Arqueología de la Quebrada de las Cuevas... | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
Arqueología de la Quebrada de Las Cuevas
(Salta, Argentina) treinta años después:
Excavaciones en el sitio formativo Las Cuevas V
RMA
María Eugenia De Feo
Arqueología
División de Arqueología, Museo de La Plata, Facultad de Ciencias Naturales y
Museo, Universidad Nacional de La Plata.
E- mail: eugeniadefeo@yahoo.com.ar
Resumen
Esta contribución tiene como objetivo presentar los avances realizados a partir de las investigaciones arqueológicas
recientemente desarrolladas en el sitio Las Cuevas V (Quebrada de Las Cuevas, Salta, Argentina), las cuales reactivaron
el estudio de las ocupaciones formativas luego de más de tres décadas de los últimos trabajos en el área. Se ofrece
una presentación general de sitio, su emplazamiento y arquitectura, con especial referencia a la Estructura 1.
Asimismo, se presentan los resultados del análisis de los conjuntos materiales recuperados de su excavación, los
cuales comprenden fragmentos cerámicos, instrumentos y desechos líticos y restos arqueofaunísticos. Finalmente, se
discuten aspectos vinculados con la cronología de la ocupación, la funcionalidad del sitio y la estructura excavada
y las implicancias derivadas de tales evidencias en las estrategias de organización y uso del espacio en el área
durante el Formativo Temprano.
Palabras claves: Las Cuevas V; Formativo; cronología; funcionalidad; espacio.
Archaeology of the Quebrada de las Cuevas (Salta, Argentina) thirty years later: Excavations at the Formative site Las
Cuevas V
Abstract
This contribution presents progress of recent archaeological research carried out at Las Cuevas V site (Quebrada
de Las Cuevas, Salta, Argentina), thus reopening previous studies on Formative occupations in the same area. An
overview of the site is presented, as well as its location and architecture, particularly referred to Structure 1. Also the
results of analysis on material assemblages retrieved from the latter archeological dig are presented. They include
pottery sherds, lithic tools and faunal remains. Finally, issues related to chronology, site function, the excavated
structure and the organization and strategies of space use in the area during the Formative Period are discussed.
Keywords: Las Cuevas V; Formative; chronology; functionality; space.
En 2002, transcurridos más de treinta años de los últimos
trabajos arqueológicos llevados a cabo por la División
de Antropología del Museo de La Plata bajo la dirección
del Dr. Eduardo Cigliano en la Quebrada del Toro y
tributarias, reiniciamos las investigaciones en el área con el
objetivo de profundizar y rever los resultados alcanzados
décadas atrás, en particular aquellos vinculados con las
ocupaciones formativas.
modelo de aldeas agropastoriles, económicamente
autosuficientes, localizadas preferentemente en fondos
de valle y en asociación con campos agrícolas, estepas
de pastoreo y cotos de caza (Raffino 1977). Los sitios
comparten, una serie de rasgos arquitectónicos y patrones
cerámicos comunes, tales como la planta circular de tipo
semisubterráneo y la alfarería gris monocroma, tricolor
e incisa.
Aquellas investigaciones permitieron la definición de un
Período Formativo Inferior ubicado entre el 600 a.C y
el 400 d.C, identificado en varios sitios arqueológicos,
de los cuales tres fueron excavados sistemáticamente:
Las Cuevas, Cerro el Dique y Potrero Grande (Cigliano
et al. 1976; Raffino 1977; Raffino y Togo 1970). Los
restantes sitios (La Mina, Las Capillas y La Encrucijada)
fueron hallazgos aislados, reportados por habitantes
de la zona. A partir de estas evidencias se propuso un
Una parte importante de nuestras investigaciones se
orientó entonces, a la ubicación y registro de nuevas
instalaciones. Como resultado de las tareas de prospección
se localizaron alrededor de veinte nuevas instalaciones no
documentadas hasta la fecha, entre las que se halla el
sitio Las Cuevas V, motivo de esta publicación.
Los trabajos consistieron en el levantamiento de un
plano de sitio, la recolección superficial de materiales por
Recibido 30-05-2011. Recibido con correcciones 31-10-2011. Aceptado 21-11-2011
Revista del Museo de Antropología 4: 99-112, 2011 / 99
ISSN 1852-060X (impreso) / ISSN 1852-4826 (electrónico)
http://publicaciones.ffyh.unc.edu.ar/index.php/antropologia/index
Facultad de Filosofía y Humanidades – Universidad Nacional de Córdoba - Argentina
M. E. De Feo | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
estructura y la excavación sistemática de cuatro recintos.
En esta oportunidad se brinda, junto a una caracterización
general del sitio, los resultados de los análisis de los
contextos recuperados en la Estructura 1 (LCV-Est1).
Dichos resultados son apropiados para discutir la
cronología y funcionalidad del sitio y la estructura
analizada, y al mismo tiempo, permiten someter a
evaluación ciertos conceptos y modelos tradicionalmente
instalados respecto de la forma en que las comunidades
formativas locales hicieron uso del espacio.
El Sitio
Las Cuevas V se localiza en la Quebrada de Las Cuevas,
tributaria de la del Toro en su porción meridional, a
unos 150 m de la margen izquierda del río homónimo
(24°21’23”lat S, 66°1’12”long O) y a 500 m del sitio
conocido Las Cuevas I1. Se emplaza sobre una terraza
fluvial, a 3321 msnm (Figura 1). Actualmente el sitio
está dividido en dos sectores por un camino que une la
localidad de Las Cuevas con la porción más septentrional
de la Quebrada del Toro.
Las Cuevas V ocupa una superficie de aproximadamente
13.000m², en donde se contabilizan un total de 34
estructuras, mayormente de forma circular, asociadas
a otras cuadrangulares de grandes dimensiones Las
primeras son de tipo semisubterráneo, y sus diámetros
oscilan entre 1 y 15 m. Predominan las de tamaño
pequeño, de entre 1 y 2 m de diámetro (n=12), seguidas
por las medianas, de entre 3 y 7 m de diámetro (n=9) y
las grandes, de diámetros superiores a los 7m (n=3). En
algunos casos, las estructuras circulares grandes se hallan
adosadas a otras de igual forma y menor tamaño. Las
estructuras cuadrangulares son escasas, una de ellas es de
tamaño grande (superior a los 100 m²) y las dos restantes
de tamaño más reducido (menores a los 100 m²) y sólo en
el caso de las más pequeñas se ha verificado el carácter
semisubterráneo de los recintos. En el extremo norte se
destaca un extenso muro que circunscribe parcialmente
un amplio espacio sin estructuras. Se registran además,
muros aislados y varios recintos cuya forma no fue posible
de definir como consecuencia de su deterioro o de la
sedimentación del área (Tabla 1).
Figura 1. Plano del sitio Las Cuevas V.
Figure 1. Map of Las Cuevas V site.
forma. Se han utilizado bloques de caras más bien planas,
dispuestos con su eje mayor vertical. Las hileras superiores
en cambio, se levantaron con bloques de formas más
irregulares y de menores dimensiones. Las piedras de la
hilada inferior suelen medir entre 25 y 70 cm de altura y
en el caso de la Estructura 1, estas se presentan clavadas
por debajo del piso de ocupación.
En la mayoría de los casos observados se conservan
exclusivamente los cimientos, constituidos por paredes
dobles y en menor proporción, de tipo simple, de piedra.
