Revista de Investigación Social
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre de 2023
Colegio de Humanidades y Ciencias
Sociales
Andamios
Revista de Investigación Social
Andamios, Revista de Investigación Social, Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre de 2023,
es una publicación cuatrimestral editada por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México a
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busca contribuir en las tareas de investigación y de enseñanza en materia de ciencias sociales
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En portada: Wassily Kandinsky (1928). Kleines Weiss (Small White).
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Isabel Wences (Universidad Carlos III de Madrid, España)
Lauro Zavala (UAM-Xochimilco, México)
Diseño
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Índice
Dossier
Presentación
Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique
Alonso
11
Pluralismo lógico, corrección y tolerancia carnapiana
Diego Tajer
25
Lógica, lenguajes formales y modalidad
Otávio Bueno y Melisa Vivanco
45
La semántica subyacente en la filosofía paraconsistente de da
Costa
María Alicia Pazos y David Gaytán
61
Aristóteles fuera de Boecio: una reconstrucción epagógica de la
silogística
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
91
Lógica jurídica y proceso judicial
Celina A. Lértora Mendoza
Los teoremas de E. Husserl sobre la parte y el todo. Un análisis
desde la mereología modal
Luis Alberto Canela Morales
Aplicación de lógicas no clásicas en prácticas jurídicas y educación
del derecho
Taeli Gómez Francisco
Conocimiento y creencia en lógica epistémica dinámica
Fernando Soler-Toscano
129
155
181
205
Traducción
HEAL2100. Argumentación Humana Eficaz y Lógica para el
siglo XXI. El siguiente paso en la evolución de la lógica
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
235
Entrevista
¿Lógica o lógicas? Algunas reflexiones en torno a la fundamentación y las aplicaciones de las lógicas no clásicas. Entrevista a la
Dra. María José Frápolli
Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique
Alonso
Bibliografía especializada en: Lógicas No Clásicas. Fundamentación, aplicaciones y permanencia
Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique
Alonso
Árticulos
305
323
Dossier
Lógicas no-clásicas.
Fundamentación,
aplicaciones y permanencia
Wassily Kandinsky (1930). Angular Structure. Pertenece a la colección: Pushkin State Museum of Fine Arts, Moscú, Rusia
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1028
Presentación
Lógicas No-Clásicas.
Fundamentación, aplicaciones y permanencia
Jesús Jasso Méndez*
Claudio M. Conforti**
Enrique Alonso***
In logic, there are no morals. Everyone is at liberty to build up his own logic,
i.e., his own form of language, as he wishes. All that is required of him is
that, if he wishes to discuss it, he must state his methods clearly.
Carnap. The Logical Syntax of Language.
Como todo el mundo sabe, el género literario formado por Introducciones,
Presentaciones y sus variantes, tiene como norma fundamental redactarse al
final del trabajo que encabeza. Y como no podía ser de otro modo, este es
el caso también ahora. Creemos que es justo reconocer que se ha tratado de
un trabajo a veces ingrato y siempre exigente, pero del que podemos sentirnos orgullosos. Permítasenos una reflexión, final para nosotros, inicial para
ustedes, con la que ubicar este trabajo en el momento presente.
* Profesor-investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y Profesor en
la Universidad Nacional Autónoma de México. Correos electrónicos: jesus.jasso@uacm.
edu.mx; jesusjasso@filos.unam.mx.
** Profesor en las Facultades de Filosofía y Letras y en la de Psicología y Psicopedagogía,
ambas en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires. Coordinador del
Profesorado en Filosofía, Instituto de Educación Superior N°1 “Dra. Alicia Moreau de
Justo”, Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: cconforti@uca.edu.ar
*** Profesor Titular y Director del Departamento de Lingüística General, Lógica y Filosofía
de la Ciencia, Lenguas Modernas, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Estudios
de Asia Oriental en la Universidad Autónoma de Madrid, España. Correo electrónico:
enrique.alonso@uam.es
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 11-23
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Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso
Lo primero que queremos hacerles notar es la composición del grupo de
los coordinadores. Se trata de tres investigadores de procedencias distintas
que quizá hubieran llamado la atención en otro tiempo, pero ya no ahora.
Un mexicano, un argentino y un español, mezcla poco frecuente décadas
atrás, que han intentado dar lo mejor de sí mismos para llevar a buen puerto
una empresa como la presente. Se debe decir que si hemos sido capaces de
culminar el proyecto ello es gracias, en buena medida, a una amistad previa
cultivada a lo largo de Congresos, Másteres y reuniones celebradas a lo ancho y largo del mundo iberoamericano. No hay una referencia dominante,
un lugar decisivo, ni un evento determinante.
Se trata de la acumulación de experiencias profesionales a lo largo del
tiempo que nos permiten, así lo creemos, hablar de una comunidad hispana
en el ámbito de la Lógica contemporánea, algo que a nuestro juicio merece
ser destacado con todo merecimiento. No se trata de que en el pasado no
haya habido entre nosotros capacidad y disposición para la investigación en
Lógica, pero es justo reconocer que con demasiada frecuencia se ha tratado
de iniciativas personales ligadas a grupos y momentos que ahora solo quedan como referentes más o menos cercanos. Creemos que la diferencia entre
estos tiempos y aquellos consiste, precisamente, en la capacidad adquirida
para crear comunidad más allá de los esfuerzos, a menudo heroicos, de
sujetos particulares. Nuestros hilos se tejen ahora a través de instituciones
bien consolidadas que han empezado a colaborar de una forma evidente
y pública creando redes de relaciones e intereses comunes resistentes a los
avatares personales y de la política local de nuestras naciones.
Porque no está tan lejana en el tiempo la época en que para componer
un panel de expertos como el que aquí se ha reunido hubiera hecho falta
abandonar nuestras fronteras pidiendo no pocos favores. Queda constancia
con este ejemplar que nuestra capacidad para abordar de forma competente
e innovadora un asunto tan central como el de las Lógicas No-Clásicas
(LNC) ya no requiere tamaño esfuerzo. Hemos recorrido un largo camino
desde la época de nuestras progresivas incorporaciones a la actualidad de la
investigación para dar lugar a otra en la que por fin podemos hablar con voz
propia y sobre todo con afán innovador.
Nos gustaría decir algo también acerca del tema de este dossier-monográfico, porque creemos que también hay algo que está cambiando en
12
Andamios
Presentación
relación al tópico de las LNC. Tanto su estudio como su práctica han estado determinados durante décadas por la distinción que nuestra admirada
Susan Haack estableció al respecto: extensiones vs. alternativas. Esta distinción depende a su vez del debate, no siempre explícito, sobre la existencia e
identificación de la Lógica correcta. El mero hecho de hablar de extensiones
y alternativas supone un punto de partida en el que solemos situar una interpretación más o menos consensuada de aquello en que consiste la Lógica
Clásica (LC). Así las cosas, poco importa que enfoquemos el estudio, o la
propuesta, de un nuevo sistema como una ampliación de la LC o como una
revisión de sus principios. En ambos casos estaremos poniendo en evidencia nuestro fracaso a la hora de alcanzar el ideal formal perseguido desde el
renacimiento de la Lógica con Friedrich Ludwig Gottlob Frege, Bertrand
Arthur William Russell, y el resto de los padres fundadores.1
Y es que ni siquiera los intentos de identificar la logicidad como aquella
colección de rasgos que todo sistema que aspire a reconocerse como lógica
ha de tener, han tenido éxito ¿En qué consiste el sentido constructivo y
fundacional de la(s) lógica(s)? Se podría decir que nunca hemos estado tan
lejos de saber qué es una lógica teniendo, al mismo tiempo, el mayor y más
completo catálogo de tales sistemas que quepa imaginar. Los ámbitos del
conocimiento en que se han desarrollados sistemas formales respetuosos
con los estándares vigentes, son una auténtica pléyade. De hecho, ninguno
de nosotros se atrevería en este momento a asegurar un campo del saber
como completamente refractario al estudio formal mediante el diseño de
alguna lógica apropiada.
¿Qué dice este panorama acerca de la comprensión del proyecto de la
Lógica? No nos atrevemos a quitarle relevancia y vigencia al problema de la
1
Aunque debemos ser justos. También para algunos investigadores y colegas de amplia
envergadura como Diderik Batens (2001), la lógica clásica es y seguirá siendo ampliamente
útil. Esta utilidad constituye un ideal matemático normativo y regulativo para alcanzar en
el mundo lógico pluralista la tan buscada normalidad estándar. Una normalidad ideal que
traza la aspiración de cabo a rabo sobre las condiciones ex. gr. para admitir la aceptabilidad
de información bajo contextos, la caracterización de distintos tipos de pruebas/demostraciones, la especificación de modalidades de consecuencia bajo procesos de inferencia
cuasi-algorítmicas tolerables. Una tensión prolífera entre marcos demostrativos estáticos y,
marcos inferenciales matemáticamente dinamistas y normativamente aspiracionales a una
normatividad cada vez más parecida a la clásica. Un ideal pluralista adaptativo.
Andamios
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Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso
identificación de la Lógica correcta, pero desconfiamos en hallar respuestas
cuando han sido tantos los intentos y, muchos de ellos fracasados. Tampoco
confiamos en encontrar una solución al problema de la logicidad. La experiencia ha demostrado que cada intento por fijar unos mínimos plausibles es
desbancado por algún sistema que los incumple sin que sea posible negarle
su dosis de logicidad. El elemento común en el asunto de la Lógica correcta
y de la logicidad es centrarse en ambos casos en el estudio de formalismos
concretos, es decir, de lo que podríamos describir como sistemas formales o
lógicas. En el primer caso, se trata de identificar una lógica, un único sistema
formal, mientras que en el segundo nos conformaríamos con describir una
clase de tales sistemas caracterizados por reunir, al menos, las propiedades
mínimas de la pretendida logicidad. ¿Y si el problema fuera precisamente
centrarse en la noción de lógica como lugar natural de este debate?
Los trabajos que hemos reunido en este Dossier son lo suficientemente
diversos como para ilustrar perfectamente la discusión que hemos abierto
líneas arriba, pero al mismo tiempo sugieren una forma de solución que,
eso pensamos, ya ha sido adoptada por la comunidad sin especial esfuerzo:
la Lógica representaría en la actualidad no tanto un ideal epistémico –sustanciable en una lógica o clase de ellas– como una metodología de trabajo.
Una forma suficientemente reconocible de abordar un problema a través de
unas herramientas a las que todos reconocemos un parentesco claramente
identificable. Fijamos categorías formales a las que dotamos de símbolos
apropiados hasta definir un lenguaje. Interpretamos las expresiones básicas
de ese lenguaje y establecemos un criterio para distinguir entre ellas. Finalmente intentamos generar las expresiones destacadas del lenguaje –lo que
tradicionalmente llamaríamos sus verdades– mediante un cálculo apropiado. Se puede generalizar más, estamos seguros, pero esto nos da una idea
bastante cabal de aquello que hacemos cuando decimos hacer lógica.
Con esta idea en mente, hemos dedicado el presente Dossier 53 al tema
Lógicas No-Clásicas. Fundamentación, aplicaciones y permanencia, con la
finalidad de clasificar los distintos tipos de trabajos en torno a programas o
enfoques lógicos no estándar. Cada uno de estos artículos constituyen en sí
mismos propuestas novedosas en la discusión en torno a las lógicas no clásicas y su filosofía. Algunas de estas contribuciones ejemplifican intereses
presentes desde hace poco más de seis décadas haciendo frente, de manera
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Andamios
Presentación
novedosa, a la dimensión constructiva del carácter no clásico en lógica.
Otras contribuciones proponen aplicaciones y algunas persistencias aplicativas relacionadas con algunos problemas lógicos, matemáticos, científicos
y filosóficos en contextos actuales con amplia y crítica discusión.
Como es de esperarse a partir del título del presente Dossier, la convocatoria original invitó a académicas, académicos e investigadores de instituciones públicas y privadas a presentar artículos en torno a tres distinciones
analíticas, que a consideración de los coordinadores permiten situar a las
LNC, como tipos de lógicas basadas en aspectos constructivos y fundacionales específicas, o bien como herramientas ampliamente útiles para la
argumentación científica (disyunción no exclusiva pero preservadora de
distancias analíticas): I. Fundamentación; II. Aplicaciones; III. Permanencia. Muy brevemente aclaremos cada caso.
I. Fundamentación: los análisis se centran en las motivaciones para la
construcción y desarrollo de las LNC. En este caso es posible considerar
dos alternativas. En primer lugar, trabajos que enfrenten analíticamente la
idea de complementariedad entre lógicas —clásicas y no estándar— (Haack,
1974). En segundo lugar, trabajos cuya empresa sea mostrar los propósitos
científicos que fundan el desarrollo de los sistemas no estándar i.e. explorar
alguna diversificación de campos de exploración y aplicación de los sistemas
no estándar y, a partir de ello, integrar desde el crisol aplicativo alguna respuesta en torno a la fundamentación de las propuestas como tipos de lógicas.
II. Aplicaciones y III. Permanencia: ¿Hasta dónde la aplicación de las
LNC ha sido valiosa?
Dos alternativas implican motivaciones técnicas, lógicas, matemáticas,
científicas y filosóficas de las propuestas no clásicas, por una parte, la que
hemos considerado la aplicación y, una segunda alternativa, la que hemos
denominado la permanencia. En ambos casos nos preguntamos específicamente, bajo una lupa instrumental, sobre la diversificación de campos para
la exploración lógica.
Sin embargo, las aplicaciones constituyen una dimensión analítica general, la cual corresponde al conjunto de modelos lógicos de teorías lógico-matemáticas y científicas (de orden natural y social) que han existido a lo largo
de la historia de estos campos de investigación y disciplinas; como auxiliares
metodológicos y normativos para el desarrollo de teorías más sofisticadas y
epistémicamente potentes.
Andamios
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Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso
Por su parte, el segundo caso enfatiza la idea de persistencia. Esto es,
programas o lenguaje lógicos no estándar que actualmente de manera
firme y constante están presentes en el escenario constructivo y actual del
conocimiento científico y humanístico. Auxiliares lógicos detonadores de
nuevos descubrimientos/desarrollos en el campo de las matemáticas, las
humanidades y, las ciencias de orden natural y social.
Si bien, la totalidad de los aspectos vinculados con las distinciones
analíticas brevemente formuladas más arriba, insistimos, no son cubiertas
en su totalidad por los ocho artículos que integran el Dossier; las contribuciones constituyen estupendos análisis que instancian la generalidad de
las separaciones analíticas y, aun más, marcan la dirección no sólo para dar
continuidad a una investigación sustantiva en torno a la fundamentación
constructiva y metodológica de las LNC integrando sus aplicaciones; sino
que nos han permitido construir la estrategia más oportuna para ordenar la
presentación del presente Dossier. Las primeras dos distinciones analíticas
incluyen tres artículos correspondientemente. Por su parte la tercera distinción incluye dos contribuciones. Veamos.
I. Fundamentación
En Pluralismo lógico, corrección y tolerancia carnapiana, Diego Tajer (Instituto de Investigaciones Filosóficas, SADAF-CONICET, Argentina) analiza particularmente dos maneras de entender el concepto de “pluralismo
lógico”. Como primera alternativa, señala como extensión de este rótulo
la posibilidad de que haya dos o más lógicas correctas y, como una segunda
opción una versión de pluralismo relacionada con la posibilidad de dar
solución a problemas lógicos persistentes en el análisis ex. gr. la resolución
de paradojas, donde al parecer, la noción de corrección no cumple un
papel relevante. Tajer, a partir de esta segunda alternativa, propone asumir
el carácter científico de la lógica distinguiendo los propósitos de la lógica
de los propósitos de sus hacedores. En primer lugar, la lógica establece los
criterios normativos para aceptar o no lenguajes formales bajo el estatus de
teorías lógicas. En segundo lugar, los hacedores (los lógicos) contribuyen o
podrían contribuir a ofrecer estructuras internamente bien construidas y
en términos técnicos sólidas. De acuerdo con el autor, esto es compatible
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Andamios
Presentación
con la consigna carnapiana sobre la libre posibilidad de construir lógicas
si y sólo si se expongan claramente sus métodos y cumplan con las reglas
metodológicas requeridas.
Otávio Bueno (Professor of Philosophy Cooper Senior Scholar in Arts
and Sciences, Department of Philosophy, University of Miami, USA)
y Melisa Vivanco (Assistant Professor, University of Texas Rio Grande
Valley, USA), en Lógica, lenguajes formales y modalidad, a partir de una
contribución constructiva del conocimiento lógico, le recuerdan al lector
la importancia de los lenguajes formales en nuestra comprensión fundacional de la lógica, sin limitar esta dimensión constructiva a la expresión
de relaciones y conceptos. A partir de Catarina Dutilh Novaes (2012)
defienden el papel de los lenguajes lógicos como herramientas cruciales
para la inferencia y el descubrimiento. Particularmente, proponen a
los lenguajes formales como artefactos cognitivos cruciales para usos
computacionales e inferenciales. Desde esta perspectiva, desarrollan una
crítica que impacta dos supuestas limitaciones en el uso de los lenguajes
formales: i. trade-off entre poder expresivo y poder inferencial; ii. el fenómeno system imprisionment. A partir de este análisis, Bueno y Vivanco
se aproximan al análisis de la modalidad, la examinan con la finalidad
de defender su preeminencia para la comprensión de algunos elementos
constructivos de las estructuras matemáticas.
Por su parte, Alicia Pazos y David Gaytán Cabrera (Profesores-Investigadores de la UACM, México), en La semántica subyacente en la filosofía
paraconsistente de da Costa, en primer lugar, realizan un análisis del cálculo
paraconsistente C1 de Newton da Costa, en segundo lugar, favorecen una
noción semántica-sintáctica que, de acuerdo con los autores enriquece ex.
gr. la noción de semántica formal del cálculo paraconsistente en revisión.
Por último, a partir de los resultados obtenidos, Pazos y Gaytán analizan
un caso histórico de inconsistencia con la finalidad no sólo de realizar una
crítica a la estructura semántica de C1, sino sobre todo para proponer el
estatus lógico-modal y científico de las contradicciones científicas como
casos necesariamente falsos.
Andamios
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Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso
II. Aplicaciones
En Aristóteles fuera de Boecio: una reconstrucción epagógica de la silogística,
Eduardo Antonio Bautista Sánchez (Centro de Investigación de Juventudes y Derechos Humanos/Red Coincidir, Universidad del Salvador), propone una reconstrucción erudita de lo que el autor llama “sistema lógico de
Aristóteles” en términos de lógicas algebraicas inspirado en las propuestas
de Smiley y Corcoran. La particularidad del análisis de Bautista consiste en
proponer un marco lógico-lingüístico el cual contenga el método ectético
de prueba cuya formalización y posible condición computable haga de este
lenguaje una estructura mucho más cercana a lo que se conoce como inferencia silogística. Este resultado, no implicaría el canon boeciano, sino en
cualquier caso, términos negativos de cardinalidad infinita en conjunción
con el concepto «ἐπαγογή» según los Analíticos Posteriores. Este bagaje
analítico, permite de acuerdo con Bautista replantear lo expuesto en los
Primeros Analíticos en torno a las relaciones entre un par de universos de
términos intensionales y extensionales; consideraciones propicias para la introducción natural del método de prueba ectético consistente a los procesos
inferenciales silogísticos.
Celina A. Lértora Mendoza, (Investigadora del CONICET, Argentina/
Profesora de Doctorado en la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca,
Argentina) en Lógica jurídica y proceso judicial, propone de una manera
muy interesante la incorporación de recursos lógicos de naturaleza no estándar para consolidar aplicaciones modélicas a la lógica jurídica y, con ello,
obtener sofisticados análisis de las prácticas y controversias judiciales. Para
llegar a estos resultados, a partir de un análisis profundo, nuestra especialista nos permite reconocer las propiedades que caracterizan a las actividades
retóricas y dialécticas, particularmente, su naturaleza simbólica. Ejemplificando algunas prácticas de este tipo ex. gr. a partir del juego, la guerra y la
litis, donde la retórica y la dialéctica entran en consideración, la autora, nos
conduce a identificar a la “victoria” como lo que subyace, lo que se encuentra de manera fundante y natural en prácticas de este tipo. A partir de estos
resultados, Lértora Mendoza propone aplicar adicionalmente el concepto
de “lógica cooperativa” a la manera en que se regula normativamente una
controversia cooperativa, lo cual sería altamente provechoso al implicar un
mejoramiento generalizado del sistema judicial.
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Andamios
Presentación
En Los teoremas de E. Husserl sobre la parte y el todo. Un análisis desde la
mereología modal, Luis Alberto Canela Morales (Investigador, El Colegio de
Veracruz, México/ Investigador invitado Husserl-Archiv der Universität zu
Köln, Alemania), propone una aplicación de herramientas lógicas no estándar para demostrar la validez de los seis teoremas husserlianos que resumen
la relación parte-todo; una tarea sin duda novedosa. Como los conocedores
de la propuesta filosófica de Edmund Gustav Albrecht Husserl saben, los
teoremas en cuestión se enmarcan en las reflexiones en torno a la Teoría
Mereológica de Husserl, la cual cumple una tarea fundante de la estructura
profunda o pura de los objetos. Sorprendentemente, nos señala el autor,
Husserl no ofrece alguna prueba de la validez de estos seis teoremas, tarea que
Canela toma de frente, no sólo para exponer la dimensión constructiva de
cada teorema, sino para proponer una traducción lógica con la expectativa de
probar su validez, además de identificar las traducciones lógicas ya existentes
y, a partir de ello, ofrecer algunos comentarios de naturaleza lógica y filosófica
acerca de la relevancia de los teoremas expuestos y sometidos a demostración.
III. Permanencia
Taeli Gómez Francisco (Docente e Investigadora, Departamento de Ciencias
Jurídicas, Universidad de Atacama, Chile), en Aplicación de lógicas no clásicas
en prácticas jurídicas y educación del derecho, presenta un análisis vinculante
entre lógica intuicionista, lógica paraconsistente, lógica difusa, enfoques
complejos y condiciones de educación jurídica; con la finalidad de modelar
prácticas educativas en el campo del derecho y, en consecuencia, ofrecer contribuciones no sólo en el contexto jurídico (prácticas y curricula) sino en la
formación de abogados. Particularmente, esta contribución propone desde
las lógicas no estándar arriba señaladas oportunidades para transformar las
prácticas y la educación jurídica como un campo marcado por contextos
probatorios de los cuales no se puede desentender la formación de personas
en el campo del litigio, campo marcado por su dinamismo, por su complejidad y en muchos casos, por condiciones informacionales contradictorias.
Finalmente, el artículo escrito por Fernando Soler-Toscano (Profesor-investigador/Grupo Lenguaje, Lógica e Información, Universidad de Sevilla,
España), Conocimiento y creencia en lógica epistémica dinámica, presenta
Andamios
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Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso
una brillante aproximación a la lógica epistémica dinámica mediante un
conjunto de sistemas formales que, entre otras cosas, no sólo permiten la
representación de conocimientos y creencias de uno o varios agentes, sino
la representación de acciones de naturaleza epistémica que potencialmente
pueden modificar los primeros casos. Particularmente, este estupendo artículo considera aspectos altamente relevantes en el marco de la lógica epistémica de naturaleza dinámica i. e. lo que el autor denomina, la dimensión
lógica de anuncios públicos, la lógica de los modelos de acción y la lógica de
los modelos de plausibilidad.
°°°
Ahora bien, el presente Dossier además de incluir ocho estupendos artículos pone a disposición del lector las siguientes Secciones: Traducción,
Entrevista, Bibliografía especializada y, adicionalmente una Reseña la cual
aparece al final del número 53 completo.
En cuanto a la Traducción, los coordinadores de este Dossier, Jesús Jasso
Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso hemos traducido del inglés al español un estupendo artículo escrito originalmente por el profesor
Dr. Dov Gabbay y la Profesora Dra. Lydya Nivlin: HEAL2100: Human
Effective Argumentation and Logic for the 21st Century. The Next Step in
the Evolution of Logic. [HEAL2100. Argumentación Humana Eficaz y
Lógica para el Siglo XXI. El Siguiente Paso en la Evolución de la Lógica].
Y publicado originalmente en inglés en la revista: The IfCoLog. Journal
of Logics and their Applications. Vol. 4. Núm. 6. pp. 1633-1685, en 2017.
Disponible en línea en la dirección: http://www.collegepublications.co.uk/
downloads/ifcolog00015.pdf
Dov Gabbay en la actualidad constituye un investigador de amplia
envergadura, un referente a nivel internacional al considerar el calibre de
su producción académica en torno al carácter constructivo, fundacional y
aplicativo de las distintas lógicas actualmente disponibles, además de ser un
experto en las Ciencias de la Computación y en la Filosofía de las Ciencias
Demostrativas. Gabbay es Profesor Emérito de Ciencias de la Computación
y Lógica del King’s College London, UK; Profesor de la Ashkelon Academic
College, Israel; Profesor de la University of Luxembourg, Luxembourg, y
Profesor de la University of Manchester, UK.
20
Andamios
Presentación
Desde 2014 hasta la actualidad Dov Gabbay ocupa el cargo de Scientific
Director de College Publications, UK, además de formar parte de los Executive
Editors de The Journal of Applied Logics- IfCoLog Journal of Logics and their
Applications (FLAP): https://www.collegepublications.co.uk/ifcolog/.
El artículo traducido constituye un manifiesto a favor de la construcción de una Nueva Lógica denominada: Nueva lógica con mecanismos,
redes y falacias (HEAL2100); un programa lógico capaz de incluir a las
falacias no sólo como armas argumentativas (incorporando centralmente el
intercambio informacional desde las social media), sino como condiciones
dialógicas y deliberativas que deben reconocerse y regularse en una lógica
evolutiva del siglo XXI.
Por su parte, nos honra publicar una Entrevista realizada a una de las investigadoras españolas más importantes en el campo de la lógica, la filosofía
de la lógica y la filosofía del lenguaje, con amplio impacto en la comunidad
lógica iberoamericana y, en comunidades académicas anglosajonas: la Dra.
María José Frápolli. Frápolli es profesora-investigadora de Lógica y Filosofía
en la Universidad de Granada, España; adicionalmente, profesora honoraria
del University College of London, UK y, presidenta de la Sociedad de Lógica,
Metodología y Filosofía de la Ciencia en España.
La Dra. María José Frápolli nos comparte sus opiniones sobre los tres ejes
temáticos que particularizan al presente Dossier, a partir de un instrumento
de entrevista diseñado para obtener respuestas consistentes a las tres líneas
de análisis que dan orden expositivo al tema principal Lógicas No-Clásicas:
I. Fundamentación; II. Aplicaciones y III. Permanencia.
De acuerdo con la Bibliografía especializada los coordinadores ofrecemos diferentes fuentes bibliográficas y hemerográficas, algunas clásicas
con profundo impacto en la historia de la lógica y, otras más con amplia
relevancia actual en torno al tema principal y las tres líneas de análisis privilegiadas en el presente Dossier. Estos clusters son el resultado de un ejercicio
de investigación arduo, por parte de los coordinadores, sobre las lógicas no
estándar, su aplicabilidad y sus aplicaciones específicas.
Finalmente, ofrecemos al final del Número 53 una Reseña del libro
Infinity, Logic and Geometry / Infini, Logique, Géométrie (2015) escrito
por el Profesor Dr. Paolo Mancosu (Ph. D., Stanford University), Regular
de la University of California, Berkeley, USA. Este libro ha tenido amplio
Andamios
21
Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso
impacto en las investigaciones en torno a las Matemáticas, la Filosofía de
las Matemáticas, la(s) Lógica(s), la Filosofía de la Lógica y, la Historia de la
Lógica y las Matemáticas. A partir de la asistencia de los coordinadores de
este Dossier a la Conferencia del Dr. Mancosu: “How many points are in a
line segment? From Grosseteste to Numerosities”, UCA, Argentina, 2023 y a
la 17th Edition of International Congress on Logic, Methodology, and Philosophyof Science and Technology, Buenos Aires, Argentina 2023 fue posible conocer la versión al Español del libro arriba señalado: (2020) Infinito, Lógica
y Geometría. Considerando la relevancia académica de la fuente en el campo
de las ciencias demostrativas y su filosofía, solicitamos al Dr. Mancosu su
aprobación para incluir una Reseña de su libro en Andamios Dossier 53 con
la Colaboración de nuestra colega la Dra. Sandra Visokolskis (Universidad
Nacional de Córdoba, Argentina), quien además, de hacer una estupenda
presentación del libro, formó parte del equipo de traductores de la fuente
original y aceptó ser la autora de la reseña del libro en cuestión.
°°°
Agradecimientos. En primer lugar queremos expresar nuestro profundo
agradecimiento al Comité Editorial de Andamios. Revista de Investigación
Social, quien nos ha dado la oportunidad de coordinar el presente Dossier
de Andamios 53. Agradecemos a cada autor y autora participante por sus
estupendas contribuciones. Finalmente, agradecemos al Proyecto de Investigación: “Lógicas, Argumentación y Didáctica Filosófica” Grupo de Investigación 056, Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales, UACM, al cual
no sólo pertenecemos los coordinadores ya, sea en calidad de co-coordinador (Jasso) ya sea en calidad de profesores-investigadores externos (Conforti
y Alonso), sino por aportarnos insumos importantes para la organización
del presente Dossier.
Fuentes consultadas
Batens, D. (2001). A General Characterization of Adaptive Logics. En
Logique et Analyse. Vol. 173. Núm. 175. pp. 45-68.
22
Andamios
Presentación
Carnap, R. (1937). The Logical Syntax of Language. Londres: Kegan Paul,
Trench, Trübner & Co.
Haack, S. (1974). Deviant Logic. Cambridge: Cambridge University Press.
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1028
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 11-23
Andamios
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DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1029
Pluralismo lógico, corrección y tolerancia
carnapiana*
Diego Tajer**
Resumen. El concepto de “pluralismo lógico” suele leerse como la
idea de que hay dos o más lógicas correctas. Sin embargo, en algunas
áreas de la práctica lógica, como la resolución de paradojas semánticas, la noción de corrección no juega un rol tan fundamental. En
este artículo describo una versión distinta del pluralismo lógico,
que se aplica de forma adecuada a estas disputas problemáticas.
De acuerdo con este enfoque, la lógica (como ciencia) establece las
reglas para la aceptabilidad de las teorías lógicas, mientras que los
lógicos pueden contribuir al ofrecer enfoques nuevos, originales y
técnicamente sólidos. Esto puede entenderse como un pluralismo
carnapiano, donde todos pueden construir su propia lógica libremente, mientras cumplan con ciertas reglas metodológicas.
Palabras clave. Pluralismo lógico; validez; corrección; lógicas
no-clásicas; paradojas semánticas.
Logical pluralism, correctness and Carnapian
tolerance
Abstract. The concept of “logical pluralism” is usually understood as the idea that there are two or more correct logics. But in
* Agradezco a la audiencia del Workshop sobre Metodología de la Lógica en Bonn (Julio
2022) y del II International Symposium of Logic and Analytic Philosophy de la Universidad
de Maranhao (Noviembre, 2022), donde presenté versiones previas de este trabajo.
** Trabaja como Investigador Asistente en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de
SADAF-CONICET, Argentina Correo electrónico: diegotajer@gmail.com
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 25-44
Andamios
25
Diego Tajer
some areas of logical practice, such as the solution of semantic paradoxes, the notion of correctness does not play such a fundamental
role. In this paper I describe a different version of logical pluralism,
which can be more adequately applied to these problematic disputes. According to this approach, logic (as a science) establishes the
rules for accepting logical theories, while logicians can contribute by
offering new, original, and technically solid approaches. This can be
seen as a Carnapian pluralism, where everyone is free to build their
own logic, as far as it follows some methodological rules.
Key words. Logical pluralism; validity; correctness; non-classical
Logics; semantic paradoxes.
1. Introducción
En su clásico texto de 1921, Tractatus Logico-Philosophicus, Wittgenstein
dijo que “en la lógica tampoco puede haber nunca sorpresas” (2007, p. 120).
Sin embargo, en los últimos cien años no faltaron sorpresas en el desarrollo
de sistemas lógicos.1 En particular, fueron desarrollados un sinnúmero de
sistemas lógicos con las más diversas propiedades. Las lógicas paracompletas
rechazan el principio de tercero excluido, mientras que las paraconsistentes
suelen rechazar el de no-contradicción. Las lógicas difusas tienen infinitos
valores de verdad, mientras que las subestructurales rechazan reglas básicas
como monotonía, transitividad o contracción. ¿Cómo se supone que todas
estas lógicas puedan convivir entre sí?
La forma más usual de responder a esta pregunta es sostener que de
todas esas lógicas, existe una que es la correcta. Solo una lógica caracteriza
adecuadamente la validez. En ese sentido, los lógicos desarrollan hipótesis
alternativas, y solamente una de ellas es la teoría correcta. Este modelo es
similar a la visión clásica de la ciencia empírica: aunque los científicos pro1 En particular, Wittgenstein dice en el prólogo del Tractatus que su libro intenta “trazar
unos límites al pensamiento” (2007). Esos límites serían los propios de la lógica, entendida
allí como lógica clásica. El desarrollo técnico posterior demostró que existen modos no-clásicos de pensar y razonar, al menos desde un punto de vista puramente lógico o matemático.
26
Andamios
Pluralismo lógico
ponen teorías contrapuestas, finalmente solo una teoría es verdadera, y el
resto son falsas. Llamamos a esa posición monismo lógico, porque sostiene
que solo una lógica es correcta. Ideas como estas fueron sugeridas por Read
(2006) y Priest (2006b), entre otros.
En paralelo, otros autores sostienen un pluralismo lógico, es decir, la
idea de que distintas lógicas pueden ser correctas a la vez. Un caso extremo
de pluralismo es el de Rudolf Carnap. Carnap dice en 1937 en su Sintaxis
Lógica del Lenguaje que “en lógica no hay moral” y que “todos son libres de
inventar su propia lógica” (2000, p. 52), respondiendo también al espíritu
convencionalista del círculo de Viena. Esta posición, sin embargo, suele ser
considerada trivial: es cierto que todos pueden desarrollar sistemas lógicos,
pero eso no significa que cualquier sistema sea correcto.2
Los principales pluralistas contemporáneos son Beall y Restall (2006).
Según Beall y Restall, no todas las lógicas son correctas, sino solo aquellas
que cumplan con algunos requisitos: la formalidad (es decir, la independencia del contenido), la necesidad (es decir, la preservación necesaria de
verdad) y la normatividad (según los autores, esto significa que aceptar
las premisas y rechazar la conclusión de un argumento válido está mal, de
algún modo). En el enfoque de Beall y Restall, hay al menos tres lógicas
que cumplen con estos requisitos: la lógica clásica, la lógica intuitionista y
la lógica relevantista.3
Otros autores aportaron versiones diferentes del pluralismo lógico. Por
ejemplo, Bueno y Shalkowski (2009) defienden que las distintas lógicas
corresponden a distintos contextos: la lógica cuántica puede servir para tra2
Algunos autores, especialmente Beall y Restall (2006) critican al pluralismo de Carnap
por centrarse especialmente en el lenguaje. Según la reconstrucción que hacen, la teoría de
Carnap presupone usar un lenguaje distinto para cada lógica. Pero entonces no podríamos
entender cómo es que hablan de lo mismo o cómo tienen desacuerdos genuinos y no puramente verbales.
3 En la teoría de Beall y Restall (2006), las lógicas preservan verdad sobre distintos tipos
de “casos”. Por ejemplo, la lógica clásica preserva verdad sobre mundos posibles, la lógica
intuicionista preserva verdad sobre construcciones mentales (que pueden ser incompletas) y
la lógica relevantista preserva verdad sobre situaciones (que pueden ser incompletas e inconsistentes). Sin embargo, dado que un mundo posible puede entenderse como una situación
o construcción completa y consistente, ambas lógicas no-clásicas resultan sublógicas de la
lógica clásica, y por ende preservan verdad simpliciter en tanto la lógica clásica también la
preserve.
Andamios
27
Diego Tajer
bajar sobre objetos cuánticos, la lógica intuicionista puede explicar nuestros
conceptos epistémicos, la lógica paraconsistente puede servir para bases de
datos, etc. Una posición similar es defendida por Shapiro (2014), quien
plantea que, en el ámbito de las matemáticas, una lógica no-clásica puede
ser una herramienta esencial para investigar: el caso más claro es el uso de
la lógica intuicionista en la matemática constructivista. Las posiciones contextualistas fueron criticadas por varios autores. Field (2009), por ejemplo,
sostiene que el único pluralismo interesante es aquel donde las lógicas se
aplican a cualquier contexto posible.4
El artículo está dividido en siete secciones. En la Sección 2, analizo la
discusión reciente sobre anti-excepcionalismo. En la Sección 3, hago un
estudio de caso sobre la discusión sobre paradojas semánticas. En la Sección
4, desarrollo mi posición sobre el pluralismo y la tolerancia carnapiana. En
la Sección 5 analizo algunas posibles objeciones y respondo a ellas. En la
Sección 6 comparo mi posición con otros pluralismos. Finalmente concluyo el artículo en la Sección 7.
2. Anti-excepcionalismo y lógica
En los últimos años, una posición que empezó a tomar importancia en la
filosofía de la lógica es el anti-excepcionalismo. De acuerdo con el anti-excepcionalismo, la lógica no es distinta a la ciencia. En un texto muy citado,
Hjortland (2017, p. 631) dice que la lógica no es especial: es continua con
la ciencia, no es a priori ni analítica, es revisable y funciona con un método
científico.
Estas ideas no son necesariamente nuevas. En términos generales, Quine
(1951, p. 43) sostuvo ideas similares: según el autor, “ningún enunciado es
inmune a la revisión”, y esto incluye a los enunciados lógicos, que son comparables con teorías científicas bien establecidas (como las leyes de Newton,
revisadas por Einstein).5
4
La posición de Field (2009) es especialmente interesante porque, si bien recoge el requisito
de formalidad, no acepta el de necesidad. Es decir, no identifica la validez con la transmisión
de verdad. Para Field, la validez es un concepto esencialmente normativo, que explicita nuestros compromisos para razonar. Por razones de espacio, no podemos extendernos más sobre
sus ideas aquí.
5 Como suele observarse, esta actitud abierta sobre la lógica entra en tensión con el rechazo
28
Andamios
Pluralismo lógico
Una discusión interesante es exactamente qué se necesita para decir que
una posición es anti-excepcionalista. Por ejemplo, alguien podría afirmar
que la lógica es revisable pero no de forma empírica, o que funciona con
un método científico pero a priori, etc. ¿Hasta qué punto esas ideas más
moderadas son anti-excepcionalistas? Este asunto nos interesará particularmente. En un texto reciente, Martin y Hjortland (2020) identifican un tipo
de anti-excepcionalismo al que llaman anti-excepcionalismo metodológico: la
idea es esencialmente que la lógica funciona con una metodología similar a
la de la ciencia.
Priest (2014), por ejemplo, propone que la elección de lógicas se realiza
siguiendo un método “abductivo”. La idea es que distintas lógicas tienen
distintas virtudes: algunas son más simples, otras más fuertes, etc. Según el
peso que le damos a cada virtud, la comunidad decidirá aceptar determinada
lógica como la correcta. La idea es que este método es similar al de elección
de hipótesis en la ciencia. Este enfoque está parcialmente inspirado en el texto tardío de Kuhn sobre elección de teorías (Kuhn 1973): en ese texto, Kuhn
plantea que muchas veces podemos elegir entre teorías comparando cómo se
comportan relativamente a ciertas virtudes teóricas, como la adecuación a los
datos, la consistencia, la fertilidad (fruitfulness) y la simplicidad.6
En un influyente artículo, Williamson (2017) sostiene que este tipo de
comparación abductiva nos va a decir que la lógica clásica es la mejor. Es
decir, no hay buenas razones para revisar la lógica clásica (en esto choca con
Priest, quien defiende la lógica paraconsistente). La principal razón es que
la lógica clásica es fuerte, y justamente por eso, sirve para muchas aplicaciones. La lógica paraconsistente LP, por ejemplo, ni siquiera tiene la regla de
Modus Ponens; mientras que la lógica paracompleta K3 carece del principio
del tercero excluido. La segunda virtud de la lógica clásica es más sociológica, y podríamos llamarla ubicuidad: de hecho, la lógica clásica es mucho
más utilizada en todo tipo de aplicaciones que cualquier otra lógica. Por
de Quine a las lógicas no-clásicas. En su libro Filosofía de la Lógica, Quine (1970) afirma que
si alguien rechaza la ley de no-contradicción, entonces no está hablando del mismo concepto
de negación: “cambio de lógica, cambio de tema”.
6 Kuhn advierte que la elección de teorías no puede funcionar con un único algoritmo,
porque la importancia que cada investigador le atribuya a las diferentes virtudes es un factor
al menos parcialmente subjetivo (Kuhn 1973).
Andamios
29
Diego Tajer
eso, no hay necesidad de “revisarla”. Si revisáramos la lógica, no nos serviría
para las numerosas aplicaciones que tiene dentro de la ciencia empírica.7
En una respuesta a Williamson, Hjortland (2017) argumenta que
la fuerza y la ubicuidad no implican que la lógica clásica sea de hecho la
correcta, sino que es correcta para muchas aplicaciones. En contextos
específicos, como las paradojas semánticas, otra lógica podría ser la teoría
correcta. Y si bien es cierto que la lógica clásica es necesaria en muchas
disciplinas científicas, la clasicidad puede ser “recapturada” con distintos
métodos formales. Por ejemplo, dentro de una lógica paracompleta como
K3, podemos hacer que un determinado ámbito discursivo sea clásico si
agregamos como premisas las instancias de la ley del tercero excluido para
todos sus predicados (véase Beall, 2013).
Hjortland defiende un tipo de pluralismo contextual, donde la lógica
clásica podría ser correcta para contextos cotidianos, y una lógica no-clásica podría ser la adecuada para lidiar con conceptos semánticos como
“verdad” y sus paradojas relacionadas. Pero un problema con la posición
de Hjortland es que no hay ningún tipo de consenso sobre cuál es la lógica
correcta para tratar con paradojas semánticas. No hay una lógica no-clásica
que se use mayoritariamente para trabajar con este problema filosófico en
particular. Por el contrario, en las últimas décadas vimos nuevas teorías
con diferentes reglas y restricciones (paracompletas, paraconsistentes, subestructurales, etc.) y no parece realista pensar que exista un acuerdo en el
futuro. De hecho, como veremos, muchas de esas teorías tienen virtudes y
defectos similares, de modo tal que una comparación “abductiva” como la
propuesta por Priest no nos dará necesariamente una respuesta. Optimistas
como Hjortland pueden decir que este desacuerdo es sólo una situación
momentánea, pero yo defenderé la idea de que este desacuerdo imposible
de resolver es una característica esencial del debate sobre el tema.8
7 Williamson reconoce que es posible utilizar lógicas no-clásicas en general y, en determinadas aplicaciones científicas, adoptar un enfoque puramente clásico. Sin embargo, afirma
que sería demasiado revisionista para la práctica científica, que en general asume que usa
solamente la lógica, no principios pseudo-lógicos adicionales.
8 Para una crítica del método abductivo en lógica, véase Hlobil (2021). Hlobil argumenta
que las distintas lógicas usualmente presuponen distintas concepciones de la noción de consecuencia, y por ende no existe un punto de partida común, y una comparación abductiva
entre teorías no puede funcionar.
30
Andamios
Pluralismo lógico
En la próxima sección vamos a analizar con más detalle la discusión
sobre paradojas semánticas, y trataremos de responder a esta observación
de Hjortland. Defenderé la idea de que los lógicos en determinadas discusiones no buscan hallar la única lógica correcta, sino proponer alternativas
razonables. Este tipo de pluralismo será entendido a partir de la noción
carnapiana de Tolerancia.
3. Verdad y paradojas
En la sección anterior, mencionamos que la discusión sobre paradojas semánticas es el ejemplo paradigmático de un caso en que la lógica clásica no
resulta satisfactoria. Esto puede verse en la cantidad y diversidad de teorías
de la verdad no-clásicas en la literatura.
Es interesante ver que, aunque existen teorías muy distintas, todas ellas
tienen algunas cosas en común. No se trata de propiedades lógicas, sino
más bien de la forma en que las teorías son presentadas y defendidas. Si
analizamos detalladamente la literatura sobre paradojas semánticas, parece
existir una suerte de programa de investigación, donde si bien se proponen
hipótesis diversas, se maneja una metodología común.9
Podemos analizar entonces las propiedades de esta metodología común.
En primer lugar, debemos observar una semejanza en objetivos. Usualmente,
las teorías no-clásicas de la verdad intentan aportar una teoría de la verdad
consistente, o en el caso de las lógicas paraconsistentes, no-trivial.10 Esto no
alcanza para establecer que existe una metodología común. Sin embargo,
también es posible observar que la forma de establecer la consistencia o
no-trivialidad de las teorías es estructuralmente similar: generalmente, se
utilizan teoremas de punto fijo de Kripke. Esto podemos observarlo en
Kripke (1975), Field (2008), Beall (2009) y Ripley (2012).11 En este método
9 La noción de “programa de investigación” es de Lakatos (1978), y aquí la aplicamos de
forma muy laxa. En especial, Lakatos quería reconstruir la dinámica de la ciencia empírica,
no de las teorías filosóficas. En la sección 5 retomamos este asunto.
10 Esto se debe, como es bien sabido, a que las lógicas paraconsistentes rechazan la inferencia
de trivialidad a partir de una contradicción. En particular, muchas teorías paraconsistentes
de la verdad son dialeteístas, es decir, aceptan oraciones contradictorias como la oración del
mentiroso y su negación.
11 Mayormente estas teorías de la verdad se enfocan en la dimensión semántica, pero más
recientemente muchos autores se enfocaron en la teoría deductiva, desarrollando sus teorías
Andamios
31
Diego Tajer
de prueba, desarrollado por primera vez por Kripke (1975), se genera una
jerarquía de interpretaciones del predicado de verdad Tr(x) hasta “agotar”
los niveles numerables. Llegado un punto de esta jerarquía de interpretaciones, ya no quedan más oraciones para interpretar (dado que el número de
oraciones siempre es numerable), y el valor semántico de Tr(<A>) coincide
con el de A (aunque algunas oraciones resultan “patológicas”).12 De este
modo se establece la “transparencia” del predicado veritativo, es decir, la
equivalencia entre Tr(<A>) y A en cualquier contexto no-opaco.
En algunos casos, las teorías no-clásicas se conectan con teorías metafísicas más amplias. Por ejemplo, Priest (2006a) afirma que la oración del Mentiroso es verdadera y falsa a la vez, pero sostiene que el mundo real también
contiene contradicciones verdaderas; esto incluye a instantes de cambio o
de movimiento, entre otros. La mayoría de las propuestas no-clásicas, sin
embargo, no intentan revisar la lógica para el fragmento no semántico del
lenguaje: Beall (2009), por ejemplo, comparte el análisis de la oración del
Mentiroso que hace Priest, pero sostiene que la patologicidad es un problema principalmente semántico, y surge como una consecuencia imprevista13
de nuestro uso intuitivo del predicado veritativo.
El problema es que son muchas las teorías que logran establecer teorías
plausibles que cumplen los objetivos de lograr un predicado de verdad
transparente de forma consistente o no-trivial, e incluso son muchas las
teorías que pueden establecerlo mediante un teorema de punto fijo. Y para
el discurso semántico o propiamente paradójico, que no depende de nada
empírico (en palabras de Kripke, no “superviene” del discurso no-semántico), es difícil encontrar elementos para decidirse por una teoría o por otra.
de la verdad en un cálculo de secuentes. Un ejemplo claro es Ripley (2012). En estos casos,
muchas veces las pruebas de no-trivialidad por punto fijo se suplementan con pruebas de
Eliminación de Corte, un resultado fundamental en teoría de la prueba, que generalmente
también establece la no-trivialidad.
12 Para una explicación más formal pero accesible del teorema del punto fijo de Kripke véase
Horsten (2011), capítulo 9. En general, una oración patológica es clasificada como “ni verdadera ni falsa”, aunque en otras teorías podría ser “verdadera y falsa a la vez”, por ejemplo.
13 Beall usa el concepto biológico de “spandrel”, popularizado por S. J. Gould. Un spandrel es
un rasgo biológico que no surge como una adaptación pero sí es producto de la variación genética, y sobrevive a las presiones evolutivas. La metáfora de Beall consiste en que desarrollamos
una teoría sencilla para entender el predicado veritativo (por ejemplo, el esquema T de Tarski),
y de forma accidental aparecen las paradojas semánticas, como “spandrels de la verdad”.
32
Andamios
Pluralismo lógico
Si analizamos la literatura, muchos autores intentan proporcionar
teorías nuevas que no necesariamente son mejores que las anteriores, pero
representan alternativas formalmente interesantes. Por ejemplo, la lógica
subestructural ST es muy similar a la lógica paraconsistente LP (Barrio et
al. 2015), pero permite mantener la validez de todas las inferencias clásicas, bajo el costo de rechazar la regla estructural de Transitividad o Corte.
Una teoría equivalente, desarrollada por French, propone usar la lógica
subestructural TS, donde las inferencias clásicas ya no son válidas, pero
sí muchas metainferencias.14 El mismo French (2016, p. 217) admite que
propone una teoría distinta, pero no necesariamente mejor que otras teorías
subestructurales como ST.
En ocasiones la similitud matemática entre las teorías es muy clara. La
teoría dialeteísta de Beall, basada en la teoría lógica LP, es equivalente a las
teorías paracompletas basadas en la teoría K3 como la de Kripke, con la diferencia de que las oraciones patológicas no son vistas como “ni verdaderas ni
falsas”, sino como “verdaderas y falsas a la vez”. A tal punto es equivalente
la teoría que podemos usar el mismo teorema de punto fijo para establecer
la no-trivilidad de la teoría. El mismo Beall (2009, p. 94) admite que no
hay elementos decisivos a favor de su teoría, en comparación con teorías
similares como la de Field (que ofrece una teoría paracompleta con un condicional más fuerte que el de K3).
En este debate, encontraremos decenas de teorías distintas: paracompletas (Kripke, 1975), paracompletas con valores de verdad “infecciosos”
(Gupta y Martin, 1984), paraconsistentes (Beall, 2009; Priest, 2006a), paraconsistentes con valores de verdad “infecciosos” (Da Re et al., 2018), difusas,
subestructurales sin transitividad (Ripley, 2012), sin contracción (Zardini,
2011) o sin reflexividad (French, 2016). Podemos observar que dentro de
este programa de investigación existe una significativa tolerancia respecto a
teorías alternativas, en tanto y en cuanto estén formalmente establecidas y
cumplan algunas propiedades formalmente relevantes. Si bien los autores
“defienden” sus propias teorías, muchos de ellos admiten que no hay elementos decisivos para adoptar sus teorías sobre otras similares.
Esto significa, por ejemplo, que no podemos derivar A ⇒ A v B, pero toda valuación
que satisfaga “ ⇒ A” en TS (es decir, una valuación que le otorgue a A valor 1), también va
a satisfacer “⇒ AvB” en TS.
14
Andamios
33
Diego Tajer
4. Paradojas y metodologías científicas
Siguiendo el razonamiento de la sección anterior, podemos observar que
la discusión sobre paradojas semánticas tiene, en ciertos aspectos, la configuración de un debate científico. Si partimos de las ideas de Kuhn (1970),
podríamos decir que aunque parezca un estado de crisis, donde se ofrecen
teorías alternativas diversas, en realidad esta rama de la lógica se encuentra
en un estado de ciencia normal, donde se aceptan distintas soluciones a un
enigma en tanto se cumplan las reglas del paradigma. En particular, podríamos concebir a los teoremas de punto fijo como ejemplares en el sentido
de Kuhn: métodos de prueba que los investigadores deben repetir o imitar,
para lograr que su aporte sea considerado científico.15
Esto no significa que la lógica sea como cualquier ciencia. Por el contrario, si mis observaciones son correctas, los debates sobre paradojas no son
empíricos en ningún sentido relevante del término, y por ende la versión
empirista o quineana del anti-excepcionalismo no puede aplicarse aquí.
Un aspecto interesante de esta discusión es el rol de la lógica clásica.
Aquí también las apariencias engañan. Aun cuando suele creerse en la discusión sobre paradojas que la lógica clásica ya está en desuso, lo cierto es que
las lógicas no-clásicas están mayormente formuladas en lógica clásica. Esto
no significa necesariamente que la lógica clásica no pueda ser “revisada”.
Pero sí debemos observar que la lógica clásica, dentro de este programa de
investigación, cumple un rol fundamental de lenguaje común, un rol que
en principio ninguna otra lógica cumple. Según G. Schurz (2021), esto se
debe a que las lógicas no-clásicas más utilizadas pueden traducirse a la lógica
clásica, pero usualmente no pueden traducirse entre sí, o a veces ni siquiera
pueden contener la lógica clásica.16 Por ejemplo, la lógica paraconsistente
LP es llamativamente débil para desarrollar metateorías, porque carece de
una negación fuerte. El uso de lógica clásica dentro de la metateoría puede
15
Más información sobre esta metodología puede encontrarse en mis trabajos anteriores
(Tajer, 2021; Tajer, 2022).
16 Una forma sencilla de entender cómo es que las lógicas no-clásicas pueden traducirse a
la lógica clásica en el sentido de Schurz, es que la metateoría de las lógicas no-clásicas usualmente se desarrolla en un lenguaje clásico. Esto no sucede al revés: la metateoría clásica no
necesariamente puede desarrollarse en lenguajes no-clásicos.
34
Andamios
Pluralismo lógico
considerarse como parte de esa metodología común en el desarrollo de teorías lógicas para solucionar paradojas semánticas.
Esto no significa que no haya habido exploraciones meta-teóricas no-clásicas. Por ejemplo, autores como Weber et al., (2016) llegan a situaciones
donde las inferencias son válidas e inválidas a la vez. Pero el significado de
“validez” e “invalidez” es redefinido al punto de resultar casi incompatible
con el que suele utilizar; por ejemplo, todas las inferencias son inválidas,
pero algunas también son válidas. Por estas razones, estos conceptos metateóricos no-clásicos no han tenido hasta ahora grandes aplicaciones en la
práctica lógica cotidiana.
Esto nos lleva otra vez al asunto del pluralismo. Como antes señalamos,
el pluralismo suele entenderse como la idea de que hay más de una lógica
correcta. Pero la idea debe ser reformulada si este ideal de corrección se
vuelve poco realista. Esto sucede, según lo visto hasta ahora, en la discusión
sobre paradojas semánticas. En estos casos, pareciera que nunca vamos a encontrar una teoría correcta, porque la evidencia al respecto es muy limitada,
y la forma de elaborar y evaluar teorías es muy tolerante. Entonces se vuelve
necesario otro concepto de pluralismo lógico.
Aquí es donde creo que es importante volver al pluralismo de Carnap.
Según Carnap, “cada uno es libre de crear su propia teoría”. Esto parte de
una visión convencionalista de la lógica. Según Carnap, lo único que se necesita es “explicar los métodos claramente, y dar reglas sintácticas en vez de
argumentos filosóficos” (2000, p. 52). En ese sentido, la visión de Carnap
se parece más a las ideas formalistas de Hilbert, donde todas las teorías son
aceptables en tanto se puedan formular de modo consistente.17
En el enfoque que propongo aquí, se mantiene el espíritu tolerante carnapiano. Pero la libertad para desarrollar y crear sistemas está mucho más limitada, porque se requiere que las teorías cumplan con determinadas propiedades
formales como la consistencia o la no-trivialidad, y que estas propiedades sean
establecidas con determinados métodos, como el teorema de punto fijo.
Por supuesto, sería raro plantear que todas las teorías razonables en este
debate son de hecho correctas. Pero aquí podría trazarse una analogía con
17 En sentido estricto, las ideas de Hilbert pedían que los lenguajes sean completos respecto
a la negación, algo que justamente no se puede cumplir en las teorías de la verdad, que son
extensiones de la aritmética de Peano, por el famoso teorema de incompletitud de Gödel.
Andamios
35
Diego Tajer
el pluralismo político. Según Rawls, la política debe ser compatible con distintas visiones comprensivas del mundo (religiones, posiciones filosóficas/
existenciales, etc.), justamente porque una sociedad libre es suficientemente
tolerante con personas de credos o visiones distintas. En palabras de Talisse
(2000, p. 226): “hay una pluralidad de doctrinas comprensivas razonables,
que son lógicamente incompatibles entre sí, pero todas ellas completamente
razonables”. Este tipo de pluralismo político es similar al pluralismo lógico
que propongo, donde uno tolera distintas teorías que en ocasiones son
mutuamente incompatibles.18
La tolerancia se debe, en primer lugar, a que no tenemos ninguna forma
de decidir cuál de esas teorías es la mejor. En segundo lugar, la tolerancia
cumple un rol más pragmático, porque permite la exploración de distintas
opciones y distintas construcciones formales y matemáticas que pueden
hacer avanzar a la lógica como tal. Como sucede en política, la diversidad
de posiciones es una suerte de virtud “global”, una virtud que no pertenece
a ninguna teoría en particular, pero que transforma a la discusión en un
ámbito teórico más profundo y fructífero.
5. Objeciones y respuestas
En esta sección, voy a analizar algunas objeciones a mi teoría pluralista.
Para qué investigar si no hay un ideal de corrección
Se puede objetar, en primer lugar, que no tiene sentido seguir investigando
sobre temas sobre los cuales no vamos a llegar a un acuerdo. Si esto es así,
entonces no hay nada científico en las discusiones lógicas antes mencionadas, y el proyecto es más parecido a un “programa degenerativo de investigación” en el sentido de Lakatos (1978), donde se generan nuevas teorías sin
mejor contenido empírico ni mayor poder predictivo.
18
Podríamos comparar mi pluralismo lógico también con el pluralismo religioso, del tipo
defendido por William Alston (1988). Alston defiende este pluralismo sobre la base de que
las doctrinas religiosas no tienen justificaciones no-circulares o externas. Pero esta falta de justificación externa, dice Alston, no impide que podamos tener creencias religiosas específicas.
36
Andamios
Pluralismo lógico
A esto puedo responder que incluso si no fuéramos a llegar a un acuerdo, hay distintas razones para investigar formalmente un fenómeno. En
primer lugar, las propiedades matemáticas o lógicas de las teorías pueden
ser intrínsecamente interesantes. En otras áreas de las ciencias formales, ese
tipo de investigación es completamente legítimo. Por ejemplo, en el estudio
de mecanismos de votación (Pacuit, 2011), no se supone que existe un mecanismo definitivamente superior a los otros. Pero se proponen distintos
mecanismos, se analizan las propiedades, y se determinan los defectos y
virtudes de cada uno. Las propiedades pueden ser más intuitivas (como la
preservación de la regla de Pareto: “si todos prefieren A sobre B, el grupo
prefiere A sobre B”), o mucho más técnicas (como la posibilidad de procesar los algoritmos en tiempo polinomial).19 No hay nada intrínsecamente
problemático o anti-científico con tener una actitud similar para algunos
problemas lógicos o filosóficos.
En segundo lugar, el desarrollo de teorías no-clásicas para resolver problemas semánticos puede ayudar a la comprensión de otros fenómenos.
Por ejemplo, las lógicas tetravaluadas pueden usarse para resolver paradojas,
pero también se las suele utilizar para explicar nociones de contenido e
hiperintensionalidad. Las lógicas paracompletas se aplican al problema del
futuro contingente, la vaguedad y otros. Las lógicas paraconsistentes pueden utilizarse para muy distintos debates, como la metafísica del cambio o
la filosofía de las matemáticas. En resumen, el desarrollo libre y tolerante de
teorías lógicas para resolver paradojas, incluso si asumimos que ninguna de
ellas será finalmente la teoría correcta, puede ayudar a la comprensión de
muchos otros fenómenos.
La posible trivialidad del pluralismo
Otra crítica que se podría hacer a mi posición es que, si en ciertos contextos
hay diversas teorías aceptables pero incompatibles entre sí (como, según
19
Por ejemplo, los mecanismos de voto ordinales, bajo ciertas condiciones, son afectados
por el Teorema de Arrow. Mientras que los mecanismos de voto por puntos (por ejemplo,
el método de Borda) son manipulables. Algunos autores defienden un mecanismo de voto
sobre otro, pero muchos otros simplemente elaboran nuevos mecanismos y analizan sus
propiedades formales.
Andamios
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Diego Tajer
sostuve, sucede en las teorías sobre paradojas semánticas), esto significa que
dar una hipótesis es equivalente a dar una teoría correcta. Entonces, este
pluralismo sería trivial, porque confunde la corrección con la razonabilidad.
Respecto a este punto, vale aclarar que el camino de la razonabilidad
a la corrección no siempre es tan directo. En el caso aquí analizado de las
paradojas semánticas, destacamos la imposibilidad de decidir entre distintas
teorías sobre la base de que muchas de ellas tienen el mismo poder explicativo. Por otro lado, al no tratarse de teorías empíricas, no hay forma de encontrar nueva evidencia que nos permita decidir mejor. Esto no necesariamente
ocurre en otras áreas de la lógica. Por ejemplo, en la discusión sobre afirmaciones condicionales, parecería que las teorías deben adaptarse a la evidencia
sobre enunciados condicionales.20 Las teorías podrían adaptarse mejor o
peor, pero nuestro uso de afirmaciones condicionales es continuo y forma
parte del lenguaje cotidiano, a diferencia de lo que sucede en la discusión
sobre paradojas semánticas, donde las oraciones problemáticas como “esta
oración es falsa o indeterminada” son básicamente artificios técnicos.
En términos generales, lo que argumenté aquí es un pluralismo muy
tolerante para una región específica del lenguaje, que es el lenguaje propiamente semántico y las oraciones auto-referenciales. No he dado motivos
para pensar que similar tolerancia se aplique para fragmentos no-semánticos del lenguaje. De hecho, distintos autores dentro de la discusión sobre
paradojas (Beall 2009, Field 2008, entre otros) asumen que el lenguaje
apropiado para el fragmento no-semántico es la lógica clásica.
6. Comparación con otros pluralismos
En esta sección, voy a analizar la relación entre el pluralismo de tipo carnapiano que propongo y otros tipos de pluralismo lógico presentes en la literatura.
El pluralismo de Shapiro
20 Por ejemplo, las discusiones de condicionales incluyen afirmaciones ordinarias del tipo
“si froto este fósforo, se va a encender”, u otras contrafácticas como “si Verdi no hubiese
nacido, Wagner sería considerado como el mejor compositor de ópera”. Los autores deben
dar cuenta del valor de verdad de esas afirmaciones.
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Andamios
Pluralismo lógico
En su libro Varieties of Logic, S. Shapiro (2014) sostiene que la práctica
matemática nos da muy buenas razones para aceptar el pluralismo lógico.
En particular, el análisis matemático intuicionista es distinto al clásico, y no
podría desarrollarse sin la ayuda de la lógica intuicionista. Por eso, Shapiro
propone un pluralismo lógico entre la lógica clásica y la intuicionista, especialmente apropiado para la práctica matemática.21 Podemos considerar al
pluralismo de Shapiro como similar al pluralismo contextual de Bueno y
Shalkowski mencionado en la Introducción, aunque especialmente adecuado para la matemática.
El tipo de pluralismo que propongo aquí se parece en algunos aspectos
al de Shapiro. Por ejemplo, se reconoce el rol de la lógica como facilitador y
motivador de nuevos desarrollos teóricos. También se utiliza como ejemplo
principal un caso donde no hay forma de decidir empíricamente entre las teorías. Shapiro tiene un enfoque relativamente formalista o hilbertiano, donde
cualquier teoría matemática cuenta como tal si mantiene la consistencia.
Sin embargo, existen algunas diferencias claras. En particular, el pluralismo respecto a las teorías de la verdad es mucho más tolerante que el
matemático. El caso de la lógica intuicionista es especial dentro de las lógicas no-clásicas, porque existe un desarrollo matemático sólido e interesante
usando al intuicionismo como teoría base. Similares desarrollos no existen
a ese nivel para la mayoría de las teorías no-clásicas sobre la verdad. En el
caso de las paradojas semánticas, las teorías no-clásicas al respecto no tienen
la función explícita de facilitar desarrollos teóricos en otras áreas científicas
como la matemática.
El pluralismo de Beall y Restall
Como mencioné anteriormente, el pluralismo lógico de Beall y Restall
(2006) sigue siendo el más popular dentro de la comunidad filosófica.
De acuerdo a estos autores, hay distintas lógicas correctas, es decir, lógicas
formales, normativas y necesarias.
21 En particular, la lógica intuicionista permite el desarrollo del análisis infinitesimal suave
(“smooth infinitesimal analysis”), un tipo de análisis matemático que no puede comprenderse usando lógica clásica. Por ejemplo, en esta rama de la matemática, podemos afirmar que
“No todo número x tal que x2= 0 es tal que x=0”, sin que esto implique que de hecho existe
un número x tal que tal que x2= 0 y x≠0 (Shapiro, 2014, p. 74).
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Diego Tajer
La relación entre el pluralismo carnapiano aquí propuesto y el de Beall y
Restall no es tan directa. En particular, muchas teorías sobre la verdad son
incompatibles entre sí: por ejemplo, el dialeteísmo dice que la oración del
mentiroso es verdadera y falsa, mientras que la paracompletitud asume que
si una oración es verdadera y falsa a la vez, entonces todo es verdadero (pues
incluye el principio Ex falso sequitur quodlibet). Por ese motivo, estas teorías
no-clásicas no pueden ser todas ellas preservadoras necesarias de verdad al
mismo tiempo; si lo fueran, entraríamos en trivialidad.
Tampoco son estas lógicas verdaderamente normativas. Es decir, dado
que las lógicas se aplican a un campo específico de importancia mayormente
teórica (las oraciones auto-referenciales con predicados semánticos), no hay
ningún sentido en que estas lógicas funcionen realmente como una guía
para el pensamiento. O quizás podríamos decir que las teorías son normativas para lidiar con oraciones paradójicas, pero esa noción de normatividad
sería demasiado estrecha al punto de resultar trivial.22
En resumen, el pluralismo carnapiano aquí propuesto no es fácilmente
compatible con la noción de corrección que proponen Beall y Restall. Ante
esto hay dos opciones: o bien asumir una noción más débil de corrección,
donde en ciertos contextos, una lógica correcta es una lógica aceptable; o
bien entender que un pluralismo no necesita de distintas lógicas correctas
sino de la imposibilidad de obtener (en ciertos contextos) una única lógica
correcta claramente mejor que las demás.
En cualquier caso, mi idea de pluralismo no implica que el pluralismo
de Beall y Restall sea erróneo. Por el contrario, Beall y Restall piensan que
una lógica coincide con la verdad en situaciones (lógica relevantista) y otra
lógica coincide con la verdad demostrable (lógica intuicionista), etc. La
pregunta sobre qué lógica puede corresponder a distintas nociones filosóficas del concepto de verdad sigue siendo muy relevante para la filosofía. El
aporte de mi artículo es remarcar que en ciertos contextos se justifica una
idea más tolerante y carnapiana de pluralismo lógico, donde muchas teorías
incompatibles entre sí pueden convivir.
22 En general, el pluralismo lógico no se lleva muy bien con la normatividad. Si dos lógicas
distintas son normativas, y una es una sublógica de la otra, la lógica más fuerte va a terminar
anulando la fuerza normativa de la más débil. En esto consiste el discutido argumento del Colapso (Read, 2006). En el pluralismo tolerante aquí defendido no entramos en el problema del
Colapso por la simple razón de que no asumimos que las lógicas son guías para el pensamiento.
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Pluralismo lógico
7. Conclusión
En este artículo, he defendido que algunos programas de investigación en
lógica presuponen un pluralismo de tipo carnapiano, donde cada uno es
libre de crear un sistema lógico. El ejemplo de esto que propuse aquí fue el
desarrollo de teorías no-clásicas de la verdad, en particular aquellas desarrolladas para solucionar paradojas semánticas.
En este caso, sin embargo, el pluralismo no es ilimitado, porque hay
reglas para la aceptabilidad de teorías. Por ejemplo, la no-trivialidad o la
consistencia. Algunos métodos también funcionan como pruebas ejemplares, en el sentido de Kuhn, como las pruebas de consistencia por el método
de punto fijo de Kripke.
Volviendo a un tema mencionado anteriormente, mi pluralismo carnapiano es compatible con el anti-excepcionalismo en cierto aspecto. Asumimos
aquí que la lógica funciona de forma similar a otras disciplinas científicas, especialmente a ciertas ramas de las ciencias formales donde se valora la creación
de teorías y el análisis de sus propiedades. Sin embargo, las discusiones lógicas
aquí mencionadas no son empíricas ni dependen de factores empíricos, y por
eso la lógica no funciona como una ciencia empírica, ni tampoco es revisable
del modo en que las ciencias empíricas suelen revisarse.
La posición aquí defendida intenta comprender y darle un espacio de
razonabilidad a la dinámica del desarrollo de sistemas lógicos. Al menos en
ciertos contextos, existe una tolerancia similar a la que describía Carnap,
que permite el desarrollo y la convivencia de distintos sistemas formales.
Esta convivencia da lugar a un tipo específico de pluralismo lógico.
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Fecha de recepción: 29 de marzo de 2023
Fecha de aceptación: 22 de junio de 2023
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1029
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Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 25-44
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1030
Lógica, lenguajes formales y modalidad
Otávio Bueno*
Melisa Vivanco**
Resumen. Este artículo examina dos supuestas limitaciones en el
uso de lenguajes formales: por un lado, las compensaciones entre el
poder expresivo e inferencial y, por el otro, el fenómeno del encarcelamiento del sistema. Después de reconceptualizar el tema, consideramos el papel que desempeña la modalidad en la comprensión
de ciertos aspectos de las estructuras matemáticas y defendemos su
centralidad.
Palabras clave. Lógica; lenguajes formales; poder expresivo;
poder inferencial; modalidad.
Logic, formal languages and modality
Abstract. This paper examines two alleged limitations in the
use of formal languages: on the one hand, the trade-offs between
expressive and inferential power, and on the other, the phenomenon of system imprisonment. After reconceptualizing the issue, we
consider the role played by modality in the understanding of certain
aspects of mathematical structures, and argue for its centrality.
Key words. Logic; formal languages; expressive power; inferential
power; modality.
* Departamento de Filosofía de la Universidad de Miami, Florida, Estados Unidos. Correo
electrónico: otaviobueno@mac.com
** Departamento de Filosofía de la Universidad de Texas, Valle del Rio Grande, Texas, Estados Unidos. Correo electrónico: melisa.vivanco@utrgv.edu
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 45-60
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Otávio Bueno y Melisa Vivanco
1. Introducción
Los lenguajes formales han jugado un papel importante en la lógica: determinan características que son centrales para su comprensión. En este sentido, las contribuciones de Frege juegan un papel crucial en el campo. Cabe
resaltar que los lenguajes formales no se limitan a expresar ciertas relaciones
entre conceptos. Los lenguajes formales son herramientas importantes para
la inferencia y el descubrimiento. En su trabajo Lenguajes formales en lógica
(2012), Catarina Dutilh Novaes combina una cuidadosa investigación
histórica con una atenta reflexión filosófica para profundizar en nuestra
comprensión de los lenguajes formales: su naturaleza, significado y roles.
Desde este punto de vista, los lenguajes formales son artefactos cognitivos
que son particularmente importantes para usos computacionales e inferenciales. Estos usos involucran significativos rasgos cognitivos.
Comenzamos el presente artículo con el análisis y discusión de dos cuestiones que supuestamente constituyen importantes limitaciones en el uso
de lenguajes formales. Por un lado, consideramos las concesiones mutuas
(trade-off) entre el poder expresivo y el poder inferencial. Posteriormente
discutimos el fenómeno de aprisionamiento de un sistema (system imprisionment). Para concluir, después de reconceptualizar el tema, examinamos
el papel que juega la modalidad en la comprensión de algunos aspectos de
las estructuras matemáticas, evidenciando su preeminencia.
2. Lenguajes formales: dos cuestiones limitantes
2.1. Concesiones mutuas: expresividad y poder inferencial
Vale la pena hacer el contraste entre dos roles que son tan importantes como
significativamente diferentes (Dutilh, 2012). Por un lado, los lenguajes
formales tienen una función expresiva: permiten caracterizaciones explícitas e inequívocas de conceptos. Por otro lado, estos lenguajes tienen una
función computacional e inferencial: permiten derivaciones transparentes
y sin lagunas de los resultados pretendidos. Dutilh Novaes argumenta que
tradicionalmente, el énfasis en el uso de lenguajes formales ha estado en los
recursos expresivos. Sin embargo, la autora también sostiene que el impor-
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Andamios
Lógica, lenguajes formales y modalidad
tante papel cognitivo de los lenguajes formales se encuentra, de hecho, en
los rasgos computacionales e inferenciales más que en su poder expresivo.
Es importante reconocer que el contraste entre el poder expresivo e inferencial implica ciertas concesiones con respecto a ambos aspectos. Después
de todo, cuanto más expresivo es un lenguaje formal, menos poder inferencial tiene, en el sentido de que el lenguaje permite la expresión de verdades
que no se pueden derivar en el sistema formal en cuestión. El contraste entre
lenguajes de primer orden y lenguajes de segundo orden ilustra claramente
este punto. Debido a sus recursos expresivos más fuertes, los lenguajes de
segundo orden permiten la expresión de oraciones que, aunque verdaderas,
no pueden derivarse dadas las reglas de derivación pertinentes.
