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Frank País, un líder nacional del Movimiento 26 de Julio

2022, El Historiador, Revista Cubana de Historia, no. 20

El artículo analiza la ejecutoria insurreccional de Frank País García al frente del aparato clandestino del Movimiento 26 de Julio. No se puede reducir a Frank solo al genial organizador del levantamiento armado del 30 de noviembre de 1956 o a la persona que garantizó la sobrevivencia del núcleo guerrillero de la Sierra Maestra en sus primeros momentos, con el apoyo logístico que le brindó. Si bien estas dos tareas ya le darían en sí mismas un mérito excepcional, Frank cumplió además otros roles de singular importancia, especialmente en el primer semestre de 1957. En ese periodo se convirtió en el principal dirigente político-militar del MR-26-7 en el llano a nivel de toda Cuba. Se trata del líder clandestino nacional que se transformó en el principal artífice y arquitecto del proceso de fortalecimiento del 26 de Julio, en condiciones en las cuales Fidel, sin canales rápidos de comunicación desde la serranía oriental, se veía imposibilitado de atender directamente asuntos de la dirección del Movimiento.

sumario construir la historia 4 Frank País, un líder nacional del Movimiento 26 de Julio Frank Josué Solar Cabrales 13 22 Cosme de la Torriente y Peraza: una mirada desde la historiografía cubana Paul Sarmiento Blanco Bases para el estudio de la represión española durante las guerras por la independencia en Cuba Virgilio Companioni Albrisa / Yaíma Rodríguez González 28 37 La madre cubana en las luchas independentistas del siglo XIX Urbano Martínez Carmenate La vajilla del mayor general Antonio Maceo: una muestra de admiración y amistad Damaris A. Torres Elers 45 48 La primera invasión fuera de Oriente José Miguel Abreu Cardet Vida económica y social de Cifuentes Mayra Beatriz Sánchez Cruz nuestros historiadores 56 La obra creadora de Francisca López Civeira Mildred de la Torre Molina reseñar la historia 59 Un nuevo libro sobre la esclavitud en Cuba Luis Fidel Acosta Machado nuestros autores 63 Ficha autoral de los colaboradores construir la historia Frank País, un líder nacional del Movimiento 26 de Julio Frank Josué Solar Cabrales F rank País es un héroe con visos de leyenda. Varios rasgos de su personalidad mueven a admiración y asombro. Uno de los primeros que saltan a la vista es, por un lado, su extrema juventud, y por el otro, la extraordinaria estatura de dirigente revolucionario que alcanzó. Siendo casi un adolescente —tenía veintidós años cuando lo asesinaron—, Frank logró de modo temprano una madurez que parecería requerir muchos años vividos y mucha experiencia acumulada. Existe un contraste muy fuerte entre esa existencia vital tan corta y la inmensa obra que realizó. Poseía un carácter sereno, reflexivo, tranquilo, que era quizás la antítesis de otras características que, supuestamente, debía tener un dirigente estudiantil de la época, como puede ser un discurso inflamado, incendiario. Se conjugan en él esos dos elementos, un tipo de carácter muy maduro para su edad y, al mismo tiempo también, una disposición para la acción y una audacia que a veces era rayana en la temeridad. Entre los grandes méritos de Frank está el de haber conformado la organización insurreccional más sólida de todo Oriente, que agrupaba lo más selecto de la vanguardia juvenil del este del país, y el haberla puesto a las órdenes de Fidel. El suyo fue el único organismo que decidió incorporarse íntegramente, con todos sus cuadros y estructuras, al Movimiento Revolucionario 26 de Julio (MR-26-7). No se puede reducir a Frank solo al genial organizador del levantamiento armado del 30 4 El istoriador de noviembre de 1956 o a la persona que garantizó la sobrevivencia del núcleo guerrillero de la Sierra Maestra en sus primeros momentos, con el apoyo logístico que le brindó. Si bien estas dos tareas ya le darían en sí mismas un mérito excepcional, Frank cumplió además otros roles de singular importancia, especialmente en el primer semestre de 1957. En ese periodo se convirtió en el principal dirigente político-militar del MR-26-7 en el llano a nivel de toda Cuba. Se trata del líder clandestino nacional que transformó en el principal artífice y arquitecto del proceso de fortalecimiento del 26 de Julio, en