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ARTICULO CIENTIFICO DE ECONOMIA

Jaime Sempere y Horacio Sobarzo Díaz, A. (1996), Supervivencia política y distribución de recursos en el sis tema federal mexicano: hacia una prueba empírica, mimeografiado. Esteban, J. (1991), The Political Economy of Regional Development in Europe: The Role of Regions and Regional Policies, Universidad Autó noma de Barcelona. Feldstein, M. yM. Vaillant (1994), Can State TaxesRedistributelncome?, Na tional Bureau of Economic Research, documento de trabajo núm. 4785. Mintz, J. y H. Tulkens (1986), “Commodity Tax Competition Between Mem ber States of a Federation”, Journal of Public Economics, núm. 29, pp. 133-172. Musgrave, R. y P. Musgrave (1984), Publie Finance in Theory and Practice, McGraw-Hill. Pérez, F. (1991), Informe sobre la financiación de las comunidades autóno mas, Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. Persson, T. y G. Tabellini (1995), Federal Fiscal Constitutions. 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Arjona y Kurt Unger Resumen: En este documento se hace un análisis del desenvolvimiento re ciente y las perspectivas que se le presentan a la industria mexicana ante un escenario de mayor apertura comercial. En la primera parte se discuten aspectos dinámicos, cruciales para el desarrollo industrial, que a menudo son desatendidos al evaluar la situación de la industria; entre otros aspec tos destacan la acumulación de capacidades tecnológicas y las interrelacio nes dentro de las redes productivas. Esta primera parte del documento analiza, desde un punto de vista teórico, las implicaciones que tiene sobre estos aspectos la transición hacia una mayor apertura comercial, así como la relevancia de los mismos para el desarrollo industrial. La segunda parte analiza el desempeño de la industria mexicana en los años inmediatos. El panorama que emerge de dicho análisis, es que por un lado se ha dado un patrón de especialización orientado a actividades en las que el desarrollo tecnológico está dominado por proveedores, y que son intensivas en escala y uso de recursos naturales; lo cual ha ido en detrimento de otras activida des que no cuentan con tecnología más dinámica. Finalmente, se hacen al gunas consideraciones sobre la necesidad de aplicar una política industrial y tecnológica activa orientada a los actores e instituciones clave para el desari-ollo futuro. Abstract: This paper analizes the prospects for mexican industry after opening to freer trade. The first part deals with the impact duringtransition on industrial capacity, particularly the loss of technological capabilities and the scarce development of industrial linkages. The second part shows the recent pattern of industrial specialitation in Mexico lacking sectorial linkages, increasing imports content and heavily concentrated in scale intensive and resource based industries. The specialization has favored activities of little technological dynamism where most technological innovations are controlled or dominated through suppliers. Los autores son investigadores en la División de Economía del GIDE, México. Agradecemos los co mentarios de dos dictaminadores anónimos que contribuyeron a mejorar la versión original. Los asuntos y omisiones no resueltos son responsabilidad nuestra. 186 Economía Mexicana. Nueva Época, vol. V, núm. 2, segundo semestre de 1996 187 r Luis E. Aijona y Kurt Unger Competitividad interiacional - L a transición de México hacia una economía mucho más abierta y la eliminación de barreras comerciales han significado un enor para la industria manufacturera mexicana. Más allá de sacrificio me problemas coyunturales y errores en la conducción de la política eco nómica, los grandes costos del abandono de algunas actividades pro ductivas, con las consiguientes pérdidas de capital, empleo y conoci miento acumulado, eran ya muy claros antes de la crisis financiera suscitada en diciembre de 1994.1 Sin embargo, antes de esa fecha, aún privaba un optimismo generalizado: los que tomaban las decisio nes, así como la mayoría de los analistas, afirmaban que estaba pro duciéndose un rápido ajuste estructural y que grandes volúmenes de inversión se canalizaban a actividades en las que el país consolidaba comparativas. La especialización en esas áreas se plan sus ventajas 2 teaba como el único patrón viable y sostenible para alcanzar un desa rrollo a largo plazo. El escenario posdevaluatorio condujo, repentinamente, a reflexio nes críticas sobre las medidas de política tomadas en el pasado. Estas críticas se han centrado en su mayoría en el manejo de las políticas ma croeconómica, cambiaria y financiera. No obstante, también hay aspec tos clave de la economía, en firmas y sectores, en los que se manifiesta que la asignación de la inversión y el ajuste estructural no se venían dando con la bondad esperada. Si la discusión acerca de las entradas de capital extranjero se limita al problema de los flujos de corto plazo, se deja de lado una cuestión fundamental: la insuficiente inversión pro ductiva y su aplicación directa a la industria manufacturera. El esce nario actual patentiza los costos del ajuste con apertura y sin inversión en la contracción que está experimentando la industria mexicana. La ausencia de inversiones significativas hace poco probable una pronta y duradera recuperación económica. En este documento se hace una breve reflexión sobre el desenvol vimiento y las perspectivas de recuperación de la industria mexicana. El documento consta de cuatro secciones. En la sección 1 se resaltan los aspectos principales que, en nuestra opinión, han sido desatendidos en los planteamientos en exceso optimistas que acompañaron a la apertu ‘Entre las referencias que advertían con anticipación esos efectos pueden verse Clavijo y Ca sar (1994, p. 443) y Unger (1994). 2 referencias oficiales más reveladoras provenían de la Secretaría de Hacienda y de la Se cretaría de Comercio. Asímismo, académicos de diversas tendencias realizaron numerosos escritos, la mayoría de los cuales pretendía destacar las virtudes del Tratado de Libre Comercio. Véase, por ejemplo, la compilación en Lustig et al. (comps.) (1993), y Kehoe y Kehoe (1994). 188 y desarrollo tecnológico ra comercial de México. El propósito principal es destacar los aspectos de la competencia interfiacional y el de la transición al libre comercio, que deben tenerse en cuenta para evaluar de la manera más real posi ble las perspectivas de la industria mexicana. Las secciones 2 y 3 examinan la experiencia reciente de México. En ellas se estuclia la evolución de las principales actividades manufac tureras a partir de la mayor apertura comercial. En estas secciones se comprueban empíricamente las hipótesis evolutivas acerca de la rela ción entre el cambio tecnológico, el comercio y la especialización indus trial. Nuestro argumento pone de manifiesto la importancia y actuali zación del cambio tecnológico, las trayectorias de especialización y las interrelaciones de carácter comercial, tecnológico, organizativo y es tratégico entre empresas, como determinantes de la competitividad. Asimismo, se proponen los sujetos relevantes y los niveles pertinentes de análisis de la problemática y las potencialidades de las actividades manufactureras mexicanas. La sección 4 presenta las conclusiones y pone de relieve la necesidad de vincular las políticas industrial, tecno lógica y comercial. 1. Tecnología, competencia y redes productivas en la perspectiva evolutiva Ventajas comparativas, competencia y redes El concepto central para justificar la transición hacia una economía más abierta es la ventaja comparativa. En las teorías clásicas se ex plica el comercio con base en la consideración de que en autarquía los precios relativos de los bienes son distintos entre países, lo que gene ra incentivos para comerciar y conduce a las especializaciones nacio nales. La superioridad del libre comercio sobre la situación de autarquía ha quedado en general establecida, tanto en el modelo ricardiano como en el modelo Heckscher-Ohlin (H-O). Sin embargo, es bien sabido que estos resultados descansan en varios supuestos restrictivos: se supone que sólo se utilizan insumos primarios (cuya oferta está dada); que la tecnología presenta rendimientos constantes a escala, que hay pleno empleo de los insumos primarios; que privan condiciones de competen cia perfecta y que no hay costos de transporte. En el modelo H-O se añaden otros supuestos complementarios: no hay reversión en la in 189 44 - :nrniwrn.w.w im,t Luis E. Anona y Kurt Unger tensidad de factores, y los consumidores tienen preferencias homotéti cas e idénticas. El postulado acerca de que el libre comercio es siempre preferible sobre la autarquía ha probado ser sensible al relajamiento de los su puestos mencionados. La literatura de los ochenta conocida como “la nueva teoría del comercio”, ha mostrado que en presencia de rendi mientos crecientes y en situaciones de competencia imperfecta, no ne cesariamente se sostiene la superioridad del libre comercio. 3 Acota ciones similares pueden encontrarse en algunas de las extensiones recientes de las teorías de crecimiento endógeno hacia temas de co mercio. Algunas comparaciones entre lo que se denomina libre comercio y comercio restringido han probado que, tanto en la competencia perfec ta como en la imperfecta, el comercio restringido puede ser más favora ble. Entre esos ejercicios destacan algunos modelos que ilustran las ga nancias de una política comercial restrictiva que favorece al país en la distribución de ganancias monopólicas o de los frutos de la especializa ción en actividades con rendimientos crecientes. 