguas que
cuenta desde aquella ciudad hasta Montealegre del
Castillo. La distancia medida sobre plano (IG 818) es
de 28 km y a 14 km de Yecla, en su término, encontramos las Casas de los Ibáñez, que al parecer son
dos, una a cada lado de la ruta y cerca del Aguadero
concejil; esta ruta es la que poco más adelante pasa
por el Cerro de los Santos, ya en Albacete.
La siguiente estación sería «Guaza», a una legua de
Montealegre y a 3 de Xétrola, desde aquí el itinerario
se simplifica, pues a otras 3 leguas señala Chinchilla
de Montearagón, hito bien visible por su situación sobre un cerro que no creo fuera necesario subir, pues
las ventas o lugares de paso se encontrarían abajo, a
levante. Para resolver este tramo tenemos pendientes
dos reducciones. Si trazamos una recta imaginaria
entre Montealegre y Chinchilla, veremos que pasa por
Corral Rubio, que no aparece en el itinerario, pero a 4
km antes de esta población encontramos en la IG 818
El Nuevo Miliario
63
Mapa 6. El itinerario 50 coincide con la actual ruta
Albacete- Madrid hasta Las Pedroñeras, desde donde se
dirige hacia Toledo, atravesando tramos en desuso o ya
desaparecidos de la red de carreteras.
(ed. Mil. 26-32) una Casa Aguaza, aunque a 12 km
de Montealegre, ¡muchos kilómetros para una legua!
¿será una omisión del copista? Al lado se encuentra
una ermita dedicada a san Isidro.
En cuanto a Xétrola parece inevitable reducirla a Pétrola, ya que se encuentra a mitad de camino entre
Aguaza y Chinchilla, esto es, a 18 km de cada una o a
3 leguas, según Villuga. La única diferencia numérica
esta entre Aguaza y Montealegre, según he dicho
más arriba. Por último, las 2 leguas entre Chinchilla y
Albacete encajan, con buena voluntad, con los 14 km
que señala la IG 791 para la N 430.
Segundo tramo, Albacete a Toledo
Saliendo de Albacete y atravesando La Gineta, a 3
leguas, se sigue hasta La Roda, otras 3, El Provencio
a 4 leguas y desde aquí a Las Mesas, 3 leguas que
actualmente supone un recorrido de 22 km, por Las
Pedroñeras, pero la hoja IG 715, ed. 1942, señala un
camino, que con el curvímetro mide 17 km, valor más
afín con las 3 leguas dadas por el Reportorio. La
siguiente estación, Manjavacas, término de Mota del
Cuervo, IG 714, es una aldea rodeada de lagunas,
64
El Nuevo Miliario
sorteando las cuales hay distintos caminos cuyo trazado supongo variaría con el nivel que tuvieran cada
año dichas lagunas; el que parece más directo da con
curvímetro 11 km y a vuelo de pájaro, poco más de 10,
lo que indica que aquí también se quedó corto nuestro
autor, que solo indica una legua.
El Toboso, se encuentra a 15 km medidos también manualmente, excesivos para las 2 leguas dadas, pese
a ser el camino muy rectilíneo. Esto demuestra que
las distancias fueron dadas «a ojo de buen cubero» y
que solo pueden ser tomadas como aproximación a la
realidad, quizá con más valor relativo que absoluto.
A La Puebla de Almoradiel, a 2 leguas, se llegaría directamente por el camino así rotulado en IG 688, ed.
1988, La Villa de don Fadrique, una legua un poco larga y Villacañas, a 2 bastante más cortas, Tembleque a
3 cumplidas y desde aquí a Villanueva de Bogas por el
rotulado Camino de Toledo IG 658, 2 leguas normales
y desde aquí hacia Almonacid, cuyo castillo se divisa
a poco de salir del pueblo, a 2 km, desde el puente del
molino, junto a la fuente de la Almendrilla (cegada),
que permitía (ahora no, sin vehículo TT) cruzar el río
Algodor mejor que el vado, de época romana, situado
nº 8, Junio 2009
aguas abajo. A 3 leguas por camino, en regular estado,
denominado De la Mancha, se encuentra Almonacid y
de aquí a Nambroca, 1 y ½ª leguas y llegada a Toledo
por el puente de Alcántara, otras 2 leguas. Resumiendo, el camino «toledano» comenzaba precisamente
en El Provencio.
menos, 15 km. En Escalona el río se atraviesa por un
largo puente de once ojos, del cual no he encontrado
la menor referencia en los autores de la provincia. A
continuación se sube una larga cuesta hasta la población, pasando la carretera actual entre la misma y el
arruinado alcázar de don Álvaro de Luna.
Tercer tramo, Toledo a Medina del Campo
Ya en las estribaciones de la Sierra de Gredos, el camino pasa por Paredes de Escalona, una legua que
actualmente representa 4 km y por Cadalso de los
Vidrios, en la provincia de Madrid, con otro recorrido
de 2 leguas durísimas, por un camino que aprovecha
un tramo del Cordel de Merinas poco antes de cortar la
carretera entre Almorox y Cenicientos, con una longitud
de 12 km y un perfil ascendente entre cotas de 490 y
802 metros. La carretera actual esta al oeste y pasa por
Cenicientos, también con un trazado poco cómodo.
Visitada la Imperial Ciudad y por supuesto la catedral
primada, «casa angelical» de Nuestra Señora del Sagrario, la salida de Toledo sería por la Puerta Vieja de
Bisagra o Puerta de Alfonso VI, ya que la de Bisagra
estuvo en obras desde 1545 a 1550 Esta puerta además fue restaurada por Carlos V con diseño de Alonso
de Covarrubias y las obras se iniciaron en 1559 para
ser finalizadas en 1562 (16). En fin, que en el tiempo de
Villuga utilizarían la primera para tomar el Camino Real
de Castilla atravesando la Vega y siguiendo aproximadamente la actual carretera rotulada en dirección Ávila
hasta el Puente sobre el Guadarrama. Tal puente esta
citado en los itinerarios 20, 21, 50 y 73. En el mismo
lugar existía (y existe) una venta en la orilla oriental del
río Guadarrama y como tal Venta Guadarrama se cita
en los itinerarios 18 y 108, tratándose en todos los casos, del mismo lugar geográfico. La distancia indicada
desde Toledo es de 2,5 leguas que corresponden a
unos 14,5 km actuales.
En los itinerarios 20, 21 y 73 este trayecto se divide en
dos tramos mediante una estación o parada intermedia citada como Lázaro Buey, a ½ legua de Toledo;
aunque no he encontrado referencias, es fácil situarla
en la Venta de San Isidro, a unos 3 km de la capital,
lugar en que sale un ramal de la carretera en dirección
a Albarreal de Tajo y pasaría el río Guadarrama por el
Vado de la Puebla, IG 629 (1ª ed. 1882).
Desde el puente sobre el Guadarrama y dejando a un
lado, (o, ¿pasando por él?) el mal llamado Puente de
Villamiel (16), en realidad, Puente de la Charca, término de Bargas, el itinerario pasa por Villamiel, a ½ legua
(4 km), por Huecas, otra legua (casi 7 km) y Novés,
una legua más, sin pasar por Fuensalida, siguiendo
un camino carretero bien señalado en la IG 603 (ed.
1966), la distancia medida con curvímetro es de 7 km,
pasando cerca del caserío de Rodillas.
Por terreno llano, siguiendo el cauce del arroyo homónimo, llega al magnífico castillo de San Silvestre, de
factura similar al de Maqueda, aunque más articulado,
recorriendo ½ legua (4 km) y sobre una vía ganadera
durante otra media legua, algo más larga que la anterior (5 km), alcanza la pequeña aldea, hoy municipio de
Quismondo, evitando el paso por Maqueda.
Desde Quismondo anota 2 leguas hasta Escalona, a
orillas del río Alberche, sin embargo no hay carretera
actual y el recorrido medido sobre el mapa tiene, al
nº 8, Junio 2009
La bajada hacia la Venta de los Toros de Guisando
es de una legua y sigue la carretera actual con pocas
variaciones en 7 km, (IG 557) a ½ legua se encuentra
la Venta de Tablada (2km) y de aquí a Cebreros, no por
la actual carretera de 12 km que cruza el río Alberche
por Puente Nuevo, sino por la vía ganadera que lo cruza
por el Puente de Valsordo, junto a la venta del mismo
nombre y que sirve de mojón entre términos, el camino
sube a Cebreros por las Ermitas de Valsordo, IG 557.
Por aquí el recorrido se acorta a menos de 10 km, que
encajan mucho mejor con la legua y media propuesta.
Para llegar a San Bartolomé de Pinares, hay carretera
con un recorrido de 20 km que en el Itinerario se divide
en dos tramos, uno de dos leguas y media hasta la
Venta de la Palomera y otro de una hasta la Venta de
San Bartolomé; para encontrar la Palomera, podemos
buscar un topónimo adecuado, por ejemplo, Fuente de
la Venta, en el p.k. 110, es decir, a 15 km de Cebreros y
a 5 de San Bartolomé, que encaja con la medida dada
en leguas (IG 531, 1ª ed. 1944).
El camino entre S. Bartolomé de Pinares y Mediana de
Voltoya, es de tres leguas con una parada intermedia,
la Venta de Mojapán. Tenemos un punto señalizado
como «Camino Real» en la flamante carretera MadridÁvila por El Escorial, en el Puerto de las Pilas (ver
ilustración 5).
La medición sobre la hoja IG 531 a dicho puerto es de
unos 10 km, muchos para una legua, con una fuerte
subida desde El Herradón, siguiendo sucesivamente
los cursos del Río Gaznata y del Arroyo del Molón, en
cambio la bajada por el valle de Valdelavía, topónimo
muy apropiado, es bastante fácil hasta Bernúy- Salinero, 7 km, de aquí hasta Mediana de Voltoya, 5 km
por camino rotulado en IG 506 (2ª ed. 1966); en total
12 km para las 2 leguas dadas, pero la legua entre S.
Bartolomé y el Puerto de las Pilas resulta demasiado
larga, lo que nos indica que la Venta de Mojapán habria
El Nuevo Miliario
65
Ilustración 3. Puerto de las Pilas, el itinerario atravesaba la
actual carretera de El Escorial a Ávila; en la foto el camino
llega subiendo desde la Venta de Mojapán y El Herradón.
Ilustración 4. Arévalo, puente de Valladolid, actualmente
soterrado bajo el nuevo, sobre el que pasa la carretera
local a Donhierro.
que buscarla antes del puerto, abajo, más cerca del
citado Río Gaznata.
Ilustración 5. Puente de Valladolid, en Arévalo, sobre el río
Adaja, actualmente soterrado. Detalle de uno de los arcos,
claramente ojival.
Desde Mediana el camino se sigue con facilidad, la
Venta de San Vicente esta rotulada en IG 506 en término de Tolbaños, hay una cañada ganadera y un
camino carretero casi paralelos con similar medida
de 5 km para una legua. Varios caminos llevan a Mediana: Toledano, del Cabildo, a Escaloñilla, etc con
longitudes equivalentes, 10 km para dos leguas. Un
par de leguas más y estamos en Santo Domingo de las
Posadas, bien por el Cordel de Ganados, o pasando
por Escaloñilla.
Como Santo Domingo se encuentra en la carretera de
Ávila a Adanero y Pajares de Adaja también, pero cruzando el río, basta seguir dicha carretera dos leguas
(14 km) para llegar al primero, otras dos al segundo y
3 más para llegar a Arévalo. Un detalle, entre Pajares
y Orbita hay un rectilíneo camino carretero de 8 km y
los otros 8 o 9, hasta 17, siguiendo la vía del tren, pero
rebasando la estación y el puente actual de entrada en
Arévalo hasta llegar al pié del castillo, para cruzar el
río Adaja por el Puente de Valladolid (18), actualmente
soterrado (ver ilustraciónes 4 y 5), junto a otro puente
que sirve a la carretera local a Don Hierro. Dada la
importancia que adquirió Arévalo en el siglo XV es de
suponer que los viajeros tomaran posada en ella.
El resto del viaje, ya por la actual A6, poco tiene que
investigar, Ataquines, a tres leguas, San Vicente del
Palacio, a 1 ½ y Valverde a otras tantas, pero que no
figura en ningún mapa, por lo que hay que suponerlo
hacia el p.k. 153, a levante del mismo, encuentro un
topónimo: Los Verdinales y a poniente otro: La Gran
Hierba. La llegada a Medina supongo sería por la Avenida de Madrid y calle de Simón Ruiz (Embito), cambista, regidor municipal y fundador del hospital de su
nombre, pero posterior a la redacción de este Repor-
66
El Nuevo Miliario
torio, hasta la Plaza Mayor, en la que los cambistas
colocaban sus mesas.
Cuarto tramo, Medina del Campo a Astorga
Hasta Tordesillas, pasando por Rueda, a mitad de camino, que es un camino también señalado por Hernando Colón (5) con un total de 4 leguas para 23 km. Las
3 leguas hasta la Mota del Marqués corresponden con
los 21 km actuales, algo alargadas. Hasta Villalpando,
ya en la provincia de Zamora, el camino era excelente,
como parecen demostrar las 5 leguas (33 km) señaladas desde la Mota, el único terreno «doblado» sería
el del Monte de Almaraz, IG 341.
La «Aldea» mencionada a una legua coincide exactamente con Cerecinos de Campos, a 6 km, pero los 20
km actuales hasta Benavente resultan cortos para las
4 leguas señaladas. No he identificado Los Molinos, a
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Mapa 7. Más allá de Toledo el itinerario no coincide con carreteras en servicio, hasta poco antes de llegar a Arévalo,
donde se confunde con la N VI, excepto en el segmento entre Benavente y La Bañeza.
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Ilustración 6. Histórico puente de La Vizana, sobre el río
Órbigo, término de Alija del Infantado.
2 leguas de Benavente, frente a Fresno o Vecilla de la
Polvorosa, porque parece indudable que se encontraba en la orilla oriental del río Órbigo, ya que la siguiente
estación, a una legua era la Puente de la Beyzana o
Vizana, IG 270, (ed. Mil. 2003) sobre dicho río (ver
ilustración 6) y sirviendo al camino que lleva desde
Maire de Castroponce a Alija del Infantado, los 6 o 7
km actuales también cumplen. Además el puente sirve
de mojón entre las provincias de León y Zamora.
La Nora del Río puede alcanzarse a través de Alija
recorriendo una legua y la Torre citada a continuación
tiene que ser la muy llamativa de Quintana del Marco
(Ver ilustración 7), que esta a otra legua y de allí a La
Bañeza por Santa Elena de Jamuz.
El camino a Astorga tiene pocas variantes posibles,
es de suponer que la N VI seguiría el trazado del viejo
camino durante 2 leguas, actualmente 22 km ¿error
u omisión?
Así finaliza el itinerario nº 50 de Villuga desde Alicante
a Astorga, donde se reuniría con el nº 67 antes tratado
y desde donde los viajeros seguirían hasta Santiago,
su destino final.
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nº 8, Junio 2009
Ilustración 7. Gran torre señorial en Quintana del Marco,
que desde lejos destaca sobre el caserío. Inspiró el
topónimo La Torre en el itinerario 50.
El Nuevo Miliario
69
INTERCATIA
Pedro Alegre Pastor
Tanto se ha escrito sobre esta ciudad, que no sé hasta qué punto pueden resultar de mayor interés otras
teorías sobre su situación. Pero de la diversidad de
opiniones puede salir alguna luz en una cuestión tan
controvertida como ésta. Todo cuanto se ha escrito y
se escriba sobre Intercatia, según mi opinión, es especulativo, entre tanto no tengamos datos fidedignos
arqueológicos que nos muestren su existencia en un
lugar determinado. De lo único que podemos estar
seguros es de su existencia. Pero sí se puede hacer
un meticuloso estudio conjugando los pocos datos que
nos dan los historiadores griegos y romanos, sobre
todo Apiano, las Vías Romanas de Antonino, y una
detenida lectura de un documento existente en la Real
Academia de la Historia de Cipriano Martínez González del año 1874, bajo la signatura 11-2-6-385 núm. 1.
Este documento no lo he visto citado por ninguno de
los investigadores, cuando nos puede dar más luz, que
el Códice Ravennate, que lo único que nos dice es que
una Vía comunicaba Amallobriga con Intercatia.
Yo había intentado conseguir la transformación de las
coordenadas de Ptolomeo a las actuales, y no lo había
conseguido. Pero he aquí que aparece un meticuloso
estudio en El Nuevo Miliario de estas coordenadas, de
Don Tomás F. Tornadijo Rodríguez, pero mi desilusión
fue grande cuando no venían las de Intercatia. Me
puse en contacto con el coordinador de esta Revista,
Don Carlos Caballero, y me facilitó el E. Mail del Sr.
Tornadijo y a los dos o tres días recibía la conversión
de las coordenadas de Intercatia. Las coordenadas
de Ptolomeo 43º 25´ N 10º 15´ W son equivalentes 42º
6´N. 4º 19,5´ W (Véanse cálculos más abajo).
Nueva decepción. Había aparecido una nueva Intercatia, pues estas coordenadas coinciden con : Hito
de Parra en Torquemada. Ya no solamente está en
Villalpando, Aguilar de Campos, Tordehumos, Montealegre, Paredes de Nava, Castroverde de Campos,
Ceinos de Campos, Bolaños de Campos, Villanueva
del Campo, Valderas, Villanueva de los Caballeros,
Villafáfila, Valdunquillo, etc.etc. Ahora también se une
a lista Torquemada.
LOCALIZACIÓN DE INTERCATIA SEGÚN T.F. TORNADIJO
Nº
Nombre
Geographia
Latitud
Longitud
1
Bargiacis
II, 6, 50
43º 25’
9º 45’
2
Autraca
II, 6, 50
43º 15’
10º
3
Segisama Julia
II, 6, 50
42º 40’
9º 50’
4
Cauca
II, 6, 50
42º 20’
10º
5
Intercatia
II, 6, 50
43º 25’
10º 15’
Coordenadas vacceas a situar
Cálculos de localización
70
Meridiano
Grados
Geographia
Cauca
10º
10º
Real
Coca
4º 31’
4,55166º
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
71
Lista X
Cálculos de localización para los vacceos desde Cauca
Resultados de las localizaciones
Punto 1: (42º 6’N, 4º 43’ W), Paredes de Nava (42º 9’N, 4º
41’W): Intercatia [37]
Punto 2: (41º 57,5’N, 4º 31’W), Palencia (42º 1’N, 4º 32’W):
Pallantia [38]
Punto 3: (41º 29’N, 4º 38’W), Pedraja del Portillo (41º 28’N,
4º 38,5’W): Porta Augusta [39]
Punto 4: (41º 12,5’N, 4º 31’W), Coca (41º 13’N, 4º 31’W):
Cauca [40]
Punto 5: (42º 6’N, 4º 19,5’W), Aprox: Hito de la Parra.
Despoblado al norte de Torquemada.
Notas
[37] La reducción se consigue a través del documento de
Hospitium (HEp 9, 478 = AE 1999, 922) encontrado en
Paredes: CASTELLANO, A. y GIMENO PASCUAL, H.
(1999), p. 359-374.
[38] SAGREDO SAN EUSTAQUIO, L y CRESPO ORTIZ
DE ZÁRATE,S.(1979-80), p. 141-168
[39] WATTENBERG, F. (1959), p. 78
[40] SCHÜLTEN, A. (1928)
Siempre ha sido muy discutida la interpretación de la
Geografía de Ptolomeo y sobre todo las coordenadas,
pero la mayor parte de los intentos de las aplicaciones
parciales o concretas de las coordenadas han fracasado. (H. Berger, Geschichte der Wisseuschafl. Erdkinde
der Griechem. 1903, 616 ss.)
Hemos de tener en cuenta que para Ptolomeo la tierra
era mucho más pequeña que lo que realmente es,
pues se ajustó a los cálculos de Hiparco de Nicea y,
por consiguiente, sus coordenadas no son fiables y
nada fácil hacer una conversión a las coordenadas
actuales. Por otra parte Ptolomeo no estuvo nunca
en Hispania.
Yo voy a pretender aportar algunos datos que considero interesantes, después de haber investigado cuanto
es posible investigar, y dar cabida a un artículo en una
revista, y voy a comenzar por las rutas que tuvo que
seguir Lúculo para llegar hasta Intercatia, sin tener en
cuenta las coordenadas Ptolomeo, que para mí no son
en absoluto fiables en la mayoría de los casos, aunque
haya tenido sus aciertos.
72
El Nuevo Miliario
POSIBLES RUTAS SEGUIDAS POR LÚCULO
Una cuestión es ésta muy difícil de dilucidar y todo
cuanto escribamos no deja de ser una mera opinión,
más o menos acertada; sin embargo, es fundamental
para tratar sobre la ubicación de Intercatia. Yo por
más que he revisado el mapa de las Vías Romanas,
que me fue facilitado por Don Gonzalo Arias Bonet,
no encuentro más que una ruta razonable, dando por
supuesto que la mayoría de las Vías Romanas, fueron
trazadas por caminos vacceos ya existentes y que uno
de estos caminos es el que tuvo que seguir Lúculo
con sus legiones y pertrechos bélicos y eligió el más
conocido y transitado: La Ruta de la Plata, que ya es
citada cuando se habla del reino de Tartesos. Las Vías
Romanas en Hiapania son posteriores al 125 a. C, posiblemente, las primeras, de la época del emperador
Octavio 12-19 a. de C.
Partiendo de esta premisa hay varias posibilidades.
Desde Cauca discurría la A-24, que tuvo que ser un
antiguo camino vacceo, que pasando por Simancas
iba directamente a Tela (Medina de Rioseco), pero
antes salía un ramal que atravesaba Amallobriga (según unos Tiedra y según otros Tordesillas) y llegaba
a Pallantia. Cerca de Simancas existen importantes
vados, para poder atravesar el río Duero, por donde
pudo atravesar este río sin gran dificultad. Por lo tanto
si la orden que tenía Lúculo del Senado era conquistar
Pallantia y éste era su deseo, no tenía necesidad de ir
por la Vía G-90 hasta Medina del Campo y continuar
hasta coger la Ruta de la Plata en Ocelo Duri (según
algunos Zamora), posteriormente la Vía Romana Cesar Augusta – Astúrica Augusta, y luego seguir por la
Vía A-26 hasta cerca de Brigaecum (Benavente o Villabrágiro), y desde aquí tomar la –A27 para encontrase
con Intercatia. La pregunta que me hago es si Lúculo
desconocía estos vados a los que he hecho referencia
o si le interesaba, por alguna razón, llegar a Ocelo Duri,
cosa que ni los autores griegos ni romanos nos mencionan. Pero lo más lógico es que partiera por una ruta
muy conocida. En esta época no era muy conocida por
los romanos la extensa estepa de la meseta central.
Lo que parece indudable es que Lúculo llegó a Intercatia por el oeste y que no atacó Brigaecum (suponiendo
que fuera Benavente, (pues también existen diversidad
de opiniones), para no tener que atravesar el río Cea,
puesto que la A-27 salía antes y por otra parte no deseaba enfrentarse con los Orníacos, un pueblo que era
famoso por su ferocidad y muy belicoso.
Como se puede observar doy por supuesto que las
vías romanas fueron trazadas sobre otros caminos
vacceos ya existentes.
Según J.M.Sierra y L. San Miguel los vacceos tenían
ya en la segunda mitad de la Edad del Hierro una importante red de cañadas para la trashumancia de sus
nº 8, Junio 2009
importantes rebaños. De acuerdo con estos datos es
razonable pensar que Lúculo cruzó el Duero por los
vados de la Ruta de la Plata en Ocelo Duri puesto que
una de estas cañadas pasaba por Zamora y tenía un
ramal que empalmaba con la cañada oriental Leonesa,
que partiendo de las cabeceras del Esla -Cea pasaba
por el Oeste palentino para dirigirse hacia Segovia y
por Campo Azálvaro atravesar la Cordillera Central,
pero también empalmaba con la Ruta de la Plata por
otra cañada que aún existe que atravesaba el río Valderaduey por el puente de La Berraca se dirigía y se
dirige hacia Valdunquillo, atraviesa su término municipal, pasa por Roales y llega hasta Castrogonzalo con
dirección a la Ruta de la Plata. Por esta cañada trazaron los romanos la Vía A-27. Posteriormente hablaré
con más detenimiento sobre esta vía.
TESTIMONIOS SOBRE INTERCATIA
Polibio en uno de los fragmentos que se conservan
de su Historia (34.9.13. 3) dice: «Citando las tribus y
la región de los vacceos y de los celtíberos entre las
ciudades se incluye también a Segesema e Intercatia».
No dice más, por lo tanto poco podemos sacar en consecuencia, a no ser la existencia de esta ciudad. Polibio
acompañó a Escipión como su historiador en la mayor
parte de sus campañas bélicas y ambos se tenían un
gran aprecio. Escribió una Historia de Roma en 40
libros de los cuales solamente se conservan los cinco
primeros y algunos fragmentos de los otros. Este es el
fragmento: Ta\ twªn )Ouakkai¿wn kai\ Kelti¿berwn
e)¿qnh kai\ xw¿ra diecew¿n sulle¿gei taiªj po¿lesi
kai\ Segesa¿man kai\ (Interkati¿an).
Estrabón. Dice lo mismo que Polibio. (3.4.13.1)
Valerio Máximo: (Hechos y Dichos III, II, 6). Escipión
Emiliano, cuando militaba en Hispania bajo las órdenes
del general Lúculo, y estaba asediada la muy fuerte
ciudad de Intercatia, fue el primero que escaló sus
murallas.
El texto latino dice: (Scipio Aemilianus, cum in Hispania
sub Luculo duce militaret, atque Intercatia praevalidum
oppidum circumsederetur, primus moenia eius conscendit.) Nada nos aclara sobre su situción.
Plinio y Floro tampoco nos aclaran nada, lo único
que hacen es mencionar Intercatia. Plinio fue Procurador Romano en Hispania en el año 73 d. de C. Si se
hubiera conservado la obra completa de Plinio es lo
más probable que hubiéramos podido obtener datos
concluyentes.