Sin embargo, lo que estas concesiones ponen de manifiesto es que la distinción entre el poder expresivo y el poder inferencial o computacional no
se puede distinguir tan claramente. Al especificar uno de los dos aspectos,
por ejemplo, lo que se puede expresar en un lenguaje formal dado, automáticamente se restringe al otro. Es decir, se restringe lo que se puede derivar,
dados los recursos inferenciales del lenguaje formal en consideración. No es
casualidad que cuando Frege desarrolló el primer sistema formal de lógica
de segundo orden con el objetivo de expresar la aritmética en él, también
especificó el poder inferencial y computacional del lenguaje formal (un
punto que Dutilh Novaes reconoce, ver 2012, p. 89-90 y 96). Contrastar el
poder expresivo y el poder inferencial en este caso, como si fueran objetivos
independientes que un lenguaje formal pudiera tener, sería poco realista.
Pero quizás el punto en cuestión es diferente. La idea es que al desarrollar un lenguaje formal uno puede tener diferentes objetivos en mente. Se
puede intentar aumentar el poder expresivo del lenguaje, permitiendo la
cuantificación sobre una gama más amplia de objetos, propiedades y relaciones. Esto sugeriría que cuantas menos restricciones se impongan a dicha
cuantificación, mejor. Alternativamente, se pueden tratar de idear mecanismos de derivación cuyo objetivo sea llegar lo más ampliamente posible. Una
vez más, esto sugeriría que cuantas menos restricciones se impongan a tales
mecanismos de derivación, el resultado será mejor.
El problema con esta estrategia es que inmediatamente nos encontramos con dificultades. Esto es debido a que la cuantificación sobre el
todo absoluto no puede lograrse consistentemente, y un mecanismo de
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Otávio Bueno y Melisa Vivanco
derivación completamente libre de restricciones puede resultar trivial (pues
todo podría ser derivado). Esto muestra la necesidad de imponer ciertas
restricciones. La solidez en la derivación es un requisito razonable, ya que
presumiblemente, no se quieren derivar falsedades de premisas verdaderas.
La completitud, por su lado, se presenta menos claramente como un requisito a cumplir. La razón es que tiene un precio alto: impone limitaciones en
la información que se puede expresar. Para garantizar que se puedan derivar
todas las oraciones verdaderas en el lenguaje formal, se deben imponer restricciones sobre lo que se puede expresar en dicho lenguaje.
Consideremos, como ilustración, el caso de la aritmética. Si el objetivo
general es obtener la completitud, la aritmética puede ser completa (a pesar
de los teoremas de incompletitud de Gödel). Pero en este caso enfrentamos
una decisión entre la consistencia y los recursos inferenciales que están permitidos. Una aritmética completa puede ser obtenida si la teoría subyacente
es inconsistente (y, por lo tanto, uno de los supuestos del teorema de incompletitud de Gödel no se aplicará) o si se permite la introducción de una
regla de inferencia infinita, como la regla ω. Tal regla, que tiene infinitas
premisas, solo puede expresarse presuponiendo los números naturales.
Esto sugiere que, en última instancia, en lugar de una elección directa
entre poder expresivo e inferencial, lo que realmente se necesita elegir es, o
bien la consistencia, o bien la informatividad. La consistencia solo se puede
obtener a expensas de la informatividad (e incluso entonces, solo sería consistencia relativa). Se puede construir una aritmética consistente, pero será
incompleta, y una aritmética consistente y completa solo se puede construir
introduciendo una regla (la regla ω) que, en su misma formulación, ya presupone esos mismos objetos que la aritmética en cuestión se suponía debía
proporcionar. Una vez más, esto compromete la informatividad del sistema
en cuestión. Por lo tanto, para la construcción de lenguajes formales se
requiere tomar algunas decisiones y hacer las concesiones correspondientes.
Pero tal vez las decisiones últimas y las concesiones son de un tipo diferente
a las destacadas por Dutilh Novaes.
2.2. Aprisionamiento de un Sistema
Otra limitación importante (presuntamente) del uso de lenguajes formales
es lo que Johan van Benthem llama “aprisionamiento de un sistema”:
48
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Lógica, lenguajes formales y modalidad
Las nociones que definimos [en un sistema lógico formal] son relativas a los sistemas formales. Esta es una de las razones por las que
desde afuera [del sistema] haya tanta dificultad para comprender
los resultados lógicos: suele haber algún parámetro que relativiza
el enunciado con respecto a algún sistema formal, ya sea lógica de
primer orden o algún otro sistema. Pero los matemáticos quieren
resultados sobre la ‘aritmética’, no sobre el sistema de primer orden
para la aritmética, y los lingüistas quieren resultados sobre el ‘lenguaje’, no sobre los sistemas formales que modelan el lenguaje. (van
Benthem, 2011, p. 3)
Dutilh Novaes (2012, p. 100-103) identifica el aprisionamiento de un sistema como una fuente significativa de limitación para los lenguajes formales.
La autora resalta:
Un desarrollo esencial después de Principia Mathematica fue la
formulación explícita y rigurosa de los sistemas deductivos, dando
así nacimiento a la noción moderna de un sistema formal. Esto tuvo
dos consecuencias epistémicas opuestas: por un lado, debido a que
ahora se podían probar las metapropiedades deseables de los sistemas
(consistencia, completitud), la confiabilidad de las pruebas dentro de
ellas aumentó; pero, por otro lado, la validez de estas pruebas ahora
era relativa al sistema formal en cuestión, y podría haber, al menos en
teoría, varios sistemas formales igualmente “buenos”. Ya no había un
sentido absoluto de validez o prueba en la que confiar. Carnap (1934)
representa el pináculo autoconsciente de estos desarrollos, con su
sugerencia de que no existe una perspectiva absoluta para las pruebas,
solo pruebas relativas a un lenguaje/cálculo. (Dutilh, 2012, p. 101)
Una de las consecuencias del desarrollo de un sistema formal fue la clara
comprensión de que, al probar los resultados en un sistema dado, éstos se
sustentan en dicho sistema. Sin embargo, la cuestión de si se mantienen
más allá de ese sistema se convierte en una pregunta abierta. Necesitaríamos
establecer el resultado una vez más en el nuevo sistema (si es que acaso fuera
posible) para poder afirmar que el resultado se mantiene válido. Este es el
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Otávio Bueno y Melisa Vivanco
problema de la transportabilidad de los teoremas a través de distintos sistemas formales: los resultados quedan atrapados dentro del sistema en el que
se establecieron, a menos que se establezcan de nuevo. En otras palabras, la
confiabilidad de un resultado en virtud de la validez de un sistema está relativizada de origen. De esta manera, el sistema siempre queda “aprisionado”.
El aprisionamiento de un sistema es, ciertamente, una cuestión de hecho. Pero (a) parece que ha estado con nosotros incluso antes de que se haya
desarrollado la noción formal de un sistema lógico, y (b) bien entendido,
puede que no sea una característica tan problemática después de todo.
(a) Considere el destino del quinto postulado en geometría euclidiana,
y el eventual desarrollo de geometrías no euclidianas. En una de sus formulaciones, el postulado establece que dada una recta n y un punto P que no
está sobre n, existe una única recta e paralela a n que cruza a P. A lo largo de
su historia, el quinto postulado ha sido objeto de importantes controversias
(si era realmente un postulado, si era derivable de los otros postulados, hasta
qué punto era evidente por sí mismo, entre otras). Eventualmente, como es
bien sabido, el postulado fue negado y se desarrollaron geometrías internamente consistentes en las que el postulado falla. El resultado es una serie de
geometrías no euclidianas.
Puede parecer que aquí no hay un aprisionamiento del sistema. Los
objetos geométricos estaban siendo estudiados directamente mediante la
introducción de postulados adecuados, como suelen ser dentro de las matemáticas. No están en juego las propiedades de un determinado sistema,
sino las propiedades de los propios objetos relevantes. Sin embargo, como
quedó muy claro con la eventual introducción de geometrías no euclidianas, lo que los postulados geométricos iniciales permitieron estudiar a los
matemáticos griegos antiguos no fueron los objetos geométricos en general,
sino una clase particular de ellos: los euclidianos. Objetos geométricos muy
diferentes no podrían caracterizarse, y mucho menos estudiarse, con los
postulados euclidianos originales. De hecho, las propiedades del sistema
eran relativas al sistema euclidiano y no caracterizaban a los no euclidianos.
Para estudiar estos últimos se necesitaron diferentes postulados.
Este ejemplo no es una excepción. De hecho, es un caso bastante típico de las matemáticas. Considere cómo se han introducido los números
complejos. Los postulados aceptados en ese momento (antes de que se
50
Andamios
Lógica, lenguajes formales y modalidad
reconocieran tales números) no pudieron identificar ciertas entidades que
se requerían para la solidez de ciertas derivaciones. Si hubiera objetos que
cumplieran estos roles —a los cuales se les denominaba “imaginarios” dado
su estatus— las derivaciones pasarían. Sin embargo, dado que los principios
aceptados de la teoría de números no daban cabida a tales entidades adicionales, éstas no pudieron introducirse. Para estudiar dichas entidades, y validar las inferencias relevantes, sería necesario introducir nuevos principios.
Cuando finalmente se introdujeron, se postularon los números complejos.
Así, los sistemas previamente aceptados no estudiaban todos los números,
sino sólo una clase particular y restringida de ellos, que excluía los números
complejos. Todos los resultados obtenidos fueron relativos a los sistemas en
consideración, restringidos a los números específicos en cuestión.
Pareciera que todo sistema matemático, sea formal o no, se enfrenta al
problema de aprisionamiento. Esto se debe al hecho de que cada sistema
de este tipo depende de principios y postulados para caracterizar el tema
relevante y, en muchos casos, diferentes postulados conducen a sistemas
significativamente diferentes.
(b) Pero ¿es esto un problema? No realmente. Mas bien es una característica central de las matemáticas. Las referencias de los conceptos
matemáticos están indeterminadas a menudo. Consideremos, por ejemplo,
el concepto conjunto. Hay una plétora de diferentes objetos que caen bajo
tal concepto: conjuntos cantorianos, conjuntos no cantorianos, conjuntos
acumulativos, conjuntos no acumulativos, conjuntos bien fundados, conjuntos no fundados, etcétera. Lo mismo ocurre con el concepto número.
Hay números naturales, reales, complejos, números estándar, números no
estándar, etcétera. Para determinar a cuál de ellos nos referimos es necesario
introducir los postulados apropiados. Como resultado, es solo en esa etapa
que las propiedades de los objetos relevantes pueden estudiarse e identificarse con precisión. Sin embargo, estas propiedades también dependen de
los postulados en consideración. Así es como debe ser, y una vez que los
conceptos matemáticos relevantes se determinan correctamente, se pueden
comprender y estudiar con éxito. Aunque el aprisionamiento de un sistema
es inevitable en matemáticas, al final no tiene por qué ser problemático. El
fenómeno ha estado con nosotros mucho antes de que se hayan diseñado
los sistemas formales.
Andamios
51
Otávio Bueno y Melisa Vivanco
¿Se sigue de las observaciones anteriores que “ya no existe un sentido
absoluto de validez o prueba en la que confiar” (Dutilh, 2012, p. 101)? No
necesariamente. La misma noción de consecuencia lógica (validez) puede
usarse en todo momento, lo que ocurre es que hay diferentes especificaciones de cómo se implementa tal noción. Esto eventualmente puede conducir
a diferentes lógicas. La noción de validez es fundamentalmente modal: un
argumento es válido si no es posible la conjunción de sus premisas y la negación de su conclusión. Dependiendo de las posibilidades que se revelen,
emergen diferentes lógicas. Por ejemplo:
•
•
•
Si las posibilidades involucran solo situaciones completas y consistentes, obtenemos la lógica clásica.
Si las posibilidades involucran situaciones incompletas pero consistentes, obtenemos lógicas constructivas.
Si las posibilidades involucran situaciones inconsistentes pero
completas, obtenemos lógicas paraconsistentes (para detalles y referencias adicionales consultar: Bueno y Shalkowski, 1999; Bueno,
2021).
Así, la misma noción de consecuencia (o validez) puede ser utilizada de manera confiable: la dependencia del sistema emerge en la especificación de las
lógicas particulares, no al nivel del concepto mismo de validez. La necesidad
de asegurar la derivabilidad de ciertos resultados se hace evidente cada vez
que nos damos cuenta de que existen diferentes sistemas, ya sean formales
o no. A la luz de los supuestos de estos sistemas y los tipos de objetos y las
propiedades que se reconocen en ellos, se pueden (o no) establecer ciertos
resultados, como lo ejemplifica la historia del quinto postulado de Euclides.
El aprisionamiento de los resultados no se limita a los sistemas formales,
sino que es una característica crucial de la práctica matemática, aunque
ciertamente, los sistemas formales ponen especialmente de manifiesto las
relaciones de dependencia en cuestión.
La derivabilidad en un sistema y, de manera más general, la consecuencia
lógica son esencialmente conceptos modales. Las matemáticas están, por lo
tanto, inherentemente entrelazadas con la modalidad. Pero ¿cómo el conocimiento de la modalidad relevante da forma a nuestra comprensión de las matemáticas? A continuación, examinaremos algunos aspectos de esta cuestión.
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Andamios
Lógica, lenguajes formales y modalidad
3. Modalidad
En su conocido trabajo, Paul Benacerraf (1973) argumentó que existe
una tensión entre lo que supuestamente se considera la mejor metafísica
para las matemáticas, a saber, el platonismo, pues éste –al postular objetos
matemáticos– permite que el lenguaje matemático se tome literal y uniformemente con el resto del discurso científico, y lo que se considera la mejor
epistemología para las matemáticas; a saber, una que nos proporcione
un acceso adecuado a la ontología relevante, o una que produzca formas
confiables de formar creencias verdaderas sobre él. No obstante, dado el
platonismo, cualquier acceso a los objetos matemáticos relevantes se vuelve
muy controvertido, dado que no está claro cómo se puede acceder a objetos
causalmente inertes, no espaciotemporales.
Para resolver la tensión evidenciada por Benacerraf se han propuesto
diferentes enfoques, por ejemplo, argumentando que uno puede dar cuenta
del conocimiento matemático en términos de la coherencia de los principios
matemáticos, en lugar de postular una ontología platónica (Field, 1989).
Dichos enfoques implican la introducción de la modalidad primitiva. Esto
es, una modalidad que no requiere ser explicada en términos de mundos
posibles o modelos matemáticos.
Alternativamente, se puede cuestionar directamente que, al invocar
cuantificadores ontológicamente neutrales, es decir, cuantificadores que no
requieren la existencia de lo que se cuantifica, el platonismo proporcione la
mejor metafísica para las matemáticas. Como resultado, se puede tomar el
discurso matemático literalmente sin comprometerse con la existencia de
objetos matemáticos (Azzouni, 2004; y Bueno, 2005). Esto disuelve por
completo el problema de Benacerraf dada la falta de compromiso con una
ontología platónica.
Sharon Berry (2019) argumenta que los enfoques de la epistemología
matemática a través de la modalidad como primitiva se enfrentan a un
“problema de acceso residual”, ya que aún es necesario dar cuenta del
conocimiento que uno tiene de las posibilidades relevantes. Para abordar
este problema y ofrecer una base para la teoría de conjuntos potencialista
(Berry, 2022), Berry introduce la posibilidad lógica condicional, una noción intuitiva de posibilidad que convierte oraciones verdaderas como: (a)
Andamios
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Otávio Bueno y Melisa Vivanco
“Es lógicamente posible que algo sea rojo y redondo”; (b) “No es lógicamente posible que algo sea rojo y no rojo”, y (c) “Dados los gatos y canastas
que hay, es lógicamente imposible que cada gato duerma en una canasta
diferente” (Berry, 2022, p. 42 y 47; Berry, 2019). La innovación surge
aquí con la tercera oración (c) en la que siempre que haya más gatos que
canastas, no es lógicamente posible (no simplemente físicamente posible),
que cada gato duerma en una canasta diferente. Esto significa mantener
fijas las propiedades que tienen los gatos y las canastas en el mundo real
y considerar la asignación de exactamente un gato por canasta. Entonces
se seguiría una contradicción lógica si hubiera más gatos que canastas y la
tercera afirmación resultaría verdadera. La motivación para la introducción
de la posibilidad lógica condicional es centrarse en lo que es lógicamente
posible dadas las características físicas, metafísicas o epistémicas que están
involucradas en los escenarios relevantes. La noción es especialmente útil en
el contexto de las matemáticas, ya que la naturaleza última de los objetos de
los que parece hablarse en el discurso matemático suele ser irrelevante para
el contenido de las teorías matemáticas.
Sin embargo, en este punto surgen algunas preocupaciones. Podemos
preocuparnos por lo que, en efecto, es nuevo acerca de la noción de posibilidad lógica condicional. Podría decirse que tal posibilidad parece ser solo
una posibilidad lógica aplicada a cualquier condición física, metafísica o
epistémica que esté en su lugar cuando se hace una afirmación de posibilidad. La expresión “posibilidad lógica condicional” sugiere que todas esas
condiciones se agregan en el antecedente del enunciado de posibilidad en
cuestión. Consideremos, por ejemplo, la declaración (c) anterior: “Dados los
gatos y canastas que hay, es lógicamente imposible que cada gato duerma en
una canasta diferente”. La cláusula en letra cursiva fija las características físicas y metafísicas de los gatos y las canastas, basándose en hechos como, por
ejemplo, que los gatos no pueden reducir su tamaño arbitrariamente para
caber dentro de las canastas, ni las canastas pueden agrandarse arbitrariamente para que se puedan acomodar a más gatos. Una vez que se fijan todas estas
condiciones, se convierte en una cuestión de consistencia lógica si cada gato
puede (o no) dormir en una canasta diferente. Al final, esto parece ser solo
una variante notacional del uso estándar de la posibilidad lógica aplicada a
cualquier restricción física, metafísica o epistémica que pueda estar en juego.
54
Andamios
Lógica, lenguajes formales y modalidad
Más aún, analizando cuidadosamente la opinión de Berry, podemos
concluir que la evaluación de la posibilidad lógica implica la consideración
de todas las posibilidades que se contemplan en los enunciados que se
examinan. Esto es similar, según ella, a la exigencia de que el rango de los
cuantificadores de segundo orden abarque todas las colecciones posibles.
A la luz de esto, Berry defiende la reescritura de formulaciones de segundo
orden de estructuras matemáticas en términos de posibilidad lógica condicional (Berry, 2019; 2022).
El problema con esta lectura del cuantificador de segundo orden (relativo a la noción de posibilidad lógica), como quedará claro más adelante, es
que la posibilidad lógica tiene un rango mucho mayor que la posibilidad
teórica de conjuntos. En primer lugar, los cuantificadores de segundo orden no necesitan ni deben interpretarse como enunciados de la teoría de
conjuntos enmascarados. Se interpretan mejor en términos de pluralidades
(Boolos, 1998). Más aún, la expresión “todas las colecciones posibles” no
necesita tener la misma extensión que la expresión “todas las posibilidades”,
dado que es posible que haya posibilidades que no forman una colección.
Consideremos, por ejemplo, la posibilidad de que exista el conjunto de
todos los conjuntos. Ésta es una posibilidad real siempre que la lógica subyacente sea paraconsistente (da Costa, Krause y Bueno, 2007), aún cuando
no haya un conjunto correspondiente de todos los conjuntos sobre la base
de una teoría clásica de conjuntos.
No es difícil observar que la modalidad primitiva es crucial para dar un
sentido a los aspectos centrales de la teorización lógica y matemática (Bueno
y Shalkowski, 2009; 2015; y Bueno, 2022). Como se señaló anteriormente,
la modalidad primitiva es necesaria para dar sentido a nociones cruciales
como la de consecuencia lógica, dada la imposibilidad de la conjunción de
las premisas y la negación de la conclusión en un argumento válido. La preocupación es que Berry parece asumir, sin argumentos, que la posibilidad
lógica condicional se comporta de acuerdo con la lógica clásica. Pero ¿por
qué debería ser este el caso? Más aún, ¿cómo se podría saber que éste es
realmente el caso?
En el marco de la lógica clásica, el que algo sea rojo y no rojo no es
lógicamente posible. Pero en una lógica paraconsistente (Priest, 2006; da
Costa, Krause, y Bueno, 2007), el que algunos objetos tengan propiedades
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Otávio Bueno y Melisa Vivanco
inconsistentes es lógicamente posible sin trivialidad. Es decir, sin que todo
se derive de la contradicción en cuestión. Por ejemplo, la oración “Esta oración no es verdadera”, que constituye la paradoja del mentiroso, resulta ser
tanto verdadera, como no verdadera. Por poner otro ejemplo, el conjunto
de Russell (el conjunto de todos los conjuntos que no son miembros de sí
mismos) es miembro de sí mismo y no es miembro de sí mismo. La formulación original de los infinitesimales, magnitudes positivas más pequeñas
que cualquier número dado, se usa de una manera que considera que los
infinitesimales son diferentes de cero (por lo tanto, uno puede dividir por
un infinitesimal) e idénticos a cero (por lo tanto, uno puede eliminar un
infinitesimal). Todas estas posibilidades están descartadas, por decreto,
en un contexto clásico (uno que está presidido por la lógica clásica), pero
no se descartan en un escenario paraconsistente. Curiosamente, esto permite estudiar propiedades de objetos matemáticos inconsistentes, como
el conjunto de Russell y los infinitesimales originales, sin trivialidades (da
Costa, Krause y Bueno, 2007). Sin embargo, la posibilidad de estudiar estas
estructuras (coherentes pero inconsistentes) no puede acomodarse dentro
del marco propuesto por la posibilidad lógica condicional, debido a que la
lógica clásica se presupone desde el principio.
Con la finalidad de ser menos radicales consideremos las matemáticas
constructivas. En contraste con un aspecto sobresaliente de las matemáticas
clásicas, el constructivismo incluye un poco de indeterminación matemática.
Después de todo, el que un objeto matemático tenga una determinada propiedad o carezca de ella, depende de la etapa de su construcción: hasta que se
alcancen ciertas etapas (si es que se alcanzan), estará indeterminado si el objeto
en cuestión tiene o carece de cierta propiedad. Como resultado, el principio
del tercero excluido no se cumple de forma general. Pero si la lógica clásica
es presupuesta desde el principio para dictar lo que es lógicamente posible,
tal indeterminación queda descartada por decreto: no hay lugar para ella si la
noción subyacente de posibilidad requiere del principio del tercero excluido.
Entonces se vuelve difícil explicar cómo se puede dar sentido a las matemáticas constructivas si la estrategia para explicar el conocimiento matemático
descarta las mismas posibilidades que contemplan los constructivistas.
Nuestra sugerencia es avanzar en un marco más pluralista. Esto en lugar
de permitir la posibilidad lógica solo desde la comprensión clásica, dejando
espacio para una comprensión mucho más rica de la posibilidad lógica, que
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Andamios
Lógica, lenguajes formales y modalidad
es la que de hecho tenemos: una noción que permite la inconsistencia y la
incompletitud tanto de la lógica, como de matemáticas. En consecuencia,
se hace posible un marco más amplio, capaz de acomodar matemáticas
inconsistentes y constructivas, entre otros enfoques no clásicos (Bueno y
Shalkowski, 2009; da Costa, Krause y Bueno, 2007; recomendamos también revisar las referencias incluidas en estos dos trabajos).
Una observación final. No hay duda de que es útil invocar una noción
primitiva de posibilidad y poder razonar a partir de ella. Sin embargo, debemos reconocer que no está claro que la utilidad de postular tal noción sea suficiente para proporcionar un argumento a favor de su confiabilidad (Berry,
2019). Dado que conceptos útiles, como los involucrados en idealizaciones
(océanos infinitamente profundos, océanos perfectamente libres de fricción,
aviones, entre otros muchos ejemplos) pueden estar completamente equivocados como descripciones acertadas y precisas del mundo real, podría decirse
que en la medida en que debe establecerse la confiabilidad de la posibilidad
lógica condicional, ésta necesita ser apoyada de alguna otra manera.
Es claro que, subyacente a la noción de posibilidad lógica condicional,
hay una visión estructuralista con respecto a las matemáticas. Esto se vuelve
especialmente destacado en la discusión de Berry acerca de lo que implica
preservar o acordar hechos estructurales sobre ciertas relaciones. Desde la
perspectiva de la autora:
Dos interpretaciones estarán de acuerdo acerca de la estructura de
los números naturales si ambas toman las nociones de “número” y
“sucesor” para aplicarlas a alguna secuencia ω—incluso si no están
de acuerdo sobre el tamaño total del universo o sobre si Julio César
o el conjunto vacío son idénticos a cualquier número, etcétera. Mi
comprensión de lo que se necesita para mantener fijos los hechos
estructurales generaliza esta forma de pensar sobre lo que se requiere
para preservar la estructura del número natural (es decir, la estructura de los objetos bajo las relaciones “número natural” y “sucesor”).
(Berry, 2022, p. 48)
El hecho de que dos interpretaciones puedan estar de acuerdo o preservar la
misma estructura, incluso si ofrecen versiones contradictorias del tamaño del
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Otávio Bueno y Melisa Vivanco
universo o identifican números con tipos muy diferentes de objetos, sugiere
que ni la naturaleza de los objetos involucrados ni la cantidad de objetos
existentes en el universo son cruciales para determinar la estructura en juego.
Las consideraciones de cardinalidad son, por supuesto, importantes para la
caracterización de la estructura, pero no hay que perder de vista que la estructura de los números naturales se puede especificar en universos que tienen
innumerables objetos. Todas estas ideas estructuralistas son significativas.
Es interesante señalar que dichas ideas también tienen un componente
modal, ya que los números naturales no podrían ser lo que son a menos que
se dieran las condiciones apropiadas: se deben ordenar suficientes objetos
de cierta manera para que se forme una secuencia ω. Como podemos ver, la
cualidad modal de estructuras matemáticas es crucial.
4. Conclusión
En este trabajo hemos examinado y discutido dos supuestas limitaciones
de los lenguajes formales. Por un lado, planteamos el problema de la compensación entre el poder expresivo e inferencial, para posteriormente, hacer
lo propio con respecto al fenómeno de aprisionamiento de un sistema.
Nuestra sugerencia es que el primero de estos supuestos problemas implica
un compromiso más profundo entre consistencia e información. En lo
que concierne a la segunda cuestión, hemos mostrado que este fenómeno
se entiende mejor como una característica profundamente arraigada de las
matemáticas, en lugar de como una limitación de los lenguajes formales.
Nuestro objetivo último es que, al examinar el significado de estas supuestas limitaciones, se puedan aclarar los problemas resultantes y agudizar el
debate actual sobre ellos. Como podemos ver a partir de los diferentes ejemplos, estos debates son un terreno fértil para refinar nuestro entendimiento
tanto en el caso de la lógica, como de las matemáticas.
Finalmente, hemos hecho manifiesta la importancia de la modalidad
(tomada como primitiva) en la caracterización de estructuras matemáticas.
Aunque la noción de posibilidad lógica condicional es sugerente, hemos señalado algunas preocupaciones que esta noción enfrenta. Sin embargo, como
hemos argumentado, estas preocupaciones no socavan de ninguna manera la
importancia de la modalidad para la comprensión de las matemáticas.
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Andamios
Lógica, lenguajes formales y modalidad
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Oxford University Press.
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la sesión de la División Este de la Asociación Filosófica Americana,
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Priest, G. (2006). Contradiction. Oxford: Oxford University Press.
Andamios
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Otávio Bueno y Melisa Vivanco
van Benthem, J. (2011). The Dynamic World of Martin Stokholf. En
C. Dutilh y J. van der Does (Eds.). Festschrift for Martin Stokhof.
Disponible en www.vddoes.net/Martin/mf.html.
Fecha de recepción: 15 de abril de 2023
Fecha de aceptación: 4 de septiembre de 2023
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1030
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Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 45-60
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1031
La semántica subyacente en la filosofía
paraconsistente de da Costa*
María Alicia Pazos**
David Gaytán***
Resumen. Presentamos un análisis crítico del cálculo paraconsistente C1 de Newton da Costa. La estrategia considera lo que denominamos categorías semánticas subyacentes a una lógica, a partir de
las cuales exploramos una noción de significado más amplia para
ésta que la que la semántica formal proporciona. Mediante el examen de las categorías semánticas asociables en principio a este cálculo, y el análisis de una reconstrucción racional de un caso histórico
de inconsistencia, argumentamos que existe cierta inadecuación al
interior de la estructura semántica de C1, comprendida en el marco
más general de significado; y también que existe una inadecuación
entre esta estructura semántica general y aquellas categorías semánticas del pensamiento científico que estaría modelando. A partir de
todo lo anterior, concluimos un breve argumento en favor de que
las contradicciones científicas deberían preferentemente modelarse
(en contra, por lo menos, de algunas de las propuestas hegemónicas)
como fórmulas necesariamente falsas.
* Este artículo es el resultado de una investigación promovida por el proyecto de investigación
UACM, Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales, Folio 151, 2003; vinculado a los
grupos de investigación PRINCIPHIA, UACM y SIGNO-MON, UNAM. Estamos
en deuda con sus integrantes, por los comentarios, críticas y orientaciones obtenidas en
los respectivos seminarios. También agradecemos las críticas y sugerencias de los árbitros
anónimos integrantes del proceso de dictaminación.
** Profesora-Investigadora de Tiempo Completo en la licenciatura de Filosofía e Historia de
las Ideas Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Correo electrónico: alicia.pazos@
uacm.edu.mx
*** Profesor-Investigador de Tiempo Completo en la licenciatura de Filosofía e Historia
de las Ideas Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Correo electrónico: david.
gaytan@uacm.edu.mx
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 61-90
Andamios
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María Alicia Pazos y David Gaytán
Palabras Clave. Paraconsistencia; semántica formal; semántica
subyacente; contradicción; razonamiento científico.
The semantics underlying da Costa’s
paraconsistent philosophy
Abstract. We present a critical analysis of Newton da Costa’s C1
paraconsistent calculus. The strategy considers what we call semantic categories underlying a logic, from which we explore a broader
notion of meaning for the logic than the one provided by formal
semantics. Through the examination of the semantic categories
associated in principle with this calculus, and the analysis of a rational reconstruction of a historical case of inconsistency, we argue
that there is a certain inadequacy within the semantic structure of
C1, understood in the more general framework of meaning; we also
argue that there is an inadequacy between this general semantic
structure and those semantic categories of scientific thought that
it would be modeling. From all the above, we conclude a brief
argument in favor of the idea that scientific contradictions should
preferably be modeled (against, at least, some of the hegemonic
proposals) as necessarily false formulae.
Key words. Paraconsistency; formal semantics; underlying semantics; contradiction; scientific reasoning.
1. Introducción
Una semántica formal es la encargada de proporcionar a cada cálculo lógico condiciones precisas de interpretación. En tanto la sintaxis modela los
vínculos inferenciales entre sus fórmulas, la semántica abstrae otra parte de
ese comportamiento, indicando cómo esas fórmulas se vincularían entre sí,
por medio de su relación con un tercer factor, una valuación. En un sentido
filosófico general la valuación remite a su vez al mundo, sea éste lo que fuere,
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Andamios
La semántica subyacente
pero la semántica formal no se ocupa de ese mundo sino únicamente de los
vínculos entre las valuaciones. El significado de “valuación” queda fuera del
sistema. Si la sintaxis precisa una parte del sentido del sistema, la semántica
formal sintetiza y precisa otra parte también. Ambas, la sintaxis y la semántica, constituyen juntas el significado de un sistema formal. Tanto en el caso
de que el sistema sea aplicado para la modelación de un comportamiento
inferencial particular, como en el caso de que no sea así, el sistema puede
ser caracterizado por sus aspectos semánticos y por sus aspectos sintácticos.
Cuando la lógica se aplica a un comportamiento inferencial particular, lo que
queda fuera de lo modelado por ambas constituye el resto del significado del
objeto original que se modela. Los significados individuales de las oraciones
que se reemplazaron por variables no lógicas, por ejemplo, quedan fuera de
la modelación. En el camino entre los contenidos específicos de las oraciones
y sus representaciones formales hay una cantidad de factores que no se modelaron tampoco. El valor de cada uno va difusamente de lo completamente
inesencial (el contenido específico de cada enunciado, el referente de cada
término) a lo importante. En lo importante, de lo cual ya se han decantado el
modelo sintáctico y el modelo semántico-formal, existe una variedad de factores relevantes en la constitución de esos modelos. El sentido de “mundo”,
“valuación”, “interpretación”, es decir, el metadiscurso semántico, forma
parte de esos factores importantes, por citar algunos. La constitución, valoración crítica, comprensión y valoración de esos otros factores constituye una
parte esencial de la constitución y valoración de los sistemas.
La inclusión de esos aspectos en el estudio de los sistemas se ha categorizado de diferentes modos que se solapan. A veces se habla de una semántica
natural o subyacente que los sistemas estarían o deberían estar modelando,
que abarcaría intuiciones tanto semánticas como sintácticas, aunque más
frecuentemente se consideran las semánticas. Por supuesto, los sistemas a
representar tienen significado y sus hablantes conductas inferenciales, de
lo cual no se sigue la existencia de algo como una semántica natural subyacente ni de sus intuiciones semánticas. Esas nociones, la de semántica
natural y la de intuiciones semánticas, han sido modos de capturar factores
adicionales que la semántica formal no recoge.1 Newton da Costa (1994)
1 Véase en Tajer (2020) un análisis de la noción de intuición lógica y de las posiciones sobre
ella. Los problemas del uso de esa noción son el de la existencia misma de intuiciones lógicas
Andamios
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María Alicia Pazos y David Gaytán
propone una pragmática encargada de recuperar de los contextos a modelar lo que semántica y sintaxis no recuperan. Sin aventurarnos a postular
intuiciones o a juzgar su aceptabilidad epistémica disponemos también de
la idea de “interpretaciones filosóficas” recuperada de (Routley, 1979) en
(Barrio y Da Ré, 2018), que puede verse como un constructo intermedio
entre esas intuiciones (o la conducta lingüística tras la cual se presuponen)
y sus modelos formales. Los rótulos de “filosofía de la lógica” (Morado,
2013) y “lógica filosófica” se emplean también para abordar estos aspectos
del significado de los sistemas lógicos que sus modelos formales (el cálculo y
el modelo semántico) no incluyen.
A su vez, la construcción de un sistema lógico toma en consideración
factores tanto de la conducta inferencial de la comunidad lingüística a representar como del propio investigador (Bobenrieth, 1998) pero también
de su comunidad de investigación.2 Así, los factores a considerar provienen
también de fuentes diversas.
En esta misma tendencia, emplearemos la noción de “categoría semántica” para referirnos a aquellas nociones que pueden caracterizarse, que
los sistemas formales no incluyen, pero puede asumirse que presuponen.
Esas categorías se revelan en la conducta lingüística de los usuarios de los
sistemas concretos, por un lado, y en los propósitos y aparatos conceptuales
de los autores de los sistemas formales, por el otro. Las categorías que identificaremos no son entidades empíricas; son, como la semántica formal y la
sintaxis, abstracciones construidas. Ello elude el problema que conlleva postular intuiciones. Como estas categorías se construyen a partir de contextos
reales, tienen la aceptabilidad epistémica que éstos les otorgan.3 Y aunque
o semánticas y, en el caso de que las hubiese, el de la validez cognoscitiva de las intuiciones
lógicas, como de la intuición en general.
2 Bobenrieth (1998), por ejemplo, distingue como labores de la filosofía establecer vínculos
de los sistemas con otras lógicas, extraer consecuencias del sistema mismo o analizar las
motivaciones del autor.
3 Es importante señalar que presentamos una posición anti-apriorista (lo que se ha dado
en denominar anti-excepcionalismo (Véase por ejemplo da Costa y Becker, 2018)) respecto
de la disciplina de la lógica. Las categorías semánticas que proponemos, así como los sistemas formales mismos, no se suponen justificables ni justificados independientemente de
la experiencia sino a partir de la conducta lingüística-inferencial de las comunidades, tanto
comunidades científicas como la relativa al habla ordinaria. También la elucidación racional
64
Andamios
La semántica subyacente
no son necesariamente entidades reales sirven para identificar una parte importante del significado de los sistemas lógicos construidos. La inclusión de
esas categorías conceptuales presupuestas en los sistemas nos proporciona
una noción de significado más amplia para un sistema lógico que la que la
semántica formal proporciona.
El ámbito que nos interesará es el del pensamiento científico en general,
y el sistema que analizaremos es el sistema C1 perteneciente a la jerarquía de
cálculos paraconsistentes Cn de da Costa.
Concordamos con (Barrio y Da Ré, 2018), en que no existe una relación
esencial entre una lógica paraconsistente, sea considerada pura o aplicada
(en el sentido de Priest), y una única interpretación filosófica. Análogamente, no creemos que esto ocurra tampoco en el caso de las categorías
semánticas de las que hemos hablado. Adicionalmente, notemos que es un
hecho frecuente y conocido de la práctica científica de los lógicos y filósofos
el proporcionar diversas interpretaciones para un mismo sistema formal.
No obstante, creemos que es importante revisar los alcances modelativos de
estos sistemas en contraste con las expectativas que pueden tenerse de ellos
por sus propios autores o por los contextos teóricos en que aparecen. Estas
expectativas se encuentran imbricadas en sus interpretaciones filosóficas
motivantes, o en sus filosofías de la lógica o, para ponerlo sin compromisos
tan fuertes de cohesión teórica, en la identificación de categorías semánticas
que pueden asumirse como supuestas en la construcción de los sistemas.
Nuestra conclusión más general será que existe cierto grado de inadecuación entre la estructura semántica que da Costa propone, en la que
incluimos sus categorías semánticas presupuestas, y aquellas categorías en
el pensamiento científico, a las que estaría modelando. Esta inadecuación se
refleja, como veremos, en la construcción de la semántica formal, y la hace
también inadecuada en otro aspecto importante.
2. La situación: la semántica de una contradicción, en da
Costa
misma del investigador, que vincula entre sí las partes del sistema lógico, y éste con los desarrollos lógico-filosóficos de trasfondo, forman parte de esa justificación.
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María Alicia Pazos y David Gaytán
El alegato en favor de la pertinencia o utilidad de las lógicas paraconsistentes
tiene, básicamente, dos vertientes: la propuesta ontológica asume la existencia de lo que pueden denominarse situaciones inconsistentes. La alternativa
no ontológica proporciona razones epistemológicas para construir sistemas
que puedan manejar contradicciones, en virtud de que en las ciencias y
en el lenguaje ordinario las personas a veces argumentan a partir de bases
inconsistentes, normalmente sin darse cuenta de que lo son. Esta segunda
alternativa no requiere postular un mundo inconsistente, pero, estrictamente hablando, tampoco requiere negarlo.4
En concordancia con esa idea, las vertientes epistemológicas de la
paraconsistencia no asumen la existencia, como tampoco la ausencia, de
contradicciones en el mundo. Son ontológicamente neutrales.
Da Costa, Béziau y Bueno afirman, por ejemplo:
La gran cuestión, de cualquier forma, es saber si nuestro mundo es
de hecho contradictorio o no, y tal cuestión aún no se ha respondido
definitivamente. (1995, p. 612)5
En 1980, luego de analizar algunas referencias científicas, Newton da Costa
concluye a partir de ellas que:
La existencia o no de contradicciones reales únicamente se establecerá a posteriori por la ciencia. (1994, p. 208)6
Consistentemente con la afirmación anterior, da Costa propone una semántica trivalente que tiene por consecuencia que la fórmula A & No A, sea una
fórmula contingente. Un enunciado contingente sólo es decidible a posteriori, por la ciencia. Sin embargo, en ese texto no se sigue explícitamente que el
enunciado en cuestión sea contingentemente verdadero, ya que los valores
4
Aunque la idea misma de mundo o situación inconsistente requiere una reformulación de
la noción de inconsistencia, la que se aplica más naturalmente a enunciados y sólo derivadamente a situaciones. (Véase Bobenrieth, 1998 / sección 4, p. 24).
5 “The big question, however, is to know whether our world is in fact contradictory or not,
and such a question was not definitively answered yet”. Todas las traducciones son nuestras.
6 “A existência ou não de contradições reais só, se estabelecerá a posteriori pela ciência.”
66
Andamios
La semántica subyacente
de interpretación no son la verdad y la falsedad. En la propuesta los valores
son numéricos. 1 y 2 son valores “distinguidos”, 3 “no distinguido”. Como es
normal, los valores distinguidos son, en este caso en sustitución del valor usual
“verdadero”, los formadores de tautologías. Aunque hay numerosas formas
de caracterizar la semántica formal de un sistema formal, nuestro propósito es
analizar ésta, en forma de tablas de verdad, por ser una que está vinculada estrechamente a la propuesta de da Costa de la sintaxis de su sistema C1. Según
esta semántica formal, una contradicción, aunque en dos asignaciones es no
distinguida, tiene un caso en donde su valuación es “distinguida”:
A
¬A
A&¬A7
1
3
3
2
1
1
3
1
3
Que la valuación tenga como consecuencia que una fórmula como A &
No A, sea una fórmula contingente, nos aproxima a la intuición de que
puede ser verdadera. Es habitual entender la contingencia en términos
de verdad y falsedad. Si eventualmente se concluyera (a partir de razones
científicas, considera da Costa) que existen contradicciones en el mundo,
las contradicciones en el lenguaje con valor designado serían los candidatos
idóneos para referir a ellas. Sin embargo, en el texto no se identifica el valor
1 con la verdad, por lo que, por lo menos en cuanto a lo que se manifiesta
explícitamente en él, no se afirma que lo sea.
En el Apéndice II, del mismo libro, da Costa formula una semántica
alternativa bivalente, remitiendo a su vez a su texto de 1977 en coautoría
con E. H. Alves en el Notre Dame Journal of Formal Logic, XVIII, texto
que suele entenderse como el germinal de la semántica formal para estos
sistemas de da Costa. Sin embargo, el autor no considera la reducción a
dos valores un cambio radical debido a que (como señalan él y Béziau en
(1994)), toda semántica es reducible a una semántica bivalente.8
7
8
La valuación se sigue de los valores asignados a las conectivas en página 239.
Remiten a Béziau (1994). Aunque la referencia estándar de este resultado es Suszko, R.
Andamios
67
María Alicia Pazos y David Gaytán
En el primer texto citado, da Costa, Béziau y Bueno presentan también
una semántica trivalente, con valores compuestos (0;1), (1;0); (1;1), en donde los dos últimos, es decir, (1;0) y (1;1) son los que denomina “designados”,
en oposición a “no designados” (1995, p. 605), para el sistema C1+, un sistema ligeramente modificado, más fuerte, respecto de C1. En ninguno de esos
textos hay una interpretación de los valores en términos de verdad o falsedad.
Aunque las semánticas más habituales, las que parten de las nociones de
Tarski, constituyen interpretaciones de las fórmulas sobre valores veritativos, en particular, verdad y falsedad, ante semánticas que emplean valores
numéricos como valuaciones, cabría preguntarnos si 1 y 0 o los valores compuestos (1;0), (1;1), deberían, a su vez, ser interpretados en esos términos,
digamos, aléticos. Examinemos este asunto en ambos casos de valuación.
Una semántica trivalente requiere tres símbolos, lo cual justifica, por
supuesto, modificar la antigua terminología de V y F. La opción numérica
evita el problema de decidir qué letra colocar entre V y F, pero no nos dice
nada sobre qué significarían 1, 2 y 3. Estos valores numéricos constituyen
un mecanismo que permite la atribución de contingencia a las fórmulas
contradictorias, nos referimos por ejemplo a fórmulas de la forma A &
No A, pero esta atribución es a costa del significado de las valuaciones
empleadas, que no pueden identificarse isomórficamente con la dualidad
alética verdad-falsedad. Una opción es identificar, por lo menos, el valor
no distinguido o no designado, con la falsedad. Luego, si identificamos los
valores distinguidos o designados con la verdad tendremos dos problemas
simultáneos de interpretación: el primero es que habría dos signos para la
verdad que, cabría suponer, se distinguen en algo respecto de su sentido,
algo que no podemos determinar sino sólo porque se comportan diferente
en las tablas veritativas, el segundo problema de interpretación surge porque, como mencionamos, da Costa mismo no identifica en ninguno de los
textos arriba citados los números con valores aléticos.
En el caso de valuaciones compuestas por dos numerales (como en el
texto de 1995), vincular las valuaciones numéricas con las veritativas da lugar
también a ambigüedades: ¿Acaso (1;1) significa verdadero y (1;0), “un poco
menos verdadero”. ¿En ese caso (0;1), en tanto no designado, debiera signi(1977). The Fregean axiom and Polish Mathematical Logic in the 1920s”. En Studia Logica.
Núm. 36. pp. 373-380. DOI: doi:10.1007/BF02120672.
68
Andamios
La semántica subyacente
ficar falso? Nuevamente nuestras interpretaciones aléticas van más allá de lo
que los textos nos permiten. Sería, por lo tanto, una hipótesis apresurada.
Otra alternativa es decidir que los numerales no significan nada más
que lo que estrictamente indica su funcionamiento. Así, en el texto de 1980
(da Costa, 1994), el número 1, por ejemplo, es un valor tal que asignado
a una fórmula simple A, resulta en cierto valor dentro del conjunto {1,3}
del siguiente modo: la negación de A tendrá valuación 3, la disyunción de
A con una fórmula cualquiera tendrá valuación 1, la conjunción de A con
una fórmula con valuación 1 o 2 tendrá valor 1, y su conjunción con una
fórmula con valuación 3, tendrá valor 3. Algo similar puede formularse para
2 y para 3 a partir de sus tablas veritativas. Una estrategia similar permitiría
definir los valores compuestos del texto de 1995. Lo importante de una
semántica así es que, independientemente de lo que signifiquen sus valores
de interpretación, permite establecer propiedades centrales de los sistemas,
tanto en cuanto al funcionamiento interno de la semántica como en sus
vínculos con la sintaxis.
Esa es, justamente, la función esencial de la semántica bivalente que
da Costa y Alves proponen en el artículo de 1977, y luego da Costa en su
libro de 1980. Allí, una vez caracterizada la forma proposicional A° como
¬(A&¬A) (1977, p. 621), definición en su sintaxis de “fórmula bien comportada” (o “fórmula bola”) presente desde su propuesta fundacional, de
1974,9 se proporciona la siguiente definición general de su semántica:
Definición 5
Una valuación de C1 es una función v: F → {0, 1} tal que:10
1. v(A) = 0 ⇒ v( ¬A) = 1;
2. v(¬¬A) = 1 ⇒ v(A) = 1;
3. v(B°) = v(A → B) = v(A → ¬B) = 1 ⇒ v(A) = 0;
4. v(A → B) = 1 ⇔ v(A) =0 o v(B) = 1;
9 Cfr. da Costa (1974). Debe considerarse, como un dato histórico, que su primer trabajo,
en el que este artículo de 1974 está basado es su tesis doctoral, de 1963: N.C.A. da Costa,
Sistemas Formais Inconsistentes. Curitiba, Brasil: Universidade Federal do Paraná, 1963.
10 “Definition 5. A valuation of C is a function v: F → {0, 1} such that:”
1
Andamios
69
María Alicia Pazos y David Gaytán
5. v(A & B) = 1 ⇔ v(A) = v(B) = 1;
6. v(A v B) = 1 ⇔ v(A) = 1 o v(B) = 1;
7. v(A°) = v(B°) = 1 ⇒ v((AvB)°) = v((A& B)°) = v((A → B)°) = 1.
(da Costa, 1974, p. 23)
La propiedad más importante que se sigue de esta semántica para C1 es que
el sistema es correcto y completo, lo que se formula en el Corolario 2:
Γ ⟾ A ⇔ Γ ⟼ A (da Costa, 1974, p. 625).
Otra propiedad esencial del sistema, y que es la propiedad central que todo
sistema paraconsistente se propone, es evitar la trivialidad en presencia de
inconsistencias:
Teorema 5
Hay conjuntos inconsistentes (pero no triviales) de fórmulas, que
tienen modelos. (1974, p. 625)11
Sin embargo, vale la pena considerar qué entiende da Costa mismo por
semántica. Esta idea nos llevará a reconsiderar si los valores numéricos deberían ser tomados como valores veritativos.
La semántica es una forma simple de considerar una noción de deducibilidad.12
Y añade inmediatamente:
Las ideas de partida son lo verdadero y lo falso. Se dice que una
fórmula F es deducible de una teoría T cuando siempre que T es
verdadera en una interpretación, también lo es F. (1994, p. 96)13
11
“Theorem 5. There are inconsistent (but nontrivial) sets of formulas which have models”.
“La sémantique est une façon simple d’envisager une notion de déductibilité”.
13 “Les idées de départ sont le vrai et le faux. On dit qu’une formule F est déductible d’une
théorie T lorsqu’à chaque fois que T est vraie dans une interprétation, F l’est aussi”.
12
70
Andamios
La semántica subyacente
Si una semántica es una estructura que constituye el modo como la noción de deducibilidad transmite la verdad de un conjunto T de fórmulas
a otra fórmula F, al parecer, lo único que podrían significar los valores
de interpretación en una semántica cualquiera sean numéricos, posean la
representación que fuere, parece ser valores veritativos, y, lo que interesa,
particularmente, es el modo en el que la verdad (no la falsedad) se transmite.
Bajo esta perspectiva, lo único que puede significar que la tabla de verdad de una contradicción tenga una opción con valor designado, es que la
contradicción puede ser verdadera. Esto es, por supuesto, lo que se seguiría
de que la cuestión ontológica quede abierta. La cuestión ontológica es la
cuestión de si existen contradicciones como entidades en el mundo. Si
ese fuera el caso, si las hubiera, entonces se sigue que en el lenguaje habría
enunciados contradictorios verdaderos que las representan. Si la ciencia
estableciera la existencia de contradicciones en el mundo, ello significaría
que establecería la verdad (contingente, ya que es una cuestión científica)
de los enunciados contradictorios relativos a ellas.
Dado el resultado que da Costa y Béziau adoptan, según el cual las valuaciones son reducibles a dos, y dado que, en el fondo, de lo que se trata
en un sistema semántico, según da Costa, es de caracterizar una relación de
deducibilidad, entendida como una relación entre la verdad de fórmulas,
concluimos que las contradicciones, sea cual sea su valor designado, se consideran intuitivamente verdaderas o falsas.
Sigue sin quedar claro qué significaría, en ese contexto, el valor intermedio, el que en una semántica reducida a dos valores sería, además, eliminado. Sin embargo, dado que las fórmulas moleculares no tienen, en las
semánticas de da Costa, ese valor intermedio, sus asignaciones posibles son
1 y 3, es decir, en términos veritativos, verdad y falsedad.
Ello puede corroborarse en las tablas de verdad para las conectivas (da
Costa, 1994, p. 239). Sus valores de entrada son 1, 2 y 3, pero sus resultados
son siempre 1 o 3. Así, 2 nunca es un valor para una fórmula molecular,
tampoco para las contradicciones. Ese valor intermedio, signifique lo que
signifique, no es un atributo de las fórmulas contradictorias.
Las fórmulas de tipo A & No A, entonces, en el sistema de da Costa, son
afirmaciones contingentes, en donde “contingente” significa que pueden
ser verdaderas o falsas, y esto no depende de la lógica.
Andamios
71
María Alicia Pazos y David Gaytán
3. Un marco teórico para el significado en un sistema formal
Raymundo Morado entiende por
‘una lógica X’ algún conjunto en particular que comprenda un sistema o cálculo lógico (lo que incluye tanto una sintaxis como una
semántica formal), una metalógica en la que se ubican los metateoremas sobre el sistema, y una filosofía de la lógica que trate de esclarecer la trama de relaciones entre el sistema lógico, el pensamiento y la
realidad. (Morado, 2011, p. 372)14
Los tres elementos anteriores permiten abarcar todos los que podemos hallar en la presentación, conformación y análisis de un sistema lógico, por lo
que constituye un marco apropiado para un análisis epistemológico de las
lógicas. La idea de categorías semánticas que proponemos puede inscribirse
en este marco teórico general como una parte de la filosofía de la lógica, de
lo que Morado denomina una “lógica”. Esa idea contribuye a elucidar el
“significado” de la relación de inferencia propuesta en esa lógica a través de
su cálculo, es decir, a través de su semántica formal y de su sintaxis.
En un sentido bien general de “valuación”, una semántica formal pone
en correspondencia las fórmulas de un sistema sintáctico con un conjunto de valuaciones, de modo que asigna, para cada fórmula simple de un
subconjunto de las fórmulas bien formadas del sistema, una valuación
particular. Con ello, las herramientas de la semántica formal contribuyen
a explicar ciertos fenómenos lógicos con los que intentamos modelar algunos aspectos semánticos de una teoría particular. Una forma en que se
lleva a cabo esta tarea es asignando valuaciones a determinadas fórmulas y
funciones relacionadas con las constantes lógicas del sistema, de modo que
queden asignadas, como resultado, valuaciones para las fórmulas restantes
de ese subconjunto. Esas valuaciones son, por lo menos, de dos tipos de
valores en el caso de la semántica de da Costa que estamos analizando. da
Costa, los agrupa, como vimos y como es usual, en valores “designados” y
“no designados”. Con base en esta estructura, la semántica formal obtiene,
14
72
Su propuesta tiene un antecedente en Copeland (1979).
Andamios
La semántica subyacente
como resultado, una caracterización de la noción de consecuencia semántica,
al definir qué fórmulas se “siguen semánticamente” de otras, en el sentido
de qué fórmulas poseerán valores “designados”, cuando a otras se les da ese
valor. Da Costa define consecuencia del modo estándar: una fórmula es la
consecuencia semántica de un conjunto de fórmulas cuando si los elementos
del conjunto son verdaderos, la fórmula también lo es. Se establece un conjunto de funciones que, aplicadas a fórmulas, resultan en valores designados
y no designados. Ese vínculo proporciona una caracterización del significado del sistema, que podemos simplificar a qué es verdadero si otra cosa
lo es. Lo anterior es una forma simplificada de entender, en la perspectiva
estándar, qué es consecuencia semántica de qué.
Por su parte, el sistema sintáctico establece también, mediante reglas,
qué se sigue, sintácticamente, de qué. La pregunta de qué significa consecuencia, en este ámbito, tiene normalmente dos respuestas: la primera es que no
significa otra cosa más que lo que las reglas de transformación permiten.
La segunda es que el significado que explica por qué las reglas sintácticas se
comportan como lo hacen lo proporciona, justamente, la semántica. La semántica constituye en este caso, entonces, una elucidación de su significado.
La semántica no sólo dice qué se sigue de qué, sino que, además, lo explica
mostrando los vínculos entre las valuaciones, que son los que determinan
las inferencias. Así, los vínculos que establecen las valuaciones elucidan,
e implican, qué se sigue de qué, y producen como resultado una noción
semántica de consecuencia que, en el mejor de los casos, es isomorfa con la
sintáctica, y, en ese caso, la explica. Cuando no lo es, algunas inferencias no
tienen explicación semántica o, a la inversa, hay algunas cosas cuya verdad se
sigue de otras, pero que no se pueden demostrar.
Esto nos muestra que ambas estructuras o sistemas, dentro de un sistema lógico, la estructura sintáctica y la semántica, “dicen”, cosas distintas
y, como modelos de, por ejemplo, la inferencia científica o la inferencia
cotidiana, representan también cosas diferentes de lo que los científicos o
los legos hacen cuando razonan, diferentes comportamientos inferenciales.
Tanto lo sintáctico como lo semántico, pueden representar una tendencia
de los hablantes a afirmar enunciados cuando piensan en otros enunciados,
pero en el primer caso se debe a una tendencia estructural en las reglas que
estamos dispuestos a seguir, en el segundo caso, a qué consideramos verda-
Andamios
73
María Alicia Pazos y David Gaytán
dero o aceptable, o algún otro concepto de análisis, cuando consideramos
verdadera, o aceptamos, etc., otra cosa. Ambas tendencias no siempre son
isomorfas una con la otra.
En tanto ambas estructuras, lo sintáctico y lo semántico, responden a
aspectos diferentes de nuestro comportamiento inferencial, podemos considerar que ambas tienen un significado propio. El significado de la primera
estructura puede reducirse a los vínculos entre fórmulas. Por decirlo así, a
los vínculos “horizontales”, en el sentido de que vincula las fórmulas que
están en el mismo nivel del lenguaje objeto, y de acuerdo a lo que las reglas
proporcionan. La segunda estructura proporciona significado adicional,
pero ese significado, aunque estructuralmente autónomo de lo que las
valuaciones significan, se originó en sus significados meta-semánticos. Es
cuando esas valuaciones significan, desde un punto de vista filosófico, verdadero o falso, o cuando significan cognoscible o no cognoscible, demostrable,
etc., que el investigador puede tomar decisiones sobre cómo se vinculan
las fórmulas a las que se atribuyen. A menudo, sobre todo cuando se trata
de una lógica aplicada, la estructura de la semántica formal se basa, en su
origen, en esos sentidos que pierde una vez construida, cuando el lógico
toma la estructura semántica y le quita este significado a las valuaciones,
dejando sólo sus vínculos formales. Decimos, por ejemplo, que si sabemos
que es falso que no es lunes, entonces sabemos que es verdad que lo es. Una
valuación falsa nos induce a atribuir la valuación del valor alternativo a
la negación. Pero las categorías demostrable/no demostrable, por ejemplo,
funcionan de un modo inferencialmente diferente del de las categorías de
verdadero/falso. De que sea no demostrable que Juan se comió el chocolate
no se sigue que es demostrable que no se lo comió. Una valuación como la
de “no demostrable” no implica atribuir el valor alternativo “demostrable”,
a la negación del enunciado. Consecuentemente, diferentes significados
atribuidos a las valuaciones conducen a vínculos inferenciales distintos
dentro de la estructura semántica.
Como nosotros las entendemos, tanto el lenguaje o el fragmento de
racionalidad que se está modelando, como el lenguaje que lo modela, puede
considerarse que presuponen categorías semánticas. Y éstas podrían estar
jugando un papel importante en la explicación de las lógicas, y sus componentes. Si las categorías del lenguaje original fueran precisas, definidas, ex-
74
Andamios
La semántica subyacente
plícitas en los hablantes que hacen inferencias a partir de ellas, los hablantes
que realizan esos comportamientos inferenciales, no habría que modelarlas
mediante otras. Simplemente se podrían tomar esas categorías y construir
mediante ellas la semántica.
La formalización de un lenguaje mediante un sistema lógico se requiere
precisamente por la vaguedad original de ese lenguaje. Las categorías modeladoras constituyen elucidaciones más precisas, pero que no necesariamente
se ajustan exactamente a las relaciones originales a representar.
Esas categorías semánticas motivan la construcción del modelo semántico formal que modela el pensamiento o la racionalidad del hablante, y
que a su vez se puede comparar con el modelo sintáctico que se supone que
representa también estas mismas inferencias. Ambos modelos, el semántico
y el sintáctico, son idealizaciones que precisan la conducta inferencial original. Ambos modelos, semántica formal y sintaxis, proporcionan su noción
de consecuencia, ambas nociones de consecuencia, como adelantamos, no
necesariamente coinciden del todo. Hay algunos hechos interesantes que
debemos tener en cuenta, antes de abordar, con esta perspectiva de análisis,
el caso de da Costa.
El primer hecho interesante es que una vez que la semántica formal ha
sido formulada, puede independizarse de las categorías conceptuales originales mediante las cuales se construyó. En efecto, podemos advertir en los
textos mencionados de da Costa, tanto en el de 1977 como en el de 1980 y
el de 1995, no se habla de verdad o falsedad, ni se da una interpretación de
los valores de valuación “designados” o “distinguidos”, que son numéricos,
a partir de nada más. Como es claro que su significado no tiene nada que
ver con números, resulta que han perdido ese significado en absoluto. Todo
lo que conservan es la capacidad para definir los vínculos inferenciales de la
semántica formal en cuestión. Esa semántica resultante, vaciada de su sentido original, muestra limpiamente qué inferencias se pueden hacer y cuáles
no, sin necesidad de recurrir a las nociones originales y puede compararse,
en cuanto a capacidad inferencial, con la inferencia sintáctica.
El segundo hecho igualmente interesante es que la semántica formal
construida, puede no ajustarse ya a las categorías básicas bajo las que se
había propuesto. Puesto que las intuiciones de partida son más bien guías
que determinantes, la semántica puede, si el autor lo desea por algún otro
Andamios
75
María Alicia Pazos y David Gaytán
propósito, o por su propia dinámica, tomar su propio rumbo. Un caso
ejemplificador es el de la semántica de Priest, quien por un lado atribuye a
las contradicciones la propiedad de falsedad necesaria, como en los casos en
que todas las líneas de verdad de la tabla le atribuyen falsedad. Sin embargo,
al presentar una semántica formal según la cual los valores de verdad pueden
ser v, y (v-f), termina calificando a las contradicciones como necesariamente
falsas, pero a la vez contingentemente verdaderas. No obstante, este último
resultado, a saber, el de que puedan ser verdaderas, no rescata ya la idea originaria de falsedad necesaria que se pretende contextualmente predicar de
ellas.15 De este modo, en ocasiones la taxonomía conceptual propuesta en su
estructura semántica, no corresponde con el significado que se desprende
del conjunto de relaciones que caracterizan su consecuencia semántica.
Este caso, no es ya un caso en el que el componente conceptual es vacío de
significado explicativo, sino que está dotado de un significado explicativo
que está en conflicto, quizá en algunos puntos particulares, con el significado explicativo ofrecido por la caracterización directa de su noción de
consecuencia semántica.
Lo que permite reconocer esta distinción entre la semántica formal de
una lógica, y sus categorías semánticas presupuestas, es que las fórmulas y
las constantes lógicas de un sistema, a la luz de esas categorías manifiestan
un significado que contrasta con el significado atribuido por su semántica
formal asociada.
La situación puede verse como la coexistencia de la semántica formal, y
una semántica informal o filosófica, que quizá es asimilable a la idea de interpretación filosófica (Barrio y Da Ré, 2018) o a la de filosofía de la lógica
(Morado, 2011), mencionadas antes. Consideramos que ambas semánticas
contribuyen al significado global del sistema. Ambas son, también, componentes de la función explicativa de una lógica o de su cálculo particular.
Hay también un significado en la sintaxis misma, dado por el papel que
juegan las fórmulas en la relación de deducibilidad, que puede no coincidir
tampoco con las primeras.
En este marco categorizado como tripartito, constituido por las nociones
de una semántica formal, un cálculo y un conjunto de categorías semánticas
15
76
Su texto original es (Priest, 1987).
Andamios
La semántica subyacente
presupuestas, se constituye una noción de significado para un sistema más
rica que la que la semántica formal por sí sola precisa. Y nos proporciona
una herramienta de análisis para un sistema como un todo, que permite
valorar por un lado la adecuación interna de sus tres estructuras, por otro,
su adecuación respecto de su objeto de modelación. Las categorías semánticas presupuestas, consideramos, pueden o no constituir una filosofía de la
lógica o una interpretación filosófica. A éstas últimas podrían atribuírseles
mayor cohesión teórica y sistematicidad.
Queda por señalar que algunos pensadores han explorado el papel que
tendrían en el significado de una lógica otras dimensiones del lenguaje
(como las nombraría Bocheński). Da Costa afirma que el significado de
algunos componentes de un sistema formal no podría comprenderse sin
tomar en cuenta la pragmática (1994, p. 28-29) para lo cual desarrolla un
ejemplo en la filosofía intuicionista de la matemática (1994, p. 30). La idea
que da Costa parece tener de la pragmática en este contexto es la de algunos
aspectos de la experiencia, psicológicos o incluso sociológicos (1994, p. 25),
que estarían influyendo en el estatus con que tratamos algunos componentes de los lenguajes formales. La taxonomía conceptual que proponemos
asociada a la estructura semántica de un sistema lógico recogería esos elementos pragmáticos.
Vayamos al caso concreto de análisis.
4. Adecuaciones e inadecuaciones en el sistema de da Costa
4.1 No trivialización del lenguaje en presencia de contradicciones
La jerarquía de cálculos de da Costa, presentada en su texto de 1974, unos
años antes en su tesis doctoral, es, desde nuestra perspectiva, la propuesta
fundacional de la lógica paraconsistente. Analicémosla asumiendo nuestra
discusión sobre el significado de los componentes de un sistema lógico y,
ahora, en contraste con nuestras intuiciones sobre lo que consideraríamos
como razonamiento científico.
La semántica formal de C1, con el objetivo de evitar la trivialización, introduce, dijimos, un tercer valor de valuación que hace a las contradicciones
no necesariamente falsas, para admitir la posibilidad de que por lo menos
Andamios
77
María Alicia Pazos y David Gaytán
algunas contradicciones, entre esas contradicciones contingentes, tengan
un poder inferencial no trivial (no implicaran todo, sino sólo algunas cosas).
Así, el mecanismo rescata la intuición según la cual los científicos siguen
razonando sin trivialidad en contextos inconsistentes. La no trivialidad del
sistema es adecuada a la intuición original.
4.2. La contingencia de la contradicción
Además, da Costa considera, dijimos también al principio, que la existencia
de contradicciones verdaderas es una cuestión empírica. La asignación de
un caso de verdad a la tabla de la contradicción rescata también adecuadamente esa intuición filosófica del autor.
El valor intermedio es un mecanismo que abre la posibilidad de la
contingencia para las contradicciones, en tanto proporciona una asignación
verdadera en su tabla. Las contradicciones no son necesariamente falsas,
es decir no todas sus interpretaciones son falsas. Ello no significa que hay
algunas contradicciones verdaderas. Lo único que significa para las contradicciones es que son posibles, su tabla no arroja falsedad necesaria. En esto la
semántica formal es coherente con su propuesta filosófica.
4.3 El valor veritativo de los enunciados atómicos formadores de contradicciones
Ahora bien, este mecanismo que evita la trivialización en presencia de contradicciones funciona así: por las tablas de verdad de A y ¬A es posible una
valuación v(A) = 2, v(¬A) = 1. En ese caso, la valuación de (A&¬A) es 1.
Como hemos visto, en el marco de sus categorías semánticas, es plausible
que para da Costa 1 significaría verdadero. Eso implica que una contradicción tiene una alternativa de ser verdadera (una línea de su tabla). Será
verdadera si y sólo si se compone de dos enunciados tales que uno de ellos
es verdadero mientras su negación no se considera verdadera, ni tampoco se
considera falsa. ¿Es ésta la creencia que tienen los científicos cuando siguen
razonando en presencia de contradicciones? ¿En realidad han considerado
que uno de sus lados es verdadero y el otro, que no es verdadero, no es
tampoco falso? Difícilmente la elucidación del comportamiento lingüístico
inferencial del científico pueda reconstruirse postulando que tiene una
78
Andamios
La semántica subyacente
creencia así siempre que se halla ante una contradicción.
Analicemos un caso específico de contradicción en ciencias: la órbita
de Mercurio en el marco de la ciencia newtoniana. Aunque no lo haremos
más que a través de una reconstrucción racional, consideramos que será
suficiente para señalar las consecuencias básicas. Propondremos el caso de
contradicción e intentaremos esclarecer algunas alternativas para considerar
la adecuación de una modelación con la semántica formal particular que
nos encontramos analizando, de da Costa. En este sentido, en esta sección
ensayaremos algunas interpretaciones que forzarían el caso, por decirlo así,
para adaptarlo a la semántica formal en cuestión de da Costa, con el objetivo de examinar las objeciones posibles a nuestra argumentación a favor de
una inadecuación.
En el marco de esa teoría newtoniana se han sostenido las dos siguientes
afirmaciones:
1) Mercurio tiene una órbita X (la órbita predicha por las leyes de
Newton).
2) Mercurio no recorre la órbita X (según mediciones).
¿Consideran los científicos de fines del siglo XIX, luego de haber hecho las
mediciones que los llevaron a determinar cierta órbita Y, que 1) es verdadera? No. Saben que el planeta no pasa por ahí. La afirmación se reconoce
como falsa. Por su parte, 2) se asume como verdadera. La contradicción es
también falsa: Mercurio no pasa por los dos lados, los físicos de la época
consideran que saben por dónde pasa y por dónde no. Lo que no saben es
por qué. Se considera que aunque las leyes de Newton predicen apropiadamente las órbitas de los demás planetas, inexplicablemente, no predicen
bien la de Mercurio.
La razón por la que 1) es falsa yace en algún lugar desconocido en la
estructura de la teoría que condujo a esa conclusión. Alguno de los enunciados que lo soportan, quizás más de uno, tiene que ser falso.
Entonces puede advertirse que tras la contradicción entre 1) y 2) yace
otra de la que ésta se infiere: hay una inconsistencia en la estructura de
principios y datos que ha conducido a 1) por una parte, a 2) por la otra.
De un lado tenemos, entonces, la ley de gravedad, el principio de inercia,
la distancia entre Mercurio y el Sol, la masa de ambos, etc. Del otro lado,
observacionalmente, con mediciones que se aceptan en el período como
Andamios
79
María Alicia Pazos y David Gaytán
estándares, se ha decidido que la órbita del planeta interior es más bien Y
que X. 1) es, por lo tanto, falso, y eso se debe a que alguno de los enunciados
que lo implican tiene que serlo también. Sólo que no sabemos cuál.
El que esa contradicción, en particular, la contradicción entre 1) y 2), sea
falsa, y no pueda ser modelada de modo que de ella se siga algo sin trivialización, no invalida todavía, por sí mismo, la posibilidad de modelar el caso
de la órbita de Mercurio en el cálculo C1. El cálculo admite la existencia de
contradicciones falsas. Hay algunas contradicciones, considera, que trivializan los sistemas. Entonces, modelar el caso de la órbita de Mercurio podría
consistir, más bien, en hallar, en el sistema de enunciados que describen la
situación, la contradicción adecuada, a partir de la cual el científico no razona trivialmente (es decir, asumiendo todas las fórmulas del lenguaje como
verdaderas) en contextos inconsistentes, pero sin embargo razona. Quizás la
contradicción que deberíamos modelar es entonces otra.
Si, en el contexto en el que se acepta que Mercurio pasa por donde
no debería pasar, el científico continúa razonando, ello se debe, puede
argumentarse, a que la contradicción que se está aceptando como no formadora de trivialidad no es entre la afirmación de la órbita de Mercurio y
su negación. Es, en todo caso, la formada por la conjunción, digamos, (A&B&C&D), de las leyes básicas de la física o afirmaciones derivadas de ellas,
que, en conjunción con ciertos cálculos sobre masa y distancia, conducen
a predecir una órbita X incompatible con la órbita medida Y. Son esos
enunciados conjuntados los que forman la contradicción, que no tiene ya la
forma A&¬A, aunque implica un enunciado de esa forma. Entonces, en un
intento de adaptar el caso a la asignación veritativa de da Costa, podríamos
decir que la contradicción se compone de la conjunción entre dos fórmulas,
por un lado 3, que es verdadera, la descripción de la órbita de Mercurio a
partir de datos de medición:
3) La órbita de Mercurio es Y
Y por otro lado, (A&B&C&D), la estructura arriba mencionada, que es
falsa. Puesto que la estructura puede modelarse como la conjunción de los
enunciados que conducen a la órbita teórica, la hemos formulado como
una conjunción. Puede modelarse diferente, pero será siempre molecular,
80
Andamios
La semántica subyacente
ya que incluye varios principios y datos. La contradicción resultante será
(A&B&C&D&3). El valor veritativo de esta contradicción no será verdadero, ya que para ello, como 3) se considera verdadero, se requeriría que
(A&B&C&D) tuviese valor asignado 2.
Entonces, forzando aún más nuestra interpretación de lo que el científico cree para adaptarlo a la propuesta semántica de da Costa, para que
tenga valor asignado 2, podríamos sugerir que (A&B&C&D) no es completamente falso. En realidad, lo que el científico sospecha, declaramos, no
es que todo esté mal ahí, sino que alguno de los enunciados, no sabe bien
cuál, tiene que estar mal. Eso podría conducirlo a considerar que (A&B&C&D&3) tendría entonces la siguiente valuación: v(3) = 1; v(A&B&C&D)
= 2. Con esta valuación, el valor de la contradicción resulta el esperado por
Da Costa v(A&B&C&D&3) = 1.
Esta asignación acomodaría el caso de la órbita de Mercurio a las asignaciones veritativas que el autor propone para una contradicción en el caso de
que no produzca trivialidad. Según esta modelación, los científicos siguen
argumentando en el marco de la concepción de Newton, a pesar de que la
órbita de Mercurio es incompatible con ella, porque la conjunción inconsistente entre la teoría de Newton y la órbita de Mercurio es verdadera. Y es
verdadera porque la afirmación 3) sobre la órbita de Mercurio y la afirmación (A&B&C&D), la afirmación de las leyes de Newton en conjunción
con algunos datos, es “más o menos verdadera”, en el sentido, por ejemplo,
de que sólo una o dos de las proposiciones conjugadas ha de ser falsa. Esto
constituiría un éxito en la modelación, al estilo, del sistema lógico de da
Costa. No obstante, no podría tomarse como un éxito, directamente, del
sistema, por la siguiente razón.