condiciones en las cuales Fidel, sin canales rápidos de comunicación desde la serranía oriental, se veía imposibilitado de atender directamente asuntos de la dirección del Movimiento. El jefe nacional de acción y sabotaje asumió esa función, con amplias facultades para tomar decisiones, incluso sin consultar, y con una fidelidad absoluta a Fidel, a quien mantenía al tanto de todas las cuestiones importantes. Sobre los hombros del joven santiaguero descansó, en lo fundamental, la consolidación de la hegemonía veintiseísta en el campo opositor antibatistiano, sobre todo en sus últimos tres meses de vida, cuando debió asumir la dirección nacional, prácticamente en solitario, por la caída en prisión de Faustino Pérez, Armando Hart y otros compañeros. En su condición de dirigente nacional político, además de coordinar planes de acción y sabotaje en todas las provincias, protagonizó la creación de la herramienta formidable que significó la resistencia cívica, revista cubana de historia construir la historia impulsó la organización de la sección obrera del 26 en todo el país, orientó la impresión y venta de los primeros bonos para la recaudación financiera y fortaleció las labores de propaganda. Es decir, en todos los frentes, Frank se encargó de reestructurar el MR-26-7 que había quedado muy golpeado y debilitado después del 30 de noviembre y el desembarco del Granma. En el primer semestre de 1957, el Movimiento estaba inmerso en un proceso de fortalecimiento militar y político que lo convertiría en la organización hegemónica de la acción insurreccional frente a la dictadura de Fulgencio Batista. En el alcance de este predominio fue vital el desempeño de Frank, quien acompañó a sus reconocidas dotes de organizador y dirigente clandestino una extraordinaria habilidad política para año 8 – no. 20 – mayo-agosto – 2022 – tercera época El istoriador 5 construir la historia Familia País García. conducir las relaciones con otros sectores antibatistianos, de tal manera que contribuyeran al afianzamiento del liderazgo del 26 de Julio. En este intervalo temporal, comenzó a expandir a nivel nacional, sobre todo en La Habana, la hegemonía que desde hacía varios meses tenía en la provincia de Oriente. Si en el periodo anterior, en opinión de Armando Hart, “Santiago y su población eran del Movimiento 26 de Julio […]” mientras que “[…] en La Habana la situación se complicaba, pues había muchas tendencias e intereses”, ya a finales de marzo de 1957, “[…] teníamos una gran autoridad en la capital, éramos respetados y se nos reconocía como la principal fuerza de oposición al régimen […]”.1 El MR-26-7 buscaba en el resto del país una unidad como la que funcionaba en la práctica en Oriente, donde contaba con el apoyo directo o la simpatía de la mayoría de la población: “En la región oriental, la unidad de las fuerzas revolucionarias se desempeñaba con autoridad indiscutible, bajo la dirección de Fidel y con la jefatura inmediata de Frank en el Llano”.2 La postura de Frank hacia otros sectores era la de procurar colocarlos bajo la jefatura del 26 de Julio, y no comprometer el liderazgo que iba alcanzando de forma creciente: “[…] nuestra misión es incorporar nombres, figuras, organizaciones, etc., a nuestra disciplina y no desdoblar o confiar a manos ‘extrañas’ por amigas que parezcan o nos digan”.3 En mayo de 1957, Frank hablaba de la necesidad de darles “[…] oportunidad activa y 6 El istoriador responsable a todos los inmensos factores que se inclinan ahora hacia nosotros y que no debemos desaprovechar”.4 Buscaba asegurar el cumplimiento de la obra revolucionaria a través del reconocimiento del liderazgo y autoridad política del Movimiento por parte de los demás sectores opositores y figuras públicas de prestigio, a los que pretendía situar bajo su disciplina. Por ejemplo, el contacto orientado por Frank a finales de mayo de 1957 con los combatientes de la expedición auténtica del Corynthia, que habían desembarcado por Mayarí, al norte de la provincia de Oriente, tenía la intención de subordinarlos e incorporarlos a la estructura militar del MR-26-7: Nosotros mandamos gente de Mayarí y Sagua a tratar de hacer contacto con ellos y ver en qué disposición están, si quieren cooperar y subordinarse, entonces lanzaremos nuestro segundo frente por cerca de aquella zona. Tenemos