Tambíen es citada en la Tábula Pentigeriana siglo IV
y por otros diversos autores.
Apiano: Iberica ( 210. 1 – 233. 3; 49.20.- 55.17 según
otra numeración de párrafos).
nº 8, Junio 2009
El Historiador griego Apiano, que era natural de Alejandría y debió nacer alrededor del año 95 d. C. en su
Historia de Roma, en la parte indicada, es el historiador
que nos habla con mayor detalle sobre Intercatia. El siguiente es el texto completo. Podemos sacar una gran
cantidad de datos puesto que nos da más o menos la
toponimia del lugar
«Los romanos estaban sufriendo constantes derrotas
en Iberia y el Senado recluta un ejército para Iberia
mandado por el cónsul Licinio Lúculo que llevaba como
lugarteniente a Cornelio Escipión, quien poco después
destruyó Cartago y más tarde Numancia.
» Lúculo se puso en camino y Marcelo anunció públicamente la guerra a los celtíberos. Roma desea dar fin a
la guerra antes de la llegada de Lúculo y llama a su lado
al portavoz de los celtíberos en Roma, pero después
de esta entrevista 5.000 Arévacos ocuparon Negobriga y Marcelo se puso en marcha hacia Numancia
acampando a una distancia de ella de 5 estadios (925
metros). El jefe de los numantinos Liteunón, haciendo
un alto, dijo a voces que quería reunirse con Marcelo
para negociar. Cuando estuvieron reunidos afirmó que
los Velos, Titos y Arévacos se ponían voluntariamente
en manos de Marcelo. Éste, feliz por la noticia, exigió
rehenes y dinero a todos ellos y después de recibirlo
los dejó libres. De este modo terminó la guerra de los
Belos, Titos y Arévacos antes de la llegada de Lúculo.
» Pero este último, que estaba deseoso de gloria y
necesitaba dinero, realizó una incursión contra los
Vacceos, otra tribu celtibérica, vecina de los Arévacos,
sin haber recibido ninguna orden de Roma y sin que
los vacceos hubieran hecho la guerra a los romanos
y ni siquiera hubieran cometido ninguna falta contra
Lúculo.
» Después de cruzar el río Tajo llegó a la ciudad de
Cauca (Coca) y acampó frente a ella. Los de Cauca
mataron a muchos romanos y tuvo lugar un combate
en toda regla y los de Cauca resultaron vencedores durante algún tiempo, hasta que les faltaron los dardos.
Entonces intentaron huir, pero acorralados delante de
las puertas de la ciudad murieron unos 3.000.
» Al día siguiente los más ancianos, coronados y portando ramas de olivo de suplicante, preguntaron a
Lúculo qué tenían que hacer para ser amigos. Éste
les exigió rehenes y cien talentos de plata y les ordenó que su caballería combatiera a su lado. Cuando
todo lo que había pedido lo cumplieron decidió poner
una guarnición dentro de la ciudad e introdujo a 2.000
hombres a quienes ordenó que ocuparan las murallas
y cuando cumplieron la orden a toque de trompeta dio
la señal para que mataran a todos los de Cauca. Solamente se salvaron unos pocos además de los 20.000
que consiguieron escapar. Lúculo devastó la ciudad y
cubrió de infamia el nombre de Roma.
El Nuevo Miliario
73
» Los demás bárbaros corrieron juntos desde los campos hacia zonas montañosas o ciudades más poderosas llevándose cuanto pudieron y prendiendo fuego a
lo que dejaban para que Lúculo no pudiera encontrar
nada.
» Lúculo después de haber recorrido una gran extensión de tierra desértica, llegó a la ciudad de Intercatia, en la que se habían reunido, en su huida, más de
20.000 soldados de infantería y dos mil de caballería.
Lúculo los invitó a firmar un tratado, pero ellos le echaron en cara su actitud vergonzosa en Cauca y le preguntaron si les invitaba con las mismas garantías que
a aquellos. Lúculo asoló los campos y estableció un
asedio. Cavó muchas trincheras en torno a la ciudad
y ponía continuamente sus tropas en orden de batalla
provocando a la lucha. Pero los de Intercatia, no respondían del mismo modo y solo atacaban lanzando
proyectiles.
» Con frecuencia uno de Intercatia salía a caballo a la
zona que mediaba entre ambos contendientes adornado con una espléndida armadura y retaba a combate
singular a aquel de los romanos que aceptara y como
ninguno le hacía caso se burlaba de ellos y ejecutando
una danza triunfal se retiraba. Después de ocurrir esto
varias veces, Escipión, que todavía era un hombre joven, aceptó el reto y gracias a su buena suerte obtuvo
el triunfo, a pesar de su pequeña estatura.
» Esta victoria envalentonó a los romanos, pero durante la noche se llenaron de temor, porque todos los de
Intercatia que habían salido a forrajear antes de que
llegara Lúculo, al no poder entrar en la ciudad, por
estar sitiada por éste, comenzaron a correr alrededor
del campamento dando gritos y provocando un gran
alboroto. Los que estaban dentro les coreaban. Lo que
invadió de un extraño temor a los romanos. A ello se
unió el cansancio y el no poder dormir por causa de
las guardias y la falta de costumbre de la comida del
país. No tenían vino, sal, vinagre, ni aceite y comían
gran cantidad de carne de venado y de liebre sin sal
y enfermaban del vientre y muchos incluso morían.
Por fin, cuando Lúculo terminó el muro para el asalto,
golpeando las murallas consiguieron echar abajo una
parte, penetrando a la carrera en la ciudad. Pero no
mucho después fueron obligados a retirarse y se precipitaron, por desconocimiento, en un foso de agua,
donde murieron la mayor parte. Durante la noche los
de Intercatia volvieron a construir la parte de la muralla que había sido destruida. Ambas partes sufrían
hambre. Escipión prometió a los de Intercatia que si
pactaban no quebrantarían los tratados. Le creyeron
por su prestigio y puso fin a la guerra bajo las condiciones siguientes:
» Los de Intercatia entregarían 10.000 sagos, (el sago
era una prenda de abrigo que vestían los vacceos
y celtas en general hecha con lana de oveja negra)
74
El Nuevo Miliario
cierta cantidad de ganado y cincuenta hombres como
rehenes. Pero Lúculo no consiguió el oro y la plata
que había pedido. Y es que no lo tenían y ni siquiera
aquellos celtíberos daban valor a estos metales.»
La victoria de Escipión Emiliano es relatada en numerosas fuentes, y algunas con un sentido cómico
o burlesco, como la que hace Plinio cuando refiere
cómo Estilicón Preconino se burla del sello con el que
firmaba el hijo del guerrero de Intercatia matado por
Escipión, que al parecer reproducía la escena del combate.
A continuación, finaliza Apiano, se dirigió a Pallantia
(Palencia, mas también hay quienes opinan que Pallantaia no fue la actual Palencia). Pero en Pallantia
Lúculo recibió un nuevo descalabro y al faltarle los
víveres se retiró hacia el Duero.
Así terminó la guerra de los vacceos que Lúculo hizo
contra el decreto del pueblo de Roma. Pero nunca fue
juzgado por ello.
Hemos llegado al punto álgido de la cuestión que estamos tratando: Buscar la situación de Intercatia y
para ello hemos de analizar muy detenidamente, no
solamente lo que nos dice Apiano y las coordenadas
de Ptolomeo, sino también otros historiadores y sobre
todo las Vías Romanas de Antonino y La Memoria explicativa de la calzada romana de Astorga a Palencia
por Benavente de Cipriano Martínez González.
Del texto de Apiano se desprende que Lúculo no atacó
Numancia, debió ir directamente contra Coca, después
de desembarcar en Iberia, posiblemente en Tarraco.
Existen Intercatias para todos los gustos, como hemos
visto, pero ¿se ha hecho un detenido y meticuloso estudio para poder afirmar categóricamente que Intercatia estuvo situada en un lugar determinado? Yo pienso
que no. El que se hayan encontrado utensilios, joyas
o teseseras en lugares determinados no demuestra
nada. Los utensilios de cualquier clase, las joyas o las
teseseras, son fácilmente transportables y es lógico
que el intercambio entre los vacceos de una de sus
ciudades con otra fuera frecuente.
Mas, vayamos por partes y veamos el significado etimológico de la palabra Intercatia y seguidamente lo
que han dicho algunos de los escritores o historiadores
sobre esta ciudad.
La palabra Intercatia, desde luego no es latina. Está
compuesta de la latina «inter» = entre y la celta «catia». Según algunos lingüistas catia significa «vega»,
«navajo», «río o arroyo», «nava», «valle», «lugar pantanoso». Si la etimología es correcta significaría «entre
vegas», «entre navas», «entre lugares pantanosos»
o «entre valles», «entre ríos o entre arroyos». Lo cual
nº 8, Junio 2009
quiere decir que tuvo que estar situada en una altura,
como todas las ciudades «briga» conocidas.
P. L . Cardeñoso hace otra derivación etimológica y
sostiene que se deriva de interquercus, palabra latina
que significa «entre encinas o entre robles». Pero por
la semántica se desprende que esto no es posible.
«Quer» no se trasformó «ca», siguió manteniendo el
«quer» (quercina, querciforme, quercíneo, quercita,
quercitrón, querco, etc. ). La evolución de las vocales
latinas en el castellano o mejor dicho en el dialecto
romance, es conocida por aquel que haya estudiado
aunque haya sido someramente la historia de la lengua
castellana. La «e» breve o abierta se transformó «ie»
(terra = tierra), en algunos casos, y en otros ni siquiera
cambió, (terrenalis = terrenal). La «e» larga o cerrada
no tuvo cambio (rete = red). El grupo «qu», si no está
al inicio de palabra , únicamente cambia cuando va
seguido de «a» (aqua =agua), pero ante las demás se
transforma en «g o c» cuando está al inicio de palabra
o se conservó inalterado (quietatio =quietud, quintus
=quinto, quindicem = quince, quietus = quieto). En
cuanto a la «c» sólo sufre transformación cuando va
entre vocales y lo hace en «ge» suave «ga, go, gu»
Algunas palabras de origen celta cambiaron «qu» por
«p».
¿Cómo puede hacerse la derivación de «catia» partiendo de quercus»?
Luis Calvo Lozano en su Historia de Villalpando afirma
que Intercatia fue Villalpando categóricamente y que
la palabra es de origen griego. Veamos lo que dice:
Ed. 1961, pág. 23. Los Celtas dieron a nuestra villa
el nombre de Intercatia compuesto de la preposición
inter y la palabra griega xadría, derivada ésta a su vez
del griego xadra¿j, que significa «ardedero, al sol, en
la llanura»; por manera que Intercatia significa «ciudad
que está entre los ardederos, al sol, en la llanura etc.
y en la página 30 dice: Sin género de duda Intercatia
fue Villalpando y cita la Historia de España de Antonio
del Villar, quien a su vez lo toma del historiador Romey,
el Diccionario Encicoplédico de Simón y Montaner
y de Fernando Duro en su Historia de Zamora y su
Provincia. (Pág. 31 párrafo 1º): Filológicamente se demuestra esto mismo fijándonos en la significación de la
palabra Intercatia. «Inter» es preposición que significa
«entre», «en medio de», y «catia» palabra derivada del
verbo griego xadi¿z% o del nombre griego xadeo% -e%j
que significa asiento, llanura, meseta, significando en
consecuencia Intercatia, ciudad que está en medio del
asiento, en el llano, al raso, en el ardedero, que es lo
mismo que significa Alpando. Intercatia Orniacorum la
llama el geógrafo Abraham Ortelio, es decir, Intercatia
de los Orníacos, del país de las ornias o urnias, que así
se llaman las lomas del valle de Almaldos.
nº 8, Junio 2009
Tengo que elogiar la obra de Luis Calvo Lozano, pero
en cuanto a lo que dice sobre Intercatia está cometiendo garrafales errores.
1º Los celtas no llamaron a esta ciudad Intercatia, sino
Catia. El nombre de Intercatia fue dado por los romanos, anteponiendo la partícula «inter « al nombre celta
Catia.
2º En la pág. 23 dice que Catia se deriva de la palabra
griega xadra¿j y en la pág. 31 que se deriva del verbo
griego xadi¿z%. En qué quedamos, ¿de cuál se deriva?
Pero esto no es lo malo. En la lengua griega no existen
ninguna de estas palabras. Ante mi duda he consultado los mejores diccionarios de la lengua griega e
incluso el Suda, diccionario enciclopédico griego del
siglo III, que todos los helenistas consultamos cuando
tenemos una duda o no encontramos el significado de
una palabra. En ninguno aparecen estas palabras y al
no hallarlas le he preguntado a un eminente helenista
si tenía conocimiento de ellas. Su contestación fue
inmediata: Esas palabras no existen en griego y mucho menos con una iota suscrita en la 1ª persona del
singular del presente de indicativo de ningún verbo, ni
en el nominativo del singular de ningún sustantivo. Yo
estaba seguro de ello, pues ni en Homero, que utiliza
todos los dialectos las había visto. La única palabra
con la que se pudo confundir es kaqi¿zw, cuyo significado intransitivo es sentarse y también tiene este
significado en la voz media. Pero independientemente
de que estas palabras existan o no en la lengua griega,
la derivación es imposible.
3º Está confundiendo la Intercatia vaccea con la Intercatia de los orniacos citada por Ptolomeo.
4º Hace una interpretación de las coordenadas de
Ptolomeo, pero solamente de la longitud conforme al
meridiano Greenwich para hacerla coincidir con Villalpando. Pero ¿por qué razón no hace la conversión
también de la latitud? Conocer la longitud sin conocer
la latitud es como si no conociéramos nada. (pág. 31
párr. 2º)
5º En cuanto a la descripción y el plano que nos ofrece de Intercatia es pura invención. No existe ningún
documento donde aparezcan, ni Apiano hace una
descripción tan detallada.
6º Aunque Villalpando tiene el significado que él dice,
es de origen árabe y, por tanto, no tiene ninguna relación con Intercatia.
Sigue hablando sobre la destrucción de Intercatia por
Escipión, cuando todos sabemos que Escipión no
atacó a ninguna ciudad en su ida hacia Numancia. No
sabemos cuándo fue destruida Intercatia.
El Nuevo Miliario
75
Los restos más antiguos aparecidos en Villalpando
son del siglo X – XI.
Pero, en fin dejemos en paz ya a Luis Calvo Lozano y
sigamos con otros datos. Si me he extendido más de lo
debido al tratar sobre la ubicación de Intercatia en Villalpando, es únicamente, para que podamos, observar
las cosas tan disparatadas que se han escrito.
Federico Wattenberg, situó Intercatia en Aguilar de
Campos. Sin embargo, Lucio Fernández Choya y otros
en su libro «Aguilar de Campos. Tres mil años de Historia». Editado por la Exma. Diputación de Valladolid,
2002, pág. 76, refiriéndose a la afirmación de Wattenberg, dicen muy acertadamente: Cuarenta y tres años
después (de lo dicho por Wattenberg) seguimos sin
saber dónde estuvo Intercatia.
Diego de Colmenares en su «Historia de la insigne
ciudad de Segovia, y compendio de la Historia de Castilla», (tomo I, cap. III pág. 79, nota 4, ed. Academia
de Historia y Arte de San Quirce, 1982), solamente
dice: Apiano pone cercó a Endecracia. Morales la
llama Intercatia, en el reino de León, entre Valladolid
y Astorga.
Redondo Díaz en la Historia de Fas y Nido Martín en
su «Historia de España», dicen que estaba situada
cerca de Villalpando.
Tomás Teresa León en su «Historia de Paredes de
Nava», que estaba situada en los alrededores de Pa-
redes de Nava, basándose en la téssera allí encontrada.
El Padre Juan de Mariana S.J. en su «Historia General
de España», afirma que «Intercatia se encontaba a
mitad de camino entre Valladolid y Astorga. No da un
lugar determinado.
Podría continuar citando Historiadores, que citan Intercatia, pero ninguno hace un estudio del lugar donde
la sitúan.
¿INTERCATIA ESTUVO SITUADA EN EL TÉRMINO
MUNICIPAL DE VALDUNQUILLO
No voy ha hacer referencia a lo que dicen otros autores, porque resultaría un artículo interminable y ocuparía la mayoría de las páginas de la Revista, y paso a
defender mi teoría de que Intercatia, lo más probable,
es que estuviera situada en el término municipal de
Valdunquillo (Valladolid), desde el lugar denominado
FUENTE DE SAN JORDES por la loma de la BARQUINA hasta el SOTO, lugar éste muy pantanoso
hasta en la actualidad a ambos lados de esta loma.
No solamente yo sitúo Intercatia en el término municipal de Valdunquillo sino también otros autores de
prestigio, como Javier Iglesias Aparicio en su Historia
de los Condados de Castilla, el inglés Hotwadr Helles
Scullard, en su Historia del Mundo Romano (1973) y
otros.
Mapa nº 1.Situación de
Valdunquillo e
Intercatia entre
los ríos Cea y
Valderaduey
76
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Si analizamos la descripción que Apiano nos hace
del entorno de Intercatia, el itinerario de la Vía A-27
de Antonino y el estudio del recorrido de esta Vía de
Cipriano Martínez González, todo concuerda con el
lugar donde yo sitúo Intercatia.
En principio pensé que su ubicación fue en el denominado Teso Trasdeliebres, puesto en sus laderas
habían aparecido dos vasijas, llenas de monedas, una
el año 1928 conteniendo 703, pero estas monedas
pertenecen a los siglos XIII y XIV. Se conservan en el
Museo Arqueológico de Valladolid. Posteriormente,
el año 1935 o 1936 aparece otra vasija con monedas
que según creo eran romanas, que fueron encontradas
por dos hermanos que habían regresado de Cuba y
decidieron plantar una viña en este mismo lugar, llamados Toribio y José. No sé que ha habrá pasado con
estas monedas. Yo tuve en mi niñez alguna. No cabe
la menor duda que en este Teso Trasdeliebres existió
un pequeño castro romano. Está declarado como lugar
arqueológico, según tengo entendido.
Ahora bien, si Intercatia sufrió un largo asedio, por Lúculo, tenía que disponer, al menos, de agua abundante
y su contorno debía ser muy pantanoso, cosas que
no existen en este lugar y por otra parte este teso es
demasiado pequeño para poder albergar la cantidad
de personas que nos dice Apiano, sus rebaños, caballos, etc., y por otra parte por aquí no pasó ninguna vía
romana y es un cerro aislado en medio de una llanura.
Por lo tanto tenía que estar situada en otro lugar con
las características descritas por Apiano y lo que nos
dicen Antonino y Cipriano Martínez González. Omito
el Códice Ravennate y la Tabula Imperrii Romani Hoja
K-30, por que no nos aclaran nada.
Después de recorrer el término municipal y seguir el
trazado de la A-27 me fijé en la extensa loma que va
desde la cañada por la que pasó la –A27 y me encontré con un lugar elevado en cuya ladera existe una
fuente, mejor dicho existía, pues la han destrozado
para hacer un bebedero para las ovejas, con un caudal
de agua considerable. Este lugar está rodeado por
zonas pantanosas entre dos arroyos, uno que en el
pueblo se llama Regato de la Matilla, por el saliente,
y otro por el poniente llamado el regato y prado de las
Santanas. Ambos desembocan en el río Valderaduey,
después de unirse en el Prado de la Guadaña. Muy
cerca de esta fuente hay un gran foso que parece que
fue una cantera y que ninguno de los más ancianos
tuviera conocimiento que se hubiera extraído piedra.
¿No utilizarían los vacceos esta cantera de piedra
arenisca?
Estas dos piezas las conservo en mi poder. También
encontré varios trozos de sigillata. Y sobre todo algo
muy significativo. De un año a otro aparecen pequeños
hundimientos. Algo tiene que existir en el subsuelo.
Aquí estuvo Intercatia, me dije, tal vez equivocadamente. Pero todo concordaba. Podía albergar perfectamente no sólo los 20.000 refugiados de infantería y
2.000 de caballería, que nos cita Apiano, sino también
todo el ejército vacceo y sus habitantes no militares,
sus grandes rebaños de ovejas y caballos. El entorno
podía producir pastos suficientes, pues tanto por el
Norte como por el Oeste y por el Sur estuvo rodeado
de prados, y disponían de todo el agua que precisaran.
Por otra parte las zonas no pantanosas son muy productivas, podían obtener grandes cosechas de trigo y
cebada. Apiano nos habla de un lugar pantanoso y de
un foso de agua, como podemos ver por el texto, y de
forraje, puesto que los intercartienses habían salido a
forrajear. No nos dice que el foso donde cayeron los
romanos estuviera dentro de la ciudad, ni a las afueras de la ciudad. Muy bien podía estar este foso con
el abundante agua apresada del arroyo de la Matilla,
Fotografía nº 2.- Vista de la loma donde pudo estar situada
Intercatia
Fotografía nº 3. Otra vista de la loma donde sitúo Intercatia
Comencé a revisar este lugar y cuál fue mi sorpresa.
La escorrentía había ido acumulando multitud de trozos de cerámica, de diferentes épocas: romana, celta,
medieval y hasta una pequeña hacha pulimentada y
un trozo de cerámica en el que está grabado un roble.
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muy cercano a la loma, o en el denominado prado de
las Santanas, en el lado opuesto, por donde corría otro
arroyo además del abundante agua de la fuente de
San Jordes que baja hasta este prado. Toda esa zona
en la actualidad es un remanadero.
G-73 uniéndose con la A-32 que iba directamente
a Pallantia y Burgos desde Astúrica Augusta. Pero
también partía hacia León otra Vía desde la A-27, que
desde el pueblo de Roales de Campos, la Gt 9, iba
hasta Camala.
Antonino nos dice que la A-27 partía de Artúrica
Augusta pasaba Brigaecum, Intercatia, Tela, Pintia,
Rauda, Clunia, Uxama, Valuce, Numantia, Augustobriga, Turasio, Caravisis, Cesar Augusta, y nos habla
también de una mansio situada en esta Vía A-27 a
35 millas pedum de la Artúrica Augusta, que coincide
exactamente en esta loma donde yo sitúo Intercatia,
aunque un poco alejada de la Fuente de San Jordes.
Además utiliza el ablativo locativo, que a diferencia
del acusativo indicaba que pasa por el lugar, no como
el acusativo que indicaba dirección hacia. Siguiendo
con Antonino, todo el entorno de Valdunquillo estuvo
surcado por Vías Romanas: la A-32, A,34, la A-1 que
iba directamente de desde Astorga a Burgos, la Cg5,
la Gt -90, la Gt-9, la Gc -60 que partiendo de la A32 atravesaba el río Cea y pasando por el este de la
Unión de Campos pasaba por Villalogán, al norte de
Valdunquillo, haciendo límite entre el término municipal de Valdunquillo y el de Mayorga de Campos, y
atravesaba el río Valderaduey por el puente romano
existente en Becilla de Valderaduey y da la impresión
que empalmaba con la A-27. Yo he conocido un trozo
de esta Vía, que era de canto rodado, en perfecto estado, no sé si en la actualidad continúa existiendo. La
Gc 1, la G-82, la G-601, que bordeando el río Sequillo,
pasaba por Tela (Medina de Rioseco), y haciendo un
ángulo de casi 90 º iba hacia Septimanca, Nivaria,
Cauca y Segovia y un ramal llegaba a Pallantia, y la
G-81 desde Petavono, que pasaba por Albocela, Octoduro y llegaba hasta Salmantice. Como vemos la
zona de Valdunquillo estaba muy comunicada por
Vías Romanas. Yo me pregunto ¿a qué vino tal red de
comunicaciones si no hubiera existido otro importante
enclave romano además de Astúrica Augusta? Está
muy claro que al estar la Legión VIIª Gémina en León
la red de Vías romanas tuvo que ser muy importante.
Pero de León partían también otras diversas, siendo
la principal la A-1 y las secundarias G-70, G-82, G- 61
que se entrelazaban con la Gc 1, la G-70, la G-72, la
Cuando cayó en mis manos el trabajo de Cipriano
Martínez González, hice, como él a pie, el recorrido
que él había hecho y nos describe, desde Castrogonzalo hasta Medina de Rioseco y encontré restos, no
muchos, de la Vía, pero la mayoría fueron destruidos
al hacer la Concentración Parcelaria. Una verdadera
desgracia para los interesados en estos temas, como
desaparecieron en Valdunquillo, dos puentes, sin duda
romanos, uno por el que pasaba la A-27, para atravesar el arroyo de la Matilla y otro a unos 300 m. de éste
aguas abajo, que daba paso al Prado de las Santanas
y la Fuente de San Jordes. Yo conocí este puente ya
derruido, pero aún estaban las grandes piedras en el
cauce por las que se pasaba. Pero lo curioso es que
en la ladera derecha del camino que va hacia este
puente, en el lugar llamado Cuesta de los Lagartos,
existe una necrópolis, cuyas losas aparecen al borde
de la ladera y que antes de hacer la Concentración
Parcelaria estaba cuajada de huesos humanos que
afloraban con las lluvias, puesto que el camino en este
lugar tiene bastante pendiente.
Por mediación de D. Pedro A. Grande Matínez, autor
de la Historia de Roales, puede ponerme en contacto
con el profesor de arqueología de la Universidad de
Valladolid, Don Tomás Mañanes; los tres recorrios
estos lugares y me confirmó que, efectivamente, las
piedras que aparecían en el linderón del camino eran
losas sepulcrales muy antiguas. Revisando el alrededor encontramos un trozo de cráneo humano medio
petrificado y también recorrimos el campo donde yo
sitúo Intercatia, el lugar por donde pasaba la A-27 y el
Soto donde había aparecido una pequeeña estatatua,
cosa que yo no sabía. Lo que sí sabía es que en una
finca llamada Las Espadañas, había aparecido, arando, un molino de piedra, que el dueño de la finca había
dejado a orillas de la cañada y cuando fue a recogerlo
había desparecido. Veamos si se deciden a hacer una
excavación en estos lugares, que podría sacar a la luz
Fotografía nº 1.- La fuente de San
Jordes que está cubierta por la
maleza
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muchos restos que nos sacarían de dudas. ¿No sería
este lugar de la Cuesta de los Lagartos la necrópolis
de Inrtercatia? Está muy cercano al cerro de la Fuente
de San Jordes, a unos 300 metros.
