AURELIO PRETEL MARÍN
ARQUITECTURA Y SOCIEDAD EN EL
RENACIMIENTO: DOCUMENTOS INÉDITOS
SOBRE LA CONSTRUCCIÓN Y RUINA DE LA
IGLESIA DE SAN JUAN DE ALBACETE
(1515-1545)
Colegio Oicial de Arquitectos
de Casilla La Mancha COACM
DEMARCACIÓN DE ALBACETE
Ateneo Albacetense
Albacete
V CENTENARIO DEL COMIENZO DE LA OBRA
AURELIO PRETEL MARÍN
ARQUITECTURA Y SOCIEDAD EN EL
RENACIMIENTO: DOCUMENTOS INÉDITOS
SOBRE LA CONSTRUCCIÓN Y RUINA DE LA
IGLESIA DE SAN JUAN DE ALBACETE
(1515-1545)
Colegio Oicial de Arquitectos
de Casilla La Mancha COACM
DEMARCACIÓN DE ALBACETE
Ateneo Albacetense
Albacete
V CENTENARIO DEL COMIENZO DE LA OBRA
Foto de la portada: Interior de San Juan Bautista de Albacete. Fotoman
PRETEL MARÍN, Aurelio
Arquitectura y sociedad en el Renacimiento: Documentos
inéditos sobre la construcción y ruina de la iglesia de San Juan
de Albacete (1515-1545).
56 p.; fot.; 24 cm.
Bibliografía
ISBN 978-84-16393-27-5
Historia social - Albacete - Siglo XVI.
Historia del Arte -Renacimiento- Arquitectura.
Documentación- Pedro de Chavarría, Francisco de Luna,
Andrés de Vandelvira, Jerónimo Quijano, Diego de Siloé
D.L.: AB-408/2015
ISBN: 978-84-16393-27-5
©El autor
Maquetación e impresión:
Gráicas Cano. Ctra. de Valencia, nº 10.
Telf. y Fax 967 246 266. 02006 ALBACETE
e-mail: graicascano@inicia.es - www.graicascano.es
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ......................................................................................... 7
COMIENZO DE LAS OBRAS: LOS PRIMEROS MAESTROS ...............11
LOS MAESTROS PEDRO DE CHAVARRÍA Y HORTÍN PÉREZ
Y EL PLEITO DE FRANCISCO Y GIL DE SANTA CRUZ ...................... 19
UN DESASTRE ANUNCIADO: LAS CONSULTAS A LUNA,
QUIJANO, SILOÉ, VANDELVIRA… Y EL DERRUMBAMIENTO ....... 31
APÉNDICE DOCUMENTAL ..................................................................... 43
BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................... 53
ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
INTRODUCCIÓN
Hace quinientos años aproximadamente, como ya señalaba don Rafael
Mateos1, comenzaba, a lo grande, la nueva construcción del templo de San
Juan Bautista de Albacete, que iba a sustituir a la anterior iglesia-fortaleza que
quizá fuera aneja a un antiguo castillo medieval que ocupara la actual Plaza
de la Virgen de los Llanos2, o incluso fuera parte integrante del mismo, como
es habitual en los templos del Campo de Montiel3. Parece que el proyecto se
había encargado nada menos que al famoso arquitecto real Enrique Egas4,
del que se dice es el “maestro mayor” cuando viene hacia 1517 a subsanar
los fallos del que empezó las obras, quién sabe si enviado por las autoridades
eclesiásticas de Cartagena-Murcia, quizá contra el criterio del concejo, que
costeaba el gasto. No se puede olvidar que, aunque Albacete pertenece a esta
diócesis, nunca estuvo muy cómodo con dicha dependencia, y que la villa
está en una encrucijada que la hará muy sensible a la inluencia de distintas
“escuelas”, como la toledana del propio Enrique Egas, la conquense de Antonio y Juan de Flores, o la “alcaraceña” e “infanteña” (en palabras de Molina
MATEOS y SOTOS, R., “El templo parroquial de San Juan Bautista de Albacete (Noticias
sobre su construcción)” en Anales del Seminario de Historia y Arqueología de Albacete,
Albacete, 1951. Trabajo reeditado en sus Monografías de Historia de Albacete, Albacete,
1974-1977, p. 196. Luego siguen sus pasos GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ, L. G. La catedral de San Juan Bautista de Albacete, IEA, Albacete, 1979, y GUTIÉRREZ CORTINES,
C., Renacimiento y arquitectura religiosa en la antigua diócesis de Cartagena, Murcia, 1987,
pp. 290-299.
2
Contra lo que pensamos durante mucho tiempo, la iglesia de San Juan se situaba en el mismo
“cerrillo del castillo viejo”, pero no exactamente encima de él, donde hoy está la plaza de la
Virgen (Plaza de la Parroquia, en el plano de Coello del siglo XIX), sino en la ladera que desciende hacia el norte, cosa que no sería lógica si el espacio de arriba hubiera estado libre. A
mediados del XV las torres de San Juan todavía servían de fortaleza en tiempos de inquietud.
PRETEL MARÍN, A., La villa de Albacete en la Baja Edad Media, IEA, Albacete, 2010, pp.
19, 20, 22, 115-117, 123, 136, 153, 154, 205, 354 y Doc. 21 (pp. 362 y sigs).
3
Ver MOLINA CHAMIZO, P., Iglesias parroquiales del Campo de Montiel, BAM, Ciudad
Real, 1994, pp. 42-48.
4
R. MATEOS Y SOTOS, Monografías… pp. 197-199. GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ, L.
G. La catedral de San Juan Bautista…, p. 38, siguiendo al anterior, que lo conjeturaba, apunta la posible autoría de Egas, que a nuestro juicio es clara. C. GUTIÉRREZ CORTINES, C.,
Renacimiento y arquitectura…, p. 293, habla de semejanzas en la cabecera de San Juan de
Albacete y otras toledanas del círculo de Egas. Incluso la capilla lateral de la Virgen de los
Llanos, que es la más antigua mejor conservada, tiene un tipo de bóveda que Antón y Enrique
Egas usaron en Toledo, aunque a mayor escala (Ibíd. p. 299).
1
7
Aurelio Pretel mArín
Chamizo5) que al parecer comienza con cierto maese Pedro y Francisco Luna,
y después la giennense de Andrés de Vandelvira, y las que el mismo Egas y
Diego de Siloé mantienen en Granada. Escuelas que a menudo funcionan
como empresas, o como grupos de estas formados por canteros y aparejadores asociados, que unas veces compiten –aunque muy a menudo tan solo en
apariencia- y otras colaboran, se tasan mutuamente las obras realizadas, y a
menudo se inluyen de manera más o menos consciente.
Las obras de Albacete se inscriben, además, en el marco del gran movimiento urbanístico que por aquellas fechas transformará el aspecto medieval
y moruno de numerosas villas y ciudades de España, que por primera vez
desde hacía mucho tiempo contaban con recursos para hacer ediicios importantes, todavía tardogóticos en su gran mayoría, aunque no tardarán en abrirse
paso el estilo protorrenacentista. En las proximidades podemos encontrar los
casos de La Roda, San Clemente, o Hellín, población esta última que ha comenzado a hacer una nueva parroquia, en parte necesaria por la incorporación
a la feligresía de los moros conversos, en un estilo gótico que se ha relacionado con obras toledanas y con la colegiata de Belmonte6; o el de Almansa, que
empieza otra iglesia en la plaza, ya que “la iglesia antigua desa dicha villa
hera pequeña e no cabia en ella la mitad de la gente del pueblo”7. Otro tanto
se observa en las villas conquenses de la orden de Santiago –Villaescusa de
Haro y la Mota del Cuervo, sobre todo- y en las más importantes del Campo
de Montiel (Villahermosa, Infantes, Torrenueva…), que se han enriquecido
con la ganadería y el comercio del trigo. En Alcaraz hallamos un programa
urbanístico de gran envergadura8, y hasta Villarrobledo, que había sido aldea
de Alcaraz y Belmonte, pero ahora era villa independiente de notable riqueza
y población, empezará muy pronto a construir su templo parroquial de San
Blas, vinculado también, como se ha señalado, a maestros canteros de Toledo9, lo que en aquel momento equivale a decir a Enrique Egas. Sin embargo,
5
MOLINA CHAMIZO, P., De la fortaleza al Templo, Arquitectura religiosa de la orden de
Santiago en Ciudad Real (ss. XV-XVIII), BAM, Ciudad Real, 2006, Vol. II, p. 17.
6
GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ, L. G., SÁNCHEZ FERRER J., y SANTAMARÍA CONDE, A. Arquitectura de la provincia de Albacete, J.C.C.M. Albacete, 1999, p. 183. PRETEL
MARÍN, A. Hellín medieval, IEA, Albacete, 1998, p. 167.
7
PEREDA HERNÁNDEZ, “La Iglesia de Santa María de La Asunción de Almansa: estudio
histórico-Artístico”, Cuadernos de Estudios Locales, 8, Almansa, Abril 1989, nota 6.
8
PRETEL MARÍN, A., “La Plaza de Alcaraz y la carrera artística de Andrés de Vandelvira”,
Homenaje a Alfonso Santamaría Conde, IEA, Albacete, 2010, pp. 447-474.
9
GARCÍA SAÚCO, L. G., SÁNCHEZ FERRER, J., Y SANTAMARÍA CONDE, A., Arquitectura de la provincia de Albacete, pp. 192-193.
8
ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
en ninguno de los citados pueblos se conserva el volumen de documentación
que hay en Albacete (libro de fábrica, actas, pleitos entre el concejo y distintas personas, alguno de los cuales aportamos aquí por vez primera…), lo que
hace de este un caso excepcional a la hora de estudiar este tipo de obras y sus
implicaciones sociales y económicas, el peso del orgullo de las oligarquías
ciudadanas y las autoridades eclesiásticas, los debates y envidias entre los
regidores del concejo que inancia los gastos, y otras incidencias, que son más
importantes de lo que a simple vista pudiera parecer.
Mientras lo analizamos, plantearemos de paso alguna otra cuestión sobre
el entorno urbano, los maestros que construyen la iglesia y las causas que
llevan al desastre inal (aunque las conclusiones no sean apodícticas, siempre será mejor que seguir repitiendo, como se suele hacer, las noticias que
ya ofrecía Mateos). Pero nuestro objetivo principal es poner de relieve esas
implicaciones sociales y económicas de la obra arquitectónica, que es el resultado de un complejo proceso en el que se amalgaman la técnica y el arte, la
voluntad política y la inanciación, el mundo empresarial e incluso la opinión
pública, que a menudo condiciona también las decisiones. Por eso es importante, además de agradable, contar en este caso con el autorizado respaldo y
mecenazgo de la Demarcación de Albacete del Colegio Oicial de Arquitectos
de Castilla-La Mancha y de nuestro Ateneo de Albacete, que inancian este
pequeño opúsculo y a quienes desde aquí manifestamos nuestro agradecimiento. Y también, por supuesto, agradecemos a Mikel Barriola, José Carlos
Molina, Candelaria Moreno, Ángel Carrasco, Miguel Salas, y a Carlos Ayllón
y Vicente Carrión, sus valiosas ayudas, y a Miguel Picazo y Paco Cano, de
Artes Gráicas Cano, que hacen de la impresión mucho más que un oicio, su
amistoso interés.
Albacete, 24 de octubre de 2015
9
ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
COMIENZO DE LAS OBRAS: LOS PRIMEROS MAESTROS
Desde ines del siglo anterior Albacete ya había comenzado a construir,
con canteros locales, su Torre del Reloj, suponemos que no en una de San
Juan, como quiere Mateos, sino en el ediicio del nuevo ayuntamiento, pues
se acaban a un tiempo10. En 1501ya se había comprado el solar para este, o
para su ampliación, y en 1503 se solicita permiso a los monarcas para hacer
la derrama primero de 100.000 y luego de 200.000 maravedís para pagar las
obras, pues “por nuestro mandado labran vna casa para su ayuntamiento e
carçel, de que diz que tenían mucha neçesidad”11. Pero, además, la iglesia
que hubo en la Villanueva –la de Santa María- ya no se utilizaba desde hacía
medio siglo, y la ya no tan nueva parroquia de San Juan no era suiciente para
una población que había crecido mucho, por lo cual, y “porque era pequeña e
muy antigua y vieja, que se caía, en días pasados fue acordado que se hiciese
otra de cantería”12. En consecuencia, el 11 de septiembre de 1513, como ya
vio Mateos, se comisiona a Miguel de Molina, en unión de Juan Gómez de
Molina, mayordomo del templo, y el vicario, para hacer las gestiones necesarias “para la obra que se a de hazer de la dicha yglesia de sant Juan desta
villa”. Y a continuación, al reverso del folio, hay una nota oscura, de 13 de
septiembre, por la que se conirma la anterior donación de una casa –la de Pedro Felipe- a cierto “maestre Pedro”, cuyo nombre, abreviado, no se lee muy
bien13, pero que acaso sea el cantero de ese mismo nombre al que después
veremos al frente de la iglesia.
La obra de San Juan tardará en empezar, pero lo hará aproximadamente
en 1515, con la demolición, como era habitual, del testero anterior, de tapial o
ladrillo, y su sustitución por otro nuevo –la capilla mayor y las dos adyacentes- más alto y elegante, de un gótico tardío. El resto de la iglesia primitiva,
incluida una torre, por lo menos, y la puerta que daba al Altozano (que no
era exactamente el Altozano actual, sino una placeta ante la misma, donde se
10
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 156. PRETEL MARÍN, A, La villa de Albacete…, p. 269-270.
11
CARRILERO MARTÍNEZ, R. Los Reyes Católicos en la documentación albacetense, IEA,
Albacete, 2004, Doc. 82 y 86.
12
MATEOS Y SOTOS, Monografías…, pp. 195-196.
13
AHP Albacete, Caja 92, Exp. 1. La abreviatura es rara, trazada con descuido. Queremos
leer “Pedro”, aunque en el mismo párrafo, y a continuación, se dice que la casa es de Pedro
Felipe, y este “Pedro” se lee con más seguridad, pese a estar abreviado. VALERO DE LA
ROSA, E., El urbanismo de Albacete en la Baja Edad Media, IEA, Albacete, 2015, p. 89,
también lee “maestre Pedro”.