armas para eso, para que ellos se incorporen a nuestra gente y les supliremos de alimentos y ropa.5 En ningún caso debía el 26 de Julio, según Frank, concertar pactos que sirvieran políticamente a otros y no implicaran una ayuda efectiva para desarrollar la insurrección: […] nunca hemos estado reacios a ningún acuerdo […] siempre que sea efectivo, que tenga resultados prácticos, ya revista cubana de historia construir la historia saben allá lo que necesitamos. Ahora quisiera saber en realidad qué es lo que persiguen los auténticos. Lo que sí no podemos hacer es conversar, hablar y hablar perdiendo el tiempo en diplomacias, mientras allá en la Sierra el Dr. Fidel Castro y nuestros bravos compañeros sufren mil penalidades y enfrentan la muerte diariamente.6 En julio de 1957, figuras de la oposición política, como Raúl Chibás Rivas, miembro del Consejo Director Nacional de la Ortodoxia histórica, y Felipe Pazos, economista de prestigio, con numerosos contactos en el mundo empresarial y una aureola de limpia ejecutoria al frente del Banco Nacional de Cuba durante el gobierno de Carlos Prío Socarrás, acudieron al encuentro de Fidel Castro.7 Chibás y Pazos subieron a la Sierra a título personal; pero ambos representaban simbólicamente las dos principales fuerzas políticas en el periodo anterior al 10 de marzo de 1952. Por otra parte, no eran figuras extrañas al MR-26-7, pues le habían prestado su colaboración en el pasado reciente. El primero había sido uno de los fundadores y responsables del Movimiento de Resistencia Cívica en La Habana y uno de sus vehículos de comunicación con las instituciones cívicas, y el segundo había participado en la coordinación del viaje del periodista estadounidense Herbert Matthews a la serranía oriental en febrero de 1957, y en la redacción de las Tesis Económicas de la organización. El viaje había partido de la iniciativa de Frank País: tencionados, pero sin la experiencia y responsabilidad necesarias para dirigir el país: Yo creo que es necesario que mantengas un Estado Mayor con ciertas figuras que le darían prestigio y visos aún mayores de peligrosidad para todos los factores nacionales que te contemplan románticamente o con cierto recelo […]. Ya habrás oído las declaraciones tendenciosas que tratan de situarte como un ambicioso rodeado de muchachos inmaduros que tratan de perturbar y aprovechar la situación existente, pero sin fines concretos ni apoyo de factores serios y responsables. Una propaganda situándote ahora con Raúl Chibás, Felipe Pazos y Justo Carrillo cambiaría bastante las cosas, se tomarían de los pelos los del régimen, habría miedo en los predios enclenques de la oposición politiquera y ascenderían los valores en todas las capas sociales y económicas, situando al Mov. como el único eje sobre el cual giraría la única solución.9 Además, contribuiría a polarizar a favor del Movimiento el descontento de fuerzas políticas que dejaban de insistir en una salida pacífica y empezaban a simpatizar con la insurrección. Un caso típico de deserción de las vías legales y políticas, e incorporación a la causa insurreccional, lo sería el propio Raúl Chibás: Nosotros sabíamos del estado de opinión favorable hacia nosotros y la Sierra de un grupo de personalidades y entonces pensé que sería bueno explorarlas y darles el “empujoncito” si hacía falta, pero con mucha sutileza y haciendo como que la decisión salía de ellos. Mandé a María [Haydée Santamaría] y a otro grupo de jóvenes en esa tarea y así llegaron Raúl y Felipe, Robertico y Barrosito, Martínez Páez, etc.8 Con el encuentro, Frank se proponía atraer hacia la Sierra Maestra el apoyo de diversos sectores que miraban con recelo el MR-26-7, que lo veían como un grupo de jóvenes bieninaño 8 – no. 20 – mayo-agosto – 2022 – tercera época Con el inicio del año 1957 se habían despejado varias incógnitas del panorama político cubano. La salida de la crisis no sería a través de una lucha electoral. El fracaso del diálogo cívico, ante la torpe e intransigente postura de los delegados de Batista, no le permitía ir a la oposición a una contienda electoral, ni con dignidad, ni con la más mínima garantía de ser respetados sus derechos. El clima insurreccional crecía por momentos y arrastraba a los que todavía tenían fe en el proceso electoral como la solución más adecuada, hacia una