Según Don Tomás Mañanes la Vía A-27 no pasaba ni
por Roales ni por Valdunquillo, sino que en Fuentes de
Ropel hacía un ángulo de más de 90º y se dirigía hacia
Castroverde. No compartíamos la misma opinión e
intenté convencerle. Creo que al fin salió convencdo de
que yo tenía razón. Claro que por Castroverde pasaba
otra Vía Romana, pero no la A-27.
Las vías romanas iban en línea recta, la mayoría. Tenemos los datos de Antonino y el documento de Cipriano
Martínez González, que lo confirman. Por otra parte
existen restos en el Teso de San Vicente. Creo que al
fin quedó convencido.
Para no extenderme mucho más únicamente voy a hacer referencia a lo que nos dice Cipriano Martínez González, pues para seguir hablando sobre Valdunquillo e
Intercatia hay materia suficiente no sólo para un artículo
sino para un libro. Tanto Antonino como Cipriano coinciden no sólo en el trazado de la A-27, sino también en
las distancias. Este último nos señaló puntos exactos
en los cuales él pudo contemplar partes de la A-27 y
restos de la mansio a la que he hecho referencia. Uno
de los principales restos de la Via existentes está bordeando el Teso de San Vicente por la parte norte. Pero
he podido constatar que comete algún error: Situar
Intercatia en el Teso San Vicente. Este lugar, como
se puede comprobar, es demasiado pequeño para
poder albergar a tal cantidad de gente, no tiene ni ha
tenido lugares pantanosos ni corrientes permanentes
de agua, ni zonas adecuadas para pastizales, tal vez
existiera una fuente, puesto que allí hubo en enclave
monacal y es posible que los vacceos lo utilizaran como
un puesto vigía, ya que es la mayor altura de la Tierra
de Campos, y desde su cima se pueden divisar más de
100 kilómetros a la redonda, como después lo utilizaron
los romanos. Otro error es que, según él, partiendo de
Valdunquillo la A -27 iba por el camino de Villavicencio,
pero no es así. Le equivocaron al decirle que éste era
el Camino de Villavicencio, como se llama a salida
de Valdunquillo, pero tiene una bifurcación que forma
un ángulo agudo a unos 400 m., la de izquierda es el
camino de Villavicencio y la de la derecha es el camino
de Rioseco, que es por donde iba la A-27; mi padre tuvo
una finca, hasta que se hizo la Concentración Parcelaria, que bordeaba este camino, donde había una parte
muy cenagosa y una fuente, y todavía se conservaba
parte del muro y del empedrado de la Vía que desapareció al ensanchar el camino con la Concentración. La
Vía continuaba por este camino bordeando el Prado
de Villazarzo en dirección al río Valderaduey al que
atravesaba por el denominado puente de la Berraca,
que también desapareció cuando dragaron éste río,
en dirección hacia Medina de Rioseco. En este lugar
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Fotografía nº 4. El Camino de Benavente, actual cañada,
por donde iba la Vía Romana – A-27. En la loma esrtuvo
situada la Mansio
existió un antiguo poblado, del cual no quedan vestigios. Pero el nombre es muy significativo. ¿No tendrá
relación con los Berracos de Ávila. Se cree que estas
esculturas fueron señalizaciones para indicar las rutas
o bien figuras zoomorfas protectoras de los rebaños. Es
muy probable que en este lugar existiera una de estas
figuras y de ahía le venga el nombre.
A pesar de esta amplitud de datos a favor de mi teoría,
que podría aumentar, seguimos con el mismo interrogante: ¿Dónde estuvo situada la ciudad de Intercatia?.
Con exactitud no lo sabemos y nada podemos demostrar entre tanto la arqueología no sea capaz de hallar
datos fidedignos.
Se podrá decir, y es muy lógico: ¿Si Intercatia estuvo
situada en este lugar, cómo es que no queden restos de
su muralla, que tuvo que ser muy extensa, del foso del
que nos habla Apiano y de esa cantidad de trincheras
que hizo Lúculo y de las viviendas? Para mí la razón
es muy simple. Las murallas y los edificios, al no exirtir
abundante piedra en toda esta comarca, tuvieron que
ser de tapial o de adobe y después de más de 2000
años ¿cómo van a quedar restos?. Yo he conocido
palomares que se derrumbaron y no queda el menor
vestigio de ellos en solo cincuenta o sesenta años. Y
en cuanto a las trincheras o fosos que hiciera Lúculo,
la gran erosión sufrida en toda Tierra de Campos y la
escorrentía producida por los aguaceros es lógico que
los hayan tapado y que no quede el menor resto de
ellos. Quienes hemos conocido el término tenemos
conocimiento de zanjas, algunas bastante profundas,
para sanear las funcas. Mientras se limpiaban permanecieron abiertas y cuando la escasez de lluvias llegó
y se dejaron de limpiar han desaparecido. No ha habído
necesidad de tarparlas. Lo mismo está sucediendo con
los arroyos de la Matilla y el del prado de la Santanas
a pesar de la profundidad que los dio la Concentración
Parcelaria. Yo tengo una finca que bordea el regato de
la Matilla, inmediatamente antes de pasar los llamados
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79
Cantarillones y las avenidas lo han destrozado, ya está
totalmente acenagado en este lugar y lo malo es que
la C.H.D. no parece que piense limpiarlo y repararlo y
están destrozando las aguas la finca. Cometió el error
la Concentración de modificar el curso del arroyo en
este lugar y lo trazó en línea recta. Antes pasaba por
lo que en la actualidad es el centro de la finca, el lugar
más bajo y ¿qué han hecho las aguas?, destrozar el
arroyo y buscar su curso natural de siempre.
Lo que es indudable que cuantos más sean los datos
que se puedan a aportar a favor una teoría mayor es
de fiar.
Para terminar, puesto que considero un dato muy importante a favor de Valdunquillo, cuando el Palacio de
los Marqueses de Osorio, fue vendido por la Duquesa
de Alba o por los herederos del último marqués de
Valdunquillo, Don Jaime Miajas Stuard, que murió sin
descendencia hace unos pocos años, y fue adquirido
por un descendiente de la ya Marquesa Doña Francisca Osorio de Valdés y Ayala, que ha realizado una meticulosa restauración, ha aparecido en uno de los muros
una puerta con su arco romano y un trozo de muro de
más de un metro de anchura, que todo da a entender
que este palacio fue construido sobre los restos de una
torre romana. Esta puerta, que comunicaba y comunica
en la actualidad con el patio de armas, estaba tapada
con ladrillos enyesados por ambas partes.
Pero también existen otras dos torres, una que llaman
la Torre Caída y otra que perteneció a la iglesia de
Santa María. Parece que son de época romana, pues
aún se conservan, en la Santa María aspilleras y en su
puerta de entrada en el muro izquierdo hay un hueco
que se ve perfectamente que fue hecho intencionadamente al construir la torre, que para mí fue un lalarium.
Pero hay muchos más vestigios que parecen romanos
en Valdunquillo, como una enorme fuente en el centro
del pueblo que fue descubierta el año 1936 y se volvió
a tapar, por temor a que algún niño pudiera caer dentro. Gracias demos a Dios que se volvió a tapar, pues
en otro caso hubiera sido destruida para aprovechar
las grandes piedras labradas de sus paredes y sus
escalinatas. ¿No trasladarían los romanos aquí su
población de Intarcatia, como consecuencia de una
peste o por otra razón?
Yo no afirmo que Intercatia estuviera en el lugar indicado por mí, pero no cabe la menor duda que mi teroría
tiene mucho en su favor.
Continuar hablando sobre cuanto se ha escrito sobre
Intercatia, daría lugar a un extenso libro, pero nada
sacaríamos en consecuencia sobre su ubicación.
BIBLIOGRAFÍA
Apiano. Ibérica 49.20 -55.17
Cardeñoso P. L. Reseña Histórica de Villa de Paredes de
Nava.
Cipriano Martínez González. Calzada de Astorga a Palencia
por Benavente-León 1874. (Real Academia de la Historia
signatura 11.2.6.385 nº 1
Diego de Colmenares. Historia de la insigne ciudad de Segovia y compendio de la Historia de Castilla. Tomo I, cap. III,
pág. 79. Academia de Hist. de San Quirce. 1982.
Estrabón. Geografía 3.4.13.1
Federico Wattenberg. La Región Vaccea. 1.959, pág. 58
H. Berger. Geschichte der Wissenschaft. Erdkinde der Griechem. 1903. 616 ss.
J. M Sierra y L. San Miguel. Cañadas Vacceas.
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años de Historia. Pág. 76. Ed. Diput.de Valladolid. 2002.
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23 -30 . Gráf. Heraldo de Zamora. 1981.
Nido Martín. Historia de España.
Padre Juan de Mariana, S.I. Historia General de España.
Plinio el Viejo. Historia natural Libro III.
Polibio. Historia 34. 9.13.
Ptolomeo. Geografía.
Redondo Díez. Historia de Fas.
Stulchen. Hispania. Geografía, Etnología e Historia. Ed.
Renacimiento, S,A. 2004
Tabula Imperi Romani. Hoja K-30. Instituto Geográfico Nacional 1993.
De todo esto tiene conocimiento la Universidad de
Valladolid, pero nadie ha hecho el menor caso. ¿Por
qué no se hace una prospección arqueológica en estos
lugares, sobre todo en esa al parecer necrópolis?
Tabula Pentingeriana, siglo IV.
No acompaño más fotografías para no ocupar mayor
espacio en la revista.
Tomás Teresa León. Historia de Paredes de Nava.
Valerio Máximo. Dichos y Hechos III- II.6.
80
El Nuevo Miliario
T.F. Tornadijo R. Los enclaves Oretanos Galaicos y Vacceos
en Ptolomeo. Rev. «El Nuevo Miliario», nº 6 Junio 2008.
nº 8, Junio 2009
Perspectivas desde el puente (II)
LAS DOS HISTORIAS DE LOS PUENTES
Leonardo Fernández Troyano
I.- Introducción
Al estudiar la historia de los puentes podemos diferenciar dos aspectos de ella:
1.- En primer lugar, la que podemos llamar historia
general, que estudia los puentes construidos en las
distintas épocas, y su evolución y desarrollo a lo largo
de la Historia. Se trata por tanto de conocer los orígenes y las características de los puentes a lo largo
del tiempo. Esta historia general podemos dividirla en
dos periodos: El periodo de los puentes de piedra y
de madera, o de los puentes antiguos, y el periodo de
los puentes metálicos y de hormigón, o de los puentes
modernos. El primero duró más de dieciocho siglos,
desde el origen de los puentes hasta finales del siglo
XVIII, y el segundo desde el final del primer periodo
hasta nuestros días.
2.- En segundo lugar, la que podemos llamar historia
particular de cada puente, que estudia su evolución
desde que fue construido hasta nuestros días. Es en
realidad la continuación de la historia anterior, porque
se inicia a partir del origen del puente, y estudia su
evolución, es decir, las alteraciones que ha sufrido a
lo largo de su vida, bien por acciones naturales, o bien
por intervenciones del hombre que pueden ser de
índole muy diversa.
Si en toda obra de ingeniería o de arquitectura esta
historia particular tiene importancia, en los puentes es
mucho más relevante por diferentes razones:
El puente, como toda obra de la ingeniería de infraestructuras, se inserta en el medio geográfico y pasa a
formar parte de él, se hace geografía. El ingeniero ha
llegado a ser, según palabras de Carlos Fernández
Casado «el agente geomórfico por excelencia» (1). El
río, el medio natural en el que se insertan los puentes,
es especialmente agresivo. Es un elemento singular en
la superficie terrestre, porque es uno de los más dinámicos y variables; tiene su ciclo vital completo, nace,
crece, se desarrolla y muere. Pero esta vitalidad lo
hace agresivo, acentuándose esta agresividad en las
avenidas, que es cuando el río desarrolla su máxima
capacidad destructiva.
El puente sufre las agresiones del río, que en unos
casos lo deteriora, y en otros lo hace desaparecer
totalmente; es la dinámica de la naturaleza que afecta
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a las obras que se introducen en ella. Esto pudimos
comprobarlo en la riada del río Segre de 1982 que se
llevó, entre otros muchos, el puente medieval de Pont
de Bar, reconstruido en el siglo XVII. Sobre el lugar
no pudimos averiguar ni siquiera donde había estado
situado, porque no quedaba ni el más mínimo rastro
de él.
No son sólo causas naturales las que dañan a los
puentes; otras son artificiales, las produce el hombre,
constructor y destructor de sus propias obras. Son varios los motivos que pueden llevar al hombre a destruir
sus propias obras. Las peores han sido las guerras;
en la mayoría de ellas se han derribado innumerables puentes por su valor estratégico; son los nudos
gordianos de las comunicaciones: si no se pueden
defender se vuelan. Las guerras más dañinas han sido
las últimas porque desgraciadamente la capacidad
destructiva del hombre ha ido progresando. Pocos
puentes históricos de nuestro país se han librado de
sufrir daños en la Guerra del a Independencia, en las
Guerras Carlistas, o en la Guerra Civil de 1936 a 1939.
Otros puentes se han demolido para sustituirlos, y desgraciadamente esto todavía se sigue haciendo (2).
Por todo ello, muchos puentes construidos a lo largo
de los siglos han desaparecido. Pero también es cierto
que una gran parte de ellos ha perdurado gracias a
que son objetos útiles; son obras de ingeniería con una
función muy determinada: dar paso sobre las aguas
del río. El puente que se deja de utilizar, se abandona,
y en la mayoría de los casos se va deteriorando progresivamente hasta hundirse; estar vivos, es decir,
en funcionamiento, ha salvado a muchos puentes de
piedra de su desaparición; por ello se debe tratar de
mantener los puentes históricos en servicio, aunque
en el momento actual, como planteamiento general,
lo más conveniente es conservar en ellos un tráfico
secundario.
Para mantenerse vivos, muchos puentes históricos
han pagado un alto precio, porque ha sido necesario
adaptarlos a las exigencias del tráfico de cada momento, y para ello han necesitado transformaciones que
han afectado seriamente a su fisonomía. Muchos de
ellos, a causa de las actuaciones y transformaciones
que han sufrido en distintas épocas y por diversos
motivos, son en realidad un conjunto de partes de difícil
discernimiento, construidas en diferentes épocas, sin
que ninguna de ellas sea claramente dominante.
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81
A lo largo de la Historia, los puentes de piedra han
sufrido serios deterioros o roturas parciales que han
obligado a su reparación o reconstrucción; pero la
técnica de construir puentes se ha mantenido prácticamente invariable hasta el siglo XVIII y por ello, afortunadamente, las reconstrucciones se han hecho con
las mismas técnicas con que se construyeron inicialmente. En cambio en los siglos XIX y XX las técnicas
para construir puentes han variado; la mayoría de los
puentes que se han construido en estos siglos son de
hierro o de hormigón. Por ello muchos puentes históricos se han perdido porque se han reconstruido mal
o se han sustituido innecesariamente. Muchos arcos
de piedra han pasado a ser de hormigón.
Las intervenciones que han sufrido los puentes de piedra
se han debido a diferentes causas. Unas son negativas,
porque han producido transformaciones que degradan
su fisonomía, o son reparaciones chapuceras. Otras
son positivas, porque mejoran su estado o su fisonomía.
Todas ellas, las positivas y las negativas han contribuido
a que los puentes de piedra sigan en pie, porque han
servido para que sigan siendo obras útiles.
Las actuaciones en los puentes históricos se plantean
actualmente por dos motivos diferentes:
1. Como actividad de la ingeniería, porque es necesario intervenir en muchos puentes históricos para
que sigan cumpliendo su función y se mantengan
con la seguridad que se le exige a los puentes en el
momento actual.
2. Para conservar o recuperar los valores monumentales de los puentes, como parte del patrimonio
histórico-artístico de la humanidad.
En la mayoría de las intervenciones, ambas actuaciones deben ser simultáneas, y se deben armonizar para
conseguir ambos objetivos, aunque algunas veces
pueden llegar a ser incompatibles.
Muchos puentes de piedra han requerido intervenciones desde su origen, incluso en algunos antes de
terminarlos, como el de Piedra de Zaragoza, donde
hubo que rehacer varios arcos que se hundieron antes de terminar su construcción, que duró tres siglos
y medio.
Las intervenciones que han requerido los puentes de
piedra se pueden dividir en tres grupos diferentes:
1. Las reparaciones, reconstrucciones o restauraciones para asegurar su supervivencia, es decir, que
siga cumpliendo su función de puente. Según palabras de Frank Kafka: «salvo si se hunde, jamás un
puente construido en algún momento, puede dejar
de ser puente».
2. Las actuaciones para adaptarlos a las nuevas necesidades funcionales, especialmente por la evolución
de las exigencias del tráfico a lo largo de la Historia.
3. Las sustituciones por nuevos puentes cuando no
es posible mantener el tráfico en ellos. En realidad
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no se trata de una actuación sobre el puente que se
sustituye, pero el planteamiento de la sustitución sí
le afecta significativamente. En muchos casos el
nuevo puente se hace muy próximo al antiguo, y se
ahogan mutuamente. Es necesario estudiar la posición relativa de ambos para evitar este problema,
que se ha producido con frecuencia.
II.- Historia de algunos puentes históricos
españoles
Es grande el patrimonio español de puentes históricos,
incluyendo en él los puentes del primer periodo, el de
los puentes de piedra y de madera, que duró hasta
finales del siglo XVIII, y también parte de los del segundo, el periodo de los puentes metálicos y de hormigón,
en el que nos encontramos actualmente.
Del primer periodo en España no se conservan puentes de madera como en los países alpinos europeos,
o en algunos Estados de los Estados Unidos. Pero
en cambio el patrimonio de los puentes de piedra es
uno de lo más ricos del mundo. Se iniciaron cuando el
hombre «comenzaron a mirar por la inmortalidad de
los nombres, porque son más duraderos y de mayor
gloria para sus constructores» según frase de Andrea
Palladio.
Richard Ford, viajero inglés que recorrió España en el
siglo XIX escribió varios libros sobre sus viajes; en uno
de ellos, titulado Las cosas de España, dice lo siguiente
de los puentes españoles: «Los ríos de España suelen
estar muy sangrados para los riegos artificiales y por
esa causa su caudal de agua disminuye normalmente.... Parece que se les llama ríos sólo por cortesía
hacia los magníficos puentes que hay edificados sobre
ellos.... pero si cae una lluvia fuerte en las montañas
pronto se demuestra la solidez y amplitud de la anchura
y altura de sus arcos y de sus estribos firmes, que al
principio parecieron más bien antojo de una arquitectura monumental que obra de utilidad pública» (3).
Pienso que este párrafo de Richard Ford refleja dos
importantes aspectos de los puentes españoles; en
primer lugar corrobora lo que hemos dicho, que el patrimonio histórico español es rico, y en segundo lugar
describe el carácter de los ríos sobre los que nosotros
construimos nuestros puentes.
En la Historia ha habido actuaciones en determinados
momentos que se han aplicado de forma casi general.
Una de ellas fue la pérdida de las torres que muchos
puentes tenían en sus extremos o en su interior. Era
un elemento muy común en los puentes de piedra para
controlar el paso por ellos y cobrar pontazgo. Pero en
la mayoría de ellas fueron derribadas por las exigencias del tráfico y muy pocos puentes las conservaron.
Como ejemplo excepcional se puede poner el puente
de Frías sobre el río Ebro, o el de Valmaseda sobre el
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río Cadagua. En otros se han reconstruido, como en
el de Besalú sobre el río Fluvía, pero la mayoría se ha
quedado sin torres (4).
Otra actuación muy generalizada ha sido la del ensanche de la plataforma, que se puede hacer de maneras
diferentes; unas desfiguran el puente original más
que otras.
Vamos a ver ahora la historia de algunos puentes singulares y las diversas intervenciones que han sufrido.
II.1.- Puentes romanos
Puente de Frías sobre el río Ebro. Siglo XIII
Con los puentes romanos se inició la historia de los
puentes de piedra y llegaron a un grado de desarrollo y
perfección tales, que no se puede hablar de progresos
significativos en ellos hasta las innovaciones introducidas por J.R. Perronet en el siglo XVIII.
La técnica de los puentes de piedra iniciada por los romanos, ha permanecido prácticamente invariable hasta
el siglo XX. Los últimos puentes de piedra construidos
por los chinos a mediados de este siglo, con grandes
luces que llegan a los 120 metros, utilizan una técnica
análoga a la de los romanos. Consiste en bóvedas cilíndricas análogas a las románicas de medio cañón, aunque las bóvedas de los puentes pueden ser de medio
punto, apuntadas o rebajadas; en estas últimas se han
utilizado arcos escarzanos, carpaneles o elípticos.
Los romanos construyeron muchos puentes de piedra,
aunque menos de los que se les atribuyen, y hoy en día
quedan pocos realmente romanos, es decir, que conserven su fisonomía original. El mito de la ingeniería
romana se extiende a todos los países que pertenecieron al Imperio, y por ello todo pavimento puente de
piedra con una cierta antigüedad se considera romano
mientras no se demuestre lo contrario. «¿Quién no ha
soñado alguna vez ante la potencia de evocación de
la vía romana, del puente romano? ¡Cuantas obras
antiguas son consideradas por la mayoría, contra toda
razón, como puentes romanos porque esta pertenencia las ennoblece!» (Jean Mesqui) (5). En España y en
los países de nuestro entorno se han atribuido a los
romanos puentes del siglo XVIII.
Formosa sobre el río Seda, en Portugal, o en el puente
Juliano sobre el río Calavou, o el de Sommiers sobre
el río Vidourle, ambos en Francia. Y la evolución sigue
hasta que los arquillos de aligeramiento desaparecen
como en el puente de Salamanca, sobre el río Tormes
o el puente Elío sobre el Tiber en Roma, actualmente
llamado de Sant’ Angelo.
De los puentes romanos españoles destacamos los
tres más grandes que conservan su fisonomía original,
aunque en todos ellos se han producido intervenciones
posteriores:
El primero es el puente de Mérida, uno de los puentes
romanos más importantes del Imperio. Tuvo en principio dos tramos romanos independientes que posteriormente se empalmaron y reconstruyeron en diferentes
épocas; los últimos tramos se construyeron en el siglo
XIX. Con tramos de distintas épocas empalmados,
se completó el puente actual que tiene una longitud
aproximada de 700 metros.
El puente de Salamanca, posterior al de Mérida, tiene
una longitud de 350 metros, de los cuales 200 son del
puente romano original y los otros 150 se hicieron en
el siglo XVII, después de una riada desastrosa que
destruyó parte del puente romano.
Puente romano de Salamanca sobre el río Tormes
Un índice fundamental en los puentes de piedra es
relación entre la luz del arco y el ancho de las pilas,
una relación que va creciendo a medida que los puentes van evolucionando técnicamente. En los puentes
romanos esta evolución fue muy acusada, e influye en
su composición de forma muy determinante, porque en
los primeros, que tienen pilas anchas, los arquillos de
aligeramiento se inicial al nivel de los arranques de los
arcos. Buen ejemplo de ellos es el puente de Mérida.
Pero a medida que las pilas se estrechan los arquillos
de aligeramiento se van haciendo más pequeños y se
van elevando. Así están situados en el puente de Vila
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
83
Puente romano de Mérida sobre el río Guadiana. Tramo
primero
II.1. El puente de Alcántara
Entre los puentes romanos españoles, y también entre todos los puentes del mundo, hay que destacar el
puente de Alcántara sobre el río Tajo (6). Mucho se ha
dicho y escrito sobre este puente, y por ello hay poco
nuevo que decir. Vamos por ello a referirnos a un tema
concreto: el problema de ingeniería que se le planteó a
su constructor y que resolvió magistralmente. Es una
obra excepcional de ingeniería que técnicamente se
adelanta a su tiempo en muchos siglos.
Todos los viajeros que han pasado por este puente
se quedaron impresionados; desde «Una de las maravillas del mundo» de El Idrisi en el siglo XII hasta
«Una de las obras más portentosas y más útiles que
se construyó hasta ahora» de Antonio Ponz en su viaje
de España del siglo XVIII.
Al ver el puente de Alcántara, la sensación del viajero
es la de encontrarse ante un viaducto, y no ante un
puente «sensu stricto», porque nadie, sin un conocimiento de las avenidas del río Tajo en ese lugar, puede pensar en que la lámina de agua del río se puede
elevar del orden de 30 metros desde su nivel normal
hasta su nivel máximo, como ha ocurrido en varias
ocasiones. Como decía Richard Ford de los puentes
españoles, el puente de Alcántara no es una obra
construida con la idea de crear un monumento como
muchas veces se ha dicho, sino que es estrictamente
una obra con las dimensiones y características que
84
El Nuevo Miliario
el río Tajo exige en este lugar. Pero también es cierto
que sus dimensiones y sus características hacen de él
una de las obras más monumentales de la ingeniería
de todos los tiempos.
Está claro que Cayo Julio Lacer, su constructor, conocía el problema con que se enfrentaba, que no era
en absoluto fácil porque no solo había que elevar la
rasante 47 metros sobre cimientos, sino que esta elevación había que hacerla reduciendo lo menos posible
la sección hidráulica del cauce. Lo más sorprendente
es que se decidieran a hacer el puente porque nunca
los romanos se habían planteado un problema de ingeniería de esa envergadura. En principio, podemos
pensar a partir del conocimiento de los puentes en
aquella época, que el problema «les venía grande».
Pero el propio puente ha demostrado que no era así,
sino que resolvieron brillantemente los problemas que
se les plantearon, y por ello el puente sigue en pie.
No fue la primera obra en altura que se plantearon los
romanos. Al enfrentarse en el Pont du Gard con una
obra de altura análoga recurrieron a lo que conocían:
construyeron un puente de altura normal sobre el río
y sobre él superpusieron un segundo puente. La idea
de obras superpuestas cuando necesitan ganar altura
se mantiene en los siguientes acueductos romanos,
aunque van ganando potencia las pilas y los arcos
intermedios se van convirtiendo en arriostramientos.
