ISSN 0717-2079
CIENCIA Y ENFERMERIA XX (2): 93-101, 2014
UNA REVISIÓN DE LOS ESTILOS DE VIDA DE ESTUDIANTES
UNIVERSITARIOS IBEROAMERICANOS1
A REVIEW OF LATIN AMERICAN UNIVERSITY
STUDENTS’ LIFESTYLES
ELIZABETH MAGDALENA BASTÍAS ARRIAGADA *
JASNA STIEPOVICH BERTONI **
RESUMEN
Durante los últimos años la sociedad ha experimentado profundos cambios en materia de salud. Estos cambios
se deben a una serie de factores del entorno que gatillan el desarrollo de determinados estilos de vida, pudiendo
ser éstos de riesgo o protectores para la salud de las personas. Objetivo: Indagar respecto al concepto de estilo
de vida y los estilos de vida de estudiantes universitarios iberoamericanos según la evidencia disponible. Material y método: Se realizó una revisión bibliográfica, manual y electrónica de artículos vinculados a estilos de
vida en población universitaria iberoamericana a partir del año 2002. Adicionalmente, se recabó información
referida al concepto de estilos de vida y se recopilaron antecedentes estadísticos disponibles del Ministerio de
Salud de Chile y de otras entidades que investigan estilos de vida en los jóvenes. Resultados: La mayor parte de
los trabajos desarrollados han estudiado de manera descriptiva los estilos de vida. La alimentación y ejercicio,
la conducta sexual, el consumo de tabaco, alcohol y drogas, son las prácticas más estudiadas. Conclusión: Los
jóvenes universitarios son una población vulnerable que debe ser investigada de manera particular, para crear y
evaluar programas de intervención acorde a sus necesidades.
Palabras clave: Estilo de vida, factores de riesgo, estudiantes, universidades.
ABSTRACT
During the last years, our society has experienced profound changes on health matters. These changes are due to
a number of environmental factors that trigger the development of certain lifestyles which could either endanger
or protect people’s health. Objective: To research about the concept of lifestyle and Iberoamerican university
students’ lifestyles considering the available evidence. Methods: A manual and electronic bibliographic review
of articles concerning lifestyles in a Iberoamerican university population from the year 2002, was done. In
addition, information about the concept of lifestyles and statistical data available from the Ministry of Health
in Chile and other research organizations about young people’s lifestyles, were collected. Results: Most of the
researches carried out, have studied lifestyles in a descriptive form. Nutrition and physical exercising, sexual
behavior, tobacco, alcohol and drug consumption are the most studied habits. Conclusions: Young university
students are a vulnerable population that must be studied in a particular way in order to create and assess
intervention programs according to their needs.
Key words: Lifestyle, risk factors, students, universities.
Fecha recepción: 15/04/13. Fecha aceptación: 19/07/14.
1
Manuscrito derivado de tesis de Doctorado en Enfermería de la Universidad de Concepción, titulado: “Estilo de vida
en universitarios y factores psicosociales”.
*
Enfermera. Docente Depto. Enfermería. Universidad de Concepción, Concepción. E-mail: elibastias@udec.cl.
**
Enfermera. Docente Depto. Enfermería. Universidad de Concepción, Concepción. E-mail: jstiepov@udec.cl.
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INTRODUCCIÓN
publicación que según el censo de 2002, Chile es un país altamente urbanizado (86% de
población urbana), habiendo mejorado el
acceso al agua potable, alcantarillado, educación y servicios de salud. Sin embargo, aparecen problemas relacionados con el deterioro
de la calidad de vida, especialmente en los
más pobres, como son la alimentación inadecuada, el sedentarismo, el consumo excesivo
de tabaco, alcohol y drogas, la contaminación
del aire y falta de espacios para recreación en
las grandes ciudades. Si bien Chile aumentó
al doble su ingreso per cápita en la década
del 90, gran parte del aumento de ingreso,
en especial en el sector más pobre, se destinó
a comida rica en grasa y azúcar refinada, se
disminuyó la actividad física y se incrementó
el consumo de tabaco y alcohol, que inciden
directamente en la salud de las personas. Esto
significó un aumento explosivo de la obesidad y sedentarismo, así como del tabaquismo
en la población chilena, especialmente en los
niños, adolescentes y mujeres en edad fértil;
fenómeno que también se ha ido produciendo en muchos países.