Aunque el resultado de ajuste adecúa el comportamiento científico
y nuestras interpretaciones semánticas de él a los valores de las fórmulas,
vemos que se han violado principios de la misma lógica que se emplea al
asignar estos valores. En particular, en la semántica propuesta para C1 de da
Costa, una conjunción (A&B&C&D) no recibe valor 2 cuando alguna de
sus fórmulas es falsa, sino valor 3. En esas condiciones la contradicción no
resulta con valor 1.
Aun en el caso de que admitiésemos, en la elucidación de la conducta
inferencial del científico que ésta puede modelarse como conducida por
Andamios
81
María Alicia Pazos y David Gaytán
una creencia según la cual la concepción newtoniana es aproximadamente
verdadera a pesar de contener algunas falsedades, la propuesta de da Costa
no rescata esa creencia. No la rescata porque una conjunción de enunciados
que contiene alguna falsedad, no tiene valor intermedio, sino falso. Conjuntar enunciados no lleva al valor intermedio sino al valor mínimo, que en este
caso es la falsedad.
Pero además, la conjunción a la que nos referimos no es ya de la forma
A & ¬A. Es más compleja, se compone de una fórmula molecular añadida
a una atómica mediante una conectiva (conectiva que podemos pensar
aquí como conjunción, aunque no es imprescindible). Si una fórmula es
molecular, en la lógica de da Costa no tienen valores intermedios, sólo 1 o
3. Luego, su compuesto sólo puede tener valor 1 o 3. No tiene, entonces, la
forma de una contradicción con valor designado. La contradicción resultante, entonces, no tiene los valores 1-2 requeridos por una contradicción
con valor designado, sino 3-1. Resulta, entonces, con la semántica considerada para C1, falsa.
Lo que hemos argumentado hasta aquí, es que el análisis detallado de
un caso nos mostró la dificultad para adecuar a él las nociones filosóficas
subyacentes a la semántica formal de da Costa. La primera conclusión del
análisis anterior es que, por lo menos en el caso analizado, no es posible
elucidar el contexto inconsistente de modo que condujera a una contradicción con valor 1. Tampoco se ha logrado una contradicción, de la forma
A & ¬A, que pueda obtener los valores 1-2. El único modo de construir
el modelo de la contradicción con valuaciones 1-2 habría sido atribuir 2
a una fórmula molecular. Pero ello no es posible en el sistema. En pocas
palabras, cuando intentamos modelar una contradicción específica con la
lógica de da Costa, no obtenemos el valor intermedio que se requiere para
uno de sus componentes.
El análisis del caso muestra que los requisitos de la semántica de da
Costa para inferir a partir de una contradicción no rescatan el pensamiento
científico, porque no hay nada en ese comportamiento ni en sus creencias
subyacentes que pudiera interpretarse como requiriendo dos valores veritativos 1-2 y sólo esa combinación, para inferir. Es éste un requisito demasiado
estrecho de cómo debería considerar un científico una contradicción, para
aceptarla en su sistema. Las contradicciones en ciencia son múltiples pero
82
Andamios
La semántica subyacente
también diferentes.16 No se atienen a ese modelo. La concepción ondulatoria y la corpuscular no se consideran verdaderas. Ninguna de las dos es
verdadera. Ambas tienen contraejemplos experimentales. Sin embargo, los
científicos emplean ambas concepciones en el marco de una misma ciencia.
Los casos en los que los científicos no juzgan verdadera a una contradicción, pueden multiplicarse. Normalmente, es decir, salvo excepciones, las
contradicciones son problemas en un sistema científico y si los científicos
creen que algo en él es verdadero, no es una contradicción lo que consideran
verdadero. Si tienen dudas sobre sus hipótesis, sobre las contradicciones
tienen más bien la certeza de que algo tiene que andar mal ahí. Si se mantienen esas contradicciones en una disciplina no es porque se las considere
verdaderas sino, en todo caso, porque no se logró evitarlas por el momento.
Así, aunque la semántica formal admite la contingencia de las contradicciones, no es posible modelar, con ese mecanismo de asignación semántica,
las fórmulas contradictorias mismas, de modo que tuvieran la asignación
necesaria para su calidad de ser contingencias.
Las categorías semánticas presupuestas por el sistema formal, respecto
de los constituyentes de las contradicciones, no se ajustan a las nociones
que pueden rescatarse en el caso específico sobre los constituyentes de las
contradicciones en un caso real. La semántica formal proporcionaría la
figura general de la inferencia científica a partir de contradicciones, es decir,
la hace no trivial, pero le da esa forma general a partir de una estructura interna equivocada, que no modela la estructura veritativa de los enunciados
pertenecientes a una estructura inconsistente real en la práctica científica.
Es verdad que los modelos a menudo contienen dispositivos que a pesar
16
Debe señalarse que afirmaciones sobre el comportamiento del pensamiento inconsistente
real han de basarse en una base empírica constituida por casos históricos de inconsistencia
científica. Aunque nuestro caso ha sido sólo una reconstrucción racional de un caso histórico, proponemos que un estudio más exhaustivo de esos casos revelaría con mayor rigor la
imposibilidad de que un único modo de asignación veritativa pudiera adecuarse al modo
en que los científicos consideran y manejan las contradicciones a lo largo de la historia de la
ciencia. El empleo de casos científicos debería evitar la estrategia metodológicamente sesgada
de emplear casos e interpretaciones de ellos ad hoc para la concepción que se desee defender.
Esto podría ocurrir, o no, tanto con una reconstrucción racional como en un caso de estudio
con mayor profundidad histórica. Para una mayor elaboración de casos históricos de inconsistencia, la idea del sesgo teórico implícito en las interpretaciones usuales que se les ha dado,
y una propuesta no ingenua de cómo emplear correctamente la historia en el análisis de la
paraconsistencia, remitimos a Martínez-Ordaz, 2019 y 2022.
Andamios
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María Alicia Pazos y David Gaytán
de que soportan representaciones fieles a lo modelado, no son sin embargo
estos mismos dispositivos también fieles a lo modelado. No se trata de
una falla general de la modelación, sino que en este caso, al contar con una
adopción de la noción estándar de consecuencia, en términos de vínculos
entre lo que es verdad a partir de lo que es verdad, la modelación falla en
capturar adecuadamente lo modelado, en el contexto de sus expectativas y
de sus categorías semánticas presupuestas.
4.4. La función inferencial de la verdad de una contradicción
Puede preverse que la modelación de otros casos históricos de inconsistencia presente problemas similares. La razón es que aunque los científicos
infieren no trivialmente en contextos inconsistentes,17 no es necesario que
la inferencia no trivial se produzca a partir de fórmulas verdaderas. Una relación de consecuencia poseerá el mismo poder inferencial, entre conjuntos
de fórmulas y fórmulas, tanto si su conjunto base es verdadero como si es
falso: los enunciados que se infieren, y los que no se infieren, de un enunciado o conjunto de enunciados, son los mismos independientemente del
valor veritativo de ese conjunto. La sintaxis y la semántica garantizan eso: en
el caso de la sintaxis, si decimos que de A se sigue B, entonces se seguiría de
ella tanto cuando A es falso como cuando es verdadero.
En la vida práctica, normalmente sólo nos interesa inferir lo que se sigue
de algo verdadero, pero eso no significa que consideramos que la consecuencia deje de inferirse en los casos en los que no nos interesa aplicarla.
Por el contrario, el razonamiento hipotético nos muestra que la inferencia
se mantiene aunque el punto de partida sea sólo una hipótesis. Y esto es
fundamental para la construcción del conocimiento científico.
La inferencia a partir de una contradicción no tendría por qué, en principio, funcionar de modo diferente.
Podría pensarse que asumir la verdad de las contradicciones tiene el rol
de un dispositivo modelador que soporta la representación de un compor17
No precisamos justificar esta afirmación, ya que otra más general, la de que inferimos
(no sólo los científicos, sino los humanos, en general) a partir de contextos inconsistentes,
sin trivialidad, constituye la base de justificación de prácticamente toda propuesta lógica
paraconsistente.
84
Andamios
La semántica subyacente
tamiento inferencial no trivial, y que esto es compatible con nuestras consideraciones en un caso real sobre las contradicciones. No obstante, aunque
en estricto sentido el sistema formal de da Costa modela bien la noción de
paraconsistencia, no parece estar representando bien el tipo de objeto que
es una contradicción dentro de una teoría.
Sería una confusión considerar, cabe señalar, que la concepción de da
Costa se propone modelar la inferencia a partir de contradicciones verdaderas, debido a que lo que le interesa al autor es representar lo que se sigue de
concepciones paraconsistentes “aproximadamente verdaderas”. Si el autor
considerara, como ocurre con posiciones paraconsistentistas ontológicas,
como la de Priest,18 que hay contradicciones verdaderas, que hay contradicciones que representan sucesos en el mundo, entonces sería coherente con
esa idea el proponer una lógica que se enfocara en inferir a partir de ese tipo
especial de contradicciones. Pero no es el caso. Aunque da Costa asume una
noción de “cuasi-verdad” en su concepción de las teorías científicas, esa idea
no está enfocada a evaluar las contradicciones, sino que es una propiedad
de sistemas. Un sistema es cuasi-verdadero si tiene modelos parciales.19 Una
concepción inconsistente es la que tiene modelos parciales, no las contradicciones que incluye. Su noción de cuasi-verdad no se aplica, en su propuesta,
a las contradicciones, de modo que no se puede establecer un argumento
que otorgara razones especiales veritativas a algunas contradicciones, más
bien que a otras, para inferir a partir de ellas. Por el contrario, el mecanismo
de asignación de verdad para las contradicciones de la estructura semántica
del sistema de da Costa no permite modelar esa idea de “verdad aproximada”, aplicada a una parte de una contradicción, para implicar su calidad de
contingencia. Sus argumentos epistemológicos se pueden enmarcar más
bien en el marco de una lógica de la “tolerancia a la contradicción”. Se trata
de inferir a pesar de que las contradicciones estén allí. Aunque da Costa no
desea descartar la posibilidad de que haya contradicciones verdaderas, no
es porque pudiera haberlas, que se necesita una lógica de la inconsistencia,
sino porque las concepciones científicas siguen funcionando incluso en
presencia de contradicciones. Incluso cuando esas contradicciones son indicadores de anomalías o de otra clase de problemas. En este marco el interés
18
19
Véase (Priest, 1987).
(da Costa, 2003).
Andamios
85
María Alicia Pazos y David Gaytán
por inferir a partir de contextos inconsistentes no tiene por qué identificarse con un interés por inferir a partir de contradicciones verdaderas. Lo cual
nos parece una perspectiva epistemológica sensata.
No obstante, una consecuencia de la semántica formal atribuida a C1,
es que las inferencias son diferentes según el valor de una contradicción.
La inferencia por el absurdo sólo se aplica a fórmulas A, tales que podemos
probar ¬(A&¬A). Por lo tanto, si A no es estipulativamente una fórmula
bola,20 la contradicción A&¬A, estaría siendo tratada como contingencia, y
podría ser verdadera. Pero si lo fuera, no podríamos de ella inferir cualquier
fórmula bien formada del lenguaje, en C1. No obstante, si la contradicción
A&¬A resultara más bien falsa, dada la semántica trivalente de estos sistemas, ¬(A&¬A) sería verdadera. Así, A sería por este resultado una fórmula
bola. No obstante, siendo así, sucedería que si se considerara verdadera la
contradicción A&¬A, entonces de ella podríamos inferir cualquier fórmula del lenguaje. Así, si el sistema considera A&¬A como contingente,
entonces, si esta contradicción fuera verdadera, no puedo inferir todo;
pero si resultara que es falsa, puedo inferir todo. Nótese que en cualquier
alternativa de este caso, ¬(A&¬A) no se obtiene como instancia de un principio de no contradicción. Lo anterior describe el mecanismo de solución
que construyó da Costa para evitar la trivialización a partir de los casos de
contradicciones que se admiten en el sistema y, al mismo tiempo, no evitar
la trivialización para los casos de contradicciones no admitidas en el sistema.
La idea de que las inferencias a partir de una contradicción son diferentes,
según si es verdadera o no lo es, de que el valor de verdad del enunciado modificaría su poder inferencial, no responde a un comportamiento inferencial
que represente, sino que surge de la dinámica de la semántica formal misma.
Otro aspecto de esta inadecuación semántica es que la idea en sí misma
de que el valor veritativo puede modificar la capacidad inferencial no se
corresponde tampoco con nuestro comportamiento inferencial estándar.
La inferencia hipotética, que no tiene en cuenta el valor veritativo de los
enunciados, no parece distinguirse de aquella en que se parte de afirmaciones verdaderas. Incluso para las contradicciones esta característica carece
de justificación. La capacidad inferencial no se liga, en nuestras inferencias
20
86
Como la hemos definido en la Sección 1.
Andamios
La semántica subyacente
habituales, ni en las científicas ni en las del lenguaje ordinario, con el valor
de verdad del enunciado de partida.
5. Conclusiones
El sistema C1 de da Costa, así como el resto de los otros cálculos paraconsistentes de su jerarquía de cálculos, logró eficientemente la desvinculación
entre inconsistencia y trivialidad, un avance importante en la modelación
del razonamiento científico. Uno de sus resultados cruciales es que dispone de una semántica formal adecuada para su estructura sintáctica, en
el sentido de que su metalógica dispone de teoremas de completitud y de
corrección. Así, al interior de su cálculo, su semántica formal es adecuada a
su sintaxis. Sin embargo, hemos identificado una inadecuación en un componente que atribuimos a su estructura semántica, respecto de su filosofía
de la lógica: su taxonomía conceptual presupuesta, basada en números, no
logra capturar la idea de una fórmula contradictoria entendida como una
contingencia. Se trata aquí de una inadecuación entre semántica formal
y taxonomía conceptual presupuesta. También señalamos otra forma de
inadecuación, entre toda su estructura semántica y los objetivos, supuestos
en la filosofía de la lógica heredada al sistema C1.
El resultado de la construcción de da Costa fue un cálculo lógico semántico-sintáctico estricto, preciso, elegante y no trivial, que refleja parte del
comportamiento inferencial científico en contextos contradictorios. No
obstante, hemos argumentado a favor de que existen dos tipos de inadecuación que sería importante resolver para reflejar más adecuadamente el
comportamiento inferencial de la ciencia en contextos inconsistentes.
Plausiblemente, aunque no lo defendimos aquí, la razón fundamental que
está detrás de ambas faltas de adecuación, es que los científicos consideran en
lo general (es decir, salvo quizás alguna ciencia específica) que las contradicciones son falsas, no sólo que pueden serlo sino que necesariamente lo son.
Si esto fuera así, una estructura interpretativa de la relación de consecuencia debiera permitir la inferencia no trivial en una teoría, en presencia
de contradicciones necesariamente falsas. Este hecho es lo que la lógica de
da Costa en consideración no modela. Aunque depende de una concepción
particular sobre el tratamiento de los contextos o teorías inconsistentes,
Andamios
87
María Alicia Pazos y David Gaytán
dadas sus bases el análisis presentado aquí hace plausible la hipótesis de que
muchas otras lógicas paraconsistentes contemporáneas tendrían resultados
de inadecuación similares. No obstante estas hipótesis deberían contrastarse detenidamente, y en lo particular, con las diferentes clases de lógica
paraconsistente.
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DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1031
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Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 61-90
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1032
Aristóteles fuera de Boecio: una reconstrucción
epagógica de la silogística
Eduardo Antonio Bautista Sánchez*
Resumen. Este texto propone una reconstrucción innovadora del
sistema lógico de Aristóteles dentro de la línea reinterpretativa de
Smiley y Corcoran basada en lógicas algebraicas, pero escapando al
canon boeciano al integrar otras herramientas conceptuales de las
fuentes, en particular, se propone el uso de términos «negativos»
(aquí infinitos) junto a la incorporación del concepto de «ἐπαγογή»
presente en los Analíticos Posteriores como contexto heurístico del
sistema expuesto en los Analíticos Primeros donde se establecen
relaciones explícitas entre dos universos de términos representando
las esferas intensionales y extensionales, para generar un marco que
permita introducir orgánicamente el método ectético de prueba, en
cuya formalización y estructuración computable resulta un lenguaje
lógico no-clásico más fidedigno a la inferencia silogística.
Palabras clave. Silogística, lógica algebraica, teoría de la prueba,
filosofía de la lógica, inferencia.
Aristotle outside Boethius: an epagogic
reconstruction of the syllogistic
Abstract. This text proposes an innovative reconstruction of
Aristotle’s logical system within the reinterpretative line of Smiley
and Corcoran based on algebraic logics, escaping, however, Boe* Actualmente trabaja en la investigación “El contexto de investigación científica de las
personas noveles en El Salvador, 2018-2020” con el Centro de Juventudes y Derechos Humanos (CIJ) y la Red Coincidir. Correo electrónico: eduardo.abautista72@gmail.com
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 91-127
Andamios
91
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
thiu’s canon by integrating other conceptual tools from the sources,
in particular, the use of «negative» terms (here infinite) is proposed
together with the concept of «ἐπαγογή» presented in the Posterior
Analytics as a heuristical context for the system exposed in the Prior
Analytics, in which explicit relationships between two universes
of terms representing the intensional and extensional realms are
established, generating a framework where the ecthetic proof method
can be organically incorporated, resulting from its formalization
and computable structuralization a more fitter non-classical logical
language for syllogistic inference.
Key words. Syllogistic, algebraic logic, proof theory, philosophy of
logic, inference.
1 Introducción
El sistema lógico de Aristóteles es uno que apenas requiere presentación,
siendo uno de los medios más comunes para introducir las ideas de la lógica,
con el silogismo teniendo cierta fama implícita de ser la herramienta de inferencia principal en contextos relativamente informales, sin embargo, en la
disciplina lógica actual esta posee poca estima, pues en muchos sentidos la
concepción especializada actual de la lógica fue desarrollada como estando
en oposición a la hegemonía que disfrutó por siglos el sistema aristotélico,
como famosamente resume la cita de Quine en sus Métodos de la Lógica:
“La lógica es viejo tema, y grandioso desde 1879” (Quine, 1962), C. Novaes
(2012) explica que este cambio de perspectiva es el producto de nuevas
tecnologías mecánicas e intelectuales en la matemática y la computación
que recíprocamente reorientarían los objetivos de los programas lógicos
mismos hacia la fundamentación de estas disciplinas a través del programa
de Hilbert y la resolución del «problema de decisión». Dado este giro, la
lógica aristotélica parecía insuficiente: Russell demostró que era incapaz de
funcionar cuando se introducen clases vacías (Goddard, 2000), Lukasiewicz
92
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
(1957) indico que era incapaz de construir predicados mónadicos,1 y como
Tarski lo resume: “Casi toda la lógica tradicional (...) puede reducirse a la
teoría de las relaciones fundamentales entre clases, es decir, una pequeña
parte de la teoría de clases” (1977, p. 104).
En esta nueva concepción, la lógica era entendida como el estudio de sistema de funciones predicativas con valores de verdad como su codominio,
con los conectivos como funciones adicionales, que nuevamente, determinan valores de verdad dependiendo de los de sus argumentos, sin embargo,
como expone Dummett (1991, p. 40-44) esta concepción establece límites
artificiales a la noción de lógica como una serie de relaciones de «conservación de verdad» entre secuentes, o en la mejor de las circunstancias, a
la conservación de «valores designados» entre clases de equivalencia, es
decir, álgebras de Lindembaum. Pero no todos los sistemas distintamente
aceptados como lógicos pueden ser caracterizados por un homomorfismo a
un álgebra finita, como las lógicas difusas o cuánticas con infinitos valores
de verdad, mientras que casos operativamente válidos por conservación
de valores de verdad como ¬p→q∨r∶ (¬p→q)∨(¬p→r) no son aceptados
por razones epistemológicas y heurísticas en la lógica intuicionista. Si bien
siguiendo esta línea argumentativa, Dummett elige generalizar el concepto
de lógica con «cuasi órdenes», la noción estrechamente cercana de «operadores de consecuencia» es igualmente adecuada, permitiéndonos entender
la lógica como «un conjunto de inferencias válidas, no sólo sentencias
válidas» (Czelakowski, 2001, p. 23-24).
Precisamente continuando esta línea de investigación (iniciada por un
Tarski posterior al citado), T. Smiley (1973) hizo uso de estas herramientas
para recontextualizar la idea del silogismo aristotélico con mayor exactitud,
juzgando correctamente que la interpretación de Lukasiewicz (1957) sobre
los modos silogísticos como condicionales era teóricamente incompatible
con los textos originales de Aristóteles, y una imposición arbitraria para
hacerla encajar dentro de la lógica de primer orden, proponiendo en vez
una interpretación más orgánica, como un sistema de reglas deductivas
sobre sentencias hechas con funciones específicas, esto es, un operador de
consecuencia, cerrando el círculo.
1
Sin mencionar la crítica histórica que presenta Lukasiewicz en su artículo de 1934 (presenta en la compilación inglesa, i.e. Lukasiwicz, 1979), donde declara a la lógica estoica como
verdadera precursora de la lógica contemporánea, dado su poder computacional superior
con menores compromisos ontológicos.
Andamios
93
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
De esta manera, junto a Corcoran (1972), renació el interés en la lógica
aristotélica, siendo fomentado por las formalizaciones de autores como
Smith (1983), Martin (1997) y Glashoff (2005, 2010), en cuya tradición
el sistema aquí presentado recae; habiendo dicho eso, los lenguajes usados
en estas lógicas heredan su estructura de la interpretación de Boecio, y a
pesar de que está justificadamente basada en An.Pr.24a18-19, los cuatro
tipos canónicos de sentencias no son suficientes para desarrollar completamente las intenciones del Estagirita, y se decide alternativamente seguir la
influencia del estudio semántico de L. de Rijk (2002a, 2002b) más filológica
e históricamente determinado, con el interés de construir un sistema lógico
más filosóficamente consistente con las ideas efectivas de Aristóteles, el cual
resulta inevitablemente como un sistema no-clásico divergente (siguiendo
las categorías de Haack, 1996) en tanto requiere un conjunto de teoremas
distinto al sistema de primer orden, tal como se demostrará en §4.
Por lo demás, y como intención implícita, se espera que las ideas generales presentadas en este proyecto sirvan también para ejemplificar una
metodología de construcción de sistemas lógicos particulares desde teorías
o sistemas filosóficos, entendida en tres momentos: (i) hermenéutico, (ii)
formalizador, en el sentido de la traducción conceptual de Novaes (2007,
§4.4) como el proceso de absorber la estructura conceptual de una teoría
informal para luego ser reproducida por una serie de elementos del sistema, y (iii) sistematizador-deductivo, en el sentido de Tarski (1977) como
sistematización lógico-algebraica, es decir, computable. Este planteamiento
esquemático funciona como posible base de una propuesta sobre los procesos necesarios para esta clase de transición.
2 Cambios sintácticos
La desviación principal del sistema aristotélico presentado al respecto de
otras reconstrucciones, es la adición de dos nuevos tipos de proposiciones,
singulares concretas y singulares substanciales. Ambos tipos de proposiciones satisfacen una función análoga en nuestra sintaxis como medios necesarios para construir sentencias particulares y universales respectivamente,
que también puedan tratar con términos «negativos», o como les llama
94
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
de Rijk (2002a), onomas infinitos2 (en oposición a términos regulares), de
esta manera podemos evadir el establecimiento de 16 tipos de sentencias
(representando las posibles permutaciones de términos finitos e infinitos
por cada tipo canónico de proposición) requiriendo solamente 8, haciendo
al sistema más computacionalmente eficiente.3
Esta no es una elección puramente funcional ya que la idea es tomada
de la discusión en los Analíticos Posteriores sobre los principios o «ἀρχαί»
del proceso inductivo de la «ἐπαγωγή» (99b15-16), estos son entendidos
por de Rijk como dictums-incompletos (en adelante sentencias-incompletas),
significando una sentencia que afirma (o niega) la presencia de un conjunto
particular de formas perceptibles en una entidad inmediata, fijándose como
un punto de partida (como expresión de intensiones mentales4) en el proceso
de comparación y familiarización de las propiedades de entidades ostensivas
a través de las cuales se construyen universales (de Rijk, 2002a, p. 733-738).
Como las sentencias-incompletas generan sentencias-completas puede
ser entendido por medio del marco epistemológico de Aristóteles, que
asume que los «universales» (tanto las categorías fundamentales como los
conceptos que son construidos subsecuentemente por medio de estas) son
De Rijk elige este nombre siguiendo la interpretación de la palabra «αόριστον», la cual es
usada por Aristóteles en referencia al caso en que una sentencia denota carencia de presencia
(ver 16a30-34 en An.Pr.), el sujeto de la sentencia en cuestión puede ser determinado como
cualquier cosa pero la entidad negada, es decir, posiblemente cualquier otra cosa en el universo. Naturalmente, esta concepción sólo puede ser solidificada cuando una interpretación
semántica apropiada se establece para la sintaxis, pero la intuición de su «negatividad»
puede ser indicada funcionalmente por medio de las relaciones sintácticas de contradicción
entre cada par de ε y χ, como se verá en la siguiente sección.
3 Esta es la misma cantidad de «esquemas» que aparecen en el cubo de Reichenbach (1952),
sin embargo en este caso, dos versiones de cada proposición canónica son establecidas,
alterando la estructura y comportamiento esencial del silogismo aristotélico más allá de lo
inferible de los Analíticos Primeros, en nuestro caso sin embargo los cuatro tipos adicionales
de proposiciones no participan directamente del silogismo, sino que intuitivamente constituyen las proposiciones canónicas como será visto, de esta manera los términos pueden ser
integrados como finitos o infinitos sin alterar la estructura de los silogismos mismos.
4 Como de Rijk menciona en la nota [513] en (de Rijk, 2002a): «[...]. Concuerdo con
Kahn (1981, p. 385) en que en Aristotéles no hay una dicotomía real entre una perspectiva
conceptual y proposicional de los ἀρχαί;[...]» («[...]. I agree with Kahn (1981, p. 385) that
there is in Aristotle no real dichotomy between a conceptual and a propositional view of the
ἀρχαί; [...]», en el original).
2
Andamios
95
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
constituidos a partir del aislamiento de propiedades que nuestra senso-percepción «utiliza» para determinar la aprehensión de entidades concretas,
y que por medio de comparaciones inductivas se componen conceptos
más generales que agrupan las entidades que manifiestan ciertos conjuntos
de propiedades, en particular, esta es la interpretación hecha de la sección
100a14-b5 en An.Pos. II 19, siguiendo a de Rijk en vez de la traducción de
H. Tredennick (Aristóteles, 1960):
Lo que ha sido expuesto hasta ahora, pero no de manera clara,
volvamos a exponer. Cuando uno de los objetos indiferenciados se
sitúa, primero una impresión universal [esto es, aparición] ocurre
en la mente; pues aunque es el particular que es percibido, la percepción concierne a lo que es común universalmente (τοῦ καθόλου),
por ejemplo, ‘hombre’, no Callias el hombre. De nuevo se hace una
detención entre estos objetos, hasta que lo que ya no es analizable,
viz. los universales [esto es, las diez categorías] se sitúen. Por ejemplo,
tal animal se sitúa, hasta que ‘animal’ deviene, y dentro del concepto
de ‘animal’ similares detenciones se hacen. Por tanto es claro que es
necesario para nosotros el hacernos familiares con los datos primarios
(τὰ πρῶτα) por inducción. Pues en efecto (καὶ γὰρ) es de esta manera
[esto es, por inducción] que la percepción insta o que es universal
(de Rijk, 2002a, p. 729-730).5 6
5
En el original: «What we have just now said but not said clearly, let us state again. When
one of the undifferentiated items makes a stand, first an universal impression [i.e. phantasm] occurs in the mind; for although it is the particular that is perceived, the perception
concerns what is universally common (τοῦ καθὸλου), e.g. ‘man’, not Callias the man. Again
a stand is made among these items, until what is no further analyzable, viz. the universals
[i.e. the ten categories] makes a stand. For example, such-and-such an animal makes a stand,
until animal comes about, and within the concept of ‘animal’ similar stands are made. Thus
it is clear that it is necessary for us to become familiar with the primary data (τὰ πρῶτα) by
induction. For in fact (καὶ γὰρ) it is in this fashion [i.e. by induction] that perception instills
what is universal».
6 La diferencia principal con la traducción de 1960 es que el proceso parece revertido, con
los universales próximos (las categorías) siendo innatas y por medio de este proceso de detención resultan conceptos más específicos (universales últimos) que se identifican con los
τὰ πρῶτα.
96
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
Siguiendo esta interpretación, podemos usar este tipo de proposiciones
para construir de manera orgánica sentencias particulares afirmativas como
afirmaciones individuales sobre la presencia o carencia de dos términos (si
son finitos o infinitos) en una entidad concreta, y equivalentemente para
las particulares negativas dado que dicha instancia concreta implica que no
es el caso que para cualquier entidad que presente (o carezca) un término
debe de manifestar otro (o no); el primer proceso en efecto es lo expresado
por la reglas EK1, mientras que el segundo resulta de seguidamente aplicar
al resultado de EK1 la regla EK2 como se explicará en §3.1.
Esta misma idea es funcionalmente aplicada al caso de los singulares
substanciales, pero no se puede decir que es tomada directamente de algún
texto aristotélico, sobre todo, es el resultado de un interés de economía
sintáctica para el sistema y de mantener la habilidad de cuantificar discretamente sobre el dominio de términos aristotélicos, es decir, el plano intencional, que sería la función de las proposiciones tipo I en la interpretación de
Glashoff (2010); adicionalmente, esto nos provee una manera orgánica de
construir sentencias universales afirmativas por medio de la regla UA-I, que
inclusivamente puede ser transitivamente enlazada con una cuantificación
sobre entidades ostensivas por saturación (Definición 3.7).
Por último, esto también influencia el conjunto de las reglas de inferencia que están presentes en nuestro sistema, principalmente la adición de
reglas ectéticas, redefiniendo la idea de Smith (1983) por medio de nuestros
nuevos tipos proposicionales, haciendo más explícito el carácter de «exposición (de una instancia)» (ἐκθεμένους) donde cierta propiedad «subsiste»
o «no subsiste» (ὑπάρχει o μὴ ὑπάρχει,7 dependiendo si el término es referenciado finita o infinitamente), manera en la que Aristóteles describe
estos métodos de prueba ahora conocidos como «ectéticos», y en la que las
reconstrucciones lógico-formales hasta el momento han fallado en reproducir;8 dadas estas reglas junto a métodos directos e indirectos de deducción, es
Elegimos traducir el verbo ὑπάρχει como «subsistir» de entre sus otros posibles usos de
aquí en adelante, precisamente por el hecho de que Aristóteles lo utiliza en referencia a la
relación de subsistencia de propiedades en sujetos.
8 De hecho, en (Smith, p. 228) se indica el carácter ostensivo del elemento que es usado en la
prueba que aparece en 28a24-25 en An.Pr., y lo deseable de un símbolo apropiado con una
categoría semántica diferente para expresar apropiadamente la intención original.
7
Andamios
97
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
posible deducir la mayoría del núcleo inferencial silogístico (según Corcoran (1972), los cuatro silogismos perfectos más las tres reglas de conversión
con los dos métodos de inferencia mencionados9) resultando en un sistema
de ocho reglas de inferencias, tres de las cuales no están relacionadas con
la silogística en sí, pero que pueden introducir computacionalmente las
sentencias universales afirmativas de manera epagógica, probando con las
otras cinco (EK1, EK2, P-I, A-Con y PS1) que es posible reproducir los 24
silogismos de la extensión medieval de la silogística aristotélica.
3 Sintaxis
3.1 Lenguaje
Por Tu={u1,u2,...} denotamos los términos atómicos (análogos a las denominadas «entidades concretas»), por Tt ={t1,t2,...} los términos aristotélicos
y por ε,χ,A,I,¬,~ las constantes lógicas, componiendo el lenguaje ℒ. Las
fórmulas bien formadas (wff por sus siglas en inglés) de nuestro lenguaje
ℒ consisten de todas las proposiciones de cualquiera de las siguientes tres
formas: la primera, ε(ui,[~]tj) donde la posible presencia de «∼» frente a un
término aristotélico significa que es un término infinito como opuesto a un
término finito, y puede ser leído como la carencia de tj en ui y toda wff puede ser leída como «el término atómico ui es un [no] tj»; la segunda, χ(ti,[~]
tj) con la misma lectura para «~» (solo aplicable al segundo argumento de
χ), y la wff completa puede ser entendida como «el término aristotélico
ti es uno [no] tj»; por último tenemos la forma [¬]S([~]ti,[~]tj), donde el
posible símbolo «¬» significa la negación del resto de la wff, es decir, que
el resto de la wff no es el caso, «S» puede ser A o I y toda la fórmula puede
ser leída como «[no es el caso que] todo [no] ti son [no] tj» si S=A y «[no es
9 Es de hacer notar que K. Glashoff prueba que hay múltiples subsistemas suficientes para
reproducir el sistema de los 24 silógismos que podrían ser menor tamaño dependiendo de
los métodos de derivación (Glashoff, 2005, p 5), también Corcoran pudo derivar el mismo
sistema usando sólo las reglas E-con, A-pcon, PS1 y PS2 por medio de un tercer método de
deducción por contrarios.
98
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
el caso que] un [no] ti es un [no] tj». Para cualquier proposición d ∈{L} su
contradictorio es definido como10 11:
•
•
•
•
C(ε(ui ,~tj ))=ε(ui ,tj )
C(ε(ui,t j ))=ε(ui ,~tj ),
C(χ(ti ,tj ))=χ(ti ,~tj ),
C(χ(ti ,~tj ))=χ(ti ,tj )
C(I([~]ti ,[~]tj )) = ¬I([~]ti ,[~]tj ), C(¬I([~]ti ,[~]tj )) = I([~]ti ,[~]
tj)
C(A([~]ti ,[~]tj )) = ¬A([~]ti ,[~]tj ), C(A([~]ti ,[~]tj )) = ¬I([~]ti ,[~]
tj )
Mientras que, para cualquier término, la doble negación se aplica, a saber:
ti=~~ti , ~ti=~~~ti .
3.2 Reglas de inferencia
Para cualquier conjunto de proposiciones de ℒ,Γ podemos definir un
operador de cierre12 Φ∶ Γ→Γ que genera un nuevo conjunto Γj desde uno
Cuando el operador «∼» antecede a cierto término tx en una sentencia del tipo A,I,¬A o
¬I, su contradictorio tendría que poseer «∼» frente al mismo término.
11 Como se observa, las relaciones contradictorias esenciales del cuadro de oposición original se conservan, con «¬A» representando las proposiciones de tipo «O» (particulares
negativas) y «¬I» las del tipo «E» (universales negativas), aunque su funcionalidad directa
en el sistema interpretado tiene ciertas peculiaridades semánticas (ver §5.1). En un sistema
apropiadamente interpretado semánticamente las formas ¬A e I serían satisfechas por un
conjunto de objetos que satisfacen también un par de sentencias ε (parte de las cuales habitan el subconjunto de elementos atómicos) siguiendo las reglas EK2, PI y PE, mientras que
las sentencias de las formas A y ¬I serían satisfechas por una cuantificación sobre conjuntos
de sentencias χ, siendo ellas mismas satisfechas por elementos solamente pertenecientes al
subconjunto de elementos aristotélicos, siguiendo las reglas UA-I, EK2 y EKC.
12 Dado el hecho que, como se probará pronto, el siguiente sistema de inferencia puede ser
extendido al sistema de los 24 silogismos aristotélicos y que los términos infinitos funcionan
de manera análoga a los finitos en esté, parecería intuitivo que este sistema heredará las
propiedades computacionales probadas por Glashoff (2010) como la de confluencia local,
sin embargo se deben de tomar consideraciones adicionales dada la presencia de dos tipos
nuevos de proposiciones y el dominio adicional de variables Tu.
10
Andamios
99
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
original Γi tal que Γj=Γi∪{γn,γn+1,⋯} donde γn+1∈L. Este operador de cierre
se define alrededor de las siguientes reglas de inferencia:13
1. Introducción del Universal Afirmativo - (UA-I):
2. Eliminación del Universal Afirmativo - (UA-E):
3. Transitividad del Término Finito - (FT):
4. Ectesis 1 - (EK1):
5. Ectesis 2 - (EK2):
13
Toda regla es válida tanto para términos finitos e infinitos (excepto por TF como se
establece en su condición lateral), dado que el tipo de sentencia en sí pueda tomarla como
argumento (es decir, que esté definida para argumentos que son subconjuntos de Tj), naturalmente en los lugares donde un término es precedido por «∼» el uso de un término
infinito ∼tj le haría finito (∼∼ti=ti ).
100
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
6. Eliminación del Particular - (P-E):
7. A - conversión - (A-con):
8. Barbara - (PS1):
Como se observa, nuestro sistema solo conserva dos de las reglas básicas dispuestas por Corcoran, pero será probado que el resto de la silogística puede
ser derivada de nuestras reglas por deducción directa o indirecta como
establecidas en la Definición 3.3, por lo demás, las primeras tres reglas están
puramente interesadas con la esfera intensiva de los términos aristotélicos o
géneros, que siguiendo a las secciones 1041b11-28 y 1043b32-1044a11 en
la Metafísica (Aristóteles, 1975, 1998) se entiende como una unidad quidditativa de propiedades senso-perceptivas o definiens (εἶδος) y la posible
materia en que pueden «plasmarse», a través de la cual diferentes entidades
pueden identificarse inicialmente antes de especificarse más;14 el género por
sí mismo es una herramienta puramente lógica, que es construida relativa
14 La siguiente cita en (De Rijk, 2002b, §10) provee una intuición clarificadora de esta
unidad que identifica como ousía: “La idea subyacente es que cosas específicas, por ejemplo,
los varios tipos de sonido (vocal, silbante, gutural) pueden ser consideradas como «hechas
de» sonido así como siendo diferentes especies genéricas de sonido. Entonces uno podría
ver las cosas de una u otra manera; pero aún hay una diferencia en tanto que género visto
como «materia» es el constituyente óntico de la cosa, mientras que el género tomado como
superior a sus diferentes especies inferiores es solo una herramienta lógica” (p. 287).
Andamios
101
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
a los grupos de especies (términos aristotélicos por sí mismos), en última
instancia, el género primitivo a través del cual se construyen otros más
abstractos son la conceptualización del haz de impresiones perceptivas de
las entidades concretas (principio explicado en An.Pos.100a14-b15, y reproducido por la Definición 3.7). A pesar de que estos términos son hasta este
punto putativamente «aristotélicos» (puesto que no hay aún una interpretación en el sentido tarskiano), la regla UA-I escencializa proposicionalmente el proceso de correlacionarlos en una jerarquía de género-especie a través
de afirmaciones universales, mientras que las reglas UA-E y TF15 ayudan a
propagar una misma relación entre términos individuales χ-relacionados al
primer argumento de la afirmación universal, funcionando como la inversión del proceso de UA-I.
Nuestra versión de las reglas ectéticas difieren enormemente de las interpretaciones anteriores16 hechas de las tres instancias del método ectético
presentes en An.Pr.28b17-23, An.Pr.28a24-25 y An.Pr.30a4-14. En las tres
secciones es claro que un proceso equivalente es usado, donde un objeto
individual es seleccionado (ἐκθεμένους) de un subconjunto de alguno de
los géneros, su intersección o diferencia, siendo que en cualquiera de estas situaciones la relación de inmanencia o carencia de cada género con el
objeto puede ser expresado como un par de dictums incompletos (es decir,
Limitamos TF a términos finitos primeramente por la estructura de las χ-sentencias
donde ni el primer término ni el medio (siendo el primer argumento en la segunda premisa)
podrían ser infinitos, y luego en el caso del término extremo, resultando imposible si se desea
representar adecuadamente la relación metafísica de especificación, puesto que un género
siendo un no-algo solo implica que el conjunto de propiedades que representa dicho término
no es necesario, pero una especie particular del género podría presentar dichas características.
16 Smith diseña su silogística «SE» utilizando el ectesis como una serie de introducciones
y eliminaciones de cada proposición particular, partiendo de que cada proposición está
relacionada silogísticamente a un par de proposiciones universales Smith puede evadir tener
que establecer reglas de introducción pues pueden ser suplidas por medio de la derivación de
Darapti y Felapton usando los silogismos perfectos (Smith, 1983, p. 228), naturalmente las
reglas de eliminación ectéticas dejarían un equivalente a las premisas de Darapti y Felapton;
sin embargo Smith ya hace alusión a la posibilidad de usar «diferentes categorías semánticas» para una representación más fidedigna de la ectesis similar a la instanciación existencial
en los lenguajes de primer orden, postulando en este artículo una solución en dicha vía al
diseñar las reglas ectéticas con elementos fuera de la tradición boeciana. Por otro lado, J.
Martin (1997) interpreta la ectesis como condiciones de saturación, lo cual se suple aquí de
otra manera como se verá en la Definición 3.7.
15
102
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
sentencias ε), justificando la sintetización de una afirmación particular con
las relaciones de inmanencia equivalentes, teniendo la expresión de este
principio general en EK1, y desde el cual en cada caso se sigue un silogismo
perfecto que resulta en una conclusión adecuada con la asistencia de alguna
conversión especial.17
De estas conversiones ectéticas especiales tomamos la expresada por
EK2 como primitiva, resultando del siguiente análisis de An.Pr.28b17-23:
se empieza por la subsección An.Pr.28b17-18 donde se establecen condicionalmente las premisas del silogismo: «εἰ γὰρ τὸ Ρ παντὶ τῷ Σ τὸ δὲ Π τινὶ
μὴ ὑπὰρχειν», con la primera parte (εἰ γὰρ τὸ Ρ παντὶ τῷ Σ) indicando la
suposición de la premisa universal de Baroco, es decir, «si P [recae] sobre
todo Σ» o A(s,r), y la segunda parte (τὸ δὲ Π τινὶ μὴ ὑπὰρχειν) enunciando
la sentencia particular negativa ¬A(s,p) como la «carencia» de una presencia substantiva (μὴ ὑπὰρχειν) de Π sobre algún(os) elemento(s) de Σ (que
un subconjunto de Σ no posee substancialmente a Π), seguidamente en
An.Pr.28b21-22 tenemos: «δείκνυται δὲ καὶ ἄνευ τῆς ἀπαγωγῆς, ἐὰν ληφθῇ
τι τῶν Σ ῷ τὸ Π μὴ ὑπάρχει» indicando que hay alguna manera de deducir
la conclusión sin «per impossibile» (δείκνυται δὲ καὶ ἄνευ τῆς ἀπαγωγῆς18) al
«tomar algún Σ al cual Π no se aplica» como es traducido en (Aristóteles,
1962, p. 229), pero es importante poner especial atención al verbo utilizado,
«ληφῇ» que es la declinación pasiva de «tomar», siendo lo tomado «τι»,
algo concreto (en oposición a la simple señalización de un subconjunto),
determinando un posible significado más preciso «si (ἐὰν) algo es tomado de Σ (τῶν Σ) en lo que Π no subsista (μὴ ὑπάρχει)», refiriéndose a la
exposición de un ejemplo que carece Π, a saber, una proposición particular afirmativa con un término infinito como su segundo miembro, esto es,
I(s,∼p), resultando inmediatamente un silogismo por medio de Darii con la
conclusión I(r,∼p) de donde debe de seguir una «conversión» intuitiva que
resulte en ¬A(r,p).
Esta elección interpretativa es la más justificable dado que (i) no se
mencionan pasos adicionales en la sección luego de acertarse que la nueva
premisa es suficiente, por lo que un silogismo de la primera figura debe
17 Con la excepción de An.Pr.28a24-25 donde la sentencia particular es la conclusión, como
se ve en §3.4.
18 Siendo la pequeña prueba que precede en An.Pr.28b19-21 por este método.
Andamios
103
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
de implicarse necesariamente (pues de estos se deduce el resto, en conjunción con los tres métodos de prueba) y (ii) ninguno de los silogismos de
la primera figura puede interactuar con una premisa particular negativa,
dejando como únicas opciones restantes otra premisa universal, afirmativa
o negativa, no solo careciendo de coherencia contextual (ya que se parte de
la elección de un individual) sino que los silogismos resultantes, Barbara
y Celarent, generan conclusiones universales, y solo sobre la primera podría aplicarse una conversión que sería esencialmente igual a la asumida.
Continuando con la interpretación propuesta, para que la conclusión sea
coherente con el fin propuesto de la prueba, solo queda suponer que para
Aristóteles el hecho que la conclusión resultante incluya un término infinito le hace un complemento conceptual de la correspondiente sentencia
particular negativa sin un término infinito, es decir, ¬A(r,p), precisamente
como su ejemplo;19 esta conversión implícita queda explícita en la regla EK2;
los dos casos ectéticos restantes son explorados en §3.4.
Por último, la regla P-E expresa el proceso inverso a EK1, pues si dos
sentencias ε con el mismo término concreto sintetizan una sentencia
particular afirmativa al tener a dicho elemento como su representante
implícito, igualmente una sentencia particular negativa debe de tener un
representante concreto que funcione como ejemplo de la no satisfacción
de cierta relación de inmanencia entre los elementos de dos géneros, en
efecto, podría argüirse que este es el primer paso intermedio que deja tácito
Aristóteles en el caso anterior, y en general cierra el mecanismo que garantiza la capacidad del sistema de poder pasar de proposiciones particulares
negativas a afirmativas y viceversa.
Habiendo establecido estas reglas, podemos proceder y definir nuestros
métodos de deducción como reglas meta-inferenciales.
3.3 Definición, Deducción directa e indirecta
1. Una deducción directa (DD) de una sentencia γi desde un conjunto de
sentencias Γ es una lista finita de reglas aplicadas empezando con un
subconjunto de sentencias de Γ y termina con γi, donde cada subsecuente
19
104
Véase el segundo ejemplo en §3.6 para la reconstrucción formal.
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
elemento de la lista es o una línea anterior o una aplicación de las 8
reglas que componen ϕL.
2. Una deducción indirecta (DI) de la sentencia γi desde un conjunto de
sentencias Γ es una deducción directa de un par de sentencias contradictorias γj y C(γj) desde Γ∪{C(γi )}.20
Un árbol de deducción para una deducción indirecta (donde X,Y⊆Γ) formalmente se mira como:
Llamaremos a un conjunto de sentencias inconsistentes en el caso que sea
posible derivar dos proposiciones contradictorias a través de cualquiera de
estos dos métodos a partir de subconjuntos de proposiciones en el conjunto. De otra manera será llamado consistente.
3.4 Lema. Inferencia de las reglas ectéticas restantes
Como se mencionó anteriormente, hay otras dos instancias donde Aristóteles usa el método ectético con otras transformaciones proposicionales,
sin embargo, las reglas que representan su formalización en la interpretación presentada pueden ser derivadas con el conjunto dispuesto de reglas
primitivas, aun así, estás se mostrarán útiles para derivar el resto de la silogística de manera equivalente a como se usan en los Primeros Analíticos;
añadimos una tercera regla como una inversión complementaria y orgánica
al espíritu del proceso.
Empezamos con An.Pr.28a24-25 siendo el más directo, esencialmente
Aristóteles propone que es posible derivar Darapti (que posee dos proposiciones universales con el mismo primer argumento Σ) a través de tres
métodos: una conversión en dos pasos con las reglas dispuestas en la sección
20
Este por supuesto, es el famoso método de prueba per impossibile.
Andamios
105
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
25a terminando con Darii, por per impossibile y finalmente, ectéticamente,
estableciendo que dado el hecho de que dos términos extremos Π y Ρ se
aplican a todos los elementos de Σ, para cualquier elemento escogido inferiríamos que es un elemento de ambos extremos. Esta inferencia queda
reconstruida como sigue:
Como puede observarse, nuestra propuesta de la regla de inferencia usada
aquí es ϵ(c,x),A(x,y)⊢ϵ(c,y) como EK3, es similar en forma a Darii, pero
como es implicado, la diferencia esencial es el hecho que se toma un individual en el proceso; probamos que puede ser derivada de nuestras reglas
primitivas con DI usando la hipótesis ϵ(c,∼y):
En An.Pr.30a1-14 es discutido como derivar conclusiones de una sentencia
universal afirmativa y una particular negativa en la segunda y tercera figura
usando a Baroco (A(z,y),¬A(x,y)⊢¬A(x,z)) como ejemplo y concluyendo
que el único método directo es el ectético: “ἀλλ’ ἀνάγκη ἐκθεμένους ᾧ
τινὶ ἑκάτερον μὴ ὑπάρχει, κατὰ τούτου ποιεῖν τόν συλλογισμόν; ἔσται γάρ
ἀναγκαίως ἐπί τούτων;” (30a, p. 9-11),21 observamos en esta cita que es
necesario exponer (ἐκθεμένους) algo (ᾧ τινὶ) en lo cual ningún término subsista (ἑκάτερον μὴ ὑπάρχειν), concordando con la interpretación de Cooke
y Tredennick (Aristóteles, 1960, p. 240-241) de que esto solo puede ser
21
“pero es necesario expuesto algo [donde] no subsista ninguno [de los dos términos],
hacer razonamiento de esto; ciertamente será necesario en estos [casos]”.
106
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
logrado al tomar alguna parte del subconjunto de “x” y transmutarlo en su
propio género “t”, donde naturalmente “y” no sería aplicado y por medio
de Celarent nos permitiría inferir ¬I(t,z), lo cual nuevamente implicaría al
ser subconjunto de “x”, ¬A(x,z); esto es justificado por lo que luego razona
Aristóteles en 30a11-13 (que lo que se razona del todo de “t” se aplica como
parte de “x”), pero como puede ser notado, dicha prueba requiere de una
inferencia de nivel metalógico (al ejercerse sobre el lenguaje que habla de
los géneros mismos y no su lenguaje objeto), en esta medida se propone
una regla de conversión deducible de nuestras reglas primitivas que permite
probar el silogismo con método ectético (como se verá en §3.6), esta es
A(x,y)⊢¬I(x,∼y) cuyo razonamiento es que, dado que todo todo Σ es un Π ,
puede ser inmediata y correctamente inferido que ningún ningún Σ es un no
Π, siendo la regla EK4 derivada por DI de la siguiente forma:
Por otro lado, y adelantándose a lo explicado hasta aquí, es posible de hecho
esquematizar una prueba más parecida a la original usando el resto de reglas
derivadas, así como la condición de saturación de §3.7. Dicha prueba procedería como:
Andamios
107
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
Donde sabemos que la cuantificación que resulta en UA-I es válida dado
que por saturación t es una nueva instancia, siendo la única que satisface
a χ(t,t) y por tanto, toda «v» que lo haga satisface χ(v,∼y). Por lo demás,
que este sistema pueda expresar esta prueba formalmente radica en que el
axioma de saturación establece una condición metalógica bien definida.
La última regla (EK5) no procede de alguna sección original, pero es
una adición orgánica comportándose como inversión a la regla anterior,
esta es ¬I(x,y)⊢A(x,∼y), derivada similarmente por DI:
108
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
3.5 Lema. Inferencia del resto del núcleo canónico
Similarmente al lema anterior, se mostrará inductivamente que el resto de
las reglas establecidas por Corcoran como componentes del núcleo inferencial de la silogística con los dos métodos de deducción establecidos pueden
ser probados con nuestras reglas:
I-Con - : I(x,y)⊢I(y,x):
E-Con - ¬I(x,y)⊢¬I(y,x):
Celarent (PS2) - ¬I(y,z),A(x,y)⊢¬I(x,z) :
Darii (PS3) -A(x,y),I(z,x)⊢I(z,y):
Andamios
109
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
Ferio (PS4) - ¬I(y,z),I(x,y)⊢¬A(x,z):
3.6 Lema. Derivación completa de la silogística
Los 24 esquemas silogísticos aristotélicos pueden ser derivados de ΦL y sus
reglas derivadas usando deducción directa o indirecta.
La prueba es inductiva, asumiendo los subconjuntos apropiados {γi ,γj
}⊂L tal que {γi,γj}⊆Γ para cada silogismo, la proposición correcta pueda
ser derivada. Mostraremos algunos ejemplos relevantes que muestran los
tres mecanismos principales de Aristóteles para sus pruebas, y con interés
especial, los que reproducen los tres casos ectéticos:
Cesare - A(x,y),¬I(z,y)⊢¬I(x,z):
110
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
Baroco - ¬A(x,y),A(z,y)⊢¬A(x,z):
Darapti - A(y,x),A(y,z)⊢I(x,z):
Bocardo - A(y,x),¬A(y,z)⊢¬A(x,z):
Andamios
111
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
Camestrop - ¬I(x,y),A(z,y)⊢¬A(x,z):
Camenop - ¬I(y,x),A(z,y)⊢¬A(x,z):
El resto de los 18 silogismos son probados de manera obvia y no deberían
de presentar ninguna dificultad para un lector interesado en poner el sistema a prueba.
Ahora procederemos a completar nuestro sistema sintáctico al establecer
un algoritmo para extender un conjunto de ℒ-sentencias a uno «saturado»
maximalmente consistente, que servirá como fundamento para realizar una
prueba de completitud estilo Henkin. Seguimos el esquema general hecho
por J. Martin (1997, p. 13-14) con los cambios inevitables en los casos de
prueba necesarios, usando una propiedad de «correspondencia de dominios»
funcionalmente análoga a la saturación de la Lógica de Primer Orden.22
22
La tradición lógica contemporánea ha llamado «saturación» al primer paso del proceso
de extensión de los conjuntos proposicionales en la prueba de completitud de Henkin, en
donde para cualquier sentencia existencialmente cuantificada una instancia de la misma con
un término c∈ℒ es introducido a Γ, es decir: ∃x A(x)⟶A(c)∈ Γ (Zach, 2022, p. 172), esto es
por el hecho de que la satisfacción semántica y sintáctica de ∃x A(x) depende de la existencia
112
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
3.7 Definición. Condición de saturación
Decimos que el conjunto Γ de sentencias del lenguaje aristotélico ℒ es un
conjunto saturado si satisface las condiciones siguientes:
•
•
ϵ(u,x)∈Γ sii hay un y∈Tt tal que para todo t∈Tt tal que ϵ(u,t)∈Γ (t
apareciendo como finito o infinito), es el caso que χ(y,t)∈Γ.
ϵ(x,y)∈Γ sii hay algún u∈Tu tal que ϵ(u,x)∈Γ.
También se puede decir que cualquier conjunto es dominio correspondiente
si satisface estas condiciones. Filosóficamente hablando, el principio detrás
de la correspondencia de dominios es la epagogé como se explora en §2,
estableciendo que cualquier entidad concreta de Tu debe de instanciar un
término de Tt análogo y viceversa, ya que cualquier “universal” es o una conceptualización de las senso-percepciones o el resultado de abstracciones de
mayor nivel resultantes de la comparación de conceptos generados por estas.
Por otro lado, la expresión explícita de esta correlación es necesaria para
probar la solidez y completitud en el sistema,23 ya que por medio de esta
de un testigo que satisfaga la proposición sin aparecer en la original. Dado que el modelo
que Henkin utiliza para la prueba es un universo contablemente infinito de «nombres»,
adjuntar las sentencias instanciadas es suficiente para satisfacer semánticamente a ∃x A(x)
y a la vez asegurar la solidez de la regla de inferencia de introducción existencial (Henkin,
1996, p. 151-153). Similarmente, K. Glashoff y J. Martin prevén que las proposiciones particulares tienen una situación similar ya que sus interpretaciones dependen de la existencia
de un elemento en el cual ambos términos de la proposición subsistan, sin que el término
mismo aparezca en la proposición, siguiendo la interpretación de Smith del ectesis, ambos
autores determinan que la saturación puede ser satisfecha por la instanciación de dos proposiciones universales en las cuales el nuevo término aparece como sujeto, asegurando que haya
un elemento en la intersección de los conjuntos de ambos términos (en Martin) o que no
haya una contradicción intensional entre ellos (en Glashoff, 2011), en consecuencia queda
asegurada la inferenciabilidad sólida de sus sistemas como en Henkin. Aunque también es
necesaria una condición de saturación en el sistema presentado, dadas las divergencias esto se
expresa como una correlación de testigos entre dominios, esto es necesario y suficiente para
asegurar la solidez de las inferencias de universales a particulares, y también la satisfacción
semántica de la afirmación de [carencia de] subsistencia de un término aristotélico en uno
concreto para realizar la prueba de completitud.
23 Lastimosamente por la extensión que permite el formato de artículo, nos limitamos a
proponer un modelo semántico que satisface dichas propiedades, pero sus pruebas quedarían reservadas para una siguiente ocasión.
Andamios
113
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
es de hecho posible determinar si un haz de términos aristotélicos que se
aplican a una entidad concreta es semánticamente consistente o no con el
resto de relaciones intencionales del sistema, pero conservando la discreción
de las entidades mismas;24 esto es particularmente necesario para mantener
sólidas las inferencias que vienen de universales a entidades concretas (de
otra manera, un conjunto de términos contradictorios puede ser afirmando
de una entidad concreta, sin que se tomen como una contradicción intencional propiamente) y también asegura la posibilidad de completitud de
sentencias concretas (al asegurar que de las sentencias que relacionan términos concretos y aristotélicos, sólo las necesarias y correctas condiciones
intencionales con el resto de términos puede ser inferida).
3.8 Definición. Consistencia maximal
Dígase que Γi es maximalmente consistente, entonces es el caso que:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
γn∈Γi sii Γi⊢γn
γn∈Γi sii C(γn)∉Γi
Exactamente uno de ϵ(uj,tk),ϵ(uj,∼tk)∈Γi
Exactamente uno de I(tj,tk),¬I(tj,tk)∈Γi
Exactamente uno de χ(tj,tk),χ(tj,∼tk)∈Γi
Exactamente uno de A(tj,tk),¬A(tj,tk)∈Γi
Al menos uno de I(tj,tk),¬A(tj,tk)∈Γi
Al menos uno de A(tj,tk),¬I(tj,tk)∈Γi
3.9 Teorema. Extensibilidad a saturación maximalmente consistente
Cualquier conjunto consistente de ℒ es extensible a un conjunto saturado
maximalmente consistente.
24
Se podría asumir que llegado a este grado de interconectividad entre los dos universos de
términos es innecesaria su separación, pero dos diferencias claves deben de remarcarse: (i)
el hecho que las entidades concretas tienen una relación de múltiples a uno con el universo
intencional de términos y (ii) que los concretos heredan elementos aristotélicos infinitos en
las ε-relaciones, pero no entre los aristotélicos mismos por χ-relaciones; finalmente se debe
de decir que mantenerlos separados provee de flexibilidad semánticas en la cualificación
particular de otras diferenciaciones como puede ser observado en la propuesta §5.
114
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
Prueba
Iniciamos definiendo inductivamente una serie de subconjuntos de ℒ, Γi:
Si An es χ(ti,ti) entonces Γn+1=Γn∪{An }.
Si An es ϵ(ua,ti) o ϵ(un,∼ti):
—Γn+1=Γn∪{An }∪{χ(tj,tk)/ϵ(ua,tk)∈Γn }∪{χ(tj,ti)} sino hay un tj∈Tt tal
que {{χ(tj,tk)/ϵ(ua,tk)∈Γn }∪{χ(tj,ti)}}⊆Γn y Γn∪{An } sea consistente.
—Γn+1=Γn∪{An } si hay un ti∈Tt tal que {χ(tj,tk)/ϵ(ua,tk)∈Γn }⊆Γn y
Γn∪{An } sea consistente.
—Γn+1=Γn de otra manera.
• Si An es un χ(ti,tj) o χ(ti,∼tj):
—Γn+1=Γn∪{An,ϵ(ua,ti)} sino hay un ua∈Tu tal que ϵ(ua,ti)∈Γn y
Γn∪{An,ϵ(ua,ti)} sea consistente.
—Γn+1=Γn∪{An } si hay un ua∈Tu tal que ϵ(ua,ti)∈Γn y Γn∪{An } sea
consistente.
—Γn+1=Γn de otra manera.
• Si An es A(ti,tj), ¬A(ti,tj), I(ti,tj) o ¬I(ti,tj):
—Γn+1=Γn ∪{An} si Γn ∪{An} es consistente.
—Γn+1=Γn de otra manera.
•
•
Primera aserción: Todos los Γi son consistentes.
Prueba
La prueba procede por inducción, asumiendo el caso base Γi=Γ para algún Γ
consistente con |Tu |>0 y |Tt |>0, entonces para cualquier Γn consiguiente se
asumen los siguientes casos:
Caso 1. An es χ(ti,ti):
Tenemos que Γn∪{An } siempre es consistente, entonces Γn+1=Γn∪{An
}. De otra forma, tómese por reductio que Γn∪{An } es inconsistente, entonces necesariamente Γn,An⊢C(An) con C(An)=χ(ti,∼ti), por lo que debe
de haber un subconjunto de Γn tal que alguna aplicación de reglas de Φ_L
genere la sentencia, sin embargo, la única regla de inferencia que la podría
producir es UA-E significando que {A(ti,∼ti)}∈Γn y por tanto Γn⊢χ(ti,∼ti),
Andamios
115
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
pero también se daría por A-con que Γn⊢I(ti,∼ti) y en consecuencia por
EK1 se da Γn⊢ϵ(ua,ti),ϵ(ua,∼ti), una contradicción, entonces Γn∪{An } es
siempre consistente. 25
Caso 2. An es ϵ(ua,ti) o ϵ(ua,∼ti):
Tenemos que Γn∪{An} es consistente o no. Si no lo es, entonces Γn+1=Γn,
Γn siendo consistente. Por otro lado, asumamos que Γn∪{An} es consistente,
entonces Γn+1=Γn∪{An}∪{χ(tj,tk)/ϵ(ua,tk)∈Γn }∪{χ(tj,ti)} (en adelante y por
simplicidad, Λ={χ(tj,tk)/ϵ(ua,tk)∈Γn }∪{χ(tj,ti)}) para un nuevo tj∈Tt, como
tj es nuevo en Γn, no aparece en ninguna otra proposición de Γn y por tanto
Γn∪{An}∪{Λ} es consistente. Si asumimos por reductio que Γn∪{An}∪{Λ}
no es consistente, necesariamente Γn,An,Λ⊢C(An) y tenemos dos posibles
subcasos, (i) An=ϵ(ua,ti) y Γn,ϵ(ua,ti),Λ⊢ϵ(ua,∼ti), entonces tenemos que
Γn,An⊢B y B,Λ⊢ϵ(ua,∼ti), pero, no hay hay una regla de inferencia que pueda deducir ϵ(ua,∼ti) con una χ-premisa, significando que si B,Λ⊢ϵ(ua,∼ti),
B⊢ϵ(ua,∼ti) y luego B=ϵ(ua,∼ti), consecuentemente Γn,An⊢ϵ(ua,∼ti), pero
dado que An=ϵ(ua,ti) se requeriría que A(ti,∼ti)∈Γn para deducir ϵ(ua,∼ti)
por medio de (EK3), sin embargo y como en el caso anterior, esto implica
por A-con y EK1 que Γ⊢ϵ(ua,ti),ϵ(ua,∼ti), una contradicción; similarmente
es posible que ϵ(ua,∼ti)∪Γn resultando que Γn∪{An} es inconsistente para
empezar por lo cual Γn+1=Γn. Finalmente, téngase que Γn∪{An} es consistente pero teniendo un tj∈Tt tal que {Λ}∈Γn, entonces Γn+1=Γn∪{An}, si por reductio fuese el caso que tj no es nuevo y Γn∪{An} no es consistente, de nuevo
Γn+1=Γn y el conjunto es consistente. (ii) La prueba procede análogamente si
An=ϵ(ua,∼ti), solo cambiando ti a ∼ti (e inversamente) en los lugares apropiados, teniendo que el conjunto resultante siempre es consistente.
Caso 3. An es χ(ti,tj) o χ(ti,∼tj):
Tenemos que Γn∪{An} es consistente o no. Si no lo es, entonces Γn+1=Γn,
Γn siendo consistente. Por otro lado, asumamos que Γn∪{An} es consistente,
entonces Γn+1=Γn∪{An,ϵ(ua,ti)} para un nuevo uaϵTu, como ua es un nuevo en
25
Es fácil de ver que esto es básicamente el principio de identidad de Aristóteles, significando
que la consistencia maximal (de por sí similar a una combinación de los principios del tercero
excluso y no-contradicción) es suficiente para implicarlo. Inversamente, esto implica que en el
algoritmo de extensión la sentencia χ(ti, ∼ti) para cualquier ti ∈ Tt jamás puede ser escogida.
116
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
Γn, no aparece en ninguna otra proposición de Γn, por lo cual Γn∪{An,ϵ(ua,ti)} es consistente. Si asumimos por reductio que Γn∪{An,ϵ(ua,ti)} no es
consistente, necesariamente Γn,An,ϵ(ua,ti)⊢C(An) y hay dos subcasos, (i)
An=χ(ti,tj) y Γn,χ(ti,tj),ϵ(ua,ti)⊢χ(ti,∼tj), resultando que Γn,An⊢B y B,ϵ(ua,ti)⊢χ(ti,∼tj), pero el único B satisfactorio sería B=χ(ti,∼tj) (ya que ϵ(ua,ti) no
participa de una regla adecuada), lo que significaría que Γn,An⊢χ(ti,∼tj) pero
implicaría χ(ti,∼tj)∈Γn por lo que Γn∪{An} es inconsistente y entonces Γn+1=Γn
es igualmente consistente; (ii) An=χ(ti,∼tj) y Γn,χ(ti,∼tj),ϵ(ua,ti)⊢χ(ti,∼tj), lo
que nos lleva a concluir análogamente a (i) que χ(ti,tj)∈Γn por lo que Γn∪{An
} es inconsistente y entonces Γn+1=Γn es igualmente consistente. Por último,
asumamos que ua no es nuevo y entonces ϵ(ua,ti)∈Γn, entonces Γn+1=Γn∪{An
}, si por reductio asumimos que siendo el caso que ua no es nuevo, Γn∪{An }
no es consistente, y por lo tanto Γn+1=Γn es siempre consistente.
Caso 4. An es A(ti,tj), ¬A(ti,tj), I(ti,tj) o ¬I(ti,tj):
Tenemos que Γn∪{An } es consistente o no. Si no lo es, entonces tenemos
que Γn+1=Γn, Γn siendo consistente, de otra manera si Γn∪{An } es consistente, entonces Γn+1=Γn∪{An}.
Se ha demostrado que para cualquiera de los cuatro casos siempre resulta
un Γn+1 consistente, y esto se aplicaría para cualquier Γi que sea construido
con estos procesos. Q.E.D.
Aserción 2: Γ⊆⋃{Γi}.
Prueba: Esto se sigue trivialmente de que Γ=Γi para algún i. Q.E.D
Aserción 3: ⋃{Γi} es consistente.
Prueba: Si por reductio asumimos que ⋃{Γi} es inconsistente, habría
algún Γj que es inconsistente, pero si este fuera el caso entonces se seguiría
que Γj+1≠Γj∪Γj-1 y por el lema, Γj+1=Γj-1, por lo tanto ⋃{Γi } no puede ser
inconsistente. Q.E.D
Aserción 4: ∪{Γi } es maximalmente consistente.
Prueba: Si asumimos por reductio que, ni γ∈⋃{Γi} ni C(γ)∈⋃{Γi}, por el
lema se tiene que tanto γ como C(γ) son inconsistentes con ⋃{Γi}, pero en
ese caso para algún conjunto finito Λ⊂Γm y algún ρ tendríamos por derivación indirecta:
Andamios
117
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
Es decir, dado que Λ contenga las sentencias que generan una contradicción
con γ, seríamos capaces de inferir de sí mismo en una de las ramas una de
las sentencias que, o contradice a γ directamente (C(γ) siendo la inferencia
de la otra rama), o una sentencia que contradice una posible inferencia de γ
con otra sentencia de Λ (esta es, ρ); pero la misma situación aplicaría a C(γ),
y tendríamos que:
Pero entonces γ,C(γ)∈Λ, lo que es una contradicción, por lo que Λ debe de
ser maximalmente consistente. Q.E.D.
Aserción 5: ⋃{Γi} tiene la propiedad de correspondencia de dominios.
Teniendo que el conjunto ⋃{Γi} ha sido construido por medio del
algoritmo 3.9, sabemos que sí ϵ(ua,tj)∈⋃{Γi} para algún tj∈Tt, entonces
{χ(y,v)/ϵ(ua,v)∈Γ}⊆Γn para algún y∈Tt y todos los v∈Tt tal que ϵ(ua,v)∈Γn
para algún n excepto por, posiblemente, χ(y,tj)∈Γn+1, pero χ(y,tj)∈Γn+1, por
lo que hay un y∈Tt para el cual todos los v∈Tt que cumplen ϵ(u,v)∈⋃{Γi }
satisface χ(y,v)∈⋃{Γi }. Por otro lado, si una sentencia χ(tj,tk)∈⋃{Γi } entonces, χ(tj,tk)∈Γn para algún n y Γn es consistente (de otra manera la sentencia
no pertenecería a ⋃{Γi }), por lo que {Γi }∪χ(tj,tk) es consistente también.
Entonces necesariamente, hay un u∈Tu tal que ϵ(u,tk)∈⋃{Γi }, y como resultado {χ(tj,tk),ϵ(u,tk)}⊆{⋃Γi }. En consecuencia ⋃{Γi } tiene la propiedad de
correspondencia de dominios. Q.E.D.
4 El sistema SAE como no-clásico
Si bien el sistema aquí presentado (que para los propósitos de esta discusión
llamaremos SAE significando silogística aristotélica epagógica) no ha sido
118
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
caracterizado por medio de los operadores clásicos del sistema proposicional de primer orden, esto no significa que su estructura implícita no sea
expresable por el mismo, y así, que sea posible reconstruir un operador de
consecuencia análogo. El propósito de esta sección será probar que, en efecto, el sistema de primer orden es incapaz de reproducir la misma estructura
inferencial que el sistema SAE, y que siguiendo a Haack (1996), este último
es un sistema divergente.
Partimos de la afirmación que, si el sistema SAE es un sistema estándar,
sería posible establecer un mapa entre las funciones proposicionales del
mismo y otra serie análoga de funciones de FOL (first order logic), 26 y que
por medio del conjunto de reglas inferenciales ΦFOL se conservan las operaciones de SAE, es decir, que existe un homomorfismo entre LSAE y algún
subconjunto de LFOL tal que ΦFOL≈ΦSAE, por tanto, encontrar un ejemplo
tal que γ1,γ2,...,γn ⊢_(ΦAEE ) ψ, pero γ1,γ2,...,γn ⊬ΦFOL ψ, sería suficiente para
probar que el sistema en cuestión es divergente siguiendo la segunda categoría propuesta por Haack, en tanto pueden haber coincidencias entre las
fórmulas bien formadas de ambos sistemas, pero el conjunto de inferencias
válidas difiere (Haack, p. 4).
4.1 Reconstrucción de ℒSAE en un sistema poli-ordenado
Es posible simular muchas de las propiedades del lenguaje propuesto aquí
utilizando técnicas clásicas poli-ordenadas (many-sorted) sobre los dos órdenes de términos utilizados anteriormente, Tt y Tu, además, sería necesario
agregar dos predicados monádicos (que categorizarían a los elementos en
uno de los órdenes), dos binarios (análogos a los operadores ε y χ) y una
función unaria (denotando el conjunto representado por un término
infinito), cada operador puede ser representado por el tuplo de signatura
S(x)=<i1,...,in,i0>, donde i0=0 si hablamos de un predicado o i0=1 si es una
función, mientras que cada ij (j>0) representa el orden del elemento en la
respectiva posición del operador, con la opción de los valores u o t; definimos entonces los nuevos operadores como:
26
No tomamos en cuenta sistemas de orden mayor, en la medida que como se observará
a continuación, las diferencias resultantes entre ambos sistemas no se deben a la jerarquía
sobre la que se cuantifica.
Andamios
119
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
•
•
•
•
•
S(T)=<t,0>
S(U)=<u,0>
S(^)=<t,1>;
S(ε)=<u,t,0>
S(χ)=<t,t,0>
Definiendo a la función de término infinito como x̂ ∶ x∈Tt⟶{{∀y/
Ty∧χ(y,x)}∪{x}}\Tt.
Dados estos elementos, podemos reconstruir los tipos de proposiciones
de SAE de la siguiente manera:27
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
ε(a,b)SAE ≈FOL Ua∧Tb∧ε(a,b)
ε(a,~b)SAE ≈FOL∃x/Ua∧Tb∧(x∈ b̂ )∧ε(a,x)
χ(a,b)SAE ≈FOL Ta∧Tb∧χ(a,b)
χ(a,~b)SAE ≈FOL∃x/Ta∧Tb∧(x∈ b̂ )∧ε(a,b)
A(a,b)SAE ≈FOL∀x/Ta∧Tb∧((Tx∧χ(x,a))⟶χ(x,b))
A(~a,~b)SAE ≈FOL∀x,∃y,∃z/Ta∧Tb∧(y∈â)∧(z∈b̂ )
∧((Tx∧χ(x,y))⟶χ(x,z))
I(a,b)SAE ≈FOL∃x/Ux∧Ta∧Tb∧ε(x,a)∧ε(x,b)
I(~a,~b)SAE ≈FOL∃x,∃y,∃z/Ux∧Ta∧Tb∧(y∈â)∧(z∈b̂ )∧ε(x,y)∧ε(x,z)
¬A(a,b)SAE≈I(a,~b)FOL
¬I(a,b)SAE≈A(a,~b)FOL28
Sin embargo, se mostrará que aun pudiendo reconstruir una estructura sintáctica muy similar a LSAE, los principios inferenciales de FOL son incapaces
de reproducir al operador de cierre ΦSAE.