Las primeras se encuentran rellenas de barro y ripio, y
pueden presentar o no argamasa. Los espesores son
también regulares, con un ancho mínimo de 40 cm y
uno máximo de 80 cm. Las rocas más utilizadas son los
esquistos, ignimbritas y basaltos de coloración gris, negra
o rojo oscuro y, de tratarse de granitos o areniscas, casi
siempre son grises o blanquecinos. Esta selectividad no
sólo comprende el tipo y color de la roca sino también su
La excavación de la Estructura 1
La Estructura 1 es circular grande, de 9 m de diámetro y
es de tipo semisubterráneo con paredes dobles de piedra
(Figura 2). Fue excavada íntegramente, por cuadrantes
(N, S, E y O), dentro de los cuales se segregaron varios
microsectores. Asimismo, se llevó a cabo el registro
tridimensional de los rasgos más destacados.
Posee un vano de acceso delimitado por dos pequeñas
jambas, con un escalón de piedras, de 80 cm de ancho.
En el área de la puerta, a manera de deflector, el primero
1
Utilizaremos la denominación Las Cuevas I para referirnos al sitio
previamente conocido Las Cuevas.
100
Arqueología de la Quebrada de las Cuevas... | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
Tipo
LC V
N
%
Circ. Pequeña
(<3 M)
Circ. Mediana
(3 A 7 M)
Circ. Grande
(>7 M)
Cuadr. Grande
(<100 M²)
Cuadr. Menor
(>100 M²)
Muros
Aislados
Indet.
Total
12
37,50
9
28,13
3
9,38
1
3,13
2
6,25
1
3,13
4
12,50
32
100
Tabla 1. Número y porcentaje de estructuras según forma y tamaño.
Table 1. Number and frequency of structures sorted by shape and size.
Figura 2. Excavación de la Estructura 1 del sitio Las Cuevas V.
Figure 2. Las Cuevas V, Structure 1 excavation.
documentado para el formativo temprano en el área,
se halla otra pequeña estructura semiabierta construida
a nivel. Es subcuadrangular, de 2x2 m y está formada
por una pared doble, perpendicular a la Estructura 1
y otra simple, paralela. Los bloques son similares a los
observados en la mayor: esquistos, basalto y granitos,
aunque más pequeños e irregulares.
Figura 3. Planta de excavación del piso de ocupación de Estructura 1
del sitio Las Cuevas V. Referencias: PC= pieza cerámica; 1= pozos de
poste; áreas en rallado corresponden a sectores de concentración ósea
y en gris claro al sector de descarte o basural.
Figure3. Map of Las Cuevas V. Structure 1 excavation. References: PC:
pottery; 1: post hole; stripped areas shows bone concentrations; in
light grey the discard area.
Su excavación permitió identificar un piso de ocupación
consolidado de unos 10 cm de potencia, ubicado a los
40 cm de profundidad desde el nivel actual del suelo.
El mismo posee una leve inclinación en el sentido de la
pendiente natural del terreno, un desnivel de alrededor
de 20 cm y es distinguible estratigráficamente por su
compactación y color blanquecino. Sobre su superficie
se registraron las mayores concentraciones de material
y es el nivel de apoyo de elementos arquitectónicos
secundarios como paredes internas, pozos de postes y
fogones (Figura 3).
tierra quemada, cenizas, carbones y alfarería con restos
de hollín.
La estructura posee además, una división interna en
el ángulo sudoeste, definida por dos paredes dobles
de piedras, debajo de las cuales se registró un área
de descarte donde predominan los restos óseos,
principalmente de camélidos. Una cuestión relevante a la
dinámica de ocupación de la estructura, lo constituye el
hecho de que este basural en determinado momento fue
clausurado y sobre él se construyó una pared interna que
compartimenta el recinto, de las mismas características
y materias primas utilizadas en el perímetro del recinto
mayor.
Hacia el centro de la estructura se registró un área de
combustión de forma irregular, de 1 m de largo por
0,40 m de ancho, y 0,20 m de profundidad. También
se hallaron otros tres sectores de combustión similares,
cercanos a las paredes internas del recinto. Son
pequeños, de alrededor de 0,30 m de diámetro y de
escasa profundidad. Asociado a uno de ellos se halló una
vasija con restos de hollín. Ninguna de estas estructuras
de combustión fue demarcada por piedras; los únicos
elementos identificatorios son la presencia de arcilla o
Se hallaron además cuatro marcas de poste de forma oval
o subcircular, con restos de madera en su interior. Los
mismos se ubican uno por cada cuadrante, equidistantes
entre sí. Tienen alrededor de 20 cm de diámetro y 50
cm de profundidad. En cada una de las oquedades se
101
M. E. De Feo | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
Autor
Material
Edad
C14 convencional
Edad calibrada
1
Edad calibrada
2
Código
Cigliano et al
1976
Carbón
vegetal
2485±60 AP
743 - 405 a.C
761 - 399a.C
GRN 5852
Cigliano et al
1976
Carbón
vegetal
2150±80 AP
342 a.C - 0 d.C
361 a.C - 59 d.C
CSIC 121
Cigliano et al
1976
Carbón
vegetal
2070±50 AP
89 AC - 57 d.C
172 a.C -85 d.C
CSIC 122
De Feo M.E
Carbón
vegetal
1780 ± 70 AP
239 - 404 d.C
128 - 531 d.C
LP-1893
Raffino 1977
Carbón
vegetal
1710±50 AP
263 - 527 d.C
256 -537 d.C
CSIC 126
Procedencia
LC I
Montículo S
Basural
LC I
Montículo E
Basural
LC I
Montículo N
Recinto 5
LC V
Fogón
Estructura 1
LC I
Montículo S
Basural
Tabla 2. Fechados radiocarbónicos disponibles para ocupaciones formativas de la Quebrada de Las Cuevas.
Table 2. Available radiocarbon dates for Quebrada de Las Cueva Formative occupations.
mismo hemos hecho con los grupos morfológicos, sobre
los que hemos agregado algunas categorías.
hallaron leños correspondientes a la familia Cactaceae,
probablemente Cereus, Trichocereus o Stentsonia2, los
géneros más utilizados en el norte argentino, por su porte,
como material constructivo (Capparelli y Raffino 1997).
El conjunto analizado se compone de 519 fragmentos.
Predominan en él las cerámicas No Ordinarias por sobre
las de tipo Ordinario, representadas respectivamente
por un 68% (n=356) y 22% (n= 114). Mientras que
un 10% (n=49) no pudo ser determinado debido a sus
dimensiones reducidas o a mal estado de conservación
de su superficie (Figura 4).
La disposición de los postes, la forma circular y el tamaño
del recinto sugieren un techado de tipo cónico similar al
que se registra etnográficamente para el área de Puna y
su borde (Vivante y Palma 1966; De Feo 2010).
Una muestra de carbón vegetal recuperada del fogón
principal dio un fechado radiocarbónico de 1780 ± 70
años AP (Edad radiocarbónica convencional). En la Tabla 2
se detallan los fechados disponibles para la Quebrada de
Las Cuevas que corresponden a ocupaciones formativas,
expresados en edad radiocarbónica convencional y
calibrados con 1 y 2 sigmas.
El conjunto Ordinario reúne aquellos fragmentos que no
presentan ningún tratamiento especial de su superficie,
como pulido o decorado. En términos generales las
piezas remontadas muestran gran variabilidad en el
color y acabado. Por ejemplo, algunas vasijas presentan
su superficie alisada, a excepción de la base que se
muestra escasamente regularizada, incluso más espesa,
posiblemente para lograr una mayor resistencia térmica
o mecánica. En otros casos se observa variación en la
tonalidad de la superficie de las piezas como consecuencia
El análisis de los materiales
Los conjuntos materiales que se describen a continuación
se asocian al piso de ocupación de la Estructura 1 y
consisten básicamente en fragmentos de alfarería, restos
óseos, artefactos y desechos líticos. En el análisis se han
dejado de lado aquellos provenientes del relleno. En la
Figura 3 se detalla la distribución espacial de los rasgos
más significativos.