Datos de la última Encuesta Nacional de
Salud (ENS) (4) muestran un significativo
aumento de las condiciones de riesgo para la
salud respecto de la medición anterior (ENS
2003). En relación a sobrepeso y obesidad
se observó incremento de 37,8 a 39,3% y en
obesidad de 23,2 a 25,1%. En ambos casos
existen diferencias por sexo, siendo mayor
en los hombres en condición de sobrepeso y
mayor en el caso de las mujeres en condición
de obesidad. En el caso de consumo de tabaco, quienes se consideran fumadores diarios
a nivel nacional responden afirmativamente
40,6% de los encuestados, siendo menor el
porcentaje en mujeres, y mayor el problema
en la población que señala tener estudios
>12 años (50,3%). Respecto del consumo
de alcohol, la respuesta varía si la pregunta
es formulada como “Bebedor diario y moderado” (al menos 5 días en la última semana)
(1,9%), o si se aplica la escala de dependencia
alcohólica AUDIT (10,9%). Respecto al uso
Los avances científicos han propiciado que
la sociedad experimente cambios importantes en los indicadores vinculados a salud. Si
bien éstos han permitido un incremento en
la esperanza de vida al nacer de la población
mundial, también han significado la aparición de problemas de salud emergentes que
pudiesen ser más difíciles de erradicar que
los que afectaban antaño, pues su raíz radica
en los estilos de vida de las personas.
El Informe sobre la Salud en el Mundo
2002 (1) señala que de un conjunto de 25
grandes riesgos evitables seleccionados y estudiados en detalle, entre los más importantes a nivel mundial se encuentran los siguientes: prácticas sexuales sin protección, presión
arterial elevada, tabaco, alcohol, niveles de
colesterol elevados, y sobrepeso/obesidad,
todos vinculados a estilos de vida. En su
conjunto, estos riesgos representan un tercio
de los años de vida sana perdidos en todo el
mundo. Los principales riesgos examinados
en el informe dan lugar a importantes reducciones de la esperanza de vida sana: en promedio, unos cinco años en los países en desarrollo y diez años en los países desarrollados.
El número de años de vida sana perdidos a
causa de esos riesgos varía según las regiones;
es así como en la mayor parte de América Latina se calcula esta pérdida en 6,9 años (1).
Chile, por su parte, ha experimentado una
rápida transición epidemiológica entre los
años ’70 y ’90: “De acuerdo a estos cambios,
se comienza a trabajar en nuevas orientaciones de política y salud, realizándose en 1995
el Estudio de Carga de Enfermedad que demostró, que el 75% de los Años de Vida Saludable (AVISA) perdidos en Chile se debían
a Enfermedades Crónicas No Transmisibles
(ECNT) y a problemas de salud mental” (2).
Esto dio origen a cambios en el enfoque de
prioridad entonces destinados al área materno-infantil y a enfermedades infecciosas.
Salinas y Vio del Río (3) señalan en una
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UNA REVISIÓN DE LOS ESTILOS DE VIDA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS IBEROAMERICANOS / E. BASTÍAS, J. STIEPOVICH
de preservativo los varones refieren su uso en
57% (mujeres 50,5%). Al ser consultados por
su participación social 39,1% de los hombres
refiere pertenecer a un grupo (28,8% de las
mujeres).
La Sexta Encuesta Nacional de la Juventud
(5) señala que la población joven entre 15 a
19 años era de 1.483.285 (35,4%), mientras
que el tramo etario de 20 a 24 años era de
1.433.402 jóvenes (34,2%). Se concentran
mayoritariamente en la Región Metropolitana (40,8%) (Región del Bío-Bío (12%) y
de Valparaíso (10,2%)). Cursan Educación
Universitaria 23,2% de este grupo (970.798).