4.2 Contraejemplos al homomorfismo entre ℒSAE y ℒFOL
27
Por el espacio, ignoramos algunas permutaciones de términos finitos e infinitos en las
proposiciones A e I, pero sus formas deberían de resultar intuitivas.
28 Se podría argumentar en un plano interpretativo, que el hecho de utilizar al lenguaje de
primer orden como intermediario entre un lenguaje natural y SAE elimina las sutilezas entre
las proposiciones negativas y afirmativas, al reducirlas a meras equivalencias con negaciones
de términos respectivas.
120
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
Existen al menos dos reglas dentro de ΦSAE que no pueden ser conservadas
por ΦFOL, estas son las reglas UA-E y A-con, en ambas la inferencia clásica
eventualmente llega a un impase dado que la interpretación realizada de la
estructura sintáctica aristotélica posee compromisos adicionales no implícitos en FOL, requiriendo la adición de principios proposicionales suplementarios que caracterizan apropiadamente el comportamiento de algunos
de los operadores construidos en §4.1 más allá de las capacidades sintácticas
clásicas, como se observa a continuación:
Caso 1. UA-E:
Como se ve, es imposible completar la condición del modus ponens a partir
de la única premisa presentada, pues ninguno de los tres componentes separables por la regla de eliminación de la conjunción pueden generar ( individualmente o en conjunto) la proposición χ(a,a), sin embargo, se propone
la anexión del principio SAE-1: Tp⊢χ(p,p), , para poder completar la regla
original de la siguiente manera:
Es fácil notar, que esta solución expresa una de las características de la
instanciación de conjuntos aristotélicos clásicamente criticada por Russell
(Goddard, 2000), pero que sin duda es parte importante de la perspectiva
aristotélica, la importación existencial.
Andamios
121
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
Caso 2. A-Con:
El problema presente en esta regla es más inmediato, pues tal como
sucede en la lógica modal, sin el establecimiento de un principio que
correlacione directamente a dos operadores es imposible realizar alguna
inferencia que permita instanciar uno a partir del otro, en este caso, las
sentencias ε implícita en el particular afirmativo I a partir de la sentencia χ
igualmente implícita en la universal afirmativa A; dada que la condición interpretativa obliga a estas dos sentencias a ser construidas desde operadores
distintos para conservar la estructura de SAE, es inevitable que su coinferenciabilidad se encuentra minada. Como posible solución, se propone un
principio análogo a uno de los expuestos en §3.7, este es SAE-2: χ(p,q)⊢∃x/
Ux∧ε(x,p)∧ε(x,q), generando la siguiente inferencia (utilizando también la
regla probada anteriormente):29
De esta manera, se hace patente que el sistema presentado aquí es divergente
del sistema clásico, pues si bien es posible establecer un mapa LSAE⟶ LFOL
para cualquier función proposicional de SAE, no es posible replicar la estructura inferencial misma con el operador básico de FOL requiriendo la
extensión ΦFOL∪{SAE-1,SAE-2}.
5 Posibilidad de una interpretación semántica para este
lenguaje
Finalizamos este artículo con la propuesta de un sistema de interpretación
mixta que podría modelar apropiadamente nuestro lenguaje, los elementos
principales que constituyen esta estructura semántica serían:
29
Similarmente, sin el uso de estos dos principios, tampoco sería posible probar el silogismo
Barbara.
122
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
1. U el dominio de los objetos atómicos o concretos.
2. K el dominio de las propiedades fundamentales o categorías aristotélicas.
3. Dado un índice n, definimos el conjunto G como
K0⊂K×K1⊂K×...×Kn⊂K, es decir, ⊂2^K.
4. Tu el conjunto de los términos «atómicos».
5. Tt el conjunto de los términos «aristotélicos».
6. T es el dominio de todos los términos del lenguaje aristotélico LSAE,
es decir, T=Tu∪Tt.
Con estos elementos sería posible establecer las siguientes definiciones:
5.1. Definición. Interpretación mixta
Un tuplo (M, a, i), que consiste de M=2T×2T, una función a:U∪G⟶T
definida como au (x)=t∈Tu cuando x∈U o ak (x)=t∈Tt cuando x∈G, y otra
función i:T∪L⟶M∪{verdadero,falso}, constituyen una interpretación
mixta de la sintaxis aristotélica sii:
1. Si x∈Tu, i(x)=(s(x),σ(x))∈M,s(x)≠⌀ y s(x)∩σ(x)=⌀, donde s(x)={y∈T∣ϵ(x,y)∈Γ} y σ(x)={y∈Tt∣ϵ(x,∼y)∈Γ}.
t
2. Si x∈Tt, i(x)=(s(x),σ(x))∈M,s(x)≠⌀ y s(x)∩σ(x)=⌀, donde
s(x)={x}∪{y∈Tt∣χ(x,y)∈Γ} y σ(x)={y∈Tt∣¬I(x,y)∈Γ}∪{y∈s(∼z)∣¬I(x,
∼z)}.
3. Si x∈Tt, i(∼x)=(s(∼x),σ(∼x))∈M,s(x)≠⌀ y s(∼x)∩σ(∼x)=⌀, donde
s(∼x)={Tt\σ(∼x)} y σ(∼x)={x}∪{y∈Tt∣χ(y,x)}.
4. Si φ∈LSAE entonces:
a. Si ϕ=ϵ(x,y),x∈Tu,y∈T t,i(ϕ)= verdadero sii s(x)⊇s(y)
yσ(x)⊇σ(y);
b. Si ϕ=ϵ(x,∼y),x∈Tu,y∈T t,i(ϕ)= verdadero sii s(∼y)⊇s(x)
yσ(x)∩σ(∼y)≠⌀;
c. Si ϕ=I(x,y),x∈T t,y∈T t,i(ϕ)=verdadero sii hay un z∈Tu
talqueϵ(z,x)=verdaderoyϵ(z,y)=verdadero;
d. Si ϕ=¬A(x,y),x∈T t,y∈T t,i(ϕ)=verdadero sii hay un z∈Tu tal
que ϵ(z,x)=verdadero yϵ(z,y)=falso;
Andamios
123
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
Si ϕ=χ(x,y),x∈T t,y∈T t,i(ϕ)=verdadero sii s(x)⊇s(y)
yσ(x)⊇σ(y);
f. Si ϕ=χ(x,∼y),x∈T t,y∈T t,i(ϕ)=verdadero sii s(x)∩σ(∼y)=⌀;
g. Si ϕ=¬I(x,y),x∈T t,y∈T t,i(ϕ)=verdadero sii para todo z ∈T t
tal que χ(z,x)=verdadero, es el caso que χ(z,y)=falso;
h. Si ϕ=A(x,y),x∈T t,y∈T t,i(ϕ)= verdadero sii para todo z ∈T t
tal que χ(z,x)=verdadero, es el caso que χ(z,y)= verdadero;
e.
Es una interpretación mixta para el lenguaje aristotélico LSAE.
Agregamos la siguiente definición para aclarar lo referido por modelo del
lenguaje aristotélico.
5.2. Definición. Modelo mixto
Dado un universo de objetos A tal que haya un subconjunto U⊆A de objetos
distintos de otro subconjunto K⊆A con U∪K=A, y el tuplo (M, a, i) como en
la definición 4.1, decimos que (A,M,a,i)=A es un modelo de ℒ con semántica
mixta si para todo u∈U, a(u):u⟶Tu y para cualquier k∈2K, a(k):k⟶Tt.
Esta semántica se basa fundamentalmente en la de Glashoff (2011),
usando la notación s-σ desarrollada por Leibniz (1989) para generar dos
conjuntos para cada término (atómico o aristotélico) que esencialmente representa todas las cosas que algo necesariamente es y las cosas que necesariamente no es, esta es una representación binómica efectiva de las relaciones
ontológicas expresada por las proposiciones universales como resultado de
su intencionalidad. Sin embargo, hay divergencia con la interpretación de
las proposiciones particulares hecha por Glashoff, ya que al reproducir las
relaciones del cuadrado de oposición con una interpretación puramente
intencional, la proposición particular toma una forma que recuerda a un
estado de posibilidad modal más que la manifestación actual de dos substancias en un objeto, por ejemplo, tenemos que Ixy = true iff s(x) ∩ σ(y)
= ∅ y s(y) ∩ σ(x) = ∅, lo que esencialmente significa que la proposición es
verdadera por el hecho de que nada que sea incompatible con y está en la
intensión de “x” e inversamente, y aunque es cierto que solo lo no-contradictorio puede existir, esto no implica que en virtud de su no-contradicción
debe de actualmente existir, aún más, es claro que el uso de la palabra
124
Andamios
Aristóteles fuera de Boecio
ἔσται en el contexto de la proposición en Aristóteles conlleva precisamente
la connotación del estado de existencia actual de un objeto en donde las
propiedades o substancias se manifiestan. Naturalmente, una semántica
puramente intencional no tiene otra opción sino la similitud a una teoría
de significado modal, pero dado que la semántica aquí presentada es mixta,
podemos conservar el significado ostensivo de las proposiciones particulares probablemente pretendida por Aristóteles, y a la vez poder preservar las
relaciones de necesidad conceptual entre las substancias por su intensión, si
bien con algún costo sobre la economía computacional.
Esta propuesta se puede probar tanto sólida como completa, aunque
esto deberá dejarse para una próxima ocasión dado el espacio disponible.
6 Conclusión
De esta manera queda constituido el sistema lógico-sintáctico no clásico propuesto por medio de las herramientas de las lógicas algebraicas y basado en la
silogística de Aristóteles, capaz de integrar el método ectético con un carácter
ostensivo apropiado, así como con la capacidad de ejecutar computacionalmente el proceso epagógico pretendido originalmente como el contexto
original de la silogística, el cual permite la constitución de nuevos géneros
desde la paulatina acumulación de información proposicional de distintas
entidades ostensivas y las propiedades senso-perceptivas que presentan,
esto ha sido posibilitado por la integración orgánica de dos herramientas
conceptuales: los términos infinitos y dos universos discursivos distintos;
adicionalmente, el andamiaje inferencial que ata a este sistema puede ser entendido como una extensión de un sistema de primer orden poli-ordenado
al adicionar dos teoremas no deducibles (SAE-1 y SAE-2), estos completan y
caracterizan el comportamiento de los nuevos operadores ε y χ más allá del
núcleo FOL, de acuerdo a la interpretación proposicional hecha del canon
aristotélico y de las intenciones epistemológicas en el mismo.
De manera directa, este sistema podría ser utilizado como una herramienta de generación y organización de redes semánticas que expresarían
las relaciones conceptuales de las categorías generadas por las entidades de
distintas ontologías en diversas ramas de investigación. Por otro lado, se
espera que el proceso de creación de este sistema sirva como ejemplificación
Andamios
125
Eduardo Antonio Bautista Sánchez
de una metodología específica de logicización, siendo ejecutada en tres
momentos: hermenéutico, formalizador y sistematizador-deductivo.
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Fecha de recepción: 8 de abril de 2023
Fecha de aceptación: 26 de julio de 2023
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1032
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 91-127
Andamios
127
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1033
Lógica jurídica y proceso judicial
Celina A. Lértora Mendoza*
Resumen. Las dificultades reales y prácticas que se aprecian en las
líneas de lógica jurídica clásica y cibernética, conducen a la conveniencia de focalizar enfoques alternativos, es decir, recursos lógicos
vinculados a lógicas no clásicas, más flexibles, entre las cuales se
cuenta la propuesta de la fundamentación débil de Jorge Alfredo
Roetti, que tomo como base de mi propuesta de aplicación a la lógica jurídica enfocada al análisis de las controversias judiciales. Una de
las características que tienen todas las actividades retóricas y dialécticas es la de ser prácticas simbólicas cuyo fin, como el de la guerra
y su sucedáneo los juegos, incluyendo las litis, es la ‘‘victoria’’. Y
propongo aplicar también el concepto de “lógica cooperativa” a las
reglas de desarrollo de una controversia cooperativa, lo cual redundaría en un mejoramiento del sistema judicial.
Palabras clave. Lógica jurídica; fundamentación insuficiente;
controversia; juegos retóricos; Jorge Alfredo Roetti.
Legal logic and logical resources
Abstract. The real and practical difficulties that can be seen in
the lines of classical and cybernetic legal logic lead to the advisability of focusing on alternative approaches, that is, logical resources
linked to non-classical, more flexible logics, among which is the
* Investigadora del CONICET de Argentina en el área de Filosofía, y Profesora de Doctorado en la Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina. Correo electrónico:
cldrtoramendoza@gmail,com
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 129-154
Andamios
129
Celina A. Lértora Mendoza
proposal of the weak foundation of Jorge Alfredo Roetti, which I
take as the basis of my application proposal to legal logic focused
on the analysis of judicial disputes. One of the characteristics that
all rhetorical and dialectical activities have is that they are symbolic
practices whose end, like that of war and its substitute games, including litigation, is “victory”. And I also propose to apply the concept
of “cooperative logic” to the rules of development of a cooperative
controversy, which would result in an improvement of the judicial
system.
Key words. Legal logic; insufficient foundation; controversy;
rhetorical games; Jorge Alfredo Roetti.
1. Introducción y propuesta
1.1. Un poco de historia
La lógica jurídica tiene ya una bastante larga historia y muchas corrientes. En
líneas generales puede decirse que se han nucleado en tres grandes objetivos:
analizar los argumentos jurídicos, analizar las disputas jurídicas y considerar
la automatización legal y/o judicial. Este orden es cronológico e indica también el nivel de complejidad. Los primeros trabajos se orientaban a analizar
y fundamentar la pertinencia lógica de argumentos considerados específicos (o por lo menos propios) de la argumentación jurídica (Klug, 1961;
Kalinowsky, 1965), especialmente en los procesos de aplicación de leyes o
normativas jurídicas obligatorias, como los argumentos a contrario, a pari,
a fortiori, etc. Los sistemas lógicos utilizados fueron en un primer momento
los sistemas clásicos, en la versión de lógica de predicados, de clases o de
relaciones (Alchourrón, 1961). Aplicando estos principios ninguno de los
argumentos en la forma en que habitualmente eran usados conseguía legitimarse. Se ofrecían versiones aceptables o bien se los indicaba como refuerzos
plausibles. De allí que se los ubicara en un contexto más bien retórico.1
1 En el artículo de Alchourrón mencionado, al comienzo, se traza un breve y certero panorama de la discusión en ese momento. Los argumentos a fortiori y a pari se usan para
130
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
En segundo término, apareció otra corriente más preocupada por
organizar un control lógico de las discusiones jurídicas, especialmente las
judiciales. El punto de inflexión más importante de esta corriente es abandonar el uso exclusivo o predominante de las lógicas clásicas en beneficio
de otras que parecieron más adecuadas. En primer lugar, para justipreciar
el desarrollo lógico de un proceso judicial, se observó que la mayoría de
los argumentos en realidad no son apodícticos sino tópicos, para usar una
tradicional terminología aristotélica. La tópica, como forma de argumentar
a partir de premisas consensuadas o convencionales, parece más adaptada
a la realidad de los sistemas y normas legales de una sociedad, que se guía
sobre todo por un ethos, es decir, por un conjunto de valoraciones tradicionales que son aceptadas por la mayoría de sus integrantes, pero que pueden
ser distintos y hasta contrario al ethos de otros grupos incluso coetáneos.
Tempranamente Chaïm Perelman (Perelman y Olbrechts, 1952) propuso
la idea de una tópica argumentativa, que obtuvo inmediatamente adeptos,
que luego llevó a la lógica jurídica en forma sistemática (Perelman, 1976).
Desde entonces esta posición ha ganado terreno de modo que actualmente
es un consenso generalizado que una lógica jurídica debe ser del tipo tópico
(o si se quiere, retórico, entendiendo ahora la retórica como forma de argumentar). Por lo tanto, deber tratarse de una lógica débil que a su vez admite
muchas formas y sistemas de expresión.
Como deriva de esta posición han aparecido varias ideas que retoman la
vieja noción de “disputatio”, y se ha vinculado a la teoría de los juegos, de
amplio desarrollo matemático en la segunda mitad del siglo pasado. Con toextender el ámbito de aplicación de normas. Son dos especies de la analogía, que serían
reductibles a principios lógicos. En cambio J. Dualde (1939, p. 9) dice que cuando se invoca
un principio en una contienda judicial, casi siempre el contrario puede lanzar otro semejante
que conduzca a un resultado opuesto. Kelsen (1960, p. 168) dice que no hay criterios para la
preferencia entre ellos. Según Alchourrón, la consecuencia de estas ideas es declarar que los
criterios para apreciar los argumentos jurídicos no son los de la lógica formal (1961, p. 178).
Sin embargo, observa que los juristas tienen la convicción de que los argumentos de este tipo
son lógicamente correctos y de allí sacan la consecuencia de que a pesar de ello la lógica no se
usa. Al contrario, quienes ven que no son válidos, pero sí útiles, aprueban su uso, deducen
por eso mismo que la lógica es inaplicable al derecho. Como se aprecia, la controversia en
este sentido y reducida al uso de las lógicas clásicas estaba en tablas. En un añoso artículo
señalé esta situación como fundamento para proponer un avance en los estudios de tópica
jurídica (Lértora, 1975).
Andamios
131
Celina A. Lértora Mendoza
das estas líneas se constituye una especie de corriente principal que visualiza
el proceso judicial como una controversia para cuyo análisis se requieren
sistemas lógicos no clásicos, comenzando por las lógicas intuicionistas, y un
largo etc. que incluye las lógicas borrosas, paraconsistentes, plurivalentes y
el amplio campo de las lógicas modales deónticas.
El segundo apartamiento de las lógicas clásicas ha sido la deriva hacia las
lógicas de probabilidades. En este caso se trata de un recurso que permite a
los juristas y estudiosos trazar panoramas retro y prospectivos de las tareas
jurídicas, especialmente las judiciales. No es un recurso trivial. Al litigante y
a sus letrados les importa saber qué probabilidades hay de tener una sentencia en un sentido o en otro, en controversias donde nada es blanco o negro,
sino que se pintan como una casi infinita gama de matices. También preguntas más puntuales como qué probabilidades hay de que los testigos sean
veraces (un estudio pionero y discutido es Flores, 19872), que los peritos
hagan bien su trabajo en temas complicados, que los medios y las redes sociales formadores de opinión tomen partido y si y cuánto ello puede influir
en las sentencias. En esta tesitura se ha propuesto el uso del diagrama de
flujos para clarificar el proceso decisorio, como modo de prever y responder
las posibles decisiones judiciales en un caso concreto en manos del abogado.
La tercera línea de la lógica jurídica y la que resultó más conflictiva es el
intento de la mecanización cibernética de actuaciones, especialmente judiciales. Aunque de hecho esa línea, muy fuerte en los años ’80, no prosperó
en la forma planteada, sí puede advertirse que hay un crecimiento de uso de
medios digitales en la justicia y que, si bien en abstracto podría decirse que
2
La argumentación de Flores es como sigue: si G dice la verdad 3 veces sobre 4 y S dice la
verdad 4 veces sobre 5 ¿cuál es la probabilidad de que la misma cosa o situación afirmada por
ellos (como verdadera o como falsa) sea verdad? Para responder elabora el correspondiente
cálculo de probabilidades. hay una resultante probabilística para el caso de que ambos digan
la verdad y sus afirmaciones coincidan. Es decir, cuando el juez se encuentra con un caso
como el del ejemplo, una afirmación coincidente de G y S tiene 12/13 probabilidades de ser
verdadera y entonces el juez no es libre para valuar de otra manera el evento en su sentencia.
Esta propuesta, y otras similares posteriores, han sido discutidas en virtud del principio de la
libre interpretación que casi todos los sistemas le reconocen al juez (Lértora, 1996). En esta
situación es claro que sólo si el juez acepta este criterio funcionará la propuesta. Y una aplicación errática de la misma (a criterio en cada caso del juez interviniente) tendrá en el conjunto
un efecto claramente negativo y contraproducente porque aumentará la incertidumbre en
vez de reducirla.
132
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
son instrumentales, en los hechos operan constituyendo nichos de funcionamiento que quedan fuera de un control individualizado de los funcionarios.
Hay una cuestión que sigue pendiente y cuyo avance puede modificar
sustancialmente la práctica tribunalicia. ¿De qué modo puede usarse la
automación de procesos decisionales en beneficio de la tarea del abogado?
Hay dos instancias del proceso de aplicación: 1) fijación de las condiciones
de aplicación del programa; 2) programación. La segunda parte puede considerarse que será estandarizada, si se resuelve la primera, que es conflictiva
para el jurista, al que corresponde y debe tener en claro qué “instrucciones”
dará al programador. Aproximativamente hay dos aspectos: a) que el cálculo analice las alternativas del derecho objetivo (forma y fondo, es decir,
sustancial y procesal) aplicables al caso y sus aspectos fácticos en su relación
abstracta con ellos; b) el proceso decisorio del juez. Como un cierto mix
entre los dos ítems anteriores, aparece un tema que se hace visible e importante sobre todo en sociología y en ciencia política: la teoría sobre la toma
de decisión, que en el campo lógico aparece como “lógica de la toma de
decisiones”. Por otra parte, la tendencia a “automatizar” y “computarizar”
la vida jurídica ha producido desde 1975 aproximadamente una abundante
bibliografía relativa a sistemas y programas, que en la etapa siguiente, hacia
los años 1980, incluye –prioritariamente en muchos casos– los procesos de
toma de decisión, sin que los estudios semánticos guarden relación (cuali y
cuantitativa) con los sintácticos, siempre superexcedentes.3
En síntesis, tanto la pretensión de legitimar los argumentos jurídicos con
recursos de la lógica clásica (primera línea) como la de automatizar el proceso judicial (tercera línea) han chocado con las defensas de la libre decisión
judicial. Sin embargo, considero un pseudo-problema oponer coherencia
lógica y decisión judicial. Y argumento así: si la coherencia lógica se reduce
al planteo formal, entonces la libre interpretación pareciera oponerse (en
casos como el del ejemplo de la veracidad del testigo ya mencionado) a dicha
coherencia. Pero si por “coherencia lógica” entendemos no sólo un planto
formal (eventualmente insuficiente) sino un conjunto autoconsistente de
3
Este nuevo enfoque traído por las investigaciones informáticas, a su vez produjo una
avalancha editorial de la que da cuenta, entre otras bibliografías, la Bibliografia Internazionale - Informatica e Diritto XII, Firenze, 1986, que registra casi 3000 títulos sobre análisis
computarizado.
Andamios
133
Celina A. Lértora Mendoza
reglas de procedimiento, entonces podríamos concluir que no se oponen.
Es más, podría incluso –yo creo que debería– decirse lo siguiente: la coherencia lógica es una conditio sine qua non de la libre interpretación (aunque
no sea la única) porque sin coherencia lógica no habría libre interpretación
sino arbitrariedad, por falta de racionalidad en los fundamentos. Dado
que en nuestros sistemas jurídicos hodiernos la fundamentación racional
es un requisito esencial de todo dictamen (sentencia judicial, resolución
administrativa, etc.) la coherencia lógica resulta un integrante exigido en
forma expresa por el derecho positivo como condición de validez del acto. El
problema radica, en cambio, en hallar estrategias decisorias que respondan a
ese requisito. El análisis lógico clásico y el cálculo de probabilidades pueden
proponerse como tal. La discusión al respecto ha mostrado los límites muy
modestos de su viabilidad, ya que sólo pueden tomarse como un indicio más
entre otros muchos a tener en cuenta. Nos sigue faltando pues, aun luego de
haberlos considerado aplicables, una estrategia más comprehensiva y eficaz.
En síntesis, que ambos extremos, así enunciados, configuran una falsa
oposición. La solución sería integrar el análisis lógico clásico y el cálculo de
probabilidades en la libre interpretación y hacer consistir ésta en un análisis
racional de los elementos. Ahora bien, en este análisis, el orden decisional se
invierte. No es que el recurso lógico dé la solución, sino que el juez decide
usarlo como fundamento de una decisión y como argumento a favor de ella.
Desde otro punto de vista, insistir en la necesidad de este tipo de análisis
produce también el efecto contrario al buscado por los partidarios de estos
recursos, que es reducir al máximo que sea posible el peligro de arbitrariedad judicial por irracionalidad decisoria. Es más, yo estaría de acuerdo
en sostener que la utilización apresurada de un recurso lógico produce
indirectamente efectos de irracionalidad, cuando el lenguaje formalizado se
vacía de contenidos, o estos se mezclan arbitrariamente, al estandarizarse
acríticamente el lenguaje natural sobre el que se construye el cálculo.
1.2. La propuesta
Las dificultades reales y prácticas que se aprecian en la primera y tercera
líneas, conducen a la conveniencia de focalizar los enfoques más flexibles,
que se han mencionado como inicio de la segunda línea, es decir, recursos
134
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
lógicos vinculados a lógicas no clásicas, más flexibles, entre las cuales se
cuenta la propuesta de la fundamentación débil de Jorge A. Roetti (2014),
que tomaré como base de mi propuesta de aplicación a la lógica jurídica
enfocada al análisis de las controversias judiciales. Roetti señala que una de
las características que tienen todas las actividades retóricas y dialécticas es la
de ser prácticas simbólicas cuyo fin, como el de la guerra y su sucedáneo los
juegos, es la ‘‘victoria’’. Podemos incluir en el concepto amplio de “guerra”
el de cualquier controversia, como es el caso de una litis. Y aplicar también
el concepto de “lógica cooperativa” a las reglas de desarrollo de una controversia cooperativa.
En esta propuesta, si bien una controversia judicial (un juicio o litis)
toma habitualmente la forma de una controversia opositiva, es posible presentar elementos que tiendan a convertirla en controversia cooperativa, lo
cual redundaría en un mejoramiento del sistema judicial.
2. Desarrollo de la propuesta
2.1. El proceso judicial como controversia
2.1.1. Elementos teóricos
Concebir un juicio como una controversia implica asumir que se trata de
un orden dialéctico, es decir, de una lógica entendida como un sistema incompleto –y tal vez incompletable– de reglas de argumentación fundadas a
partir de la descripción de las condiciones necesarias de lo que se denomina
razón. (Roetti, 2014, p. 20). Por lo tanto, llegar a una sentencia luego de un
proceso controversial resulta ser una decisión racional en sentido amplio. Y
la ‘‘dialéctica’’, en la que se constituye y se manifiesta esta razón, es un juego
retórico y dialógico. Por otra parte, la retórica también está vinculada con
el diálogo. Roetti se plantea al respecto, si existe una estructura general para
todas estas posibilidades o si son inconmensurables.
Por otra parte, es necesario preguntarse por la pertinencia de un enfoque
acerca de la razón débil o ampliada en general, así como también en el caso
de aplicación a las controversias judiciales. Ahora bien, este tipo de enfoques
está suponiendo una fundamentación débil o quizá “insuficiente” al decir
Andamios
135
Celina A. Lértora Mendoza
de Roetti (2014), y justificar este tipo de fundamento es necesario porque
en realidad la mayor parte de nuestros argumentos no son apodícticos ni
analíticos como los enunciados de las ciencias formales. En las ciencias fácticas, sean naturales o sociales, en la filosofía y en nuestra vida cotidiana nos
manejamos más bien con conjeturas, como diría Popper, y en la mayoría de
los casos con fundamentos insuficientes. Pero como debemos continuar,
actuar, etc., usamos estos argumentos débiles hasta que son superados por
otros más fuertes. De allí que, en toda controversia, y con más razón, sea
necesario esgrimir un fundamento débil, ya que otra cosa no es posible,
para garantizar la racionalidad del proceso y su resultado.
La lógica cooperativa que propongo como desideratum de la controversia
que instaura un proceso judicial consiste en un diálogo cooperativo en el que:
Los dialogantes –al menos dos– tienen un fin común: someter a
examen la verdad –o al menos la verosimilitud– de sus creencias.
La ‘‘estrategia trascendente’’ de los dialogantes es común: alcanzar
una creencia fundada compartida, que llamaremos ‘‘homología’’, en
tanto que sus ‘‘tácticas inmanentes’’ son diferentes: constan de los
ataques recíprocos a las tesis del oponente para lograr su abandono
o revisión, y las defensas de las tesis propias y sus modificaciones.
(Roetti, 2014, p. 21)
Asumiendo entonces esta necesidad, se deben ver los pasos de una forma
débil de fundamentación que sea aceptable y adaptable al objetivo propuesto.
2.2. Pasos de la forma débil de fundamentación
Ya se ha dicho que cualquier forma débil de fundamentación, por su forma
dialéctica y/o tópica y/o retórica, ni puede usar el concepto de verdad, sino
otros que en un cálculo reemplacen. El concepto considerado generalmente
adecuado pro su proximidad al de verdad es el de verosimilitud.
2.2.1. La verosimilitud
Es claro que la definición de verosimilitud requiere una definición previa
de verdad, y esto revela la primacía de la verdad respecto de la verosimili136
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
tud (Roetti, 2014, p. 52). Y es así porque mientras que verdadero y falso
son contradictorios absolutos para la mayoría de los sistemas lógicos,4 no
ocurre lo mismo con los enunciados verosímiles o inverosímiles, porque la
verosimilitud y la inverosimilitud tienen grados, algunos muy próximos a la
verdad o a la falsedad, otros más alejados. Podemos entonces establecer esta
tabla donde el primero y el último ítem determinan contradicción, y las formas segunda y cuarta son contrarias entre sí y la tercera son equivalencias:
- Enunciado Verdadero
- Enunciado Muy verosímil
- Enunciado Medianamente verosímil
- Enunciado Poco verosímil
- Enunciado Falso
Poco inverosímil
Medianamente inverosímil
Muy inverosímil
Un enunciado es verosímil cuando se propone como verdadero, no lo
consigue plenamente, pero de todos modos ‘‘parece’’ ser verdadero. Son
muchas las causas posibles de una fundamentación defectuosa, causas que
dependerán del dominio teórico al que pertenezca el enunciado. En el caso
que nos ocupa, casi todos los enunciados que determinan o “cierran” los pasos de un proceso previos a la sentencia son verosímiles. Justamente lo que
se exige es que para aceptarlo, el juez fundamente su mayor verosimilitud
en relación al contrario. Esta es una regla usual aunque no está canonizada.
Así, por ejemplo, frente al testimonio de A que dice que X le pegó a Z, y
al de B que dice lo contrario, que Z le pegó primero a X, el juez aceptará el
testimonio de A si hay motivos para considerarlo más verosímil (por ejemplo, que A estaba más cerca que B de los contendientes, que su testimonio
es más conforme a lo que se ve en las cámaras de seguridad, etc.). El juez, si
bien tiene libre interpretación, tal como ya he dicho, debe guardar coherencia y razonabilidad, que en este caso consiste en valorar los elementos que
dan mayor verosimilitud al testimonio de A.
Nada se opone a considerar la verosimilitud con recursos de la lógica
probabilista, porque este uso no pretende (como en el caso mencionado
al principio) llegar a una verdad de la cual el juez no se puede apartar, sino
4 Una excepción son los sistemas llamados dialéticos, que admiten que algunos enunciados
tengan simultáneamente los valores de verdad ‘verdadero’ y ‘falso’.
Andamios
137
Celina A. Lértora Mendoza
establecer la verosimilitud, sobre todo en el caso de controversia y supone
la defensa de ella. Hay consenso entre los juristas que una sentencia declara
algo con consecuencias jurídicas, pero esta declaración es normativa y no
necesariamente veritativa. Sin embargo, los litigantes y en general la sociedad estiman que una sentencia, para ser justa y aceptable, además de ser
conforme a la ley y de haberse llegado a ella cumpliendo el debido proceso,
debe ser lo más cercana posible a la verdad, asumiendo que raramente todas
las condiciones de una verdad indubitable estarán cumplidas. Precisamente
por eso es que las sentencias son apelables, que los fallos de tribunales colegiados pueden ser divididos, etc. Pero por otra parte, aun cuando aceptemos
la cuasi imposibilidad real de establecer una verdad indubitable, el relato de
los hechos que en una sentencia se tienen por probados, aunque no pueda
decirse que sea absolutamente verdadero, tiene que ser verosímil, con el más
alto grado posible de verosimilitud. En la clasificación anterior, diríamos
que debe ser muy verosímil y su contrario muy poco verosímil. Qué grado
o índice matemático se pueda emplear para establecer esto es un punto de
discusión que, a mi modo de ver, no puede ser resuelto en general. Volveré
sobre esto a lo cual ya me he referido.
Si la verosimilitud se establece predominantemente por un proceso de
defensa, entonces que una proposición es verosímil sí es y en cuanto es
defendible. Este concepto se suma entonces al anterior.
2.2.2. La defendibilidad
Este concepto es similar tanto en teoría como en sus efectos prácticos para
las discusiones reales, a otros elaborados con igual objetivo. Tarski introdujo las nociones de ‘‘satisfacción’’ y de ‘‘satisfacibilidad’’ (Tarski, 1941),
de raigambre conjuntista. Paul Lorenzen y Kuno Lorenz, introdujeron en
sus juegos dialógicos las nociones de ‘‘defendible’’ y de ‘‘defendibilidad’’ en
un diálogo regulado o “juego dialógico” según su terminología (Lorenzen
y Lorenz, 1978).5
5 En un juego dialógico, un enunciado es ‘‘defendible’’ de un ataque o cuestionamiento del
oponente, cuando las reglas del juego –comunes a todos los jugadores– admiten al menos
una defensa para ese ataque o cuestionamiento. La defendibilidad, como la satisfacibilidad de
Tarski, no implica aún la verdad, pero son diferentes (conforme opina Roetti, 2014, p, 55).
138
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
Por su parte Roetti (2014) incorpora la noción de fundabilidad, que
considera más amplia que las nociones antes mencionadas y por tanto más
adecuada para todos los casos de fundamentación imperfecta, que estamos
considerando.
2.2.3 La fundabilidad
Un enunciado será ‘‘fundable’’ en sentido amplio:
1) Cuando, ante un cuestionamiento, el orador pueda presentar al menos
una entidad (o una colección de entidades) externa(s) al lenguaje del enunciado, que baste para persuadir a la audiencia o los cuestionadores (esto es
lo que corresponde a la teoría de la correspondencia y remite a la noción de
‘‘verosimilitud’’ de la misma), o bien
2) Cuando pueda ofrecer a la audiencia o a los cuestionadores un argumento sobre alguna forma de presunta compatibilidad del enunciado con un
sistema de otros enunciados previamente admitidos por esa audiencia, aunque dicha compatibilidad no suponga necesariamente una demostración
(Roetti, 2014, p. 56-57).
Podemos apreciar estas dos posibilidades en casos concretos de litis. Un
litigante cuestiona un documento contable presentado por la otra parte y
ésta responde que está confeccionado de acuerdo a las directivas de la ley de
contabilidad, indicando el artículo de la misma en que se subsume el tipo
de documento. En este caso la referencia a dicho cuerpo normativo que es
externo e inatacable, termina esa línea de argumentación controversial. Un
caso del segundo tipo es la invocación de una jurisprudencia establecida,
por ejemplo por un fallo plenario, que tanto ambos litigantes como el juez
conocen y aplican (porque además es obligatoria para los tribunales inferiores) y que resulta no igual pero sí compatible al caso en disputa.
Al mismo tiempo Roetti (2014, p. 58) propone una clasificación de
los enunciados fundable,6 que guarda analogía con la que se expuso antes
6 La clasificación completa es la siguiente y para cada una hay condiciones especiales: 1.
en sentido estricto (defendible) (puede ser verdadero) 1.1. intralingüística (dianoética o
coherentista) 1.2. extralingüística (noética o correspondentista) 2. en sentido lato (fundable)
(sólo puede ser verosímil) 2.1. intralingüística (dianoética o coherentista) 2.2. extralingüística (noética o correspondentista).
Andamios
139
Celina A. Lértora Mendoza
sobre la verosimilitud de los enunciados. Aunque se podrían hallar ejemplos aproximados de todos en el supuesto de una litis, me interesa señalar
especialmente que en los sistemas jurídicos aparece un acento en las formas
coherentistas, especialmente el caso 2.1. Y esto porque un juicio se concreta,
materialmente hablando, en un expediente, es decir, en un dossier de documentos de índole lingüística que trasladan al lenguaje jurídico los hechos
del mundo real implicados, y también las normas aplicables, constituyendo
en este caso una especie de metalenguaje que tiene sus propias reglas de validación. Cuando se da esta coherencia, si bien se pueden mencionar como
criterios aproximativos los fallos que tratan específicamente este punto y
que constituyen un dossier más o menos homogéneo, es algo que no se
puede afirmar en general al modo de una premisa universal en la cual se
subsuma el caso concreto, sino que se deberá ver en cada caso, teniendo en
cuenta, justamente, los aspectos de libre decisión judicial
Hemos llegado hasta este punto, en que apreciamos el carácter estrictamente lingüístico de la controversia judicial con todas sus consecuencias. Es
en este punto en que debemos dar dos pasos más. Por una parte, analizar la
controversia en cuanto a sus actores, con una aplicación de la teoría de los
juegos. Por otras, analizar la controversia en cuanto a los argumentos que se
esgrimen, es decir, sus aspectos de lógica retórica.
2.2.4. Controversia y teoría de los juegos
Un juego es una teoría formal (y en vías de formalización creciente) sobre
las elecciones ‘‘racionales’’ de estrategias de acción, en situaciones en las
que participan varios jugadores con fines parcialmente diferentes (Roetti,
2014, p. 73).
Los juegos pueden clasificarse en varias categorías, de las cuales considero tres, y en cada una de ellas es posible apreciar cómo se comporta una litis.
1. Por el número de jugadores, los juegos deben tener por lo menos dos
y no ser infinitos. En el caso de una controversia judicial en sentido
estricto, a las que me refiero aquí, las partes son solo dos, pues las
intervenciones de otros interesados (procesalmente “tercerías”) son
en realidad juicios que usan el entramado de un juicio en que en realidad deben dirimir sus derechos primero contra uno y luego contra
140
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
otro. Por ejemplo, en un juicio en relación a un inmueble, un actor,
digamos un acreedor, A, acciona contra quien considera propietario
del inmueble, B, pidiendo un embargo. Entonces aparece C, que
considera tener mejor derecho que B al inmueble (o todo el derecho,
negándolo a B) y se presenta en el juicio con una tercería de dominio.
No es propiamente que hay tres partes en igualdad lógica, sino que
tenemos: primera cuestión: A contra B; segunda cuestión C contra B
a quien discute su derecho al inmueble. Aquí A está al margen, y debe
esperar que se resuelva la controversia del dominio para proseguir
contra B con esa propiedad o contra otra. Obsérvese además, que el
fundamento de la litis entre A y B, que es una deuda de B con respecto a A, es distinta de la tercería que C le disputa a B, y no se resuelve
por las mismas normativas, ni con los mismos tipos de prueba.
2. Por la ‘‘suma’’ del juego. Es la suma de las ganancias y las pérdidas
de los jugadores, que puede ser constante, con independencia de las
movidas de los participantes, o variable según las jugadas que éstos
hagan. Si es constante puede ser de suma cero, positiva o negativa.
En la suma cero la posición que gana uno la pierde el otro, como en
las elecciones, las guerras y los juicios.
Puede decirse que los juicios son juegos de suma cero porque se cumple
la condición de que lo que gana uno lo pierde el otro. Por ejemplo, si A
presenta una prueba y B la rechaza con una contraprueba, si el juez da la
razón a A, B pierde su posición y a la inversa. Obsérvese que en las litis se
dan situaciones intermedias que podrían conducir a que la suma no fuese
cero. Por ejemplo si un juez rechaza la demanda de A pero no da la razón a
B en su contrademanda, ninguno de los dos gana, pero tampoco ninguno
de los dos pierde del todo. Lo mismo cuando una sentencia reconoce parcialmente el derecho de A en detrimento de B que lo niega, pero al mismo
tiempo reconoce a B algún derecho negado por A. Aspectos interesantes
se dan en la regulación de daños, de cargas del litigio, honorarios etc. En
muchas tradiciones judiciales, entre las que se cuenta la Argentina, es usual
que cuando ninguna de las partes obtiene todo lo que pidió (o negó) se
establezcan “costas por su orden” es decir, que cada parte pague lo que le corresponde en el gasto (honorarios de letrados, peritos, gastos fiscales, etc.).
3. Información disponible, En los juegos artificiales las estrategias
y sus probabilidades se conocen a priori. En cambio en los juegos
Andamios
141
Celina A. Lértora Mendoza
sociales, entre los que se incluyen muchas situaciones retóricas, los
conjuntos de estrategias de los jugadores y sus probabilidades son
en general desconocidas en detalle. Por lo tanto los cálculos recurren entonces a diversos criterios de asignación de probabilidades
por defecto (por ejemplo el ‘‘principio de razón insuficiente’’, o el
‘‘principio maximin o minimax’’). En los juegos sociales y económicos son muy importantes los criterios de esta estirpe y otros posteriores más elaborados, pero todos ellos son siempre cuestionables,
pues son el resultado de argumentos científicos ‘‘dialécticos’’ o de
‘‘fundamento insuficiente’’ y por lo tanto con aspectos defectuosos
o discutibles (Roetti, 2014, p. 80). En juegos retóricos, marco lógico
para la consideración de las litis interesan especialmente sus aspectos cualitativos. En este supuesto, las posibles jugadas de cada parte
son predecibles dentro de cierto rango, dado por las reglas procedimentales (los Códigos Procesales) pero también por la estrategia
de invocación de normas materiales. Este segundo aspecto amplía
considerablemente una estrategia. Por ejemplo, en una situación en
que una parte invoca un código municipal, la otra parte tiene un
escaso margen para responder, de acuerdo a los aspectos procedimentales; pero si en lugar de discutir el asunto aceptando el código
municipal, lo impugna como contrario a una ley superior, entonces
se ha producido un cambio cualitativo que implica un considerable
aumento de las posibles jugadas de ambas partes.
Está claro entonces, que es necesario considerar, al menos en forma
simplificada, la estructura general de estas sucesivas jugadas.
2.2.3. La estructura de las discusiones retóricas
Los elementos constitutivos de esta estructura son:
1. El “proponente” P y el ‘‘oponente’’ O; en el caso de la litis se denominan actor y demandado.
2. La “audiencia” (o público) A que en el caso de la litis es el Tribunal,
que puede ser unipersonal (Juez) o colegiado (Cámara, o Corte).
Obsérvese que, si bien la sentencia en ambos casos es una sola, cuando se trata de un tribunal colegiado las partes pugnan por convencer
142
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
a todos, aunque el fallo sale por mayoría. Pero para las partes es
importante convencer al menos a uno de los miembros para que su
punto de vista tenga reconocimiento en un voto en minoría, cuya
importancia para la continuación de ese u otros pleitos similares
está fuera de discusión.
Estos son los aspectos que Roetti llama “reales” y que yo llamaría también “personales”
3. Los “discursos” ‘d’ que, no necesariamente pero sí usualmente,
contendrán una o más tesis t, tesis que pueden ser teóricas, prácticas,
técnicas, o estéticas. En el caso de la litis son los escritos con los que
cada parte presenta e intenta probar su derecho en una situación
de conflicto. En cualquier caso el aspecto más importante son los
problemas de la persuasión. Siguiendo una idea de Roetti (2014,
p. 82) sobre la importancia del acuerdo respecto de tesis, señalo
de manera análoga la importancia del acuerdo sobre la normativa
aplicable, que cumple una función similar y que evita la excesiva
amplificación de posibles jugadas, como señalé antes.
Este aspecto es llamado “simbólico” por Roetti y yo lo llamaría más bien
“jurídico” (en sentido estricto, la discusión sobre el derecho).
Asumo la presentación de Roetti (2014, p. 92) sobre las tres formas de
discurso porque son aplicables al tema que me ocupa.
1. Discurso oracular. Tiene una estructura ternaria con dos aspectos
reales o personales: un orador y su audiencia, y un aspecto simbólico o jurídico, el discurso del orador. Esquemáticamente
O(d)⇒ Ass
Aunque ya he dicho que una litis en sentido estricto requiere dos partes,
hay situaciones procesales en que se inicia un juicio con una sola parte, porque es la opción que da el sistema, por ejemplo un juicio sucesorio con un
solo heredero. Si bien en estos casos no hay propiamente litis porque no hay
oponente (demandado), el actor debe “convencer a la audiencia” (es decir
Andamios
143
Celina A. Lértora Mendoza
probar ante el juez que tiene derecho a los bienes del causante) y el proceso
se termina, como en los otros casos, con una sentencia.7
2. La polémica. Se cuando hay al menos dos oradores que quieren
persuadir a una misma audiencia sobre al menos dos tesis que al
menos parecen incompatibles. Entonces se manifiesta un segundo
fin: vencer a un oponente.
La estructura de una situación polémica es pentádica, con tres partes reales
(dos oradores, O1 y O2 y una audiencia común Ass) y dos partes simbólicas, los respectivos discursos de los oradores d1 y d2, que se suponen al
menos aparentemente incompatibles y que caracterizan a los dos oradores
funcionales diferentes. Esquemáticamente:
O1(d1)⏐O2(d2)⇒ Ass (donde Ass puede ser Assu o Assp o Assi)
Es importante la observación de Roetti sobre esto:
Aunque el fin de la polémica sea una forma de persuasión en la que
la victoria de las propias tesis depende de la derrota de las tesis del
oponente, el escudriñar cada orador los ataques del oponente para
evitar ser derrotado tiene como consecuencia el establecimiento de
una serie de reglas a las que se obligan ambas partes, para que la polémica sea aceptable para cada una de ellas. Así comienza a establecerse,
ya en la sofística y al servicio del derecho y la política, un sistema de
reglas de juego que anticipan la lógica. Nadie necesita ser lógico para
vencer, pero debe ser capaz de cierto pensamiento lógico para no ser
vencido. (2014, p. 95)
En efecto, la historia del derecho muestra que cuando se instauró la idea
de un tercero, el juez imparcial, éste tenía amplias facultades para regular
las intervenciones; las mejores opciones se fueron estandarizando y así
surgió el derecho procesal, que actualmente limita mucho las facultades
7 Debo aclarar que la participación en este supuesto del agente fiscal no equivale a una
segunda parte, sino solamente a una medida de control. No es igual a la función de un fiscal
en un juicio penal, donde es actor o “proponente”.
144
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
dispositivas del juez sobre el proceso. Pero de todos modos hay bastante
campo de opciones para las partes, lo que puede alargar mucho el proceso.
De allí la importancia que casi todas las legislaciones dan actualmente a la
mediación judicial con que se inicia un juicio y antes de trabar la litis. Este
recurso permite a las partes ponerse de acuerdo, si no sobre sus reclamos, sí
al menos sobre el marco legal y los límites de sus respectivas pretensiones.
Es un hecho constatado por estudios de sociología jurídica, que la buena
voluntad y la “lógica” de las partes es tenida en cuenta por los jueces y que
en las sentencias se advierte un cierto castigo al díscolo.
3. El diálogo cooperativo. Consiste en fundar enunciados en un diálogo.
En este caso las partes deben actuar de modo que cada jugada conduzca a un
solo enunciado final. En el mundo jurídico, el instituto de la mediación tiende a este objetivo, buscando que la coincidencia cancele la situación litigiosa
sin llegar a un juicio propiamente dicho. Esta forma tiene varios subcasos
que presenta Roetti, de los cuales me interesa especialmente el quinto:
O(d) ⇒ Assp, con Assp ⊂ Assu
donde Assp es una audiencia particular estricta (la de cada parte) y Assu la
audiencia universal estricta (la suma de ambas). En el caso de la mediación la
audiencia particular es el apoyo de cada parte y eventualmente el mediador)
y la universal es el conjunto de agentes institucionales referidos (por ejemplo
tribunales, civiles, comerciales, etc.) incluyendo al mediador y su sistema.
4. Especies intermedias entre la situación polémica y la cooperativa.
Este punto, que Roetti (2014) desarrolla con amplitud, es importante para
la estructura de los juicios porque como es difícil que, una vez instaurado,
llegue a tener una forma cooperativa total, puede haber partes cooperativas
que contribuyen al buen resultado final. Dados los límites de este trabajo, no
me detengo en este análisis, sino que enfoco ahora un problema que es común a la polémica y la cooperación: la persuasión y que, por tanto, conviene
considerar aquí, porque es un elemento decisivo en las formas intermedias.
2.2.4. La persuasión
Las posibilidades de persuasión de un orador son (Roetti, 2014, p. 128-129):
Andamios
145
Celina A. Lértora Mendoza
1.
2.
3.
4.
5.
persuadir a todos,
persuadir a una mayoría (numéricamente) calificada,
persuadir a una mayoría (absoluta o simple),
persuadir a una minoría (al menos a uno),
persuadir a una parte calificada, mayoritaria, minoritaria, o incluso
unitaria ‘‘que cuente’’ cualitativamente.
Las posibilidades 1, 2, 3 y 4 son cuantitativas. La 5 y sus variantes son cualitativas. La condición pragmática genérica de victoria de un orador sobre
los demás, es la de persuasión con victoria (en una polémica de suma a lo
sumo cero).
Tal como ya lo expuse por mi parte, Roetti en esta instancia considera
que la retórica racional de Perelman y Olbrecht-Tyteca, con ciertas formas
posibles de universalidad y con simetrías argumentativas, caracteriza bien a
ámbitos como el del derecho, en el que, aunque no se haya modificado el
fin de la victoria de la propia tesis con el medio de la derrota del adversario,
se puede hablar de una cierta forma de racionalidad en un sentido amplio.8
Analizo ahora un caso propuesto por Roetti. Supongamos, nos dice,
una situación jurídica con dos litigantes, un juez y un jurado y en la que
las condiciones de victoria son asimétricas. Si se trata de juicios penales, las
condiciones de victoria de ambas partes serán definidas o reguladas ‘‘material-analíticamente’’ por el legislador (lo que significa que el legislador
impone una norma que prohíbe ataques –o aseveraciones– relativos a varios
predicados determinados ejemplarmente hasta ese momento): así puede regularse que el fiscal sólo ganará si persuade a la totalidad de los jurados de la
culpabilidad del reo, en tanto que la defensa ganará si consigue convencer al
menos a un jurado de la no culpabilidad del acusado (Roetti, 2014, p. 129).
Es un caso hipotético, pero que responde a la exigencia de unanimidad
del jurado, establecida en muchas legislaciones. Es decir, es la norma (anterior al juicio) que determina las condiciones de victoria y por tanto puede
establecer esta asimetría, por razones especiales. Coincido con Roetti en
que la finalidad es dar una “alta garantía” a la defensa en juicio: criterio de
universalidad para el fiscal y de singularidad para el defensor. Sin embargo,
8 Las dos formas básicas de la razón que distingue Roetti son ambas estrictas respecto del
fin, pero diferirán en los fines derivados y por lo tanto en los medios admitidos.
146
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
observa Roetti que ni siquiera esta asimetría garantiza la justicia en un
sentido elemental: la de que no sea condenado un inocente. Hay muchos
supuestos en que aun con esta asimetría puede ser condenado un inocente
(mayor habilidad del fiscal, complicidad con el defensor, jurados parciales
por prejuicios políticos, religiosos, raciales, etc.). Dado que no puede descartarse este peligro, lo que la asimetría busca es al menos bajar su probabilidad. Es decir, que una controversia judicial no tiene, y no puede tener, un
resultado predecible en sentido absoluto. En una situación polémica, cada
parte no busca la verdad sino fortalecer su posición; la verdad en todo caso
la busca el juez imparcial, con todas estas limitaciones que se han ido señalado en este trabajo, por lo cual no puede aspirar más que a la verosimilitud
con un fundamento insuficiente.
La situación retórica dialógica llamada por Roetti diálogo cooperativo,
elimina la actitud polémica. En ella cada orador tiene el fin formal común
de someter su propio discurso al otro orador, para su escrutinio y crítica.
En el caso de la mediación prejudicial (y en algunos casos en la mediación
convocada por el juez antes de trabajar la litis) se busca este dialogo sin intervención decisoria del tercero (el mediador es más bien un facilitador), En
este supuesto hay tesis (en forma de pretensiones jurídicamente fundadas)
opuestas y cada parte es un proponente de su propia tesis y un oponente de
la tesis del otro. ¿Estas posiciones deben ser realmente incompatibles? En un
diálogo cooperativo ¿no sería posible que ambos proponentes-respondentes
presentaran la misma tesis o demanda? La respuesta es que no, por el fin
que persiguen las partes: si ambas propuestas al menos parecieran idénticas,
entonces no son dos partes, sino una sola representada por dos oradores y
ambos discursos carecerían de sentido controversial. Pero nada impide que
haya dos tesis sólo aparentemente opuestas o incompatibles y que un procedimiento de diálogo llegue a mostrar esta situación. También puede suceder
que ambas partes acepten un antecedente fáctico pero que difieran en las
consecuencias jurídicas de solución, situación que también puede mejorarse
cooperativamente. Por ejemplo: dos herederos discuten sobre el destino de
los bienes que heredan y A, que quiere dinero efectivo, pide la venta; B se
niega porque quiere conservar la propiedad de sus padres. Hay recursos que
pueden mediarse para que A obtenga dinero y B no pierda el solar paterno.
Andamios
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Celina A. Lértora Mendoza
2.2.5. Reglas del procedimiento
1. Regla de desarrollo para el proponente. El proponente P puede elegir –
en circunstancias que dependerán de la regla de desarrollo para la constante
lógica del caso y de las circunstancias del diálogo– entre un ataque o una
defensa. Aquí analizo la variante que corresponde a la lógica intuicionista o
constructiva9, porque considero que responde mejor a la realidad procedimental legalizada de las controversias judiciales
Enunciado de la regla. El proponente P puede atacar cualquier aseveración
previa del oponente O, o defender su última aseveración del ataque del aquél.
2. Regla de desarrollo para el oponente. Enunciado. El oponente O puede
elegir –en circunstancias que dependerán de la regla de desarrollo para
la constante lógica del caso y de las circunstancias del diálogo– entre un
ataque o una defensa. O puede atacar la última aseveración del proponente
P o defender su última aseveración de un ataque de aquél. Valen las consideraciones limitativas indicadas para el caso anterior, en el supuesto de
controversias judiciales.
3. Continuación del procedimiento. Reglas de la victoria. La homología,
Definiciones (Roetti, 2014, p. 176 ss). 1. Hay ‘‘homología’’ en una rama
de un diálogo cuando la misma fbf (fórmula bien formada). aparece tanto
en el lado del proponente como en el lado del oponente. 2. Hay homología
formal en una rama de un diálogo cuando la homología se produce por el
mero uso de las reglas del juego. La homología formal será estricta si la fbf.
del caso es elemental, y será lata o amplia si la fbf. del caso es una fórmula
cualquiera. 3. Hay homología material en una rama de un diálogo cuando
la homología no aparece por el uso de las reglas del juego, sino por motivos
extrínsecos a ellas. La homología material será estricta si la fbf. del caso es
9
Roetti considera también la variante según la lógica clásica. Para el caso de la primera regla,
esta variante es: el proponente P puede atacar cualquier aseveración previa del oponente
O, o defender cualquier aseveración previa anterior de cualquier ataque anterior de aquél.
Como es claro, el orden procedimental real de los sistemas jurídicos no permite esta opción
pues las instancias polémicas se van cerrando con dictámenes parciales del tribunal. Por lo
mismo, tampoco se puede atacar en cualquier instancia del juicio una aseveración anterior
del oponente. Por esa razón es práctica negar todo el contenido del primer escrito de cada
parte. De este modo no se ataca por primera vez una aseveración a mediados del proceso,
sino que el ataque en esa instancia está contenido en el ataque general cuando se traba la litis.
148
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Lógica jurídica y proceso judicial
elemental, y será lata o amplia si la fbf. del caso es una fbf. cualquiera. Las
homologías en sentido estricto bastan para el fundamento suficiente en los
juegos dialógicos intuicionistas y clásicos.
Condición. Carece de sentido comenzar un diálogo, si las reglas permiten que una tesis no sea defendible o no sea atacable. Por ello una condición
trascendental de todo diálogo cooperativo es que éste pueda ser finito (Roetti, 2014, p. 179). Esta condición vale también para los diálogos polémicos
y los intermedios, cuando se aplican a las controversias judiciales. En este
ámbito hay varios recursos para asegurar la finitud de una controversia:
la cosa juzgada, la limitación de las instancias de apelación, los plazos, etc.
Debe observarse que el interés del sistema jurídico en la finitud de una contienda se reduce a cada caso particular, porque eso afecta inmediatamente
la seguridad jurídica de los contendientes. Pero no impide que la controversia se reproduzca con otros jugadores (salvo los casos muy especiales de
jurisprudencia obligatoria) y mucho menos que la doctrina continúe con la
polémica teórica. Por eso en realidad ninguna controversia en sentido jurídico está cerrada para siempre, porque incluso una reforma legal o constitucional puede cambiar una jurisprudencia hasta entonces obligatoria. Y por
eso también la retórica argumentativa teórica (doctrinaria) nunca decrece,
salvo que el cambio cultural o epocal la torne irrelevante.
Victoria formal y material. La victoria de un diálogo es formal cuando
todas las ramas de su árbol clausuran formalmente. Si hay victoria en todas
las ramas del árbol, pero ella es material en al menos una rama, entonces
la victoria del diálogo es material. Si no hay victoria ni formal ni material
en al menos una rama del árbol, entonces simplemente no hay victoria
(Roetti, 2014, p. 177).
1. Regla de la victoria para el proponente. El proponente P clausura
(gana) formalmente una rama del árbol del diálogo, cuando ha defendido
en ella su tesis o pretensión mediante una homología formal, o cuando el
oponente O no puede defender una fbf, que ha sido atacada previamente
por el proponente P, sin conceder a éste una homología formal. Si no hay
victoria formal en esa rama,
La regla de desarrollo para el proponente tiene variantes. Considero la
que corresponde a la lógica intuicionista o constructiva: se liberalizan sólo
los ataques permitidos al proponente.
Andamios
149
Celina A. Lértora Mendoza
Esquema
La barra vertical ‘|’ separa convencionalmente las regiones del oponente O
a la izquierda y del proponente P a la derecha. A la izquierda de ‘|’ se despliegan las jugadas del oponente O y a la derecha las jugadas del proponente
P. ‘A’ es la última tesis del proponente, ‘Σ’ es la colección de aseveraciones
previas (o hipótesis) del oponente). Cuando en el diagrama intuicionista (|)
se escribe ‘Σ’ del lado del oponente, eso significa que el proponente puede
atacar cualquier hipótesis previa del oponente (Roetti, 2014, p. 180)
Los distintos juegos dialógicos constructivos o intuicionistas básicos los
desarrollos que dan la victoria al proponente son presentados por Roetti
con una serie de seis pasos (p. 182) de los cuales interesa destacar la posible
ramificación y ello depende de la introducción de algunas constantes lógicas (Roetti, 2014, p. 183). Concretamente cuando hay:
1. la defensa de una conjunción,
2. la defensa de una cuantificación universal (esta regla, generalización
de la anterior, es esquemática y admite infinitas ramificaciones),
3. el ataque a una disyunción,
4. el ataque a una cuantificación existencial (regla esquemática, generalización como la 2) y
5. el ataque a una implicación, con ramificación entre la defensa de su
antecedente y el ataque de su consecuente por parte del proponente.
Todas estas estrategias de jugadas están pensadas desde las condiciones que
debe cumplir el proponente para ganar. En el caso del proponente la ramificación dependerá del tipo de regla de desarrollo del juego de que se trate.
En el caso de las controversias judiciales tenemos ejemplos de todos ellos: 1.
Cuando el actor ataca conjuntamente dos derechos que defiende el demandado, y los prueba y argumenta por separado; incluso pueden tomar la forma
del incidentes; 2. Podría decirse que son las distintas defensas de una norma
(por ejemplo, por la jurisprudencia, por la norma superior, por la aplicación
150
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
previa y la jurisprudencia del propio tribunal, etc.); 3. Sería el caso en que el
demandado alega la imposibilidad del actor de pedir dos medidas alegando
que sólo puede pedir una; el actor cuestiona esta disyunción considerada
exclusiva tomándola como inclusiva; puede darse la inversa si el actor es quien
la propone; 4. Se puede producir en el caso de que se discutan asuntos en que
la cantidad y calidad de las personas implicadas es relevante (por ejemplo las
demandas colectivas); 5. Es posiblemente el caso más interesante, ya que la
parte fundamental de la argumentación jurídica toma la forma implicativa,
por eso cuestionar la deducción suele tener un resultado ramificante.
2. Regla de la victoria para el oponente. En forma análoga a la del proponente, el oponente O clausura (gana) formalmente una rama del árbol
del diálogo, cuando ha defendido en ella su tesis o pretensión mediante
una homología formal, o cuando el proponente P no puede defender una
fbf, que ha sido atacada previamente por el oponente O, sin conceder a
éste una homología formal.
En el caso del oponente, puesto que éste no cuenta con ninguna liberalización de su regla de desarrollo, la ramificación es obligatoria. Tengamos en
cuenta que la ramificación para el oponente equivale a maximizar su capacidad de cuestionamiento de las aserciones del proponente y su capacidad
de defensa de sus propias aserciones: es decir, la ramificación obligatoria
no disminuye, sino que aumenta las posibilidades del oponente (Roetti,
2014, p 184). Con respecto a la controversia judicial, debe observarse que el
oponente tiene menos recursos procedimentales en cuanto la litis se traba
sólo sobre los puntos puestos por el actor. El demando, si quiere ampliar o
ramificar el proceso debe contrademandar, es decir, iniciar una especie de
juicio paralelo. Por ejemplo A acusa a B de un acto delictivo que lo perjudica (digamos una golpiza) y se constituye en querellante; B sólo puede defenderse dentro de los parámetros procesales correspondientes a la denuncia;
pero puede contras-atacar denunciando a A por falso testimonio, delito
frente al cual se constituye en querellante; sin embargo son dos juicios distintos, porque sus objetos de prueba lo son: en un caso es si existió o no la
golpiza, quién fue el culpable, etc., en el otro, si A mintió para perjudicar a
B. En otros casos la contrademanda puede transitar en el mismo expediente,
dependiendo del asunto.
3. Discusión y breve conclusión prospectiva. En todo este trabajo he
asumido la categoría de razón insuficiente como antecedente de mi propia
Andamios
151
Celina A. Lértora Mendoza
propuesta. Supone distinguir entre la pretensión de tener una razón suficiente y la de aceptar que no se puede. Ya Aristóteles vio este problema
cuando distinguió entre varios tipos de silogismos: apodíctico, dialéctico,
erístico y paralogismo. Dedicó sus Segundos Analíticos a la fundamentación
del silogismo demostrativo o apodíctico proponiendo para ellos una razón
suficiente. Ninguno de los otros puede, según él, alcanzar este rango. Son
todos casos de fundamentación insuficiente. La argumentación dialéctica,
dice Aristóteles (Top. I, 1, 100 a 18-b 23) es aquella que parte de opiniones
admitidas por todos, o ‘‘generalmente’’ admitidas, o admitidas por los que
saben. Esto no significa que la argumentación tópica carezca de reglas, sino
que las suyas son distintas. De allí que Perelman haya podido proponer
una lógica jurídica sobre esta base. La diferencia fundamental, coincido
con Roetti, es que sus reglas son derrotables, y por eso la argumentación
jurídica se constituye como una lógica no monótona, incluyendo el amplio
campo de la casuística. Aquí es necesario advertir que si bien la casuística es
inevitable (como en las reglas morales) un exceso de ella torna inaplicables
las reglas. Esto ya se vio claramente en la filosofía moral del siglo XVII, con
su extensa casuística, que en parte se reprodujo en el mundo jurídico.10
Esto ha llevado, como bien observa Roetti (2014, p. 212) a una apelación
a la prudencia del legislador, para restituir la universalidad a las reglas y con
ella su monotonía, lo cual puede ser una tarea infinita. Por mi parte, añado
que el esfuerzo por universalizar las reglas ha llevado indirectamente a la
postulación del “silogismo judicial”, una construcción cuya insuficiencia,
y aun su negatividad en vistas de la justicia particular, ya ha sido suficientemente criticada (y abandonada). Con ello quiero decir que, si bien un grado
de universalidad es necesario, no es conveniente que sea concebida de tal
modo que impida el libre juego dialéctico suficientemente reglado, como
he tratado de mostrar en este trabajo.
10
Obiter dicta: la casuística desordenada del derecho tardomedieval y renacentista condujo
a la formación de Corpus legales que intentaron asemejarse al Corpus Iuris justinianeo, con
mayor o menor fortuna. Precisamente la poca fortuna de las recopilaciones llevó a los juristas
del siglo XVIII a proponer cambios que condujeron luego de casi un siglo de teorización, al
gran movimiento codificador del siglo XIX, que todavía sigue siendo el sendero más transitado en los sistemas jurídicos continentales o latinos.
152
Andamios
Lógica jurídica y proceso judicial
Considero que aplicando los recursos de una lógica argumentativa de
tipo tópico y retórico, es posible dar una explicación razonable, aunque
sea insuficiente (ya que no es posible más) puesto que en definitiva la vida
jurídica es una dimensión de la existencia humana social que tiene sus propios fines, objetivos y recursos, que no son exactamente los mismos de la
búsqueda veritativa de la ciencia o la filosofía. El mayor mal que la sociedad
ve en la administración de justicia no es la falsedad en sentido estricto, sino
la arbitrariedad, que es la forma judicial de la irracionalidad. Analizar las
reglas procedimentales a la luz de una fundamentación débil es, a mi juicio,
la mejor opción para la lógica jurídica hoy por hoy. Y es un largo camino
constructivo en el que todos podemos dar algunos pasos.
Fuentes consultadas
Alchourrón, C. (1961). Los argumentos jurídicos a fortiori y a pari. En
Revista Jurídica de Buenos Aires. Núm. IV. pp. 177-199.
Aristóteles (1060). Aristotelis Opera. ex recensione Immanuelis Bekkeri,
Accademia Regia Borusica.
Bibliografia Internazionale (1986). Informatica e Diritto. Vol. XII.
Firenze.
Dualde, J. (1939). Una revolución en la lógica del derecho. Barcelona.
Flores, A. (1987). Motivazione della Sentenza, Valutazione delle Prove e
Libero Convincimento del Giudice. En Informatica e Diritto. Vol.
XIII. Núm. 3. pp. 103-106.
Kalinowsky, G. (1966). Introduction à la Logique Juridique. París.
Kelsen, H. (1960). Teoría pura del Derecho. Buenos Aires.
Klug, U. (1961). Lógica Jurídica. Caracas.
Lértora, C. (1996). Lenguaje jurídico y ‘lógica de la decisión’. A propósito de la veracidad testimonial. En El Derecho. Núm. 166. pp.
829-835.
Lértora, C. (1975). La tópica en la lógica jurídica. En Anuario de Filosofía del Derecho. Núm. 18. pp. 203-222. Madrid.
Lorenzen, P. y Lorenz, K. (1978). Dialogische Logik. Darmstadt: GBM.
Perelman, Ch. (1988). Lógica Jurídica y Nueva Retórica. Madrid: Civitas.
Andamios
153
Celina A. Lértora Mendoza
Perelman, Ch. y Olbrechts-Tyteca, L. (1952). Rhétorique et Philosophie:
pour une Théorie de l’Argumentation en Philosophie. París: Presses
Universitaires de France.
Roetti, J. (2014). Cuestiones de Fundamento. Buenos Aires: Academia
Nacional de Ciencias.
Tarski, A. (1941). Introduction to Logic. Nueva York.
Fecha de recepción: 28 de abril de 2023
Fecha de aceptación: 29 de julio de 2023
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1033
154
Andamios
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 129-154
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1034
Los teoremas de E. Husserl sobre la parte y el
todo. Un análisis desde la mereología modal
Luis Alberto Canela Morales*
Resumen. En la introducción al primer capítulo de la tercera investigación lógica, Husserl plantea su teoría mereológica (relación
entre objetos independientes y no-independientes) como parte
fundamental de una teoría pura de los objetos. A partir de este
análisis sobre la parte y el todo, Husserl presenta seis teoremas que
resumen dichas relaciones. Sorprendentemente, no ofrece ninguna
demostración formal de ellos, ni tampoco se prueba la validez de los
mismos. Los objetivos de este artículo son: exponer dichos teoremas,
luego proponer una traducción lógica apoyado en los desarrollos
mereológicos contemporáneos, en ello yace la originalidad de este
escrito, enseguida presentar las traducciones lógicas ya existentes
y, finalmente, las conclusiones pertinentes relativas al alcance la
propuesta husserliana.
Palabras clave. Husserl; mereología; fundación; dependencia;
composición.
E. Husserl’s Theorems on Part-Whole Relations:
An analysis from modal mereology
* Profesor en el Colegio de Veracruz. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (México); Miembro colaborador del Círculo Latinoamericano de Fenomenología. Investigador
invitado en el Husserl-Archiv der Universität zu Köln. Docente a nivel licenciatura, maestría
y doctorado. Autor del libro, Ser y calcular. El problema de las entidades matemáticas en
la fenomenología temprana de Edmund Husserl, Editorial Aula de Humanidades (2023).
Correo electrónico: lcanelamorales@gmail.com
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 155-180
Andamios
155
Luis Alberto Canela Morales
Abstract. In the introduction to the first chapter of his third
logical investigation, Husserl introduces his mereological theory as
a fundamental component of a pure theory of objects. Husserl’s
mereology is concerned with the relationship between independent and non-independent objects, which leads to the concept of
foundation as the central core. Husserl presents six theorems summarizing part-whole relations that are derived from this distinction.
Surprisingly, despite their fundamental importance, Husserl does
not provide any formal proof of these theorems. The purpose of
this article is to present these theorems, my proposed logical translation, existing logical translations, and relevant conclusions.
Key words: Husserl; mereology; founding; dependence; composition.
Introducción y estado del arte
En la introducción al primer capítulo de la tercera de las Investigaciones
lógicas,1 “La diferencia entre objetos independientes y objetos no independientes”, Husserl presenta su teoría de los todos y las partes como parte
fundamental de una teoría pura (apriorística) de los objetos como tales (Hua
XIX/1, p. 227). Teoría en la cual son tratadas las ideas pertenecientes a la categoría de objeto, como el todo y la parte, el individuo y la especie, el género
y la especie, la relación y la colección, la unidad, el número, la serie, el número ordinal, la magnitud etc. Dicha teoría de los todos y las partes estuvo
fuertemente influida por la ontología de los objetos ideales de Bolzano;2 por
la propuesta “mereológica” de Stumpf;3 la distinción entre partes lógicas y
1
Las referencias a la obra de Husserl se harán conforme a la siguiente edición: Husserliana– Gesammelte Werke. Para citar dicha edición emplearé, como ya es usual, la sigla “Hua”,
seguida del tomo en números romanos y las páginas en números arábigos (p.ej. Hua X, p.
56). Las traducciones son mías.
2 Cfr. Krickel (1995); Simons (1997) y Centrone (2018).
3 Husserl mismo lo advierte cuando señala que “la diferencia entre contenidos ‘abstractos’ y ‘concretos’, que resulta idéntica a la diferencia hecha por Stumpf entre contenidos
no-independientes e independientes, es de mayor importancia para todas las investigaciones
156
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
partes metafísicas de Brentano,4 y por los trabajos de Twardowski.5 Incluso,
todo parece indicar que el propio S. Leśniewski,6 el padre de la mereología
clásica, estuvo influenciado por las investigaciones de Husserl.
La idea de una teoría de los todos y las partes husserliana evoca al menos
dos modos de comprender la conexión o enlace entre objetos: (1) aquella
que se refiere a los objetos que no son (en ningún sentido) partes de un
todo y (2) aquella que se refiere a los objetos que sí forman parte de un
todo. Pues bien, siguiendo a Brentano, Husserl clasifica las partes de un
todo en partes lógicas y en partes disyuntas. Las partes lógicas, también
llamadas formales (género y especie) no introducen composición, pese a
lo que podrían sugerir los términos correlativos como multiplicidad/individuo o universal/diferencia especifica. En cambio, las partes disyuntas sí
presentan una composición genuina, ellas sí son auténticas partes.
Si asumimos que los objetos pueden estar unos con otros en relación
de todos y partes, ya sean parte real (wirklicher) o parte posible (möglicher)
(Hua XIX/1, 229), se obtiene la división más elemental: objetos simples
(einfache) y objetos compuestos (zusammengesetzt) (Hua XIX/1, p. 229).
Los objetos simples son aquellos que no pueden descomponerse en una
pluralidad ni dividirse en (al menos) dos partes disyuntas. En cambio, los
objetos sí se dividen en (al menos) dos partes (disyuntas) (Hua XIX/1, p.
229). El siguiente esquema esclarece mejor lo hasta ahora dicho:
fenomenológicas […]” (Hua XIX/1, 227). También puede revisarse Kaiser El-Safti (1994) y
Niel (2014).