El conjunto cerámico
Con el objeto de sistematizar la información relacionada
con los contextos cerámicos recuperados nos hemos
basado en la tipología cerámica propuesta por Cigliano
et al. (1976), sobre la cual hemos realizado algunas
modificaciones a partir de nueva información obtenida. Lo
Figura 4. Porcentaje de fragmentos para los grupos de cerámica Ordinaria y No Ordinaria del sitio Las Cuevas V - Estructura 1 (n=519).
2
Determinación realizada por las Dras. Aylén Capparelli y Verónica
Lema, Museo de La Plata.
Figure 4. Las Cuevas V, Structure 1 percentage of Ordinary and fine
pottery fragements (n=519)
102
Arqueología de la Quebrada de las Cuevas... | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
una superficie muy brillante, sumamente pulida o
bruñida, donde casi no es posible identificar las líneas de
pulimento. Se observa en muchos casos la presencia de
mica usada como antiplástico. Se trata siempre de tiestos
de coloración negra, de pastas reductoras y paredes muy
delgadas (entre 3 y 5mm), que suelen descascararse
con facilidad permitiendo ver el núcleo de coloración
rojiza muy oscura. Este tipo muestra amplias similitudes,
técnicas y morfológicas con el tipo Negro Pulido de San
Pedro de Atacama, Chile (Munizaga 1963).
La técnica decorativa más frecuente es la Incisa-Grabada,
representada en un 19,66% sobre el total de fragmentos
que presentan algún tratamiento. Los trazos son de
anchos variables, entre 1 y 3 mm y las profundidades van
de 2 a 4 mm. Estos poseen diferentes variantes, pudiendo
ser de tipo irregular (n=2), inciso punteadas (n=1), de
surco ancho (n=30) o regulares (n=37). En muchas
ocasiones se combina el uso de la técnica de incisión con
el grabado o es difícil distinguirlas, por lo cual las hemos
reunido en una misma categoría. Los fragmentos son de
superficie color gris, parda, ante y negra, muy pulidas
externamente e internamente en piezas abiertas. La pasta
es compacta, de tipo reductora y en menor porcentaje
oxidante. Los motivos incluyen líneas paralelas y oblicuas,
incisiones en forma de X o V, combinadas en algunos
casos con motivos puntiformes. Por sus características
morfológicas y estilísticas se asemeja a la cerámica de la
Tradición San Francisco (Dougherty 1974).
Figura 5. Porcentaje de fragmentos para los tipos de cerámicas No
Ordinarias del sitio Las Cuevas V - Estructura 1 (n= 356).
Figure 5. Las Cuevas V, Structure 1 percentage of fine pottery fragments (n=356).
de su cocción despareja o la exposición posterior al fuego.
En rasgos generales el tipo incluye fragmentos con
superficies alisadas en diferente grado, en algunos casos
muy escasamente regularizadas o con revoques, las pastas
son poco compactas y suelen posee manchas de cocción.
Dentro del conjunto de las cerámicas No Ordinarias un
21,35% muestra alguna técnica decorativa, mientras que
el 78,65% no ha sido decorado (Figura 5).
Los fragmentos de tipo Corrugado constituyen el 1,40%
del grupo No Ordinario. Poseen la superficie de color gris
a pardo, pulida regularmente, a excepción de la porción
corrugada. También muestra diferentes modalidades,
como son el ungiculado y el alisado con algún instrumento
de superficie relativamente lisa (símil espátula) o de puntas
múltiples. El campo decorativo se halla siempre por debajo
del borde de las piezas, siguiendo un sentido horizontal
y rítmico. También este tipo presenta similitudes con los
tipos corrugados propios de la Tradición San Francisco
(Dougherty 1974).
El tipo Pulido Fino es el más representado entre las
cerámicas No Ordinarias (39,33%). Se compone de
fragmentos que van desde coloraciones ante, pardas,
grises a negruzcas, que han recibido un pulimento regular
de su superficie externa y/o interna. Corresponden a
tiestos de pastas compactas y antiplástico homogéneo.
Le siguen en representación los fragmentos del tipo
Pulido Irregular (37,08%). Poseen un pulido bastante
desparejo, superficies con ondulaciones y sectores que no
han sido tratados. En ocasiones el pulido se ha realizado
sobre un engobe o baño muy fino del mismo color que
la pasta. La superficie interna sólo ha sido tratada en
piezas abiertas, en las cerradas se muestra simplemente
alisada. Las tonalidades van del ante al gris, pasando
por el pardo. La pasta es poco porosa, mayormente de
tipo reductora, aunque existen fragmentos oxidantes.
Se asemeja al tipo 1-2 Gris, Gris Negro o Negro definido
por Olivera para Antofagasta de la Sierra (Olivera 1991) y
grupos monocromos de Valle Calchaquí (Tarragó 1980).
Algunos casos registrados en el relleno de la estructura
presentaron pintura postcocción color rojo o amarillo
aplicada sobre fragmentos grises o negros, aspecto que
también ha sido observado en el tipo Pulido Fino, y que
se asemeja a los documentados en otros sitios de ámbitos
puneños (Krapovickas 1955; Olivera 1991).
Los fragmentos pintados están muy escasamente
representados (0,28%), en el único caso documentado
la pintura es color rojo, aplicada en una capa espesa,
la superficie muy pulida y la pasta oxidante (Tipo Rojo
Pintado). No se han registrado en la muestra fragmentos
del tipo Las Cuevas Tricolor o Vaquerías (Heredia et al.
1974).
En lo referente a la morfología de las piezas, dentro
del grupo Ordinario se registran cuencos de contorno
compuesto, paredes divergentes y punto angular cercano
al borde de tipo vertical y una jarra de tipo calceiforme.
Las piezas identificadas para el tipo Pulido Irregular son
cuencos de contorno compuesto de paredes divergentes,
punto angular en la parte media de la pieza y borde de
paredes cóncavas; cuencos de contorno compuesto,
Los fragmentos del tipo Negro Bruñido (2,25%) muestran
103
M. E. De Feo | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
paredes divergentes punto angular cercano al borde de
tipo vertical o levemente invertido; cuencos simples de
paredes oblicuas, ollas de morfología no determinable
y una pequeña jarrita. Por su parte, en el tipo Pulido
Fino las formas presentes son cuencos de contorno
compuesto no restringido, de paredes divergentes y
punto angular en la parte media de la pieza, de pared
superior cóncava; cuencos de contorno compuesto,
paredes divergentes y punto angular cercano al borde
de tipo vertical o levemente invertido y, cuencos de
contorno simple y paredes divergentes. También se
han registrado para este tipo cerámico ollas de perfil
no determinable y jarras como las arriba mencionadas.
El grupo de los fragmentos Bruñidos sólo se presenta
asociados a cuencos de contorno compuesto, paredes
divergentes con punto angular cercano al borde de tipo
vertical o levemente invertido. Los cuencos de contorno
compuesto como los ya descriptos son característicos
del grupo Inciso-Grabado, donde también se registran
ollas de morfología no determinable y ollas restringidas
de contorno complejo. Finalmente, en el tipo Corrugado
sólo se reconocen cuencos de contorno compuesto no
restringido, de paredes divergentes y punto angular en
la parte media de la pieza, de pared superior cóncava.
en distinto grado de integridad. A continuación se ofrece
una breve descripción de cada una de ellas, detallando
las dimensiones en aquellos casos que fue posible su
medición (Figura 6 y 7). En la Figura 3 se señala su
ubicación dentro de la estructura excavada.
Pieza 1: Cuenco de contorno compuesto, no restringido,
de paredes divergentes, punto angular cercano al borde
de paredes verticales. Superficie de color gris, con pulido
irregular en la cara externa e interna. Decoración Inciso
ancho paralelo regular en el punto angular de su cara
externa (Altura total 8,2 cm; diámetro máximo 22 cm;
diámetro de la boca 22 cm; diámetro de la base 10 cm)
(Figura 7b).