11
Aurelio Pretel mArín
La puerta de San Juan -el Altozano- y la del Hospital, en dos fotos antiguas del excelente libro de
Mateos Arcángel, lanqueando un detalle del plano de Coello, de 1876
instalaría después el hospital14), quedaría en su sitio e iría derribándose conforme progresara la nueva construcción. Sin embargo, parece que el maestro
que empieza la capilla no es el Pedro que vimos un par de años atrás, sino
un tal Mateo de quien nada nos dice la documentación. Probablemente fuera
el mismo de ese nombre que trabajaba en Murcia -Puerta de las Cadenas- de
1513 a 151515, y es de suponer que hubiera sido enviado por las autoridades
eclesiásticas, aunque quizá tuviera que seguir a distancia directrices del tal
maestre Pedro -que no está en Albacete- o del maestro mayor, que por aquellas fechas trabajaba en Granada, si bien viaja a Santiago, Sevilla y Toledo,
A principios de 1414 se reunía el concejo general “en el altoçano delante de la eglesia de
Sant Juan de la dicha villa, segund que lo avemos de vso e de costumbre” (AHP, C. 1/14). En
la plazuela aneja, que recibe también el mismo nombre, y que estaba a los pies del Alto del
Cerrillo, encontramos más tarde “la morada e casas del ospital viejo que esta en el Altozano, que son de la dicha cofradía e de la casa e ospital junto della”, probablemente ya desde
su fundación, y no solo a partir de 1475, como se interpretó equivocadamente (SÁNCHEZ
IBÁÑEZ, J. M., El Hospital de San Julián de Albacete, IEA, Albacete, 1997), pensando que
se había trasladado a esta plaza, que por él se llamó “del Hospital”, desde la que después
se llamará Altozano. Dudamos que esta misma Plaza del Hospital –o de Cristóbal Sánchezfuera la Plaza Vieja en la que encontraba hacia 1437 una carnicería del concejo, como dicen
Mateos (p. 126) y E. Valero, más tarde (sin citarle, y cambiando el nombre que igura en el
clásico plano de Coello), aunque es cierto que allí se hallaba el matadero y despacho de carne
casi un siglo después, cuando se proponía su traslado en diciembre de 1524 (que no en 1541,
como dice Valero al transcribir el párrafo). Desde luego, no hay duda de que no estuvo aquí
la Iglesia Vieja ni ese “portalillo” –en realidad, “portillo”- que, en efecto, existió detrás de
ella, pero en la Villanueva, actual Villacerrada (VALERO, El urbanismo…, pp. 47, 48, 63 y
77-79).
15
GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento y arquitectura…, pp. 103-106 y 293.
14
12
ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
entre otras ciudades. Pero, además, la iglesia comenzó con mal pie, porque
Mateo cometió algún error, que sin duda forzó su cese o dimisión, aunque
esto pudiera ser la excusa para sustituir a un maestro de Murcia por alguien de
conianza de los albacetenses y del mismo Enrique Egas, que tuvo que venir
a corregir el fallo. Desde luego, se aprecia desde el primer momento un cierto
forcejeo entre Martín de Cantos, diputado del pueblo de Albacete, a veces
secundado por el Ayuntamiento (aunque puede tener sus propios intereses),
y las autoridades eclesiásticas (mayordomo y vicario), que venían desviando los fondos necesarios para la construcción y poniendo en peligro la obra
ediicada, y hasta pretenderán modiicarla en beneicio propio. Y era solo el
principio: como dice Gutiérrez Cortines, nuestra actual catedral es todo un
símbolo del empeño de un pueblo por tener una iglesia acorde con el auge
que vivía la villa, pero su construcción es también un dechado de problemas
internos e injerencias externas, y una “sucesión de un drama tras de otro, una
suma de fracasos y pleitos”16.
Ya en septiembre de 1517 el concejo había hecho venir a Enrique Egas,
según consta por cierto libramiento del pago de unos pares de perdices “que
distes a maestre Enrique, maestro mayor, que vino de Toledo a ver la obra
que había errado el maestre Mateo, a la ver e remediar” 17. Y en esas mismas
cuentas se habla del salario pagado a un mensajero “porque fue a llamar a
maestre Pedro, cantero, para que viniese a dar concierto para la obra de la
iglesia que nuevamente se hace”, aunque ya no se dice dónde estaba el tal
Pedro, ni si reemplazará al maestro Mateo, como parece lógico, ni si lo haría
a las órdenes del mismo Enrique Egas, que bien pudiera haber sugerido su
nombre. Por otra parte, el dato nos plantea varios interrogantes: este maestre
Pedro ¿es el mismo al que daban una casa en la villa un par de años atrás?
Y, sobre todo: ¿es el mismo “maestre Pedro de Chavarría, vizcayno, veçino
de la Mota del Cuervo, maestro de canteria, maestro mayor de la villa de
Alvaçete...”, que nueve años después ostentaba este título, cuando se hace
cargo de la Asunción de Almansa en noviembre de 1526? 18 En principio, lo
GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento y arquitectura…, p. 292.
R. MATEOS Y SOTOS, Monografías… pp. 197-199. GARCÍA-SAÚCO BELÉNDEZ, L.
G. La catedral…, p. 38.
18
PEREDA HERNÁNDEZ, M. J., La Iglesia de Santa María de La Asunción… GARCÍASAÚCO BELÉNDEZ, L. G., SÁNCHEZ FERRER J., y SANTAMARÍA CONDE, A. Arquitectura de la provincia de Albacete, J.C.C.M. Albacete, 1999, p. 197. PEREDA HERNÁNDEZ, M. J., “480 años del acuerdo para la ediicación de la iglesia de Santa María de la
Asunción de Almansa”, Edición digital, noviembre 2006. http://historiadealmansa.usuarios.
tvalmansa.com/contratoiglesia.htm
16
17
13
Aurelio Pretel mArín
lógico es suponer que sí (de hecho, casi nadie se plantea otra cosa19), pero,
como veremos, existe algún indicio que permite dudarlo, sobre todo sabiendo que hay un lapso de cuatro o cinco años sin noticias de la obra ni de sus
constructores, que la revolución de las Comunidades suele traer un frenazo, a
menudo seguido de un relevo generacional, en las de otros pueblos, y que en
ellos –aparte de un Pedro de Homa que trabaja en Jumilla y Caravaca20, y de
un Pedro de Alviz, vizcaíno de Durango, al que vemos en Cuenca desde 1524,
y después en La Roda21- existen otros Pedros, de los que no se suele decir el
apellido, trabajando en la zona.
Por desgracia, no hay rastro del Pedro de buscamos en el libro de fábrica
(Archivo Diocesano), que no empieza hasta 1524. Solo quedan las cuentas de
Pedro Sánchez Leardo, mayordomo de la obra de la cárcel y el nuevo ayuntamiento, que se ha terminado y se está rematando en 1518-19 con trabajos
de yeso y madera, en su gran mayoría dirigidos por un tal maestre Lope –en
alguna ocasión llamado López22- que parece albañil o carpintero y que trabaja
junto a su hermano Alonso, su criado Miguel y algunos moços, secundado
a menudo por pintores, herreros y demás menestrales, incluso algún cantero, como Alonso Rodríguez, Juan Garrido (a los que ya encontrábamos unos
años atrás al frente de las obras23), o Juan de La Barranca, carpintero alarife,
y Juan Díaz, Juan de Pontes, Antón de Cuenca y Diego del Castillo, o Alonso
López Tello y su hijo, tapiadores, que también “andouieron en la obra”, casi
siempre a las órdenes de Lope o de su hermano. Pero del maestre Pedro que
estábamos buscando no encontramos ni rastro, ni con el apellido Chavarría
ni con otro cualquiera, lo cual es llamativo en un tiempo en sigue haciéndose la iglesia, aunque el ayuntamiento –que tiene presupuesto y mayordomo
aparte- está ya terminado. Son dos obras distintas y no es raro que en ellas
hubieran trabajado maestros diferentes; pero aun así nos llama la atención que
a mediados de 1525, cuando San Juan está de nuevo construyéndose, se hable
19
Por ejemplo, GUTIÉRREZ CORTINES, Renacimiento…., p. 293, da por hecho que Ortín y
Chavarría son maestros de la obra desde 1517.
20
DELICADO MARTÍNEZ, F. J., “La iglesia mayor de Santiago Apóstol de Jumilla…”, Archivo de Arte Valenciano, XC (2009), pp. 102, 106, 113. GUTIÉRREZ CORTINES, C.,
Renacimiento y arquitectura…, p. pp. 237 y 309.
21
ROKISKI, Arquitectura del siglo XVI en Cuenca, Diputación, Cuenca, 1985, pp. 90, 96 y
97, 112 y 322.
22
Casi siempre aparece como Lope, aunque a veces el nombre termina con un trazo que acaso
pueda ser una zeta, y en alguna ocasión, como en la página 12 de las cuentas de Leardo, es
claramente López. (AHP AB, Caja 347, Cuentas de Pedro Leardo).
23
PRETEL MARÍN, A., La villa de Albacete en la Baja Edad Media, pp. 268-269.
14
ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
de buscar a un maestro –como si en Albacete no pudiera encontrarse- capaz
de dar “la horden” de unos corredores que ennoblezcan la nueva casa consistorial: “…que es muy buena, e tal que en mucha parte de este reyno no hay
otra tal, e que para que sea mas suntuosa acordaron juntamente con el dicho
sennor gobernador que se hagan vnos corredores delante de las ventanas de
las dichas casas del ayuntamiento, e que para ello se llame maestro que de
la orden de que manera se ha de hacer y se ponga en almoneda para el que
tomare cargo de hacer la dicha obra no haga fraude ni colusión al dicho
concejo…”24.
Por tanto, no podemos airmar -ni negar- que el primer maestre Pedro de
San Juan de Albacete sea el de Chavarría, al que vemos al frente de la obra unos
años después. De no ser él, quizás el mejor candidato, vista la coincidencia de
las fechas en que desaparece de un lugar y aparece en otro, es un maese Pedro
que había dirigido en Alcaraz, desde marzo de 1514 a septiembre de 1515,
la obra del convento de frailes franciscanos, junto a un “maestre Francisco”,
que hoy identiicamos con Francisco de Luna25. Creemos que es el mismo
que en 1515 trabajaba en el Campo de
Montiel (Torrenueva
y Villahermosa), y
al que Pilar Molina26
identiica con el Pedro “de Alarcos” que
unos años después,
en 1522, acudirá con
Luna al concurso de
ideas para acabar la
obra de San Andrés de
La Asunción de Villahermosa y San Andrés de Infantes
24
CARRILERO, R., “Un año en la historia de una villa: Albacete, 1524-25”, Cultural Albacete, 13, 1987.
25
El 7 de marzo de 1514 el maestro Francisco solicita “que le manden pagar las muestras que
izo de la obra de sennor Sant Françisco”, y el 28 de marzo pide que le den un ducado“de
la muestra de la obra de San Françisco”. En un primer momento pensamos que era un hijo
de Toribio García (PRETEL MARÍN, A., Alcaraz en el siglo de Andrés de Vandelvira... y La
huella en Alcaraz en Andrés de Vandelvira, IEA, Albacete, 2006, Alcaraz en el siglo…, pp.
90-91). Hoy creemos que se trata de Francisco de Luna, que parece actuar como representante y aparejador del tal maese Pedro.
26
MOLINA CHAMIZO, P., Iglesias parroquiales del Campo de Montiel, pp. 124-126. MOLINA CHAMIZO, P., De la fortaleza al templo. II, p. 174-175.
15
Aurelio Pretel mArín
Infantes27, comenzada por Alonso de Alarcos. Incluso puede ser otro que vive
en Yeste hacia los años veinte, y del que se coniesa discípulo el vizcaíno Juan
de Arama o Arana, que construye en los templos santiaguistas de Terrinches,
Almedina, Torre de Juan Abad, y en los de Letur, Liétor y Férez28, antes de
regresar al Campo de Montiel, donde continuará el de Villamanrique hasta el
in de sus días, colaborando a veces, y otras compitiendo, aunque fuera tan
solo en apariencia, con Martín Sánchez Vizcaíno, Pedro Mújica y otros constructores de la “escuela infanteña” nacida alrededor de Francisco de Luna29.
Ni siquiera se puede descartar que se trate del maestro Pedro López que había
construido en Jaén la capilla
mayor de aquella catedral
-que le había tasado Enrique
Egas, con el cual colabora en
otras ocasiones30- y del que
no hay noticias durante muchos años a partir de 1513,
en que desaparece no solo
de Jaén, sino de Andalucía,
probablemente huyendo de
la ruina y la cárcel después
del hundimiento de un puente que construía en Loja31. Portadas de Letur y de Villamanrique (Foto Martínez de Sevilla)
MOLINA CHAMIZO, P., De la fortaleza al templo, II, p. 175, 211-212. FLORES GUERRERO, P., “Apuntes para el estudio de la iglesia parroquial de Villanueva de los Infantes”,
Cuadernos de Estudios Manchegos, 18 (1988), pp. 119-142, p. 124.
28
GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento y arquitectura…, p. 403.
29
MOLINA CHAMIZO, P. De la fortaleza al templo… II, pp. 79-80, 130, 177, 219-221, 260.
30
Aunque siempre se ha relacionado con el maestro Juan Guas, J. MOLINA HIPÓLITO,
Baeza histórica y monumental, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1982, piensa
en Enrique Egas y en este Pedro López como ejecutor del famoso palacio de Jabalquinto en
Baeza.
31
ALONSO RUIZ, B., “La Catedral gótica de Jaén”, Laboratorio de Arte, 26 (2014), pp.
47-72, p. 62. Citando a Esther Galera: “La construcción de un puente sobre el Genil en Loja
a comienzos del siglo XVI”, en Cuadernos de Arte, Universidad de Granada 26 (1995), pp.
366-367. Lo poco que sabemos respecto a Pedro López durante aquellos años es que será
llamado a Granada en 1509, en unión de dos canteros de Úbeda y el maestro mayor de Sevilla, “a trazar la capilla real”; y en 1512 va con el mismo Egas, y cobrando los mismos
honorarios que él, a dar su parecer sobre el cimborrio de la nueva catedral de Sevilla. Véase
ALONSO RUIZ, B., “Un nuevo proyecto para la capilla real de Granada”, en Goya, 2007, nº
318, pp. 131-140. ALONSO RUIZ, B., “La Catedral gótica de Jaén”, p. 61.
27
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
No volveremos ahora sobre esta vieja hipótesis, ni sobre su posible identiicación con el fantasmagórico Pedro de Vandelvira del que hablaba Ximena,
de la que hemos tratado con todas las cautelas en otras ocasiones, y que ahora
podemos reforzar con algún dato nuevo, si bien no concluyente; pero tampoco cabe echarla en saco roto, aunque también sabemos que hay otro Pedro López “distinto del de Jaén”, trabajando en Granada, junto a Juan de Marquina,
en las obras del Hospital Real diseñado por Egas32).
Friso en la catedral gótica de Jaén y palacio de Jabalquinto en Baeza,
atribuidos a Egas y al maestro Pedro López.
Aun así, es muy probable que el Pedro que buscamos fuera el de Chavarría, vizcaíno avecindado en La Mota del Cuervo, que al parecer estaba
al frente de San Juan en 1524, y quizá desde 1222, y unos años después, en
1526, es llamado maestro mayor de Albacete en el ya mencionado documento
que publicó Pereda. Desde luego, parece que en estas fechas ya había dirigido
la capilla mayor de San Juan, terminada hacia 1525 por su aparejador Hortín
u Hortún Pérez (veremos este nombre escrito de ambas formas, y con hache o
sin ella). Por su apellido vasco, pudiera ser pariente de Juan de Chiberría, que
construye la lonja junto a Santo Domingo de Alcaraz a lo largo de 1518-19, y
de cierto Juan Pérez de Chevarría o Chevarrieta33, que puede ser el mismo, al
que vemos con otros vizcaínos asociados al círculo de Luna trabajando en el
Campo de Montiel santiaguista; pero ya no sabemos si también estaría vinculado a la “escuela infanteña” de Francisco de Luna, o a la orden de Santiago
32
ALONSO RUIZ, B., “Enrique Egas en Andalucía”, en RUBIO, J., (coord.), Proyecto Andalucía, Serie Arte, XXXV, Sevilla, 2011, pp. 129-161, p 144.