Esta evolución se sigue muy claramente en los tres
acueductos principales españoles, el de las Ferreras
nº 8, Junio 2009
Puente de Alcántara sobre
el río Tajo. Siglo II d.C.
Pont du Gard sobre el río
Gardon, Francia. Siglo I a.C.
El Puente de Alcántara durante una avenida del río Tajo
nº 8, Junio 2009
Grabado de Serra Casals del Puente de Alcántara con un
arco roto. Siglo XIX
El Nuevo Miliario
85
en Tarragona, el de Segovia, y el de los Milagros en
Mérida (7).
Pero la solución del Pont du Gard no vale en Alcántara porque reduciría excesivamente la capacidad de
desagüe del río. Por ello es necesario un puente de
pilas exentas y esbeltas y luces grandes. El arco mayor tiene 28,8 metros de luz, uno de los mayores que
hicieron los romanos.
Pensamos que el problema más difícil de resolver en
aquel momento fue el dimensionamiento de las pilas
porque no tenían precedentes. Son las pilas más altas,
y unas de las más esbeltas de los puentes romanos. Y
a pesar de su altura la relación entre la luz de los arcos
y el ancho de las pilas es también de las mayores.
El puente de Alcántara es una obra excepcional en la
historia del puente y por ello tiene un carácter de obra
aislada. No crea escuela ni es una solución que se
universalice. Para encontrar obras análogas al puente
de Alcántara hay que llegar a los viaductos ferroviarios
de piedra construidos en la segunda mitad del siglo
XIX y principios del XX. Algunos de ellos son obras
magníficas de ingeniería pero poco conocidas porque
hay en ellas un cierto anacronismo; se construyeron
más de medio siglo después de que se iniciaran los
puentes metálicos y por ello su valor de actualidad es
reducido. Los viaductos representativos de esa época
son los grandes viaductos metálicos de ferrocarril.
Los que son comparables al puente de Alcántara son
los que tienen un solo nivel de arcos, porque muchos
otros tienen dos o más niveles como los acueductos
romanos.
Estos viaductos tienen en general pilas más esbeltas
que el puente de Alcántara, pero la relación luz de
arco/ancho de pilas es mayor en general en el puente
de Alcántara, y esta es la que afecta fundamentalmente a la diafanidad del viaducto, es decir, a la sección
hidráulica del cauce. Ninguno de los viaductos ferroviarios tiene problemas de avenidas. Por todo ello podemos decir que el puente de Alcántara está en muchos
aspectos a un nivel técnico comparable a los viaductos
ferroviarios construidos 17 siglos después cuando ya
había un conocimiento de la teoría de las estructuras.
Esto nos reafirma en esa impresión de modernidad
que produce el puente de Alcántara.
El buen hacer en el proyecto y la construcción de esta
obra es la razón de su resistencia a todos los agentes
naturales que han afectado sobre él durante casi dos
milenios. Los problemas que ha tenido a lo largo de
su existencia se han debido fundamentalmente a las
agresiones humanas porque éstas no hay puente que
las resista.
Carlos V rehizo el primer arco de margen derecha que
había sido volado previamente.
86
El Nuevo Miliario
En 1707, durante la Guerra de Sucesión se voló el
arco 2 de margen derecha, aunque la destrucción no
fue completa y se reconstruyó durante el reinado de
Carlos III. El mismo arco se voló en 1810 y se reconstruyó a mediados de siglo en la restauración general
del puente efectuada por el ingeniero Alejandro Millán
a mediados de siglo (8).
La siguiente intervención en el puente fue el recalce de
las dos cimentaciones que se encuentran sumergidas
en las aguas normales. Al quedarse el río en seco
cuando se inició el llenado de la presa de Alcántara
se vio que una de ellas estaba descalzada en un área
importante de su base. Como el río solo podía estar
en seco unos pocos días, rápidamente se recalzó con
hormigón y se reforzó también con hormigón la cimentación de la pila contigua.
II.2. El puente de Zhaozhou, China
Hemos buscado algún otro ejemplo de puente excepcional que se quede fuera de su tiempo como el de
Alcántara, y el que más se aproxima es el puente de
Zhaozhou en la provincia de Ebei, en China, construido
en el siglo VII (9). Es un arco rebajado de 37 metros
de luz, con un rebajamiento de 1/5, que no se generaliza en los puentes hasta que los arcos se hacen de
hormigón.
Arcos rebajados se han construidos desde los romanos. En la Edad Media hay ejemplos de arcos rebajados de luces grandes en el Siglo XIV: El puente de
Avignon sobre el Ródano y el Ponte Vechio sobre el
Arno en Florencia con luces de 34 metros el primero
y de 30 metros el segundo; pero son también obras
aisladas, construidas 700 años después que el de
Zhaozhou. Otra singularidad de este puente es que los
arquillos de aligeramiento de los tímpanos disocian el
arco del tablero, solución que no se generaliza hasta
los puentes de hormigón. Todas estas cualidades le
dan al puente de Zhaozhou un valor de modernidad,
que no tiene ningún otro de su época de cualquier lugar
del mundo. Se conoce su autor, igual que en el puente
de Alcántara, Li Chun, que construyó otro puente análogo con una luz de 20 metros. Los chinos siguieron
haciendo puentes de piedra magníficos después del
siglo VII, incluso hasta mediados del siglo XX. El patrimonio histórico de los puentes de piedra chinos es
excepcional. Pero los puentes de Li Chun se quedaron
aislados, y como hemos dicho, soluciones análogas
no se universalizaron hasta los primeros puentes de
hormigón de principios del siglo XX.
II.3.- Puentes Medievales
Los estilos arquitectónicos de la Edad Media, el románico y el gótico, se caracterizan fundamentalmente
por la utilización de la bóveda de piedra para cubrir
los espacios públicos, tanto religiosos como civiles. El
nº 8, Junio 2009
Puente Zhaozhou. China. Siglo VII
románico utiliza la bóveda de cañón y la bóveda por
arista, y el gótico las bóvedas nervadas de crucería.
Este dominio de las bóvedas en la época medieval
se refleja claramente en los puentes de este período.
No se puede decir que los romanos no conocieran la
bóveda y la cúpula, y una muestra de lo que fueron
capaces de hacer es la cúpula del Pantheon de Roma.
Sin embargo, en la época romana no se generalizó su
uso como se generalizaron las bóvedas en la Edad
Media.
Pero este mayor dominio y generalización de las bóvedas en la Edad Media no quiere decir que en este periodo se superara la calidad de los puentes romanos,
aunque sí se puede decir que, en general, los puentes
medievales son más esbeltos, en lo que se refiere a
canto de las dovelas de los arcos y a la relación entre
el ancho de las pilas y la luz de los arcos.
La ejecución de los puentes medievales es en general
menos perfecta que la de los romanos, y ello se manifiesta en la labra de los sillares y las dovelas, y en
la geometría de los arcos, más defectuosa; pero hay
en cambio en este periodo una mayor intuición del
comportamiento resistente del arco de medio punto,
porque se sabía o se intuía que el arco resistente no
coincide con el desarrollo completo del medio punto;
por ello en algunos arcos medievales, los arranques
están hechos con sillares horizontales con borde curvo
para dar forma al arco, más fáciles de hacer que las
dovelas radiales, a diferencia de los romanos que son
siempre de una geometría perfecta. Este despiece
horizontal se mantiene hasta una cierta altura, y mediante uno o varios sillares de forma trapecial, que
nº 8, Junio 2009
constituyen el salmer del arco, se inician las dovelas
radiales. Ejemplo de esta configuración es el arco del
puente de Alquezar sobre el río Vero en la provincia
de Huesca, el Puente del Diablo en el desfiladero de
Olvena sobre el río Ésera, y también en el puente sobre el río Rumblar en la provincia de Jaén, un puente
con un acusado lomo de asno, que luego se rectificó.
En estos puentes, los sillares horizontales avanzan
hasta un ángulo aproximado de 30º, donde se inician
las dovelas radiales, y por ello la estructura arco se
limita a un ángulo aproximado de 120º, que es el que
funciona como tal.
También tienen el mismo despiece los puentes catalanes de la cuenca del Llobregat, del siglo XIV. El puente
de Monistrol con una luz máxima de 37 metros, el
puente de Castellbell y el Vilar con una luz máxima de
30 metros, ambos sobre el río Llobregat, y el Puente
del Diablo en Cardona sobre el río Cardoner, afluente
el anterior.
El dominio de las bóvedas en la Edad Media se traduce
en una variedad morfológica de los puentes medievales,
con arcos de medio punto y arcos apuntados, con arquillos de aligeramiento más o menos grandes, y con composiciones en lomo de asno de gran perfección como la
del puente de Capella sobre el río Isábena (10).
Vamos a ver algunos ejemplos de la historia de puentes medievales, y las intervenciones que se han hecho
en ellos recientemente.
El Nuevo Miliario
87
II.2.1.- Puente de la Reina sobre el río Arga
en Navarra
de los muchos problemas que ha tenido a lo largo de
su existencia (12).
El Puente de la Reina es uno de los primeros puentes
románicos de nuestro país, y uno de los más importantes. Se construyó en el siglo XI. Es un puente que
se ha conservado excepcionalmente bien a lo largo de
su historia, y por ello ha sufrido pocas intervenciones.
La más importante se ha efectuado a finales del siglo
XX porque presentaba serios problemas que podían
llevar a la ruina a alguno de sus arcos. El principal era
debido al giro de la pila 2 de margen derecha, debido al
asiento de la cimentación, que había producido un serio agrietamiento en uno de los arcos contiguos (11).
De las muchas intervenciones que tuvo este puente
durante toda la historia, la principal es la del siglo XVII
a cargo de Felipe de Busignac que añadió los enormes
tajamares y los espolones que tiene actualmente.
En los sondeos que se realizaron para conocer el estado de la cimentación se observó que el puente se
encuentra sobre unas margas reblandecidas en los
metros superiores donde se había apoyado la cimentación. El giro de pila, apreciable a simple vista, se debió
iniciar durante la construcción, porque la inclinación de
las hiladas está rectificada poco antes del arranque
de los arcos.
La mayoría de las pilas estaban apoyadas sobre la
marga blanda y por tanto se podían seguir planteando
problemas de deformaciones; por ello se hizo un recalce de todas las pilas mediante micropilotes.
El arco agrietado se reparó mediante el relleno de las
grietas, y un cosido transversal que le diera monolitismo a la bóveda (12).
II.2.2.- Puente de piedra de Zaragoza sobre el río
Ebro
La construcción de este puentes se inició en el siglo
XII y se terminó en el siglo XV. Este solo dato ya da
idea de las dificultades que tuvo en su construcción y
La intervención que se planteó en los años 80 del siglo
XX tenía un doble fin: restaurarlo en su conjunto para
asegurar su supervivencia, y recuperar sus valores
monumentales como pieza singular de la ciudad. La
cimentación era la parte del puente que estaba en
peor situación, por dos problemas: en primer lugar
estaba cimentado sobre arenas flojas mediante pilotes
de madera; en los sondeos realizados se obtuvieron
muestras de la madera de los pilotes y estaba muy
deteriorada; por tanto no se podía confiar en ellos. En
segundo lugar la posible socavación del río en la avenida de 500 años podía llegar a profundidades mayores
que los pilotes de madera.
Con mucha frecuencia, cuando el terreno donde se
cimenta el puente es malo, su parte más débil es precisamente la cimentación, y esta debilidad ha sido la
causa del hundimiento de muchos puentes a lo largo
de la historia.
Estas condiciones obligaban a recalzar la cimentación,
operación que en un puente de estas características
es una obra de gran envergadura porque el peso propio de un puente de piedra es mucho mayor que el
peso propio de un puente moderno. El recalce se hizo
mediante un recinto de pilotes de hormigón y una inyección interior del relleno.
La piedra del puente, de varias procedencias, es una
caliza blanda que se ha deteriorado mucho por efecto
Puente de Puente la Reina sobre el río Arga. Siglo XIII
88
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Puente de Piedra de Zaragoza sobre
el río Ebro. Siglos XII a XV. Antes de la
intervención de los años 80 del Siglo
XX
Puente de Piedra de Zaragoza después
de la intervención
del medio ambiente, deterioro que se ha acentuado
en los últimos años por efecto de la contaminación
atmosférica. Esta situación ha obligado a reponer una
parte importante de la piedra del puente, tanto en paramentos como en arcos, y limpiar el conjunto mediante
chorro de arena caliza.
En 1910 se había hecho una intervención en el puente, en la que se derribaron las torres que tenía en los
tambores de las pilas 4 y 6 y se ensanchó la plataforma
mediante voladizos de hormigón soportados por ménsulas metálicas. Se reforzó la cimentación con pilotes
de madera y se ampliaron los zampeados de las pilas,
dándoles la forma que tienen actualmente. Los voladizos de hormigón construidos en 1910 se encontraban
en tal estado de ruina que fueron la causa inmediata
de la nueva intervención.
La reducción del tráfico en el puente ha permitido devolver al puente su ancho original y por tanto su fisonomía, rehaciendo los pretiles de piedra.
nº 8, Junio 2009
En definitiva se ha tratado de dejar el puente con las
exigencias de seguridad y durabilidad de un puente
actual, y devolverle en lo posible la fisonomía que tenía
antes de la intervención de 1910.
II.2.3.- Puente de Castellbell i el Vilar sobre el río
Llobregat
El puente de Castellbel i el Vilar sobre el río Llobregat
forma parte de un conjunto de puentes del siglo XIV
a los que ya nos hemos referido, de factura análoga
construidos en esta zona, todos ellos de grandes dimensiones (12).
El problema principal que se había planteado en este
puente era debido a las grietas existentes en el intradós
de los arcos, entre las dovelas del paramento grandes
y bien labradas, y el interior de las bóvedas hechos
con sillarejo. Esta forma de hacer las bóvedas de los
arcos utilizando dovelas de dos tipos, se ha utilizado
en muchos puentes de la Edad Media.
El Nuevo Miliario
89
Puente de Castellbell
y el Vilar sobre el río
LLobregat. Siglo XIV
Las grietas afectaban a longitudes grandes de los arcos y su apertura era de varios centímetros, corriéndose por tanto el peligro de que se produjera un pandeo
lateral de las dovelas del paramento que arrastraría a
los tímpanos situados sobre ellas.
En principio se pensó que la grieta era debida al empuje del relleno sobre los tímpanos, pero en obra se vio
que el relleno estaba formado por piedra bien labrada,
análoga a los paramentos exteriores, mejor incluso
que la zona interior del intradós de las bóvedas; no procedía por tanto el vaciado interior. Por ello se inyectó
la grieta y se cosió transversalmente el arco y la zona
primera de tímpanos con barras de acero inoxidable,
para asegurar que la grieta no se abra de nuevo.
La grieta no se debía al empuje del relleno sino al comportamiento heterogéneo de los dos tipos de fábrica
que hay en el arco: las dovelas bien labradas de los
paramentos y el sillarejo del interior de la bóveda. Posteriormente hemos visto grietas de este tipo en otros
arcos con la misma diferencia de fábrica entre el interior de las bóvedas y los paramentos.
II.3.- Puentes de la Edad moderna
Vamos a ver ahora la historia de algunas actuaciones
conflictivas que se han planteado en algunos puentes
de la Edad Moderna (que no puentes modernos, como
los hemos definido anteriormente) españoles por diferentes motivos.
II.3.1.- Puentes de Madrid
En Madrid hay dos puentes históricos importantes
sobre el río Manzanares: El puente de Segovia y el
90
El Nuevo Miliario
puente de Toledo, cuyos nombres se deben al destino
de las carreteras que partían de ellos (13).
Son dos puentes construidos con dos siglos de diferencia y ambos sustituyeron a unos puentes anteriores.
De la Puente Segoviana anterior, hay datos del siglo
XIV, y de la Toledana anterior, del siglo XV.
El puente de Segovia se construyó en el siglo XVI
con un proyecto inicial de Gaspar de la Vega que luego cambió en la construcción Juan de Herrera. Uno
de los cambios introducidos consistió en cambiar la
rasante haciéndola horizontal, pero tuvo que dejar
la luz variable de los arcos porque los cimientos ya
estaban construidos. Es un puente renacentista con
una evolución clara en su concepción de los puentes
construidos en la época de los Reyes Católicos, la
mayoría de ellos con un suave lomo de asno como el
propuesto por Gaspar de la Vega.
El puente de Toledo, lo construyó el arquitecto Pedro
de Ribera durante el reinado de Felipe V. Es el mejor
ejemplo de puente barroco entre los españoles. Esto
se refleja tanto en la planta como en el alzado, lo que
da lugar a una expresión tridimensional del puente, lo
que no es común, porque generalmente predomina en
la composición, la dimensión plana de los paramentos,
más los tajamares y espolones.
Si bien son puentes diferentes, responden a una morfología común, porque el cauce del río, era análogo
en ambos: un cauce amplio con un río divagante de
poco caudal, y por ello de poca profundidad, que en
situación de avenidas ocupaba una amplia extensión.
Ambos puentes responden a esta morfología del cau-
nº 8, Junio 2009
ce: puentes largos con muchos arcos de luces medias,
y pilas de altura similar.
Los dos puentes han tenido historias paralelas, aunque
diferentes en algunos aspectos.
Vamos a estudiar las dos actuaciones que más les
han afectado:
1. Canalización del río Manzanares. Esta actuación ha
sido indirecta en los puentes, porque se ha actuado en
el cauce del río. Pero el puente se proyecta para un
determinado cauce, y si éste se modifica, el puente
puede llegar a perder su sentido. La canalización del
Manzanares redujo el cauce a un ancho mínimo que
en cada puente comprende un arco completo y parte
de los dos adyacentes.
Primero se canalizó el tramo del puente de Segovia
en los años 40 del siglo XX, dejando parcialmente
enterrados los demás arcos del puente. Pocos años
después pasó la canalización por el puente de Toledo,
dejándolo en la misma situación que el de Segovia,
aunque su mayor altura sobre el río dio lugar a que
solo quedaran enterradas parcialmente las pilas de
los arcos laterales.
En los años 50 se hizo una transformación de la canalización del río en el entorno del puente de Segovia
que mejoró radicalmente su situación. De ella, Carlos
Fernández Casado, en sus estudios sobre los puentes
de Madrid dijo lo siguiente: «Con la canalización nueva
ha quedado desenterrado todo el puente, que vuelve a
lucir su gallardía, como corresponde a uno de los más
hermosos monumentos de España».
Esta segunda canalización creó dos grandes estanques a los lados del cauce principal, separados de éste
por unas leves isletas que no afectan al puente, y quedan sumergidas en caso de avenidas. No es el cauce
natural del río, pero el puente recuperó su fisonomía
original. El acierto de la segunda canalización, a la que
se sumó el proyecto de reforma y mejora del entorno
que se hizo en 1985, han dejado el lugar como uno de
los más hermosos y agradables del río, e incluso del
conjunto de la ciudad.
Puente de Segovia
sobre el río
Manzanares en Madrid
después de la primera
canalización del
Manzanares. Siglo XVI
Puente de Segovia
después de la
segunda canalización
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
91
Puente de Toledo sobre el río Manzanares en Madrid
antes de la canalización. Siglo XVIII
Puente de Toledo sobre el
río Manzanares en Madrid
después de la canalización.
Siglo XVIII
Desgraciadamente e inexplicablemente esta transformación de la canalización no se hizo en el puente
de Toledo, donde era igualmente posible de hacer. El
puente quedó con dos pilas en el cauce y las demás
enterradas.
2. Ensanche del puente de Segovia y desdoblamiento
del Puente de Toledo. El puente de Segovia resultó
insuficiente cuando empezó el tráfico automóvil en la
ciudad de Madrid y esto llevó a plantear su ensanche,
que se terminó en 1943. En este ensanche se pasó
de un ancho original de 8,65 metros, a 31 metros, que
es el actual.
En cualquier puente de piedra, un ensanche de esta
magnitud lo desfigura significativamente, pero en esta
pérdida de valores caben diversos grados. El ensanche se hizo por el sistema más adecuado, que consiste
en desmontar uno o los dos paramentos, ensanchar
92
El Nuevo Miliario
las bóvedas, y montar de nuevo el paramento en su
nueva posición. No hay duda de que el puente no es el
mismo, pero los paramentos se conservan tal y como
eran.
Esta misma solución se quiso aplicar posteriormente
al puente de Toledo y, para evitarlo, Carlos Fernández Casado escribió diferentes artículos y redactó un
anteproyecto con el arquitecto Fernando Chueca que
consistía en «la reduplicación del puente y de la urbanización del entorno». El planteamiento de Fernández
Casado en contra del ensanche fue el siguiente (14):
«No cabe tocar el puente de Toledo. Es preciso dejarlo
en su acabada perfección, desenterrando sus pilares,
y construyendo un puente paralelo para servir al tráfico actual, a la distancia precisa para contemplarlo
en su total desarrollo. Pero la solución más adecuada
sería construir dos, uno para cada dirección de tráfico,
nº 8, Junio 2009
aguas arriba y aguas abajo del actual. De este modo
conservaría el eje tradicional y se daría cumplido remate a la fisonomía urbana radial de esta zona. El puente
quedaría en la teoría de las puertas monumentales
de Madrid, que tampoco sirven a su primitiva función,
pero cumplen su destino». Hemos de añadir a esta
cita que el puente sigue cumpliendo parcialmente su
función, porque conserva el tráfico peatonal.
Para negarse tan radicalmente al ensanche, analiza
las diferencias entre el puente de Segovia y el de Toledo:
«En el primer puente (el de Segovia) dos frentes planos con tajamares adosados se mantienen en paralelismo independiente. En el segundo, (el de Toledo)
arquitectura de tres dimensiones, la trabazón vertical
y transversal es todavía más recia que la longitudinal,
y los distintos elementos se compenetran en unidad
indisoluble. Por estas razones el puente de Segovia
ha podido soportar, sin menoscabo sensible, el ensanchamiento por traslado paralelo de sus frentes;
pero el puente de Toledo no podría sufrir una transformación análoga. Sería destrozar la corporeidad de un
conjunto, desmembrar su torso para hacer luego un
ensanche monstruoso»
Al construirse en los años 70 del siglo XX la autopista
del Manzanares, se respetó el planteamiento de Fernández Casado, desdoblándose el puente de Toledo
y dejando éste para tráfico peatonal. El proyecto de
los nuevos puentes de Toledo los hizo el mismo Fernández Casado, en la idea que había planteado: unos
puentes sencillos, alejados del puente de piedra para
que no compitieran con él. Uno de ellos se ha derribado con la nueva transformación de la autopista del
Manzanares.
Pero la construcción de la autopista no varió la situación de la canalización, sino que la consolidó, porque pasó por los ojos del puente al nivel fijado por
el aterramiento hecho con la canalización. En esta
intervención no se hizo ninguna actuación irreversible
en el puente.
El paso de la autopista del Manzanares por el puente
de Segovia fue más respetuoso; pasó entera a un
lado del puente, sin afectarle. En cambio, del puente
de Toledo no podemos decir lo mismo. El paso de los
vehículos bajo los arcos del puente de piedra no se
puede considerar una solución satisfactoria.
3) La nueva transformación de la autopista del Manzanares. En esta nueva transformación no se ha recuperado la fisonomía original del puente, sino que se
ha consolidado «ad aeternum» la situación actual de la
canalización, que repetidamente denunció como bárbara Fernández Casado, y se han hecho en el puente
actuaciones irreversibles, como es romper parte de las
pilas con los cajones subterráneos que alojan la nueva
autopista. Esta nueva actuación en el puente de Toledo
es quizá la más desafortunada de todas.
Como resumen podemos decir que en toda la historia
de estos dos puentes, salvo en el ensanche, el Puente
de Segovia ha salido siempre mejor librado que el de
Toledo, y lo mismo pasa con la última obra: en el primero, la nueva autopista pasa por el mismo costado
que la actual, y también bajo los cimientos de una pila
del puente.
En el puente de Toledo la nueva autopista pasa enterrada, pero con el techo de los cajones al nivel de la
autopista actual, es decir, al nivel que dejó la canalización del Manzanares, y con el agravante de que estos
Puente de Molins de Rei sobre
el río Llobregat antes de su
demolición
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
93
Puente de Molins de Rei después del
hundimiento de dos de sus pilas
cajones afectan de manera irreversible a las pilas del
puente.
II.3.2.- Puente de Molins de Rei
sobre el LLobregat
Se construyó en el siglo XVIII durante el reinado de
Carlos III, y era uno de los mejores ejemplos de los
puentes españoles del siglo XVIII.
Era un puente largo, con quince arcos elípticos de 19
metros de luz. Igual que en el puente de Alcolea sobre
el Guadalquivir tenía un doble ritmo de pilas. Una de
cada tres era más ancha, y los tajamares y espolones,
de planta semicircular subían hasta el tablero creando
balconcillos. Las dos intermedias tenían tajamares y
espolones también semicirculares, pero se terminaban
a una altura ligeramente superior al arranque de los
arcos y se remataban con sombreretes. Este puente
sirvió, durante muchos años, de acceso a Barcelona
por la carretera N-II.
Como en muchos ríos españoles, la extracción de
áridos en el cauce produjo un descenso del nivel del
lecho, en este caso fue del orden de dos metros, y
deshizo el zampeado que había alrededor de las pilas
y entre ellas, cimentado, igual que las pilas, con pilotes
de madera, que quedaron descalzados (4).
En febrero de 1971 hundió una de las pilas debido a
una avenida del río. No se produjo ninguna actuación
de protección del puente por este hundimiento, y en
enero de 1972 hubo una nueva avenida que hundió
otras dos pilas, quedando rotos cuatro arcos.
Alegando que se necesitaba un puente más ancho en
el mismo lugar porque no había posibilidad de variar
el trazado de la carretera, y que la reconstrucción era
difícil, se decidió demoler el puente entero y hacer un
puente nuevo con el ancho necesario, En la polémica
que se creó por este problema se implicó personal-
94
El Nuevo Miliario
mente el ministro de Obras Públicas de aquel momento. En principio se dijo que se iba a numerar las piedras
del puente para reconstruirlo en otro lugar, pero al final
se demolió mediante voladuras. Pensamos que es un
ejemplo de la situación de indefensión del patrimonio
histórico de los puentes, que ha causado tantos estragos en ellos. No es aceptable la razón de que era
necesaria una carretera más ancha en el mismo lugar.