Alrededor de un 8% del grupo total trabaja y
estudia. La gran mayoría de las y los jóvenes
chilenos (91,1%) pertenece a algún tipo de
sistema de previsión de salud (Fondo Nacional de Salud –FONASA– 73,3%, Instituciones de Salud Previsional –ISAPRE– 14%). Las
obligaciones económicas con la familia son
referidas como razón fundamental para buscar trabajo (11% para ayudar a sus padres y
11% para el financiamiento de sus estudios),
lo que se acentúa en los estratos económicos
más bajos y en los varones. En cuanto a la
participación juvenil en una organización,
los varones son más proclives (club deportivo
38,2%, similar a la ENS 2009-2010), siendo
mayor la participación en el grupo etario que
va de los 15 a 19 años. Dentro de las razones
por las que estarían dispuestos a formar parte de un grupo, 52,9% lo haría si tuviera más
tiempo libre y 47% si hubiera alguna organización que satisfaga sus intereses. Respecto a
la confianza en las instituciones 38,8% tiene
alta confianza en las Universidades, 62,5% se
identifica o pertenece a alguna religión, en
tanto que 45,4% señala que nunca asisten a
la iglesia. Son sexualmente activos 75,7% y la
edad de inicio de relaciones sexuales promedio de la muestra fue 16,7 años (en varones
16,4 años y en mujeres 17,1 años). Cuando
son consultados respecto al tipo de parejas
durante los últimos doce meses, la mayoría
refiere relaciones heterosexuales (hombres
94,5 y 97,6% de las mujeres), las relaciones
homosexuales en hombres es de 4,7% y en
mujeres 1,7%. El método utilizado en la última relación sexual tanto para condón preservativo y píldora anticonceptiva fue de
44,2%, siendo mayor el uso de preservativo
en varones (55,9%) y en el grupo de 15 a 19
años (65,1%). La píldora anticonceptiva es
más usada en mujeres (46,8%) y su uso se
incrementa con la edad. Las razones para el
uso de condón: 90,6% para prevenir un embarazo; 39,7% para proteger de VIH/SIDA y
38,3% para proteger de otras infecciones de
transmisión sexual. Quienes no utilizan métodos de anticoncepción y/o prevención señalan que fue por irresponsabilidad (23,4%),
no le gusta usar ninguno de los métodos que
conoce (15,3%), quería quedar embarazada
(10,6%), no pudo conseguir un método anticonceptivo (9,6%), su pareja no quería usar
ningún método (9,1%). Respecto al consumo
de drogas, el 59,2% señala que consume drogas lícitas, 22% no consume drogas, 18,5%
consume drogas lícitas e ilícitas. Respecto al
consumo de alcohol es referido por 82,5% de
los universitarios, 76,7% del grupo de jóvenes entre 20 y 24 años.
Lo anterior da cuenta de una clara transición epidemiológica tanto a nivel mundial
como local, dando origen a diversas iniciativas relacionadas con la Promoción de Salud
en Chile a partir del año 1972. Entre estos
documentos cabe destacar Guías para Universidades Saludables, publicado el año 2006
por el Ministerio de Salud (MINSAL) (6),
documento que hace un relevamiento para
Chile de las experiencias nacionales e internacionales de las vivencias entre las universidades y la promoción de la salud, así como
aspectos organizativos y estratégicos de una
universidad saludable.
El Gobierno de Chile, a través del Ministerio de Salud, se ha hecho parte de esta
sentida necesidad de cuidar a la población de
adolescentes y jóvenes, entre los que se cuentan los universitarios, a través del “Programa
de Salud Integral de Adolescentes y Jóvenes”,
que acoge a adolescentes entre 10 y 19 años
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CIENCIA Y ENFERMERIA XX (2), 2014
y jóvenes entre 20 y 24 años, creado según
Decreto N° 132 de diciembre de 2010 y “tiene
el propósito de mejorar el acceso y la oferta
de servicios, diferenciados, integrados e integrales, en los distintos niveles de atención
del sistema de salud, articulados entre sí, que
respondan a las necesidades de salud actuales de adolescentes y jóvenes, con enfoque de
género y pertinencia cultural, en el ámbito de
la promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación, incorporando a sus familias y la
comunidad” (7), La iniciativa nace debido a
que, de acuerdo a los indicadores disponibles,
los hombres mueren antes y se enferman más
que las mujeres, lo que además de variables
culturales y de género podría deberse a falta
de oferta específica de prestaciones y servicios para ellos (8).
Los antecedentes anteriormente expuestos cobran importancia en la población universitaria, que ve modificados muchos de sus
comportamientos durante un período promedio de al menos 5 años y que en concomitancia transitan desde la adolescencia a la
adultez joven, iniciando la toma de decisiones en base a las situaciones de vida que se
les van presentando, muchas de ellas estarán
basadas en el deseo de ser aceptados por sus
pares o simplemente por socialización (9).