33
MOLINA CHAMIZO, P., De la fortaleza al templo, BAM, Ciudad Real, 2006, Vol. II, p. 212.
17
Aurelio Pretel mArín
al margen de esta última, o más bien a los Flórez de Cuenca y su obispado
(Antonio y Juan de Flórez, también en excelentes relaciones con Luna, junto
al que Antonio suele hacer de tasador hacia los años veinte, e incluso colabora
diseñando portadas34).
Parece, en cualquier caso, que puede mantenerse la conexión conquense.
Como ya señalamos, Chavarría reside en La Mota del Cuervo, y su socio,
Hortín Pérez, en la ciudad de Cuenca (aunque dirigirá la iglesia de La Mota a
la muerte de aquel); y Juan de Chiberría -que quizá es su pariente- nombrará
tasador de su obra en la lonja de Alcaraz al maestro mayor de ese obispado,
Juan de Flórez o Flores, que vive en Villaescusa35. Y aunque esto no sea demostración de nada, porque no son escasos en aquellas comarcas, conviene
recordar que en la Mota del Cuervo, en Villaescusa de Haro y en Las Pedroñeras (obra de Juan de Flores, que Francisco de Luna tasará tras su muerte), y
en la de La Roda, de Pedro de Alviz, hay templos columnarios que recuerdan
bastante al de Albacete.
Desde luego, sería verosímil que el primer maestre Pedro de Albacete
fuera el que trabajó con Luna en Alcaraz, o bien Pedro de Alviz, al que vemos
después en iglesias conquenses como San Juan Bautista, o en otra columnaria, como Santa María de Alarcón (por no hablar del palacio y la capilla del
obispo Ramírez en Villaescusa de Haro), y que también parece vinculado con
Luna, del que es iador en Cuenca. Pero, puesto que es Pedro de Chavarría el
que después dirige la capilla mayor y el resto de la iglesia, en principio parece
más probable que se trate de él.
Templos de Pedroñeras y Villaescusa de Haro. Fotos de Ángel Carrasco y Miguel Salas
ROKISKI, Arquitectura… p. 85-88.
PRETEL MARÍN, A., Alcaraz en el siglo de Andrés de Vandelvira, el bachiller Sabuco y el
preceptor Abril, IEA, Albacete, 1999, pp. 131-132.
34
35
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
LOS MAESTROS PEDRO DE CHAVARRÍA Y HORTÍN PÉREZ Y EL
PLEITO DE FRANCISCO Y GIL DE SANTA CRUZ
Es de creer que la Guerra de las Comunidades retrasara las obras de San
Juan, iglesia que además conoció los intentos comuneros de nombrar a los
beneiciados y luego el forcejeo por la mayordomía, que al inal pasó a un
clérigo, Bernardo de Andújar, contra los privilegios del concejo. De hecho, no
parece que haya avanzado mucho desde marzo de 1520, cuando se apremiaba
al mayordomo a “que haga la obra que está principiada en la dicha iglesia”,
hasta que empieza el libro de fábrica en 152436. Y eso que hacia 1521 ya se
habría comenzado los cimientos para las dos capillas que lanquean la mayor,
que debía de estar ya comenzada, y se habrían producido los primeros conlictos del concejo con las autoridades eclesiásticas: Sancho Vélez, nombrado
provisor por el obispo Lang, había concedido al inluyente clérigo Francisco
Santa Cruz, al parecer de manera gratuita, la primera del lado de la Epístola
-la actual de la Virgen de Loreto, reformada hace cincuenta años- para su enterramiento familiar, incluyendo el derecho de romper la pared de la mayor
para comunicar ambas mediante un arco que saliera al ochavo y al altar, lo
que Martin de Cantos, diputado del pueblo ante el ayuntamiento, y varios
regidores, estimaban injusto y peligroso para lo construido. Para acallar las
quejas, el provisor envió a don Manuel Soriano, sobrino del famoso don Gil
Sánchez Soriano y sucesor de este en el arciprestazgo de Chinchilla, para
parar las obras y emitir un informe, con asesoramiento de un maestro cantero
por parte del concejo, otro por Santa Cruz, y otro más que eligió el propio
Soriano. Informe que acabó, como era de esperar, concluyendo que la obra no
causaba perjuicio, lo cual no evitaría, como podremos ver, una nueva ofensiva
del tal Martin de Cantos (seguramente hermano de Francisco de Cantos e hijo
del no menos importante prohombre Martín Sánchez de Cantos), que obligará
al concejo a oponerse al proyecto y ofrecerá una suma de dinero importante
por la misma capilla, exigiendo que fuera adjudicada a quien más la pagara37.
Las cuentas de Bernardo de Andújar, vicario y mayordomo de la obra
desde junio de 1522 a febrero de 1524, hablan de maestre Pedro –sin duda,
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 197. Nosotros hemos vuelto a repasar el Libro de Fábrica de San Juan de Albacete, que está, además, vaciado en un valioso índice por
Ramón Carrilero y Mercedes Royuela, a los que agradecemos su colaboración; pero, salvo
pequeñas –y en alguna ocasión no despreciables- diferencias de texto o transcripción, no vemos demasiadas noticias que añadir a las que da Mateos, de quien hemos sacado la inmensa
mayoría de las que aquí ofrecemos, aunque no le citemos en cada una de ellas.
37
AHPAB, C. 4653-38. Véase el documento en nuestro apéndice. Al inal de estas páginas.
36
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Aurelio Pretel mArín
Chavarría, aunque nunca mencionan su apellido- y de Hortín u Hortún Pérez,
que trabaja con él como su socio y aparejador38: “yten se le descargan al dicho mayordomo que a pagado a Ortín Pérez e a maestre Pedro, canteros, por
las obras de las capillas que hacen en la dicha iglesia çiento e setenta e çinco
mill maravedís, segund que paresçio por alvalas de pago, demás e allende
de los veynte mill maravedís que tenían reçibidos de la cuenta pasada”. Pero
Hortín es el único que percibe honorarios a lo largo de 1524, y también el que
entrega “la capilla mayor de la iglesia de señor San Juan, que agora se a
acabado”, el 10 de junio de 1525, cuando el ayuntamiento le manda que no
quite el andamio -“el enmaderamiento”- en tanto que no llegue “el maestro
que oviere de venir a apreçiarla”39 (este fue, al parecer, el vecino de Cuenca
maestre Antonio40, que creemos sería Antonio Flores, el mismo al que Francisco de Luna valoraba poco tiempo después una capilla en Cuenca41, y que a
su vez tasaba con Luna y con los Tiedra, otra más en aquella catedral).
En las cuentas de 1526 todavía se habla de libramientos hechos “a maestre Pedro e a Ortín Pérez, canteros, para en pago de la obra que han fecho
en la dicha iglesia”, y se dice que Ortín ha confesado “por sí e en nonbre
de maestre Pedro avellos recibido”, lo que indica que Pedro ya no está en
Albacete, aunque probablemente siguiera dirigiendo las obras a distancia. Tal
vez desde La Mota del Cuervo, cuya iglesia se sigue construyendo bajo su
dirección; o quizá desde Almansa, donde a ines de 1526 desplazará al maestro Marquina, un vizcaíno del círculo de Egas, aunque aincado en Murcia de
forma temporal42, que había comenzado La Asunción un par de años atrás. A
38
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 197. GARCÍA SAÚCO, L. G. La catedral…
p. 38.
39
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 197-198.
40
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 197.
41
ROKISKI LÁZARO, Mª L., Arquitectura…, p. 127.
42
Marquina trabajaba para Egas en Santiago de Compostela 1509 y 1510, y se vino con él a
Granada, donde se documenta su presencia en 1513 en el Hospital Real –cobrando libramientos en nombre del maestro- y al frente de sus obras durante sus ausencias (ALONSO RUIZ,
B., “Enrique Egas en Andalucía”, pp. 133 y 144. RUBIO LAPAZ, J., “Una aproximación a
la trayectoria arquitectónica de Juan de Marquina a partir de una documentación inédita”, en
Murgetana, N.º 80 (1990), pp. 5-14. Después pasará un tiempo en el reino de Murcia, donde
en 1521 hacía la capilla mayor de Moratalla en colaboración y como apoderado del maestro
Francisco Florentino, y a Murcia, donde estaba avecindado en 1523. Aproximadamente en
1524 le vemos en Almansa, donde es desplazado en 1526 por el maestre Pedro y Juan de
Aranguren, “que tenía la obra de la iglesia Mayor de Alvaçete, onbres de buena fama e esperiençia” (PEREDA HERNÁNDEZ, M. J., La Iglesia de Santa María… p. 143). Desde entonces a 1528 le vemos en las sierras de Nerpio y Moratalla y Puebla de (pasa a la pag. siguiente)
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
cargo de San Juan quedarán Hortín Pérez y otro vizcaíno, Domingo de Vergara, del que nada sabemos hasta ahora, aunque acaso pudiera ser pariente de
Martín y Pedro de Vergara conocidos en Cuenca43. Ellos tendrán que vérselas
no solamente ya con los problemas técnicos que presentaba el templo, sino
con los caprichos vanidosos de Gil de Santa Cruz y su hermano Francisco,
que es el nuevo vicario y mayordomo, miembros de una familia que dice ser
hidalga aunque sea dudosa su ascendencia44, y con la indecisión de unos regidores atrapados, como ellos, en el mar de querellas que promueven los Cantos
contra las decisiones de las autoridades eclesiásticas.
Exterior e interior
de las capillas
de San Juan de
Albacete
don Fadrique, enviando al arzobispo granadino las maderas de la sierra de Nerpio, que tenía
arrendada, para la construcción de las nuevas iglesias, y quizá construyendo Santa María de
Huéscar diseñada por Egas mucho antes. Después volvió a Granada (1529-30), donde se documenta su presencia en distintas iglesias y el Hospital Real, y más tarde será aparejador de
Machuca en las obras del Palacio de Carlos V, hasta su muerte en 1553 (RUBIO LAPAZ, J.,
O.C. pp. 8-14). Por razones de edad no parece probable que se trate del mismo Marquina que
muchos años antes trabajó con Martín Sánchez de Bonifacio, otro maestro del mismo círculo
toledano de Hanequin de Bruselas y Egas Cueman, en las obras de la colegiata de Belmonte
que erigieron el marqués de Villena, Juan Pacheco, y su hijo, aunque un documento perdido
de esta iglesia se refería a ellos en 1525 (ANDÚJAR ORTEGA, L., Belmonte, cuna de Fray
Luis de León, y su colegiata, Mota del Cuervo (Cuenca), 1995, p. 65).
43
ROKISKI, Arquitectura…, II, p. 300.
44
El apellido es típico de familias conversas, lo cual no signiica que tuviera que serlo, pero
es un indicio. Por otra parte, es frecuente que los conversos tiendan a adquirir respetabilidad
–incluso la nobleza- a través de la compra de una capilla propia. Véase SORIA MESA, E.,
La nobleza en la España Moderna, Madrid, 2007, pp. 306 y 104.
21
Aurelio Pretel mArín
Al respecto tenemos un documento inédito45, que Mateos y Sotos conoció, pero no valoró en toda su importancia, y que a nuestro entender da
algunas de las claves de lo que sucedió en los años siguientes: en febrero de
1529 comparece ante el ayuntamiento el “honrado” Martín de Cantos, como
representante o “diputado” –equivalente al síndico de la comunidad- y en su
propio nombre, y dice que se ha comprometido a pagar 100 ducados por el
“sitio” –lugar de enterramiento- de la nueva capilla del lado de la epístola,
que se había adjudicado al cura Santa Cruz “sin dar por ella ninguna cosa”;
y promete dar más, “para ayuda a la obra de la dicha yglesia, espeçialmente
por la mucha neçesidad que al presente la yglesia tiene para cobrir las dichas capillas que en ella se avian fecho”. Ahora, vista la urgencia -que “sy no
se cubriesen podría ser perderse lo fecho e se perdería si no se remedia luego
en las cobrir como lo tienen declarado los maestros que la dicha obra tasaron”- Cantos dobla su oferta a 200 ducados, prometiendo dar más si alguien
la superara, y requiere al concejo que hable con el obispo o con su provisor,
advirtiendo que si hay un mayor deterioro pedirá responsabilidades: “que sea
a cargo e culpa de los dichos señores oiciales por lo non pedir a quien dicho
tengo”. Pero además añade toda una acusación de fraude y corruptela por
parte de los curas: todo esto sucede, según él, por ser los mayordomos clérigos y no laicos, “y quien les a de tomar la quenta no requiere la iglesia y es
tanbien clérigo y se fauoreçen vnos a otros por ser de vna profesión”, lo cual
ha permitido a Santa Cruz y a su predecesor en la mayordomía, Bernardo de
Andújar, ahora obispo in partibus de Tagaste (en Argelia), que fue quien consiguió arrebatar el cargo al control del concejo46, desviar el dinero de la obra
y ocultar otros fondos percibidos de ventas de capillas y sepulturas nuevas. Y
todo esto mientras “la yglesia tiene la capilla mayor, que costó dos quentos
de fazer, por cubrir, y se espera caer sy no se cubre, que así lo tienen requerido los maestros que la izieron, que la cubran luego, si no, que sy se cayere
no sea a su culpa, especialmente que por ser de cantería es mas peligrosa de
caer que de otro material…”
Y por si fuera poco, la querella tenía otra faceta más: Santa Cruz y su
hermano pretendían, como ya queda dicho, horadar la pared que había entre
AHPAB, Caja 174. Lo hallamos hace tiempo gracias a Candelaria Moreno, que nos suele
guiar a través de los fondos del Archivo, y a la que una vez más hemos de agradecer su amabilidad.
46
Sobre esta cuestión hemos podido ver, por cortesía de Carlos Ayllón, un artículo suyo titulado “Apuntes para la biografía de Bernardo de Andújar”, que aún permanece inédito, en
que se puede ver el modus operandi del clero albacetense, gran acaparador de todo tipo de
honores y prebendas.
45
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
su capilla y la mayor, “e que la puerta della fuese dentro de los cançeles e
quadra de la capilla principal del altar mayor”. El concejo intentó convencer al vicario de que no abriera puerta dentro de los canceles, ya que esto
sería“contra derecho e muy perjudicial, e sería cosa muy fea consentillo”,
y que se contentara con una simple reja junto al retablo de Nuestra Señora;
pero este dilató la respuesta, sabiendo que tenía de su parte al provisor, que
ni siquiera había contestado al concejo. Por eso, y porque la obra seguía sin
cubrir y en peligro de ruina, Cantos urgía al concejo a aceptar sus 200 ducados, o que se adjudicara la capilla al linaje que más “limosna” diera, y que se
comenzara el trabajo cuanto antes: “estando como esta la obra de la dicha
iglesia por cobrir, a cabsa de lo qual esta en mucho peligro e se podria perder
e derribar, lo qual seria mucho perjuyzio e danno, por haber costado más de
dos quentos de maravedís”.