4 En la nueva literatura del comercio y del crecimiento endógeno, se encuentra también que la introducción de subsidios y políticas de I&D pueden ser necesarios para corregir las distorsiones de mercado que van aparejadas a la innovación tecnológica como son: la competencia imperfecta y la divergencia entre la valuación privada y social de las ac tividades de investigación y desarrollo (I&D). 5 No es nuestro propósito sumarnos al debate que cuestiona la supe rioridad del libre comercio o que postula que el comercio restringido es más favorable. Estas son cuestiones de gran relevancia desde un punto de vista teórico, pero nuestra principal preocupación es destacar los as pectos que son importantes en el contexto mexicano y que no han sido contemplados durante la instrumentación de la apertura, esto es: los desequilibrios asociados al proceso de apertura y sus efectos sobre las capacidades tecnológicas heredadas; sobre el proceso de ajuste compe titivo, y sobre la desatención de las redes dinámicas entre diversas acti vidades productivas. No obstante, en su conjunto, esta literatura aún concluye que en la mayoría de los casos pue 3 den presumirse ganancias del comercio. Véase Helpman y Krugman (1985). Véanse, Krugman (1984) y Brander y Spencer (1984) quienes obtienen estos resultados con 4 base en la misma metodología —comparar equilibrios alternativos— sobre la que descansan los modelos de mercados competitivos. Grossman y Helpman, 1991, pp. 295-299. 190 ., iii S1tLSÁ Competitividad interracional y desarrollo tecnológico Nuestro espíritu se puede ubicar en la influencia de autores como Nelson y Winter (1982) quienes desde una perspectiva evolutiva po nen el acento en el cambio económico sin limitarse al estudio de estados estables. La relevancia de estos enfoques para analizar el paso de una economía protegida a una economía más abierta, es ahora por de más evidente. Esta perspectiva también puede ser de gran utilidad para anticipar la dirección del cambio económico y las posibilidades de adaptación de cada economía. Una cuestión importante que el equilibrio estático no es capaz de explicar, se refiere a los factores que determinan el desempeño de las empresas en el comercio internacional. Como se ha señalado arriba, las principales teorías del comercio enfatizan las ventajas comparati vas nacionales derivadas de la eficiencia relativa y de las dotaciones de factores. Es indudable la importancia de este concepto en la explicación del comercio. Pero es igualmente cierto que las teorías convencionales poco nos dicen respecto a cómo se forjan las ventajas comparativas a través del tiempo. Los desarrollos más recientes sobre crecimiento endógeno y co mercio han alcanzado avances al incorporar la dinámica temporal, llamando la atención a cuestiones como el ahorro y la inversión en educación, y su influencia en la acumulación de factores y capacidades tecnológicas. Asimismo, estas aportaciones han puesto de manifiesto la importancia de los accidentes históricos en la gestación de las venta jas comparativas de los países. 6 No obstante, sus análisis todavía des cansan en concepciones restringidas de la tecnología y de los factores productivos que impiden incluir los efectos más dinámicos de estos ele mentos. Los puntos centrales son dos: primero, que las competencias en materia tecnológica son un aspecto fundamental para el desempeño competitivo de las empresas; y segundo, que desarrollar dichas compe tencias es un proceso acumulativo y de redes interrelacionadas que se dan por presencia en los mercados. El proceso antes descrito involucra no sólo la acumulación de capi tal en forma de equipo, sino también la acumulación de conocimientos y habilidades individuales y colectivas, y el desarrollo de formas organiza tivas que son parte integral del despliegue de tecnologías específicas. A este respecto, debe tenerse en consideración, que el cambio hacia la aper tura comercial es una situación de transición que puede llegar a hacer obsoletos bienes de capital e incluso tecnologías. Si bien es cierto que esKrugman (1987) y Grossman y Helpman (1991). 191 Luis E. Arjona y Kurt Unger Competitividad inter,4acional y desarrollo tecnológico tos elementos tienen cierta maleabilidad, hay pérdidas irremisibles que es necesario prever para anticipar las consecuencias del cambio. De las consideraciones anteriores se derivan dos cuestiones: en primer término, es importante que las medidas y el ritmo de la apertu ra consideren las capacidades tecnológicas y organizativas acumula das y la flexibilidad de las instituciones para adaptarse al cambio. En segundo término, es necesario que el ajuste vaya acompañado de inver Sión en nuevas capacidades tecnológicas con perspectivas razonables en cuanto a viabilidad (dadas las capacidades ya acumuladas) así como oportunidad tecnológica y de mercado. Ahora bien, si el enfoque convencional se centra en el comporta miento optimizador y la eficiencia estática, como consecuencia de un intenso proceso de competencia entre los actores económicos, la pers pectiva evolutiva destaca el comportamiento creativo y la importancia de la diversidad en el funcionamiento de las economías. Ambos enfo ques se complementan, por lo que adoptar sólo uno de ellos conduce a una visión incompleta del funcionamiento del mercado. Un segundo aspecto de la competencia, sobre el que la perspectiva convencional arroja poca luz, se refiere a las pérdidas, desperdicios e ineficiencias asociados con la dinámica competitiva que conlleva a la entrada y salida de firmas. Normalmente se asume el reacomodo auto mático de factores como resultado del proceso competitivo. La perspec tiva evolutiva de la competencia, por el contrario, enfatiza el hecho de que el cambio conileva destrucción. 7 Durante el proceso competitivo hay empresas que crecen, mientras que otras se contraen o desapare cen, y hay también recursos, habilidades y capacidades organizaciona les que pierden su valor económico. Otra cuestión que por lo regular no se toma en cuenta son las in terrelaciones económicas que van más allá de las transacciones de mercado. En la práctica se encuentran redes de actividades íntima mente relacionadas tecnológica, comercial y estratégicamente, entre las que se generan importantes sinergias. Aunque no se puede negar que existen muchas empresas en forma más o menos aislada, a la ma nera de los modelos más convencionales, es igualmente cierto que en muchas ocasiones, las sinergias al interior de un grupo de empresas condicionan el desempeño y viabilidad de las actividades que lo con forman. La literatura de economía industrial tiene una amplia tradi ción a este respecto, 8 pero su incorporación a las teorías del comercio es aún muy limitada. Tecnología y comercio desde una perspectiva evolutiva Durante las últimas dos décadas han adquirido fuerza las teorías insti tucionalista y evolutiva que ponen en el centro del análisis los aspectos arriba mencionados. Aunque el pensamiento institucionalista y las ideas evolutivas tienen una larga tradición en la literatura económica, 9 es a partir de la contribución seminal de Nelson y Winter (1982) que han adquirido un auge notorio. En lo que respecta a la relación entre comercio y tecnología, los prin cipales antecedentes evolutivos se remontan a autores como List, Kal dor, Posner, Vernon y Hufbauer. El argumento pionero de List (1841) en favor de la protección es esencialmente dinámico, pues relaciona la pro ducción doméstica y el comercio con la acumulación de las capacidades tecnológicas nutridas por la protección. Kaldor (1970), por su parte, avanzó en el análisis de la interrelación del progreso tecnológico con La producción y el comercio, incorporando las ideas de causación acumula tiva de Myrdal. Por lo que respecta a Posner (1961)y Hufbauer (1966), sus teorías del comercio basado en “brechas tecnológicas” destacan el papel de la innovación y La difusión tecnológica como fuentes de comercio interna cional. En el mismo sentido, la teoría del ciclo de vida del producto de Vernon (1966) postula las diferentes etapas en el desarrollo de los pro ductos y su relación con la especialización comercial. Alo largo de estas etapas va cambiando el peso relativo de los factores que determinan la localización de la producción y los patrones de comercio. La literatura reciente en la corriente evolutiva reinterpreta y Distjntos autores han propuesto conceptos que pretenden capturar los vínculos y efectos de 8 derrame entre grupos de sectores. La mayoría de las propuestas destacan las derramas del dinamis mo tecnológico. El listado incluiría el concepto de fihiéres y los polos de crecimiento (Perroux, 1969); los grupos de innovación (Freeman, 1974); los distritos tecnológicos (Storper, 1992), inspi rados en la noción de distritos industriales de Marshall (1920); así como la idea de vínculos o enca denamientos hacia adelante y hacia atrás de Hirschman (1958). Las contribuciones recientes al análisis empírico de la competitividad de clusters de Porter (1990) han buscado también recoger este tipo de interrelaciones; lo mismo que los análisis de multinacionales y conglomerados indus triales basados en economías de alcance (scope) y en el ahorro de costos de transacción (Teece, 1991). Véanse las revisiones de la literatura evolutiva de Clark y Juma (1987), Hodgson (1993) y 9 Vromen (1995). La perspectiva evolutiva adopta, de esta manera, la caracterización de la competencia tec nológica como un proceso de “destrucción creativa” (Schumpeter, 1934). 192 ¡ 193 Luis E. Arjona y Kurt Unger desarrolla las ideas dinámicas de las contribuciones anteriores, y las fundamenta en una estructura teórica en la que el cambio es ahora un elemento central.’