Pieza 2: Variante del tipo Calceiforme. Vasija de contorno
inflexionado. Cuerpo de paredes fuertemente convexas,
medio cuello que culmina en una boca lateral de borde
evertido, invertido o directo según el segmento. Sin
base definida. Superficie color ante-café alisada. Con
evidencias de exposición al fuego (Altura total 36cm;
diámetro máximo 25cm) (Figura 7c).
Pieza 3: Cuenco de contorno simple, no restringido, de
paredes divergentes u oblicuas, levemente convexas y
borde directo. Superficie del tipo pulido fino en la cara
externa e interna, de coloración ante-café (Altura total
A partir de los atributos tecno-morfológicos de los
fragmentos pudieron remontarse un total de 13 piezas
Figura 6. Reconstrucción de piezas cerámicas del sitio Las Cuevas V - Estructura 1.
Figure 6: Las Cuevas V, Structure 1 pottery reconstrution.
104
Arqueología de la Quebrada de las Cuevas... | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
Figura 7. Fotografía de piezas cerámicas parcialmente remontadas del sitio Las Cuevas V-Estructura 1. Arriba derecha pieza 1e izquierda pieza 6,
abajo derecha pieza 5 e izquierda pieza 2.
Figure 7. Refitting of pottery fragments from Las Cuevas V Structure 1.
aproximadamente 12 cm; diámetro máximo 27 cm;
diámetro de la boca 27 cm) (Figura 6a).
el diámetro máximo. Cuello levemente evertido, de
cuerpo subglobular. Base convexa indiferenciada y
borde reforzado mediante aplicación de banda externa.
Tratamiento superficial de tipo pulido irregular en la cara
externa y alisado en la interna, superficie de color gris.
Decoración incisa regular en el área del cuello, motivos
en V y X (Altura total 30,5 cm; diámetro máximo 20 cm;
diámetro de la boca 16 cm; diámetro de la base 5 cm)
(Figura 7a).
Pieza 4: Cuenco de contorno compuesto, paredes
divergentes punto angular cercano al borde de tipo
vertical o levemente invertido. Superficie con pulido
irregular en la cara externa e interna, de color gris.
Presenta manchas de cocción. Tiene un inciso ancho
paralelo regular en el punto angular de su cara externa.
Dos asas de tipo mamelón en el área del borde (Diámetro
de la boca 23 cm) (Figura 6c).
Pieza 8: Cuenco de contorno compuesto, no restringido,
con punto angular en la parte media de la pieza. Lados
verticales y borde levemente evertido (A2). Tratamiento
superficial pulido fino en la cara externa e interna,
superficie de color gris. Tiene un inciso ungicular debajo
del punto angular de su cara externa (Diámetro de la boca
25 cm) (Figura 6b).
Pieza 5: Vasija restringida de contorno inflexionado, el
diámetro máximo del cuerpo se halla por debajo de la
mitad de la pieza, con cuello alto algo evertido, con base
plano plana y asa vertical cuello cuerpo. Superficie con
pulido fino en la cara externa e irregular en la interna, de
color negro con manchas de cocción color café (Altura
total 14 cm; diámetro máximo 13 cm; diámetro de la
boca 10 cm; diámetro de la base 9 cm) Figura 6e y 7d).
Pieza 9: Cuenco de contorno compuesto no restringido
de paredes divergentes y punto angular en la parte
media de la pieza, pared superior cóncava. Superficie
de coloración gris, con pulido fino en la cara externa e
interna. Decoración incisa regular por debajo del borde
Pieza 6: Vasija restringida de contorno complejo
con un punto angular en el cuerpo coincidente con
105
M. E. De Feo | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
(Diámetro de la boca 22 cm) (Figura 6g).
El conjunto lítico
Pieza 10: Cuenco de contorno compuesto, paredes
divergentes punto angular cercano al borde de tipo
vertical o levemente invertido. Pulido en la cara externa
alisado en la cara interna, superficie de color ante
(Diámetro de la boca 24 cm).
En la Estructura 1 también se recuperó abundante material
lítico (n=267). Incluye mayormente desechos de talla:
lascas, microlascas y desechos no clasificables. Los grupos
tipológicos observados entre los instrumentos tallados
corresponden en orden decreciente a: fragmentos de
artefactos no diferenciados, puntas y preformas de
puntas de proyectil, artefactos de formatización sumaria,
artefactos de bisel asimétrico, cortantes y perforadores
(Tabla 3).
Pieza 11: Cuenco de contorno compuesto no restringido
de paredes divergentes y punto angular en la parte
media de la pieza, pared superior cóncava. Tratamiento
superficial pulido fino en la cara interna y externa,
superficie de color gris. Decoración incisiones espatulares
paralelas poco profundas hasta el punto angular
(Diámetro de la boca 22 cm) (Figura 6d).
Las puntas de proyectil son el grupo de instrumentos
más representado (n=10) y por sus características
tecnomorfológicas pueden adscribirse a los siguientes
subgrupos: 1) módulo triangular corto, con pedúnculo
diferenciado y aletas entrantes y 2) módulo romboidal
y pedúnculo diferenciado y aletas entrantes o salientes.
Existen además otras puntas de limbo triangular, que
por su estado de fragmentación no puede definirse con
exactitud su pertenencia a algunos de los subgrupos
mencionados. Se ha verificado además un ejemplar de
tipo lanceolado (Figura 8).
Pieza12: Cuenco de contorno compuesto no restringido
de paredes divergentes y punto angular en la parte media
de la pieza, pared superior cóncava, con tratamiento de
tipo corrugado.
Pieza 13: Cuenco de contorno compuesto no restringido
de paredes divergentes y punto angular en la parte
media de la pieza, pared superior cóncava. Tratamiento
superficial pulido fino en la cara interna y externa, a
excepción del sector decorado. Superficie externa de
color gris. Decoración digito-espátular en el área debajo
del borde (Figura 6f).
Los desechos de talla presentan un elevado índice de
fractura, (61%), superior al observado en el grupo de los
instrumentos, de alrededor del 50%. Los tamaños más
representados son pequeño y mediano-pequeño. Se
observó pátina sólo en un 32% del total de las piezas. El
índice de corteza tanto en instrumentos como desechos
de talla es escaso, menor al 20%.
En términos generales los tipos cerámicos identificados
se corresponden con los ya observados por Cigliano
et al. (1976) y Raffino (1977) para el sitio Las Cuevas
I. A excepción de algunos tipos morfológicos antes no
conocidos como las piezas 2, 5 y 6, las formas observadas
también son las mismas registradas para los diferentes
tipos cerámicos tempranos. Como se desprende de las
descripciones anteriores, en su gran mayoría se trata de
cuencos de superficies pulidas, mayormente con pulido
fino y decoración inciso-grabada o corrugada, aunque
también se han hallado formas restringidas y de mayor
tamaño, como jarras y ollas.
Conjunto lítico
Artefactos de. Bisel asimétrico
Artefacto de formatización sumaria
Cortante
Fragmento de artefacto no diferenciado.
Puntas y preformas de puntas
Perforador
Lascas
Desechos no clasificables.
Total
N
3
5
1
%
1,12%
1,87%
0,37%
12
4,50%
10
1
222
13
267
3,75%
0,37%
83,15%
4,87%
100,00%
Tabla 3. Número y porcentaje de piezas líticas del sitio Las Cuevas
V - Estructura 1.
Figura 8. Materiales líticos recuperados en Las Cuevas V - Estructura 1.
Table 3. Number and frequency of lithic ítems from Las Cuevas V,
Structure 1.
Figure 8. Lithic material from Las Cuevas V Structure 1.