posición más radical, o se radicalizaban o perdían la masa del pueblo cubano. La llegada de Fidel Castro a las costas de la provincia de Oriente lo convertía en la figura principal de la posición insurreccional El istoriador 7 construir la historia La estación de policía, hoy Museo de la Lucha Clandestina, durante los sucesos del 30 de noviembre. […] la presencia de un miembro de otra generación podría darle un nuevo ángulo a la contienda. Le daríamos una inyección de madurez a la lucha, que facilitaría aglutinar a factores representativos de la sociedad, en respaldo a la posición insurreccional.10 En resumen, formaba parte de la estrategia de Frank de consolidar la hegemonía del 26 de Julio: […] captar una serie de elementos altamente representativos y valiosos de la vida pública nacional y vincularlos estrechamente a nosotros, nos pone en disposición de tener la ventaja en el momento preciso de una quiebra nacional, cuando contemos con un Movimiento Nacional Revolucionario fuerte, un ejército combatiente, líderes revolucionarios y a la vez políticos de ejecutoria y arraigo y personalidades económicas.11 El periodista de Bohemia Francisco Ichaso, en un artículo en el cual hacía un recuento sobre las fuerzas de que disponía cada posición política del momento, consideraba al insurreccionalismo concentrado únicamente en el Movimiento 26 de Julio: “[…] todos los partidos del gobierno y seis de la oposición son electoralistas, en tanto que los abstencionistas son solo 8 El istoriador dos y los insurreccionalistas están reducidos de hecho a uno: el ‘26 de Julio’”.12 En carta a Fidel, Frank definía así el estado del Movimiento en medio del panorama nacional: “La situación del país, la presión tuya y las obstinaciones del régimen nos han dado un espaldarazo formidable que nos coloca hoy como ejes de todas las posibles soluciones”.13 La constitución de un “gobierno civil” revolucionario que le diera aún mayor prestigio y consolidación a la beligerancia de nuestro Movimiento”,14 presidido por Raúl Chibás —como era la intención inicial con la subida de los políticos—, perseguía una unidad que asegurara el predominio del 26 de Julio mediante el reconocimiento por el resto de las organizaciones antibatistianas de una autoridad gubernativa en armas, proclamada desde la Sierra Maestra y bajo su auspicio directo. En el esquema presentado por Frank a Fidel, en el cual los trabajos que venía desarrollando el Movimiento y los plazos en que debían estar listos para desatar la huelga general en unos cuatro o cinco meses, se preveía la formación del gobierno “un mes o dos antes de la etapa final, coincidente con la salida del programa”, es decir, aproximadamente en septiembre u octubre.15 Ya desde el 6 de julio de 1957, la prensa internacional se hacía eco de los rumores que señalaban la próxima constitución de un Gobierno en Armas y la unidad de la oposición detrás de él: revista cubana de historia construir la historia Las fuerzas rebeldes bajo el mando de Fidel Castro planean lanzar un Gobierno Cubano revolucionario, dijeron hoy fuentes cercanas al líder rebelde […] El nombramiento de Raúl Chibás como posible jefe del régimen está en línea con un plan de consolidar toda la oposición cubana en un esfuerzo para derrocar al Presidente Fulgencio Batista.16 muy difícil vencer sus escrúpulos personales, ante el temor de que en ese caso interpretasen su viaje a la Sierra como movido por un interés personal. Los mejores argumentos se estrellan contra ese sentimiento suyo.19 El propio Raúl Chibás abundó años después en las razones que lo llevaron a rehusar el ofrecimiento: Frente al criterio de Justo Carrillo —expuesto en carta dirigida a Fidel en la que explicaba los motivos por los cuales no subía a la Sierra Maestra—17 de que no debía formarse un gobierno provisional mientras no pudiera garantizarse la inclusión en su seno de todos las zonas contrarias a la dictadura, Frank País consideraba más conveniente su pertenencia por entero al Movimiento 26 de Julio: No coincido con él en sus consideraciones acerca de contar con todos los factores civiles y militares que se mueven en el ambiente como factores imprescindibles para formar gobiernos, etc., por la sencilla razón de que seríamos entonces una Bicameral cualquiera con largas discusiones y “arrebatiñas” entre todos los