La zona no estaba totalmente urbanizada y por ello
permitía adoptar la solución que propusieron Carlos
Fernández Casado y Fernando Chueca para el puente
de Toledo sobre el río Manzanares y que, como hemos
visto, se aplicó al hacer la autopista del río. Consistió
en desdoblar el puente mediante dos paralelos a suficiente distancia para que no se ahoguen entre sí, sino
que se potencien, porque desde los nuevos se ve el
antiguo y desde el antiguo se ven los nuevos.
Afortunadamente no ocurre lo mismo en todos los
lugares. En 1978 una avenida derribó cinco pilas del
puente Wilson en Tours, Francia, construido en el siglo XVIII. Tiene 15 arcos carpaneles de 24 metros de
luz. Después del hundimiento se tomó la decisión de
reconstruir los arcos tal y como eran originalmente, y
recalzar las cimentaciones donde resultó necesario.
III.- Conclusión
Como conclusión de lo expuesto podemos decir que
el patrimonio histórico de los puentes españoles es
excepcional, pero muy vulnerable. Obras como puente
de Alcántara o el acueducto de Segovia no tendrán
problemas porque son patrimonio de la humanidad,
pero hay muchas obras no tan excepcionales sometidas al deterioro natural, y desgraciadamente a lo que
es más frecuente, a la agresión humana motivada por
diversas causas. Creo que es necesario plantear una
defensa de este patrimonio, que desgraciadamente se
va reduciendo más de lo que debiera.
nº 8, Junio 2009
LO QUE SE DICE...
Observaciones sobre la posible relación de la calzada Carthago Nova-Complutum y la conquista
musulmana de Hispania
José Miranda Calvo
Con verdadera atención he leído el ponderado trabajo
de Jesús Joaquín López Moreno inserto en el nº 7
de la revista, referido al tema enunciado, con sus deducciones en orden a una posible relación directa de
utilización de la calzada por Tariq en el 711, así como
la serie de hallazgos y vestigios de dicha calzada.
Con motivo de mi Tesis Doctoral sobre los pormenores
de la venida y ocupación musulmana de Hispania en
el 711 he manejado, como puede suponerse, todas
las teorías hasta el presente sugeridas y lógicamente
la del profesor Vallvé con motivo de su ingreso en la
Real Academia de la Historia, el 2 de abril de 1989,
que conservo íntegra.
A este respecto, mis reflexiones y conclusiones son
absolutamente diferentes y contrarias a la idea del
insigne arabista, reconociendo de antemano su prolijo estudio basado en la coincidencia del topónimo
arábigo Carteia con el nacional de Cartagena, como
así ocurre con otros lugares, específicamente con el
de Carteia correspondiente a la pequeña localidad
existente en la bahía de Algeciras, cuyas ruinas del
antiguo castillo se encuentran hoy día englobadas en
el interior de la factoría petrolífera de «Cepsa».
Todos sabemos que desde el año 707 las fuerzas
musulmanas comandadas por Muza y su lugarteniente
Tariq conquistaron la ciudad de Tánger, no pudiendo
conquistar la de Ceuta debido a la feroz resistencia del
gobernador de la misma, el Conde Julián, reforzado
con los auxilios procedentes de la Península desde
tiempos del rey Witiza, regresando Muza a su base
de Quariwan, en las cercanías de Túnez, dejando el
mando de Tánger a su liberto Tariq desde el año 708.
Sabemos igualmente que el rey Witiza murió en febrero del 710, desencadenándose de inmediato la
lucha por el trono entre sus partidarios, que deseaban
la corona para sus hijos, tal vez Achila, y los clanes
nobiliarios de la Bética, que preconizaban a D. Rodrigo
—como así sucedió— provocándose la secesión de
las provincias Tarraconense y Galia Narbonense a
favor de Achila.
Lógicamente, y dado que al propio tiempo se sublevaron los vascones en la región de Pamplona —viéndose
obligado D. Rodrigo a sofocarla— cortó las comunicaciones y auxilios al Conde Julián al tener conocimiento
de sus contactos y preferencias witizianas, provocando
nº 8, Junio 2009
su aislamiento, habida cuenta de la fidelidad anterior
que tuvo con el fallecido monarca Witiza.
Como consecuencia conjunta de dicho aislamiento y
peticiones de ayuda witiziana, en orden a recabar los
servicios auxiliares de las fueras africanas de Tariq,
tanto el Conde Julián como Tariq acordaron el pacto
de intervención con anuencias superiores, llevando a
cabo previamente unas acciones exploratorias sobre
el área Tarifa-Algeciras a lo largo del año 710, según
atestiguan la casi totalidad de las crónicas, si bien algunos tratadistas consideran que, incluso, se llevaron
a cabo en vida de Witiza en el 709.
Dejando a un lado dichas referencias, lo cierto es que
nos encontramos en el 710 con la marcha de D. Rodrigo a Vasconia, tratando de sofocar la rebelión de
los vascones.
Hasta aquí, prácticamente, las coincidencias generalizadas y el comienzo de las disparidades referidas al
lugar del desembarco. Si por una parte la mayoría se
inclina por el área Gibraltar-Algeciras, el profesor Vallvé sorprendió con el lugar de Cartagena basándose
en el topónimo Carteia, por más que todas las crónicas
refieren que tras el pacto, y aprovechando la estancia
de Rodrigo en Vasconia, llevaron a cabo las acciones
exploratorias —indicadas anteriormente— sobre la
zona Tarifa-Algeciras-Gibraltar.
Las interrogantes y reflexiones que suscrito y expongo,
con objeto de demostrar que no pudo ser Cartagena
el lugar del desembarco y, por tanto, la imposibilidad
de utilización de la calzada Cartago Nova-Complutum
para llegar a Toledo son:
1. Sabemos que los visigodos no dieron importancia
a la marina, como lo prueba que no existe en el Fuero
Juzgo ni una sola línea referida a la misma, en contraste con la prolija exposición de las leyes militares
terrestres, dictadas por los reyes Wamba y Egica, sobre su movilización y empleo.
Asimismo, el reputado tratadista March y Labors, en su
Historia de la Marina Real de España (único que habla
del tema),afirma que: «…las groseras naves visigodas
que servían al comercio y sus comunicaciones entre
las costas apenas se parecían nada a las de los romanos, puesto que no usaban más que un solo orden
de remos, ni más puentes que el piso natural de
la nave, no conociéndose de los puentes en las
mismas, así como los mástiles y vela hasta los
tiempos de Wamba» (pág. 20 – 21).
Conocemos también el último testimonio escrito y gráfico que figura en los libros del cronista del rey Wamba
—el Obispo San Julián— donde aparecen tres barcos,
destacando en uno de ellos el vaso largo accionado
por 8 remeros que bogan por el costado que presenta
El Nuevo Miliario
95
sin vela alguna, y en pie sobre el castillete la figura de
un hombre que debe ser el timonel.
2. En nuestras apreciaciones entendemos que los 4
barcos de que disponía el Conde Julián, utilizados
para su comercio y transporte con el área peninsular (y
que según atestiguan la casi totalidad de las crónicas
y relatos fueron los empleados para el desembarco,
ya que algunas sólo hablan de dos barcos) debían
ser algo mayores dadas las corrientes y mareas del
Estrecho, estimando incluso que debieran tener hasta
el doble de remeros, es decir, entre 14 y 16 remeros
por costado.
Dado el radio de acción al elevar y hundir los remos en
el agua, la longitud de dichos barcos no podría sobrepasar los 30-32 metros de eslora y, proporcionalmente,
los 7-9 de manga, accionados naturalmente a remo y
auxiliados por una vela para aprovechar el viento.
Con estas dimensiones y calculando una mar razonablemente tranquila, su velocidad, con una carga
máxima de 40-50 hombre, llegaría a unas 4-5 millas
náuticas/hora, es decir, unos 9 a 9,5 km /hora.
3. Las distancias de los puertos norteafricanos entre Tánger y Ceuta, cuya enumeración comprende
la trilogía de Tánger, Alcazarseguer y Ceuta, es la
siguiente:
•
•
•
Tánger – Gibraltar, 18 millas (35 km)
Alcazarseguer-Gibraltar, 12 millas (25 km)
Ceuta – Gibraltar, 8 millas (16 km)
Cabe calcular que la travesía inicial desde Tánger tendría una duración de unas 4 ó 5 horas, comprendida
la carga y descarga y unos 200 hombres desembarcados en cada viaje.
Como el esfuerzo de la tripulación, con su regreso,
requería un obligado descanso (caso de no tener tripulaciones de refresco) el desembarco de los 12.000
hombres de Tariq necesitaría 60 viajes, siempre que
no hubiese temporales, como ocurre, si bien entendemos que aprovecharían el puerto de Ceuta ante la
ausencia de resistencia rodriguista.
- Si el desembarco fuese masivo y mayor el número de
barcos los empleados, ¿de dónde sacaron los barcos,
que ni las propias crónicas arábigas mencionan, salvo
los cuatro barcos del Conde Julián?
5. Dando por supuesto, hipotéticamente, que el desembarco fuese en Cartagena, preguntamos nuevamente:
- ¿Cómo se justifica el desplazamiento del rey Rodrigo
desde Vasconia a Cartagena, que jamás ni por nadie
ha sido mencionado?
- ¿Cómo se justifica que, aún dando por realizado dicho desplazamiento y que la batalla tuviese lugar en
el valle de Sangonera, los musulmanes victoriosos se
desplazaran después al sur, para conquistar sucesivamente las plazas de Gibraltar, Écija y Córdoba y su
paso posterior por la Mariánica, camino de Toledo?
Si, como se dice en el artículo de López Moreno, el rey
Rodrigo fuera avisado por el Conde Teodomiro, ¿han
calculado el tiempo de la noticia desde la zona murciana hasta Vasconia, así como el tiempo de regreso
del monarca para la batalla, dado que está atestiguado
que el desembarco en la zona de Gibraltar-Algeciras
se produjo el 27 de abril del 711?
Buena prueba de ello es que el profesor Vallvé jamás
nos ha podido dar respuesta alguna, limitándose al
estudio del topónimo.
Finalmente, entendemos que no pudo ser utilizada
dicha calzada para su venida y entrada en Toledo,
debiendo aceptarse el recorrido Gibraltar-Algeciras
-Écija-Córdoba-Toledo. También que las versiones recogidas en la 1ª Crónica General referidas al combate
de Sangonera deben situarse en la época del Conde
Teodomiro (713) y el hijo de Muza, Abd-al Hazid, casado con Egilona (la viuda de D. Rodrigo); y el pacto
suscrito entre ambos, por el que el Conde Teodomiro
continuó con el dominio de su zona, sometido a las
condiciones pactadas.
Felicito sinceramente a López Moreno y sus colaboradores por la iniciativa y trabajos de delimitación exacta
de dicha calzada, animándoles en su prosecución.
4. Si, como afirma el profesor Vallvé, el desembarco
se produjo en Cartagena, la distancia entre Tánger o
Ceuta y Cartagena es de 470-480 millas náuticas, es
decir, sobrepasa holgadamente los 500 km. Preguntamos, pues:
- ¿Se ha pensado lo que supone navegar a remo exclusivamente los más de 500 km?
- ¿Se ha calculado el tiempo de dicha travesía y su
regreso, para desembarcar en cada viaje sólo 200
hombres?
96
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Debate
El yacimiento de El Beneficio, en Collado Mediano,
Madrid y la mansio Miac(c)u)m.
Jesús Rodríguez Morales (JRM) ofreció a El Nuevo Miliario una reseña sobre dos trabajos recientes de Jesús
Jiménez Guijarro (JJG), «El yacimiento romano de El
Beneficio (Collado Mediano, prov. Madrid) y la mansio
de Miaccum de la via XXIV del Itinerario de Antonino»,
Madrider Mitteilungen, 49, 2008 y otro, «Las vías de
comunicación y la articulación del occidente territorial
de la Carpetania romana», publicado en el número 23
de Cuadernos de Estudios, 2009. Al recibir la reseña
de JRM, nuestra revista, como hubiera hecho Gonzalo
Arias, invitó a JJG a responder en el mismo número.
Éste es el resultado del debate, tal cual lo recibimos
en la redacción.
Jesús Jiménez Guijarro es prehistoriador, autor de
una notable tesis sobre la neolitización de la Península
Ibérica, leída el año pasado en la Universidad Complutense, pero los avatares laborales y profesionales
le han llevado a participar en el rescate, excavación y
puesta en valor del yacimiento romano de El Beneficio,
en Collado Mediano.
La propia importancia del hallazgo le ha movido a publicar en los últimos años varios trabajos, tendentes
a difundir sus ideas sobre la identidad entre lo que ha
excavado y la mansio de Miac(c)um, de la via 24, parte
hispánica, del Itinerario de Antonino. En esta reseña
comentamos dos de sus últimos artículos acerca de
este tema.
El primero de ellos es un trabajo de 34 páginas, aparecido en la importante revista Madrider Mitteilunger,
órgano del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid.
Está dedicado especialmente a la descripción del edificio excavado en el paraje de El Beneficio, en Collado
Mediano, y de la vía romana con él relacionada.
hincadas verticalmente, y se habría perdido la capa
de rodadura.
Esta parte del artículo es interesante y convincente:
nos presenta la excavación de una posada romana y
la vía a él anexa, pero —desde mi punto de vista— la
convicción se pierde en los últimos capítulos del artículo
(VI: Marco general e interpretación, VII: conclusiones),
cuando quiere explicar el conjunto de vías, miliarios y
yacimientos, del NO de la Comunidad de Madrid.
Comienza por negar el paso de la vía romana (24 del
Itinerario) por donde casi todos los investigadores,
desde Blázquez y Sánchez Albornoz, la han llevado,
por el camino más recto, la Cañada Real de Merinas,
Cañada Real Segoviana o Camino de Cercedilla, que
es actualmente y a lo largo de 6 Km. la mojonera entre
Guadarrama, Alpedrete y Collado Mediano.
También era ya hace más de 500 años, el límite entre la
aldea de Monesterio y el Real de Manzanares, cuando
-entre 1490 y 1510- se escribieron las «Dos piezas del
pleito entre El Campillo y Monesterio con Manzanares
el Real (Madrid) y su condado, sobre términos de la
Sierra de Garganta, llamada también «Cuelgamures».
Allí, como ya contábamos hace poco, se da fe de que
la puente del Herreño, el camino real y un arroyo que
viene entre el Alpedrete y la dehesa de Monesterio
—el arroyo de los Linos—, constituían el límite oriental
de Monesterio. Y no nos olvidemos tampoco de que en
ese documento se alude a «un canto questa en medio
del camino real, que es un marmol redondo donde solia estar una cruz de piedra...»: un miliario que estaba
marcando el camino antiguo, quizás uno de los tres
«tres hitos de piedra redondos y del altor de un ombre
hincados en el suelo», que aparecían en una mojonera
redactada en 1630, que describía los límites orientales
de Guadarrama, y que fue consultada por Blázquez y
Sánchez Albornoz en 1918.
Estos miliarios estaban junto al camino real, «uno estaba junto a una fuente de piedra; otro en la Hoya de
1.- El edificio y la vía
En el edificio, que él interpreta como mansio, que mide
15 por 15 metros, se han detectado tres fases constructivas: la primera, del tránsito del s. I al II d. C, la
segunda —tras un hiato de unos 200 años— de los
siglos IV- VI d.C.; en la tercera se produciría una reutilización tardía, perdida ya la función de posada que
tuvo originariamente el edificio.
Tramos empedrados en la Cañada Real de Merinas o
Segoviana
En cuanto a la vía, se puede seguir durante unos 200
m. al NE del edificio y tiene una anchura de 4- 5 m.
de margo a margo —de bordillo a bordillo—. Se han
conservado la excavación previa o caja y las capas
inferiores: de abajo arriba un relleno de tierra apisonado, un relleno de piedra pequeña y media y una capa
de piedras planas apoyadas en un bordillo de piedras
nº 8, Junio 2009
El Nuevo Miliario
97
Tramos empedrados en la Cañada Real de Merinas o
Segoviana
Miguel Sanz, de Alpedrete, lindando con el egido de
Guadarrama y del tercero solo se dice que estaba
cerca del camino real», todos en el tramo de camino
que Jiménez Guijarro rechaza.
Niega Jiménez Guijarro también de forma enfática que
haya restos de empedrado en este camino: «Faltan
las evidencias de este camino principal y no aparecen
donde otros autores se empeñan en señalarlas, esto
es, en la Cañada Real de Merinas, que jamás estuvo
calzada…», cuando sabemos que el equipo de arqueólogos de la Comunidad de Madrid que prospectó
el camino en 1996 encontró varios tramos empedrados, que se pueden ver y fotografiar.
Caminos antiguos en el entorno de El Beneficio. En línea
discontinua, la Cañada Real de Merinas o Segoviana, en
negro, los caminos propuestos por Jiménez Guijarro.
Las flechas indican tramos empedrados
Por contra el camino que él presenta como alternativo
da una vuelta, por el Cordel del Camino Viejo y la Vereda de la Vent(an)illa, inexplicable, puesto que la Cañada Real de Merinas o Segoviana, tiene en el tramo
una pendiente muy moderada, que hace innecesario
el rodeo. Parece como si, rechazando la romanidad del
camino antiguo propuesto tradicionalmente, afirmara
la del suyo, sin darse cuenta de que la una no impide
la otra.
Si examinamos el mapa adjunto veremos que la posada de El Beneficio, está apartada una milla del camino
principal y unida éste por dos ramales que forman un
triángulo; una disposición relativamente normal en el
mundo romano. Ahora bien, lo extraño es que el tramo
principal de vía empedrada excavada esté al NE de la
posada, más allá del tramo de unión a la vía principal.
Esto lo que parece indicar es que está colocada al
principio de una vía que se aparta de la principal y que
por la dirección, se encaminaría hacia Talamanca o
Complutum.
Quizás lo más demostrativo para Jiménez Guijarro
de la identidad de El Beneficio con Miac(c)um es su
distancia desde Segovia o más concretamente, desde
el miliario de Cercedillla, que indica xvii millas a un sitio
desconocido, pero que, por la distancia, que se ajusta
bastante bien, debe de ser la ciudad del Acueducto.
Para él, la medida en línea recta desde el Puente de
la Venta a los posibles lugares en donde se ubicaría
Miac(c)um —recogida en el cuadro anexo— , favorece
su identidad con El Beneficio.
Desde el
Puente de
la Venta al
Distancia
en Km. en
línea recta
Distancia
en millas en
línea recta
Puente del
Herreño
15
10,13
Moratiel
15
10,13
El Beneficio
9,5
6,41
Guadarrama
10
6,76
Miaccum
10,36
7
Itinerarium Antonini, ed. de Parthey y Pinder
98
El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Este razonamiento tiene varios problemas:
• Primero, que la distancia de xxiv millas de Segovia
a Miac(c)um no es la única que recogen los manuscritos del Itinerario; la notable edición de Parthey y
Pinder presenta también la variante de xxviiii millas,
mayoritaria y que recogen manuscritos antiguos,
como el M y el R, del s. X y el C, del s. XII.
• Segundo, que los miliarios de Cercedilla aparecieron no en el Puente de la Venta, sino 700 m. al N
del Puente de la Venta.
• Tercero, que las distancias es muy conveniente medirlas sobre el mismo camino, con G.P.S. o sobre
el mapa, con curvímetro, no en línea recta.
En este otro cuadro se recogen las distancias, medidas
con curvímetro, desde el miliario de Cercedilla.
Desde el
Miliario de
Cercedilla
Distancia
en Km.
Equivalencia
en millas
San Yago
18,5
12,5
MoratielMonesterio
17
11,5
El Beneficio
12,5
8,4
Desvío de El
Beneficio
10
6,7
Al Beneficio
por el camino
de J. J. G.
12,5
8,4
Miaccum, var.
xxiiii m.p.
10,36
7
Miacum, var.
xxviiii m.p.
17,8
12
Como vemos, el lugar en el que sale el desvío a El
Beneficio de la Cañada Real de Merinas está aproximadamente a la distancia –xxiiii millas- que marcan
algunos manuscritos del Itinerario. El propio yacimiento, ya sea siguiendo el desvío que sale de la cañada
o por donde la lleva Jiménez Guijarro, está algo más
lejos, a 8,4 millas.
El otro posible yacimiento de Miac(c)um, en el despoblado de Monesterio, en la finca Moratiel, y la estación
de San Yago, en la que aparecieron varias inscripciones antiguas, están a 11’5 o 12’5 millas desde el
miliario de la Fuenfría, es decir a 28,5 o 29,5 millas de
Segovia, en el entorno de las xxviiii millas que marcan
otros manuscritos.
2.- El topónimo Miac(c)um
En primer lugar aclararé por qué escribo siempre
Miac(c)um y no Miaccum, como lo hace Jiménez Gui-
nº 8, Junio 2009
jarro. El caso es que también hay disparidades en esto
entre los distintos manuscritos del Itinerario. Miaccum
está en sólo tres manuscritos, los J, L y N, mientras que
la forma con una sola c, Miacum, está en el resto, representando de nuevo, una tradición textual distinta.
Miac(c)um es claramente un topónimo hispanocelta,
cuya etimología presenta varias posibilidades.
• Que sea el gentilicio de una comunidad, o clan indígena. En el territorio de la Comunidad de Madrid,
como en el de otros ámbitos de lengua céltica de
la Península, se han documentado en la epigrafía,
varios de estos nombres: Aelariqum, Arquiqum, Aucaliqum, Boccouriqum, Dagenicum, Elguismicum,
Malugeniqum, Manuciqum, Metturiqum, Uloqum o
Vacemqum. En el propio yacimiento de Monesterio
se ha recuperado recientemente la estela funeraria
del niño Vitulinus, hijo de Vitulus, del clan Ulbiqum
• Que, como afirma Curchin, estemos ante la raíz *
mei- ‘pequeño’, en su grado cero, *mi- más el sufijo
céltico –acum.
• Que estemos ante un hidrónimo, procedente de
la raíz *mei- ‘viajar, errar’, más de nuevo el sufijo
–acum.
Lo que no parece que sea Miaccum, como afirma Jiménez Guijarro, acogiéndose a la autoridad de Humboldt, es palabra de origen vasco.
Dice Humboldt: «Mea significa estrecho, movedizo, por
oposición á ancho, y de aquí fino, y en español ralo,
claro, angosto. Esta palabra expresa ciertamente la
idea de estrecho, porque sirve para designar los filones de metal, y me-atza quiere decir mina. Se emplea
también para designar el lecho mismo de un pequeño
río. Relaciono a la misma radical, porque mea es mia
en dialecto vizcaino, a Miacum de los Carpetanos (Itin.
Ant. 435).»
Naturalmente, cuando Humboldt, hace 200 años, concibió la idea del vascoiberismo, el conocimiento de las
lenguas célticas hispanas estaba en pañales, pero hoy
en día no parece posible relacionar el vasco meatza
‘mina’, con el topónimo –claramente celta- Miac(c)um,
y menos deducir de ello que «todas estas evidencias
dan sentido a la idea de filón, ‘paso estrecho’ o mina….
Y es precisamente la existencia de explotaciones mineras de piedra y, en menor medida, de metales como
el cobre, la plata y el oro, asociadas a rafas mineras a
cielo abierto, una de las características del paisaje y
la geología de Collado Mediano y en especial del área
inmediata al yacimiento.»
Tampoco el topónimo Meaques, nombre de un arroyo
afluente del Manzanares, en la Casa de Campo de Madrid, debe de tener nada que ver con nuestro Miac(c)um,
sino que parece homónimo del Arroyo Beacos, actual
Arroyo del Fresno, que se sitúa un poco más arriba y
El Nuevo Miliario
99
en la otra orilla del Manzanares, topónimo que podría
proceder de un hispanocelta *Bedacum, de la raíz protocéltica *bedo, ‘tumba, fosa’, que a su vez procede del
protoindoeuropeo *bhedh - ‘cavar’. En topónimo indicaría
seguramente un arroyo encajado, un barranco.
3. Miac(c)um, ¿municipium o mutatio?
Ante la pequeñez de la estructura excavada Jiménez
Guijarro se plantea una pregunta ¿Era Miaccum, una
sencilla mutatio «un simple establecimiento de paso
asociado a la infraestructura viaria y por ello seguramente, sin interés para un historiador como Ptolomeo»,
o correspondería a una ciudad indígena o romana o
una villa suntuosa? En el segundo artículo que comentamos desarrolla Jiménez Guijarro más este tema
preguntándose si en el Itinerario de Antonino Miaccum,
Titulcia, Complutum o Segovia:
• son sólo simples paradas del camino (stationes o
mutationes);
• si «se corresponderían con municipia», y serían
«entidades administrativas propias y por lo tanto
con su territorio»
• o si «en el texto que conservamos los topónimos
citados harían referencia tanto a municipia como a
mansiones/ stationes y mutationes, sin que tengamos muchos elementos de juicio para realizar una
diferenciación a priori.»
Opina Jiménez Guijarro «que tanto mutationes como
mansiones no aparecerían en obras geográfico- históricas genéricas, quizás por ser considerados establecimientos meramente auxiliares, asociados a la
estructura del Imperio y sin un interés histórico definido. Tan solo se reflejarían en los textos sus nombres
en el caso de que existiese la coincidencia de población y posada o cuando a la posada se le diese, por
extensión, el nombre de la población, generalmente
indígena, más próxima.»
Sin embargo es opinión muy extendida que en la obra
de Ptolomeo abundan los nombres de mansiones y
mutationes, puesto que el geógrafo alejandrino se
habría servido de itinerarios para el cálculo de las coordenadas de las poleis de su Geographiké Hyphegesis. Dice por ejemplo Dionisio Urbina, hablando
precisamente de las ciudades carpetanas recogidas
en Ptolomeo: «La mayoría de las ciudades mencionadas por Ptolomeo no se corresponderían, por tanto, ni
con grandes urbes romanas, ni con antiguas ciudades
indígenas ya que se trata de pequeñas mansiones o
ventas en los caminos, junto con aquellas otras más
conocidas que también eran puntos de referencia en el
sistema de calzadas romano, como Toledo, Compluto
o Titulcia.»