Algunos autores señalan que “esta situación
de cambio puede ser un evento estresante difícil de sobrellevar sobre todo para aquellos
que vivirán fuera del hogar durante este período” (10).
Objetivo: Indagar respecto al concepto
de estilo de vida y los estilos de vida de estudiantes universitarios iberoamericanos según la evidencia disponible.
relacionados con estudiantes universitarios
iberoamericanos, en fuentes de indexación
ISI, LILACS, SCIELO, MEDLINE. Los términos de búsqueda fueron: estilo de vida,
factores de riesgo, estudiantes, universidades. La selección de los artículos originales se
efectúo además considerando un período de
al menos 5 años para artículos relacionados
con experiencias investigativas y para los aspectos teórico-conceptuales el período se extendió al menos a 10 años. Se analizaron los
resultados y los antecedentes se incorporaron
en una base de datos a fin de contrastar similitudes y diferencias para la organización del
presente artículo.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Estilos de Vida
Los estilos de vida como concepto han sido
desarrollados desde hace algunas décadas
por la sociología y la psicología; sin embargo, en el ámbito de la salud fue Lalonde
(11) quien lo explica dentro de un modelo
de salud, compuesto por cuatro elementos:
la biología humana, el medio ambiente, los
estilos de vida y la organización de los servicios de salud. Los estilos de vida consisten en
la gama de decisiones que el individuo toma
y que le afecta, sobre las que tiene mayor o
menor control; si éstas son malas decisiones
desde el punto de vista de salud, el individuo
crearía un riesgo autoimpuesto, que le puede
predisponer a enfermar o incluso llevar a la
muerte, reconociéndose la multivariabilidad
en la toma de decisiones (11). El constructo
estilo de vida se asocia a las ideas de comporMATERIAL Y MÉTODOS
tamiento individual y patrones de conducta.
Según lo mencionan Guerrero et al. (12), hacen referencia a la manera de vivir, a una serie
La revisión fue efectuada mediante búsque- de actividades, rutinas cotidianas o hábitos.
da manual y electrónica de artículos rela- Al conjunto de estas prácticas se les denomicionados con estilos de vida como concepto, na hábitos o comportamientos sostenidos,
considerando con especial énfasis aquéllos existiendo los que mantienen la salud y pro96
UNA REVISIÓN DE LOS ESTILOS DE VIDA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS IBEROAMERICANOS / E. BASTÍAS, J. STIEPOVICH
mueven la longevidad (factores protectores)
y aquellos que la limitan o resultan dañinos
y reducen la esperanza de vida (conductas de
riesgo) (13).
En la trigésimo primera sesión del comité
regional de la OMS para Europa, se presentó
una definición del estilo de vida, considerándola: “Una forma general de vida basada en la
interacción entre las condiciones de vida en
un sentido amplio y los patrones individuales de conducta determinados por factores
socioculturales y características personales”
(14). No se introdujo una definición concreta para el término de estilo de vida saludable, por lo que la mayoría de los autores lo
consideran como “un conjunto de patrones
conductuales o hábitos que guardan una estrecha relación con la salud de las personas”
(15). Como señalan De la Torre y Tejada “los
estilos de vida son un modo de concebir la
realidad y proyectarse en la vida” (16). En
general, se entiende el estilo de vida como la
forma de vida de las personas o de los grupos
(17). En lo que no todos coinciden es si estos
patrones conductuales son elegidos voluntaria o involuntariamente por los individuos
(17). Sin embargo, la orientación psicosocial
entiende la elección como involuntaria en
cierta medida, reconociendo la influencia de
las variables psicosociales en la adquisición y
mantenimiento del estilo de vida (18), toda
vez que se aprenden a lo largo del proceso de
socialización del individuo y una vez adquiridos son difíciles de modificar (19).