106
Arqueología de la Quebrada de las Cuevas... | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
En cuanto a la materia prima (Figuras 9 y 10), domina en
el conjunto, tanto en el grupo de los instrumentos como
entre los desechos de talla, la obsidiana (90% y 87%
respectivamente). Le siguen en orden de representatividad
los basaltos (6% y 8% respectivamente) y en muy escasas
proporciones, los esquistos, sílices amorfos, cuarzo y la
arenisca silicificada (tanto para los instrumentos como
desechos con porcentajes inferiores al 4%). A excepción
de la obsidiana, de origen alóctono n=356, y los sílices, de
los cuales desconocemos su posible origen, los basaltos,
el cuarzo y la arenisca silicificada se hallan disponibles
en un radio de distancia no mayor al kilómetro desde el
sitio, los dos primeros en forma de guijarros y nódulos
dispersos en el terreno o conformando concentraciones
relativamente pequeñas y la última como filones en la
ladera de los cerros.
asignable a camélidos o cérvidos andinos. Los cérvidos
(Cervidae indet.) aparecen representados en un 0,12%,
al igual que las aves (Anatidae indet.).
La fuente de procedencia de la obsidiana ha sido
establecida mediante análisis de Fluorescencia de Rayos X
en Zapaleri (en el límite tripartito entre Bolivia, Argentina y
Chile) para aquellas de las variedades Negro uniforme, en
bandas y manchado y Tocomar (puna de Salta), en el caso
de la Gris y Transparente (Álvarez Soncini y De Feo 2010).
Con el fin de interpretar mejor el comportamiento del
conjunto y de establecer los factores que incidieron en la
conformación del conjunto óseo, se efectuaron análisis de
correlación no paramétrica entre: 1) la Densidad Mineral
Ósea (Elkin 1995) y el MAU %; 2) el Índice de Carne
(Borrero 1990) y el MAU%; 3) el Índice de Secado (De
Nigris y Mengoni 2004) y el MAU% (Tabla 5).
En la Tabla 4 se detalla la frecuencia de los elementos
de Camelidae, expresado en NISP, Número Mínimo
de Elementos (NME), Número Mínimo de Unidades
Anatómicas (MAU) y MAU%. Como se desprende de
su análisis, no todas las partes esqueletarias están
representadas en la muestra, no obstante, si bien las
unidades anatómicas de mayor rendimiento están bien
representadas, como son cuartos traseros y delanteros
(fémur, húmero, tibia y costillas), también lo están algunas
que carecen de recursos como carne y médula ósea:
carpianos, tarsianos, metapodios y falanges, los cuales
pudieron ser transportados al sitio de manera articulada.
Además se hallaron hacia el interior de la Estructura 1
instrumentos líticos manufacturados por pulido y picado.
Se trata de un fragmento de mortero confeccionado sobre
granito y tres manos de moler, dos circulares planas y una
subcircular cilíndrica, todas elaboradas sobre granito.
Los resultados obtenidos no han sido significativos y
permiten descartar una preservación diferencial de los
huesos, así como también, que la conformación del
perfil anatómico esté determinada por su rendimiento
económico. En cuanto a la correlación con el índice de
secado, se obtuvo un resultado positivo y significativo,
lo que daría cuenta que la actividad de charqueado de la
carne pudo haberse desarrollado en el sitio con el fin de
conservar la carne. La escasez en la muestra de aquellos
elementos más aptos para ser deshidratados (costillas,
esternebras, vértebras), indicaría que estas partes fueron
consumidas fuera de la estructura analizada.
El conjunto arqueofaunístico
Para el conjunto arqueofaunístico se estimó un NISP de
838. El taxón más representado corresponde a la familia
de los camélidos (Camelidae), presente en un 49,33%. Le
siguen en representación, especímenes correspondientes
a mamíferos de difícil asignación (48,11%). Un 2,07%
pertenece a un ungulado que por tamaño puede ser
Figura. 9. Porcentaje de materia prima para el grupo de los instrumentos
del sitio Las Cuevas V - Estructura 1 (n=32).
Figura. 10. Porcentaje de materia prima para el grupo de los desechos
de talla del sitio Las Cuevas V - Estructura 1 (n=235).
Figure 9. Frequency of raw material for the lithics instruments from
Las Cuevas V Structure 1 (n=32).
Figure 10. Frequency of raw material for the lithic debitage from Las
Cuevas V Structure 1 (n=235).
107
M. E. De Feo | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
Elemento
NISP
NME
MAU
MAU%
Cráneo
11
2
2
26,7
Hemimandíbula
Hioides
Atlas
Axis
V. Cervical
V. Torácica
V. Lumbar
Costilla
Escápula
Húmero px
Húmero df
Húmero ds
Radioc px
Radioc df
Radioc ds
Pelvis
Fémur px
Fémur df
Fémur ds
Patella
Tibia px
Tibia df
Tibia ds
Metac px
Metatar px
Metap ds
Calcáneo
Astrágalo
Falange 1
Falange 2
Falange 3
Carpianos
Tarsianos
6
1
3
10
17
8
10
43
4
1
3
9
8
1
10
4
2
2
3
7
4
1
12
3
5
16
33
11
64
20
2
22
19
2
1
2
4
8
3
4
19
2
1
2
4
4
1
5
2
2
1
2
3
3
1
7
2
3
4
15
10
35
16
2
20
18
1
2
4
1,6
0,3
0,8
0,8
1
0,5
1
2
2
0,5
2,5
2
1
0,5
1
1,5
1,5
0,5
3,5
2
1,5
2
7,5
5
4,4
2
0,3
1,4
1,8
13,3
26,7
53,3
21,3
3,3
10,7
10,6
13,3
6,7
13,3
26,7
26,7
6,7
33,3
26,7
13,3
6,7
13,3
20,0
20,0
6,7
46,7
26,7
20,0
26,7
100,0
66,7
58,3
26,7
3,3
19,0
24,0
Marco de referencia
rs
p
DO (Elkin 1995)
0,096
0,583>0,05
IC (Borrero 1990)
-0,172
0,364>0,05
0,67
0,005<0,05
ISC (De Nigris y Mengoni Goñalons
2004)
Tabla 5. Resultados de los análisis de correlación no paramétrica del
sitio Las Cuevas V - Estructura 1.
Table 5. Non parametric correlation results for Las Cuevas V, Structure 1.
estar dificultando la apreciación de otro tipo de marcas.
Otras variables registradas han sido la presencia de
manchas de manganeso, carbonato y salitre, factores
que actuaron sobre el 23,6%, 57,4% y 4% de los huesos,
respectivamente. La depositación química, especialmente
la carbonática, alteró notablemente las superficies
corticales.
Las marcas producidas por roedores y carnívoros son
muy escasas, y afectan sólo al 1% de la muestra. Las
evidencias de origen antrópico están representadas en
frecuencias muy bajas, siendo 17 los especímenes que
muestran marcas de corte y/o negativos de impacto, estos
últimos asociados a fracturas frescas de tipo helicoidal y
longitudinal. Su concentración mayoritaria en apófisis
vertebrales, costillas y diáfisis de huesos largos, estaría
asociada a actividades de desarticulación y descarne.
La ausencia casi total de termoalteración (99,4% de los
especímenes no presenta signos de exposición al fuego),
implicaría que el asado de la carne no fue la técnica de
cocción predominante y que otras técnicas de cocción
pudieron haberse llevado a cabo, como por ejemplo el
hervido de los huesos, tal como sugiere Izeta (2004) para
contextos tempranos de sur de los Valles Calchaquíes.