En cuanto a la existencia de simples posadas o mutationes en el Itinerario es indudable que establecimien-
100
El Nuevo Miliario
tos muy pequeños y simples –como la posada de El
Beneficio- también aparecen en la recopilación, pero,
desde nuestro punto de vista, o hacen casi siempre
con la forma Ad + acusativo, de la que ya trató Roldán
hace más de 40 años. El latín ad + acusativo significa
«junto a, cerca de», y se ha conservado en francés,
mediante la locución aux, curiosamente aplicada al
nombre de establecimientos hosteleros: Café Aux
Tours de Notre Dame, ‘Café de las torres de Notre
Dame’; Hotel Aux Trois Portes, ‘Hotel de las Tres Puertas’, Restaurant Aux Armes de Bruxelles, ‘restaurante
del Escudo de Bruselas’.
Eso es lo que deben de significar los nombres con ad
en el Itinerario, el nombre de las posadas o ventas.
Estas son las que aparecen en la parte hispánica del
Itinerario:
Ad Stabulum, la del Establo, en la vía 1; Ad Centuriones, de los Centuriones, Ad Statuas, de las Estatuas,
Ad Turres, de las Torres y Ad Morum, del Moral, en la
vía 2; Ad Gemellas, de las Gemelas, en la via 7; Ad
Aras, de las Aras, en vía 8; Ad Atrum Flumen, del río
Atro, en la vía 12, Ad Septem Aras, de las Siete Aras,
en las vías 14 y 15; Ad Aquas, de los Baños, en la vía
17; Ad Duos Pontes, de los Dos Puentes, en la vía 20;
Ad Rubras, de las Rojas, en la vía 23; Ad Lippos, de los
Legañosos, en vía 24; Ad Turres, de las Torres, en la
vía 29; Ad Putea, de los Pozos, en la vía 31; Ad Novas,
de las Nuevas, y Ad Septimo Decimo, del Decimoséptimo (miliario), en la vía 32.
Es esclarecedor comparar estos nombres con algunos
de los que llevan nuestras ventas antiguas, como las
del Villuga, en el s. XVI: Venta de la Rubia, Ventorro del
Cano, Venta Nueva, Venta de Baños, Venta de los Santos, Venta de Romanos, Venta del Río de las Yeguas,
Venta del Río Guadarrama, Venta de los Locos, Venta
de las Dos Hermanas, Venta de Torre Blanca, Venta de
Torre Molina, nombres como los del Hostal 103, nombre
de dos establecimientos, uno situado en el Km. 103 de
la carretera Madrid- Barcelona, y otro en el mismo punto
kilométrico de la Toledo- Ciudad Real.
4.- La mansio de Miac(c)um ¿en El Beneficio o en
Monesterio?
Miac(c)um, nombre indígena, podría ser perfectamente el de la ciudad carpetana o arévaca –puesto que
se encuentra justo en la frontera entre ambas etnias-,
de unas 3 Ha. de superdicie y ubicada en los Cierros
de la Asunción, en Galapagar, a 980 m. de altura. Se
encuentra por encima y a distancia de un Km. tanto
del yacimiento de Monesterio (880 m.), como de la
estación de ferrocarril de San Yago (890 m.), en donde
«a la derecha de la vía al Escorial... junto a unas bardas de piedra, muy cerca del Km 40 del ferrocarril...»,
encontró Hübner, en el viaje inaugural del ferrocarril
de Madrid a Ávila, en 1861, dos inscripciones (C.I.L.
nº 8, Junio 2009
II, 3061 y 3062), dedicadas una a Mars Magnum y otra
a los Lares. Dichas inscripciones seguramente aparecieron al excavar la vía del tren y fueron abandonadas
a un lado de ella.
Este de San Yago es un extraño hagiotopónimo, único en las provincias españolas de habla castellana,
y análogo a otros como San Fitoiro, nombre de tres
localidades de Lugo y Orense, y San Vitero, en Zamora, ambos quizás de Sub Fictorium «bajo el mojón» y
San Otero, en Cerratón de Juarros, Burgos, de *Sub
Altarium, «debajo del otero», en donde la preposición
sub- tomó la forma san- . El topónimo latino *Sub Miacum, «al pie de Miacum» explicaría el actual San Yago:
*Sub Miacum > *Sumiago> *Samiago> *Saniago> San
Yago, y si damos por buena la evolución Miacum sería
efectivamente el nombre de la ciudad celtibérica y la
mansio romana situada al pie de ella.
Del Puente del Herreño, junto a donde está Monesterio, se va por Galapagar -en donde se encontró un
miliario de Caracalla-, por Paz en Parra, en la urbanización Villafranca del Castillo y, siguiendo la Vereda
Segoviana, por la Vega Sagrilla, junto a Boadilla, en cuyas cercanías y sobre la vía se ubican los yacimientos
romanos y tardorromanos, de la Veguilla, la Pingarrona
y San Babilés.
En el Beneficio se ubicaría una mutatio, que correspondería a una vía no recogida en el Itinerario, que se
apartaría de la vía 24 e iría de Segovia a Complutum,
por Collado Mediano, Becerril y Colmenar Viejo. El topónimo El Beneficio es interesante y como idea se podría
referir a las exenciones fiscales que siempre han recibido estos establecimientos en zonas de montaña.
Ejemplos cercanos son los de la Venta de la Fuenfría,
que el 3 de Enero de 1201, recibió de Alfonso VIII la
confirmación a Doña Anderazo, viuda del segoviano
don Gutierre Miguel, del permiso para dedicar las rentas de un molino en el Eresma al sostenimiento de la
alberguería, que ellos mismos habían construido en el
camino de la Fuenfría, confirmando así la gran necesidad de su presencia en el puerto.También la exención de Junio de 1273, por la que Alfonso X eximía de
tributos a los que ejercieran de venteros en los cuatro
puertos principales de la Sierra de Guadarrama:
«Por fazer bien, e merced, a los que moran e moraren,
dende en adelante, el Alberguerias, que son en los
puertos de Valathome, Fuenfria, e de Manzanares e de
Maragosto... quitolos de todo pecho e de todo pedido
e de todo servizio e defonsado e defonsadera e de
toda fazendera...»
M.T.N. 1: 50.000, 533, El Escorial, 1877
En el yacimiento de Monesterio, al E y muy cerca de la
confluencia de los ríos Guatel 1 y Guadarrama y a un
Km y medio al NO del apeadero de San Yago, donde
se ha excavado una zona termal –curioso que en la 1ª
edición del 1:50.000 en el lugar aparezca la anotación
«Antigua casa de baños»-, y en donde en las fotos aéreas se advierte perfectamente un gran edificio, estaría
la mansio de Miacum. De allí a Titulcia –que ubicamos
en Móstoles- hay un poco más de 25 millas, siguiendo
la carrera toledana del documento de 1249, dado en
Sevilla por Fernando III, que marca la separación entre
segovianos y madrileños:
«E mandelo desterminar de tal logar hasta tal logar:
desdel os la del Ferrenno, por do pasa la carrera toledana derecha commo va al Galapagar, e dende commo va a Paz en Porra et a Guadarrama, e dende arriba
commo va el arroyo a Sagriella et la uega…»
nº 8, Junio 2009
Muy interesante también es que la mutatio de El Beneficio se ubique en el Camino de Entretérminos, que no
corresponde a ninguna mojonera medieval o moderna
conocida y que podría indicar –por donde está situado,
al pie de la Cabeza Mediana- el paso de la división antigua entre el Convento Cluniensis y el Carthaginensis,
que unos Kms. al E tiene su expresión en el termino
EL ‘BENEFICIO’ DE LA DUDA:
FACTA, NON VERBA
Jesús Jiménez Guijarro1.
Profesor Área de Historia Antigua.Univ.
Rey Juan Carlos. Director Servicio
de Arqueología de Collado Mediano
A Gonzalo Arias. Por sabiduría, bondad y generosidad...
Revisada la recensión –libre, muy libre, es cierto- de
nuestros últimos trabajos de investigación científica y
arqueológica sobre el enclave romano de El Beneficio,
donde, efectivamente, intuimos una cierta identidad
El Nuevo Miliario
101
con Miaccum, se advierte que sigue habiendo autores
que olvidan, de forma sistemática, las máximas científicas por excelencia en materia tal como la Historia.
Una de las herramientas de mayor valor para el historiador clásico, bien lo sabe eso hasta un prehistoriador,
es la arqueología. Y es precisamente sobre este instrumento científico sobre el que se puede cargar un valor
excepcional pues lo que nosotros, los arqueólogos, o
los historiadores especializados en el empleo de la
arqueología como herramienta básica de reconstrucción histórica recuperamos, son vestigios directos,
anclados en el tiempo. Nosotros recuperamos datos,
hechos, elementos materiales, muchos de ellos liberados de la torticera interpretación de textos, narraciones
tergiversadas o poco ilustradas y menos fecundas
elucubraciones misteriosas acerca de caminos que
discurren quién sabe por dónde o de marcas en la tierra, vistas desde un más que dudoso espacio aéreo.
Nosotros, los historiadores que empleamos, entre
otras, la arqueología como herramienta de trabajo de
forma acostumbrada y continuada en nuestra profesión –por eso nos llamamos arqueólogos y nos separamos mucho de los muy dignos aficionados al arte de
excavar, generalmente yacimientos ajenos-, nosotros
los profesionales de la investigación histórica y arqueológica, los que dedicamos el cien por cien de nuestro
tiempo a investigar, solemos tener querencia por los
hechos, por los facta, incluso cuando éstos nos dejen
el ‘beneficio’ de la duda (que llamamos hipótesis).
Al hilo de lo que acabamos de expresar seguimos el
sabio consejo de los grandes investigadores. Nos basamos en los hechos, no en las palabras y buscamos
en la religión de los hechos (que diría Don Santiago
Ramón y Cajal) la base empírica con la que construir
la historia. A la sazón, movidos por el interés científico,
los desvelos se nos van en la preparación concienzuda
de publicaciones científicas, a ser posible de gran difusión o en visitas organizadas con colegas, verdaderos
especialistas en el tema y no meros –aunque muy
dignos- aficionados al mismo.
Pondremos algunos reparos al texto del señor Jesús
Rodríguez Morales, muy digno también él, basándonos explícitamente en los hechos, entendimos como
tales las evidencias empíricas sujetas al testeo arqueológico y por tanto de valor inmediato y en cierto
modo único.
Vayan por delante algunas aclaraciones y el colofón
de unas conclusiones; todo ello en un tono distendido,
amable y dado lo menos posible a la disputa vacua, ya
estúpida y que cansa, de si la de unos es mejor propuesta que la de otros. Estúpida no por falta de luces
o promulgada por idiotas, sino porque, con los datos
que tenemos hoy en día, no se puede ir más allá, en el
caso de lo defendido por el señor Rodríguez Morales,
102
El Nuevo Miliario
que de la elucubración y el gasto de erudición, muy
trabajado, pero que ofrece poca relevancia al tema de
la verdadera configuración del territorio de la Roma
Imperial en el sector sur de la Sierra de Guadarrama
que es lo que nos incumbe e interesa.
Aclaraciones
Sobre la autoría de los trabajos citados, debe decirse,
para interés del lector, que el firmante del trabajo original, como el equipo completo que lidera el programa
de investigación e intervenciones arqueológicas, lejos
de participar ‘por los avatares laborales y profesionales
(...) en el rescate, excavación y puesta en valor del yacimiento romano de El Beneficio, en Collado Mediano’,
como señala el señor Rodríguez, han creado un marco
único de investigación en el que están involucradas,
desde el inicio, las diferentes Administraciones (Comunidad de Madrid, Administración Local y Universidad)
lideradas por el Ayuntamiento de Collado Mediano, titular del Servicio de Arqueología y coordinadas dentro
de un Proyecto de Investigación del Área de Historia
Antigua de la Universidad Rey Juan Carlos, Institución
de la que son Profesores los directores del Proyecto y
de las intervenciones arqueológicas, Jesús Jiménez
Guijarro y Nuria Morère Molinero.
Lo que el Sr. Rodríguez llama ‘salvamento o rescate’
surgió dentro de una propuesta científica: hacía décadas que los investigadores debatían con futilidad
sobre el tema de la Via de la Fuenfría y Miaccum sin
aportar evidencias empíricas nuevas. Decidimos pues,
dentro de un marco de rigurosa investigación científica,
buscar nuevos datos y aportar evidencias que permitiesen si no solucionar, sí al menos ampliar el debate.
Y tuvimos suerte. Porque la suerte es también un elemento en juego. El que no la tiene, siempre la maldice
y envidia la del afortunado: ley de vida. Terrible.
Confundir al lector y al investigador tachando de ‘salvamento’ una labor de investigación es un acto poco
recomendable, sobre todo en los tiempos, ácidos, que
corren para nuestra disciplina.
Las publicaciones que glosa y en ocasiones transcribe
fuera de su contexto, como veremos, el Sr. Rodríguez,
forman parte de dos trabajos de entidad e intereses
diferentes. El primero de ellos, publicado en la revista
editada por el Instituto Arqueológico Alemán en su
revista Madrider Mitteilungen, número 49, forma parte de la primera comunicación básica, entregada al
círculo científico por el equipo de investigación. Como
muchos lectores sabrán, pese a estar editada en 2008,
la entrega del manuscrito original suele distar un tiempo prudencial –garantía en este caso de la calidad de
la publicación-. Pasa el tiempo en las reflexiones del
Consejo Editorial y de los referees, los cuales dotan de
sentido y entidad a lo publicado y garantiza, por lo menos, que el texto ofrezca datos arqueológicos e históri-
nº 8, Junio 2009
cos relevantes y novedosos y que no plantee absurdos
o temas baladíes. Nuestro manuscrito fue entregado
en 2006 y es por ello que nuestra investigación ha ido
generando más materiales, nuevas hipótesis, nuevos
interrogantes y nuevas certidumbres que forman y
formarán parte de nuevas investigaciones.
Es verdad que el señor Rodríguez nos vuelve a poner
por escrito lo que ya ha publicado una y otra vez hasta
la saciedad. Esta labor ‘re-publicana’ es la que termina
por confundir al investigador y al lector y en ocasiones
hastiar a ambos. Siempre con el peso del ‘nada nuevo
bajo el sol’ que desmerece tanto a una disciplina tan
digna como es la Historia.
La ciencia se soporta o se debería soportar en datos.
Los datos, novedosos —no meras re-publicaciones de
lo ya conocido o de lo ya investigado por otros (que es
lo más usual y fácil para algunos)— deberán dar pie
a nuevas hipótesis que serán contrastadas o no por
nuevos datos. De este modo se alcanzan tesis que,
aún en el mejor de los casos, tratándose de evidencias
arqueológicas, sometidas al barniz de los milenios,
tampoco serán garantía absoluta de veracidad.
Continuar con la pelea —casi pataleta ya para algunos— de si el camino original va cincuenta metros más
o menos al Oeste (y por tanto es ‘tuyo’ o ‘mío’, —qué
estupidez—), sin muchos más datos, es baladí y cuando menos poco profesional y menos científico. De este
modo culminamos en fantasmagorias y estafas como
las de Veleia/Iruña.
Más interés presenta el trato torticero que hace el Sr.
Rodríguez de los datos publicados por nosotros. Cita lo
que le conviene y deja sin referir la parte fundamental
que soporta los argumentos que él contradice. Lo hace
de forma continuada y no sólo genera equívoco, sino
que da lugar a malos entendidos que dejan en mal
lugar la labor pulcra de otros colegas.
Como ejemplo, cuando dice ‘para él, la medida en
línea recta desde el Puente de la Venta a los posibles
lugares en donde se ubicaría Miac(c)um —recogida
en el cuadro anexo—, favorece su identidad con El
Beneficio’ o ‘que las distancias es muy conveniente
medirlas sobre el mismo camino, con G.P.S. o sobre
el mapa, con curvímetro, no en línea recta’ en verdad
está falseando los documentos —cosa fea—. Así,
el Sr. Rodríguez suprime para el lector todo lo dicho
en la página 378 de la publicación original, donde se
explica la tabla que creamos y por qué recurrimos a la
‘distancia en línea recta’, no como elemento de juicio,
sino para argumentar la que denominamos ‘norma de
los diámetros máximos’ y por qué, fundamentándonos en este convencionalismo científico (especie de
herramienta que usamos en nuestro trabajo diario en
las prospecciones realizadas) una mansio-statio no
podría quedar nunca fuera de un radio determinado
nº 8, Junio 2009
para no facilitar información errónea al viajero. Evitamos reproducir aquí lo ya dicho en el texto y que el sr.
Rodríguez ha eliminado u obviado de forma tácita y
remitimos al lector interesado a la publicación original
del Madrider Mitteilungen.
Nos alegra que el Sr. Rodríguez haya descubierto el
Sistema de Posicionamiento Global (GPS). Hace más
de una década, aún con modelos experimentales marinos, también lo utilizamos en nuestras prospecciones
y es, a fe cierta, herramienta habitual en nuestros trabajos de campo. En nuestro caso, y me extraña que el
sr. Rodríguez no lo recuerde, nuestro equipo prospectó
en tres ocasiones, formando dos unidades de prospección diferenciadas, los trazados reales SegoviaFuenfría-Cercedilla-Miaccum-Galapagar en ambos
sentidos. Estas prospecciones se hicieron dotados
de sistemas de posicionamiento global (GPS) y podómetros, articulando puntos intermedios de referencia
(triangulaciones) que facilitasen la toma exacta de las
medidas recorridas a pie para los levantamientos topográficos posteriores. Estas son cosas que se pueden
hacer cuando uno no se dedica a la arqueología en sus
ratos libres, sino dentro de un marco de investigación
‘full-time’ profesional. Los datos obtenidos, en curso
de publicación, presentan cierto interés, sobre todo
porque no se basan solo en fotografías aéreas o en
modelos virtuales del terreno, aunque también usemos
estos elementos como ayuda inestimable.
Por último, la guinda de las aclaraciones, debería servir
para notar la parcialidad de la parte interesada. Nos
referimos al asunto de la ‘calzada’ de la cañada de
merinas. Evidentemente conocemos los trabajos realizados por nuestros estimados colegas para la Carta
Arqueológica y el Proyecto de estudio de los tramos
madrileño y segoviano de la vía XXIV del Itinerario
de Antonino. Pero insistimos, la cañada de merinas
no presenta evidencias solventes de haber estado
calzada (empedrada en tramos organizados y continuos), con todas nuestras disculpas para los difuntos
Blázquez y Sánchez Albornoz y el Sr. Rodríguez, republicano de los datos de unos y otros. El concepto de
calzada implica, para nosotros, estas dos condiciones
imprescindibles: ha de estar constructivamente organizado —existencia de margines, piso de sustentación
o cajeado, etc.— y debe tener continuidad.
Las fotografías que él muestra, forman parte de asentamientos parciales de firme para facilitar el paso de
zonas con desnivel y encharcadas, principalmente. De
todo ello, al estar dentro de nuestro territorio de trabajo
(conforme demuestran las pertinentes autorizaciones
administrativas expedidas a nombre de nuestro equipo
de investigación y nuestra condición de personal del
Servicio de Arqueología del Ayuntamiento de Collado
Mediano), realizamos las oportunas comprobaciones
y es materia que está en curso de publicación dentro
de la Memoria General de yacimiento que preparan
El Nuevo Miliario
103
el Ayuntamiento de Collado Mediano y la Universidad
Rey Juan Carlos. Anticiparemos algún dato:
tados y que forman parte de la memoria que en breve
se publicará al respecto..
-Los tramos con evidencias de empedrado existentes
en la cañada de merinas fueron objeto de investigación
y sondeo arqueológico por parte de nuestro equipo.
-Estos tramos de empedrado presentan las siguientes
características:
1- Ausencia de margines (bordillos laterales de contención)
2- Ausencia de sistema organizado de construcción
3- Gran irregularidad de los bloques empleados, muchos de ellos procedentes incluso de las cobijas de
las tapias cercanas, encontrándose escuadrados.
Tenemos incluso constancia documental de las
peonadas que adecentaron el paso del camino
para las bestias.
4- Inexistencia de la articulación constructiva (de
cronología romana) documentada en los tramos
calzados excavados por nosotros en el camino de
los Barrizales y de los Entretérminos.
5- Existencia de evidencias textuales y verbales sobre la construcción y adecuación de estos tramos
empedrados de la cañada de merinas.
Y sirva de llamada de atención el hecho de que he señalado que excavamos –esto es, intervenimos arqueológica y científicamente, varios tramos de empedrado,
algunos muy hechos a la romana en superficie, pero
no tan romanos en su profundidad. Y es que, señores,
baste decir ya, de nuevo, que no todo empedrado es
romano...por mucho que vaya por donde queremos
que vaya. Eso debería saberlo bien el Sr. Rodríguez,
quien publicó la ‘no romanidad’ del empedrado de La
Fuenfría. Curioso rasero el suyo.
Atendiendo a este último punto, el más interesante
sin duda, adelantaremos de una futura publicación, a
modo de referencia, que la propuesta caminera que
hicimos se basaba en las labores sistemáticas –y
convenientemente autorizadas por la Comunidad de
Madrid— realizadas por nosotros teniendo en cuenta
también las desarrolladas, antes, con gran calidad, por
otros investigadores, colegas y en ocasiones amigos2.
Lo cierto es que nuestro equipo de investigación tuvo
la fortuna de poder intervenir arqueológicamente en
diversos tramos de cara a comprobar el sistema de
fábrica de los diferentes empedrados localizados tanto
en el cordel de merinas como en el camino de la Vereda de Entretérminos y el Camino de los Barrizales.
El interés fundamental de nuestros trabajos fue el de
establecer puntos de comparación necesarios para
poder aquilatar futuras interpretaciones y sobre todo
obtener evidencias arqueológicas que permitiesen una
aproximación cronológica.
Es interesante señalar, como ejemplo de toda esta
divertida historia, cómo, gracias a las informaciones
locales3, tras las pertinentes entrevistas dirigidas 4,
nos permitieron saber cómo se habían calzado algunos tramos ‘difíciles para las bestias’ en el cordel
de merinas...o cómo se construyó ‘a la romana’ parte
del tramo superior del camino de los Barrizales en
1912 para facilitar el trasiego de piedra de cantera
–balastro de lamprófido- que allí explotaba Manuel
Álvarez Herrero. También intervinieron en los arreglos
de ‘caminos carreteros’ –incluido parte del cordel de
merinas- Antonio Sanz Gascón en 1914 y Don Matías
Cabezón, como hiciese en 1916 Don Ginés Navarro...
o los otros muchos arreglos que aparecen documen-
104
El Nuevo Miliario
En nuestro caso, la propuesta se fundamentaba en
tres premisas básicas, dos científicamente constatadas, y un basada en el sentido común: 1- El camino de
la Vereda de Entretérminos y Camino de los Barrizales
está o estuvo casi por completo empedrado. 2- Este
camino empedrado está datado por los restos de sigillata hallados en las excavaciones arqueológicas
y por la existencia del yacimiento de El Beneficio y
3- Los restos de empedrado del camino de merinas
no se mostraron lo suficientemente solventes ni contaban con datos arqueológicos fehacientes que nos
permitiesen certificar su origen. Pudieron haber sido
romanos, o no.
Lamentablemente, ante la afirmación del Sr. Rodríguez
cuando dice que ‘Niega Jiménez Guijarro también de
forma enfática que haya restos de empedrado en este
camino:
«Faltan las evidencias de este camino principal y no
aparecen donde otros autores se empeñan en señalarlas, esto es, en la Cañada Real de Merinas, que
jamás estuvo calzada…», cuando sabemos que el
equipo de arqueólogos de la Comunidad de Madrid
que prospectó el camino en 1996 encontró varios tramos empedrados, que se pueden ver y fotografiar’,
volvemos a insistir: tenemos serias dudas arqueológicas y documentales de la romanidad de los tramos
fotografiados por el Sr. Rodríguez.
Diríamos más, para este erudito, todo lo empedrado
responde a una única norma: lo que él ve empedrado
es romano y lo que los demás ven (esté empedrado o
no, documentado históricamente o no) es incorrecto.
Buen modelo científico, sin duda.
Conclusiones (de momento)5
Dice el refranero español, sabio él por naturaleza,
que has de cuidarte mucho de los que te alaban, de
inicio, sin conocerte... Tanto de cierto tiene esto como
aquello otro que certifica que mucho dice quien lo dice
sin decirlo...Y por eso mismo, cansado ya de la tragicomedia de Miaccum y de las trifulcas, siempre poco
generosas en hallazgos y demasiado tocadas de un
nº 8, Junio 2009
personalismo que cansa aún más, debo manifestar al
lector del ‘nuevo miliario’ que he picado –otra vez, pues
ya lo hicimos en Celtiberia.net- el anzuelo de jeromor,
nombre de guerra del Sr. Jesús Rodríguez Morales en
ese foro que ‘lidera’.
Podemos concluir que en el paraje de El Beneficio
existe un programa de investigación científica en curso
liderado por los profesores del Área de Historia Antigua
de la Universidad Rey Juan Carlos, Jesús Jiménez
Guijarro y Nuria Morére Molinero.
Dicho marco de investigación se circunscribe al edificio, a la calzada y a su territorio inmediato. Este campo
de investigación está sometido a una programación de
estudio perfectamente establecida y en la que los condicionantes de los trabajos de campo, ininterrumpidos
desde 2004, han sido exclusivamente los estipulados
por las pertinentes autorizaciones administrativas y
sus renovaciones, necesarias para el desarrollo legal
de cualquier trabajo de campo conforme establece
la ley.
Están en curso de estudio y publicación aspectos relevantes del trazado viario, de su composición, de los
materiales arqueológicos recuperados y de las prospecciones e investigaciones documentales realizadas.