Estilos de vida en la población universitaria
Palacio et al. encontraron en universitarios
colombianos conductas de riesgo como el sedentarismo, malos hábitos de alimentación e
incluso han considerado el suicidio algunos
de ellos (20). Este estudio arroja similares resultados a uno realizado en la Universidad de
Chile, Santiago de Chile (Agronomía, Ingeniería en Recursos Naturales Renovables, Ingeniería Forestal e Ingeniería en Madera) en
el que se comparan alumnos de primer año
97
(PA) versus alumnos de tercer año (TA) de
permanencia, en donde se buscaba evaluar a
ambos grupos en base a su calidad de vida
y estado nutricional referidos. Los alumnos
de primer año presentaron mejor percepción
en su vida sexual, de pareja y bienestar, menor consumo de alcohol y estado nutricional
adecuado en relación con el grupo de tercer
año. El método anticonceptivo más utilizado
fue el anticonceptivo oral (bajo porcentaje usa el condón) (21). Por su parte, Trujillo-Hernández et al. realizaron un estudio en
una universidad mexicana para determinar
la frecuencia y factores de riesgo para sobrepeso y obesidad en jóvenes universitarios. El
31,6% de la muestra presentó sobrepeso y
obesidad mayor en hombres que en mujeres
(22).
Alonso et al. (23) realizaron un estudio
para determinar los comportamientos de
riesgo para la salud en estudiantes colombianos recién ingresados a una universidad
privada: el 13,5% presentó sobrepeso y 2,6%
obesos y 1 de 5 camina todos los días menos de media hora. Para controlar el estrés:
43,3% escucha música; el 67.2% ha consumido alcohol; 35,2% ha fumado. El 51,5%
inició vida sexual; 56,6% utiliza método
para planificación familiar. Prevalencia de
enfermedades de transmisión sexual: 1.1%.
En el último año el 4,3% ha considerado el
suicidio; de éstos 65,2% han realizado intentos. Concluyen que se hace imprescindible
el desarrollo de estrategias para modular la
influencia de las conductas de riesgo sobre la
salud a corto y largo plazo. Castillo y Molina-García (24) encontraron en un grupo de
universitarios españoles, que el nivel de actividad física de los participantes era moderada; se percibían competentes, tenían una
alta autoestima, se encontraban satisfechos
con su vida y se sentían con alta vitalidad. La
competencia física percibida se asoció positivamente con la autoestima, la satisfacción
con la vida y vitalidad subjetiva. Concluyeron
que el aumento de la actividad física además
de contribuir a tener menos grasa corporal,
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aumenta el bienestar psicológico y mejora la
autopercepción. Por su parte, Castillo et al.
(25) realizaron un estudio en universitarios
españoles, encontrando que la percepción de
competencia deportiva favoreció el bienestar
psicológico directamente, e indirectamente
a través de la motivación autónoma; además, la percepción de competencia se asoció
negativamente con el malestar psicológico.
Concluyeron que sentirse competentes lleva
a los sujetos a tener una percepción más favorable sobre sus vidas y a sentirse con más
energía y viveza, lo que favorece su salud
mental. Muñoz y Ruiz (26) evaluaron el nivel
de autoestima de universitarios españoles y
su posible relación con comportamientos de
riesgo, los resultados refieren puntuación de
autoestima mayoritariamente entre medio
bajo y medio alto. No hay significación en
la correlación entre comportamiento sexual
y nivel de autoestima y, sorprendentemente,
hubo mayor consumo de alcohol, cannabis,
cocaína, drogas de diseño y anfetaminas en
el grupo que refirió mayor autoestima que,
señalan, pudiera deberse a que la alta autoestima se relaciona con la experimentación.
Ramos et al. (27) investigaron estudiantes
colombianos encontrando que el fitness de la
comunidad estudiantil está por debajo de los
valores esperados, con un elevado porcentaje
de grasa; el perímetro de cintura estuvo entre
alto y muy alto para el 5,2% de los evaluados, el IMC mostró que un 7% está en peso
bajo y el 21,6% en exceso. La escasa actividad
física realizada por la comunidad estudiantil se refleja en bajo nivel de las capacidades
condicionales y elevado porcentaje de grasa.
Troncoso et al. (9) realizaron un estudio fenomenológico en el que encontraron que no
existen diferencias entre carreras de diversas
áreas y las de salud y otros estudios manifiestan de manera más preocupante que la población de personas que cursan carreras de
salud presentan incluso conductas más lesivas, que las hace más proclives a la adquisición de ECNT.