° Esta literatura ha establecido teórica y empírica mente que existe una relación directa entre las diferencias internacio nales en riqueza y niveles de ingreso, y las diferencias en el desempeño tecnológico y comercial entre los países. ’ 1 Dentro de la perspectiva evolutiva se observan algunas contribu ciones relevantes para el análisis empírico a nivel de sectores y firmas. Las más significativas son muy recientes, por lo que todavía está por di lucidarse su relevancia para explicar la variedad de situaciones del mundo real. Una contribución particularmente sugestiva para el aná lisis que emprenderemos a continuación es la taxonomía de trayecto rias tecnológicas de Pavitt (1984). Esta taxonomía permite relacionar los cambios tecnológicos con el desempeño de los sectores y de las em presas que los componen. Pavitt resume creativamente a un gran número de contribuciones que le antecedieron. Sería muy extenso dar crédito a todos los autores cuyas ideas han sido incorporadas en la taxo nomía, por lo que nos limitaremos a mencionar muy sucintamente a los que en nuestra opinión son los antecedentes más importantes. El mar co más general proviene de los trabajos de microeconomía de la innova ción desarrollados en SPRU (Sussex) bajo el liderazgo de Freeman (1974). En esas investigaciones se vuelve a colocar a la innovación tec nológica en el centro de la competencia entre empresas, muy en la tra dición schumpeteriana.’ 2 Otros autores han profundizado en algunas propiedades o en suje tos clave de la innovación tecnológica. Rosenberg (1976), por ejemplo, puso de relieve la importancia de los bienes de capital como deposita rios y transmisores del progreso tecnológico. Nelson y Winter (1977) y Dosi (1982) postularon la vigencia de paradigmas científicos y tecnoló gicos como guías de las trayectorias de la innovación y el desarrollo tec 3 Muy recientemente, hay intentos más comprensivos alrede nológico.’ dor de las instituciones ylos mecanismos de interacción que dan forma ‘°Véase Metcalfe (1989), Amable (1993), Verspagen (1993), Dosi et al. (1994). Para una reseña sobre la perspectiva evolutiva de la relación entre tecnología y comercio, véase Arjona (1995). 11 Dosi, Pavitt y Soete (1990). 12 buena medida, Schumpeter (1934) es el antecedente principal en la era moderna; el mis mo Freeman así lo reconoce. 13 recientemente, otros autores se han acercado a estos conceptos para referirse a la com petitividad de conjuntos o clusters de empresas interrelacionadas (Porter, 1990), o bien a la compe titividad de sectores de alta tecnología y de importancia estratégica (Krugman, 1986; Borrus, Tyson y Zysman, 1986). Competitividad internacional y desarrollo tecnológico a los sistemas nacionales de innovación (Freeman, 1987; Nelson 1992 y Lundvall, 1992). Esta ideas juegan un papel importante en la clasifi cación de Pavitt. En las siguientes secciones se analizará el desempeño reciente y la situación tecnológica de la industria mexicana, adoptando esa perspec tiva. El argumento enfatizará la diversidad entre sectores y al interior de cada sector, y centrará la atención en las posiciones relativas a secto res y empresas para la competencia internacional. 2. El desempeño industrial y comercial mexicano desde la perspectiva evolutiva: ¿un caso de downgrading? La reestructuración de la industria mexicana durante la última década ha conducido a una especialización incompleta y más dependiente de importaciones. Los principales resultados son el desequilibrio en la ba lanza comercial y la desarticulación intra- e inter-sectorial, desequili brios ambos que restringen el desarrollo industrial. La restricción más evidente se ha manifestado en el sector externo, pero las debilidades de la industria nacional también se expresan a través de la desaparición de empresas y empleos que interrumpen la formación de las redes o ca denas industriales. La especialización mexicana ha seguido distintos caminos, según los sectores de industria. No obstante, la reestructuración industrial presenta dos tendencias dominantes que se complementan entre sí. La primera, es el aumento en la actividad de tramos de la producción de sectores maduros con escala suficiente para competir internacionalmente. La segunda tendencia es dejar de producir ciertas partes, com ponentes y productos de menor competitividad relativa, ocasionándose un aumento más que proporcional de las importaciones respecto al producto. El curso de la especialización guiada por una apertura indiscrimi nada revela una transición que subestimó los desequilibrios funda mentales que la acompañan, principalmente en el sector externo y en el mercado laboral; así como el sacrificio de capacidades tecnológicas y or ganizativas, incluidas las de redes o conjuntos industriales interrela cionados, a causa de que se importan los insumos y productos de ma yor contenido tecnológico. Este último aspecto es el que destacaremos a continuación. 194 195 1 Luis E. Arjona y Kurt Unger Competitividad internacional y desarrollo tecnológico Trayectorias tecnológicas: una tipología La agrupación de las actividades industriales de acuerdo al cambio tec nológico dominante en cada sector (Pavitt, 1984), ha permitido descu brir una creciente especialización mexicana en sectores maduros in tensivos en escala, productores tanto de bienes de consumo como de insumos intermedios (CapdevielIe y Dutrénit, 1993). La taxonomía de trayectorias tecnológicas de Pavitt se basa en las fuentes, usos y mecanismos de generación de la tecnología para agru par a las actividades industriales en cuatro tipos: dominadas por pro veedores u oferentes de tecnología; intensivas en escala; de oferentes y equipos especializados, y basadas en avances de la ciencia. Estos grupos de industrias también se diferencian en cuanto a que las inno vaciones se centran en productos o en procesos, se generan interna o externamente al sector, y las innovaciones son predominantemente ra dicales o graduales. Es decir, el tipo y la variedad de innovaciones tec nológicas que afectan a las industrias impone una trayectoria tecnoló gica distinta para cada industria. Las industrias dominadas por los proveedores son típicamente las de bienes de consumo tradicionales que se han desarrollado como resul tado de la sustitución de importaciones. Estas actividades son de poco dinamismo tecnológico y su tecnología se comercializa a través de pro veedores. Por ello las barreras tecnológicas a la entrada son bajas, y la competencia se da en función de los componentes de costos básicos como son los salarios, materias primas, fletes y energéticos. Los princi pales cambios tecnológicos en las industrias dominadas por proveedo res vienen incorporados con la adquisición de nuevos bienes de capital o bien el uso de insumos intermedios nuevos o mejorados, tratándose por lo general de innovaciones desarrolladas por los proveedores de equi pos e insumos independientes y externos a la industria que las adopta. En las industrias de producción intensiva, y sobre todo las de gran escala como la automotriz, la petroquímica y la siderurgia, son más im portantes las innovaciones en los procesos productivos. Las empresas de estas industrias combinan esas innovaciones con las economías de escala que derivan de la especialización internacional en componentes o líneas de productos que se elaboran en plantas muy especializadas. La competencia en estas actividades se desarrolla entre grandes con glomerados oligopólicos y está altamente internacionalizada. Las empresas relativamente pequeñas y especializadas que pro porcionan equipos e instrumentación ofrecen conocimiento especiali 196 zado a través del diseño y la producción de equipo para clientes de otras industrias, pero sobre tdo para las intensivas en escala. Algunas de es tas empresas han incursionado en las funciones de monitoreo y control de la producción llevado a cabo por instrumentos, esto es, en la produc ción de robots y sistemas de diseño y manufactura asistidos por compu tadora (CAD y CAM). Estas empresas especializadas tienen una trayec toria tecnológica diferente a la de los usuarios, pues están más orientadas hacia la innovación de productos que hacia la reducción de costos de proceso. 14 El éxito competitivo de estas empresas depende en gran medida de su habilidad para hacer mejoras continuas en el diseño y la calidad de los productos, así como de sus habilidades para respon der a la medida de las necesidades específicas de los usuarios. El cuarto grupo, los sectores intensivos en ciencia, como la indus tria electrónica y la mayoría de las especialidades químicas, son secto res en los que la competencia tecnológica es intensa las y frecuentes in novaciones crean barreras tecnológicas a la entrada. Ello se traduce en rentas elevadas para los pocos que logran desarrollar líneas de produc tos innovadoras. Estas ganancias extraordinarias, más los beneficios que sus innovaciones generan en otros sectores, en forma de externali dades tecnológicas, los han convertido en el blanco predilecto de la polí tica industrial de los países industrializados. La especialización comercial de la industria mexicana 1 i La especialización industrial de México ha resultado poco afortunada, al menos desde dos puntos de vista entre los antes subrayados. En pri mer lugar, nos especializamos en sectores maduros de industrias domi nadas por proveedores e intensivas en escala, dejando a la importación desde otros países los productos más dinámicos y portadores de derra mas tecnológicas. Un segundo efecto es que dentro de lo que hemos con servado, se han exacerbado los contrastes de competitividad entre al gunas industrias de gran escala que alcanzan alto dinamismo en producción y exportaciones, y otras muy atrasadas. La dualidad mani fiesta es que hay un número muy reducido de actividades que han desa rrollado condiciones competitivas cercanas a la frontera tecnológica in ternacional; la mayoría restante evidencia un rezago tecnológico y competitivo significativos. 