sectores, y lo más dramático, que eso pudiera ser en los momentos más difíciles de la República. El verdadero miedo de los sectores financieros y he podido captar esto en las conversaciones con el Cónsul americano, es que a la caída de Batista no tengamos la suficiente fuerza para constituir gobierno propio y estable, sino que tengamos que llamar a todos estos partidos, Movimientos y Sub movimientos [sic] que cada día se dividen y se separan más.18 Sin embargo, el plan debió ser modificado ante el rechazo de Chibás a asumir la presidencia, preocupado por el hecho de que su incorporación a la guerrilla fuese considerada como acción inspirada en ambiciones personales de poder. Así se lo hizo saber Fidel a Celia Sánchez Manduley: Considero que sería altamente positivo constituir un gobierno revolucionario presidido por Raúl Chibás, pero, después de los primeros tanteos, considero Mi opinión era contraria a la formación de gobierno en la Sierra Maestra. Creía [que] eso restaría al impacto de nuestra decisión de unirnos a los rebeldes sin aspiraciones personales. Si optábamos por presentarnos con una fórmula de gobierno, tanto el régimen de Batista como muchos en Cuba argumentarían que nuestra actitud insurreccional tenía como objetivo ocupar posiciones en el nuevo gabinete en armas o presidencia de ese gobierno. Dirían que la generación anterior se valía de la sangre de la juventud para ocupar cargos políticos […].20 De las conversaciones entre Fidel, Pazos y Chibás, surgió, como consenso, el “Manifiesto de la Sierra”, firmado por los tres el 12 de julio de 1957. En el documento quedó definida, de manera pública, la nueva propuesta unitaria del Movimiento 26 de Julio, con la cual se posicionaba en un contexto caracterizado por las gestiones de unidad que venían realizándose en el exilio entre agrupamientos insurreccionales, fundamentalmente la Organización Auténtica y el Directorio Revolucionario, y en La Habana entre partidos de la oposición política.21 Según el texto, “[…] todos los partidos políticos de oposición, todas las instituciones cívicas y todas las fuerzas revolucionarias”22 debían articularse en un Frente Cívico Revolucionario alrededor de la solicitud de renuncia de Fulgencio Batista y la entrega del poder a un Gobierno Provisional, cuyo presidente debía ser designado de inmediato por el Conjunto de Instituciones Cívicas. El Movimiento 26 de Julio, en su condición de polo hegemónico de la insurrección y representante principal de la nueva generación revolucionaria, acompañado por personalidades de prestigio y con influencia en la opinión pública, año 8 – no. 20 – mayo-agosto – 2022 – tercera época El istoriador 9 construir la historia En la reunión de la dirección nacional del MR-26-7 en la Sierra Maestra. emplazaba a los partidos políticos e instituciones cívicas a que adoptaran una actitud abiertamente beligerante frente a la dictadura, sin espacio para acuerdos o transacciones. No era necesario que se declararan insurreccionales o que subieran a la Sierra Maestra, bastaba con que acogieran como única solución posible a la crisis nacional la fórmula propuesta, y el Movimiento Revolucionario nombraría delegados para discutir una plataforma común que reuniera a cívicos, políticos y revolucionarios.23 El nombramiento del presidente del Gobierno Provisional por el conjunto de instituciones cívicas, que agrupaba la mayoría de las asociaciones profesionales, religiosas, culturales y ciudadanas del país, y que había desempeñado en los últimos meses un papel muy activo en la vida pública, al denunciar la ausencia de libertades y las acciones represivas de la dictadura,24 aseguraba la imparcialidad y neutralidad del escogido, que no estuviera sujeto a presiones de ningún tipo, y por la misma razón, que fuera aceptado por el conjunto opositor: […] todos los partidos u organizaciones políticas y revolucionarias, grupos militares, sectores sociales, etc., deben comprometerse con ese gobierno: a) A considerarlo como representación legítima del Estado, cumplir y hacer cumplir los acuerdos que de él dimanen. b) A realizar coordinadamente cualquier hecho concreto que ese gobierno entienda pueda llevarse a cabo en la lucha contra 10 El istoriador Batista. c) A designar un delegado suyo ante ese gobierno que tendrá voz pero no voto en sus decisiones.25 