Por tanto, los artículos referidos por el Sr. Rodriguez
han de ser tomados como lo que son, una exposición
científica de hechos que han servido para apoyar una
serie de hipótesis, jamás tesis definitivas, que aún
están en curso de contrastación. Este es el juego de
la ciencia.
Nuestros trabajos, los publicados y aquellos en curso
de realización o publicación, constituyen una buena
batería de datos arqueológicos, incluidos elementos
de precisa referencia cronológica, que son –no lo obviemos- los primeros datos arqueológicos fehacientes y solventes publicados sobre la romanidad de un
trazado viario de la Comunidad de Madrid desde que
Antonio Blázquez descubriese los restos de dos piedras miliarias en Cercedilla. No es cosa baladí pese
a quien pese.
Por ello, no podemos dejar de glosar el sabio refranero
español cuando dice, ‘alábate Juan, que si no te alabas, no te alabarán’, para señalar, sin tapujos, que los
datos derivados de nuestra investigación a la par de
reales, son uno de los más solventes argumentos para
hablar, de forma científica, de la romanidad del edificio,
de la vía, de la existencia de una mansio-statio o de la
misma ubicación de Miaccum. No olvidemos que hasta
hace unos pocos años, coincidiendo con nuestros descubrimientos, todo lo científico que se sabía de Miaccum es que estaba en Madrid, en la Casa de Campo
porque había cerca un arroyo llamado Meaques. Muy
científico, sí señores. Existiendo evidencias como esta
nº 8, Junio 2009
o las que presenta, algunas de tercera mano, el señor
Rodríguez, ¿para qué necesitamos la arqueología?
Frente a nuestro tímido torrente de datos científicos:
excavación sistemática de la vía, datación de la misma, excavación completa de uno de los edificios de la
mansio-statio, datación de la misma, recuperación de
evidencias de gran interés para reconstruir el territorio
romano de este sector de la sierra de Guadarrama, el
señor Rodíguez, de nuevo, de forma cansina ya, presenta sus recurrentes retruécanos y sus retruques y su
aura erudita con términos y derivaciones lingüisticas
en las que se ve la sabia y certera mano de la filóloga
a la que nunca se cita, por desgracia. Todos ellos seguramente muy acertadas pero que poco tienen que
ver con el asunto y que, lamentablemente poca luz
arrojan sobre lo que nos interesa. De nuevo nos inunda con sus ya mil veces publicadas ideas que pueden
ser o no ciertas pero que, escuchemos por una vez sr.
Rodríguez, no por mucho re-publicarlas se trocarán
en verdad absoluta.
Frente a nuestros modestos datos, reales, tangibles,
arqueológicos, científicos, históricos, documentales,
el Sr. Rodríguez pone en imprenta lo ya publicado (republicano de nuevo) centenares de veces en internet
como ‘druida’ de Celtiberia.net y nos vuelve a deleitar
con folclóricas y peregrinas ideas que se basan en ningún dato arqueológico nuevo (obtenido por él, claro),
re-publicaciones de lo ya publicado por otros y traído
aquí por ósmosis y arte casi druídico como verdad
única. Mucho giro lingüístico sin una verdadera prueba
de convicción. Exclusivamente la vieja dialéctica de ‘lo
tuyo’ o ‘lo mío’. La vieja quimera que tengo la certeza
habría acabado de otro modo si Antonio Blázquez,
en vez de ver hurtada la carta del cura párroco de
Collado que anunciaba, en 1917, el descubrimiento
de El Beneficio6, hubiese tenenido la oportunidad de
reconocerlo. No sabemos qué habría ocurrido, nunca
lo sabremos, pero tal vez Don Antonio, como hizo en
su día Don Gonzalo Arias, o como hicimos nosotros
al ir desgranando los hallazgos, habría concluido que
estaba ante la posada (mansio-statio) de Miaccum.
Frente a todos estos datos, el Sr. Rodríguez se atreve, con total falta de rigor, a decir que ‘tan pequeño
edificio’ no podría ser una mansio. ¿Pequeño?...¿en
comparación con qué?, ¿Con Roma?, ¿Con Complutum?, ¿con qué mansio española por él conocida?...
Arguye la existencia de un castro carpetano en Los
Cierros de la Asunción. Claro que sí, conocido por
todos. Nosotros mismos lo re-prospectamos en 1997.
Claro que existe, sin duda este castro pudo ser el que
diese nombre al territorio de Miaccum7...o no. Eso debe
aún dilucidarse y para ello solo hay un camino: la investigación arqueológica. Nuevos datos que permitan
seguir construyendo. No se trata de quién tenga razón.
No se trata de que nuestros argumentos materiales in-
El Nuevo Miliario
105
validen otros, sino que ayuden a contrastarlos. Datos,
evidencias, no sueños.
Una última flor. Ante nuestro yerro en todas las hipótesis propuestas, el Sr. Rodríguez ofrece la solución,
tácita, inmedita...digna de la antología de la ciencia
(claro, tomado de nuevo de terceras personas):
Intentaré no volver a picar...pero no puedo jurarlo.
Otro día déjenme contarles la hermosa visita que hizo
Don Gonzalo Arias, muy poco antes de dejarnos para
siempre, a este que será siempre su yacimiento. Así
entenderán el por qué de esta dedicatoria tardía.
NOTAS
‘En el yacimiento de Monesterio, al E y muy cerca de la
confluencia de los ríos Guatel 1 y Guadarrama y a un
Km y medio al NO del apeadero de San Yago, donde
se ha excavado una zona termal –curioso que en la 1ª
edición del 1:50.000 en el lugar aparezca la anotación
«Antigua casa de baños»-, y en donde en las fotos
aéreas se advierte perfectamente un gran edificio,
estaría la mansio de Miacum. De allí a Titulcia —que
ubicamos en Móstoles— (...)’
Porque la excavación realizada en Monesterio, pese
a su correcta ejecución, fue muy parcial y señala la
existencia de una habitación calefactada –romanaque podría corresponder a un baño, o no; que podría
corresponder a una mansio o a una villa o a parte de
un edificio destacado de una ciudad, o no. Porque
faltan evidencias y en ese sentido es en el que hay
que caminar para seguir reconstruyendo el territorio
romano de este sector de la sierra.
Y Titulcia en Móstoles, como broche, sin más; porque sí, porque lo digo yo (sic) –pues lo dice el Sr. Rodríguez). Siguiendo ese método científico sabremos
pronto dónde está la Atlántida (la de los Ovnis, claro).
Porque no todo son formas advertidas en una foto
aérea; porque todo no son elucubraciones linguísticas,
porque no todo son caprichos....Facta, non verba...
Facta!!. Basta ya, por favor.
Y terminamos con algo de propaganda. Continúan
nuestros trabajos de investigación en el enclave de El
Beneficio. Se ha construido un Centro de Interpretación dotado de una interesante exposición y estamos
en vías de realizar –junto a las direcciónes generales
de Patrimonio y de Medio Ambiente de la Comunidad
de Madrid- la plena consolidación de los restos arqueológicos garantizando la accesibilidad a los restos
para todos los ciudadanos. No sabemos con certeza
absoluta que este enclave fuese Miaccum, pero es una
mansio-statio que merece la pena conocer científica
y personalmente.
1. Replico de forma personal por alusiones pues son dos artículos que firmo como autor los que ‘glosa’ el Sr. Rodríguez
Morales. Conste que el equipo director está formado por los
Drs. Jesús Jiménez Guijarro y Nuria Morere Molinero, de la
URJC de Madrid.
2. Hay que hacer mención específica a Carlos Caballero
Casado quien ha compartido buenas y animadas charlas
sobre este extremo que tan bien conoce y sobre el que de
forma tan profesional ha trabajado.
3. Un especial agradecimiento para Javi Espinosa, quien con
tanta certeza nos puso sobre la pista del asunto.
4. Esta es otra de las grandes ventajas que ofrece el dedicarse ‘full time’ a la investigación dentro de proyectos de
investigación bien estructurados: puedes dedicarte a hablar
día a día con los lugareños y analizar toda la documentación
textual existente. El científico de domingo, sin que su trabajo
desmerezca, lo tiene en este sentido más difícil.
5. Recordamos al Sr. Rodríguez y a nuestros amables lectores que el trabajo del Proyecto Miaccum está aún en marcha
y que serán varias las publicaciones que aún tendrán que
ver la luz. A los lectores, pero sobre todo al Sr. Rodríguez
les pedimos paciencia. Paciencia para dejar que la ciencia
continúe. Es cierto que no va todo lo rápida que quisiéramos,
pero tiene sus ritmos y hay que respetarlos.
6. Véase la transcripción total de la carta en el articulo original de Madrider Mitteilungen antes de que algún otro lo
publique como propio descubrimiento.
7. Gracias a Carlos Caballero pudimos empezar a repensar,
de forma más adecuada, acerca de la verdadera dimensión
del término mansio.
Estimado amigo Jeromor...la arqueología sólo se hace
haciendo arqueología. La historia se reconstruye con
datos y los datos han de ser evidencias empíricas, no
suposiciones. Pasó el tiempo del Marqués de Cerralbo
y la arqueología de domingo pocas veces ofrece datos
fehacientes y verosímiles, muy por el contrario, provoca ciertos daños sobre un patrimonio irremplazable.
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El Nuevo Miliario
nº 8, Junio 2009
Las comunicaciones romanas en las Cinco Villas
Simposio celebrado en Ejea de los Caballeros. Zaragoza 5 y 6 de Junio de 2009
Ángeles Magallón Botaya
Profesora Titular de Arqueología de la Universidad de Zaragoza
El Simposio celebrado en Ejea de los Caballeros (Zaragoza) los días 5 -Sesiones de Trabajo- y 6 -Vista a
los yacimientos arqueológicos- de Junio, bajo el título:
Vías romanas en las Cinco Villas, tenía como objetivo la
presentación de un estudio, materializado en un bonito
libro, Item a Caesarea Augusta Beneharno, firmado por
D. Isaac Moreno Gallo, que se acompaña de la colaboración de Joaquín Lostal Pros y Juan José Bienes Calvo
autores de dos excelentes apéndices. Para ello, se ha
contado con la presencia de unos ilustres teloneros
especialistas en vías romanas, a los mismos se les han
unido un grupo de estudiosos y miembros de grupos de
trabajo dedicados a la promoción del Patrimonio Histórico Arqueológico que presentaron a la sociedad diferentes actividades a favor de la potenciación y conocimiento
y estudio del patrimonio arqueológico romano.
La ponencia o comunicación del Dr. P. Sillières, versó
sobre problemas metodológicos y la misma reflejó, una
vez más, su extraordinario conocimiento de la red viaria
y de la arqueología hispana, fruto o consecuencia de
una larga e intensa vida dedicada a la arqueología y la
red viaria.
La Drª Magallón presentó una comunicación de carácter
general en la que se trataron, bajo una óptica histórico
arqueológica, la relación entre las vías y ciudades romanas en Aragón.
El Dr. J. Lostal, uno de los mejores conocedores y estudioso de los miliarios romanos de la tarraconense, nos
ofreció los datos que se desprenden del estudio de los
miliarios y las vías romanas que se encuentran en las
Cinco villas, recopilados y comentados en el Apéndice
I del libro Item a Caesarea Augusta Beneharno
El Lcdo. Juan J. Bienes, arqueólogo experimentado de
una gran formación metodológica y conocedor del territorio cincovillés en el que ha prospectado en numerosas
ocasiones, nos mostró los hallazgos arqueológicos ya
conocidos y los nuevos que se han realizado en relación con el trazado de la vías romanas y el poblamiento
del territorio en la antigüedad y que se recopilan en el
Apéndice II denominado “Estudio arqueológico de los
yacimiento” del citado libro.
La sesión de tarde estuvo dedicada a presentar las actividades encaminadas a recuperar el Patrimonio Histórico Arqueológico y su integración en la promoción
cultural y económica de muchas localidades y comarcas
nº 8, Junio 2009
españolas, transformándolas en lugares de interés turístico, poniendo de relieve los atractivos culturales que
tienen. Los ejemplos que se presentaron, algunos muy
relevantes y ya consolidados, como el proyecto Tarraco
Viva (http://www.tarracoviva.com/), presentado por D.
Maigi Serritjol Ferré; otros, en fase de consolidación
como el Festival romano de Andelos (Mendigorría, Navarra), presentado por D. Pablo Gil García, a ellos se sumaron los nuevos proyectos relacionados con las Vías
romanas en La Bureba, presentado por D. Miguel Angel
Petit Campo y los futuros trabajos de investigación en
Los Bañales promocionados por la fundación Uncastillo (http://www.fundacionuncastillo.com/), presentado
por D. José Francisco García López. Todos ellos, muy
esperanzados respecto a la acogida que la sociedad
hace del patrimonio histórico y los niveles de educación
alcanzados, lo que conlleva a una mejor protección y
conocimiento del mismo.
Dejo deliberadamente para el final de esta pequeña crónica los comentarios al libro: Item a Caesarea Augusta
Beneharno. La calzada romana de Zaragoza al Bearn
que presenta el Ingeniero Técnico de Obras Públicas de
la demarcación de Zaragoza, Sr. Isaac Moreno Gallo.
Desde que en un día de la década de los 90 aproximadamente apareció por mi despacho de la Universidad
de Zaragoza y le ayudé a conseguir unas subvenciones
para el estudio de la red viaria en La Rioja, ha emprendido con gran entusiasmo una serie de prospecciones
que pasan por las vías romanas de la Meseta Norte, la
Vía de la Plata, las Vías del Valle del Ebro, la hidráulica
romana, etc... publicando1 y participando en numerosos
congresos y reuniones de estudiosos de ingeniería y red
viaria romanas.
Tradicionalmente el Sr. Moreno Gallo se ha limitado2,
con gran precisión en muchos casos, a recorrer los
trazados de las vías romanas que se conocen, tomando
como base los estudios realizados en España aproximadamente entre los años 1970 a 19903. En esta ocasión,
el Sr. Isaac Moreno Gallo, sin abandonar del todo los recorridos sistemáticos y prospecciones, intenta avanzar
en los estudios históricos de la red viaria.
He aquí el verdadero problema, si los arqueólogos e
historiadores respetan la metodología de los ingenieros,
es peligroso el camino inverso y hacer deducciones
históricas basadas en noticias de segunda mano4, en
intuiciones o en afirmaciones tajantes que no llevan
tras de si una metodología, un análisis historiográfico
El Nuevo Miliario
107
exhaustivo y la confrontación arqueológica e histórica
de la información existente.
La presentación del libro que contiene el trabajo del Sr.
Moreno Gallo se ha rodeado, como sucede en muchas
ocasiones, convocando a una serie de especialistas
más o menos reconocidos al nacimiento de un libro
que, en este caso, es una excelente publicación de un
buen muestrario de fotografías aéreas, realizadas por
el propio autor de la conocida vía romana entre Ejea y
Los Bañales de Uncastillo. Vía, cuyo recorrido fue muy
bien reconocido, explicado y estudiado desde Zaragoza a Pamplona, en las investigaciones5 que realizaron
Aguarod y Lostal en 1982, M. Beltrán en 1969, recogidas más tarde por Magallón, 1987, 1985 y 1990 y Lostal
1992, etc… Determinando la existencia de una vía de
una importancia estratégica muy relevante conocida
como la vía entre Caesaraugusta y Pompaelo y la de
un ramal de la misma que recibe el nombre Vía de las
Cinco Villas.
Realmente lo más novedoso del trabajo no es la arriesgada y orgullosa propuesta6 que realiza sobre un nuevo
trazado de la vía entre Caesaraugusta y Beneharnum,
sino las espléndidas fotografías aéreas7 del tramo entre
Ejea y Los Bañales.
El resto del trabajo revela la actitud y los conocimientos de un ingeniero aficionado y con grandes aptitudes
para la prospección sobre el terreno y en el que trata,
imperiosamente en muchas ocasiones, de acomodar
los datos existentes a la idea que sirve de base al trazado que propone. Creo que debemos distinguir entre
una vía romana entre dos puntos —caput y terminus
viae— y un itinerario o camino que puede conducir a
los mismos lugares utilizando y enlazando tramos de
vías diferentes.
Amparados por la terminología que utiliza el Sr. Moreno
Gallo realizamos un análisis exhaustivo de sus propuestas para comprobar que no existe ningún argumento que
consolide la propuesta que realiza para determinar el
trazado de la vía romana (Moreno Gallo, 2009, 17).
El Sr. Moreno Gallo, al igual que los investigadores a los
que parece denostar (Moreno Gallo, 2009, 18) —parafraseando sus opiniones— está derramando mucha tinta
y postulando hipótesis de escaso peso, que encuentran
acogida entre algunos aficionados e investigadores que
en algunos casos parecen sentirse agraviados por la
comunidad científica.
Parece ser que todos los investigadores que han tratado
esta vía entre los que me encuentro y a los que el Sr.
Moreno Gallo atribuye interpretaciones subjetivas e
hipótesis de trazado poco racionales y labores historiográficas de escaso valor (Moreno Gallo, 2009, 18-19) no
son aparentemente fiables según su opinión.
108
El Nuevo Miliario
Sin embargo, el autor del libro —por supuesto fiable del
todo— utiliza argumentos para justificar la falta de vestigios en la zona baja y llana del posible trazado de la ruta
que propone que no le sirven para evidenciar el deterioro
o la escasez de los vestigios en las zonas montañosas
del presunto trazado, como por ejemplo el Puerto del
Palo o el del Somport (Moreno Gallo, 2009, 20). Eleva a
categoría definitiva argumentos como que los autores
no tienen mejores criterios ni que probablemente no han
recorrido el camino.
Como historiadora y estudiosa de la red viaria estoy de
acuerdo con el conocido trazado —estudiado y publicado en 1982 por Aguarod y Lostal— entre Ejea y Los
Bañales y que en este trabajo se puede apreciar magníficamente desde el aire, pero discrepo con el trazado
entre Gallur y Ejea. Como indica el autor, los posibles
vestigios están todos bajo la carretera actual8, por lo que
no puede comprobar su arriesgada hipótesis. Igualmente se me plantean serias dudas acerca del lugar en el
que presuntamente se cruzaría el río Ebro. ¿Dónde estaba el puente?, ¿en el mismo lugar que el actual puente
de Gallur?. ¿Eran los habitantes del pagus gallorum 9
los mismos que los del Forum Gallorum?10. Cómo es
posible que no aparezcan la mansio Forum Gallorum,
ni el pagus gallorum en las rutas que describe el itinerario de Antonino en dirección noroeste desde la ciudad
de Caesaraugusta y que en el presunto nuevo tramo
que atribuye Moreno Gallo, entre Zaragoza y Gallur, no
aparezca mencionada en ninguno de las vías que nos
describe para esta zona, una de las más transitadas de
Hispania, si tenemos en cuenta el número de rutas11 que
nos describe Antonino.
Por todo ello, espero que los árboles nos dejen ver el
bosque y que tengamos en cuenta que la hipótesis de
trabajo que se nos presenta puede resultar muy atractiva
pero no esta validada con el suficiente12 estudio histórico
arqueológico.
Los trabajos sobre la red viaria no deben limitarse únicamente a fijar el trazado13 de la carretera. En el caso
que nos ocupa hay que analizar otros factores como
la cronología de los yacimientos del territorio. A modo
de ejemplo, hay que reflexionar acerca de que la ciudad de Los Bañales14, según sabemos hasta la fecha,
se abandona a comienzos del siglo III y el importante
número de miliarios bajo imperiales que existen en la
zona. Igualmente, no se pueden obviar las informaciones arqueológicas referentes a las ciudades como la
de los Carenses citados por Plinio, como uno de los
pueblos estipendiarios del conventus caesaraugustano
y la importancia de la via militaris desde Caesaraugusta
a Pompaelo, jalonada de miliarios.
Estamos ante un trabajo que hay que acoger con cautela, y al que el tiempo le dará o no la razón, por el
momento, como sucede en otras obras del mismo autor, nos deleita con sus magníficas fotografías aéreas,
nº 8, Junio 2009
mapas e imágenes de tramos de las vías romanas y
de los yacimientos arqueológicos, ofreciendo en este
caso, un detallado trazado desde el aire de la conocida
vía romana entre Ejea de los Caballeros y Los Bañales
de Uncastillo.
NOTAS
1. Es autor de varios libros y artículos relacionados con la
construcción de las vías romanas y más recientemente con
las infraestructuras hidráulicas, como se puede apreciar por
ejemplo en Dialnet.
http://dialnet.unirioja.es/servlet/extaut?codigo=291826.
2. Realmente, el Sr. Moreno Gallo nos ayuda a conocer el
trazado pormenorizado de muchos tramos de la red viaria
romana realizando prospecciones y cortes estratigráficos
en los mismos.
3. Trabajos que han sentado las bases histórico arqueológicas para el conocimiento de la red viaria romana en Hispania
y que tienen las virtudes y los defectos de la investigación
realizada con la metodología y los medios disponibles hace
más de treinta años.
4. Adolece de una falta de precisión en el manejo de las
fuentes literarias antiguas que utiliza conforme cree que le
permiten justificar sus propuestas, como por ejemplo los
comentarios a Plinio NH III, 16. (Moreno Gallo, 2009, 38).
5. No me remonto a los trabajos de F. Escalada en 1934 y
1943, cito los más recientes como los de: Beltrán Llorís, M.
1969-70” Notas arqueológicas sobre Gallur y la comarca de
las Cinco Villas” Caesaraugusta 33-34, 89-117. Aguarod, C
y Lostal, J. 1982, “La vía romana de las Cinco Villas”. Caesaraugusta 55-56, 167-218. Magallón, Mª A. 1985, “ La red
viaria romana en las Cinco Villas” Actas de las I jornadas de
estudio sobre las Cinco Villas. 95-153. Ejea. Idem, 1987, La
red viaria romana en Aragón. Zaragoza, idem, 1990, “Vías
de comunicación y poblamiento romano en la comarca de
las Cinco Villas”. Los caminos en la Historia de las Cinco
Villas. V. Jornadas de estudio sobre las Cinco Villas 23-42,
Ejea. Lostal, J. 1992, Los miliarios de la provincia tarraconense. Zaragoza. Castiella, A. Por los caminos romanos de
Navarra. Pamplona 2000.
6. Moreno Gallo, 2009, 17-20, 33, etc....
7. Moreno Gallo, 2009, 55, 66-67, 68-69, 74-75, 89, 990-91
y 96-97.
8. Moreno Gallo, 2009, p.62 “Entre Gallur, Tauste y Ejea la
carretera ha absorbido el camino por completo”.
9. Beltrán Lloris, F. “An Irrigation Decree from Roman Spain:
The Lex Rivi Hiberiensis”, Journal of Roman Studies 96,
2006, 147-197.
10. Citado en el Itinerario de Antonio 452, 7 y en el Anónimo
de Ravenna, IV,43,309,6.
11. It, 387,4; It, 448,2; It, 451,1-2; It. 439,15; It, 443, 3. etc…
12. Por ejemplo afirmaciones muy generales de segunda
mano como la referencia a Plinio NH III, 16 que se hace en
la página 38.
13. Moreno Gallo, 2009, 27.
14. Seguramente importante en la antigüedad por la riqueza
que generaba el campo, recordemos el destacado papel
nº 8, Junio 2009
de la agricultura en época romana, y aunque de todos es
conocido que en la comarca de las Cinco Villas su economía agrícola basada en los cereales se desarrolló de una
manera más intensiva a raíz de la construcción del Canal
de las Bárdenas, a comienzos del siglo XX, no podemos
justificar el desarrollo urbano de una ciudad romana por la
mera presencia de una vía de comunicación. “La riqueza y
extensión de la gran mayoría de estos yacimientos no se justifica por ningún otro factor que no sea la de vivir por y para
una importante carretera de comunicación. Hasta ahora la
importancia de estos yacimientos se había pretendido justificar por la riqueza agrícola del entorno, pero objetivamente
esta riqueza nunca ha existido hasta su puesta en regadío
en el siglo XX. (Moreno Gallo 2009, 24)
LO QUE SE DICE EN… ARCHPORT
Archport es la más importante lista de correo de arqueología de la Península Ibérica. Cada vez hay más participación, superándose los 1600 suscriptores. En 6 meses
el número de mensajes pasa de 1400 (sigo lidiando con
mi incapacidad para manejar números tan grandes, estoy
en terapia). Para apuntarse a esta lista basta con visitar
http://ml.ci.uc.pt/mailman/listinfo/archport y seguir las
instrucciones. Éstos son los asuntos más destacados,
separados temáticamente, tratados entre diciembre de
2008 y mayo de 2009:
Reuniones científicas:
• Entre el 26 y el 28 de febrero de 2008 tuvo lugar el
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«X Colóquio Internacional sobre Línguas e Culturas
Paleo-hispânicas» en el Museu Nacional de Arqueologia (Lisboa). Esta reunión, bastante prestigiosa, ha
sido organizada con entusiasmo por el CEAUCP.
En 6-8 de mayo de 2009 tuvieron lugar las «II Jornadas de Jóvenes en Investigación Arqueológica» (JIA,
jia2009.blogspot.com) un valiente esfuerzo surgido
de Prehistoria de la Universidad Complutense (UCM)
para crear un foro para jóvenes investigadores con
mayor entidad que los anteriores. Esta reunión tuvo
lugar de nuevo en la UCM, pero la intención es que
sea itinerante. Animamos a los jóvenes arqueólogos
a asumir el reto de organizar un JIA. Las actas del
primer JIA están disponibles on-line en www.ucm.
es/info/preh/actividades/jornades/jornadasjovenes.
El 6-8 de mayo de 2009 (también) tuvo lugar el coloquio internacional «Le paysage périurbain pendant la
protohistoire et l’antiquité en Méditerranée Occidentale» en el Institut Català d’Arqueologia Clàssica de
Tarragona.
En 17-23 de agosto de 2009 tendrá lugar el «XXI
International Limes Congress» en Newcastle upon
Tyne, una importante reunión sobre las fronteras romanas.
Nuevas publicaciones:
• Divindades Indígenas em Análise, publicado por el
CEAUCP de las universidades de Coimbra y Porto
suscitó, lógicamente, un gran interés. Es el resultado
de un workshop celebrado en Cascais en 2006, y la
edición corre a cargo de José d’Encarnação.