La advertencia de Cantos, que además nos informa de que ya iban gastados dos millones, que corrían peligro de perderse si no se actuaba rápido,
consiguió, por lo menos, que el concejo se enfrentara al cabildo eclesiástico y
al provisor de Murcia, y que este obligara al vicario y su hermano a pagar 100
ducados por aquella capilla, aunque no su objetivo de adquirirla para él. Pero,
dejando aparte el interés privado y el trasfondo político, social y personal que
maniiesta, la denuncia parece del mayor interés, teniendo en cuenta que se
ha formulado 16 años antes de que se hunda la iglesia, y que los tasadores no
atribuyen el riesgo que corría a una supuesta falta de irmeza en la misma ni
a error de construcción, sino a que no se cubre como recomendaron los maestros que hicieron las capillas y los que las tasaron. No se puede decir que no
se hubiera advertido el peligro. Y más cuando Martín de Cantos solicita de
manera formal que el mayordomo vuelva a ser un seglar, como los privilegios
de la villa exigían, y amenaza con ir a querellarse ante Su Majestad, “como
uno del pueblo”, contra los regidores, si estos no actuaran conforme al interés
de la comunidad.
El concejo acabó por detener la obra del vicario y su hermano, contactando con ellos y con el provisor y amenazando al tiempo con sanciones y
cárcel a los maestros canteros si siguieran rompiendo la pared. Pero, después
de varias comparecencias más del diputado Cantos y de nuevos debates en el
ayuntamiento (actas municipales de los días 27 de febrero, 25 de marzo, 24,
25 y 26 de abril), el día 8 de mayo se presenta un mandato del señor provisor
exigiendo, “so pena de descomunion e otras penas”, que la obra no se pare
y que se haga “como el dicho señor prouisor lo auia mandado e querido”.
Y como consecuencia, aunque a regañadientes y dejando patente su protesta,
tanto Martín de Cantos como los regidores desisten de su empeño y revo23
Aurelio Pretel mArín
can la orden anterior para evitar el riesgo de desórdenes públicos y de un
entredicho que impidiera administrar los santos sacramentos al pueblo y en
particular a los enfermos. El día 9 se da cuenta a Ortín Pérez y Domingo de
Vergara, “maestros de la capilla”, en presencia de otro vizcaíno de apellido
Arméndiga (que sería Garmendia o Armendía, y que probablemente sería otro
cantero), “estante” en Albacete, de este último auto.
Pero el ayuntamiento de Albacete mantenía su pleito ante los tribunales,
lo cual motivaría otra comparecencia de Gil de Santa Cruz, el hermano seglar
del orgulloso vicario y mayordomo: en enero de 1530 dice a los regidores
que “al tiempo que se abrían los cimientos de la dicha capilla”, cuando el
provisor le hizo donación de la misma y del derecho de abrirla a la mayor,
el concejo se opuso “porque dezian que tenia peligro la obra de la capilla
mayor que esta fecha sy abrían puerta e arco por donde estaba mandado”;
pero tras un examen técnico del problema por maestros llamados por don Manuel Soriano, prestigioso arcipreste de Chinchilla, que actuó como árbitro, el
provisor mandó que siguiera el trabajo, pues no perjudicaba, antes fortalecía
y adornaba, la capilla mayor. Sin embargo, Martín de Cantos, que actuaba,
según él, movido por la inquina, ofreció más dinero por la misma capilla,
“no por deuoçion, sino por pasión”, y forzó al municipio a meterse en un
pleito innecesario y a gastar -véase la demagogia- “dineros de los pobres e
viudas e guerfanos e de los otros vezinos e propios de la dicha villa”, por lo
que Santa Cruz solicitaba a las autoridades que desistieran de él, y en caso
contrario amenazaba con una apelación ante la emperatriz, señora de la villa,
pues sería malgastado lo que en él se invirtiera. La cuestión llegó a juicio ante
el corregidor Sotomayor, quien, oídas las partes, sentenciaba el 12 de enero
de 1530 de forma favorable para el Ayuntamiento, puesto “que está mandado
defender por el concejo que el dicho Gil de Santa Cruz no ronpa a la capilla
mayor de la iglesia de la dicha villa para habrir e hazer puerta por la capilla,
e demás desto le consta al señor corregidor que en defenderse que no abriese
la dicha puerta por la capilla a sido vtile e provechoso para la dicha iglesia,
e que sobre ello a avido litispendencia e se a çesado de no romper la dicha
pared e abrir la dicha puerta”47.
Sin duda a consecuencia de esta controversia, en enero de 1530 el provisor revoca al cura Santa Cruz en su mayordomía48, que en adelante queda
en poder de un seglar: el notario Francisco de Villena, amigo, cuando no
47
48
AHP Albacete, Caja4653-Exp. 38.
En el ya mencionado trabajo de Carlos Ayllón, al que agradecemos su consulta.
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Izquierda: la capilla de Francisco y Gil de Santa Cruz, contigua a la mayor, y el pilar entre ambas.
Derecha: la capilla de Bernardo de Andújar, obispo de Tagaste
pariente de los Cantos. Aun así, los hermanos Santa Cruz –al igual que otros
beneiciados, incluido el obispo de Tagaste, don Bernardo de Andújar, que la
tiene junto a esta49- mantendrán su capilla, si bien ya no gratuita (en enero de
1536 se habla de “vna capilla de vocaçion de la Cruz, a la mano izquierda
de la Epístola, que es de Francisco de Santa Cruz vicario e de su hermano
Gil de Santa Cruz e de su mujer; tiene dote unas casas en que vive su muger
del dicho Gil de Santa Cruz”, y aún se añaden distintas propiedades). Pero el
mal estaba hecho, por lo menos en parte, pues se había comenzado a romper
la pared, aunque estos trabajos se hubieran detenido, y la piedra arenisca de
la que estaban hechos los primeros pilares se habría deteriorado al no haberse
cubierto las capillas.
Los maestros, además, se han ido de Albacete: Hortín Pérez, “maestro de
la obra de la dicha iglesia”, todavía cobrará algunas cantidades hasta 1531,
La capilla de Andújar, la primera del lado de la Epístola, justamente después de la de Santa
Cruz, que hoy ocupa la Virgen de Loreto, contiene su sepulcro, que Tormo atribuía al maestro
Quijano, aunque García Saúco encuentra semejanza con otras de Toledo y Alcalá de Henares.
VV AA, Albacete en su Historia, Catálogo Exposición, 1991, p. 365.
49
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aunque a partir de entonces le mandarán los restos a la ciudad del Huécar, de
donde era vecino50; Vergara puede ser –tiene que ser- el “maestro Domingo
vizcaíno” al que vemos después en San Clemente, construyendo su iglesia de
Santiago hasta el in de sus días, a mediados de siglo, cuando da nuevas trazas
Andrés de Vandelvira51. Pero no cabe duda de que el ábside estaba ya acabado
y tasado a mediados de 1531, cuando el mayordomo habla de libramientos
que se hicieron a Hortín y a maestre Pedro, y de otros “a maestre Jerónimo e
a maestre Marquina e a maestre Juan, por razón que tasaron por segunda vez
la obra nueva de la dicha iglesia”52. De estos tres tasadores, el primero es Jerónimo Quijano, el maestro mayor del obispado de Cartagena-Murcia; otro es
Juan de Marquina, que había sido desplazado en Almansa por el mismo Chavarría y Juan de Aranguren, lo que seguramente le animó a vincularse más si
cabe a Granada, en donde trabajaba para Egas y Machuca. Del otro, maestre
Juan, solamente se puede especular sin datos: puede ser Juan de Flórez, que
seguía avecindado en Villaescusa de Haro, aunque suelen llamarle como experto desde otras poblaciones; o bien, Juan de Aranguren, que aún trabajará
en la iglesia de Almansa hasta que le requiera Jerónimo Quijano, asociado
con él en la de San Martín de La Gineta, para Santa María de Chinchilla53.
Lo que nos interesa, en cualquier caso, es que ha terminado una etapa –la
construcción del ábside de San Juan de Albacete- y comienza otra nueva, casi
inmediatamente; y si bien la opinión de Gutiérrez Cortines es que a partir de
entonces hay un cambio de signo y la gran mayoría de los maestros proceden
de la escuela murciana o granadina54, no estamos tan seguros de que el que se
hace cargo de esta nueva fase –que creemos es el mismo Pedro de Chavarríaestuviera en la órbita de cualquiera de ellas: más bien pudiera estar en la de
Luna, por entonces ya maestro del obispo de Cuenca.
En efecto, en la misma visita de septiembre de 1531 que antes mencionábamos se dice que “mando el señor obispo que se prosigua la obra nueva que
esta començada en la dicha iglesia conforme a los capítulos e obligacion que
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 200.
HERRERA MALDONADO, E. y ZAPATA ALARCÓN, J., “Andrés de Vandelvira en La
Mancha”, en A. PRETEL MARÍN (Coord.), Andrés de Vandelvira, V Centenario, IEA, Albacete, II, 2005, p. 58.
52
MATEOS y SOTOS, R., Monografías…, p. 199-200.
53
SANTAMARÍA CONDE, A., y GARCÍA-SAÚCO, L. G., “La iglesia de Santa María del
Salvador de Chinchilla: estudio histórico-artístico”, IEA, Albacete, 1981, pp. 34-35 y 235237. GUTIÉRREZ CORTINES, C., “Renacimiento y arquitectura...”, pp. 299 y 354.
54
GUTIÉRREZ CORTINES, C., “Renacimiento y arquitectura…,” p. 299.
50
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agora nuevamente son fechos entre la dicha iglesia e maestre Pedro, maestro
de cantería, la qual se ynprincipie luego”55; y en cuentas de septiembre de
1536 relativas a 1533-34, el mayordomo dice que pagó “a maestre Pedro que
haze la obra de la dicha yglesia, que se le deve por obrar, conforme a lo capitulado entre la yglesia y el, seysçientos e noventa e dos mill e seteçientos e
sesenta e tres maravedís, y el dicho maestre Pedro, en presencia del dicho señor governador e vicario asy dixo que lo consentía e confeso averlos reçibido
del dicho Francisco de Villena como mayordomo de la dicha yglesia en pago
de la dicha obra que ansy avia fecho e faze de la dicha yglesia conforme a los
capítulos que tiene fechos”. Por lo tanto, se trata de un contrato nuevo, que se
está ejecutando desde 1531, y que no se reiere a las capillas viejas –la mayor
y las dos que la lanquean- sino al resto del templo, incluyendo las naves y
las nuevas capillas del obispo Bernardo de Andújar, de Santiago, Santa Ana
y Fernández de Ves, del lado de la Epístola, y las de los Ximénez, el regidor
Molina y Gonzalo de Iniesta, en el del Evangelio.
Estado aproximado de las obras hacia1533. Recreación esquemática de Mikel Barriola.
Pero maestre Pedro no estará muchos años a cargo de estas obras. A inales de 1537 el mayordomo Francisco de Villena justiica “que pagó a la
muger de maestre Pedro, de la obra que dicho maestre Pedro obró de la
dicha iglesia despues que aquel murio treçientos e setenta e vn mill seteçientos setenta maravedís, los quales resçibio la suso dicha en nonbre de sus
hijos menores, demas de lo que el dicho Francisco de Villena pagó al dicho
maestre Pedro”56; y por las mismas fechas, como podremos ver, las actas del
concejo hablan de “la muger de maestre Pedro, defunto, maestro que fue de
MATEOS Y SOTOS, Monografías…, p. 200.
MATEOS Y SOTOS, Monografías…, p. 200, menciona este descargo, pero el importante
detalle de los hijos menores lo hemos encontrado en el libro de fábrica que él cita, entre otros
muchos gastos de jácenas y tejas, que indican que se estaba colocando el tejado.
55
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las dichas capillas”. Defunción que coincide con la de otro maestro, también
llamado Pedro, que tenía a su cargo la obra de San Miguel de La Mota del
Cuervo, a cuyos herederos pagará el mayordomo de la misma algunas cantidades que aún se le debían57, y al que sucederá en aquella iglesia cierto maese
Pérez, que sin duda es Hortín. Por lo tanto, está claro que se trata del mismo
Pedro de Chavarría, ya desde mucho antes vecino de La Mota, que había sido
maestro mayor en Albacete y que ha seguido siéndolo tras el nuevo contrato.
Y este fallecimiento descarta al mismo tiempo -digámoslo de paso- la posibilidad de identiicarle, como en algún momento llegamos a pensar, con un
maestro homónimo, Pedro de Chavarría, que seguía viviendo y trabajando en
Zafra y Llerena (Badajoz), donde bautizará a sus hijos de 1534 a mediados
de siglo, antes de irse a las Indias, como tantos canteros de la época, en los
años sesenta58; y con el Pedro López que trabajó en Jaén y ahora construía
la catedral de Málaga, donde pudo morir hacia principios de 153959. El de
Albacete ha muerto un par de años antes, no sabemos si aquí o en La Mota
del Cuervo, cuya iglesia seguía construyendo también hasta el in de sus días,
como hemos constatado.
ROKISKI, Arquitectura…, pp. 287-373.
Este otro maestro Pedro de Chavarría bautizará a sus hijos desde 1534 a 1557. FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, J. M., “Aportes al estudio de la arquitectura en la Baja Extremadura (siglo
XVI)”, Revista de Estudios Extremeños, 55 (1999), pp. 937-953, p. 938.
59
Parece que después de aprobar junto a Egas el proyecto de aquella catedral en 1528, se
estableció en Málaga, donde hallamos su nombre en unas condiciones para extraer la piedra
de febrero de 1529, y aún le vemos en 1531 alquilando una casa para su residencia. Sabemos
que en 1535 mantenía un pleito con Juan de Paminera por la piedra que había sacado de una
cantera suya; pero no hay muchos más datos de su presencia, salvo que todavía recibe algunos pagos por dirigir la iglesia de Antequera a lo largo de 1538, aunque el día 28 de junio
del siguiente Leonor García, su viuda, se obliga a reparar unas casas ruinosas propiedad del
cabildo malagueño. SUBERBIOLA MARTÍNEZ, J., Fuentes para la historia de la construcción de la catedral de Málaga (1528-1542), Univ. Málaga, 2001, p. 30, 56, 61, 74 y 83-84,
91-93 y Docs. 40-42. Consúltese también LÁZARO DAMAS, “La catedral medieval y la
obra nueva tardogótica. Los proyectos de los obispos Osorio y Fuente del Sauce”, en Andrés de Vandelvira: vida y obra de un arquitecto del Renacimiento. Exposición Jaén, Baeza,
Úbeda y Albacete, Jaén 2006, pp. 76-84, p. 80. MORENO MENDOZA, A. “Andrés de Vandelvira y Francisco del Castillo, dos arquitectos renacentistas del siglo XVI”, en Boletín del
Instituto de Estudios Giennenses, Nº 193 (2006), pp. 63-81. MORENO MENDOZA, A. “La
arquitectura del Renacimiento ubetense…” pp. 157-176. ALONSO RUIZ, B., “La Catedrál
gótica de Jaén”, pp. 47-72, p. 61.