Aunque las instituciones cívicas carecían de vínculos orgánicos que las ataran a intereses de partido, el MR-26-7 mantenía estrechas relaciones con ellas mediante la labor desplegada por la Resistencia Cívica. Si en el proyecto inicial de designar presidente a Raúl Chibás se pretendía la unidad a través del apoyo a un gobierno bajo el control directo del 26, en la fórmula contenida en el “Manifiesto de la Sierra” se buscaba la articulación detrás de un presidente neutral, que no debiera su elección a ningún compromiso partidista o de grupo. En esas condiciones, el predominio del Movimiento 26 de Julio y de la causa revolucionaria de la cual era el principal representante, debían estar garantizados por la fortaleza de su liderazgo y su autoridad política. Según el plan previsto por Frank para preparar la huelga general contra la dictadura, después de creadas la Dirección Nacional Obrera del Movimiento 26 de Julio y la de la Resistencia Cívica, debía irse a la conformación de un comité de huelga en el que él tendría una representación similar a la de otras fuerzas. En ese caso, explicaba Frank, el predominio del MR-26-7 estaría garantizado por su propio peso en la lucha insurreccional: El objetivo de los delegados de nuestras organizaciones sería el de acoplar todas revista cubana de historia construir la historia El sepelio de Frank fue una sentida demostración de duelo popular y una nueva batalla. las figuras, sectores y organizaciones cívicas, políticas, religiosas, comerciales y obreras en un comité de huelga que tendría visos de no parcializado al 26, pero que desarrollaría los hechos en el momento propicio que nosotros planeamos. No tendríamos por qué rechazar ni a sectores políticos que se hallarían casi abiertamente y a los que se les invitaría a participar en condiciones de igualdad. Nuestra fuerza consiste en nuestra beligerancia activa y en nuestros cuadros obreros y de resistencia que tienen ya una fuerza poderosísima y que en la realidad de todas las circunstancias que se puedan producir siempre el rumbo revolucionario ya de antes planeado.26 El “Manifiesto de la Sierra” reforzó el ambiente de unidad,27 fundamentalmente en el exilio. Hacia allí había partido el 8 de julio de 1957 Léster Rodríguez como delegado del Movimiento 26 de Julio, con la misión de unificar los grupos de la organización en la emigración, y organizar la compra y envío de suministros bé- licos. Un día antes de su salida, Frank trasmitía a Fidel su confianza en el éxito de la gestión: “Con fecha de hoy Bienvenido [Léster Rodríguez] pasa a ser delegado del movimiento en el extranjero […]. La situación del movimiento fuera de Cuba, como sabes, es muy buena pero desgraciadamente nos faltaba el factor unión. Creo que con el nuevo delegado esto se logrará […]”.28 Si al caer asesinado Frank País el 30 de julio de 1957 el Movimiento 26 de Julio era la organización insurreccional más poderosa, la única con un frente guerrillero y presencia beligerante en todo el país, y la de mayor militancia e influencia política en el campo opositor antibatistiano, se debió, en una magnitud considerable, a la actividad revolucionaria del joven líder santiaguero. La cacería desatada por los cuerpos represivos de la dictadura para capturarlo y asesinarlo, y el modo salvaje en que ultimaron su cuerpo en el Callejón del Muro, dan cuenta del temor que le tenían y el peligro que representaba; pero era tanta su luz, que la crueldad y el ensañamiento no pudieron apagar su ejemplo. año 8 – no. 20 – mayo-agosto – 2022 – tercera época El istoriador 11 construir la historia Con la formidable huelga general desatada tras conocerse la noticia de su asesinato, y la masiva demostración popular de dolor e indignación que acompañó su sepelio, Frank parecía seguir ganando batallas al régimen aún después de muerto. Su caída representó una irreparable 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Armando Hart Dávalos: Aldabonazo, Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1997, pp. 111 y 120. Ibidem, p. 102. “Carta para Chucho (Arturo Duque de Estrada) de Salvador (Frank País)”, prisión de Boniato, 4 de mayo de 1957, en OAH: Fondo Frank País García. “Carta de David (Frank País) a María Antonia”, 15 de mayo de 1957, en OAH: Fondo Frank País García. “Carta de Frank País a Pedro Miret”, 23 de mayo