El Nuevo Miliario
109
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La Revista Sapiens hace su debut, con una temática
sobre historia, arqueología y patrimonio, y una página
web: revistasapiens.org.
Abascal, Alberola y Cebrián acaban de sacar el número 6 de la serie Bibliotheca Numismatica Hispanica, con el título Segobriga IV. Hallazgos Monetarios.
João Inês Vaz ha publicado Lusitanos no tempo de
Viriato.
Através das Beiras – Pré-História e Proto-História de
Raquel Vilaça.
Inés Sastre ha coordinado el nuevo número de Arqueología Espacial, que versa sobre identidades en
la arqueología y el mundo antiguo, en un homenaje a
la Mª Dolores Fernández-Posse.
Una sesión del TAG 2007 cobra forma de libro en Archaeology and the Politics of Vision In A Post-Modern
Context, editado por Julian Thomas y Vítor Oliveira
Jorge.
El CEIPAC de la Universitat de Barcelona ha publicado dos trabajos de interés para nuestros lectores
dentro de la colección Instrumenta dirigida por José
Remesal. Por un lado, Martínez-Pinna ha publicado el
libro La monarquía romana arcaica. Por otro lado, Borja Díaz Ariño ha sacado Epigrafía Latina Republicana
de Hispania. Ambos pueden visitar en http://ceipac.
ub.edu/, «instrumenta». Aprovecho para recomendar
esta página, que lleva más de 10 años ofreciendo
contenidos on-line.
Otros asuntos:
Hubo un debate sobre si era conveniente que se dejase que Auschwitz (un inciso: es curioso, pero debe ser
el único topónimo en Polonia que los polacos dicen
«quita, quita» y lo dejan en alemán) se pudriese en el
abandono, y con esto sobre el valor del patrimonio, la
memoria histórica y el derecho a usarlos para educar
o dar una imagen de lo ocurrido.
Una noticia sobre la exposición en 2008 en Pamplona
sobre los restos encontrados en la Plaza del Castilla,
motivó la denuncia de que, con el fin de hacer un
parking subterráneo, se había destruido todo el conjunto, de gran riqueza, interés y diacronía.
Una vez más, a vuelta con los detectores, una denuncia
de la destrucción parcial de un poblado de la Edad del
Bronce excepcional en Évora, que los representantes
de ‘detectoristas’ (o ‘piteros’) legítimos denuncian
también.
Fue divulgada la noticia de la inauguración oficial del
Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CCHS) del
CSIC. Este centro reúne más de 600 investigadores,
técnicos y personal de apoyo, fruto de la fusión de
todos los institutos de Humanidades y Ciencias Sociales del CSIC en Madrid. Como tal, es puntero en
Europa. Sin duda una buena noticia para España.
Un tema que se comentó fue la disponibilidad de tesis (y
tesinas) portuguesas tanto por internet como en las
bibliotecas. Poco a poco, este tema va tendiendo a solucionarse en pro del conocimiento científico general.
Surgió una polémica porque se hizo un anuncio para
que se apuntasen arqueólogos voluntarios en la excavación de Tróia. El caso es que esa excavación la
financia un importante grupo empresarial, por lo que
parece un exceso de rostro bastante inmoral en los
tiempos que corren. Como suele ocurrir en esta lista,
esta discusión derivó parcialmente en cruces más
personales entre archportianos. ¿Voluntariado en la
arqueología? El debate siguió.
110
El Nuevo Miliario
La arqueología subacuática, con sus complicaciones y
problemas legales-administrativos, ocupó bastante
espacio en este foro.
Noticias:
Una noticia importante fue la publicación del hallazgo de
(otra) inscripción en ‘lengua lusitana’ en Arronches
(Portalegre), publicada en el número de 2008 de la
revista Conimbriga.
Se presentó la tésis de Helena Paula Carvalho en la
Universidade do Minho, tratando sobre el paisaje y
poblamiento de la fachada atlántica del conventus
Bracarensis, disponible on-line en repositorium.sdum.
uminho.pt/handle/1822/8755.
A los lectores de El Nuevo Miliario interesará que António
Tavares ha hecho un primer esbozo de la red viaria
en Mangualde (Viseu) a través de sus prospecciones,
que se puede visitar en el blog http://www.neoarqueo.
blogspot.com/.
Sobre cuestiones de geografía histórica, el hallazgo de
un ara en la ciudad de Viseu, una invocación a las
diosas y dioses de los vissaieici hace extrapolable
un topónimo Vissaium de este lugar. El porqué los
comentaristas de la noticia interpretan que este topónimo es prerromano es un misterio ¿será que están
ignorando el contexto? La noticia se publicó en la
edición portuguesa de National Geographic en mayo
de 2009.
El Ancient Measures Converter Diophant es un programa
gratuito que sirve de conversor de medidas griegas,
romanas, bizantinas y otomanas antiguas, descargable en www.anistor.gr/index11.htm.
Se hizo eco de la noticia surgida en la lista británica Britarch de la publicación de un artículo con un nuevo
método de datación de materiales cerámicos aparentemente bastante preciso, llamado ‘rehidroxilación’
(rehydroxylation). Este artículo se ha publicado online
por los Proceedings of the Royal Society A, prestigiosa revista británica, y se pueden ya encontrar blogs
comentándolo.
Robert Étienne, insigne arqueólogo francés experto en
Hispania y el comercio en época romana, falleció. Su
recuerdo, particularmente en Portugal donde tuvo un
papel destacado en sitios como Conimbriga, queda
más vivo que nunca.
G.S.R.
LO QUE SE DICE EN… TRAIANVS
TRAIANVS es un conocido foro sobre ingeniería romana
instalado dentro de Rediris, una website diseñada para el
intercambio de información en la investigación española.
Para visitar la página de TRAIANVS deben dirigirse a
http://traianus.rediris.es/. Presentamos aquí un breve
resumen de los asuntos más destacados tratados en
el foro, con las valiosas aportaciones de sus miembros,
entre diciembre de 2008 y mayo de 2009.
Gracias a una noticia del Diario de León sabemos que
el proyecto anunciado por Isaac Moreno en Mérida en
noviembre tiene forma y fondo. Es un equipo multidisciplinar casi íntegramente de la Universidad de Burgos.
Desde esta revista solo podemos lamentarnos de que
los arqueólogos no tengan una participación a nivel cien-
nº 8, Junio 2009
tífico, ya que las calzadas romanas, no olvidemos, son
patrimonio histórico y difícilmente el resto de titulaciones
presentes en el proyecto van a ser capaces de dar esa
dimensión (la más importante) a las calzadas. Una calzada es, al fin y al cabo, mucho más que una carretera
abandonada que hay que comprender morfológicamente.
En cualquier caso, después de esta leve reprimenda, nos
felicitamos porque exista un proyecto así de ambicioso, y
damos la enhorabuena a su director. Más información en
el blog del proyecto viasromanas.blogspot.com.
NOVEDADES
BIBLIOGRÁFICAS
Desde esta revista se hizo eco de una convocatoria en
pro de los caminos históricos de Extremadura y en contra
de la potencial refinería, organizada por los Amigos de la
Vía de la Plata-Camino de Santiago.
Carlos Fernández Casado, Acueductos romanos en
España, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2008.
Un blog bastante completo tiene materiales y una cartografía sobre el castro de Viladonga (arqueografiaurbana.
blogspot.com).
Se anunció un congreso internacional titulado «AQVAM
PERDVCENDAM CVRAVIT. Captación, usos y administración del agua en las ciudades de la Bética y el Occidente romano», que tendrá lugar en 9-11 de noviembre
de 2009 en la Universidad de Cádiz. Más información en
www.aquam-perducendam-curavit.uca.es.
El foro se felicitó por el hallazgo de la calzada romana
bajo el casco histórico de Cáceres que, como se sospechaba, era diferente al camino medieval.
En Jordania se encontró un acueducto subterráneo flavio
de nada más y nada menos que 106 km. Vaya joyas que
tienen por ahí. Esta noticia, sin embargo, resultaba estar
trufada de sensacionalismo y errores, lo que no quita lo
importante, claro.
Se lamentó la noticia del fallecimiento de Pierre Salama,
«gran experto francés en calzadas y miliarios romanos
del Norte de África», aunque cogió un tanto despistado
al foro.
El problema de Numancia, acosada por el urbanismo y
en proceso de candidatura como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, vuelve a ser difundido por
esta lista. Desde la revista apoyamos estas protestas y
la candidatura.
Se anunciaron dos encuentros de interés para nuestros
lectores. El primero era un simposio a celebrar en 5-6 de
junio en Ejea de los Caballeros sobre las comunicaciones
romanas en la comarca de las Cinco Villas. En dicho congreso Isaac Moreno presentaría una publicación sobre la
vía entre Zaragoza y el Béarn francés. El segundo, organizado por la Asociación Cultural Cerasio de Briviesca,
es el VIII Encuentro Calzada Romana, una propuesta
turístico-cultural en torno a la vía romana del lugar. En
paralelo, en Traianus se publicó la puesta en valor de
dicha vía http://www.traianvs.net/briviesca/.
En honor a nuestros patrocinadores, mencionamos un
curso sobre la historia de los puertos andaluces, que
tendrá lugar del 13 al 17 de julio en Almuñécar, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad
de Granada en colaboración con la Fundación Juanelo
Turriano (loados sean).
G.S.R.
nº 8, Junio 2009
UNA NECESIDAD GRATIFICANTE
(Dos libros de Carlos Fernández Casado reeditados)
Historia del puente en España. Puentes romanos, Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos,
Colección Ciencias, Humanidades e Ingeniería, 69,
Madrid, 2008
Revisitar a los clásicos es una necesidad: siempre resulta
gratificante e instructivo. Ver cómo otros se enfrentaron, tiempo atrás, a problemas que hoy nos inquietan,
cómo analizaron cuestiones a las que hoy intentamos
dar respuesta, siempre resulta satisfactorio. Viene esto
a cuento de la publicación de dos obras inmensas de un
todo terreno, un sabio de otra época cuyas enseñanzas
perdurarán aún mucho tiempo: Carlos Fernández Casado. Coinciden en el tiempo las reediciones de dos de
los más completos trabajos de este ingeniero versátil,
Acueductos romanos en España e Historia del puente
en España, Puentes romanos, procedentes ambos, en
sus originales, de dos series de artículos publicados en
la revista Informes de la Construcción. La iniciativa de
las reediciones corresponde, por una parte, al Consejo
Superior de Investigaciones Científicas y, por otra, al
Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y
ambos cuentan con una breve introducción de Leonardo
Fernández Troyano, ingeniero también, especialista en
puentes y uno de los mejores conocedores de la obra de
su padre, el autor de ambos libros.
El libro de acueductos requería de una reedición que incluyese índices y un mejor tratamiento de las imágenes,
dados los cuatro decenios transcurridos desde la edición
en Informes de la Construcción. Pero se ha convertido
en un referente ineludible para quienes alguna vez han
tenido que enfrentarse al estudio de acueducto alguno en
nuestro país, como no podía ser de otra manera viniendo
de un autor como Carlos Fernández Casado quien, a su
indudable sabiduría, añade un estilo tan vehemente como
sincero a la hora de denunciar agresiones al patrimonio:
releer cuanto escribió sobre el acueducto de Segovia, en
cuya restauración trabajó directamente, o sobre el sistema de abastecimiento de agua al Toledo romano, sobre
cuyo conocimiento tanto se ha avanzado últimamente1,
es sumamente enriquecedor, pero resulta esclarecedor ver cómo se sintió afectado por la demolición de los
restos de los caños de Carmona, en Sevilla. Sirva esta
cita de la p. 265 a modo de ejemplo: «En este repaso de
actualización de nuestros acueductos vuelve a reavivarse
nuestra indignación contra la vandálica y mejor dijéramos
vandalusiana destrucción de lo mucho que quedaba del
mismo [del acueducto de Sevilla]. Una estructura tan
limpia de arquitectura, con su monotonía de bóvedas y
caja, animada por el juego de las alturas de los pilares,
El Nuevo Miliario
111
ha venido a parar en un malaventurado resto de cuatro
arcadas desamparadas, con su funcionalidad decapitada, pues el ímpetu del arrasar ha hecho desaparecer la
caja que las coronaba. No se comprende lo que se ha
querido significar con esas cinco arcadas sin cabeza,
pues realmente son una invocación a la barbarie».
La reedición del libro de puentes venía, en cierto modo,
animada por justificaciones similares. Habían transcurrido
cincuenta años desde la redacción del primero de los artículos que conforman el libro, y parecía necesario dar a la
obra una cierta sistematización, especialmente en forma
de paginación e índices sistemáticos. A diferencia del otro
libro comentado, el de puentes presenta menos unidad,
al reunir artículos redactados a lo largo de un cuarto de
siglo, mientras que los que tratan sobre acueductos fueron
redactados en el corto periodo de cuatro años.
La motivación que llevó a su autor a iniciar el libro, que
constituye la primera sistematización del estudio del
puente romano en España, fue el hecho de comenzar a
trabajar en Mérida en la construcción de un nuevo puente
sobre el Guadiana. Pero, de nuevo, subyace el amor por
el mundo romano que siempre demostró Carlos Fernández Casado, sentimiento al que, en su introducción, se
refiere Leonardo Fernández Troyano, destacando una
nota referente al puente de Cardoner: «En la actualidad
quedan únicamente dos arcos contiguos de tan buena
factura y tan hermosos, que merecen ser romanos».
Conviene recordar que Carlos Fernández Casado, en
todo caso, no fue ingeniero-historiador que se detuviera
en el estudio del puente romano, recuérdese la serie
de artículos sobre puentes de Madrid comentada por
Gonzalo Arias en El Miliario Extravagante2, pero sí firmó
en este libro ahora reeditado algunos de los artículos
112
El Nuevo Miliario
más completos que sobre tales obras romanas hispanas
se han escrito. Así, es hermoso el artículo dedicado al
Puente de Alcántara, con las fotos de las pilas liberadas
durante la construcción del inmediato embalse (a las que
también se refirió Modesto Vigueras en su libro Introducción al estudio de la tecnología de la construcción de las
vías romanas, Santander, 20043).
Y especialmente significativo resulta el dedicado a puentes «con un arco principal» que, en la mayoría de los
casos, derivan en perfiles de lomo de asno, o las muy
documentadas páginas (207 y ss.) dedicadas al puente
romano de Salamanca, al que El Nuevo Miliario dedicó
un artículo en su número anterior.
La inmediatez de lo contemporáneo y la rapidez informativa que parece demandar la sociedad actual, donde las
nuevas tecnologías en general, e Internet en particular,
han puesto al alcance de cualquiera un volumen ingente
de datos sin discriminar, exige el contrapunto de serenidad que emana siempre de los clásicos y hace ahora
más necesaria que nunca la vuelta a los libros que, como
estos, encierran estudios metódicos que requirieron de
años, a veces de decenios, para su elaboración.
C.C.
NOTAS
1. Véase la ponencia presentada por Miguel Arenillas, Marisa Barahona y Carlos Cauce en el IV Congreso de Obras
Públicas (Lugo, 2008), comentada en El Nuevo Miliario, 7,
2008, págs. 93 y ss.
2. El Miliario Extravagante, 91, 2004.
3. Comentado en El Nuevo Miliario, 2, 2005, págs. 74 y ss.
nº 8, Junio 2009
Medios de transporte:
DEL TR ANVÍA COMO ARTICUL ADOR DEL
TERRITORIO
De los tranvías a los Metros Ligeros en la Comunidad
de Madrid, Mintra.Consorcio Regional de Transportes
de Madrid, Madrid, 2008, 436 págs. + plano.
En más de una ocasión hemos debatido, en la redacción
de El Nuevo Miliario, sobre si convenía o no incorporar
los medios de transporte al contenido de nuestra revista,
sobre si el ferrocarril excedía de nuestros intereses o sobre si eso ampliaría o desvirtuaría el contenido de nuestra
publicación. Como el debate no se ha resuelto, lo que
sucede es que, de tanto en tanto, se cuela en nuestras
páginas algún suelto que sirve de modesta incursión, tal
vez más bien de excursión, por terrenos extravagantes
que no se sabe bien si son los nuestros. Viene este exordio a cuento de la inclusión, en este número, de un comentario sobre una novedad bibliográfica que, antes que
nada, pone de manifiesto el papel del tranvía en particular
(y, en general, de los medios de transporte) como elementos vertebradores del territorio, como instrumentos
de planificación ligados indisolublemente al urbanismo
y, por tanto, a las ciudades y a la estructuración territorial
de las naciones.
En todo caso, el completísimo libro que aquí comentamos, publicado por Mintra (Madrid, Infraestructuras del
Transporte) y por el Consorcio Regional de Transportes
de Madrid (CRTM), merece un hueco en una publicación
que, como la nuestra, pone su vista sobre la historia de
los caminos y otros temas de geografía histórica. Es prudente, ante todo, explicar al lector no familiarizado que
ésta no es una publicación aislada, sino que continúa una
línea editorial iniciada por Mintra en 2006 para dar a conocer aspectos relacionados con las obras que promueve,
aspectos puramente técnicos, ingenieriles (podría decirse), pero también relacionados con el patrimonio histórico en sus diversas facetas (arqueología, paleontología,
patrimonio industrial…). Así, a los dos libros anteriores
de la serie (El Patrimonio Arqueológico y Paleontológico
en las obras de ampliación de Metro de Madrid 20032007 y La Real Fábrica de Paños de San Fernando de
Henares, de los que puede obtenerse información en
www.mintramadrid.es/documentacion.php se une ahora
este dedicado a los nuevos Metros Ligeros en Madrid
que, además de una importante introducción a los aspectos técnicos de este medio de transporte, tan nuevo como
recuperado para las grandes ciudades del siglo XXI es,
en realidad, una enorme historia del tranvía.
Porque es precisamente el capítulo de repaso histórico
el que proporciona a este libro un especial valor añadido,
un capítulo en el que se explica cómo Madrid retoma con
estas tres líneas de Metro Ligero inauguradas en 2007 la
historia del tranvía, iniciada en la capital con l aprimera línea abierta, en 1871. Este capítulo histórico se acompaña
de un despliegue fotográfico y cartográfico excepcional:
el primero, debido fundamentalmente a fondos de Metro
de Madrid y del CRTM, además de la considerable aportación procedente de colecciones particulares. En cuanto
a la planimetría, el aparato cartográfico, ingente, permite
comprobar cómo el desarrollo de la red de tranvías va
ligado al crecimiento de la ciudad. Y, en fin, todo esto se
nº 8, Junio 2009
apoya con cuadros estadísticos y con un espectacular
plano-resumen, encartado en las cubiertas, que por sí
sólo justificaría la edición de esta obra.
En este capítulo, como en el de panorámica internacional, se ve un trabajo de documentación exhaustivo, al
que uno tiene necesidad de buscar responsables. Se
ve, sin duda, la mano de José Antonio Juncà, ingeniero
de caminos especializado en la historia de la ingeniería,
pero todo el equipo merece un sobresaliente. El capítulo de panorámica internacional, exhaustivo, explica el
auge vivido por el Metro Ligero y su primo el tranvía en
las ciudades europeas a lo largo de este decenio inicial
del siglo XXI. Un compendio de aspectos técnicos sobre
estos nuevos y viejos medios de transporte cierra este
libro imprescindible para el estudio de las infraestructuras
madrileñas.
C.C.
Un tranvía en la ciudad de Debrecen (Hungría), en 2009
El Nuevo Miliario
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CONVOCATORIAS
PAISAJES DE LA CELTIBERIA
IV CONGRESO DE INGENIERÍA CIVIL,
TERRITORIO Y MEDIO AMBIENTE
El pasado 15 de junio, en el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, se presentaron los resultados del proyecto de cooperación interterritorial
Paisajes de la Celtiberia, territorio histórico cuyo patrimonio cultural, arqueológico y artístico es único y cuya
valorización implica un desarrollo de la investigación
futura y una necesaria coordinación entre las diferentes instituciones responsables de su conservación y
potenciación, incluso turística, como ruta cultural.
El próximo mes de febrero se celebrará en Málaga
el IV Congreso de Ingeniería Civil, Territorio y Medio
ambiente, centrado esta vez en «Litoral, ordenación y
modelos de futuro», al cumplirse dos decenios desde
la promulgación de la Ley de Costas: así, se analizarán
los resultados obtenidos con la aplicación de la Ley y
las fortalezas y debilidades de este aparato legislativo.
Organizado por el Colegio de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos, admite comunicaciones y posters
hasta el 15 de julio próximo, mientras que las inscripciones podrán formalizarse hasta el próximo 20 de
diciembre; con posterioridad a esa fecha se podrán
formalizar también nuevas inscripciones, aunque tendrán un recargo. Más información:
www.ciccp.es o www.icitema.es
250 AÑOS DEL CANAL DE CASTILLA
El Ayuntamiento de Alar del Rey (Palencia) está preparando la conmemoración del 250 Aniversario de la
colocación de la primera piedra del Canal de Castilla,
acto que tuvo lugar el 25 de septiembre de 1759. La
obra, cuyo kilómetro cero se sitúa en la localidad palentina y que fue declarada Bien de Interés Cultural en
1991, supuso un impulso decisivo para el desarrollo
de la comarca que recorre y, en la actualidad, es uno
de los principales atractivos turísticos de la zona. Las
obras de recuperación de las diversas estructuras que
lo integran (presas, azudes, compuertas, dársenas,
repartidores…) continúan a buen ritmo, al igual que el
acondicionamiento del camino de sirga que recorre el
canal por ambas márgenes. Para el próximo día 25 de
septiembre, la villa de Alar del Rey ha programado una
serie de espectáculos que sirvan para festejar el feliz
acontecimiento de la creación del Canal.
Retención de Alar del Rey
114
El Nuevo Miliario
El territorio contemplado corresponde a cuatro regiones: Castilla-León, Aragón, Castilla-La Mancha y La
Rioja con un total de 11 socios. El grupo coordinador
es Adri Jiloca Gallocanta, y junto con los socios Tierras del Moncayo y Borja, Calatayud-Aranda, Sierra
de Albarracín de Aragón, la Manchuela Conquense,
Serranía de Cuenca, Molina-Alto Tajo de Castilla la
Mancha, Norte de Soria, Comarca de Almazan, Tierras Sorianas del Cid de Castilla y León y La Rioja
Suroriental, han desarrollado un ambicioso proyecto
denominado Paisajes de la Celtiberia.
El objetivo principal del proyecto es dinamizar una
región del interior peninsular que, pese a contar con
un riquísimo patrimonio histórico, etnográfico y natural, se ha visto afectado por el severo problema de la
despoblación, que ha hecho de esta zona una de las
menos pobladas de toda la Unión Europea. Se han
elaborado un plan estratégico y un plan de marketing,
además de un inventario de recursos. Se ha llevado
a cabo la señalización de los elementos incluidos en
el proyecto y, en particular, se han llevado a cabo acciones tendentes a involucrar a los grupos de acción
local en el desarrollo del proyecto y a sensibilizar a la
población.
Finalizada la primera fase del proyecto, con la publicación de guías temáticas y la realización de jornadas de
difusión de sus objetivos, y a la espera del comienzo de
la segunda fase, en la que se deberá seguir avanzando
hacia el objetivo de consolidar una red que, basada
en el patrimonio celtibérico, permita consolidar a la
población existente en la zona, puede consultarse la
evolución de tan prometedor proyecto en la página web
creada al efecto, www.paisajesdelaceltiberia.com. El
Nuevo Miliario, que ha demostrado siempre su apego a
este tipo de iniciativas locales, quiere, desde sus páginas, desear a este proyecto la mejor de las fortunas.
nº 8, Junio 2009
PAUTAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ORIGINALES EN LA REVISTA
El Nuevo Miliario
El boletín bianual El Nuevo Miliario acoge trabajos, noticias y comentarios sobre Vías romanas, historia de los caminos y otros
temas de geografía histórica de cualquier época, pero para la publicación de los textos se aconseja seguir las pautas que se
describen a continuación:
1) Los trabajos tendrán preferentemente una extensión máxima entre 8 y 10 páginas tamaño DIN A—4, incluyendo ilustraciones
y bibliografía. Cada página de texto tendrá unos 2.500 caracteres.
2) En El Nuevo Miliario pretendemos respetar el medio ambiente; por ello, como norma general, y para reducir el consumo
de papel, los originales, siempre que sea posible, se enviarán exclusivamente en soporte informático, en CD — Rom en el
que se incluirán el texto y, por separado, las imágenes (planos, mapas, fotografías, etc.). Únicamente en aquellos casos en que
los autores consideren que los trabajos deben de ir maquetados de una forma concreta se enviarán los originales impresos
en papel.
3) Del mismo modo, se aceptarán preferentemente las fotografías (preferiblemente no más de tres o cuatro por trabajo) enviadas
en soporte digital, en formatos .jpg, .pct o .tif, con una resolución mínima de 300 ppp. Para los planos y mapas, que se enviarán
como imágenes, se aceptará además el formato .pdf. Circunstancialmente se aceptará el envío de fotografías, mapas o
planos originales para su reproducción, que serán, en todo caso, devueltos al concluir la maquetación del trabajo.
4) Las imágenes se acompañarán, si los autores lo consideran necesario, de sus correspondientes pies, que se presentarán
en una relación al final del texto.
5) Los trabajos podrán incluir notas bibliográficas y notas a pie de página (aunque, preferiblemente, se evitarán estas últimas y,
en todo caso, se publicarán como notas finales), mientras que la bibliografía se citará preferentemente recurriendo al Sistema
Harvard, (Autor, año, título, lugar de edición) de este modo:
— FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, P.F. (1987): Sobre el neolítico y otras antigüedades de la región de Murcia, Revista de Estudios
Peninsulares, 17, Baracaldo.
LA FECHA prevista DE CIERRE DEL NÚMERO 9 de El Nuevo Miliario estará en torno al 5 DE NOVIEMBRE DE 2009
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2008)___ Los números 1 y 3, agotados, se envían en PDF al precio unitario de 3 €
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