4 Cfr. Baumgartner y Simons (1994), Baumgartner (2013) y Vieira (2016).
5 Cfr. Rosiak (1998).
6 Cabe aclarar que la posible influencia de Husserl sobre Leśniewski y su teoría de los tipos
no parte de los desarrollos de la tercera investigación lógica, sino de la noción de categorías significativas esbozadas en la cuarta investigación lógica. Cito a Leśniewski: “En 1921
construí mi ‘teoría de los tipos’, que Tarski mencionó en una nota a pie de su trabajo citado
anteriormente […] En 1922 delineé un concepto de categorías semánticas como reemplazo
de la jerarquía de tipos, que me es muy poco intuitiva. […] Desde un punto de vista formal,
mi concepto de categorías semánticas se relaciona estrechamente con teorías bien conocidas
sobre los tipos, especialmente con respecto a sus consecuencias teóricas. Sin embargo, intuitivamente, el concepto se relaciona más fácilmente con el hilo de la tradición que pasa por
las categorías de Aristóteles, las partes del habla de la gramática tradicional, y las categorías
significativas de Husserl” (1992, p. 421-422). No sobra decir que Leśniewski conoció a
Husserl a través de Twardowski quien fuera su supervisor de tesis doctoral.
Andamios
157
Luis Alberto Canela Morales
1. Partes lógicas (género y especie).
2. Partes disyuntas.
• Partes no-independientes (partes abstractas o Momentos).
• Partes independientes (partes concretas o Pedazos).
En la distinción entre partes disyuntas se pueden identificar dos tipos de
partes: las partes que no son independientes, las cuales no pueden existir
separadas del todo al que pertenecen, y las partes que sí son independientes,
es decir, que sí pueden ser separadas del todo. En otras palabras, los Momentos o partes abstractas son todas aquellas partes que son inseparables
entre sí, mientras que los Pedazos o partes concretas son todas aquellas
partes que sí son separables. Las variantes relacionales entre todos y partes
pueden resumirse, sin ser las únicas, en las siguientes tesis y corolarios:
Tesis (1). Tesis: La composición de un todo depende de la independencia de sus partes. Aquellas partes que son independientes pueden
ser separadas o divididas, mientras que las partes no independientes
están interconectadas y no pueden existir fuera del todo al que pertenecen.
Corolario (1). Para comprender la no independencia de las partes, es
necesario analizarla a la luz de contenidos que puedan contradecirla.
La existencia separada de una parte no independiente es incoherente
y su representación constituye una contradicción en sí misma.
Tesis (2). Un contenido es independiente si su esencia no se funda en
la dependencia de otros contenidos, incluso si se relaciona con ellos.
Los contenidos no independientes necesitan la presencia de otros
contenidos para existir.
Corolario (2). Los contenidos independientes pueden ser representados por sí y los contenidos no independientes solo pueden ser
notados por sí (Hua XIX/1).
Tesis (3). Los contenidos no independientes solo existen como partes
de un todo más grande. Los contenidos independientes pueden formar parte de un todo, pero no están obligados a hacerlo.
Corolario (3). Un objeto no independiente no puede existir fuera del
todo al que pertenece. Un objeto independiente puede existir sin ser
parte de un todo, aunque el término “parte” se utilice comúnmente
en relación con algo más grande.
158
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
A partir de la distinción entre independencia y no-independencia se llega
al núcleo central de la tercera investigación lógica que es la relación de
fundación (Fundierung). Ella establece las conexiones entre el contenido
formal y el contenido material. La idea de fundación implica que un momento no puede existir como tal si no está en una unidad más inclusiva.
Ser no independiente significa que se necesita una fundamentación mutua
o unilateral. La primera ocurre cuando uno no puede existir sin el otro, y
viceversa, mientras que la segunda se da cuando uno de los dos elementos
fundamenta al otro, pero este otro es indiferente para el primero, por ejemplo, las percepciones fundan los juicios, pero los juicios no fundan a las percepciones (Hua XIX/1, p. 270). Ambas relaciones de fundamentación son
aplicables tanto a los géneros como a los individuos, y la legalidad que rige
estas relaciones es esencial y necesaria.7 En otras palabras, la existencia del
término fundado siempre depende de la existencia del término fundante
Presentación y reconstrucción lógica de los seis teoremas
Luego de establecida la relación de fundamentación, Husserl enuncia seis
teoremas que resumen las relaciones parte-todo. El desarrollo se presenta a
partir del §14 de la tercera investigación lógica. Pese a lo esperado, Husserl
no presenta ningún tipo de demostración formal de dichos teoremas, aún
y cuando ellos tienen un interés primario en su teoría de los todos y partes:
Estos pensamientos quieren, y sólo pueden ser, meras indicaciones
para un futuro tratamiento de la teoría de los todos y las partes. Una
realización efectiva de la teoría pura que aquí tenemos en mente, de7
Como veremos más adelante, esto acarrea un serio problema pues la relación de fundamentación que Husserl utiliza —“un a sólo puede existir como tal a, en una unidad que lo
incluya, que lo enlaza con un μ, decimos que el a, como tal, necesita ser fundamentado por
un μ, o también que el a, como tal necesita ser complementado por un μ” (Hua XIX/1,
p. 267) — deja ambigua la forma en que ella difiere de la noción de dependencia. Los
“teoremas” que le siguen parecen implicar que el hecho de estar fundado en x implica la
dependencia de x, pero no viceversa.
Andamios
159
Luis Alberto Canela Morales
bería definir todos los conceptos con exactitud matemática y deducir los teoremas por argumenta in forma, esto es, matemáticamente
(Hua XIX/1, p. 294).
En lo que sigue expondré sumariamente los teoremas presentados por
Husserl, seguido de mi propuesta de traducción formal desde un punto
de vista “mereológico modal”. Al final del apartado presentaré de manera
general las traducciones formales más conocidas hasta ahora. Los teoremas
son los siguientes:
Teorema 1. Si un α, como tal, necesita ser fundado por un μ, entonces un todo que incluya como parte un α, pero no un μ, necesitara
igualmente de la misma fundamentación.
Teorema 2. Un todo que incluya como parte un momento no-independiente, sin incluir la complementación exigida por dicho
momento, también es no-independiente; y lo es relativamente a
los todos independientes superiores, en los cuales aquel momento
no-independiente esté contenido.
Teorema 3. Si G es una parte independiente de (relativamente a) Γ,
entonces toda parte independiente g de G también será una parte
independiente de Γ.
Teorema 4. Si γ es parte no-independiente de un todo G, también será
parte no- independiente de cualquier todo del cual G sea una parte.
Teorema 5. Un objeto relativamente no-independiente es también
absolutamente no-independiente. En cambio, un objeto relativamente independiente puede ser no-independiente en sentido absoluto.
Teorema 6. Si α y β son partes independientes de un todo G cualquiera, también serán independientes relativamente una de la otra.
(Hua XIX/1, p. 268-269)
Los seis teoremas tienen por base o por condición de fundamentación la ley
esencial que dice que:
Definición. Un a sólo puede existir como tal a, en una unidad que lo
incluya, que lo enlaza con un μ, decimos que el a, como tal, necesita
160
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
ser fundamentado por un μ, o también que el a, como tal necesita
ser complementado por un μ. Por consiguiente, si a0 μ0 son casos
singulares ejemplificados en un todo de los géneros a y μ, que se
encuentran en la relación indicada, decimos que a0 está fundado por
μ0 y exclusivamente por μ0 cuando sólo μ0 satisface la necesidad de
complementación que siente a0. Naturalmente podemos trasladar
esta terminología a las especies mismas. El equívoco aquí es completamente inofensivo. (Hua XIX/1, p. 267)
Asumiendo las principales tesis de la mereología modal de Walsh (2012),
tenemos que ella permite repensar conceptos de la mereología clásica como
lo es el de la posibilidad. La posibilidad, desde la mereología modal, nos dice
que dado un grupo de partes que componen un todo de cierto tipo puede
depender de las propiedades intrínsecas y la relación R entre sus partes, pero
la actualidad de que un grupo de partes componga un todo de cierto tipo
también depende de características más globales. En ese sentido, se establece
que lo que convierte una posibilidad en una actualidad no necesariamente
es interno o intrínseco a la cosa (las partes con su relación interna R entre
ellas) frecuentemente se requiere el contexto, las relaciones o el entorno más
amplio para llevar a cabo las potencialidades que crean objetos reales a partir
de posibles y personas reales a partir de posibles. Esto está ya en el planteamiento husserliano. Más aún, la mereología modal tiene importantes
ventajas sobre la mereología clásica ya que subvierte uno de los principales
motivos del universalismo clásico al permitir que la composición sea fácil
ya que cualquier cosa puede componer algo. Desde luego, se añade la idea
de ser también un universalista posibilista (cualquier grupo de cosas puede
posiblemente componer algo), pero un restrictivista actualista (solo algunos
grupos de cosas realmente componen algo). Por lo tanto, desde esta mereología modal no solo tiene la ventaja del restrictivismo clásico en cuanto a
un menor número de entidades reales, sino que también concuerda con
nuestras intuiciones modales más liberales sobre el número de posibilidades. Usando algunos axiomas como:
•
•
Axioma de reflexividad: □(x ⊆ x),
Axioma de transitividad: □((x ⊆ y ∧ y ⊆ z) → x ⊆ z).
Andamios
161
Luis Alberto Canela Morales
•
•
Axioma de invarianza: □((x ≡ y ∧ ∀z (z ⊆ x ↔ z ⊆ y)) → x = y)
Axioma de conexión: □(∃y (y ⊆ x))
Los teoremas quedarían del siguiente modo:
Teorema 1: □(α ⊆μ) ∧ □(α ⊆ G) → □(μ ⊆ G)
La implicación modal indica que la relación de parte entre μ y G es necesaria
en virtud de las relaciones de parte entre α, μ y G.
Teorema 2: □(M ⊆¬I) ∧ □(M ⊆ G) → □(¬I ⊆ G)
La implicación modal indica que la relación de parte entre ¬I y G es necesaria en virtud de las relaciones de parte entre M, ¬I y G.
Teorema 3: □(G ⊆Γ) ∧ □(g ⊆ G) → □(g ⊆ Γ)
La implicación modal indica que la relación de ser una parte (g) en Γ es
necesaria en virtud de las relaciones de ser una parte (G) en Γ y una parte
(g) en G.
Teorema 4: □(γ ⊆G) ∧ □(γ ⊆ G) → □(γ ⊑ H)
La implicación modal indica que la relación de ser una parte no-independiente (γ) en H es necesaria en virtud de las relaciones de ser una parte
no-independiente (γ) en G y una parte (G) en H.
Teorema 5: □(I ⊆¬I) ∧ □(¬I ⊆¬I) → □(I ⊆¬I) ∧ □(¬I ⊆I)
La implicación modal indica que estas relaciones de dependencia son necesarias en virtud de las propiedades de independencia y no-independencia de
los objetos involucrados.
Teorema 6: □(α ⊆G) ∧ □(β ⊆G) → □(α ⊆β) ∧ □(β ⊆α)
162
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
La implicación modal indica que las relaciones de ser partes independientes (α, β) en G implican las relaciones de ser partes independientes (α, β)
entre sí. En otras palabras, si dos partes son independientes en el contexto
de un todo, entonces también serán independientes una de la otra dentro
de ese mismo contexto.
Controversias e interpretaciones formales de los “Teoremas
de Husserl”
Los teoremas anteriores han merecido una revisión completa e intentos de
formalización a lo largo de varias décadas. En este apartado presentaré de
manera panorámica cada una de estas formalizaciones hasta hoy conocidas.
Debo anticipar que las demostraciones, largas y detalladas, escapan por
completo a esta investigación por lo que no serán motivo de explicación.
El ensayo de Eugene Ginsberg titulado Sobre los conceptos de dependencia
e independencia existencial (On the Concepts of Existential Dependence and
Independence)8 (1982) tiene el mérito de ser el primer texto que estudia de
manera detallada la tercera investigación lógica de Husserl y también el intentar refutarlo. El artículo comienza con las definiciones de Stumpf sobre
los contenidos dependientes e independientes y continúa con las de Höfler,
Twardowski y, finalmente, se centra en la crítica a la tercera investigación
lógica de Husserl, específicamente en la sección sobre la teoría de los conjuntos y la teoría de las partes. Ginsberg argumenta que Husserl se equivoca
al tratar de aplicar la lógica formal a la ontología, ya que la ontología no se
puede reducir a la lógica formal. Ginsberg sostiene que la teoría husserliana
de los conjuntos se basa en la noción de “dependencia existencial”, que es
una relación entre partes y todo en la que las partes dependen ontológicamente del todo. Según Ginsberg, de los seis teoremas que componen la
tercera investigación lógica, solo los teoremas I, III y V son válidos. Los
teoremas II, IV y VI son falsos porque no tienen en cuenta la diferencia
entre las relaciones de dependencia existencial y las relaciones puramente
formales entre conjuntos. Ella argumenta que los teoremas II, IV y VI de
8
Publicado originalmente en 1929 en el volumen 32 del Archiv für systematische Philosophie
und Soziologie bajo el título „Zur Husserlschen Lehre von Ganzen und Teilen“ (p. 108-120).
Andamios
163
Luis Alberto Canela Morales
Husserl se basan en la idea de que las partes de un todo tienen la misma
relación con el todo que las partes de otro todo.
Pero, según Ginsberg, esto es falso porque las partes de un todo pueden
depender ontológicamente del todo de diferentes maneras. Ginsberg propone que las partes de un todo pueden tener una dependencia existencial
fuerte” o una “dependencia existencial débil”. La dependencia existencial
fuerte implica que la existencia de las partes depende completamente del
todo, mientras que la dependencia existencial débil implica que la existencia
de las partes solo depende parcialmente del todo. En otras palabras, su argumento se basa en que un todo que incluya un momento dependiente sin
comprender cómo su complemento, que exige ese momento, es igualmente
dependiente y relativo a cualquier todo independiente superior en el que se
encuentre contenido ese momento, no es un todo.
No obstante, esta crítica es errónea por varios motivos. El primero de
ellos es que Ginsberg interpreta los teoremas mereológicos de manera demasiado literal y, paradójicamente, su crítica se debe a que no considera las
sutilezas de la lógica y la ontología husserlianas. Por ejemplo, las diferencias
entre partes relativamente independientes y no independientes. En segundo lugar, Ginsberg interpreta los teoremas como si se aplicaran a objetos
aislados, cuando en realidad los teoremas mereológicos de Husserl se refieren a objetos en relación. En tercer lugar, no tiene en cuenta la distinción
propuesta por Husserl entre fundamentación mediata y fundamentación
inmediata. La dependencia de una parte a un todo o de un todo a un todo
superior es una dependencia inmediata que no afecta a la dependencia mediata de una parte o un todo previo.
En el ensayo de Peter Simon La formalización de la teoría de los todos
y las partes de Husserl (The Formalization of Husserl’s Theory of Wholes
and Parts) (1982) se presenta un trabajo más completo en cuanto a la formalización de esta teoría utilizando herramientas lógicas modernas. En su
análisis de la teoría de Husserl, Simons comienza por distinguir entre dos
tipos de partes: partes integrales y partes parciales. Las partes integrales son
aquellas que son necesarias para la existencia del todo, mientras que las partes parciales son aquellas que no son necesarias para la existencia del todo,
pero contribuyen a su estructura y organización general. Simons argumenta
que esta distinción es importante para comprender la naturaleza de los
164
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
conjuntos y partes, ya que nos permite diferenciar entre aquellas partes que
son esenciales para el todo y aquellas que no lo son. Simons observa que la
teoría de Husserl se puede entender en términos de una relación de parte
a todo caracterizado por cierto tipo de dependencia (¿funcional?). Según
Simons, la teoría de Husserl es no-extensional, lo que obliga a trabajar con
conceptos como necesidad y esencia (p. 116).9 En el capítulo VII de Parts. A
Study in Ontology (1987), reitera su crítica al señalar que el programa de los
todos y las partes de Husserl no puede asumir el término Fundierung como
un tipo de dependencia formal, sería, en todo caso, un tipo de dependencia
ontológica o existencial.
Argumentemos un poco más lo inmediatamente anterior. En primer
lugar, es necesario resolver la cuestión de si la relación de Fundierung debe
tomarse como un predicado o como un operador sentencial. Ambas opciones presentan dificultades innecesarias. Si se toma como un predicado, la
relación de fundamentación se expresa en los términos “estar fundamentado en estados de cosas, objetos, universales, etcétera”; si se toma como un
operador sentencial, la fundamentación debe hacerse mediante un operador o conectiva, por ejemplo, la implicación estricta entre oraciones. Ambas
propuestas traen consigo dificultades innecesarias. En la primera propuesta
se requeriría precisar el tipo de categorías ontológicas y sus relaciones de
fundamentación incluso entre universales; en la segunda propuesta, la
fundamentación en términos operacionales es más débil. En segundo
lugar, si radicalizamos la propuesta de Simon, resulta que el concepto de
Fundierung sería una suerte de versión esencialista donde una entidad Φ
es ontológicamente dependiente de otra entidad Ψ si y sólo si Ψ constituye
9
Peter Simons reconoce que la teoría de los todos y las partes de Husserl es no-extensional
porque, a diferencia de la teoría extensional tradicional, aquella se basa en la noción de necesidad y esencia, en lugar de la mera relación de inclusión. En la teoría extensional, la relación
entre un todo y sus partes se basa en la noción de inclusión, donde un conjunto incluye a
otro si todos sus elementos también pertenecen al conjunto más grande. En cambio, en la
teoría de los todos y las partes de Husserl, la relación entre un todo y sus partes se basa en la
noción de necesidad y esencia, donde una parte es esencial si es necesaria para la existencia
del todo, es una relación ontológica más fundamental. Este enfoque no-extensional sugiere a
Simons que, en lugar de basarse en la lógica extensional tradicional, que se basa en la relación
de inclusión, se debe utilizar una lógica modal, que se basa en la noción de necesidad y posibilidad, para formalizar la teoría de Husserl.
Andamios
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Luis Alberto Canela Morales
una proposición que es verdad en los términos de la identidad de Φ. Sin
embargo, para Husserl, la noción de Fundierung es una noción ontológica
primitiva no analizable ni reducible a enfoques esencialistas, por lo que
en el enfoque de Simons tampoco captura el sentido original de Husserl.
Inclusive, es posible argumentar que la noción de dependencia ontológica,
analizada en términos de la relación de fundamentación, poco tiene que ver
con una implicación que haría de la dependencia ontológica una relación
más débil que la de fundación.
Como ya se advirtió líneas atrás, Husserl caracteriza dos nociones de
fundamentación: la fundamentación de especies y la fundamentación objetual. La fundamentación de especies es una relación binaria que conecta
especies con clases y la fundamentación objetual es una relación binaria
entre objetos. Husserl considera explícitamente que la noción de fundamentación de especie es más fundamental que la objetual. Empero, de lo
anterior surgen varios problemas. Uno de ellos es que no está claro cómo
dar un sentido preciso a la caracterización de la fundamentación de especies
y el otro es que la caracterización de la fundamentación objetual no capta
apropiadamente la noción objeto-parte. Sobre el primer problema, Simons
presenta una simbolización para los miembros individuales. Si, por ejemplo, consideramos que α ˥ β = “α's están fundados sobre los β's” y α ⎞ β = , y
= “objeto que contiene un α pero no un β como parte”, el primer teorema,
según Simons, quedaría definido del siguiente modo: α ˥ β ⊃ α ⎞ β ˥ β. Bajo
esta óptica, el teorema II no es derivado del teorema anterior, pues mientras
el teorema I habla de especies, el teorema II se predica de individuos y, por
tanto, este último teorema se prueba como falso. Este problema detectado
por Simons será visualizado años más tarde como el problema “del paso de
la interpretación genérica de las partes y todos a la interpretación objetual”.
Otra formalización se encuentra en Gilbert T. Null y Roger A. Simons
en su ensayo Variedades, Conceptos y Momento-abstracto (Manifolds, Concepts and Moment-Abstracta) (1982). El artículo comienza presentando la
noción de “Concepto” como una entidad que se ocupa de las propiedades
de un objeto matemático, y que puede ser considerada como un objeto
abstracto en sí mismo. Null y Simons argumentan que los conceptos no
son simplemente abstracciones de las propiedades de los objetos, sino que
también tienen una realidad independiente que se puede estudiar. A conti-
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Andamios
Los teoremas de E. Husserl
nuación, presentan la noción de “variedad” como un tipo de objeto matemático que tiene propiedades estructurales importantes, como su topología
y su curvatura. Ellos sugieren que se puede entender mejor la estructura
profunda de las variedades a través de la noción de “momento-abstracto”
(o “momento ontológico” o “momento estructural”). Un “momento-abstracto” es una entidad abstracta que representa una propiedad estructural
importante de una variedad. Estos momentos-abstractos pueden ser utilizados para estudiar la forma en que se transforman bajo ciertas operaciones
matemáticas como la diferenciación. Así, al distinguir diferentes tipos de
variedades y relaciones entre variedades, se hacen posibles distinciones
análogas relativas a conceptos predicativos como los todos y las partes. Vistas estas relaciones desde el ámbito ontológico, las variedades tendrían las
propiedades de los universales o individuos universales de orden superior.10
Vistas desde el ámbito epistemológico, las variedades se definirían como
extensiones de conceptos formulados lingüísticamente.
Bajo el título Matrix Representation of Husserl’s Part-Whole-Foundation Theory (1990), Richard Blecksmith y Gilbert Nulle se centran en la
representación matricial de la teoría de los todos y las partes de Husserl con
el objetivo de mostrar que dicha teoría puede interpretarse en términos de
matrices booleanas. El ensayo persigue dos objetivos: uno general y uno
específico. El objetivo general es introducir e ilustrar, con el uso de matrices
booleanas, las propiedades lógicas de predicados y, por tanto, de proporcionar caracterizaciones matriciales de modelos finitos para conjuntos de
axiomas que contienen dichos predicados. El objetivo específico se traduce
en presentar la teoría de los todos y las partes de Husserl y la fundación de
esos objetos en sus partes. Luego, utilizan el álgebra booleana para representar estas relaciones de manera matricial. En su representación matricial,
los objetos y sus partes se representan como conjuntos de elementos, y las
10 Por ejemplo, la reinterpretación del teorema II, en términos de la lógica de segundo orden
monádica utilizando las relaciones de inclusión, quedaría como sigue: Un todo que incluya
como parte un momento no-independiente, sin incluir la complementación exigida por
dicho momento, también es no-independiente: Si una clase A es un todo que incluye como
parte una clase B, que es un momento no-independiente y no se incluye la complementación
exigida por B, entonces A es no-independiente. Lo es relativamente a los todos independientes superiores, en los cuales aquel momento no-independiente esté contenido: Además, A es
no-independiente en relación a cualquier todo independiente superior C que contenga a B.
Andamios
167
Luis Alberto Canela Morales
relaciones entre ellos se representan mediante operaciones booleanas como
la intersección, la unión y la complementación, entre otras. Por ejemplo,
se pueden utilizar las matrices booleanas para representar conjuntos de
objetos que satisfagan las condiciones establecidas en el enunciado. En este
caso, podríamos utilizar una matriz booleana M de tamaño n x n, donde n
es el número de objetos que consideremos en nuestro sistema mereológico.
Para representar el enunciado en la matriz booleana el primer teorema de
Husserl, primero necesitaríamos identificar cuáles son los objetos que corresponden a α y μ. Supongamos que tenemos los objetos {α, μ, A, B, C} y
que α y μ son dos de estos objetos. Podemos definir los siguientes conjuntos
de objetos:
•
•
Conjunto de objetos que necesitan ser fundados por μ: F = {α, otros
objetos que necesiten ser fundados por μ}
Conjunto de objetos que incluyen a α pero no a μ: I = {objetos que
incluyen a α pero no a μ}
Podemos representar estos conjuntos en la matriz booleana M de la siguiente manera:
•
•
•
La fila i y columna j de M corresponden a los objetos i y j respectivamente.
Mij = 1 si el objeto i es parte del objeto j, es decir, si i está incluido
en j.
Mij = 0 si i no es parte de j.
Con esta definición, podemos utilizar la matriz booleana para verificar
si el enunciado es verdadero o falso en nuestro sistema mereológico. Por
ejemplo, si el objeto α necesita ser fundado por el objeto μ, entonces todos los objetos que incluyen a α como parte necesitarán igualmente de la
misma fundamentación. Podríamos verificar esto en la matriz booleana M
mediante la siguiente operación:
M [F, I] == 1 => M [F, F] == 1
Esta operación nos indica que si todos los objetos en I (los que incluyen
a α pero no a μ) tienen como parte al objeto μ, entonces todos los objetos
168
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
en F (los que necesitan ser fundados por μ) también tienen como parte al
objeto μ. En suma, Blecksmith y Null argumentan que esta representación
matricial de la teoría de los todos y las partes de Husserl, lo que ellos llaman
“estructuras de Husserl”, permite una mayor comprensión y análisis de las
relaciones entre objetos y sus partes, y proporciona una herramienta útil para
la investigación en áreas como la ontología, la teoría de conjuntos y la lógica.
Otra de las formalizaciones más acertadas se encuentra en el ensayo de
Kit Fine “Part-Whole” (1995). Este ensayo se centra en analizar la noción de
partes y todos en filosofía, y en particular, en la propuesta de Husserl. Lo
que Fine advierte es que Husserl mezcla formulaciones generales con formulaciones particulares en su teoría, lo que puede llevar a cierta confusión.
Fine argumenta que Husserl comienza su teoría con formulaciones generales, es decir, que define los conceptos de partes y totalidades en términos
abstractos, sin hacer referencia a objetos particulares. Sin embargo, en algunos momentos de su teoría, Husserl cambia a formulaciones particulares, es
decir, comienza a hablar de partes y totalidades concretas, que corresponden a objetos específicos en el mundo. Esto también de denomina como “el
paso de la interpretación genérica de las partes y todos a la interpretación
objetual” (Simon, 1982). Veamos este punto con cierto detalle. En la tercera
investigación lógica, Husserl señala:
Por consiguiente, si a0 μ0 son casos singulares ejemplificados en un
todo de los géneros a y μ, que se encuentran en la relación indicada,
decimos que a0 está fundado por μ0 y exclusivamente por μ0 cuando
sólo μ0 satisface la necesidad de complementación que siente a0. Naturalmente podemos trasladar esta terminología a las especies mismas.
El equívoco aquí es completamente inofensivo. (Hua XIX/1, p. 267.
Las cursivas no son propias del original)
Sin embargo, es el caso que el equívoco sí es del todo perjudicial. En primer
lugar, la terminología utilizada no está claramente definida y puede resultar
confusa. Por ejemplo, se utiliza la expresión “casos singulares ejemplificados
en un todo de los géneros α y μ” sin explicar claramente lo que se entiende
por “casos singulares” o “géneros α y μ”. Esto puede llevar a interpretaciones equivocadas del teorema. Además, se hace referencia a la necesidad de
Andamios
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Luis Alberto Canela Morales
complementación que siente α0, pero no se explica claramente en qué consiste esta necesidad ni cómo se relaciona con los demás términos utilizados
en el teorema. Por otro lado, también hay una confusión en la expresión
“podemos trasladar esta terminología a las especies mismas”, ya que no se
explica claramente cómo se relacionan las especies con los géneros y los
casos singulares mencionados anteriormente. Es decir, en el caso de que se
estuviera refiriendo a especies, no queda claro cómo sería la dependencia
entre los individuos, pues en la ley anterior: “algún miembro de una especie
complementa a otro miembro de otra especie” no se determina qué miembro
de la especie debe funcionar como complemento fundamentante.
De hecho, la mayoría de las veces no queda claro si Husserl se está refiriendo a individuos o a especies (Banega, 2005). Una forma de dar un rodeo
a este “salto categorial” es redefinir, según Fine, el núcleo proposicional,
esto es, hacer una distinción clara entre dos tipos de principios en la teoría
de los todos y las partes: principios de composición y principios de dependencia. Los principios de composición establecen cómo se construyen los
objetos compuestos a partir de sus partes, mientras que los principios de
dependencia establecen cómo las partes dependen del todo al que pertenecen. Fine sostiene que la interpretación genérica se aplica a los principios de
composición, mientras que la interpretación objetual se aplica a los principios de dependencia. Es decir, los principios de composición se formulan en
términos de funciones y relaciones generales, mientras que los principios de
dependencia se formulan en términos de objetos concretos y particulares.
Sin embargo, no puede hacerse lo mismo con los siguientes teoremas que
requieren la simbolización de las nociones de parte dependiente, todo independiente y parte relativamente dependiente y, por tanto, las simbolizaciones
de una fundación estricta y una fundación débil.
Otro aporte se lo debemos a Jean Petitot en su ensayo Sheaf mereology
and Husserl’s morphological ontology (1995). Petitot explora la relación entre
la teoría mereológica de los haces (sheaf mereology)11 y la ontología morfológica propuesta por Husserl tanto en Investigaciones lógicas como en Ideas I.
11 La teoría mereológica de los haces es una extensión de la mereología clásica que se desarrolló en el ámbito de la topología algebraica. Se basa en la noción de haces, que son conjuntos
que asocian a cada elemento de un espacio topológico una familia de objetos algebraicos que
satisfacen ciertas condiciones.
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Andamios
Los teoremas de E. Husserl
Petitot sostiene que la teoría mereológica de los haces es especialmente relevante para la ontología morfológica de Husserl, ya que permite abordar de
manera más precisa y rigurosa la noción de estructura que se desarrolla en
su obra. En particular, la teoría de los haces permite analizar las relaciones
entre los diferentes niveles de estructuración de la experiencia, así como las
interacciones entre los componentes que conforman una estructura. Para
ello, Petitot utiliza la noción de sheafification, que consiste en transformar
un espacio topológico en un haz de objetos algebraicos, de manera que se
preserven ciertas propiedades estructurales relevantes. Esta técnica permite
abordar la ontología morfológica de Husserl desde una perspectiva formal
y matemática, lo que a su vez permite desarrollar una teoría más rigurosa y
precisa de las estructuras.
Desde esta perspectiva el teorema: “Si γ es parte no-independiente de un
todo G, también será parte no- independiente de cualquier todo del cual G
sea una parte”, podría entenderse de la siguiente manera: si consideramos
un todo G como un espacio topológico, y a γ como un objeto algebraico
asociado a cada punto de G, entonces la afirmación de que γ es una parte
no-independiente de G se traduciría en que γ no puede ser definido de
manera autónoma, sino que depende de la estructura del todo G. En este
contexto, el teorema afirma que si γ es una parte no-independiente de G,
entonces también será una parte no-independiente de cualquier otro todo
que contenga a G como parte. Esto se debe a que la dependencia de γ de la
estructura del todo G se mantiene en cualquier otro todo que incluya a G.
Por ejemplo, si consideramos el todo G como el conjunto de todas las personas de CDMX, y γ como el conjunto de todas las personas que trabajan en
una empresa determinada, entonces γ es una parte no-independiente de G,
ya que su definición depende de la estructura del todo G. El teorema afirma que, si tomamos otro todo que contenga a CDMX, como el conjunto
de todas las personas en México, entonces γ seguirá siendo una parte no-independiente de este nuevo todo, ya que su definición sigue dependiendo
de la estructura del todo G. En resumen, la propuesta de Petitot consiste
en aplicar la teoría mereológica de los haces a la ontología morfológica de
Husserl, lo que permite formalizar y analizar de manera rigurosa las estructuras que subyacen a la experiencia. Esto permite desarrollar una teoría más
rigurosa y precisa de la ontología de Husserl, y de los diferentes niveles de
estructuración de la experiencia que él propone.
Andamios
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Luis Alberto Canela Morales
El ensayo Basic Concepts of Formal Ontology de Barry Smith, publicado
en 1998, presenta una introducción a la ontología formal husserliana y describe algunos de sus conceptos fundamentales clasificándolos tres categorías: la teoría de los todos y las partes; la teoría de la dependencia y la teoría
del límite, y la continuidad y el contacto. El trasfondo del que parte Smith
es, curiosamente, un enfoque topológico que se torna más evidente, según
este autor, en el tratamiento de la noción de fusión. La sugerencia de Smith
es, pues, una mereotopología cuyos conceptos fundamentales (conjunto
abierto, conjunto cerrado, densidad, límites, puntos, etc., y con relaciones
primitivas como parte interior, parte discreta, punto interior, etc.,) ofrezcan
un marco más adecuado para la ontología formal de Husserl.
Las razones son varias. En primer lugar, permite una mayor precisión en
la descripción de las relaciones espaciales entre partes y todo, permitiendo
así una mayor claridad en la formulación de las hipótesis mereológicas.
En segundo lugar, permite una mayor flexibilidad en la descripción de las
relaciones entre partes y todo, permitiendo así una mayor capacidad para
comprender situaciones más complejas y variadas. Por ejemplo, describir no
solo la relación de inclusión entre partes y todo, sino también otras relaciones espaciales, como la relación de contacto o la relación de separación. En
tercer lugar, es capaz de capturar de manera más precisa la idea de partes que
no son independientes, que es un concepto clave en la ontología husserliana. Esto se debe a que la mereotopología puede describir relaciones entre
partes que no son simplemente de inclusión, sino que también pueden
incluir relaciones de solapamiento o de dependencia.
Desde la perspectiva de Smith y de la mereotopología, el teorema “Si γ
es parte no-independiente de un todo G, también será parte no-independiente de cualquier todo del cual G sea una parte” puede interpretarse de la
siguiente manera: Supongamos que γ es parte no-independiente de un todo
G, lo que significa que γ no puede existir independientemente de G y que su
existencia depende de la existencia de otras partes del todo. Si G es una parte
de otro todo H, entonces γ también será una parte no-independiente de H.
Esto se debe a que la relación de parte no-independiente se mantiene entre γ
y G, incluso cuando G es parte de otro todo. En otras palabras, la existencia
de γ depende tanto de G como del todo que lo contiene. En términos mereotopológicos, podemos decir que γ está en una relación de dependencia
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Andamios
Los teoremas de E. Husserl
con G y que esta relación se mantiene incluso cuando G es una parte de un
todo más grande. De esta manera, podemos entender el teorema como una
afirmación sobre la persistencia de la relación de dependencia entre partes
no-independientes en diferentes contextos espaciales y temporales.12
Haciéndose eco de los trabajos de Kit Fine, Fabrice Correia, en Husserl
on Foundation, (2004), se enfoca en la teoría de la fundación de Husserl
y examina las relaciones de fundación que se establecen entre objetos y
sus partes. De manera particular, el teorema II de la tercera investigación
lógica que establece que “un todo que incluya como parte un momento
no-independiente, sin incluir la complementación exigida por dicho
momento, también es no-independiente; y lo es relativamente a los todos
independientes superiores, en los cuales aquel momento no-independiente
esté contenido”.
El recorrido es básicamente el siguiente. En primer lugar, Correia se
centra en la noción de “fundación” en la filosofía de Husserl. Según Correia, la fundación es una relación jerárquica que establece una dependencia
Incluso bajo este enfoque, el concepto de fusión, pero sobre todo el de suma (Szxy=def.
∀w[Ozw↔(Owx v Owy)]), puede interpretarse en términos de las diferentes operaciones de
suma mereotopológicas:
– Suma: Si γ es parte no-independiente de un todo G, entonces γ es una parte de la suma de
G y cualquier otro objeto que contenga a G, y esta suma sigue siendo no-independiente.
– Suma irrestricta: La suma irrestricta de G con cualquier objeto que lo contenga es simplemente el objeto más grande que contiene a G, por lo que si γ es parte no-independiente de
G, también será parte no-independiente de cualquier objeto que contenga a G, incluyendo
su suma irrestricta.
– Suma general: La suma general de G con cualquier objeto que lo contenga puede generar
varios objetos, pero todos ellos tendrán a G como parte. Si γ es parte no-independiente de G,
entonces también será parte no-independiente de todos los objetos que resulten de la suma
general de G con otros objetos.
– Suma irrestricta única: La suma irrestricta única de G con cualquier objeto que lo contenga
es simplemente el objeto más pequeño que contiene a G, por lo que si γ es parte no-independiente de G, también será parte no-independiente de cualquier objeto que contenga a G,
incluyendo su suma irrestricta única.
– Suma generalizada: La suma generalizada de G con cualquier objeto que lo contenga puede
generar varios objetos, algunos de los cuales pueden contener a G como parte y otros no. Si γ
es parte no-independiente de G, entonces también será parte no-independiente de todos los
objetos que contienen a G como parte, aunque algunos de ellos pueden no ser el resultado
directo de la suma generalizada de G con otros objetos.
12
Andamios
173
Luis Alberto Canela Morales
entre dos entidades. En el contexto de la teoría de los todos y las partes, la
fundación se refiere a la dependencia que una parte tiene respecto al todo
del que forma parte. A continuación, se examina el teorema II enfatizando
una posible insuficiencia formal. Según Correia, el teorema II no tiene en
cuenta la posibilidad de que una parte pueda estar fundada en múltiples
todos. Un contraejemplo puede ser útil en esta parte. Supongamos que
tenemos un todo G que incluye dos partes α y β. Además, supongamos que
α es una parte no-independiente de G, y que β es independiente de G pero
no de α. En otras palabras, β es una parte propia de α. La situación se puede
representar de la siguiente manera:
•
•
•
α es no-independiente de G.
β es independiente de G.
β es no-independiente de α.
Según el teorema II, si un todo incluye una parte no-independiente, entonces el todo también es no-independiente. Aplicando el teorema II a este
caso, se podría concluir que G es no-independiente. Sin embargo, Correia
muestra que esto no es cierto. Para demostrar que el teorema II es inválido,
Correia utiliza la notación lógica de su propia teoría. En esta notación, el
teorema II se simboliza como sigue:
(∀G)(∀α)[α ∈ G ∧ ¬I(α, G) → ¬I(G)].
donde I(α, G) significa que α es independiente de G.
En el ejemplo anterior, G incluye una parte no-independiente, α, pero sigue
siendo un todo independiente. Esto contradice el teorema II, ya que afirma
que si una parte es no-independiente, entonces el todo también debe ser
no-independiente. Por tanto, Correia concluye que el teorema II no es válido. Si ignoramos lo anterior y se toma por válido lo que dice Husserl acerca
de que: si a0 μ0 son casos singulares ejemplificados en un todo de los géneros
a y μ, que se encuentran en la relación indicada, decimos que a0 está fundado por μ0 y exclusivamente por μ0 cuando sólo μ0 satisface la necesidad de
complementación que siente a0, la caracterización ciertamente no capta el
concepto de fundación objetual. Según la definición propuesta, para que
un objeto se fundamente en otro objeto es suficiente que (i) no sea parte
174
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
del otro, y (ii) exista una especie a y una especie m tal que el primer objeto
pertenezca a a y el segundo a m, y a se basa en m. Así, no son los miembros
de una especie los que necesitan ser complementados por miembros de otra
especie dentro de unidades más integrales, sino la noción de los miembros
de una especie que necesitan ser complementados por miembros de esa
misma especie dentro de unidades más completas.
Para solucionar este problema, Correia propone un enfoque que consiste en introducir una distinción entre la esencia lógica y la esencia material. Según este enfoque, las partes que tienen la misma esencia lógica no
pueden fundamentar el todo, mientras que las partes que tienen la misma
esencia material sí pueden hacerlo. De esta manera, se evita el problema
de la falta de explicación de Husserl en los casos en los que las partes y
el todo tienen la misma naturaleza o esencia. Más aún, Correia propone
una distinción entre el contenido esencial y el contenido accidental de un
objeto. El contenido esencial se refiere a las propiedades que son necesarias
para la existencia del objeto, mientras que el contenido accidental se refiere
a las propiedades que son contingentes y no necesarias para la existencia
del objeto. Según esta distinción, las propiedades esenciales de un objeto
pueden fundamentar las propiedades de sus partes, mientras que las propiedades accidentales no pueden hacerlo.
Finalmente, los trabajos de Ettore Casari On Husserl’s Theory of Wholes and Parts de 2000 y On the Relationship between Parts and Wholes in
Husserl’s Phenomenology de 2007. El primer trabajo de Casari es un análisis
de la teoría fenomenológica de la estructura de los objetos y su relación
con la conciencia. En su trabajo, Casari se enfoca en la noción de “todo” y
cómo este se relaciona con la estructura de los objetos fenoménicos. Según
Husserl, la conciencia no solo es consciente de los objetos como entidades
aisladas, sino que también los considera en relación con otros objetos y con
el mundo en general. Esta relación entre los objetos se puede entender en
términos de partes y todo. Los objetos fenoménicos se dividen en “contenidos intencionales” que representan las partes del objeto, y la “totalidad
intencional” que representa el objeto como un todo. Casari también analiza
cómo la noción de “unidad” se relaciona con la totalidad de los objetos fenoménicos. Para Husserl, la unidad de un objeto se basa en la relación entre
sus partes y su totalidad. Esta relación se puede entender en términos de la
Andamios
175
Luis Alberto Canela Morales
intencionalidad de la conciencia.
El segundo trabajo de Casari es, en realidad, una continuación de su
trabajo anterior sobre la teoría de Husserl de los todos y partes. En este
trabajo, se centra en la relación entre las partes y la totalidad de un objeto
fenoménico, y cómo esta relación se relaciona con la estructura de la conciencia y su capacidad de dirigirse a los objetos. Enseguida, Casari examina
cómo la relación entre las partes y la totalidad de un objeto fenoménico se
relaciona con la estructura de la conciencia. Según Husserl, la totalidad de
un objeto se basa en la relación entre sus partes y su relación con el mundo.
La conciencia es capaz de aprehender la totalidad de un objeto a través de la
síntesis que realiza a partir de la relación entre sus partes.
En ambos textos, Casari hace uso de un lenguaje topológico para comprender la noción de todos y partes. Así, en lugar de entender el todo y las
partes de un objeto como entidades separadas, las describe como una red de
relaciones topológicas en las que cada parte del objeto está conectada con
las demás en una estructura espacial y relacional que se mantiene constante.
Por ejemplo, Casari utiliza el concepto matemático de “espacio topológico”
para describir cómo el todo y las partes de un objeto están relacionadas entre
sí. En un espacio topológico, los puntos están conectados por “abiertos”,
que son conjuntos de puntos que se pueden alcanzar sin salir del espacio. De
esta manera, Casari describe cómo la totalidad de un objeto y sus partes están conectadas a través de una red de relaciones topológicas que mantienen
su estructura espacial y relacional constante. En general, el uso del lenguaje
topológico le permite describir la estructura de los objetos fenoménicos y su
relación con la conciencia en términos más precisos y rigurosos, utilizando
conceptos matemáticos que pueden proporcionar una mayor claridad y
profundidad en su análisis. Finalmente, el problema de pasar de la noción
abstracta de partes y totalidad, como conceptos genéricos que se pueden
aplicar a cualquier objeto, a la noción objetual de partes y totalidad, es decir,
la aplicación de estos conceptos a objetos fenoménicos específicos. Casari
resuelve este problema mediante la introducción de la noción de “parte
invariante”, que se refiere a la parte de un objeto que permanece constante
a pesar de los cambios de perspectiva. Según él, las partes invariantes son el
fundamento para la identificación de un objeto fenoménico como una totalidad. Por ejemplo, si consideramos una mesa, las partes invariantes podrían
176
Andamios
Los teoremas de E. Husserl
ser las patas y la superficie de la mesa, ya que estos elementos permanecen
constantes a pesar de los cambios de perspectiva. De esta manera, se puede
identificar la mesa como una totalidad, basándose en la relación entre las
partes invariantes. Casari argumenta que la noción de parte invariante es
crucial para el análisis de la relación entre partes y totalidad en la teoría fenomenológica de Husserl, ya que permite el paso de la interpretación genérica
de las partes y la totalidad a la interpretación objetual.
Algunas conclusiones
Si bien es cierto que se ha llamado la atención sobre el carácter seminal que
representó la mereología de Husserl, especialmente sobre la variedad de
relaciones de “independencia y no-independencia”, también es verdad que
las diferentes contribuciones, que aquí se han estudiado, no han logrado
capturar, a través de recursos lógicos y matemáticos estándar, la estructura
formal y semántica de la teoría de partes y todos de Husserl. Lo anterior se
debe a que el enfoque de Husserl no presenta ningún tipo de indicación de
cómo podría llevarse a cabo una formalización explícita de la misma. Evidentemente no se trata de formalizar a Husserl, sino de mostrar cómo algunas de
sus principales aportaciones dentro del marco de la mereología pueden ser
acomodadas dentro del marco de alguna lógica que esté en condiciones de
alcanzar claridad en los términos de “independencia” y “no-independencia”.
Lo que aquí he intentado es proporcionar una suerte de simbolización
que haga explícita muchas relaciones estructurales implícitas en el trabajo
de Husserl y, al mismo tiempo, que evidencie sus fallas internas. De manera
particular se hizo énfasis en el hecho de que no todo lo que se dice que es
una parte de algo debería ser considerada como tal sino se ha establecido un
sentido riguroso de “parte”. “Propiedad” y “parte”, “especie” y “género”, por
citar algunas de las “categorías” de Husserl, terminan por caer en errores
categoriales, como también se evidenció. Por otro lado, la relación básica
parte-todo P se toma de tal manera que permite que cada objeto tenga la relación P consigo mismo, al hacerlo, Husserl toma la relación P de tal manera
que esto mismo se excluye.
Otra conclusión importantes es que Husserl no considera la posibilidad
de que puede ser un error ontológico aplicar la noción de “Pedazo” a un mo-
Andamios
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Luis Alberto Canela Morales
mento no-independiente, ya que un verdadero “Pedazo” debe pertenecer a la
misma categoría que el todo que ayuda a formar (por ejemplo, una página y
un libro) mientras que un “Momento”, en virtud de su no-independencia,
no es de la misma categoría que el todo en el que entra (sería algo peculiar
tratar, por ejemplo, la “forma” de un libro como una parte de él).
Asimismo, se ha demostrado suficientemente que las nociones fundamentales de la tercera investigación pueden ser manejadas simbólicamente,
pero con adiciones, lemas y definiciones obviados por Husserl. De igual
modo, los análisis de cualquier relación parte-todo como tal, en el sentido de
establecer propiedades básicas de esta, se definen asumiendo las relaciones
de dependencia y no de fundación. Sin embargo, esto no resulta evidente.
Aun así, Husserl debería ser reconocido por haber iniciado (y continuado) el debate mereológico y porque su tratamiento, el de la independencia
y no-independencia, puede ser defendido por analogía, pues los momentos
no son partes, pero en ciertos aspectos se comportan como partes, y las
identidades y diferencias de su comportamiento lógico es lo que la tercera
investigación intenta determinar. Finalmente, en lugar de manejar las “relaciones de dependencia” de forma puramente mereológica, quizá habría que
buscar manejarlas en términos de las leyes particulares que determinen los
tipos específicos de dependencia, esto, además de colocar las dependencias
donde deben estar, esto es, en las leyes que las establecen, expresarían los
términos de las relaciones implicadas.
Fuentes consultadas
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74-80.
Baumgartner, W. y Simons, P. (1994). Brentano’s Mereology. En Axiomathes. Núm. 1. pp. 55-76.
Blecksmith, R. y Nulle, G. (1991). Matrix Representation of Husserl’s Part-Whole-Foundation Theory. En Notre Dame Journal
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Fecha de recepción: 3 de abril de 2023
Fecha de aceptación: 15 de agosto de 2023
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1034
180
Andamios
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 155-180
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1035
Aplicación de lógicas no clásicas en prácticas
jurídicas y educación del derecho
Taeli Gómez Francisco*
Resumen. Este artículo profundiza en ámbitos relacionales entre
lógicas no clásicas, prácticas jurídicas y educación del derecho. A través de una revisión de la literatura científica, se abordan en particular
las lógicas intuicionistas, difusas y paraconsistente, examinando sus
desafíos y contribuciones al área jurídica. A pesar de los obstáculos,
como la resistencia al cambio, se constatan avances significativos en
la adopción de estos enfoques. El artículo concluye exponiendo las
diversas perspectivas empleadas y sosteniendo una transformación
en la educación del derecho, tanto en el currículo oficial como en
el oculto de la formación del abogado, con el objetivo de abordar
de manera más integral los problemas complejos, contradictorios e
inciertos que caracterizan al mundo actual.
Palabras clave: Lógica no clásica; derecho; educación jurídica;
interdisciplinariedad; complejidades.
Application of non-classical logics in legal
practices and legal education
Abstract. This article delves into the relational realms between
non-classical logics, legal practices, and legal education. Through a
review of scientific literature, we particularly address intuitionistic,
* Docente e Investigadora en la Universidad de Atacama; y creadora y coordinadora del
Programa para la Enseñanza Integral del Derecho (PEID), del Departamento de Ciencias
Jurídicas de la de la Universidad de Atacama, Chile. Correo electrónico: taeli.gomez@uda.cl
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 181-203
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Taeli Gómez Francisco
fuzzy, and paraconsistent logics, examining their challenges and
contributions to the legal field. Despite obstacles, such as resistance to change, we observe significant progress in the adoption of
these approaches. The article concludes by presenting the various
perspectives used and advocating for a transformation in legal
education, both in the official and the hidden curriculum of lawyer
training, with the aim of more comprehensively addressing the
complex, contradictory, and uncertain problems that characterize
the present world.
Key words. Non-classical logic; law; legal education; interdisciplinarity; complexities.
Introducción
Las realidades diversas y la interconexión creciente de distintas áreas jurídicas representan un desafío en constante evolución para los profesionales y
educadores del derecho. A pesar de los progresos en teoría y práctica, con
frecuencia se evidencia que las herramientas y los enfoques convencionales son insuficientes para tratar los problemas complejos y multifacéticos
que emergen en el incierto escenario contemporáneo. En este sentido, la
incorporación de lógicas no clásicas en la educación y práctica del derecho,
representan una oportunidad para desarrollar propuestas innovadoras que
permitan abordar las complejidades, en las ciencias –jurídicas–, de maneras
más consecuentes para los tiempos actuales.
La aplicación de lógicas no clásicas, están adquiriendo consideración en
la academia y en la práctica jurídica. Sin embargo, a pesar de la creciente relevancia de estos enfoques, su integración en el ámbito jurídico sigue siendo
un reto teórico, práctico y de ruptura a tradiciones conservadoras de ciertas
comunidades científicas. En tal sentido, existen preguntas que deben ser
abordadas para que las lógicas no clásicas sean consideradas en el derecho
y en su educación: ¿de qué modo la lógica clásica resulta insuficiente para
tratar problemas jurídicos? ¿Qué desafíos y oportunidades surgen al aplicar
estos enfoques en el ámbito jurídico? ¿Cómo pueden los profesionales y
educadores del derecho integrarlos en su práctica y educación?
182
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
El objetivo de este artículo es explorar la relación entre las lógicas no
clásicas, en especial una intuicionista, difusa, paraconsistente, para revisar y
valorar los enfoques que brindan para el derecho y su educación.
En el contexto de esta investigación, se adoptó una metodología de revisión bibliográfica, lo que permitió un estudio de fuentes académicas como
artículos científicos, libros, capítulos de libros y documentos de trabajo,
todo enfocados en la intersección entre el derecho y la lógica no clásica.
Este enfoque proporcionó un marco teórico y conceptual, permitiendo
la identificación, análisis y síntesis de las contribuciones en el campo. La
investigación se organizó en varias etapas: primero, una revisión de la literatura sobre lógicas no clásicas, subrayando sus principales características y
consideraciones. A continuación, se evaluó cómo la lógica no clásica puede
abordar y cuestionar las suposiciones convencionales en el derecho y la
educación jurídica. Finalmente, se examinaron las oportunidades y desafíos
que emergen de la incorporación de las lógicas no clásicas en el derecho,
proporcionando una visión crítica y propositiva.
Finalmente, este artículo busca enriquecer el diálogo y la reflexión sobre la integración de lógicas no clásicas en el campo jurídico. Proporciona
elementos teóricos y prácticos que pueden habilitar a los profesionales del
derecho, los educadores jurídicos y a los responsables de diseñar el currículo
oficial e intencionar el oculto. De ese modo, se busca proporcionar herramientas valiosas para lidiar con los retos y oportunidades que emergen en
un mundo cada vez más complejo, incierto e interconectado.
Conceptualizaciones sobre lógica no clásica
Es posible sostener que el estudio de la lógica cuenta con dos momentos
histórico-filosóficos; el primero, iniciado con Aristóteles, quien se considera
el fundador de la lógica clásica o tradicional y que orientó el pensamiento
lógico europeo hasta el siglo XIX, y luego uno que comienza con los cuestionamientos proveniente de matemáticos y lógicos dando cuenta de sus límites
e insuficiencias (Klinoff, 2020). En este sentido, Maldonado (2016) plantea
la necesidad de considerar los eventos raros, los cisnes negros, los comportamientos irrepetibles, fenómenos impredecibles, los acontecimientos únicos o
singulares, las inflexiones o situaciones límites, entre otras caracterizaciones,
como algunos de los motivos que justifican las lógicas no clásicas.
Andamios
183
Taeli Gómez Francisco
Crespo sostiene que el surgimiento de las lógicas no clásicas se ha debido
a la necesidad de modelizar disposiciones de la vida real, las que escapan al
análisis de la lógica clásica, pues el pensamiento del ser humano no siempre
está regido por las leyes y principios como los enunciados por Aristóteles
(Crespo, 2015, p. 3). En razón de lo anterior se puede sostener en sentido
amplio, que lógica no clásica refiere a los sistemas lógicos que contravienen
algún principio de la lógica clásica (Klinoff, 2020).
Estos sistemas han tenido como objetivo abordar diversos aspectos de la
lógica, como la representación de escenarios que involucran incertidumbre,
vaguedad, contradicciones y modalidades. Haack (1996) proporciona una
introducción a las lógicas no clásicas, explorando tanto sus fundamentos
teóricos como sus aplicaciones prácticas. La autora aborda, entre otros, la
lógica intuicionista, la lógica de relevancia y de muchas valoraciones, que
analiza en tanto sistemas que se desvían de la lógica clásica y ofrecen nuevas
formas de razonamiento, las que pueden ser útiles en situaciones donde la
lógica clásica no es adecuada.
Uno de los sistemas de lógica no clásica que es pertinente para este
trabajo es la lógica intuicionista, que se diferencia de la lógica clásica en su
tratamiento de la ley del tercio excluido y el principio de bivalencia. En la
lógica intuicionista, las declaraciones no son necesariamente verdaderas o
falsas, y la verdad de una declaración se considera construida a través de la
prueba de su validez. Este enfoque lógico ha encontrado aplicaciones en
áreas como la matemática constructivista, la teoría de la computación y la
filosofía de las matemáticas. La lógica intuicionista permite abordar problemas y conceptos en contextos donde la lógica clásica puede ser inadecuada
o insuficiente. Así, para algunos autores, una nueva posibilidad surge del
rechazo al principio del tercero excluido con las propiedades indecidibles, es
decir, que no pueden ser refutadas ni demostradas (Crespo, 2015).
Otra lógica no clásica que se explora es la difusa, presentada en 1965 por
Zadeh, con aplicaciones que se realizaron en el área de ingeniería de control
a partir de 1974, para poder introducir la ambigüedad del razonamiento
humano y su interacción con sistemas físicos, la que luego fue extrapolándose a diversas prácticas (Strefezza, 2008). Esta se ocupa de situaciones en
las que la vaguedad y la ambigüedad son inherentes, por ejemplo, aquellas
realidades que no quedan incorporadas a los criterios clasificatorios (Zadeh,
1965). En lugar de tratar la verdad y la falsedad como valores binarios, la
184
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
lógica difusa asigna grados de verdad a las proposiciones, permitiendo una
representación más matizada y flexible de la realidad en campos como la
toma de decisiones, el control, entre otros.
Y finalmente, la lógica no clásica paraconsistente; esta reconoce los primeros sistemas paraconsistentes en Jaskowski en 1948 y a da Costa en 1963
(Hernández, 2018, p. 3). Esta, se ha conceptualizado desde tres enfoques,
uno dialéctico, que sostiene la existencia de contradicciones verdaderas;
el pragmático, que observa la presencia de contradicciones en ciertos momentos sin implicar conclusiones absurdas; y las posturas independientes,
que limitan la aplicación de la regla de explosión sin necesidad de aceptar
contradicciones verdaderas o teorías inconsistentes. Se puede señalar que es
aquella que permite la coexistencia de contradicciones, pero no por eso origina sistemas triviales (Palau y Durán, 2009, p. 358), lo que implica que es útil
en contextos donde es necesario razonar sobre información inconsistente o
contradictoria, como en el caso de bases de datos o inteligencia artificial.
En síntesis, la lógica no clásica ofrece enfoques alternativos para el razonamiento en situaciones que involucran incertidumbres, vaguedades y contradicciones. La lógica intuicionista, la lógica difusa y la lógica paraconsistente,
son algunos ejemplos de sistemas lógicos no clásicos que han encontrado
aplicaciones en diversas áreas de investigación y práctica, que permitirán
considerar algunas posibilidades de aplicación en el derecho y su educación.
Relaciones complejidad, lógica no clásica y derecho
Diagnóstico crítico de la Lógica clásica al derecho
La lógica clásica, basada en los principios del tercero excluido y la identidad,
ha sido ampliamente utilizada en el ámbito jurídico para el razonamiento y
la argumentación jurídica (Fernández, 2019). Esta lógica presenta limitaciones en la actualidad, por ejemplo, debido a la complejidad y multidimensionalidad de los problemas jurídicos contemporáneos, por las realidades y
las dificultades de ser consideradas en su totalidad por las normas jurídicas
limitadas a presupuestos fácticos, impensados (Gómez, 2021).
Entre algunos fundamentos de la necesidad de cambios, se puede admitir que la lógica clásica asume una lógica binaria en la que una proposición
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185
Taeli Gómez Francisco
es verdadera o falsa, lo que puede resultar insuficiente para abordar situaciones legales ambiguas o inciertas (Giraldo et. al., 2017). Además, la lógica
clásica se basa en la simplicidad y la linealidad, lo que puede no reflejar la
realidad compleja y cambiante del mundo actual. Otra limitación de la
lógica clásica en el derecho es su incapacidad para manejar la incertidumbre
y la vaguedad en la interpretación de las normas jurídicas (Martínez, 2012).
En muchos casos, las normas jurídicas pueden ser vagas o ambiguas, lo que
puede generar interpretaciones diversas y conflictivas. La lógica clásica, sin
embargo, no proporciona herramientas adecuadas para manejar estas situaciones, y los problemas jurídicos requieren de una comprensión y manejo
de conceptos y enfoques de diferentes áreas del conocimiento, lo que puede
desafiar los marcos lógicos tradicionales.
Por otro lado, la lógica clásica también ha sido criticada por su rigidez y
limitaciones para representar la complejidad de las situaciones jurídicas. En
particular, se ha señalado que esta lógica se basa en el principio de no contradicción, lo que significa que una proposición no puede ser verdadera y falsa
al mismo tiempo y en el mismo sentido. Esta característica es fundamental
para la lógica clásica, pero en el derecho puede generar problemas al tratar
condiciones en las que las proposiciones no son necesariamente verdaderas
o falsas, sino que pueden ser ambiguas o inciertas. Además, la lógica clásica
se enfoca en el análisis de las relaciones entre las proposiciones y la verdad,
sin considerar otros aspectos relevantes en el derecho, como el contexto, la
interpretación y las implicaciones prácticas; de igual modo, como sostiene
Martínez (2012, p. 107), por mucho que una norma sea válida no habrá
certeza absoluta de que se vaya a aplicar efectivamente. Esto se debe a que la
lógica clásica se centra en la validez lógica, que se refiere a la coherencia interna de un argumento, pero no necesariamente a su corrección o relevancia
en el contexto en el que se aplica (Carnielli y Marcos, 2006).
Otra crítica posible a la lógica clásica en el ámbito jurídico es su dependencia del principio del tercero excluido. Este principio establece que una
proposición es verdadera o falsa, sin posibilidad de una tercera opción. En
el derecho, a menudo se presentan espacios en las que no es posible determinar con certeza si una proposición es verdadera o falsa. Por ejemplo, en
casos de duda razonable, donde la evidencia no es concluyente, la lógica
clásica no ofrece un marco completamente adecuado para la toma de deci-
186
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
siones; también en casos en los que existen factores atenuantes o agravantes
que deben ser considerados en la toma de decisiones. Por ejemplo, en casos
de responsabilidad civil, la lógica clásica puede no ser suficiente para considerar la contribución de múltiples factores a un daño o perjuicio. En estas
situaciones, la aplicación del principio del tercero excluido puede llevar a
decisiones injustas o incorrectas.
En el ámbito jurídico, las complejidades y la interconexión de diferentes
áreas del derecho representan un desafío cada vez mayor para los profesionales y educadores del derecho (Gómez, 2016; 2018). A pesar de los avances
en la teoría y la práctica jurídica, las herramientas y enfoques tradicionales
a menudo, resultan insuficientes para enfrentar los problemas complejos
y multifacéticos que surgen en el contexto actual. En este sentido, la incorporación de la lógica no clásica en la enseñanza y práctica del derecho
representa una oportunidad para desarrollar enfoques innovadores y transdisciplinarios que permitan abordar la complejidad de manera más efectiva.
En última instancia, la lógica clásica, a pesar de su utilidad en el ámbito
jurídico, presenta limitaciones en su capacidad para representar adecuadamente la complejidad, la incertidumbre y la multidimensionalidad de los
problemas legales contemporáneos. Esta limitación está en su enfoque
binario y lineal, y en su dificultad para manejar la incertidumbre y la vaguedad en la interpretación de las normas jurídicas. Maranhao (2009), al
presentar las tres generaciones de pensamiento en la filosofía del Derecho
–la primera se enfocó en la lógica formal y la deducción, la segunda en la
interpretación y la argumentación, y la tercera en la epistemología y la teoría
de la justificación–, plantea que las grandes expectativas que se tenían sobre
el uso de la lógica en el Derecho, ha traído algunas desilusiones en cuanto a
su capacidad para resolver problemas complejos en la práctica jurídica.
En este sentido, aparecen como alternativas las lógicas no clásicas, que
ofrecen herramientas más flexibles y adaptativas para el tratamiento de estas
complejidades. Estas lógicas, incluyendo la intuicionista, la difusa y la paraconsistente, permiten una representación más apropiada para los tiempos
actuales y para resolver conflictos entre los sujetos humanos y no humanos.
Andamios
187
Taeli Gómez Francisco
Los aportes de la Lógica intuicionista
La lógica intuicionista, también conocida como lógica constructiva, aboga
por una comprensión de la verdad que requiere la existencia de una prueba
constructiva; es decir, no basta simplemente con negar la negación de una
proposición para que sea considerada verdadera, se necesita una confirmación o prueba. Esta última, para las realidades jurídicas, debería ser ampliada a pruebas tangibles o físicas, pero también la fortaleza de un argumento
jurídico sólido, una línea de razonamiento convincente o un conjunto de
hechos o circunstancias que, en su conjunto, proporcionan un soporte
suficiente para la afirmación.
Así, por ejemplo, una lógica intuicionista, que requiere de una prueba
constructiva para considerar una afirmación como verdadera, podría ser
proporcionada, a través, de una trama jurídica compleja. Es decir, de una
creación de relaciones jurídicas, conformadas por la comunicación de distintos momentos jurídicos, ya sea por leyes, jurisprudencias, teorías u otras,
y que tienen la cualidad de formar un significado argumentado sobre una
realidad jurídica (Gómez, 2018; Gómez y Menares, 2014). Los pasos para
aplicar esta lógica:
— Planteamiento del problema: se plantea una afirmación jurídica.
— Prueba: se busca una prueba constructiva de la afirmación.
— Interpretación: construir la prueba, para que la afirmación sea
aceptada.
— Conclusión: la existencia de una prueba constructiva es necesaria
para aceptar la afirmación.
En un caso hipotético, con el ejemplo de una ley que estipula, que las mujeres no pueden administrar sus propios bienes sin autorización del marido;
en tal caso, el solo decir que es injusta aún no prueba su veracidad, debe ser
demostrada con pureabas argumentativas, con tramas jurídicas complejas,
que demuestran que hoy, ello atenta contra principios fundamentales.
Una prueba constructiva fortalecida con la afirmación a través de tratados
internacionales de derechos humanos, jurisprudencias, leyes comparadas de
otros países y pruebas sociológicas, se probaría la verdad de la injusticia. Según estas pruebas constructivas, se interpreta que la proposición original no
188
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
es consistente con los compromisos internacionales en materia de derechos
humanos que ha asumido esta jurisdicción y es injusta materialmente y de
ese modo se desacredita, pero se consolida.
Este modelo de aplicación de la lógica intuicionista que se sugiere,
demuestra cómo los principios de los derechos humanos y la igualdad de
género, pueden ser defendidos incluso en contextos donde la legislación
local parece estar en desacuerdo, y que no basta con meras declaraciones
políticas, pues se cuenta con instrumentos jurídicos para probar esa verdad.
Da materialidad a las posibilidades.
Además, la lógica intuicionista provee de solución a frente a su autoconstatación de requerir de un alto estándar de prueba, e inclusive, aquellas
causas reñidas por niveles de liviandad.
La lógica intuicionista también es valiosa en casos donde existen múltiples rutas válidas. En situaciones jurídicas, a menudo surgen escenarios
donde existen varias soluciones legítimas para un problema, complicando
la toma de decisiones. La lógica intuicionista puede contribuir a enfrentar
este desafío permitiendo a abogados y jueces considerar varias opciones y
evaluar la mejor opción basándose en su intuición, conocimientos y construcciones jurídicas consistentes que fortalezcan pruebas de verdad jurídica.
A pesar que la lógica intuicionista no ha sido tan estudiada en el ámbito
jurídico comparado con otras lógicas no clásicas, podría ofrecer algunos
beneficios principalmente a través de:
Enfoques constructivos que orienten pruebas positivas para establecer la
veracidad de una proposición, más allá de la simple negación de la negación.
Esto puede llevar a decisiones jurídicas más rigurosas y bien fundamentadas.
Flexibilidad: ofrece un marco de razonamiento flexible que permite
considerar varias soluciones legítimas en contextos complejos, útil en casos
donde las normativas jurídicas son ambiguas, contradictorias o existen
dilemas éticos.
Adaptabilidad frente a la incertidumbre: es especialmente útil para manejar situaciones inciertas, comunes en el derecho, al requerir pruebas constructivas en lugar de confiar únicamente en la negación de la proposición.
Integración de variables adicionales: permite considerar una variedad de
variables al tomar decisiones, como la intención de las partes, la equidad y las
circunstancias particulares del caso, lo que resulta en una visión más amplia
y holística que puede mejorar la calidad y justicia de las decisiones jurídicos.
Andamios
189
Taeli Gómez Francisco
La lógica difusa
La lógica difusa es aquella que permite abordar temas en los cuales, no se
puede ser categórico en qué es verdadero o falso. Así, Olavarrieta (et al. 2012),
explican que existen casos en que no solo hay proposiciones verdaderas o
falsas, sino también aquellas parcialmente verdaderas o parcialmente falsas,
estableciendo así el término de difuso en su sentido contrario al concepto
tajante dado por la lógica clásica de la acepción de lo bien definido. Los autores ejemplifican con la dificultad de separar un color de otro en un arcoíris,
pues claramente hay en medio, una franja de otro color que difusamente, se
confunde con ambos extremos (Olavarrieta et al. 2012, p. 62). Se pueden
sostener posibilidades intermedias a la incorporación de una categoría.
En el ámbito jurídico, utilizando la lógica clásica se afirman conceptos
y proposiciones binarias, es decir, que solo pueden ser verdaderos o falsos,
uno u otro color. Esta visión rígida ha llevado a situaciones problemáticas,
ya que en muchos casos la realidad jurídica es más compleja y no se puede
reducir a una dicotomía tan simplificadora. Por ejemplo, en casos de responsabilidad civil, puede ser difícil determinar si una persona es completamente responsable o completamente inocente y en la mayoría de los casos,
la verdad se encuentra en algún lugar intermedio; un potencial podría estar
orientado a significar de otro modo el vínculo causal, tan difícil de probar
en temas de daños ambientales (Enzweiler, 2019).
Vera (2022) postula la aplicación de la lógica difusa, como herramienta
que facultaría al juez para contemplar grados de veracidad, en contraposición a la rigidez de una dicotomía estricta. Esta aproximación permitiría
emitir fallos más justos y equitativos, al incorporar en la evaluación la
complejidad inherente y la ambigüedad latente en cuestión. A través de
la valoración de pruebas, se posibilitaría el análisis de una gama variada de
evidencias y su combinación en respaldo a una conclusión, proporcionando así un mecanismo para gestionar las incertidumbres. Así por ejemplo,
existen numerosos conceptos que poseen una naturaleza gradual o difusa,
tal y como Vera postula –¿cuándo una evidencia cambia de ser fuerte a
ser débil?, es problema importante en la valoración de la evidencia en un
juicio–. Surge entonces, la cuestión de determinar el punto en el que una
evidencia se desplaza de un estado de fortaleza a debilidad. Esta problemá-
190
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
tica adquiere relevancia capital en la apreciación de la evidencia durante un
proceso judicial.
De igual modo, la lógica difusa puede ser útil en la interpretación de las
leyes, ya que a menudo las leyes no son claras y precisas en términos de su
aplicación en situaciones particulares. En tales casos, la lógica difusa puede
ser utilizada para ayudar a determinar la intención de la ley y su aplicación
en oportunidades específicas, tanto de derecho público y privado (Giraldo,
2017), como para aportes en el ámbito ambiental (Posada, 2012), o en
filosofía del derecho a propósito de revisar sistemas normativos dinámicos
(Bulygin, 1991).
Se puede sostener que, la incorporación de la lógica difusa en el derecho
puede contribuir a superar algunas de las limitaciones de la lógica clásica y
permitir un manejo más efectivo de situaciones complejas y ambiguas. Esto
puede orientar a un derecho más justo y equitativo, al permitir la consideración de grados de verdad y la asignación de responsabilidades parciales
en lugar de simplemente, clasificar a una persona como responsable o no
responsable.
En síntesis, la lógica difusa podría aportar al ámbito jurídico de las siguientes maneras:
En el manejo de grados de verdad podría, en lugar de depender de
categorías estrictamente binarias de verdadero o falso, ofrecer una mayor
capacidad para analizar y evaluar situaciones jurídicas complejas en contextos referenciales diversos y matizados que no se ajustan fácilmente a una
dicotomía simple.
En la toma de decisiones más justa y equitativa, ponderar grados de
verdad y así los profesionales del derecho, podrían tomar decisiones más
informadas, justas y equitativas, teniendo en cuenta la complejidad y ambigüedad de las situaciones jurídicas particulares.
Las interpretaciones podrían ser flexibles, para leyes ambiguas o poco
claras, inclusive en consideraciones de justicia, brindándoles una herramienta para evaluar la intención y aplicación en casos específicos.
Finalmente, para la aplicación desde diferentes áreas del derecho, la lógica difusa podría promover un mayor encuentro y diálogo de categorías y
significados que no encuentran asidero total en el ámbito de un derecho, de
una organización conceptual en particular, por ejemplo, en la clasificación
Andamios
191
Taeli Gómez Francisco
del acto jurídico, que surge de la distinción entre hechos del hombre y de la
naturaleza; o en temas de identidad de género o de sujetos de derecho.
Lógica paraconsistente
La lógica paraconsistente es una corriente de la lógica que se ocupa de
sistemas que no están afectados por la presencia de contradicciones –es
decir, proposiciones que son a la vez verdaderas y falsas–. Según la lógica
clásica, basada en el principio del tercero excluido, no puede manejar estas
situaciones ya que una proposición debe ser verdadera o falsa, pero no
ambas al mismo tiempo y en consecuencia, cualquier afirmación puede
derivarse de una contradicción. En contraste, los sistemas paraconsistentes
niegan esta premisa y permiten la convivencia de contradicciones sin que
todo el sistema colapse.
En el plano jurídico, la lógica clásica, ha sido utilizada presentando algunas limitaciones, que dan cuenta de las posibilidades de complementar con
estas lógicas, principalmente, cuando hay dos afirmaciones contradictorias
y de ellas se pueden derivar situaciones absurdas. Para dar algunos ejemplos
como la incapacidad para abordar la inconsistencia en la ley, donde a menudo, el sistema legal enfrenta casos en los que las normas entran en conflicto,
generando incertidumbre y dificultando la toma de decisiones. Da Costa y
Vernengo (1996), se presentan la problematización de la siguiente forma,
cómo justificar deducciones e inferencias de un código legal cuando este
sea, sin incurrir en trivialidad.
Para superar limitaciones como estas, la lógica paraconsistente emerge
como alternativa, permitiendo que una proposición sea verdadera y falsa
simultáneamente en un contexto específico. Esto la hace más adecuada para
abordar las inconsistencias jurídicas o situaciones que deba resolver un juez
y es útil cuando la información es incompleta o contradictoria. La lógica
paraconsistente permite considerar múltiples suposiciones y evaluar sus
consecuencias lógicas, de algún modo permite lidiar con las contradicciones.