Otros hallazgos
Otros elementos destacados que fueron hallados en el
piso de ocupación fueron una placa de mica semejante a
la registrada en la Tumba 3 del sitio Las Cuevas I (Raffino
1977), concreciones de pigmentos amarillos y rojos, arcilla
y una espátula metálica. Con respecto a esta última, los
análisis de microscopía de barrido EDAX arrojaron una
composición exclusivamente de cobre. El mismo estudio
permitió determinar que el pigmento rojo corresponde
a óxidos de Fe con contenidos de Si y Mg, idénticos a
los documentados en fragmentos del Tipo Rojo Pintado
y otros tipos cerámicos pintados (Vaquerías o Tricolor,
Bicolor) de sitios contemporáneos.
Tabla 4. Conjunto arqueofaunístico de Camelidae del sitio Las Cuevas
V - Estructura 1.
Table 4. Las Cuevas V, Structure 1 Camelid bones assemblage.
El análisis tafonómico del conjunto óseo determinó que
el 54,4% de la muestra posee un grado de meteorización
2 según la modificación de Todd (1987) a la escala de
Berehsmeyer; un 32,7% al grado 3, un 12,4% al 4 y un
porcentaje menor al 1% mostró un grado 5, no existiendo
especímenes que puedan ser adjudicados al grado 1. Los
valores observados señalan un tiempo relativamente largo
de exposición antes del entierro de los restos faunísticos.
Consideraciones generales
La meteorización, sumada a la alta incidencia de raíces
-el 83% de los especímenes tiene rastros de su acciónprobablemente influyó en la fragmentación y deterioro
del conjunto arquefaunístico, y al mismo tiempo pueden
La información desarrollada hasta aquí nos permite
discutir aspectos vinculados a la cronología de las
ocupaciones tempranas en el área y la funcionalidad del
108
Arqueología de la Quebrada de las Cuevas... | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
sitio y en particular de la estructura cuyos materiales han
sido analizados. Asimismo, tiene importantes implicancias
sobe los modelos que han sido planteados en el pasado
respecto de las formas de uso y organización del espacio
en comunidades aldeanas formativas del área.
fuera de los montículos. Si fueran posteriores, esto
estaría indicando la necesidad de ocupar nuevos sectores,
posiblemente como consecuencia del crecimiento
demográfico dentro de la aldea, proceso que también
estaría relacionado con el establecimiento del sitio Las
Cuevas V.
Cronología
Con relación a esto último, Olivera (1991) observa un
proceso de aumento ocupacional en los momentos más
tardíos del sitio Casa Chávez Montículo, en Antofagasta
de la Sierra (Catamarca), indicado por la presencia de
nuevos montículos en los que sólo aparece representado
el componente superior, y relacionado con la mayor
presencia de cerámicas de los valles mesotermales.
Este proceso de crecimiento pudo haber ocurrido en
Las Cuevas I y con posterioridad haber dado origen a
Las Cuevas V, aunque por el momento se requiere de
un mayor número de fechados que den sustento a esta
explicación.
Los fechados radiocarbónicos con los que contábamos
al inicio de nuestras investigaciones para la Quebrada
de Las Cuevas provenían exclusivamente del sitio Las
Cuevas I. La recalibración de dichos fechados mediante
el programa Calib. 5.1.0 para el Hemisferio Sur (Stuiver y
Reimer 1986) permite hablar de un rango de ocupación
para el sitio de entre 700 a.C y el 500 d.C. Por su parte,
el fechado obtenido recientemente para Las Cuevas V
de 239 - 404 d.C (calibrado 1 sigma) señala la relativa
contemporaneidad entre ambos sitios, al menos durante
parte de sus ocupaciones.
La presencia de alfarería correspondiente al grupo gris
monócromo y aquella Inciso-Grabada de similitudes con
la tradición San Francisco de las Selvas Septentrionales,
reafirman la ubicación cronológica de Las Cuevas V
durante el Período Formativo Temprano o Inferior (700
a.C- 400 d.C).
Funcionalidad del sitio y de la Estructura 1
La cerámica Corrugada o Inciso-grabada registrada
tanto en recolecciones de superficie como en las
excavaciones en la Estructura 1 de Las Cuevas V, no ha
sido documentada en los componentes inferiores de
Las Cuevas I, motivo por el cual se la ha considerado
propia de una segunda y tercera fase de ocupación de
este último, datadas en 342 a.C-57 d.C y 350-527 d.C
(calibrado 1 sigma) respectivamente y, caracterizadas por
la aparición de nuevas modalidades decorativas en la
alfarería (Cigliano et al. 1976). Estas modalidades también
son propias de los sitios Cerro El Dique y Potrero Grande,
ubicados en la porción septentrional de la Quebrada del
Toro, que también presentan fechados que datan su
ocupación como posterior a la de Las Cuevas I (349 - 532
d.C y 263 - 527 d.C ambos calibrados, 1 sigma, para el
primero y segundo sitio respectivamente).
El conjunto cerámico enseña un marcado predominio del
grupo de cerámicas No Ordinarias sobre las Ordinarias,
tendencia que también se registra en otros contextos
formativos tempranos (De Feo 2010). Ello no implica que
las piezas no pudieran cumplir funciones de tipo utilitarias,
como el servicio, la preparación o el almacenamiento de
líquidos o alimentos. En efecto, los atributos morfológicos
y las dimensiones de las piezas permiten asociarlas con
determinados usos primarios que se relacionan con
actividades domésticas.
El contexto recuperado en la Estructura 1 indica que
esta se trataría de un recinto de actividades múltiples,
en donde las áreas de descarte y combustión aparecen
claramente segregadas hacia su interior.
La jarra calceiforme debió emplearse en tareas de
cocción dado que presenta abundantes rastros de
hollín en su superficie y fue hallada junto a uno de los
fogones secundarios. Asimismo, su contorno de simetría
dorsiventral y su cuello largo permitirían relacionarla con
el calentamiento de líquidos, mientras que la jarra más
pequeña pudo haber sido usada para servir líquidos.
Por su parte, los cuencos son aptos para el servicio de
alimentos. Aquí es necesario señalar que los cuencos 1
y 9, se hallaron asociados espacialmente con elementos
óseos de camélidos. El diámetro de la boca de los cuencos,
a excepción de los cuencos 3 y 10, se halla en el rango de
tamaño considerado como vajilla de servicio de porciones
individuales (Costin y Earle 1989 citado en Bugliani 2006).
Además del carácter más temprano de Las Cuevas I, la
evidencia también parece indicar que este sitio no fue
abandonado una vez establecido Las Cuevas V, dado
que el fechado obtenido para los niveles superiores del
Montículo Sur del primero de ellos es posterior al arrojado
para la ocupación de la Estructura 1.
Las excavaciones llevadas a cabo en Las Cuevas I, también
en el marco de esta investigación, nos han permitido
establecer que los sectores intermonticulares también
fueron ocupados y que la superposición de elementos
arquitectónicos que caracteriza al sitio sólo parece
estar presente en los sectores monticulares. Aunque
desconocemos aún la cronología de las ocupaciones
La arcilla y los pigmentos -materias indispensables para
confección de cerámica- cuyo color y composición es
semejante a los que se observaron en las vasijas y los
fragmentos, sugieren la manufactura de alfarería en el
recinto. La presencia de instrumental de de piedra pulida
109
M. E. De Feo | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
indica el procesamiento de alimentos por molienda y
machacado.
desarrollo de actividades pastoriles más que agrícolas
dada la ausencia de cursos de agua y la baja productividad
de los suelos, todas ellas emplazadas algunas cotas por
sobre los fondos de valle aptos para el desarrollo de
prácticas económicas de tipo extensivo.
El conjunto lítico también permite extraer algunas
conclusiones respecto de las actividades desarrolladas
en la estructura analizada. Los porcentajes similares
observados en desechos e instrumentos para la misma
materia prima; así como los tamaños predominantemente
pequeño y mediano-pequeño, el elevado índice de
desechos fracturados y la baja presencia de corteza,
indican que allí se habría llevado a cabo mayormente la
formatización de instrumentos de obsidiana y basalto.