14 Dosi, Pavitt y Soete (1990), p. 110. 1Q7 Luis E. Arjona y Kurt Unger Competitividad integnacional y desarrollo tecnológico Las actividades tecnológicamente competitivas respecto de la mejor práctica internacional, ocurren en dos tipos de industrias: 1) In dustrias dominadas por subsidiarias de empresas trasnacionales (ET) cuyas plantas están especializadas en componentes o líneas de pro ductos para exportación. Desde su instalación estas plantas son dota das de la mejor tecnología disponible para la ET (ejemplos: motores para autos, equipo de cómputo-PC, maquiladoras más recientes de la electrónica y autopartes). La expansión de estas actividades puede ser importante, pero está limitada por las compatibilidades estratégi cas que norman el crecimiento de los complejos industriales interna cionalizados. 2) Industrias tecnológicamente maduras, en su mayoría en poder de grandes grupos nacionales, cuya competitividad depende en alto grado de la disponibilidad de recursos naturales. La producción en estas industrias es de gran escala a través de procesos continuos que demandan fuertes inversiones (ejemplos: petroquímicos, cemen to, vidrio, siderurgia y algunas agroindustrias). El resultado es que se ha venido consolidando una reducida planta industrial de avanzada exportadora, pero con poco arraigo y encadena miento al resto de la industria nacional. En ella predominan enclaves trasnacionales y algunos sectores maduros de menor atractivo en el largo plazo, tal como se desprende del análisis pormenorizado de las ex portaciones que a continuación presentamos. Las industrias de producción intensiva en escala dan cuenta de dos terceras partes de las exportaciones de manufacturas de los últi mos años, las que sumadas a las exportaciones de bienes de consumo tradicionales (dominadas por proveedores) representan 86% de las ex portaciones de manufacturas (cuadro 1). La participación en el PIB de Cuadro 1. Exportaciones: participación promedio por tipo de sector (%) Tipo de sector Dominado por proveedor Intensivo en escala Oferentes especializados Basado en ciencia 1980-1985 1986-1987 1988-1994 27.7 20.7 19.7 61.4 6.9 3.9 67.3 6.7 5.3 65.5 9.1 5.7 Fuente: elaboración propia con base en datos del INEGI, Estadísticas de Comercio Exterior (1980- 1995). 198 - - los sectores intensivos en escala también crece en esos años, aunque to davía es mayor la importancia de los sectores de consumo tradicionales: 34.9 y 53.5% respectivamente’ 5 (Capdevielle y Dutrénit, 1993, p. 659). Los dos tipos de industrias mencionadas como líderes de la expan sión exportadora reciente han concentrado la actividad manufacturera desde la fase de sustitución de importaciones, pero la diferencia es que a raíz de la apertura han aumentado sus contenidos de importación, sa crificando integración nacional. Las razones para ello pueden ser va riadas: la presión competitiva en precios de importaciones subvalua das, a la par que la preferencia de algunos consumidores por productos importados, y también la preferencia de muchas empresas trasnacio nales por obtener insumos y productos como importaciones intrafirmas de otras subsidiarias. Todos estos factores condujeron a la mayoría de las industrias del país a sacrificar producción aumentando la importa ción de insumos o líneas de productos.’ 6 Revisemos brevemente algu nos de los rasgos más sobresalientes de las principales industrias. Entre los sectores intensivos en escala, los líderes de la especiali zación exportadora descrita son automotriz, químicos-petroquímicos, hierro y acero, y otros metales y minerales. Los dos primeros se caracte rizan por el dominio de grandes conglomerados internacionalizados que distribuyen su inversión en plantas de varios países. Por lo que respecta a la industria automotriz, las plantas mexica nas tienen la escala y el nivel técnico exigidos y se especializan en la ex portación de componentes (notablemente motores en autopartes) o en líneas de productos relativamente maduros (por ejemplo el ensamble del Tracer en Hermosillo). La petroquímica, por su parte, se especializa en la exportación de ciertos commodities muy dependientes de la venta ja en precio del recurso natural de base (polímeros y otros plásticos en petroquímicos). En ambas industrias, los otros componentes y produc tos, por lo general los más sofisticados tecnológicamente, son importa dos de otras plantas de los mismos conglomerados. Aunque hay algunas empresas mexicanas en esos rubros, las más 15 La clasificación de exportaciones e importaciones en los cuatro grupos de la taxonomía de trayectorias tecnológicas, se hizo asignando cada fracción de la estadística de comercio mexicana a esos grupos. Como antecedente puede verse el listado de sectores industriales mexicanos asocia do a cada grupo que realizaron esos autores. proporción de importaciones respecto a la producción manufacturera se duplicó en pocos años, pasando de 7.3% promedio en 1982-1986 a 13.2% en 1990. Algunas industrias a la cabeza de este reacomodo hacia importaciones están entre las lideres exportadoras: autopartes casi triplica ron ese índice, de 49.2% en 1982 a 120.7% en 1990; maquinaria el&trica pasé de 15.4 a 31.0% en ese mismo periodo, y maquinaria no-eléctrica aumento de 48.6 a 57.6%. (Estimaciones propias con datos del Banco de México.) 199 Luis E. Arjona Kurt Unger importantes y que dictan las pautas de la especialización mexicana son las grandes automotrices (GM, Ford, Chrysler, vw, Nissan y unas pocas de las líderes mundiales en autopartes) y los complejos petroquímicos integrados (como Hoechst-Celanese, Basf y Rohm-Hass) que han au mentado muy significativamente sus flujos de comercio intrafirma en 7 El resultado ha sido un incremento de importacio ambas direcciones.’ nes mucho más que proporcional al de la producción. El desequilibrio en la balanza comercial no se pudo sostener, obligando a la depreciación violenta del tipo de cambio a fines de 1994 para limitar las importacio nes y la actividad económica en general. Las otras dos industrias importantes entre los exportadores de pendientes de gran escala, siderurgia y minerales, mayoritariamente en poder de grandes conglomerados nacionales, participan de otro tipo de reestructuración internacional pero sus resultados no son muy dife rentes. Si acaso, las productoras de vidrio y cemento salen mejor libra 8 Más incierto es el futuro del ramo siderúrgico, plaga das que el resto.’ do internacionalmente por condiciones de sobrecapacidad instalada y prácticas desleales de comercio, a pesar de lo cual los productores mexi canos han logrado colocar exportaciones en este mercado. A futuro, la poca competitividad de la mayor parte de la industria mexicana no garantiza su permanencia en la mayoría de esos mercados. La importa ción de muchos otros productos de hierro y acero, por otra parte, se dis para ante cualquier reactivación doméstica, muy por encima de los lo gros exportadores. Otras industrias muestran sus debilidades estructurales y com petitivas más radicalmente al no lograr presencia exportadora, mien tras que la penetración de importaciones les dificulta su sobrevivencia. Tal es el caso de textiles y ropa, calzado, máquinas herramienta y otras actividades en que algunos productores nacionales aún mantienen la expectativa de reaccionar competitivamente.’ 9 Muchas de estas indus 17 18 Unger (1990), pp. 130-131 y 170. grupos CEMEX y VITRO se extienden internacionalmente realizando ventas a empresas de Estados Unidos y Europa, adquisiciones que se espera consoliden su posición exportadora, ya de por sí relativamente exitosa. No obstante, la primera enfrenta acusación de medidas com pensatorias en sus exportaciones a los Estados Unidos, y la segunda recientemente deshizo la aso ciación con Anchor Glass de Estados Unidos. 19 evidencia reciente nos fue ofrecida en una reunión con los pocos productores de máqui nas herramienta. Prácticamente todos los participantes manifestaban resistencia a desaparecer ante la competencia internacional que les desplaza por precio y por desarrollo de nuevos productos (equipos con control numérico). Sólo uno de ellos insistía en que tenían que convertirse en comer cializadores de las opciones de importación, y abandonar su obsesión productora, pues (en su opi nión) ninguno tiene condiciones para dar alcance a los líderes internacionales. Competitividad internacional y desarrollo tecnológico Cuadro 2. Importaciones: participación promedio por tipo de sector (%) Tipo de sector 1980-1985 1986-1987 1988-1994 12.9 Dominado por proveedor Intensivo en escala 10.5 15.9 39.5 42.1 Oferentes especializados 43.8 38.2 34.1 28.1 9.3 13.4 12.2 Basado en ciencia Fuente: elaboración propia con base en datos del INEGI, Estadísticas de Comercio Exterior (19801995). trías experimentaron una intensa transformación tecnológica interna cionalmente durante los ochenta, mientras que la mayor parte de la in dustria mexicana se quedó estancada retrasándose más de una década respecto de la mejor práctica internacional. El problema de estos esquemas de especialización, aun en los casos en que se desarrollaron exportaciones, es que las importaciones venían creciendo en proporción mayor a las exportaciones, por lo que su viabili dad se vio limitada por el tamaño del déficit comercial y la falta de con trapeso en los flujos de capital externo. Fue por este desbalance que se detuvo el crecimiento de la economía hacia fines de 1994, principalmente por el despegue de las importaciones de insumos y productos finales de industrias intensivas en escala y de industrias dominadas por proveedo res. La suma de ambos tipos de importaciones subió a cerca de 60% del total en 1988- 1994 (cuadro 2). Algunas empresas de esos rubros han lle gado a convertirse en comercializadoras, sacrificando la actividad indus trial que por naturaleza toma tiempo en desarrollarse. Hoy parece obvio decir que hubiera sido pertinente anticipar efectos del cambio de espe cialización, tanto en lo que fue el sacrificio de capacidades industriales y tecnológicas acumuladas a lo largo de varias décadas, como también en el bajo potencial de las capacidades que se conservaron. 