Existen autores que ofrecen perspectivas y enfoques sobre la lógica no clásica y su utilidad en la teoría y práctica jurídica en el ámbito latinoamericano,
entre ellos da Costa y Vernengo (1996), quienes proporcionan una visión
sobre cómo está lógica puede ser utilizada en el análisis del razonamiento
192
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
jurídico y cómo puede mejorar la toma de decisiones legales o por las inconsistencias de códigos jurídicos; o Alchourrón y Makinson (1981), quienes
han investigado modelos para jueces; Serbena (2005), le da utilidad como
un método de representación de las colisiones de principios en el Derecho
Constitucional, particularmente a partir de la teoría elaborada por Alexy.
La lógica clásica, arraigada en la mayoría de los sistemas jurídicos, conforma la esencia de la orientación del derecho y sus procesos educativos.
Su familiaridad y eficacia percibida motivan su continuo uso, considerándola como herramienta vital en la lógica jurídica (Nevárez, 2020). Adoptar
nuevas perspectivas de lógicas requeriría una remodelación sustancial en las
ciencias jurídicas y en la formación profesional. Asimismo, podría existir
resistencia al cambio, dada la visión de que la lógica clásica ha funcionado
adecuadamente, y por tanto, un cambio no sería necesario. La falta de consenso podría ser otra barrera; las múltiples lógicas no clásicas disponibles y
la carencia de acuerdo en cuanto a cuál es la más apropiada para el derecho,
plantean dificultades. No es incomprensible que algunas lógicas no clásicas
al ser más complejas que la lógica clásica, han generado retos adicionales en
su adopción y aplicación por juristas y académicos.
No obstante, el interés en la lógica no clásica en el ámbito jurídico y judicial en América Latina persiste y crece. Aunque la adopción de enfoques
no clásicos en la práctica jurídica sigue siendo limitada, es posible que con la
familiarización y el estudio continuo de estos enfoques, la lógica no clásica
adquiera mayor relevancia en la teoría y práctica jurídica de la región.
Cambios epistemológicos, metodológicos y educativos
Se ha señalado la relevancia de poder desarrollar enfoques alternativos para
admitir las complejidades y ambigüedades presentes en diversas situaciones
jurídicas. Desde ahí, las lógicas no clásicas han logrado encontrar espacios
en los que la lógica clásica no ha podido abordar en algunas soluciones más
adecuadas a la naturaleza intrincada de ciertos problemas jurídicos. No obstante, es indispensable advertir que ello requiere de una base epistemológica
coherente que les proporcione una noción de la realidad jurídica, no simple,
no lineal y no predecible (Gómez, 2021).
Se hace necesario para incorporar las lógicas no clásicas en el ámbito del
derecho, reconocer varios aspectos fundamentales que permitirán una tranAndamios
193
Taeli Gómez Francisco
sición hacia una comprensión más holística y flexible del derecho. Por lo
cual, se deben realizar cambios epistemológicos y metodológicos necesarios
para incorporar las lógicas no clásicas en el ámbito jurídico.
Así, el reconocimiento de la complejidad y ambigüedad, implica que el
derecho debe aceptar que la realidad es a menudo más compleja y ambigua
de lo que la lógica clásica permite (Grün, 2006). Esto abarca una apertura
a enfoques que aborden la incertidumbre, la vaguedad y las situaciones en
las que no se pueden aplicar clasificaciones binarias estrictas. Asimismo, se
requieren de metodologías y modelos que faciliten a los profesionales del
derecho dialogar con las incertidumbres y las ambigüedades de manera
efectiva y rigurosa, abriendo posibilidades epistemológicas, por ejemplo,
para visibilizar al tercero incluido o lo que sucede entre dos, como lo refiere
Bonifaz (2015, p. 122-123).
Visto de ese modo, se hace indispensable fomentar la investigación y el
debate académico sobre las lógicas no clásicas y su aplicabilidad en el derecho, lo jurídico y las ciencias jurídicas. Esto podría enriquecer la difusión
de conocimientos y a la creación de un cuerpo de literatura que respalde
y justifique la adopción de estos enfoques en la práctica jurídica, a lo que
incluyen diálogos interdisciplinarios y transdisciplinarios (Gómez, 2018).
Las realidades jurídicas que debe considerar la producción de conocimiento jurídico demuestran una creciente interconexión y complejidad, se
presentan cada vez de manera más interrelacionada y emergente. En este
contexto, se vuelve esencial adoptar algunas consideraciones en el ámbito de:
Nuevos razonamientos: los profesionales del derecho deben adoptar enfoques de razonamiento o pensamientos complejos (Morin, 2023), basados
en lógicas no clásicas para repensar las realidades invisibilizadas por propuestas que han dejado fuera la incertidumbre, la imprecisión y contradicciones.
Avance a interpretaciones y argumentaciones de normas jurídicas, jurisprudencias, hechos que permitan abordar la complejidad y la ambigüedad
inherentes a muchas situaciones jurídicas y revisar de modo crítico la naturalización de la lógica clásica.
Nuevos enfoques para la consideración de jurisprudencias pueden
enriquecer la comprensión, rescatando, por ejemplo, lo difuso obviado, lo
excluido.
194
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
Para la toma de decisiones estas lógicas permiten considerar una gama
más amplia de opciones y sopesar diferentes factores de manera más precisa y matizada.
Para la evaluación de pruebas y evidencias que se rescaten nuevas posibilidades no excluyentes y que puedan abordar gradualidades, etc.
En definitiva, un cambio epistemológico y metodológico es necesario
para incorporar las lógicas no clásicas en lo jurídico implica revisar y adaptar
los enfoques y/o modelos de razonamiento, interpretación, argumentación,
toma de decisiones, evaluación de pruebas y evidencias, así como la capacitación y educación en estas áreas.
La educación del derecho y las lógicas no clásicas
Para este trabajo, se entiende la educación jurídica como el proceso integral
de formación de profesionales que abarca tanto el aprendizaje proveniente
desde el currículo explícitamente declarado, como el oculto (Gómez, 2018).
De este modo, se debe reconocer que, al volverse cada vez más complejos los
problemas jurídicos, el desarrollo de sus habilidades y la creación de herramientas deben alinearse con la búsqueda de soluciones. En este sentido, el
uso de las lógicas no clásicas abre nuevas posibilidades para la educación, la
cual se ha de reconocer como un sistema complejo, caótico e incierto. Según
lo planteado por Ballester y Colom (2006, p. 998), las lógicas no clásicas
–específicamente la lógica difusa– se transforman en estrategias efectivas
para abordar problemas de incertidumbre.
Al integrar estas oportunidades y metodologías en la formación académica, se busca enriquecer el entendimiento y la práctica de futuros profesionales del derecho, proporcionándoles herramientas versátiles para abordar
situaciones complejas y ambiguas. En este sentido, a pesar de compartir la
idea de fondo de Maldonado (2020) quien sostiene que las lógicas no clásicas no son objeto de procesos de enseñanza-aprendizaje formales, sino más
bien una carga liberadora de proceso de educar-se en ámbitos de relaciones
sociales, podría beneficiarse de igual modo con la adopción de lógicas no
clásicas incorporadas en el currículo académico. Tanto en el oficial como en
el oculto, entendiendo ello como prácticas, valores, rutinas desapercibidas
(Torres, 1996, p. 63).
Andamios
195
Taeli Gómez Francisco
Si bien hay afirmaciones que recogen necesidad de realizar cambios
curriculares en las carreras de derecho (Cicero, 2018), no hay propuestas
sobre la incorporación de cursos o contenidos que se ocupen de las lógicas
no clásicas y su aplicación en la práctica jurídica. Por lo tanto, hay que proponer aportes para cursos específicos sobre lógicas no clásicas en derecho,
o bien, la integración de estas temáticas en cursos existentes vinculados a
la teoría del derecho, la filosofía del derecho, la argumentación jurídica y
otras áreas relevantes. Este cambio curricular es fundamental para dotar a
los futuros profesionales del derecho con un conjunto más amplio y flexible
de herramientas conceptuales y metodológicas, que les permita abordar de
forma más efectiva, la complejidad inherente a la realidad jurídica.
La implementación de estos cambios curriculares va de la mano con
la adopción de enfoques pedagógicos innovadores (Cruz et.al., 2022), en
especial que fomenten la comprensión y el uso de lógicas no clásicas en la
práctica jurídica. En este sentido, los docentes de derecho pueden utilizar
ejemplos y casos prácticos que ilustren cómo estas lógicas pueden ser aplicadas en situaciones jurídicas específicas, así como fomentar actividades
de estrategia de aprendizaje activo y colaborativo, como didácticas que
permitan a los estudiantes explorar y aplicar estas lógicas en sus propios razonamientos, argumentaciones y toma de decisiones, así como habilidades
de investigación y análisis que les permitan evaluar y comparar diferentes
enfoques lógicos en el ámbito jurídico.
Para fortalecer los procesos educativos se requiere de una investigación
consciente en el área, por parte de los profesores y que puedan verse como
agentes (Mendoza, 2016); desde ahí, se puede fomentar la comprensión y
aplicación de las lógicas no clásicas en la educación del derecho. Es esencial
que se aliente a los académicos y profesionales del derecho a realizar investigaciones y publicaciones (Mullisaca, 2008), a los estudiantes sus tesis sobre
estos temas que permitan evaluar los propios procesos educativos. Lo que
fortalece además, la implementación de enfoques interdisciplinarios y
transdisciplinarios.
En cuanto a la incorporación e intencionalidad en el currículo oculto,
según la noción dada anteriormente por Torres (1996), se hace necesario reconocer las dimensiones sociológicas del proceso de la educación del derecho
(Brigido et al., 2009) y las relaciones de distintos niveles involucradas, prácti-
196
Andamios
Aplicación de lógicas no clásicas
cas-valorativos-cognitivas- estéticas, entre otras (Gómez, 2021). Desde ahí se
pueden explorar los aportes de las lógicas no clásicas, ya no solo relacionadas
a dimensiones de la cognición, sino a la modelación de los valores, actitudes
y creencias que se forman de manera implícita a través de la cultura y educación, más allá de lo que se enseña explícitamente en el plan de estudios.
Las relaciones entre docente y estudiante también pueden ser generadores de procesos de enseñanza-aprendizaje como parte del currículo oculto.
Por ejemplo, en uno que promueve una lógica clásica, es posible que los
profesores adopten un enfoque conservador más autoritario y jerárquico en
sus relaciones sociales educativas y lo promuevan como patrones de comportamientos a seguir, pues existe la tendencia a buscar una solución pre
establecida y certezas (Gómez, 2018), mientras que en un currículo oculto
que promueve una lógica no clásica, es posible que se fomente una participación más activa y colaborativa de los estudiantes en el proceso educativo,
ya que el reconocimiento de las realidades emergentes, no fijas abre posibilidades a democratizar el aula al acoger pluralidades y diversidades posibles.
Debilidades de estudiante/profesionales formados con lógica clásica:
— Tener una tendencia a abordar problemas jurídicos de manera lineal
y estructurada, lo cual podría llevar a soluciones más simples, pero
posiblemente insuficientes en el contexto de casos complejos.
— Encontrar dificultades para manejar situaciones ambiguas, inciertas
o contradictorias en el ámbito jurídico, dado que la lógica clásica
no contempla contradicciones ni permite valores intermedios entre
verdadero y falso.
— Verse limitado al tratar problemas complejos que requieren un enfoque multidisciplinario o una variedad de perspectivas, debido a la
propensión de la lógica clásica a enfocarse en estructuras lógicas claras
y bien definidas, en lugar de abordar la incertidumbre y la complejidad inherentes a los casos que implican múltiples disciplinas.
— Estar más inclinado a adoptar soluciones binarias en situaciones donde una respuesta más matizada sería más apropiada, lo cual podría
conducir a decisiones y resultados menos justos en ciertos contextos.
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197
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Fortalezas de estudiante/profesionales formados en consideración a lógicas
no clásicas:
— Demostrar habilidades de pensamiento flexible y adaptable al razonamiento jurídico.
— Estarían posiblemente, mejor equipado para abordar situaciones jurídicas ambiguas, inciertas o contradictorias y de toma de decisiones.
— Podrían abordar problemas complejos de manera más holística e
integral. Pues la consideración de múltiples perspectivas y enfoques
permitiría el desarrollo de argumentos y soluciones más equilibradas y acordes con la realidad.
— Se podría dar una predisposición hacia la colaboración interdisciplinaria y transdisciplinaria. Esto podría resultar en soluciones más
efectivas e innovadoras, ya que la combinación de conocimientos y
enfoques de diferentes campos puede generar nuevas perspectivas y
soluciones.
Finalmente, se hace necesario resaltar que propuestas exploratorias para
pensar el derecho y su educación, como es el caso de la incorporación de
lógicas no clásicas –las vistas y otras–, deben tener a la base un pensamiento
crítico. Como señala Wolkmer (2005), con el propósito final de constituir
nuevas culturas jurídicas, pluralistas, alternativas y democráticas, y de igual
modo partir de la praxis de sociedades emergentes, para viabilizar nuevos
conceptos, categorías, representaciones e instituciones sociales.
Conclusiones
Las posibles relaciones entre lógicas no clásicas en la práctica jurídica y
educación del derecho revelan tanto oportunidades significativas como
desafíos. En términos de oportunidades, está el aporte a nuevos enfoques y
perspectivas para abordar y resolver problemas jurídicos complejos, lo que
fortalece las habilidades de razonamiento y argumentación de los juristas,
preparándolos de mejor forma para enfrentar amenazas y la incertidumbre
presentes en situaciones jurídicas complejas; el desarrollo de enfoques interdisciplinarios y transdisciplinarios, como la posibilidades de colaborar
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Aplicación de lógicas no clásicas
con expertos de otras disciplinas, generando un enriquecimiento en el
conocimiento y práctica jurídica. En cuanto a los retos, se encuentra el
vencer obstáculos a la resistencia al cambio de comunidades científicas conservadoras –particularmente las jurídicas– que no han abordado de manera
contundente estos temas y prefieren mantener enfoques tradicionales.
Sin embargo, a pesar de estas consideraciones, los resultados de este
estudio indican que la adopción de lógicas no clásicas tiene el potencial
de enriquecer de manera significativa al derecho y la formación de futuros
juristas. Así, entre los aportes de la lógica intuicionista, está su utilidad para
avalar argumentos jurídicos rigurosos donde se necesita construir una prueba sólida para sostener una afirmación y a la vez, retroalimentar de modo
dialéctico al sistema jurídico; una lógica difusa permite un enfoque flexible
para manejar contradicciones y conflictos y puede contribuir a casos con
evidencia contradictoria o en situaciones jurídicas ambiguas; y finalmente,
una lógica paraconsistente puede ayudar a dialogar con la incertidumbre
y la vaguedad inherente en muchas situaciones la interpretación de leyes
vagas o en la evaluación de pruebas en las que se permiten grados de certeza.
Por tanto, se puede concluir que, a pesar de los retos que implican la
adopción de las lógicas no clásicas, se abren nuevas posibilidades para el avance del conocimiento y la práctica jurídica. Al enfrentar estos desafíos y aprovechar estas oportunidades, se está contribuyendo a la generación de nuevos
paradigmas que permiten una comprensión y gestión más efectiva de los
problemas jurídicos complejos y multifacéticos del mundo contemporáneo.
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Fecha de recepción: 9 de abril de 2023
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DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1035
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 181-203
Andamios
203
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1036
Conocimiento y creencia en lógica epistémica
dinámica
Fernando Soler-Toscano*
Resumen. Este trabajo presenta una introducción a la lógica epistémica dinámica a través de diversos sistemas formales que permiten
representar conocimientos y creencias de uno o varios agentes, así
como acciones epistémicas que pueden modificarlos. Concretamente, presentamos la lógica de anuncios públicos, modelos de
acción y modelos de plausibilidad.
Palabras clave. Lógica epistémica dinámica; anuncios públicos; modelos de acción; modelos de plausibilidad; conocimiento y
creencia.
Knowledge and belief in dynamic epistemic logic
Abstract. This paper presents an introduction to dynamic epistemic logic through some formal systems that allow to represent
knowledge and beliefs of one or more agents, as well as epistemic
actions that can modify them. Specifically, we present the public
announcements logic, action models and plausibility models.
Key words. Dynamic epistemic logic; public announcements;
action models; plausibility models; knowledge and belief.
* Profesor Investigador en la Universidad de Sevilla, España. Pertenece al Grupo de Lógica,
Lenguaje e Información. Correo electrónico: fsoler@us.es
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 205-232
Andamios
205
Fernando Soler-Toscano
Introducción: lógica del conocimiento
Este trabajo se centra en varios sistemas de lógica epistémica dinámica, es
decir, sistemas lógicos que permiten representar y razonar con información relativa al conocimiento y creencia de uno o varios agentes, así como
estudiar de qué modo esta información puede cambiar mediante acciones
epistémicas (Alchourrón et al., 1985; van Benthem, 2007; van Benthem,
2011) que implican observación, comunicación, cambio de creencias, etc.
Concretamente, presentaremos y discutiremos nociones elementales de
lógica de anuncios públicos (en que los agente pueden ofrecer información
abierta a todos los participantes), modelos de acción (que permiten formas
más elaboradas de comunicación) y modelos de plausibilidad (que integran
conocimiento y creencia).
Comenzamos presentando algunas nociones de lógica epistémica, de
momento sin elementos dinámicos. Lo hacemos con un ejemplo que nos
servirá de hilo conductor durante todo el trabajo. Ana y Belén han quedado
en ir a casa de Carmen, que celebra su fiesta de cumpleaños. A diferencia de
otras veces, no han acordado cuál de las dos buscará un regalo para Carmen.
Así que camino de casa, sin poder comunicarse con Belén, Ana decide parar
en una librería y comprar un libro para Carmen. Del mismo modo, sin poder comunicarse con Ana, Belén entra en una floristería y compra un ramo
de flores para Carmen.
Conocimiento individual
Podemos utilizar diagramas para representar el conocimiento de Ana y
Belén por separado acerca de los regalos que han comprado para Carmen.
Simplificando, sea p la proposición que representa “Ana ha comprado un
regalo para Carmen”, por lo que ¬p, la negación de p, representa que “Ana
no ha comprado un regalo para Carmen”. Del mismo modo, q puede representar “Belén ha comprado un regalo para Carmen”. El conocimiento de
Ana se puede representar mediante el siguiente modelo:
206
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
Vemos dos estados, w1 y w2, que representan, respectivamente, dos situaciones, la de que ambas Ana y Belén han comprado regalos para Carmen
(en w1 tanto p como q son verdaderas) como que solo lo ha comprado Ana
pero no Belén (en w2 solo p es verdadera, q es falsa). Ambas situaciones son
indistinguibles para Ana, lo que representamos mediante la línea que une
w1 y w2. El doble círculo que rodea w1 significa que ese es el estado real,
cosa que Ana no sabe, pues no es capaz de determinar qué estado w1 o w2
es el real. Ana sabe que p es verdad, dado que se verifica en w1 y w2, pero no
conoce la verdad de q.
Como veremos posteriormente, en el diagrama anterior están todos los
elementos propios de un modelo de Kripke para la lógica epistémica. Es
interesante observar que la línea que une w1 con w2 (accesibilidad) indica
indistinguibilidad epistémica, es decir, las opciones que están vinculadas
por a son indistinguibles para la información de Ana, aunque otros agentes
(Belén, por ejemplo, pueden distinguirlas).Del mismo modo, el siguiente
modelo representa la información que tiene Belén:
Aquí, podemos observar que el estado real, w1, sigue siendo el mismo. Sin
embargo, Belén no puede distinguirlo de otro w3 (diferente del w2 anterior)
en el que esta vez es Ana la que no compró regalo para Carmen. Decimos
que Belén conoce q pero no p. Así que cada una de nuestras amigas sabe que
ella misma lleva un regalo para Carmen, pero no sabe si lo llevará la otra.
Conocimiento de dos agentes
Ahora, veamos cómo podemos representar en un modelo, simultáneamente, la situación epistémica de Ana y Belén:
Andamios
207
Fernando Soler-Toscano
Vemos los estados w1, w2 y w3 presentes en los modelos anteriores. Pero
ha aparecido un nuevo estado w4, donde resulta que ni Ana ni Belén han
comprado regalos para Carmen. Pero ese estado, ¿por qué está ahí? Veamos
que desde w1 no existe una línea rotulada con a ni con b hacia w4, porque
ninguna de las dos amigas confunde el estado real (en que cada una de ellas
ha comprado un regalo para Carmen) con la posibilidad de que ninguna
lo hubiera comprado. Para cada una de ellas, solo resulta indistinguible del
estado real w1 el caso en que sea la otra la que no ha comprado regalo para
Carmen. Pero dado que Ana no puede distinguir la situación real w1 de w2
en que Belén no ha comprado regalo para Carmen (por ello la línea rotulada
con a entre w1 y w2), Ana considera posible que el estado real fuese w2, y en
ese caso, si Belén no hubiera comprado un regalo para Carmen, Belén consideraría posible w4, es decir, que no lo hubiese hecho ninguna de las dos. De
modo que Ana concibe que Belén conciba w4, donde ninguna compró un
regalo para Carmen. Del mismo modo, Belén, no distingue el estado real w1
de w3, porque no sabe si Ana compró o no un regalo, de modo que Belén
considera posible el caso w3 en que Ana consideraría la posibilidad w4. Así
que el estado w4 no es algo que ninguna de las dos amigas considere posible,
pero cada una de ellas considera posible que la otra lo crea posible.
Lenguaje y semántica de la lógica epistémica
Mientras Ana y Belén llegan a casa de Carmen podemos aprovechar para
introducir algunos detalles formales de la lógica epistémica (van Ditmarsch
et al., 2007). Consideremos un lenguaje formal construido a partir de un
conjunto de proposiciones (que incluye y ) y un conjunto de agentes A
(que incluye a Ana y Belén), cuyas fórmulas se construyen mediante la
siguiente gramática:
208
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
φ::=λ | ¬φ | φ∧φ | φ∨φ | φ→φ | Ke φ
para cualesquiera λ∈P y e∈A. Se trata de una extensión del lenguaje de la
lógica proposicional donde hemos introducido un nuevo operador Ke φ
para indicar que “el agente e sabe que φ”.
En nuestro ejemplo, Ka p∧¬Ka q expresa que Ana sabe que p (ella
misma ha comprado un regalo para Carmen) pero no sabe que q (que
Belén también compró un regalo). Podemos introducir el operador K̂ c φ
que leemos como “el agente c considera φ como una posibilidad”, o bien
“el conocimiento de c no descarta φ”. Semánticamente tendremos que K̂ c
φ equivaldrá a ¬Kc¬φ. En nuestro ejemplo, pese a ser p y q verdaderas en el
estado real w1, tenemos que se verifica (en dicho estado) K̂ a K̂ b (¬p∧¬q), es
decir, Ana considera posible que Belén considere posible ¬p∧¬q.Estamos
comenzando a escribir fórmulas que resultan verdaderas en un modelo,
o en un estado de dicho modelo, sin haber ofrecido aún los criterios que
determinan la verdad de una expresión de la lógica epistémica. Utilizamos
modelos epistémicos para ello. Un modelo epistémico se compone de los
siguientes elementos:
•
•
•
S, que es un conjunto de estados. En los ejemplos anteriores, w1, w2,
etc., son estados. Los estados tienen el papel de los mundos posibles
en lógica modal.
(Re) es una familia de relaciones de accesibilidad. Es decir, para cada
agente e∈A existe una relación de accesibilidad Re que es un subconjunto de pares ordenados de S×S. En los ejemplos de Ana y Belén,
tenemos que (w1,w2 )∈Ra o (w1,w3 )∈Rb.
V es una función que asigna a cada una de las proposiciones de P un
subconjunto de S, que se corresponde con aquellos estados en que
la proposición es verdadera. Así, en el último modelo, V(q)={w1,
w3}.
Como vemos, un modelo epistémico especifica cuáles son los estados
posibles (S), qué es verdadero en cada estado (V), y qué estados son indistinguibles para cada agente e (Re). Si queremos especificar cuál es el estado
real de un cierto modelo epistémico, utilizamos la notación (M,w) con w∈S
para especificar que w es el estado distinguido de M. En nuestros modelos
Andamios
209
Fernando Soler-Toscano
anteriores, el estado distinguido era w1.
Dado el modelo M=⟨S,(Re ),V⟩, para comprobar si una fórmula φ es
verdadera en un estado distinguido (M,w⊨φ) o no (M,w⊭φ), utilizamos
las siguientes reglas:
• Para cada proposición λ∈P, M,w⊨λ si y solo si w∈V(λ). Es decir, la
verdad de las proposiciones en un determinado estado depende de
la definición de V en el modelo epistémico.
• Para la negación, M,w⊨¬φ si y solo si M,w⊭φ, es decir, la negación
de cierta fórmula es verdadera cuando la fórmula sin negar es falsa.
• Para la conjunción, M,w⊨φ∧ψ si y solo si M,w⊨φ y M,w⊨ψ.
• En el caso de la disyunción, M,w⊨φ∨ψ si y solo si M,w⊨φ o bien
M,w⊨ψ. Utilizamos la disyunción inclusiva que es verdadera cuando ambas φ y ψ son verdaderas.
• Para el condicional, M,w⊨φ→ψ si no es el caso de que M,w⊨φ y
M,w⊭ψ.
• En el caso del operador de conocimiento, M,w⊨Kc φ si y solo si para
cada w' tal que (w,w')∈Rc, se verifica M,w'⊨φ.
El último punto es el característico de la lógica epistémica: el conocimiento
de φ por parte del agente c requiere que en todos los estados que c considera
epistémicamente posibles (indistinguibles de w), la fórmula φ sea verdadera.
Para el operador K̂ , dual de K, el criterio para que K̂ c φ sea verdadera en
(M,w) resulta: M,w⊨K̂ c φ si y solo si existe w'∈S tal que (w,w')∈Rc y M,w'⊨φ.
De este modo, K̂ c φ requiere que haya algún estado accesible para c donde φ
sea verdadera, lo que equivale a ¬Kc¬φ.
En un modelo M=⟨S,(Re ),V⟩ puede ocurrir que una cierta fórmula φ
sea verdadera en cierto estado w∈S (M,w⊨φ) y falsa en otro estado w'
(M,w'⊭φ). En el ejemplo anterior, considerando el modelo de los cuatro
estados, M,w1⊨p∧q pero M,w2⊭p∧q.
Cuando una fórmula φ es verdadera en todos los estados de un modelo
M decimos que es válida en el modelo y lo indicamos como M⊨φ. ¿Hay
alguna fórmula válida en nuestro modelo de Ana y Belén? En cada uno de
los estados hay una interpretación diferente de p y q, por lo que ninguna
fórmula proposicional (salvo las tautologías) será verdadera en todos los
estados. Sin embargo, sí que hay fórmulas epistémicas válidas en el mo-
210
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
delo. Para poder justificarlo necesitamos hacer explícitas las relaciones de
accesibilidad para a y b. Entendemos para ello que son reflexivas ((w,w)∈Rc
para cada w∈S y c∈A) y que cada línea que une dos estados establece que
ambos son mutuamente accesibles. Con ello, R_a={(w1,w1 ), (w2,w2 ), (w3,w3
), (w4,w4 ), (w1,w2 ), (w2,w1 ), (w3,w4 ), (w4,w3 )} y de forma análoga se define
Rb. Entonces, algunas fórmulas válidas en el modelo (es un buen ejercicio
comprobarlo) son:
•
•
Ka p∨Ka¬p, que indica que Ana sabe si ella ha comprado un regalo
o no. Esta fórmula no equivale a la tautología Ka (p∨¬p). De hecho,
Belén sabe que Ana ha comprado un regalo o no lo ha comprado
(Belén sabe que p∨¬p, es decir, Kb (p∨¬p)), pero no podemos afirmar que Belén sabe p o sabe ¬p (no se verifica Kb p∨Kb¬p).
Kb (Ka p∨Ka¬p), es decir, Belén sabe que Ana sabe si Ana ha comprado o no un regalo para Carmen. Es decir, aunque Belén no sabe
si es el caso de que p, sabe que Ana lo sabe.
El conocimiento y sus propiedades
Cuando hemos tenido que evaluar fórmulas en el modelo epistémico de
Ana y Belén, hemos incluido en la relación de accesibilidad de cada una de
las agentes cada par de estados (w,w). Con ello, hemos hecho que la relación
de accesibilidad fuera reflexiva. Tiene sentido, si accesibilidad equivale a indistinguibilidad epistémica, que cada estado sea indistinguible de sí mismo,
dado que ningún agente puede encontrar diferencia epistémica entre una
situación determinada y la misma situación. Además, cada línea que en el
diagrama unía dos estados w y w' diferentes hemos entendido que indicaba
accesibilidad mutua, incluyendo ambos pares (w,w') y (w',w) en la accesibilidad de la agente correspondiente. Con ello, hacemos que la relación de
accesibilidad sea simétrica. La intuición tras esta decisión es que si un agente
no puede distinguir w de w' entonces tampoco puede distinguir w' de w. Es
una intuición más débil que la que nos hizo asumir la reflexividad de las relaciones de accesibilidad, pues alguien puede objetar que si w fuera el estado
real, entonces w' sería indistinguible para cierto agente, pero si el estado real
fuera w', ya sí encontraría alguna diferencia con w. Dejamos de momento
Andamios
211
Fernando Soler-Toscano
esta observación de lado. Otra asunción habitual respecto a las relaciones de
accesibilidad Rc es que sean transitivas. Si un agente no puede distinguir w
de w' ni tampoco w' de w″ entonces no podrá distinguir w de w″. Cuando
en un modelo epistémico se utilizan relaciones de accesibilidad reflexivas, simétricas y transitivas (es decir, relaciones de equivalencia), tenemos la lógica
epistémica llamada S5, que es la que vamos a caracterizar axiomáticamente
y sobre la que nos vamos a cuestionar algunos aspectos.
Tomar las relaciones de accesibilidad Rc como relaciones de equivalencia
tiene la consecuencia de que los siguientes esquemas serán válidos (verdaderos en cualquier estado de cualquier modelo) dado cualquier agente c y
fórmula φ:
•
•
•
Verdad: Kc φ→φ. Si c conoce φ, entonces φ es verdadera. Parece una
propiedad deseable que tradicionalmente distingue el conocimiento de la creencia.
Introspección positiva: Kc φ→Kc Kc φ. Si c conoce φ, entonces c
conoce que conoce φ. Ya comenzamos a ver que Kc modela un tipo
de conocimiento idealizado
Introspección negativa: ¬Kc φ→Kc¬Kc φ. Si el agente c no conoce
φ, entonces c conoce que no conoce φ. Esta propiedad del conocimiento es aún más cuestionable que la anterior, pues implica que el
agente conoce todos los límites de su conocimiento.
A pesar de que algunas de estas propiedades pueden no parecer muy intuitivas, no suelen ser problemáticas si trabajamos con modelos con unas pocas
proposiciones (o si queremos diseñar protocolos de comunicación segura
usando lógica epistémica como en Cordón-Franco et al., 2013). Así, dado
que Ana no sabe si Belén ha comprado un regalo para Carmen (¬Ka q), no
tenemos mucho problema en aceptar que Ana sabe que ella misma no sabe
si Belén compró un regalo: Ka¬Ka q.
Modificando las propiedades de las relaciones de accesibilidad Rc cambiamos las propiedades del conocimiento. De todos modos, mientras nos
movamos en el terreno de los sistemas modales normales, vamos a tener
dos importantes propiedades que implican lo que conocemos como omnisciencia lógica:
212
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
•
•
Cada agente conoce todas las tautologías: ⊨φ implica ⊨Kc φ.
Cada agente conoce todas las consecuencias de su conocimiento:
⊨Kc (φ→ψ)→(Kc φ→Kc ψ). Es decir, que si el agente c conoce φ→ψ
y conoce φ, entonces conoce ψ.
Un agente lógicamente omnisciente conoce todas las tautologías y además
su conocimiento es cerrado bajo consecuencia lógica, es decir, cada proposición que se siga lógicamente del conocimiento de c es conocida por c. En
determinadas aplicaciones de la lógica epistémica se considera que la omnisciencia lógica es un problema (Soler-Toscano, Velázquez-Quesada, 2014),
dado que los agentes reales no lo son ni pueden serlo dados los problemas
de intratabilidad computacional que ello supondría. Por ello, existen propuestas de sistemas de lógica epistémica que evitan la omnisciencia lógica
(Velázquez-Quesada, 2010), pero quedan fuera del alcance de este trabajo.
Conocimiento de grupos
En algunas de las fórmulas con las que anteriormente hemos representado el
conocimiento de Ana y Belén, hemos anidado operadores de conocimiento
para expresar lo que una de ellas conoce acerca de lo que la otra conoce. Así,
Kb¬Ka q expresa que Belén sabe que Ana no sabe que q. También podemos
introducir en el lenguaje ciertos operadores que nos permiten hablar de
diferentes modos acerca del conocimiento de Ana y Belén como grupo de
agentes (Baltag et al., 2018). Por ejemplo, en el estado que hemos considerado real, w1, tanto p como q son verdaderas (ambas compraron regalos para
Carmen), pero ninguna de las dos amigas sabe p∧q. Sin embargo, uniendo
su conocimiento podrían llegar a conocer p∧q. Decimos que esta fórmula es
conocimiento distribuido para el grupo de agentes {a,b} formado por Ana
y Belén. Además, aunque ninguna de las dos sabe que p∧q, ambas conocen
p∨q (Ana porque conoce p y Belén porque conoce q). Decimos que p∨q es
conocimiento general para {a,b}, dado que las dos amigas lo conocen.
Formalmente definimos los siguientes operadores:
•
Eb φ expresa que φ es conocimiento general en el grupo B. Tenemos
que M,w⊨Eb φ si y solo si para todo w',
Andamios
213
Fernando Soler-Toscano
•
•
(w,w')∈∪c∈BRc implica M,w'⊨φ.
Db φ expresa que φ es conocimiento distribuido en el grupo B.
Tenemos que M,w⊨Db φ si y solo si para todo w',
(w,w')∈∩c∈B Rc implica M,w'⊨φ.
Como vemos, los operadores de conocimiento general y distribuido se
evalúan como el conocimiento Kc de un solo agente, pero tomando como
relación de accesibilidad la unión o la intersección, respectivamente, de las
relaciones de accesibilidad de todos los agentes del grupo. Así, para que
algo sea conocimiento general tiene que ser verdadero en todos los estados
que sean accesibles al menos para algún agente del grupo, de modo que si
algún agente no conoce una cierta fórmula φ, entonces es que φ es falsa en
cierto estado accesible para tal agente y por ello no puede ser conocimiento
general. En el caso del conocimiento distribuido se atiende a la intersección
de las relaciones de accesibilidad. Intuitivamente, es como juntar el conocimiento de todos los agentes del grupo B, pues se atiende solo a los estados w'
indistinguibles de w para todos y cada uno de los agentes.
En nuestro modelo, la fórmula D{a,b} (p∧q) es verdadera en w1 pues si
atendemos solo a los estados accesibles tanto para Ana como para Belén
desde w1 tenemos solo el propio w1 en que p∧q es verdadera. Sin embargo,
como en el conocimiento general atendemos a todos los estados accesibles
a través de la unión de las relaciones de accesibilidad, en w1 solo es conocimiento general aquello que sea verdadero tanto en w1 como en w2 y w3. Por
ello en w1 es verdadera E{a,b} (p∨q).
Otra forma mucho más fuerte de conocimiento es el conocimiento
común. Intuitivamente, φ es conocimiento común de Ana y Belén cuando
ambas lo conocen Ka φ y Kb φ pero también ambas conocen que ambas lo
conocen (Ka Kb φ y Kb Ka φ) y así sucesivamente. No hay forma de que una
de ellas contemple la posibilidad de que la otra contemple la posibilidad de
que … que la otra contemple la posibilidad de ¬φ.
El conocimiento común es un modo muy fuerte y en cierto modo
idealizado de conocimiento. Si Ana consiguiera mandar un mensaje a Belén
para indicarle que compró un regalo para Carmen (p), Belén podría no
haberlo leído, por lo que Ana no sabe que Belén sabe que p. Belén puede
mandar a Ana una confirmación de lectura del mensaje que ha recibido,
214
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
y entonces Ana sabrá que Belén sabe que p (Ka Kb p) pero entonces Belén
sigue sin saber que Ana recibió la confirmación, por lo que ¬Kb Ka Kb p.
Obtener conocimiento común en el sentido que vamos a ver requeriría de
un intercambio infinito de confirmaciones de lectura entre Ana y Belén.
Los agentes reales nos conformamos por lo general con un par de pasos de
confirmación. Formalmente, Cb φ expresa que φ es conocimiento común
para el grupo de agentes B, y M,w⊨Cb φ se verifica si y solo sí, para toda w',
(w,w')∈(∪c∈BRc )t implica
M,w'⊨φ.
donde Rt representa el cierre de equivalencia de la relación R. Es decir, se
añaden los mínimos pares a R que hacen que la relación resultante sea una
relación de equivalencia. De este modo, φ será conocimiento común para B
cuando sea verdadera en todos los estados a los que se puede acceder iterando cualquier número arbitrario de accesibilidad para todos los agentes de B.
La relación ∪c∈BRc es la que se usa para el conocimiento general, sirve para
modelar aquello que conocen todos los agentes. Ahora, al hacer el cierre de
equivalencia, tan solo será conocimiento común aquello que todos conocen
que todos conocen que … que todos conocen.
Terminamos mostrando el sistema axiomático para la lógica S5C, que
presupone relaciones de equivalencia para la accesibilidad y emplea el operador de conocimiento común:
Todas las tautologías proposicionales
Ka (φ→ψ)→(Ka φ→Ka ψ)
distribución de Ka sobre →
Si φ y φ→ψ, entonces ψ
Modus ponens
Si φ, entonces Ka φ
necesitación de Ka
Ka φ→φ
Verdad
Ka φ→Ka Ka φ
Introspección positiva
¬Ka φ→Ka¬Ka φ
Introspección negativa
CB (φ→ψ)→(CB φ→CB ψ)
distribución de CB sobre →
Andamios
215
Fernando Soler-Toscano
CB φ→(φ∧EB CB φ)
Mezcla
CB (φ→EB φ)→(φ→CB φ)
Inducción de CB
Si φ, entonces CB φ
necesitación de CB
Anuncios públicos
Mientras nos entreteníamos con los formalismos, Ana y Belén han llegado a
casa de Carmen. Ahora ya saben que las dos llevaban regalos para Carmen.
Su conocimiento ha cambiado, ya ninguna de las dos considera que ni p (Ana
ha comprado un regalo para Carmen) ni q (Belén ha comprado un regalo
para Carmen) puedan ser falsas. Saben que p∧q es verdadera, y además eso
es conocimiento común. El mejor modelo epistémico para representar tal
conocimiento tendría un solo estado con p y q verdaderas. Pero, ¿cómo han
llegado Ana y Belén a tener ese conocimiento? ¿La lógica ofrece herramientas
que permitan modelar cómo va cambiando su conocimiento? Desde luego,
a eso se dedica la lógica epistémica dinámica. Dinámica porque estudia no el
conocimiento de forma estática (un modelo epistémico fijo) sino el modo en
que el conocimiento de uno o varios agentes cambia mediante acciones epistémicas. En esta sección vamos a presentar la acción epistémica más sencilla
(pero no por ello poco importante), que es el anuncio público.
Resulta que Carmen ha preparado una sorpresa para sus amigas. Mientras las esperaba había estado leyendo un libro de acertijos lógicos (van Ditmarsch, Kooi, 2015) y ha decidido poner uno en práctica. Se conoce como
“Los tres reyes sabios”, pero, ¿por qué no plantearlo como “las tres amigas
sabias”? Así que muestra a sus amigas tres sombreros negros y dos rojos. Las
tres amigas se taparán los ojos y, una vez mezclados los sombreros, cada una
de ellas se colocará uno al azar. Los sombreros sobrantes se guardan sin que
sean vistos por ninguna de las tres. Al destaparse los ojos, cada una de ellas
puede ver los colores de los sombreros de las otras dos, pero no el propio.
216
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
La figura de arriba muestra un modelo epistémico que representa el conocimiento que Ana (a), Belén (b) y Carmen (c) tienen tras descubrir sus ojos.
Como no sabemos cuál es la distribución de sombreros, no podemos marcar
un estado como distinguido. Las letras R y N representan los colores de los
sombreros; así, NRN que vemos en w4 representa que Ana tiene un sombrero
negro (la N inicial), Belén tiene un sombrero rojo (la R central) y Carmen un
sombrero negro (la N final). Formalmente, podemos usar tres proposiciones
p, q y r para indicar los colores de los sombreros de Ana, Belén y Carmen,
respectivamente, considerando que a cada valor de verdad corresponde un
color. De momento, no necesitamos formalizar tanto. La accesibilidad viene
indicada por las líneas que unen distintos estados. Consideramos que las
relaciones de accesibilidad son relaciones de equivalencia, pero por aligerar el
diagrama no representamos las líneas que pueden ser presupuestas.
Como vemos, cada agente no puede distinguir entre dos estados en que
el único color que cambie sea el de su propio sombrero. Así, Ana no puede
distinguir entre w2 (RRN) y w4 (NRN) porque los colores de los sombreros
de Belén y Carmen son iguales en ambos estados (rojo y negro, respectivamente) y ella no sabe si el suyo es rojo (y el estado real sería w2) o es negro
(el estado real sería w4). Además, si Ana estuviera dudando entre w2 y w4,
sabe que Belén no conoce el color de su sombrero, porque en ambos casos
hay un estado diferente accesible para Belén (w1 desde w2 y w3 desde w4). Sin
embargo, en tal caso de dudar entre w2 y w4, Ana no sabe si Carmen conoce
Andamios
217
Fernando Soler-Toscano
o no el color de su sombrero, dado que en w2 Carmen sí conocería que su
sombrero es negro (Carmen observaría dos sombreros rojos de Ana y Belén,
y no hay un tercer sombrero rojo), pero en w4, siendo también negro el
sombrero de Carmen, no puede saberlo porque le resulta indistinguible de
w7, en que su sombrero es rojo. Estos comentarios solo valen desde el punto
de vista de Ana en caso de que el estado real fuera w2 o w4, pero el modelo
ofrece muchas más posibilidades. Como solo hay dos sombreros rojos,
cuando una de las tres amigas observa que los sombreros de sus compañeras
son rojos, sabe que el suyo es negro. Eso ocurre en w2 (para Carmen), w5
(para Belén) y w7 (para Ana). Por ello, estos estados solo tienen líneas que
indican accesibilidad a estados diferentes para dos de las tres agentes.
En esta situación, Ana, como en la versión original del acertijo, dice
“yo no sé el color de mi sombrero”. Con ello está realizando un anuncio
público, es decir, ofrece una información que las tres agentes pueden tomar
como verdadera. Si el color del sombrero de Ana viniera determinado por la
proposición p, su anuncio se correspondería con la fórmula ¬Ka p∧¬Ka¬p.
El efecto de este anuncio público es modificar el modelo epistémico.
Como vemos, la diferencia del nuevo modelo con respecto al original es que
se ha eliminado el estado w7, único en que Ana conocía el color de su sombrero (negro). Se ha eliminado porque (bajo la suposición, no trivial, de que
Ana no miente en su anuncio) la información que da Ana solo es verdadera
en el resto de estados. Como podemos observar, la eliminación de w7 ofrece
a Belén y Carmen nuevas opciones de aprender el color de sus sombreros.
Al descartar la opción NRR, en el estado w4 ahora Carmen aprendería el
218
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
color de su sombrero tras el anuncio de Ana. Lo mismo ocurre a Belén
en w6. Sin embargo, Belén, como en el acertijo original, anuncia que ella
tampoco conoce el color de su sombrero. Esto tiene el efecto de eliminar los
dos estados, w5 y w6, en que ahora Belén conocería el color de su sombrero,
y vuelve a reducirse el modelo:
Finalmente, Carmen dice “ya sé el color de mi sombrero”. En el acertijo
original se trataba de descubrir cuál era el color de su sombrero y cómo era
posible que Carmen lo hubiera aprendido tras los anuncios de Ana y Belén.
En el modelo epistémico resultante podemos ver que en los cuatro estados
resultantes el sombrero de Carmen es negro y que en todos ellos lo conoce.
Podemos introducir una variante del acertijo, si Carmen dijera que
aprendió el color de su sombrero tras el anuncio de Belén, ¿qué más sabríamos? ¿Y si lo aprendió tras el anuncio de Ana?
Formalmente, la lógica de anuncios públicos (Baltag et al., 1999) introduce en el lenguaje un operador [φ]ψ que se lee “tras el anuncio público de
φ se verifica ψ”. En el acertijo, tenemos que, dado el modelo inicial, [φa ]
[φb ]ψ, donde φa es el anuncio que hace Ana (por ejemplo ¬Ka p∧¬Ka¬p,
si p representa el color del sombrero de Ana), φb el anuncio de Belén (¬Kb
q∧¬Kb¬q) y ψ la fórmula que expresa que Carmen conoce el color de su
sombrero (Kc r∨Kc¬r, por ejemplo).
Para evaluar una fórmula como [φ]ψ necesitamos especificar formalmente cómo queda un modelo epistémico M=⟨S,(Re ),V⟩ tras el anuncio
público de φ. Formalmente M|φ=⟨S',(R'e ),V'⟩ es el resultado de anunciar φ
en M, y se compone de:
•
S'={s∈S | M,s⊨φ}. Es decir, los estados de M|φ son los estados de M
en que φ es verdadera. Por tanto, el modelo se reduce eliminando
los estados en los que φ era falsa.
Andamios
219
Fernando Soler-Toscano
•
•
Para cada e∈A, R'e=Re∩(S'×S'). Dado que se reducen los estados, la
accesibilidad Re de cada agente e queda limitada a los estados de M|φ.
Para cada λ∈P, V'(λ)=V(λ)∩S'. Es decir, en los estados de M|φ siguen
siendo verdaderas las mismas proposiciones que en M.
Ya tenemos los elementos para evaluar una fórmula como [φ]ψ. Dado un
modelo epistémico M y un estado w del mismo, tenemos que M,w⊨[φ]ψ
si y solo si
M,w⊨φ implica M|φ,w⊨ψ.
De modo que una fórmula como [φ]ψ (tras anunciar φ se verifica ψ) es
verdadera en w si y solo si, en caso de que φ sea verdadera en w (lo que
se anuncia es verdad), tras obtener M|φ (básicamente eliminar de M los
estados que no hacen verdadera φ), se verifica ψ. Hay varias cosas que vale la
pena observar. Lo primero es qué pasa si φ no es verdadera en w. Entonces,
por definición [φ]ψ. Eso significa que si φ es algo falso, tras anunciarlo se
verifica cualquier cosa. Ello es así porque un anuncio φ falso en w no puede
ser evaluado en w porque el modo de construir M|φ elimina w del conjunto
de estados. Existen otras lógicas que sí permiten anunciar mentiras (van
Ditmarsch, 2014), produciendo modelos en los que algunos agentes (que
saben que se ha anunciado una mentira) obtendrán una información
distinta de otros (que creen que lo anunciado es verdad). Pero a nivel de
conocimiento, no podemos considerar anuncios públicos falsos. Para no
trivializar el anuncio público, existe el operador dual ⟨φ⟩ψ, que equivale a
¬[φ]¬ψ, lo que significa que M,w⊨⟨φ⟩ψ si y solo si
M,w⊨φ y M|φ,w⊨ψ.
Por tanto, M,w⊨⟨φ⟩ψ requiere que φ sea verdadera en (M,w) y que tras su
anuncio se verifique ψ en w.
Otra observación importante es que podríamos intuir que tras anunciar
φ, obtenemos Kc φ para cada agente c, incluso que φ se vuelve conocimiento
común. Sin embargo, esto solo es cierto si φ es una fórmula puramente proposicional, sin operadores epistémicos. En el caso de fórmulas epistémicas,
220
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
es posible que tras anunciarlas se vuelvan falsas, y por tanto no se conviertan
en conocimiento. Este fenómeno es una variante de lo que se conoce como
paradoja de la incognoscibilidad (Salerno, 2008): hay verdades que no pueden ser conocidas. El caso más simple se observa en el siguiente modelo:
Tenemos que en w1 resulta verdadera la fórmula p∧¬Ka p (es verdad p pero
Ana no lo sabe). Sin embargo, Ana no podrá conocer p∧¬Ka p, pues los
axiomas que hemos presentado hacen de Ka (p∧¬Ka p) una inconsistencia,
dado que de ahí se sigue Ka p y ¬Ka p, que es una contradicción. Pero como
p∧¬Ka p es verdadera en w1 sí que se puede anunciar, y obtenemos el modelo siguiente:
Ahora, Ana conoce p, por lo que se ha vuelto falsa p∧¬Ka p justo tras su
anuncio. Es como si al llegar Ana a casa de Carmen, Belén dijera “yo traigo
un regalo para Carmen y no lo sabes”. Eso era verdad en nuestro ejemplo,
pero si Belén lo anuncia se vuelve falso, simplemente porque ahora Ana sí
sabrá que Belén trae un regalo para Carmen.
La lógica de anuncios públicos que hemos presentado se conoce como PAL,
y si añadimos conocimiento común se llama PAC y resulta axiomatixable.
Además de los axiomas de S5C que presentamos más arriba, se incluyen
(van Ditmarsch et al., 2007):
[φ]p↔(φ→p)
Permanencia atómica
[φ]¬ψ↔(φ→¬[φ]ψ)
Anuncios y negación
[φ](ψ∧χ)↔([φ]ψ∧[φ]χ)
Anuncios y conjunción
Andamios
221
Fernando Soler-Toscano
[φ] K_c ψ↔(φ→K_a [φ]ψ)
Anuncios y conocimiento
[φ][ψ]χ↔[φ∧[φ]ψ]χ
Composición de anuncios
Si φ, entonces [ψ]φ
Necesitación de [ ]
Si χ→[φ]ψ y (χ∧φ)→E_B χ,
Anuncios y conocimiento común
entonces χ→[φ] C_B ψ
Modelos de acción
Además de anuncios públicos, son posibles otros tipos de acciones epistémicas que no suponen la distribución de la misma información a todos
los agentes de un grupo. Por ejemplo, si jugando a las cartas, Ana enseña
a Belén sus cartas a la vista de Carmen, Belén aprende las cartas de Ana,
pero Carmen no. Sin embargo, Carmen aprende que cualesquiera que sean
las cartas de Ana, Belén las conoce. El modo en que se puede modelar este
tipo de acciones epistémicas es mediante modelos de acción (Baltag, 1999).
Vamos a ver un pequeño ejemplo que muestra qué es un modelo de acción
y cómo funciona.
Supongamos que Ana (a), Belén (b) y Carmen (c) juegan un sencillo
juego de cartas. De un mazo mezclado de tres cartas (1, 2 y 3), cada una
toma una carta en secreto, y la mira sin mostrarla a las demás. El modelo
epistémico que representa el conocimiento que cada una obtiene al ver su
carta, es el siguiente:
222
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
Las etiquetas que encontramos en cada estado indican el reparto resultante.
Así, 1a 2b 3c indica que Ana tiene la carta 1, Belén la 2 y Carmen 3. Podríamos
usar variables proposicionales para representar estos estados. La accesibilidad
indica, como sabemos, la incertidumbre de cada agente. Así, 1a 2b 3c es indistinguible para Ana de 1a 3b 2c, dado que en ambos repartos Ana tiene la carta
1 y no distingue cuál de las cartas 2 y 3 tiene cada una de sus amigas.
Vamos a ver cómo podemos modelar la acción de que Ana le enseña su
carta a Belén. La herramienta que permite hacerlo es un modelo de acción.
Parece un modelo epistémico, pero los estados representan acciones, a las
que hay asociadas precondiciones (que vienen dadas por fórmulas que
deben verificarse para que la acción pueda realizarse) y relaciones de accesibilidad. Veamos:
El diagrama superior es un modelo de acción. Tiene tres acciones distintas,
que Ana muestre a Belén el 1 (acción m1), que muestre el 2 (m2) o que
muestre el 3 (m3). Se trata de las tres posibilidades en que se materializa el
hecho de que Ana enseñe a Belén su carta. A cada acción está asociada una
precondición, que es una fórmula que debe verificarse para que la acción
se pueda ejecutar. Así, pre(m1)=1a, es decir, la precondición de que Ana
muestre el 1 a Belén es que Ana tenga el 1 (proposición 1a). Como vemos,
hay accesibilidad epistémica entre las diferentes acciones, en este caso c no
puede distinguir entre ellas, porque no conoce la carta de Ana ni puede verla
cuando Ana la muestra a Belén. Sin embargo, Ana y Belén sí que distinguen
entre las diferentes acciones.
La operación principal en la lógica de los modelos de acción es ejecutar
una acción (modelo de acción) sobre un modelo epistémico. Lo que resulta
es un nuevo modelo epistémico cuyos estados son aquellos pares (w,m) del
producto cartesiano de estados del modelo epistémico inicial por el conjun-
Andamios
223
Fernando Soler-Toscano
to de acciones del modelo epistémico, tales que la precondición de la acción
(pre(m)) es verdadera en el estado del modelo original (M,w⊨pre(m)). En
nuestro caso, en cada estado del modelo epistémico solo será aplicable una
acción, dado que la precondición de cada acción es la carta de Ana. La
accesibilidad en el modelo epistémico resultante es tal que (w,m) es indistinguible de (w',m') para el agente e si y solo sí w era indistinguible de w' para e,
así como m y m'. El modelo epistémico que resulta en nuestro ejemplo es:
Como vemos, Belén ha aprendido cuál es el reparto de cartas, cualquiera
que este sea. ¿Y no ha cambiado el conocimiento de Ana y Carmen? Por
supuesto que sí. Su conocimiento proposicional no ha cambiado, conocen
las mismas fórmulas de la lógica proposicional. Pero ahora saben que Belén
conoce cuál es el reparto de cartas, y eso es conocimiento común, dado que
C{a,b,c} ((Kb 1a∨Kb 2a∨Kb 3a )∧(Kb 1b∨Kb 2b∨Kb 3b )∧(Kb 1c∨Kb 2c∨Kb 3c ))
es una fórmula válida en el modelo resultante.
Existen variantes de los modelos de acción que permiten modificar las
variables proposicionales tras la ejecución de una acción. Eso permite, por
ejemplo, que Ana y Belén cambien sus cartas a la vista de Carmen.
Conocimiento y creencia en modelos de plausibilidad
Los modelos de plausibilidad (Baltag, Smets, 2008) permiten, de modo
elegante, combinar conocimiento y creencias. Esto resulta útil, por ejem224
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
plo, cuando queremos distinguir el conocimiento que tiene un agente de
las conjeturas que realiza por ejemplo en contextos de razonamiento no
deductivo (Nepomuceno et al., 2022). El conocimiento se evalúa tal como
hemos visto en los modelos epistémicos anteriores: es conocimiento de un
agente aquello que es verdadero en todos los estados accesibles, pero existe
un orden subjetivo (cada agente tiene uno propio) entre estados que determina las creencias. Cada agente creerá aquello que es verdadero en los
estados más plausibles.
Para ilustrar esta lógica, supongamos que Ana y Belén preparan un pastel de fruta sorpresa para Carmen por su cumpleaños. La dan la siguiente
información a Carmen:
•
•
•
•
•
Han podido usar cuatro tipos de fruta: fresa (f), kiwi (k), manzana
(m) y plátano (p).
Han hecho una tarta usando al menos dos tipos de fruta, y a lo
sumo tres.
Con esta información, Carmen considera diez posibles combinaciones de frutas que Ana y Belén pueden haber empleado en la tarta.
Pero además, Carmen cree que:
Usarán fresa, porque es su fruta favorita.
Si usan manzana, no usarán plátano, porque Ana piensa que no
combinan bien, aunque Belén no está muy de acuerdo.
El conocimiento y la creencia de Carmen acerca de las frutas que sus amigas
han usado para elaborar el pastel se puede representar por el siguiente modelo de plausibilidad:
Andamios
225
Fernando Soler-Toscano
En este modelo observamos diez estados que representan las combinaciones
de frutas que Ana y Belén han podido utilizar. En este caso, representamos
en cada estado solo las proposiciones verdaderas. Así, en w4, por ejemplo, se
usa kiwi y plátano pero no fresa ni manzana. Vemos que entre los estados
hay flechas, que indican un cierto orden entre ellos. Suponemos transitividad en el orden (si hay una flecha de wi a wj y otra de wj a wk, también
existe entre wi y wk, aunque no aparezca explícitamente representada), así
como reflexividad (cada estado está conectado consigo mismo). Arriba del
todo tenemos los estados w6–w10 en que se cumplen las dos creencias de
Carmen (todas las opciones incluyen fresa y si tienen manzana, no tienen
plátano). Un poco por debajo se encuentra w5, en que se cumple solo la
creencia más fuerte de Carmen, que el pastel tenga fresa. Más abajo están
w3 y w4, en que se cumple solo la creencia menos segura (si el pastel lleva
manzana, no lleva plátano), y finalmente, los estados menos plausibles son
w1 y w2, que no verifican ninguna de las creencias de Carmen. Por supuesto,
hay combinaciones de frutas (aquellas con menos de dos tipos o más de
tres) que no aparecen en el modelo, porque Carmen las descarta, dado que
por la información que sus amigas le han dado sabe que no son posibles.
Simplificando a un solo agente, el lenguaje de la lógica de plausibilidad
se define como,
φ::=λ | ¬φ | φ∧φ | φ∨φ | φ→φ | ⟨≤⟩φ | ⟨∼⟩φ
para cualquier variable proposicional λ∈P. Las fórmulas de tipo ⟨≤⟩φ se leen
“hay un estado al menos tan plausible como el actual donde se verifica φ”, y
las fórmulas como ⟨∼⟩φ se leen “hay un estado epistémicamente indistinguible del actual donde se verifica φ”.
Las dos modalidades ⟨≤⟩ y ⟨∼⟩, permiten definir las nociones de creencia
y conocimiento, que como comentamos dependen del orden de plausibilidad que el agente establece entre los estados del modelo. Formalmente, un
modelo de plausibilidad es una estructura M=⟨S,≤,V⟩ donde
•
•
226
S es un conjunto no vacío de estados.
≤⊆(S×S) es la relación de plausibilidad, y representa el orden de
credibilidad que el agente establece entre los estados. Leemos w≤u
como “u es al menos tan plausible como w”. Entre las propiedades
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
•
de ≤ está ser una relación reflexiva y transitiva. Además, es localmente conexa, lo que implica que siempre que dos elementos sean
comparables a un tercero, esos dos elementos sean comparables
entre sí, es decir: para todo w,w1,w2∈S, si se dan Rww1 o Rw1 w y
también Rww2 o Rw2 w, entonces tienen que darse Rw1 w2 o Rw2
w1. Además, se requiere que no exista ninguna cadena R'-ascendente de longitud infinita, siendo R' la versión estricta de R, es decir
R'wu si y solo si Rwu y no Ruw.
V es una función que asigna a cada variable proposicional el conjunto de estados en que es verdadera.
Representamos mediante (M,w) un modelo de plausibilidad M con un
estado distinguido w∈W.
A partir de la relación de plausibilidad ≤ podemos definir las creencias
del agente como aquellas fórmulas que son verdaderas en los estados más
plausibles. Para definir el conocimiento, necesitamos una relación de accesibilidad ∼ que divide el conjunto S en clases de equivalencia de estados
indistinguibles, tal como es habitual en lógica epistémica. Así, el agente
conocerá φ en el estado w si y solo si φ es verdadera en todos los estados indistinguibles de w. Dadas las propiedades de ≤, podemos definir la relación
epistémica de indistinguibilidad ∼ como la unión de ≤ y su inversa, es decir,
∼=≤∪≥. Así, aunque un estado u sea más plausible que w, w≤u, ambos son
epistémicamente posibles para el agente, y por ello la preferencia de u no
excluye la posibilidad de w, por lo que a efectos de conocimiento debemos
considerar por igual w y u.
Ahora podemos ver cómo se evalúa una fórmula en un modelo de plausibilidad. Sea (M,w) un modelo M=⟨S,≤,V⟩ con el estado distinguido w∈S.
Indicamos mediante (M,w)⊨ψ que la fórmula es verdadera en el estado w
de M. Las fórmulas proposicionales se evalúan de la forma habitual. En
cuanto a las nuevas conectivas:
•
•
(M,w)⊨⟨≤⟩φ si y solo si existe un u∈S tal que w≤u y (M,u)⊨φ. Es
decir, hay un estado al menos tan plausible como w en que φ es
verdadera.
(M,w)⊨⟨∼⟩φ si y solo si existe un u∈W tal que w∼u y (M,u)⊨φ. Es
decir, hay un estado epistémicamente indistinguible de w (ya sea
más o menos plausible) en que φ es verdadera.
Andamios
227
Fernando Soler-Toscano
Los operadores [≤] y [∼] se definen como los duales de ⟨≤⟩ y ⟨∼⟩, respectivamente. Esto es, [≤]φ≡¬⟨≤⟩¬φ y [∼]φ≡¬⟨∼⟩¬φ. Mediante [≤]φ expresamos
que en todo estado al menos tan plausible como el actual se verifica φ. De
forma análoga, [≤]φ se interpreta como que en todo estado indistinguible
del actual se verifica φ.
Los nuevos operadores permiten definir las nociones de conocimiento
y creencia. El conocimiento funciona igual que en los modelos epistémicos anteriores. El agente conoce φ (Kφ) cuando se trata de una fórmula
verdadera en todos los estados epistémicamente indistinguibles del actual.
Formalmente, Kφ≡[∼]φ. En cuanto a la creencia de φ (que se representa
como Bφ), se trata de que en todos los estados más plausibles para el agente
se verifique φ. Entre el estado distinguido y los estados más plausibles puede haber estados en que φ sea falsa, pero a partir de cierto momento solo
encontraremos estados que hagan φ verdadera. Formalmente, Bφ≡⟨≤⟩[≤]φ.
En el modelo de plausibilidad de nuestro ejemplo, Carmen cree que el
pastel tiene fresa, lo que podemos expresar como Bf, que equivale a que f es
verdadera en todos los estados de la capa superior del modelo. Igualmente
cree que m→¬p. Pero aunque crea estas proposiciones, no las conoce, porque
hay estados que las hacen falsas, pero son estados menos plausibles que los
que las verifican. Sí que conoce que sus amigas no han usado las cuatro frutas
K¬(f∧k∧m∧p) y que han usado al menos una (K(f∨k∨m∨p)), incluso dos.
Conocimiento y creencia se pueden modificar mediante diferentes
acciones. La primera que vamos a presentar, la observación, modifica el
conocimiento. Funciona como un anuncio público, pues consiste en eliminar todos los estados donde la fórmula observada no se satisface, de modo
que se reduce el dominio del modelo. Formalmente, sea M=⟨S,≤,V⟩ un
modelo de plausibilidad. La operación de observación de ψ produce el modelo Mψ!=⟨S',≤',V'⟩ donde W'={w∈S|(M,w)⊨ψ}, ≤'=≤∩(S'×S') y, para cada
proposición λ, V'(λ)=V(w)∩S'. En resumen, la operación elimina estados
de W, dejando solo aquellos que satisfacen la ψ observada. La relación de
plausibilidad queda restringida a los estados que sobreviven.
Otra operación que podemos hacer es modificar la relación de plausibilidad. Esto se puede hacer de diversas formas. La operación que llamamos conjetura es conocida como radical upgrade en la literatura. Dado un modelo de
plausibilidad M=⟨S,≤,V⟩, la conjetura de ψ produce el modelo Mψ⇑=⟨S,≤',V⟩,
228
Andamios
Conocimiento y creencia en lógica
que solo difiere de M en la relación de plausibilidad, que ahora es:
≤'= {(w,u) | w≤u "y " (M,u)⊨ψ}∪
{(w,u) | w≤u "y " (M,w)⊨¬ψ}∪
{(w,u) | w∼u "y " (M,w)⊨¬ψ y (M,u)⊨ψ}
La nueva relación de plausibilidad indica que después de conjeturar ψ, todos
los ψ-estados devienen más plausibles que todos los ¬ψ-estados. El orden que
hubiera previamente dentro de los ψ-estados o dentro de los ¬ψ-estados no
cambia (van Benthem, 2007). Esta operación preserva las propiedades de la
relación de plausibilidad, tal como se muestra en (Velázquez-Quesada, 2010).
Para ilustrar las operaciones en modelos de plausibilidad, supongamos
que Carmen oye una conversación entre Ana y Belén por la que cree que va
a venir Diana a la fiesta, a quien no le gusta el kiwi. Entonces, al conjeturar
¬k se modifica la relación de plausibilidad, favoreciendo los estados en que
el pastel no tiene kiwi. El modelo resulta:
Ahora, Carmen cree que la tarta tiene manzana o plátano (B(m∨p)), cosa
que originalmente no creía. Pero supongamos que sus amigas le dan una
Andamios
229
Fernando Soler-Toscano
pista, diciéndole que la tarta no tiene manzana. Lo modelamos como la
observación de ¬m, y el efecto que tiene es eliminar los estados en que está
presente la manzana, resultando el modelo:
En este último modelo, Carmen cree que la tarta tiene fresa y plátano,
Bf∧Bp, pero aún no es conocimiento, ¬Kf∧¬Kp. Sin embargo, ha aprendido que la tarta tiene fresa o plátano, K(f∨p), algo que anteriormente no
sabía.
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Andamios
231
Fernando Soler-Toscano
Velázquez-Quesada, F. (2010). Dynamic Epistemic Logic for Implicit
and Explicit Beliefs. En O. Boissier, A. Seghrouchni, S. Hassas, N.
Maudet. MALLOW. CEUR Workshop Proceedings, 627.
Fecha de recepción: 29 de abril de 2023
Fecha de aceptación: 6 de agosto de 2023
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1036
232
Andamios
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 205-232
Traducción
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1037
HEAL2100. Argumentación Humana Eficaz y
Lógica para el Siglo XXI. El siguiente paso en la
evolución de la lógica*
Dov Gabbay**
Lydia Rivlin***
Traductores: Jesús Jasso Méndez****
Claudio M. Conforti*****
Enrique Alonso González******
* Este artículo fue publicado originalmente en inglés en la revista The IfCoLog. Journal of
Logics and their Applications. Vol. 4. Núm. 6. pp. 1633-1685, en 2017. Se reproduce con permiso de la editora y el autor principal del artículo. El original en inglés se puede consultar en
la página: http://www.collegepublications.co.uk/downloads/ifcolog00015.pdf por acuerdo
editorial la revista Andamios respeta el formato de edición y forma de citación del original.
** Profesor emérito de Ciencias de la Computación y Lógica del King’s College London,
UK. Profesor de la Ashkelon Academic College, Israel, de la University of Luxembourg,
Luxembourg, y de la University of Manchester, UK. Actualmente, forma parte de los Editores Ejecutivos de la Revista The Journal of Applied Logics- IfCoLog Journal of Logics
and their Applications (FLAP), la cual actualmente representa a nivel mundial un referente
bibliográfico en la publicación de artículos con alto nivel de sofisticación en torno a todas
las áreas de la Lógica pura y aplicada. Correo: dov.gabbay@kcl.ac.uk
*** Profesora jubilada del King’s College London, UK.
**** Profesor Investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Profesor
en la Universidad Nacional Autónoma de México. Correos electrónicos: jesus.jasso@uacm.
edu.mx; jesusjasso@filos.unam.mx
***** Profesor en las Facultades de Filosofía y Letras y en la de Psicología y Psicopedagogía,
ambas en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires. Coordinador del Profesorado en Filosofía, Instituto de Educación Superior N°1 “Dra. Alicia Moreau de Justo”,
Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: cconforti@uca.edu.ar
****** Profesor Titular y Director del Departamento de Lingüística General, Lógica y Filosofía de la Ciencia, Lenguas Modernas, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada
y Estudios de Asia Oriental, En la Universidad Autónoma de Madrid, España. Correo
electrónico: enrique.alonso@uam.es
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 235-301
Andamios
235
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Resumen. Este trabajo editorial trata de convertir a las Falacias
en armas y ofrecerlas como componentes activos adicionales a la
lógica formal moderna, formando así la nueva lógica evolutiva del
siglo XXI. Los lógicos desde Aristóteles consideraron a las falacias
como argumentos erróneos que parecen correctos pero no lo son.
Las clasificaban en grupos, las discutían y las dejaban al margen de la
lógica como errores. La sociedad moderna, con el auge de Internet,
Twitter, Facebook y YouTube mostró a las falacias como las más
utilizadas y más eficaces en la argumentación y el debate. Si ésta es
la forma en que los humanos razonan y piensan, entonces necesitamos desarrollar la teoría lógica del uso de las falacias y legitimarlas
como un componente significativo del razonamiento moderno.
Este pronunciamiento perfila nuestro enfoque de la nueva lógica
del siglo XXI, el cual permite el uso sistemático de las falacias en la
argumentación y el debate, tal y como es practicado por las personas
en los medios masivos de comunicación.
1. Lógica (hasta el año 2016)
La lógica comenzó con Aristóteles.1 Aristóteles se dio cuenta de la necesidad de la lógica como una herramienta (órganon) para escribir sus libros y
escribió sus cinco libros sobre lógica silogística. La lógica de Aristóteles se
perfeccionó en periodos posteriores y el siguiente paso significativo llegó con
Pedro Abelardo a principios del siglo XII. Su tratado la Dialéctica [2] contenía nuevas ideas como las modalidades de re y de dicto. Se hizo posible aplicar
la lógica al lenguaje, a la teología y a la filosofía. En los siglos posteriores aparecieron nuevos manuales de lógica a partir de los trabajos de Pedro Hipano,
Lamberto de Auxerre y Guillermo de Sherwood. Lógicos posteriores fueron
William de Ockham, Jean Buridan, Gregory de Rimini y Alberto de Sajonia.
El libro más conocido fue el de Antoine Arnold y Pierre Nicole The Port
Royal Logic [3], J. S. Mill, A System of Logic, [61], 1843 en el siglo XIX.
1 Los Estoicos inventaron la lógica proposicional en la antigüedad, y el propio Aristóteles
fue el primero en sistematizar la dialéctica en Tópicos y en Refutaciones Sofísticas.
236
Andamios
Traducción
Dos puntos a tener en cuenta sobre el desarrollo de la lógica hasta el siglo
XIX son:
•
•
El interés, principalmente, en el silogismo con extras.
El interés en los seres humanos respecto a su razonamiento lingüístico, su argumentación y su comportamiento (a diferencia de las
matemáticas puras).
La lógica matemática moderna se desarrolló a finales del siglo XIX y continuó hasta mediados del siglo XX [4,5]. La lógica matemática se basaba en
cuatro pilares: la teoría de modelos, la teoría de conjuntos, la teoría de la
prueba o demostración y la teoría de la recursión. El énfasis [en este caso]2
se desvió del estudio y aplicación de la lógica a las humanidades, hacia el
estudio y aplicación de la lógica a las matemáticas y sus fundamentos [5].
Dov Gabbay y John Woods [12], llamaron a esto El Desvío de los Cien-Años.
Lo anterior ha cambiado con el auge de la ciencia de la computación,
la inteligencia artificial, la lingüística computacional, etc. Hubo una fuerte
demanda de dispositivos utilizando esta nueva tecnología. A su vez, hubo
una necesidad urgente por desarrollar y evolucionar la lógica para atender
estas demandas. [Bajo estas circunstancias]3, el énfasis de la lógica volvió
al análisis de la actividad humana cotidiana. Las nuevas lógicas fueron
desarrolladas por diversas comunidades no cooperativas, ni entre ellas en
comunicación, cada una impulsada por las necesidades de tipos específicos
de aplicaciones o dispositivos. El paisaje de la lógica se convirtió en un caos
de métodos diferentes. Dov Gabbay y sus colegas han impulsado nuevas
propuestas sobre lo que es la lógica, por ejemplo, la Nueva lógica con mecanismos y, la Nueva lógica con mecanismos y redes, véase la Figura 2. Para un
estudio evolutivo de los sistemas lógicos modernos, véase [23].
Los desarrollos del siglo XX mencionados anteriormente (problemas y
propuestas de la Nueva lógica) hicieron que la lógica saliera de su desvío de
100 años y la pusieron de vuelta hacia la modelización del enfoque humano,
sin embargo, padece aun de tres limitaciones.
2
3
La expresión [‘en este caso’] es responsabilidad de los traductores.
La expresión ‘[Bajo estas circunstancias]’ es responsabilidad de los traductores.
Andamios
237
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
1. La lógica sigue siendo un sistema formal matemático que no puede
comprehender completamente al razonamiento humano.
2. La lógica excluye el estudio y el uso de las falacias (véase el apartado
2 a continuación) y, por tanto, ignora el uso humano más eficaz de
la lógica (falaz).
3. Peor aún, los nuevos desarrollos, aunque a veces también se aplican
en las humanidades (lógica y derecho, lógica y filosofía analítica,
análisis lógico del lenguaje, lógica y teología, lógica y argumentación
y debate), no incluyen una teoría lógica coherente unificada, ni
existe una percepción de las diferencias entre los sistemas de pensamiento que surgen de las distintas culturas, como la Occidental vs
la Islámica, o la Cristiana vs la Judía. Los frecuentes malentendidos
derivados de tales diferencias no son sorprendentes y sí resultan
muy perjudiciales.