57
58
28
ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
Exterior e interior de San Miguel Arcángel, de La Mota del Cuervo, de los mismos maestros de
San Juan de Albacete. Fotos de Ana Cano y Esperanza Moreno
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
UN DESASTRE ANUNCIADO: LAS CONSULTAS A LUNA, QUIJANO,
SILOÉ, VANDELVIRA… Y EL DERRUMBAMIENTO
Parece hacia 1537 ya estaban construidas las dos terceras partes del proyecto inicial; pero cada vez más eran visibles las “quiebras” de la iglesia y los
enfrentamientos personales, cuando no familiares, entre los oiciales del concejo, agobiados por las murmuraciones sobre engaños por parte del maestro
y de los tasadores, la posibilidad de que a los iadores les fueran exigidas responsabilidades por los daños visibles en las capillas viejas, la oportunidad de
recabar el asesoramiento de uno u otro de los grandes maestros del momento,
y los gastos crecientes, que en gran parte aumentaban por estas mismas causas. Cuando en marzo de 1536 comparece ante los regidores un tal Lázaro
Vela, que fue por mensajero del concejo a la Chancillería, dice que en este
viaje se desvió por Úbeda a llevar una carta de Antonio de Vera -cuyo envío
a Granada estaba contradicho- y de Martín de Cantos, que al inal deberán
pagar de sus bolsillos el exceso de gasto de esos días, tras un agrio debate.
La cuestión obviamente tiene causas locales, pues Antonio de Vera –un
escribano a quien Francisco de Villena adiestró en este oicio a petición de
Pedro de Cantos, en cuya casa se crió desde niño, aunque él dice ser hijo de
un capitán hidalgo de la ciudad de Úbeda- está relacionado con el clan de los
Cantos60, alguno de los cuales es iador del maestro al que se acusará de engaño y negligencia; pero tampoco cabe olvidar que en Granada estaba Siloé,
y en Úbeda, tal vez, Andrés de Vandelvira (aunque este se mueve demasiado como para airmarlo, y el propio Siloé había dado las trazas de la Sacra
Capilla ubetense). Y es que por esas fechas había dos problemas encima de
la mesa: el de la tasación de las nuevas capillas, que algunos regidores, con
asesoramiento de Juan de la Barranca, estimaban un fraude, y el de los pilares
que amenazaban ruina. Asuntos delicados –sobre todo, el segundo- que exigían el recurso a un experto de fama; y como es natural, cada grupo oligárquico tenía sus preferencias.
Justo un año después, el 25 de marzo de 1537, comparece ante los regidores Pedro Cebrián, alcalde, y dice que el concejo va a enviar a Granada un
emisario, a los pleitos pendientes en la Chancillería y “especial mente para
que se trayga a un maestro famoso que esta en aquella çibdad de obras de
cantería –obviamente, Siloé- para nonbrarlo por parte desta villa para tasar
la obra de la iglesia della, donde pretendemos que en la tasaçion que se ha
60
PRETEL MARIN, A., La consolidación de una oligarquía: linajes de Albacete en la Baja
Edad Media, IEA, Albacete, pp. 131-132 y 157.
31
Aurelio Pretel mArín
hecho la yglesia esta muy daniicada y engañada; y pareçe que algunos de
los señores oiciales nonbraron para lo suso dicho a Antonio de Vera, vezino
desta villa, asinandole siete reales por cada vn dia, lo qual esta contradicho
porque es salario mui eçesivo…” Cebrián, por el contrario, proponía enviar a
“Juan de la Barranca, vezino desta villa, que es hombre asaz abil e suiçiente
para entender en las cosas que se hubieren de librar por justicia, y para tratar con el dicho maestro es muy mas suiçiente que otro ninguno que pueda
yr, porque tiene con el dicho maestro mucho conosçimiento y amistad, y verna
antes por su ruego y negoçiaçion que por otro ninguno […], porque como
saben los dichos señores alcalde e oiciales el dicho Juan de la Barranca es
maestro en el arte de jumetria, y por su industria y aviso se a tenido conocimiento del engaño que se reçibe en la tasaçion de la dicha obra…” Pero esta
propuesta no tuvo mucho éxito: los demás oiciales se niegan en redondo;
incluso le responden que Juan de la Barranca no es sino un carpintero analfabeto, viejo y corto de vista, que ni siquiera ejerce por estar impedido, y que
no entiende nada de pleitos y negocios61.
Desde luego, se estaban ventilando intereses locales, pero también de
varios tasadores famosos, que pueden mantener muy buenas relaciones, pero
al tiempo compiten y tienen compromisos con algunos patricios y con otros
canteros de ámbito local. Ya el 13 de octubre de 1537 se dice en el concejo
que “los maestros que tasaron las capillas segundas de la iglesia –Jerónimo
Quijano y Francisco de Luna- se han diferenciado en el aprecio en mas de
seteçientos ducados”, por lo cual, y teniendo en cuenta el parangón con la
valoración de las primeras, y el parecer de “algunas personas que saben de
arte” y que creen que “la iglesia esta agraviada aunque se guarde la mas
baja tasaçion de los dos maestros en mas de quinientos ducados”, se decide
pedir la revisión de estas estimaciones. Pero hay otro problema: el 4 de noviembre, ante el alcalde Francisco de Munera, Juan Felipe, alguacil, y varios
regidores (Pedro Carrasco, Garcí Ferrández de Ves y Bartolomé de Cañavate), el también regidor Miguel Benítez dice que ha cumplido el encargo de
traer el maestro Jerónimo Quijano, que ese mismo domingo se ha reunido
con varios oiciales, y que al día siguiente visitará la iglesia; y en efecto, el
sábado día 10 de noviembre, le libran su salario -un castellano de oro, que al
parecer son dos en las cuentas de propios- porque había venido “para dar el
remedio de las quiebras que en la obra se habían hecho”62. Sin embargo, el
concejo no debió de quedar muy satisfecho: el 8 de diciembre, y en presencia
61
62
Véase nuestro apéndice, al inal de estas páginas.
MATEOS Y SOTOS, Monografías…, p. 201-202.
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
de su corregidor, los alcaldes Munera y Cebrián y varios oiciales encargan
a Benítez que procure traer a “vn maestro secreto que sea grand oiçial para
que declare los secretos que ay de lo suso dicho…” Formalmente, lo dejan
a su arbitrio, pero al margen se escribe: “que venga Vandelvira cantero para
que venga a ver la obra”, pretendiendo que sea Benítez el que asuma como
propia esta designación, cuando lo cierto era que ni siquiera conocía al maestro, al que llama “Rodrigo”, como luego veremos.
Por entonces, Andrés de Vandelvira no era un desconocido; aunque no
era famoso todavía (en Albacete y Yeste le confunden con Rodrigo y Juan de
Vandelvira), había construido casi todas las obras públicas de Alcaraz y trabajado en otras con su futuro suegro, Francisco de Luna. Incluso pudo haber
aprendido con este, o con el mismo Egas, si no con Siloé, como quiere Calzada63, en su ausencia de 1527 a 153064, todo el vocabulario protorrenacentista
de que ya hacía gala en 1531 en la famosa Puerta del Alhorí. Quién sabe si lo
haría con Pedro López y Egas en Granada o en Málaga…, o más lejos aún,
porque todo es posible donde no existen datos.
Portadas platerescas
de San Andrés de
Infantes y Alhorí de
Alcaraz
Lo cierto es que volvió en 1530 con un prestigio impropio de alguien
de su edad, y que ya en 1536 ha irmado el contrato del Salvador de Úbeda,
bajo la protección del mecenas Francisco de Los Cobos y el del deán Ortega,
vinculado con López, aunque sigue asistiendo junto a Luna a subastas de
obras en Segura y su sierra65 y tal vez en el Campo de Montiel (quizá en VillaCALZADA, A., Historia de la Arquitectura española, Labor, Barcelona, 1933, p. 301.
PRETEL MARÍN, A., La huella en Alcaraz de Andrés de Vandelvira, pp. 29-30.
65
GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento y arquitectura religiosa…, p. 408 y 427-28.
63
64
33
Aurelio Pretel mArín
manrique, donde la tradición airma su presencia, y donde Juan de Arama se
adjudica en 1536 el templo parroquial, que presenta notables semejanzas con
el estilo propio del primer Vandelvira66, aunque Pilar Molina, que lo cree ya
en Úbeda, piensa que pueden ser enseñanzas comunes adquiridas en Cuenca
y Uclés, donde Andrés solo estuvo algunos días). A lo largo de 1537 se pide
desde Yeste la presencia de “maestros espertos del arte de cantería, para que
vean la dicha yglesia y remedio que se le puede dar para que no se caya”,
y citan en concreto “a Francisco de Luna o a Juan de Vandelvira” (que,
obviamente, es Andrés), los cuales “es notorio ser maestros sabios, para ver
el reparo”67; y en Orcera veremos que Andrés de Vandelvira, junto a Luna,
desbanca a al maestro Juan Martínez, que se había adjudicado legalmente la
iglesia, que al inal construirá Juan de Mojica, vinculado a su suegro. Puede
que todavía siguiera junto a Luna en septiembre de 1537, cuando este presenta su proyecto para acabar la obra de la Asunción de Villahermosa, en
cuyas condiciones se incluía el respeto a lo hecho años antes por el maestre
Pedro y Juan de Chevarría, aunque también concurren en falsa competencia
Juan de Arama y Martín Sánchez Vizcaíno, cuya complicidad frente a Juan de
Regúlez provocará un escándalo68. Con estos precedentes, no es de extrañar
que Luna, su yerno y los demás maestros de su círculo despertaran sospechas
entre los regidores de Albacete.
En efecto, a inales de 1537, muerto ya el maestre Pedro que había construido las “segundas capillas”, se vuelve a debatir en el ayuntamiento de Albacete el engaño sufrido en la obra de la iglesia y en las tasaciones de Luna y
Quijano. Como ya señalamos, el 8 de diciembre se encarga al regidor Miguel
Benítez que traiga “vn maestro secreto que sea grand oiçial para que declare los secretos que ay de lo suso dicho…” y “para reveher la tasación”.
El maestro es “secreto”, y queda a discreción del mismo regidor, aunque al
tiempo le dicen “de palabra” a quién debe traer; pero días después -21 de
diciembre- y sospechando que exista un “gatuperio” (como dice Mateos),
Benítez comparece y advierte que “que por los sennores deste ayuntamiento
le fue encargado que procurase de traer vn maestro para reveher la tasación
RUIZ CALVENTE, M., “Los maestros canteros Francisco de Luna, Andrés de Vandelvira y
Juan de Mojica: intervenciones en las empresas parroquiales de Segura de la Sierra, Orcera
y Hornos de Segura”, En Andrés de Vandelvira, V Centenario, IEA, Albacete, 2005, pp. 119132.
66
MOLINA CHAMIZO, P., De la fortaleza al templo, II, pp. 258-259.
67
GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento y arquitectura religiosa…, p. 418.
68
MOLINA CHAMIZO, P., De la fortaleza al templo… p. 216-217 y 219-221.
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
de las capillas, el que a él le paresçiese, y que de palabra le fue encargado
e mandado por los dichos sennores que fuese Rodrigo de Vandelvira vezino
de Alcaraz, y que él, procurando el dicho proposito, a sabido que Rodrigo de
Vandelvira es yerno de Françisco de Luna, que fue uno de los tasadores de
las dichas capillas y el mas fauorable de la muger de maestre Pedro, defunto,
maestro que fue de las dichas capillas, y que a sabido que resyde en Villanueva de los Ynfantes con el dicho Françisco de Luna e biue en su misma casa
e conpannia; e por tanto le pareçia mucho ynconuiniente encargar el dicho
negoçio al dicho Vandelvira, e que dello dava e dio razon en la forma suso
dicha para que los dichos sennores provean lo que convenga”69. Como se
puede ver, hay recelo respecto a Luna y Vandelvira, de los que se sospecha
cierta parcialidad a favor de la esposa del tal maestre Pedro, “defunto” (no
“de Fanto”, como leyó Mateos), lo que puede apuntar a una conocida relación
anterior, acaso denunciada por Juan de la Barranca, de quien luego se dice
que descubrió el engaño. Pero acaso la auténtica razón de pedir en secreto
“que venga Vandelvira, a quien el mismo año requieren desde Yeste “para
que no se caya” el templo parroquial, no era la tasación, sino una posible relación con el maestre Pedro que comenzó la iglesia -fuera o no fuera este Pedro
de Chavarría- y la extraordinaria gravedad de los problemas que presentaba la
obra, “por defecto de los primeros pilares” y por culpa del deán y el provisor
de la diócesis, que no habían hecho nada para evitar la ruina, a pesar de las
cartas del concejo.
Una vez descartado Vandelvira, se hacía necesario consultar con urgencia a otro oicial experto, pues a ines de abril de 1538 se decía que “el pueblo
tiene mucho escrúpulo e temor de entrar en la dicha yglesia, e por temor e
por señales de las quiebras en pilares e capillas estan escandaliçados todo
el pueblo, que muchos no osan entrar en la dicha yglesia a oyr los oiçios
divinos”70. Por eso, el 3 de marzo se había comisionado “a los señores Pedro
Cebrián y Miguel Benítez, para que se ynformen de vn maestro de obras donde estouiere para les enbiar por él para que venga a ver la obra desta villa
A.H.P. Albacete, Actas municipales de 21 de diciembre de 1537. Transcrito por R. MATEOS
Y SOTOS: Monografías…, p. 204. Hemos ido a la fuente y encontrado pequeñas diferencias:
donde Mateos lee “…que a sabido que reside en Villanueva…”, el documento dice “…y que
ha sabido que resyde en Villanueva…”, y con la conjunción queda bastante claro que es el tal
Vandelvira –y no la viuda, como algunos suponen- quien vive en Villanueva con Francisco
de Luna. Más importante es el error de llamar “maestre Pedro de Fanto” a quien solamente
es “maestre Pedro defunto”, lo que nos ha engañado durante mucho tiempo. El otro error,
el nombre de Rodrigo en lugar del de Andres, no es de Mateos y Sotos, sino del escribano.
70
GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento y arquitectura…, p. 295.
69
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Aurelio Pretel mArín
muy secreta mente, que vayan a buscar el tal maestro e lo traygan, e para que
tomen dineros del mayordomo del conçejo para lo suso dicho entre tanto se
hallegan de limosnas sobre los tres ducados que ay allegados, e para ello les
dieron poder en forma…” El 23 de marzo, como ya señaló Mateos y Sotos,
se había decidido que Antonio de Vera viajara hasta Granada, “a traer un
maestro para que venga a ver la obra de la iglesia de señor San Juan e para
que declare su parecer para el remedio e reparo della”, y a inales de mayo se
envía un mensajero a traer “al mejor maestro que abia en Castilla de fama”,
Diego de Siloé, que pedía 30.000 maravedís al día por venir.