Organización y uso del espacio
La excavación de la Estructura 1 permitió definir con
mayor precisión algunas características constructivas
de este tipo de recintos, entre ellas las techumbres, las
cuales son de relevancia para establecer la manera en
que se desarrollaron las actividades hacia el interior de
estos espacios construidos. En trabajos anteriores sólo
se mencionaba la existencia de huellas de horcones y
restos de paja y barro entremezclados en el sedimento de
estructuras circulares no mayores a los 4 m de diámetro
de sitios como Las Cuevas I y Cerro El Dique (Cigliano et
al 1976; Raffino 1977). Sobre esta base se infirió que
las techumbres sólo estuvieron presentes en recintos
medianos destinados a funciones habitacionales, mientras
que aquellas circulares mayores, interpretadas como
patios habrían carecido de ellas, dadas además su grandes
dimensiones y la dificultad de cerramiento. No obstante,
la presencia de postes en grandes recintos como el
excavado en Las Cuevas V contradice esta afirmación. La
posibilidad de cerrar estas estructuras tiene consecuencias
sobre el patrón tradicionalmente denominado como
“margarita” o Cerro El Dique-Tafí (Raffino 1988), mediante
el cual articularon los espacios de actividades múltiples
o patios y las habitaciones. Las techumbres en grandes
estructuras convierten en prescindibles los recintos
adjuntos menores, tradicionalmente interpretados como
áreas de descanso y almacenaje.
El cuarzo por su parte, se halla limitado exclusivamente a
pequeños bloques reunidos en un sector de la estructura,
cercano al muro interno. Esta materia prima no parece
estar vinculada a la talla lítica dada su baja calidad,
por el contrario, el tamaño regular de los bloques y
su disposición agrupada sugiere que pudieron cumplir
alguna función vinculada con el ritual y la señalización
de espacios, tal como se observa en otros contextos
contemporáneos o más tardíos del área (De Feo 2010;
Meninato 2008).
La evidencia en conjunto señala un contexto doméstico,
donde se habrían desarrollado diversas actividades, tales
como el procesamiento, almacenamiento y servicio de
líquidos y alimentos, la manufactura de instrumental lítico
y posiblemente cerámico.
Esta funcionalidad se ve respaldada por las características
constructivas de la estructura. Se ha observado por
ejemplo, una marcada homogeneidad en las técnicas
y materias primas utilizadas en los diversos sitios
documentados para el Formativo. En todos los casos
la materia prima es la piedra, mayormente esquistos,
ignimbritas y basaltos, las cuales suelen ser muy regulares
en su forma y tamaño. La técnica constructiva es
predominantemente la pirca doble, formada por piedras
colocadas con su eje mayor vertical y rellena con tierra
y ripio. Se ha constatado asimismo, que otras unidades
arquitectónicas semejantes en cuanto a su morfología y
tecnología constructiva que han sido excavadas en sitios
contemporáneos como Cerro El Dique y Las Cuevas I
funcionaron también como espacios donde se concentró
la vida doméstica de las comunidades aldeanas tempranas
(Raffino 1977).
En el caso de la Estructura 1 la evidencia parece indicar
que estos espacios se desplazan hacia el interior del
recinto o patio mayor, tal como se infiere de la subdivisión
interna y la baja presencia de material recuperado en el
área intramuros (fragmentos cerámicos n=1; desechos
líticos n=5 y óseos n=2). Estructuras circulares de grandes
diámetros, como la excavada en Las Cuevas V, parecen
haber servido tanto como área de actividades múltiples
como de habitación. Sin embargo, la organización de
estructuras menores en torno a un recinto central también
está presente en el sitio como puede observarse en el
plano, aunque por el momento no han sido excavadas.
Ampliando nuestra escala de análisis de la estructura al
sitio, también es posible realizar algunos comentarios
respecto de su funcionalidad. El conjunto de información
presentada permite la asignación del sitio Las Cuevas
V dentro de la categoría residencial (De Feo 2010) o
“aldea” en términos de Raffino (1977), cuyo patrón de
instalación se define por la presencia de un conjunto de
estructuras domésticas dispuestas de forma diseminada
en el terreno, acompañadas de otras mayores de formas
cuadrangulares, las cuales estimamos se vinculan con el
Enfocando nuestro análisis desde una escala más
amplia se observa, como ya adelantáramos en párrafos
anteriores, que la manera en que se organiza y se hace
uso del espacio dentro del asentamiento responde al
patrón propio de las instalaciones residenciales. Patrón
predominantemente conformado por estructuras
de planta circular, correlato de la unidad doméstica,
diseminados en el terreno, y que en algunos casos, como
ocurre en Las Cuevas V, se presentan acompañadas de
otras de planta cuadrangular, aunque mucho menos
110
Arqueología de la Quebrada de las Cuevas... | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
frecuentes. Estas estructuras se disponen en el terreno
con relativa independencia, sin elementos arquitectónicos
que permitan vincularlas entre sí. Su crecimiento también
parece haberse dado de forma aislada, no planificada, en
función de la ausencia de regularidad en las distancias
que las separan, la falta de elementos arquitectónicos
que las articulen y las variaciones en los tamaños de las
plantas. En términos generales los sitios residenciales
abarcan grandes espacios abiertos, en los que están
inmersas las estructuras domésticas y productivas, las
cuales se hallan alejadas entre sí en distinto grado, pero
siempre reflejando cierta autonomía. La única variante
a esta regla la constituye Las Cuevas I, que tiene un
patrón de crecimiento de tipo monticular, resultado de
la superposición de elementos arquitectónicos.
en sitios cercanos a tales ambientes, como Cerro El
Dique y Potrero Grande (Raffino et al. 1977). Hábitats
propicios para el desarrollo de estos recursos se hallan
a una distancia mayor a los 45 km de Las Cuevas V, en
las lagunas del Toro o en cuencas endorreicas ubicada
en quebradas altas del Nevado de Acay, localizadas a
un trecho similar, lo cual señala una gran movilidad e
interacción entre microambientes.
Si bien las interacciones con ámbitos aledaños habían
sido destacadas en el pasado, su existencia se sustentaba
básicamente en indicadores de uso y circulación
restringida, como bienes suntuarios. Los resultados
obtenidos de los análisis tecnomorfológico y físicoquímico
de obsidianas son de suma importancia dado que
destacan la dimensión utilitaria de estos intercambios
macroregionales. En este sentido, estos resultados
están señalando una fuerte dependencia de materias
primas alóctonas, hecho que se desprende de la alta
representación que adquiere la obsidiana dentro de los
conjuntos líticos. También es indicador de la importancia
que debió adquirir dentro de los sistemas económicos y
de la subsistencia de las comunidades formativas.
Un hecho que hasta ahora no había sido destacado en la
bibliografía es la disposición enfrentada, fondo de valle
mediante, que se observa entre algunos asentamientos
tempranos del área. Esta condición se verifica entre los
sitios Cerro El Dique y Potrero Grande, los cuales se hallan
distanciados 1 kilómetro, separados por los suelos fértiles
de fondo de cuenca. Ahora también ha sido registrada
entre los asentamientos de Las Cuevas I y V, ubicados
cada uno sobre márgenes opuestas del río, separados
por unos 500 m.
El panorama que hasta aquí hemos delineado a la luz
de nuevos datos se presenta por demás complejo. La
verificación reiterada del patrón dual, como aldeas
apareadas, que también se observa en algunos sitios del
Formativo Tardío (De Feo 2010), sumada a las fuertes
evidencias de interacciones con otros microambientes
y regiones aledañas, va desdibujando el escenario
tradicionalmente construido, de pequeñas aldeas de
vida política y económica relativamente autónoma e
independiente.