Algunos casos de estas diversas comunidades de investigación en lógica se
han dado cuenta que es necesaria una mayor comunicación entre ellas y, de
hecho, se buscan principios unificadores. La lógica con la que estamos familiarizados refleja una forma cultural occidental de pensar y comportarse. Hay
otras culturas importantes que piensan y se comportan de manera diferente.
Los siguientes casos son comunidades fuertes que desarrollan las áreas
nuevas y añejas de la lógica:
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
•
238
La comunidad tradicional de la lógica matemática.
La comunidad de la lógica difusa.
Las comunidades de la argumentación.
La comunidad de la lógica informal.
Los investigadores que se ocupan de las falacias.
La comunidad y los grupos de investigación de la lógica no-clásica.
La comunidad de la lógica y el lenguaje.
La comunidad de la probabilidad y las redes bayesianas.
La comunidad de la lógica filosófica.
La comunidad de la programación lógica.
La comunidad del razonamiento.
La comunidad de la revisión de creencias.
La comunidad del razonamiento legal.
Andamios
Traducción
Por supuesto, estas comunidades tienen muchos miembros en común.
Fueron varios los lógicos y grupos que desde finales de los años setenta
intentaron, mediante la investigación, los congresos y la gestión social, fomentar la unificación y la comunicación entre las distintas comunidades, a través
de la publicación de numerosos libros de investigación, un gran número de
manuales y revistas, y numerosos congresos, talleres y escuelas de verano.
Reunir a las comunidades no es fácil. Uno de los principales obstáculos
es que la mayoría de los investigadores de base trabajan en su propia área
restringida y se preocupan por las publicaciones rápidas que conducen a
un ascenso. Incluso cuando los investigadores se hacen famosos e investigadores principales (senior), algunos de ellos desarrollan un proteccionismo
territorial y se alejan de otras comunidades.
Existe otra dificultad de carácter más científico. En la mayoría de los casos, para demostrar una conexión se requiere continuar con la investigación
y la generalización. Estas circunstancias, pueden llevar tiempo y no son fáciles de realizar por una sola persona, además puede no ser fácil de entender.
En nuestro caso, queremos unir las falacias y las comunidades de argumentación, aceptando a las falacias como esquemas de razonamiento legítimos
(véase, no obstante, la Observación 1.1 a continuación). Esto es necesario y
posible en este momento gracias a varios desarrollos científicos y sociales:
1. La redes sociales y el internet han dejado en claro que el razonamiento y los patrones de razonamiento falaces son más eficaces hasta el
punto de que tales formas de pensar pueden derrocar gobiernos, influir en las elecciones y, apoyar y fomentar el terrorismo. Las falacias
se han convertido en armas a gran escala. Se necesitan urgentemente
contra-argumentos y patrones de razonamiento que contrarresten
las falacias (como HEAL2100).
Este uso creciente de las falacias es el resultado de dos tendencias. Los medios de comunicación tradicionales han perdido terreno frente a las redes
sociales y su influencia moderadora ha disminuido. Los medios de comunicación tradicionales querían atraer/vender al máximo número de personas
y, en función de ello, siguieron un curso medio-razonable no extremo.
Por su parte, los hacedores de noticias/opiniones en las redes sociales eran
Andamios
239
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
gratuitos y abundantes, así que para competir adoptaron puntos de vista
extremos, utilizaron falacias y noticias falsas para impulsar estos puntos de
vista y mejorar sus índices de audiencia.
2. Los avances en macrodatos (big data) 4 y el internet nos proporcionan los medios para desarrollar la nueva lógica. Cuando un usuario
encuentra una falacia, puede utilizar una aplicación de macrodatos
para encontrar muchos otros ejemplos con el mismo patrón y encontrar respuestas a la misma, y a partir de este escenario construir
su propia respuesta. Actualmente esto no es posible en tiempo real.
3. Muy buena parte en torno al trabajo de la argumentación y falacias
se encuentra en una etapa lo suficientemente madura y detallada
como para permitirnos dar el siguiente paso.
4. El destacado éxito técnico y la aplicabilidad de los desarrollos de la
comunidad Difusa y de la comunidad Bayesiana constituyen también factores que permiten dar el siguiente paso en la evolución de
la lógica.5
5. Los avances en las teorías de las distorsiones universales y el uso de
la lógica en las comunidades de terapeutas de los agresores sexuales
muestran la eficacia de las medidas que contrarrestan a las falacias.
6. Existe una importante tendencia social que refuerza la importancia
de desarrollar HEAL2100. Los medios de comunicación tradicionales (a menudo conocidos como “medios heredados”), como los
periódicos impresos, la televisión por cable y los canales de radiodifusión, están perdiendo popularidad a medida que su audiencia
objetivo está envejeciendo.
Estos están siendo sustituidos por medios digitales en plataformas como
YouTube y Twitter (y sus sucesoras) creados por individuos o pequeños grupos con presupuestos limitados. Los recursos limitados dan lugar a que una
4
Utilizamos la expresión ‘macrodatos’ para traducir la expresión original en inglés ‘big data’.
Obsérvese, sin embargo, la obra de Gilbert Harman [62], una Discusión de la Relevancia
de la Teoría del Conocimiento para la Teoría de la Inducción (esta presenta una Digresión
en el Sentido de que ni la Lógica Deductiva ni el Cálculo de Probabilidades tienen Nada que
Hacer con la Inferencia). Gilbert Harman señala que ningún razonador humano es capaz
de cumplir las restricciones Bayesianas. Véase también, de forma independiente, Woods y
Walton, Capítulo 1 de su obra Fallacies: Selected Papers, [31].
5
240
Andamios
Traducción
persona exponga ante una cámara estática o a que un par de personas discutan un tema con mucha más extensión de la que podría adjudicarse mediante
un canal de televisión o estación de radio. La mayoría de los espectadores
entienden que los creadores de contenido tendrán puntos de vista partidistas
o un bajo compromiso con la veracidad, sin embargo, una proporción cada
vez mayor de la población menor de 40 años consume estos nuevos medios
y está expuesta a la argumentación y la lógica, en distintos grados, de una
manera que antes no estaba disponible. Habrá muchas ocasiones en que los
consumidores vean un debate que parece lo suficientemente razonable hasta
que abran el siguiente canal y encuentren que los argumentos del primer
caso fueron desacreditados al considerarlos falsos o engañosos.
Los medios modernos de comunicación a menudo han sido criticados
como la muerte de la civilización, pero en muchos sentidos ofrecen una
oportunidad para que el público en general aprenda sobre la argumentación de una forma que sólo ha estado al alcance de los mejores educados
en las universidades y escuelas de élite, forma que no ha estado abierta a la
población en general desde los tiempos en que los Atenienses se reunían en
el Pnyx, Véanse Figuras 1 y 2.
Observación 1.1. Dijimos más arriba que esperamos unir, de acuerdo con
nuestra propuesta, las falacias y las comunidades de la argumentación. Necesitamos hacer aquí una rápida observación, la cual será desarrollada con
detalle en una sección posterior. Estas comunidades consideran a las falacias
en el contexto del razonamiento deductivo. Las falacias como armas que hemos
identificado en los medios de comunicación no son sólo falacias deductivas, sino
también lo que ahora llamamos “Falacias de Acción” (“Action-Fallacies”) (necesitamos en este momento acuñar este nuevo concepto). Si bien, este concepto se
definirá en una sección posterior, ahora ofrecemos una explicación esquemática.
Suponga un encuentro deductivo entre un testigo y un abogado defensor
ante un Jurado. Llame al encuentro deductivo encuentro de nivel 1. Es importante para el abogado defensor desacreditar, falsear o argumentar en contra
del testimonio. Si el abogado defensor falla entonces su cliente puede ser encarcelado. El abogado puede desplazarse a un encuentro de nivel 2 (meta-nivel)
argumentando que el encuentro de nivel 1 debe cancelarse por completo. Por
ejemplo, el abogado puede argumentar (falazmente o no) que el procedimien-
Andamios
241
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
to es un procedimiento de apelación y que no se permiten nuevos testigos. Sin
embargo, hay muchas falacias de acción que se pueden utilizar, que van desde
la extrema “falacia” Mafiosa de asesinar al testigo, o las opciones menores;
intimidar al testigo, insultar al testigo, drogar y confundir al testigo, etc. Se
trata de falacias de acción no deductivas de nivel 2 diseñadas para abortar los
procedimientos de nivel 1.
Un ejemplo real de esto se ofrece en el Ejemplo 4.4 más adelante.
En resumen, cuando hablamos de integrar las falacias nos referimos a
las falacias de acción, que pueden ser falacias deductivas o falacias de acción
reales utilizadas en un nivel superior para abortar un nivel inferior.
Figura 1. Línea del tiempo para la evolución de la lógica,
desde Aristóteles hasta la actualidad
242
Aristóteles
Silogismo, 13 falacias
El concepto de lógica se basa en el razonamiento humano
Edad Media
- Se estudiaron aspectos de varios lenguajes.
- Se estudiaron las reglas lógicas conectadas
con la religión.
- Se clasificaron y estudiaron más falacias.
Mitad del Siglo XIX
Boole/De Morgan Gran desvío de la lógica humana hacia la lógica matemática.
Mitad del Siglo XX
Lógica para la ciencia de la computación
Razonamiento humano deductivo
(problemas y propuestas de la Nueva Lógica, véase Figura 2.
Siglo XXI
Razonamiento humano Deductivo + Integración de falacias
Andamios
Traducción
2. Falacias
Esta Sección presenta nuestras observaciones en torno a la idea de integrar
las falacias en una Nueva lógica con mecanismos, redes y falacias que también
llamamos HEAL2100. La definición de HEAL2100 es una investigación
en curso. Aún no sabemos qué forma tomará.
A continuación se presentan varias subsecciones. La subsección 2.1
presenta un breve estudio objetivo del estado de cosas hasta la actualidad.
Consideramos a [10] muy útil y seguimos su presentación. La subsección
2.2 analiza nuestra perspectiva/interpretación del estudio considerado en la
subsección 2.1.
2.1 Perspectiva histórica y actual de las falacias
Aristóteles
Aristóteles fue el primero en sistematizar los errores lógicos en una lista
y en establecer la convención de que una forma para ganar un argumento
[7] consiste en la capacidad de refutar la tesis de un oponente. En las “Refutaciones Sofísticas” de Aristóteles (De Sophisticis Elenchis) se identifican
trece falacias. Aristóteles dividió a estas falacias en dos grandes tipos: falacias
lingüísticas y falacias no lingüísticas, esto es, algunas dependen del lenguaje
y otras no. Estas falacias se denominan falacias verbales y falacias materiales,
respectivamente. Una falacia material es un error acerca de lo que el argumentador está hablando, por su parte, una falacia verbal es un error sobre cómo
el argumentador habla. Las falacias verbales son aquellas en las que una conclusión se obtiene mediante un uso inapropiado o ambiguo de las palabras.6
6 Las 13 falacias de Aristóteles:
I. Falacias dependientes del lenguaje (De Soph Elen 4, 165b24-166b28)
Ambigüedad (equívoco u homonimia)
Anfibología (o ambigüedad)
Combinación
División
Acento
Forma de expresión
II. Falacias fuera del lenguaje (De Soph Elen 5, 166b28-168a18)
Andamios
243
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Figura 2. Línea del tiempo para la Lógica en el periodo 1960 2017
- Lógicas matemáticas tradicionales.
- Lógica intuicionista y clásica.
1960
Nos referiremos a estos casos con TDL,
esto es, Lógica Deductiva Tradicional
(formal moderna, clásica o intuicionista
u otra axiomática)
La perspectiva tradicional de las Falacias
se nombra con SDF, Definición Estándar de las Falacias, Véase [18, p. 52]
1960 – 1990
1980 – 2000
Desarrollo intensivo de la ciencia de la
computación y la IA.
El surgimiento de muchas lógicas nuevas.
La sistematización y legitimación de muchas lógicas.
Dov Gabbay y Muchos CoHandbook de Lógica Filosófica, Handlegas publicaron una Serie de
book de Lógica en Ciencia de la ComVolúmenes de Handbooks of
putación, Handbook de Lógica en IA y,
Logic
muchos otros.
Accidente
El uso de palabras de forma absoluta o en cierto sentido
Concepto erróneo de refutación
Eludir la cuestión
Consecuente
Non causa pro causa (falacia de causa falsa)
Pregunta compleja
244
Andamios
Traducción
Nueva lógica con mecanismos = cualquier
sistema que se encuentre funcionando
en la cabeza de un agente lógico = lógica
deductiva tradicional (TDL) + diversos
mecanismos lógicos (que surgieron en la
Véase el artículo [12] que
inteligencia artificial, la ciencia de la compropone La Nueva lógica con
putación teórica y el estudio del lenguaje
mecanismos.
durante el periodo 1980 - 2000)
2000
Dov Gabbay - John Woods
Nueva lógica con mecanismos y redes =
2009
Nueva lógica con mecanismos + Redes +
Dov Gabbay
Argumentación + Axiomas + Secuencias
Conferencia en Luxemburgo
de Acción + Una variedad de Postulados
de Dov Gabbay. Véase [23]
y Algoritmos de Meta-Nivel
Desarrollos increíbles de Teléfonos
inteligentes y Redes Sociales: Facebook,
Incorporación entre 2009 – YouTube, Twitter, Wikipedia, así como,
2017
los desarrollos técnicos del Internet y la
aparición de la nueva área conocida como
Macrodatos (Big Data).
2017
Dov Gabbay-Lydia Rivlin
Nueva lógica con mecanismos, redes y
falacias (la cual hemos denominado
HEAL2100) = Nueva lógica con mecanismos y redes + Integración de falacias.
Tiempos Modernos, primera ola
Irving Copi, en su influyente libro de texto de mediados del siglo XX, define una falacia como “una forma de argumento que parece correcta pero
que, al examinarla, se demuestra que no lo es”, véase [18]. Copi (1961) enumera 18 falacias, (de las cuales 11 son de Aristóteles, también llamadas por
John Woods ([17] (1992), “The Gang of 18”7). La perspectiva de Copi es
7 The Gang of Eighteen fallacies (La Pandilla de las diez y ocho falacias):
ad baculum
Andamios
245
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
lo que se conoce como el punto de vista tradicional, SDF. Esta perspectiva
es apoyada por otros distinguidos investigadores como Woods [17] (1992),
Walton [16, p. 179] (2010) (Walton señala que una falacia es un argumento
que parece correcto pero no lo es), Salmon [20], y Powers [19].
Fue Hamblin [9], quien escribió el primer libro totalmente dedicado a
las Falacias, el primero en criticar la SDF.8 A Hamblin le siguieron otros.
Finocchiaro distingue seis formas en que los argumentos pueden ser falaces.
Todas ellas tienen aspectos deductivos. Finocchiaro [51] observa que es
adecuado clasificar todos los tipos de errores que Galileo encontró en los
argumentos de los defensores de la perspectiva geocéntrica del sistema solar.
Gerald Massey [24], en 1987, expresó una fuerte objeción tanto a la
teoría de las falacias como a su enseñanza. Gerald Massey argumenta que
no existe una teoría de la invalidez — esto es, alguna forma sistemática
de demostrar que un argumento es inválido, aparte de mostrar que tiene
premisas verdaderas y una conclusión falsa [24, p. 164]. Por cierto, esto está
disponible (conocido como sistema de refutación, véase [21], 2011). Nótead hominem
ad misericordiam
ad populum
ad verecundiam
afirmación del consecuente
anfibología
eludir la cuestión
estadísticas sesgadas
pregunta compleja
composición y división
negación del antecedente
equívoco
analogía defectuosa
el apostador
generalización apresurada
ignoratio elenchi
secundum quid
8 El término SDF fue acuñado por van Eemeren y Grootendorst. Fue el nombre que dieron
a lo que Hamblin había dicho: SDF: Una falacia es un argumento que parece válido pero
no lo es. Hamblin hizo la afirmación histórica de que todos, desde Aristóteles, sostenían
esta opinión sobre lo que constituía una falacia. Hansen [57] demostró que Hamblin estaba
equivocado.
246
Andamios
Traducción
se que la perspectiva/objeciones de Massey en torno a las falacias también
tiene una base deductiva, la cual requiere de un sistema lógico que genere
los argumentos falaces, así como los argumentos válidos.
Johnson y Blair en su libro Logical Self-Defence, publicado por primera
vez en 1977, véase [22] introdujeron nuevas ideas para la época, por ejemplo:
la idea de una discusión entre dos partes, en presencia de una audiencia. Su
énfasis está en armar a los estudiantes para defenderse contra las falacias del
discurso cotidiano. En lugar de un argumento sólido y deductivamente válido
con premisas verdaderas, Johnson y Blair proponen un ideal alternativo de argumento convincente, esto es, uno cuyas premisas sean aceptables, relevantes
y suficientes para su conclusión. La aceptabilidad reemplaza a la verdad como
un requisito de las premisas, y la condición de validez se divide en dos condiciones diferentes, la relevancia de la premisa y la suficiencia de la premisa. La
aceptabilidad se define en relación con las audiencias —aquellas a las que se
dirigen los argumentos— pero los otros conceptos básicos, la relevancia y la
suficiencia, aunque se ilustran con ejemplos, siguen siendo intuitivos.
Observamos la importancia de la idea de la autodefensa, que es compatible con nuestra visión de armarse y defenderse contra el uso de falacias.
También observamos que lo que ellos llaman argumento convincente, el
cual no es considerado como un caso deductivo de acuerdo con la lógica
tradicional (TDL), se considera lógico en nuestra Nueva lógica con mecanismos, (véase la figura 2) porque es un caso de razonamiento no monotónico.
La defensa de Johnson y Blair es sólo una Nueva lógica con mecanismos de
contra-argumento.
Para concluir esta subsección, sería útil dar un ejemplo, que ilustrará
tanto una instancia de un sistema de una Nueva lógica con mecanismos,
como una oportunidad para la autodefensa.
Ejemplo 2.1. Considere la siguiente historia
La práctica habitual en la década de 1970 en los principales departamentos
de filosofía de América del Norte es encontrar trabajo a sus estudiantes quienes acababan de recibir su doctorado. Esta es una maravillosa práctica digna
de un alto aprecio. Nuestra historia trata del caso de un estudiante quien
obtuvo un doctorado, llamémosle H, (“el Hippy”). Lo que sigue es una discu-
Andamios
247
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
sión del personal [académico] del departamento entorno a invertir recursos y
esfuerzo para asumir la responsabilidad de colocar a H (esto es, encontrarle
una posición en otra universidad).
Profesor A (Reverendo, Filosofía de la Religión): Deberíamos abandonar a
H. H es primitivo, parece un salvaje, y aunque su tesis fue sólida, H o bien
fracasará en su entrevista, o nos avergonzará y será despedido dentro de los 6
meses siguientes a su nombramiento.
Profesor B (Asesor de H, Teoría de la Elección Social): Todavía tenemos
tiempo hasta la entrevista. Para el momento de su entrevista, H estará presentable, se cortará el cabello, usará camisa y corbata y lucirá como un candidato
de acuerdo con las normas.
Cualquier persona en su sano juicio querría un buen trabajo y se prepararía para ello, y confío en que H hará lo mismo.
Profesor A: H es demasiado salvaje, no funcionará. Aprecio su compromiso
con su estudiante, pero el departamento no debería involucrarse.
Posibles réplicas para el profesor A.
1. Argumentar y dar evidencia de que H se comportará.
Esto es compatible con la idea de autodefensa Lógica. La defensa sería en
términos de una Nueva lógica con mecanismos, tal vez presentar un plan
detallado de cómo preparar a H y dar evidencia de que H cumplirá.
2. Atacar con una falacia
Reverendo, parece que le disgusta H, desde que H dijo que Jesús no era más
que ¡un agitador político! ¡Debería superar eso!
A continuación describimos el sistema de Nueva lógica con mecanismos,
necesario para modelar este argumento.
i. Necesitamos un lenguaje para los hechos y sus negaciones.
ii. Necesitamos un lenguaje para acciones de cláusulas con la siguiente
forma:
Hechos ⇒ Ejecutar un nuevo hecho y anular el hecho existente.
iii. Podemos tener mecanismos de sentido común que puedan tomar
un conjunto de hechos y ampliarlo.
248
Andamios
Traducción
iv. Definimos una relación de consecuencia entre conjuntos de hechos S
y un nuevo hecho x para ser S| — x syss existe una secuencia de acciones
y mecanismos que van de S a x.
El argumento entre los profesores es sobre la secuencia de acciones propuestas.
Nótese que esta lógica es práctica. Si tienes un negocio y vas al banco y
preguntas sobre un préstamo, así es como argumentas en torno a que podrás
devolver el préstamo fácilmente. Presentas un plan de negocios que es una
secuencia de acciones que pueden generar y mantener ingresos. Notamos aquí
que también se puede utilizar una falacia de acción, por ejemplo [en el caso
del estudiante H] pasar una nota al Reverendo diciéndole que, a menos que
conceda inmediatamente el punto, su relación adúltera con una estudiante
será inmediatamente revelada.
Esta subsección continúa en el Apéndice A.
2.2 Nuestra posición inicial sobre las falacias
En primer lugar, recordemos nuestra distinción entre “Falacias Deductivas”
y “Falacias de Acción”, como se explica intuitivamente en la Observación
1.1. Las Falacias Deductivas son lo que comúnmente se denomina Falacias.
También recordemos el comentario recurrente en la Subsección 2.1, que
si consideramos la lógica deductiva con la que medimos las falacias como
Nueva lógica con mecanismos y redes, véase [23], entonces la siguiente
declaración sigue siendo válida: Una falacia deductiva es el uso de un argumento o movimiento de diálogo inválido o defectuoso que parece válido. Es
importante señalar que una falacia de acción en, digamos, una lógica más
débil puede convertirse en una falacia deductiva en una lógica más fuerte, si
ésta última incorpora como un movimiento legítimo ese tipo de acciones.
También podemos tener un cambio inverso, una acción legítima en el caso
de la primera lógica se convierte en ilegítima en el caso de segunda. Un
ejemplo sorprendente es la histórica regla Juicio por Combate (Trial by
Combant rule). (El juicio por combate era un método del derecho Germánico para dirimir acusaciones en ausencia de testigos o de una confesión en
el que dos partes en disputa se enfrentaban en un combate; se proclamaba
Andamios
249
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
que el vencedor de la pelea tenía la razón/estaba en lo correcto. En esencia,
era un duelo sancionado judicialmente. Se mantuvo en uso durante toda la
Edad Media europea, desapareciendo gradualmente a lo largo del siglo XVI.
Véase https://en.wikipedia.org/wiki/Trial_by_combat, consultado el 18 de
julio, 17:00 hrs. horario del Reino Unido.
Un argumento o movimiento falaz puede ser engañoso al parecer mejor de
lo que realmente es. Algunas falacias se cometen intencionadamente para
manipular o persuadir mediante el engaño, mientras que otras se cometen
involuntariamente por descuido o ignorancia. Los abogados reconocen que
la solidez o falta de solidez de un argumento depende del contexto en el que
el argumento se esgrime.
Las falacias se encuentran entre los argumentos más eficaces utilizados por
las personas y entre las más exitosas a la hora de influir en las acciones y
el comportamiento humano en el marco de las interacciones sociales,
políticas, jurídicas e interpersonales.9 Aun así, no hemos sido capaces de
modelarlas y comprenderlas. Hasta el día de hoy, los lógicos las han descartado simplemente como razonamientos erróneos y su uso como un signo de
ignorancia. Véase, sin embargo, Errors of Reasoning de Woods [56], y véase
la discusión en la subsección 2.1.
Las falacias se dividen comúnmente en “formales” e “informales”. Una falacia formal puede expresarse claramente en un sistema lógico estándar, como
la lógica proposicional, mientras que una falacia informal se origina en un
error de razonamiento distinto a una forma lógica inapropiada, véase [9, 16,
17] y la subsección 2.1. Los argumentos que contienen falacias informales
pueden ser formalmente válidos, pero siguen siendo falaces.
9
No hemos realizado algún estudio científico para respaldar esta afirmación. Sin embargo,
la segunda autora de este trabajo ha estado en la política por muchos años (incluso fue
candidata al Parlamento Británico) y ha seguido los debates en las redes sociales. El primer
autor de este trabajo durante años ha seguido la política de Medio Oriente. Esta es la base de
nuestra conclusión no sólo en torno a la eficacia y el uso de las falacias, sino considerando
este momento como el escenario para integrar a las Falacias al interior de la Lógica.
250
Andamios
Traducción
La argumentación moderna y la lógica informal identifican, discuten y
clasifican más de cien falacias, en [11] se enumeran más de 100 falacias y
en [59] se consideran 137 falacias. Además, hay cientos (al menos 500) artículos sobre falacias (véase [60], Hansen y Fioret en Informal Logic, 2016).
Véase también [16, 17].
Sin embargo, nadie en la comunidad de la lógica y la argumentación
considera a las falacias como un instrumento eficaz de razonamiento y
nadie ha intentado modelarlas desde este punto de vista, sistematizar su uso,
ofrecer contra-falacias en los debates y, en general, convertirlas en un pilar
más de la lógica y el lenguaje. Esto no es una crítica. El estándar desde Aristóteles ha sido considerar una falacia como un fallo de razonamiento que
debe evitarse. Sin embargo, se ha vuelto cada vez más evidente para los que
hemos estado estudiando Internet que las falacias lógicas han demostrado
ser no sólo eficaces en la argumentación, sino a menudo más eficaces que la
lógica pura. Hemos realizado un amplio estudio de argumentos en internet,
tanto en vídeos como en medios como Twitter y la evidencia presentada
nos obligó a aceptar a las falacias como una forma de diálogo, lo que luego
nos impulsó a estudiar cómo integrar su uso en las teorías formales de la
argumentación y la lógica. Además, nuestra conexión con los avances en la
noción de sistemas lógicos, provenientes de la modelización del razonamiento humano en ciencia de la computación teórica e inteligencia artificial nos
permitió iniciar la primera integración de las falacias en dichos modelos.
Las comunidades de la lógica filosófica y la lógica informal han llevado
a cabo una excelente labor de investigación sobre las falacias, como hemos
visto en la subsección 2.1, la cual en esencia constituye la base de dicha
integración. No nos cabe duda que la comunidad de las falacias en general
habría llegado a la misma conclusión que nosotros si hubiera estado expuesta en su conjunto, como lo hemos estado nosotros, a los debates en Internet
y el uso de falacias y a la modelización del razonamiento humano por la
IA. Vamos a basarnos y a utilizar, como punto de partida, el trabajo sobre
falacias de destacados investigadores que dedicaron su vida y muchos libros
al análisis en torno a estas cuestiones. Téngase en cuenta, sin embargo, nuestros comentarios sobre las falacias de acción de acuerdo con la Observación
1.1. Destacamos especialmente el trabajo seminal de John Woods [56],
Andamios
251
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
cuyo brillante análisis de las falacias deductivas es un buen punto de partida
compatible para nosotros. Véase el enfoque EAUI de Woods [56, p. 136].
Teniendo en cuenta este valiosísimo corpus teórico, lo que necesitamos
ahora es pasar a una NUEVA ÁREA de la Argumentación, Argumentación
Humana Eficaz y Lógica (HEAL2100) – EL SIGUIENTE PASO EVOLUTIVO DE LA LÓGICA. Véase Figuras 3, 4 y Figura 5.
Figura 3. Evolución de la perspectiva de la comunidad lógica
sobre las Falacias
Falacias
Aristóteles
13 falacias clasificadas en dos tipos, refutaciones y
errores.
1970
Ths Gang of 18 fallacies (La Pandilla de las 18 Falacias).
2008
Más de 100 Falacias clasificadas de muchos tipos.
Aún rechazadas como errores pero analizadas y
refinadas por comunidades fuertes y vibrantes de
lógica informal y argumentación.
2008 – 2017
Uso poderoso de las falacias como armas de razonamiento.
2017 Gabbay - Ri- Propuesta para la integración de las falacias en la
vlin
lógica deductiva.
252
Andamios
Traducción
Figura 4
¿Por qué integrar a las falacias?
•
•
•
El uso de las Falacias en las interacciones entre humanos es más
eficaz que los argumentos deductivos tradicionales, son ampliamente utilizadas.
La modelización e integración de las falacias en la Nueva lógica con
mecanismo, redes y falacias puede ayudar a desarrollar la lógica en
su modelo evolutivo e incluir nuevos modelos de lógica informal,
razonamiento práctico, e Inteligencia Artificial práctica.
Nos permite comprender mejor el razonamiento y las interacciones humanas, ya que ahora (2017 en adelante) se utilizan
ampliamente y están aquí para quedarse en las redes sociales.
Esto esperemos se traduzca en una mejor conciencia del público
sobre el razonamiento, una mejor comprensión de la realidad, de
las leyes normativas, de las regulaciones, de la persuasión, de la
cultura política, etc.
Andamios
253
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Figura 5. Cambio en la Actividad de Investigación
Objetivos de la Actividad de Investigación 2008
Nuestro propósito fue proponer cómo integrar a la lógica simbólica
con el razonamiento en red (neuronal y de argumentación).
Consideramos al agente humano en su vida cotidiana.
Nos preguntamos: ¿qué “lógica” el agente humano tiene en su cabeza?
Las palabras actuales de moda relevantes que circulan en la comunidad son, entre otras: tiempo, acción, conocimiento, creencia, revisión,
deducción, aprendizaje, contexto, redes neuronales, redes probabilísticas,
redes de argumentación, consistencia, etc.
Queremos entender qué tipo de motor lógico integrado el humano
utiliza en su vida diaria.
Objetivos de la Actividad de Investigación (bloques de trabajo)
2017
Añadir e integrar a las falacias
3. Macrodatos (Big Data)
Los medios para modelar el uso de las falacias provienen de los avances
recientes en ciencia de la computación y de la IA en el área de los Macrodatos (Big Data) (véase [52]). Internet nos permite acceder (en tiempo real
a patrones de datos, como el uso de falacias), anteriormente inaccesibles y
hasta hace poco repositorios de datos inexistentes, como:
•
•
254
Redes Sociales (e. g. Facebook)
Fuentes de Acceso Público (gobierno, bases de datos, periódicos,
blogs en línea, etc.)
Andamios
Traducción
•
•
•
•
Videos YouTube
Transmisiones
Publicidad
etcétera.
Los 2000 años de estudio y clasificación de las falacias, junto con los macrodatos y nuestras capacidades para buscar y extraer el amplio uso de falacias
en las redes sociales nos proporcionan ahora las herramientas para dirigirnos
hacia la siguiente fase de nuestro estudio, estos es, modelar una forma de autoprotección frente a las falacias, así como su uso como arma de razonamiento. Este conocimiento también nos permitirá modelar sistemas culturales de
pensamiento — como el Europeo Occidental, el cual está basado en reglas, el
sistema Talmúdico Judío (el cual desempeñó un papel fundamental no reconocido en la formación de los comentarios Cristianos medievales), la forma
de pensamiento Islámico del Corán y la Sharía, las darshanas Hindúes, entre
los sistemas culturales de pensamiento principales.
El Uso de los Macrodatos (Big Data). Tenemos dos usos principales de
los Macrodatos:
1. Dirigirnos hacia el encuentro y estudio del uso de las falacias en las
redes sociales. Necesitamos esto para clasificar el uso de las falacias
e integrarlas en la lógica. Así que, necesitamos recurrir a un experto
en macrodatos para que colabore con nosotros durante todo el
proyecto.
2. La nueva lógica que estamos construyendo requerirá una respuesta
a una falacia por parte de otra falacia, como muestran nuestros
ejemplos. En esta línea, parte de la lógica debe ser una aplicación
de extracciones de macrodatos que, dado un contexto y una falacia,
ofrezca falacias candidatas para responder. Por ejemplo, utilizando
el demostrador de teoremas (theorem prover), si la falacia es lógica,
la falacia de respuesta podría ser un contra-ejemplo o si la falacia es
una amenaza la falacia de respuesta podría ser una contra-amenaza.
Andamios
255
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
También es de gran importancia [reconocer] el previsible aumento
del papel de la lógica y la argumentación en la vida cotidiana, como se
expone en el punto 6 de la sección 1.
4. Caso de Estudio: La Falacia Ad Hominem
4 Caso práctico: La falacia “ad hominem”
Empecemos citando uno de los recursos más importantes de macrodatos
(big data), Wikipedia:
Ad hominem (que en latín significa “al hombre” o “a la persona”),
abreviatura de “argumentum ad hominem”, es una falacia lógica en la
que un argumento se refuta atacando el carácter, los motivos u otros
atributos de la persona que argumenta, o de las personas asociadas
con el argumento, en lugar de atacar la sustancia del argumento en sí.
El razonamiento falaz ad hominem suele considerarse una falacia
informal, [3, 4, 5] más concretamente como falacia genética, una
subcategoría de las falacias de irrelevancia. Sin embargo, en algunos
casos, los ataques ad hominem pueden ser no falaces; un caso de
estos puede ser si el ataque al carácter de la persona está directamente
dirigido al argumento en sí. Por ejemplo, si la verdad del argumento
se basa en la veracidad de la persona que argumenta —y no en hechos
conocidos— señalar que la persona ha mentido anteriormente no es
un argumento falaz.
Esta falacia puede refinarse aún más en un tipo diferente de sub-falacias,
dependiendo del tipo de ataque. Elegimos esta falacia para ilustrar cómo
vamos a tratarla en la nueva área de lógica HEAL2100.
Según lo expuesto en la subsección 2.1, cuando esta falacia se utiliza en un
debate o en una discusión argumental entre dos personas (como en el Ejemplo 4.3 y el Ejemplo 5.6) consiste en una violación del procedimiento correcto
al interior del sistema. Esto será establecido por el enfoque pragma-dialéctico,
por el enfoque pragmático de Walton y por el enfoque de Auto Defensa de
Johnson y Blair, ya que los tres prevén un diálogo entre dos partes. De hecho,
todos estarán de acuerdo con que se trata de un movimiento falaz.
256
Andamios
Traducción
Debemos ser cuidadosos aquí, como la próxima Observación 4.1 (por
John Woods) señala.
Observación 4.1 (Fumar). Cuando Billy, de 15 años, le dice a su padre:
“Pero, ¿por qué no voy a fumar, papá, si tú te fumas 20 cigarrillos al día?”,
¿alguien en su sano juicio puede afirmar que Billy, al decirlo, ha cometido un
error de razonamiento, o que ha infringido algún reglamento de Amsterdam
sobre “discusiones críticas”?
En general, se admite que los comentarios “ad hominem” pueden ser
modos muy eficaces de persuasión. Más aún, son entretenimientos diseñados
para conmover a los que ya están convencidos y animar-divertir a los que no
lo están. La única razón por la que se incluyeron en la lista de las falacias
es cuando, tales comentarios, se utilizan como premisas de argumentos con
conclusiones generalmente no expresadas o como otras premisas ausentes.
Volvamos a Billy. Supongamos que reconstruimos lo que dijo de esta manera.
1.
2.
3.
4.
Papá cree que la tesis antitabaco es verdadera.
Pero el propio papá se fuma 20 cigarrillos al día.
[Así que la práctica de papá no concuerda con su política].
[Por lo tanto, la tesis antitabaco es falsa].
Por supuesto, se trata de un mal argumento, pero de ninguna manera se acerca a una falacia. Su maldad es evidente (no es inaparente) y casi ninguna
réplica ad hominem se hace con la intención de un argumento de este tipo.
La observación 4.1 es buena. Hay muchos otros casos como el del ejemplo anterior. El contra-interrogatorio de un perito en el que puede esperarse
un ataque personal contra el perito y sus cualificaciones es uno de ellos. Lo
que tenemos en mente, sin embargo, son casos en los que el ataque ad hominem es un arma en el meta-nivel para destruir completamente al oponente. Puede que ni siquiera sea un argumento. Consideremos los siguientes
ejemplos reales, a saber, el Ejemplo 4.2, el Ejemplo 4.3 y el increíblemente
ilógico pero mortal Ejemplo 4.4.
Nuestra pregunta es: ¿Cómo responder a tal movimiento falaz? ¿Explicamos a nuestro oponente (el usuario de la falacia) las razones por las
que se trata de una falacia en el contexto de nuestra discusión y le pedimos
amablemente que haga otro movimiento?
Andamios
257
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Esto no es lo que vemos en la práctica de los medios sociales. La falacia se
utiliza legítimamente como arma, y la única forma de no perder la discusión
es responder con otra falacia. Así pues, el ad hominem es un buen caso de
estudio para ilustrar nuestra perspectiva desde el HEAL2100.
Empezaremos ilustrando cómo puede utilizarse esta falacia como arma
de razonamiento.
Ejemplo 4.2 (“La roba-leche” Thatcher). Lo citamos desde: http: // www.
telegraph. co. uk/ news/ politics/ 7932963/ How-Margaret-Thatcher-became-known-as-Milk-Snatcher. html ((consultado el Reino Unido 11:30
horas 06 de mayo 2017)
El Gobierno conservador tuvo que buscar recortes sustanciales para
cumplir las promesas electorales en materia fiscal. La supresión de
la leche escolar gratuita para los mayores de siete años se convirtió en
el ahorro más notorio introducido. Edward Short, entonces portavoz
laborista de educación, dijo que la supresión de la leche era “lo más
mezquino e indigno que había visto”. Esto le valió a la Sra. Thatcher
el apodo de “La Roba-Leche” y la persiguió durante toda su carrera.
En 1985, la Universidad de Oxford le negó el título honorario por sus
recortes en educación.
*Después de la guerra, bajo Clement Attlee, se aprobó la Ley de Leche Gratuita de 1946 que proporcionaba un tercio de litro a todos los niños menores
de 18 años.
El argumento de Edward Short fue emocional y falaz. Según la lógica
tradicional, basada en reglas, se habría esperado que el Sr. Short diera buenas
razones por las que la política de Thatcher era errónea y Thatcher podría
haber respondido dando sus razones para justificar los recortes.
Sin embargo, el argumento emocional y el ataque personal a la Sra.
Thatcher como una “roba-leche” fue mucho más eficaz. La única defensa que
habría tenido es que la Sra. Thatcher hubiese atacado al Partido Laborista —
posiblemente por la devaluación de la libra esterlina en 1967 y la acusación
de llamarlos “carteristas” por robar el dinero de los ancianos y de los niños
inocentes, cuyas pensiones y bolsillos estaban en peligro.
258
Andamios
Traducción
Véase: Dynamics of a Non-Decision: the Failure’ to Devalue the Pound,
[Dinámica de una no-decisión: el “Fracaso” de la Devaluación de la Libra],
1964-7 TIM BALE 20 Century Br Hist (1999) 10 (2): 192-217. DOI:
https://doi.org/10.1093/tcbh/10.2. 192 Publicado: 01 enero 1999 (acceso
Reino Unido 11:30 horas 06 de mayo de 2017).
En lugar de ello, el Gobierno conservador de la época se limitó a explicar
la situación económica, un argumento que no sirvió de mucho a los padres en
las entradas de las escuelas.
Si la Sra. Thatcher hubiera estado en posesión de nuestro pretendido modelo lógico HEAL2100, un ordenador de macrodatos (big data) a su disposición
en ese momento y la inclinación amable para responder podría haber tomado
las siguientes medidas:
— Edward Short ataca personalmente a la Sra. Thatcher utilizando
una falacia
— La Sra. Thatcher identifica la estructura de tal falacia-ataque armada
— Utiliza macrodatos (big data) para encontrar temas emotivos similares en torno a las políticas del Partido Laborista
— Encuentra el caso más similar, aunque no es estrictamente necesario,
pues podría ser cualquier cosa (véase el ejemplo del argumento Starkey-Hassan más abajo).
— Contraataca presentando un caso encontrado mediante una búsqueda de HEAL2100 macrodatos (Big Data).
— Compare lo anterior con el comportamiento de la lógica deductiva
tradicional basada en reglas:
— Edward Short presenta argumentos lógicos contra los recortes
— La Sra. Thatcher analiza estos argumentos utilizando hechos y lógica
— Presenta sus contra-argumentos lógicos
Ejemplo 4.3 (Te equivocaste de nombre). Este ejemplo procede de un debate
televisado (BBC Question Time) que ya está disponible en YouTube y se titula:
“Mehdi (Ahmed) Hasan debates David Starkey en Question Time”, https://
www.youtube.com/watch?v=CzYlkGbYG1M, (consultado a las 11:30
horas del Reino Unido del 06 de mayo de 2017).
Starkey comienza refiriéndose erróneamente a Mehdi con el nombre de
Ahmed.
Andamios
259
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
En el minuto 1.23 del vídeo, Starkey da a entender que Mehdi está prevaricando al señalar que lo que dice en el debate televisado no es lo que dijo
sobre el mismo tema cuando se dirigió a un grupo de musulmanes en una
mezquita. Mehdi responde en el minuto 1.40 que Starkey ni siquiera acierta
a llamarle Ahmed y no Mehdi. Cuando Mehdi hace esta puntualización, el
público estalla en un fuerte y entusiasta aplauso.
Los habitantes de sociedades musulmanas utilizan con frecuencia un estilo
de argumentación que también utilizan cada vez más los políticos y los ideólogos,
sea cual sea su origen cultural, que clasificaremos como basado en la apelación a
las emociones. Este método de argumentación tiene como objetivo ganar la discusión, pero no descubrir ninguna verdad ni llegar a un consenso. Es una forma
que se adapta mucho mejor a todas las expresiones de los medios modernos, en
los que el objetivo es transmitir un mensaje a un público con un nivel educativo
muy diverso y, en muchos casos, un nivel muy limitado de concentración.
En la misma línea, Starkey podría haber contestado: “Es bueno saber que te
importa más tu nombre que los niños hambrientos de tu pueblo (o cualquier otro
tema emotivo)”. De nuevo, nuestra lógica de macrodatos (big data) HEAL2100
podría haber ofrecido análisis estructurales y respuestas. [Es posible que]
Starkey no habría necesitado macrodatos (big data) para dar esta respuesta, pero
tal vez había alguna otra información adicional útil relacionada con Mehdi.
Estamos específicamente estudiando lo atractivo de los argumentos emocionales para la parte más primitiva del cerebro, porque este tipo de argumento
tiene implicaciones extremadamente importantes en cómo nos relacionamos
con los medios electrónicos.
Nos explicarnos: Supongamos que usted es de ascendencia india pero ha tenido poco contacto con su familia o su cultura durante mucho tiempo. Entonces
entra en una casa en la que, al entrar en el vestíbulo, huele a curry a través
de la puerta abierta de la cocina. Inmediatamente se siente transportado a su
infancia y se llena de recuerdos de la cocina de su madre, comidas familiares,
peleas con su hermana, etc.
Se sabe que el sentido del olfato está conectado a las partes más primitivas
del cerebro, y también se sabe que los olores desencadenan emociones a un nivel
más profundo que cualquier otro sentido.
260
Andamios
Traducción
Compare lo anterior con una situación en la que ve una receta de curry,
la reconoce, la analiza y le recuerda la cocina de su madre. La cadena de
asociaciones es mucho más lenta y no tan personal.
Ejemplo 4.4 (Entrevista en la CNN). Véase este vídeo de YouTube: https://
www.youtube.com/watch?v=CBZ0C4307OU (consultado a las 11:30
horas del Reino Unido del 06 de mayo de 2017).
Katie Hopkins es entrevistada por Hala Gorani, de la CNN. Hopkins
intenta distraer a Gorani llamándola primero “querida” y luego, cuando no
obtiene respuesta, un poco más tarde, como “cariño”. En ese momento, Gorani
ya no puede ignorarla y se ve obligada a protestar por este matiz, desviando
así su atención de la discusión. La cuestión de la legitimidad es importante
aquí. La técnica de Hopkins funciona bien de mujer a mujer (es decir, el
desprecio entre iguales), pero no sería legítima si el entrevistado fuera un
hombre. Si un hombre la hubiera llamado “cariño”, Gorani habría puesto fin
a la conversación y habría “ganado”.
Merece la pena verlo.
Ejemplo 4.5 (Argumentar con lógicas diferentes). Juan ofrece la siguiente
prueba:
1. Suposición (c → a) → c
2. Suposición c → a
3. Conclusión a
Demostración: De 2 y 1 se deduce c y luego de c y 2 se deduce a, todo ello usando
modus ponens
María se opone a la demostración. Dice: ¡pero si has utilizado la suposición 2 dos veces!
Juan utiliza, digamos, la lógica clásica, pero María utiliza la lógica de
Recursos.
Se trata de un ejemplo sencillo y claro, pero si las diferencias entre Juan y
María son sutiles, ¿cómo María puede explicar a Juan su diferente punto de
vista? Los macrodatos (big data) pueden ayudar en estos casos.
Andamios
261
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Ejemplo 4.6 (La analogía del taxista). Este es un ejemplo real, que ocurrió en
Israel. Un pasajero lógico regresaba en Taxi en un trayecto que duraba 50
minutos.
El taxista era un inmigrante de Uzbekistán, muy de derecha y partidario
del primer ministro Benjamín Netanyahu. El primer ministro fue investigado por aceptar regalos (no muy caros, pero considerables) de un amigo muy
rico. Netanyahu no informó de estos regalos en su momento y algún periodista
de investigación lo descubrió y la policía investigó el caso. No fue un soborno,
sino simplemente un comportamiento incorrecto. El taxista argumentaba a
favor y apoyaba al primer ministro.
Su argumento era el siguiente
1. ¿Qué hay de malo en aceptar regalos de un amigo?
Mírame, quería conocer a mi amigo (varón) de Uzbekistán, le envié un
pasaje (boleto) para que viniera a Israel, le pagué el hotel, hice todo lo posible
para que viniera.
¿Qué hay de malo en aceptarlo?, es algo natural entre amigos.
La respuesta es esta. El ESTÁ BIEN para tu amigo no corresponde al
ESTÁ BIEN para el Primer Ministro de un país. Este último debería haber
declarado todo lo que recibía.
El problema de esta respuesta es que no hay ninguna posibilidad de que el
taxista la entienda. Venía de un país ex comunista que seguía siendo totalitario y los buenos aspectos de la democracia estaban fuera de su mundo conceptual. El pasajero necesitaba claramente una respuesta mejor para captar el
concepto, pero estaba en un taxi que llegaría en 15 minutos y necesitaba una
respuesta inmediatamente. El pasajero lógico no encontró la respuesta hasta el
día siguiente. Era muy sencilla.
2. Respuesta. Imagínese (el pasajero podría haberle dicho al taxista) que
su amiga es una mujer que entretanto se ha casado. Si ella, sin avisar a su
marido, hubiera venido a Israel con un pasaje (boleto) comprado por usted y se
hubiera alojado en un hotel pagado por usted y su marido se hubiera enterado.
¿Qué pensaría él?
Debería habérselo dicho inmediatamente a su marido y pedirle su bendición.
Cuando en una democracia el primer ministro recibe regalos ocurre algo
parecido.
262
Andamios
Traducción
Ahora bien, si el pasajero hubiera tenido una aplicación de Macrodatos
(Big Data), posiblemente habría utilizado su celular para buscar un ejemplo
análogo usando las palabras clave adecuadas.
El taxista podría haber dicho que el caso de la amiga no es lo mismo que el
del Primer Ministro. Esa respuesta es bastante probable, pero habría ofrecido
la oportunidad de seguir debatiendo. El taxista, al menos, habría visto el intento de contraargumentación del pasajero. Sin ese ejemplo similar, no habría
nada que discutir.
Ejemplo 4.7 (Etiquetado). Esta es una simple técnica de ataque; etiquetar
a tu oponente con un predicado fuertemente emocional totalmente negativo,
por ejemplo, etiquetarlo como racista. Hay muchas etiquetas de este tipo que se
pueden utilizar, que conllevan una reacción emocional tan fuerte que una vez
que el oponente es etiquetado con una palabra así, la gente rechazará todo lo
que diga.
He aquí algunos ejemplos:
- Racismo
- Segregación (Apartheid)
- Contrario al derecho internacional
- Crimen contra la Humanidad, etc.
La etiqueta no tiene por qué ser tan poderosa o incluso negativa. Basta con
crear un contexto que debilite los argumentos del oponente. Si utilizamos
una lógica difusa en la que los argumentos tienen fuerza numérica, podemos
decir algo como “por supuesto que lo dirías, es de esperar, te interesa decirlo”.
Se trata de una etiqueta genérica de debilitamiento, que no es negativa, pero
que debilitará la fuerza del argumento del oponente. En general no hay una
buena respuesta a un argumento tan genérico, pero hay excepciones.
Hace poco salió (junio 2017) en televisión una entrevista a un político. Él
era ministro y renunció a su cargo por desacuerdo ideológico con el primer
ministro (no hubo escándalo, ni mal comportamiento), ver [15]. Fundó su
propio partido. En la entrevista se le acusó de intentar construirse una carrera política y posiblemente aspirar a un puesto en el Gobierno. Se trata de
un ataque genérico contra cualquier político. Él respondió al entrevistador de
televisión: “¿De qué está hablando? Ya he sido ministro”.
Andamios
263
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Ejemplo 4.8 (Primer ejemplo de etiquetado y contra-etiquetado). De una
entrevista en el programa de radio de la BBC “Midweek”, transmitida el
9 de octubre de 2005: https://www.youtube.com/watch?v=Hy-Ap4LQB-4
El etiquetado no suele ser directo, sino implícito, una forma de ataque especialmente mortal. Cuando la acusación se hace de forma oblicua, es mucho
más difícil de refutar, porque antes de poder rebatirla la persona acusada
tiene que poner en palabras el significado completo de la insinuación que el
acusador sólo ha insinuado a medias.
Darcus Howe es un maestro de esta técnica y, en opinión de los autores, se
ganaba la vida engañando al tipo de personas a las que les aterroriza siquiera
una insinuación de que puedan albergar opiniones políticamente incorrectas.
Howe comienza la entrevista de una famosa cómica estadounidense, Joan
Rivers, con su procedimiento habitual de insinuar que Rivers tiene actitudes
impías, es decir —tacharla como mínimo de ser una especie de racista pasiva—,
pero lo enmarca de tal manera que el significado de la expresión (“ya que el
negro te ofende”) es ambiguo, esto le deja a él una vía de escape que toma cuando
Rivers se enfurece. Entonces él señala que “el uso del término “negro” te ofende.
En otras circunstancias esto habría sido eficaz. La persona acusada aprovecharía la oportunidad de tener una conversación y aceptaría mínimamente
la etiqueta de sentirse incómoda con la palabra “negro”. Howe mantendría la
ventaja y todo lo que la acusada dijera a partir de entonces quedaría ligeramente opacado. Sin embargo, Rivers no acepta esto. En lugar de ello, empieza
a etiquetarlo, primero ofendiéndose por su insinuación de que ella es racista (es
decir, utilizando el argumento de la ofensa) y luego diciendo que él tiene un chip
en el hombro (es decir, etiquetándolo como poco fiable porque tiene una agenda
indigna). Luego vuelve a repetir que él la llamó racista (“no te ATREVAS a
llamarme racista”), para que el oyente entienda que ella está indignada por
tal insinuación (autoetiquetado de inocencia) y, al mismo tiempo, recuerda a
la audiencia que Howe no sólo está siendo injusto, sino que lo está haciendo con
una agenda deshonesta (etiquetándolo como inescrupuloso).
Howe sugiere entonces que se trata de un “problema lingüístico”, intentando redirigir el debate. Este es el argumento de la reorientación y, como
mínimo, etiquetar a Rivers de inculta o poco inteligente. Si Rivers hubiera
entrado en el juego habría aceptado que tal vez se tratara de un problema
lingüístico. Entonces la habrían etiquetado como alguien que no entiende el
264
Andamios
Traducción
modo de expresarse de Howe. Howe se habría librado del problema sin tener
que disculparse ni dar explicaciones y Rivers se habría visto debilitada por el
racismo implícito de no entender a Howe lo suficientemente bien.
Una vez más, ella se niega a aceptar el compromiso ofrecido. Le tacha de
“estúpido”, definiendo su primera declaración como estúpida. Es interesante
que Howe no reacciona como lo haría la mayoría de la gente. Pues si reaccionara, tendría que decir algo como “NO soy estúpido”. Esto es exactamente el
tipo de reacción que él estaba tratando de forzar a Rivers desde un principio
y él conoce las reglas. También es consciente de que Rivers no sólo conoce las
reglas sino que es una muy buena exponente de ellas. Él permanece en silencio.
Rivers ataca entonces al entrevistador haciendo notar sus responsabilidades
como padre (Howe abandonó a su familia en las Antillas). De nuevo, Howe
no responde por las mismas razones por las que no ha reaccionado a la acusación de ser estúpido. Él apela a que es el entrevistador para que se retome
la conversación original. Rivers aprovecha su ventaja y luego acusa a Howe
de racismo, girando la etiqueta 180° en su dirección. En ese momento, Howe
tiene que reconocer que Rivers no es racista para evitar más ataques. Rivers
termina el intercambio afirmando que no elegiría encontrarse con Howe en
ninguna otra circunstancia (una etiqueta de persona desagradable).
Es obvio para los autores que Rivers había investigado sobre Howe antes
de la entrevista. Es posible que haya visto su trabajo en Internet o que haya
hablado con alguien de lo que hace y, por lo tanto, estaba preparada para
cualquier referencia al racismo que él pudiera hacer. También sabía lo de
su familia abandonada. Estamos seguros de que estaba esperando la oportunidad para ofenderse a la menor provocación, lo que le daría la excusa
para devolverle toda una lista de etiquetas. Logró su objetivo de defenderse de
Howe sin apoyarse en ningún argumento (por ejemplo, no soy racista porque
he trabajado con negros, he apoyado a artistas negros, etc.). En este tipo de
intercambio, demostrar la inocencia es una defensa débil e ineficaz.
5 Estructura de una posible investigación futura
Esta sección da más detalles sobre el programa de trabajo de lo que necesitamos hacer para conseguir que HEAL2100 sea aceptado/adoptado por la
comunidad de lógicos.
Andamios
265
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
5.1 Orientación: Nuevos mecanismos lógicos y redes
La lógica tradicional TDL se basa en reglas. Incluso los diversos componentes de la Nueva lógica con mecanismos y redes (véase [23]) como la lógica
no monotónica se basa en reglas con excepciones y prioridades. La lógica
de la argumentación y la lógica dialógica se basan en todo tipo de procedimientos, algoritmos y convenciones. La semántica de lógica se define
matemáticamente siendo precisa y clara.
Las distintas opciones de reglas, algoritmos y semántica dan lugar a
lógicas diferentes y pueden rechazarse o acordarse, adoptarse y aplicarse a
diversos ámbitos de aplicación.
Las conexiones entre las distintas lógicas y sus propiedades pueden estudiarse matemáticamente y gran parte de la actividad de la comunidad lógica
se dedica a dicho estudio.
Lo que ocurre en la lógica moderna actual (incluida la Nueva lógica con
mecanismos y redes) es básicamente lo mismo que ocurre en las matemáticas.
Algunos investigadores definen e inventan nuevas lógicas, otros investigan sus propiedades, algunas comunidades lógicas adoptan, aplican y
posiblemente incluso modifican las lógicas elegidas que se adaptan a sus
necesidades, dando lugar a nuevas lógicas. Y así continúa el ciclo.
En muchos sentidos, este ciclo es similar al desarrollo de las principales
áreas de las matemáticas aplicadas: dinámica de fluidos, biología matemática y modelización de otras ciencias exactas.
Las consecuencias operativas de toda esta actividad lógica moderna
tradicional hasta la Nueva lógica con mecanismos y redes en contraste con
nuestra propuesta de una Nueva lógica con mecanismos, redes y falacias
“HEAL2100” es que para cualquier nuevo candidato para ser una lógica,
o para cualquier secuencia de argumentos y contra-argumentos, que pueda
plantearse en el contexto de la “Nueva lógica con mecanismos y redes”, es
posible decidir a la base de las siguientes cuestiones:
1. ¿Es este candidato una Nueva lógica con mecanismos y redes sistema
aceptable en absoluto?
2. ¿Cuál es su relación con otros sistemas conocidos de Nueva lógica
con mecanismos y redes?
3. ¿Cuáles son sus propiedades matemáticas?
266
Andamios
Traducción
4. ¿Qué aplicación se supone que modela?
5. ¿Qué constituye una falacia en el sistema?
6. etc.
Hay muchas más cuestiones tradicionales (si la lógica puede axiomatizarse,
cuál es su complejidad, su semántica, la teoría de la demostración, la deducción automatizada, etc.).
Por poner un ejemplo, imaginemos que tenemos un programa en una
computadora que implementa alguna Inteligencia Artificial conocida
como Nueva lógica con mecanismos y redes. Supongamos que el programa
es afectado por un virus y comienza a comportarse de una nueva manera.
Entonces podemos preguntarnos si el programa afectado es o no es una
lógica y responder a esta pregunta, utilizando las herramientas matemáticas
de la Nueva lógica con mecanismos y redes para probarlo y ver lo que hace.
5.2 Nuestra nueva lógica HEAL2100
Examinemos ahora los retos a los que nos enfrentamos en nuestra Nueva
lógica con mecanismos, redes y falacias = HEAL2100
Intentamos descubrir qué legitima una falacia como método de argumentación. Esto significa que ya no decimos que son errores y las dejamos
de lado, sino que las aceptamos como instrumentos de razonamiento. Por
tanto, necesitamos explicar y definir cuándo, en HEAL2100, estos usos de
las falacias son legítimos, a diferencia del TDL, donde es un hecho que el
uso de las falacias no es legítimo, por lo que no hay nada más que decir.
En HEAL2100 tenemos mucho que decir. Por lo tanto, utilicemos el
término “2100-legítimo” para los usos correctos de las falacias.10
Los objetivos son claros, a saber, integrar las falacias en el estado actual
de la lógica, como se ha descrito en la sección anterior de antecedentes. La
10 Hay que decidir hasta qué punto la aceptación por parte de la comunidad confiere legitimidad a una falacia. ¿No daría lugar esto a falacias muy diferentes en Berlín y Beirut? ¿Qué
ocurre con las subcomunidades - por ejemplo, ¿el lado sur de Chicago comparado con el
Chicago metropolitano? ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a insistir en la relatividad de
las falacias?
Andamios
267
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
metodología de trabajo se describe mediante la enumeración de grupos de
paquetes de trabajo, Grupo A, D, B, F e I.
El Grupo A es un paquete de trabajo que desarrolla una aplicación de
Macrodatos (Big Data). Dada una palabra clave, digamos un insulto
como “eres un mentiroso y un tramposo”, la aplicación encontrará
en tiempo real algunos ejemplos de ello.
El Grupo D es un paquete de trabajo de investigación teórica y
consulta con la comunidad de investigación sobre falacias, principalmente canadiense, que intenta comprender cómo funcionan las
falacias para poder modelarlas.
El Grupo B reestructura/rediseña la Nueva lógica existente con mecanismos y redes de forma que pueda aceptar/integrar las falacias.
El Grupo F clasifica las falacias, las comprende y las prepara para
insertarlas en la lógica reestructurada del Grupo B. Esta clasificación
está motivada por el modo en que se usan falacias en las redes sociales
y es probable que sea diferente de cualquier clasificación tradicional.
El Grupo I integra las falacias en la lógica reestructurada del grupo B
para formar la Nueva lógica con mecanismos, redes y falacias.
Obsérvese que se trata de un proceso iterativo, que podemos denominar
proceso ADFBI: Intentamos iterativamente desarrollar los grupos A, D, F,
B, I, A, D, F, B, I.
A continuación, describimos los paquetes de trabajo de los Grupos de
investigación:
Paquete de trabajo para el Grupo A. Tarea A1: Desarrollar un motor
de búsqueda en tiempo real para determinadas frases de búsqueda derivadas
de argumentos falaces.
Tarea A2: Desarrollar directrices de cómo consultar la aplicación de la
Tarea A1 para diferentes argumentos falaces.
Tarea A3: Mapear las limitaciones del uso de Macrodatos (Big Data).
Las búsquedas preliminares (sin tareas A1 y A2) no eran prometedoras. No
había como buscar en la web el significado de una palabra extranjera, que
uno puede obtener y utilizar al instante en una conversación.
268
Andamios
Traducción
Paquete de trabajo para el Grupo D: Tareas D1-D18: Debatir la
naturaleza de la Pandilla de 18 falacias. Una tarea corresponde a cada una
de las falacias por separado. Esto requiere estudio cuidadoso de los usos
de cada falacia. Para hacerse una idea de cómo funciona, consulte nuestro
estudio preliminar inicial de la falacia ad hominem en este documento.
Paquete de trabajo para el Grupo B: Trabajo de fondo. Se trata
del arduo trabajo de definir una Nueva lógica genérica con mecanismos y
sistema de redes. Mostrando cómo los puntos de vista tradicionales sobre las
falacias, tal y como se describen tanto en la subsección 2.1 como por otros
investigadores importantes en la comunidad de falacias (en el paquete de
trabajo D) pueden ser integrados en nuestro sistema genérico. Para ello se
requiere ingenio imaginación y habilidad técnica y llevará muchos meses de
trabajo. Podemos hacerlo utilizando ideas y métodos de [48, 49, 50].
Paquete de trabajo para el Grupo F: Clasificación de las falacias.
¿Cuándo una Falacia 2100 es legitimada? Para ver la dificultad de la clasificación veamos algunos ejemplos reales.
Comenzaremos con la falacia de atacar al oponente (argumentum ad
hominem).
Ejemplo 5.1. Un caso real de discusión entre dos profesores universitarios:
A1 le dice a A2: eres un mentiroso habitual
A2 replica a A1: Eres un adúltero y un drogadicto
Ejemplo 5.2. De un debate en Al-Jazira.
B1 dice a B2: Digo que eres un mentiroso y un traidor
B2 a B1: B2 se quita el zapato y se lo tira a B1
(Este método de argumentación es demasiado común en Al Jazira, en todo
Oriente Medio en general y en partes del Mediterráneo oriental, así como en
algunos países africanos y de Extremo Oriente).
Ejemplo 5.3 (Dos coches chocan en la carretera). Los conductores ruedan
por el asfalto intentando estrangularse. Este es un incidente que presenció uno
de los autores de este artículo en Jerusalén hace 60 años. NO SE PRONUNCIAN PALABRAS.
Andamios
269
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Pregunta: ¿cuál de los anteriores Ejemplos 5.1, 5.2 y 5.3 utiliza la falacia
ad hominem y podemos considerarlo(s) como 2100-legítimos?
En términos más generales, ¿cuándo es legítimo el uso de una falacia y
cuándo podemos considerarlo una secuencia argumentativa? Seamos sistemáticos al intentar responder esta pregunta. En primer lugar, tenemos que
recopilar datos. Ya tenemos la lista de falacias agrupadas en tipos. Aristóteles
enumeró 13, hoy en día enumeramos más de 100. A continuación, permítannos escribir algunos pasos. Nos basamos en nuestros resultados del Grupo de Investigación B, porque necesitamos varios candidatos para nuestro
buen sistema genérico del Grupo B, y así inyectar e integrar falacias en ellos.
Tarea F1: Recopilar y clasificar listas conocidas de falacias y sus
variantes de ajuste fino. Estas listas existen en la bibliografía, pero
se consideran y clasifican desde el punto de vista de que las falacias
son ilegítimas y deben desecharse. HEAL2100 las considera armas
de razonamiento a las que se les da un uso práctico eficaz. Llamemos
a esto nuestra lista inicial.
Tarea F2: Tenemos que utilizar Internet para recopilar muchos
casos en los que se utilicen falacias, evaluar su éxito y reclasificarlas
en consecuencia. Nuestra investigación las clasificará inicialmente
como teóricamente 2100-legítimas en principio, con vistas a decidir
qué es 2100-legítima, a la espera de un examen más detallado de
cómo reacciona la comunidad ante tales falacias. Podemos acceder
a Macrodatos (Big Data) para recoger ejemplos y ver si éstos pueden
ayudar a definir el uso legítimo.
Tarea F3: intentar identificar qué casos se consideran ilegítimos.
Buscaremos propiedades clave para el uso de 2100-ilegítimos.
Tarea F4: reclasificar y posiblemente identificar más falacias en vista
de nuestros hallazgos en las tareas F1-3. Llamaremos a la nueva lista
nuestra lista inicial modificada.
Tarea F5: Repetimos el proceso de la Tarea F1-4 varias veces, utilizando las falacias modificadas recopiladas en la iteración anterior (véase
la Tarea F4).
Tenga en cuenta que se trata de un paquete de trabajo completamente nuevo y que su ejecución puede llevar 18 meses.
270
Andamios
Traducción
Paquete de trabajo Grupo I: Interacción con lógicas basadas en
reglas de Nueva lógica con mecanismos y redes.
Muchas falacias son deductivas. Se pueden remediar dentro de la Nueva
lógica con mecanismos y redes o se pueden remediar dentro de HEAL2100.
¿Cómo se pueden reconciliar las dos posibilidades? En la práctica, el razonamiento correcto puede combinarse con falacias. ¿Cómo lo vemos y lo
integramos sin problemas? ¿Cómo se desarrolla la interacción? Por ejemplo,
¿estructuramos la red de interacción argumentativa en una red de meta-niveles (es decir, una red de redes) y las falacias nos desplazan de un meta-nivel
a otro?
Tarea I-genérica. Desarrollar un sistema integrado genérico con varios
niveles superiores de razonamiento y acciones.
TareaI1-I10. Desarrollar diez sistemas integrados principales típicos
(no creemos que podamos tener un único sistema integrado, del mismo
modo que no existe un único sistema lógico principal).
Esta investigación puede llevar hasta 18 meses
Veamos algunos ejemplos:
Ejemplo 5.4 (El enfoque del salto). Este enfoque que vamos a examinar consiste en que nosotros razonamos lógicamente, luego insertamos un paso que es
una falacia y luego seguimos razonando lógicamente. El ejemplo más sencillo
es lo que ahora se conoce como “hechos alternativos”, en los que se introducen
hechos inventados en un argumento.
Por ejemplo, los libros de historia soviéticos contienen muchas innovaciones
rusas inventadas o semi-fabricadas, como el descubrimiento de América, la
máquina de vapor, la radio y el helicóptero, entre otras. La mayoría de estas
afirmaciones son, en el mejor de los casos, hiperbólicas y han sido establecidas
como un hecho, cualquier argumento en el que se apoyan parte de este punto.
Ejemplo 5.5 (Hechos alternativos en YouTube; empieza en 2,44 m). Hace
poco encontramos un vídeo de YouTube en el que se afirmaba que el árabe era
“la primera lengua”, y que todos los personajes de la Biblia (y de las civilizaciones no bíblicas circundantes) hablaban árabe. El aspecto más inquietante
de esta pieza en particular es que el orador es un profesor universitario y
Andamios
271
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
obviamente inteligente. Nos puede parecer divertido, pero es precisamente
esta mezcla de realidad y fantasía lo que está matando a cientos de miles de
personas en Medio Oriente en el momento de escribir estas líneas.
https: //www.youtube.com/watch?v=i_1wZSXEofE “Palestinos: ¿De
dónde viene Palestina’?”. Corey Gil-Shuster. Publicado el 26 de octubre de
2016. Véase también el artículo de wikipedia sobre hechos alternativos. https://es.wikipedia.org/wiki/Alternative_ facts
Hay muchos más ejemplos y tenemos que estudiar cómo se hace, si es o no
2100-legítimo y, posiblemente lo que es más importante, cómo abordarlo.
Ejemplo 5.6 (Un ejemplo de integración de una falacia). Tenemos una madre soltera que es una alta ejecutiva de una exitosa empresa internacional.
Aunque está muy ocupada está profundamente dedicada a su hija adolescente. Una mañana ocurre lo siguiente:
La madre entra en la habitación de su hija adolescente. Su observación
inmediata es que es un gran desastre. Hay cosas esparcidas por todas partes.
La impresión de la madre es que no es característico de la niña ser así.
¿Qué ha ocurrido?
Conjetura: La chica tiene problemas con su novio.
Análisis más detallado: La madre observa una estantería derrumbada.
¿La ha destrozado la niña? Tras una inspección más detallada, la madre se
da cuenta de que el patrón de caos muestra que una estantería se ha desplomado debido a un peso excesivo y ha esparcido todo a su alrededor, dando la
impresión de un desorden. Pero, en realidad, no es un desastre, sino que tiene
cierto sentido (gravitacional).
Existen varios modos de razonamiento:
1. Tipo de razonamiento de redes neuronales. Reconoce el problema al
instante, como nosotros reconocemos una cara.
2. Deducción no monotónica. La madre razona a partir del contexto y
su conocimiento de su hija es que la niña no es tan desorganizada.
Pregunta “¿qué ha pasado?”
3. Abducción/conjetura. Ofrece una explicación razonable de que la
niña tiene problemas con su novio, ya que esto es común a esa edad.
272
Andamios
Traducción
4. A continuación, aplica una deducción de IA de base de datos y reconoce que el problema se debe a la gravedad. Esta deducción ya no es una
impresión de red neuronal. Es un cuidadoso cálculo.
5. Podría haber sido una impresión de red neuronal.
Por ejemplo, un hombre que ve muchos casos de colapso de estanterías puede
reconocer el patrón sin ninguna dificultad.
Continuación de la historia de una madre
- De madre a hija: ¿por qué dejas tu habitación tan desordenada? Deberías haber arreglado esto antes de acostarte anoche.
Posibles respuestas lógicas de la hija.
1. Estaba demasiado cansada
2. Ayer tenía deberes urgentes
3. Estoy en estado de shock, etc.
En cambio, la hija responde con una falacia emocional
- Hija a madre: Qué te importa, siempre estás en el trabajo, apenas me
hablas, no te importo, lo único que te importa es tu carrera empresarial, no
tienes derecho a criticarme.
Dada esta falacia de acción emocional, la madre no puede continuar con
ningún argumento racional deductivo. Si consideramos la anterior interacción de razonamiento madre-hija como nivel 1, el razonamiento basado en
hechos a nivel de objeto que explica y discute el desorden de la habitación, el
argumento del arrebato de la hija pasa al nivel 2, un meta-nivel de razonamiento racional que busca abortar cualquier discusión de este tipo. Nada será
efectivo para volver al nivel 1, excepto una contra falacia. Una vez que la contra falacia de acción tiene éxito en el nivel 2, puede continuar una discusión
racional sobre el desorden en el nivel 1.
La recomendación de los autores a la madre:
1. Pon cara de tristeza, dile a la niña con pena lo mucho que trabajas
para mantenerla. Recuerda escenas familiares pasadas. Dile cuánto
te está haciendo daño, (incluso podrías intentar una lágrima o dos).
Andamios
273
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Otras opciones:
2. Actuar insultado, limpiar el desorden tú misma, luego quejarte de
que te has hecho daño en la espalda y no puedes ir a trabajar y echarle
la culpa a ella, con la esperanza de que entonces la puedas hacer entrar en razón.
3. (No recomendado) Enfádate y lánzale los libros o dale una paliza.
Una vez completada la contra falacia elegida, podría reanudarse la discusión racional (aunque en el caso 3 lo dudamos bastante)11
5.3 Resumen intermedio y escala temporal de la investigación propuesta
Obsérvese que nuestra lógica HEAL2100 difiere de la lógica tradicional
basada en reglas en al menos dos aspectos:
•
No está formada sólo por un conjunto de axiomas y reglas (ya
sean monotónicas, no monotónicas o las de cualquier otro sistema
tradicional) sino que consiste en un programa de recopilación,
clasificación y correlación de esta información. Es un sistema argumentativo de ataques y contra-ataques en el que cada movimiento
y contra-movimiento se justifica no por una lógica deductiva de
base, sino por patrones de comportamiento humano descubiertos
y extraídos mediante macrodatos (big data).
11 El siguiente caso es otra versión y opinión (de John Woods) en torno a este ejemplo: La
madre discute con la hija y ésta pierde la calma y se pelea. La pelea tiene cierta base fáctica.
En el mundo empresarial, las personas mayores tienen poco tiempo para los niños, y éstos
a menudo (aunque no siempre) se resienten. Esto pone a mamá en clara desventaja. Dado
que ninguna de las partes busca un distanciamiento permanente e irreparable, cuanto antes
acabe esto, mejor. Una desapasionada disquisición sobre el impacto de la vida moderna en
las familias no va a conseguir nada rápidamente. Mejor, entonces, que mamá contra-ataque, y cuanto antes lo haga, antes se reconciliarán. Después de eso, como tú dices, podría
reanudarse una discusión razonada. (¡Pero probablemente no en ese momento!) Hablas de
estos arrebatos como falacias emocionales, pero no lo son en el sentido tradicional. En el
sentido tradicional, un argumento comete una falacia emotiva cuando se conduce de tal
manera como para despertar las emociones de aquellos a los que se dirige. El argumentum
ad misericordiam es un ejemplo típico, como cuando un abogado defensor pide clemencia
a un jurado. Pero en la Historia de la Madre nada es parecido. Más bien lo que tenemos son
arrebatos emocionales
274
Andamios
Traducción
•
•
•
•
•
•
•
De este modo, una unidad lógica de razonamiento es una estructura
de datos reunidos con vistas a un determinado ataque. Es una unidad argumentativa estructurada y armada para el ataque.
La lógica es lo que el programa basado en macrodatos (big data) nos
dice que respondamos, y ello de forma secuencial.
A medida que cambian esos macrodatos, cambia la lógica.
Aceptamos las falacias como estructuras de razonamiento eficaces.