20 Los otros tipos de industrias, las basadas en ciencia y las producto ras de equipos especializados, portadoras por excelencia de la capaci dad innovadora industrial de más largo alcance, han continuado su abastecimiento por el conducto de las importaciones como lo venían ha ciendo desde los inicios de la industrialización. Ello también implica Véanse Zysman et al. (1990) y Dosi, Zysman y Tyson 20 (1990). 200 ofli Luis E. Arjonci y Kurt Unger que han mantenido una participación muy reducida en producción y en exportaciones. Tal es el resultado predominante, no obstante que las ’ 2 actividades de maquila para exportación de algunas de estas indus trias (caso típico es la electrónica), aumentaron su participación en las exportaciones al eliminarse su distinción respecto de las otras exporta ciones desde comienzos de la década. Las importaciones de los productos de industrias intensivas en ciencia y equipos especializados provienen principalmente de los países industrializados. En otros equipos más estandarizados, tales como las máquinas herramienta, también se da cabida a importaciones de otros países, incluidos algunos del sureste asiático. Las importaciones mexi canas contribuyen a multiplicar en esos países las redes de interrelacio nes virtuosas entre usuarios industriales y proveedores tecnológicos, re troalimentando aún más sus capacidades tecnológicas. 22 Para esos países las innovaciones tecnológicas continuarán acrecentando una es pecialización sólida y dinámica basada en un mayor acoplamiento entre demandas y ofertas industriales, a la vez que se ensancha aún más la brecha tecnológica que nos separa de ellos. Los países como México, entre tanto, se verán obligados a perpe tuar la importación de productos intensivos en ciencia y de equipos. En tre los productores mexicanos de máquinas herramienta estándar, por ejemplo, se resintió la importación de equipos provenientes del sureste asiático que, aunque eran considerados de menor calidad, los desplazó con base en precios muy competitivos. Debido alas restricciones finan cieras durante los ochenta, el comprador no reparó en las diferencias de calidad y se inclinó por menores precios, marginando las opciones nacionales hasta el punto de desaparecer la mayoría de las empresas. 23 Los comportamientos individuales descritos limitan el crecimien to y el desarrollo tecnológico de aquellos sectores que dependen de re E1 aumento reciente de casi 15% en la participación de exportaciones de estas industrias se 21 explica por la incorporación, desde 1991, de las actividades de maquila (entre las que sobresalen maquiladoras de la electrónica y de otras maquinarias eléctricas) a las estadísticas de comercio sin distinguirlas del resto. Entre las excepciones destaca, como una actividad dinámica en produc ción y exportación, la producción de equipo de cómputo que ha aumentado el ritmo de actividad en México como consecuencia de la reestructuración internacional con reparto de líneas de productos de grandes ET como IBM y Hewlett Packard. Aun en estos casos es evidente que la asignación a México es de productos relativamente maduros, que están en la fase de difusión amplia en su pro ducción y comecialización, tal como las PC en que se ha especializado a la planta de IBM en Guadala jara. Véase Unger (1990). 2 Lundvall (1988). 23 de ciertas diferencias de materias primas y en la presentación entre máquinas-he rramienta nacionales y las asiáticas, lo más determinante ha sido la escasez de financiamiento para las ventas de equipo nacional. Véase Unger (1994). 202 Competitividad internacional y desarrollo tecnológico des amplias de actividades interrelacionadas, a las que se hizo referen cia antes. Así, el imjacto negativo sobre los sectores intensivos en ciencia y de equipos especializados puede ser particularmente delica do. Los vínculos entre sectores y los efectos de derrame deberían eva luarse con más precisión al considerar la perspectivas de crecimiento y el potencial tecnológico de las distintas actividades. Otros elementos de análisis dinámicos e integradores permitirían identificar su poten cial, tanto directo como indirecto, para promover el desarrollo económi co y tecnológico. Lo que estamos proponiendo son estudios empíricos que, desde esta óptica de redes sectoriales, avancen las ideas de los proponentes de los sistemas nacionales de innovación, clusters de especia lización y similares.24 Los resultados de la reestructuración mexicana, teniendo como guía la apertura comercial y las fuerzas del mercado, han desembocado en evidentes desequilibrios, más notoriamente (pero no en forma exclu siva) en la balanza comercial. La experiencia es traumática pero no me nos ilustrativa: no puede dejarse la dinámica industrial competitiva al arreglo espontáneo de los mercados; éstos generalmente responden a consideraciones de corto plazo y actúan con notable miopía ante las de mayor alcance. Por el contrario, es necesario anticipar medidas de polí tica industrial y tecnológica que tomen en cuenta la naturaleza evoluti va de las industrias y la situación de avance o rezago tecnológico por la que atraviesa cada una, como apuntamos a continuación. 3. El rezago tecnológico de los conglomerados industriales importantes Esta sección intenta revisar el estado de avance o rezago tecnológicos de las industrias mexicanas más importantes, siguiendo los criterios que emanan de la perspectiva evolutiva. La premisa de partida es que aun en los casos de éxito exportador, que podrían tomarse como indicador de un buen estado de competitividad tecnológica, encontraremos evidencias que limitan sus perspectivas de largo alcance. La situación de avance o rezago tecnológicos de la industria mexi cana puede verse desde dos perspectivas. Una es la percepción estática comparativa que evalúa la tecnología aplicada en México en el presente 24 Nos referimos a Lundvall (1992), Nelson (1992), Porter (1990) Freeman, Dosi y y Fabiani (1994), entre otros. Luis E. Arjona y Kurt Unger Competitividad intei’aacional y desarrollo tecnológico vis vis la mejor práctica internacional, abstrayéndose de considera ciones de otro tipo. La otra es la visión evolutiva que pondera las condi ciones presentes en el país para apoyar el aprendizaje y la acumulación de capacidades tecnológicas que requiere la trayectoria esperada del sector de que se trate. En esta visión caben dos dimensiones comple mentarias que han venido subrayándose en las secciones previas: la evaluación de las condiciones a futuro propias a cada sector, y la evalua ción de las condiciones para acumular capacidades tecnológicas que se atribuyen a las demandas encadenadas a través de redes sectoriales que retroalimentan los aprendizajes de cada sector y del conjunto. La segunda perspectiva va de la mano con una política industrial que vea la conformación de clusters de especialización sustentables en el futu ro. En esta sección se sitúa primeramente a cada industria con una des cripción comparativa estática, para después hacer las consideraciones dinámicas de cada caso. El rezago o cercanía de la industria mexicana respecto de los avances tecnológicos mundiales, es muy diferente según la industria o segmentos del sector de que se trate. No puede generalizarse fácilmente, pues hay una diversidad de situaciones en un mismo sector y, en ocasiones, hasta al empresa. interior de una misma 25 afirmarse en principio, que pocas actividades obst puede No ante, se mantienen cercanas a la frontera tecnológica internacional, mien tras que el resto revela rezagos tecnológicos significativos. Las evidencias de buen desempeño o competitividad tecnológica aisla son das y fragmentarias, pero no por ello menos válidas. Por consi guiente, conviene revisarlas con cuidado y evaluar la importancia rela tiva de sus logros. En particular, revisaremos el potencial a futuro de los sectores exportadores exitosos atendiendo a las condiciones ponde radas por la visión evolutiva. productividad de la planta Ford de Hermosillo, dan eviden cia del tipo de competitividad tecnlógica que pueden alcanzar las filiales de ET: hay plantas modernas que han alcanzado niveles de productividad y eficiencia comparables a los de las plantas más avanzada s del 26 mundo. La misma situación de frontera tecnológica es corroborada por Ramí rez (1993) en algunas productoras de autopartes del norte del país, quien las encuentra muy por encima, tecnológicamente hablando, de las plantas en el centro de 27 México. Ahora bien, desde una perspectiva dinámica en el tiempo , aun las mencionadas experiencias positivas son limitadas. Los casos exitosos no pueden extrapolarse al futuro sin antes prestar atenció n a la dinámica económica y tecnológica internacional de la industria automo triz. La operación eficiente de las plantas del norte del país segu ramente conti nuará por los años próximos, pero esto no es lo mismo a gara ntizar que otras plantas ya instaladas alcanzarán niveles de eficiencia equivalen tes, ni tampoco que habrá de multiplicarse la