Al inal Siloé vino a Albacete, en mayo, y dio su parecer, que no comentaremos porque fue analizado extensamente por García Saúco71, aunque nos
interesa resaltar que parece centrarse sobre todo en la sustitución de dos de los
pilares, cuya piedra es “viçiosa e vedriosa”, poniendo cuatro jácenas en cada
uno de ellos a in de “resystir la carga de las caydas de los arcos perpiannos que dividen las capillas” (suponemos, por tanto, que se trata de aquellos
“primeros pilares” de los que habla el concejo: los dos de piedra blanca que
todavía vemos adosados al muro que separa la del altar mayor de las colaterales; precisamente aquel que el cura Santa Cruz había comenzado a romper
años antes). El propio Siloé recomienda después hacer de piedra parda, que
es más resistente, los siguientes pilares y cimbrar las arcadas que irían sobre
ellos, pensando que, una vez subsanado el peligro de los viejos, la obra estaría
segura. Sin embargo, el problema se había envenenado y algunos regidores,
con asesoramiento de Juan de La Barranca, que habría dado un dictamen
igual y más barato, no deseaban tanto arreglar los pilares como achacar la
culpa al maestro “que hizo falsamente la dicha obra”, y de paso exigir una
indemnización al bachiller de Cantos, a Juan de Alcañabate y a Miguel Soriano que fueron sus iadores.
En cualquier caso, el costo de las reparaciones propuestas por Siloé, que
quizá conllevaran sustituir algunos de los pilares nuevos, o más probablemente la inluencia eclesiástica, hicieron que viniera otra vez el maestro mayor del
obispado, Jerónimo Quijano, que dio su parecer a inales de 1540, sin separarse mucho del antes mencionado. Pero se tropezó con que Martín de Cantos
le exigía un plan de obras por escrito, para poder pedirle responsabilidades en
caso necesario, a lo que él respondía que antes de dar la traza de los nuevos
pilares sería necesario que todas las personas que “andan hablando e dando
71
El informe, transcrito por MATEOS Y SOTOS ( Monografías…, pp. 207-212), fue comentado luego por GARCÍA SAÚCO (La catedral…, pp. 43, 47). Una interpretación con la que,
en general, nos mostramos de acuerdo.
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
pareceres por los rincones”, incluido Barranca, lo hicieran igualmente, y que
“para que el dicho maestre Gironimo de la orden e traza de los dichos pilares
hay necesidad de que este presente a ello maestre Pedro o los que vuestras
merçedes quisieren que entiendan en la obra de los dichos pilares, asi para
sacar la piedra de donde mejor la haya como para entender en la dicha
ordenanza que el diere, e para esto suplico a vuestras merçedes lo manden
llamar por que no se pierda tienpo e yo no este aquí detenido mas de lo que
conviene”72.
Estado aproximado de la obra de San Juan antes del hundimiento, según Mikel Barriola
Un detalle importante, porque tanto Jerónimo Quijano como los regidores de Albacete tenían que saber que el último que había trabajado en la iglesia –el mismo maestre Pedro de la Mota del Cuervo, que es el de Chavarríahabía fallecido tres o cuatro años antes. Esto hace sospechar que hablaran de
otro Pedro, acaso responsable del comienzo de la obra (¿el que fue requerido
en 1517 para enmendar los fallos de maestre Mateo? ¿Tal vez el Pedro López
que trabajó en Jaén, Málaga y Antequera? Este también ha muerto a principios de 1539, pero es más posible que aún no lo supieran en Murcia y Albacete. No podemos decirlo; ni siquiera tenemos la certeza de que este pueda ser
el mismo comienza con Luna en Alcaraz el convento de frailes franciscano,
en el que ahora trabaja Vandelvira hasta su conclusión pocos años después,
ni el que había introducido al mismo Vandelvira en Úbeda y Jaén. Pero es
llamativo que las autoridades de Albacete hubieran pretendido llamar a Vandelvira “para que venga a ver la obra”, precisamente al tiempo en que este
comienza a trabajar en Úbeda y irma en Alcaraz el compromiso para hacer
en cinco años –que luego serán diez- la capilla mayor de aquel convento que
empezó maese Pedro73.
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 219.
PRETEL MARIN, A., Alcaraz en el siglo…, p. 190 y 205-207.
72
73
37
Aurelio Pretel mArín
Solamente podemos airmar que en el año siguiente, 1541, cuando rinde
sus cuentas el nuevo mayordomo de San Juan de Albacete, que es Francisco
de Cantos, bachiller, la iglesia lleva un año a cargo del “maestro vehedor de
las obras de este obispado”, Jerónimo Quijano que, además de las dietas por
visitas “que a hecho y a de hazer de la obra desta iglesia”, percibe todavía
otros 40.000 maravedís “que se le debían de los quinze mill que la iglesia le
daba de su salario el año de quinientos quarenta”. Pero el que está a pie de
obra no es el mismo Quijano, pues se menciona un pago “a Monte Mayor e
sus consortes, maestro de la obra de la dicha yglesia, en cunplimiento del
contrato que otorgó de la dicha obra…” Un apellido nuevo, que además ya
no vuelve a aparecer en nuestros documento, por lo que en un principio pensamos que quizá se pudiera deber a una confusión con el de Pedro Monte, que
a inales de siglo irma el plano -que parece anterior74- en el que se detalla la
parte construida.
Sin embargo, parece muy difícil que este Pedro de Monte estuviera ya
activo en Albacete en fechas tan tempranas, y con ese apellido es mucho más
probable que se trate de un tal Julián Montemayor, cuñado de Quijano, como
dice Gutiérrez Cortines75. Desde luego, no hay duda de que es Jerónimo Quijano quien sigue dirigiendo las obras de San Juan y la colocación de los nuevos pilares, las columnas actuales, como piensan Mateos y García Saúco76;
aunque probablemente fuera Montemayor quien ahora tuviera que lidiar con
los celos y caprichos de algunos patricios de la villa, que condicionarían los
trabajos y acaso aceleraron la ruina de la iglesia.
En efecto, por esos mismos años, y apenas sosegado el pleito de Martín
con los dos “Santacruces”, el bachiller Francisco de Cantos, imitando al vicario y a su hermano, pretendía romper un muro recién hecho para agrandar el
arco de su propia capilla, “de que se sigue mucho daño”, por lo cual el con74
Publicado primero por MATEOS Y SOTOS (Monografías…, p. 210), este plano se ha reproducido en muchas ocasiones. En letra diferente a la de Pedro Monte se señala el nivel de
progresión de la obra en 1597, pero la sacristía, construida en los años setenta, no aparece
siquiera. Por eso nos parece que el plano es anterior a la llegada de este Pedro de Monte, o
de Alcalá de Monte o de Isla de Monte, que a inales de siglo trabaja en Murcia y Lorca (ver
GARCÍA-SAÚCO, L. G., La Catedral… p. 62, GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento
y arquitectura…, p. 309.y SANCHEZ-ROJAS FENOLL, Mª C.., “Noticias sobre artistas
murcianos del siglo XVII”, Murgetana 71,1987, pp. 91-125, pp. 119), y responder tal vez a
los planes del maestro Jerónimo Quijano.
75
GUTIÉRREZ CORTINES, C., Renacimiento y arquitectura religiosa…, p. 296 y 354.
76
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 219. GARCÍA-SAÚCO, L.G., La catedral…,
p . 49.
38
Plano de Pedro de Monte
ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
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Aurelio Pretel mArín
cejo solicita, en diciembre de 1542, saber las instrucciones que había dado el
obispo, y pide que se abra información sobre “si es o no perjuycio hazerse el
dicho arco”77. No creemos que esto fuera determinante, pues el daño mayor
parece estar en los primeros pilares de la iglesia, acaso mal fundados y muy
deteriorados al ser de piedra blanca y no haberse cubierto a tiempo las capillas, si no debilitados por la obra del cura Santa Cruz; pero las controversias
tampoco ayudarían a poner soluciones. Después de varios años de dimes y
diretes, con el templo en peligro, apuntalado y objeto de disputa, el 11 de abril
de 1545, treinta años después de iniciarse las obras, se dice que “la iglesia de
señor San Juan de esta villa se ha caído”, por lo que es necesario trasladar los
oicios a la del hospital de San Julián, que estaba justo enfrente, pero era muy
pequeña (y encima, su fachada será ocupada en parte por un “portal” que se
hizo para guardar las jácenas traídas para la obra).
Habrá que comenzar otra reconstrucción, ahora costeada mediante una
derrama entre vecinos, bajo la dirección de dos canteros vinculados al círculo
murciano78: Juan de Aranguren, maestro que trabaja también en las iglesias
de Utiel, Requena, Almansa, Yeste y Villarrobledo79, y un tal Juan Rodríguez,
que dirige a la vez la obra de San Francisco en el mismo Albacete. Sin duda,
el cambio incluye una reparación de la parte más alta, que es la hundida, con
piedra de mejor calidad que la blanca (todavía se ve un color diferente, muy
en particular en los pilares que separan la capilla mayor de las colaterales), y
la sustitución de los apoyos que se habían proyectado por las columnas que
hoy podemos contemplar. Pero las controversias no han inalizado: la visita
de mayo de 1547 muestra el enfrentamiento entre estos dos maestros, que
reclaman el pago del trabajo que han hecho, y el nuevo mayordomo, que dice
que estas obras no están nada seguras y pide que las tasen un cantero ajeno
al obispado, por parte de la iglesia, y otro designado por Juan de Aranguren,
que necesariamente “sea de mas de veynte leguas desta villa”. Y en efecto,
se manda llamar a Vandelvira, natural de Alcaraz y vecino de Úbeda, y se
ordena a Aranguren que nombre a otro perito “que no sea sospechoso”, y
que no pueda ser Jerónimo Quijano “ni otro ninguno de la ciudad de Murcia
ni de veinte leguas alrededor de esta villa”80. Para entonces, Rodríguez ha
dejado no solamente ya las obras de San Juan, sino las del convento franSANTAMARÍA CONDE, A., “Noticias del siglo XVI sobre el templo de San Juan Bautista
de Albacete”, Al-Basit, 13 (1984), pp. 73-85. P. 73-74.
78
GUTIÉRREZ CORTINES, Renacimiento y arquitectura…, p. 299.
79
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 219.
80
Todas estas noticias en MATEOS Y SOTOS, Monografías…, pp. 223-227.
77
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
Iglesia de San Juan en la forma en que llega al siglo XX (José Carlos Molina)
Catedral de San Juan de Albacete, Estado actual.
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ciscano, como muestra el contrato de traspaso de sus obligaciones en este a
favor de Domingo de Réxil81, yerno de “maestre Pedro”82 (suponemos que del
de Chavarría, pues vivió, como él, en La Mota del Cuervo), que trabajó en
Socuéllamos, Vara de Rey y Alarcón83.
Maestre Pedro se ha reivindicado, pues ahora el culpable parece ser Quijano, del que se desconfía mucho más que antes de Vandelvira. Pero ni la
visita del propio Vandelvira, que cobró casi 22.000 maravedís (el otro tasador
fue el maestro Domingo de la Cuesta, de quien nada sabemos) pero no se
quedó a dirigir la obra, ni la sustitución de los maestros murcianos por Martín
de Gazaga y Juan de Urtiaga84, lograrán evitar que el templo permanezca durante algunos años esperando una falsa cubierta de madera, hundido lo mayor
y más nuevo de él, y refugiado el culto bajo un cobertizo en la parte del coro,
lo único que quedaba de la iglesia mudéjar primitiva. Había comenzado otra
etapa en la historia de un templo que pudo haber estado, pues parece que Egas
fue el autor de sus trazas y recabó el consejo de los grandes maestros del momento, a la altura de otras catedrales del siglo XVI; pero al que las envidias
y el orgullo de unos, la indolencia y los miedos de los otros a asumir responsabilidades, la injerencia constante de las autoridades eclesiásticas y las
interferencias de los incompetentes, condenaron a ser un muestrario de estilos
diferentes y de distintas épocas, construido a base de remiendos, no siempre
afortunados, y falsiicaciones neorrománicas, neogóticas y eclécticas, donde
queda muy poco que enseñar a nuestros visitantes.
IRIGOYEN LÓPEZ, A., GARCÍA HOURCADE, J.J., y GARCÍA OLMO, M.A., “Albacete en los documentos episcopales durante la Edad Moderna”, II Congreso de Historia de
Albacete, Vol. III (2002), pp. 217-225, p. 266.
82
Muchos años después cobrará una deuda que la iglesia tenía con su suegro, maestre Pedro.
Ver MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 250.
83
ROKISKI LÁZARO, Arquitectura…, pp.249, 288 y 289. IRIGOYEN LÓPEZ, A., GARCÍA HOURCADE, J.J., y GARCÍA OLMO, M.A., “Albacete en los documentos episcopales…,” p. 266.
84
MATEOS Y SOTOS, R., Monografías…, p. 234.
81
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APÉNDICE DOCUMENTAL
I
1529, 27 de febrero a 9 de mayo. COMPARENCENCIAS DE FRANCISCO DE
CANTOS RESPECTO A LAS CAPILLAS DE LA IGLESIA DE SAN JUAN DE ALBACETE, Y EN PARTICULAR DE LA QUE HACE EL VICARIO SANTA CRUZ,
CON LOS AUTOS Y ACUERDOS AL RESPECTO. AHP Albacete, Caja 174.
En la villa de Aluaçete, en veynte y siete dias del mes de hebrero, año del nasçimiento de nuestro señor e Saluador Ihesu Xº de mill e quinientos e veynte e nueve
años, este dia ante los señores Françisco Alonso alcalde e Pedro de Cantos e Pedro
Ruiz Marco e Juan Fernandez Marco e Juan de Villa Nueva e Pedro Carrasco, regidores, e Juan Helipe jurado, todos oiciales del dicho conçejo ayuntados que estauan
en su ayuntamiento, por ante mi Miguel Garixo, escriuano de sus majestades e su
notario publico en la su corte e en todos los sus reynos e señorios e escriuano publico
en esta dicha villa, e por ante los testigos yuso escriptos, pareçio presente el onrrado
Martin de Cantos, vezino desta villa e presento el escripto siguiente:
Digo ante los señores del concejo que en dias pasados ove dicho que daria por
el sitio de vna capilla a la parte de la epistola de la yglesia mayor desta villa çient
ducados y muchos dineros mas para ayuda a la obra de la dicha yglesia, espeçialmente por la mucha neçesidad que al presente la yglesia tiene para cobrir las nuevas
capillas que en ella se avian fecho con tanta costa de la dicha yglesia, que estiman a
la dicha yglesia en mas de dos quentos, e sy no se cubriesen podria ser perderse lo
fecho e se perderia sy no se remedia luego en las cobrir commo lo tienen declarado
los maestros que la dicha obra tasaron en la determinaçion della commo pasa ante
Françisco de Villena. Agora por el bien de la dicha yglesia digo que dare por el dicho
sitio dozientos ducados, e sy mas se allare que otros dieren, protesto yo de dar mas
e hazer mejoria para la obra de la dicha yglesia e requiero a los señores oiciales
del conçejo que pues esto es tanto seruiçio de Dios y ahumento de la yglesia e pro
della e de su obra e bien, suplico lo manden proueer e remediar con el obispo de este
obispado e con su prouisor en su nonbre o con quien convenga, pues esta dicha villa
conviene remediar lo suso dicho y en ello esta puesta; donde no, que si por no lo
mandar e proueer la dicha yglesia reçibiere en la obra della que asy nueuamente esta
fecha perjuyzio o daño, que sea a cargo e culpa de los dichos señores oiciales por no
lo pedir a quien dicho tengo e lo fazer saber, e mas que los dichos señores oiciales
pagaran a la dicha yglesia los dichos dozientos ducados que al presente prometo e
digo que dare e todo lo que mas por ella se pudiere fallar, e lo quexare como vno
del pueblo que ante su magestad o ante quien deua, e dello pedir a vos el escriuano
presente testimonio. Martin de Cantos.