Páez y castaño (28) exploraron algunos
componentes de los estilos de vida de estudiantes de Medicina colombianos y encontraron que el mejor apoyo referido por los
estudiantes para tener estilos de vida saludable es la familia y que no adhirieron a programas creados como red de apoyo dentro de
la Institución Universitaria. Frente a la salud
sexual y reproductiva, el consumo de tabaco-alcohol y hábitos alimenticios, no perciben el riesgo como cercano (sensación de
invulnerabilidad). Se preguntan los autores
si los factores de riesgo estarían relacionados
con la alta exigencia académica que plantean
las carreras de salud. Oviedo et al. (29) publican el 2006 un estudio de factores de riesgo
de enfermedades crónicas no transmisibles
(ECNT) en estudiantes de medicina venezolanos encontrando que los alumnos presentaron sedentarismo, hábitos alcohólicos,
hábitos tabáquicos, consumo de alimentos
nocivos, sobrepeso u obesidad. Montero et
al. (30) evaluaron hábitos de alimentación y
otros estilos de vida de acuerdo a los conocimientos sobre nutrición y dietética de universitarios de salud españoles que cursaban
dicha asignatura (Enfermería, Farmacia, Nutrición y Dietética y Podología), encontraron
que 67% estaba en el rango normopeso, sólo
40% de los encuestados realizaba ejercicio de
manera regular. Los autores concluyeron que
la población no ha modificado sensiblemente
sus hábitos pese a contar con la información
suficiente, estando sus decisiones limitadas
por factores de socialización como del entorno. Sanabria-Ferrand et al. (31) indagaron
en profesionales de salud colombianos para
establecer la relación entre su formación y su
estilo de vida. Los resultados revelaron que
tanto los profesionales médicos como enfermeras(os) tienen comportamientos poco
saludables o nada saludables: presentan sobrepeso u obesidad, poca o nula actividad
física, bajo porcentaje tiene buena calidad en
su alimentación. Los autores señalan que es
necesario desarrollar estudios que midan determinantes biológicos, psicológicos, sociales
y culturales de los estilos de vida.
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UNA REVISIÓN DE LOS ESTILOS DE VIDA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS IBEROAMERICANOS / E. BASTÍAS, J. STIEPOVICH
CONCLUSIÓN
de Universidades Promotoras en Salud, los
autores coinciden en la necesidad de realizar
estudios en los que se indague respecto a factores físicos, sociales y psicológicos que pudiesen influir sobre los estilos de vida y con
los resultados generar propuestas de intervención que fomenten estos estilos, considerando las características y el contexto en que
se desenvuelve cada grupo estudiado, aspecto
que se estima relevante para el logro de conductas saludables en poblaciones específicas.
Los hallazgos señalados muestran una población vulnerable que en algunos aspectos
presenta mayores problemas que la población general, situación preocupante si consideramos que en este grupo existen personas que poseen los conocimientos necesarios
para llevar a cabo adecuadas conductas pero
que, aparentemente, no perciben el riesgo,
siendo quienes menos conductas saludables
realizan.
Los estilos de vida son conductas que involucran decisión personal, sea voluntaria o
involuntaria. La mayor parte de la evidencia
disponible es descriptiva, siendo la alimentación y ejercicio, la conducta sexual, el consumo de tabaco, alcohol y drogas, los estilos
más estudiados. No se debe olvidar que existen otros estilos como el ocio, la recreación,
el sueño y reposo que deben ser incorporados en futuras investigaciones. Los registros
porcentuales de las distintas conductas ligadas a estilos varían en distintos países y dentro de Chile, sin embargo, su aparición es una
constante en todos los grupos. Así el registro
de sobrepeso y obesidad es mayor en hombres que en mujeres, especialmente en Brasil
(50%), considerando la variable sexo y cuando se considera todo el grupo es mayor en algunas regiones de España, Colombia y Chile.
Respecto a la actividad física llama la
atención la poca adhesión a realizarla por
parte de los universitarios, registrándose alta
prevalencia de sedentarismo en República
Dominicana y en algunas ciudades chilenas.
El consumo de alcohol y tabaco es alto y de
similares proporciones en los grupos estudiados, mientras que el consumo de drogas,
si bien es un bajo porcentaje, la situación es
diferente en algunos estudios colombianos,
que reportan más alto consumo que estudiantes chilenos o españoles.
Pese a los esfuerzos que en materia de salud se están realizando, a los que se suman las
instituciones universitarias a través de la red
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