Esta disposición pensamos pudo ser el resultado
de la dinámica de crecimiento, a partir de la cual el
desprendimiento de nuevas familias habría dado origen
a otros sitios como sugirió anteriormente Raffino
(1977). La instalación más moderna, en este caso Las
Cuevas V según lo indican los fechados disponibles
y el material cerámico de superficie y excavación, no
parece estar relacionada directamente con el acceso y
control directo de nuevos territorios productivos, ya que
las áreas de mayor productividad próximas a cada sitio
son prácticamente las mismas dada su cercanía. Esta
disposición enfrentada posiblemente pueda explicarse
en función de la búsqueda de áreas más alejadas para
las nuevas instalaciones, cuyo fin habría sido preservar
los sectores de mayor productividad, más cercanos a
los sitios, para el desarrollo de actividades económicas
como la agricultura y el pastoreo. De allí que Las Cuevas
V se halle sobre la terraza, levemente más lejos del
fondo de valle en comparación a Las Cuevas I, como
mencionáramos anteriormente.
La Plata, 30 de mayo de 2011
Agradecimientos
A la comunidad de Las Cuevas por recibirme siempre
con sus puertas y corazones abiertos. A las Dras. Aylen
Capparelli y Verónica Lema por la determinación de
los restos arqueobotánicos. A Ma. Celina Álvarez
Soncini, Giovanna Salazar Siciliano, Lorena Ferrauiolo,
Fernada Day, María Pérez e Ignacio Liggera por su
colaboración durante los trabajos de gabinete. A todos
aquellos estudiantes y graduados que participaron en
los trabajos de campo llevados a cabo en el sitio, en
especial a la Lic. Guillermina Couso. A Diego Gobbo
por su colaboración en la confección de algunas
figuras. A los evaluadores anónimos cuyos comentarios
enriquecieron sustancialmente el manuscrito original.
Estas investigaciones han sido financiadas gracias a una
Beca Doctoral otorgada por el CONICET.
Existen otras evidencias que también aportan al
conocimiento de la manera en que se fueron articulando
los espacios, en este caso, el espacio regional y
macrorregional, en la vida de las comunidades aldeanas
formativas, y que asimismo, ponen de manifiesto fuertes
interacciones entre ellas. Se trata de bienes de uso y
consumo de procedencia foránea. Existen evidencias
del consumo de aves propias de ambientes lagunares
(Anatidae indet.) en el sitio Las Cuevas V, las cuales hasta
hace no mucho tiempo sólo habían sido documentadas
Bibliografía
Álvarez Soncini, M. C. y M. E. De Feo. 2010. Obsidianas
111
M. E. De Feo | Revista del Museo de Antropología 4: 99-112
en contextos tempranos de la Quebrada del Toro:
Análisis tecno-morfológico e identificación de fuentes de
aprovisionamiento en los sitios Las Cuevas I y V. En Actas
del XVII Congreso Nacional de Arqueología Argentina,
Tomo I, pp. 19-24. Mendoza.
Naturales y Museo, Universidad de La Plata. Ms.
Borrero, L. A. 1990. Fuego-Patagonian Bones Assemblages
and the Problem of Communal Guanaco Hunting. En
Hunters of the Recent Past, editado por L.B. Davies y
B.O.K. Reeves, pp. 373-399. Unwin Hyman, London.
Meninato, I. 2008. El arte rupestre de Tastil. Estudio
reinterpretativo. Tesis de Licenciatura en Antropología,
Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de
Salta. Ms.
Bugliani, M.F. 2006. Consumo y representación en el
Formativo del sur de Valles Calchaquíes. Tesis Doctoral
en Ciencias Naturales, Facultad de Ciencias Naturales y
Museo, Universidad de La Plata. Ms.
Munizaga, C. 1963. Tipos Cerámicos del sitio Coyo en la
Región de San Pedro de Atacama. Congreso Internacional
de Arqueología de San Pedro de Atacama, 2. Anales de
la Universidad del Norte: 99-130.
Caparelli, A. y R. Raffino. 1997. La etnobotánica de El
Shincal (Catamarca) y su importancia para la arqueología
I: Recursos combustibles y madereros. Parodiana 10:181188.
Olivera, D. 1991. Tecnologías y Estrategias de Adaptación
en el Formativo (Agroalfarero Temprano) de la Puna
meridional Argentina. Un caso de estudio: Antofagasta
de la Sierra (Pcia. De Catamarca R.A.). Tesis Doctoral
en Ciencias Naturales, Facultad de Ciencias Naturales y
Museo, Universidad de La Plata. Ms.
Krapovickas, P. 1955. El yacimiento de Tebenquiche (Puna
de Atacama). Publicaciones del Instituto de Arqueología
3. Universidad de Buenos Aires.
Cigliano, E., R. Raffino y H. Calandra. 1976. La aldea
Formativa de Las Cuevas (Provincia de Salta). Relaciones
de la Sociedad Argentina de Antropología. N.S. Vol. X:
73-130.
Raffino, R. 1977. Las aldeas del Formativo inferior en la
Quebrada del Toro, (Pcia. de Salta. Argentina). Obra del
Centenario del Museo de La Plata, II: 253-299.
De Feo, M. E. 2010. Organización y uso del espacio
durante el Período Formativo en la Quebrada del Toro
(Pcia. de Salta). Tesis Doctoral en Ciencias Naturales,
Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad de
La Plata. Ms.
Raffino, R. 1988. Poblaciones indígenas en Argentina.
Urbanismo y proceso social precolombino. Ed. TEA,
Buenos Aires.
Raffino, R y J. Togo. 1970. El yacimiento arqueológico
de Cerro El Dique. Quebrada del Toro. Nota Preliminar.
Revista Itá Aripí 1: 5-9.
De Nigris, M. y G. Mengoli Goñalons. 2004. El guanaco
como fuente de carne y grasas en Patagonia. En Contra
viento y marea. Arqueología de Patagonia, editado
por T. Civalero, P. Fernández y A. Guráieb, pp. 537544. Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano, Buenos Aires.
Raffino, R, E. Tonni y A. Cione. 1977. Recursos
alimentarios y economía en la Región de la Quebrada
del Toro, Provincia de Salta, Argentina. Relaciones de
la Sociedad Argentina de Antropología. Vol. XI: 9-30.
Dougerthy, B. 1974. Análisis de la variación medioambiental
en la subregión arqueológica de San Francisco (Región de
las Selvas Occidentales- Subárea del Noroeste Argentino).
Etnía 20:1-11.
Stuiver, M. y P. Reimer. 1986. A computer program for
radiocarbon age calibration, Radiocarbon 28:1022-1030.
Tarragó, M. 1980. Los asentamientos aldeanos tempranos
en el sector septentrional del valle Calchaquí y el desarrollo
agrícola posterior. Estudios Arqueológicos 5:29-53.
Elkin, D. 1995. Volume Density of South American camelid
skeletal parts. International Journal of Osteoarchaeology
5: 29-37.
Todd, L. 1987. Taphonomy of the Homer II Bonebed.
En The Homer Site: The Type site of de Cody Cultural
Complex, editado por G. Frison y L. Todd, pp. 107-198.
Academy Press, Orlando.
Heredia, O., J.A. Pérez Gollán y A.R. González. 1974.
Antigüedades de la cerámica polícroma en el Noroeste
argentino. Revista del Instituto de Antropología 5: 73132.
Vivante, A y N. Palma. 1966. Habitaciones pozo y semipozo
con paredes de guano en la puna argentina. Revista del
Museo de La Plata (NS) Sección de Antropología, Tomo
VI: 17-43.
Izeta, A. 2004. Zooarqueología del Sur de los valles
Calchaquíes. Estudio de conjuntos faunísticos del Período
Formativo. Tesis Doctoral inédita, Facultad de Ciencias
112