Las ajustamos refinándolas para convertirlas en otras subestructuras
de razonamiento. Utilizamos los macrodatos para realizar esta tarea,
así como para encontrar más razonamientos útiles para esos casos
de falacias mediante macrodatos (big data). La calibración de un
contra-ataque efectivo a tales falacias se afinará y enriquecerá con
el tiempo mediante el mantenimiento constante de programas de
macrodatos (big data).
Así pues, la lógica se vuelve dependiente del tiempo a medida que
cambia el comportamiento humano.
Podemos acabar en la desafortunada e incivilizada situación de razonar de forma totalmente irracional disparándonos falacias unos a
otros. (No creemos que vaya a ser así. Algunas falacias no funcionan
si se producen en el contexto equivocado. Si yo afirmo que puedo
demostrar el famoso problema P = NP, y se me pide ver la prueba,
no sirve de nada que grite “¿SE ME ESTÁ LLAMANDO MENTIROSO?”
Pueden ser necesarios 4-5 años de investigación para realizar correctamente esta tarea.
5.4 Beneficios esperados
•
•
Hacer que la gente sea más consciente/crítica con las noticias
falsas, los malos argumentos, etc. y así proteger nuestros procesos
democráticos. Ahora, con los nuevos medios de comunicación disponibles, cualquier pequeño grupo de personas puede causar serios
problemas.
El éxito de los argumentos de grupos terroristas para reclutar a gente
común y corriente en Occidente puede ser combatido empleando el
mismo tipo de contrargumentos basados en HEAL2100.
Andamios
275
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
HEAL2100 puede aplicarse a todas las áreas de empleo ACTUAL de la
lógica en lo que respecta al comportamiento humano.
Agradecimientos
Agradecemos a Michal Chalamish, Hans Hansen, Douglas Walton y John
Woods por sus incisivos y valiosos comentarios.
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* Moreover, Woods has been a co-editor (with Dov Gabbay) of the
eleven-volume Handbook of the History of Logic, published by
North-Holland (now Elsevier), as well as editor, with Gabbay and
Paul Thagard, of the sixteen-volume Handbook of the Philosophy
of Science, by the same publisher.
[18] Copi’s book has undergone many Editions.
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Apéndices
A. Más contexto sobre Falacias.
El planteamiento de Johnson y Blair inició los intentos formales por ofrecer
un mejor análisis de las falacias, programa que han seguido un gran número
de investigadores, entre ellos Govier [26] con su tratamiento de la pendiente
resbaladiza, Wreen [25] con el del ad baculum, Walton [27] sobre la petitio
principii, Brinton [28] sobre el ad hominem, Freeman [29] sobre el ad
populum, y Pinto [30] con el post hoc ergo propter hoc.
El siguiente paso vino de la mano de John Woods y Douglas Walton
[31], que observan que en muchos tipos de falacias, la lógica formal estándar resulta inadecuada a la hora de descubrir el tipo de los errores lógicos
en cuestión - la lógica es demasiado tosca conceptualmente para revelar el
carácter único y exclusivo de muchas de las falacias. Para obtener un análisis
satisfactorio de cada una de las falacias, hay que emparejarlas con un sistema
lógico adecuado, uno que tenga la capacidad de descubrir la debilidad lógica comprometida en cada caso. La lógica inductiva puede emplearse, por
ejemplo, para analizar la falacia de la generalización apresurada y el post
hoc ergo propter hoc; la lógica de relaciones es apropiada para la ignoratio
284
Andamios
Traducción
elenchi; la teoría del razonamiento plausible para la falacia ad vercundiam,
y la teoría de juegos dialécticos para la falacia de petitio principii y la de las
muchas preguntas. Woods [32, p. 43] se refiere a este enfoque del estudio de
las falacias como pluralismo metodológico.
Este punto de vista es perfectamente compatible con los anteriores enfoques deductivos, siempre que entendamos “deductivo” como una “Nueva
lógica con nuevos mecanismos”.
Época moderna, segunda ola
Frans van Eemeren y Rob Grootendorst [34] son los proponentes del enfoque Pragma-dialéctico. Ellos parten de la argumentación como un procedimiento en el que intervienen dos partes que intentan superar los desacuerdos
interpersonales. El procedimiento es una discusión con cuatro fases: una fase
de confrontación en la que los participantes aclaran el contenido de su desacuerdo; una fase de apertura en la que las partes acuerdan (probablemente
de forma implícita) unos puntos de partida comunes y una serie de normas
que regirán el debate posterior; una fase de argumentación en la que se expresan y reconocen los argumentos y las dudas sobre tales argumentos; y una
fase final en la que, si es posible, se toma una decisión sobre el desacuerdo
inicial sobre la base de lo ocurrido en la fase de argumentación.
En este contexto, las falacias se definen como “la violación de cualquiera
de las reglas del procedimiento de discusión orientado a llevar a término
una discusión crítica” [36, p. 175].
La teoría Pragma-dialéctica propone que cada una de las falacias fundamentales pueden ser vistas como una violación de alguna de las reglas de
una discusión crítica. Por ejemplo, la falacia ad baculum es una forma de
intimidación que viola la regla de que no se puede intentar impedir que
el interlocutor exprese su punto de vista; la falacia de equivocidad viola la
reglas de que las formulaciones de los argumentos deben ser claras y sin ambigüedades; la falacia del post hoc ergo propter hoc viola la regla según la cual
los argumentos deben ser ejemplos de esquemas aplicados correctamente.
Además, según esta teoría, puesto que cualquier violación de una regla
se puede considerar como una falacia, cabe la posibilidad de que surjan
Andamios
285
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
“nuevas falacias” no reconocidas hasta ahora. Entre estas se encontrarían el
declarar un punto de partida como sacrosanto, ya que infringe la norma que
defiende la libertad de criticar cualesquiera puntos de vista, o la de eludir la
carga de la prueba, que infringe la norma según la cual uno debe defender
su punto de vista si se le pide que lo haga (véase van Eemeren [33, p. 194]).
Observamos que las reglas de la Pragma-dialéctica para una discusión crítica no son sólo reglas lógicas, sino que resultan también reglas de conducta
para los argumentadores racionales, haciendo de esta teoría más un código
de procedimiento, que un conjunto de principios lógicos12. Por consiguiente, este enfoque de las falacias rechaza las tres condiciones necesarias dentro
del SDF: una falacia no necesita ser un argumento, por lo que tampoco se
aplicaría la condición de invalidez, y la condición de apariencia quedaría
excluida debido a su carácter subjetivo (Van Eemeren y Grootendorst, [36,
p. 175]. Véase también la crítica de Woods en los capítulos 9, 10 y 11 de The
Death of Argument, 2004, recogido en [17].
Un aspecto clave del punto de vista defendido en HEAL2100 es el
hecho de que el análisis Pragma-dialéctico de las falacias, entendidas como
infracciones de las normas en un procedimiento para superar los desacuerdos, también tiene en cuenta la dimensión retórica de la argumentación. La
Pragma-dialéctica considera que la dimensión retórica se deriva del deseo
del argumentador de que se acepte su punto de vista, lo que lleva a los
contendientes a realizar maniobras estratégicas frente a sus interlocutores.
Sin embargo, este deseo debe equilibrarse con el requisito dialéctico de la
razonabilidad; es decir, mantenerse dentro de los límites de las exigencias
normativas de los debates críticos. Los tipos de maniobras estratégicas
identificadas son básicamente tres: la selección de temas, la orientación del
público y la selección de recursos expositivos, y todos ellos pueden utilizarse
12
Nótese, no obstante, que el punto de vista algorítmico de Dov Gabbay incluido en su
New logic with mechanisms and networks, véase [23], puede aceptar ciertos procedimientos
como parte de la lógica. Así, según Gabbay, la Lógica Clásica implementada con el método de
Resolución no es la misma lógica que la Lógica Clásica que emplea Tableaux. En la medida
en que el enfoque pragma-dialéctico, con sus procedimientos, puede representarse dentro de
la New logic with mechanisms and networks, entonces todavía podemos mantener la opinión
de que las falacias son “movimientos/argumentos” dentro de la New logic with mechanisms
and networks que no son realmente correctos dentro de la New logic with mechanisms and
networks, pero que lo parecen.
286
Andamios
Traducción
de manera efectiva en cada fase de la argumentación (Van Eemeren, [33, p.
94]). “Todos los descarrilamientos de una maniobra estratégica resultan en
una falacia”, escribe van Eemeren [33, p. 198], “en el sentido de que violan
una o varias de las reglas de la discusión crítica y todas las falacias pueden
considerarse descarrilamientos de una maniobra estratégica”. Esto significa
que todas las falacias son, en última instancia, atribuibles a la dimensión
retórica de la argumentación, ya que, en este modelo, las maniobras estratégicas son la entrada de la retórica en la argumentación. “Puesto que cada
falacia tiene, en principio, contrapartidas correctas que son manifestaciones
del mismo tipo de maniobra estratégica”, puede no parecer en principio
una falacia y así “pasar desapercibida” ([33], pág. 4). No obstante, la
Pragma-dialéctica prefiere mantener la condición de apariencia fuera de la
definición de “falacia”, tratando la aparente bondad de las falacias como
una propiedad colindante, más que como una esencial.
Nuestro punto de vista consiste en aceptar/integrar (en HEAL2100)
algunos usos de estas falacias como movimientos correctos, que deben ser
contrarrestados por otras falacias.
Vale la pena notar que en nuestra New Logic 2, [23] la argumentación y
la lógica de redes, así como la Teoría Algorítmica de la Prueba quedan perfectamente incorporadas, por lo que el enfoque Pragma-Dialéctico puede ser
asimismo simulado/incluido en nuestro sistema. Sin embargo, New Logic 2
soporta una pluralidad de Lógicas y por lo tanto discrepa en esto del enfoque
Pragma-dialéctico, que busca un único modelo ideal de argumentación.
Consideramos que cada procedimiento de argumentación es otro sistema de
New Logic 2, posiblemente empleable en algún área de aplicación.
Otro importante enfoque de segunda ola acerca de las falacias es el trabajo de Biro [37, pp. 265-266]. La forma en que entendemos sus ejemplos
apunta al hecho de que para que un argumento no resulte ser una falacia,
los distintos supuestos deben tener verificación fáctica o aceptación general
como hechos. Biro se refiere a esta condición como seriedad epistémica. Él
ofrece el siguiente ejemplo:
Todos los miembros del comité son antiguos etonianos;
Fortesque es miembro del comité;
Fortesque es un antiguo etoniano.
En este ejemplo, dada la premisa menor, no puede saberse que la mayor
Andamios
287
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
es verdadera a menos que se sepa que la conclusión es verdadera. En consecuencia, en el enfoque de las falacias adoptado por Biro, este argumento, a
pesar de ser válido, no es serio, plantea una petición de principio y en consecuencia es una falacia. Si hubiera alguna forma independiente de saber si
la premisa principal es verdadera, como por ejemplo que sólo los antiguos
etonianos pueden ser miembros del comité, el argumento sería serio y no
implicaría una petición de principio. Este planteamiento no insiste en que
toda justificación deba ser deductiva, sino en que los hechos deben ser
verificables. Así, permite que los argumentos tengan la posibilidad de ser
falacias (tanto como buenos argumentos) según estándares no-deductivos,
algo excluido por SDF.
Consideramos que esta idea es importante porque viendo muchos debates en YouTube encontramos una gran cantidad de hechos alternativos
falsos e inverificables introducidos en la discusión. Véase el ejemplo 5.5
ofrecido más abajo.
Ahora abordaremos el enfoque pragmático de Doug Walton. Doug
Walton ha escrito o editado más de cuarenta y cinco libros sobre falacias,
analizándolas una a una, siguiendo el punto de vista de la primera ola de
Woods-Walton sobre las falacias. En nuestra opinión, Walton replica a los
planteamientos Pragma-dialécticos proponiendo diálogos argumentativos.
En el enfoque de Walton, una falacia se asocia a una pequeña secuencia local
de diálogo denominada perfil de diálogo. Véase [53]. Este trabajo elabora la
herramienta del perfil de diálogo dentro de un método de diagnóstico de
errores que puede aplicarse a ejemplos problemáticos de argumentación,
como los que implican falacias informales. El método de los perfiles funciona comparando un gráfico descriptivo con un gráfico normativo. El
gráfico descriptivo representa cómo se desarrolló realmente una secuencia
de diálogo en el ejemplo elegido para el análisis. El gráfico normativo representa un análisis de cómo debería desarrollarse idealmente la secuencia,
según los protocolos (reglas) que aplican a este tipo de diálogo. El gráfico
descriptivo se mapea sobre el gráfico normativo, de tal modo que se pueda
hacer una comparación para diagnosticar el fallo en la secuencia mostrada
en el gráfico descriptivo y repararlo en su caso.
Se trata de marcos dialécticos normativos distintos (diálogo de persuasión, diálogo de investigación, diálogo de negociación, etc.) y no de un úni-
288
Andamios
Traducción
co modelo de discusión crítica como el propuesto por la Pragma-dialéctica.
Al postular distintos tipos de diálogos con diferentes puntos de partida y
objetivos, sostiene Walton, se acercaría la argumentación a la realidad argumentativa. De este modo, las falacias se producirían cuando hay un cambio
ilegítimo desde un tipo de diálogo a otro [38, pp. 118-123], por ejemplo,
utilizando argumentos apropiados para una negociación dentro de en un
diálogo persuasivo.13
Así pues, si soy un médico experto y me piden que describa qué procedimientos he utilizado con el paciente, podría ofenderme y decir ¿Me está
llamando mentiroso?
Sin embargo, si afirmo en una conferencia que he resuelto un problema
matemático abierto (digamos ¿P = NP?), y me preguntan por la idea de la
prueba, no puedo decir ¿Me está llamando mentiroso?
La definición de falacia que propone Walton [38, p. 255] consta de
cinco partes. Una falacia es:
1. un argumento (o al menos algo que pretende ser un argumento)
que
2. no cumple alguna norma de corrección;
3. se utiliza en un contexto dialógico;
4. tiene una apariencia de corrección; y
5. plantea un grave problema para la consecución del objetivo del
diálogo.
Subrayemos que el planteamiento de Walton depende del contexto, no sólo
de la estructura. Nuestra tolerancia ante la afirmación anterior, “me estás
llamando mentiroso”, depende también del contexto y no sólo de su irrelevante meta-nivel (personal). El enfoque Pragma-dialéctico puede encadenar
varios esquemas de Walton para formar una lógica y, a continuación, alegar
una falacia si no se unen todos ellos correctamente. Ambos enfoques pueden
integrarse en el concepto de una New Logic with mechanisms and networks.
13
Nótese, sin embargo, que la opinión de que las falacias se deben a cambios de diálogo ilícitos se ve abandonada en [38]. Según la definición de Walton, ninguna inferencia puede ser
falaz, a menos que una inferencia pueda ser un argumento en solitario en el que los papeles
de cada una de las partes contendientes sean desempeñados por la misma persona.
Andamios
289
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Tiempos modernos: cuestiones de teoría de las falacias
Citando a partir del erudito y valiosísimo artículo “Falacias” de la Stanford
Encyclopedia of Philosophy (SEP por H. V. Hansen), se puede decir que
hay cuatro grandes cuestiones que debe abordar la comunidad de investigación sobre falacias según la SEP:
—
—
—
—
La naturaleza de las falacias
Las condiciones de apariencia
La enseñanza de las falacias
El papel de los prejuicios o sesgos
Dado que esta es la visión (según SEP/H. V. Hansen) de cómo la actual
comunidad de investigación sobre las falacias debería avanzar, pensamos
que lo mejor es integrar y casi citar lo que dice la SEP sobre estos temas.
En la siguiente subsección presentaremos nuestros propios planes para la
integración de las falacias y lo compararemos con los de la comunidad de estudiosos de las falacias. Esperamos y promovemos la cooperación. Nuestros
propios comentarios en la cita están en negrita
La naturaleza de las falacias
Una cuestión que sigue acuciando a la teoría de las falacias es cómo debemos considerarlas. Sería ventajoso disponer de una teoría unificada de las
falacias. Ello ofrecería una forma sistemática de delimitar las falacias y otros
tipos de errores; nos daría un marco para justificar juicios falaces dando
sentido al lugar de las falacias en nuestros esquemas conceptuales más generales. Se busca una definición general de “falacia” pero este deseo se ve frustrado porque hay desacuerdo sobre la identidad de las falacias. ¿Son errores
inferenciales, lógicos, epistémicos o dialécticos? Algunos autores insisten
en que todos ellos son solo de un único tipo: Biro y Siegel, por ejemplo,
sostienen que son epistémicas, y la Pragma-dialéctica, que son dialécticas.
Hay buenas razones para pensar que todas las falacias no encajan fácilmente
en una sola categoría...
290
Andamios
Traducción
En la comunidad las falacias han sido descritas en relación con
algún ideal o modelo de buenos argumentos, o de buena argumentación o racionalidad.
Las falacias de Aristóteles son presentadas como deficiencias en su ideal
de deducción y prueba extendidas luego a contextos de refutación. Las
falacias enumeradas por Mill son errores del razonamiento en un modelo
global que incluye tanto la deducción como la inducción. Quienes han
defendido el SDF como la definición correcta de “falacia” toman la lógica
simpliciter o la validez deductiva como el ideal de racionalidad. Los lógicos
informales ven las falacias como fallos en la satisfacción de los criterios de
lo que consideran un argumento convincente. Los defensores del enfoque
epistémico de las falacias las ven como deficiencias en las normas que rigen
los argumentos capaces de generar conocimiento. Por último, quienes se
preocupan por el problema de la superación de nuestros desacuerdos de
forma razonable verán las falacias como fallos en relación con los ideales del
debate y la discusión crítica.
¡Nótese que el enfoque de los autores (Gabbay-Rivlin) sobre las
falacias (que podemos denominar enfoque de la New Logic with mechanisms, networks and fallacies), es que consideramos una falacia
como cualquier instrumento argumentativo utilizado realmente en
los medios de comunicación y la política que no forme parte de los
instrumentos de la New Logic with mechanisms, networks!
El tratamiento estándar de las falacias más elementales no surgió de una
única teoría de la buena argumentación o razonabilidad, sino que ha crecido
más bien, como gran parte de nuestro conocimiento no sistemático, como
una mezcolanza de elementos, propuestos en distintas épocas y desde diferentes perspectivas, que sigue llamando nuestra atención, incluso cuando las
normas que originalmente sacaron a la luz una falacia determinada hayan
sido abandonadas o absorbidas por nuevos modelos de racionalidad. En
consecuencia, no hay una concepción única de la buena argumentación o
del buen argumento que haya que descubrir tras las falacias principales, y
cualquier intento de agruparlas a todas en un marco único debe esforzarse
por evitar distorsionar el carácter originalmente atribuido a cada una de ellas.
Andamios
291
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
La condición de apariencia
Desde Aristóteles hasta Mill, la condición de apariencia fue una parte
esencial en la concepción de las falacias. Sin embargo, algunos de los nuevos
estudiosos, posteriores a Hamblin, o bien la han ignorado (Finocchiaro,
Biro y Siegel), o la han rechazado abiertamente, ya que las apariencias pueden variar de una persona a otra, lo que convierte el mismo argumento en
una falacia para el que se deja engañar por la apariencia, y en un argumento
correcto para el que es capaz de ver más allá de las apariencias. Esto resulta
insatisfactorio para aquellos que piensan que los argumentos, o bien son
falacias, o bien no lo son. Se argumenta igualmente que las apariencias
no tienen cabida en las teorías lógicas o científicas, porque pertenecen al
ámbito de la psicología (van Eemeren y Grootendorst, [36]). Walton (p. ej.,
[39]), no obstante, se sigue considerando que las apariencias son una parte
esencial de las falacias, al igual que Powers [19, p. 300], quien insiste en que
las falacias deben “tener la apariencia, no importa lo rápido que se observen,
de ser válidas”. Si el error en un argumento no está enmascarado por una
ambigüedad que lo haga parecer un argumento mejor de lo que realmente
es, Powers negaría que se trate entonces de una falacia.
La condición de apariencia de las falacias sirve al menos para dos cosas.
Puede explicar en parte por qué personas razonables cometen errores con
los argumentos o en las argumentaciones: esto puede deberse en parte a que
un argumento pueda parecer mejor de lo que realmente es. La condición de
apariencia también sirve para dividir los errores en aquellos que son triviales
o fruto de la falta de atención, para los que el único remedio consiste en
prestar más atención, de aquellos otros en los nos vemos en la necesidad de
aprender a detectarlas mediante un mayor conocimiento de su naturaleza
seductora. Se podría sostener que sin la condición de la apariencia no se
podría hacer ninguna división entre estos dos tipos de errores: o bien no
hay falacias, o bien todos los errores en argumentos y/o en argumentaciones
son falacias, una conclusión que algunos estarían bien dispuestos a aceptar,
pero que es contraria a la tradición. También se puede responder que existe
una alternativa a la hora de utilizar la condición de apariencia como criterio
de demarcación entre las falacias y los errores casuales, a saber, la frecuencia:
las falacias son aquellos errores de los que debemos aprender a cuidarnos
292
Andamios
Traducción
porque se producen con notable frecuencia. A esto puede responderse que
“frecuencia notable” es un término vago y que quizá la situación se explique
mejor recurriendo a la condición de apariencia.
Enseñanza
En un plano más práctico, se sigue debatiendo sobre el valor de enseñar las
falacias a los alumnos. ¿Es una forma eficaz de que aprendan a razonar bien y
eviten los malos argumentos? Una razón para pensar que no es eficaz es que
la lista de falacias no está completa, y que incluso si se ampliara el grupo de
falacias nucleares con otras dignas de incluirse, seguiríamos sin estar seguros
de disponer de una profilaxis completa contra los malos argumentos. Por lo
tanto, tal vez fuera mejor enseñar los criterios positivos de una buena argumentación, con el fin de obtener un conjunto más completo de directrices
para el buen razonamiento. Pero algunos (Pragma-dialécticos y Johnson y
Blair) piensan que su acervo de falacias es una protección completa contra
los errores porque han sido capaces de especificar un conjunto completo
de condiciones necesarias para un buen argumento/argumentación, sosteniendo para ello que las falacias son sólo fallos en el cumplimiento de una
de estas condiciones. Otra consideración sobre el valor del enfoque de la
enseñanza de las falacias orientado al buen razonamiento es que tenderá a
hacer que los estudiantes sean excesivamente críticos llevándolos a ver falacias donde no las hay. En consecuencia, se defiende que se podría avanzar
más en la inculcación de habilidades de pensamiento crítico, enseñando los
criterios positivos del buen razonamiento y la argumentación (Hitchcock,
[40]). En respuesta a este punto de vista, se argumenta que, si las falacias se
enseñan de forma no superficial, incluyendo explicaciones de por qué son
falacias —es decir, cuáles son los estándares normativos que se trasgreden en
cada caso— entonces un curso impartido en torno a las principales falacias
podría ser eficaz para inculcar buenos hábitos de razonamiento (Blair [41]).
Tenemos un nuevo método de enseñanza llamado DADI (Data
Driven Instruction) que puede utilizarse para enseñar las falacias.
Véase el Apéndice C
Andamios
293
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
Prejuicios (Sesgos)
Recientemente se ha renovado el interés por la relación entre los sesgos y
las falacias. Correia ([42]) ha llevado la idea de Mill de que los prejuicios
son causas que predisponen a la aparición de falacias un paso más allá, al
conectar sesgos identificables con falacias concretas. El autor observa que
los prejuicios pueden influir en la comisión involuntaria de falacias, incluso
cuando no hay una intención deliberada de engañar. Al tomar los prejuicios como “errores sistemáticos que distorsionan invariablemente el asunto
del razonamiento y el juicio”, la situación que se dibuja es que los sesgos
particulares se activan por deseos y emociones (razonamiento motivado) y,
una vez que entran en juego, afectan negativamente a la evaluación justa de
las pruebas. Así, por ejemplo, el prejuicio de la “ilusión de enfoque” inclina
a una persona a centrarse en una parte de las pruebas disponibles, ignorando o negando pruebas que puedan ir en otra dirección. Correia ([42, p.
118]) relaciona este prejuicio con las falacias de generalización apresurada
y del hombre de paja, sugiriendo que es nuestro deseo de tener razón lo que
activa el sesgo de centrarnos más en las pruebas positivas o negativas, según
el caso. Otros prejuicios son a su vez relacionados con otras falacias.
Thagard [43] se preocupa más por subrayar las diferencias entre falacias
y los prejuicios que en encontrar conexiones entre ellos. Afirma que el
modelo de razonamiento articulado por la lógica informal no se ajusta bien
al razonamiento real de las personas y que sólo algunas de las falacias son
relevantes para el tipo de errores que realmente cometen los hablantes. El
argumento de Thagard se basa en su distinción entre argumento e inferencia. Los argumentos y las falacias son entidades que ocurren de forma serial
y lingüística, pero las inferencias son actividades cerebrales y se caracterizan
por ser paralelas y multimodales. Por “paralelas” se entiende que el cerebro
lleva a cabo diferentes procesos simultáneamente, y por “multimodales”
que el cerebro utiliza representaciones no lingüísticas y emocionales, además de lingüísticas. Los prejuicios (tendencias inferenciales erróneas) pueden afectar inconscientemente a los procesos inferenciales. La “inferencia
motivada”, por ejemplo, “implica la captación y evaluación selectivas de
pruebas basadas en procesos inconscientes impulsados por consideraciones
emocionales de objetivos en lugar de un razonamiento puramente cogni-
294
Andamios
Traducción
tivo” [43, p. 156]. Thagard ofrece voluntariamente una lista de más de 50
de estas tendencias inferencialmente erróneas. Dado que las inferencias
motivadas proceden de procesos mentales inconscientes más que de razonamientos explícitos, los errores en las inferencias no pueden descubrirse
simplemente identificando una falacia en un argumento apropiadamente
reformulado. El tratamiento de los prejuicios requiere la identificación,
tanto de los objetivos conscientes, como de los objetivos inconscientes de
los argumentadores, objetivos que pueden figurar en las explicaciones de
por qué se cede ante determinados prejuicios. Thagard concluye que “superar las inferencias motivacionales de la gente se parece más a la psicoterapia
que a la lógica informal” [43, p. 157], de modo que la importancia de las
falacias queda, en consecuencia, marginada.
En respuesta a estas conclusiones, se puede alegar su pertinencia para la
pedagogía del pensamiento crítico, pero recordando la distinción entre lo
que causa los errores y lo que son los errores en sí mismos. El análisis de las
falacias pertenece al estudio normativo de los argumentos y la argumentación, y para dar cuenta de cuál es la falacia que figura en un determinado
argumento se hará preciso hacer referencia a alguna norma de argumentación, convirtiéndose entonces en una explicación de cuál es el error que
figura en dicho argumento. Los prejuicios son relevantes para entender por
qué la gente incurre en falacias y cómo debemos ayudarles a superarlas, pero
no nos ayudan a comprender cuáles son los errores al frente de cada falacia
–y esto no es una cuestión de psicología.
Es de esperar que la continuación de la investigación en esta intersección
de intereses arroje más luz, tanto sobre los prejuicios, como sobre las falacias.
B Aplicaciones: la Internet de las cosas
En este caso se trata de una posible aplicación. No es esencial ni influye en
nuestro nuevo concepto de 2100-logic, pero está relacionada y quién sabe
cuál podría ser su impacto futuro. De Wikipedia: https://en.wikipedia.org/
wiki/Internet_of_things
La Internet de las cosas (IoT) es la interconexión de dispositivos
físicos, vehículos (también denominados “dispositivos conectados”
Andamios
295
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
o “dispositivos inteligentes”), edificios y otros objetos, dotados de
componentes electrónicos, software, sensores, actuadores y redes
que permiten a estos objetos recopilar e intercambiar datos. En
2013, la Iniciativa Global de Estándares sobre la Internet de las Cosas (IoT-GSI) definió la IoT como “la infraestructura de la sociedad
de la información”. La IoT permite que los objetos sean detectados
o controlados a distancia a través de la infraestructura de red ya
existente, creando oportunidades para una integración más directa
del mundo físico en los sistemas informáticos, con la consiguiente
mejora de la eficacia, la precisión y los beneficios económicos, a lo
que aún habría que sumar una menor intervención humana. Cuando la IoT se amplía incluyendo sensores y actuadores, la tecnología
se convierte en un ejemplo de la clase más general formada por los
sistemas ciberfísicos, que también engloba tecnologías tales como
redes inteligentes, hogares inteligentes, el transporte inteligente y las
ciudades inteligentes. Cada entidad es identificable de forma única
mediante su sistema informático integrado, pero es capaz de interoperar dentro de la actual infraestructura de Internet. Los expertos
estiman que la IoT estará conformada por casi 50.000 millones de
objetos en 2020.
Por lo general, se espera que la IoT ofrezca una conectividad avanzada de dispositivos, sistemas y servicios que vaya más allá de las
comunicaciones máquina-a-máquina (M2M) y abarcando una gran
variedad de protocolos, dominios y aplicaciones. Se confía en que la
interconexión de estos dispositivos integrados (incluidos los objetos
inteligentes) marque el comienzo de la automatización en casi todos
los campos, favoreciendo así aplicaciones avanzadas, como puedan
ser las redes inteligentes, y extendiéndose a ámbitos tales como las
ciudades inteligentes.
Al estar equipados con HEAL2100 podemos ofrecer una mejor lógica al
servicio del IoT. Los sistemas de IoT son complejos de componentes interrelacionados, cada uno de ellos inteligentes hasta cierto punto y basados en
la lógica. ¡La necesidad de HEAL2100 para IoT es una necesidad y no solo
una aplicación más!
296
Andamios
Traducción
Daremos un ejemplo:
Imaginemos que queremos mejorar la protección contra el phishing. Si
utilizamos la lógica tradicional en la construcción de mecanismos de protección, nos serviremos de reglas, como en el siguiente caso: Filtros de correo
electrónico: un mensaje recibido será analizado por el programa de correo,
que añadirá en el asunto la advertencia de que puede tratarse de phishing o
spam. Este tipo de advertencias ya existen, de hecho.
Si abrimos el correo y vemos un mensaje de servicio muy convincente
procedente Paypal que nos informa de que nuestra cuenta ha abonado 30
dólares a una empresa desconocida, tendremos que considerar si el mensaje
es o no malicioso. Sin embargo, nuestra reacción ante esta inexplicable
desaparición aparente de dinero de nuestra cuenta será emocional, y más
rápida e inmediata que el razonamiento. Preocupados por que desaparezca
aún más dinero y al ver un botón que dice “cancelar transacción”, es muy
probable que nos entre el pánico y hagamos click en él antes de que nos
demos cuenta de lo que realmente está pasando.
Lo que necesitamos es una advertencia igualmente emocional, como un
botón parpadeante en rojo y amarillo con el mensaje “SPAM-¡ALÉJESE!”.
Puede que no sea difícil para un gestor de correo realizar esta advertencia
si tiene en cuenta los principios subyacentes de nuestra lógica HEAL2100
–esto es, que el objetivo en este caso es GANAR, no llegar a un consenso.
C DADI: Data Driven Instruction, un nuevo método de enseñar lógica y falacias
Hemos desarrollado un nuevo método de enseñanza capaz de redactar
trabajos de investigación conjuntos con estudiantes de primer año como
co-autores. A continuación, se expone la filosofía de este método de enseñanza/investigación.
Este método resulta especialmente adecuado para enseñar lógica y falacias.
Hemos observado que los estudiantes de doctorado que investigan con
el fin de concluir una tesis necesitan pasar por cuatro etapas:
1. Leer y familiarizarse con un área de investigación relevante;
Andamios
297
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
2. Tener una buena idea novedosa que haga avanzar las fronteras del
área;
3. Desarrollar los detalles de la idea;
4. Redactarla en forma de artículo o tesis, lo que incluye conocer el
lenguaje científico y la estructura para redactar las ideas más relevantes.
La creencia más extendida sobre los estudios de doctorado es que se necesitan de 3 (cursos de Grado) a 4 (incluyendo la Maestría) años de estudios
universitarios para poder abordar la elaboración de una tesis.
Sostenemos que los 3-4 años son necesarios para el punto 1 anterior.
Nos preguntamos, ¿qué tal si el área donde se va a realizar la investigación
es tan familiar que el estudiante de primer año ya tiene los conocimientos
previos para pasar al punto 2 anterior?
¿Pueden los estudiantes de primer año tener una buena idea nueva que
dé lugar a un trabajo de investigación?
Por supuesto, los estudiantes de primer año no saben cómo escribir un
artículo ni conocen la metodología de investigación, pero tampoco los estudiantes de doctorado –por esta razón se precisan tutores de doctorado–.
Así que lo único que necesitamos para experimentar con esta idea es elegir
un tema con el que
- Los estudiantes de primer año estén familiarizados
- Que surjan buenas ideas
- Y que conecte con un área de investigación internacionalmente
reconocida.
Entonces todo lo que necesitamos hacer es que, por así decir, Dov, presente
la cuestión a los estudiantes y deje que ellos desarrollen un modelo. Esto no
es muy diferente de ofrecer un tema de investigación a un nuevo estudiante
de doctorado. Dov Gabbay aceptó dar clases en el Ashkelon Community
College y organizó cursos de este tipo.
Descripción del experimento:
Clase de 2015/2016. En 2015 Gabbay enseñaba lógica general a una
clase de primer año formada por 15 alumnos. En ese momento había mu298
Andamios
Traducción
cho debate en los medios de comunicación y en los ambientes políticos del
Reino Unido e Israel, sobre la incapacidad de las parejas jóvenes de incorporarse al mercado de la vivienda. En pocas palabras:
Los departamentos son demasiado caros y las parejas jóvenes no pueden
conseguir los fondos mínimos iniciales que les permitan obtener una hipoteca asequible para comprar una casa. La solución política consistiría en
ofrecer a esas parejas jóvenes hipotecas baratas y algo de ayuda.
Gabbay pidió a los estudiantes que formularan las condiciones (conocidas a través de los medios de comunicación) para optar a esta ayuda
utilizando una flecha a modo de conector
(Si x es cierto e y es cierto) ⇒ hágase z.
Gabbay formuló ciertas reglas conocidas gracias a los medios de comunicación y basadas en datos del gobierno. A continuación, planteó un
problema a la clase: ¿Cómo impedir que las parejas jóvenes utilicen esos
beneficios para comprar dos departamentos a la vez? La clase participó en la
modificación de las normas para impedir ese tipo de abuso. Hubo creatividad tanto para engañar al sistema como para repararlo.
El lector observará que Gabbay desarrolló principios de la lógica de la
acción y la ciberseguridad empleados en la protección contra la piratería
informática. Gabbay aplicó los sistemas de ciberseguridad empleados en
hogares inteligentes y finalmente escribió el artículo [45]. Gracias a ello
fuimos invitados a presentarlo a una revista internacional de la OUP sobre
ciberseguridad. La clave de esto es que los estudiantes supieron cómo escribir reglas y cómo engañar al sistema y entendieron la necesidad de conseguir
un departamento propio siendo creativos a la hora de afrontar el problema.
Clase de 2016/2017. Este año la primera promoción contó con 49
alumnos. De nuevo elegimos un tema familiar para los estudiantes. Este año
los medios de comunicación y la ley en Israel y Reino Unido se ocuparon
del asunto de los delincuentes sexuales. Muchos personajes famosos fueron
acusados por sus víctimas de haber cometido diversos delitos sexuales y cada
semana se descubría un nuevo escándalo. Los estudiantes tenían conocimiento detallado de tales casos. Dov Gabbay planteó la cuestión de ¿cuántas
denuncias hacen falta para decidir si es necesario abrir una investigación?
La visión adoptada correspondía a la de un juego de supervivencia
basado en los delincuentes sexuales en el que cada uno de ellos disponía
Andamios
299
Dov Gabbay y Lydia Rivlin
de un número de vidas antes de morir. Los estudiantes también estaban
familiarizados con ciertos juegos de supervivencia emitidos en programas
de televisión. Así que empezamos a desarrollar un modelo basado en su
conocimiento de los numerosos casos de delincuentes sexuales aparecidos
en los medios de comunicación. Desarrollamos un modelo básico en el área
de la argumentación. Escribimos los artículos [46, 47] y nos invitaron a
presentarlos al Journal of Argument and Computation de la IOS.
Los alumnos pueden desarrollar los puntos *1-*3 anteriores y el profesor
tiene que escribir el punto *4.
Nótese que el método DADI es especialmente adecuado para enseñar falacias porque hoy en día los medios de comunicación están
llenos de debates, política, etc. Que utilizan las falacias como armas.
Los alumnos están muy familiarizados con ellas.
Limitaciones del método
1. Los alumnos no pueden enfrentarse adecuadamente a la abstracción. Así, si toman en consideración un modelo para un área
determinada (con la que están familiarizados), pueden no reconocer
el mismo modelo abstracto en otro ámbito, aunque se les indiquen
claramente las similitudes.
Los alumnos reconocieron y definieron el modelo abstracto y de argumentación basado en el sistema de vidas aplicado a los delincuentes
sexuales. El mismo modelo se aplica en el área de la nutrición, donde diversos alimentos (por ejemplo, el alcohol) atacan partes del cuerpo (por
ejemplo, el hígado). Se les señaló este hecho y recibieron una conferencia
de un nutricionista y, sin embargo, no vieron la conexión.
2. A los alumnos les costaba entender las definiciones basadas en
teoría de conjuntos, pero fueron capaces de entender fácilmente
las definiciones por medio de algoritmos. Así pues, para definir un
conjunto había que dar un algoritmo que lo construyera.
3. El mejor enfoque para enseñar/desarrollar una teoría o un modelo
es presentarlo como un juego algorítmico o un rompecabezas.
300
Andamios
Traducción
4. Tenemos previsto abordar el uso de algunas de las falacias (ad hominem) en la clase de 2017/2018. Los alumnos están familiarizados
con los debates políticos, los ataques personales y contraataques
especialmente en la era Trump. Se trata de un juego estratégico de
supervivencia y veremos si los alumnos del próximo curso pueden
modelarlo.
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1037
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 235-301
Andamios
301
Entrevista
DOI: https://doi.org/10.29092/uacm.v20i53.1038
¿Lógica o lógicas? Algunas reflexiones en torno
a la fundamentación y las aplicaciones de las
lógicas no clásicas. Entrevista a la Dra. María
José Frápolli
Claudio M. Conforti*
Jesús Jasso Méndez **
Enrique Alonso***
María José Frápolli: una breve semblanza
—Se me pide que me defina en lo profesional y en lo personal, una tarea
muy complicada. En lo académico, la tarea es algo más fácil porque en este
aspecto hay datos objetivos. Como pragmatista que soy, conozco las limitaciones de las adscripciones en primera persona. Yo no soy una autoridad
acerca de mí misma, la objetividad sólo se alcanza desde el punto de vista
de los otros. Lo único que está a mi alcance es explicar quién creo que soy y
quién estoy luchando por ser.
¿Quién creo que soy desde el punto de vista profesional? Desde hace
algún tiempo me gusta reivindicarme como filósofa. También soy profesora
de filosofía, una función, la de acompañar a mis estudiantes en el camino
del conocimiento, que me apasiona y me llena, pero soy profesora porque
* Profesor en las Facultades de Filosofía y Letras y en la de Psicología y Psicopedagogía,
ambas en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires. Coordinador del Profesorado en Filosofía, Instituto de Educación Superior N° 1 “Dra. Alicia Moreau de Justo”,
Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: cconforti@uca.edu.ar
** Profesor-investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Profesor en la
Universidad Nacional Autónoma de México. Correos electrónicos: jesus.jasso@uacm.edu.
mx; jesusjasso@filos.unam.mx
*** Profesor Titular y Director del Departamento de Lingüística General, Lógica y Filosofía
de la Ciencia, Lenguas Modernas, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Estudios
de Asia Oriental, En la Universidad Autónoma de Madrid, España. Correo electrónico:
enrique.alonso@uam.es
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 305-320
Andamios
305
Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique Alonso
soy filósofa (aunque esta conexión y este orden no son necesarios para todo
el mundo). Estudié filosofía por casualidad, nunca he sido esencialista acerca del desarrollo de la vida. Si hubiera podido estudiar ciencia me hubiera
dedicado a la química, a la genética o a la computación. Pero en España las
opciones que se me presentaron eran otras. Empecé estudiando psicología,
pero pronto cambié de carrera. Y no porque no me interesara el asunto sino
porque nunca tuve claro que pudiera mantener la necesaria objetividad para
dedicarme a la clínica sin proyectar mis propias vivencias. Por una razón
similar nunca he querido trabajar en ética o filosofía política. Me decanté
por la “filosofía analítica” (aunque ahora no sé muy bien qué significa
esto) porque me parecía que en este ámbito podría mantener separados mi
profesión y mi vida. Me equivoqué. Si de verdad te importa lo que haces no
puedes mantenerlo apartado de tu trayectoria vital.
Desde siempre he estado obsesionada con entender, no en el sentido de
saber cómo aplicar el Modus Ponens, ser capaz de calcular las formas normales prenexas, conocer qué rechaza Frege de la silogística, qué propone
Russell como interpretación de las descripciones, qué es una semántica
inferencialista y ese tipo de cosas. No, todo esto es fácil. “Trivial”, diría
yo, parafraseando a los que me parafrasean. Lo que quiero entender es,
en primer lugar, qué tipo de animal somos y, en segundo lugar, cómo las
innumerables posiciones que los filósofos han desarrollado nos iluminan
en la tarea de entendernos. Y esto incluye propuestas parciales de análisis
de conceptos. Para eso hay que huir de la forma en la que estudiamos y
enseñamos filosofía a veces. Desde luego no siempre y no todo el mundo.
Cuando yo era estudiante y ahora como profesora asisto a una manera de
entender nuestra profesión como la repetición de una serie de historias
superpuestas. Un profesor te explica lo que S ha dicho acerca de p, y luego
el siguiente te explica lo que Q dijo acerca de la misma cosa o de algo parecido. Y es fácil sacar la conclusión de que cada uno cuenta su cuento, en su
lenguaje especial que sólo hablan los adeptos. Mención especial merecen las
aproximaciones formales. No estoy en contra de los formalismos. Todo lo
contrario. Los considero de extrema utilidad si los entendemos en el sentido
en el que Frege introdujo el suyo en la Conceptografía. Pero me parece un
tremendo retroceso en la comprensión de lo que somos y hacemos el haber
puesto el foco de atención en los sistemas y teorías formales de cualquier
306
Andamios
Entrevista a la Dra. María José Frápolli
cosa (la verdad, la logicidad, la validez, el conocimiento, la justificación,
etc.), abandonando las razones por las que estos conceptos son esenciales
para la agencia racional.
Mi reivindicación de mi actividad como filósofa no está, a pesar de lo
que pensé de joven, desconectada de lo que soy. Soy una persona que quiere
entender y se quiere entender. Soy una persona que está buscando. Eso no
significa que no tenga certezas. Tengo muchas, como todo el mundo. Y
no me gusta la pose del “solo sé que no sé nada”. Pero, como ser humano,
desconozco lo que hacemos aquí y siento que la vida humana es una carga
metafísicamente muy pesada. Por eso, estoy obsesionada con mejorar lo
que tengo alrededor y con asegurarme de que aligero la carga de la vida a
las personas que me rodean. La solidaridad, no la “supervivencia”, de (la)
especie me parece una parte esencial de lo que significa ser humano. La
supervivencia de la especie es un objetivo que compartimos todos los seres
vivos. Los humanos, sin embargo, vivimos en el mundo de las razones, los
conceptos y los valores y este mundo sólo se habita en común.
Desde el punto de vista académico, soy catedrática de lógica y filosofía
de la ciencia. Desempeño mi actividad en el departamento de Filosofía I de
la Universidad de Granada, del que he sido secretaria académica y directora.
He sido así mismo presidenta de la Sociedad de Lógica, Metodología y
Filosofía de la Ciencia de España. He disfrutado de numerosas estancias de
investigación en universidades distintas de la mía, en las que he aprendido
maneras distintas de realizar nuestro trabajo y conocido a personas estupendas. En la actualidad presido la Society for Women in Philosophy, la rama
analítica en España.
Me he convencido de que las mujeres sufrimos continuada violencia
institucional, que a veces se manifiesta en términos de agresión y muchas
otras en términos de silenciamiento. Mi compromiso con la causa de las
filósofas no ha hecho cambiar lo que sentía de joven acerca de la psicología,
la ética o la filosofía política. Por eso no hago filosofía feminista ni me he
embarcado en el giro político en filosofía analítica. Sigo interesada en los
conceptos centrales de la filosofía de la lógica y del lenguaje con orientación
pragmatista, y me alegra comprobar que la evolución ética que suponen
los feminismos y el giro político está teniendo una influencia palpable en el
desarrollo de otros ámbitos de la filosofía.
Andamios
307
Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique Alonso
Introducción
—Desde hace más de una década, los coordinadores del Dossier 53 que
ahora presentamos hemos tenido la oportunidad de conocer el trabajo
académico de la Dra. Frápolli en distintos contextos. Por ejemplo, a partir
de su trabajo docente y de investigación en el Máster Interuniversitario de
Lógica y Filosofía de la Ciencia, Universidad de Salamanca, así como desde
diferentes foros académicos en torno a la Lógica, Filosofía de la Lógica y
Filosofía del Lenguaje ex.gr. Workshops, Encuentros, y Congresos universitarios realizados en España, México y Perú.
Como consecuencia de este contacto pudimos descubrir, visualizar y
ponderar el impacto de la producción académica de nuestra especialista,
cuyos trabajos son referente en los campos de investigación de las Lógicas,
de la Semántica de Frege y de Ramsey, del análisis profundo de los formalismos, de las Teorías de la verdad, y en general, de los análisis metalógicos de
distintos lenguajes en el campo de la lógica estándar y no clásica.
La semblanza anterior ha sido producto de un encuentro cordial, amable y generoso entre los coordinadores del Dossier 53 y la Profesora Dra.
María José Frápolli. A pesar de abrigar una agenda saturada de actividades
académicas y personales, quien ha sido Marie Sklodowska-Curie Fellow and
Honorary Professor en el Department of Philosophy, de la University College
London (UCL, UK) concedió a los coordinadores del Dossier 53 de Andamios, Revista de investigación Social dos entrevistas virtuales mediante la
Plataforma Zoom. La primera de ellas se realizó el 19 de mayo de 2023 y la
segunda el 05 de junio de 2023, ambas desde su domicilio en Londres hasta
los domicilios de los coordinadores en Buenos Aires, México y España,
correspondientemente. A continuación, presentamos la transcripción puntual de la entrevista. El diseño del instrumento se estructuró en tres bloques
de preguntas, cada bloque es consistente con cada uno de los tres temas
incorporados en el Dossier i.e. Fundamentación, Aplicaciones y Permanencia. Ejes constructivos de las discusiones actuales en torno al desarrollo y
uso de las lógicas no estándar.
308
Andamios
Entrevista a la Dra. María José Frápolli
I. Fundamentación
—I.1 Dra. María José Frápolli, como sabemos en la literatura actual de la
Lógica y su Filosofía existe una álgida discusión acerca de planteamientos
monistas y pluralistas a propósito de estructuras lógicas diferenciadas. Para
comenzar esta entrevista nos gustaría conocer tu punto de vista acerca de ¿en
qué consiste la Lógica Clásica o Estándar?
—Una distinción previa a todos los debates acerca de la lógica es la que se
establece entre la lógica y los cálculos. Ésta es una distinción similar a la que
existe entre el lenguaje como facultad humana y los lenguajes particulares
que implementan esta facultad. La lógica es el entramado inferencial de
nuestros conceptos, se aprende al mismo tiempo que el lenguaje y es responsable de nuestras actividades inferenciales, que se ponen en práctica en
nuestra práctica discursiva. Otra cosa son los cálculos. Siguiendo a Frege
en la Conceptografía (1967, p. 6), los cálculos de lógica son instrumentos
de representación y evaluación de inferencias. No descubren verdades ni
instituyen inferencias válidas, solo presentan lo que hay con mayor precisión y facilitan la evaluación de inferencias. Son extensiones o alternativas
al lenguaje natural para representar relaciones conceptuales de manera
precisa. La pregunta entonces debe ser reformulada así: “¿Cuáles son las
características de los cálculos de lógica clásica?”.
Los cálculos de lógica clásica son los que derivan de la propuesta de Frege en la Conceptografía, una propuesta que tenía como objetivo inmediato
ser un vehículo de transcripción y evaluación de inferencias de la aritmética.
El objetivo de los cálculos clásicos, i.e. su papel instrumental para la fundamentación de la aritmética ha determinado sus propiedades básicas. En
aritmética no necesitamos expresiones deícticas, ni operadores temporales,
ni la representación explícita de cuantificadores de orden superior. Por eso
Frege no introdujo estos recursos en su propuesta. Ha sido una práctica
desafortunada el asumir que las características que Frege identificó como
relevantes para su proyecto se hayan considerado como las únicas relevantes
para el análisis y la representación de inferencias en todos los ámbitos. La
práctica y el intento de reducir inferencias en distintas áreas del discurso al
estrecho patrón del cálculo de predicados de primer orden recuerda a los
esfuerzos de los monjes medievales tratando de reformular inferencias para
hacerlas encajar en el patrón de la silogística.
Andamios
309
Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique Alonso
—I.2 Muy interesante. Se nos ocurre ahora cuestionarnos sobre aquella necesidad que lleva a los especialistas contemporáneos en el campo de las Lógicas
a considerar aspectos en los lenguajes en donde se incorpora requisitos lógicos y
metalógicos no considerados por la tradición fregeana. Desde tu punto de vista
a ¿qué se debe la necesidad de hablar de Lógicas No Clásicas? O en otras palabras ¿Bajo qué motivaciones técnicas, lógicas y filosóficas surgen las llamadas
Lógicas No Clásicas?
—Los cálculos de lógica son modelos científicos de representación de
argumentos. La Conceptografía es una propuesta de representación de
argumentos en aritmética, pero Frege aceptó la idea de que su propuesta
pudiera extenderse a otros ámbitos científicos (1967, p. 7). No hay ninguna
razón para detener el proyecto en las ciencias más formales y no extenderlo
a los argumentos en lenguaje natural, donde los cálculos son igualmente un
aliado poderoso para el análisis conceptual. La validez de las inferencias no
es independiente de los conceptos involucrados en las mismas, por lo que
el análisis que los cálculos facilitan permite expresar con mayor claridad los
fundamentos de la validez.
Los cálculos de lógicas no clásicas identifican conceptos que son relevantes para la validez de inferencias distintas de las que contemplan los cálculos clásicos. Los cálculos extendidos, como los cálculos de lógica modal o
temporal, representan y evalúan inferencias relacionadas con el significado
de conceptos modales y temporales. Los cálculos divergentes, como los
plurivalentes o los paraconsistentes, se proponen representar argumentos
que asumen, por ejemplo, que no toda oración expresa un contenido verdadero o falso o que rechazan el principio de explosión o lo matizan. Todos
estos cálculos son propuestas similares a las de Frege, aunque aplicadas a
otros tipos de discurso. En (Haack, 1978), se ofrece una panorámica muy
iluminadora de algunas de las motivaciones filosóficas de algunos cálculos
no clásicos, pero las razones son muy amplias. Supongo que tras algunas
propuestas hay también motivaciones que podrían clasificarse de técnicas,
pero tengo dudas de si estas motivaciones no son a veces más que deficiencias en las propuestas originales que deben subsanarse. Estas deficiencias
conciernen a veces a la comprensión del funcionamiento de algunos conceptos complejos, como la identidad o la existencia. Las lógicas libres me
parecen un ejemplo claro de falta de compresión del concepto de existencia.
310
Andamios
Entrevista a la Dra. María José Frápolli
—I.3 Desde tu perspectiva, entonces, ¿crees que sea posible ofrecer una respuesta, si bien no última, sí aproximada y altamente estable en torno a la
caracterización lógica del amplio conjunto de las Lógicas No Clásicas?
—No tengo claro qué sería una respuesta a la caracterización de las lógicas
no clásicas. Las lógicas no clásicas, al igual que la lógica clásica, son cálculos
artificiales construidos con el propósito de representar inferencias en diversas áreas del discurso, científico o corriente. Son herramientas de análisis.
Siendo esto así, sus características pueden variar lo que sea necesario para
los propósitos de representación y evaluación apropiados en cada caso. Lo
único que cabe esperar de todas las propuestas es que tanto cálculos como
reglas de inferencia sean correctos, esto es, que no sancionen como válidas
derivaciones sintácticas que admitan modelos en los que la conclusión sea
falsa (o inaceptable) y las premisas verdaderas (o aceptables) y que no acepten reglas de inferencia que no sean preservadoras de la verdad (o de alguna
otra propiedad designada).
—I.4 Muy bien, entonces ¿crees que es posible clasificar al conjunto de lógicas
existentes en la actualidad considerando alguna vía o consideras que no hay
un modo alguno de realizar esta tarea?
—Tiene que ser posible clasificarlas de muchos modos. Pero las clasificaciones no tienen por qué identificar rasgos esenciales de lo que clasifican. Toda
clasificación depende del propósito para el que se lleve a cabo. Tampoco tengo claro cuáles serían las ventajas científicas o filosóficas de una clasificación.
Si seguimos el criterio substitucional-interpretativo de Tarski (Tarski, 2002;
Etchemendy, 1983; Brandom, 2000), cualquier término puede mantenerse
fijo en una inferencia que preserve la verdad y sustituir los términos no fijos
en ella por otros de la misma categoría lógico-semántica. Este procedimiento
daría como resultado la clasificación de inferencias en válidas o no válidas
atendiendo al significado de los términos fijos. Y podrían dar como resultado cálculos de “lógica” que den el significado inferencial de esos términos
fijos, aunque Gómez-Torrente (2002) y Haack (2005) rechazan este uso de
la palabra “lógica” (Frápolli, 2023, p. 106). También se puede explorar la incidencia en la validez de otros rasgos de los argumentos del lenguaje natural,
como la inclusión de expresiones dependientes de contexto o la aceptación
de principios de inferencia que derivan del significado de los términos. Así
Andamios
311
Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique Alonso
llegamos a lógicas con reglas distintas de las clásicas. Podemos clasificar las
herramientas atendiendo a distintos criterios, pero esto no nos acerca a una
mayor comprensión de algo así como la “logicidad”.
—I.5 En concreto, ¿qué opinión te merece la distinción de Susan Haack (1996)
entre extensiones y lógicas divergentes?
—Me parece una distinción muy intuitiva. Los cálculos extendidos incluyen a la lógica clásica y añaden operadores nuevos y los divergentes modifican algún rasgo básico de la interpretación semántica o los principios
inferenciales clásicos. Los cálculos extendidos exponen la debilidad de la
interpretación clásica de “forma lógica”, i.e. forma lógica es cualquier cosa
que un cálculo mantenga fijo, y la necesidad de una definición realmente
apropiada de la noción de constante lógica. Los cálculos extendidos muestran la complejidad de las relaciones inferenciales entre proposiciones, y
entre sus representaciones lingüísticas, más allá del estrecho marco que se
requiere para la fundamentación de la aritmética.
—I.6 Consideramos muy interesante tu opinión sobre las importantes contribuciones que desarrolló Frege en 1879 (1967) en su Conceptografía y cómo
este trabajo ha marcado, o bien debería hacerlo, la construcción de distintas
Lógicas consideradas no estándar. Bajo este criterio ¿cómo dirías que han
cambiado los objetivos prioritarios de la investigación en Lógica desde principios del siglo XX hasta nuestros días?
—Me da la impresión de que el objetivo para el que Frege propuso su
Conceptografía, esto es, un lenguaje capaz de representar y analizar los
fundamentos de la aritmética, ha dejado paso a un mayor interés por la
representación de rasgos semánticos del lenguaje natural, con mayor interés
por aspectos pragmáticos. La lógica dialógica (Rahman, 2001) o la teoría de
tipos hibrida (Areces, Blackburn, Huertas, y Manzano, 2014) son algunos
ejemplos. También se ha desarrollado mucho la teoría de la computación y
todas las ramificaciones técnicas y filosóficas que rodean a la inteligencia
artificial, cuyo origen está en los trabajos de Turing.
—I.7 Para finalizar este primer bloque de preguntas en torno a la fundamentación de las Lógicas, si tuvieras que describir una Edad de Oro de la
Lógica, ¿cuándo la situarías?
312
Andamios
Entrevista a la Dra. María José Frápolli
—Depende de lo que entendamos por “lógica”. El rasgo que suele considerarse como el paso revolucionario decisivo hacia la lógica contemporánea
es la capacidad de representar relaciones y funciones de diversos órdenes,
lo que abrió la puerta a la posibilidad de caracterizar correctamente expresiones de cuantificación y funciones de proposiciones. En este sentido, la
edad de oro habría que situarla a finales del siglo XIX con la obra de Peirce
(1873) y Frege en 1879, 1884 y 1893 (1953, 1964 y 1967).
Cuando la lógica se entiende como parte del proyecto de fundamentación de la aritmética, los distintos pasos de lo que ha resultado ser la familia
de las Teorías de Conjuntos tienen que mencionarse: Cantor (1883), Frege
(1967), Russell y Whitehead (1910-1913) y las discusiones que involucran
el Axioma de Elección.
Si consideramos “lógica” el amplio grupo de tareas y desarrollos teóricos
relacionados con la filosofía de las ciencias y sistemas formales, entonces
la edad de oro habría que colocarla en la década de los 30 del siglo pasado,
cuando se publicaron los trabajos de Gentzen (1932, 1935a y 1935b), de
Gödel (1930, 1931), y de Tarski (1956, 2002), que han sido hitos en la
historia artificialmente unificada de la disciplina. También son de esa época
los trabajos de Turing sobre computabilidad (1937, 1938).
Sin embargo, hay dos razones por las que es complicado señalar una época en particular. La primera tiene que ver con la disparidad de los proyectos
que conviven bajo el término-paraguas de “lógica”. La segunda, que conecta
con mi visión de la disciplina, deriva de la idea de que la lógica no es una
ciencia sino un instrumento de análisis y, por tanto, no tiene “hitos” en el
sentido de descubrimientos que cambien el rumbo, aparte, claro está, de las
obras fundacionales.
II. Pluralismo Lógico
—II.1 Si consideramos el pluralismo lógico que actualmente predomina en
las discusiones en foros académicos y en la literatura contemporánea en torno
a la Lógica nos gustaría conocer tu opinión sobre la siguiente cuestión: si tuvieras que apostar por alguna lógica particular como la elección óptima, ¿cuál
sería esta y por qué?
—No apostaría por ningún cálculo en particular. Cada cálculo ha sido diseñado con presupuestos y propósitos diferentes y es seguramente apropiado
Andamios
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Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique Alonso
en su ámbito de aplicación. El cálculo de predicados clásico representa el
funcionamiento de las dos expresiones, el condicional y la negación, que
expresan las dos únicas relaciones lógicas entre proposiciones, que son la
consecuencia y la incompatibilidad. Sin embargo, es irremediablemente
inapropiado para representar las sutilezas de los argumentos en lenguaje natural, que se basan en los contenidos involucrados en ellos que están además
afectados por factores contextuales. Sin embargo, esto no es un defecto del
cálculo de predicados clásico, que no estaba pensado para representar estas
sutilezas, sino de aquellos que se empeñan en extenderlo más allá de sus
propósitos, cayendo en lo que Bolzano y Cantor llamaban “proton pseudos” (el primer error) (Coffa, 1991, p. 31; Frápolli, 2015, p. 336).
—II.2 En sintonía con los que vienes diciendo sabemos que durante mucho
tiempo el centro de referencia de la Lógica ha sido y aún es la First Order
Logic (FOL). Consideras que esta condición ¿se trata de un mero prejuicio o
consideras que existen razones para ello?
—Las dos cosas. Hay razones para respetar el cálculo de predicados de primer orden. Es el primer cálculo capaz de representar funciones de orden
superior, funciones que reflejan bien el funcionamiento de muchos conceptos básicos, como los cuantificadores. La identificación de los cuantificadores como un tipo de función y la aceptación de relaciones permitió la
revolución en lógica que dejó atrás la silogística y su dependencia de la gramática. Pero reducir las funciones de segundo orden a los cuantificadores
clásicos es un prejuicio. Los operadores de cambio de circunstancia, como
operadores modales (aléticos y epistémicos) y los temporales, funcionan de
manera similar. Por no hablar del prejuicio que supone la interpretación
estándar de la existencia y el rechazo injustificado a la cuantificación sobre
propiedades o proposiciones.
—II.3 Tomando en cuenta estas respuestas ¿qué tipo de Lógica crees que se
debería enseñar en los Grados de Filosofía?
—Se debería explicar básicamente que la lógica la traemos de fábrica, que la
adquirimos al adquirir el lenguaje, y que no podemos pensar ilógicamente.
Una vez que esto esté claro, se debería explicar el cálculo de predicados de
primer orden y algunos cálculos extendidos y divergentes haciendo hinca-
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Andamios
Entrevista a la Dra. María José Frápolli
pié en su utilidad como instrumentos de análisis conceptual y para ilustrar
la tesis fregeana de que la validez no depende de la gramática.
—II.4 Muchas lógicas que inicialmente son presentadas como alternativas al
modelo clásico pueden ser luego reconducidas a través de traducciones oportunas. ¿Qué opinas de este tipo de maniobras?
—Me parecen en general bastante irrelevantes para entender nuestra
conducta inferencial, aunque sin duda ponen de manifiesto aspectos de
esos sistemas de representación dignos de consideración. Estas maniobras
muestran que conceptos y relaciones admiten diversidad de representaciones y reglas equivalentes, y que lo importante no es el vehículo sino lo que
hacemos con él.
—II.5 Bajo este concepto nos animamos a preguntar si para ti ¿existe alguna
Lógica que se haya destacado especialmente por su capacidad para traducir a
su lenguaje al resto de las Lógicas disponibles?
—Que yo sepa, no hay ningún cálculo capaz de traducir todos los cálculos.
Afortunadamente. Los cálculos, entendidos como modelos científicos,
subrayan unos aspectos u otros dependiendo del tipo de discurso y el propósito de la formalización.
—II.6 En esta línea si pensamos en todos los lenguajes lógicos existentes así
como en sus distintos propósitos consideras que ¿existen límites para la Logicidad? ¿Es decir, dónde está la frontera entre la Lógica y otros estudios de la
argumentación?
—No sé muy bien qué es la logicidad, a no ser que estemos pensando en
definiciones precisas de las nociones de validez, de constante lógica o de
cálculo de lógica. Estas nociones podrían pertenecer al ámbito de la lógica
y no a la teoría de la argumentación sólo en el sentido de que la teoría
de la argumentación es más amplia. La única frontera que se me ocurre
entre la lógica y otros estudios de argumentación descansa en la diversidad
de factores que los estudios de argumentación contemplan, como cuestiones retóricas y pragmáticas, entendiendo estas últimas en el sentido de
adecuación a los propósitos de los actos particulares. La noción básica de
la lógica, que solemos llamar “validez” pero que es básicamente el com-
Andamios
315
Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique Alonso
promiso que adoptamos cuando aseveramos algo, puede enriquecerse con
otros niveles de información.
III. Aplicaciones y Permanencia
—Dra. Frápolli hemos llegado al tercer y último bloque de análisis que refiere
a algunos cuestionamientos sobre las distintas aplicaciones que se han dado
con las Lógicas no clásicas, así como a aquellas Lógicas no estándar que actualmente se usan para colaborar con el desarrollo de teorías y explicaciones en
una diversidad de campos científicos particulares.
III.1 En este sentido a lo largo de la historia de la Lógica, ¿cuáles Lógicas
No Clásicas identificas al hablar de la utilidad de la Lógica para el desarrollo de distintos tipos de conocimiento científico?
—No soy experta en este asunto. Mi impresión es que la lógica no ha tenido
una gran utilidad como disciplina aplicada. Como disciplina matemática, se
ha desarrollado enormemente en el pasado siglo y ha producido resultados
de interés científico y formal. Los desarrollos de algunas ramificaciones
de lo que se llama “lógica” han obtenido resultados interesantes acerca de
propiedades de sistemas formales y sus límites, pero no tengo información
de usos relevantes de las lógicas en otras disciplinas. Las excepciones son
la aplicación de las lógicas vagas (fuzzy logics), que ya fueron propuestas
como herramientas tecnológicas (Zadeh, 1965; 1975), y la teoría de computación, que es la principal ramificación de algo que comenzó dentro del
paraguas de la lógica y que está teniendo y tendrá un efecto revolucionario e
imprevisible en la vida de los humanos.
—III.2 Si bien ya nos has comentado sobre algunas aplicaciones de Lógicas a
campos científicos y matemáticos específicos nos animamos a insistir en esta línea y preguntarte ¿cuáles son las disciplinas en las que la aplicación de la Lógica
es más evidente y, que de hecho actualmente utilizan estructuras no estándar?
—No conozco este asunto en profundidad. Mi impresión, sin embargo, es
que la lógica tiene su ámbito de aplicación más prometedor en la teoría de
la demostración y la computación y los desarrollos en inteligencia artificial.
Supongo que la utilización de cálculos no estándar se centrará en el rechazo
a la bivalencia y en la argumentación en contextos de incertidumbre.
316
Andamios
Entrevista a la Dra. María José Frápolli
—III.3 ¿Es evidente para esas disciplinas que el papel de la Lógica, se ha incorporado ya a su propia metodología?
—Supongo que en algún sentido de “lógica”, sí. De lo que dudo es que estas
disciplinas miren a los lógicos teóricos para aplicar sus métodos. Me parece
más probable que sean los mismos científicos (matemáticos y programadores) en estos ámbitos los que se ocupen de desarrollar sus herramientas.
—III.4 Teniendo en cuenta las distintas respuestas y observaciones de las tres
preguntas anteriores de este tercer bloque, desde tu punto de vista ¿qué utilidad general tiene la(s) Lógica(s) en un mundo como el actual?
—Esta pregunta tiene diversas respuestas. La lógica como disciplina formal
tiene la utilidad de las ciencias formales, que será mayor o menor dependiendo de su mayor o menor aplicabilidad. Como disciplina puramente
teórica tendría un estatus similar al de las matemáticas, nos hace comprender mejor ciertas propiedades formales de ciertas estructuras. Pero esta
pregunta suele tener truco. Por un lado, se defienden los logros formales
de la lógica matemática para subrayar su interés científico y justificar su
grado de sofisticación, descarnados estos logros de las actividades discursivas de los agentes racionales reales. Por otro, cuando se nos pide justificar
su utilidad filosófica, de pronto nos acordamos de estas actividades, de los
intercambios comunicativos en contextos comunes y de los valores sociales
que muchos de nosotros defendemos. Es entonces cuando argumentamos
que la lógica desarrolla el espíritu crítico, nos ayuda a razonar mejor, a sacar
a la luz los presupuestos de nuestros actos asertivos, de extender los límites
de nuestros conceptos. Pero ésta sería la lógica de la Conceptografía y de la
racionalidad elucidatoria (Brandom, 2000, pp. 56-57), no la que enseñamos
y producimos con ese nombre. Un curso de lógica, o muchos, clásica o no
clásica, no nos ayuda demasiado a entender ni el mundo en el que vivimos
ni a nosotros mismos como seres racionales.
—III.5 En la actualidad pensando en las Lógicas no estándar incorporadas a
la metodología científica de disciplinas particulares y de la matemática ¿cuáles
son las ramas de la Lógica con aplicaciones potencialmente más prometedoras?
—Sin duda, las que tienen que ver con lenguajes de programación e inteligencia artificial. El campo de aplicación en el cual los desarrollos de la
Andamios
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Claudio M. Conforti, Jesús Jasso Méndez y Enrique Alonso
lógica parecen más prometedores son aquellos que tienen que ver con el
procesamiento del lenguaje natural o el desarrollo de lenguajes artificiales,
como vehículos del razonamiento automatizado. Dicho de otro modo, la
inteligencia artificial necesita crear modelos explicativos de la cognición
humana y aquí la lógica, algún tipo de lógica, tendrá gran utilidad.
Fuentes consultadas
Areces, C., Blackburn, P., Huertas, A. et al. (2014). Completeness
in Hybrid Type Theory. En J Philos Logic. Núm. 43. pp. 209-238.
Brandom, R. (2000). Articulating Reasons. An Introduction to Inferentialism. Harvard: Harvard University Press.
Cantor, G. (1883). Grundlagen einer Allgemeinen Mannigfaltigkeitslehre. Ein mathematisch-philosophischer Versuch in der Lehre des
Unendlichen. Leipzig.
Cantor, G. (1932). Gesammelte Abhandlungen mathematischen und
philosophischen Inhalts. Berlín: Springer.
Coffa, A. (1991). The Semantic Tradition from Kant to Carnap. Cambridge University Press.
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Bibliografía
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Bibliografía sobre:
Lógicas no clásicas. Fundamentación,
aplicaciones y permanencia
Jesús Jasso Méndez*
Claudio M. Conforti**
Enrique Alonso González***
¿Por qué y para qué surgen las propuestas no-clásicas en lógica? De acuerdo
con lo dicho en la Presentación de este Dossier 53 a lo largo de los últimos 60
años han proliferado diferentes sistemas lógicos etiquetados bajo la expresión
“Lógicas No Clásicas” (LNC). Entre estos casos se encuentran, por ejemplo,
las familias de lógicas no-monotónicas, el grupo de las lógicas libres, los sistemas lineales, las ramificaciones de las lógicas intuicionistas, las propuestas
paraconsistentes, las estructuras multivaluadas, las lógicas de la relevancia, los
enfoques difusos, las variaciones modales, las lógicas deónticas, las formulaciones temporales y epistémicas no estructurales, la variedad de lógicas condicionales, los lenguajes híbridos, los sistemas conexivos; los cuales constituyen
casos específicos en el amplio campo de la lógica no estándar.
Actualmente las Lógicas No Clásicas (LNC) constituyen un tema protagónico en la agenda de investigación de filósofos, lógicos y matemáticos.
A la par, el interés de científicos naturales y sociales en torno a estos enfo* Profesor-investigador en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Profesor en la
Universidad Nacional Autónoma de México. Correos electrónicos: jesus.jasso@uacm.edu.
mx; jesusjasso@filos.unam.mx
** Profesor en las Facultades de Filosofía y Letras y en la de Psicología y Psicopedagogía,
ambas en la Pontificia Universidad Católica Argentina, Buenos Aires. Coordinador del Profesorado en Filosofía, Instituto de Educación Superior N°1 “Dra. Alicia Moreau de Justo”,
Buenos Aires, Argentina. Correo electrónico: cconforti@uca.edu.ar
*** Profesor Titular y Director del Departamento de Lingüística General, Lógica y Filosofía
de la Ciencia, Lenguas Modernas, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada y Estudios
de Asia Oriental, En la Universidad Autónoma de Madrid, España. Correo electrónico:
enrique.alonso@uam.es
Volumen 20, número 53, septiembre-diciembre 2023, pp. 323-338
Andamios
323
Jesús Jasso Méndez, Claudio M. Conforti y Enrique Alonso González
ques no estándar en lógica parece incrementarse, al utilizar normativamente
algunos de estos lenguajes para el desarrollo y sofisticación de sus teorías.
En términos amplios, las preguntas en torno a las LNC pueden agruparse en dos conjuntos. El primero de ellos alberga interrogantes acerca de
la fundamentación filosófica y matemática de las propuestas no-clásicas.
El segundo conjunto incorpora indagaciones en torno a la utilidad científica de las LNC. Haciendo eco de la presentación de este dossier 53 de
Andamios. Revista de Investigación Social, si bien resulta muy importante
dedicar tiempo a los temas de (I) fundamentación y (II) aplicaciones de
las LNC por su peso específico, de la misma manera se ha considerado
relevante incluir un punto de análisis adicional, como subvaluación del segundo conjunto: (III) la permanencia. Este último caso, consiste en indagar
sobre el nivel de persistencia que algunos sistemas no estándar mantienen
actualmente al considerarse genuinos instrumentos analíticos en la empresa
científica vigente y activa al interior de los programas lógicos-matemáticos
y de las ciencias particulares.
A partir de estas distinciones analíticas, por una parte, la fundamentación y, por otro lado, la aplicación y permanencia se establecerán las bases
para solventar respuestas menos parciales sobre la naturaleza y función de
las LNC. Por estas razones, estas tres líneas de indagación, agrupadas en dos
conjuntos, han constituido los temas primarios del presente Dossier 53.
La selección bibliográfica y hemerográfica que a continuación ofrecemos consiste en un conjunto no exhaustivo, pero sí representativo de la
producción teórica que ha impactado de manera sobresaliente el desarrollo
de las LNC a nivel constructivo, fundacional y aplicativo.
La organización de las fuentes sigue las distinciones entre los tres tipos
de contribuciones que se han considerado para la organización del presente
dossier y que dan cuenta del debate entre concebir fundacionalmente a las
LNC en tanto un campo plural de investigación en lógica; e integrar respuestas y casos específicos respecto a la propiedad aplicativa de distintos lenguajes
no estándar a fenómenos lógicos, matemáticos y científicos. Estos aspectos,
consideramos, permiten ir situando a las LNC en su especifico campo de investigación, ya sea como tipos de lógicas, ya sea como herramientas lingüísticas normativas-auxiliares para el desarrollo de la ciencia y su argumentación.
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