En la villa de Aluaçete, çinco dias del mes de março, año del nasçimiento de
nuestro señor e Saluador Ihesu Xº de mill e quinientos e veynte e nueve años, este
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Aurelio Pretel mArín
dia ante los señores Françisco Alonso e Pedro Çebrian, alcaldes, e Bartolome de
Alcañavate e Pedro Ruyz Marco e Pedro de Cantos Juan Hernandez Marco e Pedro
Carrasco, regidores, e Juan Helipe jurado, todos oiciales del dicho conçejo ayuntados que estauan en su ayuntamiento, e por ante mi Miguel Garixo, escriuano de sus
majestades e su notario publico en la su corte e en todos los sus reynos e señorios e
escriuano publico en esta dicha villa, e por ante los testigos yuso escriptos, pareçio
presente el onrrado Martin de Cantos, vezino desta villa e presento el escripto que es
del thenor siguiente:
Digo que parezco ante los señores regidores como diputado del ayuntamiento
que soy y les requiero que yo soy çiertamente informado que mayordomos clerigos
que son e an seydo enesta yglesia de señor San Juan se tienen çiento e çinquenta mill
maravedis que no los dan a la dicha yglesia por razon que son clerigos y quien les
a de tomar la quenta no requiere la yglesia y es tanbien clerigo y se fauoreçen vnos
a otros por ser de vna profesion, e asy mismo de las sepolturas que agora se dan
nueua mente e capillas que agora se dan mas de otros çient mill maravedis y como
se callan los çiento e çinquenta se ternan los çiento que agora se dan por los dichos
enterramientos, y la yglesia tiene la capilla mayor que costo dos quentos de fazer
por cobrir y se espera caher sy no se cubre, que asy lo tienen requerido los maestros
que la hizieron que la cubran luego, sy no, que sy se cayere que no sea a su culpa,
espeçial mente que por ser de canteria es mas peligrosa de caer que de otro material;
y que para que los dichos dozientos e çinquenta mill maravedis se cobren de los dichos mayordomos y se cubran las capillas que son la capilla mayor es necesario que
el mayordomo sea lego y abonado commo a seydo en esta dicha yglesia de tienpo
inmemorial aca fasta estos dichos mayordomos clerigos, y agora tiene el conçejo
desta villa ganadas carta y sobrecarta se sus majestades para que sea el mayordomo
lego como solia ser y son en todo este obispado, y pues veys señores la gran falta
que la yglesia reçibe por lo suso dicho, deveys lo remediar y proueer asy commo lo
pido, y pido a quien de derecho deua y protesto el daño que la dicha yglesia reçibiere
que pedire que paguen vuestras merçedes. Asy mismo digo que dare çient mill maravedis por el sitio de la dicha capilla que haze el mayordomo desta yglesia. Martin
de Cantos.
E presentado el dicho escripto los dichos señores regidores dixeron que platicaran e hablaran sobrello e proueeran açerca de lo contenido en el dicho escripto aquello que mas convenga. Testigos Anton de Valverde e Françisco de Segouia, vezinos
desta dicha villa.
E despues de lo suso dicho, dos dias del mes de abril año suso dicho, este dicho
dia ante los señores Françisco Alonso e Pedro Çebrian alcaldes e Pedro Ruiz Marco
e Juan Ferrandez Marco e Pedro Carrasco regidores, e Juan Helipe jurado, todos
oiciales del dicho conçejo, pareçio presente el dicho Martin de Cantos e presento el
escripto siguiente:
Muy nobles señores: Martin de Cantos vezino desta villa de Aluaçete digo que
ya vuestras merçedes saben commo el señor prouisor deste obispado de Cartage-
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na señalo y dio vna capilla en la yglesia de señor Sant Juan desta Villa al vicario
Françisco de Santa Cruz e a Gil de Santa Cruz su hermano vezinos desta villa, e que
la puerta della fuese dentro de los cançeles e quadra de la capilla principal del altar
mayor, sin dar por ella ninguna cosa, lo qual luego que vino a noticia de vuestras
merçedes, e visto commo era y es en muy gran daño e perjuyzio de la dicha yglesia
por ser en la parte e lugar suso dicho e por la dar sin limosna, teniendo la yglesia
como tiene mucha necesidad de dineros, estando como está la dicha yglesia por cobrir, a cabsa de lo qual esta en mucho peligro e se podria perder e derribar, lo qual
seria mucho perjuizio e daño por aver costado mas de dos quentos de maravedis, e
vuestras merçedes lo contradixeron en nonbre de la dicha villa e por lo que convenia
a ella escriuieron al dicho señor prouisor sobrello contradiziendo aquello, y yo por
aprouechar a la dicha yglesia y ser cabsa que la dicha obra se reparase y se evitase
tan gran perjuyzio, dixe e pedi que me diesen a mi la dicha capilla, pues era y soy
de calidad e condiçion suiçiente para la poder tener tan bien como los suso dichos,
y que yo daria por ella çient ducados y muchos mas si se me hazia saber antes que
la rematasen; el dicho señor prouisor visto esto mando que la dicha capilla se diese
al dicho Gil de Santa Cruz e su hermano, e que se obligaron a dar por ella los dichos
çient ducados e mas lo que fuese su voluntad, lo qual hizo contra derecho por la dar
a los suso dichos; e viniendo que fue a mi noticia yo me ofreçi a dar por la dicha
capilla çient mill maravedis para con que la dicha obra se reparase e se evitasen los
dichos daños e ynconvenientes, e ofresco a dar mas syendome notiicado, y vuestras
merçedes an escripto al dicho señor prouisor sobrello visto commo es mucha vtilidad
e prouecho de la dicha yglesia y el constandole todo ser notorio no quiso proueer
sobrello lo que de justicia deuia, antes lo a disimulado porque los dichos Gil de
Santa Cruz y su hermano hagan la dicha capilla siendo tan perjudiçial como desuso
es dicho, lo qual todo a vuestras merçedes es notorio. Por tanto, a vuestras merçedes
pido e requiero por la mejor forma e manera que de derecho puedo e deuo, pues a
ellos en nonbre de la dicha villa conuiene proueer e remediar en ello e les consta el
dicho perjuizio e el prouecho que yo doy, que manden que la dicha capilla no se haga
por ser tan perjudicial como dicho es, y en caso que toda via se aya de fazer hagan
que se provea e manden pues yo doy mas preçio que ninguna otra persona por la
dicha capilla, con que se saneara e reparara la dicha obra que esta para cobrir por la
neçesidad que la dicha yglesia tiene pues en mi concurren las calidades suso dichas,
porque yo soy presto de dar los dichos çient mill maravedis por ella, e sy otra persona
qualquiera diere mas por la dicha capilla, pido e requiero me sea notiicado e fecho
saber porque yo entiendo de dar mas que otro ninguno por ella para que la dicha obra
e yglesia sea reparada[…]
Siguen algunos folios con más comparecencias y deliberaciones, que no
aportan gran cosa, de los que solamente transcribimos los párrafos que añaden
algo nuevo:
E despues de lo suso dicho, diez y ocho dias del mes de abril […] dixeron que
ellos escriuieron al dicho señor prouisor sobre el dicho proposito para que los poue-
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Aurelio Pretel mArín
yese y no les respondio, y por ello an hablado con el señor vicario desta villa que es
el que haze la dicha capilla, para que tenga por bien que la entrada de la dicha capilla
sea junto al retablo de Nuestra Señora, e que aya vista por una reja por el vn ochauo
de la capilla mayor que es por donde quiere abrir la puerta, e por ser dentro de los
cançeles estaria contra derecho e muy perjudiçial e seria cosa muy fea consentillo, e
que se espera la respuesta […]
E despues de lo suso dicho, veynte e quatro dias del dicho mes de abril año
suso dicho […] dixeron que no obstante las contradiçiones que estan puestas sobre
el ediicar de la dicha capilla por el conçejo desta villa e por algunos particulares
[…] ellos escriuieron al dicho señor prouisor como lo tienen dicho e no les quiso
responder ni proueer, e lo platicaron con los dichos Santacruzes que hazian la dicha
capilla, e que el intento de la villa es que para la dicha capilla no se abra puerta ni
se de entrada donde se quiere dar e abrir que es dentro de los cançeles de la capilla
mayor junto al altar mayor, porque esto es contra derecho e muy feo […] porque la
yglesia tiene mucha necesidad, espeçial mente la tiene para cobrir las dichas capillas
que an costado de fazer mas de dos quentos e se dañan e perjudican mucho por estar
descubiertas; e que el dicho prouisor quiere de fecho e contra la voluntad del pueblo
que la dicha capilla se haga con los dichos perjuicios, y el dicho Santa Cruz clerigo
siendo como es mayordomo de la dicha yglesia la ediica contra el juramento que
tiene fecho de mirar el bien della. Por tanto, mouidos solamente por mirar el seruiçio
de Dios e el bien de la dicha yglesia, pues que los ministros della no quieren fazer lo
que es justo açerca dello, por ende que ellos commo pueblo que les toca dixeron que
mandauan e mandaron a los canteros e oiciales que hacen la dicha obra que desde
luego no entiendan en ella para que se abra la dicha puerta por el dicho ochauo de la
capilla mayor junto al altar mayor […]
E despues de lo suso dicho, ocho dias del mes de mayo año suso dicho […]
dixeron que ellos ovieron mandado a los canteros lo contenido en el mandamiento,
por lo que alli esta declarado e por otras razones que resinaron en si para las aclarar
quando les conviniese; e que les fue notiicado vn mandamiento del señor prouisor
que esta en el proueimiento que hizo de la dicha capilla, e porque en el les mandaua
so pena de descomunion e otras penas que no ynpidiesen la dicha obra e la dexasen
fazer commo el señor prouisor lo auia mandado, e que tienen enviado su mensajero
con su poder para que apele del dicho proueimiento […] porque despues de aquello
el señor prouisor les a mandado so muy grandes çensuras que se reuoque el mandamiento en quanto mandaron que la dicha obra no iziese, diziendo que se entremeten
en vsurpar la juridiçion del dicho señor prouisor […] pero porque en el pueblo se
teme alboroto y escándalo y estan çiertos que de fecho el vicario desta dicha villa
por ser suyo el ynterese proseguira en que se cunpla y execute el dicho mandamiento
hasta poner entredicho […], e porque ay muchos enfermos e ay continua necesidad
de la administraçion de los sagrados misterios, que ellos reuocan e dan por ninguno
el dicho mandamiento en quanto mandaron a los dichos canteros que no iziesen la
dicha obra, con protestaçion de seguir su justiçia en lo demas […] E despues de lo
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suso dicho este dicho dia el dicho señor Martin de Cantos estando presente a todo lo
suso dicho dixo que sy el tiene fechos algunos abtos e pedimientos al dicho conçejo
por que mandase çesar la dicha obra, que de aquellos se aparta e lo reuoca e da por
ninguno […] e se apartara dello como cristiano e ijo de obidiençia a nuestra santa
madre yglesia[…]
E despues de lo suso dicho, en nueve dias del dicho mes de mayo año suso
dicho, este dicho dia por mi dicho escriuano fue notiicada la reuocaçion fecha por
los dichos señores regidores del mandamiento que tenian a los dichos maestros de
la dicha capilla e lo por ellos respondido al mandamiento del dicho señor prouisor, a
Ortin Perez e Domingo de Vergara canteros. Testigos Juan Garixo vezino desta villa
e Armendiga viscayno estante al presente en ella.
II
1530, 5-12 de enero, REQUERIMIENTO DE GIL DE SANTA CRUZ Y SENTENCIA DEL CORREGIDOR SOTOMAYOR A FAVOR DEL CONCEJO. AHP
Albacete Carpeta 4653, Exp. 38.
Requerimiento de Santa Cruz.
En la villa de Albacete, en cinco de enero, año del naçimiento de Nuestro Señor
e Salvador Ihesu Xpo de mill e quinientos e treynta años, este dia ante los nobles
señores los señores Juan Çebrian alcalde e Juan de Sevilla alguazil e Gonzalo Ruiz
Regidor e Miguel Diaz jurado, todos oiçiales del conçejo, e en presençia de mi Benito Ruiz escriuano del secreto del dicho conçejo e de los testigos deyuso escritos
paresçio presente Gil de Santa Cruz vezino desta dicha villa e hizo presentaçion de
vn requerimiento que se sigue e dize asy:
Escriuano presente: dad por testimonio a mi Gil de Santa Cruz vezino desta
villa de Alvaçete en commo paresco ante los señores del conçejo desta dicha villa y
digo que ya muy bien saben en commo por el muy noble e muy reuerendo señor el
señor liçençiado Sancho Velis, provisor deste obispado de Cartajena, nos fue fecha
donaçion de vna capilla y enterramiento en la iglesia de señor San Juan desta villa
que sale a la capilla mayor a la parte de la pistola a Françisco de Santa Cruz clerigo
e vicario mi hermano e a mi el dicho Gil de Santa Cruz, segund que en la dicha donaçion mas larga mente se contiene e con çierta limosna y misas, y al tienpo que se
abrian los çimientos de la dicha capilla por los señores del conçejo que a la sazon
eran fue dicho e reclamado ante el dicho señor provisor ser perjuyzio porque dezian
que tenia peligro la obra de la capilla mayor que esta fecha sy abrian puerta e arco
por donde estaba mandado, y el dicho señor provisor por mas justiicar la cavsa y
saber la verdad enbyo a esta villa al venerable señor Manuel Soriano arçipreste de la
çibdad de Chinchilla para que mandase çesar la obra e oviese ynformaçion de maestros de canteria, vno puesto por parte del dicho conçejo y otro por nuestra parte, e
aquellos con juramento aclarasen si la obra e capilla se podia hazer e abrirse puerta
sin hazer perjuyzio a la obra de la dicha capilla mayor que estava fecha, la qual por
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Aurelio Pretel mArín
el dicho arçipreste fue fecha la dicha ynformaçion de los dichos maestros, e para mas
cavtela de su oiçio tomo otro maestro en la dicha cavsa, e asy avida la dicha ynformaçion y enbiada al dicho señor provisor, e vista por el no aver ni hazer perjuyzio,
antes adornar e fortiicar la dicha capilla mayor, fue conirmada la dicha graçia e
donaçion mas larga mente con çien ducados de limosna e çiertas misas cada semana,
segund que en la dicha donaçion mas larga mente esta y los señores del conçejo lo
vieron e an visto e les fue notiicada, en que en efecto çeso la contradiçion; y despues, por pasion que Martin de Cantos vezino desta villa tiene conmigo el dicho
Gil de Santa Cruz, ocho o nueve años a que no me habla, hizo çiertas posturas en la
dicha capilla no por devoçion syno por pasion commo lo a dicho por muchas partes,
lo qual sy neçesario fuere me ofrezco a provar; e a esta cavsa en nonbre e por voz del
dicho conçejo e por la parte que tenia en el toman la cavsa por el dicho conçejo e an
gastado e dizen que gastan muchos dineros de los pobres e viudas e guerfanos e de
los otros vezinos e propios de la dicha villa por este ynterese, teniendo como la villa
tiene mucha neçesidad y esta adevdada; e digo que si asi es que el dicho conçejo a
gastado e gasta en este pleyto o cavsa, que les pido e requiero vna e dos e tres vezes
e tantas quantas con derecho puedo e devo no tomen ni reçiban en quenta ningunos
maravedis que en este pleyto se an gastado ni consientan que mas se gasten del dicho
conçejo. Donde no, protesto de lo quexar ante la magestad de la Enperatriz nuestra
señora e ante quien viere que me cunple commo de regidores e oiçiales que gastan
mal gastados los propios e rentas del dicho conçejo e vezinos e moradores dela dicha
villa, y no en vtilidad e provecho de la dicha villa commo lo juraron al tienpo que
reçibieron los oiçios; e de commo digo e requiero pido a vos el presente escriuano
vsando de vuestro oiçio lo noteiqueys a todos los dichos señores del conçejo e me
lo deys asy por testimonio, con su respuesta o sin ella, en el tiempo e termino que por
su magestad e su prematica lo manda e a los presentes ruego me sean dello testigos.