de 1957, en OAH: Fondo Frank País García. “Carta de la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de Julio a Alberto Bayo”, 15 de mayo de 1957, en OAH: Fondo Frank País García. “Raúl Chibás en la Sierra Maestra”, en revista Bohemia, 14 de julio de 1957, año 49, no. 28, pp. 72-73. “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 11 de julio de 1957, en OAH: Fondo Frank País García. “Luego de una conversación que tuve con Haydée Santamaría decidí formalmente mi incorporación a las filas de los rebeldes”, en Raúl Chibás: Preámbulo de una lucha insurreccional, en www.partidortodoxo.org/ Rchibas2.htm (consultado: junio del 2014). “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 5 de julio de 1957, en OAH: Fondo Frank País García. Raúl Chibás: Preámbulo de una lucha insurreccional, ob. cit. “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 11 de julio de 1957, ob. cit. Francisco Ichaso: “La fórmula de una junta militar”, en revista Bohemia, 14 de julio de 1957, año 49, no. 28, p. 92. 12 El istoriador 13 14 15 16 17 18 19 20 21 pérdida, no solo para el Movimiento 26 de Julio y la insurrección, que se quedaban sin su líder clandestino más brillante y capaz, sino también para todo el pueblo cubano, que nunca llegó a conocer realmente, al decir de Fidel, cuánto había en Frank “de grande y prometedor”.29 “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 7 de julio de 1957, en OAH: Fondo Frank País García. “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 5 de julio de 1957, ob. cit. “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 7 de julio de 1957, ob. cit. Ruby Hart Phillips: “Cuban Opposition maps a regime”, en The New York Times, 8 de julio de 1957, p. 15. Véase texto de la carta, en Carlos Franqui: Diario de la Revolución Cubana, Ediciones R. Torres, Barcelona, España, 1976, pp. 280-281. “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 11 de julio de 1957, ob. cit. “Carta de Alejandro (Fidel Castro) a Norma (Celia Sánchez)”, 5 de julio de 1957, en OAH: Fondo Fidel Castro Ruz. Raúl Chibás: Mi primer viaje a la Sierra Maestra, en www.partidortodoxo. org/Rchibas1.htm (consultado: junio del 2014). El 10 de julio de 1957, la prensa dio a conocer declaraciones de Antonio de Varona Loredo, Tony, por el Partido Revolucionario Cubano (Auténticos) abstencionista, y José Ramiro Andreu por el Partido Demócrata abstencionista, llamando a la “[…] integración de un frente cívico nacional capaz de vencer la intransigencia del régimen, forzando amplias y generosas soluciones”. Fulvio Fuentes: “La Patria se merece un esfuerzo para contener más derramamientos de sangre”. Expresa a BOHEMIA el doctor Manuel Antonio de Varona, presidente del PRC (abstencionista), en revista Bohemia, 14 de julio de 1957, año 49, no. 28, p. 70. 22 23 24 25 26 27 28 29 “Manifiesto de la Sierra Maestra”, 12 de julio de 1957, en OAH: Fondo Fidel Castro Ruz. Ibidem. Para más información sobre la actividad del conjunto de instituciones cívicas, véanse José M. Cuesta Braniella: La resistencia cívica en la guerra de liberación de Cuba, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1997; y Jorge Renato Ibarra Guitart: El fracaso de los moderados en Cuba. Las alternativas reformistas de 1957 a 1958, Editora Política, La Habana, 2000, pp. 19-106. “Carta de Darío (Armando Hart) a Alejandro (Fidel Castro)”, 16 de octubre de 1957, en OAH: Fondo Armando Hart Dávalos. “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 7 de julio de 1957, ob. cit. “Las firmas de Pazos y de Chibás, unidas a la de Fidel Castro en un mismo manifiesto, junto a los últimos pronunciamientos del doctor Prío, evidencian claramente que la tan perseguida unidad se ha conseguido al fin”. Agustín Tamargo: “¿Por qué lucha actualmente el pueblo de Cuba?”, en revista Bohemia, 28 de julio de 1957, año 49, no. 30, p. 89. “Carta de David (Frank País) a Alejandro (Fidel Castro)”, 7 de julio de 1957, ob. cit.; “Carta de David (Frank País) a Pedro Miret y Gustavo Arcos”, 8 de julio de 1957, en OAH: Fondo Frank País García: “Hoy 8 sale rumbo a Miami el ‘Gordito’ [Léster Rodríguez], lleva recomendaciones, cartas, vías y contactos para trabajar en grande”. “Carta de Alejandro (Fidel Castro) a Aly (Celia Sánchez)”, 31 de julio de 1957, en OAH: Fondo Fidel Castro Ruz. revista cubana de historia