instalació n de nuevas plantas siguiendo el patrón de las exitosas. Los procesos de inversión son mucho más complejos. Veamos los argumentos más reali stas. La localización de la industria automotriz está muy deter minada por las percepciones estratégicas y los cálculos de eficiencia del total de las plantas para cada una de las grandes ensambladora s. No obstante que entre las plantas localizadas en México se han identificado algunas muy eficientes, las firmas declaran pocas intenciones de mover más ac tividad hacia el país. 28 No basta con ser competitivo en costos de pro ducción, el ahorro debe superar los costos del traslado de las plantas desde otras localizaciones. Una estimación completa de éstos incluye las incertidumbres e ineficiencias (los costos de transacció n) derivados de una infraestructura industrial poco desarrollada como la mexicana: en otras palabras, las exigencias mínimas para garantizar el desarrollo de las redes esenciales a la industria automotriz del futuro no están presentes. Otras limitaciones muy importantes son las barreras a la amplia ción de nueva capacidad tanto por la inversión requerida por cada plan ta, como por las carencias de la infraestructura tecnológica. Pero lo más Industria automotriz Respecto a la industria automotriz, el primer estudio comparativo de Shaiken (1989) sobre la fabricación de motores y su otro estudio de la 26 Shaiken (1990) . Anteriormen 2 7 te Arjona (1991) había percibido esta polaridad. 28 estudio de la Oficina de Evaluación Tecnológica de los Estado s Unidos (0TA) consigna no haber sorpresa ante el hecho de que ninguna de las Tres Grandes empresas ensambladoras esta dounidenses hayan considerado a México en sus planes de aumento de la capacidad productiva al nivel global (0TA, 1992, p. 146). 25 Es comimn encontrar que las divisiones de un mismo conglomerado corporativo son califica das con distintos grados de atraso o cercanía competitiva y tecnológica. Por ejemplo, la división de químicos y petroquímicos de DESC (corporativo al que pertenece Industrias Resistol), se considera más afectada por las necesidades del ajuste competitivo de mercado que las otras divisiones como autopartes, alimentos e inmuebles. Véase El Financiero, enero 18 de 1994, p. 19. 204 1 2fl Luis E. Arjonci y Kurt Unger importante es que la red de proveedores de la que cada nueva planta de pendería simplemente no existe. Ello se reflejó en la opinión de los in dustriales que la OTA entrevistó a propósito del TLC; según ellos, toma ría de 10 a 15 años ampliar y profundizar satisfactoriamente la base de proveedores en México. 29 Otro argumento en contra de la relocalización automotriz hacia países como México, es que los costos de la mano de obra tenderán a per der importancia, pues continuará la reducción del contenido de mano de obra en la producción debido a mejoras técnicas en manufactura y ensamble. Con este fin, la industria anticipa poner en práctica dos ron das de rediseño mayor en los próximos años. ° 3 El argumento de nueva cuenta es consistente con la visión evoluti va: a fin de retener y aumentar la participación mexicana en la indus tria internacional sería necesario contar con una red de proveedores ca paces de intervenir activamente en esos rediseños. En lo que respecta a las plantas de autopartes independientes de las ET que son generalmente menos eficientes, tienen también pocas posibilidades de aumentar su competitividad descansando en los me nores costos salariales. De acuerdo con el estudio de la OTA, las empre sas de autop artes mexicanas dificilmente podrían igualar a sus compe tidoras de Estados Unidos y Canadá en costo y calidad, y mucho menos en capacidades de ingeniería; su reducido tamaño, baja productividad y deficiente administración contrarrestan los bajos costos de la mano de obra. 31 Unicamente una decena de empresas, notables como excep ciones, han entrado en alianzas estratégicas con firmas de Estados Unidos o Europa con el fin de hacerse de nueva tecnología y nuevos mé todos administrativos. 32 Para el conjunto de la industria independien te el impacto es más bien moderado. Industria electrónica La situación de avance o rezago tecnológicos relativos es también ambi gua para la industria de cómputo y otras electrónicas. En equipo de 29 p. 145. Ibjd., 3° Ibid Ibid., p. 133. El diagnóstico es determinante: «esos productores no han estado dispuestos a 31 invertir lo suficiente en planta, equipos y tecnología. En los hechos, la mayoría no habría subsisti do de no ser por la protección”. (Ibid., p. 137.) 32 Véase cuadro 7-4, en ibid., p. 139 y también Ramírez y Unger (1996), cuadro 7. Competitividad inter.’iacional y desarrollo tecnológico cómputo, la planta de la IBM en Guadalajara se montó con la mejor tec nología de producto de IM Internacional, dado que tendría que surtir a todos los mercados internacionales con el modelo de PC que ahí se en sambla. La planta mexicana sustituyó a otra que se localizaba en Boca Ratón, Florida, y logró relativamente pronto niveles de productividad que le permiten exportar a Estados Unidos, Canadá, Japón y Austra 33 La misma lógica es observada por Brown y Domínguez lia. (1989) en Ea alta productividad que pronto alcanzan las plantas maquiladoras de la industria electrónica, merced a la mayor mecanización y robotiza ción con que equipan sus procesos. Los límites al desarrollo tecnológico local de las plantas mexica nas subsidiarias de las ET son los asociados a una integración nacional limitada dados los compromisos de producción asignada a las demás plantas en el extranjero. Las redes de interacciones virtuosas se extien den hacia fuera del país, desde donde generalmente se proveen los pro ductos, insumos y servicios de más valor agregado. El origen de la tec nología continuará en los centros de I&D de países avanzados que ya han desarrollado la capacidad innovadora (mismos que concentran cada vez más los esfuerzos de I&D). Otras consideraciones más comple jas, sistémicas y dinámicas de la especialización mexicana vis á vis la de otros países también limitan las expectativas de mayor integración y expansión de esas plantas. Las operaciones mexicanas de las ET, aun tratándose de productos de frontera como los de IBM 34 y Hewlett Packard, están restringidas a operaciones de ensamble, los componen tes de alto valor se importan de Estados Unidos y el Lejano 35 Oriente. Petroquímica Las actividades basadas en recursos naturales que se procesan en gran escala, tienen una dinámica industrial diferente, como lo ilustran los cambios experimentados por la petroquímica secundaria. En Unger (1994) se presenta evidencia de un proceso de contracción en las empre Véase Unger y Saldaña (1989), p. 491. 33 34 OTAse reconoce que la IBM PS/2 que se ensambla en En Guadalajara es state-of-the-art (0TA, 1992, p. 155). Un indicativo de la calidad relativa de lo que se produce, 35 en comparación a lo que se importa, lo dala siguiente cita: “Mexican suppliers currently provide one-third to one-halfofthe quantity of computer parts, but this corresponds to only about one-fourth by value. Color monitors, disk dri ves and most power supplies are imported from Asia. Integrated circuits come from the U.S. or Asia.” (Ibid., p. 157.) 206 9n7 Luis E. Arjona y Kurt Unger sas mexicanas, las cuales han reducido su participación industrial a tramos restringidos de las cadenas petroquímicas. La compactación instrumentada por Resistol, IDESA, Polímeros de México, Cydsa y Alfa, persigue ganar competitividad concentrándose en los tramos de pro ducción de petroquímicos intermedios, a partir de transformar los in sumos básicos en que Pemex es competitivo. Los límites a la estrategia de compactación de las empresas men cionadas provienen de tres frentes. Primeramente, los límites por no desarrollar capacidad competitiva para el largo plazo, pues es bien sa bido que las especialidades al final de las cadenas petroquímicas son las que sostienen el liderazgo innovador y la rentabilidad de la indus 36 En segundo lugar, también hay riesgos inhe tria a través del tiempo. rentes al limitarse a los tramos intermedios de las cadenas petroquími cas, pues la tendencia de los grandes conglomerados internacionales es integrarse verticalmente, con lo que ganan capacidad de maniobra en los precios intra-fases de sus propias cadenas. 37 La estrategia del futu ro es consolidar los oligopolios internacionales por vía de reducir los costos de transacción. 38 El tercer problema deriva de depender de Pe mex para el abastecimiento de los básicos, pues sus plantas ya están cerca del uso pleno de la capacidad instalada (98% a finales de los ochenta) debido a la poca inversión realizada por Pemex durante la se gunda mitad de la década pasada. 