E presentado e leydo el dicho escrito, los dichos señores oiçiales dixeron que lo
oyan e que estan prestos de ver e reconosçer el dicho requerimiento e se ynformaran
de la dicha cavsa el estado en que esta como pasa e hazer aquello que sea justo, e sy
el dicho Gil de Santa Cruz quisiere testimonio que no se lo mandan dar syn su respuesta, la qual ellos son prestos de dar ynformandose de lo suso dicho; a la qual dicha respuesta no se hallo presente el señor Juan Çebrian alcalde. Testigos Gonçalo de
Huete e Mateo Saz de Alcala e Gines Lopez de Chinchilla, vezinos de la dicha villa.
E despues de lo suso dicho el dicho dia e mes e año suso dicho el dicho Gil de
Santa Cruz dixo que me requiere a mi dicho escriuano notiique este avto a los señores oiçiales del año proximo pasado. Testigos Mateo Saz de Alcala e Gonçalo de
Alfaro e Gines Lopez de Chinchilla, vezinos de la dicha villa de Albacete.
E despues de lo suso dicho, en doze dias del dicho mes de enero año suso dicho,
el dicho dia yo el dicho escriuano notiique el requerimiento suso dicho a los nobles
señores Miguel Soriano e Juan Gomez e Juan Alonso Ruiz e al bachiller Françisco
de Cantos jurado, oiçiales deste presente año, e a Bartolome de Alcañavate e a Pedro
de Cantos oiçiales de conçejo del año proximo pasado, lo qual notiique estando
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presente el muy noble señor el señor liçençiado Sotomayor corregidor desta villa e
Sanclemeynte e Villanueva de la Xara por sus Magestades. Testigos, Pedro Sanchez
Leardo e Miguel Garixo vezinos desta villa.
E luego el dicho señor corregidor dixo que respondiendo al dicho requerimiento
que a el le consta por los avtos e ayuntamiento hechos por el conçejo, justiçia, regidores desta dicha villa segund que estan asentados en el libro del dicho ayuntamiento
que esta mandado defender por conçejo que el dicho Gil de Santa Cruz no ronpa la
capilla mayor de la yglesia de la dicha villa para abrir e hazer puerta por la capilla,
e demas desto le consta al dicho señor corregidor que en defenderse que no abriesen
la dicha puerta por la capilla a sydo y es vtil e provechoso para la dicha yglesia, e
que sobre ello a ovido litispendençia e se a çesado de no ronper la dicha pared e
abrir la dicha puerta. Por tanto dixo que mandaba e mando reçebir e tomar en quenta
los maravedis que paresçiere aver pagado en defensyon de lo suso dicho, e que si
testimonio el dicho Gil de Santa Cruz quisiere, que lo mandava e mando dar con dos
ayuntamientos que estan en el libro del conçejo, que estan irmados de Fernando de
Ubeda alcalde e de Françisco de Vicenperez e Juan de Molina e de Françisco Helipe e de Martin de Cantos el vno de los dichos avtos, e el otro esta fecho por Juan
Çebrian alcalde e Francisco de Buenache e Martin de Cantos e Pedro de Alcañavate
regidores e Françisco Helipe e Françisco de Viçenperez jurados, oiçiales del dicho
conçejo, e con otros avtos que estan fechos ante Miguel Garixo escriuano, e non los
vnos syn los otros. Testigos Pedro Sanz Leardo e Juan Alonso el Viejo vezinos de la
dicha villa. E el señor corregidor lo irmo de su nombre. El liçençiado Sotomayor.
III
1537, 25 de marzo, Albacete. REQUERIMIENTO DE PEDRO CEBRIÁN,
SOBRE EL VIAJE A GRANADA DE ANTONIO DE VERA, PARA EL QUE PROPONE A JUAN DE LA BARRANCA, QUE ES AMIGO DEL MAESTRO (DIEGO
DE SILOÉ) AL QUE QUIEREN TRAER. Papel suelto en el libro de Acuerdos de
Albacete, AHP Albacete, Caja 4504, Exp. 1.
En el ayuntamiento de la villa de Albaçete, veynte e çinco dias del mes de março
de mill e quinientos e treynta e siete años, este dia estando en el dicho ayuntamiento
los señores Françisco de Munera e Pedro Çebrian alcaldes e Bartolome de Alcañavate e Pedro Ruiz e Garçi Ferrandez e Miguel Benitez regidores e Juan de Villa Nueva
jurado, por ante mi Xristoual de Alarcon escriuano del dicho ayuntamiento, el dicho
Pedro Çebrian alcalde presento este escripto de requerimiento siguiente:
Escriuano presente, dad por testimonio en manera que haga fe a mi Pedro Çebrian, alcalde hordinario desta villa de Albaçete, en commo requiero a los señores
Françisco de Munera asy mismo alcalde hordinario y a los oiçiales del conçejo
que estan presentes y digo asi: que bien saben como estando ayuntados en nuestro
ayuntamiento para proveer las cosas que cunplen al pro y bien desta villa, entre otras
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Aurelio Pretel mArín
cosas se conçerto de enbiar vna persona a la Chançilleria de Granada sobre çiertos
pleytos que esta villa quiere tratar con la villa de Ves y para otras cosas, espeçial
mente para que se trayga vn maestro famoso que esta en aquella çibdad de obras
de canteria para nonbrallo por parte desta villa para tasar la obra de la yglesia della,
donde pretendemos que en la tasaçion que se a hecho la yglesia esta muy daniicada
y engañada; y pareçe que algunos de los señores oiçiales nonbraron para lo suso dicho a Antonio de Vera, vezino desta villa, asinandole siete reales por cada vn dia, lo
qual yo tengo contradicho porque es salario muy eçesivo, y sin enbargo de mi contradiçion es venido a mi notiçia que todavia se determina que vaya el dicho Antonio de
Vera con el dicho salario. Por tanto, digo que para los negoçios que estan puestos en
la ynstruçion que avia de llevar el dicho Antonio de Vera, Juan de la Barranca, vezino
desta villa, que es onbre asaz abil e suiçiente para entender en las dichas cosas que se
obieren de librar por justiçia, y para tratar con el dicho maestro es muy mas suiçiente que otro ninguno que pueda yr, porque tiene con el dicho maestro conoçimiento y
amistad y verna antes por su ruego y negoçiaçion que por otro ninguno, y se hara lo
que conviene a esta villa en la venida del dicho maestro, lo que no se podria hazer
con otro ninguno que lo trayga, porque como saben los dichos alcaldes y oiçiales el
dicho Juan de la Barranca es maestro en el arte de jumetria, e por su yndustria e aviso
se a tenido conoçimiento del engaño que se reçibe en la tasaçion de la dicha obra, y
asi mejor que otro podra ynformar al dicho maestro y rogalle y persuadille que venga a entender en el negoçio, y el dicho Juan de la Barranca se contentara con çinco
reales de salario. Por ende, yo requiero a los dichos señores alcalde y oiçiales que no
enbien al dicho Antonio de Vera al dicho negoçio, sino al dicho Juan de la Barranca,
e sy neçesario es le conpelan e apremien por que vaya por ser cosa que conviene al
bien de la republica, y le den el salario que deviere aver por su trabajo, y a bien del
dicho requerimiento, y en nonbre de su magestad y como su justiçia lo mando asy,
fuera del dicho Françisco de Munera, a los demas regidores y jurados que lo cunplan
so pena de cada diez mill maravedis para la camara e isco de su magestad, y mando
a vos el presente escrivano pongays este abto en el libro del ayuntamiento entre los
otros abtos que sobre este caso se ovieren hecho. Pedro Çebrian.
E ansy presentado el dicho requerimiento por el dicho señor Pedro Çebrian
alcalde e por mi el dicho escriuano leydo, los dichos señores Françisco de Munera
alcalde e Juan Felipe alguazil e Bartolome de Alcañavate e Pedro Carrasco e Garçi
Ferrandez regidores e Juan de Villa Nueva jurado, respondiendo al dicho requerimiento dixeron que ya le esta respondido al dicho Pedro Çebrian alcalde en otro
requerimiento que si el da persona suiçiente como el dicho Antonio de Vera por lo
menos que a aquella persona enbiaran, y que el dicho Barranca es vn carpyntero y en
aquello es abile, y por estar ya corto de vista e viejo y ynpidido no vsa en el oiçio ni
otro, ni sabe leher ni escreuir ni lehe ni sabe de pleytos ni de negoçios ni sabe cosa
alguna de lo que conviene a la villa ni el menor de los capitulos de la ynstruçion no se
debe coniar del por lo dicho, y que en hazello seria hazello a sabiendas para destruyr
los negoçios del pueblo, porque en lo que toca a lo del maestro de la yglesia no es
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
para el in que dize el requerimiento sino para lo contenido en la ynstruçion, y para
traello basta el dicho Antonio de Vera y otro que sea muy menos, y para dar razon
al maestro que viniere de aquello para lo que an menester que los dichos señores del
conçejo estan ynformados para lo ynformar, y esto dan por su respuesta, y en lo que
no dan so pena de diez mill maravedis para el señor Pedro Çebrian alcalde es en el
dicho ayuntamiento vn voto y an proueydo en el dicho ayuntamiento syendo el llamado a el representando la vniversidad e con el señor Françisco de Munera alcalde,
y que no diferençia el dicho señor Pedro Çebrian alcalde mas que en el salario que
en la persona del dicho Antonio de Vera e lo tiene aprouado que vaya e consentido,
e asy lo mandado es ninguno e por tal lo alegavan y dezian, y que esto dan por su
respuesta, y si testimonio quisiere el dicho señor Pedro Çebrian alcalde que le sea
dado con esta su respuesta e con los avtos que an pasado çerca dello, e non lo vno sin
lo otro. Françisco de Munera, Bartolome de Alcanavate, Juan de Villanueva, Pedro
Carrasco, Juan Felipe, Garci Ferrandez.
IV
1537, 8 y 21 de diciembre. ACTAS MUNICIPALES SOBRE LA COMISIÓN
AL REGIDOR BENÍTEZ PARA TRAER EN SECRETO A VANDELVIRA A TASAR LAS CAPILLAS, Y ADVERTENCIA DE AQUEL RESPECTO AL PARENTESCO ENTRE ESTE Y FRANCISCO DE LUNA, QUE LAS HABÍA TASADO
CON ANTERIORIDAD. Actas municipales de las fechas citadas, AHP Albacete,
Caja 4504. Pub. parcialmente, y con algún error, que aquí se ha corregido, por Mateos y Sotos, Monografías… pp. 203-204.
[Nota al margen izquierdo: Que venga Vandelvira, cantero, para que venga a
ver la obra]
Otrosy dixeron que esta visto e aclarado por maestros que las capillas estan en
peligro de caherse por falta que ay en dos pilares y por estar descubiertas, y asy mismo en la tasaçion de las segundas capillas a sydo la yglesia muy notoria mente engañada en mas de ochoçientos ducados, e que la yglesia no tiene al presente ni de esta
parte de tres años para proveher las dichas neçesidades, e que los administradores de
la dicha yglesia no lo provehen ni quieren fazer reveher la tasaçion, acordaron por
lo que va en ello que a costa de la villa se trayga vn maestro secreto que sea grande
oiçial para que les aclare los secretos que ay en lo suso dicho e para que conforme
aquello y con los que estan ya formados provean lo que devan fazer por todas las vias
que mas convenga, e que den cargo al dicho señor Miguel Benitez como le esta dado
para que trayga al dicho maestro, el que esta platicado de palabra o qualquier otro tal
si le ouiera? en la comarca, e se convenga con el lo mejor que conpluga. El liçençiado Sotomayor, Françisco de Munera, Pedro Çebrian, Pedro Carrasco, Bartolome de
Cañavate, Miguel Benitez.
Viernes XXI dias del mes de dicienbre de MDXXXVII años.
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Aurelio Pretel mArín
Ayuntamiento. Relaçion del señor Miguel Benitez de la obra de San Juan.
Este dicho dia vinieron ayuntamiento los señores Francisco de Munera e Pedro
Çebrian alcaldes, e Juan Felipe alguazil, e Bartolome de Alcañavate, e Garçi Ferrandez e Miguel Benitez e Françisco de Piqueras regidores, y estando en el dicho
ayuntamiento el dicho señor Miguel Benitez dixo que por los sennores deste ayuntamiento le fue encargado que procurase de traer vn maestro para reveher la tasaçion
de las capillas, el que a el le paresçiese, y que de palabra le fue encargado e mandado
por los dichos sennores que fuese Rodrigo de Vandelvira vezino de Alcaraz, y que
el, procurando el dicho proposito, a sabido que Rodrigo de Vandelvira es yerno de
Françisco de Luna, que fue uno de los tasadores de las dichas capillas y el mas fauorable de la muger de maestre Pedro, defunto, maestro que fue de las dichas capillas,
y que a sabido que resyde en Villanueva de los Ynfantes con el dicho Françisco de
Luna e biue en su misma casa e conpañia; e por tanto le pareçia mucho ynconuiniente encargar el dicho negoçio al dicho Vandelvira, e que dello dava e dio razon en la
forma suso dicha para que los dichos sennores provean lo que convenga.
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ArquitecturA y SociedAd en el renAcimiento: documentoS inéditoS Sobre lA conStrucción y ruinA de lA igleSiA de SAn JuAn de AlbAcete (1515-1545)
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