39 La inversión privada en interme dios y finales continuó a buen ritmo entre 1986 y 1991 al completarse algunos proyectos de envergadura, pero el cuello de botella al inicio de las cadenas limitará su crecimiento en el futuro. Competitividad zntern9cional y desarrollo tecnológico yoría de los productores de bienes de capital; o bien, a que en los años posterior a 1982 no han iantenido un ritmo adecuado de inversión ni de modernización tecnológica (vestido, calzado y similares). En la ma yoría de estas industrias, la apertura comercial ha traído una intensa penetración de importaciones. Entre las industrias atrasadas tecnológicamente destacan mu chas de las de consumo tradicionales, cuya modernización depende de proveedores de equipos extranjeros. La sobrevivencia de partes de es tas industrias ha sido posible por ciertos márgenes de protección, ya sean por política oficial o por razones naturales, lo que les garantizan nichos en el mercado nacional. En estas condiciones están los sectores sobrevivientes en la producción y comercialización de alimentos, bebi das, vestido, textiles, muebles y productos metálicos para consumo. ° 4 A riesgo de generalizar sin respetar algunas notables excepciones, podría decirse que las industrias dominadas por proveedores resultan las peor libradas desde los dos ángulos de la visión evolutiva. Dada su condición dependiente de los proveedores extranjeros, han sufrido el atraso directo en su competitividad al no mantener altos los ritmos de compras de equipo y tecnología extranjeros. Al mismo tiempo, tampoco han sostenido el desarrollo de sus redes nacionales complementarias que conducirían a la acumulación de capacidades tecnológicas benéfi cas, en el largo plazo, para todos los participantes del cluster de especia lización respectivo. También algunos productos intermedios industriales y para la construcción se comportan de esa manera, entre ellos los de la siderúr gica, como se verá a continuación. Otras industrias tradicionales Siderurgia Como mencionamos antes, la mayoría de las industrias restantes se en cuentran en situación de rezago tecnológico. Esto puede deberse a que nunca dieron alcance a los líderes mundiales, como en el caso de la ma36 37 Véanse Bower (1985) y Walsh (1984). tendencia significa que a la larga el dominio de los mercados de commodities también quedará en manos de unos cuantos grandes conglomerados petroquímicos integrados vertical mente. Así podremos explicarnos la nueva expresión de estrategia competitiva de DESC que, en conferencia de un alto funcionario, se definió hacia la diferenciación en especialidades “a la medi da” (similares a “servicios” que incorporan conocimiento especializado). Véase el argumento clásico en Williamson (1985). 35 Véase Unger (1994), cuadro 1V26. Esta restricción tal vez será el incentivo principal para 39 adquirir las plantas de Pemex que están en proceso de privatización. 208 La situación de la industria siderúrgica es un caso de sobrevivencia de licada por las condiciones de sobrecapacidad mundial ya señaladas. Las numerosas situaciones de dumping y otras irregularidades de los mercados internacionales emiten señales poco claras en cuanto a las 40 misma situación pudo observarse en la sobrevivencia de algunos productores de equipos y maquinas herramienta estándar que gozan de pequeños nichos de mercado por protección natu ral. En Unger (1994) se relatan algunos ejemplos, tal como el de las máquinas herramienta para dar servicio a los molinos en zonas agrícolas alejadas, cuya compra se relaciona estrechamente a la posibilidad de darles servicio pronto y adecuado en condiciones técnicas y culturales muy difici les para el que presta el servicio. 209 Luis E. Arjona y Kurt Unger Competitividad internscional y desarrollo tecnológico reglas de competitividad. Dado el carácter estratégico de la siderurgia y las capacidades ya desarrolladas en fases previas de la industrializa ción mexicana, hay incentivos sobrados para sostenerla, para lo cual cabría dar prioridad a los tramos de producción y/o tipos de productos en que es factible acercarse a los niveles de competitividad mundiales. No en toda la industria se da este potencial, pero sí, al parecer, en algu 41 nos de los productos más maduros como aceros planos y otros. La estrategia de especialización señalada podría dar pie al desa rrollo de ciertos clusters alrededor de esos productos, incluyendo los mi nerales y los equipos estandarizados de la minería y la siderurgia. de trabajo. En productos de calidad, sensibles a cambios en la moda donde imperan los métodos modernos de atención a la demanda (Quick Response Methods) , las firmas mexicanas no pueden competir por falta de integración competitiva de las cadenas. 42 Otra vez están ausentes los elementos de la visión evolutiva que llevarían al desarrollo de clusters competitivos, más allá de las firmas individuales. Textiles Entre los conglomerados más afectados por la apertura se cuentan los textiles. La década posterior a 1982, de baja demanda interna y cre ciente competencia externa, atestiguó grandes transformaciones tec nológicas en el plano internacional que no pudieron implementarse en México. La transformación tecnológica de las industrias textil y del vestido a nivel internacional, segctn Mytelka (1991), se orientó por dos fuerzas dominantes: reducir costos y ganar flexibilidad de respuesta a la demanda. Siguiendo esta doble lógica, las innovaciones tecnológicas en el diseño, producción y comercialización de textiles y ropa, apoyadas por los avances de la microelectrónica y la modernización de los equipos, han permitido a las empresas innovadoras responder a las necesidades de mercados cada vez más segmentados, aun cuando se mantuvieron estancados. El atraso en la respuesta de las empresas mexicanas tanto a los problemas de costos como a los de adecuación a la demanda es por lo menos de una década. Otra condicionante importante de la supervivencia en el conglo merado textil y del vestido es adecuarse a la tendencia internacional a integrarse en cadenas verticales. De acuerdo al estudio de la OTA, las empresas estadounidenses del vestido no tienen que temer de la com petencia mexicana, a no ser en las líneas más estandarizadas de pro ductos que se asemejan a commodities tales como ropa interior y ropa VéaseElFinanciero, 3 de enero de 1994, p. 8, y 18 de enero de 1994, p. 10. Anadie escapa que 41 la suerte de este subsector de aceros planos estará estrechamente ligada a la demanda del sector automotriz, por ahora en franco estancaniiento del mercado doméstico aunque con repunte expor tador de vehículos. Ese es el propósito declarado de la «Nueva AHMSA” en Monclova (ibid.). 210 Recapitulando desde la perspectiva evolutiva Las experiencias sectoriales revisadas nos llevan a cuestionar si la es pecialización industrial y tecnológica que se ha llevado a cabo en res puesta al ajuste y la apertura conduce a la evolución más conveniente de las capacidades industriales nacionales. La evidencia parece indicar lo contrario. El ajuste liberalizador, descansando en el liderazgo empresarial de las grandes empresas ex tranjeras y unas pocas seguidoras locales de envergadura, ha dejado a la industria mexicana aún más expuesta en sus debilidades comercia les y también en condiciones tecnológicas más endebles con respecto a los líderes mundiales. La proyección de esta situación augura un fu turo muy conservador, tecnológicamente hablando. Al nivel de empresas especfficas, hace poco tiempo pudimos compro bar su tendencia a incrementar el abastecimiento por importaciones. 4 Las empresas de las industrias química/petroquímica y de máquinas he rramienta, tanto las que exportan con éxito como las que se mantienen sólo en el mercado nacional, lo logran mediante la consolidación de pro ductos maduros de baja complejidad tecnológica y que en lo inmediato son los más rentables. Otras líneas de producción tecnológicamente complejas se abastecen mediante importaciones, que en ocasiones co mercializa la misma empresa. Un ajuste similar con producción nacio nal reducida y aumento en las importaciones, explica al menos en parte la reestructuración de la industria automotriz mexicana. Los vehículos que se exportan a los Estados Unidos desde comienzos de los noventa, por ejemplo, tienen entre 85 y 90% de componentes importados. 4 El cambio hacia insumos y productos de importación es, en parte, 42 ‘ OTA(1992), p. 14. Unger (1994). Véase Ramírez (1993). 211 F Luis E. Arjona y Kurt Unger Competitividad inter.nacional y desarrollo tecnológico resultado de exponer a la industria mexicana protegida e ineficiente a la competencia internacional. Sin embargo, también hay en las impor taciones otras consideraciones que tienen más que ver con las decisio nes de racionalización y relocalización de la capacidad global de las ET. Esas decisiones pueden no relacionarse con la eficiencia comparativa mexicana, y lo más grave es que no privilegian ni aseguran la acumula ción de las capacidades tecnológicas con más futuro. El caso más extremo del sacrificio de capacidades industriales y tecnológicas se da en algunos sectores controlados por las ET que se han convertido en comercializadoras de productos de importación, abandonando la producción local. Algunos electrodomésticos y equipos de comunicación, así como empresas en química fina (por ejemplo Rohm 45 Otros sectores, controlados por capi Hass) han seguido este camino. tal nacional, no lograron soportar la presión competitiva inmediata que les acarreó la apertura. Por ejemplo, las empresas nacionales de plásticos y petroquímicos estandarizados (Resistol, IDESA, Polímeros, Alfa) han sacrificado fases de producción en que aiin no habían alcanza do nivel competitivo, a pesar de saber que la competencia internacional del futuro requiere de mayor integración vertical. Se han privilegiado ajustes de muy corto plazo sobre las consideraciones de un horizonte más amplio. Esto significó también que las empresas se volcaron a la importación de tecnología, renunciando a los esfuerzos de innovación e independencia tecnológica que algunas de ellas habían emprendido en otras épocas. 46 Una de las principales expectativas de la apertura era que reo rientaría la economía para hacerla más acorde con las ventajas compa rativas de largo plazo. Sin embargo, por ahora no queda aún claro que las medidas adoptadas por las empresas obedezcan a esa lógica. Por el contrario, las experiencias relatadas indican que la búsqueda de utili dades en lo inmediato no ha movido a las empresas hacia decisiones orientadas a la competitividad de largo plazo, entre las que deberían estar la inversión en capacidades industriales, científicas y tecnológicas. Contrariamente, se privilegian soluciones con mayor rentabilidad en el corto plazo tales &mo reducir o abandonar la producción indus trial en favor de la actividad comercial o de los negocios financieros. Es evidente que la incertidumbre que rodeó al ajuste y a la apertura termi nó por borrar el largo plazo de los horizontes empresariales industria les, tanto en las ET como en las empresas nacionales. Se vuelve ahora imperativo imaginar medidas de política que muevan a las empresas a conjugar las ventajas de una inserción internacional competitiva en el corto plazo, con la permanencia futura que se asocia a la inversión en capacidades tecnológicas de largo alcance. 47 La conclusión del proceso descrito es que el crecimiento futuro de la economía mexicana vuelve a estar supeditado al signo de la balanza comercial. El examen de las principales industrias y empresas exporta doras mexicanas, por un lado, no permite augurar que las exportacio nes continúen creciendo a los ritmos ya experimentados en la década pasada. Las importaciones, por otra parte, han ido conformando un aparato productivo cada vez más limitado y orientado al ensamble de partes, componentes e insumos intermedios de importación. Al mismo tiempo que aumenta la importación de productos para ser comerciali zados directamente, desaparecen las soluciones tecnológicas propias. El resultado final es una nueva encrucijada de estancamiento económi co, poca inversión en industrias modernas y de valor tecnológico, y muy escasos efectos derrames virtuosos de los multiplicadores y encadena mientos que se observan en los países exitosos. 45 Unger (1994), se comprueba que las filiales 100% propiedad de ET se ajustan en mayor En grado y con más rapidez a esta nueva manera de operar (pp. 158-160). Este resultado puede obedecer a causas muy similares a las que muchos años antes explica 46 ron la falta de interés de parte de las empresas mexicanas en promover la producción de bienes de capital. En otro estudio (Unger 1985, pp. 17-19) dimos cuenta de que los diferenciales de rentabili dad durante la sustitución de importaciones favorecían la permanencia de las empresas en activi dades de menor complejidad como los bienes de consumo de relativa madurez. Este mismo caso se refiere ahora a la importación de todo tipo que permite realizar amplios márgenes de rentabilidad, mayores que al producir con insumos locales o con desarrollos tecnológicos propios. 212 4. Algunas consideraciones sobre política industrial y tecnológica En México, como en otros países, el nuevo modelo de desarrollo se ca racteriza por la contracción en la participación directa del Estado y por Las propiedades de la tecnología que permiten anticipar el potencial tecnológico de cada 47 cluster se recogen en la literatura bajo el concepto de capacidad tecnológica (technological compe tence). Este término reconoce que la tecnología consiste de elementos tácitos y específicos a secto res y empresas determinados (Prahalad y Hamel, 1990; Cantwell, 1991; Harris, 1991, y Bernstein, 1991). La capacidad tecnológica se define en atención a seis propiedades del cambio tecnológico: 1) es acumulativo; 2) depende de la oportunidad técnica; 3) presenta diferencias entre empresas y localizaciones; 4) es un proceso irreversible que depende de su propia trayectoria; 5) ocurre dentro de redes de actividades tecnológicas interrelacionadas (network) que generan ex ternalidades para todas las actividades de la red, y 6) su dirección la marcan la oportunidad y la apropiabilidad de la innovación. 213 Luis E. Arjona y Kurt Unger la mayor apertura al comercio y a la inversión extranjera. La necesidad de reorientar el desarrollo del país es innegable, pero las medidas de ajuste y apertura no han sido suficientes para definir la dirección del cambio ni para anticipar los efectos de la transición, aspectos que han sido desatendidos, según vimos a lo largo de este trabajo. La política económica debe ir más allá de romper con un patrón previo y suponer que los agentes económicos se ajustarán a un nuevo estado óptimo a través de interacciones espontáneas en el mercado. Indudablemente, los agentes y el mercado juegan un papel muy impor tante, pero carecen de la capacidad de coordinación con que otras instituciones cuentan. Se requieren entonces políticas orientadas a la adaptación y al cambio que establezcan prioridades. Con base en las consideraciones anteriores y a la situación tecno lógica de la industria mexicana que hemos revisado, concluimos este trabajo con algunos elementos de política industrial y tecnológica que podrían tomarse en cuenta para profundizar en su estudio y, tal vez también, para su puesta en práctica. Las prioridades de estas políticas deben partir del potencial para innovaciones inherentes a cada industria, del potencial de las empre sas mexicanas para apropiarse los desarrollos o innovaciones, y de la capacidad de generar sinergias virtuosas por la conformación de clus ters competitivos en México. Es claro que los objetivos de política industrial han ido cambiando en el tiempo, pues no es el desarrollo de la industriaper se lo que ahora se pretende, sino la calidad de industria a promover. La calidad indus trial debe reflejarse en una capacidad competitiva dinámica de largo plazo. El reconocimiento de la capacidad competitiva dinámica ha ido de la mano de reconocer al cluster como aquel conjunto de actividades in dustriales interrelacionadas que se precisan unas de las otras, y que se retroalimentan entre sí con efectos virtuosos para cada una y para el conjunto. El cluster se compone de relaciones verticales entre indus trias (usuarios-proveedores) y de relaciones horizontales entre activi dades que comparten las economías externas del aprendizaje y la difu sión de tecnología. El cluster puede considerarse como la unidad industrial que da origen y aprovecha las innovaciones tecnológicas, a la vez que define los límites al aprovechamiento de las economías externas. La política industrial debe enfocarse en desarrollar clusters com petitivos, partiendo de sus diferentes potencialidades. Para distinguir estratégica y selectivamente entre los clusters se deben considerar al 214 1 E Competitividad interacional y desarrollo tecnológico menos cinco aspectos fundamentales subrayados a lo largo de este tra bajo: 1) la trayectoria delos cambios técnicos y la fase del ciclo en que se encuentran sus tecnologías principales; 2) la importancia de las econo mías de escala; 3) las ventajas de integración derivadas de la disponibi lidad de recursos naturales y las de integración que impulsen el desa rrollo de ciertas líneas de oferentes especializados y de industrias basadas en ciencia; 4) las economías de aglomeración y alcance (scope) de las cadenas productivas que integran el cluster, y 5) la aportación po tencial de las alianzas estratégicas entre empresas en el cluster. Estos elementos demandan proyectar el potencial competitivo del cluster más allá del de cada industria o empresa individual. Una vez definidos los clusters habría que darles apoyos consistentes con la dinámica pre vista para el corto y el largo plazo. Referencias bibliográficas Amable, B. (1993), “National Effects of Learning, International Specializa tion and Growth Paths”, en C. Freeman, and D. Foray (eds.), Technology and the Wealth of Nations: The Dynamics of Constructed Advantage, Nueva York, St. Martin’s Press, pp. 173-188. Arjona, L. E. (1990), “Industria mexicana de autopartes durante el auge ex portador de los años ochenta”, en J. Carrillo (ed.), La nueva era de la indus tria automotriz en México, COLEF. (1995), “La tecnología en la teoría del comercio: la perspectiva evolu tiva”, El 7)’imestre Económico, 62(4), pp. 435-465. Baumol, W. y R. Gomory, (1992), “Toward a Theory of Industrial Policy Retainable Industries”, C.V., C.V Starr Economic Research Report, núm. 92- 54, New York University, diciembre. Bernstein, J. (1991), “R&D Capital, Spillovers and Foreign Aíflliates in Canada”, en D. 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Abstract: This papar detects market power at the two digit level ni the mexi can manufacturing sector for the period 1970-1991. Similarly to Hall (1988), the identification assumption ja that total factor productivity growth is not procyclical. The test holds even for the case ni which the market power coeffi cient is variable. E n la literatura económica mexicana, el poder de mercado se infiere a partir de calcular índices de concentración de mercado. En com petencia oligopólica de tipo Cournot, el índice de concentración de Her findahi calcula las pérdidas de eficiencia por la competencia oligop ólica si conocemos la elasticidad de la demanda de mercado de la industria.’ Así, cuando la competencia de tipo Cournot está presente, la parti cipa ción en el mercado de una empresa nos da una idea del índice de Lemer si conocemos la elasticidad de la demanda de mercado. Estudios varios demuestran que los índices de concentración no necesariamente coinciden con las mediciones de poder de mercado he chas con base en estimaciones 2 econométricas. Además, la teoría mo derna del oligopolio, en la tradición de juegos repetidos, predice que para empresas que valoran mucho el futuro, cualquier equilibrio entre colusión perfecta y competencia plena puede ser esperado. Por tanto, Alejandro Castañeda es miembro del Centro de Estudios Económicos autor agradece la asistencia de Nuyavi Malpica López en la elaboraciónde El Colegio de México. El de los datos estadísticos. 1 Ordover, Sykes y Willig (1982). 2 Véase Domow itz, Hubbard y Petersen (1988). 220 1 Economía Mexicana. Nueva Época, vol. V, núm. 2, segundo semestre de 1996 ÁJ 221